+ All Categories
Home > Documents > 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

Date post: 05-Apr-2018
Category:
Upload: jcebmar
View: 225 times
Download: 1 times
Share this document with a friend

of 64

Transcript
  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    1/64

    EL DESPERTAR DE LA

    TRADICINOCCIDENTAL

    REN GUNON

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    2/64

    2

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    3/64

    NDICE

    -Introduccin: Por el Despertar de la Tradicin Inicitica Occidental, Mariano Bizzarri.

    -Premisa

    -Ren Gunon y la colaboracin enAtanre Ignis (1924-1925)

    -La enseanza inicitica-El Rey del Mundo-Un plagiario-La Kbala Hebrea-Joseph de Maistre y la Masonera

    -La correspondencia de Ren Gunon con Arturo Reghini

    -4 de enero de 1923

    -13 de enero de 1924-30 de enero de 1924-19 de febrero de 1924-10 de marzo de 1924-19 de junio de 1924-19 de junio de 1924-16 de noviembre de 1924-29 de noviembre de 1924-6 de abril de 1925-21 de abril de 1925-19 de abril de 1935-25 de abril de 1935

    -Biografa esencial de Ren Gunon

    -Nota del traductor

    3

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    4/64

    NDICE

    INTRODUZIONE: Per il Risveglio della Tradizione Iniziatica Occidentaledi Mariano Bizzarri ................................................. p. 5

    PREMESSA ........................................................... p. 29

    Rene Gunon e la collaborazione adAtanred Ignis (1924-1925)

    - L'insegnamento iniziatico ...................................... p. 31- Il Re del Mondo ..................................................... p. 41- Un plagiaro ........................................................... p. 63- La Cabala Ebraica ................................................ p. 67- Joseph de Maistre e la Massoneria ...................... p. 91

    La corrispondenza di Rene Gunon con Arturo Reghini

    4 gennaio 1923 ....................................................... p. 10513 gennaio 1924 ..................................................... p. 106

    30 gennaio 1924 ..................................................... p. 10819 febbraio 1924 ..................................................... p.11010 marzo 1924 ........................................................ p.11119 giugno 1924 ....................................................... p.11319 giugno 1924 ....................................................... p.12016 novembre 1924 .................................................. p.12429 novembre 1924 .................................................. p.1306 aprile 1925 ........................................................... p.13421 aprile 1925 ......................................................... p.13619 aprile 1935 ......................................................... p.13925 aprile 1935 ......................................................... p.140

    BIOGRAFIA ESSENZIALE DI REN GUNON ................ p. 151

    Il Risveglio della Tradizione Occidentale, Edizioni Atanr, Roma, 2003 (156pginas). Introduccin, revisin y notas de Mariano Bizzarri.

    4

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    5/64

    INTRODUCCIN

    POR EL DESPERTAR DE LA TRADICIN INICITICA OCCIDENTAL

    Los artculos recopilados en este volumen constituyen junto a aquellos sobre Dantepublicados bajo otro ttulo1- la contribucin especfica de Gunon a las revistasAtanre Ignisen el breve lapso de los aos 1924-1925. Con todo, deben ser encuadrados ms ampliamenteen el mbito de aquella tentativa -generosa aunque con tan poca fortuna- querida por Guido deGiorgio, Amedeo Armentano y, sobre todo, Arturo Reghini2, dirigida a promover unredescubrimiento y una restauracin de la Tradicin Occidental en tierras de Italia 3 resumidacon eficacia precisamente en el editorial que clausuraba la breve experiencia de los dosperidicos:estamos profundamente persuadidos de que la tradicin occidental debe volver a manifestarsevisiblemente; que Roma, la ciudad sagrada, la alba ciudad de los arcaicos constructores,eliminadas las infecciones exticas (...) deba retomar su obra de iluminacin, de unificacin, de

    1

    R. Gunon, L esoterismo di Dante, Atanr, Roma, 1976 (1 edicin francesa: Ed. Ch. Bosse, 1925; 1edicin italiana: Atanr, 1951. Los captulos singulares haban sido traducidos y publicados por Reghini enlos primeros nmeros deAtanr.

    2 Arturo Reghini (nacido en Florencia en 1878; muerto en Roma en 1946), masn y pitagrico, estuvo enel origen de un movimiento de redescubrimiento de la tradicin inicitica occidental y promotor de unproceso de restauracin de la ortodoxia masnica. Inicialmente atrado por la Sociedad Teosfica, (de laque fund la seccin italiana en 1898), es iniciado en Palermo (1902) en la R. L. "I Regenaratori" (LosRegeneradores) del Rito de Memfis y Misraim, para despus adherirse a la "Michele di Lando", en laObediencia del Gran Oriente, una vez regresado a Florencia (1903). Decisivo fue su encuentro conArmentano, as como lo describe su ms estrecho colaborador, Giulio Parise: "A. R., estudiante en Pisa,una tarde oy que le llamaba un joven desconocido (...) aquel encuentro sign el origen de lo que fue lamisin de A. R. en la Masonera italiana y en la Masonera Universal, en el campo poltico y en el de losestudios iniciticos (del prefacio de G. Parise a: A. Reghini, Considerazionisul Rituale del apprendista

    Libero Muratore, Roma, 1950; reimpresin: Arch, 1999). Particip en la Gran Guerra, para retornar a losestudios en 1921. Colabor en diversos peridicos y revistas, dirigiendo en persona la RassegnaMassonica hasta 1926. Fund y dirigi, primero Atanr (1924) y despus Ignis (1925). Entrando enconflicto con el Fascismo, tras la promulgacin de la ley que prohiba la Masonera, Reghini dio a laimprenta un profundo ensayo sobre Cornelio Agrippa (hoy editado como prlogo del De PhilosophiaOcculta, Mediterranee, Roma, 1995). Entre 1927 y 1928 particip en la fundacin de la revista UR, junto aJ. Evola, del cual termin por separarse tras agrias polmicas que desembocaron en repetidos ataques yrecursos a la magistratura. En 1929 intent retomar la experiencia de Ignis pero, tras un primer nmero,debi suspenderla para evitar peligrosas complicaciones con el rgimen. Entretanto haba dado a laimprenta Le Parole Sacre e di Paso deiprimi tre gradi e il massimo mistero massonico (Soc. MultigraficaEd. 1922; reimpresin: Atanr, Roma, 2002 y Per la restituzione della GeometriaPitagorica e dei NumeriPitagorici alla loro Forma primitiva (Ignis, 1935; reimpresin Atanr, 1978). Autor de un monumentalestudio sobre I NumeriPitagorici, en siete volmenes, la mayor parte de los cuales todava inditos. Alcomienzo de 1946 logr acabar la obra I Numeri Sacri nella Tradizione PitagoricaMassonica, que saldrapstumamente (reimpresin: Atanr, 1994).3

    3 Un explcito despertar del inters por la espiritualidad romana en Italia aparece en el Renacimiento, en elsurco del redescubrimiento del pensamiento platnico debido a Giorgio Gemisto Pletone (1355-1452), y atravs de la Academia Romana de Giulio Pomponio Leto (1428-1497) y Francesco Colonna, autor delHypnerotomachia Poliphili(1499), lleg finalmente, a caballo entre el Ochocientos y el Novecientos, hastala denominada Schola Italica de Amedeo Armentano (1886-1966) y Arturo Reghini, implicando tambin lainvestigacin arqueolgica de Giacomo Boni (1859-1925) e influyendo significativamente en la futuraelaboracin de Julius Evola (1898-1974). Una tentativa pardica de recuperacin de la espiritualidadlatina, de clara impronta contrainicitica, es la del prncipe Leone Caetani (1869-1935), asociado bastanteoscuramente a personajes ambiguos como Giustiniano Lebano (1832-1909) y a filones ms quesospechosos del seudo-hermetismo desviado de un Giuliano Kremmerz (Ciro Formisano, 1861-1930)sobre el cual Gunon ha expresado un juicio de los ms severos: "conozco, naturalmente, la escuelahermtica de Kremmerz, debo deciros que todo lo que all he visto jams me ha inspirado muchaconfianza (...) En todo caso, no hace falta que os diga que, desde el punto de vista inicitico, apenas me

    es posible creer en la regularidad de todo eso..." Carta a G. Pistoni del 19 de noviembre de 1950. Con elseudnimo de Ekatlos, Leone Caetani participara ms tarde en el grupo de Ur.

    5

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    6/64

    universalizacin y de imperio espiritual. El crimen de usurpacin realizado por aquellos queDante denominaba "pastores sin ley, idlatras, predicadores de chismes", no vendr prescrito;porque, no obstante las parodias indignas, la Tradicin sacra vive por siempre.

    Arturo Reghini (1878-1946), entre los ms notables estudiosos de la tradicin pitagrica ysagaz intrprete de las races esotricas greco-romanas y hebreas de la Masonera, tuvo un

    papel de primer plano en reunir, fundamentalmente en torno a dos revistas -Atanr, en 1924, eIgnis en 19254- lo mejor de la cultura tradicional italiana. Es digno de sealar cmo, en el cursode los dos breves aos de su vida, las publicaciones en cuestin supieron afrontar con un rigory una profundidad desacostumbrados, temas y disciplinas esotricos de lo ms diversos,capaces de abarcar desde el tantrismo al pitagorismo, de la Kbala a Cagliostro, de laMasonera a la Tradicin Romana. Lo que no es poco, si se considera cmo, en aquellos aos,los ambientes espiritualistas estuvieron contaminados por un pulular de sectas yorganizaciones seudoiniciticas y antitradicionales -del Teosofismo de Blavatsky a lasfraternidades kremmerzianas- que dominaban la escena cultural y no raras veces se proponan-y con xito- interferir sobre los mismos destinos polticos de Europa 5.

    Reghini -parecidamente a Gunon- era perfectamente consciente de cun propicio era elmomento para una revivificacin de la idea Tradicional 6 y, junto a De Giorgio7 y al mismo Evola,

    consideraba que el advenimiento del Fascismo8

    , aunque con todos los lmites y lascontradicciones que bien pronto terminaran por emerger, poda constituir una ocasin nica

    4 Ignis conoci una efmera reanudacin en 1929 y, a continuacin, por obra de U. Gorel Porciatti, en1947-1948. Gunon figur entre los colaboradores de esta ltima edicin, no obstante haber expresado ala redaccin su deseo de no ser incluido (vase al respecto la carta dirigida por Gunon a Evola, en fechadel 18 de abril de 1949, publicada en Lettere a J. Evola, a cura di R. del Ponte, Sear, Borzano, 1965, pp.65 y siguientes).5

    5 Sobre las interrelaciones -efectivamente sin precedentes- entre sociedades ocultas y poltica, verificadaa caballo de los dos siglos (1880-1930) vase G. de Sde y S. de Sde, LOccultisme dans la politique, R.Laffont, Pars, 1994, pp. 161-226.

    6 En este aspecto, el artculo donde ms completamente expresa su pensamiento es "Della Tradizione

    Occidentale", publicado en Ur y hoy comprendido en la recopilacin Introduzione alla Magia quallescienza del Io.7

    7 Guido de Giorgio (1890-1957), propugnador de la rama Tradicional de la antigedad Latina y de unaespecie de "Fascismo Romano", continu viendo ah con todo una tentativa histrica y valiente, aunqueinicial e incompleta, de ordenacin de las formas extremas de la subversin moderna (cfr. su ensayo IlFascismo e le forze de la antitradizione, Diorama filosofico, 15 de julio de 1941). En los aos precedentesa la Primera Guerra Mundial, entrando en relacin con fraternidades sufes por mediacin del ShaijKerreidine, conocer a Gunon en Pars poco despus del cese de hostilidades y se vincular a esteltimo con una intensa amistad y solidaridad intelectuales. Amigo de Reghini, colaborar activamente conEvola (si bien en posiciones crticas y del todo autnomas, en la experiencia de las revistas Ur (1927-1928), Krur, (1929) y La Torre (1930). Autor de numerosos ensayos y artculos (parcialmente recogidos enlos volmenes LInstant et leternit, (Arch, Miln, 1987), y Prospettive della Tradizione (Il Cinabro,Catania, 1999) escribe el texto La TradizioneRomana, indito hasta 1973 (Flamen, Miln; reimpresin:Mediterranee, Roma, 1989).

    8 Una prefiguracin acerca de la posibilidad de concretar tambin en los planos histrico, social y poltico,el retorno a un "estado tradicional" -por ingenua que pueda parecer hoy esta posibilidad- aparece en larevista La Salamandra (sucesivamente reimpreso en el n 3 deAtanr) con el ttulo, bastante significativo,de Imperialismo pagano, donde se propugnaba la necesidad de reconquistar aquel "primado civil" deItalia, demasiado claramente signado por la experiencia del Imperium Romano, aqu entendido comocapacidad natural de erigirse como imago dei, es decir, como reflejo en la tierra del Orden divino, de locual ejemplo preclaro haba sido la Roma de los tiempos antiguos. Con el Fascismo, cadas lasexpectativas maduradas en los primersimos momentos, Reghini no dej de oponerse y de polemizarvivamente, explicitando su propia oposicin y crtica primero con Mussolini (que escriba sobre estosasuntos en las pginas de la revista Gerarchia, firmando con el seudnimo de Fermi) y despus en laspginas de Ignis, desde 1925. La ruptura definitiva, preludio de la mucho ms compleja disidencia que lollevara sucesivamente a cortar la asociacin intelectual madurada entre tanto con Evola, sobrevendra entorno a 1925, en concomitancia con la aprobacin de la ley que vetaba las asociaciones secretas e

    impona la disolucin de la Masonera (vase el artculo "Asociaciones viejas y nuevas. La ley contra lassociedades secretas", con la firma de Maximus (A. R.) en Ignis, junio-julio de 1925, n 6-7).

    6

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    7/64

    para una Europa que, desde haca ya tiempo, haba extraviado el sentido y la conexin con eldepsito de la sabidura Tradicional. La posibilidad de reconstituir una lite inicitica haba sidosugerida y discutida por Gunon en su Oriente y Occidente (editado en 1923), pero ya antesReghini haba activamente promovido la recomposicin de la familia masnica italiana, frente alas perturbaciones y las degeneraciones sobrevenidas a caballo de los aos 1904-19089, dandovida en 1909, junto a Edoardo Frosini10, al Rito Filosofico Italiano (RFI). A despecho de la

    notable fortuna inicial, el RFI sufri los contragolpes negativos de la Gran Guerra, quedescompuso sus rganos diezmando sus efectivos, y termin por confluir en 1919 en el RitoEscocs Antiguo y Aceptado de Piazza del Ges. El trabajo de los organismos representativosde la Masonera Italiana -que sera en poco tiempo disuelta por el nuevo Rgimen- lejos dedesmoralizar a Reghini, reaviv su empeo, lo que se concret enseguida en la publicacin dealgunas importantes contribuciones (Le Parole Sacre e di Paso, 1922; Introduzione aCornelioAgrippa, 1926) y sobre todo en la direccin primero de la RassegnaMassonica (1921-1926),despus deAtanr(1924) y en fin de Ignis (1925).

    Probablemente Reghini -que conoca bien las primeras obras de Ren Gunon- entr enrelacin epistolar con este ltimo11 por medio de ambientes masnicos y/o martinistas, casiseguramente gracias a los buenos oficios de Mikulski, de Amedeo Armentano y de LouisFaugeron.

    Las contribuciones de Gunon fueron explcitamente solicitadas (vase la carta del 4 de enerode 1923) y aparecieron sucesivamente, primero en Atanr y luego en Ignis12. Junto a lacorrespondencia que los dos estudiosos mantendran desde entonces13, los cuatro ensayosaqu reunidos juntos por vez primera (junto al breve artculo titulado "Un plagiaro"), asumen unvalor totalmente especfico con relacin al proyecto de revitalizacin de la Tradicin Occidentalque, con las formas e iniciativas ms diversas, ha representado sin duda una de las declaradasy principales preocupaciones de Ren Gunon; al mismo tiempo, testimonian el inters muyparticular que dedicaba a Italia14 y, en lo especfico, al proyecto de Reghini, tanto que LEsoterismo di Dante ser originalmente publicado (por entregas) precisamente enAtanr.

    9 Para un amplio examen y reconstruccin de aquel tan movido perodo, vase de N. M. di Luca, LaMassoneria: Storia, Miti e Riti, Atanr, 2000, pg. 145-170.

    10 Eduardo Frosini, en cierto modo mezclado en las cuestiones del martinismo por intermedio de Tder-brazo derecho de Papus y evidente adversario de Gunon- "haba coleccionado patentes de muchosRitos de altos grados de legitimidad algo dudosa (Rito de Swedenborg, Rito Escocs Antiguo y Aceptadode Cernau, Rito de Memfis y Misraim unidos)" (cfr. di Luca, op. cit., p. 161) y estaba en estrechasrelaciones con la equvoca figura de Grard Encausse (Papus). En 1919, el RFI se disuelve y el grupodirigente es cooptado al Supremo Consejo del Rito Escocs de Piazza del Ges, que en 1921 procedi aradiar a Frosini.

    11 No parece que los dos autores se hayan encontrado en persona alguna vez, como resulta por lo demsde la correspondencia. En particular, A. Reghini nunca ha viajado a Francia ni, a despecho de los

    extravos de algunos "investigadores" avezados en facilidades periodsticas, tampoco ha encontrado asilopoltico ms all de los Alpes, terminando por convertirse en "discpulo" de los hermanos Roselli.

    12 Tras la ruptura con el editor deAtanr(Ciro Alvi), Reghini habra querido continuar la experiencia de larevista manteniendo el mismo nombre. Fue precisamente tras la intervencin de Gunon cuando, paraevitar intiles discusiones con Alvi, cambi el nombre porIgnis (cfr. carta de Gunon a Reghini del 29 denoviembre de 1924).1

    13 Se trata de trece cartas publicadas por vez primera en apndice a la reimpresin de la revista Atanr(procurada por la homnima casa editora, con prefacio de G. Ventura), y luego reproducidas en Arch enlengua original en apndice a Arturo Reghini, Les Nombres Sacrs dans la Tradition PythagoricienneMaonnique (1981, Miln).14 Gunon ha querido expresamente subrayar cmo "de Pitgoras a Virgilio, y de Virgilio a Dante, 'la

    cadena de la tradicin' sin duda no fue rota en tierras de Italia" ( Lesoterismo di Dante, Atanr, Roma1976, p. 17), lo que constituye una preciosa indicacin susceptible de significativos desarrollos y de unamayor atencin de la habida hasta ahora.

    7

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    8/64

    Tampoco es casual que el artculo sobre "J. De Maistre e la Massoneria" sea editadooriginalmente tambin enAtanr15, mientras el ensayo sobre Il Re del Mondo, aparecido16 en larevista de Reghini, constituye un autnomo y original preanuncio del libro que sera editado enPars, slo mucho ms tarde, en 192717; que sepamos, nunca ha sido republicado desde aquelentonces, ni ha suscitado jams el inters que tambin habra merecido, anticipando, en cercade dos aos, la redaccin -sta s bien conocida- de un texto orgnico sobre el mismo tema.

    En aquellos aos -entre 1922 y 1925- Gunon haba ya dado a la imprenta algunos de suslibros ms importantes -Introduction gnrale ltude des doctrines hindoues (1921), LeThosophisme (1921), LErreur spirite (1923), Orient et Occidente (1924), LHomme et sondevenir selon le Vdnta (1925), Lsoterisme de Dante (1925)- pero no tena ya una revista enla que escribir. Agotada la experiencia de La Gnose (1909-1912, donde firmar con elseudnimo de Palingnius) y de La France Anti-maonnique (1913-1914, artculos firmados LeSphinx), Gunon se limit a redactar breves reseas en los semanarios ms diversos. Laparticipacin en Ignis y en Atanrparece configurarse como la primera que no celase ningunafinalidad recndita, contrariamente a lo acaecido anteriormente con los otros peridicos, dondela presencia de Gunon ha sido interpretada posteriormente (y parcialmente explicada por lmismo) en funcin de otros y bien definidos objetivos18.En el mismo perodo, Gunon se interesa de cerca por el catolicismo e intenta ponerse enrelacin con los representantes cualificados de aquel esoterismo cristiano objeto de numerosos

    artculos por l publicados en Regnabit19

    , y de la correspondencia que mantendr largo tiempocon Charbonneau-Lassay20. Este orden de preocupaciones siempre lo acompaar, como mstarde confirmara a un corresponsal italiano:"En cuanto a encontrar en el Catolicismo un medio para sobrepasar el exoterismo, hara faltapara ello que exista una iniciacin tomando como base esta forma exotrica que es elCatolicismo mismo; ello no tiene evidentemente nada de imposible en principio, y las ha habidosin duda en la Edad Media, pero desgraciadamente dudo mucho que todava existanactualmente, o bien est tan ocultas y limitadas a un nmero de miembros tan restringido queson prcticamente inaccesibles; sa no es ms que una situacin de hecho, entindase bien,pero que no por ello puede dejarse de tener en cuenta"21.

    15

    Algunas de las consideraciones desarrolladas en este ensayo sern retomadas por Ren Gunon en unensayo subsiguiente -"Un proyecto de Joseph De Maistre para la unin de los pueblos"- publicado en larevista Vers lUnit, de marzo de 1927. No creemos que como tal el estudio sobre Vulliaud haya sidoretomado nunca hasta ahora. (Nota del traductor: Traduccin francesa en Formes Traditionnelles et CyclesCosmiques, Gallimard, Pars, 1970).1

    16Atanr, n 12, diciembre de 1924, paginas 353-370.1

    17 La primera edicin apareci en Charles Bossard (Pars, 1927). La primera traduccin italiana -realizadapor Reghini- sera publicada en el mismo ao por la casa editora Alberto Fidi, de Miln.1

    18 Acerca de los motivos que han inducido a Gunon a frecuentar determinados ambientes en el curso delos aos 1906-1925, no podemos hacer nada mejor que reproducir al respecto un comentario notable: "Sihemos debido, en cierta poca, penetrar en tales o cuales medios, es por razones que slo a nosotrosconciernen (...) si hemos respondido favorablemente a ciertas peticiones de colaboracin (peticionesexpresas dirigidas a nosotros y no 'infiltraciones' por nuestra parte, lo que sera absolutamenteincompatible con nuestro carcter) (...) ello es an asunto nuestro" (R. Gunon, tudes sur la Franc-Maonnerie et le Compagnonnage, Traditionnelles, Pars, 1981, vol. I, p. 197). Como se desprende de lacorrespondencia (carta de Gunon a A. Reghini del 4 de enero de 1923), Gunon estuvo particularmenteinteresado por la posibilidad de escribir en una revista independiente de cualquier grupo u organizacin,contrariamente a lo habido anteriormente.1

    19 Fundada por el Padre Anizn, (1878-1944), Regnabitfue ininterrumpidamente editada de 1921 a 1929,para despus transformarse, bajo la direccin de Louis Charbonneau-Lassay en la RayonnementIntellectuel(1929-1939).2

    20 La correspondencia -recientemente publicada a cargo de P. Zoccatelli (P. L. Zoccatelli, Le livre quirumine. Autour de Ren Gunon, Louis Charbonneau-Lassay et la Fraternit duParaclet, Arch, Miln,1999)- cubre un espacio temporal que va de noviembre de 1924 hasta abril de 1929.

    221 Carta a Pistoni del 22 de septiembre de 1949 (la cursiva es nuestra).

    8

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    9/64

    Este inters explica el sentido de la reflexin que desarrolla precisamente con respecto aalgunas intuiciones de De Maistre, cuando recuerda cmo el objetivo de este ltimo eraredescubrir el sentido de las "sacras alegoras", dentro de las cuales se esconde una "verdad"que permita reencontrar aquel "Cristianismo trascendente (...) revelacin de las revelaciones,que constituye lo esencial de las ciencias secretas". Acerca de este "progresar en elCristianismo", Gunon destacaba cmo tal propsito:

    "No es tan quimrico como algunos podran llegar a pensar; por el contrario, lo consideramosmuy apropiado para suscitar reflexiones interesantes (...) se trata de restaurar la unidad de laantigua Cristiandad, unidad destruida por las mltiples sectas que han desgarrado la ropa sincostura, para de all elevarse hasta la universalidad, realizando el Catolicismo en el verdaderosentido de la palabra, en el sentido en que igualmente lo entenda Wronski, para quien dichoCatolicismo no habra de tener existencia plenamente efectiva hasta haber llegado a integrarlas tradiciones contenidas en los Libros sagrados de todos los pueblos." 22

    Estas consideraciones aparecen deslizadas en el contexto de la reflexin que Gunon ibadesarrollando acerca de la necesidad, para Occidente, de recuperar un ligamen efectivo con elCentro de la Tradicin, y as promover un despertar de aquellas organizaciones tradicionalesque, como la Masonera y el Catolicismo, conservaban todava intacto el "depsito" de la

    sabidura inicitica, Sabemos cmo, para Gunon, la condicin de plena realizacin del serhumano es la que se consigue en el plano metafsico, y que permite la adquisicin de verdadeseternas y universales. El valor de una civilizacin que sea efectivamente tal est en el grado deasimilacin de tal conocimiento y de la capacidad que tiene de traducirla en aplicaciones"concretas", pertinentes en diversos dominios entre los cuales se articula la vida, la actividad yel pensamiento de los hombres. Del grado de integracin de los ritos y de los ritmos quetraducen en acto aquellos conocimientos depende no slo el carcter tradicional de la sociedad,sino adems su capacidad de irradiacin espiritual y el papel histrico que se le pide. Lassociedades tradicionales se fundan sobre formas de organizacin que son ellas mismasexpresin de las verdades en las que deben hacer participar a la Humanidad, ofreciendo a stalos medios (funcin desarrollada por los Vaisias), la proteccin (funcin desarrollada por losChatrias) y las enseanzas (funcin brahmnica) que permiten conseguir efectivamente aquelconocimiento en el cual cada individuo singular participa segn el grado mayor o menor que le

    consienten sus propias naturaleza y posibilidades. El Occidente moderno ha idoprogresivamente desenvolvindose en oposicin a toda verdad de orden intelectual,configurndose como una monstruosa desviacin cuya "decadencia" debe"Normalmente terminar, en conformidad, sea con la naturaleza de las cosas, sea con los datostradicionales unnimes, con la arribada a cierto lmite, sealada verismilmente por unacatstrofe de civilizacin. A partir de este momento, un cambio de direccin aparece comoinevitable y los datos tradicionales, tanto de Oriente como de Occidente, indican que severificar entonces una restauracin de todas las posibilidades tradicionales (...) lo quecoincidir con una nueva manifestacin de la espiritualidad primordial (...) la suerte que serareservada para el mundo occidental en este juicio y la parte que ello podra tener en larestauracin final dependern del estado mental que la Humanidad occidental tenga en elmomento en el cual se produzca este cambio; y es comprensible que el Occidente podr tenersu parte en esta restauracin slo en la medida en que haya retomado conciencia de las

    verdades fundamentales comunes a toda civilizacin tradicional"23

    .

    Estas consideraciones esenciales de M. Vlsan nos introducen directamente en el corazn delproblema, es decir, en la constitucin de aquella lite intelectual que, por lo que Gunonescriba en 1921, habra podido evitar las previsiones peores:"(...) todo depende evidentemente del estado mental en que se encuentre el mundo occidentalcuando llegue al punto de detencin de su actual civilizacin. Si por entonces tal estado mentalfuese como ahora, se verificara necesariamente la primera hiptesis (la de la asimilacin deOccidente por parte del Oriente) ya que no existira nada para sustituir a aquello a lo que sedebera renunciar y adems la asimilacin por parte de otras civilizaciones sera imposible,dado que la diferencia de mentalidad se traduce en oposicin. Tal asimilacin, que correspondea nuestra segunda hiptesis, presupondra como condicin inicial mnima la existencia en

    22

    Cfr. infra, "Joseph de Maistre y la Masonera".23 M. Vlsan, La funzione di Ren Gunon, Il Veltro, Parma, 1985, p. 43-44.

    9

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    10/64

    Occidente de un ncleo intelectual, aunque estuviera formado por una lite restringida, quesera as el indispensable mediador para remitir la mentalidad general hacia las fuentes de laverdadera intelectualidad24.La constitucin de la lite, gracias a la aportacin de conocimiento que el Oriente no dejara deofrecer, debera ir a la par del redescubrimiento de los fundamentos de la tradicin occidental ycon la reconstruccin de una relacin con aquel Centro del hablara Gunon en su Roi su

    Monde y cuya importancia -bien notable en los ambientes sufes por la estrecha relacin quepresenta con la doctrina del Califato25- subrayaba con claridad al escribir a Charbonneau-Lassay:"Solamente que, la cuestin de la verdadera naturaleza de los centros espirituales orientales,que el P. Anizn ignora completamente, me parece ser contrariamente a lo que pensis, lacuestin ms importante en todo ello, e incluso la nica esencial26."La centralidad de tal cuestin -considerada como hemos visto "la ms importante e incluso lanica esencial- explica las precisiones que ms tarde dara acerca de la existencia de los"centros secundarios" -entre los cuales, de preeminente inters para el Occidente, colocaba aJerusaln y Roma27- y da razn en cierto modo del inters manifestado por algunasorganizaciones en las cuales, al menos aparentemente, poda ser advertido algn tipo deintervencin del Centro Supremo28. Siempre se inscribe en esta perspectiva el subrayado de laimportancia que ha tenido para Occidente la rescisin de los lazos con Oriente sancionada por

    la cada de la Orden del Templo (vase el artculo sobre Joseph de Maistre) la llamada deatencin acerca de la existencia de "centros secundarios" -conectados con el centro principialy

    24 R. Gunon, Introduzione dottrine Ind, Adelphi, Miln, 1999, p. 250-251.

    25 Sobre este tema complejo y de relevancia incontestable sealamos Ch. A. Gilis, Les Septtendards duCalifat, Traditionnelles, Pars, 1993; M. E. Blochet, tudes sur lsoterisme musulman, Sindbad, Pars,1979; M. Ibn Arab, LAlchimie du Bonheur Parfait, Berg International, Pars, 1981.2

    26 Carta a Charbonneau-Lassay del 8 de junio de 1928 (la cursiva es nuestra).2

    27 "Teniendo en cuenta todas las consideraciones hasta aqu expuestas, es fcil comprender que Roma

    es, para Occidente, una imagen del verdadero 'Centro del Mundo', de la misteriosa Salem deMelquisedec" (R. Gunon,Autorit Spirituale e Potere Temporale, Luni, Miln, 1995, p. 93-94, nota 5). Ental contexto, la figura del Rey del Mundo en su realidad principial de depositario de los dos poderes -real ysacerdotal- era representada por el mismo Jano (cfr. Ren Gunon, Il Re del Mondo, Adelphi, Miln, 1977,p. 19 y sig.).2

    28 En este sentido va la atencin inicialmente dirigida por Gunon a la confraternidad de los Polares,acreditada por un "orculo" bastante singular. Como escribira en el prefacio de AsiaMisteriosa (el textoredactado por el "gur" colectivo del grupo, Zam Bothiva), "el mtodo del que aqu se trata tiene uncarcter particular por el cual se distingue esencialmente de todos aquellos con los cuales podran, aprimera vista, ser confundidos con ella en razn de algunas similitudes exteriores: y es que se presentacomo un medio de comunicacin con un centro inicitico bastante misterioso, que, segn las indicacionesproporcionadas por las respuestas que este mtodo mismo ha permitido obtener, estara situado en unaregin del Asia Central" (el texto ha sido polmicamente reproducido en la Revue des Polaires del 9 demarzo de 1931; la cursiva es nuestra). Gunon no dejaba de evidenciar en tal escrito, dudas yperplejidades, ante todo el carcter "occidental" de las revelaciones obtenidas, que contrastabaclaramente con la naturaleza y la localizacin "oriental" del Centro "misterioso". El prlogo sera retiradodespus que Gunon verificara la inconsistencia de las respuestas obtenidas mediante el Orculo y elcarcter seudoinicitico -si no estafador- de todo el conventculo levantado por Zam Bothiva. En la reseapublicada en Le Voile dIsis (febrero de 1931) Gunon explica cmo las "manifestaciones del mtodoadivinatorio llamado 'orculo de fuerza astral' haban proporcionado "respuestas vagas y huidizas, hasta elda en que una pregunta nuestra (Gunon) desemboc en una caracterstica absurdidad"; y esto noobstante que inicialmente estuviese convencido "del valor inicitico de los hipotticos inspiradores". Elgrupo haba adoptado el nombre "barroco" de "Polares (si puede hablarse de Tradicin Polar oHiperbrea, sera ciertamente ridculo aplicar este nombre a hombres que, como mximo, parecenconocer esta tradicin solamente a travs de lo que hemos escrito en nuestras diversas obras)" y,apropindose de modo algo torpe de algunos datos expuestos por Gunon (sobre todo por lo queconcierne al tema afrontado en Le Roi du Monde) haban terminado por coleccionar una inverosmilcantidad de contradicciones, tanto que "diversas personas serias que al principio haban dado su

    adhesin, la han retirado bien pronto; (...) se podr fcilmente comprender -conclua Gunon- que nosencontramos frente a un ejemplo de aquello en lo que pueden convertirse fragmentos de un real y serioconocimiento entre manos de gente que los ha asumido sin comprender nada".

    10

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    11/64

    que son como otras tantas imgenes de l29- y, sobre todo, la exhortacin a recuperar unaconexin "efectiva" con aquella "regin suprema" que hoy es ignorada y no ya "perdida":"Se debe por tanto hablar de algo que es ignorado ms bien que perdido, puesto que no estperdido para todos y algunos an lo poseen ntegramente; y, si es as, otros siempre tienen laposibilidad de reencontrarlo, siempre que lo busquen como conviene, es decir, que su intencinsea dirigida en tal sentido de modo que, mediante las vibraciones armnicas que despierte

    segn la ley de las "acciones y reacciones concordantes", pueda ponerlos en comunicacinefectiva espiritual con el Centro Supremo30.Esta es indudablemente la tarea preeminente de la lite. Ahora bien, si hay la posibilidad deconseguir la restauracin de una Tradicin Occidental efectivamente operativa eindisolublemente ligada a la constitucin de una lite que sepa restablecer una relacin efectivacon las organizaciones iniciticas orientales y -mediante stas- con el Centro Supremo, no esmenos evidente que sta deba encontrar necesariamente un soporte sobre lo que resta deautnticamente tradicional en Occidente: las organizaciones del hermetismo cristiano, elCompaerazgo y la Masonera. El inters especfico que cultivar sobre los caracteres de lainiciacin (cuya doctrina es esbozada precisamente en el artculo sobre "La enseanzainicitica"31 aqu reproducido), sobre los aspectos tradicionales de la Masonera (vase elartculo sobre De Maistre y la polmica con Sachi a propsito de la leyenda de Hiram, expuestaen "Un plagiario"), sobre la Kbala hebrea (artculo sobre "La Kbala hebrea") y la funcin del

    Rey del Mundo, entran por ello en la economa de un discurso propedutico cuyas basesfundamentales vendrn expuestas precisamente en Atanr e Ignis, en funcin de aquel"despertar" que, verdaderamente, viene sin embargo a fallar por diversos motivos sobre loscuales sera necesario desarrollar en otro lugar un razonamiento profundizado32. Es indudableque el "enderezamiento" propugnado por Gunon debera, en la intencin de este ltimo, pasara travs de la recuperacin de datos tradicionales ciertos, capaces de permitir a los miembrosde la lite el tomar conciencia de s mismos y de su funcin. La adquisicin de conocimientostradicionales constituye la primera e imprescindible necesidad para la futura lite y, no porcasualidad, como han sealado M. Vlsan y Ch. A. Gilis33, el proponer conocimientos de nuevoentra plenamente en las funciones principales de Ren Gunon. Un ejemplo entre los msntidos lo ofrece la detallada resea que Abd al-Wahid Yahia 34 escribi a propsito del volumende Vulliaud35. Independientemente del valor que el volumen en cuestin pueda revestir, ofreceen efecto la ocasin a Gunon para una meticulosa puntualizacin sobre algunos pivotes

    fundamentales inherentes a la comprensin de la Qabbalah ("Tradicin" en hebreo), destinadosa servir en cierto modo de seales para quienquiera que quisiese acercarse al argumento deforma autnticamente tradicional. En este sentido, las reflexiones y los conocimientosexpuestos por Gunon se diferencian claramente de cuantos hasta entonces se habanacercado al tema desde una perspectiva "erudita", ms o menos condicionada por el

    2

    29 Cfr. infra, "El Rey del Mundo".3

    30Ibidem.3

    31 A pesar de aquellos que, como Jean Reyor (alias de Marcel Clavelle) consideran que Gunon nuncaabord claramente la cuestin de la naturaleza de la iniciacin hasta los aos 30, se destaca cmo ya eneste trabajo est presente lo esencial de lo que ms tarde constituir el tema desarrollado en Aperus sur

    lInitiation.

    32 Gunon continu interesndose por Italia y prueba de ello son los artculos que envi a Evola para quefueran publicados en Diorama. Este semanario se diriga especialmente a un pblico "culto", afecto encierto modo a una visin "tradicional". Gunon rechaz sin embargo siempre participar en la revista Ur, ala cual tena verdaderamente en poca consideracin ("en efecto, los artculos de Urson decididamentemuy flojos; el de Reghini sobre la 'Tradicin Occidental' es incluso lo que hay ah mejor" (carta a G. deGiorgio de 8 de junio de 1929).3

    33 Ch.-A. Gilis, Introduction lenseignement et au mystre de Ren Gunon, Traditionnelles, Pars, 1986;M. Vlsan, op. cit.3

    34 Abd al-Wahid Yahia ("Servidor del nico") es el nombre rabe adoptado por Ren Gunon una vezacogido en la cofrada suf en la que fue iniciado, probablemente en torno al 1912.

    335 El artculo sera luego incorporado al volumen Formes Traditionnelles et Cycles Cosmiques, Gallimard,Pars, 1970;( 1 ed. italiana, Mediterranee, Roma, 1974, pp. 67-85).

    11

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    12/64

    "academicismo" de los sedicentes expertos en la "ciencia de las religiones" (a los cuales, dehecho, acompaar el propio Vulliaud), pero sobre todo opera una verdadera y propia cesuracon aquel hbito que, a partir del Renacimiento, haba terminado por someter la Qabbalah a lamagia36, incorporando la primera a esta ltima, proporcionando una lectura exclusiva en clave"ocultista". En particular, a caballo del 1900, sobre todo por obra de tantos liphas Lvi, Papus,etc..., se haba asistido a un renovado esfuerzo por parte de los ambientes ocultistas para

    intentar improbables apropiaciones y subversiones de claro sabor antitradicional (es deaquellos aos la crtica a la denominada Rosa Cruz Cabalista de la cual reencontramos un ecoen el mismo artculo)37 a costa de una disciplina como la Kbala que, precisamente gracias aGunon, ser sin embargo restituida a los occidentales en su autenticidad de doctrinatradicional. Sobre todas estas cuestiones, Gunon aporta precisiones iluminadoras que hanconcurrido decisivamente a operar una "correccin de ruta" providencial de la cual, de uno uotro modo no han podido no beneficiarse los vestigios de las organizaciones iniciticasoccidentales.La mayor parte de las sin embargo actualizadsimas reseas bibliogrficas sobre RenGunon38 no dicen ni palabra de la colaboracin en Atanr e Ignis, pasando bajo silencio lamayor parte de los artculos reproducidos en este volumen; igualmente, la mayor parte de losestudios dedicados a Gunon (J. Robin, R. Gunon tmoin de la Tradition, G. Trdaniel, Pars,1978; P. di Vona, R. Gunon contro lOccidente, Il Cerchio, Rmini, 1998; P. Srant, R. Gunon,

    Alenon, 1977; N. DAnna, R. Gunon e le forme della Tradizione , Il Cerchio, Rmini, 1989, porcitar slo algunos) no aparece -increblemente- la menor alusin a la relacin que Gunon tuvocon Reghini y con otros iniciados italianos como Guido de Giorgio. Creemos por tanto que estanueva iniciativa editorial de la casa Atanr viene a colmar -aunque sea parcialmente- un vacodel cual los ms atentos estudiosos haban percibido la presencia. Esta laguna contrastainexplicablemente con el inters creciente que, desde hace algunos aos, est recobrando laobra de Gunon particularmente en Italia. Junto a numerosos simposios, textos monogrficos ya la atencin constante desarrollada en algunas revistas que, aunque a ttulos diversos, sereclaman de la enseanza del maestro de Blois (pensamos aqu en La Rgle dAbraham, en laRivista di Studi Tradizionali, etc.), se destaca, adems de algunas ms que discutibles y

    3

    36

    Con todo, una excepcin relevante es la de Johann Reuchlin (cfr. De Arte Cabalistica, Hagenau, 1517;reimpresin: Arch, Miln, 1995), que propuso una lectura cruzada entre tradicin hebrea y cristianismo,luego retomada por Agrippa (que exaltara el lado "mgico" comentando el De Verbo Myrifico) y por elmismo Reghini en su Introduccin a la obra del mismo.3

    37 La Rosa Cruz Cabalista (RCC) haba dado los primeros signos de vida en Toulousse, por obra de LouisCharles Edouard de Laplace (1792-1867), esoterista "en olor" de rosacrucismo que por medio de BoissinFirmin -autor de diversos textos hermticos- dejara un legado especfico a de Guaita. Stanislas de Guaita(1861-1897), amigo de Maurice Barrs y de Pladan, muerto morfinmano al trmino de una trabajada ybreve existencia, reclutar 12 personajes (de los cuales seis ignorados), entre los cuales Papus yPladan, para formar, en 1888, un "Consejo supremo" de la RCC. Miembro de la Orden Martinista, dejbien pronto a Papus libre para influir a su placer en la neonata RCC, cuyas doctrinas, en un primerexamen, parecen deber mucho a Saint-Yves dAlveydre y a Fabre dOlivet. De la RCC formaron partetambin Franois Charles Barlet (seudnimo de Albert Faucheux, 1838-1921, enemigo de Gunon y entrelos primeros fundadores de la Sociedad Teosfica en Francia (Nota del Traductor: Barlet no era enemigo

    (nemico) de Gunon, vase el artculo de Gunon, "Barlet y las sociedades iniciticas", recopilado en Articles etComptes Rendus I), Victor-mile Michelet (1861-1938), Paul Sdir (1871-1926). Tras que Pladanabandonara polmicamente la asociacin en 1890 (fundando su Rosa Cruz Catlica), Papus intentreunificar en la RCC los ms diversos movimientos basados en la prctica comn de la magia ceremonial.Tal intento cuaj en un primer momento en el Congreso Masnico y Espiritualista de Pars de 1908, cuyostrabajos abandon ostensiblemente Ren Gunon. En el mismo perodo, la rivalidad en el interior de laRCC -que concerna respectivamente a Papus y a Barlet, que reclamaban para s la legtima"descendencia" de Guaita- desembocaba en una serie de "escisiones que veran, tras la muerte de Papusa la asociacin fragmentarse en tres troncos distintos: uno capitaneado por Bricaud y Chevillon, otro porFranois Jollivet-Castellot y un tercero animado por Victor Blanchard (Gran Maestre, adems, de laFraternidad de los Polares). La RCC parece haber desempeado un papel nada secundario en lasintrincadas vicisitudes de Rennes Le Chateau (vase al respecto M. Bizzarri y F. Scurria, Sulle Tracce delGraal "En las huellas del Grial"), Mediterranee, Roma, 1996, precisamente en el curso de los aos de orode su existencia (1890-1908).

    38 Hoy fcilmente disponibles en Internet.

    12

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    13/64

    sospechosas iniciativas editoriales39 , la publicacin reciente de recopilaciones parciales de lacorrespondencia que Gunon ha mantenido con los ms diversos interlocutores: de Evola40 aDanielou41, a de Giorgio42, a Charbonneau-Lassay43. Es probable que anlogas operaciones -enlas cuales los intereses comerciales se mezclan con poco edificantes tentativas de "releer" ensentido negativo la obra de Ren Gunon- vern la luz en el prximo futuro por lo que se refierea otros corresponsales de relieve como, por citar slo uno, Ananda Coomaraswamy.

    La correspondencia entre Gunon y Reghini -originalmente publicada con la reimpresin deAtanr del 1979 a cargo de G. Ventura- comprende 13 cartas, de enero de 1923 hasta abril de1935. Es ms que verosmil, como por lo dems se evidencia por la lectura de algunosprrafos- que stas sean slo parte de una correspondencia mucho mayor y, quizs,prolongada hasta los primeros aos cuarenta. El material aqu reproducido, en ningn casoconcierne a mbitos de naturaleza personal y parece concentrarse sobre todo sobre cuestionesinherentes a la colaboracin de Gunon en las revistas de Reghini y, ms en general, sobretemticas de carcter esotrico y tradicional. No pocas veces vienen expuestas precisionesiluminadoras e incluso muy importantes e insospechadas revelaciones sobre correlacionessimblicas, lingsticas o sobre temas a los que Gunon slo dedicar breves alusiones en lasobras mayores. Las consideraciones sobre algunos de los personajes que por entoncesconstituan la maleza del mundo ocultista y pseudo esotrico -basta con releer las

    observaciones sobre los Polares- frecuentemente ayudan a mejor comprender la articulacin ylas intrigas de la "contra-iniciacin" sobre las cuales Gunon nunca dejar de poner en guardia.Un inters constante se dirige hacia vicisitudes de los personajes que formaban parte deorganizaciones pseudo-esotricas (teosofistas, kremmerzianos, grupos rosacrucianos, etc.) yen particular al martinismo especie de nebulosa de confines indistintos que funcionar de matrizpara muchos (Mikulski, Faugeron, Banti), que luego tomarn los caminos ms diversos.

    En particular choca la meticulosidad con la cual Gunon segua la publicacin de la revista y lapuntillosidad con la que proceda a las correcciones ms minuciosas, en un intento de precisinque no encuentra ciertamente slo su justificacin en escrpulos de orden "literario". Ntido ydeclarado es el acuerdo y afinidad con Reghini -algo no ciertamente banal, considerado el rigory la inflexibilidad doctrinal de Gunon, exenta de cualquier indulgencia de carcter"sentimental"- y que, en cierto modo, nos subraya la importancia de su asociacin intelectual,

    que quizs no dio todos los frutos esperados.

    Es en el intento de llevar alguna luz sobre un perodo de los menos estudiados y para destacarla importancia que la colaboracin con la escuela de Reghini ha revestido con la finalidad dedespertar tradicional en la tierra de Dante y de Virgilio, cuando nos hemos decidido aemprender la reedicin tambin del epistolario. Queremos aclarar que no es en absolutointencin nuestra la de poner en el mismo plano los escritos "pblicos" y los "privados",invocando -como alguno hace- las improbables implicaciones ligadas a la exgesis de sunombre rabe (Abd al-Wahid Yahia, servidor del nico), con el fin de apoyar el aserto segn elcual toda la "produccin" de Gunon constituira un "conjunto nico" 44 y como tal "disponible" alpblico. No es menos cierto tambin en aquellos que son ms crticos con respecto a un usoimpropio de la correspondencia de Gunon, que no dejan de todos modos de hacer de lasmismas cartas un uso sabio y discreto45. Creemos que el presente material proporciona la

    39 Nos referimos al volumen Psychologie, editado por Arch, (Miln, 2001)y atribuido, no podemos valorarcon qu credibilidad, a Ren Gunon.

    40 R. Gunon, Lettere Julius Evola, a cura di R. del Ponte, Sear Ed., 1996, Borzano, R. E. (Nueva edicin:Arktos, Carmagnola, 2005. Nota del T.).

    41La corrispondenza tra Alain Danilou e Ren Gunon, a cura di A. Grossato, Leo S. Olschki, Florencia,2002.4

    42 G de Giorgio, LInstant et l Eternit, Arch, Miln, 1987.

    43 P. L. Zoccatelli, Le livre qui rumine. Autour de Ren Gunon, L. Charbonneau-Lassay et la Fraternitdu Paraclet,Arch, Miln, 1999.

    444 Pierre Feydel,Aperus historiques touchant la fonction de Ren Gunon, Arch, Miln, 2003, p. 8.4

    13

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    14/64

    posibilidad de mejor comprender, no slo el carcter y el alcance de la colaboracin maduradacon los ambientes iniciticos y masnicos italianos (y de lo cual no se encuentran casi huellasen las biografas y en los estudios bibliogrficos hoy disponibles, que las ms de las vecespasan completamente bajo silencio tal cuestin) sino que adems ofrece ideas y aclaracionesque no necesariamente deben ser considerados como exclusivos en la medida en la cual, encuanto dirigidos a personajes como Reghini o de Giorgio, encaran la funcin ms propiamente

    inicitica de estos ltimos y por tanto abarcan un mbito amplio, ms precisamente el de laspersonas (por pocas que sean) a las que aquellas mismas personalidades y funcionestradicionales hacen referencia.

    PREMISA

    Los artculos de Gunon son reproducidos en la traduccin hecha en su tiempo por ArturoReghini. Se ha procedido a corregir algunos evidentes errores y a modificar la ortografadesusada de algunos trminos.

    La traduccin y las notas que acompaan la correspondencia entre Gunon y Reghini han sidorealizadas por el responsable del volumen. Se agradece la colaboracin de los amigos PaoloPiccari, Mariano Bianca (por sus continuos nimos) y sobre todo Natale Mario di Luca por elindispensable apoyo documental y bibliogrfico.

    M. B.

    45 Extractos de cartas de Gunon vienen, por ejemplo, citados en la recopilacin a cargo de PietroNutrizio, Ren Gunon e lOccidente, Luni, Miln, 1999), que recoge contribuciones diversas publicadas

    por la Rivista di Studi Tradizionali, donde frecuentemente se subraya la exigencia de una ms correcta ymedida "utilizacin" de la correspondencia de Ren Gunon.

    14

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    15/64

    LA ENSEANZA INICITICA*

    Parece que, en un sentido bastante general, no se percibe de una manera muy exacta lo que es,o lo que debe ser, la enseanza inicitica, lo que la caracteriza esencialmente, diferencindolaprofundamente de la enseanza profana. Muchos en semejante materia, consideran las cosas de

    una manera demasiado superficial, detenindose en las apariencias y en las formas exteriores, yas no ven nada ms, como particularidad digna de observacin, que el empleo del simbolismo,del cual no comprenden en absoluto la razn de ser, se puede incluso decir, la necesidad, y que,en esas condiciones, no pueden sin duda encontrarlo ms que extrao y por lo menos intil.

    Aparte de eso, suponen que la doctrina inicitica no es apenas, en el fondo, ms que una filosofacomo las otras, un poco diferente sin duda por su mtodo, pero en todo caso nada ms, pues sumentalidad est hecha de tal modo que son incapaces de concebir otra cosa.Y aquellos que consientan con todo en reconocer a la enseanza de una doctrina tal algn valordesde un punto de vista u otro, y por motivos cualesquiera, que habitualmente no tienen nada deinicitico, esos mismos no podran llegar jams sino a hacer de ella a lo sumo una especie deprolongacin de la enseanza profana, de complemento a la educacin ordinaria, al uso de unalite relativa. Ahora bien, tal vez es preferible negar totalmente su valor, lo que equivale en

    suma a ignorarla pura y simplemente, que rebajarla as y, demasiado a menudo, presentar ensu nombre y en su lugar la expresin de opiniones particulares cualesquiera, ms o menoscoordinadas, sobre toda suerte de cosas que, en realidad, ni son iniciticas en ellas mismas nipor la manera en que son tratadas.Y, si esta manera como mnimo defectuosa de considerar la enseanza inicitica, no es debida,despus de todo, ms que a la incomprehensin de su verdadera naturaleza, hay otra que casilo es otro tanto, aunque sea en apariencia enteramente contraria: es la que consiste en quereroponerla a la enseanza profana, aun atribuyndole por objeto cierta ciencia especial, ms omenos vagamente definida, puesta en contradiccin y conflicto a cada instante con las otrasciencias, aunque declarada siempre superior a stas por hiptesis y sin que se sepa demasiadoel porqu, puesto que no es ni menos sistemtica en su exposicin, ni menos dogmtica en susconclusiones. Los partidarios de una enseanza de ese gnero, supuestamente inicitica,afirman bien, es cierto, que es de naturaleza muy distinta a la de la enseanza ordinaria, ya sea

    cientfica, filosfica o religiosa, pero de eso no dan ninguna prueba y, desgraciadamente, no sedetienen ah en cuanto a afirmaciones gratuitas e hipotticas. Adems, agrupndose enescuelas mltiples y con denominaciones diversas, no se contradicen menos entre ellos de loque contradicen, frecuentemente a priori, a los representantes de las diferentes ramas de laenseanza profana, lo que no impide a cada uno de ellos el pretender ser credo por su palabray considerado como ms o menos infalible.

    Pero, si la enseanza inicitica no es ni la prolongacin de la enseanza profana, como loquerran unos, ni su anttesis, como lo sostienen otros, si no constituye ni un sistema filosficoni una ciencia especializada, se puede preguntar lo que es, pues no basta haber dicho lo queno es, todava es preciso, si no dar una definicin propiamente hablando, lo que es quizsimposible, al menos intentar hacer comprender en qu consiste su naturaleza. Y hacercomprender su naturaleza, al menos en la medida que ello puede hacerse, es explicar al mismo

    tiempo, y por ello mismo, por qu razn no es posible definirla sin deformarla, y tambin elporqu se est generalmente, y, en cierto modo, necesariamente, equivocado sobre suverdadero carcter. El empleo constante del simbolismo en la transmisin de esta enseanza,de la que forma como la base, podra sin embargo, para cualquiera que reflexione un poco,bastar para hacerlo entrever, desde el momento que se admite, como es simplemente lgicohacerlo aun sin ir al fondo de las cosas, que un modo de expresin enteramente diferente del

    *"Linsegnamento iniziatico", enAtanr, Roma, n 1-2, enero-febrero de 1924. Primera publicacin del artculo, en1913 en el n de enero de Le Symbolisme. Originalmente fue una conferencia en la Logia Thbah n 347. Ha sidoretomado sin variaciones en el n de octubre de 1933 de tudes Traditionnelles, recopilado en Articles et ComptesRendus I. Una vez reelaborado por el autor, pas a constituir el captulo XXXI, de igual ttulo, del volumenConsideraciones sobre la Iniciacin. El texto fue publicado tambin, con variaciones y en traduccin de J. Evola, conel ttulo "Sullinsegnamento 'tradizionale' e sul senso dei simboli", en el n del 2 de marzo de 1934 de Diorama

    filosofico, rbrica cultural deIl regime fascista, actualmente reimpreso en la compilacinPrecisazioni Necessarie, IlCavallo Alato, Padua, 1988, pp. 16-20. Nota del Traductor.

    15

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    16/64

    lenguaje ordinario debe haber sido creado para expresar, al menos en su origen, ideasigualmente distintas de las que expresa este ltimo, y concepciones que no se dejan traducirntegramente por palabras, para las cuales es necesario un lenguaje menos limitado, msuniversal, porque ellas mismas son de un orden ms universal.Pero, si las concepciones iniciticas son distintas a las concepciones profanas, es ante todoporque proceden de otra mentalidad que stas, de las que difieren menos an por su objeto

    que por el punto de vista bajo el cual lo encaran. Ahora bien, si tal es la distincin esencial queexiste entre los dos rdenes de concepciones, es fcil admitir que, por una parte, todo lo quepuede ser considerado desde el punto de vista profano puede serlo tambin, pero entonces deuna manera enteramente distinta y con otra comprehensin, desde el punto de vista inicitico,mientras que, por otra, hay cosas que escapan completamente al dominio profano y que sonpropias del dominio inicitico, puesto que este no est sometido a las mismas limitaciones queaquel.Que el simbolismo, que es como la forma sensible de toda enseanza inicitica, sea en efecto,realmente, un lenguaje ms universal que los lenguajes vulgares, no es lcito dudar de ello unslo instante si se considera solamente que todo smbolo es susceptible de interpretacionesmltiples, no contradictorias entre s, sino, al contrario, completndose unas a otras, y todasigualmente verdaderas aunque procediendo de puntos de vista diferentes; y, si ello es as, esque ese smbolo es la representacin sinttica y esquemtica de todo un conjunto de ideas y

    concepciones que cada uno podr captar segn sus aptitudes mentales propias y en la medidaen que est preparada su inteligencia. Y as, el smbolo, para quien llegue a penetrar susignificado profundo, podr hacerle concebir mucho ms que todo lo que es posible expresarpor palabras; esto muestra la necesidad el simbolismo: y es que se trata del nico medio detransmitir todo aquello inexpresable que constituye el dominio propio de la iniciacin o, msbien, de depositar las concepciones de este orden en germen en el intelecto del iniciado, quiendeber despus hacerlas pasar de la potencia al acto, desarrollarlas y elaborarlas por sutrabajo personal, porque nadie puede hacer nada ms que prepararle para ello, trazndole,mediante frmulas apropiadas, el plan que luego habr de realizar en l mismo para acceder ala posesin efectiva de la iniciacin que no ha recibido del exterior ms que simblicamente.Pero, si la iniciacin simblica, que no es sino la base y el soporte de la iniciacin verdadera yefectiva, es la nica que puede ser dada exteriormente, al menos puede ser conservada ytransmitida aun por los que no comprenden ni su sentido ni su alcance; es suficiente que los

    smbolos sean conservados intactos para que sean siempre susceptibles de despertar, enquien es capaz de ello, todas las concepciones de las que ellos representan la sntesis. Y enesto reside el verdadero secreto inicitico, que es inviolable por su naturaleza y que se defiendepor s mismo contra la curiosidad de los profanos y del cual el secreto relativo de ciertos signosexteriores no es ms que una figuracin simblica. No hay otro misterio que lo inexpresable,que es evidentemente incomunicable por ello mismo; cada uno podr penetrarlo ms o menossegn la extensin de su horizonte intelectual, pero, aun cuando lo haya penetradontegramente, no podr jams comunicar efectivamente a otro lo que l mismo habrcomprendido; todo lo ms podr ayudar a acceder a esta comprensin slo a aquellos que paraello son actualmente aptos.As, el secreto inicitico es algo que reside mucho ms all de todos los rituales y de todas lasformas sensibles que estn en uso para la transmisin de la iniciacin exterior y simblica, loque no impide que esas formas tengan sin embargo, sobre todo en los primeros estadios de

    preparacin inicitica, su funcin necesaria y su valor propio, proveniente de que no hacen ensuma ms que traducir los smbolos fundamentales en gestos, tomando este trmino en elsentido ms amplio, y que, de esta manera, hacen en cierto modo vivir al iniciado la enseanzaque se le presenta, lo que es la manera ms adecuada y ms aplicable generalmente deprepararle su asimilacin, ya que todas las manifestaciones de la individualidad humana setraducen, en sus condiciones actuales de existencia, en modos diversos de la actividad vital.Pero sera errneo ir ms lejos y pretender hacer de la vida, como muchos querran, una suertede principio absoluto; la expresin de una idea en modo vital no es, despus de todo, sino unsmbolo como los otros, as como lo es, por ejemplo, su traduccin en modo espacial, queconstituye un smbolo geomtrico o un ideograma. Y, si todo proceso de iniciacin presenta ensus diferentes fases una correspondencia, sea con la vida humana individual, sea incluso con elconjunto de la vida terrestre, es que se puede considerar la evolucin vital misma, particular ogeneral, como el desarrollo de un plan anlogo al que el iniciado debe realizar en s mismo,

    para realizarse en la completa expansin de todas las potencias de su ser. Son siempre y entodo, unos planes que corresponden a una misma concepcin sinttica, de modo que son

    16

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    17/64

    idnticos en principio, y, aunque todos diferentes e indefinidamente variados en su realizacin,proceden de un Arquetipo ideal nico, plan universal trazado por una Fuerza o Voluntadcsmica que, sin prejuzgar, por lo dems, su naturaleza, podemos denominar el GranArquitecto del Universo.

    Por consiguiente, todo ser, individual o colectivo, tiende, conscientemente o no, a realizar en l

    mismo, por los medios apropiados a su naturaleza particular, el plan del Gran Arquitecto delUniverso, y a concurrir por ello, segn la funcin que le pertenece en el conjunto csmico, a larealizacin total de ese mismo plan, la cual no es en suma sino la universalizacin de su propiarealizacin personal. Es en el punto preciso de su evolucin en el cual un ser toma realmenteconciencia de esta finalidad, cuando la iniciacin verdadera comienza para l; y, cuando hatomado conciencia de s mismo, debe conducirle, segn su va personal, a esa realizacinintegral que se cumple, no en el desarrollo aislado de ciertas facultades especiales y ms omenos extraordinarias, sino en el desarrollo completo, armnico y jerrquico, de todas lasposibilidades implicadas virtualmente en la esencia de ese ser. Y, puesto que el fin esnecesariamente el mismo para todo lo que tiene el mismo principio, es en los mediosempleados para acceder a l donde reside exclusivamente lo que es propio de cada ser,considerado en los lmites de la funcin especial que est determinada para l por sunaturaleza individual, o por ciertos elementos de sta; este valor del ser es por otra parte

    relativo y no existe ms que con relacin a su funcin, pues no hay ninguna comparacin deinferioridad o de superioridad a establecer entre funciones diferentes, que corresponden a otrostantos rdenes particulares igualmente diferentes, bien que todos igualmente comprendidos enel Orden universal, del cual son, todos del mismo modo, elementos necesarios.

    As, la instruccin inicitica, encarada en su universalidad, debe comprender, como otras tantasaplicaciones, en variedad indefinida, de un mismo principio trascendente, todas las vas derealizacin particulares, no solamente de cada categora de seres, sino tambin de cada serindividual; y, comprendindolas todas as en ella misma, las totaliza y sintetiza en la unidadabsoluta de la Va universal. As pues, si los principios de la iniciacin son inmutables, surepresentacin simblica puede y debe no obstante variar de modo que se adapte a lascondiciones mltiples y relativas de la existencia, condiciones cuya diversidad hace que,matemticamente, no pueda haber dos cosas idnticas en todo el universo, porque, si fueran

    verdaderamente idnticas en todo, o, en otro trminos, si estuvieran en perfecta concordanciaen toda la extensin de su comprehensin, no seran evidentemente dos cosas distintas, sinouna sola y misma cosa.Se puede por consiguiente decir que es imposible que haya, para dos individuos diferentes, dosiniciaciones exactamente semejantes, aun desde el punto de vista exterior y ritulico, y conmucha mayor razn desde el punto de vista del trabajo interior del iniciado; la unidad y lainmutabilidad del principio no exigen de ningn modo la uniformidad y la inamovilidad, por otraparte irrealizables, de las formas exteriores, y esto permite, en la aplicacin prctica que debehacerse a al expresin y a la transmisin de la enseanza inicitica, conciliar las dos nociones,tan frecuentemente opuestas equivocadamente, de la tradicin y del progreso, pero noreconociendo con todo a este ltimo ms que un carcter puramente relativo. Slo la traduccinexterior de la enseanza inicitica y su asimilacin por tal o cual individualidad, sonsusceptibles de modificaciones, y no esta instruccin considerada en s misma; en efecto, en la

    medida que tal traduccin es posible, debe forzosamente tener en cuenta relatividades,mientras que lo que expresa es independiente de ellas en la universalidad ideal de su esencia,y no puede evidentemente ser cuestin de un progreso desde un punto de vista que comprendetodas las posibilidades en la simultaneidad de una sntesis nica.

    La enseanza inicitica, exterior y transmisible en formas, no es en realidad y no puede ser,sino una preparacin del individuo para recibir la verdadera instruccin inicitica por el efectode su trabajo personal. Se le puede as indicar la va a seguir, el plan a realizar, y disponerle atomar la actitud mental e intelectual necesaria para la inteligencia de las concepcionesiniciticas; se le puede adems asistir y guiar controlando su trabajo de una manera constante,pero eso es todo, porque ningn otro, as fuese un Maestro en la acepcin ms completa de lapalabra, puede hacer este trabajo por l. Lo que el iniciado debe forzosamente adquirir por lmismo, porque nadie ni nada exterior a l se lo puede comunicar, es en suma la posesin

    efectiva del secreto inicitico propiamente dicho. Pero, para que pueda llegar a realizar estaposesin en toda su extensin y con todo lo que ella implica, es necesario que la enseanza

    17

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    18/64

    que sirve en cierto modo de base y de soporte a su trabajo personal, se abra sobreposibilidades ilimitadas, y le permita as extender indefinidamente sus concepciones, en lugarde encerrarlas en los lmites ms o menos estrechos de una teora sistemtica o de unafrmula dogmtica cualquiera.

    Ahora bien, establecido esto, hasta dnde puede ir una enseanza tradicional cuando

    pretende trasladarse de las primeras fases preparatorias y de las formas exteriores a stasrelacionadas ms especialmente? En cules condiciones puede darse, cul debe ser paracumplir la parte asignada y ayudar efectivamente en su trabajo interior a aquellos que participanen ella, suponiendo solamente que stos, en s mismos, sean capaces de recoger los frutos?Cmo se realizan estas condiciones en el seno de las diferentes organizaciones revestidas deun carcter tradicional? En fin, a qu corresponden propiamente, en la adquisicin real delconocimiento trascendente, las jerarquas relativas a tales organizaciones? He aqu un grupode cuestiones que no es posible tratar en pocas palabras, y que incluso mereceran todas serdesarrolladas ampliamente, sin que, por lo dems, haciendo esto, sea posible proporcionar otracosa que un tema de reflexin y de meditacin, sin la pretensin vana de agotar un tema quese extiende y se profundiza cada vez ms si se procede a su estudio, precisamente porqueabre a quien lo estudia con las disposiciones espirituales requeridas horizontes conceptualesrealmente ilimitados.

    18

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    19/64

    EL REY DEL MUNDO*

    Tras la muerte de Saint-Yves dAlveydre se public un libro titulado La Misin de la India1, delque se haba encontrado el manuscrito entre sus cartas y el cual contena la descripcin de uncentro inicitico misterioso designado bajo el nombre de Agarttha. Sin duda Saint-Yves haba

    tenido buenas razones para no publicar esta obra, escrita desde haca treinta aos, y que noestaba verdaderamente a punto y definitivamente pulida; en ciertos aspectos, su publicacinpuede tambin ser considerada como un mal servicio prestado a la memoria del autor por losque se decan sus amigos. En efecto, ciertos lectores haban de suponer que no era sino unrelato puramente imaginario, una especie de ficcin que no se apoyaba sobre nada real; y, adecir verdad, se encuentran en esta obra, si se quiere tomar todo al pie de la letra,inverosimilitudes que podran, al menos para quien se detiene en las apariencias exteriores,justificar tal apreciacin. Tambin para aquellos de distinto parecer, lo mejor era quizs, enausencia de cualquier otro testimonio, abstenerse de hablar de ello; es lo que, en todo caso,hemos siempre pensado por nuestra parte. Pero se ha producido un hecho nuevo y un pocoinesperado: se comenta mucho actualmente un libro en el cual Ferdinand Ossendowski cuentalas peripecias del accidentado viaje que hizo en 1920 y 1921 a travs de Asia central; y estelibro, titulado Bestias, Hombres y Dioses2, contiene, sobre todo en su ltima parte, relatos casi

    idnticos a los de Saint-Yves. Esta parte, por lo dems, no parece que haya atradoparticularmente la atencin general; y no sabemos muy bien si el autor mismo, mucho mspreocupado por la poltica que por ideas o por doctrinas, ha visto claramente todo lointeresante: ignorando todo lo tocante al esoterismo, no ha tenido, por lo que parece, otrapretensin que relatar lo que ha visto y odo; pero su testimonio, en estas condiciones, tendr alos ojos de algunos mayor importancia por ello.

    Sin embargo, sabemos que espritus escpticos y malevolentes, no dejarn de decir queOssendowski no ha hecho otra cosa que plagiar a Saint-Yves, y de destacar, en apoyo de dichaalegacin, todos los pasajes concordantes de las dos obras; hay efectivamente un buennmero que presentan, hasta en los detalles, una similitud bastante sorprendente. Hay primerolo que poda parecer ms inverosmil en Saint-Yves mismo, es decir, la afirmacin de laexistencia de un mundo subterrneo extendiendo sus ramificaciones por todas partes, bajo los

    continentes e incluso bajo los ocanos y por el cual se establecen invisibles comunicacionesentre todas las regiones de la tierra; Ossendowski, por lo dems, no toma en cuenta estaafirmacin, declarando incluso que no sabe qu pensar de ella, pero la atribuye a diversospersonajes que encontr a lo largo de su viaje. Aparece tambin, en ciertos puntos msconcretos, el pasaje donde el Rey del Mundo est representado ante la tumba de supredecesor, aquel donde se suscita la cuestin del origen de los gitanos, que habran vividoantao en Agarttha y muchos otros ms. Saint-Yves dice que hay momentos, durante lacelebracin subterrnea de los Misterios Csmicos, en los cuales los viajeros que seencuentran en el desierto se detienen y donde los animales mismos permanecen silenciosos;Ossendowski asegura que l mismo ha asistido a uno de esos momentos de recogimientogeneral. Hay sobre todo, como extraa coincidencia, la historia de una isla, hoy desaparecida,en la que vivan hombres y animales extraordinarios: all, Saint-Yves cita el resumen del periplode Jmbulo por Diodoro de Sicilia, mientras que Ossendowski habla del viaje de un antiguo

    budista del Nepal y, sin embargo, sus descripciones no son muy distintas; si verdaderamenteexisten dos versiones precedentes de esta historia de fuentes tan alejadas una de otra, podraser interesante recogerlas y compararlas con cuidado.

    Hemos tenido que sealar todas estos paralelos, a fin de que aquellos que los hubiesenigualmente notado no puedan creer que los evitamos, ni acusarnos de disimular ciertasdificultades; se podra discutir ahora evidentemente sobre el alcance que conviene atribuirles.En todo caso, Ossendowski nos ha afirmado personalmente que nunca haba ledo a Saint-

    * "Il Re del Mondo", Atanr n 12, Roma, diciembre de 1924. Versin resumida de varios captulos(fundamentalmente I, IV, VIII, IX y X) del posterior libro Le Roi du Monde, Charles Bosse, Pars, 1927. Nota delTraductor.

    1

    Publicado en 1910. Nota del Traductor.

    2 Versin espaola ltima: F. Ossendowski,En tierra de demonios, Abraxas, Barcelona, 1998. Nota del Traductor.

    19

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    20/64

    Yves, y que incluso el nombre lo ignoraba antes de la publicacin de la traduccin francesa desu libro; y, por nuestra parte, no tenemos ninguna razn para dudar de su sinceridad. Por otrolado, si hubiese copiado en parte la Misin de la India, no vemos por qu motivo habracambiado la forma de ciertas palabras, escribiendo, por ejemplo, Aghartien lugar de Agarttha(lo que se explica al contrario muy bien si tuviese de fuente mongola las informaciones queSaint-Yves haba obtenido de fuente hind); ni por qu razn habra empleado, para designar al

    jefe de la jerarqua inicitica, el ttulo de Rey del Mundo que no figura en ninguna parte enSaint-Yves. Incluso si admitiramos ciertos plagios, no sera menos cierto que Ossendowskidice a veces cosas que no tienen equivalencia en la Misin de la India, y que son ciertamentelas que l no ha podido inventar en todas sus partes; tal es, por ejemplo, la historia de unapiedra negra enviada antao por el Rey del Mundo al Dalai Lama, luego transportada aUrga, en Mongolia, y que desapareci hace alrededor de cien aos 1; luego es preciso que lhaya odo realmente hablar de estas cosas durante su estancia en Oriente, o que las hayaescrito bajo la influencia de una sugestin de las ms extraordinarias3. Esto nos basta paracreernos autorizados a romper finalmente el silencio sobre esta cuestin del Aghartta, tantoms cuanto que nuestra intencin no es de ningn modo abandonarnos al respecto a unacrtica de textos, sino aportar algunas indicaciones que todava no se han dado en partealguna, y que son susceptibles de ayudar en cierta medida para elucidar lo que Ossendowskillama el misterio de los misterios.

    * * * * * * *

    El ttulo de Rey del Mundo, tomado en su acepcin ms elevada, la ms completa y al mismotiempo la ms rigurosa, se aplica con propiedad a Man, el Legislador primordial y universal,cuyo nombre se encuentra bajo formas diversas, entre un gran nmero de pueblos antiguos.Este nombre, por otra parte, designa en realidad un principio, y no un personaje histrico; peroeste principio, puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en el mundo terrestrepor una organizacin encargada de conservar ntegramente el depsito de la tradicin sagrada;y el jefe de una organizacin as, representando en cierto modo a Man, podr llevarlegtimamente su ttulo y sus atributos; e incluso, por el grado de conocimiento que debe haberalcanzado para ejercer su funcin, se le identifica realmente con el principio del que es como laexpresin humana, y ante el cual su individualidad desaparece. Tal es el caso del Agarttha, si

    este centro ha recogido, como lo indica Saint-Yves, la herencia de la antigua dinasta solar(Srya-vansha) que se hallaba antiguamente en Ayodhy, y que haca remontar su origen aVaivaswata, el Man del ciclo actual4.Saint-Yves, como ya hemos dicho, no considera sin embargo al jefe supremo del Agartthacomo Rey del Mundo; l lo presenta como Soberano Pontfice, y adems lo coloca a lacabeza de una Iglesia Brahmnica, designacin que procede de una concepcin demasiadooccidentalizada2. Aparte de esta ltima reserva, lo que l dice completa, en este sentido, lo quedice por su lado F. Ossendowski; parece que cada uno de ellos no haya visto ms que el

    1 En numerosas tradiciones las piedras negras juegan un papel importante, desde la que era el smbolode Cibeles hasta la que est engastada en la Kaabah de La Meca. -Ossendowski, que no sabe que setrata de un aerolito, intenta explicar ciertos fenmenos, como la aparicin de caracteres en su superficie,suponiendo que era una variedad de pizarra.

    3 He aqu otro ejemplo: el Bogdo-Khan o Buda Viviente, que reside en Urga, conserva, entre otrascosas preciosas, el anillo de Gengis Khan, sobre el cual est grabada una esvsticay una placa de cobreque lleva el sello del Rey del Mundo. Parece que Ossendowski no haya podido ver ms que el primerode estos dos objetos, pero le habra sido bastante difcil imaginar la existencia del segundo. Tenemosnuestra opinin sobre las razones por las cuales ciertas puertas se abrieron a Ossendowski pero, hastanueva orden, preferimos no exponerlas pblicamente.

    4 Es evidente que el Rey del Mundo, entendido como ahora hemos dicho, nada tiene absolutamente encomn con el Princeps Huius mundidel que se trata en el Evangelio. Ni siquiera habramos pensado enhacer esta observacin si no supisemos que tal asimilacin ha venido a la mente de algunas personascuya comprehensin se encuentra extraamente limitada por ideas preconcebidas.

    2 Esta denominacin de "Iglesia brahmnica", de hecho, nicamente se ha empleado en la India por la

    secta heterodoxa y moderna de la Brahma-Samj, nacida bajo influencias europeas y especialmenteprotestantes, dividida muy pronto en mltiples ramas rivales, y actualmente completamente extinta.

    20

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    21/64

    aspecto que responda ms directamente a sus tendencias y a sus preocupacionesdominantes, pues, a decir verdad, se trata aqu de un doble poder, al mismo tiempo sacerdotaly regio.Haba en la Edad Media una expresin en la cual los dos aspectos complementarios de laautoridad se encontraban reunidos de una manera que es muy digna de destacar: se hablabafrecuentemente en esta poca de una regin misteriosa que se denominaba el reino del

    Preste Juan. Era la poca en la que lo que podra designarse como la cobertura exterior delcentro en cuestin se hallaba formado, en buena parte, por los Nestorianos y por los Sabeos3; yprecisamente estos ltimos se daban a s mismos el ttulo de Mendayyeh de Yahia, es decir,discpulos de Juan. A propsito de esto, podemos hacer enseguida otra observacin: es almenos curioso que muchos grupos orientales de carcter muy cerrado, desde los Ismaelitas odiscpulos del "Viejo de la Montaa a los Drusos del Lbano, hayan tomado uniformemente,como las rdenes de caballera occidentales, el ttulo de "guardianes de la Tierra Santa". Loque sigue har sin duda comprender mejor lo que ello puede significar; parece que Saint-Yveshaya encontrado una palabra muy precisa, tal vez ms an de lo que pensaba, cuando hablabade los Templarios delAgarttha.Sea lo que fuere, la idea de un personaje que es sacerdote y rey a la vez no es una idea muycorriente en Occidente; incluso en la Edad Media, el poder supremo estaba dividido entre elPapado y el Imperio4. En Oriente, tal separacin en la cumbre misma de la jerarqua, es, al

    contrario, bastante excepcional, y no es sino en ciertas concepciones bdicas donde seencuentra algo de este gnero8; aludimos a la incompatibilidad afirmada entre la funcin deBuddha y la de Chakravarto monarca universal, cuando se dice que Shkya-Muni, cuandoproyect su rebelin contra el Brahmanismo, habra visto cerrarse ante l las puertas deAghartta. Conviene aadir que el trmino Chakravart, que no tiene especialmente nada debdico, se aplica ms bien, segn los datos de la tradicin hind, a la funcin del Man o desus representantes: literalmente es el que hace girar la rueda, es decir, aquel que dirige elmovimiento por s mismo sin participar en l, colocado en el centro de todas las cosas, o quees, segn la expresin de Aristteles, su motor inmvil5. Es el punto fijo que todas lastradiciones concuerdan en designar simblicamente como el Polo, pues alrededor de l esdonde se efecta la rotacin del mundo; y tal es el verdadero significado de la esvstica, estesigno que se encuentra extendido en todas partes, desde el Extremo Oriente al ExtremoOccidente, y que los eruditos europeos, en efecto, han intentado vanamente explicar este

    smbolo por las teoras ms fantsticas.

    Por lo que acabamos de decir, se puede ya comprender que el Rey del Mundo debe teneruna funcin esencialmente ordenadora y reguladora, que puede resumirse en una palabracomo la de equilibrio, o la de armona. Lo que entendemos por ello es el reflejo, en elmundo manifestado, de la inmutabilidad del Principio supremo. Se puede comprender tambin,por las mismas consideraciones, por qu motivo el "Rey del Mundo" tiene por atributosfundamentales la "Justicia" y la "Paz", que no son ms que las formas revestidas msespecialmente por este equilibrio y esta armona en el "mundo del hombre"; lo sealamos paraquienes se dejen llevar por ciertos temores quimricos, de los que el libro mismo deOssendowski contiene como un eco en sus ltimas lneas.

    3 Se han hallado en Asia Central, y particularmente en la regin del Turquestn, unas cruces nestorianasque son exactamente similares en su forma a las cruces de caballera, y de las que algunas, adems,llevan en su centro la figura de la esvstica. Por otra parte, hay que hacer notar que los Nestorianosejercieron una accin importante, aunque bastante enigmtica, en los comienzos del Islam.

    4 En la antigua Roma, por el contrario, el Imperatorera al mismo tiempo, Pontifex Maximus. La teoramusulmana del Califato une tambin los dos poderes, al menos en cierta medida.

    8 Hablamos aqu del Budismo propiamente dicho y no de las transformaciones que ha sufrido fuera de laIndia, bajo la accin de ciertas influencias procedentes de doctrinas tradicionales ortodoxas, y quepermitieron restablecer, en ms de un caso, los vnculos que haban sido rotos por la rebelin de Shkya-Muni.

    5

    La tradicin china emplea, en un sentido totalmente comparable, la expresin de Invariable Medio.Hay que sealar que, segn el simbolismo masnico, los Maestros se renen en la Cmara del Medio.

    21

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    22/64

    *******

    Siguiendo a Saint-Yves, el jefe supremo de Agarttha lleva el ttulo de Brahtm (sera mscorrecto escribirBrahmtm) sostn de las almas en el espritu de Dios; sus dos asesoresson el Mahtm, representante del Alma Universal y el Mahnga, smbolo de toda la

    organizacin material del cosmos60

    . Es importante distinguir que estos trminos designan ensnscrito propiamente principios, y que no pueden aplicarse a seres humanos ms que en tantoque ellos representen a estos mismos principios, de manera que, incluso en este caso, estnesencialmente ligados a estas funciones y no a individualidades. Segn F. Ossendowski, elMahtm conoce los acontecimientos del porvenir, y el Mahnga dirige las causas de estossucesos; en cuanto al Brahtm, puede hablar a Dios cara a cara, y es fcil comprender loque eso quiere decir, si uno recuerda que l ocupa el punto central en donde se sita lacomunicacin directa del mundo terrestre con los estados superiores, y a travs de stos, conel Principio supremo. Por aadidura, la expresin de Rey del Mundo, si se quiere entenderen sentido restringido, y nicamente en relacin con el mundo terrestre, sera bastanteinadecuada; ms exacto sera, en cierto sentido, aplicar al Brahtm el de Dueo de los tresmundos71. Cuando sale del templo, dice Ossendowski, el "Rey del Mundo" irradia luz divina;la Biblia hebrea dice exactamente lo mismo de Moiss cuando descenda del Sina, y hay que

    sealar, a propsito de esta comparacin, que la tradicin islmica ve a Moiss como habiendosido el Polo (El-Qutb) de su poca; an convendra distinguir aqu entre el centro espiritualprincipal de nuestro mundo y los centros secundarios que pueden estarle subordinados, y quelo representan solamente con relacin a tradiciones particulares12.

    El Rey del Mundo, dice un lama a F. Ossendowski, est en relacin con los pensamientos detodos los que dirigen el destino de la humanidad... l conoce sus intenciones y sus ideas. Siellas agradan a Dios, el "Rey del Mundo" les favorecer con su ayuda invisible; si desagradan aDios, el Rey provocar su fracaso. Este poder se ha dado aAghartipor la ciencia misteriosa deOm, palabra por la que comenzamos todas nuestras oraciones. Inmediatamente despusviene esta frase que, para todos los que tienen una vaga idea del significado del monoslabosagrado Om, debe ser causa de estupefaccin: Om es el nombre de un antiguo Santo, elprimero de los Goros (Ossendowski escribe goro por gur), que vivi hace trescientos mil

    aos. Esta frase, en efecto, es absolutamente ininteligible si no se piensa en lo que sigue: lapoca de la que se trata, y que nos aparece indicada de una forma muy vaga, es muy anterior ala era del actual Man; por otro lado, elAdi-Man o primerMan de nuestro Kalpa (Vaivaswataes el sptimo) se le llama Swyambhuva, es decir, nacido de Swayambh, El que subsiste pors mismo, o el Logos eterno; ahora bien, el Logos, o el que le representa directamente, puedeser en verdad designado como el primero de los Gurs o Maestros Espirituales; y,efectivamente, Om en realidad es un nombre del Logos83.Por otra parte, la palabra Om da la clave inmediatamente del reparto jerrquico de lasfunciones entre el Brahtm y sus dos asesores, como ya lo hemos indicado. En efecto, segnla tradicin hind, los tres elementos de este monoslabo sagrado simbolizan, respectivamente,

    60 Ossendowski escribe Brahytma, Mahytma y Mahynga.

    71 A quienes se extraen de tal expresin, podramos preguntar si no han reflexionado nunca sobre elsignificado del triregnum, la tiara de tres coronas que es, junto con las llaves, uno de los principales signosdel Papado.

    12 Sin extendernos sobre este punto, haremos notar que la funcin de legislador (en rabe rasl), quees la de Moiss, supone necesariamente una delegacin del poder que representa el nombre de Man; y,por otra parte, uno de los significados contenidos en este nombre de Man indica precisamente lareflexin de la luz divina.

    83 Este nombre se halla incluso, de manera bastante extraa, en el antiguo simbolismo cristiano, donde,entre los signos que servan para representar a Cristo, se encuentra uno que ha sido considerado ms

    tarde como una abreviacin delAve Maria. Este signo se descompone en AVM, o sea, las tres

    letras latinas que corresponden exactamente a los tres elementos constitutivos del monoslabo Om (lavocal O, en snscrito, estaba formada por la unin de laA y de la U).

    22

  • 8/2/2019 5886827 Guenon Rene El Despertar de La Tradicion Occidental (1)

    23/64

    los tres mundos: la Tierra, la Atmsfera, el Cieloo sea, en otras palabras, el mundo de lamanifestacin corporal, el mundo de la manifestacin sutil o psquica y el mundo de losprincipios no manifestado94. Son stos, yendo de abajo hacia arriba, los dominios propios delMahnga, del Mahtm y del Brahtm, como se puede ver fcilmente al referirse a lainterpretacin de sus ttulos que hemos dado anteriormente; y son las relaciones desubordinacin existentes entre estos diferentes dominios las que justifican, para el Brahtm, el

    apelativo de Dueo de los tres mundos que anteriormente hemos utilizado105

    . El Mahngarepresenta la base del tringulo inicitico y el Brahtm su vrtice superior; entre los dos, elMahtm encarna en cierto modo un principio mediador, cuya accin se desarrolla en elespacio intermedio; y todo esto est simbolizado claramente por los caracterescorrespondientes del alfabeto sagrado que Saint-Yves llama vattan y F. Ossendowskivattannan.Si Ossendowski hubiera comprendido ciertas cosas ms profundamente de lo que lo hizo,habra podido darse cuenta de la rigurosa analoga que existe entre el ternario supremo delAgarttha y el del Lamasmo: el Dalai Lama, que realiza la santidad (o la pura espiritualidad) deBuda, el Tashi-Lama que realiza su ciencia (no mgica como parece creerlo, sino ms bientergica) y el Bogdo-Khan que representa su fuerza material y guerrera, es exactamente elmismo reparto segn los tres mundos. Habra podido hacer esta observacin tanto msfcilmente cuanto que se le haba indicado que la capital de Aghartirecuerda a Lhasa, donde

    el palacio del Dalai Lama, el Potala, se halla en la cima de una montaa recubierta de templosy de monasterios; esta forma de explicar las cosas es adems equivocada al invertir lasrelaciones, pues, en realidad, es por la imagen por la que se puede decir que se recuerda suprototipo y no al contrario.

    Todava hay otra concordancia no menos importante: Saint-Yves, al describir los diversosgrados o crculos de la jerarqua inicitica, que estn en relacin con ciertos nombressimblicos, y que se refieren especialmente a las divisiones del tiempo, termina diciendo queel crculo ms elevado y el ms cercano del centro misterioso se compone de doce miembros,que representan la iniciacin suprema y corresponden, entre otras cosas, a la zona zodiacal.Ahora bien, esta constitucin se halla reproducida en lo que se llama el "Consejo circular" delDalai Lama, formado por doce grandes Namshan (o Nomekhan); y se la encuentra tambin,adems, hasta en ciertas tradiciones occidentales, especialmente las que conciernen a los

    Caballeros de la Tabla Redonda. Aadiremos todava que los doce miembros del crculointerior del Agarttha, desde el punto de vista del orden csmico, no representan simplementelos doce signos del Zodaco, sino tambin (incluso estaramos tentados de decir antes,aunque las dos interpretaciones no se excluyan), los doce Adityas, que son otras tantas formasdel Sol, en relacin con estos mismos signos zodiacales: y, naturalmente, tal como a Man sele llama hijo del Sol, el Rey del Mundo tambin tiene el sol entre sus emblemas 116. Hay

    94 Para ms amplios desarrollos sobre esta concepcin de los tres mundos, remitiremos a nuestro estudiosobre LEsoterisme de Dante. El simbolismo de que se trata est expuesto enteramente en la MndkyaUpanishad; en una obra que tenemos la atencin de hacer aparecer prximamente, daremos laexplicacin completa de este texto desde el punto de vista puramente metafsico; lo que tenemos ahora ala vista es una aplicacin particular de l. (El libro mencionado es LHomme et son devenir selon le Vdnta.Nota del Trad.)

    105 En el orden de los principios universales, la funcin del Brahtm se refiere a Ishwara, la del Mahtma Hiranyagarbha, y la del Mahnga a Virj; sus respectivas atribuciones podran deducirse de estacorrelacin.

    116 El smbolo al cual hacamos alusin es exactamente el que la liturgia catlica atribuye a Cristo cuandole aplica el ttulo de Sol Justitiae. Hay que sealar tambin que entre los antiguos smbolos de Cristo quese refieren al mismo orden de ideas, se encuentra la esvstica (signo polar, por lo dems, como hemosindicado antes, y no solar como muchos creen errneamente) y la mano que bendice (que


Recommended