“La globalización nos arrancará totalmente fuera de nuestra tierra y, en un sentido muy sistemático, nos desarraigará. Nos hará forasteros en todas partes.”
“Los únicos juicios que pueden emi-tirse tienen que ver con la estética o el gusto. Con ellas se han ido todas nuestras nociones melancólicas de la pérdida del espacio público, pérdida de urbanidad, y de comunicación.”
El vacío, la congestión y el consumo.“El vacío reclama una especie de can-celación de toda la opresión en la que la arquitectura desempeña un papel importante.”
La profesión ha sido adoctrinada para que no quede nunca nada sin haber sido pensado, diseñado ni vacío. Genera una terrible sensación de pre-sión, cada silla contiene mil ideas, un deseo de expresar algo y reclama para sí la atención. Se presta una enorme atención al empaquetado del espacio pero no al espacio en sí.
Todavía es posible que exista un ges-to o una articulación del dominio pú-blico ante el increíble consumismo y el ataque de la electrónica, que tiende a disolver cualquier cosa física.
Máxima de Yeager: liberar a los ojos de los objetos y de los hábitos que siguen a una visión orientada por objetos. Ver más de lo que tu adversa-rio ve.Afrontar el espacio táctilmente, ir más allá de los objetos.
Rastrear cambios y fluctuaciones y responder como si hubieran forma-do siempre parte de un ciclo. Estos cambios ocurren ahí donde se da la rotura de la simetría que “siembra” el espacio y permite a la forma el asalto: el umbral. La materia y el tiempo constituyen un agregado parcialmente sólido y parcialmente fluido en el que el patrón estructural cambia según los impulsos que entren a él y los que salgan. El umbral es así un lugar pri-vilegiado en donde ocurren multitud de acontecimientos en el extremo de la envolvente. Una masa coloidal en la que cada movimiento arrastra a la masa local.
CAPÍTULO 01...........................................................ERA EL MEJOR PILOTO POR QUE TENÍA LOS MEJORES OJOS
.....................................................La ciudad hoy no puede estar divi-dida, ya que material y temporal-mente tendemos hacia el extremo. Las actividades extremas implican la movilización de todas las partes que interactúan en un campo. De manera que cada movimiento de cada parte cambia instantánea-mente las condiciones de desplie-gue del todo. .....................................................
CAPíTULO 03...........................................................ERES LO QUE COMES
La obra presentada para este libro está enmarcada dentro de la técnica de la postproducción. En los últimos años hemos visto cómo la línea entre consumir y producir se desvanece.
El desplome del sistema econó-mico capitalista occidental es un ejemplo de ello, se incita a la población a consumir para que la sociedad en su conjunto pueda producir. Hoy dice tanto de nues-tra personalidad lo que compra-mos (desde un piso hasta unos calzoncillos) como lo que esco-gemos, no es gratuita la impor-tancia que tienen por ejemplo las redes sociales en las que lo que hacen los usuarios esencialmente es escoger.
En la era de la información a la que hemos entrado y cuya herramienta fundamental es el Internet es imposible no ver la relación tan estrecha que hay entre input y output. La equipara-ción del acto de consumir con el de producir puede ser un hecho difícil de aceptar debido a la concepción occidental-cristiana del esfuerzo, según la cual uno recoge los frutos de su trabajo.
El mundo del arte no está exento de este fenómeno. Marcel Du-champ abrió una brecha en la que el arte contemporáneo está inmerso todavía, ahora más que nunca. Los artistas no necesitan transformar materias primas (una tela blanca, un bloque de piedra) para producir una obra. Basta con que escogan materia ya exis-tente y la trasladen de un sitio a otro para que su producción sea considerada como tal. Esta producción, como hemos dicho antes, está muy cerca de un mero consumo.
Las herramientas con que cuen-tan los artistas permiten y facili-tan este trabajo: desde el sampler hasta Internet o un programa in-formático. La tarea de recodificar una imagen o un objeto que se encuentra dentro de un circuito discursivo para que pase a for-mar parte de otro, para que haga un circuito nuevo o para relacio-nar y hacer puntos de encuentro entre varios circuitos, recae en el artista.
