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Filosofia Desmitificada de la Masoneria

Date post: 17-Sep-2015
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Esta obra de Adolfo Alonso Carvajal nos explica lo que no es y lo que si es la masonería.
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  • FILOSOFA (DESMITIFICADA) DE LA

    M A S O N E R A

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    FILOSOFA (DESMITIFICADA) DE LA

    MASONERA

    ADOLFO ALONSO CARVAJAL

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    FILOSOFA (DESMITIFICADA) DE LA

    MASONERA

    Cartas de Constant

    SERIE ROJA [AUTORES CONTEMPORNEOS]

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    PUEDE PEDIR ESTA OBRA EN: www.masonica.es

    O SOLICITARLA DIRECTAMENTE A [email protected]

    Filosofa (desmitificada) de la masonera editorial masonica.es SERIE ROJA (Autores contemporneos) www.masonica.es 2013 EntreAcacias, S.L. (de la edicin) 2013 Adolfo Alonso Carvajal EntreAcacias, S.L. Apdo. de Correos 32 33010 Oviedo - Asturias (Espaa) Telfono/fax: (34) 985 79 28 92 [email protected] 1 edicin: septiembre 2013 ISBN (edicin impresa): 978-84-941390-8-6 ISBN (edicin digital): 978-84-941390-9-3 Depsito Legal: AS-01331-2013 Impreso por Ulzama Impreso en Espaa Reservados todos los derechos. Queda prohibida, salvo excep-cin prevista en la ley, cualquier forma de reproduccin, distri-bucin, comunicacin pblica y transformacin de esta obra sin contar con la autorizacin de los titulares de la propiedad inte-lectual. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Cdigo Penal).

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    Quin ante el espectculo de las defi-ciencias en las relaciones humanas, de su inoperancia, de su perversin, de la corrupcin reinante entre los hombres, se cruce de brazos, pase de largo, y se lamente de la maldad de los tiempos, no es un hombre. Preci-samente en tu capacidad para descu-brir los defectos de los hombres resi-de la santa misin de hacerlos mejo-res. Si todo fuese ya como debera ser, no te necesitaramos en el mundo y muy bien habras podido permane-cer en el seno de la nada. Algrate de que no todo sea todava como debera ser y de que tengas una tarea y pue-das ser til para algo.

    Buena Suerte.

    JOHANN GOTTLIEB FICHTE Filosofa de la masonera, cartas a Cons-tant (1799-1800, Carta XVI, ltima carta, l-timo prrafo)

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    NDICE

    Invocacin, in memoriam, en fraternidad y dedicatorias, 19

    Prlogo. La Filosofa llama a la puerta JAVIER NEIRA, 21

    PRIMERA PARTE CARTAS CAPITULARES

    Allegro Ma non Troppo, 35

    Captulo I. Operativos, especulativos, regula-res, irregulares, salvajes, transitivos y durmientes, 63

    Captulo II. Qu no es la masonera, 117 Captulo III. No es una religin, 135 Captulo IV. No es una secta, 157 Captulo V. No es un partido poltico, 189 Captulo VI. No es una fraternidad convertida

    en grupo de presin, 207 Captulo VII. La utopa masnica como paso

    previo al cambio del hombre y del mundo, 227

    Captulo VIII. La masonera y la mujer, 245 Captulo IX. Esttica de la Filosofa Masnica,

    259

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    SEGUNDA PARTE CARTAS A CONSTANT POR FITCHE

    Captulo X. Filosofa de la masonera. Cartas a Constant, 305

    TERCERA PARTE CARTAS DE CONSTANT

    PRIMERA CARTA Sentido y misin del Rito Escocs Antiguo y Aceptado, por Musonio. Maestro Masn, doctor investigador, cientfico, 335

    SEGUNDA CARTA Filosofa (desmitificada) de la masonera, por Adolfo Alonso Carvajal, Maestro Ma-sn, Doctor en Derecho, abogado de familia, 341

    TERCERA CARTA Que es la masonera, que es ser masn, po-sicin para el siglo XXI, por Ramn Morell, Maestro Masn, empresario, 347

    CUARTA CARTA El Islam y la masonera, por Javier Buhaz, Maestro Masn, Doctor en Derecho, poeta y escritor, arabista, 355

    QUINTA CARTA La masonera como escuela de hombres, por Adonay Menniti, Maestro Masn, profe-sor jubilado de la ctedra de Artes Plsticas de la Universidad Nacional Cuyo (Mendoza Argentina) y escritor, 361

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    SEXTA CARTA La masonera como camino, por Salvador del Monte Irago, Maestro Masn, abogado, 367

    SPTIMA CARTA El Filosofisme Maonic. Perqu segeuixo sent ma (El filosofismo masnico, por qu sigo siendo masn), por Jaume Salinas Fe-rraz. Maestro Masn, editor, 377

    OCTAVA CARTA La lluvia Fina, por Ignacio Corral, Maes-tro Masn, doctor en medicina, mdico odontlogo, profesor universitario, 409

    NOVENA CARTA La paz es la gran frontera, por Javier Es-trada, Maestro Masn, periodista, comenta-rista de opinin en medios escritos, 415

    DECIMA CARTA Carta de un peregrino por Javier Len, Maestro Masn, antroplogo y editor, 419

    DECIMOPRIMERA CARTA Masonera y sociedad, por Job, Maestro Masn, oficial del ejercito retirado, 427

    DECIMOSEGUNDA CARTA Qu es la masonera para m, por Felipe LLanes Menndez, Maestro Masn. Doctor en medicina, mdico histopatlogo, escritor y acadmico, profesor universitario, 431

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    DECIMOTERCERA CARTA Carta sobre la esttica masnica, por Ilia Galn, Maestro Masn, Doctor, profesor universitario de filosofa, poeta y escritor, 435

    DECIMOCUARTA CARTA Carta de un hermano masn padre de Ra-mn y Clara, por MAESTRO MASN, Doctor arquitecto y arquitecto en ejercicio, 439

    DECIMOQUINTA CARTA Lady Freemasonry - My View, por Judi Bishenden, Maestro Masn, Deputy Super-intendent Registrar, 445

    DECIMOSEXTA CARTA Carta de Stephan Constant a Johann Gotlieb Fichte. Donde Constant expone sus opiniones sobre la masonera y dialoga con otras cartas recibidas de Fichte sobre el te-ma, por Stephan Constant, Maestro Masn, doctor, profesor, filsofo y escritor, 447

    EPLOGO O EPITAFIO, DEPENDE, 463

    Aviso, esto no es un libro esotrico. Por favor no colocar en secciones de esoterismo o de ocultismo. Tampoco hace falta esconderlo en casa. Esto es un libro de ensayo y filosofa. Ubicarlo en estanteras de filosofa o ciencias sociales, gracias.

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    Mi hermano Alberto Martnez-Lacaci Prez-Cosso.

    Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocs Antiguo y Aceptado para Espaa, en el Oriente

    Eterno.

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    A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL UNI-VERSO

    In memoriam del hermano Alberto Martnez-Lacaci Prez-Cosso, el primer masn que conoc, mi primer aplomador, y despus Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocs Antiguo y Aceptado para Espa-a, que nos dej para irse al Oriente Eterno una noche de luna llena de verano. An recuerdo el teatro romano de Mrida aquella noche, la fun-cin, que siempre he considerado como su regalo de despedida, y como mi anillo de masn, de oro, se rompi por la parte inferior de mi dedo mei-que.

    En unin fraterna con el hermano Jos M. Brisolara Rvena, Grado 33 del Rito Escocs Antiguo y Aceptado, fallecido en febrero de 1876 en Menor-ca. La familia no obtuvo permiso para su inhu-macin en el cementerio catlico por su condicin de masn y debi ser enterrado en el cementerio anglo-americano de Mahn. An hoy reposa, all, entre las cuatro paredes encaladas de la pequea parcela, al lado del mar, en un rincn, en paz.

    En gratitud por todo lo que me han enseado con su ejemplo, a Jos Antonio Pando, al padre Tre-ceo S.J., a Jess R., al padre Patc de las Travie-sas S.J., a Jess Soriano, a Cayetano Nez, a San-tiago Ro, a Juan (John) Vzquez, a Mikel White, David Mingo, Vicente Reig y Judi bishendem.

    A la madre de Isabela a ver si la convenzo de que no hacemos sacrificios de animales.

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    PRLOGO

    La filosofa llama a la puerta

    a autntica hora de la verdad siempre es la primera, sea del libro o de la vida del libro de la vida que acaba en la muerte y de la vida del libro que se

    pierde en los mercadillos de lance y en ese instante se-minal todo lo que se quiere decir y efectivamente se aca-bar diciendo acostumbra a asomar resumido en apenas unas frases de apertura.

    El golpe inicial nunca es sistemtico pero s sinttico an cuando su autor no lo pretenda. Incluso si no es cons-ciente del trance. Por eso, transversalmente y ya con el partido con su libro Filosofa (desmitificada) de la ma-sonera. Cartas de Constant a punto de inicio Adolfo Alonso Carvajal, entre dedicatorias, agradecimientos, ad-moniciones y consideraciones varias, expone telegrfica-mente y explica con la velocidad del rayo tradiciones n-timas, lneas de influencia, paradojas del vivir y conexio-nes personales/globales a veces crpticas pero en lo esen-cial clarsimas.

    Asturiano de Gijn, educado en los jesuitas de su ciudad natal; licenciado en Derecho en la vecina Oviedo en la Universidad que fund el inquisidor general Valds Salas y refundaran para la libertad los Alas: padre, catedrtico y escritor; hijo, rector y mrtir abogado internacional, doc-

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    tor en leyes, escritor profundo, masn comprometido y ciudadano extraordinariamente plstico y proteico, Alon-so Carvajal arranca su ensayo con una rpida dedicatoria A la madre de Isabela, a ver si la convenzo de que no ha-cemos sacrificios de animales, paralela a varios agrade-cimientos, a dcadas vista, de los que fueran sus profeso-res en el colegio de la Inmaculada de Gijn como el Padre Treceo, S. J., o el padre Patac de las Traviesas, S. J., que por cierto fue asimismo profesor de Fidel Castro.

    Tambin aparece en el proemio la conexin masnica inglesa del autor ya que cita entre sus referencias a Juan (John) Vzquez y a Mikel White y quiz contagiado por el fino humor british anota: Aviso, esto no es un libro esotrico. Por favor no colocar en secciones de esoterismo o de ocultismo. Tampoco hace falta esconderlo en casa. Es-to es un libro de ensayo y filosofa. Ubicarlo en estanteras de filosofa o ciencias sociales, gracias. Dndole una vuel-ta ms a la irona esta vez negra as que hispana anota como eplogo o epitafio, depende: Despedida con un va-so de bon vino y Teddy Bear, oso, Maestro Masn del Rito de Emulacin, enlazando as la sabidura humilde de Berceo con una criatura tierna que, atencin, tambin cuenta en la masonera y no es un acertijo... o quiz s. In-sisto, ah est, de entrada, todo. O casi todo. La cuestin es saber desarrollarlo y, como ensean los verdaderos filso-fos, complicarlo y complicarlo sin cesar porque la luz es tiniebla y la tiniebla, luz: todo lo evidente es sospechoso y solo lo extremadamente complejo puede tener algunas briznas de verdad.

    Est dicho: Puedo explicar la masonera, puedo discutir si es una filosofa o un sistema filosfico o un sistema de pensamiento, o si es un no es; pero por muy buena que sea mi definicin, no podr entenderse, plenamente si no se es un iniciado, porque la ceremonia de iniciacin es la que impresiona el conocimiento individual y la que hace que se produzca el efecto benefactor del es, en las personas de buen corazn y rectos de espritu. As es y al tiempo no

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    es as. De ah el inters mximo de esa duda metdica. Y de este libro.

    A lo largo del ensayo y de esas cartas que como tentcu-los todo lo enredan para bien aparece constantemente una doble perspectiva. Por un lado, lo posible, lo inteligible y lo comunicable mediante el discurso convencional. Y por el otro, lo imposible de decir con el lenguaje comn que no es capaz de llegar a las impresiones y a las emociones per-sonales. Ante tal panorama se puede afirmar que hay dos masoneras: la de los iniciados y la de los profanos, la de quienes la ven desde dentro y la de quienes la observan desde fuera. Sin mayores reflexiones se dira que la visin interesante y acertada es la interna pero, por qu?

    Comnmente en la ciencia, sobremanera en las ciencias humanas, el saber objetivo solo se logra mediante la neu-tralizacin del experimentador que se debe distanciar para hacer sus anlisis y dictmenes. El masn, en ese caso, se-ra el tipo de persona menos indicado para definir qu es la masonera. Pero tambin es cierto que desde fuera se desconocen muchos detalles por no decir el grueso del asunto a estudiar sobre todo lo relativo a las implicacio-nes personales, de conocimiento y emocin del iniciado. Con esas limitaciones es muy difcil considerar a fondo una institucin y ponerla en sus coordenadas correctas.

    Caben dos perspectivas, inconmensurables, a la hora de abordar la masonera ambas incompletas y hay, asi-mismo, dos aspectos diferenciados en la masonera, el que se puede denominar como lgico y el que cabe nombrar como inicitico que no trata de misterios pero si de impre-siones, en el sentido ms hondo del trmino, prcticamen-te imposibles de transmitir a quien no est en ese crculo. Quiz por eso la masonera no se puede desmitificar como pretende Alonso Carvajal, porque el mito bien entendido siempre corre paralelo al logos ya que es una alta forma de conocimiento como lo son tambin los smbolos y los ri-tuales, sin duda centrales para los Hijos de la Viuda.

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    S es desmitificable, sin embargo, de entenderse por tal las fabulaciones al uso que padece desde sus inicios. Y que van a ms.

    En su Filosofa (desmitificada) de la masonera. Cartas de Constant, Alonso Carvajal regresa a las primeras ideas y categoras en torno a la masonera, deconstruyendo los discursos comunes incluso los considerados oficiales desmitificando pertinente y adecuadamente las variadas concepciones de tirios y troyanos para alcanzar las fuentes modernas, que son las importantes, de la mano de Fichte y Constant y despus progresar hacia el presente. En el re-gresus, y segn el tipo de razonamiento liberal sin pro-puestas doctrinarias: basta con denunciar los errores se-ala crticamente lo que no es la masonera. Ah especial-mente se manifiesta como un genuino masn: en las ant-podas de todo dogmatismo y por lo tanto contra los mil reduccionismos que como lacras acompaan a la masone-ra, unos porque se los adjudican desde fuera y otros por-que los propios masones los arrastran equivocadamente.

    Desde los orgenes por cierto, quiz no hay mito tan potente: para lo bueno y para lo malo nuestro autor progresa hacia el presente y lo hace acompaado por die-cisis ciudadanos que estn en las claves, que saben de lo que hablan pero al tiempo quiz adolezcan de ser dema-siado internos a la institucin.

    La construccin, la metodologa seguida para estructu-rar el libro, es muy eficaz, hermosa y... masnica. Primero se desbastan y preparan las piedras. Despus, con humil-dad, se consideran las visiones y reflexiones de los clsi-cos. En tercer lugar, el taller un grupo de animosos obreros realiza un vigoroso progresus y se apresta a construir el templo que es imagen de la Orden y viceversa.

    Qu resulta de la lectura de Filosofa (desmitificada) de la masonera. Cartas de Constant? Cuando usted, amigo lector, aborde este libro aprender mucho. Primero por lo que dice tal cual, expositivamente, y despus porque sea-la las debilidades, cuando no las falacias, de tantas y tan-tas versiones y opiniones extravagantes sobre la masone-

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    ra que circulan por ah. Siempre ha sido as y no parece que el panorama vaya a mejorar.

    Ms all de los hechos y los argumentos que expone Alonso Carvajal, el ensayo sobre todo las cartas tras-luce un fuerte idealismo. Y eso, una vez ms, es bueno y es malo. O si se quiere, las dos cosas al mismo tiempo.

    Late un idealismo vamos primero con lo malo en el sentido exacto en que se usa ese trmino en filosofa: un pensamiento sostenido en las nubes y en sus grandes ami-gas, las palabras, impenitentes auxiliares de las ideas pero tambin traidoras sin remedio. Por esa va, al final, la me-tafsica se hace con todo el poder y la nica respuesta po-sible es el silencio o la poesa. La retrica, aun siendo bri-llante, nunca es operativa. Cada cual acaba teniendo su personal visin, su postura, su criterio o como se quiera decir, y todos tan amigos. Pero por ah nunca se va muy lejos.

    El relativismo es uno de los males de nuestro tiempo y no se olvide que la masonera suele ser acusada de relati-vista. El psicologismo es asimismo intil, no explica nada aunque aspire a ser la razn ltima de todo. Y qu decir de la filosofa de la auto ayuda. Nos invade y que con fre-cuencia es una de las derivadas indeseables de las trabajos masnicos.

    El idealismo prometedor el bueno, frente al malo an-tes anotado rezuma en el libro de Alonso Carvajal y sus amigos-hermanos. Late en las poderosas ansias de mejorar tanto en la esfera personal, como en la grupal y finalmente en la total por no apuntar al gnero humano que a veces suena demasiado solemne.

    El ensayo es un rotundo testigo de la existencia de una corriente viva de ciudadanos para los cuales las ideas de igualdad, libertad y fraternidad son eternas, irrenuncia-bles, exigentes y urgentes. A su lado sin duda hay miles y millones de personas con los mismos anhelos. La idea ma-snica de cambiar para mejor, para que la humanidad tambin lo haga como suma de perfecciones individuales,

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    se muestra muy activa en el libro que, de esa manera, se convierte en un manual de esperanzas.

    Pero, un momento, no vivimos en pases libres al me-nos en Occidente? No hay igualdad efectiva ante la ley? El Estado del bienestar, aun con sus problemas de soste-nibilidad, no cumple los criterios de solidaridad y aun de fraternidad al menos en lo material?

    La masonera naci en Occidente pero con afn univer-sal. El programa de 1717 est lejsimos de cumplirse. Y cuando se alcance siempre ser posible ahondar incesan-temente en la auto exigencia.

    La verdad es que todo o casi todo est por hacer de ah que Filosofa (desmitificada) de la masonera. Cartas de Constant sea un libro necesario que pronto se convertir en imprescindible porque en ms de un aspecto la huma-nidad va a peor o al menos est amenazada de peligros crecientes.

    A mi juicio, el taln de Aquiles de la masonera espaola y aun de la universal es su dbil implantacin filosfica. Quiz extrae la afirmacin porque ha contado y cuenta en sus filas con personajes muy notables. Pero siempre ha existido una cierta auto complacencia intelectual.

    En la actualidad y desde hace varias dcadas ese pano-rama es general y alcanza a todas las instituciones, entida-des, grupos y personas de toda clase y condicin. El pen-samiento postmoderno es la doctrina oficial en la prctica. Es omnipresente hasta el punto de ser considerado como natural. Si algo caracteriza a nuestro tiempo es la ausencia de filosofa y por lo tanto de planteamientos crticos, pro-fundos y generales.

    Ah no caben voluntarismos. Pero tampoco fatalismos. Adolfo Alonso Carvajal y sus obreros especulativos y quiz por eso especialmente operativos demuestran con sus textos que se debe y puede avanzar por esa senda creativa. Y nos invitan a seguirles.

    No hay duda de que la humanidad transita por una gran crisis. Las calamidades econmicas son solo una seal, aunque sea muy dolorosa, de algo mucho ms profundo.

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    La revolucin tecnolgica en curso es ms acelerada que nunca y la globalizacin y los consiguientes intercam-bios es frentica de manera que nada puede ser estable y fijo ms all de unos instantes.

    Los ciudadanos bien formados siempre son optimistas y por eso mismo la masonera es optimista. Las crisis con frecuencia son para bien, superados trances terribles, y en todo caso est en nuestras manos que lo sean. La humani-dad puede caminar, casi galopar, hacia un mundo mejor, mucho mejor, muchsimo mejor si grupos de ciudadanos plenamente comprometidos se empean en hacer realidad los objetivos ms nobles.

    La masonera ofrece a cada cual, a cada iniciado, unas herramientas simblicas, una tradicin slida, unos idea-les poderosos, una espiritualidad profunda y una fe racio-nal que le permiten dar el salto a la perfeccin. La suma no tiene lmites. Pero nada se regala y est dado. La reflexin filosfica es imprescindible, con conceptuaciones ms ricas y que contemplen y critiquen lo que estamos vivien-do. Por eso el empeo de Adolfo Alonso Carvajal es tan importante. Por eso con el tiempo lo ser an ms.

    JAVIER NEIRA

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    Cementerio marino anglo-americano de Mahn, Ma, Menorca.

    Tumba de mi hermano Jos Mara Brisolara Ravena, Grado 33, en el cementerio anglo-americano de Mahn.

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    Revista del Colegio de la Inmaculada de Gijn, SJ, 1965, mi colegio. En agradeci-miento al padre Patac de las Traviesas, S.J., y al padre Treceo, S.J, por todo lo que me ensearon, para siempre y no su-pe apreciar en el momento. Ambos fueron grandes intelectuales, y ejemplos de tole-rancia, de igualdad y de desprendimiento de metales profanos, A.M.D.G. en aque-llos aos del Franquismo, superando sin odios, sin distinciones, en silencio, y desde el perdn, la persecucin que la Compaa de Jess haba sufrido, y su exilio personal por su condicin de jesuitas. Muchos anti-guos alumnos de la S.J. somos hoy maso-nes.

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    Primera pgina del li-bro de Leo Taxil Los misterios de la Franc-masonera, edicin ilustrada de 1887 con permiso de la autori-dad eclesistica. Algu-nas de sus laminas se recogen en esta obra por su valor grafico, forzando el contraste de la mitologa antima-snica.

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    El 3 es el nmero del aprendiz y de los her-manos masones. Dervi-ches sufs danzando, di-bujo comprado por el autor de este libro en Es-tambul, en octubre del 2009, en las proximida-des de la sede de la Gran Logia de Turqua. El movimiento circular eterno, unido al nmero 3 de los danzantes y a sus tres gorros, como tres puntos, definiran, si los unisemos, la pri-mera figura geomtrica regular, un triangulo equiltero, la represen-tacin de Dios.

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    El lenguaje de la verdad debe ser simple y sin artificios.

    Seneca

    Los lmites de mi lenguaje son los lmites de mi mente.

    Wittgenstein

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    PRIMERA PARTE

    CARTAS CAPITULARES

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    ALLEGRO MA NON TROPPO

    esde hace un tiempo, dentro de la crisis general en la que vivimos, se ha levantado por algunos medios la voz de alarma tradicional sobre los

    masones y el contubernio judeo-masnico. Parece que ya estamos otra vez aqu, en la sombra, con todo lo que en el imaginario colectivo espaol significa el adjetivo calificativo, que no nombre comn, MASN.

    Esto en Espaa es un clsico, y es mtico, pero desco-noce la realidad de lo que es la masonera en general y lo que en particular es hoy. Proceden ms de reflejos del siglo XIX que de realidades del siglo XXI.

    Entre las crticas razonables, se ha dicho que los ma-sones no definimos lo que es la MASONERA. Puede que sea cierto, aunque tenemos al menos tres libros so-bre filosofa de la masonera e incontables libros a la venta en libreras de sobra conocidos, analizando la masonera desde mltiples enfoques.

    Yo creo sin embargo que es ms bien lo contrario. Cada masn define la masonera segn su propia expe-riencia, conocimientos y postulados personales. Tiene su filosofa de la vida, pero esa masonera, su masone-ra, es al mismo tiempo la masonera de todos y cada uno de los miembros de la Orden, de la misma forma que la definicin que otros hermanos puedan exponer

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    sobre la filosofa de la masonera constituye tambin su propia filosofa de la masonera, pues aceptar la plu-ralidad es, en s mismo, filosofa de la masonera.

    Comprendo que en estos momentos iniciales del libro puede ser difcil de entender lo que digo, ms por mi propia incapacidad para elaborar un discurso que sin faltar a la verdad sirva para comunicarme contigo, que por tu comprensin. No lo es cuando lo consideramos desde los valores de la tolerancia, la libertad, la frater-nidad y desde el conocimiento o el saber que nace por el acto comn y universal que es el rito de iniciacin, por el que todos pasamos en igualdad, pensemos lo que pensemos en divergencia. Puede que no me exprese en un lenguaje adecuado por contaminacin con mi inicia-cin, y te pido por ello disculpas si no eres una persona iniciada. Intento comunicarme contigo en este libro de filosofa de una forma gil y directa, explicando el pre-sente, sin olvidar el pasado y con la vista puesta en el futuro.

    De la misma manera que existe la definicin yo soy el que soy, y no quiero que empecemos pues no comparo a la masonera ni con Dios, ni con El Maestro, salvando obviamente todas las distancias, la masonera podra ser definida como yo soy la que soy, y en el verbo ser est su esencia, una esencia a la que se refiere Fichte.

    Es, un sistema filosfico, basado en una bsqueda permanente del yo y en el encuentro del otro, el her-mano, como en la bsqueda se encuentra la palabra perdida, que nos define a Dios, y por definicin de Dios, a su reflejo, que es el hombre. Una bsqueda in-dividual y libre para, a su vez, desde esa individuali-dad, trascender a lo colectivo, y al Gran Arquitecto del Universo, la figura o concepcin de Dios o de un prin-cipio regulador universal, que cada uno tenga.

    Es un progreso y un regreso como lo era la proges-sio y la regressio de la filosofa medieval.

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    Puedo explicar la masonera, puedo discutir si es una filosofa o un sistema filosfico o un sistema de pensa-miento, o si es un no es; pero por muy buena que sea mi definicin, no podr entenderse, plenamente, si no se es un iniciado, porque la ceremonia de iniciacin es la que impresiona el conocimiento individual y la que hace que se produzca el efecto benefactor del es, en las personas de buen corazn y rectos de espritu.

    La masonera es un instrumento en s mismo, es una construccin, un ente, un ser eterno de Heidegger, una estructura, para la profundizacin personal y para la resolucin de las preguntas bsicas de quin soy, de dnde vengo y a dnde voy, como ser humano, como criatura de un universo determinado y un planeta de-terminado. Este trabajo interior se hace a partir de los instrumentos materiales tradicionales del ramo gremial de la construccin, convertidos desde el siglo XVIII en instrumentos simblicos de construccin interior per-sonal y trabajo intelectual del espritu, como la escua-dra, el comps, la plomada o la regla de 24 pulgadas. Mientras el ser humano exista y tenga inquietudes de conocimiento y perfeccin, existir la masonera, ms o menos numerosa, o ms o menos de moda. Configura un sistema laico de espiritualidad, no religioso, de es-tructuracin intelectual, que por medio de palabras, movimientos, funcionalidad espacial, objetos, decora-cin, luz, sonidos y otros recursos sensoriales, lleva a poner delante de los ojos y de la inteligencia, la posibi-lidad de pulir la piedra bruta que es la imagen que del ser humano, desde el punto de vista espiritual, nos da-mos para permitir, quitando los defectos y convertidos en piedras pulimentadas o pulidas, tras el trabajo de desbastar nuestras imperfecciones personales, formar parte de las hiladas de un templo de belleza colectivo universal. Esta sistemtica de conocimiento y de lucha personal interior existe desde que el hombre es hombre,

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    con o sin creencia en uno o en varios dioses. A lo largo de la historia ha habido, druidas, escuelas filosficas, pitagricas, esotricas, hermticas; misterios como los de Eleusis o los de Mitra; rdenes o cofradas, como la cristiana del Temple, que trat de mezclar el conoci-miento oriental esotrico con el cristianismo exotrico o la musulmana Suf; o la alquimia. Y todas han buscado lo mismo, el V.I.T.R.I.O.L.1, la penetracin intelectual en uno mismo para mediante la rectificacin personal en-contrar la esencia del ser, la tierra, y el colectivo hu-mano, con proyeccin hacia un Dios o sin ella.

    El sistema de pensamiento masnico se va constru-yendo evolutiva y progresivamente en torno a cinco principios: la igualdad, la libertad, la trascendencia, la tolerancia y el secreto inicitico, desarrollados con una metodologa graduada o gradual en la que el progreso en el contenido de conocimientos tiene su reflejo en los aumentos a nuevos grados, numerados, acompaados de ceremonias de iniciacin o elevacin rituales, drama-tizadas, en las que el secreto inicitico no significa ms que no hacerse trampas a uno mismo con las cartas del solitario. Los rituales estn al alcance de todos publica-dos en diferentes libros, y de lo que se trata, al mante-ner el secreto de la iniciacin y el de las diferentes ce-remonias para los aumentos de grado, es permitir a los profanos, a los hermanos y a uno mismo, vivir la expe-riencia en puridad, siendo as cada uno como una tabla de arcilla virgen en donde se escribir un nuevo trazo o captulo del conocimiento que habr que trabajar en el futuro, hasta, paso a paso, llegar al final de la escalera que conduce a la Cmara del Medio, a aquella en que los maestros reciben su salario intelectual.

    1 Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum (Visita el interior de nuestra tierra, que rectificando encontrars la piedra oculta).

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    Esto es lo que digo yo, pero ya he comentado antes, y lo repito porque creo que es importante resaltarlo, que si se le pregunta a otro masn que es la masonera, puede contestar de otra forma diferente, segn su sen-sibilidad, y tambin ser masonera, pues es un fen-meno profundamente libre e individual de cada masn e integrador de las diferencias en el mismo nivel en que se respetan. Toda la tercera parte de este libro est orientada hacia esta idea.

    Entre los recursos sensoriales y los conocimientos a adquirir, la msica es importante en la masonera, for-ma parte de los rituales, y hasta de las responsabilida-des de las funciones y oficiales de una logia, dotada de un maestro de armona, adems de un maestro de ce-remonias.

    En la prctica, la mayor parte de las logias, o Grandes Logias, no tienen instrumento musical alguno. Somos modestos aqu y muchas veces en penuria econmica como para permitirnos comprar un piano o tener un rgano.

    Por excepcin puede haber instrumentos si hay algn hermano msico en la logia, o hermanos msicos que se han liberado, como maestro de armona, pero en Grandes Logias centenarias de importantes recursos econmicos, y ese no es aqu el caso. El Maestro de Ar-mona de la logia contemporneo maneja un reproduc-tor de msica de cualquier marca, bien propiedad de la logia o bien de su propiedad, en el que se coloca un CD o cualquier otro dispositivo de msica enlatada, para que suene, normalmente Mozart o algn otro composi-tor de msica clsica. Pero sea como sea, lo cierto es que la msica est presente en las ceremonias, y ello desde la procesin de entrada en la logia la comitiva de ma-sones estructurada por grados: aprendices, compaeros y maestros para el inicio de las tenida, hasta la salida

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    del Venerable Maestro y sus oficiales, una vez finaliza-dos los trabajos de la logia, es decir, las reuniones.

    As que, lector, ahora es como si inicisemos juntos, desde pasos perdidos2, los trabajos de una logia mas-nica, y como si estas lneas fuesen la msica procesio-nal, un introito en vez de un prlogo, hecho sonar por el Maestro de Armona, allegro ma non troppo, pa-ra introducir este libro, como dilogo, cuyo trabajo se terminar con una pieza coral en gnero de epstola, muchas voces, graves, agudas, tenores, sopranos, con las cartas escritas que me, te, nos, han enviado diecisis hermanos, en las que expresan sus plurales pensamien-tos masnicos hechos voz mediante tinta sobre papel como si fuera una partitura de msica impresionista.

    Soy masn desde hace el suficiente nmero de aos, concretamente desde el 18 de diciembre de 1996, fecha de mi Iniciacin, ms de diecisis aos activos, como para poder hablar con cario, y conocimiento, de una idea a la que he servido institucionalmente en el pasado y que estar en disposicin de servir mejor y ms fruct-feramente en el futuro, cuando llegue el momento, y porque se ha incorporado, ya lo estaba incluso antes de ser masn, a mi esencia personal.

    Ser masn es algo tan instintivo para m como respi-rar y vivir, y por ello he interiorizado toda una estruc-tura formativa intelectual, sin la cual no sera el que hoy soy, sin que nadie me la haya impuesto o sin que nadie me haya adoctrinado. Solo soy el fruto de mi evo-lucin individual, compartida en logia con las evolu-ciones individuales personales de cada uno de los ma-sones, mis hermanos, con los que he recorrido este ca-mino, reunindome peridicamente, hablando y escu-chndoles o visitando logias de diferentes pases.

    2 Zona que antecede al templo masnico en s.

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    Llegu a la Orden con una formacin religiosa, y es-piritual, deudora de la Compaa de Jess, pero que la masonera ha conseguido potenciar y complementar, an ms, haciendo absolutamente compatible lo que durante diez aos aprend de los jesuitas, en un colegio asturiano.

    No hay ms influencias espirituales ni religiosas en mi vida que estas dos y lo son, para m, en armona, como la msica.

    Por lo tanto no abjuro de mi condicin de catlico, lo soy por la formacin de los jesuitas, y adems masn. Como catlico, estoy condenado al pecado mortal en estos momentos, mientras que como masn soy un hombre libre. Libre he sido, libre ser, y desde la liber-tad escribo, y no desde el pecado, sabiendo que mi li-bertad ser incuestionada en la masonera. Como mu-cho mis opiniones discutidas o discrepadas por sensibi-lidades diferentes de la ma, ms formales, rigurosas o profundas, quiz respecto de los misterios sagrados que practicamos y que para m no son ni misterios ni sagra-dos, sino algo cotidiano, como yo soy, aunque estn ol-vidados, pero que se mantienen en la tradicin espe-rando ser aflorados y reencontrados, algo abordable para todos.

    Lo que aqu escribo lo hago en mi propio nombre y sin arrogarme la representacin o la voz de ninguna Logia ni Gran Logia, no trasmito ninguna opinin co-lectiva, oficial o institucional, sino simplemente mi pen-samiento masnico filosfico, y mi forma de expresin escrita. Pero formo parte de una fraternidad, universal, basada en cinco principios, y formo parte de ella con naturalidad, con normalidad vital respecto a mi trabajo, mi familia, mi pas, mi sociedad, y ello no me hace dis-tinto al padre medio de familia o al ciudadano del co-mn. Soy un hombre de mi tiempo que recoge la heren-cia de otros hombres de su tiempo que me precedieron,

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    y que actuaron de acuerdo con las preocupaciones o los temas de su poca, dentro del progreso histrico de la humanidad, definido por el hermano filsofo Kant, y de mi realidad social de hoy.

    A veces, si comparo, pienso que incluso soy ms au-tnomo y normal, y ms libre, que un militante fan-tico de un partido poltico cualquiera, en estos momen-tos, en Espaa, que recibe las directrices oficiales sobre las cuestiones polticas que se plantean. Aseguro que reciben ms informacin sobre cmo deben pensar o decir que la informacin que se recibe de la Gran Logia de Espaa. Como masn, nada, o del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocs Antiguo y Aceptado para Espaa, menos an, salvo un boletn llamado Zenit, que solo publicaba los trabajos intelectuales escritos por los hermanos, o la que se recibe de la Gran Logia Unida de Inglaterra, que no excede del orden del da para la reunin y el Acta de la anterior.

    Es ms secta, con todos los respetos, y por favor, lase esto en clave de humor, una pea radical de fan-ticos del ftbol argentino o egipcio, con sus idolatrados futbolistas y su equipo que nosotros, que en realidad somos un grupo de tos, tachados de kichts, raros, frikies; o incluso recientemente punkis, que es co-mo anacrnicos, del todo incomprendidos, dedicando su tiempo a hablar de la perfeccin personal, y a pelear con uno mismo para edificar templos ideales, espiritua-les, con un mandil de diferentes colores y bordados, lleno de simbolismos y significados.

    Porque soy masn, como esencia de mi yo; porque considero que ha sido, y es, mi camino de formacin vi-tal y de estructuracin intelectual, mi referencia y mi re-fugio individual, y porque creo en la vida futura de la masonera, la veo como un fenmeno histrico perma-nente. Fichte se refiere a esto en su filosofa, alejado de misterios, tesoros, ocultismos, fanatismos, asesinatos,

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    traiciones o sacrificios de animales (un da me lo pre-guntaron en serio en una conversacin que la verdad result muy divertida para ambas partes, aunque me temo que no consegu convencerla del todo, por eso vuelvo a la carga dedicndole este libro.)

    Mi visin como masn y como hombre que vivo en la sociedad de mi tiempo no es didctica, ni mtica, ni ms-tica, ni mistrica o misteriosa, ni mgica, aunque se ba-se metodolgicamente en mitos y smbolos y ritos, y aunque tambin se produzcan, a veces, corrientes de conexin y solidaridad, de unidad, entre los hermanos, depuradores de todos los temores y conflictos exterio-res, que podran calificarse metafricamente como mgicos o quiz mejor msticos.

    Por ello, para evitar las imgenes perversas de ilumi-nados varios o misterios de cdigos da Vinci o tesoros y mensajes escritos en tinta invisible en alguna constitu-cin poltica de pelcula filomasnica, y con objeto de buscar una soportable levedad, expositiva y compren-sible, del ser o del es masnico, parafraseando a contra-rio sensu a Milan Kundera y su Insoportable levedad del ser, he optado preferentemente por el verbo DES-MITIFICAR y la accin final DESMITIFICACIN para este libro, que no es ni ritual ni historicista, ni mason-logo. Concentrar el eje en deshacer mitologas, propias y ajenas, no es defender ni justificar nada, porque en-tiendo que nada tengo que defender ni justificar como masn, sino normalizar algo que bien por nuestra pro-pia responsabilidad como masones, o bien por la res-ponsabilidad de algunas religiones, no todas, o por la persecucin de los totalitarismos polticos antidemocr-ticos, con alguna excepcin matizadsima, en Latinoa-mrica, ha sido hecha aparecer como una filosofa y or-ganizacin sectaria, oculta, secreta que pacta con el diablo, concepto, por cierto, el de Lucifer, que ni si-quiera se maneja en la Orden. Desmitificar es adems

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    buscar un camino en equilibrio entre muchos concep-tos: filosofa, historia, modernismo, normalidad, e in-tercambiar descripciones e interlocutores a partir de ejemplos o imgenes de la realidad o referencias de la cultura contempornea, ya sea con un apretn de ma-nos de un masn en su condicin de capitn de la selec-cin espaola de rugby, ya sea con una caricatura o ya sea con un osito de peluche, o con algunas imgenes, que no tienen nada que ver con lo tpico, ni de un lado ni de otro; pero tambin a partir de lo tpico de un lado y del otro, como los jesuitas, la guerra civil, la crcel, la imagen anticatlica, y la filosofa clsica de la masone-ra contenida en el libro de Fichte, Filosofa de la maso-nera. Cartas a Constant. Sin embargo, no encontrars mandiles, medallas, fotos clsicas sobre masones, eso he preferido obviarlo, no por nada que ocultar sino por estar ya demasiado expuesto, y el nico mandil que vas a encontrar lo tienes en la ltima imagen de este libro. Para por favor de leer aqu. Detente en este punto un momento, si te parece, y vete a la ltima pgina. Te emplazo a que la veas ya, y comprenders mejor lo que intento decirte.

    Lo has visto? Ok, pues ahora mira, si te parece, la imagen de la Iglesia Romnica del monasterio de San Salvador del Monte Irago, su bveda de can, la luz de la ventana, el pie de foto, y mira la imagen anterior y tambin la siguiente a ella, y las posteriores y los cam-bios del sepia al blanco y negro, la recuperacin del co-lor, y el color del otoal solsticio de invierno contempo-rneo. Visto?, gracias, pues ahora ya entiendes lo que hay entre lneas de esta obra, muchas veces expresado no con palabras sino con imgenes, que nos trasmiten un mensaje que puede hacerse filosfico hasta el punto de que alguien ajeno a la filosofa puede sentirse cer-cano al tema que estamos tratando.

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    Simplemente, este es un libro de filosofa a partir del devenir cotidiano, de la experiencia personal de las pe-queas cosas, escrito desde una persona de hoy para personas de mi tiempo en el siglo XXI, y con un lenguaje directo y lo ms llano posible, fuera de hiprboles, que no busca la profundidad del concepto sino la superfi-cialidad del mensaje a primera vista. Creo que muchas veces los masones, cuando escribimos, pecamos de densos. Ese sera el pecado que trato de evitar, aunque dada la densidad del tema, te aseguro que lo es, y libros hay a miles, es tambin muy difcil no caer en la tenta-cin. No me critiques como filsofo, no lo soy, solo soy un abogado que trata de pensar. Ya te anticipo que soy un aficionado pero tambin te anticipo que en la ltima parte del libro no hay aficionados, y los que no son fil-sofos, son unos cracks, adems de los cracks filso-fos, claro.

    Por eso este libro no lleva Introduccin, sino una en-trada de msica, que es un Allegro ma non tropo, no demasiado, porque el tema por su naturaleza, y por lo que atae, no permite un ritmo de salsa caribeo.

    La masonera llamada regular a la que pertenezco est abierta, al igual que la denominada masonera irregular o liberal, pero es preciso no caer en la ma-sonera salvaje o en la filomasonera corrompida. Sabemos, desgraciadamente hoy asistimos como testi-gos, que todo es susceptible de corrupcin, en el senti-do filosfico, como la repblica aristotlica es suscepti-ble de corromperse en democracia, y la democracia sus-ceptible de corromperse en tirana. Despus, generali-zar a partir de lo excepcional es fcil. Todos los polti-cos son unos corruptos porque hay algunos corruptos, o la democracia esta corrompida como sistema poltico porque hay algunos aspectos de corrupcin o descom-posicin poltica del sistema o por la gracia del asesi-nato de Montesquieu. La masonera incontrolada, ya

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    sea de las definidas como regular o irregular o li-beral, puede corromperse, descomponerse y llevar a situaciones salvajes en donde lo masnico aparece co-mo el continente formal, pero en las que el contenido no tiene nada que ver con la masonera. Como se co-rrompi la logia regular masnica Propaganda 2. No podemos ser metidos todos en el mismo saco ni juzga-dos todos a la luz del siglo XIX y las circunstancias his-tricas de aquel tiempo.

    Ser masn regular est al fcil acceso de todos los que de alguna manera o por alguna razn inexplicable acu-dan a sus puertas. Est ah, universal, a disposicin de la gente corriente, intelectualmente activos y curiosos, pacficos ciudadanos de sus pases, sin ms requisito que ser libre, de buenas costumbres y creyente en un principio rector que llamamos Gran Arquitecto del Universo, o G#A#D#U#, a cuya gloria trabajamos, y que se corresponde con la concepcin de Dios o con el de un principio regulador universal, que cada masn tiene acorde a su conciencia o a su religin.

    La DESMITIFICACIN de la masonera confo que har ver al profano no iniciado, al recipiendario, el que es o ser recibido como masn, o simplemente a ti, inte-lectual o inquieto de conocimientos, o curioso sin ms por algo ser pinsalo qu ests leyendo este libro, o a nosotros mismos, a veces con misticismos de sentir-nos injustificadamente diferentes, que lo que va a en-contrar dentro de una logia, tras su ritual o ceremonia de iniciacin, que lo que puede esperar de la masonera o encontrar en la masonera, no es ninguna cosa rara, ni una secta, ni una religin, ni un grupo de poder eco-nmico o poltico, ni tabernario, ni conspirativo, ni dia-blico, sino una institucin pacifica, respetuosa, tran-quila, una sociedad discreta de las sociedades pblicas, en trminos de Fichte. Curiosa y abierta a la historia y al progreso histrico continuo de la humanidad, for-

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    mada por personas incorporadas al tiempo en que vi-ven, de una formacin intelectual superior a la media, muchos doctores de sus respectivas materias universi-tarias, y la mayora de una intelectualidad, inquietudes, y cultura que excede de la media, dispuestos a compar-tirla con sus hermanos, configurando, se quiera o no se quiera, una lite, que le proporcionar en fraternidad medios intelectuales para reflexionar sobre cmo puede ser mejor persona y mejor ciudadano, en soledad indi-vidual acompaada, en la bsqueda de su propio ca-mino de perfeccin humana en el mundo, trascendente. Buscamos que el hombre no sea corrompido, y busca-mos que nuestro comportamiento ayude a que el poder no degrade, y a que los sistemas de convivencia basa-dos en la libertad, la tolerancia, la igualdad y la demo-cracia, no se corrompan hacia la intolerancia, la tirana, la ignorancia ni el fanatismo.

    Est claro que con este libro vamos a perder glamour, misterio, oscuridad, pero vamos a ganar luz, pues los masones, como dijo el hermano Goethe, somos de la estirpe de los que de lo oscuro hacia lo claro aspiran. Y vamos a ganarlo en un tiempo que creo ha de ser nues-tro tiempo, como es la crisis actual; no en sentido nega-tivo como que vienen los masones, que viene el lobo, qu miedo, en realidad no venimos a Espaa, estamos en Espaa desde hace trescientos aos, y de esos algu-nos cuantos en el exilio ininterrumpidamente, sino en sentido positivo como es que los masones estamos aqu para lo que la sociedad quiera de cada uno de nosotros y lo que podamos aportar de valores en esta sociedad corrompida en la que estamos descomponindonos.

    Se nos va reducir el grado de morbo, y el nivel de miedo, pero se evitarn situaciones de temor a decir nada a los padres o a los hijos, o a la pareja, sobre nues-tras inquietudes o nuestra condicin de masones. Ancdotas muchas hay. La ltima, iniciado un profano,

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    y acogido despus de la ceremonia en la comida de ce-lebracin, llam inmediatamente al terminar y nada ms ver a su novia para decir que no le dejaba ser ma-sn y que tena que darse de baja, lo que se cumplimen-t inmediatamente, por supuesto, sin mayor problema para l salvo su novia. A lo largo de la ceremonia de iniciacin, en la que ciertamente se provoca un estado de impresin emocional intenso, pero menos intenso y ms respetuoso que las novatadas de colegios mayores o los exmenes para tuno (un abrazo querido her-mano Roberto, Tuno pata negra), el recipiendario tiene muchas oportunidades para parar la iniciacin y reti-rarse en paz o para asustarse lo suficiente como para salir corriendo, es obviamente una exageracin, sin que nadie se lo impida. Se le pregunta expresamente, en di-ferentes momentos, si desea seguir adelante con su ce-remonia de iniciacin, y se le indica que es libre de irse cuando lo desee.

    Lo ms que puede pasar es que se beba o se coma un poco ms de la cuenta en el gape especial ritual poste-rior a la tenida de iniciacin, pero lo que pase despus de las cenas, cuando se abandona la logia, y si es que alguien no va directamente para casa, eso queridas hermanas y cuadas, ya no es responsabilidad ni de la Orden, ni de los hermanos, y no es ni ritual ni simblico, ni mitolgico, ni nada que nos toque, os lo aseguro. Es simplemente igual a lo que puede pasar despus de una cena de amigos cualquiera, o de una comida en la andetxa gastronmica correspondiente o en un txoko.

    Las constituciones de Anderson, publicadas el 17 de enero de 1723, son una de las fuentes del derecho ma-snico, el corpus legal y moral de la masonera especu-lativa de la edad moderna, la regla bsica o texto que contiene los denominados landmarks, o lmites, que trazan las lneas de lo que define el ser masn.

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    Tocan este tema, y son ms que claras en el punto: Reglas de conducta que deben observarse por los ma-sones en su propia casa y entre sus vecinos. Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y moral, y no ocuparse de los asun-tos de la logia con la familia, con los vecinos, con los amigos; y no perder de vista, en ningn caso, que el honor propio y el de la cofrada estn unidos; esto, por razones que no podemos exponer aqu, no debe des-cuidarse los propios intereses, permaneciendo ausente de su casa despus de las horas de la logia; evtense igualmente la embriaguez y las malas costumbres, para que no se vean abandonadas las propias familias, ni privadas de aquello que tienen derecho a esperar de los masones, y para que stos no se vean imposibilitados para el trabajo.

    Siento la necesidad de explicarte ahora dos cosas so-bre m, como autor, y sobre el estilo de este libro que es-ts leyendo, porque la inspiracin y el gnero literario es original, quiz extraa de entender, y ms difcil de explicar. Vers, soy abogado de familia, en ejercicio, tambin abogado criminalista, como hobby para rela-jarme de la presin de mi especialidad, y Doctor en De-recho. Me interesan las ramas del Derecho que ms to-can los valores fundamentales de la persona, su digni-dad, su igualdad, sus derechos esenciales como hom-bre, la familia, y los momentos en los que la condicin humana se desnuda con ms claridad y de forma ms contradictoria. Soy un convertidor de hechos y actos emocionales en hechos jurdicos, un artesano del encaje del derecho con la finalidad de restaurar, a su plena po-tencia, lo mejor del ser humano para l mismo y para la sociedad, desde la esperanza en un futuro ms feliz por el que luchar y en el que vivir. Mi instrumento de traba-jo no es manual, ni tampoco soy un obrero intelectual de la psicologa, ni la psiquiatra ni la medicina ni la so-

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    ciologa ni la poltica, sino del Derecho, y dentro de l soy ms del iusnaturalismo y de Toms de Aquino que del positivismo de Comte. Pero no quera hablar del derecho de la masonera. Lo que en este mi primer libro de masonera quera hacer era FILOSOFA DE LA MA-SONERA, vista desde el punto de vista de un no fil-sofo, para no filsofos. Tena como base mis estudios universitarios de historia de la filosofa, del arte, de la literatura, de arqueologa, prehistoria e historia antigua y medieval, y al menos tres precedentes, con el mismo ttulo, de filosofa de la masonera, muy buenos, y que te detallo por si quieres leerlos:

    Filosofa de la masonera. Cartas a Constant, de Johann Gottlieb Fichte, filsofo alemn (1762-1814), uno de los fundadores del movimiento conocido como el Idealismo alemn, a partir de Emanuel Kant y previa-mente a partir de Descartes, que trabaj especialmente sobre el problema de la subjetividad y la consciencia.

    Filosofa de la masonera. La imagen masnica del hombre, de Giuliano di Bernardo (1939). El autor, cuando escribi el libro en 1983, era profesor de filoso-fa de la ciencia en la Universidad de Trento y miembro titular de la Acadmie Internationale de Philosophie des Sciences. Haba publicado con anterioridad Intro-duzione alla logica del sistemi normativi (1972) o Le re-gole dell'azione sociale (1979), entre otras obras.

    Esquema filosfico de la masonera, de Francisco Es-pinar Lafuente, espaol, escrito en 1995, extremada-mente interesante.

    De estos tres libros, y alguno ms que existe, solo me ha interesado en esta ocasin, uno, por sus especiales connotaciones para m.

    Me interesaba ms el libro de Johann Gottlieb Fichte que los de Giuliano Di Bernardo y Francisco Espinar.

    De otro lado, y para la expresin grfica, me encon-traba interesado en el planteamiento grfico de la con-

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    tradiccin. Siempre busco metodolgicamente las con-tradicciones en los objetos de conocimiento, para eso busqu diferentes ilustraciones y fotos del libro de Leo Taxil Los misterios de la francmasonera, que es como la enciclopedia de la antimasonera, del siglo XIX, con el imprimatur de la Iglesia Catlica, prolongada al siglo XX, y empotrada en el inconsciente del siglo XXI.

    Los dos precedentes, ms el de Espinar Lafuente, tan-to las Cartas a Constant de Fitche, como el de Filosofa de la masonera de Di Bernardo, me asustan en cuanto a su profundidad y calidad, aunque con Di Bernardo tengo ms afinidad puesto que es un filsofo del dere-cho y de las ciencias sociales, y Espinar es un jurista, como yo. Pero tambin son libros, quiz, demasiado tericos, demasiado filosficos conceptualmente, y no era eso lo que me pareca que faltaba, o al menos lo que yo quera aportar a profanos y masones, sino un libro desmitificando la masonera desde esta parte del es-pejo, el mundo inicitico, un libro hecho por un masn y no por un masonlogo, y acercando la filosofa, que s creo que existe al otro lado del espejo, a la vida ordina-ria del siglo XXI, y a la reflexin del papel de la masone-ra y del masn en el futuro, mediante la desmitifica-cin, como Derrida trabajaba la deconstruccin, preci-samente para hacer mi construccin, y aun sabiendo que lo que se excluye no desaparece del todo, y parece que siempre tiene la inercia de volver para perturbar la construccin, por muy slida que parezca. Advierto que no soy como l, pues soy un hombre propenso a la esperanza, y a la alegra sosegada o ma non troppo. La masonera no es el cuento de Alicia en el pas de las maravillas, que celebra los in-cumpleaos, sino que es una realidad que celebra cumpleaos, muchos cientos ya de cumpleaos, como las grandes religiones o las grandes ideas de la historia, y la esperanza en su futuro lo es mediante la reflexin y bsqueda de una nueva

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    utopa para el siglo XXI, mediante su tica, y su presen-cia, aqu, ahora y hoy. No buscamos un hombre nuevo, todos los totalitarismos buscan un hombre nuevo, bus-camos el hombre de siempre, el eterno que viene de lo eterno y va hacia lo eterno, mediante el cambio de nuestra piedra bruta, de imperfecciones hacia una pie-dra pulimentada, capaz de hacer tica y esttica en el mundo real.

    Desde el punto de vista sistemtico, el libro est divi-dido en tres partes. La primera en forma de explicacin y presentacin, dirigindome directamente a ti, lector, mediante un gnero epistolar, atpico en la forma, o menos convencional que el gnero literario, pues es ms una interpelacin y un monlogo, en captulos, que no ha esperado contestacin tuya. Es al modo for-mal de la FILOSOFA DE LA MASONERA del Muy Respetable Gran Maestro y profesor Giuliano Di Ber-nardo y de Francisco Espinar. Captulos, temas, exposi-cin, conclusiones, aunque quiz, a diferencia de ellos, yo busqu ms el guio cmplice, desenfadado, contigo en la conversacin y la tertulia, que la didctica o la oratoria magistral, y de ah viene el ttulo de Filosofa (desmitificada) de la masonera a partir del anlisis de lo que no es, y del estudio de su traduccin esttica, unido a la reflexin sobre lo que en mi opinin son sus contradicciones, entre las que se encuentran la cuestin de la mujer, la de la masonera institucional y la distin-cin entre regularidad e irregularidad y el atesmo en relacin con el principio del GADU. El marxismo, con su metodologa de resolucin de las contradiccio-nes vuelve en estos momentos de crisis econmica de los ms dbiles, y de crisis de valores, a ser una meto-dologa y una filosofa de referencia, comprendido ya, sin lugar a dudas, el fracaso de la trasposicin a la pol-tica de su filosofa, y la cada de la poltica socialista so-vitica y partitocrtica. Pero nos queda el marxismo

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    originario, el de Marx filsofo, o incluso vuelve tambin el anarquismo filosfico con pensadores de la relevan-cia de Chomsky o Sdaba. Hay una cierta inspiracin metodolgica marxista en la lnea del actual marxismo dbil, en este libro.

    Esta primera parte es intransferible, y corresponde a mi anlisis filosfico personal, expresado en mi lengua-je, y soy el nico responsable de ella.

    La segunda parte, llamada Cartas a Constant, en la que hago a modo de puente de transicin o bveda de can, que lleva del Oeste al Oriente, Este; desde mi pensamiento hasta el pensamiento de mi Constant colectivo. He credo que para poder entrar en la parte ms importante del libro, que es la tercera, sera intere-sante conocer la obra de la cual este libro es deudor. No es una copia o un plagio del libro de Fichte. Deba de hacer un resumen, a ttulo puramente expositivo e in-troductorio, de las Cartas a Constant, que el filsofo escribi. Lgicamente puedo resumir, a mi manera, y aadir algunas cosas, pero no tocar el libro, as que me limito a researlo o a hacer una recesin con algunas aportaciones preparndote para las diecisis cartas que nunca escribi, pero que Constant le contesta, espe-cialmente en la carta XVI, firmada por el mismo Cons-tant en que la interpelacin es directa, al igual que la que yo le hago en las carta II, tambin directa. Esta se-gunda parte, es obra de Fichte, y el resumen es mo, con algn comentario aadido

    La tercera parte, Las cartas a Constant, est con-formada por un conjunto de diecisis cartas que me han enviado algunos hermanos, obra diferente cada una, en funcin de su sensibilidad y de sus sentimiento, como diecisis fueron las Cartas a Constant que Fichte redac-t. Respecto de los hermanos que han escrito, y que configuran sta tercera parte, la ms importante desde el punto de vista filosfico y desmitificador porque es

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    la culminacin de las otras dos, unos lo hacen usando su propio nombre, otros con nombre simblico y otros con seudnimo. Sus opiniones a ellos pertenecen, pero tambin a todos los masones, y ahora al lector. Que es-tn aqu no quiere decir que estn de acuerdo ni con-migo ni con el contenido de la primera parte de este li-bro. Solo yo, que los invit, los conozco a todos, nadie saba del otro, nadie conoce la totalidad de las cartas, nadie est contaminado, y ni yo mismo lo estoy, puesto que no han influido para nada en mi texto, deliberada-mente, incluso cuando existen visiones diferentes, la pluralidad en tolerancia y fraternidad es filosofa des-mitificada de la masonera.

    Por qu Constant y una tercera parte de gnero epistolar? La respuesta es porque Constant no existi nunca, simplemente fue un recurso literario de Fichte para utilizar el gnero epistolar en un libro de filosofa. Su libro lo componen quince cartas indubitadas y una ms, cuya originalidad es rechazada unnimemente, en concreto la carta segunda, y que es a la que yo respon-do, incluyndome tambin como recurso de estilo en la tercera parte. Un total de diecisis cartas en las que va desarrollando su filosofa. Tambin tiene una segunda parte en la que no voy a entrar, autntica, epistolar en-tre Fichte y Fessler.

    Yo voy a utilizar aqu al Constant inexistente y mudo como un smbolo del pensamiento oculto, mani-pulado, mitificado, y adems voy a imaginar que Cons-tant lleg a Iniciarse posteriormente a sus inexistentes cartas. La literatura, aunque sea literatura con la que se hace filosofa, permite estas licencias. Fitche dej la ma-sonera al poco tiempo de escribir su libro, vctima del karma, de la historia que arrastramos y que an no hemos resuelto, ni quiz comprendido en su dimensin de oportunidad; y que l mismo resalta sin comprender la dimensin ritual y til de este karma. En este libro,

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    lector, tienes una especie de juego, novelando como una licencia literaria y filosfica, y por el contrario, imagino una evolucin contraria a la del maestro. A Constant lo convierto en hermano, Maestro Masn, cuando Fitche no le concedi tal condicin, y a ese Constant iniciado le doy voz doscientos aos despus de que Fichte escri-biera su libro sin haberle dado l la palabra y un conte-nido a esa inexistente redaccin epistolar. Para ello he pedido a quince hermanos/as que le presten su voz y sus reflexiones, en libertad, uno por cada carta que de-bi haber escrito l, dotndole del contenido filosfico del que Fichte no le dot. Es la mejor parte del libro, creme, pero no vayas a ella hasta no leerme a m en la primera parte y despus la segunda parte. Es Constant el centro, yo solo le introduzco, pero para llegar a l, hay que pasar por la desmitificacin y la deconstruc-cin de la primera parte y el pensamiento de Fichte de la segunda parte. Despus de todo Fichte, dej la ma-sonera en el ao 1800, por lo que invierto totalmente el argumento. Es ahora Constant quien se comunica con Fichte, hermanos, los dos en el Oriente Eterno, como si le rescatsemos, pasndolo al siglo XXI, y como smbolo tambin del mensaje permanente de la masonera. Voy a dotar, pues, al personaje inventado, de pensamiento y contenido, haciendo a Constant, reivindicndolo y dndole vida, algo de todos, protagonista, con las cartas que me dirigen un grupo de hermanos y hermanas, al-gunos en sueos, otros en activo, otros con altas res-ponsabilidades en la Orden, otros con muchos aos de masonera, otros llamados masones irregulares, escri-tores, cientficos, profesionales, profesores universita-rios, doctores, arquitectos, filsofos, poetas, empresa-rios, periodistas, diplomticos, jubilados, mdicos, con diferentes percepciones y sensibilidades, pero todos miembros de una nica familia inicitica, y de currcu-lums eternos, como Constant es ahora eterno, en los

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    que elegir algo que resaltar y resumir de su vida profa-na, me ha resultado dificilsimo, y no siempre habr acertado. Les he agrupado intentando cerrar el libro inacabado de Fichte, y aunque me escriben a m, la invocacin solo la hacen nominativamente, porque nos escriben a Fichte, a todos, y para todos, especialmente a ti, con su filosofa de la masonera. El hecho de que en-ven cartas es debido a su amabilidad en contestarme y en participar, lo que les agradezco por su fraternidad, por su brillantez y por su contenido.

    Este libro se trasforma as, desde un libro de filosofa temtica, epistolar matizado, ensayista y especialmente capitular, en un libro de gnero de filosofa epistolar, con cartas reales, ciertas, y no inventadas, que obedecen a las propias opiniones de sus remitentes. Y todo ello, las tres partes, y las ilustraciones, en su conjunto pre-tenden trasmitir tradicin, informacin y enseanza desmitificada, para masones y para profanos, para to-dos aquellos que se acerquen a nosotros de buen cora-zn, abiertos de inteligencia, y de buena fe.

    Si la filosofa ha sido definida como la ciencia que busca el conocimiento de las cosas, o la verdad de lo que las cosas son, producto del ansia de buscar respues-tas al deseo insatisfecho de saber del hombre, de cono-cer, de entender el mundo que le rodea y las relaciones con su entorno y sus semejantes, la filosofa desmitifi-cada de la masonera de este libro, busca tratar de ex-plicar, hacer entender lo que la Orden es y sus relacio-nes entre los masones y la sociedad de la que forma parte, tanto colectivamente como con suma de indivi-dualidades libres y diferentes.

    Sigo siendo coherente con un regalo que un da me hizo un compaero de cuartel, en el Ramix 91 de Palma de Mallorca, un soldador de nombre Lidn, hace ms de treinta aos. Un espejo con una frase dibujada de charles Chaplin: Me encantan mis propios errores

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    porque no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme. Y es posible que en este libro me equi-voque, pero deliciosamente, no renuncio a mi libertad a hacerlo.

    Simplemente confronto a Fichte, un masn que pas a sueos por discrepancias con la Orden y con los dimes y diretes, encubiertos a los que somos tan asi-duos, que quiz hizo prevalecer lo profano frente a lo inicitico, con un Constant que a da de hoy es masn, a diferencia de su creador, y con ello se convierten los dos en eternos, como eterna es la masonera, en igual-dad.

    Hay documentacin, sin embargo, que considero inevitable, imprescindible utilizar, como las Constitu-ciones de Anderson, Los Misterios de la Francmasone-ra de Leo Taxil, del siglo XIX, Wikipedia, s, por qu no? O el barmetro realizado por la Gran Logia de Es-paa en el ao 2011. Otros son La masonera escuela de formacin del ciudadano de Pedro lvarez Lzaro, S.J., y un pequesimo libro titulado La masonera espaola en presidio, de un mdico preso por ser masn, y que firma bajo el nombre simblico de Prisciliano, as como el libro de Fichte Filosofa de la masonera. Cartas a Constant. Para cuestiones grficas he utilizado tambin Fbula de Venecia, de Hugo Prat, y Freemasonry, A ce-lebration of the Craft, prologado por el Duque de Kent, junto con imgenes obtenidas de Internet y fotos del propio autor o enviadas y la coleccin de grabados de Antonio Baena, propiedad del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocs Antiguo y Aceptado para Espaa, a todos los cuales les tramito todo mi agrade-cimiento. Por supuesto que no puedo olvidar a otros masonlogos o masones, algunos lo son y otros no, co-mo el Padre Ferrer Benimeli, S.J., y a su trabajo de tan-tos aos, autor discutido, o a otros escritores como Xa-bier Casinos, Josep Brunet, Galo Snchez, Santiago Ro,

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    Antonio Mara Clart, con sus obras y su esfuerzo. Para todos ellos va mi reconocimiento por su trabajo.

    Los resultados del Barmetro realizado por la propia Gran Logia de Espaa nos indican que un 43,6 por cien-to de los masones espaoles se declara cristiano, por-centaje del que un 11,6 por ciento se define adems co-mo catlico. Adems los resultados muestran que el 35,4 por ciento de los masones en Espaa se consideran personas espirituales sin adscripcin a ninguna reli-gin; un 4,1 por ciento, budistas; un 3,4 por ciento, protestantes; un 2,7 por ciento, anglicanos; otro 2,7 por ciento, no creyentes; un 2 por ciento, judos; y el 2,7 por ciento restante, creyentes de otra religin. El estudio destaca que ninguno de los masones participantes en el estudio forma parte del 8,8 por ciento de los espao-les que se consideran ateos. Con fuertes y plurales ideas polticas, siempre dentro del sistema democrtico, y con un significativo componente de centro derecha: el 28% liberal, el 15,5% conservador y el 16,3% social de-mcrata, por lo que las opciones polticas de centro, en la horquilla centro derecha-centro izquierda parecen las mayoritaria. Los masones venimos advirtiendo que el mayor problema que afronta Espaa en estos mo-mentos es la crisis de valores. Para el trabajo se ha en-trevistado a 152 personas, es decir, en torno a un 4% de los masones que viven en Espaa, uno de ellos, quien esto suscribe, que por cierto me he negado a responder a las preguntas sobre poltica y religin.

    Somos unos tipos que pensamos, con la actual situa-cin econmica del 2013, y que ya se vea en el ao 2011, que la principal preocupacin es la crisis de valo-res, con un 25,8%, frente al escassimo 0,5% de la pobla-cin en general; o que el paro que es el principal pro-blema para un 61% de la poblacin espaola, lo es tan solo para el 16,6% de los masones; y cranme no porque la masonera en Espaa sea una agencia de colocaciones

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    o un grupo de presin cuya fraternidad lleva a que na-die est parado, pues creo que tenemos tantos parados como la poblacin espaola, aunque quiz disimulados por el porcentaje de personas jubiladas que forman par-te de la masonera, y no podemos ayudarnos entre no-sotros mismos, no por no querer sino por no poder.

    Podra haber dividido el libro en cinco partes o en sie-te, pero he elegido el nmero tres porque es el nmero ritual de los aprendices masones, el que nos identifica con tres puntos, el que configura el triangulo equilte-ro, el que representa la trinidad, dentro de la unidad.

    Y ahora, mientras se prepara la procesin en pasos perdidos para la entrada al templo, el cuerpo del libro, y el Maestro de Armona hace sonar en el aparato en-latado, el himno para la apertura de una logia, disponte t, lector, con este Allegro ma non troppo a precipitar-te, como Corto Malts lo hizo desde el tejado de un edi-ficio de Venecia en medio de la Logia Hermes reunida en tenida. Pero eso s, por favor, te pido que te olvides de los capuchones del dibujo que te acompao como ilustracin, y de los capuchones que estn en la Logia que hayas podido ver en el archivo de la Guerra Civil de Salamanca. No somos especialmente guapos, en ge-neral, pero tampoco somos tan horribles como para que tengamos que cubrirnos el rostro y no podamos mirar-nos ni a la cara. Simplemente no existen, y jams en mi vida masnica he estado en una logia con hermanos as vestidos, y menos con el calor que se pasa en las tenidas al llegar la primavera y el verano. Vamos pues, avante toda, a navegar en este mundo nuevo quiz para ti, amura vela, y como dijo Gonzalo de Berceo al termi-nar su obra, espero que lo que vas a leer en leguaje co-loquial, con el que la gente comn habla a sus vecinos, se merezca un vaso de bon vino.


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