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CAyala-061

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    y lA y a l a

    C u a d e r n o s d e

    REVISTA DE LA FEDERACIN ESPAOLA DE GENEALOGA Y HERLDICAY CIENCIAS HISTRICAS

    ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Nmero 61 Enero-Marzo 2015

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    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [2]

    Acaban de ser identificados los restos de don Mi-guel de Cervantes Saavedra (Alcal de Henares 1547 -

    Madrid 1616), primer escritor y gloria de la lengua caste-llana, que hasta ahora yacan olvidados y revueltos conotros en el madrileo monasterio de las Trinitarias Descal-zas. El buen suceso, que sin duda es muy notable y queha tenido cierta relevancia en los medios decomunicacin -no toda la que debiera, en partepor razones polticas-, tiene su origen y su mo-tor en la persona del historiador don Fernandode Prado y Pardo Manuel de Villena, quien ha-ce ya varios aos que concibi esta empresa yque con infatigable ardor la ha defendido comociudadano privado, hasta lograr la financiacin

    y las licencias que, al cabo, han servido paralograrlo. Don Fernando de Prado ha visto col-madas muchas de sus aspiraciones -las que lmismo expresa bien en el artculo que honralas pginas de este nmero de Cuadernos de

    Ayala-: aunque, como suele ocurrir en este pa-s tan cainita, otros advenedizos, llamados acolaborar en el proyecto por el propio Prado,no hayan dudado en el intento de apualarlepor la espalda para hacerse con la gloria delhallazgo. Nuseas aparte, creemos que los es-fuerzos de Prado, que han sido mucho y muyimportantes -hasta el New York Times le ha

    dedicado varias pginas-, deberan llevar a lasautoridades culturales a premiar a tan bene-mrito ciudadano -al menos con la cruz de laOrden Civil de Alfonso X el Sabio, destinadaprecisamente a distinguir conductas semejan-tes-. Desde estas pginas la reclamamos parasu persona: speriamo bene!.

    Por otra parte, conmemoramos en Es-paa, en estos meses, dos importantes efem-rides.

    En primer lugar, el quinto centenariodel nacimiento de Santa Teresa de Jess (vi-

    la 1515 - Alba de Tormes 1582), doctora de laIglesia, gran fundadora de conventos carmelitas, mstica yescritora -esta ltima faceta literaria, la que la hace acree-dora del respeto de todos, creyentes y no creyentes-, ysobre todo una mujer de temple: una gran mujer. Con estemotivo se han organizado diversas actividades culturales,principalmente en las tierras en las que ella naci y muri,pero igualmente en las que frecuent y visit. Desde Cua-dernos de Ayala nos vamos a sumar a estas celebracio-nes publicando prximamente algunos textos genealgi-

    cos.

    El segundo acontecimiento se refiere al bicente-nario de la Real y Americana Orden de Isabel la Catlica,establecida el 24 de marzo de 1815 por el Rey Don Fer-nando VII para premiar a los valientes defensores de la

    soberana espaola en Amrica. Convertida enel premio civil por excelencia a partir de 1834,pronto lleg a ser la ms extendida y reconoci-da de las rdenes civiles espaolas, inclusobajo los gobiernos republicanos o dictatoriales.Cualidad que an hoy en da conserva.

    Desde aquel ao de 1815 hasta hoy, laspersonas condecoradas suman muchos miles-solo las grandes cruces concedidas alcanzan

    las ocho mil-, y es notorio y notable que enellas se personifican no solo la historia de Es-paa, sino las de Amrica y de Europa. Todoslos caballeros de la Orden, aparte el uso pbli-co de sus insignias y uniforme correspondien-te, gozan del privilegio de la nobleza personal,y los caballeros catlicos tambin de los con-cedidos por el Papa Po VII -es decir, los deoratorio privado, altar porttil, indulgencias, et-ctera-.

    Hoy en dia, bajo el maestrazgo de S.M. elRey Don Felipe VI, la Real Orden de Isabel la

    Catlica es un valioso medio de fomento de laamistad y la cooperacin entre naciones, pue-blos y personas, que cuenta desde antiguocon el aprecio y el reconocimiento de todos lospases del mundo hispnico, y del mbito euro-peo e internacional.

    Por todo ello, el Ministerio de Asuntos Ex-teriores, sede de la Cancillera, en colabora-cin con la Agencia Estatal del Boletn Oficialdel Estado, la Real Casa de la Moneda y otrasinstituciones pblicas y privadas, prepara di-versos actos conmemorativos -una exposicinde arte, un gran libro, un sello postal, una me-

    dalla, etctera-. Adems, acaba de constituirse la Asocia-cin Nacional de Condecorados de esta Real Orden, pro-metedora iniciativa que ya est dando buenos frutos.

    En fin: las pginas de este nmero de Cuadernosde Ayala acogen un artculo dedicado a su bicentenariahistoria, sin perjuicio de que en sucesivos nmeros vayanapareciendo otros textos atinentes a esta importante insti-tucin premial.

    El Dr. Vizconde de Ayala

    EDITORIAL

    NUESTRA PORTADA

    Retrato de don Adolfo Letor vistiendo el manto y traje de comendador de la Real y Americana Orden de Isabella Catlica. Litografa coloreada de Zarza, publicada por Jos Gil Dorregaray en la Historia de las rdenes de

    caballera y de las Condecoraciones espaolas, Madrid, 1864 (coleccin Vizconde de Ayala, Segovia)

    DE MIGUEL DE CERVANTES, DE TERESA DE JESS, Y DELBICENTENARIO DE LA REAL ORDEN DE ISABEL LA CATLICA

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    PRESENTACIN EN ROMA DE LA XXXII EDICIN

    DELANNUARIO DELLA NOBILT ITALIANAEl 7 de febrero ha tenido lugar en Roma, en elAteneo Pontificio Regina Apostolorum, y en el contextodel curso universitario para la obtencin del Diploma diSpecializzazione in Diritto Nobiliare, Scienze Araldiche eCerimoniale, la presentacin en primicia de la XXXII edi-cin del prestigiosoAnnuario Della Nobilt Italiana, edita-do por S.A.G.I. Intervinieron en esta solemnidad el Dr.Emilio Petrini Mansi della Fontanazza, coordinador delcurso -el nico hoy activo que sobre estas materias exis-te y se imparte en Italia-, y el propio director del Annuario,Andrea Borella, profesor de Herldica y de HerldicaEclesistica del mencionado curso. Fue notable el eleva-do nmero de nobles y de estudiosos de Herldica, Ge-nealoga y Derecho Nobiliario, entre los que se contabael profesor Dr. Fabio Cassani, hoy en dia uno de los pri-meros expertos mundiales en materia de CeremonialPontificio, y tambin de Herldica Eclesistica -es el res-ponsable de la prxima edicin en espaol del afamadoManualrecientemente publicado por el Cardenal CorderoLanza di Montezemolo y el P. Antonio Pompili. Una gratae importante ocasin cultural (MF).

    EXPOSICIN SOBRE LA ORDENDE MALTA EN SEGOVIA

    La Asamblea Espaola de la Ordende Malta quiere celebrar con unaexposicin en la iglesia segovianade la Vera Cruz, el noveno cente-nario de la creacin de la Orden deSan Juan de Jerusaln, hoy llama-

    da comnmente la Orden de Malta, que es una de laspocas instituciones caballerescas que, nacidas en laEdad Media, contina en activo adems de ser la nicaque mantiene su doble condicin de religiosa y de sobe-rana-. El propsito de la Orden es celebrar la exposicinEl legado hospitalario: 900 aos de de la Orden de Maltaen Espaa, precisament en el interior del nico templo

    que la Orden posee en Espaa, desde que el Gobiernose lo cediese en 1948: la pequea iglesia de la VeraCruz, en los arrabales de la ciudad de Segovia. La hist-

    rica Orden hospitalaria y de caballera, en colaboracincon la Junta de Castilla y Len, espera ensalzar de estamanera el valor hospitalario de su institucin, que es elque le ha permitido mantenerse viva durante tanto tiem-po. La Orden espera mantener un contacto cercano conla Junta de Castilla y Len que vaya en beneficio del

    mantenimiento del histrico santuario situado en el valledel Eresma, ensalzando adems la singularidad del mo-numento, que es una copia del templo del Santo Sepul-cro, tal y como estaba configurado en la Jerusaln del si-glo XII. Con la muestra, que tendr fines benficos,pretende dar a conocer el legado actual de nueve siglosde presencia de la Orden en Espaa, y sobre todo recor-dar la preponderancia del antiguo Gran Priorato de Casti-lla Y Len, el territorio ms amplio y el que ms influy entoda su presencia en Espaa (MF).

    VIII SEMINARIO IBRICO DE HE-RLDICA Y CIENCIAS HISTRI-

    CASLas delegaciones de Portugal y deEspaa de la Acadmie Internatio-

    nale dHraldique (AIH) nos anun-cian la convocatoria de este octavo

    encuentro cientfico ibrico, bajo el ttulogeneral de Oratores et bellatores finibus terrae, en home-naje a Don Gonzalo Fernndez de Crdoba, el Gran Ca-pitn, en el quinto centenario de su muerte. Tendr lugaren la fortaleza de la Mota, sita en la villa de Alcal la Real(Granada), en los das 8, 9 y 10 de mayo de 2015. Parti-cipan en su organizacin la Academia Andaluza de la

    Historia, el Ayuntamiento de Alcal la Real, la AcademiaIberoamericana de La Rbida y la Asociacin Ibero-Ame-ricana de Herldica y Genealoga y son patrocinadoresel Centro de Pesquisa e Estudos Sociais de la Universi-dade Lusfona de Humanidades e Tecnologias, la Acad-mie Belgo-Espagnole dHistoire, la Academia de Letras eArtes (Portugal), la Academia Portuguesa de Ex-Lbris, laAcademia de Herldica do Algarve, la Academia Meliten-se y el Instituto de Estudos Histrico-Militares Napoleo I.El programa previsto es que la sesin inaugural se cele-bre en la tarde del 8 de mayo, con la leccin de aperturay las primeras conferencias y comunicaciones, a ms de

    la presentacin del libro sobre el Gran Capitn, obra delacadmico D. Jos Calvo Poyato. El sbado 9 las sesio-nes de maana y tarde se dedicarn a las lecturas de lacomunicaciones presentadas y en la maana del domin-go 10 de mayo tendr lugar la sesin de clausura y laentrega de diplomas y reconocimientos. Tambin recibirentones en su seno la Academia Andaluza de la Historiaa los nuevos acadmicos D. Francisco Vidal y D. Francis-co Toro. Los temas propuestos para este encuentro sonestos: Genealoga Herldica civil y eclesistica Nobilia-ria de las tierras fronterizas de la Pennsula Ibrica elGran Captn, su familia, descendencia y linaje Falersti-ca, Ex-Librismo y Ciencias de la Historia, nuevas aproxi-

    maciones y perspectivas. Proporciona ms informacinel secretario de la Academia Andaluza de la Historia Dr.D. Luis de la Prada, en [email protected](MF).

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [3]

    NOVEDADES, CURSOS Y ENCUENTROS CIENTFICOS Y CULTURALES

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    DONACIN DE UN ANTIGUO LIENZO CON LAS AR-MAS REALES AL AYUNTAMIENTO DE SORIA

    El 11 de abril de 2014, los caballeros de la Casa

    Troncal de los Doce Linajes de Soria, D. Jos AntonioMartn de Marco, D. Jos Bernab Boces y D. FelicianoRiestra, encargaron al Excmo. Sr. Cronista de Armas deCastilla y Len, en nombre del Ayuntamiento de Soria,un dictamen sobre un escudo pintado sobre lienzo, pro-piedad del afamado artista soriano D. Rafael Garca dela Rosa. Segn se desprende del dictamen del Cronistade Castilla y Len, el escudo -desde un punto de vistaestrictamente herldico- es bien conocido ya que se tratadel Escudo Grande de las Armas Reales, usado por losReyes de Espaa entre 1580 (anexin de Portugal) y1668 (independencia del pas vecino), o sea por los mo-

    narcas Don Felipe II, Don Felipe III y Don Felipe IV, yDon Carlos II . A juzgar por el estilo de la corona (anabierta) y por la forma de la boca (algo germnica), dicta-mina el Cronista que podra tratarse de una pieza herl-dica correspondiente al reinado de D. Felipe II, entre1580 a 1600 -aunque los modelos herldicos se seguanusando hasta muchos decenios despus de su primer di-seo-. Segn el Cronista, el rtulo lo identifica como unlienzo de aparato, es decir de un mueble clsico que seutilizaba con mucha frecuencia por ser menos costosoque un escudo en piedra o madera, presidiendo en el ca-so que nos ocupa el saln de sesiones del Concejo so-riano. El artista D. Rafael Garca de la Rosa adquiri estemueble herldico, y ha decidido cederlo al Excmo. Ayun-tamiento de la ciudad, que lo colocar en un lugar privile-giado de la sala de la Junta de Gobierno Municipal. LaAsociacin de Caballeros Hijosdalgo de la Casa Troncalde los Doce Linajes, en su compromiso con la cultura, elpatrimonio y la historia de la ciudad de Soria, razn deser que ha movido desde hace siglos a esta corporacin,ha servido de eficaz puente entre el propietario del lienzoy el Ayuntamiento de la ciudad, solicitando como se hadicho y en nombre del Consistorio soriano la emisin deun dictamen por parte de la autoridad competente (queen virtud del decreto 105/91, es el Vizconde de Ayala y

    Marqus de la Floresta), para que identificase plenamen-te estas Armas Reales bellamente pintadas. Una impor-tante pieza herldica que vuelve as a su primitivo empla-zamiento, aquel para la que fue realizada (LCE).

    REGISTRO OFICIAL DEARMERAS EN FRANCIA

    Acaba de publicarse en lasgacetas oficiales la Deci-sin del Ministerio de laCultura y la Comunicacin

    de 4 de febrero de 2015,modificando los fines de la Commission Nationale dH-raldique, creada el 14 de diciembre de 1999. En virtud deesta norma legal, la Commission, situada bajo la autori-dad del director de losArchives de France, tiene por mi-sin la de aconsejar sobre la creacin de armeras, a pe-ticin de cualquier persona interesada. An ms: a fin depreservar el patrimonio inmaterial formado por el arte delblasn y de la Herldica, queda adems habilitada laCommission para reunir (es decir: para registrar), salva-guardando los derechos de terceros, las armeras de to-das aquellas personas jurdicas y fsicas que lo soliciten.

    Esta nueva normativa es de una importancia superior,porque viene a establecer un sistema pblico de registrode escudos de armas, abierto a todos los ciudadanosparticulares y a las entidades morales. Un sistema delque no dispona Francia desde hace mucho tiempo, de-bido al carcter jacobino de algunas de sus sucesivosregmenes republicanos. Es esta una gran noticia quie-nes amamos los emblemas herldicos (MF).

    I JORNADAS DE DERECHO NOBI-LIARIO

    El 19 de febrero han tenido lugar enla Facultad de Derecho de la Uni-

    versidad de Lisboa un importanteencuentro dedicado a este asunto

    histrico y legal, que ha sido inaugura-do por S.A.R. el Duque de Braganza, Je-

    fe de la Casa Real de Portugal. Las ponencias presenta-das, han sido las de los profesores Dr. Martim deAlbuquerque, Aspectos generales del Derecho Nobilia-rio Dr. Gonalo Sampaio e Mello, Introduo teoria daNobreza Dr. Eduardo Vera-Cruz Pinto, Ttulos por umavida Dr. Jos Carlos Soares Machado,A Genealoga e oDireito Dr. Jos Artur Duarte Nogueira, O Direito Nobi-liarquico portugus atual Dr. Antonio Menezes Cordeiro,

    A autonomia dogmtica do Direito Nobiliarquico Dr. Lou-reno Vilhena de Freitas, O Direito Nobiliarquico e aConstituo Dr. Amrico Pedro Borbas-Homem, Linhasde evoluao do Direito Nobiliarquico Dr. Antonio Mene-zes Cordeiro, O uso de ttulos nobiliarquicos em Portu-gal Dr. Augusto Ferrira do Amaral,O estatuto jurdico doInstituto da Nobreza Portuguesa Dr. Miguel EsperanaPina, Reconhecimento e outorga de ttulos nobiliarqui-cos Dr. Pedro Sameiro, A Repblica e a Herldica Dr.Pedro Romano Martnez, A tutela dos ttulos nobiliarqui-cos Dr. A. Barreto Menezes Cordeiro, Direito a o nome ettulos nobiliaqruicos Dr. Diego da Costa Gonalves, T-tulos nobiliarquicos e tutela empresarial y Dr. Luis Ama-

    ral,A divulgao genealgica. Basta el nombre de la ins-titucin docente organizadora, y la lectura de tan ilustresconcurrentes, para comprender el alto nivel de este en-cuentro cientfico, que ha de producir buenos frutos (MF).

    NOVEDADES, CURSOS Y ENCUENTROS CIENTFICOS Y CULTURALES

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    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [5]

    Ya es sabido, porque lomencionamos y lo documenta-mos en el extenso estudio de-dicado a la Real y Militar Or-den de San Hermenegildo(1),que la creacin de esta bicen-tenaria y prestigiosa institucinpremial militar se origin enuna solicitud presentada alRey a fines de marzo de 1814por el brigadier don GaetanoPastore, comandante de la Bri-gada Siciliana, instando la con-cesin de una medalla o cruzde distincin para los integran-tes de tan distinguida unidad.En el trmite de aquel escritose sucedieron los informes ypareceres que, a finales deaquel mismo ao, causaron el

    real decreto de 28 de noviem-bre por el que el monarca esta-bleca la Real y Militar Orden.Es por ello que nos ha parecido oportuno, en estosmomentos de la conmemoracin del bicentenario,dedicar algunas lneas a la memoria de aquel sol-dado, y de la unidad que mand en Espaa.

    Don Gaetano Pastore vino al mundo en laciudad napolitana de Molfetta el 29 de enero de1778, siendo vstago de una ilustre y noble familia.Decidido a seguir la carrera de las armas, fue nom-

    brado cadete y se distingui en la llamada d iversinde Toln (la ocupacin del puerto y fuertes por laflota espaola en 1793). En 1797 fue nombrado pri-mer teniente en el regimiento de Infantera quemandaba don Antonio, tercer Duque Capece Pisci-celli. Y en los aos de 1798 y 1799, Pastore se vioinvolucrado en los sucesos revolucionarios que, ins-tigados por Francia, alteraron la paz de los reinosde Npoles y de Sicilia, y desembocaron en la pro-clamacin de la efmera Repblica Partenopea.

    A raz de la invasin francesa de 1806, Pas-

    tore combati en las vanguardias, distinguindoseen Mileto. Ocupado el reino de Npoles e impues-tos all los sucesivos monarcas tteres de Napolen-su hermano Joseph, el mariscal Murat-, el Rey Fer-

    nando de Borbn (hijo de Car-los III de Espaa), se retir ala isla de Sicilia con los restosde su ejrcito, bajo la protec-cin de la Royal Navy.

    Reorganizadas las fuerzasarmadas sculo-napolitanas enla isla, al modo britnico, y fir-

    mada la alianza con la Regen-cia de Espaa e Indias, el ReyFernando, a instancias de losingleses, decidi en 1812 elenvo a la Pennsula de unabrigada siciliana. Uno de susmandos fue el entonces ya co-ronel Pastore, que en Espaaascendi a brigadier y que lle-g a ser comandante de todala brigada, como luego se dir.

    Vuelto con sus tropas a la islade Sicilia en abril de 1814,Pastore retorn pronto al libe-rado reino de Npoles con su

    Rey. Ascendi a mariscal de campo en 1815, y ateniente general en 1837, y desempe diversosmandos: principalmente, los de gobernador de lastres Calabrias en 1821-1823 -donde reprimi con ri-gor los movimientos revolucionarios- gobernadorde la ciudadela y plaza de Mesina en 1826 e ins-pector general de la Infantera de Lnea(2).

    Sus servicios al Rey de las Dos Sicilias fue-ron tambin recompensados con las prestigiosas in-signias de comendador de la Orden de San Ferdi-nando y del Mrito (1814), y de la Orden de SanGiorgio della Reunione (1819), y antes con la me-dalla de bronce de Sicilia. Por parte del Rey de Es-paa solo recibi tres premios menores: las crucesde distincin de la batalla de Castalla de la defensade Tarragona(3) y de la accin de Ordal.

    El teniente general don Gaetano Pastore fa-lleci en la ciudad de Npoles el 29 de octubre de

    1847. De su matrimonio con donna Francesca Ts-chudy, hija de un distinguido oficial suizo que mere-ci ttulo de marqus y cuya familia sirvi tanto enNpoles como en Espaa, dej una sola hija, donna

    DE RE PREMIAL

    EN LOS ORGENES DE LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN HERMENEGILDO:

    EL GENERAL GA ETANO PASTORE Y LA BRIGADA SICILIANA(1812-1814)

    por el Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqus de la Floresta,

    y el Dr. Fabio Cassani-Pironti, Conde de Giraldelli

    Retrato del teniente general don GaetanoPastore que se conserva en el

    Ayuntamiento de Molfetta

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    Suchet-, y al da siguiente so-bre el cerro de Castalla -don-de los rechazaron de nuevo,contraatacndoles a la bayo-neta. Tambin lucieron los arti-lleros napolitanos, que casti-garon la retirada francesa. Enesta batalla perdieron los im-periales unos 1.500 hombres.

    El 28 de mayo de 1813 la Di-visin Murray retorn a Alican-te, donde sus 18.000 hombresse embarcaron en las navesdel almirante Hollowell, que el

    31 se hicieron a la vela, desembarcando en Salouel 3 de junio. Desde all atacaron enseguida la pla-za de Tarragona, pero el golpe de mano que habanprevisto fracas y los franceses resistieron.

    El 7 de junio, ya formalizado el asedio de laplaza, los cazadores napolitanos contuvieron unasalida francesa, en cuya accin destacaron los ca-pitanes Paolo Caracciolo y Giuseppe dErigo, y lostenientes Giovanni Zentubel y Cipriano Novi todosfueron condecorados. El 10 de junio, dos compa-as de cazadores del Primo Estero, con su coronelPastore a la cabeza(8), asaltaron el revelln del fuer-te del Nero. Sin embargo, temindose de la llegadade refuerzos franceses desde Barcelona, el dia 12el general Murray orden el reembarque, abando-nando all toda la artillera, las municiones y los per-trechos -por cuyo hecho fue juzgado en consejo deguerra, declarado culpable y separado del mando-.

    El 19 de junio la flota recal en Mahn, don-de el general lordBentinck tom el mando de lasfuerzas y el 24 desembarcaron los sicilianos otravez en Alicante, habiendo sufrido los efectos de unafuerte tempestad. Desde all se dirigieron a Alcoy ya Jtiva, entraron el 9 de julio en Valencia y el 18 enCastelln de la Plana, el 25 pasaron el ro Ebro, y el29 estaban sobre Tarragona, que de nuevo asedia-ron. El 17 de agosto, Tarragona se rindi, y dos dasdespus la Brigada Siciliana operaba ya sobre la l-nea del Llobregat. All, el dia 13 sufri el ataque porsorpresa de los franceses en el puerto del Ordal,accin sangrienta y memorable. Despus, el 21 deseptiembre, retorn a Tarragona y se acanton enla plaza entonces el general Bentinck cedi el man-do al general Clinton. El 24 de octubre la BrigadaSiciliana se acanton en Torredembarra, donde pa-s casi todo aquel invierno, operando apenas en lasproximidades.

    El 16 de enero de 1814, la Brigada Sicilianapas a Martorell, y particip en el bloqueo de Bar-celona, donde le alcanz la noticia de la paz con los

    Giuseppina, Marquesa deSan Martino, casada en Mesi-na en 1826 con don Frances-co de San Martino de Spu-ches. Estos fueron los padresde don Gaspare de San Mar-tino y Pastore, Marqus deSan Martino, nacido en Leccey muerto en la ciudad de Ca-tania en 1908(4).

    Volvamos a los he-chos que le dieron fama enEspaa a l y a sus tropas.La llamada Divisin Napolita-na (y en Espaa la Brigada Siciliana), se organizen Palermo en el verano de 1812, bajo el mandodel general britnico lordWilliam Henry Bentinck, aquien enseguida sucedi el general Frederick Mai-tland: se compona del Batalln de Granaderos dela Guardia Real (600 hombres), al mando del te-niente coronel Francesco Galluzzo del 1er Regi-miento de Infantera de Lnea o Primo Estero(5)

    (1.380 hombres), al mando del coronel Pastore dosescuadrones del Regimiento de Dragones del Prn-cipe n 27 (200 hombres), al mando del teniente co-ronel don Giuseppe Ruffo di Calabria(6) una baterade seis caones al mando del capitn GiuseppeGarzia y una pequea plana mayor. En total, pocoms de 2.300 hombres(7).

    La expedicin parti desde Palermo el 14 denoviembre de 1812, a bordo de los buques de laRoyal Navy, algunos de los cuales se dispersaron yvolvieron a puerto para salir a la mar enseguida. Laescuadra toc en Mahn el 25, donde se reuni denuevo, y arrib al puerto de Alicante el 27 de no-viembre. Las fuerzas desembarcaron all el 3 de di-ciembre, acantonndose los duosicilianos en lospueblos cercanos.

    Desde aquel momento, la Brigada Sicilianase integr en la divisin mandada por el generalCampbell, fuerte de 7.900 soldados britnicos yotros 3.100 soldados espaoles. Y desde finales deaquel mismo mes, la Brigada Siciliana tuvo por sucomandante en jefe al coronel Pastore.

    En febrero y marzo de 1813, ahora a las r-denes del general John Murray, los sicilianos com-batieron en Jijona, en Alcoy (tomada al asalto porlos granaderos napolitanos) y en Cocentaina. Y en-tre el 11 y el 13 de abril de 1813 participaron en lasangrienta segunda batalla de Castalla, accin enla que se distinguieron otra vez los granaderos dela Guardia Reale, integrados en las vanguardias,primero sobre Biar -all resistieron cinco horas lasfuriosas acometidas de los imperiales del mariscal

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    Croquis de la segunda batalla de Castalla

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    San Martino pero reconoce que no haexaminado la documentacin atinente. Elgeneral Pastore no aparece con ningunode dichos ttulos nobiliarios en ninguna delas ediciones del Almanacco Reale. Encambio, en otras publicaciones coetneas-Gioacchino DIMARZO en su Diari della

    citt di Palermo dal secolo XVI al XIX, to-mo 14, Palermo, 1873, pgina 213- el ttu-lo de Marqus de San Pasquale figuraconcedido en 1831 precisamente a susuegro el tambin teniente general donGiuseppe Tschudy, comandante generalde armas de Sicilia.

    5) Es muy curiosa la denominacin de Pri-mero Extranjero que tom este cuerpo:ello se debi a que, segn la Constitucindel Reino de Sicilia, promulgada en 1812,los napolitanos eran extranjeros!.

    6) Patricio napolitano e hijo de los Prnci-pes de Scilla, naci en Sinopoli el 21 deseptiembre de 1777 y falleci en Npolesel 1 de abril de 1854. Fue teniente coro-nel del 2 Regimiento de la Guardia Real,y ms tarde magistrado de la Alta CorteMilitar, gentilhombre de cmara y mayor-domo de semana de S.M. Siciliana, y ca-ballero de las rdenes de San Ferdinandoe Merito y de San Giorgio della Riunione.Se cas en Palermo el 1 de abril de 1814con donna Maria Elisabetta Barrel (1795-

    1882).7) Todo cuanto se narra seguidamente delhistorial esta distinguida unidad puede le-erse por menor en Antonio ULLOA, Fattidi guerra de Soldati Napoletani(Npoles,1852), en cuyas pginas 105-130 se inclu-ye el Giornale della guerra commbattutanella parte orientale della Spagna dallEs-sercito Anglo-Napoletano. Tambin en losestudios de Vittorio SCOTT-DOUGLAS,Vittorio Scotti Douglas (editor), Gli italianiin Spagna nella guerra napoleonica di1807-1813: i fatti, i testimoni, leredit,At-ti del IV Convegno Internazionale diSpagna Contemporanea, Novi Ligure,22-24 octubre de 2004 (Alessandria, Ed.dellOrso, 2006). Y adems Virgilio ILARI,Piero CROCIANI y Giancarlo BOERI, LeDue Sicilie nelle guerre napoleoniche1800-1815, tomo II (Roma, Stato Maggio-

    re ellEssercito, 2008).

    8) Este acto de valor le vali a Pastore el grado de bri-gadier, empleo que le fue confirmado ms tarde por elRey Don Ferdinando.

    9) Manuel IZQUIERDO HERNNDEZ, Antecedentes ycomienzos del reinado de Fernando VII(Madrid, 1963),pgs. 714-716.

    franceses, plasmada en el Tratado deValenay (2 de diciembre de 1813). Enconsecuencia de este pacto, el ReyDon Fernando VII entr por la fronterade Catalua en la Espaa an ocupa-da por el invasor francs, y qued librecuando el 24 de marzo, cerca del pue-blo de Bscara, cruz el ro Fluvi consu hermano el Infante Don Carlos y fuesolemnemente recibido y vitoreado porlas tropas espaolas mandadas por elgeneral Copns(9).

    Recordemos ahora que fueaquel inmediato 30 de marzo cuandoel brigadier Pastore elev a la Majes-tad Catlica su solicitud de premio pa-ra sus hombres, solicitud que al fin ten-dra como ltimo efecto la creacin ennoviembre de 1814 de nuestro premioa la constancia militar por excelencia,cuyo bicentenario conmemoramos.

    Cumplida su misin brillante-mente, y no siendo ya necesarios susservicios en la Pennsula, la BrigadaSiciliana se embarc el 16 de abril des-de Catalua para Palermo, por la vade Gnova, concluyendo as su nota-ble intervencin en nuestra Guerra dela Independencia.

    Hemos creido que era de justi-cia dedicar las lneas anteriores aaquellos valientes duosicilianos que vi-nieron a Espaa a defender nuestra li-bertad, y a cuyo comandante el briga-dier don Gaetano Pastore debemos lainiciativa de la creacin en 1814 de laReal y Militar Orden de San Hermene-gildo.

    N O T A S

    1) Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA YGILA, Marqus de la FLORESTA, La Realy Militar Orden de San Hermenegildo (Ma-drid, 2007), pg. 40.

    2) Archivio di Stato di Napoli, Sezione Mili-tare (Pizzofalcone), Libretti di vita e costu-mi, serie 1, n 313.

    3) Es curioso que esta cruz de distincin,creada el 14 de mayo de 1815, estuviese destinada alos defensores de la plaza en 1810!.

    4) Francesco de SAN MARTINO DE SPUCCHES, La

    storia dei feudi e dei titoli nobiliari di Sicilia, tomo IX (Pa-lermo, 1940), pgina 383, cuadro 1556, afirma que elgeneral Pastore fue ennoblecido con el ttulo nobiliariode Marqus de San Pasquale, luego denominado de

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [7]

    Modelos de las cruces dedistincin de Castalla,

    Tarragona y Ordal

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    Esta pregunta me ha sido formulada muchasveces a lo largo de casi cinco aos. Al principio mi re-accin era de perplejidad. Cmo podan preguntarsemejante cosa? Cervantes, sinlugar a duda, es el autor ms im-portante de nuestra lengua, padrede una obra universal que trans-form la literatura para siempre.Infinidad de autores a lo largo dela historia han reconocido la in-fluencia del genial escritor y ladeuda contrada con l.

    Es, casi con toda seguri-dad, el espaol ms aclamado ysu obra ha dejado una improntaperdurable y reconocible a lo largode la historia por todo el mundoque sus restos se encuentren per-didos, olvidados tras la gloria desu obra, es motivo de sonrojo.Cualquier nacin de la tierra esta-ra ansiosa de contar con un indi-viduo como l, cuyo solo nombre

    evoca su pas, su cultura y su his-toria. Pero, a veces, estas razones no son suficientes.

    El Reino Unido cuenta con un escritor parejoen mritos (William Shakespeare), coetneo de Cer-vantes hasta el punto de fallecer con das de diferen-cia. Stratford-upon-Avon, lugar de nacimiento y muer-te del Bardo, es centro de peregrinacin de aquellosque admiran y reconocen su obra. Los ingleses prontose percataron de que ensalzar la memoria de su escri-tor no slo era un timbre de gloria, tambin era renta-ble. Y cada vez ms, ya que ha surgido un nuevo tipode turismo: el cultural. Lo componen individuos con

    unos ingresos de tipo medio alto y alto. Gastan ms,son ms exigentes respecto a la calidad del servicio y,si regresan contentos a sus pases, son una magnficapromocin. Por no hablar de crear un viabilidad de in-versin fundamentada en la buena imagen recibidadel pas que se visit.

    Conscientes de estas ventajas y del incremen-to de este turismo selectivo, los responsables del Dis-trito de Stratford-on-Avon (as llamado para diferen-ciarlo de la poblacin de Stratford-upon-Avon)encargaron la creacin de informes sobre el impacto

    econmico del turismo en esta rea del condado deWarwickshire, as como planes quinquenales para lamejora y desarrollo de los servicios. Todo esto lo pue-den encontrar ustedes en internet, es informacin p-

    blica al alcance de todos. Sus objetivos eran: desarro-llo de un modelo viable y sostenido para su gestin.Atraer ms turismo, nacional e internacional, al distri-

    to. Prolongar el tiempo de estan-cia de los visitantes. Aumento delgasto por turista. Mejora de la dis-tribucin de los beneficios por tu-rismo a lo largo de todo el distrito.Mejora de la productividad de laindustria turstica local. Incremen-to de los puestos de trabajo y delos negocios relacionados con el

    turismo. Mejora del perfil del distri-to como destino turstico. Mayorconcienciacin y compromiso dela poblacin para con el turismo.

    Los planes para este ao 2015son los de conseguir 6,25 millonesde turistas (muchos de ellos na-cionales con una estancia de unda) que dejarn 428 millones delibras (602,14 millones de euros).A esto hay que sumarle una factu-

    racin esperada de otros 537 mi-llones de libras (754 millones de euros) por parte delas empresas relacionadas con el turismo, ms el in-cremento a 8.000 puestos de trabajo directamente re-lacionados con esta actividad. Todo esto en un distritorural con apenas 120.000 habitantes.

    Por otro lado Madrid recibe cerca de ocho mi-llones de turistas todos los aos y cuenta con unamagnfica infraestructura de servicios tursticos. Sloconque esos visitantes alarguen su estancia una horay se gasten 20 euros ms (transporte, entrada, refres-co), tenemos 160 millones. 300.000 turistas culturales

    nuevos que gasten 2.000 euros son otros 600 millo-nes.

    La promocin y publicidad generadas por labsqueda de los restos es equivalente a una campaapublicitaria de muchos millones ms, eso sin contarque la cifra se multiplicara en caso de llegar a buenfin la empresa. Cuntos turistas habrn llegado a Es-paa este ltimo ao movidos por las noticias emitidasa lo largo de todo el mundo? Estas son las razonesque hacen mella hoy en da.

    Yo, humildemente, slo busco el poder poner

    una lpida con el nombre de un soldado sin venturaque fue heroico en el combate y en el infortunio, un hi-dalgo que dignific su pobreza. Un hombre bueno yextraordinario, oculto por la gloria de su obra.

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [8]

    POR QU BUSCAR LOS RESTOS DE CE RVANTES?

    por D. Fernando de Prado y Pardo-Manuel de Villena,historiador y director del proyecto de bsqueda de los restos de Miguel de Cervantes

    DE RE ARCHEOLOGICA

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    1. Jehan Lhermite, un flamenco alservicio de Felipe II(1)

    El 17 de marzo de 1587, elgentilhombre flamenco Jehan Lhermiteparti de la ciudad de Amberes, dedonde era natural, hacia la corte espa-ola, noticia de la que nos da cumplidacuenta en su conocido Pasatiempos,culminado a su regreso a Flandes en1602 y que haba comenzado a escri-bir en los ltimos das de la primaverade 1597, durante una larga estancia enel Escorial, diez aos despus de supartida(2).

    Lhermite acompaaba a Nico-ls Damant, canciller de Brabante, quehaba sido reclamado por Felipe II paraque se desplazara a la corte con el finde desempear la funcin de conseje-ro de Estado y guardasellos(3), y queinicialmente no estuvo en absoluto dispuesto a acogerleen su squito, tal vez debido a que no se fiaba totalmen-te de l: Lhermite, de hecho, recordaba an por aquellasfechas con amargura cmo la muerte de su padre, Tho-mas, se produjo debido a la persecucin tan brbara co-mo tirnica que sufri en su persona y bienes durante elsaqueo de los soldados espaoles de Amberes, el 4 denoviembre de 1576, aunque este ltimo vivira (con nu-merosos achaques y diversas privaciones, secuela de talepisodio) hasta el 2 de junio de 1580 un comentario queno pareca desde luego indicar a primera vista una muybuena disposicin de nuestro protagonista ante el gobier-no hispano de los territorios flamencos(4).

    Resueltos sin embargo gracias a sus contactoscon el duque de Parma, Alejandro Farnesio -que interce-

    di por l- los inconvenientes planteados por Damant, fi-nalmente Jehan se incorporara a su squito, de unas 30personas(5), que recorrera Flandes y el norte de Italia,embarcando en Savona hasta desembarcar en Barcelo-na(6), desde donde partiran para encontrarse con el rey,que se hallaba -eran los primeros das de septiembre de1587- en su fundacin de San Lorenzo el Real. Lhermiteiba recomendado a un ayuda de cmara de Felipe II,Pierre van Ranst(7), que formaba parte del numeroso, im-portante y selecto grupo de servidores flamencos de Feli-pe II, un contingente sin duda notable, cuyo volumen ycalidad nos debe hacer tener en cuenta hasta qu punto

    y extremo la corte del Prudente era, sin duda alguna, re-flejo de una monarqua por entonces universal(8).

    Un golpe de suerte llam la atencin del monar-ca sobre su persona (en concreto su habilidad para pati-

    nar sobre el hielo, una novedad bienve-nida en la tasada y medida austeridadescurialense), que asisti complacido alas filigranas que Lhermite, solo y encompaa de otros flamencos, como lavezados en tales prcticas, realizabasobre uno de los congelados estanquesdel monasterio:

    Su Majestad mostr curiosidad por sa-ber quin era yo, quiso saber tambinde dnde vena y cunto tiempo hacaque viva en Espaa de todo lo cualVan Ranst le dio cumplida satisfaccin,y no contento con esto me honr di-cindome que me acercara a su cochede caballos, pues quera ver de cercauno de mis patines, que yo le ense, ytambin a sus Altezas [...](9).

    Un suceso que volvi a repetirsedas despus, dando pie a Lhermite a

    albergar esperanzas de poder ser acogido, como desea-ba, en el servicio real:

    [...] Su Majestad me hizo el honor de ordenar lla-marme expresamente, lo que me caus grandeemocin y me hizo cavilar que este renovado in-ters que el rey haba demostrado por mi perso-na era quiz un indicio de que le haba causadouna buena impresin, lo que aliment mis espe-ranzas de que, despus y en otro lugar, podraconseguir mi ms ferviente deseo, que siemprehaba sido entrar algn da a formar parte de sureal servicio, no dejando de pensar en esto apartir de entonces(10).

    As pues, Jehan aprendi un espaol de andarpor casa y para desenvolverse en escasas semanas yaprovech la oportunidad de entrar a servir entretanto albarn de Molembaix, que acababa de recibir la dignidadcondal de Solre de la mano de Felipe II, lo que le sirvipara relacionarse de cerca con otros notables flamencosmuy cercanos al monarca(11). Esto no impedira que, porsu lado, Pierre van Ranst continuara procurando para suprotegido una plaza en el servicio directo al rey, lo quelogr el 19 de octubre de 1590:

    [...] me advirti de la gracia y favor que me habadispensado Su Majestad de servirse de m comoayuda gentilhombre de su cmara(12),

    un cargo que juraba ante don Cristbal de Moura el 22del mismo mes:

    [...] y desde entonces empec a servir, por lo queme encontraba muy contento y daba las gracias

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [9]

    DE RE CORTESANA

    JEHAN LHERMITE, UN PEN DEL DUQUE DE LERMA

    EN LA CMARA DE FELIPE I Ipor el Dr. D. Juan Cartaya Baos (Universidad de Sevilla)

    Taller de Juan Pantoja de la Cruz:

    Don Felipe II en su ancianidad

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    (despus de a Dios) a Pierre Van Ranst [...]. Mehizo el favor de instruirme en otros varios asun-tos parecidos acerca del nuevomodo de vida que empezaba yoentonces, y como viejo, sabio,discreto y astuto cortesano queera, muy pronto hizo todo lo ne-

    cesario para colocarme en si-tuacin de servir bien y cuidado-samente [...] pudiendo tratar enprivado y recibir la benevolenciade un Prncipe y monarca tangrandes(13).

    Comenzaba por fin la carreracortesana de Lhermite, en el entornoms prximo al rey y a su familia te-niendo entre otros cometidos la curiosaobligacin diaria de dar cuerda a los re-lojes reales-, lo que me permitir acer-

    carme al papel que aqul desempea-ra en un no muy lejano futuro, comoinformante del futuro duque de Lerma -por entonces an marqus de Denia,don Francisco Gmez de Sandoval-, ycomo eficientepen de ste tanto en lacmara del anciano Felipe II como en lotocante a algunos de los asuntos flamencos de la Mo-narqua Hispnica, resueltos finalmente aunque de ma-nera desgraciadamente temporal- con la Tregua de losDoce Aos suscrita en 1609(14).

    2. Lhermite en la corte del Rey Prudente

    La Corte era un complejo micromundo que rode-aba a los reyes espaoles de la Casa de Austria(15). Lacercana a los monarcas, fuente de mercedes, y a los po-derosos que podan impulsar el medro o la carrera, mo-va de un lado para otro a multitud de pretendientes, ser-vidores, oficios mayores o menores, desocupados,solicitantes, pedigeos, funcionarios, militares, hombresde Iglesia o simples pcaros. Corte son cortesanos: esteaforismo podemos completarlo con la definicin que elautorizado Covarrubias nos ofrece de estos inquietos sa-tlites reales,

    [...] que sigue[n] la Corte, sirviendo al Rey y por-

    que se presume que los tales son muy discretosy avisados, llamamos cortesanos a los que tie-nen bueno e hidalgo trmino y honrado trato (16).

    Este colectivo social orbitaba alrededor del rey, su familiay sus ministros principales, dentro de una organizacinsingular que ha sido nombrada como cabeza y coraznde la Monarqua Hispnica(17), situada por esas fechasen Madrid y diversas localidades aledaas (Aranjuez, ElPardo, El Escorial, Valsan), patria comn donde todoslos afanes y esperanzas convergan(18), y en donde, co-mo Corte, en ella acaecen los ms notables sucesos dela Monarqua(19).

    En ella encontr su acomodo Lhermite, un ave-zado observador que en su obra nos aporta cuantiosasnoticias acerca de la intimidad regia y de los tiras y aflo-jas entre las distintas facciones cortesanas (todo lo cual

    me mostr entonces bien a las claras la envidia, ambi-cin e impiedad que reina ordinariamente en estos gran-

    des Palacios y reales casas(20)), enunos momentos -recordemos que nues-tro flamenco entraba a servir al rey en1590- en los que la Monarqua sufra unpunto de inflexin hacia una indudable

    decadencia, tal y como se perciba enel entorno ms prximo del Rey Pru-dente ya entrado el ao de 1595, tanslo cinco aos ms tarde: Si el Reyno acaba, el Reyno acaba(21), ingenio-so dstico que resuma con claridad lapercepcin que de los negocios del rei-no se tena en los aos en los que donFelipe vea, sin poder hacer gran cosapara evitarlo, cmo las sucesivas ban-carrotas, las malas cosechas -una pla-ga de langosta de dimensiones bblicasarruin buena parte del campo espaol

    en 1590- las alteraciones en Aragn,vila, Flandes o Italia, la aparicin decatastrficos profetas como Miguel dePidrola o Lucrecia de Len(22), o lasprotestas por los nuevos impuestos sesucedan en los territorios gobernados

    por su mano, y su incapacidad fsica, cada vez mayor -lagota, la run uista, las fiebres cuartanas y tercianas, ladisentera- afectaban ms y ms a su autonoma, tenien-do que compartir sus decisiones con Moura, Idiquez,Chinchn o Velada: los miembros de la Junta de Noche.

    Jehan Lhermite nos da cuenta -con lo que pare-

    ce una indisimulada admiracin- de cmo el rey, sin em-bargo, segua desarrollando su rutina cotidiana pese asus carencias, con la dedicacin que haba caracterizadosu gobierno desde sus primeros das como regente delEmperador, en 1543: deba haber escrito a lo largo detoda su vida ms papeles de los que cuatro mulas decarga podran haber sido capaces de acarrear(23). Tam-bin nos relaciona a los servidores ms cercanos a la re-al persona (sumilleres, gentilhombres, ayudas de cma-ra, relojeros, depositarios de los documentos, barberos,mayordomos mayores, escribanos de despacho, limos-neros, maestros de capilla, intendentes...), o realiza un

    completo cronograma de la rutina de la Casa: entreteni-mientos, diversiones, viajes y excursiones, atinadas des-cripciones de los Reales Sitios -los edificios y su fbrica,jardines, fuentes, galeras de pinturas, mobiliario, ador-nos, y su coste su fauna y flora-, las jornadas de pesca ycacera, o da cuenta de las visitas de altos dignatarios,como el duque de Saboya, yerno del monarca(24), el ar-chiduque Alberto, su sobrino(25), o de las disparatadasocurrencias de locos y bufones, siempre tan cercanos aFelipe II: ser, por tanto, Lhermite un avezado retratistade la corte filipina.

    Acompaando de cerca al rey, viajar a Toledo,

    Tarazona, Segovia, Medina del Campo, Tordesillas, Si-mancas, Valladolid, Palencia, Burgos, Santo Domingo dela Calzada, Njera, Logroo, Viana, Estella, Pamplona,Olite y Tafalla, Tudela, Tarazona o Soria, dando noticia

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [10]

    Pieter Paul Rubens:Don Francisco Gmez de Sandoval,

    I Duque de Lerma.

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    mo sabe muy bien el citado Moens), no dej demandarle mis respetos(35).

    Una relacin que se mantendra y se estrecharaen el futuro, como seguidamente veremos. Lhermite se-guira contactando a lo largo de sus aos de servicio conotros cortesanos y agentes flamencos, como Dismas deBergues, seor de Waterdycq(36), hombre prudente, hon-

    rado y muy cordial para con sus amigos, entre los cualesestoy seguro de que yo no era de los peores (37)Franois Perrenot, conde de Cantecroy y sobrino del car-

    denal Granvela Jacques de Cry, se-or de Frayres Pierre Van der Nessen,que sera investido Caballero Dora-do(38) el jesuita Jacques de ZlandreAntoine de Zote, emisario del mar-qus de Havre Charles Cloqmans,apoderado del prncipe de ArembergCharles de Brandenbourg, vizcondedEsclay Jehan de Halle, agente del

    duque de Arschot Nicols Deschamps,rey de armas Borgoa, o Felipe deLannoy, seor de Beauvoir, entre otros(este ltimo no dejaba de escribirme amenudo breves notas para alimentarnuestra secreta connivencia de lograrel favor del Prncipe de Asturias: Mequera mucho [...], y solamos pasarmuchos ratos conversando juntos(39)).Lannoy fallecera sin embargo en1594, tras infectarse la herida recibidapor la fuerte coz de un caballo antes deun torneo, sin haber podido lograr sus

    empeos(40). Acompaara incluso alconde de Berlaymont a lo largo de surecorrido por las residencias reales,que deseaba conocer, comisionado pa-ra tal fin por el propio Felipe II(41). Nodej Lhermite de frecuentar a otros fi-

    gurantes ms de la corte, que podan resultarle tiles pa-ra medrar y obtener favor: no slo flamencos, sino tam-bin italianos como el genovs Gastn Spnola, elsaboyano conde de Pontevaux, Laurent Gorrevod o elmarqus de Carrara, Alberico Cybo Malaspina, recibirantambin sus continuadas atenciones de eficaz corres-

    ponsal y le remuneraran al efecto(42)

    .Entretanto, en 1595, Felipe Guillermo de Oran-

    ge-Nassau sera liberado y devuelto a Flandes, empeoen el que Lhermite siempre atento a los intereses fla-mencos en la corte- no dejara de participar al lado deMoens, secretario de aqul, ayudando a inclinar la vo-luntad de Felipe II a la puesta en libertad del hijo del Ta-citurno:

    [...] y yo, con mis pocos recursos, tampoco dejde emplearme tambin para conseguir esta libe-racin, y viendo que ahora el momento y la situa-cin nos eran favorables, no dejamos de refor-

    zar incesantemente nuestra solicitud y extremarnuestros esfuerzos en el empeo. [Moens] eraun cordial amigo mo, y por ello le secund entodo, como l mismo sabe muy bien [...] sabedor

    de las corridas de toros, juegos de caas, mascaradas,bailes, fuegos artificiales, encamisadas y fiestas realesrealizadas con ocasin de la llegada de la corte a estasciudades(26), y permanecer junto al monarca hasta lamuerte de este en el Escorial, continuando hasta 1602 alservicio de Felipe III.

    3. Lhermite y los negocios de los Estados Bajos

    A lo largo del verano de 1591, un numeroso gru-po de flamencos llegar a la corte espaola con el fin deinfluir en la favorable solucin que se deseaba alcanzarpara mediar en los conflictos que, des-de la dcada de 1560, haban asoladolos Pases Bajos: entre otros Gilles deFaing, emisario del conde de Mans-feld(27), el barn de Marnau y JehanSteelant, emisario del margrave de Ba-den, Ernesto Federico(28). Como noscuenta el propio Lhermite, [...] en estelugar [se refiere al Escorial] vinieron a

    vernos varios gentileshombres flamen-cos y borgoones, unos para arreglarsus asuntos, otros para mirar el lugar[...] y desde entonces comenzamos atratarnos ms privadamente [...] profun-dizando cada vez ms en nuestra amis-tad y conocimiento(29). Tanto, de hecho,que Steelant aleccion cumplidamentea Lhermite a escribir en cifra y a utilizartintas invisibles para redactar mensajessecretos, habilidades que, segn elpropio ayuda de cmara afirma en sumanuscrito, comparti con el prncipe,futuro Felipe III, que le premiara conun caballito como recompensa por susenseanzas, mas una ayuda de costade doscientos ducados, que recibira demano del rey(30), quien le asistira eco-nmicamente en ocasiones futuras,premiando sus servicios, quedando Jehan muy contento[...] por haber recibido una liberalidad que vena de lamano de un prncipe tan grande(31), aunque no obstante,pasando el tiempo, se quejara de que el rey no era yapor entonces tan generoso con sus ddivas, lo que po-siblemente le indujo a orbitar en torno del prncipe, na-

    ciente planeta, como despus veremos(32).Lhermite aprovechara los desplazamientos de la

    Casa tambin para contactar con un insigne rehn, nadamenos que Felipe Guillermo de Orange-Nassau(33), rete-nido en el castillo de Arvalo:

    [...] por la intercesin de algunos buenos amigos,tambin por peticin continuada de un buen y le-al servidor y secretario suyo que tena en la cor-te, llamado Robert de Moens(34), obtuvo [FelipeGuillermo] la libertad de poder usar papel y plu-ma [...] sin que se le hiciera ninguna indagacin[...]. Aunque pasamos muy cerca de este castillo,

    no me atrev a dirigirme hacia l para ver a estePrncipe debido al respeto y consideracin queme mereca su persona, lo que fue muy bien en-tendido por l, pero, antes de pasar de largo (co-

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [11]

    Franz Pourbus el Joven:el archiduque Alberto de Austria.

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    para que el prncipe fuera jurado por las Cortes de dichoreino, Lhermite recibi la comisin real de ensear su

    lengua natal, el francs, al herederode la corona lo que hizo traduciendodiversos textos, tales como la Des-cripcin de los Pases Bajos, deGuicciardini (48), o las Memorias de

    Felipe de Commines(49)

    :[...] que pensara en cmo y de quforma podra buenamente y sin mu-cho esfuerzo ensear la lengua fran-cesa a su Alteza el Prncipe, pues [elrey] deseaba que l supiera hablarlabien y con soltura o por lo menos le-erla y entenderla para cubrir sus ne-cesidades. Reflexion sobre esteasunto muy seriamente, pues noquera desaprovechar una ocasincomo sta tan buena que se me pre-

    sentaba, dado que estaba seguro deque, con el tiempo, podra conseguiralgo ventajoso y algunos favores [...]lo que acreci grandemente mi auda-cia para perseverar en la empresa

    para llegar hasta el final(50).

    Unas clases que Lhermite imparta con el prnci-pe sentado

    [...] sobre una de mis rodillas, mientras yo estabaarrodillado con la otra y permaneca en esta pos-tura todo el tiempo que duraba nuestra lectura,que algunas veces se prolongaba durante una

    hora larga [...]. Pero el amor y la solicitud con lasque le serva me compensaban de estas penas ytrabajos(51).

    Esta cercana al futuro Felipe III posteriormenteLhermite lleg a recibir clases del heredero de la coronaacerca del manejo de la viola, en la que el prncipe eraconsumado ejecutante- permitira a Jehan anudar sli-dos lazos con el joven prncipe, lo que facilit que Denia,por entonces ya en la rbita del heredero que dependaprofundamente del marqus desde finales de la dcadade 1580-, se fijara en l, interesndose por tenerlo de suparte, como ya haba conseguido que lo estuvieran signi-

    ficados componentes de la cmara del prncipe, comoMuriel de Valdivieso, Juan de Tassis y Juan de Acua(52).El prncipe, asimismo, le prodigara sus favores con msfrecuencia que en el pasado(53) desde entonces. Lhermi-te no era ningn tonto, y ya haba advertido cmo pro-gresivamente iba basculando la balanza del favor desdeel ya muy deteriorado Felipe II hacia el nuevo astro queera el prncipe, y por ello se dispuso a agradarle ofre-cindole aquello que ms le diverta, saraos, fiestas yjuegos de mscaras, como la que organizaba en 1593,en la Casa de Campo:

    Como este Prncipe tena un carcter muy tran-quilo y benvolo y se holgaba grandemente endiversiones como stas, trat por todo mi alcan-ce de entretenerle y conservar su buena predis-posicin [lo que] me brindaba la oportunidad de

    de esta noticia, me adelant rpidamente a es-cribir una carta a este Prncipe [...] y no le decaotra cosa que deseaba elbuen xito de su empresami carta debi causarle unindecible contento [...]

    ya que seguidamente Orange le res-

    pondera agradecindole la primiciade su liberacin y ofrecindose a re-compensarle todas las vezes queobiere en qu servirle de hazerlo conentera voluntad y afficion(43). Lhermi-te consigui, incluso, acoger a Nas-sau en su propia habitacin del Es-corial, antes de la partida delprncipe para Flandes: lo llev a mihabitacin, donde fue bienvenido, yall nos entretuvimos charlando fami-liarmente sobre algunos hechos pa-

    sados(44)

    . Tras su partida, Orangeseguira siendo corresponsal delayuda de cmara, al que pedira re-gularmente informes sobre los asun-tos de la corte: os pido que siempreme tengis informado sobre lo que ocurre por all, espe-cialmente de la buena salud de Su Majestad y Altezas,como le escriba el Nassau el 23 de septiembre de dichoao desde Barcelona(45). Como fcilmente podemosapreciar, con estas relaciones no podemos desde luegoconsiderar a Lhermite un criado cualquiera.

    No dej tampoco de regocijarse nuestro gentil-hombre cuando el 6 de mayo de 1598 Felipe II transfirila soberana sobre los Pases Bajos a su hija, Isabel Cla-ra Eugenia: hubo gran alegra entre todos nosotros,pues estbamos convencidos de que gracias a esta ce-sin los asuntos de los Pases Bajos se apaciguaran(46).Jehan no tard en dar sus albricias a la infanta, postrn-dose

    [...] humildemente a sus pies, felicitndola poresta nueva donacin y le supliqu consintiera enextenderme su mano para besrsela [...] al tiem-po que le manifestaba el placer que me dabaverla tan bien situada como dama y princesa deun pas tan bello en el que yo haba nacido y queme tuviera por ello como uno de sus ms humil-des vasallos [...]. Despus me permiti ponermeen pie y avanzando unos pasos la acompa sinalejarme mucho de ella [...]

    aprovechando, de camino, para pedir alguna merced pa-ra su madre y su hermana, porque las tomasse debaxode su amparo(47). Esta buena relacin con la infanta -que a su vez mantena igualmente una cordial sintonacon el de Denia, futuro privado de Felipe III-, favorecerasin duda la permanencia de Lhermite en el servicio realtras el fallecimiento del Rey Prudente, el 13 de septiem-bre de ese mismo ao.

    4. Lhermite, un agente del marqus de Denia en lacmara de Felipe II

    En 1592, y durante el viaje de la corte a Aragn

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [12]

    Michiel Jansz van Mierevelt:Felipe Guillermo de Orange-Nassau

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    tratarle con ms familiaridad que a ningn otroconociendo sus gustos, le propuse organizar unamascarada [...] en la cual l disfrutara sobrema-nera [...] y entre otros se incorporaron a ella elMarqus de Denia, gran favorito de Su Alteza ygentilhombre de la cmara de Su Majestad, elConde de Lerma, su hijo, menino o paje de Su

    Alteza [...]. Algunos das despus Su Alteza elPrncipe no se cansaba dehablarme de esto y siempreque estbamos juntos nodejaba de animarme a ha-cer otras cosas y empren-der invenciones nuevas[...](54)

    alabando continuadamente sus ini-ciativas y tratndole, agradecido,con gran familiaridad(55). Como ve-mos, Lhermite haba logrado con-

    vertirse rpidamente en imprescindi-ble para el futuro Felipe III, queprometi compensarme algn dacon mucha liberalidad [...] y mien-tras tanto, en el presente, me ayu-dara con todo su poder(56)que noera mucho tampoco por aquel en-tonces-, e inteligentemente supo ha-cerse necesario para el asimismofuturo privado, Denia: segn decael flamenco con claridad de juicio,Reyes y Prncipes, como cuales-quiera otras personas, estn sujetos

    a sus propias sensualidades y pa-siones(57), algo que un avezado cor-tesano como l no poda dejar deaprovechar.

    Pero sin duda, el punto deinflexin en las relaciones entreLhermite y Gmez de Sandoval lo marcara el virtualdestierro -por el conocido mtodo de la patada hacia arri-ba- del futuro valido a sus predios de Valencia, al sernombrado en junio de 1595 virrey de aquel reino, alejn-dole por tanto de lo que Felipe II y sus consejeros perci-ban como perniciosa influencia del marqus sobre el

    prncipe -una influencia reconocida incluso por el ladino(y exiliado) Antonio Prez(58)-, que el monarca quera su-jetar al juicio de sus propios consejeros y a la tutela delarchiduque Alberto, su to, hermano de su madre, la rei-na Anna(59). El alejamiento de Denia fue auspiciado pordon Cristbal de Moura -con Ruy Gmez de Silva, loms parecido a un valido que pudo tener el Rey Pruden-te-, traducindose en primer lugar en la oferta a Sando-val del virreinato del Per, que no lleg a concretarsepero que posteriormente tomara cuerpo en el gobiernodel territorio valenciano. Don Felipe dejara claro a su hi-jo cmo un prncipe como vos se ha de servir de todos y

    de cada uno en su oficio, sin sujetaros a nadie ni dejarosgobernar conocidamente de ninguno [...], pues en lugarde mandar, que es vuestro oficio, seris mandado porfalta de resistencia para haceros respetar(60), por lo que

    era primordial alejar al de Denia de la corte: Su Altezasinti mucha pena por esta partida, pues le quera mu-cho, y no haba ninguna otra persona en la que confiarams, pues era el hombre que escuchaba todas sus confi-dencias(61).

    Antes de marcharse, sin embargo, Denia se ha-ba asegurado la fidelidad de Lhermite mediante diver-

    sas mercedes y la promesa de un futuro premio: Leagradec con toda humildad la ofertay le supliqu que no desembolsasemucho dinero por m [...] mientrasllegaba el tiempo y la estacin enque Su Alteza tendra medios sufi-cientes para recompensarme [...](62).

    As dispondra de un eficaz penque le tendra puntualmente infor-mado de los sucesos de la corte, enunos momentos en los que ya seperciba claramente la extincin bio-lgica del rgimen.

    Ya antes de final del verano de1595 Lhermite comenz a dar partea Sandoval de los acontecimientosque tenan lugar en el entorno msprximo del rey y del heredero, co-mo la liberacin de Orange, infor-mndole brevemente y con un len-guaje llano [...] y as captar subenevolencia para por este mediomantener sus favores(63), objetivoque sin duda consigui, ya que De-nia, desde su destierro de Valencia,le contestaba seguidamente segnel siguiente tenor:

    En cualquier tiempo que os ac-cordares de m seor Lhermite, yme escriviredes lo estimar mucho,

    y sern bien rrecevidas vuestras cartas como lofue ahora la del 12 de agosto, conque me he hol-gado mucho [...]. Terneys en mi un gran amigopara todo lo que se offresciere [...] que lleveysadelante el escrivirme que rreivo mucha merceden esto [...](64).

    El 25 de noviembre de 1596 regres el marquspara encontrarse fugazmente con el prncipe en El Par-do, llevando un presente -recordatorio sin duda de subuena voluntad para con l- a Lhermite: segn este, De-nia saba querer a todos aquellos a los que este prncipemiraba con buenos ojos, entre quienes, desde luego, seencontraba l mismo(65). Poco despus, ya en 1597, San-doval se reincorporaba definitivamente a la corte, desco-llando en ella como un astro indudablemente emergenteal gozar del pleno favor del heredero(66). Quedaba pocoms de un ao para que todos los asuntos de la monar-qua descansaran en sus manos.

    Y el momento lleg con la muerte del monarca, ala que el de Denia asisti en primer plano como gentil-hombre de la cmara regia: el 6 de agosto de 1598 esta-ba presente en la austera habitacin de Felipe II, soste-

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [13]

    Alonso Snchez Coello:la Infanta Isabel Clara Eugenia

    y Magdalena Ruiz

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    niendo una vela con la que iluminaba al confesor del rey,que recitaba incansable los textos de un misal, asistien-do a una de las curas que los cirujanos practicaban en elya agotado cuerpo regio, que padeci una larga agonacuya duracin excedi los cincuenta das(67). Ya con elcuerpo real en su fretro, el de Denia no perdera eltiempo: el prncipe le nombr consejero de Estado esa

    misma noche, siendo Sandoval, por expreso deseo delya nuevo monarca, uno de los portadores del fretro delrey difunto y dando fe del traslado del cuerpo tras su de-psito en la cripta provisional en la que sehaba colocado, y encerrndose con elprncipe para despachar a solas con l: po-ca cosa pudieron hacer los miembros de laJunta de Noche, tras apreciar con claridadcmo el poder haba cambiado de manosde manera fulgurante(68).

    Esta inquietud fue compartida porlos criados del rey difunto, ya que no exis-

    ta la certeza de sus puestos se mantuvie-ran a la muerte de aquel. De hecho, en sutestamento daba a su hijo libre albedro pa-ra disponer o no de ellos: [...] y que de losotros mis criados se sirua de los que pa-reiere ser a proposito para su seruiio(69).Llegaba ahora el momento, para Lhermite,de cobrarse los favores realizados al nuevoprivado.

    5. Un balance final: un privado agradeci-do y el regreso a casa

    Y el cobro fue casi inmediato, ya

    que el 16 de septiembre -slo tres dasdespus del fallecimiento de Felipe II- De-nia le comunicaba en secreto que Felipe IIIhaba decidido mantenerle a su servicio,por todo lo cual yo qued muy contento ysatisfecho por la buena disposicin que [elmarqus] siempre haba demostrado con-migo(70). Esto debi de resultarle de no po-co alivio, ya que el 20 de septiembre sedisgregara el nutrido grupo de servidoresdel difunto monarca:

    [...] cenamos otra vez todos juntos

    compartiendo el pan de nuestroviejo seor, pero terminada la cola-cin cada uno emprendi su propiocamino, lo que fue como la divisinde los apstoles, pues ya no nosvolvimos a ver nunca ms juntos(71).

    El 25 de septiembre realiz nuevo juramento defidelidad a su nuevo seor, Felipe III, a diferencia del res-to de sus compaeros -con la excepcin de otro ayudade cmara, Bernab de Vivanco(72)- con los que Deniano volvi a contar. Este ltimo haba sido nombrado porel rey su caballerizo mayor y sumiller de corps, lo quefacilit que cabalgara a su lado, portando el estoque dejusticia, en la entrada solemne que el nuevo rey realizen Madrid el 8 de noviembre de 1598(73).

    Pero cuando la privanza del marqus quedara

    bien a la vista, clara y meridiana, sera al fijar Valenciacomo el lugar donde se celebraran las bodas entre elnuevo monarca y su prima, Margarita de Austria, su her-mana Isabel Clara Eugenia y el archiduque Alberto: Lher-mite recibira 2.000 ducados como ayuda de costa paraayudarle a sostenerse durante el viaje, una suma muyelevada con la que sin duda tambin se pagaba su fideli-

    dad al valido(74)

    . El cortejo entrara en Denia, solar deSandoval, que gast una fortuna en los agasajos: torne-os, fuegos artificiales, mascaradas, comedias, das de

    caza, naumaquias y cabalgadas se suce-dieron continuadamente durante las fies-tas(75). Ya en Valencia en donde Denia se-ra la sombra del rey, acompaando alnuevo monarca en todas sus salidas, co-mo caballerizo mayor-, Sandoval parti arecibir a la nueva reina rodeado de cuaren-ta gentilhombres ricamente vestidos (y ro-deando a la nueva reina por sus propiosparientes, todos ellos asociados a los nue-

    vos cargos provistos para su Casa(76) ytras las nupcias, acompaara a los monar-cas en su regreso al Palau Reialvalencia-no, tomando activa parte en los banquetesy diversiones que se sucedieron: alcanc-as, torneos, procesiones, fuegos de artifi-cio, bailes, justas, juegos de caas y toros,colaciones y otras invenciones(77). Duranteestos das, Lhermite dedic sus esfuerzosa agasajar a diversos seores de su na-cin, adems de galantear a las damasque formaban parte de los squitos de las

    condesas de Mansfeld y de Busquoy(78).Estos excesos y alegras debieron minarsu salud, pues cay gravemente enfermo,temindose por su vida. Hubo por tanto dequedar convaleciendo en Valencia cuandola corte ya se haba marchado, marchandoa Madrid posteriormente para curar del to-do antes de que la corte volviera a la capi-tal, lo que no dejara de desazonarle, sa-biendo -como bien saba- la facilidad conla que el favor se perda, igual que se ga-naba: su ausencia de la cmara regia

    [...] impeda tranquilizarse a mi espritu entanto no hubiera sondeado la opinin delos dems con una carta de excusa, que fi-nalmente escrib al marqus de Denia, co-

    mo jefe y superior mo que era, para saber cmoy de qu manera haban explicado a Su Majes-tad mi retirada [...](79).

    Denia le respondera con una carta tranquiliza-dora, en la que adems le prometa los gajes de una go-losa escribana por sus buenos oficios. Sin embargo, es-tos meses de asueto y soledad -y tal vez su descon-fianza acerca de que se le remuneraran sus servicios tal

    y como l esperaba y deseaba- decidieron a Lhermite aabandonar el trfago de la corte: ya era tiempo de volvera Amberes y de recoger sus ganancias, obtenidas en elservicio al nuevo rey... y por qu no, tambin en el servi-

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [14]

    Reloj el Candil, queperteneci a Don Felipe II,descrito por Lhermite en su

    Pasatiempos (Hans deEvalo, 1583). Una de las

    funciones del ayuda decmara era el cuidado de losrelojes reales

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    modificar sus armas familiares con un nuevo timbre-,dndole nuestro gentilhombre las ms rendidas gracias

    al monarca por los muchos do-nes, beneficios y honores queme haban llegado de su benig-na mano y por extensin, de ladel nuevo duque, con lo cual

    me fui muy contento y agradecdos veces al mencionado du-que los favores que me habadispensado(83), recibiendo ade-ms de Sandoval la espadacon la que el rey le haba arma-do caballero, un retrato del pro-pio duque y setecientos duca-dos ms(84), adems deconcederle el ttulo de caballeroa su cuado, Gilles de Merre,burgomaestre de Amberes, aquien armara en dicha ciudad

    el archiduque Alberto(85). Anasistira Lhermite al bautizo dela futura Ana de Austria, cuyamadrina sera -cmo no?- lapropia duquesa de Lerma, quecomparti su madrinazgo conel duque de Parma.

    Finalmente, tras recibirvarias cartas de recomenda-cin del rey y del duque para elarchiduque Alberto y para donBaltasar de Ziga, adems de

    otras del marqus de Velada yde don Juan de Idiquez parala infanta, Lhermite pudo po-nerse en camino: parti de Va-lladolid el 19 de mayo de 1602,acompaado de otro caballero

    flamenco, Jean Claude de Cry(86), dirigindose en pri-mer lugar hacia Gante para ir a besar las manos a susAltezas [...] y ser adems recibido de ellos muy cordial-mente(87), y concluyendo su viaje el 31 de julio de 1602en Amberes, su ciudad natal: haba estado fuera de Flan-des ms de quince aos.

    Sin duda, Lhermite supo jugar con habilidad e in-teligencia sus piezas en ese complejo ajedrez que era lacorte de la monarqua espaola en la transicin entredos siglos, el XVI y el XVII, y entre dos reinados, los deFelipe II y Felipe III. Cortesano al fin, consigui rentabili-zar al mximo su papel de sencillo pen al servicio delmonarca, obteniendo finalmente algo que no todos lo-graban- las ansiadas recompensas que le permitieron,mientras estuvo al servicio real, tener un interesante pa-pel en el mismo y amasar provechosas relaciones que,finalmente, le permitieron conseguir aquello que era, enla forma y en el fondo, el objetivo ltimo del cortesano:

    brillar y escalar dentro de tan compleja y compartimenta-da sociedad. Y no me cabe duda alguna de que lo consi-gui.

    cio al nuevo privado, como lo haba demostrado sobretodo durante los ltimos das del reinado de Felipe II.Sandoval le respondera asegu-rndole que le ayudara debuena graia en sus solicitu-des(80), lo que anim a Lhermitea negociar definitivamente con

    Denia[...] con xito el asuntode la recompensa totalque podra recibir acambio de mis servi-cios, pudindome des-pus retirar bien aco-modado en bienes yhonores [...] y para elloera necesario que meprevaliera de los recur-sos y favores del ya

    nombrado marqus deDenia, que (como hedicho) era gran favoritodel rey, y cuyas cartas,promesas y obras eranpara m prueba irrefuta-ble de que aprobabamis pretensiones(81).

    No deba estar muydescontento por entonces el deDenia con su propia fortuna, yaque reciba el ducado de Lermael 11 de noviembre de 1599,pasando a ostentar su primog-nito el marquesado de Ceabienhumorado por tanto, trasenviar a Lhermite a Idiquezpara asegurarse de que susmotivos para abandonar la cor-te no tenan nada que ver con que nuestro protagonistahubiera decidido orillar su lealtad hacia l, confirm a Je-han una merced de mil ducados anuales sobre la rentareal de la seda de Granada, con derecho a situar la mi-tad de los mismos en sus herederos, adems de otrosmil como ayuda de costa para su regreso a Flandes y la

    disposicin de la escribana mayor de Rentas de la pro-vincia de Len, que vendera seguidamente: unas mer-cedes que no le dej de costar trabajo poder hacer efec-tivas, al estar el real patrimonio por entonces por todaspartes esquilmado y cargado de deudas(82).

    Ya tranquilo respecto a su futuro, Lhermite dedi-c sus ltimas jornadas en Madrid a despedirse de signi-ficadas personas de la corte, como don Francisco deIdiquez o la Emperatriz Mara -que le entreg cartas derecomendacin para su hijo, el archiduque Alberto, y susobrina y nuera Isabel Clara Eugenia-, marchando a Va-lladolid para concluir sus asuntos pendientes, que rema-

    tara con xito. Aadido a los importantes gajes econmi-cos que haba recibido, Lhermite sera armado caballeropor la propia mano de Felipe III en el castillo de Gumielde Mercado, propiedad del de Lerma lo que le permiti

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [15]

    Alonso Snchez Coello:Don Felipe III en armadura de parada

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    tas, Castalia, Madrid, 2000, p. 222.

    19) lvarez y Baena, J.A., Compendio Histrico de las Gran-dezas de la Coronada Villa de Madrid, Corte de la Monar-qua de Espaa..., Madrid, 1786, p. 3.

    20) El Pasatiempos..., p. 113.

    21) Parker, G., Felipe II. La biografa definitiva. Planeta, Bar-celona, 2010, p. 904.

    22) Gonzalo Snchez-Molero, J.L., Felipe II: La mirada deun rey. Ediciones Polifemo y CSIC, Madrid, 2014, p. 327.

    23) El Pasatiempos..., p. 113.

    24) Ibdem, p. 126 y ss.

    25) Ibdem, pp. 232 y ss.

    26) Sobre estos acontecimientos festivos, vase a GarcaBernal, J. J., El Fasto pblico en la Espaa de los Austrias.Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla,Sevilla, 2006. Sobre el viaje a Tarazona, Cock, H., Jornadade Tarazona hecha por Felipe II en 1592... (Ed. Morel-Fatio yRodrguez Villa), Madrid, 1879.

    27) Se trata de Peter Ernst von Mansfeld (Heldrungen, Turin-gia, 20 de julio de 1517 - Luxemburgo, 22 demayo de 1604). Estuvo al servicio del emperador Carlos V yde Felipe II, siendo gobernador de los Pases Bajos espao-les de 1592 a 1594. Vase Launay, P.A. de, Catlogo de losregentes, gobernadores, lugartenientes y capitanes genera-les de los Estados de Flandes y Borgoa, con sus elogios yblasones de armas, desde el ao de 1404 hasta el de 1672.BNE [Biblioteca Nacional de Espaa], Mss/1075.

    28) Se trata de Ernesto Federico I de Baden-Durlach (Dur-lach, 17 de octubre de 1560 - Remchingen, 14 deabril de 1604).

    29) El Pasatiempos..., p. 131 y ss.

    30) Ibdem, pp. 140-141.31) Ibid., p. 218.

    32) Ibd., p. 221.

    33) Felipe Guillermo de Orange-Nassau, XIX prncipe deOrange (Buren, 19 de diciembre de 1554 Bruselas, 20 defebrero de 1618), hijo de Guillermo I el Taciturno y de Ana deEgmond, su primera esposa, condesa de Buren. Se convirtien caballero del Toisn de Oro en diciembre de 1599. Msreferencias en Ceballos-Escalera, A. de, Op. Cit., p. 308. Re-gresara a los Pases Bajos en 1596.

    34) Acerca de Moens, seor de Zeelhem en 1597, puedeverse a Langenhuysen, C.L. Van, De Heeren van Zeelhem

    bij Diest, volgens de leenregisters van de zaal van Curin-gen, door Jos. Habets, Pr., Dietsche Warande. Jaargang 8,

    Amsterdam, 1869.

    35) El Pasatiempos..., pp. 150-151.

    36) Acerca de Bergues puede consultarse a Butkens, C., etalii, Supplement aux trophes tant sacrs que profanes duduch de Brabant, Volumen I. La Haya, 1726, p. 173.

    37) El Pasatiempos..., p. 212.

    38) O caballero de la Espuela Dorada. Vase Morales Roca,F.J., Caballeros de la Espuela Dorada del Principado de Ca-talua. Dinasta de Trastmara. 1412-1555. Editorial Hidal-gua, Madrid, 1988. Tambin Leguina, E. de, Barn de la Ve-

    ga de Hoz, Glosario de Voces de Armera. Madrid, 1912, p.183 y ss: La tercera y muy principal, es la caballera de es-puela dorada, la cual recae sobre hidalgua, y no se da ni sepuede dar sino hijodalgo, y se dice caballera sobre hidal-

    N O T A S

    1) Acerca del tema que trato en este artculo (aunque mante-niendo una teora sustancialmente diferente a la de la autoraque cito seguidamente, acerca de las fidelidades de Lhermi-te y de su relacin con el duque de Lerma), puede verse aFerrer Valls, T., El duque de Lerma, el prncipe Felipe y sumaestro de francs, en VV.AA., El Siglo de Oro en escena.Homenaje a Marc Vitse. Toulouse, PUM, 2006, pp. 283-295.

    2) La edicin que utilizo de la obra es la realizada por Senzde Miera, J., El Pasatiempos de Jehan Lhermite. Memoriasde un Gentilhombre Flamenco en la corte de Felipe II y Feli-

    pe III. Ediciones Doce Calles y Fundacin Carolina, Madrid,2005. Se trata de una traduccin del manuscrito original hoyconservado en la Biblioteca Real de Blgica, realizada sinrecoger el texto completo, eliminando diversas digresiones-por Ch. Ruelens, E. Ouverleaux y J. Petit (Amberes, 1890 y1896).

    3) Algunas referencias sobre Damant en ACA [Archivo de laCorona de Aragn], Cancillera, Registros, n 4316. Tambinen Pinedo y Salazar, J. de, Historia de la Insigne Orden del

    Toyson de Oro. Imprenta Real, Madrid, 1787, pp. 567 y 577.4) El Pasatiempos..., p. 41.

    5) Ibdem, p. 48.

    6) Ibdem, p. 89.

    7) Referencias sobre mercedes recibidas del rey por Pierre(Pedro) van Ranst, en AGI [Archivo General de Indias], Indi-ferente General, 1952, Leg. 3, ff. 204r-204v y 249v-250r.

    8) Martnez Milln, J., Fernndez Conti, S. (Coords.), La mo-narqua de Felipe II: la Casa del Rey. Fundacin Mapfre,2005.

    9) El Pasatiempos..., p. 104.

    10) Ibdem, pp. 104-105.11) Se trata de Felipe de Cry, que recibira el Toisn de Oroen noviembre de 1599, otorgado ya por Felipe III: AHN [Ar-chivo Histrico Nacional], Estado, 7681, Exp. 33. Ms refe-rencias sobre su persona en Ceballos-Escalera y Gila, A. de,Marqus de la Floresta (Dir.), La insigne Orden del Toisn deOro. Fundacin Carlos III, Palafox & Pezuela, Madrid, 2000,p. 308.

    12) El Pasatiempos..., p. 111.

    13) Ibdem, pp. 112-113.

    14) Acerca de Sandoval, Feros, A., El Duque de Lerma. Rea-leza y privanza en la Espaa de Felipe III. Marcial Pons His-

    toria, Madrid, 2002. Tambin Alvar Ezquerra, A., El Duquede Lerma. Corrupcin y desmoralizacin en la Espaa delsiglo XVII. La Esfera de los Libros, Madrid, 2010.

    15) Hortal Muoz, J. E., Labrador Arroyo, F. (Eds.), La Casade Borgoa: la Casa del rey de Espaa. Leuwen UniversityPress, 2014. Asimismo, Karner, H., Ciulisov, I., Garca Gar-ca, B.J. (Eds.), The Habsburgs and their Courts in Europe,1400-1700. Between Cosmopolitism and Regionalism. Pala-tium e-Publications, volume 1, 2014.

    16) Covarrubias Orozco, S. de, Tesoro de la Lengua Caste-llana o Espaola (1611), Ed. Castalia, 1995, p. 360.

    17) Ro Barredo, M.J. del Burke, P, Madrid, urbs regia: lacapital ceremonial de la Monarqua Catlica, Marcial Pons

    Historia, Madrid, 2000, p. 233.18) Ro Barredo, M.J. del, La ciudad como Corte, Actasdel XIII Congreso de la Asociacin Internacional de Hispanis-

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    gua, y con esta se halla la hi-dalgua ms perfecta y presu-pone la hidalgua como msantigua de tal manera, quecualquier cabal lero de la es-pue-la dorada, se presume hi-dalgo, y as se ha visto muchasveces que con sola la carta

    de caballera de la espuela do-rada, sin posesin ni sin solarni otros requisitos de hidalgua,se despacha ejecutoria de hi-dalgua en propiedad, como sedeclar en Valladolid en la cau-sa de Seplveda y esta caba-llera, segn se ve por historiasautnticas, tambin la dabanlos que del rey la haban recibi-do.

    39) El Pasatiempos..., p. 234.

    40) Ibdem, p. 237.41) Ibdem, pp. 263 y ss. Sobre Berlaymont, puede verse aCaselles, E., rbol Genealgico Histrico de la NobilssimaCasa, y Familia de los Excelentsimos Seores Duques deBournonville..., Barcelona, 1680, p. 58.

    42) Sobre Spnola, seor de Embry y conde de Bruay, verYun Casalilla, B. (Dir.), Las Redes del Imperio. lites socia-les en la articulacin de la Monarqua Hispnica, 1492-1714.Marcial Pons Historia, 2008, p. 112. Acerca de Pontevauxpuede verse a Crepin, L. (Ed.), Souvenirs de la Flandre wal-lone. Recherches historiques et choix de documents relatifsa Douai et aux anciennes provinces du Nord de la France...Douai, 1861-1868. Vase tambin El Pasatiempos..., p. 262.

    43) El Pasatiempos..., pp. 254-256.44) Ibdem, p. 257.

    45) Ibdem, p. 259.

    46) Ibdem, p. 396.

    47) Ibdem, pp. 397-398.

    48) Descrittione di M. Lodouico Guicciardini... di tutti i PaesiBassi altrimenti detti Germania inferiore. Con tutte le carte diGeographia del paese, & col ritratto naturale di molte terre

    principali, Riuedutta di nuouo, et ampliata per tutto piu che lameta dal medesimo autore... Amberes, 1581.

    49) Las Memorias de Felipe de Comines Seor de Argen-

    ton, Las quales contienen la Historia de los Reyes de Fran-cia Luis Undcimo y Carlos Octavo..., Ed. de Juan Vitrin,Amberes, 1714.

    50) El Pasatiempos..., pp. 201-202.

    51) Ibdem, p. 239.

    52) Feros, A., Op. Cit., p. 92.

    53) El Pasatiempos..., p. 218.

    54) Ibdem, pp. 218-219. Acerca de Lhermite y su participa-cin en las fiestas cortesanas, vase Ferrer Valls, T., De losmedios para mejorar estado. Fiesta, literatura y sociedadcortesana en tiempos de El Quijote, en B. J. Garca Garcay M. L. Lobato (coords.), Dramaturgia festiva y cultura nobi-

    liaria en el Siglo de Oro, Iberoamericana-Vervuert, 2007, pp.151-167.

    55) El Pasatiempos..., p. 229.

    56) Ibdem, p. 222.

    57) Ibdem, p. 223.

    58) Dedicara a Denia su cartaA un gran privado, de 24 de

    junio de 1594, encendiendo to-das las alarmas en el crculoms prximo Moura, Chin-

    chn, Velada, Idiquez- de ser-vidores de Felipe II.

    59) Parker, G., op. cit., pp. 930y ss.

    60) Ibdem, pp. 940-941.

    61) El Pasatiempos..., p. 249.

    62) Ibdem, p. 250.

    63) Ibdem, p. 258.

    64) Ibdem, p. 259.

    65) Ibdem, pp. 298-299.

    66) Feros, A., Op. Cit., p. 106.

    67) El Pasatiempos..., p. 417.68) Ibdem, p. 432.

    69) AGS [Archivo General de Simancas], Patronato Real,Leg. 29, Doc. 36.

    70) El Pasatiempos..., p. 435.

    71) Ibdem, p. 436.

    72) AGS, Contadura Mayor de Hacienda, 557, 15 y 648, 25.Se trata del conocido cronista de Felipe III y de Felipe IV:

    AHN, Nobleza, Toreno, caja 21, documento 1 caja 31, docu-mento 1 caja 34, documento 81 caja 36, documento 1. Re-cibira por sus servicios el hbito de Santiago: AHN, rdenesMilitares, Santiago, Exp. 8996 y expedientillo n 453.

    73) VV.AA., La Monarqua de Felipe III (Vol. IV). La Corte ylos reinos. Fundacin Mapfre, 2009.

    74) El Pasatiempos..., p. 449.

    75) Precedente sin duda de los que siguieron en futurostraslados de la corte. Vase Williams, P., El Duque de Ler-ma y el nacimiento de la corte barroca en Espaa. Vallado-lid, verano de 1605, en Studia Historica, Historia Moderna,31, 2009, pp. 19-51.

    76) Alvar Ezquerra, A., Op. Cit., p. 150.

    77) El Pasatiempos..., pp. 489 y ss.

    78) Ibdem, pp. 502 y ss.

    79) Ibdem, p. 506.80) Ibdem, p. 510.

    81) Ibdem, tambin pp. 528 y ss. Acerca de la influencia deLerma y la gestin de los favores en la corte de Felipe IIIpuede verse mi ltimo trabajo, en el que trato colateralmenteeste asunto: Cartaya Baos, J., La pasin de don Fernandode Aasco. limpieza de sangre y conflicto social en la Sevillade los Siglos de Oro. Sevilla, Universidad, 2014.

    82) El Pasatiempos..., p. 555.

    l83) Ibdem, pp. 562 y ss.

    l84) AGS, Contadura de Mercedes, 694, 8.

    85) El Pasatiempos..., pp. 572-573.

    86) Vase Saint-Allais, M. de, Nobiliaire Universel de Fran-ce..., Tome Treizime, Paris, 1818, p. 44 y ss.

    87) El Pasatiempos..., p. 623.

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    El sitio de El Pardo,segn el Pasatiempos de Jehan Lhermite

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    derante en los primeros aos de su existencia-, como ci-vil este se acentu a partir de 1834-. Buena prueba deese acentuado carcter militar es el hecho de que ya en20 de septiembre de 1819, el Rey fundador declar quelas insignias de esta nueva Orden Americana tenan la

    precedencia sobre las de las de SanFernando y San Hermenegildo.

    Notemos tambin la modernidad,entonces, de este nuevo premio, en el

    que tambin tuvieron acogida no sololas clases sociales subalternas subo-ficiales y clases de tropa-, sino tam-bin los americanos de raza indgena,y tambin los negros, mulatos y mesti-zos. Fue, y el hecho es muy notable, laprimera Orden hispana en que pudie-ron ingresar los pertenecientes a esasrazas y castas.

    La Orden se puso bajo el patro-nato de San Isabel, Reina de Portugal,cuya fiesta -8 de julio- ha de ser con-

    memorada anualmente con toda so-lemnidad. La Orden es compatible contodas las del Reino, y tambin con lasextranjeras, pudiendo llevarse las in-signias conjuntamente. En sus prime-ros Estatutos se establecan tres cate-goras: gran cruz, y caballeros deprimera y de segunda clase. A seme-janza de lo que se observaba en las

    Reales rdenes de Carlos III, de San Fernando y de SanHermenegildo, inherente a la concesin de la cruz era lade la nobleza personal en favor del que no la gozare -pri-vilegio que se mantiene hoy en pleno vigor-.

    Los primeros pasos de esta nueva Orden fueronprometedores y brillantes. El Rey hizo por s mismo laprimera creacin de caballeros (quince grandes cruces,catorce caballeros de primera clase, y tres de segundaclase). Nombr tambin el Captulo Supremo (presididopor el Duque de San Carlos), que se reuni por primeravez en la real cmara el 29 de mayo, junto a los grandescruces residentes en la corte. Todos juraron en manosdel Rey, y fueron armados caballeros e investidos de lasinsignias por la Majestad Catlica. En aquella primerareunin el Captulo propuso al Rey el cambio de clases,que en lo sucesivo seran las de gran cruz, comendador

    y caballero. Finalmente, el Captulo pas a denominarseAsamblea General, y propuso a S.M. el modelos del co-llar de oro y del traje de ceremonia: los caballeros grancruz, un manto de tercianela de color oro, con su muceta

    El 24 de marzo se han cumplido los primeros dos-cientos aos de existencia de la que en su origen fue de-nominada Real y Americana Orden de Isabel la Catlica,que fue destinada por el monarca fundador Don Fernan-do VII, mediante su real decreto de 24 de marzo de1815, a recompensar la acrisolada le-altad, el zelo y patriotismo, desprendi-miento, valor y otras virtudes, que tan-to los individuos de la milicia como losde todas las clases y gerarquas delEstado han mostrado y mostraren enadelante, en favor de la defensa y con-servacin de aquellos remotos pases.

    La idea de esta nueva institucinpremial se debi a don Pedro Francis-co Goossens y Ponce de Len (Bilbao,1789-1869), por aquel entonces capi-tn de Artillera y oficial del MinisterioUniversal de Indias. Y fue llevada aefecto por el entonces ministro univer-sal de Indias don Miguel de Lardizbaly Uribe (Tlaxcala, 1744-1824), que erapor cierto americano, pues que habanacido en la Nueva Espaa.

    El emblema de la Orden America-na se describe en los Estatutos funda-cionales como una cruz de oro corona-da con una corona olmpica o decogollos de olivo, formada de cuatrobrazos iguales, esmaltada de color ro-xo, conforme al pabelln espaol, e interpoladas con losbrazos unas rfagas de oro: En su centro habr sobre-puesto un escudo circular en que se vern los esmaltesde las dos columnas y dos globos o mundos, que repre-

    sentarn las Indias, enlazados con una cinta, y cubiertosambos con una corona imperial, llenando el campo delescudo los rayos de luz, que partiendo de los mismosglobos se extienden en todos los sentidos. En su exergo,y sobre campo blanco, se leer de letra de oro, la si-guiente leyenda: A LA LEALTAD ACRISOLADA. La cruzser lo mismo por el reverso que acaba de explicarse porel anverso, con la diferencia de que en l habr de leer-se: POR ISABEL LA CATLICA, FERNANDO VII, colo-cando aquella leyenda en la mitad superior del exergo, yeste mi nombre, como Fundador de la Orden, sobrecampo azul en cifra de oro, coronada de corona Real en

    el centro del escudo.Notemos que en principio se trataba de una institu-

    cin premial tanto de carcter militar -que fue el prepon-

    Cuadernos de Ayala 61 - ENE/2015 [18]

    DE RE PREMIAL

    LA REAL Y AMERICANA ORDEN DE ISABEL LA CATLICA

    EN SU BICENTENARIOpor el Dr. D. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqus de la Floresta

    quien dedica este texto a ...

    El Rey Don Fernando VIIvistiendo el manto ceremonial

    de la Orden Americana

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    el da de la Inmaculada, y otras indulgencias en fechassealadas. La bula les permite comer carne, huevos y

    lacticinios en Cuaresma. Por ltimo,autoriza a que las esposas e hijas delos caballeros gran cruz y de los mi-nistros seculares puedan entrar enmonasterios y conventos de monjas

    donde tuviesen parientas de primer osegundo grado, sin pasar la noche enellos, con licencia del Ordinario y con-sentimiento de la priora o abadesa.Desde 1854, el privilegio de oratorio yaltar porttil se extendi a todos loscaballeros de la Orden Americana.

    La misma Asamblea Supremaacord en sesin de 20 de enero de1816 que el ceremonial de investidurade los caballeros fuese idntico al dela de Carlos III, y escogi para sede

    litrgica de la Orden la iglesia de San-ta Mara la Real de la Almudena esteceremonial fue aprobado por real or-den de 7 de octubre siguiente. Se hi-cieron entonces los mantos del Rey yde los Infantes, y los de los miembrosde la Asamblea Suprema. Sin embar-

    go, el primer captulo general tuvo lugar los das 6 y 7 dejulio de 1818, en el templo madrileo de San Franciscoel Grande. La ceremonia fue solemnsima, y tras ella al-morz all el Rey en pblico, sentando a su mesa a loscomponentes de la Asamblea. En los mismos trminostendra lugar el segundo Captulo, a 11 de agosto de

    1819.Durante todo el reinado fernandino, la concesin

    de las cruces fue extremadamente rigurosa, y siempreceida a la prestacin de servicios en las Amricas. Loscasos de cruces negadas fueron numerossimos, y enellos se incluyen muchos Grandes, Ttulos, generales yaltos funcionarios lo que acredita ese rigor-.

    Perdidas las posesiones americanas, desde finalesde la dcada de 1820 la Orden Americana qued sin fon-dos y en estado de postracin econmica.

    Tras la muerte de su fundador el 30 de septiembre

    de 1833, e iniciada la guerra civil entre cristinos y carlis-tas, se suspendi totalmente el pago de las pensiones yde los sueldos de los ministros, y estos oficiales queda-ron anejados desde septiembre de 1836 a los de la Or-den de Carlos III en una nica Secretara. Poco despusse modific el tenor del juramento, para adaptarlo a lasnuevas circunstancias constitucionales. El carcter mili-tar de la Orden Americana se vi confirmado por una ins-truccin del Ministerio de la Guerra, datada en 14 de juliode 1837, y circular de 30 de abril de 1838.

    Desde aquellos aos de la guerra civil carlista, laOrden Americana pas a ser el premio civil por excelen-cia, y lo recibieron muchsimos ciudadanos: desde fun-cionarios y militares, a milicianos nacionales y mdicos por ejemplo, con ocasin de las epidemias colricas-.

    Naturalmente, tambin el Rey Don Carlos V, preten-

    blanca, y dos fajas que caen desde el cuello a los pies,de la misma tela manto, muceta y bandas bordadas deoro con los mismos motivos que com-ponen el collar bajo el manto, tnicade tercianela blanca rematada en fle-co de hilo de oro cinturn blanco bor-dado de hilo de oro espadn dorado

    de ordenanza calzn y zapatos blan-cos, stos con lazo dorado sombreroa la antigua espaola de terciopeloamarillo con plumas blancas y dora-das, y el collar sobre la muceta. Loscomendadores y los caballeros usar-an el mismo traje, pero con los borda-dos dos o tres dedos ms estrechos,respectivamente.

    El real decreto de 24 de julio de1815 estableci la dotacin de la Or-den Americana con la suma de

    1.600.000 reales, procedentes derentas eclesisticas de mitras y cabil-dos de Mjico, Lima, Santiago deChile, Manila, Guatemala, La Paz, LaHabana, Valladolid de Michoacn, yCaracas. Ms tarde se aadieronotras pensiones cargadas sobre lasmitras de Toledo y de Sevilla. Con estas rentas se crea-ron cien encomiendas pensionadas, dotadas cada unacon 4.000 reales al ao aunque nunca llegaron ni aconcederse todas, ni apenas a pagarse-.

    Otra real orden, sta dada el 24 de marzo de 1815,extenda a los caballeros gran cruz el tratamiento de Ex-celencia, segn lo tenan los caballeros gran cruz de laOrden de Carlos III poco ms tarde, el real decreto de30 de julio de 1820 les concedi el privilegio de lapataday la espontonada por parte de la Guardia Real por fin,en virtud de la real orden de 30 de diciembre de 1824,los caballeros gran cruz obtuvieron los mismos honoresmilitares que los de ese mismo grado de la Orden deCarlos III.

    El 26 de mayo de 1816, la Santidad del Papa PoVII expeda la bula Viros magnos in regno, aprobando yco


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