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Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
1
Por Pedro Pinyol
Kericgma – Portadores del Mensaje
Estudio en Homiletica.
BIBLIOGRAFIA
1. Mark Minnick
2. H. T. Spence, Crecimiento Espiritual del Pastor. Foundations B.C., 2001.
3. C. H. Spurgeon, Discurso a mis Estudiantes. Casa Bautista de Publicaciones,
Texas, 1982.
4. Brega, James, How to Prepare Bible Messages. Multnomah Press, Oregon; 1969.
5. Jones, Bob. How to Improve Your Preaching. Bob Jones University.
6. Robinson, Haddon W. Biblical Preaching, Baker Book House, Grand Rapids,
Michigan, 1985.
7. Tomas Knott, Carlos. Libro Divino, Amada Palabra. Editorial Discipulo,
Barcelona, 1997.
INDICE.
1. Ministros del Evangelio – “portadores del mensaje Divino.
2. El estudio de la Palabra y la vida de oración del ministro.
3. PROPAEDEUTICA – la sistematización del estudio teológico.
4. Ve a las fuentes – el predicador y su Biblioteca.
5. Predica la Palabra -
6. Tipos de Sermones
7. Textos
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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8. Analítica de la construcción del mensaje.
9. Mejorando la cualidad literaria del mensaje
10. Manteniendo el Interés de la Audiencia
11. Exposición del mensaje
12. el predicador y su voz
13. el predicador en el pulpito
14. la invitación
15. Después del mensaje
I. ACERCANDONOS A LAS ESCRITURAS – Lee las escrituras para tu propio
provecho espiritual.
1. PREPARA TU CORAZON ANTES DE LEER. “Preparad vuestro corazón a
Jehová” (I Samuel 7:3). Trae cautivo todo pensamiento a Cristo para
acercarte a la Palabra de Dios libre de todo pensamiento que no le sea
agradable. Pon todo tu afecto y amor en El.
2. RETIRA LAS COSAS QUE PUEDEN DISTRAERTE. Esto incluye, (1) el
amor a cualquier pecado. “Por mas medicina que prescriba el medico, si el
paciente continua tomando veneno, de nada servirá el remedio.” (2)
remueve las espinas y cardos que ahogan la Palabra. Estas espinas son el
cuidado de las cosas de este mundo (Mateo 13Ñ22). De que nos aprovecha
tener el ojo en la Biblia pero el corazón en el mundo.
3. ACERCATE A LA LECTURA DE LA PALABRA CON UN CORAZON
HUMILDE. Reconoce tu bajeza y la misericordia de Dios al revelarse a ti a
través de su Palabra, recuerda que Dios habita con el quebrantado y humilde
de espíritu.
4. ACERCATE A LA LECTURA DE LA PALABRA CON UN ORAZON
HONESTO. Debes estar dispuesto a hacer todo aquello que Dios te muestre
en su Palabra, no solo lo que te apetece o lo que te es agradable. Pide al
Señor que el Poder de su Palabra traspase como espada aguda hasta llegar a
lo más intimo de tu corazón.
5. LEE LOS LIBROS DE LA BIBLIA EN ORDEN.
6. LEE INTELIGENTEMENTE. Recuerda que te estas acercando a la Palabra de
Dios, estas pisando en tierra Santa. Solemnidad y un sentir de profunda
seriedad debe acompañarte. Huye de la vanidad, de la broma fácil, de la
superficialidad espiritual.
7. LEE LAS ESCRITURAS CON REVERENCIA. DIOS TE ESTA
HABLANDO. PIENSA EN CADA LINEA QUE LEES.
8. CREE LO QUE LEES. CREE QUE PROVIENE DE DIOS. VE EL NOMBRE
DE DIOS EN CADA LINEA.
9. VALORA GRANDEMENTE LAS ESCRITURAS. “mejor me es la ley de tu
boca, que millares de Oro y plata.” (Salmo 119:72.
10. AMA LO QUE LEES. Valorar la Palabra de Dios tiene que ver con el juicio,
pero amarla tiene que ver con los afectos. “mira oh Jehová, que amo tus
mandamientos: vivifícame conforme a tu misericordia.” (Salmo 119:159.
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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No solamente debemos amar las Escrituras por el consuelo que nos dan, pero
también cuando estas nos reprenden en nuestro andar.
11. ESFUERZATE EN ALCANZAR UN CORRECTO ENTENDIMIENTO DE LO
QUE LEES. El primer paso para aprovechar la lectura de la Palabra, es
entender lo que leemos. Esfuérzate en alcanzar todo el conocimiento que
puedas de las escrituras, estudiando, hablando con otros, usando libros y
comentarios.
12. PIDE LA GUIA DEL ESPIRITU SANTO PARA ENTENDER LO QUE
LEES. ORA QUE DIOS TE ABRA LOS OJOS PARA ENTENDER LO
QUE LEES. “Abre mis ojos y mirare las maravillas de tu ley.”
13. PIDE A CRISTO QUE SEA TU MAESTRO. Entonces les abrió el sentido,
para que entendieses las Escrituras.” (Lucas 24:45.
14. CENTRATE EN LOS GRANDES TEMAS DE LAS ESCRITURAS, PERO
TAMBIEN ATIENDE A CADA JOTA Y A CADA TILDE.
15. PRESTA ATENCION A LOS EJEMPLOS DE LAS ESCRITURAS Y
APLICALOS DE UNA FORMA PRACTICA A TU PROPIA VIDA,
CONVIERTE ESOS EJEMPLOS EN SERMONES VIVOS PARA TI
MISMO. Observa el juicio de Dios sobre los impíos y la misericordia de
Dios sobre aquellos que le aman y guardan sus mandamientos, aplica esas
verdades a ti mismo.
16. OBSERVA LOS PRECEPTOS Y LA LEY TANTO COMO EL CONSUELO Y
LAS PROMESAS. Aquellos que solo buscan en las escrituras las promesas,
siendo negligentes a los mandamientos, no son edificados por las Escrituras,
ya que buscan mas la comodidad que el trabajo.
17. COMPARATE A TI MISMO CON AQUELLO QUE LEES. Mira
cuidadosamente como tu corazón y las Escrituras concuerdan. Esta tu
corazón en armonía a los preceptos divinos.
18. APRENDE A APLICAR LAS ESCRITURAS A TU PROPIA VIDA. CADA
UNA DE SUS PALABRAS ESTA DIRIGIDA A TI. Cuando oigas el juicio
de Dios sobre el pecado, piensa, “esta hablando de mis propios pecados.”
Cuando leas lo que Dios quiere que el hombre haga, piensa, “esto es lo que
Dios quiere que YO haga.” Cuando el Rey Josías escucho la ley de Dios
rompió sus vestidos, aplico lo que estaba escuchando a su propia vida. (iI
Reyes 22:11), y se humilló delante del Señor.
19. PRESTA ESPECIAL ATENCION A AQUELLOS PASAJES QUE TE
HABLAN DIRECTAMENTE A TU VIDA PARTICULAR DE UNA
FORMA MUY ESPECIAL. Por ejemplo, (1) ¿Estas pasando un tiempo de
tribulación mira a la Palabra (Heb. 12:7, II Cor. 4:17). (2) ¿Te sientes
abandonado? Mira Isaías 54:8. (3) ¿estas siendo tentado? Lee Gálatas 5:24
y Santiago 1:15. Así mientras lee presta atención a aquellos pasajes que te
hablan en tu estado de ánimo.
20. NO DEJES DE LEER HASTA QUE TU CORAZON ESTE ARDIENDO POR
DIOS. No permitas que las Escrituras sólo te “informen” pero haz que estas
de “inflamen.”. No dejes de leer hasta que puedas repetir las mismas
palabras que los Discípulos…”¿no ardía nuestro corazón en nosotros,
mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las escrituras? (Lucas
24:32.
21. RECUERDA LO QUE LEES. Satanás robara de tu mente la Palabra de Dios, El
sabe que si no la guardas en tu mente y corazón no aprovecha de nada.
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22. MEDITA EN LO QUE LEES. “En tus mandamientos meditaré; consideré tus
caminos” (Salmo 119:15. La lectura trae la verdad a nuestra mente, la
meditación la graba en nuestro corazón. Aprendamos de las abejas quienes
toman el néctar y lo llevan al panal, es allí donde lo convierten en miel.
Leyendo absorbemos de la flor de la Palabra de Dios, meditando es como la
llevamos al panal de nuestra mente para que así nos sea provechosa.
23. PON EN PRACTICA LO QUE LEES. Deuteronomio 17;19 nos dice “y lo
tendrá consigo, y lo leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a
temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabra de esta ley y estos
estatutos, para ponerlos por obra” El creyente debe ser como una “Biblia
andante”.
24. PRESENTATE A MENUDO ANTE EL TRONO DE GRACIA. El ministro es
el “interprete de los oráculos divinos”. Tenemos una gran responsabilidad en
nuestras manos, la de llevar el mensaje de Dios a los hombres.1
II. NORMAS PARA LA LECTURA DE LAS ESCRITURAS
1. Colócate en las circunstancias históricas de los escritores,
como si tú estuvieras allí con uno de ellos.
2. Estudias todo cuanto puedas de la geografía Bíblica, de la
cultura de los tiempos Testamentarios, la manera de vivir,
los usos y costumbres, del arte, las formas de adoración y
religiones paganas de aquél tiempo. Haz del mundo
antiguo tu propio mundo.
3. Investiga tanto como te sea posible el significado sencillo
y literal del pasaje que lees. Usa la lógica y el sentido
común para llegar a conclusiones interpretativas. El buen
uso de la razón evitara que caigas en errores innecesarios.
4. Evita el misticismo y la ingenuidad. No intentes
espiritualizar todos los pasajes. La espiritualidad
verdadera y la espiritualidad ficticia son dos cosas bien
diferentes. La primera es real, profunda, sublime, que
glorifica a Dios y es satisfactoria, pero la segunda es
idealista, superficial, baga, resultado de la imaginación
humana y la carnalidad.
5. Busca el significado literal antes de buscar el significado
espiritual.
6. El verdadero significado del pasaje es lo que más debes
desear.
7. Estudias las formas gramaticales, las expresiones
idiomáticas de la lengua original, las figuras del lenguaje.
Conocer estas cosas de guardaran de caer en errores
interpretativos.
8. Evita las ideas ilógicas y rebuscadas, el sentido lógico y
sencillo del texto deben ser prioritarios.
1 Adaptado de How we May Read the Scriptures With Most Spiritual Profit. Thomas Watson.
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9. Ha siempre una distinción entre lenguaje figurativo y
lenguaje literal.
10. Nunca lleves las metáforas demasiado lejos.
11. Considera siempre el contexto antes de llegar a
conclusiones de un pasaje.
12. Considera las circunstancias de un pasaje tanto como
puedas. Es decir, considera la ocasión en la que fue
escrito, a quien va dirigido, por quien fue escrito, y cual
era el propósito.
13. Compara las cosas espirituales con las espirituales.
Nunca tengas temor de hacer referencia a los llamados
“pasajes paralelos” para poder interpretar un pasaje.
Recuerda que las Escrituras son su propio intérprete.
14. Explica los pasajes difíciles usando aquellos que son
fáciles de entender como referencia.
15. Nunca esperes poder entender todo a la perfección en las
Escrituras. Sin embargo recuerda el estudio humilde,
sabio, devoto, y perseverante traerá siempre alimento a tu
corazón.
16. Cuando encuentres palabras o expresiones de significado
dudoso considéralas atentamente, busca su significado en
diccionarios, antes de llegar a conclusiones.
17. No siempre apliques el mismo significado a una palabra,
ya que una misma palabra frecuentemente es usada con
diferentes usos sentidos en las escrituras.
18. Esfuérzate en construir ideas claras y distintiva sobre el
significado de palabras particulares como Fe, Gracia,
arrepentimiento, redención, justificación, santificación,
etc.
19. Considera el carácter del escritor, el carácter y estado de
aquellos a quienes escribió, los errores y herejías a los que
tuvo que enfrentarse, las verdades que defendió y enseñó.
20. El Nuevo Testamento es el cumplimiento del Antiguo.
Compara uno con el otro cuidadosamente.
21. Los libros históricos y proféticos del Antiguo Testamento
se complementan ilustrándose el uno al otro.
22. Las Epístolas del Nuevo Testamento es el comentario del
Espíritu Santo a los cuatro Evangelios.
23. La Epístola a los Hebreos es la clave interpretativa de los
rituales antiguo testamentarios enseñados en el
Pentateuco.
24. Para poderte hacer una correcta idea y una visión general
de cualquier libro de las Escrituras léelo en su totalidad.
Considera sus partes y Divisiones, Establece un bosquejo,
y mira como cada parte se relaciona con la totalidad del
libro.
25. Nunca establezcas una doctrina mayor en un solo pasaje.
26. Confórmate en permanecer en la ignorancia antes de caer
en el error, especialmente delante de pasajes dificultosos.
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Lo desconocido pertenece a Dios. Un “no se” es
preferible que un “me equivoqué”.
27. No admitas ninguna doctrina basada en los Evangelios que
no pueda formar parte de la totalidad de las Escrituras.
28. Interpreta todo aquello dicho por Dios, en palabras
humanas, de forma que exalte Su divina perfección.
29. No aceptes ningún tipo o alegoría que no puede ser
justificado por las Escrituras.
30. No fuerces la totalidad de una parábola para darle un
sentido espiritual a cada una de sus partes.
31. Al leer los libros poéticos recuerda las estructuras y
formas de la poesía Hebrea.
32. Interpreta la profecía en su cumplimiento histórico no
usando la especulación.
33. Promesas hechas a personajes específicos en la Biblia
pueden ser aplicadas a cada creyente también, pero en
ocasiones eran promesas particulares solo pudiendo ser
aplicadas a ese individuo en particular.
34. Nunca separes las promesas de la responsabilidad. La
mente, conducta y corazón del hombre debe ser también
estudiado a la luz de dichas promesas. Estudia la verdad,
mandamientos y bendiciones de las Escrituras en su
perfecta relación.
35. Aunque las Escrituras fueron dirigidas a un grupo de gente
especifica sus principios, verdades, leyes y espíritu son
universales y perpetuos. De esta manera todo lo que
leemos en la Biblia lo leemos pensando que Dios se dirige
a nosotros directamente.
LEE Y MEDITA EN LAS ESCRITURAS;
1. Con la mas profunda reverencia al ser Palabra de Dios.
2. Con humildad y un corazón que puede ser enseñado, no para
contradecir, sino para aprender.
3. Con una mente devota, dependiendo en la Influencia del Espíritu
Santo sobre tu corazón.
4. Con reflexión, como una criatura cuyo creador le ha otorgado
inteligencia y razón.
5. Leer sin reflexionar no aportará un conocimiento sólido, no
transformará tu vida y corazón, sólo traerá información fría, cruda y
superficial que poco aprovechará para tu alma
6. Se paciente al leer las Escrituras, sin intentar saber en un día todo lo
que hay en ellas, ni querer ser en un día todo lo que ellas piden de ti
que seas.
7. Lee para crecer en el conocimiento de la Gracia, en la Santidad, en su
iluminación efectiva, en pureza, para aprender los principios que Ella
enseña, andando con Dios y ante Dios en obediencia a sus mandatos.
8. Recuerda lo que lees sean sus promesas o sus leyes, sean su doctrina,
avisos, carácter y direcciones.
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9. Cuando tengas la Biblia abierta aprende algo para poder meditar en
ello más tarde.
10. No amoldes la Biblia a tu sistema de pensamiento, o a tu sistema
teologico, sino que haz que estos se amolden a la Biblia.
11. Recuerda siempre que aun te queda mucho por aprender, mucho por
consagrar.
12. Lee con una continua interrogación y aplicación personal, ¿qué me
dice esto a mí? ¿qué se de esta verdad? ¿cómo puedo disfrutar más de
esta promesa?...etc.
13. Lee con continua humildad y oración. Haz que lo que lees dirija tu
oración y ruego ante el Trono de Gracia.
14. Lee con un corazón agradecido. Siempre dale gracias a Dios por
haberte dado el tesoro de su Palabra.
15. Lee con un gran sentido de la responsabilidad. Dios pide de nosotros
que perfeccionemos y desarrollemos nuestros dones.
16. Lee con constancia. No a trompicones, no a grandes intervalos de
tiempo o cuando te apetezca. Lee diariamente, con asiduidad, con
constancia, durante toda tu vida.2
III. EL MINISTRO Y SU VIDA DE ORACIÓN.
No podrás hablar a los hombres, sin primero hablar con Dios. No tendrás nada que
decir desde el pulpito sin haber primero oído desde el trono de la Gracia.
A. Acércate a la mañana en oración. Empieza el día disfrutando de la comunión
con el Señor.
1. Moisés – Exodo 34:4
2. Job – Job 1:5
3. David – Salmo 55:17
4. Nuestro Señor – Marcos 1:35
B. Medita en su cuidado...
5. Durante la noche (Salmo 3:5)
6. Que sería de la Mañana si no fuera por la Gracia de Dios
(Miqueas 2:1, Isaías 5:11-12)
7. Su propósito en despertarme (Isaías 50:4)
C. El clamor de cada mañana...Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en
ti he confiado.” (Salmo 143:8).
D. Espera en su respuesta...”y vino a mi palabra de Jehová en la mañana
diciendo...” (Ezequiel 12:8).
E. Respóndele....Salmo 5:3, 59:16
F. Escucha su admonición...Marcos 13:35.
G. Antes de empezar el trabajo del día recuerda...”nuevas son cada mañana, grande
es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:23).
2 Smith Bible Dictionary. Ed. A.J. Holman Company, Philadelphia, p.484
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BAJO LAS ALAS DEL ALTISIMO
Busca LA SANTIDAD En todos los detalles de la vida. Toda tu eficiencia
depende de esto, porque tu sermón dura solamente una o dos horas pero tu vida predica
toda la semana. Si Satanás logra hacerte un ministro codiciosos, amante de las
adulaciones, del placer de la buena mesa, habrá echado a perder tu ministerio.
Entrégate a la oración para que tus textos, tus oraciones y tus palabras vengan de Dios.
Lutero pasaba en oración las mejores tres horas del día.
ROBERT MURRAY MCCHEYNE
Hace unos años atrás escribí este cartel para poner en la puerta de mi habitación,
era una manera sencilla de mostrar la importancia de estar a solas con el Señor...
Ahora ESTOY ANTE la presencia del Padre intercediendo por mi vida, por la de mis
amados y por las almas perdidas. Por favor no interrumpas estos momento son lo más
valiosos de mi vida. (2.7.86)
PEDRO PINYOL
La causa principal de mi pobreza e ineficacia es debido a una inexplicable
negligencia en la oración. Puedo escribir, leer, conversar y oír con voluntad presta pero
la oración es más íntima y espiritual que estas cosas y por eso mi corazón carnal
fácilmente la rehuye. La oración, la paciencia y la fe nunca quedan sin efecto. Hace
tiempo que he aprendido que si llego a ser un ministro será por la oración y la fe.
Cuando mi corazón está en aptitud y libertad para orar, cualquier otra tarea es
comparativamente sencilla.
RICHARD NEWTON.
La oración es la más alta prueba de energía que es capaz la mente humana;
porque para orar se requiere la concentración total de las facultades. La gran masa de
hombres mundanos es absolutamente incapaz de orar.
COLERIDGE
Es necesario que la comunión con Cristo sea una comunión creciente. Siempre
encontramos cortinas por descorrer, que antes no eran visibles, y nuevos pliegues de
amor en El. Desespero de llegar a la total comprensión de ese amor, tiene tantas
complicaciones. Por tanto, cava profundamente, suda, trabaja y afánate por él, y aparta
cuanto más tiempo del día te sea posible para la oración. El que lucha vence.
SAMUEL RUTHERFORD.
Dadme cien predicadores que no teman más que al pecado, que no deseen más
que a Dios, no importa si son clérigos o lacios; solamente ellos conmoverán las puertas
del infierno y establecerán el reino de los cielos sobre la tierra. Dios no hace nada sino
en respuesta a la oración.
JUAN WESLEY.
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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DEDICA TIEMPO EN LA ORACIÓN
Los hombres que en su carácter se han asemejado a Cristo y que han
impresionado al mundo con él, han sido los que han pasado tanto tiempo con Dios, que
este hábito ha llegado a ser una característica notable de sus vidas. Carlos Simeón
dedicaba de las cuatro a las ocho de la mañana a Dios. El Señor Wesley pasaba dos
horas diarias en oración. Empezaba a las cuatro de la mañana. Una persona que le
conoció bien escribía: “tomaba la oración como su ocupación mas importante, y se le
veía salir después de sus devociones con una serenidad en el rostro que casi
resplandecía.” Juan Fletcher mojaba las paredes de su cuarto con el aliento de sus
oraciones. Algunas veces oraba toda la noche siempre, frecuentemente, con gran fervor.
Toda su vida fue una vida de oración. “No me levantaré de mi asiento –dijo- sin elevar
mi corazón a Dios.” Su saludo a un amigo era siempre “¿le encuentro a usted orando?.
La experiencia de Lutero era ésta: “si dejo de pasar dos horas en oración cada mañana,
el enemigo obtiene la victoria durante el día. Tengo muchos asuntos que no puedo
despachar sin ocupar tres horas diarias de oración.” Su lema era. “el que ha orado bien
ha estudiado bien.”
Joseph Aleine dejaba el lecho a las cuatro de la mañana para ocuparse en orar
hasta las ocho. Si oía que algunos artesanos habían empezado a trabajar antes de que él
se levantar, exclamaba, “¡Cuán avergonzado estoy! ¿No merece mi Maestro más que el
de ellos?” El que conoce bien esta clase de operaciones tiene a su disposición el banco
inextinguible de lo cielos.
Un predicador escocés, de los más piadosos e ilustres, decía “mi deber es pasar
las mejores horas en comunión con Dios. No puedo abandonar en un rincón el asunto
más noble y provechosos. Empleo las primeras horas de la mañana, de seis a ocho
porque durante ellas no hay ninguna interrupción. El mejor tiempo, la hora después de
la merienda, lo dedico solemnemente a Dios. No descuido el bueno hábito de orar antes
de acostarme, pero pongo cuidado en que el sueño no me venza. Cuando despierto en la
noche debo levántame y orar. Después del desayuno dedico algunos momentos a la
intercesión.” Esta era el plan de oración que seguía Roberto McCheyne. La famosa
liga de oración metodista nos avergüenza “De las cinco a las seis de la mañana y de las
cinco a las seis de la tarde, oración privada.”
Juan Welch, el santo y maravilloso predicador escocés, consideraba mal
empleado el día si no había dedicado ocho o diez horas de él a la oración. Tenía un
batín para envolverse en la noche cuando se levantaba a orar. Lamentándose su esposa
por encontrarlo en el suelo llorando, le contestaba: “Oh mujer, tengo que responder por
tres mil almas y no sé lo que pasa en muchas de ellas!”
LA VIDA DE ORACIÓN DE ANDREW BONAR.
Andrew Bonar, nacido en 1810, fue un influyente pastor y escritor cristiano, era
el hermano de Horatius escritor de Himnos y amigo personal de Robert Murray
McCheyne.
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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1835 - viernes, 26 de Junio. 25 años. Escribió mientras reflexionaba en su ministerio
realizado hasta la fecha. “A menudo estaba preocupado, a menudo desanimado, muchas
veces lo hacia todo con prisas. Iba a los cultos envuelto en un ambiente terrenal.
Cuanto mas hubiera hecho si en mi corazón hubiera habido mucha mas devoción y
oración.”
9 de Julio – He decidido en la fuerza del Señor, levantarme a las seis de la mañana por
lo menos, cada día y leer mañana y tarde, no solo mi Biblia de una forma cuidadosa,
pero quiera el Señor darme también el espíritu de oración cada día.”
1840 – a la edad de treinta años. Escribiendo una carta a su compañero Horatius dice,
“ora por la iglesia. Apenas tenemos unos cuantos...creo que la culpa es mía, pues
trabajo mas de lo que oro.”
1848 – 38 años. “debo poner en practica el dicho “buscad primeramente el reino de
Dios.” Por la gracia de Dios y mediante la fuerza del Espiritu Santo me he propuesto la
norma de no hablar a ningun hombre hasta que haya hablado primeramente con Dios,
no hacer nada con mis manos hasta que haya estado sobre mis rodillas.”
1854- A la edad de 44 años. Después de la muerte de su madre escribió...”nunca pode
olvidar la firmeza y la regularidad con la que se guardaba para ella misma la hora
matutina despues del desayuno para poder estar sola...Fue algo que me impresionó
como muchacho. Señor, enseñame a mejorar el tiempo que me prestas ahora.”
1868’ a la Edad de 58 años, despues de la muerte de un amigo escribió...”me siento
avergonzado que no ore más por él. Palo encontró el tiempo necesario en medio de
todas las miles de actividades que realizaba para orar mucho y a menudo. La oración
debe encontrar tiempo para ella misma.”
1889-79 – 79 años. Sabado, 5 de Enero. “he estado demasiado ocupado con
demasiadas reuniones en este tiempo dejandome demasiado poco tiempo para orar.”
1891-81 - justo un año antes de su muerte. “por la gracia de Dios debo hacer todo lo
posible para que no pase un dia sin que yo haya llamado al Señor para rogarle que
derrame sobre mi su Santo Espíritu...”
LA PREDICACIÓN BAJO LA UNCION DE LA ORACION
No existe mayor privilegio y bendición que tener un pulpito bañando en el ruego
de la oración. El ejemplo del gran predicador presbiteriano de Glasgow, Escocia,
Andrew Bonar nos es de gran ejemplo. El fue un ministro dedicado a la oración como
prioridad en su ministerio.
Andrew Alexander Bonar nació el 29 de Mayo de 1810, veinte años más tarde
nacería de nuevo mientras era estudiante universitario. El mismo nos recuerda la
ocasión con su propio testimonio. “Fue en 1830 que conocí a Cristo como Salvador, o
mejor dicho que El me encontró y me puso en sus hombres con gozo, desde entonces y
durante estos 60 años nunca nos hemos separado.” Muy pronto en su ministerio Bonar
encontró el significado de esas palabras “nunca nos hemos separado.” El mismo
compartió la llave de su vida espiritual cuando un grupo de ministros jóvenes le
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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preguntó el secreto de su espiritualidad. Su respuesta sencilla y clara fue, “solamente
puedo decir a mis jóvenes hermanos, que por mas de cuarenta años no ha pasado un día
sin que yo haya tenido acceso al Trono de Gracia.”
En la biografía de Bonar, Andrew Bonar Diary and Life, podemos observar vez
tras vez la dedicada vida de oración que este hombre tuvo. Bonar era un ministro que
oraba. Su obra y ministerio estuvo marcado por un continuo clamor ante el trono de
Dios.
Bonar empezó su trabajo pastoral en 1835 cuando era estudiante universitario,
bajo la supervisión de un ministro mayor que él. Allí en la ciudad de Jedburgh, Escocia,
encontró el secreto que le acompañaría el resto de su ministerio, una vida consagrada a
la oración. Un 9 de Julio de ese año, justo al principio de su aprendizaje escribió, “me
he resuelto con la ayuda del Señor levantarme a las seis en punto de la mañana...y
quiera el Señor darme el Espíritu de Oración cada día. Pronto descubriría como su buen
deseo e intenciones se vería frustrado por el sobre esfuerzo del pastoreado. Confesaba,
“la tendencia a ser negligente o hacer más corto el tiempo de la oración o la lectura de
las Escrituras para ponerme a estudiar otros temas me es una continua causa de
humillación.” También descubrió que las oraciones no siempre eran contestadas de la
manera que él esperaba. O lo que es peor aun, descubrió como sus propias oraciones a
veces eran un simple esfuerzo de la carne para poder “auto-complacerse, pensando que
estas oraciones serían la razón de su triunfo.” Dios corrigió esta tendencia en Bonar, y
el resultado fue que este fiel siervo se dedicó mucho más a la oración. Algunos días
antes de marcharse del pueblecito de Jedburgh para tomar otro pastoreado hacia el
siguiente comentario...”he descubierto que cuando pierdo una hora de oración diaria por
no levantarme temprano, pierdo 25 días de oración a lo largo de todo el año.” Por este
tiempo su entendimiento de la oración había sido refinado. Reconoció la falta de poder
espiritual en su vida.
Al principio de su ministerio en Collace escribía, “me he propuesto )y se bien
que no podré tan siquiera conseguirlo a no ser que reciba ayuda desde lo alto) ir antes a
la cama y levantarme a las seis para poder pasar de seis a ocho orando por mi mismo,
por mi congregación, y la obra de Dios en todo el mundo” Pensemos por un momento
lo que esto significaba para aquel entonces donde no existía el confort de nuestros días y
donde el clima de la fría Escocia dejaba helada las casas. Decía Bonar sobre esto, “no
puedo dejar que ni el frío ni la oscuridad impidan que me levante...debo salir de mi
cama y de inmediato empezar a tener comunión con Dios, y el fervor de mi alma
calentará el cuerpo. O Señor dame ese poder.”
Ya a la edad de 28 años este joven estudioso de la oración y predicador había
establecido una clara idea de lo que debía esperar de sus propios sermones. Antes de
marcharse de Jedburgh confesaba que muchas veces había predicado “para mi propia
gloria.” Pero esta actitud de su corazón cambió al desear más que nunca que fuera Dios
quien hablara a las almas. “Si durante mi sermón Dios habla desde los cielos una
vez...aunque solo sea por un minuto, esa voz deberá sentirse en la congregación toda la
semana, aun más, durante los meses siguientes.” De esta manera rogaba a Dios que
hablara a las almas y transformara las vidas.
De la misma manera que un atleta trabaja y se esfuerza diariamente para
conseguir resultados y es constante en el entrenamiento aunque parece poco la ganancia
diaria, Bonar se esforzaba diariamente en la oración. Escribía en su diario las siguientes
notas...
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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Domingo 30 de Septiembre de 1838. He recibido respuesta a mis oraciones, he
podido levantarme a las seis, tal como deseaba.
Lunes 10 de Diciembre. He observado como Satanás intenta distraerme los
sábados y los domingos en otras cosas que no sean la directa obra del Señor, y esto me
distrae de la oración. Creo que ahora puedo entender que la oración y el ayuno deben
emplear el tiempo de los sábados por la noche y del domingo...y también del lunes por
la mañana.
Martes, 1 de Enero 1839 - Me levanté temprano para orar y hacer un repaso del
año pasado.
Viernes 1 de Febrero. Me temo que estoy perdiendo el espíritu de la oración.
Viernes 8 de Marzo. Esta noche voy a dedicarme plenamente a la oración. )esta
entrada en su diario fue realizada después de un viaje de seis meses a Palestina durante
los cuales no aparece ninguna otra anotación, el único resumen de esos seis meses es la
lucha en la oración.
Miércoles 4 de Diciembre. Siento que por la causa del descanso de las almas
ansiosas debo dedicarme a la oración.
Sábado 8 de Marzo. Me siento temeroso de mi mismo ya que paso menos
tiempo en la oración de lo que solía pasar.
Viernes 24 de Abril 1840. He regresado a casa preocupado y sobre todo falto de
oración. Deseo poder apartar este fin de semana para un tiempo especial de oración con
el fin de recuperarme de mi estado.
Sábado 19 de Septiembre. Dios esta semana me ha estado enseñando como
puedo redimir el tiempo para la oración aprendiendo a orar mientras estoy andando
dirigiéndome a algún lugar.
Sábado, 21 de noviembre. He descubierto que leer las Escrituras
abundantemente es una excelente preparación para la oración.
Viernes, 22 de enero de 1841. Me he sentido inestable, y presa de la distracción
mucho más de lo normal. Creo que la causa de esto es que he estado conversando
mucho con los hombres, he estado ocupado mucho exteriormente, pero no he estado
cerca de Dios por mucho tiempo.
27 de febrero. He encontrado una nueva experiencia. He tenido el deseo de
orar, e incluso tenia una gran disposición para hacerlo, sin embargo he orado poco ya
que una cosa tras otra me impedía hacerlo. Como consecuencia mi alma desfallece.
Dios no me va a permitir recibir bendiciones sin pedírselas. Hoy me he propuesto
dedicarme a orar y ayunar para que Dios me de entendimiento y refresco espiritual. No
me conformare hasta que consiga dedicarme a orar por lo menos dos horas diarias.
Cuando llego el momento para Bonar de trasladarse al que seria el mayor y mas
largo de sus ministerios en la ciudad de Glasgow, Bonar dedicaba tres horas diarias a la
oración y al Estudio de las Escrituras. Esto formaba parte de la preparación para sus
mensajes. Sin duda fue un logro tremendo, un logro que por desgracia pocos hombres
han sido capaces de conseguir. Pero este predicador, nuevo en la ciudad de Glasgow,
iba a necesitar este tiempo de oración delante de Dios para poder emfrentar la demanda
y presión de su ministerio. Y aun sin el saberlo en este tiempo, eso es lo que le iba a
permitir trabajar en lo que seria la corona de su vida, la Iglesia local en Glasgow que
llegaría a una membresía de más de mil personas. Tenia Bonar cuarenta y siete años y
los siguientes treinta y cinco años de su vida los pasaría sirviendo al Señor en este
ministerio. Cuando el llegó a la ciudad en palabras de su propia hija, Marjory, esta
congregación era solo un grupo de gente dispersa y heterogénea que se presentaban allí
indiferentes para escuchar el sermón del domingo. La Iglesia estaba situada en medio
Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores
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de una vecindad pobre y las costumbres de las personas eran tan peculiares que el
mismo Bonar dijo que “se sentía como un misionero en medio de gente pagana que
debe pasar meses aprendiendo el lenguaje y los hábitos de dicha gente.” Después de
realizar un estudio del área llego a la conclusión que “aquella vecindad estaba poblada
por gene indiferente, por borrachos y vagos, por ignorantes, por ateístas, por acérrimos
Católicos por profesores incrédulos, por jóvenes y viejos, sanos y enfermos.”
Bonar sirvió al Señor en medio de ellos. Fue igual de diligente en su vida de
evangelismo como en su vida de oración y preparación de mensajes. Su propia hija
escribía,
“sembraba la semilla sin cansarse, siempre en esperanza, llevando la preciosa
semilla de vida en los lugares oscuros, día tras día, semana tras semana...nadie se le
escapaba y su habilidad en reconocer los rostros era remarcable.”
Cuando preparó una actividad evangelistica en su Iglesia para ir a predicar en las
calles, solo se presentaron doce miembros de su Iglesia. Pero su esfuerzo y diligente
obra hicieron cambiar el corazón de los miembros animando a otros a llevar la preciosa
semilla. Algunos de los comentarios que Bonar hacia en las reuniones de siervos eran
realmente memorables. “Si dices que tienes las manos demasiado ocupadas, es justo
como deben estar”. Así animaba a aquellos que ya estaban dedicados a predicar a
seguir predicando mucho más. Al tímido le decía “nunca me ha gustado escuchar a
nadie decir que no desea molestar a otras personas hablándoles de religión. Un creyente
debe molestar a otros hablándoles de religión.” Aquellos que eran de la ciudad les
decía, “vosotros conocéis cada arbusto donde las ovejas se esconden, así que id por
ellas.”
No permitía que se le escapase ninguna oportunidad para hablar a los perdidos.
Muchas veces predicaba en la calle aun desde las escaleras de su Iglesia alcanzando a
personas que estaban al otro lado de la calle. En el mismo edificio de la Iglesia se
inscribieron en las paredes las palabras en hebreo “el que gana almas es sabio.”
Pero era a la oración a lo que Bonar tal y como hicieron los profetas de antaño,
prestó toda su atención. “Mi parte” decía él, “es estar en compañía de aquel que
proveyó gran abundancia de pez aunque los discípulos habían estado pescando toda la
noche sin conseguir nada.” El día 1 de Enero de 1858 marcaba el primer año de su
ministerio en Glasgow. Ese día escribiría en su diario, “Ahora se cierra el primer día
del año. He estado muy ocupado con el trabajo, demasiado ocupado. Debería haber
orado más.”
Al finalizar ese mismo mes de enero se exhortaba a si mismo con las palabras,
“Debo pedir al Señor más poder. Un pedir continuo, creo en mi propia opinión que es
algo muy raro de encontrar, muy pocos ministros, muy poca gente lo hace.” A medida
que se acercaba la primavera profundizo mucho más en este sentir. Escribía, “debo
penetrar más en las profundidades del gran océano. ¿Cuando estaré enfermo de amor?
Habitando en la continua presencia del Señor, disfrutando de ese gozo inexplicable y
lleno de gloria hora tras hora.” Ese era su continuo anhelo y se esforzaba en
conseguirlo. En su propio diario nos dice cuantas veces en medio de la oración era
interrumpido, pero él persistía en orar y ayunar, intercediendo por las almas ante el
Trono, pidiendo poder desde lo alto para predicar la Palabra.
Fue durante este tiempo de su vida que sus oraciones empezaron a centrarse en
rogar a Dios por un avivamiento. Cuando escuchó como el Señor estaba obrando en
otros lugares escribió, “¡Oh Dios mío, desciende a Escocia y ayúdanos! Oh Señor haz lo
mismo para nosotros en esta ciudad. Te agradezco Espíritu Santo por obrar allí. Te
agradezco con toda mi alma, y miro tu obra en ese lugar como parte de tu respuesta a
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nuestras propias oraciones aquí. Pero, Oh Señor desciende también sobre nosotros si
parece bien a tus ojos.”
Y por fin llegó dicha bendición.
AVIVAMIENTO.
El Sábado día 10 de Septiembre de 1859 Bonar escribió, sin duda alguna con una
mezcla de regocijo y sorpresa...
“Esta ha sido una semana remarcable. Cada día he escuchado de alguna alma
que se ha salvado en medio nuestro. Sábado por la mañana uno fue salvo, algunos más
aceptaron a Cristo el lunes por la tarde. El miércoles algunos hicieron profesión de fe al
terminar la reunión. Ayer noche una vez más...”
Un mes más tarde podía gozarse diciendo, “de verdad que este año es como una
segunda siega, como aquélla de 1840.” Durante aquellos días Bonar trabajaba con otros
ministros en reuniones compartidas. De una de esas reuniones comentaba: “Los
ministros que nos han ayudado hoy son remarcablemente útiles y ricos espiritualmente.
Por una o dos veces me he sentido transportado a la misma presencia del Señor, y me he
sentido llenado de esperanza y expectación de recibir más bendiciones.”
Pero sin duda alguna las conversiones y el avivamiento que estaba habiendo en
el corazón de los creyentes parece haber sido secundario en importancia a la experiencia
que Bonar tuvo en la oración aquel sábado por la noche del 8 de Octubre de 1859. La
descripción que él mismo hace de ese acontecimiento puede ser más profunda de lo que
cualquiera de nosotros puede llegar a entender. Bonar declaraba, “Me sentido hoy por
un momento como si estuviera hablando directamente al Espíritu Santo en el nombre de
Cristo, pidiéndole que obrara entre nosotros. De alguna manera en ese momento me ha
parecido estar más cerca del Espíritu que del mismo Padre e Hijo, pero a la misma vez
me daba cuenta que era todo por medio de Cristo que podía tener a dicha audiencia.”
Lo que Bonar estaba experimentando era el efecto de lo que ha venido a
llamarse el avivamiento de 1859. Dicho avivamiento empezó en reuniones de oración
que florecieron simultáneamente en América del Norte y en Gran Bretaña en 1857.
Este avivamiento se desplegó en los Estados Unidos, en Canadá, en Gales, Escocia,
Irlanda y Gran Bretaña. Se estima que más de un millón de personas aceptaron a Cristo
solamente en Gran Bretaña y alrededor de trescientas mil fueron salvas en Escocia. Y
en todos estos lugares los ministros reconocían que dicho avivamiento era respuesta a la
oración.
Aunque el Señor había respondido a la oración enviando tan gran bendición
Bonar continuo exhortando a su gente a esforzarse en la oración. Rogaba a su
congregación a consagrarse al Señor en sus oraciones ante la congregación repetía; “si
nuestras manos que debería tomar del tesoro celestial están cerradas aferrándose a cosas
terrenales, entonces Señor trabaja en nosotros, hasta que extendamos a ti nuestras manos
vacías.” Después de predicar un mensaje sobre los hermanos de José y como éste llenó
sus alforjas terminó con la petición, “Oh Señor, tu eres nuestro José. Te traemos a ti
nuestras alforjas vacías. ¡Llénalas tu!”
NO SOMOS PERFECTOS PERO LO INTENTAMOS.
Debemos concluir este apartado con palabras de animo, no sea que ante tal
ejemplo de fidelidad y entrega caigamos en un desanimo tal que nos impida hacer lo
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más mínimo. El mismo Bonar reconocía que él nunca había llegado a la perfección en la
constancia de la oración, y también del peligro que corría de confiar en sus propias
oraciones. Diez años después del avivamiento de 1859 estaba avergonzado por su falta
de oración en la intercesión de un amigo que acababa de morir. “me siento avergonzado
y desanimado pues no ore por él lo suficiente. Pablo encontraba tiempo en medio de
mil cosas más que debía hacer para orar a menudo y en abundancia. La oración debe
encontrar el tiempo para ella misma.”
Veinte años mas tarde a la edad de setenta y nuevo años, continuaba luchando
con esa tendencia de dejar que otras cosas tomaran el lugar de la oración. E incluso con
ochenta y un año, justo un año antes de morir, determinó “no dejar pasar un solo día en
el cual no haya clamado al Señor rogándole que derrame sobre mi Su Espíritu.”
La última cosa que hizo Bonar fue orar. El último día del año de 1892 reunió a
toda la familia alrededor de la cama en la que se encontraba enfermo. Era alrededor de
las seis. Aun en medio de su debilidad intentó cantar un himno con todos ellos como lo
habían hecho en innumerables ocasiones. Un amigo leyó el Salmo 62 y entonces
empezó a cerrar el altar familiar con una oración, en ese momento fue interrumpido por
la clara y distintiva voz del Dr. Bonar quien empezó a orar con las palabras del Salmo
“En Dios está mi salvación y mi gloria: en Dios está la roca de mi fortaleza, y mi
refugio.” Después, el anciano predicador confesó sus pecados y oro para ser aceptado
mediante “los méritos del gran intercesor.” Seguidamente oro por el cuidado sobre la
familia para esa noche. La familia se retiró a sus aposentos. Alrededor de las diez y
media Bonar le dijo a su médico, “nunca sabemos como terminará nuestro ministerio.”
Momentos más tarde Bonar yacía “con un semblante que mostraba una paz
inexplicable...casi de sorpresa deleitosa...como si súbitamente y inesperadamente se
hubiera encontrado en la presencia de su amado Señor y maestro, con aquél que había
estado andando todos esos años en la tierra y quien ahora le iba a recibir a él en la
gloria.”
Multitudes que le habían escuchado y amado desfilaron detrás de su féretro en
las calles frías y nevadas de aquel 4 de Enero de 1893. El fiel ministro descansa ahora
en el Cementerio de Sighthill en las colinas de Glasgow. Sin duda alguna muchos
habrán meditado sobre su ministerio y obra y tal vez hayan recordado sus palabras, “es
una gran cosa tener un ministro que ora.”3
3 Tomado y adaptado de Front Line. Vol 6 n. 5. “Inspiration for the Pastor´s Study.” Escrito por Dr. Mark
Minnick.