+ All Categories
Home > Documents > osofla del lenguaje

osofla del lenguaje

Date post: 05-Nov-2023
Category:
Upload: unah
View: 0 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
13
osofla del lenguaje Juan José ACERO Manuel García-Carpintero, Las palabras, las ideas y las cosas. Una presentación de lafilosofla de/lenguaje [ PJC, en adelante], Barcelona: Ariel, 1996. Alfonso García Suárez, Modos de sign¿ficar Una introduc- ción temática a la filosofla del lenguaje [= MdS, en adelante], Madrid: Teenos, 1997. María José Frápolli y Esther Romero, Una aproximación a lafilosofla de/lenguaje [= AFL, en adelante], Madrid: Editorial Síntesis, 1998. 0. En los últimos años se está produciendo una renovación profunda de las obras que presentan o introducen en el campo de filosofia del len- guaje. Las tres obras aquí consideradas, las de Manuel García-Carpintero, Alfonso García Suárez y Maria José Frápolli y Esther Romero, reúnen todas ellas méritos sobrados para ser recomendadas. Ello habla bien a las claras de la pujanza que ha adquirido en el ámbito de filosofia en lengua castellana una disciplina que se estrenó en nuestros currículos académicos hace poco más de tres décadas atrás. Habiendo estado personalmente involucrado en la promoción de la filosoftma del lenguaje durante un buen número de años y habiendo sido con Eduardo Bustos y Daniel Quesada coautor de un manual de la disciplina (Introducción a lafilosofia del len- Lcx;os,lnaksdu’(S”nuínorh, de Mee/Nico. 9)5>. núm. 1. pgs. 32S-337. Snrvici’, ‘le I’nblucac¡oncs, U iivcrs’d”d Complureu’se Madrid
Transcript

osofla del lenguaje

JuanJoséACERO

Manuel García-Carpintero,Laspalabras, las ideasy las cosas.Una

presentaciónde lafilosofla de/lenguaje[ PJC, en adelante],Barcelona:Ariel, 1996. Alfonso GarcíaSuárez,Modosde sign¿ficar Una introduc-ción temáticaa la filosofla del lenguaje [= MdS, en adelante],Madrid:Teenos,1997. María JoséFrápolli y EstherRomero,Una aproximaciónalafilosofla de/lenguaje[= AFL, en adelante],Madrid: Editorial Síntesis,1998.

0. En los últimos añosse estáproduciendouna renovaciónprofundade las obrasquepresentano introducenen el campode filosofia del len-guaje.Las tresobrasaquíconsideradas,las de ManuelGarcía-Carpintero,Alfonso García Suárezy Maria JoséFrápolli y EstherRomero,reúnentodasellas méritossobradosparaserrecomendadas.Ello hablabiena lasclarasde la pujanzaqueha adquiridoenel ámbito de filosofia en lenguacastellanaunadisciplinaqueseestrenóennuestroscurrículosacadémicoshace poco más de tres décadasatrás. Habiendoestadopersonalmenteinvolucradoen la promociónde la filosoftma del lenguajeduranteun buennúmerode años y habiendosido con EduardoBustosy Daniel Quesadacoautordeun manualde ladisciplina(Introduccióna lafilosofia del len-

Lcx;os,lnaksdu’( S”nuínorh, de Mee/Nico. 9)5>. núm. 1. pgs. 32S-337. Snrvici’, ‘le I’nblucac¡oncs, U iivcrs’d”d Complureu’se Madrid

¾.

326 Juan JoséAcero

guaje, Madrid, ¡982) queno seríahoy la mejoropcióna elegir, no debosino expresarmi satisfacciónpor la aparicióndc todasestasnovedades.En esta recensiónquiero señalarsusprincipalescaracterísticas,así comolas virtudesqueposeeny las másseñaladasreservasque guardaconres-pectoa ellas.Sin embargo,dadala disparidaddc caráctery objetivos,mehabréde limitar a tenerpresentesun númeroreducidode aspectosen losquees posiblecompararlas.

1. Las tres obras,PIC, MiS y AFL, estánescritascon el objetivo,expresamenteanunciado,de introducir al lector en el territorio de la filo-sofiadel lenguaje.Pesea ello, cadaunadifiere de las otras dos de tmnodoindiscutible. No hay que inferir de esto que la filosofia del lenguajeseaunadisciplina filosófica con contenidosno puedandefinirseconnitidez.La situacióneraasí dos décadasatrás,no en estosdías.Yunopuedecom-probarun muy elevadogradode coincidenciatctmnáticaentrelas tresobrasdel caso.Sucedemásbienqueestánconcebidasy desarrolladasatendien-do a criterios que no las hacenfácilmente comparables.Así, de las tresAPI. es la que conmayorpropiedadrespondea la idea de una íntroduc-ctmón, que se proponeexponer«[las] concepcionesdcl significadoquesehanido sucediendoa lo largode estesiglo enel ámbitoanglosajón»(AFL,12). Constadesietecapítulos,cadaunode loscuales,si seexceptúael ini-cial, estádedicadoa exponerlas contribucionesmássobresalientesa lafilosofia del lenguajede un autordestacadodc la filosofia del lenguajecontemporánea:Frege,el Wittgensteíndel TractatusLogico-philosophi-cus, Davidson,Kripke, Grice y Searle.Todo ese material se exponedemaneraclara y bien ordenada,respondiendomuybien a las necesidadesde un lector que busqueun texto introductorio fiable a propósitode lostemasque trata. Estaelecciónpermitea sus autorasprocederpausada-menteen lapresentacióny análisisde suscontenidos,lo cual hacequesumaterial‘—en susdoscientascincuentapáginasaproximadamente-se sigamuy fácilmente.

Por su parte,MdSse define comounapresentaciónno por autoresnitampocohistórica,sino temática.Y se atienea esapautasin concesiones,perosin llevar la cosaaextremosexagerados.Lasfigurasde Locke, Mill,Frege,Russell,Wittgenstein,Carnap,Church, Quine, Strawson,Austín,Davidson,Dummett, Searle,Gríce, Katz, Putnam,Kripke, Donnellan,Burge o Fodorson aludidos con ftecuencía,lo que ayudaráal lector asituarlas doctrinasquese presentany a analizaríasvis-á-vissuspromoto-

Filosofladel lenguaje 327

reso críticos. Sinembargo,lo más notabledeMdSes la seleccióny orga-nizaciónde suscontenidos.Constade quincecapítulosdivididos en dospartes(“Sentidoy referencia”, la primera,y “Teoríasdel significado”, lasegunda).A su vez, estasdos partesse subdividenen tres seccionescadauna de ellas. Lastres seccionesde la Parte1 son “Referenciay predica-ción” (capítulos 1 a 3), “Proposicionesy verdad” (capítulos4 a 6) y“Opacidadreferencial”(capítulos7 y 8). Lastresseccionesde la ParteIIson “Significado y contenidosmentales”(capítulos9 a II), “Significadoy verdad”(capítulos 12 y 13) y “Significadoy uso” (capítulos14 y 15).En su total de másde quinientascincuentapáginasbiendensas,repletasde información muy clara y sistemáticamentepresentada.De las tresobrasaquí consideradas,MdSes la que abarcamáscontenidosy la que,entanto que libro dereferencia,es másrompedoraen la elecciónde sustemas.Grandesporcionesde suscapítulos1 (“Referenciay predicación”),3 (“Términos generalese identidad”), 4 (“Proposiciones,fuerzae implí-catura”), 5 (“Teoriasde laverdad”), 13 (“Semánticateórico-modelista”)y14 (“Significado y verificación”) y la (casi) totalidadde los capítulos7(“Modalidad”), 8 (“Actitudes proposicionales”),9 (“Significado y repre-sentacionesmentales”),11 (“Semánticacomponencíal:la teoríade Katz”)y 15 (“Semánticadel rol conceptual”)son innovacionesentrelos manua-les e introduccionesdisponibleshastahacepoco. Tambiénes cierto queMdSse beneficiadel hechodeque la linde entrela filosofia del lenguajey la filosofia de la lógicaseamateriade litigio.

Finalmente,PIC es un libro peculiarSetratade unaobra—tambiéndemás quinientascincuentapáginas,de formato grande,y rebosantesdeinformación,argumentoy ejemplos,quedebeleersedespacio—quequie-re serunapresentaciónde la filosofia del lenguaje.Peropocose pareceaun manual o a un libro de texto al uso. Y por dos razones.La primerarazónes su eleccióny organizacióntemática.Parasu autor,el problemafundamentalde la filosofia del lenguajees el de si “hay unarealidadinde-pendientedenuestrolenguajey de nuestroconocimiento,quenuestrolen-guajerepresentay quepodemosal menosesperarconocer” (PIC, xxviii).En PIC se daunarespuestaafirniativa aestacuestión,examinandometi-culosamentey rechazandola concepciónmentalistadel lenguajey abo-gandopor unaconcepciónexternistadel contenidomentaly del signifi-cado,segúnla cual loscontenidosde los estadosintencionalesqueel len-guajeexpresason trascendentesa lamente.Y a lapar queseacometeesta

328 JuanJoséAcero

labor, se laconjugaconla otrafinalidaddePJC,quees la depresentarlasprincipalesconcepcionesfilosóficas del lenguaje y los másdestacadosproblemasde la disciplina. El resultadodeconjugaramboscometidosesunaobrade estructuracompleja.La cuestióndel enfrentamientoentreelexternísmoy el internismose despliega,segúnlo aprecioyo, enlos capí-tulosIII (§§l-3), IV (§~ 2-3), VI (§§ 1-2), VII (~§ 1,3-4), IX (§§ 3,5), X(~§ 1-2, 4-6), XI y XIV (§§ 2, 4). El resto se entremezcíay articula conestemateriala lo largo de catorcecapítulos.Los queconfiguranelnúcleode PJC son los quese ocupande la relaciónentrelenguajey pensamien-to enLocke (IV), las teoriasdel significadode Fregey Russell (VI, VII,VIII), la naturalezade la lógicay la metafisícadel atomismológico delTractatusde Wittgenstein(IX, X), el argumentode Wittgenstein en lasInvestigacionesfilosóficas contra la posibilidadde un lenguajeprivado(XI), las críticasde Quine a la posibilidadde la teoría del significado(XII). Los capítulosXIII (“Elementosdepragmática”)y (“El programadeErice”) tratan también de temasclásicosde la filosofia del lenguaje denuestrosdías.En ellosculmínaPJCsu largo, y avecessinuoso,argumen-to contralaconcepciónmentalistadel lenguaje.En ellosse recurrea ideasde Gricey de David Lewis paraargumentara favor de la prioridadonto-lógicadel pensamientosobreel lenguajey de la normatividaddel signifi-cado.Por su parte,loscapítulos1, II, III y y se centranen temasnovedo-sos,y por razonesdiversas.El primerose ocupade los objetivosexplica-tivos de las teoríaslingiiístieas;el segundodesarrollacondetalle uno deesosgruposde teorías:las teoríasde las citas. Finalmente,el terceroy elquinto,de carácterinstrumental,estánal servicio del tour deforcede PJC

en tomo a la confrontaciónentreel externismoy el internísmo.Uno seocupadel problemade la intencionalidad;y el otro de la cuestiónmetaftm-sica previade la naturalezade la causalidady otras relacionesnómicas.Sinembargo,uno echaenfaltaunaexposiciónde lasemánticade las con-dicionesde verdad,al menosbajoalgunade sus variantes.

La segundarazón es la maneraen queNC estáescrito. La demandaque se le haceimplícitamenteal lector no es la de tomardatose ideas oseguirlos análisisde doctrinasy argumentos,sino algomásíntimo y com-prometido: la de versea uno mismosiguiendolos pormenorizados,siste-máticos,lentosy magníficamentebienilustradosrazonamientosdel autor,comosí se desplegaranlosproblemasantelapropia miraday fuerauno elsujetodelas reflexionesqueluegosiguen.Por ello, y a diferenciade AFL

Filosofladel lengu«je 329

y de MdS,PIC respondeen menormedidaala ideade libro de texto,puesestáescritoteniendoen mentemásun lectorcon motivacionesfilosóficasserias,totalmenteentregadoa seguirun argumentocomplejo,queun lec-tor interesadopor hacerseunaideade quégénerode problemasse deba-ten en la actual filosofia del lenguaje.Leer PIC con esa actitudpagarámuyconsiderablesdividendos.

2. También en lo concernientea las actitudes filosóficas de fondodifieren entresí estastres obras.Así, PIC y MdS se sitúan en bandosopuestos.Mientrasquelaprimeradefiendeunaconcepciónexternistadelsignificadoy del contenidomental,MeAS se declarapartidariodel ínter-nismo.Esteconflicto adquiere,sin embargo,tonosmuchomenosacusa-dos enMeASqueen PIC. Estaúltima obraadoptaunaactitudabiertamen-tecrítica antelasconcepcionesdel lenguaje,significadoy contenidomen-tal de autorescomo Locke, Wittgensteino Quine. MdSes,por suparte,mucho mássutil. Aparentemente,su modo de procederes neutral; y essólo en ciertos énfasis—por ejemplo,en laextensiónconquediscutecier-tos temaso con quedesarrolladetenninadosargumentos;o en aquién seconcedelavez de laargumentación—queuno sospechacuálesson las con-viccionesprofundasdel autorSu preferenciapor unateoríadel significa-do comouso,su resistenciaalas argumentosde Quinecontralaanalitici-dad, o a las teoríascausalesdela referenciay sudecantaciónpor lo queel autor llama una“forma matizadade internismo”,se detectanconniti-dez. Por lo tanto,MdSes unapresentaciónde la filosofia del lenguajebajola cual laten conviccionespersonalesmuy meditadas.Conviccionestam-biénmeditadas,peroque señalanen direccionescompletamentedistintasdibujan la mayor parte,no del entramadosubyacente,sino del paisajemanifiestode PIC. La ventajade estaexplicitud es queel lector no puedellatmnarsea engañoen cuantoal lugar al que se le conducey al modo enqueestose lleva a cabo.A cambio,al seruna“obra de tesis”, PIC tieneelinconveniente—exceptopor lo que hacea los capítulos1, II, XIII y XIV,quequedanfueradel alcancede esaexigencia—de queabordamuchosdelos temasde quetratacon lamiradapuestaen objetivosquesólo resultanfamiliares,ademásde a suautor, al lector que sabede ellos. Pesea esto,PIC ofrecemúltiplescompensacionesal lector paciente,puesestá repletode puntosde vistapropios(un solo ejemplo:el interesantísímoanálisisdelos notmnbrespropios y expresionesdeicticasque se exponeen § VII.4)

sobre tmnuy distintas cuestiones,sean de detalle o de mayor alcance.

¼

330 JuanJaséAcero

Finalmente,de las tres obrasAFL es, como ya he dicho, de las que seocupa esta recensiónla que de maneramásclara y directarespondealobjetivo de serunaintroducción.Estono quieredecirqueAPL se limite alos primerospasosen cadauno de los temaselegidos,sino que susauto-rasschanmantenidofirmesen elpropósitodeevitar interferencias.Dicholo cual puedeañadirsequelos puntosde vistaparticularesse detectanendistintos lugaresde AFL, en especialen su prólogo,su capítulo inicial ysu apéndice.Algunasreferenciasen las notasa final de algunosde suscapítulosnos conducena lo queseríanlas contribucionesde las autorasaeste o aquel otro tema. En líneasgenerales,sin embargo,puede decirsequeAFL respondea laconviccióndequela filosofia del lenguajede estosúltimos añosconteínplala pugnade dos paradigmas:uno centradoen lafilosofiade Davídsony el otro enlas contribucionesde Cirícey Searle.Laimportanciaconcedidaa éstasexplica que se reserveun capítulo a cadauno de estosautores(los capítulos6 y 7); y el valor quese le reconoceala contribuciónde Davidsony a la anticípaciónde algunasde susideasporFregey el primerWittgensteindacuentade los contenidosde los capí-tulos dedicadosa Frege (el segundo)y al Tractatuswíttgensteiniano(eltercero).

Hay otro aspectoenqueAPL difiere tanto de PIC comode A4dS: merefiero al grado de concienciade la actividad filosófica quelos respecti-vos autoresmanifiestan.ParalasautorasdeAFL, la filosofia del lenguajees teórica:unaparte(sustancial)de la laborde construcciónde unateoríadel significado,de la representacióndel mundopor el lenguaje.Los auto-resde PJCy MdSconcibenla filosofia del lenguajecomoun ámbito espe-cífico en el queAFLícar la máxima de Foster:“(Límitese a hacercone-xiones!” (“Only Connect!”) En el casode PJC, sin embargo,se admitequeno existeunadivisoria nítida entreespecificarun contenidoconcep-tual por relacióna otros conceptosy decir, simplemente,cómo son lascosasde un determinadoámbitodel inundo.Debo decir,máscon la acti-tud del sorprendidoqueconla del discrepante,queaciertoa ver quéreco-muendala máximade Fostercuandonos las habemosconalgunosproble-masespecíficos(p. ej.: ¿Quées una verdadanalítica?¿Sonlos deseosintenciones?);pero que no veo en absoluto cómo la incorporacióndeamplias porcionesde PIC y de MdS puede justificarse medianteesamáxima.En particular,los capítulos?,8, 9, II, 12 y 13 de MeASescapana esaconcepcióny contienenabundantematerialcuyarazón de seres la

Filoso/ladel lenguaje 33 1

de hacerpropuestassustantivassobredistintostipos de cosas:modalidad,estadosmentales,etc.

3. Dejandoconstancia,entonces,de lo alto quevaloro estastresobras,quiero contribuir ahoraa sudiscusiónexponiendolos principalesaspec-tosenquediscrepode ellas.(Sólotendréencuentaalgunasdiscrepancias,puesel espaciode quedispongono mepermitedescenderacuestionesdemásdetalle.)

En lo concernienteaAFL, elprincipal reprochequequierohacertienequever consu contenido.(i) Obviamente,todoslos autoresseleccionadosdebenestarenla galeríade personajesilustres,pero laselecciónhechanopuedeconsiderarsecompleta.(Esperoqueesteinconvenientepuedareme-diarse en unaedición futura, dado queAFL no es un libro extenso.)Unmínimo de dos capítulosse echanen falta paraquela aproximacióna lafilosofia del lenguaje“de este siglo en el ámbito anglosajón”puedacon-siderarseculminada:un capítulosobrela teoríaverificacionistadel signi-ficado—¿Y aquéfilosofo se leeligecomoestandartedel tema?¿AQuine?¿A Dummett?—;y un capítulo sobreelWittgensteinde finalesde los añostreinta y de ladécadade los cuarenta.La presenciadel primero de estoscapítuloscontribuiría, además,a hacerde API. un todo más integrado,pues un argumento no excesivamentesinuoso penníte presentar elextem(al)ismodel significado,queha propugnadoKripke, comoalterna-tiva al empirismosindogmasde Quine.Y ladelsegundopermitiríaincor-poraral elencode cuestionestodo un ramillete de temasy problemasclá-sicos:el significadocomouso, el seguimientode reglas,el argumentodellenguajeprivado, la naturalezadel análisisconceptualy otros varios. Lasautorasjuzganla teoríaverificacionistadel significadocomouna de“lasviasmuertasde la teoríadel significadode estesiglo” (AFL, 12). Y a míinc pareceque es éste un juicio apresurado.No comulgandopersonal-menteconel punto de vistaveríficacionista,hede reconocer,sin embar-go, el pesode todaunatradición en la filosofia inglesade las cuatroúlti-masdécadas(en la quedestacanDummetty Crispin Wright,perotambiéna neofregeanoscomo Peaeocke,McDowell o Evans),a la que debemosbuennúmerode ideasquese han venidobarajandoen los añosochentaynoventa,que ha adquirido una suertede compromisocon la semánticaverificacionistao convariacionesde ella, comola semánticade criterios.Y también discrepo de la adscripción del Wittgenstein de las

332 JuanJoséAcero

Investigacionesfilosóficasa“la mismalíneade escepticismo[queel] quí-neano”(AFL, 246).

(u) Además,y éstaes unacríticayamenor,creoconvenienteparaayu-dar al lector sinbagajequeel avisoquese haceen la nota5 del capitulo2 (sobrecómousaFregeel término ‘función’) se incorporedesdeel prin-cipio a la exposiciónde las doctrinasde Frege.

En AFL (pág. 17) anunciansusautorassu intenciónde evitar los terri-torios en los quela filosofia del lenguajehacefronteracon la metafisica,laepistemologíay la filosofia de la mente.Ello explicaporquéde todo elabanico de cuestionesrelativas a las relacionesentre el lenguaje y lamenteAFL sólo se ocupadel problemadc las relacionesentreel signifi-cadoy las intencionesdel hablante.A este respecto,aunqueMeAS’ ofreceuna perspectivamásamplía,creoque en el fondo encontramosunaacti-tud parecidaa ladeAFL. Las dos obrasme reafirmanen laconviccióndeque hayproblemasmetafisícosque uno no puedeignorar sin que en elcamino dejemosincumplidoslos propósitosque nos habíamoshechoalabordarproblemaspertenecientesa otros ámbitosfilosóficos. (Tiempoatrásme producíagranexcitaciónintelectualla idea de Dummettde quela filosofia del lenguajese habíaconvertidoen el núcleode la problemá-tica de la filosofia. A esaexcitaciónno eraajenoel hechode quela filo-sofia del lenguajeera la especialidadfilosófica en la queyo me entrena-ba. Hoy creo que el argumentoque lleva a Dummettal punto de vistaexpuestoesprofundamenteerróneoy quela verdaddel casose halla en laopinión,muchomástradicional, de que los problemasfilosóficoscentra-les son los de la metafisica(tambiénde la epistemología);y que no podre-mos llegar al fondo de las cuestionesde la filosofia del lenguajesin unbuen entrenamientoen el tipo de cuestionesque hallamosen manualescomolos de Loux,Van [nwagenu otros. Si renunciamosa la metafisica,otro la haráen nuestrolugar.) Por ello, (i) se me hacecuestaarriba vercómo encajanentre sí el ataqueque se hace en MdS a la denominada“perspectivaegocéntrica”,utilizandocomoarietede laarremetidaelargu-mentowittgensteínianocontra la existenciade un lenguajeprivado —ata-queal queme sumo—con el intemismo,si bien matizado,dc quese hacegala-endiferentes-kgares-de-MdS;porejemplo,en-materiasdereferenetay sentidode términossingulares(capítulos 1 y 2) o biena propósitode lanaturalezade laproposición(capítulo4) y de la semánticade los términosde génerosnaturales(capítulo 3). Mc sorprendeque se seapartidariode

Filosofla del lenguaje 333

ladoctrinade queloscontenidosde los estadosmentalesdependende fac-tores internosal sujetoy queal mismotiempo se considereque la pers-pectivaegocéntricaes unacausaperdida.

(u) Esatensión,en laqueMdSnoentra,sepercibeluegoen otros luga-res. Hay uno, en particular,quequieromencionar:la crítica quese haceala teoríadel contenidode Fodor,a la quese acusa(en § 9.5) de estarcom-prometidacon la aceptaciónde queel lenguajedel pensamientoesun len-guaje privado. Juzgo poco prometedorsostenereso tras la renuncíadeFodoral internismoen TheElm and theExpert(1994).Peroinclusoantes,en las respuestasquehallamosal final de MeaningandMmd: Fodor and

1-lis Critics (1991),Fodorhabía abiertoya la posibilidaddequela activa-ción de un concepto—un ítem de la lingua mentís—fueseun episodiodelseguimientode unareglaal incorporarel elementonormativoen la “teoríaintermedia”quesirve de canalparala vinculaciónde conceptoy conteni-do. Otrosreprochesseríanmenosobjetivospor mi parte,puesse originanen conviccionesqueno afectanparanadaa lacalidady claridadde MdS.

(iii) Así, opino queelpartidariode la teoríade laverdadcomocorres-pondenciapuedesentir, al leer§ 5.2.3.(especialmente,§ 5.2.3.2),quesuscartasno han sido jugadasni bien ni quizás todasellas.Su condenasefirma con la crítica davidsonianade queel correspondentistacreeen laexistenciade hechos;y conel argumentofamosode que si hay hechos,sólo existe el Gran Hecho. Pero se ha expuestoya en varios lugares—Barwise y Perry lo hicieron, pero antesSmullyan habíadetectadoelpunto débil— queesteargumento,elArgumentodel Tirachinas,es formal-mentedefectuoso;y queDavidsonno se dió cuentade su incorrección.Amilos hechos,ni siquieracuandodejande entendersecomoficcionesúti-les,no me causanmolestiaalguna.Y si alguienlosatacaconun másquedudosoargumentoformal, tenderéamirar condesconfianzaal atacante.(Sí renuncioa la metafisíca,otro la haráen mi lugar.)

La complejidaddePIC hacedificíl discutirloen suglobalidadtirandodel hilo adecuadoy siendoluegoperseverantecon los nudosque vayansaliendo.Aquí, los supuestosontológicos,epistemológicosy de filosofiade la menteestánclaros. Y, además,los comparto.Así, pues,¿enquédis-crepo?He aquítresde misprincipalesdiscrepancias.

(í) El Fregeinternistaqueencontramosen los capítulosVI y VII amime pareceinexistente.No porqueno hayaingredientesinternistasen elpensamientofregeano,sino porque habiéndolos,tambiénhay, y segura-

334 Juan.IoséAcero

menteen mucha mayor medida, ingredientesde todo lo contrarío. Eldesenfoquese produce,en mi opinión, por hacerseuna lecturade Fregebasadaen criterios ajenosa tinaspreocupacionesy formaciónfilosóficasesencialmentedecimonónicas.Fregees unafigura querespondea las pre-ocupacionesdel siglo XIX en una medida muchomayor quelo que hasido costumbrepensardespuésdel influyente libro de Dummett (Frege.The PhilosopkvofLanguage,1973), un libro por el que el autorde PJCmanifiestaabiertamentesu admiración.Sin embargo,como ha expuestoen másde una ocasiónTyler Burge (p. ej., en “Sinníng Against Frege”,PhdosophicalReview,197 9), Fregeasignóa su nociónde sentidocome-tidos diversosy, lo peordel caso,tan incompatibleslos unoscon losotrosqueno esde extrañarquepuedaverseen Fregea un internista,aun pla-tónicoo a un partidariode otrasposicionesfilosóficas.El resultadoesquela filosofia del lenguajefregeanaresultaincoherenteen respectosesen-ciales,no siendoposibleaunarlostodosenun mosaicosin fisuras.

(u) La imagenque del segundoWittgensteinpresentael capítuloXl,comodefensorde una teoría veríficacionistadel significadoy promotordel conductismológico enfílosofia de la mente,me llenade tantaperple-jidad y desazónqueahoramismono sabríadeciren quépunto comienzoa-discrepar-de--ella;-sólo-soy-consciente-de queyal- finalizar-la-lectura-delcapitulo,esa imagenno coincidecasi en nadacon laquese desprendedemi lecturade las Investigacionesfilosóficas, Zettel o de los Remarkson

Hm FoundationsofPs’yclwlogy.(Porel contrario,compartosu reconstruc-ción de la filosofía del Tractatusy de la figura de Quinecomoun filóso-fo internista.)En mi opinión, la mejor lecturade esteWittgensteínes laquetratade ver en él eso queWittgensteinbuscaba:alguienno adscritoaposicionesfilosóficaspropiamentedichas.Así, me veo incapazde conci-liar las interpretacionesquese hacende los pasajesde las Investigaciones

quese citan con las míaspropias.El punto más candentede esa interpre-tación, pues aquí MeAS y PJC colisionan frontalmente, es el de siWittgenstein fue o no un conductista lógico. PIC se remite aInvestigaciones,§ 307, dondeWittgensteinescribequeal decirquetodoexceptoel comportamientoes unaficción, serefieretan sólo aunaficcióngramatical.Sesuponequeesosignificaquelasexpresiones(o conceptos)mentalistas,unavez que se los entiendebien, pasana versecomoexpre-siones (o conceptos)que relativosa comportamientosde los hablantes.<Peroes así comohayqueentenderesaobservación?Sí leemos§ 307 en

Filasolla del lenguaje 335

combinacióncon§ 370, quedice quepreguntarseporel uso de ‘imagina-ción’ espreguntarseigualmentepor lanaturalezade la imaginación,la fic-ción gramaticaldevieneinseparablede la ficción ontológica.Y con ellotenemosaWittgensteinconvertido,no en un conductistalógico, sino enun reduccionistaenmateriadevidamental.No veoqueestaopinión tenganingunaplausibilidad.

(iii) En § X.2 se proponeunaexplicaciónde la (cuandomenososcu-ra) distinciónclásicaentredeciry mostrarEs sorprendentementeoriginaly, por ello, merecedorade un escrutiniodetallado.Segúnella, lo que semuestra(en el mundoy en el lenguaje)son verdadeslógicamenteposi-bIes, pero analíticamenteimposibles.Mis dudasal respectonacendelhechode queWittgensteindice que se muestrancosas—muchasy varia-das—queno parecentenercabidaen esteesquema.Por ejemplo:el uso dedos nombresdistintos ‘a’ y ‘b’ mostraríaen el lenguajelógicamenteper-fecto quehaydos individuosen el mundo,puestoquedecirquea b esun sinsentido(‘nonsense’).Pero,¿porquéseriaunaimposibilidad analí-tica que a = b? Y sí nosremitimos a la Conferenciade Ética, ¿porquéseríaanalíticamente(im)posible‘el mundoexiste’?En mi análisisde estetema(“Significado y necesidaden el Tractatus,Da/man,1991),he llega-do alaconclusióndequeladistincióndecir/mostrardebeelucídarseapar-tir deotra distincióndel Tractatus,a saber: la queseparalas propiedadesformales(tambiéndenominadasinternas,estructurales)de las propieda-desexternas(materiales)(cf Tractatus,§§ 4.122y ss.).Aunqueestalíneainterpretativano está libre de tensiones,se ajustaen una medidamuchomayorquela de PICa los contenidosdel Tractatus.

4. Finalmente,quieroseñalartresrespectosen los quehoy porhoymealejo por igual de los puntosde vistadefendidosenAPI., MdSy PIC. (i)Ningunade estastres obrashacecausacomúnconla ideade queel len-guajeseaunafacultado, comohaescritorecientementePínker,un instin-to. No creoqueaestasalturasdel siglo éstapuedaseguirsiendounacues-tión quedebatir. Los argumentosa su favor son abrumadores.¿Porquélaignoran,entonces,estasobras?Al menosen el casode MdSy dePIC, meparecequesu concepciónde filosofia resultadetei’mínantede queignorenestetema. No es éstaunacuestiónquepuedaabordarsecon la metodolo-gía del análisis conceptual,sino unaque exige el reconocimientoy lavaloraciónde hechos.Y ello empujaaentenderla labordel filósofo comoestrechamenteinvolucradaconladel científico.MdS,en particular,mues-

336 JuanJoséAcero

tra unaactitudpoco dadaa aceptarestetipo de compromiso.(u) Todos los autoresaceptande una u otra maneralos argumentos

queconcluyenqueunadistincióncomo la queseparael sentido(o el sig-nificado)deunaexpresiónde su referenciadebeocuparun puestofunda-mentaldentro de la teoria del significado.Y la posibilidadde que esosargumentosintroduzcanen la argumentaciónsemánticaconsideracionesajenasa los cometidosde ésta,quela teoríadel significadocontemporá-neaarranquedeun error,no estenidaencuenta.Ami modo dc ver, resul-ta sintomáticode que algoandamal en todo estoel que la teoríadel sig-nificado posteriora Fregetengatan pocoqueaportara, o quebeneficiar-se de, los clásicosestudiosde semánticahistórica.(La semánticalógicayla filológica se ignoranolímpicamente.¿Asi quecuandocomparamospre-dicadoscomo ‘griego’ y ‘heleno’, todo lo quese nos dice es querefierena la mismapropiedad(o quese predicande los mismosindividuos), peroquesusignificadoes diferente.El juicio mepareceperverso.Si haysino-nimos, ‘griego’ y ‘heleno’ tienenque serlo; como ‘brócoli’ y ‘brécol’; y,puestosa añadirotros ejemplo,como ‘Valladolid’ y ‘Pucela’. Sinónimos,perocadaexpresiónconsu propia historia a susespaldas.La invencióndemodosde presentacióndel referenteu otrasformasde decimosquées esealgoquelos distinguea efectossemánticos,peroqueno es lo quedesig-nano aquellode lo quese predican,me parecenepiciclosañadidosa epi-ciclos. Me temo queFregepusoa la teoríadel significadoen un camino,si no equivocado,no exentode bifurcacionesqueno conducena ningúnlugar No hay duda de que cuandoaceptadesenvolversedentro de unparadigmateórico, las objecionesquelo ponenen cuestiónsuelensercon-sideradasde mal gusto.Y estaobjeciónque acabode haceres de estegénero.Por ello, ruego se me excuse,cuandodigo que no deberíamosmostrarnosinsensiblesal hechode quela tradiciónde la filosofia del len-guajea laquepertenecenlos autoresdeAPI., MdSy PJC, laúnicasólidaqueencontramos,parecedejarfueraproblemasde muchointerés.

(iii) Finalmente,quiero referinneaGrice. Lastresobrasconsideradasen esta recensióndedican capítulosa la filosofia del lenguajede Gríce,todosellosmásquecorrectos.En AFL y PJC la actitudhaciaesasideasno es,en líneas generales,crítica; mientrasque MeASse haceeco de lasnada impertinentesobjeciones de Evans y McDowell. Sin embargo,dejandoa un ladoestasdiferencias,hay algoen las tresobrasqueno veoreflejado.PuestoqueAPI. y MdSsemuestranmuchomásreaciosquePIC

Filosofia del lenguaje 337

a adoptarcompromisosmetafísicosy epistemológícos.la objeciónes másclara en su caso.Mi reproche(que me he hechoa mí mismo tambiénnumerosasocasiones,puesyo mismopaséporalto estoen nuestromanualde 1982)es que unaclasificaciónde las teoriasdel significadoqueeolo-que en píe de igualdad,aunqueen casillerosdiferemites,a unasemánticade las condicionesde verdady a unasemánticabasadaen intencionesnoutiliza criterios apropiados,sino quemezclamanzanascontomillos. Deotra manera:la teoríadel significadode Grice no es unateoría;no lo es,digamos,si creemnosque una semánticade las condicionesde verdadesunateoría.Ni siquieracabeel recursode decirquees unateoríapraginó-

tica, porqueno es unateoría. Identificarel significadode un enunciadoconsus condicionesde verdades un paso,y nadatrivial, parapredeciryexplicarhechosde laconductacomunicativa.Ahorabien,no puededecir-se estomismode la propuestade análisisdel significadode las proferen-emasen ténninosde las intencionescomunicativas.Mi sugerenciaes quelo que llamamosla “teoría del significadode Grice” es una propuestametafisicasobrelascondiciones,constitutivas,de los seresquepuedenseragentesen unasituaciónde intercambiocomunicativo.Unapropuestaela-boradaateniéndosemásalas exigenciasde lareconstrucciónracionalquea las de la psicologíao la lingiiística. A ini juicio, las publicacionespós-tumasde ciertosescritosde Gríce(reunidosen The Conception9/Value,

1991) apuntanen esta direcciónque señalo,unadirección que no veoreflejadaenningunade las tres obrasdelas queme he ocupadoen estaspáginas.


Recommended