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FILOSOFÍA DEL TIEMPO EN LA ESTRATEGIA

Date post: 07-May-2023
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1 ARMADA ARGENTINA INSTITUTO UNIVERSITARIO NAVAL Unidad Académica ESCUELA DE GUERRA NAVAL MAESTRÍA EN ESTUDIOS ESTRATÉGICOS Materia FILOSOFÍA APLICADA Ensayo Academico “EL TIEMPO EN LA FILOSOFIA Y SU APLICACION A LAS DECISIONES ESTRATEGICAS” Maestrando: Eduardo Ligio GANEAU Buenos Aires 2014
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ARMADA ARGENTINA

INSTITUTO UNIVERSITARIO NAVAL

Unidad Académica ESCUELA DE GUERRA NAVAL

MAESTRÍA EN ESTUDIOS ESTRATÉGICOS

Materia FILOSOFÍA APLICADA

Ensayo Acade mico

“EL TIEMPO EN LA FILOSOFI A Y SU APLICACIO N A LAS DECISIONES

ESTRATE GICAS”

Maestrando: Eduardo Ligio GANEAU

Buenos Aires

2014

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MAESTRÍA EN ESTUDIOS ESTRATÉGICOS

Materia: FILOSOFÍA APLICADA

ENSAYO ACADÉMICO

Título: EL TIEMPO EN LA FILOSOFÍA Y SU APLICACIÓN EN LAS DECISIONES ESTRATÉGICAS

INTRODUCCIÓN La estrategia como vía de solución de cuestiones no estructurables, se desarrolla en una situación dialéctica de voluntades cuyas otras características principales son la racionalidad interdependiente, la incertidumbre y la búsqueda de libertad de acción, en un contexto difuso, complejo y ambiguo de los conflictos donde el factor tiempo, como asunto de estudio de la filosofía, ejerce siempre su incidencia. En general, el cerebro está más acostumbrado a clasificar la realidad en blancos y negros, o situaciones buenas y malas según sus valores o conocimientos, y el ser humano se perturba ante la incertidumbre y reacciona frente a ella. La suma de incertidumbre y el factor tiempo demandan una atención especial, puesto que el ser humano se posiciona y reacciona diferente ante las diversas circunstancias. La interactuación con otros actores de un mismo conflicto que tienen su propia racionalidad y motivación, cuyas mentes no es posible conocer acabadamente y donde el tiempo agrega todos sus condimentos, genera percepciones de riesgo y oportunidad, donde la posible euforia generada por esta última, puede ser superada por la ansiedad y trastornos de percepción y conducta comúnmente producidos ante la posible afectación negativa o favorable de los intereses propios. El presente ensayo académico pretende hurgar en la influencia del factor tiempo en la conducción estratégica con referencia a bases filosóficas y tratar de demostrar la eventual necesidad práctica de una especial consideración del tiempo durante el proceso de toma de decisión estratégica. En el desarrollo se incluirán bases teóricas sobre algunos temas relacionados con la estrategia a los efectos de poder interpretar mejor el alcance de sus relaciones con el factor tiempo y el sustento que le brinda la filosofía. A los efectos de alertar al lector, en este ensayo se asumirá como conducción estratégica al ejercicio permanente de la estrategia por parte de un decisor que incluye tanto al proceso de toma de decisión estratégica como a la ejecución. En dicho sentido, vale resaltar que el propósito de este ensayo está dirigido hacia las posibles aplicaciones del factor tiempo en la decisión estratégica, teniendo en cuenta que resulta conveniente considerarlo con anterioridad a la acción.

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Contenido: El problema físico y filosófico del tiempo

Estudio del tiempo en la historia de la filosofía Manifestaciones del tiempo: duración, oportunidad, frecuencia, ritmo y secuencia. Aplicaciones físicas del tiempo: velocidad, aceleración, potencia

Concepto y características de la estrategia Problemas del hombre Concepto y características de la estrategia Formas de hacer estrategia

El empleo del factor tiempo y su relación con la estrategia Incidencia del factor tiempo en las decisiones estratégicas Importancia del tiempo y la identificación: sincronismo y disrupción Importancia del tiempo en el poder, la libertad de acción y la vulnerabilidad: máxima autonomía, alcance, poder máximo continuo, poder máximo. Importancia del tiempo y la fuerza: potencia El tiempo en la política, los esfuerzos y mensajes estratégicos, la documentación y supervisión estratégicas. El tiempo y las percepciones de probabilidad El tiempo y las percepciones de severidad o impacto. La irreversibilidad en el tiempo. Importancia histórica de la influencia del tiempo en la decisión estratégica

Conclusiones.

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DESARROLLO

EL PROBLEMA FÍSICO Y FILOSÓFICO DEL TIEMPO Los filósofos han dado distintas aproximaciones sobre la naturaleza del tiempo a lo largo de la historia de la Filosofía, porque las preguntas filosóficas más características tienen un componente temporal. La filosofía tampoco podía dejar de estudiar la idea del tiempo porque su abordaje es permanente en la vida cotidiana. Las ciencias también se han abocado al estudio del tiempo y rápidamente llegaron a encontrarse con la filosofía, en su estudio del devenir y la eternidad. En particular, la física se ha abocado con dedicación al fenómeno del tiempo. Varias son las cuestiones abordadas por la filosofía en cuanto al tiempo, entre las cuales están: Qué es el tiempo ? Relación del tiempo con otros fenómenos. Diferencias entre el tiempo objetivo y el percibido. Existencia de otros tiempos aparte del momento actual. Análisis cuantitativo y cualitativo del tiempo. Explicación del flujo incesante y unidireccional del tiempo.

No obstante, pareciera que la filosofía no ha estudiado pormenorizadamente las diversas manifestaciones del tiempo, que como extensión de las bases filosóficas, también serán contemplados en este ensayo, en una pretensión de favorecer el proceso de la decisión estratégica.

Acerca de lo que es el tiempo para las ciencias, existe un concepto físico del tiempo para la mecánica clásica, otro para la mecánica relativista que incluye una idea de dilatación del tiempo, y un tercero para la mecánica cuántica.

Según el concepto físico clásico, el tiempo es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambio y de los sistemas sujetos a observación. Su unidad básica por convención internacional es el segundo (s).

En la mecánica clásica, el tiempo se concibe como una magnitud absoluta, es decir, es un escalar cuya medida es idéntica para todos los observadores, a diferencia de lo que sería una magnitud relativa, o sea, aquella cuyo valor depende del observador concreto. Esta concepción del tiempo recibe el nombre de “tiempo absoluto”. Esa concepción está de acuerdo con la concepción filosófica de Kant, que establece el espacio y el tiempo como necesarios para cualquier experiencia humana. Kant asimismo concluyó que el espacio y el tiempo eran conceptos subjetivos. Fijado un evento, cada observador clasificará el resto de eventos según una división tripartita clasificándolos en: (1) eventos pasados, (2) eventos futuros y (3) eventos ni pasados y ni futuros (presentes).

En la mecánica relativista se estudian movimientos a velocidades cercanas a la velocidad de la luz y el fenómeno del tiempo es más complejo: los hechos simultáneos ("presente") y la medida del transcurso del tiempo y su duración son relativos al sistema de referencia y estado de movimiento del observador, salvo que se produzcan

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en el mismo lugar del espacio. En síntesis, los conjuntos de acontecimientos percibidos como simultáneos difieren de un observador a otro.

La mecánica cuántica cuyo origen se le atribuye a Max Planck (1858-1947), introdujo una serie de hechos contraintuitivos que no aparecían en los estudios físicos anteriores; con ella se descubrió que el mundo atómico no se comporta como esperaríamos y se introdujeron por primera vez los conceptos de incertidumbre o cuantización. Además la mecánica cuántica es la teoría científica que ha proporcionado las predicciones experimentales más exactas hasta el momento, a pesar de estar sujeta a las probabilidades.1

La cuestión del tiempo en la filosofía

Ya la filosofía griega, propensa a la reflexión sobre los más variados asuntos, abordó la temática del tiempo. Parménides estudió la eternidad como argumento de la inexistencia del tiempo. Sus influencias lograron que Zenón intentara demostrarlo por medio de paradojas y que Platón fuera más allá con su Teoría de las Ideas, interpretando también a la eternidad como fundamento del tiempo. Entre todos los filósofos griegos, Aristóteles (384ac-322ac) fue quién elaboró los pensamientos más sólidos sobre el tiempo. En los Capítulos 10 y 14 del libro IV de la Física2, aludió sistematizada y organizadamente a dos aspectos: la movilidad, como propiedad de los entes físicos y objeto de estudio de las ciencias según una mirada objetivista; y el acto subjetivo de la mente que advierte un antes y un después, según una visión subjetivista y espiritualista. Sin querer resolver el misterio del tiempo, reflejó su complejidad en la realidad, y marcó dos líneas de investigación hacia el futuro en la “filosofía del tiempo”. La complejidad del estudio del tiempo radica primeramente para él en que no tiene un ente, aunque haya pasado, presente y futuro. El pasado ya no es y el futuro todavía no es. El presente es un instante entre el pasado y el futuro, pero tampoco es, porque si tuviera duración, tendría divisibilidad y un antes y un después. Otra complejidad está dada porque a pesar de lo dicho, el presente existe y podría ser interpretado como una perpetuidad del presente o como una suceción de ahoras. También llama la atención que aunque el tiempo no tenga ente, puede ser medido. El estudio filosófico tradicional del tiempo está referido a su relación con el universo, al movimiento del universo, o al movimiento en general. Aristóteles se refirió a esta última idea. En principio aclaró que el movimiento o cambio existe donde alguna cosa se mueve o cambia, y el tiempo, que está siempre presente y en todas partes, sirve para medirlo. En segundo lugar, el movimiento o cambio puede ser más rápido o más lento, y ello depende, casualmente, de la omnipresencia del tiempo, igual en todas partes. En síntesis, el tiempo no es movimiento ni cambio pero está íntimamente relacionado; asimismo, le asigna preeminencia ontológica al tiempo por su omnipresencia. Sin

1 Wikipedia. “Mecánica cuántica”. http://es.wikipedia.org/wiki/Mecanica_cuantica

2 MORILLO BLANCO, Inmaculada. El Eterno Problema del Tiempo. La dialéctica Movimiento/Alma en Aristóteles.

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embargo, para poder hablar del tiempo, es necesario recurrir al movimiento y en consecuencia, no es independiente de él. En esta relación, aparece la influencia de la percepción. “Cuando no cambiamos en nuestro pensamiento o no advertimos que estamos cambiando, no nos parece que el tiempo haya transcurrido” y esta afirmación da lugar a la “fenomenología del transcurso temporal” donde aparece la experiencia psicológica de la duración y el interés por saber la diferencia entre el tiempo objetivo y el psíquico. Para medir una duración o lapso de tiempo es necesario apreciar un cambio entre un antes y un después con el alma o la conciencia. La existencia de movimiento o cambio no significa que exista o no el tiempo, pero sí indica la consciencia que tenemos de él. Si no se distingue ningún cambio o movimiento y el alma permanece en reposo pensando que no ha transcurrido el tiempo, no quiere decir que ello efectivamente no haya sucedido. Ya este pensamiento sobre la percepción del tiempo de Aristóteles tiene plena aplicación en la estrategia como proceso de decisión para el logro de intereses en una situación de dialéctica de voluntades. No obstante, el tiempo no depende exclusivamente de la percepción mental, sino que también se basa en el hecho del tiempo objetivo, numerado o posible de serlo, del movimiento. Paralelamente, la percepción del tiempo deviene de la percepción de movimiento o cambio. Tener conciencia de la duración que indica reconocimiento de la existencia de un inicio y un fin, y de la sucesión y alteridad de los ahoras, indica que el tiempo está ligado al movimiento en cuanto a sus atributos de sucesión y continuidad. Se percibe que el tiempo existe cuando “el alma” aprecia la diferencia entre lo anterior y posterior, que delimitan el intervalo del ahora presente, al que se lo identifica comúnmente como tiempo, donde no se puede apreciar movimiento, ni cambio, ni sucesión. Asimismo, el tiempo como lo numerable del movimiento, necesita un algo numerado y del alma para que pueda numerarlo. El tiempo representa una potencialidad del movimiento en cuanto a que puede ser numerado efectivamente por el alma. De aquí una primera definición del tiempo emanada de Aristóteles, como “la medida del movimiento según el antes y el después”. Como la medida recíproca del tiempo y el movimiento demandan una unidad base para que pueda darse, Aristóteles apeló a la cosmología y tomó como referencia el movimiento circular y periódico de lo que consideró la primera esfera del universo. Así surgió el tiempo métrico, cuya estimación estaba regulada por el movimiento de los astros, como el de rotación o el de traslación, o por el movimiento rítmico de aparatos de desarrollo preciso, como los relojes.

San Agustín(354-430), con un carácter intimista, indujo a concebir el tiempo como algo desligado del movimiento y estrechamente vinculado al alma, a la vez que manifestó su asombro frente al tiempo al resaltar la paradoja del presente. Si decimos de algo que es presente, estamos afirmando que ya no será y que pasará al mundo de lo inexistente. El presente propiamente no es, sino que pasa, deja de ser, carece de dimensión y sólo lo podemos caracterizar relacionándolo con el futuro, que todavía no existe, y con el pretérito, que ya ha dejado de ser. El tiempo es un "ahora", que no es, porque el "ahora" no se puede detener, ya que si se pudiera detener no sería tiempo.

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No hay presente, no hay ya pasado, no hay todavía futuro. Por lo tanto, la medida del tiempo no es el movimiento, no son los seres que cambian; la verdadera medida del tiempo es el alma, el yo y el espíritu. El pasado es aquello que recordamos; el futuro, aquello que esperamos; el presente, aquello a lo que prestamos atención. Pasado, futuro y presente aparecen, pues, como memoria, espera y atención.

En su concepción psicológica del tiempo consideró al tiempo como una escurridiza realidad que se vivió, se vive y se vivirá.

La llegada de la era moderna y el espectacular desarrollo que experimentó la física en la obra de Newton (1642-1727) trajo un nuevo concepto del tiempo como algo absoluto, existente en sí mismo e independiente de las cosas. El tiempo, al igual que el espacio, es una realidad absoluta, infinita, uniforme, vacía de todo movimiento, en cuyo seno se desarrollan los acontecimientos y los cambios sucesivos de las cosas. Esta concepción absolutista del tiempo fue expresada por Newton en “Los Principios” del siguiente modo: "El tiempo absoluto, verdadero y matemático, por sí mismo y por su propia naturaleza, fluye uniformemente sin relación con nada externo".

Los filósofos racionalistas que se basan en el pensamiento, influidos por la física newtoniana 3, también absolutizaron el tiempo e hicieron de él una realidad independiente. Más que pensar en algo sobre cuyo fondo transcurren los fenómenos, hacían referencia al tiempo de la totalidad del mundo y no al tiempo físico de cada fenómeno. De este modo, el tiempo absoluto sería como un fluir total. Los acontecimientos serían singulares transcursos del mundo físico insertos en ese fluir total.

El positivismo basado en el empirismo y las ciencias no tienen total correspondencia con los hechos, pues el tiempo de la experiencia concreta escapa a la mecánica, que trata el tiempo como una serie consecutiva de instantes, en forma espacializada y reversible, donde los instantes son externos e iguales según el tiempo isocrónico de Newton.

En sentido opuesto, Immanuel Kant (1724-1804) dijo que el tiempo no existía como una realidad exterior al hombre, ni como algo que tienen las cosas en movimiento, sino como una manera de percibir propia del hombre. El tiempo existe en cada uno de los hombres como una forma de ordenar su experiencia interna.

El tiempo no es una idea obtenida por abstracción a partir de la observación de los acontecimientos ni un concepto empírico, sino una estructura necesaria para cualquier observación. El tiempo es una posibilidad que hay en los observadores de percibir los acontecimientos. Tanto el tiempo como el espacio no son más que relaciones percibidas entre las cosas.

Cualquier experiencia tiene como condición al tiempo, de manera que éste es la condición general de todas las experiencias, superior incluso al espacio, no siempre necesario.

3 En 1687 Newton publicó los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural, donde se describen las leyes clásicas de

la dinámica conocidas como: Leyes de Newton y la ley de la gravitación universal de Newton.

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La experiencia externa del hombre está sometida a las coordenadas espacio-temporales, más la interna sólo lo está a la temporal. El tiempo es una cualidad de la conciencia del hombre. La sensibilidad humana lleva el tiempo como una manera de ser suya. El tiempo es una forma a priori de la sensibilidad que condiciona y hace posible toda experiencia.

Con la filosofía contemporánea (siglos XIX, XX y XXI) el estudio del tiempo se arraigó profundamente en las tendencias que más impulsaron el desarrollo de las ciencias humanas, tales como el historicismo, el vitalismo y el existencialismo.

Henry Bergson (1859-1941) fue uno de los filósofos que más atención ha dedicado al estudio del tiempo. Estudió al tiempo en la relación entre el pensamiento y lo moviente. Relacionó la filosofía y las ciencias. Se refirió a la duración y la simultaneidad, la relatividad y la naturaleza del tiempo, y a la cuarta dimensión. Discutió acerca de la teoría de la relatividad de Einstein y diferenció su sentido físico (lectura de las ecuaciones de Lorentz) de su sentido filosófico.4

Criticó al positivismo porque, para Bergson, toda la realidad está sometida a la evolución, que es la manifestación de lo incognoscible o “fuerza” (élan vital). Ante el supuesto de la conservación de la materia y de la energía, como un proceso mecánico y sin finalización, creyó necesario profundizar la idea del tiempo que era base de la mecánica.

Afirmó que el tiempo de la conciencia no era así porque su rasgo básico es la duración: el yo vive el presente con el recuerdo del pasado y la anticipación del futuro, que sólo existen en la conciencia que los unifica. Los instantes valen de diferente modo, un momento penetra en otro y queda ligado a él. Es inútil ir a la búsqueda del tiempo perdido: no hay reversibilidad del tiempo. El tiempo es nuevo a cada instante y su estudio requiere un método específico. 5

Distinguió dos modos diferentes de duración: el “tiempo numerado”, que está mezclado con el espacio, y el “tiempo puro”, que es mera duración interna.

El tiempo numerado es la duración exterior del mundo de las cosas. Es un tiempo materializado que se desarrolla en el espacio y la paralización del movimiento al considerar al tiempo como una yuxtaposición de quietudes en el espacio. En esta duración el tiempo es un mero espectador que no penetra en su realidad.

A modo de ejemplo, solo un observador consciente puede apreciar el transcurso del tiempo durante una transformación química que es reversible. De lo contrario, no podría decirse que en el fenómeno existiera el tiempo, sino sólo coexistencia y sucesión de realidades atemporales.

Espacio y tiempo se confunden, pues el movimiento parcelado en momentos estáticos no es otra cosa que espacio y sólo adquiere sentido de movimiento si hay un

4 Bergson fue el filósofo francés más importante de su época. Su filosofía fue un fenómeno de moda. Estudió

matemática y mecánica, además de filosofía. Con Bergson se produjo el paso del siglo XIX al XX. Supone un momento

de transición: superación del positivismo para plantear la filosofía y metafísica del “intuicionismo”. 5 Deleuze, Gilles. “La imagen-tiempo”. Aquí Deleuze observa como la concepción del tiempo y su duración para

Bergson habría estado influida por la entonces reciente invención del cinematógrafo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Henri_Bergson

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espectador que opere la síntesis mental de lo recorrido por el móvil. Pero esta síntesis es un puro proceso psíquico. De hecho, fuera del observador únicamente existe una continuidad de situaciones estáticas del móvil en el espacio.

Cosa muy diferente acontece en la vida interior del hombre donde los fenómenos psíquicos e intuiciones tienen un carácter cualitativo. Allí existe el “tiempo puro”, en la duración que constituye la vida de cada uno, donde no es posible retornar a situaciones pasadas. El avance temporal y el paso de presente a pasado es imposible porque el tiempo psicológico es irreversible. Suele existir el deseo de volver a situaciones pasadas y recomenzar la vida, pero, aunque todas las circunstancias anteriores (lugar, compañía, ocupación) convergieran para situarnos en el ambiente pasado que añorábamos, ya todo es distinto, incluyendo al sujeto y su entorno. El tiempo no tiene procesos reversibles.

El presente es como una condensación de la vida anterior y resultado de la experiencia pasada. El “tiempo puro” interioridad, duración, devenir, intensidad. En el interior del hombre existe la duración pura: el proceso por el que se va penetrando y fusionando una sucesión de hechos psicológicos.

El “tiempo verdadero” es el fluir del tiempo desprovisto de toda medida apreciado externamente. Es un devenir indivisible, innumerable, incontable, que se relaciona con el espacio externo. La duración verdadera existe durante el sueño, porque en ella se altera la comunicación entre el yo y el mundo exterior y, en consecuencia, se evita el riesgo de confundirla con el espacio. En estas circunstancias ya no se mide la duración, sino que únicamente se siente, deja de ser cuantitativa para convertirse en cualitativa y desaparece toda apreciación matemática del tiempo pasado.

El tiempo bergsoniano, además de indivisible, es inconmensurable. La medición del tiempo deviene de su proyección en el espacio. La medida del tiempo no es posible, porque el tiempo no es homogéneo, sino pura heterogeneidad. Medirlo, por tanto, es exteriorizarlo, espacializarlo y degenerarlo. El tiempo es el fundamento de toda la realidad. La esencia del tiempo es el fluir y alcanza al hombre y a todas las cosas. El fluir, que es vida, cambio, tiempo, aunque es íntimamente conocido, también es indefinible porque sólo se puede conceptualizar lo material y el tiempo no es una realidad material. Para apreciar la duración real se requiere la intuición en lugar del pensamiento.

El tiempo de la física es un tiempo falsificado, porque, al medir y mecanizar, falsea la realidad, aunque permite su utilización. El tiempo verdadero es duración de algo que cambia, y ese algo es la conciencia, la vida interior del sujeto psíquico, para quien el tiempo reviste un carácter radical, porque el hombre posee un ser de naturaleza temporal. Es el sujeto psíquico el que introduce la noción de tiempo en el universo material, donde sólo hay sucesión o coexistencia de fenómenos atemporales.

Bergson criticó la concepción kantiana de la numeralización y espacialización del tiempo. También criticó la concepción relativista del tiempo como magnitud física de Einstein por su falta de simultaneidad absoluta, aunque considerara al tiempo como orden de sucesión.

Withelm Dilthey (1833-1911) concebir al tiempo como historia. Creyó que la realidad histórico-social había sido malinterpretada y mutilada por los positivistas al pretender

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adaptarla para su análisis a los métodos de las ciencias naturales con leyes exactas. Para Dilthey la vida es una realidad que no se puede separar de la historia y que debe interpretarse en su realización fáctico-histórica.

Edmund Husserl (1859-1938) también reaccionó frente al positivismo por tratar de reducir el tiempo al modelo de las ciencias exactas y ante el historicismo por su libre interpretación histórica que podría caer en un relativismo extremo. A cambio, propuso la “fenomenología” con el fundamento absoluto en las vivencias de la conciencia. Al estilo de Bergson, distinguió entre un tiempo físico y un tiempo fenomenológico. El primero tiene naturaleza física como unidad espacio-temporal según un antes y un después de cada acontecimiento, y el segundo remarca la duración de las vivencias.

En 1927 el astrónomo británico Arthur Eddington (1882-1944) desarrolló la expresión “flecha del tiempo”, para distinguir una dirección en el tiempo dentro de un universo relativista de cuatro dimensiones, que según el autor, puede ser determinado por un estudio de los distintos sistemas de átomos, moléculas y cuerpos.

El concepto de flecha del tiempo se refiere popularmente a la dirección que el mismo registra y que discurre sin interrupción desde el pasado hasta el futuro, pasando por el presente, con la importante característica de su irreversibilidad, es decir que, respecto del presente, el futuro y pasado muestran entre sí una neta asimetría (el inmutable pasado se distingue claramente del incierto y aleatorio futuro.

Martin Heidegger (1889-1976), 6 en su análisis existencial del “dasein”, que significa existencia, ser ahí o ser en mundo”, considera al hombre como un ser incompleto e inacabado, que tiene que hacer y proyectar su propia vida, autotrascendiéndose y anticipándose a lo que va a ser, porque el futuro, entendido como posibilidad de existir y hasta de morir, constituye una dimensión de su ser. Pero el futuro implica el pasado, puesto que la posibilidad de ser se plantea desde lo ya sido. Por lo tanto, también el pasado constituye una dimensión del ser del hombre. También, la comprensión de lo ya sido determina la comprensión de lo que actualmente somos. Así, el presente aparece envuelto por la relación entre futuro y pasado. Estas tres dimensiones –pasado, presente y futuro- constituyen la unidad del ser humano y reciben el nombre de temporalidad, que tiene valor ontológico, a diferencia de la concepción vulgar del tiempo tomado como sucesión de acontecimientos.

En su concepción, el hombre es esencialmente un ser temporal y esta temporalidad es el tiempo originario, a diferencia del tiempo cósmico. La temporalidad es la estructura concreta del “dasein” y su sentido último, porque el hombre no se limita a estar en el tiempo, sino que éste constituye su propia esencia. El tiempo es parte de la existencia humana y le demanda una preocupación por el futuro, pasado y el presente.

Ortega, al establecer las categorías que definen la vida, señala la temporalidad como raíz misma de la vida, porque ésta es futurización. La temporalidad es también esencia de la vida humana. La vida del hombre transcurre en el tiempo y está sometida a un continuo ser y dejar de ser, impulsado por el pasado va proyectando y avanzando hacia el futuro. No sólo es lo que realmente es y lo que ha sido, sino también lo que ha de ser. La realidad específicamente humana se caracteriza por su consistencia temporal y, por ello, la historia es la propia vida de los hombres y de la sociedad. El hombre no

6 La obra más conocida de Heidegger es “Ser y Tiempo” de 1927.

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tiene naturaleza, sino que tiene historia. La filosofía orteguiana empieza con el reconocimiento del tiempo y de la historia como elementos fundamentales de la vida humana. Toda noción referente a la vida específicamente humana es función del tiempo histórico.

Manifestaciones del tiempo A los efectos de llegar específicamente al tema de la influencia del tiempo en la decisión estratégica, que debe contemplar a la ejecución, el autor tomará la base filosófica anterior y a riesgo de resultar criticado, apelará al diccionario frente a su dificultad para conseguir bibliografía específica sobre las manifestaciones que surgen tanto de la medida del tiempo absoluto o puro, como de la percepción del tiempo psicológico o verdadero. En dicho sentido, pueden considerarse manifestaciones del tiempo a la duración, la oportunidad, la frecuencia, el ritmo y la secuencia, que se definen seguidamente según información de diccionarios de Internet 7: La duración es el período de tiempo que transcurre entre el principio y el fin de una cosa. En psicología, se contempla el sentimiento de la duración como la experiencia del tiempo vivido, en oposición al tiempo cronológico. La oportunidad está definida como la circunstancia favorable o que se da en un momento adecuado u oportuno para hacer algo. La frecuencia es la repetición de un acto o suceso de manera habitual. De otra manera, es el número de vibraciones, ondas o ciclos realizados en una unidad de tiempo determinada. La secuencia es la sucesión ordenada de cosas que guardan alguna relación entre sí. El ritmo es el orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas. La forma de distribuirse en el tiempo una serie de sonidos, acentos y pausas. Congrega manifestaciones variables de duración, oportunidad y frecuencia. Significa “fluir” y viene del griego y el latín. En su forma más conocida, es una armoniosa combinación y sucesión de voces, cláusulas y pausas o cortes en el lenguaje poético o prosaico. Desde los inicios de la filosofía se ha establecido que el ritmo es un elemento dentro de las leyes fundamentales del universo, que rigen tanto la fenomenología de la materia como del espíritu. Partiendo de las variaciones lógicas de contenido en cada época, el ritmo vendría a ser la única constante en el seno de la historia, lo que establece un cierto orden en el movimiento y evita el desgaste que producen las formas hechas. 8 Pitágoras trató de explicar el equilibrio mediante principios numérico-musicales patentes en la naturaleza. El sentido rítmico es lo que da la impresión más profunda de variantes, mediante el abandono interior que nos vuelve a la percepción primitiva o intuitiva, anterior al lenguaje. Así, se concluye que el ritmo, como elemento preexistente a la palabra, se incubó como resultado de las emociones que experimentaron los seres humanos ante lo inexplicable. Surgió así la poesía ligada a la música y a la danza como

7 http://es.thefreedictionary

8 Reyes, Alfonso. “Prolegómenos a la Teoría Literaria”. 1986. 29-30 y 214

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arte de la palabra que el tiempo desligó de éstas para conservar sólo el elemento musical del ritmo. Ritmo es movimiento acompasado, pero también indefinido; un dinamismo que rige la vida del espíritu, estético y no mecánico, cuyo fundamento numérico sirve para buscar el tiempo de lo real subjetivo en la dialéctica especial del sentimiento. Al enlazar los elementos del tiempo con los del espacio, a través de la contemplación estética se llega al ritmo ideal, que comunica a la idea con la emoción que le dio origen para que a su vez comunique esa misma emoción al ánimo del escucha.9 Aplicaciones físicas del tiempo Entre otras asociaciones posibles, el tiempo se relaciona con el espacio y la fuerza, dando lugar a la velocidad, la aceleración y la potencia. Velocidad es la rapidez o prontitud en el movimiento o en la acción. Dicho de otra manera, es la magnitud vectorial física que relaciona el desplazamiento que realiza un móvil entre dos posiciones con el tiempo que tarda en desplazarse. Aceleración es la acción y efecto de acelerar o acelerarse. En mecánica es el vector que expresa la variación de la velocidad con el tiempo. Se define como la derivada de la velocidad respecto al tiempo. Potencia se define como la capacidad para realizar una acción o producir un efecto determinado. Asimismo, como el trabajo realizado por una fuerza en la unidad de tiempo

CONCEPTO Y CARACTERÍSTICAS DE LA ESTRATEGIA Los problemas del hombre Las organizaciones enfrentan distintos tipos de cuestiones o problemas, donde se busca una solución para salir de una situación desfavorable o mejorar la situación existente. Algunos de dichos problemas son llamados “estructurados” y responden a situaciones donde la solución se obtiene aplicando una fórmula o un procedimiento estándar. Se conocen las variables de entrada, sus relaciones y los posibles resultados de salida. En estos casos, las decisiones se toman aplicando procedimientos o fórmulas y seleccionando tareas. Existen otros, llamados “estructurables” donde la situación es más compleja por la mayor cantidad de variables de entrada y diversidad de resultados, que se solucionan

9 During, Ingemar. Aristóteles: exposición e interpretación de su pensamiento, UNAM, México, 1987. Méndez

Plancarte, Alfonso. Díaz Mirón, poeta y artífice. José Porrúa, México, 1954. Ramos, Samuel. Filosofía de la vida

artística, Espasa-Calpe, Madrid, 2a ed., 1955. Vasconcelos, José. Una teoría del ritmo, el monismo estético, Jomar,

México, 1986. Reyes, Alfonso. Obras completas, t. XV, Fondo de Cultura Económica, México, Col. Letras Modernas,

1980. Xirau, Ramón. Poesía iberoamericana Contemporánea, SEP-Diana, México, 1979.

http://www.cialc.unam.mx/pensamientoycultura/biblioteca%20virtual/diccionario/ritmo.htm

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mediante la heurística. Es decir, se apela al conocimiento brindado por la experiencia y se aplican soluciones que demostraron ser eficaces en el pasado. En estos casos ya tiene lugar la incertidumbre propia de no poder conocer con precisión ni certeza a todos los datos del problema. Asimismo, se tiene una idea de los resultados posibles, aunque no es precisa. Existe en consecuencia, la presencia de riesgos propios de la falta de certeza, que pueden ser estimados en términos de probabilidad e impacto. En estos casos, las decisiones se adoptan mediante el planeamiento y la asociación a hechos del pasado. En tercer lugar, existen las “cuestiones no estructurables”, cuya denominación obedece a que por, su gran ambigüedad, resulta muy difícil tener alguna idea de los posibles resultados, y ni siquiera puede hacerse una estimación o apreciar si ellos pueden estar bien o mal. Por eso ya son considerados una cuestión y no un problema. Estas cuestiones con las asociadas a la Estrategia, donde la interactuación con otros actores que tienen su propia racionalidad y motivación, constituyen una situación compleja y de máxima incertidumbre. Frente a las cuestiones no estructurables, las decisiones se toman apelando a alguna metodología de decisión estratégica, es decir, relacionándose con los otros actores y accionando dialécticamente a fin de ir conociendo más datos que aminoren la incertidumbre y posibiliten, como mínimo, la identificación de oportunidades y riesgos. En ellos, así como con el tiempo, reviste suma importante la percepción del hombre. Vale destacar que dichos horizontes del pensamiento están muy asociados a los distintos niveles de decisión. Aunque con variada intensidad, todos los problemas/cuestiones están en los tres niveles: el táctico, el operacional y el estratégico. Dicha asociación puede resumirse de la siguiente forma:

Cuestión/Problema NO

ESTRUCTURABLE ESTRUCTURABLE ESTRUCTURADA

Decisión Concebir Diseñar Elegir

Conducción

ESTRATÉGICA Mucho Algo Poco

OPERACIONAL Algo Mucho Algo

TÁCTICA Poco Algo Mucho

Conceptos y características de la estrategia

Hay numerosas definiciones de Estrategia. No obstante, para el presente trabajo, se asume la dada por la Contribución Académica 80.3 “Teoría y Práctica para la Toma de Decisiones en Condiciones de Incertidumbre”, a saber:

“Proceso para la conducción de conflictos en un contexto de incertidumbre, que funciona dialécticamente con los otros actores y emplea la comunicación para influir sobre aquellos con el propósito de lograr libertad de acción”.10

10

Cal y otros. “Teoría y Práctica para la Toma de Decisión en Condiciones de Incertidumbre”. Escuela de Guerra

Naval. 2012. Pg. 5. Tercer párrafo.

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La estrategia se emplea en las organizaciones como un medio para realizar diversas funciones, tales como:

Soporte para la toma de decisiones: Aporta sencillez y coherencia a las decisiones

que se toman en la empresa, tanto en las pequeñas del día a día como en las más importantes y de mayor plazo, teniendo en cuenta la interactuación con los demás actores que participan del conflicto. La estrategia define el rumbo hacia los objetivos y propósitos de la organización.

Proceso de coordinación y comunicación: Responde al concepto de planificación estratégica, que sirve para lograr la coordinación y el consenso de las decisiones empresariales, en la búsqueda de sinergia.

Meta y propósito estratégico: Una estrategia de éxito se orienta a largo plazo y

persigue como fin último el cumplimiento de la misión y la supervivencia de la empresa.

Características de la Estrategia

La Estrategia se desarrolla dentro de un contexto difuso, complejo y ambiguo que se llama “conflicto”, y puede ser definido como:

“Situación conformada por un conjunto de actores con intereses que los vinculan mediante relaciones de identificación, poder y fuerza, en un escenario con ciertas reglas de juego, con el propósito de lograr mayor libertad de acción.” 11

A pesar de las variadas interpretaciones sobre las características de la Estrategia, todas concuerdan en que es un proceso para la conducción de conflictos que orienta hacia la obtención de las metas de la organización. Complementariamente, la CA 80.3 define cuatro características principales, a saber:

Racionalidad interdependiente: Se refiere a que los actores parte del conflicto tienen su propia estructura de intereses (racionalidad del actor), que se relacionan e interactúan con alguno o varios de los demás actores.

Incertidumbre: La interactuación se desarrolla sin poder conocer acabadamente el pensamiento de los demás actores

Libertad de acción: Todos los actores buscan favorecer sus intereses y lograr mayor libertad de acción, dependiendo mínimamente de los intereses de los demás actores, o sometiendo a los otros a una dependencia de los intereses propios.

Dialéctica de voluntades: Dentro del contexto de incertidumbre e interdependencia, la interactuación se desarrolla con una dialéctica de voluntades, donde cada paso es un mensaje que da lugar a una respuesta del otro actor, con la finalidad de obtener más información y poder adoptar la decisión siguiente.

11

Cal y otros. Pg. 135.

15

Métodos de decisión estratégica: FODA (“SWOT”), MTDCI (MÉTODO DE TOMA DE DECISIÓN EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE), CICLO OODA

El Análisis FODA Como se ha visto, las cuestiones no estructurables se caracterizan por la alta incertidumbre y requieren un proceso dialéctico de decisión para obtener mayor información y lograr libertad de acción en beneficio de los propios intereses. Dentro de los estudios de estrategia se conocen distintos métodos para tomar decisiones en la búsqueda de mayor libertad de acción y maximizar resultados favorables para la organización. La decisión estratégica adoptada preventiva y planificadamente constituye una herramienta importante para evitar los riesgos de la improvisación o el bloqueo resultante de situaciones no deseadas, que tanto la psicología como la sociología ya han estudiado con profundidad. El más conocido análisis estratégico consiste en realizar el “Análisis FODA” mediante la evaluación de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Éste es usado habitualmente como recurso básico y rápido para desarrollar una estrategia. En el ámbito interno y el tiempo presente, las Fortalezas (características favorables de la organización) tienen su contrapartida en las Debilidades (características desfavorables). Son hoy y como resultado del pasado.

Por otro lado, en el ámbito externo y a futuro, las Oportunidades que son situaciones posiblemente favorables, tienen su opuesto en las Amenazas como situaciones no deseadas. La decisión estratégica consiste en seleccionar aquellas acciones que se basan en privilegiar Fortalezas y Oportunidades de hoy y a futuro, para la obtención de resultados favorables, y en evitar o protegerse de las Debilidades y las Amenazas presentes y futuras.

El Método de Toma de Decisión en Condiciones de Incertidumbre (MTDCI) El Método de Toma de Decisión en Condiciones de Incertidumbre (MTDCI) desarrollado a lo largo de décadas por académicos de la Escuela de Guerra Naval de la Armada Argentina se basa en la existencia de una situación de “conflicto” dentro de la que distintos actores interactúan con su racionalidad y motivación, por tener intereses en común. Esta interrelación da lugar a relaciones cooperativas o competitivas entre los actores. Este método que se aplica a cuestiones no estructurables en situaciones de alta incertidumbre o ignorancia, es un proceso deliberado y de análisis mucho más profundo que el análisis FODA ya mencionado, y consta de cinco pasos, a saber: - Inteligencia Estratégica - Política o Apreciación Estratégica

FODA CONTEXTO FAVORABLES DESFAVORABLES

INTERNO Y ACTUAL

FORTALEZAS DEBILIDADES

EXTERNO Y FUTURO

OPORTUNIDADES AMENAZAS

16

- Maniobra o Resolución Estratégica - Documentación Estratégica - Supervisión Estratégica.

En términos generales, el propósito es lograr alcanzar o preservar los intereses del protagonista y mayor libertad de acción en una situación de racionalidad interdependiente. Ante la gran incertidumbre de la situación, primero de identifican los actores de un conflicto con su racionalidad en cuanto a estructura de intereses y su motivación, para luego reconocer el contexto o escenario y, en base a ello, conocer la trama de cooperaciones y competencias, de poder y de fuerza. Complementariamente, se analizan las posibles evoluciones del conflicto y se evalúa la libertad de acción, la vulnerabilidad, el nivel del conflicto y el riesgo de escalada. En el segundo paso se aprecia la política general más conveniente a seguir en cuanto a relaciones de cooperación o competencia con cada uno de los actores del conflicto. Es decir, se determina la coalición a la cual pertenecer e, implícitamente, a los aliados y oponentes a enfrentar. En la tercera etapa se resuelven las maniobras estratégicas a desarrollar con cada actor, de acuerdo con la política seleccionada previamente. Aquí se trabaja con la racionalidad propia, alterando la escala de intereses del protagonista que desarrolla la estrategia por ser ésta la única que se puede controlar y modificar a discreción. Las maniobras están constituidas por esfuerzos, y éstos por recursos dirigidos hacia los objetivos seleccionados. También se elaboran los mensajes a transmitir a los demás actores, apareciendo todas las circunstancias y efectos relacionados con la comunicación y las percepciones.

En cuarto lugar se elabora la directiva con la finalidad de que toda la organización participe de la decisión estratégica para su ejecución. Aquí se analiza y define la estructura orgánica que llevarán a la práctica las ideas de la decisión estratégica, definiéndole los objetivos operativos y logísticos que deberá alcanzar. Por último la supervisión, que no es otra cosa que monitorear los efectos de la acción para reiniciar el proceso con la primera etapa, apreciar si hubo cambios, ver la evolución, evaluar nuevamente el conflicto y decidir cambios o no a la política y maniobras establecidas en el ciclo anterior.

El Ciclo OODA Si bien este método de decisión tuvo su origen en la observación de hechos tácticos ocurridos durante la Guerra de Corea entre los años 1950 y 1953, tiene aplicación en la decisión estratégica y en los negocios, por cuanto contempla la interacción entre actores distintos y cómo, en determinado contexto, la agilidad y consecuente reducción del ciclo Observación-Orientación-Decisión-Acción (OODA), genera ventajas para el actor que lo realiza en menor tiempo que su oponente al provocarle disrupción. La convergencia de una competencia veloz y global, la comunicación en tiempo real, y la tecnología inteligente de información han llevado a una reinvención del significado, la teoría y la práctica de la estrategia.

17

Cuando la ventaja en el desarrollo tecnológico se acaba en un instante y el costo de la investigación e innovación se multiplica abismalmente, casi todas industrias, compañías de telecomunicaciones y mayoristas están descubriendo que los consumidores de actualidad y moda requieren constante vigilancia y ajuste. Es como si se operara en un mundo de videojuegos donde el tiempo se comprime permanentemente, la información va a todas partes y las reglas de juego cambian abrupta y continuamente. Todo esto haría al ciclo OODA más poderoso que nunca y sus promotores creen que debe ser tenido en cuenta al probar nuevas ideas, obtener respuesta de los clientes, ajustar la calidad del producto y lanzar una nueva versión antes que el competidor, teniendo en cuenta la oportunidad.12 Este método de decisión basado en la conveniencia de una mayor velocidad para realizar el ciclo OODA a fin de desorientar al oponente o generar mayor eficacia que él, tiene la fortaleza de incorporar el factor tiempo al proceso de decisión. Dicho empleo del factor tiempo requiere discriminar su empleo entre relaciones competitivas o cooperativas. Frente a actores con relación competitiva se debe emplear el tiempo para actuar más rápidamente y sacarlo de sincronismo, mientras que con los aliados se debe poner énfasis en la sincronización de los esfuerzos. En sus investigaciones, el Coronel Boyd de la Fuerza Aérea Estadounidense comprobó que a pesar de algunas ventajas tecnológicas de los aviones oponentes, los F-86 estadounidenses ganaron la mayoría de los combates porque los pilotos tenían mayor campo de visión y controles hidráulicos que les permitían reaccionar más rápido luego de la observación y desconcertar al adversario. Desde aquella época la teoría del ciclo OODA se aplica en los negocios para desconcertar a un competidor y conforme avanza el desarrollo tecnológico, se hace cada vez más importante por lo siguiente:

Observación es la actividad de obtención de información para conocer lo que ocurre en la organización y su entorno. En este presente de abundancia de información, los mayores desafíos están en observar qué factores observar y cómo aplicar filtros apropiados a cada uno.

Por ejemplo, se pueden valorar índices de actividad de los clientes, apoyo requerido, ganancias producidas y costos, pero particularmente se puede observar directa o indirectamente a los competidores en sus ventas, el progreso y la frecuencia y magnitud de los reclamos de sus clientes.

Orientación es la actividad de observar el entorno mediante indicadores importantes de funcionamiento, haciendo predicciones y emitiendo alertas apropiadas a los decisores más importantes. Este proceso requiere la combinación de herramientas de software (financiero y de inventarios) y el juicio humano para poner la información en contexto con experiencias pasadas y de negocios, para predecir rápida y correctamente lo que se puede esperar.

12

Hammonds, Keith K.. “The Strategy of the Fighter Pilot”. FastCompany (FC).

http://www.fastcompany.com/44983/strategy-fighter-pilot

18

Decisión es el proceso de usar la información y la orientación para tomar mejores decisiones, más rápidas y repetibles, al menor costo y mejor oportunidad posibles. En las óptimas situaciones de negociación muchas decisiones pueden ser previstas con anticipación, aunque se refieran a personas o recursos. La habilidad de predecir mejor y más rápido que el oponente, con la mayor cantidad posible de factores, brinda una indubitable ventaja sobre la competencia.

Acción se refiere a la gestión de las tareas en la relación competitiva o negocio, por medio del control de flujos o procesos, en forma manual o informatizada, para administrar la realización de las actividades en calidad y oportunidad óptimas.

Deitz 13 propuso que para que el ciclo esté completo, resultaba necesaria la revisión, supervisión o debriefing constructivo, elaborado, presentado y analizado en forma impersonal y sin importancia de jerarquías, para asegurar que la actividad fuera productiva. La revisión fue particularmente valorada puesto que se estimaba que casi nunca se hacía esta actividad en negocios y ello permitía acelerar al máximo el próximo ciclo OODA. La teoría de Boyd y la complementación de Deitz instalaron que la “disrupción” o el desconcierto del oponente en los negocios tiene vigencia, especialmente en una cada vez más veloz competencia.14. Sus teorías guardan asociación con el habitual empleo de la expresión “pali pali” entre el pueblo surcoreano. Pali significa “rápido” en idioma coreano y es usado cotidianamente en todas las actividades. Sin temor a equivocación, puede decirse que constituye una fortaleza de esos ciudadanos que con tan poco, han logrado tanto en el último medio siglo. Resultó paradójico haber escuchado a un japonés que casualmente había conocido durante mi estadía en Seúl, al mencionar la diferencia entre un japonés y un coreano y decir: Un japonés primero piensa y luego hace; un coreano, primero hace y luego piensa. Aquello que en primera instancia llamó profundamente mi atención y sonó algo denotativo, fue luego corroborado personalmente y entendido a posteriori como una fortaleza importante de la capacidad de gestión coreana y su éxito en los negocios.

El problema de la percepción del tiempo en la estrategia Como hay una percepción humana del tiempo, es fácil comprender que las percepciones son variables con cada actor.

El tiempo psicológico es, en parte, el catálogo de la acumulación creciente de datos en la memoria a partir de continuas fluctuaciones en la percepción. En otras palabras, lo que recordamos configura el pasado, mientras que el futuro consiste en esos sucesos que no pueden ser recordados. El viejo método de comparar sucesos únicos para comprender y generalizar sucesos repetidos, como el movimiento aparente del sol, la luna y las estrellas, trasladado a todos los cuerpos celestes, es un buen modelo de ello. La acumulación de recuerdos en la memoria crea una flecha del tiempo mental.

13

Terry Deitz es un coach de negocios (ex piloto de aviones F-14 de la U.S. Navy) que pertenece a unaorganización

llamada Afterburner y promueve que “ En la guerra y en los negocios, la velocidad a la que se ejecuta el ciclo OODA

representa el factor más importante para generar disrupción en el enemigo o competidor”. 14

Williams, David K.. “What a Fighter Pilot Knows About Business: The OODA Loop”. Forbes, 201319/2/.

http://www.forbes.com/sites/davidkwilliams/2013/02/19/what-a-fighter-pilot-knows-about-business-the-ooda-loop/

19

Otra flecha se origina por la sensación de que nuestra percepción es un continuo movimiento e intercambio entre lo desconocido (el futuro) y lo conocido (el pasado). La anticipación de lo desconocido conforma el futuro psicológico que siempre parece ser algo que avanza hacia delante, pero, como el reflejo en el espejo, configura lo que se haya archivado ya sea en la memoria, como en los deseos, los sueños y las esperanzas, que parecen hallarse siempre más allá en el tiempo.

La asociación mental entre el pasado (detrás) y el futuro (delante) puede hallarse culturalmente condicionada, como demuestra una investigación efectuada en 2006 con los indios Aimara, los cuales, contrariamente a los demás pueblos, perciben el futuro por detrás y el pasado por venir.15

Si se viera a la memoria como la correlación entre las neuronas (o los bits informáticos) y el mundo exterior según la flecha del tiempo psicológica, el volumen de memoria aumenta en esa correlación, pero siempre en el sentido del futuro y nunca del pasado.

El paso del tiempo se aprecia también con claridad en el terreno de la volición y la acción, que tienden siempre a afectar positivamente para nosotros la configuración del futuro. Resulta obvio, para el hombre, que nunca se puede afectar el curso del pasado.

El proceso de envejecimiento supone más que la simple acumulación de recuerdos. Por ello el ser humano ha tenido más ilusión en volver atrás en el tiempo que en viajar al futuro o en invertir la flecha del tiempo.

Según el físico y estudioso Paul Davies, “pudiera ser que algún trabajo futuro localizara los procesos cerebrales responsables de nuestra impresión del paso del tiempo”. Para él, “el tiempo, en su marco conceptual, no transcurre, sino que simplemente es”.

Albert Einstein afirmó que “Pasado, presente y futuro son sólo ilusiones, aunque sean ilusiones pertinaces.”

Más allá de eso, Ernst Pöppel, un neurocientífico de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich, Alemania, sugirió que los procesos neuronales separados que gobiernan nuestra percepción podrían relacionarse con “bloques de construcción de la conciencia” y reconoció que éstos son la base de nuestra percepción del tiempo 16 Más allá de lo visto, y de la influencia de la psicología en las percepciones del tiempo, desde el punto de vista patológico, se producen marcadas diferencias en un mismo individuo cando ocurre una “distorsión temporal” asociada a altos niveles de estrés.

15

http://es.wikipedia.org/wiki/Flecha_del_tiempo

16 Philosophical Transactions de la Royal Society B, vol 364, p 1887, en artículo Distorsiones temporales: ¿Cómo crea

el cerebro la cuarta dimensión?

http://axxon.com.ar/noticias/2009/10/distorsiones-temporales-%C2%BFcomo-crea-el-cerebro-la-

cuarta-dimension/

20

EL EMPLEO DEL FACTOR TIEMPO Y SU RELACIÓN CON LA ESTRATEGIA

Como se ha podido ver, existen distintas posturas hacia la forma de resolver aquellos problemas no estructurables que se desenvuelven en una relación dialéctica, entre actores que interactúan motivados por el deseo de lograr sus intereses y mayor libertad de acción. El MTDCI no tiene manifestaciones explícitas del factor tiempo en su propuesta, sino que reconoce la situación dialéctica en la que implícitamente existe una secuencia en el proceso de comunicación de los dos actores. El Análisis FODA no incluye explícitamente al tiempo en su matriz, pero permite incluirlo en alguna de sus manifestaciones, ya sea como Fortaleza, Oportunidad, Debilidad o Amenaza. La teoría del Ciclo OODA se refiere explícitamente al factor tiempo pero su aplicación se reduce a aquellas relaciones entre actores en competencia puesto que resalta la ventaja que se dispone sobre un oponente cuando se realiza la observación, orientación, decisión y acción en un tiempo menor que él. Desde el punto de vista filosófico, se ha podido comprobar que “el tiempo siempre está” y por ende su consideración no puede ser dejada de lado. Si bien el tiempo es omnipresente, sus múltiples manifestaciones permiten inferir que su análisis y empleo en las decisiones estratégicas merece especiales consideraciones. Empleo del tiempo real y el tiempo percibido En la ejecución de eventos resulta necesario el empleo del tiempo real, con el propósito de lograr coordinación y la generación de efectos sobre el otro actor valiéndose de todas las manifestaciones del tiempo. Asimismo, quien actúa debe tener en cuenta la posible percepción del tiempo por parte del otro actor, en todas sus manifestaciones. Por su lado, quien es destinatario de la acción resulta especialmente influido por el tiempo percibido, a pesar de que pueda estar “midiendo” el tiempo real de los acontecimientos en toda sus manifestaciones.

Importancia del tiempo en la identificación: sincronismo y disrupción Por un lado existe la “administración” del tiempo en las relaciones de competencia y, por el otro, en las de cooperación. En esa búsqueda permanente de tener o preservar sus intereses y lograr mayor libertad de acción, el protagonista debe comportarse distinto con aliados y con oponentes, teniendo en cuenta que los primeros lo ayudarán en su propósito, pero los segundos lo obstaculizarán. En el primer caso deberá accionar en forma coordinada con otros, mientras en el segundo buscará imponerse sobre la voluntad del oponente, aprovechando su mayor

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libertad de acción. Para ello, buscará aumentar el poder suyo o reducir el del otro, o generarle disrupción para interferirlo. De aquí que las relaciones cooperativas se ven favorecidas por el sincronismo o coordinación de acciones simultáneas o sucesivas, la coordinación que permite una frecuencia dada y predecible o las facilidades de un ritmo armónico y moderado. De una forma casi opuesta, el accionamiento veloz para acelerar el ciclo OODA y hacerlo más breve que el oponente, le generará a éste desorientación y disrupción brindando oportunidades de actuar sobre él o con mayor libertad de acción para el logro de los intereses propios. Asimismo, el accionar asincrónico, de frecuencia variable y ritmo disonante dificultará la posible acción del oponente en contra del protagonista, al tiempo que éste tendrá oportunidades de actuar sobre sus vulnerabilidades. Importancia del tiempo en el poder, la libertad de acción y la vulnerabilidad Una interpretación del poder se corresponde con la influencia de los medios de un actor sobre los fines de otro. El tiempo es una manifestación más o menos implícita de las relaciones de poder cuando el que tiene mayor poder que otro logra imponerle una “agenda”, con todas las manifestaciones del tiempo (su duración, oportunidad, frecuencia, secuencia y ritmo). Lo dicho para el poder, es extensivo para la libertad de acción tan necesaria en la estrategia debido a la dependencia de las relaciones y acciones en el conflicto. La vulnerabilidad, como un opuesto de la libertad de acción en el sentido que es la dependencia de los fines de un protagonista respecto de los medios de otros actores, también se ve incrementada ante la imposibilidad de poder controlar el tiempo en todas sus manifestaciones. La incidencia de las manifestaciones del tiempo Como vimos, si bien el tiempo ha sido generalmente tratado filosóficamente como tiempo real y percibido, de ambas formas el tiempo existe en sus manifestaciones de oportunidad, secuencia, duración, frecuencia y ritmo. Además, se suma la influencia del tiempo en distintos fenómenos físicos como la velocidad, la aceleración, la potencia, el caudal, la relatividad, etc.. La duración es la idea de un período de tiempo que tiene inicio y fin. Se dice que la existencia de un objeto, una idea o una acción “duran” determinado lapso de tiempo. Como vimos, sus límites están en las ideas extremas de la inexistencia del presente, por un lado, por ser indivisible al encontrarse entre un antes y un después, y la dificultad para comprender lo permanente o infinito, o sea, que no tiene inicio ni fin. La duración se relaciona con la complementaria idea de lo permanente, calidad que se le da al conflicto, puesto que el hombre es un ser social que siempre tendrá intereses que lo relacionan con los demás.

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También se relaciona con la decisión de alargar o acortar una duración para producir ciertos efectos. Por el contrario, una acción competitiva entre dos partes, con distintos recursos, puede generar distintas duraciones del enfrentamiento. La escalada de un actor que logra modificar la racionalidad del otro por medio de la fuerza, puede acortar los tiempos para llegar a un acuerdo. Por el contrario, el actor que resulta quebrado en su voluntad mediante el uso de la fuerza (“perdedor”), usando similares hechos de violencia solo contribuiría a alargar la duración del conflicto armado. Es así como suele darse que el vencedor resulta exculpado de usar mayores niveles de violencia, mientras que el perdedor resulta acusado por similar acción. La oportunidad tiene su incidencia especialmente durante la ejecución al llevar las ideas a la práctica. El momento apropiado para ejecutar acciones tiene que ver con la relación de identificación o competencia que exista con el otro actor. La oportunidad debe ser favorable para producir sincronización, coordinación y sinergia con los actores en cooperación, mientras que debe explotar vulnerabilidades y oportunidades en los actores en competencia. La oportunidad tiene también una significación importante en todo el proceso de comunicación que rodea a la difusión de los “mensajes”, a fin de transmitir un contenido y lograr los efectos esperados. La oportunidad también incide ante la intención de provocar saturación o disrupción en la toma de decisiones de otros actores mediante la simultaneidad y superposición de acciones o información. La oportunidad de una acción luego de largos períodos de inactividad generan sorpresa y resultan favorables frente a los oponentes y no convenientes con los actores en cooperación o aliados. La oportunidad se relaciona directamente con la eficacia en la acción y la eficiencia en cuanto al rendimiento de los costos.

La frecuencia da indicación de intensidad de la acción o el mensaje. Mientras que los sucesos que se suceden con cierta frecuencia son discriminables por el otro actor, a éste le permiten predecir y responder. La capacidad de predecir genera confiabilidad y ello es favorable para las relaciones de cooperación, mientras que la saturación que puede producir una alta frecuencia contribuye a la disrupción o al bloqueo y ello puede ser útil o “sufrido” en relaciones de competencia. Por el contrario, una extrema baja frecuencia de hechos, puede manifestar desinterés o desmotivación en el otro actor, y hasta la pérdida de la sensación de acción. En cuanto al ritmo, en una relación estratégica de identificación cooperativa y dentro de la propia organización, resultan convenientes las repeticiones consonánticas que incrementen la afinidad; mientras que en relaciones de competencia en las que convenga la disrupción, valdría introducir formas menos predecibles del ritmo como la disonancia y la heterotonía, La secuencia indica la existencia de un orden conveniente determinado. Dicha secuencia puede ser apropiada para coordinar eventos con otros actores en

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cooperación o en la propia organización, mientras que también puede estar orientada a producir los mejores efectos sobre las vulnerabilidades de los oponentes. El orden de la secuencia se relaciona con la toma de la iniciativa, acción propia de la actitud ofensiva en quien trata de conseguir lo que no tiene. El tiempo en su relación con el espacio, como una expresión física que gravita en las decisiones estratégicas. Existen múltiples aplicaciones prácticas del tiempo físico que inciden sobre otros factores e inciden en la decisión estratégica. Entre ellos, está la influencia de tiempo sobre el espacio recorrido que determina la velocidad o la aceleración. Es así como los intereses pueden variar según actúe con determinada velocidad o aceleración. Estos factores tienen efectos dinámicos que modifican los resultados. Según este razonamiento, se puede buscar y lograr la mayor permanencia posible en determinado contexto, llegar más lejos, o tener el mejor rendimiento y aumentar el alcance. La mayor velocidad o menor tiempo por unidad de distancia, puede permitir el logro de un interés en disputa, o el posicionamiento relativo favorable para seguir con otras acciones o lograr mejores resultados. Importancia del tiempo y la fuerza en la acción: potencia El tiempo tiene incidencia sobre los esfuerzos de la decisión estratégica cuando se relaciona con el empleo de los recursos y la fuerza, para generar potencia. La potencia o intensidad de la acción en relación con el tiempo puede incrementar los efectos pretendidos. El tiempo en la política, los esfuerzos y mensajes estratégicos, la documentación y supervisión estratégicas. La estrategia es vista como un camino hacia la obtención de las metas pretendidas por la organización. En dicho sentido, la planificación del tiempo en todas sus manifestaciones es parte de la solución del problema. Si bien en estrategia se reconoce que la situación dialéctica no permite controlar la mente ni todas las acciones de los demás actores, es posible la coordinación de los esfuerzos dentro de la organización o dentro de la coalición. A mayor operacionalización de las ideas, resulta necesaria una mayor atención del factor tiempo. Velocidad versus calidad Durante la conducción estratégica que involucra el proceso de decisión y la ejecución, aplica la idea generalizada de que la velocidad, como una de las expresiones del tiempo, puede ir en contra de la calidad de las acciones y los resultados. No obstante, en una relación dialéctica que puede ser de cooperación o de competencia, la oportunidad, duración, frecuencia, ritmo y secuencia pueden ser

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determinantes a la hora de coordinar acciones con aliados o generar disrupción con los oponentes. El tiempo y el riesgo Los peligros son situaciones con posibles consecuencias no deseadas y su valoración es conocida como riesgo. El riesgo surge de la integración entre las apreciaciones de probabilidad de ocurrencia de un hecho no deseado y el impacto negativo que pueda producir. El tiempo duración, oportunidad, frecuencia, ritmo y secuencia pueden incidir favorable o desfavorablemente sobre la probabilidad de ocurrencia y el impacto de hechos no deseados y como resultado de ello, es un factor que debe ser tenido en cuenta a la hora de gestionar preventivamente a los riesgos. A modo de ejemplo, los decisores pueden adoptar decisiones de riesgo con aversión o preferencia hacia él, teniendo en cuenta la duración del período que dura la situación de riesgo, y la oportunidad y duración de las posibles consecuencias. Irreversibilidad del tiempo La irreversibilidad del tiempo ha sido analizada prematuramente por la filosofía clásica y se podría descartar cualquier cuestionamiento. No obstante, teniendo en cuenta que la decisión estratégica se basa en percepciones, no puede descartarse la importancia de la diferencia entre el tiempo real o absoluto y el tiempo percibido.

El asunto es tan serio, que como ya se expresara, se habría comprobado que algunas poblaciones perciben el futuro por detrás y el pasado por venir.17

A modo de ejemplo, en las decisiones de riesgo asociadas a la conducción estratégica tiene gran incidencia la reversibilidad de las decisiones en cuanto a sus posibles consecuencias.

Importancia histórica del factor tiempo en la decisión estratégica

Teniendo en cuenta el análisis desarrollado sobre la influencia del tiempo en la estrategia, y al solo modo de ejemplo, vale recordar lo dicho por el conocido estratega chino SUN TZU en “El Arte de la Guerra” unos quinientos años antes de Cristo. En el “Capítulo I – Sobre la evaluación”, señaló:

“La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que nos es más querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros. Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones entre diversas condiciones de los bandos rivales, con vistas a determinar el resultado de la guerra. El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina. …………………… El tiempo significa el Ying y el Yang, la noche y el día, el frío y el calor, días despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones.”

17

El caso de las poblaciones aimarás

25

CONCLUSIONES

Las distintas interpretaciones del tiempo a lo largo de la historia de la filosofía permiten obtener varias conclusiones importantes relativas al significado del tiempo, a saber:

Primero, no hay unicidad de criterios en torno al concepto y significado del tiempo, y sus implicancias.

La comprensión del tiempo es bastante dificultosa.

Tiene distintos sentidos, si se lo contempla respecto del entorno o el universo, o respecto de la percepción del hombre.

Un tiempo universal o en relación al mundo es medible, considerado real, objetivo y cosmológico. Existen instrumentos como los calendarios o los relojes para medirlo y parcializarlo. Así se puede establecer la edad de los seres o fraccionarlo en períodos para administrarlo.

Otro tiempo personal, percibido por el hombre, su mente o su alma es psíquico, subjetivo, antropológico y medido según el hombre. No hay forma de medir la percepción humana individual del tiempo ya que esa experiencia es heterogénea, plural y cambiante. Hay situaciones que resultan interminables y otras instantáneas, con tiempo de sobra o insuficiente. Y así, el tiempo psicológico produce relajación o ansiedad y otros múltiples efectos que pueden distorsionar la percepción del tiempo.

Un tercer tiempo histórico es el de los acontecimientos de la humanidad que permite comprender épocas, continuidades y disrupciones. Sería una integración entre el tiempo universal y el tiempo psicológico o personal. Este tiempo histórico es el que lleva a la necesidad de contemplar al hombre o grupos de personas en su contexto histórico con características culturales específicas.

En términos relativos, pareciera haber tres tiempos: pasado, presente y futuro, que paradójicamente no existirían, pero vale preguntarse si el tiempo no tiene un carácter unitario y presencial.

El pasado ha sido, pero ya no es; el futuro será, pero aún no es; sólo el presente es, aunque su modo de ser es instantáneo y fugaz, porque muy pronto deja de ser o como es indivisible, no es.

No obstante, también podría decirse que el único tiempo existente es el presente con presente de cosas pasadas, de cosas presentes, y cosas futuras.

Por un lado hay una instantaneidad del tiempo que lo hace huidizo y fugaz y lleva al hombre a aferrarse al presente, vivir con intensidad y apreciar su propia finitud.

Por otro, existe un tiempo extenso con la idea de pasado que se proyecta hacia el futuro, con características de infinitud y omnipresencia.

El movimiento y el cambio se relacionan directamente con el tiempo y permiten su percepción.

El hombre es un ser histórico, cuya vida se inscribe en el transcurso de la vida de la humanidad y dura lo que su vida.

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Con base en las interpretaciones filosóficas mencionadas, tanto desde la idea del tiempo real como del percibido, existen manifestaciones y aplicaciones físicas del tiempo que inciden en el hombre, su relación con el mundo y con los demás hombres. Vale referirse a dichas manifestaciones para analizar la influencia del tiempo en la conducción estratégica y la conveniencia de su especial consideración durante el proceso de toma de decisión. La decisión estratégica debe prever la conducción estratégica (decisión y ejecución) para la solución de cuestiones no estructurables y marcar un camino hacia el propósito, llevando las ideas a la acción. La decisión estratégica tiene como propósito adelantarse a los hechos para poder conducir una situación de conflicto caracterizada por una dialéctica de voluntades con racionalidad interdependiente, donde se busca la libertad de acción en un contexto de gran incertidumbre. Según la relación de identificación que hay con cada actor, ya sea de cooperación o de competencia, a medida que se avanza en la operacionalización, hay una necesidad de contemplar en forma diferenciada para cada relación de identificación al tiempo real y al tiempo percibido. Tanto el tiempo real que permite medir el tiempo con instrumentos, como el tiempo percibido según cada individuo, tienen manifestaciones como la duración, la oportunidad, la frecuencia, el ritmo y la secuencia, y manifestaciones físicas como la velocidad, la aceleración y la potencia, entre otras, cuyo empleo puede servir para cooperar, coordinar, aunar esfuerzos y lograr sinergia, o para competir, generar disrupción, interferencia y sobreponerse a un oponente. “El tiempo libra a los necios de la aflicción, y del buen juicio a los sanos”.

Epicteto de Frigia (55-135)18 El tiempo siempre está y, por eso, casualmente, la decisión estratégica requiere aprovecharlo.

Eduardo Ganeau

-.-

18

Epicteto fue un filósofo de la escuela estoica, que vivió parte de su vida como esclavo en Roma. Algunos lo

consideran más un moralista. Hasta donde se sabe, no dejó obra escrita, pero de sus enseñanzas se conservan un

“Manual” y en unos Discursos editados por su discípulo Flavio Ariano.


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