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EL CALENDARIOMaricela Ayala Falcón
VII
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-‐drían indicar sistemas de registros temporales, como Stonehenge, pero su presencia no necesariamente implica la creación de un sistema calendárico, pues estos registros conllevan un largo perio-‐
-‐cos (en su mayoría), como de las actividades humanas del propio grupo y las de aquellos otros con los cuales se tiene algún tipo de intercambio.
El calendario más antiguo conocido, del cual se tiene noticia, se dio, aproximadamente, en el año 3000 a.C. en Mesopotamia, re-‐
tenía especialistas dedicados a grabar, primero en piedra y después en tabletas de arcilla, largas listas donde se consignaban los bienes de los gobernantes, sacerdotes y comerciantes. Es decir, la escritura,
contable de objetos, pero también sirvió para llevar la cuenta del tiempo; ya que, además del conocimiento acerca de cuándo debían llevarse a cabo las actividades agrícolas, los sacerdotes poseedores
-‐
na voluntad de los dioses hacia ellos, y dichas ceremonias debían llevarse a cabo al mismo tiempo en todas las ciudades.
Su calendario original se basó en la Luna, y dividieron su año en 12 meses de 30 días cada uno —posiblemente de aquí derivó su siste-‐ma numérico, que era duodecimal y sexagesimal, siendo los prime ros que inventaron el cero. El problema con este calendario radicó en que
duración un poco mayor de 29 días y medio, y después de un tiempo empezaron a tener desajustes. Sin embargo, sus sucesores, los babi-‐lonios, conservaron este sistema alternando meses de 29 y 30 días y añadiendo cada cierto tiempo un mes de 30 días, todo esto para tratar de ajustar su calendario lunar con el solar.
nocimiento quedara en manos de una élite reducida y poderosa; pero -‐
a.C.), el cual, -‐
y, de ella (vía Etruria), la romana.
lendario de Egipto, es decir, utilizaron un año solar de 365 días. Los egipcios sustentaron su calendario en dos acontecimientos: el desbordamiento anual del río Nilo, que ocurría a mediados de ju-‐lio, y la aparición de Sirio, en el oriente, antes de la salida del Sol en
añadir un sexto día cada cuatro años, lo que se llevó a cabo en la épo ca de Julio César, quien, por consejo de Sosígenes, decretó que
en 1582 por el papa Gregorio , quien ordenó que al año de 1582 se le restaran 10 días y que cada cuatro siglos se omitieran tres bisiestos. Fue así como quedó establecido el Año Gregoriano, que es, con va rias salvedades, el que rige actualmente en la Tierra, es decir, básicamente entre los herederos de la tradición europeo-‐católica.
Pero, así como China, India y los países árabes produjeron sus propios sistemas calendáricos, en Mesoamérica también se inven ta-‐ron varios, algunos asociados a movimientos astronómicos, y otro, el más duradero y generalizado, es tan particular a Mesoamé rica que, a pesar de todas las hipótesis generadas sobre su posible origen, éste, el de 260 días, sigue siendo de origen desconocido.
Las primeras anotaciones, de acuerdo con conocimiento de origen arqueológico, que conllevan un sistema de escritura asociado a un
verbos (acciones), nombres (sujetos) y el lugar (topónimos) donde ocurrie ron, son las Estelas 12 y 13 de Monte Albán, Oaxaca. Éstas es-‐
-‐do por dos ciclos, o años, uno que corresponde al año solar, es decir, tiene 365 días, pero está subdividido en 18 periodos de 20 días cada uno, más 5 días adicionales (18 x 20 + 5 = 365), y en él cada mes, o
le ha llamado el año religioso, porque cada veintena estaba regida por una deidad, y era el que servía para llevar a cabo las ceremonias
las distintas actividades grupales de la sociedad. -‐
pañaban por 13 números, es decir, el primer día hacía su recorrido con el número 1, el segundo día iba con el número 2, el tercero con el 3, y así sucesivamente hasta el 13, pero con el día siguiente, el dé cimo cuarto, se reiniciaba la cuenta del 1 al 13, sólo que como los días eran únicamente 20, al comenzar de nuevo el peregrinar de los dio-‐ses-‐día, al primero le correspondía el dios-‐número 8, y así se conti-‐nuaba la se cuencia de los 20 dioses-‐días y los 13 dioses-‐número. Para que volvie ran a coincidir el primer día con el numeral 1 debían transcurrir 260 días (20 x 13 = 260). Este ciclo discurría, sin inte-‐rrupción, al mismo tiempo que el de 365, y al terminar reiniciaba su camino con la veinte na correspondiente.
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Figura 80. Días del calendario tzolk’in de 260 días.
chuwen
eb
ben
ix
men
kib
kaban
etz’nab
kawak
ajaw
chuen
eb
ben
ix
men
cib
caban
etz’nab
cauac
ahau
?
?
?
hix?
tz’ikin?
?
chab?/kab?
?
?
ajaw?
imix
ik’
ak’bal
k’an
chikchan
kimi
manik’
lamat
muluk
ok
imix
ik
akbal
kan
chicchan
cimi
manik
lamat
muluc
oc
ha’?
ik’
ak’ab?
ohl?
?
cham?
chij?
ek’?
?
ok?
nueva siglo Maya
de los signos
nueva siglo Maya
de los signos
Figura 81. Meses del calendario haab’.
pop
wo
sip
sotz’
sek
xul
yaxk’in
mol
ch’en
yax
pop
uo
zip
zotz’
tzec
xul
yaxkin
mol
ch’en
yax
k’anjalaw?,k’anjalab?
ik’at,wooh(iil)
chakat
suutz’
kasew,kusew
?
yaxk’in
mol,molol,molow
ik’sihom
yaxsihom
nueva siglo Maya
de los signos
sak
keh
mak
k’ank’in
muwan
pax
k’ayab
kumk’u
wayeb
zac
ceh
mac
kankin
muan
pax
kayab
cumku
uayeb
saksihom
chaksihom
mak
uniw
muwaanmuwan
pax
k’anasiiy
?ohl
wayhaab?,kolajaw
nueva siglo Maya
de los signos
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-‐pezaría de nuevo con el primer dios patrono o regente de dicha vein-‐tena, acompañado por cada uno de los dioses número. Así, ambos ciclos continuaban su camino, terminaban y volvían a comenzar sin que hubiera ninguna interrupción y sin que se repitiera la misma combinación de numeral-‐día numeral-‐veintena, hasta que, pasados
-‐
A esta combinación de los dos ciclos se le conoce como el sis-‐
culturas pobladoras de Mesoamérica. Pero, dado que el ciclo so-‐lar no tiene una duración de 365 días exactos, a los mesoamerica-‐nos les pasó lo mismo que a las otras sociedades que lo utilizaron como base para su registro calendárico: el tiempo comenzó a des-‐
posición del Sol.-‐
tir de Monte Albán dejaron de escribir las veintenas. No es que abandonaran el sistema, no; simplemente, ya no volvieron a repre-‐sentar las veintenas en las inscripciones, pero el calendario continuó igual. Es decir, permaneció con sus 20 dioses días acompañados con los numerales correspondientes, y lo mismo ocurrió con las 18 vein-‐
días los que permiten saber que el calendario se mantuvo sin ma-‐yores cambios.
—nemontemi en-‐tre los mexicas, wayeb’ entre los mayas— provocan que sólo cuatro de los 20 días puedan iniciar el año solar; a éstos se les conoce como
representa al año. Lo único que cambió, en algunas partes y en di-‐
se desplazaron al día siguiente. De ello se hablará más adelante, al explicar el sistema maya.
Ambos ciclos, el de 260 y el de 365, permanecieron en todo el terri-‐torio mesoamericano y se mantuvieron a pesar de la llegada del ca len dario juliano traído por los españoles. De hecho, en muchas comu nidades indígenas aún pervive el de 260 días.
Sin embargo, algunos grupos, posiblemente de origen mixe-‐zoqueano, habitantes de lo que ahora se conoce como Chiapa de
-‐
escribe en líneas horizontales, este otro sistema lo hace vertical-‐
No se sabe si en su creación estuvo implicado el comercio al cual se dedicaban estos grupos, como ocurrió en Sumer, porque práctica-‐Figura 82. Detalle del lado este de la Estela , Quiriguá, Guatemala.
-‐dad son relativas al calendario.
-‐
rios, al que se le llama la Fecha Era y se lee 13.0.0.0.0 4 ajaw 8 kumk’u, que corresponde al 13 de agosto de 3114 a.C. en el calendario cristiano, usando la correlación Goodman-‐Martínez-‐Thompson ( ) 584 285
-‐ban migrando, y, por supuesto, no existía la escritura. Pero es a partir de ella que se comienza a contar el
Figura 83. Estela , Tres Zapotes, Veracruz, México.
118 119
2 de Chiapa de Corzo y la de Tres Zapotes, corresponden al Ciclo (b’aktun
escritas por los cronistas españoles o por los propios indígenas du-‐rante la Colonia. A partir del quinto, los nombres se tradujeron del
numérica que le correspondía a cada ciclo. Hoy en día, ya se pueden leer la mayoría de sus nombres, pero, por costumbre, al hacer la
-‐les con que se conocen y que son, de mayor a menor, tal como se escribieron en un principio, los siguientes:
b’aktun pik (360 x 20) días k’atun winikhaab’
360 (18 x 20) días tun haab’ 20 (1 x 20) días winal winik / winal 1 1 día k’in k’in Dicho sistema sigue sustentándose en el calendario mesoamerica-‐no previo, pues incluye el ciclo de 260 días para registrar los días y
—numeral día y nume-‐
ral veintena— se le llama Fecha de Rueda de Calendario y su im-‐portancia radica en el registro del día al cual se llegaba, pues el
calendario de 260 días, pues gobernaba los días, y cualquier evento a realizarse, o realizado, debía llevar esta notación.
La primera inscripción maya conocida que presenta el regis-‐
-‐pranas: en éstas sólo se escribían los ciclos transcurridos con los
ca beza de la deidad co rrespondiente, para designar los periodos o
Serie Inicial (tres elementos constantes , tziikhaab’, y uno variable; este último es el dios patrono de la veintena correspondiente a la
13 [3 ], que se transcribe así:
Tziikhaab’ Zip, waxak pik, laju’nchan winikhaab’, chanlaju’n haab’, waxak winik, uhxlaju’n k’in, uhx Men, uhx Zip. La traducción es
b’aktunes, 12 k’atunes, 14 tunes, 8 winales y 15 k’ines
Equivale al 8 de julio de 292 en el sistema calendárico occidental.
mensaje, aunque puede pensarse que se trataba de la entronización del gobernante de Tikal.
ya que ellos, a partir de su escritura, llevaron dicho conocimiento a otras implicaciones y resoluciones, como el escribir los números y los periodos en variantes de cabeza y en variantes de cuerpo completo, como puede observarse en el Dintel 48 de Yaxchilán, Chia pas, México
b’aktunes, 4 k’atunes, 11 tu nes, 8 winales, 16 k’ines, el día era 2 kib’. Otra aporta ción maya al sistema calendárico es el ciclo llamado Señores de la Noche, que consistió en incluir un conjunto de signos en el Grupo Novenario o
a la Serie Inicial. Esta serie suele estar presente des de los inicios del sistema de registro maya, tal como se aprecia en la Placa de Leiden
registra la entronización de un gobernante, pero en ella ya se incluye el , el cual se ha comparado con los 9 Señores de la Noche de los
mexicas, comparación que no está comprobada.-‐
troducción que llevaron a cabo los mayas y que resultó de gran
Figura 84. Estela 29, Tikal, Guatemala.
Figura 85. Números registrados en variante geométrica y de cabeza.
0 mih?/ minan?
1 jun
2 cha’
3 ux/ ox
4 chan/ kan
5 ho’
6 wak
7 huk
8 waxak
9 balun?
Núm. maya Núm. maya
10 lajun
11 buluch/ buluk
12 lajunchan?
13 uxlajun/ oxlajun
14 chanlajun
15 ho’lajun
16 waklajun
17 huklajun
18 waxaklajun
19 balunlajun?
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impor tancia para cuando decidieron acortar el sistema de escri-‐ correspondiente a una Fecha
b’aktun-‐
DE ASTRONOMÍA, HISTORIA Y ALGO MÁS
someter a dichas culturas; su argumento, después de muchas pregun-‐
textos escritos en escritura latina, y escribían en quién sabe qué, deci-‐
de redimir dicho error.Fue en el siglo , a raíz de las publicaciones de los códices ma-‐
páginas del Dresde por Alexander von Humboldt y posteriormente el códice completo, primero por E. Kingsborough y después por E. Förstemann, el Troano por B. de Bourbourg, el Cortesiano por Rada y Delgado, y el de París por L. de Rosny, después de la publicación de la llamada Relación de la cosas de Yucatán, de Diego de Landa con
vaban los viajeros que habían estado en el área maya, los estudiosos de las escrituras antiguas comenzaron a abocarse al estudio de esta escritura maya.
Algunos se interesaron en los textos e intentaron leerlos. En el caso de Förstemann, le interesó primero el calendario, con lo que logró precisar el valor de los números que, como ya se dijo, están es-‐
trabajando con el Códice de Dresdelo que seguía, en el mismo documento, que son las de los eclipses.
-‐ces y los monumentos, para buscar en ellas una explicación astro-‐
es te volumen).
Cuen ta Larga), y su asociación con el tzolk’in y el haab’, al arqueólo-‐go Sylnavus -‐
y (‘se ata la diadema el Señor ’) y la Cuenta
y (que registra si esa lunación sería de 29 o de 30 días).
Figura 86. Dintel 48, Yaxchilán, Chiapas, México.
Y, al seguirse documentando los ciclos astronómicos, se pensó que los cómputos mayas sólo esta-‐
-‐plicaciones astronómicas. Ella demostró que los llamados números de distancia registraban el tiempo
k’atunesk’atúnicas, o registros de dicho ciclo.
en los códices. La base para su descubrimiento se sustentó, precisamente, cuando se dio cuenta de
-‐tintos grupos.
Si se toma como ejemplo la cara posterior de la Estela 3 de Piedras Negras, comienza con el que presenta al dios solar como patrono de la veintena, o sea, el mes yaxk’in; continúa con la que se lee 9.12.2.0.16, es decir, habían transcurrido 9 b’aktunes, 12 k’atunes, 2 tunes, 0 winales y 16 k’ines desde la
kib’, ), habían transcurrido 2 lu naciones (2 ), era su nombre ( ), y ese mes iba a tener 29 días (9 yaxk’in. En
G1
G4
G7
G5
G8
G3
G6
G9
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k’ines, 10 winales, 12 tunes kib’ 14 kank’in cuan-‐
en que nació su hija, Hunah Ahk, le sigue otro Número de Distancia que registra cuando el soberano
k’atun, en un día 6 ajaw 13 kank’in.
donde acostumbraron escribir en los dinteles de los vanos, se valieron de la llamada Cuenta Corta o Fechas de Rueda de Calendario que, como ya se dijo, sólo registran el numeral-‐día numeral-‐mes y se re-‐
dario cuando el gobernante tenía muchas cosas que contar, pero ellos hicieron algo muy interesante, (Señor de la Noche) y esas combinaciones únicamente se daban una vez cada b’aktun.
Si se considera que casi todo el periodo Clásico se dio en el b’aktun -‐
) con el día 8 chikchan, 3, 18 sak
) la muerte del señor 6 Cielo. Después ( ho’tun (5 tunes 6 ajaw 13 kayab’, seguida por un Número de Distancia que lleva al 8 chik-‐chan 13 kank’in saksistema propio de Toniná: el día es el mismo pero entre las veintenas hay 260 días.
Así como el registro anterior parece ser propio de Toniná, en Palenque, Chiapas, México, también
Ciclo de 819 días. Éste registra el movimiento que el dios K’awiil ( ) llevaba a cabo en el cielo; pero se trata de un movimiento en contra de la manecillas del reloj, y pasa por los 4 rumbos: Este, Norte, Oeste,
Pero todos estos sistemas de registro de las actividades de los señores y los dioses, algunas expuestas
objetos de adorno, todo esto cesó cuando las ciudades comenzaron a ser abandonadas. El último regis-‐ajaw
3 woHay que destacar lo que implica, dentro de la historia de la humanidad, el que los mayas llevaran un
registro tan preciso de sus actividades. Ello ha permitido empezar a recuperar su historia con una exacti-‐tud única. Debe considerarse que, así como se sabe que aunque el nacimiento de Cristo marca el principio
los libros escritos durante el Clásico ha sobrevivido debido al clima; algunos, localizados en tumbas
Así, los códices prehispánicos que se conocen —mexicas, grupo Borgia, mixtecos, mayas—, todos son del Posclásico, y en ellos el principal sistema de registro calendárico es el tzolk’in, aunque los de contenido
hecho registrado, no hay veintenas. Los únicos que se salen de este patrón son los códices Dresde y París.
llamadas Ruedas K’atúnicas. Es cierto que el registro de los k’atunestunes en la Estela 31 de Tikal, Gua-‐ Figura 88. Parte posterior de la Estela 3, Piedras Negras, Guatemala.
A
1
4
8
5
9
3
7
6
10
C EB D F
124 125
Figura 89. Monumento 69, Toniná, Chiapas, México.
temala, de 9.0.0.0.0), pero durante las últimas épocas se apoyaron más en este sistema, como se observa en los libros del Chilam Ba-‐lam, cuando hablan de los k’atunes 13 ajaw, 11 ajaw, 9 ajaw ajaw, 5 ajaw, 3 ajaw, 1 ajaw, 12 ajaw, 10 ajaw, 8 ajaw, 6 ajaw, 4 ajaw, 2 ajaw, 13 ajaw, para cerrarse la Rueda de k’atunes. Esta Rueda es la regis-‐trada en el Códice de París, en el cual también están lo que se ha
En el Códice de Dresdeen el sistema de Cuenta Larga, algunas escritas en estilo temprano, es decir, con puntos y barras, y otras más con variantes de cabeza para los numerales y los ciclos. Pero lo más constante es el ciclo de 260 días,
del lado izquierdo y llevan un numeral rojo, al que sigue uno negro
entre 5 (5 x 52= 260), o entre 4 (65 x 4 = 260), aunque hay algunos dobles. En este mismo códice se encuentran las Tablas de Venus (ciclo sinódico de 584 días), las Tablas de Eclipses y, posiblemente, pero
En los tres códices hay textos paralelos, y otros que, aunque lo que dicen es distinto en cada uno, todos tienen las llamadas pági-‐nas de Portadores; pero mientras en el Códice de Dresde éstos son Akb’al, Lamat, B’en y Etznab’, en el de Madrid son Kan, Muluk, Ix y Kawak, que eran los días regentes cuando llegaron los españoles, tal como lo relata Landa y se puede comprobar en el Códice de Madrid.
Y de todo el sistema calendárico maya lo que sobrevivió, y ha permanecido a lo largo del tiempo, es, precisamente, el ciclo de 260 días, el cual continúa siendo utilizado por los h-‐men, o sacerdotes actuales, quienes lo emplean cuando tienen que hacer las curacio-‐nes o llevar a cabo algún ritual.
Figura 90. Monumento 101, Toniná, Chiapas, México.