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tapatío 28 de enero

Date post: 26-Mar-2016
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tapatío 28 de enero
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Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G. Supervisor: Aimeé Muñiz / [email protected] Sábado 28 de enero de 2012 PÁGINA 7-B Diario de un espectador El brillo del sol en la hoja del helecho denota la lati- tud del día. Pero antes: es muy temprano y la caja del agua comienza su rotación rumbo al plateado: por lo pronto re- fleja un muy cierto anaranjado sobre el cielo aún oscuro del poniente. Pájaros invisibles van diciendo el preámbu- lo de la mañana. Provenientes de las orillas, los pardos ca- miones primerizos cruzan por la calle recién barrida de- jando una estela de humo, haciendo vibrar las ventanas. Casi nadie camina por las calles, pero dos niños avanzan alegres sobre la banqueta desmolachada, dueños del in- vencible secreto que vuelve a los días nuevos. ** My architect, es una conmovedora película. Quien di- ce así, “mi arquitecto”, y quien dirige este proyecto, más aún que esta película, es Nathaniel, el hijo de quizás el ma- yor arquitecto norteamericano del siglo XX: Louis I. Kahn. Porque el proyecto de Nathaniel es, ni más ni menos, que la recuperación del padre: una de las empresas intempo- rales y señeras del hombre. Louis Kahn fue siempre un enigma. Chaparrito, la cara deformada por las cicatrices de sus quemaduras infantiles, hijo de inmigrantes que se llamaban de otro modo, falto de trabajos arquitectónicos relevantes hasta bien pasada la cincuentena, dueño de una complicada vida privada que incluía tres mujeres simultá- neas y sus descendientes, iluminado y depresivo por tur- nos, llegó a levantar algunas de las arquitecturas más po- derosas y significativas de la historia. Es frecuente que los visitantes de, por ejemplo, su Salk Institute de La Jolla, Ca- lifornia, terminen la visita entre discretas lágrimas de asombro y agradecimiento. My architect, sin embargo, trasciende el mero elogio al arquitecto. Es una “carta al padre” inevitablemente tar- día pero siempre oportuna. Es una indagación en la con- dición humana, en las relaciones padre-hijo, en los límites de la memoria y el cariño. Juntos los tres hijos de diferen- temujer,enunaescena,compartenperplejidadesyrecuer- dos: y una vieja película casera en blanco y negro muestra al padre jugando, sonriendo, siempre un poco ausente, co- mo alguien que se recuerda siempre yéndose. Como siem- pre se terminan por ir los padres. La película ilustra la pe- regrinación del hijo por los lugares en donde “su arquitecto” dejó sus obras, buscando trazas y pistas, ha- blando con quienes lo conocieron. Al final, quedan los es- pacios por únicos testigos del misterio de un hombre y sus visiones. Queda el hijo, reconstruyendo su propia vida. ** En la casa de José Guadalupe Zuno, por la vieja Ave- nida del Bosque, tuvo lugar la presentación de un libro pós- tumo de un personaje inolvidable: el poeta Miguel Ángel Hernández Rubio, el Mike (1956-2010). Sus amigos, a tra- vés de Ediciones Coyote, dan a la luz esta Declaración de principios del Mike, seguida por varios textos de homena- je. Varios de ellos se encontraron en la casa Zuno para pre- sentar el libro, para leer sus textos, tomar un tequila, pero sobre todo para volver a acordarse de un poeta original y vigoroso, dueño de atisbos y trayectorias que en esta afor- tunada edición vuelven a quedar patentes. Desde las vie- jas calles de Guadalajara al puerto de San Blas. El poema- rio abre, inolvidablemente: Por las enredaderas del azar/ trepé a tu corazón lleno de flores. Y de allí pa’l real, el Mi- ke se explaya, de cuerpo completo. Dice de él Javier Ramí- rez: “Miguel Ángel, el Mike, era un ser noctívago que en sus andanzas traía los sentidos dispuestos a enfrentar el repentino sinsentido de la vida que podía darle alguna sor- presa a la vuelta de cualquier esquina. Andaba, también, al acecho de un trago, de una charla, de un amor o de su antídoto; los ‘polvos del antiamor’. Lo demás era literatu- ra, esa novia escurridiza en la que fincaba su razón de ser en este mundo”. ** Leonard Cohen acaba de publicar en internet su anunciado nuevo disco: Old ideas. Diez canciones di- chas, casi más que cantadas, que van tomando pose- sión del ánimo como una misteriosa planta invisible. Cohen, como aconsejaba aquella buena viejita, va sa- biendo tomar su derecha ante el embate de los años, y resguarda su voz de compromisos que quizás ya se le compliquen. Pero, siempre y sobre todo, el estilo –y la inteligencia- es lo suyo. Una instrumentación sofistica- da y discreta, coros atinados, contrastes elocuentes: y algunas de estas composiciones serán, sin duda, otros clásicos de la desesperanza, el humor desencantado, la insólita y al final consoladora reflexión sobre la vida, el amor, la muerte. Viejas ideas, pues: tan nuevas como siempre. Va un ensayo de traducción de una de estas canciones, Loco para quererte: Tuve que enloquecer para quererte Tuve que irme al mero pozo Tuve que pasar tiempo en la torre Rogando como loco por salir Tuve que enloquecer para quererte A ti que jamás fuiste la elegida A la que busqué por el dolorido recuerdo del cora- zón Sus lazos y su blusa desatados A veces tomaba la carretera Soy viejo y los espejos no mienten Pero la locura tiene lugares para esconderse más profundos que cualquier adiós Tuve que enloquecer para quererte Tuve que dejar todo caer Tuve que ser gente que detestaba Tuve que ser ya nomás nadie Estoy cansado de escoger al deseo Me ha salvado la bendita fatiga Las puertas del compromiso liberadas Y nadie ensayando la fuga A veces tomaba la carretera Soy viejo y los espejos no mienten Pero la locura tiene lugares para esconderse Más profundos que cualquier adiós Tuve que enloquecer para quererte A ti que jamás fuiste la elegida A la que busqué por el dolorido recuerdo del cora- zón Sus lazos y su blusa desatados POR JUAN PALOMAR ([email protected]) Óscar Sánchez tiene a la gente esperando, les cuenta chistes mientras relaja las piernas dando pataditas en el aire. Como en los reality shows te- levisivos, Óscar está creando un punto de tensión para luego salir aplaudido y con algunas mone- das en el bolsillo. Detrás de él hay una hilera de ocho hombres doblados al más puro estilo del “burro castigado”, y encima de ellos otro, el más delgado de los nueve. Óscar sonríe, pero sabe que lo que le da de comer, a diferencia de la gente de la televisión, no es su sonrisa, sino sus músculos. Él va a volar. Na- ció para eso. Tiene 11 años haciendo lo mismo to- dos los sábados y domingos a un costado del Tea- tro Degollado. Es un acróbata con una mariposa azul tatuada en el cuello, lleva en las venas el ins- tinto de surcar los aires con sus brincos. “Nomás no se olviden que con su coopera- ción ayudan a salvar el show del pelón y sus ami- gos”, bromea Óscar, quien no es calvo pero se pa- sa el rastrillo por la cabeza una vez cada 15 días. Y ahí lo tienen, con 80 kilos repartidos en no más de 175 centímetros. En sus pies unos tenis Nike, la playera escurriendo de sudor y una voz que apenas se escucha: “Si quieren quedarse, de ver- dad, ayuden con poquito, un pesito, dos”. Y los nueve hombres detrás de él se levantan esperan- do a que termine su speech. “Aver,ustedes,güeritos…what are you from?”, cuestiona a una pareja entre el nutrido público que ha detenido su paso por el Centro Histórico de Gua- dalajara. “Canada, we´re from Canada”, le contes- tan los extranjeros “Ok, take it easy, y cáiganle con el dinero, no se hagan”, vuelve a bromear. Óscar voltea hacia los ocho hombres dobla- dos y los alinea (otra vez). Tienen que estar per- fectamente acomodados sobre las líneas que di- viden el pavimento: un paso más y los golpearía, un paso menos y estallaría su cráneo en el con- creto. No tiene opción, más que la perfección. Y lo va a lograr… o eso espera. Toma un respiro, da algunos pasos hacia atrás para agarrar vuelo. Se frota la cara con las manos para secarse el sudor. Se agacha para secarse aho- ra el sudor de las manos con las suelas de sus tenis Nike y ahí va… corriendo, a toda velocidad. *** Con la música de fondo de Cartel de Santa, Guillermo Vázquez come papas fritas con limón y chile. Sus dedos manchados de rojo y su alien- to a esa deliciosa combinación le impiden aplau- dir y vitorear el salto con el que Óscar ha impre- sionado a los presentes: brincó por lo menos sie- te metros por encima de nueve hombres sin com- plicaciones. Guillermo sólo alcanza a decir “estuvo chidísimo”. Él llegó a las 5:40 de la tarde al lugar de la magia; bueno, no llegó… iba pasan- do y se quedó, como sucede con la mayoría de los transeúntes del Centro Histórico tapatío. Ver a los seis jóvenes brincar hasta dos metros de altura para trepar las paredes del Teatro Degollado, o ver la fuerza con la que Óscar se desenvuelve so- bre el concreto, lo tienen maravillado. Y es que aquí, cada semana, se puede ver có- mo estos jóvenes saltan al vacío haciendo suertes parecidas a las piruetas de los clavadistas pan- americanos. En un tramo que no rebasa los 15 metros de largo ellos corren, saltan, retuercen sus cuerpos y caen parados. Y así sucede por 40 minutos, hasta que Óscar empieza a pedir que los hom- bres del público participen. Hoy fueron ocho do- blados, como si estuvieran listos para escuchar un eufórico “¡cero por chapucero!”, y encima –sí, literalmente– un cuerpo más. Pero Óscar, este joven de 29 años con el bra- zo izquierdo tatuado del hombro hasta la muñe- ca, dice que ha llegado a saltar una fila hasta de 11 personas: “El show depende mucho de que la gente participe, hoy estuvieron muy apagados”. Y se nota. Enseñan las ganancias, algunas monedas de dos pesos, una de cinco, varias de 50 centavos. “Nunca hemos hecho esto por dinero, casi siempre es por diversión”. Y Óscar y sus “her- manos,” como les llama a sus compañeros de Lu- natic Crew, toman sus cosas y van a cambiarse de lugar a la Plaza Liberación: sólo quieren un espa- cio donde puedan hacer algo para lo que creen que nacieron: volar a brincos. El circo de la calle El arte circense y en especial las acrobacias, tuvieron un auge en México en los últimos años del régimen porfirista. De acuerdo a la investiga- ción hecha por el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, Ricardo Pérez Monf- tor, hacia finales de la primera década de 1900 se pudo describir la fuerza con la que estos actos al aire libre eran claves para la convivencia social. “La experiencia circense constituye una rea- lidad social significativa por cuánto se presenta como icono del acervo cultural de nuestro país… ya hemos notado cómo desde la antigüedad la ra- za progenitora dio preferencia a los espectáculos de agilidad y fuerza, como el volador y el juego de pelota. Por razón de esa idiosincrasia, México ha sido terreno fértil para los empresarios del circo”, afirma el documento fechado en 2003 en la revis- ta académica Alteridades. Hoy los circos han tenido que migrar de las carpas a la calle. Aunque hay universidades que ofertan la carrera en artes escénicas y circenses contemporáneas, como es el caso de la Universi- dad Mesoamericana de Puebla; en Guadalajara hay que pelearse un espacio de banqueta para po- der seguir con la tradición. Lunatic Crew es la empresa de un show acro- bático que Óscar Sánchez y otros jóvenes, que no rebasan los 30 años de edad, han decidido em- prender buscando hacer algo diferente, que “nos aleje de los vicios mientras hacemos lo que nos gusta”, dice Axel Salas, un joven de 16 años que también disfruta dando saltos pro la vida. “Y mire, gente bonita, si usted quiere contra- tarnos para alguna ocasión especial le damos una tarjetita para que nos lleve a sus fiestas, a sus bau- tizos, eventos, 15 años, lo que ustedes quieran; te- nemos show para toda la familia”, canta ante los asistentes uno de los seis jóvenes que conforman esa empresa. Luego, reparte tarjetas donde dice que lo busques sus videos en Youtube y si quieres contratarlos tienes que pactar con el “Wero”. “Yo soy uno de los guapayasos, pero los sá- bados y domingos me vengo para acá”, dice este joven con que ha pasado algún tiempo en estéti- cas tiñéndose el cabello. En su página de Face- book, el Wero afirma que estudió en la “Universi- dad de la calle” y se autodefine con la siguiente filosofía: “Soy un chavo sincero, trato de serlo cla- ro, jeje, y pues me gusta ver lo bueno de lo malo para no ser como la sociedad que se deprime con cualkier (sic) cosa o problema, he aprendido que ser fuerte, se aprende y se logra sólo cuando te das la oportunidad de serlo, cuando te compro- metes contigo mismo a recomenzar, a olvidar, a intentar o dejar de hacerlo”. La batalla con la vida ha empezado, dice el Wero, “ahora es tiempo de luchar con los obstá- culos de mi presente; es tiempo de luchar por mis objetivos, para poder brindar lo mejor de mí, pues mis sueños son grandes, tanto como la vida que deseo tener, libre de criticas y opresión”. Con 11 años de acrobacia en la ciudad, seis chicos se ganan la vida en un salto “Lunáticos” y callejeros • Con una serie de acrobacias y “escaladas” en las paredes del Teatro Degollado, los integrantes de Lunatic Crew atraen la atención de los transeúntes en el Centro Histórico tapatío para después sorprenderlos con un asombroso salto. EL INFORMADOR • J. URRUTIA Nacidos para volar
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Page 1: tapatío 28 de enero

Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G.

Supervisor: Aimeé Muñiz / [email protected]

Sábado 28 de enero de 2012 PÁGINA 7-B

Diario deun espectador

El brillo del sol en la hoja del helecho denota la lati-tuddeldía.Peroantes:esmuytempranoy lacajadelaguacomienza su rotación rumbo al plateado: por lo pronto re-fleja un muy cierto anaranjado sobre el cielo aún oscurodel poniente. Pájaros invisibles van diciendo el preámbu-lode lamañana.Provenientesde lasorillas, lospardosca-miones primerizos cruzan por la calle recién barrida de-jando una estela de humo, haciendo vibrar las ventanas.Casi nadie camina por las calles, pero dos niños avanzanalegres sobre la banqueta desmolachada, dueños del in-vencible secreto que vuelve a los días nuevos.

**Myarchitect,esunaconmovedorapelícula.Quiendi-

ce así, “mi arquitecto”, y quien dirige este proyecto, másaúnqueestapelícula,esNathaniel,elhijodequizáselma-yorarquitectonorteamericanodelsigloXX:LouisI.Kahn.Porque el proyecto de Nathaniel es, ni más ni menos, quela recuperación del padre: una de las empresas intempo-rales y señeras del hombre. Louis Kahn fue siempre unenigma. Chaparrito, la cara deformada por las cicatricesde sus quemaduras infantiles, hijo de inmigrantes que sellamaban de otro modo, falto de trabajos arquitectónicosrelevanteshastabienpasadalacincuentena,dueñodeunacomplicadavidaprivadaqueincluía tresmujeressimultá-neas y sus descendientes, iluminado y depresivo por tur-nos, llegó a levantar algunas de las arquitecturas más po-derosasysignificativasde lahistoria.Es frecuenteque losvisitantesde,porejemplo,suSalkInstitutedeLaJolla,Ca-lifornia, terminen la visita entre discretas lágrimas deasombro y agradecimiento.

My architect, sin embargo, trasciende el mero elogioal arquitecto. Es una “carta al padre” inevitablemente tar-día pero siempre oportuna. Es una indagación en la con-diciónhumana,en lasrelacionespadre-hijo,en los límitesde la memoria y el cariño. Juntos los tres hijos de diferen-temujer,enunaescena,compartenperplejidadesyrecuer-dos:yunaviejapelículacaseraenblancoynegromuestraalpadrejugando,sonriendo,siempreunpocoausente,co-moalguienqueserecuerdasiempreyéndose.Comosiem-pre se terminan por ir los padres. La película ilustra la pe-regrinación del hijo por los lugares en donde “suarquitecto” dejó sus obras, buscando trazas y pistas, ha-blando con quienes lo conocieron. Al final, quedan los es-paciosporúnicos testigosdelmisteriodeunhombreysusvisiones. Queda el hijo, reconstruyendo su propia vida.

**En la casa de José Guadalupe Zuno, por la vieja Ave-

nidadelBosque,tuvolugarlapresentacióndeunlibropós-tumo de un personaje inolvidable: el poeta Miguel ÁngelHernándezRubio,elMike(1956-2010).Susamigos,a tra-vés de Ediciones Coyote, dan a la luz esta Declaración deprincipiosdelMike, seguidaporvarios textosdehomena-je.VariosdeellosseencontraronenlacasaZunoparapre-sentar el libro, para leer sus textos, tomar un tequila, perosobre todo para volver a acordarse de un poeta original yvigoroso, dueño de atisbos y trayectorias que en esta afor-tunada edición vuelven a quedar patentes. Desde las vie-jas calles de Guadalajara al puerto de San Blas. El poema-rio abre, inolvidablemente: Por las enredaderas del azar/trepé a tu corazón lleno de flores. Y de allí pa’l real, el Mi-keseexplaya,decuerpocompleto.DicedeélJavierRamí-rez: “Miguel Ángel, el Mike, era un ser noctívago que ensus andanzas traía los sentidos dispuestos a enfrentar elrepentinosinsentidodelavidaquepodíadarlealgunasor-presa a la vuelta de cualquier esquina. Andaba, también,al acecho de un trago, de una charla, de un amor o de suantídoto; los ‘polvos del antiamor’. Lo demás era literatu-ra, esa novia escurridiza en la que fincaba su razón de seren este mundo”.

**Leonard Cohen acaba de publicar en internet su

anunciado nuevo disco: Old ideas. Diez canciones di-chas, casi más que cantadas, que van tomando pose-sión del ánimo como una misteriosa planta invisible.Cohen, como aconsejaba aquella buena viejita, va sa-biendo tomar su derecha ante el embate de los años, yresguarda su voz de compromisos que quizás ya se lecompliquen. Pero, siempre y sobre todo, el estilo –y lainteligencia- es lo suyo. Una instrumentación sofistica-da y discreta, coros atinados, contrastes elocuentes: yalgunas de estas composiciones serán, sin duda, otrosclásicos de la desesperanza, el humor desencantado, lainsólita y al final consoladora reflexión sobre la vida, elamor, la muerte. Viejas ideas, pues: tan nuevas comosiempre. Va un ensayo de traducción de una de estascanciones, Loco para quererte:

Tuve que enloquecer para quererteTuve que irme al mero pozoTuve que pasar tiempo en la torreRogando como loco por salir

Tuve que enloquecer para quererteA ti que jamás fuiste la elegidaA la que busqué por el dolorido recuerdo del cora-

zónSus lazos y su blusa desatados

A veces tomaba la carreteraSoy viejo y los espejos no mientenPero la locura tiene lugares para escondersemás profundos que cualquier adiós

Tuve que enloquecer para quererteTuve que dejar todo caerTuve que ser gente que detestabaTuve que ser ya nomás nadie

Estoy cansado de escoger al deseoMe ha salvado la bendita fatigaLas puertas del compromiso liberadasY nadie ensayando la fuga

A veces tomaba la carreteraSoy viejo y los espejos no mientenPero la locura tiene lugares para esconderseMás profundos que cualquier adiós

Tuve que enloquecer para quererteA ti que jamás fuiste la elegidaA la que busqué por el dolorido recuerdo del cora-

zónSus lazos y su blusa desatados

POR JUAN PALOMAR ([email protected])

ÓscarSáncheztienealagenteesperando, lescuenta chistes mientras relaja las piernas dandopataditas en el aire. Como en los reality shows te-levisivos, Óscar está creando un punto de tensiónpara luego salir aplaudido y con algunas mone-das en el bolsillo. Detrás de él hay una hilera deocho hombres doblados al más puro estilo del“burro castigado”, y encima de ellos otro, el másdelgado de los nueve.

Óscar sonríe, pero sabe que lo que le da decomer, a diferencia de la gente de la televisión, noes su sonrisa, sino sus músculos. Él va a volar. Na-ció para eso. Tiene 11 años haciendo lo mismo to-dos los sábados y domingos a un costado del Tea-tro Degollado. Es un acróbata con una mariposaazul tatuada en el cuello, lleva en las venas el ins-tinto de surcar los aires con sus brincos.

“Nomás no se olviden que con su coopera-ción ayudan a salvar el show del pelón y sus ami-gos”, bromea Óscar, quien no es calvo pero se pa-sa el rastrillo por la cabeza una vez cada 15 días.Y ahí lo tienen, con 80 kilos repartidos en no másde 175 centímetros. En sus pies unos tenis Nike,la playera escurriendo de sudor y una voz queapenas se escucha: “Si quieren quedarse, de ver-dad, ayuden con poquito, un pesito, dos”. Y losnueve hombres detrás de él se levantan esperan-do a que termine su speech.

“Aver,ustedes,güeritos…whatareyoufrom?”,cuestiona a una pareja entre el nutrido público quehadetenidosupasoporelCentroHistóricodeGua-dalajara. “Canada, we´re from Canada”, le contes-tan los extranjeros “Ok, take it easy, y cáiganle conel dinero, no se hagan”, vuelve a bromear.

Óscar voltea hacia los ocho hombres dobla-dos y los alinea (otra vez). Tienen que estar per-fectamente acomodados sobre las líneas que di-viden el pavimento: un paso más y los golpearía,un paso menos y estallaría su cráneo en el con-creto. No tiene opción, más que la perfección. Ylo va a lograr… o eso espera.

Tomaunrespiro,daalgunospasoshaciaatráspara agarrar vuelo. Se frota la cara con las manospara secarse el sudor. Se agacha para secarse aho-ra el sudor de las manos con las suelas de sus tenisNike y ahí va… corriendo, a toda velocidad.

***

Con la música de fondo de Cartel de Santa,Guillermo Vázquez come papas fritas con limóny chile. Sus dedos manchados de rojo y su alien-to a esa deliciosa combinación le impiden aplau-

dir y vitorear el salto con el que Óscar ha impre-sionado a los presentes: brincó por lo menos sie-te metros por encima de nueve hombres sin com-plicaciones. Guillermo sólo alcanza a decir“estuvo chidísimo”. Él llegó a las 5:40 de la tardeal lugar de la magia; bueno, no llegó… iba pasan-do y se quedó, como sucede con la mayoría de lostranseúntesdelCentroHistórico tapatío.Vera losseis jóvenes brincar hasta dos metros de alturapara trepar las paredes del Teatro Degollado, over la fuerza con la que Óscar se desenvuelve so-bre el concreto, lo tienen maravillado.

Y es que aquí, cada semana, se puede ver có-mo estos jóvenes saltan al vacío haciendo suertesparecidas a las piruetas de los clavadistas pan-americanos.

En un tramo que no rebasa los 15 metros delargo ellos corren, saltan, retuercen sus cuerposy caen parados. Y así sucede por 40 minutos,hasta que Óscar empieza a pedir que los hom-bres del público participen. Hoy fueron ocho do-blados, como si estuvieran listos para escucharun eufórico “¡cero por chapucero!”, y encima–sí, literalmente– un cuerpo más.

Pero Óscar, este joven de 29 años con el bra-zo izquierdo tatuado del hombro hasta la muñe-ca, dice que ha llegado a saltar una fila hasta de11 personas: “El show depende mucho de que lagente participe, hoy estuvieron muy apagados”.

Y se nota. Enseñan las ganancias, algunasmonedas de dos pesos, una de cinco, varias de 50centavos. “Nunca hemos hecho esto por dinero,casi siempreespordiversión”.YÓscarysus“her-manos,” como les llama a sus compañeros de Lu-natic Crew, toman sus cosas y van a cambiarse delugar a la Plaza Liberación: sólo quieren un espa-cio donde puedan hacer algo para lo que creenque nacieron: volar a brincos.

El circo de la calle

El arte circense y en especial las acrobacias,tuvieron un auge en México en los últimos añosdel régimen porfirista. De acuerdo a la investiga-ción hecha por el académico de la UniversidadAutónoma Metropolitana, Ricardo Pérez Monf-tor, hacia finales de la primera década de 1900 sepudo describir la fuerza con la que estos actos alaire libre eran claves para la convivencia social.

“La experiencia circense constituye una rea-lidad social significativa por cuánto se presentacomo icono del acervo cultural de nuestro país…ya hemos notado cómo desde la antigüedad la ra-

za progenitora dio preferencia a los espectáculosde agilidad y fuerza, como el volador y el juego depelota. Por razón de esa idiosincrasia, México hasido terrenofértilpara losempresariosdelcirco”,afirma el documento fechado en 2003 en la revis-ta académica Alteridades.

Hoy los circos han tenido que migrar de lascarpas a la calle. Aunque hay universidades queofertan la carrera en artes escénicas y circensescontemporáneas, como es el caso de la Universi-dad Mesoamericana de Puebla; en Guadalajarahayquepelearseunespaciodebanquetaparapo-der seguir con la tradición.

Lunatic Crew es la empresa de un show acro-bático que Óscar Sánchez y otros jóvenes, que norebasan los 30 años de edad, han decidido em-prender buscando hacer algo diferente, que “nosaleje de los vicios mientras hacemos lo que nosgusta”, dice Axel Salas, un joven de 16 años quetambién disfruta dando saltos pro la vida.

“Y mire, gente bonita, si usted quiere contra-tarnosparaalgunaocasiónespecial ledamosunatarjetitaparaquenos lleveasus fiestas, asusbau-tizos,eventos,15años, loqueustedesquieran; te-nemos show para toda la familia”, canta ante losasistentes uno de los seis jóvenes que conformanesa empresa. Luego, reparte tarjetas donde diceque lo busques sus videos en Youtube y si quierescontratarlos tienes que pactar con el “Wero”.

“Yo soy uno de los guapayasos, pero los sá-bados y domingos me vengo para acá”, dice estejoven con que ha pasado algún tiempo en estéti-cas tiñéndose el cabello. En su página de Face-book, el Wero afirma que estudió en la “Universi-dad de la calle” y se autodefine con la siguientefilosofía: “Soyunchavosincero, tratodeserlocla-ro, jeje, y pues me gusta ver lo bueno de lo malopara no ser como la sociedad que se deprime concualkier (sic) cosa o problema, he aprendido queser fuerte, se aprende y se logra sólo cuando tedas la oportunidad de serlo, cuando te compro-metes contigo mismo a recomenzar, a olvidar, aintentar o dejar de hacerlo”.

La batalla con la vida ha empezado, dice elWero, “ahora es tiempo de luchar con los obstá-culos de mi presente; es tiempo de luchar por misobjetivos,parapoderbrindar lomejordemí,puesmis sueños son grandes, tanto como la vida quedeseo tener, libre de criticas y opresión”.

Con 11 años de acrobacia en la ciudad, seis chicos se ganan la vida en un salto

“Lunáticos” y callejeros

• Con una serie de acrobacias y “escaladas” en las paredes del Teatro Degollado, los integrantes de Lunatic Crew atraen la atención de los transeúntesen el Centro Histórico tapatío para después sorprenderlos con un asombroso salto.

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Nacidos para volar

Page 2: tapatío 28 de enero

EL INFORMADOR

TAPATÍOPÁGINA 8-B Sábado 28 de enero de 2012

por: David Izazaga

Sales de la clínica del Segu-ro Social que está en la glorietade El Álamo y gracias al frío,cuando expulsas tu aliento por laboca, logras ver un difuso humoblanco. Del tambo de tamalesque está a un lado de donde pa-sas también emerge humo blan-co, vapor que lleva hasta tu narizel olor a masa de maíz cocida en-vuelta en hojas de elote.

Necesitas ir hacia la paradadel camión que está más adelan-te, donde inicia la carretera aChapala, y te das cuenta que pa-ra ello hay que atravesar la gaso-linera que está justo enfrente.Luego tienes que sortear a losautos que salen de haberle pues-to combustible a sus vehículos yquieren incorporarse a la carre-tera y también a los que vienensaliendo de la glorieta y quierenirse arrimando a la derecha,pues seguramente van a darvuelta pronto. O no y simple-mente les gusta ir por la derecha.Poco a poco tu camino -anchoantes- se hace cada vez más an-gosto, hasta que llegas a un pun-to en que desaparece. Del ladoderecho está la larga fila de au-tos y camiones que venían circu-lando por la carretera que vienede Zapotlanejo y que luego seconvertirá en la Avenida LázaroCárdenas y del lado izquierdolos que venían por R. Michel(¿alguien sabe de qué es la “R”?)y que quieren tomar la carreteraa Zapotlanejo. Y en medio tú,queriendo que haya una ban-queta, un semáforo, unos topeso al menos alguien que se apia-de de ti y te dé el paso. Tienenque pasar casi 15 minutos paraque encuentres una oportuni-dad y ¡a correr! Piensas que unanciano nunca lo lograría y rue-gas porque si algún día te con-viertes en anciano no tengas ne-cesidad de caminar por ahí. Yaque has cruzado, logras sentirteuna especie de Mario Bros “re-

gión 4”. Hay que caminar unosmetros por lo angosto de una cu-neta llena de tierra que luego seconvierte en una banqueta. Tesientes seguro sólo unos segun-dos, pues aunque estás en lo quepodría denominarse técnica-mente una banqueta, comprue-bas que en realidad estás en laparte alta de un puente, que a tuderecha y por debajo pasan co-mo bólidos decenas de autos yque lo único que te protege de nocaer ahí es tu buen equilibrio yuna bardita de medio metro. Ca-minas derechito, sudas a pesardel frío y es inevitable que tumente reflexione en qué serámejor: morir de una caída y re-matado en una carretera por untráiler cargado con cientos decajas de leche Lala o arrolladopor caminar tan cerca de los au-tos que están agarrando carrerapara subir la cuesta de El Tapa-tío. Y de repente, ¡se te vuelve aacabar la banquetita! Ahora hayde nuevo una cuneta, que desa-parecerá, pues ahora está la in-corporación de los autos al re-torno hacia la carretera. Otravez, a esperar que alguien seapiade de ti o se distraiga y noacelere lo que debe para que túpuedas correr y logres ponerte asalvo. Ya estás ahora donde na-ce la cuneta de nuevo, entre gra-va y pasto seco, y te sientes me-nos mal cuando ves a varios quecirculan, igual que tú, pero ensentido contrario. No, no eres elúnico loco. Es más: no estás lo-co, sólo quisieras que quienesplanean las calles no se les olvi-dara que existe gente que tieneque caminar por la ciudad, auncuando parezca que nadie ten-dría por qué caminar por ahí. Lacuneta se hace cada vez más an-cha y luego aparece una especiede canalito que seguramente espara que por ahí se vaya el aguade lluvia. Ahora una últimaprueba para llegar a tu destino:hay que sortear una entrada quehay para que los autos que vie-

nen por el centro pasen a la late-ral. Cosa de nada.

Por fin has llegado al parade-ro:parecequeterminatuaventura,pero apenas inicia cuando subes alcamión con rumbo a tu trabajo.

***Acabas de salir de la tienda

de conveniencia que está en la es-quina de 16 de septiembre yConstituyentes. Te paras en laacera poniente: debes cruzar en-frente para tomar el camión quete llevará hacia La Normal. Espe-ras con calma a que el semáforose ponga en rojo. Tarda más de loque pensabas. Llegas a dudar sino se ha trabado o algo así, por-que te parecía que en otras oca-siones no habías esperado tanto.Y en eso los autos se detienen,mordiendo las líneas amarillasque se supone son para que lospeatones crucen por ahí con todala seguridad. Caminas con miedoy al llegar a la mitad debes dete-nerte, pues los autos que circulanpor Constituyentes y dan vueltapara tomar 16 de Septiembre cir-culan copiosamente y no te per-mitencontinuar.Comienzasade-sesperarte cuando ves que la filano termina y que en eso avanzantodos los camiones que estabanesperando, que vienen de Gonzá-lez Gallo y que ávidos quieren to-mar ya 16 de Septiembre como sial hacerlo les fueran a dar un pre-mio. Comienzas a sospechar queestás atrapado, ahí en la mera mi-tad de la avenida sobre una doblelínea amarilla que de poco te ser-virá cuando el semáforo vuelva alverde y no haya tiempo de cruzar,así que te decides a hacerlo comose pueda, entre los camiones, co-rriendo y deteniéndote. Llegas ala banqueta exaltado y mientrasobservasaunasviejitasqueestánsentadas en el paradero esperan-do el camión piensas que quizáesta sea la esquina más difícil decruzar en la ciudad. Es práctica-mente imposible hacerlo. El pea-tón cada vez importa menos.

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Fatiga Crónica

Sufrir como peatón al caminaren una ciudad que privilegia al automóvil

• Cruces peligrosos para el peatón, probablemente los hay en toda la ciudad.

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