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Las facultades de Arquitectura en Colombia

Date post: 28-Nov-2023
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Edición de aniversario 35 años Las Facultades de Arquitectura en Colombia
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Edición de aniversario

Arquitectura en ColombiaLas Facultades de

Corrección de estiloRoberto Pinzón Galindo

Diseño y DiagramaciónYelka Rozo Hurtado

Edición de Aniversario. Febrero - Julio 2014Nombre registradoHito Revista de ArquitecturaISSN: 1657 - 9186

Resolución del Ministerio de Gobierno003186 del 15 de Septiembre de 1983

PeriodicidadSemestral

Dirección PostalCarrera 5 No 26 - 51 Of. 401Teléfonos: 286 7172 - 341 5014Bogotá D.C., [email protected] / [email protected]

Edicion Digital.

AdquisiciónSede de la Asociación

Normas EditorialesFormato 21,59X27,94 CmCarátula esmaltado de 240 grs.Interior esmaltado de 150 grs.Impresión offset policromíaEncuadernación rústica

Junta Directiva

PresidenteFRANCISCO MANUEL BELTRAN RAPALINO

Decano Facultad de ArquitecturaUniversidad La Gran Colombia. Bogotá D.C.

VicepresidenteFABIO ANDRES FERRONI DEL VALLE

Decano Facultad de ArquitecturaUniversidad de América. Bogotá D.C.

TesoreroALEXANDER NIÑO SOTODecano Facultad de Artes

Universidad Antonio Nariño. Bogotá D.C.

Vocal (1)FRANCISCO RAMIREZ POTES

Director del Departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura

Universidad del Valle. Cali

Vocal (2)JOSE GREGORIO VALLEJO TORO

Decano Facultad de ArquitecturaUniversidad La Gran Colombia. Armenia

OTROS CARGOSRevisor Fiscal

Óscar Mauricio Barreto Carvajal

Asistente EjecutivaLucila Rojas Joya

Director de la Publicación Desde la Revista HITO

Rubén Hernández MolinaUniversidad Nacional de Colombia

Derechos reservados:El contenido y las opiniones contenidas

en el material de cada facultad son responsabilidad institucional y de cada articulista

Bogotá Febrero de 2014

Arquitectura en ColombiaLas Facultades de

COMITE EDITORIAL

Agradecimiento:

A todas las Facultades de Arquitectura y entidades que participaron en esta Edición

35años

ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE FACULTADES DE ARQUITECTURA “ACFA”

Una corporación de carácter civil, de interés académico y sin ánimo de lucro, fundada el 31 de agosto de 1979 en reunión extraordinaria realizada en la ciudad de Barranquilla, y con personería jurídica reconocida por resolución n° 1217 del 29 de abril de 1982 del ministerio de justicia. Tiene por finalidad propender por el progreso de la educación y formación en el campo de la arquitectura; para cumplir este propósito tiene los siguientes objetivos:

Establecer relaciones inter institucionales que permita el intercambio de experiencias en las actividades de la investigación, docencia y extensión y/o proyección social para el mutuo acrecentamiento y conveniencia

Representar a las instituciones miembros ante terceros, respetando la autonomía universitaria y los criterios de proyección y desarrollo de cada facultad miembro, con base en el contexto nacional de la enseñanza de la arquitectura.

Busca reflexionar sobre las transformaciones arquitectónicas, sociales, técnicas y económicas que afectan al hábitat que hemos construido; la conciencia que tenemos sobre la complejidad de nuestro planeta y el compromiso común que nos une en una responsabilidad concreta con nuestro presente y futuro; así como el estado y evolución de las Facultades de arquitectura en Colombia.

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Arq. Pedro Polo VeranoPontificia Universidad Javeriana

Periodo 1.979Arq. José Ignacio Sanclemente

Universidad de La SallePeriodo 1.980 - 1.981

Arq. Jorge Bernardo LondoñoPontificia Universidad Javeriana

Periodo 1.982 - 1.983 - 1.984Arq. Jorge Noriega Santos

Universidad La Gran ColombiaPeriodo 1.985

Arq. Juan Manuel RobayoUniversidad Nacional de Colombia - Bogotá

Periodo 1.986Arq. Eduardo Castañeda González

Pontificia Universidad JaverianaPeriodo 1.987 - 1.988

Arq. Guillermo González GarcíaUniversidad de La Salle

Periodo 1.989 - 1.990Arq. Jairo Mazorra Realpe

Universidad del VallePeriodo 1.991

Arq. Paúl García VisbalUniversidad Autónoma del Caribe

Periodo 1.992Arq. Luis Alfredo Quiñones Sarmiento

Universidad La Gran ColombiaPeriodo 1.993 - 1.994

Arq. Paúl García VisbalUniversidad Autónoma del Caribe

Periodo 1.995Arq. Germán Suárez Betancourt

Universidad Nacional de Colombia - BogotáPeriodo 1.996 - 1.997

Arq. Paúl García VisbalUniversidad Autónoma del Caribe

Periodo 1.997 – 1.998

Arq. Paúl García VisbalUniversidad Autónoma del CaribePeríodo 1.998 – 1.999Arq. Beatriz García MorenoUniversidad Nacional de Colombia – BogotáPeríodo 2000 - 2002Ing. Hernando Vargas CaicedoUniversidad de los Andes – BogotáPeríodo 2002 – 2003Ing. Hernando Vargas CaicedoUniversidad de los Andes – BogotáPeríodo 2003- 2004Arq. Samuel Ricardo Vélez GonzálezUniversidad Pontificia Bolivariana – MedellínPeríodo 2004Arq. Samuel Ricardo Vélez GonzálezUniversidad Pontificia Bolivariana – MedellínPeríodo 2005Arq. Oscar Rodríguez ValdiviesoUniversidad de América – BogotáPeríodo 2006Arq. Luis Alfonso Pérez OrozcoUniversidad Nacional de Colombia – BogotáPeríodo 2007Arq. Emilio Francisco Florez RuízUniversidad del Sinú – MonteríaPeríodo 2008Arq. Juan Marco Duque RecioUniversidad San Buenaventura - CaliPeríodo 2009Arq. Carlos Eduardo Hernandez RodríguezUniversidad Jorge Tadeo Lozano - BogotáPeríodos 2010 - 2011Arq. Carlos Eduardo Hernández RodríguezUniversidad Jorge Tadeo Lozano - BogotáPeríodo 2011 – 2012Arq. Alexander Niño SotoUniversidad Antonio Nariño - BogotáPeríodo 2012 – 2013

Expresidentes ASOCIACION COLOMBIANA DE FACULTADES DE ARQUITECTURA

35años

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35 años de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura ACFA y 30 años de HITO Revista de Arquitectura, constituyen un baluarte en la importante labor de apoyar a la formación de profesionales arquitectos. El 31 de agosto de 1979 en la ciudad de Barranquilla atendiendo la convocatoria cursada a todos los Decanos de las Facultades de Arquitectura del país en representación de las respectivas Universidades, acuerdan formalizar la creación de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura la cual tenía como finalidad entre otros propósitos propender por el progreso en la educación y formación en el campo de la arquitectura, como garantes de este acontecimiento se firmó el Acta de Constitución por los Decanos de la Universidad Nacional de Bogotá, Corporación Universitaria de la Costa, Universidad de los Andes, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad del Atlántico, Universidad Piloto de Colombia, Universidad Autónoma del Caribe, Universidad Católica de la Salle, Fundación Interamericana Católica, Universidad Santo Tomas, Universidad Nacional de Medellín y Universidad Jorge Tadeo Lozano. Hoy 35 años después la actual Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura ACFA y la dirección de la Revista HITO hacen con esta publicación un reconocimiento especial a la vida académica de las Facultades de Arquitectura, expresando entre líneas su legado, este hecho resulta para nosotros los arquitectos parte de nuestra historia como estudiantes, como docentes y como administrativos. El alma mater que acoge los gratos recuerdos de todos los arquitectos guarda siempre memorables momentos de épocas pasadas y la satisfacción de logros obtenidos.

Especial reconocimiento a los programas de arquitectura que hoy conforman la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura: Universidad de América, Universidad Agustiniana, Universidad de los Andes, Universidad Antonio Nariño, Universidad Católica de Colombia, Universidad La Gran Colombia - Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad Nacional de Colombia - Bogotá, Universidad Piloto de Colombia, Universidad de la Salle, Universidad Autónoma del caribe, Universidad de Boyacá, Universidad de Nariño, Universidad Católica de Manizales, Universidad Católica de Pereira, Universidad La Gran Colombia - Armenia, Institución Universitaria Cesmag, Corporación Universitaria del Caribe (CECAR), Corporación Universitaria de la Costa, Corporación Universitaria de Ibagué, Universidad Javeriana - Cali, Universidad Jorge Tadeo Lozano - Cartagena, Universidad Nacional de Colombia - Manizales, Universidad Nacional de Colombia - Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana - Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana - Montería, Universidad San Buenaventura - Cali, Universidad Santo Tomás - Bucaramanga, Universidad Santo Tomás - Tunja, Universidad del Sinú, Universidad del Valle.

FRANCISCO BELTRÁN RAPALINOPresidente de ACFA

DESDE LA PRESIDENCIA

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Primer documento de intención para la creación de la Asociación de Facultades de Arquitectura

Barranquilla 1979.

Las edificaciones de las facultades de Arquitectura en Colombia.......... ...................14Arq. Rubén Hernández Molina

REFERENTES PARA NO OLVIDAR

Manifiesto Bauhaus .............................................................................................20Walter Gropius

La BauhausUn sueño muerto en la guerra...............................................................................22Relatoría: Lic. Daniel Rodríguez AngeI / Fotografía:Arq. Ricardo Santacruz Guión: Arq. Rubén Hernández Molina

Arte y Arquitectura de la Universidad de Yale..........................................................28Traducción resumida: Arq. Mariana Patiño Osorio

Reseña de la primera facultad de arquitectura en Colombia.....................................32 Anuario de la Universidad Nacional de Colombia 1939 1959Vicerrectoria Académica

Facultad de Arquitectura y Urbanismo / Universidad Central de Venezuela.................37 Prof. Ignacio Marcano Trujillo

Encuentro de un barrio universitario y de un centro histórico / Universidad de Paris...47Traducción: Arq. Andrés Avila Gómez

SIGUIENDO LOS PASOS DE NUESTRAS FACULTADES

Universitaria Agustiniana................................................................................................58Universidad Antonio Nariño Bogotá................................................................................70Universidad A del Caribe..................................................................................76utónomaUniversidad ...............................................................................84Católica de Colombia..Universidad ..............................................................................92Católica de Pereira......Universidad ...........................................................................................100de Boyacá......Universidad .......................................................................................108de los Andes......Universidad ............................................................................................134de Nariño......Universidad ..........................................................................140de Pamplona..................Universidad ........................................................146del Norte de Barranquilla..................Universidad .......................................................150del Sinú.............................................PontificiaUniversidad ..........................................................156Javeriana.........................Universidad Jorge Tadeo Lozano ............. ....................................................................178Universidad La Gran Colombia.....................................................................................192Universidad La Gran Colombia de Armenia..................................................................202Universidad de La Salle................................................................................................212Universidad Nacional de Manizales..............................................................................224Universidad Nacional de Medelíin................................................................................232Universidad Piloto de Colombia........................... .........................................................248Universidad ....................................................268Pontificia Bolivariana de Medell{in........Universidad .....................................................280San Buenaventura de Cali...................

ContenidoPresentación

Arq. Francisco Beltrán Rapalino / Presidencia

35años

La reflexión a que nos invita el título implica tomar plena conciencia de los 35 años de existencia de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura (Acfa). Es también imperativo efectuar un análisis de lo que emana de las aulas y talleres, y de las edificaciones mismas, de las facultades asociadas. Son inmuebles que en algunos casos —no siempre, desde luego— se han construido para los fines específicos de la enseñanza, con su respectivo terreno o campus , o que en ocasiones resultan ser una sumatoria de construcciones espontáneas: tales son los lugares de todo el país donde se genera y desde donde se transmite el conocimiento de la profesión con el objeto de impartirles la mejor formación a los arquitectos de Colombia .

Las instalaciones de las facultades que de manera voluntaria participan en esta publicación son la mejor muestra de los lugares donde tienen lugar los procesos de enseñanza-aprendizaje de la arquitectura. El solo hecho de pertenecer a un sitio, ocupar lugares determinados en una región o una ciudad y estar radicadas en ellos revela que ha habido un proceso de validación por parte de la sociedad. Son, pues, espacios que, accidental o planificadamente, simbolizan la agremiación que desde 1979 ha unido a todas las facultades de arquitectura: Acfa. Hoy el “hábitat” de las 34 facultades existentes en el país es, en últimas —querámoslo o no—, el garaje, la casa, el apartamento, la manzana, las sedes, un edificio cualquiera, un quinto piso, una oficina… Pero también el campus universitario, la edificación planeada como sede de una facultad son lugares institucionales, hogares de la educación superior, y constituyen logros de los distintos actores del conocimiento y consecuencias de la evolución de las facultades de Arquitectura en Colombia.

Cabe anotar aquí que la calidad del edificio no acarrea implícitamente la calidad de la educación ni viceversa; es decir, hay edificaciones modestas o no planeadas como sedes de la enseñanza de la arquitectura donde se imparte una formación excelente y que están acreditadas y cumplen todos los requisitos planteados por las leyes vigentes. De modo, entonces, que una facultad, su arquitectura y la universidad no son ni tampoco hacen al arquitecto.

En este contexto, Acfa pasó de agrupar inicialmente siete facultades en 1979 , y luego doce —en el momento de firmarse su acta de constitución —, y se consolida hoy, en 2014, como el hogar de 34 facultades de Arquitectura que conforman una aglomeración de pensamientos fracturados, codificados racionalmente como sedes, edificios, escuelas, etc., pero que, vistos como un sistema educativo girando en torno a la arquitectura, constituyen una totalidad, aunque difusa. Sin embargo, esta disgregación de sus edificios, a la vez que dificulta su lectura, nos amplía la visión, nos invita a ver por separado cada construcción y, paralelamente, nos hace pensar en cada una de ellas como un componente de una totalidad incomprendida.

“Los edificios son como las personas:unas veces son petrificados,otras se les hacen cirugías,

otras mueren de viejosy otras mueren impunemente atropellados

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1 Entendiendo el campus como el conjunto de terrenos y edificios que pertenecen a una Universidad.

2 Escrito que recuerda la memoria sobre la creación de la Universidad Piloto de Colombia discutido con el Arq. Andres Loboguerrero decano entonces.

3 Universidad del Valle, Universidad de La Salle, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Autónoma del Caribe, Universidad de los Andes, Universidad de América y Universidad Javeriana. La revista PROA de febrero de 1952 había evidenciado en su editorial la existencia exagerada de ocho facultades o escuelas de arquitectura así: “una en Cali, dos en Medellín, y cinco en Bogotá fuera de otras dos que abrirán el año entrante (Paris tiene 3).” Hoy existen 20 escuelas francesas de arquitectura o Ecoles Nationales Supérieures d'Architecture – ENSAs, resultado de la fusión o la disolución de antiguas escuelas de arte o de arquitectura. (Andres Avila Gomez « La sede de la escuela nacional de arquitectura paris »

4 Se adhieren unos meses más tarde Corporación Universitaria de la Costa, Universidad del Atlántico, Universidad Jorge Tadeo Lozano Cartagena, Universidad Piloto, Universidad de Santo Tomás y la Fundación Interamericana Católica para completar doce Facultades.

Las edificaciones de las facultades de Arquitectura en Colombia

Arq. Rubén Hernández Molina

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.Cada hecho arquitectónico puntual que se ha agregado a dicha totalidad es un fenómeno en sí mismo, suscitado por los movimientos que, al igual que las universidades y sus facultades de Arquitectura, tienen las regiones que las contemplan y las ciudades que las originan. Es una intención natural y saludable que da como resultado una geometría dispersa, como si se tratara de una herencia de movimientos que cuentan con una serie de volúmenes sueltos, solucionados en sí mismos, haciendo alusión a otras formas de pensamiento, como la idea de que “la forma ya no sigue a la función” o como el pensamiento de la complejidad, cuando Edgar Morin, citando a Pascal, nos dice: “tengo por imposible conocer las partes sin conocer el todo, así como conocer el todo sin conocer particularmente las partes” .

Esta es la estructura fragmentaria que por estos tiempos, igual que el de complejidad y el caos, ha dejado espacios, silencios, vacíos entre sus hechos arquitectónicos para que lentamente los llenemos, hablemos en ellos, gritemos para que no favorezcan más el “raciocinio disperso” que acontece en sus edificios. Este es el papel y el objeto de la asociación y de la presente publicación.Hay un invisible deseo, impulsado por las colectividades de cada lugar, de conocer las demás facultades, de crecer como lo hace la ciudad, de estar a su altura, de acortar las distancias —no solo tecnológicas— entre sus sedes para ser más abarcantes, de llenar sus vacíos, de contar con más predios en la manzana y en los alrededores o con un campus planeado, con una edificación especialmente diseñada para la facultad de Arquitectura. Hay un anhelo de una arquitectura, de una facultad ausente porque aún no puede existir, con lugares de investigación, carpinterías, talleres, laboratorios, residencias para estudiantes y profesores, con plazoletas y campos verdes, con ahorro energético, reciclaje y diseño universal incluyente, pero cuya realización depende de los dueños, del rector, del consejo que preside, así como de la ciudad y su contexto, del vecino que no quiere vender, de la norma, del curador urbano o del que quiere hacerse millonario cobrando cifras astronómicas por el predio que le quiere comprar la universidad. La Universidad depende del contexto, pero el contexto también depende de la universidad. La universidad depende de sus directivos y dueños, pero también debe obedecerle al Estado.

Podría decirse, en términos generales, que la universidad y sus facultades de Arquitectura, a lo largo de su evolución y sus procesos, se han desarrollado en tres lugares:

· el Centro Histórico· los barrios residenciales· las afueras de la ciudad.

Al desarrollar una facultad en un contexto como el del Centro Histórico, la universidad debe respetar más las edificaciones existentes, las normas, las restricciones, los trámites, los límites de altura, los aislamientos, los parqueaderos, etc.; pero, en ocasiones regulares, resultan creando la manera de comunicar los predios y las edificaciones entre sí para llevarle además otras dinámicas a la vida de la ciudad.

En el desarrollo de una facultad en el barrio se genera más el crecimiento espontáneo en la búsqueda inconsciente de un posible campus; así, en el centro histórico ha sucedido, en muchos casos, lo que algunos arquitectos llaman crudamente “vaciar los edificios, introducir los nuevos usos y al menos mantener la imagen estilística” : un reciclaje del relato, ya que algunos de ellos están fuertemente arraigados e integrados a la manzana o a la historia, a la norma, a un patrimonio que, al sobreponérsele el espacio académico y así refuncionalizarse, no pierde su identidad como tal; por el contrario, los significados de su ocupación espacial se han reforzado con la paramentación de la cuadra y la conformación de un lugar actuante y con una imagen, unos recorridos y la configuración de un nuevo uso del suelo, que se pudo haber desvirtuado por las migraciones sociales. En otros casos, las edificaciones se demuelen y reemplazan por unas nuevas.

En el caso del desarrollo de la universidad en las afueras de la ciudad, aquella siempre ha buscado un campus. Normalmente se hace una planeación y se busca contratar alguna prestigiosa firma de arquitectos y diseñadores para pensar holísticamente una sede que cuente con una muy buena implantación. Esto, por lo general, se somete a concurso público o privado o se lleva a cabo mediante escogencia simplificada.

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5. E. Morin cita a Pascal conferencia U.P.C. 1997.

6. FERNÁNDEZ del Alba Antonio. Universidad Politécnica de Madrid. 1995

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Hoy por hoy, las facultades que quisieron exponer sus edificaciones nos enseñan una diversidad, nos muestran hechos construidos en diferentes momentos: hermosas edificaciones o facultades en espacios transitorios que esperan el diseño del edificio como manifiesto y/o pensamiento; que no han negado ser de la Universidad, han conservado significados urbanos y arquitectónicos, algunos proyectados, otros recientemente construidos, otros refuncionalizados, otros temporales y hasta a punto de demolerse, como es el caso de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, y otros poco mencionados en la memoria de las facultades, como ha acontecido con las sedes por las cuales ha pasado la Facultad de Arquitectura. Aun cuando en esta configuración espacial progresiva de cada universidad, a través de la descomposición se han sacrificado muchas o algunas de sus narraciones —“la casita esquinera, la primera sede o el lugar donde nacieron”—, a cambio nos dejan la deuda de que allí ha de crecer un mejor porvenir, un mejor relato. No obstante, la totalidad no ha violentado los “significados del barrio ni la identidad del sector, y sí ha permitido que se generen otras actividades relacionadas con las de un centro de educación superior” .

Las construcciones de algunas facultades de Arquitectura, que empezaron siendo viviendas, galpones o campamentos, desaparecieron de la memoria, pero hay otras que no se han reemplazado por edificaciones en altura; algunas deben ser elementos primarios colectivos del paisaje urbano que comprende cada universidad según su entorno y reanimar la vida que la universidad comparte con su contexto: el barrio, el campus, la ciudad.

Estas, a pesar de ser “casas, sedes y edificaciones independientes”, no son, con su presencia en el sitio, “gestos autistas”, “edificios o facultades rivales”; son, por el contrario, construcciones con cualidades específicas que se caracterizan por su persistencia en un lugar, mas no por su individualidad, así en su interior haya áreas administrativas, decanaturas, talleres o salas de cómputo.Este que Acfa y la revista Hito ofrecen es el lugar de su autonomía, el aristotélico lugar “inmóvil” , el espacio que ocupan unos cuerpos en todos sus lugares, para que solo de esta forma “podamos imaginar […] ser-en-el-espacio […] como un nido de lugares encadenados” y reflexionemos sobre nuestro estado, la evolución y la necesidad —o su ausencia— de crear más facultades de Arquitectura en las que, como dice Juan Carlos Pérgolis, “en las horas de la noche o en festivos y domingos, por entre sus calles no se pueda caminar por la desolación, peligrosidad y negación a la vida de la ciudad” , agregándole, además, que la arquitectura de la facultad está inextricablemente ligada a la realidad y a la propia vida de la ciudad.

7. PÉRGOLIS Juan Carlos. Escritos Sobre Ciudad U.P.C. 1997

8. HANS Joachim Albrecht cita a Aristóteles .Escultura del siglo XX pg. 52 .1991

9. IBID. pg. 53

10. PÉRGOLIS, Juan Carlos. Escritos sobre la ciudad. U: P.C.: 1997

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En la “arquitectura de facultad” no se menciona al peatón, al ciudadano que debe unirse con la vida estudiantil. Pero hay que volcar la universidad hacia el exterior y de este modo encontrarse con la vida de la ciudad, mediante consultorías para la comunidad, salas de exposición de trabajos estudiantiles, librerías, talleres, casilleros, fotocopiadoras, cafeterías, a fin de integrar la vida estudiantil al espacio público involucrando en ella al ciudadano.

El proceso de transformación, adición de los lotes, construcciones y refuncionalización de las edificaciones universitarias existentes ha sido constituido gradualmente en diferentes épocas por diversos estilos, condiciones económicas y socioculturales e incluso bajo otras normativas arquitectónicas, que determinaban el pensamiento del momento en cada tiempo y lugar.

Estas obras, incluidas las del presente, diseñadas o no por grandes arquitectos, aciertos o desaciertos de la arquitectura, no aparecen en libros. Esto pone de manifiesto indicios acerca de los horizontes en medio de los cuales se mueven las universidades y el pensamiento de quienes las gobiernan, de quienes pretenden sacar adelante su proceso de modernización buscando actualizarse tecnológicamente, indagando una arquitectura en línea, a lo mejor para racionalizar los procesos y demás aspectos de la vida universitaria, enfrentándose al paso del tiempo y comprando o proponiendo imágenes soportables que desafían, que consignan sin dejar desaparecer la misión de la Universidad para hacer de ella una morada propia

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Como resultado de esta metamorfosis encontramos que las edificaciones de las facultades de arquitectura en Colombia son física y espacialmente una sumatoria de “edificaciones”, “estilos”, “tipos”, “lenguajes” y “características” que presenta cada una de sus construcciones, más uno que otro añadido. Son una reunión accidental de planteamientos arquitectónicos individuales que deberían totalizarse.

No obstante —y para finalizar—, solo resta decir que resulta arriesgado acudir a un estudio de dichos componentes por regiones, estilos o “tipologías”. Pero es necesario abordarlos, de alguna manera, como instrumentos de análisis formal de todos sus elementos, entendiendo por “tipo” la característica formal del edificio que, junto con el “estilo”, ha producido la historia. A esta carencia se suma que no se cuenta con toda la participación de los miembros asociados para tener un mejor panorama de esta sumatoria de elementos que conforman el todo: 34 edificaciones de facultades de Arquitectura en Colombia.

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Fotografías: José Félix Patiño, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Piloto de Colombia, Daniel Rodríguez

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A través de la historia de la humanidad y en especial de la historia de las artes y de la arquitectura, encontramos algunos referentes —unos más cercanos que otros—, que se han convertido en hitos de lo que somos como sociedad, en arquetipos de aquello que nos constituye y nos identifica con un espacio o con un momento determinado en la historia.

Somos el producto de cientos de procesos biológicos y sociales que se han desarrollado por años, de civilizaciones que nos heredaron no sólo sus conocimientos en filosofía, en matemáticas y en medicina tradicional, sino también en las artes, en sus cosmogonías y las formas cómo representaban estas ideas en el mundo. El lenguaje más contundente y claro que conservamos de aquella herencia es aquel enunciado por medio de la expresión poética, de la religión, de la poesía, la pintura y la arquitectura.

La gran mayoría de las civilizaciones antiguas levantaban majestuosas construcciones tan sólo para cumplir con determinados ritos religiosos y de este modo ofrendar, de la mejor forma posible, a sus dioses, sus cosechas, sus lluvias y hasta a otros seres humanos. No bastaba con el hecho de realizar el sacrificio y la ofrenda, sus dioses merecían mucho más que eso, un lugar indicado, bello, alzándose hacia la inmensidad de los cielos para que pudiesen observar la humildad y comprobar el regocijo que sentía su creación al adorarlos.

Eso era antes, ahora la adoración se inclinó hacia el mismo humano y las construcciones que se han levantado en el mundo han sido el símbolo de la exaltación a lo humano, a la belleza, a la capacidad poética y creadora. Pero hay que dejar claro que estas construcciones no han nacido de la nada, sino que han tenido su desarrollo y sustento en diversas academias a través de los años. Allí, se ha tecnificado el oficio de la arquitectura y estos espacios se han convertido en el epicentro fundamental de las más hermosas construcciones que en el mundo se pueden contemplar.

Por lo tanto, es de merecimiento intrínseco, no olvidar estos referentes de la arquitectura, como lo son en el caso del libro que aquí recoge a la escuela alemana BAUHAUS, (Casa de la Construcción Estatal) que fue la escuela de artesanía, diseño, arte y Arquitectura, fundada en 1919 por Walter Gropius en Weimar y cerrada por las autoridades en manos del partido nazi, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela patrimonio de la Humanidad, un ejemplo del encuentro de un barrio universitario, La facultad A/A de Yale y un centro histórico en Paris y por supuesto la primera facultad de arquitectura en el país, la de la Universidad Nacional de Colombia.

Sea pues esta, una invitación a todos, para que mantengamos en nuestra memoria individual y colectiva, no sólo la importancia de la arquitectura en el sostenimiento de las identidades culturales, sino de estas facultades y escuelas que nos han dejado una herencia, un legado que como seres del siglo XXI, también nos han construido.

Referentespara no olvidar

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¡El último fin de toda actividad plástica es la arquitectura! Decorar las edificaciones fue antaño la tarea más distinguida de las artes plásticas, que constituían elementos inseparables de la gran arquitectura.

Actualmente presentan una independencia autosuficiente de la que solo podrán liberarse de nuevo a través de una colaboración consciente de todos los profesionales. Arquitectos, pintores y escultores deben volver a conocer y concebir la naturaleza compuesta de la edificación en su totalidad y en sus partes. Sólo entonces su obra quedará de nuevo impregnada de ese espíritu arquitectónico que se ha perdido en el arte de salón.

Las viejas escuelas de Bellas Artes no podían despertar esa unidad, y como podrían hacerlo si el arte no puede enseñarse. Deben volver a convertirse en talleres. Este mundo de diseñadores y decoradores que sólo dibujan y pintan debe convertirse de nuevo en un mundo de gente que construye. Cuando el joven que siente amor por la actividad artística vuelva a comenzar como antaño su carrera aprendiendo un oficio, el artista improductivo no estará condenado a un ejercicio incompleto del arte, pues su pleno desarrollo corresponderá al oficio, en el cual puede sobresalir. ¡Arquitectos, escultores, pintores, todos debemos volver a la artesanía! Pues no existe un arte como profesión.

No existe ninguna diferencia esencial entre el artista y el artesano. El artista es un perfeccionamiento del artesano.

La gracia del cielo hace que, en raros momentos de inspiración, ajenos a su voluntad, el arte nazca inconscientemente de la obra de su mano, pero la base de un buen trabajo de artesano es indispensable para todo artista. Allí se encuentra la fuente primera de la imaginación creadora. ¡Formemos pues un nuevo gremio de artesanos sin las pretensiones clasistas que querían erigir una arrogante barrera entre artesanos y artistas!

Deseemos, proyectemos, creemos todos juntos la nueva estructura del futuro, en que todo constituirá un solo conjunto, arquitectura, plástica, pintura y que un día se elevará hacia el cielo de las manos de millones de artífices como símbolo cristalino de una nueva fe. "

WALTER GROPIUS Weimar, Abril de 1919

Manifiesto Bauhaus

No podía dormir. Di vueltas y vueltas en la cama entre tanto escuchaba la respiración profunda de mis compañeros, el gorjeo de las aguas del río, las sacudidas de las hojas de los árboles y el silbido del viento que golpeaba contra el techo y la estructura del edificio. Me puse de pié y caminé hasta la cocina a fin de beber un vaso con agua. En uno de los pasillos que desembocaban en el taller de cerámica lo encontré divagando, abstraído. Me miró. Todos decían que después de la guerra su mirada había cambiado. Yo creo que luego de la guerra lo primero que cambió en él fue su alma y por lo tanto su forma de contemplar al mundo y en aquel momento una suerte de velo encubría la esperanza que alguna vez habitó en su corazón. Le saludé con la timidez que fecunda el respeto. Era el director de la escuela y un reconocido arquitecto. Me devolvió el saludo de manera amistosa como solía hacer con todos los estudiantes y luego me preguntó clavando en mí aquellos ojos adormilados y melancólicos:

—¿Qué haces a esta hora despierto?

—No podía dormir —respondí sin lograr ocultar mi timidez.

—¿Te preocupa algo? —Volvió a preguntar, esta vez sonriendo.

—No maestro.

—Lo mejor será que regreses a la cama e intentes descansar. Recuerda, las entregas inician la semana que viene.

No me dijo nada más, así que di media vuelta y sin haber llegado a la cocina y sin haber bebido el vaso con agua regresé a la habitación en la que todos mis compañeros seguían durmiendo y me acosté.

El resto de la noche, como era de esperarse, la pasé en vela pensando en la vida de aquel profesor al que la fama lo perseguía, al que tantas personas criticaron y juzgaron y al que tantas otras, la gran mayoría, admiraban. Corrían tiempos de una extraña calma, quizás más tensos que calmos y un aire de guerra y violencia agitaban las banderas del joven partido Nacional Socialista que en cabeza de un hombre venido a menos, llamado Adolf Hitler, inundaba la cabeza de todos los alemanes con sus discursos sobre la raza aria y sobre el súper hombre.

Seguramente deberé ir a la guerra, pensé, como mi maestro, pero todo lo que había aprendido en aquel momento era impracticable en el campo de batalla. La academia y en especial el arte, lo único que habían hecho de mí, era fundamentar una humanidad más sensible, más cercana a la condición de los seres humanos, de comprender la función del arte como un ente vivo que daba existencia a los hombres, a la representación de ellos mismos y de la vida como el gremio de seres humanos que buscaban un bien común y que por lo tanto necesitaban del arte como una herramienta para embellecer sus días, su trasegar por la vida, para ennoblecer su camino hasta la muerte. Por eso admiraba tanto a mi maestro, el hombre que por medio de su escuela logró unir a la artesanía y al arte por la misma senda de la educación y de la función para la sociedad, algo que en aquel momento resultaba extraño y hasta impracticable debido a la necesidad de producción que necesitaban, de la mano de obra rústica, sin sensibilidad y mucho menos creatividad.

"¡Arquitectos, escultores, pintores, todos nosotros debemos regresar al trabajo manual! [...] ¡Establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos, libres de esa arrogancia que divide a una clase de la otra y que busca erigir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas! Anhelemos, concibamos y juntos construyamos el nuevo edificio del futuro, que dará cabida a todo —a la arquitectura, a la escultura y a la pintura— en una sola entidad y que se alzará al cielo desde las manos de un millón de artesanos, símbolo cristalino de una nueva fe que ya llega. "

Walter Gropius

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La BauhausUn sueño muerto en la guerraRelatoría: Lic. Daniel Rodríguez AngeIFotografía: Arq. Ricardo Santacruz Guión: Arq. Rubén Hernández Molina

A la mañana siguiente, muy temprano, antes que ninguno de mis compañeros se hubiese despertado aún, me encaminé de nuevo hasta la cocina donde por fin bebí mi vaso con agua. Me detuve en una ventana que daba al exterior y contemplé extasiado el cielo de madrugada de Desseau, las nubes blancas que corrían desesperadas en medio de una carretera demasiado azul, los árboles agrestes que custodiaban el edificio, las campos sembrados por las manos de mis compañeros y por las mías propias y escuché el canto de las aves que retozaban sobre las ramas de aquellos árboles, el fluir de las aguas del río y el sonido del tren que arribaba a las 5:30 todos los días a la estación cercana. Deseé ser aquel aire invisible, libre y puro que circundaba el mundo que habitaba, deseé ser una línea en el universo, el rastro de una estrella fugaz que hubiese sido capaz de emanar la belleza más profunda que cualquier ser vivo hubiese visto.

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Salí del edificio y aspiré fuerte y profundo aquel aire. Contemplé la edificación, con sus grandes paredes blancas de diseño sencillo, “la forma busca la función”, como lo diría uno de mis maestros, construida únicamente para la educación de los nuevos artistas y artesanos de la famosa escuela de La Bauhause, escuela que por esos días corría un imperioso peligro de ser cerrada debido a las ideas del Nazismo.

Ingresé de nuevo al edificio y me detuve en uno de los pasillos que desembocaban en el taller de metalurgia. Había allí, pendiendo de una puntilla una fotografía de los antiguos maestros, quienes iniciaron en Weimar. La fotografía quizás era de julio de 1919 cuando se celebró la primera exposición (interna y privada) de los estudiantes de la escuela y en ella aparece el extraño maestro suizo Johannes Itten, un místico que practicaba el Mazdaznan, religión que concebía a la vida como si esta fuese un campo de batalla donde el mal y el bien disputan constantemente, sin embargo el bien está representado por la poderosa fuerza del espíritu de Ahura Mazda, de quien habló Zaratustra. Esta religión alcanzó a tener algunos seguidores en la escuela gracias al maestro y a las ideas que de ella ponía en práctica en su sistema educativo, pues según Itten todos somos innatamente creativos y su doctrina proporcionaba la llave para abrir el talento natural de cada uno. Itten también fue el creador del Vorkus o curso preliminar, el que consistía en una serie de ejercicios para liberar la creatividad de los estudiantes.

El otro maestro que aparece en la fotografía es Gerhard Marcks reconocido escultor y famoso por sus alargadas, elegantes y esbeltas esculturas góticas y sus grabados medievalizantes. Marcks fue muy importante porque era uno de los pocos artistas en el momento que tenía gran experiencia en el trabajo industrial, tal como lo deseaba Gropius por lo tanto fue nombrado como maestro de forma del taller de cerámica.

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Otro de los maestros de la fotografía era el dibujante y creador de cómics Feininger quien estuvo hasta los últimos días de la escuela y quien dirigió el taller y la imprenta gráfica de manera formidable.Salí de la abstracción de la fotografía cuando escuché que mis compañeros se empezaban a levantar y la mayoría se dirigían al baño. Hice lo mismo y en menos de media hora ya me encontraba desayunando una tarta y un café. Me dirigí luego hasta el taller de cerámica ya que contaba con el tiempo suficiente para terminar mi entrega, además en la noche debería hacer unos dibujos y como tenía ciertas facultades para el dibujo, decidí empezar con lo que más se me complicaba, que era la artesanía y el trabajo en el taller. Recuerdo con claridad aquel día ya que mientras estaba tallando una figura geométrica alargada que sugería una forma animal, me golpeé con el mazo en dos dedos de mi mano derecha. El problema sobrevino en la noche cuando no pude ni siquiera tomar el lápiz para hacer los dibujos de mi entrega.

En ocasiones me cansaba de la vida en la escuela, sobre todo por el trabajo manual para el cual no era muy ágil, sin embargo recordaba las palabras del director Gropius, su propuesta social del arte, el concepto que manejaba del trabajo estético y de la oportunidad que deben tener todos los seres humanos de innovar, de crear a partir de sus capacidades. Por aquellos días salía a caminar ya fuera por los pasillos superpuestos de la escuela o por sus alrededores para oler el aroma que emanaban los almendros cuando apenas estábamos entrando en el otoño, en otras noches seguía recorriendo los largos halles pensando en el futuro que llevaría la escuela si el Nazismo adquiría el poder absoluto de la nación, por lo que ya corrían rumores que la sede principal de la escuela debería pasar a Berlín y me preguntaba entonces ¿qué haríamos nosotros, los artistas alemanes, si el gobierno nos solicitara, o más bien nos obligara a construir herramientas para la guerra, herramientas para acabar con los otros seres humanos, a fin de no cerrar nuestra escuela?, y no me sabía responder nada, porque el arte lo único que puede otorgar a la humanidad o a otro ser humano es más vida, no muerte.

De los maestros de la escuela también recuerdo a Paul Klee, —quien por lo demás, hacía parte de los cuatro azules, como eran denominados estos maestros, junto con Kandinsky, Lyonel Feining y Jawlensky— el maravilloso pintor que guardaba con antelación todas las lecciones de sus clases en cuadernos de tapas azules y que daba largas clases teóricas que complementaba con el trabajo de dibujo y pintura de sus estudiantes. El otro maestro fue Wassily Kandinsky quien tras huir de la persecución de la Unión Soviética contra el arte contemporáneo ruso, buscó a su amigo Gropius al que había conocido años antes en la guerra y se fue hasta Weimar a implementar su método de enseñanza en dibujo analítico y en teoría del color y la forma, haciendo estudios científicos sobre la temperatura de los colores.

Con semejantes maestros quién sería capaz de rehusarse a aprender a manejar el color o las formas, especialmente en hallar en la simpleza de las formas, la mayor funcionalidad para el uso humano. Por eso, cuando recordaba a todos los antiguos maestros, cuando reflexionaba en todo lo que habían tenido que afrontar para llegar a fundar la escuela que fue la Bauhause, sentía orgullo y admiración por ellos, sentía que tenía que sacar fuerzas de donde no las tuviese para seguir adelante y ser uno de los mejores representantes de la educación que había recibido con tanto amor por el arte.

Los días y las semanas siguientes estuvieron inmersos en horas de trabajo infatigable. Debo reconocer que uno de los sucesos que me dio más valía para terminar mis cuatro años de estudios en La Bauhause fue el hecho de conocer en ella a mi amada Marie. Una rubia nacida allí mismo, en Dessau y por quien todos los hombres de la escuela sentían demasiada simpatía. Marie estaba inscrita en el taller de teatro y era una de sus mejores bailarinas y como yo era un gran dibujante y como estaba enamorado de ella, me inscribí para hacer las escenografías de las obras que representaban. Todos los días empecé a levantarme más temprano tan sólo para poder estar a su lado en los talleres o en las clases o simplemente para que algún día decidiera trabajar conmigo y así fue, desde el segundo año de la escuela que empezamos a trabajar juntos, nunca jamás dejamos de hacerlo. Y era tanto el amor que llegué a sentir por ella, que sólo por ella fui el mejor de los estudiantes, para que ella se sintiese orgullosa de mí.

Esta fue otra de las cosas que me enamoraron de La Bauhause, y es que en varias etapas, sobre todo en Weimar, había más mujeres que hombres en sus talleres y en sus clases, quizás porque los hombres se encontraban demasiado ocupados en hacer la guerra o en construir automóviles o armas para asesinar a otros seres humanos o en conseguir dinero para así conseguir más bienes materiales que lentamente mataban sus almas, pero las mujeres poseían un espíritu mucho más sensible y sus manos eran más delicadas para desarrollar los trabajos en los talleres, por lo que los resultados de sus tareas eran obras delicadas, refinadas y perfectamente terminadas.

Aquel curso lo terminé con honores y el mismo director junto con los demás maestros, coincidieron en que yo iba a ser uno de los mejores exponentes del arte y las artesanías enseñadas en la Bauhause. Me sentía satisfecho, además por la relación con Marie, que cada día tomaba más fuerza y hasta habíamos llegado a hablar de casarnos.

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Por Marie, Gropius y el grupo restante de maestros, comprendí el real significado del trabajo mancomunado, del esfuerzo grupal por llevar los proyectos a buen puerto, de eliminar las distinciones de clase y la arrogancia que se crean entre un artesano y un artista, si los dos trabajan por el bien de la humanidad. La gran mayoría de los estudiantes de la escuela no éramos personas venidas de familias que tuviesen dinero, más bien éramos de estratos medios que querían salir adelante, llevando como escudo el arte y la artesanía. En la escuela reflexioné sobre el valor de la creación humana, la cual no sirve de nada sino tiene una intención o una función de mejorar a la sociedad.

No obstante y a pesar de todo lo bello que suele otorgarnos la vida y más aún cuando nos sacrificamos por lo que amamos, existe una ley inalienable de la naturaleza y es que todo se acaba y así como se acabarán los árboles y se acabarán los veranos y los ríos empezarán a secarse y las generaciones de hombres y mujeres se irán muriendo una detrás de otra hasta que no quede ni el rastro más exangüe se su paso por la tierra —quizás sólo el arte y lo que hizo con sus propias manos—, la escuela sucumbió a los problemas políticos del país.

Lo peor de todo fue la persecución a la que se vieron sometidos muchos de los maestros, el exilio de la gran mayoría y por supuesto el reclutamiento de sus estudiantes. Yo fui reclutado. Lloré, di empellones, injurié hasta el cansancio, pero si no me unía a las nuevas fuerzas alemanas me matarían y de paso a mi familia. Abandoné a Marie en Berlín y todas las noches, mientras los convoyes enemigos se acercan y mientras nuestros aviones de caza pasan sobrevolando por el cielo neblinoso a causa de la pólvora, pienso en ella, en sus ojos azules y profundos que se ocultan tras el velo de la noche, en las caminatas que debemos llevar los soldados pertenecientes a la caballería por las montañas escarpadas o por los valles infinitos de mi país, recuerdo sus largas piernas danzando y moviéndose tan fluidamente como lo hacen las aguas de los ríos en los que nos detenemos para abrevar.

No he asesinado a un sólo hombre, o eso es lo que quiero creer. Cuando debo disparar pienso en las balas como si fueran líneas de una pintura de mi maestro Klee, cuando un amigo cae muerto o herido a mis pies veo diseminar su sangre por los campos como si fuera la pincelada brusca y gruesa de una pintura de mi maestro Kandinsky, cuando el fusil de percusión expulsa la humareda, pienso en el polvo que expulsaba la talladora de madera. Pero de inmediato regreso a mi cruda realidad y recuerdo que estoy inmerso en medio de una guerra que no inicié, una guerra insensata y así como los disparos que debo dar o mis amigos muertos o las humaredas de mi fusil me sugieren estar construyendo algo en las aulas de mi escuela, sé bien que aquí en la guerra no estamos construyendo nada, porque un país, una nación o cualquier sueño no puede nacer a partir del dolor de los otros, de concebir a quienes hablan otras lenguas o piensan distinto como nuestros enemigos, de la ausencia de las familias, de las mujeres amadas, sólo el amor, el arte, lo que podemos concebir con nuestros sueños y construir con nuestras manos, son y serán el génesis de un futuro mejor para nuestra humanidad.

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Arte y Arquitectura de la Universidad de Yale New Haven, Connecticut en 1968 - 1964Traducción resumida: Arq. Mariana Patiño Osorio

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¿Le gusta o no le gusta? ¿ o los dos?

Arq. Blair Kamin Fotografía: Richard Barnes

Texto completo en inglés: www.yalealumnimagazine.com/articles/

"Reivindicación de un crítico de arquitectura, que como estudiante detesto el edificio de la facultad de arquitectura de la Universidad de Yale."

A principios de 1980, unas dos décadas después de su inauguración, fueron muy polémicos el arte y la arquitectura del edificio de la facultad de arquitectura de la Universidad de Yale, porque esos años representaban un punto culminante de la posmodernidad y su nostalgia por la arquitectura histórica, frente a una obra que arremetía contra estos conceptos.

La arquitectura "brutalista" del edificio de hormigón, obra del arquitecto Paul Rudolph, se había convertido ahora en elemento determinante de la esquina tradicional del campus universitario "Chapel and York Street". Vivir con el edificio, y sobre todo dentro de este como estudiante de posgrado, había sido una experiencia que denominaría "deshumanizante".

Rara vez la ambición arquitectónica y las necesidades cotidianas sencillas de usuarios chocaron tan violentamente como sucedió con este edificio. Hay una famosa historia sobre un cliente de Frank Lloyd Wright: durante la cena caían goteras sobre su cabeza calva. La respuesta arrogante de Wright fue: "mueva su silla". El problema nuestro era que los estudiantes de arte y arquitectura no podíamos mover nuestras sillas, nuestros modelos, o nuestros lienzos. Estábamos atrapados en esta estructura implacable.

Continúo pensando que un edificio de la Escuela de Arquitectura se supone que sea un modelo, inspirando a los estudiantes, y tal vez, ofreciéndoles algo para emular. Para mí, al menos con este edificio, lo contrario se convierte en cierto. Me gustaría ver el edificio de la facultad de arquitectura como una lección objetiva de lo que la arquitectura no debería ser -una toma de decisiones intencional, que elevó el ego del arquitecto por encima del espíritu de los usuarios de un edificio.

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El edificio de hormigón era omnipresente - en las paredes, los techos, los pisos. Los bordes dentados de las paredes de concreto amenazaban con cortar la ropa y la piel. Al cabo del tiempo, el edificio sucumbió y un tercio de las luces estaban quemadas; las alfombras de color naranja brillante se habían vuelto de un verde enfermizo. En todo el edificio se subdividieron los espacios interiores que se habían diseñado para que fluyeran vertiginosos.

Las formas deslumbrantes no funcionaban. En el séptimo piso, los estudiantes de arte estaban indignados porque los techos eran demasiado bajos para sus grandes lienzos. Escultores y diseñadores gráficos fueron enviados a la sub sótano lúgubre, donde los techos eran de siete metros de altura. Los problemas acústicos eran omnipresentes: la música viajaría por las cuatro columnas principales del edificio, que servían como conductos de ventilación, y perturbaban a los estudiantes de la biblioteca. Los muros de hormigón irregulares resultaron difíciles de limpiar. No había aire acondicionado, así que el aire no se movía. Rudolph había afirmado que la arquitectura debía ser el arte de la agitación en lugar de una colección de espacios montados por los tecnócratas. Pero la cotidianeidad demostró que la arquitectura es ante todo un arte social, el arte con el que vivimos. Su edificio era, en aspectos cruciales, inhabitable.

Con el tiempo, el edificio otrora revolucionario, se convirtió en el blanco de una contra revuelta, que consideraba sus espacios y materiales con bordes duros opresivos, incluso considerado un símbolo de la arrogancia nacional asociado con la guerra en Vietnam. Para el 14 de junio de 1969, un incendio de origen sospechoso daño severamente la edificación, y fue ampliamente interpretado como una forma violenta de la crítica arquitectónica. "Acabo de decir que el edificio era tan culpable que estalló en llamas por sí mismo" dijo el profesor adjunto Turner Brooks. El gran armatroste carbonizado representaba todo lo que estaba equivocado.

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El presidente de la facultad de Arquitectura que siguió a Rudolph, el posmodernista Charles Moore, era aún menos inclinado a preservar la edificación. En los años posteriores al incendio, las subdivisiones se repartieron los espacios de una edificación deteriorada. Para 1982, el edificio era una ruina, un monumento en descomposición.

Pero durante el decanato de Thomas Beeby que dirigió la escuela de arquitectura desde 1985 a 1992, se genera una reacción en contra de la posmodernidad y sus efectos decorativos superficiales. "Cuando llegué allí, a los estudiantes de esa década realmente les encantaba el edificio". Con el dinero después de los años del boom de finales de 1990, y con el traslado de la Escuela de Arte, el escenario estaba listo para rehacer la edificación.El edificio se las había arreglado para durar el tiempo suficiente para que la gente lo apreciara de nuevo.

Años después, en una visita al campus en el mes de septiembre de 2008, parado al otro lado de la calle "York" a las 10pm, no podía creer lo que veía. Bajo los efectos de la iluminación, se vertían a través de las vastas ventanas del edificio sus grandes espacios interiores, y se podían apreciar los moldes de yeso de la decoración arquitectónica. Estaba visitando el edificio por la noche porque era cuando su tristeza había pesado más fuerza sobre mí como estudiante. Pero lo que encontré fue una caja de luz, el deseo revelado de Paul Rudolph de crear un drama espacial que cautivara al peatón. Yo nunca había visto esto antes, nunca durante mi época estudiantil.

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Una restauración magistral del edificio recuperó plenamente la gloria perdida en una época de este icono modernista. Su incorporación al Centro para la Historia del Arte, lo involucra con otra edificación y ya no es en absoluto el icono que se proponía ser. Se movieron hábilmente ascensores, sistemas mecánicos, la zona de recepción y algunas oficinas de la facultad de arquitectura, y en el nuevo edificio, ahora conviven ambas estructuras.

Ahora el conjunto de los dos edificios se llama "Paul Rudolph Hall" y ya no es más un edificio independiente, sino parte de una estructura interconectada con otras dos partes principales, el Centro para la Historia del Arte y una Biblioteca que articula los niveles más bajos de las dos estructuras. Se trata de una intervención de 126 millones de dólares, dirigida por la ciudad de Nueva York. ------------------------------------------Brillante hijo de un ministro (religioso) de Kentucky, Paul Rudolph era un niño prodigio, carismático, nombrado presidente del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Yale en 1958, a los 40 años de edad. Bajo su dirección, Yale encabezó una revuelta contra el modernismo de la Bauhaus. Walter Gropius había enseñado a Rudolph en Harvard.

En lugar de una simple caja de acero y cristal con módulos flexibles de "planta abierta", Rudolph diseñó una estructura fuertemente esculpida, en el que una deslumbrante variedad de espacios interiores giraban en torno a cuatro pilares interiores. Su energía centrífuga la llevó hasta el exterior, donde las torres en las esquinas del edificio parecían a punto de estallar en la calle.

En el interior, Rudolph lleno de 37 niveles los diez pisos del edificio (dos sótanos). Pasos, balcones y puentes ayudaron a crear una topografía en constante cambio interno que difería de los edificios de la Bauhaus, con sus pisos sin fin que se repetían. Su teatralidad espacial llegó a su clímax en el corazón del edificio, la sala de estar de dos pisos, presidida por una estatua romana de mármol de la diosa Minerva. Otras decoraciones historicistas son los relieves asirios en los vacíos de escalera, y los capiteles jónicos sobre los postes de metal en la sala de conferencias. El edificio, se puede decir que es una síntesis extraordinaria que refleja la influencia de la forma del atrio del "Larkin Building" de Frank Lloyd Wright, y del "brutalismo" del maestro moderno Le Corbusier. El edificio ha ganado premios, y muchas revistas de arquitectura de todo el mundo imprimieron imágenes de éste en sus páginas. (nota del traductor: Incluso su influencia llego a Colombia interpretada por el arquitecto Aníbal Moreno en edificios como el del ICFES, la Facultad de Enfermería de la Universidad Javeriana, y otros)

"Fue el Bilbao de su tiempo", dice el decano de arquitectura Robert Stern, refiriéndose al popular Museo Guggenheim de Frank Gehry en Bilbao, España.

Reseña de la primera facultad de arquitectura en ColombiaUniversidad Nacional de Colombia Anuario de la Universidad Nacional de Colombia 1939 1959

Vicerrectoria Académica

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En 1936, con la reforma orgánica de la Universidad Nacional y por Acuerdo 38, el Consejo Directivo creó la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes. La fusión no se llevó a cabo debido a la diversidad de disciplinas que debía mezclar y de la amplitud del campo que pretendía cubrir.

Descripción: Edificación alargada con dos pisos de altura y una escala mayor lo normal, posee la adición posterior de dos volúmenes transversales al Edificio, que configuran una plazoleta abierta. Tiene elementos que reflejan una simetría con amplios vestíbulos y sencillez, con un lenguaje blanco y grandes ventanales de una arquitectura moderna

Valoración: Con la Facultad de Derecho, hacia parte de losedificios paradigmáticos del campus en cuanto a localización,accesibilidad y composición arquitectónica. Destaca su formade inmueble «Decó». Fuente: Plan de regularización y manejo

El estudio especial de la Arquitectura en la Universidad Nacional se inició en el año de 1929, con la creación del Departamento de Arquitectura, dependiente de la Facultad de Ingeniería.En aquella época comenzaron esta clase de estudios algunos alumnos de Ingeniería, quienes terminaron su carrera y ejercen hoy su profesión con muy reconocido éxito.

Por dificultades presupuestales hubo de suspenderse este meritorio intento por varios años.En el año de 1934 se inició de nuevo esta especialización, y venciendo toda clase de obstáculos se crearon las cátedras indispensables de dibujo y composición arquitectónica.

Finalmente, él Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería dictó el Acuerdo N°. 2 de 1934, que dio vida legal a la especialización y le fijó un pénsum de seis años. Diez alumnos iniciaron en esta nueva etapa sus estudios, con entusiasmo y decisión que contribuyeron en gran parte a los triunfos alcanzados, y a los que posteriormente habrán de obtenerse.

Al año siguiente (1935.) el nuevo Rector de la Facultad, Dr. Gabriel Durana Camacho, y su sucesor, Dr. José Gómez Pinzón, dieron a la especialización un mayor impulso, con la creación de nuevas cátedras y la adquisición de muchos elementos a decuados.A ellos correspondió también la creación del curso de Artes Decorativas, anexo a la Arquitectura; con un pénsum de 4años, 40 alumnas se iniciaron en estos estudios, y algunas de ellas ejercen su profesión con gran lucimiento

En 1936, al dictarse la reforma orgánica de la Universidad, se asignó a esta dependencia el puesto que le corresponde entre las Facultades mayores, y se le anexó la Escuela de Bellas Artes; esta última medida presentó más tarde algunos inconvenientes, y el Consejo Directivo de la Universidad, mediante el Acuerdo N°. 121 de 1938, concedió a los estudiantes de Bellas Artes la autonomía que a muy justo título reclamaban.

Fué el primer Decano de la Facultad de Arquitectura el distinguido Arquitecto D. Guillermo Herrera Carrizosa, quien, con la colaboración eficiente del Secretario, Dr. Gustavo Maldonado, elaboró programas, adquirió elementos y fijó la nueva orientación de los estudios profesionales de Arquitectura.

Después han sido Decanos los bien conocidos Arquitectos, Don Arturo Jaramillo, de mayo del año de 1937 a mayo de 1938, y Don Carlos Martínez, de mayo de 1938 a febrero de 1939.Cada uno de estos profesionales ha puesto todo su entusiasmo en el engrandecimiento de la Facultad, ora dotándola de mejoreselementos, ora modificando las disposiciones que la experiencia ha ido aconsejando hasta colocarla en el alto puesto que hoy ocupa, aprestigiada y respetable, por su brillante cuerpo de profesores y por el grupo selecto de alumnos que la integran.

En la coronación de esta obra desempeñaron un papel prominente los Rectores y Profesores de la Facultad de Ingeniería, y sería cuando menos un olvido injustificable no testimoniarles en esta oportunidad el homenaje de una gratitud a Ia cual se hicieron acreedores por su desinterés y por su constante preocupación en pro de esta nueva Fáculta de llamada a prestar grandes servIcios al adelanto de nuestra Patria.

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Luego de haber ocupado las instalaciones de la Escuela de Ingeniería en la calle 17 con carrera 17, fue durante cerca de 25 años sede de la Facultad de Arquitectura entre 1940 y 1965, posteriormente se convirtió en el Edificio de Bellas Artes que venia funcionando en el edificio museo de Santa Clara.

En 1960 se le construye por parte de la oficina de construcciones un mezanine sobre los baños del primer piso y algunas remodelaciones en el segundo piso.

En 1965 el Arq. Alberto Corradine de la misma oficina hace una construcción de un mezanine para taller de litografía y fotografía y en 1979/1980 el Arq. Guillermo Melo remodela los talleres de fotografía

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Proyecto original: Arquitectos Erich Lange y Ernesto Blumenthal.Construcción Ministerio de obras Publicas, 1940

N° aulas 1 capacidad de 93 puestosN° de talleres: 15 capacidad 252 puestosayudas docentes: 1 biblioteca

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Instalaciones:32

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En la ciudad Universitaria se adelantan activamente los trabajos de construcción del edificio que ha de ocupar la Facultad de Arquitectura a partir del año de 1940 y la Rectoría de la Universidad gestiona la adquisición de todos los elementos necesarios para renovar completamente su dotación.

Directivos 1939

Decano.............Arq. Roberto Ancizar SordoSecretario.........Arq. Jorge Camacho FajardoOficial Mayor....Teresa Cortes Mendoza

Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad Central de Venezuela

Prof. Ignacio Marcano Trujillo.

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La Ciudad Universitaria de Caracas es el campus principal de la Universidad Central de Venezuela, posee un área construida de 164,22 hectáreas (1,64 km²)2 y terrenos que alcanzan 202,53 hectáreas. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. Está localizada en la Parroquia San Pedro del Municipio Libertador de Caracas, Venezuela.

La Ciudad Universitaria es considerada una pieza maestra de la arquitectura contemporánea y de la planificación urbana.

Es un ejemplo excepcional del Movimiento Moderno de arquitectura inspirado en la Bauhaus. Agrupa una gran cantidad de edificios y funciones organizados en un conjunto limpiamente interrelacionado y enriquecido con piezas maestras de arquitectura moderna y de otras artes plásticas, en lo que se ha dado en llamar la "Síntesis de las Artes Mayores", que encuentra su máxima expresión en el Aula Magna, con sus nubes acústicas de Alexander Calder, en el Estadio Olímpico con sus enormes estatuas alegóricas al deporte y en la Plaza Cubierta con sus murales y esculturas de artistas como Jean Arp, FernandLéger, Víctor Vasarely y Mateo Manaure.

Construida según el proyecto del arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva, entre 1940 y 1960 en los terrenos de la Hacienda Ibarra, propiedad donada por el Libertador Simón Bolívar a la antigua Real y Pontificia Universidad de Caracas luego de su reorganización bajo los estatutos republicanos que la convirtieron en la moderna Universidad Central de Venezuela.

La Ciudad Universitaria fue creada como una casa de estudios que tuviese la capacidad de albergar una mayor población estudiantil, que la capaz de recibir la Antigua Universidad de Caracas. Siguiendo la línea de un moderno y único recinto que pueda concentrar todas las dependencias universitarias en un mismo campus. Es decir, una universidad que concentre en una sola sede todas sus funciones.

Reseña Historica

En 1942 bajo la presidencia de Isaías Medina Angarita comenzaron los estudios del nuevo proyecto. Después de analizar distintos sitios, se escogieron los terrenos de la Hacienda Ibarra, que sería el sitio ideal para conectar al nuevo centro geográfico de la ciudad alrededor de la Plaza Venezuela.

El proyecto requiere un gran compromiso tanto de planificación urbana como de diseño arquitectónico. En octubre de 1943 Medina Angarita decretó la creación del Instituto Autónomo de la Ciudad Universitaria, el cual tendría la finalidad de llevar a cabo las obras que integrarían el nuevo campus universitario. Sólo un arquitecto debe planificar y vigilar el desarrollo de todos los edificios. Por lo que Medina Angarita le da al maestro Carlos Raúl Villanueva una única oportunidad de aplicar sus ideas de integración de arte con arquitecturas en gran escala.

Este gran complejo urbano de unos 2 km² incluyó un total de cuarenta edificios, que se convirtió en una de las más exitosas aplicaciones de la arquitectura moderna en América Latina. Villanueva trabajó en estrecha colaboración con todos los artistas que contribuyeron al desarrollo de su obra y personalmente supervisó el proyecto durante más de 25 años hasta fines de los 60's, cuando el deterioro de su salud lo obligó a salir de algunos edificios en período de diseño.

La Ciudad Universitaria se inauguró parcialmente el 2 de marzo de 1954 durante el régimen del General Marcos Pérez Jiménez y es considerada una de las grandes creaciones de la arquitectura mundial del siglo XX. En el año 2000 fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, convirtiéndose en el primer campus universitario en América Latina en recibir ese honor.

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Entre los edificios más importantes diseñados por Carlos Raúl Villanueva para la Ciudad Universitaria de Caracas podemos encontrar:

Hospital Universitario de CaracasEdificio de la Escuela de EnfermerasJardín botánico de la Universidad Central de VenezuelaInstituto BotánicoInstituto de Medicina Tropical** Instituto AnatómicoEstadio Olímpico de la UCVEstadio Universitario de CaracasComplejo Bibloteca Central-RectoradoSala de ConciertosParaninfo de la UCVAula MagnaBibloteca CentralPlaza CubiertaEdificio del RectoradoPlaza del RectoradoReloj UniversitarioEdificio de la Facultad de Humanidades y EducaciónEdificio de la Facultad de CienciasEdificio de la Escuela de Física y MatemáticasInstituto de Zoología TropicalMuseo de Biología de la Universidad Central de VenezuelaEdificio de la Facultad de OdontologíaEdificio de la Facultad de FarmaciaEdificio de la Facultad de Arquitectura y UrbanismoEdificio de la Escuela Básica de Ingeniería - Biblioteca y AuditorioEdificio de la Escuela de Ingeniería MetalúrgicaEdificio de la Escuela de Ingeniería SanitariaEdificio de la escuela de ciencias jurídicas y políticas.Complejo de Piscinas Olímpicas - Gimnasio CubiertoPasillos Cubiertos y Arcos de Entrada.

Edificios principales

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El proyecto para la Facultad de Arquitectura (1954-1956), iniciado en 1954, es otro momento clave en el desarrollo de la Ciudad Universitaria de Caracas. Villanueva reúne en este edificio, particularmente importante para él por la función a la que estaría destinado, el desarrollo de los cuerpos bajos complejos y variados, con la torre elevada y prismática que había realizado ya para la Biblioteca Central. Este edificio inaugura una etapa en la que Villanueva va a ir concentrando las aulas en torres altas y elevadas del suelo, articuladas a cuerpos bajos destinados a auditorios y bibliotecas, y siempre conectadas al exterior mediante las plantas bajas abiertas y los corredores techados. Así sucedió con las subsiguientes Facultades de Farmacia (1956-1957), de Odontología (1955-1956) y de Ciencias Económicas y Sociales (1967-1979), esta última diseñada en colaboración con Gorka Dorronsoro y Juan Pedro Posani, pero solo construida después de su muerte. De este período destaca así mismo la integración de las artes desarrollada plenamente en los espacios interiores de Arquitectura, junto a las policromías de las fachadas del edificio de Arquitectura, Farmacia y Odontología.

Este conjunto de edificaciones diferentes entre sí, no solamente por la función a la cual están destinadas, sino al carácter que deben transmitir, unidas por medio de la gran variedad de Pasillos Cubiertos y plenamente integradas con los jardines y con las obras de arte, constituye el desarrollo de ese urbanismo orgánico, dinámico, fluido y complejo, que Carlos Raúl Villanueva logró alcanzar a través de su evolución arquitectónica, desde de la composición académica francesa hacia la construcción del espacio moderno tropical.

La Ciudad Universitaria de Caracas, una obra maestra de la planificación urbana del siglo XX y la arquitectura, es el campus principal de la Universidad Central de Venezuela. La universidad fue fundada en 1721 y pronto superó su ubicación original en el Seminario Santa Rosa. Se expandió más allá de su posterior casa en el antiguo Convento de San Francisco, y finalmente fue dispersa entre varios lugares en todo el centro urbano. En 1942, el gobierno local adquirió la histórica Hacienda Ibarra en las afueras de Caracas, y el reconocido arquitecto Carlos Raúl Villanueva moderno diseñado un nuevo complejo para dar cabida a la institución académica en crecimiento.

La construcción comenzó en 1944 y duró hasta bien entrada la década de 1960. El diseño para la Ciudad Universitaria de Caracas incluido edificios de la administración, los departamentos de la facultad, alojamiento para estudiantes, instalaciones deportivas, espacios públicos, y un jardín botánico. El campus se caracteriza por el uso de la tecnología innovadora y diseños arquitectónicos funcionales todavía atrevidos, e incorporó obras de distinguidos artistas como Alexander Calder, FernandLéger, Víctor Vasarely, Mateo Manaure, Alejandro Otero, y Pascual Navarro. La Ciudad Universitaria de Caracas fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2000.

Las presiones del crecimiento creadas por académicos en evolución, la investigación y las necesidades administrativas pone la integridad del diseño de campus en riesgo. A falta de los recursos y la capacidad técnica crea la preservación de los materiales modernos, técnicas de construcción, la ornamentación de una perspectiva desafiante. La inclusión en el reloj busca crear conciencia sobre la necesidad de mayordomo este importante complejo a través de la gestión .

Texto cortesía:Arq. Maria Fernanda Jaua. Expediente de Postulación de la Ciudad Universitaria de Caracas a la lista de Patrimonio Mundial. Proyecto Ciudad Universitaria de Caracas-Patrimonio. 1999.

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Henrique Vera

"La Facultad como proyecto pertenece, al igual que todos los edificios del Campus Ciudad Universitaria, patrimonio de la humanidad; a Carlos Raúl Villanueva, considerado de forma unánime como el arquitecto venezolano más importante e influyente del siglo XX.

Profesor y fundador de nuestra Facultad hasta su muerte en 1975, su obra se destaca, entre otros aspectos, por el manejo de la fluidez en el espacio moderno y por su discurso sobre la síntesis de las artes. Esta idea se manifestó en la integración efectiva de muchos artistas plásticos, venezolanos y extranjeros, al concepto y la ejecución arquitectónica de nuestra sede. La Facultad es un buen ejemplo de esas ideas: parte de sus valores plásticos y espaciales tienen que ver con la acertada incorporación de intervenciones artísticas, tanto en forma de elementos arquitectónicos como piezas exentas."

Ignacio Marcano Trujillo.

El edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, obra del Arquitecto Carlos Raúl Villanueva, se construye en 1957 sobre un área de terreno de 5.600 m2. Con un área construida de aproximadamente 50.000 m2, esta edificación fundamental en la obra de Villanueva fue ideada bajo un principio muy personal que retomaba las teorías académicas provenientes de la Bauhaus. Seis áreas de trabajo fueron claramente diferenciadas –composición, construcción, pintura y escultura, urbanismo y teoría–, y todas giran en torno a la torre central de nueve pisos de altura, identificable desde cualquier punto de la Ciudad Universitaria, debido a su forma, color azul y tratamiento tridimensional.

La torre de nueve pisos, levantada sobre un expresivo sistema de pórticos de concreto, constituye una directa referencia corbusiana. Este prisma de acentuada horizontalidad, dispone racionalmente su orientación norte-sur. Hacia el norte abre plenamente su fachada alas visuales de la montaña y desprende en un gesto de protección solar una expresiva piel brie-soleil, hacia el sur, un muro calado sirve de celosía a la intensa luz tropical; hacia el este la fachada cierra completamente manifestando escultóricamente la importancia de la escalera de servicio; hacia el oeste, la fachada se cierra definitivamente. En estas dos últimas fachadas, dos inmensos muros verticales de nueve pisos de altura sirven de soporte a la obra de Alejandro Otero, que desmaterializa a partir del juego geométrico de variaciones de azul, el peso del cuerpo arquitectónico.

La planta baja del edificio conforma una ciudadela pública de múltiples actividades, acusadas por sus cambios de escala y de nivel: salas de exposiciones, biblioteca, cafetines, auditorio y talleres, enlazados entre corredores y pequeños jardines internos y delimitados por muros de pieles caladas, desarrollan el discurso moderno de la fluidez espacial pasando de una situación a otra sin cambios bruscos. Las plantas tipo se estructuran a partir de la sucesión de aulas orientadas hacia el norte unidas por un amplio corredor hacia el sur: la funcionalidad de la planta se organiza a partir de un expresivo núcleo lateral de escaleras y ascensores.

Acerca del edificio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismode la Universidad Central de Venezuela

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