La dinastía safaví: orígenes y ámbito cultural de los siglos XVI y XVII
Por Reynier Valdés Piñeiro
Maestro en Estudios de Asia África
Especialidad Medio Oriente
Introducción
El presente ensayo tiene como propósito fundamental reconstruir el contexto
histórico-cultural en el que tiene lugar la formación de la dinastía safaví. Para ello,
en un primer momento, se repara en los elementos políticos, sociales y religiosos
que desempeñaron un papel decisivo en la instauración de la dinastía. A
continuación se refieren las dinámicas artísticas, generadas en Tabriz, primera
capital del imperio.
Entre las fuentes consultadas resultaron significativos los siguientes trabajos: el
estudio de Sholeh A. Quinn “Iran under Safavid rule”1, los textos “Irán y Afganistán.
La dinastía safaví (1501-1722)”2 y “The Safavi Empire: Triumph of the Shī´ah,
1503-1722”3, de Gustav E. von Grunebaum y Marshall G. S. Hodgson,
respectivamente; así como el artículo de Denis Hermann “La instauración del
shiismo como religión de Estado en Irán bajo los safávidas: del shiismo qizilbāsh al
shiismo imamita”4.
1 Sholeh A. Quinn, “Iran under Safavid rule”, en The New Cambridge History of Islam, volumen 3, The Eastern Islamic
World, Eleventh to Eighteenth Centuries, Nueva York, Cambridge University Press, pp. 203-238. 2
Gustav E. von Grunebaum, “Irán y Afganistán. La dinastía safaví (1501-1722)”, en El Islam. II.Desde la caída de Constantinopla hasta nuestros días, volumen 15, México, Siglo XXI, 1987, pp.137-153.
3Marshall G.S Hodgson, “The Safavi Empire: triumph of the Shī´ah, 1503-1722”, en The venture of Islam, The expansion
of Islam in the Middle Periods, volumen 2, Chicago, The University of Chicago Press, 1974, pp. 16-58. 4
Denis Hermann, “La instauración del shiismo como religión de Estado en Irán bajo los safávidas: del shiismo qizilbāsh
al shiismo imamita”, en Estudios de Asia y África, 131, VOL. XLI, No. 3, sept- dic., 2006, pp. 439-472.
El escenario en el que se centra este ensayo atañe a Ardabīl, al norte de Irán, en
tanto ciudad de origen de la orden sufi que originó la dinastía safaví. Le siguen
Tabriz, Qazvīn, ciudades principales en tiempos de Shāh Ismā`īl y Shāh Tahmāsp.
Figura 1.
Orígenes de la dinastía safaví en una orden sufi del siglo XIV
Los orígenes de la dinastía safaví se remontan a una orden sufi del siglo XIV,
establecida en la ciudad de Ardabīl, al norte de Irán. Esta había sido fundada por
Shaykh Safī al-Dīn Ishaq Ardabīlī (1252-1334), en el contexto de las numerosas
órdenes sufi que florecieron en la región de Irán y Anatolia, en el período post-
mongol. En época de Shaykh Safī al-Dīn, según lo advierten Sholeh A. Quinn y
Denis Hermann5, la cofradía era sunnita, “aunque, como muchas de las órdenes
5 Op. cit, p. 440.
sufi del período, esta debió haber profesado especial amor y devoción a la familia
de ´Alī”6. En honor a su ilustre fundador, la tarīqa llevará en lo sucesivo su
nombre, con el que se designará a la dinastía de inicios del siglo XVI. Es
importante señalar que tras la muerte de Shaykh Safī al-Dīn, el liderazgo de la
orden es transmitido de padre a hijo, en lo que se fundamenta el carácter dinástico
del posterior imperio.
Los qizilbāsh y el protagonismo político de la orden safaví en el siglo XV
Un proceso decisivo en el surgimiento de la dinastía safaví, a inicios del siglo XVI,
fue el progresivo ascenso político de la cofradía sufi safaví. Ello estuvo
determinado, en gran medida, por la incorporación de los qizilbāsh a la orden. Los
“cabeza roja”, –como se les conocía popularmente por el turbante rojo que
distinguía su vestimenta–, eran guerreros pertenecientes a las federaciones de
tribus turcomanas nómadas, de habla turca; los cuales estaban descontentos con
la práctica sunnita centralizadora del imperio otomano. Las federaciones más
poderosas de la región, durante el siglo XIV, estaban representadas por los Kara
Koyunlu (Ovejas Negras) y los Ak Koyunlu (Ovejas Blancas), cuyos jefes eran
guerreros prominentes. Los Afshār, Qājārs, Rūmlūs, Ustājlūs y Dhū´l, constituían
otros grupos tribales turcomanos importantes en la región.
Como parte de su rechazo a la espiritualidad sunnita, los qizilbāsh practicaban una
versión más ortodoxa, mística e igualataria del shiismo duodecimano; y fue este
6 Sholeh A. Quinn, Op. cit, p. 203.
elemento religioso el que los identificó con la orden sufí safaví. De este modo
durante el siglo XV, época durante la cual la cofradía fue ganando legitimidad y
popularidad en toda la región irania, siria y de Anatolia, los qizilbāsh se
convirtieron en sus más fieles seguidores espirituales.
Los lazos entre los qizilbāsh y los líderes de la orden sufi safaví, se estrecharon a
través de la práctica del matrimonio de estos últimos con las hijas de los más
prominentes jefes tribales. Shaykh Junayd, por ejemplo, se casó con la hermana
de Uzun Hazan, líder de los Ak Koyunlu; asimismo su hijo, Shaykh Haydar,
desposó a la hija de Uzun Hazan7.
La adhesión de este grupo, como se vienen señalando, representó un giro
decisivo en el destino de la orden: con el apoyo de este sector guerrero, en
términos de recursos, la cofradía comenzó a mediar en asuntos políticos. Un
suceso emblemático, en este sentido, lo representa la participación de la orden en
la contienda bélica contra el reino bizantino de Trebisonda.
Figura 2.
7
Sholeh A. Quinn, Op. cit, p. 206 y Gustav E. von Grunebaum, Op. cit, p. 139.
Fundación de la dinastía safaví: Shāh Ismā`īl y el establecimiento del
shiismo duodecimano como religión oficial del Estado
Para comprender el ascenso político de la orden sufi safaví, al punto de llegar a
formar un imperio que dotó a la región de una unidad política sin precedentes, es
preciso reparar en los avatares de la cofradía, bajo los liderazgos que precedieron
a Ismā`īl. Con Shaykh Sadr al-Dīn Mūsā (1391), la orden vio crecer su prestigio e
influencia, que alcanzaron a las regiones sirias y de Anatolia. Dicha popularidad
fue entendida como una amenaza considerable para la religiosidad oficial del
imperio otomano, por lo que sus adeptos sufrieron persecución. En época de
Shaykh Khvāja ´Alī (1429), la tarīqa consolidó su influencia, a través de alianzas
maritales entre sus líderes y las familias gobernantes; además de interactuar con
los poderes políticos de la región.
El liderazgo de Shaykh Junayd (1469), significó una etapa muy importante para el
ascenso político de la orden. Recuérdese que en su período, la cofradía se
involucró en la campaña militar contra la dinastía bizantina de Trebizonda. La
enorme influencia que había alcanzado la orden en tiempos de Junayd y el
carisma de este entre la población, hicieron que Yahān Sāh Kara Koyunlu, jefe de
la federación turcomana Ovejas Negras, expulsara a Junayd de Ardabīl. Los años
que siguieron a la expulsión de la ciudad donde se había fundado la orden, Junayd
los dedicó a reunir adeptos en Anatolia y la región siria. Asimismo trató de
conservar el poder político que había alcanzado la cofradía, a través de pactos
matrimoniales con los Ak Koyunlu, enemigos de Yahān Sāh Kara Koyunlu. A
Junayd lo sucedió su hijo Shaykh Haydar (1488), quien fuera asesinado a raíz de
la amenazante legitimidad política que había alcanzado la orden. El hijo de
Haydar, ´Alī Mirzā Safavi, corrió la misma suerte y la tradición refiere que antes de
morir ya había designado a su hermano Ismā`īl como líder espiritual de la orden.
En 1501, Ismā`īl, a la cabeza de la orden, dirige el ejército de los qizilbāsh y toma
Tabriz, que se convertirá en la primera capital del imperio. Ese mismo año asumió
el título de Shāhan Shāh, fecha que marca el comienzo de la dinsatía safaví.
La fundación del imperio safaví, estuvo acompañada por un acontecimiento sin
precedentes en el contexto religioso islámico, esto es la instauración del shiismo
duodecimano como religión oficial del Estado. Dicha decisión se hizo manifiesta
cuando Ismā`īl pronunció la jutba en nombre de los Doce Imāmes. A partir de este
momento los almuédanos fueron obligados a agregar al llamado de la oración
“Doy testimonio que ´Alī es el amigo de Āllah”.
La decisión de establecer la fe chiita como religión de estado, se debió, en buena
medida, a las aspiraciones religiosas de los qizilbāsh, quienes, como se ha venido
apuntando, rechazaban el sunnismo oficial otomano y buscaban una práctica del
islam más espiritual y ortodoxa. Estas características fueron reconocidas por ellos,
en un primer momento, en la orden sufi safaví, la cual había incorporado
tendencias radicales de naturaleza ghuluww, con elementos de zoroastrismo,
judaísmo y cristianismo. El shiismo duodecimano vendría entonces a cumplir con
sus necesidades y aspiraciones religioso-espirituales. Con la intención de difundir
el shiismo en el imperio, Ismā`īl hizo traer a expertos de Qom y la región del
Líbano, para que instruyeran a la población sobre los fundamentos de la religión.
Más allá de las acciones estratégicas de Shāh Ismā`īl, en términos políticos, no
hay que olvidar la dimensión religiosa de éste y su identificación con los principios
del shiismo, como lo apunta Hodgson:
El mismo Ismā`īl, cuando era joven, creció muy imbuido en el ambiente de
la tarīqa shiita extremista de las tribus seguidoras de la orden Safavi. Sus
propios versos lo proclaman como centro de la Divinidad para estos tiempos
y como descendiente de los Doce Imāmes.8
Esta identificación con los fundamentos doctrinales del shiismo se aprecia en su
poesía:
My name is Shah Esma´il,
I am on God´s side: I am the leader of these warriors.
My mother is Fatima, my father Ali:
I too am one of the twelve Emams.
I took back my father´s blood from Yazid.
Know for certain that I am the true coin of Haydar (i.e., Ali)
Ever-living Khezr, Jesus son of Mary
I am the Alexander of the people of this age.9
Hacia 1510, Ismā`īl había conquistado y unificado toda la región de lo que hoy es
Irán.
En 1514, Shāh Ismā`īl enfrenta una derrota militar que lo marcará profundamente,
a saber, la Batalla de Chāldirān (ver figura 3.), donde las tropas safavíes son
8
Marshall G.S., Hodgson, “The Safavi Empire: triumph of the Shī´ah, 1503-1722”, en The venture of Islam, The expansion of Islam in the Middle Periods, volumen 2, Chicago, The University of Chicago Press, 1974, p.31.
Ismā`īl himself, as a young man, lived very much in the atmosphere of the extremist tariqah sihism of the safavi-supporting tribes. His own verses proclaim him a locus of Divinity for this times, as a descendant of the Twelver imams.
9 Ismā`īl en Michael Axworthy, Empire of The Mind. A History of Iran, Nueva York, Basic Books,
2012, p.133.
vencidas por el ejército otomano, al mando del sultán Selīm I. La tradición refiere
que después de esta pérdida, Ismā`īl se retiró del escenario político, al tiempo que
aconteció una pérdida de su aura divina.
Figura 3. Batalla de Chāldirān. Miniatura safaví.
Debe apuntarse que las tensiones entre el imperio safaví y el otomano –su
“enemigo clásico por excelencia”–, caracterizaron el período de conformación y
posterior desarrollo de la dinastía. El mismo Selīm I, por ejemplo, ante el creciente
influjo de la causa político-religiosa safaví entre los turcomanos de Anatolia, había
hecho asesinar a todos los partidiarios shiitas, potencialmente desleales.
En general, los enfrentamientos con los otomanos al oeste y los uzbecos al
noreste, respondieron a disputas fronterizas, en las que estaba en juego el control
de regiones clave, desde el punto de vista comercial; aunque también podían
tener un especial significado de índole religiosa. El caso de la Batalla de Merv
(1510) (ver figura 4.), contra la tribu sunnita representada por el lider uzbeco
Muhammad Jān Shaibāni, es un ejemplo del primer móvil, pues la ciudad de Merv
era un enclave se suma importancia en la Ruta de la Seda.
Figura 4. Batalla de Merv. Miniatura safaví.
Tahmāsp, sucedió a su padre en el trono entre 1524 y 1576. Los primeros años de
su reinado estuvieron signados por luchas internas, que amenazaron la unidad
imperial: revueltas campesinas, pérdidas territoriales y en especial el descontento
de los qizilbāsh, que no compartían el “programa religioso” propuesto por el nuevo
Shāh. Ciertamente Tahmāsp, además de perseguir las prácticas sunnitas, rechazó
el extremismo religioso ghuluww, lo cual afectaba directamente al sector qizilbāsh.
Asimismo, a diferencia de su padre, desestimó el reconocimiento en su figura de
una naturaleza semidivina.
Shāh Tahmāsp demoró, alrededor de diez años, en imponer su autoridad política.
Para ello fue decisivo que, a pesar de las diferencias religiosas con los qizilbāsh,
continuara las alianzas matrimoniales con este sector, que se había convertido en
una fuerza política muy poderosa. Al igual que Shāh Ismā`īl, continuó la práctica
de concederle tierras a sus milicias tribales, integradas, en su mayoría, por los
qizilbāsh.
En época de este Shāh, se estrecharon los lazos con el contemporáneo imperio
mogol. Un hecho relevante en este acercamiento fue la acogida en la corte safaví
del soberano mogol Humāyūn; cuando éste se halló en el exilio por causa del
golpe de estado de su hermano Kamran.
Figura 5. Shāh Tahmāsp recibe en su corte al soberano mogol Humāyūn. Miniatura safaví.
La sociedad safaví del siglo XVI, según las dinámicas políticas y religiosas
establecidas por Shāh Ismā`īl y Shāh Tahmāsp, se articuló a partir de una
pirámide social en la que el Shāh se ubicaba en la cima, seguido por la familia
real. En un nivel inmediato se situaba la aristocracia guerrera qizilbāsh (amīr al-
´umarā`). Le seguía la clase administrativa de habla persa, que tenía en la figura
del visir a su máximo representante. A continuación se colocaba el sector
comerciante, integrado por armenios, georgianos e indios. En un escalón más bajo
los artesanos y los campesinos.
El principal rubro económico de este período, en el que se sustentó la riqueza de
la dinastía, fue la exportación de seda.
En lo que concierne a la legitimidad política de la figura del Shāh, en tiempos de
Ismā`īl y Tahmāsp, esta descansó en dos pilares fundamentales: la creencia, en
primera instancia, de que el soberano era la sombra de Āllah en la tierra –en
conexión con la noción persa pre-islámica de liderazgo y soberanía– y la
designación del rey como shaykh de la orden sufi safaví. Durante el gobierno de
Shāh Tahmāsp, se añadiría un tercer fundamento, a saber, la asunción del
soberano como representante del séptimo imam, Mūsā al-Kāzim.
Ámbito cultural del imperio safaví durante el siglo XVI: el Sāh-nāme de Shāh
Tahmāsp
La unidad política establecida con la fundación de la dinastía safaví, también se
expresará en la unidad estilística de las artes: los distintos estilos provinciales,
desarrollados entre el siglo IX y el siglo XV, serán sustituidos por una producción
artística uniforme generada en Tabriz, capital del imperio.
Continuador del patronazgo hacia las artes que estableció Shāh Ismā`īl, su
sucesor Shāh Tahmāsp, estimuló el desarrollo de un refinado estilo cortesano; que
no se centró únicamente en Tabriz, sino que alcanzó a otros centros provinciales,
como Shiraz y Qazvīn. Esta última, será designada por el soberano como nueva
capital del imperio en 1553.
La esfera artística en este período, estuvo dominada por las llamadas artes del
libro, basadas en el papel. Se trató de una producción de manuscritos ilustrados,
que contó con el patronazgo real. Para este fin se hizo venir a artistas de los Kara
Koyunlu, los Ak Koyunlu, y de los talleres de la corte timúrida. Estas “escuelas
pictóricas”, con el tiempo, dieron lugar a un nuevo estilo de pintura propiamente
safaví.
La obra más representativa de las artes del libro, en esta etapa, es conocida como
el Sāh-nāme de Shāh Tahmāsp (Libro de Reyes de Sāh Tahmāsp), y hace
referencia a un conjunto de 258 pinturas en miniatura, que ilustran la épica del
poeta del siglo X, Ferdusi. Dichas ilustraciones acompañan 759 folios de texto,
escritos en estilo nasta’liq. Las páginas del Sāh-nāme fueron concebidas según
medidas excepcionales para un libro ilustrado (48 x 32 cm) y sus bordes se
adornaron con pintura de oro. Los logros caligráficos, pictóricos y en el arte de la
ilustración, sitúan a esta obra como el mayor logro del período en las artes del
libro.
La tradición apunta que fue Shāh Ismā´īl quien encargó la confección del Sāh-
nāme como regalo para su hijo, el príncipe Tahmāsp, en cuyo reinado se culminó.
La temática épica, era uno de los motivos principales en la producción de
miniaturas de la época, como lo señala Seyyed Hossein Nasr “En su mayor parte
son escenas épicas, que representan batallas de antiguos héroes persas, como se
registra, sobre todo, en el Shāh-nāme10
.
Figura 6. Tahmuras vence a los Divs, detalle, 1525 aproximadamente,
Sāh-nāme Shāh Tahmāsp.
10
Seyyed Hossein Nasr, Islamic Art and Spirituality, Nueva York, State University of New York
Press, 1987, p. 180.
For the most part they are either epic scenes, depicting battles of ancient Persian heroes as
recorded mostly in the Shāh-nāme
El proyecto del Shāh-nāme estuvo a cargo del artista Sultān Muhammad, pero en
su elaboración participaron varios artistas, que se especializaron en un área,
según sus habilidades. Le sucedieron en la dirección del proyecto Mīr Musawwir y
Āqā Mīrak.
Desde un punto de vista estilístico, el Libro de Reyes de Tahmāsp representa la
síntesis de las dos fases más importantes de la tradición pictórica persa: el estilo
turcomano, desarrollado en Tabriz y Shiraz, y el estilo timúrida, asociado a Herat.
El pasaje ilustrado conocido como La Corte de los Gayūmars, representa la
síntesis de estas conquistas.
Figura 7. La Corte de los Gayūmars, 1525 aproximadamente, atribuido a Sultān Muhammad.
Un elemento a tener en cuenta, para comprender la trascendencia del Shāh-nāme
en la cultura safaví del siglo XVI, está relacionado con su asunción como
estandarte de legitimidad política. Esta dimensión del poema de Ferdousí la
advierte Sholeh A. Quinn, quien ha señalado:
Para los mongoles, en particular, quienes estuvieron gobernando como
extranjeros, la confección del Shāh-nāme los ayudó a legitimar su gobierno
sobre los sujetos iranios. Los safavíes, quienes afirmaron, en parte, estar
governando como la sombra de Āllah en la tierra, en conexión con la noción
pre-islámica de liderazgo, no fueron la excepción. 11
Los pasajes ilustrados del Shāh-nāme influyeron en toda la cultura visual de la
dinastía safaví del siglo XVI. Los artistas desarrollaron diseños en papel que los
artesanos transfirieron a brocados de seda, alfombras, cerámica y trabajos sobre
metal y madera. En esto, el arte safaví se distinguió de la producción artística del
imperio otomano y del arte mogol.
Tras la muerte de Shāh Tahmāsp, el patronazgo hacia las artes declinó
paulatinamente, y no es hasta el reinado de Shāh ´Abbās I, que la dinastía safaví
experimenta otro momento de florecimiento de las artes.
11
Op. cit, p. 215
For the Mongols in particular, who were ruling as outsider, producing a Shāh-nāme helped
legitimize rule over their Iranian subjects. And the Safavids, who claimed in part to be ruling as the shadow of God on earth in line with pre-Islamic notions of kingship, were no exception.
Conclusiones
La dinastía safaví, tiene su origen en una orden sufi del siglo XIV, fundada por
Shaykh Safī al-Dīn Ishaq, en la ciudad de Ardabīl, al norte de Irán. Dicha orden
adquirió legitimidad política, a lo largo del siglo XV, gracias a la incorporación de
los qizilbāsh, quienes se convirtieron en sus más fieles defensores.
En el año 1501, Ismā`īl funda la dinastía safaví, y establece el shiismo
duodecimano como religión oficial del Estado. Este fue un acontecimiento sin
precedentes en el ámbito religioso islámico, que desempeñó un papel clave en el
establecimiento de una unidad política sin precedentes en la región irania.
La cultura safaví del siglo XVI, conoció un momento de florecimiento artístico
durante el reinado de Shāh Tahmāsp, quien fungió como patrón de las artes. La
manifestación artística más importante de este período está representada por las
artes del libro, y su obra paradigmática es el Sāh-nāme de Shāh Tahmāsp. Esta
resume los logros de una “escuela pictórica” propiamente safaví, que asimiló
influencias del arte timúrida y turcomano.
La dinastía safaví determinó la conformación de una identidad regional basada en
la pertenencia religiosa. Sentó las bases de un proto estado-nación, al punto que
las fronteras actuales de Irán, guardan relación con los límites territoriales
establecidos en la época safaví.
Bibliografía
Axworthy, Michael, Empire of The Mind. A History of Iran, Nueva York, Basic
Books, 2012.
Grunebaum, Gustav E. von, “Irán y Afganistán. La dinastía safaví (1501-1722)”, en
El Islam. II. Desde la caída de Constantinopla hasta nuestros días, volumen 15,
México, Siglo XXI, 1987, pp. 137-153.
Hermann, Denis, “La instauración del shiismo como religión de Estado en Irán bajo
los safávidas: del shiismo qizilbāsh al shiismo imamita”, en Estudios de Asia y
África, 131, VOL. XLI, No. 3, sept-dic., 2006, pp. 439-472.
Hodgson, Marshall G.S., “The Safavi Empire: triumph of the Shī´ah, 1503-1722”,
en The venture of Islam, The expansion of Islam in the Middle Periods, volumen 2,
Chicago, The University of Chicago Press, 1974, pp. 16-58.
Nasr, Seyyed Hossein, Islamic Art and Spirituality, Nueva York, State University of
New York Press, 1987.
Quinn, Sholeh A., “Iran under Safavid rule”, en The New Cambridge History of
Islam, The Eastern Islamic World, Eleventh to Eighteenth Centuries, volumen 3,
Nueva York, Cambridge University Press, pp. 203-238.