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El período posterior después de una pérdidapara que ayuden a planifi car un funeral. •...

Date post: 02-Feb-2020
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Para obtener más información Your Grieving Child por Bill Dodds From Grief to Grace por Jeannie Ewing Grieving with the Help of Your Catholic Faith por Lorene Hanley Duquin Grieving the Loss of a Loved One: Daily Meditations por Lorene Hanley Duquin Praying Our Goodbyes por Joyce Rupp Grieving Together, A Couple’s Journey rough Miscarriage por Laura y Franco Fanucci El período posterior Después de varias semanas, se acabarán las visitas, las tarjetas, las comidas y otras atenciones. Las personas que han sufrido una pérdida frecuentemente se sienten solas y tienen miedo. Es posible que experimenten insomnio, fatiga, dolores de cabeza y otros síntomas físicos relacionados con el duelo. También pueden padecer cambios de estado de ánimo, excitabilidad, olvido y falta de concentración. Sus familiares y amigos podrían impacientarse y decirles “¿Por qué no te repones? ¿Cuándo piensas volver a la normalidad?”. La mayoría de la gente no se da cuenta que el tiempo más difícil para una persona que ha sufrido una pérdida es entre el cuarto y quinto mes después del fallecimiento. Los días de fiesta y los aniversarios pueden ser especialmente dolorosos. A medida que se acerca un día especial, los recuerdos del pasado aparecen y se intensifican los sentimientos de pérdida. Tu presencia durante todo el año después de la muerte puede tener un profundo impacto en la vida de una persona que sufre por haber perdido a un ser querido. Estas son algunas maneras de iniciar una conversación en los meses posteriores a un deceso: “¿Quieres hablar?” Tu disponibilidad para escuchar (aunque se trate de la misma historia una y otra vez) no tiene precio. Escucha con compasión los pensamientos y los miedos que posiblemente él o ella no quiera compartir con los miembros de su familia. No te sorprendas si la persona comienza a cuestionar a Dios, la vida después de la muerte, el bien y el mal y la razón por la que suceden cosas malas. Podrás responder algunas preguntas, otras no tienen respuesta. “Estaba pensando en…” Hazle saber a la persona que todavía piensas en su ser querido. Utiliza el nombre del difunto cuando compartas tus recuerdos. “¿Quieres que hagamos oración?” Si la idea de orar con alguien te parece incómoda, no eres el único. La mayoría de los católicos no hemos sido educados para orar con otros. Puedes sugerir decir un Padre Nuestro o un Ave María juntos. Si te sientes cómodo orando de manera espontánea, pídele al Señor que ayude a esta persona e invítala a pedirle al Señor lo que necesita. También puedes ofrecerte a acompañar a la persona a Misa o a asistir a la adoración del Santísimo Sacramento. “¿Te puedo ayudar en algo?” Tu ofrecimiento abre la puerta a muchas posibilidades que podrían estar en la mente de la persona. No hagas sugerencias, solo asegúrale que estás dispuesto a ayudarle de cualquier modo. La importancia de la confidencialidad Cuando una persona que ha sufrido la pérdida de un ser querido comparte sus miedos, fracasos, decepciones y dificultades, lo hacen esperando que tú no le dirás a nadie lo que te ha compartido. Hacerlo sería traicionar su confianza y podría tener consecuencias terribles. Ya no serías percibido como alguien digno de confianza. La gente ya no buscaría tu ayuda ni te compartiría sus problemas. La sencilla regla para seguir es: no compartas lo que alguien te ha dicho a menos que la persona te haya dado explícitamente su consentimiento para hacerlo. La única excepción es si sospechas que la persona necesita la intervención de alguien más. Por ejemplo, podrías tener la sensación de que alguien necesita ayuda externa si ha bajado mucho de peso, ha dejado de poner atención a su aseo personal, utiliza drogas o alcohol o tiene pensamientos suicidas. Estos podrían ser indicadores de depresión clínica. El final del duelo El dolor y la tristeza no siguen un calendario. La gente lleva el duelo con diferentes intensidades y por diferentes períodos de tiempo. Sabrás que la persona está llegando al final de su tiempo de duelo cuando muestre señales de que se está ajustando a su nueva vida. Comienza a reír de nuevo Expresa gratitud Aumenta su energía Muestra interés en hacer cosas Sus recuerdos se vuelven reconfortantes, en lugar de dolorosos Muestran esperanza en el futuro Por Lorene Hanley Duquin Copyright © Our Sunday Visitor, Inc. Ninguna parte de este folleto puede ser reproducido o impreso de ninguna forma. Núm. de Inventario P2354 Nihil Obstat: Reverendo Michael Heintz, Ph.D. Censor Librorum Imprimatur: Kevin C. Rhoades Obispo de Fort Wayne-South Bend El Nihil Obstat e Imprimátur son declaraciones oficiales de que un libro o folleto no contiene errores doctrinales ni morales. No hay allí implicación alguna de que quienes hayan aprobado el Nihil Obstat o el Imprimátur coincidan con el contenido, las opiniones o afirmaciones expresadas. Cómo ayudar a alguien después de una pérdida “Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.” — Mateo 5, 4 Our Sunday Visitor atrae, catequiza e inspira a millones de católicos por medio de folletos relevantes y fáciles de leer como este. Nuestra amplia gama de temas disponibles incluye: Enseñanzas de la Iglesia Los sacramentos Eventos de actualidad Temas de temporada Corresponsabilidad Enseñanzas papales Para ver nuestro catálogo y ver algunos ejemplos en línea en formato PDF, visite osv.com/pamphlets. Imágenes: Shutterstock Imagen: Shutterstock 3/19 Para ver los archivos PDF de folletos adicionales o para ordenar copias de este folleto en grandes cantidades, visiten www.osvparish.com/pamphlets 1-800-348-2440 • Fax: 1-800-498-6709 • www.osv.com For Review Only. Copyright Our Sunday Visitor, Inc. For Review Only. Copyright Our Sunday Visitor, Inc.
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Page 1: El período posterior después de una pérdidapara que ayuden a planifi car un funeral. • Organizar una guardia de honor y a monaguillos adultos para los funerales. • Organizar

Para obtener más informaciónYour Grieving Child por Bill DoddsFrom Grief to Grace por Jeannie EwingGrieving with the Help of Your Catholic Faith

por Lorene Hanley DuquinGrieving the Loss of a Loved One: Daily Meditations

por Lorene Hanley DuquinPraying Our Goodbyes por Joyce RuppGrieving Together, A Couple’s Journey � rough

Miscarriage por Laura y Franco Fanucci

El período posteriorDespués de varias semanas, se acabarán las visitas, las tarjetas, las comidas y otras atenciones. Las personas que han sufrido una pérdida frecuentemente se sienten solas y tienen miedo. Es posible que experimenten insomnio, fatiga, dolores de cabeza y otros síntomas físicos relacionados con el duelo. También pueden padecer cambios de estado de ánimo, excitabilidad, olvido y falta de concentración.

Sus familiares y amigos podrían impacientarse y decirles “¿Por qué no te repones? ¿Cuándo piensas volver a la normalidad?”.

La mayoría de la gente no se da cuenta que el tiempo más difícil para una persona que ha sufrido una pérdida es entre el cuarto y quinto mes después del fallecimiento. Los días de fi esta y los aniversarios pueden ser especialmente dolorosos. A medida que se acerca un día especial, los recuerdos del pasado aparecen y se intensifi can los sentimientos de pérdida.

Tu presencia durante todo el año después de la muerte puede tener un profundo impacto en la vida de una persona que sufre por haber perdido a un ser querido. Estas son algunas maneras de iniciar una conversación en los meses posteriores a un deceso:

• “¿Quieres hablar?” Tu disponibilidad para escuchar (aunque se trate de la misma historia una y otra vez) no tiene precio. Escucha con compasión los pensamientos y los miedos que posiblemente él o ella no quiera compartir con los miembros de su familia. No te sorprendas si la persona comienza a cuestionar a Dios, la vida después de la muerte, el bien y el mal y la razón por la que suceden cosas malas. Podrás responder algunas preguntas, otras no tienen respuesta.

• “Estaba pensando en…” Hazle saber a la persona que todavía piensas en su ser querido. Utiliza el nombre del difunto cuando compartas tus recuerdos.

• “¿Quieres que hagamos oración?” Si la idea de orar con alguien te parece incómoda, no eres el único. La mayoría de los católicos no hemos sido educados para orar con otros. Puedes sugerir decir un Padre Nuestro o un Ave María juntos. Si te sientes cómodo orando de manera espontánea,

pídele al Señor que ayude a esta persona e invítala a pedirle al Señor lo que necesita. También puedes ofrecerte a acompañar a la persona a Misa o a asistir a la adoración del Santísimo Sacramento. • “¿Te puedo ayudar en algo?”Tu ofrecimiento abre la puerta a muchas posibilidades que podrían estar en la mente de la

persona. No hagas sugerencias, solo asegúrale que estás dispuesto a ayudarle de cualquier modo.

La importancia de la confi dencialidad Cuando una persona que ha sufrido la pérdida de un ser querido comparte sus miedos, fracasos, decepciones y difi cultades, lo hacen esperando que tú no le dirás a nadie lo que te ha compartido. Hacerlo sería traicionar su confi anza y podría tener consecuencias terribles. Ya no serías percibido como alguien digno de confi anza. La gente ya no buscaría tu ayuda ni te compartiría sus problemas.

La sencilla regla para seguir es: no compartas lo que alguien te ha dicho a menos que la persona te haya dado explícitamente su consentimiento para hacerlo. La única excepción es si sospechas que la persona necesita la intervención de alguien más. Por ejemplo, podrías tener la sensación de que alguien necesita ayuda externa si ha bajado mucho de peso, ha dejado de poner atención a su aseo personal, utiliza drogas o alcohol o tiene pensamientos suicidas. Estos podrían ser indicadores de depresión clínica.

El fi nal del duelo El dolor y la tristeza no siguen un calendario. La gente lleva el duelo con diferentes intensidades y por diferentes períodos de tiempo. Sabrás que la persona está llegando al fi nal de su tiempo de duelo cuando muestre señales de que se está ajustando a su nueva vida.

• Comienza a reír de nuevo• Expresa gratitud• Aumenta su energía• Muestra interés en hacer cosas• Sus recuerdos se vuelven reconfortantes, en lugar

de dolorosos• Muestran esperanza en el futuro

Por Lorene Hanley DuquinCopyright © Our Sunday Visitor, Inc.

Ninguna parte de este folleto puede ser reproducido o impreso de ninguna forma.

Núm. de Inventario P2354

Nihil Obstat: Reverendo Michael Heintz, Ph.D.Censor Librorum

Imprimatur: ✠ Kevin C. RhoadesObispo de Fort Wayne-South Bend

El Nihil Obstat e Imprimátur son declaraciones oficiales de que un libro o folleto no contiene errores doctrinales ni morales. No hay allí implicación alguna de que quienes hayan aprobado el Nihil Obstat o el Imprimátur coincidan con el

contenido, las opiniones o afirmaciones expresadas.

Cómo ayudar a alguien

después de una pérdida

“Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.” — Mateo 5, 4

Our Sunday Visitor atrae, catequiza e inspira a millones de católicos por medio de folletos relevantes y fáciles de leer como este. Nuestra amplia gama de temas disponibles incluye:

• Enseñanzas de la Iglesia• Los sacramentos• Eventos de actualidad

• Temas de temporada• Corresponsabilidad• Enseñanzas papales

Para ver nuestro catálogo y ver algunos ejemplos en línea en formato PDF, visite osv.com/pamphlets.

Imágenes: Shutterstock

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Para ver los archivos PDF de folletos adicionales o para ordenar copias de este folleto en grandes

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Algunas personas saben instintivamente cómo ayudar a alguien que sufre; pero para la mayoría de nosotros, lidiar con el dolor ajeno es algo

incómodo. Es posible que no encontremos las palabras adecuadas. Quizá no sepamos qué hacer o cómo responder a las emociones a fl or de piel que irradia una persona que sufre. Nuestra tentación más grande podría ser evitar a la persona o ignorar la situación, pero esto es lo peor que podríamos hacer.

Entender el dolor La palabra “duelo” signifi ca “combate entre dos” y describe el momento en que una persona alberga una lucha interna: una parte de ella que acepta la pérdida frente a otra que no la acepta. Es una reacción humana al doloroso vacío que la muerte ocasiona. El duelo es el proceso por el cual se alcanza la sanación.

Cada persona experimenta el dolor de manera diferente, pero la mayoría se encuentra en una batalla en las siguientes cinco áreas:

• Aceptar la realidad de la muerte• Sentir el dolor de la pérdida• Acostumbrarse a la vida sin la persona• Colocar a la persona fallecida como un recuerdo• Encontrar un nuevo signifi cado para la vida

Acercarse a la persona que sufreNo existe una formula mágica para lidiar con una persona que está sufriendo. La mejor manera para acercarse a alguien dependerá de tu relación con dicha persona y en la etapa del proceso de duelo en el que se encuentre. Si no tienes una relación cercana con la persona que sufre, es posible que seas la primera persona que tiene cerca desde que recibió la noticia de su pérdida.

Si el fallecimiento acaba de ocurrir, hazle saber a la persona que te entristece la noticia. Las expresiones de condolencia (aunque sean de alguien que no es nuestro amigo) nos hacen saber que alguien se preocupa por nosotros. Inmediatamente te darás cuenta si la persona que sufre desea compartir los detalles de lo sucedido.

EscucharLa mayoría de las personas que se encuentran en las primeras etapas del duelo luchan con el impacto de la noticia y la incredulidad. Repetir la historia de lo que sucedió les permite aceptar la realidad de la muerte. Tú puedes ayudar al escuchar. Alguien que sabe escuchar no interrumpe ni trata de cambiar la manera en la que se siente la persona, simplemente escucha.

Cuando una persona que sufre una pérdida comienza a compartir su historia, es muy posible que se ponga sentimental. Hazle saber que está bien llorar o expresar enojo o frustración.

No le digas: Yo sé cómo te sientes… Tienes que ser fuerte… Esto va a ser una bendición en tu vida… Dios no nos da más de lo que podemos soportar.

Mejor dile:No puedo imaginarme lo doloroso que esto es para ti… Está bien si lloras… Si en algún momento quieres hablar, aquí estoy.

Ofrecer ayudaInmediatamente después de una pérdida, la gente por lo regular queda en un estado de shock. Es posible que no sepan lo que deben hacer. Puedes preguntarles si necesitan ayuda, quizá para lo siguiente:• Llamar a familiares y

amigos para avisarles lo que sucedió

• Comprar alimentos y provisiones

• Preparar comida• Cuidar a los hijos o

las mascotas• Recoger a familiares

en el aeropuerto• Ayudar con los

preparativos del velorio, funeral o entierro

• Elaborar carteles de recuerdos con fotos para el velorio

• Diseñar un programa para la Misa del funeral

El velorioEl velorio ayuda a que la gente pueda presentar sus respetos al difunto y confortar a sus deudos. Puedes compartir tus propios recuerdos y la forma en la que la persona tuvo un impacto en tu vida. Estas historias se suman a los otros recuerdos de la familia y tienen mucho valor.

También puedes participar en las oraciones que se rezan en el velorio o en el rezo del Rosario o de la Coronilla de la Divina Misericordia. Ora por los familiares del difunto.

Si no te es posible asistir al velorio, puedes enviar

una tarjeta de condolencias con una nota sincera u ofrecer una Misa. Esto puede ser un gran consuelo para la familia. Algunas agencias funerarias permiten que se envíen mensajes por internet.

El funeral Los funerales católicos nos permiten entregar la persona a Dios con la esperanza renovada en la resurrección del cuerpo y en la vida eterna. Una persona que ha sufrido una pérdida valorará tu presencia en el funeral. También puedes ofrecer tu ayuda para recibir a los participantes, distribuir los programas, formar parte de la guardia de honor o ayudar en la liturgia como monaguillo, lector o ministro de la Eucaristía. Algunas parroquias ofrecen una comida después del entierro. También puedes ayudar en la recepción si traes un platillo para compartir, ayudas a acomodar o limpiar o simplemente estás listo por si surge alguna necesidad.

Ayudar a los niños en el dueloLos niños llevan su duelo de diferentes maneras. Algunos se aislarán de los demás, otros comenzarán a portarse mal. Estas son algunas sugerencias para lidiar con niños de todas las edades que han sufrido una pérdida:• Hazle saber que estás dispuesto a escucharlo

• Responde con honestidad a sus preguntas

• Admite cuando no sepas alguna respuesta

• Asegúrale que la muerte no fue culpa suya

• Permítele llorar o expresar enojo

• Ayúdale a crear un libro de recuerdos

• Ora con él o ella

Lo que pueden hacer las parroquias • Capacitar a voluntarios

para que ayuden a planifi car un funeral.

• Organizar una guardia de honor y a monaguillos adultos para los funerales.

• Organizar comidas para la familia.

• Llevar a cabo una Misa anual en el mes de noviembre para honrar a todos los que fallecieron durante el año.

• Enviar tarjetas mensuales o llamar una vez al mes durante un año a la familia después del deceso.

• Organizar un grupo de apoyo para personas que han sufrido una pérdida en el que puedan hablar sobre su proceso de duelo y compartir sus experiencias.

Imágenes: Shutterstock

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