+ All Categories
Home > Documents > ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El...

¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El...

Date post: 25-Jul-2020
Category:
Upload: others
View: 1 times
Download: 0 times
Share this document with a friend
9
¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo MARIANA MERCENARIO El artículo intenta mostrar al zazanilli como un género discursivo de tradición oral náhuatl, con base en el análisis de la particular dinámica de su estructura, su naturaleza dialógica, la codificación de los significados inmersos en al- gunos de los cuarenta y seis %a%aniles recopilados por Sahagún, en el libro vi del Códice Florentino, y su probable interacción con otros tipos de discursos similares en Mesoamérica y en algunos pueblos indígenas de la actualidad, así como su vigencia como género de tradición oral entre algunas comunidades nahuas contemporáneas. Introducción _L ratar sobre los géneros del discurso no es un problema nuevo. Las discusiones sobre dicho pro- blema en Occidente datan desde la antigüedad, y aún hoy son tema de controversia.1 En este senti- do, no resulta menos polémico cualquier intento por caracterizar tipos de discurso en la tradición oral mesoamericana y, en particular, aquellos con- cernientes a la de los nahuas.2 Sabemos que el conocimiento procede a tra- vés del descubrimiento de nuevos hechos y facto- res, a partir de datos e informaciones previos, ya adquiridos.3 Así que, cuando los frailes se acerca- ron a la expresión discursiva de los antiguos nahuas, lo hicieron inevitablemente a partir del aparato cognoscitivo occidental que poseían. De esta manera, las expresiones discursivas de los nahuas fueron consideradas no como un siste- ma cultural o como una totalidad articulada con reglas propias y autorregulación particular, sino como un conjunto escindible y capaz de ser orga- nizado de acuerdo con la taxonomía proporcio- nada por los esquemas discursivos de Occidente vigentes en el siglo XVI. Lo anterior dio como resultado que las mani- festaciones discursivas de los pueblos nativos de América fueran interpretadas como producciones que simplemente contribuían al crecimiento o adición acumulativa de lo que se conocía antes, y con lo que además se garantizaba una reivindica- ción de las concepciones en las que el hombre europeo venía afirmándose desde hacía siglos. Los géneros discursivos dependen siempre del sistema lingüístico en el que surgen. Cada lengua establece, a partir de su propia conformación y contexto cultural, sus formas más o menos esta- bles en la producción de discursos. La organiza- ción sintáctica, la diversidad de significados y sen- tidos, la distribución lógica de palabras o frases en función de una intencionalidad específica, por supuesto dependen de las reglas particulares del sistema tanto lingüístico como cultural de cada comunidad. 4 Estudios Mesoamericanos Núm. 5, enero-diciembre, 2003
Transcript
Page 1: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo

MARIANA MERCENARIO

El artículo intenta mostrar al zazanilli como un género discursivo de tradición oral náhuatl, con base en el análisis

de la particular dinámica de su estructura, su naturaleza dialógica, la codificación de los significados inmersos en al-

gunos de los cuarenta y seis %a%aniles recopilados por Sahagún, en el libro vi del Códice Florentino, y su probable

interacción con otros tipos de discursos similares en Mesoamérica y en algunos pueblos indígenas de la actualidad, así

como su vigencia como género de tradición oral entre algunas comunidades nahuas contemporáneas.

Introducción

_L ratar sobre los géneros del discurso no es unproblema nuevo. Las discusiones sobre dicho pro-blema en Occidente datan desde la antigüedad, yaún hoy son tema de controversia.1 En este senti-do, no resulta menos polémico cualquier intentopor caracterizar tipos de discurso en la tradiciónoral mesoamericana y, en particular, aquellos con-cernientes a la de los nahuas.2

Sabemos que el conocimiento procede a tra-vés del descubrimiento de nuevos hechos y facto-res, a partir de datos e informaciones previos, yaadquiridos.3 Así que, cuando los frailes se acerca-ron a la expresión discursiva de los antiguosnahuas, lo hicieron inevitablemente a partir delaparato cognoscitivo occidental que poseían.

De esta manera, las expresiones discursivas delos nahuas fueron consideradas no como un siste-ma cultural o como una totalidad articulada conreglas propias y autorregulación particular, sinocomo un conjunto escindible y capaz de ser orga-

nizado de acuerdo con la taxonomía proporcio-nada por los esquemas discursivos de Occidentevigentes en el siglo XVI.

Lo anterior dio como resultado que las mani-festaciones discursivas de los pueblos nativos deAmérica fueran interpretadas como produccionesque simplemente contribuían al crecimiento oadición acumulativa de lo que se conocía antes, ycon lo que además se garantizaba una reivindica-ción de las concepciones en las que el hombreeuropeo venía afirmándose desde hacía siglos.

Los géneros discursivos dependen siempre delsistema lingüístico en el que surgen. Cada lenguaestablece, a partir de su propia conformación ycontexto cultural, sus formas más o menos esta-bles en la producción de discursos. La organiza-ción sintáctica, la diversidad de significados y sen-tidos, la distribución lógica de palabras o frasesen función de una intencionalidad específica, porsupuesto dependen de las reglas particulares delsistema tanto lingüístico como cultural de cadacomunidad.4

Estudios Mesoamericanos Núm. 5, enero-diciembre, 2003

Page 2: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

MARIANA MERCENARIO 83

El zazanillF en el contexto generalde las adivinanzas

El enigma o la adivinanza es, en su definición másgeneral, un conjunto de palabras que plantea unainterrogante en torno de algo, y en la que se danpistas más o menos complejas, para que, con baseen éstas, otro sujeto distinto del primero puedaemitir una respuesta. En este amplio sentido, laadivinanza (término más generalizado para tradu-

existe y ha existido en otras lenguasy culturas, aunque las funciones y los contextosde su producción puedan variar. Así, las adivinan-zas pueden funcionar como un juego infantil,como tabú, como discurso indirecto para haceruna declaración de amor o como pruebas de ini-ciación ritual; hay, en la tradición hindú y entrelos lubas, algunas altamente eróticas, llamadas"equívocos", y otras consideradas como enigmasque implican un conocimiento sumamente cerra-do/'

No puede soslayarse, además, que los signifi-cados entretejidos en la adivinanza, y la percep-ción de relaciones que se opera entre ellos, depen-den de un contexto sociocultural, por lo que larelación que puede establecerse entre uno y otroobjetos de referencia no siempre responde a losmismos criterios, ni al mismo grado de distincióno semejanza. Lo anterior nos informa sobre losesquemas de percepción vigentes en un determi-nado momento de una cultura particular y a losque necesariamente tendrá que atenderse si se pre-tende comprender dicho complejo cultural.

Así, a pesar de que, bajo la óptica del estruc-turalismo formal, todas estas variantes de la adivi-nanza pudieran coincidir en una estructura ele-mental y en una forma de discurso general, nopuede sostenerse que exista una sola función fijani universal, aplicable a todas las culturas y quepueda ser, en este sentido, también adjudicada al%a%anilli entre los nahuas.

Será entonces necesario, a fin de lograr unamejor coherencia comprensiva del %a%anilli, ob-servarlo a la luz de su relación con otras manifes-taciones discursivas similares en Mesoamérica,

aproximarnos a su tradición y vigencia entre losnahuas tanto del siglo XVI como de la actualidad,analizar su estructura dinámica interna y detec-tar sus elementos configuradores como un géne-ro de discurso.

El zazanilli y manifestaciones discursivassimilares en Mesoamérica

Como género discursivo en Mesoamérica, podríaconsiderarse la relación del ^aspnilli con el len-guaje de Zuyua del Chilam Balam. Este lenguajeconsistía en una serie de acertijos o adivinanzasque se usaban exclusivamente entre los batabes,los señores o nobles, y cuyo conocimiento erademandado por los halach uiniques o jefes de lospueblos. Éstos planteaban un enigma a los jóve-nes de la nobleza que aspiraban a convertirse enseñores o gobernantes y quienes debían respon-der acertadamente, a fin de demostrar que efecti-vamente descendían de los batabes y merecían elgobierno.

Este tipo de enigmas implicaba no sólo el des-ciframiento con base en operaciones intelectivas,esto es, de la capacidad de percibir relaciones en-tre las cosas: porque si no "tendréis pobre el pen-samiento y pobre la mirada",7 si no también démanera muy importante involucraba la memoria,pues este conocimiento sólo era transmitido portradición, dentro de la élite de los batabes: "si esque lo saben por generación".8 A diferencia denuestro sp^anilli, este tipo de adivinanza no pa-recía perseguir, en modo alguno, provocar la risani mucho menos era un entretenimiento para "pa-sar el tiempo".

Actualmente, entre los chamulas, por ejemplo,las adivinanzas (hak'om k'ofi) son un recurso co-nocido y practicado por toda la comunidad: porlos niños, los hombres adultos y, de manera máso menos velada, por las mujeres. Entre los prime-ros, los hak'om k'op surgen como juegos y bro-mas infantiles; entre los segundos se emplean amodo de chanzas, y entre las mujeres, a pesar deque no existe una aceptación social abierta y visi-

Page 3: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

84 ¿ACÁ QUITTAZ TOZAZANILTZIN?

ble de este hecho, puede sospecharse que las usan paraenseñar a hablar y a pensar a sus hijos.9

El zazanilli en el siglo xvi

El término ^a^anil o ^a^aniles es un aztequismoque empleó Sahagún a partir de su denominaciónpropia en lengua náhuatl %a%anilli, quien recu-rriendo a una función metalingüística, hace unaequivalencia con el tipo de discurso que en Espa-ña se conocía como acertijos o adivinanzas, o bien,más familiarmente dentro del contexto del sigloXVI como los "qué cosa y cosa de nuestra lengua".10

En su Vocabulario, Molina registra VaVanillicomo "consejuelas para hazer reyr". Asimismoaparecen otros términos relacionados con éste:VaVanilhuia (nite) "dezir consejuelas para passartiempo"; VaVantleino, VaVantleino, "qué cosa ycosa"." El franciscano no sólo dio como un equi-valente del %a%anilli el término "consejuelas" delcastellano, sino que intentó especificar la funciónque para los antiguos nahuas tenía este génerodiscursivo: el de hacer reír para pasar el tiempo.

En cuanto a los probables usuarios del %a%ani-///', Sahagún aporta a este respecto algunos datosque pudieran resultar esclarecedores hasta ciertamedida. El franciscano señala en el encabezadodel corpus de los cuarenta y seis zazaniles que allíse dará cuenta: "de algunos zazaniles de los mu-chachos que usa esta gente mexicana".12 Siguien-do al franciscano, los zazaniles fueron, por tanto,tomados de los jóvenes nahuas que muy proba-blemente hayan sido sus mismos alumnos delColegio de Santa Cruz Tlatelolco.13 Así, no es di-fícil pensar que además de ser éstos los principa-les informantes de los zazaniles, hayan sido tam-bién ellos sus usuarios.

Como se sabe, los estudiantes de dicho cole-gio estaban integrados fundamentalmente por laclase nobiliaria, por lo que de entrada los zazanilestendrían como único contexto de práctica socialel de la alta jerarquía, aunque no conformada poruna comunidad adulta. Sin embargo, aunque estematerial discursivo fue tomado por los "mucha-

chos", el propio Sahagún señala que era usado por "lagente mexicana"; ello implicaría, entonces, que el con-texto de ejecución de los zazaniles podría haber abar-cado, al menos como posibilidad, un radio social másamplio.

La vigencia del zazanilli como génerode tradición oral

El %a%anilli ha permeado la tradición discursivaen lengua náhuatl, y en la actualidad permanecevigente, como género entre algunos pueblosnahuahablantes de Guerrero central, donde se ledenomina como: %a%anelli (Ameyaltepec) o %a%a-nilli (Oapan).14 En estas comunidades, el ^a^anilliaún conserva la estructura y las funciones tantode entretenimiento, como de generador de risa querefería Molina.

Entre los nahuas contemporáneos los zazanilesse ejercen dentro de un contexto popular y sonconsiderados tanto un juego infantil15 como unreto o duelo verbal entre hombres adultos, en elque el perdedor está sujeto a un castigo: beberel agua que cae del cuerpo del hombre más viejodel pueblo durante su baño.16

La naturaleza dialógica del zazanilli

Uno de los rasgos principales que caracterizan al^a^anilli, a diferencia de otros géneros, es su natu-raleza dialógica, es decir, la coexistencia de dos omás voces en torno de un tema o asunto en co-mún: una palabra a descifrar.

No puede dejar de señalarse que los zazaniles,como sucedió con otros discursos, fueron extraí-dos fuera de las circunstancias propias de su enun-ciación: al ser registrados en forma escrita, loszazaniles perdieron muchas de sus marcasenunciativas concernientes a la oralidad en la quese produjeron: entonaciones, apoyos gestuales,etcétera. Sin embargo, con base en la organizaciónde su estructura —como tendremos ocasión decomprobarlo líneas abajo—, aún puede identifi-

Page 4: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

MARIANA MERCENARIO 85

carse la dinámica dialógica operada entre los elemen-tos constitutivos del %a%anilli como una totalidad.

La estructura del zazanilli como génerodiscursivo

Hemos dicho que el yayanilli es un tipo de géne-ro discursivo, y como tal tendría que ser definidopor la organización propia de sus elementos entanto que partes de una estructura o totalidad consentido. Así, el spayinilli está constituido por cin-co sintagmas o cadenas de palabras. Tomemos unejemplo:

1. Za^an tlein o(n)2. (xoxoubqui xicalt^intli, mumuchitl on temí)

3. Acá quitta^ to%a%anilt%in4. Tlaca nen ca5. (ilhuicaíl)

Cada uno de estos cinco sintagmas funcionacomo una pequeña estructura que se articula aotra, y cuya articulación en un todo unitario con-tribuye a la constitución del %a%anilli como unenunciado típico y estable de la cadena discur-siva.17 Tres de estos sintagmas pueden ser consi-derados como elementos formuláicos (sintagmas1, 3 y 4), es decir, que se mantienen de manerainvariable,18 mientras que los otros dos (2 y 5) sonelementos variables, merced a los cuales un zazaniles distinto de otro y puede actualizarse constan-temente, lo que le brinda un sinnúmero de posi-bilidades para continuar generándose.

El sentido fundamental del primer sintagma"sp^an tlein o(n)" (que es tan sólo aquello) se diri-ge a indagar la identidad de algo ("//«'»") cuyapresencia no parece próxima o cercana con evi-dencia a los interlocutores, como en cierta formalo indica la partícula "on" que marca una relativadistancia temporal o espacial, perceptual ocognitiva, a partir del enunciador. Ésta parecieraser, además, una estrategia discursiva para despis-tar a los enunciatarios, pues ese algo al que se apelapuede muchas veces estar a la vista de ambos. El ad-

verbio "^a^an", cuyo sentido muchas veces expresa laidea de una acción que se realiza inútilmente o en vano,19

sirve también como un recurso para provocar, de en-trada y con un fingido desdén, la virtual respuesta delotro. Con ello además esta estructura discursiva fungiríaa manera de reto y de un aperitivo que ofrece elenunciador para ir despertando el interés del otro ypara llamar su atención sobre aquello que se está próxi-mo a enunciar.

En el segundo sintagma se configuran las par-ticularidades distintivas de cada zazanil: las pistasque conducirán a la resolución del enigma plan-teado. En cuanto a su organización interna, elsintagma está integrado por componentes varia-bles tanto en su forma y contenido como en sunúmero; puede señalarse, sin embargo, que se pri-vilegia la concisión: el sintagma consta de una lexíacomo mínimo,20 y de siete como máximo, en sumayoría nominales compuestas. Aquí, la eficaciade la construcción radica en enunciar los datosmínimos necesarios que conduzcan al enuncia-tario a responder con la palabra acertada. No debeolvidarse, sin embargo, que estos datos mínimosnecesarios proyectan y a la vez dependen de uncriterio cultural y de una valoración social espe-cífica.

El tercer sintagma "acá quitta^ to^a^anilt^in"(¿alguno comprenderá nuestro pequeño zazanil?),constituye una exhortación a la respuesta, pues,si se toma en cuenta que "acá" se usa predomi-nantemente en enunciados interrogativos o en for-mas optativa y vetativa, y que este tipo de pro-nombres no aporta, en cuanto al contenido, nin-guna información específica,21 puede deducirse

entonces que el enunciador busca información,entre sus enunciatarios posibles, sobre la identi-dad de una persona que comprenderá "qu-itta-^',el desafío planteado en "to%a%anilt%in". La con-clusión del sintagma parecería indicar, además,el momento inicial a la participación de los inter-locutores.

En el cuarto sintagma "tlaca nen, ca..." (es envano, pues...), la lexía "tlaca" funciona como unaconjunción de adversativo, opción que se ve apoyadapor "nen", en tanto que adverbio de modo, indicando

Page 5: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

86 ¿ACÁ QUITTAZ TOZAZANILTZIN?

semánticamente que la acción verbal a la que directa-mente modifica' W es realizada "en vano" o "inútil-mente". Así, podría considerarse que este sintagmaaparecía cuando las respuestas de los otros eran falli-das, de manera tal que el enunciador debía dar la res-puesta correcta. Un determinado grado de dificultadsólo puede evaluarse, con justeza, dentro de losparámetros propios de comunidad o sociedad a la queejercía el %ft%cmilli. En este sentido, encontramos queen uno de los machiotíatolli?2 se da cuenta de aquel quedestaca por su agilidad mental: ixpet%\\o de pirita,en cuya glosa se explica que así se designaba a quien:"uel quitta in tlein oui in %a%aniS", puede percibir lodifícil de un zazanil. Esto explicaría al %a%anilli, portanto, como un medio a través del cual se procuraba eldesarrollo de la habilidad para plantear y resolver in-cógnitas cifradas, técnica no sólo útil a todo individuo,sino principalmente a la nobleza, esto es, a quienesestaban destinadas posiciones de mando.

El quinto sintagma, al igual que el segundo, estáintegrado por componentes variables y ambos soninterdependientes, pues, en éste se da la respuesta acer-tada a las pistas enunciadas en aquél. En este sintagma,que en la mayoría de los casos consiste sólo de unalexía nominal, tiene lugar, finalmente, la resolucióndel %a%anilli. Aunque esta respuesta consiste funda-mentalmente, enla enunciación de la palabra a descifrar, el objetotemático del %a%anilli, no puede ignorarse quetambién el juego haya buscado otras respuestas,extra-verbales, como la emoción misma de la par-ticipación activa entre los miembros de una co-munidad o grupo determinado, por ejemplo, lageneración de la risa,23 el asombro, la admiraciónpor el ingenio, etcétera.

Finalmente, es, a partir de esta dinámica entrelos elementos fijos y variables al interior del %a-%anilli, que puede deducirse una técnica de auto-rregulación característica de los modelos o gé-neros discursivos , que garantizara la cohesióndel discurso como una totalidad y que, muy pro-bablemente, haya incidido en su permanencia dentrode la tradición discursiva náhuatl.

Valoraciones relevantes inmersasen algunos zazanilli

Si consideramos que toda expresión lingüística es-tá profundamente vinculada con la vida culturaly pragmática de una sociedad,24 tal vez la partemás rica de los %a%anilli, por la compleja red devaloraciones proyectadas en la enunciación, sea lacorrespondiente a los sintagmas variables (2 y 5)en los que se concentra tanto lo que se descifracomo aquello por descifrar, ya que es a partir deéstos que pudieran vislumbrarse algunas valora-ciones que dependen del contexto socioculturaldel que emergieron y que le da sentido. A conti-nuación, nos centraremos en los ejes valorativosproyectados en algunos zazaniles, particularmen-te aquellos que remiten a los instrumentos musi-cales y de trabajo.25

En algunos zazaniles, los instrumentos musi-cales se presentan, en líneas generales, como gene-radores de movimiento. Y, aunque resulta obvioque era el músico quien ejercía un movimientosobre los instrumentos a fin de producir a travésde ellos la música, el sonido sólo tenía razón deser si partía de ellos; el sonido generado por laejecución de los instrumentos era además el pa-trón en los movimientos de la danza. En estesentido, los instrumentos musicales no sólo pa-recen haber sido percibidos como meros instru-mentos o medios, sino como agentes del sonidoal que acompañaba el canto, la palabra y la dan-za. El sonido del olmaitl, del tepona^tle, del aya-cachtli y del omichicaoa^tli?6 junto con otros, erapor tanto, el creador o generador de un ambien-te particular, ya festivo, ceremonial, ritual, yapara otros determinados propósitos. Significati-vo a este respecto resulta recordar que era preci-samente a los instrumentos musicales para dichasocasiones a los que se les guardaba o conservabacelosamente en lugares exclusivamente reserva-dos para ellos.27

Quizás sea en los zazaniles que hacen referencia alos instrumentos de trabajo donde pueda encontrarseuna marcada tendencia a la antro-pomorfización: el cacaxtle se describe como po-

Page 6: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

MARIANA MERCENARIO 87

seedor de costillas, el hacha tiene una lengua que cuel-ga, la escalera tiene una cabeza, el huso se embaraza, laaguja tiene tripas, etcétera.28 Los instrumentos de la-bor, desde esta perspectiva de valoración gozan deuna corporeidad relativa, pues la absoluta o completasólo parece poseerla el hombre. No son éstos, pues,meros objetos, sino que más bien son tratados comosujetos que le permiten al hombre su subsistencia eco-nómica y lo ayudan a concretar sus fines más inmedia-tos. Podría decirse que en ellos no se halla una valora-ción exclusivamente utilitaria y de servicio incondicio-nal al hombre, sino que son, en esta medida, compa-ñeros de trabajo.

Por otro lado, habría que considerar que algu-nos de estos instrumentos de trabajo tienen quever con otras valoraciones un poco más específi-cas de acuerdo con la posición socioeconómica oel género del individuo que los emplea. Así, porejemplo, al malacate se le relaciona con una em-barazada.29 Esto parecería indicar que el mejorcamino para llegar a pensar en el malacate es elde su relación con su usuaria, la mujer, y sobretodo en el sentido o deber que tiene ésta en lavida, la procreación;30 el malacate representa lafertilidad. Esta valoración, entonces, también tie-ne que ver con aquellos medios de producciónque están a su cargo. Es como una valoración queopera en reflejo, como en un espejo, en el que lamujer comprende su sentido social y existencialen su trabajo, por medio del malacate, como siéste le estuviera recordando a la mujer que el em-barazo es su función existencial.

Conclusiones

Los zazaniles son fenómenos sociales lingüísticos,pues consisten en un actuar lingüísticamente, ypor lo tanto remiten a un acontecimiento social.Los hombres, para vivir en sociedad, eligen cier-tas actuaciones recíprocas con otros, y, en esta medida,los zazaniles representan funciones de vida en grupo.

En ambos casos el interlocutor requiere de unainterpretación, ya que el mensaje que emite elenunciador no es directo, sino que se halla codifi-

cado. La interpretación se basa en los paradigmas cul-turales que a todo miembro del grupo le son comu-nes, y donde los significados múltiples se entramanculturalmente, a partir de actividades prácticas com-partidas.

En el %aS(anilli, la palabra aparece tambiéncomo un modo de acción: como un juego de des-trezas en relación con el reconocimiento de ras-gos entrelazados entre objetos del entorno.

La estructura misma del %a%anilli, como he-mos podido constatar, no consiste en una simpley modesta suma de palabras o de formas discur-sivas, en un hablar por hablar, sino en la produc-ción de un modelo lúdico cuya ejecución hacevigentes los valores de un grupo, de una comuni-dad o de una sociedad, a las que el jugador o par-ticipante del %a%anilii se integra, y en gran medi-da por ello, disfruta.

De esta manera, podemos decir que el %a%anillies un género discursivo que se caracteriza por sunaturaleza dialógica, en la que necesariamente in-tervienen dos o más interlocutores, uno de loscuales plantea un enigma en torno de algo, que seconvierte en el nombre a adivinar, por medio deuna serie de pistas, a fin de obtener una respuestadel otro. La estructura del %a3>anilK se autorregulaa través de sintagmas formuláicos, que dan formay delimitan la enunciación del género, y sintagmasvariables, que permiten la renovación o actuali-zación de elementos a adivinar, con lo que elSgu^amlli se constituye como una estructura com-pleta y capaz de mantenerse, como hasta ahora,dentro de la tradición discursiva náhuatl.

Aunque pudiera objetarse que la sociedad apartir de la cual se realizó el registro de los za-zaniles —esto es, la posterior a la Conquista delos nahuas del Altiplano en el siglo XVI—, es unacomunidad ya influida por algunos patrones oc-cidentales, las incorporaciones —exclusivamenteléxicas—31 no modifican en modo alguno la dinámicaestructural profunda del %a%anilli, y son, muy al con-trario, un factor que evidencia la consistencia de suarticulación, ya que merced a esta capacidad de incor-poración y síntesis que permite la actualización sin lamodificación estructural, es explicable que el %a%amlK

Page 7: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

88 ¿ACÁ QUITTAZ TOZAZANILTZIN?

haya podido funcionar y permanecer en la dinámica de

la tradición oral como un género discursivo.

Notas:1 Entre otros, Cf. T. Eagleton, Una introducción a lateoría literaria. México, FCE, 1988; N. Frye, Anatomíade la crítica literaria. Caracas, Monte Ávila, 1991; J.Trabant, Semiología de la obra literaria. Madrid, Gredos,1975; T. Todorov, Los géneros del discurso. Caracas, Mon-te Ávila, 1996; M. Bajtín, Estética de la creación verbal.México, Siglo XXI, 1982; F. Martínez Bonati, La es-tructura de la obra literaria. Buenos Aires, Seix-Barral,1973; M. Pagnini, Estructura literaria y método crítico.Madrid, Cátedra, 1975; A. Sánchez Vázquez, Antolo-gía de textos de estética j teoría del arte. México, UNAM,1972.

2 A este respecto pueden consultarse, entre otros:A. Garibay, Historia de la literatura náhuatl. México,Porrúa, 1987. 2 vols., y Panorama literario de los pue-blos nabuas. México, Porrúa, 1963; M. León-Portilla,El destino de la palabra. México, FCE, 1996 y Literatu-ras de Mesoamérica, México, SEP, 1984; P. Johansson,La palabra de los aztecas. México, Trillas, 1993 y Voces

distantes de los aztecas. México, Fernández Editores,1994; F. Kartunnen y J. Lockhart, "La estructura de lapoesía náhuatl vista por sus variantes", en Estudios decultura náhuatl 14. México, UNAM, 1983, pp. 15-64; D.Miliani, "Notas para una poética entre los nahuas", enEstudios de cultura náhuatl 4. México, UNAM, 1963, pp.263-280; C. Montemayor, La literatura actual de las len-

guas indígenas de México. México, UIA, 2001; L.Scheffler, La literatura oral tradicional de los indígenas

de México. México, Ediciones Coyoacán, 1998.3 Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones

científicas, p. 56.4 Esto no quiere decir que no puedan hallarse coin-

cidencias en géneros y modalidades discursivas entrediferentes culturas distantes en tiempo y espacio, sinoque aunque éstas puedan existir, no necesariamente tie-nen que hacerlo, ni en relación con el efecto que pro-ducen en los usuarios de un determinado sistema delengua, ni en relación con la relevancia o valor que és-tos les puedan conferir. De esta manera, aunque pue-dan, identificarse convergencias en géneros y modalida-des discursivas entre literaturas de culturas distintas, porejemplo entre la de los antiguos nahuas y las de Occi-dente como la griega, o de Oriente como la sumeria ola hebrea, ninguna podría considerarse ni como la másrepresentativa ni como mejor que otra.

5 Los zazaniles aparecen en el capítulo XLH del libroVI del Códice Florentino. El corpas total, ahí rescatado,

en torno de este tipo de discurso está conformado porcuarenta y seis ejemplos. Por nuestra parte, empleare-mos el término ap^anilli para designar un tipo de dis-curso en tanto que género, mientras que reservamos elde "zazanil" o su plural "zazaniles" para cada uno desus ejemplos.

6 T. Todorov, Los géneros del discurso, pp. 250 y 261.7 El libro de los libros de Chilam Balam, p. 143.8 Ibid., p. 132.' Gary Gossen H., Los chámalas en el mundo del

Sol. Tiempo y espacio en ana tradición oral maya, p. 157.Aunque no propiamente dentro de las delimitacionesde lo que hoy se considera como "Mesoamérica", peroentre algunas comunidades indígenas de pueblosandinos y teniendo como contextos una reunión co-munitaria, una espera o el descanso después de una jor-nada de cultivo, aún se practican los llamados "imashi",esto es, juegos verbales orientados en torno de una pa-labra (Carlos D. Kleymeyer, ¡Imashi! ¡Imashi! Adivinan-

%as poéticas de los campesinos del mundo andino: Ecua-dor, Perú y Bolivia, p. 20).

111 Bernardino de Sahagún, Historia general de las co-

sas de la Nueva España, libro VI, cap. XLII, p. 414. Los"qué cosa y cosa" es una locución que entre los espa-ñoles aún suele usarse cuando se propone un enigma oadivinanza (Diccionario de la Rea/ Academia Española,1992).

11 Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castella-na j mexicana, y mexicana y castellana.

12 B. de Sahagún, op. cit., libro VI, cap. XLII, p. 414.13 Luis N. D'Olwer, Fray Bernardino de Sahagún

(1499-1590), p. 47.14 Jonathan D. Amith, "Tan ancha como tu abuela:

adivinanzas en el náhuatl de Guerrero central", enTlalocan, núm. XII, p. 150.

15 José A. Flores Farfán, Adivinanzas nahuas de hoyy siempre. See tosaasaanil, se tosaasaanil.

16 J. D. Amith, op. cit., pp. 141 y 153.17 Mijail M. Bajtín, Estética de la creación verbal, p.

268.18 En lo que a su registro concierne, estos sintagmas

invariables no siempre aparecen. En los primeroszazaniles se les registra, pero, a medida que éstos pare-cen hacerse obvios, se les omite. El hecho de que noaparezcan por escrito, no quiere decir que los sintagmasformuláicos sólo se hayan reservado para unos cuantoszazaniles específicos, sino que más bien se les presuponíacuando en el contexto de producción, dichas fórmulaseran claras; de otra manera no podría entenderse, en sucabalidad, el sentido de los zazaniles en los que ya noaparecen los sintagmas formuláicos. "La elocución de es-tas fórmulas de introducción se omite cuando el juego esevidente" (Patrick Johansson, La palabra de los atecas, p.

Page 8: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

MARIANA MERCENARIO 89

231).19 Vid. sub voce "zuzan", Remi Simeón, Diccionario

de la lengua náhuatl o mexicana.20 No obstante, a este respecto Díaz Cultora señala

que una lexía no parece aportar datos suficientes pararesolver un enigma (Salvador Díaz Cíntora, Oraciones,adagios, adivinanzas y metáforas del libro sexto del Có-dice Florentino, n. 208). Si consideramos además quees sólo uno el zazanil que presenta esta situación, po-dría pensarse que ciertamente el enunciado de pistasestá incompleto.

21 "...acá e illa representan en principio una perso-na o una cosa precisas (o personas o cosas precisas) so-bre las que uno no puede o no quiere decir nada, o apropósito de las cuales se busca información" (MichelLauney, Introducción a la lengua j a la literatura náhuatl,

p. 243).22 Esto es, palabra de enseñanza o ejemplar. La refe-

rencia corresponde al machiotlatolli 5, del folio 184 delibro VI del Códice 'Florentino: facsimilar de 1577, edi-tado en 1970 por la Secretaría de Gobernación.

23 A este respecto, considérese sub voce "zazanilli":"consejuelas para hacer reír" (A. Molina, op. át.).

24 Gilíes Fauconnier, Mental Spaces: Aspects of mea-ning construction in natural language, p. 10.

25 Sobre un análisis más detallado de las relacionespragmáticas y lingüísticas, bajo los ejes de los esque-mas de imagen kinestética y los espacios mentales, delos cuarenta y seis zazaniles recopilados por Sahagún,vid. Mercenario, Mariana, Los entramados del significa-do en las adivinanzas y adagios de los antiguos Habitas.

26 Atendiendo a la brevedad que todo artículo exige,sólo se enunciarán aquí algunos sintagmas de loszazanilli: Za^an tleino(n), xoncholo, noncholo^. Yehoatl

in olmaitl. ¿Tan sólo qué es aquello [que dice] salta,saltaré? Ellos, los palillos de hule (con los que se golpea-ba el teponaztle), literalmente: la .mano de hule. Za^antleino(n), acó cuitlayoalli, mouiítixoa t%at%i. Ayacachtli.¿Tan sólo qué es aquello [que tiene] en lo alto una pro-tuberancia redonda, se sacude, grita? La sonaja. Za^antleino(n), comicicuiltataca chiquilicht^at^itoc. Omichi-

caoa^tli. ¿Tan sólo qué es aquello [que] le rascan lascostillas, está gritando como cigarra? El raspador.

27 Jacques Soustelle, La vida cotidiana de los aztecasen vísperas de la conquista, p. 242.

28 Za^an tleino(n), quanhtla calaqui nenepilotiuh. Tepu^tli.¿Tan sólo qué es aquello [que] al bosque entra [y] le vacolgando la lengua. El hacha (núm. 30). Za^an tleinofn),omicicuilpapampul otlica moqiiet^aticac. Cacax-tli. ¿Tan sólo qué es aquello: una hilerota de costillas[que] en el camino se levanta? El cacaxtle (núm. 28).Za^an tleino(n), icuitlaxcol quiuilana, tepetoycatl quitoca.Uit^rnalotl. ¿Tan sólo qué es aquello [que] arrastra su

tripa, la mete a la colina? La aguja (núm. 2)29 Za^an tleino(n),%an cemilbuitl ot^ti. Malacatl. ¿Tan

sólo qué es aquello: una embarazada de un solo día?El malacate (núm. 36J. Za^an tleino(n), inetotiayanquitetique, cot^fique? Ca malacatl. ¿Tan sólo qué es aque-llo [que] en su baile lo preñaron, lo embarazaron? Elmalacate (núm. 46).

30 José Alcina Franch, "Procreación, amor y sexoentre los mexica", en Estudios de cultura náhuatl, pp.59 y 63.

31 Dicho fenómeno se observa en dos zazaniles:Za^an tleino(n), coco^acat^in mocuicuicatia. Tlaca nenca sacapuch. ¿Tan sólo qué es aquello: un zacatito hue-co [que] se hace cantar? Pero es en vano, [es] el sacabu-che (núm. 7). Za^an tleino(n), excampa ticalaqui, %ancerní tiqui^a. Ca tocamisa. ¿Tan sólo qué es aquello [que]por tres partes entramos, sólo por otra salimos? Nues-tra camisa (núm. 26).

Referencias:Amith, Jonathan D., "Tan ancha como tu abuela: adi-

vinanzas en el náhuatl de Guerrero central", enTlalocan, núm. XII. México, UNAM, 1997, pp. 141-218.

Alcina Franch, José, "Procreación, amor y sexo entrelos mexica", en Estudios de cultura náhuatl, 21. Méxi-co, UNAM, 1991, pp. 59-82.

Bajtín, Mijail M., Estética de la creación verbal. Trad. deTatiana Bubnova. Barcelona, Siglo XXI, 1982.

Códice Florentino. 1577-1970. México, Secretaría deGobernación, Archivo General de la Nación.

D'Olwer, Luis N., Fray Bernardina de Sabagún (1499-1590). México, Departamento del Distrito Federal,1990.

Díaz Cíntora, Salvador, Oraciones, adagios, adivinan-%as y metáforas del libro sexto del Códice Florentino.México, UNAM, 1995.

Diccionario de la Rea/ Academia Española. Madrid,Espasa-Calpe, 1992.

El libro de los libros de Chilam Balarn. Trad. de AlfredoBarrera Vázquez. México, FCE, 1963.

Fauconnier, Gilíes, Mental Spaces: Aspects of meaningconstruction in natural language. Cambridge, Uni-versidad de Cambridge, 1994.

Flores Farfán, José A., Adivinanzas nabuas de hoy y siempre.See tosaasaanil, se tosaasaanil. México, CIESAS, 1995.

Gossen H., Gary, Los chámalas en el mundo del Sol. Tiempo yespacio en una tradición oral maya. México, INI-Conaculta,1989.

Johansson, Patrick, La palabra de los aztecas. México,Trillas, 1993. (Linterna mágica, 21)

Kleymeyer, Carlos D., ¡Imashi! ¡Imashi! Adivinanzas

Page 9: ¿Acá quittaz tozazaniltzin? El %a%amllí como género discursivo · MARIANA MERCENARIO 83 El zazanillF en el contexto general de las adivinanzas El enigma o la adivinanza es, en

90 ¿ACÁ QUITTAZ TOZAZANILTZIN?

poéticas de los campesinos del mundo andino: Ecuador, Peni yBolivia. Quito, Ediciones Abya-Yala, 1993.

Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas.Trad. de Agustín Contin. México, FCE, 1971. (Brevia-rios, 213)

Launey, Michel, Introducción a la lengua y a la literaturanáhuatl. Trad. de Cristina Kraft. México, UNAM, 1992.

Mercenario, Mariana, Los entramados del significado en lasadivinanzas y adagios de los antiguos nahiias. Tesis. México,UNAM, 2001.

Molina, Alonso de, Vocabulario en lengua castellana ymexicana, j mexicana y castellana. México, Porrúa,1970.

Sahagún, Bernardino de, Historia general de las cosas dela Nueva España. México, Porrúa, 1975. (Sepan cuan-tos..., 300)

Simeón, Remi, Diccionario de la lengua náhuatl o mexi-

cana. Trad. de Josefina Oliva de Coll. México, SigloXXI, 1977.

Soustelle, Jacques, La vida cotidiana de los aztecas envísperas de la conquista. Trad. de Carlos Villegas.México, FCE, 1956.

Todorov, Tzvetan, Las géneros del discurso. Trad. de Jor-ge Romero. Caracas, Monte Ávila, 1987.


Recommended