Índice
Introducción ................................................................................................. 2
Orden de la Compañía de Jesús ................................................................. 2
Los inicios de la Compañía ........................................................................ 2
Una Orden especial .................................................................................... 3
Desembarco de la Congregación en América ............................................ 3
Región del Chaco ........................................................................................ 4
Evangelización del Chaco y conflicto con los abipones ............................ 4
San Fernando del Río Negro ...................................................................... 5
Fundación de la Reducción ........................................................................ 5
Estructura Socioeconómicas ...................................................................... 6
Población .................................................................................................... 6
Conflictos étnicos ....................................................................................... 7
Fin de la Reducción .................................................................................... 7
Conclusión ................................................................................................. 8
Anexo ........................................................................................................ 9
Bibliografía ............................................................................................... 9
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Introducción
El comienzo de trabajo trajo consigo una difícil decisión. La América Colonial tiene
muchos temas interesantes sobre los que estudiar o investigar. Por ello, pese a elegir un
tema del S. XVIII, quisimos tener en cuenta los inicios colonizadores. La colonización de
América no se puede entender si en papel que jugó la religión católica a lo largo de la
misma. Todo comenzó con el breve que el papa Alejandro VI concedió llamado Inter
Caetera (1493) en la que remarcó el derecho de los Reyes Católicos sobre las tierras
descubiertas a cambio de una evangelización de todo los pueblos que se encontrasen.
La religión era un tema capital y las influencias de las órdenes religiosas eran tan Fuertes
porque fueron ellas la que adoctrinaron a los indígenas. Entre estas órdenes religiosas se
encuentran la de la Compañía de Jesús, que fue muy importante por su repercusión y
obtuvo un final poco deseado.
Este trabajo busca profundizar en la historia de la orden jesuita, su papel fundamental en
América y, pese a que las famosas reducciones jesuíticas se encontraban en el actual
Paraguay y sus reducidos eran guaraníes, trataremos la evangelización del Chaco
argentino y en especial el desarrollo de una reducción llamada San Fernando del Río
Negro.
Orden de la Compañía de Jesús
No es descabellado afirmar que la Orden de la Compañía de Jesús forma parte de la
Historia Americana con mayúsculas. Pero antes de desembarcar en el Nuevo Mundo
vamos a investigar las claves de sus inicios en Europa para comprender la importancia
que adquirió en América.
Los inicios de la Compañía
Los inicios de la compañía fueron complicados por varios aspectos. Desde su génesis el
Tribunal de la Inquisición mantuvo sospechas sobre la persona de San Ignacio de Loyola,
que fue uno de sus fundadores y primer Prepósito General de la Compañía de Jesús. Era
un hombre de ascendencia noble y caballeresca que pese a iniciar su vida como militar
sufre una especie de transformación mística que le alejó de aquel pasado para emprender
una época de peregrinaje. Licenciado en Artes por la Universidad, es allí donde comienza
a formar un grupo de amigos que serán el núcleo inicial de la orden jesuita y a escribir su
obra Ejercicios Espirituales.
En 1534 se reúne en Montmatre con ese grupo de allegados con los que compartía
inquietudes espirituales y realizan allí el voto de castidad y pobreza. Posteriormente piden
al papa Paulo III la formalización de la Compañía como Orden Religiosa. En este
momento comienza el primer obstáculo que atraviesa la compañía debido al contexto
histórico que atraviese el viejo continente y en especial la Iglesia Católica. El panorama
se encontraba agitado con la reciente publicación de las famosas tesis de Lutero en 1517
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y la consiguiente reforma luterana que arremetía contra las famosas y criticadas
indulgencias. Gran parte de la Iglesia mostraba su contraria opinión a las órdenes
religiosas del momento de la cuales afirma que estaban viciadas y son imagen del
escándalo para el resto de los fieles cristianos. Sus pretensiones eran abolir todas
paulatinamente prohibiendo la entrada de nuevos miembros para que a medio plazo
quedasen extinguidas.
Ante esa opinión generalizada, San Ignacio y el resto de padres fundadores de la
Compañía de Jesús, debían hacer ver al pontífice que no eran iguales que las órdenes
medievales que tan desprestigiada mantenían a la Iglesia. Según la Historia de la
Compañía de Jesús de Cretineau- Joli, ante el buen hacer de los integrantes de la
compañía el papa le concede el privilegio de poder optar a cátedras de teología y una vez
desempeñada con acierto esa labor, la Santa Sede les concedió el derecho de predicar.
Una Orden especial
La competencia entre órdenes religiosas en la época moderna de la historia era muy feroz,
tanto o más como la competencia actual que hay en el mercado de trabajo, donde un
aspirante debe luchar con otro por desempeñar el oficio en cuestión.
En medio de escándalos era muy difícil destacar como una orden distinta pero no hay
duda que los jesuitas lo consiguieron. Aunque el objetivo de la orden no fue nunca
destacar en dentro de la Iglesia sino hacer una labor pastoral efectiva, acabaron
destacando.
Desde sus inicios se rodearon de grandes mandatarios europeos y asiáticos generando
unos círculos de amistades envidiables. Aunque también tenían fama de grandes
investigadores que buscaban nuevas fronteras en el continente asiático. Los jesuitas en
Europa no se quedaron quietos, fueron capaces de crear la red más grande de educación
en el mundo sin tener ninguna experiencia docente. No solo triunfaron en el ámbito
educativo, con una elaboración propia llamada quinina también lograron a hacer frente a
graves enfermedades que azotaban al viejo continente.
Toda esta información recabada nos da una visión de por qué fueron los jesuitas los que
revolucionaron el cristianismo católico y se aventuraron al continente americano. Un
punto de inflexión que contrasta las órdenes religiosas antes de la reforma luterana,
órdenes pasivas dedicadas a la oración una extensa parte de su tiempo, a esta nueva
concepción de congregación religiosa mucho más participativa y sensibilizada con los
problemas del momento, sin olvidarse de la vida espiritual.
Desembarco de la orden en América
América ha acogido la llegada de movimientos religiosos a lo largo de la historia. Pero al
hablar de la conquista y primera evangelización del continente debemos estrechar nuestra
búsqueda a un solo movimiento protagonista, el cristianismo católico.
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La llegada a América de la orden jesuita puede resumirse en las palabras de Josep M.
Barnadas 1 : “Los jesuitas, creados en 1540, eran en sí el fruto del ideal reformista.
También lo fue su intervención en América. Estaban desembarazados de la carga del
pasado. Soñaban con implantar un cristianismo libre de los errores que desfiguraban la fe
en Europa. Su impulso utópico floreció plenamente en el siglo XVII, con lo que ellos
llamaron las «reducciones indias”. En esta reflexión y contrastando con lo expuesto en el
anterior punto de este trabajo podemos observar que el soplo de aire nuevo que aporto a
la Iglesia europea, se produjo también más allá del Océano Atlántico en el continente
americano.
Región del Chaco
La región del Chaco es un enclave geográfico situado en América del Sur en el que tienen
presencia Argentina. Bolivia y Paraguay. En esta zona confluyen multitud de sociedades
y culturas, principalmente de cazadores-recolectores, pescadores o individuos con
conocimientos de agricultura muy incipientes. Sus modos de vida y sus rituales estaban
altamente relacionados con los recursos naturales de la zona.
Durante siglos esta zona ha sido considerada como uno de los bastiones indígenas más
fuertes del continente, caracterizado por los continuos ataques de españoles en busca de
la conquista de la zona y los continuos fracasos de españoles en los intentos de invasión
de la región. Por ello vamos a investigar sobre los procedimientos que ejercieron los
jesuitas en la zona con sus reducciones y especialmente en el estudio de la reducción de
San Fernando del Rio Negro.
Evangelización en el Chaco y conflicto con los abipones
Las intenciones de la Orden Jesuita de evangelizar la región chaquense se remontan al S.
XVI, aunque no se hace efectiva hasta el S. XVIII. Los jesuitas ya afincados en América
realizaron llamamientos a sus hermanos compañeros de la Orden residentes en la
Península para colaborar en la evangelización de la provincia. Durante las primeras
décadas del S. XVIII es encomendada oficialmente la labor evangelizadora de la zona a
los jesuitas.
La zona del Chaco era muy codiciada y repleta de grupos étnicos que dificultaron la labor
evangelizadora de la orden fundada por San Ignacio de Loyola. Las expediciones
gubernativas organizadas por los dirigentes de la provincia reprimieron a muchos los
grupos indígenas pero no tuvo la misma respuesta con los abipones, al menos en estos
primero momentos. El grupo de los abipones es conocido por ser el más rebelde y
guerrero de todos, que haciendo caso omiso a estas primeras expediciones siguieron
saqueando ciudades como Corrientes, Santa Fe o Córdoba. Estas situaciones mostraban
la necesidad que había en la zona de una evangelización total para frenar los conflictos
con los indígenas y los problemas que provocaban
1 BETHELL, L., 1990, 188
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Entre los testimonios existentes encontramos los del Padre José Cardiel, reputado jesuita,
que nos indica cómo fue la difícil labor de atracción de los abipones. Principalmente,
atrajo a los caciques con regalos y manteniendo conversaciones con los rebeldes. Les
ofrece en estos diálogos la oportunidad de agruparse en una ciudad como las reducciones
guaraníes: “Cada una mayor que la ciudad de Santa Fe, no solo sin haberles entregado a
los españoles como esclavos, sino sin haber español entre ellos que les mande”2
Nos resulta interesante la idealización que llevan a cabo los jesuitas de las reducciones
guaraníes como táctica para atraer a un grupo conflictivo bajo su dominio. No le falta
razón al padre cuando afirma que ningún español va a dirigir el grupo indígena, ya que
un cacique indio, sobresaliente entre todos los demás, les va a gobernar desde el cabildo
de la reducción. Pero la verdad es que en este discurso idealizado omite cualquier
compromiso que tenían los habitantes de las reducciones en forma de trabajo o impuesto
como puede ser la mita.
Gracias al diálogo ofrecido por la Orden jesuita, en 1747 un grupo de abipones pidió
formar un pueblo y se iniciaron las negociaciones para lograr la fundación de una
reducción abipona. En 1748 tiene lugar la Paz de Añapire, donde se reunieron caciques
abipones y representantes de ciudades españolas.
San Fernando del Río Negro
San Fernando del Río Negro es una misión jesuítica fundada en 1750 en la actual
Resistencia, ciudad de la provincia del Chaco. Estaba formada por etnias autóctonas de
la provincia como los abipones. Se funda por el plan de evangelización jesuita y para
proteger la cercana ciudad de Corrientes de otros grupos de la zona. Estamos ante unos
de los primeros acercamientos de la cultura española a la Región del Chaco, una provincia
con multitud de grupos indios independientes.
Fundación de la Reducción
Con la Paz de Añapire, anteriormente comentada, se frenaron los avances abipones sobre
ciudades como Córdoba o Santa Fe pero no ocurrió lo mismo con Corrientes que se
convirtió en el objetivo principal indígena. Esta situación alarmó a las autoridades de
Corrientes que intentaron solucionar el problema creando una reducción que sirviera de
muro protector para la ciudad. Con las negociaciones pertinentes llevadas a cabo entre el
gobierno y el cacique Naré se funda la reducción con administración jesuita en el margen
derecho del Río Paraná, frente a la ciudad de Corrientes.
El nombre de San Fernando se escoge a San Fernando III rey de Castilla, aunque algunos
expertos consideran que la elección de este nombre se debe al rey español del momento
Fernando VI. En cuanto al Rio Negro es por un rio muy importante del Chaco que cursa
en las cercanías de la reducción.
2 A.G.N., 1747
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El lugar elegido para la localización de la reducción fue en altura, cercano al río Negro y
a unos 20 km de la ciudad de Corrientes. Los vecinos de la cuidad ayudaron en los
comienzos al nuevo emplazamiento, que se nutrió también de recurso procedentes de
reducciones guaraníes. El levantamiento de la reducción produjo una situación de alivio
añorada por los correntinos, además de la apertura de un camino hacia la ciudad de Santa
Fe sin peligros provocados por grupos indígenas.
Las fuentes nos ayudan a comprender la dificultad de vivir en una reducción como la de
San Fernando. Ya sea por el clima –factor importantísimo a la hora de instalarse en un
nuevo territorio- o por las pésimas condiciones de vida, muchos sacerdotes jesuitas
contrajeron importantes enfermedades que les obligaron a dejar la reducción. Este
importante factor junto al desconocimiento de la lengua abipona por parte de los
integrantes de la orden eran motivos por los que la estancia de los doctrineros era tan
cortas y la designación de alguien capaz para desarrollar esta ardua tarea
Estructuras Socioeconómicas
En cuanto a las estructuras que desarrollaron los jesuitas en esta reducción fueron muy
similares a las del resto de sus misiones.
Ante una comunidad de indígenas nómadas y guerreros que basaban su economía en la
caza y la pesca, los jesuitas consiguieron cambiar sus hábitos para dedicarse a la
agricultura y establecerse permanentemente en la reducción aplicando las mismas
fórmulas que en el resto de regiones en las que actuaban. Afirmar esto tiene un peligro
evidente si no se matiza lo suficiente. Hablamos de cambio en los hábitos de los indígenas
durante su estancia en las reducciones pero una vez que las reducciones fracasan, los
indígenas vuelven a la situación inicial.
En cuanto al aspecto económico se intentaron impulsar nuevas actividades para mantener
con vida a la reducción. La construcción de carretas y embarcaciones facilitaron el
comercio con ciudades importantes de la talla de Buenos Aires o Asunción. Pronto, la
reducción desarrolló una prosperidad económica que provocó que los habitantes de la
producción no cubrieran las expectativas laborales que las actividades requerían, por lo
que esta demanda se saldó con la contratación de peones vecinos de la ciudad de
Corrientes.
Entre estas nuevas ocupaciones estaban el ganado vacuno y de caballos, la extracción de
madera… En definitiva, se amplió la oferta laboral hacia los indígenas que podían
desarrollar nuevos roles, hasta ese momento desconocidos para ellos.
Hay que añadir que la prosperidad económica de cualquier actividad llevada a cabo en
la reducción pasaba por cubrir las necesidades de la población reducida y la obtención de
excedentes para su posterior comercio.
Población
Durante los primeros años de la existencia de la reducción se produjo una bajada de
población con una caída muy pronunciada en 1758 para remontar demográficamente en
los años siguientes.
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Para el estudio de la población de un emplazamiento indígena dirigido por los jesuitas es
muy importante acceder y estudiar las Cartas Anuas que el padre provincial elaboraba
para enviar a su superior residente en Roma. Estas cartas eran unas misivas donde se
exponían los aspectos más importantes sociales y económicos acontecidos en la
reducción.
Conflictos étnicos
Pese a su la corta vida de la reducción también pasó por conflictos protagonizados por
varios actores y pueblos. Un fuerte enfrentamiento fue entre los abipones reducidos y los
mocovíes que provocó daños económicos y demográficos. Los pueblos vecinos también
ocasionaron robo de ganado.
Los jesuitas intentaron tomar medidas para frenar este clima de hostilidad obteniendo
pactos con las autoridades de Corrientes que finalmente no cumplían. Los españoles que
se saltaban estos pactos no ayudaban a los jesuitas que impartían la doctrina, ya que los
indígenas no entendían su comportamiento. Sobre la opinión de los indígenas tenemos
una carta del Padre Klein en la que expone lo siguiente: “no será mucha verdad lo que tú
me enseñas, pues los mismos españoles, tus hermanos, no hacen caso de tu doctrina”3
Fin de la Reducción
La expulsión de la orden jesuita de todos los territorios americanos obligó a abandonar la
reducción de San Fernando del Río Negro. Este hecho coincide con la llegada de un nuevo
regidor venido de Corrientes, Sebastián de Cassajúz, con la ayuda de un padre
franciscano.
La situación de desconcierto sumada al nuevo gobierno dio pie a conflictos internos
dentro de la reducción. Estos conflictos fueron sofocados por una guardia permanente
colocada estratégicamente por el gobierno de Corrientes en 1772. Los intentos de la
guardia de neutralizar los conflictos fracasaron debido a la alianza entre los mocovíes y
tobas que finalmente disiparon a los abipones. Algunos reducidos abipones fueron
trasladados a las Ganzas que era la alternativa habitacional que ofrecía a los afectados la
gobernación correntina.
Una vez abandonado, el pueblo fue ofrecido a los mocovíes que no lo aceptaron y se puso
el punto y final de la andadura corta pero intenta de la reducción de San Fernando del Río
Negro.
3 B.N.C., vol. 282
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Conclusión
Una vez analizada toda la problemática jesuita desarrollada en América podemos llegar
a varias conclusiones. Es evidente la importancia que ha tenido la orden por toda la ayuda
que ha prestado, como institución, a los indígenas nativos americanos. Aunque como
también hemos analizado no ha sido una orden pasiva dedicada a la contemplación sino
que ha ayudado y difundido la fe católica hasta los lugares más recónditos del mundo, no
sólo en América.
Con la llegada a América superada hemos profundizado en la desconocida región del
Chaco, actual Argentina, y la labor jesuita desarrollada en esa provincia. No todo fue tan
fácil para los jesuitas aquí, como en muchos otros lugares habitaban grupos indígenas
muy violentos contrarios a una vida sedentaria y con una doctrina cristiana. En la región
chaqueña uno de los más violentos eran los abipones. Pese a su extremada violencia,
fueron reducidos pero el resultado no fue el esperado. Para explicar el motivo por el que
los abipones no adoptaron ni los modos de vida, ni la doctrina cristiana nos basamos en
dos hipótesis:
1. Constante cambio de doctrinero: El sacerdote que rige espiritualmente la
reducción es muy importante, es el representante de la orden antes los indios. El
continuo cambio de doctrinero por circunstancias adversas –como puede ser el
clima extremo, enfermedades y mala calidad de vida en general- puede producir
efectos contrarios en los reducidos. Esto se debe a que pese a las ideas generales
de la Orden a la hora de llevar a cabo la evangelización, cada sacerdote es libre en
el momento de su aplicación y puede generar tal caos entre los indígenas que
contradigan entre sí. No es tan descabellada esta idea, ya que en la Iglesia Católica
actual hay distintas interpretaciones de muchos de los problemas propuestos.
2. El mal ejemplo de los españoles: Con la doctrina cristiana ya bien asumida los
indios empezaron a razonar sobre ella. Dentro de esta doctrina se encuentran los
Diez Mandamientos, entre los que se encuentra el “No mentirás”. El problema
llega cuando los españoles residentes en Corrientes empiezan a saltarse pactos que
tenían con la reducción de San Fernando del Rio Negro. En la carta escrita por el
padre Klein, citada anteriormente, muestra el sentir del pueblo indígena ante la
omisión de una parte importante de la doctrina por parte de los españoles.
Podemos llegar a decir que no la ven como buena, ni verdadera por el simple
hecho que ni los que la defienden y promulgan la acaban cumpliendo.
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Anexo 1
La fundación de reducciones en la Región Chaqueña corrió a cargo de las órdenes
religiosas franciscanas y jesuitas.
Nacen en la misma época con el objetivo de reunir a los indígenas en grandes pueblos,
introducir en ellos la fe y doctrina cristiana defendiéndolos de los abusos que sufrieron
durante la etapa de la conquistas.
La política llevada a cabo por los franciscanos en sus reducciones fue convulsa en los
inicios. Los indígenas fueron sometidos por la fuerza de las armas y colocados bajo
régimen de encomienda a ciudades vecinas. Pese a esta situación difícil, los frailes
ayudaron a calmar las tensiones generadas con celo, sacrificio y conocimiento de la
lengua aborigen. Mientras que los jesuitas en líneas se hicieron con el control de sus
reducciones con indígenas no sometidos pero menos estables.
Un factor del éxito franciscano frente al jesuita radica en el requerimiento sobre el uso de
la mano de obra indígena. Los franciscanos se posicionaron en contra enérgicamente y
con una serie de motivos y razones estructuradas. Los jesuitas en cambio debido a su
estricto orden jerárquico, se les hacia más difícil el camino de la protesta. Lo
consideramos un factor clave porque muestra el interés que mostraban los franciscanos
por los indígenas mayor que el de los jesuitas.
Bibliografía
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Compañía de Jesús. 1747
BETHELL, L. ed., Historia de América Latina, T. 2: América Latina Colonial: Europa
y América en los S. XVI, XVII, XVIII, Editorial Crítica, Barcelona, 1990. pp. 188
BNC- BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE. Carta del padre Klein al padre
Contucci. Jesuitas Argentina Cartas 1613-1747, vol. 282
BURÚA, G. y RODRÍGUEZ MIR, J. (2009). Dossier Etnología del Chaco. Revista
Española de Antropología Americana. vol. 39, núm. 2, 139-149
CRETINAU-JOLIE, J., Historia religiosa, política y literaria de la Compañía de Jesús,
Librería Religiosa, Barcelona, 1853
LOWNEY, C., El liderazgo al estilo de los Jesuitas, Granica, Buenos Aires, 2014
SALINAS, M. L. (2009). San Fernando del Río Negro. Un intento evangelizador
jesuítico a los Abipones. Diálogos. vol. 13, núm. 2, 293-322
GIORDANO, M. (2003). De jesuitas a franciscanos. Imaginario de la labor misional entre
los indígenas chaqueños. Revista Complutense de Historia Americana, vol. 29, 5-24