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Angeles Y Demonios En La Espana Del Barroco

Date post: 26-Sep-2015
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Un tratado antiguo que habla sobre las naturalezas divina de los ángeles y diabólica de los demonios
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ÁNGELES Y DEMONIOS EN LA ESPAÑA DEL BARROCO Angels and Devils in Barocal Spain ARTURO MORGADO GARCÍA* Aceptado: 30-01-01. BIBLID [0210-9611(2000); 27; 107-130] RESUMEN Estudio de la obra de Fray Francisco de Blasco Lanuza “Patrocinio de ángeles y combate de demonios” publicada en 1652. A partir de su análisis, nos acercamos a la vision del más allá típica de la España del Barroco, en especial al mundo de los ángeles, los demonios, y los colaboradores de éstos en este mundo (brujas, magos, etc). Se ofrece también la opinión del autor sobre algunos aspectos de la sociedad de su tiempo, muy en línea con los contenidos de la literatura devocional de la época. Palabras clave: España. Religión. Siglos XVI-XVIII. Ángeles. Demonios. Brujería. ABSTRACT Research of the book “Patrocinio de ángeles y combate de demonios” of Fray Francisco de Blasco Lanuza, published in 1652. Through its analyze, we see the escathological vision in the Barrocco’s Spain: angels, devils, and Luzbel’s servants in this worl d (witchs, magicians). We see so the author’s opinion about some aspects of the society of his time, very relationated with the contents of the devotional literature of XVII th century. Key words: Spain. Religion. 16th-18th centuries. Angels. Devils. Witchcraft. Resulta de sobras conocido el hecho de que los brotes brujeriles habidos en el País Vasco en los primeros años del siglo XVII propicia- rían el surgimiento de una copiosa literatura afirmando o rebatiendo la realidad de tales fenómenos 1 . Pero ha llamado menos la atención lo * Dpto. de Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte. Universidad de Cádiz. 1. Vid. HENNINGSEN, Gustav, El abogado de las brujas. Brujería vasca e Inquisición española, Madrid, Alianza, 1983, FERNÁNDEZ NIETO, Manuel, Proceso a la brujería, Madrid, Tecnos, 1989, VALENCIA, Pedro de, Obras completas, VII. Discurso acerca de los cuentos de las brujas, León, Universidad, 1997. Chronica Nova, 27, 2000, 107-130
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  • NGELES Y DEMONIOS EN LA ESPAA DELBARROCO

    Angels and Devils in Barocal Spain

    ARTURO MORGADO GARCA*

    Aceptado: 30-01-01.

    BIBLID [0210-9611(2000); 27; 107-130]

    RESUMENEstudio de la obra de Fray Francisco de Blasco Lanuza Patrocinio de ngeles y combate de

    demonios publicada en 1652. A partir de su anlisis, nos acercamos a la vision del ms all tpicade la Espaa del Barroco, en especial al mundo de los ngeles, los demonios, y los colaboradoresde stos en este mundo (brujas, magos, etc). Se ofrece tambin la opinin del autor sobre algunosaspectos de la sociedad de su tiempo, muy en lnea con los contenidos de la literatura devocional dela poca.Palabras clave: Espaa. Religin. Siglos XVI-XVIII. ngeles. Demonios. Brujera.

    ABSTRACTResearch of the book Patrocinio de ngeles y combate de demonios of Fray Francisco de

    Blasco Lanuza, published in 1652. Through its analyze, we see the escathological vision in theBarroccos Spain: angels, devils, and Luzbels servants in this world (witchs, magicians). We seeso the authors opinion about some aspects of the society of his time, very relationated with thecontents of the devotional literature of XVIIth century.Key words: Spain. Religion. 16th-18th centuries. Angels. Devils. Witchcraft.

    Resulta de sobras conocido el hecho de que los brotes brujerileshabidos en el Pas Vasco en los primeros aos del siglo XVII propicia-ran el surgimiento de una copiosa literatura afirmando o rebatiendo larealidad de tales fenmenos1. Pero ha llamado menos la atencin lo

    * Dpto. de Historia Moderna, Contempornea, de Amrica y del Arte. Universidad de Cdiz.1. Vid. HENNINGSEN, Gustav, El abogado de las brujas. Brujera vasca e Inquisicin

    espaola, Madrid, Alianza, 1983, FERNNDEZ NIETO, Manuel, Proceso a la brujera, Madrid,Tecnos, 1989, VALENCIA, Pedro de, Obras completas, VII. Discurso acerca de los cuentos de lasbrujas, Len, Universidad, 1997.

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    sucedido en el segundo tercio del siglo en el reino aragons, donde a lo largo deeste perodo la caza de brujas, aunque de forma menos espectacular que en lastierras vascas, sigui mantenindose, culminando esta espiral de angustias ytemores en las clebres epidemias de endemoniados habidas en las localidadesoscenses de Sandinis y Tramacastilla2. Directamente relacionada con estosacontecimientos se detecta una cierta produccin demonolgica, pudiendodestacarse el Tribunal de supersticin ladina (Huesca, 1631) de GasparNavarro, los Elogios de la verdad e invectiva contra la mentira (Zaragoza,1640) de Luisa Mara de Padilla Manrique y Acua, condesa de Aranda3, o, laobra que nos preocupa en estos momentos, Patrocinio de ngeles y combate dedemonios (San Juan de la Pea, 1652) del benedictino Francisco de BlascoLanuza.

    Poco es lo que sabemos de su autor. Nicols Antonio ni siquiera recogedicha obra, aunque s unos Beneficios del Angel de la Guarda impresos enZaragoza en 16374. A travs de la portada de su libro podemos colegir que fueabad del monasterio de San Juan de la Pea, y presidente de la CongregacinTarraconense y Cesaraugustana de la orden benedictina. Vinculado a dichaorden desde su ms tierna infancia, por cuanto ingres en el citado monasterioa la edad de doce aos (segn sus propias palabras, Sacme laDivina clemencia (cuyo es llamar al que quiere) de procelosas hondas yriesgos del siglo, al puerto ameno de la Religin. Remontme a unfragoso desierto, donde en el hueco de una prodigiosa pea se profesa la regla

    del gran patriarca San Benito, que es un precioso relicario de muchos cuerpossantos, y grandes reliquias. Aqu reposan nobilsimas prendas de nclitosmonarcas, de prncipes, y de caballeros, que son cadveres quebrantadoscon frecuentes desvelos, y sangrientas guerras, peleando con infielesy amedrentando moros, solicitando la mayor gloria de Dios y la exaltacin

    de la fe catlica. Vime por tiempo de doce aos con cargo de gui-ar almas ajenas, siendo tan insuficiente la ma)5, podemos supo-

    2. Vid. GARI LACRUZ, Angel, Brujera e Inquisicin en el alto Aragn en la primera mitaddel siglo XVII, Zaragoza, Diputacin General de Aragn, 1991.

    3. Algunos fragmentos de esta obra, especialmente el captulo 28, dedicado a magos,hechiceros y supersticiosos, en SERRANO Y SANZ, Manuel, Apuntes para una biblioteca deescritoras espaolas, II, primera parte, BAE, vol. 270, reed., Madrid, 1975.

    4. NICOLS ANTONIO, Bibliotheca Hispana Nova, reed., Madrid, 1996, vol. 1, p. 409.

    5. BLASCO LANUZA, Francisco de, Patrocinio de ngeles y combate de demonios, SanJuan de la Pea, Juan Nogus, 1652, Prlogo. Citada en adelante como Patrocinio.

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    ner que su vida transcurri plcidamente durante mucho tiempo hasta que allpor 1637 tuvo lugar la epidemia de endemoniados en el Pirineo oscense, quetanta conmocin causara entre los lugareos {tambin estuve ocupado losprimeros cuatro aos con las obsesas que se descubrieron en la Valle de Tena,en estos Pirineos, el ao de mil ses cientos treinta y siete, uno de los sucesosms raros, en materia de energmenos, que vio el mundo, as por el nmero deellos, como por los terrores y efectos del demonio, que se han experimentado)6.

    Patrocinio de ngeles y combate de demonios es una obra voluminosa, decasi mil doscientas pginas. Su finalidad primera est muy clara: como reza suttulo, es una ilustracin de los beneficios que hacen los ngeles de la Guarda alos hombres desde que Dios cra sus almas hasta que suban al cielo, en laResurreccin general. Y tambin de las astucias y impugnaciones de losdemonios. Aviso de navegantes en las procelosas aguas de este valle delgrimas, ciertamente. Y apta para todos los pblicos, por cuanto contienedoctrina grande y general para todo gnero de estados y personas. Aunque esde suponer que el lector poco avezado o de escasos recursos econmicos,excepcionalmente adquirira un tomaco de tal envergadura, por lo que nuestroastuto abad, con una concepcin claramente utilitaria, sealar que haymateria copiosa para predicadores. Si bien, en un momento claramentedominado por una culterana oratoria sacra tan amiga de todo gnero deretrucanos y metforas, se ver obligado a sealar que nada de ello puedeofrecer, por cuanto yo, carsimo lector, no he cursado Palacios de grandesSeores, ni Cortes donde asisten los Reyes, que son las Academias donde seliman, y cortan los lenguajes: casi siempre he vivido en desiertos y soledades...Predico lo que conviene a las almas, de modo, que conviene San Bernardo mipadre, en el espejo donde nos habernos de mirar los monjes, dice... no ponga elmonje mucho estudio en hablar con elocuencia, y prciese, de que sus palabrassean ms rsticas, que cortesanas, para que todos le entiendan, y seaprovechen. Que no edifica a las repblicas el lenguaje muy culto, ni mejora alos hombres1. Finalmente, consciente de la existencia de un pblico deseoso denovedades en el mercado devocional (no sera el nico: Lin y Verdugonos muestra cmo al pasar por aquellas libreras acordme de ciertolibro de devocin que haba salido nuevo y me le haba enviado

    6. Patrocinio, Prlogo.7. Patrocinio, Prlogo.

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    a pedir un deudo mo desde mi patria8), no tendr recato en afirmar lanecesidad de que en la mesa de la Iglesia Santa se sirvan siempre nuevosplatillos de libros devotos9. Es muy consciente, finalmente, del poder difusor dela imprenta, ya que la escritura llega a mayor nmero de oyentes. Algunos muydoctos confiesan, que se aprovecharon ms leyendo escritos que oyendopredicadores10. Hasta aqu, la declaracin de intenciones. El contenidotampoco tiene desperdicio.

    1. LAS COHORTES ANGLICAS

    El primer libro de la obra de Francisco de Blasco Lanuza est dedicado,cmo no, a los ngeles. Su principal intencin es probar por todos los medios laexistencia de los ngeles custodios y la proteccin que stos ejercen sobre loshombres, ideas repetidas hasta la saciedad.

    As, en la parte primera, Prubase que Dios enva ngeles santos para queguarden a los hombres, en atencin a la eterna guerra sostenida por el gnerohumano contra los demonios. El conocimiento de todo lo relativo a los espritusanglicos, empero, es materia muy delicada, ya que solamente es vlido aquelloque procede de revelaciones cualificadas, por ser criaturas espirituales,desnudas de todo cuerpo, y imagen sensible, su fundamento ha de ser derevelaciones cannicas, que son las que propone la Divina Escritura, hechaspara bien de la Iglesia, y fieles en general, o para utilidad de algunaspersonas...no slo las revelaciones divinas, calificadas por la Iglesia, sonverdaderas, pero hay otras innumerables, hechas a personas devotas, unas quefueron aprobadas con atencin de muy peritos en ellas, y otras, que de susefectos, y circunstancias, se colige su verdad...que stas no se censuren pordelirios, y manas o sueos n.

    El nmero de ngeles es sobre toda ponderacin y cuenta humana 12,y, en clara sintona con el amor por la sistematizacin tan propiode la Escolstica, nuestro autor no poda por menos de revelarnos la

    8. LIN Y VERDUGO, Antonio, Gua de avisos y forasteros que vienen ala Corte, edicin de Edisons Simons, Madrid, Editora Nacional, 1980, p. 99.9. Patrocinio, Prlogo.

    10. Patrocinio, Prlogo.11. Patrocinio, p. 27.12. Patrocinio, p. 193.

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    singular jerarqua anglica, basndose en buena medida en San Dionisio y enSan Alberto Magno13:

    Que estn divididos todos los ngeles en tres jerarquas y nueverdenes para gobernar a todas las criaturas y diligenciar la salvacin delos hombres. La primera jerarqua como dice San Dionisio est como enel camarn de Dios que asisten muy cerca de su majestad los tressupremos rdenes de ngeles. La segunda preside al regimiento de todo elorbe. La tercera se divide por todas las partes del mundo acudiendo a ladefensa y socorro de todas las criaturas...la primera jerarqua obramucho en el gobierno del mundo porque est siempre contemplando enDios cmo ha de ser regido y en las noticias que recibe alumbra y enseaa las otras jerarquas. La segunda concurre en este gobierno en cuantopor aquellas alteraciones y avisos dispone el regimiento de todo el orbe.La tercera jerarqua gobierna ejecutando y acude a la defensa yconservacin de todas sus partes...la jerarqua celestial se divide ensuperior media y inferior. La suprema tiene tres rdenes que sonquerubines serafines y tronos. Los querubines contemplan la bondad deDios. Los serafines consideran como es por esencia verdadera. Los tronosatienden a la equidad y justicia con que su Divina Majestad procedesiempre...La jerarqua media est compuesta de tres rdenesdominaciones principados y potestades. Las dominaciones rigen losoficios de los ngeles. Los principados presiden a las cabezas de lospueblos. Las potestades refrenan el poder de los demonios...la jerarquainferior contiene otros tres coros virtudes arcngeles y ngeles. A lasvirtudes pertenece el hacer milagros. A los arcngeles el anunciar cosasmayores. A los ngeles la solicitud de la humana custodia14.

    Existen a su vez siete ngeles superiores que tienen bajo su cus-todia el gobierno del mundo (Miguel, Gabriel, Rafael, Salatiel, Iduchiel,Baraquiel y Uriel)15, y por medio de todos estos rdenes angelicales,rige y gobierna la piedad divina, la salud del genero hmano, con maravillosoy invisible orden, con atencin y vigilancia continua nos acom-paan los mismos espritus anglicos en todos los peligros, en los trabajos,en las enfermedades, en negocios y en caminos, siempre per-suadiendo a ejercicios buenos, exhortando a obrar bien, disuadiendode obrar mal, librndonos de todo dao, si nosotros, con atento

    13. Patrocinio, p. 215.14. Patrocinio, pp. 199-201.15. Patrocinio, p. 221.

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    odo, queremos escuchar sus voces...nunca se fatigan trabajando por nuestrasalud, y jams faltan a la atencin y estudio de nuestros aprovechamientos, enparticular si ven que nosotros amamos a Dios, que perseveramos en devocin,platicamos virtudes, conversamos cosas santas, que menospreciamos al mundo,que toleramos las adversidades, con igual nimo, que no estimamos las cosasterrenas y que aspiramos por las celestiales16. Los ngeles, pues, velan deforma especial por el gnero humano, hasta el punto que Dios seala a todoslos hombres un Angel de la Guarda, de cuya existencia no ha de dudarse enmodo alguno, como atestiguan en este sentido la Tradicin de la Iglesia, lostestimonios de la Sagrada Escritura y las doctrinas de los Santos Padres 11.Tienen un especial cuidado de los nios18, aunque su proteccin no se da bajotodas las circunstancias, por cuanto puede suceder que pertrechado del ngelcualquiera de nosotros, haciendo l frente a nuestros enemigos, viendo nuestravil correspondencia, que hacindole traicin, damos nuestras armas y favor alenemigo, consintiendo y haciendo diligencias para hacerle seor de la torre delhomenaje, con el pecado que como a traidores dignos de tal castigo nos privede su presidio, dejando libre el paso para que el demonio lo lleve todo asangre....el ngel de guarda ama al hombre con las finezas que el mismo Diosen su modo que nunca le desampara, como el mismo seor...mas si por elpecado se apartase el ngel del hombre seguirase que nunca asiste a losinfieles...que no desampararn a sus hombres encomendados sino es que Diosse los mande ni pueden porque tienen expresa orden de que nos guarden19 ...loque constituye una advertencia a tener en cuenta por los pecadores.

    Aunque no lo tuvo Cristo20, absolutamente todos los hombrestienen su ngel custodio correspondiente21, e incluso la propia VirgenMara tuvo sus propios ngeles de la guarda22. No obstante, las desi-gualdades propias de la sociedad del Antiguo Rgimen tambin se manifiestanen los espritus protectores: a los elegidos y predestinados, honraDios y defiende con ms nobles ngeles de sos se tiene especialsismo

    16. Patrocinio, p. 35.17. Patrocinio, pp. 43-44.18. Patrocinio, p. 87.19. Patrocinio, pp. 107, 111-20. Patrocinio, p. 118.21. Patrocinio, p. 119.22. Patrocinio, p. 125.

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    cuidado. Cualquier ngel es bastante para honrar y defender a la criaturahumana ms encumbrada en dignidad y perfeccin pero teniendo su majestadtantos a la mano de quien puede hacer eleccin es creble que diputa msrealzado ngel al que con sus mritos con sus honrados trminos y humildesrespetos merecer ser hijo suyo adoptivo y sucesor en su reino que al quereprob23. Y, por supuesto, a mayor responsabilidad, el nmero de ngeles semultiplica: los pontfices, prelados, reyes y ministros que gobiernan a muchostienen dos ngeles de la guarda24. Tambin gozan de su proteccin los animalesy las plantas25, as como los templos26. No obstante, hay una especie deespecializacin funcional entre los distintos ngeles, por cuanto la custodia demuchos hombres pertenece a los Principados o arcngeles, la de las criaturas alas virtudes, en tanto sobre los demonios tiene una especial presidencia el corode las potestades27. Aade, basndose en Surez, que los de inferior grado seocupan en cuidar de las criaturas insensibles. Los de medio grado se emplean enguardar las especies de los animales. Y los supremos presiden a los hombres.Arcngeles se cree probablemente que son los custodios de personas insignes ypuestas en dignidad. Potestades guardan a todo el gnero humano. Virtudestienen el cometido de cuidar de los hombres y de todo el orbe por obrasmilagrosas. Dominaciones, tronos, querubines y serafines hacen siempre nuestracausa y cuidan sumamente de nuestras almas28.

    La proteccin del ngel custodio es sumamente beneficiosa, entreotras cosas, por inclinar al hombre a la devocin, sea la del SantsimoNombre de Jess29, la asistencia a misa30, y la frecuencia de la peni-tencia31 y la eucarista32. Asisten directamente a los predicadores33 ya quienes entran en religin34. La enumeracin de toda esta panopliade beneficiosos efectos no es, por supuesto, gratuita, por cuanto nuestro

    23. Patrocinio, pp. 133-134.24. Patrocinio, p. 143.25. Patrocinio, p. 286.26. Patrocinio, p. 290.27. Patrocinio, pp. 299-300.28. Patrocinio, pp. 301-302.29. Patrocinio, p. 335.30. Patrocinio, p. 353.31. Patrocinio, p. 358.32. Patrocinio, p.. 364.33. Patrocinio, p. 407.34. Patrocinio, p. 412.

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    benedictino pretende, de este modo, indicar al lector la suma rentabilidadespiritual que ofrece la devocin al ngel de la guarda.

    2. LAS HUESTES DEMONACAS

    A la tesis anglica se contrapone, cmo no, la anttesis demonaca, de laque se ocupa el libro segundo de la obra. Blasco nos indica cmo la existenciadel demonio est ordenada por la divina providencia35, cmo su nmero esenorme36, y cmo Lucifer es su prncipe37. Recogiendo las opinionesformuladas otrora por San Antonino de Florencia, nos explica las causas de suinquina hacia el gnero humano, al que persigue por tres motivos, a saber, pormalicia, soberbia y envidia. La malicia, porque tiene odio capital a Dios,causante de sus tormentos, y pretende vengarse apartando de su obediencia acuantos pueda. La soberbia, por su parte, le da espuelas para contraponerdemonios tentando a los hombres al ver que Dios seala ngeles particularespara que los guarden. La envidia, finalmente, porque no soporta la idea de quelos hombres vengan a disfrutar de lo que l ha perdido38. En perfecta simetracon lo sucedido con los ngeles, Lucifer asigna un demonio particular a cada serhumano39, aadiendo un segundo a pontfices, prelados, reyes y prncipes40. Delmismo modo que son siete los ngeles principales, otros tantos son losdemonios que actan como generales de la milicia luciferiana, presidiendo cadauno de ellos un pecado capital: Asmodeo, la lujuria; Leviatn, la soberbia;Mamona, la avaricia; Berith, la ira; Belphegor, la gula; Belceb, la envidia; yAstaroth, la pereza41.

    No poda faltar, por supuesto, la pertinente referencia a la inmensidad delos poderes demonacos, de los que la literatura demonolgica se ocup conprofusin, como observamos en las obras de Martn del Ro42, TorrebiancaVillalpando 43, o Gaspar Navarro44, aunque todos

    35. Patrocinio, p. 447.36. Patrocinio, p. 462.37. Patrocinio, p. 466.38. Patrocinio, pp. 468-469.39. Patrocinio, p. 474.40. Patrocinio, p. 485.41. Patrocinio, p. 487.42. RO, Martn del, La magia demonaca, Madrid, Hiperin, 1991, pp. 596-597.43. TORREBLANCA VILLALPANDO, Francisco, Daemonologia sive De magia

    naturali, daemoniaca licita et illicita, Maguncia, Teobaldo Schonwetteri, 1623, pp. 233-235.

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    ellos comparten una marcada preocupacin por sealar las limitaciones de losmismos, preocupacin que tambin observamos en Blasco Lanuza: puedealterar gran parte de cualquier elemento como es del agua de la tierra del airedel fuego...causar terremotos con la vehemencia de los vientos y desquiciarpartes firmsimas de la tierra abrir agujeros en ella por donde salga airepestilencial y inficionar todo el mundo...por resquicios de la tierra sacarhorrendos fuegos que se dicen volcanes... corromper el aire, la tierra el agua demuchos modos para dar muerte a los vivientes....no puede perturbar el orden dela naturaleza...no puede mudar un elemento entero ni descomponer las partesprincipales del mundo...no puede en un instante llevar un pesado cuerpo de unoa otro lugar...no puede criar alguna cosa de nada ni producir formas sustancialeso accidentales...no puede por su gusto producir algunos efectos con cualesquierinstrumentos...no puede.. .producir animales perfectos ni tampoco imperfectos.Ni puede trocar el orden que hay entre las formas y disposiciones naturales...nopuede dar vista a ciegos ni resucitar muertos que supone virtud infinita...nopuede alterar la luna ni las estrelllas... ni puede causar eclipses45. Nuestrohombre, por supuesto, no duda en modo alguno de la existencia de ncubos yscubos46.

    Son muchos los medios de los que se vale el demonio para engaar a loshombres, entre ellos transfigurarse en ngel de luz47 o de la guarda48, en imagende hombre, de santos o del propio Cristo49, as como de animal, entre ellos enfigura de cabrn, a gente que tiene asentada plaza en su milicia como sonbrujas y hechiceros50. De ah que haya que tener un especial cuidado, ya que lasrevelaciones y apariciones demonacas pueden confundirse fcilmente con lasanglicas aunque se hagan a personas muy santas y a sujetos que reciben rarosfavores de Dios y aunque conste de muchas revelaciones buenas que han tenidoporque el demonio anda transfigurndose en ellas de tal arte que es una de lascosas mas difciles51.

    44. NAVARRO, Gaspar, Tribunal de supersticin ladina, Huesca, Pedro Blusn, 1631,pp. 22v.-24.

    45. Patrocinio, pp. 112-11 A.46. Patrocinio, pp. 798-800.47. Patrocinio, p. 552.48. Patrocinio, p. 555.49. Patrocinio, p. 557.50. Patrocinio, p. 559.51. Patrocinio, p. 643.

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    En una poca de msticos y visionarios, distinguir el tenor de dichasapariciones no era precisamente una cuestin balad, y fueron varios los autoresque dieron sus respectivas recetas para diferenciarlas. Ejercieron una graninfluencia en este sentido las opiniones de Santa Teresa de Jess, la cual indicaen alguna ocasin cmo el demonio provoca visiones y revelaciones52 y losmalos efectos que deja, tanto la gran sequedad que queda, cuanto una inquietuden el alma a manera de otras muchas veces que ha permitido el seor que tengagrandes tentaciones y trabajos de alma de diferentes maneras53. Estos asuntosllegaron a pasar al acerbo de los Manuales de confesores, o las Summas de Teo-loga moral, siendo un ejemplo de ello las pginas que dedica a los visionariosRodrguez Lusitano54. La literatura brujeril no poda dejar de lado esta cuestin,y Martn del Ro proporciona asimismo algunas indicaciones para diferenciarestas visiones55. Blasco Lanuza, siguiendo en buena medida las opinionesteresianas, nos revela cmo no es fcil distinguir si las visiones estnprovocadas por los ngeles o por los demonios, ya que no se puede determinaresto ni por la persona a quien se hace, ni por el lugar donde sucede, ni por eltiempo, por lo que hay que acudir a otros indicios: el ngel siempre se apareceen figura humana, el demonio se vale de figuras diversas, y muchas veces tomaaspecto de animal. La revelacin anglica siempre se conforma con la doctrinade la Escritura y de los santos, sin mezcla de otra alguna, y siempre se ordenapara el provecho de las almas, provocando asimismo una gran humildad en elsujeto. Esta revelacin se produce siempre ante persona discreta y de prudenteconsejo, y, aunque causa terror al principio, luego consuela, y deja efectos deaumento de virtudes, paz con el alma, y caridad. Naturalmente, siemprees la mujer la ms propensa a ser engaada por su natural flaco, llenode pasiones aceleradas, de complexin hmeda, que con facilidad se altera,y se deja llevar, y es de humor dispuesto para recibir diversas impresiones...de

    su calidad hay poco que fiar y mucho que temer, porque halla en ellas eldemonio disposicin para deslumbramientos y delirios, como ensea la expe-

    52. JESS, Teresa de, Libro de las fundaciones, edicin de Jos Mara Aguado, Madrid,Espasa Calpe, 1973, pp. 175-178.

    53. JESS, Teresa de, Libro de la vida, edicin de Dmaso Chicharro, Madrid, Ctedra,1987, p. 312.

    54. RODRGUEZ LUSITANO, Manuel, Summa de casos de conciencia con advertenciasmuy provechosas para confesores, Salamanca, Juan Fernndez, 1597, vol. 1, pp. 15-16.

    55. RO, Martn del, op. cit., pp. 450-452.

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    rienda en las hechiceras y brujas y supersticiosas56. Menciona adems una seriede antdotos contra las falsas revelaciones, siendo el principal el no desearlas51.

    Pero mucho mayor inters que todo esto ofrecen las pginas dedicadas abrujas, hechiceros, astrlogos y dems supersticiosos, en las que nuestro autorrefleja una credulidad sin apenas matices, aunque siempre en consonancia conlas opiniones cannicas al respecto. Manifiesta una cierta prudencia conrespecto a la astrologia, prudencia obligada desde que en 1585 Sixto Vpromulgara la bula Coeli et Terrae (aunque en Espaa entr en vigor mstarde), por cuanto la misma prohiba todas las artes que provienen de losfuturos eventos a excepcin de aqullas que por causas naturalesnecesariamente o frecuentemente se siguen, lo que haca lcita la astrologiaaplicada a la medicina, la agricultura o la navegacin, pero converta en delito laadivinacin del estado, condicin, duracin de la vida por observancia del dadel nacimiento, y cualquier cosa atribuida a los astros que fuera fruto del librealbedro58. De este modo, ser un lugar comn la distincin entre la verdaderaastrologia, que habla de cosas causadas por las virtudes de los cielos, que pormedio de sus movimientos y luces alteran el aire, la mar y la tierra, por lo que elverdadero filsofo que conozca las virtudes y propiedades de las estrellas, podrsaber sus efectos sobre elementos, hombres, aves y animales; de la falsa, que noes arte ni ciencia verdadera, sino mera supersticin59. Francisco de Toledo noniega que se pueden saber efectos naturales como eclipses lluvias por venir yotras cosas, tratndose de pecado mortal tan slo cuando se pretendenconocer las cosas que dependen nicamente de la voluntad divina, ellibre albedro humano, o cuando se usa de los juicios de los astrlogoscomo regla infalible60. Rodrguez Lusitano llega a decir que se trata decosa buena y provechosa, por cuanto antes aprovecha su conocimientopara conjeturar la humedad sequedad fro calor esterilidad y fertilidaddel tiempo, remitindose a lo dicho por Santo Toms de Aquino, Pedro Cirueloy Pico della Mirandola61. Pero es pecado mortal usar de las

    56. Patrocinio, pp. 648-672.57. Patrocinio, pp. 680 ss.58. MUOZ CALVO, Sagrario, Inquisicin y ciencia en la Espaa moderna, Madrid,Editora Nacional, 1977, pp. 77-80.59. CIRUELO, Pedro, Reprobacin de las supersticiones y hechiceras, Madrid, Coleccin

    Joyas Bibliogrficas, 1952, p. 44.60. TOLEDO, Francisco de, Instruccin de sacerdotes y suma de casos de conciencia,

    Valladolid, Francisco Fernndez de Crdoba, 1613.61. RODRGUEZ LUSITANO, Manuel, op. cit., tomo 1, pp. 10-11.

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    interrogaciones astrolgicas que son por la hora que les van a preguntaralguna eos a... si parecen las cosas hurtadas y perdidas, el suceso de lospleitos, ctedras, batallas, partos, juegos, cazas y otras semejantes... escogerhora y mirar qu figura tiene el cielo para se casar, ordenar, predicar, leer,caminar, pleitear, entrar en batalla, jugar, cazar y otras cosas semejantes62. Enla misma lnea se sita nuestro autor, para el cual hase de hablar con muchotiento, cuando se trata de la influencia de las estrellas, en materia de sucesosde fortuna y de buenas costumbres. Que comunican a los cuerpos, flemas,sangre y humores, de donde se sigue, que es el hombre ms apto para unejercicio y arte que otro, eso es cierto, pero que influyen o inclinan al hombre avicios, a pecados y a malos empleos, es absurdo y disparate... pronosticarsucesos de tiempos, coligiendo la esterilidad, la humedad, los vientos, lasequedad, etc., no es prohibido, y con los principios de la astrologia algo seacierta, pero sacar de ellos los sucesos del hombre libre, y afectos del almaespiritual, es delirio ridiculo, es culpar a las estrellas y atribuir parte delpecado al mismo cielo63. Y, ms adelante, seala cmo hay dos diferencias deastrologia judiciaria. Una natural que ayuda a la medicina, agricultura ynavegacin, la cual conjetura los eclipses, lluvias, granizos, vientos y sucesossemejantes... esta astrologia es lcita, pero no cierta, pues cada daexperimentamos sucesos contrarios en aos que pronostican frtiles, estriles,aguas, fros, calores, etc...otra astrologia se dice judiciaria, que por los aspec-tos de las estrellas y de sus sitios, adivina los sucesos futuros, secretos ypasados. Esta tiene cuatro partes. Una es de revoluciones, en que se pronosticael discurso del ao, las guerras, paces, salud general, hambres, enfermedades,etc. Otra es de nacimientos, de los cuales pronostican los sucesos de la vida delhombre. Tercera es de interrogaciones, cuando van a preguntar al astrlogo siparecer el hurto y el esclavo, quien hizo el dao, etc. Cuarta es de elecciones,que ensea, cuando se ha de salir de casa, o estar en ella, en qu lugares se hade hacer los negocios para salir bien, qu cosas conviene hacer o dejarlas. Estaastrologia con sus cuatro ramos, queda reprobada con las doctrinas referidas.Vase el motu propio de Sixto V a Santo Toms, Surez, Toms Snchez, Martndel Ro y Villalobos64.

    62. ALCOCER, Fray Francisco de, Confesionario breve y provechoso para penitentes,Alcal de Henares, Juan Gracin, 1619, p. 59v.

    63. Patrocinio, p. 73.64. Patrocinio, p. 765.

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    La desconfianza manifestada hacia la astrologia se convierte en totalreprensin cuando habla de otras artes adivinatorias. Condena as el artenotoria, por medio de la cual, segn Pedro Ciruelo, se puede alcanzar cienciasin aprenderla por medio de libros y lecciones, afirmndose que por medio deella Salomn supo todas las ciencias humanas y divinas en una sola noche65.Blasco Lanuza nos cuenta al respecto, basndose en cierta medida en Martndel Ro y en Torrebianca Villalpando, cmo dispone (el demonio) con tal artelos ingenios de muchos hombres soberbios y arrogantes que les da unconocimiento admirable de cosas naturales y exquisitas que pasma a losdiscursos humanos. Y esto sin infundir hbitos de ciencia que le esimposible...para ensear a sus discpulos esta ciencia notoria entra conapariencias de santidad, mandando que confiesen todas sus culpas, que seejerciten siete semanas en rezar salmos, en ayunos, oraciones y otras obras demortificacin y piedad. Ordena que los primeros siete das de nueva lunahagan ciertas ceremonias y invocaciones en el punto que sale el sol. Disponeque tal da estando el hombre slo en el sagrado templo o en el desierto, puestode rodillas y las manos levantadas al cielo diga tres veces el versculo primerodel himno Veni creator spiritus etc...con estas aclamaciones tan doradas desantidad acude el maestro de maldades a darle una noticia abundante de todasciencias, disponiendo su naturaleza, alterando los espritus vitales y animales yaplicando activos con la sutileza de su industria...por este medio sucedimuchas veces que quedaron hombres privados de entendimiento, poseyendo enlugar de ciencia amarga confusin como dice Lavatero. O alcanzan por tal arteser elevados a la regin del aire, entre tempestades y torbellinos quedando detal arrobamiento o muertos o furiosos o casi desfallecidos como advierteTorrebianca66.

    Pero los servidores privilegiados de los demonios son los magos yhechiceras, por cuanto llegan, en su insensatez, a conspirarse con el mismo67.Lanuza no duda en modo alguno de su existencia, y no es de extraar, dado lasautoridades en las que se sustenta bsicamente, tales el celebrrimo Malleusmaleficarum, el Tractatus de hereticis et sortilegiis de PaulusGrillandus (1524), las Disquisiciones mgicas (1599) de Martn delRo, la Demonologia (1623) de Torrebianca Villalpando, el Tractatusde confessionibus maleficorum sagarum (1591) de Binsfield

    65. CIRUELO, Pedro, op. cit., p. 62.66. Patrocinio, pp. 742-744.67. Patrocinio, p. 777.

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    o la Daemonolatriae de Nicholas Remy o Remigius (1595), obras todas ellasque suelen aceptar sin reservas los presupuestos del Malleus. De este modo, aligual que su casi contemporneo Gaspar Navarro, refleja todos los tpicos quepodemos encontrar en la literatura brujeril (vuelos, aquelarres, maleficios,pactos con el demonio), sin presentar ninguna nota original:

    Hay un gnero de demonios que tienen por oficio dar enfermedades.Acostumbran magos y hechiceras hacer unos unguentos y polvos con talpacto con el demonio que donde se esparcieren en calles caminos paredesvestidos o puertas den muerte a cuantos pasaren o a los que el malficoquisiere solamente...con tal astucia de unguentos y polvos murieron elao de 1630 en las ciudades Mediolanense, Pava, Lody, Cremona,Plasencia, Parma, Brgamo, Verona, Bolonia, Mantua, Mortara, Noveray otros lugares de Piamonte diez veces cien mil hombres, un milln...y loconfesaron los malficos as fuera del tormento como en l...danenfermedades y muertes innumerables los demonios por medio de brujascuyo oficio es atender a quitar vidas tiernas de nios y tambin dehombres en mayor edad...lamias sangrientas y fieras las ms crueles queviven en estos desiertos del mundo son tales brujas, con ademanes deamor se entran por las calles o se llegan a las plazas y calles donde estnlos nios y con cebo de algn manjar o hacindoles mil limosnas lostoman en sus manos y los malefician. . . tienen especial inclinacin a matarnios, por diversos motivos. Uno porque su edad resiste menos a sumaleficio, y no saben guardarse de los peligros. Otro porque no tienediscurso para advertir el dao ni para revelar y acusar a su homicida.Otro porque el demonio les pide esta carne para los maleficios y delcuerpecito quitados los brazos pies y cabeza despus de cocido hacenaquel su principal unguento con que se untan para volar en manos deldiablo a sus concilibulos y convites...otro porque de tales infantilloscomponen los polvos y maleficios con que dan muerte a los hombres.Otro porque les agrada ms su carne que otra. Y procuran daralcance a nios no bautizados para perder sus almas con el cuerpo,haciendo en ello ms grato sacrificio al demonio...son por mayor y deordinario mujeres los instrumentos del demonio para tales maleficios,por diversas atenciones. Una porque ellas son ms fciles para creery ser engaadas que los hombres. Otra porque son ms prontas paraamar y aborrecer... otra, porque tales mancomunaciones de Satanscaminan para tener torpsimos deleites y horribles deshonestidades alas cuales son ms inclinadas las mujeres por su insaciable liviandad.Sucede este oficio ms de ordinario en parteras porque tienenms noticia de los nios y con mayor disimulacin puedende mil modos quitar sus vidas. Tambin se halla ms en viejas

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    que en mozas por el odio que tienen a la primera edad, la cual lloran,porque siendo pecadoras en la juventud se halla ms fundada la maliciaen la vejez, porque los deleites sensuales precedidos se continan con eldemonio en aquella edad de los hombres aborrecida. Y porque viven conpensamientos de que con la sangre de nios bebida se reparan los daosde la edad, retoeciendo la juventud. Acostumbra tambin el demonio darotro gnero de enfermedades, valindose de concurso y invocaciones demagos y malficas que llaman ligamientos... hay otro linaje de maleficiospor pactos de magos y asistencia de diablos con que enferma a loshombres que se dice amatorio o magia amatoria...hacen estosencantadores, conspirados con el diablo, otros maleficios en los cuerposhumanos. Djanlos estriles para concebir...causan partos dificultosos yunas veces los dilatan, otras los abrevian...causan abortos con diversasastucias... malefician tambin la madre, desecando la leche de diversosmodos68.

    Y, ms adelante, nos muestra, siguiendo a Grillandus, Martn del Ro,Binsfield, Remy y, por supuesto, al Malleus:

    Tan ambicioso es el Prncipe de los demonios Lucifer de ser adoradocomo Dios que cuando ciega a algunos hombres con alguna pasin, yllegan a sus pies, implorando favor, o se sujetan a su dominio, asentandoplaza debajo su bandera, les obliga a que hagan profesin solemne,,,lasceremonias del voto solemne principales son stas, segn refieren demuchas experiencias y confesiones, los sobredichos Inquisidores, JacobSprenger, y Enrico Institor. Hacen junta los magos o brujas en das parael intento sealados; y all se les muestra el demonio en figura humana,muy ensalzado, y les exhorta a la observancia de lo que prometen,ofrecindoles de su parte la prosperidad de bienes temporales y largavida. Luego las malficas, que asisten, le encomiendan mucho laproteccin de la novicia; y l la pide, que niegue la Fe, y ley cristiana,que ofrezca, no reverenciar a la Serensima Virgen (la cual llamanaquella mujer tan celebrada) que prometa de nunca reverenciar losSacramentos, y hallando voluntaria a la novicia o novicio, alarga sumano, y se la da en seal del convenio concluido. Pero no contentocon lo precedido, aade; que ha de hacer obligacin, de cmo se leentrega en alma y cuerpo por toda la eternidad, y de hacer las dili-gencias posibles, para atraer a otros hombres y mujeres a su principado.Despus da orden para que hagan unguentos de huesos y miembros

    68. Patrocinio, pp. 781-786.

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    de nios, en especial bautizados, y se unjan con ellos, para que con suasistencia puedan efectuar cuanto quisieren...hecha la negacin elnovicio, y habiendo ofrecido dar crdito a cuanto el padre de engaosdijere, y de asistir a los ayuntamientos de otros magos o hechicerasbrujas, de ofrecerle sacrificios, y diligenciar la dilatacin de su estado, eldemonio ofrece de su parte, que acudir muy puntual a socorrerlo encualquier necesidad, y que le dar riquezas, honras, gozos y todo gnerode prosperidad. Hace despus una ostentacin de mucha providencia conl, pues le diputa un nuevo demonio que le asista para siempre, al cualllaman Magisterulum o Martinelum... despus hace ceremonia, que leborra del libro de la vida, y le escribe en un libro negro para eternamuerte. Luego le pide adoracin en la parte ms asquerosa de la figura decabrn, que tiene. Despus pone la mano en la frente del profeso, y haceademn de que le rae la Uncin del Crisma, y que borra el carcter delbautismo. Tambin le bautiza de nuevo...no se contenta con estasceremonias, aade unas seales o caracteres, que les imprime en la frente,o en la mano, o en el muslo, o en el hombro izquierdo, o en la oreja, o enel ojo, que es como una manecita de sapo o liebre. En todo esto secontrapone a lo que Dios hace con sus fieles...an pasan a otrassacrilegas abominaciones.. .para mayor honra del demonio principal, queall asiste con figura de bestia, se viste un mago con casulla, sin cruz, y leofrece como sacrificio, teniendo los otros magos y brujas candelas en susmanos encendidas. Hechos todos estos actos paran grandes mesas, condiversos manjares, en particular de nios, que matan o sacan de lassepulturas, guisados sin sal. Comen con regocijo, y luego salen a danzar ycantar, haciendo siempre honras al Prncipe del infierno, que les preside.Concluyen su fiesta con actos deshonestos, sirviendo los demonios a lasmujeres de ncubos, como hombres, y a ellos de scubos, como mujeres.Finalmente cada cual de los malficos o brujas se vuelve por los aires enmanos de su demonio Martinelo, a la casa de donde sali, y esto antes queamanezca el da69 .

    Las epidemias de endemoniados de Sandinis y Tramacastilla debieroncausar una profunda conmocin en Blasco de Lanuza. Por aquel entoncesnadie dudaba de la realidad de las posesiones demonacas, existiendo unaflorida literatura exorcstica que pretenda proporcionar medios y recetaspara enfrentarse a estas situaciones, como la clebre Prctica de exor-cistas y ministros de la Iglesia de Benito Remigio

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    69. Patrocinio, pp.

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    Noydens. Todas estas obras manifiestan una clara preocupacin por lossntomas que permiten identificar a los endemoniados y diferenciarlos decualquier tipo de enfermos mentales, y nuestro autor no poda ser ajeno a ello:siguiendo una vez ms a Torrebianca Villalpando, Blasco Lanuza nos muestraque tales seales son:

    ...cuando el enfermo siente entre cuero y carne que anda discu-rriendo como unas hormigas y sabandijas subiendo al estmago, a lagarganta y a la lengua o alguna de esas partes. Otro, cuando algnmiembro queda de repente tullido o entumecido, sin poderlo menear,como si se paraliticara. Otro cuando se hincha de repente el cuello, y sesiente, que andan por all cerrando el gaznate. Otro, cuando siente pena opeso en el corazn, y causa muchos suspiros y palpitaciones, sin teneralguna pasin que le de ocasin. Otro, cuando en el vientre se sientendolores fuertes, y de ah sobrevienen hipos y vmitos muy a menudo. Otrocuando tiene los ojos muy lucidos, y si de una a otra parte los andavolviendo con mucha velocidad. Otro, si gime y da grandes suspiros, sincausa particular que le aflija. Otro, cuando el enfermo est muy fatigado,pero no sabe decir en qu parte tiene dolor. Otro, cuando siente que leestn royendo los riones y corazn, y como despedazando el vientre.Otro, cuando con los medicamentos bien aplicados, conforme a reglas demedicina por mucho tiempo, no se mejora el accidente, antes se empeora.Otro, cuando por la boca echan espinas, agujas, pelos revueltos, huesos,piedras, vidrio, clavos y otras cosas diferentes extraordinarias, Otro,cuando se embravece y enoja de ordinario, sin causa. Otro, si descubresecretos y cosas por venir. Otro, cuando habla en lengua exquisita, sinhaberla aprendido, como en latn, griego o hebreo, y dice cosas de altateologa, o de otra ciencia... otro indicio es (y son grandes los que sesiguen) cuando para ir al sagrado templo siente mucha repugnancia.Otro, cuando al oir historias sagradas y oraciones santas, tiene muchamolestia. Otro, cuando les sobreviene un pesado sueo en los oficiosdivinos (habiendo dormido lo acostumbrado) y esto es muchas veces, connotable pesadumbre, que no puerde despertarse. Otro, cuando sientenaumentos de pena, aplicndoles santas reliquias, agua bendita y cosassagradas con las cuales tiene el diablo enemiga. Otro, cuando parece quele llevan forzado a recibir los sacramentos. Otro, cuando al tiempo decomulgar le ponen estorbo en la garganta y no puede recibir al seor.Otro, cuando halla estorbos en la lengua y en los labios para rezar10.

    70. Patrocinio, pp. 815-816.

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    Muchas y muy graves son las razones por las cuales Dios permite que losdemonios entren en el cuerpo humano, y todo ello se produce para mayoralabanza de Dios al obtener la victoria sobre su enemigo, para que se vea cungrande es su suavidad, nos conste su inmensa piedad y clemencia,engrandezcamos el beneficio de la Redencin, se notifique a todo el mundo elpoder de la Iglesia y la virtud de sus sacerdotes, crean los atestas y herejes,advirtamos cunto se ensaarn los demonios con las almas y los cuerpos en elinfierno, se aprecie la inquina del diablo con el gnero humano, y castigarpecados mortales propios o ajenos; siendo sus causas el recibir a Cristo enpecado mortal, las maldiciones y los maleficios de magos, brujas y hechiceras71.Y uno de los motivos por los que hay tantos endemoniados hoy da, es porquese dilata el error de los herejes atestas en la Francia...ojal que ahora en estosreinos de Espaa con la entrada de los franceses en el de Catalua no se vayaextendiendo esta ponzoa72. Y todo ello se manifest en los lugares deTramacastilla y el valle de Tena, que precisamente confinan con los principadosfranceses de Beam y Bigorra:

    En este reino de Aragn, en la valle de Tena, obispado de Jaca, estnsituados dichos lugares de Tramacastilla y Sandinies, a dos leguas deFrancia, por parte del principado de Bearne, donde ha ms de dos aosque se descubri en ocho o nueve mujeres un gnero de enfermedad tansecreta y extraordinaria que no poda darle alcance la diligente atencinde mdicos. Era de tal modo, que muchas veces al da las sobrevena unaccidente, que las derribaba en tierra, sin dejarlas uso de razn, nisentido, entumeciendo sus gargantas, que slo podan dar voces como silas ahogaran, significando su gran pena. Creca el trabajo, siendo cadada nuevas enfermedades del mismo accidente, y viendo indicios en ellasde ser espiritadas, solicitbamos su remedio con medicamentosespirituales recetados por la Iglesia. Disimulbanse los espritus, ymuchos hombres favorecan su deseo, achacndolas de lunticas yembriagadas, sin reparar en que todas eran mujeres de muy buenaopinin. Estimulados los demonios, con los conjuros, frecuencia deoraciones y sacramentos, se manifestaron despus de seis meses,hablando en los cuerpos, declarando sus nombres, el nmero yla causa de haber entrado en ellos, que todos afirman ser he-chizo y conspiracin de magos. Ha cundido este dao tanto, queson ya sesenta y ms las obsesas en dichos dos lugares, de

    71. Patrocinio, pp. 817-820.72. Patrocinio, p. 818.

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    todas edades, y nias de seis, siete, ocho aos, hasta nios de pe-chos...

    Suelen sealarse obsesas, con un profundo sueo, cuando entran aoir los Divinos oficios, impdenlas el decir oracin vocal, no las dejanmirar a la hostia consagrada, cuando alza el sacerdote en la misa, y se latraslucen en forma negra, ponen estorbo en la confesin, privndolas desentidos antes de dar la absolucin, resisten mucho al tiempo de recibir elSantsimo Sacramento, derribndolas en tierra, y se ponen comocandados en las gargantas. Otras veces sienten mortales congojas, porquedejndolas en buen juicio se ponen los corazones, y los cargan de talmodo, que padecen ansias de muerte, y derramando lgrimas consudores, dan gritos al cielo, pidiendo misericordia. Tambin impidenmuchas veces el comer, y beber, por tres, cuatro y cinco das, dejandoadmiracin porque no quedan desfallecidas. Sienten ellas que andancomo hormigas entre la piel y carne, subiendo y bajando con muchavelocidad. Quedan tullidas muchas veces, en los brazos, o manos, opiernas, estando por algn tiempo como insensibles aquellas partes delcuerpo, y con los conjuros, con santas reliquias, e invocaciones de santos,se aparta la causa, quedando libres para usar de tales miembros. Enalgunas ocasiones descubren cosas secretas, toman piezas de plata y otrasalhajas, y las ocultan en puestos muy distantes, donde se hallan despus,hacindolos manifestar a los mismos demonios con los conjuros. En todostiempos se experimentan grandes desigualdades, porque en algunasespiritadas causan hipos continuos, suspiros grandes, y multiplicadosrisos, sin poderlos atajar, llantos que enternecen, melancolaspesadsimas, vmitos, que parece han de trocar el corazn y entraas porla boca, calenturas ardientes, dolores de hijada vehementsimos, y decabeza, de estmago y de vientre, terribles accidentes. Arrjanse de altospuestos sin recibir dao. Hblanlas los demonios en diversas figuras,persuadiendo a vicios y a herejas. Han dado muchos y espantososhechizos por las bocas y manos de las ejercitadas, despus de muchosexorcismos, dejando tal vez la garganta herida y vertiendo sangre por loslabios13.

    No obstante, existen remedios para librar a los hombres del demonio y delos encantos y maleficios de los magos, siendo stos la Fe en Cristo,los sacramentos, el agua bendita, las oraciones, la devocin alSantsimo Nombre de Jess, al Rosario, al Angel Custodio y a SanBenito, las reliquias de los santos, el pan y la sal benditos74. Pero bajo

    73. Patrocinio, pp. 835-836.74. Patrocinio, pp. 862 ss.

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    ningn concepto es lcito quitar un maleficio pidindoselo al demonio o a susministros, en lo que sigue a autores como San Alberto Magno,Alfonso de Castro, Pedro Ciruelo, Francisco de Toledo, Ledesma o Enriquez75.

    3. LOS MENSAJES SUBLIMINALES

    La tercera parte de la obra, de menor inters desde nuestro punto de vista,est dedicada al interminable enfrentamiento sostenido entre ngeles ydemonios. Pero el libro de Blasco no slo tiene valor por sus contenidosexplcitos, sino por toda una serie de perlas doctrinales que nuestro autor vadeslizando con suma habilidad a lo largo de toda su obra. As, por ejemplo, lainsistencia en las obligaciones y los deberes de los superiores, especialmentemonarcas y grandes seores: Considera cuan estrecha cuenta has de dar aDios en el da del Juicio, del regimiento de sus vasallos, si los conservaste enpaz, si guardaste las condiciones que eras obligado, porque sobre todas lascosas del mundo ama Su Majestad a las almas de los hombres, y si las gobiernacon tirana quien debe guiarlas con suavidad halla al juez indignado en sta yen la otra vida. No tengas ya en adelante discordias con tu pueblo haz lo quepide en orden al buen regimiento y utilidad de los vasallos... Que aqullos quefueron primero elegidos por reyes y superiores en el mundo no quedaron a lasleyes de su gusto y libertad porque pueden errar como otros hombres y conmayor facilidad en materia tan dificultosa como es regir pueblos, en clarasintona con la literatura devocional del momento, que siempre seala que, amayor dignidad, mayor responsabilidad76. Al mismo tiempo, introduce (no envano nuestro autor es aragons) una serie de consideraciones defendiendo elpactismo, mostrando cmo por prevenir inconvenientes ataron con leyes pactosy condiciones juradas a los monarcas que elegan sujetndolos a consejerosmuy sabios con fines de que sus reinos fuesen perpetuos con la paz de losvasallos (advirtase el motivo clebre que tuvo la eleccin del Justicia deAragn que las inspir el cielo en esta prodigiosa cueva de San Juan de laPea)77.

    75. Patrocinio, pp. 532-535.76. Cfr. LVAREZ SANTAL, Len Carlos, El libro de devocin como modelado y

    modelador de la conducta social: el Luz a los vivos de Palafox (1668), Trocadero, 1, 1989.

    77. Patrocinio, pp. 159-160.

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    Blasco nos presenta toda una interpretacin escatologica de lasdesgracias de Espaa, debidas tan slo a sus propias culpas y pecados, a la vezque una clara condena de la guerra contra Francia iniciada all por 1635 yque no concluira hasta la Paz de los Pirineos: todo anda pervertido, lospastores son lobos, los prelados viven helados, no arde en ellos celo deverdadero amor, los prncipes precipitan con sus malas vidas, los emperadoresviolentan con su imperio, los reyes quebrantan las leyes, los seores sontiranos, los hombres de mayor autoridad viven con mayor libertad, los quedeben edificar escandalizan y destruyen...los sacerdotes viven con mal ejemplo,los religiosos quebrantan sus votos, en los colegios no hay observancia, los quegobiernan almas viven en mal estado y escandalizan al pueblo, los preladosviven como seglares los prncipes y grandes como gentiles... cuantos millaresde hombres se han muerto en estas guerras sangrientas que tantos aos hace semantienen entre los serensimos reyes de Espaa y de Francia? qu mar desangre se ha derramado? cuantos millones de hacienda se han gastado? Ytodo por pretensiones que si se dejaran en poder del Sumo Pontfice o delsagrado concilio y con su consejo se podan resolver con suma paz quedando laIglesia muy ufana con la concordia de sus principales dos hijos, si como tanfieles y celosos de la honra de dios y de la felicidad de la Iglesia su madrehiciesen pactos de remitir a la censura de la misma Iglesia las dificultades ydudas que pueden tener con esto seran las paces perpetuas78, Que luz nos dantan clara estos resplandecientes nortes, para descubrir las causas de lasdesdichas de Espaa, de los ahogos que ahora padece esta monaqua...Que seconspiren propios y extraos contra esta corona? Que un reino suyo sujete lacabeza a Majestad extraa? Que otro haga leva de nuevo Rey coronando a unvasallo? Que casi todo el mundo se conjure y la haga sangrienta guerra? Queprevalezca una nacin de atestas y calvinistas barajada? Que vean nuestrosojos tantos desiertos y campos sembrados de cadveres cristianos y la tierraregada con sangre de sus venas? Que las ciudades estn sin gente, los lugares sinhabitadores, los padres sin hijos, las casadas sin maridos, tantos edificiosdestruidos, tanto llanto de gente muy principal, tantos robos, violencias, opresio-nes, tempestades incendios, terremotos y pestilencias? ...nuestros desrdenes ypecados. Estas son las armas con que nos dan batalla los contrarios79 .

    78. Patrocinio, pp. 510-513.79. Patrocinio, pp. 507-508.

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    Su visin de la sociedad es sumamente conservadora, defendiendo lamayor dignidad del labrador, por cuanto constituye un elemento que se hamantenido inmune a la corrupcin que observamos en otros grupos. As, deseanlos ngeles de guarda ver ocupados a los hombres en la agricultura. Pondrasela nobleza del labrador. La primera industria, la arte de gananciasprimognita, la ocupacin saludable y muy honesta que dio el creador divino alprimer hombre fue la agricultura. Y para ensearnos el gusto que tienen en losngeles de ver ocupados en ejercicio tan honesto y necesario a los hombresquiso ser maestro de Adn el ngel San Miguel y darle la industria de la agri-cultura por su mano...La agricultura es un arte muy noble un oficio muyhonrado que trae una vida quieta y pura. Acredtase la nobleza de laagricultura declarando que fue ya mandada a nuestro primer padre en elparaso. Es muy dichoso el estado del cristiano labrador. El labrador come elpan ms limpio porque son tratos sin usura sin cambios y sin medios ilcitossaca el pan cotidiano de su campo regado con su propio sudor...aunque no seandel todo buenos ni perfectos no cometen de ordinario tantos pecados ni tangraves como los poderosos y ricos...entre estos hombres no hallarisespectculos ni farsas indecentes no encamisadas y torneos, no escaramuzas decaballos, no mujeres rameras que vendan por precio almas y cuerpos, noalborotos y bullicios, todo gnero de deshonestidad est lejos de sus tratos y entodos puestos es conocida su modestia...entre estos labradores no viven mujeresdeshonestas no reinan adornos superfluos de vestidos no se usan colores yafeites fingidos en los rostros. Estos cuidan bien con su humilde ejemplo a sushijos....no platican olores aromticos ni unguentos preciosos ni suavidades deblsamos80.

    Chronica Nova, 27, 2000, 107-130

    80. Patrocinio, pp. 417-431.

  • NGELES Y DEMONIOS EN LA ESPAA DEL BARROCO 129

    delirio que algunos pintan y adornan las imgenes segn el traje vano y dignode desprecio que usan la gente vana...y vemos que algunos no se hartan deaadir imgenes a las imgenes y tienen cuidado en que no sea sino de talhechura y con tales visos que deleite la vista. Bueno es tener tales imgenes queayuden ms a la devocin pero ponerla en el valor de ella y en lo vistoso esengao...pues el uso de las imgenes ya vemos que sirve de entoldar las piezasy paredes donde se danza se come se murmura y juega cometiendo cosas viles yprofanas no sin desprecio y desacato de los santos*1. Es plenamente conscientede los abusos cometidos en la confesin, ya que algunos hombres cuando seconfiesan de pecados de murmuracin o de injurias hechas declaran la personaque conoce el confesor porque saben que no la estima y que oir con gusto suofensa...otros ponen mucho cuidado en estudiar un elegante prembulo unestilo muy retrico para que les tenga el confesor por personas sabias y quesaben bien confesarse82. Advierte de los peligros del claustro, por cuanto haymonjes que se sealan con abstinencias indiscretas y supersticiosas con las queocasionan continuas molestias a toda la comunidad83. Previene del uso de lasreliquias, ya que el demonio hace que se cometan mil supersticiones, venerandoen pblico, por antojos y privadas aficiones, cuerpos que ni son canonizados, nibeatificados, que es pecado de sacrilegio...hace el demonio que lleven hombresy mujeres reliquias santas muy adornadas de plata y oro, para que a ttulo dedevocin se pongan, como tusones y pectorales, los relicarios en el pecho,haciendo vano alarde de sus preseas...como las imgenes de los santos sirvenya de entoldar salas para ostentacin vana, as tambin hacen servir a susreliquias para entoldarse las mujeres, llevando preciosos relicarios, haciendo,que sus huesos, carnes o ropas de santos tan humildes y opuestos a todavanidad, sirvan de adornos bizarros, para funciones soberbias84.

    Y, por supuesto, no podemos olvidar las desviaciones cometidaspor la feligresa: los vanos adornos empleados por las mujeres, inclusoen el interior de la iglesia85. La deshonestidad de sus trajes, por cuantolevan muy descubiertas las carnes86. La prctica en los das festivosde torneos, corridas de toros y bailes, reinando en estos ltimos la sober-

    81. Patrocinio, pp. 570-571.82. Patrocinio, pp. 575-576.83. Patrocinio, p. 614.84. Patrocinio, pp. 573-574.85. Patrocinio, pp. 577-578.86. Patrocinio, p. 584.

    Chronica Nova, 21, 2000, 107-130

  • 130 ARTURO MORGADO GARCA

    bia, origen de todo pecado...por que salen al baile los hombres y mujeres, cuandoestn bien vestidos, con apetito de ser vistos y estimados; al humilde, suconocimiento, y al desnudo, su vergenza, los retira de tales espectculos. Alltiende sus redes la lujuria, pues quien danza, con los saltos, y movimientosdeshonestos, con airosos ademanes, con el lucimiento de galas y vestidos, y otraslibertades, que trae el baile, incita a los que asiste a deseos ilcitos y apensamientos torpes. All tiende sus alas la envidia, pues si una sale con mejoresgalas, si danza mejor, si la hacen particulares honras, venerando el accidente dela hermosura, en que se reconoce ventajas, abrasa de envidia a las dems delcorro. All se fragua la avaricia, pues viendo trajes y adornos de vestidospreciosos, en los que danzan, arden en deseos de tener dinero para imitaraqullos, los que se cien con menos. All se forman pendencias y enemistades,que tienen su origen en ardientes celos87. Los banquetes celebrados en diversasfestividades88. Los juegos de dados y naipes, que provocan la prdida de la vida,la salud y la honra89. Y la prctica de la prostitucin reglamentada, ya que concolor de evitar mayores daos planta el demonio gravsimos males. Uno es ponercasas pblicas de rameras en las ciudades90. De este modo, una obra que,aparentemente, tan slo se ocupa de cuestiones tan escatolgicas como lascohortes anglicas y las huestes demonacas, est sumamente pendiente de lo quesucede en este mundo. Nos sentiramos defraudados, sin embargo, si sucediera deotra forma: las reflexiones espirituales y devocionales nunca son gratuitas nidesinteresadas, antes al contrario, siempre pretenden encauzar de una forma muyconcreta y determinada los comportamientos sociales.

    87. Patrocinio, p. 589.88. Patrocinio, pp. 593-596.89. Patrocinio, pp. 766-770.90. Patrocinio, pp. 625 y 631

    Chronica Nova, 27, 2000, 107-130


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