LEER CON LOS OÍDOS: UNA EXPERIENCIA DE PROMOCIÓN
DE LECTURA Y CULTURA EN LA BIBLIOTECA
Laura Gabriela Ceballos Ramírez
Estudiante de Licenciatura en Español y Filología Clásica
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia
Área temática:
Desarrollo de estrategias para la comprensión y producción de
textos.
Tipo de ponencia:
Experiencia de aula
Nivel educativo:
Educación Básica
Resumen:
Esta ponencia presenta los resultados y análisis de la actividad
‘Leer con los oídos’ realizada en la Biblioteca Pública
Municipal de Olaya Herrera con el fin de promover la lectura y
la escritura de manera que sobrepasara lo funcional, que
despertara la creatividad, que recuperara la memoria histórica y
al mismo tiempo que construyera identidades colectivas. Aquí se
exponen los retos del proyecto, al trabajar en una comunidad
intercultural, logrando identificar una visión ‘común’ del mundo
a través de la lectura y la escritura. Además, este texto logra
demostrar cómo estos círculos de lectura en voz alta, dirigidos
principalmente a menores de doce años, generan el reconocimiento
y la apropiación de sus propias manifestaciones culturales y
cómo los textos, como productos culturales del ser humano,
ayudan a construir la identidad de un pueblo.
Palabras clave: Lectura en voz alta, Biblioteca, Cultura,
Identidad.
Abstract:
This presentation is about the results and analysis of the
activity 'Reading with the ears' held in the Public Library of
Olaya Herrera. The objectives of this were to promote reading
and writing beyond merely functional purposes, to awaken
creativity, to regain historical memory and at the same time to
build collective identities. Here it’s presented some challenges
of the project, working in an intercultural community, and a
'common' world vision through reading and writing is identified.
It also attains to demonstrate how these circles of reading
aloud, mainly to children fewer than twelve, generates awareness
and ownership of their own culture and how texts as cultural
products of human being, help in building the identity of a
people.
Keywords: Reading aloud, Libraries, Culture, Identity
INTRODUCCIÓN
1
El Ministerio de Cultura de la República de Colombia ofrece
anualmente apoyos a investigadores, artistas y gestores de la
cultura para fortalecer el sistema cultural del país, mediante
la Convocatoria de Estímulos. Dentro de esta se ofrece el premio
“Pasantías en Bibliotecas Públicas” con el fin de fortalecer la
gestión, los servicios y los programas de las bibliotecas del
país mediante la ejecución de un proyecto planteado por
estudiantes universitarios de últimos semestres de cualquier
carrera.
En el año 2012, el Proyecto ‘Biblioteca Abierta Patrimonial’
(BAP) fue uno de los proyectos ganadores en esta convocatoria y
se desarrolló en la Biblioteca Pública Municipal de Olaya
Herrera. Para comprender los objetivos y la metodología del
proyecto y de la actividad “Leer con los oídos”, a continuación
conoceremos algunas particularidades del Municipio:
Este municipio se encuentra situado al suroccidente
colombiano, en el norte del Departamento de Nariño, muy cerca de
la costa pacífica afronariñense. Este territorio está compuesto
por 2.929 km2 siendo la mitad de estos área rural donde sólo
habita un 12% de la población, de aproximadamente 28.500
personas (Olaya Herrera-Nariño, 2009). Su cabecera municipal se
conoce como Bocas de Satinga y se encuentra en el mismo lugar
donde confluyen los ríos Satinga y Sanquianga, lo cual implica
una desventaja para la estabilidad del terreno. Las únicas vías
2
de comunicación y transporte de mercancías son fluviales. Los
servicios públicos en este municipio son precarios.
La población olayense tiene un gran porcentaje de habitantes de
raza negra, un pequeño porcentaje de indígenas Awá y Eperara
Siapidara que no habitan en la cabecera municipal, población
zamba o “cholo-negros” - como son llamados por los mismos
olayenses y que se identifican por su combinación de rasgos
indígenas con rasgos negros-, población de raza mestiza -
provenientes de ciudades del interior del país llamados “paisas”
por su color claro de piel- y “culimochos” como son llamados los
eurodescendientes de unos caseríos que se encuentran cerca a
Olaya Herrera y se caracterizan por ser de color de piel
“blanca”, cabello rubio y lacio y ojos que tienden a ser claros.
Sin embargo, hay que hacer una distinción entre la raza negra y
la cultura afrodescendiente, pues el color de piel no es
condición para que la gente se autodenomine perteneciente a
determinada cultura. Un ejemplo de ello es que una gran parte
del pueblo se identifica como cristiano-evangélica y no ven de
forma apropiada las historias y costumbres afrodescendientes.
En cuanto a la actividad económica podemos decir que en el
municipio hay pesca, explotación maderera, producción agrícola
de productos como cacao, caña, maíz, arroz, frutas, coco,
plátano y cría de animales domésticos y, por desgracia,
producción de coca, aunque esta se ha disminuido en los últimos
3
años debido a las fumigaciones. El Diagnóstico de Derechos
Humanos (DD.HH.) realizado por el Observatorio del Programa
Presidencial de DD.HH. y Derecho Internacional Humanitario (DIH)
muestra cómo la presencia de los cultivos de coca se incrementó
hace algunos años (2009, p. 5) generando la disputa entre
diferentes grupos armados que se valen de la situación para
someter a los mismos campesinos (2009, p. 33).
En materia cultural hay una gran deficiencia por parte de las
autoridades y una gran indiferencia por parte de los habitantes.
El 85% del dinero recaudado para la cultura se destina a las
fiestas del pueblo y para la biblioteca sólo se destina un 1%
evidenciado en el “Presupuesto Municipal Vigencia 2012”
(Alcaldía Municipal Olaya Herrera, 2012).
La Biblioteca Pública Municipal “Olaya Herrera” fue el espacio
en donde se realizó la actividad “Leer con los oídos”. Esta se
encuentra en un barrio localizado en uno de los extremos del
pueblo hacia la montaña, en medio de una gran vegetación, a 100
metros de la instalación de una compañía del ejército que está a
cargo del Municipio. Al inicio de la pasantía la biblioteca se
encontraba abandonada, sucia y con las colecciones
desorganizadas, pero en el transcurso de ella, con la ayuda de
los mismos asistentes y algunas veces del bibliotecario, la
biblioteca adquirió orden. Al interior de ella se encuentra la
Sala Infantil, lugar más frecuente para realizar la actividad
4
con los niños. Este era el lugar que se encontraba mejor
conservado a pesar de ser el más utilizado. Tenía cuatro mesas
hexagonales que permitían a los niños trabajar en grupo y aunque
los estantes eran altos, se organizaron los libros de acuerdo a
la altura de la población que los utilizaría.
El objetivo del Proyecto “Biblioteca Abierta Patrimonial” fue
incentivar el uso de la Biblioteca Pública Municipal ‘Olaya
Herrera’ como un espacio de diversión y entretenimiento para la
recuperación de las tradiciones afrocolombianas por medio de la
lectura y la escritura. “Leer con los Oídos” fue una de las
actividades que ayudó a cumplir con los objetivos del proyecto y
fue el principal medio para lograr una mayor apropiación de la
biblioteca como un espacio de lectura y, además, para iniciar la
reflexión sobre la importancia de las lecturas textuales del
mismo entorno cotidiano.
El objetivo principal de “Leer con los Oídos” fue fortalecer la
lectura y la oralidad de los escuchas mediante el conocimiento
de sus propios saberes y tradiciones. El objetivo secundario fue
ofrecerles un espacio de lectura para que encontraran otros
mundos más allá de sus realidades y reconocieran sus realidades
en otros mundos.
REFERENTES TEÓRICOS
5
En el Proyecto “Biblioteca Abierta Patrimonial” (B.A.P.) se
propusieron dos líneas transversales que serían la base de todas
las actividades realizadas: el folclore y la literatura.
La primera se basó en el término acuñado por William John Thoms
('Folk-lore', 1846), que hace referencia al “saber tradicional
del pueblo” y la segunda, la literatura, concebida como una de
las manifestaciones culturales del ser humano destinada “a
conservar, en medio de la definitiva universalización de la
escritura, el patrimonio del decir simbólico en mayor medida que
ningún otro género de discurso” (Castello, 2003), es decir que
recoge desde las expresiones orales, hasta escritas que
representan de manera simbólica a la cultura.
En este punto quiero recordar que aunque el significado
etimológico de la palabra literatura, haga referencia únicamente
a lo escrito, algunos estudios de la teoría literaria nos
muestran que el límite entre el folclore y la literatura se ha
desdibujado, dando lugar a nuevos términos como Literatura Folclórica y
hasta Literatura Oral. Esta convergencia es permitida en la actualidad
y particularmente en la presente ponencia, ya que el lenguaje es
uno de los mecanismos de manifestación del folklore y de la
literatura. Este puede manifestarse de forma oral, visual,
auditiva, corporal y escrita, se constituye en una fuente de
expresión ideológica, religiosa e histórica y puede llegar a
6
convertirse en un medio de transformación. Al respecto, los
Estándares Básicos de Competencias en Lenguaje plantean que “el
lenguaje es una capacidad humana que permite, entre otras
funciones, relacionar un contenido con una forma, con el fin de
exteriorizar dicho contenido (…) de diversos modos, bien sea de
manera verbal, bien sea a través de gestos, grafías, música,
formas, colores…” (Ministerio de Educación Nacional, 2006, pág.
20)
Existen muchas formas de comprender dichas manifestaciones, una
de ellas es el acto de leer considerado como un proceso de
construcción de significados que requiere cierto nivel de
motivación, el cual depende de las reacciones del lector ante
emociones, necesidades o deseos. La motivación a la que nos
referimos tiene que ver con el concepto de auto-eficacia
planteada por Bandura, el cual reafirma “el papel motivador que
tiene la percepción de uno mismo como agente capaz de llevar a
término determinadas acciones” (1982, págs. 122-147) en
oposición a lo que plantea Ausubel (1978, págs. 365-366) en
donde la motivación es determinada por elementos externos a
ella.
El acto de leer implica varias operaciones físicas y cognitivas.
Dentro de las operaciones físicas se encuentra la decodificación
que, en el texto escrito “centra su atención en la
identificación de los signos gráficos y su significado” (López &
7
Arciniegas, 2004, pág. 25). En este sentido oír también es un
proceso de decodificación que implica la identificación de
signos fonéticos y su correspondencia con los demás elementos
que conforman las unidades lingüísticas, al igual que el acto de
ver cuando se identifican los signos que definen las imágenes
como los colores, las formas y los significantes que evocan.
Dentro de las operaciones cognitivas se encuentran, en primer
lugar, la comprensión, que permite articular los conocimientos
del lector, las claves lingüístico-textuales y la situación de
la actividad lectora; en segundo lugar, la interpretación, que
se traduce en la capacidad del lector para reconstruir los
significados de los textos, elaborar esquemas de ellos e
identificar su intención; en tercer lugar, la retención, que
“apunta al hecho de almacenar en la memoria semántica o de largo
plazo la información que el lector considera como relevante, con
la cual llevará a cabo la acomodación de sus esquemas
conceptuales” (López & Arciniegas, 2004, pág. 27) ; y la
evocación, que “consiste en traer a la memoria de trabajo la
información almacenada con el fin de aplicar los conocimientos
para la resolución de problemas (…) para valorar el texto o para
dar cuenta del grado de apropiación de éste” (López &
Arciniegas, 2004, pág. 28).
Teniendo en cuenta lo anterior, la actividad “Leer con los
Oídos” se creó con el objetivo de fortalecer el conocimiento y
la recuperación del “arte verbal”, las “labores ancestrales”, y
8
los “simbolismos rituales”. El “arte verbal” es una definición
de William Bascom (Verbal Art, 1955) que reúne los elementos
testimoniales y las creencias populares manifestadas
inicialmente de manera oral, es decir, historias, relatos,
cuentos, mitos, leyendas, entre otros; las “labores ancestrales”
se traducen en los quehaceres y conocimientos propios de los
pueblos para su subsistencia cotidiana, es decir, la
agricultura, la pesca, la gastronomía, la medicina, la
artesanía; y lo que yo llamo “simbolismos rituales” son los que
componen aquellas representaciones simbólicas del día a día que
encarnan la cosmovisión de un pueblo, como el vestido, las
fiestas, el baile, la música, los rituales, el arte, etc. Este
concepto está relacionado con las representaciones sociales que
plantea Moscovici, las cuales constituyen una creencia, o son
elementos de ella (Raiter, 2001, pág. 5).
Para tener un vínculo entre los textos, los lectores y el
contexto y así aportar directamente a la construcción de los
significados, la actividad “Leer con los Oídos” utilizó
principalmente la técnica de “Lectura en Voz Alta”, poco
utilizada en la actualidad al ser reemplazada por la lectura
silenciosa o “silente”. Esta exige cuidar el “énfasis de sentido
y el de intención, la modulación, las <<cadencias de expresión y
de puro adorno>>, la expresión, los tonos de la voz (alto,
mediano y bajo), el <<tono peculiar para sentimientos y
emociones>>, debiendo ser el tono o estilo de la lectura (…)
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análogo y acomodado al género del escrito, con un cuidado
especial para la lectura de los versos” (Botrel, 1998)
De esta forma “gracias a la lengua (…) los individuos
interactúan y entran en relación unos con otros con el fin de
intercambiar significados, establecer acuerdos, sustentar puntos
de vista, dirimir diferencias, relatar acontecimientos,
describir objetos” (Ministerio de Educación Nacional, 2006) “y
así construir espacios conjuntos para su difusión y permanente
transformación” (Ministerio de Educación Nacional, 2006)
Aspectos Metodológicos
La propuesta de la actividad “Leer con los Oídos” se fue
estructurando en medio del trabajo bibliotecario y
administrativo y de la ejecución del proyecto; por lo tanto se
presentaron varios inconvenientes antes de iniciar la actividad,
entre ellos, la falta de conocimiento de la población y sus
dinámicas cotidianas. La actividad se enfocaba únicamente en el
reconocimiento del “arte verbal” por medio de la interacción
oral entre todas las personas de la comunidad y la lectura en
voz alta de poesías, cuentos, monólogos y obras de teatro. Esta
se ofrecería en las horas de la mañana a personas de todas las
edades.
10
En ese momento apareció el primer aspecto a analizar; en vista
de las condiciones en las que se encontraba la biblioteca al
iniciar la pasantía (abandono, desorganización y suciedad), las
horas de la mañana estarían dedicadas a la catalogación y las
horas de la tarde a las actividades con los niños y niñas que
quisieran asistir a la biblioteca con el fin de aprovechar desde
su uso escolar hasta su uso recreativo. Allí es cuando se genera
la pregunta: ¿cuál es el momento apropiado para realizar la
actividad “Leer con los Oídos” sin romper con las dinámicas
propias de las personas? Reformulé la actividad para que se
desarrollara en las horas de la mañana, sólo algunos días a la
semana. De esta forma intervendría con la labor bibliotecaria
que había asumido, ni con los servicios básicos que la
biblioteca debería ofrecer.
El segundo de los aspectos a examinar surgió a raíz de la falta
de análisis de algunas dinámicas normales en muchos lugares
rurales y urbanos; el curso de la mañana no es una hora de ocio
ni para los adultos, ni para los escolares. Entonces la pregunta
a resolver ahora era: ¿cuál es la población mejor dispuesta para
recibir, inicialmente, esta propuesta? Las docentes del grado
primero de dos colegios de Satinga quisieron que sus estudiantes
se beneficiaran de esta actividad. Así que se encargaron de
llevar una vez a la semana a sus cursos para que disfrutaran de
un espacio de lectura en voz alta. De esta forma lograron
contagiar a otras profesoras que, desde el segundo mes, se
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dirigieron a la biblioteca con el fin de conocer el proyecto y
la actividad y de escoger espacios para disfrutar con sus
estudiantes de “Leer con los Oídos” un día a la semana.
Con el pasar de las sesiones, la actividad se fue configurando
como una secuencia de acciones en torno a la lectura, cada una
con un tiempo determinado para de producir mayor interés. Las
fases propuestas fueron: la motivación, la lectura en voz alta,
la comprensión y la expresión. En la primera fase se hacía la
lectura rítmica de cantos transcritos y dibujados en los textos
escritos que se encontraban en la biblioteca. En la segunda fase
se realizaba la lectura en voz alta de cuentos infantiles, por
medio de onomatopeyas, fuertes entonaciones y la exposición de
las imágenes del libro a los participantes de la actividad. En
la tercera fase compartíamos opiniones acerca de la lectura
escuchada a partir de preguntas abiertas que preparábamos
previamente. En la última fase los niños activaban otros
sentidos por medio de juegos y actividades en relación a la
lectura escuchada.
Uno de los aspectos más importantes a analizar, antes de
comenzar la actividad, fue la selección de los textos. En ese
momento no había un camino de textos escogido, así que este
aspecto se fue estableciendo en medio del trabajo diario,
observando los rostros de asombro, felicidad, sorpresa, burla,
aburrimiento, etc. de los niños y niñas participantes. Pudimos
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haber escogido textos de extensión larga para las sesiones de la
actividad ya que los niños estaban, de cierta forma, obligados a
dirigirse a la biblioteca semanalmente, pero escogimos textos
cortos para que los niños los disfrutaran en su totalidad y los
relacionaran con otros textos.
En la fase de motivación de la actividad “Leer con los oídos”
se incentivaba la creación de lazos de confianza, la
participación activa de los niños y su interacción con los
libros buscando disponerlos a leer posteriormente textos con
estructuras más complejas. Para ello, hicimos una pequeña
investigación de cantos, rondas y juegos de la costa pacífica,
pero el resultado fue muy pobre, respecto a los cantos y las
rondas y en cuanto a los juegos consideramos que estos no
permitirían una buena disposición para entrar a la biblioteca
sino al contrario la dispersión de todos los niños. En vista de
dichos resultados, para esta fase, se utilizaron una serie de
textos de la colección Leer es mi Cuento, enviada por el
Ministerio de Cultura a todas las bibliotecas públicas del país,
en el marco del Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas.
Seleccionamos dos grupos de libros que contenían canciones
populares. El primer grupo estaba compuesto de libros-álbum de
la Editorial Ekaré, clasificados según las edades a las que
estaban dirigidos: unos libros con páginas de cartón dirigidos a
niños hasta los 3 años y otros con páginas de papel dirigidos a
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niños mayores de esta edad. El segundo grupo se componía de
libros de otras editoriales, que contenían pocas y/o pequeñas
ilustraciones y que agrupaban dos o más canciones en una misma
página.
Para la fase de lectura en las sesiones iniciales de la
actividad “Leer con los oídos” se establecieron cinco criterios
de selección de los textos. El primer criterio se centró en los
objetivos de la actividad y lo que se pretendía discutir. De
esta forma, se identificaban los temas centrales que se querían
trabajar en la sesión, de acuerdo con eventos o noticias
actuales y se seleccionaron una serie de libros que fueron
pertinentes y que nos permitieron conversar acerca de dicho
tema. El ejemplo más palpable lo encontramos en la primera
sesión de “Leer con los Oídos”, la cual se desarrolló en una
vereda del Municipio Olaya Herrera, en el marco de una actividad
con víctimas y para víctimas del conflicto. El tema central era
la paz, así que se escogieron una serie de libros con historias
tradicionales que nos permitieron conversar acerca de los
personajes malvados que existían en las casas de los niños o que
existieron en sus vidas, llegamos a la conclusión de que dichos
personajes estremecedores, que infundían miedo constantemente,
también sentían miedo. Esta discusión permitió la reflexión
acerca de quién era el victimario y quién era la víctima en un
contexto de violencia y quién debía cambiar para conseguir la
paz.
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El segundo criterio de selección fue la diagramación de los
libros. Después de un tiempo, pudimos observar que el elemento
que más llamaba la atención de los niños y las niñas, no era ni
el tema central de los textos, ni el tipo de ilustraciones, sino
la organización de estos en las páginas del libro. Los libros más
solicitados para préstamo externo e interno fueron los que se
utilizaron en la fase de motivación, pero para mi sorpresa,
tuvieron más éxito los que contenían canciones y poemas de
tradición popular que los libros que contenían canciones y
arrullos de tradición oral afrocolombiana. La diferencia entre
estos dos grupos era visible. Los libros que contenían canciones
tradicionales de occidente contenían pocas letras en cada página
e imágenes grandes, atractivas y con trazos definidos.
El tercer criterio de selección se basaba en los elementos
cotidianos con los que estaban relacionados los niños y las
niñas. Estos se identificaron con la profunda observación de los
niños y las niñas participantes, su ritmo de lectura, sus
gustos, sus placeres, sus sentimientos y sus historias. Fueron
muchos los temas comunes de los que podíamos conversar. Entre
los textos leídos se encontraban La sorpresa de Nandi (Browne, 2004),
con la cual pude indagar qué frutas se cultivaban en el
municipio y cuáles les gustaban más a los niños; Ronquidos! (Rosen,
2007) que me permitió conversar con ellos acerca de los animales
que veían cotidianamente en el pueblo y los que veían en las
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zonas rurales cada vez que visitaban a sus familiares; El mosquito
zumbador (Uribe, 1999) con el que pudimos conversar acerca de los
animales de la noche, de los animales a los que les temían y de
los que se aparecían diariamente en sus vidas; La fiesta del mar
(Aristizábal de Baena, 2003) que me ayudó a identificar los
animales de río y de mar que conocían los niños. ¿Qué hay para
comer Jamela? (Daly, 2001), me permitió indagar aún más acerca de
las diferencias culturales que había en el pueblo.
Infortunadamente, mucha de la gastronomía deseada era extranjera
o del interior y la música preferida no era siquiera regional. El
vestido de Jamela, nos llevó a conversar acerca de los colores
utilizados para las fiestas que, al parecer, para los niños eran
un elemento imprescindible.
Hubo unas diferencias sustanciales en los conocimientos del
mundo que tenían los infantes que vivían en las zonas rurales
del municipio. Ellos distinguían muy pocas frutas, asignaban
nombres de animales domésticos a animales salvajes como el león,
el tigre, el elefante y el cocodrilo y no tenían muchos
conocimientos de bailes y cantos tradicionales del pacífico
colombiano. Una de las coincidencias entre los niños de la
cabecera municipal y los de las veredas es que decían que las
fiestas siempre concluían con el sacrificio de un “animal de
carne”, música moderna y grandes cantidades de alcohol.
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El cuarto criterio de selección se centró en el personaje.
Quería conocer la forma como ellos se veían y se sentían en el
mundo, si existían problemas de discriminación y de autoestima,
y si la raza era uno de los aspectos importantes para
identificarse con los personajes de los cuentos. Quería hacerlo
también con algún personaje de raza indígena pero no encontré
ningún cuento que pudiera plasmar los mismos cuestionamientos
desde esta raza. Leímos Niña Bonita (Machado, 2003) y aunque
encontré que no existía ningún tipo de discriminaciones
raciales, sólo las niñas se reconocieron en el personaje
principal. Para remediar este hecho, propuse leer Oulembe: el
zahorí (Prats, 2003), la historia de un niño que vive en un pueblo
en donde el agua es sagrada. Los niños se reconocieron en el
personaje principal porque al igual que él, ellos tenían que
ayudar a su padre a recoger el agua para el consumo.
Con el mismo fin de que los niños se identificaran con el
personaje propuse narrar Kwajo y el secreto del oro (Asare, 2006). En
este cuento en el cual el personaje era también de raza negra y
trabajaba con su padre realizando figuritas de metal, yo
pretendía que viajáramos por otros mundos pues esta tenía la
gran característica de armonizar lo fantástico y lo real. Para
mi sorpresa el cuento no fue muy bien recibido pues los niños no
enfocaron su comprensión hacia lo fantástico sino hacia lo real
que para ellos era incomprensible. Nada de lo que se describía
en el cuento para contextualizar, les era familiar. En el
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municipio no se trabajaba la minería, por lo tanto los procesos
explicados en el texto eran extraños para los niños.
El quinto, pero no menos importante, criterio de selección de
los libros utilizados en las actividades de lectura en voz alta
no la definía ni el tipo de libro, ni el texto, ni el personaje,
ni el contexto. El criterio era el nivel de interacción que se
podía crear entre los cuentos y los escuchas. Esto permitía
saber si el proceso comunicativo se estaba cumpliendo a
cabalidad y retroalimentar y guiar de forma dinámica la
exposición y la discusión, partes imprescindibles de la lectura
colectiva. Cada cuento infantil tiene acciones repetitivas que
hacen que los niños predigan algunos de los sucesos, diálogos o
apariciones y participen de la historia. El cuento con el que se
presentó mayor interactividad se llama Ronquidos! (Rosen, 2007).
En este los ruidos de los animales hacían que cada grupo de
niños tomaran un papel para participar de la historia con
onomatopeyas.
El cuento que demostró poseer los cinco criterios de selección
propuestos y fue de absoluta fascinación para los niños se llamó
Noaga y Juana (Torner, 1997 ). Éste, en primer lugar, cumplía con
los objetivos de la actividad: motivar a la lectura y la
oralidad mediante el reconocimiento de sus propios saberes y
tradiciones; en segundo lugar, a pesar de tener bastante texto,
lograba atraer gracias a sus imágenes claras y sus paisajes
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realistas con sutil color; en tercer lugar, los niños reconocían
los territorios desérticos y marítimos; en cuarto lugar, los
niños se identificaban con las características raciales de los
personajes y sus historias de migración; y en último lugar,
porque la lectura incluía algunas canciones que los hacían
participar activamente en la historia.
Después de la fase de lectura en voz alta, se iniciaba la fase
de comprensión. En esta se buscaba indagar acerca de los
conocimientos de los niños, construir un diálogo abierto de sus
percepciones ante el mundo y ahondar en los eventos actuales o
las noticias cotidianas del municipio. El reconocimiento de los
niños en personajes de los cuentos fueron pretexto para dialogar
con ellos acerca de las responsabilidades que cada uno tenía en
su hogar pero la tertulia lograba reflexiones más profundas
cuando observábamos que las funciones de cada uno variaban de
acuerdo al género. Este ciclo de lecturas también nos permitía
conversar acerca de sus relaciones familiares y con el resto de
la comunidad. A partir de diferentes cuestionamientos, pudimos
reflexionar acerca de la importancia de conservar las comidas,
las fiestas y las costumbres, concluyendo que estos eran los
elementos más representativos de la cultura.
En la fase de expresión, realizamos diferentes actividades
sensoriales que daban cuenta de los niveles de abstracción que
los niños tenían de los textos leídos y permitía a los niños
19
disfrutar de espacios de estimulación artística como forma de
catarsis y respiro frente a tensiones que se creaban en los
diálogos y controversias creadas en la fase de comprensión. En
el ciclo de lecturas que nos permitían la reflexión acerca de
las víctimas y los victimarios, los niños realizaban pinturas
extraordinarias que mostraban sus miedos y sus deseos de una
forma totalmente inocente. En otros ciclos, los niños reconocían
lugares similares a donde vivíamos y plasmaban el agrado por su
región y su forma de vivir en forma de dibujos con mucho color
que contenían sus casas de madera, el río, las canoas, los
pescadores, etc. y los elementos a los que les temían, los que
no les gustaban y los que los afectaban moral y sentimentalmente
en forma de dibujos que no tenían color. Otra de las formas de
expresión era la escritura; después de la lectura de una serie
de cuentos los niños exploraron y reconocieron todos los
elementos necesarios para recrear una fiesta que todos valoraban
por igual, sin importar género, edad o religión. La descripción
de los cantos, los bailes, los juegos y las comidas que cada uno
esperaba, desde su diferencia, coincidía hasta el punto que
construimos un cuento colectivo imaginando la fiesta de los
sueños.
Finalmente, en la actividad “Leer con los Oídos” los elementos
de los textos siempre se articulaban para formar ciclos de
lectura que nos permitían centrarnos en un solo tema,
desarrollado en varias sesiones. Además esta actividad se
20
realizó también en días especiales sin dejar de lado los
pequeños criterios descritos anteriormente para que la actividad
tuviera un sentido más global.
Resultados y Conclusiones Esta actividad constituyó un espacio de promoción de lectura y
de cultura, ya que tuvo la particularidad de suscitar el interés
por los textos a niños y niñas de algunos grados de primaria a
partir de la lectura en voz alta de cuentos, leyendas, cantos y
poesías y, al mismo tiempo, promover el reconocimiento de los
elementos propios de su cultura a partir de experiencias
lectoras cercanas a sus contextos.
“Leer con los Oídos” fue una actividad transversal en el
Proyecto “Biblioteca Abierta Patrimonial” ejecutado en la
Biblioteca Pública Municipal de Olaya Herrera. Esta no sólo se
realizó en ocasiones planeadas con anterioridad sino en momentos
de apertura de otras actividades de la biblioteca como
proyecciones de cine, encuentros de saberes populares entre
adultos y cada vez que otros niños y niñas, asistentes
esporádicos, lo pedían gracias a la publicidad voz a voz que
habían realizado los primeros niños participantes.
Podemos observar que el acto de leer y comprender puede
desplazarse entre textos, objetos, acciones y hechos. En la
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actividad “Leer con los oídos” se demostraba la comprensión del
texto leído en la actividad por medio de la construcción de
textos orales, visuales y escritos. Pero cada una de las
expresiones demostraba su reflexión individual de las lecturas
de los cuentos, de sus contextos familiares y territoriales y
cuando se ponían en diálogo con las otras opiniones ellos mismos
construían conceptos nuevos sobre sus prácticas cotidianas y
culturales.
Con respecto a mi labor como docente y promotora de lectura
tengo algunas reflexiones que suscitar y la mayoría de ellas
apuntan al conocimiento del propio trabajo en razón de sus
objetivos, la población con la que se trabaja y el territorio en
el cuál se incide. Específicamente la actividad “Leer con los
Oídos” sufrió grandes cambios en razón de esas particularidades
que no precisamente daban cuenta de las diferencias individuales
sino de las colectivas en relación a las formas de pensar, de
vivir y de sentir con las que se llega a investigar y accionar,
que indiscutiblemente son distintas. Trabajar en un territorio
ajeno es casi como entrar en un mundo desconocido y no es nada
más allá de lo que vive un docente cada vez que inicia su labor
con sujetos distintos. El vínculo que se debe establecer entre
el educador y los sujetos a quienes educa debe ser muy fuerte y
debe empezar por conocer su mundo. Es difícil que los métodos
propuestos no cambien en medio de la labor pero lo que sí es
22
cierto es que plantearlos sin tener un conocimiento inteligible
de los sujetos y su contexto, no es una acción muy útil.
Bibliografía
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