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TF-R1-S-Print Financiacion de Comercio y La Omc

Date post: 25-Dec-2015
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Omc Financiacion de Comercio
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OMC E-Learning OMC E-Learning- Copyright © agosto de 2013 La financiación del comercio y la OMC
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OMC E-Learning OMC E-Learning- Copyright © agosto de 2013

La financiación del

comercio y la OMC

Índice

I. ¿POR QUÉ Y DE QUÉ MODO LA FINANCIACIÓN ES IMPORTANTE PARA EL COMERCIO? ................... 2

II. FINANCIACIÓN DEL COMERCIO Y CRISIS FINANCIERAS ............................................................. 4

III. LA FUNCIÓN DE LA OMC EN LA FINANCIACIÓN DEL COMERCIO .................................................. 6

IV. EL GRAN COLAPSO DEL COMERCIO Y LA FUNCIÓN DE LA FINANCIACIÓN DEL COMERCIO .............. 8

V. LAS DEFICIENCIAS ESTRUCTURALES PERSISTENTES EN LOS PAÍSES DE INGRESO BAJO ..............11

VI. LAS DIFICULTADES ESTADÍSTICAS.........................................................................................14

VII. LOS COSTOS DE LA REGLAMENTACIÓN Y LA FINANCIACIÓN DEL COMERCIO ...............................16

VIII. DE CARA AL FUTURO: DESAFÍOS DE LA FINANCIACIÓN DEL COMERCIO EN UN CONTEXTO

DE DESAPALANCAMIENTO FINANCIERO ..................................................................................18

PREGUNTAS FRECUENTES .....................................................................................................25

PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN .........................................................................................27

Lista de gráficos y cuadros

GRÁFICO 1: RELACIÓN ENTRE IMPORTACIONES Y CRÉDITOS COMERCIALES ASEGURADOS,

EN MILLONES DE DÓLARES EE.UU. (PROMEDIO DE TODOS LOS PAÍSES) ................................... 3

GRÁFICO 2: CRECIMIENTO INTERANUAL DE LOS CRÉDITOS A ENTIDADES NO BANCARIAS,

2006 A 2012, EN PORCENTAJES ...........................................................................................19

GRÁFICO 3: INFLACIÓN ANUAL - VARIACIÓN INTERANUAL DE LOS PRECIOS DE CONSUMO

DE TODOS LOS PRODUCTOS, 2005 A 2011, EN PORCENTAJES .................................................20

GRÁFICO 4: PORCENTAJE DE LOS ACTIVOS TOTALES CORRESPONDIENTE A LOS ACTIVOS

EN EL EXTERIOR, 2006 A 2012 .............................................................................................21

CUADRO 1: PROGRAMAS REGIONALES DE FACILITACIÓN DE LA FINANCIACIÓN DEL

COMERCIO (DATOS ACUMULADOS HASTA EL FINAL DE 2010) ..................................................13

1

Introducción

El presente es un curso multimedia sobre la financiación del comercio y la OMC. Se compone del siguiente

texto explicativo, algunas preguntas frecuentes y un cuestionario de autoevaluación que permiten medir el

grado de comprensión del curso. Como complemento, se incluye la presentación de un vídeo sobre la mayor

parte de las cuestiones abordadas en la exposición escrita, titulado “Financiación para el comercio: engrasar

los engranajes del comercio” (actualizado recientemente: “Actualización sobre financiación del comercio”).

Objetivo de esta presentación

El objetivo de esta presentación multimedia es facilitar elementos que permitan comprender la importancia de

la financiación para la expansión del comercio, explicar la forma en la que las disfunciones del mercado y las

crisis financieras pueden constituir una amenaza para la disponibilidad de financiación del comercio a nivel

mundial y, en consecuencia, afectar al comercio mundial, y exponer las iniciativas internacionales en las que

ha participado la OMC para favorecer la disponibilidad y asequibilidad de la financiación del comercio, en

particular en favor de los países en desarrollo. La OMC realiza cada vez más actividades relacionadas con la

financiación del comercio, tanto en el contexto de su mandato sobre la coherencia, ya que la OMC coopera con

numerosas instituciones internacionales en ese terreno, como en el marco del Grupo de Trabajo sobre

Comercio, Deuda y Finanzas. Los avances que han permitido mejorar la disponibilidad de financiación para el

comercio en los países menos adelantados guardan una clara relación con la Ayuda para el Comercio.

Estructura de esta presentación

La presentación abarca las cuestiones y los temas siguientes:

1. ¿Por qué y de qué modo la financiación es importante para el comercio?

2. Financiación del comercio y crisis financieras

3. La función de la OMC en la financiación del comercio

4. El gran colapso del comercio y la función de la financiación del comercio

5. Las deficiencias estructurales persistentes en los países de ingreso bajo

6. Las dificultades estadísticas

7. Los costos de la reglamentación y la financiación del comercio

8. De cara al futuro: desafíos de la financiación del comercio en un contexto de

desapalancamiento financiero

9. Bibliografía

A continuación de la bibliografía figuran el cuestionario de autoevaluación y las respuestas a las preguntas

frecuentes.

2

I. ¿POR QUÉ Y DE QUÉ MODO LA FINANCIACIÓN ES

IMPORTANTE PARA EL COMERCIO?

La financiación es el “carburante” del comercio. La expansión del comercio y de las inversiones

internacionales depende de la disponibilidad de fuentes de financiación fiables, suficientes y poco costosas.

Durante decenios, el sector financiero ha impulsado eficazmente la expansión del comercio mundial mediante

la concesión de créditos comerciales.

La mayor parte del crédito comercial (aproximadamente, el 80% del total, según los estudios de mercado)

consiste en operaciones de corto plazo. El crédito comercial a corto plazo es necesario en la mayoría de las

transacciones comerciales internacionales, debido al desfase cronológico existente entre la producción de las

mercancías y su envío por el exportador, por una parte, y la recepción por el importador, por otra. En general,

los exportadores preferirían cobrar, como tarde, al realizar el envío (y como pronto, al recibir el encargo),

mientras que los importadores desearían pagar, como pronto, al recibir las mercancías. En general, ese

desfase cronológico justifica la existencia de un crédito o una garantía de pago. El crédito puede ser concedido

directamente por las empresas entre sí -crédito del proveedor o del comprador- o por intermediarios bancarios,

que pueden ofrecer al exportador o al importador asumir en su lugar parte del riesgo de impago (y algunos

otros riesgos relacionados con las transacciones comerciales internacionales) a cambio de una comisión. Por

ejemplo, mediante una carta de crédito, el banco del comprador da al vendedor la garantía de que se le

pagará, con independencia de que el comprador llegue o no a pagar. De esa forma, el riesgo de que el

comprador no pague se transfiere del vendedor al emisor de la carta de crédito.

En muchos casos, el crédito comercial internacional se garantiza mediante alguna forma de seguro

del crédito. Tal es el caso del crédito entre empresas, cubierto en gran parte por seguros. Las sociedades

aseguradoras del crédito al comercio y a la inversión, antes conocidas como agencias de crédito a la

exportación, son parte integrante y agentes importantes del sector de la financiación del comercio. Atradius

(sociedad especializada en los seguros de crédito comercial entre empresas), Hermes-Euler, Sinosure y Coface

figuran entre los principales participantes del sector del seguro del crédito comercial.

La financiación del comercio es una de las formas más seguras de financiación. Aunque los riesgos

comerciales que acompañan a una transacción comercial internacional parecen, en principio, mayores que los

que entraña una transacción comercial nacional (riesgo de impago, riesgo de pérdida o alteración de las

mercancías durante el envío, o riesgo relacionado con el tipo de cambio), la financiación del comercio se

considera, en general, una forma de financiación particularmente segura, avalada por prácticas y

procedimientos tradicionales de bancos y comerciantes, sólidas garantías adicionales y operaciones crediticias

documentadas. Según el “registro de pérdidas relacionadas con la financiación del comercio” de la Cámara de

Comercio Internacional (CCI), la tasa media de impagados del crédito comercial internacional a corto plazo no

supera el 0,2% y, de este porcentaje, se recupera el 60%. Ese segmento de crédito de bajo riesgo y escaso

incumplimiento genera también comisiones bastante bajas por transacción, como reconocimiento de su

carácter relativamente rutinario. Sin embargo, pese a ser una operación rutinaria, la financiación del comercio

es también un elemento sistémico de la actividad comercial.

A pesar de la seguridad y solidez de la financiación del comercio, tal como se describe más adelante, la

disponibilidad de financiación del crédito comercial a corto plazo puede verse afectada por contagio

de otros segmentos del sector financiero. Como se ha indicado en los párrafos anteriores, la dependencia

del comercio de la financiación a corto plazo se debe a que sólo una pequeña parte del comercio internacional

se paga en efectivo, y la propia existencia de un desfase cronológico (como promedio, de 90 a 100 días) entre

la exportación de las mercancías y el pago justifica la necesidad del crédito o de una garantía. Además, el

3

crédito entre empresas y sin intermediación bancaria pocas veces está asegurado. Por consiguiente, en casi

todos los casos, el sector financiero participa en las transacciones comerciales internacionales mediante el

crédito, la garantía o el seguro del crédito. En el gráfico 1 se muestra la fuerte correlación existente a nivel

mundial entre las fluctuaciones del volumen de la financiación del comercio y del volumen de las corrientes

comerciales (en este caso, las importaciones) durante un período reciente.

Gráfico 1: Relación entre importaciones y créditos comerciales asegurados,

en millones de dólares EE.UU. (promedio de todos los países)

Fuente: Auboin y Engemann (2012).

Más información

Puede obtenerse más información sobre la mecánica de la financiación del comercio a través de

las principales organizaciones profesionales, incluidas la Cámara de Comercio Internacional y el

Instituto de Finanzas Internacionales. En particular, para obtener más información sobre las características

de la financiación del comercio, sus instrumentos, el entendimiento de las condiciones y la documentación

comercial, sugerimos que consulten el módulo de aprendizaje electrónico específico del Instituto de Finanzas

Internacionales o bien la documentación disponible en el sitio Web de la Comisión Bancaria de la Cámara de

Comercio Internacional (CCI) en la dirección http://www.iccwbo.org/advocacy-codes-and-rules/.

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____ Importaciones reales ------ Créditos comerciales asegurados

Serie cronológica

4

II. FINANCIACIÓN DEL COMERCIO Y CRISIS

FINANCIERAS

Antes de producirse las crisis financieras del decenio de 1990 y de 2008-2009, la financiación del comercio era

algo que se daba por descontado. Pero los períodos de crisis crearon distorsiones en el mercado de financiación

del comercio que hicieron necesarias las intervenciones de política general.

LAS CRISIS DE ASIA Y DE AMÉRICA LATINA: UNA ADVERTENCIA PARA LA FINANCIACIÓN

DEL COMERCIO

Con la expansión de los mercados interbancarios mundiales, los mercados del crédito privado

pasaron a dominar, en el decenio de 1990, la financiación del comercio a corto plazo. Durante las

crisis financieras de Asia y América Latina de finales del decenio de 1990, las relaciones interbancarias

experimentaron perturbaciones cuando los bancos extranjeros “corresponsales” reconsideraron los riesgos

existentes respecto de los bancos locales, en el contexto de una crisis de solvencia que afectó a las

instituciones financieras locales. En los casos más extremos, las líneas de crédito comercial se interrumpieron,

y las deudas activas siguieron pendientes de cobro. Poco después de esa crisis, las instituciones multilaterales,

junto con los agentes del mercado y del sector público, iniciaron un ejercicio de “rendición de cuentas” con

objeto de entender por qué la financiación del comercio se había interrumpido en esa crisis, qué factores

habían intervenido, cuáles habían sido las posibles “disfunciones del mercado” y qué medidas de carácter

público debían adoptarse en respuesta a tales acontecimientos (recuadro 1).

Recuadro 1: Mercados de financiación del comercio en crisis: ¿disfunción del mercado? ¿Cómo y

cuándo?

El FMI y la OMC analizaron los factores determinantes del desplome de la financiación del comercio y las

corrientes comerciales durante la crisis financiera de las economías emergentes de Asia y América Latina en

el período de 1997-2001. El FMI atribuyó ese declive a los factores siguientes:

“[…] la interacción entre los riesgos percibidos y los niveles de apalancamiento de los bancos,

la falta de diferenciación suficiente entre los créditos comerciales autoliquidables a corto plazo y

otras categorías de riesgo crediticio por las agencias de calificación,

el gregarismo de los proveedores de financiación del comercio, tales como bancos y aseguradoras

comerciales, ya que la toma de decisiones por los proveedores internacionales de financiación del

comercio durante las crisis está frecuentemente determinada por percepciones, y no por principios

económicos fundamentales, y

la debilidad de los sistemas bancarios nacionales”.

La OMC ha hecho referencia a la ampliación de la brecha entre los niveles reales y los niveles percibidos de

riesgo durante los períodos de crisis financiera, así como a la confusión entre el riesgo de las empresas y el

riesgo de los países, circunstancias que, en conjunto, impulsaron a los bancos extranjeros a recortar la

exposición al riesgo para todos los clientes. El “gregarismo” que determinó la retirada general de los bancos

internacionales resultó favorecido por la falta de transparencia e información adecuada sobre los balances de

las empresas en los países afectados, así como por las señales alarmantes enviadas por las agencias de

5

calificación del crédito, que, tras haber sido incapaces de detectar el comienzo de la crisis, rebajaron

abruptamente la categoría de los países afectados.

Fuente: FMI (2003), Trade Finance in Financial Crises: Assessment of Key Issues, disponible en

http://www.imf.org/external/np/pdr/cr/2003/eng/120903.htm; y OMC (2004), Aumento de la disponibilidad

de financiación para el comercio durante las crisis financieras, Documento de Debate Nº 2, disponible en

http://www.wto.org/spanish/res_s/publications_s/disc_paper2_s.htm.

6

III. LA FUNCIÓN DE LA OMC EN LA FINANCIACIÓN

DEL COMERCIO

Las razones institucionales por las que la OMC considera preocupante la escasez de financiación del

comercio durante los períodos de crisis han sido relativamente claras desde el comienzo de la crisis

financiera asiática. En situaciones de crisis financiera extrema, tales como las experimentadas por las

economías emergentes en el decenio de 1990, la restricción crediticia había disminuido ya el acceso a la

financiación del comercio en el segmento de corto plazo del mercado y, como resultado, el propio comercio,

que suele ser el primer vector de recuperación de la balanza de pagos. La restricción crediticia había afectado

también a algunos países durante la crisis financiera asiática hasta el punto de llevarlos al estancamiento,

como ya se ha explicado. En la etapa inmediatamente posterior a la crisis monetaria, los acreedores y los

deudores tuvieron que renegociar una gran cantidad de líneas de crédito comercial pendientes de reembolso

para reactivar las corrientes comerciales y, con ello, la economía. En el contexto del mandato sobre la

coherencia establecido en Marrakech, los dirigentes de la OMC, el FMI y el Banco Mundial convocaron en 2003

la reunión de un grupo de expertos especializados en la financiación del comercio (el “Grupo de Expertos sobre

Financiación del Comercio”) para examinar los fallos de funcionamiento del mercado de financiación del

comercio y, en definitiva, preparar medidas para situaciones imprevistas. En la siguiente dirección figura más

información sobre los informes del Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio:

http://www.wto.org/spanish/tratop_s/devel_s/wgtdf_s.htm#trade_financing.

Las conclusiones de los expertos se resumieron en los dos documentos mencionados del FMI (2003) y de

la OMC (2004). En ellos se han examinado las razones a favor de la participación de las organizaciones

internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo, que se basan en el hecho de que la financiación del

comercio es, como ya se ha indicado, una forma de financiación muy segura, de corto plazo y autoliquidable,

normalmente no sujeta a muchas disfunciones del mercado. Las líneas de crédito internacional no llegaron a

cortarse ni siquiera en los más álgidos períodos de crisis financiera (1825, 1930). Durante siglos, la expansión

de la financiación del comercio ha dependido de la existencia de instrumentos de financiación fluidos y seguros

y una gran diversidad de modalidades de seguro del crédito facilitadas por instituciones de los sectores privado

y público (incluidas las entidades nacionales de crédito a la exportación, los bancos regionales de desarrollo y

el Banco Mundial/CFI). Además, el mercado primario de instrumentos de financiación del comercio se ha

apoyado en un mercado secundario internacional bastante líquido, por ejemplo en el caso de las cartas de

crédito y las aceptaciones bancarias. En general, la financiación del comercio ofrece un alto grado de seguridad

en las transacciones comerciales y sus pagos, por lo que se considera un activo de primera calidad. En

consecuencia, ese crédito empresarial seguro y de primera calidad suele conllevar pocos riesgos y, por lo

tanto, está sujeto a una pequeña comisión (normalmente, algunos centésimos de punto porcentual por encima

del LIBOR para prestatarios preferenciales). Sin embargo, como se ha indicado antes, desde la crisis asiática,

el mercado de financiación del comercio no ha sido totalmente inmune a las reevaluaciones generales del

riesgo, las contracciones súbitas de la liquidez global del mercado o los comportamientos gregarios en caso de

movimientos especulativos extraordinarios contra monedas o repatriación de activos extranjeros.

Desde 2007, el Director General Lamy ha convocado reuniones periódicas del Grupo de Expertos

sobre Financiación del Comercio, que desempeña una función muy útil de detección de desajustes en los

mercados de financiación del comercio y presentación de medidas de política para subsanar esos desajustes.

Además, el Grupo de Expertos constituye un valioso foro en el que las partes que intervienen en la financiación

del comercio pueden examinar cuestiones de interés para el conjunto de la industria de financiación. Después

de cada reunión del Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio, la Secretaría informa a los Miembros

de la OMC a través del Grupo de Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas. En 2011, el G-20 pidió al Grupo

de Expertos sobre Financiación del Comercio que informase sobre la eficacia de los programas de financiación

7

del comercio destinados a ofrecer esa financiación a los países más pobres del mundo (anexo 1). El Grupo de

Expertos llegó a la conclusión de que los programas de facilitación de la financiación del comercio

administrados por los bancos regionales de desarrollo deberían potenciarse donde existían y crearse donde aún

no existían (por ejemplo, en África). El Grupo de Expertos realizó considerables avances en varias actividades

relacionadas con la financiación del comercio, entre ellas las siguientes: elaboración de estudios de mercado

con inclusión de datos y tendencias para detectar desajustes del mercado; ampliación de la cooperación entre

los agentes de los sectores público y privado en los períodos de crisis; organización de un registro de créditos

comerciales donde figuren los millones de transacciones de crédito comercial con objeto de comprobar la

seguridad de la financiación del comercio; fomento del diálogo con los organismos de reglamentación cautelar

internacionales y otros organismos reglamentarios; y examen de los medios de mejorar la disponibilidad de

financiación del comercio en los países en desarrollo.

El Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio está integrado por representantes de los principales

participantes en la financiación del comercio, entre ellos, la Corporación Financiera Internacional (CFI) del

Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo, los organismos de crédito a la exportación y los grandes

bancos comerciales, así como la Cámara de Comercio Internacional (CCI), diversos bancos comerciales y otras

organizaciones internacionales.

8

IV. EL GRAN COLAPSO DEL COMERCIO Y LA

FINANCIACIÓN DEL COMERCIO

Algunas de las causas de la restricción del crédito comercial en las crisis financieras de Asia y

América Latina se detectaron también en la crisis financiera de 2008-2009 (gregarismo, incremento

del desfase entre el nivel de riesgo y su percepción, concentración del mercado, confusión entre el riesgo país

y el riesgo de la contraparte). Desde el período de la crisis asiática, se habían desarrollado “termómetros” del

mercado, recomendados en los documentos del FMI y la OMC de 2003, para captar mejor las tendencias

generales del mercado. Durante el período de crisis, tanto la Comisión Bancaria de la Cámara de Comercio

Internacional (CCI) como la Asociación de Bancos para la Financiación y el Comercio (BAFT) llevaron a cabo los

estudios oportunos (CCI (2009); FMI-BAFT (2009)). Para abril de 2009, cuando se celebró la Cumbre del G-20

en Londres, los estudios habían confirmado ya el brusco deterioro (menores volúmenes y precios más altos) de

los mercados de financiación del comercio y el surgimiento de situaciones de escasez en algunas regiones. Se

puso de manifiesto que la menor disponibilidad general de liquidez en los mercados interbancarios había

afectado por contagio a la oferta de crédito comercial: no sólo la liquidez era insuficiente para financiar todas

las peticiones de préstamos, sino que el crédito comercial resultó también afectado por la reevaluación general

del riesgo tras el empeoramiento de la actividad económica mundial. (En la dirección siguiente figura un

examen más a fondo de los estudios del mercado de la financiación del comercio realizados por la CCI :

http://www.iccwbo.org/About-ICC/Policy-Commissions/Banking/Task-forces/Market-Intelligence/).

Durante ese período aumentó el interés académico por la financiación del comercio, como parte de la búsqueda

general de explicaciones plausibles para el “gran colapso del comercio”, que se produjo al contraerse el

comercio mundial, en comparación con el PIB, en una proporción muy superior a la prevista con arreglo a los

modelos estándar. Según el resumen de Eichengreen y O’Rourke (2012): “las raíces de ese colapso del

comercio no se conocen aún por completo, aunque las investigaciones recientes han empezado a arrojar luz

sobre algunas de las causas (véase Baldwin (2009); y Chor y Manova (2012))”. Aunque la mayoría de los

autores coinciden en que el descenso de la demanda ha sido en buena medida responsable de la reducción de

las corrientes comerciales, el debate planteado ha tratado de determinar hasta qué punto han podido intervenir

otros culpables potenciales, tales como las restricciones al comercio, la falta de financiación del comercio, la

especialización vertical y la composición del comercio. Aunque la cantidad exacta de financiación del comercio

“no disponible” tal vez siga sin conocerse a nivel mundial, las publicaciones sobre la materia han logrado poner

de manifiesto la relación más amplia existente entre las condiciones financieras, la financiación del comercio y

la actividad comercial. Los trabajos empíricos realizados al nivel de las empresas han contribuido notablemente

a establecer esa relación de causalidad. En el recuadro 2 se facilita un resumen de las conclusiones recientes

del mundo académico.

Recuadro 2: Principales trabajos académicos sobre el “canal de financiación del comercio”

Amiti y Weinstein (2011) determinaron la relación de causalidad existente entre las exportaciones de las

empresas, su capacidad para obtener crédito y la solidez de sus bancos. Utilizando datos de empresas

correspondientes al período de 1990 a 2010, sugirieron que el mecanismo de financiación del comercio había

representado aproximadamente el 20% del descenso de las exportaciones del Japón durante la crisis

financiera de 2008-2009. Asimismo, mostraron que los exportadores dependen del crédito y de las garantías

comerciales en mayor medida que los productores del mercado nacional, y las empresas que trabajan con

bancos en dificultades registran mayores descensos de las ventas en el exterior que sus competidores. Las

empresas multinacionales parecen menos afectadas, en particular porque una gran parte de su comercio es

intraempresarial y entraña menos riesgos, y porque pueden optimizar el proceso de

9

producción-comercialización y, de ese modo, reducir al mínimo las necesidades de capital circulante: cuanto

más breve sea el lapso transcurrido entre la producción y el pago, menor es el problema de financiación.

En el mismo orden de ideas, Bricongne et al. (2012) llegaron a la conclusión de que los sectores muy

dependientes de la financiación externa han sido los más gravemente afectados por la crisis financiera y los

que han experimentado un mayor descenso de su actividad exportadora en la crisis reciente. Utilizando

datos mensuales correspondientes a distintos exportadores franceses y sus productos y destinos de

exportación, los autores trataron de determinar también si las empresas con características heterogéneas

habían resultado afectadas de modo distinto por la crisis. Sin embargo, comprobaron que la crisis había

afectado de modo similar a las pequeñas y las grandes empresas. Chor y Manova (2012), utilizando datos

relativos a las importaciones de los Estados Unidos, comprobaron también que las condiciones crediticias

eran una vía a través de la cual la crisis conducía al colapso del comercio. Los países con mercados de

crédito más estrictos, de acuerdo con sus tipos de interés interbancario, exportaron en menor cantidad a los

Estados Unidos durante la reciente crisis financiera. Ese efecto fue especialmente intenso para los sectores

vulnerables a nivel financiero, que Chor y Manova (2012) definen como sectores que requieren una amplia

financiación externa y tienen un acceso limitado al crédito comercial, especialmente durante el momento

álgido de la crisis financiera. Sin embargo, en algunas publicaciones se considera que la financiación del

comercio ha tenido poco o nada que ver con el “gran colapso del comercio” (por ejemplo, en Paravisini

et al. (2011) y Levchenko et al. (2010)).

INTERVENCIÓN PÚBLICA

Se ha producido un debate justificado sobre la importancia de la falta de financiación de las

transacciones comerciales durante la crisis de 2008-2009. Sin embargo, es difícil negar, teniendo en

cuenta toda la información disponible, que la crisis de liquidez del otoño de 2008 y la subsiguiente reevaluación

general de los riesgos de contraparte no afectaron a los mercados de financiación del comercio en lo que

respecta al aumento de los precios o la reducción de los volúmenes. En un mercado concentrado, existían

preocupaciones legítimas de que se produjese una “retracción” de un gran banco privado, ocasionando así un

gran deterioro de los volúmenes de comercio a corto y medio plazo. Una diferencia entre la financiación

apalancada (derivados) y la financiación no apalancada (financiación del comercio) es que la reducción de la

segunda tiene un efecto directo e inmediato en las transacciones de la economía real (la relación directa entre

el valor de las mercancías y su financiación).

El proceso que condujo a los dirigentes del G-20 en su Cumbre de Londres (abril de 2009) a

asegurar, en respuesta a esas preocupaciones, una ayuda por valor de 250.000 millones de dólares

en forma de financiación del comercio durante dos años ha sido bien documentado (Auboin, 2009;

Chauffour y Malouche, 2011). La declaración original de los Jefes de Estado del G-20 y el párrafo sobre la

financiación del comercio de su artículo 22 pueden consultarse en la dirección siguiente:

http://www.canadainternational.gc.ca/g20/summit-sommet/g20/declaration_010209.aspx?view=d.

10

Más información

Para conocer más detalles sobre el conjunto de medidas de apoyo del G-20, véase:

http://www.voxeu.org/article/trade-finance-g20-and-follow.

El G-20 convino en prestar una ayuda temporal y extraordinaria a la financiación del comercio relacionada con

la crisis que se concedería de forma compatible con la necesidad de evitar el proteccionismo y que no

conduciría a largo plazo a un desplazamiento de la actividad del mercado privado. Este “paquete de medidas”

relacionadas con la financiación del comercio comprendía una combinación de instrumentos para hacer posible

el incremento del crédito conjunto y la compartición de riesgos por bancos e instituciones internacionales y

nacionales con ayuda pública. El grupo de trabajo “de seguimiento”, establecido por el G-20 para vigilar la

aplicación de la iniciativa de financiación del comercio de Londres, indicó que, al cabo de un año, los mercados

habían utilizado como “capacidad” adicional unos 170.000 millones de dólares, de un compromiso total de

250.000 millones de dólares.

En la reunión del G-20 se planteó la pregunta, plenamente justificada, de si era necesario un

“paquete de medidas” específico sobre financiación del comercio, especialmente en un momento en

el que los bancos centrales inyectaban grandes cantidades de liquidez. La respuesta fue doble. En

primer lugar, gran parte de la liquidez adicional aportada por los bancos centrales en aquel momento no se

derivó, a través de intermediarios, hacia nuevos préstamos. Es decir, no se destinó a financiar “nuevas”

transacciones comerciales. En segundo lugar, la inyección de liquidez de los bancos centrales no dio respuesta

al problema creciente de aversión al riesgo a medida que la crisis se extendía. La percepción del riesgo de

impago aumentó de forma desproporcionada respecto del nivel real de riesgo. Esa tendencia se plasmó en un

brusco aumento de la demanda de seguros o garantías del crédito comercial a corto plazo por los agentes

comerciales, y el paquete de medidas del G-20 dio respuesta a ese incremento mediante el compromiso de

creación de una mayor “capacidad” a través de los organismos de crédito a la exportación.

Como siempre que se produce una intervención pública, se planteó la cuestión de si el paquete de

medidas del G-20 conllevaba un elemento de “riesgo moral”. El concepto de riesgo moral está

vinculado a la existencia de una disfunción del mercado. Además de los factores recurrentes

identificados en el recuadro 1, la crisis financiera de 2008-2009 no ha estado exenta de disfunciones del

mercado, empezando por las atribuibles a las agencias de calificación del crédito y los demás mecanismos de

vigilancia del mercado encargados de detectar indicios precoces de deterioro de la solidez general de los

bancos, en particular la multiplicación de operaciones no incluidas en el balance general y el posterior

empeoramiento del perfil de riesgo de los bancos. A pesar de la experiencia de numerosos períodos de tensión,

otra disfunción de los mercados es la ausencia de una “curva de aprendizaje” adecuada que permita establecer

mejor la diferencia entre los segmentos de mercado “enfermos” y los seguros.

11

V. DEFICIENCIAS ESTRUCTURALES PERSISTENTES

EN LOS PAÍSES DE INGRESO BAJO

El paquete de medidas del G-20 hizo posible la aplicación de mecanismos de financiación y garantía

en los casos necesarios y contribuyó a restablecer la confianza. Sin embargo, el camino hacia la

recuperación de los mercados de financiación del comercio ha sido relativamente accidentado y desigual en los

distintos países. Desde 2010, la recuperación ha sido más firme en las “rutas” de comercio de crecimiento más

rápido, en consonancia con la recuperación de la demanda comercial y la mejora de las condiciones de los

mercados financieros. Tal fue el caso en América del Norte, en Asia, y entre Asia y el resto del mundo. En esas

regiones, los márgenes (comisiones por encima de los tipos de interés básicos) se habían reducido, aunque sin

alcanzar los niveles anteriores a la crisis, y manteniendo la diferencia entre los instrumentos tradicionales de

financiación del comercio (cartas de crédito), cuyos precios habían descendido a niveles bajos en el caso de los

“mejores” riesgos asiáticos, y los denominados productos de financiación del comercio con movimiento de

fondos (operaciones dentro del balance, operaciones en cuenta abierta), cuyos precios más altos reflejaban

primas de liquidez relativamente elevadas; estos últimos precios seguían siendo hasta un 40%-50% más altos

que antes de la crisis financiera. Esta situación se explicaba por la existencia de un entorno bancario

caracterizado por una mayor escasez de capital y una mayor selectividad de los riesgos.

En la Cumbre del G-20 celebrada en Seúl, los Jefes de Estado y de Gobierno fueron sensibles al

hecho de que los comerciantes situados en la periferia de importantes rutas de comercio, en particular los

países de bajos ingresos, seguían teniendo dificultades para acceder a la financiación del comercio

a un costo asequible. En el párrafo 44 de la Declaración de la Cumbre de Seúl, los Jefes de Estado y de

Gobierno pidieron que “el Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio del G-20, junto con el Grupo de

Expertos sobre Financiación del Comercio de la OMC y el Grupo de Crédito a la Exportación de la OCDE, sigan

evaluando la actual necesidad de fondos para la financiación del comercio en los países de bajos ingresos, y si

se llega a identificar alguna laguna, elaboren y apoyen medidas destinadas a aumentar la disponibilidad de

fondos para la financiación del comercio en esos países. Instamos a la OMC a que examine la eficacia de los

programas de financiación del comercio existentes para los países de bajos ingresos e informe sobre las

acciones y recomendaciones para su consideración por los “sherpas” (funcionarios superiores) a través del

Grupo de Trabajo sobre Desarrollo del G-20 en febrero de 2011.”

Más información

Puede consultarse más información sobre la declaración y la petición formuladas por el G-20 en Seúl en la

dirección siguiente: http://www.voxeu.org/article/fixing-trade-finance-low-income-nations-g20-mandate.

El informe del Grupo de Expertos de la OMC sobre Financiación del Comercio tuvo una buena

acogida en la reunión de los “sherpas” del G-20. En él se había puesto de manifiesto que sólo la tercera

parte de los 60 países más pobres del mundo se beneficiaban regularmente de los servicios ofrecidos en el

marco de esos programas de financiación del comercio. La falta de programas de mitigación del riesgo en esos

países explicaba en parte las elevadas comisiones y garantías pagadas por los importadores locales. Esas

elevadas comisiones no guardaban proporción con las estadísticas sobre riesgos resultantes del registro de

pérdidas por impagos relacionados con la financiación del comercio de la Cámara de Comercio Internacional.

Dada la gran demanda de esos programas y su orientación hacia el desarrollo, el Director General apoyaba las

recomendaciones del informe según las cuales lo prioritario era reforzar los programas de facilitación de la

12

financiación del comercio ya existentes y crear otros donde aún no los hubiese. El tiempo era un factor esencial

para alcanzar esos objetivos. Desde el punto de vista geográfico, las prioridades se situaban en África y Asia.

El Grupo de Expertos de la OMC sobre Financiación del Comercio confirmó el diagnóstico de que demasiadas

pequeñas empresas de pequeños países cuyo sector financiero tenía una capacidad limitada para servir de

motor del comercio pedían, cada vez en mayor medida, ayuda a los bancos multilaterales de desarrollo. Como

resultado, el Director General de la OMC se comprometió a prestar apoyo a los bancos multilaterales de

desarrollo que deseasen ampliar sus programas de financiación del comercio, tal como se recomendaba en el

informe. Era importante que la OMC siguiese haciendo frente a los desafíos de la financiación del comercio con

sus socios multilaterales, ya que el funcionamiento inadecuado de los mercados de financiación del comercio

podría ser un obstáculo al comercio tan importante como los obstáculos más tradicionales. Existía un riesgo de

división de los mercados entre los privilegiados y los desposeídos, que podía incrementarse debido a las

“consecuencias imprevistas” de la reglamentación cautelar con efectos en la financiación del comercio.

También a ese respecto se había iniciado un fructífero diálogo con los órganos competentes de la Junta de

Estabilidad Financiera, y se preveía la presentación de propuestas por la Cumbre del G-20 que se celebraría en

Cannes.

ANEXO 1: ¿CUÁLES SON LOS PROGRAMAS DE FACILITACIÓN DE LA FINANCIACIÓN DEL

COMERCIO DE LOS BANCOS MULTILATERALES DE DESARROLLO Y DE LA CFI?

Durante los 10 últimos años, los bancos multilaterales de desarrollo y la CFI han elaborado programas de

facilitación de la financiación del comercio destinados a apoyar las transacciones comerciales en el “extremo

inferior” de los mercados de financiación del comercio, es decir, las transacciones cuya cuantía se sitúa entre

unos pocos miles y unos pocos millones de dólares. El promedio de tales transacciones, dependiendo de los

programas y regiones, se estima entre 250.000 dólares y 1 millón de dólares y, por consiguiente, afecta con

frecuencia a pequeñas y medianas empresas en ambos extremos de la transacción comercial. Los programas

de facilitación de la financiación del comercio proporcionan capacidad (garantías) para mitigar los riesgos tanto

a los bancos emisores como a los bancos confirmantes, en particular para hacer posible el rápido endoso de

cartas de crédito, que son uno de los instrumentos más utilizados para financiar las transacciones comerciales

entre participantes de países en desarrollo, y entre esos países y los países desarrollados. En el otoño de 2008,

se incrementaron los límites de garantía de esos programas, como reconocimiento de la importante función

que desempeñaban durante los períodos de crisis en la protección del comercio frente a los agentes

comerciales y bancos vulnerables, en particular en los países en desarrollo.

La demanda de esos programas sigue siendo muy fuerte en todas las regiones del mundo. Las restricciones de

capacidad humana o los límites de financiación no siempre permiten a los bancos multilaterales de desarrollo

cubrir todas las necesidades. Los programas de facilitación de la financiación del comercio se han elaborado de

forma relativamente uniforme para hacer posible la existencia de una red mundial que permita a los bancos

comerciales mundiales obtener apoyo o cobertura de al menos un banco de desarrollo, para prestar apoyo a

sus clientes (comerciantes) en las diversas regiones del mundo. La CFI empezó a dar cobertura a los países

africanos (en particular, los países habilitados para recibir créditos de la AIF y los Estados en etapa de

posguerra), pero con el paso del tiempo diversificó sus actividades en todo el mundo, si bien su exposición en

África como parte de su programa es significativa. Aunque la mayoría de los países africanos que pueden

recibir créditos de la AIF se han beneficiado, como mínimo, de una garantía de la CFI, varios países

subsaharianos apenas han podido obtener unas pocas garantías de esa institución, simplemente debido a la

falta de recursos de la CFI. La iniciación de un programa similar en el Banco Africano de Desarrollo

complementa, sin duda, el valioso apoyo prestado por la CFI y constituye una ayuda más para los países

africanos que necesitan una mayor mitigación de los riesgos.

13

Más información

Puede consultarse más información sobre las actividades de financiación del comercio de las instituciones

multilaterales en las direcciones siguientes:

Banco Africano de Desarrollo: http://www.afdb.org/en/topics-and-sectors/initiatives-partnerships/

trade-finance-initiative/

Banco Asiático de Desarrollo: http://www.adb.org/site/private-sector-financing/trade-finance-

program

Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo: http://www.ebrd.com/pages/workingwithus/

trade.shtml

Banco Interamericano de Desarrollo: http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-prensa/2010-

10-21/bid-programa-de-facilitacion-de-financiamiento-al-comercio-exterior,8316.html

Corporación Financiera Internacional (Grupo del Banco Mundial): http://www1.ifc.org/wps/

wcm/connect/Industry_EXT_Content/

Banco Islámico de Desarrollo (Corporación Islámica de Financiación del Comercio): http://www.itfc-

idb.org/content/what-itfc

Entre 2008 y 2010, gracias a la excepcional movilización de los bancos multilaterales de desarrollo y la CFI

durante la crisis, el volumen total de comercio abarcado por los programas de facilitación de la financiación del

comercio vigentes se incrementó en el 150% (hasta alcanzar casi 25.000 millones de dólares en total), y el

número de transacciones comerciales cubiertas aumentó en el 75%. Por consiguiente, el apoyo de los bancos

multilaterales de desarrollo y la CFI es muy importante para el comercio en los países en desarrollo y los países

de bajos ingresos.

Cuadro 1: Programas regionales de facilitación de la financiación del comercio

(datos acumulados hasta el final de 2010)

Institución

financiera internacional

Comien

zo (año)

Número de

transacciones

Líneas/garantías

de crédito

comercial (miles de millones de

dólares)

Bancos emisores

Bancos

confirmantes

Total

Número de

países

abarcados

BERD 1999 9.800 8,8 115 644 20

CFI 2005 7.466 9,5 199 210 82

BID 2005 1.052 1,1 69 239 18

BAD 2004 2.433 5,2 101 101 14

14

VI. LAS DIFICULTADES ESTADÍSTICAS

¿Por qué la comunidad internacional se basa en estudios y no en un conjunto integral de

estadísticas internacionales sobre la financiación del comercio? Hasta 2004, como parte de la iniciativa

conjunta de cuatro organismos internacionales, a saber, el FMI, el Banco Mundial, el BPI y la OCDE, se

obtuvieron diversas estadísticas sobre financiación del comercio a partir de las estadísticas sobre balanza de

pagos y actividades bancarias del BPI. Aparentemente, la relación costo-calidad de esas estadísticas condujo a

los organismos interesados a abandonar su iniciativa conjunta. Actualmente, la única fuente disponible y fiable

de estadísticas relativas a la financiación del comercio es la base de datos de la Unión de Berna, que facilita

información sobre el volumen de negocio de las entidades de crédito a la exportación (principalmente, seguro

del crédito comercial). Los datos sobre bancos basados en estudios son de gran utilidad a corto plazo, pero esa

utilidad es más limitada si se usan como medio de información periódica, debido a la gran cantidad de

transacciones llevadas a cabo por esos bancos, la amplia diversidad y variabilidad de los instrumentos

comerciales empleados en diferentes períodos (descubiertos y cuentas abiertas; crédito documentado) y, lo

que es más importante, la dificultad para obtener datos comercialmente sensibles y de dominio privado de los

principales bancos.

La única forma de obtener información exhaustiva de modo regular sería a través de la balanza de

pagos. En tal caso, el problema de la confidencialidad quedaría resuelto en gran medida, ya que los datos se

reúnen de forma global (a nivel de país) y de acuerdo con el criterio de residencia y no residencia utilizado a

efectos de la balanza de pagos. Aunque, en la quinta edición del Manual de Balanza de Pagos del

Departamento de Estadística del FMI, el crédito comercial a corto plazo ha pasado a ser una partida distinta a

efectos de la compilación de datos de la balanza de pagos, siempre ha resultado difícil reunir los datos sobre

ese crédito debido a las razones siguientes: en primer lugar, el crédito comercial forma parte de los

movimientos de capital a corto plazo (y representa, a nivel mundial, entre la tercera parte y la mitad de los

movimientos totales), por lo que los bancos internacionales tienen especial dificultad para recuperar los datos

de sus diversos centros regionales de financiación del comercio regional (por ejemplo, Tokio, Singapur,

Hong Kong, Dubai, Ginebra o Londres) y armonizarlos. Por otra parte, los servicios administrativos de los

bancos no siempre están en condiciones de distinguir entre los diversos tipos de actividades de crédito

interbancario, debido a que, desde un punto de vista estadístico, es sumamente difícil apreciar la diferencia

entre la gestión de tesorería de los activos exigibles en el marco de operaciones de cuenta abierta y el crédito

directo sin garantía abarcado por esas operaciones.

Los expertos de estadísticas de los centros de comercio y financieros tienen también dificultades para

armonizar el proceso de intermediación entre los flujos de capitales a corto plazo de entrada o de salida, los

flujos a más largo plazo y otros flujos (tales como los flujos comerciales), debido a que, por las características

de tales centros financieros, la naturaleza del capital puede cambiar en el proceso de conversión de las

entradas en salidas. Este es un antiguo problema al que se enfrenta el Comité del FMI sobre Estadísticas de

Balanza de Pagos y que el incremento de los movimientos de capital a corto plazo en 10 ó 15 veces más

durante el pasado decenio no ha hecho más fácil.

En lo que respecta a los bancos, los modernos programas informáticos de los servicios de administración de

cualquier entidad bancaria deberían, en teoría, poder desglosar las operaciones de financiación del comercio y

las declaraciones mensuales de sus contrapartes a efectos de la balanza de pagos, sin posibilidad de

discrepancias. Sin embargo, los sistemas de ese tipo tienen un costo muy elevado y sólo unos pocos bancos

internacionales pueden aplicarlos, en particular debido a la naturaleza cambiante del mercado (tanto el estudio

de la CCI como el del FMI-BAFT apuntan a un relativo descenso de las transacciones de cuenta abierta y un

proceso de retitulización y reestructuración de la intermediación de los créditos comerciales en las presentes

15

circunstancias debido al incremento de la percepción del riesgo), la existencia de varios centros regionales y el

efecto creciente de las operaciones de las cadenas de suministro mundiales y la financiación en el comercio

mundial actual. A nivel estadístico mundial, sería importante, al preparar y aplicar el contenido de la futura

sexta edición del Manual de Balanza de Pagos, otorgar un carácter realmente prioritario a la recopilación de

estadísticas sobre financiación del comercio.

16

VII. COSTO DE LA REGLAMENTACIÓN Y

FINANCIACIÓN DEL COMERCIO

La expansión del comercio mundial depende del funcionamiento adecuado, estable y previsible del sistema

financiero. Como resultado, el reforzamiento del sistema de comercio mundial y de las normas

cautelares mundiales es un objetivo que se justifica por sí mismo. Sin embargo, en una carta conjunta

remitida a los dirigentes del G-20 reunidos en Seúl, los Jefes Ejecutivos del Grupo del Banco Mundial y de

la OMC plantearon la cuestión de las consecuencias imprevistas que la nueva reglamentación cautelar mundial

(los denominados marcos de Basilea II y III) podría tener en la disponibilidad de financiación para el comercio

en los países de ingresos bajos. Si bien la financiación del comercio recibió un trato reglamentario preferencial

en el marco de Basilea I, habida cuenta de su carácter seguro, principalmente a corto plazo, la aplicación de

algunas disposiciones de Basilea II ha planteado ya dificultades para el comercio. La aplicación de

ponderaciones de riesgo y la confusión entre el riesgo de incumplimiento del país y el de la contraparte no han

sido particularmente útiles para los bancos que desean financiar las transacciones comerciales con

interlocutores de países en desarrollo. La normativa de Basilea III añadió a esos requisitos un coeficiente de

apalancamiento del 100% respecto de las cartas de crédito, que son el instrumento más utilizado por los

países en desarrollo. En unos tiempos en los que los proveedores de crédito comercial con mayor aversión al

riesgo revisaron su nivel de vulnerabilidad general, la aplicación de prescripciones reglamentarias más estrictas

suscitó dudas acerca de la rentabilidad y las ventajas de participar en la financiación del comercio en

comparación con otras categorías de activos.

Como resultado, el Grupo de Formulación de Políticas del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y las

instituciones interesadas en la financiación del comercio, en particular la OMC, el Banco Mundial y la CCI, han

examinado esas cuestiones. El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea examinó qué medidas de la

reglamentación cautelar con efectos en la financiación del comercio eran las que más perjudicaban a los

intercambios comerciales y a la disponibilidad de financiación para ese fin, con un especial hincapié en los

países de ingresos bajos. Sobre la base de las propuestas de la OMC y del Banco Mundial, el Comité decidió, el

25 de octubre de 2011, otorgar una exención de la obligación de capitalizar las cartas de crédito a corto plazo

durante un año completo, cuando su vencimiento medio fuese de 90 a 115 días. Esta medida hace posible el

desbloqueo de cientos de millones de dólares para financiar más transacciones comerciales. Véase, en

particular: http://www.bis.org/publ/bcbs205.pdf.

En 2012, el Director General de la OMC siguió manteniendo conversaciones con el Presidente de la Junta de

Estabilidad Financiera (FSB) con miras a aclarar las condiciones de la exención del requisito de vencimiento

mínimo de un año a los instrumentos de financiación del comercio a corto plazo autoliquidables, las

disposiciones relativas a las normas de liquidez aplicables a la financiación del comercio a corto plazo (menos

de 30 días) y la aplicación del coeficiente de apalancamiento a los instrumentos de financiación del comercio. El

Director General confiaba en que la OMC se reuniría pronto con el Comité de Basilea para tratar la cuestión del

coeficiente de apalancamiento. También confirmó con la Comisión Europea que la Unión Europea preveía que el

factor de conversión del crédito para el cálculo del coeficiente de apalancamiento se fijara por debajo del 100%

para algunos productos. En cualquier caso, el diálogo interinstitucional contribuiría a mejorar el entendimiento

de los productos de financiación del comercio y la necesidad de establecer una reglamentación cautelar

adecuada. Por ello, el diálogo entre los miembros del Comité de Basilea debería basarse en hechos y nutrirse

de más datos recopilados por el sector. En particular, era necesario extraer datos por países del registro de la

CCI. Este registro realmente constituía un bien público que el Comité de Basilea consideraba fiable y que podía

proporcionar importante información sobre el fomento de la financiación del comercio frente a las agencias de

calificación.

17

Asimismo, el Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio examinó otras cuestiones de reglamentación

no cautelares descritas como prescripciones “de identificación de clientes”. El debate no se centró tanto en las

prescripciones reglamentarias en sí mismas como en los diferentes modos en que se están estructurando,

definiendo y aplicando en función de los distintos países y regiones. El Director General abordó este tema

desde una perspectiva general: lo que la OMC busca es la apertura comercial y el único modo de alcanzarla es

facilitar el comercio, lo que explica su participación en asuntos relativos a la financiación del comercio; la

cuestión de la identificación de clientes surgió como otras cuestiones de reglamentación o de cumplimiento;

por lo tanto, no se trataba de si éstas eran o no necesarias, sino de centrarse en determinar si estas

cuestiones de cumplimiento de la reglamentación, según cómo se estructurasen y aplicasen, podrían perjudicar

a los más débiles de los mercados comerciales. La OMC tenía una obligación específica para con estos

participantes del mercado más débiles, razón por la cual participaba, por ejemplo, en el fondo STDF. No

obstante, la OMC no era el organismo regulador sectorial en relación con tales asuntos. La principal

preocupación de la OMC eran los casos en que la estructura, la aplicación o la diferencia entre

reglamentaciones obstruían el comercio.

18

VIII. PERSPECTIVAS DE FUTURO: DESAFÍOS DE LA

FINANCIACIÓN DEL COMERCIO EN UN

CONTEXTO DE DESAPALANCAMIENTO

FINANCIERO

¿SE PRODUCIRÁ UNA CARENCIA DE FINANCIACIÓN DEL COMERCIO SI EL SECTOR

FINANCIERO SE CONTRAE?

En general, las turbulencias financieras son fenómenos puntuales, por lo que no deberían tener

repercusiones para el comercio a largo plazo si dan lugar a una reducción ordenada del tamaño del

sector financiero. Un aspecto fundamental examinado en esta sección es la posibilidad de que una reducción

del tamaño del sector financiero en general determine también una reducción de la oferta de financiación del

comercio y, como consecuencia, obstaculice la expansión futura de la actividad comercial.

Tal como se sugiere en el Informe Anual 2012 del BPI, los sectores bancarios europeo y estadounidense

atraviesan actualmente por un período similar de “desapalancamiento” de sus balances que podría culminar en

una “deseable reducción del tamaño del sector bancario a largo plazo” (BPI (2012), página 69). Cabe pensar

que esa reducción favorecería unas condiciones financieras más sostenibles y racionales en la economía. Si se

tiene en cuenta que el exceso de “apalancamiento” bancario y de asunción de riesgos fomentó la expansión del

sector financiero mundial en el decenio de 2000 (medida como porcentaje del PIB o como proporción entre el

crédito total y los ingresos), un período de moderación crediticia y rendimiento más realista del capital traería

consigo ventajas económicas sustanciales: políticas crediticias más prudentes, reducción de la razón entre

deuda e ingresos, y regreso a una asignación más normal de los recursos de capital que se hubiesen desviado

desde otros sectores debido a la rentabilidad artificialmente elevada del sector financiero.

Sin embargo, las crisis financieras, cuando son provocadas por el estallido de burbujas de activos (inmobiliarios

o financieros) pueden dar lugar a rectificaciones firmes y duraderas en el sector financiero, con efectos de

largo plazo en la economía. La reducción de tamaño puede ser un proceso largo y accidentado, que también

puede desencadenar consecuencias macroeconómicas y microeconómicas adversas. En el gráfico 2 se muestra

que, tras la compresión del crédito en 2008-2009, el crecimiento interanual de los créditos a sectores no

financieros siguió siendo básicamente negativo desde 2010 hasta comienzos de 2012 en lo que respecta a la

zona del euro, así como a las economías avanzadas de modo más general. Sólo los bancos de países

emergentes reanudaron sus actividades crediticias a partir de 2010.

19

Gráfico 2: Crecimiento interanual de los créditos a entidades

no bancarias, 2006 a 2012, en porcentajes

Fuentes: Estadísticas bancarias geográficas del BPI, y cálculos propios.

A nivel macroeconómico, las crisis financieras pueden tener efectos secundarios negativos de varios tipos:

Los bancos pueden reducir la oferta de nuevos créditos a los agentes económicos como medida para contener,

o incluso reducir, el tamaño de sus activos con objeto de cumplir sus coeficientes de liquidez y solvencia. Es

posible que los activos sobrevalorados existentes tengan que amortizarse o venderse con pérdidas, con lo que

disminuye la rentabilidad de los bancos.1

La menor rentabilidad de los activos bancarios junto con la disminución del número de nuevos préstamos

puede ocasionar una contracción de la tasa global de inversiones de la economía, tanto en lo que respecta al

propio sector financiero como a la economía en su conjunto (a través de la reducción del crédito). Si se

obstaculizase la acumulación de capital durante un período de tiempo, la producción potencial se reduciría.

De acuerdo con la teoría del mecanismo de deflación por la deuda de Irving Fisher, las crisis financieras suelen

provocar un colapso del crédito y una reducción del nivel de los precios o deflación (Fisher, 1933). Tanto los

elevados coeficientes de endeudamiento como la deflación suelen causar depresiones, y el problema es que la

carga de la deuda se hace incluso mayor en términos reales. En Fisher (1933), página 344, se explica así:

“Cada dólar de deuda pendiente de pago se convierte en un dólar más pesado, y en caso de que el

sobreendeudamiento inicial haya sido suficientemente grande, la liquidación de las deudas no puede seguir el

ritmo de la caída de precios que provoca.” Durante la reciente crisis financiera, toda la atención se ha centrado

en el elevado endeudamiento y las altas tasas de apalancamiento, y se ha planteado menos el tema de la

deflación. En el gráfico 3 se muestra que el crecimiento anual de los precios de consumo se redujo, pero

en 2009 sólo fue negativo en los Estados Unidos y China, mientras que en Europa siguió siendo positivo.

En 2010 y 2011, el ritmo de crecimiento de los precios de consumo aumentó nuevamente en los

Estados Unidos, China y Europa. Los bancos centrales están inyectando la liquidez necesaria para hacer posible

el desapalancamiento de los bancos. Sin embargo, el problema de los largos períodos de desapalancamiento no

1 En su Informe Anual de 2010, el BPI estimó que, en los dos años transcurridos entre el comienzo de la crisis

financiera y la publicación de ese informe, los bancos internacionales habían registrado unas pérdidas

acumuladas por amortización parcial de activos de 1,3 billones de dólares, costeadas mediante una

recapitalización total de 1,2 billones de dólares. Desde entonces, el BPI no ha vuelto a referirse a esa cifra,

que, probablemente, ha aumentado.

Zona del euro

Economías avanzadas

Economías

e

m

e

r

g

e

n

t

e

s

2006T1 2007T1 2008T1 2009T1 2010T1 2011T1 2012T1

20

es necesariamente la deflación, sino que se produzca una asignación ineficaz de los recursos. Los nuevos

préstamos son desplazados por los antiguos, lo que puede dar lugar a un largo período de compresión del

crédito que conduzca al estancamiento.

Gráfico 3: Inflación anual - Variación interanual de los precios de consumo

de todos los productos, 2005 a 2011, en porcentajes

Fuentes: Estadísticas de la OCDE.

A nivel microeconómico, un largo período de disminución de la actividad financiera puede generar también

externalidades negativas sustanciales, en particular para la financiación del comercio y, por lo tanto, para el

comercio. En concreto, es posible que la asignación de recursos de capital no mejore efectivamente en un

contexto de menos crédito.

Los largos períodos de escasez de crédito pueden afectar a determinadas categorías de agentes económicos o

de crédito de modo desproporcionado, a pesar de sus buenos antecedentes en materia de crédito o seguridad.

Ése puede ser el caso del crédito comercial. Amiti y Weinstein (2011) sostienen que el ajuste a la baja del

sector financiero japonés durante un decenio no resultó inocuo para la financiación de los exportadores

japoneses. Las empresas que trabajaban con bancos en dificultades registraron una disminución de su

actividad exportadora en términos absolutos. Las pequeñas y medianas empresas, en particular las

exportadoras, fueron las más afectadas, al ser también las más dependientes del crédito comercial. La cuestión

que se plantea es si el acceso de las pequeñas y medianas empresas al crédito en general, y al crédito

comercial en particular, resultará negativamente afectado en un contexto de mayor competencia dentro de los

comités de crédito de los bancos que deben elegir entre las diferentes categorías de préstamos. El peligro que

representa un proceso de mayor “selectividad del riesgo” es la posible asignación por los bancos de unos

recursos de capital escasos a los segmentos de crédito más rentables, reduciendo de ese modo la participación

en productos de menor rentabilidad, tales como la financiación del comercio a corto plazo. Otro riesgo consiste

en que los bancos den prioridad a sus clientes más rentables, que son los de mayor tamaño. Por consiguiente,

la reducción de las dimensiones del sector financiero y la mayor selectividad en la asunción de riesgos no

favorecerán automáticamente una mejor asignación de los recursos en ese sector.

La financiación del comercio puede utilizarse como vector primario para reducir el tamaño del balance de los

bancos, lográndose con ello un rápido desapalancamiento. Dado su carácter a corto plazo y refinanciable, la

mayoría de las líneas de crédito comercial expiran al cabo de unos 90 días, que es la duración media de las

transacciones. Si los intermediarios bancarios no renuevan esas líneas de crédito (refinanciamiento), o si las

Estados Unidos

OCDE-Europa

China

21

reducen, éstos pueden lograr, en caso necesario, una rápida disminución del volumen de sus préstamos

pendientes (desapalancamiento). Al final de 2011, algunos bancos europeos anunciaron una reducción de las

líneas de crédito comercial en un intento por reestructurar sus balances. La medida tuvo corta duración.

La financiación del comercio puede resultar negativamente afectada si el redimensionamiento del sector

financiero se acompaña de una iniciativa de “renacionalización” de las actividades crediticias a expensas del

crédito transfronterizo. Como ha indicado el BPI, muchos bancos internacionales ya han reducido sus

actividades internacionales: “además de la devaluación de los activos transfronterizos durante la crisis, el

encarecimiento de la deuda y de la dotación de capital dieron también lugar a reducciones del flujo de crédito

transfronterizo. Por consiguiente, la parte proporcional de los activos totales de los bancos con actividad

internacional correspondiente al crédito a prestatarios extranjeros se ha reducido […]” (véase el gráfico 4). En

el caso de los bancos europeos, esa parte proporcional se ha reducido en casi 30 puntos porcentuales desde

comienzos de 2008. No se sabe qué porcentaje de esa reducción corresponde al crédito comercial. No todos los

bancos han reducido las actividades en el exterior, en particular los bancos establecidos en Asia y otros bancos

de países emergentes. Sin embargo, tal vez asistamos a una recomposición del panorama bancario con

cambios en las cuotas de mercado.

Gráfico 4: Porcentaje de los activos extranjeros en relación con el total, 2006 a 2012

Total de créditos extranjeros de los bancos declarantes del BPI con sede en Alemania, el Canadá, los Estados

Unidos, Francia, Italia, el Japón y los Países Bajos, expresados como porcentaje de los activos totales; las

cifras sobre créditos nacionales proceden de las estadísticas financieras internacionales del FMI.

Fuentes: Estadísticas financieras internacionales del FMI, estadísticas bancarias internacionales del BPI, y

cálculos propios.

En definitiva, la dirección que tome el sector bancario internacional puede ser difícil de predecir,

aunque cabe prever una reducción de su participación en el PIB, al menos en las economías

avanzadas. Gran parte de esa evolución depende de los incentivos que ofrezca un sistema financiero nuevo y

reformado. En condiciones normales, el crédito bancario debería reorientarse hacia formas de financiación más

sostenibles. Si la reducción de los balances se produce a expensas de “la financiación apalancada y las

inversiones tóxicas no incluidas en el balance general”, las formas tradicionales de financiación podrían resultar

beneficiadas. En ese caso, el crédito se reorientaría hacia la financiación de la economía real, incluida la

Todos los bancos

Bancos europeos

Bancos no europeos

2006T2 2007T2 2008T2 2009T2 2010T2 2011T2

22

financiación del comercio, que es un factor importante de la actividad comercial, no sólo en períodos de crisis,

sino durante un ciclo completo (Auboin y Engemann, 2012).

Al mismo tiempo, si la racionalización del sector favorece la adopción de formas de crédito más rentables, en

detrimento del crédito transfronterizo, muchos intermediarios financieros tendrán que decidir si siguen

participando en la financiación del comercio. El dilema de estar dentro o fuera del sector de financiación del

comercio no es fácil de resolver. La financiación del comercio conlleva “costos fijos” de actividad, en particular

costos de inicio de las transacciones de financiación del comercio (inversiones en oficinas administrativas,

relaciones con clientes y de venta, apertura de oficinas en el extranjero, familiarizarse con los procedimientos

internacionales de financiación del comercio, etc.). Por supuesto, la decisión de seguir participando en la

financiación del comercio depende en gran medida de la demanda relacionada con transacciones comerciales

reales y, por consiguiente, con la continuación de las relaciones de participación en la producción y

comerciales.

23

Bibliografía

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OMC (2004). Improving the Availability of Trade Finance During Financial Crises. Documento de debate de

la OMC Nº 6.

24

Abreviaturas

AIF: Asociación Internacional de Fomento

BAD: Banco Asiático de Desarrollo

BAFD: Banco Africano de Desarrollo

BAFT: Asociación de Bancos para la Financiación y el Comercio

BCBS: Comité de Supervisión Bancaria de Basilea

BERD: Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo

BID: Banco Interamericano de Desarrollo

BISD: Banco Islámico de Desarrollo

BMD: Bancos multilaterales de desarrollo

BOP: Balanza de pagos

BPI: Banco de Pagos Internacionales

CCI: Cámara de Comercio Internacional

CFI: Corporación Financiera Internacional (perteneciente al Grupo del Banco Mundial)

ECA: Organismo de crédito a la exportación

EFI: Estadísticas financieras internacionales

FMI: Fondo Monetario Internacional

G-20: Grupo de los Veinte

OCDE: Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos

OMC: Organización Mundial del Comercio

PIB: Producto interno bruto

WGTDF: Grupo de Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas (órgano de la OMC)

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Preguntas frecuentes

1. ¿Por qué participan las instituciones públicas en la financiación del comercio? ¿Por qué esa

financiación no se basa únicamente en el sector privado?

La financiación del comercio desempeña un cometido sistémico en las corrientes comerciales, debido a la

correspondencia (casi) directa entre el crédito y las mercancías. Teniendo en cuenta en particular la

experiencia adquirida en el último decenio, existe la necesidad de mejorar la estabilidad y la seguridad de las

fuentes de financiación del comercio, especialmente para hacer frente a los períodos de crisis financieras. Es

necesario que los países, las organizaciones intergubernamentales y todos los interlocutores interesados del

sector privado sigan esforzándose en encontrar el medio de garantizar la disponibilidad de fuentes predecibles

de financiación del comercio, especialmente en las circunstancias excepcionales que constituyen las crisis

financieras. Además, las condiciones de los mercados son difíciles en los países de bajos ingresos, cuya

infraestructura financiera no está lo bastante desarrollada para ofrecer financiación a los exportadores y los

importadores en cantidades suficientes y asequibles. Los bancos multilaterales de desarrollo centran sus

esfuerzos en esos mercados.

2. ¿Qué relación existe entre la labor de la OMC en materia de financiación del comercio y la

Ayuda para el Comercio?

Dada la importancia de la financiación para la actividad comercial, la falta de disponibilidad de financiación del

comercio puede constituir un importante obstáculo para ese comercio. Las infraestructuras financieras

insuficientemente desarrolladas menoscaban las oportunidades comerciales de los países en desarrollo. En

consecuencia, el apoyo de los bancos multilaterales de desarrollo a la financiación del comercio, incluida la

creación de capacidad, constituye, por su naturaleza, Ayuda para el Comercio. Con frecuencia, la financiación

del comercio se menciona como una “infraestructura no física” necesaria para el éxito de los comerciantes.

Como institución orientada hacia la expansión equilibrada del comercio mundial, la OMC participa en la labor de

hacer posible ese comercio. Entre sus diversas funciones figuran la reducción de los obstáculos al comercio, la

negociación y aplicación de normas sobre el comercio mundial y la solución de diferencias basada en el imperio

de la ley. La OMC tiene también interés en fortalecer la “oferta” de los países en desarrollo para que puedan

aprovechar las nuevas oportunidades del mercado. Con ese fin, apoya diversas iniciativas destinadas a mejorar

las “infraestructuras comerciales” de los países en desarrollo, que van desde la capacidad para cumplir las

normas internacionales de productos, de seguridad y sanitarias hasta la gestión aduanera eficiente o la

participación eficaz en las negociaciones comerciales multilaterales mediante la formación de los funcionarios.

La OMC lleva a cabo diversas iniciativas con otros socios (instituciones de los sectores público y privado) en el

contexto de su propio programa de asistencia técnica o en el marco de proyectos de múltiples organismos,

tales como el Marco Integrado o la Iniciativa de Ayuda para el Comercio.

3. ¿Hay un fundamento legal específico para la labor de la OMC en materia de financiación del

comercio?

Inicialmente, los Miembros pidieron a la OMC en varias ocasiones durante los últimos años que examinase la

cuestión de la disponibilidad de financiación del comercio, como infraestructura básica indispensable para la

integración de los países en desarrollo y menos adelantados en el comercio mundial. En el párrafo 36 de la

Declaración Ministerial de Doha se pidió a los Miembros que examinasen las medidas que la OMC podría

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adoptar, en el marco de su competencia, para reducir al mínimo los efectos de la inestabilidad financiera en

sus oportunidades comerciales y, en caso necesario, que hiciesen las recomendaciones pertinentes. En el

contexto del recién creado Grupo de Trabajo sobre Comercio, Deuda y Finanzas (WGTDF), las interrupciones

de las corrientes de financiación del comercio en los mercados emergentes durante las cr isis financieras de

Asia y América Latina fueron pronto objeto de preocupación para los Miembros, al igual que las dificultades

crónicas de los Miembros de bajos ingresos para asegurar corrientes de financiación del comercio más

asequibles a largo plazo. Esas preocupaciones se han trasladado a todas las reuniones ministeriales de la OMC,

desde Cancún (2003). En la última (Octava Conferencia Ministerial), los Ministros reiteraron su interés por la

labor de la OMC al respecto. Además, la interacción con organizaciones homólogas en relación con esa cuestión

limítrofe del comercio y la financiación está abarcada por el mandato sobre la coherencia de 1994, que insta al

Director General a cooperar con dichas organizaciones en relación con las cuestiones de interés común.

4. El apoyo multilateral a la financiación del comercio, ¿no genera “riesgo moral” (apoyo

indebido al sector privado)?

A las instituciones multilaterales les interesa sobre todo promover la disponibilidad de financiación del comercio

en los mercados más “difíciles”, es decir, en las economías de bajos ingresos. Un problema particular de esos

mercados es el gran desfase existente entre la percepción del riesgo al conceder financiación y el nivel real de

riesgo, que no es mayor que en mercados más consolidados (en otras palabras, la tasa de incumplimiento del

crédito comercial no es más elevada). Por consiguiente los programas de facilitación de la financiación del

comercio administrados por los bancos multilaterales de desarrollo prevén la mitigación del riesgo entre los

bancos emisores y los bancos receptores de financiación del comercio, y con objeto de mitigar ese riesgo

conceden garantías para los casos de impago, que son muy raros. La CFI, el Banco Europeo de Reconstrucción

y Desarrollo (BERD), el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

participan en una red mundial destinada a prestar apoyo al comercio y los comerciantes de países de bajos

ingresos.

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Preguntas de autoevaluación

1. ¿Por qué se considera que la financiación del comercio es la “cuerda de salvamento” de los

intercambios comerciales?

Sólo una pequeña parte del comercio se paga en efectivo. Existe un desfase entre el momento óptimo en que

el exportador desea recibir el pago por su exportación (no más tarde de la fecha de expedición del producto), y

el momento en el que el importador desearía pagar (como pronto, al recibir el producto). Ese desfase

cronológico hace necesario un crédito, que mitigará los intereses opuestos de esas dos partes respecto del

mejor momento para el pago de la mercancía.

La necesidad de crédito se complementa con la necesidad de liquidez. Por ejemplo, los grandes compradores

que intervienen en las modernas cadenas de valores (productores de automóviles) pueden depender de varios

proveedores para el montaje de piezas, esenciales o no, del automóvil. Dado el número de piezas que han de

encargarse para las plantas de montaje, es posible que los proveedores necesiten convertir cuanto antes en

dinero los efectos cobrables para poder financiar su propia producción. Los banqueros o las sociedades de

factoring entregan dinero en efectivo a cambio de esos efectos u otros equivalentes. Los efectos de comercio

cobrables pueden venderse en un mercado secundario en el que se aprecian como valores de gran calidad a

corto plazo.

El crédito comercial, sea cual sea su forma, ya se trate de un préstamo de importación, un préstamo previo a

la expedición, una letra de cambio, una carta de crédito u otro instrumento similar, actúa como motor del

comercio al aportar la liquidez necesaria que hace posible, precisamente, ese comercio.

2. ¿Cómo puede detectarse una desorganización del mercado en el marco de la oferta de

financiación del comercio?

Por desgracia, las estadísticas “rigurosas” sobre financiación del comercio son escasas. Dado que el crédito

comercial es un instrumento básicamente de corto plazo, el sistema estadístico internacional no puede

reconocer con precisión la enorme cantidad de movimientos de capital de corto plazo que fluyen de un país a

otro, ni tampoco distinguir un crédito comercial a tres meses de un certificado de depósitos a tres meses.

En cambio, las autoridades se basan en estadísticas y encuestas procedentes del sector privado. Tales datos

son de gran ayuda a corto plazo, y aportan información sobre amplias tendencias relativas a precios y

volúmenes, pero tienen un valor más limitado para reconocer la evolución a largo plazo. Gracias a los datos de

encuestas de corto plazo, las autoridades han podido, al menos, comprobar las alegaciones de comerciantes y

banqueros sobre las deficiencias existentes en los mercados de financiación del comercio.

3. ¿Qué pueden hacer los agentes públicos para restablecer la confianza en los mercados de

financiación del comercio durante las crisis financieras?

Como se puso de manifiesto durante la crisis financiera asiática de 1997-1999 y la reciente crisis financiera

mundial (2009), los mercados financieros más seguros pueden resultar perjudicados por cambios en la

percepción y las expectativas. Por ejemplo, la trayectoria a largo plazo de pagos del comercio internacional ha

sido excelente durante los últimos decenios, incluso en períodos de tensiones financieras. Sin embargo, las

crisis financieras se caracterizan también por una reevaluación al alza de la percepción del riesgo y, como

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consecuencia, un incremento de la diferencia existente entre el nivel real de riesgo y su percepción. Ese déficit

de confianza debe subsanarse cuando no sea reflejo de disfunciones del mercado más fundamentales o

permanentes. Algo que los agentes públicos pueden hacer en tales circunstancias es restablecer la confianza de

los mercados mediante la oferta de más capacidad de mitigación del riesgo con objeto de cerrar la brecha

creciente entre el riesgo y su exagerada percepción. En el caso de la financiación del comercio, la capacidad de

mitigación del riesgo puede adoptar la forma de garantías públicas para situaciones previstas de impago de los

bienes objeto de comercio, aunque ese riesgo no llegue a materializarse realmente.

4. ¿Existe un problema específico de disponibilidad de financiación del comercio en los países

de bajos ingresos?

Sí, existe una deficiencia más permanente y estructural en el “extremo inferior” del mercado de financiación

del comercio. Los comerciantes de los países en desarrollo, en particular de bajos ingresos, se enfrentan a

dificultades crónicas para acceder a una financiación del comercio asequible. La situación ha empeorado desde

la crisis de 2009.

Durante mucho tiempo, las microempresas y las pequeñas y medianas empresas de los países en desarrollo se

han enfrentado a una combinación de limitaciones “estructurales” que van desde la carencia de conocimientos

especializados en los bancos locales hasta la falta de confianza que obliga a los comerciantes a depositar

cuantiosas garantías para obtener préstamos comerciales y pagar altas comisiones por esos préstamos. A

pesar de ello, la tasa de incumplimiento de pagos comerciales en los países de ingresos bajos no es muy

superior a las registradas en otras partes del mundo. Esa situación ha empeorado en el entorno bancario

posterior a la crisis. El capital se ha hecho más escaso y la selectividad de los riesgos ha aumentado, de forma

que las expectativas negativas respecto del costo de la actividad comercial en los países de calificación baja o

inexistente se traduce en costos más elevados para los comerciantes en el país o, simplemente, en menos

financiación. Por ejemplo, destacadas empresas de consultoría con actividad en el ámbito de la financiación del

comercio han indicado que los tipos de interés de los préstamos ordinarios a la importación aplicados en

relación con riesgos no soberanos siguen siendo bastante superiores al 10% anual para la tercera parte, como

mínimo, de los países africanos, y para unos 20 países más en el resto del mundo. A esos elevados tipos de

interés pueden sumarse requisitos de garantía en efectivo del 50%, como máximo, del valor nominal del

préstamo.

Para mitigar en parte el problema, los bancos multilaterales de desarrollo han puesto en marcha programas de

facilitación de la financiación del comercio que ofrecen capacidad de mitigación del riesgo (garantías) tanto a

los bancos emisores como a los bancos confirmantes (los bancos del importador y del exportador) para hacer

posible el rápido endoso de las cartas de crédito, que son uno de los instrumentos más utilizados para financiar

las transacciones comerciales entre agentes de países en desarrollo, y entre países desarrollados y países en

desarrollo. La garantía otorgada por el banco multilateral de desarrollo asegura al banco (en general, el banco

del exportador) aceptante de una carta de crédito (en general, emitida por el banco del importador) que será

pagado incluso en caso de que el emisor no pague. La garantía de pago del banco multilateral de desarrollo

asegura que el banco exportador será pagado. Tales garantías se ejecutan en raras ocasiones, pero reducen la

aversión al riesgo de realización de operaciones comerciales en los países de bajos ingresos, ya que subsanan

en parte el “déficit de confianza estructural” que separa el nivel real de riesgo de su percepción. Durante la

crisis financiera de 2009 aumentó la demanda de esos programas, que no ha disminuido desde entonces. El

Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, el Banco Interamericano de

Desarrollo, el Banco Islámico de Desarrollo y la CFI mantienen programas relativamente similares. El Banco

Africano de Desarrollo está preparando su propio programa.

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5. ¿Cuáles son los diversos grupos, estructuras y bases institucionales a través de los cuales

la OMC examina las actividades y medidas relacionadas con la financiación del comercio?

En lo que respecta a la financiación del comercio, la OMC actúa en el marco del “mandato sobre la coherencia”

global (párrafo 5 del artículo III del Acuerdo sobre la OMC), que constituye la base para la cooperación de la

institución con otras organizaciones internacionales, en particular el FMI y el Banco Mundial, en relación con

cuestiones de interés común. El mandato sobre la coherencia se define en la Declaración sobre la Contribución

de la Organización Mundial del Comercio al Logro de una Mayor Coherencia en la Formulación de la Política

Económica a Escala Mundial, adoptada por la Conferencia Ministerial en 1994.

Los Miembros habían pedido a la OMC en varias ocasiones durante los años anteriores que, en la Conferencia

Ministerial de Doha, se examinase la cuestión de la disponibilidad de financiación del comercio, como

infraestructura básica indispensable para la integración de los países en desarrollo y menos adelantados en el

comercio mundial. En el párrafo 36 de la Declaración Ministerial de Doha se pidió a los Miembros que

examinasen las medidas que la OMC podría adoptar, en el marco de su competencia, para reducir al mínimo

los efectos de la inestabilidad financiera en sus oportunidades comerciales y, en caso necesario, que

formulasen las recomendaciones pertinentes. En el contexto del recién creado Grupo de Trabajo sobre

Comercio, Deuda y Finanzas (WGTDF) de la OMC, las interrupciones de las corrientes de financiación del

comercio en los mercados emergentes durante las crisis financieras de Asia y América Latina de 1997-1999

fueron pronto objeto de preocupación para los Miembros, al igual que las dificultades crónicas de los Miembros

de bajos ingresos para asegurar corrientes de financiación del comercio más asequibles a largo plazo. Esas

preocupaciones se trasladaron a las Conferencias Ministeriales de la OMC celebradas en Cancún (2003) y

Hong Kong (2005). Por ejemplo, en el informe presentado por el Consejo General de la OMC a los Ministros se

afirma lo siguiente: “Teniendo en cuenta en particular la experiencia adquirida en Asia y en otras regiones,

existe la necesidad de mejorar la estabilidad y la seguridad de las fuentes de financiación del comercio,

especialmente para hacer frente a los períodos de crisis financiera. Es necesario que los países, las

organizaciones intergubernamentales y todos los interlocutores interesados del sector privado sigan

esforzándose en encontrar el medio de garantizar la disponibilidad de fuentes predecibles de financiación

comercial, especialmente en las circunstancias excepcionales que constituyen las crisis financieras.”

(Documento WT/WGTDF/2 de la OMC).

Durante ese período de examen, los Jefes Ejecutivos del Banco Mundial, del FMI y de la OMC acordaron, en la

reunión del Consejo General de 2002 sobre la coherencia, constituir un Grupo de Expertos sobre Financiación

del Comercio, integrado por representantes de todas las partes interesadas, instituciones públicas

multilaterales regionales, organismos de crédito a la exportación y bancos privados para examinar los

problemas que requerían solución en ese segmento de los mercados financieros y la forma de crear un entorno

favorable en los mercados locales para incorporar corrientes suficientes de financiación del comercio de modo

continuo.

Desde el comienzo de la crisis del sistema financiero internacional en 2007, los Miembros han utilizado

el WGTDF para canalizar sus preocupaciones acerca del deterioro de las condiciones de acceso a la financiación

del comercio desde bancos extranjeros, no sólo en los países en desarrollo, sino también en las economías

desarrolladas, que también han sufrido los efectos de la escasez y el elevado costo de la financiación del

comercio, hasta llegar a un punto en el que la oferta parece haber quedado muy por detrás de la demanda. El

Director General de la OMC ha revitalizado el Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio, como órgano

fundamental para facilitar información y proponer soluciones. A medida que la crisis financiera se ha ido

extendiendo a nivel internacional, el Grupo de Expertos sobre Financiación del Comercio ha celebrado

reuniones periódicas y ha informado a los Miembros de la OMC a través del Grupo de Trabajo sobre Comercio,

Deuda y Finanzas.

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En el transcurso de 2009 se hizo evidente que el WGTDF se había convertido en el punto de convergencia en

la OMC para el examen y el seguimiento de las iniciativas de apoyo a la financiación del comercio. En la

Cumbre del G-20 celebrada en Londres en abril de 2009, en la que también intervino la OMC, se examinaron

los elementos de un paquete de medidas de apoyo a la financiación del comercio. Desde entonces, la

financiación del comercio se ha convertido en tema habitual de los debates del G-20.


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