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Fertilización en plantaciones forestales nativas

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Manual de plantaciones de raulí (Nothofagus alpina) y coihue (Nothofagus dombeyi) en Chile 1 Donoso P, C Navarro, D Soto, V Gerding, O Thiers, J Pinares, B Escobar, MJ Sanhueza. 2015. Manual de plantaciones de raulí (Nothofagus alpina) y coihue (Nothofagus dombeyi) en Chile. Temuco, Chile. Universidad Austral de Chile Universidad Católoca de Temuco. 203 p. ISBN: 978-956-9412-23-3. Capítulo 4. Tratamientos iniciales: preparación de sitio (Óscar Thiers), control de malezas (Víctor Gerding) y fertilización (Víctor Gerding). En este documento: Fertilización (Víctor Gerding), p. 62-73.
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Manual de plantaciones de raulí (Nothofagus alpina) y coihue (Nothofagus dombeyi) en Chile

1

Donoso P, C Navarro, D Soto, V Gerding, O Thiers, J Pinares, B Escobar, MJ Sanhueza. 2015. Manual de

plantaciones de raulí (Nothofagus alpina) y coihue (Nothofagus dombeyi) en Chile. Temuco, Chile. Universidad

Austral de Chile – Universidad Católoca de Temuco. 203 p. ISBN: 978-956-9412-23-3.

Capítulo 4. Tratamientos iniciales: preparación de sitio (Óscar Thiers), control de malezas (Víctor

Gerding) y fertilización (Víctor Gerding).

En este documento: Fertilización (Víctor Gerding), p. 62-73.

Manual de plantaciones de raulí (Nothofagus alpina) y coihue (Nothofagus dombeyi) en Chile

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FERTILIZACIÓN PARA UNA PLANTACIÓN FORESTAL

En la etapa de establecimiento, las limitaciones nutricionales del suelo pueden ser causa de insuficiente

crecimiento y de predisposición a daños bióticos y abióticos para las plantas objetivo. Una adecuada

nutrición de las plantas contribuye a su apropiado establecimiento en el sitio de plantación y su posterior

crecimiento. Si bien las deficiencias nutricionales naturales de los suelos del centro sur de Chile no son de

importancia capital, muchas veces las plantaciones se realizan en suelos agotados por un inadecuado uso

agropecuario anterior o con degradación por erosión. La fertilización temprana, en la etapa del

establecimiento, es una medida silvicultural que contribuye al adecuado crecimiento inicial de los árboles.

Posteriormente, para contribuir a la adecuada respuesta de cortas intermedias, la fertilización puede ser una

herramienta silvicultural importante. En este capítulo se plantea el contexto para la fertilización al

establecimiento y en etapas posteriores de una plantación forestal, técnicas comunes de fertilización y

características generales de fertilizantes de uso general.

CONTEXTO DE LA FERTILIZACIÓN

Generalmente se asocia la necesidad de fertilizar una plantación forestal con la deficiencia de

elementos nutritivos en el suelo. Ello es válido pero sólo en forma parcial, ya que la aplicación de

fertilizantes debe considerar todos los factores de la fertilidad del suelo: espacio arraigable, régimen de agua,

régimen de aire, régimen calórico y, por supuesto, el régimen nutritivo (Thiers et al. 2014). Una decisión de

fertilizar basada únicamente en la evaluación del régimen nutritivo del suelo, puede entregar resultados nulos

o incluso negativos para el crecimiento, en vez de incrementarlo. Con el objetivo de ubicar a la fertilización

en un contexto adecuado en el manejo forestal (Donoso y Soto 2010), se deben considerar los factores

relevantes de la silvicultura que influyen en el crecimiento de una plantación y que pueden determinar la

necesidad de una fertilización, como también su posible éxito o fracaso (figura 4.9):

calidad de las plantas (incluyendo su genética),

preparación del sitio,

técnica de plantación,

cuidados culturales (control sanitario, competencia de malezas, intervenciones en el rodal como

raleos y podas, etc.) y

el sitio.

Figura 4.9. Síntesis de factores de la fertilización forestal (Schlatter y Gerding 2014).

Concentración Cantidad

Especie

Sitio

Objetivo

Oferta de nutrientes

Cultivo

Clima

Suelo

Tipo de fertilizante

Técnica de aplicación

(época, ubicación)

Fertilidad del suelo

Edad

Fertilización

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En un contexto de silvicultura intensiva (Donoso y Soto 2010), la fertilización tiene un

fundamento técnico a través del diagnóstico que identifique al déficit de nutrientes como el factor

limitante principal del crecimiento, es decir, cuando la oferta del suelo es menor a la demanda que

ejerce la plantación en el suelo. En esta perspectiva, existen varias ocasiones en las que se puede

fertilizar una plantación, basadas en la demanda desde el suelo (figura 4.10) (Schlatter 1995, Schaltter

et al. 2001, Sotomayor et al. 2002).

Figura 4.10. Ejemplo de la demanda (corriente anual) de nitrógeno en una plantación de Pinus radiata creciendo en un buen

sitio.

Para estimar las demandas de elementos nutritivos de una plantación es necesario conocer su

producción de biomasa, es decir, su crecimiento. Antes del cierre del dosel, mientras no hay

competencia importante entre los árboles de la plantación, estos concentran su crecimiento en la copa

(ramas y hojas). Posteriormente, cuando el rodal se cierra y la competencia entre los individuos

comienza a ser alta, los árboles cambian de estrategia de crecimiento, ya que han ocupado todo el

espacio posible para las copas; entonces el crecimiento se concentra en el fuste. A través de la edad de

la plantación, la proporción de fuste va aumentando y la de copa va disminuyendo. El crecimiento de la

biomasa culmina relativamente temprano, es decir, el incremento corriente anual alcanza su máximo a

temprana edad, pocos años después del cierre del dosel, y luego decae a mayor edad, semejante al

crecimiento en altura.

A partir de las curvas de crecimiento en biomasa de la plantación puede derivarse su demanda

de elementos nutritivos. La obtención de estos datos es compleja y requiere estudios de alto costo y

largos períodos de tiempo (figura 4.10). La demanda tiene una etapa inicial creciente, es decir, el árbol

cada año requiere más nutrientes que el año anterior, hasta alcanzar un máximo; luego decae, debido al

cambio de estrategia de crecimiento de los árboles. Cuando se produce una importante caída de

desechos (hojarasca) puede comenzar la reutilización de los elementos a través del ciclo generado por

la materia orgánica, su descomposición e incorporación al suelo (reciclaje de elementos).

Si el suelo no es capaz de abastecer la demanda esperada, es decir, la oferta es insuficiente, una

fertilización puede suplir ese déficit. Sin embargo, se debe tener certeza que la deficiencia de nutrientes

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es el factor limitante principal paras proceder a una fertilización. Si además de un suelo pobre en

nutrientes hay limitaciones en otros factores del sitio y, particularmente, en otros factores de la

fertilidad del suelo, la fertilización puede arrojar resultados negativos (causar más problemas de

crecimiento) o no ser efectiva en solucionar el problema nutricional, en cuyo caso el propietario estaría

haciendo un gasto innecesario. Por lo tanto, es fundamental contar con un adecuado diagnóstico de las

limitaciones en el sitio.

Para dosificar fertilizantes es necesario conocer la oferta de elementos nutritivos que tiene el

suelo. Tal oferta depende de la cantidad de suelo disponible para el arraigamiento (profundidad,

densidad aparente, pedregosidad, etc.), la arraigabilidad (volumen de suelo efectivamente explorado

por las raíces) y la disponibilidad de elementos nutritivos en el suelo (análisis químico-nutritivo del

suelo)1 . De acuerdo con la dinámica del crecimiento de la plantación, la demanda de elementos

nutritivos va variando de año en año.

Naturalmente, en la medida que el suelo es más pobre en nutrientes puede requerir más

fertilizaciones. En todos los casos resulta fundamental considerar la época de fertilización de acuerdo

con las características del sitio (clima, suelo), para el mejor aprovechamiento del fertilizante. Especial

cuidado se debe tener respecto del aprovechamiento de la humedad del suelo. También debe tenerse en

cuenta que la fertilización es una decisión económica y el éxito de ella depende del nivel de respuesta

(valorizada en términos económicos) y del costo incurrido en esta medida de manejo. Es decir, no basta

con que los árboles respondan con crecimiento o vigor ante una fertilización, sino que se debe evaluar

el balance financiero total de la plantación según sus objetivos. Una fertilización puede generar mayor

crecimiento, pero no lo suficiente como para recuperar los costos de la intervención, en cuyo caso no es

recomendable realizarla. Un factor relevante a considerar es la competencia de malezas; es decir, la

fertilización es efectiva cuando no hay malezas que limiten el crecimiento de los árboles.

Fertilización durante la preparación del suelo

Consiste en la aplicación de fertilizantes de baja solubilidad, o con menor riesgo de pérdida por

lixiviación, durante la preparación física del suelo (subsolado, arado), incorporando el fertilizante al

suelo, previo al establecimiento de la plantación (cuadros 4.7 y 4.8, figura 4.11). En general, se trata de

productos como rocas fosfóricas u otros fertilizantes fosfatados que servirán de apoyo nutricional por

largos períodos (varios años) a la plantación. Otras fertilizaciones en esta ocasión dependen de la época

en que se plantará posteriormente, para evitar pérdidas por lixiviación. Este tipo de fertilización es

recomendable para suelos muy pobres, erosionados o agotados nutricionalmente por el uso anterior, en

los cuales es necesaria una preparación física del suelo, ocasión que se aprovecha para incorporar

fertilizantes de baja solubilidad.

Para plantaciones de coihue y raulí, que se establecen para obtener madera de alta calidad, los

sitios elegidos para ello normalmente no requerirán de este tipo de fertilización.

1 Para detalles de cómo tomar muestras de suelo y qué análisis de laboratorio solicitar, puede consultar en:

http://www.uach.cl/labsuelosforestales/ (Laboratorio de Nutrición y Suelos Forestales, Universidad Austral de Chile,

Valdivia)

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Fertilización localizada al plantar

Se realiza al momento de plantar o hasta algunas semanas posteriores a la plantación, durante el primer

año o período de crecimiento (cuadros 4.7 y 4.8, figura 4.11). El fertilizante se localiza cercano a la

planta recién plantada (en el hoyo de plantación, en hoyos o bandas cerca de la planta). Es importante

la localización adecuada del fertilizante para no provocar daños o incluso la muerte de las plantas

debido a toxicidad que puede ocurrir cuando el fertilizante entra en contacto con las raíces o se ubica

muy cerca de ellas, impidiendo que la planta controle el flujo de nutrientes hacia ella; esto depende de

varios factores como el tipo de fertilizante, la dosis, el tipo de suelo y la época de fertilización. Esta

fertilización puede considerarse como una aplicación preventiva, ya que pretende suplir las deficiencias

nutricionales antes que estas se expresen en el crecimiento de la plantación.

Fertilización correctiva

Es la aplicación de fertilizantes cuando ya se ha expresado alguna deficiencia nutritiva en forma de

síntomas visuales o ha sido diagnosticada a través de análisis foliar (cuadros 4.7 y 4.8, figura 4.11). En

tal caso, puede corregirse tempranamente a través de fertilización, ya que tales deficiencias se

manifiestan más frecuente e intensamente en la fase de crecimiento acelerado de la plantación (en sus

primeros años, antes del cierre de copas).

Fertilización productiva

Esta fertilización tiene por objetivo aumentar la producción de madera. Para ello, dicha

fertilización debe realizarse, normalmente, a continuación de otras intervenciones silviculturales como

los raleos (y podas), para asegurar espacio suficiente (con recursos como agua y luz) a los árboles

remanentes (cuadros 4.7 y 4.8, figura 4.11). De esta manera los árboles pueden reaccionar a la

fertilización con un incremento o mejoramiento de su copa y, consecuentemente, con un aumento del

volumen de madera. Estas fertilizaciones generalmente se asocian al primer raleo (raleo a desecho o

raleo no comercial) y al segundo raleo (raleo comercial), cuando la plantación todavía tiene una edad

relativamente joven para reaccionar eficientemente.

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Cuadro 4.7. Ocasiones y objetivos de la fertilización forestal (Schlatter et al. 2001).

Ocasión de la

fertilización Objetivos que se logran Alternativas y complementos

I.

Establecimiento Vigoriza las plantas amortiguando el efecto

del shock de plantación.

Estimula el crecimiento para superar la

competencia de las malezas.

Previene posibles deficiencias en la etapa

inicial del establecimiento.

Innecesaria en suelos fértiles sin desequilibrios

nutritivos. En este tipo de suelo concentrar

esfuerzos en control de malezas.

Micorrizas.

Especies fijadoras de nitrógeno.

Preparación física del suelo.

II.

Fase de crecimiento

acelerado

Vigoriza las plantas.

Estimula el crecimiento, evitando depresiones

y daños fisiológicos y al mismo tiempo

adelanta el primer raleo, a desecho.

Micorrizas.

Especies fijadoras de nitrógeno.

III.

Al primer raleo

(precomercial)

Vigoriza los árboles.

Estimula el crecimiento para adelantar el

segundo raleo (comercial).

Mantiene o mejora la fertilidad del suelo.

Evaluar la necesidad en suelos fértiles, es

posible un autoabastecimiento. Las alternativas

son similares a la ocasión II.

IV.

Al segundo raleo

(comercial, fustal)

Vigoriza los árboles.

Estimula el crecimiento de madera de valor.

Mantiene o mejora la fertilidad del suelo.

Favorece al sotobosque o la regeneración.

Evaluar la necesidad en suelos fértiles, es

posible un autoabastecimiento.

Cuadro 4.8. Esquemas típicos de fertilización en plantaciones forestales (ver complemento en la figura 3) (Schlatter 1995).

Régimen de elementos

nutritivos del suelo

Tipo de fertilización

a b c d e

Durante la

preparación del suelo

Localizada

al plantar Correctiva

Productiva al

primer raleo

Productiva al

segundo raleo

Suelo pobre sí sí sí sí sí

Suelo moderadamente fértil no/sí sí sí sí/no no

Suelo fértil no sí no no no

Figura 4.11. Ocasiones más comunes de

fertilización en una plantación forestal según

la demanda de elementos nutritivos desde el

suelo (Schlatter et al. 2001)

Edad (años)

a b c

d

e

Q =

dem

and

a d

el e

lem

ento

nu

trit

ivo

(kg p

or

hec

táre

a y p

or

año

)

Q = Demanda de elemento nutritivo según la edad (demanda corriente anual).

I. Fertilización al establecimiento, estimula el crecimiento, vigoriza las plantas:

a = Fertilización en la preparación del suelo.

b = Fertilización localizada al plantar.

II. Fertilización al cierre de copas, corrige deficiencias, estimula el crecimiento:

c = Fertilización correctiva y productiva.

III. Fertilización al primer raleo, estimula la copa, favorece el crecimiento:

d = Fertilización productiva al primer raleo (raleo a desecho).

IV. Fertilización al raleo comercial o precosecha, estimula el crecimiento del fuste,

mejora el régimen nutritivo del suelo y la actividad biológica:

e = Fertilización productiva al segundo raleo (raleo comercial).

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DOSIS Y APLICACIÓN DE FERTILIZANTES PARA UNA PLANTACIÓN FORESTAL

Dosis de fertilizantes

De acuerdo con el diagnóstico nutritivo mediante análisis químico del suelo (acompañado de

análisis foliar cuando sea pertinente), las dosis se calculan según el método racional (Álvarez et al.

1999):

Dosis = Demanda de la plantación − Oferta del suelo

Eficiencia de la fertilización

Para plantaciones forestales con especies nativas no hay suficiente información como para

estimar adecuadamente la demanda de los árboles. Generalmente, las necesidades de fertilización se

presentan para los elementos nitrógeno, fósforo y potasio; frecuentemente, el boro también es

deficiente en suelos pobres o erosionados (Schlatter y Gerding 1985ab). Los demás elementos

nutritivos presentan deficiencias en el suelo dependiendo de múltiples factores que deben ser

específicamente diagnosticados y ocurren con mucha menor frecuencia que los elementos antes

mencionados. De acuerdo con lo anterior, el cuadro 4.9 muestra una estimación de las dosis máximas a

considerar en suelos pobres, pero estructuralmente buenos, con altas expectativas de respuesta a la

fertilización. En suelos con oferta nutritiva moderada, puede considerarse 1/2 a 2/3 de tales dosis. En

este caso se ejemplificó la dosificación con fertilizantes de uso común en el sector agrícola (urea,

superfosfato triple, sulfato de potasio).

Sin embargo, las nuevas tendencias de fertilización incluyen fertilizantes de liberación

controlada (nombres comerciales comunes, por ejemplo: Basacote, Osmocote). Estos productos

presentan mayor eficiencia, menores riesgos de toxicidad para las plantas y menores riesgos de

contaminación de las aguas, porque liberan los nutrientes según las condiciones de humedad y

temperatura del suelo, dependientes del clima, en períodos determinados por el fabricante (por ejemplo:

3, 6, 9 o 12 meses) para favorecer su absorción según la demanda de la planta. La mayoría de estos

fertilizantes contiene una mezcla química de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK) y existen muchas

combinaciones con otros elementos al igual que gran variedad de proporciones de elementos en las

mezclas. Las dosis al establecimiento puede variar entre 10 y 30 gramos por planta (Rose et al. 2004,

Reyes et al. 2012).

En todo caso, se debe tener presente que el costo del fertilizante incide significativamente en la

rentabilidad de la plantación forestal, por lo que, desde ese punto de vista, conviene minimizar las dosis

de fertilizantes, ya que un mayor crecimiento de los árboles no necesariamente significará un mayor

retorno de la inversión (Guerra 2012). Por otro lado, una alta dosis puede producir mortalidad o bajo

crecimiento debido a toxicidad (Torres 1996, Donoso et al. 2007, 2009).

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Cuadro 4.9. Ejemplos de dosis máximas de fertilización en suelos pobres con altas expectativas de respuesta en especies de

rápido crecimiento, como coihue (Nothofagus dombeyi), raulí (Nothofagus nervosa) y roble (Nothofagus obliqua).

Ocasión de la

fertilización

Gramos de elemento por planta Gramos de fertilizante por planta

Nitrógeno Fósforo Potasio Urea

(nitrógeno)

Superfosfato

triple (fósforo)

Sulfato de

potasio (potasio)

Año 1 10 5 3 20 25 7

Año 2 20 13 7 45 65 17

Raleo 1 120 80 50 260 400 120

Raleo 2 70 20 5 150 100 12

La fertilización con boro se ha resuelto en plantaciones forestales en Chile (pinos y eucaliptos)

mediante aplicaciones al establecimiento (cuadros 4.7 y 4.8, figura 4.11) de 2 a 3 gramos de boro por

planta al momento de plantar, equivalentes a aproximadamente 15 a 30 gramos de boronatrocalcita por

planta (Schlatter y Gerding 1985ab, Gerding et al. 1985, Rubilar et al. 2008). En estos casos se

privilegia una estrategia de carácter preventivo para facilitar el establecimiento de las plantaciones,

evitando dosis mayores debido a su alto riesgo de toxicidad (Álvarez et al. 1999).

En el caso de la fertilización con ocasión de los raleos, el cuadro 4.9 muestra que las dosis son

menores en el segundo raleo con respecto al primero. Esto es así, porque considera el abastecimiento

que obtiene el rodal a partir de la descomposición de la materia orgánica del mantillo. En esa etapa, se

espera que dicho reciclaje de elementos nutritivos aporte entre un tercio y la mitad de la nutrición

necesaria para un buen crecimiento.

Aplicación de fertilizantes

La aplicación de fertilizantes puede incidir significativamente en los costos del establecimiento

de la plantación. Por ello, es importante equilibrar una correcta aplicación con el mínimo de costos

(Burgos 1995, García et al. 2000, Bruulsema et al. 2008, CONAF 2013).

Los fertilizantes hidrosolubles de uso común en la agricultura (como urea, superfosfato triple,

sulfato de potasio; fertilizantes de entrega controlada) pueden ser aplicados desde el momento de la

plantación (julio-septiembre) y hasta una fecha tal que asegure suficiente humedad en el suelo. Por ello,

la fecha límite para aplicar fertilizantes varía según el clima de la zona. En todo caso, no se debe

fertilizar durante el período seco que impida la solución de los fertilizantes.

Cuando las plantas son pequeñas y no hay competencia entre ellas por la distancia que las

separa (desde plantar hasta antes del cierre de copas), es conveniente fertilizar cada planta

seleccionada, para lo cual se aplican comúnmente tres métodos: en hoyos, en surcos y mezclando con

el suelo.

Hoyos: el fertilizante se distribuye en dos o tres hoyos en torno a la planta, a una distancia de 15-20

cm del tallo y a una profundidad de 15-20 cm (dos hoyos: uno a cada lado de la planta en la curva de

nivel; tres hoyos: formando un triángulo, dos hoyos en la curva de nivel y uno ladera abajo).

Surcos: en el suelo se forman dos surcos paralelos de 40-50 cm de largo, uno a cada lado de la

planta, a una distancia de 5-10 cm del tallo y de una profundidad de 3-5 cm. El fertilizante se

distribuye en ambos surcos y se cubre con suelo.

Mezcla: en el mismo hoy de plantación se mezcla homogéneamente el suelo con el fertilizante y

luego de planta.

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En los métodos de hoyos y surcos las medidas indicadas de distancia y profundidad varían

según el tamaño inicial de la planta y su sistema radical. El fundamento es que el fertilizante quede en

el estrato de suelo que ocupan las raíces en su inicio y a una distancia tal que asegure su

aprovechamiento y que no tenga riesgo de intoxicación. En terrenos con pendiente se debe evitar de

colocar el fertilizante en la parte superior de la ladera, porque la planta no tendría mecanismos para

controlar un eventual exceso de nutrientes solubles que se acerquen a las raíces a través del agua,

provocando intoxicación. Por otro lado, una distancia excesiva impedirá que las plantas accedan a los

nutrientes, perdiéndose la fertilización. Es importante que los fertilizantes queden cubiertos con suelo

para facilitar su acceso a las raíces; si quedan sobre el suelo, se pueden perder por erosión, por

volatilización o no alcanzar suficiente humedad para solubilizarse.

Estas aplicaciones en hoyos y surcos minimizan el contacto suelo-fertilizante, generando

pequeñas zonas de alta concentración de nutrientes a las que acceden controladamente las raíces. De

esta forma se consigue una buena eficiencia de fertilizantes fosfatados que, en casi todos los suelos de

la zona centro-sur de Chile, presentan altas tasas de fijación de fósforo. Es decir, el fósforo se combina

químicamente con el aluminio del suelo, impidiendo que las plantas puedan aprovecharlo.

Las aplicaciones mezclando el fertilizante con el suelo del hoyo de plantación han dado buenos

resultados (Burgos 1995) y, no obstante que maximizan el contacto suelo-fertilizante, el

aprovechamiento del fósforo es adecuado. Ello porque las raíces de las plantas encuentran un ambiente

de alta concentración de nutrientes que pueden absorber y que no es tóxico.

Cuando los árboles ya han alcanzado mayor tamaño y sus sistemas radicales están

entrecruzados, por ejemplo, posterior a un raleo, los fertilizantes se aplican al voleo sobre el suelo. En

estos casos, no es posible aislar el fertilizante para cada árbol en particular, porque, generalmente, las

raíces finas se expanden radialmente más que la copa del árbol; por lo tanto, en las cercanías de un

árbol existen raíces de otros árboles vecinos. Tampoco es conveniente roturar el suelo, porque se

dañarían las raíces de los árboles que se quieren beneficiar. En estos casos, el fertilizante se aplica al

voleo sobre el suelo, que ya tendrá un mantillo que permitirá proteger al fertilizante de la radiación

solar o de la erosión. Si en el rodal se presentan áreas con aberturas grandes, se evita aplicar en dichos

espacios y se recomienda mantener la distribución del fertilizante bajo la proyección de las copas de los

árboles.

Cuando se aplican mezclas de fertilizantes es necesario considerar que existen

incompatibilidades entre algunos de ellos y, por lo tanto, no deben ser mezclados antes de aplicarlos o

bien pueden ser mezclados solamente al momento de aplicarlos (cuadro 4.10). Dicha incompatibilidad

química de los productos fertilizantes puede generarse por los siguientes fenómenos que ocurren en la

mezcla: desarrollo de calor, desarrollo de humedad, producción de gas, compactación y aumento de

higroscopicidad.

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Cuadro 4.10. Compatibilidad de fertilizantes en las mezclas.

Compatibilidad de

fertilizantes en

las mezclas

Clo

ruro

de

po

tasi

o

Su

lfat

o d

e po

tasi

o

Su

lfat

o d

e am

on

io

Nit

rato

de

amo

nio

cál

cico

Nit

rato

de

po

tasi

o o

so

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Nit

rato

de

calc

io

Cia

nam

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calc

io

Ure

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Su

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fosf

ato

tri

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Fo

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io

Esc

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as b

ásic

as

Fo

sfat

os

Rh

enan

ia

Hip

erfo

sfat

o

Car

bo

nat

o d

e ca

lcio

Cloruro de potasio C C C L L L L L C C C C C C

Sulfato de potasio C C C L L L C L C C C C C C

Sulfato de amonio C C C C L L I L C C I I L I

Nitrato de amonio cálcico L L C C L L I L L L I L C C

Nitrato de potasio o sodio L L L C C C L L L L C C L C

Nitrato de calcio L L L L L C C L I I L L L L

Cianamida de calcio L C I I L L C L I I C C C C

Urea L L L L L L L C L L L L L L

Superfosfato triple C C C L L I I L C C I I I I

Fosfato de amonio C C C L L I I L C C I I I I

Escorias básicas C C I I C L C L I I C C C C

Fosfatos Rhenania C C I L C L C L I I C C C C

Hiperfosfato C C L C C L C L I I C C C C

Carbonato de calcio C C I C C L C L I I C C C C C: mezcla compatible. L: mezcla compatible con limitaciones (mezclar sólo al momento de aplicar). I: mezcla incompatible, no mezclar estos

fertilizantes.

(fuente: Universidad de Pamplona, Colombia. http://www.unipamplona.edu.co/unipamplona/portalIG/home_4/mod_virtuales/modulo2/tema_33.html)

SÍNTESIS DE CLAVES

Antes de decidir y ejecutar una fertilización para una plantación forestal, es imprescindible evaluar

los factores del sitio, las características silviculturales de la plantación y las condiciones económicas

para estimar su posible beneficio.

La fertilización es solamente uno de los factores que pueden incidir en el éxito de la plantación.

La fertilización depende de la fertilidad del suelo, la cual es el resultado de los factores espacio

arraigable y regímenes de agua, aire, calor y elementos nutritivos del suelo.

Se requiere un diagnóstico de la fertilidad del suelo en general y del régimen de elementos nutritivos

en particular.

El diagnóstico para una plantación se apoya en métodos basados en los síntomas visuales, análisis

foliar, análisis de suelo, plantas indicadoras, ensayos en terreno y una integración de estos métodos.

El análisis de suelo y foliar requieren de adecuadas muestras representativas de la plantación.

Junto con el diagnóstico de la plantación, es necesario estimar la demanda de nutrientes que

realizará la plantación, para así dosificar adecuadamente la fertilización.

La demanda de nutrientes en una plantación forestal varía mucho a través de la edad.

La fertilización se puede hacer durante la preparación del suelo, junto con la faena de plantar o

cuando la plantación ya está establecida.

La fertilización requiere que haya control de malezas.

La dosis de fertilizante debe ser cuidadosamente calculada para evitar cantidades excesivas que no

generan mayor rentabilidad, pero son fuente de contaminación.

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En la fertilización son factores clave: qué fertilizante, cuánto fertilizante, cuándo fertilizar, cómo

localizar el fertilizante.

Son preferibles los fertilizantes de liberación controlada o lenta sobre los de rápida solución.

REFERENCIAS

Álvarez J, J Rodríguez, D Suarez. 1999. Mejoramiento de la productividad de plantaciones de Pinus

radiata D. Don, a través de un método racional de fertilización. Bosque 20(1): 23-36.

Bruulsema TW, C Witt, F García, S Li, T Nagendra Rao, F Chen, S Ivanova. 2008. A Global

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Burgos H. 1995. Comparación de cuatro métodos de fertilización en plantaciones de Eucalyptus nitens.

Tesis Ingeniero Forestal. Valdivia, Chile. Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Austral de

Chile. 65 p.

CONAF (Corporación Nacional Forestal). 2013. Guía básica de buenas prácticas para plantaciones forestales

de pequeños y medianos propietarios. Santiago, Chile. CONAF. 91 p.

Donoso PJ, DP Soto. 2010. Plantaciones con especies nativas en el centro-sur de Chile: experiencias,

desafíos y oportunidades. Bosque Nativo 47: 10-17.

Donoso PJ, V Gerding, D Uteau, DP Soto, O Thiers, C Donoso. 2007. Efecto de fertilización y

cobertura de malezas en el crecimiento inicial y la mortalidad de una plantación de Nothofagus

dombeyi en la Cordillera de Los Andes.

Donoso PJ, DP Soto, JE Schlatter, CA Büchner. 2009. Effects of early fertilization on the performance

of planted Nothofagus dombeyi in coastal Range of south-central Chile. Ciencia e Investigación

Agraria 36(3): 459-469.

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