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Cerebro y música.pdf

Date post: 03-Apr-2018
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    atenayhscastrobraneypsabete

    Francisco Delahay y Sergio de Rgulesy largndfsawerchmpuhffbjdesar msica

    cerebroEl

    cmoves?

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    Tres msicos,Pablo Picasso,1921.

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    LOS INSTRUMENTOS musicales ms anti-guos que se conocen se encontraron en lascuevas de Isturitz, en Francia, y de Geis-senklsterle, en Alemania. Se trata de unasflautas hechas de hueso de ave que datan dehace unos 32 000 aos. Para qu usaban la

    msica los habitantes de esas cuevas?No hay manera de saberlo porque la m-

    sica no deja rastros duraderos una vez que seacaba. Pese a todo, podramos imaginarnosalgo as: un grupo de humanos primitivoslleva a cabo sus actividades cotidianas. Enlas proximidades de la cueva las mujeres

    cin. Otras personas se definen por lo queleen: se puede obtener mucha informacinacerca de ellas examinando el contenidode sus libreros. Pero no todo el mundo lesda importancia a la moda o a la lectura, niconfa su imagen personal a su vestuario o

    a su biblioteca. Una expresin de identidadms comn es la msica que escuchamos.Si te pareces a nosotros y estamos casiseguros de que en esto s, entre tus per-tenencias ms personales se encuentra tucoleccin de msica.

    La msica nos gusta por diversas razo-nes, pero sobre todo porque inspira emocio-nes, desde la oleada de placer abstracto quenos pone la carne de gallina sin saber porqu, hasta la nostalgia del recuerdo que nosevoca. Tanto significado emocional le da-mos a la msica que es fcil ponerse senti-mental y no apreciar el enigma que entraa.Charles Darwin lo expres por primera vezen 1871, en su tratado sobre el origen de loshumanos: Puesto que ni la capacidad dedisfrutar ni la de producir notas musicalestienen la menor utilidad para el hombre ensus hbitos cotidianos, hay que clasificarlasentre las facultades ms misteriosas de lasque est dotado. No es que Darwin desde-ara la msica ni las distintas funciones que

    recogen frutos, algunas con criaturas enbrazos. Los nios juegan cerca de ellas.Los hombres vigilan, arma en mano, antesde irse a cazar. Un beb llora. Su madrele canta para tranquilizarlo. Se oyen otrossonidos: el viento pasando entre las hojas de

    los rboles, pjaros, el rugir de algn felino.Detrs de un rbol un hombre toca la flautapara una mujer. Cae la noche. A la luz de lafogata suena el golpeteo rtmico de un ins-trumento de percusin hecho de corteza derbol. Un anciano repite montonamente uncntico que embelesa al grupo. Todos bailan

    mientras tocan lasflautas de hueso.El placer de la ac-tividad coordinadagenera un ambiente

    de camaradera quedeja a los partici-pantes extasiados.

    Unmisterio

    Hay quien expre-sa su identidad pormedio de su atuen-do y usa la ropacomo si fuera unatarjeta de presenta-

    Violn y partitura, Pablo Picasso, 1912.

    Sabemos que todas las

    sociedades humanas tienen

    msica y que las habilidades

    musicales se manifiestan

    desde las primeras etapas

    del desarrollo de los nios.

    Pero desde el punto de vista

    evolutivo, el origen de lamsica es un misterio.

    Flautas de hueso (7000-5700 a. C.), excavadas en Jiahu, China.

    Foto:InstitutodeReliquiasCulturalesyArq

    ueologadeHenan,

    China

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    cumple (ambientacin para rituales, blsa-mo del alma, herramienta para el cortejo).

    El padre de la evolucin se refiere ms biena que no es de ninguna manera evidente quelas facultades musicales nos confieran a loshumanos ventajas en el juego de la supervi-vencia: no nos sirven para defendernos delas fieras, ni para cazar a nuestras presas;no calientan nuestro hogar, no nos ayudana obtener agua ni cuidan nuestros cultivos.Desde el punto de vista evolutivo el origende la msica es un misterio.

    Para qu sirve la msica

    La mayora de los investigadores que bus-can el origen de las habilidades musicalesse basan en dos hechos observados y unasuposicin. Los hechos observados son quetodas las sociedades humanas conocidashasta hoy tienen msica y que las habili-dades musicales se manifiestan desde lasprimeras etapas del desarrollo de los nios.Un beb de dos meses ya discrimina entresonidos considerados agradables y sonidosque para la mayora son desagradables,adems de ser capaz de recordar melodasescuchadas varios das antes. De aqu se

    puede concluir que la msica es innata:nacemos dotados para apreciarla sin quenadie nos ensee. La suposicin que men-cionamos es que las habilidades innatas sonadaptaciones en el sentido evolucionistadel trmino capacidades que dan a losorganismos que las poseen mayores pro-babilidades de procrear y que, por lo tanto,van cundiendo en la poblacin al paso delas generaciones hasta que slo quedanindividuos con esas capacidades. Dicho de

    otro modo, si la evolucin nosha dotado de cerebros musica-

    les, debe ser porque la msicaconfiri a nuestros antepasadosalguna ventaja en el entorno enque vivan.

    As pues, indagar acerca del origen delas facultades musicales equivale a buscarqu ventajas da la msica a un grupo dehomnidos en las llanuras primitivas. Hayquien alega que la msica serva para man-tener unido al grupo, lo cual tiene ventajasms o menos evidentes para unos organis-mos que tienen que defenderse de fieras msfuertes y veloces que ellos, y que han de dar-les cacera para obtener alimento. Darwin,por su parte, pensaba que la msica en loshumanos surgi como herramienta para elcortejo, igual que la cola del pavorreal y elcanto de muchas aves (opinin hoy mino-ritaria: si la msica fuera de origen sexual,por qu cumple tantas otras funciones yaparece en actividades tan diversas?).

    Pastel de queso para los odos?

    El psiclogo experimental Steven Pinker,del Departamento de Psicologa de la

    Universidad de Harvard, tiene una opininiconoclasta: que la msica no es una adap-tacin, sino una especie de efecto secun-dario de otras habilidades y necesidadesdel organismo humano. Pinker compara lamsica con el pastel de queso (sin ningnafn peyorativo, hay que aadir). Este man-jar contiene grasas y azcares en grandescantidades y tiene una textura cremosa quehace agua la boca. El pastel de queso es unatecnologa que hemos inventado para esti-

    mularnos artificialmentelos circuitos cerebrales delplacer. Estos circuitos hanevolucionado para indicarnosque hemos efectuado una accinque mejora nuestras probabilidades devivir; por ejemplo, obtener alimentos lle-nos de energa para sobrellevar las pocasde vacas flacas (o, tomando en cuenta elmodo de vida de nuestros antepasados, demamuts flacos). El pastel de queso con-centra estmulos placenteros que en ciertamanera engaan al cerebro, hacindolecreer que hemos llevado a cabo una accinque promueve nuestra supervivencia. Lamsica, segn Pinker, es igual. Sus sonidosrepetitivos, ordenados y predecibles, noshacen cosquillas en los centros del placerque sirven para indicarnos que hemos

    encontrado un ambiente ordenado y prede-cible, un ambiente seguro.Para sustentar su tesis del pastel de

    queso auditivo Pinker seala que la msicapuede ser innata sin ser adaptativa, comootras tecnologas del placer; por ejemplo,la gastronoma: el organismo slo exigenutrientes, sin requerir que stos vengan co-cidos, sazonados y servidos con una ramitade cilantro. Adems, dice Pinker, la hipte-sis de la cohesin social y las otras de ese

    dfrergddfsawerdhfpfhffdjdesarcfrergndfsawerchmpuhffbjdesarenaesdeacteryjastemscyreGuitarra,Pablo Picasso,1912.

    ondas de unanota musical odo interno

    clulasciliares tlamo corteza

    auditiva

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    tenor que lamsica tranqui-

    liza, o que fortaleceel vnculo entre la madre y la cra en elfondo no dicen nada acerca del origen dela msica. En efecto, habra que explicarentonces por qu la msica favorece lacohesin social, tranquiliza o fortalece elvnculo con la madre.

    Percepcin del sonido

    Describir el sonido en trminos de sus ca-ractersticas fsicas medibles es una cosa;entender los detalles de nuestra sensacinauditiva, que tiene bastante de subjetivo,es otra muy distinta. La percepcin, en ge-

    neral, es una colaboracin entre el rganoque capta el estmulo y el cerebro, que lointerpreta.

    El sonido est lleno de informacin tilacerca del entorno y acerca del prjimo.Para extraerla e interpretarla el cerebrono acta como una simple grabadora, querecibe una seal y la registra tal cual, sinoque distribuye el estmulo sonoro a diver-sas regiones del encfalo, donde se llevana caso los procesos de reconocimiento einterpretacin.

    El odo es un analizador de ondas so-

    noras. Cuando se produce un sonido, entrapor el canal auditivo, que tiende a amplificarlas frecuencias altas (los sonidos agudos).El tmpano vibra y estas vibraciones secomunican a la cclea, rgano en forma detubo enrollado donde se alojan las clulasciliares. Estas clulas son como varillasmuy delgadas de distintos tamaos. Lasms cortas resuenan con las componentesagudas del sonido, las ms largas respondena las notas graves, de frecuencias ms bajas.

    sesdesdterajsstessparewqerhjjLa cclea, con ayuda de las clulas ciliaresy la membrana basilar, separa el sonido

    en seales distintas para cada intervalo defrecuencias. Estas seales se transmiten aun haz de fibras nerviosas conocido comonervio auditivo, que las lleva al cerebrocomo si viajaran por cables separados.

    La primera parada en el cerebro esel tlamo, estructura situada en el centrodel rgano y que retransmite la seal a lacorteza auditiva primaria. sta identifica lafrecuencia y la intensidad (la nota y el volu-men, digamos) del tono que se escucha. Lascortezas auditivas primaria, secundaria yterciaria se localizan a ambos lados delcerebro, en una regin llamada surco lateral,o cisura de Silvio.

    Pero identificar la nota y el volumende los sonidos que vanllegando no basta parareconocerlos comomsica. Para eso estla corteza secundaria,que analiza informacinacerca de la armona(la relacin de las notasque suenan al mismo

    tiempo), la meloda (larelacin de las notas ensu sucesin temporal)y el ritmo (el patrnde notas acentuadas ynotas dbiles). Ahoraslo falta integrar todaesa informacin. De esose encarga la cortezaterciaria, y de all laseal pasa a otros de-partamentos cerebrales,como veremos.

    Notas y neuronas

    Los investigadores dela neurofisiologa dela msica han empe-zado a entender estosprocesos en los ltimosaos. Para explorar losvericuetos que sigue lamsica por el cerebroalgunos investigadores

    llevan a cabo estudios de personas conlesiones cerebrales que afectan alguna de

    sus capacidades musicales. Localizandola lesin en el cerebro se pueden hacer de-ducciones acerca de la funcin que cumplela zona afectada en el reconocimiento de lamsica. Otros investigadores emplean tc-nicas para visualizar la actividad cerebral entiempo real, como la tomografa de emisinde positrones y la resonancia magnticafuncional. Estas tcnicas permiten observaral cerebro en accin al procesar msica.

    As se han dado cuenta de que la msi-ca no slo activa la corteza auditiva, sinotambin otras regiones del cerebro espe-cializadas en tareas muy diversas: las quecontrolan los msculos (particularmente enlas personas que tocan algn instrumento),

    jpaqwffertyhkiopkh123aservsgyimvdtyripaqef,lopqsteuvxy

    Guitarra,Pablo Picasso, 1913.

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    rergddfsawerdhfpfhffdjdesaredaswqexzasdrghyjcdsdfgbjyyrdhujnalos centros del placer que se activan duran-te la alimentacin y el sexo, las regiones

    asociadas con las emociones y las reasencargadas de interpretar el lenguaje.

    Segn Robert Zatorre, neurocientficodel Instituto Neurolgico de Montreal, lasactividades musicales escuchar, tocar,componer ponen a funcionar casi todasnuestras capacidades cognitivas. Muchosneurocientficos se interesan en la neuro-fisiologa de la msica porque sta puederevelar muchas cosas acerca del funciona-miento general del cerebro.

    La msica y el lenguaje

    El estudio de la percepcin del lenguajeha influenciado y precedido en muchosaspectos al estudio de la percepcin mu-sical, seguramente por ser ambos, msicay lenguaje, informacin transmitida pormedio de sonidos.

    Pero hoy sabemos que el cerebro noprocesa igual la msica y el lenguaje. Isa-belle Peretz, guitarrista y psicloga de laUniversidad de Montreal, y su equipo hanrealizado estudios del trastorno conocidocomo amusia, la imposibilidad de recono-

    cer sonidos musicales. Los participantesson incapaces de aprenderse melodassencillas y de detectar errores en una me-loda conocida. Sin embargo, conservansus habilidades lingsticas intactas. Porejemplo, distinguen perfectamente entre laentonacin de una afirmacin y la de unapregunta. Peretz opina que la amusia sedebe a algn trastorno de la corteza auditivaprimaria, donde se reconocen las notas y susonoridad, el primer paso que lleva a caboel cerebro al analizar la msica.

    Por si eso no bastara para distinguir

    la msica del lenguaje, los investigado-res han descubierto que ste se procesapreferentemente en la corteza auditiva delhemisferio izquierdo del cerebro, ms dadoal anlisis, mientras la msica se procesams bien (aunque no exclusivamente) enla corteza auditiva derecha. En los msicosla corteza izquierda interviene ms que enlas personas que no lo son, sin duda porquelos msicos escuchan la msica de manerams analtica.

    Con todo, las analogas entre msica ylenguaje siguen guiando investigaciones.En los aos 50 el lingista Noam Choms-ky aleg que el cerebro humano ya vieneequipado con una especie de programa degramtica, pero no para un lenguaje espe-cfico, sino una gramtica universal. As,

    todas las lenguas del mundo, por distintasque nos parezcan, tendran una estructuracomn a cierto nivel. Algunos composito-res, lingistas y musiclogos han extendidolas ideas de Chomsky a la msica. El lin-gista Ray Jackendoff y el compositor FredLerdahl propusieron en 1983 una teora de

    Hombre con una guitarra, Pablo Picasso,1913.

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    sdesdterajsstessparewqerhjjpaumgcvdjapedsaasdergcsetrgytla gramtica universal de la msica, segnla cual una composicin se construye con un

    nmero limitado de notas que se combinansegn un conjunto de reglas (la gramticamusical). Las reglas dan a las notas unaestructura dividida en capas de significadomusical. Al escuchar la secuencia de notas,el cerebro del oyente reconoce esas capasde la misma manera que en el lenguajereconoce verbos, sustantivos, adjetivos ytodo lo dems.

    El etnomusiclogo estadounidense AlanLomax lleg a una conclusin chomskiana,tambin en los aos 50, luego de analizarlas canciones de muchas culturas. Segn

    Lomax, igual que por medio del habla sepuede construir un nmero infinito de frasesa partir de un nmero finito de sonidos, unnmero infinito de canciones se puede ge-nerar a partir de slo 37 elementos rtmicos,armnicos y meldicos. Ms recientemente,en los aos 90, Jukka Louhivuori y PetriToiviainen, de la Universidad de Jyvs-kykl, en Finlandia, tambin influenciadospor las ideas de Chomsky, han diseadomodelos generadores de melodas y los hanconvertido en programas de computadora

    que componen frases musicales. Louhi-vuori y Toiviainen han probado la eficacia

    de estos programas como imitadores delos compositores humanos haciendo quemuchas personas escuchen y evalen lasmelodas.

    El desafo pinkeriano

    Septiembre de 2004, Reading, Inglaterra.Reunin de investigadores de la evolucindel lenguaje y de la msica. En una delas sesiones, el especialista en educacinmusical Pedro Espi-Sanchis reparte tubosde plstico de distintas longitudes y ponea los investigadores a soplar para producir

    silbidos, indicndoles que no repitan lo quehacen los dems. Al cabo de unos minutos,los silbidos cacofnicos se convierten es-pontneamente en una agradable melodasin que nadie se lo proponga. Todos bailanmientras tocan las flautas de plstico. Elplacer de la actividad coordinada generaun ambiente de camaradera que deja a losparticipantes extasiados.

    A muchos de esos participantes la expe-riencia tambin los dej ms convencidosde que la msica no es pastel de queso au-ditivo, como propuso Steven Pinker en 1997,

    sino una adaptacin que cumple una funcinevolutiva. El experimento de Espi-Sanchisfavorece la hiptesis de que la msica servapara organizar las tareas colectivas y refor-zar los lazos afectivos de los grupos.

    El debate del origen evolutivo de lamsica no est zanjado. Muchos investi-gadores, sin ser de la opinin de Pinker,han aceptado el desafo que sta implica ysiguen buscando la manera de averiguar sila msica cumpli una funcin adaptativaen nuestros antepasados, o si es, en cambio,

    un efecto secundario, muy afortunado,eso s. Adems de arrojar luz sobre elfuncionamiento del cerebro en general, lasinvestigaciones acerca de la neurofisiologade la msica seguramente ayudarn a darrespuesta al enigma evolutivo.

    Sonidos musicalesPara producir sonido hay que poner a vibrar algnobjeto. Las cualidades del sonido dependen de laspropiedades de las ondas que produce el objetoen el aire al vibrar. La sensacin de sonoridad (ovolumen) depende de la amplitudo tamao de lavibracin. La sensacin de nota (do, re, mi, fa,sol) es funcin de la frecuencia: cuntas vecesvibra por segundo. Hay otra cualidad menos evi-dente que se conoce como timbre. El timbre es loque permite distinguir un piano de una campana,un violn de una flauta, una voz de otra, inclusocuando estos instrumentos emiten la misma notacon la misma sonoridad. De qu caractersticasfsicas depende el timbre? Una gran variedad deobjetos cuerdas, objetos huecos, membranastensas, columnas de aire confinadas en tubos pro-

    ducen al vibrar ondas de muchas frecuencias dis-tintas, pero con una organizacin particular: unafrecuencia ms baja, que llamamosfundamentaly que da la nota que escuchamos, y luego todoslos mltiplos de esa frecuencia: el doble, el triple,el cudruple y todos los dems. Estas frecuenciassuperiores se conocen como armnicos. Por logeneral la frecuencia fundamental es la msintensa y los armnicos son progresivamente msdbiles. Qu tanto? Eso depende del objeto quevibra. El patrn de intensidades relativas de lafrecuencia fundamental y sus armnicos es comola huella digital que distingue a un objeto quesuena de otro.

    Francisco Delahay y Sergio de Rgules han tocado juntos

    en quin sabe cuntos grupos y compuesto en colabo-

    racin varias piezas de humorismo musical. Francisco es

    compositor y etnomusiclogo y vive en Finlandia. Sergio es

    fsico y divulgador de la ciencia. Trabaja como coordinador

    cientfico de Cmo ves?Violn y uvas, Pablo Picasso,1912.


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