UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOLOGA Departamento de Filologa Espaola II (Literatura Espaola)
EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE APACIBLE
ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS HIDALGO.
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR
PRESENTADA POR
Jess Gallego Montero
Bajo la direccin de la doctora
Ana Vian Herrero
Madrid, 2011
ISBN: 978-84-694-2450-6 Jess Gallego Montero, 2010
1
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOLOGA
Departamento de Filologa Espaola II (Literatura Espaola)
EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE
APACIBLE ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS
HIDALGO
JESS GALLEGO MONTERO
BAJO LA DIRECCIN DE LA DR. D. ANA VIAN HERRERO
Madrid, julio, 2010
2
3
EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE
APACIBLE ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS
HIDALGO
JESS GALLEGO MONTERO
4
5
ABREVIATURAS Y SIGLAS
A HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de entretenimiento en
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B2 HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible
entretenimiento, Barcelona, Sebastin de Cormellas, 1605
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revisados: B.U.S. (86-A-62). B.P.R. (A-08: I.B. 192 (2)
[3])].
B3: HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible
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6
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portada (en su lugar, en folio de guarda, aparecen los datos
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10
Ob. cit. Obra citada.
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la Mancha, ed. del Instituto Cervantes, Barcelona,
Instituto Cervantes - Crtica, 1998, 2 vols.
V HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible
entretenimiento, estudio y edicin de Julio Alonso Asenjo
y Abraham Madroal, Valencia, Publicacions de la
Universitat de Valencia, Coleccin Parnaseo, 11, 2010.
11
NDICE
I. AUTOR Y GNERO LITERARIO.................... 17
I.1. EL AUTOR: GASPAR LUCAS HIDALGO... 19
I.2. GNERO LITERARIO............ 21
I. 2.1. EL DILOGO DENTRO DE LA TRADICIN
SIMPOSACA. 22
I.2.1.1. TRADICIN CLSICA. 22
I.2.1.2. TRADICIN RENACENTISTA ITALIANA...27
I.2.1.3. LOS CONVIVIA DE ERASMO... 29
I.2.1.4. EL DILOGO SIMPOSACO EN EL
RENACIMIENTO ESPAOL 31
I.2.2. OTRAS TRADICIONES: DILOGOS HUMORSTICOS
Y LIBROS DE CARNESTOLENDAS...... 41
I.2.3. MARCO DIALOGADO 44
I.2.4. NARRAR A PROPSITO COMO NORMA PRINCIPAL
DE LA CONVERSACIN. 57
I.2.5. ENTRETENIMIENTOS CONVIVIALES 61
I.2.6. PERSONAJES... 65
I.2.6.1. FABRICIO 72
I.2.6.2. EL BUFN CASTAEDA. 79
I.2.6.3. DON DIEGO. 87
I.2.6.4. INTERLOCUTORAS FEMENINAS: DOA
PETRONILA Y DOA MARGARITA.. 90
I.2.6.5. OTROS PERSONAJES.. 95
II. LOS RELATOS INTERCALADOS. 99
II.1. LA HISTORIA FANTSTICA 101
II.1.1. MODELO GENRICO...101
II.1.2. LA IMAGEN DEL MONSTRUO EN LOS SIGLOS
12
XVI Y XVII. 106
II.1.3. ESTUDIO LITERARIO 108
II.2. LOS RELATOS BREVES 113
II.2.1. DEFENSA DE LA RISA... 114
II.2.2. CUENTECILLOS TRADICIONALES Y CUENTOS
FOLCLRICOS... 116
II.2.3. MARCO INTERLOCUTIVO Y RELATOS BREVES
INTERCALADOS 130
II.2.4. MOTES.. 136
II.2.5. EL JUEGO DE PALABRAS EN LOS RELATOS
BREVES....... 139
II.3. CONCLUSIN. 153
III. MANIFESTACIONES DE LA FIESTA EN LOS DILOGOS DE
APACIBLE ENTRETENIMIENTO... 157
III.1. INTRODUCCIN... 159
III.2. LA FIESTA EN SALAMANCA: LOS GALLOS DE FRAY PEDRO
CORNEJO DE PEDROSA... 159
III.2.1. GNESIS DE LOS GALLOS 160
III.2.2. GALLOS ULICOS Y VEJMENES DE GRADO EN
SALAMANCA. 162
III.2.3. DIFERENCIAS ENTRE GALLOS Y VEJMENES DE
GRADO. 171
III.2.4. GALLOS ULICOS Y VISITAS DE MONARCAS... 173
III.2.5. REALIDAD Y FICCIN EN LOS GALLOS INCLUIDOS
EN LOS DILOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO.. 176
III.2.6. ASPECTOS DE LA RECEPCIN EN LOS GALLOS
DE HIDALGO.. 188
III.2.7. LA DICOTOMA BURLAS / VERAS 191
III.2.8. LA LENGUA DE LOS GALLOS. 194
III.3. LA FIESTA EN SALAMANCA: LA INVENCIN DE LOS
13
ROPEROS. 200
III.3.1. LA INVENCIN DE LOS ROPEROS COMO PARTE
DE UNA RELACIN DE SUCESOS: SELECCIN
Y RECREACIN DE GASPAR LUCAS HIDALGO 202
III.3.2. POESA E IMAGEN 207
III.4. LA MSCARA DEL CONDE: FIESTA CARNAVALESCA Y
MOJIGANGA... 213
III.5. MATRACA Y POESA DE REPENTE.. 219
III.6. EL CARNAVAL EN LOS DILOGOS DE APACIBLE
ENTRETENIMIENTO 223
IV. DE LAS EXCELENCIAS DE LAS BUBAS: TRADICIN ADOXOGRFICA
Y PARADOJA EN EL SIGLO DE ORO ESPAOL.. 227
IV.1. ORGENES Y RECUPERACIN DE LA ADOXOGRAFA... 229
IV.2. LA PARADOJA RENACENTISTA... 232
IV.2.1. LA PARADOJA DEL DESTIERRO... 233
IV.2.2. EL NOMINALISMO Y LA PARADOJA 238
IV.2.3. JUAN MALDONADO. 241
IV.2.4. LA PARADOJA LINGSTICA: DE PALMIRENO
A FRANCISCO SNCHEZDE LAS BROZAS.. 243
IV.2.5. PARADOJA Y PREDICACIN.. 245
IV.2.6. DEL LAZARILLO A LOS COLLOQUIOS DE BALTASAR
DE COLLAZOS 247
IV.3. EL ELOGIO PARADJICO EN EL SIGLO DE ORO.. 252
IV.3.1. EL ELOGIO DE LAS COSAS Y CRIATURAS
PEQUEAS.. 255
IV.3.2. TENDENCIAS DEL ELOGIO PARADJICO... 260
IV.4. CONCLUSIN... 269
IV.5. DE LAS EXCELENCIAS DE LAS BUBAS.. 270
IV.5.1. EL TEMA CARNAVALESCO DE LA SFILIS. 271
IV.5.2. EL ELOGIO DE LAS BUBAS COMO EJERCICIO
14
RETRICO... 279
IV.5.3. CONTRA LA COMN OPININ.. 284
V. HISTORIA DEL TEXTO. CRITERIOS DE EDICIN. 289
V.1. FONTES CRITICAE. 291
V.1.1. LAS EDICIONES CONSERVADAS DE LOS DILOGOS
DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO. 291
V.1.1.1. EDICIONES DEL SIGLO XVII... 291
V.1.1.2. EDICIONES MODERNAS.......................................... 298
V.1.2. UN MANUSCRITO DEL SIGLO XVII............................ 301
V.1.3. EDICIONES PERDIDAS.. 304
V.1.4. CENSURA. 308
V.1.5. CONCLUSIONES. 311
V.2. COLLATIO. FILIACIN DE LOS TESTIMONIOS. STEMMA. 311
V.3. CRITERIOS DE EDICIN.. 320
VI. CONCLUSIONES GENERALES. 325
VII. POSTSCRIPTUM. 343
VIII. DILOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO... 359
APROBACIN 360
EL REY. 361
AL LECTOR. 364
DILOGO PRIMERO DEL SARAO EN EL DOMINGO DE
CARNESTOLENDAS EN LA NOCHE.. 367
DILOGO SEGUNDO DEL LUNES DE ANTRUEJO EN LA NOCHE.. 439
DILOGO TERCERO DEL MARTES EN LA NOCHE 483
15
IX. APARATO DE VARIANTES... 553
X. APNDICE.. 575
XI. NDICE DE NOTAS AL TEXTO. 595
XII. BIBLIOGRAFA GENERAL... 611
XII.1. EDICIONES DE TEXTOS Y DOCUMENTOS CITADOS..... 613
XII.2. ESTUDIOS CITADOS.. 638
16
17
I. AUTOR Y GNERO LITERARIO
18
19
I.1. EL AUTOR: GASPAR LUCAS HIDALGO
Poco sabemos sobre el autor de los Dilogos de apacible entretenimiento. En la
portada del libro aparece Gaspar Lucas Hidalgo como vecino de la villa de Madrid,
as como en la aprobacin dada por Toms de Gracin Dantisco en Valladolid el once
de diciembre de 1603, una vez enmendado el libro, y en el privilegio de impresin del
31 de enero de 1603 firmado por Juan de Amzqueta. Con respecto al privilegio
castellano, segn consta en el libro de registros de provisiones y cdulas dadas por el
Consejo de Castilla entre los aos 1599 y 1604 conservado en el Archivo Histrico
Nacional, sabemos que Hidalgo obtuvo un primer privilegio de impresin por diez aos
para sus Dilogos de apacible entretenimiento el 24 de diciembre de 1602:
Licencia y preuilegio a Gaspar Lucas hidalgo v[e]z[in]o de la Villa de Madrid para que
pueda imprimir vn libro intitulado dilogos de apacible entretenimiento y preuilegio por
diez aos.1
El 31 de enero de 1603 firma el Rey un nuevo privilegio para Hidalgo, por los
Dilogos de apacible conversacin, que es el mismo que se conserva en ediciones del
siglo XVII junto con la aprobacin por Comisin del Consejo de Castilla firmada por
Toms Gracin Dantisco, en Valladolid, el 11 de diciembre de 1603:
Licencia a Gaspar Lucas ydalgo para que pueda imprimir vn libro intitulado dilogos de
apacible conversacin y preuilegio por diez aos.2
La referencia a Madrid hizo probablemente que se le adjudicase la patria de Madrid a
nuestro autor por Juan Prez de Montalbn en su Para todos3. Bibligrafos posteriores
como Nicols Antonio y lvarez y Baena siguieron manteniendo esta aseveracin4.
1 A.H.N., Consejos, Libro 641-E (aos 1599-1604), f. 256r.
2 A.H.N., Consejos, Libro 641-E (aos 1599-1604), f. 261r.
3 J. Prez de Montalbn, Para todos, exemplos morales humanos y divinos, Huesca, Pedro Blusn, 1633
[B.N.E.: R/5286], f. 7r., nm. 135: Gaspar Lucas Hidalgo, vn libro intitulado Apacible entretenimiento
de las Carnestolendas de Castilla. 4 Nicols Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, t. III, p.529b. En el siglo XVIII la volver a citar lvarez y
Baena, siguiendo a Nicols Antonio, en su obra Hijos de Madrid, dignidades, armas, ciencias y artes:
GASPAR LUCAS HIDALGO, natural de Madrid, de quien slo s que escribi Apacible
20
Marcelino Menndez y Pelayo, por su parte, afirm que muy probablemente Gaspar
Lucas Hidalgo fuera natural de Burgos, a juzgar por su conocimiento de la ciudad y el
hecho de que esta ciudad fuese el lugar en donde transcurren los dilogos5. En similares
trminos a los de Menndez Pelayo se muestra Ludwig Pfandl:
Gaspar Lucas Hidalgo, el autor de estos Dilogos de apacible entretenimiento, era
vecino de la villa de Madrid, segn reza la portada de las primeras ediciones, pero
parece que fue natural de Burgos o que all compuso los Dilogos, ya que a esta ciudad
se refieren todas las noticias y alusiones locales. Por lo dems, nada sabemos de su
vida.6
Advierte Pfandl que Hidalgo no slo desdea el dedicar su libro a un poderoso
protector, sino que utiliza el captulo donde habla de la sfilis, para escarnecer a las
clases distinguidas considerndolas como los privilegiados portadores de las temidas
bubas.7
Por su parte, el Padre Ossinger atribuy errneamente al Padre Gaspar Mancebn la
autora de Apacible entretenimiento de las carnestolendas de Castilla; sin embargo,
Santiago Vela y Bonifacio Moral han explicado el error del P. Ossinger:
[] de quien sin ms investigaciones se ha llegado a copiar esta nota. Nicols Antonio,
en la misma columna en que trata del Padre Mancebn, pocas lneas ms arriba
dedicadas a Gaspar Maldonado, trae un artculo con el epgrafe Gaspar Lucas Hidalgo,
autor del libro Dilogos de apacible entretenimiento de las Carnestolendas de Castilla,
impreso en varias partes y en distintos aos y descrito por Gallardo, III, 221-222, con
todos los pormenores. Es decir, que o el P. Ossinger agreg equivocadamente a la nota
bibliogrfica del Padre Mancebn la de Lucas Hidalgo, o el error procede de Jcher,
nico autor extranjero de los alegados por l que no hemos visto, pues ni el P. Herrera,
ni el P. Elisio, ni ninguno, en fin, de nuestros escritores hasta el P. Ossinger ha incurrido
en semejante desliz. El mismo P. Lanteri, teniendo presentes al P. Ossinger y a Nicols
entretenimiento de las carnestolendas de Castilla: impreso primeramente en Barcelona ao de 1606, y
segunda vez en Madrid por Alonso Martinez el de 1618, en 8 (b).
(b) Montalvan: Don Nicolas Antonio, tom. I, p.405. T. II, p. 293. 5 M. Menndez y Pelayo 1961
2: III, 187.
6 L. Pfandl 1933: 391.
7 L. Pfandl 1933: 392.
21
Antonio, rechaz la noticia de la obra de referencia del artculo del P. Mancebn,
porque comprendi, sin la menor duda, el error del bibligrafo alemn.8
En los aos setenta, Henry W. Sullivan sugiri la probabilidad de que Gaspar Lucas
Hidalgo hubiese sido el abuelo de Tirso de Molina9, basndose en la entonces admitida
como partida bautismal de Gabriel Tllez, de la parroquia de San Gins de Madrid, y
que descubriese Blanca de los Ros. Segn el estudioso, la referencia a un Gaspar
Hidalgo en dicha partida, fechada el nueve de marzo de 1584, significara
probablemente la primera referencia documental al autor de los Dilogos10
, nada menos
que abuelo de Tirso de Molina. Sin embargo, Luis Vzquez descart la tan
controvertida partida de San Gins como referida a Tirso al descubrir la hasta ahora ms
admitida partida bautismal de fray Gabriel Tllez de la parroquia de San Sebastin,
fechada el 29 de marzo de 157911
. Descartada la conexin de Hidalgo con Tirso de
Molina, slo nos queda esa extraa alusin a un Gaspar Hidalgo con fecha de marzo de
1584.
I.2. GNERO LITERARIO
En el momento de crear su obra, Hidalgo eligi el dilogo como modelo genrico.
Las siguientes pginas tratan de explicar la tradicin genrica en la que se inserta la
obra de Hidalgo, concretamente la tradicin del dilogo simposaco, cuyo origen ha de
fijarse con la aparicin de los banquetes de Platn y Jenofonte, obras que ejercieron
gran influencia como modelos dialgicos durante la Antigedad clsica y que fueron
recuperadas por los autores de dilogos simposacos renacentistas. Conviene aclarar que
el modelo de dilogo simposaco socrtico que se origina con Platn y Jenofonte tuvo
una evolucin constante a lo largo del tiempo, ya en la misma Antigedad, de tal forma
8 G. de Santiago Vela y B. Moral 1920: V, 114. El Padre Gaspar Mancebn, agustino, natural de
Orihuela, se traslad a Valencia, al convento de San Agustn (23 de abril de 1585). Estudi Artes y
Teologa. Fue profesor, vicario y confesor de las Agustinas de San Julin de Valencia, adems de prior de
los conventos de San Agustn de Valencia y de Nuestra Seora del Socorro de Palma de Mallorca (cf. G.
de Santiago Vela y B. Moral 1920: V, 113). 9 H. W. Sullivan 1974: 5-11.
10 [] gijo de Gracia Juliana y de p[adr]e incognito del qual fueron padrinos Gaspar Ydalgo, y Lucia
enriquez. Siendo [] testigos que estuvieron a todo presentes, diego martnez, Juan duarte, pedro duarte.
Cito por Henry W. Sullivan 1974: 6. 11 L. Vzquez 1981: 19-36.
22
que no es nuestra intencin establecer un estudio comparativo entre la obra de Hidalgo y
el simposio platnico. Cuando Hidalgo decidi realizar su banquete, el dilogo
simposaco haba sufrido grandes cambios debido a las sucesivas improntas que los
autores dejaron en sus obras simposacas dialogadas. Desde esta perspectiva, nuestro
estudio parte de la idea admitida por Jeanneret: los banquetes de la literatura clsica,
como los del Renacimiento, no pueden ser reducidos a las restricciones de la temtica,
estructura o estilstica de un nico modelo: lo que les hace distintos es su variedad y
polifona. Son demasiado heterogneos para adherirse a un nico modelo y, adems, no
tienen una evolucin clara12
. Sin embargo, la huella del simposio clsico puede seguirse
a travs del estudio de algunos elementos de su forma que se mantuvieron a lo largo de
los siglos, sobre todo a travs de la presencia codificada de modelos de personajes bien
definidos y los motivos ms frecuentes de la literatura del banquete. As pues, se
estudiar la obra de Hidalgo como dilogo literario simposaco, atendiendo a los
principales elementos de su forma, como el marco, los personajes, entretenimientos del
banquete y la lengua literaria. Por supuesto, se atienden otras posibles tradiciones que
Hidalgo pudo conocer para elaborar su obra, entre ellas la tradicin desarrollada en el
Renacimiento de los dilogos humorsticos, as como textos con marco dialogado o
carnavalesco procedentes de Italia, algunos con cierto xito en Espaa.
I.2.1. EL DILOGO DENTRO DE LA TRADICIN SIMPOSACA
I.2.1.1. TRADICIN CLSICA13
El gnero del simposio fue muy popular en la Antigedad y ejerci su influencia
fuera de los crculos filosficos. Disfrut de un largo perodo de popularidad que se
extendi desde el siglo VI a. C. hasta la Edad Media y ms all. Se adapt para ser
usado en la stira, en los escritos judos que imitaban este gnero e incluso en la liturgia
ms antigua de la Pascua juda. Algunos aspectos de este gnero subyacen en las
descripciones de las comidas y en las alusiones a las mismas de toda la literatura antigua
12
M. Jeanneret 1991: 141. 13
Para la historia del gnero simposaco en la Antigedad sigo aqu el ya clsico manual de J. Martin
1968: 184-289, y los tres estudios de M. D. Gallardo 1972a: 127-191; 1972b: 239-296; 1974: 91-143.
Vanse tambin las indicaciones de R. Hirzel 1963: I, 154-161, 284-285, 346; II, 137-139, 352-358. M.
Jeanneret 1991: 140-171. D. E. Smith 2003: 49. F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 12-22.
23
y llegan a alcanzar a escritos judos y cristianos del perodo de la Antigedad14
; su
influencia alcanz incluso, ya en la Edad Media, a una serie de textos de la literatura
rabe, en concreto a las sesiones literarias rabes llamadas mayalis, en donde se
perciben las huellas greco-helensticas del simposio.15
El dilogo simposaco surgi en el marco de la literatura griega de la mano de una
de las figuras cumbres en la historia de la literatura y la filosofa: Platn. Es posible que
anteriormente hubiesen existido otros banquetes en prosa y en forma dialogada, quizs
incluso con el mismo tema que el de Platn; pero fue l quien supo crear, aplicando la
tcnica del dilogo platnico-socrtico, unas directrices y una estructura que dieron
como resultado la creacin de un modelo original, que fue seguido sin interrupcin y
mantenido en sus lneas esenciales durante casi ochocientos aos, hasta llegar a
Macrobio, ltimo escritor clsico que conocemos como autor de un simposio. La obra
que abre la serie es El Banquete, escrito con el pretexto de referir la hipottica cena que
el poeta Agatn, vencedor de un concurso trgico, ofrece a sus amigos, si bien las
finalidades que persigue Platn son mucho ms profundas de lo que a primera vista
pudiera parecer. La segunda gran obra que encontramos en la historia de la literatura
simposaca en prosa es El Banquete de Jenofonte, autor que nos ha legado el otro
simposio socrtico importante16
. A diferencia de la obra de Platn, aqu se discute
ms de una sola cuestin y se ofrecen descripciones de las diversiones que entretienen el
banquete.
Con respecto a Aristteles, se sabe que debi de escribir alguna clase de obra
simposaca, pero existen escasas noticias. Del Simposio de Aristteles, mencionado por
Digenes Laercio, slo conocemos un nico fragmento transmitido por Ateneo en su
Deipnosofistas (XV 674f-675a), adems de un Escolio de Tecrito que hace referencia
14 D. E. Smith 2003: 49. 15
La cultura griega dej varias huellas en la civilizacin rabe, tanto en las artes como en la vida social.
Una de estas huellas, donde ms claramente se advierte la influencia greco-helenstica, se da en las
sesiones literarias (mayalis), en las cuales los intelectuales rabes durante la Edad Media (tanto en Oriente
como en al-Andalus) se reunan para beber y gozar de los placeres de la vida, hablar de poltica, de
filosofa o improvisar y recitar poemas. Este hecho social que tiene como resultado un gnero potico
muy caracterstico, la jamriyya, tiene un claro precedente en el symposion griego, donde se dan las
mismas caractersticas y elementos sociales y literarios que luego van a aparecer en el maylis rabe (sobre
esta cuestin vase C. del Moral 1999: 255-270). 16
Como bien advierte Gallardo 1972a: 157, colocar El Banquete de Jenofonte en segundo lugar no
implica determinacin cronolgica con respecto a la obra de Platn, cuestin, por otra parte, bien ardua.
Para la obra de Jenofonte, R. Hirzel 1963: I, 154-161. Vanse tambin las interesantes apreciaciones de
M. Jeanneret 1991: 141-150, en contraste con la obra de Platn.
24
al mismo pasaje. Generalmente se identifica esta obra con su dilogo Sobre la ebriedad
(Peri mthes)17
. Por otra parte, acadmicos y peripatticos, al igual que Epicuro, se
sirvieron de esta forma literaria como marco propicio para las discusiones filosficas.
Ateneo (Deipnosofistas, V 186e) critic la falta de arte del Banquete de Epicuro. No
obstante, el gnero simposaco no se limita al debate filosfico y, en su variante de
charlas de sobremesa (problmata symposiak), es utilizado con frecuencia como
vehculo para la exposicin de enseanzas miscelneas.18
La tercera obra simposaca que conservamos es el Banquete de los siete sabios,
atribuida tradicionalmente a Plutarco de Queronea (circa 50-circa 120 d. C.). Es obra
literaria griega compuesta en tiempos netamente romanos en la que, segn Gallardo, el
autor sigue modelos postplatnicos19
. Plutarco vuelve a retomar el dilogo simposaco
en sus Quaestiones convivales, obra en la que se trata una gran variedad de asuntos en
diversos banquetes.20
En el siglo III a. C., Menipo el Cnico apareci como el fundador de un nuevo
gnero, la stira cnica. Entre sus obras hubo tambin un simposio. Sabemos de ste
slo gracias a una pequea mencin de Ateneo en un pasaje sobre diferentes clases de
baile. Menipo tuvo numerosos imitadores, Meleagro, Lucilio, Varrn, Horacio,
Petronio, Luciano y Juliano el Emperador. Esta nueva clase de literatura simposaca, la
tan llamada simposio cnico menipeo, difiri mucho del simposio socrtico clsico21
. En
17
Vanse R. Hirzel 1963: I, 284-285, 346, n.1. J. Martin 1968: 204-205. Sven-Tage Teodorson 2009: 9.
F. Navarro Antoln 2010: 14. 18
Cf. J. Martin 1968: 167-184, y F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 15. Aristxeno de Tarento (s. IV a. C.)
trata diversas cuestiones musicales en su Smmikta sympotik (Ateneo, XIV 632 ab); Heraclides de
Tarento (circa 75 a. C.) trata en su Banquete de los efectos medicinales, teraputicos y dietticos de la
comida y la bebida (Ateneo, II 64 a); y Ddimo Calcntero (circa 80-10 a. C.), en sus Smmikta
symposiak, aborda cuestiones literarias y anticuarias. 19
M. D. Gallardo 1972a: 175. Para Sven-Tage Teodorson 2009: 10, Plutarco no dud en usar el El
Banquete de Jenofonte como modelo en su Banquete de los siete sabios y escribi sus obras conviviales
en oposicin a la clase menipea. Para la literatura simposaca de Plutarco, ver R. Hirzel 1963: II, 137-139.
J. Martin 1968: 247-266. Plutarco retoma en esta obra el antiqusimo relato popular sobre la vida y las
opiniones de los siete sabios localizando el escenario del banquete en la corte de Periandro, tirano de
Corinto. El mismo planteamiento, aunque tal vez con intencin dramtica, sigue Dcimo Magno Ausonio
en su Ludus septem sapientium. Todava en la Antigedad tarda el llamado Convivium Ciceronis
originado en el siglo V (Cf. J. Martin 1968: 266, y F. Navarro Antoln, ed. 2010: 15). 20
En opinin de M. D. Gallardo 1972a: 188, las Quaestiones convivales son la nica muestra que se nos
ha conservado de un tipo literario muy afn al simposio clsico, pero fundamentalmente distinto de l.
Deben entroncarse con obras semejantes como de Aristteles (obra perdida).
Segn J. Martn 1968: 175-176, Plutarco buscaba en esta obra hilar coherentemente una serie de
problemas literarios. Slo hay discusin de una serie de quaestiones, la mayora de ellas en corto espacio.
J. Martin 1968: 176-177, compara esta obra con El Banquete de Jenofonte e incluso con el Banquete de
los siete sabios de Plutarco. 21 Cf. J. Martin 1968: 211-240, quien estudia a Menipo y los imitadores de simposio. Sven-Tage 2009: 10.
25
esta lnea interesa especialmente la aportacin de Luciano con su Banquete o Los
Lapitas, obra en la que el samosatense utiliz procedimientos formales y topoi del
modelo de dilogo simposaco platnico, aunque el contenido y tono es muy distinto22
.
En realidad, El Banquete de Luciano pertenece a una corriente nueva de dilogo
simposaco de ndole jocosa y humorstica que parte del simposio menipeo, muy
diferente a la corriente erudita que sigui el modelo platnico, aunque sin el equilibrio
integrador del dilogo de Platn. El Banquete lucianesco se aleja, adems, de la
modalidad aristotlica y de las cuestiones de sobremesa, fijadas quizs por Jenofonte,
ilustradas por los cnicos y luego por la tradicin helenstica, muchas veces con
bufonera incluida23
. Por otra parte, Luciano realiz una ridiculizacin del Banquete de
Platn en su Lexfanes, un pastiche del Banquete platnico en accin, hechos, detalles y
gestos de los invitados.24
Dentro de la corriente erudita del dilogo simposaco griego destaca la obra de
Ateneo de Nucratis (circa siglos. II-III d. C.), los Deipnosofistas25
. Ateneo dio entrada
en su obra a todo cuanto tuvo la ms mnima relacin con un simposio: platos rarsimos,
aves, pescados, carne en general, msica e instrumentos musicales, ornamentos
apropiados, verduras, vinos, etc., y cualquier ancdota que a su vez estuviera
relacionada con estos elementos, adems de citar numerosos banquetes famosos,
constituyndose as en la fuente principal para conocer la teora antigua del gnero
simposaco.
Los siguientes pasos en la historia del simposio griego los constituyen El Banquete o
Sobre la castidad (ms conocido como El Banquete de las diez vrgenes), obra de
Metodio de Olimpo (?-311 d. C.), concebido como la rplica cristiana al banquete de
Platn, obra en la que intervienen diez doncellas que ensalzan la virginidad y sus
22
El Banquete de Luciano se encuentra perfectamente incluido en las caractersticas del gnero
simposaco en el uso que hace de los topoi y personajes tpicos de este gnero, y as observamos al
personaje que se presenta sin haber sido invitado, representado por Alcidamante el cnico, como en Platn
lo era Aristodemo. El invitado tardo es el mdico Dionico, que a la vez cumple el papel del personaje del
mdico que desde el Erixmaco platnico apareca en muchas obras simposacas. El bufn Satirin es
personaje que remite a Filipo, el bufn del Banquete de Jenofonte (vanse J. Bompaire 1958: 316-317; M.
D. Gallardo 1972b: 249-250; M. C. Cabrero 2007: 93). 23
J. Martin 1968: 222 y ss., hace un estudio de esta obra exponiendo algunas semejanzas de Luciano con
Horacio (p. 223), Petronio (p. 224), Jenofonte (p. 225), etc., considerando El Banquete de Luciano un
simposio tpicamente menipeo con bases en Platn y Jenofonte. Vase tambin M. D. Gallardo 1972b:
239-296. A. Vian Herrero 2005b: 58, n. 14. 24
J. Bompaire 1958: 611 y n. 11. M. D. Gallardo 1972b: 242. 25 Para el simposio de Ateneo, ver R. Hirzel 1963: II, 352-356. J. Martin 1968: 270-280. M. D. Gallardo 1972b: 251-264. L. Rodrguez-Noriega (ed.) 1998: 7-70.
26
ventajas26
, y El Banquete de los Csares de Juliano (332 362 d. C.), una stira al estilo
de Menipo de Gdara.27
La tradicin del dilogo simposaco griego tuvo su continuidad en la literatura
romana sobre todo con la Cena de Trimalcin, incluida en el Satiricn de Petronio, y las
Saturnales de Macrobio. No son stos los nicos simposios que existieron en la
literatura latina, hubo tambin otros que o no se conservaron o quedan escasos
fragmentos28
. La obra de Macrobio, ltima obra simposaca que hemos conservado,
cierra el ciclo iniciado siglos antes con Platn. En ella se celebran tres reuniones (el da
17 en casa de Pretextato, el 18 en la de Flaviano y el da 19 en la de Smaco) y se tratan
los ms variados temas; es obra fundamentalmente erudita, como lo es la de Ateneo, que
tuvo una amplia repercusin en el Renacimiento y en la que fijaron sus miradas autores
de dilogos simposacos espaoles como Luis Vives y Pedro Meja.29
26
Cf. J. Martin 1968: 286-289, y M. D. Gallardo 1972b: 264-281. 27
Cf. M. D. Gallardo 1972b: 282-296, quien matiza que Los Csares de Juliano es un obra incluida
dentro del gnero simposaco, si bien con respecto a ella, en primer lugar, debemos hacer una aclaracin
en el sentido de que no nos describe un simposio propiamente dicho, ni tampoco un depnos, sino los
preliminares del banquete que Rmulo ofrece a los dioses y a los Csares. El banquete propiamente dicho
empezara despus de acabar la obra. Pese a ello, tanto por su estructura, en la que vemos una serie de
situaciones tpicas, como por la forma en que est concebida, debe incluirse dentro del gnero
simposaco (p. 284). 28
Para el dilogo simposaco en la literatura latina vase especialmente M. D. Gallardo 1974: 91-143.
Tenemos noticia de otros simposios platnicos perdidos, como el que debi de escribir C. Cilnio
Mecenas (?-8 a. C.) (F. Navarro Antoln 2010: 17), y el Symposion del comentarista ciceroniano Quinto
Asconio Pediano (9 a. C.-76 d. C.) (J. Martin 1968: 243-247). En cuanto a la Cena de Nasidieno de
Horacio incluida en el libro II de sus Stiras, pese a su contenido, el hecho de que se encuentre en verso,
adems de otras diferencias con respecto a la tradicin aqu estudiada, es motivo ms que suficiente para
no encuadrarla en este gnero (cf. M. D. Gallardo 1974: 91-92). En el siglo II d. C. surge la figura de
Aulo Gelio y su obra, de gran repercusin en el Renacimiento, Noches ticas; aunque mantiene rasgos
simposacos debe ser considerada miscelnea de diversos asuntos. 29
Para Macrobio, adems de las consideraciones de J. Martin 1968, vanse R. Hirzel 1963: II, 356-358, y
la Introduccin a la reciente edicin de F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 5-108. Luis Vives tiene en
consideracin especialmente las Saturnales de Macrobio, adems de los simposios de Plutarco, la
miscelnea de Aulo Gelio y otros autores clsicos, para la creacin de la Praelectio in Convivia Philelfi y
su Convivium (cf. J. Solervicens 2005: 30-31). En cuanto a la presencia de Macrobio en los Coloquios del
convite de Pedro Meja, vanse las referencias de A. Castro (ed.) 2004: 129, a su edicin de los Dilogos
o Coloquios.
27
I.2.1.2. TRADICIN RENACENTISTA ITALIANA
En el Trecento italiano, la tradicin clsica del simposio antiguo dej sus primeras
huellas en El Convite de Dante, aunque no como forma dialgica en prosa30
. Ya en el
siglo XV fueron varios los autores italianos que recogieron el modelo dialgico del
simposio para crear dilogos en prosa que tendran su repercusin en los convivia de
Erasmo y en los dilogos de otros autores renacentistas europeos, tanto en lengua latina
como en lengua verncula. Sin nimo de ser exhaustivo, citar los ms significativos
simposios de los humanistas italianos del siglo XV.
Dedicado al joven Donato Acciaiuoli, el Dialogus in simposio de Giannozzo
Manetti describe una reunin de prominentes florentinos en Venecia durante la
embajada de ste en 1448, fecha significativa, puesto que remite a la peste de 1348 y al
Decamern de Boccaccio31
. Durante la cena que se desarrolla en el dilogo, se tratan
una serie de cuestiones eruditas relacionadas con la peste. Entre los interlocutores,
adems de Manetti, se encuentran su hijo Bernardo, su secretario Grigio, Sinibaldo
Donati, Pigello Portonari, Alessandro Martelli, Tommaso Ringadori, Carlo Bardi,
Nerozzo neri y Gianfrancesco Strozzi. La discusin del grupo naturalmente refleja los
conocimientos de los crculos humanistas del Quattrocento ms que las cortesas del
Trecento.32
El dilogo convival fue recuperado tambin en el siglo XV por Francesco Filelfo a
travs de sus Convivia Mediolanensia, obra que desarrolla, en el marco del banquete,
una amplia variedad de asuntos, desde cuestiones ticas y filolgicas a la astronoma33
.
Interesa la perspectiva tica a la que se adscribe Filelfo dentro del gnero convival. Al
motivo tradicional que asign al convite una funcin esencial en la formacin del
30 Al hilo de su comentario sobre El Banquete de Jenofonte, R. Hirzel 1963: I, 159, afirm que este autor griego no slo dio el empujn al gnero del simposio / banquete socrtico, sino que origin un largo y
duradero movimiento del que hay eco an perceptible en El Convite de Dante. 31
Sobre este dilogo vase D. Marsh 1980: 337-350. 32
D. Marsh 1980. 33
En opinin de A. Prieto 1986: 125, los Convivia Mediolanensia de Filelfo tuvieron el empeo de
renovar por el realismo humanstico, los dilogos convivales platnicos mediante su inters por reflejar,
representar, la sociedad reunida en torno a la mesa del duque Filippo Mara de Miln. Al trasladar el foco
de los dilogos a una sociedad cortesana fecundada en la exaltacin de las letras como sistema de
convivencia y de manifestacin cultural y civil, Filelfo ofreca una indudable innovacin en cuyos
dilogos cortesanos (a pesar de la rivalidad con Poggio) se predicaba la necesaria presencia del vir
facetus et perurbanus alejado del hominum agrestium. Sobre Filelfo y sus Convivia, vase F. Tateo
19742: 231-235.
28
hombre, se asign tambin otro aspecto, tpicamente humanstico: la idea de que la
costumbre de la conversacin en un convite podra constituir un medio de
perfeccionamiento moral, siempre y cuando en el convite reinase una necesaria
moderacin, idea que volver a apreciarse en los convivia de Erasmo34
. La influencia de
Filelfo es perceptible en una obra de Luis Vives titulada Prealectio in convivia
Francisci Philelphi, escrita en 1521 e impresa, con otros opsculos, en Basilea en 1538;
la obra de Vives no es ms que una breve explicacin de la obra del italiano, pero
muestra el inters de Vives por el marco del banquete, elemento literario que utiliz en
su Convivium.
En su intento de reavivar la tradicin platnica en el Quattrocento italiano, Marsilio
Ficino elabor en 1469 una obra que podemos considerar dilogo simposaco titulada
De amore. Comentario a El Banquete de Platn35
. El libro se compone de un
Proemio (en el que se establece el marco general del dilogo y se recuerda El
Banquete de Platn) y siete discursos. En el Proemio se alude a algunas convenciones
simposacas asumidas por Ficino, como el motivo de la celebracin del simposio que
recuerda la fiesta platnica, en este caso en torno a la figura de Lorenzo de Mdicis, y la
presencia de nueve invitados, nmero adecuado para un convite, como veremos ms
adelante, que se recogi de la tradicin antigua. El texto dialogado se desarrolla
terminada la comida y una vez ledos todos los discursos del Banquete de Platn por
parte de Bernardo Nuzzi, quien solicita al resto de invitados que cada uno exponga uno
de los discursos; es decir, el dilogo en s mismo, compuesto por un discurso por cada
invitado, tiene su comienzo una vez iniciada la conversacin.36
34
Cf. F. Tateo 19742: 234-235, y L. V. Ryan 1977: 201.
35 Ficino compone el Comentario a El Banquete con su amicus unicus, Giovanni Cavalcanti, en 1469.
En 1475, Ficino entregar a Lorenzo de Mdicis una segunda versin con algunas modificaciones.
Adems de estas dos versiones latinas existe una tercera en lengua vulgar titulada De amore, traducida
por Ficino mismo y editada en 1544. La versin latina, incluida en la traduccin de las obras de Platn y
sus comentarios, editada en 1484, tuvo amplia difusin, con al menos veintitrs ediciones hasta 1602 (cf.
la Introduccin de R. de la Villa Ardura a su edicin de M. Ficino, De amore. Comentario a El
Banquete de Platn, pp. xvii-xviii). 36
Apunto otros dos dilogos simposacos del Quattrocento italiano, a los que no he podido tener acceso,
y cuya noticia me ha llegado a partir del estudio de L. V. Ryan 1977: 213 y n. 7: De vera nobilitate de
Cristoforo Landino, obra que pretende describir un convivium de Lorenzo de Mdicis como un simposio
platnico, y el Aegidius de Giovanni Pontano, dilogo que pudo influir en el Convivium religiosum de
Erasmo, segn L. V. Ryan 1977: 202. Vase, adems, E. Mattioli 1980.
29
I.2.1.3. LOS CONVIVIA DE ERASMO
Durante el Renacimiento, el dilogo simposaco clsico fue retomado por Erasmo de
Rotterdam en sus Colloquia bajo la forma dialogada del convivium, que fue seguida por
numerosos autores renacentistas, tanto en lengua latina como verncula. Erasmo utiliz
el convivium en seis de sus coloquios, mientras que otros incorporan un rasgo u otro del
simposio literario. Estos son: Convivium profanum, Convivium religiosum, Convivium
poeticum, Convivium fabulosum, Polydaitia (Dispar convivium) y Nephalion
Symposion37
. Aunque Erasmo aclimat el trmino convivium siguiendo a los autores
latinos, existi en algunos autores renacentistas cierta confusin en torno a la etimologa
del vocablo, como advierte Juan de Pineda:
FILALETES.- [] Algunos quieren con Adamo que esta palabra convivio, que quiere
decir convite, se deba escribir combivio, de manera que venga de beber, que se usa en
los convites, que en hebreo se dicen miste; mas yo, con S. Jernimo y con Plutarco, creo
que viene de vivir por las prcticas recreativas que se deben tratar durante la comida,
conforme a la demanda del seor Pnfilo. Ateneo dice una frialdad, que en el griego el
convite se deriva desta palabra daizo, que significa repartir, porque se repartan las
raciones por igual, lo cual es disparate, si no fuese donde se come a escote, como en los
bodegones.38
En realidad el trmino latino convivium era el equivalente en poca romana al
vocablo griego simposio, y era considerado, dentro del banquete, como la fiesta de la
bebida, un amplio perodo de tiempo dedicado a beber relajadamente durante el cual
tena lugar el entretenimiento vespertino39
. Sin embargo, como hemos visto arriba,
37
L. V. Ryan 1977: 201-215, especialmente aqu p. 201. Sobre los convites de Erasmo, vanse, adems,
M. Jeanneret 1991: 176-185, y las indicaciones de J. Chomarat y D. Mnager a su edicin de cinco
convites de Erasmo 1981: 1-41. 38
J. de Pineda, Dilogos familiares de agricultura cristiana, I (161), p. 30a. Probablemente Pineda tenga
en mente aqu a Pedro Meja, autor que utiliza el trmino combite en su obra simposaca titulada Los dos
coloquios del combite (vase P. Meja, Dilogos o Coloquios, p. 285). 39
Cf. D. E. Smith 2003: 27-31 y 49-50. Habitualmente, los griegos tenan dos momentos bien definidos
en su banquete. El primero lo compona el mismo deipnon, durante el cual se tomaba la comida del
atardecer. El segundo momento era el simposio o potos (symposion) o fiesta de la bebida, un amplio
perodo de tiempo dedicado a beber relajadamente durante el cual tena lugar el entretenimiento
vespertino. Los romanos tenan los mismos dos momentos bsicos, a los que aadieron el momento del
aperitivo al comienzo de la comida, denominado gustatio o promulsis. Durante el perodo romano, los
griegos aadieron tambin el momento del aperitivo, denominado propoma. Despus del aperitivo segua
30
Erasmo en sus convivia pretendi plantear el gusto cristiano por la moderacin. Seria
discusin mezclada con alegre entretenimiento es, en el esquema de Erasmo, el ideal de
pasatiempo en el convite. Para l, los placeres de la mente son ms dulces que aquellos
de los sentidos40
. Por esta razn Erasmo gener un discurso placentero pero sin olvidar
el perfeccionamiento moral que ha de extraerse de la conversacin. Como el personaje
Levinus notifica en la conclusin del Convivium fabulosum, nada es ms divertido que
tratar chistes seriamente41
, esto es, desde historias divertidas sobre acciones virtuosas
de monarcas como Rmulo, el rey Luis XI y el Emperador Maximiliano, uno puede
aprender cmo los gobernantes sabios deberan comportarse.42
Uno de sus ms largos convites es el Convivium religiosum (1522), con diez
personajes, sobre la armona entre el Evangelio y la sabidura antigua. El banquete tiene
lugar en la casa y los jardines de Froben. Pero nos interesa especialmente el Convivium
fabulosum (1524), caracterizado por sus componentes narrativos, cercanos al cuentecillo
y a la facecia, muestrario de ancdotas divertidas, al estilo del gnero del simposio en la
Antigedad: el rey del banquete, Eutrapelus, ordena contar fbulas ridculas, que se
atribuyen a personajes conocidos o clebres, con las nicas leyes de respetar la
verosimilitud y la propiedad de los detalles respecto a los caracteres43
. En opinin de
Craig R. Thompson, algunas de las ancdotas contadas (fabulae, alude al ttulo del
coloquio) contadas en este banquete pertenecen a conocidos testimonios encontrados en
textos antiguos y medievales, tambin en el floclore, o en ambos. Otras, tales como la
referida a Antonio, sacerdote de Lovaina, pueden haber llegado a Erasmo a partir de
historias corrientes relatadas por varios individuos de la poca. Podran haber llegado a
la comida principal, a la que los romanos se referan como fercula o platos. Estaba dividida en prima
cena, altera cena y tertia cena. El nombre que los romanos daban al ltimo plato era comissatio o
convivium, traducidos ambos generalmente como fiesta de la bebida. Este plato tambin se denominaba
segundas mesas (mensae secundae). Sola ser, ms que en la tradicin griega, un postre en el que se
servan nueces, frutas y tortas dulces (bellaria). Sin embargo, era especialmente un tiempo para beber
solemnemente y para entretenerse. A veces, tambin la bebida y el entretenimiento ocurran durante la
comida. En tales casos, muy a menudo, el convivium podra reservarse especialmente para la
conversacin. 40
L. V. Ryan 1977: 204. 41
LEVINUS.- Nisi fatebimini hoc fuisse bobis quouis fabuloso conuiuio iucundius, non recurso dare
poenas in coena. Nihil iucundius, quam quum serio tractantur nugae (D. Erasmus, Cinq Banquets, p.
124). 42
L. V. Ryan 1977: 205. 43
Sobre este coloquio, vase A. Rallo 2003: 49, M. Bataillon 1977b: 80-109, y los comentarios de C. R.
Thompson (ed.) 1997: 571-572, a su edicin de los Colloquia de Erasmo.
31
Erasmo tambin a partir de facetiae (no de la coleccin de Poggio) o de fabliaux44
.
Segn Bataillon, se trata del nico de los escritos de Erasmo en el que ste se abandon
ostensiblemente al placer de contar sin otra finalidad que la de divertir45
. Ese placer de
contar en el Convivium fabulosum de Erasmo es el que encontramos tambin en los
banquetes de la obra de Hidalgo, en donde los comensales se proponen contar relatos
jocosos como principal entretenimiento. No existe una relacin directa entre la obra de
Hidalgo y el Convivium fabulosum y no podemos saber si ste ley el convite de
Erasmo. La relacin debe establecerse considerando la evolucin del gnero dialogado
simposaco desde los convivia de Erasmo, planteados en cierto momento como
manuales de conversacin, y su influencia en los dilogos escolares europeos, en los
que no suele faltar un convivium con amena y placentera conversacin, hasta los
convites de los autores renacentistas espaoles del siglo XVI. En esta lnea evolutiva del
simposio, en la que participa Erasmo como recuperador y a la vez innovador del gnero
en el Renacimiento, hemos de situar el libro de Hidalgo.
I.2.1.4. EL DILOGO SIMPOSACO EN EL RENACIMIENTO ESPAOL
Con la excepcin del intermedio gastronmico que aparece en el Libro de vita beata
de Juan de Lucena, que puede adscribirse a la tradicin del simposio46
, uno de los ms
tempranos testimonios de dilogo simposaco de autor espaol en el Renacimiento es el
Convivium de Luis Vives, una de las piezas de su Linguae latinae exercitatio47
. La obra
44
C. R. Thompson (ed.) 1997: 571-572. 45
M. Bataillon 1977b: 81. Sobre el xito de este coloquio, Bataillon afirm que este banquete es uno de
esos textos cuya supervivencia qued asegurada ms all de la fecha fatdica de 1559. Como contrapunto
a la idea de Bataillon sobre la finalidad ldica, cabe citar la opinin de L. V. Ryan 1977: 210, para quien
el tema del Convivium fabulosum, como en el Banquete de los siete sabios de Plutarco, es el carcter y
gobierno del prncipe. 46
El dilogo de Lucena comienza en la sala real y all tienen lugar las dos primeras partes. Surge despus
un cambio de espacio motivado por la hora y el hambre. Pasan entonces los personajes a la posada,
adonde comen a la francesa con los familiares de Santillana, hijos y nietos, momento en el que
comienza el intermedio simposaco. En opinin de A. Vian 1991: 69-71, este intermedio puede
adscribirse a la tradicin de los symposia de Jenofonte y otros autores latinos, pero advierte que no
debemos pensar que Lucena imite en serio aqu el ambiente simposaco que incluye borrachera y resaca
generalizadas- del Banquete platnico: en el dilogo griego discuten sobre el amor, y la borrachera
proporciona el necesario decoro dionisaco; en el libro de Lucena se habla en cambio del Sumo Bien,
de Dios. 47
Para el Convivium de Vives manejo la edicin crtica de M. P. Garca Ruiz, Los Dilogos (Linguae
latinae exercitatio), Pamplona, EUNSA, 2005. El Convivium se encuentra en pp. 270-291. La obra de
Vives, Linguae Latinae Exercitatio se publica en 1538, con 25 dilogos. Sobre el modelo ficcional del
convivium en Vives, vase J. Solervicens 2005: 30-32. Para el tratamiento de los dilogos como coloquios
32
recrea el ambiente de la literatura simposaca. Todos los interlocutores son personajes
con nombres que remiten a personajes griegos que representan los distintos campos del
saber, como era costumbre en muchos de los textos del gnero. Vives conoca las
principales obras simposacas los dilogos socrticos y las Saturnales de Macrobio-;
sin embargo, en esta ocasin su inters es la descripcin propiamente culinaria del
banquete y, debido a ello, se encuentra ms prximo a la temtica de Deipnosofistas de
Ateneo de Nucratis, obra que cita. Junto a la descripcin culinaria, la intencin de
Vives es extraer una enseanza moral sobre los excesos de la mesa, pues, finalmente,
todos los comensales reprochan al anfitrin su excesiva prodigalidad, y un personaje
llamado Polemn concluye con una opinin en la que se advierte la tradicin estoica de
moderar los impulsos segn la recta razn.48
El contenido general de la obra de Vives, la presentacin culinaria del banquete,
suele aparecer en la mayor parte de los dilogos simposacos espaoles del siglo XVI.
Segn Jess Gmez, los autores espaoles hicieron del gnero un prontuario ligero
sobre cuestiones de sobremesa tales como si era preferible comer una clase sola de
alimentos o cul deba ser el nmero adecuado de invitados49
. Estos contenidos se
tratan para divertir al lector, manteniendo el decoro adecuado, como se advierte en el
inicio del Convivium de Vives y en el segundo de los banquetes de Pedro Meja, en
donde se exige, siguiendo a Macrobio, que los asuntos tratados en el banquete no sean
graves:
SCOP. Sed conuenistisne omnes ut erat condictum, relicta domi seueritate afferentes
uobiscum hilaritatem, lepores uenustastes, gratias?50
Aconsejan tambin que no se tracten a la mesa negocios pesados ni graves, sino alegres
y fciles, y que se tenga manera que la conuersacin, con ser apazible, sea prouechosa;
finalmente, que tenga ms de alegra que de gravedad.51
escolares, dentro de mbito hispnico, C. Bravo-Villasante 1993: 7-11. Como estudios ya clsicos,
aunque apenas tratan los coloquios escolares espaoles, vanse L. Massebieau 1878, A. Boemer 1897-
1899 y M. Dewra 1974. 48
M. P. Garca Ruiz (ed.) 2005: 483-484. 49
J. Gmez 1988: 40-41. 50
L. Vives, Los Dilogos (Linguae latinae exercitatio), p. 270. 51
P. Meja, Dilogos o Coloquios, pp. 313-314. Para la fuente en las Saturnales de Macrobio, p. 314, n.
82.
33
En otras ocasiones, la censura del lujo y la ostentacin, atribuidos en general a la
perniciosa influencia exterior, as como el rechazo de ciertos hbitos alimentarios y la
consiguiente propuesta de una dieta adecuada segn los cnones cientficos de la poca
son los temas predominantes52
. Para la creacin de algunos de estos convites, es muy
probable que sus autores utilizasen una serie de libros enciclopdicos escritos en latn
que circulaban por Europa (sin rechazar, por supuesto, la posible fuente directa), en
donde aparecen los principales contenidos relativos a los banquetes clsicos. Sus
autores, humanistas europeos, crearon obras de asombrosa erudicin literaria repleta de
citas (de, entre otros, Plutarco y Ateneo). En secuencias lgicas de cortos captulos, dan
una gran cantidad de informacin sobre cada uno de los parmetros de la comida
clsica53
. Entre estas obras destacan el Antiquitatum convivalium libri III (Zurich, 1582)
de Johann Wilhelm Stuck, o el De triclinio, ya en mbito hispano, de Pedro Chacn
(1521-1581), sin olvidar la Mensa philosophica de Michaele Scoto, de poca medieval,
aunque muy difundida en el Renacimiento.54
En la tradicin de los coloquios escolares de Erasmo y los dilogos de Vives,
autores que utilizaron la forma del convivium, se desarroll un tipo de dilogo para la
enseanza de idiomas. La tcnica dialogada se aplic a los manuales de conversacin,
muchas veces con uso comercial55
. Un maestro escolar de Amberes, Nol de
Berlaimont, public antes de 1530 un Vocabulaire para aprender francs y flamenco
52
M. D. Garca Snchez 1992: 151. Advierte Lucas Gracin Dantisco en el Galateo espaol, que en las
fiestas y comidas no se deben traer plticas de tristeza: Por donde en los regozijos y fiestas, ni en las
comidas, no se deven contar historias melanclicas, de plagas, muertes, infortunios ni pestilencias; ni se
haga memoria o recuerdo de materia dolorosa (p. 123). 53
Sobre estas colecciones, vase M. Jeanneret 1991:70-72. 54
La obra de J. W. Stuck, quizs la ms interesante, est dividida en 99 captulos con una lista de 550
autores y un ndice temtico con cerca de 2500 entradas. Trata todas las cosas que uno necesita saber,
desde la A a la Z, sobre las comidas de todas las naciones del mundo antiguo, adems de los hebreos y de
los primeros cristianos. Su catlogo de ciencia simposaca est dividido en tres libros: el primero sobre
diferentes clases de comidas, ordenadas segn men, tiempo del da, ocasin, tipo de invitados, etc.; el
segundo trata sobre decoracin, equipamiento y servicio; el tercero trata sobre los elementos del men,
las bebidas, la conversacin y el entretenimiento. Utilizo la siguiente edicin de Stuck: Antiquitatum
convivialium libri III, Francofurti, in oficina Andreae Cambierij, 1613 [B.H.U.C.M.: FLL 26976 (2)].
Para las obras de Pedro Chacn y M. Scoto, manejo las siguientes ediciones: Petrus Ciaccionius
Toletanus, De tricilinio sive de modo convivandi apud priscos Romanos, et de conviviotum apparatu.
Accdedit Fulvii Ursini Appendix, Hier. Mercurialis De accubitus in coema Antiquorum origine,
dissertatio, Amstelaedami, apud Henricum Wetstenium, 1689 [B.N.E.: R / 40794]. Michaele Scoto,
Mensa philosophica seu Enchiridion in quo de quaestionibus mensalibus, rerum naturis, statum
diuersitate, variis & iucundis congressibus hominum philosophice agitur, in quatuos libros accurate
distributum, Lipsiae, imprimebant haeredes Francisci Scnelboltzci, typis haeredum Beyeri, 1603 [B.N.E.:
7/12683]. Segn M. Jeanneret, existen otros libros que no he podido consultar, como De conviviis libri
quatuor de J. C. Bulengerus y Reliquiae convivii prisci, tum ritus alli de Erycius Puteanus. 55
Cf. J. Gmez 2000: 80-81.
34
mediante dilogos. Pronto hubo adaptaciones a cuatro, seis, siete y hasta ocho lenguas
distintas, y el primitivo manual de 84 pginas lleg a engrosar hasta las 450 en las
ediciones de ocho lenguas. El espaol fue una de las primeras en beneficiarse de la
ampliacin. La primera de las adaptaciones de la obra de Berlaimont que incluye
versin espaola de los dilogos se public en Lovaina en 1551; se trata del
Vocabulario de las quatro lenguas: tudesco, francs, latn y espaol (Lovaina, 1551),
del que conocemos otras versiones y reediciones. En este libro destaca la forma del
convivium empleada en el primero de sus coloquios56
. Fue este ltimo el ms difundido
libro de dilogos para la enseanza del espaol. El libro se volvi a editar en 1558 y
1560, con cambio de la lengua tudesca en ambas ediciones por el italiano (1558) y el
flamenco (1560), pero en ambas permanece el convivium presente en la edicin de
1551: Vn combite de diez personas, que son Hermes, Iuan, Mara, Dauid, Pedro,
Francisco, Rogiero, Anna, Henrico y Lucas57
. El coloquio del convite es insustancial,
vlido para aprender una circunstancia comunicativa. Un nio, Iuan, se encuentra con
Hermes y se demora bastantes horas en llegar a su casa, en donde le espera su madre
Anna, quien lo recrimina por su tardanza. Despus de que Juan ayude a su madre en la
preparacin de la mesa, llegan el padre y los dems invitados. Cenan y hablan de los
alimentos, con alguna breve referencia a la realidad francesa, pues se alude a una
derrota del rey de Francia con los espaoles y se pregunta si, despus de sta, habr paz
por fin. El mismo convite vuelve a aparecer en Inglaterra, esta vez con algunos cambios
importantes, en 1591, inserto en la obra de William Stepney, The Spanish Schoole-
master58
. Unos aos despus, aparecen los Pleasant and Delighfull Dialogues, o
56
Vase el estudio de J. L. Ocasar Ariza 1996: 5-10, y los ms recientes de G. A. Renales 2002: 329-346,
y D. M. Sez Rivera 2005: 792-798. Sobre estas cuestiones y las que siguen resulta imprescindible
consultar el trabajo de C. B. Bourland 1933: 283-318. 57
Vocabulario de quatro lenguas, francesa, latina, italiana y espaola, muy prouechoso para los que
quisieren aprender estas lenguas, Lovanii, Par Bartholomy de Graue, 1558 [B.N.E.: R/17916]. En la
portada aparece el ttulo en las cuatro lenguas. El primer ttulo, en italiano: Vocabvlario de qvatro lingve,
francese, latina, italiana, & spagnola ciascaduno desideroso dimpararle. En fols. [Aivr.]-Fiir., aparece
el convite citado. Despus le siguen dos coloquios ms: Para aprender a comprar y vender en francs
(fols Fiir.-Giiiir.); Captulo tercero para demandas de deudas (ff. Giiiir.-Hiiiir.). El otro ejemplar
revisado, con cambio de tudesco a flamenco: Los Colloquios familiares con vn Vocabulario de quatro
lenguas, flamenco, francs, latn y espaol, muy prouechoso para los que quisieren aprender estas
lenguas, Lovanii, Par Bartholomy de Graue, 1560 [B.N.E.: R/26403]. El ttulo inicial est en latn:
Colloquia familiaria cvm dictionario qvatuor lingvarvm, tevtonicae, gallicae, latinae, et hispanicae. 58
W. Stepney, The Spanish Schoole-master. Containing seven Dialogues, according to euery day en the
weeke, ed. Marcel Gauthier, Revue Hispanique, XLV (1919), pp. 34-73. Son siete dilogos, cada uno de
ellos corresponde con un da de la semana, y tienen una finalidad comunicativa distinta. Nos interesa el
cuarto dilogo: El quarto Dilogo, siendo para el iueves: es para hablar a la mesa, a las fiestas, y a los
35
Dilogos muy apacibles, publicados en Londres en 1599 por John Minsheu, obra que
sigue la misma tradicin de los manuales de conversacin y de mejor calidad literaria
que los textos anteriores. Interesa especialmente porque en esta obra no falta el convite
dialogado: Dilogo tercero, de un convite entre cinco caballeros amigos, llamados
Guzmn, Rodrigo, don Lorenzo, Mendoza y Osorio, un Maestresala y un Paje; en el
cual se trata de cosas pertenecientes a un convite, con otras plticas y dichos agudos59
.
Aunque introduce la tpica temtica de cuestiones de sobremesa, sobre todo de mbito
culinario, la conversacin adquiere un mayor dinamismo y tono humorstico, sobre todo
a partir de las intervenciones de Mendoza, el gracioso del convite. Este dilogo
simposaco, as como el resto de los coloquios que constituyen la obra, forman el
referente ms cercano a los Dilogos de apacible entretenimiento.
Adems de los banquetes situados en la tradicin de los manuales de conversacin,
el dilogo simposaco, tan heterogneo desde su origen en la Antigedad, reaparece en
el siglo XVI espaol en obras dialogadas muy distintas. As, por ejemplo, la tradicin
simposaca puede apreciarse levemente en el Dilogo del viejo y el mancebo, obra que
apareci impresa en 1544 dentro de los Problemas o preguntas problemticas de Juan
de Jarava60
. Segn Jess Gmez, Juan de Jarava realiz una traduccin encubierta a
partir del Dialogus senis et iuvenis (1491) de Jacobus de Reno, siguiendo la misma
tcnica que el modelo, pro et contra, dentro del esquema de un debate que se remonta a
banquetes, pp. 46-58. Es el mismo dilogo del convite del Vocabulario de quatro lenguas, pero adaptado
a la realidad inglesa y con la curiosa relacin de la invasin de Felipe II a Portugal. Para su obra, Stepney
pudo basarse en un texto anterior editado en 1554 dentro del contexto de la boda real entre Felipe II y
Mara Tudor, que no he podido manejar y que estudia A. Snchez 1987-1989: 1265-1282, con el siguiente
ttulo: A very profitable boke to lerne de maner of redying, writyng, speaking English & Spanish. Libro
muy provechoso para saber la manera de leer, y escreuir, y hablar Angleis, y Espaol. El primer dilogo
es, de nuevo, un convite en el que hablan diez personas y es mera traduccin de la obra de Berlaimont (A.
Snchez 1987-1989: 1274-275). 59
Pleasant and Delighfull Dialogus in Spanish and English, profitable to the learner, and not unpleasant
to any other reader. [Dilogos familiares muy tiles y provechosos para los que quieran aprender la
lengua castellana], ed. a cargo de J. A. Cid, Madrid, Instituto Cervantes, 2002. El convite dialogado en
pp. 81-90. Se desconoce quin es el autor del texto espaol. Parece claro que el encubierto autor
pertenece al grupo de los huidos de Espaa por razones de disidencia religiosa, o al de los prisioneros y
rehenes de guerra. Adems de volver a imprimirse en edicin inglesa de 1623, los ms clebres maestros
de lengua espaola de los siglos XVII y XVIII en Francia, Italia y Flandes (Csar Oudin, Juan de Luna,
Lorenzo Franciosini, Francisco Sobrino) adaptaron y reeditaron la obra, que sigui utilizndose hasta
1778. Segn J. A. Cid (ed.), el autor posible de estos dilogos en espaol pudo ser Antonio del Corro,
heterodoxo y protestante espaol afincado en Inglaterra (pp. 22-32), pero otra autora posible es la de
Alonso de Baeza, rehn y traductor (pp. 32-36). 60
Se conservan dos ediciones, la de Lovaina de 1544 a cargo de Rutgero Rescio, y la de Alcal de
Henares a cargo de Juan de Brocar. En ambos casos, el dilogo forma parte de la obra miscelnea de Juan
de Jarava. Existe edicin moderna, J. de Jarava, Dilogo del viejo y del mancebo, ed. J. J. Martnez,
Roma, Bulzoni Editore, 1992.
36
1490, y en el que hay una clara conexin con las disputas medievales61
. Durante el
dilogo de Jarava no existen referencias espaciales ni temporales, ni tampoco a la
comida o bebida; tan solo a los comensales que asisten al convite, a los que se les pide,
de manera general, como receptor colectivo que no habla en el texto, que acten como
jueces del debate entre los dos personajes del dilogo, Olympio y Florencio. Por otra
parte, se trata del tema del amor y tambin de la mujer dentro de la tradicin larga que
viene de la Edad Media. El marco del convite queda establecido solamente a partir del
Argumento del Dilogo y no existe una clara intencin de desarrollar completamente
la forma del convivium:
En este dilogo se introducen dos personas, que son Olympio y Florencio los quales,
estando en un combite cenando con otros muchos y hablando de diversas cosas, se hizo
mencin del amor; y como Florencio fuesse mancebo de hasta xxiii aos, dado a lo que
aquella edad requiere, comen a loar y decir mil bienes del amor discurriendo por gran
parte de los estados y trayendo por exemplo hechos notables de varoniles mujeres
apropiados a su propsito. Mas Olympio, por el contrario, siendo de lx aos o ms y que
no le deleytava ya ninguna cosa de las mundanas, vituperava de muchas maneras el
amor porque en cada da se cometan tantos males y daos y se gastaban tantos dineros,
trayendo para esto contrarios exemplos a los que primero haba trado Florencio.
Finalmente, despus de haver platicado y contendido gran rato sobre esto y despus de
haver cada uno defendido su partido, cessan de hablar y dexan por juezes y testigos a
los que estn presentes en el combite, para que digan y juzguen quin tiene mejor causa
y mayor razn.62
En El Scholstico de Cristbal de Villaln, un grupo de profesores de la
Universidad de Salamanca aprovecha el trmino de las lecciones y, huyendo del calor
sofocante de la ciudad, se dirige a una aldea prxima a las riberas del Tormes. All
disfrutarn de un convite durante el cual, al margen de digresiones sobre la amistad, la
vejez o la misoginia, discutirn sobre las virtudes del escolstico. En los inicios del
dilogo (I.3) se encuentran varias claves de interpretacin literaria, como la referencia a
61
J. Gmez 1996: 51-65. 62
J. de Jarava, Dilogo del viejo y el mancebo, p. 54. Con respecto a su modelo, Jarava resume algunas
circunstancias del dilogo, como cuando aade que estaban los dos personajes en un combite, mientras
que en el original se especifica que la discusin sobre el amor tiene lugar despus de la cena, como era
costumbre de los clrigos, entre los que se incluy el propio Reno (Cf. J. Gmez 1996: 56).
37
la convencin ciceroniana y a la tradicin simposaca (convites y scenas en muy
sabroso y dulce estilo63
), presentada, en este caso, como convite acaecido en efecto:
Ninguna cosa deseo ms que escrebirlo para todos tan dulce como sabrosos nos fueron
los manjares y conversacin a los que en el convite nos hallamos, con el cual deseo
suplico a aquellos en cuyas manos viniere esta nuestra escriptura que nos presten en el
leer aquella atencin y advertencia que desean tener en sus casas64
.
Aunque no son dilogos simposacos en sentido estricto, el banquete aparece
tambin en ciertos momentos de El Cortesano de Luis de Miln y Viaje de Turqua, e
incluso reminiscencias de la tradicin simposaca quedan reflejadas en las
denominaciones de cada uno de los captulos de la Primera parte de la rhetrica de
Juan de Guzmn al aparecer bajo los trminos simposios o convites, subttulo que
aclara el autor en el prlogo con abundancia de fuentes y ejemplos que van de la Odisea
a Plutarco, Platn y Cicern65
. Por otra parte, la vertiente del dilogo simposaco de
tono satrico apreciable en el banquete de Luciano puede encontrarse en El Crotaln,
63
C. de Villaln, El Scholstico, p. 12. 64
C. de Villaln, El Scholstico, p. 12. La cita de Villaln de autoridades simposacas clsicas es muy
significativa, especialmente Platn, Jenofonte, Cicern, Macrobio y Aulo Gelio: Captulo primero, en el
qual el auctor propone el convite donde por los convidados fue formado el scholstico, y mueve a los
oyentes a atenin. Tulio deza muchas vezes que le aplazan mucho los modestos convites en compaa
de sabios varones, porque siempre entre ellos se comunicaban cosas dignas de ser sabidas; y alababa
aquellos prinipalmente donde haba sabios viejos, porque los canos das tienen experienia de ms cosas.
Cuenta Xenophonte que Ciro, rey de persas, tuviese en grande estima los convidados por esta mesma
causa; y que, por ms los venerar en los convites, los pona a todos a su mano izquierda, porque deza que
al lugar de su coran deba poner el hombre lo que ms amaba. Parsceme que estos varones tenan
mucha razn de estimar en mucho sus tan buenas conversaiones, pues en ellas se renovaba la amistad de
los buenos amigos, y acompaaban sus convites con buenas doctrinas, porque aqu se saban los secretos
del ielo y las philosophas de la tierra, y se dificultaban subtiles questiones dignas de ser sabidas. As,
leemos de Platn haber disputado y persuadido en scenas y coloquios la inmortalidad del nima, y
Pithgoras la transformacin del spritu, y Digenes la pobreza, Aristteles la perpetuidad del mundo,
Epicuro el deleite del cuerpo, y otros muchos en diversas materias se mostraron en semejantes lugares
prinipales sustentadores. Y as, muchos de los sabios antiguos nos dexaron escriptos estos convites y
scenas en muy sabroso y dule estilo, viendo la grandeza y vivos juizios de los convidados y la subtileza
de las materias y el mucho provecho que hazan en dexarlas a los suesores.
Asi como lo hizieron stos que dixe (y Macrobio y Laerio, Demcrito y Aulo Gelio y otros muchos
philsophos), as yo agora quiero en exemplo dstos escribir un notable convite de sabios varones, en el
qual hubo muy suaves manjares, y entre ellos se movi una subtil disputa, que era querer saber qu se
requera para que un virtuoso manebo pudiese seguir las scienias en scuelas, y formar un scholstico
natural para la conversacin de los sabios dellas, donde se tratan vivas invenciones y se dificultan subtiles
sentencias (C. de Villaln, El Scholstico, pp. 11-12). Para la tradicin simposaca en la obra de Villaln
y la conexin de obras enciclopdicas clsicas con la obra de Hidalgo en relacin con los banquetes
miscelneos, vase J. M. Martnez Torrejn 1995: 21-21 y 36. 65
J. de Guzmn, Primera parte de la rhetrica (Alcal de Henares, 1589), vol. I, pp. 84-85. Con respecto
a la obra de Miln, La primera de las seis jornadas en que se divide El cortesano presenta a los Duques y
a su squito de nobles, caballeros y damas mientras se aprestan a participar en una cacera, a cuyo trmino
se encaminan al palacio de Liria, cercano a la ciudad, para celebrar el banquete. En cuanto al Viaje de
Turqua, despus del encuentro inicial, los tres personajes van a la casa de Juan y all cenan.
38
especialmente en el canto XVII66
. Con respecto a la obra de Luis de Miln, su dilogo,
aunque con marco narrativo, presenta un ideal de entretenimiento en ambiente cortesano
no muy distinto a los Dilogos de apacible entretenimiento. Es el nico texto dialogado
adscrito a la tradicin simposaca del siglo XVI espaol en el que aparece como
interlocutor un bufn (Gilot) que puede ponerse en conexin con Castaeda, el bufn de
la obra de Hidalgo. Es obra plagada de motes, equvocos, apodos, pullas y relatos
jocosos, adems de mscaras, invenciones y motes poticos, elementos literarios que
caracterizan tambin una obra de pasatiempo como la obra de Hidalgo.
En el Renacimiento espaol, la forma del dilogo simposaco adquiri su plena
vigencia con los dos Coloquios del convite que, junto con otros dilogos de Pedro
Meja, ven la luz en 1547; el sptimo de los Coloquios satricos (1553) de Antonio de
Torquemada; el cuarto de los Dilogos de philosopha natural y moral (1558) de Pedro
de Mercado titulado De la cena; y varios de los 35 dilogos que integran la Agricultura
cristiana (1589) de fray Juan de Pineda. En la lnea de los dilogos simposacos de
Meja, Torquemada y Mercado quiz se mantuviesen las Cenas sorianas que afirma
haber compuesto Pedro de Navarra, obra perdida.67
Los coloquios de Meja estn divididos en dos momentos, como el Convivium
religiosum de Erasmo. En el primero de ellos, mientras se concierta y prepara la comida
que tendr lugar al da siguiente, se disputa sobre la licitud de los convites y los
66
Vase A. Vian Herrero 1999: 25, para quien el autor hace una seleccin amplia y fiel de pasajes de El
Banquete o Los Lapitas de Luciano, pero reorganiza formalmente el modelo: suprime, amplifica o aade
material y, a veces, adapta el orden de la obra original. La stira menipea tambin dej su huella en otro
banquete, en este caso francs, Le Moyen de parvenir de Broalde de Verville (circa 1610). Segn Michel
Jeanneret 1991: 228-237, este symposium y cena filosfica es realmente slo un symposium a fuerza de la
inversin pardica. Si los amigos de Scrates celebraron los poderes espirituales de Eros, el amor est
slo presente en Le Moyen en trminos de carnalidad y sexo. El mito del hermafrodita es reescrito, pero
en un registro obsceno. 67
Manejo las siguientes ediciones: P. Meja, Dilogos o Coloquios, ed. A. Castro, Madrid, Ctedra, 2004,
pp. 283-380; A. de Torquemada, Obras completas, I, Madrid, Biblioteca Castro / Turner, 1994, pp. 446-
448; P. de Mercado, Dialogos de philosopha natural y moral, Granada, Hugo de Mena y Rene Rabut,
1558, ff. 83v.-119v. [B.N.E.: R / 1025]; J. de Pineda, Dilogos familiares de la agricultura cristiana, ed.
del P. J. Meseguer Fernndez, Madrid, Atlas, 1963-1964, vols. 161-163, 169 y 170 de la B.A.E. Sobre
estos coloquios vanse las indicaciones de M. D. Garca Snchez 1992: 144-151. Para las Cenas sorianas
vase G. Cabello Porras 2008: 65-118, quien remite a Carta de Pedro de Navarra al Duque de
Villahermosa (Viella, 9 de octubre de 1565), en donde se dice que Pedro de Navarra afirma haber escrito
doce cenas de su renombre, llamadas las Cenas sorianas, porque la via se llama Santa Soria, que las
seis dellas tratan de toda la philosopha natural y del ser, virtud e operacin de todo lo criado so el cielo,
simple y compuesto con raros secretos y virtudes de la natura y de los efectos perdidos e imperfectos
dellas E las otras seis tratan del origen, medios y fines de todas las leyes, religiones, sectas buenas y
malas desde el principio del mundo hasta nuestro tiempo, que no se dir estril de horrores (ap. G.
Cabello Porras 2008: 80-81).
39
preceptos que deben regirlos. Ya en el segundo coloquio, la conversacin trata sobre
cuestiones de mesa. La discusin en torno al provecho que se deriva de la variedad en
los alimentos cierra el convite68
. La materia convival es tratada por Antonio de
Torquemada en el cuarto de sus Coloquios, en donde defiende, por boca del licenciado
Velzquez, la moderacin frente al exceso cortesano69
. Segn l, resultan inadmisibles
los niveles alcanzados por ciertos banquetes, donde el nmero de platos no baja del
centenar. Por ello propugna, siguiendo el ejemplo de los antiguos romanos, que se
estipulen leyes para limitar la suntuosidad y consiguiente caresta de productos tales
como especias, manteca, miel o azcar, consumidas a menudo en lo que denomina
comidas a la flamenca70
. Aunque los personajes tratan cuestiones de mesa, no debe
adscribirse este coloquio dentro de la serie de dilogos simposacos, dado que la
conversacin no se desarrolla en el marco del banquete, sino durante un paseo por el
campo. S, en cambio, debemos situar dentro del gnero la comida entre pastores del
Coloquio pastoril de Torquemada, que sirve como interludio pintoresco y realista del
proceso de amores de Torcato. Al terminar el convite, se cumple un elemento de la
tradicin simposaca, la lectura de cartas, aunque estas se encuentran inmersas en el
proceso de amores de Torcato y pueden entenderse a partir de la tradicin de la novela
sentimental.
Aunque es obra de filosofa natural y moral, de medicina, antropologa y teologa,
varios de los Dilogos familiares de la Agricultura cristiana de Juan de Pineda
conservan elementos simposacos en cuanto que se desarrollan en torno a una comida en
casa de Filaletes, el interlocutor principal (dilogos I, III, VI, XIV, XIX, XXVI), o en la
de Policronio (dilogos IV, VIII y X). As, por ejemplo, en el primero de los dilogos se
tratan rpidamente cuestiones tpicas del gnero, como los temas de conversacin en los
convites y cuntos han de ser los convidados71
. Ms interesante parece el coloquio de
Pedro de Mercado, no slo por la presencia del convite y personajes tpicos del gnero,
68
Sobre la posible fuente de Erasmo vase A. Castro 1977: 144-145. Como apunta este estudioso, las
coincidencias en lo concerniente a la ordenacin y reglas de los convites pueden deberse a que tanto
Mexa como Erasmo lo hubieran tomado de una misma fuente comn: Plutarco, Aristteles, Apuleyo,
Marco Varrn, Aulo Gelio o Macrobio, entre otros muchos. 69
Colloquio que trata de la desorden que en este tiempo se tiene en el mundo, y principalmente en la
Christiandad, en el comer y beber, con los daos que dello se siguen, y qun necesario sera poner
remedio en ello (ed. cit., pp. 325-340). 70
Similares ideas sobre los convites las encontramos en la obra de Pedro de Medina, Libro de la Verdad
[1554], pp. 303a-304a. 71
J. de Pineda, Dilogos familiares de la Agricultura cristiana, pp. 29a-31a y 31a-33b (B.A.E., 163).
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sino por los elementos ficcionales que introduce en el dilogo De la cena, cuyo extenso
ttulo funciona como argumento paratextual:
Dilogo quarto de la cena, en el qual Laurencio y Nicolao combidados a cenar por vn
cauallero llamado Antonio, se lleuan de industria a Joanicio medico: con propsito de
sacarle auisos, de bien comer y beuer, para conseruacion de la sanidad. Donde se haze
comparacin de todos los manjares, y se declara quales son las mejores yeruas y
legumbres, los mejores frutos, las mejores aguas, y mejores vinos, las mejores carnes y
pescados: y la orden medicinal, que conuiene guardar, en el vso y preparacin de todos
estos manjares: con munchas dudas de grande aprouechamiento para nuestra salud.72
Los comensales trazan una burla o engao al mdico y filsofo del convite,
Joanicio, antes de que llegue a casa del anfitrin Antonio, con el fin de que el mdico d
consejos sobre salud y diettica. Laurencio, comensal que funciona como personaje no
invitado, en principio, y verdadero akletos del banquete, describe a Joanicio como
donoso, y gran contador de historias y advierte que con tal engao nunca ms lo
veamos por nuestras casas, si no fuere a conuersacin, que esta tiene muy agradable. El
anfitrin del banquete insiste especialmente en el deseo de que Joanicio trate los asuntos
previamente establecidos, dejando claro el aspecto donoso del mdico: Comamos y
beuamos, pues tenemos necesidad de ambas cosas, que despus daremos nuestro voto.
Passe a esta parte el seor Joanico, porque podamos todos gozar de l en esta cena, y
est apercibido, que esta noche toda la historia a de ser medicinal, y aqu le
franqueamos lo dems, por gracioso que sea (fols. 86v.-87r.). El propio Joanicio, a
travs de un aparte, rpidamente se da cuenta de que se estn burlando de l: No puedo
creer sino que de acuerdo se an juntado estos seores a burlar de m (f. 87v.). Da la
impresin de que Joanicio acta, en parte, como bufn del convite, pues se convierte en
el principal entretenimiento y motivo de burla de toda la cena.
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P. de Mercado, Dilogos de philosopha natural y moral, f. 83v.
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I.2.2. OTRAS