Date post: | 02-Mar-2023 |
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Camino a la Inmortalidad.
La enfermedad que tuvo el Libertador a lo largo de su vida y lasmuchas crisis que presentó en los últimos años de ella sin dudatuvieron que influir en alguna forma en el desarrollo de las guerrasde la independencia, el nacimiento de la república y tal vez muchomás, en la evolución de los hechos que llevaron a la desintegraciónde su obra política. Para conocer la secuencia y evolución clínica desu enfermedad se ha tomado fielmente la mayor información posible delos diversos autores citados, representativos de la inmensabibliografía que hay sobre el Libertador, transcribiendo casitextualmente muchos de sus textos. En forma somera hemos tenido elcuidado de relacionar los períodos de su enfermedad con el contextohistórico que se vivía en ese momento, sin embargo no pretendemosrealizar una investigación histórica exhaustiva. Intentamos construiry estructurar el conocimiento de la historia clínica y relacionarlocon la información que conocemos de sus últimos momentos y de laautopsia del hombre más grande íntimamente ligado a la historia denuestra América.
Viaje a Santa Marta Renuncia y Muere.
El 7 de Mayo Bolívar sale de Bogotá. No puede regresar a
Venezuela, incluso teme por el Gobierno de Páez le incauté las minasde Aroa, hacienda de sus padres. Por ahora su destino es la costa.Quiere descansar un poco para reponer su quebrantada salud. Si mejoray le conceden el sueldo el ex - Presidente se residencia en Europa.En Cartagena recibe una noticia que le acelera el corazón. ElMariscal Sucre ha sido asesinado traidoramente. Bolívar no encuentrapalabras ni lagrimas para tanto dolor. Llora como un niño y se ve eneste crimen una cruel venganza de sus enemigos. Los asesinos sabíanmuy bien que Sucre era el sucesor legítimo de Bolívar, el único quetodavía podía restaurar la unidad Gran Colombiano. Mientras tanto elgobierno del Presidente Mosquera se hunde. Cada soldado se haceGeneral y todos se creen con derecho a sublevarse. A los 3 meses lesucede el Vice - Presidente Caicedo. Apenas toma el mando lesustituye una insurrección militar. Urdaneta se alza con el poderpero decide que vuelva Bolívar. Es el único que aún puede unir yevitar la Guerra. El Libertador escucha a los emisarios. Le duele elcaos total. Tengo la obligación de salvar a la patria como cualquiersoldado. Ofrezco por los sacrificios de que soy capaz. Pero no veotodavía que mi regreso aplaque a los revoltosos. No puedo aceptarotra vez la Presidencia sin el consentimiento de unas elecciones. Enlos últimos meses de su vida Bolívar fue tan humano como nunca lohabía sido. Bolívar siempre cuerdo, siempre lúcido, siempre atento aldesarrollo de la patria que el fundó. Le duele tener que proclamar¡”He Arado en el Mar"...! Le duelen las columnas de quienes el honró.Le duele la falta de piedad y cariño de quienes creyó podrían ahoraamarle o al menos respetarle. Le duele morir huérfano de amor despuésde haber dado integra su vida por la igualdad, la libertad y lajusticia en América. La enfermedad está bastante avanzada, los mediosle envían a Santa Marta y llega a la Hacienda San Pedro Alejandrino ysu dueño le ofrece la casa."Reciba usted por esta generosidad, lasgracias más expresivas de mi parte. ... yo pienso seguir por allá ydesde luego hoy acepto seguir por allá y desde luego hoy acepto laoferta de usted, aunque sea por unos pocos días" .El médico queasiste a Bolívar el Dr. Reverend, escribe a principios de Diciembre."El enfermo disimula los padecimientos, pues sólo ha algunosquejidos. Se le nota un sensible entorpecimiento de sus facultades
mentales".
La última proclama.
El 10 de diciembre de 1830 es el día de la última proclama delLibertador, dictada desde su lecho de moribundo. Firmó el testamentoy recibió los Santos Sacramentos de manos del humilde cura de laaldea de Mamatoco, quien llegó en la noche con sus acólitos y variosindígenas.
Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José LaurencioSilva, Mariano Montilla, Joaquín de Mier, Ujueta, Fernando Bolívar,etc., el notario Catalino Noguera empezó a leer el históricodocumento, pero apenas llegó a la mitad, porque la emoción y el dolorle ahogaron la voz. Continuó la lectura Manuel Recuero. La últimaProclama dice así:A los pueblos de Colombia:
Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad dondereinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mifortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadíque desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron devuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputacióny mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que mehan conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debohacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloriaque a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bieninestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobiernopara libertarse de la anarquía; los ministros del santuariodirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando suespada en defender las garantías sociales.
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Simi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la
Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Testamento de Bolívar.
El testamento de su excelencia El Libertador de Colombia GeneralSimón Bolívar es el documento mediante el cual el Libertador SimónBolívar declaró su última voluntad antes de fallecer el 17 dediciembre de 1830. Fue dictado en Santa Marta, Colombia, el 10 dediciembre, el mismo día en que dictó su última proclama y recibió lossacramentos por parte del Obispo de Santa Marta José María Esteves,1y fue firmado por Bolívar y el escribano José Catalino Noguera al díasiguiente.2 El original consta de 4 páginas manuscritas por ambascaras y estuvo archivado en una notaría de Santa Marta hasta que fuerobado por desconocidos quienes lo vendieron al gobierno venezolano.El presidente Marcos Pérez Jiménez lo restituyó a Colombia donde fuedepositado en un banco por la Sociedad Bolivariana hasta que dichainstitución lo donó al Museo Nacional de Colombia el 24 de junio de1960.3
El documento está constituido por catorce cláusulas en las queBolívar declara u ordena elementos de diversa índole, incluyendo sucreencia en Dios y la Iglesia Católica, sus bienes y su destino (lastierras y Minas de Aroa...y unas alhajas), que se paguen sus deudas yla donación de dos libros que fueron propiedad de Napoleón a laUniversidad de Caracas. También ordena una remuneración para sumayordomo José Palacios, que se quemen algunos documentos, nombra susalbaceas, y divide lo que queda de sus bienes en tres partes: unapara cada hermana María Antonia y Juana. La tercera para sussobrinos: Juan, Felicia y Fernando Bolívar, para que lo "disfrutencon la bendición de Dios.
Santa Marta, 10 de diciembre de 1830 En nombre de Dios todo Poderoso. Amén. Yo, Simón Bolívar,Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad deCaracas en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los señores
Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, difuntos, vecinosque fueron de dicha ciudad, hallándome gravemente enfermo, pero en mientero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, creyendo yconfesando como firmemente creo y confieso el alto y soberanomisterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre Hijo y EspírituSanto tres personas distintas y un solo Dios verdadero, y en todoslos demás misterios que cree, predica y enseña nuestra Santa MadreIglesia Católica Apostólica Romana, bajo cuya fe y creencia he vividoy protesto vivir hasta la muerte, como Católico fiel Cristiano, paraestar prevenido cuando la mía me llegue con disposición testamental,bajo la invocación divina, hago, otorgo y ordeno mi Testamento en laforma siguiente:
1. Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que dela nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado,dejando a disposición de mis Albaceas el funeral y entierro, yel pago de las mandas que sean necesarias para obras pías, yestén prevenidas por el gobierno
2. Declaro: fui casado legalmente con la Sra. Teresa Toro,difunta, en cuyo matrimonio no tuvimos hijo alguno.
3. Declaro: que cuando contrajimos matrimonio, mi referidaesposa, no introdujo a el ninguna dote, ni otros bienes, y yointroduje todo cuanto heredé de mis padres.
4. Declaro: que no poseo otros bienes más que las tierras yminas de Aroa, situadas en la Provincia de Carabobo, y unasalhajas que constan en el inventario que debe hallarse entre mispapeles, las cuales existen en poder del Sr. Juan de FranciscoMartín vecino de Cartagena.
5. Declaro: que solamente soy deudor de cantidad de pesos alos señores Juan de Francisco Martín y Poules y Compañía, yprevengo a mis Albaceas que estén y pasen por las cuentas quedichos Señores presenten y las satisfagan de mis bienes.
6. Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congresode Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se loofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimosmomentos conservo a aquella República.
7. Es mi voluntad: que las dos obras que me regalo mi amigo elSr. Gral. Wilson, y que pertenecieron antes a la biblioteca deNapoleón tituladas "El Contrato Social" de Rousseau y "El ArteMilitar" de Montecuculi, se entreguen a la Universidad deCaracas.
8. Es mi voluntad: que de mis bienes se le den a mi fielmayordomo José Palacios la cantidad de ocho mil pesos, enremuneración a sus constantes servicios.
9. Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del Sr.Pavageau, se quemen.
10. Es mi voluntad: que después de mi fallecimiento, mis restossean depositados en la ciudad de Caracas, mi país natal.
11. Mando a mis Albaceas que la espada que me regaló el GranMariscal de Ayacucho, se devuelva a su viuda para que laconserve, como una prueba del amor que siempre he profesado alexpresado Gran Mariscal.
12. Mando a mis Albaceas se den las gracias al Sr. Gral.Roberto Wilson por el buen comportamiento de su hijo el CoronelBelford Wilson, que tan fielmente me ha acompañado hasta losúltimos momentos de mi vida.
13. Para cumplir y pagar este mi testamento y lo en elcontenido, nombro por mis Albaceas testamentarios,fideicomisarios, tenedores de bienes a los Sres. Gral. PedroBriceño Méndes, Juan de Francisco Martín, Dr. José Vargas, y elGral. Laurencio Silva, para que de mancomún et insolidum entreen ellos, los beneficien y vendan en almoneda o fuera de ella,aunque sea pasado el año fatal de Albaceazgo pues yo lesprorrogo el demás tiempo que necesiten, con libre franca, ygeneral administración.
14. Y cumplido y pagado este mi testamento y lo en el contenidoinstituyo y nombro por mis únicos y universales herederos en elremanente de todos mis bienes, deudas, derechos y acciones,futuras sucesiones en el que haya sucedido y suceder pudiere, amis hermanas María Antonia y Juana Bolívar y a los hijos de mifinado hermano Juan Vicente Bolívar, a saber, Juan, Felicia yFernando Bolívar, con prevención de que mis bienes deberán
dividirse en tres partes, las dos para mis dichas hermanas, y laotra parte para los referidos hijos de mi indicado hermano JuanVicente, para que lo hayan, y disfruten con la bendición deDios. Y revoco, anulo, y doy por de ningún valor ni efecto otrostestamentos, codicilos, poderes y memorias que antes de estehaya otorgado por escrito, de palabra o en otra forma para queno prueben ni hagan fe en juicio, ni fuera del, salvo el quepresente que ahora otorgo como mi última y deliberada voluntad,o en aquella vía y forma que mas allá lugar en derecho. En cuyotestimonio así lo otorgo en esta hacienda San Pedro Alejandrinode la comprensión de la ciudad de Santa Marta a diez dediciembre de 1830.
Y su excelencia el otorgante a quien yo, infrascrito, EscribanoPublico del Número certifico que conozco, y de que al parecer está ensu entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, así lodijo, otorgó y firmó por ante mí en la casa de su habitación, y enéste mi Registro Corriente de Contratos Públicos siendo testigos losS.S.: Gral. Mariano Montilla, Gral. José María Carreño, CoronelBelford Hinton Wilson, Coronel José de la Cruz Paredes, CoronelJoaquín de Mier, Primer Comandante Juan Glenn y el Dr. Manuel PérezRecuero, presentes.
Muerte de Bolívar.
El 17 de diciembre de 1830, en la Quinta «San Pedro Alejandrino»,cerca de Santa Marta (Colombia), dejó de existir el Genio de laLibertad, el más Grande Hombre de América. A la 1 en punto de latarde, «murió el sol de Colombia», Simón Bolívar. Había recibido demanos del Cura de la aldea de Mamatoco los Santos Sacramentos.Después de haber dado libertad a tantos millones de suramericanos,Bolívar se halla en su último instante muy solo. Apenas le rodeanMariano Montilla, Fernando Bolívar, José Laurencio Silva,
Portocarrero, el edecán Wilson, Ibarra, Cruz Paredes, José MaríaCarreño...
El médico de cabecera Alejandro Próspero Reverend, viendo quellegaba el momento supremo los llamó y les dijo: «Señores, si queréispresenciar los últimos momentos y postrer aliento del Libertador, yaes tiempo». Pero, indudablemente, Bolívar continúa vivo en el corazónde los pueblos, en las ideas que parecen escritas para nuestros días,en las acciones que son permanente ejemplo para todos aquellos quesienten de verdad lo que es una patria redimida. El Sol de Colombiasigue brillando.
Bolívar lo vivió. Destituido de todos sus cargos por laoligarquía gran colombiana asesinado, antes, su noble amigo elmariscal Sucre que ganara en los Andes, en 1824, la última batalla dela Independencia y es necesario decir que nunca se supo quién lepreparó la emboscada de la muerte, fue abandonado, Bolívar, a susuerte. Camino de su destierro a Venezuela, sublevada ya ante suposible llegada porque iba precedido de la apelación de dictador,Bolívar no tuvo a su lado nada más que un grupo de amigos: contadoscon los dedos.
Enfermo, le curaba el médico francés Alejandro Prospero Reverend.Arribado a la ciudad costeña de Santa Marta, el Libertador noencontró techo de recepción nada más que en la casa de un español:Joaquín de Mier. Ya próximo a la muerte se refugió en la Quinta deSan Pedro Alejandrino. Esta mansión pertenecía, también, al mismoespañol. En San Pedro Alejandrino pronunció aquella invocación a laironía: "Jesucristo, Don Quijote y yo hemos sido los más insignesmajaderos de este mundo".
Regreso de los restos del Libertador aVenezuela.
La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que susrestos sean enterrados en Caracas. La traída de los restos con loshonores fúnebres, y la disposición de que sean depositados en laCatedral de Caracas.
Comisión Venezolana. Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de lacomisión, junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (elmarques), Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote ManuelCipriano Sánchez como Gran Capellán La comisión venezolana que debíarecibir el féretro y fijó el 17 de diciembre la fecha de regreso a lacapital.
Buque Constitución.
La Constitución, nuestra nave capitana, al mando del Capitán defragata Juan B. Baptista, con sus velas blanquísimas, alumbradas porla Luna, iba adelante, ligera como una garza. Luego seguía nuestraembarcación, la hermosa corbeta Circe, al mando del cariñoso Sr.Jules Ricard, rompiendo las olas, majestuosa como un cisne; y a supopa, navegaba el velero bergantín El Caracas a las órdenes de Mr.Wheeler.
Restos Del Libertador A Venezuela.
La voluntad de Bolívar, plasmada en su “Testamento”, elaborado el
10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus
restos sean enterrados en Caracas, tuvo que esperar doce años para
que se cumpliera. En 1839 el general Carlos Soublette, encargado de
la presidencia, inició tímidamente un movimiento para la
repatriación. El Presidente Páez, en su segundo mandato, y debido a
un clamor popular, solicitó al Congreso repatriar los restos del
Padre de la Patria. Al ser aprobada la solicitud, decretó el 30 de
abril de 1842, la traída de los restos con los honores fúnebres, y la
disposición de que sean depositados en la Catedral de Caracas. El 12
de mayo, invitó al Poder Ejecutivo Nacional y al de la Nueva Granada
y Ecuador a concurrir a la exhumación de los restos en Santa Marta.
Páez designó al eminente Dr. José María Vargas jefe de la comisión,
junto a los generales Francisco Rodríguez del Toro (el marques),
Mariano Ustáriz, José María Carreño y al sacerdote Manuel Cipriano
Sánchez como Gran Capellán y fijó el 17 de diciembre la fecha de
regreso a la capital. El general Daniel Florencio Oleary, fue
comisionado para que el conocido escultor italiano Pietro Tenerani,
realizara un monumento en la catedral de Caracas, (ese monumento
inaugurado en 1842, fue trasladado al Panteón Nacional en 1876,
cuando ingresaron allí los restos). El 13 de noviembre salió de La
Guaira la comisión a bordo de la goleta Constitución debidamente
acondicionada al mando del capitán de Navío Sebastián Boguier,
acompañado del bergantín Caracas y de la fragata francesa Circe.
Llegaron a Santa Marta el día 16. El 20 a las cinco de la tarde
exhumaron los restos que se encontraban en el panteón de la familia
Díaz Granados en la Catedral de Santa Marta; reconocidos por los
médicos encargados de tan noble comisión entre ellos, el preclaro Dr.
Alejandro Próspero Reverend (quien atendió a Bolívar desde su llegada
a Santa Marta, le realizó la autopsia y lo vistió) y el ilustre Dr.
Vargas. Las calles y casas de Santa Marta estaban enlutadas; la
comisión venezolana agradeció las atenciones de las autoridades
neogranadinas. Los restos fueron embarcados el día 21 en la goleta
Constitución, con una gran ceremonia fúnebre. Durante el viaje 15
cadetes comandados por el teniente Nicomedes Zuloaga, montaron
guardia de honor; el navío encalló en Los Roques. El 13 de diciembre
estaban frente a La Guaira, esperando varias embarcaciones nacionales
y extranjeras con sus banderas a media asta, para agregarse al gran
cortejo naval. El día 15 fue bajado a tierra. El general de brigada
Juan Uslar, llegó de VALENCIA con lágrimas en los ojos, portando el
uniforme con el cual combatió al lado de Bolívar, los restos
pernoctaron en la iglesia de ese puerto; el día 16 lo subieron a
Caracas en una extraordinaria procesión, pernoctando en la iglesia de
la Santísima Trinidad, hoy Panteón Nacional; por coincidencia, la
Santísima Trinidad es la devoción de la familia Bolívar, de allí el
nombre de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, así se llama
el panteón familiar en la Catedral de Caracas. En Caracas se
designaron comisiones para montar guardias de honor; el 17 de
diciembre fecha de su muerte, sus restos fueron trasladados hacia la
iglesia de San Francisco cumpliendo un estricto protocolo. El pueblo
de Caracas acompañó a su eximio hijo detrás del gran carruaje
construido en Paris según instrucciones del coronel Agustín Codazzi;
todas las calles, casas y ciudadanos mostraban riguroso luto; la gran
parada militar, la comandó el siempre leal general en jefe Rafael
Urdaneta Faria, con su uniforme de gala y el sable que le regaló
Bolívar. El ilustre Concejo Municipal de VALENCIA comisionó a
Bernardo Escorihuela, Felipe Sojo y Jaime Alcázar. José Alberto
Espinosa, Canónigo de la Catedral y Rector de la Universidad de
Caracas, leyó a la una su brillante Oración, recorriendo la vida del
más grande de los americanos. El 23 de diciembre se realizó una
ceremonia similar para el traslado de los venerados restos en hombro
de sus edecanes y oficiales que lo acompañaron en la emancipación
hasta la Catedral de Caracas; sus restos estuvieron al lado de sus
padres y esposa, hasta que fueron trasladados al Panteón Nacional el
28 de octubre de 1876, día de San Simón. Así concluyó la voluntad de
nuestro Padre Libertador. Sus cenizas permanecerán a través de los
siglos, acompañadas por el esplendor de su gloria y el calor de los
pueblos libre
Iglesia de San Francisco.
La iglesia comienza a ser construida en 1593 bajo el diseño de
Antonio Ruiz Ullán como un anexo del Convento de San Francisco hoy
Palacio de las Academias. En 1641 sufre daños severos tras un
movimiento sísmico, y se toma la decisión de reconstruir el templo,
aunque se decide no rehacer las naves laterales que habían sido
derribadas. En 1745 se deciden hacer reformas a la iglesia para
aumentar el alto de la puerta principal y se reconstruyen las tres
naves originales, los cambios siguieron, y en 1767 se construye un
altar dedicado al Santo Niño en Belén. Luego, una de las reformas más
significativas fue la ordenada por Antonio Guzmán Blanco en 1887, la
cual incluyó la construcción de una nueva fachada y cambios en el
interior de la iglesia. En este templo le es otorgado el título de
Libertador a Simón Bolívar, al término de la Campaña Admirable, el 6
de agosto de 1813. Luego, el 17 de diciembre de 1842 son recibidos
los restos de Bolívar para su posterior traslado a la Catedral de
Caracas.
Algunos de los cambios hechos en 1887 son retirados en 1953 como
decoraciones superficiales y bóvedas falsas, pocos años después. El 6
de abril de 1956 es declarado Monumento Histórico Nacional debido a
lo bien conservado de las obras que datan de la época colonial y el
estilo neobarroco.
La forma de acceso a la iglesia de San
Francisco se puede hacer por medio del Metro de Caracas en la
estación Capitolio o a través de las rutas urbanas que circulan por
las avenidas Baralt o Universidad.
Otras edificiones históricas en las cercanías son el Palacio de las
Academias, la Antigua Corte Suprema de Justicia, el Palacio Federal
Legislativo y a una cuadra se encuentra la Plaza Bolívar, el Palacio
Municipal, la Catedral de Caracas, el Museo Sacro y la Casa Amarilla,
entre otros.
Los orígenes del Panteón.
La Iglesia de la Santísima Trinidad, fue convertida en Panteón
Nacional y comenzó a construirse el 5 de agosto de 1744. El Albañil
caraqueño Juan Domingo del Sacramento Infante pardo libre, de inmensa
fe, después de innumerables gestiones que llevo a cabo le fue
autorizada la construcción de un templo en honor a la Santísima
Trinidad. Infante destinó el fruto de su trabajo personal y más de 36
años de su vida a edificar un templo contando para ello con su
trabajo y las limosnas de los fieles caraqueños. Varias veces se
vendió como esclavo para comprar material
Este hombre había querido siempre formar parte de la orden de los
hermanos trinitarios, debido a su gran vocación religiosa, pero fue
rechazado por su baja condición social. Juan Domingo hizo gestiones
ante el Rey de España, pero todo fue en vano. Se ordenó que no se le
permitiera pedir limosna ni vestir hábito ni escapulario de la
Trinidad y que si lo hiciese, el gobernador debía proceder contra él.
Esto provoco un tremendo drama espiritual y su vida se lleno de
amargura y de dolor, aquel hombre piadoso y bueno se desquicio y aun
así continuo trabajando en su magna obra
El ayuntamiento de Caracas, el Coronel Juan Vicente Bolívar y el
Marques del Toro donaron solares para la obra. Después de 36 años de
labores, Juan Domingo logra terminar la construcción. El 12 de
diciembre de 1780 muere, sus restos fueron enterrados, amortajados en
sabanas blancas en el altar mayor de la Iglesia, en la bóveda que
construyera con sus propias manos por orden del primer Capellán de
esta, el Presbítero Santiago Castro. La Iglesia de la Santísima
Trinidad fue inaugurada el 15 de julio de 1781, nueve días antes del
nacimiento de El Libertador Simón Bolívar. Tres meses después del
nacimiento el bebe Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, es
llevado al templo por sus padres y por toda la familia, amigos y
allegados, allí ofrecieron oraciones al patrono de la familia que les
pertenecía a todos ellos por las leyes misteriosas de la herencia.
Este fue el primer encuentro del niño Simón con aquel lugar. Ocho
años después de este acontecimiento el joven Simón Bolívar es traído
de nuevo al templo para que tomara su primera comunión.
El terrible terremoto del 26 de marzo de 1812, destrozó las
estructuras de la Iglesia, escombros, soledad y muerte cubrieron
hasta 1821 sus ruinas amontonadas y el mote que comenzó a crecer
entre los escombros. Muchos años permaneció así.
Las ruinas del templo fueron visitadas por El Libertador Simón
Bolívar en 1827 cuando estuvo por última vez en Caracas. Ese fue su
último contacto con la Iglesia de la Santísima Trinidad. En la
transformación de la Iglesia de la Santísima Trinidad muchas ayudas y
también muchas limosnas fueron dadas para la reconstrucción de la
Iglesia, el presbítero Luis Acosta tuvo bajo su cargo la
responsabilidad del techo de la nave central y la concluyó, hasta ser
bendecida. El presbítero Rafael Hernández contrato al Ingeniero José
Gregorio Solano, quien ideó un estilo gótico para la fachada. El Dr.
Agustín Aveledo y el Presbítero Dr. Bartolomé Suárez le dieron remate
y gran impulso a la construcción que para 1874 se encontraba muy
avanzada.
El 27 de marzo de 1874 el Presidente de la República General en
Jefe Antonio Guzmán Blanco, dicto su decreto N° 43 en el que
convertía a la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad en Panteón
Nacional y la obra fue concluida convenientemente.
Cuando se dictó el referido decreto, la Iglesia de la Santísima
Trinidad aún estaba en plena construcción, pero el Gobierno puso el
mayor empeño para terminarla. Los trabajos de la obra fueron
confiados a los Ingenieros Julián Churión, Juan Hurtado Manrique,
Tomas Soriano y Roberto García, quienes para mediados de 1875 ya lo
habían concluido. Interior del Panteón: "Un homenaje artístico a
distinguidas personalidades de la patria"
El 28 de octubre de 1876 fueron trasladados los restos de El
Libertador desde la Catedral de Caracas al Panteón Nacional, al igual
que el monumento del escultor italiano Pietro Tenerari, por decreto
del Presidente Guzmán Blanco. Este monumento estaba colocado desde
1852 en la Capilla do la Santísima Trinidad de la Catedral de
Caracas, donde descansan los restos de la familia Bolívar (sus
padres, hermanas, la esposa, sobrinos y antepasados de El
Libertador). Por disposición del General José Antonio Páez, durante
su segunda presidencia, el Congreso Nacional decretó el 30 de abril
de 1842, el traslado de los restos de El Libertador Simón Bolívar
desde Santa Marta, Colombia. Había fallecido el 17 de diciembre de
1830, recibió cristiana sepultura en la Iglesia catedral de dicha
ciudad, donde permaneció enterrado por espacio de doce años.
Al General y político colombiano, Pedro Alcántara Herrán,
Presidente de la Nueva Granada, leal, fiel y constante amigo de
Bolívar, le correspondió ordenar por decreto, la entrega de ,1 las
sagradas cenizas de El Libertador. El 22 de noviembre de 1842, los
restos son embarcados en la bahía de Santa Marta, a bordo de la
goleta "CONSTITUCION", seguida de la fragata de guerra francesa "LA
CIRCE" Y del bergantín "ALBATROS".
El 08 de diciembre la urna con los restos de El Libertador llegan al
archipi6lago de los Roques, van a permanecer allí hasta el día 12,
luego hacia el Puerto de la Guaira donde llegan el día 13. Cabe
señalar que el convoy con la preciosa carga, toca puerto en los
Roques; porque una de las naves sufrió una avería de uno de los
mástiles, fue justamente la goleta "CONSTITUCION", donde iban los
restos de El Libertador. El día 16 a las cinco de la tarde, llegan
los restos a Caracas acompañados de una numerosa comitiva. Una
multitud lo acompaña desde la Puerta de Caracas a la Iglesia de la
Santísima Trinidad. En hombros de viejos amigos, lo sigue todo el
pueblo con ojos llorosos. Eran las diez de la mañana del 17 de
diciembre de 1842, entre dobles de campanas y disparos de cañón, la
procesión de inicio desde la Iglesia de la Santísima Trinidad, donde
había pasado la noche, en la modesta capilla que años atrás
construyera Juan Domingo del Sacramento Infante.
La procesión llego a la Iglesia de San Francisco donde se le
rindieron las honras fúnebres. El Doctor José Alberto Espinosa,
canónigo penitenciario de la catedral y rector de la Universidad
Central, pronuncia la oración fúnebre. Con la solemne liturgia de la
Iglesia y la conmovedora oración fúnebre del Padre Espinosa se cerró
el acto. El día 23 de diciembre, a las nueve de la mañana, los restos
son trasladados del Templo de San Francisco a la Capilla de la
Trinidad, en la Catedral Metropolitana de Caracas. Aquí descanso El
Libertador por varios años, hasta que fuera trasladado al lugar
definitivo en el Panteón Nacional, el antiguo templo de la Santísima
Trinidad.
En 1883, año en el cual se celebraba el Centenario del Natalicio
de El Libertador y entre los hechos resaltantes toma importancia un
regalo que ofreció el gremio de Agricultores de Caracas, el cual
consistió en una hermosa Lámpara de Cristal de Baccarat, expuesta en
la Gran Exposición de la Ciudad de París. Dicha Lámpara consta de
cuatro mil piezas de cristal y doscientas treinta luces y su costo
hasta el montaje fue de Veinte y Seis Mil Bolívares (Bs.26.000,00).
Especialmente vino de París a armarla por cuenta de la fábrica el
Señor Ferdinand " Regnauld. El Arquitecto Juan Hurtado Manrique y el
Ingeniero Tomas Soriano dirigieron la colocación de la araña. El 27
de octubre de 1886, en víspera de la fiesta de San Simón la bajaron
para colocarle las velas para la iluminación y se desprendió, cuando
la cadena del punto se apoyo se salió y se destrozaron muchas piezas,
se contrato de nuevo al Señor Regnauld quien se entendió con los
trabajos de restauración de la araña. El costo de todos los trabajos
fue de aproximadamente Catorce Mil Novecientos Ochenta y Un Bolívares
con 83/100 Céntimos (Bs. 14.981,83).
El Presidente de la República General Joaquín Crespo, ordenó
levantar dentro del Panteón cuatro (4) monumentos conmemorativos que
embellecieron y realzaron notablemente la dignidad del lugar. Los
monumentos son: Los Cenotafios de El Precursor de la Independencia,
Generalísimo Francisco de Miranda y el Cenotafio al Gran Mariscal de
Ayacucho Antonio José de Sucre. Ambos por decreto del 22 de enero de
1895. El monumento al Prócer de la Independencia General en Jefe José
Gregorio Monagas y el monumento conmemorativo de la Federación con
las estatuas del Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y el General en Jefe
Ezequiel Zamora. Por decreto del 5 de julio de 1896.
La celebración de los primeros cien años de la fecha aniversario
de la Independencia de Venezuela durante el gobierno de Juan Vicente
Gómez, fue propicio para llevar a cabo una importante intervención en
el Panteón Nacional. El Ministerio de Obras Públicas, que ya en el
año 1910 había puesto en marcha algunos trabajos de reparación de los
techos del edificio, convocó a un concurso profesional para
seleccionar un proyecto dedicado a la reforma total del Panteón,
siendo seleccionado entre varios el presentado por Alejandro
Chataing. A partir del proyecto del Ingeniero Alejandro Chataing y
bajo su dirección de realizaron reformas y ornamentación del edificio
y la modificación de su facha y una reforma completa de la decoración
interior del edificio. En un informe del Ministerio de Obras
Públicas, se describen las características de la obra: "Después de
ejecutar la reparación completa de todas las armaduras y cubierta de
los techos, se procede a modificar la fachada tratando de imprimirle
mayor carácter a su arquitectura, armonizando sus diferentes
secciones, y pintarla con un tono apropiado al destino de la obra y a
su situación con respecto a los edificios vecinos".
Para el año 1930 y con el objeto de conmemorar el Centenario de la
muerte de El Libertador Simón Bolívar, por decretos del 3 de octubre
y del 18 de noviembre de 1929, el Dr. Juan Bautista Pérez quien
ejercía la Presidencia de la República, el Dr. Federico Álvarez
Ministro de Obras Públicas, contratan al Arquitecto Vasco Manuel
Mújica Millán para restaurar todo el templo y la fachadas y junto con
los Ingenieros Hernán Ayala D. y Edgar Pardo Stolk cambian el estilo
gótico de la facha a neocolonial o neobarroco, agregando en el frente
la tercera torre central de 48 metros de altura .Los restos de El
Libertador que estaban en una urna no visibles al público, fueron
trasladados a una urna artística hecha por el Escultor Español
Chicharro Gamo, que se colocó delante del monumento de Tenerani, es
el sarcófago que esta actualmente.
El Gobierno le encargó al prominente Pintor caraqueño Británico
Antonio Salas Díaz, más conocido como Tito Salas, la decoración
interna del Panteón. Este trabajo lo inició Salas Y comprende un gran
conjunto de episodios históricos y temas alegóricos de interpretación
simbólica de los de momentos estelares de la figura de El Libertador.
Fueron diez y ocho (18) los lienzos que cubrieron la parte superior
de las naves y parte de los arcos. Tito Salas dio un extraordinario
colorido al recinto del Panteón con sus magistrales pinturas. La vida
y el color se mueven y agitan dentro de los austeros muros. Su pincel
trazó con fuertes rasgos de sentido impresionista la pasión del color
y la luz que lo subyugaban. Don Tito nos contó unos pasajes de
nuestrahistoria y con su fascinante colorido la puso a vivir ante
nosotros.
http://catedrab-unefa.blogspot.com/2012/02/regreso-de-los-restos-del-libertador.html