Universidad del Salvador
Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social
Licenciatura en Periodismo
Tesis monográfica
Radio, interculturalidad y migraciones.
Estudio de Caso: Radio Panamericana (FM 90.6)
Realizado por: Catalina Neyra
Directora de la Carrera de Periodismo: Lic. Ana Laura García Luna
Tutora de la tesis monográfica: Prof. Lic. María Florencia Naudy
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junio de 2017
49197530 / 1543991964
Abstract
Esta tesis indaga, a partir de la técnica del estudio de caso, las prácticas territoriales,
culturales y discursivas de la emisora radial Radio Panamericana (FM 90.7) de la Ciudad de
Buenos Aires, de modo de analizar los mecanismos de identificación, junto con las
articulaciones y vinculaciones con distintos grupos referenciados organizativamente como
“comunidad boliviana” en la Villa 20, ubicada en el barrio Villa Lugano. Al mismo tiempo,
analiza las instancias involucradas con el consumo cultural por parte de la audiencia de esta
emisora, a partir de la realización de una encuesta de tipo exploratorio.
La hipótesis de este trabajo radica en que es posible establecer relaciones entre las
prácticas de Radio Panamericana (FM 90.7) y los procesos de identificación y representación
presentes en la consolidación del grupo social identificado como “colectividad boliviana” de la
Villa 20 en Villa Lugano.
Palabras Clave: Estudios culturales - Comunicación intercultural – Migración – Identidad -
Colectividad boliviana – Radios comunitarias
AGRADECIMIENTOS
A todas las compañeras del Comedor “La Sonrisa de los Niños” de la Villa 20, por la
enorme ayuda durante todo el proceso de este trabajo.
A los/as compañeros/as de la Asamblea de Flores, mi segundo hogar.
A Florencia Naudy, por la paciencia, por la docencia, por compartir.
A mi familia, por el apoyo y el cariño incondicional.
A Nicolás, por elegir caminar conmigo. Por todo el amor y todo el aguante.
A Catalina, mi abuela, por estar siempre.
A mi mamá:
porque este logro también es tuyo.
INTRODUCCIÓN __________________________________________________________ 8
CAPÍTULO I _____________________________________________________________ 15
1. La Escuela de Birmingham ______________________________________________ 15
1.1. La reconstrucción de “lo cotidiano”. De las relaciones económicas a las relaciones
culturales _____________________________________________________________________ 16
1.2. Materialismo histórico vs. Historia Social ___________________________________ 17
1.3. Materialismo cultural, cultura de masas y prácticas culturales _________________ 18
1.4. La Teoría de la Ideología: identidad, recepción y consumo cultural ____________ 19
1.5. Audiencias, comunicación de masas y construcción de la realidad ____________ 20
2. Los Estudios Culturales en Latinoamérica y Argentina _________________________ 21
2.1. La constitución de un campo: los estudios sobre la recepción _________________ 21
2.2. La consolidación de los estudios sobre la recepción _________________________ 24
2.3. Recepción y hegemonía __________________________________________________ 26
3. Comunicación e interculturalidad __________________________________________ 27
3.1. La comunicación: un proceso incompleto ___________________________________ 27
3.2. El concepto de cultura e interculturalidad ___________________________________ 29
3.3. El problema de la identidad _______________________________________________ 30
3.4. La identidad social como lucha por el sentido _______________________________ 31
CAPÍTULO II ____________________________________________________________ 33
1. Políticas migratorias en la Argentina _______________________________________ 33
1.1. 1812-1876. La inmigración como colonización territorial ______________________ 34
1.2. 1876-1930. La selección migratoria en la construcción del Estado Nacional ____ 36
1.3. 1930-1945. La consolidación de políticas restrictivas ________________________ 37
1.4. 1945-1955. La migración regional y la aparición de la política de amnistías _____ 38
1.5. 1955-1982. Entre la promoción selectiva y la selección restrictiva _____________ 39
1.6. 1983-2004. La política migratoria durante la Democracia bajo la Ley Videla ____ 41
1.7. 2004-2016. Un nuevo paradigma: la migración como derecho humano ________ 42
1.8. 2016-2017. Nuevos mecanismos restrictivos _______________________________ 44
2. El sistema de medios de comunicación audiovisual en la Argentina _______________ 46
2.1. 1920-1945. La consolidación del modelo comercial de radiodifusión en la
Argentina _____________________________________________________________________ 46
2.2. 1945-1955. La injerencia del Estado en el sistema de radiodifusión ___________ 49
2.3. 1955-1976. El afianzamiento del modelo privado en la radiodifusión argentina __ 51
2.4. 1976-1983. El sistema de medios durante la última Dictadura Cívico-Militar ____ 53
2.5. 1983-2002. Gobiernos democráticos y el Decreto-Ley N° 22.285 (1980) _______ 54
2.6. 2002-2008. El sistema de medios luego de la Crisis de 2001 _________________ 56
2.7. 2009-2015. Sanción y aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual (Ley N° 26.522, 2009) _______________________________________________ 58
2.8. 2016-2017. Modificaciones en la normativa vigente. _________________________ 60
CAPÍTULO III ____________________________________________________________ 62
1. La investigación cualitativa ______________________________________________ 62
1.1. La relación entre la reflexión epistemológica y las decisiones metodológicas ___ 63
1.2. La coexistencia de paradigmas____________________________________________ 64
1.3. El paradigma interpretativo _______________________________________________ 65
2. El estudio de caso _____________________________________________________ 66
2.1. El estudio de caso: una perspectiva etnográfica _____________________________ 67
2.2. Los estudios de caso como diseños de investigación ________________________ 69
2.3. La integración de métodos en los estudios de caso __________________________ 71
2.4. Los estudios de caso únicos ______________________________________________ 72
CAPÍTULO IV ____________________________________________________________ 73
1. Marco de referencia ____________________________________________________ 73
1.1. La zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. Breve historia, estructura poblacional
y características _______________________________________________________________ 74
1.2. La migración boliviana en el sur de la Ciudad de Buenos Aires _______________ 76
1.3. Las radios de la colectividad boliviana en la Ciudad de Buenos Aires __________ 79
1.4. Estudio de caso: Radio Panamericana (FM 90.7) ____________________________ 84
2. Diseño metodológico ___________________________________________________ 85
2.1. La entrevista en profundidad ______________________________________________ 86
2.2. La encuesta de tipo exploratorio ___________________________________________ 92
3. Informe final _________________________________________________________ 100
3.1. “El mañanero”: la línea editorial de Radio Panamericana ____________________101
3.2. “Para no Olvidar” _______________________________________________________105
3.3. La radio de la colectividad boliviana. La radio en la colectividad boliviana. _____110
3.4. La radio y la práctica político-territorial ____________________________________114
3.5. La radio y el trabajo _____________________________________________________117
3.6. La radio y sus oyentes. Resultados de la encuesta exploratoria ______________119
CONCLUSIONES ________________________________________________________ 123
BIBLIOGRAFÍA _________________________________________________________ 127
ANEXO ________________________________________________________________ 135
RESEÑA ________________________________________________________________ i
8
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia argentina los conceptos relacionados con la “identidad”, “lo
común” –en tanto compartido- o “lo argentino” se han forjado en una íntima relación con los
procesos inmigratorios que se llevaron a cabo en distintas épocas del desarrollo del país. No
obstante, como plantean Courtis y Pacecca (2008), estas construcciones discursivas
esconden complejas tensiones que han resultado en “una suerte de lectura épica de la
antigua inmigración europea (cristalizada como paradigma de civilización y desarrollo) y una
mirada estigmatizante de la inmigración latinoamericana, considerada invasora, “salvaje” y
depredadora de los servicios públicos y sociales.” (p. 7)
Una de las causas principales de este fenómeno se centra en las concepciones de
“Nación” y “Estado” que se impusieron durante el proceso de organización del país. Sin
embargo, las inmigraciones regionales –especialmente las de países limítrofes- han tenido
gran influencia en el desarrollo de la República Argentina, tanto en los ámbitos económicos y
políticos, como en los culturales. La migración boliviana es un caso paradigmático, debido a
que, aunque es la segunda colectividad migrante más grande que reside en el territorio
argentino1, ha tenido que afrontar sistemáticamente una fuerte discriminación por parte del
Estado y la sociedad en general. Dentro de un país que ha asentado sus bases políticas y
jurídicas en una Constitución Nacional que enarbola principios universalistas desde el
comienzo mismo de su Preámbulo2, no son pocas las ocasiones en las que se escuchan
testimonios de funcionarios/as públicos/as, representantes del pueblo y/o referentes de la
opinión pública que asignan a migrantes regionales, en general, y bolivianos/as, en
1 Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2010, la cantidad de personas nacidas en el
extranjero que residen en la Argentina es 1.805.957 (4.5% del total de habitantes). De esa población, el 30% es
de origen paraguayo (550.713 personas) y el 19% de origen boliviano (345.272 personas).
2 “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por
voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de
constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el
bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos
los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda
razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina.”
(Preámbulo de la Constitución Nacional de la República Argentina, 1994)
9
particular, la responsabilidad sobre conflictos sociales complejos y multifactoriales, como el
narcotráfico, la trata de personas, o el desempleo.
Estas situaciones pueden enmarcarse dentro de lo que Pierre Bourdieu establece
como “luchas de las clasificaciones”. Es decir, las disputas por la construcción de las
representaciones posibles (por lo tanto, legítimas) del mundo social. En definitiva, por la
construcción de sentido:
Las luchas a propósito de la identidad étnica o regional, es decir a propósito de
propiedades (estígmatas o emblemas) ligadas al origen a través del lugar de origen y
las marcas permanentes que le son correlativas, como el acento, son un caso
particular de las luchas de las clasificaciones, luchas por el monopolio del poder de
hacer ver y de hacer creer, de hacer conocer y de hacer reconocer, de imponer la
definición legítima de las divisiones del mundo social y, por ello, de hacer y de
deshacer grupos: estas luchas tienen en efecto por apuesta el poder de imponer una
visión del mundo social a través de los principios de división que, cuando se imponen
al conjunto de un grupo, hacen el sentido y el consenso sobre el sentido, y en
particular sobre la identidad y la unidad del grupo. (Bourdieu, 2006, p. 170)
Los medios de comunicación constituyen, en las sociedades contemporáneas, un rol
protagonista dentro de estos conflictos, en tanto se conforman como territorios de disputa,
por un lado, y productores de discurso, por el otro. Al respecto, la investigación de Francisco
Arri (2006) ha podido dar cuenta de las formas de deslegitimación discursiva de los
inmigrantes bolivianos/as en los medios de comunicación tradicionales (La Nación) y el
discurso político institucional (representantes del Congreso Nacional de la República
Argentina).
Por otro lado, Alejandro Grimson (1999, 2003, 2005, 2007) y Sergio Caggiano (2002),
han realizado importantes aportes para entender los procesos de construcción de
identidades sociales de los/as inmigrantes bolivianos/as, tanto en la Ciudad de Buenos Aires,
como en la ciudad de La Plata. De igual forma, Mera y Sassone (2006) en su trabajo Barrios
de migrantes en Buenos Aires. Identidad, cultura y cohesión socioterritorial describieron
cabalmente lo que ellas llaman la “dimensión cultural” de esta migración:
su identidad cultural y étnica avanza dentro de la sociedad cultural y en el espacio
público: fiestas religiosas, comercios étnicos, periódicos y radios, restaurantes, entre
otros, dan cuenta de su decisión de visibilidad socio-espacial, superando las barreras
de la discriminación que pesan sobre esta colectividad. (pp. 3-4)
10
Sin embargo, son escasos los trabajos enfocados en medios de comunicación
identificados con “lo boliviano” o con “la colectividad boliviana” en el país. Desde esta
perspectiva, esta tesis monográfica está destinada a indagar las prácticas territoriales,
culturales y discursivas en una emisora radial de la Ciudad de Buenos Aires, de modo de
analizar los mecanismos de identificación, junto con las articulaciones y vinculaciones con
distintos grupos referenciados organizativamente como la “colectividad” o “comunidad”
boliviana. El interés en el tema radica en la necesidad de realizar aportes para poder
entender cómo se construyen las identificaciones del medio de comunicación con “lo
boliviano”. Cuáles son los objetivos detrás de su creación; quién son los/as participantes
detrás de ella; cuáles son sus conceptualizaciones, discursos y percepciones respecto de
“una radio de la colectividad”.
Al mismo tiempo, también es preciso analizar las instancias involucradas con el
consumo e interpretación por parte de la audiencia de esta emisora. Cómo es percibida,
cuáles son los aspectos, características y mensajes asignados a “lo boliviano” desde el punto
de vista del consumo cultural. Qué instancias de articulación existen entre las audiencias y el
medio. Cuáles son las expectativas por parte de la audiencia alrededor de “una radio de la
colectividad boliviana”. Cuáles son las miradas, concepciones y creencias sobre el ser
paisano/a en Buenos Aires. Es decir, de qué formas se construyen los discursos que
delimitan la pertenencia y los signos de representación. Pero, principalmente, observar los
dispositivos detrás de un medio de comunicación que disputa dentro del territorio de la
opinión pública, por un lado, y al interior de un grupo social, por el otro, el poder de estar, de
hacer, de decir, de representar.
El caso seleccionado para la presente investigación es Radio Panamericana (FM
90.7). Esta estación fue fundada hace más de veinte años aproximadamente, por Natalio
Sillani y Reynaldo Apaza. El nombre original elegido fue Radio Gigante, en referencia a una
famosa FM oriunda de La Paz, Bolivia. Luego, hace siete años, la sociedad fundadora de la
radio se separó, pero la emisora siguió emitiendo contenidos en el mismo dial, bajo el
nombre de Radio Panamericana.
Para explicar la elección de este caso es preciso explicar algunas cuestiones
vinculadas con la migración boliviana hacia la Argentina. Si se analizan estos movimientos
poblacionales desde el SXIX (cuando se encuentran los primeros registros de residentes
bolivianos/as en el país) hasta la actualidad, se puede ver que los movimientos de migrantes
bolivianos/as hacia la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires comienzan a aparecer a
11
mediados del SXX. Sin embargo, en el caso de la jurisdicción porteña, la presencia de la
colectividad boliviana adopta una mayor y más consolidada presencia entre 1991 y el 2001.
El censo de 1980 mostraba que sólo el 8,8% de la población proveniente de países limítrofes
en la Ciudad había nacido en Bolivia, mientras que en el caso de la Provincia de Buenos
Aires los resultados arrojaban un 31,4%. Entre los censos de 1991 y 2001 es cuando se
puede ver un aumento considerable en la presencia de población de origen boliviano en la
Ciudad, que pasa del 12,5% al 21,5%.
Según Casanello (2014), en la Ciudad de Buenos Aires la migración boliviana:
Se concentró en los barrios del sur (…), fundamentalmente Villa Soldati, Villa Lugano,
Mataderos, Liniers y Flores. En estos barrios, los migrantes han construido fuertes
territorios étnicos donde mantienen y re-significan sus costumbres culturales y
refuerzan las redes sociales de trabajo y sociabilidad. (p. 80)
En efecto, la Comuna 8 (compuesta por los barrios Villa Lugano, Villa Soldati y Villa
Riachuelo) concentra la mayor cantidad de habitantes nacidos en un país limítrofe de toda la
ciudad. Mientras que el promedio de C.A.B.A. es de 7,1%, en la Comuna 8 el porcentaje
asciende al 15,1%3. En el caso particular de la Villa 20, ubicada en Villa Lugano, según los
datos del último Censo Nacional de 2010, de los 22.563 habitantes que residen allí, el 49,9%
no nació en la Argentina.
Al mismo tiempo, si se tiene en cuenta que la Villa 20 es el cuarto asentamiento más
importante de toda la urbe porteña, ya que en ella viven el 13,3% del total de residentes en
villas4, puede entenderse la relevancia y el interés investigativo en el caso seleccionado.
La presente investigación se enmarca, por un lado, dentro del campo de los Estudios
Culturales. En este sentido, se consideran las investigaciones realizadas por los/as
exponentes de la Escuela de Birmingham. Esta tradición inglesa, que se alimenta
fundamentalmente de las reflexiones propuestas desde el marxismo en los ámbitos de la
antropología y la sociología durante la primera mitad del SXX, plantea un abordaje desde lo
microestructural hacia lo macroestructural. El objetivo de ello es poder establecer lazos entre
lo cotidiano y los sistemas económico-sociales presentes. Es decir, la fundación de los
Estudios Culturales se asienta en la necesidad de establecer un objeto y una metodología
que estudie cómo “la conciencia de clase no puede desvincularse de las tradiciones
populares y de los recuerdos de una memoria colectiva que aporta transparencia
interpretativa a relaciones sociales y económicas más amplias.” (Muñoz, 2009, p. 8) De esta
3 Dirección de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015. 4 Dirección de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015.
12
manera, la atención es puesta en la cultura popular como punto de partida para analizar las
formas de decodificación, transformación y resistencia de la ideología dominante.
Por otro lado, la presente tesina está ligada a los trabajos sobre comunicación e
interculturalidad. Dentro de esta perspectiva, la comunicación intercultural se define como “el
proceso de interrelación entre actores sociales culturalmente distintos, y el proceso de
constitución o consolidación de esos actores sociales como tales.” (Caggiano, 2005, p. 32)
Es decir, estas concepciones no consideran los procesos de interrelación como situaciones
comunicativas específicas entre grupos culturalmente diversos, sino como territorios
discursivos en los que se articula “lo social”. Por lo tanto, en la presente tesina se concibe a
la comunicación como un proceso complejo, conflictivo. Origen y producto del conflicto
social. Como plantea Grimson (2007):
En el mundo intercultural hacer público, publicar, implica sólo parcialmente poner en
común. Si lo público es constitutivamente heterogéneo, si la comunidad es diversa,
sólo puede ponerse en común de manera contingente, a través de suturas que no
llegan nunca a ser clausuras. (p. 2)
De los conceptos desarrollados surge la hipótesis planteada por esta tesina, que es la
siguiente: es posible establecer relaciones entre las prácticas de Radio Panamericana (FM
90.7) y los procesos de identificación y representación presentes en la consolidación del
grupo social identificado como “colectividad boliviana” de la Villa 20 en Villa Lugano.
Los objetivos que se desprenden de la misma son:
• Analizar cómo se articulan las herramientas comunicativas mediadas en la
construcción de los discursos conformadores de grupos sociales migrantes.
• Conocer los mecanismos de organización, institucionalización y legitimación de
grupos identificados con “lo boliviano”.
• Describir el rol de Radio Panamericana FM 90.7 en los procesos de representación e
identificación con “lo boliviano” y la “colectividad boliviana” al interior de la Villa 20 de
la Ciudad de Buenos Aires.
• Estudiar las prácticas de producción e interpretación discursiva presentes entre Radio
Panamericana FM 90.7 y su audiencia.
Este trabajo final se encuadra dentro de la investigación cualitativa y está basada en
la tradición del estudio de caso como diseño de investigación. Su diferencia principal con los
estudios de caso intrínsecos es que permite en su abordaje la utilización de metodologías
inductivas y deductivas. Por un lado, se condujeron entrevistas en profundidad a
13
participantes de Radio Panamericana e integrantes de organizaciones sociales y culturales
identificadas con “la colectividad boliviana” en la Ciudad de Buenos Aires. Por otro lado, se
llevó adelante una encuesta de tipo exploratorio y muestra no probabilística a vecinos/as de
la Villa 20 pertenecientes a grupos sociales identificados/as con “la comunidad boliviana”.
Estas ideas generales se desarrollan a lo largo de cuatro capítulos. Los primeros dos
se centran en el planteamiento del marco teórico y normativo. Por un lado, en el Capítulo I se
presentan y explican los elementos principales que configuran la tradición de La Escuela de
Birmingham, el desarrollo de los estudios culturales en América Latina y la Argentina y, por
último, se exponen las perspectivas sobre la comunicación, la cultura y la identidad sobre las
cuales se asienta la presente investigación.
Por otro lado, el Capítulo II se divide en dos partes. En la primera se lleva adelante
una historización y análisis de las políticas migratorias en el país desde los primeros
gobiernos patrios posteriores a la Revolución de Mayo, hasta la actualidad. Seguidamente,
en la segunda parte se muestran los procesos de organización y regulación del sistema de
medios de comunicación audiovisual en la Argentina, partiendo de 1920 hasta las últimas
modificaciones realizadas por el gobierno del presidente Mauricio Macri.
Luego, en el Capítulo III se presentan los elementos principales del marco
metodológico. La primera parte refiere a los conceptos y cuestiones que enmarcan los
procesos de reflexión epistemológica de esta investigación, a partir de los cuales se decide
situar el presente trabajo final dentro del paradigma interpretativo. Luego, en una segunda
parte hace una caracterización y explicación minuciosa del estudio de caso, herramienta
metodológica seleccionada para la realización de esta tesina.
Por último, en el Capítulo IV se detallan todos los aspectos referidos al estudio de
caso propiamente dicho. Primero, se establecen los puntos correspondientes al marco de
referencia. En este sentido, se hace una descripción histórica, demográfica y sociourbana de
la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, la Comuna 8 y la Villa 20 del barrio Villa Lugano.
Luego, se plantean los aspectos concernientes al asentamiento, desarrollo y referencia de la
población inmigrante de origen boliviano en el sur de la Ciudad. En tercer lugar, se realiza un
recorrido alrededor de la conformación, desarrollo y consolidación de las radios identificadas
con “lo boliviano” y “la colectividad boliviana” en el éter porteño. Finalmente, se presenta y
caracterizan los aspectos principales del caso seleccionado para el análisis: la Radio
Panamericana FM 90.7).
14
En un segundo momento del cuarto capítulo se despliegan los elementos del diseño
metodológico, compuesto por las técnicas utilizadas durante el trabajo de campo: la
entrevista en profundidad y la encuesta de tipo exploratorio. De esta manera, se explican y
justifican las decisiones tomadas en este sentido y se especifican, en cada caso, los
lineamientos correspondientes al proceso de sistematización de cada una de las
herramientas de investigación utilizadas.
Para terminar, los resultados de la investigación se ven reflejados en el Informe Final
del Capítulo VI, divididos en seis apartados: “‘El Mañanero’: la línea editorial de Radio
Panamericana”; “Para no Olvidar”; “La radio de la colectividad boliviana. La radio en la
colectividad boliviana”; “La Radio y la práctica político territorial”; y “La radio y sus oyentes.
Resultados de la encuesta exploratoria”.
15
CAPÍTULO I
LOS ESTUDIOS CULTURALES
La aparición de los Estudios Culturales en las Ciencias Sociales está profundamente
vinculada con el viraje que distintas corrientes del marxismo propusieron dentro de los
campos de la antropología y la sociología durante la primera mitad del SXX, producto de los
debates en torno a la existencia, característicos de la época.
La consolidación de la sociedad de masas, luego del fin de la Segunda Guerra
Mundial, trajo consigo una concepción de la sociedad individualista y homogeneizadora,
frente a la cual el marxismo plantearía un abordaje que focalizara su objeto en lo cotidiano,
de modo de poder “recomponer el análisis de las condiciones objetivas de existencia
individual y social.” (Muñoz, 2009, p. 6) En este contexto, a diferencia del enfoque
macroestructural de la Teoría Crítica, o el estructuralismo francés, centrado en el consumo
como fundamento de la existencia colectiva, el marxismo inglés se afirmará en su tradición
literaria con el objetivo de “reconstruir el universo de la vida cotidiana.” (Muñoz, 2009, p. 6)
1. La Escuela de Birmingham
La Escuela de Birmingham nace durante la segunda mitad del SXX y va a continuar
el desarrollo llevado adelante por las corrientes marxistas alemanas y francesas durante la
primera mitad de siglo. Estas teorías críticas habían inaugurado una novedosa
reinterpretación de los postulados marxistas, al proponer una inversión en la dialéctica base-
superestructura para analizar el rol e impacto de los medios de comunicación de masas en
las sociedades de la época. Para estas corrientes de pensamiento la ideología dominante ya
no se construía de forma latente o implícita, sino a partir de su objetivación concreta con la
consolidación de industrias comunicativas complejas, tributarias al sistema capitalista de
producción y acumulación.
No obstante, el marxismo inglés, en contraposición con sus antecesores
continentales, plantea un abordaje desde lo microestructural hacia lo macroestructural, con el
propósito de establecer lazos entre lo cotidiano y los sistemas económico-sociales
presentes. Es decir, para los pioneros de los Estudios Culturales es necesario establecer un
objeto y una metodología que estudie cómo “la conciencia de clase no puede desvincularse
16
de las tradiciones populares y de los recuerdos de una memoria colectiva que aporta
transparencia interpretativa a relaciones sociales y económicas más amplias.” (Muñoz, 2009,
p. 8) De esta manera, la atención es puesta en la cultura popular como punto de partida para
analizar las formas de decodificación, transformación y resistencia de la ideología dominante.
Se puede ver cómo las interpretaciones y aportes de Louis Althusser y Antonio Gramsci a los
conceptos de ideología, hegemonía y poder serán centrales en la producción de esta
corriente de pensamiento.
1.1. La reconstrucción de “lo cotidiano”. De las relaciones económicas a las
relaciones culturales
Como se ha planteado anteriormente, la principal característica de las investigaciones
de la Escuela de Birmingham es la elección de un análisis microestructural de lo cotidiano,
en contraposición con los análisis macroestructurales de las instituciones y sistemas sociales
que venían llevando adelante otras teorías críticas. Este cambio en la mirada significa una
vuelta hacia los estudios de la realidad empírica, al contrario de las teorizaciones de la
sociedad, tradicionales en el marxismo ortodoxo.
El primer exponente de esta corriente de pensamiento, Edward P. Thompson (1977),
define los conceptos de “experiencia” en La formación histórica de la clase obrera. Inglaterra
1790-1832 a partir de una estrecha vinculación con el concepto de clase:
La experiencia de la clase está ampliamente determinada por las relaciones
productivas en el marco de las cuales han nacido o bien entran voluntariamente los
hombres. La conciencia de clase es la manera como se traducen estas experiencias
a términos culturales, encarnándose en tradiciones, sistemas de valores, ideas y
formas institucionales. (p. 8)
En este sentido, Thompson concibe “lo cotidiano” como el conjunto de experiencias
que componen y determinan la conciencia de clase. Es así como la cultura ya no sólo puede
ser pensada únicamente como un conjunto de valores, tradiciones, expresiones específicas,
sino como un elemento fundamental de la conformación de identidad de grupo en un
momento determinado de la historia.
Al mismo tiempo, es en y desde la cultura popular donde las clases populares
decodifican la ideología dominante, a partir de un rol activo en el que también construyen
resistencias y oposiciones. Como plantea Muñoz (2009), “el conflicto queda como eje del
estudio de la cotidianidad en la teoría thompsoniana.” (p. 13) La incorporación del concepto
17
althusseriano de “ideología” se ve claramente en este sentido, ya que el propósito del trabajo
de Thompson no es simplemente una enumeración o descripción de las prácticas culturales
de las clases populares, sino analizar cómo estas prácticas construyen una conciencia de
clase y, finalmente, ideología.
1.2. Materialismo histórico vs. Historia Social
Además de su especial atención hacia las prácticas culturales, la Escuela de
Birmingham inicia en el ámbito de las corrientes marxistas de pensamiento de la época
nuevas formas de investigación, al tomar el concepto de historia abierta trabajado
previamente por La Escuela de Chicago y llevarlo hacia la idea de Historia Social. Este giro
historiográfico no sólo se opone a una mirada academicista de la historia y la cultura, sino
que también discute con la historiografía marxista ortodoxa. Thompson propone un estudio
histórico interpretativo de la experiencia humana, frente a un análisis histórico de las
estructuras de dominación. Según Muñoz (2009), Thompson da cuenta de cómo “lo cotidiano
expresa los intereses, las experiencias sociales, tradiciones y sistemas de valores que
definen a una clase a partir de sus acciones y conciencia”. (pp. 10-11) De esta manera, la
experiencia cotidiana es pensada como el elemento mediador entre la realidad social y la
realidad histórica.
Sin embargo, es Richard Hoggart (1957) quien a partir de su libro The Uses of
Literacy demuestra de forma más cabal un interés por estudiar desde la sociología y la
historia a la cultura popular obrera. A partir de la observación y el análisis de los barrios
obreros industriales ingleses durante el inicio del capitalismo, intenta dar cuenta de cómo la
clase obrera construye una cultura propia, caracterizada por múltiples elementos religiosos,
organizativos, morales, etc., en oposición y resistencia a una burguesía incipiente que
comienza a ejercer un control hegemónico sobre ésta. Como explica Muñoz (2009):
Para Hoggart, la vida cotidiana explica mejor que ningún otro proceso, las
imposiciones de unas clases sobre otras. Pero también, y como afirmaba Thompson,
las resistencias ante el avance de una perspectiva de clase media que intenta
modificar las costumbres de los trabajadores en dirección de una integración en la
ideología economicista dominante. (p. 25)
En definitiva, el principal aporte de Hoggart, que se verá también en sus obras
posteriores, se encuentra en la recuperación del mundo obrero inglés durante la segunda
18
mitad del SXX, a partir de una “revisión historiográfica de la cultura de la vida cotidiana como
defensa ante el desarraigo del capitalismo” (Muñoz, 2009, p.26).
1.3. Materialismo cultural, cultura de masas y prácticas culturales
Luego del vasto desarrollo llevado adelante por Thompson, el teórico Raymond
Williams, más cercano a la crítica literaria, lleva adelante un trabajo que presta más atención
sobre la producción cultural y cómo la cultura de masas de las sociedades postindustriales
reivindica lo superficial por sobre lo profundo. Como explica Muñoz (2009), en las obras de
Williams
la cotidianidad es concebida como la retórica de lo superficial. Y en esa retórica, los
mass-media transforman las estructuras de la vida en estructuras de dispersión. La
dispersión se constituye en uno de los conceptos determinantes de la penetración de
la comunicación mediada en las existencias concretas de los ciudadanos. (p. 14)
En este sentido, el concepto gramsciano de hegemonía, que describe cómo opera de forma
latente el poder dominante a partir de la articulación de elementos políticos, sociales y
culturales será fundamental para Williams. Del mismo modo, tomará del teórico italiano el
concepto de conciencia dual para entender las tensiones en las que se relacionan la cultura
popular, las clases populares y la economía postindustrial. Con esta idea, Gramsci sugiere
que la conciencia de las clases populares está dividida entre el sentido común y los sistemas
de valores propuestos por los medios de comunicación de masas. (Muñoz, 2009)
Basado en estas dos cuestiones, Williams discutirá desde una perspectiva que no
puede eludir en la noción de cultura la dimensión de práctica y expectativa de la existencia:
la cultura es actividad cultural. De aquí su reformulación de un materialismo cultural,
que sea capaz de explicar la producción de la ideología desde la producción social,
pero sin simplificar como reflejo las posibilidades creadoras y artísticas de cada
formación histórica. (Muñoz, 2009, p. 16)
Se ve cómo, al igual que Thompson, Williams también considera la posibilidad de
plantear resistencias a la conciencia construida por los medios masivos de comunicación y la
conciencia dual. Sin embargo, Williams profundizará este concepto, al proponer la necesidad
de habilitar una participación real de las audiencias en la producción comunicativa, a partir
de un cambio en los valores difundidos. De esta manera, inaugurará el tema sobre el rol de
las personas en la interpretación y producción de los medios de comunicación de masas,
19
uno de los ámbitos de investigación más importantes de los Estudios Culturales. (Muñoz,
2009)
1.4. La Teoría de la Ideología: identidad, recepción y consumo cultural
El inglés Stuart Hall es quien profundiza en el campo de los Estudios Culturales los
problemas sobre la identidad a partir del viraje que propone, al profundizar sus estudios en la
recepción/consumo cultural y los efectos ideológicos de los medios de comunicación de
masas.
A diferencia de los anteriores exponentes de la Escuela de Birmingham mencionados
previamente, Hall define la cotidianidad no como análoga a la experiencia, ni dependiente de
la cultura de masas, sino como el conjunto de los discursos que otorgan sentido a las
prácticas específicas de una clase. (Muñoz, 2009) Esta concepción parte de recuperar la
noción antropológica de cultura, pensada como las formas que adopta la existencia humana
en un momento específico de la historia, al apropiarse de la naturaleza en función de sus
propias necesidades. La ideología, por lo tanto, es definida como “el efecto de
desplazamiento del libre desarrollo de la cultura humana.” (Muñoz, 2009, p. 20) De esta
manera, la existencia de una ideología dominante implica necesariamente la “negación del
libre desarrollo del individuo.”(Muñoz, 2009, p. 20) Si en las sociedades de consumo, este
último es el mediador de todas las relaciones, significados y valores de la existencia humana,
entonces la cotidianidad está sometida por el poder ideológico, producido, sostenido y
ejercido por los medios de comunicación de masas de forma manifiesta.
No obstante, si las prácticas comunicativas contribuyen a la producción de cultura y,
en definitiva, de ideología, estas prácticas no pueden ser consideradas de manera
generalizada. A partir de esta dinámica teórica, Hall es capaz de contraponer a las teorías
funcionalistas y neofuncionalistas un corpus de pensamiento distinto, que permite desarrollar
un modelo de públicos, ya que es central analizar el consumo/recepción de discurso por
clase para poder dar cuenta de la generación de ideología detrás de ella. Las personas
consumidoras de cultura, entonces, para Hall son sumamente activas y con sistemas de
valores y preferencias específicas. Pero no desde la mirada homogeneizadora del target
funcionalista y neofuncionalista, sino desde su pertenencia de clase y su posible
interpretación y resistencia a la ideología dominante.
Desde esta interpretación de ideología, el estudioso inglés incorpora también al
modelo de públicos los conceptos de campo ideológico y conflicto ideológico, al vincular la
20
identidad de etnia junto con la identidad de clase y la identidad de grupo. Para Hall, las
complejidades discursivas que compone la cotidianidad se materializan como conflicto
ideológico. Es decir, las múltiples tensiones presentes en las prácticas sociales de las
personas guardan una estrecha relación con las identidades con las que éstas se reconocen
(religiosas, étnicas, de género, de clase, etc.) en las sociedades postindustriales e
intervienen fundamentalmente en la construcción de su subjetividad. (Muñoz, 2009)
1.5. Audiencias, comunicación de masas y construcción de la realidad
A partir de la década de los setenta y ochenta, la Escuela de Birmingham,
consolidada en el Centro de Estudios Culturales Contemporáneos (Centre for Contemporary
Cultural Studies) fundado en 1964, centra sus investigaciones particularmente en tres
temáticas: vida cotidiana, medios de comunicación de masas y construcción de identidades.
Sin embargo, los análisis sobre los consumos culturales de audiencias serán especialmente
prolíferos. Exponentes como David Morley, Ana Kaplan, Angela McRobbie y Valerie
Walkerdine son algunos ejemplos de quienes integran esta segunda etapa.
Por un lado, los trabajos que ahondan en el concepto audiencia muestran ya un
alejamiento de la idea de receptor/consumidor presente en las investigaciones antes
mencionadas, que vinculaban esta noción a la pertenencia de clase. Este cambio guarda
relación con la consolidación de la Sociedad de Mercado, ya a fines del SXX, y el
fortalecimiento de la clase media que esta época lleva aparejado. Es así como se puede
observar la inclusión, por parte de estas nuevas investigaciones, de conceptos como clase
media, media-baja o media-alta. De esta forma, el foco de las investigaciones se centra en el
ámbito de lo doméstico y el consumo mediático asociado principalmente con el tiempo de
ocio, con un énfasis en la televisión. Por otro lado, los estudios de la cultura ceden el paso a
la aparición del análisis comunicativo de las subculturas a partir de la idea de identidad. En el
contexto de las sociedades de mercado postindustriales las grandes ideas como “cultura”,
“clase” e “identidad”, comienzan a ser reemplazadas por lo pequeño, lo múltiple, lo
perecedero.
La cotidianidad para esta segunda generación de la Escuela de Birmingham es
determinada por el consumo mediático. Y las audiencias son concebidas desde cómo los
medios las piensan, de forma fragmentada y aislada. En este sentido, los estudios culturales
feministas proponen de manera interesante una perspectiva que analiza producción,
consumo mediático y la situación de dominación de las mujeres.
21
Sin embargo, el abordaje metodológico de los estudios culturales a partir de los
setenta, caracterizado por el análisis discursivo según tipos de audiencia, el descarte de
otras formas de producción y consumo como cultura popular o alta cultura, en detrimento de
formas fragmentadas como las subculturas, o mismo la cultura masiva, dan cuenta de una
perspectiva que, a diferencia de los aportes fundacionales de la Escuela de Birmingham, no
discute los mecanismos de las sociedades postindustriales ni sus contradicciones
macroestructurales.
2. Los Estudios Culturales en Latinoamérica y Argentina
Los Estudios Culturales en América Latina y en la Argentina tienen su origen durante
los años sesenta y setenta. Éstos han aportado a lo largo de su desarrollo, no sólo una
correspondencia teórica y metodológica con otros estudios de la comunicación y la cultura,
sino también enfoques y contribuciones específicas, vinculadas con las particularidades
históricas, políticas, sociales y culturales de la región.
Según Grimson y Varela (2002) su aparición en el ámbito de las Ciencias Sociales de
la Argentina tiene un objetivo doble. En primer lugar, el desarrollo de herramientas
metodológicas y de investigación que permitieran analizar la producción de sentido en el
consumo/recepción cultural de las clases populares. En segundo lugar, “una búsqueda de
politizar la cultura y demostrar la relevancia de los procesos simbólicos para la política” (p.
153) Es decir, al igual que la tradición culturalista anglosajona, las corrientes de los Estudios
Culturales latinoamericanas surgen con una clara intención de establecer un debate dentro
del terreno académico desde el marxismo contra el paradigma funcionalista-conductista,
dominante desde mediados del SXX. No obstante, su principal propósito es recuperar “el
conflicto simbólico en su dimensión político-cultural” (Grimson y Varela, 2002, p. 156) a partir
del análisis de la recepción.
2.1. La constitución de un campo: los estudios sobre la recepción
Grimson y Varela (2002) explican la conformación del campo de estudios en
comunicación en la Argentina desde la aparición de tres corrientes de pensamiento, que
toman elementos para sus investigaciones principalmente de la sociosemiótica, la sociología
de la comunicación y el análisis cultural. Estas líneas de investigación son delimitadas por
22
los autores/as tomando en cuenta sus respectivas revistas: Lenguajes; Comunicación y
Cultura; y Crisis.
La revista Lenguajes propone desde su mismo título una orientación investigativa
fundamentada específicamente en una semiología sociológica o sociosemiótica. Sus
principales exponentes, Eliseo Verón, Juan Carlos Indart, Oscar Steimberg y Oscar
Traversa, establecerán a lo largo de su publicación una postura crítica de otras perspectivas
culturalistas, al definir como “su campo específico el de los ‘lenguajes sociales’, el campo de
la producción social de la significación, con un énfasis particular en las ‘comunicaciones
masivas’.” (Grimson y Varela, 2002, p. 155) De esta manera, plantearán una discusión
alrededor de la comunicación y la cultura contra cuatro formas de reduccionismos: el
contenidismo, el esteticismo, el tecnologicismo y el economicismo. (Grimson y Varela, 2002)
Se puede observar que para esta corriente investigativa el interés no está en la
recepción/consumo de las producciones culturales, sino en la decodificación y producción
social de significados en situaciones de comunicación masiva. A diferencia del segundo
grupo que, a través de su publicación Comunicación y Cultura, sí propone concretamente el
problema de la recepción.
En efecto, Héctor Schmucler, uno de sus principales colaboradores, discutirá con los
exponentes de la revista Lenguajes al argumentar la necesidad de que, para analizar las
múltiples significaciones sociales que construyen y otorgan sentido a partir y desde de las
distintas instancias de comunicación masiva, es central enfocarse en “las experiencias socio-
culturales de los receptores” (Schmucler, 1975, p. 12) Al respecto de este enfoque, se
observa el diálogo con las corrientes anglosajonas a partir de la utilización del concepto de la
experiencia, en contraposición con una orientación más cercana al estructuralismo asumida
por Lenguajes.
Por último, para Grimson y Varela (2002) la revista Crisis propone un abordaje que
sólo puede ser entendido desde las producciones y desarrollos en la Argentina de la época
alrededor del problema de “lo nacional”, en el marco de una discusión sobre el peronismo y
las interpretaciones marxistas sobre el peronismo:
Desde la llamada “línea nacional”, cualquier abordaje de los sectores populares
suponía la constitución de una “gnoseología propia”, una nueva epistemología que
superara la discusión entre ciencia y política y continuara la gnoseología de Raúl
Scalabrini Ortiz, Fermín Chávez, Arturo Jauretche y Juan José Hernández Arregui. Si
bien ninguno de estos autores aborda las problemáticas ligadas a los medios de
23
comunicación o a la contemporaneidad tecnológica, inauguran una concepción
historiográfica donde la identidad cultural propia y la reivindicación de un patrimonio
ignorado, una memoria histórica popular y la defensa de la creatividad popular, van a
configurar una matriz de análisis desde donde se comenzaron a incorporar otros
objetos. (pp. 156-157)
En este sentido, autores como Aníbal Ford sobre Homero Manzi (1971), Jorge Rivera
(1967 y 1968) sobre el folletín y Eduardo Romano (1971 y 1975) sobre los letristas de tango
orientarán su trabajo al análisis de productos culturales vinculándolos a la idea de “lo
nacional”, con el objeto de esbozar la existencia de un corpus cultural propio, ignorado por la
cultura de elite (Grimson y Varela, 2002). De alguna forma, esta corriente establece una
relación dialéctica en la cual los conceptos de “lo popular” y “lo nacional” son articulados en
contraposición con las miradas tradicionales y clásicas de la cultura argentina.
Por otro lado, se puede observar un diálogo más claro entre la tradición culturalista
anglosajona y el estudio sobre la manipulación del receptor que lleva adelante Heriberto
Muraro (1974) en su libro Neocapitalismo y comunicación de masas, en el cual discute
concretamente las premisas sostenidas por la tradición norteamericana de la Mass
Communication Research en sus investigaciones sobre la opinión pública, al plantear “la
necesidad de una teoría histórica de los medios de comunicación de masa que nos permita
explicar de manera sistemática en qué condiciones los hombres son convencidos o
persuadidos por ésta y en qué condiciones logran escapar a sus demandas (…)” (p. 101)
Como explican Grimson y Varela (2002), para Muraro el receptor de los medios de
comunicación
(…) no es un individuo ni una masa informe y la eficacia de la manipulación no puede
desprenderse de ningún análisis textual, ya que el problema de los sentidos que
surgen de la recepción de mensajes mediáticos es asociado a una posición en la
estructura social y a una dimensión ideológica. De allí que el concepto de público se
relacione con los de clase y nación. (p. 157)
La dictadura cívico-militar inaugurada el 24 de marzo de 1976 significará una clara
interrupción en el desarrollo de todo tipo de discusión sobre la cultura. No obstante, estos
debates encontrarán una continuación a partir de la década del ochenta, momento de
consolidación de los Estudios Culturales, tanto en la Argentina, como en Latinoamérica.
24
2.2. La consolidación de los estudios sobre la recepción
Como se plantea en el apartado anterior, durante la década de los ochenta se
observa el afianzamiento de los estudios recepcionistas en la región. En este momento
aparecen exponentes como Beatriz Sarlo, directora de la revista Punto de Vista y figura
central durante la década.
Hay que considerar el contexto de crisis del gobierno militar va a ser un factor
influyente en la reaparición de las investigaciones sobre la recepción dentro del ámbito
académico argentino. Oscar Landi, por ejemplo, en esa época piensa la recepción como “‘un
factor de diferencias, de múltiples espacios de resignificación de los mensajes’, vinculado a
la ausencia de un discurso político-cultural central.” (Grimson y Varela, 2002, p. 158) De esta
manera, la recepción de consumos culturales masivos es analizada por Landi en función de
cómo operan las instancias de la censura, propia de la dictadura militar, en una trama en la
que determinadas dinámicas de decodificación, interpretación y reconstrucción discursiva
que se vuelven necesarias durante las instancias de recepción, cuestionan “la supuesta
omnipotencia a la vez política y mediática.” (Grimson y Varella, 2002, p. 158) Al mismo
tiempo, este autor presenta un interés por el estudio del consumo mediático y sus cambios a
partir de la aparición de nuevas tecnologías de la información y las modificaciones de las
industrias culturales tradicionales. Este cambio en el planteamiento de problemas será una
característica que marcará la década en el área: “una creciente sofisticación teórico-
metodológica y desplazamientos en su componente político.” (Grimson y Varela, 2002, p.
158)
En un marco más general, si vemos la situación en Latinoamérica este afianzamiento
de los Estudios Culturales en la Argentina no sólo es compartido en muchos otros países de
la región sino que, además, es producto de puntos en común, articulaciones y diálogos con
diversos autores/as. Algunos ejemplos de estas referencias son el español y colombiano
Jesús Martin Barbero y el argentino Néstor García Canclini, quien reside en México desde
1976, donde ha hecho la mayor parte de su trabajo. El Seminario de la Comisión de
Comunicación del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales en Buenos Aires (AA.VV.,
1987) donde se propone como tema central de discusión “Comunicación y Culturas
Populares en Latinoamérica”, es un hecho donde se puede observar la condensación y
colaboración académica en el continente durante la década y en adelante.
En primer lugar, contra los críticos de los Estudios Culturales que señalan una
dilución política en sus abordajes, Martín Barbero plantea que dar cuenta de “lo cultural”
25
permite incluir al análisis cuestiones sobre la sociedad, junto con nuevos elementos y formas
de disrupción. Al mismo tiempo, a diferencia de las perspectivas informacionales de Paul F.
Lazarfeld, propone un nuevo enfoque metodológico que ubique el problema no en la
posibilidad o no de respuesta, sino en las mediaciones existentes en los procesos
comunicativos y en los modelos culturales. Este aporte de Barbero privilegia “lo popular”, ya
que considera que es ahí desde y donde se articulan las decodificaciones, articulaciones y
resistencias al discurso dominante. Por su parte, García Canclini expresa la necesidad de
incorporar en el problema de “lo popular” especialmente la cuestión del consumo, ya que “es
allí donde los bienes y mensajes hegemónicos interactúan con los códigos perceptivos y los
hábitos cotidianos de las clases subalternas” (Grimson y Varela, 2002, p. 159)
No obstante, con respecto a la cuestión de la hegemonía existen también tensiones y
desacuerdos. En este sentido, Beatriz Sarlo se aleja de estas hipótesis cuando expresa que
las investigaciones sobre la cultura popular “despojan a los medios masivos y a la industria
cultural del poder sobre individuos y sectores sociales que se les había dado en el momento
en que la teoría privilegió al emisor y el mensaje (…)” (Sarlo, 1987, p. 159)
Como se puede observar, la preocupación por el problema de la recepción no implica
únicamente la crítica a las posturas funcionalistas y neofuncionalistas de la comunicación,
sino el “reconocimiento de lo cultural” (Grimson y Varela, 2002, p. 159) a partir del interés
sobre “lo popular”. Desde este lugar, las alertas de exponentes de la época de no desviar los
estudios hacia un culturalismo despolitizado.
No obstante, durante la década de los noventa aparece una nueva etapa de los
Estudios Culturales, caracterizada por un desplazamiento de los estudios desde “la
recepción”, hacia “las audiencias”. Este giro se centra en dos cuestiones centrales. Por un
lado, se observa que la recepción se convierte en un objeto de estudio en sí mismo, a
diferencia del ámbito para estudiar la cultura popular. Por otro lado, la preocupación política
característica de la primera etapa cede espacio a una preocupación metodológica sobre
cómo abordar el análisis del consumo de nuevos medios de comunicación, especialmente, la
televisión. Sin embargo, los debates alrededor de este desvío en la corriente investigativa no
quedan cerrados, ya que muchas obras de esta etapa son fuertemente cuestionadas por
naturalizar los términos y lógicas de los medios de comunicación masiva y analogar el
consumo masivo de las audiencias como un acto de libertad o autonomía, sin considerar las
condiciones de producción. La obra de Oscar Landi, Devórame otra vez. Qué hizo la
televisión con la gente. Qué hace la gente con la televisión, es un claro ejemplo de esto.
26
2.3. Recepción y hegemonía
En conclusión, se puede decir que la aparición y consolidación de los Estudios
Culturales en América Latina y la Argentina están profundamente vinculados con la
necesidad de dar cuenta de cómo se articulan los mecanismos de producción de hegemonía
desde los medios de comunicación de masas. Según Grimson y Varela los Estudios
Culturales Latinoamericanos tienen como objetivo principal “la reposición del conflicto social”
(2002, p. 163).
Si los medios fueran omnipotentes, la coacción física simplemente habría sido
sustituida por la coacción simbólica. La clave, en cambio, es que el dominio simbólico
se constituye a través de hegemonías, de la imposibilidad radical de una
homogeneidad en la circulación de las significaciones, a través de una disputa
constitutiva por la apropiación del poder. (Grimson y Varela, 2002, p. 163)
No obstante, a lo largo de su desarrollo se observan perspectivas que se alejan de
los cimientos fundacionales culturalistas y centran su investigación en abordajes
metodológicos que dejan de lado este interés por la construcción de hegemonía para dar
paso al análisis de audiencias y la descripción de subculturas, tributarias a las lógicas de
consumo presentes en los medios de comunicación de masas, especialmente la televisión.
Sin embargo, en la Argentina también se llevan adelante luego de la década del
ochenta investigaciones que ponen el foco en la radio y las audiencias radiales, sin perder de
vista las condiciones de producción y acceso. La cordobesa María Cristina Mata es una de
las que inician este ámbito de investigación, que es continuado y fortalecido desde el campo
de la comunicación comunitaria y alternativa. Por ejemplo, en su trabajo sobre la memoria de
las clases populares y la radio, Mata pone en evidencia las tensiones existentes entre acción
de las audiencias y hegemonía mediática:
Para Mata las memorias de la radio dejan ver ‘rastros de heterogeneidad y
conflictividad del mundo popular y de la sociedad en general’, pero marcas débiles,
apenas aquellas que ‘admite la cultura masiva para construirse con radical
ambigüedad y para garantizar sus propuestas universales’. (Grimson y Varela, 2002,
p. 161).
Este trabajo de investigación es tributario de esos estudios e investigaciones e
incorpora también los desarrollos en torno al problema de la comunicación e
interculturalidad.
27
3. Comunicación e interculturalidad
Los estudios sobre comunicación intercultural pertenecen al campo de los Estudios
Culturales, cuyos lineamientos han sido descriptos a lo largo de este capítulo. Surgen a
finales de la década del cincuenta en los Estados Unidos, pero su consolidación como rama
investigativa en el país data de los años setenta. El antropólogo Edward T. Hall es uno de los
exponentes más importantes en el área y quien habla por primera vez del concepto de
“comunicación intercultural” en su libro The Silent Lenguaje (1959).
Por su parte, en América Latina pueden encontrarse antecedentes de esta corriente
de pensamiento a partir de los años sesenta. Sergio Caggiano (2005) destaca los
cuestionamientos a dos paradigmas presentes durante la época en la conformación de este
campo de estudio en la región: el del “contacto” y el de la “dominación”. De hecho, plantea
Caggiano (2005), los estudios sobre comunicación e interculturalidad comienzan a
proponerse como respuesta al desarrollo del mercado mundial de bienes culturales, las
migraciones masivas y la transnacionalización comunicacional, que hacen poner en
discusión las posibilidades de respuesta metodológica e investigativa de las perspectivas del
contacto y la dominación. Estos fenómenos, que se consolidan durante la segunda mitad del
SXX, problematizan “a su modo el contacto y la interacción con un ‘otro cultural’ que podía
venir desde ‘afuera’ de las fronteras nacionales, pero que podía también haber pertenecido
siempre al ‘adentro’” (Caggiano, 2005, p. 30)
Es así cómo, durante los últimos años los procesos migratorios internacionales han
sido una de las causas principales de estas investigaciones. Es cierto que, para muchos,
estos procesos no pueden ser pensados como tendencias novedosas, ya que han sido una
característica vital de la humanidad a lo largo de la historia. Sin embargo, las complejas
transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales involucradas con la
globalización, llevan a otros a plantear la existencia de lo que llaman “migración
postindustrial”, en la que las dinámicas de origen y destinos migratorios se multiplican y
diversifican. De cualquier forma, la Comunicación Intercultural se convierte en una arista
específica de interés dentro del ámbito de las Ciencias de la Comunicación.
3.1. La comunicación: un proceso incompleto
Según Caggiano (2005), en esta corriente de pensamiento existen por lo menos tres
puntos de partida distintos para abordar el concepto de comunicación intercultural. En primer
28
lugar, las perspectivas que se basan en los aportes de la Sociología Fenomenológica y el
Interaccionismo Simbólico, aplican los conceptos de “intersubjetividad” y “mundo de la vida”
para pensar múltiples instancias de comunicación interpersonal como las bases
fundamentales de la construcción social de la realidad. Según Rizo García (2013) “la
reflexión se centra en las relaciones intersubjetivas y se otorga un rol relevante a los
elementos de negociación y de comunicación en la construcción social de los contextos de
sentido.” (p. 36) De esta manera, la relación dialéctica con un otro implica “la posibilidad de
que el otro entiende el mundo de una forma similar a como yo lo comprendo” (Rizo García,
2013, p. 37).
En segundo lugar, existe otro terreno de análisis que se centra en los medios de
comunicación de masas como espacios de producción y reproducción de significaciones que
delimitan “mayorías” y “minorías”. Según Caggiano (2005), los medios de comunicación
“llegan a ser fundamentales en el proceso de construcción de las alteridades sociales.” (p.
31) Estudiosos/as que han aportado en este sentido son Teun van Dijk y Stuart Hall, entre
otros.
Por último, el tercer punto de partida posible se plantea desde las instancias de
negociación y conflicto en la construcción del sentido dentro de la sociedad. Por lo tanto, la
comunicación intercultural desde esta perspectiva se define como “el proceso de
interrelación entre actores sociales culturalmente distintos, y el proceso de constitución o
consolidación de esos actores sociales como tales.” (Caggiano, 2005, p. 32) Es así como,
estas concepciones no consideran los procesos de interrelación como situaciones
comunicativas específicas entre grupos culturalmente diversos, sino como territorios
discursivos en los que se articula “lo social”. Por lo tanto, como plantea Caggiano (2005), “la
circulación dialogal y conflictiva resultará en representaciones divergentes acerca de las
clasificaciones sociales, y el cruce y encuentro de esos discursos estructurarán la percepción
y valoración de sectores y grupos como ‘propios’ o ‘ajenos’”. (p. 32)
En este sentido, cabe mencionar los aportes de Grimson (1999, 2003, 2005, 2007)
con respecto al concepto de comunicación. En principio, este autor plantea que la
comunicación en un mundo intercultural “tiene que ser pensada a partir de la coexistencia de
multiplicidad de códigos comunicativos, a partir de la heterogeneidad de las estructuras de
significación.” (Grimson, 2007, p. 1) Desde este lugar, establece una diferencia conceptual
entre el “contacto” y la “comprensión”. Por un lado, una situación de “contacto” se caracteriza
por la transmisión de significantes, pero esta transmisión no implica la asimilación e
29
interpretación de sus significados. Así, por ejemplo, durante una conversación entre dos
personas que se referencian y reconocen de culturas distintas, existe un contacto. Pero, si
en esa interacción no se comparte el mismo universo simbólico y significativo, no puede
haber comprensión entre ellas.
De hecho, según Grimson (2007) sólo en instancias donde existe un conocimiento
pleno sobre el otro puede haber comprensión y, en última instancia, comunicación. Sin
embargo, el conocimiento pleno sobre un sujeto u objeto tampoco es posible. Entonces, la
comunicación debe ser entendida desde la tensión existente entre múltiples universos
simbólicos distintos que, al interactuar, oscilan invariablemente entre el contacto y la
comprensión. Por lo tanto:
En el mundo intercultural hacer público, publicar, implica sólo parcialmente poner en
común. Si lo público es constitutivamente heterogéneo, si la comunidad es diversa,
sólo puede ponerse en común de manera contingente, a través de suturas que no
llegan nunca a ser clausuras. (Grimson, 2007, p. 2)
Estos razonamientos llevan necesariamente a rediscutir las ideas de cultura y,
específicamente, de “interculturalidad”.
3.2. El concepto de cultura e interculturalidad
Para situar los aspectos principales alrededor de la interculturalidad, Caggiano (2005)
parte de una mirada “comunicacional” de cultura propuesta por García Canclini (1982), quien
la define de esta manera:
[La cultura] es la producción de fenómenos que contribuyen, mediante la
representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a
comprender, reproducir o transformar el sistema social, es decir, todas las prácticas e
instituciones dedicadas a la administración, renovación y reestructuración del sentido.
(p. 41)
Al mismo tiempo, para el autor es necesario abordar en su complejidad la noción de
cultura junto con la idea de lo inter-cultural, de modo de no recaer en formas que
contrapongan “lo nacional” con “lo internacional”. Por esta razón, se vale de lo que Grimson
(2000) llama “campos de interlocución” para referirse a un “marco dentro del cual ciertos
modos de identificación son posibles mientras que otros quedan excluidos” (p. 41).
De este modo, Caggiano considera que “lo inter-cultural” no debe ser abordado desde
la relación entre culturas previamente definidas, sino a partir de “los dispositivos de
30
producción (y reproducción)” (2005, p. 33). Esta concepción parte de una noción de cultura
que, en contraposición con las creencias que la definen como un conjunto de aspectos
propios de un grupo definido y homogéneo, la entiende como:
Una forma de estructurar valores, deseos y prácticas, acciones y repertorios para la
acción, una forma de interrelacionarse y, fundamentalmente, una forma de concebir
los clivajes sociales y de imaginar las categorías identitarias. (Caggiano, 2005, p. 34)
Esta perspectiva toma lo esbozado por Frederic Jameson sobre el tema, cuando
sugiere que la cultura:
No es una sustancia o un fenómeno propiamente dicho; se trata de un espejismo
objetivo que surge de una relación entre, por lo menos dos grupos. Es decir que
ningún grupo “tiene” una cultura sólo por sí mismo: la cultura es el nimbo que percibe
un grupo cuando entra en contacto con otro y lo observa. (Jameson, 1998, p. 101)
En definitiva, abordar la “interculturalidad” requiere investigar los límites entre los
“marcos de significación” sobre los cuales se constituyen categorías y mecanismos de
identidad y pertenencia. (Caggiano, 2005)
3.3. El problema de la identidad
Por último, es preciso aclarar algunas cuestiones sobre el problema de la “identidad
social”. Por un lado, los estudios antiesencialistas proponen una mirada de las identidades
sociales como el producto de la relación con “la diferencia”. Sin embargo, en los últimos años
estas perspectivas han sido fuertemente cuestionadas debido a la vaguedad de estas
definiciones. Para empezar, Caggiano (2005) menciona lo dicho por Brubaker y Cooper
(2001), quienes resuelven sus discusiones a partir de la sustitución del término. En este
sentido, proponen la utilización de “identificación” y “categorización”, ya que poseen al
menos tres ventajas: no implican “connotaciones reificantes de ‘identidad’” (Caggiano, 2005,
p. 36); involucran la consideración de los sujetos concretos que realizan la acción de
identificación; y, por último, no infiere la existencia de homogeneidad o igualdad grupal
dentro de la acción de identificación. En suma, Caggiano (2005) sintetiza estas cuestiones
en “la oposición que ejercen a lo que los autores consideran una tendencia del término
“identidad” a tomar como axiomática la existencia de identidades como algo que se tiene.” (p.
36)
Otros autores/as, como Laclau (1998), Sodré (1999) y S. Hall (1996) utilizan también
el término “identificación”, pero toman elementos del psicoanálisis para resaltar la
31
contingencia y el movimiento constante de esta acción. En relación a este tema, Caggiano
(2005) cita a Laclau (1998) cuando explica:
Como la decisión que constituye al sujeto es tomada en condiciones de indecibilidad
insuperable, ella no expresa la identidad del sujeto (algo que el sujeto ya es) sino que
requiere actos de identificación; (…) estos actos escinden la nueva identidad del
sujeto: esta identidad, por un lado es un contenido particular; por el otro, encarna la
completud ausente del sujeto. (p. 119)
En consecuencia, se podría plantear que el concepto de identidad comprende:
El resultado de un proceso de reconocimiento que un actor social hace de sí mismo
como idéntico (similar, semejante) a otro y, consecuentemente, provee cohesión (que
no implica necesariamente conciliación) a un grupo social al que le confiere sentido, y
le brinda una estructura significativa que le permite asumirse como unidad.
(Caggiano, 2005, p. 38)
Esta definición implica un mecanismo que se establece desde “dentro” del grupo
hacia “afuera”, en su relación social. No obstante, es necesario mencionar el procedimiento
llamado por Romero (1987) identificación atribuida, por el cual a una persona se le atribuyen
en sociedad determinados aspectos que concluyen en una identificación determinada.
(Caggiano, 2005) Según el autor, esto también opera en la construcción de la identidad, ya
que es “aquello que el ‘otro’ piensa de ‘nosotros’ (y que) contribuye en mayor o menor
medida a definir ese ‘nosotros’” (Romero, 1987, p. 205)
Al mismo tiempo, Caggiano (2005) propone que la conformación de la “identidad”
presupone un sentimiento de colectividad, es decir la exaltación de los sentimientos de
pertenencia compartidos. De esta manera, completa su definición de identidad social como:
La pertenencia de ciertos actores sociales a un colectivo que los comprende, así
como la participación de tales actores sociales en el sostenimiento y redefinición de
parámetros de agregación de tal grupo, a partir de los cuales se definirá un nosotros
diferenciado de un ellos. (Caggiano, 2005, p. 38)
3.4. La identidad social como lucha por el sentido
Al contrario con otras visiones del problema, mirada de este autor sobre los procesos
de construcción de identidad concibe claramente en sus reflexiones las tensiones y disputas
por la hegemonía. No sólo desde un abordaje teórico, sino como una parte fundamental de la
conformación identitaria. Es así como cita a Vila (1993) al plantear que, debido a que la
32
identidad social y la subjetividad implican siempre la lucha por el sentido, éstas “son siempre
precarias y provisionales, contradictorias y en proceso” (Vila, 1993, p. 1). Sin embargo,
acompaña esto con los aportes de (Sodré, 1999), quien plantea la posibilidad de detectar
marcas identitarias en el tiempo, ya que pueden encontrarse “evidencias cristalizadas” de
estos procesos. De este modo, se puede concluir que la identidad no tiene una forma
específica, pero sí es el producto de una “continuidad recordada, y reinterpretada”
(Caggiano, 2005, p. 39).
En este marco de conflicto, se propone que la identidad social no puede considerarse
como algo cerrado o definitivo, debido a que eso que es excluido de lo propio no está
naturalmente fuera, sino que pertenece a una construcción. Por esto, “el proceso de
apropiaciones que describimos como identificación es el proceso de búsqueda de una suerte
de completud ausente” (Caggiano, 2005, p. 39)
33
CAPÍTULO II
MARCO NORMATIVO
Abordar una investigación desde el problema de la comunicación intercultural como lo
plantea la presente tesis, requiere establecer un recorrido que enmarque cabalmente los
contextos, debates y tensiones alrededor de la cuestión migratoria. En el caso de la
Argentina, la inmigración ha tenido una presencia fundamental, tanto en los procesos de
conformación del Estado Nacional, como en los discursos sostenidos hegemónicamente
alrededor de la “Nación” y “lo nacional”. Es por ello que, en este capítulo se dará cuenta de
los antecedentes, consolidaciones y modificaciones del marco normativo argentino, junto con
las estructuras institucionales presentes que han sido responsables de la regulación y puesta
en práctica de la política migratoria en el país a lo largo de su historia. Al mismo tiempo, será
fundamental describir los paradigmas que guiaron estos procesos, muchas veces
contrapuestos.
Por otro lado, para esta investigación es necesario, también, considerar los contextos
y discusiones jurídicas, políticas y sociales con respecto a los servicios de comunicación
audiovisual en la Argentina. Por esta razón, se propone en este apartado repasar
brevemente el plexo normativo concerniente a la regulación de lo que antes se llamaba
servicios de “radiodifusión”, para finalizar con una explicación de la situación actual en la que
se lleva adelante el presente trabajo.
1. Políticas migratorias en la Argentina
Los roles que ha tenido la inmigración a lo largo de la historia de la Argentina se han
estudiado por distintas disciplinas de las Ciencias Sociales como la geografía, la
antropología y la sociología, entre otras. Para empezar, Jorge Gurrieri (2016) caracteriza
sintéticamente el desarrollo de las políticas migratorias en la historia del país como:
Una continuidad en la aceptación de los aportes de la Inmigración Internacional, pero
con alternancia entre períodos de apertura y promoción de determinadas corrientes
migratorias con otros de mera regulación de los migrantes a partir de cierta selección
de quiénes pueden ingresar en períodos de relativa restricción al ingreso de
migrantes con determinadas características. (p. 137)
34
Lo cierto es que, como plantean también Courtis y Pacecca (2008), se puede
observar una diferenciación en el tratamiento de la inmigración regional y la de ultramar
durante los procesos de confección de política pública. Esta diferenciación se mantiene
presente y de manera explícita hasta la aprobación de la Ley de Migraciones (Ley N° 25.871,
2004).
Es por esto que, para analizar los recorridos históricos y planteamientos discursivos
en este sentido, se tomarán en cuenta las etapas que Gurrieri (2016) especifica en su trabajo
La evolución de las políticas migratorias en la Argentina. La primera incluye los procesos
desde los primeros gobiernos patrios posteriores a la Revolución de Mayo, hasta la
aprobación de la Ley de Inmigración y Colonización, conocida como Ley Avellaneda (Ley N°
817, 1876). La segunda se extiende desde 1876 hasta el Golpe de Estado en 1930. La
tercera abarca la llamada “Década Infame” hasta 1945, cuando se establece un cuarto
momento que incluye los dos primeros gobiernos peronistas, hasta el Golpe de Estado de
1955. Luego, la quinta etapa comprende los procesos desde 1955 hasta el retorno a la
democracia, en 1983. La política migratoria, enmarcada bajo la Ley General de Migraciones
y Fomento a la Inmigración, conocida como Ley Videla (Decreto-Ley N° 22.439, 1981),
durante los posteriores gobiernos democráticos (1983-2004), compone la sexta etapa del
análisis, que concluye con la política diagramada desde la aprobación de la Ley de
Migraciones (Ley N° 25.871, 2004).
A los efectos de la presente investigación, se incluirán también los aspectos
principales del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 70/2017 (publicado en el Boletín Oficial
de la República Argentina N° 33.555 el 30 de enero de 2017), firmado por el presidente
Mauricio Macri, debido a que implica algunas modificaciones importantes de la ley vigente
que, en principio, dan cuenta nuevamente de un cambio en la política migratoria luego de
doce años.
1.1. 1812-1876. La inmigración como colonización territorial
El primer antecedente en relación a política migratoria puede ser recuperado luego de
la conformación del Primer Triunvirato, a partir de la creación de la Comisión de Inmigración.
La disposición correspondiente tenía como objetivo ofrecer protección “a los individuos de
todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”. Según
Gurrieri (2016) esta perspectiva, contrapuesta a la mirada restrictiva del gobierno colonial,
centraba en la población la clave del desarrollo económico y comercial. Es por esto que la
35
política migratoria durante esta época incluyó, también, mecanismos del acceso a la tierra y
al comercio.
No obstante, las guerras de la Independencia suspendieron este proceso, que fue
retomado en 1824 con Bernardino Rivadavia, Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores
de Buenos Aires (1821-1824). Aquí se puede encontrar una diferenciación con respecto al
espíritu aperturista de los primeros gobiernos patrios, ya que el objetivo de restitución de la
Comisión de Inmigración en esta oportunidad es la promoción específicamente en Europa de
agricultores y artesanos. Rivadavia sanciona la Ley de Enfiteusis en 1826, que consistía en
posibilitar a extranjeros el usufructo de tierras públicas a cambio de un canon. Sin embargo,
Gurrieri (2016) menciona finalmente el fracaso de esta política, que culminó con la
apropiación de grandes extensiones de tierras en manos de terratenientes.
Al mismo tiempo, el autor realiza un especial énfasis durante esta época en los
debates llevados adelante por la Generación del ’37, para quienes el tema de la inmigración
es “uno de los elementos constitutivos de la futura Nación” (Gurrieri, 2016, p. 139). En
especial, destaca las posiciones de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. En
primer lugar, la postura de Alberdi, cristalizada en el lema “Gobernar es Poblar”, entiende a
la inmigración como un mecanismo para incorporar determinado tipo de prácticas y hábitos
culturalmente deseables, en correspondencia con un concepto de civilización que excluía de
plano a gran parte de la población que ya habitaba el territorio, como los pueblos originarios.
Esto, que muchos llamaron “teoría del trasplante alberdiana”, planteaba básicamente que
(…) lo primordial era la educación por las cosas que iba a provocar la inmigración; no
se necesitaba educación formal…sino fomentar nuevas prácticas que luchen contra la
ociosidad de las ciudades del antiguo régimen, fomentar una cultura con otras
capacidades. (…) En su pensamiento [esto] debía dar paso a una reconfiguración
gradualista de la sociedad en el marco de una república posible impregnada de cierto
tinte conservador. (Ferreyra, 2009, pp. 9-10)
En segundo lugar, Sarmiento establece un marcado énfasis en la necesidad de un
sistema de educación formal y pública, que permitiera consolidar en la práctica el ejercicio de
las libertades, no sólo individuales, sino también políticas. En este sentido, Ferreyra (2009)
explica:
Mientras Alberdi no quería (o temía) ampliar la instrucción formal y tampoco generar
aspiraciones en algunos sectores, Sarmiento buscó una alternativa: educar para
contener la concreción de aspiraciones de un modo racional, ordenado. Lo cual, tanto
36
para Botana como para Halperín Donghi, implica otro contraste con las ideas
alberdianas: la integración política y el cambio social no son para Sarmiento el punto
de llegada sino una condición previa de la formación de la república. (pp. 9-10)
Para Gurrieri (2016), algunos aspectos de estos debates se pueden observar con
respecto a la inmigración en la Constitución Nacional de 1853. En este sentido, aparece y se
afianza por segunda vez la explícita referencia a impulsar la inmigración europea. El artículo
25° es una evidencia cabal de esta diferenciación:
El gobierno federal fomentará la inmigración europea y no podrá restringir, limitar, ni
gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que
traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las
ciencias y las artes. (OIM, 1991, p. 38)
Con respecto a esto, Gurrieri (2016) resalta “la competencia privativa del congreso en
materia migratoria, así como que el gobierno federal ejercerá el poder exclusivo de autorizar
o negar el ingreso de los extranjeros al país.” (p. 140)
1.2. 1876-1930. La selección migratoria en la construcción del Estado Nacional
Esta etapa está marcada por la aprobación y puesta en práctica de la Ley Avellaneda
(Ley N° 817, 1876), aprobada por el Congreso de la Nación a partir de un proyecto enviado
por el, entonces presidente, Nicolás Avellaneda (1874-1880). La misma se corresponde con
las ideas alberdianas ya expuestas: promoción explícita de la inmigración europea;
establecimiento de objetivos de colonización territorial; desarrollo de las actividades agrícolas
y ganaderas; e incorporación de mano de obra.
Sin embargo, según Toutoundjián (1982) las condiciones internaciones que llevaron
al enorme éxodo desde Europa hacia distintas regiones de América, llevó al gobierno a
poner en marcha distintos mecanismos de entrega de tierras, a pesar de su interés por el
método de entrega gratuita y directa. Esto tuvo como consecuencia la concentración la
población inmigrante en centros urbanos del país, en contraposición con los objetivos antes
planteados.
Esta primera normativa fue reglamentada el 4 de Marzo de 1880 por un amplio
decreto, que enfocaba en “el fomento de la inmigración, con prescindencia de todo cuanto se
refiera a la policía de extranjeros en general.” (Gurrieri, 2016, p.142) La estructura
institucional que creó, junto con sus funciones y objetivos, establecieron un marco de
“puertas abiertas”, en correspondencia con la política previamente descripta. En este sentido,
37
lo que es importante destacar para entender en su complejidad la política migratoria detrás,
es la inmigración a quien estaba destinada. Es decir, la proveniente de Europa.
En las reglamentaciones y disposiciones complementarias posteriores se observa
una característica restrictiva y de control que, según Gurrieri (2016) tienen como objetivo la
selectividad en la inmigración permitida o deseable. El autor menciona como ejemplos de
esto la Ley de Residencia de Extranjeros (Ley N° 4.144, 1902), con la cual se faculta al
Poder Ejecutivo a prohibir la entrada y expulsar personas condenadas por tribunales
extranjeros, o “cuya conducta comprometiera el orden público.” (Gurrieri, 2016, p. 143) Por
otro lado, la Ley de Defensa Social (Ley N° 7.029, 1910), que establece en su Artículo 1° “la
prohibición del ingreso a los condenados por delitos comunes, anarquistas y demás
personas que preconicen la violencia contra las instituciones.” (Gurrieri, 2016, p. 143)
Finalmente, en 1923 se lleva adelante una segunda reglamentación de la Ley N° 817
a través de un decreto cuya función es la de legalizar los mecanismos de control
establecidos de hecho para la entrada y salida de migrantes. Al respecto, se destaca la
creación de la Dirección General de la Inmigración, “encargada de la aplicación de la ley y
sus decretos reglamentarios, atribuyéndoles el deber de ‘proteger la inmigración que fuere
honorable y laboriosa, y aconsejar medidas para contener la corriente de la que fuese viciosa
e inútil’.” (Gurrieri, 2016, p. 144)
1.3. 1930-1945. La consolidación de políticas restrictivas
Esta etapa inicia con el Golpe de Estado de 1930, comandado por el General José
Félix Uriburu, que derroca al presidente Hipólito Yrigoyen (1928-1930). A pesar de que la Ley
N° 817 no es derogada, en esta etapa consolida una política restrictiva y selectiva de la
inmigración, que discrimina básicamente en función del país de origen.
Según Gurrieri (2016), los endurecimientos de las políticas migratorias pueden
observarse en varios países latinoamericanos durante este momento y es fundamentado por
los gobiernos en las consecuencias de la Crisis de 1929. Así, “estas políticas tienen como
objetivo manifiesto proteger la mano de obra nativa de la competencia extranjera,
estableciendo la necesidad de seleccionar y regular la inmigración en base al país de origen
de los inmigrantes.” (p. 145)
En este sentido, cabe la explicación de Novick (2002) sobre cómo van cambiando las
políticas migratorias hacia la restricción, control y selección:
38
En la temática específica de la inmigración, las leyes otrora generosas y promotoras,
se transforman en restrictivas. En un principio argumentándose la necesidad de
controlar el estado sanitario de los inmigrantes y, luego, el no deseado contenido
ideológico que traerían aquellos expulsados desde sus países de origen por las
persecuciones raciales, políticas, religiosas; así como por una sangrienta guerra.
Posteriormente, la crisis económica tornará a los inmigrantes en potenciales
competidores de la mano de obra local, por lo que, obstaculizando su ingreso, se
intentará proteger el nivel de empleo interno y combatir la desocupación (Ley 12.331).
Por primera vez un texto jurídico pone en duda las bondades de la política
inmigratoria de puertas abiertas –elemento clave de la estrategia anterior-, y sostiene
la necesidad de buscar una nueva política, más acorde con las necesidades del
presente. (p. 8)
1.4. 1945-1955. La migración regional y la aparición de la política de amnistías
Este período comprende las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón
(1946-1952; 1952-1955), hasta el Golpe de Estado de 1955. Las políticas migratorias
durante esta etapa implican la derogación de algunas de las medidas restrictivas adoptadas
durante los años anteriores. Al mismo tiempo, se retoma el fomento selectivo de la
inmigración europea y se destacan la función colonizadora de la inmigración y sus beneficios
en el desarrollo económico del país. Sin embargo, la diferencia central de este momento es
que, por primera vez, se incluye en la política migratoria a la migración regional,
fundamentada específicamente en la idea de “integración latinoamericana”. Esto se cristaliza
con el inicio de una política de amnistías, que va a ser continuada interrumpidamente por los
gobiernos democráticos posteriores. Al respecto, Novick (2002) plantea:
La Constitución Nacional, vigente a partir de 1949 hasta 1956, contenía referencias
explícitas a algunos fenómenos demográficos. Respecto de las migraciones, su
artículo 17, establecía que ‘el gobierno federal fomentará la inmigración europea’. Por
su parte, el artículo 31 disponía que los que entraran al país sin violar las leyes
gozarían de todos los derechos civiles de los argentinos, y también de los derechos
políticos, luego de cinco años de haber obtenido la ciudadanía. El artículo 68 inciso
16 estipulaba como atribuciones del congreso promover la inmigración.
39
En relación con la política migratoria, la idea de integración latinoamericana es uno de
los argumentos que legitima la política de amnistías iniciada por los gobiernos
justicialistas, continuada por los gobiernos democráticos posteriores. (p. 10)
Por un lado, las políticas restrictivas de años anteriores, al contrario de su claro
espíritu de desincentivar la inmigración, tuvo como consecuencia el crecimiento de
inmigrantes irregulares en el país. Es por esto que, durante la primera administración
peronista se lleva adelante un proceso de regularización a partir del recurso de las amnistías.
Forman parte de estos procedimientos el Decreto N° 15.972 (1949), realizado junto con las
organizaciones no gubernamentales SOPROMITIS y la Organización Israelita Argentina
(OIA). Esta medida fue continuada por los Decretos N° 24.666 (1949), N° 12.369 (1950) y el
N° 25.950 (1950), los cuales, además de ampliar los plazos, incluyeron dentro de las
amnistías a la población migrante proveniente de países limítrofes.
Por otro lado, en materia internacional cabe mencionar el acuerdo firmado en 1953
con el Comité Gubernamental para las Migraciones Europeas (CIME), creado en 1951 por
algunos países europeos y latinoamericanos, Australia y Estados Unidos. Al mismo tiempo,
en 1947 y 1953 se firman también acuerdos binacionales con Chile para “facilitar e l
asentamiento de los ciudadanos de ambos países y la puesta en marcha de programas
fronterizos de inmigración temporal” (Gurrieri, 2016, p. 148). Según el autor, estos últimos
pueden ser pensados como un antecedente que reconoce “la existencia e importanc ia de la
inmigración limítrofe para Argentina.” (Gurrieri, 2016, p. 148)
1.5. 1955-1982. Entre la promoción selectiva y la selección restrictiva
Este período se caracteriza por una debilidad política e institucional y los sucesivos
derrocamientos a gobiernos elegidos democráticamente por Golpes de Estado militares.
Como resultado de esto, Gurrieri (2016) explica que la etapa:
Va a mostrar la evidente disociación entre la política destinada a la promoción (con
selectividad) de la inmigración europea y las políticas de selección, con carácter
restrictivo en general, que afectaron especialmente a las corrientes migratorias de los
países limítrofes, a la par de regularizaciones extraordinarias, a efecto de atender los
contingentes de migrantes irregulares. (p. 149)
De esta manera, se pueden observar los dos intentos de modificación de la Ley N°
817. El primero, a partir de los Decretos N° 3.909 (1957) y N° 418 (1958), con el objetivo de
retomar la idea de la colonización territorial como sentido y función principal de la
40
inmigración. El segundo, con el Decreto N° 10.790 (1958), que intenta vincular la inmigración
con la necesidad de mano de obra, en el marco del proyecto de desarrollo industrial
propuesto por el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962).
Al mismo tiempo, el Decreto Ley N° 4.805 (1964), ratificado posteriormente por la Ley
N° 16.478 (1964), y el Decreto N° 4418 (1965), que crea el Reglamento de Migración, le
otorgan a la autoridad migratoria una clara función policial, además de establecer criterios
para la admisión, permanencia y expulsión de inmigrantes. Como plantea Pacecca (1997):
Las disposiciones y funciones que establecen estos dos decretos dejan en claro que
el fomento de la inmigración ya es cosa del pasado. Ahora, la función primordial del
Estado respecto de la inmigración es controlarla mediante una detallada
especificación de las categorías de admisión y las obligaciones que conllevan. (p. 10)
Sin embargo, pueden observarse durante estos años, también, algunas políticas de
fomento selectivo de la inmigración europea, como la firma de convenios bilaterales con
países como España (1960), Bélgica (1960), y Francia (1964).
En el caso de la migración limítrofe, durante este período no se encuentra ninguna
política de fomento de la misma. Por un lado, los gobiernos militares de facto ponen en
práctica una clara desincentivación de este tipo de inmigración, lo que genera grandes
crecimientos de población migrante irregular. Por el otro, los gobiernos democráticos deciden
aplicar la herramienta de la amnistía para abordar el grave problema de la irregularidad
migratoria. Las tres amnistías llevadas adelante entre 1958 y 1974 regularizaron al 62% del
total de inmigrantes solicitantes de residencia durante el período. Sin embargo, ningún
gobierno democrático decidió modificar la normativa vigente.
Para concluir, este ciclo culmina con la sanción del Decreto Ley Videla (Ley N°
22.439, 1981) durante la última dictadura cívico-militar. Esta normativa se mantiene vigente,
con modificaciones, luego de la vuelta a la democracia durante más de veinte años, hasta su
derogación en el año 2004. Gurrieri (2016) la caracteriza de la siguiente manera:
La Ley Videla era violatoria de diversos derechos establecidos en la Constitución
Nacional. En su articulado se vulneran el derecho a la educación, a la salud, al
trabajo, a las garantías procesales, entre otras, que representaban una discriminación
de la condición social de las personas. Esta situación se agravará, como veremos, a
partir de la reforma constituyente de 1994. (p. 154)
41
1.6. 1983-2004. La política migratoria durante la Democracia bajo la Ley Videla
Esta fase incluye a todos los gobiernos democráticos posteriores a la sanción de la
Ley Videla (Decreto Ley N° 22.439, 1981), hasta su derogación y la sanción de la Ley de
Migraciones (Ley N° 25.871, 2004). A pesar de caracterizarse en general por sostener y
fortalecer en algunas cuestiones la política restrictiva de la normativa dictatorial, en el
transcurso de este período deben mencionarse momentos significativos, como la sanción de
la nueva Constitución Nacional en 1994, el establecimiento de criterios, como el de
“responsabilidad compartida”, a partir de la firma de diversos convenios bilaterales, y los
avances regionales que llevan a establecer un nuevo criterio de “nacionalidad”, compartido
por todos los países miembros y asociados del MERCOSUR. Todos estos hechos, junto con
el fortalecimiento en los últimos años de organizaciones de la sociedad civil, constituyen un
terreno que servirá como antecedente para la discusión de una nueva ley.
Particularmente, con respecto a estos años, es importante mencionar el Decreto N°
1434 (1987), a partir del cual el gobierno del presidente Raúl R. Alfonsín (1983-1989) pone
en vigencia el Reglamento de la Ley de Migraciones, con una perspectiva fuertemente
restrictiva, fundamentada en el momento de crisis:
Además de ser un instrumento operativo de la ley, permitió al Poder Ejecutivo la
fijación de una política restrictiva, limitando las residencias a los requerimientos de
migrantes calificados, sin considerar la situación de las migraciones desde los países
limítrofes. El contexto de crisis económica y laboral, por la que atravesaba el país fue
la razón señalada para la formulación de la política migratoria. (Gurrieri, 2016, p. 154)
Por otro lado, durante la primera presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1995) se
firma otro decreto reglamentario, el Decreto N° 1.023 (1994) y regulaciones internas con el
objetivo de establecer nuevos criterios para la regularización de inmigrantes, especialmente
en el acceso al trabajo. No obstante, en la práctica, “estos requisitos resultaban de difícil
cumplimiento para los trabajadores migrantes de los países limítrofes, por el tipo de actividad
en la que se insertaban y las condiciones de los mercados laborales” (Gurrieri, 2016, p. 155)
Dicho esto, como se menciona previamente, en 1998 se firman convenios bilaterales
con Bolivia y Perú, ratificados al año siguiente. Según Gurrieri (2016):
Estos convenios constituyeron una herramienta para la regularización de los
migrantes, buscando garantizar condiciones legales de la inserción laboral y en los
sistemas tributarios y previsionales. Implicaron cambios en el tratamiento de los
42
movimientos migratorios, desde una perspectiva unilateral a una bilateral, que pone
de manifiesto el compromiso de los gobiernos involucrados. (p. 156)
Sumado a esto, la reforma constitucional de 1994 que, entre otras cosas, incorpora
con rango constitucional a todos los tratados y declaraciones internacionales sobre Derechos
Humanos firmadas por la Argentina, significa un importante cambio en el plexo normativo
vigente.
En último término, en diciembre de 2002 durante la presidencia de Eduardo Duhalde
(2002-2003), se firma el Acuerdo sobre Residencia para nacionales de los Estados Partes
del MERCOSUR, Bolivia y Chile. Sobre el tema, Courtis y Pacecca (2008) destacan su
importancia a partir de “hacer de la nacionalidad un nuevo criterio de acceso a la residencia
regular.” (p. 44)
1.7. 2004-2016. Un nuevo paradigma: la migración como derecho humano
Para este ciclo Gurrieri (2016) incluye los últimos años, desde la aprobación de la Ley
de Migraciones (Ley N°25.871, 2004) hasta la actualidad. Como se explicó previamente,
hubo avances durante los últimos años de la década del noventa, tanto en materia de política
internacional, como en la política nacional, que se consideran antecedentes clave para la
redacción y aprobación de la ley vigente.
Al mismo tiempo, cabe destacar el proceso de su reglamentación, a partir del Decreto
N° 616 (2010), ya que es el producto de la articulación entre el Poder Ejecutivo, organismos
internacionales y organizaciones de sociedad civil:
El texto definitivo de la reglamentación es el resultado del trabajo conjunto entre el
Estado y organizaciones de derechos humanos, religiosas y órganos de Naciones
Unidas, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), logrado mediante la
conformación de una inédita comisión asesora. Este paso fundamental para la
entrada en vigencia de la nueva normativa había sido solicitado también por
organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. (Benencia, 2012, p.
75)
Courtis y Pacecca (2008) destacan de la nueva ley la incorporación del derecho a la
migración como derecho humano y del derecho a la reunificación familiar. Al mismo tiempo,
plantea el derecho al debido proceso en situaciones de detención y expulsión. Es decir,
43
plantea la obligatoria intervención de la Justicia y prohíbe la actuación a partir de
prerrogativas administrativas. Por otro lado, las autoras destacan que:
Menciona expresamente como responsabilidad del Estado asegurar la igualdad de
trato a los extranjeros que se encuentran en situación regular, aunque reconoce, de
forma irrestricta y sin perjuicio de la situación migratoria, los derechos a la educación
–en todos los niveles y jurisdicciones- y a la salud. (Courtis y Pacecca, 2008, p. 45)
También, resaltan la incentivación de promover y difundir las obligaciones y derechos de los
migrantes en el país, la sugerencia para favorecer la integración de la población inmigrante
en el país y, como establece el Artículo 11°, “favorecer la consulta o participación de los
extranjeros en las decisiones relativas a la vida pública y a la administración de las
comunidades locales donde residan” (Courtis y Pacecca, 2008).
Con respecto al criterio de nacionalidad, Gurrieri (2016) subraya que:
Además de los ya tradicionales (lazos familiares, calificaciones profesionales,
inversiones a realizar, estudios y desarrollo de la actividad económica, entre otros) un
nuevo criterio basado en la nacionalidad de los nativos de los Estados Parte del
MERCOSUR, Chile y Bolivia, con autorización para permanecer en el país y
desarrollar cualquier actividad lícita, prorrogable con entradas y salidas múltiples. (p.
157)
En correspondencia con esto, en 2004 se puso en práctica el “Programa Nacional de
Normalización Documentaria Migratoria para extranjeros nativos de los Estados Parte del
Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y sus Estados Asociados”, llamado popularmente
como “Programa Patria Grande”. Esta iniciativa, a diferencia de las políticas de amnistías, no
se plantea como una política coyuntural de corto plazo, sino que puede ser considerada
como una política de Estado:
El programa no es una amnistía, sino su aspiración es la de establecer una política de
estado, que regirá de ahora en más para los nacionales de los Estados señalados
que se encuentren en la Argentina y los que ingresen en el futuro. El Programa Patria
Grande significa para la Argentina, entre otras muchas cosas, dar un salto cualitativo
en el tratamiento del tema migratorio para dejar de verlo como una amenaza o como
un fenómeno y empezar a abordarlo como una política de integración, en este caso
de integración regional. (Alfonso, 2012, p. 75)
44
1.8. 2016-2017. Nuevos mecanismos restrictivos
Al respecto, para esta investigación se considera relevante caracterizar algunos
cambios realizados durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019) a la normativa
vigente. El Decreto de Necesidad y Urgencia N°70 (2017), publicado en el Boletín Oficial de
la República Argentina N°33.555 el 30 de enero de 2017, modifica parcialmente la Ley
N°25.871, estableciendo mecanismos que plantean un cambio en las políticas migratorias
sostenidas hasta la fecha.
En primer lugar, incluye a las razones de deportación antes tipificadas en la ley la
existencia de procesamiento, sentencia no firme o sentencia firme de cualquier delito, incluso
contravenciones y delitos menores, cuyas penas son excarcelables. También, instaura un
procedimiento de expulsión sumarísimo, en el que se imponen plazos de hasta 3 (tres) días
hábiles para las presentaciones, tanto de la Justicia, como de la persona extranjera. Al
mismo tiempo, establece que sólo pueden acceder a defensa gratuita personas que
demuestren no contar con recursos económicos, pero no describe el mecanismo por el cual
estas personas deben solicitar la misma. Este procedimiento de expulsión no sólo se crea
para los casos que involucran a personas en conflicto con la ley penal, sino también para
inmigrantes en situación migratoria irregular.
En segundo término, le otorga a la Dirección Nacional de Migraciones (DNM)
potestades nuevas, como la anulación de radicaciones otorgadas por causas penales sin
condena firme y el poder de decisión sobre excepcionalidades en situaciones de expulsión
(que, al mismo tiempo, le quita a la autoridad judicial correspondiente), entre otras. Cabe
destacar que, el derecho a mantener la unidad familiar con esta modificación ya no se
garantiza en todos los casos, sino que ahora es únicamente la Dirección Nacional de
Migraciones quien tiene la posibilidad de decidir si se considera en los casos de posible
expulsión.
En tercer lugar, establece plazos para solicitar la naturalización de inmigrantes que
modifican la Ley de Ciudadanía (Ley N°346, 1869). Este cambio contradice lo dictaminado
por el artículo 20° de la Constitución Nacional y la jurisprudencia sentada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) en el caso Ni I-Hsing (2009).
La organización no gubernamental Amnistía Internacional (2017) planteó al respecto
lo siguiente en su informe Algunas consideraciones sobre la modificación de la Ley de
Migraciones (Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2017):
45
En términos generales, el decreto 70/2017 introduce impedimentos concretos para el
ingreso y permanencia de migrantes en el país, acelera los trámites de expulsión
reduciendo las garantías procesales de las personas, vulnerando el derecho de
defensa; elimina la unidad familiar como condición para evitar la expulsión y restringe
el acceso a la nacionalidad argentina. (p. 1)
Por su parte, según se informa en el artículo periodístico de Ailín Bullentini, publicado
por Página 12 en su versión online el 20 de febrero de 2017, el Centro de Estudios Legales y
Sociales (CELS), junto con la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes (Caref) y
Colectivo por la Diversidad (Copadi) presentaron en el mes de febrero de 2017 un recurso de
amparo, con el objeto de declarar la inconstitucionalidad de la medida. Entre los argumentos
presentados en el escrito ante el Tribunal Federal en lo Contencioso y Administrativo N° 1,
se plantea la necesidad de nulidad del DNU N° 70 (2017) “por lesionar el conjunto de
garantías mínimas del debido proceso legal, el derecho a la protección judicial efectiva y al
acceso a la justicia, así como el derecho a la igual protección de la ley y a la no
discriminación y el derecho a la libertad ambulatoria.” (Bullentini, 2017)
Finalmente, se considera relevante mencionar dentro de esta etapa el acuerdo5 que,
según la Agencia Nacional de Noticias Télam (2016), el diario La Nación (2016) y el diario
Página 12 (Sebastián Abrevaya, 2016), la DNM realizó con el Ministerio de Seguridad de la
Nación y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 19 de agosto de 2016, con
el objeto de crear un centro de retención para infractores/as de la Ley de Migraciones. Sobre
el tema, el Subdirector Nacional de Migraciones Julián Curi emitió un comunicado el 29 de
agosto de 2016, en el que plantea que “la Dirección Nacional de Migraciones no construirá ni
creará cárcel alguna” (Dirección Nacional de Migraciones, 2016) y que el organismo público
había suscripto a un convenio con el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para
la sesión de un inmueble, en cumplimiento del Artículo 29° de la Ley de Migraciones (Ley N°
25.871, 2004) -referido a los impedimentos para la regularización de la situación migratoria-.
Esta medida, según expone el comunicado, se toma debido a que “la norma impone que [los
inmigrantes que incurren en lo detallado por el artículo antes nombrado] deben ser retenidos
en instalaciones de las fuerzas auxiliares migratorias o donde lo disponga la DNM,
separados de aquellos detenidos por causas penales y en calidad de comunicados.”
(Dirección Nacional de Migraciones, 2016)
5 Al momento de la finalización de la presente tesis, no se pudo acceder al acuerdo indicado para su lectura y
análisis.
46
2. El sistema de medios de comunicación audiovisual en la Argentina
Analizar las estructuras normativas que han regido sobre el sistema de medios en la
Argentina sin considerar los aspectos políticos, económicos y sociales detrás de los
procesos de conformación de las mismas sería proponer un abordaje incompleto, debido a
que implicaría desconocer las condiciones de producción, distribución y consumo de las
industrias culturales. Sin embargo, no es propósito de esta investigación adentrarnos en
estas cuestiones, sino establecer un marco y un recorrido que nos permita dar cuenta de los
aspectos principales que han caracterizado la consolidación del actual sistema de servicios
de comunicación social en el país.
Por esta razón, se toman como base los trabajos presentes en el libro Mucho ruido,
pocas leyes (Mastrini et al., 2005) y el recorrido realizado por Analía Elíades (2003) en
Historia legal de la radio y la televisión en Argentina, para explicar brevemente las políticas
de medios llevadas adelante desde la aparición de la radio en la Argentina hasta la llegada
de la democracia y el gobierno de Néstor C. Kirchner (2003-2007). Luego, se considerarán
los análisis realizados por Marino, Mastrini y Becerra (2010) y por Becerra (2015 y 2017),
con el propósito de exponer los múltiples y complejos movimientos que se observan, tanto en
relación con los cambios políticos y normativos, como en las tensiones y disputas presentes,
desde el primer mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011), hasta
las últimas modificaciones de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley N°
26.522, 2009) con el Decreto N° 1.340 (2016), publicado en el Boletín Oficial de la República
Argentina N° 33.535 el 30 de diciembre de 2016.
2.1. 1920-1945. La consolidación del modelo comercial de radiodifusión en la
Argentina
Según Agusti y Mastrini (2005), durante estos primeros años pueden señalarse dos
etapas en relación con las políticas de radiofonía. En primer lugar, entre 1920 y 1930 se
observa cómo aparece y se afianza la radio como medio de comunicación de masas. El
Estado, en relación con esto, ocupará un rol de observador de estos procesos sin políticas
de intervención concretas, dando gran libertad al sector privado. En segundo lugar, los
momentos entre 1930 y 1945, para los autores/as, se caracterizan por la profesionalización
del medio y la fuerte presencia estatal, con “normas detalladas, específicas y censoras”
(Agusti y Mastrini, 2005, p. 50)
47
Las primeras leyes a tener en cuenta son la Ley N° 750 1/2 (sic) (1875), la Ley N°
4.408 (1904) y la Ley N° 9.127 (1913), creadas para la regulación del sistema de
telecomunicaciones (telefonía y telégrafo) y en las que no se preveía ningún aspecto
relacionado con la radiodifusión. Por otro lado, a pesar de que, tanto el Ministerio de Marina,
como el Ministerio del Interior otorgaron licencias, conforme a la normativa vigente en la
época, los permisos a las primeras radiodifusoras fueron otorgados en 1922 por la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, debido a que el corto alcance de las señales
alcanzaba únicamente distancias dentro de los límites comunales. Es importante con esto
observar que las primeras radiodifusoras se asientan en la ciudad porteña. Esto, no sólo se
mantendría a lo largo de los años, sino que caracterizaría el sistema y la estructura mediática
de la Argentina, con una fuerte centralización de la producción de contenidos y asentamiento
de las grandes empresas de medios en la Capital Federal.
El 27 de marzo de 1924 se firma el primer decreto destinado específicamente a
regular la actividad de la radiodifusión. Según Elíades (2003), a partir de la lectura del mismo
se puede entender la concepción de la radiodifusión para el Estado y el sector empresario
como una actividad comercial. Al respecto, la autora plantea que:
Para encuadrar a los nuevos medios, los grupos empresarios, cierta doctrina y
jurisprudencia interpretaron –erróneamente a nuestro entender- que el artículo 67
inciso 12 [de la Constitución Nacional de 1853], actual artículo 75 inc. 13, que faculta
al Congreso Federal a reglar el comercio marítimo y terrestre con las naciones
extranjeras y de las provincias entre sí, comprende no sólo el intercambio y tráfico de
mercaderías, sino también el intercambio de comunicaciones. (…)
Ese entendimiento ha llevado a considerar a la radiodifusión en un segundo plano
respecto de la libertad de prensa, concepción que lleva a trastocar a la libertad de
prensa en libertad de empresa, entendiendo a la actividad como un servicio
meramente comercial. (p. 33)
Al mismo tiempo, en esta primera reglamentación se le otorga a los Ministerios de
Marina o de Interior, dependientes del Poder Ejecutivo Nacional, la facultad de aprobar la
concesión de licencias y el derecho de inspeccionar las emisoras, clasificadas en dos
categorías: clase A (potencia de menos de 500 W en la antena) y clase B (potencia de más
de 500 W en la antena). (Elíades, 2003)
A partir de 1925 se puede ver cómo la radio comienza a crecer en influencia social,
política y económica, ya que el Estado decide fortalecer la regulación y control sobre los
48
contenidos y la distribución. Al respecto, se considera relevante mencionar la distribución por
primera vez de las bandas de frecuencia y longitud de onda específica por parte del Estado,
de modo de impedir las interferencias entre estaciones. (Elíades, 2003)
No obstante, es en 1929 cuando se redacta la primera detallada regulación del
servicio de radiodifusión del país. En esta normativa se prohíben la existencia y/o
funcionamiento de cualquier estación de radiodifusión sin previa autorización de la autoridad
competente (la Dirección de Correos y Telégrafos del Ministerio de Interior de la Nación), y
se establece un sistema de pago de cuota anual al Estado por el otorgamiento de las
mismas. En relación con los contenidos, se restringen los que no buscaran estándares
“altamente artísticos y culturales” (artículo 28°) y se menciona la publicidad, que según el
decreto debía incluirse moderadamente y de forma que no alterase la calidad de los
contenidos.
La década de 1930, caracterizada por las consecuencias del Golpe de Estado
encabezado por el General José Félix Uriburu, encuentra a la radio con un sistema de
financiamiento basado principalmente en la publicidad. No obstante, durante estos años se
observan también debates existentes con respecto a la elección del modelo que debía elegir
el país para su desarrollo. Por un lado, el modelo norteamericano, basado principalmente en
el financiamiento privado a través de la publicidad. Por el otro, el modelo británico, que
consideraba la radiodifusión como un servicio público y, por lo tanto, no aceptaba el
financiamiento privado. En este contexto, en 1938 el gobierno crea una comisión especial
para analizar la situación actual. Ésta es conocida como la Comisión del ’38. (Agusti y
Mastrini, 2005) En el informe final esta comisión se inclinó por “un sistema de radiodifusión
privado y centralizado, con intervención directa del Estado.” (Elíades, 2003, p. 37)
En relación con la normativa, el 16 de mayo de 1932 se sanciona la Ley N° 11.581.
La reglamentación de esta ley se conoció como el Reglamento de Radiocomunicaciones
(Decreto Reglamentario N° 21.044, 1933) y se lo considera el primer régimen de concesión
de licencias del país. En el mismo se exigía la acreditación de solvencia económica, la
radicación en el país y la presentación de antecedentes personales. Al mismo tiempo, en
este reglamento se incluyen artículos tendientes a desincentivar la concentración de
licencias bajo un mismo titular en la misma zona geográfica. Por otro lado, los artículos
correspondientes a los contenidos expresaban aspectos de censura explícita. Esta normativa
se mantuvo vigente hasta 1946.
49
La consolidación del sistema radial se produjo, según Agusti y Mastrini (2005), entre
1937 y 1941:
El sistema de redes de emisoras terminó de consolidarse en el período 1937-1941,
cuando las principales estaciones se agruparon en dos redes, encabezadas por LR1
Radio El Mundo y LR3 Radio Belgrano. En 1941 el gobierno completó la legalización
de esta situación cuando autorizó el funcionamiento de una tercera red encabezada
por LR4 Radio Splendid. (p. 42)
Luego, la década de 1940 se presenta como la época de esplendor de la radiofonía
argentina. En esta época se observa que “con la madurez económica del modelo comercial
de la radio, se forman las redes que resultarán fundamentales para el diseño de un modelo
comunicacional con centro productivo en Buenos Aires y distribución en el interior del país.”
(Mastrini, 2005, p. 50)
Como se mencionó previamente, en 1946 el Reglamento de Radiocomunicaciones es
reemplazado por el Decreto N° 13.474 (1946), el cual establece el “Manual de Instrucciones
para las Estaciones de Radiodifusión”. Esta normativa, al igual que la anterior, habilita
mecanismos explícitos de censura previa por parte del Estado y autocensura, al igual que
incorpora y detalla cuestiones relacionadas con la publicidad.
2.2. 1945-1955. La injerencia del Estado en el sistema de radiodifusión
Este período comprende las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón
(1946-1952; 1952-1955). Arribá (2005) utiliza los conceptos horizontalidad-verticalidad para
describir las políticas de Perón con respecto al Estado y con los medios de comunicación de
la siguiente manera:
Juan Domingo Perón modificó una realidad social de la época accionando desde una
política a través de los organismos del Estado –como una estructura horizontal-
afectando variables de la economía (para trasladarse de un modelo agroexportador a
un modelo de sustitución de importaciones) con la finalidad de generar una
distribución más igualitaria de la riqueza para toda la sociedad. Y como una
estructura vertical, el Estado conformó un monopolio de la información y un
monopolio de los medios de comunicación para consolidar la influencia en las masas.
Para poder llevar adelante este proceso, desde la implementación de políticas
públicas, Perón edificó dos conjuntos de políticas críticas: a) restricción de libertades
individuales en pos de alcanzar la igualdad de toda la sociedad y b) obstaculización
50
del principio político de división de poderes para poder centralizar y concentrar el
poder. (p. 72)
Interesan, especialmente, los dispositivos de verticalidad presentes en su política de
Estado, en general, y con respecto a la información y la comunicación, en particular. En este
caso, el autor destaca dos aspectos clave de la política peronista. Por un lado, la restricción
de libertades individuales (libertad de expresión, libertad de opinión y libertad de prensa) a
partir de diversas modalidades: expropiación y racionamiento discrecional del papel a los
diarios opositores; modificación del Código Penal para desincentivar la crítica pública;
declaración de estado de guerra interno y de estado de sitio; allanamiento y clausura de
diversos medios de comunicación social; la adquisición de talleres de imprenta y medios de
comunicación por parte del Gobierno; y la creación de la Comisión Bicameral Investigadora
de Actividades Antiargentinas, con el objetivo de controlar a la prensa gráfica. (Arribá, 2005)
Por otro lado, el otro aspecto clave a considerar en la política peronista es:
La conformación oligopólica del sistema de medios de radiodifusión fundado en un
conjunto articulado de normas. De esta manera aseguró el monopolio político de la
información centralizando el poder de la difusión en las figuras de Perón y Eva Perón,
en representación del gobierno. Y, asimismo, el gobierno respaldó un proceso de
concentración política y económica en la estructura de la propiedad de los medios ya
que la sanción de la primera Ley de Radiodifusión (Ley N° 14.241, 1953) inició la
plataforma ideal para lograr unos años después la primera concesión de licencias de
tres cadenas de radiodifusión –ya existentes- a licenciatarios que cumplieran con una
condición implícita en el llamado: corresponder a una estructura política
estatal/familiar que fuera incondicional a Perón. (pp. 74-75)
Sobre la Ley de Radiodifusión, Elíades (2003) destaca la definición del servicio como
de interés público, garantizado mediante el otorgamiento de licencias adjudicadas, previa
licitación pública por el Poder Ejecutivo Nacional (artículo 2°); el principio de subordinación
del interés particular al interés social, cultural, económico y social de la Nación (artículo 5°);
la definición del servicio oficial de radiodifusión dependiente del Poder Ejecutivo; el
mantenimiento de la censura a partir de algunas cuestiones presentes en su decreto
reglamentario (Decreto N° 25.004, 1953) establecidas previamente en el Manual de
Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión (1946); y, por primera vez, la disposición
normativa de la veracidad informativa y la necesidad de contraste de fuentes en su artículo
3°.
51
Por último, cabe destacar que durante esta época aparece en la sociedad argentina y
la televisión. El presidente Perón confió en el dueño de Radio Belgrano, Jaime Yankelevich,
la compra e importación de equipamiento desde Estados Unidos. Es así como, el 17 de
octubre de 1951, se llevó adelante la primera transmisión de televisión. El acontecimiento
elegido fue el acto político del Día de la Lealtad. En este sentido, es interesante resaltar lo
que sostiene Arribá (2005) cuando plantea que “si la radio se inició a partir de la iniciativa
privada (el mercado), la televisión lo haría a partir de la iniciativa pública (el Estado).” (p. 87)
2.3. 1955-1976. El afianzamiento del modelo privado en la radiodifusión argentina
Luego del Golpe de Estado de 1955 que derrocó el gobierno de Juan Domingo Perón
se declaró, a partir del Decreto N° 170 (1955), la nulidad de todas las adjudicaciones de
licencias otorgadas en el marco de la Ley N° 14.241 (1953). Al mismo tiempo, se designó
con el Decreto N° 686 (1955) la intervención de todas las empresas explotadoras de redes
en ese momento, pero con la salvedad de que “su ‘status’ jurídico institucional no se
modificaba” (Elíades, 2003, p. 42). De esta manera, “el gobierno de facto, a través de sus
representantes, administraría los bienes de las empresas, cuyos titulares quedaban
desposeídos de las mismas”. (Elíades, 2003. 42) Sobre este tema, Horvath (1986) plantea
que:
Poco a poco, las radios fueron cayendo en manos de empresas comerciales
constituidas expresamente para producir programas ante la incapacidad oficial al
respecto. El negocio fue transferido a esos productores privados rápidamente
enriquecidos por las ventajas que se les brindaban. (p. 22)
Más adelante, a partir de la firma y publicación del Decreto N° 5.572 (1957), fueron
derogadas la Ley N° 14.241 junto con su normativa complementaria. Previamente, en el
mismo año, se había creado la Comisión Administradora de Radioemisoras Comerciales y
LS 82 TV Canal 7 (Decreto N° 1731, 1957) con el objeto de administrar y explotar las redes
de radiodifusión.
En ese año se firma durante el gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu (1955-
1958) la norma conocida como Ley Nacional de Radiodifusión y Televisión (Decreto Ley N°
15.460, 1957) En la misma se consolida el régimen mixto (público y privado) de
radiodifusión. El servicio público, dependiente de la Secretaría de Estado de
Comunicaciones, en 1970 estaba integrado por dieciséis señales de la cadena LRA, Radio
Nacional, tres emisoras otorgadas a Universidades nacionales y cinco explotadas por
52
municipios. El servicio privado, por otro lado, era explotado por licenciatarios de señales, que
no podían acceder a una licencia de televisión y una de radio al mismo tiempo. (Elíades,
2003)
Por último, cabe mencionar durante estos años la aparición de la televisión privada en
la Argentina. En un comienzo, las primeras señales privadas fueron fundadas con aporte
financiero internacional: Canal 9, concesionada por la Compañía Argentina de Televisión
(CADETE), vinculada con la productora Emelco-Lowe y financiada por la NBS; Canal 13,
responsabilidad del empresario de medios Goar Mestre, respaldado por la CBS y el grupo
Time Life; y Canal 11, cuya inversión correspondía a la, también norteamericana ABC. No
obstante, entre 1965 y comienzos de la década del setenta el ingreso de los capitales
nacionales correspondientes a Alejandro Romay (Canal 9), Editorial Atlántida, propiedad de
la familia Vigil (Canal 13) y Editorial Sarmiento, propiedad de Héctor Ricardo García (Canal
11), significó la retirada de la participación extranjera en el sistema de televisión argentino.
(Elíades, 2003)
La Ley Nacional de Radiodifusión y Televisión (Decreto Ley N° 15.460, 1957), a
través del Decreto Reglamentario N° 5.490 (1965), establece los objetivos de los servicios y
marca pautas de contenido que debían ser fiscalizados por el Consejo Nacional de Radio y
Televisión (CONART). Elíades (2003) considera que en esta normativa se puede dar cuenta
del establecimiento de mecanismos de control por parte del Estado y autocontrol a las
emisoras privadas. Al mismo tiempo, en los Artículos 6° y 7° del decreto reglamentario, la
autora encuentra restricciones a la libertad de expresión, ya que “se ordena que en los
programas de crítica o artística o literaria no podrán usarse las exposiciones como
instrumentos de publicidad y propaganda ideológica” (Elíades, 2003, p. 45).
En relación con el otorgamiento de licencias a través de concursos públicos, la autora
plantea que un aspecto central de la normativa en este sentido era la prohibición de
monopolios de emisoras. Incluso, luego de la instalación progresiva de canales en el país
que actuaban como repetidoras de las emisoras de Buenos Aires (situación no prevista por
la ley), se decide con la Ley N° 17.282 (1967) establecer modificaciones que permitan la
existencia de estaciones repetidoras de radio y televisión, con la condición de que no se
afecte el principio de individualidad de las licencias. “En fin, al menos, en lo formal jurídico, el
sistema era estrictamente antimonopolista” (Elíades, 2003, p. 46)
Finalmente, el 10 de octubre de 1973, dos días antes del inicio del tercer mandato
presidencial de Juan Domingo Perón, se establecieron los vencimientos de todos los
53
permisos y, el 1 de octubre de 1974 se realizó la estatización definitiva de todo el sistema.
(Elíades, 2003)
2.4. 1976-1983. El sistema de medios durante la última Dictadura Cívico-Militar
El 24 de marzo de 1976 se instauró a fuerza de la violencia y el autoritarismo el
llamado “Proceso de Reorganización Nacional”. Las cúpulas militares establecieron, según
Postolski y Marino (2005), una política comunicacional manifiesta, que:
Buscaba la conformación de un consenso que le permitiera llevar adelante sus dos
acciones fundamentales: la lucha represiva contra todo lo que ellos definían como
subversivo y la implementación de un nuevo patrón de acumulación, basado en la
valorización financiera. (p. 182)
Según los autores, los mecanismos utilizados para llevar adelante estos objetivos
fueron la censura, el control de los medios de comunicación y organismos de control, la
dependencia económica a partir de dos maneras destacas: la pauta publicitaria oficial, el
establecimiento de condiciones diferenciadas, autorización discrecional de subsidios y otras
formas de financiamiento dudoso en el sistema de medios, que convirtieron a muchos
actores privados en aliados de los gobiernos de facto durante estos años. (Postolski y
Marino, 2005)
En 1980 la dictadura sanciona la Ley de Radiodifusión (Decreto-Ley N° 22.285,
1980), vigente durante los siguientes diecisiete años de democracia (con algunas
modificaciones), hasta la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
(Ley N° 26.522, 2009). Elíades (2003) toma la caracterización realizada por Damián Loreti de
la misma:
La mencionada norma, tal como la califica el Dr. Damián Loreti, resulta centralista en
exceso, autoritaria y discriminatoria. Centralista, porque toda su aplicación está
ceñida al Poder Ejecutivo o a organismos dependientes de él (COMFER -Comité
Federal de Radiodifusión- o Secretaría de Comunicaciones).
Autoritaria, en tanto su propio articulado limita el funcionamiento de los medios –y la
información transmitida- a las necesidades de la seguridad nacional.
Discriminatoria en la medida que excluye de la facultad de ser permisionario a toda
entidad legal que no sea una sociedad comercial regularmente constituida. (p. 47)
El decreto-ley fue reglamentado por el Decreto N° 286 (1981), a partir del cual se crea
el Plan Nacional de Radiodifusión (PLANARA), que consistió en llamados a concurso para la
54
adjudicación de frecuencias para distintos tipos de servicios y en varias zonas del país. Cabe
mencionar, entre otras cosas, que con esta normativa se llevó adelante la “renovación
automática de licencias anteriores a la ley, con lo cual los propietarios de las emisoras
actuantes se vieron beneficiados con quince años más de titularidad.” (Elíades, 2003, p. 47)
2.5. 1983-2002. Gobiernos democráticos y el Decreto-Ley N° 22.285 (1980)
Luego del retorno a la democracia, el presidente Raúl R. Alfonsín (1983-1989) firmó
el Decreto N° 1151 (1984) en el cual se suspendió la convocatoria a todos los concursos
públicos para la adjudicación de licencias, hasta la aprobación de una nueva ley de
radiodifusión e intervino el COMFER. Sin embargo, no fue sino hasta el 2009 que se aprobó
una nueva normativa, producto de la organización y el reclamo de cientos de organizaciones
de la sociedad civil, universidades, sindicatos de trabajadores/as de los medios de
comunicación y medios alternativos y comunitarios. Durante todos los años en los que este
decreto estuvo vigente, cualquier ciudadano de la Argentina con intensión de acceder a una
frecuencia del espectro radioeléctrico tuvo coartada esta posibilidad en el plano legal.
Este impedimento jurídico, que luego del 2009 siguió existiendo en mayor o menor
medida por distintas causas, llevó al surgimiento de múltiples emisoras de baja potencia, la
mayoría de Frecuencia Modulada (FM) que, debido a su situación de exclusión frente a la
ley, se definieron como “libres”, “comunitarias” o “alternativas”. En un intento por indagar
acerca de las razones que llevaron a la existencia de estas radios, Elíades (2003) menciona
tres hipótesis planteadas por Uranga y Pasquini Durán:
a) que “…se trata de una reacción social por insatisfacción contra la homogeneidad
de los medios tradicionales, combinada con fuerte vocación participativa”.
b) que “…hay una nueva valoración de la idea vecinal, comunitaria, con una vigorosa
tendencia autonómica, que busca crear círculos cerrados, ajenos a la lucha por el
poder piramidal”.
c) que resulta “…una cierta combinación de la ‘cultura alternativa’, hasta ahora
marginal y subterránea, con las formas de comunicación que ofrece la tecnología
moderna”. (p. 48)
En este contexto, en 1989 se sancionó la Ley de Reforma del Estado (Ley N° 23.696,
1989). Esta legislación facultó al Poder Ejecutivo Nacional para que regularizara a las más
de dos mil emisoras que, para ese momento, funcionaban en la clandestinidad. De esta
55
manera, el Poder Ejecutivo emitió el Decreto N° 1.357 (1989), a partir del cual comenzó a
registrar las emisoras de frecuencia modulada.
Sin embargo, uno de los aspectos más destacables de esta norma es que inauguró
un período de fuerte privatización del sistema de medios. Junto con la declaración de
emergencia administrativa en los entes estatales y la orden de intervención de las empresas
del Estado, presentes en la Ley de Reforma del Estado, se instó también a la privatización
de todos los medios administrados por el Estado, a excepción de Canal 7, Radio Nacional
Buenos aires, Radio Difusión Argentina al Exterior y las emisoras integrantes del servicio de
radiodifusión. (Elíades, 2003)
Asimismo, en 1991 se ordenó con el Decreto N° 859 (1991) la clausura de todas las
radios de frecuencia modulada, con el correspondiente llamado a concurso para la
explotación de las licencias. No obstante, debido a las múltiples demandas judiciales que
recibió el COMFER posteriormente a esta medida, se determinó que el llamado a concursos
era impracticable y se planteó la necesidad de realizar previamente un Plan Técnico de
Frecuencias. (Elíades, 2003) A pesar de intentos realizados durante estos años, el Poder
Ejecutivo no produjo ninguno. Al respecto, plantea Elíades (2003):
La omisión del Estado Nacional al no dictar las normas necesarias para permitir la
explotación de la totalidad de frecuencias que se pudiera en el ámbito de su territorio,
hace una transgresión del art. 13 inc. 3 del Pacto de San José de Costa Rica, de los
tratados internacionales vigentes, como el de la UIT, y constituye una velada práctica
de censura por restringir el derecho a dar y recibir información. (p. 50)
Al mismo tiempo, es relevante tomar en cuenta las modificaciones realizadas en el
Decreto-Ley N° 22.285, ya que estas fueron las que posibilitaron la conformación de
multimedios, a partir de la legalización de mecanismos de concentración, antes prohibidos:
Insistimos en resaltar que este nuevo escenario se conformó a partir de la reforma de
tres artículos de la Ley 22.285 original, y fue hasta el momento la 23.696 la única Ley
que logró cambiar el régimen de radiodifusión:
- el artículo 45 inc. e), que impedía ser titulares de licencias a las empresas
periodísticas nacionales;
- el artículo 46 inc. a), que obligaba a las empresas de servicios de radiodifusión a
tener como objeto exclusivo la actividad radiodifusora;
- el artículo 46 inc. c), que establecía un límite de veinte personas físicas como
integrantes de las sociedades radiodifusoras. (Elíades, 2003, p. 52)
56
Por último, se comenzó a flexibilizar la norma que limitaba la titularidad de licencias
de radiodifusión a argentinos nativos o naturalizados con más de diez años de residencia en
el país en los dos casos. En este sentido, la firma de tratados bilaterales de promoción y
protección recíproca de inversiones fue un mecanismo utilizado para sortear este
impedimento. La razón principal fue que, con la Constitución Nacional de 1994, se
incorporaron en el Artículo 75° inc. 22 los tratados internacionales firmados por la Nación.
Por lo tanto, a partir de 1995, el COMFER comenzó a facilitar el acceso a personas jurídicas
y físicas de origen de los países que firmaban acuerdos bilaterales con la Argentina.
2.6. 2002-2008. El sistema de medios luego de la Crisis de 2001
Martín Becerra (2015) habla de dos fases a partir de las cuales se pueden analizar la
concentración de medios en la Argentina: una expansiva y una defensiva. La primera
corresponde a las dos presidencias de Carlos Saúl Menem (1989-1995; 1995-1999) y la
presidencia de Fernando De la Rúa (1999-2001). Como se explicó en el apartado anterior,
las modificaciones al Decreto-Ley N° 22.285 (1980) posibilitaron la privatización del sistema
de radiodifusión, favoreciendo a grupos nacionales. Luego, se permitió el ingreso de
capitales extranjeros. En este sentido, Becerra (2015) plantea que “la cualidad extranjerizada
y financierizada de la concentración fueron indicadores de que los medios cotizaban tanto
por su influencia político-cultural, como por su función económica.” (p. 149)
La segunda fase descripta por el autor incluye el período entre 2002 y 2008. Un
ejemplo bien claro de estos años de defensiva es la apodada “Ley Clarín” (Ley N°25.750,
2003). Luego de la crisis del 2001, se diagramó desde los conglomerados de medios y el
Estado una normativa para preservar “las condiciones patrimoniales, concentradas y
centralizadas en pocos grupos, que caracterizaba al sistema de medios.” (Becerra, 2015, p.
150) No obstante, el Estado defendió la misma con argumentos de defensa y protección de
las empresas nacionales, en el contexto de la crisis imperante.
La definición de la etapa 2002-2008 como de “concentración defensiva” del sistema
de medios explica, por ejemplo, que ni el gobierno nacional ni los provinciales o
municipales – huelga señalar que de distintos colores políticos – auspiciaran la
apertura de la competencia del lucrativo mercado de televisión por cable, que en la
regulación heredada de la Dictadura era considerado “servicio complementario” y
hubiera estimulado una dinámica distinta de haberse promovido la concurrencia de
57
otros actores en ese segmento que es el más importante económicamente en el
sistema de medios. (Becerra, 2015, p. 151)
Al mismo tiempo, otro ejemplo de estos años está representado por la renovación
automática de las licencias televisivas a Clarín y Telefónica a partir del Decreto N° 527
(2005), firmado por el Presidente Néstor C. Kirchner (2003-2007). Cabe aclarar, como
plantea Becerra (2015), que “mientras tanto, las organizaciones sin fines de lucro
continuaban proscriptas del acceso a licencias audiovisuales, lo que contravenía el derecho
a la comunicación y la tradición que vinculaba la libertad de expresión con los derechos
humanos” (p. 153). En este contexto, en 2004 se había conformado la “Coalición por una
Radiodifusión Democrática”, conformada por organizaciones de la sociedad civil, sindicatos
de trabajadores/as de los medios de comunicación, redes de medios de comunicación
comunitarios, exponentes académicos en la materia y organizaciones de derechos humanos.
En el marco de la misma, se había llegado al acuerdo de veintiún puntos para modificar el
paradigma político, jurídico, económico y social del sistema de medios argentino. Becerra
(2015) destaca, entre ellos:
El derecho al acceso a licencias de radio y televisión por parte de actores no
lucrativos en el marco de una concepción de la comunicación como derecho social, la
promoción de la diversidad, la no gubernamentalización de los contenidos ni de la
gestión de los medios del Estado, la necesidad de restringir los niveles de
concentración de la propiedad, la no discriminación de la asignación de la publicidad
oficial. (p. 157)
Por estas razones, luego de las exigencias de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, se sancionó la Ley N° 26.053 (2005), que permitió el acceso a licencias por parte de
personas físicas y jurídicas sin fines de lucro. Sin embargo, al no abrirse posteriormente
concursos para materializar este derecho, no afectó la composición y estructura del sistema
de medios.
Por otro lado, Néstor C. Kirchner inició también una etapa de fortalecimiento del
Sistema Público de Medios, que contó con financiamiento, renovación de la grilla de Canal 7
y la creación de una señal de televisión pública dependiente del Ministerio de Educación de
la Nación: Canal Encuentro. No obstante, será durante los mandatos de la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011; 2011-2015) que se potenciará mucho más al
Estado como emisor.
58
2.7. 2009-2015. Sanción y aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual (Ley N° 26.522, 2009)
Luego de la asunción a la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner en 2007, se
puede observar un giro paradigmático en la política de medios sostenida hasta el momento.
Marino, Mastrini y Becerra (2010) explican este cambio luego de la llamada “crisis con el
campo”:
En aquel momento los grandes medios apoyaron el lock out agropecuario iniciado a
partir de los cambios en la aplicación de retenciones móviles a las exportaciones de
granos y oleaginosas. Este hecho marcó el inicio de una conflictiva relación del
gobierno nacional con el Grupo Clarín y con otros grandes medios, situación que se
agudizaría tras el envío al parlamento de un proyecto de nueva ley de medios
audiovisuales. (p. 16)
Aquí, es preciso retomar lo dicho previamente sobre la conformación de la “Coalición
por una Radiodifusión Democrática”, que según Becerra (2015) había ocupado un lugar
clave en la discusión:
Su plataforma tuvo eco en varios partidos políticos y en otras organizaciones no
ligadas al campo de la infocomunicación. Pero la discusión, inédita, se amplió recién
a partir de 2008 cuando el gobierno de Cristina Fernández elevó la cuestión de los
medios al centro de la agenda política. (p. 158)
De esta forma, se puede entender, por un lado, la intencionalidad política en el
gobierno de turno a la hora de presentar el proyecto de ley. No obstante, cabe destacar que
en el proceso de redacción, presentación y aprobación de la misma entraron en juego
múltiples actores/as, quienes aportaron al debate una mirada múltiple, diversa y plural sobre
la problemática.
La sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley N° 26.522,
2009) es extremadamente relevante, debido a que es la segunda vez en la historia de la
Argentina que un gobierno democrático aprueba una normativa integral sobre radio y
televisión. Marino, Mastrini y Becerra (2010) describen la normativa de la siguiente manera:
La ley cultiva una raigambre democrática toda vez que garantiza la libertad de
expresión, levanta la veda que existía para que las organizaciones no lucrativas
puedan participar como emisores en una sociedad aludida como “de la información”,
reduce el poder del Ejecutivo (que hasta hoy controlaba directamente la autoridad de
aplicación de la ley mediante un interventor), establece mecanismos que dificultan la
59
constitución de oligopolios altamente concentrados, defiende a las radios y los
canales pequeños de localidades de provincias y exige cuotas de producción local a
todos los operadores del sistema. Sus objetivos proponen avances como: crear una
autoridad de aplicación federal, autárquica y con miembros de las minorías políticas
parlamentarias; establecer reglas que impiden la propiedad cruzada en el mercado
audiovisual (TV abierta y de pago), permitiendo así que nuevos actores se sumen al
mercado; y prohibir a las telefónicas detentar licencias de medios, evitando así la
monopolización eventual del sistema por operadores muy poderosos. (p. 16)
A pesar del gran avance que significó su aprobación, dos cuestiones principales
entorpecieron e impidieron su aplicación plena posteriormente. En primer lugar, la
presentación por parte del Grupo Clarín de una medida cautelar el mismo año de su
aplicación, que suspendió el cumplimiento de unos pocos, pero importantes aspectos de la
normativa. Esta contienda judicial continuó hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, quien en octubre de 2013 falló finalmente por la constitucionalidad de la misma. En
segundo lugar, las políticas llevadas adelante por los gobiernos de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner.
Con respecto a esto, Martín Becerra (2015) resalta los aspectos más problemáticos
de las gestiones encabezadas por la ex presidenta:
La ausencia de concursos, la falta de información fiable sobre quiénes son los
licenciatarios, el guiño del gobierno para que la desconcentración se realice entre
accionistas y allegados (estrategia fronteriza con el testaferrismo) de todos los grupos
excepto Clarín (…), el sobreactuado oficialismo de los medios estatales, la inyección
de recursos para promover políticas carentes de controles sociales y políticos, se
combinan para desatender la democratización prometida. (p. 161)
A los efectos del presente trabajo, cabe mencionar especialmente lo marcado por el
autor en referencia con la titularidad de licencias a entidades sin fines de lucro:
Además, lejos de concretar la paulatina entrega del 33% de frecuencias del espectro
radioeléctrico para su gestión por parte de actores sociales sin fines de lucro (una de
las mayores innovaciones de la ley audiovisual), la mayoría de los medios
autorizados a funcionar tras la sanción de la ley son emisoras estatales. La ley exige
que la política audiovisual se organice tomando como referencia la elaboración de un
plan técnico de frecuencias. Esta información, esencial para conocer cuántas
frecuencias hay en cada localidad y cuántas están ocupadas y disponibles, no ha sido
60
construida por el gobierno a cuatro años de sanción de la norma. La ausencia de este
indicador elemental entorpece toda posibilidad de avance en la concreción del 33%
para actores no lucrativos. (Becerra, 2015, pp. 161-162)
2.8. 2016-2017. Modificaciones en la normativa vigente.
Desde la asunción a la presidencia en 2016, se pueden observar en las políticas
comunicacionales de Mauricio Macri (2015-2019) la intención de llevar adelante cambios
drásticos en el sistema de servicios de comunicación audiovisual y de telecomunicaciones.
Esta intención se puede constatar, entre otras cosas, con la publicación del Decreto de
Necesidad y Urgencia (DNU) N° 267 (2015) y el Decreto N° 1340 (2016), a partir de los
cuales, según Becerra (2017), se intenta retrotraer la estructura regulatoria al 2008.
El contexto es complejo, debido a que los avances tecnológicos y las modificaciones
en la configuración y entramado de las industrias culturales en la Argentina han llevado a la
aparición de nuevos problemas, actores/as y desafíos. Sin embargo, no es objetivo de esta
investigación dar cuenta de estos interrogantes, sino enmarcar brevemente el contexto
político y normativo en el que se encuentra el sistema de servicios de comunicación
audiovisual.
Por un lado, con el DNU N° 267 (2015) el Poder Ejecutivo estableció modificaciones
en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley N° 26.522, 2009) y en la Ley de
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Ley N° 27.078, 2014). Entre otras, se
puede mencionar la creación del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) para
reemplazar a las autoridades de aplicación respectivas en cada normativa (Autoridad de
Servicios de Comunicación Audiovisual – AFSCA -, y la Autoridad Federal de Tecnologías de
la Información y las Comunicaciones – AFTIC –). Con respecto a este tema, Becerra (2016)
repara en la preocupación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
sobre el hecho de que la mayoría de los integrantes del ENaCom “son designados por el
presidente, quien (…) puede además remover a todos (incluso a la minoría designada por el
Congreso) ‘sin expresión de causa’”. Asimismo, en una intención declamada por la nueva
gestión de posibilitar y fortalecer un futuro de convergencia de los servicios
infocomunicacionales, esta regulación estableció modificaciones que redundan en “la virtual
eliminación de los topes a la concentración” (Becerra, 2016)
Por otro lado, el Decreto N° 1340/2016 que, según Becerra (2017), pretendía “corregir
aspectos centrales de la regulación dispuesta (…) por el Decreto de Necesidad y Urgencia
61
(DNUs) 267/15”, esta nueva regulación, entre otras cosas, permitió para 2018 a empresas de
telefonía la posibilidad de brindar servicios de televisión por cable y a los grupos prestadores
de servicios de televisión por cable la posibilidad de operar en el mercado de la telefonía.
Según Becerra (2017), “con el Decreto 1340/16 los gigantes del sector de las
comunicaciones, comenzando por Telefónica y el Grupo Clarín, mejoran sensiblemente sus
condiciones para acceder y explotar recursos públicos (como el espectro radiofónico) y así
maximizar beneficios.”
Al mismo tiempo, critica la decisión y establecimiento unilateral por parte del Poder
Ejecutivo de las normas infocomunicacionales de la siguiente manera:
Esta práctica es problemática por cuatro razones:
• primero, porque se legisla sobre un asunto estratégico del troquelado del espacio
público a espaldas del debate que la Constitución localiza en el Congreso
Nacional;
• segundo, porque se opera en función de necesidades coyunturales e intereses que
sólo representan un momento de las relaciones entre el Poder Ejecutivo Nacional y
algunos de los intereses industriales más concentrados;
• tercero, porque la sucesión de modificaciones parciales distorsiona el conjunto
normativo y produce reglas de juego incoherentes entre sí (…);
• cuarto, amplía la discrecionalidad del regulador que, es importante recordarlo, está
completamente gubernamentalizado dado que el DNU 267, que creó el ENaCom,
dispuso que la mayoría de sus integrantes (cuatro sobre siete) sean designados
por el presidente quien, además, puede remover “sin expresión de causa” a la
minoría de directores propuesta por el Congreso a través de la Comisión
Bicameral. (Becerra, 2017)
62
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
Esta tesina se enmarca dentro de la investigación cualitativa y está basada en la
tradición del estudio de caso. En este capítulo se pasará a caracterizar y detallar el marco
metodológico propuesto para el diseño de esta investigación, con el objetivo de diferenciar
las distintas herramientas utilizadas y fundamentar su selección, en el marco de los
propósitos y objetivos planteados previamente. En primer lugar, se describirán los aspectos
epistemológicos, componentes principales y finalidades de la investigación cualitativa dentro
del ámbito de las ciencias sociales. En segundo lugar, se explicitarán las cuestiones
relevantes que hacen al estudio de caso.
1. La investigación cualitativa
En principio, es importante comenzar marcando que la investigación cualitativa no
refiere a una única forma de llevar adelante una investigación. Esto se debe a que existen,
en la actualidad, múltiples escuelas y orientaciones diversas, cada una de ellas con
desarrollos concretos acerca de la clarificación sobre el diseño de la propuesta investigativa,
fundamentada en distintas formas de concebir la realidad social.
Sin embargo, como plantea Vesilachis de Gialdino (2006), es posible distinguir
características en común dentro de aquellos múltiples recorridos académicos. En relación
con el objeto y sujeto de estudio, se puede decir que la investigación cualitativa analiza “la
forma en la que el mundo es comprendido, experimentado, producido; [se preocupa] por el
contexto y por los procesos; por la perspectiva de los participantes, por sus sentidos, por sus
significados, por su experiencia, por su conocimiento, por sus relatos” (pp. 28-29) Si se
consideran los aspectos referidos al método, este tipo de trabajo se interesa por ser
reflexivo, interpretativo, multimetódico e inductivo:
Emplea métodos de análisis y de explicación flexibles y sensibles al contexto social
en el que los datos son producidos. Se centra en la práctica real, situada, y se basa
en un proceso interactivo en el que intervienen el investigador y los participantes.
(Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 29)
Por último, en referencia con las finalidades de la investigación cualitativa, ésta reside
en la búsqueda por el desarrollo y descubrimiento de nuevas teorías fundamentadas
63
empíricamente. Al mismo tiempo, su trascendencia recae en su relación con la teoría, en su
potencialidad creadora y creativa, en las posibilidades que posee de modificarse, ampliarse,
mejorarse. Se preocupa centralmente por lo individual significativo en el marco de la teoría y
permite nuevos caminos para la aproximación hacia lo que está siendo descripto, explicado,
descubierto, conocido. (Vesilachis de Gialdino, 2006)
Los componentes principales de cualquier investigación cualitativa son los datos, los
procedimientos de análisis de la información y el informe final. Sobre los primeros, existen
distintos tipos de datos disponibles, dependiendo de lo que está siendo estudiado
(fotografías personales, archivo radiofónico o de video, películas, fuentes documentales, etc.)
En este sentido, la autora recomienda “evitar la utilización de un único método de recolección
de datos e intentar que la diversidad de estos pueda reflejar la idiosincrasia y la complejidad
del contexto que se estudia.” (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 30) Asimismo, la autora
destaca la clara parcialidad presente en esta etapa y recomienda “que debe ser expuesto en
cada uno de sus pasos a fin de que otros investigadores puedan llegar a iguales resultados
reiterando el mismo procedimiento analítico.” (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 30)
1.1. La relación entre la reflexión epistemológica y las decisiones metodológicas
Dentro del terreno de la ciencia, son pocos/as los/as que sostienen, en la actualidad,
que no es necesario explicitar los paradigmas a partir de los cuales se construyen trabajos
de indagación y, por lo tanto, desde los que se realizan selecciones metodológicas para su
abordaje. No obstante, la autora antes citada, al responder a esta pregunta, establece una
diferenciación entre los conceptos de epistemología y reflexión epistemológica:
A diferencia de la epistemología, la reflexión epistemológica no intenta ser una
disciplina acabada, sino que constituye una actividad persistente, creadora, que se
renueva una y otra vez (…). Lejos de buscar reglas comunes a los distintos procesos
de conocimiento, la reflexión epistemológica intenta dar cuenta de las dificultades con
las que el que conoce se enfrenta cuando las características de aquello que intenta
conocer son inéditas o, cuando aun no siéndolo, no pueden ser, en todo o en parte,
registradas, observadas, comprendidas con las teorías y/o conceptos existentes y
con las estrategias metodológicas disponibles. (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 46)
De esta manera, ella reflexiona sobre la importancia de dar cuenta de los procesos de
reflexión epistemológica a la hora de tomar decisiones metodológicas, debido a que éstos
están “profundamente ligados a la elucidación de los paradigmas vigentes en la producción
64
de cada disciplina. Defino a estos paradigmas como los marcos teórico-metodológicos
utilizados por el investigador para interpretar los fenómenos sociales en el contexto de una
determinada sociedad.” (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 47) Son estos paradigmas los que,
al pararse sobre distintos supuestos ontológicos, plantean “diferentes modos para conocer y
disímiles criterios de validez para evaluar la calidad de la investigación” (Vesilachis de
Gialdino, 2006, p. 47)
1.2. La coexistencia de paradigmas
La especialista entiende no como excepción, sino como regla, la coexistencia de
paradigmas dentro de las Ciencias Sociales; rasgo esencial que fundamenta aseverando:
a) que las ciencias sociales no progresan «reemplazando las antiguas teorías por
otras nuevas» (Kuhn, 1978: 26);
b) que el tipo de acumulación que se da en el conocimiento de las ciencias sociales
es, predominantemente, de tipo intraparadigmático; y
c) que las discontinuidades que se observan no son signos de la falta de progreso o
de desarrollo de estas disciplinas, sino muestras indiscutibles de un tipo de desarrollo
diferente al propuesto por el modelo de conocimiento aplicable a las ciencias
naturales. (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 47)
Este marco conceptual propone la diferenciación de tres paradigmas coexistentes: el
positivista, el materialista-histórico y el interpretativo. En primer lugar, las características
principales del paradigma positivista son: la observación exterior de fenómenos sociales, la
intención de formular leyes como expresión de regularidades y de construir explicaciones
causales, constatadas a partir de mecanismos de verificabilidad y refutabilidad de las teorías.
En segundo lugar, el materialismo histórico parte de concebir el carácter real y
comprobable de tres premisas determinadas: los individuos reales, su acción y las
condiciones materiales de vida en la que estos individuos ejercen su acción. Asimismo, otros
aspectos importantes son el movimiento dialéctico y la aproximación al conocimiento desde
lo simple a lo complejo, desde lo concreto hacia lo abstracto. Por último, para el
neomarxismo y para la teoría crítica, considera características la totalidad concreta y la
voluntad de totalidad como categoría crítica, por un lado; y la realidad social frente a sus
posibilidades utópicas, por el otro. (Vesilachis de Gialdino, 2006)
El tercer paradigma, el interpretativo, es en el cual se asienta el presente trabajo
monográfico. Por esta razón, pasará a ser explicado en detalle en el siguiente apartado.
65
1.3. El paradigma interpretativo
Este modelo, según Vesilachis de Gialdino (2006) aún no se encuentra consolidado y
se basa en “la necesidad de comprender el sentido de la acción social en el contexto del
mundo de la vida y desde la perspectiva de los participantes” (p. 48). Entre las teorías que
han aportado al mismo se encuentran la hermenéutica, la etnometodología, el
interaccionismo simbólico y la fenomenología.
Sus aspectos fundamentales parten de tomar al lenguaje “como recurso, como una
creación, como una forma de producción y reproducción del mundo social” (Vesilachis de
Gialdino, 2006, p. 48):
a) la resistencia a la «naturalización» del mundo social: a diferencia de la naturaleza,
la sociedad es una producción humana respecto de la cual el análisis de los motivos
de la acción, de las normas, de los valores y de los significados sociales prima sobre
el de la búsqueda de la causalidad, de las generalizaciones y de las predicciones
asociadas al mundo físico y de los estados de cosas;
b) la relevancia del concepto de mundo de la vida: este mundo constituye el contexto
en el que se dan los procesos de entendimiento, que proporciona los recursos
necesarios para la acción y que se presenta como horizonte, ofreciendo a los actores
patrones y modelos de interpretación;
c) el paso de la observación a la comprensión y del punto de vista externo al punto de
vista interno: la comprensión de la realidad simbólicamente preestructurada de cada
contexto requiere de la función participativa del intérprete, que no «da» significado a
lo observado, sino que hace explícita la significación «dada» por los participantes; y
d) la doble hermenéutica: los conceptos de segundo grado creados por los
investigadores para reinterpretar una situación que ya es significativa para los
participantes son, a su vez, utilizados por los individuos para interpretar su situación,
convirtiéndose, en virtud de esa apropiación, en nociones de primer orden.
(Vesilachis de Gialdino, 2006, pp. 48-49)
Sobre el último, la autora incorpora en su análisis, en función de investigaciones
previamente realizadas por ella, el concepto de triple hermeneútica, que se piensa apreciable
a los efectos del presente trabajo:
Este proceso se produce cuando los investigadores preinterpretan los procesos, las
situaciones sociales que analizan y la identidad de los sujetos que en ellas participan
66
de acuerdo con los modelos interpretativos vigentes en discursos enraizados en las
situaciones de poder, y que tienden a conservarlas. Estos discursos que, por lo
común y como he observado, son reproducidos mayoritariamente por la prensa
escrita proveen de los modelos interpretativos predominantes, los cuales: a)
determinan la preinterpretación de los científicos, y b) son empleados, junto con esta,
como recursos cognitivos por los actores sociales para comprender y definir su
situación y para determinar la propia capacidad y posibilidad de modificar esa
situación. Se cierra, así, un círculo de interpretación en el que los modelos
interpretativos predominantes se reproducen y los alternativos, los que plantean el
disenso (Habermas, 1990: 88) tienen pocas posibilidades de ser incorporados al
mundo de la vida. (Vesilachis de Gialdino, 2006, p. 49)
La necesidad de introducir esta definición radica en que uno de los propósitos de esta
tesina es indagar sobre los mecanismos de resistencia discursiva que crean grupos de la
colectividad boliviana, a fin de disputar el sentido predominante del “ser boliviano/a” en la
Ciudad de Buenos Aires; y cómo éstos se relacionan con las construcciones identitarias que
remiten al “ser paisano/a”. Estos dispositivos de disenso se enfrentan a una estructuración
hegemónicamente reproducida (ver Arri, 2006; Caggiano, 2005 y Grimson, 1999) desde los
medios de comunicación de masas, pero principalmente producida desde la misma
concepción del Estado Nación en la Argentina, y reproducida por sus instituciones, de
diferente manera, en muchas oportunidades a lo largo de la historia, como se puede apreciar
en la primera parte del Capítulo II de la presente.
2. El estudio de caso
El abordaje de investigaciones sociales a partir de estudios de caso tiene su origen
desde comienzos del SXX en la antropología y, más tarde, la sociología. A diferencia de
otras formas de investigación cualitativa, en esta tradición se parte desde recortes
específicos de la realidad, no implica necesariamente procesos de reflexividad formalmente
formulados de quien investiga y puede utilizar categorías conceptuales para el proceso de la
investigación. (Neiman y Quaranta, 2006)
67
Pueden detectarse distintos tipos de estudios de caso según sus objetivos,
perspectivas de análisis y teorías en las que se enmarquen. Cabe mencionar,
particularmente, el llamado “extended case method”, vinculado principalmente con la
etnografía y la antropología social. El mismo consiste en una exploración etnográfica, en el
diálogo entre los sujetos es el principal recurso en la construcción del conocimiento y la
participación del/a investigador/a, a partir de la técnica de observación participante, se
plantea “como una posibilidad que debe ser aprovechada y no como un problema que debe
ser controlado. (Neiman y Quaranta, 2006, pp. 217-218)
De cualquier forma, es preciso comenzar por definir el concepto de caso como “un
hecho, un grupo, relación, institución, organización, proceso social, situación o escenario
específico, construido a partir de un determinado y siempre subjetivo y parcial recorte
empírico y conceptual de la realidad social, que conforma un tema y/o problema de
investigación.” (Neiman y Quaranta, 2006, p. 218) En este sentido, es preciso entender la
exigencia esencial de profundidad para la comprensión contextual y minuciosa en este tipo
de abordajes, a partir de la cual la focalización en el análisis es requerida.
Aunque los dos poseen características en común, es posible distinguir entre dos tipos
dentro de esta escuela: los estudios de caso y los estudios de caso como diseños de
investigación. Esta tesis monográfica se llevará adelante a partir del segundo. No obstante,
cada uno de estos pasará a ser detallado a continuación.
2.1. El estudio de caso: una perspectiva etnográfica
Las cualidades que pueden aparecer en su totalidad o parcialmente dentro de los
estudios de caso basados en la etnografía son: mirada reflexiva de la ciencia, visión
epistemológica constructivista, propósitos de crítica de la realidad social, presencia de
categorías nativas, desarrollo teórico en términos narrativos, etc. Como se planteó
anteriormente en este capítulo, la selección del caso a investigar se produce a partir de un
recorte establecido por el interés en el hecho, sujetos y/u objetos a analizar. De esta manera,
se entiende que la profundización y el conocimiento minucioso del caso son fundamentales,
mientras que no son un objetivo dentro de este abordaje la generalización de los resultados
por encima de este. Por lo tanto, el diseño metodológico del trabajo es secundario. (Neiman
y Quaranta, 2006)
Con respecto al diseño, el énfasis se pone sobre el tema, el problema y las preguntas
de la investigación, que servirán como guía a lo largo del trabajo de campo. La preferencia,
68
entonces, son los estudios de caso únicos, ya que esta elección permite privilegiar la
minuciosidad en el análisis. Con respecto a esto, Neiman y Quaranta (2006) citan a Stake
(1994), quien afirma que:
El estudio de caso no es la elección de un método sino más bien la elección de un
objeto a ser estudiado. Nosotros elegimos estudiar un caso. En tanto enfoque de
investigación, un estudio de caso es definido por el interés en casos individuales
antes que por los métodos de investigación utilizados. (1994, p. 236; la traducción es
de los autores)
Esta apreciación es relevante porque, en cualquiera de los dos tipos de estudios de
caso, la elección de la muestra se realiza intencionalmente con el objetivo de “maximizar las
posibilidades y la capacidad que las condiciones y características del caso presentan para
desarrollar conocimiento a partir de su estudio” (Neiman y Quaranta, 2006, p. 220) En el
estudio de caso intrínseco, por el atractivo que puede tener para el investigador desde el
punto de vista académico. En el estudio de caso instrumental, porque puede ser de interés
para trabajar sobre un problema más amplio que el caso en sí. Por lo tanto, en la selección
pueden entrar en juego múltiples criterios. Una vez elegido el caso, se eligen situaciones,
personas, escenarios para realizar las observaciones y las entrevistas. Estas elecciones
deben llevarse a cabo en función de las similitudes y diferencias entre ellos. En fin, como
dicen los autores, “el caso es definido como un sistema delimitado en tiempo y espacio de
actores, relaciones e instituciones sociales donde se busca dar cuenta de la particularidad
del mismo en el marco de su complejidad.” (Neiman y Quaranta, 2006, p. 220)
Desde el primer momento de redacción del proyecto, cabe señalar que las preguntas
de la investigación constituyen el eje conceptual de todo el trabajo. Los autores diferencian
entre las que se refieren a un problema particular (issue questions) y las que aluden a temas
constatables en la realidad (topical information questions). Al respecto, Neiman y Quaranta
(2006) plantean que puede ocurrir que las segundas refieran a las primeras o que sean éstas
las que definan “la estructura y orientación conceptual del estudio” (p. 220). En ese caso,
estos interrogantes se establecerán a lo largo del desarrollo de la investigación, por lo que,
para garantizar una correcta formulación y respuesta, será necesario plantearlas con la
flexibilidad correspondiente.
Por un lado, el proceso de recopilación de datos se conforma a partir de un plan
establecido en función de las preguntas de investigación. La diversidad de las fuentes
utilizadas (entrevistas, fuentes documentales, observación etc.) es propuesta con el objetivo
69
de ahondar cabalmente en la complejidad de lo que se está investigando y del contexto en el
que es investigado, considerando en todo momento la visión de los sujetos involucrados. Por
otro lado, en la etapa del análisis pueden estar involucradas estrategias de interpretación
directa, de construcción de categorías, construidas a partir de procedimientos de agregación,
planteando conexiones o estableciendo patrones o modelos. En este sentido, los autores
agregan que, tanto la interpretación directa, como la agregación categórica dependen de la
búsqueda de patrones de comportamiento. Éstos pueden ser conocidos previamente o
derivar de las preguntas de investigación. Sin embargo, también es posible que aparezcan
inesperadamente en la misma instancia del análisis. (Neiman y Quaranta, 2006)
Al mismo tiempo, el papel del/a investigador/a y su situación durante toda la
investigación se construyen a partir de su observación, de las entrevistas que realiza, de las
evaluaciones o interpretaciones que lleva a cabo. Todas ellas con diferente grado de
participación, según el caso. Es decir, la construcción del conocimiento se produce desde su
punto de vista relativo, con el propósito de comprender el o los casos abordados en su
composición, diversidad y multiplicidad. (Neiman y Quaranta, 2006)
Para finalizar, durante la redacción del informe final se debe cuidar una transmisión
que describa cuidadosa y profundamente todos los aspectos que hacen al caso y al
contexto. Neiman y Quaranta (2006) llaman a esto “generalización naturalística” y citan a
Stake (1995) para explicarla:
El investigador tiene la obligación de proveer un insumo de alta calidad para el lector.
Si la importancia de la generalización naturalística es aceptada, las preguntas para el
análisis están precedidas por reglas para preparar las preguntas de investigación, en
todos los casos considerando la presencia del lector (p. 88; la traducción es de los
autores).
2.2. Los estudios de caso como diseños de investigación
Este trabajo final está construido a partir de la estrategia del estudio de caso
instrumental o como diseño de investigación. Esta tradición se enmarca dentro de las
perspectivas pragmatistas. Su diferencia principal con los estudios de caso intrínsecos es
que permite en su abordaje la utilización de metodologías inductivas y deductivas, debido a
que “se orienta tanto a captar los aspectos subjetivos como los objetivos de la vida social, y
considera la existencia de un mundo exterior aunque no existe una única y definitiva verdad
70
en el mismo” (Neiman y Quaranta, 2006, p. 222) Por supuesto, esta cualidad no niega la
carga valorativa existente por parte de quien investiga a partir de la selección del caso a
investigar. Asimismo, este tipo de estudio de caso se destaca en el hecho de que es un
ejemplo de cómo la investigación cualitativa puede “construir explicaciones que vinculan
fenómenos y procesos en términos causales, referidos a un determinado contexto.” (Neiman
y Quaranta, 2006, p. 222)
Las alternativas de integración de métodos investigativos incluyen modelos que
diferencian entre procedimientos cuantitativos y cualitativos, en los que se pueden encontrar
la preeminencia de unos sobre otros o la igualdad de condiciones y utilización de los
mismos. Los autores plantean la necesidad de dar cuenta de la vinculación entre estos tipos
de herramientas, la aclaración de cuál de ellas predominará a lo largo del trabajo y cuáles
son las cuestiones abordadas desde cada una, junto con las etapas de articulación que las
validan. (Neiman y Quaranta, 2006)
Debido a la presencia de distintas metodologías cualitativas y a las discusiones que,
a menudo, se suscitan en relación con la “validez” y “calidad” de las mismas, los exponentes
referenciados previamente consideran a esta estrategia como:
aquella que puede –y suele– recurrir a diseños metodológicos que combinan
procedimientos cuantitativos y cualitativos (Yin, 1994; Meyer, 2001), enfatizando la
preeminencia de los últimos, y que tiene por objetivo la construcción de teoría de
diferente alcance y nivel, para interpretar y explicar la vida y organización social
(Eisenhardt, 1989; Dooley, 2002). (Neiman y Quaranta, 2006, p. 223)
Es decir, los estudios de caso instrumentales consisten en la investigación de
fenómenos sociales contemporáneos, desde una reflexividad científica, dentro de los
contextos determinados en los que se desenvuelven, conducentes a responder a preguntas
de “cómo” y “por qué” éstos ocurren. En contraposición con lo que se considera desde
miradas cuantitativistas conservadoras, no se encargan únicamente de dar cuenta de estos
fenómenos, sino que “tienen la capacidad de captar la complejidad del contexto y su relación
con los eventos estudiados, siendo particularmente apropiados en los casos en que los
límites entre estos y el contexto resultan difusos.” (Neiman y Quaranta, 2006, p. 223) Del
mismo modo, permiten el manejo de múltiples fuentes de información, formas de análisis, a
veces, formulaciones teóricas previamente a la puesta en marcha del proceso de
investigación. (Neiman y Quaranta, 2006)
71
Por último, en relación con el diseño de la investigación Neiman y Quaranta, 2006)
sintetizan:
Los diseños de investigación se estructuran a partir de la lógica que organiza las
diferentes instancias y componentes del proceso de investigación, que en los
estudios de caso con predominio de procedimientos cualitativos se caracterizan por
ser flexiblemente rigurosos. Entre estos se incluyen los propósitos finales de la
investigación, el marco conceptual en el cual se ubican, las preguntas de
investigación y –en caso de contenerlas– sus proposiciones, los dispositivos
metodológicos (fundamentalmente de recolección y análisis de la información) y la
construcción de la «calidad» y validez de los resultados del estudio (Maxwell, 1996).
(p. 224)
2.3. La integración de métodos en los estudios de caso
La sistematización de los pasos que componen la investigación a partir del estudio de
caso, se ha realizado a lo largo de las últimas décadas dentro del ámbito de las ciencias
sociales, resguardando siempre la flexibilidad propia de estas perspectivas. Neiman y
Quaranta (2006). De este modo, los ejemplos de integración cualitativa-cuantitativa son
claros exponentes de este tipo de prácticas, en las que los autores subrayan la triangulación,
como procedimiento a partir del cual se combinan más de un método de investigación, a
partir de la necesidad de recabar más de un tipo de información.
La diferenciación cualitativo-cuantitativo se establece principalmente “en términos del
uso de palabras, antes que de números” (Miles y Huberman, 1991). Pero, también los
autores mencionan otros criterios de comparación, como “la naturaleza del fenómeno
investigado, en cuanto a su condición de ‘natural’, o si ha sido ‘creado’ por el investigador, y
el hecho de estar focalizado de manera predominante en significados versus
comportamientos o actitudes.” (Neiman y Quaranta, 2006, pp. 229-230)
En referencia a las fuentes de información, como se permite la pluralidad y diversidad
de tipos distintos, se plantea que la integración metodológica debe cuidar su vinculación
correctamente, de modo que las mismas respondan a los interrogantes propuestos. Es así
como se describe la capacidad de ampliación y restricción propia de los estudios de caso.
Esto se debe a que, por un lado, se puede seguir un enfoque amplio que tome una
multiplicidad de casos desde múltiples paradigmas, tarea más apropiada para un equipo de
investigación. Pero también, por otro lado, una perspectiva restrictiva habilita a un/a
72
investigador/a a elaborar su indagación a partir de un caso único y obtener datos cualitativos
y cuantitativos para desarrollar su análisis.
2.4. Los estudios de caso únicos
Como ha sido explicitado previamente, la presente tesis monográfica se propone a
partir de la selección, investigación y análisis de un caso único. De esta manera, en este
apartado se detallan las características principales de los estudios de caso únicos.
En primer lugar, cabe aclarar que no es un objetivo de este trabajo establecer
mecanismos de generalización deductiva a partir de los resultados de la investigación, sino
dar cuenta en profundidad y a partir de una perspectiva interpretativa de todos los aspectos
concernientes a las situaciones y sujetos involucrados en el caso a investigar. En este
sentido, se decide partir de un modelo de estudio de caso único, ya que permite analizar
holísticamente el mismo, de modo de posibilitar la respuesta a las preguntas de investigación
formuladas.
En este sentido, los estudios de caso único son utilizados para examinar un
problema, territorio o escenario que, por el poco conocimiento sobre él, se considera
apreciable en sí mismo. Al mismo tiempo, pueden ser empleados con el objetivo de
comprobar una determinada teoría a través de un caso que reúna específicas características
que lo hacen relevante. En experiencias como estas últimas, los autores plantean que
estos diseños, si bien recurren a instancias inductivas de recolección, están
dominados –en última instancia– por razonamientos hipotéticos deductivos (Lee,
1989). En esta línea podemos ubicar a la metodología del caso negativo que, a partir
de la comparación de resultados no esperados con respecto a las predicciones de
una determinada teoría, reformula los desarrollos conceptuales para la ampliación de
su alcance y nivel de generalización (Emigh, 1997).
73
CAPÍTULO IV
ESTUDIO DE CASO
1. Marco de referencia
En la construcción del marco de referencia de esta tesis se incluyen aspectos que se
consideraron necesarios para esbozar sintéticamente un contexto histórico, geográfico,
político y cultural en el que se pudieran incluir los aspectos más relevantes a tener en cuenta
en el análisis del caso seleccionado: Radio Panamericana (FM 90.7)
En primer lugar, se presentarán algunos de los elementos característicos de la zona
sur de la Ciudad de Buenos Aires y de la Villa 20 de Villa Lugano, barrio en el que se
encuentra la radio. En segundo lugar, se hará un recorrido sobre la historia de la colectividad
boliviana en la Ciudad de Buenos Aires, particularmente en la región analizada. Para ello, se
tendrán en cuenta, entre otros, la tesis doctoral de Carina Alejandra Cassanello “Historia
reciente de los inmigrantes bolivianos en la Argentina, 1970-2000. Trayectorias migrantes,
redes sociales y transnacionalidad” (2014).
En tercer lugar, se incurrirá en un análisis general del origen, desarrollo y panorama
actual de las radios referenciadas como “de la colectividad boliviana” en la Ciudad de
Buenos Aires. Sus funciones, usos, discursos, presencias e identidades. Para esto, se tomó
principalmente el testimonio de Juan Vázquez, comunicador y referente de Colectivo
Simbiosis Cultural, organización creada por jóvenes de la colectividad boliviana, mayormente
costureros/as, con el objetivo de cuestionar, desde acciones culturales y sociales, el trabajo
realizado al interior de los talleres textiles.
Por último, se presenta el caso seleccionado para la investigación: Radio
Panamericana (FM 90.7). En este apartado se desarrollará su origen, desarrollo,
consolidación y los aspectos más relevantes de su funcionamiento en la actualidad. Como
fuente se consideró el testimonio de Reynaldo Apaza, co-fundador y actual director de la
radio, y de Yovana Pardo, conductora del programa “Para no Olvidar”, que se emite por
Radio Panamericana hace ocho años.
74
1.1. La zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. Breve historia, estructura
poblacional y características
Como se desarrolla en el apartado siguiente, el caso seleccionado para la presente
investigación se encuentra en la Villa 20, perteneciente a Villa Lugano, barrio que forma
parte de la Comuna 8 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, junto con Villa Riachuelo y
Villa Soldati. Con el propósito de aportar un contexto geográfico, histórico, social y
poblacional al marco de referencia de la presente tesina, en este punto se repasarán algunas
cuestiones que se consideran centrales para el análisis del estudio de caso. La razón
principal radica en que, como se podrá apreciar, la realidad social de la zona sur porteña
(especialmente de la Comuna 8) se aleja ampliamente de los promedios estadísticos
generales de la Ciudad de Buenos Aires en la mayoría de los indicadores.
Según la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en la Comuna 8 residen 224.770 personas y, a pesar de ser la
comuna con menor densidad poblacional (10,083 hab/km2), supera en casi un 50% al
promedio general de la Ciudad, en cantidad de nacimientos por comuna6. Considerando que
el índice de envejecimiento crece sistemáticamente en la Ciudad de Buenos Aires desde
19907, esta diferencia es bastante llamativa.
Por otro lado, mientras que la tasa de mortalidad infantil en la Ciudad de Buenos
Aires es de 7.6, en la Comuna 8 este indicador asciende a 10.7. En relación con la
esperanza de vida, en la ciudad porteña la edad promedio de fallecimiento de los varones es
de 74 años y la de las mujeres, de 81 años. No obstante, en el caso de la Comuna 8, la
esperanza de vida disminuye notoriamente: la de los varones es de 68 años y la de las
mujeres, 75.
Por último, si consideramos los puntos de hábitat, vivienda y condiciones de vida,
encontramos que la Comuna 8 posee los indicadores más bajos de toda la Ciudad. Esto se
debe a que en estos barrios se encuentran la mayoría de los asentamientos y villas de
emergencia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Dirección de Estadísticas y Censos,
Ministerio de Hacienda, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2016).
6 Según el Anuario Estadístico 2015, publicado en 2016 por la Dirección General de Estadísticas y Censos, perteneciente al
Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, teniendo en cuenta el domicilio de residencia de
la madre, la cantidad de nacimientos en la Comuna 8 durante el 2015 fue 4.038, mientras que el promedio de nacimientos por
comuna ese mismo año fue 2.728.
75
Estas desigualdades están vinculadas a la historia y los procesos de consolidación
urbana y económica de la Ciudad de Buenos Aires en general, y la zona sur de la Ciudad en
particular. Di Virgilio et al. (2010) explican que “la zona sur de la ciudad de Buenos Aires es
el resultado de una conjunción de procesos demográficos socioeconómicos y políticos,
dados a lo largo de distintos períodos históricos.” (p. 258) En el caso de los barrios Villa
Lugano y Villa Riachuelo, los/as autores/as plantean que los mismos presentan un desarrollo
urbanístico tardío (comienzos del SXX) con respecto al resto de la ciudad (mediados del
SXIX), impulsado principalmente por el capital inmobiliario privado y su articulación con el
crecimiento de específicas actividades económicas: las fábricas y los mataderos (Di Virgilio
et al., 2010) Esta es la razón por la cual los barrios se convertirían en el destino predilecto de
la población migrante de la época. Durante esta primera etapa, el Estado acompañó la
acción privada con la provisión de equipamiento básico, como la construcción de escuelas
en Lugano. Sin embargo, esta primera fase culmina con la decisión por parte del gobierno
local de instalar en la zona el basurero municipal (la Quema), pensado para verter todos los
residuos de la Ciudad. Esto determinó y dificultó el desarrollo urbano de toda la región sur
porteña hasta 1977, año en el que se crea el CEAMSE (Coordinación Ecológica Área
Metropolitana Sociedad del Estado). (De Virgilio et al., 2010)
Hacia fines del SXX la zona sur porteña poseía un perfil predominantemente
industrial, en particular conformado por industrias metalúrgicas, que fueron las que le
otorgaron mayormente valorización a la región. Esta característica generó la consolidación
de procesos de densificación en el área, lo que tuvo como consecuencia la aparición en
Lugano de urbanizaciones informales (villas de emergencia) y complejos habitacionales
construidos por el Estado.
Según Palombi y Cravino (2015):
Las villas de la ciudad surgieron en la década de 1930 al calor de la crisis mundial y
se siguieron desarrollando para alojar mayoritariamente a los migrantes del interior
del país que comenzaban a llegar a Buenos Aires en las décadas del 40’ y 50’,
cuando se produjo una expulsión de población rural y el proceso de industrialización
sustitutiva comenzó a atraer mano de obra a las ciudades. Desde la década del 70’
en adelante se sumaron los migrantes de países limítrofes, en especial de Paraguay
y Bolivia (pero también de Uruguay y Chile). Finalmente, en la década del 90` se
agregaron, pero en menor medida, migrantes del Perú. (p. 4)
76
En primer lugar, lo dicho por estos/as autores/as se entiende si se considera que la
Comuna 8 concentra la mayor cantidad de habitantes nacidos en un país limítrofe de toda la
ciudad. Mientras que el promedio de C.A.B.A. es de 7,1%, en la Comuna 8 el porcentaje
asciende al 15,1%8. En el caso de la Villa 20, según los datos del último Censo Nacional de
2010, de los 22.563 habitantes que residen allí, el 49,9% no nació en la Argentina.
La Villa 20, comenzó a desarrollarse en las inmediaciones de un grupo de viviendas
construidas por la Fundación Eva Perón en 1948, destinadas a familias alojadas en hogares
de tránsito. En la actualidad, es una de las cuatro villas que existen en Villa Lugano, junto
con Villa 15 (Ciudad Oculta y Núcleo Habitacional Transitorio Avenida del Trabajo), Villa 17
(Barrio Pirelli) y Villa 19 (Barrio Inta). Las cuatro juntas concentran el 33% de habitantes de la
Ciudad de Buenos Aires que residen en villas de emergencia. Villa 15 y 20 son las de mayor
extensión en el barrio, ya que juntas reúnen el 50% de la población en villas de la zona sur
de la Ciudad. (De Virgilio et al., 2010) Sin embargo, la Villa 20 es la cuarta más importante
de toda la urbe porteña, ya que en ella viven el 13,3% del total de residentes en villas de la
misma.
La discusión alrededor de este marco de vulnerabilidad que sufren quienes viven en
este tipo de asentamientos ha llevado, a lo largo de los años, a la configuración de distintas
organizaciones barriales, sociales, religiosas y políticas, cristalizadas en el reclamo de
derechos básicos al Gobierno de la Ciudad (provisión de servicios, construcción de cloacas,
ensanchamiento de calles, recolección de residuos, construcción de escuelas y hospitales,
seguridad, etc.) No obstante, en cada barrio el entramado de organizaciones está
íntimamente relacionado con las lógicas territoriales y comunitarias propias de cada uno de
ellos.
1.2. La migración boliviana en el sur de la Ciudad de Buenos Aires
Si se analizan los flujos migratorios de Bolivia a la Argentina desde el SXIX (cuando
se encuentran los primeros registros de residentes bolivianos/as en el país) hasta la
actualidad, se puede ver que los movimientos de migrantes bolivianos/as hacia la Provincia y
la Ciudad de Buenos Aires comienzan a aparecer a mediados del SXX. Sin embargo, en el
caso de la jurisdicción porteña, la presencia de la colectividad boliviana adopta una mayor y
más consolidada presencia entre 1991 y el 2001. El censo de 1980 mostraba que sólo el
8,8% de la población proveniente de países limítrofes en la Ciudad había nacido en Bolivia,
8 Dirección de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015.
77
mientras que en el caso de la Provincia de Buenos Aires los resultados arrojaban un 31,4%.
Entre los censos de 1991 y 2001 es cuando se puede ver un aumento considerable en la
presencia de población de origen boliviano en la Ciudad, que pasa del 12,5% al 21,5%. En
relación con las ciudades de origen, en la Ciudad de Buenos Aires las poblaciones migrantes
que se establecieron pertenecían fundamentalmente a La Paz (30,25%) y Cochabamba
(32,14%). A diferencia del Gran Buenos Aires, en el que se observa que las corrientes
migratorias bolivianas provenían principalmente de Cochabamba (40,32%), Potosí (22,70%)
y La Paz (14,81%). (Cassanello, 2014)
Según la autora, la colectividad boliviana:
Se concentró en los barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires, fundamentalmente
Villa Soldati, Villa Lugano, Mataderos, Liniers y Flores. En estos barrios, los migrantes
han construido fuertes territorios étnicos donde mantienen y re-significan sus
costumbres culturales y refuerzan las redes sociales de trabajo y sociabilidad.
(Cassanello, 2014, p. 80)
El análisis de Cassanello se corresponde con lo planteado en el punto anterior que,
asimismo, se explica con las posibilidades de trabajo existentes en la zona debido a su perfil
fuertemente industrial. Por esta razón, la autora habla del proceso de “metropolización” de
las migraciones entre 1970 y 1990, que se caracteriza por movimientos internos desde
provincias como Jujuy, Salta, Mendoza y Córdoba hacia Buenos Aires. Incluso, la
investigadora hace hincapié en cómo, dentro de los territorios más alejados de la Ciudad de
Buenos Aires, disminuye notablemente la presencia de residentes bolivianos/as. “Este
asentamiento responde a lógicas económicas de nichos productivos étnicos y, de igual
forma, a la vigencia de redes sociales fuertes.” (Cassanello, 2014, p. 85) En cuanto a los
rubros del trabajo en los que se insertó mayormente la colectividad durante esta época, se
incluyen mayormente la construcción, la venta al por mayor y al por menor, el trabajo
doméstico y la industria manufacturera. (Cassanello, 2014)
La inmigración forma parte, en cualquier circunstancia, de un fenómeno que se
constituye en un entramado de múltiples formas de vulneración, desprotección e
incumplimiento de derechos. El caso de las poblaciones migrantes de países limítrofes en la
Argentina no es una excepción. En el Capítulo II de esta tesina ya se ha mencionado cómo
la inserción, desarrollo y permanencia, tanto dentro del país (en general), como en las zonas
de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense (en particular), han sido arduas y
complejas para estos grupos. Incluso, han llegado a tener momentos de intolerancia y
78
persecución directa por parte del Estado Argentino. En este sentido, es interesante analizar
los documentos de la década de 1970 recopilados por Cassanello (2014) del Consulado de
Bolivia en la Argentina. En ellos se puede ver a las autoridades diplomáticas alertando al
Gobierno Boliviano sobre las dificultades que la población boliviana residente sufría en
cuanto a la satisfacción de necesidades básicas, como el trabajo, la vivienda, la salud y la
educación, entre otras.
El discurso oficial de la diplomacia boliviana de aquellos años, buscaba desalentar la
migración hacia la Argentina, mostrando un escenario desalentador para los
bolivianos residentes en el país y, al mismo tiempo, insistían en las posibilidades de
trabajo que se estaban abriendo en Bolivia. (Cassanello, 2014, p. 81)
Los extractos seleccionados por la autora en las notas enviadas por las oficinas
diplomáticas bolivianas a su gobierno, demuestran la discriminación sufrida por sus
compatriotas en el país de forma cotidiana y sistemática:
El obrero boliviano es considerado por su par argentino en forma despectiva, con odio
y agraviante, por cuanto supone que aquel se presta a crear una competencia desleal
en el mercado interno de la oferta y la demanda laboral: el obrero boliviano cobra la
mitad o menos del salario establecido por ley y produce más y mejor en el trabajo
porque constituye casi siempre mano de obra calificada (…). Después de un mes
mas [sic] de trabajo el obrero es despedido con el pretexto de no estar documentado”
(IC-AMRE, Buenos Aires, 16-11-1973 en Cassanello, 2014, p. 81)
En 1977 el gobierno de facto continuó la política de erradicación de villas miseria en
la Ciudad de Buenos Aires iniciada en 1966. En el marco de esta decisión, los militares
llegaron a un acuerdo con el gobierno boliviano, en el que éste se comprometió a incentivar
la repatriación de residentes bolivianos/as a partir del ofrecimiento de tierras y trabajo a
quienes quisieran volver a su país de origen. Pero, como plantea la investigadora, la mayoría
de la población migrante había construido vínculos en la Argentina y no estaba dispuesta a
volver. De hecho, Cassanello (2014) menciona las palabras del embajador boliviano en esa
época, quien explica que las familias que habían decidido repatriarse, lo habían hecho luego
de que se las desalojara, se les destruyeran sus viviendas y hubieran quedado sin
posibilidades de supervivencia. En este sentido, sintetiza, referenciando el trabajo de Susana
Mugarza (1985), que:
La política de erradicación de las villas miserias en capital federal [sic], que comienza
en 1966 y se consolida en 1977, tuvo pocos efectos en cuanto al retorno de
79
inmigrantes a su país de origen, pero sí ayudó a consolidar una corriente de
migrantes que se van a instalar a distintos partidos de la provincia de Buenos Aires.
(Cassanello, 2014, p. 82)
1.3. Las radios de la colectividad boliviana en la Ciudad de Buenos Aires
En su libro “Relatos de la Diferencia y la Igualdad” (1999), Alejandro Grimson recorre
brevemente la historia de los programas radiales referenciados con “la bolivianidad” en la
Ciudad de Buenos Aires. Para esto, diferencia entre tres etapas. En primer lugar, ubica un
primer momento en la aparición del programa “Sentir Boliviano” en noviembre de 1975. Su
creador, Hernán Alfonso Pacheco, había migrado a Buenos Aires cinco años antes. En 1974
se recibió como operador técnico en el Instituto Nacional de Enseñanza de Radiodifusión
(ISER) en 1974 y se desempeñó profesionalmente en múltiples radios porteñas, como Radio
Belgrano, Radio El Mundo, Radio Continental y Radio Splendid. Según Grimson (1999), la
idea del programa surgió luego de la insistencia de sus amigos, quienes le comentaban
sobre “la cantidad de paisanos” (p. 103) que había en Buenos Aires.
El surgimiento de “El Sentir Boliviano” es contemporáneo de la primera realización de
la Fiesta de Nuestra Señora de Copacabana en el Barrio Charrúa (octubre de 1976) y
de los primeros periódicos identificados con la bolivianidad en Buenos Aires, el más
importante y constante de los cuales surgiría en 1977 bajo el nombre Enfoques de
Bolivia. (Grimson, 1999, p. 103)
Según el autor, el programa tuvo mucho éxito. Incluso, a pesar de haber nacido como
un programa semanal de dos horas, fue aumentando su duración, hasta llegar a ser de
cuatro horas. Sin embargo, por problemas sistemáticos de financiamiento recorrió múltiples
emisoras, como Radio Argentina, Radio El Pueblo, Radio Buenos Aires y Radio América y
Radio Pompeya. (Grimson, 1999)
La segunda etapa descripta por Grimson comienza luego del retorno a la
Democracia, en 1983, de la mano del surgimiento de las llamadas radios comunitarias y
alternativas. Este nuevo contexto abrió el acceso para la generación de nuevos espacios
que, de otra manera, estaban restringidos para las grandes emisoras, “aunque también
restringiendo a un alcance local a cada una de estas nuevas emisoras” (Grimson, 1999, p.
104). Por otro lado, como se describe en el punto anterior, durante estos años se consolida
“una nueva generación que había llegado en la infancia desde Bolivia o que había nacido en
Buenos Aires de padres bolivianos” (Grimson, 1999, p. 104) interesada, según el autor, por
80
“la cultura de sus padres” y por la “conservación de la identidad” (Grimson, 1999, p. 104). Al
mismo tiempo, el autor plantea cómo los cambios económicos sufridos en Bolivia durante la
segunda mitad de la década de los ochenta influyen en el crecimiento y proliferación de
programas radiales en la Ciudad:
En la segunda mitad de los años ochenta, después de la reconversión económica que
sufrió el movimiento minero boliviano en 1985 [principalmente, el despido de 21.000
mineros y 35.000 obreros fabriles], comenzaron a llegar a Buenos Aires no sólo
trabajadores de las minas sino también algunos de los que habían trabajado como
periodistas y locutores en las radios mineras, sobre todo de Katavi y Siglo XX. Todos
estos elementos confluyeron para que comenzaran a desarrollarse programas
radiales identificados con la colectividad boliviana en distintas FM. (Grimson, 1999, p.
104)
Por último, la última fase planteada por el autor comienza con la aparición de las
primeras radios referenciadas en la colectividad boliviana, durante los últimos años de la
década del noventa. Según Grimson (1999) el paso de producir programas a fundar radios
significaba un “un cambio cualitativo (…) tanto en torno a la organización, la propiedad y la
presencia en el espectro radial.” (p. 104)
Cabe aclarar que, al momento de la edición del libro del investigador, existían
alrededor de veinticuatro radios identificadas con la bolivianidad. En la actualidad, existen
más de cien radios en el área de la Ciudad de Buenos Aires. Por esta razón, a los efectos de
la realización de este estudio de caso se consideró necesario indagar sobre los años
posteriores, en los que las radios identificadas con la colectividad boliviana se han expandido
y desarrollado en la Ciudad de Buenos Aires. Para esto, se establecieron distintos
encuentros con Juan Vázquez, comunicador y referente de Colectivo Simbiosis Cultural, una
organización creada por jóvenes de la colectividad boliviana, mayormente costureros/as, con
el objetivo de cuestionar, desde acciones culturales y sociales, el trabajo realizado al interior
de los talleres textiles.
Para empezar, Vázquez propone una mirada distinta de lo planteado por Grimson
(1999) para explicar el origen de las radios de la colectividad, ya que encuentra en las
dinámicas económicas las bases organizativas de lo que se conoce como la “colectividad
boliviana organizada”:
No hay ninguna colectividad enorme que no tenga resabios de organización y [en la
colectividad boliviana] hay un montón. La que funciona es la económica, ¿no? La
81
estructura económica funciona muy fuerte. ¿Por qué? Porque se estructura sobre
toda la explotación de una muy cruenta vulnerabilización [sic] de derechos y
cuestiones así. Que no tienen que ver con lo andino, ni nada… Simplemente
aprendes a ser capitalista y entonces lo haces. (Juan Vázquez, conversación
personal, 2017, Mayo, 20)
Cuando habla de “explotación”, Vázquez se refiere a un conjunto de dinámicas
relacionadas con un sector del trabajo referenciado en la Ciudad de Buenos Aires con “lo
boliviano” o “la bolivianidad”: los talleres textiles. En este sentido, rescata el origen de esta
referenciación (tanto al interior de la colectividad, como afuera de ella) en la construcción y
naturalización de una serie de estereotipos que colaboran en invisibilizar y legitimar las
formas complejas de vulneración que sufren, en general, las comunidades migrantes en sus
países de residencia y, en particular, la boliviana en la Ciudad de Buenos Aires:
Generalmente, cuando se habla de estereotipos para mí hay dos tipos de
estereotipos. Unos que son más positivos y otros, más peyorativos. Más en esa línea
de dañar (el boliviano es sucio, es… no sé…) y el otro, entre comillas “positivo” ([el
boliviano] es sumiso, es trabajador, le gusta sikuris…). Varias cosas en esas
construcciones, en principio, anulan un montón de otras cosas. (…) Entonces, (…)
juegan a victimizar y, si se victimiza, se crea también la figura del salvador, ¿no? O
sea, ellos son los pobrecitos que no pueden modificar sus condiciones laborales,
nosotros tenemos que ir a salvarlos. Cuando no lo entendés, digamos. Por qué está
así y demás. No hablando de justificar o, por lo tanto, tratando de apañar eso. Sino
que, más bien, entender la complejidad, como para poder ahí resolver ciertas
cuestiones. (…) ¿Por qué se naturalizan esas condiciones? ¿Por qué se terminan de
aceptar esas condiciones? ¿Por qué se aceptan esas condiciones? Porque el taller,
en las condiciones que se da, le soluciona tres cosas importantes: techo, comida y
trabajo. Ese techo, comida y trabajo, para cualquier migrante, es esencial resolverlo
lo más urgente posible. Y el taller, en esas condiciones de mierda, lo soluciona. A
partir de eso se naturaliza y, después de naturalizarse, ya no se cuestiona más. (Juan
Vázquez, conversación personal, 2017, Mayo, 20)
En función de esta caracterización, realiza un análisis sobre la consolidación de las
estructuras económicas de la colectividad boliviana, en la que la comunicación se convirtió
en un punto fundamental:
82
(…) la estructura económica está muy solventada, hace veinte años, más o menos.
Esos veinte años lo que hicieron fue solidificar, solidificarse, en realidad, y
diversificarse. Bueno, la estructura económica funciona, o funcionaba antes como
talleres y ahora son fábricas. Al diversificarse, o sea, al empezar con los pequeños,
no sé, pequeños negocios y cosas así, la comunicación empezó a ser como
fundamental. Entonces, así es cuando empiezan los primeros programas de radio. En
estos primeros programas, eran más gente que no venía de la estructura fuerte de la
colectividad boliviana, sino gente que vino y pudo estudiar comunicación. Y se metió
y no tenía nada que ver con la colectividad boliviana, pero utilizó eso para poder
laburar ahí adentro, con esa especificidad. Digamos, un locutor boliviano tiene más
posibilidades de laburar adentro de la colectividad boliviana, que por fuera de la
colectividad boliviana. (Juan Vázquez, conversación personal, 2017, Mayo, 20)
En este sentido, Vázquez plantea diferentes momentos. El primero, descripto en la
cita del párrafo anterior, se caracterizó principalmente por la aparición de programas radiales
conducidos y producidos por personas alejadas a las estructuras de la colectividad
organizada. Seguidamente, propone un segundo momento, marcado por el desarrollo y
proliferación posterior de las emisoras radiales, vinculadas económicamente con
empresarios de la colectividad boliviana: dueños de boliches, de fábricas de insumos para la
producción textil, etc.:
El tema es que, después, cada vez se va desarrollando un poquito más, un poquito
más, se armaron las primeras radios y hoy por hoy hay más de 120 radios. Esas
radios eran híper recontra precarias y ahora hay como bastante bien organizadas,
puestas. Creo que, uno, dos por ciento tiene licencia. Pero bueno, todas las
estructuras políticas, económicas y demás generan esos espacios que, hoy por hoy,
ya son diversos y demás. Entonces, la comunicación tiene que ver con eso. O sea, la
radio como radio no es el negocio, sino quién es el que lo pone. Entonces ahí no son
para nada comunitarias, digamos. O sea, no hay ninguna, casi, pero te lo puedo
recontra… No hay ninguna que sea comunitaria. Son… Por ejemplo, la radio La
Chapaquita es del Boliche La Chapaquita. Constelación tiene como estructura o como
principales inversores a Eclíptico, a varios lugares de boliches, de venta de máquinas
y así. (Juan Vázquez, conversación personal, 2017, Mayo, 20)
Es así como, para el entrevistado, las radios referenciadas con la colectividad
boliviana no pueden ser pensadas como “radios comunitarias” en el sentido político-
83
comunicacional del término. Esto se debe a que, en sus concepciones primarias, no existe
una crítica concreta al sistema de medios tradicional, a las formas de organización dentro de
un medio de comunicación o una demanda clara de acceso a la comunicación. Sino que,
para Vázquez, se trata de la reproducción de las mismas dinámicas presentes en el sistema
de medios tradicional, con el objetivo de legitimar las estructuras económicas de dominación
presentes al interior de la colectividad boliviana:
Los espacios se alquilan, no hay estructuras más horizontales, sino son todas
verticales. Digamos, no, no, no… Más de que algún intento, qué sé yo, pero no hubo.
No hay. ¿Por qué? Porque, de hecho, no es negocio. El negocio es lo que está atrás,
digamos. (Juan Vázquez, conversación personal, 2017, Mayo, 20)
De hecho, establece una relación entre la elección de la radio como medio de
comunicación y las estructuras económicas presentes:
Investigadora: Claro. ¿Y por qué la radio como medio de comunicación en este
objetivo? Digamos, ¿por qué no el diario u otra cosa?
JV: Son ciento veinte radios, creo que son dos, tres medios gráficos, dos o tres
medios audiovisuales digitales y nada más. ¿Por qué esa diferencia?
Investigadora: Sí
JV: Por la estructura económica inicial. O sea, digamos, un costurero, cuando está
cosiendo, no puede leer, está escuchando nada más. No puede ver, incluso. Está
escuchando. Por eso que se fue haciendo, ¿no? (Juan Vázquez, conversación
personal, 2017, Mayo, 20)
Por otro lado, en relación con los aspectos propios del mensaje radiofónico
propiamente dicho, menciona algunos rasgos compartidos entre ellas. Estas decisiones
artísticas, según él, se relacionan principalmente con la necesidad de crear una audiencia
amplia y consolidada hacia el interior de la colectividad boliviana, con el objetivo de incidir
según intereses específicos:
Tiene que ver con sostener ese gueto, ¿no? O sea, ese gueto funciona con la
música, con qué tipo de noticias, con qué forma de comunicar, con qué forma de
recrear, incluso. O sea, es muy loco, pero en las radios campesinas allá hay una
forma de hablar y de coso… incluso en aymará y en quechua. Entonces, como que
recrean esas cuestiones. En principio, porque ya las saben, porque les gusta y
porque les lleva a eso. Pero después también es el cálculo de a cuánta gente le
gusta…Periodismo, periodismo, digamos, no hay. Capaz que en el sentido de
84
preguntas y cosas así, sí. Pero, investigación, o sea algo más profesional no, porque
no rinde eso. No genera guita. Hay periodistas, pero como esto es todavía estructura
débil, la comunicación adentro de la colectividad, entonces es de mucha injerencia.
Entonces, todos los periodistas saben que injieren con ciertas cosas y, por lo tanto, lo
analítico o lo demás no interesa, sino, más bien a quién podés joder, o quién no, con
qué rédito, qué querés, alguien. Solamente es eso, digamos. Los medios gráficos,
todos. Todos tienen ese trabajo, digamos. Entonces, es como esa caracterización
que tiene la comunicación de la colectividad boliviana tiene que ver con qué función
cumple para mantener ese gueto. (Juan Vázquez, conversación personal, 2017,
Mayo, 20)
1.4. Estudio de caso: Radio Panamericana (FM 90.7)
Radio Panamericana es una estación situada en la Comuna 8 de la Ciudad de
Buenos Aires, compuesta por los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati, y Villa Riachuelo. Fue
fundada por Natalio Sillani y Reynaldo Apaza (R.), un inmigrante boliviano originario de La
Paz, que migró hacia la Argentina en 1985. El proyecto inició hace más de veinte años
aproximadamente, cuando sus creadores compraron un transmisor e iniciaron el proyecto de
crear una radio en el barrio de Villa Soldati. El nombre original elegido fue Radio Gigante, en
referencia a una famosa FM oriunda de La Paz, Bolivia.
Más tarde, hace siete años, la sociedad fundadora de la radio se separó. Sillani se
quedó con el nombre Radio Gigante, pero compró otra antena, otro transmisor y mudó las
oficinas a la vuelta de las instalaciones originales, donde todavía funciona. Apaza, por otro
lado, quedó a cargo de la emisora original, a la que rebautizó como Radio Panamericana,
homónima del emprendimiento particular de servicios de DJ para eventos de R., quien
describe este negocio como “otra forma de ganarse el mango” (Reynaldo Apaza,
comunicación personal, 2017, Abril 21).
Los principales instrumentos de financiamiento de la radio son la venta del espacio, la
producción de publicidades y su transmisión, compuesta principalmente por comercios y
negocios de integrantes de la colectividad boliviana en la Ciudad. Es importante destacar la
última sección del programa de R., “El Mañanero”, que se llama “Clasificados” y consiste en
la lectura por parte del conductor de publicidades de talleres vinculados con la producción
textil (costura, estampado, corte, etc.) y el ofrecimiento de trabajo en talleres textiles de la
Ciudad.
85
La grilla de programación es variada en su composición y disposición, debido a que
una de las principales fuentes de financiamiento es la venta de espacios a particulares para
la emisión de programas diversos. No obstante, de lunes a sábados se reservan tres
horarios fijos, que son destinados para los siguientes contenidos:
- 7:00 – 9:00 horas. “Para no olvidar”. Magazine informativo producido y conducido
por Yovana Pardo y Alaín René Orellana. Se emite de lunes a viernes.
- 9:00 – 10:00 horas. Un informativo de las principales noticias bolivianas,
retransmitido indistintamente de ERBOL, FIDES o Panamericana, todas emisoras
bolivianas. Al respecto, R. plantea que la decisión de reservar este horario para el
informativo parte de una decisión editorial propia. “¿Por qué retransmito el
informativo? Porque así refuerzo lo que yo digo en mi programa.”
- 11 – 13 horas. “El Mañanero”, programa de política producido y conducido por
Reynaldo Apaza desde el comienzo de la radio.
La emisora tiene un alcance que le permite ser escuchada en todo el barrio en el que
se encuentra y que, incluso, se extiende a los barrios de Villa Soldati, Villa Madero, Villa
Celina y Mataderos, todos pertenecientes a la zona sur de la Ciudad. Según el propietario,
en otras zonas la señal interfiere con radios que utilizan la misma frecuencia para emitir.
Particularmente, se refiere a FM Flores 90.7, radio barrial privada, fundada en 1989. No
obstante, hace un año Radio Panamericana armó su página web, a partir de la cual se puede
escuchar su programación por Internet, sin importar la región geográfica. Según R., esto ha
tenido un gran impacto, que constata con los llamados y mensajes de redes sociales de
personas de otros barrios y ciudades que hoy pueden escuchar la radio (Reynaldo Apaza,
comunicación personal, 2017, Abril 21).
.
2. Diseño metodológico
La metodología utilizada en este estudio de caso, como se ha explicado en el capítulo
anterior, es de tipo cualitativa. Para la recolección de datos de fuente primaria, se ha
decidido utilizar dos técnicas de investigación a lo largo de todo el trabajo de campo: la
entrevista en profundidad y la encuesta de tipo exploratorio. Al mismo tiempo, se ha recurrido
a distintas fuentes secundarias: archivo hemerográfico, trabajos académicos realizados
previamente, información publicada por distintas instituciones pertenecientes al Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires, resultados de Censos Nacionales, entre otras.
86
En este apartado se explicarán, por un lado, los aspectos principales, procedimientos
implicados y usos considerados para las técnicas de recolección de información primaria
seleccionadas. Por otro lado, se desarrollarán las razones principales detrás de la elección
de estos instrumentos en el diseño construido para el abordaje de esta investigación.
2.1. La entrevista en profundidad
La entrevista es una técnica de investigación propia de las Ciencias Sociales. En
principio, es importante diferenciar entre las entrevistas estructuradas y las entrevistas
cualitativas. Las primeras, según Taylor y Bogdan (1987), se llevan adelante cuando es un
propósito de una investigación recabar información de un grupo grande de sujetos. Por esta
razón, éstas adquieren una forma estandarizada y, en algunos casos, se plantean
procedimientos de forma que, los resultados de las mismas, puedan ser comparables.
Por otro lado, las segundas son descriptas como “no directivas, no estructuradas, no
estandarizadas y abiertas.” (Taylor y Bogdan, 1987, p. 194) En las investigaciones que
utilizan este tipo de entrevistas el interés no está puesto sobre “la verdad en sí misma”, sino
en las perspectivas de quienes son sujetos del trabajo. Por esta razón, este tipo de
indagación se caracteriza por su flexibilidad a lo largo de todo el proceso de planificación,
realización, sistematización y análisis de los datos obtenidos. Las entrevistas en profundidad
forman parte de esta categoría.
Taylor y Bogdan (1987) definen las entrevistas cualitativas en profundidad como
“reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuentros éstos
dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de
sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras.” (pp.
194-195) Implican la conversación de igual a igual entre entrevistador/a e informante, en la
que el/la investigador/a no es un mero recolector/a de datos, sino que debe saber establecer
un vínculo con las personas que entrevista, saber qué preguntar y cómo, de modo de poder
recabar la información necesaria para dar cuenta de la manera más detallada y minuciosa
posible sus experiencias, puntos de vista y construcciones de sentido dentro de la vida
social.
Los autores vinculan a esta metodología con la observación participante, debido a
que, de la misma forma, en la entrevista en profundidad se propone un proceso de avance
paulatino, que permita conocer a los sujetos de la investigación a través de indagaciones no
directivas y así poder establecer el enfoque y los intereses de la investigación. Sin embargo,
87
a diferencia con la observación participante, la indagación a partir de entrevistas en
profundidad construye los escenarios en los cuales realiza sus estudios. Esto se debe a que
la observación participante se basa en la recopilación de información directamente del
mundo social y, en el caso de la entrevista en profundidad, lo relevante es el relato de los/as
otros/as. (Taylor y Bogdan, 1987)
Taylor y Bogdan (1987) distinguen entre tres tipos distintos de entrevistas en
profundidad. En primer lugar, la historia de vida o autobiografía sociológica tiene como
objetivo principal presentar “la visión de su vida que tiene una persona, en sus propias
palabras, en gran medida como una autobiografía común.” (Taylor y Bogdan, 1987, p. 195)
No obstante, su principal contraste con una autobiografía popular radica en el hecho de que,
en la historia de vida, el/la investigador/a debe intervenir activamente, solicitando todos los
datos y detalles que le permitan construir “el relato de las experiencias y los modos de ver de
la persona”. (Taylor y Bogdan, 1987, p. 195) Una segunda categoría incluye a las
relacionadas con situaciones que no pueden ser observadas directamente. En este tipo de
investigaciones quienes son entrevistados/as ocupan también un rol de observador/a en el
campo, al que el investigador no puede acceder. Ejemplos de estas investigaciones son las
realizadas sobre los campos de detención y tortura durante la última dictadura militar en la
Argentina. Por último, la tercera tipología, según estos autores, engloba a las que se llevan
adelante cuando se propone analizar una situación o hecho en el que están involucradas una
gran cantidad de personas, pero los recursos (humanos, temporales, económicos) impiden el
abordaje en el campo a partir de la observación participante.
Otras categorizaciones diferencian a las entrevistas no estandarizadas de la
entrevista focalizada -realizada para conocer las reacciones de las personas ante una
situación o hecho determinados, junto con los sentimientos y razonamientos que influyen
esas reacciones-; la estandarizada y programada -en las que se plantea el mismo
cuestionario a una determinada cantidad de entrevistados, con el objetivo de poder hacer
comparaciones-; la estandarizada no programada -en la que se preguntan las mismas
cuestiones a los entrevistados, pero acomodando el cuestionario en función de la persona-;
y, por último, la entrevista a “élites”, una forma de entrevista abierta, en la que los
entrevistados son especialistas en el tema, por lo que pueden acotar los subtemas y
conceptos. (Gómez Ferri et al., 2011)
En este sentido, cabe aclarar que, para esta investigación, se concibe a la entrevista
en profundidad como una técnica no estandarizada, utilizada principalmente en el ámbito de
88
la investigación cualitativa. La ventaja más relevante para este trabajo es que brinda la
posibilidad de explorar las miradas, experiencias y construcciones de los sujetos
involucrados en el caso estudiado. Como se ha planteado previamente, esta tesina no se
propone la construcción de teorías, la comparación de casos o la generalización de
conceptos, sino la descripción y el análisis minucioso del caso seleccionado. Por esta razón,
se considera necesario partir de un diseño flexible y dinámico.
A lo largo del trabajo de campo se han considerado los pasos involucrados según
Taylor y Bogdan (1987): la selección de los/as informantes, la aproximación o contacto, la
planificación de la entrevista, la realización de la entrevista y el control cruzado o
triangulación de la información.
a. La selección de los/as informantes: en este tipo de técnicas de diseño flexible no se
establece un número o tipo de informantes de antemano. Se parte de una idea general,
guiada por la formulación del problema y las preguntas de la investigación. Sin embargo, se
plantea la posibilidad de realizar modificaciones, una vez dentro del campo. Taylor y Bogdan
(1987) resaltan en esta etapa la estrategia del muestreo teórico, en la que el foco no está
puesto sobe la representatividad del número de casos. “Lo importante es el potencial de
cada ‘caso’ para ayudar al investigador en el desarrollo de comprensiones teorías sobre el
área estudiada de la vida social.” (Taylor y Bogdan, 1987, p. 199) Es así como, luego de la
realización de las entrevistas, se presenta una diversificación de sujetos que permita mostrar
la multiplicidad de perspectivas en las que está puesto el interés de la investigación.
Para este trabajo se realizaron entrevistas a personas que participan en Radio
Panamericana, además de presenciar en algunas oportunidades la puesta al aire de los dos
programas fijos en la grilla de programación: “El Mañanero” y “Para no olvidar”. Para el
informe final se han decidido tomar los relatos de Reynaldo Apaza, fundador y director de
Radio Panamericana y Yovana Pardo, productora y conductora del programa “Para no
olvidar”.
b. La aproximación o contacto: esta fase incluye el primer contacto que se establece con
los/as informantes, al comienzo del trabajo de campo. Al respecto, los autores mencionados
en el punto anterior mencionan algunas cuestiones de importancia para considerar en este
momento de la investigación. En primer lugar, plantean la necesidad de explicar a los/as
informantes los motivos e intenciones de la investigación, principalmente la posibilidad de
publicación del trabajo final. Asimismo, aconsejan el empleo de seudónimos para designar
las personas y lugares presentes en la investigación. Este punto es relevante, ya que se
89
debe preservar la privacidad de quienes están involucrados/as en el caso estudiado. (Taylor
y Bogdan, 1987) Cabe aclarar que, para esta investigación, se ha comunicado al comienzo
de cada entrevista sobre los fines y objetivos propuestos. Por otro lado, se ha decidido no
utilizar pseudónimos para nombrar a las personas entrevistadas o a los lugares, debido a
que el objetivo de la misma es dar cuenta de los orígenes, organización, prácticas y
desarrollos de un medio de comunicación. Por lo tanto, a los efectos de establecer criterios
de rigor y validez científica, se considera necesario dar cuenta de las identidades de las
personas y la descripción de los lugares en los que se desenvuelve.
En relación con la palabra final, los autores plantean que una manera de generar
confianza en las personas a las que se quiere entrevistar es brindar la posibilidad de que
puedan leer y realizar observaciones a los borradores, en el caso de que el trabajo de
investigación sea publicado. Incluso, en algunos casos, se les garantiza el poder de veto
sobre lo publicable. En referencia a esto, los autores son reticentes a dar la palabra final a
las personas entrevistadas, aclaran que permitirles la lectura y revisión del producto final
puede consolidar el vínculo con el/la investigador/a y mejorar la calidad del estudio. (Taylor y
Bogdan, 1987) Sobre este tema, se ha decidido no habilitar esta posibilidad a los/as
informantes.
En cuarto lugar, los autores mencionan que, en algunas investigaciones, se ofrece
una remuneración económica por la participación en el trabajo académico. Al respecto, se
explica que el dinero puede oscurecer la relación entre el/la entrevistador/a y el/la
informante, que se tomaría aspectos de un vínculo laboral, no deseable para la realización
de una entrevista en profundidad. No obstante, aclaran que compartir los derechos de autor
de la publicación de un libro con los/as informantes no es lo mismo que pagar por las
entrevistas y genera un “espíritu de compañerismo” en el trabajo académico, sobre todo en
los casos en los que se realizan historias de vida. (Taylor y Bogdan, 1987) Durante la
presente investigación no se ha ofrecido ni solicitado dinero de ninguna manera a lo largo de
todo el trabajo de campo.
Finalmente, con respecto a la logística, se recomienda acordar puntos de encuentro
privados, en los que los/as informantes se sientan cómodos/as para poder hablar sin
interrupciones. Al mismo tiempo, los autores plantean la necesidad de pautar entrevistas de
aproximadamente dos horas, ya que “un tiempo menor es insuficiente para explorar muchos
temas y un lapso mayor dejará probablemente exhaustos a los dos participantes.” (Taylor y
Bogdan, 1987, p. 203)
90
c. La planificación: Taylor y Bogdan (1987) destacan en esta fase que “el sello
autenticador de las entrevistas cualitativas en profundidad es el aprendizaje sobre lo que es
importante en la mente de los informantes: sus significados, perspectivas y definiciones; el
modo en que ellos ven, clasifican y experimentan el mundo.” (Taylor y Bogdan, 1987, p. 204)
Por esta razón, es preciso planificar los encuentros de modo tal de poder ir generando, de
forma paulatina, un ambiente de seguridad y confianza en el que las personas entrevistadas
puedan hablar libremente. De esta manera, los exponentes incluyen distintas estrategias
para lograr que los sujetos presentes en la investigación compartan sus relatos “sin
estructurar la conversación ni definir lo que aquella debe decir.” (Taylor y Bogdan, 1987, p.
204)
Primero, la realización de preguntas descriptivas sobre situaciones, experiencias,
lugares o personas de su vida en un comienzo permite a quienes están siendo
entrevistados/as poder elegir sobre qué hablar sin necesidad de estructurar o direccionar las
respuestas. En segundo término, otra estrategia utilizada en algunos casos es el relato
solicitado. Aquí el/la investigador/a solicita a los sujetos involucrados en la indagación que
redacten escritos producidos por ellos/as mismos/as, en los que cuenten su vida,
experiencias, perspectivas. Este recurso se utiliza especialmente en las historias de vida. La
tercera estrategia es la entrevista con cuaderno de bitácora y consiste en proponer a los
sujetos que lleven un registro cotidiano de sus actividades durante un período determinado.
Esta bitácora sirve luego como recurso al/la investigador/a para la planificación de las
entrevistas con ellos/as. Por último, la utilización de documentos personales de los/as
entrevistados/as (fotografías, dibujos, agendas, etc.) pueden ser de mucha utilidad para
disparar la memoria, revivir emociones, etc.
Taylor y Bogdan (1987) aclaran que, en algunas oportunidades, quien investiga “tiene
una buena idea de lo que pasa por la mente de los informantes antes de que él empiece a
entrevistar. Por ejemplo, algunos entrevistadores han realizado previamente observación
participante; otros utilizan sus propias experiencias para guiar su investigación.” (p. 206) En
este sentido, es necesario aclarar que, para esta tesina, a pesar de no conocer previamente
las personas o lugares del caso estudiado, sí han servido como guía en la investigación el
contacto con integrantes de la colectividad boliviana, así como la experiencia adquirida
durante cinco años a partir de la participación en actividades sociales diversas en el barrio de
Flores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
91
d. La realización de la entrevista en profundidad: en este punto es relevante considerar
dos cuestiones fundamentales: la guía de la entrevista y la entrevista como situación
comunicativa. En relación con el primero, los autores recuerdan que, al no estar hablando de
una técnica estandarizada o rígida, la guía de una entrevista en profundidad:
(…) no es un protocolo estructurado. Se trata de una lista de áreas generales que
deben cubrirse con cada informante. En la situación de la entrevista el investigador
decide cómo enunciar las preguntas y cuándo formularlas. La guía de la entrevista
sirve solamente para recordar que se deben hacer preguntas sobre ciertos temas.
(Taylor y Bogdan, 1987, p. 207)
Por esta razón, es imperante tener un cierto conocimiento sobre la persona que se va
a entrevistar previamente al encuentro, para poder tener una idea de los temas que se
desean abordar, más allá de que tal vez después puedan ser ampliados, o en el encuentro
puedan aparecer cuestiones relevantes que no estaban consideradas desde el comienzo.
Por otro lado, en referencia a la segunda instancia, la entrevista como situación
comunicativa, los autores plantean que quien investiga:
Intenta construir una situación que se asemeje a aquellas en las que las personas
hablan naturalmente entre sí sobre cosas importantes. La entrevista es relajada y su
tono es el de una conversación, pues así es como las personas interactúan
normalmente. El entrevistador se relaciona con los informantes en un nivel personal.
Por cierto, las relaciones que se desarrollan a medida que transcurre el tiempo entre
el entrevistador y los informantes son la clave de la recolección de datos. (Taylor y
Bogdan, 1987, p. 207)
Al mismo tiempo, los exponentes indican algunas estrategias que los/as
investigadores/as pueden llevar adelante para construir el clima apropiado para la realización
de las entrevistas. Primero, no emitir juicio sobre lo que los sujetos entrevistados digan
durante la entrevista. Segundo, permitir que los/as entrevistados/as hablen, ser pacientes y
no interrumpirlos, de forma que la conversación se lleve a cabo con fluidez. Tercero, prestar
atención. Es decir, comunicar al/la otro/a un genuino y respetuoso interés por lo que está
diciendo. Esto implica un ejercicio de empatía, ponerse en el lugar del/a otro/a e intentar ver
las cosas de un modo diferente. Esto se relaciona con la cuarta y última recomendación: ser
sensible. Entender que los gestos, tono y palabras utilizadas también comunican al/a
informante. (Taylor y Bogdan, 1987)
92
Cabe aclarar que, a pesar de que las entrevistas en profundidad deben adoptar la
forma de una conversación cotidiana, la diferencia fundamental con ellas es que en una
entrevista en profundidad quien investiga no debe perder de vista el interés por “los detalles
de las experiencias de las personas y los significados que éstas les atribuyen.” (Taylor y
Bogdan, 1987, p. 210) Esto se logra a partir del sondeo, que consiste en pedir
sistemáticamente aclaraciones, ampliaciones y elaboraciones a lo largo de los encuentros.
Es decir, no asumir que se entiende lo que el sujeto plantea, ya que se corre el riesgo de
incluir luego interpretaciones personales que nada tienen que ver con la mirada particular de
las personas entrevistadas.
e. El control cruzado o triangulación de los datos: finalmente, esta última etapa implica
contrastar todos los datos aportados por los/as entrevistados/as, ya que es necesario
contemplar la posibilidad de inexactitudes, exageraciones o distorsiones en las historias.
El investigador tiene también la responsabilidad de establecer controles cruzados
sobre las historias de los informantes. Debe examinar la coherencia de los dichos en
diferentes relatos del mismo acontecimiento o experiencia. (Taylor y Bogdan, 1987, p.
212)
Asimismo, la utilización de múltiples fuentes de datos a lo largo de la investigación es
un recurso útil, a partir del cual se pueden contrastar los relatos ofrecidos por los/as
entrevistados/as con otras personas, documentos o trabajos de investigación sobre el tema.
2.2. La encuesta de tipo exploratorio
Arias y Fernández (1998) definen la encuesta como:
Una técnica que utiliza un conjunto de procedimientos estandarizados de
investigación mediante los cuales se recoge y analiza una serie de datos de una
muestra de casos representativa de una población o universo más amplio, del que se
pretende explorar, describir, predecir y/o explicar una serie de características. (p. 40)
Asimismo, Casas Anguita et al. (1993) resumen las características de esta
herramienta de recolección de datos en cinco aspectos centrales:
i. La información se obtiene mediante procedimientos de observación indirecta, a través
de las respuestas de los/as encuestados/as. Por lo tanto, sus resultados pueden no
corresponderse con la realidad en algunos casos.
93
ii. Permite, a partir de la utilización correspondiente de técnicas de muestreo, la
generalización de los datos obtenidos a la totalidad del universo estudiado.
iii. El foco de las investigaciones que se valen de esta técnica de investigación no está
puesto en las personas encuestadas, sino en el universo representado por la
muestra.
iv. Posibilita la indagación sobre una multiplicidad de temas al mismo tiempo.
v. La recolección de datos se realiza a partir de un cuestionario estandarizado para toda
la muestra. Esto brinda recursos metodológicos a quien lleva adelante este tipo de
técnicas para realizar comparaciones entre distintos grupos.
Sin embargo, Pimienta Lastra (2000) distingue entre encuestas no probabilísticas y
probabilísticas. De esta manera, define a las encuestas desde un abordaje más general, al
plantear que son mediciones realizadas en un momento determinado para reunir información
sobre un grupo o población específica (Pimienta Lastra, 2000). En este marco, plantea el
concepto de población como:
El agregado o colección de elementos que poseen las características que se desean
investigar; ésta puede delimitarse espacial y temporalmente. A cada elemento de la
población sujeta a investigación se le llama unidad de muestreo y al elemento de la
población del cual se obtienen los datos se le denomina unidad de información.
(Pimienta Lastra, 2000, p. 264)
Para este autor, las encuestas por muestreo se dividen en dos grupos: las muestras
probabilísticas y las no probabilísticas. En las primeras, la muestra se establece a partir de
procedimientos técnicos específicos sobre el universo total estudiado, lo que permite luego
hacer inferencias y conclusiones generalizadas. En las segundas, el estudio y su análisis
sólo puede extenderse a la población alcanzada por la muestra. (Pimienta Lastra, 2000)
La diferencia fundamental de estos dos tipos distintos de sondeos radica en la
representatividad del estudio, que depende de la selección de la muestra:
En el probabilístico se habla de una selección aleatoria de las muestras en el que
cada elemento de la población tiene una probabilidad conocida no nula de ser
seleccionado, con lo cual cada elemento de la muestra represente a un sector de la
población y su totalidad a toda la población. (…) En el muestreo no probabilístico las
muestras no son aleatorias -de ahí que con frecuencia se diga que no son
representativas- sino de tipo casual o fortuito. (Pimienta Lastra, 2000, p. 265)
94
Dicho esto, con respecto al tipo de muestreo, Pimienta Lastra (2000) destaca en el
ámbito de las encuestas de muestreo no probabilístico distintos tipos:
i. Muestreo casual o fortuito: en este caso, las muestras se conforman a partir de
personas voluntarios o unidades muestrales incorporadas de forma casual.
ii. Muestreo de selección experta: en estas investigaciones las unidades muestrales son
seleccionadas por expertos/as, a partir de su conocimiento para los especímenes,
sujetos o porciones del universo seleccionado “representativas o típicas” (Pimienta
Lastra, 2000, p. 265)
iii. El método de poblaciones móviles: esta forma de selección parte de la idea de
captura-marca-captura. Es muy utilizado en ámbito de las Ciencias Biológicas, para el
estudio de especies animales en peligro de extinción, por ejemplo. En el caso de las
Ciencias Sociales, se ha utilizado para analizar los movimientos migratorios en la
frontera terrestre de México y los Estados Unidos, por ejemplo. Consiste en
determinar la población total en base a la proporción de sujetos durante la instancia
de recaptura, o sea, quienes fueron capturados/as previamente y marcados/as.
iv. Muestreo por cuotas: esta metodología es harto utilizada para la realización de
investigaciones de marketing y encuestas de opinión pública. En estas indagaciones,
los encuestadores/as son instruidos para que realicen un determinado número de
encuestas (cuotas), de modo de alcanzar, de esta manera, un número más o menos
representativo de la totalidad del universo seleccionado. Cabe aclarar, en este caso,
que para muchos/as investigadores/as, sobre todo los/as que se especializan en la
realización de estudios de mercado y/o marketing político, esta técnica de selección
de la muestra arroja resultados representativos y, por lo tanto, conforma una
encuesta de muestra probabilística.
Al respecto, Pimienta Lastra (2000) plantea que:
Aunque en este tipo de muestreo el juicio y controles de selección de la muestra
dependen del que diseña la encuesta, el encuestador es quien finalmente determina
libremente cuáles son los elementos representativos de la población al momento de
seleccionarlos, dentro de la cuota que le fue asignada. Además de la selección por
cuotas se debe mantener la selección aleatoria, no es suficiente con la selección
concienzuda de las cuotas, es necesario asegurar empíricamente que cada miembro
de la población tenga la misma probabilidad de ser parte de la muestra. En este caso,
95
la selección de la muestra por parte del entrevistador es muy importante en la
eliminación de aspectos subjetivos. (p. 266)
Por otro lado, en relación con el enfoque metodológico, López Romo (1998) distingue
entre cuatro tipos distintos de encuestas: exploratorias, descriptivas, explicativas y causales.
Las primeras, tiene el propósito de establecer un primer acercamiento metodológico al
problema estudiado. Según el autor, “sirven para identificar características generales, o
dimensiones del problema, así como para establecer hipótesis y alternativas de trabajo.”
(López Romo, 1998, p. 6). Por esta razón, para la realización de estos sondeos no es
necesario el establecimiento de una muestra representativa del universo. Las descriptivas,
en segundo término, se realizan para general elementos que sirvan para la precisa
descripción de un fenómeno estudiado. Por otro lado, las terceras intentan determinar la
frecuencia en la que una situación o fenómeno se relaciona con otro y de qué formas. Para
finalizar, a partir de las encuestas causales se intentan establecer vinculaciones de causa
entre distintas variables.
A los efectos de analizar aspectos relacionados con las instancias de recepción,
consumo e interpretación de los contenidos producidos por el caso seleccionado, para este
trabajo se realizó una encuesta exploratoria de muestro no probabilística a integrantes de la
colectividad boliviana que residen en la Villa 20. Con la realización de este estudio no se
pretende llegar a conclusiones o plantear hipótesis generales sobre la totalidad de la
colectividad boliviana y sus vinculaciones con el medio de comunicación estudiado. En
cambio, el objetivo es obtener datos que permitan señalar elementos de relevancia y
describir de manera preliminar las distintas instancias de recepción de los discursos de la
emisora analizada.
A continuación, se describirán los seis pasos, según López Romo (1998), implicados
en la realización de una encuesta y considerados para la realización del sondeo realizado en
este trabajo:
a. Identificación del problema: Implica detallar concretamente el objetivo del trabajo. Para
ello, es necesario tener en cuenta tres aspectos centrales: la naturaleza del conocimiento
buscado, las partes constitutivas del problema y la forma de medir las partes del mismo.
Para el primero, es importante incluir en la formulación el procedimiento metodológico
esencial que guía la investigación. Asimismo, las partes constitutivas del problema
refieren a los temas en los que se concentrará el estudio. Finalmente, estos temas deben
ser expuestos de forma correspondiente a la manera en la que van a ser medidos.
96
Dicho esto, el tema y el problema de la encuesta realizada en la presente tesis
monográfica son:
b. Diseño de la muestra: El primer punto a tener en cuenta aquí es el establecimiento de la
población o el universo a estudiar. “El universo es el conjunto de los elementos a los
cuales se desea extrapolar los resultados de la muestra.” (López Romo, 1998, p. 15)
Existen múltiples criterios que pueden ser contemplados para la definición del universo de
estudio (sociales, económicos, demográficos, psicológicos, etc.) Al mismo tiempo, el
marco muestral es el espacio, territorio, delimitación a partir de la cual todos los
elementos que conforman el universo pueden ser elegidos para participar. Por un lado, los
marcos muestrales-lista son enumeraciones de todas las características que tienen que
reunir los elementos que forman parte del universo. El marco muestral-área, por otro lado,
implica una delimitación territorial geográfica.
Para la encuesta realizada en este trabajo de investigación, se decidió establecer
como universo los/as integrantes de la colectividad boliviana residentes en la Villa 20, Villa
Lugano, Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, se plantea el marco muestral-área
correspondiente en la Figura 1, incluida en el Anexo.
Por otro lado, debido a que se trata de una encuesta exploratoria, la muestra no es
representativa del universo estudiado. La selección de la misma se llevó adelante a partir
del procedimiento de muestra casual o fortuito. Se realizaron treinta y cuatro encuestas a
voluntarios/as pertenecientes a la colectividad boliviana, a partir del contacto con diversos
grupos y organizaciones de la colectividad boliviana en la Villa 20 de la Ciudad de Buenos
Aires.
c. Diseño del instrumento: Esta fase consiste, principalmente, en pensar los conceptos a ser
sondeados y la forma en la que serán ponderados y cuantificados durante el proceso de
medición. La medición es el mecanismo desde el cual “las ideas son dimensionalizadas
de acuerdo a reglas” (López Romo, 1998, p. 30) Esto se realiza con la formulación de
indicadores o preguntas. Para poder medir un concepto correctamente es preciso que
TEMA
Las instancias de recepción o procesos de consumo de contenidos radiales.
PROBLEMA
Explorar las verbalizaciones asociadas a la radio, en general, y a Radio
Panamericana, en particular, dentro de la colectividad boliviana de la Villa 20.
97
cumplan dos requisitos: validez y confiabilidad. La validez implica operacionalizar la
medición del concepto de manera satisfactoria. Por otro lado, la confiabilidad se trata de
plantear una medida “libre de errores aleatorios” (López Romo, 1998).
Con respecto a los niveles de medición, el autor diferencia entre cuatro: el nominal,
utilizado para para clasificar las posibles respuestas y/o comportamientos; el ordinal, a
partir del cual, se pueden cuantificar conceptos en función a un orden o secuencia; el
intervalar, en el que “la cuantificación del concepto guarda un orden numérico que
mantiene espacios iguales entre los valores numéricos y que puede tomar la
operacionalización del concepto” (López Romo, 1998, p. 32), por ejemplo, la edad.; y, por
último, el nivel de razón, cuando el concepto guarda una relación numérica y parte de un
cero absoluto. Éste no es utilizado en las Ciencias Sociales. (López Romo, 1998)
Al mismo tiempo, también existen diferentes formas de formulación de los conceptos.
Cada una de ellas tiene sus ventajas y desventajas. López Romo (1998) destaca las
preguntas abiertas, las cuales permiten respuestas libres por parte de los/as
encuestados/as; las preguntas cerradas, que proponen en su formulación alternativas
específicas para las respuestas; las escalas multidimensionales, en las que, a través de
varias preguntas, se miden todos los aspectos relevantes de un concepto; la producción
de registros de comportamiento durante la realización de la encuesta; y, finalmente, la
provisión de reportes, sobre todo en los casos en los que se pretenden estudiar conceptos
a lo largo de un amplio periodo de tiempo.
Para la formulación de las preguntas es preciso atender al cumplimiento de distintos
criterios durante la redacción (López Romo, 1998). En primer lugar, deben ser
focalizadas, es decir, referir concretamente al tema de interés. También, su formulación
debe ser breve y clara, de modo de evitar múltiples interpretaciones. En cuarto lugar,
deben ser simples. Para esto, el autor recomienda que cada pregunta se refiera a un solo
tema. Por otro lado, deben ser relevantes, no sólo a los efectos de la investigación, sino
también, para el entrevistado; “(...) deben estar localizadas dentro de su marco de
referencia.” (López Romo, 1998, p. 35) Asimismo, proponer criterios de respuesta
definidos impide que los datos recogidos sean ambiguos y/o no comparables. Finalmente,
tanto las preguntas, como las respuestas no deben estar dirigidas.
En el Anexo de este trabajo se encuentra el cuestionario final producido para la
realización de la presente investigación.
98
d. Recolección de la información: Esta etapa consiste en la salida al campo, en la que se
contacta a los/as respondientes y se realizan las encuestas. En principio, se entiende
relevante mencionar los posibles sesgos de quienes son encuestados/as en el momento
en el que respondan al cuestionario. Cabe aclarar, igualmente, que esto debe
considerarse previamente, durante la producción del instrumento, con el objetivo de evitar
todo tipo de sesgo. López Rogo (1998) habla de diferentes sesgos que pueden aparecer
al momento de la recolección de datos:
i. Deseabilidad social. Cuando un/a respondiente contesta al cuestionario, no en
función de sus conductas, sino en correspondencia con sus deseos o aspiraciones.
ii. Sesgo de cortesía. Cuando se responde el cuestionario esperando complacer al/la
encuestador/a.
iii. Tendencia a repetir respuestas. Cuando se completa el cuestionario sin reflexionar en
lo que se está inquiriendo. Es muy común en encuestas cuyos interrogantes no son
claros o son demasiado amplios.
iv. Prestigio. Puede suceder que, si el tema sobre el que se está preguntando es auto
descriptivo, el/la encuestado/a tienda a presumir o exagerar sobre sí mismo/a.
v. Hostilidad/tabú. Es común en las encuestas relacionadas con enfermedades de
transmisión sexual, por ejemplo. Por lo general se manifiesta con respuestas
modificadas o camufladas y está relacionado, como ejemplificamos anteriormente,
con temas que generan angustia, temor, vergüenza, etc.
vi. Patrocinio de la encuesta. Cuando el/la respondiente identifica quién o para quién se
está realizando la encuesta, puede modificar sus respuestas si posee una opinión
positiva o negativa del patrocinador.
vii. Planteamiento mental. Implica el esquema de pensamiento propio de quien responde
el cuestionario y debe tenerse en cuenta, ya que, sin importar el instrumento o cómo
se lleva a cabo, todas las personas interpretan las preguntas desde su propia
subjetividad.
viii. Polarización de respuestas. Suele suceder que las personas, frente a una encuesta,
tiendan a situar sus opiniones en extremos. A pesar de que se permitan opiniones
intermedias, es algo que debe ser considerado.
Otro aspecto que debe ser abordado durante esta fase de la realización de un sondeo
es la estrategia de aproximación a las potenciales personas encuestadas, que se llevará
adelante durante el trabajo de campo. López Romo (1998) identifica tres técnicas posibles.
99
En primer lugar, los abordajes personales. Es decir, cara a cara. Algunas formas de
establecer un contacto personalmente son:
i. Casa por casa. Cuando se aplica la entrevista en cada hogar.
ii. Centros de afluencia. Cuando se recurre a espacios en los que circulan
cotidianamente personas que pueden ser potenciales respondientes.
iii. Intercepciones. Cuando se contacta a una persona inmediatamente después de que
haya realizado una actividad específica relacionada con el tema estudiado.
iv. Concentraciones. Poco frecuente. Se realiza para medir comportamientos, reacciones
u opiniones frente a eventos masivos.
Luego, otras formas de contacto con las personas potencialmente abordadas es el
contacto por teléfono y por correo.
Como se planteó previamente, durante la etapa de recolección de datos del
sondeo realizado para esta tesis monográfica, se recurrió al abordaje de tipo personal en
distintos centros de afluencia barrial (comedores comunitarios, actividades organizadas
por grupos de la colectividad en el barrio, etc.)
e. Procesamiento y análisis de la información: Una vez finalizado el trabajo de campo, esta
parte del proceso de realización de la encuesta consiste en el ordenamiento y
procesamiento de los datos recabados, a partir de su cuantificación. Seguidamente, se
incurre en el análisis de los mismos, tarea que se lleva adelante estableciendo categorías
de análisis, realizando tareas de producción estadística, etc. Cabe recordar que, debido a
que durante este trabajo se realizó una encuesta de tipo exploratorio y, por lo tanto, no
probabilística, durante esta instancia no se llevaron adelante mecanismos de relación,
causalidad o generalización.
f. Generación de informes: El proceso de realización de la encuesta no puede finalizar sin la
generación del informe correspondiente, en el que se comuniquen los datos obtenidos en
el sondeo. Durante esta parte se debe volver a las primeras instancias de definición del
tema, problema y objetivos de la encuesta, para poder detallar si la investigación logró
responder las preguntas iniciales, de qué manera, cuáles fueron los aspectos más
importantes de la misma y, en el caso de que corresponda, proponer nuevas líneas de
investigación que se desprendan de ella.
100
3. Informe final
Este apartado se ha organizado en función al trabajo realizado durante la
sistematización, procesamiento y triangulación de los datos recolectados durante la etapa del
trabajo de campo. En los primeros dos puntos se describen las características principales de
los dos programas que sostienen un espacio fijo en la grilla de programación del caso
estudiado: “El Mañanero” y “Para no Olvidar”. Se incluyen, también, aspectos relevantes de
la biografía de los creadores y responsables de estos programas. Cómo y cuándo llegaron a
la Argentina, su vinculación con el barrio, con la radio, etc.
Luego, en los títulos siguientes se intenta enfocar el análisis en tres cuestiones
surgidas durante la realización de las entrevistas en profundidad, con el objetivo de
responder algunas de las preguntas iniciales de la presente investigación. Por un lado, las
verbalizaciones con respecto a la radio y la colectividad boliviana. Las concepciones sobre la
radio como medio de comunicación, sus potencialidades, las percepciones sobre las radios
definidas como “de la colectividad” y sus diferencias con otras. También, se exponen las
articulaciones existentes entre los medios de la colectividad en la Ciudad, experiencias
relatadas por los/as entrevistados/as de esas articulaciones y las redes existentes en estos
ámbitos con Bolivia.
A continuación, en los párrafos bajo el subtítulo “La radio y las prácticas político-
territoriales” se propone detallar las formas de participación de los/as entrevistados/as en el
territorio en el que se encuentra la radio, analizar el lugar o el rol que le asignan a la radio en
el ámbito político-territorial, sus usos, incidencias y, por último, plantear algunos problemas
surgidos durante el proceso de triangulación de la información en referencia a estas
cuestiones.
En tercer lugar, el título siguiente se destina a presentar las relaciones verbalizadas
por parte de los/as entrevistados/as entre la radio y el trabajo, desde el punto de vista de la
recepción. Especialmente, con el trabajo dentro de los talleres textiles. Se considera
relevante destacar y analizarlas debido a que, en principio, no formó parte de las preguntas
de investigación formuladas durante el comienzo de la investigación. Por otro lado, Juan
Vázquez, la persona entrevistada durante la etapa de producción del marco de referencia,
establece, de la misma manera, una vinculación concreta y directa entre la aparición de las
radios de la colectividad y el funcionamiento de talleres textiles en la Ciudad.
101
Por último, en el último apartado se presentan los resultados de la encuesta
exploratoria realizada en el marco del estudio de caso, en el que el propósito principal es
indagar cuestiones relacionadas con el consumo de la radio como medio de comunicación
(en general) y Radio Panamericana por parte de integrantes de la colectividad boliviana en la
Villa 20.
3.1. “El mañanero”: la línea editorial de Radio Panamericana
Sentado en el asiento del operador detrás de una pequeña consola, una computadora
y un equipo de música, desde donde controla el volumen, el conductor de “El Mañanero”
recuerda su infancia en Bolivia:
A los catorce años trabajaba en un servicio de DJ. Me ponía al lado del que pasaba
música y él me decía: quiero poner ‘Last Train to London’ de Electric Light Orchestra.
Entonces, yo buscaba el disco, lo sacaba de su funda, lo limpiaba y se lo pasaba.
¡Imagínate, en ese momento se pasaban discos!” (Reynaldo Apaza, comunicación
personal, 2017, Abril 21)
Es la segunda mañana. El estudio de la emisora se dispone en un ambiente con una
ventana enrejada que da al pasillo de tierra. Una pared de durlock debería separar la pecera
de la estación del/a operador/a. Pero, al no tener vidrio, ni haber división alguna que separe
la consola del resto de la habitación, esa división no tiene mucho sentido. Del otro lado de la
separación de yeso, se encuentran una mesa ovalada y grande, sillas, dos micrófonos y una
computadora que utiliza Mary, su hija, secretaria de la radio y eventual operadora. Al entrar,
lo primero que se observa es un banner de la altura de toda la pared que, en colores verde,
amarillo y rojo, expresa: “Radio Panamericana. FM 90.7. Cadena Abierta 96.1. Una emisora
con altura y con estilo propio. Música elegante”
Radio Panamericana se encuentra ubicada en un pasillo sin nombre, al que se
accede por la calle Chilavert, justo frente a la Escuela Técnica N°13 Ing. José Luis Delpini. Si
alguien no vive en el barrio, para llegar a destino tiene que entrar por las calles Pola y Av.
Cruz, caminar por Pola una cuadra hasta Chilavert, doblar a la derecha y caminar dos
cuadras, hasta ver el predio de la escuela. Luego, doblar a la derecha en el primer pasillo y
caminar media cuadra, hasta ver, de mano derecha, una casilla con una ventana enrejada,
casi siempre con la persiana medio baja, desde donde se puede ver el estudio. Es muy difícil
perderse, porque mientras se camina por el barrio, cualquier paisano/ al/a que se le pregunta
por “la radio de Reynaldo” sabe indicar perfectamente el camino. Una mujer a la que se le
102
consultó esto en la calle Chilavert, frente a la escuela, respondía: “Tenés que doblar acá, en
este pasillito. ¿Ves la antena, ahí arriba?” (vecina del barrio, conversación personal, 2017,
Abril 21), y señala con el dedo hacia el cielo, donde se puede observar, entre los edificios a
medio construir y los cables colgados, todos desordenados, una antena de radio.
Como se menciona previamente, R. emigró hacia la Argentina en 1985. “Con una
mano atrás y otra adelante” (Reynaldo Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21),
describe. “Dormí tres días en la estación de Morón hasta que pude empezar a encontrar un
trabajo y lugar donde vivir” (Reynaldo Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21). Tenía
alrededor de 18 años y el oficio que había aprendido era ayudante de chapista. Antes de
venir a la Argentina no se había dedicado a nada que estuviera vinculado con la radio,
exceptuando la changa antes descripta, como ayudante de DJ.
Luego de establecerse en Buenos Aires, antes de comprar el transmisor se interesó
en la radio y comenzó el programa que actualmente conduce en Estación Latina, una FM
privada, asentada en el barrio de Floresta. Durante esta experiencia, R. plantea por lo menos
dos cuestiones relevantes. Por un lado, la discriminación sistemática sufrida hacia la
colectividad por parte del dueño argentino de la estación:
Ahí tuve un problema con el dueño. En esa radio había muchos programas de la
colectividad y siempre venía la paisanada a pedir ayuda. Pero, cuando el dueño
estaba y la veía, empezaba a tirar desodorante. Yo una vez lo veo y le pregunto:
“¿qué estás haciendo? ¿Por qué haces eso?”. Él me respondió que los bolivianos
tenían mal olor. Y yo ahí le dije: “pero no puedes hacer eso. Eso es discriminación.”
Pero él me decía que era su radio, entonces él podía hacer lo que él quisiera. Yo me
quedé un tiempo más, pero ya estaba que me quería ir. Pasaron como seis meses,
hasta que un día lo vi hacer lo mismo y me re calenté. Lo puteé y me fui. (Reynaldo
Apaza, conversación personal, 2017, Abril 21)
Sin embargo, es interesante ver, también, la conciencia de R. sobre la importancia
que los programas de la colectividad boliviana tenían en términos económicos y de
sustentabilidad para las pequeñas radios barriales. Es decir, la clara posibilidad de un
mercado:
Fijate, que ahí fue cuando compramos con mi amigo el transmisor y pusimos la radio
en Soldati. Yo sabía que a ese tipo lo quería matar. Entonces, cuando tuvimos la
radio le dije a mi amigo: “compitámosle. ¿Cuánto cobra el espacio él, veinte? Bueno
103
nosotros, cobremos quince.” Y, en como un año, le habíamos sacado todos los
programas. (Reynaldo Apaza, conversación personal, 2017, Abril 21)
Cuando se le pregunta cómo surgió su interés en el medio de comunicación, plantea
que las radios tienen una función de ayuda social directa dentro de la colectividad boliviana.
Como ejemplo, menciona las colectas que se organizaban para ayudar a familias bolivianas,
quienes se acercaban a la radio porque se había muerto un familiar y no tenían dinero para
pagar el sepelio. Sin embargo, dice que ya no hace más colectas, desde aquella vez en la
que descubrió que una pareja de bolivianos había estado recorriendo varias radios de la
colectividad para pedir dinero:
Estaba por Liniers. Más temprano una mujer y un hombre habían ido a la radio a que
le diéramos la plata que habíamos juntado para ellos. Ni me acuerdo para qué era.
En eso me llama un amigo y me dice: “Reynaldo, ¿vos no habías organizado una
colecta para esta gente para esto, esto y esto?”. “Sí”. “Bueno, ¿porque vos sabés que
ahora están en tal radio hablando y pidiendo por lo mismo?”. “¡¿Cómo?!”. Di vuelta el
auto, me fui para la radio, le abrí la puerta y les dije de todo. Me querían devolver la
plata, pero les dije que no quería nada, que el problema no era la plata. (Reynaldo
Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21)
El trabajo social que, según R., hoy realiza su radio se basa en reproducir boletines
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y transmitir información del Ministerio de
Desarrollo Social del gobierno porteño sobre violencia de género, entre otras cosas.
Especialmente, menciona los diálogos que mantienen muchas veces con los profesionales
del Centro de Salud y Atención Comunitaria (CESAC) N°18 del barrio. No obstante, durante
la transmisión del programa siguen apareciendo personas del barrio a hablar con él entre
tanda y tanda. A veces, la conversación se resuelve en unos minutos. En otras
oportunidades, se disculpa por unos momentos y sale del estudio, mientras la música sigue
sonando.
El programa de Apaza tiene el formato de un programa de opinión sobre temas de
política, pero no parecería respetar una estructura muy rígida. Consiste principalmente en el
comentario del conductor sobre temas de agenda seleccionados desde Internet. Estas
intervenciones son intercaladas con los llamados de oyentes, quienes pueden expresar sus
puntos de vista y conversar con el conductor. Sin embargo, R. mantiene en todo momento
una postura pedagógica con quienes se comunican en la radio, intentando explicar sus
opiniones o convencer a sus interlocutores/as sobre lo que está proponiendo. De hecho, de
104
la misma forma que plantea la función social previamente descripta, el entrevistado plantea
una función de educación de la radio en la situación de comunicación que se establece con
el público.
Al mismo tiempo, cuando se indaga sobre las temáticas de interés en su programa, el
conductor y director de la radio explica que “El Mañanero” es el espacio en el que se esboza
de forma clara la línea editorial de su emisora, línea que busca reforzar en la selección de los
informativos que se transmiten: “En los informativos es reforzado lo que yo digo.” (Reynaldo
Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21) Como ejemplo, R. menciona acontecimientos
de la política regional que se corresponden con la agenda sostenida por los medios masivos
de comunicación, como la situación política actual de Venezuela. Por otro lado, con respecto
a la Argentina hace referencia, de la misma forma, a temas coyunturales de la agenda
mediática, los cuales vincula a una “función de comunicación” propia de la radio:
R.: Algunas radios hacen política (…). Pero yo veo más una función social y de
comunicación de la radio.
Investigadora: ¿A qué se refiere con una función de comunicación de la radio?
R.: Por ejemplo, con el gobierno de Macri, porque algunos me dicen que lo defiendo.
Pero no es que lo defiendo. No es defender el Estado de Macri, sino la democracia.
Yo no soy afín al gobierno. O, también, es hacer enterar de todo lo que pasa en el
barrio. (Reynaldo Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21)
De esta manera, se pueden observar dos cuestiones. Primero, la relevancia que
otorga a la radio como herramienta de difusión de temas importantes dentro del barrio. Esto
guarda significación, ya que incorpora cuestiones que se corren de la agenda tradicional de
medios y jerarquiza problemáticas o informaciones de índole comunitario. Segundo, la
necesidad por parte del entrevistado de clarificar posicionamientos políticos e ideológicos
claros con respecto al país en el que reside actualmente.
Otro ejemplo de esto puede encontrarse en la respuesta de R. a la pregunta sobre si
los temas de política argentina son considerados de interés durante la producción de “El
mañanero”. Cabe aclarar que, durante el encuentro establecido, la agenda nacional incluía el
tema de las declaraciones realizadas por diferentes referentes de la política y la sociedad
argentina sobre el número de víctimas que había dejado la última dictadura cívico-militar en
el país:
Mi interés por la política y por la historia argentina fue de a poquito mutando.
Charlando y discutiendo con mis amigos argentinos fui interesándome y aprendiendo.
105
Por ejemplo, es muy importante lo de la Dictadura. Porque se habla de 30.000
desaparecidos. Pero eso no es cierto, porque hay que ver de verdad cómo fueron las
cosas. Fueron 3.000. (Reynaldo Apaza, conversación personal, 2017, Abril 21)
Finalmente, en relación con la música, R. aclara la importancia de pasar música
variada con respecto a los géneros y orígenes. Esto se debe a que, desde el punto de vista
artístico, el interés no está centrado en apuntar únicamente al interior de la colectividad
boliviana. Menciona otras comunidades migrantes, como la peruana y la paraguaya. En este
sentido, R. entiende a la música como un componente discursivo que delimita identidad
cultural y remite a “la nación”. Es decir, la construcción de una definición identitaria que
establece fronteras culturales y que implica una práctica social y política. Puede determinar
la pertenencia del público a una nacionalidad, o a otra. Elemento estético y político dentro de
la construcción del discurso radiofónico.
3.2. “Para no Olvidar”
El programa “Para no Olvidar” se emite en la 90.7 de Villa 20 hace diez años. A pesar
de que durante ese tiempo hubo momentos en los que pasó por otras radios de la
colectividad, como Radio Conquistador, Yovana Pardo (Y.) y Alaín René Orellana (A.)
sostienen un vínculo con Radio Panamericana desde las épocas en las que todavía era
conocida en el barrio como Radio Gigante:
Uno llega a tener, la verdad, un amor, un aprecio al lugar donde uno está trabajando.
Digo yo, debe ser eso porque fuimos a otras radios de allá, más allá y también más
allá, pero volvimos siempre acá. ¿Por qué? Por la accesibilidad al lugar también,
digo, porque está cerca también de trabajar con las otras actividades que tenemos.
(Yovana Pardo, comunicación personal, 2017, Mayo, 14)
Y. y A. están casados hace veintiocho años y llegaron a Buenos Aires hace más de
veinte años desde Oruro, Bolivia. Se habían conocido a los doce años en la escuela y su
primer contacto con la radio fue en la secundaria: “El centro de estudiantes también tenía la
iniciativa de…en ese tiempo estaba de moda, ¿no? Que los centros de estudiantes tengan
su espacio radial” (Yovana Pardo, comunicación personal, 2017, Mayo, 14). En ese
momento, A. era el vicepresidente e Y. también tenía un rol de participación gremial en la
escuela. De esta forma, los dos se hicieron responsables del programa radial, experiencia
que retomarían años más tarde, por las potencialidades sociales y expresivas del medio:
106
Investigadora: ¿Qué les gustó de la radio? ¿Por qué continuaron después de esa
experiencia [en el centro de estudiantes]?
Y.: Porque se puede transmitir. Se puede transmitir un mensaje a los demás. La
comunicación es importante, porque puedes expresarte y porque, otra cosa, para mí
realmente la radio puede transformar, puede aportar a la sociedad. Porque lo que vos
dices positivamente le llega al otro. Lo acepta el oyente y le llega el mensaje. Y eso
es lindo. Dejar un mensaje a los demás. (Yovana Pardo, comunicación personal,
2017, Mayo, 14)
Cuando llegaron a Buenos Aires, Y. y A. se instalaron directamente en la Villa 20,
donde ya vivía toda la familia de Y., a diferencia de la familia de A., que se quedó en Bolivia.
Al tiempo de la mudanza, Y. comenzó a participar políticamente en el barrio. Ha conformado
la Junta Vecinal, órgano representativo de los/as habitantes del barrio, que se elige de forma
directa cada año. Dentro de la junta, una de sus primeras propuestas, recordando su época
de representante estudiantil, fue plantear que la Junta Vecinal creara su propio espacio en
una radio para comunicarse de forma directa y cotidiana con los/as vecinos/as:
Así nació “Frente hacia el Futuro”, programa emitido en la entonces llamada Radio
Gigante. Esta fue la primera aparición de Y. y A. en el éter porteño de la Villa 20. El
programa se emitía los jueves y consistía en comunicar las actividades realizadas por la
Junta Vecinal, brindar información relevante y útil sobre servicios y programas del Estado,
etc. Aquí se puede rastrear, como en el caso de Reynaldo Apaza, una vinculación entre la
práctica político-territorial y la radio, tema que será desarrollado con más detalle en los
apartados siguientes.
“Para no olvidar” surgió más adelante, en respuesta a una necesidad que Y. y A.
veían en el ámbito de los programas de radio de la colectividad boliviana:
(…) porque acá siempre pasaban música y no te ofrecían… música, música, música.
Nunca había una información, nunca había un entretenimiento, ¿no? Después
nosotros decidimos hacer nomás que todo. Para hacer, para felicitar ¿sí? Para
felicitar a la gente que nos llame… porque faltaba eso, ¿no? En el barrio, más que
todo, en nuestra colectividad siempre fue así, habíamos visto, ¿no? “Quiero felicitar a
mi papá…”, que esto, que lo otro. Lo que andaba a ser el “feliz cumpleaños” …y,
después de eso, el tema musical que él pedía… Entonces… una dedicatoria,
digamos, ¿no? Entonces, vimos eso nosotros. ¿Por qué no lo hacemos? (Alaín René
Orellana, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
107
Como se puede observar, la falta que A. describe se relaciona con una construcción
de la radio desde una perspectiva comunitaria, pero no desde una concepción política sobre
la comunicación y/o la cultura, sino desde la literalidad del concepto. Una mirada en la que el
medio atiende a un vínculo cotidiano con los/as oyentes.
El nombre del programa, según sus creadores/as, tiene un doble significado. Por un
lado, hace referencia a la nostalgia sobre un tiempo pasado, relacionado principalmente con
las generaciones migrantes desde Bolivia a la Argentina en los años ochenta y noventa,
como ellos:
Para no olvidar, digamos, eh…Porque hemos pasado antes siempre…En este
programa, por ejemplo, ponemos temas musicales de antes, retrotraernos a ese
tiempo, digamos, ¿no?... Porque hemos sido más o menos de la década del ochenta,
noventa, nosotros. Que con la música hemos tenido, tal vez, mucho significado, de
hecho, que…han marcado etapas, buenas, malas, de todo…Y no solamente
nosotros, sino todo nuestro grupo. (Alaín René Orellana, conversación personal,
2017, Mayo, 14)
Por otro lado, la consigna propone al público no olvidar el “mensaje” o las
“reflexiones” que, desde la plataforma radial, se intentan plantear: “y aparte también esto de
‘Para no olvidar’ porque… tiene también reflexiones. Eso es lo importante, que escuche y
que no se le olvide el mensaje que le queremos dar. La reflexión que damos…” (Yovana
Pardo, comunicación personal, 2017, Mayo, 14) Cuando se le pregunta a Y. cuál es el
mensaje que se quiere dar, la conductora responde en concordancia con lo que plantea A.
sobre el surgimiento del programa:
La idea es que cambiemos el formato que tenían todas las radios de nuestra
comunidad. Porque es como dice René, es verdad. Antes era solamente música,
música, y por ahí la invitación a algún baile. Y queríamos que el programa tuviera
más contenido. Como que sea más educativo, más informativo, más reflexivo. Por
eso es que tiene este formato y el mensaje que les queremos dar es de aportar a
todo lo bueno. Por ahí siempre estamos opinando…haciendo una crítica positiva,
¿no? Porque es lo importante. O haciendo ver los errores, o también los aciertos... De
la colectividad, del entorno que nos escucha. O también de nosotros. Porque también
nos ponemos como ejemplo de reflexión, a veces. (Yovana Pardo, comunicación
personal, 2017, Mayo, 14)
108
En esta respuesta se pueden encontrar aspectos relevantes relacionados con ciertas
construcciones y visiones sobre lo que “las radios de la colectividad” eran o son para la
pareja. Al mismo tiempo, en estos testimonios se puede encontrar una primera definición de
público, que busca del medio de comunicación no sólo un espacio de entretenimiento u ocio,
sino que puede atender a lo que se dice, que aborda o puede abordar la relación con el
medio de comunicación de forma tal que, no sólo puede escuchar lo que se dice, sino
también recordarlo.
Sumado a esto, A. amplía esta delimitación, al explicar que el objetivo no es hablarle
a “la colectividad boliviana”:
Eso sí, fue hacerlo amplio. Y de tratar de hacer…esto, modestia aparte, ¿no?... de
hacer una radio diferente a las demás. Diferentes programas de la
colectividad…porque acá metemos de todo. Toda clase de músicas, de ayer, de hoy,
música de Argentina, de Paraguay, de donde tú quieras lo ponemos. (Alaín René
Orellana, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
Una vez más, la música como producto cultural que construye un discurso estético-
político dentro de la radio. En este caso, incluso, las elecciones detrás de la presencia
musical en el programa, entienden determinaciones de integración, en contraposición a
“cerrarse”:
Investigadora: ¿Siempre pasaron música de Argentina, de todos lados?
Y.: Siempre, siempre.
Investigadora: ¿Y por qué tomaron esa decisión?
A.: Porque...por integrarnos, más que todo, a la gente. ¿Verdad? Porque acá
solamente…nuestra colectividad, le suma eso…en su momento, era muy cerrado.
Simplemente era nuestra música, nuestra música y más allá de nuestra
música…siempre nuestra música. Entonces no había, digamos, ese contento de
escuchar otros ritmos, otra…Y yo me enganché, más que todo, con el rock nacional
argentino, que me encanta y entonces dije: ¿por qué no lo pasamos? Y de a poquito,
entonces, así se puede…
Y.: Les fue gustando. Acercando…
A.: (…) Ponemos reggae, ponemos música inglesa, ponemos música…de todos
lados… (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo,
14)
109
Cada programa es planificado por los/as entrevistados/as el día antes a su emisión y
responde a una estructura previamente acordada:
A.: Empezamos a la mañana con noticias, toda la mañana, ¿no? Noticias, del clima…
En la segunda hora entramos con las reflexiones. Después, noticias de Bolivia.
Después entramos con deportes también. (…) Teníamos el horóscopo, que lo hemos
sacado.
Y: …porque no se acomoda a lo que estamos haciendo.
A.: Teníamos reflexiones, teníamos efemérides. En fin. Y variamos siempre con
humor, mucho humor. (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación personal,
2017, Mayo, 14)
Con respecto a los temas seleccionados para su abordaje en la sección de “Noticias”,
se puede ver que no existe desde la producción una decisión de discutir la construcción de la
agenda mediática, aspecto característico de las radios comunitarias y alternativas
argentinas. Al contrario, se observa una naturalización y respeto de los temas propuestos
desde los medios de comunicación tradicionales, Internet en particular, referenciados desde
el concepto de “actualidad”:
(…) si ha habido un tema, o ha sido polémica en todo el día en los medios de
comunicación, eso lo debatimos, lo ponemos en puesta. Y ha habido, también, que el
oyente ha llamado y da su opinión y qué le ha parecido esa noticia…sí. Ahora, en
este tiempo que tenemos las redes sociales. Internet es la actualidad. (Yovana Pardo,
conversación personal, 2017, Mayo, 14)
Por otro lado, con respecto al interés sobre focalizar la información sobre la
Argentina, Bolivia, América Latina o el mundo, es interesante destacar la decisión tomada
desde la producción de focalizar, durante la semana, en las noticias más “importantes” de
“actualidad”. Es decir, los acontecimientos destacados por los medios de comunicación
tradicionales porteños. No obstante, se reserva un espacio específico para noticias de Bolivia
todos los días. A pesar de que, en este caso, el uso de fuentes también se corresponde con
los medios de comunicación tradicionales bolivianos, sí se considera necesario destinar un
tiempo en el programa para comunicar informaciones sobre Bolivia.
Sumado a esto, Y. y A. también destinan un día entero para la realización de un
programa “de Bolivia”:
A.: (…) los cuatro días de la semana es “Para no Olvidar”. El jueves es “Costumbres
de mi Tierra”.
110
Y: Tenemos un día especial para todo, puro Bolivia. No pasamos una noticia más que
de Bolivia, música de Bolivia, actualidad de Bolivia. Acá tenemos, también, medios de
comunicación de la colectividad. Vamos compartiendo esa información, también, de
la colectividad, a los oyentes. (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación
personal, 2017, Mayo, 14)
En este sentido, los/as conductores/as describen un cambio en la participación del
público durante las transmisiones de los días jueves, relacionada con la decisión de
seleccionar y producir los contenidos de un programa especial en función de fortalecer los
vínculos con el público desde la construcción de espacios para recordar tiempos pasados, la
infancia en Bolivia, etc.:
Yo he notado que el oyente de los jueves como que más… retrotraerse, añorar la
patria… Como que es más nostálgico. Me parece que esa es la respuesta del oyente
de los jueves. Porque tocamos los temas musicales que a muchos de los oyentes les
va a hacer recordar su infancia allá, sus papás, todo lo que era la querencia allá.
Todo lo que han vivido allá. O sea, esos temas son siempre motivadores, y a uno
mismo. Porque siempre sale un tema musical y René y yo estamos: “¿te acordás? …
Era así…” “Sí, ¿no? Así.” Y el oyente: “¡Sí, mi mamá era así! ¡Mi papá era así!”
(Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
Lo planteado por Y. sobre la participación del público durante las transmisiones de los
programas de los jueves puede relacionarse con lo planteado previamente sobre la
utilización de la radio como herramienta en la construcción, sostenimiento y fortalecimiento
de lazos que llevan a la definición de aspectos expuestos como “propios”, “nuestros” dentro
de un grupo. Al mismo tiempo, en cuestiones como la elección de la música, pueden
detectarse la presencia de elementos referenciados como “ajenos”, pero incluidos en el
discurso, a partir de una propuesta al interior del grupo de “integración” con un espacio (al
menos, cultural) ubicado en el afuera como “lo otro”.
3.3. La radio de la colectividad boliviana. La radio en la colectividad boliviana.
Como se ha visto antes en el marco de referencia, existen distintos puntos de vista
hacia el interior de la colectividad boliviana sobre cuál es el rol que ocupan los medios de
comunicación de la colectividad, en general, y las radios, en particular. Con respecto al
presente estudio de caso, se puede plantear que los/as entrevistados/as no expresan de
forma definitiva las miradas planteadas por Juan Vázquez al respecto.
111
En R., primeramente, se observa cómo él describe un vínculo entre la radio y la
colectividad atravesado por las características propias del medio radiofónico, debido a que el
entrevistado detecta principalmente una “función social” relacionada con la inmediatez,
simultaneidad y posibilidad de alcance del mensaje radiofónico. Sin embargo, se puede ver
que también existen en el origen, funcionamiento y cultura de Radio Panamericana
descriptas por su creador, otros propósitos, aspectos y características, vinculadas con ciertas
tensiones y disputas de poder, tanto fuera de la colectividad boliviana, como hacia su interior.
Esto se vislumbra cuando narra la anécdota en la que descubre a una pareja que recorría
distintas radios de la colectividad pidiendo que se realizara una colecta para auxiliarlos/as;
problema que, según R., se explica debido a la poca comunicación y articulación sostenida
entre las distintas radios de la colectividad.
Sin embargo, más adelante plantea que Radio Panamericana se distinguía de otras
radios de la colectividad por dos razones. En primer lugar, por la línea editorial, debido a que
al interior de la colectividad boliviana en Buenos Aires existía un consenso político general
en relación al gobierno actual de Bolivia (presidido por Evo Morarles) que él no compartía,
por considerar que el mandatario no era un “indígena neto”, estaba vinculado al narcotráfico,
a manejos corruptos en la función pública y no acordaba con la mayoría de las políticas que
había puesto en práctica, como la modificación de la Constitución de Bolivia. (Reynaldo
Apaza, conversación personal, 2017, Abril 21) En segundo lugar, porque, a diferencia de
Radio Panamericana, encontraba que las radios de la comunidad utilizaban el medio de
comunicación con fines propagandísticos:
R.: Las radios de la colectividad hacen política, tienen una función política, pero
desde la ignorancia, porque hablan del Evo Morales, pero no muestran la
información. Pero yo veo más una función social y de comunicación de la radio.
Investigadora: ¿A qué se refiere con una función de comunicación de la radio?
R.: Por ejemplo, con el gobierno de Macri, porque algunos me dicen que lo defiendo.
Pero no es que lo defiendo. No es defender el Estado de Macri, sino la democracia.
Yo no soy afín al gobierno. O, también, es hacer enterar de todo lo que pasa en el
barrio. (Reynaldo Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21)
Por otro lado, Y. y A. sostienen puntos de vista marcadamente diferentes, con
respecto a la mirada de R. Para empezar, los/as conductores/as, como se plantea en el
punto anterior, se refieren a las radios de la colectividad cuando explican por qué decidieron
empezar un programa de radio y cuál es el mensaje que querían transmitir desde él.
112
Asimismo, expresan cómo a partir de elementos del discurso radiofónico, como la música, es
posible delimitar fronteras identitarias, apelar a la memoria colectiva de la tierra y la cultura
compartida, pero, también, proponer estrategias de “integración” con el territorio y la cultura
de residencia.
Además, otra diferencia que se encuentra en las observaciones sobre las radios de la
colectividad boliviana entre los/as entrevistados/as está relacionada con las miradas sobre
las formas de articulación existentes entre las distintas radios. En este sentido, Y. y A.
reconocen otros medios de comunicación de la colectividad, tanto audiovisuales, como
gráficos y digitales:
Investigadora: ¿Tienen un medio de comunicación de la colectividad?
Y.: Sí, hay. Uno es el periódico digital Infodiez. Hay otro, que es también “Aquí
Bolivia”. También hay un canal de televisión boliviana.
Investigadora: Ah, mire, no sabía. ¿cómo se llama?
YP: ATV, que es de Radio Metropolitana, que está. Y el otro es Bolivia al Aire.
(Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
También, mencionan distintas formas de articulación y contacto con ellos:
Investigadora: Las radios de la colectividad, ¿tienen alguna forma… se conocen entre
ellos, se articula…los programas de radio se conocen entre ustedes, hablan sobre
cosas…?
A.: Sí…
Y.: Sí, ha habido cuando se ha mandado la invitación, por ejemplo, del Consulado, la
Embajada, o algún artista que llega. Siempre se hace una presentación de una
conferencia de prensa y ahí nos encontramos los locutores, los conductores y los
directores de radios. ¿No, Alaín? Y ahí estamos siempre: “oh, ¿qué tal? ¿cómo
andás?” (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo,
14)
Una experiencia que se considera relevante mencionar, es la cobertura de las
elecciones de Bolivia en Buenos Aires:
Y.: Estuvimos en la cobertura cuando se hizo elecciones [de Bolivia] (…) Se creó un
grupo de comunicadores de la colectividad que trabajamos haciendo cobertura para
las elecciones.
Investigadora: Mire, no sabía eso. ¿Cuándo se formó?
A.: Dos años
113
Y.: Dos años. (…) Sí, nos reunimos para eso. Para hacer la cobertura del lugar donde
estábamos. Porque éramos, en la provincia, acá, en Celina… En Lugano éramos los
dos… Se llama UCBA: Unión de Comunicadores Bolivianos en Argentina. Estaba
muy lindo, porque acá conocimos mucha gente que, la verdad, está muy
comprometida. Periodistas bolivianos. (Alaín René Orellana y Yovana Pardo,
conversación personal, 2017, Mayo, 14)
Incluso, las relaciones entre periodistas y comunicadores/as integrantes de la
colectividad, redundan también en el intercambio de información relacionada con la
capacitación y el desarrollo en el campo de la comunicación. Los/as conductores/as de “Para
no Olvidar”, en este sentido, mencionaron la realización de una Diplomatura en
Comunicación Popular de la Universidad de Buenos Aires (UBA), gracias al vínculo
sostenido con Lilian Camacho, una periodista boliviana radicada en la Argentina, a la que
conocieron por su participación en la radio.
Finalmente, cuando reflexionan sobre las razones por las cuales las radios de la
colectividad se han multiplicado tanto en la Ciudad de Buenos Aires, al igual que R. resaltan
la función social y solidaria de la radio:
Es una manera de conectarnos entre nosotros. El estar informados. Y no solamente
la información y entretenidos. Porque he tenido la oportunidad, también, donde ha
habido la solidaridad. Se ha hecho campaña, como te digo…La persona viene,
falleció, tiene que repatriarse a Bolivia y, bueno, se convoca al oyente, vienen, dejan
su dinero. Se junta el dinero y con eso se paga la cochería o se paga la repatriación.
(…) Yo creo que no hay eso en las radios argentinas. No hay eso, no hay eso. Sí, en
Bolivia sí, ¿no? En Bolivia hay eso…Entonces yo pienso que de Bolivia se trajo eso a
la radio. (Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
Sin embargo, a pesar de no expresar las mismas miradas que Juan Vázquez,
también puede rastrearse, no sólo la necesidad de sostener vínculos hacia el interior de la
colectividad, sino una relación muy marcada entre la radio y el trabajo:
Investigadora: ¿Por qué ustedes piensan que la colectividad empezó a armar radios
acá, en Buenos Aires?
Y.: Por sentirse identificados, por tener, ya digo, lazos entre compatriotas. (…) Veo
que en las radios de nuestra comunidad sienten la necesidad de tener medios de
comunicación, uno por acompañar, entretener al que está trabajando, es importante
114
la radio en nuestra colectividad. (Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo,
14)
3.4. La radio y la práctica político-territorial
Como puede verse en los apartados anteriores, las personas entrevistadas que
participan de la radio estudiada, en ambos casos advierten, de la misma manera, diferentes
formas de intervención política y territorial, tanto dentro de la colectividad boliviana, como en
la Villa 20.
En primer lugar, R. no sólo se encuentra establecido en la Ciudad, sino que también
ha logrado construir relaciones y una referencia dentro de la colectividad boliviana de su
barrio. Estas llevaron a que, en 2011, liderara la lista que salió segunda en las elecciones de
integrantes de la Junta Vecinal. Al mismo tiempo la alianza que integró el espacio de R.,
conformada por quince listas de múltiples espacios políticos (entre los que estaban el Frente
para la Victoria y el Frente Popular Darío Santillán, entre otros), fue la que sacó de la
presidencia del barrio a Marcelo Chancalay9 luego de dieciséis años. Su candidatura estuvo
vinculada con la relación que mantiene con Víctor Sahonero10 y su hijo Maximiliano
Sahonero, presidente de Juventud PRO entre 2011 y 2015 y actual legislador porteño por el
PRO. (Del Vento en Noticiario Sur, febrero de 2014).
9 Referente territorial y presidente de la Junta Vecinal de Villa 20 desde 1995 hasta 2011. Asociado con dirigentes
del peronismo porteño, fue un aliado de Aníbal Ibarra durante sus dos gestiones. Luego, forjó durante distintos
momentos alianzas con el PRO y UNEN, la coalición electoral entre el Frente Amplio Progresista, la Unión Cívica
Radical, Proyecto Sur, el Partido Socialista y la Coalición Cívica, entre otros. Finalmente, en 2014 fue detenido,
en el marco de una causa en la que se lo acusa de haber organizado las tomas de los terrenos que conforman el
barrio Papa Francisco, con el objetivo de sacar ventaja económica sobre las tierras.
10 Hijo de padre boliviano, Sahonero es un actor muy relevante dentro de la política de la Villa 20, que instaló allí
en 1978, cuando tenía 17 años, luego de que los militares destruyeran la casa de chapa en la Villa 31 que
compartía con un amigo, y lo abandonaran en las inmediaciones de la Villa 20. Allí conoció a su mujer, con la que
tuvo cuatro hijos/as, y se desarrolló como carpintero. Más adelante, en la década de los noventa se convirtió en el
presidente de la Cooperativa de Vivienda 25 de Marzo, herramienta fundamental con la que construyó gran parte
del capital político-territorial que hoy ostenta. (Julia Muriel Dominzain en Revista Anfibia, 2015) En la actualidad,
por los vínculos que estableció con el partido oficialista desde 2007, Propuesta Republicana (PRO), su único hijo
varón, Maximiliano Sahonero, se convirtió en 2015 en el segundo Legislador de la Ciudad de Buenos Ares nacido
en una villa de emergencia, luego del legislador (mandato cumplido) por el Frente para la Victoria (FPV), Jorge
“Quito” Aragón (2013-2015), y el primer “Legislador Villero” por el PRO.
115
En segundo lugar, como se menciona en párrafos anteriores, Y. también sostiene una
fuerte participación territorial y política en el barrio, que la llevaron a formar parte de la Junta
Vecinal durante nueve años:
Yo, cuando llegué acá, esto se estaba urbanizando. No era como es ahora. Y dentro
de la urbanización había que tener referentes de las manzanas. Y a mí me invitó unos
vecinos a que le acompañe, porque eran puros varones y necesitaban alguien que les
escriba, que les haga de secretaria. Que tome apuntes. Me acuerdo que era don
Pedro: “Yovana, ¿vos no podés colaborar?” “Bueno.” Tomaba apuntes. Y después
me fui involucrando. Fui primero la secretaria de los referentes de la manzana y
después hubo la selección en la convocatoria para las elecciones y nos reuníamos
cada jueves en la sede del partido. El partido de la lista. Y ahí me fui involucrando.
(Yovana Pardo, comunicación personal, 2017, Mayo, 14)
Por otro lado, en el caso de Y. fue a partir de su participación política, primero en la
escuela y luego en la Junta Vecinal, que se acerca a la práctica radiofónica:
Porque yo tenía… yo fui parte cuando… ¿Cuántos años? ¿Nueve años? Yo fui parte
nueve años de la Junta Vecinal de barrio. Entonces propuse yo al presidente de la
Junta Vecinal y a mis compañeros que si hacíamos un espacio de radio. “¿Te
encargas?” “Sí, yo me encargo.” Y ahí es donde le convoqué a mi esposo y entre los
dos hicimos. (Yovana Pardo, comunicación personal, 2017, Mayo, 14)
Sin embargo, lo que cabe subrayar, en primer término, es el hecho de que, no sólo Y.
forma parte de un partido distinto al de R., sino que pertenece a la lista violeta, color
referenciado con Marcelo Chancalay. Por lo tanto, podría pensarse que la pertenencia a la
colectividad, o los vínculos presentes a partir de una construcción identitaria común logran
prevalecer y mitigar cualquier diferencia política local o territorial.
En segundo lugar, si observamos las verbalizaciones de los/as entrevistados/as con
respecto a la radio como medio de comunicación, en ambos casos aparece la cuestión de la
función social, conectada, esencialmente, a la creación y fortalecimiento de una red de lazos
solidarios hacia el interior de la comunidad migrante. No obstante, también podría pensarse
en cómo la radio funciona como herramienta de comunicación en la construcción y
consolidación político-territorial. En este sentido, tanto Y. como A. identifican “lo comunitario”,
no en las decisiones vinculadas a la identificación con “lo boliviano” o con la colectividad
boliviana, sino con el hecho de que Radio Panamericana está en una villa:
116
Investigadora: ¿Tiene alguna diferencia esta radio por estar en una villa, para
ustedes, en relación a otras?
Y.: A otras radios, que es más comunitaria la comunicación. ¿Por qué? Porque el
oyente tiene muchos… mucha avidez de información. Tiene que ser orientado… y
también esto de orientación… porque en una villa o en otros barrios donde, bueno,
están las radios comunitarias, se ve, ¿no? ¿Cómo te podría decir? Con otro lenguaje,
incluso. Un lenguaje más… más natural, más criollo (…)
Investigadora: Cuando habla de “comunitario”, ¿a qué se refiere?
Y.: Porque, te digo, porque… surge también, que a veces, uno necesita de la ayuda
del otro. Y ha habido campañas, ¿no, Alaín?, que hemos realizado, campañas
también. Que necesita del aporte, del apoyo del otro. Es trabajar en comunidad.
Investigadora: Y en las otras radios, que no están en una villa, esto que ustedes ven
que tienen las radios que están en una villa, ¿no lo ven en ellas, o…?
Y.: Es que no lo pueden palpar, porque es más amplio el espectro o el lugar de sus
oyentes. Como que no los tienen identificados, quizás, a sus oyentes. Mientras al ser
comunitario, al ser de barrio, sabemos que tal persona tiene esa problemática. O tal
vecino, o tal manzana. (Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo, 14)
En este testimonio se puede ver, por un lado, la mención a un “lenguaje” compartido,
descripto como “popular” o “criollo”. Un código común. Por otro lado, aparece la “información”
como necesidad básica dentro de una villa, y la radio como herramienta orientativa, en este
sentido. Pero, lo primordial a considerar aquí es cómo la comunicadora entiende lo
comunitario desde una concepción principalmente local, territorial, en la que el conocimiento
y la relación con “el vecino/a” es clave. Pero no en relación a la convivencia, sino como
forma de organización político-territorial, como forma de supervivencia frente a la adversidad
que significa la villa. Esto puede verse, del mismo modo, en las menciones que realizan
los/as entrevistados/as sobre la comunicación de información institucional en relación con la
violencia de género, la salud, entre otras. La explicación de Y. y A. de cómo se puede utilizar
la radio con fines comunitarios es muy clara para explicar esto:
Y.: Por ejemplo, acá, por el trabajo que hicimos sabemos qué manzana tiene
problemáticas en la basura. Ahí hay que apuntar a lo ambiental: “echen la basura a
tal horario”. “de que el horario de la basura es tanto…”, y eso. Hay otro lugar donde
son las inundaciones. Otra manzana. Entonces ahí podemos hablar que para que no
se inunde…, o cuando haiga inundaciones, tenga cuidado los artefactos…estuvimos
117
concientizando los días de lluvia. Que tengan cuidado…no sé…si se ha inundado no
tocar nada de eléctrico, desenchufen, no caminen…
A.: Todavía la manzana 1, digamos, es una que ya tiene, digamos, todo, casi todo. Y
abajo todo es precario, digamos. Entonces, por ahí nos juntamos más para
allá…decir, como ella decía, ¿no? Decirle que la descarga eléctrica, que pongan todo
en su lugar, que cuando llueva hay que levantar todo lo eléctrico, bueno…consejos
que dar, que damos. (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación personal,
2017, Mayo, 14)
Ahora, podría pensarse que, de la misma forma que el medio de comunicación
radiofónico puede y es utilizado con una función social y solidaria en el marco del
fortalecimiento de lazos, tanto al interior de la colectividad, como en el territorio, los medios
de comunicación, en las sociedades actuales, también construyen validación y legitimidad
discursiva. Por lo tanto, pueden colaborar en la formación de distintos tipos de referencias
sociales, comunitarias y, potencialmente, políticas. No debe desatenderse el hecho de que
los/as dos conductores de los programas radiales sostenidos durante más tiempo en la radio
forman parte de la política territorial y local. Habría que preguntarse, en todo caso, si en esos
recorridos, en el surgimiento o sostenimiento de esas referencias la radio influye de alguna
manera.
3.5. La radio y el trabajo
Durante la realización del marco de referencia correspondiente a este estudio de
caso, se pudo vislumbrar la existencia de puntos de vista presentes en el interior de la
colectividad boliviana, como el de Juan Vázquez, que establecen una relación estructural
entre las radios de la colectividad boliviana de la Ciudad de Buenos Aires y los talleres
textiles. Esta vinculación no aparece directamente expresada en las verbalizaciones de
los/as participantes de Radio Panamericana. Sin embargo, es importante mencionar algunas
cuestiones que sí podrían implicar la existencia de relaciones, al menos, entre el ámbito
discursivo propio de la radio estudiada y el ámbito del trabajo dentro de los talleres.
En primer lugar, al ser consultado sobre su profesión, R. no menciona vinculación
alguna con la industria textil. Además de ser director de Radio Panamericana, tiene un
emprendimiento en el que brinda servicios de DJ. Sin embargo, R. no menciona la estrecha
relación que posee con Alfredo Ayala, fundador en la Argentina de la Asociación Civil
Federativa Boliviana (ACIFEBOL) y referente de COTAI (Comisión Operativa de Trabajo
118
Alternativo en la Indumentaria), organización que reúnen a muchos dueños de talleres
textiles pertenecientes a la colectividad boliviana.
Por otro lado, cuando habla de la radio como medio de comunicación, establece un
vínculo entre el medio y el trabajo, ya que explica que “la radio se escucha mientras se
trabaja” (Reynaldo Apaza, comunicación personal, 2017, Abril 21). Sobre este punto, cabe
recordar la sección “Clasificados” de su programa “El Mañanero”, en la que se realizan
publicidades y ofrecimientos de trabajo, todos vinculados específicamente con el rubro textil.
Esta particularidad se destaca sobre los contenidos de las tandas publicitaras, en las que
aparecen avisos sobre restaurantes de comida boliviana, boliches bailables y otro tipo de
comercios varios.
En segundo lugar, Y. menciona la cuestión de los talleres de costura cuando describe
la relación que mantienen con los/as oyentes de “Para no Olvidar”:
Y.: Hay muchos talleres de costura y siempre llaman, ¿no?, de ahí…Tenemos talleres
que nos escuchan y que nos dicen: Agéndenme, los escuchamos siempre, estamos
presentes. Si no los llamamos, igual estamos sintonizándolos.
Investigadora: ¿Y por qué piensan que en los talleres se escucha el programa?
¿Ustedes hacen el programa pensando también en sus oyentes en los talleres?
Y.: No, porque yo también tenía esa mirada, cuando hice el programa, de que la
persona que está trabajando no tiene que aislarse de la realidad. También tiene que
enterarse, tiene que informarse. Y esto pasaba muchas veces en los talleres. Era que
ponían un CD, de la noche a la mañana, al rato de salir y estaban como que
incomunicados. Como salidos de la realidad, de lo que pasa ahora. Y, a veces, en
una conversación que tenían afuera (después, bueno, digamos, un día sábado o
domingo, que no trabajan) con otra gente. No estaban enterados, no
sabían…aislados, totalmente. Entonces, hemos pensado también, por ese lado, de
que ellos estén comunicados. Y ahora sí. Cambió la modalidad en los talleres, ponen
la radio, fuerte el volumen. Y en un principio, a las siete de la mañana siempre la
onda es positiva. ¡Empiecen con todo, que, ay, la vida es linda! ¿No? Muchas cosas,
¿no? Muchas cosas motivadoras. Y eso le gusta a la gente. (Yovana Pardo,
conversación personal, 2017, Mayo, 14)
En este testimonio, a pesar de no encontrarse una coincidencia en lo dicho por Juan
Vázquez, se pueden observar algunos elementos planteados por Vázquez, como la
naturalización de las condiciones laborales presentes en la dinámica de la producción textil.
119
Sumado a esto, los/as entrevistados también mencionan la información que brindan
sobre otras profesiones, como la de A., que es enfermero:
A.: Mucha gente nos llamaba, muchachos, y siempre vamos por la…o sea, deriva…a
veces buscaba información o ya tiene… “¿dónde podemos ir a estudiar? ¿cómo
podemos estudiar?” Como somos de enfermería …. entonces, hemos dicho:
“estudien.” Les mostramos los institutos, y mucha gente salió. Mucha gente nos
agradece, nos dice: “Gracias, porque ustedes… bueno…
Y.: Sí, sí ahí… Hay tres ¿no? Joel, Miqui y el chico que tocaba en la banda. Los tres
son enfermeros profesionales, que nos dicen: “seguí el consejo, me fui a anotar.” “No
lo dejes, tienen que seguir.” “¿Cómo te está yendo?” “Bien, terminé”. “Ya estoy, ya
estoy.” (Alaín René Orellana y Yovana Pardo, conversación personal, 2017, Mayo,
14)
Aquí aparece, nuevamente, la función social y el sentido comunitario de la radio,
previamente descriptos, que se relacionan de manera directa con una problemática
fundamental de cualquier colectividad migrante: el trabajo.
3.6. La radio y sus oyentes. Resultados de la encuesta exploratoria
Como se explicó anteriormente, para la presente investigación se realizó un sondeo
con el objetivo de explorar las verbalizaciones asociadas a la radio, en general, y a Radio
Panamericana, en particular, dentro de la colectividad boliviana de la Villa 20. De esta
manera, se tomó una muestra compuesta por treinta y cuatro personas vecinas del barrio.
Para asegurar la identificación con grupos referenciados como “colectividad boliviana” se
acudió a lugares identificados por los/as informantes en el campo como “de la colectividad”
(comedores comunitarios, centros culturales, organizaciones de la sociedad civil, clubes,
etc.).
Luego de la realización y tabulación del estudio, se puede llegar a las siguientes
observaciones:
• De la totalidad de las personas encuestadas, sólo el 6% respondió no escuchar la
radio en ningún momento.
• En relación al tiempo promedio destinado a escuchar radio, el 35% escucha entre
una y tres horas por día, mientras que el 29% destina entre tres y cinco horas por día
y el mismo porcentaje lo hace durante más de cinco horas por día. En este punto, es
interesante destacar las diferencias que surgen según el sexo del/a encuestado/a.
120
Esto se debe a que el 54% de las mujeres encuestadas destina entre una y tres
horas por día. Sin embargo, el 47% de los varones destina más de cinco horas por
día a consumir contenidos del medio radiofónico.
Si se consideran las franjas etarias, los resultados también son elocuentes. En
el caso de las personas encuestadas entre 14 y 25 años, el 50% destina entre una y
tres horas por día y el 25% entre tres y cinco horas. Por otro lado, las personas entre
26 y 35 años destinan en su mayoría (44%) entre tres y cinco horas. Por último, el
62.5% de las personas de entre 36 y 50 años escuchan radio más de cinco horas por
día.
• Con respecto a los momentos elegidos para consumir contenidos radiofónicos,
la opción “durante la mañana” fue seleccionada en un 84% de los casos, mientras
que la opción “mientras trabajo” en un 69% y la opción “mientras realizo otras
actividades en mi casa” en un 44% de las oportunidades. En este sentido, llama la
atención que, incluso en los diez casos de personas encuestadas que trabajaban en
la casa (amas de casa y desempleados/as) el momento para escuchar la radio fue
relacionado con las horas del trabajo en un 70%. Cabe aclarar que en esta pregunta
los/as encuestados/as podían responder eligiendo más de una afirmación.
Si se desagregan estos datos, se obtiene que las elecciones de las mujeres se
encuentran mayormente en “durante la mañana” (81%), “mientras realizo otras
actividades en mi casa” (69%) y “mientras trabajo” (56%). Al mismo tiempo, los
varones escuchan la radio principalmente “durante la mañana” (87.5%) y durante la
jornada de trabajo (81%).
Por otro lado, en la primera franja etaria considerada (de 14 a 25 años) se
seleccionó la afirmación “mientras trabajo” en el 75% de los casos y “durante la
mañana” en un 62.5%. En segundo lugar, en el sector de entre 26 y 35 años eligió
sobre todo “durante la mañana” (83%), seguida de “mientras trabajo” (55%) y
“mientras realizo otras actividades en mi casa” (44%). En tercer lugar, las personas
encuestadas de entre 36 y 50 años seleccionaron principalmente las opciones
“durante la mañana” (87.5%) y “mientras trabajo” (75%).
• Al analizar las respuestas sobre formas de interacción con el medio estudiado,
surge que el 62.5% de las personas consultadas nunca llamó o se contactó por redes
sociales con ninguna emisora. No obstante, el 22% reconoció haber llamado en una
oportunidad y el 15.6% más de una vez.
121
• Los datos obtenidos sobre el conocimiento de radios referenciadas con grupos
específicos arrojaron la siguiente información. El 69% respondió que conoce radios
“barriales”; el 78% afirmó saber de radios de “la colectividad boliviana” y el 16%
seleccionó la opción “no conozco radios representativas de ninguno de los grupos
mencionados”. En este sentido, se aclara que en esta pregunta también se permitió
elegir más de una opción.
En relación a los datos por edad, cabe resaltar que, en el caso de las
personas consultadas entre 14 y 25 años, estas opciones bajan a un 37.5%. Mientras
que, en las personas de entre 26 y 35 años la relación se sostiene, ya que el 67%
planteó conocer emisoras “barriales” y el 83% “de la colectividad boliviana”. En la
última franja etaria, el conocimiento de radios representativas de un barrio ostenta un
aumento de 18.5 puntos.
• Sobre el grado de conocimiento de Radio Panamericana, si se toman en cuenta
las personas que plantearon conocer radios identificadas con alguno/s de los grupos
antes mencionados, los resultados obligan a subrayar que la emisora estudiada fue
mencionada en tres instancias distintas: como una “radio barrial” (64%), como una
“radio de la colectividad boliviana” (52%) y como una radio representativa de los dos
grupos (42%). En este sentido, es necesario destacar (además del alto grado de
conocimiento) la mayor referenciación observada, no con “lo boliviano”, sino con “el
barrio”.
• Sin embargo, con respecto al consumo de programas en radios identificadas
como “barriales” o “de la colectividad boliviana”, los resultados presentan una
diferencia significativa, ya que el 72% afirmó que no escuchaba programas radiales
de radios identificadas con ninguno de los grupos antes mencionados. En menor
cantidad, el 22% afirmó escuchar programas de “radios barriales” y el 25% de “radios
de la colectividad boliviana”.
• Por su parte, las respuestas sobre justificación del consumo de radios
identificadas con “la colectividad boliviana” arroja que, en primer lugar, el 72% de
las personas consultadas escucha estas emisoras “por la música”; el 69% “por los
avisos que se emiten en estas radios”; el 56% “por el humor” y el 56% “porque
informan sobre la actualidad de Bolivia”. En este punto, es preciso puntualizar que en
esta pregunta también se posibilitó seleccionar más de una opción.
122
Al mismo tiempo, sobre este tema se observa un punto relevante. El 44% de
las personas verbalizaron que también elegían estas emisoras “porque informaban
sobre la actualidad de la Argentina”, una opción que no aparecía propuesta en el
cuestionario original, pero que se incluyó durante el trabajo de campo de forma
manuscrita.
• Finalmente, se observa que el grado de conocimiento del director de Radio
Panamericana, Reinaldo Apaza, es notoriamente alto, ya que, de un 50% de
personas que afirman conocer a alguna/s persona/s de las emisoras previamente
consultadas, el 82% lo nombró de forma concreta.
123
CONCLUSIONES
En este último capítulo se presenta una síntesis de los objetivos planteados y
conclusiones más significativas, obtenidas luego de la realización del presente trabajo. Más
adelante, se repasan el método y las técnicas utilizadas, de modo de poder diferenciar las
ventajas y limitaciones de ellos durante toda la investigación. Por último, se mencionan los
aportes y posibles líneas de exploración futuras en relación con el tema.
Como se planteó en la Introducción, esta tesis monográfica se enmarca dentro del
campo de los estudios sobre comunicación e interculturalidad, los cuales han realizado
importantes aportes para entender cuáles son, qué formas adoptan y cómo operan los
distintos mecanismos de identificación y diferenciación identitaria en las sociedades
contemporáneas. Es decir, la posibilidad de detectar, describir y analizar las complejidades
relacionadas con los procesos de construcción y legitimación de sentido dentro del mundo
social. Dentro de estas disputas discursivas, los medios de comunicación de masas son
considerados relevantes debido al rol doble que ocupan, primero, como los principales
territorios en los que se llevan adelante las luchas por el sentido. Segundo, como
protagonistas en los procesos de producción y legitimación discursiva.
En este contexto, las construcciones alrededor de los grupos identificados con “lo
boliviano” en la Ciudad de Buenos Aires han sido de especial interés académico dentro de
múltiples disciplinas de las Ciencias Sociales, debido a la importancia que estos grupos
significan, tanto en la ciudad, como en el resto del país. Pero, al mismo tiempo, las
particulares dinámicas de deslegitimación hacia esta comunidad migrante en particular, que
pueden encontrarse sistemáticamente al interior del discurso público, hacen preciso
profundizar los análisis al respecto. En este caso, desde el campo de las ciencias de la
comunicación social.
Por estas razones, la presente tesina surge a partir del interés de estudiar las
prácticas territoriales, culturales y discursivas presentes en Radio Panamericana (FM 90.7),
una emisora radial de la Ciudad de Buenos Aires, de modo de analizar los mecanismos de
identificación, junto con las articulaciones y vinculaciones con distintos grupos referenciados
organizativamente como la “colectividad” o “comunidad” boliviana. Asimismo, se propuso
indagar en las instancias involucradas con el consumo e interpretación por parte de la
audiencia de esta emisora. Cómo es percibida, cuáles son los aspectos, características y
mensajes asignados a “lo boliviano” desde el punto de vista del consumo cultural. Qué
124
instancias de articulación existen entre las audiencias y el medio. Cuáles son las
expectativas por parte de la audiencia alrededor de “una radio de la colectividad boliviana”.
Cuáles son las miradas, concepciones y creencias sobre el ser paisano/a en Buenos Aires.
Finalizado el proceso de investigación, en principio se puede constatar parcialmente
la hipótesis planteada al comienzo de esa investigación: es posible establecer relaciones
entre las prácticas de Radio Panamericana (FM 90.7) y los procesos de identificación y
representación presentes en la consolidación del grupo social identificado como “colectividad
boliviana” de la Villa 20 en Villa Lugano.
Al respecto, la cuestión del trabajo aparece con una presencia constante a lo largo de
toda la investigación. Primero, en relación con la radio como medio de comunicación, se
puede observar, tanto en las verbalizaciones de los/as participantes de la radio estudiada,
como en los resultados de la encuesta exploratoria a vecinos/as de la Villa 20, la aseveración
de que la radio es el medio de comunicación que se consume mientras se trabaja. Un
ejemplo de esto se puede ver en las respuestas del sondeo, en las que se puede ver que el
69% de las personas consultadas elije consumir contenidos radiofónicos “mientras trabaja”.
Incluso, hasta en los casos de las personas encuestadas que trabajaban en su hogar (amas
de casa y desempleados/as) el momento para escuchar la radio fue relacionado con las
horas del trabajo en un 70%.
Asimismo, la amplia mayoría que relacionó en la encuesta exploratoria su interés por
los avisos que se emiten en las radios identificadas con “lo boliviano” (69%), plantea un
escenario fértil para constatar, de forma exploratoria, lo dicho por Juan Vázquez, el
informante consultado para esta tesis, con respecto a la radio, el trabajo y la industria textil
en la Ciudad de Buenos Aires. En efecto, el rol (explícito o implícito) asignado a Radio
Panamericana (FM 90.7) como fuente de comunicación de oportunidades laborales por
los/as mismos/as vecinos encuestados/as, por un lado, y la sección reservada en el
programa principal de la radio, conducido por Reinaldo Apaza, director y responsable visible
de la emisora (sin mencionar los lazos que sostiene con referentes de organizaciones que
nuclean a dueños de talleres y fábricas textiles), da cuenta de un terreno posible para la
continuación y profundización de futuras investigaciones en la temática.
Sumado a ello, otros elementos que pueden ser destacados en este sentido, son las
características y componentes del mensaje radiofónico. Especialmente, la música. Esto se
debe a que, según las verbalizaciones de los/as entrevistados/as, pueden funcionar como
delimitadores de fronteras identitarias y representativas. Por un lado, apelando a la memoria
125
colectiva de la tierra y la cultura compartida. Por el otro, con el propósito de proponer
estrategias de “integración” o “asimilación” cultural con el territorio y la cultura del país de
residencia. Sobre esto, cabe destacar que en el sondeo el 72% de las personas que
consumían contenidos de emisoras identificadas con “la colectividad boliviana” relacionaron
esta elección con “la música” que se podía escuchar en ellas.
Del mismo modo, “la función social” del medio de comunicación radial es otro
elemento que surge como una característica propia y común de las radios identificadas con
“lo boliviano”. A partir de la mención de diferentes ejemplos, entre los que se incluían, desde
la información oficial sobre recursos institucionales, hasta la organización de colectas para
ayudar a personas o familias con distintas problemáticas, puede decirse que, dentro las
tareas referidas al lugar que ocupa Radio Panamericana (FM 90.7) a nivel comunitario,
aparecen construcciones que la vinculan como estructuradora de voluntades solidarias. No
obstante, es necesario tener en cuenta que, en los resultados de la encuesta exploratoria el
interés por las actividades sociales y solidarias llevadas adelante por las emisoras
referenciadas con “lo boliviano”, no obtuvo una presencia importante (19%). Esta situación
lleva a reflexionar sobre otros elementos surgidos durante el proceso de realización de esta
tesina.
En primer lugar, la multiplicidad de puntos de vista en relación al rol que cumplen las
radios referenciadas como “de la colectividad boliviana” (tanto en los/as participantes del
caso analizado, como en el testimonio del informante consultado), obliga a pensar en los
problemas de concebir en la existencia de un consenso unificado alrededor de la idea de
“colectividad boliviana” en la Villa 20. Primero, si se consideran las distintas formas de
intervención política y territorial que llevan adelante los/as participantes de la radio estudiada.
¿Por qué? Porque, como se planteó en apartados anteriores, este contexto podría ser un
punto de partida para analizar las dinámicas de la radio como herramienta comunicación en
la construcción y consolidación político-territorial a nivel comunitario.
Pero, principalmente, si se atiende a las significaciones e interpretaciones de “lo
barrial” y “lo comunitario”, tanto en la instancia de las entrevistas en profundidad, como
durante la realización de la encuesta exploratoria. El hecho de que “lo comunitario”, para
los/as participantes de la radio esté referenciado, no con “lo boliviano”, sino con estar en una
villa, es un ejemplo cabal de esto. Otra muestra de esto tiene que ver con las respuestas de
los/as vecinos/as encuestados/as, quienes en un 64% de los casos identificaron a Radio
126
Panamericana (FM 90.7) como una radio únicamente barrial y en un 42% como una radio
“barrial” y “de la colectividad boliviana”.
Luego de lo planteado anteriormente es que se puede entender la idea de “campos
de interlocución” expuesta por Caggiano (2002) y señalada al comienzo de esta
investigación. Esto se debe a que abordar una investigación desde una perspectiva de la
inter culturalidad implica pensar a la cultura desde las instancias de estructuración de una
serie de prácticas, valores, discursos y formas de interrelación atravesadas por múltiples
factores. De esta manera, la noción de hegemonía en la determinación de categorías
identitarias cobra un valor sustancial:
En el análisis de estos fenómenos y procesos sociales ha sido central el concepto de
hegemonía y articulación hegemónica, lo cual implicó poner de relieve teórica pero
también empíricamente el carácter político de los mismos. Si, como vimos, los
procesos de identificación son correlativos de la definición de unos determinados
intereses y objetivos (y actividades, demandas y reivindicaciones vinculadas a ellos),
es claro que dichos procesos tienen, en última instancia, alcances políticos.
Parafraseando a Stuart Hall, podríamos decir que, del mismo modo que la cultura, los
campos de interlocución son “una especie de campos de batalla”. (p. 180)
En efecto, la concepción de “comunidad boliviana” o “colectividad boliviana” como un
constructo único, definido u homogéneo implica desconocer los campos de batalla que
atraviesan y que son atravesados por estas significaciones, dinámicas y acciones. En el caso
de la radio estudiada, se puede ver cómo la villa y el barrio aparecen claramente como
ámbitos de disputa que se superponen constantemente con “lo boliviano” en un cúmulo de
pliegues que atesoran historia, territorio y experiencia común.
No obstante, Radio Panamericana no deja de tener una clara referencia para la
comunidad con la que se interrelaciona. Esta referenciación, constatada -en términos
exploratorios- en los resultados de la encuesta llevada a cabo, pero, al mismo tiempo, a
partir del hecho de que sus dos conductores/as más antiguos/as han ocupado cargos de
representación en el barrio en los últimos diez años. Por ello, no sería descabellado pensar
que, de la misma forma que sucede a escala nacional o regional, los medios de
comunicación barriales y comunitarios pueden ocupar funciones de articulación hegemónica
en sus ámbitos de intervención.
127
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Ley N° 17.282 (1967) Boletín Oficial de la República Argentina.
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Ley N° 25.750 (2003) Ley de Preservación de Bienes y Patrimonios Culturales. Recuperado
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Ley N° 25.871 (2004) Ley de Migraciones. Recuperado de:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/90000-94999/92016/norma.htm
Ley N° 26.522 (2009) Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Recuperado de:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/155000-
159999/158649/norma.htm
Ley de Enfitéusis (1826). Congreso General Constituyente. Recuperado de:
https://www.educ.ar/recursos/128551/ley-de-enfiteusis-de-1826
4. Referencias de portales web
Algunas consideraciones sobre la modificación de la Ley de Migraciones (Decreto de
Necesidad y Urgencia 70/2017). Amnistía Internacional. Recuperado el 10 de junio de
2017, del Sitio Web de Amnistía Internacional Argentina:
https://amnistia.org.ar/wp-content/uploads/delightful-downloads/2017/02/Migraciones-
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Becerra, M. (2017, Enero 2). Lluvia de inversiones decretos. En Quipu. Políticas y
tecnologías de comunicación. [Apartado de blog] Recuperado de:
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Carbonetti, A.; Archenti, A.; Rost, A.; Roig, A; Servetto, A.; Ciarallo, A.M.; Koldorf, A.E. et al.
(2017, Marzo 1). Cientistas sociales convocan al Poder Legislativo a rechazar el DNU
134
70/2017 que modifica las Leyes de Migraciones (N° 25.871) y de Nacionalidad y
Ciudadanía (N° 346). [Apartado de blog] Recuperado de:
https://pescadofrescoblog.wordpress.com/2017/03/01/cientistas-sociales-convocan-al-
poder-legislativo-a-rechazar-el-dnu-702017-que-modifica-las-leyes-de-migraciones-
no-25-871-y-de-nacionalidad-y-ciudadania-no-346/
5. Referencias periodísticas
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https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-307814-2016-08-26.html
Bullentini, A. (2017, Febrero 20). “Lesiona un conjunto de garantías”. En Página 12.
Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/21283-lesiona-un-conjunto-de-
garantias
Genera polémica la apertura de un centro para alojar infractores de la ley de migraciones
(2016, Agosto 26). En La Nación. Recuperado de:
http://www.lanacion.com.ar/1931902-genera-polemica-la-apertura-de-un-centro-para-
alojar-a-infractores-de-la-ley-de-migraciones
La apertura de un centro para alojar infractores de la Ley de Migraciones causa polémica
(2016, Agosto 26). En Télam. Recuperado de:
http://www.telam.com.ar/notas/201608/160694-la-apertura-de-un-centro-para-alojar-a-
infractores-a-la-ley-de-migraciones-causa-polemica.html
135
ANEXO
1. Mapas
Figura 1. Villa 20, Villa Lugano. Comuna 8, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
136
2. Documentos
Documento 1. Cuestionario elaborado para la realización de la encuesta exploratoria.
¿Suele escuchar la radio?
Sí
No
Si la respuesta anterior fue SI, ¿cuánto tiempo promedio destina a escuchar la radio?
De una a tres horas por día
De tres a cinco horas por día
Más de cinco horas por día
¿En qué momentos de su día escucha la radio? Puede elegir más de una opción.
Durante la mañana
Mientras trabajo.
Reservo un momento específico para escuchar un programa que me gusta.
Cuando vuelvo del trabajo
Mientras realizo otras actividades en mi casa.
¿En qué grado de participación se involucra con la radio? Puede elegir más de una opción.
Escucho la radio y sigo sus perfiles en redes sociales
Llamé telefónicamente una vez
Llamé telefónicamente más de una vez
Escribí un comentario en las redes sociales de la radio en una oportunidad
Escribí comentarios en las redes sociales de la radio en más de una oportunidad
Sólo escucho la radio
¿Conoce radios representativas de alguno de estos grupos? Puede elegir más de una opción.
Barriales
Alternativas
De alguna colectividad migrante Cuál colectividad: ______________________
De algún grupo religioso
No conozco radios representativas de ninguno de los grupos mencionados
Si su respuesta fue positiva, por favor nombre las radios que conoce y a qué grupo pertenecen.
Edad:
Género:
Lugar de Nacimiento:
Ocupación:
137
Barrial
Alternativa
De alguna colectividad migrante
De algún grupo religioso
¿Suele escuchar programas radiales de radios representativas de alguno de estos grupos? Puede
elegir más de una opción.
Barriales
Alternativas
De alguna colectividad migrante Cuál colectividad: _____________________
De algún grupo religioso
No escucho programas radiales de radios representativas de ninguno de los grupos mencionados
Si su respuesta anterior fue positiva, por favor nombre los programas que escucha y a qué radio
pertenecen.
Categoría de la Radio Nombre del Programa Nombre de la Radio Horario
Barrial
Alternativa
De alguna
colectividad migrante
De algún grupo
religioso
Sobre los programas de la colectividad boliviana, ¿por qué los escucha? Puede elegir más de una
opción
Por la música
Porque informan sobre la actualidad de Bolivia
Porque informan sobre la actualidad de la colectividad en Argentina
Por el humor
Por los avisos que se emiten en esas radios.
Porque me hace recordar a Bolivia
Porque en mi casa se escuchan esos programas
Porque en mi trabajo se escuchan esos programas
Porque las prefiero a las radios argentinas o de otras colectividades.
Por las actividades sociales y solidarias que se organizan desde las radios de la colectividad.
¿Conoce a alguna/s personas de las radios mencionadas previamente?
Sí ¿A quiénes? _______________________________________
No
i
RESEÑA
A lo largo de la historia argentina los conceptos relacionados con la “identidad”, “lo
común” –en tanto compartido- o “lo argentino” se han forjado en una íntima relación con los
procesos inmigratorios que se llevaron a cabo en distintas épocas del desarrollo del país.
Sin embargo, estas construcciones discursivas esconden complejas tensiones que
las investigadoras María Inés Pacecca y Corina Courtis sintetizaron claramente:
“Una suerte de lectura épica de la antigua inmigración europea (cristalizada como
paradigma de civilización y desarrollo) y una mirada estigmatizante de la inmigración
latinoamericana, considerada invasora, ‘salvaje’ y depredadora de los servicios públicos y
sociales.” (Courtis y Pacecca, 2008, p. 7)
Una de las causas principales de este fenómeno se centra en las concepciones de
“Nación” y “Estado” que se impusieron durante el proceso de organización del país. Sin
embargo, las inmigraciones regionales –especialmente las de países limítrofes- han tenido
gran influencia en el desarrollo de la República Argentina, tanto en los ámbitos económicos y
políticos, como en los culturales.
En este sentido, la migración boliviana es un caso paradigmático, ya que, aunque es
la segunda colectividad migrante más grande que reside en el territorio argentino, ha tenido
que afrontar hasta la actualidad una fuerte discriminación por parte del Estado y la sociedad
general. A pesar de que la Constitución Nacional de la República Argentina enarbola
principios, derechos y garantías “para todos los hombres del mundo que quieran pisar el
suelo argentino”, no son pocas las ocasiones en las que se escuchan testimonios de
funcionarios/as públicos/as, representantes del pueblo y/o referentes de la opinión pública
que asignan a migrantes regionales, en general, y bolivianos/as, en particular, la
responsabilidad sobre conflictos sociales complejos y multifactoriales, como el narcotráfico,
la trata de personas, o el desempleo.
Hoy, en las sociedades contemporáneas, los medios de comunicación ocupan un rol
protagonista dentro de estos conflictos, en tanto se conforman como territorios de disputa,
por un lado, y productores de discurso, por el otro.
Sin embargo, son escasos los trabajos enfocados en medios de comunicación
identificados con “lo boliviano” o con “la colectividad boliviana” en el país. Desde esta
perspectiva, esta tesis monográfica está destinada a indagar las prácticas territoriales,
culturales y discursivas en una emisora radial de la Ciudad de Buenos Aires, de modo de
ii
analizar los mecanismos de identificación, junto con las articulaciones y vinculaciones con
distintos grupos referenciados organizativamente como la “colectividad” o “comunidad”
boliviana. El interés en el tema radica en la necesidad realizar aportes para poder entender
cómo se construyen las identificaciones del medio de comunicación con “lo boliviano”.
Cuáles son los objetivos detrás de su creación; quién son los/as participantes detrás de ella;
cuáles son sus conceptualizaciones, discursos y percepciones respecto de “una radio de la
colectividad”.
Al mismo tiempo, también es preciso analizar las instancias involucradas con el
consumo e interpretación por parte de la audiencia de esta emisora. Cómo es percibida,
cuáles son los aspectos, características y mensajes asignados a “lo boliviano” desde el punto
de vista del consumo cultural. Qué instancias de articulación existen entre las audiencias y el
medio. Cuáles son las expectativas por parte de la audiencia alrededor de “una radio de la
colectividad boliviana”. Cuáles son las miradas, concepciones y creencias sobre el ser
paisano/a en Buenos Aires. Es decir, de qué formas se construyen los discursos que
delimitan la pertenencia y los signos de representación. Pero, principalmente, observar los
dispositivos detrás de un medio de comunicación que disputa dentro del territorio de la
opinión pública, por un lado, y al interior de un grupo social, por el otro, el poder de estar, de
hacer, de decir, de representar.
Los Estudios Culturales
La presente investigación se enmarca, por un lado, dentro del campo de los Estudios
Culturales. En este sentido, se consideran las investigaciones realizadas por los/as
exponentes de la Escuela de Birmingham. La principal característica de esta tradición
inglesa, alimentada fundamentalmente de las reflexiones propuestas desde el marxismo
durante la primera mitad del SXX, es la elección de un análisis microestructural de lo
cotidiano, en contraposición con los análisis macroestructurales de las instituciones y
sistemas sociales, que venían llevando adelante otras teorías críticas. Este cambio en la
mirada significa una vuelta hacia los estudios de la realidad empírica, al contrario de las
teorizaciones de la sociedad, tradicionales en el marxismo ortodoxo.
El primer exponente de esta corriente de pensamiento, Edward P. Thompson (1977),
define los conceptos de “experiencia” a partir de una estrecha vinculación con el concepto de
clase. En este sentido, Thompson concibe “lo cotidiano” como el conjunto de experiencias
que componen y determinan la conciencia de clase. Es así como la cultura ya no sólo puede
iii
ser pensada únicamente como un conjunto de valores, tradiciones, expresiones específicas,
sino como un elemento fundamental de la conformación de identidad de grupo en un
momento determinado de la historia.
Al mismo tiempo, es en y desde la cultura popular donde las clases populares
decodifican la ideología dominante, a partir de un rol activo en el que también construyen
resistencias y oposiciones.
Por otro lado, el inglés Stuart Hall es quien profundiza en el campo de los Estudios
Culturales los problemas sobre la identidad a partir del viraje que propone, al profundizar sus
estudios en la recepción/consumo cultural y los efectos ideológicos de los medios de
comunicación de masas. Esta concepción parte de recuperar la noción antropológica de
cultura, pensada como las formas que adopta la existencia humana en un momento
específico de la historia, al apropiarse de la naturaleza en función de sus propias
necesidades. La ideología, por lo tanto, es definida como “el efecto de desplazamiento del
libre desarrollo de la cultura humana.” (Muñoz, 2009, p. 20) De esta manera, la existencia de
una ideología dominante implica necesariamente la “negación del libre desarrollo del
individuo.” (Muñoz, 2009, p. 20) Si en las sociedades de consumo, este último es el
mediador de todas las relaciones, significados y valores de la existencia humana, entonces
la cotidianidad está sometida por el poder ideológico, producido, sostenido y ejercido por los
medios de comunicación de masas de forma manifiesta.
En el caso de América Latina y en la Argentina, los estudios culturales tienen su
origen durante los años sesenta y setenta. Éstos han aportado a lo largo de su desarrollo, no
sólo una correspondencia teórica y metodológica con otros estudios de la comunicación y la
cultura, sino también enfoques y contribuciones específicas, vinculadas con las
particularidades históricas, políticas, sociales y culturales de la región.
Según Grimson y Varela (2002) su aparición en el ámbito de las Ciencias Sociales de
la Argentina tiene un objetivo doble. En primer lugar, el desarrollo de herramientas
metodológicas y de investigación que permitieran analizar la producción de sentido en el
consumo/recepción cultural de las clases populares. En segundo lugar, “una búsqueda de
politizar la cultura y demostrar la relevancia de los procesos simbólicos para la política” (p.
153) Es decir, al igual que la tradición culturalista anglosajona, las corrientes de los Estudios
Culturales latinoamericanas surgen con una clara intención de establecer un debate dentro
del terreno académico desde el marxismo contra el paradigma funcionalista-conductista,
dominante desde mediados del SXX. No obstante, su principal propósito es recuperar “el
iv
conflicto simbólico en su dimensión político-cultural” (Grimson y Varela, 2002, p. 156) a partir
del análisis de la recepción.
Comunicación e interculturalidad
Los estudios sobre comunicación intercultural pertenecen al campo de los Estudios
Culturales. Surgen a finales de la década del cincuenta en los Estados Unidos, pero su
consolidación como rama investigativa en el país data de los años setenta.
Por su parte, en América Latina pueden encontrarse antecedentes de esta corriente
de pensamiento a partir de los años sesenta. Sergio Caggiano (2005) destaca los
cuestionamientos a dos paradigmas presentes durante la época en la conformación de este
campo de estudio en la región: el del “contacto” y el de la “dominación”. De hecho, plantea
Caggiano (2005), los estudios sobre comunicación e interculturalidad comienzan a
proponerse como respuesta al desarrollo del mercado mundial de bienes culturales, las
migraciones masivas y la transnacionalización comunicacional, que hacen poner en
discusión las posibilidades de respuesta metodológica e investigativa de las perspectivas del
contacto y la dominación.
Es así cómo, durante los últimos años los procesos migratorios internacionales han
sido una de las causas principales de estas investigaciones. Es cierto que, para muchos,
estos procesos no pueden ser pensados como tendencias novedosas, ya que han sido una
característica vital de la humanidad a lo largo de la historia. Sin embargo, las complejas
transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales involucradas con la
globalización, llevan a otros a plantear la existencia de lo que llaman “migración
postindustrial”, en la que las dinámicas de origen y destinos migratorios se multiplican y
diversifican. De cualquier forma, la Comunicación Intercultural se convierte en una arista
específica de interés dentro del ámbito de las Ciencias de la Comunicación.
Según Caggiano (2005), en esta corriente de pensamiento existen por lo menos tres
puntos de partida distintos para abordar el concepto de comunicación intercultural. En primer
lugar, las perspectivas que se basan en los aportes de la Sociología Fenomenológica y el
Interaccionismo Simbólico, aplican los conceptos de “intersubjetividad” y “mundo de la vida”
para pensar múltiples instancias de comunicación interpersonal como las bases
fundamentales de la construcción social de la realidad. En segundo lugar, existe otro terreno
de análisis que se centra en los medios de comunicación de masas como espacios de
producción y reproducción de significaciones que delimitan “mayorías” y “minorías”.
v
Por último, el tercer punto de partida posible se plantea desde las instancias de
negociación y conflicto en la construcción del sentido dentro de la sociedad. Por lo tanto, la
comunicación intercultural desde esta perspectiva se define como “el proceso de
interrelación entre actores sociales culturalmente distintos, y el proceso de constitución o
consolidación de esos actores sociales como tales.” (Caggiano, 2005, p. 32) Es así como,
estas concepciones no consideran los procesos de interrelación como situaciones
comunicativas específicas entre grupos culturalmente diversos, sino como territorios
discursivos en los que se articula “lo social”.
Por otro lado, Caggiano considera que “lo inter-cultural” no debe ser abordado desde
la relación entre culturas previamente definidas, sino a partir de “los dispositivos de
producción (y reproducción)” (2005, p. 33). Esta concepción parte de una noción de cultura
que, en contraposición con las creencias que la definen como un conjunto de aspectos
propios de un grupo definido y homogéneo, la entiende como:
Una forma de estructurar valores, deseos y prácticas, acciones y repertorios para la
acción, una forma de interrelacionarse y, fundamentalmente, una forma de concebir
los clivajes sociales y de imaginar las categorías identitarias. (Caggiano, 2005, p. 34)
Por último, es preciso aclarar algunas cuestiones sobre el problema de la “identidad
social”. Por un lado, los estudios antiesencialistas proponen una mirada de las identidades
sociales como el producto de la relación con “la diferencia”. Sin embargo, en los últimos años
estas perspectivas han sido fuertemente cuestionadas debido a la vaguedad de estas
definiciones. Caggiano (2005) menciona lo dicho por Brubaker y Cooper (2001), quienes
resuelven sus discusiones a partir de la sustitución del término. En este sentido, proponen la
utilización de “identificación” y “categorización”, debido a “la oposición que ejercen a lo que
los autores consideran una tendencia del término ‘identidad’ a tomar como axiomática la
existencia de identidades como algo que se tiene.” (p. 36)
Por su parte, Caggiano (2005) propone que el concepto de identidad comprende:
El resultado de un proceso de reconocimiento que un actor social hace de sí mismo
como idéntico (similar, semejante) a otro y, consecuentemente, provee cohesión (que
no implica necesariamente conciliación) a un grupo social al que le confiere sentido, y
le brinda una estructura significativa que le permite asumirse como unidad. (p. 38)
Al mismo tiempo, plantea que la conformación de la “identidad” presupone un
sentimiento de colectividad, es decir la exaltación de los sentimientos de pertenencia
compartidos. De esta manera, completa su definición de identidad social como:
vi
La pertenencia de ciertos actores sociales a un colectivo que los comprende, así
como la participación de tales actores sociales en el sostenimiento y redefinición de
parámetros de agregación de tal grupo, a partir de los cuales se definirá un nosotros
diferenciado de un ellos. (Caggiano, 2005, p. 38)
Políticas migratorias en la Argentina
Abordar una investigación desde el problema de la comunicación intercultural como lo
plantea la presente tesis, requiere establecer un recorrido que enmarque cabalmente los
contextos, debates y tensiones alrededor de la cuestión migratoria. En el caso de la
Argentina, la inmigración ha tenido una presencia fundamental, tanto en los procesos de
conformación del Estado Nacional, como en los discursos sostenidos hegemónicamente
alrededor de la “Nación” y “lo nacional”.
Jorge Gurrieri (2016) caracteriza el desarrollo de las políticas migratorias en la
historia del país como:
Una continuidad en la aceptación de los aportes de la Inmigración Internacional, pero
con alternancia entre períodos de apertura y promoción de determinadas corrientes
migratorias con otros de mera regulación de los migrantes a partir de cierta selección
de quiénes pueden ingresar en períodos de relativa restricción al ingreso de
migrantes con determinadas características. (p. 137)
Lo cierto es que, como plantean también Courtis y Pacecca (2008), se puede
observar una diferenciación en el tratamiento de la inmigración regional y la de ultramar
durante los procesos de confección de política pública. Esta diferenciación se mantiene
presente y de manera explícita hasta la aprobación de la Ley de Migraciones (Ley N° 25.871,
2004).
Es por esto que, para analizar los recorridos históricos y planteamientos discursivos
en este sentido, se tomarán en cuenta las etapas que Gurrieri (2016) especifica en su trabajo
La evolución de las políticas migratorias en la Argentina. La primera incluye los procesos
desde los primeros gobiernos patrios posteriores a la Revolución de Mayo, hasta la
aprobación de la Ley de Inmigración y Colonización, conocida como Ley Avellaneda (Ley N°
817, 1876). La segunda se extiende desde 1876 hasta el Golpe de Estado en 1930. La
tercera abarca la llamada “Década Infame” hasta 1945, cuando se establece un cuarto
momento que incluye los dos primeros gobiernos peronistas, hasta el Golpe de Estado de
1955. Luego, la quinta etapa comprende los procesos desde 1955 hasta el retorno a la
vii
democracia, en 1983. La política migratoria, enmarcada bajo la Ley General de Migraciones
y Fomento a la Inmigración, conocida como Ley Videla (Decreto-Ley N° 22.439, 1981),
durante los posteriores gobiernos democráticos (1983-2004), compone la sexta etapa del
análisis, que concluye con la política diagramada desde la aprobación de la Ley de
Migraciones (Ley N° 25.871, 2004).
A los efectos de la presente investigación, se incluyeron también los aspectos
principales del Decreto de Necesidad y Urgencia N° 70/2017 (publicado en el Boletín Oficial
de la República Argentina N° 33.555 el 30 de enero de 2017), firmado por el presidente
Mauricio Macri, debido a que implica algunas modificaciones importantes de la ley vigente
que, en principio, dan cuenta nuevamente de un cambio en la política migratoria luego de
doce años.
El sistema de medios de comunicación audiovisual en la Argentina
Por otro lado, para esta investigación es necesario, también, considerar los contextos
y discusiones jurídicas, políticas y sociales con respecto a los servicios de comunicación
audiovisual en la Argentina. En función de esto, se toman como base los trabajos presentes
en el libro Mucho ruido, pocas leyes (Mastrini et al., 2005) y el recorrido realizado por Analía
Elíades (2003) en Historia legal de la radio y la televisión en Argentina, para explicar
brevemente las políticas de medios llevadas adelante desde la aparición de la radio en la
Argentina hasta la llegada de la democracia y el gobierno de Néstor C. Kirchner (2003-2007).
Luego, se considerarán los análisis realizados por Marino, Mastrini y Becerra (2010) y por
Becerra (2015 y 2017), con el propósito de exponer los múltiples y complejos movimientos
que se observan, tanto en relación con los cambios políticos y normativos, como en las
tensiones y disputas presentes, desde el primer mandato de la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner (2007-2011), hasta las últimas modificaciones de la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual (Ley N° 26.522, 2009) con el Decreto N° 1.340 (2016)
Acerca de la metodología: el estudio de caso
Esta tesina se enmarca dentro de la investigación cualitativa y está basada en la
tradición del estudio de caso. Para la recolección de datos de fuente primaria, se ha decidido
utilizar dos técnicas de investigación a lo largo de todo el trabajo de campo: la entrevista en
profundidad y la encuesta de tipo exploratorio. Al mismo tiempo, se ha recurrido a distintas
fuentes secundarias: archivo hemerográfico, trabajos académicos realizados previamente,
viii
información publicada por distintas instituciones pertenecientes al Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, resultados de Censos Nacionales, entre otras.
Las radios de la colectividad boliviana en la Ciudad de Buenos Aires
En su libro “Relatos de la Diferencia y la Igualdad” (1999), Alejandro Grimson recorre
brevemente la historia de los programas radiales referenciados con “la bolivianidad” en la
Ciudad de Buenos Aires. Para esto, diferencia entre tres etapas. En primer lugar, ubica un
primer momento en la aparición del programa “Sentir Boliviano” en noviembre de 1975. La
segunda etapa descripta por Grimson comienza luego del retorno a la Democracia, en 1983,
de la mano del surgimiento de las llamadas radios comunitarias y alternativas.
Finalmente, a última fase planteada por el autor comienza con la aparición de las
primeras radios referenciadas en la colectividad boliviana, durante los últimos años de la
década del noventa. Según Grimson (1999) el paso de producir programas a fundar radios
significaba un “un cambio cualitativo (…) tanto en torno a la organización, la propiedad y la
presencia en el espectro radial.” (p. 104)
En la actualidad, existen más de cien radios en el área de la Ciudad de Buenos Aires.
Por esta razón, a los efectos de la realización de este estudio de caso se consideró
necesario indagar sobre los años posteriores, en los que las radios identificadas con la
colectividad boliviana se han expandido y desarrollado en la Ciudad de Buenos Aires. Para
esto, se establecieron distintos encuentros con Juan Vázquez, comunicador y referente de
Colectivo Simbiosis Cultural, una organización creada por jóvenes de la colectividad
boliviana, mayormente costureros/as, con el objetivo de cuestionar, desde acciones
culturales y sociales, el trabajo realizado al interior de los talleres textiles.
Vázquez propone una mirada distinta de lo planteado por Grimson (1999) para
explicar el origen de las radios de la colectividad, ya que encuentra en las dinámicas
económicas las bases organizativas de lo que se conoce como la “colectividad boliviana
organizada”.
Añadido a esto, se refiere a un conjunto de dinámicas relacionadas con un sector del
trabajo referenciado en la Ciudad de Buenos Aires con “lo boliviano” o “la bolivianidad”: los
talleres textiles. En este sentido, rescata el origen de esta referenciación (tanto al interior de
la colectividad, como afuera de ella) en la construcción y naturalización de una serie de
estereotipos que colaboran en invisibilizar y legitimar las formas complejas de vulneración
ix
que sufren, en general, las comunidades migrantes en sus países de residencia y, en
particular, la boliviana en la Ciudad de Buenos Aires.
En este sentido, Vázquez plantea diferentes momentos. El primero se caracterizó
principalmente por la aparición de programas radiales conducidos y producidos por personas
alejadas a las estructuras de la colectividad organizada. Seguidamente, propone un segundo
momento, marcado por el desarrollo y proliferación posterior de las emisoras radiales,
vinculadas económicamente con empresarios de la colectividad boliviana: dueños de
boliches, de fábricas de insumos para la producción textil, etc.
Es así cómo, para el entrevistado, las radios referenciadas con la colectividad
boliviana no pueden ser pensadas como “radios comunitarias” en el sentido político-
comunicacional del término. Esto se debe a que, en sus concepciones primarias, no existe
una crítica concreta al sistema de medios tradicional, a las formas de organización dentro de
un medio de comunicación o una demanda clara de acceso a la comunicación. Sino que,
para Vázquez, se trata de la reproducción de las mismas dinámicas presentes en el sistema
de medios tradicional, con el objetivo de legitimar las estructuras económicas de dominación
presentes al interior de la colectividad boliviana.
Por otro lado, en relación con los aspectos propios del mensaje radiofónico
propiamente dicho, menciona algunos rasgos compartidos entre ellas. Estas decisiones
artísticas, según él, se relacionan principalmente con la necesidad de crear una audiencia
amplia y consolidada hacia el interior de la colectividad boliviana, con el objetivo de incidir
según intereses específicos.
Estudio de caso: Radio Panamericana (FM 90.7)
El caso seleccionado para la presente investigación es Radio Panamericana (FM
90.7). Esta estación fue fundada hace más de veinte años aproximadamente, por Natalio
Sillani y Reynaldo Apaza. El nombre original elegido fue Radio Gigante, en referencia a una
famosa FM oriunda de La Paz, Bolivia. Luego, hace siete años, la sociedad fundadora de la
radio se separó, pero la emisora siguió emitiendo contenidos en el mismo dial, bajo el
nombre de Radio Panamericana.
Para explicar la elección de este caso es preciso explicar algunas cuestiones
vinculadas con la migración boliviana hacia la Argentina. Si se analizan estos movimientos
poblacionales desde el SXIX (cuando se encuentran los primeros registros de residentes
bolivianos/as en el país) hasta la actualidad, se puede ver que los movimientos de migrantes
x
bolivianos/as hacia la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires comienzan a aparecer a
mediados del SXX. Sin embargo, en el caso de la jurisdicción porteña, la presencia de la
colectividad boliviana adopta una mayor y más consolidada presencia entre 1991 y el 2001.
El censo de 1980 mostraba que sólo el 8,8% de la población proveniente de países limítrofes
en la Ciudad había nacido en Bolivia, mientras que en el caso de la Provincia de Buenos
Aires los resultados arrojaban un 31,4%. Entre los censos de 1991 y 2001 es cuando se
puede ver un aumento considerable en la presencia de población de origen boliviano en la
Ciudad, que pasa del 12,5% al 21,5%.
Según Casanello (2014), en la Ciudad de Buenos Aires la migración boliviana:
Se concentró en los barrios del sur (…), fundamentalmente Villa Soldati, Villa Lugano,
Mataderos, Liniers y Flores. En estos barrios, los migrantes han construido fuertes
territorios étnicos donde mantienen y re-significan sus costumbres culturales y
refuerzan las redes sociales de trabajo y sociabilidad. (p. 80)
En efecto, la Comuna 8 (compuesta por los barrios Villa Lugano, Villa Soldati y Villa
Riachuelo) concentra la mayor cantidad de habitantes nacidos en un país limítrofe de toda la
ciudad. Mientras que el promedio de C.A.B.A. es de 7,1%, en la Comuna 8 el porcentaje
asciende al 15,1%11. En el caso particular de la Villa 20, ubicada en Villa Lugano, según los
datos del último Censo Nacional de 2010, de los 22.563 habitantes que residen allí, el 49,9%
no nació en la Argentina.
Al mismo tiempo, si se tiene en cuenta que la Villa 20 es el cuarto asentamiento más
importante de toda la urbe porteña, ya que en ella viven el 13,3% del total de residentes en
villas12, puede entenderse la relevancia y el interés investigativo en el caso seleccionado.
Conclusiones
Finalizado el proceso de investigación, en principio se puede constatar parcialmente
la hipótesis planteada al comienzo de esa investigación: es posible establecer relaciones
entre las prácticas de Radio Panamericana (FM 90.7) y los procesos de identificación y
representación presentes en la consolidación del grupo social identificado como “colectividad
boliviana” de la Villa 20 en Villa Lugano.
Al respecto, la cuestión del trabajo aparece con una presencia constante a lo largo de
todo el trabajo. Primero, en relación con la radio como medio de comunicación, se puede
observar, tanto en las verbalizaciones de los/as participantes de la radio estudiada, como en
11 Dirección de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015. 12 Dirección de Estadísticas y Censos, Ministerio de Hacienda, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015.
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los resultados de la encuesta exploratoria a vecinos/as de la Villa 20, la aseveración de que
la radio es el medio de comunicación que se consume mientras se trabaja.
Asimismo, la amplia mayoría que relacionó en la encuesta exploratoria su interés por
los avisos que se emiten en las radios identificadas con “lo boliviano”, plantea un escenario
fértil para constatar, al menos en parte, lo dicho por Juan Vázquez, el informante consultado
para esta tesis, con respecto a la radio, el trabajo y la industria textil en la Ciudad de Buenos
Aires. En efecto, el rol (explícito o implícito) asignado a Radio Panamericana (FM 90.7) como
fuente de comunicación de oportunidades laborales por los/as mismos/as vecinos
encuestados/as, por un lado, y la sección reservada en el programa principal de la radio,
conducido por Reinaldo Apaza, director y responsable visible de la emisora (sin mencionar
los lazos que sostiene con referentes de organizaciones que nuclean a dueños de talleres y
fábricas textiles), da cuenta de un terreno posible para la continuación y profundización de
futuras investigaciones en la temática.
Sumado a ello, otros elementos que pueden ser destacados en este sentido son las
características y componentes del mensaje radiofónico, especialmente la música. Esto se
debe a que, según las verbalizaciones de los/as entrevistados/as, pueden funcionar como
delimitadores de fronteras identitarias y representativas. Por un lado, apelando a la memoria
colectiva de la tierra y la cultura compartida. Por el otro, con el propósito de proponer
estrategias de “integración” o “asimilación” cultural con el territorio y la cultura del país de
residencia. Sobre esto, cabe destacar que en el sondeo el 72% de las personas que
consumían contenidos de emisoras identificadas con “la colectividad boliviana” relacionaron
esta elección con “la música” que se podía escuchar en ellas.
Del mismo modo, “la función social” del medio de comunicación radial es otro
elemento que surge como una característica propia y común de las radios identificadas con
“lo boliviano”. A partir de la mención de diferentes ejemplos, entre los que se incluían, desde
la información oficial sobre recursos institucionales, hasta la organización de colectas para
ayudar a personas o familias con distintas problemáticas, puede decirse que, dentro las
tareas referidas al lugar que ocupa Radio Panamericana (FM 90.7) a nivel comunitario,
aparecen construcciones que la vinculan como estructurador de voluntades solidarias. No
obstante, es necesario tener en cuenta que, en los resultados de la encuesta exploratoria el
interés por las actividades sociales y solidarias llevadas adelante por las emisoras
referenciadas con “lo boliviano”, no obtuvo una presencia importante. Esta situación lleva a
reflexionar sobre otros elementos surgidos durante el proceso de realización de esta tesina.
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En primer lugar, la multiplicidad de puntos de vista en relación al rol que cumplen las
radios referenciadas como “de la colectividad boliviana”, tanto en los/as participantes del
caso analizado, como en el testimonio del informante consultado, obliga a pensar en los
problemas de pensar en la existencia de un consenso unificado alrededor de la idea de
“colectividad boliviana” en la Villa 20. Primero, si se consideran las distintas formas de
intervención política y territorial que llevan adelante los/as participantes de la radio estudiada.
¿Por qué? Porque, como se planteó en apartados anteriores, este contexto podría ser un
punto de partida para analizar las dinámicas de la radio como herramienta comunicación en
la construcción y consolidación político-territorial a nivel comunitario.
Pero, principalmente, si se atiende a las significaciones e interpretaciones de “lo
barrial” y “lo comunitario”, tanto en la instancia de las entrevistas en profundidad, como
durante la realización de la encuesta exploratoria. El hecho de que “lo comunitario”, para
los/as participantes de la radio esté referenciado, no con “lo boliviano”, sino con estar en una
villa, es un ejemplo cabal de esto. Otra muestra de esto tiene que ver con las respuestas de
los/as vecinos/as encuestados/as, quienes en un 64% de los casos, identificaron a Radio
Panamericana (FM 90.7) como una radio barrial.
En efecto, la concepción de “comunidad boliviana” o “colectividad boliviana” como un
constructo único, definido u homogéneo implica desconocer los campos de batalla que
atraviesan y que son atravesados por estas significaciones, dinámicas y acciones. En el caso
de la radio estudiada, se puede ver cómo la villa y el barrio aparecen claramente como
ámbitos de disputa que se superponen constantemente con “lo boliviano” en un cúmulo de
pliegues que acumulan historia, territorio y experiencia común.
No obstante, Radio Panamericana no deja de tener una clara referenciación,
constatada -en términos exploratorios- en los resultados de la encuesta llevada a cabo y,
también, a partir del hecho de que sus dos conductores/as más antiguos/as han ocupado
cargos de representación de los/as habitantes del barrio en los últimos diez años. Por ello,
no sería descabellado pensar en que, de la misma forma que sucede a escala nacional o
regional, los medios de comunicación barriales y comunitarios puedan ocupar funciones de
articulación hegemónica en sus ámbitos de intervención.