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Amazonia Probable y Deseable

Date post: 06-Feb-2023
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Amazonía Probable y Deseable: Ensayo sobre el Presente y el Futuro de la Amazonía Marc J. Dourojeanni Tabla de contenido Siglas y acrónimos ANA Agencia Nacional del Agua Aidesep Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana ANP (s) Área natural protegida (s) BIC/Bicusa Bank Information Centre o Centro de Información Bancaria (EEUU) BID Banco Interamericano de Desarrollo BE Banco Europeo BIRD Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento o Banco Mundial BNDES Banco de Desarrollo Económico y Social (Brasil) CAF Corporación Andina de Fomento Candes Consultores Asociados en Naturaleza y Desarrollo CMR Comisión Mundial de Represas (NNUU) CDC-UNALM Centro de Datos para la Conservación, Universidad Nacional Agraria La Molina Ceplan Centro Nacional de Planeamiento Estratégico CI Conservación Internacional (Perú y EEUU) CND Consejo Nacional de Desarrollo Cofopri Organismo de la Formalización de la Propiedad Informal (asumió funciones del PETT) Conap Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú DAR Derecho, Ambiente y Recursos Naturales DGAAE Dirección General de Asuntos Ambientales Energéticos EIA Estudios de Impacto Ambiental EDF Environmental Defense Fund Fademad Federación de Agricultores de Madre de Dios Fenamad Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentes ha Hectárea (s) MW Mega-Watt IIAP Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana IBC Instituto del Bien Común Inade Instituto Nacional de Desarrollo Indepa Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos INEI Instituto Nacional de Estadística y Censos
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Amazonía Probable y Deseable:Ensayo sobre el Presente y el Futuro de la

Amazonía

Marc J. Dourojeanni

Tabla de contenido

Siglas y acrónimos

ANA Agencia Nacional del AguaAidesep Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva PeruanaANP (s) Área natural protegida (s)BIC/Bicusa Bank Information Centre o Centro de Información Bancaria (EEUU)BID Banco Interamericano de DesarrolloBE Banco EuropeoBIRD Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento o Banco MundialBNDES Banco de Desarrollo Económico y Social (Brasil)CAF Corporación Andina de FomentoCandes Consultores Asociados en Naturaleza y DesarrolloCMR Comisión Mundial de Represas (NNUU)CDC-UNALM Centro de Datos para la Conservación, Universidad Nacional Agraria La MolinaCeplan Centro Nacional de Planeamiento EstratégicoCI Conservación Internacional (Perú y EEUU)CND Consejo Nacional de DesarrolloCofopri Organismo de la Formalización de la Propiedad Informal (asumió funciones del PETT)Conap Confederación de Nacionalidades Amazónicas del PerúDAR Derecho, Ambiente y Recursos NaturalesDGAAE Dirección General de Asuntos Ambientales EnergéticosEIA Estudios de Impacto AmbientalEDF Environmental Defense FundFademad Federación de Agricultores de Madre de DiosFenamad Federación Nativa del río Madre de Dios y Afluentesha Hectárea (s)MW Mega-WattIIAP Instituto de Investigaciones de la Amazonía PeruanaIBC Instituto del Bien ComúnInade Instituto Nacional de DesarrolloIndepa Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Andinos,Amazónicos y AfroperuanosINEI Instituto Nacional de Estadística y Censos

IIRSA Iniciativa de Integración de la Infraestructura SudamericanaInrena Instituto Nacional de Recursos Naturales, Ministeriode Agricultura (extinto)JBIC Banco Japonés para la Cooperación InternacionalKFW Banco de Cooperación al Desarrollo de AlemaniaKm/km kilómetroMINAM Ministerio del Ambiente del PerúMINAG Ministerio de Agricultura del PerúMEF Ministerio de Economía y Finanzas del PerúMEM Ministerio de Energía y Minas del Perúmm ha Millones de hectáreasmsnm Metros sobre el nivel del marMRE Ministerio de Relaciones Exteriores del PerúMTC Ministerio de Transportes y Comunicaciones del PerúONG (ONGs) Organización no gubernamentalOsinergmin Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y MineríaOsitran Organismo Supervisor de la Inversión en TransportesPerúPetro Empresa estatal de derecho privado (sociedad anónima) del Sector Energía y MinasPETT Programa Especial de Titulación y Catastro Rural (extinto)ProInversión Agencia de Promoción de la InversiónProNaturaleza Fundación Peruana para la Conservación de la NaturalezaProvías Provías, Ministerio de Transporte y ComunicacionesSEIA Sistema Nacional de Evaluación de Impacto AmbientalSNIP Sistema Nacional de la Inversión PúblicaSPDA Sociedad Peruana de Derecho AmbientalTNC The Nature Conservancy (Perú e EEUU)Unasur Unión de Naciones SuramericanasUS$ Dólar USA (dólares americanos)WWF World

.

Resumen

Presentación

1. Introducción

1.1 Origen y finalidad

1.2 Lo que este libro es y no es

2. ¿Qué es un futuro deseable y para quienes?

2.1 ¿Desarrollo sostenible o desarrollo durable/deseable/posible?

2.2 Sociedad de consumo versus desarrollo sostenible y “buen vivir”

2.3 ¿Consenso posible?

3. Confusiones que son constantes

1. ¿Cuál es el tamaño de la Amazonía peruana?

Al final ¿Cuánto mide la Amazonía del Perú? ¿Cuál es eltamaño de sus bosques? Esas preguntas son válidas paracualquier país de la región y también para la Amazonia ensu conjunto, pues, las respuestas dependen del criterioaplicado. En el caso peruano las respuestas sonparticularmente complejas.

La cuenca amazónica mide unos 700 millones de hectáreas,de los que su parte más plana está en el Brasil que posee498 millones de hectáreas1. Esa cuenca origina el río máscaudaloso y más largo del mundo2. Es muy importanterecordar que Surinam, Guayana y Guayana Francesa, o sea 3

1 Pero la Amazonia Legal posee 521.7 millones de hectáreas.2 En 2010 la Sociedad Geográfica de Lima confirmó, a través de imágenessatelitales, que el río Amazonas tiene su origen en la quebrada de Apacheta, provincia de Caylloma (Arequipa), a 5,000 m. de altura, por lo cual pasaría a ser el río más largo del mundo (7,062 km), superandoal Nilo por casi 400 kilómetros.

de los 9 países amazónicos3, no son parte de la cuencaamazónica aunque pueden ser considerados partes de subioma o dominio. En el Brasil coinciden la cuenca y elbioma pero eso no es el caso en los países andino-amazónicos. En el Perú la cuenca tiene unos 96 millones dehectáreas (74% del territorio nacional) mientras que laregión de la Selva (que coincide más o menos con el biomaamazónico) ocupa entre 72 y 77.5 millones de hectáreas (de56 a 60.3% del territorio nacional), según las fuentes4 ydependiendo de los criterios usados.

Una cosa es hablar de la cuenca amazónica, otra es hablarde la Amazonia en términos ecológicos (dominio o biomaamazónico) y, obviamente, es diferente hablar de ella entérminos de divisiones políticas, que suelen serarbitrarias. Tampoco es igual hablar de la Amazonía conbosques y sin bosques. Pero la complejidad es aún mayor sise lleva en cuenta que los ecólogos no han decidido unasola definición de Amazonia, la que depende de una largaserie de factores geológicos, orográficos, climáticospedológicos, y, además, de los tipos de vegetación naturalque todo eso determina5. A eso debe añadirse que tampocohay consenso en la definición de bosque amazónico que,otra vez, puede ser hecha sobre base de la ecología, de laforestería o arbitrariamente, por ejemplo, considerandobosque a una plantación de pinos o eucalipto, caucho onaranjas. Más difícil aún es delimitar cuándo un bosquesecundario joven (purma en el Perú o capoeira en Brasil)puede incluirse o debe incluirse en las estadísticas debosques. Por si eso fuera poco, hay otras fuentes de

3 En términos estrictos, Venezuela tampoco es parte de la cuenca amazónica. Su inclusión es esencialmente una determinación política.4 En los últimos 50 años se ha considerado que la Amazonía peruana posee entre 75 y 77.5 millones de hectáreas, pero el actual Ministeriodel Ambiente adoptó la figura de 72 millones de hectáreas en sus documentos oficiales, o sea, una extensión 7.1% menor.5 Valga mencionar, por ejemplo, que muchos científicos consideran que el inmenso cerrado brasileño es en realidad una Amazonia modificada por el fuego. Para ellos existió un continuo entre la Amazonia y la Floresta Atlántica. De hecho hay formaciones de cerrado y sabanas dispersas dentro de la Amazonia, hasta en el Perú. Por el otro extremo, hay científicos que consideran que la Orinoquia y las selvas guyanesas (que no son parte de la cuenca amazónica) tampoco son parte del bioma amazónico.

variaciones importantes en las estadísticas sobre bosquesy deforestación, en particular la selección del año-basede la información. No es igual comparar la deforestacióndel último año con la de los últimos 10 o 20 años que conla deforestación ocurrida y acumulada en el último siglo oen los últimos 50 anos. Tampoco es igual hacerloconsiderando la superficie actual de bosques con lasuperficie que ecológicamente debería estar cubierta debosques naturales y que ahora está desnuda, tan desnudaque muchos creen que siempre fue así. Finalmente, lascifras también cambian en función del área que seaconsiderada amazónica y como se verá, eso tampoco estáclaro.

La relatividad predominante en todas esas definicioneshace que prácticamente todos los valores sobre lasuperficie de la Amazonia pero, en especial, sobre lasuperficie de sus bosques sea fácilmente manipulada aconveniencia de lo que se quiera demostrar. Basta con usartodas las opciones que favorecen presentar resultados dedeforestación acumulada y anual mínimas. Y eso es algo enque los gobiernos, siempre dispuestos a demostrar que soneficientes, se han convertido en maestros6. Más ahora queconservar bosques además de prestigio, puede en beneficioseconómicos a través de los mecanismos de negocios decarbono. Al final, como suele ser, los gobiernos nomienten, pero tampoco dicen la verdad. Y, lamentablemente,las estadísticas de los organismos internacionales comolos de las NNUU están obligadas a usar esas informacionesy a divulgarlas.

Tratándose de deforestación, el Perú y sus gobiernos de losúltimos 20 años no han sido ajenos a esta interpretaciónmodelada a conveniencia propia de la realidad, escondiendoproblemas graves que ya amenazan la calidad de la vida delos pobladores amazónicos, con periodos de seca nunca antesvistos, incluyendo ríos que no abastecen más a las ciudadeso con aire irrespirable por los incendios forestales6 Por ejemplo, desde que el monitoreo remoto por satélite dificulta esconder los hechos, los gobiernos inventaron nuevas definiciones de bosque o cobertura forestal, incluyendo ahora como tales a “bosques” hasta con apenas 10% de cobertura forestal, lo que en realidad corresponde a una sabana abierta.

estacionales. En el cuadro 1 se exhiben las fraccionadasinformaciones sobre deforestación amazónica que existen yes obvio que ellas no hacen ningún sentido. Pariendo delhecho que en 1974 habían ya 4.5 millones de hectáreasdeforestadas es improbable que 30 años más tarde ladeforestación apenas alcanzara 7 millones de hectáreas.Pero es imposible aceptar que de 1990 a 2005, es decir enlos 15 años en que la Selva sufrió un boom de construcciónde caminos y de la explotación petrolera, minera, forestaly agropecuaria, la superficie deforestada hubiesepermanecido estable en poco más de 7 millones de hectáreaso poco más, es decir prácticamente con deforestación cero.

Cuadro 1. Informaciones sobre bosques y deforestación de la Amazonia peruana de1954 a 2010 (en 000 hectáreas)

Año Áreadeforest

ada

Área debosque

Deforestación mediaanual en el lapsoanterior que se

indica

Deforestaciónestimada enel año que se

indica

Fuente

1974

4,500 71,569 100 (en los 50 añosprevios)

150 (1975) Malleux (1975)

1979

5,122 156(1975-1978) 254 (1979) UNA/CEPID (1979)

1982

272 (1982) Dourojeanni(1986)

1990

7,499 68,000 Dourojeanni(1990)

1990

7,000 68,820 189 (de 1974 a 1990) ONERN (1995)

2000

7,100 67,990 CONAM (2005)

2005

7,300 68,742 INRENA (2005)

2010

150 (mediaanual)

MINAM (2010)

2010

62,000 Defensoría Pueblo(2010)

Resultados tan diferentes y contradictorios pueden tenerdos tipos de causas. La primera es que la deforestacióndetectada en 1975 estuviese groseramente exagerada y que,consecuentemente, las proyecciones basadas en ellamantendrían esa tendencia. Pero, esa información procededel trabajo más meticuloso ya hecho en materia de mapaforestal nacional (Malleux, 1975), en base al examen decada una de miles de fotografías aéreas. Como estas no erantodas recientes el error, si hubo, fue para menos y no paramás. Las demás se basaron en información satelital. La otraes que las evaluaciones gubernamentales de deforestación de2000 y 2005, ambas publicadas en 2005, estuvieran muy

subestimadas7. Si se descartan errores, que sonimprobables, sólo quedan los criterios utilizados en cadacaso como fuente de la confusión. En efecto, como lodemostró Malleux (Dourojeani, 2009), ese fue el caso. Lostres últimos ejercicios de medición de la superficieboscosa del Perú usaron todas las variables quefavorecerían demostrar que hay más bosque.

La verdad queda evidenciada usando como referencia lainformación de la superficie de las áreas que naturalmentedeberían tener bosques que es proporcionada por el MapaEcológico del Perú (Tosi, 1957), que por su calidad no hasido rebatido. Según esta información el Perú deberíatener, naturalmente, unos 90 millones de hectáreas debosques, incluyendo los de la Costa y de la Sierra. Deestos, más de 75.5 millones de hectáreas corresponderían alo que puede definirse como bioma amazónico en territorioperuano, lo que corresponde con la definición mástradicional de la Selva. Siendo así, no cabe dudar que elprimer mapa forestal no estaba equivocado y que, enconsecuencia, los datos propalados por el gobierno apartir de fines los años 1990 son engañadores. Así parecedemostrarlo también un reciente informe de la Defensoríadel Pueblo (2010) que dice, texturalmente “El 53% de la superficiedel Perú está cubierto por bosques naturales, cerca de 68 millones de hectáreas, de lascuales el 91% se encuentra en la Amazonía”. Esa afirmación,aparentemente extraída de un informe de la DirecciónGeneral Forestal del Ministerio de Agricultura, indicaríaque la verdadera extensión de los bosques, al presente, esmenor que la que otros sectores públicos indican. Enefecto, eso implicaría que solamente existirían 62 millonesde hectáreas con bosque en la Selva, lo que sí encajadentro de lo expectable pues revelaría la perdida de unas 5millones de hectáreas entre 2000 o 2005 (o quizá desde1990) y 2010, indicando asimismo una deforestación mediaanual dos veces mayor que la oficial. La verdad es que, eneste momento, la confusión es total, siendo imposible daruna cifra que sea aceptable por todos sobre el área boscosaen la Amazonia peruana, pero la menos confiable de todas esla oficial. 7 Se argumenta que el narcoterrorismo frenó la deforestación y que durante los años peores de la guerra muchas chacras fueron abandonadasy que el bosque recuperó terreno.

Así siendo, mientras que ladeforestación oficial en la Amazoniaperuana alcanzó un 9.3% en el año2000 y que, a partir de entonces,prácticamente no cambiósupuestamente gracias a lareconversión de tierras deforestadasen bosques nuevos, otras versiones

apuntan para ese momento tanto como 14%, o sea unos 11millones de hectáreas8 que deben haber aumentado mucho enla última década. De hecho, si la Defensoría del Pueblo(2010) está en lo cierto, la deforestación de la Amazoníaperuana ya impactó el 17.9% de esa región. Esa es tambiénla opinión del autor de este libro y es, asimismo, el valormás comúnmente mencionado por científicos independientespara toda la Amazonía9.

En el Brasil existe un mecanismo oficial mucho máseficiente de medición de la deforestación anual10. Pero,allí también aparecen discrepancias especialmente en laforma de usar e interpretar las cifras entre el gobierno ylos que producen o revisan las organizacionesindependientes. Éstas consideran existir una deforestaciónacumulada a 2003 del orden de 64.9 millones de hectáreas(Fearnside, 2005, lo que equivale a un 12.4% de la AmazoniaLegal). Esa cifras actualizadas a 2010 con lasinformaciones del propio INPE suman respectivamente 74.8millones de hectáreas y 14.3% de la Amazonia Legal. Pero elgobierno brasileño frecuentemente maneja cifras másdiscretas. Uno de los problemas en el caso brasileño es quela versión oficial o administrativa de Amazonía (la llamadaAmazônia Legal) no corresponde estrictamente con la delbioma.

La principal conclusión de esta sección es que mucho de loque es, realmente, la Amazonia no está claro. En el caso8 Basadas en las proyecciones de deforestación de los estudios de 1975,1979 y 1990 (cuadro 1).9 Thomas Lovejoy, por ejemplo.10 La información es producida, con buena calidad, por el Instituto Nacional de Pesquisa Espacial (INPE) pero la interpretación de la misma es hecha porel Ministerio del Ambiente.

El Brasil ya deforestóuna Amazonia peruanacompleta en su propia

Amazonia Legal

La deforestación acumulada en la Amazonía del Brasil alcanzó, en 2010, el tamaño de la Amazonia peruana (unos 75

peruano se conoce el tamaño de la cuenca (96 millones dehectáreas) pero el tamaño de la Amazonia, que no estádefinido en textos legales vigentes, varía entre 72 y 75.5millones de hectáreas. Los que consideran que la Amazoniaes un bosque tienen aún más dificultad para saber la verdadpues las cifras varían entre los optimistas que creen queaún hay 68 millones de hectáreas y los que creen que hay 62millones de hectáreas sin mencionar a muchos otros,realmente pesimistas, que consideran que los verdaderosbosques no suman ni eso.

3.2 Ojos que no ven, corazón que no siente: la degradación del bosque

Muchos consiguen ver la deforestación, especialmente cuandovisitan la Selva en plena época de quemadas. Es demasiadoobvio como para esconderlo. Pero, lo que muy pocos saben esque en general, el bosque que ven, que parce pletórico devida y de riesgos para los humanos civilizados, ha sidovaciado de mucho de su riqueza biológica, por lo menos deaquella de mayor valor económico, como sus maderas noblescomo caoba y cedro y de sus animales más emblemáticos. Lamadera fue extraída antes hasta en dos o tres “pasadas”previas y todos los animales comestibles o productores depieles y cueros fueron exterminados. Las selvas peruanasen su mayoría corresponden mucho más al título del famosolibro de Rachel Carson “Silent Spring” (“Primavera Silenciosa”)que a la ruidosa algarabía de loros y guacamayos que seespera. Más, ojalá fuera solamente eso.

El silencio que impera en muchos de los bosques amazónicosno refleja, apenas, el “descremado” forestal o la caza. Talcomo lo describe Rachel Carson, también refleja lacontaminación que en este caso es, asimismo, de origenagropecuario, o sea, agroquímicos, especialmente pesticidasy herbicidas profusamente utilizados en cultivos ilegalescomo el de la coca pero asimismo en otros cultivos. Sinembargo, en la Amazonia también inciden muchos otroscontaminantes que esa autora ni imaginó, como la que emanala explotación de hidrocarburos, petróleo y gas cuyacontaminación no solamente incluye sustancias altamentetoxicas que esterilizan los ríos, más también aguas

calientes que crean infranqueables barreras térmicas paralos peces y otros seres acuáticos. A eso deben sumarse losderrames de petróleo tanto en los pozos como en losoleoductos. Lamentablemente, el alto precio del oro harevivido los peores momentos de su extracción, casi siempreilegal, con enorme impacto sobre los bosques pero más aúnsobre los cursos de agua a los que llena de sedimentos yde residuos de mercurio y otros tóxicos y, el oro no es elúnico metal que allí se explota. Gran parte de los impactosen los bosques ya derivan de la contaminación de origenurbano o de la que es industrial. La producción de pastabásica de cocaína es uno de los principales originadores decontaminantes diversos. Todo lo que contamina el aguatambién contamina, en algún lugar, los suelos y por ende ala biota.

La principal causa de la degradación de los bosques es unaconsecuencia de la extracción forestal conocida como“descremado”, o sea, la extracción de árboles de maderas demayor valor económico o de mayor demanda de un áreaforestal. Las otras especies quedan en pie y que, por eso,continúan siendo un bosque. Pero, como consecuencia de esetipo de extracción, se retira los árboles elite de cadaespecie provocando una reducción de la capacidad y calidadde la regeneración natural pero, mucho peor, se ocasiona unimpacto colateral severo a consecuencia de la maquinariausada que, en procura de los troncos, compactan el suelo,impidiendo la regeneración y destruyendo otros árboles enel proceso. Muchos árboles que no van a ser explotadostambién son destruidos por descuido durante el derrumbe delos árboles escogidos que, por ser grandes, arrastranmuchos otros, así como lianas y otros grupos de plantas. Enverdad, cada árbol derrumbado arrastra centenas y hastamillares de especies de vegetales y animales a sudestrucción, pues, como fue demostrado por el científicoTerry Erwin en el Manu, cada copa de árbol es un universode vida aislado de las demás copas.

El rol ecológico de cada especie animal eliminada se pierdey, como en general de eso depende la regeneración de lasespecies arbóreas, el conjunto del bosque va perdiendoelementos en efectos dominós insospechados. Las vías de

extracción, donde hay pendientes, se transforman en cursosde agua que generan procesos erosivos violentos. Lo mismoocurre con los llamados rodaderos, en la Selva Alta, o seael lanzamiento de trozas, ladera abajo, donde son recogidaspor camiones. Los leñadores son todos igualmente cazadorestanto para su alimentación, por diversión o para ganar undinero extra durante sus periodos en el monte. Se hademostrado que los bosques explotados por descremado, o seala totalidad de los bosques amazónicos peruanos explotados,no solamente no se regeneran bien sino que son propensos aincendios forestales, como los que asolaron recientementeMadre de Dios y en especial el vecinos estado de Acre, enel Brasil, por los mismos motivos.

Apenas en base a la información disponible sobre lasuperficie cedida en contratos o concesiones forestales enlos más de 40 años transcurridos desde la Ley Forestal de1963 hasta el momento y, asimismo, en base al conocimientode las áreas forestales accesibles por carretera y porríos, puede estimarse que el 60% de los bosques amazónicosperuanos no eliminados han sido intervenidos y degradadosen proporciones que van de extremas hasta significativas,con comprometimiento serio de su potencial futuro. Eseestimado no excluye completamente, por cierto, ni siquieraa las áreas protegidas pues, como bien se sabe, en ellastambién hay explotaciones ilegales y, en las que eso noocurre, existe una sobrepoblación indígena refugiada porpresiones en sus propios territorios, como está demostradoen el caso del Parque Nacional del Manu.

Otra consecuencia de la degradación forestal es el aumentode la susceptibilidad del bosque al fuego. El público llevadécadas confundiendo incendio forestal con la quema deresiduos de la deforestación o agrícolas y con larenovación de pastos. El mismo autor de este libro nisiquiera sabía que era posible que la selva amazónicapudiese pegar fuego cuando escribió otro libro sobre esaregión dos décadas atrás. Diferentemente de lo que ocurreen las sabanas brasileñas (cerrado), en las punas andinas oen los bosques templados y fríos de Europa o América delNorte, las selvas amazónicas, no sufrían de verdaderosincendios forestales. Claro que las quemadas de los restos

de la deforestación o de los pastos, perjudican también albosque que circunda las áreas quemadas ya que las llamas,impulsadas por el viento, avanzan sobre este y lo desecan.Ese problema de por si ya es serio, pues como bien se sabe,esas quemadas emiten millones de toneladas de carbono a laatmósfera, contribuyendo al efecto invernadero. Losperuanos conocían eso desde hace mucho tiempo cuando, porejemplo, visitar Machu Picchu era casi imposible a finalesde la estación seca debido al humo que subía del Valle dela Convención, a consecuencia de las quemas de biomasaforestal. También se recuerdan las dificultades que teníanlos aviones para aterrizar en diversas ciudades de laAmazonía en la época de las quemadas. Pero, hasta hace pocoel país no conocía verdaderos incendios forestales en laAmazonía.

En el caso del Perú todo cambió en la presente década, enespecial en 2005, cuando para sorpresa general sedetectaron fuegos que, escapando de las áreas deforestadas,pasaron al bosque natural y avanzaron sobre decenas y hastacentenas de kilómetros multiplicando por cien o hasta pormil la superficie antes quemada en chacras y pastosexistentes o en preparación. Sin embargo, lo que pasó enMadre de Dios y que fue igualmente notorio en Pando(Bolívia) y, especialmente en el Acre (Brasil) no erarealmente nuevo. El hecho había sido registrado unos pocosaños antes cerca de Manaos y fue muy bien documentado en elcaso, aún más reciente, de los desastrosos fuegos queconsumieron gran parte del estado de Roraima. Y, asimismo,ya había ocurrido inclusive en pequeña escala en el Perú acomienzo de la década de 1960, cuando se presentó un añoextraordinariamente seco. El problema es consecuenciadirecta de períodos extremamente secos, con menos lluviaque lo normal y con períodos sin precipitación mucho másprolongados, cuando la evapotranspiración superalargamente el abastecimiento de agua de la vegetación. Lacausa de estos periodos excepcionalmente secos sería, deuna parte el fenómeno El Niño y, asimismo, elrecalentamiento de las aguas del Atlántico Norte. En esoslapsos sin lluvia la napa freática baja mucho más que lohabitual, hasta a centenas de metros, lejos del alcance delas raíces; el aire se seca mucho con la temperatura alta

y, claro, eso aumenta la caída de hojarasca que se acumuladeshidratada, sobre el suelo del bosque. En esascircunstancias, basta una chispa para provocar unacalamidad.

El problema se complica porque, después de una primerapasada de fuego en el suelo del bosque, cuya velocidad eimpacto dependen de la velocidad del viento, más hojas delos árboles más altos, que se sabe son los mássusceptibles, también secan y caen, con más abundancia aún,renovando las condiciones ideales para una segunda pasadade fuego. Si eso ocurre, y ocurre mucho, es seguro queprácticamente nada sobrevive. Las plantas y sus semillas,así como los animales, pequeños o grandes del bosqueamazónica, inclusive las aves, no tienen ninguna estrategiapara huir o resistir al fuego, pues no lo conocen, por loque el exterminio de la biota completa es inevitable.Después del fuego, hasta el suelo del bosque tropicalhúmedo queda esterilizado.

Es muy probable que, en última instancia, las sequíasexcepcionales en la Amazonía estén asociadas, en una u otramedida a los procesos de cambios climáticos globales, comoes el caso de tantos otros fenómenos “naturales” recientes.Lo importante, bajo este ángulo, es entender el circuitovicioso que existe con relación a los incendios forestalesamazónicos. En la actualidad, de 0.8 a 2.4 miles demillones de toneladas de carbono son emitidas a cada añopor las quemadas en la Amazonía y eso contribuyedirectamente al efecto invernadero que a su vez determinala mayor violencia y frecuencia de cambios climáticos quedeterminan las sequías.

Cuando se produjo la sequía del inicio de los años 1960,en la región de Pando, Acre y Madre de Dios no vivía casinadie allí y, por eso, el impacto fue mínimo. Ahora, ademásde grandes ciudades como Río Branco, Puerto Maldonado yCobija, hay desarrollos agropecuarios enormes en toda laregión que usan el fuego sin precaución tanto para quemarel bosque derrumbado como para renovar sus pastos y, espartir de esas acciones que los fuegos se transforman enverdaderos y desastrosos incendios forestales. Hasta ahora,

el gobierno peruano nunca ha intentado seriamente controlarlos incendios forestales. No existen medidas legales quesancionen severamente a los que queman los residuos sinprecaución. Es más, en el Perú ni siquiera se requiere deautorización para hacer quemas de residuos de ladeforestación, lo que es de praxis en el Brasil, porejemplo. El Perú tampoco dispone, como los países vecinos,de cuerpos de bomberos profesionales ni, mucho menos, debomberos forestales que, en caso de incendios graves, sonindispensables. En esas condiciones, el proceso desabanización, o sea la transformación progresiva delbosque tropical húmedo en una sabana tropical, por acciónselectiva del fuego sobre la flora y la fauna sería, pues,inevitable.

3.3 Manto verde: ¿Todo igual?

3.4 Biodiversidad: ¿Ventaja o desventaja?

4. Medio verdades del pasado que hoy son casimentiras

4.1 Espacio vacío

Para la mayoría de los habitantes del mundo y en especialpara los suramericanos, la Amazonía siempre ha sido unenorme espacio vacío de gente y de propiedad. Aún hoy, apesar de que esa idea claramente dejó de ser siquierapróxima a la verdad, sigue siendo una creencia muygeneralizada.

Como se verá más adelante en este libro esa región soportógrandes poblaciones con desarrollo cultural considerable enel piedemonte andino y a lo largo del río Amazonas y de susprincipales tributarios. Y, asimismo, cuando esascivilizaciones desparecieron fueron sustituidas porpoblaciones indígenas que a pesar de tener una densidadextremamente baja, ocuparon prácticamente todo elterritorio en base a sus amplias rotaciones de uso de latierra, en especial para la caza.

Pero, el hecho es que en los siglos XVIII y XIX y en granparte del XX, la Amazonia podía, si, a simple vista, serconsiderada un espacio vacío. Baste para eso ver las seriesestadísticas de la población de cualquiera de los paísesamazónicos. Por ejemplo, en 1940 existían menos de 415,000habitantes en la Selva peruana (6.7% de la poblaciónnacional). En 1981, ya con 1.8 millones de habitantes(10.6% de la población peruana) la densidad poblacional dela región era de apenas 0.02 habitantes por hectárea. En latriste época de la explotación del caucho, los caucherosdebían buscar, capturar y esclavizar indígenas para poderextraer ese recurso debido a la ausencia de otra mano deobra. La falta de trabajadores ha sido históricamente elprincipal freno al desarrollo agrícola en esa región ytambién explica la expansión de la pecuaria extensiva. Poreso, todos los países, Perú y Brasil principalmente, desdefines del siglo XIX abrieron sus puertas a colonos europeosy japoneses y desarrollaron esfuerzos enormes, sin éxito,para atraer colonos de otras regiones de esos países. Ya amediados del siglo pasado, a invitación de los gobiernos,Henry Ford hizo una gran plantación de caucho en Belterra,cerca de Santarem, en el estado de Amazonas y Le Tourneau,un empresario mesiánico, colonizó lo que ahora se llamaTournavista, en el río Pachitea, en el Perú. Esos dosgrandes experimentos de colonización empresarial fracasaronrotundamente.

Pero los gobiernos de los países amazónicos, incentivadospor sus geopolíticos y susvisionarios, redoblaron susesfuerzos para atraer gente hacíaesa región “vacía”. Desarrollaron

“Tierra sin hombres parahombres sin tierra”

Ese es uno de los tantos slogans utilizados para atraer gente para ocupar el“vacío” amazónico. Este fue

en el Brasil y también en el Perú programas de colonizacióncada vez más ambiciosos que luego pasaron a ser llamados“asentamientos rurales”. La atracción de colonos nacionalestuvo mucho éxito cuando se iniciaron grandes obras vialesque, en el Brasil, llevaron números considerables denordestinos y de sureños (principalmente gauchos de RioGrande del Sur) hasta el corazón de la Amazonia, mientrasque en el Perú llevaron hasta la Selva Baja principalmentea agricultores serranos que, tradicionalmente, apenasocupaban estacionalmente porciones discretas de la SelvaAlta. Los programas de colonización más famosos en el mundofueron los desarrollados a lo largo de la Transamazónica,en los estados de Pará y Amazonas en los años 1970 y luegoel llamado POLONOROESTE, en Mato Grosso, Rondonia y Acre enlos años 1980 y también la carretera llamada PerimetralNorte. Las consecuencias sociales y ambientales de larápida abertura a la ocupación desordenada y a laexplotación agotante de los recursos naturales de esosinmensos territorios fueron enormes y están muy biendocumentadas. El Perú no se quedó atrás y construyó yreconstruyó la carretera Huánuco-Pucallpa y, poriniciativa del Presidente Belaúnde, hizo la Marginal de laSelva, desarrollando a lo largo de ésta última variosgrandes proyectos de asentamiento rural, con consecuenciasequivalentes a las observadas en el Brasil.

En la actualidad ya no cabe hablar seriamente de vacíoamazónico pues la población de esa región ya es muysignificativa y porque la mayor parte de su territorio yatiene dueños reconocidos. Aunque su población sigue siendoreducida ha crecido mucho, representando casi el 16% de lapoblación del Brasil y más del 13% de la del Perú. El censode 2010 reveló que hay 16 millones de personas en laAmazonia brasileña. En el Perú se registraron 3.7 millonesde personas en 2007, o sea más del doble que en 1981demostrándose que la población amazónica es la que tiene elcrecimiento anual más rápido en esos dos países. A eso debesumarse el hecho de que el espacio amazónico ahora tienepropietarios legalmente reconocidos. Los principales son:como antes (i) el Estado, pero ahora con límites definidosy con gran parte cedida en contratos o concesiones y otraparte bajo el régimen de áreas protegidas de diferentes

categorías, además de zonas militares; (ii) los indígenasque poseen, especialmente en el Brasil, una porción muysignificativa de la región y, obviamente (iii) personasciviles y jurídicas, hacendados en gran parte. Otra porcióngrande de la región está ocupada sin base legal, porinvasores pobres o ricos que actúan de buena o mala fe, enlo que se en Brasil se llama “grilhagem de terras” pero conderechos adquiridos que, de otra parte, con frecuencia sesuperponen los unos a los otros. La falta de titulacióneficiente y de catastros ha permitido que la ocupación dela Amazonia se realice en una forma considerablementeanárquica y eso es un problema central que debe resolversesi se pretende desarrollar la región. Pero, una vez más,es evidente que la Amazonia no es más una región “vacía”.

O sea que, en realidad, es falsoque la Amazonia sea un granespacio desocupado con selvavirgen llena de fieras y de indiosguerreros, sino que como ya se viotambién es mentira que esa región,vista como bosque, sea tan grandecomo se cree. Sin embargo,curiosamente, ese tipo de

argumentos continúa siendo omnipresente en los discursos ypropuestas de políticos ignorantes o sin escrúpulos,visionarios megalómanos, geopolíticos ultranacionalistas yde aquellos empresarios que anteponen sus intereses al delas mayorías.

4.2 Baja contribución a la economía nacional

4.3 Suelos pobres Una de las verdades casi indiscutidas de edafólogos,ecólogos, planificadores e inclusive de agrónomos de hasta30 años atrás era que la mayor parte de la Amazonia carecede suelos capaces de soportar actividades agropecuarias enforma sostenible. En los años 1970 y hasta comienzo de losaños 1980 las cifras más comúnmente mencionadas eran queapenas un 3% podrá servir para agricultura en limpio y que

“La conquista del Perú porlos peruanos”

El Presidente Belaúnde, quien acuñó esa frase, teníaobsesión por la Amazonía a la que veía como espacio vacío al que se debía conquistar, ocupar y explotar. Su principal obra

en total solo 10 a 14% de la región soportaría alguna formade agricultura y pecuaria (cuadro 2). Todo el resto apenastendría vocación forestal de producción o de protección.Eso era argumento para preservar la mayor parte delterritorio o dedicarlo apenas a una explotación forestalcuidadosa, lo que obviamente no ocurrió.

Este criterio era obviamente de uso común entre losforestales y ambientalistas pero también era defendido por

expertos en suelos tropicalescomo José del Carmen Muro (Muro,1973) o Carlos Zamora de laONERN (Zamora, 1971). Dicho seade paso, la ONERN que eraresponsable por las sucesivasaproximaciones de esaclasificación estaba integradaprincipalmente por ingenierosciviles y agrónomos, por lotanto imparciales. Pero desdeesa época ya había expertostropicales como el brasileñoPaulo Alvim (Alvim, 1972), un

fanático de la ocupación amazónica irrestricta, quealegaban que alegaba que no existían tales restricciones.Aunque Alvim era reputado por su poco interés por los temasambientales ese no era el caso de otros expertos que decíanlo mismo, como Sánchez (1979), Nelson (1975) o Villachica(1981). Estos, aunque no se podía dudar de su interés porel ambiente, venían sosteniendo que en verdad una enormeporción (hasta el 77%) de la Amazonía peruana y de laAmazonía en general, podría ser ocupada por la agriculturaintensiva sin mayor problema si se aplicaban las técnicasadecuadas.

Es interesante anotar que la discusión peruana sobre esetema era repetida en el Brasil donde se indicaba que soloel 2.8% de las tierras de la Amazonia Legal tenían vocaciónnatural para agricultura en limpio pero que si se aplicabala tecnología adecuada, cueste lo que cueste, se podríacultivar intensivamente hasta el 42.4% (Brasil. RADAM,1975). El autor de esta libro discutió extensamente este

Cuadro 2. Clasificación de lastierras de la Amazonía peruanapor capacidad de uso mayor (en

hectáreas) hasta 1982Tipos de uso Superfic

ie %

Cultivos enlimpio

2’420,300

3.2

Cultivospermanentes

2’190,700

2.9

Pastos 5’717,100

7.6

Forestales(producción)

46’431,600

61.3

Forestales(protección)

18’926,160

25.0

Total 75’685,860

100.0

mismo asunto en su libro “Amazonía ¿Qué Hacer?” (1990) y seinclinó por la opinión de los pesimistas, junto conFearnside (1980, 1983, 1987), Tosi (1981) y muchos otros.No lo hizo en el sentido de que no sea posible cultivargran parte de la Amazonía sino, como los demás autores dela tendencia conservadora, con gran preocupación por losimpactos ambientales y, por ende sociales, de esa ocupaciónintensa.

De hecho los porcentajes de tierras aptas para usosagropecuarios que ya habían aumentado un poco entre losaños 1970 y 1980, fueron aumentando más rápidamente concada revisión, en base a la aplicación de nuevos criteriosempujados por el propósito de expandir la ocupación de laregión o, si se prefiere de colonizarla y en parte graciasa nuevas variables económicas y tecnológicas. Finalmente laidea de la clasificación de tierras fue abandonada. En laactualidad aunque obviamente se sigue haciendo estudios desuelos ellos no pretenden más clasificarlos por capacidadde uso mayor y si, apenas, conocer sus deficiencias parapoderlas corregir. El Reglamento de Clasificación deTierras por Capacidad de Uso Mayor, decurrente de la LeyForestal y de Fauna de 1975, cayó en desuso. Lo único quecontinúa siendo contemplado es, en teoría, la cuestióntopográfica, asumiéndose que las tierras en pendientespronunciadas no deben ser cultivadas. Como bien se sabe,esto tampoco se cumple.

Treinta años después la discusión terminó. En laactualidad, el argumento de la poca fertilidad natural delos suelos amazónicos perdió validez para evitar el cambiode uso de la tierra, o sea ladeforestación. Eso quedóperfectamente demostrado con larápida ocupación y eléxito económico agrícola delcerrado brasileño, cuyossuelos no son mejores que losde la Amazonía y, también, conla actual y rápida ocupación agropecuaria de la parteamazónica de los estados de Mato Grosso y Pará, en elBrasil. Nuevas realidades económicas globales, como la

En la actualidad, elargumento de la poca

fertilidad natural de lossuelos amazónicos perdióvalidez para evitar elcambio de uso de latierra, o sea ladeforestación. Los

demanda de granos y de carne de los países ricos y enespecial de los emergentes de Asia, especialmente de laChina, Corea e India crearon la demanda necesaria. Mejoresinfraestructuras de transporte abaratan el flete de losinsumos y de la producción. Nuevos yacimientos de fosfatosy calcáreos o yacimientos petrolíferos, resolvieron lafalta de fosforo y nitrógeno o el exceso de aluminio y laacidez, entre muchas otras limitaciones naturales de lossuelos. El desarrollo de nuevas tecnologías agropecuarias,incluyendo mecanización y robotización e ingenieríagenética, han posibilitado cultivar millones de hectáreascon poco personal y con cultivos que antes no habríanprosperado en esas condiciones climáticas. Es así como lastierras del cerrado brasileño y ahora las de la Amazoníaestán siendo ocupadas por especulaciones agrícolasintensivas y por la pecuaria “sin mayores problemas” y congran beneficio, al menos para los que practican esaactividad.

Lo que no es verdad es que la ocupación agropecuaria de laAmazonía sea “sin mayores problemas”. Tampoco lo ha sido enel cerrado, donde las secuelas de la ocupación abusiva ydescuidada se ven por doquier y ya están empezando a pesarsobre los costos de la propia producción agrícola. Como severá en otro capítulo, los problemas decurrentes de laagricultura intensiva incluyen erosión hídrica e eólicagalopante, o sea perdida de suelos; contaminación del aguasuperficial y subterránea para riego y para consumo humanopor agro-tóxicos, contaminación del suelo, reducción delabastecimiento de agua, eliminación de vegetación ribereña,etc. y, en especial, la creación de un verdadero desiertobiológico e hidrobiológico, donde solo prosperan lasplagas. Ya los problemas de la ocupación pecuaria, que enla Amazonía suele preceder a la de la agriculturaintensiva, abriendo el bosque, son bien conocidos.

4.5 “Chunchos bravos”

Los peruanos de hoy no recuerdan la expresión “chuncho”que era tan común hasta los años 1970. Fue probablementedurante el gobierno nacionalista del General Juan Velazco

Alvarado que esa expresión se perdió, por ser consideradadespectiva. En realidad, no lo era. Apenas era una palabragenérica para poblador amazónico que, probablemente, habíasido acuñada por los Incas o culturas anteriores y que losdiferenciaba de los que no eran de habla quechua niaimara. Aún existen unos pocos, muy pocos, indios11 bravosen la Amazonía que no consiguen más se esconder de lasindiscreciones de las fotografías de los satélitesreplicadas en el Google Earth y que pueden ser visitadas dehelicóptero en cualquier momento gracias a la precisión delos GPS.

El tema de los “indios” o indígenas de América del Sur essiempre difícil pues se presta a muchos malentendidos. Elasunto es tan complejo que rara vez se puede participar enun debate en el que las partes son capaces de delimitar elalcance del debate. El problema comienza porque cadaparticipante tiene su propia definición de indígena o supropio estereotipo sobre el tema. Así que, con demasiadafrecuencia, los debates sobre las cuestiones indígenasamazónicas se dan en planos paralelos y por lo tanto solosirven para generar amargura y resentimientos y quizás espor eso que esos indígenas son, al mismo tiempo ycontradictoriamente muy mal tratados y muy privilegiados. Pero de todas las formas en las que se puede examinar lascuestiones indígenas amazónicas, la que debería serprimera, más urgente y más importante es la de los indiosaislados, o sea, los indígenas que aún viven como se vivíaen los bosques antes de la llegada de los europeos.Lamentablemente, este es en realidad el tema más olvidado yque tiene menos prioridad en la formulación de políticas yen la conciencia de la sociedad pues, esos indios, notienen voz ni voto, no usan computadores, no saben que esla Internet y no tienen peso político ninguno.

11 En los países de habla castellana de América del Sur el término “indio” es considerado peyorativo y, en efecto, puede serlo dependiendo de cómo se usa. Además, aún se le asocia al error de Colón, que creía haber llegado a la India cuando descubrió América. Por eso se habla de indígenas, lo que en verdad no cambia nada. Por elcontrario en el Brasil, indios y no indios, usan ese término sin problemas a pesar de que en ese país también puede ser usado peyorativamente.

Brackelaire publicó en 2006 un informe sobre los indígenasaislados de América Latina, indicando la sobrevivencia deunos 70 grupos indígenas en esta condición. Como era deesperar, teniendo en cuenta el tamaño de las áreasforestales, 40 de ellos estaban en Brasil, 20 en Perú y 6en Bolivia. En el Ecuador habría dos grupos y uno enColombia. Ninguno existía en Venezuela pero es probableque algún grupo aún permaneciera en Guyana y Surinam.Sumando todos los individuos que presumiblemente existíanen cada uno de estos grupos apenas se contaban unos cuantosmiles de almas. Las informaciones en el informe llegaban aun nivel trágico denostando que algunos grupos no reuníanmás que unas pocas docenas de personas y las mayores no másde un par de cientos. Los datos recogidos en el informe deBrackelaire fueron compilados en un evento de especialistasrealizado en Belem do Pará en 2005 y reflejan informacionesmás antiguas, lo que equivale a decir que la población deindios aislados es actualmente aún menor que la entoncesregistrada.

Al momento de escribir este libro, en 2011, es muy probableque aún se esté produciendo algún encuentro entre losúltimos indios aislados y ciudadanos modernos. Puede queeso sea obra de antropólogos y especialistas que, sin duda,tendrán los cuidados necesarios para esa aproximación seaexitosa. Pero, lo más probable es que la emoción, lacuriosidad y la belleza del encuentro entre dos mundossean sustituidas por el miedo y sellados con disparos deescopetas y rifles que son respondidos por flechas y lanzasde indios asustados. Así es, de una parte están losmadereros, mineros y comerciantes, narcotraficantes y hastaagricultores andinos y, de otra, están los últimos indioslibres de las Américas enfrentándose en una lucha desigual,que revive monótonamente el desenlace que se ha repetidodurante los últimos 500 años. Los indígenas son derrotadosy huyen dejando atrás a sus muertos y cargando sus heridospara refugiarse monte adentro, en un espacio cada vez másreducido, donde deberán enfrentar a otros indios, tambiéndesterrados por otros invasores y por el avance de lacolonización. Eso está sucediendo, ahora mismo,especialmente en la frontera entre Perú y Brasil, el

principal refugio de los últimos indios libres de lasAméricas.

Ejemplo reciente de esos hechos es lo acontecido debido ala construcción de la Carretera Interoceánica Sur que uneRío Branco (Acre, Brasil) con el Cusco (Perú). Esta vía hapermitido la invasión de madereros y mineros a losterritorios ancestrales de algunos de los indígenas másaislados desplazándolos brutalmente. Fotografías recientespublicadas en varios periódicos y mostradas en latelevisión (BBC, por ejemplo) exhiben indios despavoridospor la presencia de aviones y helicópteros, en lugaresdonde no se suponía debían estar esos indios. Peor aún, elgobierno peruano dio concesiones forestales en la mismafrontera con Brasil y muy cerca del paralelo 343° al estedel cual se suponía que sería mantenido el territorio delos indios en "aislamiento voluntario" y, donde tambiénestán los parques nacionales del Manu (1,5 millones dehectáreas) y Alto Purús (2,5 millones de hectáreas), enparte de los cuales estos indios viven. El problema es quelos madereros no respetan nada, ni siquiera los límites desus propias concesiones prefiriendo tomar ventaja de laincapacidad o, mejor aún, la falta de voluntad del gobiernopara imponer el orden, explotando primeramente la caoba yel cedro de los bosques en tierras de los indígenas y delos parques y así reservando sus propias concesiones paraexplotación futura. Nadie en el gobierno lleva unacontabilidad de los enfrentamientos entre indígenas ymineros y madereros bien armados. Sin embargo, eso esconsecuencia directa del incondicional apoyo político yfinanciero que Brasil y Perú otorgan a esa obra.

Otra consecuencia de lo que ocurre en la frontera entreMadre de Dios y Acre es que cada día hay más indiosrefugiados en los parques nacionales y que más indiosperuanos cruzan la frontera y se refugian en tierrasindígenas y unidades de conservación brasileñas. Losconflictos entre los indios se multiplican pues, al margende que no siempre pertenecen a la misma familia lingüísticao grupos y subgrupos étnicos, a veces son enemigosancestrales pero deben compartir un territorio de caza ypesca cada vez menor. Varios conflictos interétnicos con

consecuencias fatales se han documentado en el Manu(Terborgh, ). Por otra parte, el repentino aumento en ladensidad de población humana en los parques tiene unimpacto desastroso en los animales de los que se alimentan,lo que agrava el conflicto. Este problema viene siendodenunciado desde hace dos décadas pero jamás hubo respuestani acción por parte del gobierno peruano, excepto elreciente decreto que establece el paralelo 343° pero quenadie cumple.

Los primeros contactos con los indios aislados no solamentetraen el riesgo de confrontaciones fatales. Peor aún es lapropagación entre ellos de enfermedades que no tienenprecedente en la región. Esto ocurre también por contactode indios aislados con indios ya aculturados. Se reportaque un indio muere a cada 12 días por esos motivos en elvalle del Yavarí, que divide Perú de Brasil. En la últimadécada se constataron 325 muertes, en su mayoría (64%) demenores de 10 años, por enfermedades como hepatitis,neumonía y otras enfermedades introducidas. El grupo másafectado fue el de los Kanamari, que perdió 16% de supoblación12. Esto es una réplica de lo que ocurrió cuandolos europeos invadieron América, en que las enfermedadesfueron la principal causa del colapso poblacional.

El tema de los indios aislados ha merecido la atención y elinterés de personalidades destacadas y de instituciones.Entre los primeros nadie hizo más por el tema que elMariscal Cándido Rondón, brasileño que en su empeño porconsolidar la integración de ese país se transformó en elcampeón de la defensa de los derechos indígenas (Bigio,2000), creando el Consejo Nacional de Protección al Indioen 1930, que luego fue transformado en Servicio Nacional y,finalmente, en 1967, en la Fundación Nacional del Indio(FUNAI). En esta institución trabajaron, casi desde sucreación, hombres con verdadero amor por la Amazonía y porsus pueblos, como Orlando Villas Boas, sus hermanos ySidney Possuelo.

Sin embargo, hay que reconocer que en la actualidad laFUNAI y, más aún, sus equivalentes de los países

12 Manchetes Socioambientais de 17 de enero de 2011

amazónicos, como el ineficiente INDEPA del Perú, hanolvidado la importancia de este esfuerzo y la necesidad deaplicar medidas de prestar una garantía indígenas aisladosde la oportunidad de elegir su propio destino. En efecto,los gobiernos están permitiendo e incluso fomentando, sinvergüenza, que los indígenas aislados y sus culturas seansacrificados por individuos ignorantes y crueles, alservicio de empresarios y políticos sin escrúpulos. El temade los indígenas aislados, por su carácter eminentementeético, debería tener prioridad absoluta en lasinstituciones como la FUNAI o INDEPA y debería movilizar atodos los que participan en el desarrollo amazónico.

En verdad la protección de estos indios es sólo cuestión deuna decisión política simple y que puede ser implementada abajo costo. Por ejemplo, en los casos anteriores de Perú yBrasil, es suficiente para establecer puestos de control,con la presencia de la policía o las fuerzas armadas, enmomentos clave de los pocos ríos que proveen acceso a losterritorios donde se encuentran los indios. Con esto setendría el tiempo necesario para preparar un contacto serioy adoptar las medidas y, posiblemente, no hacer nada máshasta que los indios se decidan lo contrario. Pero, comoSydney Possuelo dijo em una entrevista “muchos prefierendefender negros, mujeres y hasta indios aculturados, pero nadie habla de losderechos humanos de los indios aislados” (O Estado de São Paulo, 10de setiembre de 2002). Él remató la citada entrevista,diciendo "la humanidad pierde parte de su rostro cada vez que un pueblodesconocido entra en contacto con nuestro mundo"13

4.6 Infraestructura escasa

Era verdad, sin duda, que la Amazonia en general carecíaseveramente de infraestructura hasta unas pocas décadasatrás. Pero, algunos países como Brasil, Perú y Bolivia,especialmente con ayuda del primero de los nombrados, hancambiado drásticamente esa situación en las últimas décadasy hoy eso no puede más ser considerado como una realidad.Brasil, en especial, cuenta ya con una compleja red decarreteras en buena parte asfaltadas, que han llevado el13 En enero de 2011 Sydney Possuelo difundió una emotiva carta abierta apuntando que habían llegado los momentos finales de la existencia de los pueblos amazónicos originales, urgiendo a la sociedad a hacer algopara protegerlos antes de que sea tarde demás.

desarrollo y sus consecuencias positivas y negativas atodos sus 9 estados amazónicos.

Sin embargo, reconocerlo no implica negar que no haganfalta más obras ni mejoras en las existentes. Por eso,todos los países están alimentando ambiciosos planes paraexpandir esa infraestructura, incluyendo vías que comunicanal Brasil con todos sus vecinos, incluido el Surinam. Latelaraña de carreteras que salen del Brasil y penetra en laAmazonia de todos los demás países está ya muy adelantada.

En el caso del Perú, la Amazonia está ahora riscada porcasi 8,000 km de carreteras oficiales y por unos 12,000 kmadicionales de caminos transitables ocasionalmente yconstruidos informalmente por empresas de petróleo,mineras, agropecuarias o madereras, usualmente con apoyode las municipalidades y sin ningún tipo de cuidadoambiental o social. Basta mirar un mapa del Google Earth paraver que hay accesos viales a casi cada rincón de laAmazonía peruana donde existe algún recurso que atraiga lacodicia.

Pero si las infraestructuras existentes en la Selva ya nopueden considerarse poca cosa, las previstas sonabrumadoramente inmensas y no se refieren exclusivamente acaminos. En efecto, entre los proyectos registrados en elsector público peruano destacan 52 proyectos de generaciónde energía hidroeléctrica en la cuenca amazónica, de losque 26 están propiamente en la Selva, incluidos los másgrandes, como los previstos en los ríos Marañón, Ene eInambari. Por lo menos dos de esos proyectos deberían serejecutados durante la próxima década, incluidas sus líneasde trasmisión. Asimismo, el gobierno nacional prevé en elmedio plazo la construcción de unos 900 km de carreterasadicionales, el asfaltado de casi 2,100 km y la mejoría deotros 1,500 km, sin incluir en estas sumas las carreterasinteroceánicas Sur y Norte, que ya existen. Pero esprobable que se hagan muchas otras obras viales en elfuturo mediato, entre ellas la Interoceánica Centro(Pucallpa-Cruzeiro do Sul). También está prevista laconstrucción de unos 4,200 km de hidrovías y de variosmiles de kilómetros de hasta 7 ferrovías, tres de las

cuales serían conectadas al sistema brasileño. Todos esosproyectos apuntan, lógicamente, a facilitar la explotaciónde recursos naturales, entre ellos minería y petróleo,madera y tierra para fines agropecuarios, como se verá másadelante (Dourojeanni, Barandiarán y Dourojeanni, 2010).

Cuando se revisan individualmente las implicacionesambientales y sociales de cada proyecto, los quecorresponden a cada sector y, todos ellos en su conjunto,la magnitud y gravedad de los impactos ambientales ysociales que son razonablemente previsibles son inmensas.Lo serían aún en el caso de que solamente entre un tercio yla mitad de las propuestas sea realmente materializado enel lapso de una década. Los impactos ambientalesprincipales serán la deforestación por cambio de uso de latierra y la degradación de los bosques por usosagropecuarios, mineros, petroleros, forestales y por sutransformación en lagos artificiales; la pérdida drásticade elementos del patrimonio biológico natural; lacontaminación de suelos y aguas por agroquímicos, porsecuelas de la explotación de hidrocarburos y de la mineríaasí como por residuos urbanos e industriales; la alteracióndel régimen hidrológico amazónico tanto por represamientoscomo por la alteración del ciclo hidrológico por ladeforestación; un aumento cuantioso de la contribución delPerú al fenómenos de cambio climático por emisiones de CO2y de otros gases por deforestación y por lagos artificialesy, entre muchos otros, la radicalización de procesoserosivos insidiosos y violentos, especialmente en la SelvaAlta.

Los impactos sociales directos de estas obras seránconsiderables. Acelerarán e incentivarán la migración hacíala Selva y por ende aumentará la densidad de poblaciónurbana sin servicios y aparecerán nuevos centros urbanos apartir de las áreas de servicio de las grandes obras.También aumentará la población rural sin tierra o sintierra suficiente o compatible con el uso que le darán. Losconflictos sociales se multiplicarán entre los actoresamazónicos antiguos (indígenas, ribereños y colonos) y losnuevos, especialmente debido a las invasiones, y asimismoentre la población amazónica en general y el gobierno

nacional pues aumentarán considerablemente los problemas desalud y seguridad pública, la prostitución y el trabajoesclavo e infantil. Los impactos sociales indirectos serántan o más graves que los anteriores y estarán en sumayoría asociados a los impactos ambientales: la pesca y lacaza disminuirán a niveles ínfimos y no atenderán lasnecesidades de alimentación de la población indígena yrural; la población urbana y rural sufrirá de falta de aguapor destrucción o contaminación de las cuencas colectoraspero también soportará inundaciones mucho más violentas eimprevisibles; las carreteas de penetración a la Selvaserán interrumpidas cada vez con más frecuencia poraluviones y derrumbes y, entre otros, el efecto invernaderoprovocará periodos de seca y de lluvias fuertes másintensos. Considerando en conjunto los impactos ambientalesy sociales, los proyectos con los mayores impactos sonprecisamente los que con mayor probabilidad seránejecutados: las carreteras, la explotación maderera, lashidroeléctricas, la minería y los hidrocarburos.

La Amazonía del Perú aún tiene, como bien se sabe, undéficit considerable de infraestructura de desarrollo. Nohay duda que muchas de las proposiciones que fueron hechasson necesarias y que, previa revisión, deben serrealizadas. Lo que alarma en las propuestas analizadas essu carácter aislado, sin justificaciones económicas osociales plausibles, sin ninguna reflexión sobre lasimplicaciones de cada uno sobre los demás ni, mucho menos,sobre sus efectos colaterales. Se proponen carreterasnuevas sin plantear proyectos correlativos de desarrollorural, se provocan migraciones sin considerar mejoríasproporcionales en educación y salud, se impulsa eldesarrollo ecoturístico y en el mismo lugar se tolera laminería ilegal y, para mencionar los casos más torpes, seconstruyen carreteras donde apenas terminada se pretendeformar un gran lago artificial. La revisión de estudios defactibilidad de muchos de los proyectos de infraestructurapública amazónica revela que son económicamente inviables yque, en ningún caso, prestan atención seria a los impactosambientales y sociales que, casi siempre, implican costosnunca contabilizados. La sociedad, ni siquiera losdirectamente afectados, tienen oportunidad de conocer los

proyectos y sus estudios y, peor aún, todo indica que esosdetalles no son conocidos ni por los que toman la decisiónde ejecutarlos. Los proyectos de explotación de recursosnaturales, como los hidrocarburos, los minerales, lamadera, los suelos para agricultura o la energíahidroeléctrica siguen caminos aún más aislados de lasociedad pues responden a intereses mayormente privados. Enestos casos, la única certeza es que son rentables para losinversionistas, pero los beneficios para el Perú siempredeben ser cuidadosamente examinados.

5. Mitos persistentes

5.1 ¿Tierra virgen?

Hoy existen evidencias científicas que demuestran que laAmazonía, inclusive en su llanura brasileña, soportópoblaciones humanas mucho más elevadas que lo supuesto

hasta hace poco. Ya la expedición deFrancisco de Orellana, en 1541, habíaseñalado la presencia de grandesconcentraciones humanas en centrospoblados a lo largo del rio Amazonas,aunque pasando el tiempo sus relatosfueron desacreditados. Pero,

investigaciones recientes probaron que los relatos deGaspar de Carvajal reflejaban una realidad que como tantasotras, cambió en los siglos subsiguientes.

Las evidencias de grandes desarrollos culturales en laAmazonia de los países andino-amazónicos son bien conocidasdesde tiempos remotos. Colombia y Perú, en especial, poseenimportantes restos arqueológicos construidos en piedra ypertenecientes a diversas culturas milenarias. Algunos delos sitios más conocidos en el Perú son el Gran Pajatén(San Martín), Cuelap (Amazonas) y Kotosh (Huánuco). Tambiénse sabe que en la cuenca amazónica de Bolivia, en las

La caída del mito de la"virginidad" de laAmazonia fue un durogolpe para losnaturalistasrománticos. En efecto,hoy se sabe que granparte de esa región hasido densamente poblada

pampas de Mojos, existían millares de hectáreas de cultivosbasados en una tecnología hidráulica sofisticada (Denevan,1970, 1982). Pero la falta de piedras como material deconstrucción en el llano amazónico y su clima extremo nopermitió que los restos de esas culturas fueran evidentes.Eso cambió cuando Anna Roosevelt, entre otros arqueólogos,consiguió probar que había habitantes en la Amazonía más de11,000 años atrás y que ya poseían cerámica de alta calidadunos 3,000 años atrás, como quedó evidenciado por hallazgosen Santarem y especialmente en Marajó, en Brasil y, másrecientemente, en muchos lugares. Aunque hay científicos,como Betty Meggers, que discuten las grandes dimensiones ycualidades que otros atribuyen a las culturas amazónicaspre-hispánicas, se está configurando una tendencia aadmitir que la llanura amazónica baja no fue la tierra desalvajes que se hizo legendaria en la época colonial ycomienzos de la vida independiente de los paísesamazónicos. Todo indica que en ella también se albergaronsociedades grandes y complejas, muy estratificadas,culturalmente avanzadas como se desprende de la calidad desu cerámica, de los geoglifos y de objetos diversos. Ademásdesarrollaron tecnologías de producción importantes,inclusive domesticación de especies usadas hasta elpresente, que permitieron la generación de excedentes queestimularon intercambios comerciales intensos. Eso sólo seconsigue mediante impactos significativos en la naturaleza,demostrando que la idea de “tierra virgen” nunca fuerealista.

Muchas de las culturas amazónicas, tanto las que usaronpiedra en sus partes altas como las que usaron barro ymadera en la llanura, ya habían desparecido mucho antes queOrellana llegara al Amazonas. El ciclo de apogeo y perigeode las grandes culturas del bosque húmedo tropical, como enel caso de los Maya, es un tema que continúa abierto amucha especulación aunque hay teorías convincentes alrespecto, como la reseñada por Diamond (2005). Los gruposindígenas que los sustituyeron y que sufrieron los primeroscontactos con los españoles y demás europeos sucumbieron,sin duda, a las enfermedades introducidas en el medioamazónico y que debieron tener el carácter de epidemiasdescontroladas.

El difundido mito de la selva virgen deriva del hecho que,después de extinguidas las civilizaciones, el bosquerecuperó el espacio perdido, borrando las huellas másevidentes, más no todas. De otra parte, la poblaciónindígena amazónica que sustituyó a los desarrollosculturales previos, aunque en general tuvo una densidad depoblación muy baja, también ocupó prácticamente todo elterritorio en base a latécnica de rotación de camposde cultivo y de áreas decolecta, caza y pesca.

De cualquier modo lasevidencias confirman que laAmazonia no fue un “espaciovacío” y que donde esasculturas se instalaronprobablemente no había muchoque no fuera alterado. Sumandoa eso el impacto aunque fueseleve, de los pobladoressubsiguientes es teóricamentecierto que a finales del sigloXX prácticamente ningún lugarde la Amazonía era, sensustrictus, naturaleza intocada o “tierra virgen”.

Pero, como se indica en el recuadro, eso no es argumentosuficiente para asumir que la riqueza biológica de laAmazonia es el resultado de una política de conservación dela naturaleza por sus ocupantes del pasado, como sugeridopor unos pocos científicos como Gómez-Pompa & Kaus (1992)basado en su experiencia en el Yucatán. En efecto, algunoscientíficos sociales se fundamentan en la inexistenciateórica de naturaleza intocada o virgen para promover laidea de que no es necesario conservarla o protegerla pues,según ellos, si la naturaleza de la Amazonia aún está enpié a pesar de haber sido habitada por milenios, eso sedebe al “buen manejo” e inclusive al “mejoramiento” que suspobladores le dieron (Diegues, 1996). A partir de esodirigen sus baterías contra la idea “imperialista” de

¿Por qué preservar la Amazoniasi no es virgen ni intocada?

El socioambientalismo radical, basado en las evidencias históricas de ocupación humana de la Amazonia, pretende que no es necesario conservar muestras de sus ecosistemas oponiéndose al establecimiento de áreas protegidas que de serlo, según ellos, deben quedar en poder de los pobladores tradicionales que“las usarían sosteniblemente”.

Lo cierto es que todas las evidencias científicas disponibles demuestran que eso es una falacia. Los seres humanos primitivos y, más aún, los que pertenecen a civilizaciones, tienen grandes

establecer áreas protegidas y sustentan que las existentesdeben ser entregadas a los pobladores tradicionales, seanellos indígenas o no (Diegues, 1996; Santilli, 2005).

Se trata de un argumento simplista y peligroso. En primerlugar es evidente que todos los ocupantes de la Amazonía,los de las antiguas civilizaciones como los indígenas y lospobladores tradicionales, provocaron y provocan impactosque son dependientes de la densidad de sus poblaciones. Loque es evidente es que donde desarrollaron agricultura,eliminaron bosques sobre grandes extensiones, como en laspampas de Mojos en Bolivia. Es pues indudable que suimpacto ambiental fue importante y eso es una de lasprincipales teorías para su desaparición. La idea de que laagricultura, la caza, la pesca y la explotación forestal ominera benefician la naturaleza si son practicadas porpobladores tradicionales mientras que son depredadoras sipracticadas por otros es apenas discurso ideológico. Ensegundo lugar, debido a que los indígenas que sustituyeronlos desarrollos culturales tuvieron poblaciones bajísimas ydispersas, el bosque recuperó su pujanza y diversidadbiológica por lo que, en términos prácticos volvió a ser“natural” ¿De qué otro modo puede llamarse un bosque conárboles centenarios de maderas valiosas y donde la fauna nisiquiera tenme la aproximación del hombre? El autor, comotantos otros, vio esos bosques con sus propios ojos, porejemplo en el Parque Nacional del Manu.

El concepto de que no existe naturaleza intocada es uno delos axiomas del socioambientalismo que, posiblemente sinproponérselo, ha contribuido mucho a acelerar el proceso dedestrucción de la Amazonía. En efecto, esa conclusióndestorcida es frecuente y es respaldada por teóricos ypolíticos de izquierda, dando lugar a una serie dedecisiones como la entrega de parques nacionales a gruposindígenas o la amputación de otras áreas protegidas parabeneficio de pobladores “tradicionales”. La creación dereservas extractivistas en el Brasil, que son una modalidad dereforma agraria disfrazada de “conservación”, también emanade ese concepto.

5.1 “Pulmón del mundo”

Es triste ver que muchos aún usan el argumento de que laAmazonía es el “pulmón del mundo” para justificar ladefensa de los bosques amazónicos, haciendo un magroservicio a esa causa. Hace décadas que esa idea, que porcierto es llamativa, ha sido científicamente descartada.Los bosques amazónicos, como otros, brindan numerososservicios ambientales esenciales, como por ejemplo el defijar carbono, pero no son productores netos de oxígeno.Además, hasta la figura usada en este caso es inadecuadapues los pulmones no emiten oxígeno para fuera del cuerpoal que sirven. En verdad, los pulmones de un ser compitenpor el oxígeno contra los pulmones de los demás serespulmonados. Captan el oxígeno del aire y lo ponen adisposición de las células del cuerpo o del ser al quepertenecen que en este caso serían, figurativamente, laspropias plantas que conforman el bosque amazónico.

5.2 “Perú, país forestal”

5.3 Manejo forestal

5.4 Zoneamiento ecológico-económico

5.5 Internacionalización de la Amazonía

Uno de los temas más recurrentes con relación a la Amazoníaes la idea de que las “grandes potencias”, además de“robar” sus recursos tienen el propósito de adueñarsefísicamente de ella o por lo menos, de internacionalizarla.Lo cierto es que, cuando analizados los textos que aleganesas amenazas, solo cabe concluir que se trata en el mejorde los casos de malos entendidos o de colocaciones fuera decontexto y, en general, de mentiras perpetradas con la peorde las intenciones pero que muchas veces son aceptadas porun público desinformado. De hecho el 72 % de los civilesy 83% de los militares brasileños creen que ese es unriesgo real (citado en la revista Veja de mayo de 2008).Por eso, esa clase de ideas han hecho mucho daño a la

Amazonia, obstaculizando los financiamientos que seríanbeneficiosos y facilitando, en cambio, los más perversos;dificultando la investigación científica y generando unaxenofobia que no ayuda a nadie. Varios países, en especialel Brasil, por iniciativa de oscuros legisladoresamazónicos han adoptado textos legales discriminatorios yperniciosos. Es verdad que el primer estallido de explotación abusiva dela Amazonia fue generado por la necesidad de los paísesricos de disponer de caucho para sus recién inventadosautomóviles y, a partir de entonces, la explotación devarios de los recursos de la región sirvió, en efecto, paraalimentar la demanda externa. Pero, de una parte, esasexplotaciones fueron planeadas y ejecutadas esencialmentepor nacionales de los países amazónicos, como el peruanoArana o el boliviano Suárez, o fueron desarrolladas aconvite de estos. También es verdad que muchas empresas depaíses desarrollados propusieron a los gobiernos amazónicosusar grandes concesiones para hacer agricultura odesarrollar otras actividades. Como es natural en unoscasos fueron aceptadas y en otras rechazadas. Perofrecuentemente esas propuestas fueron hechas a convite ocon aceptación entusiasta de gobiernos como el peruano, enel caso de Le Tourneau y de la Peruvian Corporation14 o como elbrasileño, cuando a acogió la idea de la Ford enFordlandia. En otros casos los gobiernos no aceptaron lasproposiciones o fueron presionados a no hacerlo poractores nacionales, como podría haber sido el caso con laspropuestas de la Amazon Corporation of Delaware y de la TheCanadian Amazon Corporation Co. en el Brasil. De otra parte, también es verdad que gran parte de laexplotación amazónica satisfizo y aún satisface la demandainterna, como en el caso de la madera. El Brasil consumeactualmente el 79% de la madera procesada que sale de suAmazonia pero antes, en 1998 consumía el 86% (SFC/Imazon,2010), dando lugar a uno de los mayores impactosambientales del pasado y del presente. Aunque mucho se cazópara pieles y cueros que se exportaban, la carne de las

14 En este caso la concesión fue parte del pago de una deuda pública decurrente de la Guerra con Chile.

presas y la pesca siempre han sido para abastecer mercadoslocales. Y, ya en tiempos recientes, no es posible acusaral imperialismo por la explotación de recursos petroleros omineros, cuándo los gobiernos amazónicos hacen malabaresque llaman de “ruedas, ferias o viajes de negocio” paraatraer inversiones foráneas. Además, explotar recursosnaturales para exportar no tiene nada de intrínsecamenteerrado. Por lo tanto, el argumento de que los extranjerosse llevan la Amazonia es muy débil.

Entre las supuestas pruebas de las intenciones deinjerencia extranjera en el dominio del territorioamazónico están, por ejemplo, hechos como que al comienzodel siglo XX la poderosa Alemania comunicó al Barón de RioBranco (entonces jefe de la diplomacia brasileña) que"Sería conveniente que el Brasil no prive al mundo de las riquezas naturales dela Amazonía" lo que habría sido abortado gracias a la“competencia del Barón”. Otra supuesta prueba frecuentementecitada es que, muchas décadas atrás, el Hudson Institute(EEUU) propuso la formación de uno o más grandes lagos enla Amazonia represando sus ríos principales, entre otros,el Ucayali. También se mencionan casos reales o inventadosde que autoridades americanas propusieron transferir a laAmazonia a negros americanos pobres, a los incomodos hijosde americanos y japonesas nacidos en la posguerra de lasegunda Guerra Mundial, a “excedentes” poblacionales dePuerto Rico y, más recientemente, a 200,000 refugiadospalestinos. Hasta se menciona que en el marco de unareunión mundial, en Ginebra, el Presidente Wilson habríapropuesto a su correspondiente brasileño, Epitacio Pessoa,un plan de internacionalización de la Amazonia. También fueen Ginebra, según esta línea de argumentos, que el ConsejoMundial de Iglesias Cristianas habría declarado en 1981 que"La Amazonia es un patrimonio de la humanidad. La posesión de esa regiónpor Brasil, Venezuela, Ecuador y Colombia, es meramente circunstancial".

Cualquier análisis ecuánime de esas “pruebas” lasdescalifica como tales. Es obvio que muchos en el mundo,como en los propios países amazónicos vieron en la Amazoníaun espacio vacío al que se podía aprovechar para resolversus problemas de “excesos” de población indeseada. Fueronlos propios gobiernos de Perú y Brasil que abrieron sus

puertas a millares de inmigrantes europeos y japonesesprecisamente buscando ocupar la Amazonia ¿Qué tiene deerrado proponer discutir la inmigración de 200,000palestinos? Tampoco espanta que instituciones extranjerasde tipo intelectual propusieran hacer grandes lagos en laAmazonía. El Presidente Fernando Belaúnde del Perú y másreciente la muy sudamericana IIRSA propusieron unir lascuencas del Amazonas con las del Orinoco y La Plata. No esposible prohibir a los intelectuales que suenen con grandesobras. Toca a la sociedad analizarlas y rechazarlas sifuera el caso.La anécdota de la recomendación de Alemania al Barón de RíoBranco no demuestra nada y además, debe ser analizada en sucontexto histórico.

Cada tres o cuatro años, desde hace casi dos décadas,reaparecen en la prensa las mismas páginas de un falsolibro de educación secundaria de EEUU en el que se muestrala Amazonia como parte del territorio estadounidense y sehacen comentarios poco elogiosos al Brasil. Aunque lafalsedad de ese escrito es obvia a simple vista, pues estáredactado en un inglés lamentable y por otros motivos, cadaaparición hace resurgir las protestas de los políticos y laInternet se llena de comentarios de patriotas indignados.Es evidente que el tal escrito fue escrito por unbrasileño, para burlarse de sus conciudadanos o para darargumentos a la izquierda nacionalista vociferante.

De otra parte, es verdad que en tiempos recientes, con elfenómeno de la globalización de la economía y de laproblemática ambiental, los deslices diplomáticos dealgunas personalidades y de periodistas de paísesdesarrollados con relación a la Amazonia han sido másfrecuentes. En 1989 el Premio Nobel Al Gore dijo “Alcontrario de lo piensan los brasileiros, la Amazonía no es solo de ellos, pero detodos nosotros". El New York Times publicó en 2008 un artículointitulado más o menos “Al final, de quien es este bosque?”,poniendo en cierta forma en duda el derecho irrestricto delos dueños sobre un bioma de importancia mundial. Lo ciertoes que, aunque no se esté de acuerdo con esa visión, paraeso es la libertad de expresión que los países amazónicosrespetan también.

A eso se suma cada vez más el interés de financistas yambientalistas por comprar tierras en esa región en elintuito de preservarlas contra la deforestación y esperar aque su valor ambiental aumente. En esa línea se inserta elsupuesto descubrimiento de un esquema de compra de tierraspor el empresario sueco Johan Eliasch, un consejero delpremier británico Gordon Brown. El escándalo que esoprovocó generó una investigación federal brasileña que,finalmente, reveló que el mecenas-ambiental apenas habíaconseguido adquirir unas 120,000 ha, o sea nada paraespantar. Pero Eliasch, que es fundador de la ONG Cool Earth,habría declarado que se podría comprar todo el bosqueamazónico por unos 50 mil millones de dólares incentivandootros empresarios a hacer donaciones para la compra detierra15. Lo que demuestra la irracionalidad de lasprotestas es que misma idea había sido promovida desde másde una década antes por el banquero e ambientalistabrasileño John Forgach, uno de los fundadores del BancoAxial S.A. de São Paulo, del A2R Fund Management y deEquator. Él argumentaba que la mejor forma de que el dinerono pierda valor era invirtiéndolo en la compra de bosquesamazónicos que, conservados, “valdrían más que diamantes en unfuturo no lejano”. Forgach ganó múltiples premios por esainiciativa y, por ser él mismo más o menos brasileño, nolevantó ninguna suspicacia evidente ni es citado por losxenófobos como uno de tantos invasores imperialistas.Aunque la intención de los que hablan o actúan de esasformas no es necesariamente negativa, perjudicial nierrada, hay que reconocer que es natural que losnacionalistas y ultranacionalistas se rebelen ante el hechode que extranjeros compren tierra de sus países para“congelar su uso”, excluyéndolos del proceso. Es obvio queese tipo de acción de salvamiento de la Amazonia debe tenerun límite y una asociación con las entidades responsablespor la conservación de la naturaleza en el país. Pero, deotra parte, esas iniciativas aunque muy publicitadas, noprosperaron mucho, como bien se sabe.

15 Dicho sea de paso, el autor de este libro había hecho una propuesta muy similar aunque en una escala modesta y que pasó desapercibida, en el artículo “Condominio natural: una nueva estrategia para establecer reservas naturales privadas” (Dourojeanni, 1995).

Você não acha isso, nomínimo, muito suspeito?

Nordestinos

vítimasda  seca

Índiosda

Amazônia

Quantos? 10milhões

230 mil

Sujeitos àfome ?

Sim Não

Passam sede?

Sim Não

Subnutrição?

Sim Não

ONGs estrangeiras ajudando  

Nenhuma 350

Provável explicação:A Amazônia tem ouro, nióbio, petróleo, as maiores jazidas de manganês e ferro do mundo,diamante, esmeraldas, rubis, cobre, zinco, prata, a maior biodiversidade do planeta (o que pode gerar grandes lucros aos laboratórios estrangeiros) e outras inúmeras riquezas que somam 14 trilhões de dólares. Já o nordeste não tem tanta riqueza. Será por isso que lá não há ONGs estrangeiras ajudando os famintos?Há mais ONGs estrangeiras indigenistas e ambientalistas na Amazôniabrasileira do que em todo o continente africano, quesofre com a fome, a sede, as guerras civis, as epidemias de AIDS e Ebola,os massacres e as minas terrestres.

Fuente: Anónimo recebido por Internet

En el recuadro se muestra un cuestionamiento que hacirculado en la Internetmientras se escribía este libro.Se le ha incluido porque ilustraperfectamente las dudas y laopinión de muchos brasileños,Vale reconocer que, aunque losdatos consignados son altamentediscutibles, las preguntas soninteligentes y alimentan bien lateoría de la gran conspiraciónque tantos espíritus gustan. Noes verdad que no existan muchasONGs trabajando en el Nordesteni tampoco, que haya más ONGs enla Amazonía que en África. Deotra parte, tampoco escompletamente verdad que losindios amazónicos no pasenhambre. Pero subyace que laAmazonía llama más la atenciónque el sufrido nordeste delBrasil y eso es porque las ONGsque trabajan en la Amazonia nose ocupan tanto de los indígenasy si, mucho más, del tema de laecología tropical y de laconservación del bioma.

El resultado de esos hechos y deesas percepciones ha sido elrebrote periódico de protestasde políticos, propuestas legalesy de acciones de fiscalización yde investigación, inclusivepoliciales16, especialmentecontra las ONGs extranjeras o16 Ver, por ejemplo, los artículos “Amazônia: conservação ou colonialismo” (emAmazônia, 30 de julio de 2007) y “Governo age para barrar ONGs estrangeiras na Amazônia, diz Tuma Jr.” (en Ambiente Brasil, 11 de marzo de 2009). Pero hay centenas de notas periodísticas sobre el asunto.

las nacionales con financiamiento externo que trabajancuestiones ambientalistas, indigenistas o de derechoshumanos en la Amazonía. En unos casos es porqué las talesONGs, como el WWF, han desarrollado iniciativas parecidas alas de los financistas mencionados antes, proponiendo laadquisición de áreas que deberían ser protegidas. Tambiénporque las ONGs vinculadas a asuntos indígenas y dederechos humanos apoyan los reclamos indígena por mayoresterritorios, lo que viene preocupando seriamente a losmilitares, en especial en el Brasil donde los indios yaposeen enormes territorios. Pero la realidad es que elprincipal motivo de esas reacciones es diferente. Lo quepreocupa a los gobiernos, especialmente a los locales, esla presencia de observadores que denuncian las violacionesa la ley en materia de explotación de recursos, criticanlas acciones del gobierno, proponen conservar los recursosy defienden los derechos de los más pobres. En ese proceso,obviamente, perjudican intereses de empresarios y políticoslocales creando enemigos que usan las asambleas estatales oel congreso nacional como caja de resonancia.

Así, especialmente en el Brasil, se hacen nuevas leyes yregulaciones, se crean más requisitos y se implantancontroles cada vez más severos, todo apuntando a limitar odificultar el ingreso a la Amazonia de extranjeros, de ONGsextranjeras y de financiamiento externo no directamentecontrolado por el gobierno, restringiendo mucho lasacciones y su eficacia. Además, claro, existe laprohibición de adquisición de tierras en zonas de fronteray se acude con frecuencia a acusaciones de biopirataria ode otros supuestos ilícitos que movilizan a la policía, sinmencionar toda clase de hostigamientos que dificultan muchoel trabajo de las ONGs y, en particular, de loscientíficos. Lo curioso es que esos requisitos no seaplican, en general, a las grandes empresas nacionales confinanciamiento internacional, como la Vale do Rio Dulce,que explotan ingentes recursos mineros con gran impactosocial y ambiental.

6. Las nuevas realidades

6.1 La Amazonía se urbaniza y tuguriza

Durante mucho tiempo, especialmente en virtud del mito dela Amazonia "vacía", pasó desapercibido un fenómeno queahora es omnipresente. La Amazonia se ha urbanizado tanto ytan rápido que aproximadamente el 60% de la poblaciónhabita en ciudades. Esa cifra es largamente superada en elBrasil, donde más del 70% de la población amazónica esurbana. Cuarenta años atrás apenas el 3.5% de la poblaciónamazónica de ese país vivía en las ciudades.

Las dos ciudades más grandes de la Amazonía están en elBrasil: Manaos, con 1’739.000 habitantes y Belem do Pará,con 1’438,000 habitantes. Pero, si se consideran lasregiones metropolitanas, esos números suben a 2’210,000para Manaos, incluyendo otros 7 municipios aún noconurbados y la de Belem, con 2’041,000 habitantes concinco municipios conurbados Hay otras 7 ciudadesbrasileñas con más de 200,000 y 500,000 habitantes y,también 11 ciudades con más de 100,000 hasta 200,000habitantes. Se trata, en general, de capitales de estadoscomo Porto Velho, Macapá, Rio Branco y Boa Vista pero, enel Estado de Pará, el más populoso, hay varias otrasciudades grandes como Ananindeua, con 506, 000 habitantes,Santarem y Marabá 17. Muchas de esas ciudades, crecieron enpromedio más de 50 veces desde 1940 y continúan creciendo atasas que superan toda posibilidad de proveerlas con losservicios necesarios.

En el Perú, solo el 54% de la población amazónica es urbanay, como es bien conocido, las mayores concentraciones sonlas de Iquitos (438,000 habitantes) y Pucallpa (270,000Habitantes), pero ciudades como Tarapoto (117,200 condistritos próximos), La Merced (114,000 habitantes), Satipo

17 Datos del IBGE de 2009

(94,000 habitantes), Moyobamba y Oxapampa (poco más de70,000 habitantes), Contamana y Yurimaguas (poco más de61,000 habitantes), Puerto Maldonado (unos 40,000habitantes) y varias más están también creciendorápidamente. Aunque los déficit en cuestiones de educacióny salud son grandes, aún mayores son las carencias de agua,desagüe, plantas de tratamiento, drenajes y manejo deresiduos sólidos. La falta de pavimentación crea severosproblemas de contaminación del aire por polvossedimentables durante las estación seca. Gran parte de lapoblación urbana sufre de pobreza crítica y habita en"favelas", "barriadas" o "villas miseria" que, en muchoscasos, son aglomerados de palafitos o casas flotantes.

En 2009 el periodista Ronaldo Soares da revista Vejapublicó un artículo intitulado “É preciso salvar também ascidades” refiriéndose al estado calamitoso de los serviciospúblicos y, por ende, de la salubridad que impera en lasciudades amazónicos brasileñas. Con razón, él decía que nobasta con salvar el bosque amazónico. Mostraba datosoficiales que revelan que más del 70% del pueblo de esasciudades vive y enfrenta problemas similares o peores quelos moradores de “favelas” de las grandes ciudades como Riode Janeiro y Sao Paulo. Inclusive falta agua potable yevidentemente la situación de los desagües es peor. Menosdel 10% de las viviendas de esa región están conectadas auna red colectora. Más del 90% de los municipios no tienesiquiera un aterro sanitario para disponer los residuossólidos. Todo es expuesto al aire libre o es tirado a losríos.

De todo lo malo que existe en materia urbana en la Amazoniabrasielna Suas origens remontam à época de colonização do rio Jari, recebendo ainda influências mais recentes da implantação do Projeto Jari Florestal, em 1967 idealizado pelo milionário norte americano Daniel Keith Ludwig, que pretendia substituir a floresta nativa por uma plantação homogênea de uma planta denominada gmelina arborea para a fabricação de celulose, matéria-prima do papel, também pretendia torna-se o maior produtor mundial de carne bovina, suína e arroz. Infelizmente o município de Laranjal

do Jari representou e representa um imenso contraste entre a planejada e estruturada cidade de Monte Dourado, construída seguindo o modelo de classe média norte americano de habitação e Laranjal do Jari, constituída à margem esquerda do Rio Jari (Rio da Castanha) sobre palafitas.

Inútil es decir que la situación en el Perú, especialmenteen la Selva Baja, es igual o peor. En la Selva Alta existenciudades mejor estructuradas y, en ellas, la ocupacióninformal de la tierra aunque inadecuada no se ha vistoforzada a ocupar áreas inundables como en Iquitos oPucallpa o en todo el Brasil. Los famosos palafitos,estúpidamente presentados como atractivos turísticos deIquitos o Manaos, crean condiciones sanitariasincomparablemente peores que las barriadas en tierra seca,pues se consume la misma agua en que los desagües crudosllegan. La lepra afecta hasta a 54 de cada cien milhabitantes, la tuberculosis ya es endémica en Para yAmazonas y también en Iquitos. En el Brasil laleishmaniosis pasó de 2.5 casos por cada cien milhabitantes en 2002 a 5.2 en 2008, es decir más que duplicó.Lo mismo ocurre con la malaria en sus formas más graves queestá distribuida en toda la región y, ahora, también eldengue. La malaria afecta a prácticamente todos loshabitantes del archipiélago de Marajó.

Ojalá que los males urbanos amazónicos se limitaran a lafalta de saneamiento básico y a sus consecuencias en lasalud. Lo que más ha proliferado con el “desarrollo”,especialmente con las grandes obras viales y la explotaciónde hidrocarburos y de recursos mineros, tanto en el Perúcomo en el Brasil, es la prostitución infantil. El boomeconómico trae eso que también se refleja en una explosiónde gravidez infantil

Según los últimos datos del INEI obtenidos a través de laEncuesta Nacional de Hogares, la incidencia de la pobrezaen la Amazonía peruana fue de 48.4% en el 2007. Asimismo,como era de esperarse, la pobreza en la Selva urbana(40.3%) es menor que en la Selva rural (55.3%). Lo que es

inesperado es que la pobreza en el ámbito urbano selváticosea más alta que la pobreza en el ámbito urbano de laSierra. La desnutrición crónica en niños menores de 5 añosal primer semestre del 20096 es de 26.3%, un poco máselevada que el promedio nacional de 24.2%. La pobrezaurbana es evidente en la periferia de todas las ciudadesamazónicas donde, como dicho, existen enormes barriadas,obviamente sin servicios de agua, desagüe o recolección deresiduos, los que también son escasos o inexistentes parala población de clase media. En el medio rural el problemade la desnutrición es más severo a consecuencia de ladisminución del stock de recursos pesqueros y de faunasilvestre, que tradicionalmente han sido fuentesconsiderables de proteína.

La pobreza rural, tanto en Perú como en Brasil, explica engran medida la migración hacía las ciudades. La ciudad,inclusive en las barriadas o favelas, permite disponer demás y mejores servicios que en el monte. Escuelas, puestosde salud, recreación, disponibilidad de energía eléctricay, en especial en el caso del Brasil, acceso a todos lasventajas financieras que el último gobierno otorgó a lospobres (bolsa familia, bolsa escuela, bolsa gas, etc.)atraen números crecientes que, a pesar de sus dificultades,están satisfechos. En el Perú, debe recordarse, elcrecimiento urbano más rápido se dio con la exploraciónpetrolera de los años 1970 y b1980 q1ue requirió ingentesnúmeros de “trocheros” que luego se quedaron desocupados,especialmente en Iquitos.

6.2 El cambio climático es una realidad

6.3 La nueva infraestructura

6.3.1 La IIRSA o de cómo no deben hacerse las cosas

6.3.2 Para que las carreteras cumplan su rol

6.3.3 Cuidados necesarios para hacer hidrovías

El transporte fluvial parece una solución ideal. Cargasenormes pueden ser transportadas eficientemente sobregrandes distancias con impactos socioambientales que sonconsiderados mínimos. La vieja Europa cruzada por ríos ycanales adaptados a la navegación desde antaño es un buenejemplo de eso. De otra parte, es verdad que los ríosamazónicos también han sido navegados por siglos. Por esono es nueva la idea de transformar los ríos de esa regiónen hidrovías lo que, además de su eficiencia energética,podría evitar la necesidad de construir algunas carreterasque, como bien se sabe son vectores de deforestación. Comoparte de la Iniciativa de Integración de la InfraestructuraSudamericana (IIRSA) están planeadas varias hidrovías enlos principales ríos de la Amazonía peruana, cuyos estudiosya se iniciaron. A pesar de las aparentes virtudessocioambientales de la experiencia del viejo mundo latransformación de los ríos amazónicos en hidrovías planteaproblemas inéditos que deben ser considerados con muchocuidado. En esta nota se discuten brevemente los pros y loscontras ambientales y sociales de las hidrovías en lascondiciones especiales de la Amazonia peruana.

La navegación en los ríos amazónicos es antigua y seincrementó especialmente a partir de la época del caucho.Grandes buques ya llegaban a Manaos, en Brasil y hastaIquitos, en Perú a fines del siglo XIX y sirvieron paraevacuar las riquezas naturales que la región ofrecía. Ahoraexisten puertos muy grandes, inclusive graneleros, en elAmazonas brasileño y en sus principales tributarios. Pero,dado el tamaño enorme de ese río es posible navegarlo sinhacer modificaciones, aunque hacerlo facilitaría su uso.Hubo muchas propuestas de convertir el rio Amazonas y losdemás ríos de esa región en hidrovías, lo que implica unagran diversidad de intervenciones que incluyen desde unasimple señalización hasta la construcción de canales. Unade las más sensacionalistas fue la propuesta de unir lascuencas de los ríos Orinoco, Amazonas y Plata que elfallecido Presidente Fernando Belaúnde, del Perú, promovióintentando en 1983 pasar en un buque de guerra por el canaldel Casiquiare, entre las cuencas del Amazonas y del

Orinoco18. El barco encalló, pero la idea continuóflotando.

Aunque no localizado en la Amazonía, el principalantecedente hidrovial de gran magnitud en América del Sures la Hidrovía Paraguay-Paraná (3,400 km) que serviría aArgentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. Como en elcaso del río Amazonas, los ríos Paraná y Paraguay, queterminan en el Río de la Plata, han sido navegados desde lallegada de los españoles a América pero, la propuesta definales de los años 1980 fue la de transformarla en unagran hidrovía, con profundización del lecho del ríomediante rectificación del curso, dragado intenso yeliminación de rocas además de señalización e instalacionesportuarias entre otras usuales en esos casos. La idea erapermitir o facilitar el paso de gigantescos convoyes debarcazas de granos y minerales, por lo que el canal deberíaser muy ancho. Se solicitó el financiamiento del BID y,como es de rigor, éste exigió un estudio de viabilidadtécnico-económico y un estudio de impacto ambiental ysocial. El resultado de los estudios puso en duda suviabilidad económica pero, por encima de todo, demostró quela obra como propuesta era ambientalmente inviable,principal pero no únicamente debido a la probabilidad deque contribuya a drenar una porción significativa delsensible Pantanal localizado entre Brasil (estados de MatoGrosso y Mato Grosso do Sul), Bolivia y Paraguay. Al finalde varios años de discusiones y controversias el BID y elgobierno brasileño abandonaron el proyecto, que fuearchivado (Bucher et al, 1993, 1997). A pesar de que elproyecto fue oficialmente archivado, los gobiernosnacionales y regionales de los países continuaron ycontinúan haciendo obras en esa hidrovía, aunque hastaahora evitaron impactar demasiado en el Pantanal.

18 Dourojeanni, M. J. 1983 Obsesión tropical, editorial en La República (28 de lulio de 1983) y en Dourojeanni 1988 Si el Árbol de la Quina Hablara Ed. ProNaturaleza, Lima 312p.

Lo que en la actualidad se propone para el Perú es tan omás ambicioso que la Hidrovía Paraná-Paraguay. En el cuadro.. se mencionan los principales proyectos que registra elMinisterio de Transportes y Comunicaciones (MTC), perootras publicaciones del mismo sector incluyen el trechoMadre de Dios-Madeira. Este sistema de navegación fluvial,sin incluir ésteúltimo, puederepresentar más de5,000 km apenas enterritorio peruano. ElBID ha aprobado en 2009una cooperación técnica(por un valor total deUS$1’062,500) parafinanciar lapreparación de un Plande Desarrollo Hidrovial(PDHP) y de unaevaluación ambientalestratégica del mismo(BID/PNUD, 1997),incluyendo en esteproyecto varias de lashidrovías peruanas,sumando 4,081 km. Como es usual con las informacionespúblicas del gobierno peruano, las hidrovías que fueronincluidas en el proyecto del BID no son todas las mismasque figuran en otros documentos del mismo sector. En esteestudio se han incluido los trechos del río Ucayali entrePucallpa y Atalaya (517 km) y del río Urubamba entreMalvinas y Atalaya (293 km), que no fueron mencionadosantes (Dourojeanni et al, 2010). En cambio, han excluido lostrechos que corresponden al río Putumayo y al río Madre deDios.

Varias de las propuestas formarían parte del llamadoCorredor Interoceánico Norte del Perú, que es de naturalezabimodal, o sea combinando trechos terrestres para cruzarlos Andes usando la Carretera Interoceánica Norte, que uneel puerto de Paita u otros en el Pacífico con los puertosexistentes o previstos en Yurimaguas (río Huallaga) o

Cuadro . Hidrovías propuestas en laAmazonia peruana

Hidrovías

Desde Hasta km

Napo Cabo Pantoja Río Amazonas

564

Putumayo Güeppi Santa Sofía

1,173

Huallaga Yurimaguas Río Marañón

211

Marañón Saramiriza Rio Amazonas

632

Ucayali Pucallpa Rio Amazonas

1,032

Ucayali Pucallpa Atalaya 517Urubamba Atalaya Malvinas 293Amazonas Comienzo

AmazonasSanta Rosa 601

M. de Dios

Pto. Maldonado Frontera n/d

Total 5.023

Fuente: MTC (2009), Dourojeanni et al (2010), BID (2010)

Saramiza (río Marañón), continuando hasta Manaos sobre elrío Amazonas. Este proyecto facilitaría el movimiento decontenedores y otros tipos de carga y abarataría el fleteentre ambos países. Por los motivos expuestos esashidrovías son motivo de un convenio entre Brasil y Perú.

Argumentos a favor y en contra del transporte acuático: Nohay duda que el trasporte acuático es mucho más atractivoen términos económicos, sociales y ambientales que susalternativas terrestres. Su principal virtud deriva de laeconomía de combustibles fósiles que se necesitan paramovilizar cargas muy pesadas sobre largas distancias ya quegran parte del esfuerzo es proporcionado directa ygratuitamente por el propio recurso hídrico. Pero tieneotras ventajas como el hecho de que las vías acuáticasexisten naturalmente y que en consecuencia su costo de“construcción” es menor que en carreteras o ferrovías.Debido a la mayor eficiencia energética del transporteacuático el uso de las hidrovías, en principio, contaminamenos y, por no atravesar nuevas áreas boscosas, ellas nofacilitan la deforestación ni la invasión de tierraspúblicas. Uno de sus puntos débiles es el costo delmanipuleo para embarque y desembarque de las cargas en lospuertos, aunque los equipamientos modernos disponibles comoen el caso de grúas para contenedores y fajas o tubos paragranos y minerales, han abaratado mucho esas operaciones.Otros costos importantes incluyen el valor de lasembarcaciones y el gasto en mantenimiento periódico de loscanales de navegación y de las embarcaciones.Adicionalmente, deben se considerarlos los costosnecesarios para evitar accidentes, en especial cuando setrata de cargas contaminantes.

Sus principalesinconvenientesambientales quede sercorrectamenteenfrentadospueden implicarcostos elevados,son las

Cuadro 2. Comparación de costos ambientales derivadosde tipos de transporte (en porcentajes)

Costos Ambientales Aéreo

Ferrovía

Hidrovía

Carretera

Contaminación atmosférica 2 4 3 91

Contaminación sonora 26 10 0 64Ocupación del suelo 1 7 1 91Construcción/ mantenimiento 2 37 5 56

Accidentes 1 1 0 98TOTAL (%) 6.4 11.8 1.8 80.0

alteraciones que su construcción, uso y mantenimientoprovocan en el ambiente físico y biótico de los ríos. Estasson más intensas cuanto menor sea el caudal del ríoafectado y cuánto mayor sean las modificaciones hechas ymayor el tránsito de embarcaciones. Eventos inesperados,como derrames de substancias contaminantes son muchísimomás serias en los ríos que en ambientes marinos debido alconfinamiento del agua, a la corriente del río y a laexistencia de riberas siempre próximas, con vegetación,fauna y población humana. En condiciones amazónicas, comose verá, todos esos problemas se agudizan y complican muchomás que en ríos de regiones templadas o frías.

De otra parte, las ventajas ambientales del transporteacuático son muy importantes y bien conocidas. Como seobserva en el cuadro 2, el transporte fluvial se comparaventajosamente a todos los demás, inclusive el aéreo y elferroviario (USDT, 1994). Su excelente relación cargatransportada/energía consumida reduce considerablemente lasemisiones de dióxido de carbono y de otros contaminantesatmosféricos en relación al transporte de la misma cargapor carretera o por otros medios. La misma fuente citadarevela que esta forma de transporte origina 33% menoscontaminación atmosférica que el ferroviario y 373% menosque el que se hace por carreteras. También se informa quedespués de años de monitoreo en el río Alto Mississippi, seconstató que el nivel de contaminación de las aguasoriginado por derrames de este tipo de embarcaciones esinsignificante frente a otras fuentes de contaminación delrío. Se trata asimismo de un transporte relativamentesilencioso que, exceptuando las instalaciones portuarias,no ocupa el suelo y que, si bien organizado, ofrece muchomenos riesgos de accidentes que el terrestre. Lo que elcuadro 2 omite son los impactos en la hidrobiología y en lasociedad, entre otros, pero aun incluyendo esos elementosde juicio continuaría siendo comparativamente menosimpactante.

Sumando ventajas y restando desventajas cabe poca duda queusar los cursos de agua naturales de la Amazonía es unabuena idea que ya debió ser mucho más aprovechada. Pareceincomprensible, en efecto, la construcción de costosas

carreteras paralelas a grandes ríos navegables, inclusiveel propio Amazonas, como en el caso de la carreteraIquitos-Nauta que, dicho sea de paso, continúa desconectadadel sistema vial nacional casi treinta años después determinada. Tamaña irracionalidad fue denunciada cuandoapenas se iniciaba la construcción de esa vía (Dourojeanni1981, 1990), pero eso no alteró la decisión que en verdadse sustentaba en intereses particulares; y ese hechocontinúa siendo una realidad ya que otras carreterasparalelas a los ríos navegables ya existen o estánprevistas. Por razones esencialmente económicas estoocurre igualmente en muchos países desarrollados, dondecarreteras y ferrocarriles corren paralelos a hidrovías. Esdecir que las hidrovías no garantizan que no se hagancarreteras y que, en consecuencia, los impactos ambientalesde ambos pueden conjugarse y sumarse.

¿Adaptar el río a la navegación o adaptar la navegación alrío?: Hay muchos tipos de hidrovías y muchas formas dehacerlas. En términos generales existen dos tipos dehidrovías: (i) las que adaptan el rio a las embarcaciones,construyendo un canal en su lecho o canalizando el río,inclusive con esclusas si son necesarias, como en el viejomundo o; (ii) adaptando las embarcaciones al río, haciendomuy pocas modificaciones en éste, por ejemplo apenasinstalando señalización diurna y nocturna. Entre ambasopciones extremas existe, por cierto, una infinidad dealternativas. En el caso de la Amazonia el tema crucial esel de la eventual rectificación de los meandros del ríopara acortar distancias. Si eso se hace el impactoambiental es muy grande. El impacto ambiental de lashidrovías también varía considerablemente con el calado, laforma y la velocidad de las embarcaciones y con sucomposición19 en el caso de usar convoyes y remolcadores.

19 Definir el tipo de embarcaciones que usaran esas vías es esencial pues el ancho del canal y su profundidad dependen de eso. Convoyes de chatas motorizados por remolcadores no requieren mucha profundidad pero si una ancho importante. En cambio, barcos grandes de carga líquida (petroleros y otros buques cisterna) o de carga seca (graneleros, frigoríficos, contenedores, etc.) requieren de canales más profundos. Si se pretende que la navegación seapara todos esos tipos de embarcaciones, el impacto será múltiple y máximo. A este punto es importante señalar que por el momento el tráfico fluvial se limita, salvo excepciones (hasta Iquitos), a barcos que pueden ser considerados relativamente pequeños.

Estas características de las embarcaciones dependen de laprioridad que se otorgue a decisiones económicas referidasal tipo de cargas a ser transportadas o, en cambio, de laque se otorgue al costo de los impactos ambientalesprevisibles.

Se trata pues de establecer un equilibrio adecuado yaceptable entre los aspectos económicos del transportefluvial y los aspectos ambientales asociados al mismopero igualmente medidos en términos de costos. Elresultado, dependiendo del énfasis, puede resultar en unahidrovía “ecológica” o en una hidrovía con serias secuelasambientales.

Temas ambientales críticos a ser considerados: Los grandesríos tropicales no son como los ríos europeos onorteamericanos. Su primera y más importante diferencia essu extraordinaria riqueza biológica, varias veces mayor endiversidad de especies y endemismos (Goulding, 1980). Poreso, el conocimiento (taxonómico y de ciclos vitales) sobrelos peces amazónicos y otros elementos de la biota fluviales esencial para hacer una evaluación ambiental seria, loque es aún más importante por existir, en la región,numerosas especies amenazadas o raras20. A eso se suma laexistencia de especies aún desconocidas para la ciencia21.

Es importante, para hacer el estudio, determinarcorrectamente el área de influencia de las hidrovías. Paraeso deberá llevarse en cuenta su impacto en el cambio deuso de la tierra a lo largo de ellas al facilitar laexpansión de la agricultura, especialmente la de comodities,inclusive biocombustibles. Ellas, en efecto, puedenviabilizar la conversión de bosques en tierras de cultivosobre extensiones que potencialmente pueden ser tanimportantes o más que las carreteras. Las hidrovías tambiéncrean condiciones económicas para otras inversiones en

20 Una nota periodística anunció, cuando se escribía esta nota, que investigadores de las universidades de Nueva York y Wisconsin habían concluidoque el 65% de la biodiversidad de los ríos está amenazada y que la situación del Perú era peor que la de la Amazonia brasileña. 21 Mientras se escribía esta nota se anunció el descubrimiento de una nueva especie de pez que se alimenta de madera en el río

infraestructuras a lo largo de ella, como carreterasdestinadas a facilitar la explotación de recursosnaturales, como minería, madera y petróleo.

De otra parte, no debe considerarse como margen o ribera elborde del lecho principal del río en el momento delestudio, sino que deben incluirse como rio los lagos(“cochas”) o brazos abandonados, “tahuampas” y otras áreasinundables, o planicies de inundación que el ríoestacionalmente ocupa y por donde históricamente va y vieneo deambula.

La intensificación de la navegación y las alteracioneshidrológicas que las hidrovías producirán se sumarán a losnumerosos problemas actuales como los derivados de lacontaminación minera, petrolera, urbana, agrícola(agroquímicos y sedimentos por erosión) y, claro a lasobrepesca, caza y deforestación de riberas, entre otros.Por eso, además de estudiar el probable impacto sobre losrecursos biológicos en general, deberá enfatizarse elanálisis del impacto sobre las especies vulnerables y sobrela pesca regional. Un tema especial es el referido alanálisis de riesgos de dispersión de animales y plantasinvasoras provenientes de otros continentes adheridos alcasco de buques o en su interior, los que pueden ocasionarperjuicios importantes a la agricultura o a la pisciculturay, asimismo, a la biota natural.

Los principales problemas para la navegación en laAmazonia, además de la profundidad irregular o insuficientey la falta de señalización, son: (i) cursos cambiante delos ríos, en cada estación y cada año; (ii) rápidocolmatado de los canales abiertos con dragas debido a lasedimentación; (iii) cambios constantes de la localizaciónde bancos de arena y; (iv) los largos meandros fluvialesque alargan mucho el tiempo de la navegación (especialmenteen el Ucayali). La creación de una hidrovía en esascondiciones implica pues: (i) monitoreo constante de loscambios y difusión de las informaciones, (ii) elmantenimiento intensivo de los canales mediante dragadoperiódico y, eventualmente, (iii) la rectificación demeandros abriendo canales que eviten las interminables

curvas de los ríos. Se complican estas actividades por elpobre conocimiento de la geomorfología fluvial de laAmazonia peruana, la falta de información hidrológica y lacasi inexistencia de prácticas de manejo de las cuencas enesta región (McClain y Llerena, 1998).

Aunque los ríos de las planicies americanas, por ejemplo,forman meandros dando lugar a los múltiples ríos apodados“snake river” esos ríos son relativamente estables. Encambio, los ríos amazónicos literalmente “caminan”(Kalliola, et al, 1987; García y Bernex, 1994) o sea quecambian continuamente de curso. Además sus cambios de cursose incrementan cada año a consecuencia del aumento delvolumen de los sedimentos, provocado por la deforestacióncreciente de las cuencas colectoras que, además, seráninfluenciadas por el cambio climático. Por eso los estudiospara el PDHP deben desarrollar un modelaje de ladeforestación actual y de la previsible y de los niveles desedimentos en las cuencas de los ríos propuestos y en basea eso prever la magnitud de los cambios probables en el yade por sí muy complejo sistema hidrológico regional (Salatiy Vose, 1984). Esto es tanto más importante ahoraconsiderando la incidencia del cambio climático en los ríosde la Amazonia (Collichon, 2001).

El dragado es el principal impacto ambiental producido delque se derivan largas cadenas de eventos físicos ybiológicos que afectan el ambiente del río. Todo indica queen estos casos habrá mucho dragado, mucho más que en elBrasil porque en el Perú se está más cerca de la fuente(los Andes) de los sedimentos. Los sedimentos pueden tenercargas de elementos contaminantes naturales o artificiales(McClain y Naiman, 2008) que serán removidos por eldragado y por la propia navegación. Además, los sedimentosremovidos por el dragado de mantenimiento pueden formardepósitos más lejos, ocasionando los efectos mencionados ynuevos problemas para la navegación. Por eso es necesarioel modelaje de deforestación y de generación de sedimentosantes mencionada.

La tentación de rectificar los meandros va a ser enorme,pues aceptarlos implica viajes mucho más largos y,

consecuentemente, más costosos. Pero, si en el proyecto secontempla la rectificación de meandros los impactoshídricos y ambientales pueden ser enormes pues, en loslagos costeros (“cochas”, o brazos de rio abandonados porel rio principal) es donde se regeneran o reproducen losrecursos hidrobiológicos, al igual que en los bosquesinundables estacionalmente (“tahuampas”). Al cortar ydrenar esos lugares por medio de canales de navegación apriori se altera drástica e irremediablemente el ecosistemaoriginal, con impactos múltiples sobre la flora y la faunaterrestre y acuática y, por ende, sobre el modo de vida delos “ribereños”, en su mayoría absolutamente dependientesde la pesca. Tanto canales como rectificaciones de cursodel río mediante canales aumentan la velocidad del agua enel río con otras consecuencias severas para lahidrobiología. Las modificaciones en la batimetría del ríotambién alteran las corrientes y pueden ocasionar erosionescosteras perjudicando propiedades localizadas en la riberay los bosques y la vegetación ribereña (Naiman et al, 2005).Por eso, si esa opción estuviese incluida, lo que no esdeseable, deberán ser desarrolladas simulaciones sobre lasimplicaciones hidrológicas de esas aberturas paradeterminar su procedencia.

Accidentes con embarcaciones que transportan substanciastoxicas en ríos pueden ocasionar, en un solo evento,perjuicios irreparables y hasta definitivos para el caso dealgunas especies. Hasta accidentes pequeños, como elocurrido recientemente para un trecho del Marañón (a serconvertido en hidrovía)22 pueden tener consecuenciasseveras. Pero, si eso ocurre con un petrolero grande, lasimplicaciones serían comparativamente mayores que lareciente crisis en el Golfo de México pues la diversidadbiológica de la Amazonia es miles de veces mayor. Por esoel tema de la seguridad de la navegación y las precauciones

22 Unos 400 barriles de petróleo se derramaron el 19 de junio de 2009 en el ríoMarañón, en Perú. La fuga de crudo se produjo de la barcaza Sanam III en el sector de San José de Saramuro, distrito de Parinari, provincia de Loreto de ese país. Dicha embarcación era de propiedad de la contratista Transporte Challenger S.A., la cual se encontraba trasladando crudo procedente del lote 8, como parte de las labores de mantenimiento y limpieza de los ductos que realiza la empresa Pluspetrol Norte S.A. Unas 4000 personas que viven en las riberas del río afectado habrían resultado damnificadas (Diario El Comercio dePerú del 22 y 25 de junio de 2010).

para evitar/eliminar la posibilidad de accidentes masivoscon substancias tóxicas debe ser punto esencial de losestudios.

Otro tema de gran importancia es el paso de la hidrovía enel área de influencia directa de áreas protegidasimportantes, trechos en los que deben tomarse medidas muyespeciales para no alterar el régimen hidrológico ni lasriberas. Por ejemplo, la Reserva Nacional Pacaya-Samiriaserá afectada directamente por dos de las proyectadashidrovías, pero no es la única. Medidas cautelares ycompensatorias deben ser especialmente diseñadas.

Además de lo anterior y entre otros temas másconvencionales a considerar están23: dragado ycanalización, disposición del material de dragado,mantenimiento del canal, mantenimiento de las estructurasdel canal, erosión ribereña, suspensión u deposición desedimentos por efecto de la navegación, accidentes yencallamientos, ruido, cambios en la calidad del agua,impactos sobre la vegetación ribereña, los ecosistemas yhábitats acuáticos, plancton, macrofitas acuáticas, bentos,peces, aves acuáticas (especialmente las que nidifican enlas playas), aves migratorias, tortugas de río, delfines,manatíes, lagartos, otras especies. La mera navegaciónpesada (remolque) perturba el agua, removiendoconstantemente los sedimentos, ocasionando fuerteturbulencia y turbidez y desmoronando las márgenes del río,lo que agrava el proceso, con impacto sobre los recursoshidrobiológicos, con mudanzas a veces radicales de sushábitats y de todo el ecosistema.

Principales temas sociales a ser considerados: En el aéreade influencia rural de las hidrovías existen poblacionesindígenas ya asimiladas y muchísimos “ribereños”, o sea,pobladores tradicionales amazónicos que son muy vulnerablesdebido a que en general no cuentan con títulos de propiedady porque su alimentación y economía depende de la pesca yde la agricultura de “varzea”, actividades ambas que puedenser afectadas por las obras en forma directa (depósitos delodo en las riberas, canales que afectan pesca en “cochas”,

23

ondas e oleaje provocados por los buques que erosionan lascostas o pueden virar canoas, contaminación por lavado detanques o cisternas, etc.) o indirecta (reducción delpotencia pesquero, dispersión de enfermedades, etc.). Poreso se debe desarrollar un trabajo intenso con laspoblaciones rurales para entender los problemas que unanavegación intensa de gran volumen provocará en su modo devida y en su abastecimiento de comida y actividadeseconómicas.

Si, como es probable, las hidrovías estimulen el paso degrandes cruceros para turismo deberá dedicarse especialatención a su impacto sobre la población local, por ejemploprostitución y costumbres locales. Además, este tipo detransporte tiene un impacto particularmente importantesobre la calidad del agua de los ríos, a la que contaminacon residuos domésticos sólidos y líquidos en proporcionesmucho mayores que las embarcaciones de carga.

También debe considerarse el impacto de la expansión de lainfraestructura portuaria24 y del movimiento de los mismosque, presumiblemente, por ofrecer empleos directos eindirectos influenciarán en el desarrollo urbano y,consecuentemente, generarán mayor presión sobre losservicios públicos (agua potable y desagües, energía,educación, etc.) y, en especial sobre seguridad pública(por esos ríos se mueven los traficantes de drogas, armas yanimales silvestres). Asimismo, no deben descuidarse lasamenazas relacionadas con la prostitución, el trabajoinfantil y con la salud pública, por facilitar ladispersión de enfermedades nuevas o poco conocidas en laregión.

Conclusiones: No cabe duda que el potencial de navegaciónde los ríos amazónicos debe ser aprovechado pues ofreceenormes ventajas económicas, ambientales y sociales sobresus alternativas terrestres. Sin embargo, dadas lascaracterísticas peculiares de la Amazonía peruana, susventajas ambientales dependen del tipo de hidrovías que seadecidido hacer. Como se ha expuesto, mientras más se opte24 Obras de expansión están previstas por el MTC en Pucallpa, Iquitos y Yurimaguas y puertos nuevos deberán ser construídos en Saramiza y diversos otros lugares.

por adaptar la navegación al río, menores y más tolerablesserán los impactos. Si se opta por lo contrario, o sea,adaptar el río a la navegación, haciendo infraestructurasque afectan la hidrología y la estabilidad ecológica, susimpactos ambientales y por ende económicos y socialespueden ser muy elevados. El tema más sensible en este casoes la eventual rectificación del curso de los ríos,cortando los meandros y/o abriendo los lagos ribereños. Lasconsecuencias de esta decisión incidiría, más que cualquierotra, en la diversidad hidrobiológica de la Amazonía,posiblemente la mayor del mundo tropical. En ese caso, eldaño puede ser irreversible (Palmer, 2010).

Por eso, en los estudios técnicos de factibilidad y deimpacto social y ambiental, es fundamental que el gobiernoperuano, en especial sus ministerios de transportes y deambiente, así como la sociedad civil estén muy atentos aexigir que esos estudios sean de la más alta calidad y aque sus resultados sean oportuna y abiertamente discutidoscon la población afectada y con los expertos al nivelnacional e internacional.

6.3.4 Ferrovías

6.3.5

6.4 Explotación intensa, agotante e diversa de recursos naturales

6.4.1 Hidrocarburos6.4.2 Hidroenergía6.4.3 Minería6.4.4 Agropecuaria6.4.5 Madera6.4.6 Pesca y caza6.4.7 Otros

6.5 Los nuevos actores financieros: El dominio incontestable del Brasil

Hasta mediados de los años 1980 el BM o BIRD y el BID eranreconocidos como campeones del financiamiento deinfraestructuras, especialmente carreteras, que son elprincipal instrumento de la deforestación en paísestropicales. Era público y notorio el estímulo que esosbancos dieron a la colonización y a la actividad ganaderaextensiva, una de las que más contribuye a deteriorarbosques, suelos y agua y también a mantener la poblaciónlocal en condiciones miserables. La influencia de esos dosbancos fue especialmente determinante en la deforestación ydegradación del patrimonio natural de América Central,donde a la ganadería se sumó el financiamiento directo eindirecto de la agricultura intensiva, como por ejemploplantaciones de banana. Todo eso, que está profusamentedocumentado (Shane, 1980; Myers, 1980; Rich, 1986;Dourojeanni, 1990) ocurría a pesar de que, en teoría,existía alguna preocupación ambiental en ambos bancos desdefines de los años 1970, expresada en políticas elementalesy basada en el esfuerzo de muy pocos funcionarios sincapacidad efectiva de influenciar en las decisiones.

En 1980 el BM aceptó el pedido brasileño de financiar lapavimentación de la carretera BR-364, entre Cuiabá (MatoGrosso) y Porto Velho (Rondonia) que continuó, con otrosnombres hasta los años 199025. Siguiendo las costumbres dela época, eso que parecía apenas problema de ingenieros detransportes, se hizo sin ningún cuidado especial, generandoun movimiento migratorio tan fuerte y caótico en esaregión, que aún era literalmente intocada, que losconflictos mortíferos con los indígenas aislados, ladeforestación masiva y los problemas de salud (Tucker et al.,1984; Fearnside, 1989) provocaron, finalmente, un enormeescándalo mundial. Éste se sumó al provocado por unprograma de trasmigración de la densamente poblada Java ala por entonces casi intocada Kalimantan, la parte25 El autor de esta nota trabajó en ese proyecto como consultor ambiental internacional para el BM y luego como funcionario del BM desde febrero de 1983 hasta diciembre de 1989.

indonesia de la isla de Borneo, con impactos sociales yambientales muy parecidos (Fearnside, 1997). La revistaThe Ecologist dedicó varios de sus primeros números (1980 a1987) a analizar el rol del Banco Mundial en esos y otrosproyectos, lo que fue en cierta forma rematado por unahistórica publicación divulgativa del Sierra Club cuyotítulo era “Bankrolling disasters: International Banks and development”(Schwartzman, 1986) que, siendo simple y muy bienpresentada y mejor divulgada, resumió los hechos al nivelmundial y encausó las protestas. Ambos hechos dieron comoresultado la instrumentación ambiental de ese Banco, enparte influenciada por presiones del Congreso de EEUU(Rich, 1986).

En efecto, respondiendo a las manifestaciones públicas y ala reprobación mundial, el par de relegados funcionariosambientales que por entonces tenía el BM fue integrado asendas divisiones ambientales en cada región. De lospioneros ambientales del BM destacaban James Lee y RobertGoodland. Este último es un campeón de la defensa delambiente que, además, había trabajado en la Amazoníabrasileña. Goodland hizo esfuerzos denodados para que suBanco fuera más serio en ese tema. Además de haber sidomentor de las primeras políticas ambientales, dereasentamientos humanos y sobre poblaciones tradicionales,otro de sus triunfos obtenido con el apoyo de las ONG sobreel Banco y sobre el gobierno del Brasil fue, precisamente,transformar la construcción de una “simple” carretera enplena jungla en un plan de desarrollo sostenible paraRondonia y para el norte de Mato Grosso, que fue conocidocomo POLONOROESTE. Fue gracias a él y a las presiones de lasociedad civil internacional que fueron tomadas diversasprecauciones ambientales y que, después de una breveparalización, todo el proyecto fuera revisado ycomplementado con un ambicioso programa de desarrollo ruraly de precauciones ambientales y sociales, estableciéndose

numerosas áreas protegidas y demarcándose territoriosindígenas, entre otras medidas.

El Brasil había pedido al BID el financiamiento del trechode la BR 364 entre Porto Velho y Rio Branco, la capital delAcre. El escándalo de Rondonia fue bien aprovechado por lasONG ambientalistas preocupadas con la Amazonía queestimularon al líder sindical Francisco (Chico) Mendes ausar argumentos socio-ambientales en su lucha por laexplotación “sin patrones” de los manchales de caucho. Enuna histórica jornada durante la Asamblea de Gobernadoresdel BID de 1987, en la que Mendes participó, este Banco sevio obligado a estructurar un proyecto luego conocido comoPrograma de Medio Ambiente y Comunidades Indígenas (PMACI)que era, en buena cuenta, un primer ejemplo de desarrollosostenible participativo a lo largo de la mencionadacarretera. La otra consecuencia fue, como en el BM, lacreación en el BID de una división encargada de asuntosambientales que comenzó a operar en enero de 199026.Antes, en vista de los problemas del BM, el BID ya habíaestablecido un pequeño núcleo de especialistas ambientales,algunos de ellos muy comprometidos con el tema27 y habíacreado desde 1983 un comité ambiental con funcioneslimitadas que fue operativo especialmente a finales de esadécada.

En el mismo periodo, a consecuencia de los escándalosmencionados, ocurrió otro hecho importante. En 1989 larepresentante demócrata por California, Nancy Pelosi(actual Presidente -Speaker- de la Cámara deRepresentantes), obtuvo que el Congreso de EEUU aprobara laley que se conoció como la Enmienda Pelosi, que disponía

26 El autor de esta nota fue el primer Jefe de la División Ambiental del BID, de 1990 a 1995.27 Destacaron, entre otros pioneros, Luis Ferraté, quien luego fue Ministro de Ambiente de Guatemala, el ecólogo americano Edward Farnworth y el forestal finlandés Kari Keipi.

que ningún director ejecutivo estadounidense de un bancomultilateral pudiera votar a favor de un proyecto si norecibía 90 días antes la respectiva evaluación de impactoambiental y social. Ésta, apenas recibida por esosdirectores, debería ser remitida a los organismos técnicoscompetentes de EEUU, que revisaban la calidad o pertinenciade la evaluación, permitiendo que fueran sometidas laspreguntas adecuadas al personal del banco y, finalmente,determinando su voto favorable o negativo en el directorio.Pelosi sabía que los estatutos de los bancos multilateralesprohíben información privilegiada a los directores y, porlo tanto, estaba consciente de que si el directorestadounidense recibía la información social y ambientalésta sería igualmente distribuida a todos los miembros deldirectorio. Obviamente, muchos directores de paíseseuropeos, así como Canadá, pasaron también a examinar laproblemática socioambiental de cada operación, a veceshasta con más esmero que el propio gobierno estadounidense(Dourojeanni, 2004). Esa parte de la enmienda Pelosi entróen vigor en diciembre de 1991 y de ese modo el temaambiental, tan relegado hasta entonces, pasó a tener unaenorme importancia para los ejecutivos de los bancos, cuyomérito se mide por el número de proyectos que consiguenhacer aprobar y en la eficiencia, entendida como rapidez,con la que preparan esas operaciones.

No debe creerse, sin embargo, que la sociedad civil aceptótranquilamente las promesas de buen comportamientoambiental de los bancos. Ellas generaron muchas dudas yreticencias, como las vehemente expresadas por Bruce Richdel Environmental Defense Fund sobre el verdear del BMconducido por su Presidente Barber Conable (Rich, 1989).Mas, de cualquier modo, era evidente que el tratamientoambiental de las operaciones a fines de los años 1980 yahabía mejorado significativamente (Le Prestre, 1989;Turham, 1991; Goodland, 1992).

Los bancos y las ONG durante los años 1990: En el contextodescrito, a partir de 1986 en el BM y de 1989/1990 en elBID, no sólo se crearon departamentos o divisionesambientales y se aprobaron y mejoraron políticas,estrategias y procedimientos para los asuntos sociales yambientales, incluyendo temas correlatos como el forestal,sino que la cartera y los desembolsos para proyectos deestos tipos aumentó muy considerablemente. A tal punto quese convirtió en una de las grandes líneas de crédito ycooperación técnica en ambos bancos. Las cifras de negociosdel BM, apenas en temas de biodiversidad entre 1992 y 2002,alcanzaron los 2,700 millones de dólares (BIRD, 2000; 2002)y, considerando todos los proyectos relativos a medioambiente, el nivel de préstamos anual fue enorme, bordeandoel 20% de las colocaciones. En el BID, entre 1992 a 1994los préstamos y cooperaciones para temas ambientalessuperaron anualmente los 1,100 millones de dólares, o seatres veces más que la media anual de la década anterior. En1998 llegó a colocar 1,830 millones de dólares en proyectosambientales, o sea casi un 20% del total de colocacionesdel Banco.

En el BM se estableció un departamento central y existíauna división ambiental en cada región. En el BID, hasta1994 solo existía una división central que llegó a ser unade las mayores del Banco en número de técnicos. Luego, conla reorganización de 1994 se copió la estructura del BM yel personal ambiental fue dispersado en tres divisionesregionales y una central. El número de funcionarios delárea ambiental pasó de apenas dos o tres por banco hastamediados de los años 1980 a varios centenares en el BM y acasi un centenar en el BID, apenas una década después. Unade las funciones principales de las reparticionesambientales era el control de la calidad ambiental y socialde las operaciones, las que eran evaluadas una a unadeterminando su nivel de riesgo y de atención. El ciclo deproyectos del BID incluía un comité técnico (Comité de

Medio Ambiente) renovado de alto nivel y con poderdecisorio, que imponía con carácter inapelable lascondiciones ambientales y sociales que requerían losproyectos.

En el BID estos mecanismos funcionaron muy bien hasta 1994,impulsados por la Conferencia de las NNUU sobre Ambiente yDesarrollo de Río de Janeiro (1992) y por el interéspersonal del Presidente Enrique Iglesias, pero fueronprogresivamente perdiendo fuerza durante el resto de ladécada de 1990. La mencionada reorganización del Bancodispersó al personal ambiental en varias divisiones convarios jefes sin interés en el tema ambiental, provocandosu debilitamiento y evidente falta de cohesión. De otraparte, a consecuencia de la eliminación del Departamento deAnálisis de Proyectos del Banco, el Comité de MedioAmbiente fue transformado en un Comité de AsuntosAmbientales y Sociales (CESI) con jerarquía y poder muydisminuido. Por su parte, el BM abandonó pronto el sistemade clasificación de las operaciones y nunca estableció uncomité especial para filtrar su calidad ambiental, tareaque se mantuvo en todo momento en el marco de los filtrostradicionales del ciclo de proyecto. Pero el BM consiguiómantener una calidad ambiental aceptable en sus operacionesde ese periodo, lo que fue mejorado aún más con ladisponibilidad de fondos adicionales de la FacilidadAmbiental Global (GEF) para complementar sus operaciones.

Las ONG ambientalistas, en especial las de tipo activista ylobista basadas en Washington, como el Bank Information Center(BIC) o el Environmental Defense Fund (EDF), acompañadas de sussimilares latinoamericanas, hicieron un seguimiento muyintenso del BM y del BID. Entre 1989 y 1995 realizaron uncontrol meticuloso de cada operación que podía parecerimportante o riesgosa, siendo innumerables las visitas deesos y otros grupos a los funcionarios ambientales, a losencargados de los proyectos y, en especial, a losdirectores ejecutivos de los bancos. La participación

activa de las ONG en asambleas anuales y otros eventoscontribuyó a sucesivas revisiones de las políticas yprocedimientos de ambos bancos. Las ONG, por ejemplo,tuvieron mucho que ver con la creación de los paneles deinspección en ambos bancos (el del BM fue creado en 1993;en el BID fue creado más tarde y se le conoce como“Mecanismo de Consulta e Investigación) que imbuidos deautoridad, a pedido de la sociedad afectada revisan elcomportamiento de los bancos en cuanto a la aplicación fielde sus políticas y estrategias socio-ambientales durante laimplementación de los proyectos. El seguimiento cerrado delas ONG a los dos principales bancos multilateralesactuantes en América Latina contribuyó, sin duda, a mejorarla actuación ambiental y social así como la transparenciade éstos pero, asimismo, se concentraron quizá demasiado enpolíticas y estrategias, descuidando un tanto la atención alas operaciones, cuya calidad socioambiental disminuyóprogresivamente especialmente durante los tres últimos añosde esa década.

Fue en ese lapso, también, en que grandes ONGinternacionales, como el World Wildlife Fund, The NatureConservancy y Conservation International, fueron tentadas por losbancos multilaterales y bilaterales, así como por lacooperación técnica bilateral, a convertirse encolaboradores o en agentes ejecutores de componentesambientales de sus proyectos. Eso disminuía la presión delas ONG sobre los bancos, distribuyendo la responsabilidady, de cualquier modo, eso era buena propaganda. De esemodo, también, se inició un conflicto con las ONG de lospaíses de América Latina que pasaron a recibir menos apoyofinanciero directo o que a partir de entonces lo recibierona través de costosos intermediarios (Dourojeanni, 2006).

Es importante anotar aquí que cuando, para simplificar, sehabla en esta nota de BM o de BID debe entenderse que, enrealidad, cada uno de esos organismos conforma grupos queincluyen varias otras instituciones con funciones

diferentes tales como la Corporación FinancieraInternacional (CFI) del BM y su equivalente, la CorporaciónInteramericana de Inversiones (CII) del BID, entre otras,en cada grupo. Las corporaciones, por ejemplo, financian elsector privado y sus reglas socio-ambientales son, enprincipio, más relajadas que las de los bancos propiamentedichos. Simultáneamente, la creciente participación delsector privado en las obras públicas obligó a crear sendosdepartamentos para atenderlos en cada banco, y éstostambién se resistieron mucho a las condicionalidades socio-ambientales de las operaciones, a las que considerabancostosas o inviables para el sector privado. Esa tendenciaha aumentado aún más en la década actual. Las pautas socio-ambientales que se aplican también varían mucho con el tipode proyecto que se financia, que son muchísimos, aunque lasmás elaboradas son las que corresponden a proyectos deinfraestructuras. Existen, por ejemplo, los proyectos deajuste estructural o de políticas sectoriales que son, engeneral, muy grandes y en los que la inclusión de garantíassociales y ambientales es indirecta y sumamente compleja,aunque en algunos casos éstos se aplican directamente alsector ambiental28.

O sea que a finales de la década de los años 1990 muchohabía cambiado y no siempre para mejor en ambos bancos,pero especialmente en el BID. El discurso era el mismo,pero el desmantelamiento de las divisiones ambientales eranotorio y la influencia del CESI disminuyó tanto queinclusive parte de sus funciones fue delegada a un grupo detrabajo de funcionarios de bajo escalón, provocando que susdecisiones fueran cada vez más contestadas o ignoradas porlos líderes de los proyectos, sin que eso les acarrearaconsecuencias. Fue en ese contexto, al que debe agregarsela creciente dificultad en colocar el dinero disponible enese Banco a partir del copioso Octavo Aumento de Recursos28 El BM acaba de aprobar (5 de agosto de 2010) un préstamo por US$75 millones al Perú para el fortalecimiento institucional requerido para mejorar la gobernabilidad con relación a la política ambiental.

del Banco, que surgió la idea de lanzar la Iniciativa deIntegración de la Infraestructura Suramericana, másconocida como IIRSA, que se concretó en Brasilia, en el año2000. La idea subyacente era robustecer las líneas depréstamo para obras públicas. Esta iniciativa, después deuna década en la que los bancos se cuidaron mucho de nointervenir en los bosques tropicales, lanzó un nuevo ciclode amenazas directas para la región amazónica,especialmente para la faja localizada entre el Brasil y suspaíses vecinos andinos.

Fue también en la década de los años 1990 que apareció unnuevo actor multilateral en América del Sur: la CorporaciónAndina de Fomento (CAF). Ésta, aunque creada en 1970 consede en Caracas, no había tenido hasta entonces un rolsignificativo en la región. Sin embargo, en la década delos años 1990 las operaciones de la CAF crecieronrápidamente, inclusive mediante transferencias importantesdel BID. Fue con base en una de esas operaciones que, en1993, el BID impuso como condición a la CAF la creación deuna unidad ambiental que más tarde se convirtió en unaVicepresidencia de Desarrollo Sostenible. La CAF era laentidad financiera de los países andinos reunidos por elAcuerdo de Cartagena, pero a ella se han incorporadoplenamente Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con loque ahora es una agencia financiera suramericana. La CAF seinteresó mucho en la IIRSA y progresivamente se convirtióen su principal instrumento de financiamiento.

Años 2000: más cambios: La primera década del nuevo siglotrajo cambios importantes en el escenario delfinanciamiento multilateral en América Latina. En primerlugar, varios países de América del Sur, en especial Brasily Perú, consiguieron como lo había logrado Chile en eldecenio anterior, consolidar y desarrollar economíaspujantes. Esto hizo que para ellos fuera menos interesanteobtener préstamos de los dos grandes bancos multilateralesactuantes en la región. De otra parte, la CAF, cada día más

fuerte y actuante, ofrece financiamientos más fáciles y másrápidos, despojados de refinamientos socio-ambientales y algusto de los clientes que, además, tienen más peso en lasdecisiones de esa institución que en el BID y mucho más queen el BM. Además, el Brasil se ha convertido en unimportante accionista de la CAF. De ese modo el BID, quebuscando colocar sus fondos fue el principal gestor de laIIRSA, fue desplazado por la CAF que, en esta década, se haconvertido en el principal agente financiero de lainfraestructura suramericana, pasando de aprobaciones por4,700 millones de dólares en 2005 a 7,900 millones dedólares en 2008 y alcanzando 9,200 millones de dólares en2009 (CAF, 2009). Gran parte de las infraestructurasfinanciadas son las previstas por la IIRSA en la Amazonia,como por ejemplo la Carretera Interoceánica Sur del Perú,entre varias otras.

Otro actor de creciente importancia regional es elmencionado BNDES, creado en 1952. Éste, aunque enteramentebrasileño, dispone año a año de más recursos para financiarlas actividades internacionales de las empresas públicas yprivadas de ese país. En 2009 desembolsó 137,400 millonesde reales (unos 70,000 millones de dólares) paraoperaciones en Brasil y en el exterior, es decir más que elgrupo del Banco Mundial, que ese año financió 46,900millones de dólares en todo el mundo. O sea que,obviamente, el BM ha perdido influencia en América Latina.En efecto, entre 2005 y 2008 prestó entre 4,600 y 5,200millones de dólares por año. En 2009, a consecuencia de lacrisis mundial, los préstamos a toda la región alcanzarontemporariamente 14,000 millones de dólares (Banco Mundial,2009). El hecho es que en condiciones normales la CAFpresta a algunos países de América del Sur más dinero queel Banco Mundial a toda América Latina y que el BNDESpresta mucho más apenas en el Brasil que el BM en el mundoentero. La situación del BID es algo mejor pero suinfluencia es cada día proporcionalmente menor. En efecto,

el BID desembolsó entre 4,900 y 7,100 millones de dólarespor año entre 2005 y 2008 y, al igual que el BM,coyunturalmente desembolsó mucho más en 2009 (11,100millones de dólares) debido a la crisis (BID, 2009). Enconsecuencia no cabe duda que en el escenario suramericano,especialmente en los países amazónicos, el BNDES y la CAFson los actores financieros más importantes de laactualidad y lo serán aún más en el futuro próximo.

La seriedad del tratamiento ambiental de las operacionesdel BNDES ha variado con sus administraciones. Huboperiodos muy malos en los años 1980, en que poco o nada deltema era considerado, y otros mucho mejores, en los años1990, cuando el BNDES creó un departamento de medioambiente y adoptó políticas y estrategias socio-ambientalesy de transparencia compatibles con las del BM, en el cualse inspiró. Uno de sus momentos más destacados fue ellanzamiento del Protocolo Verde, en 1995, que tuvoinfluencia en varios otros bancos públicos y privados delBrasil (BNDES, 1995). En la actualidad el BNDES es apenasen teoría un banco modelo para el tratamiento ambiental,pero la realidad deja mucho que desear, en especial cuandofinancia operaciones fuera del Brasil, en países conlegislación ambiental débil o poco aplicada. Sus recientesproyectos a través de grandes empresas privadas deconstrucción civil y de empresas públicas brasileñas en laAmazonía de Perú, Bolivia y Ecuador son testimoniosfehacientes de esa afirmación. Como en el caso de la CAF,el BNDES tiene un discurso óptimo, pero los hechos noacompañan las palabras, como lo demuestran los hechos enlas obras que financia.

Claro que en la región hay otros actores. Además de losbancos multilaterales (BM, BID, CAF) y del BNDES, el únicobanco público nacional de influencia regional, hay variosbancos públicos extra-regionales. Entre estos últimos estánbancos tan bien conocidos como el alemán (KFW), japonés(JBIC), europeo (BE), nórdico (NIB) o americano (EXIMBANK).

Esta banca, usualmente llamada bilateral, mantiene engeneral estándares sociales y ambientales bastanteelevados, compatibles con los del Banco Mundial o del BID,con los cuales cofinancian muchas operaciones. Pero tambiénhay muchos otros actores financieros bien menos conocidospor el gran público, que apoyan inversiones como lasdestinadas a la minería, al petróleo y a cualquier otraoperación que dé lucro cierto, inclusive aquellas llamadaspúblico-privadas, como las que financian carreteras conpeaje y otros servicios públicos con pago directo, comoagua potable o electricidad. Ese grupo incluye grandesbancos privados tradicionales pero también a entidadesfinancieras públicas de Asia, incluidas las de Corea yChina, para las que los temas ambientales o sociales sonaún difíciles de comprender e imposibles de aceptar. Dejanesos aspectos al azar y si la suerte no les es favorable,suelen encomendar la solución de los problemas a susabogados “ambientalistas”, en realidad, abogadosespecializados en burlar o soslayar la legislaciónambiental de cada país.

Los últimos grandes proyectos del BID y del BM en laAmazonía, en esta década, incluyen al famoso Proyecto deGas del Camisea, en el Perú, que ellos financiaronconjuntamente con la CAF, el BNDES y varios otros. Complejay sujeta a muchas críticas, esta operación delicada sellevó a cabo con problemas pero estos quedaron dentro delrango de lo que es social y ambientalmente aceptable(Goodland, 2009). Otro proyecto importante fue elfinanciado por el BID en el Acre (Brasil) que incluye lapavimentación de la carretera entre Rio Branco y Cruzeirodo Sul, pero que está acompañado y modelado por unainversión considerable en desarrollo rural, manejoforestal, protección de comunidades tradicionales,territorio, áreas protegidas y desarrollo institucional(Dourojeanni, 2001), o sea, lo necesario para evitar lo

que está ocurriendo ahora con las carreteras interoceánicasactualmente en construcción en la Amazonía peruana.

La situación actual de los bancos y de las ONG: Después dedos décadas persiguiendo que el BM y el BID mejoraran sucomportamiento social y ambiental y su transparencia, loque efectivamente consiguieron en muchos aspectos, las ONGsocio-ambientalistas confrontan actualmente una situacióninédita y mucho más compleja. Aunque esos dos bancos debencontinuar siendo monitoreados, ya no son los que másimportan pues: (i) sus estándares ambientales sonrazonables y en todo caso, mucho mejores que los de losnuevos actores y; (ii) tienen menos préstamos y menosproyectos que son ambiental y socialmente menos riesgososque los de los nuevos actores. Por lo tanto, deben dirigirsu atención a la CAF y al BNDES y, también, a losfinanciadores asiáticos, lo que por cierto es bastantedifícil ya que la influencia de la sociedad y de losparlamentarios de los países desarrollados es muy pequeña onula en esas instituciones. Los grandes cambios logrados enel BM y en el BID se debieron, según se explicó, en buenamedida aplicando presión para obtener decisiones delCongreso de EEUU. Enfrentar la nueva situación requiere unaestrategia diferente.

En la década de los años 1990 el BM o el BID podían imponercondiciones para sus préstamos pues no tenían competidorespara sus financiamientos que, por entonces, los países deAmérica Latina, excepto Chile, necesitaban mucho. Losbancos nacionales de desarrollo citados, como el KFW y elJBIC, eran igualmente exigentes y en general cofinanciabanlas operaciones con el BM y el BID. Merece citarse dosejemplos vividos personalmente por el autor: Cuando el Perúsolicitó financiamiento al BID para la mejora de lacarretera Panamericana Sur, el BID exigió establecer unainstitucionalidad ambiental mínima. Aunque a regañadientes,el país aceptó y así nació el Consejo Nacional del Ambiente(CONAM) para el que el BID ofreció, además, una cooperación

técnica. En la misma época, el gobierno de Guatemala queríaconstruir una carretera que uniera el sur del país con laregión del Petén. El BID fue claro en exigir un proyectocomplementario que fomentara el uso sostenible de losrecursos naturales y el desarrollo rural ordenado de laregión que sería impactada por la nueva carretera. Eso,otra vez, fue hecho contra la voluntad de la mayor partedel gobierno de Guatemala en esa época. Este también hasido el caso del mencionado Proyecto Gas del Camisea en ellas condiciones socioambientales fueron literalmenteimpuestas al gobierno peruano por el BM y el BID. Peroexisten centenas de ejemplos de este tipo que no siempreson de conocimiento público. Es obvio que las autoridadesde los países prestatarios no gustaron nunca de esasimposiciones que, debe reconocerse, en cierta forma atentancontra la soberanía nacional ya que los estándaresambientales, sociales y de transparencia de esos bancos sonen general mucho más elevados que los de los países. Pero,el resultado era positivo en términos ambientales ysociales.

En la actualidad esos dos bancos no pueden ni pensar enaplicar esas tácticas. En efecto, por reconocer lanecesidad de un alto nivel de cuidados ambientales ysociales, la complejidad de la preparación y el costo delos proyectos financiados por esos bancos aumentósignificativamente y, confronta oposición de losprestatarios muchos de los que a pesar de negarlooficialmente, consideran esos cuidados como exagerados,onerosos o innecesarios. De otra parte, como se ha dicho,la situación económica de varios países de la región mejorótanto que pueden prescindir de los dos grandes bancos,tanto más que pueden obtener recursos más fácilmente de laCAF, del BNDES y de otros agentes. Siendo así, el BM y elBID no pueden competir contra las “facilidades” que losnuevos actores brindan y que consisten básicamente en noprestar mucha o ninguna atención a la problemática y a las

consecuencias ambientales y sociales de los proyectos quefinancian, las que dejan por cuenta del país en el que seejecuta el proyecto.

La CAF y el BNDES y los financiadores privados aleganrespetar y aplicar plenamente la legislación nacional, noimportando que ésta sea inadecuada, insuficiente o, lo quees más frecuente, simplemente no aplicada. Así es como enpleno siglo XXI la CAF financió la Carretera InteroceánicaSur, en la Amazonía peruana, iniciada sin disponer deestudios de impacto ambiental y sin previsión de ningunainversión para racionalizar la ocupación de la región ypara estimular el desarrollo sostenible en la regiónafectada (Dourojeanni, 2006). La CAF alegó que el gobiernodel Perú se recusó a aceptar un programa socioambiental máscostoso que el que fue aprobado. Pero, la verdad es que elproblema no era uno de “mitigación de impactos ambientalesy sociales” y si de concepción del proyecto. En lugar deapuntar al desarrollo de la región se limitó a construiruna costosa carretera. Ni el BM ni el BID, aunqueconvidados, se aventuraron a participar en esa obra. O sea,30 años después del caso de Rondonia y Acre en el Brasil,en todo comparable al de Madre de Dios, en Perú, la CAFrepitió el mismo gravísimo error que había escandalizado almundo y que paralizó brevemente los prestamos del BM y delBID y obligó a re-diseñarlos completamente.

El escándalo que provocó la construcción de la BR-364 enRondonia y Acre, tres décadas años atrás, no se reprodujocon la Interoceánica Sur. A pesar de la similitud de amboscasos y del hecho que en la actualidad hay mucho menosbosques amazónicos que en los años 1980, esta nueva obra nogeneró protestas ni manifestaciones públicas de la sociedadcivil. Prácticamente nadie, excepto el autor de esta nota(Dourojeanni, 2001, 2006a) reclamó la necesidad de unproyecto de inversión para el desarrollo rural y elordenamiento territorial paralelo a la carretera, como sehizo en Rondonia y Acre. Las grandes ONG internacionales,

inclusive las que hicieron el movimiento para cambiar el BMy el BID hace treinta años, hicieron un esfuerzo importantepara denunciar el IIRSA e, inclusive, esa carretera, peroen esta ocasión nada tuvo éxito para mejorar el proyecto.

El acuerdo energético entre Brasil y Perú para construirseis enormes hidroeléctricas en los Andes amazónicosperuanos para proveer de energía al primero de los dospaíses nombrados se inserta en la misma línea. Los miles demillones de dólares que esas obras costarán serán en granmedida cubiertos o garantizados por el BNDES yprobablemente por la CAF, entre otros financiadores,posiblemente asiáticos. Ellos van a “respetar la soberaníadel Perú” cumpliendo al pie de la letra una legislaciónperuana que sabe es insuficiente e inadecuada para el casoy que, además, el pequeño y joven Ministerio del Ambientede este país no tiene capacidad para hacer cumplir.

Es así como muchas ONG ahora consideran que las pautassocio-ambientales del BM y del BID son un ejemplo quedebería ser seguido y en cierta forma añoran la época enque esos bancos tenían más influencia en la región. Lasociedad civil en el BM y en el BID era escuchada y suspropuestas discutidas. Ahora deben conformarse con escucharo leer las consabidas declaraciones políticamente correctassobre comportamiento socio-ambiental que siempre tiene comocomún denominador el confortable “respeto” a la soberaníanacional, mientras que en el terreno todo va mal o peor.

Para complicar aún más la situación, el comportamiento delBID ha cambiado. Su actual Presidente, el colombiano LuisAlberto Moreno, no esconde estar mucho menos interesado enlos temas socio-ambientales que su predecesor y mucho máspreocupado por aplicar los recursos disponibles a pesar dela competencia desleal que restringe el volumen de lasoperaciones. No le falta razón pero, por eso, aunque eldiscurso oficial es siempre el mismo la temática ambientaly social en ese Banco está siendo sensiblemente relegada.

El BID ya no dispone de sistema de clasificación deoperaciones ni de un comité ambiental. La coordinación deltema de la calidad socio ambiental de las operacionesdepende ahora de una unidad con un reducido número deprofesionales dedicados exclusivamente al tema. En el BIDla temática ambiental está subordinada al área deinfraestructura, lo que no es lógico ya que el ambiente eso debería ser asunto trascendente para todas lasactividades del Banco. Por eso, las ONG no puedendescuidarse pues en el BID la tentación de imitar a la CAFes muy grande. En el BM, en cambio, aún existe unavicepresidencia de Desarrollo Sostenible con un ampliodepartamento ambiental. En esa vicepresidencia también hayun departamento de infraestructura, del mismo nivel que elambiental. Además, mantiene mucho más personal dedicado alos temas ambientales que el BID y posee un númeroconsiderable de operaciones puramente ambientales en laAmazonía, en especial la brasileña o que tienen influenciaen esa región. El BM asimismo conduce o desarrolla unaserie de acciones importantes referidas a cambio climático,recursos forestales y, claro, también es líder en el uso delos fondos del GEF.

El futuro: Un informe reciente de Greenpeace (2009), basadoen tres años de investigación en la Amazonía brasileña,revela que la actividad pecuaria es directamenteresponsable por la mayor parte de las emisiones de CO2 delpaís y el mayor vector individual de deforestación. Lo másimpactante y preocupante de esta revelación es que ellademuestra que nada ha cambiado en treinta años en esaregión, pues ese es el mismo problema que se caracterizó ydenunció para lograr el cambio en el comportamientoambiental y social de los bancos multilaterales (Shane,1980; Myers, 1980; Rich, 1986; Schwartzman, 1986). Apenas,entonces no se mencionó el tema del cambio climático queaún no estaba bien definido.

Peor aún es saber que se viene una avalancha sinprecedentes de proyectos de explotación de recursos

naturales y de obras enormes de infraestructura detransportes y energía en toda la Amazonia (IIRSA, 2006;Dourojeanni, 2010). En muy pocos de esos emprendimientoshay financiamientos de los dos bancos tradicionales, el BMy el BID y, en cambio, en todos están la CAF y el BNDES.Poca esperanza existe que las ONG basadas en EEUU puedanejercer suficiente influencia en esas instituciones paraque adopten comportamientos más responsables con elambiente y la sociedad. Para que eso ocurra la presióndebería ser ejercida por el pueblo de la región aunque,idealmente, debería ser requerida por los propios gobiernossudamericanos, lo que es improbable.

En este contexto hay un trabajo urgente y complejo a serdesarrollado por la sociedad civil, tanto la internacionalcomo en particular por la de cada país amazónico. Esoincluye muchos frentes, por ejemplo: (i) proponer al poderlegislativo la revisión de la legislación ambiental y sobrerecursos naturales de modo a hacerla más práctica yrealista, es decir, aplicable; (ii) exigir unainstitucionalidad ambiental más fuerte, compatible con laproblemática creada por las nuevas inversiones en laAmazonía, demandando de los poderes ejecutivo y legislativoun financiamiento adecuado; (iii) demandar que lalegislación ambiental nacional sea como mínimo comparableen exigencias a la brasileña, para facilitar su aplicaciónpor las empresas brasileñas que son financiadas por elBNDES; (iv) documentar y denunciar activamente ysistemáticamente las consecuencias de la deficienteactuación de las instituciones financieras en el áreasocial y ambiental y, asimismo, su falta de transparencia;(iv) presionar las organizaciones financierasmultilaterales y bilaterales que trabajan mejor el temaambiental (como el BM, el BID o el KfW) para que en susnegociaciones con los países amazónicos no abdiquen de susprincipios a pesar del comportamiento de sus competidoresdesleales; (v) reclutar más miembros, especialmente los

jóvenes, en los movimientos socioambientales que defiendenla Amazonía; (vi) conjugar, armonizar y potenciar losesfuerzos de la sociedad civil de los países amazónicos,especialmente de los que son afectados por las inversionesbrasileñas en sus territorios; y (vii) considerando que laAmazonía es una sola, obtener el apoyo de la sociedad civilbrasileña con relación al comportamiento de sus propiasinstituciones financieras y de sus empresas.

En la lucha por conseguir un desarrollo realmentesostenible en la Amazonía y, en especial, para confrontar ycambiar el comportamiento de los nuevos actores financierosregionales es preciso que la sociedad civil deje de lado lacompetencia desleal entre sus organizaciones o, más aún,sus diferencias conceptuales que siempre son más aparentesque reales. Deben hacer un frente común, reuniendo las quepriorizan lo social y las que se dedican más a lo ambientaly, evitando confrontaciones estériles y desgastantes. Esoya está comenzando a ocurrir en relación a la Amazoníaperuana y los resultados positivos ya son evidentes, aunquesean todavía incipientes. De otra parte, las grandes ONGinternacionales deben incentivar y apoyar con suexperiencia y con dinero esa unión que determina la fuerzapolítica al nivel nacional. Al final de cuentas, el destinode cada país depende de la decisión y de la acción de supropia gente.

6.6 Los nuevos indígenas amazónicos

6.7 ¿Biopiratería?

Unos 30 años atrás, los científicos se empeñaron enpromover el valor económico de la diversidad biológica comoestrategia para defenderla y con mucho esfuerzoconsiguieron convencer a los políticos para hacer un

tratado internacional que facilite ese objetivo. En 1992 lolograron cuando acompañados por diplomáticos y abogados, seaprobó la Convención sobre Biodiversidad. Pero ellos nuncaimaginaron que su idea evolucionara al punto en que estáactualmente. En efecto, la creencia firme y simplista deque la biodiversidad es económicamente muy valiosa ha dadolugar al concepto de “biopiratería”. Este tema se haconvertido en una pesadilla, especialmente para loscientíficos pues, la aplicación de leyes de protección a labiodiversidad, en general mal redactadas y suinterpretación errada por burócratas, policías y jueces, hallevado mucha gente a sufrir malos tratos e inconvenientes.Tanto que hoy, la tal biopiratería es un serio obstáculopara mejorar el conocimiento de la Amazonía, donde,lamentablemente, suele ser usada como pretexto adicionalpor los xenófobos.

En la generosa mente de los precursores de la Convención,la biodiversidad debería ser salvada para el bienestar detoda la humanidad sin limitaciones ni restricciones. Pero,el resultado ha sido que en toda América Latina,científicos famosos, otros menos famosos, estudiantesuniversitarios, coleccionadores aficionados de mariposas ode orquídeas o apenas curiosos inadvertidos, seconvirtieron en temibles “piratas de la biodiversidad”que, como los antiguos piratas y corsarios, sonconsiderados enemigos de la patria y que por eso deben sersujetos de espionaje por la policía, encerrados enmazmorras y fichados como criminales. Ni los científicosnacionales consiguen trabajar en paz, en su propio país,debido a las sospechas de que, en el fondo, estén robandoel patrimonio nacional.

Esto ocurre porque aún no se ha comprendido el verdaderocarácter de los recursos de la biodiversidad. Monos,mariposas, arañas o frutos, semillas u hojas sonexpresiones de la diversidad biológica pero no sonnecesariamente los materiales que, en manos de unciudadano, pueden considerarse actos de biopiratería. Elconcepto de biopiratería es mucho más complejo e implica,entre otras cosas, disponer de material reproductivo ohacer las inversiones para descubrir usos o aplicaciones o

para copiar la estructura genética y, también, el registroo patente de los subproductos o de los usos o aplicaciones.O sea que el valor de la biodiversidad dependeesencialmente de conocerla bien y de tomar las medidas paraproteger el descubrimiento (la patente) y de preservar enla naturaleza. Estos dos preceptos son los que determinanque una nación y no otra pueda reclamar propiedadintelectual sobre un elemento de la diversidad biológica.

Se cita con frecuencia como ejemplo pionero de labiopiratería la iniciativa del inglés … que en …. llevósemillas de caucho del Brasil a Asia, donde ese árbol fueexitosamente propagado en Malasia y luego en todos lostrópicos excepto en los de su región de origen, debido a laenfermedad de las hojas, …., como quedó evidenciado enFordlandia. Primeramente, en esa época a nadie le hubieseparecido errado ni estaba prohibido hacer eso. En segundolugar, no solo fue llevado afuera el jebe. También salieronde las áreas boscosas tropicales el cacao, la yuca omandioca, la cascarilla o chinchona así como palta, papaya,achiote y maní, entre muchas más. Dicho sea también que lamayoría de esas plantas no salieron de la Amazonia puescacao, palta, yuca y papaya existían en toda la Américatropical y sub-tropical. Por eso es inconsistente quemuchos brasileños insistan en citar el ejemplo del caucho ojebe. Más aún porqué ellos mismos han hecho lo mismo y esomuy recientemente con especies exclusivamente andinas, comola quinua entre tantas otras. De otra parte, el extremismoen este tema lleva al absurdo pues, si fuera el caso dereclamar “derechos” por las especies nativas, lossudamericanos deberíamos pagar por el ganado vacuno asícomo por plátano, mango, soya, arroz, todos los cítricos yotras docenas de animales y plantas útiles que vinieron delos trópicos de otros continentes.

En el caso de la Amazonia, cuya diversidad biológica esproverbial, ésta es compartida por los 9 países que laposeen. Existen si, algunas especies endémicas que,consecuentemente, son exclusivas a una región o a un país,pero posiblemente tanto como el 90% de la diversidadbiológica es común y, por lo tanto, es muy difícil que unpaís pueda reclamar derecho exclusivo sobre una especie.

Más aún, la diversidad biológica de los bosques tropicalesde América del Sur es compartida en gran parte con la delos bosques tropicales de América Central. Para complicarlas cosas entre los países amazónicos está la Francia,lugar de donde proceden piratas muy famosos ¿Quién es,entonces, el legítimo dueño? La pequeña Costa Rica, queavanzó mucho en el tema de patentes de biodiversidad, yaregistró excipientes de muchas especies que ocurren en laAmazonía. Para eso creó el Instituto Nacional deBiodiversidad (Inbio) que colecta, identifica, estudia,analiza, registra y vende ese material. Y para ello, hainvertido millones de dólares en gran parte en suimportante sistema de unidades de conservación. Este países el único en América Latina que ha dado un ejemplocoherente, además de leyes, discursos y planes que nunca secumplen, de lo que significa la diversidad biológica.  No se propone que la ley no deba ser cumplida, o que loscientíficos y los coleccionistas de plantas y animales nodeban ser controlados. Sin embargo, hay algo errado enleyes que castigan duramente a un coleccionista de plantaso insectos pero que tolera la deforestación de cientos demiles y hasta de millones de hectáreas de bosque por año yque autoriza la explotación exhaustiva de especiesamenazadas como la caoba. Cada hectárea de bosque talado yquemado implica la muerte de millones de ejemplares dedecenas de miles de especies de plantas y animales que, sinduda, estarían mejor en un museo o en una colecciónprivada. Son miles las orquídeas raras que quedan en losárboles talados en las chacras que esperan el paso delfuego ¿por qué no pueden ser colectadas e inclusivevendidas? Si las colecciones de los aficionados hubiesenestado prohibidas, como ahora, el famoso Fabre y muchosotros grandes entomólogos de la historia mundial nohubieran podido legar sus maravillosos trabajos. Hoy, en elBrasil, los estudiantes de agronomía no pueden ni hacercolección de los insectos que son plagas de la agriculturapues, en ese caso, corren el riesgo de ser presos por unalegislación absurda. Preciso es decir que en el casobrasileño el problema se complica por la existencia de unagrave imprecisión o confusión en la definición legal de

fauna que se combina con una ley de crímenes ambientalesmuy radical29.

7 Lo que era malo y ahora es peor en la Amazonía

7.1 Deforestación y degradación de ecosistemas naturales

7.1.1 Medio verdades y mentiras7.1.2 Lo más probable

7.2 Narcotráfico y males asociados

7.3 La minería anárquica y devastadora

7.4 La “Ley de la Selva” continúa dominando la Amazonía

7.5 ¿Gobernanza? ¿Qué es eso?

7.6 Planificación inexistente o inadecuada

8 Lo poco que funcionó más o menos y mejoró en el camino aldesarrollo deseable

8.1 La rebelión de los indígenas

8.2 Las áreas protegidas a pesar de todo

8.3 Los territorios indígenas ¡ojalá!

8.4 Turismo en la naturaleza

29 Ver el artículo “La Gallina” en O Eco de ……

8.5 Ensayos de piscicultura

8.6 Algunas formas de agricultura

9 Otra vez: ¿Qué hacer para construir un desarrollo deseable?

9.1 ¿Reinventar el Estado en busca de la democracia?

9.2 Leyes con sentido común

9.3 Planificar seria y participativamente

9.4 Definir, de una vez por todas, la propiedad de la tierra en la Amazonía

9.5 Ampliar y consolidar las áreas protegidas y los territorios indígenas

9.6 Manejo de cuencas

9.7 Grandes obras y explotaciones pueden convivir o complementarse con emprendimientos deseables de escala mediana e inclusive pequeña

9.8 Silvicultura

9.9 Piscicultura

9.10Turismo en la naturaleza

10. Conclusión

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