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Kerigma - Portadores de la Palabra

Date post: 15-May-2023
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Kerigma – Trazando bien la Palabra de Verdad El predicador y su mensaje 3 Pedro Pinyol Fundación 3
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Kerigma – Trazando bien la Palabra de Verdad El predicador y su mensaje

3

Pedro Pinyol Fundación

3

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

1

Por Pedro Pinyol

Kericgma – Portadores del Mensaje

Estudio en Homiletica.

BIBLIOGRAFIA

1. Mark Minnick

2. H. T. Spence, Crecimiento Espiritual del Pastor. Foundations B.C., 2001.

3. C. H. Spurgeon, Discurso a mis Estudiantes. Casa Bautista de Publicaciones,

Texas, 1982.

4. Brega, James, How to Prepare Bible Messages. Multnomah Press, Oregon; 1969.

5. Jones, Bob. How to Improve Your Preaching. Bob Jones University.

6. Robinson, Haddon W. Biblical Preaching, Baker Book House, Grand Rapids,

Michigan, 1985.

7. Tomas Knott, Carlos. Libro Divino, Amada Palabra. Editorial Discipulo,

Barcelona, 1997.

INDICE.

1. Ministros del Evangelio – “portadores del mensaje Divino.

2. El estudio de la Palabra y la vida de oración del ministro.

3. PROPAEDEUTICA – la sistematización del estudio teológico.

4. Ve a las fuentes – el predicador y su Biblioteca.

5. Predica la Palabra -

6. Tipos de Sermones

7. Textos

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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8. Analítica de la construcción del mensaje.

9. Mejorando la cualidad literaria del mensaje

10. Manteniendo el Interés de la Audiencia

11. Exposición del mensaje

12. el predicador y su voz

13. el predicador en el pulpito

14. la invitación

15. Después del mensaje

I. ACERCANDONOS A LAS ESCRITURAS – Lee las escrituras para tu propio

provecho espiritual.

1. PREPARA TU CORAZON ANTES DE LEER. “Preparad vuestro corazón a

Jehová” (I Samuel 7:3). Trae cautivo todo pensamiento a Cristo para

acercarte a la Palabra de Dios libre de todo pensamiento que no le sea

agradable. Pon todo tu afecto y amor en El.

2. RETIRA LAS COSAS QUE PUEDEN DISTRAERTE. Esto incluye, (1) el

amor a cualquier pecado. “Por mas medicina que prescriba el medico, si el

paciente continua tomando veneno, de nada servirá el remedio.” (2)

remueve las espinas y cardos que ahogan la Palabra. Estas espinas son el

cuidado de las cosas de este mundo (Mateo 13Ñ22). De que nos aprovecha

tener el ojo en la Biblia pero el corazón en el mundo.

3. ACERCATE A LA LECTURA DE LA PALABRA CON UN CORAZON

HUMILDE. Reconoce tu bajeza y la misericordia de Dios al revelarse a ti a

través de su Palabra, recuerda que Dios habita con el quebrantado y humilde

de espíritu.

4. ACERCATE A LA LECTURA DE LA PALABRA CON UN ORAZON

HONESTO. Debes estar dispuesto a hacer todo aquello que Dios te muestre

en su Palabra, no solo lo que te apetece o lo que te es agradable. Pide al

Señor que el Poder de su Palabra traspase como espada aguda hasta llegar a

lo más intimo de tu corazón.

5. LEE LOS LIBROS DE LA BIBLIA EN ORDEN.

6. LEE INTELIGENTEMENTE. Recuerda que te estas acercando a la Palabra de

Dios, estas pisando en tierra Santa. Solemnidad y un sentir de profunda

seriedad debe acompañarte. Huye de la vanidad, de la broma fácil, de la

superficialidad espiritual.

7. LEE LAS ESCRITURAS CON REVERENCIA. DIOS TE ESTA

HABLANDO. PIENSA EN CADA LINEA QUE LEES.

8. CREE LO QUE LEES. CREE QUE PROVIENE DE DIOS. VE EL NOMBRE

DE DIOS EN CADA LINEA.

9. VALORA GRANDEMENTE LAS ESCRITURAS. “mejor me es la ley de tu

boca, que millares de Oro y plata.” (Salmo 119:72.

10. AMA LO QUE LEES. Valorar la Palabra de Dios tiene que ver con el juicio,

pero amarla tiene que ver con los afectos. “mira oh Jehová, que amo tus

mandamientos: vivifícame conforme a tu misericordia.” (Salmo 119:159.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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No solamente debemos amar las Escrituras por el consuelo que nos dan, pero

también cuando estas nos reprenden en nuestro andar.

11. ESFUERZATE EN ALCANZAR UN CORRECTO ENTENDIMIENTO DE LO

QUE LEES. El primer paso para aprovechar la lectura de la Palabra, es

entender lo que leemos. Esfuérzate en alcanzar todo el conocimiento que

puedas de las escrituras, estudiando, hablando con otros, usando libros y

comentarios.

12. PIDE LA GUIA DEL ESPIRITU SANTO PARA ENTENDER LO QUE

LEES. ORA QUE DIOS TE ABRA LOS OJOS PARA ENTENDER LO

QUE LEES. “Abre mis ojos y mirare las maravillas de tu ley.”

13. PIDE A CRISTO QUE SEA TU MAESTRO. Entonces les abrió el sentido,

para que entendieses las Escrituras.” (Lucas 24:45.

14. CENTRATE EN LOS GRANDES TEMAS DE LAS ESCRITURAS, PERO

TAMBIEN ATIENDE A CADA JOTA Y A CADA TILDE.

15. PRESTA ATENCION A LOS EJEMPLOS DE LAS ESCRITURAS Y

APLICALOS DE UNA FORMA PRACTICA A TU PROPIA VIDA,

CONVIERTE ESOS EJEMPLOS EN SERMONES VIVOS PARA TI

MISMO. Observa el juicio de Dios sobre los impíos y la misericordia de

Dios sobre aquellos que le aman y guardan sus mandamientos, aplica esas

verdades a ti mismo.

16. OBSERVA LOS PRECEPTOS Y LA LEY TANTO COMO EL CONSUELO Y

LAS PROMESAS. Aquellos que solo buscan en las escrituras las promesas,

siendo negligentes a los mandamientos, no son edificados por las Escrituras,

ya que buscan mas la comodidad que el trabajo.

17. COMPARATE A TI MISMO CON AQUELLO QUE LEES. Mira

cuidadosamente como tu corazón y las Escrituras concuerdan. Esta tu

corazón en armonía a los preceptos divinos.

18. APRENDE A APLICAR LAS ESCRITURAS A TU PROPIA VIDA. CADA

UNA DE SUS PALABRAS ESTA DIRIGIDA A TI. Cuando oigas el juicio

de Dios sobre el pecado, piensa, “esta hablando de mis propios pecados.”

Cuando leas lo que Dios quiere que el hombre haga, piensa, “esto es lo que

Dios quiere que YO haga.” Cuando el Rey Josías escucho la ley de Dios

rompió sus vestidos, aplico lo que estaba escuchando a su propia vida. (iI

Reyes 22:11), y se humilló delante del Señor.

19. PRESTA ESPECIAL ATENCION A AQUELLOS PASAJES QUE TE

HABLAN DIRECTAMENTE A TU VIDA PARTICULAR DE UNA

FORMA MUY ESPECIAL. Por ejemplo, (1) ¿Estas pasando un tiempo de

tribulación mira a la Palabra (Heb. 12:7, II Cor. 4:17). (2) ¿Te sientes

abandonado? Mira Isaías 54:8. (3) ¿estas siendo tentado? Lee Gálatas 5:24

y Santiago 1:15. Así mientras lee presta atención a aquellos pasajes que te

hablan en tu estado de ánimo.

20. NO DEJES DE LEER HASTA QUE TU CORAZON ESTE ARDIENDO POR

DIOS. No permitas que las Escrituras sólo te “informen” pero haz que estas

de “inflamen.”. No dejes de leer hasta que puedas repetir las mismas

palabras que los Discípulos…”¿no ardía nuestro corazón en nosotros,

mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las escrituras? (Lucas

24:32.

21. RECUERDA LO QUE LEES. Satanás robara de tu mente la Palabra de Dios, El

sabe que si no la guardas en tu mente y corazón no aprovecha de nada.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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22. MEDITA EN LO QUE LEES. “En tus mandamientos meditaré; consideré tus

caminos” (Salmo 119:15. La lectura trae la verdad a nuestra mente, la

meditación la graba en nuestro corazón. Aprendamos de las abejas quienes

toman el néctar y lo llevan al panal, es allí donde lo convierten en miel.

Leyendo absorbemos de la flor de la Palabra de Dios, meditando es como la

llevamos al panal de nuestra mente para que así nos sea provechosa.

23. PON EN PRACTICA LO QUE LEES. Deuteronomio 17;19 nos dice “y lo

tendrá consigo, y lo leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a

temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabra de esta ley y estos

estatutos, para ponerlos por obra” El creyente debe ser como una “Biblia

andante”.

24. PRESENTATE A MENUDO ANTE EL TRONO DE GRACIA. El ministro es

el “interprete de los oráculos divinos”. Tenemos una gran responsabilidad en

nuestras manos, la de llevar el mensaje de Dios a los hombres.1

II. NORMAS PARA LA LECTURA DE LAS ESCRITURAS

1. Colócate en las circunstancias históricas de los escritores,

como si tú estuvieras allí con uno de ellos.

2. Estudias todo cuanto puedas de la geografía Bíblica, de la

cultura de los tiempos Testamentarios, la manera de vivir,

los usos y costumbres, del arte, las formas de adoración y

religiones paganas de aquél tiempo. Haz del mundo

antiguo tu propio mundo.

3. Investiga tanto como te sea posible el significado sencillo

y literal del pasaje que lees. Usa la lógica y el sentido

común para llegar a conclusiones interpretativas. El buen

uso de la razón evitara que caigas en errores innecesarios.

4. Evita el misticismo y la ingenuidad. No intentes

espiritualizar todos los pasajes. La espiritualidad

verdadera y la espiritualidad ficticia son dos cosas bien

diferentes. La primera es real, profunda, sublime, que

glorifica a Dios y es satisfactoria, pero la segunda es

idealista, superficial, baga, resultado de la imaginación

humana y la carnalidad.

5. Busca el significado literal antes de buscar el significado

espiritual.

6. El verdadero significado del pasaje es lo que más debes

desear.

7. Estudias las formas gramaticales, las expresiones

idiomáticas de la lengua original, las figuras del lenguaje.

Conocer estas cosas de guardaran de caer en errores

interpretativos.

8. Evita las ideas ilógicas y rebuscadas, el sentido lógico y

sencillo del texto deben ser prioritarios.

1 Adaptado de How we May Read the Scriptures With Most Spiritual Profit. Thomas Watson.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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9. Ha siempre una distinción entre lenguaje figurativo y

lenguaje literal.

10. Nunca lleves las metáforas demasiado lejos.

11. Considera siempre el contexto antes de llegar a

conclusiones de un pasaje.

12. Considera las circunstancias de un pasaje tanto como

puedas. Es decir, considera la ocasión en la que fue

escrito, a quien va dirigido, por quien fue escrito, y cual

era el propósito.

13. Compara las cosas espirituales con las espirituales.

Nunca tengas temor de hacer referencia a los llamados

“pasajes paralelos” para poder interpretar un pasaje.

Recuerda que las Escrituras son su propio intérprete.

14. Explica los pasajes difíciles usando aquellos que son

fáciles de entender como referencia.

15. Nunca esperes poder entender todo a la perfección en las

Escrituras. Sin embargo recuerda el estudio humilde,

sabio, devoto, y perseverante traerá siempre alimento a tu

corazón.

16. Cuando encuentres palabras o expresiones de significado

dudoso considéralas atentamente, busca su significado en

diccionarios, antes de llegar a conclusiones.

17. No siempre apliques el mismo significado a una palabra,

ya que una misma palabra frecuentemente es usada con

diferentes usos sentidos en las escrituras.

18. Esfuérzate en construir ideas claras y distintiva sobre el

significado de palabras particulares como Fe, Gracia,

arrepentimiento, redención, justificación, santificación,

etc.

19. Considera el carácter del escritor, el carácter y estado de

aquellos a quienes escribió, los errores y herejías a los que

tuvo que enfrentarse, las verdades que defendió y enseñó.

20. El Nuevo Testamento es el cumplimiento del Antiguo.

Compara uno con el otro cuidadosamente.

21. Los libros históricos y proféticos del Antiguo Testamento

se complementan ilustrándose el uno al otro.

22. Las Epístolas del Nuevo Testamento es el comentario del

Espíritu Santo a los cuatro Evangelios.

23. La Epístola a los Hebreos es la clave interpretativa de los

rituales antiguo testamentarios enseñados en el

Pentateuco.

24. Para poderte hacer una correcta idea y una visión general

de cualquier libro de las Escrituras léelo en su totalidad.

Considera sus partes y Divisiones, Establece un bosquejo,

y mira como cada parte se relaciona con la totalidad del

libro.

25. Nunca establezcas una doctrina mayor en un solo pasaje.

26. Confórmate en permanecer en la ignorancia antes de caer

en el error, especialmente delante de pasajes dificultosos.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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Lo desconocido pertenece a Dios. Un “no se” es

preferible que un “me equivoqué”.

27. No admitas ninguna doctrina basada en los Evangelios que

no pueda formar parte de la totalidad de las Escrituras.

28. Interpreta todo aquello dicho por Dios, en palabras

humanas, de forma que exalte Su divina perfección.

29. No aceptes ningún tipo o alegoría que no puede ser

justificado por las Escrituras.

30. No fuerces la totalidad de una parábola para darle un

sentido espiritual a cada una de sus partes.

31. Al leer los libros poéticos recuerda las estructuras y

formas de la poesía Hebrea.

32. Interpreta la profecía en su cumplimiento histórico no

usando la especulación.

33. Promesas hechas a personajes específicos en la Biblia

pueden ser aplicadas a cada creyente también, pero en

ocasiones eran promesas particulares solo pudiendo ser

aplicadas a ese individuo en particular.

34. Nunca separes las promesas de la responsabilidad. La

mente, conducta y corazón del hombre debe ser también

estudiado a la luz de dichas promesas. Estudia la verdad,

mandamientos y bendiciones de las Escrituras en su

perfecta relación.

35. Aunque las Escrituras fueron dirigidas a un grupo de gente

especifica sus principios, verdades, leyes y espíritu son

universales y perpetuos. De esta manera todo lo que

leemos en la Biblia lo leemos pensando que Dios se dirige

a nosotros directamente.

LEE Y MEDITA EN LAS ESCRITURAS;

1. Con la mas profunda reverencia al ser Palabra de Dios.

2. Con humildad y un corazón que puede ser enseñado, no para

contradecir, sino para aprender.

3. Con una mente devota, dependiendo en la Influencia del Espíritu

Santo sobre tu corazón.

4. Con reflexión, como una criatura cuyo creador le ha otorgado

inteligencia y razón.

5. Leer sin reflexionar no aportará un conocimiento sólido, no

transformará tu vida y corazón, sólo traerá información fría, cruda y

superficial que poco aprovechará para tu alma

6. Se paciente al leer las Escrituras, sin intentar saber en un día todo lo

que hay en ellas, ni querer ser en un día todo lo que ellas piden de ti

que seas.

7. Lee para crecer en el conocimiento de la Gracia, en la Santidad, en su

iluminación efectiva, en pureza, para aprender los principios que Ella

enseña, andando con Dios y ante Dios en obediencia a sus mandatos.

8. Recuerda lo que lees sean sus promesas o sus leyes, sean su doctrina,

avisos, carácter y direcciones.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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9. Cuando tengas la Biblia abierta aprende algo para poder meditar en

ello más tarde.

10. No amoldes la Biblia a tu sistema de pensamiento, o a tu sistema

teologico, sino que haz que estos se amolden a la Biblia.

11. Recuerda siempre que aun te queda mucho por aprender, mucho por

consagrar.

12. Lee con una continua interrogación y aplicación personal, ¿qué me

dice esto a mí? ¿qué se de esta verdad? ¿cómo puedo disfrutar más de

esta promesa?...etc.

13. Lee con continua humildad y oración. Haz que lo que lees dirija tu

oración y ruego ante el Trono de Gracia.

14. Lee con un corazón agradecido. Siempre dale gracias a Dios por

haberte dado el tesoro de su Palabra.

15. Lee con un gran sentido de la responsabilidad. Dios pide de nosotros

que perfeccionemos y desarrollemos nuestros dones.

16. Lee con constancia. No a trompicones, no a grandes intervalos de

tiempo o cuando te apetezca. Lee diariamente, con asiduidad, con

constancia, durante toda tu vida.2

III. EL MINISTRO Y SU VIDA DE ORACIÓN.

No podrás hablar a los hombres, sin primero hablar con Dios. No tendrás nada que

decir desde el pulpito sin haber primero oído desde el trono de la Gracia.

A. Acércate a la mañana en oración. Empieza el día disfrutando de la comunión

con el Señor.

1. Moisés – Exodo 34:4

2. Job – Job 1:5

3. David – Salmo 55:17

4. Nuestro Señor – Marcos 1:35

B. Medita en su cuidado...

5. Durante la noche (Salmo 3:5)

6. Que sería de la Mañana si no fuera por la Gracia de Dios

(Miqueas 2:1, Isaías 5:11-12)

7. Su propósito en despertarme (Isaías 50:4)

C. El clamor de cada mañana...Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en

ti he confiado.” (Salmo 143:8).

D. Espera en su respuesta...”y vino a mi palabra de Jehová en la mañana

diciendo...” (Ezequiel 12:8).

E. Respóndele....Salmo 5:3, 59:16

F. Escucha su admonición...Marcos 13:35.

G. Antes de empezar el trabajo del día recuerda...”nuevas son cada mañana, grande

es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:23).

2 Smith Bible Dictionary. Ed. A.J. Holman Company, Philadelphia, p.484

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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BAJO LAS ALAS DEL ALTISIMO

Busca LA SANTIDAD En todos los detalles de la vida. Toda tu eficiencia

depende de esto, porque tu sermón dura solamente una o dos horas pero tu vida predica

toda la semana. Si Satanás logra hacerte un ministro codiciosos, amante de las

adulaciones, del placer de la buena mesa, habrá echado a perder tu ministerio.

Entrégate a la oración para que tus textos, tus oraciones y tus palabras vengan de Dios.

Lutero pasaba en oración las mejores tres horas del día.

ROBERT MURRAY MCCHEYNE

Hace unos años atrás escribí este cartel para poner en la puerta de mi habitación,

era una manera sencilla de mostrar la importancia de estar a solas con el Señor...

Ahora ESTOY ANTE la presencia del Padre intercediendo por mi vida, por la de mis

amados y por las almas perdidas. Por favor no interrumpas estos momento son lo más

valiosos de mi vida. (2.7.86)

PEDRO PINYOL

La causa principal de mi pobreza e ineficacia es debido a una inexplicable

negligencia en la oración. Puedo escribir, leer, conversar y oír con voluntad presta pero

la oración es más íntima y espiritual que estas cosas y por eso mi corazón carnal

fácilmente la rehuye. La oración, la paciencia y la fe nunca quedan sin efecto. Hace

tiempo que he aprendido que si llego a ser un ministro será por la oración y la fe.

Cuando mi corazón está en aptitud y libertad para orar, cualquier otra tarea es

comparativamente sencilla.

RICHARD NEWTON.

La oración es la más alta prueba de energía que es capaz la mente humana;

porque para orar se requiere la concentración total de las facultades. La gran masa de

hombres mundanos es absolutamente incapaz de orar.

COLERIDGE

Es necesario que la comunión con Cristo sea una comunión creciente. Siempre

encontramos cortinas por descorrer, que antes no eran visibles, y nuevos pliegues de

amor en El. Desespero de llegar a la total comprensión de ese amor, tiene tantas

complicaciones. Por tanto, cava profundamente, suda, trabaja y afánate por él, y aparta

cuanto más tiempo del día te sea posible para la oración. El que lucha vence.

SAMUEL RUTHERFORD.

Dadme cien predicadores que no teman más que al pecado, que no deseen más

que a Dios, no importa si son clérigos o lacios; solamente ellos conmoverán las puertas

del infierno y establecerán el reino de los cielos sobre la tierra. Dios no hace nada sino

en respuesta a la oración.

JUAN WESLEY.

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DEDICA TIEMPO EN LA ORACIÓN

Los hombres que en su carácter se han asemejado a Cristo y que han

impresionado al mundo con él, han sido los que han pasado tanto tiempo con Dios, que

este hábito ha llegado a ser una característica notable de sus vidas. Carlos Simeón

dedicaba de las cuatro a las ocho de la mañana a Dios. El Señor Wesley pasaba dos

horas diarias en oración. Empezaba a las cuatro de la mañana. Una persona que le

conoció bien escribía: “tomaba la oración como su ocupación mas importante, y se le

veía salir después de sus devociones con una serenidad en el rostro que casi

resplandecía.” Juan Fletcher mojaba las paredes de su cuarto con el aliento de sus

oraciones. Algunas veces oraba toda la noche siempre, frecuentemente, con gran fervor.

Toda su vida fue una vida de oración. “No me levantaré de mi asiento –dijo- sin elevar

mi corazón a Dios.” Su saludo a un amigo era siempre “¿le encuentro a usted orando?.

La experiencia de Lutero era ésta: “si dejo de pasar dos horas en oración cada mañana,

el enemigo obtiene la victoria durante el día. Tengo muchos asuntos que no puedo

despachar sin ocupar tres horas diarias de oración.” Su lema era. “el que ha orado bien

ha estudiado bien.”

Joseph Aleine dejaba el lecho a las cuatro de la mañana para ocuparse en orar

hasta las ocho. Si oía que algunos artesanos habían empezado a trabajar antes de que él

se levantar, exclamaba, “¡Cuán avergonzado estoy! ¿No merece mi Maestro más que el

de ellos?” El que conoce bien esta clase de operaciones tiene a su disposición el banco

inextinguible de lo cielos.

Un predicador escocés, de los más piadosos e ilustres, decía “mi deber es pasar

las mejores horas en comunión con Dios. No puedo abandonar en un rincón el asunto

más noble y provechosos. Empleo las primeras horas de la mañana, de seis a ocho

porque durante ellas no hay ninguna interrupción. El mejor tiempo, la hora después de

la merienda, lo dedico solemnemente a Dios. No descuido el bueno hábito de orar antes

de acostarme, pero pongo cuidado en que el sueño no me venza. Cuando despierto en la

noche debo levántame y orar. Después del desayuno dedico algunos momentos a la

intercesión.” Esta era el plan de oración que seguía Roberto McCheyne. La famosa

liga de oración metodista nos avergüenza “De las cinco a las seis de la mañana y de las

cinco a las seis de la tarde, oración privada.”

Juan Welch, el santo y maravilloso predicador escocés, consideraba mal

empleado el día si no había dedicado ocho o diez horas de él a la oración. Tenía un

batín para envolverse en la noche cuando se levantaba a orar. Lamentándose su esposa

por encontrarlo en el suelo llorando, le contestaba: “Oh mujer, tengo que responder por

tres mil almas y no sé lo que pasa en muchas de ellas!”

LA VIDA DE ORACIÓN DE ANDREW BONAR.

Andrew Bonar, nacido en 1810, fue un influyente pastor y escritor cristiano, era

el hermano de Horatius escritor de Himnos y amigo personal de Robert Murray

McCheyne.

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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1835 - viernes, 26 de Junio. 25 años. Escribió mientras reflexionaba en su ministerio

realizado hasta la fecha. “A menudo estaba preocupado, a menudo desanimado, muchas

veces lo hacia todo con prisas. Iba a los cultos envuelto en un ambiente terrenal.

Cuanto mas hubiera hecho si en mi corazón hubiera habido mucha mas devoción y

oración.”

9 de Julio – He decidido en la fuerza del Señor, levantarme a las seis de la mañana por

lo menos, cada día y leer mañana y tarde, no solo mi Biblia de una forma cuidadosa,

pero quiera el Señor darme también el espíritu de oración cada día.”

1840 – a la edad de treinta años. Escribiendo una carta a su compañero Horatius dice,

“ora por la iglesia. Apenas tenemos unos cuantos...creo que la culpa es mía, pues

trabajo mas de lo que oro.”

1848 – 38 años. “debo poner en practica el dicho “buscad primeramente el reino de

Dios.” Por la gracia de Dios y mediante la fuerza del Espiritu Santo me he propuesto la

norma de no hablar a ningun hombre hasta que haya hablado primeramente con Dios,

no hacer nada con mis manos hasta que haya estado sobre mis rodillas.”

1854- A la edad de 44 años. Después de la muerte de su madre escribió...”nunca pode

olvidar la firmeza y la regularidad con la que se guardaba para ella misma la hora

matutina despues del desayuno para poder estar sola...Fue algo que me impresionó

como muchacho. Señor, enseñame a mejorar el tiempo que me prestas ahora.”

1868’ a la Edad de 58 años, despues de la muerte de un amigo escribió...”me siento

avergonzado que no ore más por él. Palo encontró el tiempo necesario en medio de

todas las miles de actividades que realizaba para orar mucho y a menudo. La oración

debe encontrar tiempo para ella misma.”

1889-79 – 79 años. Sabado, 5 de Enero. “he estado demasiado ocupado con

demasiadas reuniones en este tiempo dejandome demasiado poco tiempo para orar.”

1891-81 - justo un año antes de su muerte. “por la gracia de Dios debo hacer todo lo

posible para que no pase un dia sin que yo haya llamado al Señor para rogarle que

derrame sobre mi su Santo Espíritu...”

LA PREDICACIÓN BAJO LA UNCION DE LA ORACION

No existe mayor privilegio y bendición que tener un pulpito bañando en el ruego

de la oración. El ejemplo del gran predicador presbiteriano de Glasgow, Escocia,

Andrew Bonar nos es de gran ejemplo. El fue un ministro dedicado a la oración como

prioridad en su ministerio.

Andrew Alexander Bonar nació el 29 de Mayo de 1810, veinte años más tarde

nacería de nuevo mientras era estudiante universitario. El mismo nos recuerda la

ocasión con su propio testimonio. “Fue en 1830 que conocí a Cristo como Salvador, o

mejor dicho que El me encontró y me puso en sus hombres con gozo, desde entonces y

durante estos 60 años nunca nos hemos separado.” Muy pronto en su ministerio Bonar

encontró el significado de esas palabras “nunca nos hemos separado.” El mismo

compartió la llave de su vida espiritual cuando un grupo de ministros jóvenes le

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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preguntó el secreto de su espiritualidad. Su respuesta sencilla y clara fue, “solamente

puedo decir a mis jóvenes hermanos, que por mas de cuarenta años no ha pasado un día

sin que yo haya tenido acceso al Trono de Gracia.”

En la biografía de Bonar, Andrew Bonar Diary and Life, podemos observar vez

tras vez la dedicada vida de oración que este hombre tuvo. Bonar era un ministro que

oraba. Su obra y ministerio estuvo marcado por un continuo clamor ante el trono de

Dios.

Bonar empezó su trabajo pastoral en 1835 cuando era estudiante universitario,

bajo la supervisión de un ministro mayor que él. Allí en la ciudad de Jedburgh, Escocia,

encontró el secreto que le acompañaría el resto de su ministerio, una vida consagrada a

la oración. Un 9 de Julio de ese año, justo al principio de su aprendizaje escribió, “me

he resuelto con la ayuda del Señor levantarme a las seis en punto de la mañana...y

quiera el Señor darme el Espíritu de Oración cada día. Pronto descubriría como su buen

deseo e intenciones se vería frustrado por el sobre esfuerzo del pastoreado. Confesaba,

“la tendencia a ser negligente o hacer más corto el tiempo de la oración o la lectura de

las Escrituras para ponerme a estudiar otros temas me es una continua causa de

humillación.” También descubrió que las oraciones no siempre eran contestadas de la

manera que él esperaba. O lo que es peor aun, descubrió como sus propias oraciones a

veces eran un simple esfuerzo de la carne para poder “auto-complacerse, pensando que

estas oraciones serían la razón de su triunfo.” Dios corrigió esta tendencia en Bonar, y

el resultado fue que este fiel siervo se dedicó mucho más a la oración. Algunos días

antes de marcharse del pueblecito de Jedburgh para tomar otro pastoreado hacia el

siguiente comentario...”he descubierto que cuando pierdo una hora de oración diaria por

no levantarme temprano, pierdo 25 días de oración a lo largo de todo el año.” Por este

tiempo su entendimiento de la oración había sido refinado. Reconoció la falta de poder

espiritual en su vida.

Al principio de su ministerio en Collace escribía, “me he propuesto )y se bien

que no podré tan siquiera conseguirlo a no ser que reciba ayuda desde lo alto) ir antes a

la cama y levantarme a las seis para poder pasar de seis a ocho orando por mi mismo,

por mi congregación, y la obra de Dios en todo el mundo” Pensemos por un momento

lo que esto significaba para aquel entonces donde no existía el confort de nuestros días y

donde el clima de la fría Escocia dejaba helada las casas. Decía Bonar sobre esto, “no

puedo dejar que ni el frío ni la oscuridad impidan que me levante...debo salir de mi

cama y de inmediato empezar a tener comunión con Dios, y el fervor de mi alma

calentará el cuerpo. O Señor dame ese poder.”

Ya a la edad de 28 años este joven estudioso de la oración y predicador había

establecido una clara idea de lo que debía esperar de sus propios sermones. Antes de

marcharse de Jedburgh confesaba que muchas veces había predicado “para mi propia

gloria.” Pero esta actitud de su corazón cambió al desear más que nunca que fuera Dios

quien hablara a las almas. “Si durante mi sermón Dios habla desde los cielos una

vez...aunque solo sea por un minuto, esa voz deberá sentirse en la congregación toda la

semana, aun más, durante los meses siguientes.” De esta manera rogaba a Dios que

hablara a las almas y transformara las vidas.

De la misma manera que un atleta trabaja y se esfuerza diariamente para

conseguir resultados y es constante en el entrenamiento aunque parece poco la ganancia

diaria, Bonar se esforzaba diariamente en la oración. Escribía en su diario las siguientes

notas...

Trazando Bien la Palabra de Verdad. Un estudio Homiletico y Hermeneutico para Jóvenes Predicadores

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Domingo 30 de Septiembre de 1838. He recibido respuesta a mis oraciones, he

podido levantarme a las seis, tal como deseaba.

Lunes 10 de Diciembre. He observado como Satanás intenta distraerme los

sábados y los domingos en otras cosas que no sean la directa obra del Señor, y esto me

distrae de la oración. Creo que ahora puedo entender que la oración y el ayuno deben

emplear el tiempo de los sábados por la noche y del domingo...y también del lunes por

la mañana.

Martes, 1 de Enero 1839 - Me levanté temprano para orar y hacer un repaso del

año pasado.

Viernes 1 de Febrero. Me temo que estoy perdiendo el espíritu de la oración.

Viernes 8 de Marzo. Esta noche voy a dedicarme plenamente a la oración. )esta

entrada en su diario fue realizada después de un viaje de seis meses a Palestina durante

los cuales no aparece ninguna otra anotación, el único resumen de esos seis meses es la

lucha en la oración.

Miércoles 4 de Diciembre. Siento que por la causa del descanso de las almas

ansiosas debo dedicarme a la oración.

Sábado 8 de Marzo. Me siento temeroso de mi mismo ya que paso menos

tiempo en la oración de lo que solía pasar.

Viernes 24 de Abril 1840. He regresado a casa preocupado y sobre todo falto de

oración. Deseo poder apartar este fin de semana para un tiempo especial de oración con

el fin de recuperarme de mi estado.

Sábado 19 de Septiembre. Dios esta semana me ha estado enseñando como

puedo redimir el tiempo para la oración aprendiendo a orar mientras estoy andando

dirigiéndome a algún lugar.

Sábado, 21 de noviembre. He descubierto que leer las Escrituras

abundantemente es una excelente preparación para la oración.

Viernes, 22 de enero de 1841. Me he sentido inestable, y presa de la distracción

mucho más de lo normal. Creo que la causa de esto es que he estado conversando

mucho con los hombres, he estado ocupado mucho exteriormente, pero no he estado

cerca de Dios por mucho tiempo.

27 de febrero. He encontrado una nueva experiencia. He tenido el deseo de

orar, e incluso tenia una gran disposición para hacerlo, sin embargo he orado poco ya

que una cosa tras otra me impedía hacerlo. Como consecuencia mi alma desfallece.

Dios no me va a permitir recibir bendiciones sin pedírselas. Hoy me he propuesto

dedicarme a orar y ayunar para que Dios me de entendimiento y refresco espiritual. No

me conformare hasta que consiga dedicarme a orar por lo menos dos horas diarias.

Cuando llego el momento para Bonar de trasladarse al que seria el mayor y mas

largo de sus ministerios en la ciudad de Glasgow, Bonar dedicaba tres horas diarias a la

oración y al Estudio de las Escrituras. Esto formaba parte de la preparación para sus

mensajes. Sin duda fue un logro tremendo, un logro que por desgracia pocos hombres

han sido capaces de conseguir. Pero este predicador, nuevo en la ciudad de Glasgow,

iba a necesitar este tiempo de oración delante de Dios para poder emfrentar la demanda

y presión de su ministerio. Y aun sin el saberlo en este tiempo, eso es lo que le iba a

permitir trabajar en lo que seria la corona de su vida, la Iglesia local en Glasgow que

llegaría a una membresía de más de mil personas. Tenia Bonar cuarenta y siete años y

los siguientes treinta y cinco años de su vida los pasaría sirviendo al Señor en este

ministerio. Cuando el llegó a la ciudad en palabras de su propia hija, Marjory, esta

congregación era solo un grupo de gente dispersa y heterogénea que se presentaban allí

indiferentes para escuchar el sermón del domingo. La Iglesia estaba situada en medio

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de una vecindad pobre y las costumbres de las personas eran tan peculiares que el

mismo Bonar dijo que “se sentía como un misionero en medio de gente pagana que

debe pasar meses aprendiendo el lenguaje y los hábitos de dicha gente.” Después de

realizar un estudio del área llego a la conclusión que “aquella vecindad estaba poblada

por gene indiferente, por borrachos y vagos, por ignorantes, por ateístas, por acérrimos

Católicos por profesores incrédulos, por jóvenes y viejos, sanos y enfermos.”

Bonar sirvió al Señor en medio de ellos. Fue igual de diligente en su vida de

evangelismo como en su vida de oración y preparación de mensajes. Su propia hija

escribía,

“sembraba la semilla sin cansarse, siempre en esperanza, llevando la preciosa

semilla de vida en los lugares oscuros, día tras día, semana tras semana...nadie se le

escapaba y su habilidad en reconocer los rostros era remarcable.”

Cuando preparó una actividad evangelistica en su Iglesia para ir a predicar en las

calles, solo se presentaron doce miembros de su Iglesia. Pero su esfuerzo y diligente

obra hicieron cambiar el corazón de los miembros animando a otros a llevar la preciosa

semilla. Algunos de los comentarios que Bonar hacia en las reuniones de siervos eran

realmente memorables. “Si dices que tienes las manos demasiado ocupadas, es justo

como deben estar”. Así animaba a aquellos que ya estaban dedicados a predicar a

seguir predicando mucho más. Al tímido le decía “nunca me ha gustado escuchar a

nadie decir que no desea molestar a otras personas hablándoles de religión. Un creyente

debe molestar a otros hablándoles de religión.” Aquellos que eran de la ciudad les

decía, “vosotros conocéis cada arbusto donde las ovejas se esconden, así que id por

ellas.”

No permitía que se le escapase ninguna oportunidad para hablar a los perdidos.

Muchas veces predicaba en la calle aun desde las escaleras de su Iglesia alcanzando a

personas que estaban al otro lado de la calle. En el mismo edificio de la Iglesia se

inscribieron en las paredes las palabras en hebreo “el que gana almas es sabio.”

Pero era a la oración a lo que Bonar tal y como hicieron los profetas de antaño,

prestó toda su atención. “Mi parte” decía él, “es estar en compañía de aquel que

proveyó gran abundancia de pez aunque los discípulos habían estado pescando toda la

noche sin conseguir nada.” El día 1 de Enero de 1858 marcaba el primer año de su

ministerio en Glasgow. Ese día escribiría en su diario, “Ahora se cierra el primer día

del año. He estado muy ocupado con el trabajo, demasiado ocupado. Debería haber

orado más.”

Al finalizar ese mismo mes de enero se exhortaba a si mismo con las palabras,

“Debo pedir al Señor más poder. Un pedir continuo, creo en mi propia opinión que es

algo muy raro de encontrar, muy pocos ministros, muy poca gente lo hace.” A medida

que se acercaba la primavera profundizo mucho más en este sentir. Escribía, “debo

penetrar más en las profundidades del gran océano. ¿Cuando estaré enfermo de amor?

Habitando en la continua presencia del Señor, disfrutando de ese gozo inexplicable y

lleno de gloria hora tras hora.” Ese era su continuo anhelo y se esforzaba en

conseguirlo. En su propio diario nos dice cuantas veces en medio de la oración era

interrumpido, pero él persistía en orar y ayunar, intercediendo por las almas ante el

Trono, pidiendo poder desde lo alto para predicar la Palabra.

Fue durante este tiempo de su vida que sus oraciones empezaron a centrarse en

rogar a Dios por un avivamiento. Cuando escuchó como el Señor estaba obrando en

otros lugares escribió, “¡Oh Dios mío, desciende a Escocia y ayúdanos! Oh Señor haz lo

mismo para nosotros en esta ciudad. Te agradezco Espíritu Santo por obrar allí. Te

agradezco con toda mi alma, y miro tu obra en ese lugar como parte de tu respuesta a

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nuestras propias oraciones aquí. Pero, Oh Señor desciende también sobre nosotros si

parece bien a tus ojos.”

Y por fin llegó dicha bendición.

AVIVAMIENTO.

El Sábado día 10 de Septiembre de 1859 Bonar escribió, sin duda alguna con una

mezcla de regocijo y sorpresa...

“Esta ha sido una semana remarcable. Cada día he escuchado de alguna alma

que se ha salvado en medio nuestro. Sábado por la mañana uno fue salvo, algunos más

aceptaron a Cristo el lunes por la tarde. El miércoles algunos hicieron profesión de fe al

terminar la reunión. Ayer noche una vez más...”

Un mes más tarde podía gozarse diciendo, “de verdad que este año es como una

segunda siega, como aquélla de 1840.” Durante aquellos días Bonar trabajaba con otros

ministros en reuniones compartidas. De una de esas reuniones comentaba: “Los

ministros que nos han ayudado hoy son remarcablemente útiles y ricos espiritualmente.

Por una o dos veces me he sentido transportado a la misma presencia del Señor, y me he

sentido llenado de esperanza y expectación de recibir más bendiciones.”

Pero sin duda alguna las conversiones y el avivamiento que estaba habiendo en

el corazón de los creyentes parece haber sido secundario en importancia a la experiencia

que Bonar tuvo en la oración aquel sábado por la noche del 8 de Octubre de 1859. La

descripción que él mismo hace de ese acontecimiento puede ser más profunda de lo que

cualquiera de nosotros puede llegar a entender. Bonar declaraba, “Me sentido hoy por

un momento como si estuviera hablando directamente al Espíritu Santo en el nombre de

Cristo, pidiéndole que obrara entre nosotros. De alguna manera en ese momento me ha

parecido estar más cerca del Espíritu que del mismo Padre e Hijo, pero a la misma vez

me daba cuenta que era todo por medio de Cristo que podía tener a dicha audiencia.”

Lo que Bonar estaba experimentando era el efecto de lo que ha venido a

llamarse el avivamiento de 1859. Dicho avivamiento empezó en reuniones de oración

que florecieron simultáneamente en América del Norte y en Gran Bretaña en 1857.

Este avivamiento se desplegó en los Estados Unidos, en Canadá, en Gales, Escocia,

Irlanda y Gran Bretaña. Se estima que más de un millón de personas aceptaron a Cristo

solamente en Gran Bretaña y alrededor de trescientas mil fueron salvas en Escocia. Y

en todos estos lugares los ministros reconocían que dicho avivamiento era respuesta a la

oración.

Aunque el Señor había respondido a la oración enviando tan gran bendición

Bonar continuo exhortando a su gente a esforzarse en la oración. Rogaba a su

congregación a consagrarse al Señor en sus oraciones ante la congregación repetía; “si

nuestras manos que debería tomar del tesoro celestial están cerradas aferrándose a cosas

terrenales, entonces Señor trabaja en nosotros, hasta que extendamos a ti nuestras manos

vacías.” Después de predicar un mensaje sobre los hermanos de José y como éste llenó

sus alforjas terminó con la petición, “Oh Señor, tu eres nuestro José. Te traemos a ti

nuestras alforjas vacías. ¡Llénalas tu!”

NO SOMOS PERFECTOS PERO LO INTENTAMOS.

Debemos concluir este apartado con palabras de animo, no sea que ante tal

ejemplo de fidelidad y entrega caigamos en un desanimo tal que nos impida hacer lo

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más mínimo. El mismo Bonar reconocía que él nunca había llegado a la perfección en la

constancia de la oración, y también del peligro que corría de confiar en sus propias

oraciones. Diez años después del avivamiento de 1859 estaba avergonzado por su falta

de oración en la intercesión de un amigo que acababa de morir. “me siento avergonzado

y desanimado pues no ore por él lo suficiente. Pablo encontraba tiempo en medio de

mil cosas más que debía hacer para orar a menudo y en abundancia. La oración debe

encontrar el tiempo para ella misma.”

Veinte años mas tarde a la edad de setenta y nuevo años, continuaba luchando

con esa tendencia de dejar que otras cosas tomaran el lugar de la oración. E incluso con

ochenta y un año, justo un año antes de morir, determinó “no dejar pasar un solo día en

el cual no haya clamado al Señor rogándole que derrame sobre mi Su Espíritu.”

La última cosa que hizo Bonar fue orar. El último día del año de 1892 reunió a

toda la familia alrededor de la cama en la que se encontraba enfermo. Era alrededor de

las seis. Aun en medio de su debilidad intentó cantar un himno con todos ellos como lo

habían hecho en innumerables ocasiones. Un amigo leyó el Salmo 62 y entonces

empezó a cerrar el altar familiar con una oración, en ese momento fue interrumpido por

la clara y distintiva voz del Dr. Bonar quien empezó a orar con las palabras del Salmo

“En Dios está mi salvación y mi gloria: en Dios está la roca de mi fortaleza, y mi

refugio.” Después, el anciano predicador confesó sus pecados y oro para ser aceptado

mediante “los méritos del gran intercesor.” Seguidamente oro por el cuidado sobre la

familia para esa noche. La familia se retiró a sus aposentos. Alrededor de las diez y

media Bonar le dijo a su médico, “nunca sabemos como terminará nuestro ministerio.”

Momentos más tarde Bonar yacía “con un semblante que mostraba una paz

inexplicable...casi de sorpresa deleitosa...como si súbitamente y inesperadamente se

hubiera encontrado en la presencia de su amado Señor y maestro, con aquél que había

estado andando todos esos años en la tierra y quien ahora le iba a recibir a él en la

gloria.”

Multitudes que le habían escuchado y amado desfilaron detrás de su féretro en

las calles frías y nevadas de aquel 4 de Enero de 1893. El fiel ministro descansa ahora

en el Cementerio de Sighthill en las colinas de Glasgow. Sin duda alguna muchos

habrán meditado sobre su ministerio y obra y tal vez hayan recordado sus palabras, “es

una gran cosa tener un ministro que ora.”3

3 Tomado y adaptado de Front Line. Vol 6 n. 5. “Inspiration for the Pastor´s Study.” Escrito por Dr. Mark

Minnick.


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