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An Pediatr (Barc). 2008;69(1):15-22 15
ORIGINALES
Tumores cardíacos primarios en la infanciaA. Sánchez Andrés, B. Insa Albert, J.I. Carrasco Moreno, A. Cano Sánchez, A. Moya Bonora y J.M. Sáez Palacios
Sección de Cardiología Pediátrica. Hospital Infantil La Fe. Valencia. España.
IntroducciónLos tumores cardíacos primarios son muy poco fre-
cuentes en la edad pediátrica, y su incidencia varía entre el0,0017 y el 0,28%. Más del 90% son de naturaleza benigna.La variedad más frecuente es el rabdomioma, asociado enmás del 60% de los casos con esclerosis tuberosa.
Material y métodosSe realizó un análisis retrospectivo de historias clínicas
con diagnóstico de tumor cardíaco primario entre marzode 1977 y marzo de 2007, y se encontró a un total de 27 pa-cientes.
ResultadosLa edad de diagnóstico inicial es más frecuente en el pe-
ríodo neonatal, a partir del hallazgo de un soplo cardíaco(11 casos). No hubo diferencias en la distribución porsexos. En 14 pacientes se encontró cardiomegalia en laradiografía de tórax. De acuerdo con las característicasecocardiográficas, se diagnosticaron 20 rabdomiomas, 2 fi-bromas, 2 teratomas pericárdicos y 3 tumores no clasifi-cables. La mayor parte se localizaron en el ventrículoizquierdo. Además de la ecocardiografía, se realizó catete-rismo cardíaco en 3 casos y angiorresonancia en 5 casos.Durante su evolución se constataron episodios de arrit-mias en 11 pacientes. En 5 se requirió algún tipo de pro-cedimiento quirúrgico, en los que se obtuvo el diagnósti-co anatomopatológico. La mortalidad inicial de causacardiológica fue de 3 pacientes. El 75 % de casos con rab-domiomas presentaba o desarrolló esclerosis tuberosa. Enla mayoría de los rabdomiomas (13 casos) se produjo re-gresión espontánea.
ConclusionesEn primer lugar, se evidencia la baja prevalencia de esta
patología en la infancia. El rabdomioma es el tumor car-díaco primario más frecuente y en nuestro estudio se aso-ció en el 75% de los casos a esclerosis tuberosa. El diagnós-tico es más frecuente en el período neonatal precoz tras laauscultación de un soplo cardíaco y la ecocardiografía,la técnica diagnóstica de elección, mientras que no se haencontrado utilidad de otras técnicas de imagen, como la
angiorresonancia, para su diagnóstico en la población in-fantil. La aparición de la ecocardiografía fetal permite des-cubrirlos precozmente. El curso es benigno en la mayoríade los tumores, con tendencia a la regresión espontánea enlos rabdomiomas. Debe vigilarse la aparición de arritmiasdurante su evolución, que precisará tratamiento médico.La cirugía es necesaria en los casos con síntomas graves,debidos a obstrucción en los tractos de salida ventricular.Una opción quirúrgica es el transplante cardíaco en casode tumores irresecables con riesgo vital.
Palabras clave:Tumores cardíacos. Rabdomioma. Fibroma. Teratoma
pericárdico. Esclerosis tuberosa. Ecocardiografía. An-giorresonancia.
PRIMARY CARDIAC TUMOURS IN INFANCY
IntroductionPrimary cardiac tumours are very rare in the paediatric
age, their incidence varies from 0.0017 % to 0.28 %. Morethan 90 % are benign in nature. The most common vari-ety is the rhabdomyoma, present in over 60 % of caseswith tuberous sclerosis.
Material and methodsWe performed a retrospective analysis of medical
records with a diagnosis of primary cardiac tumor be-tween March 1977 and March 2007, finding a total of27 patients.
ResultsThe age of initial diagnosis is more prevalent in the
neonatal period, beginning with the discovery of a heartmurmur (11 cases). There was no difference in gender dis-tribution. In 14 patients were found cardiomegaly onchest radiograph. According to the echocardiographycharacteristics there were diagnosed 20 rhabdomyomas,2 fibromas, 2 pericardial teratomas and 3 non classifiabletumours. Most were located in the left ventricle. Echocar-diography, cardiac catheterization was also performed in
Correspondencia: Dr. A. Sánchez Andrés.Servicio de Pediatría. Hospital Universitario La Fe.Avda. de Campanar, 11. 46009 Valencia. España.Correo electrónico: [email protected]
Recibido en noviembre de 2007.Aceptado para su publicación en marzo de 2008.
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Sánchez Andrés A et al. Tumores cardíacos primarios en la infancia
16 An Pediatr (Barc). 2008;69(1):15-22
3 cases and angioresonance in 5 cases. During their evo-lution, episodes of arrhythmias were observed in 11 pa-tients, 5 patients required some sort of surgical procedure,which confirmed the histopathology diagnosis. In 3 pa-tients the initial cause of death was cardiological. The 75%of cases with rhabdomyomas presented or developedtuberous sclerosis. In most of the rhabdomyomas (13 cas-es), there was a spontaneous regression.
ConclusionsFirstly, there is shown to be a low prevalence of this dis-
order in children. Rhabdomyoma is the most common pri-mary cardiac tumour in our study and it was associated in75 % of cases with tuberous sclerosis. The diagnosis ismore common in the early neonatal period after ausculta-tion of a cardiac murmur and echocardiography, the diag-nostic technique of choice, other imaging techniques, suchas angioMRI not being of much for diagnosis in children.The emergence of foetal echocardiography allows early de-tection. The course is benign in most tumours, rhabdomy-omas tending to regress spontaneously. It must be moni-tored as the occurrence of arrhythmias during itsevolution will require medical treatment. Surgery is need-ed in cases with severe symptoms, due to obstruction inthe ventricular output tracts. One option is the surgical car-diac transplant in non-resectable life-threatening tumours.
Key words: Cardiac tumours. Rhabdomyoma. Fibroma. Pericardial
teratoma. Tuberous sclerosis. Echocardiography. An-gioMRI.
INTRODUCCIÓNLos tumores cardíacos primarios son muy poco fre-
cuentes en todas las edades, con una incidencia que varíaentre el 0,0017 y el 0,28 %. Más del 90 % de estos tumo-res son de naturaleza benigna1,2. La variedad histológicamás frecuentemente encontrada es el rabdomioma, quese asocia en más del 60% de los casos con esclerosis tu-berosa, seguido por el fibroma, el teratoma, los tumoresvasculares, el mixoma (mucho más frecuente en adultos)y el teratoma pericárdico. La forma de presentación clíni-ca está determinada por el tamaño y la localización deltumor, y los soplos cardíacos, las arritmias, la cianosis, eldistrés respiratorio y la insuficiencia cardíaca aguda sonlos principales signos y síntomas de inicio3. El diagnósti-co antiguamente se basaba en los hallazgos encontradosen las necropsias; actualmente, gracias a las nuevas téc-nicas de imagen, como la ecocardiografía y la resonanciamagnética (RM), pueden ser detectados de forma no in-vasiva con gran precisión y tan precozmente como en es-tadio intrauterino. Más del 90% de los tumores cardíacosse clasifican histológicamente como benignos. No obs-tante, a pesar de esta histología favorable, se aprecia unanotoria morbimortalidad debida, fundamentalmente, altamaño y la localización, además de los problemas debi-dos a la patología asociada, como la esclerosis tuberosaen los casos de rabdomiomas. En la mayoría de ellos se
ha comunicado regresión espontánea, por lo que sólo seconsidera necesario el tratamiento quirúrgico en caso deobstrucciones graves en los tractos de salida ventriculareso de que produzcan síntomas de riesgo vital3,4.
El objetivo de este estudio ha sido revisar la experien-cia de nuestro centro con los tumores cardíacos primariosen los últimos 30 años y destacar los cambios en las téc-nicas de las que disponemos para su diagnóstico, asícomo las distintas opciones en cuanto a su tratamiento yel de sus problemas cardíacos asociados.
PACIENTES Y MÉTODOSSe ha realizado un estudio retrospectivo mediante la re-
visión de historias clínicas entre marzo de 1977 y marzode 2007, incluyendo solamente los tumores cardíacos pri-marios, desechando otras masas de origen no cardiogéni-co. En él se encontró un total de 27 pacientes.
Se ha recogido el tipo de tumor (según sospecha porsus características y cuando ha sido posible el diagnósticoanatomopatológico), así como las localizaciones, la edadde diagnóstico y las manifestaciones iniciales, la presen-cia de arritmias y su asociación con otros hallazgos clíni-cos (tabla 1). A su vez, también quedan reflejados el tiem-po de seguimiento, la necesidad de tratamiento médicoy/o quirúrgico y la evolución de los mismos.
RESULTADOSLa edad de diagnóstico varió desde la época prenatal
(8 casos) hasta los 15 años, y fue más frecuente su de-tección inicial en el período neonatal (11 casos). No seencontraron diferencias según el sexo (13 varones y14 mujeres).
Los motivos de consulta fueron en 11 casos (todos re-cién nacidos) soplo cardíaco (40 %), en 8 casos (30 %)diagnóstico prenatal (4 hallazgos casuales, 1 taquicardiafetal, 1 extrasístole fetal, 1 hidropesía y 1 derrame peri-cárdico), en 5 casos (todos ellos mayores de 1 año) paracompletar estudio en pacientes diagnosticados de escle-rosis tuberosa (18%) y en otros 3 casos (12%) por arrit-mia, cianosis y dificultad respiratoria/insuficiencia cardía-ca, respectivamente.
En 14 pacientes (52%) se encontró cardiomegalia en laradiografía de tórax; todos ellos eran menores de 1 año(12 recién nacidos y 3 lactantes). Se trataba de tumoresmúltiples en 14 casos, y el resto eran tumores únicos. Lalocalización de los tumores es variable: se sitúa en el64,5 % de los casos en el ventrículo izquierdo, en el24,5% en el ventrículo derecho, en el 3,5% en la aurícu-la derecha y en el 7,5% en pericardio visceral.
Durante su evolución se constataron episodios de arrit-mias en 11 pacientes (40 %): 3 taquicardias paroxísticassupraventriculares, 1 de ellos con preexcitación tipoWolf-Parkinson-White (WPW) (todos los tumores fueronrabdomiomas), 1 WPW asintomático, 3 taquicardias ven-triculares (2 rabdomiomas y 1 fibroma), 2 no sostenidas
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y 1 taquicardia ventricular sostenida que realizó una fi-brilación ventricular, 1 bloqueo auriculoventricular com-pleto y 2 bloqueos aurículoventricular de segundo grado(rabdomiomas).
Las técnicas de diagnóstico utilizadas (figs. 1-5) fueronla ecocardiografía fetal (8 casos), y ecocardiografía (27 ca-sos), cateterismo cardíaco (3 casos, todos ellos realizadospreviamente a 1995) y angiorresonancia magnética (an-gio-RM) (6 casos). Se obtuvo el diagnóstico anatomopa-tológico en 4 casos. Se realizó el diagnóstico del tipo detumor en función de las características ecocardiográficasen cuanto a número (los rabdomiomas suelen tener pre-sentación múltiple en la mayoría de los casos) y localiza-ción (los rabdomiomas se localizan más frecuentementeen el ventrículo izquierdo) y de la RM (en mayores de5 años desde 1999 y en recién nacidos sólo en casos es-peciales en los que existe alguna duda o en tumores úni-cos), la asociación a esclerosis tuberosa (en el momentodel diagnóstico o durante la evolución), la tendencia a laregresión o desaparición (con mayor probabilidad se tra-tará de rabdomiomas) y la anatomía patológica. De acuer-do con estas características ecocardiográficas se diagnos-ticaron 20 rabdomiomas (74%) (15 de ellos asociados conesclerosis tuberosa [55,5%]), 2 fibromas (7,5%), 2 terato-mas pericárdicos (7,5 %) y 3 tumores no clasificables(11 %). Uno de ellos, por su comportamiento y caracte-rísticas, se ha agrupado dentro de los fibromas, y no se hapodido discernir el tipo de tumor, ya que ha constituidouna pérdida de seguimiento. Los otros tumores no clasi-ficables se encuentran actualmente en seguimiento; uno
de ellos, debido a su tendencia a la regresión, se ha ter-minado incluyendo dentro de los rabdomiomas; el otropermanece estable en cuanto al tamaño y, de momento,no está claro el tipo, aunque por el comportamiento po-demos agruparlo dentro del grupo de los rabdomiomas.Se obtuvo el diagnóstico mediante anatomía patológica en4 pacientes (3 mediante resección quirúrgica y 1 mediantebiopsia). Se utilizó la RM en 5 casos, en 3 pacientes ma-yores de 5 años y en 2 recién nacidos (tumores únicos).
La evolución de los rabdomiomas fue la siguiente: seprodujo regresión/desaparición completa en 12 casos,en 4 casos se mantuvieron estables en cuanto a su tama-ño, el desenlace fue fatal en 2 casos y en 1 caso perdimosel seguimiento por traslado a su país de origen.
En 5 pacientes se realizó algún procedimiento quirúrgi-co: 2 resecciones en 1 rabdomioma y 1 fibroma (indica-
Figura 1. Ecocardiografía que muestra rabdomioma enel ventrículo izquierdo.
Figura 2. Angiorresonancia que muestra el mismo rabdo-mioma en el ventrículo izquierdo.
Figura 3. Ecocardiografía de un rabdomioma que pro-duce obstrucción al tracto de salida del ven-trículo izquierdo.
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das por obstrucciones graves en los tractos de salida ven-triculares), 1 pericardiectomía con resección ventricularparcial en el teratoma pericárdico, 1 biopsia quirúrgica(por irresecabilidad) en 1 rabdomioma y 1 trasplante car-díaco en 1 fibroma.
La mortalidad global fue de 4 pacientes (15 %), y fueatribuible a causas cardíacas debidas a la patología debase en 3 casos: 1 teratoma pericárdico (shock cardiogé-nico), 1 rabdomioma (arritmias malignas) y 1 fibroma(tormenta arrítmica postransplante). El otro caso se tratóde un rabdomioma en un paciente con esclerosis tubero-sa grave que falleció como consecuencia de un estadoconvulsivo refractario.
DISCUSIÓNPodemos observar un aumento en el diagnóstico de
este tipo de tumores debido, en buena parte, al fuerte de-sarrollo de la ecocardiografía pediátrica y fetal como mo-dalidades de diagnóstico no invasivo que aun en pacien-tes asintomáticos ha permitido mejorar el diagnóstico,realizándolo de una forma cada vez más precisa y pre-coz5.
Cabe mencionar dentro de este apartado el desarrollode la RM como método de ayuda al diagnóstico, si bienno sustituye sino complementa a la ecocardiografía y alos hallazgos clínicos y evolutivos. A pesar de ser una téc-nica de uso más habitual en adultos, su uso dentro de lacardiología pediátrica ha experimentado un aumento enlos últimos años.
Algunas series han demostrado gran correlación entrelas imágenes de RM y la anatomía de los tumores cardía-cos, ya que permite una mejor diferenciación de las ca-racterísticas del tumor, incluyendo el tamaño, la infiltra-ción mural y extensión a los grandes vasos, pericardio yotros órganos extracardíacos. La RM permite una mejorvaloración de algunos tumores en los que la ecocardio-grafía resulta subóptima, sobre todo en cuanto a la ca-racterización tisular y un mayor acercamiento al diagnós-tico histológico6. Asimismo, proporciona una mejorvaloración del tamaño, la infiltración mural y la exten-sión a grandes vasos. La excelente ventana acústica en lamayoría de los pacientes pediátricos restaría utilidad alas RM comparado con su importante papel en el adulto,sobre todo si se tiene en cuenta la necesidad de seda-ción en niños pequeños. Por ello, en nuestro centro (RMdisponible desde 1999) limitamos su empleo a pacientesmayores de 4 o 5 años, además de aquellos pacientes consubóptima caracterización ecocardiográfica, en reciénnacidos y lactantes en los que exista alguna duda encuanto al diagnóstico y para una mejor valoración pre-quirúrgica7,8.
Un dato que llama la atención es que, como hemos vis-to, la mayoría de los diagnósticos se produjeron en elperíodo neonatal a raíz del hallazgo de un soplo cardíacoen la exploración habitual, y la mayoría de los diagnósti-cos fueron por encima del año de edad, realizados paracompletar estudio en niños con esclerosis tuberosa.
La aparición de arritmias es un importante hecho des-tacable, no sólo durante la evolución, sino también comomanifestación inicial y como elevada causa de morbimor-talidad dentro de esta patología, ya que muchos casosrequieren medicación antiarrítmica agresiva y en otrospueden incluso indicar el tratamiento quirúrgico.
La coexistencia de tumor cardíaco y cardiopatía congé-nita es infrecuente en general. Algunos autores postulanque la presencia del tumor en etapas tempranas del de-sarrollo embriológico tendría una posible interacción conel crecimiento de las estructuras normales del corazón5.En nuestra serie se ha encontrado una asociación en 5 ca-
Figura 4. Cateterismo realizado para biopsiar dicho tu-mor y valoración prequirúrgica.
Figura 5. Ecocardiografía de un fibroma que produceprotrusión en el tracto de salida del ventrículoizquierdo.
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sos: 3 comunicaciones interventriculares, 1 defecto septalauriculoventricular y 1 coartación de aorta.
En relación con el tipo de tumor, el rabdomioma ocupael primer lugar en nuestra serie, con una proporción del74 % (20 casos) respecto al resto de tumores estudiadosen nuestra serie, encontrando asociación con esclerosistuberosa en la tercera parte de los casos. Esta enfermedadse caracteriza por hamartomas intracraneales, angiomio-lipomas renales, fibromas subungueales y nevus epidér-micos, entre otros. La principal causa de muerte en estospacientes es la patología neurológica, seguida del restode problemas; la mortalidad por problemas cardíacos esinferior al 1%10. Los rabdomiomas se presentan más fre-cuentemente de forma múltiple y tienen una localizaciónpreferente en los ventrículos (sobre todo en el lado iz-quierdo)8. Hay que destacar la tendencia de este tumor ala regresión espontánea, tal como se ha visto en la ma-yoría de los pacientes de nuestra serie con este diagnós-tico. No se conoce con seguridad el mecanismo de estaregresión, pero se ha propuesto una implicación de laapoptosis celular en el mismo11-13.
El segundo lugar en nuestra serie, a gran distancia delrabdomioma, lo ocuparían los fibromas. Habitualmente sepresentan como tumores únicos, en la pared libre del ven-trículo izquierdo o en el septo. Se trata de un tumor no en-capsulado que infiltra el miocardio normal subyacente, yque puede asociar áreas de calcificación e incluso necrosisfocal y degeneración quística debido a su gran crecimien-to. Si bien se trata de tumores histológicamente benignos,su comportamiento es distinto del de los rabdomiomas, yaque no remiten espontáneamente y tienen mayor tenden-cia a causar complicaciones con elevada mortalidad, por loque muchos requieren exéresis quirúrgica precoz, tras lacual la evolución suele ser favorable3-5.
Por último, cabe señalar la presencia de un teratomapericárdico en nuestra serie. Se trata de un tumor histo-lógicamente benigno, que se inicia fundamentalmentecon derrame pericárdico o hidropesía fetal, en el que sonde gran ayuda otras técnicas de diagnóstico, como la to-mografía computarizada (TC) o la RM. Se aprecian áreasmultiquísticas con algunos focos de calcificación. Son tu-mores subsidiarios de tratamiento quirúrgico y son losque asocian la mayor tasa de supervivencia tras resecciónquirúrgica. Cuando empiezan como hidropesía fetal elpronóstico se ensombrece. Se han comunicado tanto larecurrencia del tumor tras la resección, como la estabili-dad e incluso la regresión espontánea del tumor4,14.
Hay que destacar la necesidad de tratamiento quirúrgi-co en sólo 4 pacientes de la serie, ya que uno de ellos sedio por irresecable y sólo se pudo tomar biopsia del mis-mo. Las indicaciones fueron la obstrucción grave en lostractos de salida ventriculares y la inestabilidad hemodi-námica15,16. Se realizó un trasplante cardíaco en un pa-ciente con un fibroma ventricular que originaba arritmiasmalignas refractarias al tratamiento médico.
La mortalidad global fue de 4 pacientes, atribuible a pa-tología cardiológica en 3 pacientes (11%). El otro fallecióde patología neurológica secundaria a la esclerosis tube-rosa que padecía.
En conclusión, se evidencia la baja prevalencia de estapatología en la infancia. No hemos encontrado diferen-cias significativas en cuanto al sexo. El rabdomioma es eltumor cardíaco primario más frecuente en la infancia y ennuestro estudio se asociaron en el 55,5 % de los casos aesclerosis tuberosa. Cabe destacar su presentación múlti-ple y la localización en ventrículo izquierdo como las másfrecuentes. El diagnóstico es más frecuente en el períodoneonatal precoz tras la auscultación de un soplo cardíaco,y la ecocardiografía es la técnica diagnóstica de elección.Hay que guardar prudencia en cuanto a la utilidad de
Figura 7. Ecocardiografía que muestra un teratoma peri-cárdico.
Figura 6. Angiorresonancia del mismo tumor.
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otras técnicas de imagen, como la RM, para su diagnósti-co en la población infantil. Con la aparición de las nuevastécnicas de ecocardiografía fetal, podemos descubrirloscada vez más precozmente. El curso es benigno en la ma-yoría de tumores, con tendencia a la regresión espontá-nea. Debe vigilarse la aparición de arritmias que precisa-rán tratamiento médico durante su evolución. Se requiriócirugía en los casos con síntomas graves, debidos a obs-trucción en los tractos de salida ventricular. Una opciónquirúrgica es el trasplante cardíaco en caso de tumoresirresecables con riesgo vital.
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