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UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO” CONVULSIONES FEBRILES. CORRELACION CLINICA, ELECTROENCEFALOGRÁFICA Y NEUROIMAGENOLOGICA. HOSPITAL PEDIÁTRICO “AGUSTÍN ZUBILLAGA.” BARQUISIMETO. ABRIL 2002 - ABRIL 2003. MARLON E. BLASCO L. Barquisimeto, 2004.
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UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL

“LISANDRO ALVARADO”

CONVULSIONES FEBRILES. CORRELACION CLINICA,

ELECTROENCEFALOGRÁFICA Y NEUROIMAGENOLOGICA.

HOSPITAL PEDIÁTRICO “AGUSTÍN ZUBILLAGA.”

BARQUISIMETO. ABRIL 2002 - ABRIL 2003.

MARLON E. BLASCO L.

Barquisimeto, 2004.

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UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”

DECANATO DE MEDICINA

POSTGRADO DE NEUROPEDIATRÍA.

CONVULSIONES FEBRILES. CORRELACION CLINICA,

ELECTROENCEFALOGRÁFICA Y NEUROIMAGENOLOGICA.

HOSPITAL PEDIÁTRICO “AGUSTÍN ZUBILLAGA.”

BARQUISIMETO. ABRIL 2002 - ABRIL 2003.

Trabajo presentado para optar al grado de

Especialista en Neuropediatría.

Por: MARLON E. BLASCO L.

Barquisimeto, 2004.

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CONVULSIONES FEBRILES. CORRELACION CLINICA,

ELECTROENCEFALOGRÁFICA Y NEUROIMAGENOLOGICA.

HOSPITAL PEDIÁTRICO “AGUSTÍN ZUBILLAGA.”

BARQUISIMETO. ABRIL 2002 - ABRIL 2003.

Por: MARLON E. BLASCO L.

Trabajo de Grado Aprobado

______________________ ____________________ Dra. Carmen Morella Rojas. Tutor ______________________

Barquisimeto, _____ de ____ de ______.

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Dedicatoria:

A mis hijos,

por quienes siento

un amor infinito.

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v

AGRADECIMIENTO

- A mi familia por cederme parte de su tiempo para la realización de esta

especialidad.

- A mi esposa Deisy por su apoyo y comprensión.

- A el Dr. Agustín D’Onghia C. Fundador del postgrado de Neuropediatría por

su inmenso aporte académico y orientación filosófica.

- A la Dra. Magyori Mújica A. Coordinadora del Postgrado de Neuropediatría

por sus consejos y apoyo incondicional.

- A la Dra. Ivelise Seittiffe de Herrera quien me oriento con dedicación en el

conocimiento de la Electroencefalografía.

- A la Dra. Carmen Morella Rojas. Tutora de este trabajo de grado.

- A los adjuntos del servicio, Dr. Gabriel Gómez y Dra. Ninoska Salas por su

orientación profesional.

- A mis compañeros en este camino, Dra. Leída Martínez, Dra. Liseth Guirola y

Dr. Edgar Vivas por compartir sus emociones durante este tiempo. Mi amistad

siempre.

- Al personal del servicio por su inmensa colaboración.

- A los pequeños pacientes y familiares por su confianza.

- A Todos los que de una u otra forma hicieron posible alcanzar la meta

propuesta.

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INDICE

PAGINA

DEDICATORIA iv

AGRADECIMIENTO v

INDICE DE CUADROS vii

RESUMEN x

INTRODUCCIÓN 1

CAPITULO

I EL PROBLEMA 3

Planteamiento del problema 3

Objetivos 4

Generales 4

Específicos 4

II MARCO TEORICO 5

III MARCO METODOLOGICO 15

Tipo de Investigación 15

Población y Muestra 15

Diseño de la Investigación 15

Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos 16

Técnicas de Procesamiento y Análisis de los Datos. 16

IV RESULTADOS 17

V DISCUSIÓN 36

VI CONCLUSIONES 41

VII RECOMENDACIONES 42

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 44

ANEXOS 50

A. Currículum Vitae del Autor 51

B. Registro de pacientes e Instrumento de recolección de Datos 52

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INDICE DE CUADROS

CUADRO PAGINA

Cuadro Nº 1

Convulsiones Febriles. Distribución por Edad. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

17 Cuadro Nº 2

Convulsiones Febriles. Distribución por Genero. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

18 Cuadro Nº 3

Convulsiones Febriles. Distribución según Temperatura. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

19 Cuadro Nº 4

Convulsiones Febriles. Distribución según Tipo de Crisis. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

20 Cuadro Nº 5

Convulsiones Febriles. Distribución según Tipo de Crisis Generalizada. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

21 Cuadro Nº 6

Convulsiones Febriles. Distribución según Características de las Convulsiones. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

22 Cuadro Nº 7

Convulsiones Febriles. Distribución según Duración de la Crisis . Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

23 Cuadro Nº 8

Convulsiones Febriles. Distribución según Clasificación. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

24 Cuadro Nº 9

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Prenatales. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

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viii

Cuadro Nº 10

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Perinatales. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

26 Cuadro Nº 11

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Epilepsia. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

27 Cuadro Nº 12

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Convulsión Febril. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

28 Cuadro Nº 13

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Epilepsia y/o Convulsión Febril. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

29 Cuadro Nº 14

Convulsiones Febriles. Distribución según Anticonvulsivante Preventivo Indicado. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

30 Cuadro Nº 15

Convulsiones Febriles. Distribución según Electroencefalograma Intercrítico. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

31 Cuadro Nº 16

Convulsiones Febriles. Distribución según el Patrón de Anormalidad Electroencefalográfica . Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

32 Cuadro Nº 17

Convulsiones Febriles. Distribución según el Resultado del Estudio de Neuroimagen . Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

33

Cuadro Nº 18

Convulsiones Febriles. Distribución según Clasificación y Resultados del Electroencefalograma y Neuroimagen. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003.Barquisimeto. Venezuela.

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Cuadro Nº 19

Convulsiones Febriles. Distribución según el Resultado del Electroencefalograma Íntercrítico y/o Neuroimagen. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003.Barquisimeto. Venezuela.

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UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”

DECANATO DE MEDICINA

POSTGRADO DE NEUROPEDIATRÍA.

CONVULSIONES FEBRILES. CORRELACION CLINICA,

ELECTROENCEFALOGRÁFICA Y NEUROIMAGENOLOGICA.

HOSPITAL PEDIÁTRICO “AGUSTÍN ZUBILLAGA.”

BARQUISIMETO. ABRIL 2002 - ABRIL 2003.

Autor: Marlon E. Blasco L.

Tutora: Carmen Morella Rojas.

RESUMEN

Con el objetivo de determinar la correlación clínica, electroencefalográfica y neuroimagenológica en niños con convulsiones febriles, se realizó una investigación de tipo descriptiva y transversal durante el período Abril de 2002 a Abril de 2003. Se obtuvo una muestra de 70 pacientes en edad comprendida entre los 6 meses y 5 años que acudieron a la consulta externa de neuropediatría con diagnóstico de primera convulsión febril. Se utilizó como técnica de recolección de datos el interrogatorio en la consulta externa, examen médico neurológico y el informe de estudios electroencefalográficos y neuroimagenológicos, obteniéndose los siguientes resultados: La edad de inicio más frecuente fue de 1-2 años en el 61,43%; predominó el género femenino con 55,71%, la temperatura durante la crisis fue de 39ºC en un 60%; el mayor porcentaje de las crisis; 97,14% fueron generalizadas y de estas 45,59% tónico-clónicas. La duración de las crisis fue menor de 15 minutos en el 87%. Las crisis febriles simples 77,14%. Antecedentes familiares positivos de epilepsia y/o convulsiones febriles, 55,71%. Fenobarbital fue indicado como preventivo en 51,43%. Los EEG se informaron como normales en el 64,29%; la neuroimagen fué normal en el 60%, mientras que los EEG y/o neuroimagen anormales representaron conjuntamente 60%. Se recomienda incluir el EEG y la RMN en la evaluación neurodiagnóstica de las crisis convulsivas febriles.

Palabras Clave: Convulsiones febriles. Clínica. Electroencefalograma. Neuroimagen.

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INTRODUCCIÓN

Las crisis convulsivas febriles son eventos que se presentan en los niños desde

tiempos inmemorables, pero fue hasta 1950 cuando se separaron de la epilepsia, y

fueron definidas por consenso del Instituto Nacional de Salud en 1980. Constituyen

el tipo de crisis convulsiva más frecuente en la infancia, siendo el prototipo de las

crisis ocasionales y edad dependientes. Representan el problema más frecuente de la

patología neuropediátrica y desde Hipócrates se sabe que en general tienen buen

pronostico. Sin embargo, una convulsión asociada a fiebre puede significar una

enfermedad infecciosa subyacente, aguda y grave, como una sepsis o una meningitis,

por lo cual el niño debe ser minuciosamente explorado y convenientemente estudiado

para descubrir la causa de la fiebre.

En la historia familiar de pacientes con convulsiones febriles existen antecedentes

de estas crisis o de epilepsias, siendo más frecuentes en padres y hermanos,

sugiriendo que estos niños tienen una susceptibilidad individual a la fiebre, que

generalmente es determinada genéticamente, pero además existen otros casos en los

que las crisis febriles como se menciono anteriormente representan la respuesta a una

noxa no reconocida sobre el cerebro y un tercer grupo lo constituyen aquellos con una

epilepsia enmascarada en la que la fiebre actúa como factor desencadenante.

Este ultimo grupo podría explicar por que algunos niños con convulsiones febriles

presentan posteriormente una epilepsia y otros, mayores de 5 años, puedan sufrir la

llamada epilepsia desencadenada por fiebre, o en la adolescencia las llamadas

convulsiones febriles plus.

En la revisión bibliográfica realizada como marco referencial para la elaboración

del presente trabajo de investigación existen importantes aportes clínicos y estudios

electroencefalográficos relacionados con este tipo de crisis, con algunas diferencias

entre autores, sin embargo es de hacer notar que no aparecen trabajos de correlación

entre los elementos clínicos, electroencefalográficos y neuroimagenológicos, de allí la

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inquietud de realizar este estudio prospectivo cuyo propósito fué establecer sí existía

o no correlación, lo cual considere seria de gran ayuda en nuestro medio donde la

incidencia de las crisis convulsivas es elevada y según datos estadísticos de la

Unidad de Pediatría Social del Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga” de

Barquisimeto, Venezuela para el año 2001, las convulsiones febriles ocuparon la 5ª

causa de consulta en el servicio de emergencia de este centro asistencial, de 8787

pacientes hospitalizados, 196 (2,2%) correspondieron a convulsiones febriles.

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CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del problema

Los antecedentes históricos de las convulsiones asociadas a elevación térmica de

origen extracraneal son muy antiguos, Hipócrates (460-370 a.c) ya describe esta

relación.

La crisis convulsiva febril es una patología con alta incidencia, afectando del 2%

al 5% de todos los niños por debajo de los 5 años de edad. Es muy alarmante ya que

la familia la interpreta como un gran peligro para la vida del niño, acudiendo con

urgencia al médico, con reacciones de angustia y temor, en este caso el médico se

enfrenta a la tarea de darle al niño la atención que requiere utilizando la metodología

diagnostica y el tratamiento adecuado.

Un porcentaje variable de estos pacientes sin embargo según ha sido reportado

por diversos autores experimentan posteriormente otro de estos eventos y otro

porcentaje más pequeño puede presentar luego epilepsia. Además cuando un niño

presenta una crisis con fiebre es necesario plantearse la interrogante si es secundaria a

la fiebre o es la manifestación inicial de una epilepsia.

Esta entidad ha motivado una enorme heterogeneidad de pautas diagnósticas y

terapéuticas, una falta de unanimidad en cuanto a la orientación diagnóstica,

terapéutica, pronostica y la realización de una gran cantidad de trabajos de

investigación y sin embargo no se menciona en la literatura como parte de esta

metodología diagnostica estudios de relación entre elementos clínicos y

neuroimagenologicos (Resonancia Magnética Cerebral).

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Por todo lo señalado anteriormente me sentí motivado a realizar el presente

trabajo de investigación con la finalidad de determinar la correlación clínica,

electroencefalográfica y neuroimagenológica en pacientes con diagnostico de

convulsión febril.

Objetivos

1- General: Determinar la correlación clínica, electroencefalográfica y

neuroimagenológica en niños con convulsiones febriles.

2- Específicos:

(a) Conocer la distribución por grupos etarios de las convulsiones febriles.

(b) Conocer la distribución por género de los niños con convulsiones

febriles.

(c) Clasificar los tipos de convulsiones febriles.

(d) Determinar la correlación clínica y electroencefalográfica en niños con

convulsiones febriles.

(e) Determinar la relación clínica y neuroimagenológica en niños con

convulsiones febriles.

(f) Determinar la relación electroencefalográfica y neuroimagenológica

en convulsiones febriles.

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CAPITULO II

MARCO TEORICO

Concepto: Las convulsiones febriles se definen como crisis convulsivas ligadas a

la edad y desencadenadas por un proceso febril agudo. Dichos episodios aparecen

entre los 6 meses y 5 años de edad, asociados con fiebre, pero sin evidencia de

infección u otra causa intracraneal definida y se excluyen de ellas las crisis con fiebre,

en aquellos niños que han sufrido una crisis previa afebril; Consensus Development

Conference on Febrile Seizures (1981), Menkes (1990), Bruce (1996).

Las convulsiones febriles se diferencian de la epilepsia, por ser esta ultima una

crisis recurrente afebril. Sin embargo, los pacientes con epilepsia son mas

susceptibles de presentar crisis durante la fiebre. Desafortunadamente cuando un niño

tiene una crisis con fiebre, esto no es definitivo para determinar cuando la crisis es

secundaria a la fiebre o es la primera manifestación de epilepsia; Bruce (1996).

Epidemiología: Constituyen el trastorno convulsivo que ocurre más

frecuentemente en la infancia. Tiene un predominio del 2% al 5% de la población

pediátrica, con un pico entre los 14 y los 18 meses; Diament (1996), Nelson (1997),

Meneghello (1997). Es más frecuente en varones (1,4/1), posiblemente debido a que

la maduración cerebral es más rápida en los niños que en las niñas y algo más

frecuente en los niños negros que en los blancos; Fernández (1988), Karin (1996),

Fejerman (1997). La frecuencia aumenta 2-3 veces sí hubo convulsiones febriles en la

familia y 6-7 veces si fueron los hermanos que las tuvieron; Fernández (1988),

Fejerman (1997).

Factores Fisiopatológicos: La temperatura más habitual en que tienen lugar las

convulsiones febriles se sitúa entre 38-38,5ºC; solo es mayor de 39ºC en el 7%. Con

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frecuencia ocurren durante aumentos o descensos bruscos de temperatura. Las

recidivas son más frecuentes cuando una primera crisis ocurre con temperatura por

debajo de 38-38,5ºC. La etiopatogenia no está aclarada aún, pero se conocen como

factores precipitantes más comunes los siguientes:

(a) Infecciones virales de las vías respiratorias altas (60-80%). En el 25% de los

casos la convulsión febril es la primera manifestación clínica.

(b) Gastroenteritis aguda.

(c) Exantema súbito.

(d) Otitis media aguda.

(e) Infección del tracto urinario.

(f) Reacciones febriles tras vacunaciones: difteria-tétanos (1%), tos ferina (0,5%),

sarampión (1,9%); Lozano y Santos (2000).

En relación a la edad 85% suceden antes de los 4 años de edad. La edad media

habitual es entre 17-23 meses, con la siguiente distribución; Lozano y Santos (2000):

(a) Menores de 6 meses ............................. 6%.

(b) 7-12 meses ........................................... 20%

(c) 13-24 meses ......................................... 40%

(d) 25-36 meses ......................................... 18%

(e) 37-48 meses ......................................... 8%

(f) Más de 4 años ...................................... 6%

Factor genético: Las convulsiones febriles tienden a ser un trastorno familiar. No

se conoce con exactitud el patrón hereditario, pero muchos autores se inclinan por un

modelo poligénico multifactorial. Menkes (1990) y Doose (1997). No se descarta la

contribución de factores ambientales compartidos por las familias; los estudios con

gemelos que han investigado ésta posibilidad no han dado resultados concluyentes.

Aproximadamente un 10% de los padres de niños con convulsiones febriles han

experimentado ellos mismos convulsiones, fundamentalmente febriles, y Van Den

Berg (1974) observó que el 9% de los hermanos menores de niños con convulsiones

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febriles sufrían como mínimo una convulsión; (Karin 1996). Se han descrito genes

implicados; Wallace y Berkovic descubrieron una alteración en el cromosoma 8 q13-

21 y posteriormente Jonson y Cols a nivel del cromosoma 2q 23-24; Pfeiffer et al.

(1999) y Nakayama et al. (2000) en el 5 q14 – q15. Estos hallazgos sugieren la

heterogeneidad genética de las convulsiones febriles; Peiffer (1999).

Existe un predominio materno en cuanto a la transmisión de la labilidad para

padecer este tipo de procesos; el 20% de los hijos de madres con historia de

convulsión febril en su infancia presentaron convulsiones febriles, frente al 9% de los

hijos de madres no afectadas; Doose (1997).

Clasificación: En 1976, Nelson y Ellenberg, usando datos del Perinatal Project

Colaborator National, dividieron las crisis convulsivas febriles como simples y

complejas.

(a) Convulsiones febriles simples: generalizadas (clónicas o tónicas), duración

inferior a 15 minutos, dentro de los limites de la edad, no tienen características

focales, no repiten más de una vez en un periodo de 24 horas y no dejan secuelas

permanentes ni transitorias. Se les denomina también típicas o no complicadas.

(b) Convulsiones febriles complejas “generalizadas o focales, duración superior

15 minutos, repiten en el mismo proceso febril en un periodo de 24 horas y/o quedan

secuelas transitorias o permanentes” Fernández (1988), Hailam. (1997). Sinónimos:

atípicas o complicadas; Nelson (1997), Meneghello (1997).

Las convulsiones febriles “simples” son mucho más frecuentes que las

“complejas” (85% y 15% respectivamente); Karin (1996).

Recidivas: La recurrencia de las convulsiones febriles es del 25 al 50% con un

promedio del 33%. Cuanto más joven es el niño en el momento del primer episodio,

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mayor es el riesgo de repetición. El 50% de los segundos episodios ocurre dentro de

los 6 meses siguientes al primer episodio, 75% ocurre dentro del primer año y el 90%

en los dos siguientes; Karin (1996), Meneghello (1997), Lozano y Santos (2000).

El mejor factor de predicción de las recidivas fue la edad temprana en el momento

de la crisis inicial. De los niños que experimentaron una crisis inicial en el primer año

de vida, un 50% sufrieron al menos una recidiva, mientras que solo un 10-15% de los

que la experimentaron después de los 4 años de edad tuvieron otra crisis; Karin

(1996).

En un estudio realizado recientemente en los países bajos, una fiebre de más de

40ºC en el momento de la crisis inicial se asoció con un menor riesgo de recidiva;

[Offinga et al (1992)]; Karin (1996).

Evolución: En la mayoría de los pacientes, el pronóstico es excelente,

desapareciendo espontáneamente el cuadro entre los 3,5 y 5 años de edad. Un 2-4%

de estos niños serán epilépticos, en contraste con la incidencia de epilepsia en la

población general, que es de 0,5%; Meneghello (1997).

En las convulsiones febriles simples solo en el 2-3% se detecta epilepsia

posteriormente. En niños que hayan tenido múltiples crisis febriles simples y sean

menores de 12 meses, se incrementa el riesgo de epilepsia, pero en este grupo sólo el

3,4% son epilépticos a los 25 años; American Academy of Pediatrics (1999).

En las convulsiones febriles complejas sólo en el 4 -5% se detecta epilepsia

posteriormente. Si existe convulsión febril compleja más epilepsia en los hermanos o

padres, o bien alteración neurológica en la exploración, el riesgo se eleva al 9,6%.

Parece existir una asociación preferencial de la epilepsia de localización temporal

con antecedentes de convulsiones febriles; Hamati (1998). Crisis febriles

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prolongadas; de más de 15 minutos de duración han sido implicadas con una mayor

predisposición a desarrollar epilepsia del lóbulo temporal y esclerosis mesial

temporal; Knudsen (1997).

Los factores de riesgo asociados al desarrollo de la epilepsia incluyen: (a)

convulsión febril compleja; (b) comienzo en el primer año de vida; (c) antecedente de

lesión cerebral o alteración neurológica preexistente; (d) sexo femenino y (e) historia

familiar de epilepsia; Correa (1993), Meneghello (1997). Un solo factor de riesgo no

se acompaña de un gran incremento del mismo, pero es apreciable cuando coinciden

dos o más de estos factores. Hasta un 10% de los niños con dos o más factores de

riesgo desarrollan epilepsia posteriormente; Nelson y Ellenberg (1978), Verity y

Golding (1991). En el estudio realizado por Rochester, Minnesota, Annegers y Cols.

(1979), en el que los investigadores pudieron seguir a los probandos durante más

tiempo que en otros estudios, se observó algún incremento del riesgo de epilepsia al

comparar a los sujetos con los controles hasta el tercer decenio de vida, pero el

aumento era pequeño después de los primeros años de vida. Continúa la polémica

acerca de sí existe un aumento desproporcionado del riesgo de convulsiones parciales

complejas (en comparación con otros tipos de convulsiones), ya que una historia de

convulsiones febriles puede ser más frecuente en los adultos con este tipo de

epilepsia. No obstante, en éste y en otros tipos de epilepsia tardía no se ha podido

demostrar la evolución de las convulsiones febriles que provocan lesiones encefálicas

y posteriormente epilepsia. Las convulsiones febriles pueden ser simplemente la

expresión inicial de un trastorno convulsivo, o tanto las convulsiones febriles como

las afebriles podrían ser indicadores de una anomalía encefálica subyacente previa;

Karin (1996).

Diagnostico: Exploración clínica (neurológica); es lo más necesario.

Exploraciones complementarias:

(a) Hemograma: la fórmula leucocitaria puede sugerir la etiología del proceso

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infeccioso (vírico o bacteriano).

(b) Ionograma: la hiponatremia incrementa el riesgo de múltiples convulsiones en

el mismo proceso febril. Comparativamente, son menores los niveles de sodio

tras convulsiones febriles complejas que tras convulsiones febriles simples.

(c) Prolactina: aumenta en la epilepsia (>15 ng/ml), menos en las convulsiones

febriles y no aumenta en la fiebre ni en los síncopes. El aumento de la

secreción de cortisol no es significativo ya que aparece en todos los sucesos

estresantes.

(d) Glicemia: es útil conocerla si se precisa punción lumbar (glucorraquia).

(e) “Punción lumbar; cuando se considere oportuna; se recomienda que este

examen sea realizado en todo niño que presente una primera crisis antes de los

12 meses de edad o eventualmente antes de los 18 meses y toda vez que exista

evidencia clínica de meningitis” Diament (1996).

(f) Electroencefalogramas: algunos autores sugieren practicarlo sólo en algunos

niños con convulsiones febriles complejas y pasados 8 -10 días. Según

Zacarías (1997) los EEG a las 72 horas presentan alteraciones hasta en un

75,86%, mientras que a los 30 días el 91,03% de los registros eran normales

en el mismo grupo de pacientes.

No tiene valor diagnóstico y menos pronóstico y terapéutico; Lozano y Santos

(2000), American Academy of Pediatrics (1999).

El EEG no suele tener utilidad excepto para identificar una posible anomalía

estructural subyacente en niños que han sufrido convulsiones focales

prolongadas. Las manifestaciones en el EEG suelen se más frecuentes en

niños mayores con convulsiones febriles; Sofijanov (1992); sin embargo es

posible que el EEG no sirva para predecir la epilepsia posterior a las

convulsiones febriles recidivantes; Karin (1996).

La Academia Americana de Pediatría, en opinión del Comité de Expertos del

Comité de Crisis Convulsivas Febriles en 1996, expresó que ningún estudio

demuestra que el EEG realizado en el momento de la crisis convulsiva febril

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simple o dentro de un mes siguiente, predice la ocurrencia de futuras crisis

convulsivas afebriles; American Academy of Pediatrics (1996).

(g) Neuroimagenes: las radiografías de cráneo no suelen ser de utilidad en el

diagnóstico de las convulsiones febriles y la tomografía computarizada (TC) y

la Resonancia Magnética (RM) están indicadas sólo cuando se sospecha la

existencia de una lesión estructural subyacente; Karin 1996).

La literatura no apoya el uso de radiografías de cráneo en la evaluación del

niño con una primera crisis convulsión febril. Aunque ningún dato se ha

publicado que apoye o niegue, o proporcione factores de riesgo para sustentar

la necesidad de tomografía computarizada o la imagen por resonancia

magnética, en la evaluación de niños con crisis convulsiva febril simple, la

extrapolación de datos de la literatura en el uso de TC en niños que han

presentado epilepsia generalizada, ha demostrado que la importancia clínica

de las anormalidades estructurales intracraneanas en esta población de

pacientes es poco común; American Academy of Pediatrics (1999).

Diagnóstico Diferencial: en el diagnostico diferencial de convulsiones febriles se

debe considerar en primer lugar la neuroinfección (meningitis y encefalitis) y de los

eventos no epilépticos, frecuentes en niños febriles; ellos incluyen primariamente

síncopes febriles (crisis anoxicas), delirio febril y el temblor febril intenso el cual

también puede ser confundido con convulsiones febriles; Aicardi (1998).

Tratamiento

Tratamiento Agudo: en el caso del niño que recibe asistencia médica mientras se

produce la convulsión, el tratamiento es idéntico al de otros tipos de convulsiones:

establecimiento y mantenimiento de una vía respiratoria despejada e interrupción de

la convulsión. A menudo se utiliza inicialmente el Diazepam EV en dosis de 0,2 – 0,4

mg/kg, pudiendo repetirse esta dosis. Se debe disponer de todo lo necesario para la

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asistencia ventilatoria. Hay que reducir la fiebre retirarando la ropa al niño y

administrándole antipiréticos; Karin (1996).

Tratamiento a largo plazo: se creía que la administración crónica de Fenobarbital,

habitualmente en dosis de 4 -5 mg/Kg/día permitiría prevenir las recidivas; Herranz

(1984). Los estudios que han investigado poblaciones en niños con mayor riesgo de

convulsiones posteriores y en los que se han analizado los resultados de acuerdo con

la intención del tratamiento, no se ha podido confirmar que el tratamiento sea eficaz.

Se ha publicado que la administración diaria crónica de Valproato Sódico reduce el

riesgo de recidiva en las convulsiones febriles; Herranz (1984), pero puede producir

reacciones adversas en algunos casos.

No suele estar justificada la profilaxis crónica a largo plazo con Fenobarbital o Ácido

Valproico si comparamos los efectos secundarios de estos fármacos con el pronostico

favorable de este trastorno, incluso con recidivas. Una alternativa reciente con la

finalidad de prevenir el episodio convulsivo durante un proceso febril, es el uso de

una Benzodiazepina, como el Diazepam que usualmente se administra por vía rectal;

Farwell (1990), Rosman (1993). En la mayoría de los informes se ha empleado esta

vía, pero en un reciente estudio de niños con convulsiones febriles la administración

oral al comenzar la fiebre permitió reducir el número de recidivas sin producir

efectos secundarios importantes; Rosman et al. (1993). Este tratamiento intermitente

con Diazepam y Nitrazepam ha sido casi tan eficaz como la administración crónica de

Fenobarbital y generalmente ha sido muy seguro.

El tratamiento a largo plazo con antiepilépticos para prevenir la recidiva de las

convulsiones febriles no suele estar justificado según Knudsen (1991). Sin embargo,

la prevención de las recidivas administrando Benzodiazepinas al momento del cuadro

febril puede ser válido aunque no totalmente eficaz. No es posible predecir o prevenir

todas las recidivas, pero si lo es en algunos casos, con muy pocos riegos y efectos

secundarios; Karin (1996).

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“El tratamiento recomendado actualmente es la administración oral o rectal de

Diazepam durante el proceso febril” Rosman et al. (1993), Rantala et al. (2000),

Baumann y Duffner (2000), Duchowny (2001). Aunque el tratamiento crónico con

Fenobarbital o Ácido Valproico reduce la recurrencia de convulsiones febriles, los

efectos secundarios, que incluyen alteraciones cognitivas y de la conducta, han hecho

impracticable esta alternativa terapéutica. Por otra parte no se ha demostrado que el

tratamiento de los pacientes con convulsiones febriles con Fenobarbital o Ácido

Valproico disminuya el riesgo posterior de epilepsia; Baumann (2000), Duchowny

(2001).

En el estudio de un niño con convulsión febril debe hacerse énfasis en una

historia clínica completa con especial atención a la presencia de problemas pre, peri o

postnatales, antecedentes familiares de epilepsia y convulsión febril, que nos oriente

hacia la presencia de un daño neurológico previo a la aparición de la convulsión.

Otros estudios están dados por el Electroencefalograma, donde está claramente

establecido por todos los estudios poblacionales que no tienen ninguna implicación

en cuanto al manejo agudo de la convulsión febril, por presentar alteraciones

inespecíficas con enlentecimiento de su ritmo posterior, Aicardi (1994). Se utiliza en

casos muy específicos cuando se necesita completar la evaluación; Rantala et al.

(2000).

Los estudios por imágenes según Cañizales (2000), tienen una indicación formal

en estados convulsivos febriles y donde hay un componente focal muy determinante

en los cuales tenemos que descartar una lesión de ocupación de espacio como

diagnostico diferencial. Sin embargo no se mencionan en la literatura estudios de

correlación entre elementos clínicos, electroencefalográficos y neuroimagenológicos

en convulsiones febriles, más tomando en cuenta que para los estudios de tomografía

y resonancia magnética según reconoce la American Academy of Pediatrics. Comité

on Quality Improvement, Subcomité on Febrile Seizures (1999), no se ha publicado

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ningún dato que apoye o niegue o proporcione factores de riesgo para apoyar la

necesidad de estos estudios en la evaluación de un niño con convulsión febril simple

y en la literatura extrapolan datos con el uso de TC en niños que han presentado

epilepsia generalizada. Además según plantea Bruce (1996) “desafortunadamente

cuando un niño tiene una crisis con fiebre, esto no es definitivo para determinar

cuando la crisis es secundaria a la fiebre o es la primera manifestación de una

epilepsia” Bruce (1996).

Según Fejerman (2002) cuando los pacientes tienen convulsiones febriles

focalizadas o prolongadas, estas pueden ser el primer signo del síndrome conocido, la

“epilepsia míoclónica severa de la infancia” (Síndrome de Dravet”; el paciente puede

desarrollar el síndrome de epilepsia temporal mesial con esclerosis hipocampica

varios años después o puede ser solamente eso: convulsiones febriles complicadas o

prolongadas (complejas) seguidas o no por crisis epilépticas provocadas.

Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente y en razón de los pocos datos

que existen sobre el problema planteado se planificó el presente estudio prospectivo

con el fin de determinar la correlación que existe entre las manifestaciones clínicas,

hallazgos electroencefalográficos y neuroimagenológicos en niños en edades

comprendidas entre los 6 meses y los 5 años con diagnóstico de convulsión febril que

acudieron a la consulta externa de neuropediatría del Hospital Pediátrico “Agustín

Zubillaga” en el período Abril 2002 - Abril 2003.

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CAPITULO III

MARCO METODOLOGICO

Tipo de investigación

El presente trabajo de investigación, fué un estudio de tipo descriptivo transversal.

Población y muestra

Población: estuvo conformada por todos los niños que acudieron al Hospital

Pediátrico “Agustín Zubillaga” durante el lapso comprendido entre Abril 2002- Abril

2003.

Muestra: comprendida por niños de ambos géneros con edades entre los 6 meses

y 5 años de edad que acudieron a la consulta externa de Neuropediatría con

diagnostico de convulsión febril.

Diseño de la investigación

Criterio de inclusión:

- Niños de ambos géneros con edades comprendidas entre los 6 meses y 5 años,

con clínica de convulsión febril.

Criterios de exclusión:

- Antecedente de lesión neurológica previa.

- Anomalía conocida del sistema nervioso central.

- Infecciones del sistema nervioso central.

- Antecedentes de convulsiones afebriles.

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Técnicas e instrumentos de recolección de datos:

Fuente de datos: fuente primaria.

Técnicas:

- Interrogatorio en la consulta externa del servicio de neuropediatría y examen

neurológico estructurado y reportado en la historia (ver anexo B).

- Reporte de los estudios electroencefalográficos y neuroimagenológicos.

Técnicas de procesamiento y análisis de datos:

Los datos obtenidos fueron registrados en formatos preestablecidos, están

representados mediante cuadros de distribución de frecuencia y fueron analizados

mediante el método descriptivo porcentual.

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CAPITULO IV

RESULTADOS

Cuadro Nº 1

Convulsiones Febriles. Distribución por grupo de Edad. Hospital Pediátrico “Agustín

Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

EDAD

n

%

< 1 1-2 años 3-4 años > 4 años

17

43

09

01

24,29

61,43

12,86

1,43

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se evidencia un predominio en el grupo de edad de 1-2 años (61,43%), seguido

de los menores de un año (24,29%). El de menos porcentaje corresponde a los

mayores de 4 años (1,43%).

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Cuadro Nº 2

Convulsiones Febriles. Distribución por Género. Hospital Pediátrico “Agustín

Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

EDAD

n

%

Femenino Masculino

39

31

55,71

44,29

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se pudo observar que 39 de los pacientes (55,71%) eran del género femenino y

31 del genero masculino (44,29%).

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Cuadro Nº 3

Convulsiones Febriles. Distribución según Temperatura. Hospital Pediátrico “Agustín

Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

TEMPERATURA

n

%

38 39 40 41

03

42

21

04

4,29

60,00

30,00

5,71

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

La mayoría de los pacientes presentaba temperatura de 39º C (60%), seguido de

40ºC (30%), en menor porcentaje los que reportaron temperatura de 38ºC y 41ºC con

4,29% y 5,71% respectivamente..

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Cuadro Nº 4

Convulsiones Febriles. Distribución según Tipo de Crisis. Hospital Pediátrico

“Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

CRISIS

n

%

Generalizadas Focales

68

02

97,14

2,86

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

El mayor porcentaje correspondió a las crisis generalizadas (97,14%) en relación

a las crisis focales (2,86%).

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Cuadro Nº 5

Convulsiones Febriles. Distribución según Tipo de Crisis Generalizada. Hospital

Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

CRISIS

n

%

Tónico-.clónicas Tónicas Atonicas Clónicas

31

29

05

03

45,59

42,65

7,35

4,41

TOTAL

68

100

Fuente: Fuente primaria.

Del tipo de crisis generalizadas el 45,59% correspondió a las crisis tónico-

clónicas seguido por un 42,65% de las crisis tónicas. El menor porcentaje

correspondió a las crisis clónicas con 4,41%.

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Cuadro Nº 6

Convulsiones Febriles. Distribución según Características de las Crisis Generalizadas.

Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto.

Venezuela.

CARACTERISTICA

SI n %

NO n %

Mirada fija Retroversión ocular Relajación de esfínter anal Relajación de esfínter vesical Sialorrea Palidez Cianosis Sin cambios de coloración de la piel

10 14,71 52 76,47 06 8,82 08 11,76 18 26,47 11 16,18 27 39,71 32 47,06

52 76,47 10 14,71 64 94,12 62 91,18 52 76,47 59 86,76 43 63,24 38 55,88

Fuente: Fuente primaria. n = 68.

En relación a las características de las crisis generalizadas en el presente estudio

predomino la retroversión ocular (76,47%). La ausencia de relajación de esfínter anal,

vesical y de sialorrea fue de 94,12% ; 91,18% y 76,47% respectivamente. Los

cambios de coloración de la piel estuvieron presentes en 55,89% de los casos

(cianosis 39,71% y palidez 16,18%)

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Cuadro Nº 7

Convulsiones Febriles. Distribución según Duración de la Crisis. Hospital Pediátrico

“Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

DURACION

n

%

< 15 minutos > 15 minutos

61

09

87,14

12,86

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

La duración de las crisis fue menor de 15 minutos en un 87,14% de los casos y

mayor de 15 minutos en el 12,86%..

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Cuadro Nº 8

Convulsiones Febriles. Distribución según Clasificación. Hospital Pediátrico

“Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

CLASIFICACION

n

%

Simples Complejas

54

16

77,14

22,86

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

En el presente estudio predominaron las crisis febriles simples (77,14%).

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Cuadro Nº 9

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Prenatales. Hospital

Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

ANTECEDENTE PRENATAL

n

% Sin antecedentes Con antecedentes

52

18

74,29

25,71

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se observa que el mayor porcentaje de los casos (74,29%) no presenta

antecedentes prenatales.

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Cuadro Nº 10

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Perinatales. Hospital

Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

ANTECEDENTE PERINATAL

n

% Sin antecedentes Con antecedentes

41

29

58,57

41,43

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se evidencio que un 58,57% de los casos no presenta antecedentes perinatales.

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Cuadro Nº 11

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Epilepsia.

Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto.

Venezuela.

ANTECEDENTE FAMILIAR DE EPILEPSIA

n

% Sin antecedentes Con antecedentes

44

26

62,86

37,14

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se observa que el 62,86% de los casos no presenta antecedentes familiares de

epilepsia.

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Cuadro Nº 12

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Convulsión

Febril. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003.

Barquisimeto. Venezuela.

ANTECEDENTE FAMILIAR DE CONVULSION FEBRIL

n

% Sin antecedentes Con antecedentes

53

17

75,71

24,29

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se observa que el 75,71% de los casos no presenta antecedente familiar de

convulsión febril.

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Cuadro Nº 13

Convulsiones Febriles. Distribución según Antecedentes Familiares de Epilepsia y/o

Convulsión Febril. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003.

Barquisimeto. Venezuela.

ANTECEDENTE

n

%

Con antecedentes Sin antecedentes

39

31

55,71

44,29

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

En este estudio predominaron los pacientes con antecedentes familiares de

epilepsia y/o convulsiones febriles con 55,71%.

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Cuadro Nº 14

Convulsiones Febriles. Distribución según Anticonvulsivante Preventivo Indicado.

Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto.

Venezuela.

ANTICONVULSIVANTE

n

% Fenobarbital Acido Valproico Clonazepam Ninguno

36

07

01

26

51,43

10,00

1,43

37,14

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se evidencia que el anticonvulsivante preventivo más indicado fue el

Fenobarbital (51,43%), seguido de ninguno (37,14%).

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Cuadro Nº 15

Convulsiones Febriles. Distribución según Electroencefalograma Íntercrítico.

Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto.

Venezuela.

ELECTROENCEFALOGRAMA

n

%

Normal Anormal

45

25

64,29

35,71

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Se observo un predominio de electroencefalogramas normales (64,29%).

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Cuadro Nº 16

Convulsiones Febriles. Distribución según el Patrón de Anormalidad

Electroencefalográfico. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril

2003. Barquisimeto. Venezuela.

PATRON DE ANORMALIDAD ELECTROENCEFALOGRAFICO

n

% Paroxístico Focal Lento Focal Lento Difuso Paroxístico generalizado Limitrofe

06

16

01

01

01

24,00

64,00

4,00

4,00

4,00

TOTAL

25

100

Fuente: Fuente primaria.

De los electroencefalogramas anormales el 64% correspondió a el patrón lento

focal (64%), seguido de un 24% del patrón paroxístico focal.

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Cuadro Nº 17

Convulsiones Febriles. Distribución según el Resultado del Estudio de Neuroimagen.

Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002- Abril 2003. Barquisimeto.

Venezuela.

NEUROIMAGEN

n

%

Normal Anormal

42

28

60,00

40,00

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Predominó el resultado normal del estudio de neuroimagen con un 60%.

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Cuadro Nº 18

Convulsiones Febriles. Distribución según Clasificación y Resultados de

Electroencefalograma y Neuroimagen. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril

2002- Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

CRISIS

EEG

N % A %

NEUROIMAGEN

N % A %

Simples Complejas

35 64,81 19 35,19

10 62,50 06 37,50

34 62,96 20 37,04

08 50,00 08 50,00

Fuente: Fuente primaria. Simples n=54. Complejas n=16

La mayoría de los pacientes con convulsiones febriles simples presentaron

resultados de Electroencefalogramas y Neuroimágenes normales; (64,81%) y

(62,96%) respectivamente.

En el caso de las convulsiones febriles complejas se evidenciaron resultados

normales en un (62,50%) de los Electroencefalogramas y en un (50%) de las

Neuroimágenes.

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35

Cuadro Nº 19

Convulsiones Febriles. Distribución según el Resultado del Electroencefalograma

Íntercrítico y/o Neuroimagen. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Abril 2002-

Abril 2003. Barquisimeto. Venezuela.

EEG Y/O NEUROIMAGEN

n

%

Anormal normal

42

28

60,00

40,00

TOTAL

70

100

Fuente: Fuente primaria.

Predominaron los pacientes con electroencefalogramas y/o neuroimagen

anormal (60%).

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36

CAPITULO V

DISCUSIÓN

En el presente estudio analicé la variable edad de inicio las crisis convulsivas

febriles (Cuadro Nº 1). En los resultados obtenidos se observa la mayor frecuencia de

convulsiones febriles en el rango de edad de 1-2 años (61,43%), y 85,72%

corresponden a los menores de 2 años, coincidiendo con numerosos autores

encontrando mayor frecuencia de convulsiones febriles en los lactantes de 0-2 años;

Diament (1996), Nelson (1997), Menenghello (1997) quienes además refieren que

hay un pico entre los 14 y 18 meses de edad. Lozano (2000) menciona como la edad

media habitual entre 17 y 23 meses.

De la definición de convulsión febril, el rango de edad es el más discutido y de

menor consenso. Así tenemos que Nelson y Ellemberg (1978) mencionan la edad

entre 1 mes y 7 años, El Consensus in Medicine (1980) lo estratifica de 3 meses a 5

años, Berg et al. (1992) de 1 mes a 10 años, The Comisión on Epidemiology and

Prognosis of the Internacional League Against Epilepsy (1993) después de un mes sin

referir limite superior. El Joint Working Group of the Research Unit of the Royal

College of Phisicians Paediatric Association (1991), La Academia Americana de

Pediatría (1996), y Knudsen (2000) coinciden en la edad de 6 meses hasta los 5 años.

Es de hacer notar que durante el periodo de estudio no fue referido a la consulta

ningún paciente con diagnostico de convulsión febril con edad inferior a los 6 meses.

El comportamiento de las convulsiones febriles en relación al género también

fue analizado (Cuadro Nº 2) encontrando diferencias, predominando el género

femenino con 39 pacientes que constituye el 55,71% del total de los casos, este

hallazgo concuerda con Menenghello (1997) quien señala que las convulsiones

febriles son más frecuentes en niñas que en varones y difiere de Fernández (1988),

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37

Karin (1996), Herrero y Cols. (2000) quienes mencionan cierta incidencia mayor en

el varón.

La temperatura referida al momento de la crisis fue de 39ºC en un 60% de los

casos (Cuadro Nº 3). Este hallazgo difiere de Lozano (2000) quien hace referencia

que la temperatura habitual en que tienen lugar las convulsiones febriles se sitúa entre

38-38,5ºC y que sólo es mayor de 39ºC en 7% de los casos. En mi investigación en el

95,71% la temperatura fue mayor de 39ºC.

También analicé los tipos de crisis convulsivas febriles, (Cuadro Nº 4)

observando que 68 pacientes presentaron crisis generalizadas (97,14%), similar a lo

reportado por Bautista y Cols. (1999). De estas 31 fueron crisis tónico-clónicas

(45,59%), 29 tónicas (42,65%) (Cuadro Nº 5). Estos resultados son similares a lo

referido por otros autores, quienes mencionan que en las convulsiones febriles las

formas clínicas más frecuentes son las tónico-clonicas y tónicas generalizadas; Berg

et al. (1992), Freeman, J. (1992).

De las características de las crisis (Cuadro Nº 6) la retroversión ocular estuvo

presente en 74,29% de los casos, seguida de los cambios de coloración de la piel con

54,28% (cianosis 38,57% y palidez 15,71%), no encontrando estudios estadísticos

comparativos.

El tiempo de duración de una convulsión febril es importante para poderla

clasificar como simple o compleja; Menenghello (1997). En el presente estudio

en cuanto a la duración de los episodios (cuadro Nº 7), puede observarse que en 61

pacientes la convulsión duro menos de 15 minutos representando el 87,14% de los

casos estudiados, correspondiéndose con la bibliografía revisada.

En cuanto se refiere a la clasificación de las convulsiones febriles (cuadro Nº 8),

54 pacientes presentaron convulsiones febriles simples (77,14%) con respecto a 16

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casos (22,86%) de convulsiones febriles complejas, lo que se asemeja a lo encontrado

por Nelson (1997) y correspondiéndose con la bibliografía donde refieren que es

más frecuente observar las formas típicas de crisis febril; Hirtz, G. (1989), Palencia,

L. (1992), Berg, B. (1992). Verity (1985) también señala que cerca del 20% de los

pacientes tienen convulsión febril compleja como su primer episodio.

Con relación a la presencia de antecedentes prenatales y perinatales (Cuadros Nº

9 y 10 ) se encontró 52 pacientes sin antecedentes prenatales que representó el

74,29%. De los antecedentes perinatales 41 pacientes (58,57%) no presentaban

antecedentes. Los antecedentes prenatales positivos correspondían a hipertensión

arterial, anemia e infecciones urinarias, mientras que los perinatales a cesárea, e

hipertensión arterial.

En cuanto a antecedentes familiares de epilepsia (Cuadro Nº 11); 44 pacientes no

tenían historia familiar de epilepsia para un 62,86% y 26 tenían antecedente familiar

de epilepsia (37,14%). Relacionado con el antecedente familiar de convulsiones

febriles (cuadro Nº 12); 53 pacientes no tenían historia familiar de convulsión febril

(75,71%) y 17 presentaban antecedentes (24,29%). Tomando en cuenta la presencia

de antecedentes familiares de epilepsia y/o convulsión febril (Cuadro Nº 13); 39

casos tenían antecedentes (55,71%) en relación a 31 (44,29%) sin antecedentes.

Estos resultados positivos para antecedente familiar de epilepsia y convulsión febril

son superiores a los encontrados por Bautista y Cols. (1999), esto reafirma el carácter

genético de esta entidad.

La mayoría (62,86%), de los niños con convulsiones febriles, egresaron con

tratamiento de mantenimiento (Cuadro Nº 14), siendo el anticonvulsivante más

indicado el Fenobarbital en 51,43% de los casos. Esta conducta difiere de lo

recomendado en la literatura; Zerpa (1991), Guillain y Wyllie (1996), así como por

Knudsen (1996) quienes refieren que la profilaxis crónica con medicamentos

antiepilépticos se justifica en casos altamente seleccionados.

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39

El tratamiento recomendado actualmente es la administración oral o rectal de

Diazepam durante el proceso febril; Knudsen (1991), Rosman (1993), Baumann y

Duffner (2000) y Duchowny (2001).

Los Electroencefalogramas intercríticos resultaron normales en 64,29% de los

pacientes y anormales en 35,71% (Cuadro Nº 15), con resultados similares cuando se

analizan las crisis febriles simples y complejas por separado (ver Cuadro Nº 18). En

el caso de los 25 Electroencefalogramas anormales un 64% correspondió al patrón

lento focal y 24% paroxísticos focales (Cuadro Nº 16). Este ultimo resultado coincide

con Alvarez (1983) quien encontró que “ En más del 20% de estos niños se

encuentran salvas hipnagogicas de espiga-onda cuando el registro

electroencefalográfico se toma en el estado de transición entre la vigilia y el sueño”.

Esto adquiere significativa importancia ya que las características iniciales del EEG de

la epilepsia mesial temporal con esclerosis hipocampica se manifiesta con espigas

temporales anteriores unilaterales o bilaterales independientes y actividades de ondas

lentas regionales. Fejerman (2002) refiere que estas características asociadas con una

clara esclerosis hipocampica unilateral, demostrada a través de resonancia magnética

de alta resolución, son suficientes para decidir la cirugía de la epilepsia, de allí la

importancia de realizar estos estudios en la evaluación de un paciente con crisis

convulsivas febriles.

Los resultados de la neuroimagen (Cuadro Nº 17) fueron normales en un 60% y

anormales en 40%, aumentando este ultimo porcentaje al 50% en el caso de las crisis

febriles complejas (Cuadro Nº 18). De los 28 estudios de Resonancia Magnética

anormales se encontró acentuación de surcos corticales mas ventriculomegalia en 14

pacientes de los cuales 2 presentaban además lesiones hiperintensas en sustancia

blanca de regiones periventriculares correspondientes a probable gliosís isquemica,

11 casos presentaron acentuación de surcos corticales en regiones frontales,

frontotemporales, o temporales, en 2 pacientes se observó ventriculomegalia y en un

caso angioma venoso en hemisferio cerebeloso derecho. Como hallazgo adicional se

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40

encontró un caso de Arnold Chiari I-II sin otras lesiones asociadas. Tomando como

base estos resultados, lo referido por Bruce (1996); “desafortunadamente cuando un

niño tiene una crisis con fiebre, esto no es definitivo para determinar cuando la crisis

es secundaria a la fiebre o es la primera manifestación de una epilepsia”, y lo

mencionado por Huff (1996) “la fiebre puede coincidir con una convulsión de

etiología distinta como por ejemplo de origen traumático, trastornos degenerativos o

accidente cerebrovascular, difiero de la Academia Americana de Pediatría (1996), de

Guillain y Wyllie (1996) quienes indican que la realización de neuroimágenes

(Resonancia Magnética Cerebral) debe reservarse a aquellos pacientes que presenten

déficit motores focales persistentes y de Karin (1996) que menciona que solo esta

indicada cuando se sospecha la existencia de una lesión estructural subyacente y de

Cañizales (2000) quien sólo la recomienda en convulsiones febriles focales para

descartar una lesión de ocupación de espacio como diagnostico diferencial.

Además según reconoce la propia Academia Americana de Pediatría a través del

Comité on Quality Improvement, Subcomité on Febrile Seizures (1999), no se han

publicado datos que apoyen o nieguen la necesidad de estos estudios en la evaluación

de un niño con convulsión febril simple.

Al evaluar la distribución de los casos según resultados del

Electroencefalograma y/o Neuroimagen (cuadro Nº 19), observamos que los

Electroencefalogramas y/o neuroimágenes anormales representan el 60% de los

casos, indicando dicho hallazgo que ambas técnicas de estudio son necesarias en

forma conjunta al evaluar pacientes con una primera convulsión febril. En este caso

los argumentos de Bruce (1996), Huff (1996), y el reconocimiento de la propia

Academia Americana de Pediatría a través del Comité on Quality Improvement,

Subcomité on Febrile Seizures (1999) mencionados anteriormente, son igualmente

validos para justificar la realización de estos estudios.

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41

CAPITULO VI

CONCLUSIONES

- La mayor frecuencia de primeras crisis convulsivas febriles ocurrió en el

rango de edad de 1-2 años.

- El genero que se observó con más frecuencia asociado a las crisis convulsivas

febriles fue el femenino.

- La temperatura de 39ºC fué mas frecuente al momento de la crisis en el grupo

estudiado.

- Las crisis generalizadas fueron las más frecuentes en este estudio.

- Del tipo de crisis generalizadas predominaron las tónico-clónicas.

- En cuanto a las características de las crisis predomino la retroversión ocular y

los cambios de coloración de la piel.

- Las crisis duraron en la mayoría de los casos menos de 15 minutos.

- La convulsión febril simple o típica es la más frecuente en este estudio.

- En la investigación predominaron los pacientes con antecedentes familiares de

epilepsia y/o convulsiones febriles.

- A la mayoría de los casos se les indico tratamiento preventivo.

- El anticonvulsivante preventivo más indicado fué el Fenobarbital.

- La mayoría de los resultados de Electroencefalogramas fueron normales.

- De los Electroencefalogramas anormales el patrón lento focal fué el

predominante.

- En el presente trabajo fué mayor el resultado de neuroimagenes normales, sin

embargo el porcentaje de anormales fué elevado.

- Predominaron los pacientes con Electroencefalogramas y/o neuroimagen

anormales.

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CAPITULO VII

RECOMENDACIONES

1. Interrogatorio adecuado sobre el episodio. Ha de hacerse a la persona que lo

presenció, consiguiendo una descripción minuciosa del mismo.

2. Determinar con precisión si la crisis convulsiva febril es simple o compleja.

3. Optimizar la evaluación del niño que ha presentado una crisis convulsiva

febril asegurando que sean detectadas posibles enfermedades subyacentes,

reduciendo la morbilidad y permitiendo al medico tranquilizar al niño y a sus

padres-

4. Optimizar los conocimientos del médico sobre la base científica de la

evaluación neurodiagnóstica de los niños con convulsiones febriles.

5. Fomentar la conciencia de la importancia del control neurológico posterior al

primer episodio convulsivo febril.

6. Incluir dentro de la evaluación neurodiagnóstica de un niño con una primera

convulsión febril los estudios de Electroencefalografía y Resonancia

Magnética Cerebral.

7. Realizar estudios de seguimiento para evaluar el papel de la Resonancia

Magnética en la determinación del riesgo de recurrencia.

8. Indicar el uso de medicamentos preventivos en caso de ser necesario.

9. Programas de educación con la finalidad de informar a los representantes y

cuidadores el manejo adecuado de la fiebre, dando instrucciones con la

información suficiente sobre el proceso, y como aplicar el tratamiento y

medidas adecuadas cuando se presente una crisis en su domicilio.

Todas estas recomendaciones conducirá a un mejor manejo del problema, un

diagnostico preciso en forma precoz, evitando situaciones angustiosas y

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contribuyendo así a mejorar la calidad de vida del paciente y de todo el entorno

familiar.

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ANEXOS

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ANEXO A

CURRICULUM VITAE DEL AUTOR

Marlon Erickson Blasco Loyo.

Candidato para optar al grado de Especialista en Neuropediatría.

Trabajo de grado: Convulsiones Febriles. Correlación Clínica, Electroencefalográfica

y Neuroimagenologica. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Barquisimeto. Abril

2002-Abril 2003.

Medico Cirujano, Universidad de los Andes. Mérida-Mérida. 1989.

Medico Interno, Hospital Central Dr. Plácido D. Rodríguez Rivero. San Felipe-

Yaracuy. 1990-1992.

Medico Residente, Hospital Central Dr. Plácido D. Rodríguez Rivero. San Felipe-

Yaracuy. 1992-1994.

Medico Residente, del Postgrado de Pediatría. Universidad Centro Occidental

Lisandro Alvarado. Hospital “Antonio Maria Pineda”. Barquisimeto-Lara. 1995-

1998.

Medico Residente, del Postgrado de Neuropediatría. Universidad Centro Occidental

Lisandro Alvarado. Hospital Pediátrico “Agustín Zubillaga”. Barquisimeto-Lara.

2001-2004.

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ANEXO B

REGISTRO DE PACIENTES Nº PAC E G T M R CRI P CI SI EA EV DM T A P’ FE F DX EL R’ 1 ID 10 m F 40 X TG X X 5 X T PF A 2 MA 11 m F 39 X TCG X 2 F X X T LF A 3 WM 1+4 M 39,8 X TCG X <1 F X T N N 4 JE 1+7 F 39,5 X AG X X X 2 F X X T AS A 5 AB 11 m M 39 X TG X 1 X T LI A 6 KS 2+10 F 39,5 X TCG X X 60 F X X A N A 7 OG 3+4 F 39 TCG X <3 F X X T PG N 8 HO 1+3 M 40 X TG X <15 F X X T N N 9 MS 2 F 39 X TCG 5 V X X X T N A 10 JC 2+3 M 39,8 X TG X 10 F X T LE N 11 JP 3 M 39 AG X 2 F X X X T N N 12 FG 1+6 F 39 X CG 5 F X T N N 13 AR 7 m F 38,5 FM 3 V A LF A 14 LC 10 m F 39 X TG 4 X T N A 15 MM 3 F 39 X CG X X X <15 X X T N N 16 DG 2+1 M 40 X TCG X <15 F X T N A 17 L0 8 m M 40 X TCG 5 F X X T LF A 18 JH 11 m F 38 X TG 5 X X T N A 19 AC 2 M 39 X TCG <1 V X T PF N 20 OB 1 F 39 X TCG X X 5 X T N N 21 IZ 1+6 F 40 FM 5 V X X A N A 22 JG 1+1 M 39,8 X TCG 10 F X T N N 23 GL 2 F 40 X AG <15 F X T LF A 24 AR 1+4 M 39 TCG X 3 F X T N N 25 LA 9 m F 39 X TCG 2 F X T N A 26 MQ 10 m M 39 X TCG >15 F A N A 27 EP 2+5 F 39,5 X TG X 5 V X A PF A 28 DA 1+8 F 40 X TG X 30 F A AS N 29 JS 1+2 M 39 X TG X <1 F X T N N 30 EA 2 F 39 X TG <5 V X T LF N 31 DL 1+4 F 39 X TG X X 5 F T AS N 32 EA 1+4 M 39 X TG X 10 T N N 33 YM 1 F 40 X TCG X 2 F X X X T N N 34 MQ 1+3 M 40 X TCG <5 F X X T N N 35 LC 3+3 M 39 X TG X X X 1 X T PF A 36 JM 3+8 M 40 TG X <1 F X T N N 37 CA 1+5 F 39,5 X TG X <1 X X T N A 38 NA 9 m F 39 TG X 5 X X T N N 39 MJ 2 F 39 X TCG <15 F X X X T PF N 40 EG 2 F 39 X TG X 5 X T N A 41 LC 1+8 M 39,5 TCG 5 T LF N 42 DV 4+2 F 39 X TCG X 20 F X X A AS A 43 RD 10 m F 39,5 X AG X 2 X T LF N 44 AL 2+11 F 39,5 X TCG 15 X X A LF N

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Nº PAC E G T M R CRI P CI SI EA EV D T A P’ FE F DX EL R’ 45 MP 2+2 F 38 X TCG X 15 V A LF N 46 YM 2+10 M 39 X TCG X 2 F X A LF A 47 AM 3 M 40 X TG 1 X X X T PF N 48 AF 1+4 M 40,5 X TG X <5 T N N 49 GB 1+10 F 39,5 X TCG X 4 X T AS A 50 AC 1 F 39 X TCG X X 5 F X X T N N 51 AR 1+11 M 40 X TG X 5 F X T N A 52 WL 3 F 39 X CG X 3 F T AS N 53 ES 1+3 M 39 X TCG 5 F X T LF A 54 MC 1+3 F 40 X TG X X 4 X T LF A 55 VV 1+6 F 39 X TG 1 T N N 56 SZ 9 m F 40 X TG X 2 F X T AS N 57 GM 11 m M 40 X TG X 5 F X X T AS A 58 MH 1+5 F 39,8 X TCG X X 27 C X X X A N A 59 RG 1+2 M 40 X TCG X X X 5 X T N N 60 MO 3+2 F 41 X TG X X 2 F X X T N N 61 MG 11 m F 39,5 X TG X X 3 F X X T LF N 62 MD 1+7 F 40 X TG X <1 T LF N 63 EB 1+8 M 41,5 X TCG X X 5 F A AS N 64 SM 8 m F 41 X TCG X X 20 A N N 65 JM 10 m M 40 X TG X 2 X X T N N 66 DR 1+9 M 40 X TCG X 5 X X A LF N 67 MA 1+5 M 39,9 X AG X <5 X T LF N 68 JF 1+7 M 39 X TG X 5 F X X X T AS A 69 KP 3 M 40 X TCG 1 F A N N 70 YT 11 m M 41 X TCG X X X 15 X A AS N Nº: Número. PAC: Paciente. E: Edad. G: Género. T: Temperatura. M: Mirada fija. R: Retroversión ocular. CRI: Crisis. TG: Tónica generalizada. TCG: Tónico-clónica generalizada. AG: Atonica generalizada. CG: Clónica generalizada. FM: Focal motora. P: Palidez. CI: Cianosis. SI: Sialorrea. EA: Esfínter anal. EV: Esfínter vesical. DM: Duración en minutos. T: Tratamiento (F: Fenobarbital, V: Valpron, C: Clonazepam). A: Antecedentes prenatales. P’: Antecedentes perinatales. FE: Antecedente familiar de epilepsia. F: Antecedente familiar de convulsión febril. DX: Diagnóstico (T: Típica, A: Atípica). EL: Electroencefalograma (PF: Paroxístico focal, LF: Lento focal, N: Normal, LI: Limítrofe, PG: Paroxístico generalizado, LE: Lento difuso, AS: Asimétrico). R’: Resonancia magnética cerebral (N: Normal, A: Anormal).


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