2

Pontificia Universidad JaverianaFacultad de Teología Asignatura: Misterio de Dios Docentes: Ignacio Madera Vargas, SDS - Luis Alfredo Escalante, SDSEstudiante: Fabián Becerra Alvarez SDBFecha: 03 de febrero de 2015____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Tema 1. Experiencia de Dios en nuestro tiempo

En las últimas décadas se ha ido debelando y asumiendo con mayor fuerza la propuesta atea en el ámbito juvenil; establecer las diferentes causas o principios que impulsan a adoptar esta postura generan un cuestionamiento profundo y apremiante debido a las numerosas necesidades y búsquedas de esta población, que recorren los senderos confusos de un mundo que presiona, seduce y olvida a la vez.Saber que un joven proveniente de un hogar y una formación en el ámbito creyente se proclame ateo, invita a pensar en las posibles causas que incidieron para tomar dicha postura. En primera instancia, podemos hacer referencia a un hogar que a pesar de ser muy creyente, no alcanzó a incidir o cautivar la atención del joven en el crecimiento y el descubrimiento de su dimensión religiosa. Podemos especular, sobre otros aspectos que motivaron al joven a tomar una postura de rechazo a Dios, los cuales se orientan hacia la vivencia superficial de una fe que no germinó, una fe que se convierte en simples actos de cumplimiento, o en una piedad epidérmica, poco profunda. Otra de las causas que contribuyó asumir esta decisión, es el sometimiento a un ambiente donde se maneje una moralidad rigurosa que juzga, sofoca e impide un descubrimiento y acercamiento libre y espontaneo hacia su ser y lo trascendente. También, algunos males del mundo moderno (el mal uso de las TICS, el consumismo arrasador, el hedonismo, el sin sentido de la vida, la marginación, la desintegración familiar, entre otros), convocan a asumir estereotipos que se desligan de esa parte creyente, generando una apatía y rebeldía que busca y alcanza en los jóvenes su autoproclamación como ateos. Algunas veces, esa actitud se orienta hacia la anhelada autonomía que confirma su libertad, pretendiendo demostrar que han alcanzado una madurez al adoptar esta postura. No podemos olvidar, la falta de testimonio o mal ejemplo que algunos creyentes ofrecemos a través de nuestros actos, debelando un rostro contrario al de Dios. Nadie querrá ser miembro activo de un grupo donde existe incoherencia entre el discurso que se maneja y su vida.

Respecto a la actitud de los padres, se logra ver una postura que pareciera ser la más adecuada ante una sociedad con valores que se diluyen rápidamente; no es buscar una presión o imposición de la fe, pero frente a la decisión del hijo, se torna borrosa o confusa la forma tan cómoda como asumen esta situación, a pesar del libre pensamiento de los padres. Existe un respeto ante la decisión de su hijo, y es válido, pero como fieles creyentes queda un sinsabor (incongruencia, contradicción) al sentir orgullo respecto a la posición del joven. Es natural que el hijo tome esta actitud, no existe una radicalidad frente a aquello en lo que creen sus padres, es posible que ese pensamiento liberal se transforme en una permisividad, que lamentablemente no refleja un testimonio auténtico cristiano.

Ante una situación como la anteriormente analizada se presentan diversos desafíos que motivan e impulsan un trabajo a quienes decimos creer en Dios y orientamos nuestra misión hacia los jóvenes:

2

Una formación cristiana más madura y consistente, en conjunto, generada a través del diálogo claro, la apertura, la escucha y la confrontación. (Nueva evangelización)Salir del encasillamiento de una simple predicación, a una experiencia cotidiana del ser creyente, posibilitando un testimonio creíble, que impacte y confronte.Es indispensable pensar en la vivencia de una fe desde un ámbito más íntimo, es cierto que lo comunitario construye y ayuda, pero aún más apremiante en estos tiempos es el encuentro y la experiencia personal con lo Trascendente.Evitar, mejor aún, eliminar radicalmente cualquier tipo de expresiones y acciones que conduzcan a una malinterpretación y una distorsión de nuestra vida como creyentes.Un adecuado manejo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, no se pretende eliminarlas, todo lo contrario, se convierten en nuevos escenarios para la evangelización.Es urgente una catequesis familiar, que solidifique las bases de los hogares, para que estos sean el referente y la fuente primera en la formación de valores de los hijos; ¿por qué esperar y pretender una evangelización de los jóvenes si desde el núcleo familiar se puede realizar un acompañamiento con anterioridad?