U n i v e r s i d a d d e N a v a r r a
Diversidad biológica. Causas de la pérdida de diversidad y propuestas
para conservar la biodiversidad
Lección inaugural del curso académico 2014/2015
Por el Prof. Dr. D. Luis Herrera Mesa
Catedrático de Zoología de la Facultad de Ciencias
El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de
las fuentes, la quietud del espíritu son grande parte para que las musas más estériles se muestren
fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.
(Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes 1547-1616)
2
A mi familia, a mis profesores y alumnos,
a mis compañeros y amigos del Claustro Académico de la Universidad de Navarra
Procedencia de las ilustraciones
Fig. 1. Láminas 32 y 33 de Pieter Cramer & Caspar Stoll: “De uitlandsche kapellen, voorkomende in de drie waereld-deelen Asia, Africa en America”. /A Amsteldam: Chez Barthelmy Wild,1779-1782. Depositado en la Biblioteca Smithsoniana y digitalizado en abril de 2010. Imágenes disponibles en BHL: http://dx.doi.org/10.5962/bhl.title.43777. Fig. 2. Rafael (1483-1520): La Escuela de Atenas. 1509-1510. Fresco en el Palacio Apostólico Vaticano. Imagen en el dominio público en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/94/Sanzio_01.jpg Fig. 3. Tommaso da Modena (1326-1379): San Alberto Magno. 1352. Fresco en la Sala Capitular del convento de San Niccolò, Treviso. Imagen en el dominio público en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/08/Tommaso_da_modena%2C_ritratti_di_somenicani_%28vescovo%29_1352_150cm%2C_treviso%2C_ex_convento_di_san_niccol%C3%B2%2C_sala_del_capitolo.jpg Fig. 4. Hendrik Hollander (1823-1884): Karl Linnaeus en traje lapón. 1853. Réplica del original en Hartenkamp. Imagen en el dominio público en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/5/56/Carolus_Linnaeus_by_Hendrik_Hollander_1853.jpg/640px-Carolus_Linnaeus_by_Hendrik_Hollander_1853.jpg Fig. 5. Eduard Ender (1822-1883): Humboldt y Bonpland en la selva amazónica. c. 1850. Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften. Imagen en el dominio público en http://www.avhumboldt.de/wp-content/gallery/portraits/02.jpg Fig. 6: Ortóptero. Foto: Enrique Baquero (UNAV). Fig. 7. Salamandra (Salamandra salamandra) en Vizcaya, abril de 2010. Foto: Enrique Baquero (UNAV). Fig. 8. Producción acumulada de Historia Natural -publicaciones- en la Universidad de Navarra entre 1969 y 2013, por tipología. Elaboración: A.H. Ariño (UNAV). Fig. 9. Medidas para reducir el efecto de barrera. Adaptado de Iuell et al., 2005. Fig. 10. Pescas mundiales de peces marinos entre 1950 y 2012, por continente de declaración. Elaboración: A.H. Ariño (UNAV) a partir de datos descargados el 16/5/2014 de la base de datos Global Capture Production Fishery Statistical Collections de la FAO: http://www.fao.org/fishery/statistics/global-capture-production/en Fig. 11. Cangrejo rojo (Procambarus clarkii) en el río Alegría (Álava) en julio de 2010. Foto: Javier Oscoz (UNAV). Fig. 12. La Red Natura 2000 en 2013. Mapa obtenido del visor de la Agencia Europea del Medio Ambiente, Natura 2000 Network Viewer: http://natura2000.eea.europa.eu/. Fig. 13. Esquema de las figuras legales aplicadas a las áreas protegidas de España. Adaptado de EUROPARC-España, 2012 (http://www.redeuroparc.org/) Fig. 14. Categorías de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2013), versión 3.1. Adaptado de http://www.iucn.org/about/union/secretariat/offices/iucnmed/iucn_med_programme/species/red_list/ Fig. 15. Missouri Botanical Garden (BMG), St. Louis, Missouri, USA. Octubre de 2008. Foto: A.H. Ariño (UNAV). Fig. 16. Oso pardo sirio (Ursus arctos syriacus) en el parque temático Sendaviva (Arguedas, Navarra), junio de 2011. Foto: A.H. Ariño (UNAV).
3
Contenido
1. Diversidad y biodiversidad……………………………………………………………………XX
2. Conocimiento de la naturaleza……………………………………………………………..
2.1. La Edad Antigua………………………………………………………………………
2.2. La Edad Media………………………………………………………………………
2.3. El Renacimiento……………………………………………………………………
2.4. La Edad Moderna…………………………………………………………………
2.5. Los siglos XIX y XX………………………………………………………………
2.6. Fuentes para el estudio de la biodiversidad en España…………….
2.7. Fuentes para el conocimiento de la biodiversidad faunística de
Navarra………………………………………………………………………………………
3. La pérdida de biodiversidad………………………………………………………………
3.1. Causas de la pérdida de biodiversidad……………………………………
3.1.1. El cambio climático……………………………………………………………
3.1.2. La contaminación ambiental………………………………………………
3.1.3. Los cambios de uso del suelo………………………………………………
3.1.4. La fragmentación de los ecosistemas……………………………………
3.1.5. Las catástrofes naturales como causa de extinción de
especies……………………………………………………………………………………
3.1.6. La extinción de especies inducida por la actividad humana: la caza
furtiva y la sobreexplotación……………………………………………………....
3.1.7. La introducción de especies exóticas………………………………………
4. Conservación de la biodiversidad…………………………………………………………
4.1. Medidas para conservar la biodiversidad …………………………………..
4.1.1. La declaración de áreas y espacios protegidos……………………….
4.1.2. Restauración de corredores ecológicos…………………………………..
4.1.3. Bancos de conservación de la naturaleza……………………………..
4.1.4. Bancos de semillas y jardines botánicos………………………………
4.1.5. Protección de especies animales en peligro de extinción
5. Reflexión final…………………………………………………………………………………
Agradecimientos
6. Referencias……………………………………………………………………………………
4
Excelentísimo Señor Rector Magnífico
Excelentísimas autoridades
Claustro Académico y Alumnos
Señoras y Señores
Deseo agradecer a las autoridades académicas que me hayan designado
para pronunciar esta lección de apertura de curso en un año significativo
para la Universidad de Navarra, en el que comienzan sus estudios los
alumnos del nuevo grado en Ciencias ambientales. Mi agradecimiento es
aún mayor considerando que tengo la oportunidad de dirigirme a ustedes
en este marco solemne del Aula Magna, para impartir mi última clase
después de cuarenta y dos años de dedicación a nuestra alma mater.
La biodiversidad y las características del medio ambiente en el que
habitamos son un motivo constante de información en los medios de
comunicación. Basta echar una ojeada a la hemeroteca: “La OMS ha
confirmado que la contaminación del aire causa cáncer”a, “Unos 2.000
niños mueren cada día por la falta de agua”b, “Ocho de cada diez especies
de animales en España son insectos. Las abejas, los animales más valiosos
para la biodiversidad”c, “España atesora más del 50% de plantas silvestres
europeas”d, “La catástrofe del 'Exxon Valdez' tiñó de negro más de 2.000
Km de las costas de Alaska”e, “WWF elabora cada año una lista de
especies amenazadas. La degradación de su hábitat, la caza y el cambio
climático son los principales peligros”f, etc.
La protección de la biodiversidad es causa de preocupación de la Doctrina
social de la Iglesia, «…en el contexto de los estrechos vínculos que unen
entre sí los diversos ecosistemas, el valor ambiental de la biodiversidad,
se ha de tratar con sentido de responsabilidad y proteger adecuadamente,
porque constituye una riqueza extraordinaria para toda la humanidad. Al
a ABC, 18/10/2013. b El País, 13/12/2013. c El País, 23/12/2013. d Diario de Navarra, 3/3/2014. e El Mundo, 24/3/2014. f La Vanguardia, 27/3/2014.
5
respecto, cada uno puede advertir con facilidad, por ejemplo, la
importancia de la región amazónica, uno de los espacios naturales más
apreciados en el mundo por su diversidad biológica, siendo vital para el
equilibrio ambiental de todo el planeta. Los bosques contribuyen a
mantener los esenciales equilibrios naturales, indispensables para la vida.
Su destrucción, incluida la causada por los irrazonables incendios dolosos,
acelera los procesos de desertificación con peligrosas consecuencias para
las reservas de agua, y pone en peligro la vida de muchos pueblos
indígenas y el bienestar de las futuras generaciones. Todos, personas e
instituciones, deben sentirse comprometidos en la protección del
patrimonio forestal y, donde sea necesario, promover programas
adecuados de reforestación»1.
He elegido para esta disertación el tema de la “Diversidad biológica.
Causas de la pérdida de diversidad y propuestas para conservar la
biodiversidad” que ocupa en gran medida la tarea investigadora del
personal del Departamento de Biología ambiental de la Universidad de
Navarra. La lección comprende tres partes: en una primera parte se hace
una breve revisión del conocimiento de las especies a lo largo de las
diferentes épocas, en una segunda parte se analizan las diferentes causas
que originan la pérdida de la biodiversidad en el medio natural, y en la
tercera parte se proponen un conjunto de medidas para proteger y
conservar la diversidad biológica.
1. Diversidad y biodiversidad
Una primera cuestión es distinguir entre diversidad y biodiversidad.
Diversidad es un concepto que se utiliza en Ecología para referirse a la
explicación causal de la composición en especies de cualquier muestra
extraída de la naturaleza. La diversidad se puede considerar como el
resultado de un conjunto de procesos de selección, adaptación mutua y
una cierta persistencia dentro de un marco arbitrariamente limitado pero
representativo de un ecosistema2. La diversidad es una medida
instantánea que se aplica a un conjunto limitado. Cuando se trata de
6
ecosistemas reales se observa que la diversidad depende del tamaño de la
muestra, pero además existen otros factores como el método de
recolección o muestreo, y especialmente la destreza y capacidad de
identificación del taxónomo. A este respecto conviene señalar que no
siempre se dispone de especialistas para determinados grupos de la biota
de un ecosistema. Se puede considerar que la diversidad se genera como
resultado de la interacción entre especies y grupos de especies. Si se
pudiera establecer esta red de relaciones y cuantificarla, se tendría una
representación de la organización más apropiada, y por supuesto, mucho
más informativa que un simple índice de diversidad3. La diversidad es una
función que tiene un valor mínimo si todos los individuos pertenecen a la
misma especie y un valor máximo si cada uno de ellos pertenece a una
especie diferente. Evidentemente en cualquier ecosistema terrestre,
marino o dulceacuícola ambas situaciones son inverosímiles.
En la comunidad científica hay consenso generalizado que en ciertos
ecosistemas como los lagos oligotróficos la diversidad es mayor que en los
lagos eutróficos, con fluctuaciones anuales y valores máximos en
primavera y verano4, dicho de otra manera la eutrofización generalmente
reduce la diversidad de los lagos. La diversidad de un ecosistema puede
verse alterada por la contaminación urbana o industrial, los procesos de
fertilización de los campos con la subsiguiente eutrofización de los ríos y
embalses5, las prácticas de explotación agrícola y ganadera, etc., aunque
estos aspectos serán considerados más tarde en el análisis de las causas
de la pérdida de biodiversidad.
Existen diferentes formas de cuantificar la diversidad de una muestra,
quizá la forma más sencilla es indicar el número de especies distintas que
se encuentran por cien individuos de la población, sin embargo lo más
común en Ecología es utilizar índices para cuantificar la diversidad de los
ecosistemas: el índice de Shannon y Weaver (1963), Brillouin (1962)6,
etc. que no se estima conveniente desarrollar en este momento.
7
Biodiversidad es un neologismo del lenguaje científico, de procedencia
anglosajona (biodiversity), como resultado de la contracción de la
expresión diversidad biológica (biological diversity)7. El concepto de
biodiversidad fue empleado por primera vez por Lovejoy en 19808 con el
sentido amplio que le damos ahora; Norse & McManus (1980) lo
emplearon para incluir dos conceptos relacionados: diversidad genética y
diversidad ecológica, e igualaron la diversidad ecológica con la riqueza de
especies en una comunidad. El término biodiversidad, fue introducido por
Walter G. Rosen en 1985, en un documento para la primera conferencia
del Foro Nacional de Biodiversidad (Washington, 1986), y Norse et al.
(1986) amplía su uso para referirse a la diversidad biológica a tres niveles:
genético -dentro de especies-, específico -número de especies- y
diversidad ecológica -comunidad-9. El término biodiversidad fue acuñado
ese mismo año por el entomólogo Edward O. Wilson10 para referirse a la
gran cantidad y variedad de especies biológicas que pueblan la Tierra.
El concepto de Diversidad biológica se define en 1992 en la Conferencia
de Río de Janeiro como «la variabilidad de organismos vivos de cualquier
fuente, incluidos, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas
acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende
la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los
ecosistemas»11. La Real Academia Española incorpora el término
biodiversidad al Diccionario como «la variedad de especies animales y
vegetales en su medio ambiente»12.
2. Conocimiento de la naturaleza
2.1. La Edad Antigua
En esta primera parte de la lección se hace un breve recorrido del
conocimiento de las especies en las diferentes épocas.
El conocimiento de la naturaleza y más concretamente el discernimiento
de las diferentes especies vegetales y animales que pueblan la tierra ha
despertado el interés del hombre desde tiempo inmemorial. Los filósofos
griegos son sin duda los que con influencias de otras culturas anteriores
Comentario [SI1]: Fig. 1. Láminas 32 y 33 de Pieter Cramer & Caspar Stoll.
8
realizan una primera ordenación científica de conocimientos, y se plantean
interrogantes muy profundos acerca de la naturaleza de las cosas, dando
origen a la Filosofía natural. Para Empedocles (495-435 a.C.) la
diversidad de los seres naturales se basa en las relaciones entre los cuatro
elementos: agua, fuego, aire y tierra, los que funden o disgregan el amor
o el odio. Quizá entre estos autores, de los que apenas se conocen ciertos
fragmentos, se debe destacar las ideas zoológicas de Demócrito de Abdera
(470-370 a.C.) del que se sabe que realizó disecciones y que distinguió
animales con y sin sangre, idea que influirá en Aristóteles13.
El primero que da una definición en términos abstractos de clasificación
como el género y la especie fue Platón (429-347 a.C.) que escribió: «Cada
individuo es solo una imperfecta reproducción de una perfecta idea eterna
de la especie y el género». Es necesario llegar a Aristóteles (384-322 a.C.)
para encontrar una terminología científica y una sistematización de los
conocimientos. Sus obras “Historia animalium”, “De generatione
animalium” y “De partibus animalium” son los primeros antecedentes de la
actual Zoología. La búsqueda de la esencia de la vida y de captar la idea
del alma, que es idéntica con el sentido natural de cada cosa, le llevaron a
Aristóteles hacia la comparación y como resultado de este proceso,
establece las bases para una clasificación de los animales, los cuales
«pueden ser caracterizados de acuerdo con su modo de vida, sus
acciones, sus costumbres y las partes de su cuerpo». Realmente, en
contra de lo que comúnmente se ha dicho, Aristóteles no realizó ninguna
clasificación del reino animal, y la distinción que toma Demócrito entre
animales con sangre roja –enaima- y animales sin sangre –anaima-
perdurará hasta finales del siglo XVIII. Lamarck introduce el término
invertebrados, que sustituyó al termino anaima de Aristóteles14. Es
significativo señalar que Aristóteles creó para los crustáceos el término
malacostraca, como animales sin sangre que reproduciéndose por huevos
perfectos, poseen una cubierta sólida y flexible, pero resistente. A los
miriápodos, insectos y arácnidos, junto con los anélidos y ciertos
platelmintos los denominó entoma. Distinguió cómo ciertos entomas
Comentario [SI2]: Fig. 2. La Escuela de Atenas. 1509-1510. Fresco en el Palacio Apostólico Vaticano.
9
poseen aparato bucal chupador, mientras que otros lo tienen masticador,
y empleó por primera vez al referirse a las alas de los insectos, los
nombres de las nerviaciones –costal, cubital, radial, etc.- que se usan
hasta la actualidad, tomados por analogía de la anatomía humana.
A la mentalidad científica y filosófica de la cultura griega le sucede la
mentalidad técnica y práctica del pueblo romano. Los romanos destacan
con contribuciones importantes en la esfera jurídica, y en los demás
campos se apropian de la cultura griega adaptándola a finalidades más
pragmáticas. Una de las ciencias aplicadas que desarrollaron los romanos
fue la agricultura, siendo autores de una serie de manuales agrícolas, Cato
(235 a.C.), Varro (36 a.C.), Columela (50 d.C.) y Paladios (380 d.C.) en
los que tratan de la diversidad de insectos que afectan a la agricultura y a
la economía rural. Probablemente lo más destacable de la época romana
sea la Historia naturalis de Plinio el Viejo (23-79 d.C.). En su obra
enciclopédica de 37 volúmenes resume los conocimientos que se poseían
sobre la Naturaleza de su época.
2.2. La Edad Media
Los cataclismos que se producen con la caída del Imperio Romano no son
circunstancias propicias para el desarrollo de la cultura. Posiblemente los
autores más significativos de esta época son Isidoro Hispalensis (565-636)
y Rhabanus Maurus (776-856). San Isidoro de Sevilla compuso una obra:
Originum Etymologiarum, que representó la enciclopedia científica más
importante de la época. Esta obra sirvió de base a todos los autores de
siglos posteriores hasta el Renacimiento. En el tomo XII de las Etimologías
el capítulo quinto “de vermibus” y el octavo “de minutes volatilibus” están
dedicados casi completamente a la diversidad de los artrópodos; en los
que se mencionan 27 insectos, que constituyeron casi el único conjunto de
conocimientos que sobre ellos se tuvo hasta finales de la Edad Media.
Describe ciertas orugas, larvas barrenadores de la madera, la abeja,
señalando la existencia de reinas, obreras y zánganos. Describe también
10
diversos coleópteros, mariposas, la langosta, el saltamontes, la cigarra, el
tábano, el mosquito y la Drosophila, que dice que se desarrolla del vino.
En la Baja Edad Media destacan también las obras: Natura rerum de Beda
el Venerable (672-735) y Le Universo del obispo de Mainz Rhabanus
Maurus que describe la hormiga león, la hormiga y el grillo, la pulga, el
chinche y el piojo, la oruga del gusano de seda, larvas de insectos
barrenadores de la madera y las polillas. En sus “minuta volatilia” incluye
la abeja, con reinas, obreras y zánganos, etc. En los reinos cristianos de la
Península Ibérica destaca el esfuerzo de Alfonso X el Sabio (1221-1284)
que compila diversas regulaciones sobre caza y pesca en Las Partidas.
Entre otros autores que se ocupan del estudio de la biología de las
especies en esta época está Federico II de Suavia (1090-1147) que en su
tratado “De arte venandi cum avibus” recoge observaciones sobre cetrería
y la vida de los animales, y el dominico flamenco Tomas de Candre (1201-
1276) con su obra “De natura rerum” traducida recientemente al
castellano por el Departamento de Historia de la Medicina de la
Universidad de Granada.
Con la aparición de las Universidades en los siglos XII y XIII, se crea un
cuerpo doctrinal continuo asentándose las bases del método analítico, se
desarrolla un gran interés por la Medicina, contrastando las obras antiguas
de Hipócrates, Aristóteles, Galeno y Avicena. En el campo de las Ciencias
Naturales destacan las obras “Liber de natura rerum”, “De animalibus” y
“Speculum naturale” de los dominicos Thomas Cantipratanus (1201-
1270), Alberto Magno y Vicentius Bellovacensis. San Alberto Magno (1193-
1280) a pesar de su gran admiración por las ideas filosóficas de
Aristóteles, dice de él que erró mucho en el campo de las Ciencias
Naturales, apuntando que «la Ciencia Natural no tiene por objeto describir
lo real, sino mucho más, desentrañar las causas de los fenómenos
naturales», con lo que formula la auténtica actitud que debe presidir al
científico de la naturaleza. De las 450 especies de animales que describe,
33 son insectos, dedicando especial atención a la abeja15.
Comentario [SI3]: Fig. 3. San Alberto Magno. 1352. Fresco en la Sala Capitular del convento de San Niccolò, Treviso.
11
2.3. El Renacimiento
El Renacimiento abre el camino para la revisión del saber antiguo
científico-natural. Vesalio (1515-1564) es uno de los primeros autores que
se aparta de Galeno. En su obra “De humani corporis fabrica” (1543)
concibe la anatomía no como un conjunto de partes, sino como un todo
relacionado intimamente. También Miguel Servet (1511-1583) se separa
de Galeno y niega el paso de la sangre a través del tabique inter-
ventricular, exponiendo así la circulación doble de la sangre16. Y William
Harvey (1578-1657) que en su obra “Ejercicio anatómico concerniente al
movimiento del corazón y la sangre en los animales”, se refiere al
comportamiento de la circulación en unas cuarenta especies animales17.
Gracias a la imprenta los libros se difunden más fácilmente con tiradas
más o menos numerosas, además de las técnicas descubiertas en relación
con la impresión, se utiliza el grabado en madera y cobre que facilita el
uso de la ilustración al servicio de la literatura científica.
En el siglo XVI, Conrad Gesner (1516-1565) en su obra “Historia
animalium” estableció la primera clasificación de las plantas en función de
las flores y los frutos y describió numerosos animales18. Thomas Penny
(1532-1589) inicia la publicación de la “Historia insectorum”19, la cual
queda interrumpida con su muerte, y es continuada por Thomas Moufet
(1553-1604)20, quien tampoco la vería publicada. En 1634 aparece
publicada como “Insectorum sive minimorum animalium Theatrum”,
considerada la primera historia formal de la diversidad entomológica –El
teatro de los insectos-, gracias a la tenacidad de Theodore Mayerne
(1573-1655), con dibujos de extremada exactitud.
Ulyses Aldrovandi (1522-1605)21 fue uno de los primeros grandes
coleccionistas de especímenes y promotor de los jardines botánicos y de
expediciones organizadas. Su obra tiene gran importancia en la historia de
la entomología, en su Libro VII “De animalibus insecti” describe diferentes
especies de insectos, arácnidos, miriápodos, equinodermos y moluscos. La
importancia de Aldrovandi radica en que fue quien estableció la
12
entomología y especialmente la entomología sistemática como una
verdadera ciencia.
2.4. La Edad Moderna
Durante este periodo la situación y la mentalidad van a cambiar más o
menos rápidamente con la creación de las primeras sociedades científicas.
La primera que se funda es la de Padua, en el año 1520. La Royal Society
de Londres22, con antecedentes en 1645, se funda definitivamente el año
1660, y la Académie Royale des Sciences de Paris23 en 1666. Del contacto
académico entre estas sociedades, surge la edición de las primeras
revistas científicas en Francia, Inglaterra, Alemania, Italia y Países Bajos.
Es también en esta época cuando se inician las primeras colecciones, que
han de constituir el fundamento del desarrollo de los primeros inventarios
para el conocimiento de la diversidad a través de la sistemática zoológica.
El avance de la biología no hubiera sido posible sin la incorporación de los
nuevos instrumentos descubiertos por los científicos de la época. Galileo
Galilei (1564-1642) utilizó un microscopio para describir el ojo compuesto
de los insectos24. En 1665, Hooke (1635-1703)25 en su obra
“Micrographia” describe algunas especies de animales y fósiles
microscópicos siendo uno de los primeros impulsores de la teoría de la
evolución de las especies. Sin embargo es Marcello Malpighi (1628-1694)26
quien hace del microscopio un auténtico utensilio al servicio de la Ciencia.
En su monografía “Dissertatio epistolica de bombyce”, publicada en 1669,
hace una auténtica descripción de la morfología y desarrollo del gusano de
seda. A Malpighi se deben algunos descubrimientos en zoología como los
túbulos excretores de los insectos que llevan su nombre y la multiplicación
partenogenética de los pulgones, de importancia decisiva para explicar la
diversidad intraespecífica de estas especies. Swammerdam (1637-1680),
considerado uno de los fundadores de la anatomía comparada, describió la
metamorfosis de los insectos reagrupándolos en cuatro grupos, en su obra
“Historia general de los animales que carecen de sangre” (1669)27.
13
Frente a las concepciones generacionistas de la época, aparece la obra de
Francesco Redi (1626-1698) “Experimentos en torno a la generación de
los insectos” (1668)28, en la que adoptó por primera vez en la historia una
posición contraria a la teoría de la generación espontánea, aceptada desde
tiempos de Aristóteles. Destaca también su obra “Observaciones acerca de
los animales vivos que se encuentran en los animales vivos” (1684), en la
que con gran exactitud de las descripciones de las especies y en la
interpretación del parasitismo, señala la presencia de “lombrices” en los
animales o en el hombre. Por este último aspecto se considera la obra de
Redi como el primer tratado de helmintología y los orígenes de una nueva
ciencia que hoy se conoce como parasitología.
En el siglo XVIII se incrementa el número de naturalistas que hacen
expediciones a regiones exóticas aumentando así el conocimiento de la
diversidad biológica en las colecciones de los museos. Aparece la
preocupación por agrupar las especies en un sistema que establezca un
orden entre ellas, permitiendo una mejor comprensión del mundo vegetal
y animal. Se puede considerar a John Ray (1627-1705) como el precursor
de la sistemática actual. En su obra Methodus plantarum nova (1682)
clasificó las plantas por la morfología general basada en las flores,
semillas, frutos y raíces. Ray es el primero en establecer un sistema de
clasificación de las plantas con flores en monocotiledóneas y
dicotiledóneas e implanta por primera vez el concepto de especie como
“conjunto de individuos que se reproducen entre si y tienen descendencia
idéntica”. En una de sus últimas publicaciones La sabiduría de Dios
manifestada en la obra de la Creación (1691), Ray expuso sus puntos de
vista sobre la creación, la organización y el destino final de la Tierra. Y en
la publicación póstuma de Sinopsis Methodica avium et piscium (1713)29,
publicó trabajos sistemáticos sobre plantas, aves, mamíferos, peces e
insectos, y puso orden al caos de nombres en uso por los naturalistas de
su tiempo.
Destaca también en esta época Martin Lister (1638-1712) con su obra
Animalium Angliae tres Tractatus (1681)30 sobre arañas y moluscos
14
continentales y marinos. Es considerado como uno de los precursores de la
malacología moderna.
Sin embargo, la figura principal de esta época es el sueco Karl Linnaeus
(1707-1778), catedrático de botánica de la Universidad de Upsala, a quien
se debe el actual sistema de clasificación. Cuando en 1735 se publicó la
primera edición de su Systema naturae, se abrió una nueva etapa en la
historia natural, quedando en desuso el sistema aristotélico con el que se
venía funcionando hasta entonces. Linnaeus crea un sistema binario de
nomenclatura, que ha sido aceptado y utilizado por su gran simplicidad,
desde la publicación de la décima edición de su Systema naturae31 en
1758, en el que consigue la clasificación de la diversidad biológica
conocida hasta entonces: unas 8.000 especies animales y unas 6.000
vegetales. Concreta las definiciones de los grupos, establece un sistema
basado en caracteres anatómicos observables que describe en un latín
conciso, e implanta una jerarquía de los grupos sistemáticos que todavía
hoy perdura. Cada reino lo divide en clases, órdenes, géneros y especies,
y dentro de estas últimas considera las variedades. En definitiva, establece
un auténtico sistema con una nomenclatura coherente. Linneo fue el
primer científico que utilizó los símbolos del escudo y la lanza de Marte y
el espejo de Venus para indicar, respectivamente, macho y hembra32.
La buena acogida en el mundo científico de la época de la obra de Linneo
hizo que este sistema dicotómico fuera adoptado posteriormente en las
obras de Fabricius, Lamarck y Latreille entre otros. Hacia finales del siglo
XVIII destaca la obra del entomólogo francés Étienne Louis Geoffroy
(1725-1810) que estudia la metamorfosis de los insectos; el barón Charles
de Géer (1720-1788) con una de sus obras más significativas Mémoires
pour servir à l'histoire des insectes y J.C. Fabricius (1745-1808), que da
un nueva orientación a la clasificación de los animales articulados.
En el campo de la botánica destaca la obra del médico español José
Celestino Mutis (1732-1808)33 que en 1763 expone a Carlos III su plan
para realizar una Historia Natural de América, en 1772 descubrió el árbol
de la quina (Cinchona officinalis) en el monte Tena (Cundinamarca), con
Comentario [SI4]: Fig. 4.
Karl Linnaeus en traje lapón. 1853.
15
numerosas propiedades como medicamento febrífugo, tónico y antiséptico.
En 1783 inició la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada -
actual Colombia-, que duraría treinta y tres años, continuada tras su
muerte por su sobrino Sinforoso Mutis Consuegra.
En 1771 el rey Carlos III decretó la constitución del Real Gabinete de
Historia Natural de Madrid, en la sede que actualmente es el Museo del
Prado para albergar las colecciones de ciencias naturales. Sin embargo,
debido a diferentes avatares, la invasión napoleónica y la Guerra de la
Independencia, el edificio no abre sus puertas hasta 1819, pero como
pinacoteca para albergar las obras de arte de las Colecciones Reales. El
Real Gabinete de Historia Natural que pasó a denominarse Real Museo de
Ciencias Naturales se instaló en el palacio de Goyeneche, en la calle
Alcalá, nº 13, compartiendo sede con la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando34.
2.5. Los siglos XIX y XX
Georges Cuvier (1769-1832)35, considerado con Swammerdam uno de los
padres de la anatomía comparada, publicó en 1817 Le Règne animal
distribué d’après son organisation, en la que organiza la diversidad animal
conocida hasta la época en cuatro grandes grupos - Vertebrata, Articulata,
Radiata y Mollusca-, lo que significó un notable avance respecto al sistema
de clasificación establecido por Linneo.
Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829)36 fue el primero en utilizar el término
biología, en 1778 publicó su libro Flore française sobre las plantas de
Francia y posteriormente su obra principal Historia natural de los
invertebrados en siete volúmenes, estableciendo su teoría de la evolución
conocida como “herencia de los caracteres adquiridos”.
Pierre André Latreille (1762-1833)37 considera todos los artrópodos bajo el
nombre de insectos, define los grupos de los Xifosuros (1802) y los
Picnogónidos (1810) y separa por primera vez los miriápodos de los
hexápodos. En 1798 organiza la colección entomológica del Museo
Nacional de Historia Natural de París.
16
En el ámbito de la diversidad biológica deseo -por mi formación alemana y
mi estrecha relación con la Fundación Humboldt-, hacer una referencia
especial a Alexander von Humboldt (1769-1859)38. Considerado el
padre de la Geografía moderna universal, se especializó en diversas áreas
de la ciencia como la etnografía, antropología, física, zoología, ornitología,
climatología, oceanografía, astronomía, geografía, geología, mineralogía,
botánica y vulcanología. En 1788, conoció al botánico Carl Ludwig
Willdenow, quien influyó en su pasión por las ciencias naturales. Con
licencia del rey de España Carlos IV parte en 1799 desde el puerto de La
Coruña al Nuevo Mundo acompañado por el botánico francés Aimé
Bonpland, recorrió casi diez mil kilómetros en tres grandes etapas
continentales. Las dos primeras en Sudamérica, desde Caracas hasta las
fuentes del Orinoco y desde Bogotá a Quito por la región andina, y la
tercera por las colonias españolas en México. Como resultado de estas
expediciones científicas publicó en treinta volúmenes una de sus obras
maestras Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, París
1807-182439. Su obra cumbre Cosmos comprende una visión global del
universo, publicada en cinco volúmenes entre 1845 y 1859, y disponible
en versión on line en Humboldt Digital40. Sus obras tuvieron una
importante influencia en Charles Darwin, que conoció al científico alemán.
En una disertación como esta sobre biodiversidad no podemos dejar de
mencionar a Charles Darwin (1809-1882), que se incorporó como
naturalista a la expedición del Beagle (1831-1836) por América del Sur,
islas del Pacífico, Australia, Nueva Zelanda y África del Sur. Entre sus
múltiples observaciones, tuvieron importancia decisiva los estudios en las
islas Galápagos acerca de la gran diversidad de pinzones de aquellas
latitudes, todos ellos perfectamente adaptados a diferentes nichos
ecológicos. El resultado de sus trabajos lo plasmó, esencialmente, en su
obra Sobre el origen de las especies, con su concepción básica de la
“teoría de la selección natural”. La publicación de esta obra le supuso el
desafecto de amplios sectores sociales y suscitó innumerables polémicas
acerca de la evolución del mono al hombre, hoy en día completamente
Comentario [SI5]: Fig. 5.
Humboldt y Bonpland en la selva amazónica. c. 1850.
17
superadas a la luz de numerosos hallazgos paleontológicos. Darwin, que
había reflexionado respecto a la conveniencia o no de publicar sus
trabajos, los dio a conocer en colaboración con Alfred Russel Wallace
(1823-1913), impulsado por comunicaciones de descubrimientos similares
de otros investigadores, no participó directamente en las polémicas y dejó
en manos del biólogo Thomas H. Huxley (1825-1895) el encargo de
asumir el peso de la defensa de su teoría de la evolución: el darwinismo41.
2.6. Fuentes para el estudio de la biodiversidad en España
En España se abre una etapa decisiva para los estudios de fauna y flora
con la publicación de revistas especializadas como los Anales de Historia
Natural (1799-1804), los Anales de la Sociedad Española de Historia
Natural (1872-1901), el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia
Natural desde 1901, y otras publicaciones periódicas fundamentales para
el conocimiento de la flora como Cavanillesia desde 1928, Anales del
Jardín Botánico de Madrid desde 1940, y Lagascalia desde 1973. Y para el
conocimiento de la fauna, revistas como Eos desde 1925 y Graellsia desde
1943.
Los estudios de biodiversidad están ligados a buenos conocimientos
biogeográficos, y viceversa. El inventario y descripción de las comunidades
vegetales constituye en España una actividad científica de gran magnitud.
Existen magníficas monografías para el conocimiento tanto del medio físico
como la diversidad biológica y ecológica. Destacan entre otras la Flora
Forestal de España (Máximo Laguna, 1883)42, la Geografía de España y
Portugal (Manuel de Terán, 1952), Fisiografía del solar hispano (Eduardo
Hernández Pacheco, 1956), Die Iberische Halbinsel (Hermann Lautensach,
1964) y el Mapa forestal de España (Luis Ceballos et al., 1966). Pineda
(2002)43 sitúa el origen de la Geobotánica española en la obra de Blas
Lázaro e Ibiza, Regiones botánicas de la Península Ibérica (1895), seguida
de la Geobotánica de Emilio Huguet (1929) y la Geografía botánica de la
Península Ibérica de Pío Font-Quer (1953), que se continúa hasta nuestros
18
días con la Fitosociología de ilustres botánicos como Salvador Rivas-
Goday, Salvador Rivas-Martínez y Oriol de Bolós entre otros.
En cuanto a la fauna de vertebrados cabe señalar la obra de Ángel
Cabrera, Fauna ibérica. Mamíferos (Museo Nacional de Ciencias Naturales,
1914), y las publicaciones de Luis Lozano Rey: Peces (1928), Vertebrados
terrestres (1931) y Principales peces marinos y fluviales de España
(1936). En el ámbito de la ornitología, Francisco Bernis publicó el
Prontuario de la avifauna española (Ardeola 1, 1954), emprende el estudio
biogeográfico de la avifauna española44 e inicia la publicación del Atlas de
las aves de España a través de la Sociedad Española de Ornitología, cuya
primera edición será terminada por Francisco Purroy45 en 1997.
Con la creación de los nuevos estudios de Biología desde hace unos
cincuenta años en diferentes universidades españolas, se potencian
especialmente las prospecciones para la determinación e identificación de
la riqueza faunística y florística de las distintas regiones y de los
archipiélagos de Baleares y Canarias. Sería prolijo en este momento hacer
una enumeración de los centenares de publicaciones y tesis doctorales de
multitud de autores y especialistas en estos últimos cincuenta años.
2.7. Fuentes para el conocimiento de la biodiversidad faunística de
Navarra
«Si bien es cierto que es propio de la Universidad cultivar los variados
saberes con amplios y universales horizontes, con superación de miras
localistas o de inmediata aplicación, también lo es que no puede
desentenderse de las cuestiones propias del entorno que le circunda, a
cuyo esclarecimiento y solución debe contribuir»46. La creación de la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra en 1958 supone la
apertura de nuevas líneas de investigación en ciencias naturales
casualmente coincidentes con una de las preocupaciones de las Cortes de
Navarra expresadas por los diputados del Reyno en 1829, al terminar las
últimas Cortes tradicionales que se celebrarían en España47: «La
19
Diputación protegerá el estudio de las Ciencias Naturales, tan útiles en un
país de montaña rico en minerales y en plantas».
En efecto, «Navarra es una zona geográfica con una amplia diversidad de
climas, que junto con su quebrada orogenia, hace que en su suelo
aparezcan distintos tipos de vegetación: desde el bosque caducifolio de
tipo Atlántico en la zona prepirenaica, a la estepa subdesértica de la
Bardena que recibe, a su vez, influjo de la Meseta y del Mediterráneo. La
Cuenca de Pamplona y la Navarra Media, zona de contacto entre el área
Mediterránea y la Atlántica, es un lugar idóneo para que se encuentre una
gran diversidad de especies y subespecies de animales, con la aparición de
híbridos»48.
Un primer trabajo de Margalef y cols. estudia la fauna y flora de la Sierra
de Aralar49. A partir de 1970 se comienzan a publicar los primeros trabajos
del Departamento de Zoología relacionados con la Fauna de Navarra.
La fauna de invertebrados. En cuanto a la fauna de invertebrados se
han realizado amplios estudios de fauna edáfica; los colémbolos por
Jordana y cols.50, 51, 52, 53, 54, 55, los nematodos por Campoy, Hernández y
cols.56, 57, 58, 59, 60, y los ácaros han sido objeto de numerosos trabajos de
Moraza y cols.61, 62, 63, 64, 65. Así mismo se ha realizado un buen número de
publicaciones sobre los moluscos de Navarra por Larraz y cols.66, 67, 68, 69,
70.
Como consecuencia de los muestreos bastante exhaustivos sobre la
entomofauna de Navarra, se han realizado estudios sistemáticos y
biogeográficos de diferentes grupos de artrópodos71, arácnidos,
crustáceos-isópodos72 y miriápodos-quilópodos73, 74, 75. Herrera y cols. ha
publicado la fauna de ortópteros de Navarra76, 77, 78, 79, 80 que dio lugar a la
edición del Catálogo de Ortópteros de España81. Publicó también la fauna
de de los coleópteros crisomélidos82, carábidos83 y cerambícidos84, 85 de
Navarra. Así mismo se han realizado numerosas contribuciones para el
conocimiento y distribución de las libélulas86, las efímeras87 y moscas de
las piedras88, tijeretas89, 90, chinches de campo91, 92 y chinches acuáticos93,
Comentario [SI6]: Fig. 6.
Ortóptero.
20
94, 95, mariposas96, 97, 98 y dípteros quironómidos99, 100 como indicadores de
la calidad de las aguas de los ríos navarros.
La fauna de vertebrados ha sido objeto de numerosos proyectos, tesis y
publicaciones que permiten conocer con bastante aproximación la
biodiversidad de estos grupos en Navarra. Los mamíferos han sido
prospectados mediante diferentes técnicas de muestreo por Gállego101, y
Escala y cols.102, 103 que han publicado además un libro reciente sobre la
diversidad de los Mamíferos de Pamplona104. Las aves es quizá uno de los
grupos de vertebrados mejor conocido mediante el análisis de las
nidificantes de los roquedos105, de los bosques106 y humedales107, 108, 109,
110, 111; otros estudios ornitológicos están centrados en la biología de
determinadas especies como el águila calzada112, el régimen alimenticio113
o la diversidad de aves de los parques y jardines de Pamplona114, etc.
El primer trabajo de herpetología se publicó en 1970115, con la cita de diez
especies de anfibios y otras tantas especies de reptiles en Navarra116. En
1982, Escala y Jordana publican la fauna de anfibios y reptiles de
Navarra117. En el Gran Atlas de Navarra se establecen los mapas de
distribución potencial de los anfibios, reptiles, aves y mamíferos118. La
colección de Anfibios y reptiles del Museo de Zoología de la Universidad de
Navarra ha sido objeto de una monografía específica119.
En los últimos años se ha investigado en profundidad la fauna piscícola
con aportaciones muy interesantes de Escala, Miranda y cols.120, 121, 122, 123.
La relación completa de publicaciones del personal docente e investigador
se puede consultar a través de la página web del Departamento124.
En definitiva, se han implantado líneas exitosas de investigación sobre
Biología y Ecología del suelo, Fitopatología y control biológico de plagas,
Hidrobiología y bioindicación125, Teoría ecológica126, 127 y Diversidad
biológica utilizando técnicas bioinformáticas para la gestión masiva de
datos a cargo de Ariño y cols.128, 129, 130, 131, Técnicas moleculares para
estudios filogenéticos y ecológicos bajo la dirección de Hernández y
cols.132, 133, 134, 135, 136, Reflexiones sobre las relaciones entre el hombre y
Comentario [SI7]: Fig. 7. Salamandra. Anfibio.
21
la tierra, tanto desde la evaluación de impacto ambiental, como desde la
educación y las humanidades medioambientales137 a cargo de Puig y
cols.138, 139, 140, 141, 142, que en conjunto han dado pie a la realización de 85
proyectos de investigación financiados por diferentes instituciones públicas
y privadas, 147 tesis doctorales y tesinas, 488 comunicaciones y 823
publicaciones a 31 de diciembre de 2013143.
3. La pérdida de biodiversidad
Los avances de la ciencia y la tecnología han permitido a la humanidad
alcanzar metas insospechadas de progreso y bienestar. Sin embargo todos
estos cambios han supuesto la modificación continua de la relación del
hombre con la naturaleza. La dinámica de estos cambios es cada vez más
vertiginosa y repercute directamente en la pérdida de biodiversidad. La
biodiversidad ejerce funciones en la regulación de procesos determinantes
de las actividades humanas como el ciclo de nutrientes del suelo, el
intercambio de oxigeno y dióxido de carbono, la captación de este, la
regulación de clima, la polinización de las plantas, el control de los
procesos de erosión, el balance de sedimentos, etc. La biodiversidad
genera una serie de servicios tangibles e intangibles, directos e indirectos
que aunque son complejos de definir desde el punto de vista de la
valoración de mercado pueden ser evaluados especialmente en el ámbito
social y económico. En efecto, la pérdida de biodiversidad y el deterioro de
los ecosistemas tienen implicaciones económicas graves que afectan
directamente a la sociedad.
La dimensión humana, social y económica de los problemas
medioambientales ha convertido ciertas cuestiones como la pérdida de
biodiversidad o el cambio climático en prioridades indiscutibles a nivel
mundial. Desde una consideración metodológica se impone la introducción
de enfoques de gestión integral con implicación de sectores productivos
estratégicos y modelos de predicción económica, con mecanismos de
coordinación intersectorial y en definitiva de cooperación interterritorial e
internacional. «En la actualidad las amenazas que afectan de forma más
Comentario [SI8]: Fig. 8.
Producción acumulada de Historia Natural -publicaciones- en la Universidad de Navarra entre 1969 y 2013.
22
alarmante a la diversidad biológica, como los cambios en el uso del suelo,
el cambio climático y el cambio relativo del nivel del mar, la
contaminación, la fragmentación de los ecosistemas, o la introducción en
el medio de especies exóticas invasoras, están estrechamente ligadas a
los procesos de cambio global y adquiere, en muchos casos, la dimensión
de grandes problemas planetarios»144. Nuestro planeta se enfrenta a una
acelerada modificación de sus ecosistemas y a la irreversible pérdida de su
valiosa biodiversidad. La continua perdida de biodiversidad se traduce en
una disminución acelerada de la riqueza natural y una drástica reducción
de las prestaciones de los ecosistemas.
En esta segunda parte de la lección paso a exponer algunas de las causas
de la perdida de biodiversidad.
3.1. Causas de la pérdida de biodiversidad
3.1.1. El cambio climático
Con la expresión cambio climático global se hace referencia al conjunto de
modificaciones del clima incluidos los cambios de temperatura y la
frecuencia e intensidad de las fuertes tormentas, la alteración de los ciclos
pluviales, las alteraciones en la circulación atmosférica y oceánica, y la
fusión creciente de los hielos del planeta145. El cambio climático global
puede ser una de las causas de mayor pérdida de biodiversidad.
El cambio climático del período Cuaternario es un hecho constatado;
parece que nunca ha existido un ciclo de fríos tan intensos alternando con
períodos cálidos como los habidos durante el último millón y medio de
años, sobre todo los últimos períodos glaciales.
A los procesos naturales se une la acción del hombre, que emite a la
atmósfera cantidades enormes de gases (CO2, metano, compuestos
clorofluorocarbonados-CFC-, etc.) dando lugar al llamado efecto
invernadero. El proceso de emisión de gases ha crecido rápidamente
desde los comienzos de la revolución industrial; los gases CFC utilizados
23
con fines domésticos e industriales escapan a la atmósfera y destruyen la
capa de ozono, protectora de los rayos ultravioleta146.
Hay acuerdo generalizado en que el incremento de CO2 y metano en la
atmósfera provocará un aumento general de la temperatura y un cambio
en los patrones de distribución de las precipitaciones. Sin embargo,
algunas medidas destinadas a paliar las emisiones de CO2 son muy
discutibles, y el abuso de titulares alarmistas en los medios de
comunicación indica que no se está informando de manera adecuada de la
situación actual del planeta. El debate siempre es bienvenido, pero no
debería centrarse en negar las evidencias del cambio climático sino en
buscar las medidas necesarias para mitigar y disminuir sus efectosg.
Por otra parte, como efecto dependiente del calentamiento global se
produce la fusión de enormes masas de hielos polares, que provocan el
incremento del nivel del mar que ha aumentado de media siete
centímetros en los últimos veinte años; en el Mediterráneo el ritmo es de
2,5 a 10 mm anuales147. Estos incrementos suponen la inundación de
vastas llanuras costeras, sobre todo en islas y países tropicales. El
incremento del nivel del mar en Estados Unidos en un siglo puede cubrir
áreas donde viven 80 especies, en peligro de extinción.
«El Grupo de expertos en Cambio Climático concluye, en su resolución de
1995, que la concentración de gases responsable del calentamiento
atmosférico es la más alta de los últimos 200.000 años; que en el
Hemisferio Norte, el siglo XX ha sido el más cálido del último milenio; y
que la década de 1990 ha sido la más cálida del pasado siglo. Es el
resultado del llamado efecto invernadero»148.
El impacto del cambio climático sobre los ecosistemas y la biodiversidad se
traduce en un conjunto de fenómenos que influyen en las poblaciones,
induciendo un corrimiento de las franjas de vegetación hacia los polos y
g En este sentido, el 12 de marzo de 2014, el Parlamento europeo dio luz verde al Programa Copernicus, que sustituye al programa de vigilancia global del medio ambiente y de la seguridad y pretende observar no sólo la tierra, sino también controlar el calentamiento climático y proteger la seguridad pública. Este nuevo programa tendrá un presupuesto entre 2014 y 2020 de 4.291,48 millones de euros (cfr. http://www.europarl.europa.eu/).
24
por lo tanto procesos de desertización concomitantes. Algunas especies
persisten bajo nuevas condiciones, otras reaccionan mediante la migración
y otras desaparecen149.
3.1.2. La contaminación ambiental
Se estima que actualmente en Europa unas tres de cada cuatro personas
viven en ciudades, y este porcentaje no deja de aumentar150. A medida
que crecen las zonas urbanas e industriales se incrementa de manera
significativa la contaminación del aire y del agua por la emisión de
toneladas de sustancias tóxicas que respiramos y se depositan en las
plantas, en el suelo y en el agua con efectos muy lesivos para las especies
y los ecosistemas.
Según el criterio del «Programa Nacional de Evaluación de la Precipitación
Ácida (National Acid Precipitation Assessment Program, NAPAP) de
EE.UU., entre los fotooxidantes más agresivos de los ecosistemas del
Hemisferio Norte se encuentran el ozono (O3) y los diversos óxidos de
nitrógeno (NOx) [dióxido de nitrógeno (NO2) y óxido nítrico (NO)], el ácido
nítrico (HNO3) y el nitrato de peroxiacilo o PAN (CH3COOONO2)»151.
La contaminación del aire por estos agentes produce la lluvia ácida que
puede suponer una amenaza potencial para nuestros bosques. Se ha
constatado que la lluvia moderadamente ácida (pH 4.6) daña
las plantas recién nacidas152. Existen diferentes trabajos y monografías
sobre el papel de la lluvia ácida y el aumento de vulnerabilidad de
los árboles ante enfermedades e insectos, así como la pérdida de
diversidad biológica de las comunidades vegetales. En Checoslovaquia y
Alemania oriental se ha detectado -en los últimos 25 años-, cientos de
hectáreas de abetos y piceas afectados por la lluvia ácida153. También en
Alemania occidental los bosques de la Selva Negra se encuentran hayedos
cuyo crecimiento está alterado por la lluvia ácida. El problema radica en
que los vientos transportan masas de aire con las emisiones
contaminantes de unas áreas a otras. Evidentemente, los fenómenos
atmosféricos no entienden de fronteras, por lo que un problema de
25
contaminación ambiental local se convierte en una cuestión de ámbito
internacional. El carácter transfronterizo de las lluvias ácidas obliga a los
países más industrializados a realizar un análisis de sus causas y buscar
soluciones conjuntas estableciendo programas de actuación en beneficio
recíproco de sus ecosistemas.
La contaminación del agua. Como consecuencia de los diversos usos de
las aguas continentales -abastecimiento de agua potable, utilización para
riego de explotaciones agrícolas y ganaderas, explotaciones industriales,
refrigeración de centrales térmicas y nucleares, producción de energía
hidroeléctrica, actividades deportivas y recreativas y eliminación de
residuos domésticos e industriales- se produce un deterioro y
contaminación del medio acuícola que afecta gravemente a la diversidad
biológica. La naturaleza de los contaminantes es muy diversa, desde las
aguas negras de efluentes vertidos sin depurar, pasando por el uso de
fertilizantes en las explotaciones agrícolas que produce la eutrofización de
los humedales, la utilización de herbicidas y plaguicidas o los efluentes
industriales. Ante el cúmulo de noticias contaminantes, me parece
oportuno traer a colación una grata comunicación que he recibido de mi
colega José Carlos Vega, del Laboratorio de Limnología del Parque Natural
del Lago de Sanabria en la que confirma el buen estado de conservación
de este ecosistema singularh.
hParque Natural del Lago de Sanabria, 14 de noviembre de 2013. Ante la noticia sobre la presunta eutrofización del Lago de Sanabria (Zamora) y debido a las dimensiones que va tomando este bulo en los medios de comunicación, te envío mi diagnóstico sobre el estado trófico del Lago de Sanabria, un lago que vengo monitorizando desde el año 1986, para que, si lo estimas oportuno, lo hagas llegar al resto de los socios de la Asociación Internacional de Limnología. El Lago de Sanabria, en la provincia de Zamora, es un gran lago de origen glaciar de 93 Hm3 de capacidad y una profundidad máxima de 51 m, con aguas muy poco mineralizadas y situado sobre una cubeta formada por rocas plutónicas y metamórficas. Este lago, debido al uso turístico intensivo a que está sometido desde los años 60, viene siendo controlado por la Junta de Castilla y León a través del Laboratorio de Limnología del Parque Natural del Lago de Sanabria que, desde el año 1986, mensualmente y en toda la columna de agua, realiza una toma de muestras en las que se analizan aquellos parámetros que pudieran informar de cualquier desviación de su estado trófico: nutrientes, temperatura, transparencia, conductividad, pH, oxígeno disuelto, sílice y clorofilas. De forma simultánea se analizan estos mismos parámetros en la entrada del río Tera, su principal y, prácticamente único, tributario. Los datos de este laboratorio están avalados por numerosos trabajos de investigación realizados en este lago, de forma paralela, por universidades y organismos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Disponemos, por tanto, de una
26
sólida serie continua de datos, que alcanza los 27 últimos años, y que nos permiten afirmar que: El Lago de Sanabria continúa siendo un lago oligotrófico. Sólo en momentos concretos y en circunstancias excepcionales, como sucedió en el importante incendio del año 2005 que afectó a una gran extensión de la cuenca vertiente del lago, alguno de estos parámetros se ha desviado hacia valores mesotróficos. Analizando toda la serie de datos, no se observa, en ninguno de los parámetros analizados, una tendencia que nos informe de una deriva hacia un empeoramiento del estado trófico del Lago de Sanabria. Todos los parámetros analizados se muestran consistentemente estables, fiel reflejo de la situación de su cuenca vertiente donde, en todo el periodo de este seguimiento, no han cambiando de forma notable ni la ocupación turística, ni el resto de las variables socio-económicas que pudieran afectar a la calidad de sus aguas. Desde el Laboratorio de Limnología del Parque Natural del Lago de Sanabria mostramos nuestro firme compromiso con la conservación de este ecosistema singular y que a nadie le quepa la menor duda que seremos los primeros en informar de cualquier situación que pueda poner en riesgo su integridad. José Carlos Vega Ureta Laboratorio de Limnología
27
En los últimos años preocupa la aparición de nuevos compuestos químicos
no regulados que traspasan las depuradoras de aguas residuales y recalan
en el medio ambiente y la cadena alimentaria. La Agencia Europea de
Medio Ambiente fija actualmente su atención en la aparición de fármacos
en el agua y los disruptores endocrinos154 como causantes de alteraciones
de la función tiroidea en peces y aves, disminución de la fecundidad en
moluscos, peces, aves y mamíferos y feminización de los machos en
peces, aves y mamíferos así como la disminución de la eficacia en el
proceso de incubación en peces, aves y tortugas y alteraciones del sistema
inmune en aves y mamíferos155, que pueden amenazar las poblaciones de
las especies.
Contaminación del suelo. Los suelos contaminados son una seria
amenaza para la biodiversidad. Un ejemplo palmario de degradación de
suelos son los vertederos de residuos sólidos urbanos abandonados. En
estos vertederos, los residuos están en contacto directo con el suelo de
manera que cuando llueve el agua produce lixiviados que se filtran y
pasan a formar parte del suelo. Estas sustancias contaminantes finalmente
se incorporan a la cadena trófica a través de las herbáceas de pasto que
crecen en dichos suelos y que son consumidas por las especies de interés
cinegético, el ganado doméstico y la fauna silvestre. Un trabajo de Pastor
y Hernández156 llevado a cabo en quince vertederos de la Comunidad de
Madrid sellados hace veinte años muestra la presencia de metales pesados
como el cinc, cobre, cromo, níquel, plomo y cadmio en estos suelos
además de sales como cloruros, sulfatos y nitratos. Se aprecia una
diversidad muy baja de plantas y nematodos, probablemente debido a la
presencia de estos contaminantes; de hecho, la diversidad es incluso
inferior a la registrada en otros ecosistemas degradados de las zonas
colindantes.
28
3.1.3. Los cambios de uso del suelo
En el apartado anterior hacía una breve reflexión de la adversidad que
supone la contaminación de los suelos para la biodiversidad, ahora
propongo exponer los efectos de la transformación del uso de suelos
verdes y fértiles en suelos sellados urbanos.
Hace unos años propuse la siguiente consideración: «La humanidad está
sensibilizada respecto al carácter limitado del suelo. Ciertos países se han
dado cuenta de que el desarrollo económico consume grandes cantidades
de suelo, y que estas tendencias deben ser controladas si queremos evitar
el despilfarro y la desaparición definitiva de terrenos de calidad. Se
impone la utilización racional del suelo haciendo compatible el desarrollo
económico con la protección del medio»157. En este punto parece
conveniente traer a colación la Carta Europea del Suelo aprobada por el
Consejo de Europa158, i.
El suelo juega un papel fundamental en la estructura y funcionamiento de
los ecosistemas porque proporciona alojamiento a la fauna edáfica que es
responsable en parte de la descomposición de su materia orgánica. En un
pequeño cuenco de suelo se encuentran miles de individuos de
microorganismos, bacterias, hongos, colémbolos, ácaros, lombrices, larvas
de insectos, etc., que le confieren una extraordinaria biodiversidad. Por i Carta Europea del Suelo 1. El suelo es uno de los bienes más apreciados de la humanidad. Gracias a él pueden vivir sobre la superficie de la tierra los vegetales, los animales y el hombre. 2. Es un recurso limitado que se destruye fácilmente. 3. La sociedad industrial utiliza los suelos tanto con fines agrícolas como industriales. Toda política de Ordenación del Territorio debe ser concebida no sólo en función de las propiedades de los suelos, sino también de las necesidades de la sociedad de hoy y del mañana. 4. Los agricultores y los gestores deben aplicar métodos que preserven su calidad. 5. Los suelos deben ser protegidos contra la erosión y la contaminación. 6. Toda implicación urbana debe organizarse de tal modo que las repercusiones desfavorables que ello conlleve sean las menores posibles en las zonas colindantes. 7. A la hora de implantar cualquier tipo de construcción civil, y ya antes, es decir, desde el momento en que se lleva a cabo la concepción de los planos de la misma, deben evaluarse tanto las repercusiones que tendrá sobre las tierras adyacentes, como todas aquellas medidas adecuadas que hayan sido previstas. 8. Es indispensable hacer un inventario de los recursos de suelo disponible. 9. Es necesario realizar un mayor esfuerzo, tanto en lo que atañe a la investigación científica, como en la colaboración interdisciplinaria para garantizar, no sólo un aprovechamiento racional, sino también la conservación de los suelos. 10. La conservación de los suelos debe ser además objeto de enseñanza a todos los niveles, y ha de llevarse a cabo una labor más intensa de información pública con respecto a la misma. 11. Los gobiernos y las autoridades administrativas deben planificar y gestionar racionalmente los recursos de suelo disponibles.
29
tanto, la actividad de la fauna del suelo como formadora de humus puede
tener importancia en aquellos ambientes en los que las condiciones de
humedad y temperatura no son extremas159, por eso el clima condiciona
en parte la naturaleza del suelo. De otra parte, la cuantificación de las
poblaciones de la fauna edáfica puede servir como índice de la
productividad y estabilidad de los suelos160. El suelo además filtra el agua
y puede mitigar el riesgo de las sequías e inundaciones.
Sin embargo en los países desarrollados la expansión de las ciudades y de
las redes viarias destruye los hábitats naturales. Asistimos a una
tendencia progresiva de cambio de uso del suelo mediante la
transformación de suelo fértil en urbanizaciones, polígonos industriales o
grandes infraestructuras de comunicaciones. Un estudio llevado a cabo en
la Unión Europea entre 1990 y 2006 concluye que el consumo de suelo
aumentó como mínimo de media 1000 Km2/año161. Europa es sin lugar a
dudas unos de los continentes más urbanizados, «en la actualidad, el 75%
de la población europea vive en zonas urbanas. Se estima que en 2020
esta proporción será del 80% y en siete Estados miembros, esta cifra
podría superar el 90%»162. La creciente demanda de mayor calidad de
vida con viviendas más grandes y mejores equipamientos de
esparcimiento, deportivos, recreativos y sociales, concita la expansión de
las ciudades hacia las afueras con mayor ocupación de suelo y destrucción
de biotopos naturales.
Parece aconsejable adoptar con cierta urgencia medidas para mitigar los
efectos del desarrollo sobre la biodiversidad. Se proponen entre otras
reducir el sellado de suelo; reutilizar la capa de tierra fértil para mejorar
suelos agrícolas al realizar movimientos de tierra, en lugar de que acaben
en los vertederos; promover proyectos de buenas prácticas de reutilización
de suelos -previamente desarrollados- como los Parques olímpicos de
Barcelona y Londres, o los recintos de la Exposiciones Universales de
Sevilla y Lisboa de 1992 y 1998 respectivamente, etc.
30
3.1.4. La fragmentación de los ecosistemas
La construcción y utilización de infraestructuras de transporte –de
carreteras especialmente- es uno de los principales agentes causantes de
la fragmentación de los ecosistemas. La fragmentación del hábitat, es
decir, la división de los hábitats y ecosistemas naturales en parcelas más
pequeñas y aisladas es también una de las amenazas para conservar la
diversidad biológica163. Además, los canales navegables, las vías férreas y
las carreteras dificultan la libre circulación de los animales, aislando
determinadas poblaciones y en definitiva reduciendo su probabilidad de
supervivencia a largo plazo164. Conviene destacar los numerosos casos de
animales que son víctimas de atropello por vehículos en carreteras y vías
férreas165. Iuell et al. 2005166 distingue principalmente cinco tipos de
efectos que atañen de forma negativa a la biodiversidad:
1. Pérdida de hábitat. En España, las carreteras y sus márgenes
representan una pérdida de hábitat del 1,3% de la superficie total.
2. Efecto barrera. Las infraestructuras causan aislamiento e impiden la
capacidad de las especies para desplazarse por un territorio en busca de
comida, refugio o para aparearse. Una de las formas de evitar el efecto
barrera es procurar que la infraestructura sea más permeable a los
animales mediante la construcción de pasos de fauna. Iuell et al.2005
propone un elenco de medidas para reducir el efecto barrera y la
mortalidad de la fauna:
3. Mortalidad causada por atropello y colisiones con vehículos. La
mortalidad por atropello es responsable del 1 al 4% de la mortalidad total
de especies comunes como roedores, conejos, liebres, zorros, erizos,
ardillas, jabalíes, tejones, etc. Los atropellos constituyen además una de
las causas más significativas de mortalidad de una especie emblemática y
amenazada como el lince ibérico167.
4. Molestias y contaminación. En el apartado anterior 3.1.2. se ha
hecho referencia al efecto de la contaminación ambiental sobre la
biodiversidad.
Comentario [SI9]: Fig. 9.
Medidas para reducir el efecto de barrera. Adaptado de Iuell et al., 2005.
31
5. Función ecológica de los márgenes. Los márgenes y taludes de las
infraestructuras de transporte pueden jugar un papel complementario para
enriquecer las zonas donde la vegetación natural se ha reducido
considerablemente. Se han anotado ciertos efectos positivos de los
márgenes en la medida que facilitan corredores para ciervos, corzos,
zorros y jabalíes. Pero también se han constatado efectos negativos en la
medida que favorecen la propagación de especies invasoras como el
senecio del Cabo (Senecio inaequidens), una planta originaria de Sudáfrica
e introducida en España, que se ha propagado aprovechando los márgenes
de las carreteras. Además, como un efecto colateral de los márgenes se ha
estimado que en España en el año 2000 más del 20% de los incendios
forestales168 se iniciaron en los márgenes de las carreteras principalmente
debido a las colillas de cigarros arrojadas por los conductores.
***
En general, con el fin de mitigar los efectos de los proyectos de
infraestructuras sobre la biodiversidad se debe contar con estudios
multidisciplinares conjuntos de ingenieros, biólogos y graduados en
ciencias ambientales, arquitectos y especialistas en patrimonio cultural
que desde diferentes perspectivas analicen las diferentes alternativas de
trazado teniendo en cuenta los lugares o enclaves que requieren medidas
de protección como:
• Los hábitats de especies incluidas en las listas rojas de la UICN o en el
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (CNEA).
• Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), integrados en la Red
Natura 2000.
• Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) designados en
aplicación de la Directiva 79/409/CEE.
• Zonas que albergan comunidades de plantas y tipos de vegetación que
figuran en el CNEA o designados como prioritarios en aplicación de la
Directiva 92/43/CEE y
• Territorios de alto valor ecológico: cursos fluviales y humedales169, etc.
32
3.1.5. Las catástrofes naturales como causa de extinción de
especies
Ciertas especies no pueden acomodarse a las variaciones permanentes de
las condiciones ambientales al mismo tiempo que aparecen otras nuevas.
Por lo tanto, existe un ritmo de aparición y desaparición de especies como
resultado de diferentes interacciones entre los organismos y el medio en el
que se encuentran170.
La extinción de especies puede considerarse un fenómeno natural o por el
contrario un fenómeno inducido por la actividad humana. La desaparición
de especies ha transcurrido como un hecho normal en la historia de la
biología171. La intensidad de las extinciones de especies ha variado a lo
largo del tiempo, de extinciones relativamente bajas durante largos
periodos de tiempo –extinciones de fondo-, a tasas de extinción
relativamente altas durante cortos periodos de tiempo –extinciones en
masa-172. Las extinciones en masa se producen debido a fenómenos
catastróficos como erupciones volcánicas, terremotos, o impacto de
meteoritos que modifican de forma brusca las condiciones ambiéntales del
medio. En definitiva, se produce una pérdida de la biodiversidad con
mortandad de numerosos efectivos debido a que las especies no pueden
adaptarse a las nuevas condiciones.
La primera gran extinción masiva de especies se produjo al final del
periodo Ordovícico, hace 440 millones de años. Al final del Pérmico, hace
248 millones años se estima que desapareció el 80% de los géneros que
poblaban la Tierra. Una de las extinciones de especies más significativa
fue la que ocurrió hace unos 66 millones de años en el Cretácico en el que
se estima que desapareció el 70% de las especies, gran número de
moluscos – ammonites, belemnites y rudistas- y todos los grandes
dinosaurios. Como causa más aceptada de esta extinción masiva de
especies se señala el cambio climático producido por el impacto de un
gran meteorito en la superficie terrestre. Conviene señalar que después de
una extinción masiva de especies tiene lugar la sustitución de estas por
otras nuevas; así, los mamíferos placentarios ocuparon los nichos de los
33
saurios extinguidos, de tal manera que con un cambio notable de ciertas
categorías taxonómicas se recuperan los niveles de biodiversidad e incluso
pueden verse incrementados173.
3.1.6. La extinción de especies inducida por la actividad humana:
la caza furtiva y la sobreexplotación
Tasa de extinción. Como decía anteriormente la extinción de especies
también puede ser inducida por la actividad humana. En los últimos años
asistimos a una auténtica batalla de números sobre las especies que están
desapareciendo174. Una de las cuestiones planteadas sobre la pérdida del
número de especies estaría ligada a la destrucción del hábitat por
incremento de la superficie dedicada a la agricultura y sellado de suelos
(cfr. Cambios de uso del suelo). El grupo mejor estudiado acerca de la
disminución del número de especies es el de las aves, del que se conoce
las diferentes categorías de conservación. En un estudio llevado ha cabo
sobre este grupo de vertebrados en 114 países175, se calcula que se
extingue una especie cada año, es decir, diez veces superior a la tasa
considerada “tasa natural”176. Sin embargo existe controversia en cuanto
otros autores consideran una tasa de extinción de unas 10 especies de
aves por año, que correspondería a unas 100 veces la tasa natural; parece
por tanto un rango muy amplio de variación de esta tasa de extinción
entre 10 y 100 veces respecto a la considerada tasa natural. Aunque es
difícil dilucidar las causas precisas de la extinción de especies por la
actividad humana solo podemos concluir que se produce una cierta tasa de
extinción por esta causa superior a la tasa de extinción natural de 0,1
especies de aves por año.
La caza. Una primera cuestión a considerar es la caza como un recurso
natural renovable que debe ser gestionado de manera sostenible para que
satisfaga de manera razonable las necesidades humanas. La caza puede
constituir incluso un buen instrumento compatible con la conservación de
la biodiversidad. En efecto, las reservas de caza han jugado un papel
beneficioso para la protección de la diversidad de la flora endémica quizá
34
por encima del valor que pueda asignarse a los parques nacionales,
especialmente en áreas emblemáticas de Sierra Nevada o las Sierras de
Cazorla y de Segura177. En el Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado
en Amman (2000), la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN), en su Declaración de la política acerca del uso
sostenible de los recursos vivos silvestres, mantiene que «el
aprovechamiento ético, racional y sostenible de ciertas formas de vida
silvestre puede constituir una alternativa o medio complementario en lo
que respecta a la utilización productiva de la tierra, ser compatible con la
conservación y promoverla, siempre que dicha utilización sea conforme
con las salvaguardias apropiadas»178, así mismo los Principios y directrices
de Addis Abeba para la utilización sostenible de la diversidad biológica de
la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica179 consideran que
estas normas son más eficaces si se adoptan medidas apropiadas
conducentes a proteger los recursos biológicos no solo por parte de los
gobiernos sino también como principios asumidos por las comunidades
locales, los administradores de los recursos, el sector privado y otros
interesados como las asociaciones y federaciones de caza y pesca
asegurando que los usos consuntivos que hagan de la diversidad biológica
no llevarán a su declive a largo plazo sino a una mejor conservación
mediante estrategias de gestión, educación e investigación. Finalmente el
Comité Permanente del Convenio de Berna en 2007 a través de la Carta
europea sobre caza y biodiversidad180 dirigida a los reguladores,
administradores, cazadores y operadores turísticos promueve los
principios y directrices destinados a garantizar que la caza y el turismo de
caza en Europa se practique de una manera sostenible, definiendo la caza
como una actividad aceptada social, económica y culturalmente, haciendo
compatible la conservación de las especies y de los hábitats con las
necesidades de las generaciones presentes y futuras.
Caza furtiva. En cambio la caza furtiva tiene un marcado efecto negativo
sobre la biodiversidad como es la caza ilegal de animales en peligro de
extinción, o en espacios protegidos; la caza en periodos prohibidos como
35
la época de celo, apareamiento y reproducción de los animales, la caza de
especies migratorias durante el trayecto de regreso hacia los lugares de
cría, o la caza sin control y frecuentemente con medios ilegales como
ciertas trampas, redes, lazos, cepos, trampas, venenos, cebos
envenenados o tranquilizantes, ligas, explosivos, asfixia con gas o humo
y ballestas; procedimientos todos ellos prohibidos por la legislación181.
La sobrepesca y la sobreexplotación. Hasta mediados del siglo pasado
se considera que las pesquerías mundiales estaban más o menos
equilibradas. A partir de la década de los ’70 se inicia una explotación
intensiva y tecnificada de los principales bancos de peces que marcan un
claro declive de las poblaciones. Según la FAO182, solo el 20% de los
bancos pesqueros tenían una explotación moderada en 2007. Además, las
artes de pesca como las redes de deriva capturan especies raras o
amenazadas como delfines o tortugas, y las redes de arrastre dañan los
fondos marinos alterando la biodiversidad de las comunidades bentónicas.
3.1.7. La introducción de especies exóticas
Una especie exótica es la que el hombre ha introducido fuera de su ámbito
de distribución natural, directa o indirectamente y de forma voluntaria o
accidental. Se considera que es invasora si afecta a la salud, a la
biodiversidad o tiene un efecto socioeconómico negativo.
Las especies exóticas invasoras (EEI) constituyen también una de las
amenazas a la biodiversidad de los ecosistemas, además de tener efectos
perjudiciales para la salud en la medida que actúan como vectores de
enfermedadesj. Además, las EEI pueden causar pérdidas económicas
importantes derivadas de su impacto directo o de los costes de gestión de
las poblaciones.
j En los últimos 20 años se ha confirmado la muerte de unas 200 personas por peste negra causada por la bacteria Yersinia pestis transmitida por la pulga de la rata negra (Rattus rattus). Esta rata está incluida en la lista de las cien EEI más dañinas del mundo. Se produce así un efecto colateral de esta especie invasora de manera que «La peste negra sigue apareciendo en la lista de enfermedades reemergentes de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos». Rizzo, J. 2013. National Geographic Society, 33(6): Diciembre.
Comentario [SI10]: Fig. 10.
Pescas mundiales de peces marinos entre 1950 y 2012, por continente de declaración.
36
El trasiego de especies de unas áreas a otras es tan antiguo como la
propia humanidad a través de las rutas migratorias183. El ritmo en el
transporte e introducción de especies ha ido creciendo con la extensión del
comercio y la mayor eficacia de los medios de transporte. Los primeros
intercambios de animales y plantas entre España y América se produjeron
inmediatamente en los comienzos de la conquista184. Sin embargo en las
últimas décadas del siglo XX se alcanza un ritmo de introducción de EEI
sin precedentes asociado al fenómeno de la globalización185.
Se estima que en Europa se encuentran unas 12.000 especies exóticas de
las que entre el 10 y el 15% se consideran EEI. En otros casos la apertura
de nuevas vías de comunicación como el Canal de Suez ha supuesto la
entrada de más de 310 especies originarias del Mar Rojo al Mediterráneo
en solo unas décadas186, o el trasiego de especies entre el Atlántico y el
Pacífico a través del Canal de Panamá.
Los efectos de las EEI en el medio natural son muy significativos,
especialmente en ecosistemas aislados como las islask, 187 o los sistemas
fluviales. McArthur y Wilson188 desarrollaron una teoría acerca de los
efectos de las EEI sobre los ecosistemas en términos de biogeografía y
distribución de especies en las islas según la cual, la introducción de una
especie puede desencadenar diferentes situaciones: desaparición de una o
varias especies, con o sin efecto en el nicho de especies nativas;
desaparición de una o varias especies por alteración del ecosistema o de la
cadena trófica y por último, fracaso en el establecimiento de la EEI. En
k Una publicación reciente de científicos del CSIC (Nogales et al. 2013) ha constatado que los gatos asilvestrados han contribuido a la extinción, al menos, de 33 especies de vertebrados endémicos en distintas islas del mundo, todas ellas de reducidas dimensiones y escasa población. Los autores han identificado la probabilidad de próximas extinciones a causa de la presencia de gatos invasores y proponen que 13 especies se encuentran en peligro crítico. En concreto, dos reptiles, nueve aves y dos mamíferos, de acuerdo con el catálogo de la UICN. Siete de las doce islas que albergan especies de vertebrados en peligro crítico se encuentran en el océano Pacífico, tres en el Caribe, una en el Índico, y otra en el Mediterráneo. Todas ellas tienen una extensión inferior a los 290 Km2 y su población no supera los 900 habitantes. Para el estudio se tuvieron en cuenta datos de alimentación, impactos sobre conservación de especies amenazadas y la experiencia de las campañas de erradicación ya realizadas. Según este estudio, la introducción de especies invasoras -particularmente mamíferos depredadores- es uno de los principales factores que contribuyen a la extinción de especies en las islas. Desde la domesticación del gato salvaje africano hace unos 9.000 años, el hombre ha dispersado ampliamente el gato doméstico, y se han establecido poblaciones asilvestradas en islas de todo el mundo, incluso en archipiélagos remotos.
37
términos teóricos, la probabilidad de cada una de las especies estaría
determinada por la situación del ecosistema. Cuanto mayor es el número
de especies de la comunidad, menor será el de nichos disponibles; de tal
manera que una comunidad bien estructurada y rica en especies es menos
vulnerable a la invasión que un ecosistema con una escasa diversidad.
Los sistemas fluviales y embalses de la Península Ibérica están afectados
por las EEI. Hasta el año 2000 se habían introducido 21 especies de peces
de las cuales 13 se consideran EEI189. Las introducciones se han venido
realizando desde la época del Imperio Romano con la carpa (Cyprinus
carpio) y el carpín dorado (Carassius auratus)190 hasta hace unos tres
lustros con la introducción del esturión siberiano (Acipenser baerii)191.
Tabla de especies de peces introducidas en la Península Ibérica (Modif. de Granado
Lorencio, 2002)
Familia Nombre común Nombre científico
Acipenseridae esturión siberiano Acipenser baerii
Centrarchidae pez sol Lepomis gibbosus
blackbass Micropterus salmoides
Cichlidae chanchito Cichlasoma facetum
Cyprinidae alburno Alburnus alburnus
blica Abramis bjoerkna
carpín dorado Carassius auratus
carpa Cyprinus carpio
gobio Gobio gobio
rutilo Rutilus rutilus
gardi Scardinius erythophtalmus
Esocidae lucio Esox lucius
Fundulidae fundulo Fundulus heteroclitus
Ictaluridae pez gato Ameiurus melas
Percidae perca Perca fluviatilis
lucioperca Sander lucioperca
Poecilidae gambusia Gambusia holbrookii
Salmonidae huchón Hucho hucho
trucha arco-iris Oncorhynchus mykiss
salvelino Salvelinus fontinalis
Siluridae siluro Silurus glanis
38
Un caso particular es la presencia de cangrejos alóctonos (Procambarus
clarkii y Pascifasciatus leniusculus) en la Cuenca del Ebro. Según un
trabajo llevado a cabo en el Departamento de Biología ambiental de la
Universidad de Navarra por Oscoz y Duran (2005)192, «las poblaciones de
cangrejo autóctono (Austropotamobius pallipes) se han visto seriamente
reducidas en cuanto a abundancia y distribución, lo que ha llevado a ser
incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN como especie
vulnerable (IUCN, 2004),193 así como en los Anexos II y IV de las
Directivas Europeas relativas a la conservación de los hábitats naturales y
de la fauna y flora silvestres (92/43/CEE194 y 97/62/CE195)». El cangrejo
rojo (Procambarus clarkii) es una especie endémica de Norteamérica que
fue introducida en las marismas del Guadalquivir en 1973 donde se ha
aclimatado perfectamente y se explota con capturas superiores a las 3.000
Tn/año196, sin embargo su expansión por la redes fluviales de otras
cuencas como la del Ebro induce un factor de riesgo para la supervivencia
y recuperación del cangrejo autóctono197. Otra especie introducida en las
cuencas del Duero y el Tajo en 1974 es el cangrejo señal (Pascifasciatus
leniusculus)198 que ha incrementado su área de distribución a otras
cuencas con efectos similares a los ocasionados por el cangrejo rojo.
Además, otro efecto perjudicial de estas especies alóctonas es su papel de
portadoras de la afanomicosis – enfermedad producida por el hongo
Aphanomyces astaci199, 200- que infecta las comunidades de cangrejo
autóctono. Se proponen ciertas medidas como evitar la comercialización
en vivo de estos cangrejos, minimizar los riesgos de contaminación del
hongo mediante medidas de educación e higiene y mejorar la gestión para
su control y erradicación201.
Ante la imposibilidad de referirme -por razones de espacio- al elevado
número de EEI, destaco a continuación algunas de las cien EEI más
dañinas del mundo202, señaladas por el Grupo de Especialistas en Especies
Invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza,
entre otras: el alga marina caulerpa (Caulerpa taxifolia) bien adaptada en
el Mediterráneo, la correhuela japonesa (Fallopia japonica) invasora de
Comentario [SI11]: Fig. 11.
Cangrejo rojo Procambarus clarkii
39
parques y jardines, el jacinto de agua (Eichornia crassipes), el estornino
pinto (Sturnus vulgaris), el mejillón cebra (Dreissena polymorpha) y la
gambusia o pez mosquito (Gambusia affinis), que introducido para el
control biológico de los mosquitos se ha extendido por los sistemas
fluviales de diferentes continentes.
4. Conservación de la biodiversidad
En esta tercera parte de la lección pretendo aportar algunas propuestas
para conservar la biodiversidad. El concepto de biodiversidad debe estar
especialmente claro si lo consideramos desde el punto de vista de la
conservación203. Constituiría un término muy pobre de contenido si se
considera al margen del sistema ecológico del que las especies forman
parte. Las especies constituyen un recurso insustituible que hay que
conservar como fruto de largos procesos de especiación y adaptación, a
menos que los costes sean tan elevados que resulten insoportables.
Conservar la integridad de los ecosistemas y entender el marco en el cual
debe moverse la gestión añade una dimensión decisiva al concepto de
biodiversidad204. Además, las generaciones futuras no nos perdonarían si
por pasividad o indiferencia no aplicáramos los conocimientos y
tecnologías de que se dispone para conservar la biodiversidad de los
ecosistemas. Pineda et al. 2002205 proponen tres tipos de razones para
conservar la biodiversidad: razones científicas, razones utilitarias y
razones éticas.
Razones científicas. Desde el punto de vista científico parece obvio la
necesidad de conservar la biodiversidad tanto desde una aproximación a la
ecología como a las ciencias ambientales aplicadas. El interés por la
biodiversidad tiene su fundamento no solo en la prospección,
identificación, inventario y cartografía de las especies sino también en el
estudio y conocimiento de las relaciones naturales e interacciones entre
las especies de la biocenosis. «Las comunidades adquieren una estructura
y unas propiedades que emergen sobre las de las poblaciones aisladas.
Normalmente, la diversidad y la biodiversidad se originan y resultan del
40
funcionamiento de las comunidades. Pueden reconocerse sin embargo,
comunidades donde la asociación entre especies es el mero resultado de la
concurrencia de especímenes donde el ambiente les resulta propicio. En la
mayoría de los casos constituyen estructuras funcionales basadas en
interacciones entre especies. La conservación de la biodiversidad
compromete el conocimiento de los procesos que regulan la diversidad
biológica, los factores de que dependen éstos, y las características de
interacción con el entorno físico»206.
Razones utilitarias. El valor económico per se de los recursos naturales de
la biosfera es el argumento más contundente para conservar la
biodiversidad. No dejo de reconocer que este argumento implica una
concepción antropocéntrica de la biodiversidad, pero hay muchas razones
utilitarias para pensar que el uso de nuevas especies, razas y variedades
abre nuevos campos insospechados para la alimentación y obtención de
productos naturales con efecto medicamentoso a partir de ciertos recursos
marinos; así como las nuevas vías de investigación para crear
transgénicos, o utilizar microorganismos para combatir los efectos
negativos de la contaminación. De aquí la necesidad de conservar los
recursos genéticos que comentaré más tarde.
Razones éticas. Las razones por las que se debe proteger la biodiversidad
y moderar sus daños son especialmente de tipo ético. El hombre es una
especie verdaderamente heterotrófica, cazadora-recolectora durante la
mayor parte de su existencia207, con su inteligencia ha conseguido la
domesticación de plantas y animales escapando así a los procesos
naturales a los que están sujetos las demás especies. La hominización dio
paso a la antropización del planeta con la creación de la noosfera; la
religión cristiana considera al hombre administrador de la biosfera, capaz
de aprender y transmitir cada vez con mayor rapidez los conocimientos.
Pero nada de esto le da derecho a extinguir ninguna forma de vida sino al
revés, si es honesto y coherente, debe aplicar toda la ciencia y el
conocimiento para proteger y conservar toda forma de vida y
41
especialmente el don de la vida humana desde el mismo momento de la
concepción hasta la muerte natural.
Conservar la biodiversidad no es solo cuestión de proteger la vida silvestre
en las reservas naturales, sino un deber moral de asegurar el desarrollo
armónico y sostenible del hombre en la biosferal.
4.1. Medidas para conservar la biodiversidad
Se proponen a continuación algunas medidas para proteger la
biodiversidad, unas orientadas al medio físico como el estudio, la
definición y declaración de áreas y espacios protegidos, o la restauración
de corredores ecológicos para evitar el aislamiento de las poblaciones; y
otras orientadas a conservar la biota como los bancos de conservación de
la naturaleza, la protección de materiales genéticos mediante bancos de
semillas, o sistemas de vigilancia para la protección de especies en peligro
de extinción.
l El Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute, WRI), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han redactado la Estrategia Global para la Biodiversidad basada en los diez principios siguientes: 1. Cada manifestación de vida es singular y la humanidad debe respetarla. 2. La conservación de la biodiversidad es una inversión que produce considerables beneficios locales, nacionales y mundiales. 3. El costo y los beneficios de la conservación de la biodiversidad deben repartirse de forma más equitativa entre las naciones y los habitantes de cada una de ellas. 4. Como parte del esfuerzo a gran escala encaminado a lograr un desarrollo sostenible, la conservación de la biodiversidad requiere una modificación radical de las modalidades y prácticas del desarrollo económico a escala mundial. 5. Por sí solo, un mayor financiamiento de la conservación de la biodiversidad no desacelerará el deterioro de la misma. Es necesario reformar las políticas y las instituciones para crear condiciones que hagan eficaz un mayor financiamiento. 6. El orden de prelación de los objetivos de la conservación de la biodiversidad difieren según se examinen desde una perspectiva local, nacional o mundial; todos esos objetivos son legítimos y deben tenerse en cuenta. Además, todos los países y las comunidades están interesados en conservar su biodiversidad; la atención no debe centrarse exclusivamente en unos pocos ecosistemas o países ricos en especies. 7. Sólo será sostenida la conservación de la biodiversidad si se incrementa considerablemente el interés y la preocupación de la población y si los responsables de elaborar políticas tienen acceso a una información confiable sobre la cual basar sus decisiones al respecto. 8. Las medidas encaminadas a conservar la biodiversidad deben planificarse y ejecutarse a una escala determinada por criterios ecológicos y sociales. La actividad debe centrarse en los lugares en que las personas viven y trabajan, así como en zonas en estado natural protegidas. 9. La diversidad cultural guarda estrecha relación con la biodiversidad. El saber colectivo de la humanidad sobre la biodiversidad y su uso y gestión se basa en la diversidad cultural. A la inversa, conservar la biodiversidad suele ayudar a reforzar la integridad y los valores culturales. 10. Una mayor participación de la población, el respeto de los derechos humanos básicos, un acceso más expedito de la población a la educación y la información, y una mayor responsabilidad de las instituciones son elementos esenciales de la conservación de la biodiversidad.
42
4.1.1. La declaración de áreas y espacios protegidos
Un aspecto clave de los programas para conservar la biodiversidad es la
declaración de espacios protegidos, especialmente para las especies o
hábitats más vulnerables. Sin embargo, los espacios protegidos no bastan
por sí solos para asegurar la conservación de la biodiversidad. Para
conseguir resultados óptimos es necesario establecer cuidadosamente los
criterios para su emplazamiento, asegurándose de que los diferentes tipos
de ecosistemas de la zona tengan una adecuada representación. Según la
UICN un espacio protegido es «un espacio geográfico claramente definido,
reconocido, dedicado y gestionado mediante medios legales u otros tipos
de medios eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la
naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales
asociados»208.
La superficie mundial de espacios protegidos ha experimentado un
crecimiento extraordinario en los últimos años209. Según datos del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), hasta
2010 los espacios protegidos (parques nacionales, naturales, reservas, y
humedales de importancia internacional) abarcaban el 12,7% de la
superficie de la Tierra, excluida la Antártida. «Las metas de Aichi del
Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) prevén que para 2020 al
menos el 10% de las zonas marinas y costeras y el 17% de las terrestres
se conserven por medio de sistemas de áreas protegidas y administradas
de manera eficaz y equitativa»210.
En la Unión Europea, la Directiva Hábitat 92/43/CEE211 relativa a la
conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres y la
Directiva 97/62/CE212 han llevado consigo el compromiso de los estados
miembros de establecer la Red Natura 2000 que se considera la iniciativa
más importante para la conservación de la naturaleza en el viejo
continente. La Red Natura 2000 comprende Zonas de Especial Protección
para las Aves (ZEPAs) señaladas en la Directiva Aves213 y Zonas de
Comentario [SI12]: Fig. 12.
La Red Natura 2000 en 2013.
43
Especial Conservación (ZECs) con el fin de conservar las especies de
interés comunitario. La directiva define la ZEC como «un lugar de
importancia comunitaria designado por los Estados miembros mediante un
acto reglamentario, administrativo y/o contractual, en el cual se apliquen
las medidas de conservación necesarias para el mantenimiento o el
restablecimiento, en un estado de conservación favorable, de los hábitats
naturales y/o de las poblaciones de las especies para las cuales se haya
designado el lugar»214.
En España WWF/ADENA ha realizado una propuesta significativa de
Lugares de Importancia Comunitaria (LICs)215 que contribuyen a conservar
o restablecer ciertas especies que se señalan en la tabla adjunta -
mamíferos semiacuáticos, peces continentales, especies marinas y
grandes carnívoros-, o proteger la diversidad biológica de determinados
hábitats (forestales y riparios, humedales, saladares y turberas, hábitats
marinos y costeros) en alguna de las regiones biogeográficas europeas
(mediterránea, atlántica, continental, alpina, boreal y macaronésica).
Estos LICs, una vez identificados, propuestos y aprobados deben
convertirse en ZECs. Es decir, la declaración de un LIC es un acto formal
previo y el de ZEC requiere el desarrollo de una legislación específica por
parte de las comunidades autónomas o los Estados.
Relación de especies de animales a conservar según la propuesta de Lugares de
Importancia Comunitaria (LICs) de WWF España/ADENA 2000216
Nombre común Nombre científicom
Mamíferos semiacuáticos Nutria Lutra lutra
Visón europeo Mustela lutreola
Desmán de los Pirineos Galemys pyrenaicus
Peces continentales Lamprea marina Petromyzon marinus
Lamprea de arroyo Lampetra planeri
Esturión Acipenser sturio
Sábalo Alosa alosa
Saboga Alosa fallax
m El nombre científico utilizado es el del Anexo de la Directiva Hábitats.
44
Salmón Salmo salar
Boga de río Chondrostoma polylepis
Madrilla Chondrostoma toxostoma
Bermejuela Rutilus arcasii
Rutilo Rutilus alburnoides
Pardilla Rutilus lemmingii
Bogardilla Iberocypris palaciosii
Jarabugo Anaecypris hispanica
Barbo de montaña Barbus meridionalis
Barbo comiza Barbus comiza
Locha Cobitis taenia
Fartet Aphanius iberus
Samarugo Valencia hispanica
Cavilat o gobio Cottus gobio
Especies marinas Tortuga boba Caretta caretta
Delfín mular Tursiops truncatus
Marsopa Phocoena phocoena
Foca monje Monachus monachus
Grandes carnívoros Lince ibérico Lynx pardinus
Oso pardo Ursus arctos
En España, según el anuario 2011 de Europarc, la red de espacios
protegidos por la legislación nacional y autonómica comprende el 12,8%
de la superficie terrestre del país, representada por más de 1.700 lugares,
entre los cuales hay quince parques nacionales, 162 parques naturales,
277 reservas, 319 monumentos, 56 paisajes protegidos y más de 800
espacios con otras figuras de protección217, que nos permite vislumbrar un
buen estado de conservación de la biodiversidad en nuestro medio natural.
Esquema de las figuras legales aplicadas a las áreas protegidas de España
Fuente: EUROPARC-España 2012. ZEPIM Zonas Especialmente Protegidas de Importancia
para el Mediterráneo, OSPAR, Convención para la Protección del Medio Marino del Atlántico
del Nordeste.
* Figuras desarrolladas por las Comunidades Autónomas.
Quizá ningún otro espacio como Doñana nos puede servir de ejemplo para
mostrar esta superposición de figuras, ya que es espacio natural y parque
nacional (Gobierno de España)218, humedal de importancia internacional
Comentario [SI13]: Fig. 13.
Esquema de las figuras legales aplicadas a las áreas protegidas de España
45
(Convenio Ramsar)219, patrimonio de la humanidad (UNESCO)220, reserva
de la biosfera (programa MaB, El Hombre y la Biosfera de las Naciones
Unidas)221 y ZEPA (Unión Europea)222. Ante la imposibilidad de referirme a
tantos parajes y espacios protegidos de gran belleza de la Creación
permítanme que haga una reseña del Parque Nacional de Garajonay de
mi querida Isla de La Gomeran que comprende una extraordinaria
diversidad biológica, con 4.182 especies descritas, de las que 1.063 (el
25,41%) son endemismos canarios y 268 son exclusivas de La Gomera,
concentradas principalmente en el monteverde y la laurisilva de la zona
central de la isla. De las especies citadas, 2.000 son invertebrados, de los
que 577 son endemismos canarios y 227 son exclusivas de La Gomera. El
lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana), considerado extinguido,
ha sido redescubierto muy recientemente y es objeto de un programa de
recuperación223.
n La Gomera (Canarias) fue declarada Reserva de la Biosfera durante la 24ª sesión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa El Hombre y la Biosfera –MaB- de la UNESCO, celebrada en París los días 9-13 de julio de 2012. Transcribo una descripción resumida de esta Reserva de la Biosfera, «La gran altitud media de la Isla se cuenta entre los valores más elevados del mundo y se manifiesta en un relieve excepcionalmente abrupto, organizado en barrancos radiales y profundos. Su fisiografía es resultado de un antiguo edificio volcánico que no ha registrado ninguna erupción desde 3.000.000 de años atrás y que ha sufrido una intensa erosión (hídrica y marina), responsable del desmantelamiento de la periferia y la incisión remontante hacia el centro. El proceso de modelado del paisaje ha mantenido una característica meseta central a unos 1.000 m de altitud media y sus prolongaciones a lo largo de las divisorias entre barrancos. En la plataforma superior o «meseta» se estanca el manto de estratocúmulos del alisio o “mar de nubes”, que da lugar a la lluvia horizontal. La elevada humedad que se produce ha favorecido la existencia de la más importante formación de monteverde del Archipiélago: el Parque Nacional de Garajonay, que incluye la superficie continua de laurisilva más extensa de Canarias y con mejor estado de conservación. Los profundos barrancos, flanqueados por altos lomos y lomadas, han funcionado como áreas-islas para la evolución de plantas y animales, que han incrementado su diversidad a lo largo del tiempo. El medio marino, con una importe plataforma continental es igualmente rico en fauna, en la que destacan los cetáceos. Es de resaltar la impronta humana en algunos paisajes característicos marcados por la presencia de paredones, que hacen posible los cultivos en laderas de gran pendiente, o por la presencia de palmeras, unidas al desarrollo económico y cultural de la población a lo largo de los siglos. Un importante patrimonio cultural inmaterial forma parte del acerbo patrimonial actual, del cual el silbo gomero ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Según datos de 2010, la población de la Isla asciende a 22.776 habitantes, siendo la segunda isla menos poblada del archipiélago canario. La densidad media de población es de 61 habitantes por km2 desigualmente distribuida, con una densidad relativa muy alta en el municipio de Valle Gran Rey y muy baja en Vallehermoso. En los últimos años, la evolución demográfica muestra una tendencia a la pérdida de población, especialmente en los efectivos de entre 30 y 40 años, provocada por la emigración. Este hecho es uno de los retos de gestión que afronta la nueva reserva de la biosfera hacia un futuro inmediato, donde la conservación del patrimonio natural y cultural y el desarrollo de la población local se plantean como elementos integrados en el plan de gestión».
46
4.1.2. Restauración de corredores ecológicos
Un corredor ecológico es un hábitat adecuado que conecta dos o más
áreas protegidas o no, que permiten el intercambio de especies,
migraciones, intercambio de genes, etc. A la hora de establecer y
planificar espacios protegidos se debe hacer hincapié en la importancia
de conectar estas áreas mediante corredores y zonas de apoyo o tampón
que eviten el aislamiento de las poblaciones. En general, la presión de los
enclaves de población, la lucha por la propiedad de las tierras, y la
complejidad de gobernanza de las diferentes administraciones
conducen a que muchas áreas protegidas permanezcan como “islas”
completamente aisladas y dificultan especialmente la biología de las
especies amenazadas de las que hablaré más tarde. Otras zonas tampón
y corredores biológicos no son áreas protegidas sino zonas donde una
combinación de acuerdos voluntarios e indemnizaciones ayudan a proteger
la integridad del área protegida con enfoques de gestión del paisaje y
facilitar su conectividad224. La Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la
UICN propone que «cada vez será más importante conectar las áreas
protegidas mediante corredores y redes para facilitar el desplazamiento
de las especies e incrementar los probables traslados naturales hacia
lugares donde las condiciones sean más aptas para la supervivencia»225.
4.1.3. Bancos de conservación de la naturaleza
Un banco de conservación de la naturaleza o banco de hábitat consiste en
la implantación de un proyecto de creación, mejora, restauración o
conservación ambiental. El proyecto genera un incremento del valor
ambiental del terreno, que se comercializa en forma de créditos
ambientales. Estos créditos ambientaleso son comprados por operadores o
promotores para restaurar daños ambientales que generan o pueden
generar en un futuro, para su uso como posible establecimiento de o Los créditos ambientales son unidades de valor ambiental comercializable. Se consideran de distinta forma según el tipo de mercado ambiental: para un banco de hábitat, el crédito ambiental es la hectárea de biodiversidad; para un banco de especies, se considera el crédito la pareja de la especie que se quiere conservar; en el mercado de CO2 el crédito ambiental es la tonelada de CO2 equivalente, etc.
47
garantías, como inversión ética o como compra voluntaria. El objetivo de
los bancos de hábitat no es solo conservar la biodiversidad sino incluso
conseguir una ganancia de la biodiversidad de los ecosistemas.
Sin duda, una buena noticia para conservar la biodiversidad en España es
la novedad de la reciente ley de Evaluación ambiental226 de la
Administración del Estado de establecer bancos de conservación de la
naturaleza como un mecanismo voluntario que permite compensar,
reparar o restaurar las pérdidas netas de valores naturales, semejante a
las compensaciones voluntarias que se realizan en otros países de la Unión
Europea como Alemania, Francia o Reino Unido.
El mercado de créditos ambientales está especialmente desarrollado en
Estados Unidos no solo en el ámbito de los bancos de hábitats, sino
también en el ámbito de otros factores ambientales como el agua, el CO2 o
la energía. Los últimos datos del informe elaborado por Ecosystem Market
Place sobre mercados ambientales a nivel mundial en 2011 arroja la cifra
de 798 bancos de humedales y 90 bancos de conservación activos con una
superficie protegida de 182.000 Ha y 30.300 Ha, respectivamente. En
total, los mercados norteamericanos de biodiversidad suponen un mercado
anual de unos 2.000 millones de dólares227.
4.1.4. Bancos de semillas y jardines botánicos
La España peninsular con los archipiélagos de Baleares y Canarias es con
mucha diferencia el país europeo con mayor fitodiversidad. España con
1.200 especies endémicas duplica a Grecia que ocupa el segundo lugar en
Europa y centuplica en endemismos al Reino Unido228, lo que supone un
gran patrimonio a conservar.
Al botánico Salvador Rivas-Goday le cabe el mérito de haber realizado la
primera lista de un puñado de especies y subespecies a proteger en
España229. La confección de estas listas cobró un interés inusitado desde
entonces ante la necesidad de conocer las especies a recolectar cuando se
inician los trabajos sobre bancos de semillas230, 231, 232, 233. Las listas de
plantas raras, amenazadas y endémicas de la UICN234, y de la Directiva
48
Hábitat235 han sido actualizadas por el World Conservation Monitoring
Center236.
Antes de analizar los bancos de semillas y los jardines botánicos como
sistemas de conservación de los recursos vegetales, parece conveniente
señalar algunas anotaciones sobre los libros rojos de especies amenazadas
y en peligro de extinción, y en que consisten los sistemas de conservación
in situ y conservación ex situ para conservar estas especies y sus
variedades vegetales.
Los libros rojos de especies amenazadas. Una primera cuestión a
considerar es que el concepto de endemismo y de especie amenazada no
son equivalentes. Aunque el sentido común aconseja tomar los
endemismos como una primera aproximación porque entre ellos se
incluyen un buen número de especies amenazadas, se encuentran muchos
endemismos que no están precisamente amenazados y en cambio pueden
existir especies no endémicas que pudieran encontrarse amenazadas.
Es conocido que la UICN utiliza hasta nueve categorías para definir el
estado de conservación de las especiesp. En la medida que mejoran los
estudios corológicos más precisos de las especies puede variar su
clasificación entre categorías, de manera que especies que se
consideraban en peligro pasan a ser vulnerables y al revés, etc. La Lista
Roja Europea comprende 1.826 especies de plantas vasculares, de las
cuales 467 especies están amenazadas en peligro de extinción237.
Categorías de la Lista Roja según la UICN 2012238.
Conservación “in situ” versus conservación “ex situ”. En el apartado
anterior sobre bancos de hábitats se ha considerado la conservación del
medio natural en el que interactúan los factores bióticos y abióticos, es lo
que se conoce como conservación in situ. En cambio si la conservación se
p La versión 3.1 de los criterios y categorías de la Lista Roja (UICN, 2012), considera nueve criterios estructurados de mayor a menor riesgo: extinta, extinta en estado silvestre, en peligro crítico, en peligro, vulnerable, casi amenazada, preocupación menor, datos insuficientes, no evaluada para ninguna de las otras categorías (Cfr. UICN 2012. Categorías y criterios de la Lista Roja de la UICN. Versión 3.1. Segunda edición. vi + 34 pp. Gland, Suiza).
Comentario [SI14]: Fig. 14.
Categorías de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
49
lleva a cabo fuera del medio natural en jardines botánicos, campos de
cultivo o bancos de semillas se denomina conservación ex situ. En cierto
modo la conservación in situ previene la pérdida de diversidad mediante la
reserva de espacios protegidos, en cambio la conservación ex situ se
puede considerar como la última oportunidad para atajar la pérdida de
especies amenazadas o variedades vegetales de interés económico.
Bancos de semillas. Las semillas pueden conservar su poder germinativo
durante siglos si se conservan en condiciones óptimas de baja humedad y
temperatura. Es un método muy sencillo que se viene utilizando con éxito
desde hace unos cincuenta años para conservar material genético vegetal.
En España se vienen utilizando estas técnicas con notable éxito desde
1966 con una colección de semillas de la familia de las crucíferas, algunas
de ellas amenazadas239. Al banco de germoplasma del Real Jardín Botánico
de Madrid y de la Universidad Politécnica de Madrid le siguieron el del
Jardín Botánico de Córdoba para la conservación de la flora andaluza, el de
Las Palmas para conservar los endemismos de Canarias y otros como los
de las Universidades de Granada y Santiago de Compostela, Blanes y
Sóller (Mallorca) destinados a conservar las floras locales240. El Centro
Nacional de Recursos Fitogenéticos241 bajo el patrocinio del Instituto
Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) lleva a cabo una gran labor
como banco de germoplasma a través de sus grupos de investigación en
prospección y recolección de recursos fitogenéticos y conservación de
colecciones activas de semillas de cereales y leguminosas242.
Se han instalado un millar y medio de bancos de semillas en EEUU, China,
Rusia, Japón, Alemania, Canadá y la India entre otros países, sin embargo
el proyecto de mayor envergadura a nivel internacional es el Banco
Mundial de Semillas de Svalbard (Svalbard Global Seed Vault), también
denominado “Bóveda Global de Semillas” o “Bóveda del Fin del Mundo”,
construido en 2008 en el archipiélago noruego de Svalbard para
salvaguardar la biodiversidad de las especies y variedades vegetales de
cultivos que servirían de alimento en caso de una catástrofe mundial.
Alberga un silo de 820.000 muestras de semillas de unas 4.000 especies y
50
variedades, algunas de ellas de primera importancia para la alimentación
mundial como el maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo, aportadas hasta la
fecha por 231 países243.
Otra forma de conservar germoplasma ex situ es la conservación in vitro
mediante el cultivo de tejidos, el almacenamiento de polen o los bancos de
ADN. Las técnicas de cultivo in vitro parecen especialmente útiles para
especies de difícil conservación como es el caso de la patata que debe
replantarse cada año y medio o dos años244.
Los jardines botánicos se han mostrado como instrumentos idóneos
para asegurar la conservación ex situ de especies amenazadas o en
peligro de extinción. En efecto, una de las acciones de la Estrategia global
para la biodiversidad245 propone convertir los jardines botánicos del
mundo en una red de conservación de los recursos de plantas silvestres.
«En los jardines botánicos se cultivan plantas correspondientes a más de
80.000 especies [a nivel mundial], alrededor de la cuarta parte del total.
Esta colección reúne sin duda la máxima diversidad fuera de la
naturaleza»246. Valga como ejemplo el caso del Jardín Botánico de
Córdoba en el que se lleva a cabo un programa de recuperación de la
manzanilla de Sierra Nevada (Artemisia granatensis) en peligro crítico
(CR) para su posterior reintroducción en el medio natural.
4.1.5. Protección de especies animales en peligro de extinción
De la misma manera que en el último apartado se anotan algunas
propuestas para la protección de plantas amenazadas y en peligro de
extinción, en las últimas décadas asistimos a un interés creciente por la
conservación y protección de especies de animales vulnerables, mediante
programas de conservación in situ como el Programa LIFE de la Unión
Europea, o la conservación ex situ en acuarios o parques zoológicos.
La Lista Roja Europea. La mayor parte de la biodiversidad a nivel
mundial y europeo se compone de insectos y de otros grupos de
invertebrados, de tal manera que ante la gran magnitud del trabajo para
alcanzar un diagnóstico de las especies amenazadas, la Comisión Europea
Comentario [SI15]: Fig. 15.
Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, USA.
51
y la UICN con las directrices regionales de la Lista Roja han acotado una
lista de unas 6.000 especies (mamíferos247, reptiles248, anfibios249, peces
de agua dulce250, mariposas251, libélulas252, cierto grupo de escarabajos253
y moluscos254) que están amenazadas de extinción a nivel europeo a fin
de que puedan tomarse las medidas apropiadas de conservación conforme
a los tratados internacionales como la Directiva Hábitats, el Convenio de
Berna y el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Además, en el ámbito
del 7º Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la
Comisión Europea se está llevando a cabo un proyecto sobre el Estado y
las tendencias de los polinizadores europeos (Status and Trends of
European Pollinators, STEP) con el fin de determinar la lista roja de
polinizadores y en particular las amenazas sobre las poblaciones de
abejas255.
Programa LIFE. En la Unión Europea, el Programa LIFE es el instrumento
financiero de apoyo a proyectos medioambientales y de conservación de la
naturaleza en toda la UE y otros países pendientes de adhesión. En
particular LIFE-Naturaleza cofinancia proyectos que buscan restaurar
y conservar hábitats naturales y proteger especies amenazadas. En
España la Fundación Biodiversidad adscrita al Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente secunda los proyectos del Programa LIFE+
mediante estrategias de conservación de especies amenazadas como el
oso pardo cantábrico, el lince ibérico256, el urogallo cantábrico, el desmán
ibérico o el quebrantahuesos.
Resulta sorprendente que según el informe Biodiversidad en España257, de
101 planes de actuación destinados a proteger especies del Catálogo
Español de Especies Amenazadas, la mitad de los planes se refieren a aves
(53,5%), casi una cuarta parte a mamíferos (23,8%) y el resto (22,7%) a
seis especies de peces, cuatro anfibios, tres reptiles y solo seis especies de
invertebrados –siendo éste el grupo de mayor diversidad-, de lo que se
infiere que tenemos una inmensa tarea a desarrollar en aras de conservar
la biodiversidad.
Comentario [SI16]: Fig. 16.
Oso pardo sirio (Ursus arctos syriacus).
52
Finalmente, un dilema que tendremos que dilucidar en los próximos años
es si en los parques zoológicos se ha de mantener los animales que los
visitantes desean ver o salvar a aquellos que quizá más pronto que tarde
podríamos dejar de ver. En este sentido, los acuarios y parques zoológicos
se muestran en la actualidad como instalaciones muy adecuadas para la
conservación ex situ de especies en peligro de extinción que puedan luego
ser reintroducidas en el medio natural. Los zoológicos modernos se
transforman así en una especie de “arcas de Noé”, como último refugio
para especies amenazadas.
La Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (World Association of Zoos and
Aquariums, WAZA) es una de las redes de conservación más grande a
nivel global estableciendo estrategias de conservación de la biodiversidad
a través de un centro de consultas. En la actualidad WAZA mantiene unos
127 studbooks o libros de registros genealógicos de unas 161 especies, y
administra los programas reproductivos de conservación de más de 1.000
especies y subespecies258. Basta citar como ejemplos el Smithsonian
National Zoological Park de Washington que ha reproducido con éxito seis
camadas de guepardos, una especie en vías de extinción desde 2004, y el
Zoológico del Bronx en New York que ha instaurado un programa de cría
en cautividad del bisonte americano259.
5. Reflexiones finales
• Se ha de tender hacia prácticas agrícolas más ecológicas mediante la
gestión integrada de plagas para reducir el uso de plaguicidas y
aminorar sus efectos contaminantes sobre la biodiversidad, el agua
y la salud. La descontaminación de los suelos, del agua y de los
alimentos de pesticidas y plaguicidas tiene un coste económico
mucho más elevado que el uso de la gestión integrada de las plagas.
• La Comisión Europea se propone como objetivo detener la pérdida
de la biodiversidad de los ecosistemas para 2020 y restaurar en la
medida de lo posible aquéllos afectados por la actividad económica.
Se está estudiando el importante papel que los bancos de
53
conservación de la naturaleza o bancos de hábitats pueden
jugar en la consecución de estos objetivos.
• La Europa que inventó la revolución industrial ahora tiene la
responsabilidad de encabezar una nueva revolución industrial
mediante las Ciencias ambientales aplicadas para sanear el
medio ambiente y proteger la biodiversidad, lo que se ha venido a
llamar “ecologizar la economía”.
• Termino con unas palabras pronunciadas en esta misma Aula Magna
en 1972 por San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador de esta
Universidad: «La Universidad no vive de espaldas a ninguna
incertidumbre, a ninguna inquietud, a ninguna necesidad de los
hombres. No es misión suya ofrecer soluciones inmediatas. Pero, al
estudiar con profundidad científica los problemas, remueve también
los corazones, espolea la pasividad, despierta fuerzas que dormitan,
y forma ciudadanos dispuestos a construir una sociedad más justa.
Contribuye así con su labor universal a quitar barreras que dificultan
el entendimiento mutuo de los hombres, a aligerar el miedo ante un
futuro incierto, a promover —con el amor a la verdad, a la justicia y
a la libertad— la paz verdadera y la concordia de los espíritus y de
las naciones»260. El nuevo grado en Ciencias ambientales de la
mano del grado en Biología viene en cierto modo a atender esta
nueva necesidad siguiendo el proverbio: «Al final, conservaremos lo
que amamos. Amaremos lo que entendamos. Entenderemos lo que
nos enseñen».
He dicho. Muchas gracias
Agradecimientos
Deseo agradecer especialmente a los profesores Arturo Ariño y Enrique
Baquero la selección de imágenes que acompañan al texto y a los
profesores María Lourdes Moraza y Rafael Miranda las sugerencias y
corrección del texto.
54
6. Referencias
1 Pontificio Consejo «Justicia y Paz» 2004. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Vaticano. 2 Margalef, R. 2002. Diversidad y biodiversidad en Pineda, F.D. et al. (Eds.), La diversidad biológica de España. Pearson Educación, S.A. Madrid, 412 pp. 3 Margalef, R. 1983. Limnología. Ed. Omega, Barcelona, 1010 pp. 4 Eloranta, P. 1976. Species diversity in the phytoplankton of some Finnish lakes. Ann. Bot. Fennici, 13: 42-48. 5 Granberg, K. 1973. The eutrophication and pollution of lake Päijänne, Central Finnland. Ann. Bot. Fennici, 10: 267-308. 6 Margalef, R. 1983, op. cit., p. 301. 7 http://www.mcgraw-hill.es/med/recursos/capitulos/8448606094.pdf 8 http://en.wikipedia.org/wiki/Thomas_Lovejoy 9 Norse, E. A., K L. Rosenbaum, D. S. Wilcove, et al. 1986. Conserving biological diversity in our national forests. The Wilderness Society, Washington, D.C. 10 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wilson_edward.htm 11 Convenio sobre la diversidad biológica. Naciones Unidas. Conferencia de Río de Janeiro 1992. http://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf 12 Diccionario de la lengua española (DRAE). Edición 22ª, publicada en 2001. Madrid. 13 Herrera Mesa, L. 1977. Memoria sobre concepto, método, fuentes y programa de la asignatura de Zoología de Artrópodos, Pamplona, 182 pp. 14 Herrera Mesa, L. 1977, op. cit., p. 8. 15 Ibíd, p. 12. 16 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/servet.htm 17 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/harvey.htm 18 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gesner.htm 19 http://en.wikipedia.org/wiki/Thomas_Penny 20 http://www.sea-entomologia.org/aracnet/3/insectorum/belles.htm 21 http://www.macroevolution.net/ulisse-aldrovandi.html#.Uo-gAXBFXyA 22 http://www.ecured.cu/index.php/Royal_Society 23 http://eulerarchive.maa.org/historica/places/paris.html 24 Herrera Mesa, L. 1977, op. cit., p. 15. 25 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hooke.htm 26 http://es.wikipedia.org/wiki/Marcello_Malpighi 27 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/swammerdam.htm 28 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/redi.htm 29 http://www.ucmp.berkeley.edu/history/ray.html 30 http://www.sea-entomologia.org/PDF/BOLETIN_32/B32-074-284.pdf 31 Systema naturae per regna tria naturae, secundum classes, ordines, genera, species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis, traducido como: Sistema natural, en tres reinos de la naturaleza, según clases, órdenes, géneros y especies, con características, diferencias, sinónimos, lugares. http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Linneo#Gribbin 32 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/linne.htm 33 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mutis.htm 34http://www.mncn.csic.es/Menu/Elmuseo/Presentacinehistoria_Fundacion_y_primera_epoca/seccion=1177&idioma=es_ES&id=2010062816230001&activo=11.do 35 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cuvier.htm 36 http://www.ucmp.berkeley.edu/history/lamarck.html 37 http://gap.entclub.org/taxonomists/Latreille/index.html 38 Herrera Mesa, L. 2010. Presentación. Documentos Humboldt 10: El Espacio Europeo de Investigación: Nuevos desafíos y oportunidades. Instituto de Dirección y Organización de Empresa, Universidad de Alcalá de Henares, 150 pp. 39 Herrera Mesa, L. 2010, op. cit., p. 4. 40 http://www.avhumboldt.de/?page_id=469l 41 http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/darwin.htm 42 http://eprints.ucm.es/14224/ 43 Pineda, F.D., De Miguel, J.M., Casado, M.A. & Montalvo, J. (Eds.) 2002. La diversidad biológica de España. Pearson Educación, S.A. Madrid, 412 pp. 44 Bernis, F. 1954. An ecological view of Spanish Avifauna with reference to the Nordic and Alpine Birds. Actas del XI Congreso Internacional Ornitológico de Basel. 45 Purroy, F.J. 1997. Atlas de las Aves de España. SEO/Bird Life. Lynx Ediciones, 583 pp., 285 mapas, 262 ilust.
55
46 Herrera Mesa, L. 1992. Investigación científica sobre Navarra 1978-1991, p. 9. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 312 pp. 47 Ortiz de Zárate, G. 1980. Investigación científica sobre Navarra 1952-1977, p. 9. Dirección de Información. Universidad de Navarra, Pamplona, 181 pp. 48 Jordana, R. 1980. Zoología 167-174 pp., en Ortiz de Zárate, G. 1980. Investigación científica sobre Navarra 1952-1977. Dirección de Información. Universidad de Navarra, Pamplona, 181 pp. 49 Margalef, R., Rambla, M. & Rodríguez Roda, J. 1946. Aportación al estudio de la fauna y flora vasco-navarra (Sierra de Aralar). Estación de Estudios Pirenaicos, CSIC. Zaragoza. 50 Arbea, J.I. & Jordana, R. 1989. Dos nuevas especies de Onychiuridae de Navarra (Norte de la Península Ibérica) (Insecta, Collembola). Eos, 65(I): 7-14. 51 Arbea, J.I.& Jordana, R. 1989. The genus Pseudachorutes (Collembola, Neanuridae) from Navarra (Northern iberian Peninsula), with description of a new species and a new subspecies. Bull. Soc. Ent. Suisse, 62(1-2): 157-166. 52 Jordana, R., Arbea, J.I. & Ariño, A.H. 1990. Catálogo de Colémbolos ibéricos. Base de datos. Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 21: 1-231. 53 Jordana, R. & Arbea, J.I. 1990. Una nueva especie de Collembola (Isotomidae) de Navarra (N. de la Península Ibérica). Redia, LXXIII(2): 423-435. 54 Beruete, E., Arbea, J.I. & Jordana, R. 2001. Nuevas especies cavernícolas del género Onychiurus del grupo O. boneti Gisin, 1953 (Collembola: Onychiuridae) del karst de Navarra y Guipúzcoa (España). Bol. Asoc. esp. Ent., 25(1-2): 9-33. 55 Baquero, E., Martínez, M., Christiansen, K. & Jordana, R. 2004. A new genus and species of Entomobryidae (Collembola, Entomobryomorpha) from the Iberian Peninsula. Entomological News, 115: 229-235. 56 Monreal, I. & Campoy, A. 1982. Estudio faunístico del Macizo de Quinto Real. VI: Nematodos (Nematoda). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 8: 1-97. 57 Mateo, M.D. & Campoy, A. 1983. Estudio de los Nematodos libres de las Peñas de Echauri (Navarra). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 9: 1-64. 58 Hernández, M.A. & Jordana, R. 1990. Estudio cualitativo y cuantitativo de la fauna de Nematodos de los suelos de tres bosques de Quercus en Navarra, España. En: Sesión Homenaje al Profesor García de Viedma (E.T.S.I.M.). Ed. Fundación Conde del Valle de Salazar, pp. 63-85. 59 Hernández, M.A. 1990. Heterocephalus pseudolatus n. sp. encontrada en Navarra, Norte de España (Nematoda, Cephalobidae). Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Biol.), 85(1-4): 101-106. 60 Armendáriz, I. & Hernández, M.A. 1994. Cuatro especies de la familia Burionematidae Micoletzky, 1922 (Nematoda, Rhabditida) encontradas en pinares de Pinus nigra en Navarra (Norte de España). Misc. Zool., 16: 7-12. 61 Moraza, M. L. & Pérez-Iñigo, C. 1979. Liacarus jordanai, nueva especie de Oribátido de los Pirineos Occidentales de Navarra. Eos, 53: 133-138. 62 Moraza, M.L., Herrera, L. & Pérez-Iñigo, C. 1980. Estudio faunístico del Macizo de Quinto Real. I. Acaros Oribátidos (Acari, Oribatei). Publ. Biol. Univ. Navarra, 1: 1-30. 63 Moraza, M. L. 1984. Tres nuevas especies de la familia Phthiracaridae Perty, 1841 en los hayedos de Navarra (España). Steganacarus longisetosus n. sp., Steganacarus navarrensis n. sp. y Atropacarus punctulatus n. sp. (Acari, Oribatei). Eos, 6: 223-230. 64 Moraza, M.L. & Johnston, D. E. 1990. Pachyseiulus hispanicus n. gen., n. sp., from Navarra (Northern Spain) (Acari: Mesostigmata: Pachylaelapidae). Internat. J. Acarol., 16(4): 213-218. 65 Iraola, V.M., Biurrum R., Moraza, M.L. & Esparza, M.J. 1994. Depredadores de la familia Phytoseiidae sobre ácaro rojo Panonychus ulmi (Koch) en frutales de Navarra. Bol. San. Veg. Plagas, 2(3): 687-694. 66 Larraz, M.L. & Campoy, A. 1980. Estudio faunístico del Macizo de Quinto Real. II: Moluscos (Mollusca). Publ. Biol. Univ. Navarra, 3: 1-20. 67 Larraz, M.L. 1981 Moluscos. Diputación Foral de Navarra, Temas de Cultura Popular, n. 374. 68 Larraz, M.L. & Jordana, R. 1984. Moluscos terrestres de Navarra (Mollusca: Gastropoda) y descripción de Xeroplexa blancae n. sp. (F. Helicidae). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 11: 1-65. 69 Larraz, M.L. & Equisoain, J.J. 1993. Moluscos terrestres y acuáticos de Navarra (Norte de la Península Ibérica). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 23: 1-326. 70 Álvarez, R.M., Oscoz, J. & Larraz, M.L. 2012. Guía de campo: Moluscos acuáticos de la cuenca del Ebro. Confederación Hidrográfica del Ebro, 147 pp. 71 Jordana, R. 1992. Zoología, pp. 281-302, en Herrera Mesa, L. 1992. Investigación científica sobre Navarra 1978-1991. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 312 pp.
56
72 Fidalgo, I. & Herrera, L. 1980. Contribución al conocimiento de los Isópodos de Navarra (Crustacea: Isopoda): relación de especies con sus localidades. Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Biol.), 78: 311-315. 73 Barace, J. & Herrera, L. 1980. Estudio faunístico del Macizo de Quinto Real. III: Miriápodos Quilópodos (Myriapoda, Chilopoda). Publ. Biol. Univ. Navarra, 4: 1-26. 74 Barace, J. & Herrera, L.1982. Contribución al conocimiento de los Quilópodos de Navarra: Relación de especies y localidades (Myriapoda, Chilopoda). Graellsia, 38: 117-120. 75 Salinas, J.A. 1990. Contribución al conocimiento de los Quilópodos de Navarra (Myriapoda: Chilopoda). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 20: 1-79. 76 Herrera, L. 1979. Ortópteros Ensíferos de la provincia de Navarra. Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Biol.), 77: 393-408. 77 Herrera, L. & Schnidrig, S.1983. Andropigios de los Ortópteros de Navarra (Orthoptera). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 10: 1-52. 78 Alonso, M.L. & Herrera, L. 1982. Nueva aportación para el conocimiento de los Ortópteros de Navarra. Graellsia, 38: 3-19. 79 Herrera, L. 1985. Biogeografía de los Ortópteros del Norte de España, pp. 1-14. En: Orthoptera. Gosálvez J., López-Fernández C., & García de la Vega C. (Eds.). Fundación Ramón Areces. 80 Herrera, L. 1993. Los Ortópteros de Navarra 1. Glosario y relación de especies. Príncipe de Viana, Supl. Ciencias, 13: 39-55. 81 Herrera, L. 1982. Catálogo de los Ortópteros de España. Series Entomológica, 22. Dr. W. Junk Publishers, The Hague. Netherlands, 162 pp. 82 Arbeloa, A., Herrera, L. & Jordana, R. 1981. Fauna de Navarra, l: Coleópteros Crisomélidos. Colección Diario de Navarra, Pamplona, 261 pp. 83 Herrera, L. & Arricibita, F.J. 1990. Los carábidos de Navarra, España/The Carabid Beetles of Navarra Spain (Coleoptera,Carabidae). Entomograph, 12. Ed. E.J. Brill. Leiden. Netherlands, 304 pp. 84 Pérez Moreno, I. & Herrera, L. 1987. Contribución al conocimiento de los Coleópteros Cerambícidos de Navarra. Príncipe de Viana, Suppl. Ciencias, 6: 1-39. 85 Pérez Moreno, I. & Herrera, L. 1987. Contribución al conocimiento de los Coleópteros Cerambícidos de Navarra. Príncipe de Viana, Supl. Ciencias, 7: 45-84. 86 Vega, A. 1980. Libélulas. Diputación Foral de Navarra, Temas de cultura popular. n. 363. Pamplona. 87 Oscoz, J., Pardos, M., Tomás, P. & Durán, C. 2007. Aportaciones al conocimiento de los efemerópteros (Insecta, Ephemeroptera) y plecópteros (Insecta, Plecoptera) de la cuenca del río Ebro y el valle de Arán (España). Bol. SEA, 41: 275-290. 88 Oscoz J. & Durán, C. 2004(2006). Contribución al conocimiento de los plecópteros (Insecta: Plecoptera) en la cuenca del Ebro. Munibe, 55: 183-196. 89 Herrera, L. 1978. Nota sobre los Dermápteros de Navarra. Graellsia, 34: 195-203. 90 Herrera, L. 1996. A preview of the catalogue of the Dermaptera of Spain. In Sakai, S. (Ed.) Taxonomy of the Dermaptera. Ochiai Printing & Co., Kita, Tokio, 426 pp. 91 Biurrun, R. & Herrera, L. 1985. Contribución al conocimiento de los insectos Míridos de Navarra (Heteroptera, Miridae, Hahn, 1831). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 13: 1-63. 92 Goldarazena, A. & Zhang, Z.-Q. 1998. New Erythaeus larvae (Acari: Erythraeidae) ectoparasitic on Aphidoidea (Homoptera) and Anthocoridae (Heteroptera). Syst. Appl. Acarol., 3: 149-158. 93 Herrera, L. & Miranda, M.J. 1988. Materiales para la hidrobiología de Navarra: 1. Heterópteros acuáticos. II Congr. Mundial Vasco (Biología Ambiental). Ed. Gobierno Vasco, II: 291-300. 94 Herrera, L. & Miranda, M.J. 1989. Materiales para la hidrobiología de Navarra: 3. Heterópteros acuáticos (Insecta, Heteroptera). Príncipe de Viana, Supl. Ciencias, 9: 63-94. 95 Oscoz, J., Escala, M.C., Leunda, P.M. & Miranda, R.M. 2003. Contribución al conocimiento de los heterópteros (Insecta) de los ríos de Navarra. Munibe, 54: 87-94. 96 Lantero, J. M. & Jordana, R. 1981. Nuevas citas de Lepidópteros y confirmación de otras especies en la provincia de Navarra. SHILAP, 9(34): 115-123. 97 Lantero, J.M. & Jordana, R. 1983. Fauna de Navarra, 3: Mariposas diurnas I. Colección Diario de Navarra, 28. Ediciones y Libros, Pamplona, 243 pp. 98 Baquero, E., Moraza, M.L., Ariño, A.H. & Jordana, R. 2011. Mariposas diurnas de Pamplona. Colección: Biodiversidad Urbana de Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona, 137 pp. 99 Herrera, L., Jiménez, M.L. & Jiménez, M.T. 1987. Efecto de la contaminación urbana e industrial de la comarca de Pamplona sobre el río Arga. III. Oligoquetos y Quironómidos. Actas IV Congr. Esp. Limnol., pp. 299-305. 100 Jiménez, M.T. & Herrera, L. 1988. Materiales para la hidrobiología de Navarra: 2. Dípteros quironómidos (Diptera: Chironomidae). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 18: 1-52. 101 Gállego, L. 1970. Distribución de Micromamíferos en Navarra. Pirineos, 98: 41-52.
57
102 Escala, M.C.& Abaigar, M.T. 1984. Contribución al conocimiento de los Micromamíferos de Navarra (O. Insectivora y O. Rodentia). Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 12: 3-26. 103 Galicia, D. & Escala, M.C. 2009. Distribución espacial y preferencia de hábitat de los micromamíferos en la cuenca del río Erro (Navarra). Galemys, 21: 35-49. 104 Escala, M.C., Galicia, D., Baquero, E., Itoiz, U. & Berasategui, G. 2012. Mamíferos de Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona, 95 pp. 105 Elósegui, J. 1977. Una comunidad de aves de roquedo. Tesis de licenciatura. Facultad de Ciencias. Universidad de Navarra. Pamplona. 106 Purroy, F.J. 1975. Evolución anual de la avifauna de un bosque mixto de coníferas y frondosas en Navarra. Ardeola, 21(2): 669-697. 107 Goizueta, J.A. 1975. Primera cita de nidificación del pato colorado Netta rufina en Navarra. Ardeola, 22: 108-110. 108 Goizueta, J.A. & Balcells, E. 1975. Estudio ecológico comparado del poblamiento ornítico de dos lagunas navarras de origen endorreico. Publ. Cent. Pirenaico Biol. Exp. 6. 109 Fernández-Cruz, M. & Campos, F. 1997. Familia Ardeidae. En Atlas de las Aves de España (1975-1995). Lynx Ediciones, pp. 46-55. 110 Arizaga J., Hernández, M.A. & Alonso, D. 2007. Paseriformes (Aves) nidificantes y migratorias en un biotopo arbustivo de la balsa de Loza. Anuario Ornitológico Navarra 2000-2001: 97-102. 111 Arizaga, J., Alonso, D., Fernández, E., Fernández, I., Martín, D. & Vilches, A. 2009. Laguna de Badina de Escudera (Navarra): características de la comunidad de aves paseriformes. Munibe. Suplemento 28, 94 pp. 112 Iribarren, J.J. 1975. Biología del águila calzada, Hieraaetus pennatus, durante el periodo de nidificación en Navarra. Ardeola, 21(1): 305-320. 113 Lekuona, J.M. & Campos, F. 1995. Censo invernal de aves ictiófagas: cormorán grande (Phalacrocorax carbo), garza real (Ardea cinerea) y gaviota reidora (Larus ridibundus) en la piscifactoría de Yesa. En Anuario Ornitológico de Navarra. Gorosti, Pamplona, 1: 17-26. 114 Zugarrondo, J.M., Escala, M.C. & Rodríguez Arbeloa, A. 1986. Estudio ornitológico de los parques y alrededores de Pamplona. Publ. Biol. Univ. Navarra, Ser. Zool., 14: 1-57. 115 Gállego, L. 1970. Datos herpetológicos navarros. Pirineos, 97: 25-27. 116 Jordana, R. 1980, op. cit., p. 169. 117 Escala, M.C. & Jordana, R. 1982. Fauna de Navarra, 2: Anfibios y Reptiles. Colección Diario de Navarra, 23. Ediciones y Libros, Pamplona, 233 pp. 118 Jordana, R., Herrera, L., Escala, M.C., Campoy, A., Iribarren, J.J., Rodríguez, A., Lantero, J.M., Vega, A., Cruchaga, J. & Tellechea, M.S. 1986. Zoogeografía. pp. 107-110. En: Gran Atlas de Navarra, I. Geografía. Ed. Caja de Ahorros de Navarra, Pamplona. 119 Escala, M.C., Galicia, D. & Ariño, A.H. 2007. Anfibios y Reptiles del Museo de Zoología de la Universidad de Navarra. Serie Zoologica, 31: 1-94. 120 Oscoz, J., Campos, F., Escala, M.C., Miranda, R., Lekuona, J.M., García-Fresca, C. & de la Riva, C. 1999. Efecto de una piscifactoría sobre la fauna de macroinvertebrados y peces fluviales del río Urederra (Navarra, España). Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Biol.), 95(3-4): 109-115. 121 Miranda, R., Oscoz, J., Leunda, P.M., García-Fresca, C. & Escala, M.C. 2005. Effects of weir construction on fish population structure in the River Erro (North of Spain). Ann. Limnol. Int. J. Lim., 41 (1): 7-13. 122 Miranda, R. & Escala, M.C. 2007. On the use of Cyprinid Scales in the Diet Analysis of Piscivorous Species: How Much Information Is Hidden in a Fish Scale? Transactions of American Fisheries Society, 136: 1008-1017. 123 Leunda, P.M., Elvira, B., Ribeiro, F., Miranda, R., Oscoz, J., Alves, M.J. & Collares-Pereira, M.J. 2009. International Standardization of Common Names for Iberian Endemic Freshwater Fishes. Limnetica, 28(2): 189-202. 124 http://www.unav.edu/departamento/unzyec/publicaciones 125 http://www.unav.edu/departamento/unzyec/investigacion 126 Ariño, A.H. & Pimm, S.L. 1995. On the nature of population extremes. Evolutionary Ecology, 9: 429-443. 127 Ariño, A.H., Belascoáin, C. & Jordana, R. 2008. Optimal sampling for complexity in soil ecosystems. In: Minai A., Bar-Yam Y. (Eds.), Unifying Themes in Complex Systems IV, 222-230. Springer. 128 Ariño, A.H. 1987. Bibliografía Ibérica de Poliquetos: Base de Datos y Catálogo de Especies. Publicaciones de Biología de la Universidad de Navarra, Serie Zoológica, 16: 1-169. 129 Ariño, A.H. 2010. Approaches to Estimating the Universe of Natural History Collections Data. Biodiversity Informatics, 7: 81-92. 130 Ariño, A.H., Chavan, V. & Faith, D.P., 2013. Assessment of user needs of primary biodiversity data: Analysis, Concerns, and Challenges. Biodiversity Informatics, 8: 59-93.
58
131 Pino del Carpio, A., Villarroya, A., Ariño, A.H., Puig, J. & Miranda, R. 2014. The biodiversity data knowledge gap: Assessing information loss in the management of Biosphere Reserves. Biological Conservation, 173: 74-79. 132 Hernández, M.A., Campos, F., Gutiérrez-Corchero, F. & Amezcua, A. 2004 Identification of Lanius species and subspecies using tandem repeats in the mitochondrial DNA control region. Ibis, 146: 227-230. 133 Campos, F., Hernández, M., Arizaga, J., Miranda, R. & Amezcua, A. 2005. Sex differentiation of Corn Butings wintering in northern Spain. Ringing Migration, 22: 159-162. 134 Gutiérrez-Corchero, F., Campos, F., Hernández, M.A. & Amézcua, A. 2007. Biometrics of the Southern Grey Shrike (Lanius meridionalis) in relation to age and sex. Ringing Migration. 23: 141-146. 135 Arizaga, J., Hernández, M.A., Rivas, J. & Miranda, R. 2009. Biometrics of Iberian Dippers Cinclus cinclus: an exploration to understand causes explaining differences among populations. Ardea, 97: 23-30. 136 Hernández, M.A., Campos, F., Santamaría, T., Corrales, L., Rojo, M.A. & Dias, S. 2012 Genetic differences among Iberian White-throated Dipper Cinclus cinclus populations based on the cytochrome-b sequence. Ardeola, 59: 111-122. 137 Comunicación personal del Prof. J. Puig 20131219. 138 Serrano, M., Sanz, L., Puig, J. & Pons, J.J. 2002. Landscape Fragmentation Caused by the Transport Network in Navarra (Spain). Two-scale Analysis and Landscape Integration Assessment. Landscape & Urban Planning, 58: 113-123. 139 Serrano, M., Pons, J.J. & Puig, J. 2002. Estudio preliminar de la fragmentación ocasionada por el viario en la red Natura 2000 de Navarra. pp. 603-609. En: Ramos P., Márquez C. (eds.): Avances en Calidad Ambiental. Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca. 140 Villarroya, A. & Puig, J. 2012. Valuation of residual impacts of roads on landscape ecological units in Navarre, Spain. Journal of Environmental Planning and Management, 55(3): 339-353. 141 Puig, J., Ariño, A.H. & Sanz, L. 2012. The link between roadkills distribution and the surrounding landscape in two highways in Navarre, Spain. Environmental Engineering and Management Journal, 11(6): 1171-1178. 142 Villarroya, A. & Puig, J. 2012. Urban and industrial land-use changes alongside motorways within the pyrenean area of Navarre, Spain. Environmental Engineering and Management Journal, 11(6): 1213-1220. 143 http://www.unav.edu/departamento/unzyec/cifras 144 Madrid, J. 2011. Medio ambiente, 65:10. 145 Izco, J. 2004. www.mcgraw-hill.es/…cursos/capitulos/8448606094.pdf 146 Ibíd. p. 687. 147 Jiménez Espejo, F. 2013. Forum. National Geographic Society, 33(6), diciembre 2013. 148 Izco, J. 2004, op.cit., p. 687. 149 Jump, S. & Peñuelas, J. 2005. Running to stand still: adaptation and the response of plants to rapid climate change. Ecological Letters, 8(9): 1010-1020. 150 Unión Europea 2012. Vitoria-Gasteiz Capital Verde Europea 2012. Oficina de Publicaciones de la Unión Europea 2012, 56 pp., 21 x 21 cm. Luxemburgo. 151 Izco, J. 2004, op.cit., p. 688. 152 http://www.monografias.com/trabajos5/lluac/lluac2.shtml (19. mayo 2014) 153 Cfr. Ibíd. 154 http://www.eea.europa.eu/publications/the-impacts-of-endocrine-disrupters 155 Cfr. Ibíd. 156 Pastor, J. & Hernández, A.J. 2012. Heavy metals, salts and organic residues in old solid urban waste landfills and surface waters in their discharge areas: Determinants for restoring their impact. Journal of Environmental Management, 95: S42-S49. 157 Herrera Mesa, L. 2012. Reflexiones desde la Universidad: quehaceres del profesor universitario, p. 321. Akademikerverlag GmbH & Co. KG/ Ed. Académica Española, Saarbrücken, 399 pp. 158 Herrera Mesa, L. 2012, op.cit., pp. 322-323. 159 Jordana, R., Arbea, J.I., Moraza, M. L., Hernández, M. A., Romano, R., Mateo, M. D., Herrera, L. & Escala, M. C. 1987. Efecto de la repoblación forestal sobre la fauna del suelo. Estudio a nivel no especifico. Actas VIII Bienal R.S.E.H.N., pp. 547-554. 160 Cassagnau, P. 1961. Ecologie du sol dans les Pyrénées Centrales: les biocénoses de collemboles. Hemann, Paris, 235 pp. 161 Comisión Europea 2013. Los costes ocultos del sellado del suelo. En busca de alternativas a la ocupación y el sellado del suelo. Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, Luxemburgo, 31 pp. 162 Comisión Europea 2013, op.cit., p. 9. 163 Iuell, B., Bekker, G.J., Cuperus, R., Dufek, J., Fry, G., Hicks, C., Hlavác, V., Keller, V.B., Rosell,
59
C., Sangwine, T., Tørsløv, N. & Wandall, B. le Maire, 2005. Fauna y tráfico: Manual europeo para la identificación de conflictos y el diseño de soluciones. Ed. Organismo Autónomo Parques Nacionales, Madrid, 166 pp. 164 Cfr. Ibíd., p. 15. 165 Puig, J., Sanz, L., Serrano, M. & Elosegui, J. 2012. Wildlife roadkills and underpass use in northern Spain. Environmental Engineering and Management Journal, 11(5): 1141-1147. 166 Iuell et al. 2005, op. cit. 167 Cfr. Ibíd., p. 26. 168 Cfr. Ibíd., p. 30. 169 Cfr. Ibíd., p. 42. 170 Elewa, A.M.T. 2009. Mass Extinction. Springer, New York, 252 pp. 171 Sequeiros, l. 2002. La extinción de las especies biológicas. Monografía de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Zaragoza, nº 21, 85 pp. Zaragoza. 172 Refoyo, P. et al. 2013. Pérdida de biodiversidad. Responsabilidad y soluciones. Memorias de la R. Soc. Esp. Hist. Nat. Tomo X, 104 pp. Madrid. 173 Sepkoski, Jr. 1984. A kinetic model of Phanerozoic taxonomic Diversity. III Postpaleozoic families and mass extincions. Paleobiology, 10: 246-267. 174 Jordana, R. 2004. Protección frente a conservación: gestión. El porqué de la gestión de la naturaleza, p. 43. Lección inaugural del curso académico 2004-05 en la Universidad de Navarra, Pamplona, 71 pp. 175 Jeffrey, K., McKee, Sciulli, P.W, Fooce, C.D. & Waite, T.A. 2004. Forecasting global biodiversity threats associated with human population growth. Biol. Conservation, 115: 161-164. 176 Jordana, R. 2004, op. cit., p. 43. 177 Pineda et al. 2002, op. cit., p. 326. 178 Jones, T. 2001. Congreso Mundial de la Naturaleza (2000. Amman). Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales, Gland, Suiza, 78 pp. 179 Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (2004). Principios y directrices de Addis Abeba para la utilización sostenible de la diversidad biológica (Directrices del CDB). Ed. Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Montreal, 21 pp. 180 Council of Europe, 2007. European Charter on Hunting and Biodiversity, Strasbourg, 23 pp. 181 Cfr. Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. 182 FAO 2009. El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2008. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, 194 pp. 183 Vigne, J.D. & Guilaine, J. 2004. Les premiers animaux de compagnie, 8500 ans avant notre ère ?... ou comment j’ai mangé mon chat, mon chien et mon renard. Anthropozoologica, 39: 249-273. 184 Capdevilla-Argüelles, L., Zilletti, B, & Suárez Álvarez, V.A. 2013. Causas de la pérdida de biodiversidad: especies exóticas invasoras. Memorias R. Soc. Esp. Hist. Nat. 2ª ép., 10: 55-75. 185 Hulme, P.E. 2009. Trade, transport and trouble: managing invasive species pathways in an era of globalization. Journal of Applied Ecology, 46: 10-18. 186 Vilá, M., Valladares, F., Traveset, A., Santamaría, L. & Castro, P. 2008. Invasiones biológicas. CSIC, Madrid, 215 pp. 187 Nogales, M., Vidal, E., Medina, F.M., Bonnaud, E., Tershy, B.R., Campbell, K.J. & Zavaleta, E.S. 2013. Feral Cats and Biodiversity Conservation: The Urgent Prioritization of Island Management. BioScience, 63: 804–810. 188 McArtur, R.H. & Wilson, E.O. 1967. The theory of island biogeography. Princeton University Press, Princeton, 224 pp. 189 Granado Lorencio, C. 2002. Aspectos ecológicos de la ictiofauna epicontinental ibérica, en Pineda, F.D. et al. (Eds.), La diversidad biológica de España. Pearson Educación, S.A. Madrid, 412 pp. 190 Elvira, B. 1995. Conservation status of endemic freshwater fish in Spain. Biological Conservation, 72: 129-136. 191 Elvira, B. & Almodóvar, A. 1997. A morphological study of the native sturgeon Acipenser sturio from Spain end recent records of the exotic Siberian sturgeon Acipenser baerii. Third International Symposium of sturgeon. Piacenza. 192 Oscoz, J. & Duran, C. 2005. Notas sobre la presencia del cangrejo rojo (Procambarus clarkii) y el cangrejo señal (Pascifasciatus leniusculus) en la Cuenca del Ebro. Est. Mus. Cienc. Nat. de Álava, 20: 119-126. 193 IUCN 2004. 2004 IUCN Red List of Threatened species. 194 Directiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992. http://eur-lex.europa.eu/ relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres.
60
195 Directiva 97/62/CE del Consejo de 27 de octubre de 1997, por la que se adapta al progreso científico y técnico de la Directiva 92/43/CEE, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de fauna y flora silvestres. http://www.boe.es/doue/1997/305/L00042-00065.pdf 196 Cano, E., Jiménez, A. & Ocete, M.E. 2003. Procambarus clarkii (Girard, 1852) (Decapoda Cambaridae) especie de importancia económica en las marismas del bajo Guadalquivir (España). Bol. R. Soc. esp. Hist. Nat., 98: 85-89. 197 Oscoz, J. & Duran, C. 2005, op. cit., p.121. 198 Habsburgo-Lorena, A.S. 1979. Present situation of exotic species of crayfish introduced to Spanish continental Waters. Freshwater Crayfish, 4: 175-184. 199 Diéguez-Uribeondo, J., Huang, T.S., Cerenius, L. & Söderhäll, K. 1995. Physiological adaptation of an Aphanomyces astaci strain isolated from the freshwater crayfish Procambarus clarkii. Mycol. Res., 99: 574-578. 200 Diéguez-Uribeondo, J. & Temiño, C. 1998. Identificación de dos recientes brotes de la peste del cangrejo. Trofeo Pesca, 4: 68. 201 Oscoz, J. & Duran, C. 2005, op. cit., p.123. 202 Lowe, S., Browne, M., Boudjelas, S. & De Poorter, M. 2004. 100 de las Especies Exóticas Invasoras más dañinas del mundo. Una selección del Global Invasive Species Database. UICN, Hollands Printing Ltd., New Zeland, 12 pp. 203 Western, D. 1992. The biodiversity crisis: a challenge for biology. Oikos 63:29-38. 204 Pineda et al. 2002, op. cit., p. 15. 205 Cfr. Ibíd., p. 16. 206 Cfr. Ibíd., p. 17. 207 Simmons, I.G. 1982. Biogeografía natural y cultural. Omega, Barcelona, 440 pp. 208 Dudley, N. (Editor) 2008. Directrices para la aplicación de las categorías de gestión de áreas protegidas. UICN, Gland, Suiza, 96 pp. 209 Groombridge, B. 1992. Global biodiversity. A Report Compiled by the World Conservation Monitoring Centre. Chapman and Hall, London, 585 pp. 210 García de la Fuente, M., Guijarro, L., López-Cózar, J.M., & Rico, J. 2013. Guía apia de legislación ambiental. Antonio Calvo Roy e Ignacio Fernández Bayo Editores. Fundación Biodiversidad. MAGRAMA, Madrid, 176 pp. 211 Directiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992, op. cit. 212 Directiva 97/62/CE del Consejo de 27 de octubre de 1997, op. cit. 213 Directiva 79/409/CEE del Consejo de 2 de abril de 1979 relativa a la conservación de las aves silvestres. 214 Directiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992, op. cit. 215 WWF España/Adena 2000. Valoración de las propuestas oficiales de Lugares de Importancia Comunitaria (LICs). Boletín Informativo sobre la Directiva Hábitats en España, Hábitats 2000, Madrid, 52 pp. 216 Cfr. Ibíd. 217 EUROPARC-España 2012. Anuario 2011 del estado de las áreas protegidas en España. Fundación Fernando González Bernáldez (Ed.) Madrid, 186 pp. 218 MAGRAMA. Decreto 2412/1969, de 16 de octubre, de creación del Parque Nacional de Doñana. BOE de 27 de octubre de 1969. 219 http://www.ramsar.org/pdf/sitelist_order.pdf 220 http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=45692&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION= 201.html 221 http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/SC/pdf/sc_mab_BRList2010_EN.pdf 222 http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/espacios-protegidos/ES0000024__tcm7-154825.pdf 223 Resolución de 18 de abril de 2013, de Parques Nacionales, por la que se publica la declaración de dos nuevas reservas de la biosfera españolas: Reserva de la Biosfera de La Gomera (Canarias) y Reserva de la Biosfera Las Ubiñas-La Mesa (Asturias). BOE, 4 de junio de 2013. 224 Dudley, N. (Ed.) 2008, op. cit., p. 47. 225 Cfr. Ibíd., p. 54. 226 Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de Evaluación ambiental. BOE de 11 de diciembre de 2013. 227 Becca, M., Carroll, N., Kandy, D. & Bennett, G. 2011. 2011 Update: State of Biodiversity Markets, Washington, DC. Forest Trends, 37 pp. 228 Pineda et al. 2002, op. cit., p. 319. 229 Rivas-Goday, S. 1959. Algunas especies raras o relícticas que deben protegerse en la España mediterránea. Compt. Rend. Reun. Techn. d’Athens. UICN, 5: 95-101. 230 Clemente Muñoz, M. 1973. Lista de endemismos vegetales ibéricos. ETS Ingenieros agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid, 15 pp.
61
231 Sainz Ollero, H. & Hernández Bermejo, J.E. 1981. Síntesis corológica de dicotiledóneas endémicas de la Península Ibérica e Islas Baleares. INIA. Madrid. 232 Gómez Campo, C. 1981. Conservación de recursos genéticos. En Ramos, J.L. Tratado del medio natural. Universidad Politécnica de Madrid, 2: 97-124. 233 Castroviejo, S. et al. (Eds.). 1986-1997. Flora ibérica. Vols.: 1-6. CSIC. Madrid. 234 Council of Europe, 1977. List of rare, threatened and endemic plants of Europe. Nature and Environmental Series. Council of Europe, Strasbourg 14:1-286. 235 Directiva 92/43/CEE del Consejo de 21 de mayo de 1992, op. cit. 236 World Conservation Monitoring Center 1995. Spain. All taxa listed at WCMC. Conservation status listing of plants. World Conservation Monitoring Center. Cambridge. 237 Bilz, M., Kell, S.P., Maxted, N. & Lansdown, R.V. 2011. European Red List of Vascular Plants. Publications Office of the European Union, Luxembourg. 238 UICN 2012. Categorías y criterios de la Lista Roja de la UICN. Versión 3.1. Segunda edición. Gland, Suiza, 34 pp. 239 Gómez Campo, C. 2002. Especies vegetales amenazadas. En Pineda, F.D. et al. (Eds.), La diversidad biológica de España. Pearson Educación, S.A. Madrid, 412 pp. 240 Cfr. Ibíd., p. 323. 241 http://www.inia.es/gcontrec/pub/CRF_2006_1192531804906.pdf 242 Cfr. Ibíd., p. 4. 243 http://www.regjeringen.no/en/dep/lmd/campain/svalbard-global-seed-vault.html?id=462220 244 Cfr. Gómez Campo, C. 2002, op.cit. 245 WRI, UICN, PNUMA, 1992, op. cit., p. 33. 246 Izco, J. 2004. op. cit., p. 702. 247 Temple, H.J. & Terry, A. (Compilers). 2007. The Status and Distribution of European Mammals. Office for Official Publications of the European Communities, Luxembourg, viii + 48pp. 248 Cox, N.A. & Temple, H.J. 2009. European Red List of Reptiles. Office for Official Publications of the European Communities, Luxembourg. 249 Temple, H.J. & Cox, N.A. 2009. European Red List of Amphibians. Office for Official Publications of the European Communities, Luxembourg. 250 Freyhof, J. & Brooks, E. 2011. European Red List of Freshwater Fishes. Publications Office of the European Union, Luxembourg. 251 Van Swaay, C., Cuttelod, A., Collins, S., Maes, D., López Munguira, M., Šašić, M., Settele, J., Verovnik, R., Verstrael, T., Warren, M., Wiemers, M. & Wynhof, I. 2010. European Red List of Butterfies. Publications Office of the European Union, Luxembourg. 252 Kalkman, V.J., Boudot, J.-P., Bernard, R., Conze, K.J., De Knijf, G., Dyatlova, E., Ferreira, S., Jović, M., Ott, J., Riservato, E. & Sahlén, G. 2010. European Red List of Dragonflies. Publications Office of the European Union. Luxembourg. 253 Nieto, A. & Alexander, K.N.A. 2010. European Red List of Saproxylic Beetles. Publications Office of the European Union. Luxembourg. 254 Cuttelod, A., Seddon, M. & Neubert, E. 2011. European Red List of Non-marine Molluscs. Publications Office of the European Union. Luxembourg. 255 http://www.step-project.net 256 Calzada, J., Matutano, J. & Sabater, A. 2013. Ideas para conservar el lince ibérico. SECEM, Málaga, 128 pp. 257 Observatorio de la Sostenibilidad en España 2011. Biodiversidad en España. Bases de la sostenibilidad ante el cambio global. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Fundación Biodiversidad, 503 pp. 258 www.waza.org 259 Kolbert, E. 2013. Proteger. National Geographic Society, 33(5): 84-106. 260 Escrivá de Balaguer, J. 1993. Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad. Ediciones Eunsa, Pamplona, 276 pp.