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36 EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES La carta a los Filipenses es una de las cuatro epístolas cortas escrita por el apóstol Pablo desde la prisión. Las otras tres son Efesios, Colosenses y Filemón . Estas cuatro cartas han sido llamadas “cartas de la prisión”. Pablo fundó en Filipos la primera congregación cristiana en tierra europea, durante su segundo viaje misionero, registrado en Hch. 16:12–40. A partir de ese momento se desarrolló una relación de ayuda
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36

EPÍSTOLA A LOS FILIPENSES

La carta a los Filipenses es una de las cuatro epístolas cortas escrita por el apóstol Pablo desde la prisión.

Las otras tres son Efesios, Colosenses y Filemón. Estas cuatro cartas han sido llamadas “cartas de la prisión”.

Pablo fundó en Filipos la primera congregación cristiana en tierra europea, durante su segundo viaje misionero, registrado en

Hch. 16:12–40.

A partir de ese momento se desarrolló una relación de ayuda mutua entre los filipenses y Pablo que duraría para siempre (Fil. 1:5; 4:15).

Su carta la escribe con amor, y en toda ella se respira un aire de gozo.

Cuando Pablo vino por primera vez a Filipos, lo echaron en la cárcel.

Bien avanzada la noche, azotado y encerrado, cantaba a Dios (Hch. 16:25).

Diez años después fue de nuevo a prisión y allí sentía el gozo del cristiano en medio del sufrimiento, y pudo escribir estas palabras: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Fil. 4:4).

Durante su tercer viaje misionero, Pablo volvió a visitar la iglesia (Hch. 20:1, 6).

A través de esta epístola, Pablo habla del gozo en el Señor, haciendo énfasis que sólo a través de Cristo se manifiesta el gozo del creyente, como sucede con todas las demás bendiciones cristianas.

TEMA: Gozo en Cristo

AUTOR: El apóstol Pablo

FECHA: En el año 61 d.C.

Cuando Pablo escribió Filipenses, estaba en una prisión (1:7, 13, 30) mientras esperaba la decisión de su juicio (Fil. 1:5).

Pablo escribió esta carta probablemente durante su primer encarcelamiento en Roma, para agradecer a los filipenses la contribución que de ellos había recibido.

PROPÓSITO: Cuando se lee la carta a los Filipenses, se puede señalar que hubo varias propósitos:

· Pablo quería agradecer la ofrenda que sus amigos de Filipos le habían enviado (4:10, 14–18).

· Quería hacerles conocer de su propia situación, y especialmente darles la seguridad de que su encarcelamiento no implicaba un retroceso del evangelio (1:12–26).

· Pablo necesitaba explicar por qué enviaba de regreso a Epafrodito, cuando los filipenses habían tenido la intención de que permaneciera junto a Pablo ayudándolo de cualquier manera que necesitase (2:25–30).

· Había llegado a conocimiento del Apóstol el partidismo y la desunión de la iglesia de Filipos, y quería instarlos a vivir, actuar y testimoniar en la unidad del Espíritu (1:27; 2:1–11; 4:2, 3).

· Les alertó contra las peligrosas herejías que los amenazaban, probablemente relacionadas con el judaísmo y el gnosticismo.

BOSQUEJO:

1. GOZO EN EL SUFRIMIENTO (1:1-30)

2. Gozo en el servicio (2:1-30)

3. Gozo en la fe (3:1–4:1)

4. Gozo en el dar (4:2-23)

MARCO HISTÓRICO:

Pablo y sus compañeros fundaron la iglesia en Filipos en su segundo viaje misionero (Hch. 16:11–40).

Esta fue la primera iglesia establecida en el continente europeo.

La iglesia en Filipos había enviado un regalo con Epafrodito (uno de sus miembros) para ser entregado a Pablo (4:18), que estaba en prisión en ese tiempo.

El apóstol les escribe esta carta para agradecerles su regalo y para animarles en su fe.

El lugar de la prisión de Pablo se ha debatido durante mucho tiempo.

Algunos creen que fue en Éfeso o Cesarea, pero la mayoría opina que fue en Roma.

Pablo hace referencia a “todo el pretorio” (1:13) e incluso envía saludos de

“los de la casa de César” (4:22).

Estas referencias sugieren a Roma, así como la descripción de sus prisiones en 1:12–18.

En su primer viaje misionero, Pablo visitó pueblos cercanos a su centro de operaciones en Antioquía de Siria.

En su segundo y tercer viajes, se extendió aún mucho más. Debido a las grandes distancias entre las congregaciones que fundó, no podía supervisarlas personalmente.

Por eso, tuvo que escribirles cartas para enseñar y animar a los creyentes.

Por fortuna, Pablo tenía un equipo de voluntarios, que incluía a Timoteo, Marcos y Epafras, que entregaban estas cartas en persona y por lo general permanecían con las congregaciones por un tiempo para enseñarlas y animarlas.

La colonia romana de Filipos estaba ubicada al norte de Grecia (llamada Macedonia en los días de Pablo).

Felipe II de Macedonia (el padre de Alejandro el Grande) tomó la antigua ciudad de Tracia alrededor de 357 a.C., la engrandeció y fortaleció y le dio su nombre.

Este centro comercial próspero se hallaba en el cruce entre Europa y Asia.

Por el año 50 d.C., Pablo, Silas, Timoteo y Lucas cruzaron el mar Egeo desde Asia Menor y desembarcaron en Filipos (Hch 16:11–40).

La iglesia en Filipos estaba formada mayormente de gentiles (no judíos). Como no estaban familiarizados con el Antiguo Testamento, Pablo no se refirió específicamente a dicha parte de las Escrituras en esta carta.

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

Esta es una carta personal a los filipenses, no pretendía ser una circular como la carta a los efesios.

Pablo quería agradecer a los creyentes por haberlo ayudado cuando tuvo necesidad. También deseaba decirles por qué disfrutaba de gozo completo a pesar de su prisión y de su consiguiente juicio.

En esta carta, Pablo aconseja a los filipenses acerca de la humildad y la unidad, y les advierte en cuanto a los problemas potenciales.

El gozo triunfante constituye la nota dominante de la carta. Aunque preso, Pablo está extraordinariamente feliz, y llama a sus lectores a regocijarse siempre en Cristo.

La epístola enfatiza cuestiones éticas y prácticas y se centra en Jesucristo. Para Pablo, Cristo era más que un ejemplo, era su propia vida.

Refiriéndose finalmente a las donaciones de los filipenses, Pablo disimula su extrañeza por no haber recibido ayuda durante algún tiempo.

Alude a su propia disciplina en Cristo, agradece la ayuda y es su oración que los filipenses sean recompensados por Dios (4:10–20).

En 2:5–11 se halla un pasaje notable: un cántico al Siervo que es a la vez el Señor.

Este salmo, que exalta al crucificado, quizás lo cantaron los filipenses.

En la mayor demostración de amor de la historia del universo, el Señor se humilló y marchó a la muerte por salvarnos (2:8).

Por eso Dios “lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (2:9–10).

CAPÍTULO 1

Saludo (Fil. 1:1-2)

Esta es realmente una carta de Pablo y desde el v. 3 se usa la primera persona del singular, pero el Apóstol generosamente liga el nombre de Timoteo al propio (tal como en 2 Corintios, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses y Filemón).

Timoteo había estado con Pablo cuando predicó el evangelio por primera vez en Filipos, y continuó teniendo una estrecha relación con los filipenses (2:19–23).

Ambos son siervos de Cristo Jesús: la palabra significa literalmente “esclavos”, tal como se consideran a sí mismos por pertenecer en cuerpo, mente y espíritu a Cristo y querer estar sujetos a él en todas las cosas.

Los destinatarios son llamados santos, con lo cual se refiere a aquellos puestos aparte por Dios y llamados a vivir en santidad, y cuya vida estaba en Cristo Jesús.

Esta frase o sus equivalentes aparecen muchas veces en esta carta, indicando que Cristo es el mismo entorno de la vida cristiana. Pablo subraya el hecho de que está escribiendo a todos los cristianos en Filipos.

Pablo menciona en particular a sus obispos y diáconos, quizá porque estaban en peligro de ser despreciados, o quizá porque ellos habían organizado la ofrenda destinada a

Pablo (4:14–18).

Obispos y “ancianos” eran nombres usados algunas veces en el NT para referirse a las mismas personas (Hch. 20:17, 28 y Tito 1:5–7); su papel de anciano indicaba un lugar particular en la comunidad, la supervisión su responsabilidad.

Los Obispos y diáconos conducían las iglesias cristianas primitivas.

Las cualidades y responsabilidades de los obispos son explicadas en detalle en

1 Tim. 3:1–7 y Tit. 1:5–9.

Las cualidades y deberes de los diáconos se expresan en 1 Tim. 3:8–13.

Acción de gracias y confianza (Fil. 1:3-7)

V 3 – 6 Pablo une alabanza y oración, tal como insta a otros a hacerlo.

Incluye a todos los creyentes filipenses y siente gozo al orar por ellos.

Esta es una de las muchas veces en que Pablo usó la palabra gozo en su carta.

Los filipenses eran recordados con gozo y agradecimiento cuando Pablo oraba.

Al ayudar a Pablo estaban apoyando la causa de Cristo. Los filipenses estaban dispuestos a ser usados en cualquier tarea que Él tuviera reservada para ellos.

Los filipenses oyeron el evangelio unos diez años antes, cuando Pablo y sus compañeros visitaron Filipos (durante el segundo viaje misionero de Pablo) y fundaron la iglesia allí.

Cuando Pablo habló de la comunión en el evangelio de los filipenses, estaba señalando su invalorable contribución a difundir el mensaje de Dios.

Contribuyeron en forma práctica cuando Pablo estuvo en Filipos y a través de un sostén económico cuando estuvo en prisión.

Cuando ayudamos a nuestros pastores, misioneros y evangelistas, a través de la oración, la hospitalidad y las donaciones, pasamos a ser parte de la comunión en el evangelio.

El Dios que comenzó la buena obra en nosotros la continuará a través de nuestra vida y la terminará cuando le veamos cara a cara.

La obra de Dios por nosotros comenzó cuando Cristo murió en la cruz en nuestro lugar. Su obra en nosotros comenzó cuando creímos en Él.

Ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, capacitándonos para que cada día seamos más semejantes a Cristo.

Pablo describe el proceso de crecimiento y madurez del cristiano que comienza al aceptar a Cristo y seguirá hasta que Cristo vuelva.

En el versículo 6 Pablo dice que tiene confianza en que Dios, que ha empezado una buena obra en los filipenses, la llevará a feliz término para que estén preparados para el día de Jesucristo.

Hay aquí todo un cuadro en griego que no es posible reproducir en una traducción.

El detalle está en que las palabras que usa Pablo para empezar (enárjesthai) y para completar (epitélein) son términos técnicos que se usaban para el comienzo y el final de un sacrificio.

V. 7 – 11 Lo dicho en el v. 5 acerca del compañerismo en el evangelio se amplía un poco más aquí en términos de compartir la gracia de Dios en servicio del evangelio, compañerismo con Pablo en cadenas por el evangelio, e involucrados en la defensa y confirmación del evangelio.

Su gran alegría fue a causa de su participación en el evangelio desde el mismo momento en que les fuera predicado, cuando Lidia abrió su casa a Pablo y sus compañeros (Hch. 16:14, 15).

El término participación es el comúnmente usado en el NT para referirse a compañerismo, pero no entendido solamente como una confortable experiencia de creyentes que se gozan unos con otros.

Cuando dijo: “en mis prisiones”, probablemente se refería a su prisión en Filipos, registrada en Hch. 16:22–36.

En los versículos 13 y 14, Pablo habla de su prisión en Roma. Dondequiera que estuviera, aun en la cárcel, predicaba las buenas nuevas con fidelidad.

Los resultados del encarcelamiento de Pablo (Fil. 1:12-14)

Pablo supo del interés de los filipenses por él, y por ello les envió noticias suyas. Pudo contarles cómo sus prisiones habían redundado en un avance del evangelio, cómo en ese lugar de prisión Cristo estaba siendo proclamado, y cómo consideraba las posibles alternativas su confinamiento, liberación y posterior servicio o muerte.

Con referencia al pasado, al presente y a las posibilidades del futuro, Pablo pudo decir: me alegro.

Detrás de las palabras las cosas que me han sucedido yace todo lo que significó ser confinado para alguien que había estado libre para recorrer a lo largo y a lo ancho predicando el evangelio y, como probablemente fue el caso, encadenado día y noche a los soldados romanos.

No se concentra sobre sus propios sufrimientos, sino que se regocija en el progreso del evangelio.

La palabra “pretorio”, traducida a veces como “palacio de la guardia” o “palacio”, fue originalmente una tienda o carpa del pretor en el campo de batalla romano, un escuadrón élite que se asentaba en el palacio del emperador.

Luego vino a ser usada para designar la residencia de un gobernador en un centro provincial (como en Jerusalén, Mat. 27:27).

Podemos imaginar a los soldados que custodiaban a Pablo regresando a contar a otros que su preso estaba en prisiones por la causa de Cristo, y sin duda siendo movido por el espíritu con que soportaba su confinamiento.

La prisión puede motivar en muchas personas enojo o abandono, pero

Pablo la vio como otra oportunidad para difundir las buenas nuevas de Cristo.

Pablo concluyó que las circunstancias presentes no eran tan importantes como lo que hizo con ellas. Al cambiar una mala situación en algo bueno, alcanzó a los soldados romanos del pretorio y animó a los cristianos que temían la persecución.

No necesitamos estar en prisión, pero podemos tener muchas oportunidades para desanimarnos: tiempo de indecisión, preocupación financiera, conflictos familiares, problemas en la iglesia o pérdida de nuestro trabajo.

La forma como actuemos en dichas situaciones reflejará lo que creemos.

Como Pablo, busque oportunidades para demostrar su fe aun en situaciones difíciles.

Sea o no que la situación mejore, su fe crecerá más sólida.

¿Cómo terminó Pablo en una prisión romana?

Mientras visitaba Jerusalén, algunos judíos lo arrestaron por predicar el evangelio, pero él apeló al César para que oyera su causa.

Fue escoltado por soldados hasta Roma, donde fue puesto bajo arresto domiciliario, mientras esperaba el juicio; no era un juicio por quebrantar una ley civil, sino por proclamar las buenas nuevas de Cristo.

En ese entonces, las autoridades romanas no consideraban esta acusación como seria. Pocos años después, sin embargo, Roma optó por un punto de vista diferente en cuanto al cristianismo y se esforzó por desaparecerlo.

El arresto domiciliario de Pablo le permitió cierto grado de libertad. Podía recibir visitas, continuar predicando, y escribir cartas como esta.

Un relato breve de la permanencia de Pablo en Roma se halla en Hch. 28:11–31.

Pablo estaba preso; pero, lejos de que esa circunstancia pusiera fin a su actividad misionera, la extendió, tanto por su parte como por la de otros.

El encarcelamiento de Pablo, lejos de cerrar la puerta, la abrió a nuevas esferas de trabajo y actividad en las que no habría penetrado de otra manera.

Diferentes razones para predicar a Cristo (Fil. 1:15-18)

Después de todo lo que pudo decir a modo de agradecimiento sobre los avances del evangelio a través de sus prisiones, es triste que Pablo tuviera que señalar que había algunos que predicaban a Cristo por envidia y contienda, por ambición egoísta, aun con el deseo de hacer las cosas más difíciles para sus prisiones.

No conocemos las circunstancias. Es claro que Pablo no desafía el contenido de la predicación, sino su motivación.

Quizá se trataba de líderes de la iglesia en el lugar del encarcelamiento de Pablo antes de llegar él, y ahora estaban celosos de su reputación por causa de sus labores apostólicas, y estaban decididos a superarlo y muy dispuestos a causarle angustia.

Exaltación de Cristo por su vida o por su muerte (Fil. 1:19-26)

Este no fue su último encarcelamiento en Roma, pero él no lo sabía.

Le esperaba un juicio, en el que sabía podría ser liberado o ejecutado.

Sin embargo, confió que Cristo obraría para su liberación.

El ruego de Pablo era que cuando enfrentara el juicio pudiera hablar de Cristo con valor y no fuera tímido ni se avergonzara.

Sea que viviera o que muriera, deseaba exaltar a Cristo. Al fin fue liberado de su prisión, pero dos o tres años después volvió a ser arrestado. Solo la fe en Cristo podía sustentar a Pablo en tal adversidad.

Pablo enfrentó la prisión, la pena de muerte y aun la animosidad y provocación de sus compañeros cristianos.

Con todo, confiaba en que las cosas se tornarían para bien (Rom. 8:28).

Humanamente hablando Pablo confió en las oraciones de sus amigos y, en respuesta a ellas, la infaltable ayuda del Espíritu Santo.

la Vida Cristiana y el Discipulado (1:27- 2:18)

Ahora tiene cosas importantes que decir referentes a los filipenses.

Ellos están llamados a sufrir y deben contarlo como un privilegio y así soportarlo con valor.

En sus pruebas y en todo aspecto de la vida diaria, deben mantenerse unidos.

El orgullo impide la unidad y el compañerismo, y el único remedio contra el egoísmo o partidismo es contemplar larga y frecuentemente a Cristo mismo hasta que su forma de pensar y actuar sea la suya.

El llamado a vivir una vida digna del evangelio (1:27-30)

Pablo animó a los creyentes a estar unidos, a estar “firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe”.

Pablo no sugiere que las cosas sean fáciles.

Cuando el Evangelio llegó por primera vez a Filipos, los filipenses vieron a Pablo librar su propia batalla.

Le vieron azotado y encarcelado por la fe (Hch 16:19).

Sabían lo que estaba pasando cuando les escribió esta carta.

Pero que tuvieran presente que un general escoge a sus mejores soldados para las misiones más difíciles, y que es un honor sufrir por Cristo.

Pablo consideró un privilegio sufrir por Cristo. Por naturaleza, no consideramos el sufrimiento como un privilegio. Pero cuando sufrimos por representar con fidelidad a Cristo, nuestro mensaje y nuestro ejemplo nos afectan a nosotros y a otros para bien.

El sufrimiento tiene estos beneficios adicionales:

1. Desvía nuestros ojos de las comodidades terrenales

2. Desarraiga a los creyentes superficiales

3. Fortalece la fe de aquellos que persisten

4. Sirve de ejemplo a aquellos que puedan seguirnos.

Cuando sufrimos por nuestra fe no significa que hemos hecho algo equivocado. Es más, lo contrario con frecuencia es cierto, verifica que hemos sido fieles. Permita que el sufrimiento construya su carácter. No se resienta ni se desanime.

La palabra gr. traducida combatiendo en el v. 27 se deriva “atleta”; y aquí de la palabra traducida conflicto se deriva “agonía”. El llamado a los filipenses y a nosotros es a aceptar las fatigas y conflictos que marcaron la vida del Apóstol.

V. 30 Pablo sufrió, a lo largo de su vida, por difundir las buenas nuevas. Como los filipenses, nuestra lucha es contra las fuerzas de maldad que tratan de desacreditar el mensaje salvador de Cristo. Todos los creyentes verdaderos están juntos en esta lucha, unidos en contra del mismo enemigo y por la misma causa.

CAPÍTULO 2

LAS CAUSAS DE LA DESUNIÓN (Fil. 2:14)

Estos versículos nos dejan la más fuerte apelación posible para la unidad cristiana, la clase de llamamientos que muchos cristianos parecen no esforzarse en tomar seriamente hoy día.

En el v. 1 Pablo da cuatro razones para la unidad:

La palabra traducida aliento puede significar “consuelo” o “llamamiento” y así podría entenderse en el sentido de que el consuelo encontrado en Cristo debe ser compartido con otros, o que tenemos su apelación a la unidad.

Si conocemos la bendición de su amor, deberíamos mostrarlo a otros sin reservas ni discriminación (Jn. 4:7–12).

La próxima frase puede significar comunión en el Espíritu o comunión que el Espíritu nos da; cualquiera de estos dos es también un fundamento fuerte para vivir en unidad.

Entonces, si conocemos en Cristo el afecto profundo y la compasión, tales deberían marcar todas nuestras relaciones con los demás.

En los versículos 3 y 4 nos da tres causas de desunión:

1. Está la ambición egoísta. Siempre hay peligro de que las personas hagan las cosas, no para que avance la obra, sino para promocionarse a sí mismas.

2. Está el deseo de prestigio personal. El prestigio es para muchos una tentación aún mayor que la de la riqueza. El ser admirado y respetado, en sentarse en la plataforma, que se busque la opinión de uno, que se le conozca a uno de nombre y en persona, hasta el ser adulado son para muchos las cosas más deseables. Pero el propósito del cristiano no debe ser alardear, sino pasar inadvertido. Debe hacer buenas obras, no para que la gente le alabe, sino para que glorifique a su Padre Que está en el Cielo. El cristiano debe desear que la gente fije la mirada, no en él mismo, sino en Dios.

3. Está el concentrarse en el ego. Si una persona no se preocupa nunca nada más que de sus propios intereses, es inevitable que choque con otras personas. Si su idea de la vida es la de una contienda competitiva cuyos premios se esfuerza por ganar, siempre considerará a los demás como enemigos, o por lo menos como rivales de los que tiene que librarse. El concentrarse en uno mismo induce inevitablemente a eliminar a los demás; y el objeto de su vida no puede ser ayudar a los demás, sino quitarlos de en medio.

La Rivalidad y la vanagloria son inevitablemente enemigos del compañerismo e impedimentos a la unidad.

Hay formas realistas de vencerlos. Una de ellas es por la práctica de la humildad, considerando a los demás como superiores a vosotros mismos, lo que significa considerar las potencialidades y talentos de los demás y nuestra propia debilidad, fracasos y limitaciones.

Pablo establece cinco consideraciones que deberían prevenir la desunión:

1. El hecho de que todos estamos en Cristo debería mantener la unidad. No se puede andar en desunión con los demás y en unión con Cristo.

2. El poder del amor cristiano debe mantenernos en unidad. El amor cristiano es esa buena voluntad invencible, que no sucumbe jamás al rencor ni busca más que el bien supremo de los demás. No es una mera actitud del corazón, como el amor humano; es la victoria de la voluntad, lograda con la ayuda de Jesucristo. No quiere decir amar solo a los que nos aman; o a aquellos que nos gustan; ni a los que son amables. Quiere decir una buena voluntad invencible hasta hacia los que nos odian, los que no nos gustan y que son todo lo contrario de amables.

3. El hecho de compartir el Espíritu Santo debería guardar a los cristianos de la desunión. El Espíritu Santo une al ser humano con Dios y con los demás seres humanos. Es el Espíritu Santo el Que nos permite vivir esa vida de amor que es la misma vida de Dios; si una persona vive en desunión con sus semejantes da señales inequívocas de no tener el don del Espíritu Santo.

4. La existencia de la compasión humana debería guardarnos de la desunión. Como dijo Aristóteles hace mucho tiempo, los hombres no fueron diseñados para ser como lobos gruñéndose unos a otros, sino para vivir en armonía. La desunión rompe la estructura esencial de la vida.

5. La última exhortación de Pablo es personal. No puede haber felicidad para uno mientras sepa que hay desunión en la iglesia que le es tan querida. Si sus amigos quieren completar su gozo, que completen su comunión. No es con amenazas como Pablo se dirige a los cristianos de Filipos, sino con la exhortación del amor, que debería ser el acento del pastor, como fue el acento del Señor.

EL EJEMPLO DE CRISTO (Fil. 2:5-11)

Tal vez el pasaje más profundamente teológico de toda la Biblia se encuentre en Fil. 2:5-11.

Estos versículos son quizás de un himno que se cantaba en la iglesia primitiva. El pasaje presenta varios paralelos con la profecía del siervo sufriente en Isaías 53. Como himno, no significa que fuera una declaración completa de la naturaleza y obra de Cristo. Sin embargo, varias características clave de Jesucristo se deducen de este pasaje:

1. Existió siempre con Dios.

2. Es igual a Dios porque es Dios.

3. Aunque es Dios, se convirtió en hombre para cumplir el plan divino de salvación para la humanidad.

4. No solo tenía apariencia de hombre, en realidad se convirtió en hombre para identificarse con nuestros pecados.

5. Voluntariamente se despojó de sus derechos divinos, privilegios y posición, más allá del amor de su Padre.

6. Murió en la cruz por nuestros pecados, para que no tuviéramos que enfrentar la muerte eterna.

7. Dios lo glorificó por su obediencia.

8. Dios lo levantó a su posición original a la diestra del Padre, desde donde reinará por siempre como nuestro Señor y Juez.

En muchos sentidos este es el pasaje más importante y conmovedor que Pablo escribió en todas sus cartas acerca de Jesús. Contiene uno de sus pensamientos favoritos. Su esencia se encuentra en la sencilla afirmación que hizo Pablo escribiendo a los corintios: Que Jesús, aunque era rico, por amor a nosotros se hizo pobre (2 Cor, 8:9). Aquí esa misma idea se expresa en una plenitud sin paralelo.

Pablo está exhortando a los filipenses a que vivan en armonía, a que dejen a un lado sus discordias, a que se despojen de sus ambiciones personales y de su orgullo y de su deseo de sobresalir, y a que tengan en su corazón aquel deseo humilde, generoso, de servir que fue también la esencia de la vida de Jesús. Su exhortación final y suprema consiste en señalar al ejemplo de Cristo.

Fil. 2:6 Hay dos palabras griegas para forma: morfé y sjéma. Tenemos que traducir las dos por forma porque no tenemos otro equivalente en español; pero no quieren decir la misma cosa. Morfé es la forma esencial que nunca cambia; sjéma es la forma exterior que cambia con el tiempo y las circunstancias.

La palabra que usa Pablo para decir que Jesús es en la forma de Dios es morfé; es decir: Su esencia inalterable es la divinidad. Aunque Su sjéma exterior cambiara, seguía siendo de esencia divina.

Fil. 2:7-8: Se despojó a Sí mismo (Antigua versión: se anonadó a sí mismo) Se vació de Sí mismo. (heauton ekénosen).

Esta es la doctrina de la KENOSIS

La kenosis es un concepto cristológico que tiene su raíz y su base bíblica en Fil. 2:7, en el cual Jesucristo que “se vació a sí mismo”, asumiendo la forma de vida humana que es propia de los demás hombres y haciéndose obediente al Padre hasta la muerte de cruz. Significa por tanto el “vaciamiento” o “despojamiento” de sí que realizó el Hijo de Dios insertándose en la historia de los hombres, hasta pasar por la experiencia de la muerte de cruz.

El verbo griego kenún quiere decir literalmente vaciar. Se puede usar de sacar el contenido de un contenedor hasta dejarlo vacío, o de derramar su contenido hasta que no queda nada dentro. Aquí, Pablo usa la palabra más gráfica posible para aclarar la Encarnación. Jesús rindió de manera voluntaria la gloria de la divinidad para convertirse en un hombre. Se vació de Su divinidad para asumir Su humanidad. Según la enseñanza de la kenosis, cuando Dios se encarnó se privó voluntariamente a Sí mismo de algunos de Sus atributos divinos.

La encarnación fue el acto de preexistencia del Hijo de Dios, que voluntariamente adoptó un cuerpo y una naturaleza humanos. Sin dejar de ser Dios, se convirtió en un ser humano, el hombre llamado Jesús. No renunció a su deidad para convertirse en humano, sino que dejó a un lado el derecho a su gloria y su poder. En sumisión a la voluntad del Padre, limitó su poder y su conocimiento. Jesús de Nazaret estaba sujeto a lugar, tiempo y a muchas otras limitaciones humanas. Lo que hizo única su humanidad fue su libertad del pecado. En su completa humanidad, Jesús nos mostró todo lo que puede expresarse, en términos humanos, relacionado al carácter de Dios.

Fil. 2:11 es uno de los versículos más importantes en todo el Nuevo Testamento. En él leemos que el propósito de Dios es que un día toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor. Estas cuatro palabras fueron el primer credo de la Iglesia Cristiana. Ser cristiano era confesar que Jesucristo es el Señor (Rom. 10:9). El gran título por el que se conocía a Jesús en la Iglesia Primitiva era Kurios, Señor.

Al llegar al final de este pasaje, volvemos a lo del principio. Llegará el día cuando la humanidad llamará a Jesús Señor, pero será a la gloria del Padre Dios. Todo el propósito de Jesús es, no Su propia gloria, sino la de Dios. Pablo tiene muy clara la exclusiva y suprema supremacía de Dios. En la primera carta a los Corintios escribe que al final el mismo Hijo se sujetará al Que Le sometió todas las cosas (1 Cor. 15:28).

EL CUIDADO PRÁCTICO DE LA SALVACIÓN (Fil. 2:12-18)

Pablo exhorta a los filipenses mucho más que a vivir en unidad en una situación dada; los exhorta a vivir una vida que conduzca a la salvación de Dios en el tiempo y en la eternidad.

Los cristianos filipenses necesitaban ser cuidadosos en su obediencia a Cristo, ahora que Pablo ya no estaba con ellos para recordarles lo que era correcto. Sin negar la libertad humana, Pablo destaca la participación de Dios en la salvación del individuo, tanto en su decisión inicial como en sus posteriores progresos.

En vista de la obediencia de Cristo y de su señorío, los filipenses mostrarían una obediencia parecida. Pablo no enseña que nuestra salvación depende de lo que continuamente hagamos, sino que debe expresarse en un avance progresivo en la vida y el carácter cristianos, no sólo individualmente sino a través de la participación obediente en el llamado colectivo de Dios a la iglesia local.

V. 13 Tenemos nuestra parte en esto, pero lo que lo hace posible es el obrar de Dios en nosotros (la palabra gr. utilizada aquí y a menudo por Pablo para referirse al poder de Dios, es de la cual deriva la palabra “energía”). Dios nos da tanto el deseo como la fuerza para hacer lo que le agrada a él.

V.16 Una de las características del estilo literario de Pablo es su amor a las ilustraciones de la vida del atleta. Y no nos sorprende. En todas las ciudades griegas había un gimnasio, que era mucho más que un campo de deportes.

No cabe duda que Pablo iría a ver estos juegos en Corinto y en Éfeso. Donde había multitudes, allí estaría Pablo tratando de ganar a los más posibles para Cristo.

Pablo estaba totalmente dispuesto a ofrecer su vida en sacrificio a Dios; y, si sucedía así, para él sería un gozo extraordinario. Y les advierte a sus amigos filipenses que no se pongan en plan de duelo ante tal perspectiva, sino que se sumen a su gozo. Para él, cualquier llamada al sacrificio y al trabajo era una llamada a mostrar su amor a Cristo; y por tanto la recibía sin quejas ni pesares, sino con gozo.

Planes Futuros (Fil. 2:19-30)

Pablo vuelve aquí a hablar de sus dos colaboradores y compañeros, Timoteo y Epafrodito, de sus planes para ellos y de su esperanza de que le sea posible regresar a Filipos. Al hacerlo, habla de estos dos hombres en términos profundamente afectivos y da un brillante testimonio de su dedicación y servicio desinteresado.

Recomendación de Timoteo (2:19-24)

Cuando Pablo escribió esta carta, Timoteo se hallaba con él en Roma. También lo estuvo en su segundo viaje misionero, cuando se estableció la iglesia de Filipos, y había compartido el tiempo de la primera predicación del evangelio en ese lugar.

Como Pablo no podía ir a Filipos en persona, tuvo intención de enviarles a Timoteo como su representante. No tenía otro que estuviera tan de acuerdo con él en todo. Timoteo frecuentemente actuaba como enviado personal de Pablo.

Su propósito al enviar a Timoteo a Filipos era para alentar a los cristianos de allí y traerle noticias a Pablo sobre cómo se encontraban.

La mayoría de las cartas de Pablo lo mencionan a menudo en razón de que el Apóstol mismo le delegaba responsabilidades especiales.

Tenemos pocos detalles de Timoteo, pero el informe de su servicio con Pablo es muestra inequívoca de su fidelidad. Era natural de Derbe o de Listra. Su madre, Eunice, era judía, y su abuela se llamaba Loida. Su padre era griego, y el hecho de que Timoteo no estuviera circuncidado parecería demostrar que fue educado a la manera griega. No podemos decir cuándo y cómo se convirtió al Evangelio; Pablo se sabe que le encontró en su segundo viaje misionero, y vio que le podía usar en el servicio de Jesucristo.

Desde aquel momento, Pablo y Timoteo fueron muy unidos. Pablo se refería a Timoteo como su hijo en el Señor (1 Cor. 4:17). Estuvo con Pablo en Filipos en Tesalónica y Berea y más tarde, en Corinto y Éfeso y en la cárcel de Roma. Estuvo asociado con Pablo al escribir no menos de cinco de sus cartas y cuando Pablo escribió a Roma, Timoteo se le unió al mandar saludos (Rom. 16:21).

Así como un obrero habilidoso entrena a un aprendiz, Pablo preparó a Timoteo para que continuara el ministerio en su ausencia.

La gran utilidad de Timoteo era que, siempre que Pablo quería información acerca de alguna iglesia o quería dar consejo o ánimo o reprensión, y no podía ir en persona, le enviaba a él. Así es que Timoteo fue enviado a Tesalónica (1 Tes. 3:6); a Corinto (1 Cor. 4:17); y a Filipos. Por último, también Timoteo estaba preso por la causa de Cristo (Heb. 13:23). El gran valor de Timoteo era que siempre estaba dispuesto a ir a cualquier sitio; y en sus manos estaba tan seguro un mensaje como si Pablo mismo lo llevara. Otros podían ser presa de ambición egoísta, pero Timoteo no quería más que servir a Pablo y a Jesucristo. Pablo observó que muchos cristianos estaban demasiado preocupados en sus necesidades como para invertir tiempo en trabajar por Cristo.

Fil. 2:23-24 Pablo estaba en prisión por predicar a Cristo y esperaba su juicio o su veredicto. Les decía a los filipenses que tan pronto supiera la decisión de la corte, enviaría a Timoteo con las noticias, pero que estaba dispuesto a aceptar lo que viniera.

Pablo deseaba noticias de Filipos a través de Timoteo, y él también estaba para llevar noticias de Pablo a los filipenses, y así era necesario que él se quedara hasta que el resultado del juicio a Pablo fuera conocido, sea éste de liberación o de muerte (Fil. 1:23-24). Pablo parece tener una renovada esperanza de que sería liberado, y así le sería posible ir pronto a veros.

Explicaciones referentes a Epafrodito (Fil.2:25-30)

2:25 No tenemos conocimiento de Epafrodito excepto lo que se dice en este párrafo y en 4:18, donde Pablo reconoce la ofrenda recibida de los filipenses por medio de él.

Era, así, su mensajero (se usa la palabra apostolos pero en un sentido diferente al de apóstol de Cristo con una tarea fundacional), pero fue enviado también con la intención de que permaneciera con Pablo y cuidara de sus necesidades.

Note el compañerismo que se implica en las palabras hermano, colaborador y compañero de milicia. Muchos creyentes son respetables trabajadores y soldados de la causa de Cristo, pero no todos trabajan bien con sus compañeros.

Epafrodito, como representante de la iglesia de Filipos, había asumido grandes riesgos en el servicio de Cristo. En efecto, se había jugado la vida, y mostrado gran valentía.

Fil. 2:26–28 ¿Por qué razón Pablo envía de nuevo a Epafrodito hacia Filipo?

Algo había sucedido que hizo que Pablo enviara a Epafrodito a Filipos en vez de mantenerlo consigo. Epafrodito había estado gravemente enfermo, pero por la misericordia de Dios, tal como Pablo consideró lo acontecido, se recuperó. El informe de la gravedad de la enfermedad de Epafrodito había llegado a los filipenses y la noticia de la ansiedad de sus amigos de Filipos había llegado de vuelta. Esto le causó angustia al mismo Epafrodito cuyo corazón comenzó a añorar a los suyos en Filipos.

“Se angustió”. Esta es una palabra muy fuerte en el griego, usada en el NT sólo aquí y para describir el sentir de nuestro Señor en el Getsemaní en Mt. 26:37 y Mr. 14:33). Así que Pablo consideró que lo mejor para Epafrodito era regresar a su ciudad.

Fil. 2:29-30 Pablo, sin embargo, fue sensible a la situación. Estaba la posibilidad de que los filipenses no comprendieran la razón del regreso de su mensajero. Así les pide que reciban a Epafrodito con una calurosa bienvenida cristiana, no sólo como uno de sus compañeros que regresa del extranjero, sino como alguien altamente calificado por su fidelidad y el alto costo del servicio encomendado.

No se sabe de qué manera Epafrodito estuvo “enfermo, a punto de morir”. Pudo haber sido simplemente el estar identificado con Pablo como prisionero. Pudo haber sido el que “cayera gravemente enfermo en camino, casi matándose por completar su misión, estando demasiado enfermo para viajar”. La palabra arriesgando es lit. “jugándose”, y aquí puede haber un juego de palabras intencional con el nombre de Epafrodito (tal como lo hizo con Onésimo en Film. 11). Afrodita era la diosa griega de los juegos de azar, y un apostador, teniendo la esperanza de ganar, podría llamarle a ella epafrodita. Este hombre “se jugó” la vida al servir a Pablo, pero fue un riesgo a correr por causa de Dios, y él ganó.

Capítulo 3

Expectativas Espirituales de Pablo (3:1-21)

Parece que Pablo estaba por cerrar su carta cuando usa el término que puede traducirse “finalmente”.

Pero, por alguna razón, siente que debe dar una advertencia con relación a aquellos que querían que todos los gentiles convertidos llegasen a ser judíos.

Esto lo lleva a declarar su confianza sólo en Cristo Jesús para ser acepto ante Dios, y a referirse a sus más grandes ambiciones para su vida espiritual y para la de los filipenses.

Advertencias contra los de la circuncisión (Fil. 3:1-3)

Para comprender a lo que Pablo se refiere aquí y en los siguientes versículos, necesitamos remontarnos a los primeros años de la iglesia. Los primeros creyentes en Jesús eran judíos, y como judíos leales consideraban la ley de vital importancia, enfatizando el pacto que Israel tenía con Dios, signo del cual era la circuncisión. Estos primeros creyentes fueron enviados con una misión mundial (Hch.1:8), pero les resultaba particularmente difícil allegarse a los no judíos y pasó mucho tiempo antes de que se iniciara una verdadera misión entre los gentiles. Esto fue confirmado por los líderes de la iglesia primitiva en el concilio de Jerusalén once años antes (Hch.15)

Pablo estaba tan indignado contra aquellos que presionaban para que los gentiles llegasen a ser judíos que los llamó perros, el nombre que los judíos daban a los gentiles.

Esta gente, merecía dicho nombre más que cualquier gentil por la forma en que ellos “merodeaban” por las congregaciones cristianas buscando ganar a los creyentes gentiles al judaísmo. Por eso les dijo: ¡guardaos…!

Entre nosotros el perro es un apreciado animal de compañía, pero no era así en el Oriente antiguo. Los perros eran animales parias que vagaban por las calles y los campos, a veces en jaurías, que rebuscaban su alimento en los montones de basura y ladraban y gruñían a todos los que se encontraban.

Estos “perros” y “malos obreros” eran como los judaizantes cristianos judíos, que creían erróneamente que era esencial para los gentiles cumplir con todas las leyes judías del Antiguo Testamento, especialmente lo relacionado con el rito de la circuncisión, para poder obtener la salvación. Muchos judaizantes estaban motivados por el orgullo espiritual. Como habían invertido mucho tiempo y esfuerzo en cumplir sus leyes, no podían aceptar que todos sus esfuerzos no les ayudaban a acercarse, ni un paso, a la salvación.

Pablo los criticó porque miraban el cristianismo al revés, pensando que lo que ellos hacían (la circuncisión, cortar o mutilar la carne) los hacía más creyentes que el regalo de gracia dado por Cristo. La palabra mutiladores, en el v.2, es una hipérbole (figura que representa una cosa como mucho más grande o más pequeña que como en realidad es, con el fin de presentarla viva a la imaginación). Los legalistas enseñaban la necesidad de la circuncisión, pero en realidad un ritual físico sin un corazón recto no es más que una inútil mutilación de la carne.

Objetivos en la vida anterior de Pablo (Fil. 3:4-7)

Pablo da su testimonio personal como un ejemplo de que no se puede confiar en los logros personales, sino descansar enteramente en Cristo.

A primera vista, parece que Pablo alardeaba con sus logros. Pero es todo lo contrario, muestra que los logros humanos, pese a lo significativos que sean, no permiten obtener la salvación personal y la vida eterna con Dios. Pablo tenía cartas de presentación impresionantes: formación, nacionalidad, trasfondo familiar, herencia, ortodoxia, actividad y moralidad.

Pablo Enumera siete cosas que consideraba como ganancia en la vida religiosa que había vivido antes de encontrarse con Jesús:

1. Fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento como lo requería la ley.

2. Nacido del linaje israelita, un miembro del pueblo de Dios. Pablo era un auténtico judío por nacimiento, no un prosélito. Aún más, era del linaje de Israel, descendiente directo de Abraham, Isaac y Jacob.

3. Podía nombrar su tribu (Benjamín), a la que pertenecía el primer rey de Israel y la que había permanecido fiel cuando las otras no lo fueron. Las tribus de Benjamín y Judá fueron las únicas que regresaron a Israel después del cautiverio (Esd. 4:1).

4. No era solamente un verdadero judío, sino un hebreo, es decir, alguien que hablaba hebreo y arameo, hijo de padres hebreos, no como muchos que habían perdido el uso de su lengua nativa.

5. Estricto en la observancia de la ley, Pablo era un fariseo devoto (Hch. 23:6)

6. Su celo religioso quedó evidenciado en que persiguió a los cristianos.

7. Podía decir que en cuanto a lo concerniente a las demandas externas de la ley, la ley mosaica por la que había tratado de vivir, era irreprensible. Esto, sin embargo, era una cuestión de justicia de la ley, de tratar de ser justo ante Dios sobre la base de la obediencia a la ley.

Pablo habló de su “ganancia”, refiriéndose a sus credenciales, estudios y éxitos. Sin embargo, su conversión a la fe en Cristo, no se basó en sus credenciales, sino en la gracia de Dios. Pablo no dependía de sus obras para agradar a Dios, porque aun las credenciales más impresionantes no son suficientes ante las normas de Dios.

Renuncia a lo antiguo y nuevas expectativas de Pablo (Fil. 3:8-14)

Después que Pablo consideró todo lo que había logrado en la vida, manifiesta que nada de eso tenía valor, cuando se comparaba con el conocimiento de Cristo. Ahora consideraba todas aquellas ganancias como una gran pérdida. En contraste con su vida actual, todo lo anterior es basura, es decir, deshechos que sólo sirven para tirar a los perros. Esta es una declaración profunda acerca de los valores: la relación de una persona con Cristo es más importante que cualquier otra cosa. Conocer a Cristo debe ser nuestra meta final.

Fil. 3:9-10 Ni guardar la ley, ni el mejoramiento personal, la disciplina ni ninguna cantidad de esfuerzos religiosos pueden hacernos perfectos delante de Dios. La justificación viene solo de Él. Somos hechos justos (recibir la justicia al permanecer con Él) al confiar en Cristo. Él cambia nuestros pecados y nuestras faltas por su completa justicia.

Cuando nos unimos a Cristo confiando en Él, experimentamos el poder que lo resucitó de la muerte. Ese mismo poder maravilloso nos ayudará a vivir moralmente, renovará y regenerará nuestras vidas. Pero antes de que caminemos en nueva vida debemos morir al pecado. Así como la resurrección de Cristo nos da el poder de Cristo para vivir para Él, su crucifixión señala la muerte de nuestra vieja naturaleza pecadora. No podemos conocer la victoria de la resurrección sin usar personalmente la crucifixión. Conocer a Cristo no solamente significa experimentar el poder del Señor resucitado, sino también participar de sus padecimientos.

Fil. 3:11 Cuando Pablo dice: “Si en alguna manera llegase a la resurrección…” No es una expresión de duda, sino de profunda humildad y firme propósito. Pablo no sabía el camino que lo llevaría a la presencia de Dios: ejecución o muerte natural. Pablo no dudó que resucitaría, pero si sabía que esto se lograría por el poder de Dios y no por el suyo. Pablo sabía que podría morir pronto, pero tenía fe en que resucitaría a la vida otra vez.

PROSIGUIENDO HACIA LA META (Fil. 3:1216)

Es vital para la comprensión de este pasaje la interpretación correcta de la palabra griega téleios, que la versión Reina Valera traduce por perfecto (V.12 y 15). Téleios tiene en griego una variedad de significados interrelacionados. Con mucho los más de ellos no significan lo que podríamos llamar una perfección abstracta, sino una especie de perfección funcional, de acuerdo con algún propósito dado. Quiere decir completamente desarrollado para distinguirlo de subdesarrollado; por ejemplo, se usa de un hombre plenamente desarrollado en contraposición a un joven en desarrollo. Se usa con el sentido de maduro de mente, y por tanto quiere decir uno que está cualificado en una materia como opuesto a un mero aprendiz.

Cuando se refiere a los cristianos, a menudo quiere decir personas bautizadas que son miembros de la iglesia en plenitud de derechos y obligaciones, como opuesto a los que están todavía recibiendo instrucción.

Así es que, cuando Pablo usa la palabra en el V.12, en una forma derivada, teleíomai, está diciendo que él no es, de ninguna manera, un cristiano completo, sino que sigue avanzando, tratando de agarrar aquello para lo que Cristo le agarró a él. Pablo sentía que, cuando Cristo le detuvo en el camino de Damasco, tenía una visión y un propósito para él; y Pablo sentía que toda su vida estaba obligada a proseguir adelante.

Con ese fin, Pablo dice que hace dos cosas. Él está olvidando las cosas que va dejando atrás. Es decir, nunca se gloriará de ninguno de sus logros ni los usará como disculpa para relajar su esfuerzo.

Lo que Pablo está diciendo es que el cristiano debe olvidar todo lo que ha hecho, y tener presente solo lo que todavía tiene por hacer.

También está “extendiéndose a lo que está por delante”. La palabra que usa para extenderse es epekteinómenos es muy gráfica y se usa de un corredor que se estira hacia la cinta. Así es que Pablo dice que en la vida cristiana debemos olvidar cualquier logro pasado, y tener presente solo la meta que tenemos por delante.

Fil. 3:17 Aquí, como en otros lugares de sus cartas, Pablo habla de su propio ejemplo como uno que se debe seguir. Esto podría parecer presuntuoso, pero necesitamos comprender que antes de haber un NT para uso de los cristianos, era vital que hubiese modelos dignos de seguir. Era tan necesario para Pablo vivir la clase de vida cristiana digna de ser imitada por otros como el predicar un evangelio puro en el cual creer. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar cada cosa que él hacía; él ya había establecido que no era perfecto. Quiso darles a entender que así como su vida estaba centrada en Cristo, la de ellos también debería estarlo.

Fil. 3: 18-19 Había en la iglesia de Filipos hombres cuya conducta escandalosa, y que, en sus vidas, daban señales de ser enemigos de la Cruz de Cristo.

Probablemente eran gnósticos, herejes que trataban de intelectualizar el Cristianismo convirtiéndolo en una especie de filosofía. Empezaban enseñando que: desde el principio del tiempo, había habido siempre dos realidades: el espíritu y la materia. El espíritu, decían, es totalmente bueno, y la materia es totalmente mala. Fue porque el mundo fue creado a partir de esa materia defectuosa por lo que el pecado y el mal están en él.

Así que, si la materia es esencialmente mala, el cuerpo también lo es, y seguirá siendo malo hagas lo que hagas con él. Por tanto, haz lo que te dé la gana; puesto que es malo de todas maneras, es lo mismo lo que se haga con él. Así es que estos gnósticos enseñaban que la glotonería, el adulterio, la homosexualidad y las borracheras no tenían ninguna importancia, porque no afectaban nada más que al cuerpo, que no tenía ninguna importancia.

Había otro grupo de gnósticos que mantenían una posición diferente. Creían que una persona no podía llegar a ser completa hasta que hubiera experimentado todo lo que la vida puede ofrecer, tanto bueno como malo.

Así es que los que Pablo ataca puede que fueran intelectuales gnósticos que presentaban argumentos para justificar su vida de pecado, o cristianos confusos que tergiversaran las cosas más preciosas para justificar sus pecados más feos.

Fil. 3:20-21 Pablo les recuerda a los filipenses que, aun cuando sean ciudadanos romanos, por vivir en una colonia romana, poseen una ciudadanía más elevada y sólo son extranjeros en este mundo. Todos tenemos una ciudadanía terrenal que tiene sus privilegios y obligaciones. Pero tanto ellos como nosotros hemos de valorar encima de todo el regalo de una vida y una ciudadanía celestial, y vivimos en la esperanza de nuestra herencia venidera que recibiremos por completo en el futuro.

Capítulo 4

Instrucciones, Agradecimientos y Saludos (4:1-23)

El último capítulo de la carta incluye exhortaciones, mensajes personales y el reconocimiento de las ofrendas de los filipenses.

Su recuerdo grato de esas ofrendas lleva a Pablo a hablar de su dependencia del Señor y de las bendiciones espirituales que resultan de ofrendar generosamente. Continúa diciendo que ha aprendido a vivir en contentamiento, con poco o con mucho, fortalecido y sustentado en todo por el Señor quien seguramente suplirá plenamente todas sus necesidades.

Apelación a mantenerse unidos y gozosos (Fil. 4:1-7)

Todo este pasaje resume el afecto de Pablo a sus amigos filipenses. Los ama y anhela.

Son su gozo y su corona. Los que él ha traído a Cristo son su mayor gozo cuando las sombras se cierran a su alrededor.

Tres veces en los primeros cuatro versículos de este cuarto capítulo aparece la frase en el Señor.

Hay tres grandes mandamientos que da Pablo en el Señor.

1. Los filipenses han de mantenerse firmes en el Señor. Solo con Jesucristo puede una persona resistir las seducciones de la tentación y la debilidad de la cobardía.

La palabra que usa Pablo para mantenerse firmes (stékete) es la que se usaría de un soldado que tuviera que resistir en lo más duro de la batalla cuando el enemigo se lanzara sobre él.

2. Pablo exhorta a Evodia y a Síntique que estén de acuerdo en el Señor.

No puede existir unidad si no es en Cristo.

3. Pablo exhorta a los filipenses a que se regocijen en el Señor.

Lo único que todos los seres humanos necesitan aprender acerca del gozo es que no tiene nada que ver con las cosas materiales ni con las circunstancias externas.

Se han hecho varias sugerencias en torno a la identidad del compañero fiel, Puede ser Epafrodito, el portador de esta carta, o un camarada de prisión de Pablo.

También se puede referir a alguien denominado Sísigo, (Syzygus), otra manera de entender la palabra compañero.

Parece extraño que un hombre preso pudiera decir a una iglesia que se regocije. Pero la actitud de Pablo nos enseña una lección importante: la actitud interior no necesita reflejar nuestras circunstancias externas. Pablo estaba lleno de gozo porque sabía que pese a lo que le sucediera, Cristo estaba con él.

Pablo insta a los filipenses a regocijarse varias veces en esta carta, probablemente porque necesitaban oírlo. Es muy fácil desalentarse frente a circunstancias que no son placenteras o tomar hechos sin importancia como si lo fueran. Si usted no ha disfrutado el gozo últimamente, quizá sea porque no está mirando la vida desde la perspectiva correcta.

Mantener lo verdadero y lo honorable (Fil. 4:8-9)

Algunas veces se ha dicho que las cualidades del carácter mencionado aquí no son definitivamente cristianas, sino las que han sido honradas en muchas culturas y sociedades. Esto puede ser cierto, pero el cristiano tiene una obligación especial de evidenciarlas y tiene el poder del Espíritu para hacerlo.

Ocho palabras se usan para las cosas que deben llenar los pensamientos en la vida del cristiano. En la medida en que las “tomen en cuenta” (el significado de la palabra pensad) definirán actitudes y dirigirán las palabras y las acciones.

La actitud de Pablo respecto a la ayuda de los filipenses (Fil. 4:10-20)

En este párrafo el Apóstol siente la necesidad de hacer dos cosas: expresar su aprecio por las ofrendas enviadas de Filipos y, al mismo tiempo, y con mucho tacto, enfatizar el principio de la dependencia espiritual en el Señor antes que la ayuda humana.

En 1 Cor. 9:11–18, Pablo dice que no aceptó las ofrendas de la iglesia en Corinto porque no quiso ser acusado de predicar solo por el dinero. Pero mantuvo que la iglesia tiene la responsabilidad de sostener a los ministros de Dios (1 Cor. 9:14). Aceptó la ofrenda de los filipenses porque se la dieron voluntariamente y porque la necesitaba.

Los filipenses participaron en el sostén económico de Pablo mientras estuvo en prisión. Podemos confiar en que Dios suplirá siempre nuestras necesidades.

Él nos proveerá todo lo que necesitemos en esta tierra, aun el valor para enfrentar la muerte como lo hizo Pablo.

Saludos finales (Fil. 4:21-23)

La carta llega a su final con saludos. En esta última sección hay una frase intensamente interesante. Pablo manda recuerdos especialmente de los hermanos cristianos que son de la casa de César. Es importante que entendamos correctamente esta frase. No quiere decir que fueran de la familia de César en el sentido corriente. La casa de César era el nombre que se daba a lo que nosotros llamaríamos el servicio civil del Imperio, que tenía miembros por todo el mundo. Los funcionarios de palacio, los secretarios, los que estaban a cargo de los fondos imperiales, los responsables de la administración cotidiana de los asuntos del Imperio, todos estos eran la casa de César.

La carta cierra como comenzó, con la oración, la cual abarca todas las otras peticiones, por la gracia de nuestro Señor Jesucristo presente, morando en los creyentes, siempre vivificando el espíritu humano. En muchas formas la iglesia en Filipos fue un modelo de congregación. Estaba compuesta por diferentes clases de personas que iban aprendiendo a trabajar juntas. Aun en su condición de prisionero en Roma, Pablo aprendió el verdadero secreto del gozo y la paz: imitar a Cristo y servir a otros.

LA EPÍSTOLA A LOS COLOSENSES

Colosas era una ciudad de Frigia en la provincia romana de Asia, a unos 160 km al este de Éfeso, situada, al igual que Hierápolis y Laodicea, en el valle del río Lico.

Ubicación de Colosas en el valle del Lico

La iglesia de Colosas no fue fundada por Pablo, ni la había visitado cuando escribió esta carta. (2:1). En su segundo viaje misionero pasó al Norte del valle del Lico (Hch. 16:6–8). Un terremoto la destruyó a Colosas alrededor del 65 d.C.

Las congregaciones de Colosas, Laodicea y Hierápolis, eran fruto del esfuerzo evangelístico de Epafras (1:7; 4:12-13). Él era nativo de Colosas (4:12), y que pudo haberse convertido durante una visita a Efeso, fue un “fiel ministro de Cristo” y, como representante de Pablo (1:7), había enseñado la verdad del evangelio a los colosenses. Casi todos los cristianos allí eran gentiles (2.13), pero desde los tiempos de Antíoco el Grande había habido numerosas e influyentes comunidades de judíos en la zona.

Epafras, discípulo de Pablo y fundador de la iglesia y Arquipo diácono (Col 4.17; Flm 2), residían allí. Onésimo (Col 4.9; Flm 10) y Filemón (Flm 1) tenían relaciones con Colosas. Parece ser que la iglesia se reunía en casa de Filemón (Flm 2).

La Epístola a los Colosenses es una de las cuatro epístolas breves que Pablo escribió desde la prisión. Las otras tres son Filipenses, Efesios y Filemón. La Epístola a los Colosenses se concentra en la persona y obra de Jesucristo.

Tiene temas y portadores comunes con Efesios, y se envía junto con la de Filemón (Col 4) y otra carta para Laodicea (4:16), la que se cree que es la misma de Efesios. Pablo no indica desde cuál prisión escribe. Sus compañeros Marcos (4:10) y Lucas (4:14) estarían con él en Roma entre 61 y 63 d.C.

PROPÓSITO: Combatir los errores en la iglesia y mostrar que los creyentes tienen todo lo que necesitan en Cristo.

Dos asuntos demandaban la atención especial de Pablo y le indujeron a escribir esta carta:

· En primer lugar, le estaba escribiendo a Filemón en Colosas con motivo de la devolución de su esclavo fugitivo, Onésimo, que se había convertido (Flm. 7–21). Podía, a la vez, aprovechar esta circunstancia para escribir a toda la iglesia en Colosas.

· En segundo lugar, Epafras le había llevado a Pablo un informe respecto a dicha iglesia, que incluía muchas cosas alentadoras (1:4–8), pero también, aparentemente, noticias inquietantes referentes a las falsas enseñanzas que amenazaban apartar a sus miembros de la verdad de Cristo. Estas noticias llevaron al apóstol a dirigirse a los colosenses en la forma en que lo hizo.

TEMA: La supremacía y la suficiencia de Cristo.

AUTOR: La carta deja claro que el apóstol Pablo es su autor, no solamente en los saludos de apertura (1:1), sino también en el cuerpo de la misma (1:23) y en su conclusión (4:18). Colosenses y Filemón fueron escritas al mismo tiempo.

Lugar: El punto de vista tradicional de que Pablo escribió a los Colosenses durante su prisión en Roma es más probable que la opinión de que él lo haya hecho en Efeso o Cesarea.

FECHA: Si se acepta la sugerencia de Roma, entonces la fecha más probable es el primer encarcelamiento romano de Pablo, en el año 60 ó 61 d.C.

FALSAS DOCTRINAS EN COLOSAS

En algún momento del encarcelamiento de Pablo, Epafras le solicitó ayuda para tratar con una falsa doctrina que amenazaba a la iglesia de Colosas (2.8-9). Tal parece que esta herejía era una mezcla de ocultismo pagano, legalismo judío y cristianismo. Sus errores recuerdan una antigua forma de gnosticismo, el cual enseñaba que Jesús no era plenamente Dios ni hombre, sino uno de los seres semidivinos que servían de puente para salvar el abismo existente entre Dios y el mundo.

Por lo tanto, se decía que Cristo carecía de autoridad y capacidad para satisfacer las necesidades de los colosenses. Creyentes iluminados, sin embargo, podían alcanzar la plenitud espiritual por medio de conocimientos especiales y una rigurosa autodisciplina.

Impulsado por la urgencia de repatriar a Colosas al esclavo Onésimo, y entregarlo a su amo, Pablo escribió esta epístola con un cuádruple propósito:

· Denunciar y refutar la herejía.

· Instruir a los colosenses en la verdad y alertarlos de los peligros de regresar a los vicios paganos.

· Expresar su interés personal por los creyentes.

· Instarlos a fomentar la armonía y el amor mutuos.

bosquejo y contenido:

I . Sección doctrinal: La Supremacía de Cristo en la Iglesia (capítulos 1–2)

1. Después del saludo inicial (1:1–2), el apóstol da gracias por la fe, amor, esperanza y testimonio de los colosenses (1:3–8).

2. Luego desarrolla un majestuoso himno a Cristo en el que enfatiza su papel en la creación y en la redención (1:15–23).

3. Ante el superior valor de Jesucristo y su obra, Pablo acepta gustoso la obligación de proclamarlo y sufrir por Él (1:24–2.5).

4. Exhorta a los colosenses a afirmarse en Cristo y no en confusas especulaciones (2:6–23).

II. Sección práctica: La Sumisión a Cristo en la Iglesia (capítulos 3–4)

1. Esta sección manda a los cristianos de Colosas a ajustar su conducta a sus creencias. Como los cristianos han muerto y resucitado con Cristo (3:1–4), les pide que vivan para agradar a Dios.

2. Los urge a “hacer morir” lo que desagrada a Dios y a “vestirse” del carácter de Cristo (3:5–17). El verdadero cristianismo se manifiesta también en las relaciones de esposo y esposa (3:18–19), hijos y padres (3:20–21) y esclavos y amos (3:22–4:1).

3. Concluye hablando de cómo debemos actuar ante los incrédulos (4:2–6) y con la habitual despedida (4:7–18).

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Colosenses se asemeja mucho a Efesios por su lenguaje y contenido. Cerca de setenta de los ciento cincuenta y cinco versículos de Efesios encuentran su equivalente en Colosenses. Por otro lado, en Colosenses aparecen veintiocho palabras que no se hallan en ningún otro lugar de los escritos de Pablo, y treinta y cuatro que no aparecen en ninguna otra parte del Nuevo Testamento.

Las supuestas diferencias teológicas entre Colosenses y el resto de las cartas paulinas aceptadas tienen que ver con las áreas de:

Cristología, la persona y obra de Cristo.

Eclesiología, la naturaleza de la iglesia.

Escatología, enseñanzas sobre las últimas cosas.

CAPÍTULO 1

Saludos de Pablo (Col.1:1 – 2)

Pablo comienza su carta a los Colosenses como muchos antiguos escritores lo hicieron, con tres detalles: El nombre del que envía, el de los lectores y un saludo.

Se menciona a Timoteo, no como coautor de la carta, sino porque había sido el compañero de Pablo por mucho tiempo en su ministerio en Efeso y se encontraba con él cuando escribía la carta.

El saludo gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre indica el sincero interés de Pablo de que los colosenses pudieran comprender y apreciar más plenamente la gracia de Dios en la cual ya están, y la relación de paz que Dios ha establecido con ellos.

LA ESENCIA DEL EVANGELIO (Col. 1:3-8)

El Apóstol continúa en su habitual costumbre de expresar su gratitud a Dios por los lectores de sus cartas. Este pasaje establece el tono de su carta e introduce algunos de los temas principales, mostrando Pablo su preocupación pastoral y apostólica a favor de estos cristianos.

Estos versículos contienen una especie de sumario de lo que es y lo que hace por nosotros el Evangelio: la Fe, el Amor, la Esperanza.

Pablo tiene mucho que decir sobre la esperanza que los colosenses ya han oído y aceptado:

1. El Evangelio es la buena noticia de Dios. Es el mensaje de Dios.

2. El Evangelio es la verdad.

3. El Evangelio es universal. Es para todo el mundo. No está confinado a ninguna raza o nación particular, ni a ninguna clase o condición social.

4. El Evangelio es productivo. Lleva fruto y aumenta. Es un hecho de la Historia y de la experiencia que el Evangelio tiene poder para cambiar a las personas individuales y a la sociedad.

5. El Evangelio nos habla de la gracia. No es tanto el mensaje de lo que Dios exige como de lo que Dios ofrece.

6. El Evangelio se transmite por medio de las personas. Fue Epafras el que se lo llevó a los colosenses. Tiene que haber un canal humano para que el Evangelio pueda llegar a las personas. El poseer la buena noticia del Evangelio conlleva la obligación de compartirla.

¿Quién era Epafras?

Epafras fue el evangelista que había llevado el mensaje a los colosenses. Los había instruido con cuidado en el evangelio y ellos se habían comprometido como discípulos para con su enseñanza. Como consiervo amado de Pablo, era su asociado de confianza que garantizaba a la iglesia en Colosas que ellos habían recibido el verdadero evangelio apostólico. Él había visitado recientemente a Pablo en Roma y le informó cómo se encontraban las iglesias del valle del Lico.

LA ESENCIA DE LA INTERCESIÓN (Col. 1:914)

A medida que Pablo despliega el contenido de su oración a favor de los colosenses, introduce muchos de los temas más importantes de la carta. Estos versículos anuncian a los lectores lo que él piensa que es lo importante y, por implicación, instan a los colosenses a responder en una forma positiva.

En otras palabras, la oración de Pablo es que ellos puedan conocer la voluntad de Dios y tener el poder para cumplirla.

Lo que podríamos llamar la parte intercesora de la oración de Pablo termina con la petición de tres grandes cualidades. Pide que sus amigos colosenses posean toda fortaleza, paciencia y gozo.

Fortaleza y paciencia son dos grandes palabras griegas que van juntas muchas veces. Fortaleza es hypomoné, y paciencia es makrothymía. Hay una cierta semejanza y una cierta diferencia entre estas dos palabras. No sería totalmente cierto decir que siempre se observa en griego esta diferencia, pero sí cuando van juntas.

Hypomoné se traduce por paciencia en la ReinaValera en casi todos los casos; pero no quiere decir paciencia en el sentido corriente de bajar la cabeza y dejar pasar la marea de los acontecimientos, sin ofrecer resistencia. Quiere decir, no solamente la habilidad de soportar cosas, sino la habilidad, al soportarlas, de cambiarlas en gloria. Es una paciencia conquistadora. Hypomoné es la habilidad de tratar triunfalmente cualquier cosa que la vida nos pueda hacer.

Makrothymía se suele traducir por longanimidad o por paciencia en la ReinaValera. Quiere decir básicamente paciencia con las personas. Es la cualidad de mente y de corazón que le permite a uno soportar a las personas desagradables, maliciosas y crueles sin dejarse amargar, y sin que su torpeza le haga a uno desesperar, ni su necedad le irrite, ni su desamor altere su amor. Makrothymía es el espíritu que no pierde nunca la paciencia con las personas, ni deja de creer y esperar en ellas.

Así es que Pablo pide para sus amigos hypomoné, la fortaleza que no se deja dominar en ninguna situación, y makrothymía, la paciencia que ninguna persona puede derrotar.

Pide que los cristianos sean tales que ninguna circunstancia pueda derrotar su fuerza ni ningún ser humano pueda derrotar su amor. La fortaleza del cristiano ante los acontecimientos y su paciencia con las personas deben ser indestructibles.

Además de todo esto pide gozo. El camino cristiano no es una pelea lúgubre con las circunstancias y las personas, sino una actitud radiante y soleada ante la vida. El gozo cristiano se mantiene en cualesquiera circunstancias. Es fácil estar gozoso cuando las cosas nos van bien; pero la luminosidad cristiana es algo que no pueden ahogar todas las sombras de la vida.

Por tanto la oración cristiana es: “Dame, Señor, la victoria sobre todas las circunstancias, la paciencia con todas las personas, y el gozo que ninguna circunstancia ni persona me pueda quitar”. La acción de gracias gozosa es una actividad en la que los cristianos deberían participar más regularmente. Hay buenas razones para ello. De hecho, la acción de gracias al Padre en forma regular es una marca distintiva de un verdadero cristiano.

LA TOTAL SUFICIENCIA DE JESUCRISTO (Col.1:1523)

Este pasaje tiene tanta dificultad e importancia que tendremos que dedicarle un tiempo considerable. Empezaremos por la situación que le dio origen y por la presentación total de Cristo que nos hace Pablo en esta carta.

En este pasaje dice Pablo dos cosas importantes acerca de Jesús, ambas en respuesta a los gnósticos. Los gnósticos habían dicho que Jesús no era más que uno entre muchos intermediarios; y que, por muy glorioso que fuera, era solo una revelación parcial de Dios.

Pablo dice que Jesucristo es la imagen del Dios invisible. Usa aquí una palabra y una figura que despertaría toda clase de memorias en las mentes de sus primeros lectores. La palabra es eikón, e imagen es su traducción correcta. Una imagen puede ser dos cosas que se confunden entre sí. Puede ser una representación; pero una representación, si es lo bastante perfecta, puede ser una manifestación. Cuando Pablo usa esta palabra, establece que Jesús es la perfecta manifestación de Dios. Para comprender cómo es Dios, tenemos que mirar a Jesús: Él representa perfectamente a Dios a los hombres de una manera clara.

La otra palabra que usa Pablo está en el versículo 19. Dice que Jesús es el pléróma de Dios. Pléróma quiere decir plenitud, totalidad. Esta es la palabra que se necesitaba para completar el cuadro. Jesús no es simplemente un boceto de Dios, o un resumen, o no más que un retrato sin vida de Dios. En Él no falta nada; es la revelación completa de Dios, y no necesitamos nada más.

Según los gnósticos, el que llevó a cabo la obra de la creación fue un dios inferior, que desconocía al verdadero Dios y Le era hostil. La enseñanza de Pablo es que el Agente de la Creación fue el mismo Hijo.

Es el Primogénito de entre los muertos. Aquí vuelve Pablo al acontecimiento que era la base y el centro de todo el pensamiento y la fe y la experiencia de la Iglesia original: La Resurrección. Cristo no es meramente alguien que vivió y murió y acerca de quien leemos y aprendemos cosas. Es Alguien Que, en virtud de Su Resurrección, vive para siempre, y Le encontramos y conocemos, no como un héroe muerto o un fundador del pasado, sino como una Presencia viva.

En el AT “primogénito” aparece 130 veces para describir a quien es supremo o primero en el tiempo. También se refiere a quien tenía un especial lugar en el amor del padre. Del mismo modo “Israel es mi hijo, mi primogénito” (Ex. 4:22). Aunque “primogénito” puede referirse a uno que es primero en una serie, no es aplicable aquí.

El contexto manifiesta que Jesús no es el primero de todos los seres creados porque por medio de él toda la creación llegó a su existencia. Como el primogénito Cristo es único, se distingue de toda la creación. El es ambas cosas, anterior y supremo sobre toda la creación puesto que él es Señor.

La consecuencia de todo esto es que Cristo tiene la supremacía en todas las cosas. La Resurrección de Jesucristo es Su título de señorío supremo. Con Su Resurrección ha mostrado que ha conquistado todo poder que Le fuera contrario y que no hay nada en la vida o en la muerte que Le pueda atar.

Así es que hay cuatro grandes hechos acerca de Jesucristo en Su relación con la Iglesia, que ya podemos poner en orden:

1. Es el Señor que vive.

2. Es la fuente y el origen de la Iglesia.

3. Es el constante Director de la Iglesia.

4. Es el Señor de todo en virtud de Su victoria sobre la muerte.

En los versículos 19 y 20 Pablo establece ciertas grandes verdades acerca de la obra de Cristo por todo el universo.

El objetivo de Su venida fue la reconciliación. Su único propósito al enviar a Su Hijo al mundo era arrullar a los hombres para que volvieran a El; y, como dice Pablo, reconciliar con El todas las cosas.

El medio de la reconciliación fue la sangre de Su Cruz. La dinámica de la reconciliación fue la muerte de Jesucristo. ¿Qué quería decir Pablo? Exactamente lo mismo que había dicho en Ro. 8:32: “El Que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que Le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?”

Pablo dice que en Cristo estaba Dios reconciliando consigo todas las cosas. En griego es el neutro “panta”, que incluye, no solamente a las personas, sino toda la creación, visible e invisible, animada e inanimada. La visión de Pablo era un universo en el que fueran redimidas no solamente las personas sino todas las cosas.

la MISIÓN de Pablo y Su INTERÉS Pastoral (Col 1:2429)

Pablo empieza este pasaje con una idea atrevida. Piensa en los sufrimientos que está soportando como algo que completa los sufrimientos del mismo Jesucristo. Jesús murió para salvar a Su Iglesia; pero la Iglesia tiene que ir edificándose y extendiéndose; ha de mantenerse fuerte y pura e íntegra; por tanto, cualquiera que sirva a la Iglesia ensanchando sus fronteras, estableciendo su fe, guardándola de errores, está haciendo la obra de Cristo. Y si tal servicio implica sufrimiento y sacrificio, esa aflicción está completando y compartiendo los mismos sufrimientos de Cristo. Sufrir en el servicio de Cristo no es un castigo, sino un privilegio, porque es participar de Su obra.

La gran contribución de Pablo a la fe cristiana fue llevar a Cristo a los gentiles, destruyendo para siempre la idea de que el amor y la misericordia de Dios eran el monopolio exclusivo de un pueblo o de una raza determinados. Los judíos no estarían de acuerdo en que a Dios Le importaran todas las personas; se habrían negado a reconocer que Dios era también el Dios de los gentiles. Esto les habría parecido increíble, y hasta blasfemo. Los gnósticos no habrían estado de acuerdo en que se podría advertir y enseñar y presentar a toda persona completa a Dios.

CAPÍTULO 2

LA LUCHA DEL AMOR (Col. 2:1)

Pablo está pasando una gran lucha por aquellos cristianos a los que amaba aunque no los conocía personalmente. Asocia a los laodicenses con los colosenses, y habla de todos los que no le han visto nunca.

Laodicea se hallaba a pocos kilómetros al noroeste de Colosas. Como la iglesia de Colosas, la de Laodicea tal vez fue fundada por uno de los convertidos de Pablo mientras este último estuvo en Éfeso. El hecho de que Pablo quisiera que esta carta pasara a la iglesia en Laodicea (4:16) indica que la falsa doctrina había llegado hasta allí.

La palabra que usa para lucha es muy gráfica: agón, emparentada con nuestra palabra agonía. Pablo está peleando una dura batalla por sus amigos. Debemos recordar que cuando escribió esta carta estaba preso en Roma, esperando presentarse a juicio ante el Emperador, que era muy probable que le condenara a muerte.

¿Cuál era entonces su lucha?

· Era la lucha de la oración. Debe de haber deseado ardientemente ir a Colosas en persona. Tiene que haber deseado enfrentarse cara a cara con los falsos maestros para refutar sus razonamientos y recuperar a los que se estaban desviando de la verdad. Pero estaba preso. Se encontraba en una situación en la que no podía hacer más que orar; lo que no podía hacer por sí mismo se lo dejaba a Dios.

· Puede que se estuviera produciendo otra lucha en la mente de Pablo: era un ser humano con todos los problemas. Estaba preso, esperando que le juzgara Nerón y muy probablemente la sentencia de muerte. La lucha de Pablo no era exclusivamente por sí mismo, sino también por todos los que tenían puesta la mirada en él como su campeón y padre en la fe.

LAS SEÑALES DE LA IGLESIA FIEL (Col. 2:27)

El problema que Pablo combatía en la iglesia de Colosas era similar al gnosticismo (conocimiento, en griego).

Esta herejía atacaba al cristianismo en varias formas:

1. Insistía en que el importante conocimiento secreto estaba escondido para la mayoría de los creyentes; Pablo, en cambio, manifestaba que Cristo nos provee todo el conocimiento que necesitamos.

2. Enseñaba que el cuerpo era maligno; Pablo declaraba que Dios mismo se hizo carne, o sea, se encarnó en Cristo Jesús.

3. Decían que Cristo solo parecía ser humano, pero que no lo era; Pablo insistía en que Jesús es completamente humano y divino.

El gnosticismo se estableció en el segundo siglo. Aun en los días de Pablo, estas ideas fueron atractivas para muchos y la exposición de tales enseñanzas podía seducir a una iglesia que no conocía bien la doctrina de Cristo. Enseñanzas similares aún son un problema. El antídoto para las ideas heréticas es un conocimiento concienzudo de la Palabra de Dios mediante el estudio personal y la enseñanza sana de la Biblia.

Por primera vez se mencionan expresamente los peligros que encara la iglesia. Nadie se usa generalmente para denotar “ninguno”, en vez de indicar una persona en particular que fuera la fuente de la falsa enseñanza mientras que el peligro podría venir a través de argumentos que pueden parecer verdaderos, pero en realidad son falsos. Pablo usa la ilustración de estar arraigados a Cristo. Así como las plantas reciben nutrición del suelo a través de sus raíces, recibimos fortaleza de Cristo.

Cristo en Toda Su Plenitud (col. 2:8-23)

Pablo escribe contra cualquier filosofía de vida basada solo en ideas humanas. Él mismo era un filósofo dotado, por lo tanto no condenaba la filosofía. Condenaba las enseñanzas que dan mayor crédito a la humanidad, no a Cristo, como la respuesta para los problemas de la vida, al grado que se conviertan en una falsa religión.

Los falsos maestros ofrecían una filosofía que presentaban como necesaria además de la enseñanza de Cristo y de las palabras del Evangelio:

1. Era una filosofía que les había sido transmitida en una tradición humana.

Los gnósticos tenían la costumbre de pretender que su enseñanza especial procedía directamente de la boca del mismo Jesús, algunas veces de María, otras de Mateo y otras de Pedro. La acusación que Pablo les hacía a esos maestros era que su tradición era puramente humana. No tenía ninguna base en la Escritura; era un producto de la mente humana, y no un mensaje de la Palabra de Dios.

2. Era una filosofía que tenía que ver con los elementos de este mundo.

Podemos distinguir en el texto de Pablo alusiones a cinco adiciones a Cristo que querían proponer los falsos maestros:

· Querían enseñar a los creyentes una filosofía adicional (versículo 8). Según ellos lo veían, la verdad sencilla que Jesús había predicado y que se conservaba en el Evangelio no era suficiente.

· Querían que los creyentes aceptaran un sistema de astrología (versículo 8). Como veremos, hay dudas acerca de su significado; pero creemos que lo más probable es que los rudimentos del mundo fueran los espíritus elementales del universo, especialmente de las estrellas y los planetas. Los falsos maestros enseñaban que se estaba todavía bajo estas influencias, y se necesitaba un conocimiento especial, más allá del que Jesús pudiera darles, para liberarse de aquellas.

· Querían imponerles a los cristianos la circuncisión (versículo 11). La fe no era suficiente; había que añadirle la circuncisión.

· Querían establecer reglas y reglamentos ascéticos (versículos 16, 2023). Querían introducir toda clase de reglas y normas acerca de lo que se podía comer y beber, y acerca de los días que se debían considerar de fiesta y de ayuno. Había que recuperar todas las antiguas leyes judías, y muchas más.

· Querían introducir el culto a los ángeles (versículo 18). Enseñaban que Jesús no era más que uno de muchos intermediarios entre Dios y la humanidad, y que había que dar culto a todos esos intermediarios.

Se puede ver que aquí había una mezcla de gnosticismo y judaísmo. El conocimiento intelectual y la astrología procedían del gnosticismo, y el ascetismo y las reglas y normas y la circuncisión, del judaísmo.

Ya hemos visto que los gnósticos creían que se necesitaba para la salvación toda clase de conocimientos especiales además del Evangelio. Y había judíos que se aliaban con los gnósticos y declaraban que el conocimiento especial que se requería era el que aportaba el judaísmo. Esto explica por qué se combinaban en la enseñanza de los falsos maestros colosenses las creencias del gnosticismo y las prácticas del judaísmo. Lo único cierto es que los falsos maestros enseñaban que Jesucristo y Su enseñanza y obra no eran suficientes para la salvación.

Una vez más Pablo enfatiza la deidad de Cristo. ”En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” significa que la totalidad de Dios estaba en el cuerpo humano de Jesucristo. Cuando tenemos a Cristo tenemos todo lo que necesitamos para salvarnos y vivir correctamente.

Col. 2:14 El acta de los decretos que fue cancelada trataba de la demanda de las leyes del Antiguo Testamento. La Ley impuesta demandaba el pago de nuestros pecados. Aunque ninguno podía ser salvo por guardar meramente esos decretos, la verdad moral y los principios del Antiguo Testamento aún hoy nos enseñan y guían.

Solía decirse que en el mundo antiguo, cuando se cancelaba una ley u ordenanza, se ponía en un tablón de anuncios atravesada con un clavo; pero es dudoso que sea a eso a lo que Pablo se refiere aquí. Más bien parece ser que en la Cruz de Cristo fue fijada a la cruz el acta condenatoria que había contra nosotros: fue ejecutada y dada por cumplida, de manera que no se pudiera volver a reclamar.

Podemos disfrutar de nuestra vida en Cristo porque nos hemos unido a Él en su muerte y su resurrección. Nuestros malos deseos, nuestra esclavitud al pecado y nuestro amor por el pecado murieron con Él. Unidos con Cristo en su resurrección, podemos disfrutar de compañerismo inquebrantable con Dios y libertad del pecado.

Nuestra deuda por el pecado ha sido pagada completamente, nuestros pecados han sido puestos a un lado y olvidados por Dios; y podemos ser limpios y nuevos.

Col. 2:15 ¿Quiénes son estos principados y potestades?

Se han hecho varias sugerencias, como son:

· Poderes demoníacos,

· Los dioses de las naciones poderosas,

· Ángeles (muy bien conceptuado por los maestros heréticos),

· Los gobernantes de Roma.

Lo más probable es que se refiera a las jerarquías demoníacas. Jesús ha despojado a los poderes y autoridades, y los ha hecho Sus cautivos.

El mundo antiguo creía en toda clase de ángeles y espíritus elementales, muchos de los cuales estaban empeñados en destruir a las personas. Eran los responsables de los casos de posesión diabólica y de cosas semejantes. Eran hostiles a la humanidad. Jesús los conquistó para siempre. Los despojó; la palabra que se usa aquí quiere decir quitarle las armas y la armadura a un enemigo vencido.

De una vez para siempre Jesús quebrantó su poder. Los expuso a la vergüenza pública y los llevó cautivos en su desfile triunfal. La alegoría se refiere al triunfo de un general romano que hubiera obtenido una victoria realmente señalada y se le concediera desfilar con su ejército victorioso por las calles de Roma llevando tras sí a los reyes y gobernantes de los pueblos que había vencido. Los mostraba públicamente como su botín. Pablo piensa en Jesús como conquistador desfilando en un triunfo cósmico, y lleva detrás los poderes del mal, para que todos los puedan ver derrotados para siempre.

la Libertad Del Legalismo (2:16-23)

“En comida o en bebida” probablemente se refiera a la dieta de las leyes judías. Los festivales mencionados son fiestas judías santas que se celebraban cada año, mes (luna nueva) y semana (el día de reposo). Estos rituales diferenciaban a los judíos de sus vecinos paganos. Pablo amonesta a los cristianos en Colosas a no permitir que otros los critiquen por su dieta o ceremonias religiosas. En vez de enfatizar en su observancia, debieran enfocar su atención en Cristo solo.

La expresión “mente carnal” significa que ellos tenían una religión hecha por el hombre. Los falsos maestros trataban de marginar al cuerpo manifestando que era maligno pero su deseo por ganar la atención de otros mostraba que estaban obsesionados por este.

El problema fundamental con los falsos maestros radicaba en que no estaban relacionados con Cristo, la cabeza del cuerpo de los creyentes. Si lo hubieran estado, no habrían enseñado doctrinas falsas o vividas en forma inmoral.

Los “rudimentos del mundo” son las creencias de los paganos.

CAPÍTULO 3

En el capítulo 2, Pablo expone las razones erróneas para la autonegación. En el capítulo 3, explica la verdadera conducta cristiana: revestirse con la nueva naturaleza, aceptando a Cristo, y dejando morir la antigua naturaleza.

Buscad Las Cosas de Arriba (Col. 3:1-4)

“Buscar las cosas de arriba” significa luchar por poner las prioridades celestiales en la práctica diaria, significa preferir lo eternal antes que lo temporal. Significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo que a Él le agrada. Este es el antídoto para el materialismo. Obtenemos la perspectiva apropiada de los bienes materiales cuando los vemos de la misma manera en que Dios los ve.

“Porque habéis muerto” significa que nuestro deseo por este mundo debería ser como el de una persona muerta: insignificante. El verdadero hogar de los cristianos es donde Cristo vive (Juan 14.2, 3). Esta verdad nos da una perspectiva diferente en nuestras vidas aquí en la tierra.

¿Qué significa que la vida del creyente está “escondida con Cristo en Dios”?

Escondida significa oculta y segura. No es sólo un deseo futuro sino un factor ya consumado. Nuestro servicio y conducta no ganan nuestra salvación, pero son consecuencia de ella.

LAS COSAS QUE HAY QUE DEJAR ATRÁS (Col. 3:59)

Aquí tiene lugar el cambio que siempre se produce en las cartas de Pablo: después de la teología viene la demanda ética.

Pablo procede a hacer una lista de algunas de las cosas que los colosenses deben suprimir de su vida:

1. La fornicación y la inmundicia tienen que desaparecer.

2. La pasión y los malos deseos.

3. La avaricia (pleonexía.)

4. La idolatría.

Pablo dice en el versículo 8 que hay ciertas cosas de las que los colosenses deben despojarse. La palabra que usa quiere decir quitarse la ropa. Aquí tenemos un cuadro de la vida de los cristianos originales. Cuando uno se bautizaba se quitaba la ropa antigua para bajar al agua; y cuando salía otra vez se ponía una túnica blanca nueva. Se despojaba de una clase de vida y asumía otra. En este pasaje habla Pablo de las cosas que el cristiano debe quitarse, y en el versículo 12 continúa la escena hablando de las cosas que el cristiano debe ponerse.

VESTÍOS de la Gracia de Cristo (Col. 3:12-17)

Con el imperativo vestíos comienza una apelación positiva del Apóstol. El por tanto introductorio muestra que esta sección, la cual se contra pone a los vv. 5–11, sigue también la idea de 3:1–4. Una lista de cinco virtudes (12) contrasta con las dos listas de cinco vicios cada una (5, 8) del párrafo anterior.

Como escogidos de Dios, que ya han sido revestidos de una “nueva persona”, los colosenses deben vestirse con virtudes que demuestren que son diferentes. Las cinco virtudes con las que los creyentes han de vestirse se ven como características de Dios o de Cristo y muestran cómo ellos, como elegidos de Dios, deberían comportarse en el trato con otros, especialmente con sus hermanos en Cristo.

Pablo nos ofrece una estrategia para ayudarnos a vivir para Dios cada día:

· Imitar el espíritu perdonador y misericordioso de Cristo (3:12-13)

· Dejar que el amor guíe nuestra vida (3:14)

· Permitir que la paz de Cristo gobierne nuestro corazón (3:15)

· Ser siempre agradecidos (3:15)

· Tomar en cuenta la Palabra de Dios siempre (3:16)

· Vivir como representantes de Cristo (3:17).

La clave para perdonar a otros es recordar lo mucho que Dios nos perdonó.

Pensar en el perdón y el amor infinito de Dios puede ayudarnos a amar y perdonar a otros. En la medida que nos revestimos de ellas, la última prenda que debemos ponernos es el amor, el cual mantiene a todas las demás en su lugar.

la Conducta en relaciones HUMANAS (Col. 3:184:1)

Aquí se vuelve más práctica la parte ética de la carta. Este párrafo trat


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