+ All Categories
Home > Documents > vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

Date post: 03-Jun-2018
Category:
Upload: marcobarrantes
View: 285 times
Download: 1 times
Share this document with a friend

of 130

Transcript
  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    1/130

    C ar t as de P ab lo

    El au tor

    Las ca r t a s

    L a s e n s e a n z a s

    n l Editorial Claretiaru

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    2/130

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    3/130

    Vanni, Ugo

    Las Cartas de Pablo: el autor: las cartas: las enseanzas - la ed. 2a reimp.

    144 p .; 22x17 cm.

    ISBN 950-512-450-3

    1.

    Cartas de Pablo. I. Ttulo

    CDD227

    - Buenos A ires: Claretiana, 2006.

    El contenido de este librocorrespondea ladesgrabacinde laslecciones sobre el "Corpus Paulinum" que el autor dictara

    en la UniversidadGregorianade Roma.

    Coordinacin Editorialy Traduccin:

    Nstor Dante Saporra'

    Diseo de Tapa:Grupo Uno

    Con las debidas licencias.

    Todos los derechos reservados.

    Hecho el depsito qu e previene la ley.

    Impreso en la Argentina.

    Printedin Argentina.

    ISBN 10: 950-512-450-3

    ISBN

    13:

    978-950-512-450-3

    Editorial Claretiana, 2002.

    EDITORIAL CLARETIANA

    Lima 1360 - C1138ACD B uenos Aires

    Repblica Argentina

    Tels.

    4305-9510/9597 - Fax: 4305-6552

    email:[email protected]

    www.editorialclaretiana.com.ar

    mailto:[email protected]://www.editorialclaretiana.com.ar/http://www.editorialclaretiana.com.ar/mailto:[email protected]
  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    4/130

    In t roduccin

    P

    ablo, circuncidado al octavo da, de la raza d e

    Israel y de la tribu de Benjamn -he bre o, hijo

    de hebreos, y fariseo segn la Ley- (cf Fili-

    penses

    3,5),

    se coloca tras las huellas d e Jess, huellas

    que desea borrar totalmente pe rsiguiendo a las igle

    sias cristianas. Pero la visin de l Seor convierte la

    persecucin en seguimiento no menos apasionado.

    Y desde el cambio de rumbo se suceden para el

    autor de las Cartas las etapas de un nuevo derro

    tero:

    Arabia, Damasco, Jerusaln, Cilicia y Siria.

    Luego, en otra visin, siente el ped ido de auxilio de

    un joven qu e lo lleva a la va Egnatia de Macedonia

    (Filipqs y Tesalnica). Desde all se traslada a

    Acaya (Corinto) primero y a Asia (feso) despus.

    Los lugares se van asociando a nom bres concre

    tos... Por Hechos, sabemos de su encuentro con

    Lidia en Filipos (Hech 16,14-15.40); con Jasn

    (Hech 17,6), Aristarco y Segundo (Hech 20,4) en

    Tesalnica; con Timoteo, Tquico y Trfimo de

    Asia (ibid), con quila y Priscila (Hech 19,2) y Ti-

    cioJusto y Crisp o (Hech 18,7-8) en C orinto .Yla su

    cesin de conocidos se multiplica en los saludos

    finales de las Cartas: la familia de Estfanas, For

    tunato y Acaico (1 Cor 16,17); Evodia y Sntique

    (Flp 4,2), Epafras, M arcos, Aristarco, Dem s y Lu

    cas (Flm 23-24).

    Al trmino de su vida, con la larga lista del

    final de la

    Carta

    a los Romanos, Pablo podra sus

    cribir plenam ente el poema d e Pedro Casaldliga:

    Al final

    del camino

    me dirn:

    Has vivido? Has amado?

    Yyo ,sindecirnada,

    abrir el corazn lleno

    de nombres.

    De esa forma, el encuentro con Cristo se va

    concretando en encuentros con comunidades y

    con las personas que las integran. Y, junto a los

    encu entros , el dolor de la separa cin y los conflic

    tos que convierten al caminante en el escritor pre

    sente con sus

    Cartas

    en las asambleas de Dios de

    Tesalnica, Galacia, Corinto, F ilipos, Roma...

    3

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    5/130

    Ante los destinatarios, Pablo busca precisar las

    Enseanzas de su Evangelio, iluminar desde ellas

    la vida comunitaria y corregirla cuando se anun

    cia otro evang elio distinto del recibido.

    Autor, cartas y enseanzas son presentados

    por el P.Vanni a los lectores de esta Coleccin con

    su reconocida competencia, ofrecindoles una

    ayuda inestimable para su acercamiento a la lec

    tura personal o grupal del Evangelio de Pablo.

    FlixCisterna, cmf

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    6/130

    f i utor

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    7/130

    1.A VIDAL;. -1>-', "-"

    La persona de Pablo suscita grandes entusias

    mos pero tambin fuertes reacciones. Los hechos

    vividos po r Jess se ubican cronolgicam ente alre

    dedor del ao 30. Los primeros escritos paulinos

    fueron elab orado s a principio de los aos 50 y son

    los ms an tiguos del Nuevo Testamento.

    Pablo transcurre una parte de su juventud en

    Tarso, una ciudad ilustre de origen griego y muy

    imp ortan te para el helenismo ; luego va a Jerusaln

    para estudiar en la escuela de Gamaliel (cf Hech

    22,3).

    C r o n o l o g a

    Es bastante fcil delinear el cuadro general de

    la vida de Pablo. Nacido hacia el comienzo de la

    era cristiana, en 35 a.C. aproxim adam ente, se con

    vierte y entra a formar parte de los seguidores de

    Cristo. Sube varias veces a Jerusaln don de se

    encuentra con Pedro y participa en el concilio de

    los apstoles. Una intensa actividad misionera lo

    convierte en un peregrino en todo el arco del

    Mediterrneo oriental, con paradas largas en

    . &

    Antioqua de Siria, Corinto, feso y Roma, donde

    mu ere mrtir bajo el imperio de N ern.

    En cambio es ms difcil indicar cronolgica

    mente los episodios de la vida, los viajes y la

    misma muerte, que algunos ubican al comienzo

    del imperio de Nern y otros al final. El punto de

    referencia ms seguro e importante para la biogra

    fa de Pablo es la inscripcin de Delfos, que nos

    permite saber que el procnsul romano Galin en

    50/5 1 (o a ms tardar en 51/52) viva en Corinto.

    Ah ora bien, segn Hech 18,12ss, Pablo se en contr

    con Galin en Corinto, aunque no pviede precisar

    se si al comienzo o al final del proconsulato. De

    todos modos se puede decir que hacia el ao 50

    Pablo estaba en Corinto. A partir de esa fecha se

    trata de ordenar cronolgicamente su biografa.

    No pudiendo entrar en detalles, nos limitare

    mos a presentar do s esquemas cronolgicos de su

    vida: eltradicionalclsico,q ue se basa sobre todo en

    los Hech os de los Ap stoles, y el

    crtico,

    que pri

    vilegia los datos ofrecidos p or las Ca rtas.

    El primero divide la misin de Pablo en tres

    grandes viajes; pone el concilio de Jerusaln (49-

    50) despus del primer viaje; la encarcelacin en

    Cesrea en el "bienio" 58-60; la encarcelacin en

    Roma en el bienio 60-62, y el segu nd o a rresto y la

    mu erte en 64 67.

    7

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    8/130

    :mn0fogapantrtk

    - "

    Esquema tradicional

    clsico

    49-50 Concilio de

    Jerusaln

    (despus del 1er

    viaje)

    58-60 Encarcelacin

    en Cesrea

    60-62

    Encarcelacin

    en Roma

    64 67 Segu ndo arres

    to

    y

    muerte en

    Roma

    Esquema crtico

    50-51 Concilio de

    Jerusaln

    (despus del

    2

    o

    viaje)

    52-55 Permanencia

    en feso

    56 Arresto en Jeru

    saln y encarce

    lamiento en

    Cesrea

    57/58

    Viaje a Roma

    58/60 Arresto domici

    liario en Roma

    60 Martirio

    El seg un do coloca el concilio de Jerusaln ha cia

    50-51, despus del segundo viaje misionero que

    llev a Pablo hasta Grecia; en 52-55 su perm anen

    cia en Efeso; en 56 el arresto en Jerusaln y la en

    carcelacin en C esrea; en el invierno d e 57 /58 el

    8

    viaje a Roma; en 58/60 el arresto domiciliario en

    la capital del imperio, y en 60 el martirio bajo el

    gobierno de Nern.

    La conversin

    Tanto en los Hechos como en las Cartas, es po

    sible observar que Pablo era un orgulloso adver

    sario de la flamante comunidad cristiana: "per

    segua con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba"

    (Gal1,13). En Hechos leemos qu e Saulo aprob la

    muerte deEsteban"(8,1). Sin emba rgo, de tod os los

    textos se dedu ce que en la vida de Pablo hub o u n

    cataclismo imprevisto que lo transform de per

    seguidor en apstol y misionero. El autor de los

    Hechos presenta el evento tres veces: en el cap

    tulo 9 se da la narracin en tercera persona; en el

    captulo22el m ism o Pablo se refiere a l en m od o

    autobiogrfico frente a la multitud hostil en Je

    rusaln; en el captulo 26 vuelve a relatarla en la

    declaracin ante Festo y Agripa. Las tres narra

    ciones dan testim onio d e la cristofana en el cami

    no de Damasco, de ese encuentro cara a cara en

    tre Cristo y Pablo, de la nueva percepcin que

    tiene de Jess de Nazaret y de s mismo, de la

    misin extraordinaria que le es confiada entre los

    paganos y que ha marcado el gran cambio del

    cristianismo incipiente.

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    9/130

    En las Cartas, Pablo vuelve sobre este hecho

    con un tono a veces apologtico, a veces polmico,

    para defenderse a s mismo de los adversarios e

    indicar el nudo profundo sobre el cual gira su

    vida. En la Primera Carta a los Corintios leemos:

    Se me apareci tambina m,que soy comoel frutode

    un aborto" (15,8). En la Carta a los Glatas, para

    reivindicar la investidu ra divina d e su misin y el

    origen autntico de su ev angelio, dice: Secompla

    ci en revelar asuHijo,para queyolo anunciara entre

    lospaganos" (1,15-16). En la Carta a los F ilipenses,

    polemizando con los adversarios judaizantes e

    invirtiendo la idea de la justificacin, afirma:

    "Yo

    mismohesido alcanzado por CristoJess" (3,12). No

    obstante el carcter autobiogrfico, tanto las tres

    narraciones de los Hechos como las tres referen

    cias de las Cartas aparecen sensiblemen te teologi

    zadas y reflejan una lectura retrospectiva del

    evento a la luz de toda la vida del apstol y del

    camino de la Iglesia. Pero, lejos de determinar el

    valor histrico, esto evidencia el carcter epocal

    del evento.

    Hombre de tres culturas

    Pablo ha sido definido por algunos estudiosos

    como "u n cosmop olita". En realidad, en su persona

    y en su obra se entrecruzan tres m und os y tres cul-

    & ,

    turas:

    hebreode nacim iento y d e religin, se expre

    sa con el idioma y los mo dos del

    helenismo,

    y es un

    ciudadanoromanoqu e se identifica fielmente con el

    marco po ltico-administrativo d el imperio.

    El hebrasmo lo marca en forma indeleble des

    de el nacimiento: "Y osoyjudo,originariode Tarso,

    ciudadano de una importante ciudad de Cilicia",

    declara ante el tribuno rom ano que le pide infor

    macin cuando lo arresta en Jerusaln (Hech

    21,39),

    indicando as que pertenece a la dispora

    hebrea esparcida por el mundo helenizado.

    hebreo'

    1

    denaci

    mientoyde

    religin

    se expresa conelidioma

    ylos modos

    del helenismo

    romano

    seidentifica

    fielmente con

    el marco

    pol

    tico-adminis

    trativo del

    imperio

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    10/130

    Frente a los difamadores de Corinto que cues

    tionan la autoridad apostlica, reivindica polmi

    camente su ascendencia hebrea:

    Ellos son hebreos?

    Yo

    tambin

    lo soy. Son

    israelitas?

    Yo tambin. Son

    descendientes de Ab raham ? Yo tambin"

    (2 Cor

    11,22).

    Y

    a los Filipense s dice:

    Circuncidado al

    octa

    vo

    da;

    de laraza deIsraely de la tribu de Benjam n;

    hebreo,

    hijo de

    hebreos; en

    cuanto

    a

    la

    L ey, un fariseo"

    (Flp 3,5), hacien do h incapi en el nuev o estad o en

    el que se encuentra despus de haber sido alcan

    zado po r C risto.

    En la Carta a los Romanos aparece la lcida

    conciencia teolgica de pertenecer p or nacim iento

    al pueblo llamado por Dios para realizar su plan

    de salvacin en favor de toda la hum anida d:

    "Yo

    mismo deseara serma ldito,separado deCristo, a favor

    de mis

    hermanos,

    los de

    m i

    propia

    raza.

    Ellos son

    israe

    litas:

    a

    ellos pertenecen la adopcinfilial,la

    gloria, las

    alianzas,

    la legislacin, elcultoylas

    promesas.

    Aellos

    pertenecen tambin los

    patriarcas, y de

    ellos desciende

    Cristo

    segn su

    condicin

    humana"(Rom 9,3-5). En

    un pasaje, inclusive, aflora el orgullo separatista:

    Nosotros somos judosdenacimiento y nopecadores

    venidos del

    paganismo" (Gal 2,15).

    Aun sintindose radicalmente convertido a

    Cristo, Pablo vive en un clima espiritual hebreo:

    cuando fija fechas o tiempos, lo hace segn el

    calendario he breo (cf1C or 16,8); los

    Hechos

    lo pre

    sentan dos veces comprometido con el voto del

    nazireato

    (Hech 18,18; 21,17-26). La Biblia es su

    libro;

    lo usa y trata como lo hacen los rabinos, se

    gn sus mtodos de lectura y de interpretacin (cf

    1 Cor 10,1-10).

    Lo s

    Hechos

    contienen la noticia de su "creci

    miento" en Jerusaln y de su "formacin" "a los

    pies de Gamalielenla estricta observanciad ela Ley de

    nuestrospadres" (Hech 22,3). Tam bin le debe a la

    tradicin hebrea el haber aprendido un oficio por

    motivos ticos ms que utilitarios: en su caso, era

    el de "fabricante de carpas", trmino genrico que

    da lugar a diferentes interpretaciones: a) tejedor

    de pelos de cabra para hacer telas rsticas para

    diferentes usos, como el

    cilicio,

    llamado as por la

    regin de Cilicia do nde se confeccionaba; ^t ra b a

    jador del cuero para fabricar carpas.

    Pero este hebreo era de lengua turca y "tarsio-

    ta", es decir de Tarso ,

    "una

    importante ciudad de

    Ci

    licia",com o l mism o la llama (H ech 21,39). Tarso ,

    junto al ro Cidno, en aquel tiempo estaba en el

    apogeo de su esplend or d e ciudad helenista y cos

    mopolita. Era una de las patrias del estoicismo.

    Pablo ciertamente conoci este tipo de pensa

    miento y asim il sus aspec tos ticos, como el ideal

    de la autosuficiencia (cf Flp 4,11), y los co nte nid os

    10

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    11/130

    Ma cedn a

    J=lpos

    Tegatnica . < ^ ^

    ^ E p i r o ^ Y W T r o a d e ,

    f v Y Prgamo

    I j w V ,

    , e s o

    Colosas

    rinto^V

    M i l 8

    , ^ - L a * c e a

    S^caVa

    L ^

    Antoqufa

    Ga l ac i a

    Capadoc ia

    Perge

    Panfilia

    Creta

    Cl*'*--

    4 a

    r Mediterrneo

    Ubicacin de Tarso

    Licaonia

    Frigia imio

    Listra

    e d e s a

    ,

    Cilicia

    J f

    r s

    'jt

    ntioqufa

    (S i r i a

    V K . _ Sidn

    Chipr e JDa ma sc t

    Cesrea

    Pentpol is

    \*~*

    f

    '

    Samara

    JoPPf'jerusaln

    alestiric

    ^Alejandrj

    HrEgipto

    f i losf ico-re l ig iosos , como la t ransparencia de

    Dios en el m u n d o (cf Rom 1,19-20).

    Todo e l cuadro de su ac t iv idad se coloca en un

    escenar io cul tura l he lenis ta . Usa e l gr iego con de

    senvol tura y de una manera personal ; no le son

    extraas ni las formas de la diatriba, ni las figuras

    de la re tr ica conte m por nea y se revela l ings t i

    camente creat ivo; bas ta pensar en los verbos for

    mados con una o con ms preposic iones (cf Rom

    5,20; 8,26; 2 Cor 7,4) entre los que son tpicos los

    compues tos con

    syn

    (=con) par a indicar la s imb io-

    s is con los colaboradores y los amigos en la comu

    nicacin vi ta l con Cris to , en la muer te , en la resu

    rreccin y la gloria (cf Rom 6,4s; 8,17; Gal 2,19; Flp

    3,10; Ef 2,6; Co l 2,12; 3, lss ).

    No son raros los casos en los que los vocablos

    usados en l a cu l tu ra g r i ega con tempornea se

    emplean pa ra expresa r con ten idos y s ign i f i cados

    nuevos , segn su pensamien to t eo lg ico ; bas ta

    pensar en la d i la tac in y t ransformacin semnt i

    ca que l e impr ime a t rminos c lave como "ca rne"

    (srx) y "esp r i tu" (pneutna), p e c a d o (hamarta) y

    sa lvacin

    (sotera),

    a m o r

    (gape) y

    justicia

    (dikaio-

    syne), l iber tad

    (eleutheria) y

    esc lavi tud

    (doulotes).

    En pa r ti cu la r, su pensa mie n to e s t m arcado por

    la s i tuacin exis tencia l y cul tura l que encuentra ,

    has ta e l punto que se puede decir que en Pablo se

    da una verdadera " incul turacin" de la fe en con

    textos d iversos del judo en e l que haba nacido.

    Las dos cartas a los Corintios y las cartas a los

    Efesios y a los Colosenses son un ejemplo de esto.

    Pe ro e s te hombre hebreo y g r i ego se au topre -

    senta en todas las Car tas con e l nombre la t ino de

    "Pab lo" , que seguramen te l l evaba desde su nac i

    mien to jun to a l ape la t ivo Saulo, que los padres le

    hab an pues to pa ra r eco rda r a l p r imer r ey de l a

    ^tr ibu de Benjamn. Es importante notar que , en la

    cr is tofana de Damasco, la voz mis ter iosa , segn

    11

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    12/130

    los

    Hechos,

    lo llama al estilo hebreo :

    " a 'ul, a 'ul"

    (Hech 9,4). Las autoridades del imperio respon

    den, segn su punto de vista, a una disposicin

    divina: estn

    al servicio

    de

    Dios para

    tu

    bien";

    por

    lo tanto m erecen respeto y obediencia por deber de

    conciencia"(Rom 13,4-5).

    Segn el autor de los

    Hechos,

    Pablo enfrent se

    renamen te a procnsules y procurad ores rom anos

    en Chipre, en Corinto, en Cesrea, y reivindic

    ms de una vez las garantas jurdicas que le

    correspondan, segn el derecho de ciudadana

    romana que posea desde su nacimiento (Hech

    22,28). Dentro de sus programas misioneros,

    Roma figura en el pu nto ms alto, como centro y

    base de una evangelizacion ms extensa que

    habra debido llevarlo hasta Espaa (Rom 15,22-

    24).No se sabe con seguridad si pu do realizar el

    gran sueo evangelizador, pero s es cierto que a

    los Romanos les escribi la carta ms comprome

    tida, sntesis de su evangelio, y en Roma coron

    su actividad con el martirio.

    El ms grande misionero cristiano

    ElLibro de los Hechosofrece una na rracin o rde

    nada de la obra misionera de Pablo. Esta se reali

    za especialmente en esa parte costera oriental del

    Mediterrneo en la que va tocando las ciudades

    12

    de D amasco , Tarso, Antioqua de Siria, Ch ipre y la

    Anatolia Suroriental. Luego vienen las ciudades

    de F ilipos, Tesalnica, Berea, Atenas y C orinto en

    Europa, Efeso, capital de la provincia romana de

    Asia, y Roma, capital del imperio.

    Los datos de las Cartas confirman ese cuadro

    aunque no permitan seguir el itinerario lineal ni

    colocarlo en el esquema de la triple expedicin,

    como viene descrito en los

    Hechos.

    Intencional-

    mente elega los grandes aglomerados urbanos,

    sobre todo aquellos a los que el Evangelio aun no

    haba llegado, donde trataba de fundar al menos

    una pequea comunidad cristiana que era anima

    da y presidida por personas comprometidas y

    gen erosas (cf 1 Tes 5,12-13; 1 Cor 16,15-16). Todo

    hace pensar que la metodologa misionera de Pa

    blo, a diferencia de los predicadores ambulantes

    de su tiempo, se dirige a los pueblos m s qu e a las

    personas individualmente: por este motivo llama

    la atencin que Pablo nunca h aya ten ido en cuen

    ta una ciudad populosa y significativa como Ale

    jandra de Egipto.

    Desde el com ienzo, Pablo tiene la conciencia de

    ser llamado a evan gelizar a los gentiles (Gal1,16),

    vocacin confirmada por Pedro y los apstoles

    (Gal 2,9-10). Su m tod o d e evan gelizacion se com

    pendia en la palabra, en el ejemplo y el amor.

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    13/130

    Los viajes misioneros de Pablo

    13

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    14/130

    Una pa labra que no es una s imple t ransmis in

    verbal s ino que est impregnada por el Espr i tu y

    por la potencia de Dios que interpela a los hom

    bres a t ravs de sus enviados , "como si Dios exhor

    tara

    por intermedio nuestro"

    (2 Co r 5,20). Escrib e a la

    comunidad de Tesa ln ica :

    "Cuando recibieron la

    Palabra

    que les predicamos, ustedes la

    aceptaron

    no co

    mo palabra humana, sino como lo que es realmente,

    como Palabra de Dios, que acta en ustedes, los que

    creen"

    (1 Tes 2,13); en efecto, el Evangelio es "el

    poder de Dios para la salvacin de todos los que creen"

    (Rom 1,16).

    La pa labra es cor roborada con la fuerza de l

    "m o d e l o h u m a n o q u e s e o r i g i n a e n l a h u m a n i

    d a d d e C r i s t o , t a n i m p o r t a n t e p a r a P a b l o " , c o m o

    afirmaba Bonhoeffer en su Esquema para un sabio,

    escri to en la crcel . Porque el Evangel io no es

    una teor a s ino un modo de ex is t i r , Pab lo sabe

    que debe t ransmi t i r lo con su prop ia ex is tenc ia ,

    "en el e jercicio" de lo que eso implica. Los dos

    t rminos mayores u t i l i zados en es te contex to son

    " m o d e l o " e " i m i t a d o r " : "Sean imitadores mos, co

    mo yo lo soy de C risto" (1 Cor 4,16; cf 1 Tes 1,6; Fil

    4,9;

    2 Tes 3,7).

    Pero la palabra parte del amor y t iende a la edi

    ficacin, es decir a la construccin y al crecimien

    to esp i r i tua l de cada persona y de la comunidad .

    Pablo lo recuerda repe t idas veces a los Tesa lo-

    nicenses (1 Tes 2,7-8.12), a los Corintios (2 Cor

    4,15;

    5,15; 6,12), a los Glatas (4,15).

    La pa labra es p ronunc iada en f ide l idad y lea l

    tad de esp r i tu frente a Dios y a los ho m bre s (cf 1

    Tes 2,1-12), con la franqueza

    (parresa: 2

    Cor 3,12;

    Flp 1,20; Ef 3,12) y la transparencia cristalina (eli-

    krineia: 2 Cor 2,17) propia de los ministros de la

    nu eva a l ianza . Para pode r l l egar a l corazn de sus

    inter locutores , Pablo sabe hacerse gr iego con los

    griegos, judo con los judos,"dbil con los dbiles",

    "todo para todos, para ganar por lo menos a algunos"

    (1 Cor 9,12-23).

    El contenido esencial de su mensaje es e l de la

    " t rad ic in"

    (paradosis)

    apostl ica: Jess de Na zare t

    muerto y resuci tado para la salvacin de todos los

    hombres (1 Cor 15,1-5) . A esta "verdad del Evan

    ge l io" no se l e puede qu i ta r nada , as como nada

    p u e d e r e e m p l a z a r la : "Si nosotros mismos o un ngel

    venido del

    Cielo

    les anunciara un Evangelio distinto del

    que les hemos anunciado, qu sea expulsado

    1

    ."

    (Gal

    1,6-8;

    2,5.14). Pero este mensaje necesitaba ser tra

    duc id o en un es t i lo de v ida y est des t inad o a p ro

    ducir una "cr iatura nueva" (2 Cor 5,17); por eso

    Pablo se hace educador y pastor .

    En es te sen t ido , es in te resan te no ta r que han

    s ido recogidas y ana l izadas las fo rmas verba les

    14

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    15/130

    que Pablo ut i l iza para descr ib i r su accin mis io

    nera : l "dice", "evangel iza", "anuncia" , exhor ta" ,

    " reza" , "desea" , "an ima" , "con ju ra" , "amones ta" ,

    "da ins t rucc iones" , "o rdena" , "d i spone" , "ense

    a" , "hace sabe r" , "pe r suade" , "confo r ta" , y no

    duda en inculcar la aper tura a todos los valores

    ticos de la tradicin clsica: "E nfin, mis hermanos,

    todo lo que

    es

    justo y puro, todo lo que

    es amable

    y dig

    no de honra, todo lo que haya de virtuoso ymerecedor

    de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos"

    (Flp 4,8)."Exa mnenlo todo y quden se con lo bueno"

    (1 Tes 5,21).

    "Todo es de ustedes, pero ustedes son de

    Cristo y Cristo es de Dios" (1 Cor 3,22-23).

    L o s r i v a l e s d e P a b l o

    El campo mis ione ro de Pab lo apa rece s i empre

    como infectado por presencias moles tas que con

    frecuencia revelan e l ros t ro de autnt icos adv ersa

    r ios , con los cuales se ve obl igado a bat i rse apa

    s ionadam ente . Quines son e s tos enemigo s y so

    bre qu lo cuest ionan?

    La mayor par te de los es tudiosos ve en e l los a

    judeocr is t ianos in tegr is tas que le reprochan e l ha

    ber rene gad o de la herencia hebra ica , e l que no h a

    ya impuesto los d ic tmenes de la ley mosaica; por

    lo tanto , su pre tendida autor idad apostl ica no

    tendr a valor .

    S in embargo , t ambin podemos iden t i f i ca r a

    una g ran va r i edad de opos i to res . Segn l a des

    cr ipcin que de e l los hace e l mismo Pablo , y que

    es pa ra noso t ros l a n ica fuen te , podemos pensa r

    que los adve r sa r ios que se encuen t ran en Cor in to

    no son los mismos de los que habla en la Car ta a

    los Gla tas , y que quienes lo contradicen en Ga-

    lacia no coinciden con los de Filipos.

    La reaccin de Pablo se da en e l te r reno de los

    pr incipios y de la apologa personal . l se bate

    an te todo por "la verdad del Evangelio"'(Gal 2,5.14);

    es decir que la sa lvacin ha s ido dada gra tui ta

    mente por Dios a todos s implemente por la fe en

    Cris to muer to y resuci tado. Luego re iv indica s in

    med ias t in ta s su ca r i sma apos t l i co : env iado

    d i rec tamen te po r Dios a lo s paganos (Ga l

    1,1.15-

    16),

    legi t imado como los apstoles por la apar i

    c in del Resuci tado (1 Cor 15,3ss) , comprobado

    por la eficacia de su accin (1 Cor 5, 1-2), recono

    cido por las "columnas" de la Ig les ia de Jerusaln

    (Gal 2,9: Pedro, Juan, Santiago) y, como si esto no

    bastara , se declara "hebreo" de a l ta ascendencia

    (Flp 2,4-6).

    En Pablo , hay una re lac in entre los verbos en

    m od o ind ica tivo y lo s que e s tn en mo do imp era

    tivo, es decir entre el "es as" y el "hazlo as"; los

    imperat ivos dependen de los indicat ivos; "es as ,

    15

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    16/130

    &

    por lo tanto hazlo as". Para Pablo no existen im

    perativos o indicativos aislados, sino que ambos

    dependen uno del otro.

    Pablo ha tenido tambin una sensibilidad par

    ticular por las culturas en las que fue m isionero; se

    dej estimular mucho por ellas y es un modelo de

    inculturacin.

    tf

    16

    2.

    l AWlQtMAD I FABIO

    Dnde encontramos la figura de Pablo? Dn

    de pod emos rastrear su presencia ?

    En el Nuev o Testamento tenem os tres zonas en

    las que podem os buscarlo. En primer lugar en las

    cartas escritas por l -e l llam adoCorpuspaulinum-;

    luego en el

    Libro

    de

    los Hechos

    de

    los

    Apstoles,

    que

    tiene como fondo a la Iglesia primitiva, d e la que l

    es tambin protagonista; finalmente encontramos

    una pequea mencin en 2Pedro3,14-17, testimo

    nio de la reputacin de la que Pablo gozaba en la

    primera comunidad eclesial.

    Con respecto a las Cartas, hoy se usa una ter

    minologa compleja segn el punto de vista des

    de el que se las considera. Podemos dividir las

    Cartas en:

    -autnticas:que l mism o ha dictado o

    escrito;

    -noautnticas:pero que siempre hacen

    parte de lascartasinspiradas,consideradas

    Palabra de Dios, aunq ue no hayan sido es

    critas por Pablo.

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    17/130

    Escritas o dictadas por

    Pablo.

    -

    Romanos

    -

    1

    y 2 C orintios

    - Glatas

    - 1 Tesalonicenses

    (Cartas escritas desde la prisin)

    -Filipenses

    - 1 Tesalonicenses

    WDemtmtctaai

    Sin

    dudas tienen material

    paulino,

    pero hay problemas

    de atribucin por razones

    histricas,

    de

    estilo, teolgicas.

    (Cartas escritas desde la prisin)

    - Colosenses

    - Efesios

    - 2 Tesalonicenses

    Aveces se las coloca dentro del 2

    grupo.

    El problemade

    su

    autenticidad es mayor que el de las

    deuteropaulinas.

    - 1 y 2 Timoteo

    -Tito

    No espaulina.Esms,hasta hace poco en el ttulo"Carta de

    sanPabloa los Hebreos"haba tres grandes inexactitudes:no

    es de

    Pablo,

    no est dirigida a los

    Hebreos, y

    no es unacarta.

    Cu an do se deb i formar e l cano n de las Car tas ,

    no impor t e l c r i t e r io de que fueran ms o menos

    autn t icas , s ino el de su inspiracin; pa ra entra r

    en el canon, su texto deba ser inspirado. En la

    Carta a los Efesios, que es un replanteo teolgico

    muy be l lo de todo e l mundo teo lg ico pau l ino ,

    h a y m a t e r i a l p a u l i n o s e g u r a m e n t e r e t o m a d o y

    re t raba jado por a lguno de sus d i sc pu los inmedia

    tos con la ce r teza de es ta r p resen tando mate r ia l

    pau l ino . Por lo t an to , es ta ca r ta no habr a deb ido

    ser aceptada dentro del canon de los l ibros inspi

    rados s i a la Iglesia pr imit iva no le hubiera resul

    tado ev iden te e l con tac to con Pablo , p resc ind ien

    do de l au tor que ha func ionado como mediador .

    17

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    18/130

    E l p a u l i n i s m o

    Llamamo s "paul in i sm o" a l mov imien to or ig ina

    do por Pablo en persona a favor de su doctr ina. El

    mismo se desarrol l ms tarde en la experiencia

    litrgica de la Iglesia, y lleg inclusive a la Patrs

    tica.

    E n la segunda C arta de Pedro

    Si exam inam os el pasaje d e 2 Pe 3,14-17, encon

    t ramos a lgunos e lementos in te resan tes para nues

    tro anlisis:

    - "...como les ha escrito nuestro querido hermano

    Pablo": Aq u aparece el p rob lem a de los des t ina ta

    rios de la carta.

    - "...conforme

    a

    la sabidura que

    le ha

    sidodada":Se

    reconoce el nivel y la importancia de la evangel i-

    zacin de Pablo.

    1 El evangelio redactado por los cuatro evangelistas

    de la Iglesia.

    - "...y lo repite en todas las cartas donde trata este

    tema": Se ref iere a la segunda venida de Cris to,

    tema que Pablo ya haba refer ido en sus Cartas .

    Es te b reve f ragmento de la Segunda Car ta de

    Pedro nos de ja ver una admirac in i l imi tada por

    e l q u e r i d o h e r m a n o P a b l o , p o r el conjunto de las

    cartas, en las que hay cosas "difciles de entender,

    que algunas personas ignorantes e inestables interpre

    tan torcidamente".

    Por lo t an to , Pab lo es cons iderado un hombre

    sabio, admirado por esto, pero dif c i l de compren

    der . S, Pablo es dif c il de c om pre nd er tan to po r el

    conten ido profundo y gen ia l de sus Car tas como

    por el modo en que se expresa: t iene un est i lo rpi

    d o , sal ta a lgunos pasajes y hay que seguir lo con

    mucha atencin. Entonces estas cosas que l escr i

    be son in te rpre tadas to rc idame nte y estas perso nas

    ignoran tes e ines tab les hacen e l mism o juego p e l i

    groso con otros textos de la Escritura, tal vez el

    Evange l io cuadr i forme.

    1

    Por lo tanto, las car tas de

    Pablo son pues ta s a l mis mo n ive l de au tor id ad de l

    Ant iguo Tes tam ento , y es to es no tab le .

    reu nid o hacia 130-140, y circulaba en el ciclo litrgico

    18

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    19/130

    Las car tas de Pablo, que fueron escr i tas para

    si tuaciones concretas , de hecho son consideradas

    como car tas v l idas no s lo para las co mu nidad es

    o los dest inatar ios individuales s ino tambin co

    mo textos normativos para toda la vida de la

    Iglesia. En efecto, la Escritura no es simplemente

    una ref lexin s ino un mensaje que impregna ple

    namente la vida de la Iglesia . Es en este marco en

    el que debemos considerar e l mensaje de Pablo.

    Junto a esta apreciacin, la Segunda Carta de

    Pedro nos de ja en t rever un movimien to de res i s

    tencia que, inclusive, parece aprovecharse de Pa

    blo y que, obviamente, susci ta una reaccin con

    t ra r ia . Aqu t enemos una pr imera re fe renc ia a un

    fenmeno que luego se har ms ex tenso y un i

    versal y que ser l lamado el "fenmeno del paul i-

    n i smo" y "de l an t ipau l in i smo", d iv i s in que se

    har an ms evidente en los siglos II y III.

    En los Hechos y en las Cartas deuteropaulinas

    Tanto en los Hechos de los Apstoles como en

    las ca r tas deu te ropaul inas encont ramos una am

    plia resonancia posi t iva de Pablo: en el las se bus

    can con pasin las expresiones de adhesin a Pa

    blo ,

    para luego reunir as , desarrol lar las y tenerlas

    en cuenta en la experiencia eclesial, en particular

    en la liturgia y en la vida.

    En las dos car tas gemelas a los Efesios y a los

    Colosenses, y tambin en la Primera a Timoteo,

    encont ram os a lgun os pasa jes que , a p r im era v i s ta ,

    hacen referencia inmediata a la prct ica l i trgica;

    un ejemplo de esto lo encontramos en el prlogo a

    la Carta a los Efesios (1,3-14).

    Ho y, como entonces, ese texto s igue s iendo ut i l i

    zado en la l i turgia . Aunque ha s ido reelaborado,

    hu nd e sus races en la experiencia litrgica, es decir,

    en la asamblea reunida el domingo, en la que pr i

    mero confesaban sus pecados, despus escuchaban

    la Palabra y lue go celebraban la Eucarista; el mis m o

    esquema que encontramos en el Apocal ipsis .

    C u a n d o d e c i m o s q u e

    Pablo "resuena" en la

    experiencia eclesial,

    nos es tamos re f i

    r iendo a un Pablo

    que es compren

    d i d o ,

    escuchado ,

    en la asamblea

    litrgica, y que

    quiere ser le do

    en el seno de la

    misma, como l

    mismo lo expresa al

    f inal de la Primera

    19

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    20/130

    Carta a los Tesalonicenses: Les recomiendo ennom

    bre del Seor que hagan leer esta cartaatodos los

    her

    manos"(5,27).

    En efecto, las cartas de Pablo eran ledas en la

    liturgia; los elementos q ue tenan qu e ver con su

    persona se escuchaban y consideraban hasta con

    un cierto impulso creativo. Los himnos que en

    contramos en las cartas a los Colosenses y a los

    Efesios son, precisamente, el resultado de un

    contenido paulino que la Iglesia ha conocido; la

    reelaboracin en forma de himno fue hecha no

    directamente por quien ha llevado el primer

    ncleo del mensaje paulino, sino por las mismas

    iglesias que luego recogieron el material, lo escu

    charon, lo comprendieron, lo reelaboraron, lo

    expresaron despus con cantos, con himnos, con

    aclamaciones. Por lo tanto, tenemos a un Pablo

    que resuena en la Iglesia inclusive des pu s de su

    muerte.

    El antipaul inismo

    Junto a este desarrollo hay una tendencia

    inversa, un movimiento contra Pablo, aun cuan

    do, como en el caso del paulinismo, sea menos

    evidente, al menos en el siglo I. En efecto, en los

    siglos II y III, en las Cartas Pseudoclementinas,

    falsamente atribuidas a Clemente Romano, habr

    20

    una oposicin violenta, una verdadera polmica

    en contra de Pablo.

    Para documentar la hiptesis de la existencia

    de un m ovimiento antipaulinista podem os referir

    nos a Santiago que, en su carta, usa la misma

    expresin referida a Abraham pero que Pablo uti

    liza con un significado diferente: Abraham crey

    y

    esto

    le fue

    tenido

    e n

    cuenta para su

    justificacin".

    Pablo dice que esla fe lo que cuenta, y no las

    obras de la Ley,porquela justificacin le fue da

    da tambin a Abraham porque crey.La idea es

    retomada por Santiago que dice que

    no basta la

    fe,

    se necesitan las obras y Abraham fue justifi

    cado porque estuvo dispuesto a sacrificar a su

    propio hijo Isaac.Un a mism a frase d e la Escritura

    es tomada en dos sentidos diferentes: esto puede

    ser el sntom a de un a tenden cia si no de oposicin,

    al menos correctora.

    Cuando Santiago insiste en que la fe sin las

    obras est muerta,

    est en disonancia con el pen

    samiento de Pablo, que dice que las obras no

    cuentan sin la fe.Cuan do P ablo habla de fe no so

    lo no excluye las obras, sino que est incluyendo

    las obras que vienen despus de la fe, como con

    secuencia de la misma. En efecto, Santiago dice:

    "Lo mismo pasa con

    la

    fe: si no va

    acompaada

    de

    las obras, est

    completamente

    muerta. Sin embargo

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    21/130

    alguien puede objetar: U no tie ne la fe y otro las

    obras .

    A este habra que responderle: M u s t r a m e ,

    si puedes, la fe s in las obras . Yo, en cambio, por

    medio de las obras , te demostrar mi fe" (Sant

    2,17-18).

    Vamos a expl icar mejor esta diferencia para no

    quedarnos en un te r reno vago .

    Santiago t iene una concepcin fuertemente uni

    tar ia de la persona; entonces, cuando la persona

    tiene valores inte riores , como la fe, estos valore s se

    traducen necesar iamente, s i exis ten, en el compor

    tamiento exter ior . Nosotros hablamos de valores

    inter iores y comportamiento exter ior ; Sant iago en

    cambio hab la s implemente de l hombre. Sant iago

    sost iene la composicin co mpa cta d e la persona ; lo

    que se t i ene "adent ro" no queda escondido , s ino

    que se t raduce en el comportamiento.

    Esta es una concepcin de la persona discut i

    ble,

    ta l vez un poco elemental . De hecho sabemos

    que la persona es una real idad muy compleja y

    que a veces "adent ro" puede tener rea l idades y

    opciones que no expresa hacia fuera, y a veces

    puede tener act i tudes que no estn en s intona o

    inclusive hasta estn en contradiccin con los va

    lo res que t i ene "dent ro de s " . Hoy nues t ra con

    cepcin de la persona es mucho ms compleja ,

    m s cercana a la de Pablo. Pero la concepcin qu e

    Paulinismo

    Movimiento suscitado

    por Pablo

    Antipau linismo

    Movimiento de oposicin

    o

    correccinaPablo

    Deuteropaulinas

    Tritopaulinas

    Hechos;(IPe);

    2Pe

    Santiago

    (?)

    Mateo

    (?)

    Apocalipsis

    (?)

    emerge de la Carta de Sant iago y del Apocal ipsis

    es una concepcin monol t ica , en bloque. Pablo,

    en pr incipio, no niega la concepcin de Sant iago,

    pero t i ene un concepto ms a r t i cu lado de la per

    sona , cons t ru ido seguramente sobre la base de la

    cul tura helenis ta .

    Algunos han v i s to en Sant iago una cor recc in

    a l concepto pau l ino . En es te sen t ido po dr a t ra ta r

    se de un elemento ant ipaul inis ta; es decir que esta

    pr imac a to ta l de la fe no se hubie ra com pre nd ido

    bien , p rovocando en a lgunos una reacc in en sen

    t ido contrar io. Para Sant iago la fe s iempre va jun

    to a las obra s , m ient ras q ue Pa blo habla de la fe s in

    las obras , pe ro n o po r el lo las excluye.

    Tambin en el pasaje del Evangel io de Mateo,

    donde d ice : a

    fin de que ellos vean sus buenas obras

    y glorifiquen al Pad re que est en el cielo",

    de a lguna

    21

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    22/130

    4L

    ma nera se pu ed e hab la r de e lementos que t i ende n

    a cor reg i r e l pensa mien to de Pablo , pero no pod e

    mos a f i rmar lo con segur idad .

    Lo mismo podr amos dec i r de l Apoca l ips i s ,

    que est en desacuerdo con Pablo sobre la consu

    micin de la carne inmolada a los dolos. No es

    que sta fuera vendida en el mercado, como a ve

    ces se af i rma, porque estaba estr ic tamente prohi

    b ido (aunque toda proh ib ic in puede no se r res

    petada) , s ino que la carne inmolada a los dolos se

    coma de lan te de l t emplo o b ien se enviaba prep a

    rada a personajes clebres .

    Co n respecto a este tema Pa blo deca: los dolos

    no son nada, la carne inmolada a los dolos es

    muy buena : cmanla s in p rob lemas ; bas ta con

    saber de qu se t ra ta . Evidentemente, este es un

    razonamiento muy ab ie r to de Pablo . E l au tor de l

    Apocal ipsis y los de las car tas apostl icas t ienen

    una ac t i tud comple tamente d i fe ren te : no qu ie ren

    que los cr is t ianos part ic ipen de estos banquetes ,

    p roponiendo una ac t i tud de rup tura , t p ica de l

    "Carta a

    pen sam iento jon ico , con e l m un do pag an o ci r

    c u n d a n t e .

    En esto algunos estudiosos han vis to otro ele

    mento ant ipaul inis ta . Pensemos cmo en feso fue

    do nd e se manifest p r im ero la tende ncia a seguir a

    Pablo; hacia fines del siglo I, en cambio, y ante la

    presencia de la escuela jonica, la praxis eclesial ya

    se diferenciaba de la escuela paul ina. Aunque esto

    no es ms que una hiptesis , la Carta a los Efesios,

    poblada de referencias jonicas, podra ser vis ta

    como e l in ten to de recomponer una c ie r ta un idad

    entre el movimiento paul ino presente en feso con

    contestaciones y tensiones, y el m ovi mi ento jo

    nico,

    dis t into en cier tos aspectos del de P ablo, para

    logra r un a sntesis que slo hall la Iglesia en la

    primera mitad del s iglo II , tambin en feso. Sera

    un movimien to d ia lc t ico que podr a descr ib i r se

    com o tesis (Pablo), anttesis Quan) , y un a sntesis

    (La Carta a los Efesios) que tiene muchsimos ele

    m e n t o s p a u l i n o s p e r o , s o r p r e n d e n t e m e n t e , m u

    chos elementos jonicos tambin. Esto por lo que

    respecta al movimiento ant ipaul inis ta .

    ANTTESIS

    y "Juan"

    SIS '

    : Efesios"

    22

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    23/130

    ^

    Cronologa:

    1. Cul es el pu nto d e referencia m s im pora n-

    te en la vida d e Pablo, del que podem os encon

    trar datos en la Biblia y fuera de ella?

    2.

    Cules son los dos esquemas cronolgicos

    principales para ordenar su actividad? Dnde

    se fundamentan?

    ^ Laconversin y sus consecuencias:

    1. Qu pasajes bblicos relatan la conversin

    de Saulo? Qu valoracin histrica merecen?

    2.

    Cules son los mundos que se entrecruzan

    en la formacin y actuacin de Pablo?

    3. Qu sentido tiene para Pablo "la misin"?

    /^ Los rivales de Pablo:

    1. Cules son los rivales que encontr Pablo

    en su tarea?

    2.

    Qu tipo de respuesta esgrime frente a

    ellos?

    s Autenticidad paulina de las Cartas:

    1. Qu diferencia existe entre autenticidad e

    inspiracin?

    2. Cmo se suelen dividir las "cartas pau lina s"

    segn su autenticidad?

    r Paulinismo y antipaulinismo:

    1. Qu escritos del Nuevo Testamento ofrecen

    una valoracin positiva de la obra de Pablo?

    2.

    Cmo es presentado Pablo en cada uno de

    ellos?

    3.

    En qu textos bblicos y extrabblicos po de

    mos encontrar rasgos de antipaulinismo?

    23

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    24/130

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    25/130

    E

    n esta parte tomarem os las Cartas de Pablo en

    ordencronolgicopara conocer mejor las m oti

    vaciones con las que fueron escritas y las comu

    nidades

    a las que fueron dirigidas en su contex to hist

    rico.

    Esto nos permitir comprender mejor los temas

    que predominan en ellas.

    Los destinatarios

    A los caudillos helenistas les encantaba fun

    dar ciudades y hacer construir monumentos con

    sus nombres. Es as que Casandro en 316-315

    a.C, reuniendo a algunos barrios, fund la ciu

    dad de Tesalnica, bautizada por l con el nom

    bre de su esposa, hermanastra de Alejandro

    Magno. El nombre de "Victoria sobre los Tesa-

    lios"

    conmemora la conquista y la pacificacin

    de la regin de Tesalia, alcanza da definitivamen

    te en 352 a.C.

    En tiempos del Nuevo Testamento Tesalnica

    era una ciudad comercial muy poblada, bien ubi

    cada dentro del sistema de las rutas romanas, un

    puer to de m ar y sobre todo capital de la provincia

    romana de Macedonia, sede de un procnsul. La

    ciudad tena tambin una gran comunidad juda

    (cf Hech 17,1). De la historia de la ciudad y de su

    riqueza dan testimonio todava hoy, adems del

    nombre antiguo, importantes monumentos tanto

    del perodo helenista-romano como del perodo

    cristiano.

    27

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    26/130

    En su segundo viaje misionero Pablo lleg a

    Tesalnica desde Filipos, acompaado por Silas y

    Timoteo (Hech 16,19.40;

    1

    Tes

    1,1;2,2).

    Silas (Silva

    no) era un profeta de la comunidad primitiva de

    Jerusaln (Hech 15,32); Pablo lo eligi como su

    compaero para el segundo viaje (Hech 15,29s).

    Timoteo se convierte y entra a formar parte de la

    comunidad cristiana gracias a Pablo, durante el

    primer viaje; a partir de ese momento se convirti

    en su comp aero de ruta, su colaborador y amigo.

    La actividad de Pab lo en Tesalnica es descrita

    en H ech 17,1-10. Pablo al principio predic los s

    bados en la sinagoga; luego, como consecuencia

    de la oposicin juda, en una casa privada.

    Gracias a su nuevo anuncio, se convirtieron

    algunos judos, adem s de num erosos griegos "te

    merosos de D ios" entre los cuales se hallaban mu

    jeres nobles. A causa d e esto,

    los

    judos se irritaron

    y provocaron una rebelin; por lo tanto Pablo r

    pidamente abandon la ciudad junto a sus com

    paeros y se dirigi a A tenas.

    Algu nas frases de P ablo en la carta hacen refe

    rencia a estos hechos. Habiendo perm anecido p ro

    bablemente algunos meses, Pablo logr fundar

    una com unidad estable 1Tes1,2-9; 2,13), la cua l al

    poco tiempo desarroll una fuerza misionera pro

    pia

    1

    Tes 1,7). Esta estaba compuesta en su mayo

    ra por cristianos de origen paga no

    1

    Tes 1,9; 2,14).

    El esfuerzo misionero de Pablo fue m uy gran de. l

    quiso ganarse el pan con el trabajo de sus propias

    manos, para no ser de peso para nadie (1 Tes 2,9).

    Sin embargo, sufra por contar con mu y pocos m e

    dios;

    por eso fue muy agradecido ante la ayuda

    que le enviaron los cristianos de Filipos (Flp 4,16).

    Lugar y fecha de redaccin

    Como Pablo, despus de haber dejado Tesal

    nica, no pu do visitar personalm ente la com unidad

    como hubiera querido, desde Atenas envi a Ti

    moteo, y desp us d e su regreso escribi la Carta a

    los Tesalonisenses

    1

    Tes 3,16). Al escribir la carta,

    Pablo puede mencionar los xitos misioneros en

    Acaia (1 Tes 1,7).

    De aqu se deduce que la carta fue redactada en

    Corinto, la capital de la Acaia, adon de P ablo haba

    llegado desd e Atenas prosig uiendo con su viaje y

    adonde trabaj durante un ao y medio (Hech

    19,11). Silas y Timo teo, junt o con Pab lo 1Tes 1,1),

    segn Hech 18,5, se quedaron en Corinto con el

    apstol. De aqu se desprend e qu e la primera car

    ta a los Tesalonicenses fue escrita alrededor del

    ao 50 d. C ; por lo tanto, no slo es la m s an tigua

    de todas las cartas paulinas co nservada, sino tam

    bin el primer escrito n eotestamentario.

    28

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    27/130

    Contenido

    Pablo expresa a la com unida d su accin de gra

    cias a Dios por el ejemplo d e su fe y de s u vida (1

    Tes

    1,2-10).

    El apstol y la comunidad estn cor-

    dialmente relacionados (2,17-3,10). En la conclu

    sin de la carta l recuerd a cules son los deberes

    cristianos en un mundo pagano (4,1-18; 5,2-12).

    Un tema particular es el del destino de los difun

    tos,del que Pablo se ve obligado a hablar por las

    preocupantes preguntas que le hacen (4,3-18; 5,1-

    11).Algunos cristianos m urieron antes del tan es

    perad o regre so salvfico de C risto. Para ellos, va

    len o no las esperanzas? Pablo describe el cumpli

    miento apocalptico siguiendo las ideas judas ve-

    terotestamentarias, que tambin aparecen en una

    frase del Seor (4,15). "Nosotros permanecemos

    con el Seor para s iem pre" (4,17;5,10) es la conso

    lacin confiada del apstol.

    Tambin esta primera carta de Pablo contiene

    discusiones con adversarios (2,1-12) como las que

    luego se encontrarn en las cartas sucesivas. Pablo

    subraya la pure za de sus mo tivaciones como misio

    nero:

    ciertamente n o lo son ni el engao ni el error

    (2,3),

    tampoco la adulacin ni la avidez de dinero

    (2,5) o la ambicin de ser reconocidos (2,6). Tal vez

    Pablo quiere tomar distancia de una cierta propa

    ganda hbil en los negocios, como la practicada por

    profetas y filsofos, tanto judos como helenistas,

    en las plaz as y en las calles (Hech 17,8). En el siglo

    II d.C. Luciano de Samosata traza sobre ellos una

    lo-grada caricatura, a pesar d e que l mism o se les

    asemejaba. Adems, dentro de las duras acusacio

    nes que Pablo dirige a los Judos en 1 Tes 2,14-16,

    encontramos problem as d e no fcil solucin.

    Crtica literaria

    Como para las otras cartas de Pablo, tambin

    para 1 Tes cabe preguntarse sobre su forma origi

    nal y su unidad . Como primer p roblema aparece el

    hecho de q ue 1 Tes1,2-10 y 2,13 parecen dos pre

    mbulos epistolares, y 3,11-14 y

    5,23-28

    dos con

    clusiones. Esto significa que en su composicin

    hay d os cartas conectadas en tre s?

    Otro problema es que en las dos cartas canni

    cas a los Tesalonicenses habra dos pasajes de car

    tas autnticas de Pablo integradas por agregados

    redaccionales, de lo que se deducira la existencia

    de cuatro cartas de Pablo a los Tesalonicenses, diri

    gidas a ellos por el apstol en tiemp os diferentes.

    Introduccin a la carta

    La estructur a tpica de cada carta d e Pablo es la

    siguiente:

    29

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    28/130

    Direccin y agrade cim iento, remiten te, j

    Destinatarios.

    Saludo cristiano:

    la gracia

    y

    la

    paz",la be

    nevolencia de Dios, cuando es recibida, se

    convierte en paz; esta es una frase que

    Pablo toma del judaismo y la hace propia.

    w

    f e ?

    En todas las cartas, al dirigir su mensaje a la

    comunidad , s iempre s ien te l a neces idad de pen

    sar en los elementos posi t ivos que encontr entre

    el los y por esto los ofrece inmediatamente a Dios.

    Es tos e lementos lo an iman y le permi ten en t ra r

    enseguida en s in ton a con la comunidad . Para

    comprender a l a comunidad , Pab lo no p iensa pr i

    mero en el mal que a veces l est igmatiza y con

    dena sino en el bien que existe en ella.

    Tenemos dos par tes :

    a) La primera es autobiogrfica: Pablo escr ibe

    desde Corinto. En el la vuelve a pensar en

    a lgunos aspec tos sobre la comunidad . Por

    30

    e jemplo , encont ramos esa hermosa expre

    sin "Sentamos por ustedes tanto afecto, que

    desebamos entregarles no solamente la Buena

    Noticia de Dios, sino tambin nuestra propia vi

    da "

    (1,8) . Esta comunidad, cuando se escr i

    bi esta car ta , ta l vez haba s ido fundada

    desde hac a pocos meses o un ao; s in em

    bargo es in te resan te no ta r cmo Pablo no

    duda en indicar les los ideales ms al tos de

    la vida cristiana.

    b) La segunda parte es exhortativo-explicativa:

    Despus de haber recordado con tonos par -

    t i c ipa t ivos , a l t amente emot ivos , su encuen

    t ro con la com uni dad , t i ene a lgo que dec i r le ,

    exhor tando a los que la componen .

    Hay dos prob lemas teo lg icos que inquie tan a

    la comunidad de Tesa ln ica : la resurreccin y la

    parusa. Hay un tema sobre el que se discute:

    Cmo esperaba Pablo la parus a : en breve t i em

    po o en un t i empo i l imi tado? Los Tesa lon icenses

    se ponan es ta p regunta : los que es tn en v ida se

    enco nt ra rn con Cr i s to , pero los que m ur ie r on an

    tes ,

    cmo harn? Pablo responde que todos se

    encont ra rn con Cr i s to en e l mismo n ive l , porque

    los que estn en vida se encontrarn con Cris to y

    sern l l evados "con ellos al cielo, sobre las nubes"

    (4,17).

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    29/130

    Este es un lenguaje apocalptico para significar

    el pasaje de un nivel terrestre a un nivel trascen

    dente. Para puntualizar un aspecto de la evolu

    cin de esta temtica en Pablo, en1Cor 15,51 lee

    mos:

    "Les voy

    a revelar

    un misterio: No todos vamos a

    morir,pero todos seremos

    transformados".Los vivien

    tes pasarn; luego todos sern llevados sobre las

    nubes;

    es decir pasarn d e un nivel de inm anencia

    a un nivel de trascendencia, y no dice ms nada.

    Pablo, volviendo a pensar sobre el tema en un

    segundo momento, explicitar mejor que nuestra

    situacin no es compatible con la situacin escato-

    lgica:

    aunque muramos, todos seremos transforma

    dos,no en el sentido d e que recupe raremo s el

    cuerpo de nuestra juventud. Habr una resurrec

    cin de los muerto s y el encuen tro al mismo nivel

    de los vivientes.

    Un se gun do problem a es la fecha d e la parus a,

    un problem a q ue alimenta la curiosidad , especial

    mente si, sin decodificar adecuadamente el len

    guaje apocalptico, se la imagina en trminos fan

    tasmagricos, un retorno visible, casi como un

    gran espectculo. Pablo dice: el Da del Seorven

    dr como un ladrn en plena noche" (5,2). Con res

    pecto a este tema, Jess tambin utiliza esta ima

    gen en M ateo 24,42-44. Esto nos dem uestra que es

    muy probable que nos encontremos ante una

    expresin propia de Jess ya que no se la encuen

    tra en escritos bblicos anterio res, ni en la cultura

    de la poca, ni en el Juda ismo , ni en la com unid ad

    primitiva. L as nicas veces qu e se la utiliza (2 Pe

    3,10 y Ap 3,3) son e n referencia a Cristo .

    Si observ amo s con atencin el final de la carta,

    en

    5,11,

    encontramos un tono exhortativo, lleno d e

    verbos en imperativo que nos dan el cuadro, tal

    vez idealizado, de cmo deba ser y era esa com u

    nidad cristiana verdaderamente dcil a la influen

    cia del Esp ritu de C risto. Al final, Pablo pid e que

    recen por l; no se trata de una form alidad. Luego

    los invita a que lean la carta en comunidad. A

    veces es en las conclusiones donde encontramos

    algunas de las frases ms bellas del epistolario

    paulino.

    31

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    30/130

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    31/130

    Este es el motivo p rincipal po r el que los estu

    diosos se inclinan cada vez ms a aceptar que la

    carta se dirigi a las com unid ades que vivan en el

    verd adero territorio de los G latas. Los dos viajes

    presu pue stos en Gal 4,13 seran el seg un do (H ech

    16,6) y el tercer (Hech 18,23) viaje misionero. Es

    tos dos viajes, recordados slo brev em ente en los

    Hechos de los Apstoles, para Pablo y sus com

    paeros constituyen seguramente trayectos bas

    tante cansadores a travs de regiones muy am

    plias y prcticamente inhspitas.

    Los Hechos de los Apstoles no nom bran nin

    gn elemento particular: ni los lugares visitados,

    ni las comunidades fundadas. En Gal 1,2, en cam

    bio,esos particulares son p resup uesto s. El silen

    cio de los Hec h suscita algu nos inte rrog antes . Los

    nombres concretos, provenientes de regiones le

    janas,

    tal vez por algn m otivo ya eran conocidos

    en el mom ento d e la redaccin d e los Hech (alre

    dedor de 90 d.C.) o bien no haba nada impo rtan

    te para referir sobre esta comun idad. N o ob stan

    te la accin defensiva de P ablo, tal vez ellos hab

    an cado nuevamente en el legalismo judeocris-

    tiano.

    Contra la teora nor-galtica se enarbolaba la

    teora de que la arqueologa no haba encontrado

    mon umen tos cristianos antiguos. Pero las excava

    ciones realizadas en Bogazkoy (localidad situada

    en el corazn d e Asia Menor, en un recod o del ro

    Halys) han revelado testimonios de ese tipo, y en

    cantidad sorprendente.

    Cuatro piedras tumbales judas y seis cristia

    nas encontradas en ese lugar (reconocibles res

    pectivamente por el candelabro de siete brazos y

    33

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    32/130

    por la cruz) son el tes t imonio seguro de otras

    comunidades loca les ex is ten tes en la an t igedad

    tarda .

    L u g a r y fe c h a d e c o m p o s i c i n

    Despus de su permanenc ia en t re los Gla tas ,

    Pablo se qued durante t res aos en Efeso (Hech

    19,21) no m uy lejos de las co m un ida de s glatas . A

    Efeso le podan l legar fci lmente not icias sobre

    el las . La Carta a los Glatas se gur am ente fue escr i

    ta en Efeso alred edo r del a o 54 d.C. , en el l t im o

    per odo de la permanenc ia en es ta c iudad . Se

    guramente fue redactada antes de la Carta a los

    Romanos , que t ra ta , en par te , de l mismo tema de

    la Car ta a los Gla tas , aunque de un modo ms

    detal lado y profundo (Rom 1,17 = Gal 3,12; Rom

    4,2-25 = Gal 3,6-25; Rom 6,18-23 = Gal 5,1.13). La

    Carta a los Romanos fue escr i ta a lrededor del ao

    55 d. C ; por lo tan to, la Carta a los Gla tas ev iden

    temente es anter ior .

    C o n t e n i d o

    La Carta a los Glatas integra la brevs ima

    narracin de los Hechos de los Apstoles (16,6;

    18,23) sobre la misin de Pablo en Galacia . Cuan

    do el apstol estaba en esa regin y al l obraba,

    cay gravemente enfe rmo. Para los Gla tas eso

    s ign if icaba una ten tac in : cons idera r lo un ho m bre

    cas t igado por Dios y , por lo t an to , merecedor de

    ser despreciado; o bien que, inclusive, los obl iga

    ba a p ro tegerse de l demonio de su enfe rmedad .

    Los Gla tas , en camb io han rec ib ido a Pablo com o

    un ngel de Dios, como el mismo Jesucris to: e l los

    es taban d i spues tos a dar lo todo por l .

    Se sen t an pr iv i leg iadamente fe l ices por e l

    hecho de que e l aps to l hubie ra l l egado has ta su

    regin (Gal 4,13-15). Por lo tanto, Pablo se siente

    afec t ivamente muy cercano a es tas comunidades .

    El las son sus hi jos , po r los qu e est sufr iendo nu e

    vamente los dolores del par to (4,19) . Los neocon-

    versos se rv an prec eden tem ente a los do los ; po r

    lo tanto, eran paganos (4,8) . La misin haba teni

    do m uch o x i to : Dios hab a d ad o su Esp r i tu a los

    c reyentes , y hab a obrado mi lagros en t re e l los

    (3,5). El Espr i tu haba real izado la nueva exis ten

    cia de la l iber tad, que est fuera de todo legal ismo

    (5, ls) . Aquel los que pr imero eran extranjeros,

    ahora eran hijos (4,6s). El Espritu es la victoria

    sobre la carne (5,16-24).

    Pero en ese momento a Pablo le l legan not icias

    inquie tan tes y do lorosas . En las comunidades de

    Galac ia hab an en t rad o mis ione ros ex t ran je ros , en

    nom bre de Sant iago , e l he rm an o de l Seor, ob ispo

    de Jerusaln (2,12).

    34

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    33/130

    Esto no significa que Santiago y los primeros

    apstoles hubieran enviado a esos misioneros y

    que aprobaran en todo su modo de obrar. Ms

    bien Pablo subraya su acuerdo con los apstoles

    del grupo de los Doce (1,17-2,10). Los intrusos

    pretendan que tambin los cristianos que venan

    del pagan ismo observ aran las prescripciones de la

    ley juda veterotestam entaria y vivieran segn las

    costumbres judas (2,19). Ellos deban observar

    el calendario hebreo (4,10) y hacerse circuncidar

    (5,2 ss; 6,12). Eran las obra s d e la Ley, como afir

    mab an los adversarios de P ablo, y no la fe, lo qu e

    prop orcion aba la justificacin (2,15ss; 9,12). Por lo

    tanto,

    estos opositores eran "judaizantes" (2,14)

    que rechazaban el evangelio de Pablo libre de la

    Ley. Tal vez all se mezclaban ciertas tendencias

    gnsticas, si interpretamos como recriminaciones

    hacia una autoconciencia gnstica ciertas protes

    tas como las de Pablo en Gal 5,26; 6,lss.

    Los adversarios saben bien cuan profunda

    me nte unido s a Pablo estaban los Glatas; por eso

    intentan destruir la relacin entre la comunidad y

    su apstol (4,17). Ellos dicen que Pablo, a diferen

    cia de los apstoles del grupo de los Doce, no

    haba sido llamado por el mismo Cristo. Como

    respuesta, el apstol fundamenta su servicio con

    una rendicin de cuentas insistente.

    0

    Ante todo refiere algo sobre su llamada sin

    intermediarios po r parte d el mismo Cristo resuci

    tado (1,12); luego habla en forma detallada de su

    vida hasta ese mo me nto; es decir, su celo por per

    segu ir a la Iglesia (l,13ss ); lueg o se refiere a su ser

    vicio personal como misionero entre los pueblos

    (l,16ss); tambin habla de sus dos viajes a

    Jerusaln y de su encuentro con los primeros

    apstoles (1,17-2,10). Estos ltimos han conocido

    el evangelio de la libertad predicado por Pablo y

    su tarea como apstol de los paganos. Despus el

    apstol hace referencia a una discusin entre l y

    Cefas en Antioqua (2,11-21) a propsito de la

    libertad por las prescripciones sobre los alimen

    tos.Gal1,13-2,21 es un texto m uy impo rtante por

    que resume muy bien lo que Pablo siente frente a

    tantos aos de su vida sobre los que se conservan

    slo noticias muy escasas y en parte hasta contra

    dictorias.

    M uy irritado, Pablo combate contra estos intru

    sos,

    sus adversarios. l los llama "falsos herma

    nos"(2,4), qu e dis torsio nan el Evang elio (1,7); con

    agud o sarcasmo dice que aquellos que p redican la

    circuncisin deberan "dejarse mutilar" (5,12),

    exactamente como en Galacia en varios cultos se

    practicaba habitualmente una autocastracin

    sacral. Con preocu pacin y am or insistentes Pablo

    35

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    34/130

    supl ica a los i r racionales Glatas , porque los ve

    como hechizados (3,1) .

    Verdaderamente no es por l as obras de la Ley

    que el los han recibido el Espr i tu Santo, s ino por

    la predicacin, pero la predicacin de la fe (3,2).

    De las obras de la Ley no se puede obtener nada

    que no se haya recibido ya de la fe en Cris to. El

    que qu ie re ob tener a lgo ms , p ie rde comple ta

    m en te a Cristo (3,5; 5,2). La Ley slo logra co nd u

    cir a l hombre a tomar conciencia de sus pecados

    (3,10-14) . El la solamente t iene sent ido como edu

    cacin en vista de Cristo (3,15-29). Los Glatas no

    pueden cambiar la l iber tad y su condicin de hi jos

    ado ptiv os con la esclavi tud bajo la Ley. Sin em bar

    go, la libertad de la Ley no es

    independenc ia abso lu ta y

    arbitrio: ella es libertad

    para Cris to y para su

    ley, que obra por me

    dio del amor (6,2).

    La Carta a los G

    latas es para la histo

    ria de las religiones

    u n d o c u m e n t o i m p o r

    tante que test imonia la

    separacin entre el cristia

    nism o y el judais mo . Sin esta

    l iberacin, e l cr is t ianismo habra s ido slo una

    secta del judais mo , s in convert i rse , en cam bio, en la

    rel igin d e toda s las naciones.

    Nacida de la his tor ia concreta , es ta car ta es una

    respues ta qu e respon de m s a ll de su t i em po a la

    pregunta que s iempre se le pone a la Iglesia sobre

    qu es lo que verdaderamente cuenta : s i l a re la

    cin con la t radicin o la novedad creadora de la

    fe ,

    la l ey o la libe r tad , l a obra inada pta da de l h om

    bre o la gracia redentora de Dios, y , en l t imo tr

    m i n o ,

    s i e l ho m bre o Dios. La decis in d e Pablo es

    la misma del Evangel io de Jess que anuncia el

    seoro real de D ios y esa fi l iacin d ad a p or l .

    Crt ica l i teraria

    S l o e s p o r d i c a m e n t e p a r a l a C a r t a a l o s

    Glatas se dan hiptesis sobre la posibi l idad de

    que una car ta o r ig inar ia de Pablo habr a s ido am

    pliada con glosas adjuntas . La mayor parte de los

    exge tas cons idera que la ca r ta es una un idad y

    que fue to ta lmente redac tada por Pablo .

    De todos modos no se exc luye que vers cu los

    ind iv idua les puedan se r g losas pos te r io res ; l a

    hiptesis es discut ida sobre todo por Glatas 2,7s .

    Se ve c la ramente que aqu aparece dos veces e l

    nombre de Pedro , cuando en cambio Pablo usa

    siempre el de Cefas (1 Cor 1,12; 3,22; 9,5; 15,5; Gal

    36

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    35/130

    1,18; 2,9.11.14). Tal vez en Gal 2,7s resuena la fr

    mula protocolar del decreto emitido por la asam

    blea de los apstoles. O bien el nombre de Pedro

    deja reconocer una formulacin introducida des

    pus d e la redaccin d e la carta.

    Introduccin a la carta

    En Galacia se haba dad o un a situacin de em er

    gencia por la presencia de algu nos judaizantes que

    ponan en duda la autenticidad de la predicacin

    de Pablo. Hay una rebelin y un a situacin de ten

    sin. Pablo es informado y reacciona, como es su

    costumbre, en modo impetuoso y enrgico. Por lo

    tanto, la carta comienza con un tono encendido y

    polmico, y se suaviza hacia la con clusin.

    Quines eran los judaizan tes? E ran judos con

    vertidos al cristianismo que afirmaban que antes

    de ser cristiano haba q ue conv ertirse al judaism o.

    Pablo, en cambio, afirma que se pu ed e ser cristia

    nos directam ente, sin pasar po r el judaism o. Basta

    con aceptar a Dios y a Cristo; sobre tod o no es ne

    cesario que los cristianos man tenga n en su v ida li

    trgica ciertas prcticas caractersticas de l judais

    mo (la circuncisin, por ejemplo).

    Estas iglesias de Galacia que han recibido la

    primera evangelizacin de Pablo, escuchan ahora

    a otros cristianos que les dicen que Pablo los ha

    enga ado, que el Evangelio q ue l predica no es el

    verdadero. El verdadero Evangelio sera el que

    pasa primero por la fase juda y conserva en la

    praxis cristiana todo lo que p ued e conservar de la

    Ley juda. Pablo interviene en esta situacin con

    decisin y autoridad.

    Esimportante notar qu e estaesla nica carta en la

    que Pablo se saltea el agradecimiento d el comienzo.

    Norm almente el esquem a de u na carta es el siguien

    te:direccin-agradecimiento-cuerpo de lacarta.

    Desde el pu nto de vista del contenido es la carta

    de la novedad cristiana, novedad con respecto al

    judaismo . Tambin es la carta preferida de Lu tero.

    Estructura temtica

    Hay unaprimera parteautobiogrfica,para demos

    trar que el Evangelio que ha recibido es el verdad e

    ro Evangelio, y u nasegunda partedoctrinal,para ilus

    trar cul es su posicin con respecto a los Glatas.

    1,1-5

    1,6-2,21

    3,1-29

    4,1-31

    5,11-6,10

    6,11-18

    Direccin

    nico Evangel io

    La fe y la Ley

    La filiacin divina

    La vida segn el Espr i tu

    Re sume n y sa ludo

    y seg n la

    carne

    37

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    36/130

    Esta es la estructura macroscpica ms amplia.

    Pero hay una estructura interna ms articulada.

    Se basa en la preponderancia de ciertos trminos:

    Evangelioen los primeros dos captulos; en el ter

    cero es

    la fe y

    la

    Ley;

    la

    filiacin divina

    predomina en

    el cuarto; en el quinto est prese nte la temtica d e

    la vida segnelesprituysegn la carne;en el sexto

    captulo est elresumeny elsaludo.

    La Carta a los Glatas no tiene la frescura y la

    espontaneidad de la Primera Carta a los Tesaloni-

    censes, pero es una carta donde el estilo de Pablo

    en ciertas expresiones e intuiciones imp ortan tes se

    encuentra en estado puro.

    Los destinatarios

    En la poca del Nue vo Testam ento era una ciu

    dad rica, por ser comercial y famosa tambin por

    sus producciones artsticas (los jarrones de Co-

    rinto embellecen todava hoy varios museos). En

    Corinto, adems, se cultivaba la ciencia griega (1

    Cor

    1,19-24).

    Gobernada por un procurador roma

    no, la ciudad era la capital de la provincia de

    Acaya (Hech 18,12). Una parte notable de la po

    blacin estaba compuesta por ciudadanos roma

    nos.

    Despus de la conquista y la destruccin de

    las ciudade s por parte de los Romanos en 146 a.C ,

    haba sido fundada nuevamente por Julio Csar

    en 44 a.C. y colonizada en parte con ciudadanos

    romanos. Situada sobre un istmo, Corinto tena

    dos puertos, al oeste y al este. En Corinto se mez

    claban las culturas de Occidente y de Oriente. De

    la gran historia d e la ciudad dan testimon io tod a

    va hoy sus monumentos: las murallas ciudada

    nas,varios tem plos, los prticos y los edificios ter

    males,

    el teatro, la gran p laza d el m ercado con el

    llamado "tribunal de Galin" (Hech 18,12).

    38

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    37/130

    En Corinto exista tambin una comunidad ju

    da (Hech 18,2-8). En unas excavaciones arqueol

    gicas se encontr un arquitrabe de piedra con la

    inscripcin: "Sinagoga de los Judos". La e scritura

    es bastante torpe; la puerta conduca probable

    mente a un templo muy simple. Junto a la clase

    rica viva en Corinto un proletariado pobre.

    Tambin en la com unidad cristiana haba m uchos

    pobres y gente que contaba m uy poco

    1

    Cor1,28),

    aun que no faltaban los ricos y los notables (1 Cor

    1,26; Rom 16,23). En el istmo se realizaban, en ho

    nor de Poseidn, los juegos stmicos, no menos

    famosos que los juegos olmpicos. Tal vez 1 Cor

    9,4 sea una alusin a ellos. En la colina que dom i

    na la ciudad se encontraba el templo de Afrodita.

    La inmoralidad de Corinto era proverbial: "vivir

    al estilo corintio" significaba "vivir sin discipli

    na". En la comunidad cristiana de Corinto, Pablo

    tuvo que censurar casos graves de lujuria (1 Cor

    5,1-13;6,9.18-20). Justamente all escribi la Carta

    a los Romanos, donde hace referencia a la relaja

    cin moral del mun do pagano (Rom1,18-32).

    Pablo haba llegado a Corinto en su segundo

    viaje misionero alrededor del ao 51 d.C. (Hech

    18,1-17). Con respecto a esto, en 1 Cor 2,3, dice:

    "Me p resent ante ustedes

    dbil, temeroso

    y vacilante".

    El apstol vena desde Atenas, donde haba po di

    do hacer muy poco (Hech 17,34). Poda esperar

    una respuesta diferente en la ciudad de Corinto?

    Al comienzo Pablo predicaba los sbados en la

    sinagoga, luego en la casa lindera, propiedad de

    Ticio Justo, un pagano "que adoraba a Dios"

    (Hech 18,4-7). El xito suscit la oposicin de los

    judos, que queran inducir al procurado r roman o

    39

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    38/130

    Galin a que prohibiera la predicacin porque iba

    contra la Ley (juda o estatal?). Galin vio que se

    trataba de una discusin religiosa juda, negn do

    se a interve nir (Hech 18,12-17).

    Luego P ablo se dedic a la misin entre los pa

    ganos (Hech 18,18), como aparece en 1 Cor 12,2,

    donde la mayor parte de los miembros de la co

    munidad eran cristianos de origen pagano. Tras

    una permanencia de un ao aproximadamente,

    Pablo reuni en Corinto una comunidad impor

    tante de creyen tes. La misin sup er los lmites d e

    la ciudad: en toda la provincia de Acaya hubo

    cristianos (1 Tes 1,7; 1 Cor 1,2; 2 Cor 1,1). Hacia el

    final del tercer viaje m isionero, probab leme nte en

    el invierno d e57-58,Pablo, despu s de haber acla

    rado difciles controversias

    2

    Cor 7,5-13) se qu ed

    todava tres meses en Corinto (Hech 20,3). La

    Iglesia fundada por Pablo permaneci ininte

    rrumpidam ente hasta nuestros das.

    Crtica literaria

    Durante el segundo viaje misionero (52-54)

    Pablo permaneci tres aos en Efeso, separado de

    Corinto pero al mismo tiempo conectado a travs

    del Mar Egeo. Mensajeros y cartas iban y venan

    entre ambas ciudades. Muchos de ellos son nom

    brados en las cartas a los Corintios, a otros hay

    que descubrirlos. En este perodo Pablo escribi a

    la comunidad de Corinto al menos cuatro cartas

    que normalmente se denominan "A los Corintios

    A,B,C,D". En el Nuevo Testamento hay dos cartas

    a los Corintios de las cuales, la primera cannica

    correspondera a la carta

    B;

    y la segu nda cannica

    a la carta D, supo niend o qu e en ambas cartas no se

    hayan integrado prrafos de otras cartas. La per

    dida carta A en parte puede recuperarse en 1 Cor

    5,9-11,don de Pablo menciona una carta preceden

    te dirigida a la comunidad. La carta A no fue

    comprendida por los Corintios y, por lo tanto,

    substituida por Pablo con la 1 Cor (= carta B).

    La carta A segu ramen te se per

    di.

    Pablo escribi la Primera

    Carta a los Corintios desde

    Efeso (1 Cor 16,8) como

    respuesta a las noticias

    que le haban l legado

    desde Corinto a travs

    d e "los de la familia de

    Che" (1 Cor 1,11), de

    Apolo (1 Cor 16,12) y

    tambin mensajeros en

    viados desd e Corinto, que

    le haban entregado una

    carta escrita para l de sde all

    40

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    39/130

    (1 Cor 16,17s). Pablo hace referencia a esta carta

    muchas veces (1 Cor 7,1; probablemente tambin

    8,1;12,1;

    16,1). Otras noticias ciertamente no bue

    nas le llegaron a Pablo por otra va(5,1;6,1). En la

    carta el apstol se esfuerza por aclarar y respon

    der a todos los interrogantes p artiendo desde la fe.

    Su norma y fin es la edificacin de la comunidad

    (8,11;

    9,19;

    10,33;

    14,12). Pablo no da rden es; m s

    bien motiva y trata de convencer.

    Entre la

    1

    Cor y la

    2

    Cor cannicas se debe colo

    car una visita de Pablo a Corinto y una carta suya

    escrita a esa com unidad. Preo cupado p or a lgunas

    noticias sobre algunas intrigas en esa ciudad, el

    apstol, desde feso hizo una breve visita a Co

    rinto, en medio de muchas preocupaciones. Esto

    es relatado en 2 Cor 12,14; 13,1 ya que Pablo dice

    aqu que ya estuvo d os veces en Corinto, mientras

    en cambio, segn los datos de los Hech y de1Cor,

    habra estado en Corinto slo una vez, y precisa

    mente cuando haba fundado la comunidad. Con

    esa breve visita intermedia Pablo haba obtenido

    muy poco; es ms, personalmente se sinti ofen

    dido (2 Cor

    2,5-11;

    7,12).

    Al volver a feso Pablo escribi una carta

    "con

    gran

    afliccin

    y

    angustia,

    y

    con muchas

    lgrimas" (2

    Cor 2,4). Esta sera la carta perdida C. Si bien esta

    carta no se ha po dido conservar, se sospecha que

    en 2 Cor 10,13 se haya conservado la "carta de las

    lgrimas" o al menos una parte de la misma. Pa

    blo envi a Corinto a su colaborador Tito, que lo

    gr hacer reflexionar a la comunidad y hacerle

    cambiar de ruta (2 Cor 2,12s; 7,5-7). Despus de

    que Pablo se fuera de feso, se encontr con Tito

    en Macedonia

    2

    Cor 2,12s). El informe de la situa

    cin presentad o por Tito fue pa ra l un m otivo de

    alegra y consolacin (2 Cor 7,5-7); por eso escribe

    a los Corintios una carta, la 2 Cor (= carta D),

    redactada en Macedonia probablemente durante

    el verano o el otoo del ao 57 (o tal vez tambin

    de 58).

    Contenido de la I

    a

    Cor:

    su unidad, lugar

    y

    fecha

    Un tema impo rtante de la I

    a

    Cor (como tambin lo

    ser en la 2

    a

    Cor) es el de la unid ad de la Iglesia. En

    la comunidad de Corinto estaban presentes tres

    (o cuatro?) grupos, cada uno de los cuales quera

    hacer referencia a su gua, a Ap olo, a Cefas, a Pablo

    y a Cristo 1 Cor

    1,12).

    Apolo era un judeocristiano

    formado en Alejandra, el centro de la ciencia y de

    la oratoria griega; era una pe rsona in struid a y llena

    del Espritu Santo, que precedentemente haba

    sido discpulo de Juan Bautista (Hech 18,24-28).

    Despus de la partida de Pablo, Apolo evangeliz

    41

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    40/130

    en Corinto (1 Cor 3,6) . El gru po reu nid o po r l pre

    tenda ejercer la predicacin del Evangel io como

    un "d iscurso de sab idur a" (1 Cor 1,17), es decir

    segn la retrica y la filosofa griegas. La gente de

    Cefas p robablemente es taba compues ta sobre tod o

    por judeocris t ianos que hacan referencia a Cefas

    (Pedro) y as pretendan conservar la observancia

    de la ley veterotestamentaria (Gal 2,2).

    Que e l mismo Pedro haya evange l izado en

    Corinto es muy dif c i l de comprobar , aunque esta

    opinin no deja de aparecer cada tanto en los estu

    dios bbl icos. El par t ido de Pablo quera per tene-

    cer le en m od o especial . N o es claro quine s forma

    ban el par t ido de Cris to. Tal vez se sent an perte

    necer aquel los que rechazaban la mediacin del

    apstol , haciendo referencia directa a Cris to con

    un equivocado sent ido de l iber tad. O bien se

    puede pensar que las pa labras "Yo soy de Cr i s to"

    son solamente una conclusin que hace Pablo

    sobre lo que deba corresponder a todos. Contra

    toda divis in en par t ido s, e l apstol dice que to dos

    los mae stros per ten ecen a todos los Corint ios , pe ro

    los Corint ios , en su conjunto, per tenecen al nico

    Cris to: "Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo

    y C risto es de Dios" (1 Cor 3,22-23).

    E l o rden mora l de una comunidad para Pablo

    sin duda era algo esencial . Como el judaismo, as

    tambin Pablo, especialmente frente a la fal ta de

    m o r a l i d a d d e l p a g a n i s m o , e x i g a u n a m o r a l

    sexual bien precisa (Sap 14,24-26; Rom

    1,24-27).

    l

    s e i n d i g n a p o r q u e "uno convive con la mujer de su

    padre" (1 Cor 5,1-13). Esto puede significar sola

    mente que es te hombre v iv a jun to con la madras

    t ra despus de la muer te de su padre o la separa

    c in de ambos , o b ien con una concubina de l

    p a d r e , p o r q u e t a m b i n l a m o r a l m a t r i m o n i a l p a

    gana no habr a to le rado un inces to con la madre .

    Pablo exige que el culpable sea excluido de la co

    munidad . Prohibe en e l modo ms abso lu to la

    relacin con prost i tutas . Pareciera que en la comu

    nidad a lgunos fan t icos que se c re an insp i rados

    por e l Esp r i tu t en an como mxima de v ida la

    expres in : "Todo me est permitido" (1 Cor 6,12;

    10,23) , con la que just i f icaban una vida sexual s in

    moral . Pero Pablo dice que el cuerpo es el templo

    del Espr i tu San to y que el cr is t iano de be glor if icar

    a Dios en su cuerpo (1 Cor 6,20).

    La segunda parte de 1 Cor (7,1-15,58) responde

    a prob lemas p lan teados por l a Car ta a los Cor in

    t ios.

    En el encuentro con el Evangel io, junto con

    nuevas condic iones de v ida surg an cont inuamen

    te nuevos interrogantes . Parece ser que en la co

    m u n i d a d d e C o r i n to a l g u n o s p e n s a b a n q u e e l m a

    t r imonio e ra a lgo malo , y p re tendan abs tenerse

    42

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    41/130

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    42/130

    en el desarrollo de la liturgia). En 1 Cor 14,34-35

    Pablo, sin embargo, afirma: "Que lasmujeres per

    manezcan calladas durante las

    asam bleas".

    Cmo se

    pueden armonizar estos dos principios? Pueden

    alguna vez ser armo nizado s? Los versculos 14,34-

    35 se encuentran en los manuscritos ubicados en

    diferentes lugares; en algunos despus de 14,33 y

    en otros d esp us de 14,40.

    Un dato as es explicable general

    mente con el hecho de que los vers

    culos escritos al margen por una ma

    no extraa ms tarde se incluyeron

    en el texto original. Los versculos

    14,34-36 interrumpen el nexo lgico

    que e n 14,32s y 14,37 habla d e los pro

    fetas d e la com unidad. Adem s los ver

    sculos 14,34-36 parecen contener algun as

    palabras no paulinas (por ejemplo la frmula:

    "comodicela Ley"). Por estos m otivos la exgesis

    tiende a creer que los versculos 14,34-36 no son

    de Pablo, sino que fueron agregados ms tarde,

    cuando de cualquier manera los derechos de la

    mujer en la Iglesia ya haban sid o limitados y en la

    Iglesia ya no tena ms el derecho de ensear (1

    Tim 2,12).

    Los dones del Espritu se manifestaban duran

    te el culto con signos no siempre fciles de com-

    44

    prender, como el "hablar en lenguas" (un balbu

    cear exttico) y la "profeca" (entendida no como

    prediccin de even tos futuros, sino como anuncio

    pleno del Espritu divino). Esos dones del Espritu

    son, como sabem os, cultivados tambin hoy en las

    com unid ade s cristianas (1 Cor 14,1-40). Es en este

    contexto que se inserta tambin el "Himno al

    am or" (1 Cor 13,1-13).

    Finalmente, interrogantes y dudas

    provenientes d e Corinto le dan a Pablo

    v^ /T ^k la ocasin de expresar la esperanza

    / de la resur recci n. La filosofa grieg a

    J / poda ensear sobre la inmo rtalidad

    / '

    del alma, como hace Platn en "Fe-

    dn". Pero el cuerpo aqu es sentido

    como u n peso y un a crcel del alma. Es

    por esto que la concepcin griega no lo

    graba comprender la doctrina de la resurreccin

    del cuerpo y de su permanente unin con el alma

    (segn Hech 17,32 esta doctrina fue rechazada

    por Atenas). Pablo presenta la resurreccin de los

    muertos como radicada en la resurreccin de

    Cristo. Sin emba rgo, el mo do en el que se dar se

    desconoce. Todo ser comp letamente diferente de

    cmo son las cosas en este m un do (1 Cor 15,1-58).

    La autenticidad paulina de I

    a

    Cor hoy es indis

    cutible; pero no podemos decir lo mismo de la

  • 8/12/2019 vanni, ugo - las cartas de pablo.pdf

    43/130

    unidad original de la carta cannica que posee

    mos hoy. Algunos estudiosos piensan que I

    a

    Cor

    estara compuesta por dos cartas de Pablo dife

    rentes, ms probablemente por las cartas A y B.

    Algunas partes de la carta A habran sido inte

    gradas en el cuadro de la

    B.

    Otros estudiosos divi

    den las dos cartas a los Corintios en nu eve cartas

    diferentes.

    Estas hiptesis estn mo tivada s por el hecho de

    que I

    a

    Cor trata temas mu y variados y no mues

    tra ninguna disposicin rgida del material. Este

    dato, sin em bargo , deb e ser explicado con el hecho

    de que la carta deba responder a distintos inte

    rrogantes. Este tipo de hiptesis carece de funda

    mento suficiente.

    La Primera C arta a los Corintios fue escrita po r

    Pablo en feso (1 Cor 16,8). Si su permanencia en

    esa ciudad debe colocarse entre los aos 52 y54,la

    carta se ubica a mediados o a fines de este pero

    do , tal vez en el tiempo precedente a Pentecosts

    (1 Cor 16,8), antes del viaje de regreso de Pablo a

    Jerusaln


Recommended