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UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA FACULTAD DE...

Date post: 28-Sep-2018
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UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DEPARTAMENTO DE HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA TESIS DOCTORAL LA ENCRUCIJADA DE LA VIOLENCIA POLÍTICA ARMADA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX EN COLOMBIA Y ESPAÑA: ELN Y ETA Autor: ROBERTO SANCHO LARRAÑAGA Director: Dr. JULIÁN CASANOVA RUIZ JUNIO 2008
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  • UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    DEPARTAMENTO DE HISTORIA

    MODERNA Y CONTEMPORNEA

    TESIS DOCTORAL

    LA ENCRUCIJADA

    DE LA VIOLENCIA POLTICA

    ARMADA EN LA SEGUNDA MITAD DEL

    SIGLO XX EN COLOMBIA Y ESPAA:

    ELN Y ETA

    Autor: ROBERTO SANCHO LARRAAGA

    Director: Dr. JULIN CASANOVA RUIZ

    JUNIO 2008

  • 2

    Agradecimientos

    En esta tesis hablamos de la interaccin del pasado con el presente, y por lo

    tanto debemos comenzar por un reconocimiento a esas herencias acumuladas a lo

    largo de los aos que han ido sedimentndose en lo que hoy es esta investigacin y

    su autor. En primer lugar, quiero hablar de mi familia, de mis padres, luchadores

    incansables de la vida, que lo dieron todo para que sus hijos fueran lo que hoy son,

    personas felices. Ellos que desde que me engendraron se han convertido en el soporte

    cotidiano de mi espritu cosmopolita y desarraigado, el cable a tierra, necesario en los

    momentos de mxima tensin, de dificultades y obstculos vitales. A ellos slo

    puedo decirles que mil gracias por la formacin que me dieron, que los quiero y

    espero que se sientan orgullosos de su hijo. A mi hermana Merche, mi secretaria

    personal, mi salvadora mil veces ante mi impostura frente al poder y la burocracia, le

    agradezco su esfuerzo y le expreso todo mi cario. Los ltimos aos, he tenido dos

    arbotantes fundamentales y existenciales, mi esposa Elvira y mi hija Mariel, la

    alegra de mi vida y el oriente de mi existencia, las que le han dado sentido final al

    esfuerzo de escribir esta tesis y han soportado mis ausencias y susceptibilidades. Al

    resto de mi familia por tener la paciencia de soportar mi espritu vagabundo y autista,

    por estar siempre ah cuando uno regresa al pequeo terruo, para mi ta Mari

    Carmen, para mi cuado Jos Andrs, para mis primos Izaskun e Iaki y sus

    consortes, etc. A mi familia adoptiva en Colombia, a Jess, Carmen y toda su

    descendencia; a todos, mi ms sentido cario. Quiero seguir hablando de herencias,

    de mis generaciones anteriores y su esfuerzo de superacin, de esos que no son ya o

    que no estn aqu, de esas personas que se aferran a nuestros recuerdos, esos que se

    hacen presente todava gracias a la memoria: la abuela Antonia, el abuelo Jos y

  • 3

    Manuel, al to Jos Flix, etc. Quiero seguir escuchando el eco de los que me

    precedieron, de los que me ayudaron a ser lo que soy; por eso tozudamente sigo

    hablando del pasado, a pesar de la tendencia actual a olvidar palabras como, ayer o

    agradecimiento.

    Despus de mi familia, soy deudor y heredero de grandes maestros y

    personas, en primer lugar, me siento discpulo de Julin Casanova Ruiz, mi director

    de tesis, una de esas personas que uno puede decir a gritos que es un Maestro,

    ejemplo de vida y de profesin, persona intachable, respetuosa y coherente. Su faro

    intelectual y su pasin por la historia, me gui hacia el estudio de los movimientos

    sociales y su paciencia infinita permiti ir madurando esta tesis. Hay otros espritus

    crticos que me ensearon que ms que comprender el Cmo, lo importante es

    comprender el Por Qu; que ayudaron a tatuarme aquello de Sapere Aude o atrvete

    a saber; que convirtieron el saber en pasin, la pasin en amor y el amor en

    sentimiento, esa triloga que da sabor a mi existencia. Doy las gracias a los

    profesores colombianos Medfilo Medina, Armando Martnez, Jaime Londoo,

    Luisa Piedrahita, Esmeralda Prada, Santiago Castro y Juan Alberto Rueda, a los

    peruanos Heraclio Bonilla y Julio Benavides, al uruguayo Lus Bertola, a los

    espaoles Miguel ngel Ruiz Carnicer, Carlos Forcadell, Ignacio Izuzquiza, Jos

    Lus Rodrguez. Agradezco a las instituciones que ayudaron en mi formacin, desde

    el colegio de Castelsers hasta las universidades laborales de Huesca y Logroo, el

    Departamento de Historia Moderna y Contempornea de la Universidad de Zaragoza,

    la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga,

    Colombia; y muy especialmente la Universidad Autnoma de Bucaramanga, que en

    los ltimos aos apoy en diversos momentos la elaboracin de esta tesis

    otorgndome los tiempos necesarios para poder escribirla.

  • 4

    NDICE:

    INTRODUCCIN 8

    CAPTULO PRIMERO: SURGIMIENTO DEL

    EJRCITO DE LIBERACIN NACIONAL (ELN) 41

    1.1. Primera accin armada del Ejrcito de Liberacin Nacional 42

    1.2. El Vivo, Fabio Vsquez: el Che colombiano 55

    CAPTULO SEGUNDO: LOS FACTORES EXTERNOS

    Y EL SURGIMIENTO DE ORGANIZACIONES ARMADAS 68

    2.1. La importancia de los factores externos en el

    surgimiento de organizaciones armadas o la chispa

    que enciende la pradera 69

    2.2. Tiempos revueltos en el contexto internacional 73

    2.3. Amrica Latina sumergida en el maremoto revolucionario 77

    2.4. Cuba: el paraso terrenal de los revolucionarios 84

    2.5. Nicaragua sandinista y la segunda ola revolucionaria

    en Amrica Latina 99

    2.6. EE.UU. y la poltica contrainsurgente: Plan Laso,

    Doctrina de Seguridad Nacional y el enemigo interno 106

    2.7. Impacto de otras experiencias y colaboracin entre

    organizaciones armadas 114

    2.8. Ruptura chino-sovitica y nacimiento de la nueva

    izquierda: la izquierda enferma de infantilismo 133

    2.9. Foquismo: la vanguardia que con su foco ilumina

    la revolucin 146

  • 5

    2.10. Conclusiones sobre el papel de los factores externos

    en el surgimiento de organizaciones armadas: ELN 163

    CAPTULO TERCERO: REGRESO DE CUBA E

    IMPLANTACIN DEL FOCO INSURRECCIONAL 172

    3.1. El regreso de Cuba de la Brigada Proliberacin

    Jos Antonio Galn 173

    3.2. El Joven campesino, Nicols Rodrguez Bautista:

    Y a partir de ese da yo fui comunista 196

    CAPTULO CUARTO: LOS FACTORES INTERNOS Y

    EL SURGIMIENTO DE ORGANIZACIONES ARMADAS 228

    4.1. La importancia de los factores polticos en el surgimiento

    de la violencia poltica armada: la victoria del fusil sobre la palabra 229

    4.2. Colonizacin agraria y ausencia del Estado:

    campesinado y surgimiento de la guerrilla 252

    4.3. Cultura poltica de la violencia y epidemia de

    plomona: Colombia, una poblacin con carencia de hierro

    y exceso de plomo 276

    4.4. El proceso de formacin del Estado-nacin en Colombia 304

    4.5. La camisa de fuerza del Frente Nacional 319

    4.6. El clientelismo y la caja de galletas del Estado 332

    4.7. Elipse de violencia: coercin, represin y revolucin armada 337

    4.8. Oposicin poltica y el cambio del voto por el fusil 356

    4.9. Conclusiones: exclusin poltica y militarizacin

    de la sociedad 362

  • 6

    CAPTULO QUINTO: DISCURSO,

    RE-PRESENTACIONES E IMAGINARIOS 368

    5.1. Guerreros-santos: religiosidad y tradicin de

    violencia en el ELN y ETA 369

    5.2. Re-presentaciones de guerreros-santos:

    genealoga de un fanatismo 373

    5.3. La sociedad es un infierno de salvadores: viaje del

    culto a la razn, a la razn del culto 378

    5.4. ETA para m era San Dios 386

    5.5. Cuerpos de sacrificio a la diosa causa 399

    5.6. Cristianismo y socialismo: deificacin de la realidad

    y realizacin de la deidad 403

    5.7. La mstica evanglica de la revolucin 418

    5.8. Ejrcitos del pueblo y hroes de los pobres

    en plena guerra santa 431

    5.9. Para ser un autntico cristiano hay que ser

    revolucionario, o tal vez al revs? 440

    5.10. Conclusin: el marxismo fue su religin y

    la organizacin su iglesia 458

    CAPTULO SEXTO: ASPECTOS COMPARADOS DE

    LAS CARACTERSTICAS SOCIO-ECONMICAS DE

    LA MILITANCIA EN GRUPOS ARMADOS EN

    COLOMBIA Y ESPAA: ELN Y ETA 464

    6.1. Quines son y de dnde vienen? 465

    6.2. Militantes segn sexo 469

  • 7

    6.3. Militantes segn edad al ser detenidos 472

    6.4. Militantes segn estado civil 474

    6.5. Militantes segn tamao de su localidad natal 477

    6.6. Militantes segn su ocupacin 481

    6.7. Clase social de los militantes 485

    6.8. Militantes segn el nivel de formacin 488

    CONCLUSIONES INCONCLUSAS 497

    ANEXOS 517

    1. Cronologa comparada 518

    2. Cuadro de siglas de organizaciones 532

    BIBLIOGRAFA 537

  • 8

    INTRODUCCIN

  • 9

    La vida debe entenderse hacia atrs,

    pero vivirse hacia delante

    Soren Kierkegaard, Diarios, 1843

    En una ocasin Joaqun, un alumno inquieto, me pregunt en la parada del

    autobs frente a la universidad, en la ciudad de Bucaramanga en Colombia:

    Profesor, usted es violentlogo1? Y le contest, No Joaqun,, paciflogo. l

    qued desconcertado con la respuesta, cogi su autobs y se fue. Y es que parto en

    esta investigacin del convencimiento, que para conseguir la paz y vivir con respeto

    al otro, se necesita reflexionar y comprender los factores que hacen posible la

    existencia de la violencia en una sociedad y las razones de las conductas violentas de

    unos individuos contra otros.

    Este tipo de razonamientos fueron los que me motivaron desde muy joven,

    en mis visitas y correras por Pamplona, a investigar las razones o causas del

    surgimiento, consolidacin y persistencia de la violencia en esa sociedad. Esa misma

    violencia que se perciba tan diferente en mi pueblo, llamado Castelsers en Aragn,

    y por otro lado, en mi familia en Navarra o Bilbao. Esta investigacin responde

    entonces principalmente a esa inquietud existencial, dado el origen mitad vasco-

    navarro y mitad castellano-aragons de mi familia, y la encrucijada emocional y

    racional que eso supuso desde la infancia para entender el conflicto vasco. Tal vez

    Sancho no entenda a Larraaga y viceversa, constituan una unidad pero se sentan

    diferentes; mientras tanto Roberto qued atrapado en esa encrucijada, encrucijada

    1 La duracin, intensidad y persistencia de los fenmenos violentos en Colombia, supuso dentro

    muchas disciplinas sociales que sectores importantes de sus profesionales dedicasen sus esfuerzos

    investigativos a comprender esta violencia. Este campo investigativo es tan profuso que adems de ser

    economista, historiador, socilogo, politlogo, etc., uno es definido como violentlogo. Esta

    importancia y reconocimiento social se concretan en espacios cientficos propios, departamentos

    especficos en las universidades, congresos o revistas.

  • 10

    que se intenta despejar con esta tesis doctoral. sta es la explicacin de por qu nos

    hemos convertido (Sancho, Larraaga y Roberto) en paciflogos, irenlogos,

    violentlogos, o la etiqueta que deseen colgarnos. Fue posteriormente el deseo por

    seguir las huellas histricas de la violencia armada, el que me llev a ocho mil

    kilmetros de mi tierra natal, a ese bello pas llamado Colombia, que tiene uno de los

    fenmenos de violencia poltica armada seguramente ms antiguo y persistentes del

    planeta2, y que se convirti para mi en el laboratorio ideal de anlisis. Colombia

    fue para mi, como investigador, ese mundo social lo suficientemente alejado como

    para prestarse fcilmente a la objetivacin (que no significa objetividad) del objeto

    de estudio.

    Este motor existencial fue el aliciente del trabajo investigativo por

    comprender uno de los fenmenos sociales ms transcendentales de la historia

    contempornea de los dos pases: la violencia poltica armada en Colombia y Espaa

    durante la segunda mitad del siglo XX. Para ello utilizamos el estudio de caso de dos

    organizaciones armadas, el Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) y Euskadi Ta

    Askatasuna (ETA, que significa en castellano, Libertad para Euskadi) como

    trampoln para investigar el fenmeno social de la violencia poltica armada. El

    estudio de estas dos organizaciones armadas se convierte tambin en un medio para

    reflexionar sobre el conocimiento de otro fenmeno, a su vez mucho ms complejo,

    como es la formacin del Estado-nacin en Colombia y Espaa, as como los marcos

    de convivencia tico-polticos constituidos e instituidos en estos dos pases. Por lo

    tanto, en esta tesis se sintetizan las preocupaciones esenciales de mi vida profesional:

    2 Anteriormente a esta tesis doctoral, el autor se acerc a este tema con su Tesis de Maestra en

    Historia en la Universidad Industrial de Santander (Colombia) titulada Violencia poltica, Guerrilla y

    Terrorismo: una perspectiva comparada de Colombia y Espaa, ELN y ETA (1959-1982). Esta

    investigacin se public bajo el ttulo de Guerrilla y terrorismo en Colombia y Espaa: ELN y ETA,

    Ed. Universidad Autnoma de Bucaramanga, Bucaramanga (Colombia), 2003.

  • 11

    el papel la historia para explicar el presente, entender las dinmicas de la accin

    colectiva violenta y la formacin de los marcos normativos estatales de convivencia.

    Pero si el objetivo general de la investigacin es analizar comparadamente el

    fenmeno de la violencia poltica armada3, a partir del estudio de caso de dos

    organizaciones (ELN y ETA), un primer paso que se requiere es hacer algunas

    precisiones terminolgicas, dada la complejidad y polmica que gira en torno a la

    forma de definir este tipo de organizaciones ilegales armadas. Las categoras son

    generalmente el taxi que te permite viajar por la investigacin, pero en este caso, el

    uso y abuso de categoras como guerrilla4 o terrorismo

    5 (que hacen parte tambin del

    conflicto), en muchas ocasiones dificulta ese viaje as como la comprensin de los

    fenmenos de violencia en una sociedad. Desde los sucesos del 11 de septiembre del

    2001, delimitar con una definicin a estos actores sociales se ha dificultado todava

    ms, por ello mantenemos que este debate sobre si son o no terroristas estas

    3 Este apartado sobre las categoras que orientan la investigacin, retoma y amplia lo expuesto en el

    captulo Precisiones terminolgicas, ibdem., pp. 35-40. 4 Sobre este concepto cabe recordar la definicin de Franklin Mark Osanka, Guerra de guerrillas, en

    Enciclopedia internacional de las ciencias sociales, vol. 5, Madrid, Aguilar, (1 ed. 1975), pp. 296-

    299: La palabra guerrilla, que literalmente significa guerra pequea`, se utiliz por primera vez para

    definir las actividades de resistencia de los partisanos armados espaoles que hostigaron al ejrcito

    francs de ocupacin durante la guerra de independencia de 1808-1814. Esta palabra ha tomado carta

    de naturaleza en el idioma ingls, donde se usa comnmente para describir todos los combates de tipo

    militar no regular que han acompaado a las actividades de los partisanos en guerras civiles, guerras

    revolucionarias, y en la resistencia popular a la invasin y la ocupacin extranjera. (...) guerra

    revolucionaria de guerrillas`. Es revolucionaria por cuanto se utiliza como medio de adquirir poder

    nacional con el propsito de alterar o cambiar por completo la estructura social y poltica de una

    nacin. Es guerra de guerrillas, ya que sus componentes, partidarios del cambio, son civiles indgenas

    que libran una pequea guerra en la que utilizan principios aprendidos en la historia de las guerrillas.

    Para diferenciar los conceptos de guerrilla y terrorismo utilizamos el texto de Peter Waldmann,

    Radicalismo tnico. Anlisis comparado de las causas y efectos tnicos violentos, Akal, 1997, p.18:

    Entendemos por guerrilla una forma de lucha que, si bien tiene en comn con la guerra clsica la

    finalidad de vencer militarmente al enemigo, se diferencia de ella por los medios poco ortodoxos que

    utiliza para alcanzar esta finalidad (pequeos grupos de combatientes muy mviles y flexibles que

    desmoralizan al adversario atacndolo por sorpresa). El terrorismo, en cambio, representa algo

    cualitativamente diferente ya, debido a la intencin de los agentes. Los terroristas no estn tan

    interesados en la destruccin fsica que producen sus atentados sino en el efecto de choque

    psicolgico que resulta de stos. Segn la frmula empleada por Wrdemann, no pretenden ocupar el

    terreno sino las mentes. 5 La primera advertencia sobre el uso de esta categora que se tiene que realizar es la que plantea

    Fernando Reinares: Quepa recordarlo, el terrorismo denota no tanto un extremismo de los fines como

    de los medios5. Fernando Reinares, Terrorismo y antiterrorismo, Paids, Barcelona, 1998, pp. 18, 19

    y 106.

  • 12

    organizaciones no puede entorpecer el anlisis de los factores que explican la

    emergencia de este tipo de violencia en un determinado contexto social. Tal es la

    importancia del problema, que la definicin de estas organizaciones como solamente

    terroristas6, no ha ayudado tampoco a la comprensin de las motivaciones de los

    actores involucrados, y por lo tanto, ha dificultado la resolucin de este problema

    social. Nelson Manrique nos centra en la esencia de la cuestin cuando para el caso

    de Sendero Luminoso en Per, afirma que:

    Existe una forma de liquidar el debate, cuando se trata de hablar

    sobre Sendero Luminoso, que se ha convertido en una convencin

    implcita; ella consiste en calificarlo como terrorista. Cuando la

    discusin llega a este punto, aparentemente es imposible decir una

    palabra ms sin correr el riesgo de ser considerado, en el mejor de los

    casos, como conciliador con Sendero Luminoso, cuando no un

    senderista encubierto. Sin embargo, la caracterizacin de terrorista,

    aplicada a Sendero, ms que explicar confunde, () Es necesario

    distinguir, pues, entre la utilizacin del terrorismo como arma, prctica a

    la que Sendero recurre habitualmente, y la naturaleza de esa

    organizacin, lo cual es algo mucho ms complejo que el simple

    terrorismo. Pero para entender el fenmeno senderista es necesario

    comprender al pas que hizo posible su emergencia7.

    Ante la dificultad de esta encrucijada conceptual, se decidi que lo

    importante para el desarrollo de la tesis era delimitar y definir el fenmeno ms

    6 Lo difuso del concepto de terrorismo queda evidenciado por los esfuerzos y dificultades que

    organismos multilaterales tienen para llegar a acuerdos sobre su definicin. En el caso del Estatuto de

    la Corte Penal Internacional, no lo tipifica individualmente como su competencia; aunque algunos

    autores pretendan igualarlo con crmenes de lesa humanidad, genocidio, etc. Tambin se constata esta

    dificultad en la propia resolucin 1373 del 2001 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o

    en la Decisin Marco de la Unin Europea del 13 de junio de 2002, entre otros. Ante la diversidad de

    definiciones y sus mltiples usos, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan inst a la

    comunidad internacional a llegar a un acuerdo en la Cumbre de Madrid sobre Democracia, Terrorismo

    y Seguridad en el 2005. Para acceder a estos documentos se puede consultar la biblioteca Dag

    Hammarskjld de las Naciones Unidas:

    http://www.un.org/depts/dhl/spanish/resources/terrorism/ 7 Nelson Manrique, La dcada de la violencia, en Heraclio Bonilla, Per en el fin del milenio,

    Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Mxico, 1994, p. 49.

    http://www.un.org/depts/dhl/spanish/resources/terrorism/
  • 13

    amplio donde se circunscriban estos actores armados y no tanto a los grupos

    armados. Se pens en un concepto paraguas que permitiera la comparacin no slo

    de estas dos organizaciones sino tambin del fenmeno poltico-social de donde stas

    derivaban. Un primer concepto que poda ser usado y que utilizan muchos autores es

    el de violencia poltica, fenmeno social por el que han pasado muchos pases

    especialmente en las fases de surgimiento de los Estados-nacin en el siglo XIX.

    Frente a su significado, retomamos lo propuesto al respecto por William Ramrez:

    La violencia social y poltica es, (...), el medio a travs del cual y en condiciones

    histricas particulares se enfrentan sectores de la sociedad civil entre s y stos contra

    el Estado. Del seno de la sociedad civil nacen, simultneas, o sucesivas, violencias

    para la transformacin y la sustitucin social; del Estado, de las entraas de su

    legitimidad histrica y de su dinmica actual, se origina una violencia para la

    conservacin social8. Para nosotros este concepto es demasiado amplio dado que la

    frontera entre la poltica y la violencia es muy dbil, por ello, la guerra y la poltica

    han entrado en contacto continuamente en la historia tanto de Colombia como de

    Espaa; tal es as que Colombia puede ser un ejemplo ideal de la premisa planteada

    por Clausewitz de: La guerra es la continuacin de la poltica por otros medios9.

    Por lo tanto, para diferenciar nuestro objeto de estudio de otras formas de

    violencia poltica habituales en la evolucin histrica de estos pases, se decidi

    crear la categora de violencia poltica armada:

    Vamos a introducir el concepto de violencia poltica armada`

    para referirnos de forma conjunta a los dos casos analizados. Sera

    ms preciso que el de violencia poltica` porque podemos interpretar

    que toda poltica tiene una dosis de violencia, guerra, llegando en

    8 William Ramrez Tobn, Violencia y democracia en Colombia, en Anlisis Poltico, n 3, enero-

    abril, 1988, p. 64. 9 Carl von Clausewitz, De la guerre, Editions de Minuit, Pars, 1955.

  • 14

    algunos casos a la va armada. Este proceso intentara ser ms

    preciso y definira mejor la situacin conjunta del Pas Vasco y

    Santander (Colombia). (), el concepto de violencia poltica armada

    tiene un carcter de medio alcance` y la funcin de caracterizar la

    naturaleza de ELN y ETA cuando se hagan interpretaciones comunes

    de los dos casos10

    .

    Por lo tanto, violencia poltica armada es la categora central de nuestra

    investigacin y que nosotros definimos como: la accin de imponer la voluntad

    poltica propia al otro, por medio del uso sistemtico de la fuerza armada para

    producir un orden social y poltico determinado. Este concepto pretende retomar los

    postulados clsicos de Weber frente al poder, as como la perspectiva foucaultiana de

    que el poder slo existe en el acto, y ste es ante todo una relacin de fuerza entre las

    partes en conflicto.

    Una vez determinado nuestro objetivo general y la categora que orienta el

    estudio, se evidencia ya que esta investigacin requiere en primer lugar un esfuerzo

    para explicar y contextualizar histricamente la violencia poltica armada en ambos

    contextos, lo cual supone, evidentemente, un necesario enfoque de sntesis. Este

    tono de sntesis se acompaa de la bsqueda de los factores, causas, motivos o

    motivaciones para el surgimiento y consolidacin de la violencia poltica armada en

    Espaa y Colombia en la segunda mitad del siglo XX. Este marco creemos que es

    necesario para resolver la grave situacin de conflicto social y poltico en ambos

    contextos. Como afirma el Informe Nacional de Desarrollo Humano del 2003 para

    Colombia del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), titulado

    Entender para cambiar las races locales del conflicto:

    10

    Roberto Sancho Larraaga, Guerrilla y terrorismo en Colombia y Espaa, p. cit., p. 39.

  • 15

    El repudio tico no basta para fundar una estrategia eficaz

    y productiva: es preciso entender y entender framente- los

    motivos, las conductas (y por ende) las estrategias de los

    involucrados. (...) Para entender que no es justificar- las

    conductas asociadas con la violencia es preciso ponerse en los

    zapatos de cada actor, mirar las cosas desde su punto de vista11

    .

    Pero el discurso hegemnico sobre este tema que fluye generalmente por

    los medios de comunicacin, escasamente presenta los anlisis con una perspectiva

    histrico-causal, y ms bien se presentan los hechos de forma descontextualizada y

    ahistrica. Ibn de Rementera refirindose al anlisis de la violencia reciente en el

    Magdalena Medio, regin central en nuestro anlisis del conflicto colombiano y del

    surgimiento del ELN, afirma que:

    Este ascenso a los extremos hasta el terror absoluto y

    generalizado, muestra a la situacin regional como irracional -la

    locura de Marte-, haciendo perder a los actores, observadores y

    analistas de la situacin las causas reales y los orgenes concretos

    del conflicto socio-econmico, que en tanto no resuelto, pasa por

    la violencia y asciende al terror12

    .

    Por tanto, como afirma Mara Victoria Uribe, se tratara en esencia de:

    Comprender la violencia como condicin previa para conseguir la paz...13

    . As el

    principal objetivo de la investigacin es hacer nfasis en esta dimensin histrica del

    fenmeno de violencia poltica armada actual en ambos contextos. Partimos del

    11

    Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia 2003, Programa de las Naciones Unidas para el

    Desarrollo, p. 144.

    12

    Ibn de Rementera, Hiptesis sobre la violencia reciente en el Magdalena Medio, en Gonzalo

    Snchez y Ricardo Pearanda (Comp.), Pasado y presente de la violencia en Colombia, CEREC,

    Bogot, 1986, p. 347. 13

    As comienza su libro Mara Victoria Uribe, Matar, rematar y contramatar. Las masacres de la

    Violencia en el Tolima 1948-1964, Bogot, Cinep, 1990, p. 11.

  • 16

    presupuesto de que una mejor comprensin histrica del fenmeno puede ayudar a

    que la sociedad lo enfrente, porque constatamos como afirma Mitxel Unzueta, que:

    "Presentada de una u otra forma, consciente o

    inconscientemente, hoy aparece como una constante el sustraer, de

    toda actividad que tienda a despejar las incgnitas, la referencia al

    origen de la cuestin (...) Cada da se afianza en m la conviccin de

    que nos encontramos ante un evidente deseo de eludir la definicin

    de la naturaleza de la violencia (...) Slo despus de una correcta

    definicin de las causas, de las situaciones, puede obtenerse un

    anlisis certero. Slo despus de este anlisis certero pueden

    proponerse soluciones, medidas que enderecen situaciones no

    deseadas"14

    .

    Y por qu estudiar el periodo fundacional y de consolidacin de estas

    organizaciones? Porque creemos que fue en este momento cuando se establecieron

    unos rasgos fundamentales de estas organizaciones armadas (vanguardismo,

    militarismo, autoritarismo, mesianismo, etc.) que las marcaron, como los primeros

    aos de vida de una persona son cruciales para su desarrollo futuro. As se constata

    que algunos de estos rasgos iniciales perduran en gran medida a lo largo de la

    historia de las organizaciones y que la condicionaron de forma destacada, como a lo

    largo de nuestra investigacin podremos comprobar. Creemos que son estas

    caractersticas que estn presentes en los primeros aos de ETA y ELN, las que

    determinan en gran medida que la violencia armada contine utilizndose como

    instrumento poltico por estas organizaciones. Como afirma Cristina Rojas: Los

    elementos comunes de la violencia del pasado y del presente refuerzan la necesidad

    14

    Mitxel Unzueta, Claves para comprender una situacin, en Fernando Reinares, Violencia y

    poltica en Euskadi, Ed. Descle de Brouwer, Bilbao, 1984, p. 19.

  • 17

    de escudriar en el primero para comprender el segundo15

    .

    Por tanto, la pregunta general que se plantea en esta investigacin es: Por

    qu surgen y se consolidan, en la segunda mitad del siglo XX, organizaciones

    armadas como el ELN y ETA, en Colombia y Espaa? Este planteamiento ya ha sido

    desarrollado para cada caso y pas, lo que esta investigacin busca es pensar

    comparadamente los dos casos con la pretensin de que este ejercicio de

    comparacin nos puede permitir una comprensin ms amplia del fenmeno de la

    violencia poltica armada. Pretendemos que la comparacin nos permita buscar

    "regularidades" que ayuden a una comprensin ms completa de este fenmeno y de

    su realidad histrica. Sabemos que en la historia no se encuentran leyes, pero el

    pasado tiene contextos que permiten explicar los fenmenos histricos. Buscar

    regularidades en la comparacin de casos o conexiones causales compartidas por

    dos o ms contextos estudiados puede ayudar a darle una perspectiva de anlisis ms

    amplia a estas investigaciones. No hablamos de buscar explicaciones generalizables,

    pero s de superar esa cultura de las idiosincrasias locales o nacionales, donde se

    analiza cualquier caso como totalmente distinto de otros y sin posibilidad de

    comparar con otros hechos similares o parecidos. Tal vez este esfuerzo nos permita

    formular explicaciones causales que tengan un alcance medio y que superen la mera

    descripcin individual e histrica de un solo caso de estudio. Este puede ser el

    camino para que, en estos tiempos posmodernos, nuestra disciplina siga por la senda

    del conocimiento cientfico. El mtodo que nos proponemos seguir, es el que

    nosotros definimos como historia comparada analtica16

    , y que pretende articular el

    nivel necesario de descripcin (responder el cmo) de los acontecimientos histricos

    15

    Cristina Rojas, Civilizacin y violencia. La bsqueda de la identidad en la Colombia del siglo XIX,

    Ed. Norma, Bogot, 2000, p. 77. 16

    Esta definicin es tomada como derivacin del utilizado por la Sociologa Histrica

    Norteamericana, Sociologa histrica analtica.

  • 18

    estudiados con el anlisis (responder el porqu) de estos acontecimientos dentro de

    un fenmeno social ms amplio. Pretendemos que sea un mtodo inductivo y

    comparado, que mediante el conocimiento de dos casos de estudio (ETA y ELN) nos

    permita encontrar esas regularidades que nos den pistas de las causas o factores

    determinantes del surgimiento y consolidacin de la violencia poltica armada en

    Espaa y Colombia en la segunda mitad del siglo XX.

    La comparacin se convierte para nosotros en una estrategia metodolgica

    que busca mejorar la inteligibilidad del fenmeno histrico de la violencia poltica

    armada y que pretende romper con algunos lugares comunes de las historiografas

    nacionales sobre el tema. Tambin creemos que la comparacin puede ayudar a

    encontrar nuevos enfoques, cuestiones o problemas sobre un caso particular, sobre

    todo cuando hay otros casos bien documentados (como el fenmeno etarra) lo que

    puede ayudar a mejorar el conocimiento de otro caso histrico (en nuestro caso,

    sobre la historia del ELN). La comparacin de casos puede contribuir a un

    enriquecimiento investigativo mutuo entre los casos estudiados, por ejemplo la

    amplia bibliografa e investigacin sobre ETA puede mejorar la comprensin de los

    factores de surgimiento del ELN, al aportar nuevas entradas a la investigacin a

    partir de ese espejo analtico y metodolgico; y por otro lado, el fenmeno etarra

    puede cobrar nueva dimensin a la luz de los aportes del estudio de la grave e intensa

    crisis poltica y social que ha vivido en las ltimas dcadas Colombia, y que hace que

    los elementos bsicos de esta crisis sean ms evidentes que en el caso etarra: la

    intensidad de la violencia poltica armada en Colombia, convierte a este pas en un

    laboratorio ideal para analizar este fenmeno social. Pero el mtodo comparado nos

    introduce en cuestiones que requieren tomar varias decisiones estratgico-

    metodolgicas para el buen desempeo de la investigacin:

  • 19

    1) En primer lugar hay que responder a la pregunta: Qu comparar?

    Nosotros proponemos que un similar fenmeno histrico (en nuestro caso la

    violencia poltica armada), a partir de la bsqueda de rasgos diferenciadores y

    comunes; una vez identificados algunos rasgos comunes, stos se convierten en

    objeto de estudio en los contextos estudiados. Estudiar ciertas coincidencias de un

    similar fenmeno histrico en varios contextos puede permitir desarrollar

    interpretaciones ms generales que si se realiza el estudio de un solo caso. Partimos

    por tanto, de la hiptesis de que estas regularidades compartidas por ambos casos

    estudiados pueden ser determinantes para establecer las bases de un mejor

    conocimiento de los factores que posibilitaron el surgimiento y consolidacin de la

    violencia poltica armada en estos dos contextos. Esta perspectiva nos acerca a lo que

    John Stuart Mill defini como mtodo de comparacin de concordancia17

    . ste

    centra su atencin en los puntos similares de los casos estudiados e intenta luego

    analizar si estos son relevantes y forman parte de esas regularidades causales que

    pueden explicar la emergencia de los procesos de violencia poltica armada en estas

    sociedades. Por lo tanto, mediante el uso sistemtico de la comparacin entre los

    casos estudiados (ELN y ETA), se busca encontrar puntos de coincidencia que

    permitan establecer algn tipo de regularidades que expliquen conjuntamente la

    aparicin del fenmeno de la violencia poltica armada en Colombia y Espaa en la

    segunda mitad del siglo XX. La investigacin sigue las propuestas de contrastes de 17

    A pesar de las mltiples denominaciones de las estrategias utilizadas dentro del mtodo comparado,

    la mayora nos remiten a la propuesta ideal de concordancia o de diferencia establecidas por John

    Stuart Mill en A System of Logia, (1. ed. 1843), traducido como Sistema de lgica inductiva y

    deductiva, Ed. Jorro, Madrid, 1917. Nosotros ubicamos esta investigacin en el mtodo de

    concordancia, que se refiere a las variables operativas homogneas (que poseen iguales

    caractersticas) que sern analizadas en contextos heterogneos (compuesto de partes de distinta

    naturaleza). Para explicar un fenmeno como la violencia poltica armada en dos contextos totalmente

    heterogneos, debemos aislar algunas variables similares susceptibles de comparacin y que adems

    pueden tener una connotacin causal. Se trata de comparar situaciones donde ocurre ese fenmeno

    con otras situaciones similares donde muchos de los elementos de la situacin anterior tambin

    pueden darse o definitivamente se dan. Si varias variables de un mismo fenmeno poseen

    circunstancias similares, estas variables analizadas en ambos contextos son susceptibles de ser los

    factores o causas determinantes del fenmeno estudiado.

  • 20

    contextos que permitan encontrar esas regularidades causales que ayudan a la

    compresin de la accin social de los actores polticos.

    2) Cmo comparar? Nos atenemos a la propuesta de Jrgen Kocka cuando

    plantea que: La comparacin se configura a travs de la formulacin de una

    pregunta. Dos o ms fenmenos slo pueden ser comparados en relacin a algo, a un

    tercero (tertium comparationis). Quien compara, precisa conceptos claros,

    ntidamente definidos, que designen las que, de acuerdo con la pregunta planteada,

    constituyan las similitudes relevantes de los objetos a comparar y formen as la base

    sobre la cual queda despus determinar las diferencias entre ellos18

    . Por lo tanto,

    una vez seleccionados los rasgos susceptibles de ser comparados en los dos

    contextos, la comparacin es precedida por una pregunta detonante sobre el papel

    que cumple tal elemento o factor en el fenmeno de la violencia poltica armada en

    Colombia y Espaa.

    3) La historia comparada por la gran cantidad de informacin que requiere

    manejar de ambos casos estudiados, debe combinar el conocimiento del contexto

    general con el anlisis de cada caso especfico investigado; por lo tanto, se requiere

    el conocimiento de una amplia bibliografa secundaria y la labor de investigacin

    archivstica no puede ser tan intensa como en otro tipo de investigaciones histricas.

    Creemos conveniente utilizar la frmula de tanta abstraccin como sea precisa,

    tanta concrecin y referencia contextual como sea posible19

    .

    4) Nuestra investigacin utiliza de forma explcita el mtodo comparado

    (aunque creemos que la comparacin es inherente al quehacer de los estudios

    histricos), pero la balanza de la comparacin entre los dos casos analizados est

    18

    Jrgen Kocka, Historia social y conciencia histrica, Marcial Pons, Madrid, 2002, p. 49. 19

    Ibdem. p. 62.

  • 21

    claramente desequilibrada, a favor del estudio del ELN y de la violencia poltica

    armada en Colombia. El motivo principal de esta decisin metodolgica fue que

    frente al abundante conocimiento cientfico sobre ETA y el conflicto vasco, el

    horizonte investigador sobre el ELN se caracteriza por su semidesierto

    historiogrfico.

    Por ltimo, otra decisin terica y metodolgica20

    tomada es que, si bien

    hace unos aos partamos de la hiptesis que el factor o las causas ms determinantes

    del surgimiento de estas organizaciones tenan que tener un carcter poltico, dado

    que hablbamos de violencia poltica armada; hoy creemos que despus de ms de

    diez aos de investigar este fenmeno social, debemos introducir de forma destacada

    en el estudio, los factores culturales y las motivaciones de los militantes de estas

    organizaciones armadas. Este dilema se resolvi intentando integrar ambos enfoques

    en nuestra investigacin y sta es nuestra apuesta terica, entendindola como

    plantea Julin Casanova:

    Por teora debe entenderse aqu un sistema explcito y

    coherente de conceptos utilizado para organizar y explicar los

    datos histricos, que, sin embargo, no puede derivar slo del

    estudio de las fuentes materiales ni tampoco provenir de un

    proceso de razonamiento puramente deductivo sin relacin alguna

    con el trabajo emprico. Las teoras son, por consiguiente,

    ingredientes fundamentales en la investigacin histrica que

    ofrecen simplificaciones de los procesos y relaciones sociales

    que, dependiendo de su campo de aplicacin, ayudan al

    historiador a examinar y comprender casos particulares o

    20

    Entendemos lo metodolgico o el mtodo en este caso, cercano a su significado etimolgico el

    camino a seguir, el procedimiento o los pasos a seguir para alcanzar un objetivo.

  • 22

    construir amplias sntesis histricas donde encajar los estudios

    especficos de objetos limitados21

    .

    La propuesta terica de esta investigacin realiza un ejercicio de historia

    social comprensiva, que incluye el estudio de lo subjetivo, de los sentidos de la

    accin social, en definitiva estudiar la formacin del sentido subjetivo que gui la

    accin de los militantes de las organizaciones armadas; y por otro lado, el estudio

    objetivo de los factores histricos, las causas estructurales de la violencia

    poltica armada en Colombia y Espaa. Deseamos establecer un puente entre un

    conocimiento histrico-social objetivo y el anlisis de los mecanismos de

    formacin, distribucin y consumo de sentidos socialmente construidos que realizan

    los actores sociales en su vida cotidiana. Demostrando con ello, la existencia de una

    realidad histrica, tanto socio-real como socio-simblica imprescindible para

    interpretar y analizar la violencia poltica armada.

    Entender las racionalidades de los actores individuales, colectivos y del

    propio conflicto, supone superar las perspectivas maniqueas, de los buenos y los

    malos, y pensar integralmente los problemas de la sociedad y relacionarlos con el

    conflicto. Esta fue la gran apuesta de esta investigacin buscar esas racionalidades, el

    sustrato cultural que las fundamenta y que ha permitido la persistencia de la violencia

    poltica armada en la segunda mitad del siglo XX. Para defender esta propuesta

    investigativa y terica, en primer lugar esta investigacin se posiciona frente a la

    disciplina histrica desde la constatacin del carcter eminente poltico, discursivo y

    comunicativo de la historia y de las formas de comunicar el pasado. Pues la

    experiencia histrica no es la traduccin directa y objetiva de una realidad externa a

    21

    Julin Casanova, La historia social y los historiadores. Cenicienta o princesa?, Crtica, Barcelona,

    1991, pp. 147-148.

  • 23

    las subjetividades de los individuos, as como a las relaciones de poder que se

    establecen en una sociedad. Con ello la Historia, para nosotros debe recurrir tambin

    a mtodos interpretativos y comprensivos, que se acerquen no solamente a las

    condiciones materiales que constituyen las sociedades sino tambin se hace

    imprescindible reconstruir las creencias, las intenciones y el universo mental de los

    sujetos, nica manera de calibrar los efectos de la mediacin simblica sobre su

    prctica porque el ser social es el ser percibido, pues es en ste, y no en el primero,

    donde estn inmediatamente enraizadas la identidad y las acciones de los

    individuos22

    .

    A partir de esta apuesta terica y a lo largo de esta larga labor investigativa,

    se han ido cuestionando algunos de los lugares comunes en las historiografas

    nacionales de Colombia y Espaa, sobre los factores determinantes en el surgimiento

    de actores armados ilegales en la segunda mitad del siglo XX. Uno de estos lugares

    comunes o versiones hegemnicas sobre el tema afirma que la violencia poltica

    armada surgi en ambos pases fundamentalmente por un bloqueo persistente del

    sistema poltico nacional: Dictadura de Franco en Espaa, Frente Nacional en

    Colombia. El gran predominio o la hegemona de la historiografa que trabaja con

    una perspectiva nacional (aunque los temas sean locales o regionales, el enfoque

    implcito que prima suele ser el nacional), ha supuesto un peligro metodolgico a la

    hora de analizar ciertos acontecimientos o fenmenos histricos; ya que ha

    sobrevalorado estos factores internos nacionales, objetivos o estructurales en el

    anlisis de los mismos. Ante el peso de las idiosincrasias nacionales en las

    investigaciones histricas, que en muchas ocasiones nace del desconocimiento de

    esos mismos fenmenos histricos en otros contextos geogrficos, la historia

    comparada puede ayudar a compensar este desequilibrio, contraponiendo el lugar que 22

    Miguel ngel Cabrera, Historia, lenguaje y teora de la sociedad, Ed. Ctedra, Madrid, 2001, p. 31.

  • 24

    los factores externos, el ambiente internacional y lo subjetivo cumplieron en

    muchos de estos casos. La investigacin pretende reflexionar sobre esa causalidad

    social para comprender las condiciones de posibilidad que permiten la accin poltica

    armada, preguntndonos: Qu contextos sociales y condiciones discursivo-

    simblicas hicieron posible que un determinado grupo social generase unas

    prcticas sociales ligadas a la violencia poltica armada?

    As en nuestra investigacin pretendemos redimensionar la importancia que

    tuvieron factores como el papel de contagio ideolgico y de las formas de lucha

    que se dio en muchos pases y en cientos de sus ciudadanos en un perodo

    relativamente breve de tiempo. Es as, como el ejemplo de otras experiencias

    revolucionarias o el efecto demostracin, llev a que muchos militantes analizasen

    las realidades locales o nacionales a partir del espejo de esas experiencias

    revolucionarias exitosas. El discurso ideolgico, se encarg de adecuar una realidad

    externa a los intereses de los distintos actores armados, haciendo coherente la

    realidad local con la situacin vivida en otros contextos donde la revolucin triunf.

    Paradjicamente, mientras que en la historiografa sobre el tema prima lo nacional,

    en la decisin de tomar las armas prim el ambiente revolucionario internacional. Por

    lo tanto, defendemos la hiptesis de que los factores externos o el ambiente

    internacional fueron determinantes para que unos sectores minoritarios de la

    poblacin en el Pas Vasco o en Colombia, tomasen conciencia de sus posibilidades

    para la toma del poder por la va de la lucha armada; y se sirvieron del bagaje

    intelectual de la poca (marxismo, guevarismo, foquismo, etc.), para hacerlo confluir

    con una larga tradicin de lucha de las gentes de estos territorios y de unos conflictos

    sociales histricos. Es desde esta perspectiva que entran a jugar un papel destacado

    en nuestra investigacin el estudio de las creencias y re-presentaciones de los

  • 25

    militantes de las organizaciones armadas. En nuestro caso mediante el anlisis del

    papel que tuvieron las ideologas, con una centralidad social destacada en la segunda

    mitad del siglo XX, como los principales dispositivos de gestin y administracin de

    los universos de sentido de cientos de individuos que siguieron religiosamente sus

    presupuestos. Estas ideologas administraron la realidad de miles de personas, los

    individuos/creyentes vivieron EL discurso ideolgico y existieron EN ese discurso,

    su realidad se convirti en una especie de revival religioso alterno.

    Las ideologas tuvieron la pretensin de hablar en nombre de lo real,

    como en otras pocas hicieron las religiones, y ste es el principio bsico que

    sustenta lo que debe ser credo como una totalizacin; en este sentido, se

    convirtieron en el gesto cotidiano del renovado acto de creer tradicional. El

    discurso autorizado de las ideologas se convirti en normas de fe y tcnica de

    hacer creer, en definitiva en elementos organizadores de las prcticas23

    cotidianas

    de los individuos. Entonces debemos explorar los procesos de construccin social de

    lo sagrado y la institucin socio-lingstica de las realidades, los distintos marcos

    subjetivos para la representacin de lo real24

    , como procesos de realizacin de la

    realidad, de objetivacin y subjetivacin de la misma; y en definitiva de reificacin

    y deificacin humana. Miguel ngel Cabrera introduce la cuestin afirmando que:

    En este sentido, se podra decir que los sujetos se

    constituyen como resultado de la interpelacin que el discurso

    hace a los individuos (). Lo que esta afirmacin significa es que

    si es el discurso, y no el referente social, el que establece las pautas

    de constitucin de la subjetividad, entonces los individuos

    devienen sujetos al ser movilizados por y encuadrados en las

    formas de identidad inherentes a una formacin discursiva dada. Es

    23

    Fabin Sanabria, De la des-regulacin de lo sagrado a la circulacin del creer, hoy, en Memorias

    XII Congreso Colombiano de Historia, Universidad del Cauca, Popayn, Agosto 4 al 8, 2003, p. 14. 24

    Jos Lus Rodrguez Garca, Mirada, escritura, poder. Una relectura del devenir occidental, Ed.

    Bellaterra, Barcelona, 2002, p. 153.

  • 26

    decir, que al ser portador de una rejilla clasificatoria de

    identificacin, el patrn discursivo realmente induce o fuerza a los

    individuos situados en su mbito de influencia a clasificarse,

    individual o colectivamente, mediante dicha rejilla. Y, por tanto, se

    podra decir, segn la terminologa habitual, que efectivamente el

    discurso llama y recluta a los individuos como sujetos25

    .

    Despus de aos de predominio de los anlisis causales en las investigaciones

    sociales, hoy parece casi un suicidio intelectual o una arrogante osada la intencin

    de cualquier cientfico social por buscar conexiones causales en sus investigaciones.

    A pesar de ello o por ello, esta tesis se ocupa de indagar las condiciones26

    que

    propiciaron la situacin actual de conflicto armado en estos dos contextos.

    Buscaremos esas conexiones causales o causalidad, no entendidas como leyes sino

    como relaciones, conectores o encadenadores de situaciones, hechos,

    acontecimientos, acciones y contextos sociales. Estas conexiones o relaciones nos

    pueden permitir acercarnos ms a la comprensin y posterior explicacin de un

    fenmeno como la violencia poltica armada. Porque a pesar de las crticas a la

    causalidad, las personas y los cientficos sociales requieren seguir respondiendo la

    pregunta elemental de: Por qu las personas se comportan como lo hacen en

    determinada situacin o contexto histrico? Pero la respuesta a esta inquietud ya no

    25

    Ibdem., p. 118. 26

    Comencemos por distinguir algunos conceptos fundamentales para el debate y que muestran por

    qu se utilizan en distintos momentos del trabajo, para ello pedimos la ayuda del Diccionario de la

    Real Academia Espaola:

    Causa (Del lat. causa, y este calco del gr. ). Aquello que se considera como fundamento u

    origen de algo. || Motivo o razn para obrar. || Empresa o doctrina en que se toma inters o partido.

    Esta ltima definicin es lo que nosotros definimos como La Causa (con maysculas) revolucionaria,

    esa combinacin de discurso ideolgico y empresa socio-mesinica que se convierte en un elemento

    transcendental para los individuos.

    Causalidad (De causal). Causa, origen, principio. || Ley en virtud de la cual se producen efectos.

    Condicin (Del lat. condico, -nis). ndole, naturaleza o propiedad de las cosas. || Estado, situacin

    especial en que se halla alguien o algo. || Situacin o circunstancia indispensable para la existencia de

    otra.

    Factor (Del lat. factor, -ris) Elemento, concausa.

    Elemento (Del lat. elementum) Fundamento, mvil o parte integrante de algo.

  • 27

    puede reducirse a explicar los comportamientos como un reflejo transparente de unas

    condiciones objetivas o estructurales de la sociedad, ni tampoco a la decisin libre y

    autnoma de los individuos. Por lo tanto, la causalidad social para acercarse al

    establecimiento de las condiciones de posibilidad de la accin social debe tener en

    cuenta tanto las formas mecanicistas de la relacin causa y efecto como el papel que

    los discursos y las mediaciones simblicas cumplen en las personas. Ambos

    interactan entre s en un contexto determinado y estn estrechamente imbricados,

    por lo tanto hay que aproximarse a esta situacin relacional entre causas o factores

    objetivos y subjetivos27

    . Tanto el entorno social condiciona las prcticas de las

    organizaciones armadas, como el discurso de stas ha ayudado a construir ese

    entorno particular. En el caso del ELN y ETA, su existencia fue posible no solamente

    porque existieron unas condiciones polticas y socioeconmicas determinadas, sino

    tambin como demostraremos, por la aprehensin significativa de un discurso

    ideolgico que entronca rpidamente con una larga tradicin cultural de lucha local.

    Fue esta mediacin cultural, simblica, discursiva o subjetiva imprescindible para

    que esa situacin social objetiva deviniera en accin violenta armada. Y es que

    recordemos con Clifford Geertz que: El hombre es un animal inserto en tramas de

    significacin que el mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que

    el anlisis de la cultura, ha se ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca

    de leyes, sino una ciencia interpretativa de significaciones28

    . En nuestra

    investigacin por lo tanto cobra mucha importancia el estudio de los sustratos

    culturales que permitieron la consolidacin de la violencia en ciertas poblaciones, y

    una de las categoras que se utilizan en la tesis para acercarse al estudio de lo

    27

    El tema de la objetividad en el conocimiento cientfico fue desarrollado por el autor en: Roberto

    Sancho Larraaga, Reconfiguraciones sociales de los miedos, certezas y deseos: el papel de la

    ciencia, en Revista Cuestiones, n 4, Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes,

    Universidad Autnoma de Bucaramanga, Bucaramanga, 2005, pp. 31-42. 28

    Clifford Geertz, La interpretacin de las culturas, Gedisa, Barcelona, 1989, p. 20.

  • 28

    cultural, es el de re-presentacin, definida por Stuart Hall como:

    Parte esencial del proceso mediante el cual se produce el

    sentido y se intercambia entre los miembros de una cultura. Pero

    implica el uso del lenguaje, de los signos y las imgenes que estn

    por, o representan cosas (...). Porque interpretamos el mundo de

    manera aproximadamente igual, podemos construir una cultura

    compartida de sentidos y por tanto construir un mundo social que

    habitamos conjuntamente. Por ello la cultura es definida a veces

    en trminos de sentidos compartidos o mapas conceptuales

    compartidos (...). La relacin entre las cosas, conceptos y signos

    est en el corazn de la produccin de sentido dentro de un

    lenguaje. El proceso que vincula estos tres elementos y los

    convierte en un conjunto es lo que denominamos

    representaciones29

    .

    En general, cuando una investigacin se aproxima a la comprensin de temas

    relacionados con la violencia, sta es abordada como una consecuencia, efecto,

    sntomas o simple reflejo de otros fenmenos sociales objetivos (pobreza, falta de

    democracia, etc.). Habitualmente estos fenmenos ataen a elementos internos o

    del contexto poltico o econmico-social nacional, por lo cual el acercamiento a la

    comprensin del fenmeno de la violencia se realiza describiendo en un informe este

    contexto nacional en una determinada correlacin espacio-temporal (tal regin en tal

    poca). Ello unido en muchos casos a la inexistencia de la indagacin histrica de los

    contextos discursivos y mediadores de la poca, otorgan muy poca relevancia

    cientfica a estas investigaciones dada su reducida capacidad explicativa. Por lo

    tanto, muchos historiadores sociales no cuestionaron filosfica y metodolgicamente

    este reflejo claro o conexin causal entre la violencia y un contexto sociopoltico

    29

    Stuart Hall, Representation: Cultural representaitions and signifying practices, London, Sage

    Pulications, 1997, traducido al espaol en http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/tallhall.pdf

  • 29

    determinado; frente a esta postura, esta investigacin parte de posicionarse

    tericamente con respecto a la relacin causal entre los elementos de anlisis, es esta

    situacin relacional el eje terico de nuestra investigacin y de la propuesta

    metodolgica comparada utilizada. Como plantea Miguel ngel Cabrera:

    La prdida de vitalidad terica del modelo objetivista

    (unida a la simultnea resistencia a recaer en el modelo idealista)

    ha propiciado la aparicin de una nueva concepcin de la accin

    social y, con ella, de una imagen de la sociedad gobernada por

    una lgica causal diferente a las supuestas hasta ahora por la

    investigacin histrica. O, dicho llanamente, ha llevado a los

    nuevos historiadores a ofrecer una respuesta a la elemental

    pregunta de por qu las personas se comportan como lo hacen que

    no es ya ni la de porque han decidido libremente hacerlo as ni

    porque su posicin social las ha impelido a ello. De manera

    concreta, la aparicin de la nueva historia ha supuesto la

    formulacin de la premisa de que las acciones significativas no

    son ni actos de eleccin racional ni efectos, sean inmediatos o

    simblicos, del contexto social, sino que, por el contrario, son el

    resultado de la particular articulacin que los individuos realizan

    de dicho contexto y de su posicin en l. () Desde este punto de

    vista, las relaciones de causa efecto entre contexto social y accin

    no estn inscritas en o son fijadas por el primero, sino que se

    constituyen como tales en la esfera de la mediacin discursiva30

    .

    Por lo tanto, en la construccin o elaboracin de conocimiento social creemos

    que siempre est presente este debate, as como en las investigaciones existen unas

    conexiones causales, implcitas o explcitamente formuladas; por lo tanto, renunciar

    a formular el papel de estas relaciones causales en el trabajo investigativo es poco

    honesto. La explicacin social e histrica debe dar cuenta entonces tanto de los

    contextos socio-histricos como de las prcticas discursivas del ambiente cultural. 30

    Miguel ngel Cabrera, p. cit., p. 145.

  • 30

    Ambos interactan y por tanto toda determinacin del contexto poltico y social

    sobre el individuo es ejercida a travs de mediaciones simblicas, y estas matrices

    culturales y simblicas inciden en las prcticas de los individuos determinadas por

    los contextos polticos, sociales, geogrficos o econmicos. Suscribimos lo planteado

    al respecto por Miguel ngel Cabrera:

    En suma, que a un momento objetivista, en el que las

    representaciones son puestas en relacin causal con las

    condiciones sociales que son su fundamento, el historiador ha de

    aadir un momento subjetivista, en el cual debe examinar cmo y

    hasta qu punto las representaciones conservan o modifican

    dichas condiciones, pues son los sujetos los que convierten a los

    significados en ingredientes positivos de la vida social. Dado que

    la realidad social es tambin, ella misma, un objeto de percepcin,

    toda investigacin histrica ha de tomar en consideracin tanto a

    la realidad como a la percepcin de la misma, pues las visiones de

    mundo no slo forman parte del mundo, sino que contribuyen

    activamente a su construccin31

    .

    Pensamos que esta apuesta terica es novedosa dentro de la historiografa

    que estudia al ELN, historiografa por otro lado muy poco desarrollada por las

    condiciones de la profesin histrica en Colombia y por la dificultad y riesgo de su

    estudio. Cabe recordar que estas organizaciones son clandestinas lo que dificulta

    enormemente su estudio o recoleccin de informacin, y que en el caso de Colombia

    expone a los investigadores a riesgos por su integridad fsica, que con otro tipo de

    investigaciones no tendran. Por lo tanto, creemos que las fronteras historiogrficas

    tambin estn condicionadas por el momento que vive el propio conflicto armado.

    Por ello, el estado de la cuestin que se tiene de los procesos histricos de ELN y

    ETA es muy diferente: la abundante bibliografa sobre ETA ha permitido 31

    Ibdem., p. 38.

  • 31

    (fundamentalmente, desde la llegada de la democracia), desentraar las lneas

    maestras de la gnesis y evolucin de esta organizacin; por el contrario, el

    conocimiento sobre el proceso histrico del ELN est casi en sus comienzos y su

    discernimiento requerir de mayor cantidad de estudios sobre el tema. Como vamos a

    ver, en lneas generales en la historiografa sobre el ELN podramos encontrar tres

    momentos (que no significan que tengan una secuencia cronolgica) y que pueden

    tener ciertas coincidencias con la evolucin de la historiografa sobre ETA, si se

    realizase tambin un balance bibliogrfico comparado. En un primer momento, las

    reflexiones sobre la aparicin de estas organizaciones suele surgir de personas que

    han estado prximas a los crculos de sociabilidad, que pertenecen o fueron

    militantes de estas organizaciones armadas: son memorias de militantes, experiencias

    de crticos que decidieron salir de la organizacin o entrevistas a lderes de estas

    organizaciones armadas. En Colombia, esta primera etapa estara caracterizada por el

    libro de Jaime Arenas, La guerrilla por dentro. Anlisis del ELN Colombiano, que

    fue el origen del conocimiento sistematizado del ELN, cargado de motivaciones

    personales, pero testimonio nico de la organizacin en su primeros aos, hasta

    1970. Arenas establece el papel del movimiento estudiantil en el surgimiento del

    ELN, el clima estudiantil en la Universidad Industrial de Santander, la relacin de

    Camilo Torres con el ELN, las divergencias internas, etc. Todo desde su papel de

    testigo de excepcin de todos estos acontecimientos por haber sido uno de los

    principales idelogos del ELN. Ms recientemente, el libro de Miltn Hernndez,

    Rojo y negro. Aproximacin a la historia del ELN, se convierte en la versin oficial

    de este grupo armado sobre su historia. Este grupo de textos se completara con obras

    como la de Carlos Arango, Yo vi morir a Camilo; Medardo Correa Arboleda, Sueo

    inconcluso. Mi vivencia en el ELN; Ricardo Lara Parada, ELN: revelaciones de

  • 32

    Ricardo Lara Parada; y, sobre todo, el libro de Nicols Rodrguez Bautista,

    fundador y mximo responsable de la organizacin, Y nos hicimos guerrilleros.

    Esta etapa investigativa se complementa fundamentalmente con entrevistas

    a miembros destacados de la organizacin y podramos afirmar que perdura hasta

    nuestros das; as tendramos los trabajos de Marta Harnecker, Unidad que

    multiplica: entrevista a dirigente mximos de la Unin Camilista Ejrcito de

    Liberacin Nacional; o el ms reciente de Carlos Medina Gallego, ELN: una historia

    contada a dos voces, Arturo Alape, La paz, la violencia: testigos de excepcin,

    Germn Castro Caicedo, En secreto, Javier Daro Restrepo, La revolucin de las

    sotanas. Golconda 25 aos despus, Carlos Arango Zuluaga, Crucifijos-sotanas y

    fusiles, etc.

    En el caso del estudio de ETA, esta primera etapa se prolonga generalmente

    hasta la llegada de la democracia y estara representada por los trabajos de Jos L.

    lvarez Enparantza, Txillardegi, De Santoa a Burgos 1937-1970; Federico de

    Arteaga, ETA y el proceso de Burgos; Eugenio Ibarzabal, As naci ETA. A los

    veinte aos de su aparicin; Emilio Lpez Adn, Beltza, Nacionalismo vasco y

    clases sociales y El nacionalismo vasco en el exilio (1937-1960), etc. O ms

    recientemente, los textos de Xavier Zumalde, Mi lucha clandestina en ETA.

    Memorias del primer jefe del Frente Militar (1965-1968) y Las botas de la guerrilla.

    Memorias del jefe de los Grupos Autnomos de ETA (1969-1977). Todos estos

    trabajos se caracterizaban por ser reflexiones hechas desde el interior de la

    organizacin y mezclaban una exposicin de hechos destacados de ETA con

    justificaciones, ms o menos claras, de las causas de este fenmeno social:

    reflexiones sobre la conexin de la lucha de ETA con procesos de resistencia

    anteriores, como la resistencia vasca al finalizar la Guerra Civil; el problema de la

  • 33

    lucha de clases, etc. Tienen un valor testimonial muy importante y fueron el origen

    del conocimiento cientfico sobre ETA, pero estn cargadas de valoraciones

    personales que marcan indudablemente su anlisis. En este apartado hay que destacar

    la publicacin que la editorial Hordago hizo en 1981 de los Documentos Y, casi

    10.000 pginas en dieciocho volmenes, donde se hallan la mayora de los

    documentos internos de ETA que los editores consiguieron localizar, as como una

    gran cantidad de documentos sobre la organizacin. Otros textos internos de la

    organizacin se recogieron independientemente, por ejemplo, K. De Zunbeltz, Hacia

    una estrategia revolucionaria vasca.

    Un segundo momento en el conocimiento de estas organizaciones vendra

    caracterizado por la sistematizacin de la informacin "dispersa" que se tena en el

    perodo anterior en obras que pretende dar una perspectiva ms integral de la

    organizacin. En Colombia, el conocimiento sistemtico del ELN est dando sus

    primeros frutos, gracias al trabajo realizado por Carlos Medina Gallego, donde tras

    un periodo largo de investigacin con fuentes primarias y entrevistas con

    protagonistas, ha conseguido establecer los acontecimientos fundamentales de la

    organizacin, as como los aspectos y periodos del ELN. Un trabajo pormenorizado

    indispensable para posteriores investigaciones sobre aspectos ms concretos de la

    organizacin, sus reflexiones se han concretado en su libro, Elementos para una

    historia de las ideas polticas del Ejrcito de Liberacin Nacional. La historia de los

    primeros tiempos (1958-1978). Por otro lado, hay que mencionar tambin el intento

    de contextualizacin del surgimiento y consolidacin del ELN realizado por el autor

    de esta tesis doctoral en su libro, Roberto Sancho, Guerrilla y terrorismo en

    Colombia y Espaa: ELN y ETA. Con estos textos de Carlos Medina y Roberto

    Sancho, nos encontraramos con el horizonte investigativo sobre la historia del ELN;

  • 34

    por ello creemos que nuestra investigacin puede aportar elementos que llenarn

    parte de ese vaco investigativo existente sobre un fenmeno social tan importante

    como es la existencia del ELN.

    Este segundo momento se corresponde en Espaa con las obras "clsicas" de

    la historia de ETA, los dos volmenes de Jos M. Garmendia, Historia de ETA;

    Gurutz Jauregui, Ideologa y estrategia poltica de ETA. Anlisis de su evolucin

    entre 1959 y 1968; John Sullivan, El nacionalismo vasco radical; Robert P. Clark,

    The Basque Insurgents. ETA 1952-1980, o el texto ms reciente coordinado por

    Antonio Elorza, La historia de ETA. Tambin hay otras obras menos afortunadas en

    este bloque como las de Luigi Bruni, ETA, historia poltica de una lucha armada o

    Pedro Ibarra Gell, La evolucin estratgica de ETA. Con estas obras se sistematiza

    el conocimiento de los acontecimientos de la organizacin, se establecen periodos de

    evolucin o los principales elementos que caracterizan la organizacin. Estos textos

    que se pueden definir como "tradicionales" o la "historia poltica" de la organizacin,

    se centran fundamentalmente, en el estudio de la documentacin interna, los

    congresos, las discusiones ideolgicas, las sucesiones en la cpula de la

    organizacin, etc. Esta sistematizacin ha sido un paso previo indispensable para los

    anlisis posteriores que inciden en aspectos ms concretos de la organizacin.

    Por tanto, el tercer momento de la historiografa sobre el ELN o ETA es aquel

    con una bibliografa que desarrolla aspectos puntuales de estas organizaciones.

    Podemos destacar en este punto el intento de escribir biografas de algunos de los

    protagonistas, a partir de entrevistas con ellos mismos; por ejemplo, los libros que se

    publicaron en Espaa a raz de la muerte del "cura espaol guerrillero": la obra de

    Ion Arregui, Los sueos intactos, el cura Prez o el de Fabiola Calvo Ocampo,

    Manuel Prez, un cura espaol en la guerrilla colombiana. Herederos estos ltimos

  • 35

    textos, de las obras surgidas a raz de la muerte de Camilo Torres, en especial el libro

    de Mara Lpez Vigil, Camilo camina en Colombia.

    Como afirmamos anteriormente, el conocimiento que se tiene sobre la

    organizacin etarra es amplia y enlaza con estudios de diversas disciplinas, desde

    anlisis de polticos, socilogos, periodistas o propiamente de historiadores. La

    bibliografa que surge constantemente sobre el tema es muy abundante y se

    caracteriza por esa diversidad de enfoques existentes: desde aspectos como el estudio

    de los procesos de captacin o abandono de la organizacin, las caractersticas

    sociolgicas de la militancia de ETA, el estudio de las finanzas de ETA, el papel de

    las mujeres dentro de la organizacin, la repercusin social y econmica del

    terrorismo, etc. Libros como los de Florencio Domnguez Iribarren, ETA: Estrategia

    organizativa y actuaciones 1978-1992, Dentro de ETA. La vida diaria de los

    terroristas y Las races del miedo. Euskadi, una sociedad atemorizada o el texto de

    Fernando Reinares, Patriotas de la muerte. Quines han militado en ETA y por qu.

    Todas las obras referenciadas anteriormente y el resto de la extensa

    bibliografa tendrn su anlisis a medida que vayan participando en la elaboracin

    del texto. Pero lo que evidencia esta primera aproximacin es el poco avance de la

    historiografa sobre el ELN, esta tesis por tanto aporta al conocimiento de la historia

    de esa organizacin con una perspectiva comparada con otros grupos armados,

    esencialmente con ETA, y se propone con ello indagar en las condiciones socio-

    polticas y psicoculturales que permitieron el surgimiento y consolidacin de este

    tipo de organizaciones armadas. Para ello se perfilan tres mbitos de anlisis: por un

    lado los contextos socio-polticos nacionales y el contexto internacional en el

    momento de surgimiento de las organizaciones; en segundo lugar, el estudio de los

    contextos culturales y los imaginarios que hacen posible las conductas de los

  • 36

    militantes; y por ltimo, la observacin de la dimensin personal a partir de algunos

    activistas representativos. Se sigue la propuesta de Kocka: Representar las

    estructuras y los procesos a travs de acontecimientos y personas y, en este sentido,

    tambin narrar32

    . Mostrar problemas estructurales sociales y polticos, y

    paralelamente narrar la vida de varios de los protagonistas representativos de estas

    organizaciones; porque no slo existe la Historia con maysculas sino tambin las

    historias con minsculas, queremos con ello recuperar al ser humano en esa Historia.

    Con este planteamiento se pretende dar salida a la propuesta terica de trabajar las

    dimensiones objetivas y subjetivas del fenmeno de la violencia poltica armada; esa

    propuesta eclctica que intenta abarcar varias dimensiones del fenmeno.

    Tambin se propone esta tesis varias formas de contar o de escribir la

    historia, pretende narrar con mucha argumentacin y argumentar con mucha

    narracin, por ello se combinan captulos duros explicativos con captulos

    blandos que ponen mayor nfasis en las formas de narrar el pasado, en un ejercicio

    consciente de escritura de la historia. Se busca con ello manejar una tensin del

    relato en la tesis, con captulos descriptivos y analticos habituales en la academia

    con otros ms narrativos que intentan explorar las posibilidades literarias de la

    historia, ambos basados en un riguroso tratamiento de las fuentes y de la abundante

    bibliografa secundaria. La premisa es que es tan importante el qu decir, como el

    cmo decirlo y que sobre el tema se requiere tanto una mirada general como otra ms

    precisa que se aproxime a los hechos, los ambientes y las personas de forma ms

    precisa y narrativa.

    A partir de las consideraciones anteriores, la estructura del texto se divide

    de la siguiente manera: el captulo primero titulado Surgimiento del Ejrcito de

    Liberacin Nacional, comienza con una narracin de la primera accin armada del 32

    Jrgen Kocka, p. cit., p. 101.

  • 37

    ELN, intenta rescatar los ecos de la historiografa en sus orgenes en la Antigedad

    clsica, y propone una estructura narrativa tradicional con un conflicto, un desarrollo

    y encadenacin de sucesos y un desenlace. Este captulo pretende recrear las

    atmsferas que vivieron los primeros militantes del ELN. Un segundo momento de

    este captulo, reconstruye la historia del primer lder de la organizacin Fabio

    Vzquez; sta se convierte en una excusa para analizar el surgimiento del germen de

    la organizacin en Cuba, la Brigada Pro-liberacin Jos Antonio Galn, y sirve de

    entrada al anlisis del papel que los factores externos tuvieron en el nacimiento del

    ELN.

    El captulo segundo titulado Los factores externos y el surgimiento de

    organizaciones armadas, es el primer captulo duro de la tesis, donde nos

    interrogamos sobre el papel que cumplieron los factores externos y el contexto

    internacional en el surgimiento de organizaciones armadas en Amrica Latina y

    Europa, a partir del anlisis comparado de los casos estudiados: ELN y ETA. El

    anlisis de los contextos internacionales donde surgieron estos grupos armados,

    creemos que arroja luz sobre los contextos necesarios o que favorecieron un

    eventual xito o fracaso de las experiencias revolucionarias. En este captulo se

    analizan aspectos como las dos olas revolucionarias en Amrica Latina en la segunda

    mitad del siglo XX, la influencia del modelo cubano, las polticas contrainsurgentes

    de la Doctrina de Seguridad Nacional, el surgimiento de la Nueva Izquierda, etc.

    El captulo tercero titulado Regreso de Cuba e implantacin del foco

    insurreccional, es otra seccin blanda de la tesis, un descanso antes de profundizar

    en el anlisis de los factores internos nacionales. Comienza con el relato del regreso

    de Cuba del germen del ELN despus de su corta estada de formacin en la isla y

    sirve de excusa para analizar las razones que los llevaron a elegir la zona de

  • 38

    implantacin del foco guerrillero; razones que se convierten en un buen ejemplo del

    papel que los factores internos cumplen en estas organizaciones para su

    consolidacin. De esa zona elegida para la implantacin del foco es Nicols

    Rodrguez Bautista, fundador y actual mximo dirigente del ELN, con la narracin

    de su infancia se busca entender las sensaciones que llevan a muchos jvenes

    campesinos colombianos a ingresar a los grupos armados, dcada tras dcada. La

    infancia de Nicols Rodrguez es un relato cosido a la realidad histrica de este pas,

    y a su vez con este tipo de relatos nosotros intentamos coser la realidad histrica de

    ese momento.

    El captulo cuarto titulado Los factores internos y el surgimiento de

    organizaciones armadas, analiza las condiciones estructurales del conflicto armado

    colombiano a la luz del especial proceso de configuracin de la sociedad y el

    moderno Estado liberal, as como la institucionalizacin de unos tipos de relaciones y

    vnculos sociales determinados por la violencia. Configuracin de la sociedad e

    institucionalizacin de la misma, marcada por las formas de ocupacin del espacio,

    ese fenmeno de colonizacin agraria que ha determinado las formas especficas de

    cohesin social y de articulacin con el Estado. La hiptesis que se defiende es que

    la violencia ligada al proceso de colonizacin del pas muestra que es mediante esta

    violencia como se fue integrando territorialmente el pas; as como que con el uso de

    la fuerza, estas poblaciones por fuera de la normatividad e institucionalizacin

    tuvieron acceso a la ciudadana. En este captulo se desarrollan algunos de los

    factores que determinaron esa evolucin histrica, como la colonizacin agraria, la

    deslegitimacin del Estado, la cultura poltica de la violencia, el bloqueo del sistema

    poltico colombiano, etc.

  • 39

    El captulo quinto titulado Discurso, re-presentaciones e imaginarios, tiene

    como objetivo profundizar en el conocimiento de la dimensin subjetiva de la

    violencia poltica armada en Colombia y Espaa, as como de las mediaciones

    simblicas que hacen pensable, justificable e incluso necesaria para los actores

    armados, la existencia de la violencia en estas sociedades. Partimos de una

    perspectiva que considera que las causas estructurales u objetivas resultan

    insuficientes para hacer inteligible la violencia poltica armada, por ello se requiere

    analizar tambin las percepciones que de la realidad tienen estos actores sociales.

    Qu referentes culturales y simblicos en la sociedad determinaron las prcticas y

    conductas de los militantes de organizaciones armadas ilegales. Nos preguntaremos

    qu relacin existe entre la cultura de la violencia, lo simblico y lo sagrado; ese

    espacio donde se gesta el culto a la violencia en estas organizaciones. Indagaremos

    qu re-presentaciones de guerra, muerte-sacrificio, entrega sacramental, santidad del

    hroe muerto en combate, etc., alimentan esa cultura de la violencia de estos actores

    armados.

    Por ltimo, el captulo sexto titulado Aspectos comparados de las

    caractersticas socio-econmicas de la militancia en grupos armados en Colombia y

    Espaa: ELN y ETA, propone conocer los perfiles sociolgicos de los militantes de

    las organizaciones armadas que surgieron en la dcada de los aos sesenta,

    especialmente del ELN y ETA; adems realizaremos la comparacin de ambos

    perfiles as como su evolucin histrica, a partir de categoras preestablecidas como

    la edad, el sexo, el nivel de estudios, el tamao de la localidad de nacimiento, la

    profesin, etc. El eje central de este captulo se compone del anlisis cuantitativo de

    los documentos judiciales del Tribunal Especial, los expedientes judiciales contra

  • 40

    guerrilleros, que se encuentran en el Archivo Central del Palacio de Justicia de

    Bucaramanga.

    Por ltimo, la tesis se completa con un cuadro de cronologa comparada del

    perodo estudiado de Colombia y Espaa, as como un cuadro de siglas de

    organizaciones de ambos pases.

  • 41

    CAPTULO PRIMERO

    SURGIMIENTO DEL

    EJRCITO DE

    LIBERACIN

    NACIONAL (ELN)

  • 42

    1.1. PRIMERA ACCIN ARMADA DEL

    EJRCITO DE LIBERACIN NACIONAL

    El grupo se dividi en dos: la escuadra nmero uno con 9 hombres haran de

    guerrilleros y emboscaran a la escuadra nmero dos compuesta por otros 8 hombres

    que haran de tropa del ejrcito. Se prepar todo, unos enmontados detrs de la

    vegetacin a ambos lados de la va y los otros bajando por el camino real. Cuando el

    ejercicio iba a llegar al momento ms importante y todos estaban listos en su

    posicin para el combate; en mitad del grupo de hombres encargados de emboscar a

    esa patrulla del ejrcito, se escuch un grito de rabia y desespero: Qu hijueputa

    vinimos a hacer aqu?. Era Silverio, nombre de guerra de un joven santandereano,

    ejemplar tpico de esta regin montaosa del nororiente colombiano; rebelde y

    atravesado, se negaba a cumplir las ordenes de seguir entrenando y haciendo pum-

    pum-pum, con la boca!, porque dada la escasez de balas, el entrenamiento era sin

    municin. Sin poder disparar su carabina calibre 22, Silverio enfurecido vociferaba:

    Ah, no, yo no hago ms pum-pum-pum! Cuando toque dar plomo, s, pero estas

    gevonadas yo no las aguanto ms!33

    .

    La cuadrilla se olvid rpidamente del entrenamiento militar y saliendo cada

    uno de sus puestos, comenzaron una acalorada y tpica discusin entre compatriotas.

    33

    Testimonios de Nicols Rodrguez Bautista tomados de Mara Lpez Vigil, Camilo camina en

    Colombia, Segunda Edicin, Hecho en Colombia, 1989, pp. 54-55. Este libro se construy con las

    entrevistas a los dos mximos responsables del ELN en ese momento: el jefe poltico, el cura aragons

    Manuel Prez y el responsable militar de la organizacin, el santandereano Nicols Rodrguez

    Bautista (Gabino). Este libro no es slo indispensable para rastrear la vida del cura Camilo Torres en

    el ELN, sino tambin para indagar sobre el surgimiento del ELN en 1964, sobre todo en el captulo

    Elenos que muestra las motivaciones de los primeros militantes, las justificaciones para el uso de la

    violencia o el peso de la teora del foco guerrillero como estrategia revolucionaria implementada por

    la organizacin y que tanta repercusin tuvo en su historia. Al ser un testimonio de primera mano de

    los protagonistas del surgimiento del ELN, sirvi de fundamento para reconstruir histrica y

    narrativamente los primeros momentos de la organizacin armada.

  • 43

    Silverio segua gritando desesperado que se negaba a hacer ese teatro, l no haba

    entrado a la guerrilla para hacer el payaso; alegaba que quera ver armas de verdad y

    no las que Fabio dibujaba en un tablero de madera; estaba harto de escuchar frente a

    esa pizarra decir: Miren: un fusil es as, una granada es as, una ametralladora es

    as...34

    . Los compaeros responsables del grupo queran que entrase en razn y con

    voz firme pero cariosa le afirmaban que todo cambiara pronto cuando comenzaran

    los combates de verdad con el ejrcito. Otros compaeros queran que se castigar la

    actitud de Silverio de forma ejemplar, alegando que la revolucin se basaba en la

    disciplina y que ese acto de insubordinacin requera una rectificacin inmediata del

    santandereano o sino un juicio revolucionario donde el encausado se atena a la

    sentencia de muerte y el consiguiente fusilamiento. Qu sucedera si estas acciones

    se producen en un enfrentamiento de verdad? Alegaban estos improvisados fiscales.

    La discusin se segua en alta voz, intentando cada uno imponer su opinin no a

    travs de los argumentos ms convincentes sino dependiendo de la capacidad

    torcica y las cuerdas vocales de cada cual. Toda esta situacin era inverosmil

    teniendo en cuenta que se trataba de un grupo clandestino, que intenta pasar

    desapercibido, mimetizarse con el paisaje selvtico del Cerro de los Andes. Pero el

    eco de la discusin recorra toda la vereda35

    , crendose una situacin de verdadero

    realismo mgico, que podra servir de argumento para una novela del colombiano

    Gabriel Garca Mrquez.

    Silverio slo reflejaba el sentir de la mayora del grupo. Que lejos quedaban

    el entusiasmo y la alegra de ese 4 de julio de 1964, cuando diecisiete campesinos al

    mando de Fabio Vsquez comenzaron la Primera Marcha Guerrillera. En ese

    momento, todos ellos iniciaban su vida como guerrilleros y constituan el ncleo

    34

    Ibdem., p. 54. 35

    La vereda es un valle pequeo entre montaas.

  • 44

    inicial del naciente Ejrcito de Liberacin Nacional36

    . Slo haban pasado varios

    meses desde esa Primera Marcha, se encontraban en diciembre; pero el hambre, el

    cansancio, la separacin de la familia y, sobre todo, la falta de accin militar, tenan

    mermada la moral revolucionaria de estos combatientes. Tal vez, como afirm el

    propio Che, una guerrilla que no combate, desaparece. La situacin del grupo

    guerrillero no poda continuar con esa precariedad de recursos, mal vestido,

    alimentado, y lo peor, deficientemente armados para emprender la ingente labor de

    liberar a Colombia de las garras de la oligarqua y del imperialismo yanqui.

    Literalmente, no slo se autodefinan el ejrcito de los pobres, sino que eran eso, un

    ejrcito pobre. Era necesario conseguir dinero, armas, medicamentos; y no menos

    urgente realizar una accin militar que elevase la moral de la milicia. Esta accin

    deba servir tambin para darse a conocer ante el pas y el mundo entero. As

    comenz la planificacin de la Toma de Simacota37

    .

    Simacota era una poblacin santandereana de unos cinco mil habitantes, que

    reuna las caractersticas para esta primera accin militar. Este primer combate fue

    decisivo para el futuro del germen del ELN, no se poda fracasar, haba que asegurar

    la victoria. En juego estaba el debate que por esos das se daba en la izquierda en

    Colombia, sobre la viabilidad de la lucha armada para cambiar la situacin del pas.

    36

    Jaime Arenas, La guerrilla por dentro. Anlisis del ELN colombiano, Bogot, Ediciones Tercer

    Mundo, 1971, pp. 42-43. Este libro es la primera experiencia de sintetizar la historia del ELN a los

    siete aos de su fundacin, a partir de las memorias escritas por uno de los ms destacados miembros

    de la organizacin en su etapa inicial. Jaime Arenas ingres en 1967 (tres aos despus del

    surgimiento de la organizacin), antes se haba convertido en uno de los lderes estudiantiles ms

    importantes del pas y mano derecha del cura Camilo Torres. Tras permanecer ao y medio en la

    organizacin y de haber sido uno de sus idelogos ms destacados, desert de la misma y decidi

    escribir su experiencia sobre lo que haba vivido y sentido en la organizacin armada. La decepcin

    con la lucha armada, la denuncia de la desviacin militarista del ELN, su separacin de las masas, las

    divisiones entre los rurales y los urbanos y sobre todo la falta de preparacin poltica de los militantes,

    motivo a Jaime Arenas a desligarse de la organizacin. El mximo responsable del ELN en la poca,

    Fabio Vsquez, no perdon la desercin de Arenas y lo mand asesinar. Este libro es indispensable

    para reconstruir la vida de uno de los primeros idelogos de la organizacin, pero tambin como

    primer documento integral sobre el ELN, permite acercarse a la comprensin de: los primeros aos

    de la organizacin armada, el papel del cura Camilo Torres en la misma, la teora del foco, etc. 37

    Ibdem., p. 44-45.

  • 45

    Esta accin militar tena que ser exitosa, tanto militar como poltica, e incluso

    econmicamente. Simacota tena un significado simblico importante, porque era la

    tierra de los Comuneros, aquellos que se haban alzado contra la explotacin de

    Espaa durante la Colonia; y lugar de nacimiento de su principal lder, Jos Antonio

    Galn, mrtir nacional. ste fue asesinado por los espaoles, que dest


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