O castro do Zambujal

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O castro do Zambujal (Torres

Vedras, Portugal)

Jose Miguel Zafra Vidal

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Éste texto se realizó con motivo de la evaluación de la asignatura de “Prehistoria en la Península Ibérica” del tercer curso del Grado en Historia de la Universidad de Alicante en el curso 2014-2015.

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Resumen

El yacimiento del Castro de Zambujal (Torres Vedras, Portugal) se trata de un poblado fortificado del Calcolítico portugués. Excavado por arqueólogos portugueses y por el Instituto Arqueológico Alemán ha aportado gran cantidad de información sobre el desarrollo de la cultura de Vila Nova de São Pedro. Los trabajos efectuados en Zambujal han permitido, por ejemplo, establecer una cronología del Calcolítico en el centro de Portugal, aplicable a otros enclaves similares como Leceia o confirmar la existencia de un Calcolítico y una metalurgia peninsular sin influencia oriental, es decir, con un desarrollo autóctono, ya teorizado desde el estudio de Los Millares (Almería).

Palabras clave: Calcolítico, Portugal, Cultura de Vila Nova, poblado fortificado, Campaniforme, metalurgia, castro.

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Localización geográfica.

El Castro de Zambujal se sitúa en el municipio de Torres Vedras, a 3 km. de la ciudad homónima, en la región de la Estremadura portuguesa. Concretamente, este yacimiento se halla en los montes situados al sur del valle del río Sizandro junto a uno de sus

afluentes (fig. 1). Esta zona se enclava al norte del estuario del Tajo.

1. Historia de la investigación.

Leonel Trinidade halla el castro de Zambujal en 1938, recogiendo algunos restos superficiales que él asigna al Calcolítico. Más tarde, en 1944 realizó un pequeño sondeo en la parte superior del enclave, encontrando un muro en dirección este. En 1959, y junto con el Dr. Belo, se ejecutan tres campañas de excavación, de 1959 a 1961, hasta la muerte de Ricardo Belo; momento en el que se paralizan los trabajos de campo. Es en

Fig 1. Mapa de la

Estremadura con los

principales castros

del Calcolítico.

(Kunts, 1996: 263)

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estas campañas cuando se realizan los cortes 1 a 13, que ponen al descubierto diversos frentes de muros y algunas construcciones.

En agosto de 1961, Vera Leisner y Hermanfrid Schubart visitan el sitio de Zambujal, acompañados por Trinidade. Al oeste y sur de la primera línea de muralla (muralla I) se apreciaron estratos arqueológicos que continuaban el frente de la muralla. Más tarde se continuarían los trabajos en esa zona abriendo el corte 14. Tras estas inspecciones, en 1962 se prepara un proyecto de excavación para 1964 entre el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid y el «Institut für Ur-und Frühgeschichte» de la Universidad de Friburgo. Entre 1964 y 1971 son realizadas varias campañas de excavación dirigidas por los doctores Sangmeister y Schubart (fig. 2). Tras finalizar estos trabajos los investigadores se dedicaran a publicar y difundir sus hallazgos (como en las I Jornadas Arqueológicas de Torres Vedras, 1987).

Los doctores Sangmeister (izq.) y Schubart (der.) sobre la barbacana al final de la

campaña de 1968. (Kunts 2011: 437).

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Ya en la década de los noventa M. Kunts y H.-P. Uerpmann retoman los trabajos de campo en dos campañas en 1994-1995 en el yacimiento de Zambujal. En estas excavaciones, se confirma la existencia de una cuarta línea de muralla (muralla IV) (Kunts, 2002) al este del tercer lienzo del castro, hallado en los trabajos previos. Ya en nuestro siglo continuaron los trabajos en las campañas de 2001 a 2004 profundizando en el conocimiento de esta cuarta muralla.

2. Contexto cronológico y cultural

El yacimiento de Zambujal está englobado dentro del Calcolítico del centro y sur de Portugal. Esta cultura es llamada en la historiografía antigua como cultura de Vila Nova, por el yacimiento de Vila Nova de São Pedro, el cuál fue el primer enclave descubierto del calcolítico centro-sur portugués. Esta cultura se caracteriza por lo siguiente:

� El surgimiento de poblados fortificados, con varias fases de construcción (Gonçalves, 2003: 326) en zonas cercanas al mar o con conexión con el Atlántico a través de ríos (Jorge, 2005: 30)

� Evoluciones en la morfología de la cerámica, dominio de los platos de borde espesado y aparición de los copos canelados. Esto plantea un nuevo hábito alimentario (Gonçalves, 2003: 327).

� Aparición de la metalurgia del cobre. Inicialmente planteada a través de la llegada de pueblos orientales (Gonçalves, 1989: 427), hoy en día se cree que el surgimiento del trabajo del cobre tuvo un carácter autóctono (Delibes, 2014: 97).

Del mismo modo tenemos cinco horizontes característicos del Calcolítico en la fachada atlántica portuguesa (Kunts, 1996: 280), basados en los trabajos realizados en la cerámica de lujo del yacimiento del Casal de Zambujal, por M. Kunst:

� Horizonte 1: Copos cilíndricos en exclusiva.

� Horizonte 2: Copos cilíndricos frecuentes + muy pocas cerámicas de decoración en hoja

� Horizonte 3: Copos cilíndricos frecuentes + frecuentes cerámicas de decoración en hoja + algún resto de campaniforme.

� Horizonte 4: Decoración en hoja frecuente + campaniforme frecuente + escasos restos de copos cilíndricos.

� Horizonte 5: Campaniforme frecuente + poco frecuente decoración en hoja + no hay copos cilíndricos.

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Concretamente la cronología del Castro de Zambujal se fundamenta en estudios radiocarbónicos aplicados a las cinco fases de ocupación del sitio aportadas por las excavaciones de Sangmeister y Schubart (De Carvalho, 2010/2011: 203):

� Fase 1 y 2: 2800-2600 BC.

� Fase 3: 2600-2500 BC

� Fase 4: 2500-2000 BC.

� Fase 5: 2000-1700 BC.

3. Hábitat y estructuras.

La forma básica de Zambujal en la misma que en todos los castros portugueses del Calcolítico., esto es, una fortaleza o gran torre central rodeada de varios lienzos de murallas. En el caso de Zambujal son 4 las líneas de murallas, siendo las tres primeras descubiertas en las excavaciones de los años 60-70 y la última en el año 1995 en el corte 92 (Kunts, 2007: 97). La primera línea de muralla circundaba el centro del poblado, mientras que la segunda y tercera descendían por el Este del poblado (Kunts, 2010: 135), protegiendo el flanco con la acceso más sencillo. A falta de más investigaciones en el terreno se desconoce si estas líneas II y III circunvalaban también el centro del poblado.

La construcción del poblado de Zambujal, parece haber sido planificada desde un principio, por lo menos en la primera de sus fases, por la complejidad de este conjunto arquitectónico (Kunts, 2010: 149). Este hecho junto con la aparición de nuevas formas constructivas más desarrolladas (falsas bóvedas, lajas de piedras talladas, murallas de dos caras,...) (Kunts, 2011: 431) nos sugieren la presencia de “maestros de obras” al mando de obreros especializados.

Las fases de ocupación de las que consta Zambujal son 16, repartidas en 5 estrategias poliorcéticas diferentes (Kunts, 2010: 135):

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Fig 3. Las 5 fases constructivas de Zambujal. (Kunts, 2010: 136)

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� Fase 1: (Fig. 3a) se caracteriza por la composición de la línea I de la muralla formada por dos torres macizas unidas por un muro de doble paramento. Cada vez que una de sus partes resultaba destruida se construían nuevas caras del lienzo engrosando el espesor de la muralla. Si a esto le añadimos el resto de estructuras murarias del castro de Zambujal (líneas II y III) vemos como el poblado dispone de una zona central fortificada con varios patios a su alrededor, conectados de tal forma que tienes que pasar por cada uno de ellos para acceder al interior del poblado (Kunts, 2010: 136-137).

� Fase 2: (Fig. 3b) en la siguiente fase cambia la estrategia defensiva del poblado. Las torres macizas anteriores se unen mediante una “barbacana”, la cual costa de 8 saeteras. En esta fase se modifica el sistema de patios radiales y se crean las líneas de muralla II y III . En particular la línea II tiene varias puertas que Schubart y Sangmeister teorizaron que estaban vigiladas desde la barbacana, a través de sus aspilleras (Kunts, 2010: 137). En resumen, una nueva forma de defender el poblado ante ataques externos, encauzando al enemigo a través de estas portezuelas en las que les disparaban (Kunts, 2010: 137-138).

� Fase 3: (Fig. 3c) se cambia el sistema de barbacanas, que parecía no haber sido muy efectivo. En lugar de disparar desde estrechas aberturas, rellenan el espacio entre muros y crean plataformas elevadas que, seguramente acompañadas por estructuras de madera para la protección de los arqueros, facilitan la defensa del poblado favoreciendo el movimiento de tropas (Kunts, 2010: 138); obteniendo, asimismo, una disposición elevada sobre el atacante, lo que representa una ventaja en el campo de batalla. También es en esta fase cuando asistimos a la construcción de varias casa circulares entre las líneas de murallas I y II, en especial la casa V con claras pruebas de su empleo en tareas metalúrgicas de cobre (Kunts, 2010: 138). Este tipo de áreas metalúrgicas ya se han encontrado en fases anteriores situadas en estas mismas zonas (Kunts, 2010: 138).

� Fase 4: (Fig 3d) en esta fase se añaden torres huecas a las plataformas anteriores. La más conocida es la torre B, por haber sido reconstruida para el museo de Torres Vedras (Kunts, 2011). Esta torre se situaba sobre el derrumbe de la casa V y estaba levantada a través de una falsa cúpula y seguramente rematada por una techumbre de madera o paja (Kunts, 2010: 138).

� Fase 5: (Fig. 3e) es la fase final de ocupación del castro de Zambujal. En este momento hallamos muy pocos restos de muros, situados sobre importantes derrumbes encima de restos del hábitat de la fase IV,

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asimismo no se encuentran restos de la línea de muralla III en esta fase. Para el acceso al poblado se dispusieron grandes corredores en la línea II, flanqueados por bastiones semi-circulares. La línea I, presenta una nuevo frente al unir las torres A y B con una muralla que en algunos puntos alcanza hasta 16 m. de espesor. En uno de los umbrales de entrada en la línea II (puerta L) se encontraron restos humanos sin inhumar, lo que junto con los numerosos derrumbes y la brusca reducción del área habitada, no llevan a pensar en un final catastrófico para Zambujal, ya sea por acción humana a través de una batalla (Kunts, 2011: 433) o por una episodio natural como un terremoto, como se vio en 1755 el centro de Portugal es una zona sensible a los sismos importantes (Kunts, 2010: 135).

Las viviendas que se ha encontrado por ahora tienen forma circular y en ocasiones el suelo de la habitación presenta lajas de piedra ya encontradas en las primeras campañas del Instituto Arqueológico Alemán (Sangmeister et alii, 1966: 9). Pero no solo el interior de las murallas está habitado, sino que prospecciones realizadas más alejadas de las líneas de muralla han aportado restos de cerámicas de gran tamaño (Kunts, 2010: 142), lo que dificulta su interpretación como basureros, y está considerado como una zona de posible hábitat. Uno de los mayores problemas de los castros calcolíticos portugueses es que se desconoce el final de estos poblados satisfactoriamente pero en Torres Vedras se compró los terrenos que rodean el emplazamiento para continuar realizando investigaciones en un futuro para esclarecer este hecho y la posible existencia de una necrópolis que aún no se ha hallado (Kunts, 2010: 151).

4. Cultura material.

El sitio del Casal de Zambujal tiene la ventaja de haber sido excavado con metodología científica y con sistemas que ha permitido exhumar sus restos sin alterar su estratigrafía, lo que nos permite tener gran cantidad de hallazgos de su cultura material y además poder situarlos cronológica y espacialmente; convirtiéndose así Zambujal en el yacimiento de referencia para el estudio del Calcolítico en el centro-sur de Portugal.

� Cerámica: La cerámica hallado en el Casal de Zambujal es de tremenda importancia para la Prehistoria peninsular, ya que con los estudios llevados a cabo por los diversos científicos que se han dedicado a su análisis (M. Kunst, G. De Carvalho,...) se ha podido sistematizar unos horizontes cronológicos para el IIIer. milenio en la cultura de Vila Nova (Kunts, 1996: 280). La tipología más destacada son los llamados copos canelados. Estos vasos aparecen sobre todo en la fase inicial de todo yacimiento del Calcolítico en Estremadura siendo el “fósil director” para su fase inicial (Kunts, 1996: 258). Los copos son unas cerámicas de buena calidad, de paredes finas y superficie pulida. El color de estos elementos suele ser negro o achocolatado (Kunts, 1996: 258). El segundo grupo de cerámicas a destacar son las de decoración “en hoja” las cuáles

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pueden ser cruciformes o “en hojas de acacia”. Surgirían muy poco después de los copos canelados y convivirían con ellos hasta la desaparición de los mismos. El tercer tipo de cerámica en surgir es la campaniforme, de estilo marítimo. Se ha teorizado con su posible origen, y del fenómeno campaniforme en general, en la Estremadura portuguesa (De Carvalho, 2010/2011: 229) por su antigüedad y por sus formas que recuerdan a otras tipologías cerámicas del Calcolítico portugués. En el caso de Zambujal comienza a aparecer en el 2200 a.C. (Kunts, 1987: 591) y permanece hasta el abandono del poblado. Parece ser que el uso de la vajilla campaniforme en el castro de Zambujal iba vinculado a procesos metalúrgicos, concretamente a los espacios donde se producían las transformaciones del metal, como es el caso de la casa V (Kunts, 1987: 592). Es decir, tipologías especiales para las élites del poblado, en este caso los herreros. Para su producción se procedía a una selección de los filones de arcillas locales, preocupándose por su composición idónea, (De Carvalho, 2010/2011: 225-228). El proceso de elaboración de las piezas, era el de modelado por rollos (De Carvalho, 2010/2011: 226). Todo ello, además de otros indicios, nos indican la más que problable existencia de especialistas en el poblado (De Carvalho, 2010/2011: 228) sobre todo en el caso de las cerámicas campaniformes y los copos canelados, las piezas de más alto valor intrínseco.

Fig 4: de arriba a abajo (izq.)Cuenco con decoración en hoja y copos cilíndricos bruñidos; (der.) cuatro vasos campaniformes. (Kunts, 1995b: 26-27)

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� Material lítico: En el castro de Zambujal tenemos una gran diversidad de recursos líticos (sílex, jaspe, cuarcita,...), así como piezas en bruto, l oque nos haría pensar la existencia de pobladores dedicados en exclusiva a la fabricación de ítems de materiales líticos (Uerpmann, 1995b: 37). El más destacado es, por supuesto, el sílex. El sílex de Zambujal tiene procedencia lejana (Uerpmann, 1995b: 37)., lo cual nos muestra de nuevo una cuidada selección de materiales. El instrumento más común son las hojas cortantes (Uerpmann, 1995b: 39), algunas de gran calidad por sus numerosos retoques y el gran tamaño de las piezas (Kunts, 1995a: 35). Es de destacar que, entre esas hojas cortantes, no tenemos elementos de hoz con el clásico lustre por el corte de herbáceas, pero sí tenemos indicios del consumos de los cereales en el poblado (Kunts, 1995a: 35) (Kunts, 2013: 196). Asimismo tenemos gran abundancia de puntas de flecha de sílex con múltiples formas (Uerpmann, 1995b: 39), una de ellas particularmente extraña es la llamada tipo Torre Eiffel (fig. 5.3). Por último, hay que mencionar la presencia de cuentas de collar de piedras de color verde (Jiménez, 1995: 33), aunque también hay adornos de hueso e incluso marfil africano.

� Metalurgia: En el poblado de Zambujal se han hallado mas de 900 elementos de cobre. La gran mayoría de ellos irregulares o de formas

Fig 5. Puntas de flecha de sílex de Zambujal. (Uerpmann, 1995b: 40)

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simples , gotas, escorias, hilos,... Destacan 80 objetos, entre los que se encuentran mayormente punzones y cinceles pequeños; pero también cuatro hachas, cuatro hojas de sierra, cinco puntas de flecha, tres cuchillos y una daga (AA: VV, 2007: 16). Zambujal era un centro de producción metalúrgico (Kunts, 1995a: 32) (Lisboa, 1995: 149) ya que, además de los cinceles, han aparecido fragmentos de crisoles y restos de cobre, así como instrumentos finalizados (Kunts, 1995a: 32). El lugar más interesante vinculado a la metalurgia es la llamada casa V. Esta vivienda estaba acondicionada con un círculo de arcilla, arena fina y una serie de hogares. Entre otras cosas se desenterraron gotas de cobre, crisoles y algo de escoria metálica (Kunts, 1995a: 32), es decir, era una fundición. Pero la metalurgia no solo se realizaba en la zonas más interior, controlada seguramente por las élites, sino que también lugares más exteriores (Kunts, 2013: 195) como la 4ª línea de murallas. El cobre era traído de lugares lejanos, a más de 100 km. (AA: VV, 2007: 24) y se prefería el cobre arsenicado.

5. Conclusión.

El castro de Zambujal era un lugar muy importante en el momento de su ocupación. Lo más evidente que nos encontramos para justificar esto es la monumentalidad de su conjunto arquitectónico, hasta el punto de que algunos autores afirman si sus murallas no tenían una función más de ostentación que de defensa (Jorge, 2005: 17). Está claro, que en Zambujal tenemos numerosas pruebas de la existencia de unas élites que estarían facultadas para la dirección de la edificación de sus complejas estructuras, apoyado este hecho por la planificación que se observa en la consecución de dichas labores de construcción.

Asimismo se observa otro elemento de la presencia de jerarquías en el poblado: la violencia. Las numerosas puntas de flechas frente a la presencia de animales cazados, nos muestra un desequilibrio que apoya el uso de estas flechas para la defensa del poblado (Kunts, 2011: 433). Además estas flechas se concentran en lugares estratégicos para la defensa como puede ser la barbacana. En resumen las flechas tienen un más que marcado carácter militar lo que nos indicaría la presencia de desigualdades y luchas entre poblados.

Otro indicio de la gran importancia de Zambujal es su función económica. Zambujal no era un centro productor de cereales ni tenía grandes cabañas ganaderas, entonces, ¿de que vivían los habitantes de Zambujal? Si observamos tanto su posición estratégica cercana al mar y en la confluencia de tres rutas comerciales, (Kunts, 1995: 39) como el hallazgo de numerosos objetos de importación como el cobre o la variscita de origen peninsular, así como conchas del Índico (Uerpmann, 1995A: 52) o marfil africano nos llevan a pensar en la gran importancia comercial que tuvo el castro de Zambujal, siendo seguramente su fuente principal de recursos. Paralelamente a esto hay que citar la

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presencia de artículos de acceso restringido como es el caso de las cerámicas de alto valor como los copos o los vasos campaniformes.

Todo ello ha hecho ver a los investigadores a Zambujal como uno de los llamados “lugares centrales”. Esto viene apoyado por la presencia en su hinterland de otros castros de menor entidad como el castro de Fórnea o el de Penedo, que se supone, estarían supeditados a Zambujal (Gonçalves, 1995: 139).

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