Comité de Honor
Carlos Berzosa Alonso-Martínez Rector de la Universidad Complutense de Madrid Daniel Peña Sánchez de Rivera Rector de la Universidad Carlos III de Madrid Carmen Caffarel Serra Directora del Instituto Cervantes M.ª del Mar Villafranca Jiménez Directora del Patronato de la Alhambra y Generalife
Editor José Luis Pardo Armesto
dirEctora M.ª Jesús Viguera Molins
SubdirEctor Ignacio Gutiérrez de Terán
coordinadora GEnEral Rosana Fiérrez
Comité CientífiCo
Ángeles González-Sinde Ministra de Cultura Bernardino León Secretario General de la Presidencia del Gobierno Gregorio Peces-Barba Martínez Catedrático de Filosofía del Derecho. Universidad Carlos III de Madrid Isidoro Reguera Catedrático de Filosofía de la Universidad de Extremadura Fernando Velasco Profesor Titular de Filosofía Moral. Universidad Rey Juan Carlos Agustín Velloso de Santisteban Profesor Titular de Educación Comparada y Educación y Desarrollo de la UNED Mohamed Chakor Escritor y periodista Emilio Galindo Centro de Investigación Hispano-Árabe e Islamo-Cristiana Silvia Nora Arroñada Secretaria Académica del Instituto de Historia de España. Facultad de Filosofia y Letras. Universidad de Buenos Aires Mostafa Ammadi Profesor de la Universidad de Casablanca (Marruecos)
Consejo de redaCCión
Manuel Gala Muñoz Presidente Fundación Centro Internacional de Formación Financiera Darío Marimón García Fundación Tres Culturas del Mediterráneo Montserrat Abumalham Mas Universidad Complutense de Madrid Juan Martos Quesada Universidad Complutense de Madrid Juan Antonio Chavarría Universidad Complutense de Madrid Enrique Ojeda Director General de Cooperación Autonómica
Edita Fundación Tres Culturas del Mediterráneo Fundación José Luis Pardo. Culturas del Mediterráneo
diSEño y Producción Editorial Ibersaf Editores
diStribuyE Safel Distribución
imPrimE Grupo Ibersaf C/ Huertas, 47 bis (Edificio Cervantes)
ISSN: 1698-8795 Depósito Legal: M-51335-2004
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HESPEria, culturaS dEl mEditErránEo es integrante de la Asociación
de Revistas Culturales de España.
Índice / indeX
PReSenTAciÓn / PRESENTATION
MOnOGRÁFicO / MONOGRAPHICSTurquía y los BalcanesTurkey and the BalkansMiguel Ángel de Bunes iBarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Albania. Cuestiones sobre un país balcánicoAlbania. Questions about a Balkan countryeva estaún sanz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Contra el patrimonio cultural: las relaciones étnicas y religiosas en los BalcanesAgainst cultural heritage: ethnic and religious relations in the Balkanssilvia intxaurrondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Factores determinantes del proceso de paz en la antigua YugoslaviaDecisive factors of the peace process in former YugoslaviaraMón s . Candil Muñoz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
La inmigración balcánica en EspañaBalkan immigration in Spainsilvia MarCu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Kosovo independiente y el repliegue de EspañaAn independent Kosovo and the withdrawal from Spainaldara Martitegui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
enTReViSTA / INTERVIEWEntrevista con J. A. Moreno y S. Venegas VenegasInterview with J. A. Moreno Amador y S. Venegas VenegasM .ª Jesús viguera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
HESPERIA CULTURASDEL MEDITERRÁNEO
AcTUALidAd / cURRenT AFFAiRSPoetas sefardíes en la Salónica de 1900: ¿un ajuste de cuentas?Sephardic poets in 1900 Thessaloniki: A settling of scores?elena roMero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
El amor u¼rÌ y la leyenda de Maynñn y LaylàLove u¼rÌ and the legend of Maŷnñn and LaylàeMilio tornero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Contribuciones francesas sobre al-Andalus y el MagrebFrench contributions on Al-Andalus and the MaghrebPierre guiChard . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Recorrido por la gran mezquita omeya de CórdobaTour of Córdoba’s Great Omeya MosquePedro Marfil ruiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Arqueología alemana en Turquía: Bogazköy/Bogazkale (Hattusa)German archaeology in Turkey: Bogazköy/Bogazkale (Hattusa)Juan Manuel gonzÁlez salazar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
Taxi, de Jaled Al Jamissi: selección y presentaciónTaxi, by Jaled Al Jamissi: selection and presentationalBerto Canto garCía y Khaled Musa sÁnChez . . . . . . . . . . . . 181
Cada oveja con su pareja (Refranes árabes y sus equivalentes castellanos)[To each its own] (Arab sayings and their Castilian equivalents)aBderrahiM elshafi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Casida en relato. Elegía a Julio CortésCasida in tales. An elegy for Julio CortésMahMud soBh . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
HESPERIA CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 7
ReSeÑAS / ReVieWS
Diccionario de islam e islamismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
Dictionary of Arabic and Allied Loanwords. Spanish, Portuguese, Catalan, Gallician and Kindred Dialect . . . . 214
El libro del Álgebra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
Tiempo sin tregua (101) poemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216
La Puerta de los Visires de la Mezquita Omeya de Córdoba, tomo I, texto; tomo II, planos y láminas . . . . 217
Islamic Culture Through Jewish Eyes. Al-andalus from the tenth to twelfth century . . . . . . . . . 218
Corpus epigráfico de la Alhambra. Palacio de Comares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Pretensiones occidentales, carencias árabes . . . . . . . . . . . 220
Manual de dialectología neoárabe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
El ala radical del Islam. El Islam político: realidad y ficción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Siria contemporánea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224
El hombre mojado no teme a la lluvia. Voces de Oriente Medio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
Cita en Sarajevo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
El cadáver del enemigo. Violencia y muerte en la guerra contemporánea . . . . . . . 229
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 161
ACTUALIDAD
Recorrido por la gran mezquita omeya de córdoba
Tour of Córdoba’s Great Omeya Mosque
PEdro marFil ruiz*
SITUACIÓN PREISLáMICA
La ciudad de Córdoba se distingue como un enclave fundamental para la investigación histórica y arqueológica de la tardoantigüedad y del altome-dievo; y ello es así, porque tanto su propia historia, cargada de referencias en los textos, como lo conservado de su patrimonio arqueológico y monu-mental, ofrecen aún hoy elementos claves para la comprensión del pasado. El elemento sobresaliente es sin duda la mezquita, edificio que aglutina todo un legado material perteneciente a períodos y fases históricas imposibles de ver juntas con esta claridad en otro edificio hispano. Si a la mezquita cordobesa, cuya historia material como edificio islámico va desde el 785 al 991, unimos la investigación arqueológica de sus precedentes en San Vicente ampliamos el abanico cronológico hasta el s. vi.
En el año 711 Córdoba fue conquistada por el islam convirtiéndose seis años después en la capital de al-Andalus, territorio dependiente del Califa de Damasco. La ciudad alcanza el rango de capital de los nuevos territorios conquistados en occidente, pasando a ser centro administrativo, económico, religioso y cultural, y con el tiempo llegó a ser una de las principales ciudades del mundo medieval. Su situación estratégica en el valle medio del Guadalquivir, entre la sierra y la cam-piña, y en el último punto navegable del río, influyó en su transformación desde la Antigüedad como centro económico de importancia crucial. Una «Qurtuba» andalusí que fundió las tradiciones locales y las influencias orientales.
* Arqueólogo.
Pedro Marfil ruiz
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Desde mediados del siglo viii d.C., cristianos y musulmanes usaron, según los textos árabes, la iglesia mayor de San Vicente para sus cultos respectivos. El culto islámico se establecería en estos templos reutilizados entre los años 750 y 756 d.C. Creemos que esta iglesia mayor de San Vicente correspondería a una sede episcopal y no a una sola iglesia o basílica, y tampoco a un monas-terio como planteó la historiografía precedente. Un complejo arquitectónico en el que existirían diversos edificios.
Las excavaciones realizadas por el arquitecto Félix Hernández en los años 30 del siglo xx en el oratorio y en el patio de la antigua mezquita revelaron la existencia de restos arqueológicos pertenecientes a edificios preislámicos, que fueron interpretados como casas romanas debido a la pavimentación musiva. Recientemente hemos podido recuperar parte de esas excavaciones e integrarlas en el edificio, reinterpretándolas como restos de construcciones cristianas, en las que el uso de mosaico es parte del programa decorativo de los edificios.
Interior del oratorio de mezquita omeya de Córdoba. (Foto: P. Marfil.)
reCorrido Por la gran Mezquita oMeya de CórdoBa / aCtualidad
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 163
Se han establecido tres fases constructivas, pertenecientes las dos primeras al siglo vi y la tercera al siglo vii. La primera fase imita en su técnica construc-tiva y en su decoración al arte romano del siglo iv, en nuestra opinión como reafirmación de la romanidad de Córdoba frente a los bárbaros. La segunda fase reforma la anterior totalmente, y muestra una influencia oriental notable. La última fase pertenece a obras visigodas de menor entidad monumental. Este es el panorama arquitectónico que encuentran los árabes a su llegada a Córdoba, una ciudad en la que destacaba su aspecto oriental, quizás una de las razones de peso para elegirla como capital de los nuevos territorios con-quistados en occidente. Esta Córdoba orientalizante tendría mucho mayor parecido con Damasco, por ejemplo, que lo pudiera tener la Sevilla o la Mérida visigoda.
LA GRAN MEZQUITA OMEYA
Treinta años después de que Abd al-Rahmán I llegase a Córdoba, trasladó su residencia, que hasta entonces había estado en las afueras, en la almu-nia Arruzafa, al antiguo alcázar y promovió la construcción de la mezquita aljama. En esta decisión del emir debieron pesar dos razones principales, una la conveniente realización de una obra pía antes de su muerte, que llegaría tres años después, y otra la instalación de importantes grupos pro-omeyas, venidos a Córdoba desde Asia y África, que incrementaron el número de cor-tesanos. Abd al-Rahmán I no llegó a concluir su obra.
En el 785 d.C. el emir, según las fuentes árabes, compró este complejo a los cristianos a cambio de una considerable suma de monedas de oro y la autorización de reedificar las iglesias situadas a extramuros de la medina, que habían sido demolidas durante la conquista. El 31 de agosto del 786 d.C. el emir ordenaría cimentar la aljama.
Se planifica la mezquita fundacional siguiendo las trazas de los módulos y orientaciones preislámicos. Así pues, el recinto de la mezquita fundada por Abd al-Rahmán I se adapta a unos límites preexistentes en el urbanismo de esta zona, y con ello queremos expresar nuestra idea de que no se trataría pues de la ocupación del solar de una sola construcción denominada Basílica de San Vicente, sino de una ínsula o manzana urbana en la que se levantaba parte del complejo episcopal paleocristiano cordobés.
Pedro Marfil ruiz
164 HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009
Delimitada de esta manera por la calle que hemos situado hipotéticamente al norte (que se prolongaba a lo largo de la fachada norte del antiguo alcázar), por la calle existente entre el palacio del gobernador y la fachada oeste, futura calle mayor, y por la calle que discurre en dirección Norte-Sur a lo largo de la división entre la zona oeste de la mezquita y la ampliación amirí, y que ha sido hallada por nosotros en el año 2001.
Ha de destacarse un dato al respecto, el muro este de la mezquita apoyaba directamente sobre la fachada de las construcciones romanas, respetando como espacio público la anchura ocupada por los antiguos pórticos y la cal-zada. Esta es la razón que justifica la orientación heterodoxa de la mezquita de Córdoba, desviada con respecto a La Meca, el emir prefirió respetar el trazado urbano y orientarla de forma similar a las mezquitas sirias.
La ampliación de Abd al-Rahmán II, llevada a cabo en el año 848 d.C., supondría la amortización de dicha calle y posibilitaría, a la larga, la conexión del alcázar y del recinto regio de la maqsura de la mezquita a través del pasa-dizo o sabat de Abd Allah en el año 900 d.C.
Es en este espacio urbano preexistente en donde cristalizaría el desarrollo de la aljama cordobesa a lo largo de sus sucesivas ampliaciones, aunque la fuerza de la mezquita de Abd al-Rahmán I sería un elemento que incidiría en dicho desarrollo convirtiéndose en modelo de las mismas. El condicionante urbano volvió a marcar los límites en el siglo x durante la ampliación del califa al-Hakam II, cuando se traza la qibla paralela a una calle de origen romano y prolongando el trazado de la muralla sur del alcázar califal.
Las obras de la aljama de Abd al-Rahmán I se iniciaron el 786 d.C., fina-lizándose en diez meses toda la sala de oración y parte del patio. Aunque el emir murió antes de concluir totalmente los trabajos.
La tipología de la mezquita primitiva respondía al modelo que presenta sala de oración de tipo hipóstilo (naves longitudinales paralelas entre sí) y un patio. El oratorio se organiza en once naves perpendiculares al muro de orientación o qibla, siendo la nave central más ancha, y las naves extremas más estrechas, y disponiéndose 12 tramos en cada andanada de columnas. El orden arquitectónico seguido por los soportes se basa en la organización de arquerías compuestas por columnas con basa (que no era vista), fuste, capitel
reCorrido Por la gran Mezquita oMeya de CórdoBa / aCtualidad
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 165
y cimacio, sobre las que apoyan pilares de piedra de los que arrancan arcos superpuestos. El arco inferior es de herradura y su función es la de arriostrar las columnas entre sí, y el arco superior es de medio punto y sirve de sostén a la estructura de cubierta a dos aguas. En la fábrica de los arcos se produce la alternancia de ladrillo y piedra, técnica heredada de los edificios paleocristia-nos de San Vicente.
Los materiales de decoración arquitectónica empleados en los soportes del oratorio posiblemente han sido reutilizados de las iglesias demolidas.
El perímetro de la mezquita está conformado por gruesos muros de sillería aparejados a soga y tizón, siguiendo la tradición bizantina. Presentan contra-fuertes exteriores y se coronan por merlones dentados almenados de tradición siria. A fines del siglo viii d.C. existían, al menos, tres puertas desde la calle al patio y una desde la calle al oratorio.
El acceso desde el patio y las cubiertas. (Foto: P. Marfil.)
Pedro Marfil ruiz
166 HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009
Las fuentes textuales árabes refieren que el emir Hisham I, hijo de Abd al-Rahmán I, fue el que terminó las galerías, levantó un alminar y construyó una sala de abluciones en el costado este de la mezquita. Los restos del alminar y de la sala de abluciones fueron excavados en los años treinta del siglo xx por Félix Hernández, y la sala de ablución fue documentada nuevamente por nosotros en 1998.
La sala de ablución de Hisham I se situaba al exterior de la mezquita, ocu-pando una calle. Alcanza los 16 metros de anchura por casi 20 metros de longitud. Disponía de canalizaciones, fuentes, letrinas y alcantarillado de uso público.
Con relación al alminar de Hisham I hemos de decir que nuestras excava-ciones han puesto de manifiesto que dicho elemento no se encontraba exento ni adosado con relación a la planta de la mezquita, como se había creído a raíz de los estudios de Hernández. El muro norte del patio se sitúa cuatro metros más hacia el norte de lo conocido, por lo que el alminar quedaba incluido dentro del trazado de la planta, a él de adosaba por el este la cono-cida como puerta del alminar e interrumpiría el trazado continuo de la galería norte del patio.
Por iniciativa del emir Abd al-Rahmán II, en el año 837 d.C. se procedió a modificar algo básico en el funcionamiento de la mezquita, se trasladó el ora-torio femenino desde las galerías extremas del interior a las galerías del patio. Liberándose de esta manera a nivel espacial la totalidad del interior de la sala de oración, y permitiendo entre otras cosas el acceso directo desde la puerta de los Visires al oratorio masculino.
Este mismo emir realizó la ampliación de la sala de oración en ocho tramos hacia el sur, demoliendo el antiguo muro de qibla, y siguiendo las bases arquitectónicas marcadas por la mezquita fundacional. El número de puertas se amplió a siete, quedando por tanto, tres en el patio y cuatro en las fachadas del oratorio. Las excavaciones realizadas por nosotros en 1999 pusieron al descubierto un tramo del muro de oración o qibla de esta fase, destacando su perfecta alineación con los pilares dejados por al-Hakam II en la siguiente ampliación. Posteriormente hemos podido documentar los restos de una nueva puerta situada bajo el altar mayor de la catedral, que se suma a
reCorrido Por la gran Mezquita oMeya de CórdoBa / aCtualidad
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 167
la hallada por Hernández en los años 30 del siglo xx en el tramo medio del lienzo este de Abd al-Rahmán I.
Las excavaciones de Hernández también hallaron los restos del mihrab (o nicho que guía la dirección de la oración) de Abd al-Rahmán II, cuya planta sobresale de forma escalonada con respecto a la línea del muro de la qibla.
En el año 900 d.C., durante el emirato de Abd Allah se construyó un pasadizo elevado, sabat, desde el alcázar hasta el último tramo de la fachada oeste de la mezquita. Para que el emir pudiese entrar directamente a la sala de oración en la zona próxima a la qibla. Operación de gran trascendencia por su repercusión posterior en el ceremonial seguido por el soberano. Este pasadizo llegaba hasta la conocida como Puerta de San Miguel, como revela el estudio estratigráfico del muro (ya que para la apertura de la puerta se perforó el lienzo del siglo ix y presenta reparaciones bajomedievales al exterior que evidencian la existencia anterior de un deterioro considerable producido por la retirada del mencionado pasadizo)
Arcos del califa al-Hakam II. (Foto: P. Marfil.)
Pedro Marfil ruiz
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Ya en el siglo x, Abd al-Rahmán III equilibra la mezquita a nivel arquitec-tónico actuando sobre el patio, procediendo a la reconstrucción de las gale-rías, al refuerzo de la fachada del oratorio y a la construcción de un alminar monumental. En el oratorio realiza la nivelación del suelo, conservándose la cota marcada por él hasta el día de hoy en el interior de la Catedral. La puerta principal de entrada al oratorio desde el patio es reinterpretada por Abd al-Rahmán III, colocándose un gran arco de herradura delante del preexistente y construyéndose una bóveda de cañón entre ambos, decorándose todo ello con pinturas con motivos geométricos. El alminar de Abd al-Rahmán III se construyó entre los años 951 y 953 d.C., y alcanzó los 40 metros de altura. Presentaba planta cuadrada y dos cuerpos en torno a un machón central, con dos escaleras independientes. La torre contaba con unas trescientas columnas que adornaban sus ventanas.
Al-Hakam II, tras asumir el califato, dio orden de ampliar la mezquita aljama, iniciándose las obras en el año 962 d.C., con un costo de 261.537 dinares. Se añadieron en esta obra doce tramos de prolongación hacia el sur.
En esta fase se alcanza la madurez del arte califal cordobés, plasmado principalmente en la nave central y en la maqsura, elementos espaciales que se combinan para formar una planta en t. Aspecto que queda reforzado por la construcción de lucernarios cubiertos con cúpulas de arcos entrecruzados, y el empleo de subdivisiones, a base de paños de arcos entrecruzados y poli-lobulados. Todos los elementos de decoración arquitectónica son elabora-dos exprofeso para la mezquita, como es el caso de los fustes de columna en los que alternan el mármol de Cabra, de color rosado, y la piedra de mina o caliza micrítica de la Sierra de Córdoba, de color negro con vetas blancas y doradas.
La enorme profundidad que adquirió la mezquita, unida a la escasa luz que entraba desde el patio, necesitó la apertura de un lucernario en la zona que había ocupado el antiguo mihrab de Abd al-Rahmán II. Conocido este lucer-nario, desde la conquista cristiana, como Capilla de Villaviciosa, presenta una planta rectangular abovedada. En este lucernario se ejecuta una falsa bóveda con arcos entrecruzados y bovedillas decorativas en sus plementos. Se utili-zaron materiales y formas de gran riqueza decorativa, como mármoles, arcos polilobulados y decoración vegetal o de ataurique, labrada en piedra arenisca de grano muy fino, entre otras.
reCorrido Por la gran Mezquita oMeya de CórdoBa / aCtualidad
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 169
En el año 962 d.C., finalizada la construcción del mihrab o nicho de ora-ción, el emperador bizantino Nicéforo Phocas, obsequió al califa los materia-les y la colaboración de un musivario para la decoración de la cúpula central y la zona principal de la qibla y el mihrab. Se emplearon teselas de pasta vítrea y de piedras nobles en la elaboración de los mosaicos que cubren la cúpula central y los frentes del mihrab, de la Bayt al-Mal o cámara del tesoro, y de la puerta del pasadizo o Bab al-Sabat.
La cúpula central del vestíbulo del mihrab se configura como la obra cumbre del arte califal cordobés. En ella se soluciona el paso del cuadrado al octógono mediante el trazado de ocho grandes arcos que se entrecruzan y apoyan empa-rejados sobre pilastras. Los ángulos se salvan por medio de falsas trompas decorativas. En el centro se crea un espacio octogonal en el que se construye una cúpula gallonada.
El mihrab aparece como una cámara octogonal a la que se accede a través de un arco de herradura decorado con mosaicos. Las columnillas que se sitúan en
Capiteles del siglo ix situados en el mihrab. (Foto: P. Marfil.)
Pedro Marfil ruiz
170 HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009
La fachada occidental y la torre de la catedral al fondo. (Foto: P. Marfil.)
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sus jambas proceden del antiguo mihrab de Abd al-Rahmán II. Es una autén-tica habitación, siguiendo la tradición omeya oriental y la propia tradición de la mezquita cordobesa.
La mezquita de al-Hakam II transforma el espacio abstracto de la sala de oración en un recinto alargado en el que el foco de atención se centra en el mihrab y la zona de la maqsura, o área reservada al califa. Se refuerza, de esta manera, la importancia del propio califa dentro del ceremonial religioso.
Bajo el gobierno de Almanzor se realizó una nueva ampliación de la aljama de Córdoba. Esta nueva ampliación se inició en el año 991 d.C., presentando como principal novedad, respecto a lo que se había hecho anteriormente, el hecho de que se ampliase el oratorio y el patio hacia el lateral este y no hacia el Sur. Se aumentó el espacio del oratorio en ocho naves hacia el este, agran-dándose también el patio. La ampliación hacia el sur hubiese supuesto, ade-más de la posible afección a la inigualable maqsura de al-Hakam II, la creación de una mezquita excesivamente alargada. Además la caída de cotas hacia el sur se acentúa con la proximidad del río, lo que hacía la ampliación hacia ese punto todavía más compleja que la que se realizó hacia el lateral.
La ampliación de Almanzor supuso la cristalización definitiva de las formas arquitectónicas de la mezquita cordobesa. Con esta obra la mezquita adquiere sus dimensiones definitivas de 180 por 130 m.
No tenemos evidencias de construcciones islámicas posteriores a esta fase de Almanzor, aunque evidentemente la mezquita siguió en uso hasta la con-quista cristiana de la ciudad en 1236, año en el que se consagró como iglesia cristiana. Las obras cristianas y mudéjares posteriores han hecho del edificio un auténtico crisol arquitectónico en el que se perpetúan técnicas medievales en su mantenimiento y reformas, y en el que el resultado es una apasionante mezcla de estilos y formas decorativas.
BIBLIOGRAFÍA BáSICA
niEto cumPlido, M.: La catedral de Córdoba, Córdoba, ed. Cajasur, 1998.marFil ruiz, P.: La puerta de los visires de la mezquita omeya de Córdoba, Carolina del
Norte (USA), ed. Lulu.com, 2009.
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 213
ReSeÑASREVIEWS
Luz Gómez García, profesora del
Departamento de Estudios Árabes e Islámicos
y Estudios Orientales de la Universidad
Autónoma de Madrid, asume con este diccio-
nario un importante reto: cubrir el vacío exis-
tente en lengua castellana en lo que respecta
a diccionarios sobre términos relacionados
con el islam y el islamismo contemporáneo.
Y afronta el desafío desde una perspectiva
original, el objetivo de la arabista no ha sido
compendiar y definir el conjunto de términos
necesarios para comprender la naturaleza de
los movimientos islamistas en la actualidad;
sino seleccionar los aparecidos en la prensa
española escrita con la intención de aclarar
su significado, proponiendo definiciones más
ajustadas a la naturaleza de los mismos.
Es decir, partiendo de la «preselección»
realizada por los propios periodistas, Luz
Gómez analiza y aclara estos conceptos de
manera seria y documentada. Pero además, el
reunir en este volumen dicha selección resulta
altamente esclarecedor para todo aquel intere-
sado en comprender cómo entiende la prensa
española, y podríamos decir la prensa occi-
dental en un sentido amplio, estos movimien-
tos islamistas y con qué sentido se manejan
estos términos y no otros cuando se hace
referencia a la situación socio-política en el
mundo árabo-islámico contemporáneo.
Entre los muchos aciertos de este dicciona-
rio, cabe destacar la utilización de un sistema
de transcripción que en vez de utilizar los signos
diacríticos propios de los expertos —que nada
aportan al lector no especializado— adapta
dicha transliteración a la fonética de la len-
gua árabe o de la lengua del ámbito islámico
DICCIONARIO DE ISLAM E ISLAMISMOPor luz GómEz García
Espasa CalpeMadrid, 2009412 pág.
reseñas
HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009 217
LA PUERTA DE LOS VISIRES DE LA MEZQUITA OMEYA DE CÓRDOBA, TOMO I, TEXTO; TOMO II, PLANOS Y LÁMINASPor PEdro MarFil Ruiz
Editorial LuluCarolina del Norte, USA., 2009375 pág., 4 planos, 151 ilustraciones.
Este importante libro, ofrece en quince
capítulos el más exhaustivo estudio sobre la
antigua Bab al-Wuzara de la mezquita aljama
de los Omeyas de al-Andalus, conocida tam-
bién por la historiografía como Puerta de
San Esteban de la Catedral de Córdoba. En el
tomo I, tras una breve introducción y primer
capítulo que nos ponen en contacto con los
orígenes de la gran mezquita, el autor pasa
a explicarnos los objetivos principales de su
investigación y la metodología aplicada: «el
análisis de la información histórica referida
a la puerta, tanto la contenida en las fuentes
escritas, como en las gráficas; la interpretación
de la misma a través de la metodología de
estudio propia de la Arqueología y la Historia
del Arte Hispanomusulmán, aplicando las
técnicas de documentación arqueológica,
de análisis artístico y arquitectónico, para
poder valorar su importancia dentro de la
Arqueología e Historia del Arte en España».
Esta larga cita y los párrafos que siguen son la
mejor declaración de principios que pudiera
hacer un arqueólogo acerca de la investiga-
ción de un monumento de semejante trascen-
dencia para la historia de nuestra Edad Media,
y el método científico empleado, analizando
todo tipo de fuentes.
Las técnicas constructivas, innovaciones plás-
ticas y programas ornamentales son tratados en
cuanto a sus tipologías y paralelos arquitectóni-
cos, analizando no sólo su evolución sino tam-
bién su valoración en el contexto historiográfico
y artístico para lo cual se apuran exhaustiva-
mente las fuentes escritas e iconográficas con el
mayor rigor cronológico e interpretativo. A con-
tinuación, empleando la técnica arqueológica
de documentación, se analiza la estratigrafía
muraria de la puerta según el método aplicado
por el autor en Córdoba desde 1993, siguiendo
a la escuela italiana, especialmente al profesor
Parenti. Al agotar la documentación planimé-
trica y fotográfica de nuestro objeto de estudio,
el resultado ha de ser, necesariamente, objetivo.
Y esto es lo que logra Pedro Marfil, en su aná-
lisis espacial y arqueológico de la estratigrafía
muraria exterior e interior de la puerta de los
Visires de la Mezquita de Córdoba, que permite
determinar una precisa información acerca de
los elementos seguros del siglo viii que quedan
aún en la portada actual tanto al interior como
al exterior.
Se estudian tanto los materiales construc-
tivos como su función, definición estructural,
conservación, acabado y reutilización de mate-
reseñas
218 HESPERIA, CULTURAS DEL MEDITERRÁNEO / DICIEMBRE 2009
riales, habida cuenta asimismo de las relaciones
estratigráficas de cada unidad con respecto a
las demás unidades, de tal modo que, tras el
correspondiente análisis formal y descriptivo,
se conjugan estructuralmente los resultados
obtenidos con el estudio funcional y arqui-
tectónico de cada unidad estratigráfica. Según
Pedro Marfil, la fase de reformas decorativas del
siglo ix demuestran la existencia de una conti-
nuidad entre el lenguaje visual creado a partir
del califato omeya de al-Walid y el mundo de
formas artísticas de la nueva capital de la dinas-
tía omeya en Occidente, pudiéndose constatar
claramente la intencionalidad en la elección
de los temas, cuyos tableros con roleos de hoja
de parra o vid y palmera representan la esencia
de la creación artística emiral. Este libro, enri-
quecido con 4 planos y 151 ilustraciones, es un
trabajo ejemplar y modélico de Arqueología de
la Arquitectura, que desde ahora se convertirá
en una referencia constante para cualquier estu-
dioso de la mezquita aljama de Córdoba.
raFaEl cómEz
ISLAMIC CULTURE THROUGH JEWISH EYES. AL-ANDALUS FROM THE TENTH TO TWELFTH CENTURYPor ESPEranza AlFonSo
RoutledgeAbingdom y Nueva York, 2008201 pág.
El planteamiento y los objetivos de este libro
resultan muy importantes, porque al ahora tan
en candelero análisis de las imágenes que se cru-
zan las culturas, es decir: de la representación del
Otro por parte del Uno que sea, se añade el inte-
rés de que las miradas judías sobre la cultura islá-
mica (durante los siglos x al xii, precisamente) se
sitúan dentro de un al-Andalus donde el proceso
de arabización dio resultados compartidos entre
musulmanes y judíos, algunos muy notorios,
como en poesía y medicina, y un espacio lingüís-
tico concomitante, como es el judeo-árabe.
En concreto, como se indica en una página
inicial: «from the tenth to the twelfth century, a
Jewish elite living in al-andalus -the area under
Islamic control in the Iberian Peninsula- created
a culture that would be later conceived in Jewish
imagination as a Golden Age. this book brings
under analysis the construction of Andalusi Jewish
identity by examining the representation of, and
attitudes toward, Muslims and Islamic culture in
a variety of Jewish sources». Las fuentes considera-
das son obras gramaticales y léxicas, colecciones
de poesías, tratados éticos y filosóficos, crónicas,
obras de retórica, y cartas enviadas a varias comu-
nidades o intercambiadas entre individuos.
Una introducción fundamental (págs. 1-8)
empieza por situar la «cronología» del pro-