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,UNIVERSIDAD DE ~X1CO
HISTORIA DOCUMENTAL DE MISCapítulo XII: El año de 1921
Primera parte
NOTA ADICIONAL AL CAPÍTULO x: Apropósito de Las aventuras de Pán
, filo que publiqué en 1920 -Iibrítoque está a punto de reeditarse en los cuadernos de La Flecha, N9 1, bajo los auspicios del Colegio ele México-- Artemiode \ alle-Arizpe acaba de señalarme estepasaje de "Azorín" :
"La más extraordinaria película de fanta,ia que conozco se titula Las aventn'ras def'anfila, Su autor es" , Lope de Vega, No se,ohresalte el lector, Se trata del cuento deespantos que Lope narra en lil púegrinarn ,ní patria" Hay \Ina edición separada, :nor1cl'lla -con curiosas ilustraciones- de la queha cuidado Alfonso Reyes" ," (El Ci1le y 1'1.lIlOlltellto, "Cine de fantasía", Madrid, Bi¡.lioteca Nueva, 1953),
"Awrín" se extiende después en consideraciones sobre lo que debe durar unapelícula de fantasía,
1, E.'t;j)1icac-ioncs previas
En México había asumido la presidencia el general Obregón, Como para compensarme del largo abandono, el 21 d~
enero le 1921 fui ascendido a Primer Se,cretario de nuestra Legación en España,1'oco después. don Juan Sánchez Azconaregresó a México, Le na imposible permanecer en Madrid como Flnbaiador, alfrente de una Legación (ni siquiera E/1/.1miada) no reconocido regularmente.Tampcco pudo trasladarse a Viena, comolle~ó a proyectarse, por su decidida actitud de francófilo durante la guerra de1914-1918. Aún no cicatrizaban las heridas,
Acompañé a don Juan hasta Santander,donde embarcó para México, y aprovechéla ocasión para visitar la Biblioteca Menéndez y Pelayo, que acab~ba .de," toniarbajo su cuida40 Miguel Artigas. Pedí 'aéste que si encontraba allí, como ú'a seg:uro, ciertos' documentos y cartas gongorinos de que yo tel)ía noticia, no dejara decomunicármelo. para al instante regresary continuar'" mis investigaciones sobre'.'nuestro don Luis". Artigas, en efecto,dio con algunos papeles de Góngora,'pel:o,prefirió hacer algo mejor, que fueescribir él mísmo la biografía y estudio sobr'eGóngor;¡, (1925), libro muy bien venido:Y que fue premiaelo por la Academia Es:pañola. N o ei'a hombre de intuidones criticas ni ele sensibilidad poética, pero si unerpelito a earta cabal. que dominaba sus:métodos y sus disciplinas. De aquí el vular de 'su obra.
, Volví, pues, u Madrid y me hice cargode nuestra Legacióil. Ya he contado antestjúe doil Elist'o Arredando m6 había de.
\uelto lJ1i -e~[Jadíll. El l111íful'llll' de Se-g:lÍl1di> Secrt'\ario ql1en)e 'nlaítdé ;haceí'':e,nl:'~rís d 'añade 1914(L'c Pavillo'/'t 'de?új~a'!t): ~abí~\¡cnvejeci~o )', además, que'·;daba l11ut¡1 por el ascenso, pues ya 'las in~sígniasno correspondían a mi 'nuevo grado. 'Aún JlO aprendía yo la suprema elegancia el\'! qpe 119S h;:\bí;:\ déldo ejemplQdOll
LIBROSPor Alfomo ,REYES
Alfonso Reyes, en el antiguo I\ni forme dePrimer Secretario
13ernardo cle Cólugan, ministro ele Españaen México durante los últimos años dellodirio Diaz, que tlSÓ toda su carrera eluniforme de agregado con que la comenzó. Luis Urbina, sucesor cle Nervo entiempos de Arreciando, me vendió entonces su preciosa capa italiana y su uni forme, que fue fácilmente adaptado .1 mismedidas. Nuestra frecuentación eril constante, y nuestra amistad nunca se alteró.Véase el precioso soneto con el cual meenvió un gato para mi hijo (29 de septiembre de 1921), en mi "Recordación deUrbina", (Pasado inmedia,to) yen Cortesía, págs. 37-38. J ean Camp tradujo alfrancés 'este soneto en su antología LaGuirlande Espagnole, México, 1947. Estodavía más expresivo el soneto en q~~
me dice: "Hermano, muchas gracias", el"25 ele enero <k 1924 ( Cortesía, págs. 4243).
Don Jüan Sánchez Azcon'a me habíadicho, como despedida: "No dar un pasopara la reanudación del trato diplomáticoentre ambos países". No lo entendía ydasí, y al instante me dirigí por carta alIngeniero don Alberto J. Pan¡) secretúlode Relaciones Exteriores, recordándoleque yo llevaba años de y¡vír en España,que conoCÍa ala gente y que podría, aser necesario. procurar el reconocimiento(Id gobi('rno l11ex1l'ano po,: parte llto1 Mi'ni~terio tic Estauo ~'. pañol. Mi carta se'cruzó COIl UI1 mensaje ciírado etl qtt,~ donAlbe¡·to me encargaba precisamenfe 'queasí lo hiciera, "ácudieildo a lo~ medios queyo considerara dignos y oportunos".
El 'ministro de Estado, el marqués deLema, escuchaba los consejos ele su sue-
gro don Joaquín Sánchez de Toca. Medirigí a éste; le expliqué cómo la interrupción de relaciones había sido, casi, ,efectode un azar y más bien provocada por laviolenta salida de don Eliseo Arredóndo.Eran aún los terribles tiempos en que losespañoles residentes en México sufrían.como los mexicanos mismos, las consecuencias de la revolución. porque automáticamente se mezclaban en nuestros asuntos. No me costó ningún trabajo hacerloconvenir en que las muchas y g'raves cuestiones entre los dos países sólo podíanestudiarse y concertarse después de restahlecer la conversación de los gobiernos.Me ofreció hablar con su yerno. Lema memandó llamar a los pocos días, y todavíatuvo la largueza de aceptar que Españadiera el primer paso. pues aceptó sin titubear mi proposición. "Lo mejor -lehabía dicho yo- es que el gobierno espaT;ol piela al mexicano el aqrément paraun ministro de ESl)aña, puest,) que aouellaLegación está acéfala y clausurada." Amediados de abril, 1921, se ataron nuevamente los lazos, y México lo comunicóasí a sus agentes el dla 18.
Yo había sido desil!nauo Encargado deNeg'ocios ad.-int, de México en España el10 de febrero de 1921. y conservé esa categoría hasta ag-osto del pr-Jpio año -paréntesis del ministro Alessio Robles en(IUe reasumí las funciones de Primer Secretario-. para lIuevamente empuñar lajefatura de la misión a la salida de éste.enero de 1922, y sólo uejarla en 1924'.euanuo fui llamado a México, vencido ellevantamiento de De la Huerta.
Los asuntos eran arduos. Nadie se sentía con ánimos para afrontar aquellos pro~
blemas, que desbordaban por todas partel'los límites del derecho 'internacional, po;lo mismo que los españoles de México sonmedio mexicanos, y pronto rpexicanos d~l
todo. Así se explica tal vez que haya Y9tenido el honor de cor:.servar por tantotiempo la representación de México enEspaña, aun en calidad de interino. Elmismo Miguel Alessio Robles considerósiempre como transitoria su comiSión, 'yasí se lo hizo saber desde la primera entrevista, con perfecta sinceridad, al ministro de Estado: a la sazón, GonzálezHontoria, hombre mu~ho más duro queLema. '
A este período corresponde el folldode mi Archivo llamado Nlomentos de ·Espalia: memorias políticas, 1920-1923 (Mé.xico, 1947). que se cierra con el advenl.miento del Directorio Militar (Primo deRivera). Durante todo mi desempeño enaquella mislc>n, me ayudó muy eflcazmen,te' nuestro Cónsul General en Barc,~lona.
don Manllel Otálora, de quien guardo Inl1ll'jor memoria.
lJesde l'1 31 de l'l1ero me .\nul1ciaba (je'.'naro Estrada S\I pl'óxilllO viaje a Eur$a,;¿qin'o Delegado';ae ~->Ia Secretaria 4e ~Iti·dustria y Comercio ~ 'la Feria de Milán.Pero sólo -lIegaríaa:MÜán por el m~s\demarzo, y a Madrid, en mayo sigú'iente.A comienzos de julio se hallaba ya en
Londres, donde el día 6 embarcaba conrllmbo a México.
Entretanto, Manuel Toussaint habíallegado a la Villa y Corte (12 de abril),y juntos él, .Artemio de Valle-Arizpe yyo emprendimos esa peregrinación a Sigüenza para admi rar la estatua yacentedel Doncel (que alli dicen siempre "elGuerrero"). 1\1anuel Toussaint publ icómás tarde sns Viajes alucinados por Espaila (México, Cultura, 1924), donckaveriguó con toda precisión que nos encontrábamos en Sigilenza el g de mavode 1921; qne él andaba ya en Santan<íerel 22 del siguiente agosto; el 25, porLngo; y los liJaS 26, 21 Y 28, por Santiago de Compostela.
Por cieno que, a propósito de Sigüenza, el libro de Manuel 'loussaint trae unrecuerdo de las travesuras que nos hacían los chiquillos. Yo tampoco las heolvidado. Ya San Agustín habla de la
. ferocidad de los niños. Aunque despuesse corrijan muchos, muchos nacen criminales natos. Nada me da más miedoqne la irres¡;onsabilidad, la agresividad,la insolencia, la crueldad de los niños queno nos conocen y que nos hablan deignal a igual, sin asomo de simpatía, opeor aún, como si fuéramos unos muebles, menos que unos perros. En la Catedral de Sigüenza, los bribones muchachos sencillamente nos encerraron y nonos dejaban salir a tomar el tren. Lesrogábamos que nos pusieran en libertady nos gritaban desde la calle:
-No, fastídiense ustedes. A nosotrosno nos importa. ¿ N o han oído ustedes decir: "Sigüenza, poca vergüenza"?
A comienzos de mayo de 1921 yo mehabía mudado a la casa N9 56 de Serrano,cuarto acto de mi drama madrileño, a
Genaro Estrada, cuando llegó de Italiaa España
que me refiero en et cap. IV de esta Historia documental. Además del propio Manuel Toussaint y de José MQreno Villa,me ayudó con la mudanza y el arreglode mis libros Palma Gnillén, que también apareció entonces por Madrid y a<juien desde entonces siento a mi lado.
Genaro Estrada se fUe a París, en compañía de Manuel Toussaint. Obtuve unalicencia de 8 días y fui a reunirme conellos: j tantos años sin ver a Francia!Creo que esto sucedió a fines de junio.
Al acercarse el verano, Artemio y yonos fuimos a San Sebastián para esperar allá a Miguel Alessio Robles. Apenasllegado éste, Rafael Alducin, que tam-
l'
u
bién estaba en San Sebastián con su familia, me confió un peno ísimo encargo,que fue el dar cnenta a Miguel de lamuerte violenta de su hermano José enMéxico. Miguel se desazonó a tal puntoqne quiso volverse al instante y l'enunciaral cargo. Logramos tranqu il iza rlo entretodos. Y, al acabar el veraneo oficial, pre-
. sentó en Madrid sns credenciales de Ministro.
.Alg~tien puolicó en un diario de.1VJéxica la. ,falsa noticia. verdaderamente ridícula, q.e que le habían pedido a Miguelque dijera en fI-ancés sn corta alocuciónpara presentar credenci'aks, por ser elfrancés la lengua diplomática (nunca lofue entre Hispanoamérica y España. naturalmente), pero que él había reclamadogallardamente el <1erC'cho de hablar enlengna C'spañola.
Artemio había si<1o yá antC'riormenteincorporado a la Leg-aciún con su antiguogrado de Segundo Secretario y había dejado la Comisión Histórica presidida pordon Francisco A. ele lcaza. Artemio y yoacompañábamos muy de cerca a Miguel.Aunque éste había pasado ya por Espai:aaños atrás, sólo ahora se iba familiarizando con el ambiente.
Durante su corta permanencia en laLegación, Miguel reunió en Madrid unaasaniblea de cónsules mexicanos, de quefue secretario Agustín Loera y Chávez,recién nombrado Cónsul de México enSevilla (diciembre de 1921). En estaocasión me fue dable conocer personalmente a aquellos funcionarios y apreciarsu índole y sus aptitudes, lo que me sería muy útil más tarde, en vista de lascircunstancias posteriores creadas por ellevantamiento acontecido en las postrimerías del gobierno ,de Obregón.
En uso de mis vacaciones, fui con mimujer a Italia llevando la representación
Alberto J. Pani, por Diego River<l M. Ale~~io Rohle~, R. AlrllICill y A. Reye~. en S<ln Seh;¡~liáll
Emhaiada de lln día
Por Tomás SEGOVIA
UNiVERsibAD bEMEXico
ACTITUDES
GiuseppeUngaretti
T A NTO se ha hablado de '~esencialidacl"
a propósito de Ungaretti, que es difícil sustráerse, -cuando de él se
trata, a la evocación de una de las frasesmás repetidas en poesía moderna: aquellaque resume el rasgo más característico deesta poesía en el intento de reducirla ?
sus elementos cscncia1es: la imagen' y Idmetá fora. Casi todas las escuelas de ·'van··guardia" coincidieron, efectivamente, ,':1
este punto por lo menos: en la importancia exagerada que dieron a la imagen, ala analogía, a la metáfora, a la compara·ción. Es, incluso, frecuente oír todaV1Jpor ahí deséripcione!, d~ la poesía tan increíblemente simplificadas, que llegan asuponer que ésta consiste en el acercamiento, mediante la comparación .0 analogía, de dos realidad~s aparentementealejadas. Responsable de tales simpli ficaciones es en gran parte el surrealismo, omejor dicho el señor Breton (que tal ,,'ezno es exactamente lo mismo, a pesar detodo) .
Así~ la mejor poesía será aquella queacerque o compare realidades más dispares. Lasi como' decir la más disparatada.Un esquematismo tan extremo es realmente tranquilizador. Asigna al poeta una tarea bien determinada y fija,'un verdaderooficio, ltna artesanía: el poeta se dedicaráa encadenar imágenes, a unir conceptosmediante la palabra como) o preferible-omente· sin esa palabra siquiera, para quela proximidad sea más estrecha, y la ilusión de identificación más completa.
Pero esto deja totalmente inexplicadopor qué una imagen no equivale nuncaa otra, aunque sea igualmente "comprimida", por qué unas series de imágenes'podrían "gustarnos" (por decirlo así)más que otras, y por qué habría inclusola menor necesidad de hacer otras seriesuna vez hecha una, si ésta es satisfactoria.Lo cual nos demuestra que la poesía noconsiste en eso, sino que cuando 1nás se~irve de ello. El gran disparate· de estapostura, a mi juicio, fue imaginar queporque ciertos elementos eran o parecíanesenciales, había que prescindir de losotros. Es exactam~l1te como si al cuerpohumano decidiéramos suprimirle sus elementos no esenciales. Este ejemplo esapenas metafórico, porque si la poesíaes, como yo creo, "vida inmediatoa" (queha dicho Eltnrd), "ida que se expresa dela m'lnera más directa posible, vida quehabla coma se hablaría a sí nlisma, entonces redt1,::irla es lamputarla.. Dejemos delado e'1 problema de decidir (¿ con quécriter'io ?) cuáles son los elementos másesenciales del cuerpo vivo o de la poesíaviva; aun suponíendo que hubiéramos yadilucidado esto de manera más o menosaceptable, sigue pareciendo ·dudoso que
. los demás elementos sean por ello 'super-
y en "Rümbos cruzados" (T.as vísperasde Espaíía).
lVfiguel también tuvo todavía ocasiónde asomarse a Italia, aunque no recuerdoen qué momento, y, antes de su retornoa México. de presentar credenciales comoEmbajador, nom bracio exc1usi vamente para agradecer la Embajada especial deEspaña a las fiestas del Centenario dem¡estra Independencia. Por cierto queen el Ministerio de Estado español leshabía costado algún trabajo entender esode que cada dos lustros festejáramos elmismo suceso; pues, como se recordará,en 1910, bajo Porfirio Diaz, se había Conmemorado el Centenario de la "iniciación"de la lucha, y ahora, en 192 1, se conmemoró el de la "consumación". El' asunto seprestaba a confusiones, il0 sólo en el extranjero: un funcionario y hombre político muy conocido, designado en Méxicopara pronunciar un discurso oficial en esta ocasión, fue muy censurado, y no sé sitambién cesado en su cargo, porque secreyó en libertad, puesto que se celebraban los acontecimientos de 1821, de hacerun elogio de Iturbide, lo que no entraba enlas intenciones del gobierno.
Asamblea de Cónsules Mexicanos en España
de la Universidad de México al Congreso Sociológico inaugurado en Turín el9 de octubre y organizado por Cossentini,cQn quien desde antes me había relacionado por correspondencia Achille Pel1izzari durante su paso por España (1918).Era mi primer visita a tierra italiana.(La segunda será a fines de 1924.) Sólopude disfrutar rápidamente de Génova,Turín, Florencia y Venecia, y regresé aMadrid llamado telegráficamente porMiguel.. Para este viaje decidimos usar la línea
París-Lyon-Méditerranée. Fuimos de Madrid a Burdeos, y allí t~legrafié al jefede estación de Lyon-Brotteaux para lasreservaciones del coche-cama hasta Italia.El, que sabía a medias el español, metomó por el Rey de España, que andabatal vez de picos pardos por el mediodíade Francia: nos reservó.tll1 vagón entero,
.y a las altas horas de la madrugada nosencontramos a todo el personal de laestación formado en fila paré\ recibimosdignamente. No es la única confusiónocasionada por mi nombre: Lo he contado en un artículo -"j Al diablo con lahomonimia !"- no recogido aún en li\;>ro,
DOCUMENTALUNIVERSIDAD DE MEXICO
MISDE
"guardaba piadosa'llle1lte esas cadas"
E) De Nervo. Continúo cuidando, parala Biblioteca Nueva de Ruiz Castillo, lasObras completas de Amado Nervo. En1920 habían aparecido los primeros diecisiete volúmenes; este año de 1921, aparecieron del tomo XVIII al xxv.
Desde 1920, al pí-imer aniversario de lamuerte de Nervo, un grupo de jóvenesde Hispanoamérica y de España -la tertulia del café Platerías- tenía preparadoun homenaje poético en recuerdo de nuestro poeta, pero sólo se publicó en 1921.Es una breve colección que hoy puedetentar la curiosidad de Andrés Henestrosa y otros aficionados a las rarezas de labibliografía mexicana o simili-mexicana:Platería a N ervo, Madrid, J. Pueyo,1921, 89 36 pp. e índice. Tras las "palabras iniciales", aparecen'poesías de MaríaLuisa Ross, Antonio Mediz Bolio, Alfonso Reyes (fragmento del poema a la muerte de N ervo), José María Quiroga Pla,H. Esquivel Medina, Raúl Carrancá Trujillo, FedericG Carlos Sáinz de Robles,Joaquín Fernández Suñol, Manuel Galán,Guillermo y Francisco Rello (conjuntamente) y Caravia Hevia.
F) De Jorge 1saacs. Publiqué en LaPluma, el mes de junio con una carta aCipriano Rivas Cherif -que dirigía aquella revista junto con Manuel Azaña-,tres misivas de Jorge Isaacs aJusto Sierra, obsequio que me hizo en México LuisG. U rbina cuando, en las postrimerías delporfiriato, se disolvió la antigua Secretaría de Instrucción Pública y sobrevino el"Ministerio del do de pecho", como dijoFrancisco Bulnes. Yo guardaba piadosamente esas cartas; las he publicado enLos dos caminos (ver Ob. completas, tamo IV), y hoy desearía que se leyeran ca-
obsesionaba, pues palpita por ahí en otroversos ("Lluvias de julio", [bid., pp. 48-9:"Enciéndese la lámpara al apagarse el sol")y en otro pasaje de "la lámpara solitaria"escrito por 1917. ("Monólogo del autor"
. El su:icida.) ,
... (Hay) un poema de mi prehistoria Bamaclo "Himno para encender la lámpara".No pude menos cle volver al tema en Madrid,año de 1921 ("Al encender lit lámpara",Ob. poét., pp. 74-6). Se ve que la iclea me
consagrados como cunas del arte. Allí,como en un barco dedicado al naufragioy a la hecatombe, junté unos versillos dela mano izquierda que ni siquiera quiserecoger en Cortesía y que pongo en bocade "Antonio Ramos": cosas que se caensolas de la pluma. Los poemas sobre Venecia y Florencia, menos efímeros a misojos, fueron publicados primeramente enPausa y luego en la Obra poéttica. Ambos
The Complea! Angler, en el Cantábrico
Por Alfonso REYES
LIBROS
acaban respectivamente en un vuelvo dela atención que, por fácil asociación deideas, salta de Venecia a Toledo, y deFlorencia a Sevilla. En igual tema caetambién el apunte núm. 11 de los "Rumbos cruzados", donde hablo de las "segundas capitales", a las que sobró finuray faltó rudeza para alzarse con el señoríopolítico.
D) De la vida íntim.a. Quiero referirme aquí a unos cuantos poemas ele 1921,además de los que ya mencioné como ecosdel viaje a Italia o al Cantábrico, y además de algunas posibles páginas de Mi11~t1a, (juego poético hecho a ratos perdIdos y a lo largo de varios años, a cuyosfragmentos no puede asignarse ya fechaprecisa). El primero de esos poemas, "Ami hijo" -que tenía nueve años-, nonecesita explicación. El segundo, "Al encender la lámpara", me lleva a transcribir aquí un pasaje de mis memorias todavía inéditas:
2. Ecos
Cap. XII. El año de 1921
A) El asce'nso diplomático. José Moreno Villa en Madrid (Hermes, enero de1921) y Armando Donoso en Chile (ElMermrio, Santiago, 8-II-1921), comentaron el caso, recordando mis anteriores luchas y mis labores literarias en general.Moreno Villa se refirió con especial simpatía a mi prólogo para el tomito de Lopede ;Vega que publicó la Casa Calleja en1919. .
.B) Del Cantábrico. El cambio en lasconeÍiciones de mi vida me permitió porprimera vez escapar a los bochornososveranos de Madrid, cuando no había másremedio que recluirse en casa todo el día,cerrando las ventanas y abriendo las puertas que comunicaban los cuartos t1110S conotros, casi o sin el "casi" en paños menores, y asomarse de noche a los espectáculos al aire libre, para esperar aquellahora exquisita sobre la cual he escrito:
... Cuanclo llega el otoño, tocios regresamosdel norte. Traemos todavía en los ojos laluz cle Francia, las imágenes de la playa vascongada. .. ("Un paseo entre libros", Ob.completas, IV, p. 368.)
Estas imágenes de la tierra vascongada inspiran varias de mis páginas en prosay en verso, de 1921 en adelante, y andanen Las vísperas de Espaíia, en Cortesía,en la Obra poética, y esparcidas en lasSimpatías y diferencias, sobre todo en laúltima serie (Reloj de sol). "Deva, la delfácil recuerdo" (ver Ob. compl., II, p.177-9) era mi cuartel general. Y todavía años más tarde le consagré esa divagación (¿ ensayo, poema, anecdotario?)que llamé -acaso con un mal chisteLos s'iete sobre Deva (1942) ,pace Esquilo. De 1921 es el poema "La pipa del Cantábrico", primero e inolvidable contactocon l?s pueblos de pescadores: Lequeitio,Motnco ... "Muy de mi gusto" -me dijo Carlos Pellicer en París cuando conoció este poema.
C) pe Italia. Los ecos del rápido viajea Itaha, en verso y en prosa, han deb~lscarse en "Rumbos cruzados'l (Lasvlsperas de Espcpiía, tomo II de las Ob.c?mpl.) , y también en mi libro Obra poéhca. Las notas de "Rumbos cruzados"evitan de propósito el aire convencionaly aun "monumental" que suelen asumirlos relatos de los viajeros por los países
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(Continuación)
HISTORIA
... En esta hora de la media noche, la sierradel G\!adarrama ha lanzado hasta Madrid unode esos resuellos largos, frescos, que hacencantar a los árboles y callar a los hombres.("Huésped~s", Ob. completas, IV, p. 294.)
-Madrid, en verano, sin familia y condinero. " i Baden-Baden! - dijo ciertoconocido político; pero no era mi caso. Ysi antes había yo hablado, con una quejadisimulada entr~ líneas, de "las víctimasdel estío madrileño" (Ob. completas, IV,p. 21) -pues sépase que, por entonces,hasta los mendigos tomaban el tren y veraneaban en Santander o en San Sebastián, como siguiendo al Rey y a su corteahora ya podía yo darme el gusto de escribir orgullosamente:
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UNIVERSIDAD DE MEXICO
mo proemio a mis breves y muy posteriores apuntes sobre la M a·ría de Jorge1saacs. Estos apuntes fueron escritos enBuenos Aires, febrero de 1937; apareciel-on primeramente en el Rela·tor (Cali,Colombia, abril del propio año) ; pasarondespués al libro A lápiz, y merecieron sertenidos en cuenta por algún crítico de losEstados Unidos. El fragmento tuvo suerte('n la lengua inglesa. En el SuplementoLiterario de The Times (Londres, 12 dejunio de 1948), a propósito de la publicación de A lápiz, se dice:
... One of the best of them is that onMaría, the novel by the Colombian writer,Jorge Isaacs. It is a brief ancI telling revaluation of a work which many critics disl1liss as an insipid, lachrymose romantic melodrama. In the acute sensibility of Isaacsand in his dolorous sensuality, Señor Reyessees something that transcende literary romanticism. They reflect, he says, a vision oflhe world "as a valley oí slender knives",a vision corresponding to adolescence, or atleast to the experience of many adolescents.
G) El candor del P. Brown, obra deChesterton que me fue muy grato traducirpara Calleja, se proyectaba desde 1919(ver cap. IX de esta Historia documental), aún estaba en pruebas por enero de1921, y al fin apareció este mismo año.Yo creo que salió con buen pie, porquedespués ha arrastrado hasta la lengua española las otras series del "Padre Brown"(en traducciones ajenas), aquel paradójico invcstigador "detectivesco" cuyo secreto consistía en imaginar que él era eldelincuente. Todos podemos hacerlo -explicaba- puesto que en el corazón huma110 hay sitio igualmente para los ángelesy. para los demonios. Y, después de todo,¿ no conocíamos ya el cuento del tonto delpl.leblo que encontró el caballo perdido?"¿ Cómo te las arreglaste ?", le preguntaban. "Muy sencillo" -decía el tonto delpueblo-. "Me pregunté adónde me iríava a meter si fuera caballo."- H) En el cap. JII de esta Historia dooml.ental anticipé ya algunas noticias sobrc la revista Indice que publicábamosJuan Ramón Jiménez y yo y de que salieron tres números en 1921, y el cuarto
José Bergamín- "se estrenó en lndice"
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Manuelita Reyes en San Marcos
M. Villa- "dio con el término diferencia"
y último en 1922. Al año siguiente, inauguramos la Biblioteca Indice, que tambiénhe recordado antes y en la que sc estrenaron algunos jóvenes. La frecuentaciónde Chesterton me llevó entonces a publicar en esta revista algunas páginas quehan pasado al libro Gmta colnpaiiía(1948), algo retocadas naturalmente:"Chesterton y la historia inglesa."
1) Seguramente lo más débil de misCuestiones gOllgorinas (1927) es el ensayo final: "Un romance dc atribución dudosa." Creo h:lberlo redactado en el Jñoque nos ocupa. 1921, más bien para ponerorden entre mis papeles sobrantes. Nuncase publicó separadamente, a diferencia delos demás artículos del volumen. Tal vezel instinto o el demonio socrático me decía al oído que era preferible disimularloentre otros ensayos.
3. Simpatías y diferencias
Este año aparecieron las dos primerasseries de Simpatías y diferencias (31 deenero y 31 de marzo). En México (1945),bajo la dirección de Antonio Castro Leal,
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e incorporadas con las tres ~. des posteriores, se hizo una segunda edición de lasSi11l./,atías :\1 difercJlcias {'Il dos tomos(n úms. 22 y 23 de la Colección de Escritol-es Mexicanos, Editorial Porrúa).Después he recogido el conjunto en eltomo 1\' de mis Obras completas (1956),donde explico los nue\·os ordcnamientos,supresiones y adicion<'s al material primitivo.
Por ahora sólo me referiré a las dosprimeras series, que según ya lo he dichoantes proceden de mi página de "Geografía e Historia" en El Sol, de Madrid, añosde 1918-1920. El título general de lasseries fue objeto de algunas dudas: mcresultaba violento emplear el término "antipatías"', y muy pedante el helenismo"dispatías". Lo discutía yo con MorenoVilla, cuando éste dio con el término discreta: "diferencias".
A estas dos primeras sel-ies consagró"Andrenio" (E. Gómez de Baquero) lasiguientes líneas:
... El plano oblicuo (cuentos y diálogos),El ca:::ador (ensayos y divagaciones) y SÚIlpatías :.v diferellcias (dos volúmenes) '" Esteúltimo libro me parece el más maduro y hecho de los citados volúmenes y el de composición más clara, quizá por ser el más ?~jetivo, el menos lírico, ya que es de narraClOny critica, o bien acaso por ser el m.ás m?derno' lo qne, tratándose de nn escritor JovenCOl~10 Reyes, snpone una depuración, u.na d.ecautación del estilo. calmada la ItlSplraClOnde las primeras chnlliciones mozas y el impetu designal de Jos ensayos primerizos (LaLpoca, Madrid! 3 de diciembre de !93!' .ar~tículo reprodncldo 111 extenso en las} agl1lil.1
sobre A. R., T, Monterrey, !9S5, p. 15).
La diferencia de tono que "Andrerio"ha advertido entre estos libros es obvia;pero la explica, además de las razpnespor él alegadas, el hecho de que en losotros libros yo escribía pal-a mi gusto, ylos artículos de Simpatías :\1 diferenc'iastienen siempre muy en cuenta al lectordel periód ico. De moclo que puedo c1eci r,como en mi po('ma Florencia (1921):
... y cediendo a mis gustos, daba gustoa otros mil:
si eu el retablo pintaba para todos,debajo -en el gradilla-- pintaba para mí.
Pero, meses antes que "Andrenio", lafiel amistad de Carlos González Peñahabía señalado ya, con su acostumbradabenevolencia, la aparición de estos volúmenes (El Universal, México, 26 de ~11a
yo) : " ... Agilidad, ~utileza d~ ~;nsam~el!to, limpieza y gracIa de_estIlo , escnbIanuestro fraternal campanero.
Aunque en las notas al tomo lV de misObras completas dejo ya ciertas Indicaciones, encaminadas sobre todo a completar las referencias con alguno~ datosposteriores u olvidados, no veo mejor ocasión que la presente para ofrecer los c~
mentarios que se mc ocurren sobre mispropios artículos, por insignifica~tes quesean (los artículos y los comentanos, queno quede lugar a duda). Nada es peor,menos higiénico, que guardarse esta pelusilla, estas limaduras y rebabas. i Afucra con todo!
Primera serie (Páginas del Jueves)."Visiones del Japón." Al margen de unensayo de E. Hovelaque -y salvo la citafinal de Lope, de que mucho me ufan.o---;-,me dejé llevar todavía por aquellas .Imaaenes sobre el Imperio del Sol NaCIente~ que nos tenían habituad~s Percival 1-:0well Lafcadio Hearn, Basll Chamberlam.Más' tarde. hubiera preferido las profun-
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das interpretaciones de Ruth Fulton Benedict en The Chrisanthem,urn and theSword 1946,
"El museo privado dc un escritor." Alfinal de estc artículo, yo exhortaba a"Azorín" a darnos un día su libro de recortes, de pasajes marcados con rayas delápiz al margen de los libros. Lo cierto esque él incorpora fácilmente todo ello enla elaboración de sus artículos -lo quees sin duda preferible y que, por suerte,los años no le han pesado para ir recogiendo cuidadosamente todos los rasgosde su pluma, todos por algún conceptoprecioso.
"Desde la ventana del laboratorio." Refiriéndome a un libro del coronel Nasmith -médico militar de Toronto- vhablando de la guerra N9 I, yo escribíahacia 1919 lo que después de la GuerraN9 JI ha venido a ser más vettdadero:
... En la historia, esta guerra ha de aparecer como la guerra científica, Las memoriasde los hombres de ciencia serán tan indispensables para comprenderla como los informesdel comandante.
Tal es el sentido de todo el artículo. Yno me refiero, ya se entiende, a las reflexiones u observaciones científicas quese ofrecen al margen de los combates ycomo en los entreactos (recuérdese las"campañas" de Goethe), sino a la cienciaimplícita en la guerra misma.
"De Shakespeare, considerado comofantasma." Puesto que acabo de recordara Goethe, diré que el punto a que esteartículo se refiere -sincronismo O concordancia, como dice Lefranc, entre laobra shakespiriana y la vida del actorWilliam Shakespeare, si es que existental sincronismo o concordancia- se re·duce a la relación entre la Dichtung y la:Wahrheit, entre la poesía y la verdaden la obra de un hombre; por lo cual, enmi ejemplar ~'de fatiga", he escrito alpie de este artículo: "Referencia al ensayo La vida y la obra (Tres puntos dee.regética literar'ia, Jornadas del Colegiode México, N9 38, 1945, pp. 19 Y ss.).La cita de Croce sobre cómo la poesíaadmite interpretaciones históricas, perocon ayuda de aquella historia que le es intrínseca y propia, y no de la historia extraña aunque sea contemporánea y envuelva la vida del autor, me lleva a recordarcierta revista que pasaba por mis manoscuando, en Madrid, preparaba yo con 50lalinde la bibliografía para la Revista deFilología Espmiola y me reia de ciertosinacabables artículos dedicados a dar noticias sobre "monjas palentinas parientesde Miguel de Cervantes", cuyo eruditorecopilador creía contribuir así al mejorentendimiento del Quijote; en lo que yopensaba sin duda cuando, explicando lapostura de Croce, escribí esta frase: "¡ ay,en nuestra crítica cervantina, qué faltanos haría una prédica semejante !" Lo queme lleva de la mano al problema del soneto "No me mueve, mi Dios, para quererte", sobre el cual me interrogaba hacetiempo el arzobispo Martínez, y a quienenvié el artículo de Marcel Bataillon publicado en la Nueva Revista de FilologíaHispánica -El Colegio de México, 1950,IV, pp. 254 a 269-, que, con la mayordeferencia para las investigaciones de donAlberto Ma. Carreña, termina así:
Antonio Espina- "en la Biblioteca. Tndice"
B. Palencia- "sus dibujos en la Biblioteca"
... Quédese el famoso soneto en su anónimo,con tal que entendamos bien 10 que significa.Es un momento de la espiritualidad "cristocéntrica", un eslabón aviliano de la cadenaque une la escuela italiana de los spiritlla[.iy del Beneficio 'éle Cristo con la escuela delPuro Amor que florecen en la Francia deLuis XIII. Es anónimo adrede, pero sin segunda intención ...
En cuanto a los demás artículos de laprimera serie no se me ofrece ningún comentario especial, como no sea el llamarla atención sobre las noticias y apéndicesal tomo IV de mis Obras completas, pp.7, 10 y 88, donde explico los cambios introducidos en esta edición final.. Segunda serie. 1. Crítica. 11. HistoriaMenDr.
Una sola observación, que en parte repite lo que dije en el capítulo IV: "El cineliterario", escrito en 1920 (Ob. completas, IV, p. 107) puede, por analogía de tema, agruparse con las páginas relativas alcine (Ibid" pp. 199-236), con las" Tatassobre el cine" y "Un drama para el cine"que constan en el Tren de ondas, con
UNIVERSIDAD bE MEXICO
el comentario "México en el Cine" (Alápiz, 1947, p. 86) y con "Los cuentos deRojas González en el Cine", articulito quehasta hoy sólo ha aparecido en un programa para la exhibición de Raíces, pero quese incorporará en algún futuro volumen.A veces se me ha ocurrido pensar que lasprimeras páginas de mi ensayo sobre"Góngora y La, gloria de Niquea" (Cuestiones gongorinas, pp. 12-13) dan la basepara un "escenario" relativo al Conde deVillamediana, y así lo digo en los apuntesde "Fósforo" (Ob. compl. IV, p. 223).Ya he copiado, al comenzar este capítulo,la opinión de "Azorín" sobre una posiblepelícula de fantasía fundada en Lope deVega ("Las aventuras de Pánfi~o", fragmento del Peregrino en su patna que yohe publicado, y pronto reeditaré comoobra aparte).
4. El Cazador
Este libro de artículos, ensayos y hastapoemas en prosa apareció aquel año de1921 en la Biblioteca Nueva de Ruiz Castillo; lo reedité en México, Tezontle {21de julio de 1954), y finalmente 10 incorporé en el tercer tomo de mis Obrascompletas (México, Fondo de CulturaEconómica, 1956). Las diversas páginas,van desde 1910 hasta 1920; las más, sehabían publicado anteriormente en re~
vistas. Ya he dicho en otro capítulo qnedesde 1918 andaba yo buscándole algúneditor; pero se me quedó en los plúteosy, con el reposo, engordó algo más. Deunas a otras ediciones, arreglé un poco elorden de los diversos fragmentos.
Por lo pronto, de El Cazador sólo conservo una noticia publicada por CarlosGonzález Peña en El Universal (México,21 de agosto de 1921), descontaela la nota de "Andrenio" que he citado ya a propósito ele las dos primeras series de Simpatías y diferencias. "Andrenio" parecíadesconfiar un poco del tono lírico y juvenil de estas páginas. Hoy veo, por lasreseñas provocadas a la aparición de nuevas ediciones, que se les concede calidadpoética de poemas en prosa, por lo menosa algunos fragmentos.
"se le concede calidad poética"
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