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CASA MONTERO VICALVARO.pdf

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  • T. P., 61, n.o 2, 2004

    MINERA NEOLTICA DE SLEX DE CASA MONTERO (VICLVARO, MADRID) 127

    NOTICIARIO

    MINERA NEOLTICA DE SLEX DE CASA MONTERO(VICLVARO, MADRID)

    NEOTLITHIC FLINT MINING AT CASA MONTERO (VICLVARO, MADRID)

    TRABAJOS DE PREHISTORIA61, n.o 2, 2004, pp. 127 a 140

    SUSANA CONSUEGRA RODRGUEZ (*)M.a MAR GALLEGO GARCA (*)NURIA CASTAEDA CLEMENTE (*)

    RESUMEN

    La construccin de la autova M-50 ha permitido docu-mentar y conservar la primera explotacin de slex neolticade la Pennsula Ibrica. Este trabajo presenta los resultadosiniciales de la primera fase de excavacin arqueolgica. Laplanta del yacimiento documentada hasta el momentomuestra un conjunto de ms de 2.500 pozos de extraccin.Se describen los pozos, sus tipos y distribucin as como elabundante material arqueolgico recuperado en su interior.Las caractersticas de las estructuras, y de su amortizacin,indican la existencia de estrategias de explotacin precisasque pueden obligar a replantear el panorama del Neolticomadrileo. En el mismo yacimiento se han documentadoadems otras tres fases: pleistocena, Bronce medio y con-tempornea/actual.

    ABSTRACT

    The research during the construction of the M-50 hig-hway has allowed the documentation and conservation ofthe first Neolithic flint mine in the Iberian Peninsula. Thiswork presents the preliminary results of the first phase ofarchaeological excavations. Thus far, the site plan docu-mented shows a group of more than 2.500 extraction pits.Presented here are a description of the pits, their types anddistribution, as well as the abundant archaeological mate-rials found inside them. The characteristcs of the featuresand their backfilling processes indicate the existence ofprecise working strategies that may ompel a revision of our

    understanding of the Neolithic in the Madrid region. Mo-reover, three other phases have also been recorded in thesite: Pleistocene, Middle Bronze Age and Contemporary.

    Palabras clave: Madrid. Obras de construccin. Mineraneoltica. Conservacin de yacimientos. Pozos de extrac-cin. Slex. Estrategia de explotacin. Herramientas. Cade-nas operativas postpaleolticas.

    Key words: Madrid. Construction public works. Neolithicmining. Site conservation. Extraction pits. Flint. Workingstrategy. Tools. Postpalaeolithic chanes opratoires.

    ANTECEDENTES: HALLAZGO YDELIMITACIN DEL YACIMIENTO

    Con motivo de la construccin de la autova decircunvalacin M-50 en Madrid, se llevaron a cabolos trabajos arqueolgicos prescritos por la legisla-cin vigente en la Comunidad de Madrid. De estaforma, con carcter previo al comienzo de las obras,se realiz, en primer lugar, la prospeccin del traza-do. sta consta tanto de prospeccin intensiva su-perficial como de la realizacin de sondeos mec-nicos. Entre los PP.KK. 20+400 y 20+700 sereconoci superficialmente una vasta extensincubierta de industria ltica, aunque tan slo en 5 delos 18 sondeos realizados en ella se localizaron es-tructuras circulares subterrneas. En consecuencia,con estos resultados, se delimit un yacimientoafectado por la autova en un rea de 13.864 m2. Enl el Servicio de Proteccin del Patrimonio Arqueo-lgico, Paleontolgico y Etnogrfico de la Direc-cin General de Patrimonio Histrico de la Comu-

    (*) Trabajos de Arqueologa y Restauracin, S. Coop. Mad.(T.A.R.). C/ Antonia Calvo, 4. 28047-Madrid. Correo electrnico:[email protected]

    Recibido: 20-VII-04; aceptado: 18-VIII-04.

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    Fig. 1. Localizacin del yacimiento de Casa Montero (Viclvaro, Madrid) y rea documentada.

    nidad de Madrid, requiri la continuacin de los tra-bajos. Se trazaron al azar sobre la superficie de afec-cin 60 sondeos de 2 1 m a fin de realizar en ellos

    la recogida y localizacin sistemtica del materialde superficie. A la conclusin de dichos trabajos secomenz el desbroce mecnico del rea delimitada.

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    La retirada mecnica con control arqueolgico delterreno vegetal dej al descubierto los restos exis-tentes de la superficie de afeccin que se vio amplia-da a 24.000 m2. Los trabajos que dieron comienzoel 1 de septiembre de 2003, simultanearon desbro-ce mecnico, limpieza manual y excavacin ar-queolgica, y concluyeron el 18 de marzo de 2004.En febrero de 2004 se llevaron a cabo los trabajos dedelimitacin del yacimiento en la zona externa alproyecto constructivo a fin de conocer su extensinexacta. El inters y excepcionalidad del yacimien-to han provocado la modificacin del trazado de laM-50 a su paso, as como el inicio de los trmites dedeclaracin de B.I.C. por parte de la Direccin Ge-neral de Patrimonio Histrico (1).

    LOCALIZACINEl yacimiento de Casa Montero ha sido localiza-

    do en el denominado tramo D de la M-50 que enlazalas carreteras N-II y N-III. Se encuentra en el Tr-mino Municipal de Madrid, distrito de Viclvaro,sobre los escarpes de la margen derecha del Jarama,en las inmediaciones de su confluencia con el roHenares. Corona un cerro limitado por sendos ba-rrancos al norte y sur, al este por la Vega del Jara-ma mientras hacia el oeste desciende suavementeformando una extensa llanada (Fig. 1).

    Desde el punto de vista geolgico, los depsitosms antiguos son Terciarios, concretamente delMioceno medio, con una secuencia sedimentariaformada por un potente banco de yesos laminadosgris-verdoso en la base y arcillas verdosas con in-tercalaciones de pequeos estratos calizos en lazona superior. En la parte arcillosa de la secuenciaaparecen varios horizontes continuos con abundan-cia de palo y slex. Se presentan con morfologavariable que va desde pequeos ndulos arriona-

    dos de tamao disimtrico hasta bloques de variosmetros de forma irregular, y calidad variable parala talla. Sobre el sustrato terciario se disponen fa-cies arenosas Pleistocenas con distinto desarrollo ygrado de alteracin. En superficie, un potente estra-to vegetal sella la secuencia geolgica (2).

    EL YACIMIENTO

    La limpieza y desbroce del rea de afeccin de-jaron al descubierto un total de 2690 estructurassubterrneas, distribuidas de forma muy heterog-nea. Una gran concentracin en la zona centrooriental que se dispersa hacia el oeste y norte y,menos rotundamente, hacia el sur. El volumen derestos indic la conveniencia de realizar un mues-treo de toda la superficie. ste se dise atendien-do a dos criterios: el aspecto de las estructuras ensuperficie y la necesidad de valorar toda la exten-sin. Se reconocieron tres patrones de estructurasatendiendo a los siguientes caracteres: rellenos su-periores, dimetro y comportamiento en planta.

    1. Relleno superficial oscuro, orgnico, compac-to con presencia espordica de fragmentos cermi-cos. Dimetros variables que no superan los 2,00 m.Existencia de agrupaciones y cortes entre fosas.

    2. Relleno superficial muy arenoso, claro e inor-gnico. Presencia exclusiva de material ltico. Di-metro mximo de 2,00 m. No se cortan con otrasfosas.

    3. Relleno superficial poco compacto, heterog-neo, inorgnico y estril. Dimetro mximo de en-tre 2 m y 9 m. Cortan otras fosas de caractersticasdistintas.

    A excepcin hecha de la zona oriental, por la quecomenz la excavacin mientras se realizaba lalimpieza y que se excav de forma ms exhaustiva,en el resto del rea se hizo una seleccin, siguien-do los criterios expuestos. En total se han excava-do un total de 188 fosas.

    Fases documentadas

    Las estructuras excavadas hasta el momento hanpermitido constatar tres fases en el yacimiento:Neoltica, Bronce medio y contempornea/actual

    (1) En el momento de escribir estas lneas, se espera la acepta-cin del nuevo trazado por parte de la Dir. Gral. de Carreteras delMinisterio de Fomento y, con ello, el inicio de nuevas actuacionesarqueolgicas en el yacimiento. Agradecemos el esfuerzo realiza-do, ms all de sus obligaciones, por parte de Beln Martnez, Pi-lar Mena e Inmaculada Rus del Servicio de Proteccin del Patrimo-nio Arqueolgico de la Comunidad de Madrid. Hacemos extensivanuestra gratitud a Joan Bernabeu, Concepcin Blasco, Carmen Ca-cho, Teresa Chapa, Felipe Criado, Pedro Daz-del-Ro, MichaelKunst, Pilar Lpez, Rosario Lucas, M Isabel Martnez Navarrete,Teresa Orozco y Juan M Vicent, sin cuya ayuda hubiese sido im-pensable impedir la destruccin del yacimiento. Por su apoyo con-tinuo el resto de los compaeros de T.A.R., S.Coop.Mad. deberancompartir la autora de estas pginas. Elena Serrano, adems, harealizado los dibujos de cermica que presentamos. Jos L. Bezu-nartea, Pablo Pajares y Gregorio Rodrguez, responsables de laobra por parte de Ferrovial Agromn, mostraron en todo momentopaciencia y espritu de colaboracin encomiables.

    (2) La caracterizacin geomorfolgica del yacimiento y suentorno est en proceso de estudio por parte del profesor AlfredoPrez Gonzlez y Sergio Brez del Cueto del Dep. de Geodinmi-ca de la Facultad de Ciencias Geolgicas de la UCM. Agradece-mos el inters mostrado por el proyecto y sus continuas y acerta-das indicaciones.

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    Fig. 2. Planimetra del yacimiento, en gris las estructuras excavadas. Plantas de fase. Fase II: Neoltica; Fase III: Bronce Medio;Fase IV: Contempornea / actual.

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    (Fig. 2). Algunas evidencias, adems, indican laexistencia de una fase ms antigua correspondienteal Pleistoceno.

    Fase I. Pleistoceno

    Durante la prospeccin superficial y la recogi-da sistemtica de material se identific un conjuntode piezas cuyo aspecto (ptina y alteraciones) y ti-pologa indicaban su atribucin antigua. Posterior-mente la realizacin de tres grandes zanjas parael estudio geolgico de la zona norte y sobre todoel vaciado de sta, han sacado a la luz la exis-tencia de una secuencia, an sin excavar, pero cuyoanlisis preliminar la sita en el Pleistoceno su-perior.

    Estos restos, situados en torno a 2 m de profun-didad, tienen por el momento (3) una extensinmxima de 8 m2. Sobre el sustrato mioceno se ob-servan dos posibles estructuras de combustin dereducido tamao y con alteracin trmica del sedi-mento. No existe seleccin volumtrica ni huellasde rodamiento en el material ltico que apareceacompaando estas estructuras. Estn cubiertas porun estrato formado quizs en las mrgenes de un pe-queo curso de agua que desde el SO baara lazona. Sella la secuencia un potente estrato de for-macin elica, tambin con material ltico, que su-fre posteriormente procesos edficos.

    Fase III. Bronce medio

    Est representado por 49 fosas de planta circu-lar y seccin cilndrica o troncocnica poco acusa-da. Interpretadas como silos y cubetas de uso inde-terminado, presentan un dimetro mximo de 2,02m y profundidad de entre 0,08 m y 1,42 m. Se con-centran en la zona norte del yacimiento (47 estruc-turas) formando agrupaciones en las que las fosasse cortan lo que permite establecer la secuencia deuso, abandono y amortizacin. Otras dos estructu-ras situadas en la zona central, junto al perfil este dela excavacin, contenan sendas inhumaciones.Entre los materiales recuperados en los rellenos de

    las fosas destaca la abundancia de cermica, conpresencia de recipientes carenados y ollas de per-fil en S que facilitan la adscripcin cronolgicadel conjunto.

    Fase IV. Contempornea/Actual

    El aprovechamiento reciente del slex, y so-bre todo de sepiolita, ha dejado sus evidencias enel yacimiento en forma de 6 fosas con dimetrosde entre 1,20 m y 9 m, rellenos muy heterogneos,poco compactos y presencia espordica de materia-les actuales (fragmentos de botellas de cristal, alam-bres o perdigones). Se localizan preferentementeen los lmites de la gran concentracin de estruc-turas y en ocasiones cortan evidencias de las fasesprevias.

    LA MINERA NEOLTICALa fase II es cuantitativamente la mejor repre-

    sentada del yacimiento y la ms singular en elcontexto de la prehistoria peninsular, por lo que sedescriben de forma pormenorizada los restos co-rrespondientes a la minera neoltica. De las 2.690estructuras localizadas en el rea de excavacin,2.500 aproximadamente corresponden a pozos deextraccin de slex. De ellos se han excavado 126(5%), aunque se dejaron sin concluir 31 por moti-vos de seguridad.

    Los pozos

    El abundante conjunto de estructuras de extrac-cin de slex presenta dos caractersticas de impor-tancia para el estudio e interpretacin del yacimien-to: el comportamiento montono de los rasgos delos pozos (forma, rellenos, materiales) y la inexis-tencia de cortes entre estructuras de esta mismacategora.

    Pese a la monotona sealada, la profundidad ylas cualidades de las paredes, hacen posible distin-guir dos tipos de pozos que sin duda estn en re-lacin con las caractersticas del slex extrado. Enla zona centro-este del yacimiento se concentranlos pozos irregulares de 2,50 m de profundidadmxima y paredes sinuosas (Fig. 3). En ellas seobservan las oquedades dejadas por la extraccinde ndulos de slex que, en 9 casos, en las proxi-

    (3) El vaciado de la zona norte fue paralizado en el momentode la aparicin de los restos pleistocenos por lo que no se puededescartar que la superficie aumente cuando se proceda a la deli-mitacin y excavacin. Insistimos en el carcter preliminar deesta informacin que procede exclusivamente de la limpieza delrea y los muestreos iniciales.

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    midades de la base, y como consecuencia de laproximidad de las estructuras, llegan a comunicaraccidentalmente varios pozos sin que deban inter-pretarse como autnticas galeras.

    Los pozos de tipo chimenea se documentan entoda la superficie del yacimiento (Fig. 4). Tienenparedes regulares, de tendencia muy vertical conprofundidades comprendidas entre 0,64 y 7,35 m.La variabilidad formal de la boca permite estable-cer 3 subtipos: boca en embudo, en cubeta y ciln-drica. En los dos primeros casos las bocas se abrenhasta adquirir dimetros de entre 1,40 y 2,10 m, lazona superior de las estructuras poseen seccintroncocnica y cilndrica respectivamente. A 1,30m de profundidad mxima, generalmente centradarespecto a la boca, se inicia la perforacin cilndri-ca que desciende verticalmente. La localizacin delos pozos con boca en embudo, siempre en zonascon estrato superficial poco compacto, hace pensaren los motivos de seguridad como causa de esta va-riedad. Los pozos con boca en cubeta coinciden engeneral con afloramientos de slex, por lo que po-

    dran relacionarse con un mayor aprovechamien-to de estos recursos superficiales. Los pozos ciln-dricos, con dimetro mximo en la boca de 1,60 m,son los ms numerosos y se distribuyen por todo elyacimiento. En todos ellos las paredes desciendenverticales sin apenas discontinuidades.

    En 45 de los pozos excavados era posible obser-var las vetas de slex atravesadas, hasta cuatro en unmismo pozo. stas en general estn recortadas allmite del dimetro del pozo, lo que indica el gra-do de aprovechamiento del recurso en el espacioexplotado. En raras ocasiones, las vetas superioresquedan colgadas a modo de autnticas repisas,descendiendo la excavacin hacia las ms profun-das. En otros casos (8 pozos), son vastos ndulos,a veces con evidencias de grandes extracciones,los que quedan suspendidos de las paredes. En 38pozos se ha documentado la existencia de excava-ciones laterales en cotas prximas a la base. Sonverdaderas covachas de forma irregular y dimen-siones variables que permitiran, en momentos in-mediatos al abandono de la extraccin en el interiordel pozo, el mayor aprovechamiento de la veta in-ferior.

    Se constata la existencia de 21 pozos de tan-teo, cuya profundidad oscila entre 0,40 m y 2,34m. Son estructuras de caractersticas idnticas a lospozos de extraccin de boca cilndrica pero cuyaexcavacin fue abandonada, al alcanzar el estratode limos verdosos que se localiza a muro de lasvetas de slex, sin localizar las arcillas en las questas se encuentran.

    El proceso de excavacin / extraccin de lospozos

    Hasta el momento son escasos los indicios apor-tados por el yacimiento sobre el proceso de excava-cin de los pozos y la extraccin del slex de suinterior. La simplicidad de las estructuras de extrac-cin y especialmente su reducido dimetro y la altacompacidad de las arcillas en las que se excav laprctica totalidad del desarrollo vertical de los po-zos, facilitara y reducira los riesgos en su interior.Los paralelos con otras explotaciones prehistricaspermiten aventurar el uso de escalas de madera ocuerda que, sin embargo, pudo ser sustituido porsimples cuas de madera que, con la ayuda de lapared opuesta, seran suficiente para hacer practi-cable el pozo. En este sentido, contamos en el pozo1156 con un conjunto de siete pates o pequeas

    Fig. 3. Planta y seccin de un conjunto de pozos de tipo irre-gular.

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    oquedades practicadas en la pared para el apoyo delos pies en las maniobras de descenso y ascenso. Sedistribuyen a razn de cinco en la zona nororientaldel pozo y dos en la occidental. La serie larga sedispone en dos hileras paralelas con los pates alter-nos a distancia regular (una zancada).

    El pozo 2306, cuya excavacin no pudo ser con-cluida, es un pozo de chimenea con boca en cu-beta que presenta a 1,80 m de profundidad, enla zona de arranque del pozo vertical, dos oqueda-des enfrentadas en las paredes este y oeste aunquecon una diferencia de cota de 0,20 m. Tienen for-ma circular de 9 cm y 12 cm de dimetro respec-tivamente. Hacia el fondo (se han alcanzado 4,46m de profundidad) no se han documentado msorificios que pudieran identificarse como pates, porlo que se interpretan como sujecin para un trave-sao que funcionara a modo de polea de ayudapara la extraccin de tierra y piedras del interior delpozo.

    Herramientas y huellas

    Otros indicios indirectos de los trabajos de ex-plotacin de slex en Casa Montero proceden de lasherramientas localizadas entre el copioso materialltico recuperado. De las 30.000 piezas clasificadashasta el momento, las herramientas suponen el0,08% del conjunto. Para su identificacin se hanutilizado tres criterios (morfologa, volumen y pre-sencia de huellas macroscpicas) que adems per-miten realizar la distincin entre herramientas parala excavacin de los pozos picos, mazas, cuas,etc. y la extraccin de materias primas grandespercutores y las herramientas para el acondiciona-miento del trabajo.

    En el primer grupo se encontraran las mazas,realizadas en cuarcita, de seccin cuadrangular, conun peso aproximado de 1,5 k y dimensiones en tor-no a 13 8 8 cm (Fig. 5.1). Se est trabajando enla hiptesis de que estas mazas golpeasen cuas o

    Fig. 4. Planta y seccin de pozos de tipo chimenea. 1. Boca en embudo. 2. Boca en cubeta. 3. Boca cilndrica.

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    picos de slex que penetraran en la tierra a modo decincel. Existen algunos ejemplos de cuas con pe-sos entre 150 y 300 g y unas dimensiones medias de11 7 3 cm y de picos, ms numerosos, de 130 gde peso medio y 10 5 3 cm de tamao medio(Fig. 5.2).

    Aunque pendiente del estudio experimental, elconjunto de huellas localizado en el pozo 2330podra responder a los trabajos extractivos median-te los picos descritos. Se ha documentado un gru-po de cinco surcos paralelos, ligeramente oblicuosa la boca, de seccin en V y una longitud mxi-ma de 20,9 cm. Un segundo conjunto de huellas,hallado en la estructura 1489, por el momento no sepuede relacionar con ninguna de las herramientasidentificadas. Muestra, con disposicin paralela ala boca, un grupo de dos series paralelas de cuatroy cinco pequeas depresiones de seccin en U yforma circular de 16 mm de dimetro y 12 mm deprofundidad mxima.

    En cuanto a las herramientas destinadas al acon-dicionamiento de los diferentes trabajos mineros,como mantenimiento y fabricacin de enmangues,

    escalas, cordajes y otros, se documentan una seriede piezas configuradas mediante retoque sobre so-portes espesos e irregulares, es decir, sobre frag-mentos desechados de la produccin ltica, comoelementos de descortezado y desbastado, y frag-mentos informes. Estos objetos suelen ser denticu-lados (amplios y abruptos), raederas, raspadores yburiles.

    Amortizacin de los pozos

    Al igual que ocurre con la morfologa de las es-tructuras, sus rellenos resultan extremadamentemontonos tanto en su composicin como en sudisposicin. La amortizacin de los pozos se reali-za redepositando en ellos los mismos sedimentosextrados arcillas verdosas o grisceas, en ocasio-nes con abundantes carbonatos, ms disgregados,sin aporte de materia orgnica pero con la incorpo-racin de los residuos y desechos lticos producidospor la manufactura realizada junto a la estructura.En efecto, una vez realizada la excavacin del pozo,

    Fig. 5. Material ltico de Casa Montero. 1. Maza de cuarcita. 2. Pico. 3. Ncleo laminar.

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    localizados los estratos deseados y extrados losndulos necesarios, en el exterior de la estructura,pero junto a ella, se llevara a cabo una seleccin delos ndulos, unos seran probados, otros desechadossin ms, y algunos desbastados, configurados yexplotados. Todos los desechos procedentes de es-tos trabajos seran arrojados al pozo, de ah que ladensidad de material ltico se concentre en la parteinferior del pozo. De los 24 pozos, cuyo material yase ha clasificado totalmente, en 15 el primer relle-no acumula la cantidad mayor de material ltico delpozo, en 4 casos esto ocurre en el segundo relleno,5 pozos presentan el volumen mayor de materialltico a partir del tercer estrato de relleno. En gene-ral, la tendencia se hace ms acusada si valoramosen conjunto los dos estratos de relleno inferiores: en16 pozos ambos estratos superan el 50% del mate-rial del pozo y 10 de ellos contienen ms del 75%.La presencia de Bases Negativas (BNe) en los estra-tos de amortizacin es frecuente en 16 de los 24 po-zos analizados, apuntndose como ligera tendenciasu localizacin mayoritaria en los rellenos con mselevado porcentaje de restos lticos. Ms significa-tiva es la distribucin de las BNe en los pozos detanteo. De los pozos analizados, 7 son de tanteo. Tanslo 3 de stos presentan en sus relleno BNe(42,85%) mientras en el 82,35% de los pozos deextraccin (17 casos) se recuperan estos restos.

    De forma ocasional se identifican estratos areno-sos y estriles interpretados como depsitos natu-rales producidos durante la interrupcin del procesode colmatacin intencionada de los pozos. Algunosderrumbes producidos durante la amortizacin sereflejan en la estratigrafa mediante estratos arcillo-sos, amorfos y localizados preferentemente junto alas paredes. Sistemticamente en la parte superiorde la secuencia se registran estratos arenosos, pococompactos, de espesor y extensin escasos que de-ben interpretarse como depsitos de origen naturalque sellan definitivamente los pozos.

    Las caractersticas y disposicin de los estratosdescritos inducen a plantear que la amortizacin delos pozos se produjo de forma inmediata a la con-clusin de su uso y de forma continuada, siendoexcepcionales las ocasiones en las que se interrum-pi este proceso. Slo la parte superior de la secuen-cia muestra el carcter paulatino y no intencionadodel cegado definitivo de los pozos.

    Es importante sealar la existencia de estratosde alteracin de las paredes de los pozos. Aunqueen fase de estudio, destacamos que en una decenade los pozos excavados se ha registrado un sedi-

    mento, entre las paredes del pozo y los estratos deamortizacin de la parte superior de la estructura,cuya composicin, color y compacidad parecenresultar de la combinacin de ambas (paredes yrellenos). Se dispone adaptndose a la pared delpozo a modo de enlucido, con un espesor que norebasa los 25 cm, por lo que se descarta su carcterintencionado previo a la amortizacin. Al estardocumentados tanto en pozos irregulares como dechimenea con boca en embudo o cubeta, se dedu-ce que su formacin se ve favorecida por el dime-tro mayor de la boca y paredes tendidas que facili-ten la filtracin y acumulacin de humedad.

    Los materiales arqueolgicos

    Material ltico

    Como lugar de aprovisionamiento y explotacinde materias primas, Casa Montero presenta un re-gistro ltico extraordinariamente abundante (unas31,6 Tm). Debido a esta caracterstica, se han do-cumentado todas las categoras de la Cadena Ope-rativa Ltica (Pelegrin 1995), excepto los produc-tos laminares.

    El objetivo principal de la explotacin ltica deCasa Montero es la produccin de soportes lamina-res segn se desprende del anlisis de remontajes,ncleos y productos de configuracin. En las explo-taciones mineras de slex documentadas en Euro-pa el objetivo de la produccin de lminas es mino-ritario con respecto a la produccin de hachaspulidas. Gracias al anlisis de las proporciones delas categoras de la cadena operativa, se observacmo el producto generado en Casa Montero es elque aparece peor representado lgicamente, ya queeste segmento saldra del yacimiento.

    Hay que sealar que los productos procedentesde la explotacin neoltica del slex suponen lamayor parte del registro ltico. Entre las diferentesfases de la cadena operativa, las que ms restosgeneran son las de desbastado y configuracin delas superficies de talla.

    Una observacin a destacar es que, si bien laproduccin de lminas es el objetivo principal de laproduccin de Casa Montero, existen elementosque permiten afirmar la existencia de unas estrate-gias destinadas a la produccin de lascas, obvia-mente con una finalidad diferente y an por deter-minar, que podra hallarse en la necesidad desoportes diferentes.

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    La representacin de ncleos que se ha recupe-rado en Casa Montero es un documento excepcio-nal para el estudio de la tecnologa ltica de esteperodo, debido a su nmero y diversidad. No sloaparece una importante variedad de esquemas deexplotacin, sino que adems se documentan en lasdiferentes etapas de trabajo: testado, inicio de des-bastado, configuracin, explotacin y agotamien-to. La heterogeneidad de los ndulos propicia laaparicin de obstculos en la explotacin de unndulo como geodas o vetas que obligan a descar-tarlos en proceso de trabajo.

    Para la produccin de lascas se utilizan sistemasde explotacin bifaciales con jerarquizacin o no delas superficies de talla. Es decir, esquemas de con-figuracin compleja con predeterminacin de losproductos: no se est buscando una lasca azarosa.

    Para la produccin principal de lminas la varie-dad se ampla, en principio, en funcin del sopor-te, dependiendo si se acta sobre un rin ms omenos manejable o si se trabaja sobre una gran las-ca. Adems de la manejabilidad, el soporte de BasePositiva ofrece ventajas como la de poseer filos quepuedan hacer la funcin de cresta de inicio de laexplotacin.

    Si el soporte de la explotacin es un ndulo com-pleto, los sistemas que se desarrollan son bsica-mente prismticos a partir de la configuracin deuna cresta con trabajo bifacial y una mnima prepa-racin de la plataforma de talla que va acondicio-nndose a medida que avanza la produccin.

    Las grandes lascas que posteriormente son ex-plotadas se extraen de los ndulos de forma bifacialcentrpeta sin jerarquizacin de las superficies detalla y de manera alternante. Se ha documentado lautilizacin de grandes percutores de cuarcita de undimetro mximo entre 11 a 20 cm y un peso me-dio de 1200 g. Estas tareas se realizan en muchasocasiones en el interior de los pozos durante el pro-ceso de extraccin de la materia prima.

    El soporte de lasca, mucho ms verstil, permitellevar a cabo la eleccin de diferentes esquemas deexplotacin. Hasta el momento se han documen-tado tres: dos destinados al desarrollo de la lminaen volumen y uno al desarrollo de lminas en super-ficie.

    El primer caso, se trata de un esquema de explo-tacin similar al que se emplea sobre el trabajo dendulos. El trabajo se inicia con el acondicio-namiento de una cresta unifacial, en este caso, de-terminada por el soporte, contina con el acondi-cionamiento de la plataforma de talla, que suele

    localizarse en el taln de la lasca y concluye con laexplotacin propiamente dicha.

    El segundo caso de explotacin laminar en vo-lumen a partir de una gran lasca, consiste en unacondicionamiento completo de la zona distal de lamisma a modo de cresta semicircular. Posterior-mente se elimina la zona proximal en sentido trans-versal para acondicionar la plataforma de talla. Porltimo, aprovechando las crestas obtenidas, se ini-cia la explotacin. La morfologa de estos ncleos,muy estrechos, los hace particularmente adecuadospara adaptarlos a un soporte que permita la talla porpresin. Por el momento contamos con un solo casode este tipo de ncleos, pero el sistema de explota-cin se ha documentado de forma ms amplia a tra-vs de los restos generados en la configuracin dela plataforma de talla.

    Por ltimo, el sistema de explotacin laminar ensuperficie a partir de grandes lascas que se ha do-cumentado, consiste en una configuracin inicial dela superficie de talla principal de manera bifacial,que genera dos aristas zigzagueantes convergentes(Fig. 5.3). La superficie de talla debe ser convexaen sentido transversal y hacia la parte distal, comoen el sistema levallois. A diferencia de ste, en elcaso que nos ocupa, la plataforma de talla se abreen sentido transversal. Las lminas procedentes deeste sistema de explotacin son ms anchas, conaristas transversales y extracciones bipolares. Pa-rece claro que estos soportes no estn destinados ala elaboracin de microlitos, sino a la obtencin deun soporte resistente en una sola pieza.

    Otros materiales

    Frente al volumen ingente de material ltico re-cuperado en el interior de los pozos, llama la aten-cin la escasez de otro tipo de restos. De hecho, sepuede sealar esta ausencia generalizada de mate-riales arqueolgicos no lticos y materia orgnicacomo otra de las caractersticas esenciales de laexplotacin minera de Casa Montero. Se han docu-mentado 1139 rellenos de pozo de los que 1041, untotal de 82 pozos (65,07 %), no contienen resto al-guno (cermica, carbn, adobe, hueso, concha ...)no ltico.

    La cermica se distribuye en 39 rellenos corres-pondientes a 23 pozos: 1 pozo de tanteo, 6 de tipoirregular, 16 de tipo chimenea, 4 de ellos con bocaen cubeta y 12 cilndricos. Todos los tipos de pozocuentan con representacin cermica en sus relle-

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    nos, excepcin hecha de los pozos de tipo chimeneacon boca en embudo.

    En ningn caso se han localizado recipientescompletos, aunque s varios fragmentos de la mis-ma pieza distribuidos en rellenos diferentes delmismo pozo. Este hecho, sumado a la buena conser-vacin de las cermicas y la frescura de las fractu-ras, indica la procedencia cercana de los recipien-tes e incluso la inmediatez de su rotura.

    La totalidad de las cermicas procedentes de lospozos de Casa Montero se caracteriza por la calidadde pastas y acabados. Estn bien representados losacabados bien bruidos aunque son mayoritarioslos fragmentos simplemente alisados y pastas biencocidas en ambiente oxidante. A pesar de lo limi-tado de la muestra, son significativos los fragmen-tos que por su forma o decoracin permiten unaclasificacin tipolgica y cronolgica certera. Ti-pologicamente estn bien representados los reci-pientes profundos (clase C), de los tipos 13 a 15(ollas, contenedores y orzas) de Bernabeu (1989:31-50). Se han documentado un asa de cinta verti-cal, una base cnica y labios simples redondeadosy apuntados. Las tcnicas decorativas son variadasy se presentan combinadas en 4 recipientes: cordo-nes con impresiones diversas, mamelones (apenasperceptibles ms que al tacto) distribuidos sin ordenaparente por el galbo, acanaladuras someras y al-magra; otros fragmentos presentan cordones lisosexternos bajo labio simple redondeado o ligeramen-te biselado, con restos de almagra. Algunos rasgos

    del conjunto como los vasos ovoides, o la frecuen-cia (proporcional a la muestra) de almagra y cordo-nes decorados, parecen ser exclusivos de los mo-mentos ms antiguos de la secuencia neoltica de LaVaquera (Torreiglesias, Segovia). El repertorio deCasa Montero tendra su correspondencia con elhorizonte Neoltico antiguo del yacimiento sego-viano (segunda mitad del VI y primer tercio del Vmilenio 5500/4700 cal BC) (Estremera 2003:188).

    En el pozo 1109 se hall (u.e. 1105) una piezarealizada en arcilla endurecida por calentamientode 8,46 4,24 1,95 cm. (Fig. 7). El fragmentoconservado tiene seccin semicircular con un ni-ca superficie externa, bruida y con tres suaves bi-seles que configuran cuatro facetas en el sentidolongitudinal de la pieza. La superficie conserva de-coracin realizada mediante incisiones someras.Uno de los extremos, el superior, se curva hacia elexterior, mientras el opuesto lo hace, aunque mssuavemente, hacia el interior. En la zona de in-flexin de la curvatura superior se hace visible unmotivo soliforme formado, con seguridad, por trestrazos radiales, otro que aprovecha una irregulari-dad que recorre longitudinalmente toda la pieza yel ltimo sobre una pequea grieta. La zona circu-lar del motivo apenas queda indicada por un peque-o segmento de crculo en el tercio inferior derechodel mismo. La parte izquierda presenta junto a lafractura una incisin oblicua que aunque segmen-tada alcanza el bisel central, sobre ella se disponentransversalmente tres trazos paralelos y cortos.Tambin en el lado izquierdo, un segmento de cir-culo sirve de partida a entre cuatro y seis incisionescortas dispuestas radialmente. Cerca del bisel cen-tral se observan incisiones cortas, paralelas y obli-cuas sin aparente organizacin. Junto a la fracturadel lado derecho, otros dos grupos de trazos.

    Por ltimo, se ha recuperado carbn en 60 relle-nos pertenecientes a 35 pozos (27,77%) que repre-sentan todas las variedades tipolgicas descritaspara estas estructuras. La flotacin del muestreosistemtico de los sedimentos excavados permiti-r la recuperacin de macro restos vegetales si exis-tieran.

    ALGUNAS REFLEXIONES

    La correcta valoracin de la explotacin mine-ra de Casa Montero pasa obviamente por la pre-cisin del intervalo temporal en el que se realiz.

    Fig. 6. Fragmento de cermica neoltica procedente delpozo 2687 (u.e. 1433).

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    Los medios para determinar cronologas relativasdel conjunto de pozos son, como hemos visto,inexistentes. Los materiales que permiten una ads-cripcin, an aproximada, se reducen al exiguoconjunto cermico que nos remite a los momentosiniciales del Neoltico de la Meseta. El material l-tico, aunque en una fase muy inicial de su estudio,puede apuntar ciertas consideraciones de relevan-cia para este asunto. Pese a la localizacin de variascadenas operativas, todas ellas parecen respondera modelos de factura y conceptos de estandariza-cin que alejan el aprovechamiento del slex deCasa Montero de etapas propias de la Edad delBronce. La ausencia de evidencias correspondien-tes al Calcoltico, en un entorno en el que stas sonespecialmente abundantes, apoya la concesin deun uso corto, constreido al Neoltico, para la ex-plotacin minera del yacimiento. Las dataciones

    absolutas realizadas sobre los carbones recuperadosy a partir de las concentraciones polnicas (4) qui-zs permitan atenuar las dificultades que a este res-pecto puedan plantearse.

    Adems, el propio yacimiento ofrece, en las quese han sealado como caractersticas esenciales, lasclaves de su uso. La denominada monotona enlas estructuras, la secuencia de las fosas y su distri-bucin en planta, ofrecen la posibilidad de conce-bir los trabajos mineros de este yacimiento en unlapso temporal y con una organizacin propia de losprimeros productores de la zona. Es importante lla-mar de nuevo la atencin sobre la similitud que,incluso antes de su excavacin, presentan las es-

    Fig. 7. Pieza de arcilla con decoracin incisa del pozo 1109 (u.e. 1105).

    (4) Agradecemos a Pilar Lpez (Dpto. de Prehistoria. Institu-to de Historia del C.S.I.C. Madrid) la recuperacin y tratamientode las primeras muestras de polen para su datacin absoluta.

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    tructuras de explotacin de slex de Casa Montero,hasta el punto que permiti en los momentos inicia-les de los trabajos el establecimiento de patrones decomportamiento / rasgos de las fosas, coincidentestras la excavacin con las fases reconocidas en elyacimiento. Tras la excavacin, la similitud de lospozos se hace ms patente. Tanto formalmentecomo en la sistemtica de su amortizacin, todoslos pozos excavados parecen responder a concep-ciones idnticas.

    Desde el punto de vista morfolgico las varia-ciones tipolgicas entre las estructuras tienen sucausa tanto en el comportamiento del slex explo-tado como en las exigencias del propio terreno. Noobstante, salvo para los pozos de chimenea conboca en embudo, en los que hasta el momento nose ha recuperado ningn fragmento cermico, losotros tipos cuentan con apoyo material para su ads-cripcin. Tcnicamente, la excavacin de los po-zos no requiere innovaciones o usos distintos a losrequeridos para solventar la obtencin de otros re-cursos de carcter subsistencial. La extraccin deagua en Chipre con cronologas del X-IX milenioB.P. (Peltenburg 2003: 19-24) mediante pozos decaractersticas muy similares a los de Casa Monte-ro o la relativa complejidad de las minas de Gav(Bosch Argilags y Estrada Martn 1996), ponende manifiesto la suficiencia tcnica de las comuni-dades que explotaron Casa Montero. Algunas pro-piedades de los pozos responden a mltiples mo-tivos entre los que se cuentan, sin duda, facilitar ydotar de seguridad los trabajos. El reducido dime-tro, especialmente del tramo profundo de los po-zos, quizs responda al volumen de slex requeri-do en cada incursin sin embargo, es imposibleobviar hasta que punto este rasgo aporta estabili-dad a la estructura y comodidad en las maniobrasde ascenso y descenso. La ausencia de excavacio-nes laterales a media altura, aunque ello supongarenunciar a la explotacin exhaustiva de un recursovisible, responde tambin a consideraciones diver-sas que van desde asegurar los trabajos en el pozohasta la creciente calidad de los niveles de slex enprofundidad.

    La amortizacin inmediata y rpida, al menosde la parte ms profunda de los pozos, y las simi-litudes entre sus secuencias internas, no hace sinoindicar comportamientos adoptados para unas ta-reas habituales. La sistemtica de los trabajos rea-lizados junto a la boca del pozo en proceso de ex-cavacin, acopio de tierras y el trabajo de inicial deseleccin, desbastado y explotacin de ndulos

    responde obviamente al principio del mnimo es-fuerzo pero tambin a la necesidad de cegar rpi-damente la fosa. En relacin a este asunto, debie-ron establecerse unas normas para el correctoabandono de los pozos de forma que stos se hi-cieran visibles para futuras extracciones. Slo estoy, lgicamente, la aceptacin de una estrategia deexplotacin, justifican el hecho de que las embo-caduras de los pozos, pese a su extrema cercana,no se corten en ningn caso. Este hecho, sealadocomo caracterstica primordial de la explotacin,argumenta definitivamente la explotacin prehis-trica por parte de comunidades con necesidadesy soluciones concretas y que, por tanto, respondena patrones organizativos difciles de aceptar parasociedades de complejidad creciente y dilatadas enel tiempo. Por lo dems, la observacin detenida dela planimetra de la explotacin neoltica permiteobservar ciertas secuencias en la disposicin de lospozos que, aunque sin estudiar por el momento,dar contenido al patrn o patrones de explotacinadoptados (5).

    El conocimiento excepcional del comporta-miento del recurso extrado, en este caso el slex, sepone de manifiesto en la propia forma de abordar laexplotacin. El buzamiento y la discontinuidad delos niveles de bloques de slex haca poco recomen-dable, por el esfuerzo necesario, la excavacin detrincheras o galeras desde la superficie. Por otraparte, los estudios de identificacin y caracteriza-cin de los tipos de slex presentes en el yacimientoharn posible determinar, entre otras cuestiones, laexigencia de calidad requerida en el slex extradoy explotado (6).

    Otros asuntos de indudable trascendencia comola distribucin de los soportes conformados en CasaMontero, la localizacin de los sitios de hbitat re-lacionados directamente con la explotacin, lamodelizacin geomorfolgica de la mina y su en-torno para su posible reconocimiento en otros luga-res de la banda silcea del Tajo, son algunas de laspropuestas que sern abordadas en futuros proyec-tos de investigacin.

    (5) Nuestro reconocimiento por estas observaciones a JuanVicent (Dpto. de Prehistoria. Instituto de Historia del CSIC)quien desde el primer momento hizo hincapi en estos aspectosde la investigacin.

    (6) M. ngeles Bustillo (Dpto. de Geologa. Museo Nacio-nal de Ciencias Naturales. CSIC) se ha hecho cargo de los tra-bajos de caracterizacin petrolgica de los distintos recursos sili-cios existentes en el yacimiento y su entorno. Agradecemos suinestimable y entusiasta colaboracin desde el comienzo de lostrabajos.

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