+ All Categories
Home > Documents > Reconstruyendo historia de mujeres ecuatorianas.pdf

Reconstruyendo historia de mujeres ecuatorianas.pdf

Date post: 16-Mar-2023
Category:
Upload: khangminh22
View: 0 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
142
Transcript

PRESIDENTA COMISIÓN DE TRANSICIÓN Ana Lucía Herrera

COORDINACIÓN GENERALRocío Rosero GarcésViviana Maldonado Posso

PRODUCCIÓNViviana Maldonado PossoLucía Chiriboga–Taller Visual

INVESTIGACIÓNAna María Goetschel- FLACSO Ecuador,estudio históricoLucía Chiriboga–Taller Visual, imágenes

CURADURÍALucía Chiriboga–Taller Visual

Derechos de autor: 032155ISBN: 978-9978-92-766-3

DISEÑO Y REALIZACIÓN:TRAMA EdicionesDirección de arte: Rómulo Moya PeraltaGerente de producción: Juan Moya PeraltaArte: Meliza de NaranjoJuan de Dios Martínez N34-367 y PortugalT. 2246315 / 317www.trama.ec

Preprensa: TRAMAImpresión: TRAMA

AUSPICIOSEmbajada de España en Ecuador Agencia Española de Cooperación Internacionalpara el Desarrollo

Diciembre, 2009

4

Alexandra Ayala Marín, Paulino Camacho, MarietaCárdenas, Carola Castro, Iván Cruz, Soledad Cruz,Jenny Estrada, Patricio Falconí A., María GraciaFonseca, Melvín Hoyos G., Hernán Ibarra C.,Manuel Kingman, Mariana Landázuri, JorgeLandívar S., Myriam Landívar S., Katina Laztnik,Patricio Montaleza, Lucía Moscoso, Alfonso OrtizC., Santiago Ortiz C., Martha Palacios, MagdalenaRamírez, Lourdes Rodríguez, Selma Romo V., RocíoRosero Garcés, Carmen Sevilla, Ramón Torres.

ÁLBUM DE FAMILIA Rosángela Adoum Jaramillo, Laura Almeida, FamiliaBustamante Cárdenas, María de Lourdes CamachoA., Marieta Cárdenas, Enrique Gil Calderón, Maríade Lourdes Jaramillo, Familia Landívar Ugarte,Carlota Larrea de Sevilla, Ana Miranda Moreno,Alsino Ramírez Estrada, Familia Romo Verdesoto,Augusto Saa Cousin, Isabel Saad Herrería, RamónTorres Galarza, Edelmira Vela de Durango, AidéVizuete de Vásconez.

COLECCIONESCarlos Ashton Donoso, Carlos Calderón Chico,Ángela García de Cornejo, Jenny Estrada R, EdgarNaranjo, Isabel Robalino.

ARCHIVOSArchivo Episcopal de Cuenca; Archivo Fondo deSalvamento del Patrimonio Cultural (FONSAL)Quito; Archivo Histórico Banco Central delEcuador. Quito; Museo Antropológico y de ArteContemporáneo. Banco Central del Ecuador,Guayaquil; Archivo Histórico del Guayas.Guayaquil; Archivo Nacional de Historia. Quito.

BIBLIOTECASBiblioteca Aurelio Espinosa Pólit. Quito; Bibliotecadel Centro Cultural Benjamín Carrión. Quito;Biblioteca del Monasterio de Santa Clara. Quito.

Archivo Blomberg. Quito; Archivo Martínez-Meriguet. Quito; Archivo Melvin Hoyos Galarza.Guayaquil; Archivo Taller Visual. Quito.

Diario EL UNIVERSO.

Agradecimientos

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

5

PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

Re/construyendo historias de mujeres ecuatorianasAna María Goetschel

Mujeres en la colonia

Mujeres en la independencia

Librepensadoras en el siglo XIX

El levantamiento de Daquilema y las mujeres

Revolución liberal y participación femenina

Poetisas, escritoras, creadoras

Maestras

Artistas, deportistas

Benefactoras

Luchadoras populares y obreras

Políticas y movimientos sociales

CATÁLOGO VISUALLucía Chiriboga–Taller Visual

7

8

11

12

16

20

22

24

26

31

34

36

37

41

47

Indice

7

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

La Comisión de Tr a n s i c i ó n hacia elConsejo Nacional de las Mujeres y laIgualdad de Género (Decreto Ejecutivo

1733, mayo 2009), en su rol de org a n i s m opúblico, cuyo mandato es definir la institu-cionalidad pública que garantice la igualdade n t re hombres y mujeres, considera necesarioresaltar y dar a conocer el proceso de desarro-llo de las luchas en defensa de los derechos delas mujeres, a través de la investigación histó-rica y visual “Re/construyendo historias dem u j e res ecuatorianas”.

R e c o n s t ruir el pasado de las mujeres, es des-cubrir y analizar el otro lado de la historia, eneste contexto, la presente publicación pre t e n d eser un apoyo que promueva la re f l e x i ó nhistórica con perspectiva de género y una p o rte al rescate de la historia y realidad delas mujeres ecuatorianas.

Ana Lucía HerreraPresidenta Comisión de Transición

PRESENTACIÓN

8

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

habilidades como partera, conquistó su liber-tad en 1646, al igual que María Chiquinquirá,esclava negra también, que en 1794 empre n d i óun largo juicio que constituye un verd a d e ro ale-gato contra la esclavitud.

Hubo mujeres, mientras tanto, que encon-t r a ron en los conventos una posibilidad derealización personal que les fuera negada porla sociedad; allí se dedicaron a cultivar el art ey las letras, por ejemplo Gert rudis de SanIldefonso. Y también indígenas como Manue-la y Baltazara Chiusa, Lorenza Av e m a ñ a y, quep a rt i c i p a ron en los levantamientos de finalesdel siglo XVII contra el trabajo forzado y lostributos indígenas.

En las luchas de independencia, vamos a en-contrar a tres Manuelas, Espejo, Sáenz y Ca-ñizares, junto a personalidades recias comoRosa Zárate o Manuela Garaicoa, indepen-dentista guayaquileña, a las que, poco apoco, la historia les ha abierto un lugar.

Más adelante, durante el siglo XIX, políticasy escritoras como Dolores Veintemilla deGalindo o Marieta de Veintemilla, debieronenfrentar una sociedad oscura y excluyente;gestos, los suyos, que antecedieron a lo quesería un siglo XX inaugurado por las mujeres

INTRODUCCIÓN

Esta publicación está encaminada are c o n s t ruir la imagen de las mujere secuatorianas en la vida republicana del

país. Sus ro s t ros no han sido registrados, susactos han sido ignorados. Por tanto es impor-tante incorporar nombres que hicieron historia,m u j e res de carne y hueso, que contribuyeron alp roceso de independencia y creación de laRepública. Part i c i p a ron en luchas, tanto indíge-nas como obreras e impulsaron en su momentola democratización de la educación e irru m-p i e ron en el periodismo, las letras y las artes.

La investigación histórica y visual “Re/cons-t ruyendo historias de mujeres ecuatorianas”documenta a las mujeres diversas de nuestropaís, evocando tanto su cotidianidad, comomomentos relevantes de su pro t a g o n i s m ohistórico, desde los inicios de la Repúblicahasta la década de los años 80 del siglo XX.Una visión de conjunto que articula las indi-vidualidades con las colectividades.

En las primeras imágenes, se recogen hechossimbólicos que antecedieron a los procesosde independencia y marcaron la oposición alcolonialismo.

Allí surgen historias como la de María delTránsito Sorroza, una esclava, que gracias a sus

9

que integraron los movimientos y ejércitosliberales, en el agitado período político queva desde 1890 hasta 1912.

La Coronela Joaquina Galarza con Felicia Sola-no y Leticia Montenegro, sufriendo vejám e n e s ,incluso prisión por defender la gesta liberal.Así llegamos al 15 de noviembre de 1922,punto de partida de las luchas y movimientosp o p u l a res del siglo, con una part i c i p a c i ó nintensa de las mujere s .

El espíritu laico y la rápida incorporación delas mujeres a los escenarios públicos consti-tuyen un proceso paralelo a la gesta liberal.Se multiplican las maestras, las escritoras ya rtistas, las mujeres animadoras de los pro-gramas de salud, las militantes políticas. Parareflejar esta confluencia entre part i c i p a c i ó ny ampliación de la democracia, pro t a g o n i z a-da por mujeres, esta investigación visualcombina la presencia de figuras individualescon momentos históricos y actores colec-tivos. Sin embargo, se debe aclarar que lasimágenes que se proponen no agotan latemática. Este trabajo constituye un esfuerz ocuyo objetivo fundamental, además de re c u-perar y hacer visibles las investigacionesexistentes, motivan nuevas búsquedas yp ropician el debate sobre el aporte del

pasado y presente de las mujeres en la histo-ria ecuatoriana.

También es significativo resaltar la part i c i p a-ción de la Embajada de España, cuyo deseoes fomentar la cooperación cultural y acen-tuar los canales de comunicación entre lasrealidades culturales de los dos países. Esto,de hecho, contribuye a mejorar nuestroconocimiento mutuo, en la medida en que,día a día, estrechamos nuestros vínculos.

La investigación bibliográfica se sustentó enla riqueza iconográfica de fondos documen-tales como los del Banco Central del Ecuador,el Archivo Histórico del Guayas y el arc h i v odel Taller Visual y un sinnúmero de colec-ciones privadas.

So b re todo es importante resaltar el acuciosotrabajo de la fotógrafa, Lucía Chiriboga, delTaller Visual, y de Ana María Goetschel, his-toriadora, con quienes el Consejo Nacionalde las Mujeres inició esta investigación. Estedocumento fue el sustento para la re a l i z a c i ó nde la Exposición “Re/construyendo historiasde mujeres ecuatorianas” efectuada en elC e n t ro Cultural Itchimbía de la ciudad deQuito, entre el 6 de agosto al 2 de septiembrede 20 0 7 .

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

11

¿Cómo sacar a las mujeres delolvido para escribir su historia?Y ¿cómo hacerlo cuando sus

huellas no son tan evidentes, cuando haysilencios, interrogantes? Muchas imágenes dem u j e res no tienen nombre o cuando seencuentran sus palabras o sus acciones, trans-mitidas a veces a través de la memoria oral, esdifícil encontrar sus retratos. Es que la histo-ria es también una construcción social y hastaahora la participación de las mujeres no hasido considerada en su verd a d e ro sentido.Como ha mencionado Michael Handelsman,si bien la participación femenina en la historianacional ha sido exaltada para destacar el ro ldinámico que se supone han realizado lasm u j e res, desafortunadamente estas re f e re n c i a shistóricas por lo general producen une s t e reotipo femenino idealizado que “encubrela verdadera condición social de las mujeres ylas induce a buscar consuelo en los mitos en vezde trabajar para el cambio social”1. Por eso re-cuperar las imágenes, nombres y condicionesc o n c retas de las mujeres y su ubicación en lahistoria ecuatoriana –razón de esta muestra– esa la vez que un acto reivindicativo, una investi-gación significativa y fascinante aunque no porello menos azarosa y compleja.

Se intenta dar una visión de conjunto que re c o-ja los contenidos más importantes de este pro-ceso, pero se han considerado los siguienteshitos históricos y temáticos: 1) Como unantecedente la presencia de las mujeres en laépoca colonial, 2) Mujeres en la Independencia,3) Librepensadoras del siglo XIX, 4) El levan-tamiento de Daquilema y las mujeres, 5) Re-volución Liberal y participación femenina, 6)Poetisas, escritoras y creadoras, 7) Maestras, 8)A rtistas y deportistas, 9) Benefactoras, 10)Luchadoras populares y obreras, 11) Políticas ymovimientos sociales.

En este trabajo se ha combinado reseñas defiguras históricas con referencias sobre elcontexto histórico en que actuaron. Sin em-bargo, se debe aclarar que las imágenes quese proponen no son exhaustivas. Este trabajoconstituye un esfuerzo inicial cuyo objetivofundamental, además de recuperar y hacervisibles investigaciones sobre el tema, es mo-tivar nuevas búsquedas y propiciar el debatesobre el aporte del pasado y presente de lasmujeres en la historia ecuatoriana.

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

re/construyendohistorias de mujeres ecuatorianas

Ana María Goetschel

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

El orden colonial que impuso unanueva normativa y cultura a los habi-tantes de América, no fue aceptado

de manera pasiva. Luego de las primerasrebeliones se sucedieron a lo largo de la colo-nia, y principalmente en el siglo XVIII, comoefecto de las reformas borbónicas, una seriede grandes y pequeños levantamientos, delos cuales no pocos tuvieron lugar en el terri-torio de la Audiencia de Quito, según diceSegundo Moreno Yánez.

El trabajo forzado, el tributo indígena, losd e rechos fiscales sobre la producción detabaco y aguardiente, así como el impuestode las alcabalas y las visitas encaminadas a esecobro, motivaron una serie de motines entreindígenas y mestizos.

En varias publicaciones como la de KettyRomo Leroux se ha puesto de relieve la parti-cipación de Baltazara Chuiza, en Guano yLorenza Avemañay en Guamote. ¿En quécontexto actuaron estas mujeres? La apli-cación de la Cédula Real del 10 de noviem-bre de 1776, en la que se mandaba realizar uncenso general de población en los dominiosespañoles fue iniciada en el corregimiento deRiobamba en el pueblo de Guano por el JuezVisitador y Numerador Villalengua y Marfil.Esta numeración fue interpretada como me-dida previa para imponer impuestos y entreellos “la aduana” lo que provocó la rebelión

de mestizos e indios. En una de las declara-ciones del juicio se dice que “los sublevados,divididos en varios grupos, trataban de sor-prender a los blancos por distintas partes...los capitanes indios y mestizos... con grangritería y algazara, armados con piedras,palos, lanzas y uno con un sable en la mano,quien con los demás haciendo variasdemostraciones de irrisión, bosiferaban nue-vamente en su misma lengua las palabrassiguientes: que habían de lacar con las vidasde los blancos, principalmente con la delseñor Visitador y sus Dependientes, porquelos benían a numerar, poner la Aduana,estancar el agua, el fuego, y demás cosascomestibles”.2

La re presión fue violenta. Entre los cabecillasindios y mestizos figuran las mestizas Baltazaray Manuela Chiuza. En la sentencia se dice quepara la muerte se hará sorteo entre las dos.Finalmente los principales cabecillas entre losque figuraron los mestizos Agustín y ApolinarioMiranda, y los indios Pablo Carrasco y AgustínCali fueron ahorcados y descuartizados y susm i e m b ros colocados en los lugares públicos,para escarmiento. El 17 de mayo de l779 elC o rregidor de la villa de Riobamba, informa a laAudiencia que la sentencia de muerte se ejecutóen la persona de Baltazara Chuiza, cuya cabezay manos se entre g a ron al teniente de Guano yluego al Corre g i d o r, para que las exhiba con-f o rme a la s e n t e n c i a .3

12

Mujeres en la Colonia

13

Sobre la participación de las mujeres, en1780 se produjo, entre o t ros casos fre c u e n t e s ,el motín de las recatonas en Pelileo y el alza-miento de indios y mestizos de Quisapincha eIzamba. En el juicio sobre este levantamientoque al decir de las autoridades españolas fueintrépido, se pone de relieve su activa part i c i-pación: “…Y apre h e n d imos al mestizo MartínVelasteguí, uno de los capitanes… y a laindia Rosa Señapanta, quién sin embarasarlasu sexo, alentaba con las voces a los tumultu-arios y al llegar las gentes, se defendiócon...tierra, y tenía una talega que llamansigra llena de piedras”4 En la represión delmovimiento “para terror, escarmiento y con-tención de la ferosidad de los demás indios”,fueron ahorcados los presos y luego se incen-diaron las casas del gobernador y alcaldes, deNicolaza Litapuso y de María Tusa, así comosus reservas de trigo y de cebada, “hasta quese convirtieron en senisas”5.

También en 1780 en la ciudad de Baños sea m o ti n a ron las mujeres, quienes armadas conpalos y piedras, se re b e l a ron contra la imposicióndel estanco de aguardiente. Después del levanta-miento, la sentencia del Visitador Solano deSalas fue que “a Martina Gomes por la convoca-toria que hizo tocando arrebato a doscientosazotes, a Juana Sánchez, Andrea Velastiguí, encien azotes cada una, a Manuel López y Balen-tina Balseca, a cincuenta azotes; las tres primerasque se les darán por las calles acostumbradas por

el berdugo, y mando le rapen la cabeza y cejas ala primera para escarm i e n t o … ”6 La rebelión de“las mujeres cabezas rapadas” es parte del imagi-nario de la ciudad de Baños.

En cuanto a la sublevación de Guamote(1803) en la que fueron matados algunos blan-cos y sus cuerpos destrozados y exhibidos“también como escarmiento”, Moreno afirm aque del mismo modo que en las sublevacionespasadas, no estuvieron ausentes las mujeresindígenas, entre las que se distinguiero nL o renza Peña, Jacinta Juárez y Lore n z aAv e m a ñ a y.7 Fue tal la participación deLorenza Avemañay en esta revuelta que surecuerdo perduró en la memoria de los indí-genas de Riobamba, quienes casi medio siglodespués celebraban sus hazañas en los cantosde la siega.8

A pesar de que la situación colonial fue deopresión, también permitió negociaciones yla participación de las mujeres en la vidasocial, como muestran estudios re c i e n t e s .Como ejemplo se puede citar la presencia deun importante número de cacicas indígenasen la sierra centro-norte de la Audiencia deQuito. De acuerdo a Rosario Coronel, mien-tras algunas cacicas como las hermanas Titu-sunta Llamota eran principales y estaban almando de indios, manejando tierras y rela-ciones de poder con otros caciques entre1780 y 1810, otras se movieron combinando

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

14

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

la normatividad española y el derecho dec o s t u m b re indígena, logrando un papelemergente y protagónico en la retención desus parcialidades.9

En Guayaquil, Jenny Estrada menciona lap resencia de las cacicas indígenas MaríaCaiche (a partir de l584) –a quién el gobier-no colonial en pago a sus servicios le encargóel gobierno de los pueblos de Baba yPimocha– María Magdalena Pudi y JuanaGuare, que heredó el cacicazgo por l í n e ap a t e rna desde 1690 y no permitió que los indí-genas a su cargo trabajen sin ser re c o m p e n s a-dos. También menciona como encomenderasa doña María de Magallanes en Daule yYaguachi, María de Figueroa Manjarrés yLeonor de Robles.1 0

La influencia religiosa sobre la vida colonialfue marcada, pero la incursión de las mujeresen los conventos significó muchas veces unescape a la sujeción del mundo doméstico yuna posibilidad de realización humana e in-telectual. De acuerdo a Jenny Londoño, losconventos de religiosas permitieron a lasmujeres manejar ciertos niveles de autodeter-minación: “ser monja en la época colonial eratener una profesión, y más aún, era tener unespacio y un status en la sociedad”.11

También los conventos fueron los espacios másp ropicios para la educación de las mujere s .

Según Handelsman, las primeras escritoras dep rosa que se conocen en el Ecuador fueron lasmonjas Te resa de Jesús Cepeda (1566-1610),Sor Gert rudis de San Ildefonso (1652-1709) ysor Catalina de Jesús Herrera (1717-1795) quie-nes expre s a ron en textos escritos sus expe-riencias místicas. Catalina de Jesús Herrera pusoénfasis en la necesidad de que las mujeres escri-bieran a pesar de las aparentes burlas y oposi-ción de los hombre s .1 2 En Riobamba es cono-cida Magdalena Dávalos como una joven hábilpara la pintura y la música. Pintó temas re l i-giosos y especialmente a la Vi rgen del Carm e ne ingresó al Convento de las Carmelitas en l742.En Quito, Mariana de Jesús (1618-1645),a p a rtándose de lo que era común entre lasjóvenes de su nivel social y su edad, se entre g óa los más humildes y a su fe, haciendo de su vidaun modelo de perfección cristiana.

En la sociedad colonial de redes familiares am-plias, corporaciones y clientelas, las mujere sademás de ser esposas, madres e hijas, jugaro nun papel en el cuidado de las familias, laadministración del patrimonio familiar yactividades como el comercio y los oficios. M.Minchon, y J. Poloni Simard ponen de re l i e v e ,para las ciudades de Quito y Cuenca, la activap resencia de las mujeres indígenas en el mer-cado urbano. Por otra parte Cristiana Borc h a rten su investigación en Quito (l780-1830)menciona la existencia de mercaderas que liti-gaban y estaban al mando de sus negocios.1 3

15

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

También fue activa la participación de lasm u j e res en el cuidado de la salud y la asistenciaa los enfermos, actividades derivadas muchasveces de su cultura ancestral. En Guayaquil semenciona a María Barreto y Navarrete, zambacurandera que en 1736 fue condenada por fun-cionarios del Santo Oficio bajo la acusación deb rujería, desterrada a Lima cuando tenía 35años de edad, paseada por las calles, montadaen burro, desnuda y azotada.1 4

Es significativo el caso de María del TránsitoSorroza, una negra guayaquileña que graciasa sus habilidades como partera y por haberalcanzado renombre y éxito en la atención decasos difíciles, obtuvo su libertad en l646.15

En un esfuerzo por escribir la historia de lossujetos subalternos, María Eugenia Chavesanaliza el juicio que la esclava guayaquileña

María Chiquinquirá entabló a su amo, afines del siglo XVIII, exigiendo ser re c o n o-cida libre. En los más de 200 folios del expe-diente judicial, ella recoge las voces, no solode los testigos, libres o esclavos que cuentanla historia de María Chiquinquirá, su madrel e p rosa y sus amos, sino de otros actore ssociales y que según la autora “revelan unarealidad compleja en la cual libres yesclavos, poderosos y subalternos cons-t ruyen estrategias para mantener o constru i respacios de poder, de superación o de super-v i v e n c i a ”1 6 A pesar de una política de exclu-sión que los ubicaba en la última escalasocial, los esclavos y esclavas no fuero nm e ros objetos de producción y de interc a m-bio comercial sino que desarro l l a ron prácti-cas cotidianas y estrategias para obtenerm a y o res espacios de movilidad, de indepen-dencia e incluso la libert a d .

16

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Manuela Espejo, Manuela Cañizares yManuela Sáenz y otras mujeres en Quito.1 8

También hay que mencionar entre otrasp a rticipantes, a las Garaicoa en Guayaquil.Las posibilidades abiertas por las ideas de laIlustración y su compromiso con el pro c e s oindependentista llevaron a estas mujeres ap a rticipar en la vida política.

Manuela Espejo hasta ahora despierta conje-turas. Se sabe que fue hermana de EugenioEspejo, que seguramente compartió con él suinmensa y selecta biblioteca, le acompañódurante su prisión y cuidó de él en sus últimosdías. Se sabe que fue casada con José MejíaLequerica, también ilustrado y posterior-mente diputado de las Cortes de Cádiz y queel 30 de marzo de l799 envió una carta a laAudiencia reclamando por unos documentospara realizar la defensa jurídica de su herm a n os a c e rdote Juan Pablo Espejo, confinado aPopayán por ser capellán de las fuerzas re-volucionarias del 10 de agosto de l809.

Se conoce, además, que cuando su herm a n oEugenio ya muerto fue acusado de libro srobados, litigó en su defensa y que tambiénlo hizo en l827 amparando unas coleccionescientíficas que pert e n e c i e ron a su maridoJosé Mejía.19 En un esfuerzo por re c o n s t ru-ir su historia se la asocia con Ero p h i l i a ,quien firma una carta en Primicias de laCultura de Quito.2 0 La autora (o el autor

Cuando se formó la República, la ciu-dadanía a la que se remitía el Estadotuvo como contrapartida, de manera

p e rmanente, lo no-ciudadano ya que estabanexcluidos muchos sectores sociales comoindios, negros no-propietarios y mujeres. Nisiquiera las mujeres blancas y blanco-mestizasf u e ron ciudadanas de plenos derechos ya quedependían de la autoridad del pater familias yestaban excluidas del derecho al voto. Dea c u e rdo con la filosofía política de laIlustración que tuvo amplia re p e rcusión enAmérica Latina, el papel de las mujeres sedefinía en torno al espacio familiar y domés-tico y lo público-ciudadano era esencialmentemasculino. Sin embargo, para los sectore sp o p u l a res esta división apenas existía ya quelos propios hombres no tenían part i c i p a c i ó nen las decisiones públicas y las mujeres par-ticipaban activamente del comercio y delmundo del trabajo, lo que les obligaba a teneruna gran movilidad y a llevar la iniciativa enmuchos campos1 7.

Para los sectores medios y altos, las mujere sblancas y blanco-mestizas eran parte del espa-cio familiar y doméstico donde cumplíanroles fijos como hijas, esposas y madres, sine m b a rgo, esto no excluía que jugaran unpapel en la vida política y social, algo que fuenotorio en los mismos días de la Indepen-dencia del Ecuador con figuras emblemáticascomo Rosa Zárate y las tres Manuelas:

Mujeres en la Independencia

17

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

pues según algunos estudiosos es EugenioEspejo quien escribe: “me suponen aficio-nada a la lectura; pues que ya me ven atre-vida y dispuesta a dar al Público mis pen-samientos. En efecto, tengo mis libros, quelos leo apasionadamente; y pido pre s t a d o slos otros que no poseo…” o “…O (me diceU.), no ha andado contigo avara la natu-raleza... Tus Padres con su ejemplo hanamoldado y dado durable consistencias a lastuyas. Estas brillan con el modesto re s p l a n-dor de tu cultura, de tu educación feliz, detus modales agradables y sensibles, de tugusto por el trabajo, la honestidad, el deco-ro y la amabilidad…”2 1 Es Manuela Espejo laautora de esta carta? Es a ella a quién sedescribe? Tal vez algún día la investigaciónhistórica podrá dar una re s p u e s t a .

Con respecto a Rosa Zárate las re f e re n c i a seran hasta hace poco muy generales. Ahora sesabe que en medio del proceso independen-tista tuvo dos acusaciones: una por concubi-nato público con el también patriota Nicolásde la Peña y otra por asesinato. En el primerjuicio llevado a cabo en 1795, una de las ve-cinas re l a t a :

“ Vio salir a don Nicolás de Peña, capitán demilicias, a eso de las seis de la mañana de lascasas de doña Rosa Zárate, llamada Canovas,p e ro no vio ni le consta la hora de su entra-da… Asimismo vio a dicho Don Nicolás…

dentrar a la casa donde vive y mora el Dr.Juan de Dios Morales, Abogado de esta RealAudiencia…Que con ocasión de ser vecina dela referida Canovas, ha visto entrar y salir enlas casas de esta al nominado Don Nicolás ycomo si fueran casados se han mantenido sen-tados cada uno en sus sillas en parleta en unade las ventanas de las mismas casas con graveescándalo de las gentes cuya amistad ilícita espública y notoria…”2 2 El concubinato fueasumido por la autoridad como causa públicaseguramente porque además de reprimir unhecho considerado inmoral, se conocía la par-ticipación de Rosa Zárate en las conspira-ciones independentistas. En 1812, ya viuda ycasada con Nicolás de la Peña, fue acusada dela muerte del Conde Ruiz de Castilla, pre s i-dente de la Real Audiencia de Quito. Segúnrelata en su investigación Lucía Moscoso,había perdido a su hijo también patriota, en lam a s a c re del 2 de agosto de l810 y se habíaaliado al ala radical de los independentistas.2 3

En el juicio fue acusada, junto a Nicolás de laPeña y el cura José Correa, párroco de SanRoque, de ser autora intelectual del homi-cidio. En las declaraciones se denuncia queella había entregado seis docenas de cuchillosa los indígenas de San Roque lo cuales pro v o-c a ron la muerte del Conde.2 4 Los implicadosen el proceso fueron acusados de alta traicióny homicidio. Como habían huido a través dela selva de Esmeraldas, fueron perseguidos y

18

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

e jecutados en Tumaco, Colombia. Por ord e ndel presidente Montes fueron cortadas lascabezas y remitidas a Quito para escarm i e n-t o .2 5 Estos datos permiten colegir quedurante esta etapa la participación de las mu-j e res en la política parece ser mucho másamplia de lo que se conoce. El 21 de octubrede 1835, en una carta del presidente Vi c e n t eR o c a f u e rte a Juan José Flores en la que men-ciona la política del país y el grado de con-flicto que existía, le dice:

Doña Rosa Gangotena ha vuelto de Cumbal yestá trabajando en reanimar la chispa re-volucionaria. Las mujeres son las que másfomentan el espíritu de anarquía de estos países.El convencimiento de esta verdad hizo tomar alos ministros la providencia de hacer salir aManuela Sáenz del territorio del Ecuador. . . ”2 6

Siete días más tarde le explicaba:

“He sentido en el alma la dura necesidad enla que nos hemos visto de obrar, como lohemos hecho con respecto a la señoraManuela Sáenz, pero si usted estuviera aquíy viera las grandes esperanzas que funda ensu viveza y audacia, usted hubiera sido elp r i m e ro en aconsejarnos una medida quedicta la política y exige la tranquilidad públi-ca. Madame de Stael no era tan perjudicialen Paris como lo es la Sáenz en Quito, y sine m b a rgo el Gran Napoleón que no veía

visiones y estaba acostumbrado a encadenarrevoluciones, la desterró de Francia; elA rzobispo Vi rrey de México desterró deMéxico a la famosa Guera Rodríguez y desdesu destierro le hizo una revolución. Lasm u j e res de moral relajada, preciadas de bue-nas mozas y habituadas a las intrigas delgabinete son más perjudiciales que un ejérc i-to de conspiradore s . . . ”2 7 Estos fueron casosexcepcionales, pero no era raro que lasm u j e res de sectores sociales altos part i c i-paran de la vida económica y social e influ-yeran en la política “entre bastidores”, carac-terística que parece haber sido común a laAmérica hispana.

La participación de las mujeres en las discu-siones y decisiones públicas se realizaba enmedio de la vida cotidiana y part i c u l a rm e n t een reuniones sociales y tertulias, las cualesno sólo constituían elementos fundamen-tales para la re p roducción social y cultural delas familias, sino que las mujeres jugaron unpapel activo en su organización. En cuanto alos sectores populares las mujeres org a n i z a-ban “corrillos” en las lavanderías.

Según afirma la historia oficial, en la casa deManuela Cañizares (1775-1814) se re u n i e-ron los patriotas la noche anterior a lap roclamación de la Junta Soberana de Quito,el 10 de agosto 1809, teniendo en esa re u-nión un papel destacado.

19

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

También Rosa Campuzano (1798-1858-60)quien nació en Guayaquil pero residió enLima, cooperó con la Independencia brin-dando sus salones para las reuniones vincu-ladas con los círculos de la conspiración. Porsu apoyo a este proceso, tanto ella comoManuela Sáenz (1798-1856) fueron acre e d o-ras a la Orden del Sol.

Igualmente en la casa de Ana Garaicoa deVillamil y en medio de una celebración social,se efectuó la reunión llamada “La Fragua deVulcano” donde los patriotas juraron su part i-cipación en la Independencia de Guayaquil, el9 de Octubre de l822. Ana Garaicoa deVillamil (1793-1830) fue parte de una familiailustrada. Doña Eufemia Llaguno la madre ,

amiga de Simón Bolívar y sus hijas Francisca,Joaquina, Ana y Manuela Garaicoa Llagunof u e ron participantes activas en el proceso de laIndependencia, a tal punto que han sido lla-madas en Guayaquil “Las Madres de laP a t r i a ” .2 8 Manuela Garaicoa Llaguno fuem a d re de Abdón Calderón –quien muriócomo efecto de su intervención en la Batallade Pichincha– y de Baltasara Calderón (1806-1890), la que junto a su marido Vicente Roca-f u e rte participó muy activamente en la políticaen los primeros años de la república. Las car-tas dirigidas por Simón Bolívar a estas mujere srevelan, como afirma Estrada, el grado de con-fianza y amistad que profesaba a la familiaGaraicoa, y con seguridad también la coinci-dencia de ideales libertarios.

20

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En la segunda mitad del siglo XIX, haydos mujeres que se destacan por supensamiento y escritos: Dolore s

Veintemilla de Galindo (1829-1857) yMarietta de Veintemilla (1858-1907). Aun-que la primera es más conocida por su poesíaromántica, tuvo la fortaleza de escribir pú-blicamente contra la pena de muerte. En suescrito “Necrología”, que constituye un ale-gato temprano a los derechos humanos rea-lizados por una mujer en el Ecuador, alreferirse a la ejecución del indígena TiburcioLucero, ajusticiado en Cuenca en 1857, sesolidariza con la “clase perseguida” y expresaun deseo público: “que pronto una gene-ración más civilizada y humanitaria que laactual venga a borrar de tus antepasados lapena de muerte”.29

Las reacciones en su contra no se hicieronesperar, agudizadas tal vez por la animadver-sión que despe rtaba la escritora en el medioe s t recho y clerical de Cuenca. El hecho deque una mujer sola (su marido la había aban-donado) fuera parte de una sociedad lite-raria, recibiera en su casa “en tertulia” a lospoetas de la ciudad y se atreviera a expre s a rsu inconformidad con la pena de muerte, erai m p e rdonable. En hojas volantes anónimas(atribuidas por algunos autores a un canóni-go) no solamente la fustigaron por defendera Lucero “ya que el crimen debe ser expiadoante Dios y ante los hombres” sino que la

c a l u m n i a ron en su reputación, hasta elpunto que acabó con su vida. Poco antes desuicidarse en su escrito “Al público”, sedefiende de los ataques y se asume comoautora, hecho que constituye por sí solo, unq u i e b re en el rol tradicional de las mujere s .Ella expre s ó:

“Una imperiosa necesidad me hace volver aescribir para el público. Se ha presentadoante el con el epígrafe de Zoila, un libelo enel que su autor, cubierto con la impunidadque ofrece el disfraz, calumnia la reputaciónde la mujer escritora de una Necrología. Yo,la escritora de ese papel, como mujer no hepodido ver sin afectarme profundamente, nipasar en silencio el que tan sólo por satisfacerodios gratuitos, se ataque en público el sen-timiento más caro de mi corazón: mihonor…”30

En un poema titulado “A mis enemigos” tam-bién preguntó: ¿“Por qué, por qué queréis queyo sofoque/ lo que en mi pensamiento osavivir? revelando, de acuerdo a Handelsman,el medio adverso al que se enfrentaron laslibrepensadoras en el Ecuador.31 AlexandraAstudillo en su investigación sobre DoloresVeintemilla de Galindo se pregunta si el sui-cidio no fue su último intento por desenmas-carar a una sociedad que se negaba a pensarmás allá de sus rígidas estructuras. Ellaplantea que en la difícil configuración de

Libres pensadoras en el siglo XIX

21

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

constituirse en sujeto, el suicidio de Doloresposiblemente se convierte en un último gestode apropiación de su persona, de su corporei-dad y condición femenina y por tanto en laelección de su destino.32

Marietta de Veintemilla fue una librepen-sadora que se destacó en su época tanto porsu participación política cuanto por susescritos y conferencias: Páginas del Ecuador,publicado en Lima en l890, Confere n c i asobre psicología moderna, Madam Roland,entre otros. Gloria da Cunha-Giabbai recuer-da que su nombre fue destacado por escri-tores cercanos a su época como Ricardo Pal-ma, Juana Manuela Gorriti, Rubén Darío yClorinda Matto de Turner, tanto en cartas,como en reseñas y artículos.33 En cuanto a suparticipación política ella fue defensora delgobierno de su tío Ignacio de Veintemilla,

llegando a liderar las filas del ejército a sufavor. También desempeñó un rol impor-tante en los círculos literarios, organizandotertulias y transformando las costumbres.34

En su artículo “Madam Roland” se propone“levantar el espíritu del bello sexo hacia losideales del humanismo”. Refiriéndose a lasmujeres sudamericanas, plantea que es posi-ble a la mujer de cualquier condición social“trabajar por el fomento de las ideas prove-chosas al género humano” Como señalanHandelsman y Da Cunha-Giabbai, la autoratomó al personaje que reseña como un sím-bolo que demostraba que las mujeres erancapaces de participar en la sociedad y con-tribuir significativamente a su mejoramiento.Tanto Dolores Veintemilla de Galindo comoMarietta de Veintemilla han pasado a formarparte de la historia intelectual del país.

22

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Durante la época republicana nodejaron de sucederse diversos le-vantamientos indígenas ya que la

condición social y política de estos no variósustancialmente con la configuración de lanueva nación. De acuerdo a Hernán Ibarra, lavigencia del tributo en la época republicanano había sido cuestionada por los indígenas,ya que suponía como contrapartida mantenerautoridades étnicas, el no reclutamiento deindígenas para el ejército y el no pago dealcabalas. A raíz de la eliminación del sistemade autoridades étnicas en l854 y del tributoen 1857 surge un mayor malestar entre lapoblación indígena y alarma por probableslevantamientos sobre todo en las provinciasde Loja y Chimborazo.

Los litigios, que desde l844, los indígenas deYaruquíes y Cacha plantearon por incon-formidad con el cobro de diezmos y primi-cias; el levantamiento en Calpi en 1858 porla creencia de que la supresión del tributoconduciría a una pérdida de los privilegiospara los indígenas y la creación del impuesto alas chichas; la vigencia, a partir de l850, del tra-bajo subsidiario utilizado para la constru c c i ó nde carreteras, puentes, escuelas o iglesias; elaumento de la suma de remate del diezmoe n t re l870 y l871 y la creencia de que esteimpuesto era la “aduana” –de clara re m i n i s c e n-cia colonial– son algunos de los pre l udios de la

gran sublevación indígena conocida como “ellevantamiento de Daquilema”.

Según el mismo autor, la sublevación se ini-ció el 18 de diciembre de l871 en Yaruquíesy luego desde las comunidades de Cacha, sepropagó hasta Cajabamba, Sicalpa y Junín.Las víctimas fueron dos comisionados quedebían movilizar a trabajadores indígenaspara la construcción de la carretera, elrecolector de diezmos Rudecindo Riveraquien fue asesinado y su cuerpo destrozado yexhibido en Balbanera, para escarmentar, ycuatro milicianos que cayeron en Punín.35 Ladeclaración del estado de sitio por parte delgobierno de Gabriel García Moreno y elenvío de tropas sofocó la rebelión.

Según las autoridades, algunas indígenas see n t re g a ron, pero 300 term i n a ron en la cárc e lde Riobamba. El 8 de enero fueron ajusticia-dos Julián Manzano y Manuela León, en pre-sencia de 200 indígenas, para escarmiento yluego del juicio que declaró culpable aDaquilema por “haber figurado como cabeci-lla principal en el motín que tuvo lugar en lap a rroquia de Ya ruquíes y sus anejos, circ u n s-tancias por las que le supusieron Rey. . . ”3 6 yluego fue ajusticiado en la plaza de Ya ruquíes.

A pesar de que se trata de un suceso relativa-mente “moderno”, es interesante analizarlo

El levantamiento de Daquilemay las mujeres

23

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

p o rque revela el “juego de la memoria y elolvido” presentes en la historia. El juicio sobreel ajusticiamiento de Fernando Daquilema,dice Ibarra, al parecer desapareció del arc h i v ode la Gobernación de Chimborazo y no hapodido ser encontrado. En numerosas ver-siones Daquilema ha sido puesto de re l i e v epara afirmar la identidad nacional y es estetambién el caso de Manuela León. Mientrasen otros levantamientos, como se ha visto, lap a rticipación de las mujeres fue frecuente, enlos documentos que han quedado sobre el

levantamiento de Daquilema no apare c e n .¿Quién fue Manuela León? En los “queha-c e res” de la investigación, Lucía Chiribogadescubrió en un archivo fotográfico, un re t r a-to en cuyo reverso decía: “El desafort u n a d oDaquilema, perteneció a la familia imperial deAmérica fue fusilado en Riobamba”, otro quec o rrespondía a una mujer indígena que alp a recer también participó en la “Sublevaciónde los indios”.3 7 ¿Se trata de Manuela León?Y si fue ella, ¿cuál fue su historia? Son algunasincógnitas que guarda el pasado.

24

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

E l proceso de conformación delestado-nación a lo largo del sigloXIX fue resultado de largas luchas

entre diversas facciones que intentaban con-solidar sus proyectos. Entre ellas las pugnasentre conservadores y liberales fueron tal vezlas más conflictivas. Eloy Alfaro, líder de laRevolución Liberal, llegó al poder por la víaarmada después de casi treinta años de cons-piraciones, revueltas militares, destierros yderrotas, el 5 de junio de l895, simbolizandoel ala radical del liberalismo.

Si bien actuaba a nombre de “la civilización yel progreso moderno”, y en ese sentido repre-sentaba a un proyecto acorde con la bur-guesía costeña, también tenía respaldo popu-lar entre los campesinos, peones, sem-bradores y pequeños propietarios de la costa–base social de su ejército– así como entrelos cacahueros y artesanos en Guayaquil.38

Igualmente, contaba con el apoyo de sec-tores de clase media y alta de provincia, entrelos cuales se pueden destacar algunas mujeresque apoyaron su proyecto, hecho que hamerecido la atención de autores de mono-grafías realizadas en la primera mitad delsiglo XX y de ideólogos liberales.

En el texto de Eugenio de Janón El viejoluchador se destaca a las guarandeñas

D o l o res Vela de Veintemilla, JoaquinaGalarza, Felicia Solano de Vizuete y LeticiaMontenegro de Durango, cuyas referenciashan permitido por lo menos rescatar susretratos para ser exhibidos en la muestra.

Joaquina Galarza colaboró con las filas liberalestransmitiendo partes, con su aporte económicoy aún combatiendo en las batallas del 9 de abrily el 6 de agosto de l895, acción por la que elp ropio Alfaro le dio el grado de coro n e l a .39

Felicia Solano de Vizuete es una figura legen-daria en la ciudad de Guaranda. De acuerdoa testimonios, proporcionó toda su fortuna alejército liberal y recibió en su casa al GeneralAlfaro y su ejército cuando marchaba al com-bate del “Chasqui”. También educó a sus hijosen las ideas liberales y los impulsó a partici-par en sus luchas. Junto con Leticia Monte-negro de Durango y Joaquina Galarza apoyóde manera decidida la causa liberal en elcombate entre las fuerzas liberales y conser-vadoras que se tomaron Guaranda.40

Igualmente se pone de relieve a las manabitasSofía Moreira de Sabando y Filomena Chá-vez de Duque. Esta última fue enlace de lasfilas liberales en los combates en las selvasmanabitas, enrolándose en sus filas primerocomo soldado bajo las órdenes del CoronelZenón Sabando y luego como coro n e l a

Revolución Liberaly participación femenina

25

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

civiles durante el siglo XIX y comienzos delXX. Marieta Cárdenas relata que alrededorde los años 20 las vio pasar por Cotocollaodetrás de los soldados, en un número casiigual al de ellos, caminando “fuerte” y cargan-do a los niños, ollas, alimentos y demás vi-tuallas.42

Aunque la Revolución Liberal no rompió conlas fronteras étnicas presentes en la sociedadni logró transformaciones económicas pro-fundas, puso énfasis en la separación de laIglesia y el Estado y abrió paso a cierta mo-dernización y secularización de la vida social,produciendo cambios poco estudiados, en lasituación de las mujeres en la vida cotidiana.

En el marco jurídico, la Ley de Registro Civily Matrimonio Civil, la Ley de ManosMuertas y de Beneficencia Pública, la instau-ración de la educación laica, contribuyeron aun debilitamiento del poder de la Iglesia, asícomo a nuevas formas de administraciónpública y de vida social.

cuando Carlos Concha se levantó en armas araíz del asesinato de Alfaro y sus seguidoresel 28 de enero de l912. Fue parte de su ejér-cito hasta que cayó prisionera de las tropasgobiernistas en el cantón Jipijapa.41

También son destacadas las guayaquileñasMaría Gamarra de Hidalgo, Dolores Usubi-llaga y Delia Montero, hermana de Pedro yLorenzo Montero, y la cuencana Ana MaríaMerchán Delgado, entre otras figuras. Aun-que no es suficiente con nombrarlas, es posi-ble a partir de ahí trabajar en sus historia devida, como también investigar sobre la pre-sencia de mujeres populares en los ejércitosmontoneros –como Juliana Pizarro–, ya quese trata de un tema que merece más atenciónque el que se le ha dado.

De igual manera se debería investigar la pre-sencia en los ejércitos de las mujeres de lossoldados conocidas como “guarichas”. El apo-yo material, militar y moral de estas mujere sp e rmitió solventar las constantes guerr a s

26

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

La mayor apertura a la publicación ycirculación de revistas, periódicos yfolletos generada por las ideas ilus-

tradas, contribuyeron a ampliar los espaciosde opinión en los que participaban lasmujeres. En esos espacios muchas mujerestuvieron una participación activa aunque enla mayoría de los casos no se conservan hue-llas de ello. En enero de l889 apareció en laciudad de Guayaquil, el primer número de laRevista Literaria, una publicación de ori-entación amplia en la que se publicaron tex-tos de Jacinta P. de Calderón, Antonia Mos-quera, Carolina Febres Cord e ro, Dolore sS u c re, Dolores Flor, Dolores Miranda,Amelia Narváez, Lucinda Pazos, Rita Lecum-b e rri junto a escritores como FedericoGonzáles Suárez, Pedro Fermín Cevallos,Remigio Crespo Toral, Juan Montalvo, JuanLeón Mera, Quintiliano Sánchez.

Al referirse a las escritoras de esta revista, LucíaMoscoso señala que marc a ron el espíritu lite-rario de su tiempo, convirtiéndose en las re p re-sentantes de la escritura femenina del Ecuador.P e rt e n e c i e ron a un sector social alto, lo que lesp e rmitió disponer de tiempo y recursos, a lavez que tener acceso a los círculos intelectualesy, en ese sentido, ser menos vulnerables a lascríticas y prejuicios de la sociedad. 4 3

Sin embargo, no todo fue fácil para ellas puest u v i e ron que bregar contra la opinión

prevaleciente en la época que destinaba a lasmujeres a un rol doméstico y hacía escarniode sus actividades literarias. PrecisamenteDolores Sucre (1837-1917) poetisa guaya-quileña que recibió la Corona y Lira de Oroel 9 de octubre de l905, y fue proclamada“ Veterana de las Musas”, en el poemaConsejos a una señorita (1901) expresa latensión entre un deber ser femenino y lasaspiraciones de trascenderlo:

“Aunque en rato de demencia Diga alguno que haces mal En la aguja y el dedal En cifrar toda tu cienciaYo te aconsejo en concienciaQue seas discreta mujerY hagas lo que al vulgo agradaPor ver tu dicha colmadaPues los hombres a porfíaDeclaran sin corazón A la que halla inspiración En la pluma y los pincelesY le prodigan laurelesA la que apunta un botón44

Pero lo más interesante de esos años fue, po-siblemente, el intento de algunas escritoras deiniciar la publicación de revistas donde de-f e n d i e ron sus ideas sobre el mejoramiento de lacondición de las mujeres. Lastenia Larriva deLlona (1850-1934), fundó en l890 en la ciudadde Guayaquil El Te s o ro del Hogar.

poetisas, escritoras y creadoras

27

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Desde una posición católica Angela Carbo deMaldonado (1861-1919), poetisa y benefactoraguayaquileña, fue directora y redactora durante13 años de El Hogar Cristiano (1905), re v i s t amensual dedicada a las familias.4 5 En el HogarCristiano escribieron Adelaida Velasco Galdós(1894-1967), Eva Canel, Dolores Sucre,Lastenia Larriva de Llona, Mercedes Mart í n e zAcosta (1882-1946) María Piedad Castillo(1898-1962), Zoila Ugarte de Landívar, entreo t ros autores que defendían distintas posi-ciones. En Guayaquil Aurora Potes de Fre i redirigió la revista La Mujer Ecuatoriana (1919)ó rgano del Centro Feminista La Aurora. EnTulcán, la maestra y poetisa María Merc e d e sM a rtínez Acosta, creó Brisas del Carchi (1919).

Por su parte Rosaura Emelia Galarza (1877-1966), su hermana Celina María Galarza yTe resa Alavedra Tama fundaron en GuayaquilLa Ondina del Guayas (1907). Rosaura Emeliaquien también fue maestra, directora y fundado-ra de colegios en distintos lugares del país, cre óla revistas Flora (1917) en Quito, Primavera enRiobamba, Hacia El Ideal y Álbum Bolivare n s e ,en Guaranda. Más tarde, de manera conjuntacon Zoila Ugarte de Landívar, Vi c t o r i aVásconez Cuvi y María Angélica Idrobo, todasmaestras del Liceo Fernández Madrid, fue fun-d a d o r a - d i rectora de la Revista Alas (1934).

En años posteriores fueron creadas NuevosHorizontes, (1933), órgano de la Legión

Femenina de Educación Popular de Gua-yaquil –cuya fundadora fue Rosa Borja deIcaza, feminista guayaquileña–; e Iniciación(1934) dirigida por Blanca Martínez deTinajero, en Ambato.46

De acuerdo a Handelsman, estas re v i s t a s“ f u e ron esenciales en el pro g reso literario de lasescritoras del Ecuador porque crearon unambiente de solidaridad y unidad femeninasen el cual las autoras pudieron superar lasdudas y temores que anteriormente a muchasles había desalentado para publicar.“47

F l o rencia Campana ha planteado que esasrevistas contribuyeron a forjar un nuevo “suje-to feminista”.48 Sin embargo, el feminismop ropuesto por las mujeres en esta primera eta-pa, no ha de concebirse como un movimientoúnico y estructurado, sino como feminismosdiversos en medio de los cuales las actorasp l a n t e a ron posiciones distintas de acuerdo acada contexto histórico. En todo caso, lo que sít o m a ron en cuenta es que la situación de su-b o rdinación de las mujeres no era natural y queera necesario llevar a cabo acciones paraf a v o recer su participación en el mundo social.

Lo que buscaban esas mujeres era abrir espa-cios de comunicación que hicieran posibletanto la escritura como la búsqueda de laequidad. En la revista La Mujer, creada enQuito en 1905, Zoila Ugarte de Landívar

28

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

(1864-1969), escritora y maestra de tendencialiberal ilustrada nacida en Machala, apelando ala igualdad y a la necesidad de que la mujeracceda a la educación y al trabajo, decía:

“...la mujer ecuatoriana siguiendo el movi-miento universal, sale de su letargo, protestade su miseria y pide conocimientos que lahagan apta para ganarse la vida con indepen-dencia; pide escuelas, pide talleres, pide quelos que tienen la obligación de atenderla sepreocupen de ella algo más de lo que hastaaquí lo han hecho”49

En esta revista dirigida por Zoila Ugarte lasm u j e res comienzan a asumirse desde unacondición de género, como parte de un movi-miento universal capaz de demandar a “los quetienen la obligación de atenderlas cre a n d oescuelas y talleres”. Se trataba de demandasdemocráticas que iban más allá del pro p i oLiberalismo, capaces de constituir formas de“ m o d e rnidad alternativas”. Apelando a la igual-dad ciudadana, se daba un cuestionamiento allugar que se asignaba a las mujeres dentro de lasociedad y una autodefensa de sus cualidades:“las mujeres como los hombres poseemos unalma consciente, un cerebro pensador, fan-tasía creadora más o menos brillante”50.

Las integrantes de La mujer también plan-t e a ron que la mujer no debía restringirse alámbito doméstico, sino contribuir a la vida y al

mejoramiento social. Partiendo de sus apti-tudes “naturales” las mujeres debían tener lao p o rtunidad de educarse y servir a la sociedad.P e ro además debían tener la posibilidad demantenerse a sí mismas y de ser autónomaseconómicamente: Para Zoila Ugarte y otrasm u j e res que escribieron en esos años, el trabajono sólo constituía un medio de subsistencia sinoun ejercicio ciudadano de contribución al país.

Zoila Ugarte de Landívar, cuyo pensamienton u t re la escritura femenina y la labor delMagisterio hasta los años 50, también fue pre-sidenta del Círculo de la Prensa, directora de laBiblioteca Nacional (1911-1920) y colabo-radora de los periódicos La Prensa y La Patriay de algunas publicaciones femeninas: en l918escribió en las revistas Flora y La MujerEcuatoriana, esta última órgano del CentroFeminista La Aurora de Guayaquil y, en 1934,en la revista Alas, de Quito. Fue parte de círc u-los feministas como el grupo Alas y la LigaI n t e rnacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoa-mericanas. A partir de los años treinta fuemaestra del Liceo Fernández Madrid y delColegio Simón Bolívar. En l937 recibió la con-decoración Al Mérito en el Grado de Oficial.

También fue reconocida la feminista Zoila C.Rendón, quien escribió artículos sobre la condi-ción de la mujer en diversas revistas y periódi-cos y los libros La Mujer en el Hogar y laS o c i e d a d y La Mujer en diversos Org a n i s m o s

29

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

H u m a n o s. Ella tuvo una posición maternal, enel sentido de que su discurso enaltecedor de lacapacidad maternal, le servía para propender ala educación y preparación de las mujeres paraque así se proyecten hacia la sociedad. Pero sibien creía que el mundo de las mujeres estabaen el hogar y se declaró contraria a su part i c i-pación política porque “la política se hizo úni-camente para el hombre…” desarrolló unaacción importante en la defensa de cambiosjurídicos a favor de las mujeres y propuso medi-das concretas para la protección a la infancia.5 1

María Piedad Castillo de Levi (1898-1962) fueescritora, periodista, poetisa, e intern a c i o n a l i s t aguayaquileña destacada. Líder feminista, fue re-p resentante del Ecuador a la Comisión Intera-mericana de Mujeres entre l940 a l962.También fue delegada a la Unión de Mujere sAmericanas. Entre otras dignidades fue elegida“Mujer de las Américas” por la Unión deM u j e res Americanas en Nueva York en 1955.

En la prensa, además de las ya mencionadas, fuereconocida Hipatia Cárdenas de Bustamante(1889-1972) quien escribió en los periódicos ElDía y El Comercio de Quito y en la re v i s t aAmérica. En l932 fue presidenta de la primeraAsamblea Nacional de Periodistas. Autora deQué debe hacer el Ecuador para liberarse de lasdictaduras (1939) y Oro, grana y azul (1944).Fue defensora del derecho al voto femeninocomo se verá más adelante.

En el campo de las letras, fue una figuraPiedad Larrea Borja (1912- 2000) escritora yeducadora, especializada en Filología His-pánica. Fue secretaria y Miembro de Nú-m e ro de la Academia Ecuatoriana de la Len-gua, y presidenta del Club Femenino de Cul-tura. En 1994 recibió la condecoraciónManuela Espejo del Municipio de Quito. Fueautora de varios ensayos entre otros: Italiasin máscaras, Biografía de la mujer en elE c u a d o r, El dolor de ser buena y Lexico-grafía médica ecuatoriana.

Por su parte, Raquel Verdesoto de RomoDávila (1910-1999) educadora del NormalManuela Cañizares y de la UniversidadCentral, ocupó un lugar destacado comodifusora de los estudios literarios y escritora.Fue autora de algunas biografías, siendo unade las más reconocidas la biografía noveladas o b re Manuela Sáenz. Como militantesocialista, participó activamente en losmovimientos sociales en la décadas de losaños treinta y cuarenta. De manera semejantea otras autoras, su poesía potente y cuestio-nadora ha sido olvidada. En No tengo man-damientos dice:

Herida, como altamarPor la base de un barcoMe he quitado la vendaPorque es mi vía-lácteaFrontón de rebeldías

30

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Blanca Martínez de Ti n a j e ro (1897) fue laprimera mujer que escribió una novela en elEcuador: En la paz del campo (1937 y luegoLa Purificación (1942) y Luz en la noche(1950). De acuerdo a Handelsman, en susnovelas describe las costumbres locales y labelleza de su ciudad natal, Ambato, perotambién destaca las desigualdades de lasm u j e res en una sociedad dominada por losh o m b res. Este hecho se ve precisamente enla reacción del público a En la Paz del campoy los prejuicios y las presiones sociales quetuvo la escritora. El comité encargado de laspublicaciones en Ambato al rechazar la no-vela, explicó a Martínez que lo hacía“ p o rque denigra a esta ciudad e infama a susm u j e res” y añadía que “publicarla sería des-decir del ilustre abolengo de la autora, de surango de dama ambateña, de su alto papel deescritora y de su delicada misión de edu-cadora”. Al defenderse, ella contestó que eratodo eso y mucho más… “Sí, Mujer, peroque piensa por sí misma, que razona libre-mente, mujer ligada al campo….donde sea p rende lo desdichado que es el mundoencadenado por prejuicios, hipocresías, con-v e n c i o n a l i s m o s … ”5 2 Finalmente la novelapudo ser publicada en l940.

En cuanto a las bellas artes, las mujeres trataro nde abrirse posibilidades aunque en condicionesmenos favorables que las de los hombres. Parala mentalidad modernista de esos años la sensi-bilidad artística estaba asociada al mundo

femenino pero al momento de valorar susobras, éstas eran ubicadas en un segundo plano.

A pesar de que pocas mujeres culminaro nsus estudios en la Escuela de Bellas Art e s ,algunas se destacaron: Piedad Paredes enpintura y en escultura; Rosario Vi l l a g ó m e zde Furoiani, ganadora del primer pre m i oMariano Aguilera en 1919; América Salazarde Martínez, autora de desnudos femeninoscomo “La Patria”, “Maternidad” –hastaahora exhibidos en parques de la ciudad deQuito–; Germania Paz y Miño de Bre i l h(1913), cuya formación fue en la Academiade Bellas Artes de Quito y en The NewSchool for Social Research, en los EstadosUnidos. En 1936 y 1961 Germania Paz yMiño ganó el premio Mariano Aguilera enescultura, en este último año con la obra“Anatomía del Deseo”.

Araceli Gilbert (1914-1993) es la figura delarte pictórico. Junto con Manuel Rendónintrodujo el arte no figurativo en el Ecuador.Fue parte, al igual que Enrique Gil Gilbert yAlba Calderón, de la Sociedad de Escritoresy Artistas Independientes de Guayaquil. Sef o rmó en Guayaquil, Santiago de Chile,Nueva York y París. En 1960 ganó el segun-do premio Salón de Octubre en Guayaquil,en 1961 el primer premio en pintura SalónMariano Aguilera de Quito. En l989 el go-bierno nacional le otorgó el Premio Nacionalde Cultura Eugenio Espejo.53

31

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Con la Revolución Liberal un sectoramplio de mujeres pasó a ser objeto dep reocupación del Estado. El discurso

estatal ya no circunscribió a las mujeres única-mente al hogar y a su papel como madres yesposas, como en el período anterior, sino quecomenzó a plantearse su incorporación a lasnecesidades administrativas y productivas de lanación. Sus funciones como madres siguiero nsiendo fundamentales pero tuvieron re l a c i ó ncon nuevas políticas de protección a la infancia,como parte de una biopolítica. El Liberalismoc reó, por primera vez en el Ecuador, fuentes detrabajo para las mujeres en el sector público, enlas oficinas de Correos, Telégrafos y Te l é f o n o s ,en el profesorado y en servicios y mandosmedios de la administración pública.5 4

D e s de el inicio de su gobierno, Eloy Alfaroapoyó la educación femenina. Al mencionar que“la Ley de Instrucción Pública, por deficiente, noha previsto el caso de que la mujer, tan digna deapoyo de los Poderes Públicos, pueda optar agrados académicos y estudiar los ramos de laenseñanza superior”, en julio de l895, en uno desus primeros decretos, autorizó a Aurelia Palmie-ri para que pudiera continuar sus estudios demedicina en la Universidad.5 5 Además, impulsópor medio de becas los estudios de obstetricia yles facilitó el ingreso a la Facultad de Farm a c i a .En realidad, desde la época de García More n ohubo el interés por impulsar estos estudios. Enl872 se fundó una “Casa de Maternidad” tantopara el estudio práctico cuanto para asistir a las

m u j e res pobres que necesitasen del servicio dela ciencia obstétrica. Incluso se trajo una es-pecialista de Europa para que dirigiera elestablecimiento e impartiera conocimientosteóricos y prácticos a alumnas que veníandesde diversos lugares de la República. Dea c u e rdo a lo que menciona Mariana Landá-zuri, en esta casa tuvo una destacada part i-cipación la quiteña Juana Miranda.56

Años más tarde, en 1921, Matilde Hidalgo dePrócel (1889-1974) fue la primera mujer engraduarse de doctora en medicina. De acuer-do a Jenny Estrada, su camino fue largo y sulucha constante para culminar su carrera yparticipar en la vida política y social del país.Fue la primera bachiller, la primera licenciaday también, como se verá más adelante, laprimera mujer en ejercer el sufragio.57

Con la educación laica algunas mujeres qui-teñas entraron al colegio Mejía y se gra-duaron de bachilleres, aunque su número fuemuy pequeño en relación a los hombres. Encuanto a las maestras si bien desde el siglo XIXexistían profesoras e institutrices, es a partir dela creación del Normal Manuela Cañizare s(1901) en Quito y del Instituto Nacional deSeñoritas Rita Lecumberri (1906), en Guaya-quil, que las maestras adquirieron mayor nivelde formación y profesionalización. El pro f e s o-rado constituyó para las mujeres una de laspocas posibilidades de obtener una profesión yfue, además, la actividad más importante en

Maestras

32

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

t é rminos cuantitativos en la que se ubicaron lasm u j e res de sectores medios. Pero fue, también,un espacio de realización personal. Ya se hizore f e rencia anteriormente al papel de las maes-tras en la producción de revistas y textos lite-rarios en los que se defendía la necesidad delmejoramiento social e intelectual de lasm u j e res, pero estas maestras también tuviero nun papel destacado en la acción pedagógica.E n m a rcadas en el intento estatal de implemen-tar la “educación laica, gratuita y obligatoria”,d e s a rro l l a ron prácticas pedagógicas innovado-ras que contribuyeron a formar mujeres másactivas y dinámicas. Gracias a su acción se for-m a ron nuevas generaciones de mujeres másautónomas en medio del sistema dominante.5 8

Una de las maestras pioneras en Guayaquil fueRita Lecumberri (1831-1910). Situada a mediocamino entre la formación autodidacta y elsaber profesional, desde su juventud, se dedicó ala enseñanza en la ciudad de Guayaquil y en elmedio rural. En 1903, a los 66 años, fundó laAcademia Nocturna de Señoritas, la primera enel país. Cuando el gobierno de Alfaro concibióla idea de fundar un colegio normal para señori-tas, se creó la escuela primaria, la cual, el 7 demayo de l906, se elevó a la categoría de ColegioNacional de Señoritas Rita Lecumberr i .59

E n t re otras destacadas maestras de la Costa seencuentra Aurora Estrada y Ayala de Ramíre zP é rez (1901-1967), quien nació en la pro v i n c i a

de Los Ríos y fue una de las primeras licen-ciadas en la Facultad de Filosofía y Letras de laUniversidad Central en 1931. En 1939, el cír-culo Atalaya de Guayaquil la coronó como“Reina de la Poesía.” Entre su producción tienevarias obras poéticas, una novela y ensayoscomo “La Mujer Trabajadora en la vida social”en el que tempranamente (1934) inscribe lap roblemática de la mujer dentro de un marc oclasista poniendo como eje de análisis la dobleexplotación que sufre: como mujer y miembrode la clase pro l e t a r i a .6 0 También se destacóElisa Ortiz de Aulestia (1906) quien nació enGuayaquil y ejerció la docencia en Quito y enlos Estados Unidos. A raíz de su ejercicio comoVisitadora Escolar publicó Realidad rural yS u p e rvisión Escolar, un interesante trabajo críti-co sobre la educación en el país.

En la ciudad de Cuenca, Dolores To rres (1897-1955) fue reconocida. Formada inicialmente alinterior de la educación católica, fue parte delos Cursos Intensivos que fomentó el Minis-terio de Educación en el marco de lasMisiones Alemanas en 1916-1917. A partir dela escuela Tres de Noviembre que fundó enl918, se creó el primer colegio de señoritascon el nombre de Manuela Garaicoa deCalderón. En 1922 formó la Liga de Maestro s ,la cual priorizó la formación académica através del Ateneo Pedagógico y la revista Lavoz del Maestro. Fue una autoridad pedagógi-ca que renovó la educación cuencana. María

33

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Angélica Idrobo (1890-1956) dedicó suse s f u e rzos a la formación integral femenina,impulsando innovaciones pedagógicas y va-l o res democráticos en la enseñanza. Nació enla provincia de Imbabura y ahí inició susprimeras acciones pedagógicas; luego, enGuayaquil, fundó el Liceo de Señoritas Ariel(1926) y en Quito el Liceo Fernández Madrid(1930) y el Colegio Simón Bolívar (1940).Como se verá más adelante, defendió el sufra-gio y la necesidad de la participación políticade las mujeres en la sociedad. Cuando durantesu rectorado en el Normal Manuela Cañizare s(1948) inauguró el edificio actual del colegioe x p resó: “será el albergue de la más prístinademocracia, ya que por sus aulas pasarángeneraciones de niñas blancas, morenas oindias, hermanadas en el gran sentimiento denacionalidad ecuatoriana”.6 1 Para esta maestrala educación laica fue la posibilidad de cre a respacios que permitirían desterrar discrimina-ciones raciales y contribuir a un proyecto denación más incluyente.

Otra maestra que innovó el sistema educati-vo en Quito fue Angélica Carrillo de MataMartínez (1905-1981), doctora en Filosofía yPedagogía en Alemania y quien durante laadministración de José María Velasco Ibarra,fundó el “24 de Mayo” el primer colegio deeducación secundaria para las mujeres en Qui-to (1934) y, posteriormente, el “Colegio deAmérica”. En una ponencia expresó: “La mujer

ecuatoriana de hoy ya no puede ser consider-ada como simple flor ornamental del hogar,como simple custodia. La mujer contem-poránea requiere de una formación integralque deje de lado las viejas formas domésticasdel trabajo, que se le han señalado como laúnica vía, y asuma un rol activo en el contex-to productivo de la nación.”62

El educador Gonzalo Abad Grijalva, señaló enuna entrevista: “Todas estas mujeres comoAngélica Carrillo de Mata Martínez, Elisa Ort i zde Aulestia, Blanca Margarita Abad, ClemenciaSoria de Bonilla, Carola Castro, María LuisaSalazar de Félix, ya tienen un criterio feministade la educación y atraen a las muchachas a loscolegios. El problema de hace cincuenta años eraque los padres decían: no, las chicas no tienenpara qué ir al colegio, allá aprenden cosas que nodeben, que aprendan a ayudarle a su mamá y quese casen. Pero estas maestras y otras cambian esaidea y hacen de la educación femenina un pro-grama de toda su vida”... 6 3

En el ámbito del Magisterio figuraron comodirigentes las maestras Flor Medranda de Chan-cay (1921) presidenta de la Unión Nacional deE d u c a d o res de Manabí y la primera mujer en serp residenta nacional de la UNE. Ta m b i é nTeodosia Robalino de Tobar (1916) –maestrarural, involucrada con la alfabetización decampesinos, trabajadores y presos, fue dirigentede la UNE durante los años 60-70.6 4

34

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Muchas artistas se habían formadoen el Conservatorio Nacional deMúsica, donde el gobierno liberal

abrió cursos especiales para señoritas. Sinembargo, salvo el nombre de contadas fi-guras como Manuela Gómez de la Torre,Teodolinda Terán, la compositora LidiaNoboa, queda por estudiarse la búsqueda delas mujeres por espacios en ese campo. Maríade Lourdes Jaramillo, por ejemplo, fue una delas pocas graduadas en la cátedra de violín enel Conservatorio Nacional de Música y pos-teriormente maestra del mismo Fue además,la única mujer fundadora de la OrquestaSinfónica Nacional, cuando se creó en l957.

No se han estudiado en profundidad los cam-bios en la vida cotidiana que se produjeronen las primeras décadas del siglo XX y cómoinfluyeron en la vida de las mujeres. Porincipiente que haya sido la modernización dela sociedad se introdujeron una serie de inno-vaciones sociales y técnicas que re p e r-cutieron sobre la cotidianidad. El proceso deurbanización, por incipiente que fuera, mo-dificó las costumbres y los hábitos.

El ferrocarril no sólo amplio las posibilidadesde movilización de las poblaciones sino quemodificó sus formas de percibir el mundo. Elacceso al cine, al teatro, a salones de entre-tenimiento, provocó transformaciones en loscomportamientos y horizontes de vida de los

sectores medios y altos. Incluso las capaspopulares accedieron a representaciones deteatro y cine populares.65

La radio se fue generalizando a partir de esosaños e incorporando a mujeres entre sus par-ticipantes. En el ámbito musical y teatral fueuna figura Carlota Jaramillo (1904-1987). En1922 se inició como cantante cuando con suh e rmana Inés ganó un concurso de músicapopular con motivo del Centenario de laBatalla de Pichincha. Luego ingresó a la com-pañía de teatro “Comedias y Va r i e d a d e s " ,donde se convirtió en la primera actriz. En1938 grabó su primer disco. Ha sido una de lascantantes con más larga trayectoria en el país.

Marina Moncayo (1906) se convirtió en unafigura clave del teatro en las décadas de losaños 20-30, cuando el arte escénico cobróimpulso. Fue actriz principal de la CompañíaDramática Nacional dirigida por Jorg eAraujo y recorrió el país en la presentaciónde numerosas obras teatrales, en las que tuvomucha aceptación.

Al comienzo, la compañía re p resentaba obrasextranjeras, pero a partir de l929 estre n a ro nmontajes nacionales con obras de Jorge Icaza yde otros autores como Enrique Avellán Ferres yAugusto San Miguel. En 1932, MarinaMoncayo formó su propia compañía teatralque llevó su nombre y dirigió su marido Jorg e

Artistas, deportistas

35

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Icaza. En 1947 recibió un homenaje y conde-coración de la Unión Nacional de Periodistas.También en el deporte las mujeres comen-zaron a destacarse. Si bien en las primerasdécadas del siglo XX el “sport” fue parte de lamundanización de la sociedad y una activi-dad de jóvenes de sectores altos, sobre todoen la práctica del patinaje y el tenis, en lasdécadas siguientes el deporte comienza a serparte cotidiana de la vida estudiantil.

Las prácticas deportivas entre las mujeres desectores medios comenzaron a implemen-tarse en Quito a partir de la creación delcolegio “24 de Mayo”, el único colegio que

tenía un gimnasio completo en la ciudad. Enlos años 40 y 50 los equipos de básquet yvoley de los colegios fueron verd a d e ro sacontecimientos en la vida de las ciudades.

El símbolo del atletismo femenino en esos añosfue la esmeraldeña Carola Castro (1920). En1938, siendo aún estudiante del ManuelaC a ñ i z a res en Quito, compitió en Bogotá yganó el campeonato boliviariano en los 50m e t ros. Al año siguiente (1939) en Lima sec o n v i rtió en la primera mujer campeonasudamericana en los 100 metros y vice campe-ona en los 200 metros. Posteriormente fue lamaestra de deportes del colegio “24 de Mayo”.

36

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Benefactoras

Desde la época garciana, mujeres desectores sociales altos apoyaron ainstituciones asistenciales como la

de las Hermanas de la Caridad, la Asociaciónde las Damas de Caridad y la AcciónCatólica. En esta época llevó a cabo suacción la beata Mercedes de Jesús Molina yAyala (1828-1883), quien nació en Baba ydesde muy joven, y con sus propios recursos,se consagró a la acción social y evangélicarealizando obras a favor de los niños huér-fanos en Guayaquil y Riobamba. Tambiénviajó como misionera a Gualaquiza y fundóla comunidad religiosa de las Marianitas.

Además, en Guayaquil participaron nume-rosas mujeres, asociadas desde finales delsiglo XIX, en la Sociedad de Beneficencia deSeñoras y más tarde en la Conferencia SanVicente de Paúl. A partir de los años veintedel siglo XX toman nuevo impulso benefac-toras como Rosa Pérez Pallares, ElenaEnríquez y María Augusta Urrutia, en Quito.

F rente a la crisis económica existente, y parae n f rentar el proceso de secularización que vivióla sociedad ecuatoriana a partir de la RevoluciónLiberal, algunas mujeres de sectores altos ymedios católicos se dedicaron a labores debeneficencia. Sin embargo, de acuerdo a lo queseñala Eduardo Kingman Garcés, los objetivosde la Acción Católica fueron en parte distintos alos de la beneficencia estatal. Estaban orientados

a intervenir en la vida y en la organización socialde los pobres, con la finalidad de aliviar su exis-tencia material (dadas las condiciones de crisisde la primera mitad del siglo XX) pero al mismotiempo de garantizar su reconducción moral.

Según Kingman, la Acción Católica estabap reocupada por la higiene de las almas, perono por eso perdía de vista la de los cuerpos y lare o rganización de los espacios (las condicionesfísicas y morales de las viviendas obreras y delas barriadas, por ejemplo). Esas acciones sed i f e renciaban de las estatales en la medida enque generaban vínculos personalizados, antesque una relación racional burocrática. 6 6

En Cuenca se destacó Hortensia Mata deOrdóñez. (1949-1934).

Desde una vertiente internacional y ligada a laidea de servicio público, en 1922 se fundó laC ruz Roja Ecuatoriana, que ya había sido con-stituida por un decreto de Eloy Alfaro en l910.En esta institución part i c i p a ron algunas mujere sde sectores altos y medios como Ana Musello,Elsbeth Bolle de Robalino, Vi rginia Larenas. Enlos años cuarenta, la presidenta del Comité deDamas Elvira Campi de Yo d e r, desplegó sulabor apoyando diversas instituciones de salud.La Cruz Roja también participó activamente enla Guerra con el Perú, en el apoyo a los damnifi-cados de la guerra y a los refugiados de lap rovincia de El Oro .

37

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

La participación de las mujeres en lapolítica comenzó a ampliarse en lasprimeras décadas del siglo XX. La cri-

sis económica y social afectó a las familias,tanto de los sectores medios como populares,y generó un clima de confrontación al que nofueron ajenas las mujeres. Ente l895 y 1920 sesucedieron alrededor de 19 huelgas en elpaís, estando la mayor parte de ellas (15)localizadas en Guayaquil. El desarrollo inci-piente del capitalismo provocó el surgimien-to de una clase obrera en el puerto cuyodesarrollo, organización y movilización seríacreciente durante las primeras décadas delsiglo XX.67

Los primeros núcleos obre ros conform a d o spor los cacahueros, por los empleados delas empresas de servicio público y las indus-trias manufactureras, trabajadores de lase m p resas extranjeras y de los ingenios ubi-cados en el medio rural, se juntaron alre d e-dor de las primeras organizaciones gre m i-ales y que tuvieron activa participación enestos años.

En el Segundo Congreso Obre ro, reunido enGuayaquil en l920 part i c i p a ron como dele-gadas dos mujeres: Leonor Mesones deD a rquea y María H, Reyes, del CentroFeminista La Aurora, entre numerosos miem-b ros masculinos.6 8 Las participantes delC e n t ro re s o l v i e ron asistir al Congreso para

estimular a sus representantes a integrarse alas luchas sociales. En una de sus publica-ciones se señalaba que “la concurrencia de lamujer a un acto de tanta trascendencia sig-nificaba el estado de progreso en que se en-contraba el feminismo”. También este Centrose adhirió a la huelga general en noviembrede l922, en Guayaquil.

Dentro del anarcosindicalismo se formó en lamisma ciudad el Centro Feminista RosaLuxemburgo, cuyas integrantes, al parecer,tuvieron participación en la huelga generaldel 13 de noviembre en la que se plegarontodos los sectores laborales y en los sucesosprevios y posteriores a la masacre del 15 denoviembre de l922, durante el gobierno deJosé Luis Tamayo.

Patricio Icaza hace referencia a una crónica:“nos ha llamado particularmente la atenciónla noticia de que se habían adherido mujeres,en pleno feminismo de lo más descon-c e rtante…las mujeres bolcheviques caenechando maldiciones y excitando a los quelas rodean”. En la misma crónica se dice quedespués de esos acontecimientos posible-mente el Centro “Rosa Luxemburgo” no sereuniría más en Guayaquil”69. La huelga ter-minó con más de un centenar de obrerosmuertos, según la prensa y entre 300 y 500,según algunos historiadores. Las víctimas, enrealidad fueron incontables.

luchadoras populares y obreras

38

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En una entrevista a Floresmilo Romero ,miembro de la Sociedad Gremial de Peluque-ros y sobreviviente de la masacre en la quemurieron sus dos hermanas, trabajadoras dela lavandería “La Lira”, señala que “la cifraentre muertos y heridos, fácilmente asciendea dos mil personas”70. Según la memoriapopular la “sepultura” de estos muertos fue elrío Guayas, en el que aparecieron flotandocruces de madera, lo que motivó a JoaquínGallegos Lara para escribir su novela Lascruces sobre el agua.

Como antecedentes de esta matanza debe se-ñalarse el clima de agitación popular y dehuelgas que se pro d u j e ron por efecto de laLey de Moratoria y la incautación de giro s–medidas con las que el gobierno trató depaliar la crisis fiscal por la caída del precio delcacao– pero que agudizaron la crisis econó-mica y la situación de los trabajadores. Unmes antes, el 19 de octubre de l922 se pro d u-jo la huelga de los trabajadores de la estaciónde Eloy Alfaro, Durán, pertenecientes a TheGuayaquil and Quito Railway Company,p ropietaria del Ferro c a rril del Sur, porque lae m p resa no quiso atender sus demandas.

Patricio Icaza registra que ante la represiónmilitar se hizo presente “la acción resuelta delos habitantes de Durán y en especial de lasmujeres y los niños, quienes, según el relatode un testigo presencial, se tendieron sobre

las rieles, como durmientes en la línea férrea,para impedir el paso de las locomotoras queestaban bajo el control de los rompehuel-gas”71. ¿Estuvo ahí Tomasa Garcés? Según lascrónicas, ella, junto a sus hijos, se tendiósobre las rieles impidiendo el paso de laslocomotoras.

Para entender la participación femenina en lapolítica obrera de esos años, es interesante elrelato de dos sucesos ocurridos en l934. En lahuelga de los 350 trabajadores de la fábricatextil La Internacional de Quito, de los cualesun gran porcentaje eran mujeres, hubo desa-lojo y represión. En una hoja volante se dice:

“La Gerencia de la Fábrica La Intern a c i o n a l ,secundada por el Regimiento Yaguachi y laPolicía, desalojó ayer a los obre ros, tiñendo des a n g re proletaria el sable y el fusil… arre-m e t i e ron contra la masa obrera desarmada yl o g r a ron herir a las trabajadoras Carm e l i n aB a rc l a y, Carmela Hernández, Inés Moncayo,Aída Pazmiño y otras.”7 2 ¿Por qué se habíap roducido la huelga? De acuerdo al estudiorealizado por el Dr. Pablo Art u ro Suárez, enesos años, de 21 establecimientos industrialesen Pichincha que tenían 1.222 obre ros, la jor-nada de 8 horas no se cumplía sino en lasfábricas del estado.7 3 En todas las demás –lamayoría textiles– los obre ros y obreras traba-jaban de 9 a 11 horas diarias, situación quellevó a que se multiplicaran los conflictos.

39

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

A pesar de la represión, la huelga en LaInternacional duró 18 días y logró sus obje-tivos: “aumento general para todos los traba-jadores e igualdad de remuneraciones parahombres y mujeres; vigilancia y aplicaciónefectiva de las leyes laborales, descansodominical obligatorio y los días sábados porla tarde, protección efectiva de la mujerembarazada y estabilidad en el trabajo,establecimiento de una casa cuna, libertad deorganización sindical y retorno al trabajo delos obreros despedidos.”74

El segundo suceso es la participación de laobrera Rosa Vivar en el conflicto de las minasde oro de Portovelo, explotadas por la com-pañía norteamericana South AmericanDevelopment Company (SADC). Cuandoen septiembre de l934, los obreros lograrono rganizar la Asociación Sindical Obre r a(ASO) y organizar la huelga, Rosa Vivar“ p rotesta enérgicamente por el pro c e d e rindigno de la South American DevelopmentCompany”, y manifiesta que, hasta cuándolos obreros estarán con tanto pedir y suplicar;que este procedimiento se debe dejar ya; quela huelga debe realizarse lo más pronto;anticipa a la SADC y al Gobierno, que “sihacemos huelga es porque nuestros derechosy las leyes de la República nos amparan. Lajusticia social exige que rompamos las cade-nas con que la SADC nos tiene oprimidos. Lahuelga no la vamos a hacer con la tiranía y

salvajismo con que acostumbran tratarnos.N o s o t ros pro c e d e remos con conciencia,moral y justicia; pero si acaso atentan contrala vida de algún miembro del sindicato, losgringos deben acordarse de que los obrerosconservamos el recuerdo del daño que se noshace” 75.

Rosa Vivar perteneció al grupo de traba-j a d o res más radicales a favor de la huelga, quese efectuó el 10 de noviembre de l934. En lacomisión encargada de negociar con la com-pañía estuvo también ella, junto a los diri-gentes Néstor Ordoñez y Salvador Romero.

La presencia de los trabajadores sindicaliza-dos y también de las trabajadoras dio unmatiz cualitativamente distinto al trabajo y alos movimientos sociales de esos años. Paralos sectores de izquierda era la clase histó-rica, protagonista del nuevo mundo quevenía. Para los sectores tradicionales y laIglesia Católica un motivo más para su parti-cipación activa al interior de los gremios. Losnuevos lineamientos de la Iglesia en los añoscuarenta pusieron énfasis, precisamente, enesta participación. La función principalseguía siendo la defensa de la familia y de laconvivencia cristiana, pero esta defensa debíaser activa tanto frente al mundo capitalistacomo comunista.76 Los católicos debían par-ticipar en la cuestión social y en la políticacristiana. Frente a la acción de los partidos

40

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

políticos de izquierda en el movimientoobrero, la Iglesia Católica también desarrollóacciones. Al interior de la Juventud ObreraCatólica (JOC) se planteó la necesidad deestimular a las jóvenes obreras para queentren a la organización y enfrenten los pro-blemas obreros de manera cristiana y moral.Las acciones de la Asociación Católica de laJuventud Femenina (ACJF) fueron dirigidas alas trabajadoras: ejercicios espirituales paraobreras y sirvientas, conferencias, obras deservicio social.

No podemos perder de vista que los sectorespopulares, y en particular las mujeres, esta-ban imbuidos por una profunda religiosidadque hacía que se sintieran identificados conlas agrupaciones gremiales católicas. En el

movimiento sindical católico, así como en eldesarrollo de la doctrina social católica en elEcuador, tuvo una destacada participaciónIsabel Robalino Bolle (1917), quien se graduóde bachiller en el colegio Mejía y de aboga-da en la Universidad Central en l944. Fuefundadora y directora de la escuela de servi-cio social “Mariana de Jesús”, y, entre otrasfunciones, fue Concejala Municipal de Quitoen 1948, Diputada Funcional por losTrabajadores a la Asamblea Nacional Consti-tuyente de 1966-67 y senadora funcional porlos Trabajadores de la Sierra 1968-69. Fueabogada sindicalista, presidenta del INEFOS,Instituto Ecuatoriano de Formación Social dela CEDOC y fundadora del Instituto Ecuato-riano de Desarrollo Social INEDES. Es maes-tra universitaria y escritora.

41

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

ejemplo, que en 1920 se formó en Guayaquil almenos un club feminista de propaganda elec-toral para apoyar la elección del candidato libe-ral José Luis Tamayo para la presidencia de lare p ú b l i c a7 9. También se sabe que desde las mis-mas mujeres hubo debates sobre el tema desdeaños antes8 0, lo cual impide afirmar que el sufra-gio respondió a una iniciativa del part i d oC o n s e rvador en la Asamblea Constituyente del929, según lo plantea Rafael Quintero .8 1

M i entras algunas mujeres como AdelaidaVelasco Galdós quien, desde una posicióncatólica, se mostró contraria al voto manifes-tando –en l914– que “no se diga jamás a unamujer que su puesto está en los comicios po-p u l a re s ”8 2, o la feminista Zoila Rendón, que suopuso porque planteaba que el papel de lasm u j e res estaba en el hogar8 3, otras mujere scomo Zoila Ugarte de Landívar, en cambio,p l a n t e a ron que la mujer debía tener un papelactivo en la vida social y política a través de laeducación y al trabajo. De igual manera, maes-tras como Victoria Vásconez Cuvi y MaríaAngélica Idrobo defendieron el derecho a lap a rticipación política de las mujeres. Esta últi-ma en una conferencia expresó: “la mujer tiened e recho, a esa función, la más grande del ciu-dadano, la libertad del sufragio”8 4. A pesar deque la Constitución de l929 aprobó de maneraexplícita que las m u j e res alfabetas podíanvotar y de que el partido Conservador semostró partidario de ello, todavía hubod i v e rgencias sobre si era conveniente o no el

Políticas y movimientos sociales

De manera distinta a otros enfoques,un estudio reciente sobre el sufragiofemenino en el Ecuador permite en-

tender que se produjo en un campo de fuerz a s–en el que cumplieron un rol activo lasm u j e res– antes que ser resultado únicamentede las posiciones partidistas de conserv a d o re sy liberales y posteriormente, socialistas. Asi-mismo, que respondió a diversos discursosdesde los diferentes campos de debate: elC o n g reso, la prensa, las relaciones interame-ricanas y los mismos espacios de las mujere s .7 7

Debido a limitaciones de espacio, sólo enfocare-mos el último aspecto señalando bre v e m e n t eque, aunque en las Constituciones liberales del896 y l906 no había prohibición, las mujeres novotaban. En la práctica, se pensaba que no eranciudadanas con posibilidades de elegir y serelegidas. La primera excepción fue la lojanaMatilde Hidalgo de Prócel, quien al acercarse adar su voto en l924, en la ciudad de Machala, nosólo se convirtió en la primera mujer votante enel Ecuador, sino que contribuyó con su acción ai n t roducir cambios en la propia org a n i z a c i ó ndel Estado, ya que una vez sometida su acción aconsulta en el Consejo de Estado, este dicta-minó que no existía ningún impedimento legalpara que las mujeres ecuatorianas ejercieran eld e recho al voto.78 No cabe duda que MatildeHidalgo de Prócel fue pionera –incluso en algúna rtículo de esos años se la llama “mujer valiente”a partir de nueva documentación se despre n d eque su acción no fue aislada. Se conoce, por

42

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

voto de las mujeres, sobre todo por parte delos liberales. La correlación de fuerzas habíacambiado y el voto femenino era import a n t een las listas conservadoras. Aún una mujer li-beral como Rosa Borja de Icaza y para quien“el feminismo era una necesidad social”e x p resó que eso no era lo más import a n t e“ p o rque el voto de la mujer sin pre p a r a c i ó ncívica, sólo sirve de instrumento ciego en lasgrandes orientaciones nacionales”8 5. Como seve no hubo una posición unánime. Otra mujerde tradición liberal, Hipatia Cárdenas deBustamante, criticó, en 1932, por el contrarioo b s e rvó que el problema estaba en el mismosistema político femenino “Veo que vuelve altapete, como siempre que se avecinan eleccio-nes, el tema de quitar el voto a las mujeres. Losinfelices de los hombres no aciertan a re s o l v e rel problema político del Ecuador que como entodo país democrático tiene base electoral yacuden al recurso de poner a un lado a las mu-j e res para ver si así dan pie con bola…”8 6.

Igualmente María Esther Martínez Macías enGuayaquil, reclamó “la justicia de la concesióndel derecho a la mujer por cuanto como serinteligente tiene también derecho a gozar, de unmodo integral, de todos los derechos a que taless e res corre s p o n d e n … ”8 7. Esta misma autora, enun texto anterior propuso la elección de unamujer como Senador Funcional por el Femi-nismo, así como re f o rmas integrales: la cre a c i ó nde sindicatos para la clase obrera femenina,igualdad de salarios, etc.8 8. Aunque no se puede

a f i rmar que el sufragio femenino fue parte de unmovimiento estructurado de las mujere s .

La época que va desde los años veinte a la dé-cada de los 40 tuvo un carácter dual: crisis de laeconomía cacaotera y crecimiento y diversifi-cación económica, resultado de la moder-nización de una parte significativa de la hacien-da serrana como también del crecimiento lentop e ro sostenido de la industria alimenticia y tex-til. Este crecimiento, sin embargo, se pro d u j oen medio de crisis social y pobreza urbana, quetambién afectó a la clase media8 9.

Estudios realizados sobre el sector públicomuestran el deterioro que sufrieron los sueldosde los empleados públicos entre 1927 y 1944por efecto de la disminución del valor de lase x p o rtaciones y del presupuesto estatal, lo cualjunto al desarrollo de nuevos intereses socialesy formas organizativas, posiblemente influyóen la conflictividad social y política de esosaños. Para algunos estudiosos la primera huelgay la consiguiente masacre de obre ros en la ciu-dad de Guayaquil en 1922 inauguró “el siglo delas masas”9 0. Ese “siglo” terminó en realidad enl946, con un nuevo ascenso de la dere c h apolítica a la administración del estado bajo lafigura de José María Velasco Ibarr a .

Si lo que había caracterizado al siglo XIX y lasprimeras décadas del XX fue la pugna entre li-berales y conserv a d o res, entre las décadas delos años 30 y 40 se produjo el aparecimiento de

43

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

nuevas organizaciones sociales. En l925 losp a rtidos decimonónicos Liberal y Conserv a d o rm o d i f i c a ron sus discursos. En la rama de avan-zada del partido Liberal apare c i e ron como mi-litantes algunas mujeres como Zoila Ugarte yp o s t e r i o rmente otras mujeres que apoyaron lascandidaturas liberales. Igualmente ahí se for-m a ron sectores radicales que luego pasarían ao rganizar las agrupaciones socialistas.

Desde la vertiente católica y en el clima de con-f rontación ideológica entre partidos, tambiénhubo participación femenina. Los nuevos linea-mientos de la Iglesia Católica pusieron énfasisen la participación activa de las mujere s .Además de la cuestión social donde la mujerm o d e rna debía distinguirse por su acerc a m i e n-to al pobre y su participación en obras de cari-dad, se le exige actuación en la vida política:"aunque a muchos les parezca extraño, la inter-vención de la mujer para el triunfo de los prin-cipios de la política cristiana es decisiva", dicePio XII. En este campo se plantea una interv e n-ción obligatoria para todas: votar, interv e n i r, noausentarse, "no dejándose ofuscar por quieneso f recen vagas y ambiguas promesas, decidién-dose por quienes ofrecen verdaderas garantíaspara los derechos de Dios y de la Iglesia... y dela defensa de las Instituciones Cristianas sobretodo las que se re f i e ren a la mujer”9 1.

Aun cuando se trata de un tema que está porinvestigarse, es en este marco que se entiendesu actividad política. Fueron defensoras del

d e recho al voto desde los años treinta y alp a recer tuvieron una decidida actuación, tantoa favor de los candidatos conserv a d o re slocales como Jacinto Jijón o Rafael Larrea parala Alcaldía en Quito, como a nivel nacionalpara la candidatura de José María Ve l a s c oI b a rra para la presidencia de la República.

La presencia de los partidos de izquierda: So-cialista (1926) y Comunista (1931) que surge ap a rtir de la división del Socialista, pro v o c ócambios en las organizaciones sociales y en eltipo de actores que part i c i p a ron en la política.

De acuerdo a Mercedes Prieto, además deld e b i l i t a miento de la hacienda tradicional, fue els u rgimiento de ideologías movilizadoras a tra-vés del Partido Socialista y posteriormente Co-munista, lo que propició la organización yacción campesinas en las haciendas del cantónOlmedo en Cayambe, pertenecientes al Estadoy dadas en arrendamiento a part i c u l a re s9 2. Eldirigente socialista y luego comunista Ricard oP a redes junto a los dirigentes quichuas form a ro nlos sindicatos Nuestra tierra, Ti e rra Libre, Pan yTi e rra y posteriormente los sindicatos de lashaciendas Pesillo, La Chimba, Moyurco y SanPablo Urco. La re p resión violenta a su org a n i-zación y pedidos de pagos salariales, de que notrabajen gratuitamente de servicias, provocó lamovilización y lucha de los dirigentes indígenasD o l o res Cacuango (1881-1971)9 3, Jesús Guala-visí, Ambrosio Lazo y posteriormente Tr á n s i t oAmaguaña (1909)9 4.

44

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En una entrevista realizada a Tránsito Ama-guaña en los años 70, se registra que existíanalgunas líderes campesinas. Una de ellas,Angelita Andrango, era según Tránsito, “hu-milde, seria, sencilla” y a la que, “no entrabapalabra, pero no dejó de luchar”, otra fueClotilde Tarabate de Moyurco. Tr á n s i t oexplica que había tantas dirigentes “porquehan de haber sabido pensar, han de habersabido tener pensamiento…han de habersido valientes…no deben haber tenidomiedo. Más cólera da que miedo”. 95 E s t a sdirigentes junto a sus compañeros lograro nlegalizar en 1944 la primera organización indí-gena, la Federación Ecuatoriana de Indios, FEI,aunque ya venía funcionando desde antes. Añosmás tarde, al final de la década del 40 y con elapoyo de la maestra normalista María LuisaGómez de la To rre, Dolores Cacuango junto asu hijo Luis Catucuamba, form a ron las primerasescuelas indígenas bilingües, las cuales se man-t u v i e ron por 15 años hasta que la Junta Militarde Gobierno las cerró.

En medio de ese proceso de inestabilidad yagitación social (nada menos que 26 cambios deg o b i e rnos se sucedieron en el país desde l925hasta 1950) apare c i e ron y se institucionalizaro nmuchas organizaciones populares como asocia-ciones, comunas, cooperativas, gremios, federa-ciones de pro f e s o res y estudiantes, sindicatos det r a b a j a d o res y se pro d u j e ron movilizacionessociales. Este era, además, el clima intelectualen el que se desarrolló la llamada generación de

los años 30, integrada por escritores, art i s t a s ,l u c h a d o res y luchadoras sociales.

María Luisa Gómez de la To rre fue la únicamujer que participó en la fundación del Part i d oSocialista (1926), pero posteriormente otrasm u j e res se incorporaron como Vi rginia Lare n a s(1907-1977) maestra del Manuela Cañizares ymilitante socialista que también actuó en diversasinstituciones sociales. También fue una figuradestacada Laura Almeida (1925-1981), maestran o rmalista y profesora de la UniversidadCentral, quien desde su juventud fue dirigente enla Federación de Estudiantes del Ecuador FEUE.Ella escribió en los diarios El Día y La Ti e rra yocupó en varias ocasiones la dirección de laConfederación de Tr a b a j a d o res del Ecuador,hasta llegar a la presidencia y dirección del par-tido en la época de la Junta Militar, aunque, inex-plicablemente, de manera anónima.

Después de la guerra con el Perú y el cerc e-n a m i ento de parte del territorio nacional y enmedio de la oposición al gobierno de Arro y odel Río, se pro d u j e ron grandes moviliza-ciones sociales en las que part i c i p a ron gru p o sde mujeres. En Guayaquil Isabel Herrería deSaad (1910-1991), maestra y activista del par-tido Comunista ayudó, en 1943, a la form a-ción de los Comités Populares de Guayaquil ycolaboró en la organización sindical y del ICongreso de Trabajadores del Ecuador. Enesas acciones entabló relación con otrasmujeres –especialmente con Ana More n o – ,

45

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

c o n quienes p rotagonizó las movilizacionesde l944, sufriendo persecuciones después delgolpe de Velasco Ibarra en l946. Ana More n o(1913-1983), junto con Alba Calderón (1908)y Enrique Gil Gilbert también comunistas,p e rteneció al grupo “Alere Flama” y a la“Sociedad de Escritores y Artistas Indepen-dientes”. Trabajó para Alianza DemocráticaEcuatoriana ADE, organizando comités popu-l a res barriales, sindicatos y grupos campe-sinos. También ayudó a organizar el “SocorroRojo” que ayudaba a los combatientes re p u b l i-canos de la Guerra Civil Española.

En Quito la participación de las mujeres ent o rno a “La Gloriosa” también fue destacada. Elg rupo de Alianza Femenina Ecuatoriana AFEf o rmada en l938 por Nela Martínez, MatildeNogales, Vi rginia Larenas, Julia de Reyes,María Luisa Gómez de la Torre, RaquelVe rdesoto de Romo Dávila, tuvo un papel re-levante. Junto a otras dirigentes como MarietaC á rdenas (1915) militante comunista y com-p rometida con los derechos de los trabajadore s ,p a rt i c i p a ron en las luchas callejeras y en losacontecimientos políticos de esos años. NelaM a rtínez (1912-2004) fue también escritora.Fundó otras asociaciones como URME, UniónRevolucionaria de Mujeres del Ecuador (1962)y trabajó por la solidaridad internacionalista ylos derechos populares y de las mujeres.

Las movilizaciones y el movimiento demujeres a partir de los años 70-80 no será un

tema muy abordado. Sin embargo, y deacuerdo a Gioconda Herrera96, se puededecir que es un movimiento cuyas protago-nistas trabajan al interior de organizacionesde clase media y de sectores populare s ,ONGS y algunas instituciones del Estadoque realizan acciones a favor de los derechosde las mujeres. Durante esta nueva época sur-gen propuestas como la construcción de unanueva subjetividad –que se configura entorno a la autonomía, la politización de loprivado, la sexualidad y el cuerpo– que sesuma a reivindicaciones sobre la ampliaciónde la participación política, la erradicaciónde la violencia contra las mujeres, la igualdadde género en los espacios sociales y en la quetambién se produce mayor presencia y visi-bilidad de mujeres indígenas, jóvenes yafrodescendientes.

Para concluir se debe enfatizar que se trata deun trabajo historiográfico inicial y que, enesa medida, es abierto y pre l i m i n a r. Seríai m p o rtante llegar a constituir grupos de tra-bajo que realicen nuevas búsquedas docu-mentales y gráficas, y mantengan una re f l e x-ión en torno a la historia de las mujere s . S i ne m b a rgo, esta recuperación no deberíarealizarse de manera aislada, sino inscribirseal interior del proceso histórico en su conjun-to, del país, América Latina y la región, a finde que esas historias, nuestras historias pa-sadas y presentes no sean nuevamenteinvisibilizadas y dejadas en el olvido.

47

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

REBELIONES ANÓNIMAS EN LA COLONIA

En 1780, las mujeres de la ciudad de Baños, que participaron enel levantamiento contra los impuestos, fueron sentenciadas: “aMartina Gomes por la convocatoria que hizo tocando a rebato

a doscientos azotes, a Juana Sánchez, Andrea Velastiguí, en cien azotescada una, a Manuel López y BALENTINA BALSECA, a cincuentaazotes; y mando le rapen la cabeza y cejas a la primera para escarm i e n t o … ”Nació la leyenda de las “cabezas rapadas”.

48

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

MARÍA DEL T R Á N S I T OSORROZA, esclava, gracias a sushabilidades como partera en la

atención de casos difíciles, obtuvo su libertad enl 6 4 6 .

49

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

La Inquisición en Lima ordenó en 1734 quefuera azotada, paseada desnuda sobre ellomo de un asno y flagelada. Se trataba de

MARÍA BARRETO Y NAVARRETE,practicante de curandera. A la sombra del estadocolonial, sobrevivía, secreta, la cultura andina.

50

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Facsimil del folio No.1112 “contra Mariana Díaz sobre el cobro injusto de jornalesa sus esclavas”. Guayaquil. Archivo Histórico del Guayas

La esclava MARÍA CHIQUINQUIRÁ DÍAZ, empre n d i óen 1794 un juicio por su libertad. En la investigación de MaríaEugenia Chaves, las voces de esclavos y hombres libres, “re v elan

una realidad compleja en la cual libres y esclavos, poderosos y subaltern o sconstruyen estrategias para mantener o construir espacios de poder, desuperación o de sobrevivencia”.

51

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil del folio “la partera Isabel Porra por su libertad”. Guayaquil 1822 y 1823.Archivo Histórico del Guayas

53

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Libertad traslos Muros

de un Convento

Muchas mujeres buscaron en el convento, refugio ante elmundo doméstico y una posibilidad de realización intelectual.Teresa de Jesús Cepeda (1566-1610), Gertrudis de San

Ildefonso ( 1 6 5 2 - 1 7 0 9 ) y Catalina de Jesús Herrera ( 1 7 1 7 - 1 7 9 5 ) escribieronallí sus experiencias místicas. La beata Mercedes de Jesús Molina ( 1 8 2 8 - 1 8 8 3 )creó el instituto religioso de Santa Marianita de Jesús y fue misionera enla amazonía.

54

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

La perla mystica escondida en la concha de la humildad de “Lavenerable Virgen G E RTRUDIS DE SN. I L D E F O N S O”

Facsimil de la portada del libro de Gertrudis de Sn. Ildefonso

55

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

MERCEDES DE JESÚS MOLINA

57

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

SUBLEVACIONES INDÍGENAS

En la Colonia, participaron las mujeres en los levantamientoscontra el trabajo forzado y los tributos indígenas. No hay ro s t ro s .Apenas nombres. MANUELA Y BALTA Z A R A

C H I U S A, condenadas en Guano en 1776. Echada la suerte, la sentenciaa muerte recayó en Baltazara. Su cabeza y manos se exhibieron enGuamote para escarmiento.

58

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En el levantamiento de 1803, en Guamote, fue ejecutadaLORENZA AVEMAÑAY, a quien, hasta un siglo mástarde, recordarían los indígenas en los cantos de la siega.

59

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Facsimil de LOS ANDES,Guayaquil, sábado 13 de enero de

1872

El 18 de diciembre de l871 ocurrió la gran sublevación indígena,“el levantamiento de Daquilema”, que se inició en Yaruquíes.Junto a Daquilema fue ajusticiada una mujer. ¿Se trató acaso de

MANUELA LEÓN? Quedó un retrato.

61

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

MUJERES EN LAINDEPENDENCIA

La personalidad de MANUELA ESPEJO, d e s p i e rta conje-t u r a s. Protagonizó la defensa de sus dos hermanos y de lascolecciones científicas de José Mejía Lequerica. ¿Es ella la

autora de la enigmática carta de una mujer en Primicias de la Culturade Quito?

“Muy poderoso señor. (Yo) Doña Manuela Santacruz Y Espejo,

hermana y heredera del Doctor Dn. Eugenio Santacruz y Espejo, ya difunto, y mujer legítima de José Mejía Lequerica,

Declarada por pobre de solemnidad…”30 de Marzo de 1799

62

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

He sentido en el alma la dura necesidad en la que nos hemosvisto de obrar, con respecto a la señora MANUELASÁENZ (…) Madame de Stael no era tan perjudicial en

París como lo es la Sáenz en Quito, y sin embargo el Gran Napoleón(…) la desterró de Francia; el Arzobispo Virrey de México desterró a lafamosa Guera Rodríguez y desde su destierro le hizo una revolución...”Así justificó Vicente Rocafuerte el exilio de Manuela Sáenz en Paita.

Antonio Salas. circa 1823

63

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

En la casa de MANUELA CAÑIZARES (1775-1814) sereunieron los patriotas la noche anterior al 10 de agosto de1809. Igual papel jugó en la independencia la guayaquileña

Rosa Campuzano (1798- 1858-60).

Antonio Andrade. Posible retrato. Sin fecha

65

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

El pelotón de fusilamiento cumplió la orden: R O S AZ Á R AT E debía morir por “traición al Rey”, por actosinmorales y por participar en la muerte del Conde Ruiz de

Castilla. Perdió a su hijo en la masacre de agosto de 1810. Nadie colgósu imagen en la galería de los próceres.

Facsimil del folio No.90, de diciembre de 1812 (series criminales)

66

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

Co m p rometida con la independencia,MANUELA GARAICOA fueesposa de Francisco Calderón, patriota

fusilado en Guayaquil y madre de AbdónCalderón. Su hija B A LTA Z A R A a c o m p a ñ óa Vicente Rocafuerte en las luchas de indepen-dencia. En la casa de la familia Garaicoa sereunió “La Fragua de Vulcano”, preámbulo parael 9 de Octubre de l822.

67

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

En 1834, JOSEFA SALVADOR demandó justicia por elasesinato de su esposo, Gral. José María Sáenz, hermano deManuela y miembro del trágico grupo, “El Quiteño Libre”, de

opositores a Juan José Flores.

Facsimil del folio: juicio de Josefa Salvador por el asesinato del generalJosé María Sáenz, 1834

69

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

De DOLORES VEINTIMILLA DE GALINDO(1829-1857) no ha quedado un retrato. Se le recuerda por supoesía, las “escandalosas” tertulias en su casa de la ciudad de

Cuenca; su combate a la pena de muerte; y su suicidio. Frente a susdifamadores, escribió: “Por qué queréis que yo sofoque / lo que en mipensamiento osa vivir?”

LIBRE PENSADORAS EN UN OSCURO SIGLO XIX

“Por qué queréis que yo sofoque

lo que en mi pensamiento osa vivir?”

70

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

MARIETTA DE VEINTEMILLA (1858-1907),l i b repensadora, política y escritora, fue militante y defensoradel gobierno de su tío Ignacio de Veintemilla, cuando Él

era aún un líder liberal. Se propuso “levantar el espíritu del bello sexohacia los ideales del humanismo (…) Trabajar por el fomento de lasideas provechosas al género humano.”

71

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

En un oscuro pasado, esposos y padres tuvieron por costumbre“depositar” a esposas e hijas en los conventos durante sus largasausencias de la ciudad, para que así guardaran castidad… y

silencio.

Facsimil del folio de “Órdenes de Depósito”, 1902

73

Transcurría la última década del siglo XIX, Joaquina, Felicia yLeticia dieron la alarma y la ciudad de Guaranda salió a las callespara detener a las fuerzas conservadoras.

JOAQUINA GALARZA, cargaba sobre sus hombros añosde lucha liberal, participó en los combates de abril y agosto de1895, junto a el Gral. Eloy Alfaro y fue nombrada “coronela”.

LA MUJER LIBERALANUNCIA EL ESTADOLAICO DEL SIGLO XX

74

De LETICIA MONTENEGRO DE DURANGOse recuerdan sus arengas desde un balcón de su casa, enmedio de ráfagas de fuego brotadas de las filas conservadoras

y soportó la cárcel junto a Marieta de Veintemilla.

75

FELICIA SOLANO DE V I Z U E T E en la ciudad deG u a r a n d a, junto a su tres hijos, enfrentó a los conservadores.

77

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

“Ángela Mesa, Anastasia,

Asunción Ramos, Balbina Esther

Ceferina, Otilia Gonzabay, todas lavanderas

pesan sus nombres en la memoria,

fue una matanza todo ese día.

TOMASA GARCÉS

tiende a sus cuatro hijos sobre las rieles del tren.

Con sus cuerpos, retardan el convoy militar.”

78

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

79

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Esa mañana del 15 de noviembre de1922, el hambre empujó a la gentea las calles de la ciudad de

Guayaquil… Luego vino la masacre y loscadáveres fueron arrojados por carretas a laría. Era el comienzo de las luchas popularesdel siglo XX.

15 deNOVIEMBRE

DE 1922Las voces ocultas

81

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

“ESCRITORAS, POETISASE INSTITUTORAS”

La revolución liberal y el espíritu laico que llegó con el siglo XX,facilitaron la multiplicación de escritoras, maestras, periodistas.Los nombres y los rostros, al fin, ingresan a la historia.

82

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

83

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Constan de derecha a izquierda: María Piedad Castillo, poetisa; Angela P.Carbo de Maldonado, poetisa; Dolores Sucre, poetisa; Carolina F. Cord e ro deArévalo, poetisa; Adelaida C. Velasco Galdós, escritora; Inés M. Balda, institutora;

Cristina C o rnejo de Espinoza, institutora; Rita Lecumberri, escritora; Débora de Alminate,institutora; Julia B. González, institutora; María Esther Fajardo Paredes, institutora; Lidia M.Gualpa Va rgas, institutora; Irene Pomer, institutora; Rosaura Emelia Galarza H., directora dela revista "La Ondina del Guayas"; Celina María Galarza H., institutora. (Guayaquil 1910)

85

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

En un rincón de Los Andes, la mujer labra el grano cada mañana.

“En el camino a Riobamba”, Chimborazo. (circa 1900)

LAS IMÁGENESDE TODOS LOS DÍAS

86

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

En Quito, las plazas fueron el espacio cotidiano de la mujer delpueblo.

“Mercado en la vieja plaza de San Blas”, Quito. (circa 1900)

87

M O V I M I E N T O D E M U J E R E S : L O S P R E Á M B U L O S

Desde el fondo de la historia, llegaron al valle del Chota lastrabajadoras para los cañaverales.

Familia del Valle del Chota, Imbabura. (circa 1890)

89

LAS MUJERES EN UNA REPÚBLICA LAICA

Las mujeres llegaron al siglo XX desde la sombra . En la colonia,cultivaron secretos espacios de libertad en los conve n t o s ; e j e r c i e r o n , e nlos linderos de la sociedad, oficios milenarios; acompañaron, invisibles

en ocasiones, condenadas públicamente en otra s , los levantamientos indígenasy populares y la revolución liberal.

F i g u ras como Manuela Espejo, estuvieron en los prolegómenos de la independencia.Manuela Sáenz, salió a la luz y pagó con el exilio su audacia.

Con el siglo XX, pasaron a sustentar las bases de una República laica.Alcanzaron el derecho al sufra g i o. Sostuvieron centros educativos y hospitales.Escribieron. Innovaron en el arte.

Visibles al fin.

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

90

“ . . .La mujer ecuatoriana siguiendo el movimiento universal, salede su letargo, protesta de su miseria y pide conocimientosque la hagan apta para ganarse la vida con independencia”.

Así establecía en 1905, ZOILA UGARTE DE LANDÍVAR(1864-1969), la partida de nacimiento del feminismo ecuatoriano.

Zoila Ugarte de Landívar

91

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Zoila Ugarte (tercera desde la derecha, sentada) asistió a la Escuela de Bellas Artes, que continuó en el 1.900,la tradición plástica del siglo XIX, que tuvo figuras brillantes como Brígida Salas, de la dinastía de los Salas

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

92

Jenny Estrada, al rescatar la biografía de MATILDE HIDALGODE PROCEL, (1889-1974) afi rma que es “Una Mujer To t a l ,precursora del feminismo ecuatoriano”, pionera del sufragio y primeramujer en graduarse de doctora en medicina.

Matilde Hidalgo de Procel

93

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

El Universo, 5 de mayo de 1924 Matilde Hidalgo de Procel, con el Dr. Isidro Ayora, profesores y compañeros. Quito. 1920

95

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

La “Casa de Maternidad” se convirtió en el refugio de las mujeres

pobres y necesitadas de atención obstétrica. Funcionó desde 1872.

La quiteña JUANA MIRANDA fue una de sus promotoras

destacadas.

Hospital San Vicente, dedicado a las mujeres de escasos recursos. Cuenca. (circa 1915).Izquierda:Juana Miranda (sentada), Junto a su Hija y Nieto. Quito. (circa 1910).

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

96

Me he quitado la venda” escribió RAQUEL V E R D E S O T ODE ROMO DÁVILA (1910-1999). Se dedicó a laenseñanza y la escritura. Noveló la vida de Manuela Sáenz.Militó

en el socialismo en los años cuarenta.

Raquel Verdesoto de Romo Dávila. (circa 1935)

97

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Grupo de mujeres. (circa 1935)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

98

La historia de la Cruz Roja en el Ecuador está vinculada a un nombre:ELVIRA CAMPI DE YODER. Originaria de la elitesocial, desplegó su labor apoyando diversas instituciones de salud.

O t ras destacadas benefactoras serían Rosa Pérez Pallares y María Augusta Urru t i a .

Elvira Campi de Yoder

LA CRUZ ROJA

99

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

La Cruz Roja (Elvira Campi de Yoder al centro). Quito, (circa 1917)

Fruto de la revolución liberal de 1895, la educación laica fue espacioprivilegiado para la militancia social y cultural de la mujer. A la edu-cación está vinculada gran parte de la acción femenina durante la

primera mitad del siglo XX. MARÍA ANGÉLICA IDROBO(1890-1956) estuvo entre sus más destacadas animadoras y de acuerdo conRaquel Rodas, Maestras que dejaron huellas.

María Angélica Idrobo (rodeada de sus alumnas) Quito. (circa 1920)

103

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Al hablar de la escritora AURORA ESTRADA Y AYALA,Julio Lamaitre afirma “su prosa es cálida, vibrante, ebria de azar yfeminidad …” Revista Ecuador. Año 1 Nº 4. 1936

La educación llegó a la mujer rural de la costa con la revolución liberal y de la mano de educadoras como Aurora Estraday Ayala. Montecristi. (circa 1910. Izquierda: Aurora Estrada y Ayala. (circa 1936)

105

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

DOLORES TORRES (1897-1955), funda en 1918 la escuela “Tresde Noviembre”. Posteriormente abre el primer colegio femeninoen Cuenca. Formó la Liga de Maestros.

Las mujeres se convirtieron en el Austro en las pacientes tejedoras de sombreros de paja toquillapara la exportación. Cuenca. (circa 1920)

Izquierda: Escuela Fiscal “Tres de Noviembre”. Personal Docente: Julia Montesdeoca, Dolores Torres, Directora Marieta Vásquez y Lucrecia Galarza. Cuenca. 1920

Participó en el nacimiento de la Orquesta Sinfónica Nacional en losaños 50. MARÍA DE LOURDES JARAMILLO estudió violín.Fueron apenas tres las mujeres de su generación en la música.

Violín primero en la orquesta y catedrática en el Conservatorio.

Orquesta Sinfónica del Conservatorio Nacional de Música. (María de Lourdes Jaramillo, en medio del grupo).Quito. (circa1954).

108

MARIA LUISA GÓMEZ DE LA T O R R E, m a e s t ranormalista, instaló en el campo escuelas improvisadas bilingües.Allí se formarían líderes del movimiento indígena en la provincia

de Pichincha. “… también el niño indio tiene derecho a educarse” repetíaDolores Cacuango.

Fotógrafo Rolf Blomberg. Cayambe 1968

109

Siempre cercanas. Dos entrañables figuras del movimiento indígena dela primera mitad del siglo XX: MARÍA LUISA GÓMEZDE LA TORRE y DOLORES CACUA N G O. J u n t a s

crearon en la década del cuarenta, las primeras escuelas bilingües.

Fotógrafo Rolf Blomberg. Cayambe 1968

DOLORES CACUANGO. La mayor de todas. La másincansable. Desde los páramos de Cayambe, se proyectó como lafigura símbolo en el período final del latifundismo y el nacimiento

de los sindicatos y cooperativas indígenas.

Fotógrafo Rolf Blomberg. Cayambe 1968

112

Esta es la primera vez que alguien suficientemente dotado y valienteha hecho algo abstracto en el Ecuador” afirma Alfredo ParejaDiezcanseco de ARACELI GILBERT ( 1 9 1 4 - 1 9 9 3 ) , r e n ov a d o ra

de nuestra plástica contemporánea… Un abstracto que convoca al s i l e n c i o …“Cada vez me parecen más elocuentes los silencios” declaró A ra c e l i .

Araceli Gilbert en su estudio, Quito, 1955. Foto: Rolf Blombreg

113

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

La música y el teatro se profesionalizaron, simultáneamente con lallegada de las mujeres al escenario:C A R L O TA JARAMILLO(1904-1987),MARINA MONCAY O (1906), y M A R I N A

GOZENBACH, las dos últimas protagonizaron la Compañía DramáticaNacional, surgida en los años 30.

Marina Gozenbach, Marina Moncayo y Carlota Jaramillo. (circa 1935)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

114

El destino de TRÁNSITO A M A G UA Ñ A ( Pesillo 1911) estávinculado a los conflictos agra rios en Caya m b e, P i c h i n c h a , en torno ala Refo rma A g ra ri a .Actuó en el movimiento campesino desde 1926.

Tránsito Amaguaña 1994. Foto: Edgar Naranjo

115

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Gu a n o, C u b i j í e s ,C o l t a , C o l u m b e,Pe s i l l o, e s c e n a rios en los que continúanlas rebeliones indígenas. En 1945 se funda la Federa c i ó nE c u a t o riana de Indios; desde los años sesenta se inicia la consolidación

del movimiento indígena… hasta el levantamiento de 1990, el primero decarácter nacional.

Indígenas en un camino de la Sierra durante el levantamiento de 1990

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

116

Tras los ejércitos, con los aperos de comida y vestidos, las “guarichas”acompañaron, infatigables, las campañas militares. Nadie las recuerda.MARIETA CÁRDENAS (1915) militante comunista y

activista del movimiento obrero, relata que alrededor de 1920 las vio pasarpor Cotocollao (afueras de Quito), caminando “ f u e rt e ” y cargando a los niños,niñas, ollas, alimentos.

Marieta Cárdenas durante una marcha en Quito. (circa 1960).Derecha: Ramiro Jácome, “María Kadifo”, (sin fecha)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

118

Izquierda: Isabel Herrería (circa.1940). Derecha: Ana Moreno (circa.1985)

119

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Surgieron de las élites de la ciudad de Guayaquil. Compañeras de losprimeros dirigentes del comunismo ecuatoriano. Confluyó en ellas lavoluntad de participar en la política, con libertad de pensamiento y

conciencia social. Fueron ISABEL HERRERÍA (1910-1992), ANAMORENO (1913-1993), Alba Calderón y Nelly Cereceda, entre otras.

Isabel Herrería, Ana Moreno, Alba Calderón, en medio de una asamblea de la Sociedad de Carpinteros enGuayaquil. (circa.1940)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

120

La militancia política consagró a NELA MARTÍNEZ ( 1 9 1 2 - 2 0 0 4 ) ,como una de sus imágenes embl e m á t i c a s .D i rigente comu n i s t a , v i n c u l a d aal círculo de intelectuales, p a rticipó en las jornadas del 28 de mayo de

1944 y en la A s a m blea Constituyente de 1945. E s c ri t o ra y peri o d i s t a .

Nela Martínez

121

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Mujeres presas en el Penal García Moreno a las que Nela alfabetizó. Quito. (circa. 1944)

Nela Martínez, en la mesa directiva del III Congreso del Partido Comunista. Guayaquil, 1938

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

122

Laura Almeida en Moscú. 1957

123

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

“ . .. mis fe rvientes votos porque él llegue también a la capital de lostrabajadores del mundo guiado por la luminosa estrella roja delKremlin que luce sobre mi cabeza en esta foto” escribe Laura

Almeida desde Moscú en 1957.

LAURA ALMEIDA (1925-1981), escribió en los diarios El Día y LaTierra. Ocupó la dirección de la Confederación de Trabajadores del Ecuadorhasta llegar a la presidencia del partido Socialista.

Trabajadoras en la elaboración artesanal de hilos. Ambato. (circa 1940)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

124

La fe en la capacidad de la mujer ecuatoriana para renovar la política,acompañó a MAGDALENA ADOUM (1932- 2001) todasu vida. Periodista, creadora de la revista “NUEVA” entre los años

setenta y ochenta. Se vinculó a los esfuerzos más importantes de organizaciónfemenina de esas décadas.

“Mujeres por la Democracia” participando en una manifestación por el “No” durante el gobierno de León Febres Cordero. Quito, 1984 Derecha: Magdalena Adoum. (circa 1975-1980)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

126

El sindicalismo católico tendrá una figura destacada en el siglo XX:ISABEL ROBALINO BOLLE, abogada, inspiradora dela Reforma Agraria en tierras de la Iglesia, animadora de la Central

E c u a t o riana de Obreros Católicos y de la Federación Nacional deOrganizaciones Campesinas y senadora funcional por los trabajadores de laSierra en la Asamblea Constituyente de 1967.

127

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Marina Gozenbach, Marina Moncayo y Carlota Jaramillo. (circa 1935)

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

128

Irrumpieron en el coto vedado del periodismo, en los círculos deescritores. H I PATIA CÁRDENAS DE BUSTA M A N T E(1889-1972) defendiendo desde las columnas de los diarios el voto

femenino. PIEDAD LARREA BORJA (1912- 2000) aguda estudiosa delidioma y la literatura en español, estilista, integrante de la AcademiaEcuatoriana de la Lengua.

Hipatia Cardenas de Bustamante. (circa 1925)

129

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Piedad Larrea aparece junto a Benjamín Carrión

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

130

Desde la conciencia social, ALBA CALDERÓN DE GIL(1908-1991) se sumó a la renovación del arte ecuatoriano de lasprimeras décadas del siglo XX. Recogió en su obra, con pasión y

ternura, el drama popular. Juntó a su voz plástica, una intensa participación enlas jornadas políticas de los años treinta y cuarenta en Guayaquil.

Alba Calderón de Gil. (circa 1935)

131

L A S M U J E R E S E N U N A R E P Ú B L I C A L A I C A

Alba Calderón de Gil. “Los desocupados”. 1937

Este conjunto de historias de vidas, c o nprotagonistas que se abrieron un espaciopúblico, tiene una contrapartida aún oculta: las

vidas de todas las mujeres anónimas.Las organizaciones laborales y sociales, en las ciudadesy en el campo, que durante el siglo XX defendieronsus derechos.En medio de esa defensa encontramos a ROSAVIVAR en las acciones mineras de Portovelo en1 9 3 4 , a ZOILA A L B U R Q U E R Q U E en el asediocampesino en los sesenta al mayor latifundio delLitoral:Tenguel.Queda, entonces, una historia por re/construir.

HISTORIASQ U E L A H I S TO R I A O LV I D A

135

1 Cheri Register, “American FeministLiteracy Critisim: a bibliographical intro-duction”, en Feminist Literacy Criticism:Explorations in Theory, Lexington: TheUniversity Press of Kentucky, 1975, cit.Michael Handelsman, Amazonas y artistas:Un estudio de la prosa de la mujer ecuato-riana, Casa de la Cultura Ecuatoriana,Guayaquil, 1978, p. 15.

2 Ketty Romo Leroux, El movimiento demujeres en el Ecuador, Editorial Universi-taria Guayaquil, 1997, p. 69-70.

3 ANQ F.C. Suprema. Autos criminalescontra los indios y mestizos de Guano porconspiración y levantamiento. Auto de laAudiencia, Quito 21.05.1779, f.104 v-1 0 5 r, cit. por Segundo Moreno Yánez,Sublevaciones Indígenas en la Audienciade Quito. Ed. Universidad Católica,Quito, 1978, p. 214.

4 Certificado de Carriedo y Lalama, Quisa-pincha 15011780 (ANQ, FC Suprema Autoss o b re el alzamiento de Quisapincha, 1780;f31v-32v), Cit. Segundo Moreno, Subleva-ciones…p. 237.

5 Ibidem, p. 239.

6 Ibidem, p. 255.

7 ANQ. F.C. Suprema. Expediente con sen-tencia contra los indios de Guamote yColumbe por sublevación, 1803, f.1r, cit.Segundo Moreno, Sublevaciones… p. 266.

8 Bastian, Adolf, Die Culturlander des altenAmerica, Tomo I-III, 1878. Cit. SegundoM o reno, Sublevaciones… p.266.

9 Rosario Coronel, “Poder cacical femeninoen la sierra centro - n o rte de la Audiencia deQuito, 1780-1810”, ponencia presentada alprimer encuentro de LASA sobre estudiosecuatorianos, Quito, 2002.

1 0Jenny Estrada, Mujeres de Guayaquil, siglo XVIal siglo XX, Banco Central del Ecuador- A rc h i v oHistórico del Guayas, Guayaquil, 1984.

1 1Jenny Londoño, Entre la sumisión y laresistencia: las mujeres en la Audiencia deQuito. Abya Yala, Quito, 1997, p. 274.

1 2Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s :un estudio de la prosa de la mujer ecuatori-ana, tomo I, Guayaquil: CCE. NúcleoGuayas, 1978, p. 34.

1 3Christiana Borchart de Moreno, “La imbe-cilidad y el coraje. La participación femeni-na en la economía colonial (Quito, 1780-1830) en Gioconda Herrera (Comp.),

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

136

Estudios de Género, FLACSO- Ecuador,Quito, 2000, p. 165-182.

1 4Janny Estrada, Mujeres de Guayaquil: sigloXVI; índice biográfico, Guayaquil, 1984,p . 1 9 .

1 5Ibidem, p. 27.

1 6María Eugenia Chaves, La estrategia de li-b e rtad de una esclava del siglo XVIII, Ed.Abya- Yala, Quito, 1999, p. 11.

1 7Algunos de estos planteamientos han sidotomados de Ana María Goetschel, Educa-ción de las mujeres: maestras y esferas pú-blicas en Quito, primera mitad del siglo XX,tesis doctoral, Universidad de Ámsterd a m ,inédita; “La Nación y las mujeres”, BancoCentral, Quito, inédito.

1 8 Al respecto ver la actuación de MarianaMatheu de Ascásubi y Manuela Sáenz enJenny Londoño, Entre la sumisión y laresistencia, las mujeres en la Real Audiencia,Abya Yala, Quito, 1997, p.227 y 229-230.

1 9Enrique Garcés, Eugenio Espejo, médico y duen-de, Universidad Central, Quito, 1973, p.299.

2 0Paladines, Carlos, Erophilia, Conjeturas so-b re Manuela Espejo, Quito, Abya Yala, 2000.

2 1 E rophilia, “Carta escrita al Editor de losPeriódicos sobre los defectos del número 2.Primicias de la Cultura de Quito No. 3, dehoy jueves 2 de febre ro de 1792, p. 24.

2 2AMH/Q Miscelánea, Tomo II, No. 002109.P a rte del Proceso seguido contra DoñaRosa Zárate (alias Canovas) por concubina-to con Don Nicolás de la Peña, folio 15.Cit. Ana M Goetschel, “Sobre machos,adúlteras y caballeros” en Ana M.Goetschel Mujeres e imaginarios, AbyaYala, Quito, 1999, p.100-104.

2 3Lucía Moscoso, “Mujeres de la Indepen-dencia: el caso de Rosa Zárate”. Ponencia pre-sentada al Coloquio Internacional Memoria eHistoria Regional, Quito, mayo del 2007.

2 4ANH/Q, Serie Criminales, c 220, exp.6,Quito ¡-XII-1812, fls.90. Cit. Lucía Moscoso“ M u j e res… ob.cit.

2 5Eulalia Barrera, “Ampliando un tema”, EnM u j e res, Antología. Biblioteca Ecuatoriana51, Colección de Mujeres del Ecuador 11,Guayaquil, 1984.

2 6R o c a f u e rte, Vicente, Epistolario, Tomo I, BancoCentral del Ecuador, Quito, 1988, p. 213.

2 7Ibidem, p. 215.

137

2 8Jenny Estrada, Mujeres de Guayaquil...p . 3 8 - 4 3 .

2 9Las re f e rencias que siguen son tomadas deAna M.Goetschel, “Estudio intro d u c t o r i o ” ,en Orígenes del feminismo en el Ecuador.Antología, Conamu-Flacso-Municipio deQuito, Quito, 2006. pp.17-19 y Ana M.Goetschel “La posibilidad del imaginario” enM u j e res e imaginarios, Abya Yala, 1999,p . 1 3 - 1 4 .

3 0D o l o res Veintemilla de Galindo, Pro d u c c i o-nes Literarias, Casa Editorial de Proaño yDelgado, Quito, 1908, p.21. (edición pre p a-rada por Celiano Monge).

3 1Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s … ,p. 37.

3 2 Alexandra Astudillo Figueroa, “La configu-ración del sujeto femenino en los textos deD o l o res Veintimilla de Galindo”, ponenciaal III Encuentro de la Sección de EstudiosEcuatorianos de LASA, Quito, junio 2006.

3 3Gloria da Cunha-Giabbai, Marietta. El pen-samiento de Marietta de Veintemilla, BCE,Quito, 1998.

3 4Enrique Garcés, Marietta de Ve i n t e m i l l a ,CCE, Quito, l949, cit. Michael Handelsman,Amazonas y artistas….ob.cit. p. 39.

3 5H e rnán Ibarra, “Nos encontramos amena-zados por todita la indiada”.El levantamientode Daquilema.(Chimborazo, l981), Cedis,Quito, 1993.

3 6Al f redo Costales, “Fernando Daquilema”,Llacta, Año 1, No. 2, Quito, 1956, p. 114.Cit Hernán Ibarra, “Nos Encontramos...”ob.cit, .p. 25.

3 7 Lucía Chiriboga, Silvana Caparrini, El re-trato iluminado, fotografía y república en elsiglo XIX, Museo de la Ciudad- FONSAL-Taller Visual, Quito, 2005, p. 107.

3 8Enrique Ayala, Historia de la RevoluciónLiberal Ecuatoriana, CEN, Quito, 1994,p. 78.

3 9 Eugenio de Janon Alcívar, El viejo luchador. Suvida heroica y su magna obra, T.I, s.ed. Quito,1948, p. 178.

4 0 Abraham Erazo, La provincia de Bolívar enl934, cit. Eugenio de Janón, El viejo lu-c h a d o r... p. 179.

4 1 M a rco Antonio La Mota, Biografías míni-mas, El Telégrafo, 6 de diciembre de l941,p. 4, cit. Eugenio de Janón, El viejo lu-c h a d o r... p. 184.

4 2E n t revista a Marieta Cárdenas. Quito, 2003.

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

138

4 3Lucía Moscoso, De cisnes dolientes a mujere silustradas. Imágenes de mujeres a través de laliteratura, Abya Yala, Quito, 1999, p. 17-22.

4 4Guayaquil Artístico No. 334, Año II, TII,Guayaquil, Diciembre de 1901, cit. Ana M.Goetschel, Orígenes del Feminismo… p.40.

4 5A l e j a n d ro Guerra Cáceres, Diccionario Bio-gráfico de la Mujer Ecuatoriana, CCE,G u ayaquil, 1998, p.50-54.

4 6Al respecto ver en Ana M.Goetschel,A n d rea Pequeño, Mercedes Prieto, Gio-conda Herrera, De memorias, Imágenespúblicas de las mujeres ecuatorianas decomienzos y fines del siglo XX, Flacso-Fonsal, Quito, 2007, p. 13-20.

4 7Michael Handelsman, Amazonas y art i s t a s … ,p . 5 1 .

4 8F l o rencia Campana, Las revistas escritas porm u j e res: espacios donde se procesó el sujetofeminista, 1905-1937. Tesis de MaestríaÁrea de Letras, Universidad Andina SimónBolívar, 1996.

4 9Zoila Ugarte de Landívar, “Aspiraciones”, LaMujer No. 4, Quito, julio 1905. Cit. en AnaM. Goetschel, Andrea Pequeño, Merc e d e sPrieto, Gioconda Herrera, De memorias…p. 13.

5 0 U g a rte de Landívar, Zoila, “Nuestro Ideal”,Revista La Mujer No. 1, abril de l905.

5 1 Zoila C. Rendón, La Mujer en el Hogar yla Sociedad, Talleres Tipográficos Nacio-nales, Quito, 1923; La mujer en los diver-sos Organismos Humanos, Imprenta Na-cional, Quito, 1948.

5 2Michael Handelsman, Amazonas…Tomo II,p.7- 11

5 3h t t p : / / w w w. a rc h i v o b l o m b e rg . o rg “Biografíade Araceli Gilbert ” .

5 4APL, Mensajes e Informes al Congreso de1907, Exposición del Ministro de Ins-t rucción Pública, Ta l l e res Ti p o g r á f i c o sNacionales, 1907.

5 5 R e g i s t ro Oficial Año 1, No. 2, Guayaquil,julio de l895, cit. Jenny Estrada, Mujeres deGuayaquil…p. 321.

5 6Al respecto ver Mariana Landázuri, JuanaMiranda. Fundadora de la Maternidad deQuito, Banco Central, Quito, 2004.

57 Jenny Estrada, Matilde Hidalgo de Prócel.Una mujer total, Ed. Santillana, Quito, 2004.

5 8Ana María Goetschel, Educación de las mu-j e re s … o b . c i t .

139

5 9Con respecto a las maestras ver RaquelRodas, Maestras que dejaron huellas.A p roximaciones biográficas, Gema, Quito,2000, p.11, 26, 47, 65.

6 0 La Polvora No. 78, Año II, Quito, 1 de abril de1934, cit. Ana M.Goetschel, Orígenes…p.48.

6 1 I d robo, Ta rquino, María Angélica Idro b o . . .ob. cit. p. 70.

6 2Angélica Carrillo, “Hacia una nueva Educa-ción Secundaria Femenina en el Ecuador”,ponencia al Primer Congreso de EnseñanzaSecundaria realizado en Guayaquil en1941, cit. Raquel Rodas, Maestras… p.67.

6 3Testimonio del ministro de Educación(1963) y funcionario de la UNESCO Gon-zalo Abad Grijalva, Quito, enero 2003.

64 Raquel Rodas, Maestras… p. 120

6 5Al respecto ver Ana María Goetschel, Imá-genes de mujeres. amas de casa, musas y ocu-paciones modernas. Museo de la Ciudad,Quito, 2002, p.32.

6 6E d u a rdo Kingman Garcés, La caridad ybeneficencia en Quito. No publicado

6 7Rafael Quintero y Erika Silva, Ecuador: unanación en ciernes, Flaco-Abya Yala, Quito,1991, p. 321.

6 8 Jaime Durán Barba, en PensamientoPopular Ecuatoriano, BCE, Quito, 1981, p.254. Esta y las referencias siguientes sontomadas de Ana M.Goetschel, Orígenes…p. 35.

6 9El Comercio, noviembre 17 de l922, cit. Pa-tricio Icaza, Historia del movimiento obre roecuatoriano, CCE, Quito, 1983, p. 103.

7 0El Expreso, mayo 1 de 1976, cit PatricioIcaza, Historia…p.103.

7 1Patricio Icaza, Historia del movimiento obre-ro ecuatoriano, CCE, Quito, 1983, p. 95.

7 2 Hoja volante, “La lucha ha comenzado”. ElComité Regional del Partido ComunistaEcuatoriano, Imprenta La Chispa, Quito,m a rzo 15 de 1934, cit. Patricio Icaza, Histo-ria… p.156.

7 3Pablo Art u ro Suárez, Contribución al estu-dio de las realidades entre las clases obreras ycampesinas, Imprenta de la UniversidadCentral, Quito, 1934, cit. Patricio Icaza,Historia… p.155.

7 4Alva Chávez de Alvarado. La lucha de cla-ses: fuente del derecho laboral ecuatoriano,I m p renta de la Universidad de Guayaquil,1981, p.58-59, cit. Patricio Icaza, His-toria…p. 156.

R E / C O N S T R U Y E N D O H I S T O R I A S D E M U J E R E S E C U A T O R I A N A S

140

7 5P a redes, Ricardo, Oro y Sangre en Port o-velo, Ed. La Ti e rra, Quito, 2006, p. 104 y ss.

7 6“S.S.Pío XII pide a las mujeres del mundoque sean el baluarte de la familia, ElComercio, 22-X-1945.

7 7M e rcedes Prieto y Ana María Goetschel, Elsufragio femenino en el Ecuador 1884-1940.Texto inédito

7 8 Jenny Estrada, Matilde Hidalgo… ob.cit.

7 9 La Mujer Ecuatoriana No. 14 y 15, Guaya-quil, enero y febre ro de 1920.

8 0Ana M. Goetschel, Orígenes del feminis-mo… p. 20-30.

8 1 Rafael Quintero, El mito del populismo enel Ecuador, Flacso, Quito, 1980.

8 2Adelaida Velasco Galdos, ¿“Feminismo?”, ElHogar Cristiano No.81, Guayaquil, julio del914, cit. Ana M. Goetschel, Orígenes delFeminismo… p.81 y 23.

8 3 Zoila G Rendón, Condición social y polí-tica de la mujer a la luz de la historia de lacivilización humana, Imprenta Nacional,Quito, 1925.

8 4 María Angélica Idrobo, Conferencia

8 5 Rosa Borja de Icaza, “Temas sobre Femi-nismo”, Hacia la vida, Biblioteca Municipalde Guayaquil, 1936, p. 87.

8 6 Hipatia Cárdenas de Bustamante, “El votofemenino y la suficiencia de los hombres, enO ro, Azul, Grana, Quito, Editorial Art e sGráficas, 1944. p. 34.

8 7 María Esther Martínez Macías, “La Mujer yel Sufragio, Nuevos Horizontes No. 6,Guayaquil, marzo de l934, p. 28.

8 8 María Esther Martínez Macías, “El pro-blema feminista en el Ecuador” NuevosHorizontes No. 2, Guayaquil, noviembrede 1933, p. 7.

89S u á rez, Pablo Art u ro, Contribución al estudiode las realidades entre las clases obreras ycampesinas, Tip. L.I. Fernández, Quito 1934.Los trabajos de este autor y de los higienistasd e s c r i b i e ron la pobreza que atravesaban todoslos sectores sociales, y fundamentalmente lascapas populares. En esos años el promedio delciclo vital era de 33 años; el índice de mort a l-idad infantil alcanzaba al 50% de los niñosnacidos vivos y de aquellos que sobre v i v í a n ,sólo el 25% llegaba a los siete años.

9 0 Ti n a j e ro, Fernando, “Una cultura de laviolencia. Cultura, arte e ideología (1925-1960) en Nueva Historia del Ecuador, Vo l .

141

10, Ayala, Enrique, (Ed), CEN, Quito, 1990,p.187-210: 192.

9 1"Discurso del Papa Pío XII en el Congre s oI n t e rnacional de las Ligas Católicas Feme-ninas, el 11 de septiembre de l947" En PíoXII y la Mujer Católica Ecuatoriana.

9 2M e rcedes Prieto, Condicionamientos de lamovilización campesina; el caso de lashaciendas Olmedo/Ecuador (1926-148),Tesis de Licenciatura en Antro p o l o g í a ,Universidad Católica, l978.

9 3Raquel Rodas, Dolores Cacuango. Gran líderdel pueblo indio, Banco Central del Ecuador,

Colección Biografías Ecuatorianas, Quito,2 0 0 6 .

9 4Cecilia Miño Grijalva, Tránsito Amaguaña.H e roína india, Banco Central del Ecuador,Colección Biografías Ecuatorianas, Quito,2 0 0 6 .

9 5E n t revista realizada por Mercedes Prieto aTránsito Amaguaña en 1977.

9 6Gioconda Herrera, Sujetos y prácticas fe-ministas en el Ecuador: 1980-2005, Flacso-Conamu, (en prensa).

Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 2009realizado por Trama Ediciones

www.libroecuador.comwww.trama.ec


Recommended