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UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL

Date post: 28-Jan-2023
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UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL ENSAYO CIERRE PRIMER SEMESTRE ACADÉMICO Cátedra : Estrategias para la Superación de la Pobreza Profesor de Cátedra : Leonardo Oneto Estudiantes : Daniela Lizana Molina Jocelyn Veliz Lorca Semestre : 7mo
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UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA DE TRABAJO SOCIAL

ENSAYO CIERRE

PRIMER SEMESTRE

ACADÉMICO

Cátedra : Estrategias para la Superación de la Pobreza

Profesor de Cátedra : Leonardo Oneto

Estudiantes : Daniela Lizana Molina

Jocelyn Veliz Lorca

Semestre : 7mo

Violencia simbólica como reproductora del Modo de

producción capitalista

“Lo que caracteriza la Modo de Producción es su dinámica, es decir, la continua

reproducción de sus condiciones de existencia. El Modo de Producción capitalista, por

ejemplo, al mismo tiempo que produce bienes materiales en una forma que implica la

división de los hombres de esa totalidad social en capitalistas y obreros, y que da origen a

toda una ideología que favorece este tipo de producción y, a una forma de poder que la

define y la estimula, va continuamente reproduciendo sus condiciones de producción”

Marta Harnecker, “Los conceptos elementales del materialismo histórico”

En la actualidad, el modelo social imperante ha sido aplicado tan profundamente y

ha ocasionado tal impacto en la conciencia de las personas, que los patrones

rígidos de discriminación se han mantenido vigentes, excluyendo vastos y

diferentes sectores sociales que han visto mermados sus derechos, y por ende,

sus capacidades y oportunidades. El Modo de Producción capitalista es a juicio de

las autoras, el factor determinante de este orden social (no solo social, sino que

también político, económico y cultural), es así que en este ensayo se sostiene que

las relaciones de poder condicionadas a los Modos de Producción le van dando

forma a la estructura, en la cual descansan las desigualdades en un espacio

determinado.

Desde este punto de vista, podemos aseverar que la violencia simbólica es

ejercida por un sector socio-político hacia otro, a través de los canales antes

nombrados, reproduciendo los componentes esenciales del modelo capitalista que

se ha instalado en nuestra sociedad, y que es traspasado de generación en

generación, por la mantención de los estereotipos que perpetúan las relaciones de

poder y condiciones de desigualdad entre los actores sociales.

De esta forma, podemos afirmar que entendemos como “Modo de Producción al

concepto teórico que permite pensar la totalidad social como una estructura

dominante, en la cual el nivel económico es determinante en última instancia”1

Teniéndose esto en cuenta hay que considerar que “todo modo de producción

está constituido por:

1) Una estructura global, formada por tres estructuras regionales:

- Estructura económica.

- Estructura Jurídico- política

- Estructura ideológica.

2) En esta estructura global, una de la estructuras domina a las otras.

3) En esta estructura global, la de tipo económica es siempre determinante en

última instancia. Es decir, son las condiciones económicas las que determinan

cuál de las estructuras regionales tendrá el papel dominante.

4) Por último lo que caracteriza a todo modo de producción es su dinámica, es

decir, la continua reproducción de sus condiciones de existencia.”2

Si se desglosa lo anteriormente expuesto, se puede apreciar que la estructura

económica se refiere al modo de producción ejercido en este modo, es decir, a las

relaciones de producción que se generan a raíz de éste, en las cuales siempre

existirá un dominante (dueño de los medios de producción) y un dominado (quien

venderá su fuerza de trabajo), lo que genera la relación de dominación entre

dominante-dominado, entendiéndose que el capital estará en manos del dueño de

los medios de producción.

1 HARNECKER, M. “Los conceptos elementales del materialismo histórico”, 1970, México, Editorial Sglo XXI,

DF. Pág.102

2 HARNECKER, M. “Los conceptos elementales del materialismo histórico”, 1970, México, Editorial Sglo XXI,

DF. Pág. 100-102

Es desde esta lucha que se entiende el punto de vista del trabajador o proletario,

se puede percibir la violencia simbólica en el sentido, que el subordinado no posee

condiciones igualitarias para desenvolverse en el ámbito laboral, por lo que se

entiende que la estructura jurídico-política, cobraría un rol de importancia al

momento de mediar estas relaciones laborales (de poder). Esto se evidencia en el

aumento en la precarización de las condiciones de trabajo, lo que se refleja en la

inestabilidad laboral y la poca movilidad a la que aspiran los/as trabajadores/as,

además de la flexibilización laboral y la subcontratación. Así se hace referencia al

salario mínimo no profesional, el cual se obtiene por muchas horas de trabajo y el

que por cierto es insuficiente, ya que no alcanza a cubrir un arancel de

educación superior, ni tampoco las necesidades básicas de una familia por lo que

se generan deudas y a raíz de esto, se crea una dependencia del trabajador y

miedo a perder su trabajo. Como consecuencia de esto, se perpetuán las actuales

relaciones de producción capitalista.

Respecto a estos mismos elementos hay que considerar lo expuesto por Louis

Althusser, quien aborda el tema de la ideología en la sociedad, desprendiendo el

concepto de ideología, elevándolo a una categoría de análisis. En síntesis, su

estudio es denominado como la ideología de la ideología, en este sentido toma en

cuenta el papel de la sociedad como reproductora de elementos ideológicos, la

construcción por parte del estado e instituciones con un poder sensible a la

sociedad, Althusser considera como aparatos de estado, término acuñado por

Marx, a los elementos reguladores y represores de una sociedad creados en dos

niveles, el primero contiene a las instituciones gubernamentales como son el

gobierno, el sistema de administración y recaudación con sus respectivas formas

de sancionar, y el segundo plano relativo a las funciones formativas como son la

religión, la educación formal en las escuelas, la familia, y los gremios en artes y

ciencias.

Estos sistemas de formación, Althusser los denomina aparatos ideológicos del

estado, con una función política impresa en una página en blanco que afecta a la

identidad del individuo. Bajo una postura marxista Althusser retoma los términos

de fuerza de trabajo y la repercusión en las relaciones de producción. En otras

palabras el estudio de los valores donde la sociedad en conjunto estamos

inmersos, partiendo del supuesto proceso de las relaciones de producción y la

opresión derivada de la explotación entre las clases sociales y la división del

trabajo, durante este proceso la identidad del individuo se ve alterada en

correspondencia de su posición en el sistema.

La investidura de la identidad toma lugar de acuerdo a la serie de actos en la

identificación de los valores impuestos por las leyes de la religión, familia, ética,

política, etcétera. La única forma de individualizar al individuo es sometiéndose a

sí mismo, a partir de los valores existentes en la sociedad.

Para Bourdieau, “El análisis de la aceptación dóxica del mundo, que resulta del

acuerdo inmediato de las estructuras objetivas con las estructuras cognoscitivas,

es el verdadero fundamento de una teoría realista de la dominación y de la

política. De todas las formas de “persuasión clandestina”, la más implacable es la

ejercida simplemente por el orden de las cosas.” 3

Dicho orden, que se percibe como natural es el que mantiene los patrones

establecidos por modelos imperantes, en este caso, el capitalista. Por ende, “la

violencia simbólica es esa coerción que se instituye por mediación de una

adhesión que el dominado no puede evitar otorgar al dominante (y, por lo tanto, a

la dominación) cuándo sólo dispone para pensarlo y pensarse o, mejor aún, para

pensar su relación con él, de instrumentos de conocimiento que comparte con él y

que, al no ser más que la forma incorporada de la estructura de la relación de

dominación, hacen que ésta se presente como natural...”4

Es decir, la relación entre dominante y dominado, sigue un curso natural, en la

medida que los actores se perciben de esa manera: las relaciones de poder que

se dan entre ambos están condicionadas a la naturalidad con que se ejerce la

coerción y se percibe el orden de las cosas, el cual está determinado por el modo

de producción instaurado por el modelo capitalista.

3 BOURDIEU, Pierre y WACQUANT , Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva, Ed. Grijalbo, 1995. pág. 120.

4 BOURDIEU, Pierre, Meditaciones Pascalianas, Ed. Anagrama, 1999. Pág. 224/225.

Para ello, es necesario comprender y reconocer algunas conceptualizaciones

propuestas en la teoría de Pierre Bourdieu, las que hacen referencia al capital

social, económico y cultural.

En el texto de Cesar Germaná, se destaca que “para Bourdieu, el capital no se

reduce sólo a su significación económica, pues dejaría de lado todo un conjunto

de «propiedades» que los agentes utilizan en su lucha por el poder. Como señala

P. Ansart “Si se entiende por «capital» toda energía social susceptible de producir

efectos, se deberá considerar toda energía susceptible de ser utilizada (consciente

o inconscientemente) como instrumento en la competencia social, como capital”.

En este sentido se puede hablar de diversas formas de capital: capital económico

(recursos materiales), capital cultural (lenguaje, conocimientos, títulos escolares) y

capital social («conjunto de relaciones sociales que se posee por los orígenes

sociales y que se puede utilizar como capital»)”.5

Esto hace referencia a la estructura ideológica la cual comprende a la familia, la

educación, la religión, la cultura, el arte, el deporte, los medios de comunicación

de masas etc. Elementos encargados de la formación del capital cultural.

Si se hace un análisis detallado de algunos de estos elementos, se puede

encontrar una mejor ejemplificación de cómo a través de la estructura ideológica

se ejerce violencia simbólica la cual es un factor importante en la reproducción del

modo de producción capitalista, utilizando algunos conductos. Es así, como los

medios de comunicación, la educación y el contexto social en el cual el individuo

nace, corresponden a elementos por la cual se canaliza y ejerce la violencia

simbólica, presentándose como los principales reproductores de los patrones que

generan desigualdad en una sociedad determinada.

La educación es una de las importantes dimensiones a considerar dentro de la

estructura ideológica, ya que a partir de ella se transmiten patrones

discriminatorios del modo de producción capitalista. Es aquí, donde los sistemas

de enseñanza-aprendizaje categorizan las condiciones de desarrollo de las

5 GERMANÁ, C. “Pierre Bourdieu: La sociología del Poder y la Violencia Simbólica” ,

personas y otorgan oportunidades desiguales, cuando se trata de escoger dentro

de la oferta educativa. Es decir, la inequidad es tal, que los establecimientos

educacionales donde se puede insertar un/a estudiante vulnerable, se remiten

necesariamente a la oferta pública (liceos, liceos técnico-profesionales). En

cambio, un/a estudiante que posee una familia con mayores oportunidades

económicas, podrá desenvolverse en un establecimiento de la oferta privada, lo

que se influirá directamente en la calidad de educación que ambos/as estudiantes

recibirán.

Además los contenidos entregados en el proceso de enseñanza – aprendizaje, en

los establecimientos educacionales (públicos o privados) van orientados a seguir

los lineamientos del Modo de producción capitalista. Esto se ve reflejado en la

teoría propuesta por Althusser, quien postula que la educación es un aparato

ideológico del Estado, y de esta forma la educación formal se transforma en un

reproductor de la lineamientos del modelo capitalista. Los contenidos entregados

en las aulas de clase son los impuestos por este modelo, debido a que debe

formar personas o más bien trabajadores eficientes en su trabajo y no personas

que se cuestionen las relaciones de poder imperantes.

Experiencia concreta de este tipo de violencia son los resultados de la pruebas

estandarizadas6 aplicadas en el sistema educacional chileno como medida de

calidad en la entrega de la educación por parte de los establecimientos

educacionales, tales elementos evaluativos solo demuestran una brecha cada vez

mayor en sus resultados entre estudiantes que asisten a colegios municipalizados

(Vulnerables) y los que desarrollan su educación en establecimientos privados

(Estudiantes con mayores ingresos)7.

6 Entiendase Prueba Selección Universitaria (PSU) y EL Sistema de Medicion de la calidad de la educación

(SIMCE).

7 http://edulibre.wordpress.com/2007/12/26/chile-educacion-chilena-%C2%BFreproduciendo-la-

desigualdad/

Existen otras áreas dentro de la estructura ideológica donde se transmiten las

mismas condiciones, como lo es el caso de los medios masivos de comunicación,

donde se remiten a “adormecer” la conciencia de las personas al mostrar

televisión de baja calidad, sin una temática social de fondo, que cuestione las

relaciones de producción existentes. Es decir, sólo se adjudica la función de

entretenimiento, o bien, distractor (de situaciones sociales relevantes).

En este sentido, el habitus es uno de los conceptos esenciales que propone

Bourdieu para comprender la naturalización de la relación dominante-dominado.

“El habitus es un sistema de disposiciones porque en tanto esquema de

pensamiento, visión, apreciación y acción que los agentes incorporan a lo largo de

su vida, genera en ellos prácticas ajustadas a esos esquemas, que por eso se

convierten en disposiciones.”8 Esta visión, que los actores asumen como certera

en sus prácticas sociales, favorece a la transmisión de estereotipos. Transmisión

que, hoy en día, está bajo el alero de los medios de masivos de comunicación. Lo

que se refleja en que “los dominados son los menos aptos para controlar la

representación de sí mismos”9 y que “si esta representación (la que construyen los

medios) deja poco lugar al discurso de los dominados, es porque éstos son

particularmente difíciles de escuchar. Se habla de ellos más de lo que ellos

mismos hablan, y cuando se dirigen a los dominantes, tienden a emplear un

discurso prestado, el que éstos emiten a su respecto”10.

De esta manera, se va moldeando la conciencia y las prácticas colectivas a las

ideas propuestas por los medios masivos, lo que influye en las concepciones (o

preconcepciones) que las personas tienen acerca de lo que poseen, ya sea

económica, social o culturalmente

Otra arista de la violencia simbólica ligada a los medios de comunicación hace

referencia a que “los malestares sociales sólo tienen existencia visible cuando los

8 CALDERONE, M. “Violencia simbólica en Pierre Bourdieu, 2004. Universidad Nacional del Rosario, Argentina, UNR

ediciones. Pág. 2

9 BOURDIEU, P. “La miseria del mundo”. Fondo de cultura económica de Argentina. 1999. Madrid, España. Pág. 8

10 Op. Cit Bourdieu Pág. 55

medios hablan de ellos, es decir cuando los periodistas los reconocen como tales”.

Con esto se señala que si bien, las problemáticas sociales tienen existencia

material antes que los medios los nombren, sólo al ponerse los hechos en los

medios es cuando éstos se van constituyendo y construyendo, ayudados por la

visión de los medios, como problemas en el llamado “debate público”. Aunque

parece un tipo de violencia indirecta, la realidad demuestra que de igual manera

corresponde a violencia simbólica, ya que si una problemática social es

desconocida en el ámbito mediático, no consigue tener la misma relevancia que

otra que ha sido expuesta, por lo que aquellos/as que estén involucrados/as con

dichas problemáticas desconocidas, serán ignorados/as o violentados/as al

momento de no lograr una respuesta o solución a sus problemáticas, situación

injusta que promueve y perpetúa las condiciones de desigualdad desencadenadas

por el modo de producción capitalista.

De este modo se entenderá que los medios masivos de comunicación son

funcionales al habitus, es decir, influyen en la visión y postura que las personas

adopten frente a una temáticas social específica, tal es el caso de los programas

policiales como “133: atrapados por la realidad”, o bien, “Aquí en vivo”, donde

presentan y estigmatizan a las personas vulnerables social y económicamente,

como delincuentes, drogadictos, etc. Una especie de chivo expiatorio de la

sociedad, pero ¿Existe alguna instancia donde se cuestione la causa de la

conducta delictual que lleva a cabo la persona? ¿Hay algún medio de

comunicación masivo dispuesto a investigar la subyacencia de quienes han

adoptado esas conductas delictivas? La respuesta es clara: exponer la realidad

objetiva de las personas, no es la función de los medios masivos, sino que a

través de la influencia que pueden ocasionar, se encargan de categorizar la

condición social de las personas, instaurando así, la desigualdad.

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, se reafirma la tesis planteada en el

documento, ya que como se puede apreciar, la violencia simbólica está presente

en todos los aspectos de la vida humana, por lo que las personas interiorizan

dicho contenido, desencadenando la naturalización y, por ende, la legitimación de

la violencia simbólica, como medio válido de expansión de un modelo, que

promueve y agudiza, los factores que generan desigualdad de oportunidades en la

sociedad. Lo que a su vez, desemboca en la censura de quienes intentan expresar

o posicionarse de manera contraria a éste.

Esto se refleja en el nuevo proyecto de ley, en el que se encuentra trabajando el

gobierno: la llamada “ley anti-tomas” , donde se expone claramente cómo el

Estado opera a través de los mecánicos de represión y reproducción de estado,

dado que ésta ley apunta a un conflicto especifico: el tema de la educación, donde

los estudiantes y gran parte de la sociedad está exigiendo cambiar el modelo de

educación basado en el modelo capitalista que permite el lucro y será

resguardado, con la aplicación de dicha ley en desarrollo, la cual buscar acallar

ésos sectores opositores, utilizando la estructura jurídico-política al amparo de la

ideológica la que utiliza los medios de comunicación de masas para criminalizar a

los opositores del modelo imperante.

En síntesis, la reproducción de los lineamientos del Modo de producción

capitalista, perpetúa las condiciones de desigualdad en la sociedad. Utilizando los

aparatos ideológicos de estado, que ejercen represión y regulan a través de

diferentes áreas en la sociedad.

Esto disminuye las posibilidades de desarrollo pleno de ciudadanos/as. Lo que se

refleja en el ejercicio de la violencia simbólica, violencia que es percibida como

natural y dada de manera inherente a la voluntad de las personas, por ende, se

entiende como un hecho normal y cotidiano, que inconscientemente está siendo

interiorizada y traspasada de generación en generación, debido a la creación y

mantenimiento de los estereotipos que estigmatizan a los sectores sociales

desfavorecidos.

BIBLOGRAFÍA

BOURDIEU, P. “La miseria del mundo”. Fondo de cultura económica de Argentina.

1999. Madrid, España.

BOURDIEU, P. y WACQUANT, Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva,

Ed. Grijalbo, 1995.

BOURDIEU, Pierre, “Meditaciones Pascalianas”, Ed. Anagrama, 1999.

CALDERONE, M. “Violencia simbólica en Pierre Bourdieu, 2004. Universidad

Nacional del Rosario, Argentina, UNR ediciones.

GERMANÁ, C. “Pierre Bourdieu: La sociología del Poder y la Violencia

Simbólica”.

HARNECKER, M. “Los conceptos elementales del materialismo histórico”, 1970,

México DF, Editorial Sglo XXI.

Sitios Web

http://edulibre.wordpress.com/2007/12/26/chile-educacion-chilena-

%C2%BFreproduciendo-la-desigualdad/


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