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La batalla festiva de Caracas. Una joya pictórica venezolana ...

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Mundoclasico.com viernes, 16 de diciembre de 2016 MUSICOLOGÍA La batalla festiva de Caracas. Una joya pictórica venezolana del antiguo régimen. DAVID COIFMAN Desde los primeros años de su mandato, el Rey Carlos III diseñó un plan para atender la formación especializada de los oficiales de todas las milicias de su reino a través de un marco normativo que armonizara la educación de la tropa con códigos de honor para la obediencia, sacrificio y servicio de sus ejércitos. Fechadas en 1762, las Ordenanzas de Su Majestad para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Exércitos sustituían por mandato regio las publicadas bajo la monarquía de Felipe V, en 1728 1 . Sin embargo, en 1764, el Conde de Aranda y Capitán General, asesor militar del Rey, sugirió revisar y ampliar dichas ordenanzas para fomentar “mayor valor espiritual” entre los militares y unificar los toques militares en todo el imperio. Obra publicada en ocho tratados divididos en dos volúmenes bajo el título Ordenanzas de S. M. para el régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus Exércitos, sancionadas en San Lorenzo el Real de El Escorial, el 22 de octubre de 1768 2 . En la introducción general de este tratado, escrita por el Rey, se recoge la orden de que éstas anularan los estatutos militares precedentes en todo su reino, y se observaran “inviolablemente” las nuevas ordenanzas por todos sus ejércitos incluidos los de ultramar. Cada volumen se organizó en cuatro tratados intitulados de la siguiente manera: Tomo Primero: (1) Tratado primero: que contiene la fuerza, pie y lugar de los regimientos de Infantería; (2) Tratado segundo: que contiene las obligaciones de cada clase, desde el soldado, hasta el coronel inclusive; (3) Tratado tercero: que contiene los honores militares; (4) Tratado cuarto: que explica la formación, manejo de arma, y evoluciones de infantería; Tomo Segundo: (5) Tratado quinto: que contiene los exercicios de caballería, y dragones; (6) Tratado sexto: que comprende todo lo perteneciente al servicio de Guarnición; (7) Tratado séptimo: que contiene el servicio de Campaña; y (8)
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Mundoclasico.comviernes, 16 de diciembre de 2016

MUSICOLOGÍA

La batalla festiva de Caracas.Una joya pictórica venezolana

del antiguo régimen.DAVID COIFMAN

Desde los primeros años de su mandato, el ReyCarlos III diseñó un plan para atender la formaciónespecializada de los oficiales de todas las milicias desu reino a través de un marco normativo quearmonizara la educación de la tropa con códigos dehonor para la obediencia, sacrificio y servicio de susejércitos. Fechadas en 1762, las Ordenanzas de SuMajestad para el régimen, disciplina, subordinacióny servicio de sus Exércitos sustituían por mandatoregio las publicadas bajo la monarquía de Felipe V,en 17281. Sin embargo, en 1764, el Conde de Aranday Capitán General, asesor militar del Rey, sugiriórevisar y ampliar dichas ordenanzas para fomentar“mayor valor espiritual” entre los militares y unificarlos toques militares en todo el imperio. Obrapublicada en ocho tratados divididos en dosvolúmenes bajo el título Ordenanzas de S. M. para elrégimen, disciplina, subordinación y servicio de susExércitos, sancionadas en San Lorenzo el Real de El Escorial, el 22 de octubre de 17682.

En la introducción general de este tratado, escrita por el Rey, se recoge la orden de queéstas anularan los estatutos militares precedentes en todo su reino, y se observaran“inviolablemente” las nuevas ordenanzas por todos sus ejércitos incluidos los de ultramar.Cada volumen se organizó en cuatro tratados intitulados de la siguiente manera: TomoPrimero: (1) Tratado primero: que contiene la fuerza, pie y lugar de los regimientos deInfantería; (2) Tratado segundo: que contiene las obligaciones de cada clase, desde elsoldado, hasta el coronel inclusive; (3) Tratado tercero: que contiene los honoresmilitares; (4) Tratado cuarto: que explica la formación, manejo de arma, y evolucionesde infantería; Tomo Segundo: (5) Tratado quinto: que contiene los exercicios decaballería, y dragones; (6) Tratado sexto: que comprende todo lo perteneciente alservicio de Guarnición; (7) Tratado séptimo: que contiene el servicio de Campaña; y (8)

Carlos III con el hábito de la Orden deCarlos III, hacia 1783-1784. Óleo deMariano Salvador Maella © Palacio Real,Madrid

Tratado octavo: de las materias de justicia. Cada tratado se dividió en títulos y estos a suvez en artículos. En 1771, se agregó un tercer tomo dedicado a las normas del “Cuerpo deIngenieros en Guarnición y Campaña”. Antes de detenernos en los detalles musicales dedichas Ordenanzas, es necesario atender a la organización jerárquica de los regimientos,siguiendo los preceptos estipulados en el tratado primero.

Las ordenanzas musicales de los toques marciales deAntiguo Régimen (1768)

Los regimientos de infantería debían conformarse de dos otres batallones. Cada batallón debía constituirse por nuevecompañías, una de las cuales era la de Granaderos. Cada unade las nueve compañías estaba integrada por capitán, teniente,tambor mayor, tres primeros cabos, tres segundos ycincuentaicuatro granaderos. Tres batallones de nuevecompañías hacían veintisiete compañías, cada una con surespectivo “tambor mayor”. También debía contar con unacompañía de fusileros integrada por capitán, teniente,subteniente, sargento de primera clase, dos de segunda, dostambores, cuatro primeros cabos y sesentaicuatro soldados. Ycuando el número de soldados era sobrepasado se debíaaumentar en igual proporción el número de los oficialessuperiores.

Cada batallón debía contar con una plana mayor. La delprimer batallón se componía de coronel, sargento mayor,ayudante mayor, dos subtenientes de bandera, capellán,

cirujano, cabo, seis gastadores, maestro armero, tambor mayor y dos pífanos. La planamayor del segundo batallón se diferenciaba del primero porque no tenía tambor mayor sinodos pífanos. Y de existir un tercer batallón su plana mayor sería igual al del segundobatallón. Una provincia española como Venezuela con tres batallones contaría entonces conal menos treinta tambores mayores y cuatro pífanos permanentes en cada batallón.

Los soldados organizados en los batallones contaban a su vez con sus respetivosregimientos de caballería y de dragones, integrados por al menos veintinueve miembros acaballo y tres a pie. Cada regimiento de caballería tenía cuatro escuadrones cada uno contres compañías. Cada compañía debía tener una plana mayor, integrada por coronel,teniente coronel, sargento mayor, dos ayudantes, cuatro portaestandartes, capellán,cirujano, mariscal mayor, un timbalero y doce trompetas. Los regimientos de dragones nocontaban con substanciales cambios en su organización de oficiales y soldados. Sinembargo, sus planas mayores debían estar integradas por coronel, teniente coronel,sargento mayor, dos ayudantes, cuatro portaguiones, un capellán, un cirujano, un tambormayor montado, cuatro oboes a caballo, y un mariscal también a caballo.

Todos los músicos militares estaban bajo el mando del “tambor mayor”, cuya principalobligación era dirigir con una vara o porra el compás de los toques militares en todos loseventos y ejercicios militares. De mandar a un soldado a recibir castigo con la porra del

tambor mayor proviene la muy conocida frase “váyase a la porra”. El título XXI, deltratado segundo, recoge con detalles las obligaciones militares y musicales del “tambormayor”.

1. El tambor mayor debe ser considerado con inmediata dependencia del sargento mayor yjefe de los tambores, pífanos y clarinetes de todo el regimiento, en cuyo concepto le estaránsubordinados, obedeciendo exactamente las órdenes que diere y acudiendo con la mayorpuntualidad a la hora que señalare para todos los actos de escuela, servicio a que los llame.Y en cualquiera culpa que cometan de falta de respeto o inobediencia se guardará para sucastigo con la pena señalada al soldado que injuria o desobedece al sargento de su mismacompañía. Siguiendo este concepto, tendrá el tambor mayor la facultad de reprehender ycastigar las faltas de dichos individuos, en el modo que usa de la suya con sus soldados todoprimer sargento, dando parte al sargento mayor inmediatamente de la falta y providenciaque ha tomado.

2. Es el supuesto de que la elección de tambor mayor debe recaer en sujeto de buena traza,airoso manejo, honradez, firmeza y suma destreza en los toques de guerra, con genialinclinación a este ejercicio. Será su principal objeto el comunicar la doctrina de él a lostambores de su diaria escuela, imprimiendo sin aspereza los principios de ella a los nuevos,y afinando la instrucción de los adiestrados. Dedicará toda su atención a que los toquesvayan con proporción y proximidad a la regulación de sesenta pasos por minuto en lamarcha regular, y ciento veinte pasos en la redoblada, juntando los tambores para cadatoque, hasta uniformarlos a un propio compás. Y para que la diferencia de varios que a untiempo pueden oírse en la marcha, u otros servicios de la tropa, no distraigan la atención deella a sus tambores respectivos, ni éstos dejen de seguir bien su toque, procurará el tambormayor en la diaria escuela dividir en tres o en cuatro divisiones sus tambores, y mandaráque cada una lleve un toque distinto, rompiéndole unas veces al propio tiempo, y otras unosantes que otros, para que se adapten por hábito continuo a seguir cada uno el suyo. Peroentrando la que sucesivamente vaya rompiendo al puntual compás de la antecedente, deforma que aunque se toquen Marcha, Tropa, Fajina, &., sea el golpe del compás unomismo.

3. Cuando se muden las guardias, el tambor dé la firme que ha de salir, tomará al romper lacaja el mismo compás de la que viene marchando, lo que se hará igualmente por la nueva alsalir la otra. De modo que no se perciba diferencia en los golpes cuya observancia serácomún a los pífanos y clarinetes. Y por unos y otros a todos los demás casos de igualcorrespondencia de toques que ocurriesen.

4. El tambor mayor, cuando reciba para unir en cuerpo a su orden los del regimiento lospífanos y clarinetes, inspeccionará si vienen con la compostura y aseo correspondientes, sincosa ni prenda que desdiga de su vestuario, como si traen las cajas bien templadas. Eninteligencia de que debe entonces remediarlo porque después de esta revista (que deberápasar siempre que los junte para cualquiera acto del servicio) sólo él será responsable de lasfaltas que se les notasen en un todo, estando en cuerpo a su orden, por lo que, de las que altiempo de inspeccionarlos reparare, dará parte al ayudante de semana, a fin que desdeluego la remedie, haciendo cargo al sargento de la compañía de que fuere el tambor quesalió de ella en mal estado.

5. En los actos de parada, retreta, bandos y demás del servicio, obligará a marchar conorden, silencio, aire y sin distracción, uniformando su paso a la regla y compases del toquede que entonces usen, y éste al tiempo y medida que prescribe la ordenanza, para cuyo finlos ejercitará en su diaria escuela, haciéndolos marchar con la caja o sin ella, hasta que porhábito lo practiquen, y perfeccionándolos en los giros, medias vueltas y modo de dar loscuartos de conversión en sus filas respectivas3.

La importancia del tambor mayor trasciende la de sus funciones militares, siendo enrealidad una fascinante figura de estudio para la historia de la música de antiguo régimen.Como los toques tenían una determinada función en las tácticas de la guerra, los tamboresmayores debían conocer los utilizados no solo por las armadas aliadas sino también por lasenemigas. Conocimiento musical que le permitiría informar a sus superiores sobre losmovimientos estratégicos que estaban llevando a cabo principalmente los ejércitoscombatientes. Por ello, debían hablar varios idiomas, ser buenos espías para que en tiemposde paz aprendieran dentro del terreno “enemigo” los toques militares de los ejércitosingleses, franceses, alemanes, rusos y hasta turcos, principales adversarios de la Iglesia. Entiempos de guerra, debían servir como punteros de todas las batallas, siempre en función demantener vivos los toques durante la confrontación, principalmente los que aupaban elheroísmo militar, porque el toque de retirada habría significado una humillación, y elcompleto silencio el triste mensaje final de una derrota. Era, en otras palabras, el que“narraba” con música los acontecimientos del encuentro bélico en tiempo presente antes deque los troveros con sus cantos de gesta los narraran como hechos del pasado. Sin estemensajero de las musas militares, ningún renombrado general de los ejércitos del rey habríapodido canalizar sus tácticas militares a los soldados, siendo así uno de los tantos héroesanónimos de las numerosas guerras en defensa de la patria.

El tambor mayor era, pues, la máxima autoridad entre los instrumentistas militares quecomprendían principalmente tres cargos: tambores, pífanos y clarinetes. Aunque formabanfilas indistintamente en las tropas y batallones (de fusileros, granaderos y dragones) eranconsiderados soldados y tratados como tales. Su ordenamiento como miembros militares sehalla incluido en el título X, del tratado segundo:

36. Entre tambores, pífanos y clarinetes (que son los únicos instrumentos de que debe usarla Infantería) nunca habrá mayor número que dos plazas en cada una de fusileros, una en lade granaderos, y dos en la Plana Mayor de cada batallón; lo contrario debilitaría la fuerzade los cuerpos, que nunca se permitiría.

37. A ningún tambor, pífano ni clarinete se dará más gratificación que el sueldo señalado enmi reglamento, a excepción de dos, que servirán de maestros a los demás, a quienes de lagratificación de recluta se subministrarán dos reales diarios a cada uno.

38. Para tambores, pífanos y clarinetes se recibirán muchachos de buena disposición,aunque no tengan más edad que la de diez años; pero a estos, por sus padres, y cuando nolos tengan, por sí mismos, se sentará la plaza, observándose lo prevenido en el artículo 12,título 4, del tratado primero4.

El artículo 12, título 4, del tratado primero señala la siguiente excepción para los clarinetes

Tercios españoles: Pífano y tambor ©Delfín Salas

y tambores:

12. Para clarinetes y tambores podrán reclutarse muchachos que no bajen de la edad dediez años; pero en llegando a la de diez y seis, se les preguntará si quieren continuar con elreal servicio. Si respondieren que sí, se les tomará el juramento de fidelidad, que explica eltítulo séptimo del tercer tratado, sobre revistas y quedarán sujetos desde entonces a laspenas graves de ordenanza; y si dijeren que no es su ánimo continuar, se les dará sulicencia5. Los tambores estaban a cargo de la interpretación de dos tipos de instrumentos depercusión: el timbal de sonido grave, y el redoblante o “caja” (caxa) de sonido agudo. Lospífanos estaban a cargo de hasta tres tipos de instrumentos de viento: el pífano propiamente(antigua flauta barroca), clarín y trompetas6. Los clarinetes tocaban el instrumento que ledaba nombre a su cargo militar y en su defecto los oboes. Los instrumentos de percusiónllevaban la mayor parte musical por la obligación de marcar con característicos ritmos el“compás” o pie de todos los comandos, de cuya secuencia sonora se verifican las“evoluciones” o ejercicios militares. Los pasos rítmicos eran conocidos por sus respectivostítulos relacionados directamente con los comandos o las evoluciones demandadas, y eranejecutados en todos los casos por las “caxas” o tambores redoblantes, cuyas ordenanzas sehallan recogidas en el título XVII, del tratado cuarto, expresamente intitulado “toques decaxa con que ha de señalarse el mando de evoluciones”:

1. Para las evoluciones de infantería se usará de los toques que explican los artículossiguientes, y como la uniformidad es en este asunto de la mayor utilidad, prohíbo que sehaga en ellos variación alguna, ni que para ejercicio ni otras maniobras, que las que en estetítulo se expresan, se practiquen su ejecución a son de caxa, sino a la voz precisamente,para evitar la confusión, que de lo contrario podía resultar.

Toques

2. Un redoble corto: tocado por el tambor de orden, seentenderá siempre por aviso o prevención. Al oírle estarásiempre la tropa con la mayor atención, para escuchar lo quese la quiere mandar. Y a fin que el ruido de las caxas noembarace, cesarán de tocar los tambores del batallón cuandoel de orden redoblare.

3. La Marcha: en oyendo la tropa este toque (a excepción decuando suene por razón de honor) deberá, sin más mando niotra prevención, marchar a su frente, bien sea éste avanguardia o retaguardia, y al paso regular o redoblado, segúnel compás del toque. Y solo emprenderá el corto cuando se lehaya hecho esta advertencia.

4. El Calacuerda: en oyendo la tropa este toque, las tres filasprepararán sus armas presentadas. En esta disposiciónmarcharán todas al enemigo, hasta que cese el Calacuerda, y entonces harán alto sin masprevención.

5. La Retreta: en oyendo la tropa este toque emprenderá la marcha en retirada con el pasoregular o redoblando, según el compás del toque, dando para esto media vuelta a laderecha, en el caso de estar frente cuando se toca la Retreta.

6. El redoblante de prevención y después La Tropa. Estos toques tocados [sic] por eltambor de orden sobre los costados de una columna, que ocupa la misma extensión quedebe tener en batalla, son para que con un cuarto de conversión de los trozos, compañías,mitades o cuartas que componen la columna, se forme en batalla sobre el costado en quetoca el tambor.

7. El redoble de prevención y después La Tropa. Cuando se tocan al frente de unacolumna, si ésta tiene estrechadas las distancias, deberá, con el paso de hileras, desplegarsea su orden natural de batalla. Pero si la columna ocupa la misma extensión que debecuando formada en batalla, desplegará sobre su frente, marchando por la diagonal, despuésde haber las compañías, mitades, etc., que la componen, dado el medio cuarto deconversión prevenido para esta evolución.

8. La Tropa: se usará de este toque para los cuartos de conversión, formación del cuadro, ycuadrilongo, y volver de ellos a su formación de batalla, como también para la formaciónde la columna a retaguardia sobre las dos mitades del centro con dos cuartos de conversiónde los costados. Bien entendido, que deberá prevenirse en voz antes del toque la maniobraque va a hacerse, para que no se equivoque el uso de ella.

9. Redoble corto, seguido de La Asamblea. Siempre que una columna oyere La Asamblea,hará alto la cabeza, y todas las compañías, mitades o cuartas estrecharán sus distanciassobre el frente, siguiendo su marcha para ejecutarlo al mismo compás que se toque LaAsamblea.

10. El Alto. Precederá siempre a este toque el redoble de prevención, y le seguirá un golpeen el parche, en oyéndolo cualquiera tropa que estuviere en marcha, sea en batalla,columna, etc., hará alto. Y para que haya la igualdad que conviene, tendrá entendido todosque a oír el golpe en el parche (que seguirá El Alto) deben concluir el paso que tienenempezado y quedarse con el otro pie.

11. Un golpe en el parche después del redoble de prevención, es para que la tropa vaya a laderecha, y si el golpe fuese en el aro, hará a la izquierda. Si se dieren dos golpes en elparche, harán media vuelta a la derecha, y si en el aro, media vuelta a la izquierda.

12. Un redoble largo. Se usará para que cesen los fuegos.

Durante los ejercicios, todas las evoluciones se harán al solo toque del tambor de orden ydos pífanos, acreditando la experiencia que el esperar los tambores del batallón causadilación y desigualdad7.

Cabe destacar que los compositores de música eclesiástica también recurrieron a la establefigura rítmica de los tambores redoblantes conocida como “bajo de tambor” para establecerel carácter andante de las procesiones. De estas bases rítmico-melódicas de los toques

militares en España se preserva el conocido cuaderno pentagramado intitulado Libro de laOrdenanza de los Toques de Pífanos y Tambores que se tocan, nuevamente en laInfantería Española compuestos por don Manuel Espinosa, 1761 (BNM, Sala Barbieri, ms.2791). Piezas revisadas, aumentadas y arregladas con dos clarinetes y publicadas apropósito de las nuevas Ordenanzas de 1768, bajo el título Toques de Guerra que deberánobservar uniformemente los Pífanos, Clarinetes y Tambores de la Infantería de SuMajestad concertados por don Manuel de Espinosa músico de la Capilla Real, 1769 (BNM,Sala Barbieri, ms. 8684)8.

En Venezuela, la orden de incluir clarinetes en los ejércitos se verificó por primera vezentre los músicos del batallón de Caracas que amenizaron la Fiesta de la Naval, en octubrede 1771, cuyo recibo de pago indica la expresa participación de dos “clarinetes deLombardía”. Se trata, de hecho, de la constatación más temprana conocida de estaobligación militar en todo el imperio español tras haberse publicado las nuevas ordenanzasmilitares de 1768. De esto se deduce que las piezas utilizadas en dicha fiesta religiosacaraqueña serían, con toda probabilidad, los toques marciales arreglados con dos clarinetespor el citado compositor español, publicadas en 1769. El rápido cumplimiento de estasolemnidad marcial se habría debido, además, al Gobernador Felipe Fondeviela y Ondeano,cuya breve gestión en Venezuela se caracterizó por traer un Regimiento de Lombardía enprevención a posibles hostilidades inglesas, y se llevó consigo a la Habana (Cuba), trashaber sido nombrado gobernador de la isla, en 1771. Desde entonces, dichos instrumentosde viento solemnizan las fiestas populares citadinas y son incluidos por los compositores entodas las obras eclesiástica durante el período colonial venezolano.

Los principales toques marciales que debían tocar los pífanos, clarinetes y tambores sehallan registrados en el tercer tratado, bajo el título “los honores y saludos que deben hacerlas Tropas”:

1. La Generala: cuando toda la infantería que estuviere sirviendo en un mismo paraje, biensea en guarnición, cuartel o campo, hubiere de tomar las armas para marcha, revista,ejercicio, o cualquiera otra función, se tocará por prevención la Generala.

2. La Asamblea: servirá para las tropas que han de formarse, tomen las armas.

3. Bandera o Tropa: tendrá su uso después de La Asamblea, cuando las compañías hayande salir de sus tiendas en un campo; y en guarnición o cuartel, del puesto de unión de cadauna para formar el batallón. Y cuando se rompiere cualquiera formación en que la tropa sehallase para arrimar las armas. Y cuando los tambores, con el destacamento de Granaderos,acompañaren las banderas para llevarlas al batallón o retirarlas.

4. Marcha Granadera: siempre que cualquiera tropa marche con la formalidadcorrespondiente, tocarán Marcha los tambores que haya en ella, y si los Granaderosmarchasen solos, usarán entonces de la Marcha Granadera. Se tocará también la Marcha, yno la Generala, cuando sólo sea un regimiento o batallón el que haya de marchar, y hayaotros cuerpos en la guarnición, cuartel o campo.

5. Toque de Alto: servirá de señal para suspender su marcha toda tropa que se halle en

movimiento.

6. Retreta: servirá a la hora que en campaña y en el cuartel el comandante de él, pararetirarse a sus tiendas o cuarteles los soldados que aún no se hubieren recogido. Comoasimismo, para que la tropa que vaya marchando adelante, dé media vuelta a la derecha, ylo ejecute en retirada.

7. El Bando: para publicar las órdenes, penas o providencias, que el que mande las armasdispusiere hace entender por notoriedad solemne, en esta forma:

8. La Llamada: regularmente tiene uso para avisar (cuando la tropa tiene arrimadas o entierra sus armas) que acudan los soldados a tomarlas, o ponerse al pie de la suya cada uno.Para llamar cuando se han de cerrar las puertas de una plaza o cuartel, a los soldados ypaisanos que están fuera. Y para varios casos que se explicarán en otros títulos de laOrdenanza, con la proporción que ofrecen los asuntos de que tratan.

9. La Misa: El toque de Misa servirá de señal para que los soldados acudan a oírla en dondese haya prevenido la orden.

10. La Oración: se tocará cuando la señale en cuartel la campana más inmediata al parajeen que estuviere acuartelado el regimiento. Pero en una plaza deberá tocar primero eltambor de la guardia principal, sirviendo para todo de gobierno a las demás guardias quetengan tambor, y a los piquetes de los cuarteles.

11. La Orden: se tocará siempre que se haya de llamar a los entre quienes debe distribuirse.

12. La Fajina (Fagina): sonará cuando la tropa vaya a hacerla y marche a otros trabajossemejantes, cuando se retire de alguna función llevando sus armas con culata arriba.

13. La Baqueta: cuando se haya de ejecutar el castigo de este nombre.

14. La Diana: al romper el día.

15. El Calacuerda: cuando al paso de ataque se marche con bayoneta calada al enemigo9.

Estas piezas marciales eran también combinadas con específicos comandos o evolucionesceremoniales para rendir honores militares a las dignidades y divinidades en eventos yfiestas clásicas tradicionales españolas. Principalmente en la ocasión de saludar alSantísimo Sacramento, a la Virgen María, al Monumento en Jueves Santo y al SantísimoSacramento en el día y octava de Corpus Christi. Dichas evoluciones musicales se hallanregistradas en el título primero, del tratado tercero, entre las cuales cabe destacar lamáxima militar inicial de que “todo honor se hará con las armas en el estado en que sehallen, de bayoneta puesta o quitada”10.

1. Por la infantería se presentarán las armas y batirá la Marcha desde que se aviste, hastaque se pierda de ojo [el Santísimo Sacramento]11. Y al pasar por delante de las armas, se lerendirán poniendo la rodilla derecha en tierra, quitándose el sobrero o gorra, y cubriendo

con él la lleve. Luego que el Santísimo haya pasado, se levantarán los soldados ypresentarán las armas, sin que el tambor cese de tocar la Marcha, lo que se entenderáigualmente si su Divina Majestad pasase por tropa con banderas, en cuyo caso se rendiránéstas también.

2. Por la tropa a cuya vista transitare el Santísimo, destacará luego dos soldados, quequitando su sombrero o gorra, le acompañen con sus armas afianzadas, relevándose depuesto en puesto si en su camino se hallase alguno, y restituyéndose los destacados al suyo.

3. Por los dos soldados de custodia a quienes toque la entrada o salida de casa del enfermo,o regreso al templo, rendirán sus armas en la parte exterior de la puerta, y luegocontinuarán en acompañar al Santísimo, o se retirarán según el caso.

4. Por las guarniciones o acantonamientos en que se formasen mis tropas el día del Corpusse ejecutará lo mismo que queda prevenido, saludando los oficiales y banderas. En este día,prefiriendo siempre los Granaderos, según la tropa que hubiere, marchará una compañía delprimer cuerpo detrás de la procesión: esto es, después de la persona que la presidiere otribunal y ayuntamiento que la cerrase, poniendo seis u ocho hombres a los costados delpalio, que marcharán (como la restante tropa) quitando el sombrero o gorra, y sus armas enla misma posición que ella las lleve.

5. Cuando pase una procesión con la imagen de Cristo, la Virgen, u otro santo, las tropaspor donde pasare, descansarán sobre las armas desde su principio hasta el fin. El tambortendrá la caja al hombro “do pase la imagen”. Y luego que la procesión haya concluido,mandará arrimar las armas.

6. Los dragones desmontados y en igual caso la caballería, ejecutará lo mismo que por lainfantería queda prevenido. Y cuando estén montados unos y otros, tanto los oficiales comolos soldados, pondrán espada en mano. Los trompetas y tambores tocarán la Marcha luegoque se aviste el Santísimo Sacramento. Y cuando pase por delante de la tropa así losoficiales como los soldados saludarán, inclinando la punta de la espada por la derecha delcuello del caballo hacia el estribo. Y los porta-estandartes, o porta-guiones, bajarán tambiénlos estandartes en la forma en que con ellos practican el saludo.

7. Cualquiera tropa que marchando encontrare al Santísimo Sacramento, formará enbatalla, y hará los honores explicados.

8. En el día de Jueves Santo todas las tropas que en guarnición o cuartel se hallaren defacción, pondrán las armas a la funeral, se arrodillarán las banderas y estandartes, sepondrán sordinas a los tambores, timbales, trompetas, pífanos y demás instrumentosmilitares, luego que en la catedral o iglesia principal se haya colocado el SantísimoSacramento en el Monumento, y se usará de las armas “á la funeral”, desde la horaexpresada hasta el repique de campanas en el Sábado Santo, en cuyo tiempo se volverán asu estado regular, banderas, estandartes, armas e instrumentos militares12.

Los honores militares para eventos fúnebres como reales exequias se hallan registrados enel título V, del tratado tercero (del cual cito a continuación solo los artículos que habrían

interesado a una capitanía general como Venezuela).

1. Inmediatamente que los capitanes generales y comandantes generales de mis ejércitos yprovincias tuvieren formal aviso de haber fallecido alguna de nuestras reales personas derey, reina, príncipes o princesas de Asturias, anunciarán a mis tropas y vasallos la funestanoticia, haciendo tirar cinco cañonazos consecutivos; y después de esta primera señal, secontinuará tirando un cañonazo de cuarto en cuarto por el espacio de veinte y cuatro horas,a excepción de las de la noche. Y lo mismo se ejecutará por orden de los gobernadores entodas las plazas de mis dominios, luego que el capitán general se lo avise. …7. El día que secelebraren las reales exequias, toda la guarnición se pondrá sobre las armas, y llevándolas ala funeral con las cajas y trompetas a la sordina, marcharán los regimientos de infantería aguarnecer la muralla y los de caballería las plazas en que hubiere cabimiento. El regimientomás antiguo de infantería formará en la Plaza de la Iglesia, donde se hiciere la función, a laque asistirá el capitán o comandante general acompañado de los generales y oficiales queno estuvieren empleados con la tropa.

8. Por la que estuviere en la Plaza de la Iglesia se empezará la descarga, a que seguirá laartillería y a ésta la de la tropa que guarnezca la muralla.

9. La primera descarga se hará al empezar la misa [antes del Invitatorio del Oficio dedifuntos], la segunda a la elevación [entre el Sanctus y el Benedictus], y la tercera al últimoresponso. Después de lo cual se retirarán los regimientos a sus cuarteles en buen orden conarmas al hombro13. En el Archivo General de Indias se preserva un documento impreso,firmado por Julián de Arriaga, enviado al Gobernador de la Provincia de Caracas JoséSolano y Bote, informándole sobre los sueldos acordados por el Rey Carlos IIIexclusivamente para su infantería venezolana desde el 1 de diciembre de 176814. En él seincluyó pagar mensualmente 11 pesos al tambor mayor de la Compañía de Granaderos y 10pesos al tambor mayor de la Compañía de Fusileros. Los músicos de la Plana Mayor delPrimer Batallón, los más utilizados en todas las fiestas eclesiásticas caraqueñas, debíantener los siguientes sueldos: 12 pesos mensuales el pífano primero, 10 pesos el pífanosegundo y 15 pesos el tambor mayor. En cuanto a los músicos de la plana mayor delSegundo Batallón, cobrarían 12 pesos el pífano primero y 10 pesos el pífano segundo.

La ordenanza musical para secuenciar las evoluciones se inserta en la exhaustiva riquezadel repertorio de comandos militares asociada por tradición y normas al complejoceremonial militar. Se incluyen interesantes referencias sobre el uso de “tempos” lentos yrápidos de la marchas militares expresados en golpes o repiques de tambores. Por ejemplo,un toque utilizado de manera lenta indicaba al ejército de caballería montar sus caballos,pero el mismo toque de manera acompasada indicaba llevar a dichos animales a mayorvelocidad de “paso”. La variedad tímbrica también tenía diversas funciones en relación conlos instrumentos musicales de cada batallón. Un toque militar específico interpretado solopor trompetas y tambores sería suficiente para anunciar la pronta presencia en el campo debatalla o en una determinada fiesta religiosa de la compañía de Dragones. También ladensidad instrumental utilizada en específicos toques marciales o en cortas composicionesmarciales anunciaban la pronta presencia o asistencia del batallón o plana mayor en unadeterminado momento de la batalla o de la ceremonia religiosa. Esta expresiva gama de

Caracas a finales del siglo XVIII ©Cornelio Aguard

posibilidades musicales asociada con la evoluciones de los toques militares permiteimaginar la riqueza sonora de todos los eventos “clásicos” en los que participaron duranteel antiguo régimen. En la provincia española de Venezuela, por ejemplo, se preservanimportantes datos sobre la variedad de sus funciones musicales en todas las fiestas de torosdedicadas al Apóstol Santiago, patrono de la ciudad de Caracas, en la Fiesta de la Naval dela Archicofradía del Rosario de la iglesia conventual caraqueña de San Jacinto celebradaanualmente en el mes de octubre en recuerdo de la batalla de Lepanto y en ocasión de lafamosa Batalla Festiva de Caracas de 1766, cuya joya pictórica de su celebración sepreserva actualmente en el Monasterio de Monserrat (España).

Los toques marciales en la Batalla Festiva de Caracas de1766

El 20 de agosto de 1766, el Gobernador y Capitán GeneralJosé Solano y Bote organizó una ficticia batalla en Caracaspara cerrar la semana de fiestas y eventos públicos llevados acabo en honor del rey Carlos III con relación al matrimonio desu hijo el príncipe Carlos con su prima María Luisa de Parmacelebrado el año anterior. La logística de los acontecimientosfue recogida en un pequeño manuscrito de 16 folios, y unmapa anexo a color que reposa en la Biblioteca de Monserrat(España) arriba incluido. Para la ocasión, el Gobernador José

Solano y Bote formó dos batallones de la tropa reglada de la Provincia. Cada batallón seagrupó, frente a frente, en tres columnas: una delantera de Fusileros, otra media deGranaderos y en la retaguardia un cuadro de Caballería. Uno de los batallones, comandadopor el coronel Nicolás de Castro, que hacía la parte ofensiva, se ubicó hacia la sabana deCaroata (derecha inferior del mapa con las letras B y D), y el otro, en representación de laparte defensiva comandada por Solano y Bote, se ubicó hacia los cerros del Calvario(izquierda del mapa con las letras A y C), hoy día correspondientes a la zona de CañoAmarillo. El público caraqueño se ubicó frente a la monumental escenografía campal,seguramente en las casas de la esquina derecha superior del mapa arriba incluido (la joyapictórica caraqueña de 1766). La festiva batalla tenía por principal función crear la mayorveracidad, por lo que algunos de los detalles narrados en el folleto adjunto constituyenfuentes únicas en torno a la manera como las milicias de blancos y pardos de Venezuela sepreparaban en el siglo XVIII para eventuales enfrentamientos. Para visualizar la festivabatalla, incluyo a continuación una explicación de la representación bélica con citasextraídas del folleto manuscrito con relación a los movimientos tácticos señalados en elmapa con letras y líneas punteadas.

Con el toque La Generala, “a la una de la tarde”, los oficiales y soldados de la tropa seagruparon en sus compañías con sus correspondientes comandantes, y una hora más tarde,los pífanos y tambores al mando del tambor mayor interpretaron La Asamblea para indicara cada batallón que se ubicaran en “el terreno señalado”. Como el Capitán General Solanoy Bote tenía a su favor “la concavidad que formaban los Cerros del Calvario”, el coronelde Castro decidió movilizar los flancos derecho e izquierdo de sus compañías de Fusileros yGranaderos hacia las casas que estaban en ambos lados del campo de batalla, llevando acabo las acciones tácticas correspondientes a los desplazamientos señalados en el mapa por

Batalla Festiva de Caracas (1766) © 2016by David Coifman

las líneas punteadas de las zonas B y D hasta las I y H, partessuperior e inferior respectivamente en la pintura. Ordenverificada con seguridad con el toque de la Marcha deFusileros, seguido de un “redoblante de prevención” ydespués La Tropa, comandos estos últimos tocados por lostambores mayores ubicados en los costados de cada columna,como se pueden observar dibujados en el mapa. Concluyó laacción con la orden de encaminar al resto del batallón deFusileros, Granaderos y Caballería por el centro del campo debatalla marcados por las zonas J y L.

Preparados para el enfrentamiento, el Capitán General azuzóa sus militares con frases como: “…Tenéis un Rey, que como Padre os ama, y tenéis unPadre que como Rey os premia…Sois Españoles esto basta…No malogréis tan buenaocasión…”; a lo que el batallón entusiasmado respondió a sotto voce: “Viva el Rey”.Nicolás de Castro, entre tanto, hizo lo mismo con expresiones como: “…Compañeros míosos traigo a pelear para vencer…solo os acordaré tres cosas…Rey, Patria y Honor…”; a loque sus milicianos también respondieron: “Viva el Rey”. En seguida se escuchó el toque deAl degüello para dar inicio a la ficticia batalla, en la que los participantes “llevabanestudiado el hacer el papel de heridos de una y otra parte, y otros los retiraban con muchotrabajo”. De esta manera, las “mujeres, niños, clérigos y frailes” asistentes serían testigospara su diversión de una sangrienta masacre de sus vecinos, amigos y familiares castrensesla que, según el cronista, era una “bagatela” con respecto a lo que aún estaba por ocurrir.

Nicolás de Castro ordenó a sus Fusileros, ubicados hacia las zonas de las casas (zonas I y Hen el mapa), que salieran con sus Gastadores, conocidos así a quienes aplanan el terreno,“gastándolo”, para atacar las tropas de Solano y Bote dispersas por los Cerros del Calvario.Es probable que algunas de las explosiones del combate se emularan con polvo de pólvora,además de salpicar por doquier alguna sangre artificial, ya que según el cronista en estaetapa del combate “muchos de los que miraban dudaron si aquello sería apariencia enrealidad, o realidad en apariencia”. La violencia de las acciones permitió al CapitánGeneral recuperar los Cerros del Calvario, respondiendo el coronel de Castro con un amagode retirada que Solano y Bote “creyó con reserva” para mantenerse “cual vigilante Argos”observando los movimientos de su contrario. Las últimas acciones, más tácticas quesangrientas, dejan suponer que el batallón del Capitán General se había desplazado hastaubicarse frente al batallón contrincante en el descampado de la Sabana de Caroata. En esteestado se hallaba la batalla cuando el Gobernador Solano y Bote observó “que ya se iba aponer el sol, y que no se habían de llevar las chanzas hasta el extremo”. Ordenó que ambosbatallones se unificaran, y tras una descarga de salva, todos reunidos de nuevo gritaron:¡Viva el Rey! El público respondió con un efusivo aplauso.

Para finalizar el día, el Capitán General Solano y Bote invitó a su casa a “los oficiales de latropa, y milicias, y demás caballeros de la ciudad con otras personas constituidas enempleos y dignidades sin faltar los oficiales de las Milicias de Pardos y Morenos endistintos salones donde se les tenía preparadas espléndidas meriendas”. Se sirvió unrefresco y variedad de dulces; “tocó algunos conciertos la Orquesta, y finalizando elrefresco empezó el baile”. El cronista describe que durante la cena “uno de los convidados

Caracas en 1812

se levantó” y ante el retrato del Príncipe de Asturias dijo esta coplilla:

Dicha la coplilla, la referida orquesta tocaría con seguridad laMarcha Granadera, pieza militar entre cuyas funcionesestaba la de interpretarse con rigurosa obligación en todas lashonras y proclamas a los príncipes y reyes cuando estabanpresentes o representados por sus iconografías en toda laextensión de sus reinos. Melodía marcial que habría sidoescuchada infinidad de veces a finales del período colonialvenezolano, hoy bastante conocida también por todos losespañoles, ya que en ella se recogen los orígenes conocidosdel actual Himno Nacional de España.

Notas

Ordenanzas de Su Majestad, para el regimen, disciplina, subordinación y servicio de la Infantería, Caballería, y dragones, de sus exercitos, enguarnición, y en Campana, Madrid, Imprenta de Juan de Ariztia, 1728.

Ordenanzas de S. M. para el régimen, disciplina, subordinación, y servicio de sus exercitos. Subdividido en quatro tratados. De orden de S. M.,Madrid, En la Oficina de Antonio Marín, Impresor de la Secretaría del Despacho Universal de la Guerra, 1768.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado II, título XXI, artículos 1-5, pp. 205-08. Todos los textos citados los he editado para facilitar la comprensiónde la lectura, suprimiendo algunas comas y normalizando la ortografí

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado II, título X, artículos 36-38, pp. 138-39.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado I, título IV, artículo 12, p. 18.

EL clarín es un instrumento de viento-metal, sin pistones o válvulas para ayudar a modificar el sonido, cuya pequeña dimensión con forma detrompetín genera un sonido agudo; los pífanos son instrumentos de viento-caña o madera blanda, como las flautas de pan, que pueden variar desonido de acuerdo con la longitud del tubo utilizado, con orificios para modificar los sonidos; y los clarinetes son instrumentos de viento-madera,conocidos como instrumentos “de caña” por utilizarse este material para crear su boquilla flexible, aumentando así la posibilidad vibratoria delinstrumento.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado IV, título XVII, pp. 464-468.

Manuel Fernando Espinosa de los Monteros (ca. 1730-1810) nació en Andújar, Jaén, ca. 1730, y murió en Madrid, el 21 de abril de 1810. Fueoboísta y compositor de cámara de los reyes Carlos III y Carlos IV, y sucedió al maestro italiano Gaetano Brunetti (1744-98) como director dela Real Capilla hasta su fallecimiento a los 80 años de edad. Es principalmente recordado, sin embargo, como compositor y/o compilador de lostoques militares españoles más antiguos que se conocen, preservados en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado III, título I, artículos 1-15, pp. 347-50. De estos 15 toques marciales, sólo cinco (La Generala, LaAsamblea, La Marcha, La Llamada y La Diana) y otros dos específicos (A Caballo y A Degüello), eran de rigurosa obligación tocarlos contrompetas y timbales para las evoluciones de la compañía de caballería. Véase Ordenanzas, tomo II, tratado V, título I, p. 1.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado III, p. 262.

Este comando se entiende en ambos sentidos: cuando los militares marchan ante el Santísimo Sacramento colocado en un altar de una plaza, ocuando éste era llevado en procesión de religiosos pasando frente a un batallón de infantería.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado III, título I, pp. 262-65.

Ordenanzas (1768), tomo I, tratado III, título V, pp. 287-289.

Relación de las clases, y número de las plazas de que se compone un Regimiento de Infantería; y Reglamento del haber mensual, que deberángozar los Oficiales, y demás Individuos de aquellos Cuerpos, que estuviesen empleados en la Gobernación de Caracas, AGI, Caracas 217 (6

Nieto del grande PhilipoHijo de Carlos el grandeEl decir más fuera menosEsto que te diga baste.

hojas impresas) 2 ejemplares.

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