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Watzlawick Beavin Bavelas y Jackson Teoria de La Comunicacion Humana

Date post: 24-Nov-2015
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BIBLIOTECA DE PSIC¡OLOGÍA 100 TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN HUMANA Por PAUL WATZLAWICK, JANET BEAVIN BAVELAS y DON D. JACKSON BARCELONA EDITORIAL HERDER 1991 PAUL WATZLAWICK, JANET BEA YIN BA VELAS y DON D. JACKSON TEORÍA DE Li-\ COlViUNI•CACIÓN HLH\/lANA 'Jnteracciones, patologías y paradojas BARCELONA EDITORIAL HERDER 1991
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  • BIBLIOTECA DE PSICOLOGA 100

    TEORA DE LA COMUNICACIN HUMANA Por PAUL WATZLAWICK, JANET BEAVIN BAVELAS

    y DON D. JACKSON

    BARCELONA EDITORIAL HERDER

    1991

    PAUL WATZLAWICK, JANET BEA YIN BA VELAS y DON D. JACKSON

    TEORA DE Li-\ COlViUNICACIN HLH\/lANA

    'Jnteracciones, patologas y paradojas

    BARCELONA EDITORIAL HERDER

    1991

  • /

    Introduccin

    Este libro trata sobre los efectos pragmticos (en la conducta) de Ja comunicacin humana y, en particular, sobre los trastornos de la conducta. En una poca en que ni siquiera . se han formalizado los cdigos gramaticales y sintcticos de fa comunicacin verbal y en que se contempla con creciente escepticismo la posibilidad de adscribir a la semntica de la comunicacin humana, un encuadre preciso, todo intento de sistematizar su pragmtica quiz parezca una prueba de ig-norancia o presuncin. Si en el estado actual del conocimien-to no existe siquiera una explicacin adecuada para la adqui-sicin del lenguaje natural, cunto ms remota es entonces la esperanza de establecer las relaciones formales entre la comunicacin y la conducta? Por otro lado, resulta evidente que la comu_~J~l~iri.. ('!~_una ~.:?._ndjci.~~i7_:f_g~1_q~gi!" .. c:l.~J_yida ___ h11mana y el orden social. Tambin es obvio que desde el comienzo de su x.istencia, un ser humano participa en el complejo proceso de adquirir las reglas de la comunicacin, ignorando casi por completo en qu consiste ese conjUt1to de reglas, ese calculus de la co-municacin hu..rnana. Este libro no se propone ir mucho ms all de ese conoci-miento mnimo. No pretende ser otra cosa que un intento de construir un modelo_y una presentacin de algunos hechos que parecen sustentar ese modelo. La pragmtica de la co-municacin huma..Tl.a es una ciencia muy joven, apenas capaz de leer y escribir su propio nombre, y que est muy lejos de haber desarro11ado un lenguaje propio coherente. Su integra-cin con muchos otros campos del esfuerzo cientfico es una esperanza para el futuro. Sin embargo, y confiando en que tal integracin se lograr en el futuro, este libro est dirigido a todos los estudiosos de aquellos campos donde se enfrentan problemas de interaccin sistmica en el ms amplio sentido del trmino. Podra argumentarse que su contenido no tiene en cuenta es-tudios importantes directamente relacionados con el tema. La escasez de referencias e:x-plcitas a la comunicacin no verbal podra ser una de tales crticas, y otra sera la falta de re-ferencia a la semntica general. Pero este libro no puede

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  • lser ms que una introduccin a la pragmtica de la comu-lnicacin humana (un campo que hasta ahora ha sido objeto de muy escasa atencin) y, por lo tanto, no puede sealar to-das las afinidades existentes con otros campos de investiga-cin sin conveytirse en una enciclopedia, en el mal sentido de la palabra/ Por idntica razn, fue necesario, limitar las referencias a otras numerosas obras sobre la teona de la co-municacin humana sobre todo aqullas que se limitan a es-tudiar la comunicacin como un fenmeno unidireccional (del que habla al que escucha) y po llegan a 9onsiderar ~. comunicacin como un proceso d:f..!_nteraccin. / C-Y ,': - : ~ Las implicancias interdisciplinarias "
  • estn definidos en el texto. (En el ndice se indica la u~icacin de las definiciones ofrecidas en el texto, con los nume-ras correspondientes a las pginas en ne?;ri~a) Los autores desean expresar su agradecumento a las nume-rosas personas que leyeron todo el man;iscrito o J?arte de l y proporcionaron ayuda, aliento y conseJO, en particular Paul S. Achilles, Ph. D., John H. Wealdand, M. A., Carlos E. Sluzki, M. D., A. Russell Lee, M. D., Richard Fisch, M. D., y Arthur Bodin, Ph. D., todos ellos colegas en el Mental Re-search Institute Albert E. Scheflen, M. D., Eastern Pennsyl-vania Psychiatrlc Institute y la Temple Universty School of Medicine Karl H. Pribram, M. D., Ralph I. Jacobs, M. D., v William' C. Dement, M. D., de la Stanford University School 'of Medicine; Henry Longley, B. S. E. E., Proj~~t Engineer, Western Dei;elopment Laboratories (Philco); Noel P. Thomp-son, M. D., M.S. E. E., Jefe de la Divisin de Electrnica M-dica Palo Alto Medical Research Foundation; John P. Spie-gel, 'M. D., Center of Research in Personality, Harvard Uni-versity. La responsabilidad por las posiciones adoptadas Y los errores que puedan haberse cometido corre por cuenta exclu-siva de los autores. Este trabajo se realiz con la ayuda del National Institute of Mental Health (Subsidio MH 07459-01), la Robert C. vY_hee-ler Foundation, el James McKeen Cattell Fund, y la Natumal Association for U ental H ealth, cuya ayuda reconocemos con gratitud.

    Palo Alto, marzo de 1966.

    1 Marco de referencia

    1.1

    Hasta el momento, la historia no presenta un ejem-plo de una cultura que rinda a otra, extinta hace ya mucho, tanta reverencia y sumisi6n en cuestiones cientficas como el de la nuestra con respecto a la Cultura Clsica. Debi transcurrir mucho tiempo til1~ tes de que reuniramos el". coraie necesario para se-guir nuestras propias ideas. Pero, aunque el deseo de emular a los Clsicos estuvo constantemente pre-sente, cada uno de los pasos dadors en ese intento en realidad nos apart cada vez ms del ideal ima-ginado. La historia del conocimiento occidental es, por lo tanto, la historia de la emancipaci6n progre-siva con respecto al pensamiento Clsico, una eman-cipaci6n nunca deseada sino impuesta en las pro-fundidades del inconsciente. ( Oswald Spengler: La decadencia de Occidente.)

    Consideremos las siguientes situaciones distintas: El nmero de zorros que habitan en cierta rea situada al norte del Canad exhibe una notable periodicidad en cuanto a su aumento y disminucin. En un ciclo de cuatro aos alcanza un punto mximo, disminuye casi hasta la extincin y, por ltimo, comienza a aumentar otra vez. Si el bilogo limitara su atencin a los zorros, estos ciclos no seran comprensibles, pues nada hay en la naturaleza del zorro -o de ninguna otra especie- que f'}Jlique tales cambios. Sin embargo, cuando se piensa que los zorros se alimentan casi exclusivamente de co-nejos salvajes, y que stos casi no tienen otro enemigo natural, esa 1elacin entre las dos especies proporciona una explica-cin satisfactoria para un fenmeno que, de otra manera, se-ra misterioso. As puede entenderse que los conejos exhiban un ciclo idntic.o, en el cual el aumento y la disminucin es-tan invertidos: cuanto mayor es el n.mero de zorros ms son

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  • los conejos muertos por aqullos, de modo que, eventualmen-te, el alimento se hace muy escaso para los zorros. Su nmero disminuye, dando as a los conejos sobrevivientes una opor-tunidad para multiplicarse en ausencia virtual de sus enemi-gos, los zorros. La renovada abundancia de conejos favorece la supervivencia y el aumento del nmero de zorros, etctera. Un hombre se desmaya y es trasladado al hospital. El mdico que lo examina observa prdida de conciencia, presin arte-ra! sumamente baja y, en general, un cuadro clnico de al-coholismo agudo, o de una intoxicacin por drogas. Sin em-" bargo, los anlisis no revelan huella alguna de tales sustan-cias: El estado tlel paciente sigue siendo inexplicable hasta que aqul recupera el conocimiento y revela que es un in-geniero de minas y acaba de volver, luego de habajar durante dos aos en una .mina de cobre ubicada a una altura de cua-tro mil quinientos metros en los Andes.! Ahora resulta evi-dente que el estado del paciente no constituye una enferme-dad en el sentido habitual de deficiencia orgnica o tisular, sino un problema de adaptacin de un organismo clnica-mente sano a un medio drsticamente modificado. Si la aten-cin mdica se limitara exclusivamente al paciente, y si slo se tuviera en cuenta la ecologa del medio habitual en que vive el mdico, el estado del paciente seguira siendo in-comprensible.

    En el parque de una casa de r::,ampo, a la vista de los tran-sentes que pasan por la vereda, un hombre barbudo se arras-tra, agazapado siguiendo recorridos que semejan un ocho, ob~. servando constantemente por sobre su hombro y graznando sin cesar. As describe el etlogo Konrad Lorenz la conducta que debi adoptar durante uno de sus experimentos de Im-printing con patitos, luego de haber reemplazado a la mad_re de aqullos. "Yo me felicitaba", escribe este autor, "por ia obediencia y exactitud con que mis patitos me seguan, cuan-do de pronto levant la vista y vi sobre la cerca del parque una fila de rostros tremendamente 1?1idos: un gmpo de tu-ristas me contemlaba horrorizado desde la cerca". Los patitos resultaban invisibles debido a las altas hierbas y lo que los turistas vean era una conducta totalmente inexplicable v, de hecho, loca. ( 96, p. 43).

    Estos ejemplos aparentemente dispares tienen un denominador 1 comn: un fenmei:io P~!111anece inexplicable en tanto el mar-

    .\" \gen_ de_o~servac:4,~p. no es s_pficintemnk anip1io como p'ara .\ [email protected] __ e.n el que dicho .fenmeno tiene lugar. La

    imposibilidad de comprender las complejidades de las rela-ciones que existen entre un hecho y el contexto en que aqul

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    tiene lugar, entre un organismo y su medio, o enfrenta al ob-servador con algo "misterioso" o lo lleva a atribuir a su objeto de. estudio ciertas propiedades que quizs el objeto no posea. En comparacin con la ampla aceptacin que este he-

    +- cho tiene en biologa, las ciencia._~A.e.Ja.Gond"JJc.ta parecen ba-sarse todava en una viSii1iQdica .. d.eQ."llViduo y del m-todo, qonsagrado por el tiempo, que consiste en aislar varia-bles. Ello resulta particularmente evidente cuando el objeto de estudio es la conducta perturbada. Si a una persona que

    ~xhibe una conducta alterada. ( psicopatolgica) se la estudia en aislamiento, entonces la investigacin debe ocuparse de la naturaleza de su estado y, en un sentido ms amplio, de la naturaleza de la mente humana. Si los lmites de la investi-gacin se am;ilan con el propsito de incluir los efectos de esa conducta sobre los dems, las reacciones de estos ltimos frente a aqullas y el . contexto en que todo ello tiene lgar, entonces el foco se desplaza desde la mnada artificialmente aislada ~~a la relacin entre las partes de un sistema ms 1!1P!io,. ~~-~~~'Jrvador. de la conducta humana, entonces, . pasa

    _d.f:Lun_es.tuili-dedgtivo.de la mente a:l estafo-de'las mani-fostacioqes observables d~-larefcin.- --- --------... ~------El v'ehi_@l;;d~f.-~;_ mgnfti~ac_ion~~~(:!~. ,lll,_ qg_rn_!T}icacin. Quisiramos sugerir que el estudio de la comunicaiii-Iuma..;l\ na puede subdividirse en las tres reas, _ajg!cti~' semntica y; \ pragmtica, establecidas por Morris (106) y seguidas por Car-\ 1 nap ( 33, p. 9), para el estudio de la semitica (la teora ge-n~ral de_ los signos y los lenguajes). As, aplicadas al marco _ . de -a comunicacin humana, la primera de estas tres reas:' abarca los probl~mas relativos a transmitir informacin y, por';_.--ende, const'tuye -eTcampO-fridaniefat del terico de iain"' formacin, cuyo inters se refiere- a' lo-s problemas" de cad~ ficacin, ca:l21es. capacidad, ruido, redundancia y otras pro-piedades estadsticas del lenguaje. Tales problemas son de n-dole esencialmente ,ti;Jtctica, y a ese terico no Je interesa el significado de los smbolos-mensaje. El significado constituye la preocupacin central de Ja se-m~!!fC-:-Sr b'ie'n s posible- transm1Hr-ser1es-de simbo 1os -con correccin sintctica, careceran de sentido a menos que el emisor y el receptor se hubieran puesto de acuerdo de antema-no con respecto a su significado. En al sentido, toda infor-macin compartida presupgp~ _u~~SQI!Y5!~cin s~m.IJ,ti

  • ciencia y que la pragmtica es psico!o~a, J?,ero estos campos no son en realidad completamente distintos . , . . Este libro se referir a las tres reas, pero se ocupara en_J?ar-ticular de la_pra.gm_tka._esto es, ~QL~fo~!Qs _ _de 1~.7.?cf:l1~~?j cin sobre Ja conducta. En tal :Sentido, deb~ a~l,ararse. es e e

    ; tcomienzo que estos dos trminos, com!:1.~~c1on Y conddICtf ~ /se usan_ virtual!ll~nte como sinnimos, pues., los datos .. e . . ! pragmtica no son slo palabras, , (en func1?1!- de sus ?~1-\ gufacihes y significados) que estan al serv1c~o de la smtac / tica y la semntica, sino tambi~ sus, concomitai;t~s no ver-j bales y el lenguaje corpo1.il. Mas aun, agre~an~mos a !as ! conductas personales los co~Ronent~s c"?mui:1cac1on:les 11;-

    .1i herentes al contexto en que la comumcac1n tiene Iu0 ar. As1, U desde esta perspectiva de la pragmtica, to~a .cm;1?;ict~,. Y no . slo el habla, es comunicacin. y toda con;umcac1on. mcluso los indicios comunicacionales de contextos impersonales, afec-

    tan a la conducta. Adems no slo nos interesa, -como sucede con la prap:m-tica en 'general-, el efecto de una comunicacin sob.re el re-ceptor, sino tambin, -por considerarlo como algo i~sepa:ablemente iigado,- el efecto que la reacci6n del receptor t:r ne sobre el emisor. As preferiramos ocuparn?s menos e

    pt rsigno y mas de la rela-Ias relaciones emisor-signo o rece o . . ______ _ qin . em.isor-recept!! _qf.!_~ se establece por medio de la __ co-municacin. 1 f 6 d Puesto que este enfoque comunicacional de os en menos e ia conducta humana, -tanto normal como anormal,- .!'~ b~dsa en las manifestaciones observables de relac6n en el sen.ti , ms ampio, est. conceptualmente ms cerca-de las _ma~e~~,1-tic3.s cue de la psicologa tradicional; pues las maf~m~ticas constituyen la disciplina que se ocupa de manera m~s mme-diata de las relaciones entre entidades y no ~~ su naturaleza. Por otro lado. la ps'icologa ha mostrado trad1c1onalmente una marcada tendencia a ia concepcin mondica del hombre y. en consecuencia, a una cosificacin de algo q?e -cad~ , vez se manifiesta ms como pautas 1 de relacin e mteracc10n.

    " ' '" '' t " el meior l Hemos elegido las expresiones patron y pau a como . . ~uiva1ente posible del trmino ingls "pattem" qu~ e~,. en reahd~d,. in-traducible. As, se hace difcil transmi?r su ~!eno s1gn~1cado se4nti:,o, aunque en francs, por ejemplo, el termino strucmre (y, en re ac!On con l, structuralisme) goza de una aceptacin cada ve:z: mayor ( cf., las obras de Levv-Strauss). Conviene dejar esto aclarado desde ~l co-

    . mienzo: en este 'libro, "patrn" .. o "paut~" se '.ltl~an para reff~se a totalidades que siguen su~propias leyes y no 3on sm~plement~ -. "urna

    ../

  • nueva matemtica. La relacin entre variables j expresadas por lo comn, aunque no necesa~iamente, c?mo una ecuacin) constituyen el concepto de funcin. Para citar a Spengler una vez ms, las funciones

    ... no son de ninguna manera nmeros en el sentido clsico, sino signos ~~~~tal!...E~~~!.1exi!l:JlUe carece de todos los ~~Kg.~ t]?!:?~.~ la magnitud,. forma y significado. ~c_!l,una infinidad de posiciones Pe:?.:__ sbes de -~ct;~ar, l"in. conjunto unificaao que~a!J:;iil.i~r:ii-~~~?Ist:enci-; ~-o;;~{iii";~ra'."T'O

  • ferencia a su estado actual, sino a su estado hace seis meses., Si no se ene cuidado, s~ llega a afirmar que el perro "tiene" memoria, ,Y luego se piensa en el perro como teniendo ~lguna ,cosa, como_ ,podna tener un mechn de pelo negro. Y uno podna sentrr la tentac10n de empe-zar a buscar esa cosa e incluso llegar a descubrir que dicha "cosa" posee algunas propiedades muy curiosas. . Evidentemente, la "memoria" no es algo objetivo que un sistema P~ see-cnio,. sino un concepto que el observador invoca para ltemir.la bre:ha que existe cuando uxi parte_ qeL~istema es inobservable: Cuanto men~r es el nmero de variables observables, en mayor medida se ver obli-gado el observador a considerar los hechos del p~sado "como ~i ,?esem pearan un papel en la conducta del sistema. As1 la memoria en _el cerebro es s6lo parcialmente objetiva, por lo cual no resulta _ext:rano que a veces se haya pensado que sus propiedades so~ ins61i::as o inc!1.1so -parad6]ias. Obviamete, es necesario volver a exammar cmdadosamente efteina- desde sus primeros principios. ( 5, p. 117)

    Segn nuestra interpretacin, est~ pas.aje -~n modo. ~lg~n? niega los notables avances de la mveshgac10n neurof1Slolog7-ca sobre la .acumulacin de informacin en el cerebro. Ev: dentemente el estado del animal es distinto desde el acci-dente deb; haber alan cambio molecular, algn circuito re-cient~mente establecido, en sntesis "algo" que el perro "tie-ne'' ahora. Pero Ashby se opone claramente a esa construc-cin hipottica y a su cosificacin. ~atesan (17) ofrece otra analoga, la del desarrollo de una partida de aedrez. En cual-quier momento dado, el estado ael juego puede _entenders~ slo a partir de la configuracin actual d~ las pie:~s sobre, el tablero (siendo el ajedrez un juego con mforma~101:1 comp1e-ta.), sin ninefT> registro o "recuerdo" d_e los ;::10V1Illlentos an-teriores. Aun c-uando se tome esta configuracwn, como la me-moria del juego, se trata de una interpretacion puramente presente, observable, del trmino. , . Cuando el vocabulario de la psicologia expenmental se ex-tendi a los contextos interpersonales, el lenguaje de la psi-cologa sigui siendo mond~~ c.onceptos. 'tales . como lide~ razgo, dependencia, extrovers10n e mtrovers1on, enanza Y 1:1u-chos otros se convirtieron en el objeto de detallados estudios. Desde lue'ao el peliaro consiste en que todos esos trminos ..

    "' ' o l . l asuman una pseudorrealidad propia si se os. ~)lens~ . Y ~~. os repite durante bastante tiempo, y la construcc1on te~nca lide-razgo" se convierte por fin en Lidera:~o, una cantl~ad, roen- '-~ surable en la mente humana, concebma como un renomeno

    ! en aislamento. Una vez que se produce esta cosificacin, . ~a , ; no se reconoce que el trmino no es lT's q,1-;-e una expres10n , ; que sintetiza una forma particular de relac10n en curso. ;~

    Todos los nios aprenden en la escuela que -el_ movimiento es-: :!::_

    ~ .";-;

    al.g. __ ;relatiyo que slQ__Q!!.~~---_perci~irse ___ f!~ __ :i:e~aci~i:i--con un .. punto de_ref~r,encia. Lq que solemos dejar de lado es queese -misrno (princip_o rige virtualmente para todas las percepcio- -nes )'.', por--10 tanto, para la experiencia que el homore tiene de-la realidad. Las investigaciones sobre los sentidos y- el ce- -rebrg_han demostrado acabadamente que slo sepueclen pei;-Cihli- relaciones y pautas de relaciones, y que-elfas- C-oiistitu-

    yen-I.-eseiic!?,~jkJ~!Jiei:i~P:4i~~-As, . cuando mediate algn recurso ingenioso se impide el movimiento ocular de modo que las mismas reas de la retina continen percibiendo la misma imagen, ya no resulta posible tener una percepcin visual clara. Del mismo modo, un sonido constante e invaria-ble es difcil de percibir e incluso puede volverse inaudible. Y si se desea explorar la dureza y la textura de una superficie, el sujeto no slo colocar el dedo sobre ella, sino que lo mover hacia uno y otro lado, pues si el ndice permaneciera inmvil no se podra obtener ninguna informacin til; salvo, quizs, una sensacin de temperatura que a su vez se debe-ra tambin a la diferencia relativa entre la temperatura del objeto y la del dedo. Sera fcil dar ms ejemplos de este tipo y todos sealaran el hecho de que, de una manera u otia, en toda percepcin hay un proceso de cambio, movimiento o explorcin (132, p. -i73J~-E'--otros trminos, se est13,blece una relacin, se la p9~e a p_~eba _en un rango tan- amplio como las circunstan-iasIO permiten y se llega a una abstraccin que, segn sos-funemos, es. idntica af concepto matemtico de funcin. Asi, la esencia de nuestras percepciones no son "cosas" sino fun-ciones-,,;.-es-ras, como Vimos, no constituyen magnitudes aisla--das-siil; -''sig_!i:

  • gros, pero hay un aspecto de ellos que encierra particular im-portancia para nuestro. tema. La teora psicoanaltica est basada en un modelo conceptual acorde con la epistemologfa prevaleciente en la poca de su formulacin. Postula que la conducta es, bsicamente, el re-sultado de una interaccin hipottica de fuerzas intrapsqui-cas ,que obedecen a las leyes de conservacin y transforma-cin de la energa imperantes, en el campo de la fsica donde, para citar a Norbert Wiener cuando describe esa poca, "El materialismo aparentemente haba ordenado su propia gra-mtica, y dicha gramtica estaba dominada por el concepto de energa" (166, p. 199). En lneas generales, el psicoanli-sis clsico sigui siendo eri esencia una teora sobre los pro-cesos intrapsquicos, de modo que incluso cuando la inter-acin con las fuerzas externast era evidente, se la consideraba secundaria, como sucede con el concepto de "beneficio secun-dariol3. En general, la interdependencia entre el individuo y su medio sigui siendo objeto de muy poca atencin dentro del campo psicoanaltico, y es precisamente aqu donde el concepto de intercambio de informacin, esto es, de comuni-cacin, se hace indispensable. Hay una diferencia bsica en-tre el modelo psicodinrnico (psicoanaltico) por un lado, y _ cualquier conce-ptualizacin de la interaccin enhe el orga-nismo y el medio. por el otro; y dicha diferencia m1;.de vol-verse ms clara a la luz de. la siguiente analoga (12)/Si el pie de un caminante choca contra una piedra. la enen;a se trans- ' fiere del pie a la piedra; esta ltima resultar desplazada y se detendr en una posicin que e"it totalmente determinada por factores tales corno la cantidad de energa transferida, la forma y el peso de la piedra y la naturaleza.< de 1a superficie sohrn la eme rueda. Si, por otro lano, el homhrn !.!nTnP.::i.
  • El advenimiento de la. ciberntica puso fin a_~odo esto de-mostrando que los dos pni'fcipios podan mrse dentro de un marco ms amplio, criterio_ que .. se hiz.o posible. gracias al descubrimiento de la rtroalinentaci6n. Una cadena en la que- el lieho a afoct~ al hecho b, y b-afecta luego a e y e a su vez trae consigo a d, etc., tendra las propiedades de un sistema lineal determinista. Sin embargo,_ sLd lleva nueva-mente a a el sistema es circuTary fllnciona de modo total-' mente disinto. Exhibe una conducta que es esencialmente anloga a la de los fenmenos que han desafiado al anlisis en trminos de un determinismo lineal estricto. ____ r:--:, Se sabe q1:1e l r.~t_roalimentacin puede ser_ pos~tiv~ _o '.!l_El_gca~y_8:; la segunda-. se mencionar cop . :mayor _frecuencia e!l este hbro, _ puesto que~-~~r~?b:irfaa la _hoi:ieost8:s!~- ~~o C.E:s.t~~t~).., ppr _ , lo cual desempea_ un p_pel importante en el.1ogro_x .. 13L1llan-tenii.iento de la''estabili:lad de las relacion!':ls Por otro lado, iefroalim.enta
  • de la comuncac10n humana, y tales isomorfismo constituyen el principal terna de este captulo. Excelente ejemplo de ello es el horneostato de Ashby ( 4, pp. 93 y sig.) y, por lo tanto, lo mencionaremos por lo menos brevemente. El aparato consiste en cuatro subsistemas autorreguladores idnticos totalmente inter-conectados de modo tal que una perturbacin provocada en cualquiera de ellos afecta a los dems y, a su vez, se ve afectado por la reaccin de stos. Ello significa que ning1.'in subsistema puede alcanzar su propio equilibrio aislado de l?s. oti;os, y Ashby ha podido demostrar una serie de caractensticas. muy notables de "conducta" en esta mquina. Aunque el circuito del homeostato es muy simple si se lo compara con el cere-bro humano o incluso con otros artefactos hechos por el hom-bre, es capaz de 390.625 combinaciones ~e valores de, ~armetro o, para expresarlo en trminos mas antropomorf1cos, cuenta con ese nmero de actitudes adaptativas posibles fren-te a cualquier cambio en su medio interno o externo. El homeostato a,lcanza su estabilidad por medio de una bsque-da al azar de sus combinaciones, que contina hasta que se alcanza la configuracin interna apropiada. Se trata de algo idntico a la conducta de tipo ensayo y error de muchos or-ganismos bajo tensin. En el caso del homeostato, el tiempo necesario para tal bsqueda puede variar de segundo~ a horas. Resulta fcil comprender que, para los organismos vivos, este lapso sera casi invariablemente excesivo y constituira un .serio obstculo para la supervivencia. Ashby lleva este pensamiento hasta su extremo lgico cuando afirma:

    Si furamos como homeostatos, y esperramos que un determinado cam-po nos diera, de golpe, toda nuestra adaptacin de adulto, aguardara-mos indefinidamente. Pero el nio no espera indefinidamente; por el contrario, la probabilidad de que desarrolle una adaptacin adulta com-pleta en el curso de veinte aos se acerca. a la unidad ( 4, p. 136).

    A continuacin demuestra que en los sistemas naturales se logra cierta conservacin de la adaptacin. Ello significa que las adaotaciones anteriores no quedan destruidas cuando se en-cuentr;n otras nuevas y que la bsqueda no necesariamente tiene que iniciarse desde el comienzo como si nunca antes se hubiera alcanzado una solucin. La relacin entre todo esto y la pragmtica de la comuni-cacin humana resultar ms clara luego de las siguientes con-sideraciones. En el homeostato, cualquiera de las 390.625 con-figuraciones internas tiene en cualquier momento dado una probabilidad igual de ser provocada por la interaccin de los cuatro subsistemas. As, el surgimiento de una configuracin

    34

    dada no ejerce el menor efecto sobre el de la configuracin o secuencia de configuraciones siguientes. Se dice que una ca-dena de hechos cuyos elementos tienen en todo momento igual probabilidad de producirse se comporta al azar. No permite sacar conclusiones ni hacer predicciones con respecto a su se-cuencia futura, lo cual equivale a decir que no transmite in-formacin. Sin embargo, si se confiere a un sistema como el homeostato la capacidad para acumular adaptaciones previas para su uso futuro, la probabilidad inherente a las secuencias de configuraciones internas sufre un cambio drstico, en el sentido de que ciertos agrupamientos de configuraciones se vuelven repetitivas y, por ende, ms probables que otras. Cabe sealar a esta altura que no es necesario atribuir sig-nificado alguno a tales agrupamientos; su existencia consti-tuye su mejor explicacin. Una cadena del tipo descrito es uno dR Jos conceptos ms bsicos en la teora de la informacin y recibe el nombre de ~--~QfJJ;;tko. As, el proceso estocstico se refiere a 1?-s J~Y~?- .1_fil_~rnn~i_1 __ fa_fr~cue.ncia.._de smbolos o hechos, sea ia.--secuencia tan simple como los re-sultados de extraer bolitas bailcas-y negras Je ua c.a1a: o fan cornple)acomo-ias--estructras-especfica:s-de1os-eremI1"-ts tonales y orquestales utilizados por algn compo:.itor, el uso idiosincrsico de elementos lingsticos en el estilo de un autor o la configuracin, tan importante desde el punto de vista diagnstico, que presenta un trazado electroencefalogr-fico. De acuerdo con la tem:a .deJa info.r_macin, los proce-sos esfcsticos muestran. ;edundancia o constriccin, dos tr-minos qe pueden ser"sados indistintamente con el concepto de configuracin que se ha empleado libremente en los prra-fos anteriores. A riesgo de ser demasiado r.edunda.c.i.~es. sea-laremos una vez ms que estas configuraciones no tienen. n necesitan tener, nincrn significado explicativo o simblico. Desde -luego, ello n; excluye la posibilidad de que puedan estar correlacionados con otros sucesos como, por ejemplo, en el caso del electroencefalograma y algunas dolencias.

    . 'La redundancia ha sido amuliamente estudiada en dos de las ' tres reas humanas de la ~comuncacion, la sintctica y la

    semntica; merece mencionarse al respecto la obra pionera de Shannon, Carnap y Bar-Hillel. Una de las conclusiones que pueden extraerse de esos estudios es la de que cada uno de nosotros posee vastos conocimientos acerca de la legitimidad y la probabilidad estadstica inherentes tanto a la sintctica como a la semntica de las comunicaciones humanas. Desde el punto de vista psicolgico, ese conocimiento resulta parti-cularmente interesante por el hecho de hallarse casi por

    ./

  • 4 Nadie excepto n humana. ' l pro-

    c' e la percatacio d establecer as completo fuera t t en inforn1acin, pud e jerrquicos de las . 1, quizs un exper o "'cuendas o los or enes esar de lo cual babilidades de las Sv n un lenguaje dado, . p error de i111-letras y las. palab~~~;os percibir y corre~:Us u;ar a un tarta-todos nosotros p labra que falta y .e. p hacerlo. Pero

    erar una P e el logre d s prenta, agr~"' d sus frases antes qu d n idioma so_'[l . .... mudo terminan o saber al o acerca ~-persona puede

    n idioma v . t As1 una r conocer u . . s de conoc1m1en o ... , , fluidez y no _posee , tiJ?.OS rnl}-Y distinto atema con correCC1?1; y sintaxis, esto e~, vtiizar su lengua ro irnientos de grarnatica by bl Si ese indiv1-;in embargo, co~~ que sigue cuando la lo h:ga mediante el acerca de l~s reo o idioma -salvo qu~ ' len ua materna-duo aprendiera otr, co con que aprend10 su_ fcro acerca de

    . rno mtodo ernpm d r ernlcitamente a rn1s d , ue apren e "J:' , tambin ten -na q . o constric?ion 1os idiomas.:> roblemas de r_edundanc:1a __ n revfSfn de Pasando abo;~ a la! fa comunicacin humar:~ ~ublicado muy en la pragmat1ca tra que hasta ahora se_ e refiere a }a prag-fa literatura m~es a sobre todo en l?,qu;s ello entendemos poco acerca d~ t~m ~nos de interaccion. or cen limitarse so-

    i. mtica corno , enolos estudios existentes parela ersona B, sin --t que la rnayona 1e t s de la persona A sobre j hace influye

    bre todo a los e ec o enta que todo lo que . 1 ente en cu . tener igua m . . . , entre lo in

    .6n 1a dist1nc1on - d en :mis de un~ oca.si.

    J ers 11?. senala o . . por eieroplo. . 1 ' de los fe. 4. asp 1 extraconsc1ente, l , y 1a us1co cgm d per-conscente y .o . . ue la fenomenc og.m . . e~e ccnteni o no

    E t no conciencia, q - n:nan en conciencia, d b c::nfundirse con . . . s a "' ficativos trau~ o d sta manera, no e e ~ . io ewa-nmenos s1,,ni vuelve consciente. e_e Esto ltimo es en,-p;:Ul~nciencia. cibido q11e se . "'.,..ente inconsciente. demos tomar pte!la l es cren,i1n=-" nunca po o qu~ algo de lo que . ~rtraconsciente con!'c1ente, Y 6) r una ba,e V 5 0 . (78 bis,_ pgti:a~ l~s causas ~e?e:mo~:r;~:: conexion~s ~ipnif1~:t:tili... Al inves dades fenomeno1og1c::i.s, unidad de inve~t1gac1on.~ecanismos para las uni h amos tomado coro~ . s extraconsc1entes y para lo que a~ tales croo disp3_;1c1one . 1 r ectiva :z;amos concepto (78 bis pcr. 4o 1) n-asciende ,a pe spd la-on

  • L

    postul para los lapsus Unguae y los actos fallidos: 1) pue-den estar claratnente denlT

  • l

    d r nuestro ex:amen a redon ea ' bu-. i al vez sirva par l comunicac1on

    Un ejemplo fina . te en la pragmtica de

  • describen la analoga 'tada Nagel y Newroan'lculo matemtico for-

    En la obra ya c1 o' el a1'edrez y un ca ego coro

    entre un JU l' n all que: malizado, y exp 1ca ' d n a los signos eleroen-

    escaques del tablero c~rresp: ;as piezas sobre e: ta-Las piezas Y las osiciones prescnptas . . ciales de las piezas tales del clc~lo; ui:: ~el clculo; las posicion~~=les del clculo; las blero, a las forro axiomas o f6nnulas a las frmulas de-sabre el table:o, a 1~: las piezas sobre el tab1e~o, las reglas del jue-posiciones sigu1en:es as (es decir, a los te~rema) ~)i ~lcu1o. (108 p. 35).

    vadas de los ax1oro d . , (o derivac16n e Il 1 de de ucc1on go a las reg as . de las piezas

    ' nf raciones demostrar que las e? ig~ como tales, :mientr.as -Pasan luego a " recen de significado '(f raciones son s1g-sobre el tablero .ca acerca de tales confiau de obstracci6n

    l severac1ones d este or en qu~ a~ a Las aseveraciones ~ la siguiente manera: nificativa~. r esos autores e son descnptas po "meta-ajedrez" cuya

    as generales de . errnisibles Pueden establecerse t;rooreerroo finito de configuraciondeesl pnmero de

    '1 un nu dr " cerca prueba in1p1ica so o eoreroa del "meta-aje ez a establecerse de esa sobre el table_r~. i~~s t posibles para Blanco p~e~:eta-ajedrez" segn el movimientos inic urre con el teorema de N slo tiene su Rey'

    1 mismo oc 1 R y egro maner~; y o tiene slo dos Al.files y e ey ( 108 P 35). cual s1 Blanco d 1aque a Negro. ,

    "bl que Blanco l , es roposi e 'lustra e

    logia porque 1 b' ' ahnente esta ana , . cas sino taro ien

    Hemos,, ci~do ~~~~ no slo en ~as ro~::~ la analoga P.r~ conceP e c nicacin, pues s1 arop s estudiando un ue en la roetacorou 'uefadores ya no es~aroo interacin humana incluir a los dos J , bien secuencias de le3'0 conjunto

    t sino mas or un cmnp . , go abst:ac o, adas estrictamente 1? en ue prefenna:;ios que estan g~be~nica diferencia co~s1s~~ ,. m~s bien que cr de reg~as. "a u almente indetenn~na e de conducta (a ca a denominar f ?f:n1 d " a cada acto aislado. dr \ Ese acto de

    el ieflll ica o ' el aie ez1. l oro-rente e s " la analog1a con de sueldo, u c "movimiento ' e:de deberse a un aument~a de (franizo, y todo~ conducta, a, pu 1 h l o a una torroen s "realmente r~:j~r~~;;~f ~~ :;l:t~~~~c~n:!~e~:ae~~~;1fs~~::~~~~~aelasl~0i;; vlida se pareBen t uque la mente huma:r nr~es subjetivos in- i los ngeles. as ~ s inferencias y los o ue contamos, y tieccin .externa, t s nicos elementos.clcd1;1 ~. Sin eroba:,P ~ trospectivos son . o uno de ellos es h e 1~ era sean sus ra-evidentemente, ron~ conducta a -cualesqu1voca la conducta si observamos que un comunicante pro ~

    " efectuada por ~ zones - [.

    ,\;

    ~ !!

    b, e, d, o e en el otro, al tiempo

  • mo una negac>on de la realidad de lo intrapsiquiCO o de la validez de las teorias genticas, hereditarias, metablicas o de otro tipo, acerca de la conducta humana Nuestro estudio in tenta contribuir con una dimensin adicional a cuya utilidad clinica y teraputica nos referiremos en los capltulos siguientes.

    1. 6. conclusiones Si se considera la comunicacin humana teniendo en cuenta Jos criterios sealados, se impone introducIT ciertos cambios conceptuales. que examina

  • d lo (1ue la . . q_ue to o . . .

    . . debera elirrnnar, sino rsona B esta inex-que la ell.--ploracion de su pasado a la pe t esas dos per-

    A d'ce acerca . . tual en re . se persona i . e d a la relacion ac p otro lado, Sl tricablernent~.l;ga d~terrninado por ella .. ' ~ntre el individuo sonas y tarn ien directa la comunic~c1on corno se sugiri e:1 observa en forrnagnificativos de su vir - n la psicoterapia v los otros seres si . edrez y corno se ace ~ es posible iden-a analoga con ~l a~ familias- eventu~~rnen ~e encierran irn-conjunta de pare)~~nes de cornunica~ion fanificar la estratr-tificar confaguraci da nstico y pen-r:1~en p utica. As, este portancia para el p:ra la intervenc1on tera~Hguracin en e1 gia rns aproP! a la 'bsqueda de ~n~6~? o causas pasadas enfoque constin;ye de significado s1rn ic ,

    ' y abora roas que aqu1 ' o motivaciones.

    to versus causa 1.64. Efec , . d la con-. bipoteticas e 1

    , las causas posibles ? el efecto de a Desde este angu,i~portancia secund~n~. Jacin esencial e:i la. ducta asumen o el criterio de s1g 11 onados Por e1ern-

    rcre coro h te re ac1 conducta su . . . duos estrec amen sntoma, que se interaccin de mh; es dable obs~rvar qD;e un esar del intenso "Qlo, una y otra ~e tario a la ps1coterap1a a ~nificado cuando ha mantenido re, ra~is revela ci.e pronto su .s; n marital presen-anlisis de, .su ge~~ c~nte:xto de la intera?c10 ostrarse como una

    l stuma en ~ , ueden as1 rn . 1 u que se o e . d Los s1ntornas 1? '" ,, nteracc1ona e ' te del indw1 uo. na recrla del 1uego 1 ltado de un con-

    . corno u "' el resu constncc1on. , . s rns que como . uicas. En ge-esta inmerso e; su1e:%potticas fuerzas liltra~e~to de conduc-flicto no rese1t~s._.. que un sntoma ;s un ~~!los que rodean ~1 neral, enten ero s ' rcifundos soore to una regla ernp1-ta que ejerce efelcto ti1?do podra establecerdse onducta perrna-' ; En ta sen f ento e c paciente. 1 or qu de un rag~ ede proporcionar una

    \ , ri'ca cuando e p t paa que. pu 1 la precrun 8. e ' \, ' nece oscuro; . . :i uesta va11ch. 1 resp

    " . . . 1 trmino "juego

    - '"' vez ms que en este hb::a ede la teora mate-8. Conviene senal~~n~~~~cin ldica, sino q~~a~ede conducta que estan

    tiene runguna se efiere a secue . no'ticas de los jueglos Y , ~ ma r reg as. "" gobernadas po ;;

    l

    1. 65. La circularidad de las pautas de comunicacin

    Todas las partes del organismo forman un crculo. Por lo tanto, cada una de las partes es tanto co-mienzo como fin. - Hll'CRATEs.

    Si bien en las cadenas progresivas lineales, de causalidad tiene sentido hablar acerca del comienzo y el fin de una cadena, tales trminos carecen de sentido en los sistemas con circuitos de retroalimentacin. En un crculo no hay comienzo ni_Jin. El hecho de pensar en trminos de tales sistemas nos obliga a abandonar la nocin de que, por ejemplo, el hecho a ocurre primero y el hecho b est determinado por la aparicin de a, pues utilizando la misma lgica deficiente se podra afirmar que el hecho b precede a a, segn donde se decida arbitraria-mente romper la continuidad del crculo. Pero, como se ver en el prximo captulo, esta lgica deficiente es empleada cons-tantemente por los participantes individuales en la interaccin ,

    T humana cuando tanto la persona A como la persona B afirman que slo reaccionan frente a la conducta del otr, sin compren-der que, a su vez, im1uyen sobre aqul a travs de su propia reaccin. El mismo tipo de razonamiento se aphca a esta irre-mediable controversia: la comunicacin de una determinada familia es patolgica porque uno de sus miembros es psictico, o bien uno de sus miembros es psictico porque la comuni-cacin es patolgica?

    1. 66. La relatividad de lo "normal" y lo "anormal"

    Las primeras investigaciones en psiquiatra se llevaron a cabo en hospitales mentales y apuntaban a clasificar pacientes. Tal enfoque encerraba considerable valor prctico, puesto que no careca de importancia el hecho de descubrir ciertos estados orgnicos, tales corno la parlisis general progresiva. El si-giliente paso prctico consisti en incorporar fa distincin con-ceptua,l entre normalidad y anormalidad al lenguaje legal, y de ah los trminos "cordura" y "alienacin". Sin embargo, cuando se acepta que, desde un punto de vista comunicacional, un fragmento de conducta slo puede estudiarse en el contexto en que tiene lugar, los tnninos "cordPra" y "alienacin" pier-den prcticamente su significado como atributos de individuos. Del mismo modo, la misma nocin de "anormalidad" se vuelve cuestionable, pues ahora se acepta en general que el estado del paciente no es esttico, sino que vara segn la situacin inter-personal y segn la perspectiva subjetiva del observador. An mas, cuando los sntomas psiquitricos se entienden como la

    .;s3-

  • l d da surge teracciona ' ' d na situac1on in . . ' siquiatnca

    conducta :e~~fer~n~i: que es opuestob~olesv1~~~i~a. As, la un marco . 01-tancia de este caro d ncurable y progre-clsica. La .1i;,1p . ta como la enfermeda .1 f enia" entendida "esqu~zofrema v1~e individual y la "esqu1zo r ontexto comuni-siva ae una men . ' osible frente a un, c obedece y' como la {~ica e~c~:~sfenible (una reaccio~ )q~~n dos cosas caciona a s~~~ta 1as reglas de es~ cc:;;:::encia radica en la por en e, P no obstante, a 1 n tanto que totalment~ .~istint~~ i~s dos marcos conceJ?tua e:~ :robos casos. '.::~!:~~~,~~~~ al 1:1::;::i6:'a:1 :,;~!~' P~~:~:'~.~ Las consecuen~1a~ . os teraputicos t~m ien minar v des-los enfoques et~olog~e ah nuestro interes por ~x~ ms que un 'es discrepancias. . nicacional r.omo a. g a 1 unto de vista comu tacar e . p . . o intelectua1. mero e1erc1c1

    2 Algunos ~011!_~_? exploratorios de la comuoicacigg .----.... ____...,.,,_.,_., ...... -., .. , .............. - ~ ...

    2 .1 Introduccin

    /

    Las conclusiones alcanzadas en el primer captulo destacaban en general la imposibilidad de aplicar numerosas nociones psi-quitricas tradicionales al marco que proponemos. Todo esto parece dejar muy poca base para el estudio de la pragmtica de la comunicacin humana. Nos proponemos demostrar ahora que ello no es as, para lo cual debemos comenzar con algunas propiedades simples de la comunicacin que encierran conse-cuencias interpersonales bsicas. Se comprobar que tales pro-piedades participan de la naturaleza de los axiomas dentro de -:nuestro clculo hipottico de la comunicacin humana. Una vez definidas, estaremos en condiciones de examinar algunas de sus posibles patologas en el captulo 3.

    2. 2. La imposibilidad de no comunicar:

    2.21

    En lo que antecede, el t..:.-mino "comunicacin" se utiliz de dos maneras: como ttulo genrico de nuestro estudio, y como una unidad de conducta definida de un modo general. Trata-remos de ser ahora ms precisos. Desde luego, seguiremos de-nominando simplemente "comunicacin" al aspecto pragmtico de la teora de la comunicacin humana. Para las diversas unidades de comunicacin {conducta)' hems tratado -de ele- .. gil: trminos que ya son ge~eralmente comprendidos. As, se llamar mensaje a cualquier unidad comunicacional singulr o bien se hablar de una comunicacin cuando no existan po-sibilidades de confusin. Una serie de mensajes intercambiados etie personas recibir el nombre de interaccin. (Por quienes anhelan una cuantificacin ms precisa, slo podemos decir que la secuencia a que nos referimos con el trmino "interaccin" es mayor que un nico mensaje, pero no infinita.) Por ltimo, en los captulos 4 a 7, agregaremos pautas jf._~_ir__~e!_CI_cctj_n, que

    /

    /S

  • . ' ad'J en la co-. 1 ; rnas e1ev ,

    . dad de un mve aun constituyen una um , 'ro le posible, municacin hum~~~~ incluso a la unidad rna:o~~ ~onducta es Adems, con res na vez que se acepta :iue ensaje rnonof-

    -4- es evi~ent~, qu~: no manejarno~ una ;n.~ad;rnrnultifactico de cornun~cac1or;, bien con un con1unto U1 l o ostural contextual, nica, sino 7ss de conducta -verba~, t~f:a 'Jo de lo~ otros. Los muchos a ~ s cuales limitan el s1gn(1 ica . derado corno un to-etc.- to os o s de este conjunto cons1 variadas y corn-diversos elernen~bles de perrnutacione~ ~uylo incongruente y do) son sus~: desde lo congru~nte :sd~ en el efecto prag-plejas,, .:iue N stro inters estara ce:i a . s interoersonales. parado]lco. ue b' aciones en las situac1one ~ mtico de ta1es corn in

    2. 22 . d d la conducta que no - h una prop1eda e , l or alto: no

    En primer luga1, .Y r lo cual suele pasarse a p alabras d , rns bsica uo d ta En otras P ' po na ser lo cdntrario de con uc:_ . do an rns sirn-

    hay nada que sea ara expresarlo de .rno . e ta que ino hay ~~~.9.9.'?ducta, 0 ' p }ortarse. Ahora bi~:i ~ s.e ac !n valor _ -1------rnpos1ble no cornI . , . d . teracc1on tiene .. . .. t p e, e~) - ... una situac1on e in d el ,..e que por rnu-1\ toda conducta edn r es comunicacin, se e U- m'car Activ1~ ..

    es ec1 d de comu --, ?e rnenst!.Je, l inte;te, no_ puede ~1ar. siempre yalor de \ cho que un? . 0 alabras 0 silenc10,_henen ez no pueden \ dad o inactividaQ., pb 1 s dems, quienes, a su v , .. tarn-1

    - fluyen so re o . . es v por en ~, . mens5q?: in d. -tales cornumcac1on , ' la rnera au-. -.- d espon er a ' , m"'n'P. aue : dejar e r . Debe entenderse c1ata ~ -~ ~ tituve una ex-

    , . . ornumcan. . , mutua no cons , d 'o1en. c l bras o de atenc1on - , El hornl:Jr~_s_~.9 ~ 'senc1a de pa a barnos de afumar. --- l ..,..;,ada, u.er-

    " lo que aca t -ante con a ,.~ __. ~ cepc1on a el n un res aur, '., .. - --- .. _per:nanece - b tado roostra or ~. . -d un avion que - b'

    un a arro ----1- -cret-uas~!'l~r~ e -- - no desean b.~ tar dida .. en el-vac 0 : -- ___ :_.;. .. dos cornumcan qu~ l general \ d los oos cerra , ve0inos por o ' ' ',:sen~a.: () ~on ue ak.uie_n_les hf,lb~~ y sus ne;a adecuada, dejan-

    ;c0n--nad1e.. o q__ --. .,, v res-oonden de ma. ftuve un intercarn-"captan el m.~nsa1~vfdent~mente, esto clc?rs 1 ,~ una acalorada dolos tranqu1 os. . . la misma me lC a qi.:. b. de comunicac1on en J.0 di.scncin. '.l uosible sostener

    111

  • .. -------

    . ero se demostrar ' . 1 sentido causal, o ~o, 1? 1 efecto de la

    es su proposito, en e , detallada, que este es e S 3 2 en forma mas en . , f, ducta esquizo reroca. con

    2.24 nal de . ma rnetacomumcac10 .

    \ En sntesis, cabe postular~~~~~: no es posible no coinuni-\ la pragmtica de la comu \ carse.

    2.3. y relaciones de la

    Los niveles ele contenid.o comunicacin

    2 . 31 . tro axioma cuando d Sucrenmos o y , f prece entes p . . comprom1so.~ ,

    En los parra os c' omunicacion implica un.. de decir que - 1 que tooa . tra manera 1 sena amos.d f' 1a r_l.acin. \Esta es o 'o'n. sino que,-~ de , e ine ___,- 'te informac1 .. (I39

    ---pbr en '-;--.-r= no s.6l9._tr!l,1lSJ!I~ . -.~., :C Bateson ...,, . \ ~~~~~~_,,C.J?:'Q,'""p;~~ i;.Qductas) S1gmen o a omo los asp~cK \ mismo tiempo~-~ --e-. eraciones se conoc.~n c . ..... -de i:oda

    1 nn.T]g:IST}, estas d()_S .0P .... ,, o--:respectivame~t_1:3, .------d_.,_ PP ares,,..Y "conativos ' _.. etos por me 10 tos "referen

  • t . rechazar o defi-B puede acep ar, l 1 cio comerciales fon:nal~s, etcd. o ni siquiera mediante e. si el~ l~

    d mngun mo ' . d A Por e1emp , nir~d~erX;jare de responder al ml_e:i~~~e y ~ondescendiente; por pu ' d A uede ser ma ic1 1 mo o con una deHnicion e ~ reaccionar a ella con ap o d su inter-otro lado, B p;ie eD b notarse que esta. parte e erlas o

    titud def ens1va. e e 1 autenticidad de las .P. . ;~~~e~l~~a e~e~~n~~=l,v~~f ~~~: a~~~~=s~~~~v~~b~=1~:c~~~~~ do la naturaleza de su re acion, em-erla~. . o "Es importante soltar. el b sideremos mensa3es com . " "Suelta el ernbnague y . . con e en forma gradual y sua".e ',,y A roximadarnente tiene~ brr~1~ars la transmisin en seg~;d)a .pefo evidentemente deh-a . contenido ( inf orrnac1on el rmsmo. distintas. h querernos. npen ree~~:n:afe1~~ndidos con respeectae1i~~n ~el~beradamen-:__

    ara 1 . es rara vez s , uanto aclarar que la.~ !_e ~?i~n . De hecho parecena qu~ cd n l conciencia. ' . , ' se p1er e e te o con p ,ena " ana" es una relac1o;i; rn~s l do con la

    ms espontanea y s de la comunicac1on vmcu a " e ca-el trasfondo el ~specto do las relaciones "enfermas 1 s za de relacin. Del mismo o:S~ant~ lucha acerca de la ?~6~ ~incuracterizan por una c l cto de la cornumcac1 ln relacin, mientr~s que ha~:p~ada vez menos importante. lado con el eontemdo se

    2. 32 .. . ~ondnc-de ue los cientll.iCOS "' . nesul~ i.'1.teresante que antes stqos aspectos de la cornun1-

    .u '"' d gar en e b' trope-tis ... as cmnenzaran a Jl1 a "01nputadoras hu ieran . d t ca~in humana, ios expertos en ~ro ia labor. Se hizo ev1 _en e zado el mismo problema en su ;mJnicaban con un organismo en tal sentido que, c~an~o s:s c deban ofrecer aspectos :ad~ a1tilicial, sus comumcac~~ns. Por ejemplo, si un~ compu a nto ieferenciaies como codnativ~fras es necesario alimentar ta de

    ~8 debe multiplicar os ctlras') como infonnacin acerca e~a informacin (las dos f den de multiplicarlas: l esa informacin: esto es, a or nuestras considerac1on~s es fa .Ahora bien, lo i1:1porta~e f :::spectos de ,contenid.o (.? re~~

    ' nevio'n que existe en _e t' . ) en la comumcac1on. 1 co ,._ " na rvo : rencial) y relacionales (.l~d~o l nrrafo precedente al se-, . 1 , a defm1 o en e ~ . 1 ' (datos) e '\ e-;encia ya se ,a n tado-a necesita tn ormacion . ) Es . \ilalar qu~, una compde es~ informacin ( ins.trucc1~neslgico ' inf ormacwn acerca . ciones son de un t1)? :1 'dente pues, que las mstru~ . metainformacion puesto ,ev1 . .' l de los datos; constil:-iyen . , y cualquier con-; supenOI ~ . , cerca de 1nformac1on, 'que son mforrnac1on a

    fusin entre ambas llevara a un resultado carente de signi-ficado.

    2.33

    \.

    Si volvemos ahora a la comunicac1on humana, observamos que esa misma relacin existe entre los asp~9t_os referencial y conativo: El primero transmit~. los "datos" de la comunica-

    d~-~ -.er segndo, cmo debe entenderse dicha comunica-cil!:_('~~~s-linaorden" () "slo estoy bromeando" constitu-yen ejmplos verbaJes de esa comunicacin acerca de una co- ~ municacin. La relacin tambin puede expresarse en forma ' no verbal gritando o sonriendo o de muchas otras maneras. Y la relacin puede entenderse claramente a partir del con-texto en el que la comunicacin tiene lugar, por ejemplo, en-tre soldados uniformados o en la arena de un circo. El lector habr notado que el aspecto relacional de una co-municacin, resulta, desde luego, idntico al concepto de me-tacomunicacin desarrollado en el primer captulo, donde se lo limit al marco conceptual y al lenguaje que el expto en anlisis comunicacional debe utilizar cuando comunica algo acerca de la comunicacin. Ahora bien, es dable observar quo no slo ese experto sino todos nosotros enfrentamos di-cho problema. La capacidad para metacomunicarse en forma adecuada constituye no slo condicin sine qoo non de la comunicacin eficaz, sino que tambin est ntimamente vincu-lada con el complejo problema concerniente a la percepcin del seif y del otro. Esta cuestin ser objeto de una expli-cacin ms detal1ada en S. 3. 3. Por el momento, y como ilus-tracin, slo queremos sealar que es posible construir men-sajes, sobre todo en la comunicacin escrita, que ofrecen in-dicios metacomunicacionales muy ambiguos. Como seala Cherry (34, p. 120) la oracin: "Crees que bastar con uno?", puede encerrar una variedad de significados, segn cul de esas palabras se acente, indicacin que et lenguaje escrito n siempre proporciona. Otro ejemplo sera un cartel en un res-taurante que dice: "Los parroquianos que piensan que nues-tros mozos son groseros deberan ver al gerente", lo cual, por lo menos en teora, puede entenderse de dos maneras total-mente distintas. Las ambigedades de este tipo no constitu-yen las nicas complicaciones posibles que surgen de la es-tructura de niveles de toda comunicacin; consideremos, por ejemplo, un cartel que dice: "No preste atencin a este car-tel". Como veremos en el captulo sobre comunicacin para-djicas, las confusiones o cotaminaciones entre estos niveles

    55

    'j(

  • d llevar a impasses acin- pue en d en

    Unicacin y metacomumcl de las famosas para o3as

    -com tructura a os idnticos en su es . el campo de la lgica.

    2. 34 . antedicho y esta--- . . ' nos a resumir lo . T da comu- .

    . f Por el momen.to, ln-:i:e:~stro clci.;lo tentat1vo~ct: relacional . I blecer otro axioma cto de contenido y un asp or ende una ! nicacin tiene un adspe l 'fica al primero y es, p ' __ , , . l egun o e asi 1, tale.1 que e . s . , 4 '! efaromumcacwn. i m ..

    2.4. secuencia de ;,,echos

    I nuntuacin de la .Ja t'

    2.41 . "n que de-d l omumcac10 ' bsica e c , . bio de

    La siguiente caracte:1:g~:e a la interacciob -in~~ca;q,~erif;3 seamos explorar se nicantes. Para un o serva e;;;e1icia i~imensajes- en~e comu ede entenderse como una ~enes partici-de. comunicaciones. pu . bos Sin embargo, qui guendo a .. ifa de intercam_. . . l que, s1 tnterrumpt.. 'n siempre introducen o Jackson la "pun-

    an en la interacc1 do por Bateson y f' an P,n. f (165) ba sido llama b ,, Estos autores a um . yyuOr . ' '. de hec OS

    . , d la secuencia tuac1on e . su atencin a " limitan

    " t'mulo-respuesta tem d 1 es c"ela es 1 bl calificar un 1 gos e a ~ s pos1 e

    :> Los psico o b' tan cortas que e " l tiempo que . de intercam 10 "refuerzo , a ,,

  • 2.42 t ar la de Pll'1 u 1 nera d respecto a a roa- nflintos en La falt~ de ac~~bo~ ~~nla causa de in~o~it~~l~~ ~~ pr~bl~ma secuencia de h~ O'arnos que una pareja . 'miento pasivo, las relaciones. Sf~~;~so contribuye con un !~~:Si constantes. Al marital al que e 'er colabora con su~ en su retraimiento rnentras que la mu] . es el marido dice que aos de su explicar su~ frostrd;f ;~~ contra los constaz_tes c~Z~ constituye no es es mas que , sta dir que esa exp ica.. ahnente" su-mujer, mie~~as b q~Ja ee intencional de lo 1ue r~~ca debido a una distorsion ~ o esto es, que ella 10 c t s emeros y cede en su matr1mo:i1 das de todos los ele:;nen ambio mon-su pasividad. ~esp~J~nes consisten en un interc e reO'aas" y fortuitos, sus discu:~jes: "Me retraig~ poxq~e tn;acci6'n ya ha tono de :stos roen te retraes". Este t;po e m e orma_ .grHca, "Te regano porque ncionado en S. J.. 65. ~n ~i.f"JctB un as-sido brevemen~e .1:1el b'trario, su interacc1on p

    n un punto m1cia ar I co , te pecto simi1a-r . a es .

    Esposo \

    \ \ \

    \! Esposa

    3 X

    5 X

    t\ t\ 1 \ i \

    \~ ; ~ ~.21

    ~ ~. G i:; 1

    l 1 1 l

    \ 1

    ~: 4

    X li

    7 X

    t l 1 1

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    9 X

    t\ 1 1 1 l ~ ~ Cd I ?' 1;; ('j b11

    ~,

    1 1

    \i X 8

    X 10

    Puede observarse que el marido slo percibe las tra

  • equeo libro , t roa en un p . . , n forma pos u convirtio e

    Sus ideas aparecid~:ese~f the infinit~ (30 k~ud.i~~o libro, B~1-titulado ThedP[ literatura mateU:tic(aS) de las cuales la mas un clsico e a clases de senes d', diversas zano estu 10 la siguiente: simple sea, tal vez, a + a - a + a - a + a - .

    __ a - a + a - esta sene S :::::: a - a i , 'tos puede considerarse qf:maciones y Para nuestros propos1 ~ comunicacional de a lo demostr

    resenta una secuenc1 . a Ahora bien, como o diramos rep del mensa1e arse 0 coro , . negociaciones , ncia ryuede agruJ? . ero aritmet1ca-Bolzano, esta sec;ee varias maneras d~,tn~~:s,dff erente pa:a \, ahora, puntuars~ resultado es un im1 r la secuencia e r mente correcta. El en que se elija puntua hos matemticos,

    , la manera t 1 a mue es-~erie segun .ltado que cons en d' nde alcanza nu ~us elementos, r~bu z Por desgracia, hasta do. ofrecida even-incluyendo. a ~ei m l~ solucin de l~ ?ara ~l dilema anlogo tro entendm)len~o,l ano no resulta utll en t ltimo caso, co-tualmente por o zla comnni.cacin .. En ed e la puntuacin es-quo se plantea en (17), el dilema su:~e e ue tiene un. co-mo sugiere Bat~son ber la pretens1ondde 1 q que participan Prea de la sene, a sa. a~ente el error e os e, ste prec1s rnienzo, Y es. en tal situac16n.

    ~--2.44 . de la metacomunl-

    t cer anoma d la pun-. odemos incorporardeunun~r relacio.' n ~pe1ei::tere ~os comu-J\ Asi~ ,P . naturaleza acum " cac1~r;- Ldea I secuencias de comumc --

    tuacion as ------:-_n:;_ante:i. , untuaciones) son.

    Otra

    bl grupamientos l. P - r ~s tres posi es ) + (a - a) + " o . ...,, ) + (a - a . S == (a - a) + ~a - a =::O+o+O-r" == O d h secuencia si:r1:

    . d agrupar los elementos e , ) - r ;1 - a) - ... mane1a e , ) _ (a - a '

    ' a\-ia-a s-a-\-" . ==-; - o - o - o - ... ==a

    manera sera: + a - ... J Una tercera a ..\- a - a sen otra cosa S - a - (a - a + a - d. tre parntesis no

    - 'ementos encerra os en ue los e, y ouesto q . deduce que.

    Ja serie misma, se que S - a - S

    - a "'0 p Cl'S. 49-50) S - -, \U, o Por lo tanto 2 S == a y - 2

    2. 5. Comunicacin digital y analgica

    2.51

    En el sistema nervioso central las unidades funcionales ( neu-ronas) reciben los llamados paquetes quanticos de informa -cin a travs de elementos conectivos (sinapsis). Cuando lle-gan a las sinapsis, estos "paquetes" producen potenciales post-sinpticos excitatorios o inhibitorios que la neurona acumula y que provocan o inhiben su descarga. Esta parte especfica de actividad nerviosa, que consiste en la presencia o ausencia do su descarga, transmite, por lo tanto, informacin digital binaria. Por otro lado, el sistema humoral no est basado en la digitalizacin de informacin. Este sistema comunica libe-rando cantidades discretas de sustancias especficas en el to-rrente circulatorio. Asimismo, se sabe que las modalidades neuronal y humoral de comunicacin intraorgnica no slo existen Ja una junto a la otra, sino que se complementan y dependen mutuamente a menudo de manera muy compleja. Estos dos modos bsicos de comunic::.ci11 apr ,recen tambin en el campo de los organismos fabricados por el hombre 6 : hay computadoras que utilizan el principio del "todo o nada': de los tubos al vaco o los transistores a las que se llama di-gitales, porque bsicamente son calculadoras que trabajan con dgitos; y hay otra clase de aparatos que manejan magnitudes positivas cliscretas -anlogas a los datos- por lo cual se los llama analgicos. En las computadoras digitales tanto los da-tm: como las instrucciones son procesados bajo la fonna de nmeros, de modo que a menudo, sobre todo en el caso de las instrucciones, slo existe una correspondencia arbitraria entre 1a informacin y su expresin digital. En otros trminos, estos rn'1rneros son nombres codificados arbitrariamente asig-nados, que tienen tan poca similitud con las magnitudes rea-

    6. Existen motivos para creer que los e),.-pertos en computl1doras llegaron a este resultado sin conocer lo que los fisilogos ya saban en ese mo-mento, hecho que en s mismo constituye una hermosa ilustracin del postulado de van BertalanHy (25) de que los sistemas complejos tienen sus propias leyes inherentes, que pueden ser detectadas a traves de los

  • uellos a los que estn , meros telefnicos con ~q el rincipio ~e. la

    les cmno los nu 1 do corno ya vimos, p . , n analorfica. d Por otro a ' d omputacio "' 1 asirfllU OS. l erencia de to a C ' - O" natura es 0 , tituye a " d 1 orcramsm ""

    '111alog1a cons i ~c:tema humoral e os stancias y su gra-As como en e d 5-nfonnacin son ciertas ;u en 1as compn-los portadores . ~ ,i en la corriente sang1;11~ea, de cantidades do de concentr.a~ionl datos acloptan la ioima . mplo 1a in-

    lcr1cas os 't' , ~ "'O e1e ' . ta doras ana d siempre pos1 l\ a~, !:-'. d revoluciones . t y por en e, , . . 1 numero e -d1scre as , corriente electnca, e . ~ de los cornponen

    tensidad de la l rada de desplazam1e~LO instrumento com-de u~a rue~f, ;ad~ mquina de mareas 'u~a utiHzarse para tes. eLc. La a 1 levas y palancas que d t minado, puede puesto por esca as, s durnnte un lapso , e;e1. siro 1e v, des-computar las marea na co1~putadora analo?1ca do ;~ e cap-considerarse lc~o e~stato de Ashby. rnen_c1f?:.c1 aun cuando de luego, e d1:1 a de una mqmna alla "'1 ,_, 1o 1 es un para .1g111< no compute nada.

    9 52 l' ob'e-,,,,. 'bl eferirse a ;OS

    . . . humana, es pos: e. r d dos maneras En la comun1cac1on ' rnplio del termino- e s1'mi1 tal l r do mas a . t . por un ,

    , to~, -en e s.en. 1 Se los puede represen ar As en la ora-\ totalmente ?-~st~nta; bien mediante un nom~r~; los' sustantivos

    como un .~1 ':}~' ato ha atrapado 1:-n raton., a de una fras~ cin escnta: Ell g ~e -.or dibujos; s1 se trat,uto'n reales. Ev1-

    d , reemp azar::i l:' t~ v a un ra . pu nan d ; c:"'alar a un ga v . ua de comum-hab1ada. se P? r.a _vstih1ira una rn,~_era,,mso ~to o hablado,

    .. ,, e~-1-" con -- 1 " ore escn dentemen.c, J'- 1 es utilizar e _nc-::1 , . unicacin -uno carse y lo nor1fbra H'stos dos tr;:::i . de co~ otro mediante e'\ deci~. la pa a : ,_,~a autoexplic-.3.b.va y e los' conceptos - s"'me1an;. .. 1 Les a

    mediante una V d de luego, equ1va eUL octivamente. unu palabra- tsd;rasesanalgcas y digitales, ;r~s;lgo, result~ de las compu a 'l'za una nalabra para nom nombrada esta Puesto que se 0;~ti .\ ~ e~tre l:'el nombr~? la c_~sa ~wno; arbitra obvio que la r~"_c10 bl 'da Las uaiaoras :.v1_1 -1"' . a del len

    -. "-~ esta ec1 ~ 1 'nta-'DS og1c arbilraname_n0 . d-" acuerdo con a s1 - 1- 1 s ~uatro letras 5,, mane3an ~ r el cua a rios _que, v ... :t nincrn motivo "9.~- E ltima instancia.

    ,e No CXL .e 0 l ncirr1cu 1ar. n -pa gua) .. , ~ un amma .e-"-'- - . d l lencruaie e::i "g-a-t-o ~eno,an ~a convencin semantc~ :or1e1;cin entre . se trata solo de~ l convencin, no existe otr~ 1; ;osib1e aun : ol. y fuera de ca 1 nsa que re-presenta. Cvll 1aonvicas. l bra y a Cv < 1 bas onon - " . . nin~i:na.;;f~cante excepd de las"~~ \~v nada "rar-ecido, ~ -que msi.,,__ l Bateson y Jack:on: .. d -- articu1annente s1 : Como se11a an . . o hav na .. a iJ 9.-11 \ e

    - " 1 n>',rnero cinco, n ' , , " (19 pg. ,,,,, J.'. " cinco en e .. ' 1 ...,a,abra mesa . , me~a en a !:' ' milar a una ~

    Por otro lado, en la comunicacin analgica hay algo particu-larmente "similar a la cosa" en lo que se utiliza para expresarla. Es ms fcil referir la comunicacin analgica a la cosa que representa. La diferencia entre ambos modos de comunicacin se volver algo ms cfara si se piensa que, por ejemplo, por mucho que escuchemos un idioma extranjero nor la radio no lograremos comprenderlo; mientras que es posible obtener con facilidad cierta informacin bsica observando el lenguaje de signos y los llamados movimientos intencionales, incluso cuan-do los utiliza una persona perteneciente a una criatura total-mente distinta. Sugerimos que la comunicacin analgica tie-ne sus races en perodos ml!cho ms arcaicos de la evolucin y, por lo tanto, encierra una validez mucho ms general que el modo digital de la comunicacin verbal relativamente re-ciente y mucho ms abstracto. Qu es, entonces, la comunicacin analgica? La respuesta, es bastante simple: virtualmente, todo lo que sea comunica-. ... cin no verbal. Con toao, este trmino resulta engaoso, por.., que a menudo se lo limita a los movimientos corporales, a la' conducta conocida como kinesia. Opinamos que el trmino de- be incluir la posh1ra, los gestos, la expresin facial la inflexin de la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las pala~as mismas. y cualquier otra manifestacin no verbal de que el organismo es cauaz, as como los indicadores comunicaciona-les que inevitablemente anarecen en cuabuiet conte:cto en que tienen lugar una intera~in. 7, ,

    El hombre es el nico organismo que utiliza tanto los modos de comunicacin analgicos como los digitales. 8 La significa-cin de tal hecho no ha sido an acabadamente comorendida, pero puede vislumbrarse su gran importancia. Por

    4

    un lado, no cabe duda de aue el hombre se comunica de manera di-gital; de hecho, la ~mayora, si no todos, sus logros civilizados resultaran impensables sin el desarrollo de un lenguaje digi-tal. Ello asume particular importancia en lo m~e se refiere a compartir informacin acerca de objetos y a la funcin de 7. La enorme importancia comunicacicnal del contexto se pasa fcil-mente por alto en el anlisis de la comunicacin humana y, sin emb::i.rgo, quien se lavara los dientes en una calle llena de gente, en lugar de ha-cerlo en el bao de su casa, podra verse rpidamente trasladado a una comisara o a un manicomio, para dar slo un ejemplo de los efectos pragmticos de la. comuncacin no verbal. 8. Existen motivos para creer que ias ballenas y los delfines pueden utilizar tambin la comunicacin digital, pero la investigacin en este campo an no es concluyente.

    63

  • ----~-

    . . , de conod-la transm1s1011 1 . )"rtl inherente a o donde ut1 1za-c..:ontinu1d~ . "S mi roa re ' p dultos y nun-

    1 , espec1 1ca. 1 . con gatos a . re ac1on 1 >ratitos en re ac1on . modo qmenes se observa en os. ales maduros. Del msmo t'n co~1vencidos ca entre dos ~nml~s domsticos a menu oles ,dice Evidente-

    1 a los arnma d ,, l que se es ~ . . . \ i aman '11 "compren en o r cierto el s1gm-\ \de que aque osl animal s entiende no des po unicacin ana-11 t lo que e . 1 dal e com --1 ;:i~1en e, labras, smo e .S-ll __ . -- - h.. uesto que a ,\ ficado de las pa ~ l haba. De hec o, P robamos 1 ' ue acampana a relacionales comp e + ,~ log:_ca __ q . , entra en aspectos 1 to de sio:n11 ica-

    - '\\ (municac1on ~e ~j -ital carece casi P.' comp eentre el hombre !.\quo el lengua1e g 'lo entre los an1mal~s, Y. de la vida \, cio. Esto ocurre n.o so"' mchas otras s1tuac1ones " de sal-' . los sino vl1 n l a- los acco:;

    v bs anima.v ' 1 l O'alanteo e am t, ~os rnuy Por eiemp o, e o< , t do trato con nin . humana, , b' .,, v desde luego, o 1 dos A los niflos, ,.~:,., el com aLv, , ' 1 v -nertur )a VUtJ'-' e 05 menta es mu. t' 'b 'd siempre una ~os o eDLerm , ha atn m o . pequen .los animales .se ies . eridrtd o insincen-los tontos, y .. 1 resIJecto a la s1~c f' 1 11roc1a-

    , . 'n vart1cuar con resulrn muy ac1 l idnt1cd~ las actitudes humanas, pudU~il llevar una mentira ~ a . b lroente pero muy ~ esin foci.al pue e

    mar algo ver a , . Un !!esto o una e._pt - d lo analog1co.

    camuo e , cien 'Jalabras. 9 -----revelar mas que - 1 ____ -----------

    --------- --- .. , d deHnic1ones de - -- - l transm1sion e b 1 emisor

    . , ., "

  • que aproximaciones a los valores reales, y esta fuente per-manente de inexactitud aumenta durante el proceso de las operaciones que realiza la computadora. Nunca pueden cons-truirse de manera perfecta levas, engranajes y transmisiones, y aunque las mquinas analgicas se basan totalmente en in tensidades discretas de corriente elctrica, resistencias elf)ctri-cas, restatos, etc., tales anlogos siguen estando sometidos a fluctuaciones virtualmente incontrolables. Por otro lado, se podria decir que una mquina digital trabaja con precisin perfecta si el espacio para acumular digitos no estuviera li-mitado, lo cual hace necesario redondear todos los resultados que tienen ms dlgitos de los que contiene la mquina. Quien haya utilizado una regla de clculos (excelente ejemplo de

    . una computadora analgica) sabe que slo puede obtener un resultado aproximado, mientras que cualquier mquina de

    calcular proporcionar un resultado exacto en tanto los dgi-tos requeridos no excedan el mximo que la calculadora pue-

    do maneja'!'.. Aparte de su precisin perfecta, la computadora digital ofrece la enorme ventaja de ser una mquina no slo aritmtica, sino tambin lgica. McCulloch y Pitts (101) han mostrado que las diecisis funciones de verdad del clculo lgico pueden re-presentarse mediante combinaciones de elementos de tipo "to-do o nada" de modo que, por ejemplo, la suma de dos pu1sa-ciones representa al "y" lgico la mutua exclusin

  • ;i.. ____ ~-

    . , cuando a la parte fun-do esto dmamos qu~,, ( 1 cralanteo) se agre-

    A la luz de to lgica de su relac1on. e ":: 1) la definicin d mentalmente ana t to matnmoma ' , .

    a dicritalizacin (el con ra 1 muy problematica. ga un~ "" d relacin se vue ve inequ1voca e su

    9 55 d' 't l .. 'can tanto igt

    se com-uni . L eres humanos . . t con una sin-

    Para resuW~~a-~:n~e. El lengua}e digit~e:e; :ero carece de "!' zc:Fg~ca sumamente complle7a yp:de la relacin, mientras taxis . , . decuada en e cam , t' a pero no una una semantica ~ l . o posee la seman, ic d la , natu-que el le-ngua7e ana gilc dn+inicin in.eqwvoca e

    , . de ada para a "'' sintaxis a cu . l de las relaciones. ra e:za

    2.6. . Y complementaria

    Interaccin simtrica

    2. 61 , de interaccin d 'b. un fenomeno en

    En 1935, B,ateso~a (~;ibueslc~~~ul de ~uedva ci;;ne:x::m:e con que observo en \ ublicado un ano espue '. oonesis y su libro Naven (10/, P . , a Pste fenmeno Ct$p~,~-:o;:m.as mayores .detal1es. Deno~:~ de~ diferenciaefl; eff :cci: acu-lo definio como ~rd.i::d1wl resultante de .Ia i1era (195) apli-'de. fo conducta in .::Jii;iduos. En 1939, Richar s~n olftica ex-mulativa entre los t -'l'sis de la guerra y la p ,_;l'dad

    t a sus ana 1 d trado su uu l c6 .es:e co~~ef9~2 Bateson .Y o~~os h~ i~~~a, ( cf. 157, pgs. tenor, des d la invest1gac1on p:.1qu . podemos ver, en '1el camb~in 143). Este concepto ~ue, iff~~ los lmites de 7-L' tai;: valor heurstico que vfua ml:b~rado por Bateson en posee u . . r articular' e e cualquier d1scrp ir:a p nera: Naven de la siguiente roa d ' . os de las reacciones e

    d. . rna en terrmn d nte def . os nuestra isc1p i hace mme iatame Cuando imm l de otros individuos, :e , d 5 individuos un individuo frente a as nsiderar que la relacion entr~ o. auna per-evidente que debemos co to en tanto, incluso sm run re-

    d frir alteraciones de tan 'l debemos considerar las pue e sm: dente del exterior. No so e t b'n debemos exa-turbacin proce d ta de B sino que am ' d B el

    . d A ante la con uc ' d eta posterior e Y acciones e Uo afecta la con u minar la forma en que' e

    11o tiene sonre A. efecto que e

    Resulta obvio que muchos sistemas de relacin, sea entre individuos o grupos de individuos, manifiestan una tendencia hacia el cambio pro-gresivo. Por ejemplo, si una de las pautas de la conducta cultural, con-siderada adecuada para el individuo A, est culturalmente concebida como pauta de autoridad, en tanto que se espera que B responda a ella con lo que culturalmente se considera sometimiento, es probable que tal sometimiento promueva una nueva conducta autoritaria y que esta ltima exija un nuevo sometimiento. As, encontramos una situa-cin potencialmente progresiva y, a menos que otros factores inter-venan para restringir los excesos de la conducta autoritario y some-tida, A debe necesariamente volverse cada ms autoritario, mientras que B se volver cada vez ms sometido; y este cambio progresivo se producirn sean A y B individuos independientes o miembros de gru-pos complementarios. Cabe describir los cambios progresivos de este tipo como cismognesis complementaria. Pero existe otro patrn de relaciones entre individuos o grupos de individuos que tambin contiene los grmenes del cambio progresivo. Por ejemplo, si encontramos que la jactancia es el patrn cultural de conducta en un grupo, y que el otro grupo responde a aqul con jactancia, puede desarrollarse una situacin competitiva en que la jactancia da lugar a ms jactancia, y as sucesivamente. Este tipo de cambio progresivo. podra denominarse cismogness simtrica ( 10, pgs. 176-177).

    2.62

    Los dos patrones descriptos han lle;;ado a utilizarse sin hacer referencia al proceso cismognico, y en la actualidad se los suele denominar simplemente inte~~_s:cin sjrotrica __ y. comple-

    1 mentara. Puede describrselos como relaciones basadas en la ' ! igualdad o en la diferencia. En el primer caso, los participan..: tes tienden a igualar especialmente su conducfarecproCi( y __ ; as su interaccin puede considerarse simtrica. Sean debili- . dad o fuerza, bondad o maldad, la igualdad puede mantener-, se en cualquiera de esas reas. En el segundo caso, la con-, ducta de uno de los participantes complementa la del otro; constituyendo un tipo distinto de gestalt y recibe el nombre de complementaria. As, pues, la interaccin simtrica se ca- racteriza por la igualdad y por la diferencia mrmma, mien-tras que la interaccin complementaria est basada en un; mximo da diferencia. En una ti~cion: :compleri:enffia hay dos posiciones distintas. Un participante ocupa lo que se ha descripto de diversas ma- 1 neras como la posicin superior o primaria mientras ei otro ocupa la posicin correspondiente inferior o secundaria. Estos' trminos son de igual utilidad en tanto no se los identifique

    /69-69

  • con "bueno" o "malo", "fuerte" o "dbil". Una relacin com-plementaria puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en los casos de madre e hijo, mdico y pa-ciente, maestro y alumno), o ser el estilo idiosincrsico de relacin de una dada particular. En cualquiera de los dos casos, es importante destacar el carcter de mutuo encaje de la relacin en la que ambas conductas, dismiles pero interre-lacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. Ninguno :de los participantes impone al otro una relacin complemen-taria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, al tiempo que ofrece motivos para ella: sus definiciones de la relacin encajan (S.2.3).

    2.63 Se ha sugerido un tercer tipo de relacin, a saber, la "meta-complementaria", en la que A permite u obliga a B a estar en control de la relacin mediante idntico razonamiento, po-dramos arreglar la "pseudosimetra', en la que A permite u obliga a B a ser simtrico. Sin embargo, este regretio ad inf i-nitu.m potencial puede evitarse recurriendo a la diferencia-cin ya planteada (S. l. 4) entre la observacin de las re-dundancias en la conducta y las explicaciones inferidas bajo la forma de mitologas; esto es, nos interesa saber como se comporta la pareja sin distraernos tratando de averiguar por-qu (creen ellos que) se comportan as. Sin embargo, si. los miembros utilizan los mltiples niveles de comunicacin ( S.2.22) para expresar distintas pautas a distintos niveles, pue-

    ~~; , ;

    1

    den surgir resultados paradjicos de gran importancia pnig-m:tica (S. 5 .41; 6 ,42, ej. 3; 7. 5, ej. 2d).

    2.64 En e1 prximo captulo se exami.narn las patologas potencia-les de estos modos de comunicacin (a saber, escaladas en la simetra y rigidez en la complementriedad) . Por el momen-to, nos limitaremos a formular nuestro ltimo axioma tenta-tivo: "Todos los intercambios comunicacionales son simtricos o coniplementarios, seg1n que estn basados en. la igualdad o en la diferencia.

    2 7 Res1.lmen

    Es necesario volver a sealar . Iosd axiomas en general En _?1ertas reservas con respecto a ra

    0 pllmer lu


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