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Inmigración e inmigraciones en Navarra. Cambios, tendencias y continuidades (1960-2012)

Ana Ugalde ZaratieguiUniversidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

I. INTRODUCCIÓN

Las migraciones, que tanto protagonismo han cobrado en nuestro país a co-mienzos del siglo XXI, constituyen, como es sabido, un significativo factor con-dicionante del dinamismo y de las estructuras demográficas, tanto en los lugares de salida de los emigrantes como en los de acogida de los inmigrantes.

En el interior de Navarra, de forma similar a lo ocurrido en la mayor parte de las regiones españolas, se produjo desde los años 1960 un intenso éxodo ru-ral que mermó sensiblemente la población de las áreas más rurales, pobres y de difícil accesibilidad, al tiempo que promovía un fuerte crecimiento y rejuvene-cimiento de la población de las ciudades, primordialmente de Pamplona y su periferia y en medida mucho más modesta, de las pequeñas ciudades-cabeceras comarcales (Tudela, Estella, Tafalla, Sangüesa, Aoiz, Alsasua).

En lo que se refiere a la historia reciente de los movimientos demográ-ficos de Navarra con el exterior, tanto con otras comunidades españolas como con el extranjero, se distinguen dos grandes etapas de signo contrario: una primera, caracterizada por la emigración, que se dilata a lo largo del si-glo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, y otra segunda que comienza con el inicio de los años 1960, se define por la inmigración predominante y ha perdurado hasta el año 2012. La comparación entre el balance natural (na-cimientos menos fallecimientos) y el crecimiento real de la población per-mite estimar que, entre 1901 y 1960, la emigración se llevó fuera de Navarra más de la mitad del crecimiento vegetativo (balance natural de +196.860 ha-bitantes y crecimiento real de +96.482) en tanto que, de 1961 a 2010, la in-migración habría aportado en torno al 52% del incremento del número de ha-bitantes (saldo natural de +111.266 y crecimiento real de +230.928 entre el 31-XII-1960 y el 1-I-2010).

Son estos flujos de inmigración ocurridos desde la segunda mitad del si-glo XX y sus efectos los que se describen seguidamente desde un enfoque geográfico, con el apoyo de gráficos y mapas que ilustran de forma sufi-cientemente satisfactoria la relación entre inmigración y territorio, aunque presenten ciertas limitaciones debidas a los cambios de metodología y al perfeccionamiento de los registros de las fuentes estadísticas a lo largo del tiempo y, en el caso de los mapas de Navarra, a la exigüidad —y por consi-

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guente escasa significación estadística— de las poblaciones de muchos de sus municipios.

Se analiza la evolución de las migraciones a través de la Estadística de Va-riaciones Residenciales (EVR) publicada por el Instituto Nacional de Estadís-tica (INE), que recoge desde 1962 los movimientos migratorios interprovin-ciales a partir de las altas y bajas por cambios residenciales registrados en los padrones municipales, y desde 1980 añade también los las entradas proceden-tes del extranjero. Para examinar el origen y caracteres principales de los inmi-grantes se utilizan los Censos de Población y Viviendas así como las Estadís-ticas del Padrón Continuo, que ofrecen cifras más cercanas a la realidad en lo que atañe a la inmigración procedente de otras provincias españolas y de otros países. Los datos utilizados provienen del INE así como del Instituto de Esta-dística de Navarra (ien).

II. INMIGRACIÓN Y CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO

Es bien sabido que Navarra pasó de tradicional tierra de emigrantes a re-gión receptora de inmigrantes a partir del desarrollo industrial de los años 1960. Principalmente gracias a la inmigración el número de habitantes, que hasta entonces había crecido muy lentamente, aumentó con rapidez entre 1960 y 1981 y, tras un periodo de estabilidad, volvió a crecer muy intensamente en-tre la segunda mitad de de los años 1990 y los primeros años de la segunda dé-cada del siglo XXI (figura 1)1. Al comenzar el año 2012 poco más del 30% de la población residente en Navarra había nacido fuera de la Comunidad Foral, ya sea en otras regiones españolas o en el extranjero.

Aún contando con ese intenso crecimiento, la población de Navarra (644.566 habitantes según el padrón de 2012) equivale en términos porcentua-les sólo el 1,36% de la población del conjunto del Estado, una proporción que apenas ha variado desde 2001.

La población foránea es el resultado de dos «oleadas» de inmigración que tuvieron lugar, una durante la década de 1960 y la otra desde mediados de los años 1990. La primera fue sostenida casi exclusivamente por inmigrantes es-pañoles, mientras la segunda, que se inscribe en el marco del actual proceso de globalización mundial, ha acogido una proporción de extranjeros mucho más elevada que de españoles. Aunque el origen de los inmigrantes ha cambiado radicalmente entre ambas fases, es evidente que las razones básicas de los mo-vimientos de población hacia Navarra han sido las habituales en cualquier mi-gración de carácter laboral, es decir, el crecimiento rápido de la población,

1 Véase: LÓPEZ, D., MONTORO, C., PONS, J. J. (2007), «El papel dinamizador de la in-migración internacional en el crecimiento demográfico de Navarra (1996-2006): cuantificación y valoración de la realidad a escala municipal», en Séptimo Congreso de Economía de Navarra, 184 pp.


INMIGRACIÓN E INMIGRACIONES EN NAVARRA… 171

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Años

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Fuente: INE, Censos de población.

Figura 1Evolución de la población de Navarra por decenios, 1860-2011 (ver pág. 277)

la pobreza y las escasas perspectivas de mejora económica en las regiones emiso-ras y, en el lugar de acogida, el envejecimiento demográfico creciente, la expan-sión económica y, sobre todo, un alto grado de bienestar social. Como ha ocurrido en Europa Occidental a lo largo de las dos últimas décadas, a estas causas se han añadido otras no menos importantes como la demanda creciente de profesionales cualificados y la intensificación de las conexiones inter-estatales que, en el caso particular de Navarra, se han visto reforzadas por la oferta de servicios sanitarios y universitarios de alta calidad y de atracción nacional e internacional.

En los años 1960 la afluencia de inmigrantes fue moderada en compara-ción con la que recibieron las principales regiones industrializadas españolas, pero tuvo importancia para la Comunidad Foral porque le suministró poco más de la cuarta parte del aumento de habitantes. En la década siguiente la aportación de la inmigración fue poca, pero no hay que olvidar que la llegada previa de jóvenes contribuyó a mantener la vitalidad demográfica. El decenio de 1980 se caracterizó por la estabilidad y un saldo migratorio ligeramente negativo, alternando una primera etapa de estancamiento y una recuperación en sus años finales.



Los años 1990 registraron un balance natural casi nulo, por lo que las migraciones se erigen en este decenio en factor casi exclusivo del creci-miento demográfico. Desde mediados de la década tuvo lugar un importante ascenso de la población generado por una nueva corriente inmigratoria ma-yoritariamente compuesta por latinoamericanos, norteafricanos y europeos del Este.2 En consecuencia, entre 1996 y 2012 la población de Navarra pasó de 520.574 a 644.566 habitantes, es decir, creció nada menos que un 23,8% y sólo en el año 2013, tras un prolongado periodo bajo una aguda crisis eco-nómica, el número de habitantes menguó levemente. Los años 2000, 2001 y 2007 registraron los crecimientos poblacionales más altos de los siglos XX y XXI, con tasas superiores al 20 por mil (23 por mil en 2000, 24 por mil en 2001 y 24 por mil en 2007), más elevadas que las que se consignaron en los años 1960, situadas en torno al 19 por mil.

De los 121.447 habitantes de aumento que hubo en Navarra entre 1996 y 2011 tan sólo 15.754 se debieron al crecimiento vegetativo, de modo que la aportación de la inmigración al ascenso demográfico habría ascendido a +105.723 personas, lo que equivale al 87% del crecimiento real. Si reparamos

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* Calculado sobre la antigua población de derecho.

Fuentes: INE e ien.

Figura 2Movimiento natural y crecimiento real de la población en Navarra

2 El cambio de concepto de «población» a partir del padrón de 1996 (antes eran poblaciones de hecho y de derecho) impide precisar las cifras de la primera mitad de la década.



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Balance natural (nacimientos menos defunciones) Balance migratorio (crecimiento real menos crecimiento natural

Fuentes: INE e ien.

Figura 3Evolución natural y migratoria de la población, 1900-2013 (ver pág. 278)

en las cifras por quinquenios se observa que los años 1996-2000 registraron

el balance natural más débil (éste contribuyó únicamente en un 2,8% al creci-

miento demográfico), en tanto que en los dos quinquenios siguientes el ascenso

del número de nacimientos, al que contribuyó la natalidad más alta de la pobla-

ción inmigrante, elevó la aportación del saldo natural al crecimiento real a un

10,7% entre 2001 y 2005 y a un 24,5% entre 2006 y 2011 (figuras 2, 3).

En concordancia con los datos que se acaban de dar, la Estadística de Va-

riaciones Residenciales constata que el saldo migratorio total de Navarra fue

muy positivo a partir de 2004, alcanzó su cifra más elevada en 2007 (+12.396)

y cayó con rapidez desde entonces hasta descender en 2012 a un balance leve-

mente negativo (–789 personas), de forma similar a lo sucedido en la mayoría

de las provincias españolas (figura 4)3.

3 Efectivamente, en 2012 sólo 13 provincias registraron saldos totales positivos, de los cua-

les los más altos fueron los de Málaga, las islas Baleares y Canarias, Alicante, Madrid, Gipuzkoa,

Almería, Huelva, La Coruña y Bizkaia, y se debieron principalmente a las altas de extranjeros,

salvo en los casos de Madrid y Baleares.



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Valencia/Valéncia Murcia

Barcelona Jaén

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Ávila Rioja, La

Segovia Guadalajara

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Valladolid Girona

Araba/Álava Zamora

Salamanca Granada

Soria Asturias

Cantabria Huesca Sevilla

Pontevedra Cádiz Ceuta

Badajoz Zaragoza

Lugo Ourense Bizkaia

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Alicante/Alacant Palmas, Las

Balears, Illes Santa Cruz de Tenerife

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Saldo (número de entradas menos número de salidas)

Fuente: INE (EVR).

Figura 4Saldo total de las provincias españolas en 2012



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Años

Saldo total de extranjeros Saldo total de españoles

Fuente: INE (EVR).

Figura 5Saldo total de Navarra, 1998-2012 (ver pág. 278)

El gráfico que representa la evolución del saldo total de Navarra (figura 5)

muestra cómo en el siglo XXI la mayoría de los movimientos residenciales co-

rresponden a los extranjeros, especialmente desde 2002.4

A su vez, el cuadro que contabiliza el origen de la población residente en las

comarcas geográficas de Navarra en 1996 y 2012 según el lugar de nacimiento

(figura 6) pone en evidencia dos cuestiones relevantes: por una parte, el aumento

de la población nacida fuera de Navarra en el periodo que media entre estos dos

años; y por otra el hecho de que antes y ahora es la Navarra «urbana» la que aca-

para a la gran mayoría de los inmigrantes, seguida de la Ribera situada al Sur de

Navarra, como tendremos ocasión de recordar más de una vez (figura 7).

4 Hay que tener en cuenta la aclaración del INE de que «Hasta el año 2002 la EVR no incluía

datos de Bajas por variación residencial con destino al extranjero, por eso los saldos exteriores de

los años 1998 a 2001 corresponden sólo a las Altas variación residencial con procedencia del ex-

tranjero en esos años».



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Figura 7Comarcas geográficas de Navarra

(Alfredo Floristán y Salvador Mensua) (ver pág. 279)

III. MOVIMIENTO INTERIOR DE LA POBLACIÓN NACIDA EN NAVARRA

Si descendemos ahora a la escala municipal, resulta interesante observar, siquiera someramente, los mapas que representan la proporción de población nacida en Navarra, ya sea en el mismo municipio o en otro municipio de la Comunidad Foral (figuras 8, 9). Sus imágenes no son sino el resultado de los movimientos migratorios interiores de los navarros. Como se puede ver en el primero de ellos, los porcentajes más altos de habitantes que viven en el mu-nicipio donde nacieron (por encima del 50% y aún del 60%) coinciden, en



Fuente: INE, Padrón de población 2012.

Figura 8Nacidos en el mismo municipio. Año 2012 (ver pág. 279)


Figura 9Nacidos en otro municipio de Navarra. Año 2012 (ver pág. 279)



primer lugar, con espacios de tradicional emigración situados ante todo en los Valles Pirenaicos, o en áreas serranas de la Navarra Media; en segundo lugar, con el municipio de Pamplona —de pequeña extensión— en el cual la estabili-dad de la población autóctona es alta y los descendientes de quienes llegaron en los años 1960 ya han nacido en la capital navarra; y, en tercer lugar, destacan por las proporciones altas de autóctonos los valles Cantábricos (Baztán, Cinco Villas, Santesteban, Goizueta), pero aquí hay que acudir también —o quizá ante todo— a una razón de carácter cultural: el arraigo a la tierra que tradicionalmente han te-nido y tienen los naturales de esta zona noroccidental de Navarra, por otra parte, la que mejor ha conservado la cultura vasca en la Comunidad Foral.

Como cabe esperar, la imagen del mapa que representa el porcentaje de na-varros nacidos en otro municipio de Navarra nos ofrece justamente la imagen inversa: en este caso, los porcentajes más elevados corresponden a municipios que componen el Área metropolitana de Pamplona, algunos de los cuales, en particular los más próximos a la ciudad, absorbieron una parte importante de la inmigración de los años 1960 (Berriozar, Ansoáin, Burlada, Villava, Huarte, Noáin, Barañáin, Beriáin); los demás municipios componentes del Área me-tropolitana actual se han convertido en lugares de expansión urbana a lo largo de las tres últimas décadas, creciendo intensamente al atraer, por una parte, la expansión demográfica de la propia aglomeración urbana de Pamplona y, por otra, la inmigración exterior llegada desde los años 1990. De este modo, la densidad urbana y demográfica se ha intensificado en torno a Pamplona y las áreas edificadas se han extendido sobre un territorio mucho más extenso (mu-nicipios de Ansoáin, Aranguren, Berrioplano, Zizur, Cizur Mayor, Egüés, Ez-cabarte, Galar, Olza, Orcoyen) que incluso ha llegado a sobrepasar los límites de la Cuenca de Pamplona, principalmente hacia Valdizarbe al Sur (Navarra Media) y hacia los valles Pirenaicos al Noreste (Esteríbar).

IV. INMIGRACIÓN EXTERIOR DE NAVARRA

Veamos ahora qué nos dice el último recuento definitivo acerca de la po-blación que reside en Navarra y ha nacido fuera de la Comunidad Foral. De los 644.566 habitantes empadronados (cifra referida al 1-1-2012) el 16,5% había nacido en otras provincias españolas y el 14,1% en el extranjero (figura 10).

En 1950 (382.932 habitantes) las proporciones respectivas fueron de 11,4% y 0,5%, en 1996 (520.574 habitantes) de 18,6% y 1,2% y en 2001 (640.125 ha-bitantes) de 16,6% y 13,6%. La comparación entre estos datos pone en eviden-cia, por tanto, que la presencia de foráneos en Navarra ha ascendido considera-blemente desde mediados del siglo XX y que la proporción de personas nacidas fuera de España ha aumentado de forma espectacular desde finales del siglo XX (6.395 nacidos en el extranjero en 1996 y 90.827 en 2012).

Como es lógico, la población inmigrante, tanto española como extranjera se ha ubicado principalmente en las ciudades y núcleos de población de mayor



Otras provincias españolas

17%

Otros países 14%

2012

Población total: 644.566 Navarra: 447.445 Otras provincias: 106.294Otros países: 90.827

Navarra79%

Otras provincias españolas

19%

Otros países 2%

1996

Población total: 520.574 Navarra: 413.556 Otras provincias: 99.200Otros países: 7.818

Navarra69%

Fuente: INE.

Figura 10Lugar de nacimiento de la población residente en Navarra

tamaño, en los que se concentran también los servicios especializados y la de-manda de mano de obra. Efectivamente, en torno al 70% de las personas naci-das fuera de la Comunidad Foral han fijado su residencia en la Navarra que de-nominaremos simplificadamente «urbana» (el 56,6% en el Área metropolitana y el 14,5% en las pequeñas ciudades); alrededor de otro 18% vive en las loca-lidades de la Ribera (exceptuada su capital, Tudela); en cambio, la Montaña «rural» —excluidas el Área metropolitana y las ciudades de Alsasua y Aoiz— sólo reúne en torno al 7% de los foráneos y la Navarra Media sin las ciudades de Estella, Tafalla y Sangüesa, alrededor del 5%.




Figura 11Nacidos fuera de Navarra. Año 2012 (ver pág. 280)

A escala municipal (figura 11) se aprecia que la proporción de nacidos fuera de Navarra respecto a la población total es escasa (menos del 10% y con frecuen-cia del 5%) en la Navarra más despoblada y agraria, es decir, en buena parte de los Valles Pirenaicos, de las sierras de la Navarra Media Oriental y unos cuantos mu-nicipios dispersos en las áreas montañosas de la Zona Media Occidental y de la Navarra del Noroeste. Por el contrario, la proporción es relativamente alta (por en-cima del 20%) en las ciudades, en los municipios situados a lo largo de la frontera occidental y en gran parte de la Ribera. Registran los valores más altos (más de



30% e incluso del 35%) Pamplona y su periferia (que han acogido desde los años 1960 el grueso de la inmigración procedente de fuera de Navarra), Tudela y su en-torno (Fontellas, Castejón, Cintruénigo), Estella y sus alrededores (Ayegui), va-rias entidades fronterizas (Arano, Leitza, Ziordia, Zúñiga, Lapoblación, Viana, San Adrián, Lodosa, Azagra, Cortes, etc.), otras fabriles (Alsasua, Irurtzun, Lekunbe-rri) y algunos lugares que albergan centros religiosos (Tulebras, Javier, Yesa).

4.1. Inmigración intra-estatal

a) Evolución de la inmigración procedente de otras comunidades españolas

Sin olvidar las limitaciones inherentes a la comparación de datos tan se-parados en el tiempo, según la Estadísticas de Variaciones Residenciales, en-tre 1962 y 2012 se produjeron en Navarra 238.868 entradas de personas desde otras regiones españolas y 189.356 salidas hacia ellas, de modo que el saldo con el resto del Estado resultó, en conjunto, muy positivo (+49.512).

Salvadas las oscilaciones cíclicas que se debían en el pasado al descenso de los registros en torno a la renovación de los padrones, la trayectoria de la inmigración intra-estatal a Navarra ha seguido una evolución al alza desde los años 1960. En la segunda mitad del siglo XX los saldos migratorios más posi-tivos se habían alcanzado en los años 1960 en coincidencia con un fuerte cre-cimiento del empleo, y, secundariamente, en el decenio de 1990 como conse-cuencia del aumento de la movilidad profesional interregional (al margen del perfeccionamiento en la captación de los datos).

Ya en el siglo XXI, los años 2007 a 2010 registraron de nuevo balances muy positivos, debidos en buena parte a la elevada movilidad de la población extranjera residente en España5; posteriormente, en 2011 y 2012, el superávit se redujo sensiblemente, a medida que se hacían notar con intensidad los efec-tos de la crisis económica en el empleo (figura 12).

Ahora bien, en estos primeros años del siglo XXI la cuantía de los movi-mientos intraestatales ha sido mucho más modesta que la de los mantenidos con el extranjero. Si se comparan los saldos de unos y otros, se puede ver tam-bién que la participación de personas de nacionalidad española es un poco más alta en las migraciones con las demás comunidades que en los movimientos con otros países (figura 13; comparar con la figura 26).

5 Véase, por ejemplo, el Informe del Instituto de Estadística de Navarra sobre la Estadística de Variaciones Residenciales de la Comunidad Foral de Navarra, Año 2012, p. 6: «la población de nacionalidad extranjera tiene una movilidad más intensa que la nacional. En concreto en 2012 por cada 1.000 extranjeros residentes se registran 71,7 movimientos, mientras que por cada nacional ocurren 21,3. No obstante, la movilidad de los nacionales como la de los extranjeros sigue la ten-dencia descendente iniciada en 2008». En efecto, las tasas de variación residencial de los extran-jeros, aunque en descenso a partir de 2008, han superado el 70 por mil desde 2001, mientras que para la población nacional se sitúan en torno al 20-22 por mil la mayoría de estos años.



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Entradas desde otras comunidades Salidas hacia otras comunidades

Figura 12Variaciones residenciales intraestatales de Navarra, 1962-2012 (ver pág. 280)

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2012

Sald

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ajas

)

Años

Saldo interior de extranjeros

Saldo interior de españoles

Fuente: INE (EVR).

Figura 13Saldo de Navarra con otras comunidades, 1998-2012 (ver pág. 281)



Este balance de la migración intraestatal, marcadamente positivo a fa-vor de Navarra, ha situado a la Comunidad Foral en un puesto relativamente destacado como receptora de inmigrantes en relación a su volumen de po-blación: en 2012 Navarra se colocaba en el lugar 18 entre las provincias es-pañolas según el número de entradas, mientras que por su población ocu-paba el puesto 26.

La tasa bruta de migración interprovincial de 2012 (calculada como la rela-ción porcentual entre el saldo de variaciones residenciales y la población total) ubica a Navarra entre las pocas provincias que mantienen todavía un balance positivo, aunque sea débil. La gran mayoría de las provincias presenta saldos negativos a excepción de Madrid, Gipuzkoa, Álava, Málaga, las islas Balea-res y Canarias y unas pocas provincias más —en su mayor parte costeras— de Galicia, País Vasco y el Sureste de España (figura 14). El escenario, condicio-nado por la crisis económica, es bien distinto del que se vivía a comienzos del

Fuente: INE, EVR y Padrón 2012.

Figura 14Tasa de migración bruta interprovincial, 2012 (ver pág. 281)



siglo XXI, cuando las tasas de migraciones interprovinciales eran bastante más elevadas, positivas en la mitad Oriental de la Península y negativas en la mitad Occidental, con muy pocas excepciones en ambos espacios.

La mayoría de los inmigrantes que vienen del territorio español proceden, hoy como en los años 1960, de las regiones limítrofes, entre las cuales ocupa un lugar muy destacado el País Vasco y, dentro de él, Guipúzcoa, que sobresale nítidamente sobre cualquier otra provincia.

Las diferencias que se dejan ver en el origen de las entradas entre fina-les de los años 1960 y comienzos de la segunda década del siglo XXI refle-jan bien las transformaciones que han tenido lugar en las estructuras socio-económicas de las regiones de España a lo largo de ese dilatado periodo de tiempo. En los años 1960, los vecinos vascos, riojanos y aragoneses ocupa-ban los primeros puestos por número de entradas a Navarra. Seguían después los procedentes de los grandes centros emisores de población de España en esa época: Andalucía (destacando con holgura los jiennenses), Extremadura y Castilla-León (en particular Soria). A su vez, las salidas desde Navarra ha-cia otras provincias, visiblemente menos numerosas que las entradas, se diri-gían ante todo a Gipuzkoa, a otras provincias colindantes (Zaragoza, Álava, la Rioja), a Bizkaia, y a los dos principales centros rectores del país, Barce-lona y Madrid (figuras 15, 16).

Los mapas correspondientes al trienio 2010-2012 (figuras 17, 18) cons-tatan el incremento generalizado del número de entradas y salidas, así como la permanencia de la vinculación migratoria con las provincias limítrofes (Gipuzkoa, la Rioja, Zaragoza) y el ascenso de las relaciones migratorias con los dos grandes polos económico-sociales de España, Madrid y Barce-lona, con los que Navarra, al igual que las demás comunidades españolas, mantiene una corriente de intercambio constante de profesionales, científi-cos, empresarios, técnicos y obreros cualificados. Se percibe también en es-tos mapas la importancia muy destacada que tiene la movilidad interprovin-cial de las personas de nacionalidad extranjera, netamente superior a la de los españoles. En conjunto, los extranjeros han protagonizado en el trienio 2010-2012 en torno al 30% de las entradas y salidas de Navarra con otras provincias.

Desde los años 1960, los intercambios migratorios intra-estatales han sido particularmente excedentarios con Andalucía, Extremadura, Castilla-León, Aragón y La Rioja. Con el País Vasco pasaron de ser deficitarios a exceden-tarios desde la segunda mitad de la década de 1960, y con Madrid y Cataluña han seguido una evolución semejante, si bien menos pronunciada y más tardía. La correspondencia más equilibrada entre entradas y salidas se registra con Madrid, Cataluña, País Vasco, Aragón y La Rioja (figuras 19, 20).



Fuente: INE (EVR).

Figura 15Procedencia de la inmigración (1968-1970) (ver pág. 282)

Fuente: INE (EVR).

Figura 16Destino de la emigración (1968-1970) (ver pág. 282)



Fuente: INE (EVR).


Fuente: INE (EVR).




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Años Entradas desde Andalucía Salidas a Andalucía

Figura 19Variaciones residenciales de Navarra con Andalucía, 1962-2012 (ver pág. 284)

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Años

Entradas desde el País Vasco Salidas al País Vasco

Figura 20Variaciones residenciales de Navarra con el País Vasco, 1962-2012 (ver pág. 284)



b) Distribución geográfica y rasgos principales de la población nacida en otras comunidades españolas

La representación que tienen los habitantes nacidos en las distintas co-

munidades españolas es, lógicamente, el resultado de las migraciones a las

que se acaba de hacer referencia. En 2012, al igual que en todo el periodo

que se analiza, de los habitantes que han nacido en el resto del territorio del

Estado, el primer puesto es ocupado por los vascos, en ligero ascenso en los

últimos años (22% del total, mayoritariamente guipuzcoanos, los cuales al-

canzan por sí solos el 14%), seguidos por los de Castilla-León (16%) oriun-

dos ante todo de Soria, Burgos, Salamanca y León; en tercer lugar se hallan

los andaluces (13%, en su mayoría jiennenses), en cuarto y quinto lugares

los aragoneses (11%, casi todos ellos de Zaragoza) y riojanos (9%) y des-

pués los extremeños, que llegaron principalmente en los años 1960 junto

a los andaluces y castellanos. A muy poca distancia se colocan madrileños

y catalanes (en torno al 5%). Cabe mencionar por último la inmigración de

técnicos y mineros especializados de Asturias, que se asentaron en Navarra

para poner en explotación los yacimientos de sales potásicas de Galar (Po-

blado de Potasas, en el municipio de Beriáin) al inicio de los años 1960 (fi-

guras 21, 22).

Fuente: INE (Padrón 2012).

Figura 21Provincia de nacimiento de la población española residente en Navarra. Año 2012



País Vasco 22%

Castilla y León 16%

Andalucía 13%

Aragón 11%

La Rioja 9%

Extremadura 6%

Madrid 5%

Cataluña 5%

Otras comunidades

13%


Figura 22Población residente en Navarra nacida en otras comunidades en 2012

La distribución territorial de los inmigrantes de otras comunidades en Na-varra pone de relieve, en términos absolutos, la fuerte concentración en el Área metropolitana de Pamplona y el puesto muy secundario que alcanzan Tudela, Estella y Tafalla. En términos relativos destacan los núcleos de Beriáin y Le-kumberri (pequeños centros fabriles) y, como es de esperar, los municipios de Navarra limítrofes con otras provincias, en los que llegan a alcanzar más de la cuarta parte de la población: Leitza, Arano, Araitz, Ziordia, Alsasua, Lapobla-ción, Viana, Castejón, Javier, éste último por su condición de centro religioso (figura 23). Se descubren efectos de «cadena migratoria» entre los lugares de origen y las localidades de destino y, en lo que se refiere a los nacidos en las provincias limítofes, se aprecia claramente la proximidad geográfica entre el lugar de procedencia y el de residencia. Fuera de la capital y de su orla inme-diata, que constituyen el destino de la inmigración española por excelencia, los vascos abundan en las localidades industriales de la mitad Noroccidental de Navarra (Estella, Alsasua, Leitza, Lesaka, Bera, Baztán), los riojanos se ubican ante todo en la Ribera Occidental del Ebro, y los aragoneses en Tudela y en los pocos municipios industrializados fronterizos con Zaragoza (Cortes, Buñuel, Carcastillo, Sangüesa); los extremeños se agrupan en Alsasua y los castellanos y andaluces tienen un reparto más equilibrado.

En 2012, de forma similar a lo que se observaba en los años 1990, las es-tructuras por edad y sexo de los nacidos en otras comunidades siguen mante-niendo ciertas diferencias respecto a las de los autóctonos. Entre los primeros, la proporción por sexos se inclina más decididamente a favor de las mujeres (índice de masculinidad o número de varones por cada 100 mujeres de 92,5




Figura 23Nacidos en otras provincias españolas. Año 2012 (ver pág. 285)

para los nacidos en otras comunidades y de 100,1 para los nacidos en Nava-

rra). A diferencia de lo que sucede en general en la población autóctona, entre

los foráneos las mujeres superan a los varones en la mayor parte del territorio

(a excepción de los Valles Cantábricos y Pirenaicos y la Cuenca de Lumbier-

Aoiz) y ese predominio femenino se acentúa particularmente en la Ribera,

donde las mujeres han tenido desde hace muchos años oportunidades de em-

pleo, principalmente en las fábricas conserveras y congeladoras de produc-

tos agrícolas. El índice de masculinidad alcanza 93,0 en la Montaña, 95,7 en



la Navarra Media y 89,9 en la Ribera (en 2001 los datos respectivos fueron de

94,3 en la Montaña, 93,4 en la Navarra Media y 88,2 en la Ribera).

La población oriunda de otras regiones españolas compone, en su con-

junto, una pirámide caracterizada por un acusado predominio de adultos de 35 a

70 años, una presencia elevada de personas mayores y muy pocos niños, puesto

que muchos de sus hijos han nacido ya en Navarra (figura 24). Ahora bien, la

composición por edades de los inmigrantes nacidos en España cambia conside-

rablemente en función de las características del proceso de inmigración de cada

una de las regiones, es decir, de la antigüedad, duración e intensidad temporal de

la corriente migratoria. Como es lógico, los que llegaron mayoritariamente en los

años 1960 (andaluces, castellanos, extremeños) componen actualmente poblacio-

nes adultas-viejas; en cambio los que han venido de forma más gradual y sostenida

hasta hoy (madrileños, catalanes, vascos) presentan pirámides más jóvenes.

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100 y más

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Mujeres nacidas en otra Comunidad (55.214)

Varones nacidos en otra Comunidad (51.080)

Total mujeres (323.113)

Total varones (321.453)

Fuente: INE (Padrón de 2012).

Figura 24Población total y población nacida en otras comunidades, 2012



4.2. La población de nacionalidad extranjera

En 2012 la población residente en Navarra y nacida en el extranjero ascen-día a 90.827 personas, que equivalían tan sólo al 1,34% del total de extranje-ros residentes en España, una proporción muy parecida a la que alcanzaba la población total de la Comunidad Foral en el conjunto nacional. Si se considera no el país de nacimiento sino la nacionalidad extranjera, la cuantía desciende a 69.623 personas, es decir, el 1,21% de la población extranjera que reside en España, en buena parte debido a las nacionalizaciones6. En el análisis que se desarrolla a continuación utilizaremos los datos referentes a la población de nacionalidad extranjera.

a) El ascenso de la población de nacionalidad extranjera

Al igual que la inmigración desde el territorio español, la que procede del extranjero tampoco tiene un peso importante en el marco nacional en términos absolutos, si bien en los últimos años ha crecido con gran celeridad, a ritmo su-perior al de muchas provincias españolas. Su cuantía ha sido muy difícil de pre-cisar a lo largo de la primera década del siglo XXI, dado que los extranjeros tie-nen una gran movilidad espacial, y entre los no comunitarios han sido muchos los que han vivido sin documentación durante años. Las cifras oscilan fuerte-mente entre unas y otras fuentes estadísticas. Actualmente, tras las regularizacio-nes y la mejora del control estadístico, las cifras son cercanas a la realidad.

El ascenso del número de extranjeros ha sido muy rápido si se tiene en cuenta que en 1996 la población de nacionalidad extranjera empadronada (3.224 perso-nas) sólo suponía el 0,65% de la población total de Navarra y en 2001 el 3,5% (19.497 personas a 1/01/ 2001) o el 4,4% si se prefiere el dato del censo de 2001 (24.274 censados).7 Desde entonces el aumento de inmigrantes de otros países prosiguió a ritmo muy acelerado, alcanzó la cifra más alta en 2011 (71.600), y decreció ligeramente en los años siguientes (figura 25).

6 En términos relativos, la proporción de inmigrantes extranjeros en Navarra sobre el total del Estado se ha reducido ligeramente desde comienzos del siglo XXI, ya que en 2001 alcanzaba el 1,42% según la misma fuente.

7 El Censo de Población y Viviendas de 2001 registró en Navarra un total de 38.319 habitantes venidos de otros países, de los cuales 24.274 corresponden a inmigrantes de nacionalidad extran-jera y 14.045 a españoles que no han vivido siempre en España (7.735 de ellos nacidos en España y 6.310 en otros países). El Ministerio del Interior —que hace constar únicamente la inmigración legal— ofrecía cifras muy inferiores a las reales, como han puesto de relieve varios análisis que, a lo largo de esta primera década del siglo XXI, se han interesado en contrastar las cifras oficiales con la realidad, como los de I. García y M. D. López, basados en otras fuentes de información que recogen la inmigración legal e ilegal. Ambas investigaciones elevaban el número de inmigrantes extranjeros aproximadamente al doble del que registraban en fechas cercanas las estadísticas del INE. El estudio sociológico de Inés García (1998): Situación de la inmigración extracomunita-ria en Navarra, avalado por entrevistas, encuestas, trabajo de campo y documentación oficial de la



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Fuente: INE (Padrones de población).

Figura 25Evolución de la población extranjera residente en Navarra, 1996-2013

Ahora bien, en los primeros años del siglo XXI las entradas fueron muy su-

periores a las que consignaban las cifras oficiales, como se podía comprobar,

por ejemplo, a través de la evolución de solicitudes de Tarjetas Individuales

Sanitarias.8 A mediados de 2003 se podía estimar que los extranjeros habían

Jefatura Superior de Policía y la Delegación del Ministerio de Trabajo, daba un total de 7.295 in-

migrantes extranjeros en 1997; Por su parte, M-D. López, en su trabajo «La inmigración, una posi-

ble solución al declive demográfico rural», en el que examinó la inmigración extranjera en 2001 a

través de las Tarjetas Individuales Sanitarias del Departamento de Salud, cifra el número de extran-

jeros en un total de 20.437, frente a los 9.580 que daba en 2001 el Ministerio del Interior. Como se

sabe, las Tarjetas Individuales Sanitarias, concedidas con el empadronamiento, han garantizado al

inmigrante prácticamente hasta hoy el derecho a recibir asistencia sanitaria pública en España, al

margen de la situación administrativa que se tenga. A la misma conclusión llevan varios artículos

de prensa publicados desde finales de 2002 —recogidos también en la bibliografía—, que recopi-

lan y exponen información de las Tarjetas Individuales Sanitarias, más de la mitad de las cuales

eran solicitadas por inmigrantes en situación irregular. Para valorar las cifras ofrecidas por las dis-

tintas fuentes, véase también: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (2001): La población extranjera en España y LAPARRA, M. y ANAUT, S., coordinadores (2009), Estudio sobre la evo-lución y situación actual en el mundo de la población emigrante de Navarra, pp. 18-19.

8 Según M. J. Echeverría Hubo 9.363 nuevos registros en el año 2002 y 892 en enero de

2003. Entre 1996 y febrero de 2003 —señala M. J. Echeverría en su análisis de prensa «Radio-

grafía de los 30.000 inmigrantes», Diario de Navarra, 13-II-2003— se habían contabilizado en

Navarra 30.339 solicitudes de Tarjetas Individuales Sanitarias cursadas en su mayoría entre los

años 2000 y 2003 y distribuidas así por año de registro: 1996: 2.339, 1997: 950, 1998: 850, 1999:

1.147, 2000: 5.925, 2001: 8.933, 2002: 9.363, y 892 hasta febrero de 2003.



superado con creces la cifra de 40.000; de éstos sólo en torno a la mitad se ha-llaban en situación legal (21.534, a fecha de 31 de julio de 2003, según el Mi-nisterio del Interior) y el padrón de daba la cifra de 38.741 a 1/01/2003.9

La evolución de la inmigración extranjera según los datos anuales de la Es-tadística de Variaciones Residenciales pone en evidencia que, desde la década de 1970, Navarra ha constituido un centro de atracción para los habitantes de países más y menos desarrollados y que, a su vez, ha recibido un pequeño flujo soste-nido de retorno de sus propios emigrantes al extranjero. Desde los años 1980 la EVR constata los movimientos de regreso de españoles, procedentes en su ma-yoría de los países europeos que fueron los destinos principales de la emigración navarra en la década de 1960 (Francia, Suiza y Alemania) y —menos— de Amé-rica Latina (Argentina, Venezuela, Méjico).10 Los años 1990 coinciden con un importante ascenso de las entradas de extranjeros desde Europa Occidental como consecuencia del incremento de las relaciones económicas, profesionales, acadé-micas y turísticas en el seno de la Unión Europea. Y a partir de la segunda mitad de esa década han sido los inmigrantes-trabajadores de Latinoamérica, Norte de África y Europa Oriental los que han dado originalidad a la nueva corriente in-migratoria que no ha dejado de crecer hasta la segunda década del siglo XXI.

Los saldos migratorios con el extranjero, calculados a partir de las altas menos las bajas consignadas por la EVR, ponen de relieve la trayectoria as-cendente de los movimientos de Navarra con otros países desde finales del si-glo XX, su intenso crecimiento a partir de 2004 y su drástico descenso desde 2008 (figura 26).

Si reparamos ahora en las altas y las bajas residenciales con el extranjero (figura 27), podemos comprobar que, durante los años de crisis económica a partir de 2008, las entradas de personas de nacionalidad extranjera desde otros países han sido elevadas (si bien en tendencia descendente), mientras que las salidas han aumentado perceptiblemente hasta llegar a superar a las entradas en 2012 (3.999 altas y 5.145 bajas en 2012).

El saldo negativo de 2012 se explica ante todo por las nacionalizaciones11 y por la partida de extranjeros y —en una cuantía mucho menor, aunque cre-ciente— por las bajas de españoles (849 bajas frente a 418 altas), lo que indica

9 Véanse: IBARRA, A. (2003): «Más de la mitad de los inmigrantes no tiene papeles», Dia-rio de Noticias, 10 agosto 2003, p. 12, que analiza la aportación de Miguel Laparra sobre el tema de la inmigración extranjera; DDN. (2003): «El 70% de los inmigrantes que residen en Navarra está en situación legal», Diario de Navarra, 7 agosto 2003, p. 17.

10 La EVR registra tan sólo 2.454 entradas regulares desde otros países entre 1981 y 1991, 7.581 entre 1991-2001 (de las cuales 1.711 corresponden a los inmigrantes de nacionalidad espa-ñola y 5.870 a los de nacionalidad extranjera) y 70.493 entre 2012 y 2012 (3.875 de españoles y 66.618 de extranjeros. Unas cifras que están condicionadas por las regularizaciones de extranje-ros llevadas a cabo por el Gobierno español.

11 GOBIERNO DE NAVARRA, Sala de prensa (2013): «El número de inmigrantes en Nava-rra disminuye un 5% desde 2011, no tanto por su retorno sino porque obtienen la nacionalidad» (12 de septiembre de 2013).



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Fuente: INE (EVR).

Figura 26Saldo de Navarra con el extranjero, 1998-2012 (ver pág. 285)

que Navarra se ha sumado a la corriente de salida de jóvenes con alto nivel de

educación, que se ven obligados a emigrar a otros países ante la dificultad para

encontrar empleo en Navarra y en España. Según los datos del ien elaborados

a partir del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero del INE (PERE),

el número de personas nacidas en Navarra y residentes en el extranjero pasó de

6.595 en 2009 a 6.929 en 2013. Las bajas residenciales están teniendo como

destino, por una parte, las naciones de origen de los inmigrantes extranjeros

(Ecuador, Colombia, Rumania, Marruecos, Perú, Argentina, Bolivia) y, por

otra, países desarrollados localizados en su mayoría en Europa Occidental, a

los que se dirigen principalmente personas de nacionalidad española (Francia,

Reino Unido, Alemania, Estados Unidos)12.

12 Véase el Informe del Instituto de Estadística de Navarra sobre la Estadística de Variacio-nes Residenciales de la Comunidad Foral de Navarra, Año 2012, p. 12. Véase asimismo: LAPA-

RRA, M. y ANAUT, S., coordinadores (2009), Estudio sobre la evolución y situación actual en el mundo de la población emigrante de Navarra, ALTER Grupo de Investigación, Departamento

de Trabajo Social, Universidad Pública de Navarra, 398 pp.



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Fuente: INE (EVR).

Figura 27Variaciones residenciales de Navarra con el extranjero, 2002-2012 (ver pág. 286)

A pesar de la incidencia de la crisis sobre los inmigrantes, la mayoría de

los extranjeros manifestaba su deseo de permanecer en la Comunidad Foral, tal

como revela la encuesta de 2010 realizada desde el Gobierno de Navarra: «El

89% de los inmigrantes instalados en Navarra descarta retornar a su país pese

al impacto de la crisis en el colectivo»13.

Por el número de habitantes extranjeros, Navarra ocupa en 2012 el puesto

18 entre las provincias españolas (el decimocuarto en 2001), por debajo de

Madrid, Barcelona, las islas Baleares y Canarias y otras provincias, casi todas

costeras, turísticas y algunas con empleo destacado en el sector agrario (Ali-

cante, Valencia, Málaga, Murcia, Girona, Almería, Tarragona, Zaragoza, Cas-

13 MARTÍNEZ DE LIZARRONDO ARTOLA, A. (2011): La incidencia de la crisis en el co-lectivo inmigrante en Navarra. Encuesta 2010, Gobierno de Navarra, 137 pp.



tellón, Toledo, Sevilla, Lleida, Bizkaia). A su vez, por la proporción de extran-

jeros en el total de población (el 10,8%) le correspondía el puesto 23, a medio

camino entre el 24,3% de Alicante y el 3,2% de Córdoba , y por detrás de Ba-

leares y Canarias, las provincias de la costa mediterránea, Madrid y su entorno,

primordialmente Guadalajara y Toledo en las que se aloja una parte significa-

tiva de la inmigración a la capital de España (figura 28).

Fuente: INE, Padrón 2012.

Figura 28Población de nacionalidad extranjera. Año 2012 (ver pág. 286)

b) Distribución territorial y caracteres básicos de la población de nacionalidad extranjera

Entre los extranjeros residentes en Navarra se encuentra una gran hetero-

geneidad de nacionalidades y de status socio-económicos. Simplificadamente,

podría decirse que hay dos grandes grupos muy distanciados entre sí. Uno, el

de los inmigrantes originarios de países ricos con cultura y europea y alta cua-



lificación, que son prácticamente «invisibles» en nuestra sociedad; otro —el mayoritario— el de los trabajadores que ejercen empleos de baja cualificación, oriundos de un gran número de países menos desarrollados, muchos de los cuales son bien «visibles» por sus rasgos físicos diferenciados.

La procedencia de los extranjeros ha cambiado mucho en las dos últimas décadas. Desde 1996 creció rápidamente la llegada de latinoamericanos y moderadamente la de africanos y europeos del Este. El padrón de 2002 pone de manifiesto que poco más de la mitad de los extranjeros había venido de Latinoamérica, una cuarta parte escasa de Africa y una proporción similar de Europa.

Diez años después, el panorama seguía siendo parecido aunque la proce-dencia de los inmigrantes se había diversificado algo más: en 2012 poco me-nos de la mitad de los extranjeros procede de Europa, casi la tercera parte de América y poco más de la quinta parte de África, siendo muy exigua la re-presentación de Asia y testimonial la de Oceanía. El origen de los inmigran-tes evidencia el papel que han jugado las redes sociales migratorias, ya que ocho países reunían el grueso de la inmigración extranjera; por orden decre-ciente son Marruecos, Rumania, Bulgaria, Ecuador, Portugal, Colombia, Ar-gelia y Bolivia, cada uno de los cuales contaba con más de 3.000 inmigrantes y, en conjunto, alcanzaban el 66,6% del total de extranjeros en Navarra14 (fi-guras 29, 30).

Entre los europeos dominan ampliamente los inmigrantes de Europa del Este (19.252, equivalentes al 67,7% de los extranjeros de nacionalidad eu-ropea y al 27,6% del total de extranjeros en 2012) encabezados por Ruma-nia (11,2%) y Bulgaria (10,3%). Portugal ocupa el tercer puesto (8%). Si-guen muy de lejos Francia, Polonia, Italia, Reino Unido, etc. Los oriundos de Latinoamérica (29,9% de los extranjeros), tienen una agrupación por paí-ses muy alta, aunque menos acentuada que la que mostraban a comienzos del siglo XXI: poco menos de la tercera parte de los latinoamericanos provienen de Ecuador (29,5%), país al que siguen Colombia (16,1%), Bolivia (13,7%), Perú (9,1%), Brasil (8,3%), República Dominicana (6,6%) y, con una cuan-tía mucho menor, Argentina, Venezuela, Cuba, Chile, etc. Los inmigrantes de África (25,6% de los extranjeros) son en su mayoría magrebíes de Marrue-cos (el país más representado con diferencia sobre los demás) y de Argelia; los restantes africanos son originarios de un amplio abanico de países entre los que sobresalen Senegal y Nigeria. Finalmente, Asia tiene una pequeña re-presentación (3%) procedente sobre todo de China, Pakistán, Filipinas, India y Japón.

La distribución de los extranjeros en el territorio de Navarra, hoy presentes en la mayoría de sus municipios, ha variado poco desde 1996. En 2012, dos de

14 En 2001, lo 6 primeros países —Ecuador, Colombia, Marruecos, Argelia, Portugal y Bul-garia—, con más de 1.000 inmigrantes cada uno, sumaban el 69% del total de extranjeros.



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cada tres habitan en la Navarra «urbana», primordialmente en la aglomeración de Pamplona (el 52,5%) y Tudela (7,9%)15. Fuera de las ciudades y sus cerca-nías, son numerosos en la Ribera (24,4%), muy escasos en los Valles Pirenai-cos (0,5%), Cuencas Prepirenaicas (0,5%) y Navarra Media Oriental (1,8%), y algo más abundantes en la Zona Media Occidental (2,2%) y la Navarra Hú-meda del Noroeste (4,2%).

En el Área metropolitana los extranjeros alcanzan en 2012 el 10,6% del total de habitantes (4,6% en 2001). Dentro de ella, los municipios que suman mayor número de extranjeros son los de Pamplona, Barañáin, Burlada, Berrio-zar, Egüés, Ansoáin, Villava, Zizur Mayor y —en menor medida— Noáin-valle de Elorz, Berrioplano, Aranguren y Huarte. El municipio de la capital agrupa al 33,9% de los extranjeros de Navarra, que suponen el 12% de la población total de Pamplona y se agrupan ante todo en el casco viejo, en los barrios de clases medias y medias bajas de Rochapea, Milagrosa, Echavacoiz, San Jorge y en nuevos barrios periféricos como Buztintxuri16, si bien se han ido expan-diendo a lo largo de los años en el llamado «Tercer Ensanche» (barrios de San Juan e Iturrama, situados junto a la Ciudadela), que ha sido tradicionalmente zona de clases medias y medias altas.

Las proporciones de extranjeros respecto a la población total son también elevadas en la Ribera donde superan el 15% de la población y con cierta fre-cuencia el 20%. Destacan en esta comarca particularmente su capital, Tudela (15,6% en 2012 y 9,3% en 2001), el Bajo Alhama (Corella, Cintruénigo, con valores de casi 20%), las Riberas del Ebro (Azagra, San Adrián, Castejón, Ri-baforada, Fontellas), el Bajo Arga (Peralta sobre todo), el Bajo Aragón (Mila-gro, Villafranca, Marcilla) y el oeste del Bajo Queiles (Cascante, Murchante), donde exceden del 15% de la población y con cierta frecuencia del 20% (figu-ras 31, 32).

En las pequeñas ciudades de Estella y Tafalla los extranjeros superan el 10% de los habitantes y en Sangüesa alcanzan el 7,5%; fuera de ellas, la pre-sencia de extranjeros sólo es relevante en los municipios de mayor tamaño (Viana, Los Arcos, Ayegui, Puente la Reina, Olite, Artajona, Obanos, Liédena, en la Navarra Media; Alsasua, Irurtzun, Bera, Santesteban, Etxarri-Aranatz, Olazagutía, Lekunberri, Aoiz y Lumbier, en la Montaña), en otros de poca po-blación pero con cierta capacidad de empleo en el sector agrario o próximos a

15 Véase: PONS IZQUIERDO, J. J. Y ERNETA ALTARRRIBA, L. (2007): «La inmigra-ción en Navarra: fenómeno de la sociedad urbana», en Séptimo Congreso de Economía de Na-varra.

16 Noticiasdenavarra.com (2013): «La población inmigrante en Pamplona cae a niveles de 2007, el 11,3% del total», (1 de Octubre de 2013), que resume el análisis del El XXII Informe de Inmigración: «En cuanto a la distribución de la población inmigrante por barrios, el informe pre-senta una radiografía similar a la de anteriores estudios, con un reparto más o menos homogéneo por toda la ciudad y con una convivencia normal. Buztintxuri, con un 20,8% sigue siendo el ba-rrio con mayor proporción de población extranjera, seguido de Milagrosa (18,6%), Echavacoiz (18,1%) y San Jorge (16,3%)».



Fuente: INE, Padrón 2012.

Figura 31Nacidos en el extranjero. Año 2012 (ver pág. 288)

factorías industriales (Zúñiga, Ancín, Yerri, Allo, Villamayor de Monjardín en

la Navarra Media Occidental) y en los lugares fronterizos con Francia (Baztán,

Zugarramurdi, Valcarlos).

La distribución geográfica de los extranjeros en el territorio de Navarra es

diferente en función de sus nacionalidades y de su dedicación profesional. Los

africanos se agrupan ante todo en la Ribera, en la que viven más de la mitad de

los inmigrantes de esa procedencia, que trabajan principalmente en el sector


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Figura 33Distribución territorial de la población extranjera de nacionalidad africana, 2012

agrario (figura 33). Los de América Latina y Europa Oriental se han dirigido

con preferencia al Área metropolitana y a las pequeñas ciudades (en la Na-

varra «urbana» se ubican tres de cada cuatro inmigrantes de esas proceden-

cias) y secundariamente a los núcleos de población más importantes de la Ri-

bera (figuras 34, 35). Y los de Europa Occidental han optado igualmente por

las ciudades. Si descendemos a la escala municipal, se vuelve a descubrir el




Figura 34Distribución territorial de la población extranjera de nacionalidad europea, 2012

funcionamiento de redes geográfico-sociales de migración: por poner unos

ejemplos, las tres cuartas partes de los extranjeros residentes en Zúñiga proce-

den de Bulgaria y en Viana hay una representación muy destacada de pakista-

níes entre sus inmigrantes.

En vivo contraste con la población autóctona, y como podemos advertir en

la pirámide de la población de nacionalidad extranjera, la estructura por edad




Figura 35Distribución territorial de la población extranjera de nacionalidad americana, 2012

presenta un predominio muy acusado de jóvenes y adultos jóvenes y una propor-

ción muy baja de personas mayores y de niños17, ya que muchos de los hijos de

los inmigrantes extranjeros viven en sus países de origen al cuidado de sus abue-

los o de otros familiares (figuras 36, 37). En 2012 el 16,7% de los extranjeros

17 Véase: INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE NAVARRA (2013): Notas estadísticas. Censo de Población y viviendas 2011, p. 5.




Figura 36Población total y población de nacionalidad extranjera en 2012 (ver pág. 288)


Figura 37Población de nacionalidad extranjera en 2012



eran menores de 15 años, el 56,2% tenía entre 15 y 39 años y sólo el 1,8% su-peraba los 65 años de edad, frente al 15,4%, 29,6% y 19,8%, respectivamente, de la población de nacionalidad española. Los inmigrantes del mundo menos desarrollado (Europa Oriental, América Latina, África, Asia) destacan por su extrema juventud, mientras que entre los originarios de Europa más desarro-llada y América anglosajona los mayores de 65 años tienen una representación algo mayor (7,6% y 12%, respectivamente). En cuanto a la relación numérica entre los sexos se aprecia en conjunto un ligero predominio masculino que al-canza 105,1 varones por 100 mujeres, frente a 98,6 para la población de nacio-nalidad española (figuras 38, 39, 40, 41).

La proporción entre sexos encierra contrastes muy llamativos en función de las distintas procedencias de los inmigrantes. Los europeos registran el de-sequilibrio menos pronunciado (índice de masculinidad de 116,6% en 2012). Entre los latinoamericanos las mujeres son mucho más numerosas (índice de 81,1% en 2012) y entre los africanos, por el contrario, predominan largamente los varones, si bien el desequilibrio entre sexos se ha reducido considerable-mente desde 2001 (índice de 414% en 2001 y de 163,4 en 2012).

La comparación de las estructuras demográficas de los inmigrantes lati-noamericanos y africanos en distintos años nos ponen de manifiesto los rápidos cambios que experimentan estos grupos poblacionales. Por ejemplo, la pobla-ción de origen latinoamericano redujo significativamente la desigualdad entre varones y mujeres desde 1996 a 2001 (46 varones por 100 mujeres en 1996, 85 en 2001 y 81,1 en 2012). Igualmente, la presencia de niños de las distintas po-blaciones extranjeras ha variado significativamente en la última década: en los primeros años del siglo XXI los menores de 15 años eran más numerosos entre la población latinoamericana, en tanto que en 2012 son los africanos los que tienen más niños de corta edad empadronados, muy por encima de los colecti-vos de inmigrantes europeos o americanos.18

La distribución territorial de los extranjeros según la composición por sexos es asimismo muy contrastada y depende esencialmente de las activida-des laborales que desempeñan. En el Área Metropolitana abundan las mujeres latinoamericanas empleadas en el servicio doméstico y la hostelería. En cam-bio en la Ribera dominan los varones latinoamericanos, norteafricanos y portu-gueses, que trabajan como jornaleros en agricultura, industria y construcción y, ocasionalmente, regentan establecimientos comerciales.

A diferencia de lo que sucede con la población española, donde el número de mujeres supera ligeramente a los varones (97,8 varones por 100 mujeres se-gún el padrón de 2012), la proporción por sexos de los extranjeros presenta, en conjunto, un predominio de los varones (114,4), es menos desequilibrada en el

18 Desde 2001 a 2003 ascendió apreciablemente la proporción de niños latinoamericanos, se-gún confirman los datos que ofrece M.ª J. Echeverría, obtenidos de las T.I.S. Véase: ECHEVE-RRIA, M.ª J. (3003): «Radiografía de los 30.000 inmigrantes», Diario de Navarra, 13 febrero 2003, pp. 26-27. Después ha disminuido.




Figura 38Población de nacionalidad europea, 2012


Figura 39Población de nacionalidad latinoamericana, 2012




Figura 40Población de nacionalidad africana, 2012


Figura 41Población de nacionalidad africana, 2001



Área metropolitana (106,3), se inclina más a favor de los varones en las peque-

ñas ciudades (120 de media en Estella, Tafalla y Sangüesa y Tudela), y alcanza

su mayor desequilibrio en la Ribera (130,8). No obstante, y como es habitual

que suceda a medida que los inmigrantes se van asentando, esta diferencia nu-

mérica entre sexos se ha aminorado considerablemente a lo largo de los años

transcurridos del siglo XXI.

Los niveles de estudios de los extranjeros son muy contrastados si se com-

paran con los de la población española, con un peso muy destacado de los gra-

dos más bajos y, entre algunos colectivos, de los más altos. Este hecho guarda

relación con la cualificación alta de una pequeña parte de los inmigrantes, so-

bre todo los procedentes de la Europa más desarrollada, la atracción de la Uni-

versidad de Navarra y la migración forzada desde algunos países por motivos

políticos (Argelia, Europa del Este). Los porcentajes más bajos de titulados su-

periores se registran entre los originarios de África y América Central, y los

más altos entre los llegados de Europa, América del Norte y del Sur y Asia. La

proporción de mujeres con grado de formación medio y superior es algo más

alta que la de los varones. Hay que destacar que no son pocos los extranjeros

con niveles de formación medios y superiores que desempeñan trabajos poco

cualificados19.

Como es natural, la tasa de actividad de los extranjeros es elevada y no

ha variado significativamente a lo largo de la primera década del siglo XXI. El

gráfico elaborado con los datos de la Encuesta de Población Activa sobre la

población de 16 años y más (figura 42) muestra que ha oscilado entre 68,6%

en el año 2000, y el 86,2% en 2002; en 2011 se cifraba en 83,5% (88,6% para

el sexo masculino y 78,8% para el sexo femenino), una proporción mucho más

elevada que la correspondiente al conjunto de Navarra (60,3% en 2011).

Las cotas más altas de actividad se alcanzan entre los varones con estudios

medios, en particular los que han cursado formación profesional, mientras que

para el sexo femenino el índice más elevado se halla entre aquellas mujeres

que poseen estudios de doctorado. La tasa de actividad se mantiene muy alta

entre los 25 y 50 años.

19 Para los datos en Pamplona, véase: Noticiasdenavarra.com (2013): «La población inmi-

grante en Pamplona cae a niveles de 2007, el 11,3% del total» (1 de Octubre de 2013), que resume

el análisis del El XXII Informe de Inmigración: «El 68% de las personas extranjeras residentes en

Pamplona tienen un nivel de estudios equivalente a los catalogados como graduado escolar o ESO,

una proporción que duplica a la de los pamploneses, que es del 34,7%» … «En cambio, en niveles

educativos superiores, la proporción cambia. El 4,3% de los pamploneses tiene un nivel de estu-

dios equivalente a una FP II por el 0,9% de los extranjeros. En Bachillerato Superior, las cifras si-

guen aumentando con un 12,1% de los pamploneses con ese nivel por un 8,1% de los extranjeros.

En niveles universitarios la tasa de personas con titulación entre los pamploneses triplica a la de

extranjeros, un 23,9% por un 7,1%. En la comparativa entre formación y nacionalidad, los porcen-

tajes son bastante parecidos entre las personas de todos los países. El estudio destaca únicamente

que en el apartado “Sin estudios”, el porcentaje es algo más elevado entre los procedentes de paí-

ses africanos». Véase también: GABINETE DE ESTUDIOS DE UGT. Navarra (2007): Estudio de la población inmigrante como emprendedora en Navarra. Informe ejecutivo, pp. 8-9



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Fuente: INE e ien (EPA).

Figura 42Tasa de actividad de la población de Navarra, 2000-2011 (ver pág. 289)

Como ocurre habitualmente, el desempleo castiga fuertemente a los traba-

jadores extranjeros, sobre todo desde el comienzo de la crisis económica (fi-

gura 43). Según la misma fuente, y teniendo en cuenta las limitaciones de que

adolece la Encuesta de Población Activa debidas a los errores de muestreo, la

tasa de paro de la población extranjera duplica a la de la población total: en

2011 llegaba al 27% (25,2% para varones y 28,9 para mujeres) frente al 12,9%

correspondiente a la población total. Posteriormente, en el tercer trimestre de

2013, la tasa total de Navarra había ascendido al 18,2% siendo la tercera más

baja entre las comunidades españolas20. Su ascenso desde comienzos del si-

glo XXI ha sido muy intenso ya que, por ejemplo en 2002, año al que corres-

ponde el valor más bajo, se cifraba en el 8,9% del total de activos extranjeros y

en el 5,7% del total de activos de Navarra.

Como sucede también para la población española, el paro aumenta entre

los que tienen niveles de educación más bajos. Afecta más a quienes no tienen

estudios, se reduce entre aquellos que tienen niveles medios (sobre todo for-

mación profesional) y superiores, si bien «la crisis ha provocado un aumento,

20 INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE NAVARRA (2013): Notas Estadísticas. Encuesta de Población activa de Navarra. Tercer trimestre de 2013, p. 5



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Tasa paro de la población total de Navarra

(Medias anuales)

Fuente: INE e ien (EPA).

Figura 43Tasa de paro de la población de Navarra, 2000-2011 (ver pág. 289)

aunque leve, de los niveles de desempleo entre las personas con estudios de ni-

vel alto»21. Para las mujeres el índice de paro parece menos relacionado con

los niveles de estudio. El desempleo castiga más a los jóvenes y a los de ma-

yor edad. Ahora bien, dada la diversidad de situaciones socio-económicas, es-

tas consideraciones generales tienen muy poca significación, por lo que sería

preciso analizar estas tasas no de forma global sino en función de las distintas

nacionalidades.

En lo que se refiere a la situación socio-laboral, los contrastes son muy

acusados. Como se ha dicho ya, frente al elevado status de muchos de los que

proceden de la Europa rica, la mayoría de los inmigrantes han venido a ocupar

puestos de trabajo que la población local rechazaba.

Buena parte de los que provienen de la Europa más desarrollada son directi-

vos y técnicos de empresas multinacionales, o ejercen profesiones liberales (mu-

chos de los anglófonos son profesores e intérpretes); la mayoría de los portugue-

ses, que han hallado en Navarra un destino próximo y atractivo desde los años

1960, han trabajado tradicionalmente como mano de obra no cualificada en agri-

21 GABINETE DE ESTUDIOS DE CCOO NAVARRA, Observatorio Navarro de Empleo

(2012): El Impacto territorial de la crisis en Navarra, p. 84.



cultura, construcción, industria y servicios. En las mismas tareas se han ocupado la mayoría de los que llegaron en los años 1990 desde el mundo no desarrollado (Europa Oriental, Latinoamérica, África). Los chinos han buscado aquí, como en todas partes, lugares donde establecer sus restaurantes y sus tiendas. En las ciu-dades, los nuevos inmigrantes encuentran empleo esencialmente en el servicio doméstico, la hostelería y la construcción (muy limitada tras la crisis), y en la Ri-bera también en las explotaciones agrícolas y ganaderas y en las fábricas. Hoy, los extranjeros han emprendido pequeños negocios, muchos de los cuales «están dirigidos a satisfacer las necesidades de los propios compatriotas»22.

Desde comienzos del siglo XXI la mano de obra extranjera ha llegado a ser importante en algunos subsectores económicos. Por ejemplo, a principios de 2003 trabajaban en hostelería unos 1.100 inmigrantes no comunitarios, en su mayoría latinoamericanos, equivalentes —señala S. Echavarren— al 10% de los empleados en este ramo, otros 1.600 estaban empleados en la construcción y, según un estudio del Instituto de Estadística de Navarra, el 37,2% de las em-pleadas de hogar son mujeres extranjeras, casi todas ellas latinoamericanas de Ecuador y Colombia.23

Hay que señalar, finalmente, que una pequeña parte de la inmigración ex-tranjera está constituida por estudiantes, científicos, profesionales y técnicos especializados de todo el Mundo, que son atraídos principalmente por la Uni-versidad de Navarra y la Clínica Universitaria.24

V. REFLEXIÓN FINAL

En la actualidad, Navarra se halla en posición intermedia entre las provin-cias españolas en lo que se refiere a la proporción de inmigrantes nacionales y extranjeros respecto a su población total. En los últimos quince años la inmigra-ción se ha hecho cada vez más evidente, puesto que una parte importante de los recién llegados presentan diferencias étnicas respecto a los autóctonos. Real-mente es la inmigración de mano de obra del mundo menos desarrollado, que constituye el 94,6% de la inmigración, la que se ve, la que es motivo de preocu-

22 GABINETE DE ESTUDIOS DE UGT. Navarra (2007): Estudio de la población inmi-grante como emprendedora en Navarra. Informe ejecutivo, p. 8.

23 ECHAVARREN, S. (2003): «Unos 1,100 inmigrantes trabajan como camareros, cocine-ros o limpiadores». Diario de Navarra, 1 marzo, 2003, p. 61; I. M. M. (2003):«Unos 1.600 inmi-grantes varones de entre 25-45 años trabajan en la construccion», Diario de Navarra, 22 febrero 2003, p. 61; IBARRA, A. (2003): «El sector doméstico y la agricultura fomentan la inmigración irregular», Diario de Noticias, 10 agosto 2003, p. 13, Pamplona.

24 De los 21.534 extranjeros legales que contabiliza en Navarra el Ministerio del Interior a fecha de 31-julio-2003, 4.418 proceden de la Unión Europea, 16.603 del Régimen General (ex-tracomunitario), 485 son estudiantes, 21 asilados o refugiados y 7 pertenecientes al apartado de cédulas de inscripción. Véase: DDN. (2003): «El 70% de los inmigrantes que residen en Navarra está en situación legal», Diario de Navarra, 7 agosto 2003, p. 17, Pamplona



pación y puede llegar a sentirse como negativa, en particular allí donde los ex-tranjeros se acercan o exceden el umbral del 15% e incluso del 20%, como su-cede en los cascos viejos de las ciudades y de numerosos pueblos de la Ribera.

La apresurada corriente inmigratoria que se ha descrito despertó hace años la reflexión acerca de las consecuencias positivas y negativas que acarrea la inmi-gración laboral. Y es que a sus beneficios (disponibilidad de mano de obra para determinados trabajos poco apetecidos por los autóctonos, rejuvenecimiento de la población, aumento de las contribuciones a la Seguridad Social) se contra-ponen, aquí como en todas partes, los temores que habitualmente suscita este tipo de inmigración —y que se exacerban cuando se sufren crisis económicas— como son el aumento de la inseguridad, la disminución de la calidad de la ense-ñanza, el alargamiento de las esperas para la atención sanitaria, la competencia laboral en actividades de baja cualificación, el costo del desempleo etc.25

Subrayaba Inés García en su análisis de la inmigración extracomunitaria en 1997 que los inmigrantes apenas entran en competencia laboral con la po-blación autóctona, porque vienen a ocupar puestos para los que falta mano de obra. Y es evidente —recuerda Dolores López en sus estudios más recientes sobre el mismo tema— que la población extranjera es una valiosa aportación a las estructuras envejecidas de los lugares de acogida, por su efecto rejuvenece-dor. Hay que tener en cuenta, además, que la emigración selecciona en el país de origen a personas con capacidad de iniciativa y, a veces, bien preparados en cuanto a nivel de educación.26

Sobre la consideración acerca de la ayuda que la inmigración supone para el rejuvenecimiento demográfico podemos argumentar que, ciertamente, en la última década los inmigrantes de otros países han contribuido a elevar ligera-mente la tasa bruta de natalidad, toda vez que la fecundidad es más alta entre las mujeres extranjeras, en particular las de origen africano.27

Efectivamente, la tasa de natalidad de Navarra, que había descendido por debajo de 10 por mil desde 1987, se recuperó ligeramente desde 1996 y vol-vió a lograr cifras por encima del 10 por mil desde 2001, llegando a alcanzar un máximo de 11,3 por mil en 2008, para descender después al 10,5 por mil en 2012 (figura 44).

25 M. J. C. (2003): «Sentimientos diversos ante la inmigración (encuesta de CIES sobre el fe-nómeno inmigratorio)». Diario de Navarra, 4 marzo 2003, pp. 24-25.

26 GARCÍA PÉREZ, I. (1998): Situación de la inmigración extracomunitaria en Navarra; LOPEZ, D. (2002): «La inmigración, una posible solución al declive demográfico rural», en Li-bro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural.

27 Según el informe del Instituto de Estadística de Navarra, el indicador sintético de la fecun-didad ascendió de 1,18 en 1998 a 1,31 en 2001. En este último año la fecundidad de las extranje-ras residentes en Navarra fue de 1,72 frente al 1,16 de las mujeres de nacionalidad española. Las diferencias son en cualquier caso pequeñas. La proporción de nacimientos correspondiente a ma-dres extranjeras ha aumentado de 2,4 en 1996 a 11,1% en 2002. Véase: INSTITUTO DE ESTA-DISTICA DE NAVARRA, «La población extranjera contribuye al incremento de la natalidad en Navarra», Notas de prensa, 27 de agosto de 2002.



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Fuente: INE e ien.

Figura 44Movimiento natural de la población de Navarra, 1900-2012 (ver pág. 290)

Ahora bien, debemos recordar que estas tasas son muy inferiores a las

que la población de Navarra registraba en los años 1960 y primera mitad de

los años 1970, situadas en torno al 17-19 por mil. Por ello, no hay que olvi-

dar que se trata de una aportación muy reducida y posiblemente efímera si

—como suele acontecer— las extranjeras van adoptando las pautas de fecun-

didad de la población de acogida. Así parecen indicarlo los datos que faci-

lita el Instituto de Estadística de Navarra: la tasa bruta de natalidad de la po-

blación extranjera ha descendido de 33,7 por mil a 18,3 por mil entre 2000 y

2011 (figura 45).

En consonancia con lo que se acaba de decir, la proporción de nacimientos

de madre extranjera significó el 5,9% del total de nacimientos de Navarra en

2000, el 21,6 en 2010, y el 18,3% en 2011, lo que emplaza a la Comunidad Fo-

ral en un lugar intermedio entre las provincias españolas (figura 46).

Podría decirse que si en los años 1960-1970 los inmigrantes mejoraron la

vitalidad demográfica de Navarra, hoy están ayudando a aminorar la evolución

regresiva y el envejecimiento de la población.



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Figura 45Tasa de natalidad de Navarra y de la población extranjera, 2000-2011 (ver pág. 290)

Fuente: INE.

Figura 46Nacimientos de madre extranjera, año 2012 (ver pág. 291)



Desde el punto de vista de la distribución geográfica, la nueva inmigra-ción —al igual que la anterior— se ha dirigido a las ciudades y núcleos de po-blación más grandes, es decir, a los lugares con mayor vitalidad demográfica y económica, sumándose así al anterior éxodo rural para acentuar los desequili-brios demográficos territoriales. Hoy destacan como nunca los contrastes entre las áreas dinámicas, rejuvenecidas por la inmigración intra y extraprovincial (Área metropolitana y su anillo periurbano y rururbano, cabeceras comarca-les, corredores de comunicación de Pamplona a Tudela, Vitoria, Logroño, Irún y Sangüesa, Riberas del Ebro) y las zonas apartadas, pobres, vaciadas y enve-jecidas por la emigración, en las que persiste un decrecimiento más o menos intenso (Valles Pirenaicos —salvo el extremo sur de Esteríbar, incorporado al crecimiento del Área metropolitana—, la mayor parte de los Valles Meridiona-les de la Navarra del Noroeste, la Cuenca de Lumbier-Aoiz, la Cuenca de Pam-plona al margen de la aglomeración urbana de la capital, sierras y somontanos de la Navarra Media y norte de la Ribera).

En cualquier caso, y aunque Navarra ha tenido una buena capacidad de acogida, los inmigrantes que ocupan puestos de trabajo de baja remuneración han de hacer frente con frecuencia a problemas como la ilegalidad, la inestabi-lidad laboral, condiciones de trabajo duras, dificultades de inserción social, po-breza, conflictividad, etc. Ordenar e integrar esta inmigración, que se ha hecho necesaria por el envejecimiento de la población autóctona y su rechazo hacia los puestos de trabajo menos atractivos, constituye sin lugar a dudas uno de los principales retos de nuestra sociedad.

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Anexo gráficoInmigración e inmigraciones en Navarra.

Cambios, tendencias y continuidades (1960-2012)Ana Ugalde Zaratiegui

Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

0

100.000

200.000

300.000

400.000

500.000

600.000

700.000

Núm

ero

de h

abita

ntes

Años

NAVARRA Área metropolitana de Pamplona

Cabeceras comarcales

Resto de Navarra

Fuente: INE, Censos de población.

Figura 1Evolución de la población de Navarra por decenios, 1860-2011 (ver pág. 171)

Anexo Color Migraciones en 3 Milenio.indd 277Anexo Color Migraciones en 3 Milenio.indd 277 24/6/14 09:52:4024/6/14 09:52:40


-6.000

-4.000

-2.000

0

2.000

4.000

6.000

8.000

10.000

12.000

14.000

16.000 19

00

1905

1910

1915

1920

1925

1930

1935

1940

1945

1950

1955

1960

1965

1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

2010

Núm

ero

de p

erso

nas

Años

Balance natural (nacimientos menos defunciones) Balance migratorio (crecimiento real menos crecimiento natural

Fuentes: INE e ien.Figura 3

Evolución natural y migratoria de la población, 1900-2013 (ver pág. 173)

-1000

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

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8000

9000

10000

11000

12000

13000

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

Sald

o (e

ntra

das m

enos

sal

idas

)

Años

Saldo total de extranjeros Saldo total de españoles

Fuente: INE (EVR).Figura 5

Saldo total de Navarra, 1998-2012 (ver pág. 175)


ANEXO GRÁFICO 279

Figura 7Comarcas geográficas de Navarra (Alfredo Floristán y Salvador Mensua) (ver pág. 178)


Figura 8Nacidos en el mismo municipio. Año 2012

(ver pág. 179)


Figura 9Nacidos en otro municipio de Navarra. Año 2012

(ver pág. 179)




Figura 11Nacidos fuera de Navarra. Año 2012 (ver pág. 182)

0

1.000

2.000

3.000

4.000

5.000

6.000

7.000

8.000

9.000

10.000

11.000

Núm

ero

de a

ltas

o de

baj

as

Años

Entradas desde otras comunidades Salidas hacia otras comunidades

Figura 12Variaciones residenciales intraestatales de Navarra, 1962-2012 (ver pág. 184)


ANEXO GRÁFICO 281

-2000

-1000

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

10000

11000

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

Sald

o (a

ltas

men

os b

ajas

)

Años

Saldo interior de extranjeros

Saldo interior de españoles


Saldo de Navarra con otras comunidades, 1998-2012 (ver pág. 184)

Fuente: INE, EVR y Padrón 2012.Figura 14

Tasa de migración bruta interprovincial, 2012 (ver pág. 185)



Fuente: INE (EVR).


Fuente: INE (EVR).



ANEXO GRÁFICO 283

Fuente: INE (EVR).


Fuente: INE (EVR).




0

200

400

600

800

1.000

1.200

1.400

1.600

1.800

Núm

ero

de a

ltas

o de

baj

as

Años Entradas desde Andalucía Salidas a Andalucía

Figura 19Variaciones residenciales de Navarra con Andalucía, 1962-2012 (ver pág. 189)

0

200

400

600

800

1000

1200

1400

1600

1800

Núm

ero

de a

ltas

o de

baj

as

Años

Entradas desde el País Vasco Salidas al País Vasco

Figura 20Variaciones residenciales de Navarra con el País Vasco, 1962-2012 (ver pág. 189)


ANEXO GRÁFICO 285

Fuente: INE, Padrón de población 2012.Figura 23

Nacidos en otras provincias españolas. Año 2012 (ver pág. 192)

-2.000

-1.000

0

1.000

2.000

3.000

4.000

5.000

6.000

7.000

8.000

9.000

10.000

11.000

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

Sald

o (a

ltas m

enos

baj

as)

Años

Saldo exterior de extranjeros Saldo exterior de españoles


Saldo de Navarra con el extranjero, 1998-2012 (ver pág. 197)



7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000

0 1.000 2.000 3.000 4.000 5.000 6.000 7.000 8.000 9.000

10.000 11.000 12.000 13.000

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

Núm

ero

de a

ltas y

de

baja

s

Años

Altas de extranjeros

Altas de españoles

Bajas de extranjeros

Bajas de españoles


Variaciones residenciales de Navarra con el extranjero, 2002-2012 (ver pág. 198)

Fuente: INE, Padrón 2012.Figura 28

Población de nacionalidad extranjera. Año 2012 (ver pág. 199)


ANEXO GRÁFICO 287

Fuente: I

NE,

Pad

rón

2012

.Fi

gura

29

Pobl

ació

n ex

tranj

era

resi

dent

e en

Nav

arra

segú

n su

nac

iona

lidad

, 201

2 (v

er p

ág. 2

01)



Fuente: INE, Padrón 2012.Figura 31

Nacidos en el extranjero. Año 2012 (ver pág. 204)

Fuente: INE (Padrón de 2012).Figura 36

Población total y población de nacionalidad extranjera en 2012 (ver pág. 209)


ANEXO GRÁFICO 289

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

Porc

enta

je d

e ac

tivos

repe

cto

a la

pob

laci

ón d

e 16

año

s y

más

Años

Tasa de actividad de la población extranjera

Tasa de actividad de la población total de Navarra

(Medias anuales)

Fuente: INE e ien (EPA).Figura 42

Tasa de actividad de la población de Navarra, 2000-2011 (ver pág. 214)

0

5

10

15

20

25

30

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

Porc

enta

je d

e pa

rado

s res

pect

o a

la p

obla

ción

act

iva

Años

Tasa de paro de la población extranjera

Tasa paro de la población total de Navarra

(Medias anuales)

Fuente: INE e ien (EPA).Figura 43

Tasa de paro de la población de Navarra, 2000-2011 (ver pág. 215)



0

5

10

15

20

25

30

35

1900

1905

1910

1915

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1925

1930

1935

1940

1945

1950

1955

1960

1965

1970

1975

1980

1985

1990

1995

2000

2005

2010

tasa

s bru

tas

(por

mil

habi

tant

es)

Años

Tasa de natalidad Tasa de mortalidad

Fuente: INE e ien.Figura 44

Movimiento natural de la población de Navarra, 1900-2012 (ver pág. 218)

0

5

10

15

20

25

30

35

40

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

Tasa

s bru

tas (

por m

il ha

bita

ntes

)

Años

Tasa de natalidad de la población total de Navarra Tasa de natalidad de la población extranjera

Figura 45Tasa de natalidad de Navarra y de la población extranjera, 2000-2011 (ver pág. 219)


ANEXO GRÁFICO 291

Fuente: INE.

Figura 46Nacimientos de madre extranjera, año 2012 (ver pág. 219)
