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David Neel Alexandra - Las Ensenanzas Secretas

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    PREFACIO A LA PRIMERA EDICION

    Se ad vierte al lector que lo qu e se le ofrece en el presen te libro es un "repor taje" qu e serefiere al cuerp o de Enseanza s que los tibetanos denom inan Sangs w ai Dam nga gs ,es d ecir: "Ensean zas secreta s". Ortografa tibetana: gsnag bai gd am ngag.

    La form a en qu e debem os entend er el calificativo "secreto" ap licad o a estas ensean zases explicad a en las siguientes p ginas, as como la manera en qu e son transm itida s.

    Me esforc en expon erlas de u na m anera comp letamente objetiva; las opiniones quepu eda su stentar personalmente no tienen por qu expresarse en u na p resentacin queno tiene ningn fin propagand stico y qu e slo apu nta a que se conozcan algunas de lasdoctrinas profesadas por una elite intelectual tibetana poco accesible a losinvestigad ores extran jeros.

    Es de d esear que cada u no de m is lectores se forje su pr opia opinin resp ecto d e las

    teoras que encuentre en este libro. Sern materias de reflexin y meditacin, si lepa rece bien. En todos los dom inios, la tarea d e un in vestigad or slo consiste en ofrecera quienes se dir ige un n mero d e hechos aprop iados para am pliar el crculo de susconocimientos.

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    CAPITULO IEL SECRETO

    Ya hace m ucho qu e se me h aba ocur rido la idea de escribir este libro. En u na h ermosatarde de verano expuse mi proyecto a un erudito tibetano que llevaba una vidacontem plat iva en una casita fi jad a al f lanco rocoso de u na m ontaa. Apenas si m e

    alent."Trabajo per d ido, d eca, la m asa d e los lectores y oyentes es idntica en el m u nd oen ter o. N o m e cabe la m en or d u d a que las gentes de su pas se parecen a las queencontr en China y en la India, y aqullas no difieren en n ad a d e los tibetanos."H bleles de verda des p rofund as, bostezan, y si se atreven, la dejan sola, pero basta

    referirles absu rd as fbulas, son pu ro ojos y odos."Quieren que las doctrinas religiosas, filosficas o sociales que se les predican sean

    agradables, que concuerden con sus conceptos, que satisfagan sus inclinaciones, ensum a, desean reencontrar se en ellas y sentirse aprobad as por ellas".El Maestro no m e enseaba n ada nuevo sobre ese particular. Centenares de v eces habaodo, en Occid ente, a hombres y m ujeres que expresaban el deseo d e hallar un a religin

    que los satisfaciera, o los haba visto rechazar un a d octrina con estas p alabras: "no m esatisface ".Y qu era p ues aqu ello qu e d eseaba ser agrad ablemente acariciad o, satisfecho? Era elconjunto de nociones falsas, de inclinaciones irrazonables, de sentimientos derudimentaria sensualidad que se disfrazan tras la apariencia de un fantocheden ominad o "Yo". Pensaba entonces en las d evotas que se embriagan con el incienso ylas conm ovedor as sonoridad es del rgan o en las semitinieblas de nu estras cated rales,creynd ose en camin o hacia cimas espiritu ales. Pensaba en todos aquellos, sea cualfuere la fe religiosa o laica a la qu e p ertenecen, que v ibran a l or ciertas p alabras, ciertaspalabras que no son sino vano ruido vaco de realidad .

    "De m odo gen eral, prosigui el Maestro, distingu imos tres categoras d e individu os:aqu ellos cuyo intelecto es completam ente obtu so; aqu ellos cuyo intelecto es de calid admed ia, abierto a la com pr ensin de algunas verdad es particularmente evidentes, yaquellos dotados de un intelecto equipado en forma superior para las percepcionesagud as, ap tos par a p enetrar bajo la sup erficie del m u nd o d e los fen m en os fsicoscomo bajo la d e los fenmen os mentales y capaces de ap rehend er las causas qu e obranen e llos 1.

    1 Denominadas respectiv ament e thama, ding y ra escritas t hama, hbring y rab.

    "Basta encaminar la atencin de estos ltimos, basta decirles: 'mire por ese lado,

    consid ere esto', y disciernen lo que hay qu e discernir en don de fijar on la mirad a;comp renden qu es verdad eramente la cosa que les fue sealada."Las enseanzas considerad as secretas se pu eden p roclama r por los caminos reales,

    seguirn siendo 'secretas' par a los individu os de intelecto obtuso que n o entend ernlos discursos qu e se les dirigen y no cap tarn sino el sonido."El secreto no d epend e del Maestro, sino d e quien lo escucha. Un m aestro no pu ede

    ser sino quien abre u na p uerta: pertenece al discpulo la capacida d de v er lo que estms all de ella. Existen instructores capaces de discernir el grado de agudezaintelectua l de aqu ellos que solicitan su ense anza y r eservan la exposicin detallad a deciertas doctrinas nicamente a aqu ellos a quienes juzga n capaces de comprenderlas.As son comu nicadas y se perpet an las enseanza s profund as transmitidas oralmentedel maestro al estudiante desde hace muchas generaciones. Las ha odo usted.Emplelas segn su criterio. Son muy sencillas pero embisten a la manera de unpoderoso ariete la muralla de las nociones falsas arraigadas en el espritu de los

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    hom bres y d e las em ociones qu e se apoderan de ellos antes de precipitarlos en eldolor..." Prubelo! . . ".

    Record , entonces, lo qu e los antigu os textos bud istas refieren acerca de la vacilacinque experiment el Bud a antes d e emp ezar su pred icacin:"... He d escubierto una verd ad pr ofund a, difcil de p ercibir, difcil de compr end er, slo

    accesible a los sabios."... La hum anid ad se agita en el torbellino d el mun d o y en l encuent ra su p lacer. Hade ser cosa dif cil el que los hom bres comp rend an la ley del encadenam iento de lascausas y efectos, la sup resin d e las samskaras 2, . .". .. De qu sirve divulgar a los hombr es lo que he d escubierto al p recio d e pen osos

    esfuerz os? Por qu he de hacerlo? Esta doctrina no p ued e ser comp rend ida p or los queestn llenos de deseo y od io... es misteriosa, profund a, oculta p ara el espritu grosero. Sila proclamo y los hombres n o son capaces de comp rend erla, resultar d e ello fatiga yfastidio par a m."Y como pensaba as, el Venerable se sinti inclinado a permanecer apacible sin

    pred icar la d octrina".

    2 Las samskaras son formaciones mentales, las ideas, los conceptos que se

    " con feccion an" y qu e t ienen su pu nt o de apoy o en la ign orancia. V ase m s adelant e

    una explicacin ms detallada.

    Aqu, los textos, con imaginacin muy oriental, hacen que intervenga un Dios:Brahm a Saham pati, que expresa en p alabras aud ibles los pensam ientos que surgen enel espritu d el Bud a.Brah m a Saha mp ati exhorta al Bud a a sobrellevar sus vacilaciones:"... Quiera el Venerable 3 pr edicar la d octrina. Hay seres cuyos ojos d el espritu estn

    apen as oscur ecidos por u n ligero polvo, estos comp rend ern la doctrina."... En el pas de Magadha 4, una doctrina falsa ha imperado hasta el presente,elaborad a por hom bres con el espritu contam inad o (por la ignoran cia). Abreles, ahor a,la puerta de la inmortalidad (literalmente, de la no m uerte)."... Levnta te, Oh Victorioso! Recorre el mu nd o, oh jefe de los per egrin os (de los seres

    qu e vaga n en la ron da d e los nacimien tos y las mu ertes sucesivas). Los hay que tecomprendern.

    3 Bhagavan es una denominacin respetuosa empleada al dirigirse a personalidades

    religiosas. Los sannyasin (ascetas hindes), se sirven de ella para dirigir se los unos a los

    otros. Este ttulo es tambin dado a ciertos Dioses. Bhagavan significa: glorioso, ilustre,

    venerado, et ctera. Los autores de lengua inglesa han t raducido, lo ms a menu do, estetrmino por "Blessed One". Los autores franceses nos dieron una traduccin idntica

    con " le Bienheu reux" (el Bien avent urado), que no corresponde al verdadero sen t ido

    de Bhagavan. Est a in terpretacin errnea se v e a n m s agravada en ciertas obras

    francesas en las que vem os designar al Buda como " el Bendit o", lo cual es

    completamente impropio. Bendecido por quin? se pregunta uno. "Venerable"

    correspon de al sent ido atribui do a Bhagavan por los in dos o hind es cuando emplean

    este trmino.

    4 El ant iguo rein o de M agadha, en la India cent ral, que fue el teat ro de la activ idad del

    Buda.

    ". .. Entonces el Bud a ech sobre el mu nd o un a m irada soberanamen te clariv idente.Vi seres cuyos ojos del espritu estaba n apena s oscurecidos por u n ligero polvo, yotros cuyos ojos estaban cubiertos por un gr ueso polvo. Vi seres cuyo espritu eravivo y otros cuyo esp ritu era obtuso.

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    "Del mismo m odo que en un a laguna d e lotos nacidos en e l agua, que suben en e lagua, unos no emergen del agua y florecen en el fondo, otros se elevan hasta lasup erficie del agua y otros emergen d el agua y el agua n o moja su f lor , del m ismomod o el Bud a echand o los ojos sobre el mu nd o percibi seres cuyo esp ritu estaba pu rodel fango terr estre, seres con el espritu v ivo y otros con el espritu obtuso, seres denoble carcter y seres de carcter bajo, buenos oyentes y m alos oyentes. Y cuand o hu bo

    visto estas cosas, se dirigi a Brahm a Sahamp ati, diciendo:"Qu e la pu erta d e lo Eterno est abierta p ara tod os! Qu e aquel qu e tenga odos p araor, oiga !"Dud o que el divino Brahm a Saham pati me haya juzgad o digna de su intervencin. Noobstante, me atrevo a aplicarme el consejo que diera otrora el Gran Sabio indio, yapoynd ome tam bin en la licencia qu e me fue concedida en el um bral de u na erm itatibetana, intentar trazar un resumen de ese cuerpo de teoras y de preceptosden ominad o sangwa , la doctrina mstica secreta, ntima men te ligada a la idea d e lhagthon g 5, la vista pen etran teLa ense anz a de tod os los Maestr os qu e no dejaron ningn escrito y hasta la demuchos Maestros de quienes poseemos obras autnticas siempre di lugar a

    interpretaciones, a desarrollos que ora acrecentaron e hicieron r esaltar el alcance d e ladoctrina original, ora falsearon su sentid o prim itivo.

    5 Ortografa tibetana, respectivamente: gsang wa y Lhag mthong.

    El Bud ismo no es n ingun a excepcin a este respecto. En la Ind ia pr imero, luego en losdiferentes pases en qu e se imp lant desp us, prod ujo un exuberante florecimiento d eteoras ba jo las cu ales es a veces d ifcil reconocerlo.He d icho en otro lugar 6, que u na exposicin de la doctrina bud ista cabe en dos p ginasy, en efecto, he pr esentad o en u n cuadro que ocupaba dos pginas, las en seanz as

    fundamentales del Budismo. Todas las Escuelas budistas, sin excepcin alguna,adhieren a ellas y las toman como base de lo que estiman ser interpretaciones ydesar rollos legtimos.N o es siemp re fcil discutir esta legitimidad . El Bud a insista vigorosamen te sobre lanecesida d d el examen d e las prop osiciones que enun ciaba y sobre la de su comp rensinpersonal an tes d e concederles fe.Los antiguos textos no nos perm iten du da algu na sobre este par ticular:"No creis en la fe de las t radiciones por m s que se las honre d esde ha ce mu chas

    generaciones y en mu chos lugar es; no creis en un a cosa porqu e mu chos hablan d eella; no creis en la fe d e los sabios de tiemp os pr etritos; no creis en lo qu e habisimaginado pensand o que u n Dios os lo ha inspirado. No creis en nad a findoos en la

    sola autoridad de vu estros maestros o sacerd otes. Luego de examinarlo, creed en lo quevos mismo habis experimentado y reconocido por razonable, lo que se ajusta avuestr o bien y al d e los otros". 7

    6 En "Le Bouddhisme, ses doctrines et ses mthodes", y una nueva edirin ampliada:

    "Le Bouddhisme du Bonddha et ses dveloppements mahaganistes et tantriques',

    (Plon).

    7 Kalama Su tt a.

    En otro lugar, luego de h aber p laticado con algunos d e sus d iscpulos, el Bud a concluye:" . . . Si, ah ora , que conocis as y veis as, diris?: Hon ra m os al Maest ro y p or elrespeto qu e le tenemos hablam os as."No, no lo har em os."Lo qu e d ecs, oh discpulos, no es solamen te aqu ello qu e habis vosotros m ismos

    reconocid o, vosotros mismos captad o?

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    "Es eso m ism o, Vener able".Con el correr de los siglos los sutiles filsofos de la India y de China usaronampliamente de la libertad de pensamiento e interpretacin que les fue otorgada.Hicieron u so de ella con virtuosismo y as hem os ganad o los relatos de extraord inarias

    justa s d e controversia.Los tibetanos no dejaron de imitarlos y se distingue en sus enseanzas

    orales-reservadas un interesante encuentro de la filosofa india con la particularmentalidad de los hombres de raza amarilla. Por otra parte, los adeptoscontemp orneos mejor informad os de la secta de meditacin (dhyana) denominadaTs'an en Ch ina y Zen en el Jap n, no hallan dificultad es en reconocer qu e su d octrinaes Bud ismo comp rendid o por cerebros de am arillos.De este encuentro d e m entalida des d iferentes, el Bud ismo d e las enseanzas secretastibetanas ha conservado un saber especial de racionalismo trascendente, un rgidoequilibrio intelectual qu e lo diferencia totalmente tan to de la religin pop ular comodel m isticismo em ocional d e ciertas Escuelas d el Mahayan a.Que la gran mayora de aqu ellos que se llaman bu distas no pu dieron elevarse al nivelmental sealado por la enseanza d el Bud a es un hecho patente.

    La mayoria han confeccionado para su propio uso gneros de Budismo que nadatienen de bu dista y, en su ignoran cia, sostienen, mu chas veces con asp ereza, que suscreencias y p rcticas absurdas son la expresin d e la ms pu ra ortod oxia.Los que son m s inteligentes perciben claram ente lo ilgico de esas "variedad es" deBudismo, pero se resignan, consienten en ello como si fuera una concesinindispensable que se h ace a la debilidad mental d el "mayor n m ero" y porqu e deseanreunir el "mayor nm ero" de individuos bajo un rtu lo que no les conviene.Un japons m uy eru dito que m anifiesta un a indu lgencia me atrevera a decir u naternu ra mu y par ticular p or esas degeneraciones del Bud ismo, se expresa en la formasiguiente:

    "A veces hemos de hacer caso omiso de las demandas de la razn y satisfacernosaunqu e por lo general inconscientes de nu estra falta de lgica con afirmacionesque son al p arecer contrad ictorias cuand o se las examina... Si la d octrina (el Bud ismo)ha alimentado contradicciones flagrantes, se debe a que, en algunos individuos, lasexigencias del sentimiento religioso han d e ser satisfechas an a expensas d e la razn".Y en otro luga r el mismo au tor escribe:"La inflexibilidad de la ley de las Causas y Efectos (Karma) es ms de lo que los

    desdichados mortales pued en aguan tar". 8Es posible, es probablem ente cierto pa ra la m ayora de los que n os rodean , pero "quinobliga a esos espritus d biles a llamarse bu distas? No les es ms fcil apegarse a otrasdoctrinas que les ofrecern cuentos apropiados para acariciar sus tendencias

    sentimentales. Al hacerlo as no t ienen p orqu tem er ningu na conden a eterna, s inoslo los accid entes pen osos, mom entn eos que les atraern los errores qu e cometer nen su actividad fsica y m ental, sea en acciones y pen samientos.Los Maestros tibetanos que comu nican las enseanzas ora les tradicionales repiten coninsistencia el hecho de qu e esas enseanzas son p ara el uso d e los ind ividu os de lacategora rab, es decir dot ad os de u na int eligencia sup erior, excelente; los "lotos cuy asflores se levantan por encima del agu a" segn la compara cin colorida del texto citadoen las pginas p recedentes.

    8 El profesor D. T. S uz uki en " Ou tlin es of Mahayana buddhism" , pags. 218 y 283. La

    traduccin francesa es ma.

    La finalidad de estas enseanzas no es d e ningn mod o la de d ivertir a los simp les deespritu , aqu ellos qu e las Escrituras tibetan as llaman caritativam ente "nios" 9, estndestinad as a los fuertes p ara qu e se hagan m s fuertes, a los inteligentes par a que se

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    haga n m s inteligentes, a los persp icaces para d esarrollar su p erspicacia y llevarlos a laposesin d e la vista p rofunda (lhag thong) qu e constituye la verdad era ilum inacin.Por dichas razon es la exposicin de las doctrinas y de los mtod os que constituyen estecuerp o d e ense anz as est reserv ad a a cierta clase d e discpulos, lo que le atrajo elnombre d e enseanza secreta.Este Bud ismo de u na lite tibetana es mu y au tnticamente d e inspiracin b dica y se

    vincula con el perodo ms brillante de la filosofa budista. Sus enseanzas sonconsid erad as como trad icionales por h aber sido transm itida s de Maestro a discpu lo atodo lo largo d e las generaciones continuas d e estos.Los iniciados en las enseanza s secretas profesan que estas no prov ienen en mod oalguno de una revelacin sobrenatural sino que son el fruto de exploracionesintelectua les y espirituales realizada s por hom bres que les agregaron observa ciones einvestigaciones efectua da s en el plan o mat erial.Nos cabe sealar sobre este par ticular las ventajas que nos procura n los datos que n osfueron entregad os por la ciencia mod erna p ara la comp rensin de varias teoras quenos son propuestas por las enseanzas secretas. Los hombres que las concibierondeban estar d otad os de facultad es superiores de percepcin y de comp rensin: posean

    la vista penetr ante: lhag thong.Si bien el person aje mtico Dord ji tchan g 10 es a men ud o nom brad o encabezand o lalista de los agentes d e transm isin d e las enseanzas, figura sobre tod o como smboloen cuanto "portad or d el cetro m gico", el dordji representando el pod er qu e confiere laenseanza trad icional. Aun cuand o algunos se sientan tentados a considerar a Dord jitchang como u n ind ividu o real, que d ifund i doctrinas particulares, no hay nad ie quese aventure a presentarlo como el autor d e estas.La adquisicin de la vista penetrante es el verdadero fin del entrenamientopreconizado en la enseanza trad icional oral. Esta ltima no consiste, como m uchos loimaginan , en ap rend er ciertas cosas al alum no, en descubr irle ciertos secretos, sino m s

    bien en indicarle los med ios d e apren der los y descubrirlos l mism o.La verdad aprendida de otro carece de valor, dicen los Maestros de la enseanzasecreta, slo cuenta, slo es viviente y eficaz la verdad que descubrimos nosotrosmismos.Si ocur riese de otra m aner a, las nu mer osas obras en las qu e filsoios, sabios y doctoresde las diferentes religiones han expuesto sus vistas y elegir, entre estas, una queconcuerde con nu estras propias ideas y a la cual concedem os nuestra ad hesin. En loque h acen la mayor a de los individ uos a quienes los tibetanos clasifican en la categoraintermed ia de los espritus con facultad es de pod er med io.Esta etap a d ebe ser sup erada . No basta ver con ojos que, segn la expresin d e los textosbud istas, no estn "cubiertos sino por u na ligera capa de p olvo", por m s que esta capa

    sea infinitam ente tenu e; trtase de quitar la m enor traza de polvo que enturbia lavisin.Literalm ente, Lhag thon g significa ver "ms ", ver "m s all", ver "excesivam ente,sup eriormen te". As, no slo ver m s que lo que apa rece a la mu ltitud d e los hombr esgroseramente ignorantes, sino ver ms all d e los lmites dond e se detiene la vista delos espritus ya cultos, hacer nacer el tercer ojo del Conocimiento qu e los adep tos de lassectas tntr icas colocan en m edio d e la frente d e sus Deidad es simblicas.

    9 Tchipa: ortografa tibetana bgi pa.

    10 O rtografa t ibet ana: rdor rdje ht chang, su nombre snscrit o es V ajradhara: " A qul

    que tiene el cetro del rayo", como Zeus entre los griegos.

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    CAPITULO IIVER

    La fe orden ad a a los fieles de tod as las religiones y considera da por estos como u navirtud indispensable para el individuo qu e quiere asegurarse su salvacin eterna no eshonrad a en mod o alguno en las enseanza s secretas. Muy al contrario. Fun d nd ose en

    los consejos d el Bud a a su s discpu los, el prim ero d e los juicios que los Maestros d an alos nefitos es: "d u d ad !"La dud a incita a la bsqu eda y la bsqu eda es la va que lleva al Conocimiento.De lo que antecede no se sigue que aquel que se encamina por la senda de lasensean zas secretas es comp letamente aban don ad o a sus prop ios recursos. En absoluto.Se le pone en pr esencia d e ciertos hechos que siemp re le parecieron tan evidentes qu enu nca se d etu vo a concederles el m enor instan te de reflexin y el Maestro le dice:Exam inad pu es si esos hechos que acept is como si repr esentaran un a realidad sonverdaderamente reales. Examinad atenta, largamente, apartando todas las ideaspreconcebidas, vaciad vu estro espritu de tod as las opiniones que ha alimentad o res-pecto de esos hechos; du dad de lo que habis adm itido m aquinalmente hasta ahora y

    mirad , como si v ierais cosas mu y nu evas, aquellas que am ueblan vu estro contornofsico; exam inaris luego las r eacciones m entales qu e les correspond en.Examinar el mundo en medio del cual nos hallamos; examinar los mltiplesfenmenos qu e surgen y d esaparecen contnuam ente a nu estro alreded or. Llegar luegoa examinar al espectador de ese esp ectculo, aquel qu e den omina mos "Yo", es este unprogram a interesante, que p romete d escubrimientos inesperad os.A quin nos d ir ig iremos para obtener las informaciones que se ref ieren al m un do?De quin hem os obtenido aquellas que ya poseemos?La respuesta es: de nu estros sentidosHem os visto, odo, gustado, olido, tocado d iversos objetos de n atur aleza ma terial o de

    naturaleza ms sutil. Hemos dado nombres a esos diversos objetos, los hemosclasificado en series de objetos similares, hem os comp uesto, con ellos, un u niverso qu eha llegado a sernos familiar del mismo modo que amoblamos la casa en la quemoramos.Se trata ahora d e sacud ir el entu mecimiento cread o por la costum bre de m overnos sincuriosidad entre nuestro un iverso, persuad idos de conocer p erfectamente la n aturalezade su m obiliario.Se trata de poner en discusin los informes que nos proveen los sentidos. Estosinform es son verdicos? No les agregam os de nu estra prop ia cosecha su plemen tos delos cuales los sentidos m ismos no nos d ijeron na da ?Veamos:

    Os encontris en una extensa llanu ra d esnud a; mu y lejos distingu s un a man cha verdeque se d estaca sobre el color am arillo de la arena. Cul es el tamao de la m ancha quepercibs? Medidla por med io de u n objeto recto colocad o a la altura d e vuestro ojo: unbastoncito, o hasta vuestro dedo. A qu altura del bastoncillo o de vuestro dedocorrespond e la ma ncha? Sealad esa a ltura. Tal vez iguale la de la falangeta d e vuestrome ique, tal vez sea mu cho ms pequ ea; tal vez no sea sino un p un to.Si no lo habis an hecho, podis deteneros provisionalmente en esta muyrud imentaria experiencia.Qu habis visto? Habis visto una m ancha verd e del tama o que habis med ido?Ha bis visto esto y nad a m s. Decir qu e habis visto un rbol en la lejana es un error.Vuestros ojos no os han m ostrad o de ningn m odo u n rbol con sus ram as cubiertasde h ojas apr opiad as para resguard aros de los rayos del sol. La idea d el rbol y de surepresentacin en vuestro espritu son el fruto de un trabajo mental que fuedesencadenad o por la vista de la mnima mancha verd e.

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    Muchos elementos se combinaron en este trabajo. En primer lugar, se pued en pon er elhbito, la memoria. Otras manchas verdes que se discernieron en circunstanciasanlogas llevaron a encontrar u n rbol al extremo de u na llanur a. Se las record . Demod o general se sabe tambin que la distancia da u na imagen em pequ eecida d e losobjetos que se ven .No obstante, estos son razonamientos y no el hecho de haber visto un rbol. Es

    probable que and and o hacia la man cha verde, aquel que la percibi encuentre un rbol,pero esto no es seguro. La m ancha verde p ued e ser un edificio pintad o de verd e, la telaverde d e una tienda, u otra cosa que no es un rbol. Un mayor grado d e probabilidad,cuand o no d e certidu mbre, se alcanzar a si a la percepoin del color verd e se agregarala del contorno sugiriendo la forma de un rbol. Pero tambin, cun tas veces no se haequivocad o el trabajo m enta l que se ejerce sobre la sensacin d e ver un a m an chaverde? Deslum bramientos causad os por el sol, espejismos nos pu eden indu cir a ver n oslo manchas v erd es, sino rboles y mu chos otros objetos a los cua les no corresp ond enad a materiaLEn suma, qu gnero de informacin nos p rocur el hecho d e haber percibido u nama ncha verde? Nos hizo tener simp lemente conciencia de haber experimen tad o una

    sensacin. Una sensacin, nada m s, todo el resto es interpr etacin. Igualmente, todasnu estras percepciones, aquellas a las que atribuimos nom bres y les prestamos forma,color o no importa qu atributo no son ms que interpretaciones de un contactofugitivo de u no de nu estros sentidos con un estmulo.Hem os sido llevados a contemp lar la coexistencia d e dos m un dos: el del p uro contactono teido por la pan talla d e las "mem orias" y el creado por las formaciones mentales(las samskaras): las interpretaciones.El prim ero de estos mun dos rep resenta la Realidad , escapa a cualquier d escripcin; nopod emos nad a pensar , nad a figura rnos a su respecto so pena de "interpretar" y dehacerle perd er su carcter d e Realidad . La Realid ad es inexpresable e inconcebible.

    El segundo d e estos mun dos es el de las formaciones mentales desencadenad as por elcontacto-estmu lo. Es el m u nd o en dond e vivim os. Decir de l que n o es real nosignifica que est d esprovisto de existencia. 1Cmo se rep resenta en las Enseanza s orales-secretas el mu nd o de los fenm enos, elmu nd o sensible?El mu nd o sensible es movimiento, dicen los Maestros, no un conjun to d e objetos enmovimiento, sino el movimiento mismo. No hay objeto "que se mueva", es elmovimiento el que constituye los objetos que se nos aparecen: no son sinomovimien to .Este m ovim ient o es una sucesin continu a e infinitam ente rpida de destellos deenerga (en tibetano tsal o chug ). Todos los objetos que n uestros sen tidos nos h acen

    percibir, todos los fenmen os de cualquier gnero qu e sean, sea cual fuere el aspectoque revisten, estn hechos de u na su cesin rp ida d e eventos instantneos.

    1 T song Khapa, el fun dador de la secta de los Gelugspas (gorros amarillos), in sist e sobre

    ese pu nt o, lo que lo opone a los u lt raidealistas represent ados en nu estro das por la

    secta de los Dzogs tchen pas.

    Cada uno de estos eventos momentneos est hecho de causas mltiples y decond iciones mltiples conjugad as. Tambin aqu es preciso guard arse de pensar que eleven to es d istinto d e su s causa s y d e estas cond iciones. Son estas las que reunid as,constituyen el evento, no hay evento fuera d e ellas.Este trm ino de evento no debe tomar se en el sentido en que se lo entiende en ellengu aje corriente, es decir com o si significase u n hecho d e excepcional imp ortan cia,como cuan d o se d ice: "un evento h istrico". Evento significa aqu "algun a cosa qu e sepr odu ce". Esas "alguna s cosas", que su rgen instan tneam ente, en serie, esos rpidos

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    destellos de ener ga se asemejan bastante u nos a otros a lo largo d e la serie para quesean imperceptibles para nosotros, luego de pronto surge, entre esta serie demom entos, un m omento d iferente que capta nu estra atencin y nos ind uce a creer quesobrevino u n objeto nu evo.Se explica a menudo este proceso comparndolo con el grano que permaneceapar entemente inerte en el granero y que d espus, un d a, nos mu estra un germ en, sea

    un a cosa diferente del grano. Sin embargo, la inercia d el grano d e trigo en el granerono es sino aparente. Lo que veamos como un grano sin vida era una serie decombinaciones d e causas y d e condiciones, una serie d e instantes separad os entre loscuales surgieron otros "instantes" que h emos p ercibido como siendo u n germ en.Algunos dicen que el germen es una transformacin del grano. Las EnseanzasSecretas no par ecen alentar esta opinin. El germ en, dicen, existe en dep end encia delgrano seg n la frmu la bud ista clsica: "siendo esto as, aqu ello se prod uce" que n o hayque interp retar como significando qu e esto es el pad re que ha engen dr ado aqu ello porun a comun icacin d e sustancia.Esto no es sino la ocasin que favoreci la ap aricin d eaquello.Dos teoras se confrontan. Las dos consideran el mundo como movimiento. Una

    pr ofesa que el curso de ese mo vim ien to (el que crea los fenm eno s) es contin u o,semejante a lo que n os parece ser el curso de un apacible r o . La otra declara que elmovimiento es discontinuo y p rocede d e destellos separados d e energa que se sucedena intervalos tan mnimos qu e son casi inexistentes.En cuant o a la existencia d e un a materia inm vil y homognea, es absolutamentenegada.Si bien sucinto e incompleto, el resumen que acabo de esbozar de las doctrinasenun ciad as en las Enseanz as orales relativas a la natur aleza del mu nd o nos perm itirregresar a las informaciones que nu estros sentid os nos pr oveen para exam inarlas msdetalladamente.

    Cu an d o exam inis u n objeto, qu ocurr e? Un contacto del rgano visual con u nobjeto exterior. Ese contacto slo tiene la du racin de u n d estello. Cua nd o creis mirarpor mu cho rato, lo que tiene lugar son, de hecho, contactos repetidos, de los cuales cad aun o no tiene sino la d ura cin d e un destello, y ninguno es idntico al prim ero.Por qu no es idn tico?Debido a varias razones d e las cuales la principal, la que engloba a tod as las dem s, esque, como se d i jo anteriorm ente, nada de lo que existe es inm vil y los fenmenos,sean cua les fueren , consisten en una sucesin de cambios que se suceden con u navelocidad que supera infinitamente nuestras facultades de percepci6n y decomprensin.Pues bien, el rgano ma terial llamad o ojo que consiste en u n agregad o que comp rend e

    considera ble nm ero d e clulas 2 no es inm vil. Las clulas qu e lo comp onen estn enmovimiento perpetuo; son sensibles, individualmente, a numerosas influenciasejercida s sobre ellas por agen tes que les son exteriores 3, y sufren nu mer osos cam biosque derivan de la naturaleza de su propia evolucin. El ojo, en el momento delsegund o contacto, no es ms id nticamente semejante al ojo que sufri el prim ercontacto y sigue m odificndose en el curso de los repetidos contactos.

    2 La expresi6n " clula" es m a. En tibetano dir dul t en (rdul phren) o dul t u (rdul

    phra), dos trmi nos que correspond en t ambin a molcul a y a tomo, asimism o como,

    figurativamente, grano de polvo y, en todo caso, sirve para expresar la idea de

    partculas infinitivamente mnimas que constituyen los cuerpos. Traducen los

    trminos snscritos: anu y paramanu.

    3 N o hay que ent ender aqu el t rmin o ext erior como aplicndose solament e a agent es

    que existen fuera del ojo. El agente exterior, para una clula, puede ser una clula

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    vecina ms o menos prxima, que existe en el mismo agregado, es decir en la sustancia

    del ojo.

    De hecho, lo que esos rep etidos contactos nos ap ortaron cuan do creamos "mirar porlargo rato" es un a su cesin de im genes. La rap idez d e los contactos nos las hizo vercomo u na imagen nica.

    Del mismo mod o el objeto que hem os mirad o no es tamp oco un bloque homogneo einm vil. Es u n "un iver so" formado por u n considerable n mer o de partculas enmovimiento. Lo que acaba de decirse de las clulas que forman el ojo se aplicaigualment e a las que constituyen el objeto que contemp lamos. En su continua d anzasufren tam bin cam bios debid os a su prop ia evolucin y a los cam bios causad os por losagentes exteriores. An ms, se alejan o se aproximan unas a otras, formandodiferentes arreglos, diferentes diseos. De ello se sigue que el objeto mirado es, enrealidad , diferente de un instan te al otro.Si la ma yora d e los hom bres se dejan enga ar p or la ilusin qu e les oculta la activida dqu e obra a la vez en el rgano y en el objeto con el cua l entra en contacto, no se siguede ello que todos los hombres comp arten el mismo error en el m ismo grado.

    La "vista persp icaz": Lhag thong pu ede desem pe ar aqu un pa pel. No cuesta nadaconceder qu e nu estros sentidos son informad ores mu y infieles por ser d emasiado p ocosut iles; hast a cabe conceder que son absolut am ente ineptos para que percibamos eltrasfond o ltim o d e los fenm enos, pero es tam bin razonable creer que nu estrossentidos son su sceptibles de educacin y qu e su agud eza pu ede ser acrecentada. Hastaqu p unto p ued e serlo? Nos es imp osible preverlo , pero es razonable pensar que nohem os llegad o d e nin g n mod o al lmite de perfeccin d e la que son susceptiblesnu estras facultades fsicas y m entales.Lo qu e se ha d icho d el sen tid o de la visin y de su objeto se aplica na tu ralm entetambin a los dems sentidos: al odo, pequeo un iverso en movimiento como el ojo,

    y a su objeto, el son id o; a los olor es y a la nar iz; a los sabores y a la lengua; a lassensaciones experimentadas por el contacto de nuestra epidermis con un cuerpoextrao. Siempre se trata del encuentro de dos agregados movibles. Y asimismosiemp re se trata de un a sensacin seguida d e una interp retacin que la introdu ce en eldom inio del consciente deformn dola.Cabe plantear la cuestin: Entre esos mltiples contactos entremezclados, cul esaquel qu e nos comu nica un conocimiento real. Es p reciso desconfiar d el trmino realque, cua nd o lo pronu nciamos, correspond e simp lemente a una idea qu e nos forjamos,a una m anera de ver que nos es particular y que hemos adop tado p orque otros nos lahan p ropu esto. En ningn caso la experimen tacin nos pu ede hacer tocar la realidadabsoluta p orqu e es con los sentidos con los que el experimen tad or percibe la ma rcha d e

    la experiencia a la que se en trega y los resultad os de esta; ahora bien, sus sentid os, comose acaba de d ecir, no le pr oporcionan sino series de sensaciones que interp reta a suman era. Esta man era es siemp re verosmilmente m uy d iferente de la realidad .Pero acaso hay un a Realidad , una Realidad n ica en sentido absoluto? Qu p odem ossaber nosotros sobre este particular y qu significacin tend ra par a nosotros qu e nopert enecemos a la esfera del Absoluto, sino a la d e lo relativo?Realidad es sinnimo de Existencia. Lo que es real, es lo que existe, es lo que eseficiente. Y cmo sabrem os qu e un a cosa es eficiente? Lo sabemos cuan do per cibimos,cuand o experiment am os los efectos. Pues bien, cad a un o experiment a las sensacionesque la composicin de su ser le permite experimentar. Un hombre no siente, nopercibe idnticamen te como un mosquito o una p lanta. Un ser que no fuera h um ano:un Dios, un Demon io o no imp orta qu otro ser no siente en absoluto, no per cibe enabsoluto d e la misma ma nera q ue n osotros. La extensin, la grad acin, la potencia, lanatu raleza d e las sensaciones y las percep ciones d ifieren segn la constitucin de los

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    rganos d e contacto de los d iferentes seres. De ello se sigue que lo que es r eal, existente,eficiente p ara u na n o afecta al otro, no tiene realidad alguna , existencia alguna par a l.Cad a esfera, cada mu nd o, cada ord en de seres tiene un a Realidad que le es propiaporqu e es eficiente en esta esfera particular y p ara este ord en d e seres.Es menester desconfiar de los conceptos y los juicios fundados sobre nuestramen talidad hu ma na, sobre nuestros sentidos hum anos y querer referirnos y juzga r a

    nu estra m edid a lo que existe en el infinito del espacio.Cabe m uy justa m ent e aplicar a la Ensean za or al lo que se ha d icho d e ladiscontinu idad del movimiento que es el mu nd o. Esta enseanza n o se expresa en unaforma metdicamente ord enada y continu a, como estaramos tentad os de d esearlo. Lostema s expuestos se entrecru zan, se repiten, contemp lados bajo diferentes asp ectos. Esraro qu e se d u n "cur so" progresivo a un estud iante particular. Ms bien la enseanzase compone de charlas separadas que tienen lugar a intervalos a menudo muydistantes.M i " reportaje" consist e en reun ir su marios de plticas odas. A cada un o demis lectores le pertenece volver a juntar aquellos de los resmenes que juzgue ms

    in teresantes para l.

    As como lo anu nci en las prim eras p ginas d e este libro, el mtodo segu ido en las

    ensea nzas orales consiste en pr esentar al investigad or tema s de reflexin, dejnd oleen libertad p ara qu e haga lo que pu eda. Para algunos, las teoras que han encarado lesservirn de llave para abrir la puerta de un dominio que hasta entonces habaperm anecido cerrad o, mientras que otros le darn vueltas en la man o sin introducirlaen la cerradu ra, o an ni siquiera d ud arn d e que exista una pu erta que es preciso abrir.Esta comp aracin refleja el pensam iento de los Maestros qu e imp arten las Enseanza sorales.Apoynd ome en las explicaciones precedentes, me siento autorizada a regresar al tem ade los contactos para agregarle algunos d esarrollos e insistir sobre ciertos pu ntos.Se dijo que el contacto entre u n sentido y su objeto est constituido p or u na serie de

    contactos fugitivos. Se dijo igualm ente qu e en el cur so de estos contactos el rgano d elsentido que se ejerce y el objeto con el cual est en contacto sufren ambosmod ificaciones porqu e los dos son agregados d e partculas en movimiento.La intensidad de los diversos contactos vara. Entre ellos hay algunos que slodesp iertan un eco en el mental, tradu cind ose este eco por la idea qu e se nos ocur re:"he v isto un caballo", "he v isto un rbol, un hom bre", "he od o el batintn q ue se hacasonar", "he comido un albaricoque", "he olido el olor de la boiga 4 que estard iend o", "he tocado u na tela d e seda", "fui picado p or u na esp ina", etctera.Vemos, omos, saboreamos m ucho m s cosas de las qu e tenemos conciencia y cuantom s bajo est un individ uo en la escala de d esarrollo fsico y psquico, tanto m enor esel nm ero de su s percepciones conscientes.

    No es infrecuente haber contemp lado un paisaje da tras da du rante u n largo perodo,luego d iscernir d e sbito en ese paisaje familiar u n objeto qu e nu nca se haba v isto: laaguda punta de un chorten 5 que emerge p or encima de u na colina, o bien la abertur ade un a caverna en u n acantilado rocoso. Estos objetos siemp re estuvieron all, nuestrasmirad as pasar on sobre ellos mu chas veces, nu estro rgano visual recibi la imp resinde ellos, pero esta n o fue bastante fuerte como p ara qu e los viramos conscientement e.Se prod ujeron otras circun stancias, la im pr esin fue reforzad a y hemos v is to.La comp etencia qu e los sentidos se ha cen entre s trae tam bin el pred ominio pasajerode u no o de otro qu e ahoga las sensaciones causadas p or los otros.Un individu o que escucha in tensam ente un ru ido que le in teresa, el galope de loscaballos que cree montad os por band idos que avan zan en su d ireccin no sentir lapicad u ra d e los insectos, el fro del viento, etctera.Equivale a decir que aqu ellos de los contactos que no despiertan u na actividad mentalsuficiente para que tengamos conciencia del gnero de sensacin experimentada

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    perm anecen to talmen te sin efecto? De ninguna m anera. Nad a de lo que se produ ceper ma nece sin efecto.

    4 Es sabido qu e en la mayor parte del T ibet , el com bust ible qu e ms se emp lea es la

    boiga seca del ganado.

    5 Monumento religioso que se ensuentra con frecuencia en el Tibet.

    Nos vem os entonces llevad os a exam inar cules pu eden ser esos efectos, es decir quocurre con esos m ltiples contactos de los cuales no ten emos conciencia.A los contactos debid os a la actividad de n uestr os cinco sentidos, es preciso agregar losque se d eben a la actividad del espritu, que los bud istas consideran el sexto sentido. Aesta ltima categora per tenecen las opiniones, teoras, doctrinas, ideas en genera l quehemos encarado en el curso de nuestra educacin, las conversaciones que hemosten ido u odo, las lectu ra s qu e hem os hecho, etc. De estos contactos efectuados pornu estro sexto sentido el espritu, como tambin los efectuad os por los sentidosfsicos, hay gran n m ero, cuyo mayor n mero, s in d ud a, nos ha apen as rozado sinmarcar u na imp ronta en n uestro mental, no los hemos sentido en absoluto, o bien por

    haber sido impr onta d emasiado ligera, los hemos olvidad o.Emp ero, no estn, de ning n m odo, muertos, han engend rado u na d escendencia deord en su til y esta descend encia, es decir sus efectos, pod r m anifestar su existencia andesp us d e un largo intervalo. Sin embargo, no debemos imaginar nos que las energasdesencadenadas por los contactos fsicos o psquicos de los cuales no fuimosconscientes perm anecen almacenados en estado pura men te latente en una su erte dereceptculo inmater ial, esperan d o cond iciones favorables par a su m anifestacin.Algunos profesan una opinin de ese gnero y hablan de un "receptculo deconciencia" d e u na m an era qu e lo convierte en un a suerte de individu o o d eidadcsmica. Esta op inin no es r econocida en las Enseanzas orales.

    Las fuerzas creadas por los contactos, aquellos de los cuales fuimos conscientes yaquellos de los cuales no tuvimos conciencia, dan lugar a mltiples destellos deactivid ad qu e se manifiestan en d iferentes plan os, como tambin a m ltiples accionesy reacciones entre estas mism as d iferentes fuerzas.El jueg o de los contactos y de su s efectos no d ebe ser contem plad o slo en relacin connosotros.Los innumerables contactos de todo gnero que se efectan continuamente en eluniverso y los efectos igualmente innumerables y diversos de esos contactosconstituyen otro intercam bio de en erga cuya influencia se ejerce sobre todos los seres yen tod os los dom inios.Es preferible decir, para ceirnos m s estrechamen te a las teoras que examinamos: no

    se prod ucen verd aderam ente contactos en el un iverso. El universo es movimiento yese movim iento est hecho d e contactos. Los contactos y su s efectos son el u niverso.Del mismo mod o, en la restringida escala de nu estro individu o, es ese mov imiento delos contactos y de sus efectos lo que es nuestro individuo, esto que denominamosnuestro "Yo".Retornemos otra vez a los hechos a la medida de ese "Yo", que luego veremosd esvan ecerse como "el agua del esp ejismo" o "el castillo en las n ub es".El contacto desp ierta una id ea. Este nacimiento de la idea p ued e dep end er del contacto,no obstante nad a es menos cierto que el contacto sea la nica causa d el gnero de ideaqu e le sigue.Podemos comparar el contacto a un choque, pero en la duracin infinitesimal det iemp o que tran scurre entr e ese choque y el surgimiento de la idea que atr ibuye u nno m br e al objeto del contacto, se produ ce u n fenm en o. Este fen m en o se puedecomparar a la interposicin, entre el puro contacto y nuestra conciencia, de unapan talla sobre la cual hay figuras p intadas.

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    Qu es esa pan talla? Los tibetanos la denom inan pagtchags (en snscrito vasana), esdecir pr open sidad , inclinacin, hbito, per o ms exactamen te: mem oria 6.El pa pel qu e d esem pe a la educacin en la consecuencia que tenem os de nu estraspercepoiones fue su brayado p or los psiclogos occidentales.En un artculo que se refera a la man era en que los ind ividuos p erciben los colores, elDr. Charles Hil l 7 se perm ite dud ar d e la exactitud de la p ercepcin d e un nio que

    declara qu e el csped es verd e. Tiene realmen te el nio la impr esin d e d iscernir elcolor verde cuan do mira u n cuad ro d e csped , o bien rep ite: "el csped es verde" porefecto de un a su gestin? Se le d ijo: "el csped es verd e" y llega a verlo verd e.En el terreno an restr ingido de bsqu edas en qu e el estud iante se mantiene por elmom ento, exam inar sobre tod o el hbito qu e tenemos d e asociar la nocin d e ciertasformas, de ciertos colores, de ciertos sonidos, de ciertos sabores, etc., con ciertosestmulos particulares.Este hbito no es en mod o alguno p ersonal, est anclado, desde su origen, en los serescuyos rganos d e contacto son anlogos a los nuestros y que, de ah , son ap tos a serafectados de u na m anera an loga por los mismos estmu los.En cuanto a conocer las reacciones de las cuales podran ser susceptibles seres

    constituidos de manera diferente, nos es imposible. Lo que es razonablementeperm itido p ensar es que, como acabamos de decir lo , en un m ismo mu nd o, mu nd osdiferentes son p ercibidos por d iferentes seres segn la natur aleza de sus respectivosrganos d e percepcin.

    6 Otra acepcin de vasana es "fu erza", " impu lso vital" .

    7 Artculo en el "Continental Daily Mail" (agosto 1950). La traducci6n del ingls es ma.

    ADN.

    El mecanismo del fenmeno, tal como puede ser someramente descrito, es el

    siguiente:Tiene lugar un contacto, sabemos que este consiste en una serie de contactosdiscontinuos entre los que algunos producen un choque que desencadena unasensacin. Esta sensacin ya fue experimen tad a por el ind ividuo y p or los de su esp eciey la respuesta qu e le fue hecha en circunsta ncias anlogas se levanta a la man era deun a p antalla sobre la cual la respu esta habitual a este gnero de sensacin est inscritaen imgen es: un caballo, un albaricoque, un batintin, una esp ina u otra cosa.Quiere d ecir ello que en verdad absolut a nu estros sentidos entr aron en contacto conu n caba llo rea l, u n albaricoque r eal, etc.? N ada lo p rueba, cua lquier p rueba que sepu eda ap ortar d escansar a todavia sobre el testimonio de los sentidos, testimonio queno haria sino repetir las inexactitud es anteriormen te registradas. Nada nos perm ite

    suponer lo que hay ms all de la existencia de un estmulo que ha provocado lasensacin que hem os experim entad o, sensacin que hem os experim entad o a nuestraman era agregnd ole imgenes de nuestra invencin.Es preciso creer que h em os sido engaados por u n pu ro esp ejismo? En absoluto.Verosimilmente, el estmu lo correspon de a alguna cosa, pero esa algu na cosa, es decirel objeto 8 cualqu iera con el cual un o de n uestros sentid os ha chocado, sigue siendodesconocido.Sin que exista ning n objeto mat erial corresp ond iente, vemos as en su eos imgen esde caballo, albaricoque, etc., debidas a las m emorias qu e conservamos de esos objetos.Cmo se conservan esas memorias? Examinaremos en los siguientes captulosdiferentes teorias que se ocup an d e ese tema.

    8 N o hay que vin cular aqu al trmi n o " objeto" l a idea de m aterialidad que in cluy e

    cuando pensamos en u n a piedra, un rbol o un anim al. A qu, el " objeto" es ms bien

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    una fuerza, un particular destello de energa con el cual nuestros sentidos tuvieron un

    encuentro.

    Los tibetanos no dejaron d e observar qu e cuando m iramos un cazador que d ispara sufusil a lo lejos, vemos el fulgor d e la llam a an tes de oir el ru ido d e la deton acin. Estacompr obacin no p arece, emp ero, haberlos incitado a p roseguir investigaciones sobre

    ese particular y a elaborar teoras m s o men os coherentes relativas a las respectivasvelocidad es de la luz y el sonido.No obstante, la idea que el cuadro del mundo que contemplamos representaverdad eramente el estado d e los eventos en curso en el momento en que nos ap areeenest claram ente pu esta en d ud a en las ensean zas secretas. Estas se inclinan a p rofesarque las imgenes qu e vemos son imgen es de lo que fue y que no es m s. En otrostrminos, vemos los fantasmas d e cosas mu ertas.Quiz sea interesante compar ar a este respecto los datos d e nuestra ciencia mod ernacon las conjetur as hallada s en las ensean zas secretas.Bajo el ttulo "Si estuvira m os en u na estr ella, qu ver amos d e lo que existe en latierra?", Alexand re An anoff, lauread o p or la Sociedad Astronm ica Francesa, escribe:

    "A causa d e las inmensas d istancias que nos separ an d e las estrellas y de la longituddel tiemp o que la luz d e un a estrella necesita pa ra llegar a nosotros, la ima gen d e laestrella qu e vemos es la ima gen d e esta estrella que p arti hace algunos miles de aosdel pu nto don de esta estrella se hallaba en ese mom ento y que slo ahora se imp rimesobre nuestra retina."En conclu sin, cabe d ecir que en la m ayora d e los casos lo que exam inam os es el

    fantasma d e un a estrella. Quizs examinamos u na estrella que ya no existe ahora, encuyo caso podriamos p ensar que estud iar la astronomia es estudiar la h istoria d e unpasado desaparecido."Si nos encontrram os en un a estrella y si, desde all , pu diram os ver la vida sobre

    nu estro planeta, no veramos nu estra civilizacin mod erna . Veram os, por ejemplo,los sucesos que tu vieron lugar en Egipto en tiem po d e los Faraones".Para establecer que la ima gen qu e percibim os de un objeto no se conforma exactamen tea la que pr esentaba en el mom ento en qu e un contacto, visual u otro, se produ jo, lasenseanzas ap elan a las teoras que n iegan todo carcter d e estabilidad y de solidez a loscuerpos m ateriales. Estas teoras acaban de ser sucintamente evocadas en las p ginasanteriores.Aun que el intervalo de tiempo que consideran transcurrido entre el mom ento en quepercibimos la imagen de un objeto y el en que la imagen de este "parti" seainfinitam ente breve, el principio consider ad o es el mism o que el que se refiere a losmiles de aos qu e necesita la imagen d e la estrella para llegar hasta nosotros. En los dos

    casos la conclusin es: lo que vem os son imgenes d el pasad o.Tambin se invita al estud iante a qu e reflexione sobre el sigu iente problem a: Convieneconsid era r los even tos como u na serie d e cuadros que desfilan an te u n espectadorinmvil o ms bien debemos creer que u n viajero camina a lo largo d e una suerte d egalera de imgen es, contemp lando u nas tras otras las escenas que rep resentan.Los chinos de la secta d e med itacin 9 se plantearon este mismo p roblema y, al parecer,hallaron u na r espu esta en la siguiente declaracin qu e es clebre en la secta:"Estoy sobre el pu ente, y m ara villa! N o es el ro lo que corre, es el puen te qu e avan za

    sobre el torren te".

    9 Ts' an en China, Z en en el Japn, Dhy ana en snscrito.

    El puente que se desplaza sobre un torrente inmvil puede ser entendido como sifueran viajeros que and an a lo largo de u na su cesin de imgenes qu e son aconteceres,

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    pero, ms bien, el espritu en continuo m ovimiento es el que imagina el ro (torrentede eventos) que corre bajo el pu ente, y que imagina el pu ente mismo.Estos eventos, existen, pu es, ya? Ha bran sido p lantad os a lo largo del camino d elviajero a la manera de mojones kilomtricos inmviles que jalonan nuestroscaminos?En este caso, no basta ra qu e el viajero lo recorriese con su ficiente velocidad pa ra qu e

    pudiera contemplar cuadros situados fuera de la vista de los individuos queperm anecieron inmviles o que an da n lentamen te, es decir pa ra qu e tenga la visin delo que es el porvenir par a los individu os situad os detrs d e l, en el camino?He odo comp arar este viajero a un jinete. Cuan to ms r pid o lo lleve su cabalgad ur a,m s pron to ver tal ro, tal monta a y las personas qu e viven en sus cercanas que lospeatones que avan zan lentamente n o vern sino el da siguiente o dos d as despus.Por otra p art e, no sera posible d ar mar cha atr s, volver sobre los propios p asos ycontem plar, as, escenas d el pasad o?Las ensea nza s secretas encierran , sobre este particular , declaraciones desconcertan tesdel gnero d e aquella que se refiere al pu ente en m ovimiento y otras anlogas. Pero,como los Maestros del Tsan, aqu ellos que impa rten las ensea nzas seeretas, adv ierten

    a sus alum nos que estas d eclaraciones no tienen carcter dogmtico alguno. Apu ntan aproducir un choque mental, la inversin de nuestras ideas acostumbradas parahacernos ver un aspecto de las cosas que n un ca se nos apareci y la p osibilidad de laexistencia de lo contrario a lo que hemos considerado, hasta entonces, como unaverdad inatacable.Segn la expresin colorida d e un ad ept o de la secta Tsan, es pr eciso llegar a "per cibirla estrella polar en el hem isferio au stral".En lo que resp ecta a tener una v isin d e los eventos por ven ir, el pun to de vista de lasEnseanz as Secretas es examinad o ms ad elante 10. Basta d ecir ahor a que, fund nd oseen teoras relativas a la impermanencia de los fenmenos, su instantaneidad y la

    m ultip licida d d e las causas de las que d epend en, estas ensean zas d eclaran que elporven ir no pu ede ser contemp lado sino bajo el aspecto de p robabilidad es, nu nca bajoel de certidumbre. El ejemplo que se da a menudo es el de una semilla de la queprobablemen te brotar un germen , sin que, empero, se pu eda tener la certeza, pu es yapor secarse, ya por otras causas, cabe la posibilidad que la semilla no d de ning nmod o lugar a la aparicin de un germ en.Tanto el por venir como el pasad o repr esentan conceptos relativos que se relacionancon u n ind ividu o al que se imagina como p erman eciendo inm vil. Es en r elacin coneste ind ividuo al que se sup one f ijo , en un mom ento determ inad o, como existen eltiemp o y el esp acio. Si digo "lejos" m i valoracin eq u ivale a exp resar : "lejos d e m " olejos de u n objeto escogido por m e ima ginad o, igu almen te, como h allnd ose fijo en

    un lugar determinado.Ocurr e lo mism o si d igo: "hace mu cho t iem po", la valoracin d el t iemp o se fundasobr e el he cho d e m i existe ncia , o la de u n objeto elegido por m , en cierta pocadeterminada.Qu quiere decir "hace mil aos", o "ayer"? Qu quiere decir "cerca" o "a unadistancia incalculable"? Estos trminos no representan nada por s mismos; lejos ocerca no p ued en ser sino lejos o cerca de algun a cosa, mil aos o ayer no p ued en sersino mil aos o ayer contand o a par tir de algun a cosa.

    10 En el capitu lo IV .

    Hay motivo para d etenerse y discutir problemas de este gnero? Los Maestros queinculcan las ensean zas seeretas n o lo creen en a bsoluto. Estas d iscusiones, como otrasanlogas, pu eden h acer las veces de gimn asia mental para d esentum ecer el espritu,

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    pero no tienen u tilidad alguna p orque los objetos que prop orcionan la m ateria sobre lacual se ejerce nuestra ingeniosida d men tal carecen d e toda existencia real.Lo que es preciso llegar a comp rend er es que las teoras y d octrinas de todo gnero sonfabricaciones de nu estro espritu. Es capaz d e fabricarlas diam etralmen te opu estas unasde otras, y una s no sern m enos verdicas ni menos falsas que las otras porqu e todas seap oyan sobr e percep ciones errneas o, en el mejor de los casos, relativas, qu e no son

    vlida s sino p ara u n observador constituido como nosotros, colocad o dond e estamos yque estn vacos de tod a realidad absoluta.El clebre filsofo Nagarjuna 11 era un acabado maestro en el arte de desorientarnu estros hbitos mentales, d e probar nos que lo contra rio de lo que consideram os ciertopu ede ser igualmente cierto y qu e, muchas veces, ambos son absu rdos. De este modollevaba a la luz la inanidad de n uestras opiniones heredadas y p rofesadas sin haber

    jam s examinado las p ruebas sobre las cuales se dice que estn fund ad as.

    11 El fundador de la Escuela filosfica Madhyamika. Hacia el siglo II.

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    CAPTULO IIILOS ORIGENES INTERDEPENDIENTES

    Las Escrituras Budistas refieren que la primera predicacin del Buda consistiesencialmente en una exposicin de la teora de los "Orgenes interdependientes"(prattiya samutp ada ) 1, tambin d enominad a doctrina de las doce causas 2.

    Tod as las escuelas filosficas qu e fueron fund ad as en el seno del Bud ismo, ya fuer an d eten d encias rea listas o d e ten d encias idealistas, ad hirier on a d icha teora. El filsofoKamalasila 3 calificaba el pr attiya sam utpad a d e "Joya d e la Doctrina bu d ista".

    1 En t ibetano: rten hbrel yen lag btchu gn is. Pronun ciado: Ten del y en lag t chu gn i.

    Bello ejemplo de la diferencia que existe entre la ortografa y la pronunciacin en la

    lengua tibetana.

    2 Las doce nidana.

    3 Kamalasila. Clebre filsofo budista del siglo Vll. Perteneca al monasterio de

    V ikramasila, en la comarca de Magadha (India cen t ral). Bajo el rein ado del rey T i t song

    det sen (Khri srong ldehu bstan), fue al Tibet y all sostu vo u na cont roversia pblica

    con un monje chino adepto a la doctrina de la no actividad. Kamalasila triunf sobre

    su adversario y est e lt im o fue expu lsado del Tibet . Leyendo el relato de ese debate, en

    los text os tibetanos, segn mi parecer los argum entos del chino eran su periores a los de

    Kamalasila, pero cada vez que se me ocurri adelantar esa opinin ante los doctores en

    filosofa de las u n iv ersidades de Lhasa, est os mont aron en clera... lo cual n o cam bi

    en absolut o mi opinin.

    Los trminos emp leados en esta enum eracin se prestan fcilmen te a ser aplicad os alas peripecias de las vidas ind ividuales, as tal es, en genera l, la interpretacin ad optad apor los budistas hinayan istas (los theravad ins de los pases del sur). Para ellos, la serie

    de las d oce causas concierne a los ind ividuos: hombres o an imales, ms especialmentelos seres hum anos.Recuerd o haber pr ovocado el asombro y las negaciones form ales de mon jes bud istas deCeiln y d e Birman ia al insinuar qu e la "Caden a de los Orgenes interd epend ientes"era su sceptible al men os en su lnea prin cipa l de referirse tanto a la evolucin deuna p lanta como a la de un h ombre.En efecto, si bien entr e estos los "letrad os" se gu ard an d e ello, la ma yora d e los que sedeclaran bud istas mahayanistas d e los pases del norte, como tam bin h inayanistasdel sur siguen aferrad os al concepto hin d del Jiva 4, es decir el ego, un ente qu et ransmigra de v ida en v ida , abandonan do su cuerpo m ater ia l en e l mom ento de lamu erte "como se abandona u n vestido usad o para p onerse otro" 5.

    Esta creencia es sin embargo formal y contnu amen te denu nciad a por la d octrina d elBud a cuya negacin d el "Yo" es el artculo fund am ental y la d istingu e d e las doctrinasortodoxas hind es.El credo bu dista consiste, en efecto, en dos breves y tajantes d eclaraciones:"Todos los agregados son imperm anentes"."Todas las cosas estn p rivad as d e ego (atman : 'yo' o alma)".

    4 El equiv alen te de lo que los occident ales llaman alm a. El jivatm an es el prin cipio que

    da la vida al cuerpo. Es l quien, segn los hindes, se reencarna. El jivatman es, segn

    el V edant a, el Paratman en su modo indiv idualiz ado.

    5 Bhagavad Gita II, 22.

    Lo cua l significa que si se descartan los element os constituyent es que form an lo qu ellamam os un h ombre, un caballo , un rbol , un a m ontaa, una estrella o no importaqu cosa, si se abstraen las cua lid ad es que nos lo hacen sensible, nad a encontrar emos

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    que sea d istinto d e los elementos constitutivos de esas cua lida d es, no d escubriremos enabsoluto al hom bre, al caballo, a la mon taa en s. Estos nom bres slo designan u nacoleccin d e elemen tos.El ejemp lo clsico d ad o en los textos bud istas es el del carro q ue consta d el conjunto d elas rued as con sus ray os y cubo, de un tim n, etc. .. , o de la casa que consta de u naarm azn de ma dera , vigas, techo, etc.... Pero el carro en s mismo, la casa en s mism a,

    dnd e estn?Asimismo, si al hombre se le saca su forma fsica, la sensacin, la percepcin, laactivid ad m ent al, la conciencia-conocimien to, qu qu eda? Dnd e se encuent ra alhombre existente por s mismo fuera d e la corporalidad y la mentalidad?En las ensean zas secretas se apor ta la mayor insistencia en plan tear como doctrinafund am ental esta n egacin del "yo". Aquellos que se d emor an en la creencia d el "yo",se dice, no compren den el sentido de la enseanza, no son en m odo algun o bud istas,no obtend rn d e ningun a m anera la liberacin, la salvacin, pu es en caso de faltar u naper fecta comp rensin (un a vista clara) de esta au sencia de "yo", no per cibirn el med iode p asar m s all d el ser y el no ser.Ningu no de los que hacen profesin de bud ismo niegan ese credo y todos repiten en

    pali o en otra lengua, pero en la mayora d e los casos es "sin haber compr end ido elsentido d e la enseanza". 6

    6 La frm u la origin al en pali es: S abbe Sankhara an icca S abbe Sankhara dukkh a

    Sabbe dhamma anatta. Esto es: Todos los compuestos son impermanentes - Todos los

    compuestos son dolor - T odas las cosas (t odo en general), estn desprovi stas de ego (de

    " s" propio). Los t ibetanos escin den en dos al t ercer art culo de la declaracin y dicen:

    " N o hay ego en el indiv idu o, no hay ego en cosa algu na". T odas las cosas, todo ser que

    est com puest o de element os deriv ados de otro, son productos y , pu esto que es as, n o

    t ienen en absolut o natu raleza propia, aislada, independient e en la cual el otro n o est

    presente.

    Al ego, al cua l les es forzoso renu nciar si las Escritur as cannicas les son u n tantofamiliares, lo sustituyen por una corriente de elementos que andan en grupo, unpaqu ete, de alg n m odo, al parecer, a la man era d e los quanta d e la ciencia occiden tal.Esa corriente denom inada santana 7 desemp ea de alguna man era el pap el de la vidaind ividu al. El Thera Nyan atiloka 8 me declar un d a que N irvana consista en elagotamiento d e esa corriente de actividad cuand o dejaba de ser sustentad a por el aportedel karm a debido a la actividad del individu o. Segn su p arecer, lo que consideram osun individuo es una corriente particular, un santana especial. Desde luego, el erud itobhikhu negaba la existencia de un jiva o ego que existiera fuera del santana. Los

    fenmenos que comp onen la corriente eran aconteceres discontinuos qu e se sucedanen procesin sin estar vinculados unos con otros, a la manera de un desfile dehormigas.En lo que a m respecta, esa corriente que parece correr aislada conservando suidentidad entre las m ltiples otras corrientes parece derivar d e un a teora insostenible.Los Maestros tibetanos de las Ensean zas orales tamp oco la ad miten.

    7 Santana, trmino snscrito que significa un fluir continuo, una lnea, una sucesin.

    He disentido de la teora de los santanas en "Le Bouddhisme du Bouddha et ses

    dveloppements" , edicin ampliada, pg. 54 (Plon).

    8 N yanati loka es el n ombre religioso de un orient alista alemn que v ivi por m s de

    cuarent a a os en Ceiln como monj e bu dist a. Public nu m erosas obras: traducciones

    de las Escrituras palis del canon del Budismo del Sur u obras originales. Falleci en

    mayo de 1947.

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    Muy al contrario, encontramos en las obras de los autores mahayanistasinterp retaciones que d an al pratitya sam utp ad a un a significacin csmica, y en seguidase p lant ea u na cuest in: Por qu los d oce trm inos de la Cadena de los Orgenesinterdependientes son comprendidos de manera diferente en los sutras que losmen cionan y en las obras filosficas que los interp retan ?Vasutand hu 9, ad elantnd ose a esta cuestin, respond e: Porque en los sutras, la Caden a

    de los Orgenes est expu esta de un m odo pop ular para uso de la masa d e los aud itoresy al alcance de su grado de comprensin, es decir como si se refiriese a la vidaindividual, mientras que las obras dan interpretaciones que contemplan susignificacin pr ofund a.Se ve, pu es, qu e Vasuban d hu d istingue un a explicacin comp letamente exotrica yun a explicacin que ahond a m s en el tema.Los tibetanos encuentr an a qu su acostum brad a clasificacin de la d octrina exterior tchiy de la d octrina interior nang. Agregan el Sangs w ai Damna gs al que consideran comoun cuerpo de doctrinas secretas. Secretas en el sentido que slo los espritus

    part icu larmente perspicaces pu eden t ener acceso a ellas.Los Maestros que exponen las Enseanzas orales de esta categora no dejan de

    aconsejar a sus alumnos que se familiaricen primero con las interpretaciones"interiores" (nang) de la Cadena d e los Orgenes interd epend ientes.Su sign ificado en tero est en u nciado en fraseologa tcnica p or la d eclaracin: "Siend oesto as, sur ge aqu ello", o tam bin: "N o hay en a bsoluto p rod uccin real, no ha y sinointerdependencia".

    9 De su n ombre tibetano lgnen (t hyig gn ien). V ivi hacia el siglo V .

    Una frm ula explicativa es expr esad a en la form a siguiente: "N o apar ece cosa algu naque se haya p rod ucido por s misma (que sea la cau sa de su ap aricin). No ap arece cosa

    alguna que sea p rod ucida p or otra cosa. Nad a llega a existir sin causa. Todo lo qu e llegaa existir existe en d epend encia d e causas".La teora de los Orgenes interdependientes est ntimamente ligada a la de lainstantaneidad y de la imp erma nencia de todos los fenmen os, ya que estos consisten,como se d ijo anteriorm ente, en d estellos discontinuos d e energa.El trmino in terdepend iente indica tambin que n o se trata d e un a l nea de hi lacindirecta.Es pr eciso evitar creer qu e esto engendr a aqu ello que sur ge; carece de tiemp o para ello,cabe decir, pues los destellos de energa no tienen duracin alguna que puedaperm itirles un acto real d e prod uccin.Adem s, no hay cosa que sea el produ cto d e un a causa nica, ya que la combinacin d e

    varias causas siempre es necesaria para dar lugar a un resultado. La semilla sin lacoopera cin d e la tierra, la hu med ad , la luz , etc..., jam s se convertir en r bol.El hecho es que la teora de los Orgenes interdependientes apunta simplemente aesclarecer qu e la existencia p asajera d e ciertos fenmen os es necesaria para q ue ta l otrofenmen o llegu e a existir.N ingu no d e los destellos de energa que constituyen el mu nd o se manifiesta solodescansan do sobre la existencia, tan efmer a como la suya , de otros d estellos de en ergaque reem plazan causas u ocasiones favorables.En la interpr etacin ma hayan ista de la "Cad ena d e los Orgenes interd epend ientes",esta cobra amplitud. El nacimiento, la decrepitud, la muerte, ya no estn msrepresentados como las etapas de la vida de un individuo humano que nace, sedesar rolla, envejece y mu ere par a renacer y volver a emp ezar u n curso anlogo atravs de las alternativas de sensaciones agradables o dolorosas. Se trata de la leyun iversal de la imp erman encia en virtud de la cual todo lo que surge como siend o elresultado de una unin de elementos debe forzosamente disgregarse cuando se

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    ma nifiestan causas d iferentes d e aquellas que llevaron a la constitucin del agregad o.Las ltim as palabr as que el Bud a mor ibun do d ijo a sus discpulos fueron: "Todo lo quees prod ucido, lo que es compu esto, es perecedero".Esta ley de la imperm anencia rige los soles en las hond ura s d el insond able espacio, ascomo rige el ms d iminuto insecto, el menor gran o de p olvo.No basta comp render qu e nacimiento, decrepitud y m uerte sobrevienen a la medida d e

    los progresos qu e nu estros sentidos acha cosos son capa ces d e registrar. El proceso esincesante en tod os los seres, en tod as las cosas: en el sol o en el gran o de p olvo, cadauno d e los tomos que lo const ituyen v ive ind iv idu almente e l d rama perpetu o delnacimiento, la vejez y la m uerte.El ciclo de los Orgenes Interdep end ientes se desarrolla pues en todo, por d oquier, tantoen lo infin i tament e pequ eo como en lo infin i tament e grand e. Su d esarrol lo no seopera progresivamente en el tiempo: las doce causas enumeradas estn siemprepr esentes, coexistentes e interd epen d ientes, su actividad est conjuga d a, y no existensino las un as por las otras.De hecho, los "Orgenes Interd epend ientes" no son d e ningn mod o una descripcinde incidentes qu e sobrevienen en torno d e un ser que existira fuera d e ellos. Cada ser

    es la Cad ena de los Orgenes Interd epend ientes, como es el un iverso y fuera de suactividad no existe ser algun o, universo alguno.El Maestro que comunica a un alumn o las enseanzas orales no deja d e exponerle lasteoras que acabo de resum ir sucintamente y mu chas otras que fueron elaboradas p orlos sutiles filsofos budistas d e la India y de China, y por autor es tibetanos tales comoGam bop a, Jam yan g Shes p a, p or diferen tes jefes d e la secta de los Sakyapas, etc.... ElMaestro alienta a su alu mn o par a qu e estud ie la vasta literatura filosfica qu e tiene asu alcance en las bibliotecas d e los grand es mon asterios. No d esde a la erud icin; amenu do l mismo es un d istingu ido letrad o, pero la utilidad de la erud icin no superasegn su par ecer la de un a pr ovechosa gimnasia men tal aprop iada p ara flexibilizar las

    facultad es intelectuales, apr opiad a p ara en gend rar ten den cias crticas, la desconfianza yla du da , ese prim er pa so hacia la investigacin y el conocimiento.Luego se pon e al estudiante en contacto con los elementos d el sang wai d amn gag ynu evas interpretaciones d e la Cadena d e los Orgenes le son prop uestas.Desde el enu nciado d e los primeros tem as: ignorancia, sam sara, se apela a la atencindel alumno.Qu es ignora r? Es no saber. Sin embar go, la ignora ncia nun ca pued e ser total. Seignora tal cosa, pero a l mismo tiemp o se conocen otras. En ltima instancia, aquel quese da cu enta qu e "ignora", no posee p or eso mism o el conocimiento d e su existencia,sea cual fuere la natu raleza de esta?No pod ramos p ues contemp lar esta inasible ignoran cia que abre la serie de las doce

    causas como si fuera u n conocimiento errn eo, una vista falsa?En lugar de imaginar la ignorancia 10 como una suerte de poder vago y ocultoagaza pa do en el trasfondo d el espa cio y las eternid ad es, fuente original del peregrina jedoloroso de los seres a travs d el samsara, no pod ramos reconocer qu e ese "no saber"es pu ram ente "nu estro", en el sentido que es p arte integrante nu estro ser?

    10 Tibetano: ma rig pa = no saber. Snscrito: avidya, igual significado.

    Qu es lo que prod uce la ignora ncia, qu es lo que la alimenta ? Es nu estra actividadcomp uesta d e actos fsicos y de actos mentales.Si bien estn basados sobre u na concepcin filosfica d el mu nd o m uy diferente de laque inspir al autor del Bhagavad Gita, las Enseanzas orales concuerdan con elpoema hind en declarar:

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    "Na d ie pu ed e per ma necer, au nqu e sea un solo instante, sin actuar. Todos se venconstreidos a ello por la naturaleza misma de los elementos 11 con que estncompu estos (por las funciones natur ales de su ser)" 12.Qu agen tes nos incitan a la accin? Son los sentidos p rod uctores d e percepciones ysensaciones, y hemos visto, en el captulo anterior, que nuestros sentidos nosprop orcionan informaciones errneas. Nos indu cen al error, y si nos dejamos engaar,

    cultivamos la ignora ncia. A defecto de tener acceso a la realidad no slo "ignoram os"sino que constru imos sobre informaciones falsas conceptos falsos, y la estructur a de u nmu ndo fantasmagrico.Estas construcciones m enta les d escansan sobre la irrep rimible actividad de nu estroespritu y sobre la ignor ancia descan san los sam skara s o "confecciones"; los du tched(hdu byed ), es decir los "conjun tos", como son den omina dos p or los tibetanos.Estos "conjun tos" son ma ntenidos p or la fe que tenemos en su real idad y por el usoque hacemos de ellos. Es as como una suerte de realidad ilusoria es conferida almundo que creamos considerndolo exterior a nosotros, mientras que emana denosotros y mora en nosotros en depen dencia de la ilusin d e la cual somos p resa.Es en nu estro espritu d ond e la "Caden a d e los Orgenes interdepen dientes" efecta su

    revolu cin, volvind ose sobre s misma con sus tr es factores: ignor ancia - deseo - acto,apoyn dose un o sobre el otro.

    11 Los guna.

    12 Bhagavad Gita III, 5.

    En luga r d e considerar el Pratitya samutpad a com o un a ley que nos rige (opininesotrica - tchi) o considerar como si nosotros mismos furamos esta cadena deorgenes que "fluye como u n r o" (ensean za interior - nan g), da remos otr o pa so conlas ensean zas secretas compr end iendo que si somos la Cadena, somos tambin su

    creador."Te conozco, Oh constru ctor d el edificio, en ad elante ya no constru irs m s" 13.

    En este pu nto se deja al alumn o para que m edite y el Maestro pasa al exmen d e otrateora, pero p ued e transcurrir mu cho tiemp o en ese intervalo.

    13 Dhammapada, 154

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    La Cad ena d e los "Orgenes interdep endientes" est enum erada en la forma siguiente

    En castellano En snscrito Pronunciaci

    n tibetana

    Ortografa

    tibetana

    ignorancia avidya marigpa ma rig paformaciones

    -confecciones men tales-

    samskara d u tche hdu byed

    conciencia-conocimiento

    v ijn an a nam p arshespa

    rnam par chespa

    nombre y forma(corporalidad,mentalidad)

    nam a-ru p a m ing tangzu g

    ming tang gzugs

    esfera de los sentidos(sentid os y sus objetos;el esp ritu se consideracomo el 6 sentido)

    sadayatana kye tched tug skye mched trug

    contacto sparsha reg pa reg pa

    sensacin ved ana tsorwa tsor badeseo, sed tr ishna sedpa sred pap reh en sin upad ana lenp a len p aexistencia (d evenir) bhava sidpa srid pan acim ien to jati kyewa skye bavejez, m u erte jara-m arana ga shi rga shi

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    Aqu ellos qu e conciben la Cad ena d e los Orgenes com o si se refiriese a la vida d e losindivid uos la explican de las dos man eras siguientes o en forma an loga

    I.Vida pasad a

    ignoranciasamskara (actividad mental)

    I.Vida pasad a

    i lusinsamskara = karma

    II.Vida presen teconocimiento

    corporalidadmentalidad

    rganos de los sentidos y el espritu(6 sentid o)

    imp resin recibida p or los sentidossensacin

    deseoprehensinapego

    acciones

    II.Vida presen teprimer momento de una nuevavida , concepcinlos 5 elem entos constitu tivos d e laexistenciaen el embrin antes de laformacin de los rganos de lossentidosform acin de los rgan oslos rganos y la Conciencia-conocimiento comienzan a coopera rsensaciones d eterminad asdespertar del instinto sexual;comienzo de un n uevo karma diferentes ocup aciones en la vida .Vida, es decir diferentes gneros deactivida d consciente

    III.Vida futu ra

    nacimientovejezmuerte

    III.Vida futu ra

    renacimientonu eva vida vejezmu erte

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    CAPITULO IVEL SABER

    Luego de habernos interiorizado rpidamente de lo que se nos dijo respecto a ladoctrina de los "Orgenes Interdependientes", podemos retornar al examen de lasteoras que conciernen a las "mem orias" a las que n os hem os referido brevem ente en

    el Captu lo II.En el Bud ismo tar do, es decir entre los siglos V y VI, se cedi u n lug ar im por tante a lasteoras relat ivas al Alaya vijna na . Estas no fueron inventad as precisamente en esapoca, existan anteriormente en germen, pero el haberlas puesto de relieve y sudesarrollo fue obra d e los doctores del Mahayana.Alaya es un trm ino snscrito que significa m orad a, recept culo, dep sito. Lo hallam osen el nombre mu y conocido d e la elevada cadena d e montaas qu e separa a la India delTibet: H imalay a, es d ecir mor ad a o recept culo de las nieves. Alaya vijnan a es p ortant o un recep tculo de conciencia-conocimiento.El lector d ebe record ar q ue en el Bud ismo el trm ino "conciencia" siemp re significa"conocimien to", como en las expr esiones "tener conciencia de algu na cosa" o "tom ar

    conciencia", ser consciente de u n hecho m aterial o menta l, haber lo notad o de m aner ade recordarlo. En su ma, se trata d e saber y no d e un a facultad mental imaginaria que,instalada en nosotros a la manera d e un juez, est imara el valor mental de n uestrosactos basnd ose sobre la nocin ntima de u n Bien y de un Mal en sentido absoluto yexigira la obed iencia a su s ma nd am ientos 1.El alaya vijnan a, receptculo d e conocimiento-conciencia, no se men ciona en a bsolutoen el Tibet, en las enseanz as popu lares de grado elemental. La encontra mos en elgrad o nan g, enseanzas "interiores" y en los sangs w ai dam ngags, enseanzas oralessecretas.Qu nos d icen?

    Tod a accin fs ica o mental , todo m ovimiento que se pr odu ce en el dom inio de lamater ia grosera o en el del espritu, da lu gar a u na em isin d e energa 2. Para emp learla expresin consagrad a, prod uce un a " semilla " 3.Esta semilla, lo mism o que tod as las semillas ma teriales, tiend e d ad as circun stanciasfavorables a produ cir u n ser 4 de la misma especie que la d el padre que h a emitido lasem illa. La sem illa de u na encina tiende a produ cir u na encina, la semilla de u nanimal, perro o ave, tiende a prod ucir un perr o o un ave.De mod o similar, las innu mer ables semillas-fuerzas p royectadas en el universo por eldeseo, la aversin, el amor, el odio y los actos suscitados p or esos sentimientos, por elapego a la existencia ind ividu al con la actividad material que incita a d esplegar parapreservarla, perpetu arla, para acrecentar el poder y a mp liar la esfera en que se m ueve,

    todas esas semillas tienden a reprod ucir semillas semejantes a su s pad res psquicos ymateriales.

    1 M s o menos como el imperat iv o de Kant .

    2 En t ibetano: chug o tsal (rtsal) en snscrito: shakti.

    3 En tibetano: sabon (pronunciado sabeune); en snscrito: bija.

    4 Por "ser" no hay que entender nicamente un ser animado, sino en general, algo que

    existe, que es, sea cual fuere la natu raleza material o sut il de ese " algo" .

    No es en absoluto n ecesario par a qu e la siembra tenga lugar qu e los sentimientos queexperimentamos se materialicen en actos. Las aspiraciones que alimentamos sinrealizarlas, tambin aqu ellas qu e refrenamos, nu estros pensam ientos, sea cual fuere sunaturaleza, proyectan incesantemente simientes. An ms, la actividad oscura, quesiemp re obra sin que lo sepam os en la parte subconseiente de nu estro ser, es uno d e losm s pod erosos focos emisores de simientes.

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    Es preciso ir m s lejos, dicen las enseanz as secretas, es preciso comp rend er, cap tar, verque no ha y una brizna de hierba, ni un grano d e arena 5 que no sea emisor d e simientepor la activida d d e su vida fsica y la d e una vida p squica, particular a su gnero de ser,que no d ebemos imaginar, en mod o alguno, semejante a la nuestra.No se prod uce el menor m ovimiento en este mund o que es movimien to sin qu eese movimiento no desen cadene otros mov imientos, otras ma nifestaciones de energa

    tend ientes a repeticiones apoy nd ose en "m emor ias" (vasana) o, como las d enom inanlos tibetanos, en prop ensiones (pagtchag). Cad a un o de nu estros movim ientos fsicos omentales es el fruto d e causas que p rovienen de tod o el unverso y que repercuten entodo el un iverso. As se d espliega el juego, sin comienzo concebible, de la actividad quees el universo.De acuerdo con una de las teoras que tratan de la suerte de las semillas-fuerzasproyectadas en el universo, stas se depositan en un receptculo (Alaya) dondepermanecen en estado de energas latentes que slo esperan para manifestarse laapar icin de condiciones apropiad as, de igual mod o que el grano alma cenado en u ngranero espera para germinar que lo pongan en contacto con la hm eda tierra.

    5 Los tomos (dul ten, ortografa: rdul phran) comparados a granos de arena o de polvo

    de los cuales los M aest ros de las Enseanzas secretas dicen que cada un o de ellos es un

    m un do qu e en cierra miradas de seres y donde se represent a un drama de la vida y la

    mu erte sem ejant e al que n os es percept ible en nu est ro mu ndo.

    Sin embar go, no dejan d e pr odu cirse condiciones ap ropiad as; as, mientras q ue caencontinua mente simientes en el receptculo, otras se escurren tam bin continua mentebajo la form a d e hbitos, de pr open siones, de "mem orias" (vasana) d e ord en fsico o deorden psquico que favorecen la repeticin de actos materiales o de actividadesmentales que ya se haban produ cido anteriormente.

    Cules son las "condiciones" que permiten la germinacin de las simientes? Ellasmism as son el pr odu cto de simientes pu es nada existe fuera de la rond a de los actos yd e sus frutos, del encad enam iento d e las causas y los efectos, siend o la cau sa el efecto deun a causa an terior y el efecto deviniendo la causa d e otro efecto.Segn la expresin d e algunos d octores del Mahayena, el alaya es un "ro sin r up turacuya corriente es perp etua ".Esta comp aracin d e "ro que corre" nos lleva lejos de la concepcin d e un a m orad a od e un recepta culo d e simientes, qu e m s bien evoca la idea de la inmovilida d, delestancamiento.Empero, algunos han conservado, ms o m enos par cialmente, esta idea bajo diferentesform as y bajo diferentes nombres. Un mu nd o que no era sino m ovimiento les daba

    vrtigo, sentan qu e all perd an el pie y, a d efecto de no encontrar el apoyo estable alque an helaban fijarse, lo imaginaban, termina nd o por convertir el alaya en la matriz(garbha) que contiene a los seres, un equivalente d el Brahm an d e la filosofa Vedan ta.Las ensean zas orales secretas asum en una p osicin muy d iferente basnd ose en laimp erm anen cia fund am ental d e tod os los fenmenos y en el hecho que stos soncompuestos, agregados diversos. Las simientes, productos de la actividad mentalasociada o no a u na actividad material, e incluyendo d iferentes elementos no p ued enser consideradas estables. Como todas las formaciones consisten en sucesiones deinstantes fugitivos. Luego, qu gnero d e receptculo, d e morad a cabe ima ginar pa racontener en u n estad o de esper a, es decir de rep oso, lo que es inasible, por carecer d edu racin ap reciable?En verdad, slo existe el perpetuo fluir, a la vez continuo (nunca se detiene) ydiscontinuo (consta de movimientos distintos) de los destellos de fuerza: causas yefectos se engendr an sin qu e el pad re-causa pu eda nu nca conocer su p rogenie-efecto

  • 8/7/2019 David Neel Alexandra - Las Ensenanzas Secretas

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    pu es d esapa rece mient ras esta sur ge o, m s bien, su desaparicin m ism a es lo queconstituye su efecto: el fenm eno n uevo.Prestan do cierto apoyo a la teora del alaya recept culo, Vasuban dh u 6 declaraba: El actoperece inm ediatam ente desp us d e haber nacido, por lo tanto no cabe adm itir que lmism o prod uz ca el fru to , per o imp rime en la raz de la conciencia (mula vi jnan a)virtua lidad es, energas o simientes qu e prod ucirn su fruto. Estas virtualidad es reciben

    el nom bre de vasana (memor ia).Esta "raz d e la conciencia" qu e recibe im pr onta s es asim ilable al recept culo al quealgunos casi lo convirtieron en u na p ersonalidad mstica? Veremos d e qu m anera escontemp lada en las enseanzas orales.Detengmonos emp ero en un a d eclaracin de H iuan Tsang 7 en la que se retoma laidea de Vasuband hu d e que el fruto no es prod ucido directamente por el acto sino pormed iacin d e la traza qu e ste im pr imi en la "raz d e la conciencia"."El fru to no p ert ene ce a la natu raleza del acto", dice H iuan Tsang, "porqu e no es

    engendrad o d irectamente por el acto".

    6 V asubandhu , eminent e filsofo budist a, cuy a fecha se sita entre los siglos V y V I.

    Algunos hablan del siglo IV.

    7 Hiuan Tsang, 633, religioso budista chino, filsofo y gran viajero

    Las enseanzas secretas no contradicen en modo alguno este punto de vista. Yaadv ir t ieron al estudiante qu e el efecto no es nun ca el prod ucto de u na causa nica,sino siempre de varias causas cuyo poder no es igual. En lo que concierne a lassimientes, desd e su origen son comp uestos, que encierran elementos diferentes. Porotra pa rte, el medio en el que estn proyectada s es, tam bin, un a mezcla de elementosheterogneos, en el cual la simiente antes d e pr odu cir su efecto sufrir forzosamentemltiples contactos con otras simientes y las "improntas", como las denomina

    Vasuband hu, al sup erponerse en d iferentes sentidos, pocas veces una de ellas ad optarexactamente la forma de otra. As, como consecuencia de estos contactos, de estassuperposiciones, las simientes e improntas tomarn una naturaleza ms o menosdiferente d e su natur aleza original.Se sigue de ello que las vasanas: memorias, simientes, propensiones, hbitos, etc.,nu nca recrean el tejido d el pasad o actividad es fsicas o actividad es psquicas segnun diseo absolutam ente idntico. El dibu jo que h a d e ser el porvenir al estar influid op or las "m em orias " ofrecer sem ejan zas m s o m enos marcadas con el d iseo d elpasad o, pero nun ca ser exactamente el m ismo.Esto excluye la posibilida d d e cualquier p rofeca definitiva. Algunos p ensaron qu e si sepu dieran conocer todas las causas que existen en el m om ento presente, se p odran

    pr ever los efectos y contemp lar as el cuad ro d el porvenir. Esta idea es rechazad a en lasenseanzas orales.Basad as sobre la ley de la imp erm anen cia universa l, m ientras sostienen la doctrinadeterm inista del encadenam iento de las causas y efectos, stas previenen al estud iantecontra la idea d e que u n d eterm inismo absolut o est a su alcance; slo le es accesible eldom inio de las probabilida des.Aun sup oniend o que todas le fueran conocidas en un momento dad o y que puedacalcular, en ese mom ento, los efectos qu e est en la natu raleza d e esas cau sas prod ucir,en el momen to que sigue a ste, estas cau sas ya habrn suirido m odificaciones debid oal hecho de su contacto con otras causas-fuerza s. No slo no sern idnticas a lo queeran a nteriormen te sino que, en realidad , otras cau sas, de diferente constitucin, lashabr n seguid o. Se sigue qu e los efectos que se pu eden esp erar d e estas ltima s serndiferentes de aquellos que se h abran pod ido p ronosticar en el mom ento precedente.Al mismo tiemp o, un a activida d an loga se produ ce en los sentidos y en el "men tal"del observador qu e, ellos tambin, se renuevan de instante en instante 8.

  • 8/7/2019 David Neel Alexandra - Las Ensenanzas Secretas

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    Qu momento, entre esa doble corriente de fenmenos fugitivos podra haberofrecido un cuadro estable de causas ap ropiadas p ara servir de base que d eterminaseexactamen te los elementos qu e han de constituir el rostro del porvenir?Los tibetanos tradu jeron alaya vijnana por kun ji nam par shespa. Esta trad uccin esexacta? Discutir un a cuestin de este gnero est fuera del m arco del p resente libro, loque n os interesa es el significado qu e los tibetanos dan a ese trmino en su s enseanz as

    secretas.La idea d e "receptcu lo" no p ued e ap licarse a ku n ji. Ji (ortografa gzi) significa base,fund am ento. Se llam a ji a un bien p atrim onial. El ji de u n ind ividu o es el dom icilioqu e, ant es de ser de l, ha sido el d e la casta familiar de la cual surgi. En sentidofigu rad o, ji pu ed e ser la base sobre la cua l se fun d a un a d octrina. Ji se aplica tam bin alos cimientos de un edificio, a no imp orta qu cosa sobre la cual algo d escansa.Kun significa simplemente: "todo".En cuanto a n amp ar shespa, nam par qu e quiere decir "perfectamente" y shespa qu esign ifica "sab er", "conocer".En sum a, Kun ji nam pa rshesp a significa "saber-conocimiento base de todo". O msclaram ente en nu estra lengua : "el conocimiento fun da men tal".

    Se imp onen a qu explicaciones:Ante tod o es menester estar informad o de qu e, el saber, la toma d e conciencia de qu e setrata


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