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Soluciones simples para problemas complejos: Comercio informal y política pública en el casco...

Date post: 02-Dec-2023
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Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT Soluciones simples para problemas complejos: Comercio informal y política pública en el casco histórico de Santiago Martín Montes Marín 72 La informalidad se hace presente en el centro de Santiago No es ninguna novedad señalar que un elemento muy propio de Latinoamérica es la fuerte presencia que tiene la economía informal en los centros de sus ciudades, y en este sentido el caso de Santiago no es la excepción. Si bien la relación entre el “casco histórico” de Santiago y el comercio informal ha existido siempre, históricamente este fenómeno no ha sido objeto de atención por parte de las autoridades públicas 73 , sino que más bien se ha ignorado. Posiblemente esto puede estar relacionado con que, dentro del contexto latinoamericano, Chile es el país con menor incidencia de este tipo de comercio y servicios 74 , sin embargo diversas transformaciones recientes las cuales trataremos a continuación- han llevado a que este fenómeno aumente y se diversifique considerablemente en las últimas décadas, provocando que el comercio informal comience a entrar en la agenda pública. Este tipo de fenómenos se enmarca dentro de una tendencia neoliberal que se ha ido dando en el último tiempo a nivel mundial en donde se han producido cambios estructurales de la sociedad que han generado importantes transformaciones del mercado laboral. Dentro de los cambios más significativos se destaca el hecho de que el mercado 72 Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Estudiante Magíster Desarrollo Urbano, PUC]. 73 Un ejemplo de ello fue que el gobierno del Alcalde Zalaquet definió “políticas de tolerancia”, las cuales consistían en hacer vista gorda sobre el comercio informal. 74 Se estima que el 37% de los empleos en Chile corresponden a la economía informal, mientras que el promedio latinoamericano bordea el 60% (Contreras, de Mello, & Puentes, 2008).
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Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT

Soluciones simples para problemas complejos:

Comercio informal y política pública en el

casco histórico de Santiago

Martín Montes Marín72

La informalidad se hace presente en el centro de Santiago

No es ninguna novedad señalar que un elemento muy propio de

Latinoamérica es la fuerte presencia que tiene la economía informal en

los centros de sus ciudades, y en este sentido el caso de Santiago no es la

excepción. Si bien la relación entre el “casco histórico” de Santiago y el

comercio informal ha existido siempre, históricamente este fenómeno

no ha sido objeto de atención por parte de las autoridades públicas73,

sino que más bien se ha ignorado. Posiblemente esto puede estar

relacionado con que, dentro del contexto latinoamericano, Chile es el

país con menor incidencia de este tipo de comercio y servicios74, sin

embargo diversas transformaciones recientes –las cuales trataremos a

continuación- han llevado a que este fenómeno aumente y se

diversifique considerablemente en las últimas décadas, provocando que

el comercio informal comience a entrar en la agenda pública.

Este tipo de fenómenos se enmarca dentro de una tendencia

neoliberal que se ha ido dando en el último tiempo a nivel mundial en

donde se han producido cambios estructurales de la sociedad que han

generado importantes transformaciones del mercado laboral. Dentro de

los cambios más significativos se destaca el hecho de que el mercado

72 Licenciado en Ciencias Sociales y Sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Estudiante Magíster Desarrollo Urbano, PUC]. 73

Un ejemplo de ello fue que el gobierno del Alcalde Zalaquet definió “políticas de tolerancia”, las cuales consistían en hacer vista gorda sobre el comercio informal. 74

Se estima que el 37% de los empleos en Chile corresponden a la economía informal, mientras que el promedio latinoamericano bordea el 60% (Contreras, de Mello, & Puentes, 2008).

Nuevas Perspectivas del estudio sobre el Trabajo

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laboral formal se ha vuelto cada vez más exigiente respecto a los niveles

de formación y calificación que demanda, lo cual dificulta la situación de

quienes han tenido menos oportunidades educativas en un país en que

la educación de calidad se paga. Éstos cambios han complejizado la

posibilidad de que buena parte de la población acceda al mercado

laboral formal, dando lugar a un mayor desempleo (Abramo, 1997).

Junto a esto, quienes logran acceder a un trabajo remunerado, por lo

general se ven sometidos a malas condiciones laborales, dando como

resultado relevantes consecuencias a nivel personal (Link, 2013). De

este modo se produce un fenómeno de precarización y desrregulación

del trabajo (Abramo, 1997; Subirats et al., 2004) el cual se caracteriza

por consecuencias tales como la creciente inestabilidad del empleo,

aumento de la subcontratación así como también de la economía

informal (Fuentes, 2013). Este tipo de situaciones genera que -

especialmente quienes no han tenido las oportunidades de acceder a

buenos centros de educación y capacitación- se complejice la entrada al

mercado laboral formal así como mantenerse dentro de éste. Todo esto

genera que muchas personas tengan que buscar nuevas alternativas de

trabajo y dentro de ellas el mundo de la informalidad se presenta como

una opción atractiva.

Basta con caminar por los paseos peatonales de Ahumada,

Huérfanos y Puente para notar que, en comparación con la realidad de

hace unos años atrás, el comercio informal del centro de Santiago ha

aumentado notoriamente. Según el Ministerio de Economía (2013) en

Chile existen alrededor de 850 mil emprendedores informales que en su

mayoría corresponden a mujeres, jóvenes, adultos mayores, migrantes y

trabajadores de baja calificación, sin embargo dada la dificultad que

tiene contabilizar a esta escurridiza categoría, lo más probable es que

dicha cifra sea más alta.

Para el caso específico de Santiago, es probable que este

fenómeno se haya visto agudizado por la poca acogida que tiene el

Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT

mercado laboral formal frente a la creciente llegada de extranjeros a la

capital durante la última década (Cano, Soffia & Martínez, 2009). De

hecho, según un reciente estudio de la Subsecretaría de Prevención del

Delito (2015) el 42% de los comerciantes ambulantes del casco

histórico de Santiago son extranjeros.

De este modo, las transformaciones sociales del último tiempo

han provocado que la economía informal haya alcanzado niveles sin

precedentes en el centro de Santiago, generándose una serie de

conflictos socio-territoriales que han ejercido presión a que las

autoridades tomen cartas en el asunto, abandonándose la política

indiferente de la “tolerancia”, para pasar a generar políticas que

busquen regular y controlar el complejo fenómeno de la informalidad

de Santiago centro.

Ante esta situación, el presente artículo busca cuestionar el plan

que el Municipio de Santiago -en conjunto con la Subsecretaría del

Delito y Carabineros de Chile- aplicó este año en el casco histórico de la

capital para enfrentar las externalidades que surgen a partir de una

economía informal desrregulada. El análisis que se presenta a

continuación parte de la base de que el plan en cuestión ha sido

reduccionista en su planteamiento, en la medida que el foco ha estado

puesto en mejorar la imagen de ciudad para hacer de Santiago un lugar

más atractivo para la inversión económica, sin tomar en consideración

aspectos más estructurales respecto a las causas que están detrás de la

informalidad. Se plantea que el plan propuesto no ha sido capaz de

abordar la complejidad de la problemática ya que se ha limitado a

enfrentar el fenómeno de la informalidad desde una mirada meramente

físico-espacial. Luego se presentan algunos desafíos político-

institucionales que son considerados como las principales trabas para

que Chile avance hacia una planificación urbana más adecuada.

Finalmente se da cuenta de la creciente necesidad de una planificación

urbana participativa e integral que esté a la altura de los complejos

desafíos que se le presentan en las grandes ciudades.

Nuevas Perspectivas del estudio sobre el Trabajo

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Hacia una nueva forma de abordar la informalidad

Tras una breve revisión de algunos planes latinoamericanos que

aborden el fenómeno de la informalidad en centros históricos, nos

damos cuenta de que en general muchos de éstos se han enfocado en

hacer una erradicación, o en el mejor de los casos una relocalización, del

comercio callejero no autorizado situado en el centro de las ciudades.

Tanto la unidad ejecutora del plan, como también los nombres que éstos

llevan dan cuenta de que el objetivo de estos ha sido el de mejorar la

imagen de la ciudad y establecer un orden, más que buscar enfrentar las

problemáticas económicas y laborales que están detrás de la

informalidad. Sólo por nombrar algunos ejemplos se destaca el plan de

Lima (1996) el cual fue denominado “Orden, limpieza, seguridad, y

recuperación del Centro Histórico” y el de Cartagena (2009) en donde la

unidad que diseñó y ejecutó el plan fue la “Gerencia de Espacio Público y

Movilidad Urbana (GEPMU)”. Sin embargo, considerando las múltiples

deficiencias que estos planes han tenido, y en línea con lo que propone

Tokmann (2009) en un informe de la Cepal, es necesario darle un nuevo

enfoque a las políticas de informalidad. En este sentido Tokmann

sugiere que éstas debieran enfocarse en:

● La formalización debe priorizar la restitución de derechos

sociales y no apuntar sólo a la adquisición de nuevas

obligaciones.

● La formalización se debe justificar por los beneficios que el

acceso a dicha formalidad puede significar para el desarrollo

de las personas ocupadas en el sector informal, más no por

el aporte de éste a la economía formal.

● Promover un cambio cultural entre los informales que

propenda hacia la auto-regulación y organización.

Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT

En contraste con estos principios, el plan de la Municipalidad de

Santiago se ha caracterizado por dos particulares medidas: (i) aumento

de la dotación policial destinado especialmente a evitar el comercio

informal no autorizado y los delitos que supuestamente están asociados

a dicha práctica y (ii) la entrega a los comerciantes por parte del

municipio de un mobiliario estándar o “carrito” el cual debe ser

utilizado obligatoriamente por todos aquellos que tengan permiso

municipal.

Estas medidas van en línea con los modelos de desarrollo físicos y

económicos, más no social descritos por Fernández Güell (1997). Por un

lado, se tiene que a través del aumento en la fiscalización los

comerciantes ambulantes son perseguidos por asociarse a la

criminalidad, a la falta de higiene y por entorpecer las líneas de

circulación del espacio público (Garcés, 2014). Por su parte, la

homogenización del inmobiliario público busca generar un

“ordenamiento” del centro de Santiago. De este modo, haciendo una

limpieza superficial del comercio informal, ambas medidas exigen

mayores obligaciones a los comerciantes, sin embargo no se hacen cargo

de dar respuesta a ciertos derechos sociales como la posibilidad de

tener un lugar para poder hacer sus necesidades básicas, e incluso de

poder protegerse frente a las adversidades climáticas75. A través de

planes como este se podría decir que actualmente seguimos

planificando ciudades “lecorbusariamente”; desde arriba, como

arquitectos supremos que están lejos de las reales necesidades de los

ciudadanos y priorizando el orden físico por sobre el social. En línea con

De Mattos (2015) podríamos señalar que este tipo de planes podrían

enmarcarse dentro de una planificación de carácter empresarialista la

cual está asociada a un progresivo debilitamiento de la preocupación

por lo social, en beneficio del interés por el crecimiento económico.

75

Los comerciantes informales del centro histórico de Santiago deben pagar $450 pesos cada vez que

quieran ir al baño. Además, éstos no pueden colocar ningún tipo de infraestructura que no haya sido dada por el municipio, por lo tanto no pueden protegerse del sol ni de la lluvia.

Nuevas Perspectivas del estudio sobre el Trabajo

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Sin embargo incluso se podría señalar que esta forma de planificar

no sólo es miope porque no contempla los factores sociales, sino

también porque al ser sumamente arquitectónica y racionalista -como

dice Lefebvre (1970)- se limita a dibujar cuadrículas y mallas en el

espacio, y termina siendo inaplicable e ineficiente. En este sentido, en la

medida en que no se otorgue importancia a las propiedades

constitutivas de los sistemas sociales urbanos de referencia al momento

de intentar su aplicación, los planes concebidos conforme a estas ideas

resultarán absolutamente inoperantes frente a una dinámica urbana

que, por lo general, no tiene relación con la proyectada (De Mattos,

2015). Esto último se ve reflejado en que la mayoría de los comerciantes

tuvo que modificar el carro que les entregó el Municipio debido a que

éste no se ajustaba a sus necesidades. De hecho, a pesar de que no está

permitido, muchos prefirieron seguir ocupando el que tenían antes. Esto

debido a que no se consideró la diversidad de necesidades de espacio y

diseño que puede tener, por ejemplo, un vendedor de confites frente a

uno de ropa, o bien, a la diversidad de capacidades físicas que se

presentan en un gremio que se caracteriza por agrupar un alto

porcentaje de personas con algún tipo de discapacidad.

Políticas de este tipo requieren de mayor diversidad y

especificidad de la información para responder a las múltiples

necesidades de los distintos actores involucrados. Tal como señala

Fernández Güell (1997) la planificación ha ido asumiendo nuevos

desafíos metodológicos tales como la creciente complejidad de los

procesos urbanos y la diversidad de agentes e intereses que intervienen

en la ciudad. Por lo tanto es fundamental buscar que los distintos

actores (comerciantes informales y formales, residentes, transeúntes,

entre otros) lleguen a niveles de consenso en donde prime el bien

común por sobre el interés de alguno de los agentes en disputa. Sin

embargo, para el plan analizado este óptimo es sumamente cuestionable

ya que al igual que Lima y Cartagena, el plan de Santiago centro también

Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT

se ha enfocado en mejorar su imagen para –como dice Harvey (1989)

“maximizar la atractividad del lugar como un señuelo para el desarrollo

capitalista.” De hecho, se podría señalar que medidas de regeneración

urbana como las recién expuestas se han centrado en el mejoramiento

de la imagen y en el marketing territorial, de manera de dar a las

ciudades la imagen de un lugar donde es interesante habitar, trabajar e

invertir (OCDE, 2007). En este sentido, “al enfocarse en generar un

ambiente atractivo para la inversión privada” (De Mattos, 2015) el

vigente plan del Municipio de Santiago ha buscado ordenar, bajo el

manto uniforme de la informalidad, un fenómeno tan complejo y

diverso como lo es la economía informal. Esta “ilusión urbanística” 76 ha

llevado a que dicho plan olvide muchos aspectos, entre ellos los sociales

y tantos otros que hasta ahora desconocemos, dejando en evidencia la

imposibilidad de controlar la actividad humana en general, llevándonos

a aceptar que “la capacidad humana para decidir y actuar en este tipo de

sistemas es limitada y solo puede desenvolverse conforme a una

racionalidad procesal, que se manifiesta básicamente en aproximaciones

de prueba y error, con resultados inciertos” (De Mattos, 2015).

Algunos desafíos político-institucionales

Ante esta situación, algo tan relevante como lo es la economía

informal77, exige una política a nivel país que considere el fenómeno de

la informalidad en su total complejidad, o al menos parte de ella. Si bien

Friedmann (1991) señala que “en sociedades mercantiles, la

coordinación central de todas las actividades de planificación es

obviamente imposible”, es fundamental que exista una articulación de

una importante parte de actores involucrados para que así se logren

desarrollar políticas integradas y flexibles que den cuenta de la

multiplicidad de aristas que dicho fenómeno abarca (económicas,

76

Calificación que Henri Lefevbre le dio al urbanismo racionalista representado por Le Corbusier. 77

Cabe recordar que cerca de un 40% de la población empleada es parte de la economía informal (Contreras, de Mello, & Puentes, 2008).

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sociales, culturales, políticas, etc.) En este sentido, la lógica sectorialista

con la que funcionan los ministerios de manera independiente es

considerada como una de las principales dificultades que posee la

planificación urbana chilena (OCDE, 2009).

Junto a esto, es fundamental que se empiece a dar una

planificación coordinada a nivel ciudad ya que de lo contrario cada

municipio buscará su propio beneficio y los problemas serán pateados

de lado en lado, tal como ha pasado con los comerciantes informales de

Santiago centro, los cuales tras ser expulsados, se han instalado en

sectores de Providencia tales como la salida del metro Tobalaba. En este

sentido, si bien debe existir una coordinación intermunicipal y una

planificación a nivel ciudad, también es fundamental que los gobiernos

locales sean capaces de influir en las decisiones que se toman en su

territorio en particular, ya que como dice Hernández (2015) “(los

municipios) debieran ser los líderes y protagonistas de la vida política,

económica y social de los ciudadanos, puesto que se encuentran en la

posición más adecuada para reconocer sus necesidades, resolver sus

conflictos y velar por sus intereses de la manera más eficaz y eficiente”.

Sin embargo, debido al alto centralismo que existe en Chile78, esta es una

de las principales trabas que actualmente posee la planificación urbana

nacional, y su modificación sólo es posible ante una reforma

institucional.

Reflexiones finales y recomendaciones

Como hemos venido señalando, actualmente se sabe poco acerca

de las particularidades del comercio informal que tiene lugar en las

calles de Santiago Centro. Menos aún se manejan nociones de cuáles son

78

Un claro ejemplo de esto se refleja en el hecho de que el 91,1% del presupuesto nacional está en manos del gobierno central (Vial, 2015).

Versión extendida de la revista La Maquila N°3 - GEIT

las dinámicas fundamentales que tienen lugar en la disputa por el

espacio público entre los actores que convergen en el centro histórico:

vecinos, comerciantes, oficinistas, turistas, inspectores, etc. Sin

embargo, dado la importancia que asume el llamado comercio informal

como una alternativa de trabajo, en el contexto de un mercado laboral

que pocas veces reserva a los más postergados una opción que no sea la

de acceder a un trabajo dependiente precarizado, se considera

sumamente necesario asumir la tarea de entender mejor este fenómeno.

Ante esto, para finalizar se proponen dos recomendaciones.

Por un lado es necesario que el Estado comprenda que el

comercio informal es producto de un fenómeno mayor que se da en el

contexto de un mercado neoliberal. Este fenómeno corresponde a lo que

Wacquant (2013) ha denominado como la fragmentación del trabajo

asalariado, también conocido como precarización del trabajo. De este

modo, toda política que no se haga cargo de las causas estructurales de

dicho fenómeno, al ser miope y cortoplacista, sólo terminará afectando

más a aquellos que buscan paliar las injusticias de un mercado laboral

poco regulado, colaborando así aún más con la grave situación de

desigualdad que sufre Chile. A partir de todo lo mencionado, es

fundamental que el concepto de comercio informal no debe seguir

entendiéndose como una caja negra que exime a la sociedad de la

responsabilidad de entender una realidad rica y compleja.

Por otro lado hace falta ir al campo, sumergirse horizontalmente

en las dinámicas comerciales del centro histórico y desde ésa posición,

re-pensar el valor que asume el comercio informal en la comuna de

Santiago. En este sentido, tal como señala Friedmann (1991) la

planificación o diseño físico es ahora sólo una pequeña parte de la

planificación. La práctica de la planificación es, actualmente, un proceso

social y político en el que se requiere la participación de varios actores

que representen los distintos intereses que están en juego, para que de

esta forma se elaboren políticas integrales que den cuenta de la

multiplicidad de perspectivas que cada fenómeno social posee. De este

Nuevas Perspectivas del estudio sobre el Trabajo

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modo, dado que la planificación contemporánea no sólo requiere de

conocimiento experto, sino también experiencial el cual proviene de

quienes viven en el territorio (Friedmann, 1993), es fundamental

asegurar la participación y el punto de vista de la comunidad local

involucrada. Es por ello que se vuelve fundamental abandonar las

políticas de escritorio y empezar a diseñarlas con la gente. En este

sentido, tal como señala De Mattos (2015) “si se aspira a que las

propuestas alternativas, emergentes de lo que investigamos, analizamos y

discutimos, puedan tener alguna posibilidad de concretarse, es

imprescindible que ellas consideren el mundo real y no uno de fantasía.”

Frente a esta situación, un primer paso para ello podría ser que el

Servicio de Impuestos Internos (SII) oficialice la categoría de

comerciante informal para que así pueda existir una contabilización y

registro de este importante sector económico que hasta hoy se

desconoce.

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Convocatoria a La Maquila Nº 4

*Sujeta a modificaciones*

Estimadas compañeras y estimados compañeros:

Los invitamos a participar del cuarto número de nuestra revista enviando un resumen de alguna investigación o ensayo teórico/empírico que hayan realizado durante el año 2015 o principios del 2016, relacionada/o con la problemática del trabajo. Este resumen (de no más de 3 páginas) aparecerá, si es seleccionado, en la cuarta revista de divulgación del GEIT en noviembre del año 2016. Además, la versión larga del producto aparecerá en un libro virtual de consulta que se subirá a nuestra página web.

Proponemos los siguientes ejes temáticos sobre trabajo para la realización de las investigaciones o ensayos:

1. Morfología del trabajo. 2. Nueva cuestión social y precariedad laboral. 3. Conflictividad laboral y/o sindicalismo. 4. Subjetividad y subjetivación en los procesos de trabajo. 5. Mercados de trabajo. 6. Configuraciones productivas: estilos de desarrollo, Estado y Sociedad.


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