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Verbum Vobiscum: III Domingo de Cuaresma

Date post: 19-Feb-2016
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Subsidio para el III Domingo de Cuaresma, correspondiente al Ciclo C, preparado por el Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga.
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Siguiendo la enseñanza del Evangelio- nos damos cuenta de algo: que Dios va a venir a la higuera de nuestra vida a pedirnos frutos. Y, ¿sabes cuáles son esos frutos? Son esos pequeños actos de caridad, una sonrisa, tener pacien- cia, un favor para tus compañeros, amor, alegría, paz, obe- diencia, respeto, felicidad, amabilidad, bondad y dominio propio; que le agradan tanto a Jesús. Jesús, en esta cuares- ma quiere acercarse a nosotros y pedirnos ese amor autén- tico que debemos llevar en nuestro corazón. ¿Qué frutos podemos dar? ¿Restauración de la ar- monía de la relación con quién? ¿Pedir perdón a quien? ¿A quien perdonar? Escribe debajo de cada higo solo una cosa de los frutos que puedes dar y que vas a cumplir al pie de la letra, que no se va a quedar en buenos deseos. Ejem: pequeños actos de caridad, una sonrisa, tener pa- ciencia, un favor a los demás, amor, alegría, paz, obedien- cia, respeto, felicidad, amabilidad, bondad y dominio propio. ¿Cuál te gusta? ¿Hay mas? ¿Cuál? ¿Restauración de la armonía de la relación con quién? ¿Pedir perdón a quien? ¿A quien perdonar? Llena el árbol de frutos Diócesis de Querétaro. Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús Templo de Santa Clara Ediciones “Verbum Vobiscum” 2013 Tercer Domingo de Cuaresma 3 de marzo de 2013 En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les contestó: “¿Piensan ustedes que aquellos galile- os, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten perecerán de manera se- mejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no. Y si ustedes no se convierten, perecerán de manera se- mejante. Y les dijo esta parábola: Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, fue a buscar higos, y no los encontró. Dijo entonces al viñador: -Mira, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?- Pero el vi- ñador contestó: -Señor, déjala todavía este año; voy a aflo- jar la tierra alrededor y la echaré abono, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré. Palabra del Señor. MEDITACIÓN. Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones... a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o lla- mado tu atención? ¿Por qué? b) ¿Cuál era la interpretación popular de estos dos hechos? c) ¿Jesús no está de acuerdo con la interpretación popular de los hechos? ¿En qué modo? d) ¿Cuál es el significado de esta parábola? ¿Hay conexión entre la parábola y el comentario de los hechos? e) ¿Cuál es el mensaje de este texto para nosotros, que hoy debemos interpretar los signos de los tiempos? Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13,1-9
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Siguiendo la enseñanza del Evangelio- nos damos cuenta de algo: que Dios va a venir a la higuera de nuestra vida a pedirnos frutos. Y, ¿sabes cuáles son esos frutos? Son esos pequeños actos de caridad, una sonrisa, tener pacien-cia, un favor para tus compañeros, amor, alegría, paz, obe-diencia, respeto, felicidad, amabilidad, bondad y dominio propio; que le agradan tanto a Jesús. Jesús, en esta cuares-ma quiere acercarse a nosotros y pedirnos ese amor autén-tico que debemos llevar en nuestro corazón. ¿Qué frutos podemos dar? ¿Restauración de la ar-monía de la relación con quién? ¿Pedir perdón a quien? ¿A quien perdonar?

Escribe debajo de cada higo solo una cosa de los frutos que puedes dar y que vas a cumplir al pie de la letra, que no se va a quedar en buenos deseos. Ejem: pequeños actos de caridad, una sonrisa, tener pa-ciencia, un favor a los demás, amor, alegría, paz, obedien-cia, respeto, felicidad, amabilidad, bondad y dominio propio. ¿Cuál te gusta? ¿Hay mas? ¿Cuál? ¿Restauración de la armonía de la relación con quién? ¿Pedir perdón a quien? ¿A quien perdonar? Llena el árbol de frutos

Diócesis de Querétaro. Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús Templo de Santa Clara Ediciones “Verbum Vobiscum” 2013

Tercer Domingo de Cuaresma 3 de marzo de 2013

En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les contestó: “¿Piensan ustedes que aquellos galile-os, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten perecerán de manera se-mejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no. Y si ustedes no se convierten, perecerán de manera se-mejante. Y les dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo, fue a buscar higos, y no los encontró. Dijo entonces al viñador: -Mira, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?- Pero el vi-ñador contestó: -Señor, déjala todavía este año; voy a aflo-jar la tierra alrededor y la echaré abono, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré. Palabra del Señor. MEDITACIÓN. Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros corazones... a) ¿Cuál es el punto del texto que más te ha gustado o lla-mado tu atención? ¿Por qué? b) ¿Cuál era la interpretación popular de estos dos hechos? c) ¿Jesús no está de acuerdo con la interpretación popular de los hechos? ¿En qué modo? d) ¿Cuál es el significado de esta parábola? ¿Hay conexión entre la parábola y el comentario de los hechos? e) ¿Cuál es el mensaje de este texto para nosotros, que hoy debemos interpretar los signos de los tiempos?

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13,1-9

Para profundizar en el tema ¿Qué harías? ¿Cortarías la higuera? ¿Qué crees que Jesús estaba tratando de decir con esta historia? ¿Podrías ser tú la higuera? En nuestra lección bíblica de hoy, Jesús nos enseña acerca del perdón de Dios. Jesús nos cuenta acerca de un hombre que ha visto una higuera en su viña. Fue a la viña esperando encontrar higos en el árbol, pero no había ningu-no. Le dijo al hombre que cuidaba de la viña: “Mira, ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado nada. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terre-no?” “Señor, le contestó el viñador, déjela todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono. Así tal vez en adelante dé fruto; si no, córtela." En esta historia el dueño de la viña es Dios. El viñador, el que cuida la viña, es Jesús, y el árbol representa los hijos de Dios. Dios tiene toda la razón para esperar que sus hijos pro-duzcan buen fruto. ¿Qué clase de fruto? Cosas como amor, alegría, paz, paciencia, obediencia, respeto, felicidad, ama-bilidad, bondad y dominio propio. En ocasiones no produci-mos esa clase de fruto, pero tenemos a un Dios amoroso y perdonador. Al igual que el dueño de la viña le dio a la higuera una segunda oportunidad, Dios nos da una segun-da oportunidad también y es importante que sepamos que no tenemos que hacerlo solos. El que cuida la viña ayudó a la higuera trabajando la tie-rra y añadiendo abono. Cuando permitimos que Jesús tra-baje en nuestras vidas, él nos ayudará a producir la clase de fruto que Dios espera de nosotros. ¿No te alegras de que tengamos un Dios amoroso y perdonador que nos da una segunda oportunidad?

El campo se transforma... y da fruto. ¿Y nosotros?

Observa la naturaleza, los árboles en invier-no poco a poco perdieron sus hojas; las más fieles se quedaron regadas sobre el suelo, pero la mayoría se fue con el viento. Los árboles ya no eran más verdes ni amarillos ni anaranjados como en las estaciones pasa-das, ahora eran grises y a veces blancos si caía la nieve.

Al iniciar la primavera mira como se trasfor-ma. La primera señal del inicio de la primave-ra es que los árboles se vuelven verdes. La hierba se vuelve verde. En nuestra vida, al igual que la naturaleza, necesita renovar-se. También, nosotros necesitamos de un proceso de renovación. La cuaresma coin-cide con el inicio de la primavera. La Cua-resma, es un tiempo para renovarse.

Pero en la parábola de hoy, Jesús mas que árboles verdes, llenos de hojas, pide frutos. ¿Qué frutos de cambio está esperando Dios de nosotros en esta Cuaresma? De la Exhortación Pastoral del Episcopado Mexicano so-bre la misión de la Iglesia en la construcción de la paz, pa-ra la vida digna del pueblo de México “Que en Cristo Nues-tra Paz México tenga Vida Digna” del 15 de febrero de 2010 No. 157. Los discípulos de Jesucristo no podemos olvidar la finalidad de la misión que nos ha sido confiada: «los he des-tinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca» (Jn 15,14). El fruto que permanece es todo lo que sembramos, en nombre de Cristo, en el espíritu de las personas: el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar el corazón; la pala-bra que abre el alma a la alegría del Señor. La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio.


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