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La gobernanza metropolitana en Europa: modelos y retos

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www.amb.cat La gobernanza metropolitana en Europa: modelos y retos Febrero 2015
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La gobernanza metropolitana en Europa: modelos y retosFebrero 2015

1. IntroducciónEl siglo XX ha sido testigo de la transformación del terri-torio europeo. Durante la primera mitad del siglo se pro-dujo la consolidación del proceso de urbanización, dando paso a partir de los años 50 a un progresivo fenómeno de sub-urbanización que ha culminado con la metropo-litanización del territorio. En otras palabras, los límites de lo que se considera “urbano” se han ido ampliando y casi tres cuartas partes de la población europea (Eurostat, 2014), vive actualmente en áreas metropolitanas y aglo-meraciones urbanas. Estos límites no obstante, resultan difusos y en constante evolución, dando paso a múltiples definiciones estadísticas del hecho urbano (áreas metro-politanas, regiones metropolitanas, aglomeraciones ur-banas, ciudades-región, etc.). Sin entrar en una definición estadística cerrada, entendemos las áreas metropolitanas y aglomeraciones urbanas (tratadas aquí como sinónimos) como un territorio con una población mínima (según Eu-rostat, 250.000 habitantes), con uno o más núcleos predo-minantes, en que hay una integración del mercado laboral y de actividades (económicas, culturales, de ocio) facilita-da para la movilidad de sus habitantes.

Los retos que plantea el hecho metropolitano son diversos: de tipo social (combatir las desigualdades, garantizar la accesibilidad a los servicios públicos); económicos y finan-cieros (garantizar la competitividad y la eficiencia); territo-riales y ambientales (la gestión de la explosión urbana, de la movilidad y de los residuos); políticos e institucionales (la coordinación de las políticas y de los servicios, la repre-sentación democrática). La incongruencia constante entre las delimitaciones administrativas tradicionales y el te-rritorio metropolitano ha dado lugar a diversas corrientes teóricas y propuestas sobre la fórmula ideal para gobernar las aglomeraciones urbanas (para un resumen véase Hei-nelt y Kübler, 2005; Tomàs, 2009). En un extremo, se plan-tea la fusión de todos los municipios de la aglomeración a fin de superar la fragmentación institucional. Esta opción, extendida durante los años 1950-70 en Europa del norte y del centro, todavía se propone y aplica (no sin polémica). Así lo demuestran los ejemplos recientes de Dinamarca (reforma de 2007) y de Canadá (creación de las nuevas ciudades de Toronto, Montreal y Ottawa entre 1990 y

2000 como consecuencia de las fusiones). En el otro extre-mo, existiría la propuesta de no intervenir y dejar que los municipios decidan libremente si mancomunar servicios o cooperar en alguna agencia metropolitana. Este ha sido el enfoque propio en Estados Unidos, donde escasean los modelos más institucionalizados.

En Europa, como veremos a continuación, se ha optado ge-neralmente por una opción intermedia, mediante la crea-ción de algún tipo de estructura metropolitana de dos nive-les (ente metropolitano y municipios), teniendo en cuenta los equilibrios políticos y el encaje de la aglomeración urba-na en el conjunto del territorio. No podemos hablar, no obs-tante, de una política metropolitana europea o de un mo-delo europeo, puesto que existe una gran diversidad, fruto de las tradiciones y riqueza histórica de los diversos países.

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2. Modelos de gobernanza metropolitana en EuropaLa gobernanza metropolitana hace referencia a la capacidad de hacer frente a los retos de las aglomeraciones urbanas. Este concepto, extendido a partir de los años 90, se quiere distinguir de la noción clásica de “gobierno” por una visión más amplia que incluye el papel del sector público pero también privado en la gobernabilidad metropolitana (Jou-ve et Lefèvre, 1999). La gobernanza metropolitana adopta diversas formas, especialmente en Europa. Esta diversidad radica en la interrelación de diversos elementos: la frag-mentación del territorio, las competencias de naturaleza metropolitana, el tipo de financiación y de representación.

En primer lugar, hay diferencias en función del número de administraciones y de organismos que existen en el área metropolitana. En efecto, hay aglomeraciones caracteriza-das por un grado elevado de fragmentación y otras con mayor simplicidad institucional. Por ejemplo, en países donde se han hecho reformas municipales (como en los países nórdicos) hay menos municipios, mientras que los países del sur de Europa se caracterizan por un elevado número de municipios. Además del número de municipios y del carácter monocéntrico (Roma, París) o policéntrico de la aglomeración (Randstad holandés), existen otras ad-ministraciones que realizan tareas metropolitanas (Comu-nidad Autónoma, provincia, comarca, etc.) y otros organis-mos públicos o privados que también tienen funciones a escala metropolitana. En efecto, a menudo hay asociacio-nes públicas o privadas que promueven estrategias para potenciar el desarrollo económico y social (plataformas de promoción económica, sobre todo de cara al extranjero). También hay organismos de asistencia a los municipios que ofrecen apoyo técnico y jurídico a los municipios (por ejemplo, para solicitar ayudas a la Unión Europea). Ade-más, en la mayoría de metrópolis los servicios de ámbi-to metropolitano son gestionados por empresas públicas, privadas o de capital mixto.

En cuanto a las competencias, éstas se pueden enmarcar tanto en el campo de las hard policies, es decir, relaciona-das con el medio físico (ordenación del territorio, urbanismo, transporte, medio ambiente, etc.) como en el ámbito de las soft policies (educación, sanidad, servicios sociales, etc). No

obstante, diversos estudios muestran que las competencias se centran casi exclusivamente en el campo de las hard policies y especialmente las relativas a la ordenación del territorio, el transporte y el medio ambiente (Tomàs, 2009; VVAA, 2009). El otro ámbito donde intervienen los entes metropolitanos a menudo es el desarrollo económico, bá-sicamente la promoción de estrategias para fomentar el empleo y generar riqueza. No obstante, lo que hay que dife-renciar es si se trata de competencias exclusivas o si otras administraciones también tienen poderes en estos ámbitos. Una manera de identificar la capacidad política a escala metropolitana es analizar el carácter vinculante o no de las decisiones que se toman. Por ejemplo, determinar si las ac-ciones fijadas por un plan metropolitano son obligatorias o no para los municipios.

Sin duda, la financiación determina en gran medida el margen de autonomia. No solo por los recursos materiales (la cantidad) sino por la fuente de esta financiación (propia o por otras vías). En cuanto a las estructuras metropolita-nas, la financiación proviene básicamente de dos fuentes, normalmente combinadas. En primer lugar, las transferen-cias de los municipios (de abajo arriba) y de un ámbito superior de gobierno, Estados o entes subestatales, según la estructura política del país (de arriba abajo). En segundo lugar, de tasas e impuestos propios (venta de servicios com el agua, tasas por tratamiento de residuos, etc.). Como ve-remos en los casos concretos, uno de los problemas de los entes metropolitanos existentes es la falta de autonomía financiera, pues sus recursos están muy condicionados por las transferencias de otros ámbitos de gobierno.

Los modelos de gobernanza metropolitana difieren tam-bién por la capacidad de la ciudadanía de elegir direc-tamente a sus representantes políticos. Puede darse la elección directa del alcalde/presidente y los regidores/concejales, o indirecta (estos forman parte de la estruc-tura metropolitana como representantes de su municipio). Además, siendo la gobernanza un concepto mucho más amplio que el de gobierno, hallaremos modelos de gober-nanza con representación de miembros de la sociedad ci-vil (sindicatos, cámaras de comercio, universidades, etc.).

Figura 1: Elementos que diferencian los modelos de gobernanza metropolitana

Grado de fragmentación del territorio:• número de municipios• número de otras administraciones• número de otros entes públicos o privados • número de empresas públicas, privadas y mixtas de gestión de servicios

Tipo de competencias:• hard policies• soft policies

Tipo de financiación:• transferencias: desde abajo (municipios)/desde arriba (otros ámbitos de gobierno)• tasas e impuestos propios

Tipo de representación:• elección directa/indirecta alcaldes y concejales metropolitanos• representación sociedad civil

Teniendo en cuenta estos elementos, diferenciamos cuatro grandes modelos de gobernanza metropolitana, ordena-dos según el grado de institucionalización, es decir, según el tipo de arreglos institucionales realizados. En un extre-mo, los gobiernos metropolitanos o estructuras creadas expresamente para afrontar los retos metropolitanos. Estas estructuras cuentan con un consejo metropolitano (elegi-do directamente o indirectamente según los casos) y unas competencias y financiación fijadas por la ley. También crea-das a escala metropolitana encontramos agencias metro-politanas que, a diferencia de los gobiernos metropolitanos, tienen la función de gestionar o planificar un solo servicio

(transporte público, medio ambiente, policía, etc.). El tercer modelo es el de coordinación vertical, en que las políticas metropolitanas no se realizan per un ente específicamente metropolitano sino de facto por otros ámbitos de gobierno que ya existen (una Comunidad Autónoma, una provincia, un condado, etc.). Finalmente, el modelo menos institucio-nalizado es el de la cooperación voluntaria de municipios, en que los diversos representantes locales se organizan por iniciativa propia. Este modelo puede ser representado por la forma más tradicional (mancomunidad o asociación de mu-nicipios) o por una fórmula más flexible y en la línea de los postulados de la gobernanza (la planificación estratégica).

Figura 2: Modelos de gobernanza metropolitana según el grado de institucionalización

Gobiernos metropolitanos (elección directa o indirecta)Agencias metropolitanas (sectoriales)Coordinación vertical (a partir de un ámbito de gobierno ya existente: una región, provincia, etc.) Cooperación voluntaria entre municipios (mancomunidades, planes estratégicos).

Cabe decir que estos modelos son tipos ideales y marcan las grandes tendencias. En la práctica, algunos de ellos es-tán mezclados o modelos en teoría iguales funcionan de manera diferente. Elementos más intangibles, relaciona-dos con la cultura política y las actitudes y valores de los representantes locales hacia la gobernanza metropolitana influyen el modelo final. Por ejemplo, en algunos países hay más tradición de institucionalizar la cooperación metropoli-tana mediante la creación de nuevas estructuras (como en Francia), mientras que en otros las reformas se encaminan a reducir su número (como en Dinamarca). En ciertos países se hacen reformas a escala estatal y se buscan modelos ho-mogéneos (como en Italia actualmente), mientras que en

otros hay una gran diversidad de modelos de gobernanza (como en Alemania y en España). También afecta la consi-deración política y jurídica del municipio: si es un ámbito de gobierno importante (con competencias y financiación), si tiene un papel destacado en la política del país (elevada participación en las elecciones municipales), etc. Igualmen-te, el fracaso o éxito de las diversas fórmulas de gobernanza se entiende por las actitudes de los representantes metro-politanos: la voluntad de cooperar y de hallar un mínimo co-mún denominador a favor del interés general. Puede existir formalmente una institución metropolitana pero para que funcione con éxito es necesario que exista voluntad política. Igualmente, en algunos casos no se ha adoptado el modelo

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“ideal” por las resistencias de los representantes locales o estatales. A continuación analizamos cada uno de los mo-delos y presentamos algunos ejemplos ilustrativos.

2.1 Gobiernos metropolitanosCuando hablamos de gobiernos metropolitanos hacemos referencia a la institucionalización máxima de las áreas metropolitanas, es decir, la creación de instituciones me-tropolitanas con fuertes poderes (autonomía jurídica y fiscal) y legitimidad democrática (elección directa de sus representantes). Este modelo implica la aprobación de leyes y el reconocimiento del hecho metropolitano. No obstante, en la práctica, las estructuras actuales en Euro-pa no cumplen todos estos criterios y deben considerarse como una versión light de los gobiernos metropolitanos. En efecto, su autonomía se ve limitada por la distribución

de competencias con otros ámbitos, por la falta de finan-ciación propia o por la debilidad de la legitimidad demo-crática. Aún así, son entes de coordinación de políticas metropolitanas que suelen tener una visión integral de la aglomeración, puesto que no tienen una sola competencia como las autoridades metropolitanas sectoriales. Algunos ejemplos de estructuras metropolitanas actuales son las de Stuttgart (1994), Londres (creada por ley en 1999, en funcionamiento el 2000), Lisboa (diversas legislaciones, la última el 2013), Lyon (1999), o Barcelona (Ley de 2010, en funcionamiento el 2011).

Nombre del ente y fecha creación por ley

Número municipios

Tipo elección Tipo financiación principal

Competencias principales

Verband Region Stuttgart, 1994

179 Directa: asamblea, entre 80 y 96 miembros (ahora 87) elegidos cada 5 años

Transferencias (municipios, comarcas, länder y gobierno federal) y tasas del transporte

Transporte, ordenación del territorio, desarrollo económi-co, tratamiento de residuos, turismo.

Greater London Authority, 1999

City + 32 distritos (boroughs)

Directa: alcalde y asamblea (25 regidores elegidos cada 4 años)

Transferencias (sobretodo gobierno central)

Transporte; Desarrollo econó-mico, promoción internacio-nal; prevención y control de incendios, emergencias; poli-cía y seguridad.

Communauté urbaine de Lyon, 1999

57 municipios Indirecta: consejo de 153 miembros (delegados de los municipios)

Tasas e impuestos propios (TPU) y transferencias gobierno central

Desarrollo económico, social y cultural; ordenación del terri-torio; promoción de la vivien-da pública; dinamización y revitalización urbana; gestión de servicios comunes; medio ambiente.

Área metropolita-na de Lisboa, (2003, 2008 y 2013)

18 municipios36 parroquias (freguesias)

Indirecta: consejo de 55 miembros (delegados de los municipios)

Transferencias de los municipios y del Estado

Elaboración planes y progra-mas de inversión; desarrollo económico, social y ambiental; gestión programas desarrollo regional; definición redes de servicios y equipamientos me-tropolitanos; participación en entidades metropolitanas en transporte y medio ambiente.

Área metropolita-na de Barcelona, 2010

36 Indirecta: consejo de 89 miembros (delegados de los municipios)

Transferencias (sobre todo municipios y consorcios), impuestos y tasas

Territorio y urbanismo; trans-porte y movilidad; vivienda; medio ambiente; desarrollo económico; cohesión social.

Tabla 1: Ejemplos de gobiernos metropolitanos

Gráfico núm. 1: Tasa de participación en las elecciones metropolitanas de Londres

Fuente: Elaboración propia a partir datos de la Grea-ter London Authority.

Gráfico núm. 2: Tasa de participación en las elecciones metropolitanas de Stuttgart

Fuente: Elaboración propia a partir datos de la Ver-band Region Stuttgart.

La mayoría de estructuras son de elección indirecta y exclu-sivas a electos locales, con una financiación mixta y sobre todo dependientes de las transferencias. Sus competen-cias están relacionadas con la ordenación del territorio, el medio ambiente, el transporte y el desarrollo económico. Solamente dos son de elección directa, Londres y Stuttgart. De hecho, uno de los debates recurrentes en la gobernan-za metropolitana continúa siendo el de la necesidad o no de elegir alcaldes y regidores a escala metropolitana. La elección directa se explica por la voluntad de dar visibili-dad y legitimidad a los entes metropolitanos, sobre todo de nueva creación. En efecto, tener representación directa a escala metropolitana implicaría realizar una campaña y un programa electoral metropolitanos sobre el cual de-batir y adoptar compromisos. En la elección indirecta, no hay una presión de la ciudadanía hacia la administración de los entes metropolitanos. Son los alcaldes y regidores los que, siendo elegidos en la base de su municipio, han de defender un interés común metropolitano; esta tarea sería difícil de llevar a cabo cuando se es responsable ante los electores del municipio y no del conjunto del área me-tropolitana. En general, implicaría dedicar poco tiempo a

las autoridades metropolitanas y dificultaría el surgimien-to de un liderazgo metropolitano. Además, el mandato en el seno del gobierno metropolitano está ligado al ca-lendario electoral municipal: si hay cambios en les mayo-rías políticas locales, cambia también la composición del gobierno metropolitano. Por tanto, la continuidad de los consejeros metropolitanos no depende de su rendimiento a escala metropolitana sino municipal.

La elección directa de los representantes metropolitanos es una opción costosa económicamente y puede generar re-sistencias políticas a causa de la magnitud de la elección (en muchos casos, un volumen de población considerable). Las resistencias son especialmente fuertes en los casos de las capitales. En este caso, la posibilidad de crear rivalidad política depende en gran medida del poder que tengan los gobiernos metropolitanos. Si estos tienen competencias es-tratégicas y de gestión, como el caso de Londres, la posibili-dad de erigirse como contrapoder es menor. Un indicador de la legitimidad democrática de los gobiernos metropolitanos con elección directa es la tasa de participación en las elec-ciones metropolitanas (ver Gráficos 1 y 2).

En Stuttgart, tras una primera votación el año 1994 ro-zando el 70%, la participación se ha ido estabilizando por encima del 50%. En Londres, hay una estabilidad por debajo del 40%, excepto en las elecciones de 2008 (45%), en que el histórico alcalde Ken Livingstone fue derrotado por el candidato conservador, Boris Johnson. De hecho, el gobierno de Blair hizo un referéndum previo a la creación de la Greater London Authority: un 72% de

los ciudadanos votó a favor, pero solamente votaron el 35% de los ciudadanos con derecho a voto. Si lo compa-ramos con la participación electoral en las elecciones municipales, vemos en ambos casos que son porcenta-jes similares. En otras palabras, la elección directa del consejo metropolitano en estas dos aglomeraciones no habría logrado un mayor éxito de participación ni dife-renciarse de las elecciones municipales.

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2.2 Agencias metropolitanasEn este caso, hay un grado medio de institucionalización, puesto que no se crea una autoridad metropolitana con diversas competencias sino que se opta por crear una agencia sectorial, con una función principal. Por ejem-plo, en Frankfurt se trata de la planificación regional. En el caso de Birmingham, hay diversas agencias sectoriales

BirminghamHistoria:Entre 1974 y 1986, el área metropolitana de Bir-mingham tenía un gobierno metropolitano (West Midlands Metropolitan County) semejante al de otras ciudades inglesas. Después de su abolición, los municipios de su núcleo central siguen te-niendo algunos servicios en común, prestados por autoridades metropolitanas con una sola función.Competencias:West Midlands Passenger Transport Executive: co-nocido como Centro, es el ente público responsable de promover y coordinar los servicios de transporte público (autobús, tren y metro), operados por em-presas públicas y privadas. West Midlands Police: ente público responsable de garantizar la seguridad ciudadana. Efectúa también tareas de prevención y educación en relación con el crimen y la violencia.West Midlands Fire Service: ente público responsa-ble de la protección, prevención e intervención en incendios y emergencias. Financiación:Estas agencias metropolitanas se financian esen-cialmente por las transferencias de los municipios miembros (50%) y de las subvenciones del Estado (30%). El resto (20%) proviene del cobro de tasas por los servicios que ofrecen.Representación:El tipo de representación en las tres autoridades es indirecta. La West Midlands Passenger Transport Executive y la West Midlands Fire Service tienen un consejo for-mado por delegados de los municipios miembros, según su población (27 miembros en ambos casos) y encabezados por un comité ejecutivo. En cambio, la West Midlands Police se estructura a partir de 10 unidades operativas al frente de las cuales hay un jefe de policia (chief superintendent). El conjunto de unidades es coordinado por un equipo formado por policías y personal técnico.

FrankfurtHistoria:La aglomeración de Frankfurt se extiende a tres län-der y cuenta con diversos organismos encargados de una sola función (planificación regional, trans-porte, residuos, cultura, parques) que operan en ámbitos territoriales diferentes. El Parlamento de Hesse, donde se sitúan buena parte de los munici-pios, aprobó la Ley sobre la aglomeración de Frank-furt/Rhein-Main, que entró en vigor el 1 de abril de 2011. Esta ley supone la creación de la Regional-verband FrankfurtRheinMain, una agencia de plani-ficación regional que agrupa 75 municipios del área metropolitana. No es la primera estructura creada con esta finalidad, ya que se han ido sucediendo agencias de planificación regional con diversos nombres (el anterior, la Planungsverband Ballungs-raum Frankfurt/Rhein-Main y la Umlandverband, de elección directa). Competencias:La principal función de la agencia es la planificación regional, que se lleva a cabo mediante la elaboración del Plan Regional de Usos del Suelo y del Plan del Paisaje. A través de estos se quiere armonizar los pla-nes de los diversos municipios (anteriormente había otras agencias de planificación con menos municipios miembros). La Regionalverband FrankfurtRheinMain también desarrolla tareas relacionadas con el aseso-ramiento técnico a los municipios sobre los fondos eu-ropeos, el análisis de datos regionales y la gestión de proyectos financiados por la Unión Europea.Financiación:Los municipios financian la agencia. Las contribu-ciones municipales (umlage) se calculan a partir de dos criterios: población y riqueza (renta per cápita). Por tanto, los municipios grandes y ricos son los que más dinero aportan a la asociación.Representación:Las decisiones son tomadas por un Consejo regio-nal, formado por representantes de los municipios (elección indirecta).

con las funciones del transporte, la policía, los incendios y emergencias. De hecho, la planificación del transporte es realizada a menudo por una agencia metropolitana, como en la región metropolitana de Barcelona (que cubre un te-rritorio mucho mayor que el área metropolitana), donde existe la Autoritat del Transport metropolità (ATM).

Estos dos ejemplos son ilustrativos de cómo funciona este modelo de gobernanza. En primer lugar, la creación de una agencia sectorial implica menos cambios institucionales que los gobiernos metropolitanos (especialmente los de elección directa). Por tanto, es políticamente más senci-llo de realizar y provoca menos resistencia política. Esto no implica que no haya ninguna clase de conflicto. Por ejemplo, en Frankfurt algunos municipios se han opuesto a la creación de la nueva agencia de planificación y han intentado paralizar el proceso. En segundo lugar, este tipo de agencias tienen representación indirecta, y se presen-tan con entes de carácter más técnico que político. A di-ferencia de los gobiernos metropolitanos, no obstante, la perspectiva metropolitana resulta fragmentada, pues se ocupa de un solo ámbito (residuos, transporte, vivienda), faltándole una visión global.

A menudo encontramos aglomeraciones con varias agen-cias sectoriales, cada una cubriendo un territorio diferente. Actualmente sucede en Helsinki, donde hay una agencia del transporte para 7 municipios (Helsinki Region Trans-port, HSL) y otra del medio ambiente para 4 municipios (Helsinki Region Environmental Services Authority, HSY). También era el caso de Barcelona antes de la aprobación por la ley de 2010, en que coexistían una entidad del transporte, una entidad del medio ambiente y una man-comunidad que agrupaban cada una un número diferente de municipios. Esta fragmentación se eliminó mediante la nueva Área Metropolitana de Barcelona. En cambio, el caso de Birmingham es el contrario: existía una estructu-ra metropolitana con diversas funciones que se disolvió, dando lugar a tres agencias metropolitanas sectoriales. La coordinación entre ellas es uno de los retos pendientes de la aglomeración.

2.3 Coordinación verticalEste modelo de gobernanza agrupa los casos en que una administración no específicamente metropolitana desa-rrolla de facto un rol de coordinación metropolitana. En otras palabras, no ha sido creada para hacer esta función pero la ejercita en la práctica, a falta de un gobierno me-tropolitano creado expresamente. Hay numerosos ejem-plos en Europa: la Ciudad-estado de Viena, la Región de Bruselas-Capital, el condado de Estocolmo, la Autoridad Regional de Dublín, la Región Hovedstaden en Copenha-guen y la Comunidad de Madrid.

Comunidad de MadridHistoria:La Comunidad de Madrid se constituyó por un es-tatuto aprobado el año 1983. Madrid representa la excepción de la tendencia de las ciudades europeas meridionales por su menor densidad institucional: solo existe el gobierno local y el autonómico. Con-tiene 179 municipios: el tamaño reducido de los municipios de la segunda corona metropolitana contrasta con la gran superficie de la ciudad central y capital española, fruto de la anexión de 13 muni-cipios entre 1948 y 1954. El rápido desarrollo urba-no alrededor de la capital ocupa casi la totalidad del territorio de la Comunidad de Madrid.Competencias: Como Comunidad Autónoma, Madrid posee un am-plio abanico de competencias fijadas en su Estatu-to de autonomía. Entre estas, destacan las siguien-tes: ordenación del territorio, urbanismo, vivienda, obras públicas, carreteras, ferrocarriles, transportes, puertos y recursos hídricos. También ejerce las com-petencias de la antigua Diputación provincial, como la coordinación de las entidades municipales con el fin de garantizar la prestación de las competencias municipales en todo el territorio. La Comunidad de Madrid tiene otras competencias que comparte con el Estado tales como: planificación económica, in-dustria, seguridad, educación y sanidad.Financiación:Los ingresos de la Comunidad de Madrid provienen en un 80% de los impuestos directos e indirectos (sobre bienes y servicios, sobre la propiedad y sobre la renta). El 70% de estos ingresos son recaudados por el Estado y transferidos a la Comunidad de Ma-drid, como el IRPF y el IVA. El resto de la financia-ción autonómica proviene esencialmente de trans-ferencias del Estado. Representación:La Asamblea de Madrid es el órgano legislativo y de representación política de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Consta de 111 diputados elegidos directamente cada 4 años. La Asamblea elige al Presidente de la Comunidad y líder del po-der ejecutivo, que forma su Consejo de Gobierno y es responsable ante la Asamblea.

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Región Hovedstaden en CopenhaguenHistoria:En Dinamarca, el año 2007 se llevó a cabo una re-forma municipal: los 14 condados (gobierno local de segundo nivel) fueron substituidos por 5 regio-nes y el número de municipios pasó de 271 a 98. En Copenhaguen, la creación de la Región de la Capital (Region Hovedstaden) implicó la desaparición de la autoridad metropolitana existente. La aglome-ración de la capital danesa se caracteriza por un grado bajo de fragmentación institucional: pocos municipios y de grandes dimensiones y la región de Hovedstaden. Antes de la reforma de 2007 existían además diversas autoridades del transporte, que también se fusionaron en una sola (Movia). Competencias: Las nuevas regiones son entes de descentralización del Estado; sus decisiones son vinculantes. Las com-petencias de las regiones son relativas a la gestión de los hospitales y su personal, la gestión de la cobertu-ra sanitaria (health insurance); el desarrollo regional (desarrollo económico, turismo, cultura, educación); el medio ambiente (planes regionales, medidas con-tra la contaminación); el transporte público (coordi-nación de las agencias de transporte, planificación, integración tarifària); la coordinación de las institu-ciones que trabajan para la población con necesida-des especiales (servicios sociales, educación).Financiación:Las regiones, a diferencia de los municipios, no pue-den recaudar impuestos. Su financiación proviene esencialmente de transferencias del Estado (80%) y de los municipios (20%).Representación:Cada región está representada por un Consejo de 41 miembros, elegidos directamente cada 4 años.

Estos dos casos muestran como, en un proceso de des-centralización del Estado, no se crean gobiernos metropo-litanos sino que las estructuras subestatales (Comunidad Autónoma, región) asumen en la práctica las funciones metropolitanas. Tanto en el caso madrileño como danés el territorio de actuación es superior al del área metro-politana, y por tanto las políticas no son específicamente metropolitanas sino que quedan diluidas en el conjunto de políticas. En contrapartida, se trata de entidades con competencias destacadas y de elección directa, lo cual les otorga legitimidad. Además, son ámbitos de gobierno que difícilmente serán eliminados por un cambio de gobierno, a diferencia de los gobiernos metropolitanos, que han sido objeto de luchas políticas (casos de Barcelona y autorida-des metropolitanas inglesas en los años 80).

En resumen, los modelos de coordinación vertical se ca-racterizan por los elementos siguientes. En primer lugar, los ámbitos de gobierno que asumen las tareas metropo-litanas tienen más o menos poderes, tipos de financiación y representación directa o indirecta según los casos (es-pecialmente en función del grado de descentralización del Estado). En segundo lugar, el territorio de actuación de la institución (región, ciudad-estado, condado, comuni-dad autónoma) es mayor (casos de Madrid, Copenhaguen, Estocolmo, Dublín) o menor (Viena, Bruselas) que el área metropolitana. En consecuencia, el inconveniente de los modelos de coordinación vertical es la dificultad de cons-truir una visión metropolitana ya que no hay de entrada un reconocimiento explícito del hecho metropolitano; esto dependerá de la capacidad de crear proyectos y políticas de ámbito metropolitano de cada una de las instituciones.

2.4 Cooperación voluntaria entre municipiosLos modelos menos institucionalizados se caracterizan por la ausencia de reformas en las estructuras políticas exis-tentes ya que se basan en la iniciativa local y la voluntad por parte de los municipios, utilizando fórmulas flexibles de cooperación. El modelo tradicional es el de cooperación voluntaria entre municipios de una misma área metropoli-tana. En la mayoría de países existen mancomunidades de municipios para prestar algún servicio. Por ejemplo, en Es-paña existen más de 1.000 mancomunidades, incluyendo las zonas rurales. En el caso de las aglomeraciones urba-nas, destacamos los casos en que la cooperación se realiza sobre una base más política, como un elemento de transi-ción hacia una forma más institucionalizada de gobernan-za metropolitana. Este fue el caso de la Mancomunidad de municipios del Área metropolitana de Barcelona y poste-riormente el Consorci Metropolità, que sirvió de transición hacia la nueva AMB. Actualmente, también es el caso de París (ver 2.5). En otros casos, la cooperación voluntaria se hace sobre todo para construir un espacio de diálogo me-tropolitano y llegar a acuerdos entre los miembros, como en el caso de la aglomeración polaca de Poznan.

La efectividad de las estructuras de cooperación voluntaria depende en gran medida del marco legal en que operan los municipios (competencias, financiación, etc.) y de la voluntad política de los representantes municipales. Sin un liderazgo claro y ganas de cooperar, este modelo de gobernanza es efímero. Por ejemplo, en Varsovia se creó el año 2000 una asociación (Warsaw Metropolis Associa-tion), que agrupaba solamente los municipios de los alre-dedores de la capital polaca. Aunque Varsovia se unió a la asociación el año 2006, la desconfianza entre los repre-sentantes suburbanos y los de la capital ha impedido que exista una cooperación real entre ellos.

Durante las décadas de 1990 y 2000, la planificación estraté-gica se ha erigido como una herramienta de gobernanza. En este caso, los representantes municipales comparten un es-pacio de discusión y debate con otros actores tanto de otras administraciones como de los sindicatos y patronales, cáma-

Asociación Poznan MetrópolisHistoria:Esta área metropolitana de más de un millón de ha-bitantes es de tipo mono-céntrico y se caracteriza por una larga tradición de cooperación entre muni-cipios. Después de diversas estructuras intermunici-pales, el año 2007 Poznan, el condado circundante y 17 municipios crearon el Consejo de Poznan Me-trópolis. Su objetivo era desarrollar un plan estra-tégico que condujo a la creación de la Asociación Poznan Metrópolis en 2012. Competencias:Servir de fórum de debate entre los miembros y coordinar la cooperación entre ellos. También vehi-cular la financiación territorial de la Unión Europea (Integrated Territorial Investment - ITI).Financiación:La asociación se financia con las aportaciones de los miembros. También solicita subvenciones a la Unión Europea.Representación:Actualmente, la asociación incluye la ciudad de Poz-nan, el condado de Poznan y 21 municipios, que se organizan en una asamblea con representación de los miembros.

ras de comercio, universidades, organizaciones sin ánimo de lucro, etc. Casos muy conocidos de planificación estratégica son los de Barcelona y Turín. Como en el caso anterior, tam-bién pueden ser elementos de transición o complementarios de cooperación metropolitana más institucionalizada. Por ejemplo, en la ciudad polaca de Wroclaw, la planificación es-tratégica ha sido un paso anterior a la constitución de una agencia metropolitana. En efecto, el ejercicio de planificación estratégica intensa iniciado en 1999 duró seis años, finalizan-do por falta de resultados. No obstante, esta experiencia dio lugar en 2007 a la creación de una agencia sectorial (ARAW - Wrocław Agglomeration Development Agency).

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Torino InternazionaleHistoria:Turín es una aglomeración fragmentada, en que la región de Piamonte y la Provincia de Turín tienen competencias, con diversas empresas públicas y privadas que gestionan los servicios y sin una es-tructura metropolitana de coordinación. Torino In-ternazionale es la asociación creada el año 2000 para promover la planificación estratégica y con-sensuar el futuro de la aglomeración. El primer plan estratégico, pionero en Italia, surgió en un momen-to de crisis del sector industrial (sobre todo automo-vilístico) y con el horizonte de la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno de 2006. El objetivo fi-nal era renovar la imagen internacional de la ciudad. El segundo plan estratégico se centraba en la socie-dad del conocimiento y en cómo desarrollar nuevos nichos de desarrollo económico. Actualmente, su tarea se centra en la elaboración de un tercer plan estratégico centrado en las estrategias para afron-tar la crisis económica y a la vez promover el de-sarrollo sostenible de la aglomeración, incluyendo tanto la vertiente social como ambiental.Competencias:Orientar el desarrollo de la aglomeración mediante acuerdos entre los diversos miembros, fijando obje-tivos y proyectos concretos para conseguirlos. Financiación:La asociación tiene tres fuentes de financiación principales: las cuotas de los miembros; las con-tribuciones y donaciones de otros entes públicos y privados; los beneficios obtenidos de las iniciativas de la Asociación.Representación:La asociación se compone de una asamblea que tie-ne actualmente 89 miembros y está presidida por el alcalde de Turín. Los miembros son de diversos tipos: representantes de entes públicos, institucio-nes, universidades, centros culturales, empresas, sindicatos y cámaras de comercio.

El objetivo de los planes metropolitanos es crear una vi-sión metropolitana de consenso: trazar los elementos principales que han de guiar el futuro de la metrópolis. Se trata pues de un instrumento de consulta, sin capacidad vinculante. Esta característica favorece llegar a acuerdos e incluir a otros representantes que no tienen voz en las instituciones formales pero que son actores destacados del área metropolitana. En contrapartida, los objetivos es-tratégicos pueden ser abandonados fácilmente, ya sea por una ausencia de liderazgo, por cambios políticos o la falta de cooperación con otros ámbitos de gobierno.

2.5 Reformas en cursoActualmente hay diversos procesos de reforma metro-politana, como en Francia e Italia. ¿Qué proponen? ¿Son innovadores? ¿Cómo se enmarcan en los modelos de go-bernanza metropolitana?

En el caso francés, desde hace 8 años existe un debate sobre la reforma de las diferentes entidades territoriales que afecta a las grandes ciudades y especialmente a París. La capital quedó excluida de la reforma a escala nacional de los años 90 (Loi Chevènement de 1999) por su com-plejidad. Paralelamente a los diversos proyectos de ley y proyectos urbanísticos (como Grand Paris), se han ido con-solidando formas de cooperación metropolitana volunta-ria con una base territorial muy amplia. La aprobación de la Ley del 27 de enero de 2014 de Modernización de la acción pública territorial y de afirmación de las metrópo-lis (Loi de modernisation de l’action publique territoriale et d’affirmation des métropoles) supone la institucionaliza-ción de esta cooperación, ya que prevé la creación de un nuevo ente de cooperación intermunicipal, la Métropole du Grand Paris, el 1 de enero de 2016.

Cronología reciente de las estructuras de cooperación metropolitana en París Conferencia metropolitana (2006-2009): A iniciativa de la alcaldía de París se crea un espacio de diálogo para reflexionar y debatir sobre los retos más importantes de la aglomeración de la capital. Más de 100 entidades (municipios, estructuras in-termunicipales, departamentos y la región Île-de-France) participan.Paris Métropole (2009-2015): Para profundizar en el diagnóstico de los retos me-tropolitanos se crea este grupo de estudio mixto (sy-ndicat mixte d’études), que reúne más de 200 entes territoriales (ayuntamientos, estructuras intermu-nicipales, departamentos y región) tanto del primer como del segundo cinturón de la aglomeración. Es-tos 211 entes (a febrero 2015) representan 9,3 mi-llones de habitantes. Financiado por los miembros, se organiza con una asamblea en que cada uno de los miembros tiene el mismo peso y un comité de coordinación más reducido. También cuenta con un Comité de partenaires para representar a la sociedad civil. Uno de los ejes de trabajo es el denominado

“Projet métropolitain”, que trabaja para la transición hacia el nuevo ente Métropole du Grand Paris, con-juntamente con la Mission de Préfiguration. Mission de Préfiguration de la future Métropole du Grand Paris (2014-2016): Es la estructura encargada de preparar el camino hacia la nueva Métropole du Grand Paris, mediante informes de evaluación y diagnóstico (condiciones jurídicas, financieras, etc.). Los alcaldes y otros ac-tores están representados a fin de contribuir al pro-yecto. Su tarea acabará seis meses después de la creación de la Métropole du Grand Paris.Métropole du Grand Paris (2016-...): Será el nuevo ente intermunicipal (établissement public de coopération intercommunale - EPCI) que agrupará París y los municipios de su primera co-rona (unos 7 millones de habitantes) a partir del 1 de enero de 2016. Las competencias están relacio-nadas con la ordenación del territorio, el desarrollo social y económico, la vivienda y la protección del medio ambiente. Será gobernada por un consejo metropolitano (de más de 300 consejeros) que ele-girán, por mayoría absoluta, la presidencia.

Cronología reciente de la construcción de la Città metropolitana en Milán

Proyecto estratégico Città di città (2005-2009): Se crea un espacio de reflexión sobre los retos me-tropolitanos iniciado por la Provincia de Milán y la Agencia de desarrollo de Milán Metrópolis, con el apoyo de la Universito Politécnica de Milán y la par-ticipación de entes públicos y privados.Hacia la nueva Città metropolitana (2011-2014):2011: designación de una consejera para la crea-ción de la Citta Metropolitana. 2012-14: elaboración del proyecto “Milano Citta Metropolitana”, con los municipios y actores so-cioeconómicos. 22 de diciembre de 2014: aprobación estatutos de la Citta Metropolitana.Città metropolitana (1 de enero de 2015-...): Presidida por el alcalde de Milán (Sindaco Metro-politano) y gobernada por un Consejo metropoli-tano (Consiglio Metropolitano) de 24 miembros, cuenta también con una asamblea (Conferenza Metropolitana) en representación de los municipios miembros. Si se cumplen una serie de condiciones explicitadas en la ley (descentralización de la ciu-dad, definición de zonas homogéneas dentro de la aglomeración), se puede escoger directamente al alcalde y al consejo metropolitano.

En Italia, el proceso de crear “ciudades metropolitanas” iniciado en los años 90 y nunca concluido se ha reabier-to recientemente para dar reconocimiento al hecho me-tropolitano. Según la ley 56/2014, las provincias quedan eliminadas y se substituyen por gobiernos metropolitanos en diversas aglomeraciones, entre las cuales están Milán, Turín, Roma, Boloña, Florencia, Nápoles, Bari, Venecia, Gé-nova y Reggio Calabria. Estos nuevos entes absorben las competencias provinciales y asumen otras nuevas, siendo responsables de la planificación territorial y ambiental, la planificación estratégica, el transporte y la movilidad, el desarrollo económico y social. Actualmente las ciudades implicadas se encuentran en proceso de aprobación del nuevo ente; una de las ciudades más avanzadas es Milán, que desde el 1 de enero de 2015 es Citta metropolitana.

La gobernanza metropolitana en Europa: modelos y retos 13

En relación a los modelos de gobernanza metropolitana que hemos visto anteriormente, estos dos ejemplos se si-túan en la línea de los gobiernos metropolitanos, ya que implican un reconocimiento legislativo e institucional del hecho metropolitano, con algunos matices. En el caso de París, es difícil hacer un diagnóstico ya que el ente está todavía en fase de preparación, pero el proyecto se en-marca en la tradición de la intercommunalité francesa y aporta pocos elementos innovadores. En el caso de Milán, se ha substituido la provincia por la citta metropolitana y, por ahora, como en París, el alcalde y el consejo metro-politano son de elección indirecta. Los dos casos también comparten el hecho que los límites del nuevo ente son inferiores a los límites de la aglomeración real, reflejando los complejos equilibrios políticos de las reformas me-tropolitanas. Además, en ambos ejemplos se contempla la creación de un órgano consultivo que agrupe a los agentes socioeconómicos del territorio (Fórum metropolitano de la sociedad civil en Milán y Consejo de desarrollo en París).

El caso de Milán aporta un elemento innovador: la par-ticipación ciudadana a escala metropolitana. Según los estatutos de la citta metropolitana, se podrán llevar a cabo iniciativas legislativas populares y referéndums. Esto podría representar un fortalecimiento de la legitimidad democrática de la citta metropolitana. Al mismo tiempo, no obstante, el hecho que actualmente el alcalde metro-politano sea el alcalde de la ciudad de Milán resulta con-tradictorio, pues este último es elegido directamente por los habitantes de Milán y no por el conjunto de habitantes de la citta metropolitana. Finalmente, hay que ver cómo evolucionan las diversas citta metropolitanas en Italia y si encontramos una diversidad u homogeneidad en sus esta-tutos. En el caso de Roma, hay que ver cómo se conjuga la capitalidad del Estado con la citta metropolitana.

3. ConclusionesA modo de conclusión, sintetizamos las ventajas e incon-venientes de los diversos modelos de gobernacia metro-politana que hemos visto anteriormente. Además, apunta-mos dos de los retos de la gobernanza metropolitana de los próximos años. De una parte, la gestión del territorio y de los servicios metropolitanos; de otra, el encaje metro-politano en Europa.

3.1 Pros y contras de los modelos de gobernanza metropolitanaLa gobernanza metropolitana en Europa adopta una plura-lidad de formas, que hemos clasificado en cuatro grandes tipos, de más a menos institucionalizados: los gobiernos metropolitanos (de elección directa o indirecta), las agen-cias metropolitanas (sectoriales), la coordinación vertical (a partir de un ámbito de gobierno ya existente: una región, provincia, etc.) y la cooperación voluntaria entre municipios (mancomunidad, planes estratégicos). No hay un modelo ideal, ya que todos tienen sus ventajas e inconvenientes.

En un extremo, la manera de afrontar los problemas me-tropolitanos implica cambios institucionales y el recono-cimiento por ley del hecho metropolitano. Esto comporta una serie de pros y contras. En primer lugar, si la nueva es-

tructura tiene competencias reales y financiación adecua-da, es la opción que permitirá afrontar de manera global los retos metropolitanos y tratar las desigualdades socia-les y fiscales, temas que habitualmente son responsabili-dad de los gobiernos superiores (regionales y/o estatales). No obstante, la autonomia de los gobiernos metropolita-nos se ve limitada por la distribución de competencias con otros àmbitos, la falta de financiación propia o la debili-dad de la legitimidad democrática. En segundo lugar, la creación de gobiernos metropolitanos ayuda a reducir la fragmentación institucional pero aún así existen diver-sos entes y empresas (planificación, gestión, promoción económica) que operan en el ámbito metropolitano. Otro inconveniente de crear un nuevo ámbito de gobierno es su coste económico (sobre todo si no se eliminan otras estructuras existentes).

En cuarto lugar, la creación de gobiernos metropolitanos es menos flexible ante los cambios inherentes a la dinámica metropolitana. Una vez creada una institución con com-petencias, financiación y representación política es muy difícil de cambiar. En cambio, el territorio metropolitano no es fijo: el ámbito sobre el que actúa la nueva estructu-ra queda superado en poco tiempo. Finalmente, la razón principal por la cual no se crean gobiernos metropolitanos

poderosos es la resistencia política que genera este tipo de intervención, por municipios y por otros ámbitos de go-bierno ya existentes, como las provincias, las regiones o el propio gobierno central. En efecto, pocos gobiernos se atreven a crear gobiernos metropolitanos que agrupen la mayor parte de la población del país y/o su ciudad capital. En los casos que se ha hecho se les ha dotado de poderes limitados (de gestión, ejecución y planificación) en cam-pos muy concretos (sobre todo el transporte y el medio ambiente, y en menor medida el ordenamiento del territo-rio y el desarrollo económico).

En cambio, los modelos de gobernanza metropolitana poco institucionalizados son más flexibles y se adaptan mejor al entorno cambiante. En efecto, la adhesión de nuevos municipios a la asociación es más fácil ya que depende de la voluntad de los municipios miembros. Del mismo modo, según el tipo de régimen local, se pueden ampliar o reducir las competencias de la asociación cam-biando sus estatutos. La segunda ventaja de los mecanis-mos poco institucionalizados es que acostumbran a surgir de una iniciativa local. En efecto, son los municipios quie-nes deciden asociarse y por tanto el proceso es controlado por los actores locales. La toma de decisiones durante y después del proceso se mantiene en el ámbito local y no hay interferencia de otro ámbito de gobierno. La descen-tralización de las decisiones permite un funcionamiento más ágil y una mayor apropiación de los objetivos.

Los modelos de cooperación voluntaria tienen tres incon-venientes principales. Primero, este tipo de mecanismos pueden tener más dificultad para perdurar pues dependen de las dinámicas internas (alianzas políticas) y del liderazgo de la asociación. En la práctica, el tipo de actuaciones se plantean a corto plazo, ya que el acuerdo se mantiene por la adscripción voluntaria. Otro rasgo negativo de la coopera-ción voluntaria es la posibilidad de funcionar con el status quo. Dicho de otra manera, el hecho que las decisiones se tomen de manera consensuada puede provocar que no se llegue a acuerdos y no se haga ninguna acción. Igualmente, también depende de la distribución del poder en el interior de la asociación (número de representantes por municipio). Según los equilibrios de poder a la hora de votar, se pue-den bloquear las decisiones y no avanzar en ninguna ac-ción concreta. El riesgo de parálisis también puede ocurrir si los miembros dejan de financiar la asociación, pues buena parte de los fondos provienen de transferencias de los mu-nicipios. De hecho, uno de los elementos que condicionan el funcionamiento de la cooperación voluntaria entre mu-nicipios es el reparto de la carga financiera entre miembros con recursos y perfiles socioeconómicos muy diversos. Fi-nalmente, las asociaciones de cooperación entre municipios

suelen tener unas competencias limitadas (gestión de ser-vicios, asistencia a los miembros) y por tanto su incidencia en las grandes políticas metropolitanas es menor que en los casos de gobiernos metropolitanos. En el caso de la planifi-cación estratégica, a estos inconvenientes debe añadirse su carácter consultivo, aunque, como hemos visto, puede ser una herramienta útil para superar conflictos institucionales y crear una visión metropolitana de consenso.

En la práctica, cada área metropolitana tiene un mode-lo de gobernanza según la tradición de cooperación, las alianzas políticas, las relaciones entre ámbitos de gobier-no y la configuración local de los actores públicos y pri-vados. Estos equilibrios modulan el tipo de gobernanza, que evoluciona con el tiempo. Hay muchos ejemplos de ciudades que tienen un modelo de gobernanza metropo-litana más o menos institucionalizado según las etapas: de gobierno metropolitano pasa a agencias sectoriales, de un plan estratégico a la cooperación entre municipios, etc. Actualmente, los procesos de reforma en Francia y en Italia indican una tendencia al reconocimiento del hecho metropolitano pero con competencias limitadas y un terri-torio de aplicación reducido.

En la nueva Citta metropolitana de Milà existe la posibili-dad de elegir directamente los órganos principales (alcal-de y consejo). No obstante, los casos de Londres y Stuttgart muestran una tasa de participación electoral en el ámbito metropolitano muy semejante al ámbito municipal (alre-dedor del 40 y 50% respectivamente). De hecho, a la hora de pensar en los modelos de gobernanza metropolitana debemos plantearnos si el área metropolitana es para los ciudadanos un espacio significativo y de identificación como el municipio. Quizás haya que cuestionarse si lo que hace sentirse parte del área metropolitana es el hecho de elegir a unos dirigentes políticos o si el sentimiento de pertenencia está ligado a otras variables, como un modo de vida similar o compartir unos espacios de referencia. El estudio realizado en Barcelona así lo indica (Tomàs, Vallbé, 2014). En este sentido, el rasgo más innovador de la Citta metropolitana de Milán es el hecho que en sus estatutos se incluyan herramientas de participación ciudadana a es-cala metropolitana que van más allá de las elecciones.

3.2 Los retos en la gestión del territorio y de los servicios metropolitanosUno de los retos de la gobernanza metropolitana es la ges-tión del territorio y de los servicios que se prestan. En este sentido, hay diversos aspectos a tener en cuenta.

La gobernanza metropolitana en Europa: modelos y retos 15

En primer lugar, hemos visto que uno de los obstáculos de la coordinación metropolitana es la inadecuación entre ins-tituciones y territorio. En efecto, como hemos visto en los di-versos casos, los gobiernos metropolitanos no suelen cubrir el conjunto de la aglomeración. Además, con la creciente metropolitanización del territorio, cualquier estructura crea-da queda obsoleta, a no ser que se le incorpore un mecanis-mo ágil de ampliación de su perímetro de actuación.

En segundo lugar, existe una gran fragmentación en la gestión territorial. Además de los gobiernos o administra-ciones territoriales (municipios, autoridades metropoli-tanas, provincias, regiones), en todas las áreas metropo-litanas existen otros organismos con diversas funciones. Agencias, consorcios y asociaciones que realizan básica-mente funciones de gestión, de planificación y de pro-yección externa. La creación de gobiernos metropolitanos ayuda a reducir la fragmentación institucional pero aún así la pluralidad de entes operando en el ámbito metropolita-no es común a todos los casos.

Las empresas de gestión son las más abundantes, so-bre todo las relativas al servicio del transporte público, y en menor medida, al tratamiento de residuos. En todas las aglomeraciones existe una empresa responsable del transporte de la ciudad central y de los municipios vecinos. Por ejemplo, Metro Madrid, Transportes metropolitanos de Barcelona o Wiener Linien (a Viena). En muchos casos, estas empresas se integran en otros organismos públicos que se dedican a la planificación de la red de transporte, de la integración tarifaria, etc. En el caso madrileño, se trata del Consorcio regional de Transportes de Madrid, de-pendiente de la Comunidad de Madrid; en el caso cata-lán, de l’Autoritat del transport metropolità, dependiente de la Generalitat de Catalunya; en el caso austríaco, de la Asociación del transporte de la región este, bajo tutela del länder. Por lo que respecta al medio ambiente, suele haber empresas de gestión de los servicios relacionados con el agua (abastecimiento de agua potable, saneamien-to y evacuación de aguas residuales) y los residuos (reco-gida, tratamiento, reciclaje), que son coordinadas también por agencias metropolitanas y gobiernos metropolitanos. Como hemos visto, hay casos en que existen diversas agencias sectoriales (transporte, medio ambiente) con un ámbito territorial diferente; en este caso, asegurar su coor-dinación es el mayor reto.

Además de los organismos de gestión y planificación, en-contramos un gran número de asociaciones sin ánimo de lucro y de empresas públicas, privadas o mixtas que tienen como objetivo principal la promoción económica de las aglomeraciones metropolitanas a escala internacional, para

atraer inversores y turistas. Algunas entidades se dedican al márquetin institucional y la mejora de la competitividad del área metropolitana (Frankfurt, Stuttgart, Copenhaguen), mientras otras se presentan como una plataforma de deba-te y reflexión (Dublin City Development Board, l’Associació del Pla estratègic metropolità de Barcelona, Torino Interna-zionale, London First). Se trata de organismos consultivos y de representación mixta, ya que además de alcaldes y regi-dores participan miembros del sector empresarial, cámaras de comercio, universidades, etc.

En definitiva, en las aglomeraciones urbanas operan di-versos entes públicos, privados o de capital mixto de ám-bito territorial diferente, composición diversa y funciones variadas. Aparte de la coordinación de todos ellos, uno de los mayores retos es garantizar la eficiencia y viabilidad económica de la gestión de los servicios, en ámbitos que generan grandes beneficios como el del agua y los rela-cionados con la sostenibilidad del territorio. En este sen-tido, el interés creciente de las grandes multinacionales por desarrollar las smart cities pone a prueba la capacidad de gobernanza pues en este campo la cooperación públi-co-privada es ineludible. En efecto, ni los ayuntamientos ni los gobiernos metropolitanos poseen la tecnología ni los conocimientos para desplegar la ciudad inteligente, por lo cual la articulación entre intereses públicos y privados se halla en el centro de la gobernanza metropolitana.

3.3 El encaje metropolitano en EuropaTeniendo en cuenta que casi el 75% de la población euro-pea vive en áreas urbanas, y que se prevé que hacia 2050 sea el 80%, la Comisión Europea está dando cada vez más importancia al hecho urbano. Hay una creciente preocu-pación por la sostenibilidad del territorio, entendida en su vertiente ambiental (contaminación, agotamiento de recursos) pero también social (desigualdades, exclusión). Diversos informes, cartas y declaraciones se han ido su-cediendo a fin de configurar una agenda urbana europea. Así, el año 2012, la Dirección general de políticas regio-nales de la Comisión pasó a llamarse Política regional y urbana, con la intención que la mitad de los fondos de desarrollo regional se inviertan en áreas urbanas. Además, un número creciente de políticas sectoriales se dirigen a las zonas urbanas: energía, sociedad de la información, medio ambiente, educación y cultura, etc. La Estrategia Europa 2020 destaca también la necesidad de hacer una planificación integrada en el ámbito metropolitano.

El mayor interés de la Comisión Europea en el hecho me-tropolitano contrasta con la asignación territorial de los órganos decisorios. En el proceso de construcción euro-pea, el protagonismo ha recaído en los estados miembros.

Todos los órganos importantes de representación se han concebido sobre la base estatal, mientras que las regiones y sobre todo los municipios tienen un papel muy secunda-rio, mediante el Comité de las regiones. En el caso de las áreas metropolitanas, este papel es aún menor. A pesar de existir redes de ciudades como Eurocities, no hay un órga-no de representación propio. Este hecho es paradójico si tenemos en cuenta que el 67% del PIB europeo se genera en áreas urbanas, mientras que su población representa el 59% del total (Eurostat, 2014). Así, uno de los retos de la gobernanza europea es dar voz a los representantes me-tropolitanos, tanto en el diseño de las políticas como de los objetivos prioritarios de los programas. No obstante, la agenda urbana europea no se puede desarrollar de ma-nera independiente en los estados miembros, que han de reconocer también el rol de les aglomeraciones urbanas. Como hemos visto, esta es aún, en muchos casos, una asignatura pendiente.

Referencias citadas:EUROSTAT (2014) Eurostat regional yearbook 2014. Luxembourg: Publications Office of the European Union.HEINELT, H. & KÜBLER, D. (Eds.) (2005) Metropolitan Governance. Capacity, Democracy and the Dynamics of Place. London: Routledge.JOUVE, B. & LEFÈVRE, C. (1999) “De la gouvernance urbaine au gouvernement des villes? Permanence ou recom-position des cadres de l’action publique en Europe”, Revue française de science politique, vol. 49, núm. 6, 835-853.TOMÀS, M. (2009). La gobernabilidad metropolitana en Europa y América del Norte. Barcelona: Diputación de Barcelona.TOMÀS, M. & VALLBÉ, J-J. (2014) “Exploring metropolitan identity. The case of Barcelona”, City Futures Conference III, París, 20 de juny.VVAA (2009) “Aglomeraciones Metropolitanas Europeas”, Papers. Regió Metropolitana de Barcelona, núm. 50.

Autora:Mariona TomàsUniversidad de Barcelona, Grupo de investigación en estudios locales (GREL)


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