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Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
ContextoRenacimiento
Tres grandes acontecimientos
precipitaron el fin de la Edad Media en el
siglo XV y dieron origen a una nueva etapa en la historia
universal: El Renacimiento.
Invención de la Imprenta por Guttenberg (1436).
Caída de Constantinopla en poder de los turcos (1453).
Descubrimiento de América por Cristóbal Colón (1492).
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
RenacimientoTodos esos
acontecimientos tuvieron
consecuencias
económicas, políticas y religiosas
inmediatas
Fortalecieron la imagen del Estado frente a una Iglesia en creciente descrédito.
Impulsaron la curiosidad del espíritu científico tan reprimido y aplastado durante toda la Edad
Media.
La experiencia y la observación sustituyeron a la teología.
El descubrimiento de América se produjo al mismo tiempo (1492) en que el Estado Nacional lograba su unificación territorial en España.
En efecto, aunque la guerra de reconquista la habían iniciado los reyes de Castilla y Aragón desde varios años antes, es en 1492 cuando lograron la
expulsión definitiva de los moros del territorio ibérico, al mismo tiempo que consolidaban el poder real unificado.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
RenacimientoLa Reforma
La unidad de la Iglesia se fue deteriorando a fines de la Edad Media, a medida que las herejías
proliferaban y cada vez más se ponía en entredicho el poder temporal del Papa y el lujo y
ostentación del Clero.
La difusión de las prédicas de Calvino y
Lutero produjeron una nueva escisión
entre sus seguidores y el resto de la grey
católica. Ni los anatemas y
excomuniones, ni la quema en la hoguera de sus promotores fueron suficientes para contener el
poderoso vendaval de la Reforma.
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Renacimiento
El origen de la Reforma se ubica en las tesis de Juan Huss (1369-1415), rector de la Universidad de Praga, seguidor de los planteamientos de Juan Wyclif
(1320-1384), profesor de la Universidad de Oxford.
“… el poderío de Dios se ejerce sin intermediarios, a la manera del que ejerce el señor feudal sobre sus vasallos”, con lo que
indirectamente propuso la igualdad de todos los hombres. Esta igualdad, sin embargo, es limitada y quebrantada por el pecado, que hace necesario el señorío civil, en que la autoridad sobre los
vasallos se erige sobre el derecho de propiedad.
“Esto no impide que el señorío civil y la autoridad eclesiástica reconozcan la misma fuente inmediata en la voluntad divina, por
lo que ni el Papa ni el clero pueden invadir el señorío civil sin contrariar dicha voluntad divina, o sea: al ser instituidos por Dios tanto el Estado como la Iglesia, uno y otro tienen su propia esfera
de acción” (Salazar Mayén, p. 131).
Wyclif sostenía:
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Renacimiento
Aún más, Wyclif era partidario de una Iglesia Nacional, pues decía que en las Escrituras no existía precepto alguno que justificara una Iglesia Universal,
con supremacía de Roma.
“Wyclif, pesimista, juzgaba a los hombres malos por naturaleza y proclives al pecado, y de ahí que propusiera como la mejor forma de gobierno la
monárquica, en que el poder de los más fuertes e inteligentes puede refrenar los excesos de los individuos. Para llegar a este beneficioso género de
autoridad, es menester la unificación del pueblo, que se consigue mediante la comunicación directa de todos y cada uno de los hombres con Dios, que
implica la abolición de la propiedad privada del clero, base de sus privilegios” (Ibid).
La idea de que los hombres pueden comunicarse directamente con Dios sin necesidad de intermediarios coincidía con las enseñanzas de Marsilio de
Padua, lo que llevaba a la conclusión de que “la Iglesia no es sino el concurso de todos los fieles y no una jerarquía determinada“ (Ibid, p. 131).
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Juan Huss adoptó el mismo razonamiento, y logró que la iglesia tomara en cuenta algunos aspectos, lo que Wyclif
ciertamente no había alcanzado al ser vencidos sus partidarios.
En realidad, tanto Wyclif como Huss son considerados los precursores de la Reforma, “al proclamar que las
Escrituras son la única fuente de autoridad en lo tocante a la Fe y que todo hombre puede comunicarse por sí mismo con Dios y abrevar sin intermediarios en la Biblia. Uno y
otro propusieron el derecho divino de los reyes y postularon la igualdad original de los hombres” (Ibib, p.132).
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Renacimiento
Sin embargo, el verdadero impulsor de la Reforma fue Martín Lutero (1483-1546), cuyo pensamiento político
contenido en diversas obras (“Libertad del hombre cristiano”, “Carta a la
nobleza germánica”, “Sobre la autoridad secular: hasta qué punto se
le debe obediencia”, “Conversaciones”, “Del cautiverio de Babilonia en la Iglesia”), se sustentó en Guillermo de Occam, Marsilio de
Padua y Juan Wyclif. Aunque Lutero se ordenó en 1507, fue hasta 1510 durante un viaje a Roma cuando
comenzó a cambiar sus ideas. En 1512 presentó 95 tesis en el pórtico de la iglesia de Wittenberg atacando las
indulgencias concedidas por León X.
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Renacimiento
Ulrico Zwinglio (1484-1531), reformador
suizo, discrepó un poco de Lutero, al sostener
el derecho de la comunidad a
gobernarse a sí misma “tanto en su vida
religiosa como en su existencia civil, por lo que Estado e Iglesia forman un sistema
único, bajo la dirección de los órganos
políticos” (Ibid, p. 134).
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Sin embargo, el pensador más importante de la Reforma fue Juan Calvino (1509-1564), quien en su obra “Instituciones de la religión
cristiana” expuso sus ideas fundamentales.
Según él, la Iglesia debía limitar su actividad a la preparación del reino espiritual de Cristo, por medio de la gracia divina, en tanto que el poder civil debe ocuparse de las necesidades temporales
de los hombres; pero como “el orden civil no corresponde solamente a lo que los hombres comen, beben, etc., sino a lo que
idolatran y blasfeman contra el nombre de Dios y contra su verdad, y otros escándalos de la religión”, el Estado está
obligado a cuidar del culto público y de los intereses religiosos.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
RenacimientoPor eso, concluía, los cristianos están obligados a la obediencia del poder
civil, cuyo origen es divino:
“Los magistrados, teniendo el mandato de Dios, están autorizados
por él, y en todas partes ellos representan su persona”. De aquí
que la autoridad real sea absoluta y “jamás nos deben invadir la
conciencia las locas y sediciosas cogitaciones de que los reyes deben
ser tratados según lo merezcan, y que no nos tengamos por súbditos
de aquel que no procede con respecto a nosotros como rey”
(Salazar Mayén, p. 134-135).
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Bajo la dirección del papado, la Iglesia enfrentó al protestantismo creando nuevas órdenes monásticas y reforzó otras.
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
De las nuevas órdenes, la Compañía de Jesús,
fundada por San Ignacio de Loyola en
1534 (aunque reconocida por el Papa hasta 1540)
jugaría el papel más importante en la lucha de la Iglesia de Roma
contra los reformadores.
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La influencia de los jesuitas se dejó sentir en el Concilio de Trento, desarrollado de 1545 a 1563, que había sido convocado por el
Papa Pablo III para organizar la defensa de la Iglesia.
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
Los jesuitas defendieron ahí el principio del
absolutismo pontificial en el
ámbito eclesiástico y la
autoridad del Papa fue
restituida a su máximo.
Concilio de Trento
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Los mejores exponentes, aunque no los únicos, del pensamiento de la Compañía de Jesús fueron sin duda los jesuitas españoles, particularmente Juan P. de Mariana (1536-1624) y Francisco
Suárez (1548-1617).
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
Mariana siguió y desarrolló las tesis
de Francisco de Victoria (1483-1546), otro gran pensador
político español que, sin embargo, no fue
jesuita.
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En general, todo el pensamiento jesuita se dirigió contra la tiranía. Otro jesuita, español, Pedro de Rivadeneira (1526-
1611) afirmaba en su obra “El príncipe cristiano” (Ibid, p. 139):
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
“El verdadero rey está sujeto a las leyes de Dios y de la Naturaleza; el tirano no tiene otra ley sino su voluntad. El rey hace profesión de guardar la piedad, la justicia, la fe; el tirano no tiene cuenta con Dios, ni con fe, ni
con justicia… el uno es alma y vida de su pueblo, cabeza del cuerpo de la república y como padre de
cada uno de sus súbditos, el otro es cuchillo, verdugo y atormentador…”
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El más notable de los jesuitas españoles durante la Contrarreforma fue Francisco Suárez (1548-1617), cuya obra más importante es
su “Tratado de leyes con Dios legislador”.
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Suárez consideraba que el Derecho Natural es
inmutable y eterno puesto que es la ley que Dios ha
grabado en el alma humana.
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De ahí estableció una diferencia entre el Derecho Natural y el Derecho de Gentes:
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
el primero formula los fundamentos de orden moral que son válidos para todos los hombres y todos los pueblos
en todos los tiempos.
el Derecho de Gentes, en cambio, formula preceptos de convivencia y utilidad derivados de la experiencia
humana (propiedad, esclavitud, etc.)
Los hombres –sostenía Suárez-- son libres por naturaleza y el poder político reside en el pueblo, quien lo transfiere al monarca mediante un contrato; de ahí se sigue que el tiranicidio es válido contra el tirano que
no cumpla lo pactado, que es la búsqueda del bien común.
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Sin embargo, hay que distinguir entre el usurpador y el rey legítimo: “el usurpador puede ser muerto por cualquiera; pero
el príncipe legítimo que abusa tiránicamente del poder, sólo puede ser muerto por el pueblo” (Ibid, p.140).
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
En su libro “De las virtudes teologales”, escribe Francisco Suárez:
“La guerra del pueblo contra su soberano no es intrínsecamente mala, aunque ella sea
agresiva; deben cumplirse, sin embargo, las otras condiciones de una guerra justa para que
ésta sea honesta”.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
La tesis del contrato original está claramente
planteada por Suárez:
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
“el pueblo, titular del poder, esto es, de la soberanía, no lo delega graciosamente al monarca, sino a cambio de que éste gobierne ‘según
las exigencias del bien común’” (Ibid, p. 142).
Finalmente, Suárez negaba el poder temporal del Papa, salvo en sus dominios:
“El Sumo Pontífice –escribió-- no tiene poder directo en lo temporal fuera de sus dominios”.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
“En resumen, los jesuitas, o, más exactamente, los teólogos españoles, trataron de limitar la autoridad de los
gobernantes mediante la atribución de la soberanía al pueblo. Ello serviría para establecer, aunque sólo fuera en
principio, el equilibrio entre el poder temporal de la monarquía y el del papado, reducido este último muy
considerablemente por virtud del asalto de las fuerzas históricas; pero, sobre todo, serviría para impedir que los
príncipes, aconsejados por su conveniencia, impusieran la nueva religión a sus súbditos, como había ocurrido en
Inglaterra y Alemania” (Ibid, p. 143).
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Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
La destrucción del régimen feudal y el desarrollo del absolutismo monárquico, así como su rebeldía frente al poder temporal del Papa y de la Iglesia trajeron como consecuencia
el surgimiento del Estado Nacional moderno.
ESTADO NACIONAL Renacimiento
Dice Salazar Mayén (p. 145-147): “…el Estado nacional fue un producto del descontento popular, de la rebeldía de los
poderosos contra la Iglesia y de las necesidades del naciente capitalismo, fenómenos todos que se precisaron y
robustecieron con la Reforma...
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
“Los privilegios de los ricos y poderosos habían gravitado largamente sobre el pueblo, en donde no faltaban quienes se percataran de que la desigualdad existente era opuesta a la
doctrina cristiana original. Este sentimiento había permanecido vivo en algunas sectas religiosas y renació impetuosamente en
las herejías medievales… Las sublevaciones campesinas del norte de Italia, de Inglaterra, Francia y Bohemia, reconocieron
ese mismo origen. Por eso fue que la Reforma, al prestarse para la protesta, arrastró tras de sí a un gran sector popular…
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
“La nobleza, por su parte, encontraba ventajosa la ruptura con la Iglesia, ya que tal ruptura abolía ciertas limitaciones de carácter
religioso, liberaba algunos tributos y permitía enriquecerse mediante el apoderamiento de los bienes eclesiásticos…
Estado Nacional
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
“En lo que al capitalismo se refiere, hay que advertir que la vida sustentada en la propiedad territorial empezaba a ceder paso al
comercio internacional y al capital comercial.
“Los incipientes Estados absolutistas tenían en estas nuevas fuerzas económicas un punto de apoyo muy importante, así como,
recíprocamente, estas nuevas fuerzas se apoyaban en el absolutismo.
“Como, además, el descubrimiento de América y la absorción de sus riquezas dieron pábulo a que la economía monetaria cobrara auge, y
como los gastos de los Estados absolutistas, con sus cortes fastuosas y sus grandes ejércitos, habían aumentado enormemente, la relación
entre absolutismo y nuevas fuerzas económicas incrementó la importancia del Estado”.
Estado Nacional
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
“Este cúmulo de sucesos, sumados a las guerras de conquista de los príncipes, engendró el Estado nacional en unas partes y lo fortaleció y
precisó en otras”.
C O N T R A R R E F O R M A RenacimientoEstado Nacional
El matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de
Aragón dio como resultado el
establecimiento de un poder soberano
unificado que permitió la reconquista del territorio español y la expulsión de
los moros y de los judíos.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El absolutismo de la corona española se fortaleció con el descubrimiento de América y la conquista de los territorios descubiertos. Así, en
torno de los reyes católicos, aparece un territorio unificado bajo un poder soberano (y absoluto) que se ejerce sobre una comunidad
específica: pueblo, territorio y soberanía, los tres componentes del Estado nacional moderno.
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
En Inglaterra, bajo el reinado de Enrique VIII e Isabel I, el poder absoluto de la
monarquía consolida al Estado nacional e incluso funda su propia
iglesia (anglicana), aunque mantiene líneas de comunicación con la nobleza y el pueblo a través del
Parlamento.
Estado Nacional
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Pero es Francia el ejemplo más
acabado del poder real, absoluto y
altamente centralizado, que llevó a Luis XV a
declarar: “el Estado soy yo”.
C O N T R A R R E F O R M A RenacimientoEstado Nacional
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Italia fue, quizá, la excepción en ese proceso de unificación nacional. Frente a la experiencia histórica de los estados
contemporáneos, no es casual, entonces, el afán unificador que permea toda la obra de Maquiavelo.
C O N T R A R R E F O R M A Renacimiento
Además de los teólogos y jesuitas españoles ya mencionados, el absolutismo monárquico encontró un sólido sustento en las obras de Bodino en Francia, de Hobbes en Inglaterra y
de Maquiavelo en Italia.
Estado Nacional
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
La influencia de los eruditos griegos que huyeron de Constantinopla y Grecia trajeron a Occidente los escritos de Platón.
U T O P Í A S Renacimiento
Los difundieron rápidamente gracias a la imprenta hacia un público curioso y
ávido de conocimientos.
Ello fue definitivo para desarrollar la imaginación de algunos espíritus
renacentistas que escribieron textos que, como los del filósofo griego,
planteaban la vuelta a un mundo idílico y racional, buscando refugio frente a una realidad demasiado dura que se
alejaba del modelo ideado.
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Tales fueron los casos de sociedades
ideales a las que, genéricamente se
les ha llamado “utopías”,
generalizando el nombre que Tomás Moro puso a la isla imaginaria en que
describe un modelo de sociedad
desarrollado, dice, por el rey Utopo.
U T O P Í A S Renacimiento
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
De las diversas obras que describen estas “utopías”, veremos a continuación las más relevantes y conocidas: la “Utopía” de
Tomás Moro, la “Nueva Atlántida” de Francis Bacon y la “Ciudad del Sol” de Tomasso Campanella.
U T O P Í A S Renacimiento
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Barnes y Becker (Op. Cit., Tomo I, p. 322) resumen en siete aspectos fundamentales las características que definen el modelo de
sociedad y Estado propuesto por Moro:
U T O P Í A S RenacimientoLa Utopía de Tomás Moro
Abolición de la propiedad privada.
Abolición del dinero como “la raíz de todo mal”.
Una división del trabajo según métodos de sentido común y general adaptabilidad.
El concepto de que la vida familiar es la unidad básica de la organización social.
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U T O P Í A S RenacimientoLa Utopía de Tomás Moro
Jornada de trabajo de seis horas, “tomándose las medidas adecuadas para asegurar el recreo, la educación y la
protección contra lo que Moro consideraba como vicio”
Libertad de creencias religiosas
Un gobierno monárquico, “pero que establecía la elección del monarca por el pueblo, mediante un procedimiento
indirecto”
Dicen estos mismo autores: “Lo que aportó Moro fue una notable modernización de la esperanza perenne y un nombre que arraigó en la
imaginación popular” (Ibid, p. 322).
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U T O P Í A S RenacimientoLa “Nueva Atlántida” de Francis Bacon
Publicada en 1629, más de un siglo después de “Utopía”, y tres años después de la muerte de Bacon, su “Nueva Atlántida” es
una obra no terminada; sin embargo, fácilmente se identifica que su interés principal no era político, sino científico.
Bacon soñaba con “...una comunidad ideal en la que la ciencia
experimental, celosamente practicada, acabase por dar al
hombre el dominio sobre las cosas, ‘porque a la naturaleza se la
gobierna únicamente obedeciéndola’. En ese reino del
pensamiento, la ciencia se convierte en instrumento civilizador que liga
al hombre con el hombre”.
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U T O P Í A S RenacimientoLa Nueva Atlántida de Francis Bacon
Jean Touchard (Op. Cit., p. 259), resume así la concepción política que Bacon formula acerca de la Nueva Atlántida:
“Francis Bacon es partidario de la prerrogativa real, pero no del poder absoluto. Su ideal político es
esencialmente patriótico (y científico). Sueña con un pueblo poderoso y bien armado para la guerra, con impuestos relativamente poco gravosos, con
una nobleza que no sea demasiado fuerte y con un rey decidido a practicar una vigorosa política de
expansión nacional”.
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U T O P Í A S Renacimiento“La Ciudad del Sol” de Campanella
Monje italiano de la orden de los dominicos, Tomasso Campanella nació en 1568 y murió en 1639.
Escribió su obra (publicada en Francfort, en 1623) en forma de
diálogo entre un navegante genovés que regresa de dar la vuelta al mundo y relata sus
experiencias a un caballero de la Orden Hospitalaria. La ciudad del Sol, sociedad imaginaria
situada en Taprobana (Ceilán), desarrolla la idea de un Estado ideal, perfecto, frente al Estado
defectuoso.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
U T O P Í A S RenacimientoLa Ciudad del Sol de Campanella
La siguiente descripción de la obra permite apreciar el modelo de sociedad propuesto por Campanella (L. Nueda y A. Espina. Mil Libros.
Tomo 1, p. 286-287):
“...El jefe supremo de la ciudad es un sacerdote al que los solarios llaman Sol y en nuestra lengua se diría Metafísico. Le asisten tres príncipes del
mismo rango: Pon, Sin y Mor, que vienen a querer significar: Poder, Sabiduría y Amor. El primero se cuida del ejército y de todo lo referente
a la guerra; el segundo se ocupa de las ciencias y de quienes las estudian; tiene a sus órdenes a muchos auxiliares para cada rama del
saber; poseen un libro único, donde están comprendidas todas las ciencias; han decorado todos los muros con cuadros que representan en forma sencilla todo el desarrollo de cada ciencia; así, desde niños
van aprendiendo intuitivamente, y como pasatiempo, lo que les costaría mucho tiempo y esfuerzo si lo estudiaran en los libros cuando fueran
mayores. Al tercero, Mor, atañe todo lo concerniente a la procreación y puericultura.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
U T O P Í A S RenacimientoLa Ciudad del Sol de Campanella
A diferencia de Moro, Campanella no era tan severo con las consecuencias del contagio cultural de otras sociedades, y es que todavía los cambios producidos por el contacto cultural no eran tan evidentes en Europa.
Campanella decía:
“Los extranjeros son tratados con magnificencia y cortesía. Durante tres días los alimentan a costa de los fondos públicos. En primer término les lavan
los pies y luego les enseñan la ciudad. Les conceden un puesto en las reuniones y festines públicos, y designan ciudadanos que se encargan del cuidado y custodia de los huéspedes. Si éstos desean hacerse ciudadanos del Sol, se someten a una prueba durante un mes en el campo y otro mes en la ciudad. Superada la prueba, los admiten en medio de determinadas
ceremonias, juramentos, etc."
La utopía concebida por Campanella parece haber tenido consecuencias prácticas, pues aparentemente influyeron en los experimentos comunistas
que desarrollaron los jesuitas en Paraguay en el siglo XV.
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Vida y ObraNicolás Maquiavelo
Nació en 1469.
Hijo de una rica familia venida a
menos hasta casi ser declarada
insolvente.
Razón por la cual, la formación del
joven fue autodidacta.
Tal vez, su padre, jurisconsulto, lo
haya iniciado en los estudios de la historia de la
antigua Roma.
Su niñez y juventud transcurrieron en la
Florencia de los Médicis.
Los Médicis, familia de banqueros
adinerados que desde 1434,
encabezamos por Cosme, se habían
apoderado del poder, destruyendo
libertades de la República Florentina.
Cosme de Médici
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Vida y Obra
A los 9 años, Maquiavelo fue testigo de la rebelión contra Lorenzo el Magnífico (Sucesor de Cosme) y pudo contemplar los cádaveres de los jefes de la rebelión (el Cardenal de Pisa, Salvati y de Francisco Pazzi) colgando de
las ventanas del Palacio de la Señoría, mientras los cuerpos de los otros conjurados eran arrastrados por las aguas del Río Arno.
Al morir Lorenzo en 1492, su sucesor, Pedro de Médicis enfrentó otra rebelión
que lo obligó a huir de la ciudad, restableciéndose la república inspirada por
Fray Jerónimo Savonarola, fraile iluminado, vehemente y enfermizo, cuyas
prédicas infernales fascinaron a los florentinos que pensaban en la vida y en
gozar, mientras Savonarola sólo les hablaba de la muerte, de los temas del
Apocalipsis.
Savonarola
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
ContextoA fines del siglo XV y
principios del XVI
La península itálica estaba dividida en muchos Estados, “proliferando, pululando, pudriéndose, haciéndose, deshaciéndose, rehaciéndose, con ayuda, las más de las veces, de los extranjeros,
frances y españoles, que habían invadido Italia, todo ello en torno a 5 Estados, los más consolidados, que actuaban como ejes en aquel
mundo políticamente tan heterogéneo.
Ducado de Milán
República de Florencia
República Aristocrática de Venecia
Estados Pontificios (Roma)
Reino de Nápoles
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Vida y Obra
Durante 14 años, de 1498 a 1512 fue Maquiavelo un eficiente funcionario del gobierno republicano de Florencia, pero al restablecerse el dominio de los
Médicis, fue despedido de sus cargos y desterrado.
Incluso, sospechoso de haber participado en una conspiración contra los Médicis fue
encarcelado durante un breve tiempo. Ahí terminó la vida del funcionario, pero comenzó la
del trascendente autor.
Entre 1513 y 1515 Maquiavelo escribió casi simultáneamente los Discorsi y el Príncipe
(aunque algunos autores han sostenido que los Discorsi fueron posteriores, hacia 1520, otros
han demostrado con mayores pruebas y argumentos, que se escribieron en el mismo
lapso).
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Vida y Obra“Discorsi”
Obra más mesurada y cuidada que “El
Príncipe”:
Trata de las Repúblicas y cómo se gobiernan y engrandecen, así como de las
causas que las pierden.
“El Príncipe”
Se enfoca a las clases de
principados que hay,
y de las acciones que debe emprender para mantener
el poder y acrecentarlo.
de las cualidades que debe poseer el
príncipe
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RenacimientoLos Estados pueden ser, según Maquiavelo
E S T A D O S
Principados
Repúblicas
Hereditarios
Nuevos
Mixtos
Eclesiásticos
Aristocráticas DemocráticasMixtas
Gobernados directamente sin intermediarios
Gobernados con intermediarios (nobleza)
Adquiridos por virtú
Adquiridos por fortuna
Adquiridos por perfidia
Adquiridos por consenso
Un principado nuevo se agrega a uno hereditario
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RenacimientoDe los Principados
Pequeño libro de 26 cortos capítulos. Es una de las obras más leídas y comentadas de todos los tiempos.
Su propósito fue investigar:
¿Cuál es la esencia de los principados?
¿De cuántas clases los hay?
¿Cómo se adquieren?
¿Cómo se mantienen?
¿Por qué se pierden?
Los principados son la forma de gobierno alternativa a las repúblicas, y los hay de varias clases: unos son hereditarios y otros son nuevos.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Renacimiento
De los hereditarios apenas se ocupa Maquiavelo, quien considera que los príncipes no tendrán mayores dificultades para mantenerlos, siempre y cuando “no se sobrepasen los límites trazados por sus antepasados” y
sepan contemporizar con los acontecimientos.
Hay una tercera clase de principados, los mixtos, cuando un Estado se agrega a otro hereditario formando ambos un solo cuerpo político, y por
último menciona los principados eclesiásticos.
Maquiavelo no entra a la discusión sobre la legitimidad de los príncipes, o de su derecho a adjudicarse principados nuevos.
El hecho esencial es que la historia humana demuestra que el triunfo es siempre del más fuerte, por lo que la fortaleza del príncipe es el centro de
su análisis.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Renacimiento
Los principados nuevos son los que ocupan la mayor atención de nuestro autor. Hay, dice, cuatro formas de adquirir un principado:
1) por la virtú (es decir, la energía, el empuje, el talento, la resolución y el valor indómito y feroz), lo
cual es equivalente a adquirirlo por sus propias armas.
2) por la fortuna, es decir, por las armas de otro.
3) por perfidia o maldad.
4) por el consentimiento de sus conciudadanos.
Maquivelo se interesa de manera especial por las dos primeras, las adquisiciones por la virtú o por la fortuna. Distingue entre una y otra, y
establece que nadie, ni el más virtuoso está al margen de la fortuna, pero también afirma que la fortuna puede atemperarse con la virtú.
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Renacimiento
Por último, de los principados eclesiásticos, apenas si Maquiavelo les presta atención. El ellos, el poder de las antiguas instituciones
religiosas basta, pues a fin de cuentas, es Dios quien los eleva y quien mantiene a esos príncipes.
Por otra parte, los Estados pueden ser principados:
Despóticos
Aristocráticos
Repúblicas
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Renacimiento
A la virtú y la fortuna se agrega una tercera condición que el príncipe debe tener siempre en cuenta, tanto para adquirir como para conservar un principado: la necesidad. Es decir, la percepción que los ciudadanos del Estado tengan de requerir un gobierno, un príncipe, un poder supremo
que los unifique. Esta percepción puede cambiar según las circunstancias, por lo que el príncipe debe tenerlas presentes
constantemente.
Así, las condiciones y cualidades que el príncipe
debe observar son:
Virtú
Fortuna
Necesitá
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Renacimiento
Como Aquiles, el príncipe cabal debe, además, poseer la naturaleza tanto del hombre y como de la bestia, cada una de ellas sostenida por la otra.
Entre los animales, debe elegir dos como modelo: el zorro y el león, y debe tratar de ser los dos al mismo tiempo.
Como no todos los hombres son buenos, sino malos, el príncipe debe ser un zorro en materia de
promesas y compromisos, y no cumplirlos si afectan sus intereses, pues los otros tampoco mantendrán
su palabra ni sus promesas para con él.
Debe ser un león por su valentía y su fiereza, por el temor que debe inspirar en sus súbditos.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Renacimiento
En síntesis, los consejos que Maquiavelo brinda al príncipe en cuanto a las cualidades, la conducta y las actitudes que
debe desarrollar, además de los mencionadas anteriormente, pueden expresarse de la siguiente manera:
Debe ser cauto en el creer y en el obrar, no tener miedo de sí mismo y proceder con moderación, prudencia y humildad, de manera que una excesiva confianza no lo vuelva imprudente,
y una desconfianza exagerada, intolerable. 1
La primera impresión que se tiene del juicio de un príncipe se fundamenta en los hombres que le rodean: si son capaces y fieles, se le reputará por sabio; pero cuando no lo son, no será considerado prudente, ya que el primer error lo comete
con la elección de sus colaboradores.
2
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Renacimiento
Un príncipe necesita contar con la amistad del pueblo, pues de lo contrario no tendrá salvación en la adversidad; debe evitar que el pueblo sea su enemigo. Si teme más al pueblo
que a los extranjeros, debe construir fortalezas; pero la mejor fortaleza es no ser odiado.
3
Nada honra más a un príncipe nuevo que el promulgar nuevas leyes y crear nuevas instituciones que bien
cimentadas lleven grandeza y lo hagan digno de respeto y admiración.
4
El que menos ha confiado en el azar es el príncipe que mejor y más tiempo ha conservado sus conquistas. 5
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Renacimiento
Es necesario que tenga una inteligencia capaz de adaptarse a todas las circunstancias y que no se aparte del bien
mientras pueda; pero que, en caso de necesidad, no titubee en adentrarse al mal.
7
El príncipe debe huir siempre de las cosas que lo hagan odioso o despreciable a la vista del pueblo. 8
Los príncipes deben encomendar a otros las tareas gravosas y desagradables, y reservarse las agradables. 9
No es preciso que un príncipe posea todas las virtudes, pero es indispensable que aparente que las tiene. 6
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Renacimiento
Un príncipe prudente no debe jamás aliarse con otro más poderoso para atacar a terceros. 12
El príncipe debe ingeniárselas por parecer grande e ilustre en cada uno de sus actos. Es preferible que tome
partido a que permanezca neutral. 11
Un príncipe fuerte jamás tolerará divisiones que podrían serle útiles en tiempos de paz, pero que mostrarán su
debilidad e ineficacia cuando venga la guerra. 10
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Renacimiento
Los hombres se complacen tanto en sus propias obras que se engañan y no atinan a defenderse de la adulación. La
mejor manera de evitarla es hacer comprender a los demás que no se ofende cuando le dicen la verdad; pero cuando
todos dicen la verdad, le faltan al respeto al príncipe; por lo tanto, debe preferir rodearse de hombres de buen juicio, a quienes debe permitirles la facultad exclusiva de decirle la
verdad.
13
El príncipe debe pedir consejo, siempre que lo considere conveniente. 14
Los hombres se ganan mejor con las cosas presentes que con las pasadas. 15
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Renacimiento
Es feliz el príncipe que concilia su manera de obrar con las circunstancias, y es desdichado el que no logra armonizar
ambas cosas. 16
El que no gobierne bien perderá muy pronto lo que hubiere conquistado, y aun cuando lo conserve, tendrá muchas
dificultades y obstáculos. 17
Los males que nacen dentro de un Estado, cuando se los descubre a tiempo, lo que sólo es dado al príncipe sagaz, se
los cura pronto; pero cuando se los deja crecer hasta que todo mundo los ve, ya no tienen remedio.
18
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Renacimiento
Hay tres maneras de conservar un Estado acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: a)
destruirlo; b) radicarse en él; c) dejarlo que se rija con sus leyes, obligarlo a pagar un tributo y establecer un gobierno
formado por unas cuantas personas que se encargue de velar por los intereses del príncipe. No hay mejor forma de
conservar un Estado acostumbrado a vivir libre que hacerlo gobernar por sus propios ciudadanos.
19
El que un príncipe llegue al poder no depende por completo de su virtú o de su fortuna; depende de una cierta habilidad propiciada por la fortuna, pero que necesita del apoyo del
pueblo o de los nobles.
20
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Renacimiento
Los tropas de que puede hacer uso un príncipe son propias, mercenarias, auxiliares o mixtas. Las mercenarias y auxiliares son peligrosas, poco
efectivas y de escasa lealtad; por eso el príncipe no debe descansar en esa clase de soldados, sino
procurar los propios.
22
Un príncipe debe tener la posibilidad de sostenerse por sí mismo, lo que ocurre cuando puede formar
su propio ejército e infundir temor a sus enemigos. 21
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Renacimiento
Las amistades que se adquieren con el dinero y no con la altura y la nobleza del alma son amistades
merecidas, pero de las cuales no puede disponer el príncipe en caso de necesidad.
23
Hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza. La primera es distintiva del hombre, la
segunda de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es necesario recurrir a la segunda, con
frecuencia. De hecho, el príncipe debe saber combinar ambas.
24
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Renacimiento
Un príncipe debe temer dos cosas: que se subleven sus súbditos o que lo ataquen los Estados extranjeros.
Se puede prevenir la primera procurando todos los medios para
tener satisfecho al pueblo.
25
Es defecto común de los hombres no preocuparse por la tempestad
durante los tiempos tranquilos y de bonanza; pero es entonces cuando
los príncipes deben tomar sus precauciones.
26
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RenacimientoLas Repúblicas
Los discursos sobre la primera década de Tito Livio:
están dedicados a analizar las virtudes de las repúblicas sobre los regímenes monárquicos tomando como referencia: la antigua
república romana, exaltando la organización que resulta de una buena legislación, producto de fundadores prudentes, pero advirtiendo que cuando la república no está bien articulada y se corrompe, fácilmente
puede convertirse en tiranía u oligarquía, o el gobierno popular degenerar en un gobierno licencioso, exponiendo muchos ejemplos
brindados por la historia.
La obra está dividida en tres libros, con un total de 142 capítulos (60 del libro I, 33 del libro II y 49 del libro III).
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Renacimiento
Una república bien organizada es fuerte y prudente, es ajena a la corrupción de sus habitantes, y se guía por el respeto a la ley que
busca siempre el bienestar común.
Maquiavelo describe los ciclos por el que pasan todas las repúblicas, en un movimiento que él denomina circular, cuando
de la elección de un gobernante sabio y prudente se llega hasta la tiranía y la anarquía, con las palabras siguientes (Antología, p.
428-429):
“ Las variaciones de las formas de gobierno entre los hombres se producen casualmente, porque al comienzo del mundo los pocos
habitantes existentes vivieron durante un tiempo dispersos, a semejanza de los animales…
Las Repúblicas
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Tiranía
AristocraciaDemocracia
Anarquía
Monarquía
RenacimientoLos gobiernos, según Maquiavelo:
Oligarquía
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RenacimientoLas Repúblicas
Maquiavelo describe la organización de la república romana y resalta la prudencia del pueblo al darse una forma mixta de gobierno que
incorporaba los rasgos:
De la monarquía
De la aristocracia
Del gobierno popular
“pues los primeros reyes fueron sustituidos por dos cónsules que se
elegían por un año y asumían las funciones reales, un senado que representaba a los nobles y dos
tribunos de la plebe, que representaban al pueblo”.
También subraya que, en circunstancias excepcionales, se nombraba a un dictador, por un
tiempo breve, con grandes poderes para resolver la
emergencia, poderes que cesaban en cuanto la situación quedaba
resuelta.
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RenacimientoLas Repúblicas
En síntesis, Maquiavelo afirma que la república bien organizada que se mantiene libre de la corrupción tiene muchas ventajas
como forma de gobierno sobre la monarquía.
De las muchas ventajas que Maquiavelo encuentra en la forma republicana de gobierno, lo que la hacen ser “el régimen más
ideal, el más estable y el más apto”, enumeraremos las siguientes:
En las repúblicas se busca ante todo el bien común sin que prevalezcan los intereses particulares. Dado que es el
gobierno de todos, se mira por el bien de todos en forma inmediata y se proporcionan los medios para lograrlo sin
hacer caso a inconvenientes, prejuicios o intereses particulares.
1
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RenacimientoLas Repúblicas
Lo anterior facilita la elección de buenos magistrados, dado que el pueblo se equivoca mucho menos en la selección que
los príncipes. 2
En las repúblicas el pueblo es libre y no está sometido a nadie, sólo a la ley que es obra de todos, además de que
participa en el gobierno. 3
En las repúblicas hay más igualdad que en los principados, “y el estado debe mantenerla y procurarla, tratando de que los ciudadanos permanezcan en una relativa pobreza y, en
cambio, el erario se enriquezca”. 4
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RenacimientoLas Repúblicas
En las repúblicas, junto a los derechos que tienen todos, tienen también deberes, entre ellos el de la defensa de la
patria. Se puede así formar un ejército con los propios ciudadanos y no depender de nadie para su defensa, además de que los soldados que luchan por su patria y su libertad lo
hacen con mayor valentía y esfuerzo que las tropas alquiladas, lo que garantiza su victoria.
5
El gobierno mixto en las repúblicas es una forma política mucho más equilibrada porque el poder se reparte entre
todas las capas sociales, haciendo al gobierno más fuerte, más apto y más duradero.
6
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RenacimientoLas Repúblicas
La república es políticamente más dúctil, pudiéndose adaptar más fácilmente a las circunstancias cambiantes que exigen
modos de actuar diferentes. En los reinos, en cambio, la voluntad y el estilo de gobernar del príncipe se adaptará
mucho menos a los cambios requeridos. En una república se puede siembre colocar en el puesto adecuado a la persona idónea, por su carácter, su experiencia, sus cualidades y su
conducta, para cada situación concreta.
7
Las repúblicas pueden dedicarse con mayor intensidad a las conquistas, que para Maquiavelo son la culminación
inevitable de la acción política: “hay que engrandecerse para no ser atacado y mantenerse vigoroso. Como en la república
no prevalecen los intereses privados y las ambiciones particulares, es más apta para la guerra.
8
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RenacimientoLas Repúblicas
Las repúblicas eliminan el problema de la sucesión del gobernante que se presenta inevitablemente en las
monarquías, pues con frecuencia los reyes, o no tienen hijos, o no son aptos para reinar. En cambio, en las repúblicas
siempre puede encontrarse un sucesor conveniente, y con las aptitudes necesarias para el momento, pues pueden
elegir entre un gran número de ciudadanos capaces.
9
En las repúblicas no hay lugar para que se desarrolle una nobleza poderosa y ociosa, que corrompa las costumbres y
que acabe con las libertad imponiendo su capricho a base de regalos, ya que en ella se requiere de cierto grado de
igualdad y austeridad.
10
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RenacimientoLas Repúblicas
En las repúblicas se respeta la ley, expresión objetiva de la voluntad colectiva, por encima de cualquier voluntad
personal. Eso garantiza que el Estado esté por encima de veleidades y ambiciones, en una situación ventajosa para
enfrentarse a los golpes de la fortuna. La república queda a salvo de la arbitrariedad; se puede decir que es el artificio
perfecto, lo más a salvo del azar y lo más libre posible de los caprichos y veleidades.
11
La república es el Estado ideal que busca el bien público; por eso todo lo que haga estará bien hecho, pues el criterio para
juzgar lo bueno o lo malo de los actos será el resultado obtenido, y en consecuencia, toda acción que incremente el
bienestar general, el bien común, será bueno.
12
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RenacimientoLas Repúblicas
Ahora bien, todas esas ventajas se dan cuando la república permanece bien organizada y libre de corrupción, como se dijo antes, ya que una república
mal ordenada o corrupta no puede, en realidad, considerarse república, pues más bien sería una tiranía o una oligarquía disfrazada.
Es más, afirma Maquiavelo, en situaciones de extrema corrupción política, religiosa y militar, resulta imposible del conjunto del cuerpo social el
mantenimiento de un Estado republicano.
En tales circunstancias es imprescindible (como única forma de supervivencia, aunque sin garantía de éxito), una reforma total llevada a
cabo por una autoridad suprema, “por un príncipe nuevo que establezca un nuevo ordenamiento político capaz de perdurar, en el cual los humores
sociales encuentren una eficaz canalización y articulación”.
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RenacimientoLas Repúblicas
A lo largo de los 142 capítulos de los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Maquiavelo reflexiona también sobre las cualidades de los
príncipes y las experiencias que brinda el pasado, de manera que, en más de un sentido puede decirse que se corresponde y complementa con El
príncipe, haciendo ambas un tratado sobre el poder y las formas de ejercerlo y conservarlo.
Con todo, por la época que vivió y sus circunstancias, por las
condiciones de su patria, por su linaje y por su propia situación
personal, Maquiavelo “se inclinó siempre con todo su corazón hacia el Estado popular”; pero contra su
propio corazón, su intelecto previsor le decía que la hora de los
príncipes había llegado a Italia y que de ellos debía tratar.
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RenacimientoMaquiavelo: El Patriota
Maquiavelo, que en muchos pasajes toma a César Borgia como modelo del príncipe
nuevo, descubre en los últimos tres capítulos de El Príncipe el profundo sentimiento patriótico que le guía: la
necesidad de unificar a la disgregada y desmembrada Italia de su época.
Como afirma Chevalier (p. 29):
“Un violento amor a la patria desgarrada, esclavizada y devastada arde en el fondo del corazón de este funcionario, de espíritu tan implacablemente positivo, de ojos fríos, tan escrutadoramente abiertos sobre la dureza, y
hasta el salvajismo, de lo real. El sueño de un liberador, de un redentor de Italia, atormenta a Maquiavelo, como atormentó, antes que a él, a todos los
grandes italianos, a Dante, a Petrarca.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Renacimiento
“Republicano de corazón, Maquiavelo había, sin duda, imaginado la realización de una República Italiana, heredera de la República Romana
según Tito Livio, … fomentando un ejército nacional… Parece que, si admiró tanto a César Borgia, si exageró visiblemente sus posibilidades y su
envergadura, fue porque creyó ver en él, durante algún tiempo, al príncipe redentor que, con la dictadura, con la tiranía, realizaría el sueño italiano, no
logrado por la libertad”.
Era, en verdad, un grito desesperado para lograr la unidad de Italia, abdicando de su fe republicana:
“No se puede, pues, perder esta ocasión, es menester que Italia –escribe casi al final de El Príncipe--, después de una larga espera, vea aparecer al fin
su redentor. Y no puedo decir con qué amor sería acogido en todas las provincias que han sufrido las invasiones extranjeras, con qué sed de
venganza, con qué fe obstinada, con qué piedad, con qué lágrimas. ¿Qué puerta encontraría cerrada? ¿Qué pueblo le rehusaría la obediencia? ¿Qué
rivalidad encontraría?¿Qué italiano le negaría el respeto?”.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Filósofo, jurista y economista francés, cuyas teorías acerca de la monarquía absoluta y la soberanía
supusieron una importante contribución a la filosofía política del siglo XVI.
Jean Bodin Vida y Obra
La obra fundamental de Bodin fue un tratado intitulado Six livres de la République (Seis libros de la República), publicado en 1576. Este trabajo constituye un estudio sobre el Estado en el que analizó la naturaleza de los regímenes políticos, rechazando la visión utópica que algunos de sus predecesores, en particular Tomas Moro, habían
adoptado.
Propuso una teoría de la soberanía como fundamento del Estado, independiente de la naturaleza de éste. Su noción de la soberanía como un
poder absoluto no sometido a las leyes continúa vigente.
(1530-1596)
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Contexto
En el marco de las luchas religiosas y civiles originadas por la Reforma, cuatro años después de la “Noche de San Bartolomé”,
apareció la obra de Juan Bodino:
Los Seis Libros de la República
Texto bronco, erudito, macizo de ciencia política y derecho público,
ciertamente muy distinto al opúsculo de Maquiavelo (El príncipe).
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
En la opinión deChevalier
“La familia, la potestad marital, la potestad paterna, la esclavitud, el ciudadano, el súbdito, el extranjero, el
protegido, los tratados y alianzas, el príncipe tributario, feudatario, soberano; la soberanía y sus verdaderos
signos; las diversas clases de Repúblicas: monarquía tiránica, monarquía señorial, monarquía real, el estado
aristocrático, el estado popular; el Senado, los oficiales, comisarios, magistrados, los cuerpos, colegios,
estamentos y comunidades; las finanzas y las monedas; las penas, la justicia distributiva, conmutativa y
armónica; el nacimiento, desarrollo, estado floreciente, decadencia y ruina de las Repúblicas; los cambios o
revoluciones de las Repúblicas y los medios de preverlos o de remediarlos; la manera de acomodar la forma de la República a la diversidad de los hombres y
el medio de conocer el natural de los pueblos, todo está allí”.
Tabla de Materias
tratadas en la obra:
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Jean BodinR E P Ú B L I C A
“Es un recto gobierno de varias familias y de lo que les es común, con potestad soberana”.
F A M I L I A
Es la unidad básica de todas las sociedades, entre ellas el Estado, pero éste es mucho
más que un conjunto de familias, ya que lo que lo distingue es, justamente la potestad
soberana que posee.
S O B E R A N Í A
Es esa fuerza de cohesión, de unidad, de comunidad política, indispensable para la existencia del Estado; sin ella,
éste se dislocaría, desaparecería.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Jean BodinTeoría de la Soberanía
SOBERANÍA
Es “...la potestad absoluta y perpetua de una República”.
Es perpetua porque siempre estará presente en el Estado cualquiera que sea la forma que revista, independientemente de en quién reside la
autoridad y los cambios que experimente: la soberanía siempre existirá, pues no tiene límite de tiempo.
De ahí se deriva que “las formas de gobierno son indiferentes, ya que la soberanía es la misma aunque su titular sea distinto”.
Es absoluta e indivisible. Es absoluta “porque es menester que aquellos que son soberanos no estén en modo alguno sujetos al mando de otro y
que puedan dar leyes a los súbditos y quebrantar o anular las leyes inútiles para hacer otras... Por eso la ley dice que el príncipe está
absuelto del poder de las leyes”.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
En la opinión deChevalier
“... los signos de la soberanía son indivisibles, ya que quien tenga la potestad de dar la ley para
todos, es decir, de mandar o prohibir lo que quiera, sin que se pueda apelar, ni oponerse siquiera a sus mandatos, ese prohibirá a los demás hacer la paz o
la guerra, recaudar impuestos o prestar fe y homenaje sin su permiso..., de tal manera que será menester siempre llegar a las armas hasta que la
soberanía quede en un príncipe, o en la menor parte del pueblo, o en el pueblo entero...” (p. 44).
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Jean BodinLas formas de gobierno:
Citando a Herodoto, decía que sólo hay tres clases de Repúblicas y que las
demás son formas corrompidas de ellas:
Monarquía
Democracia
Aristocracia
Bodino hacía una diferencia entre Estado y gobierno y entre las formas de ejercicio de la soberanía, y afirmaba que las únicas limitaciones de la soberanía son la ley de Dios y la Ley de la
naturaleza (Vid : Sabine, p. 301-305).
En consecuencia, la soberanía puede residir en la muchedumbre, en una minoría o en un solo hombre. Por otra parte, Bodino negaba la
existencia de los estados mixtos.
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Distinguió tres formas del ejercicio de la soberanía:
Formas de Gobierno: Jean Bodin
El Estado Popular
El Aristocrático
El Monárquico
Presentó tanto los principios institucionales que se encontraban en estos regímenes, como sus ventajas e inconvenientes.
En suma, el Estado se caracteriza por la soberanía, que es una potestad absoluta, perpetua e indivisible, la cual se manifiesta en la
capacidad para dictar leyes o para quebrantarlas y anularlas.
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Formas de Gobierno: Jean Bodin
Mostró una clara preferencia por el Estado monárquico: “una especie de República en la cual la soberanía yace en
un único príncipe”.
A partir de ahí distinguió tres formas de monarquía:
Tiránica
Despótica
Real o Legítima
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Jean Bodin
Aunque Bodino formuló con claridad las tres formas que reviste el Estado según quien sea el titular de la soberanía (monarquía, aristocracia o
democracia), al introducir la diferencia entre la constitución del Estado y las formas de gobierno, o lo que equivale a diferenciar la titularidad del ejercicio
de la soberanía, dio lugar a una gama mucho más amplia de formas de gobierno. Afirmaba, por ejemplo (Norberto Bobbio, p.88):
DemocraciaEl soberano puede, en primer lugar, confiar el depósito del
gobierno a todo el pueblo o a su mayoría, de suerte que haya más ciudadanos magistrados que simples particulares.
AristocraciaPuede también reducir el gobierno, depositándolo en manos de los menos, de manera que resulten más ciudadanos que
magistrados.
Monarquía o Gob. Real
Puede, por último, concentrar todo el gobierno en un magistrado único de quien los demás reciben el poder.
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Jean Bodin
Así pues, resulta que a las tres formas de Estado, definidas por la titularidad de la soberanía (lo que denominaba régimen), se adicionaban
tres formas distintas de ejercerla, de donde resultaban nueve formas posibles de gobierno:
DemocraciaDemocrática
DemocraciaAristocrática
DemocraciaMonárquica
Democracia
AristocraciaDemocrática
AristocraciaAristocrática
Aristocracia Monárquica
Aristocracia
Monarquía Democrática
Monarquía Aristocrática
Monarquía Real
Monarquía
GOBIERNO DEMOCRÁTICO
GOBIERNO ARISTOCRÁTICO
GOBIERNO MONÁRQUICO
RÉGIMEN
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Jean Bodin
Pero Bodino fue aún más específico al diferenciar lo que consideraba las formas corrompidas de ejercer el poder (pues la soberanía no puede
corromperse); de manera que, en el caso de la monarquía --decía— había que diferenciar la monarquía legítima de la tiranía y el despotismo. En palabras
del autor (Citado por: Norberto Bobbio, p. 90):
Es aquella en la cual los súbditos obedecen a las leyes del rey, y éste a las leyes de la naturaleza,
quedándoles a los súbditos la libertad natural y la propiedad de sus bienes.
Monarquía Real o
Legítima
Es aquella en la cual el príncipe se ha hecho señor de los bienes y de las personas mismas de los súbditos por derecho de armas o de guerra justa, y gobierna a los súbditos como un jefe de
familia a sus esclavos.
Monarquía Despótica
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Jean Bodin
Es aquella en la cual el monarca transgrede las leyes de la naturaleza, abusa de los libres como si
fueran esclavos, dispone de los bienes de los súbditos como si fueran propios.
Monarquía Tiránica
Más Adelante reafirmaba la diferencia entre el rey legítimo y el tirano diciendo:
“La diferencia más clara entre un rey y un tirano es que el rey se apega a las leyes de la naturaleza, mientras el tirano las transgrede. Uno cultiva la
piedad, la justicia, mantiene la fe de la palabra dada; el otro no reconoce Dios, fe ni ley. Uno hace todo aquello que considera útil en vista del bien
público y para la tutela de los súbditos; el otro no actúa más que en vista de su provecho personal, por venganza o capricho… Uno toma muy en cuenta
el amor de su pueblo, el otro su temor… Uno es amado y venerado por todos los súbditos, el otro los odia a todos y es odiado por todos…” (Ibid, p.
91).
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Jean Bodin
De manera que, si la monarquía puede ser legítima, despótica o tiránica, también pueden serlo la aristocracia y la democracia, de donde resultan nueve formas de ejercer la soberanía, tres legítimas y seis corrompidas:
D / TiránicaD / DespóticaDemocracia
A / TiránicaA / DespóticaAristocracia
TiraníaDespotismoMonarquía
Formas corrompidasFormas Legítimas
Si a las nueve formas de gobierno se les combina con las tres maneras de ejercer la soberanía que apunta Bodino, resultan entonces, 27 posibilidades distintas que combinan las constituciones de los
Estados con las formas de gobierno y con las maneras de ejercer la soberanía.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
Nació en Westport, Wiltshire, Inglaterra, el 5 de abril de 1588.
Desde 1640 Hobbes redactó “The elements of law, natural and politic”, obra manuscrita que
circuló ampliamente.
Thomas Hobbes Vida y Obra
A fines de 1640, el filósofo marchó a Paris huyendo del gobierno de
Oliver Cromwell. Allí escribió su obra más conocida “Leviatán, or the matter, form and power of a
commonwealth, ecclesiastical and civil” (1651)
En 1651, Hobbes regresó a Inglaterra y publicó “De corpore” y “De
homine”, que ampliaban sus teorías físicas y psicológicas. Hobbes murió en Hardwick Hall, el 4 de
diciembre de 1679 a los 91 años.
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El Leviatán
El Leviatán (o la materia, forma y poder de una
República eclesiástica y civil) es el
tratado sobre la política más imponente y sistemático escrito
hasta ese entonces.
Data del siglo XVII, de una época caracterizada por la lucha entre una
sociedad moderna y secularizada que lentamente se abría paso frente
al orden feudal y eclesiástico dominante en esos tiempos de
Inglaterra.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
El Leviatán se compone de cuatro partes:
Del Hombre
Del Estado
De un Estado cristiano
Del reino de las tinieblas
I
II
III
IV
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El LeviatánEl Estado de la Naturaleza
El punto de partida de la
gran construcción teórica que
constituye El Leviatán es:
Una concepción del estado de naturaleza, donde el hombre es
originalmente un ser:
Individualista, egoísta y repleto de apetitos.
La felicidad, en el estado de naturaleza, consiste en la satisfacción constante de nuestros apetitos.
El poder es la condición “sine qua non” de esa felicidad.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
La riqueza, la sabiduría y el honor son siempre formas del poder.
En el hombre hay un deseo permanente, incesante, de poder que no acaba sino hasta la muerte.
El hombre se distingue de los animales por su razón y por la religión.
Ello lo hace calculador de los beneficios y consecuencias de sus actos y al mismo tiempo, temeroso de lo que no conoce, y por lo tanto, del
porvenir.
Pero el hombre no es un ser único, hay otros hombres que, como él, tienen también deseos y temores.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
“La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales –dice Hobbes-- en las facultades del cuerpo y del espíritu que, si bien un hombre es,
a veces, evidentemente más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando se considera en conjunto, la
diferencia entre hombre y hombre no es tan importante que uno pueda reclamar a base de ella, para sí mismo, un beneficio
cualquiera al que otro no pueda aspirar como él” (Citado por Salazar Mayén, p. 170).
Esa igualdad natural, en un hombre que es egoísta y lleno de avidez no genera simpatía o afinidades con los demás, sino al contrario, da
lugar a conflictos y hostilidades.
Para todo hombre, otro hombre es un competidor: “...si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden
disfrutarla ambos, se vuelven enemigos, y en el camino que conduce al fin, tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno al otro” (Ibid, p. 171).
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
En el Estado de Naturaleza, resulta entonces, que:
La competencia
La desconfianza recíproca
La avidez de gloria
La riqueza o poder
dan por resultado una
“guera de todos contra todos”.
El hombre es, por eso, el lobo
del hombre, afirma Hobbes.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
En el estado de naturaleza, “la vida es solitaria, pobre, grosera, embrutecida y corta”.
Como no hay ley, nada es injusto. La fuerza y la astucia son las virtudes cardinales, hasta que aparezca otro más fuerte o más
astuto. El conflicto es permanente y la guerra es perpetua.
Ahora bien, “en esta guerra de todos contra todos, se da una consecuencia: que nada puede ser injusto. Las nociones de
derecho e ilegalidad, justicia e injusticia están fuera de lugar... Es también natural que en dicha condición no existan propiedad ni
dominio, ni distinción entre tuyo y mío; sólo pertenece a cada uno lo que puede tomar y sólo en tanto puede conservarlo” (Ibid, p. 171).
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
Como seguir en esa situación solamente puede conducir a su ruina y destrucción, hecho del que su
razón los hace concientes, los hombres se ven obligados a buscar la paz.
La búsqueda de la paz y la propia conservación del hombre es enunciada en 19 leyes naturales que Hobbes desglosa, pero que se sintetizan en una
sola: “no hagáis a los demás lo que no queráis que os hagan a vosotros”.
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El Leviatán
De esas leyes de la naturaleza, las tres más importantes pueden
enunciarse asi:
El hombre “debe esforzarse por la paz, mientras tenga la esperanza de lograrla; y cuando no
pueda obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra”.
1
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
“Que uno acceda, si los demás consienten también, a renunciar al derecho a todas las cosas
y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás hombres, que les sea concedida a los demás con respecto a él mismo”. Aquí se trata
de una cesión de derechos de todos, pues si uno renuncia a ellos y los demás no, “se ofrecería a
sí mismo como presa” de los otros.
2
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
Para poder vivir conforme a las leyes de la naturaleza, es necesario entonces que a través de esa cesión de derechos, los hombres celebren un pacto: “la buena inteligencia de los hombres lo es solamente por pacto, es decir, de modo artificial”. De ahí se deriva otra ley, la de “que los hombres
cumplan los pactos que han celebrado”; pero como “los pactos que no descansan en la espada no son
más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre, en modo alguno”, es indispensable crear un poder supremo que obligue a todos a cumplir el
pacto que han establecido.
3
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
Es entonces, cuando los hombres crean al Estado,
ese gran Leviatán que llamamos cosa pública o Estado… que no es otra cosa que un hombre
artificial, de mayor estatura y mucho más robusto que el hombre natural para cuya proyección y
defensa fue instituido; y en el cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al
cuerpo entero.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
Hobbes distingue, en realidad, dos clases de Estados, ambos creados en virtud de un pacto:
Estados por Adquisición
Estados por Institución
Son los que se establecen por un
pacto entre el vencedor y el
vencido.
Surgen cuando una multitud de hombres convienen y pactan,
cada uno con cada uno, que a un cierto hombre o asamblea de hombres se le otorgará, por
mayoría, el derecho de representar a la persona de todos.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
El soberano tiene, afirma Hobbes, una serie de atributos que le son inherentes; de esos atributos, los más importantes son:
1
El derecho de propiedad. Es el poder soberano en único facultado para establecer las formas y las
normas que regularán la propiedad. Esas leyes, que establecen lo que es mío y lo que es tuyo, son leyes
civiles que cada Estado establece.
Lic. Francisco CasanovaFilosofía Política Clásica
El Leviatán
3
El mando del ejército es atribución exclusiva del poder soberano; de donde el derecho de hacer la
paz o la guerra le sea un derecho inherente. También lo es el derecho que tiene para elegir los
medios de recaudar los recursos y medios necesarios para hacer la guerra o firmar la paz.
2 El soberano tiene el derecho de determinar las normas que regularán la vida de sus súbditos.
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El Leviatán
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Corresponde al poder soberano el derecho a la judicatura, es decir, para juzgar y decidir sobre las
controversias entre particulares (súbditos o ciudadanos).
5Es también facultad del poder soberano el derecho a elegir a los funcionarios que integrarán el gobierno y
desarrollarán sus decisiones.
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El Leviatán
Los súbditos deben obediencia, sin pretexto, al poder, a las decisiones del soberano. El soberano, a su vez, debe procurar en todo momento satisfacer la demanda de
seguridad y de paz, para lo cual fue instituido.
“El súbdito es libre de realizar todos los actos que la ley no impida, y solo estos. Ahora bien: no son buenas las leyes
más que las leyes necesarias para el bien del pueblo. Y pocas leyes son necesarias y, por tanto, buenas. Las leyes
no se han hecho para perturbar la existencia de los hombres, sino para dirigirlos, para preservarlos contra ellos
mismos y contra los demás, a fin de que reine la paz” (Chevalier, p. 61).
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El Leviatán
El soberano tiene la obligación de garantizar siempre la paz y la seguridad de las personas:
“Si se debilita hasta tal punto de no poder asegurar a los súbditos la protección, que es su único fin, los súbditos
quedan desligados de toda obligación... Cuando el estado es débil, nada puede hacer que los súbditos renuncien a su
derecho natural absoluto de protegerse a sí mismos. O de buscar otro protector para comprometerse con él... Si el soberano es vencido en la guerra, civil o extranjera, sus
súnditos tienen el derecho... de unirse al vencedor, único que, en lo sucesivo, está en condiciones de protegerlos” ( p. 62).
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En cuanto a las formas de gobierno, Hobbes rechaza, como Bodino, que existan formas buenas y malas, así como los llamados gobiernos mixtos. En realidad solamente acepta la existencia de tres formas de gobierno.
“Cuando el representante es un hombre, entonces el estado es una Monarquía.
Cuando es una asamblea de todos los que se unen, entonces es una Democracia o Estado Popular.
Cuando es una asamblea compuesta solamente de una parte de los que se unen, es lo que se llama una
Aristocracia.
Formas de gobierno
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El Leviatán
No puede haber otra clase de Estado, porque es indispensable que uno, o más de uno, o todos, posean el soberano poder que
es... indivisible, entero” (Citado por Chevalier, p. 58).
Aunque existen otras denominaciones de gobiernos, dice Hobbes, no son formas de gobierno diferentes a éstas, sino las
mismas tres, pero mal interpretadas:
“quienes están descontentos bajo la monarquía la denominan tiranía: a quienes desagrada la aristocracia la
llaman oligarquía; igualmente, quienes se encuentran agraviados en una democracia la llaman anarquía, que significa falta de gobierno” (Citado por Salazar Mayén, p. 178).