La acción socieducativa 65 - Cáritas Diocesana de ... · sibilizar las alternativas que...

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temas generales

El arte de acoger/NOSen el encuentro

interpersonal

La acción socieducativade base

COORDINA:EQUIPO TÉCNICO MIXTO

La Acción SocialCuadernos de formación

65

CáritasEspañolaEditores

Equipo Técnico Mixto

Acogida y acompañamientoa Personas y Familias

en Cáritas Parroquiales

El arte de acoger/NOSen el encuentro interpersonal

La acción socioeducativade base

COORDINA:

Serie Roja Temas Generales

Serie Tabaco Empleo-Economía Social

Serie Verde Mundo Rural

Serie Gris Mundo Urbano

Serie Naranja Juventud

Serie Morada Infancia/Familia

Serie Azul Personas en situación de exclusión

Serie Amarilla Internacional

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Mayo, 2014Publicado por C E EEmbajadores, 16228045 MADRIDTeléfono 91 444 10 00www.cáritas.espublicaciones@cáritas.esColección L A S. C F

Preimpresión e impresión: DIN Impresores, S.L.28500 Arganda del Rey (Madrid)

ISBN: 978-00-0000-000-0Depósito legal: M-00000-2014

5El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı Índice

ÍNDICE

1. Presentación _________________________________________________________________________________________________________________________ 00

2. Situándonos: En un mundo cambiante ______________________________ 00

A) Seguimos hablando de vulnerabilidad, pobreza y exclusión ____________ 00

B) En este contexto, qué está pasando en las Cáritas parroquiales __________ 00

3. Hacia dónde: Acogida y Acompañamiento, momentos de un proceso _______ 00

A) ¿Por qué hablamos de proceso? __________________________________ 00

B) ¿Qué pretendemos? ___________________________________________ 00

C) Qué personas están invitadas ___________________________________ 00

4. La urdimbre: Tejiendo la red… los hilos necesarios _____________________ 00

A) Un encuentro entre personas, donde se reconoce el SER,se dignifica el servicio _________________________________________ 00

B) Principios y valores a tener en cuenta _____________________________ 00

• El valor de la escucha y de sentirse escuchado ______________________ 00

• Lenguaje respetuoso centrado en el ser y en sus “dones” ______________ 00

• Ser consciente del pensamiento estereotipado ______________________ 00

• Partimos de las capacidades y potencialidades de las personas _________ 00

• Démonos la oportunidad de aprender, de ejercitar la autonomía ________ 00

• Con un estilo de relación horizontal y de aprendizajes compartidos _____ 00

• Desde una comunidad acogedora ________________________________ 00

5. Nuestro ser y estar: En el proceso __________________________________ 00

A) Qué necesitamos para estar cerca del otro ser humano ________________ 00

• QUIÉN. Personas con un talante y en equipo _______________________ 00

• DÓNDE. La selección del lugar y la importancia de los espacios ________ 00

• CUÁNDO. Los tiempos necesarios _______________________________ 00

• CÓMO. El consenso de criterios y los tipos de relación _______________ 00

• Las ayudas materiales en el marco de los procesos de acompañamiento __ 00

6. Nuestro hacer: En la Acogida y el Acompañamiento ____________________ 00

A) La importancia de una “espera activa” _____________________________ 00

• La Acogida acompañada, un proceso de puertas abiertas ______________ 00

• Los procesos de Acompañamiento _______________________________ 00

• Qué son: nos aproximamos al concepto ___________________________ 00

• Cómo lo hacemos. Una propuesta metodológica ____________________ 00

• Con qué. Herramientas que debemos manejar ______________________ 00

7. NUESTRO SERVICIO: Estrategias institucionales _____________________ 00

A) Cáritas diocesana en el acompañamiento de las cáritas parroquiales _____ 00

B) Cáritas parroquiales, retomando el sentido _________________________ 00

8. BIBLIOGRAFÍA ________________________________________________ 00

6 La Acción Social ı Cuadernos de formación

CAPÍTULO 1

Presentación

“Dos de los discípulos se dirigían aquel mismo día a un pueblollamado Emaus, a unos once kilómetros de Jerusalén.

Iban hablando de todo lo que había pasado. Mientras conversabany discutían, Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar a su lado”

(Lc 24, 13-14)

LLaa ssiittuuaacciióónn aaccttuuaall nnooss eessttáá ffaacciilliittaannddoo rreeppeennssaarr,, rreeccuuppeerraarr eell sseennttiiddoo. Hemos vividode espaldas a la naturaleza, perdiendo ritmo, el tempo que tan sabiamente está marcado enel ecosistema, poniendo el valor en el producto y no en el proceso, en la producción masivay no en la calidad del resultado. Y ahora en medio de una crisis, no solo económica y finan-ciera, sino especialmente de valores, que junto con el sufrimiento que conlleva para una parteimportante de la población -aquellas que lo están padeciendo y quienes no viéndose afectadasdirectamente, viven con responsabilidad y compromiso el dolor ajeno-, puede que nos estétrayendo grandes lecciones a toda la población. Una frase de Dalai Lama que sintetiza estavisión “lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierden la salud para ganardinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en elfuturo no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven comosi no tuviesen que morir nunca, y mueren como si nunca hubieran vivido”.

CCrriissiiss qquuee ssiieemmpprree ttrraaee ccaammbbiiooss y que puede devenir en oportunidad. Muestra de elloson el resurgir de movimientos vecinales y sociales que nos han devuelto la esperanza, y noshan despertado de la atonía en la que estábamos, todos ellos se están organizando para de-nunciar situaciones de injusticia y para resolver los problemas detectados en su comunidad,creando redes de apoyo, generando con creatividad estrategias que recuperan la utopía per-dida, que alivian y resuelven en clave de comunidad. Recoge este pensamiento la frase: “anteuna gran decepción, no sabemos si el fin de la historia, o puede ser el principio de una granaventura”.

En nuestras Cáritas no estamos viviendo algo muy distinto, también necesitamos parar-nos y observar, contemplar qué está pasando en esta travesía difícil, donde se nos pide poruna parte, la necesidad de combinar cantidad -aumento del número de personas deman-dando algún tipo de ayuda relacionado con necesidades básicas- con un eessttaarr pprreesseennttee eennllaass ssiittuuaacciioonneess ddee ddoolloorr, una mirada que ve más allá, una escucha profunda que acoge a todoel ser y que invita a realizar un camino acompañado.

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı Presentación 9

La Acción Social ı Cuadernos de formación10

Con la intención de iimmppuullssaarr uunn aaccoommppaaññaammiieennttoo ffaammiilliiaarr yy eennttrree ffaammiilliiaass, desde las aco-gidas a las personas que nos solicitan algún tipo de ayuda que nos lleve a trabajar en procesos,a saber mirar el origen, a prevenir situaciones que se pueden abordar sin dejar que se intensi-fiquen o se lleguen a cronificar. Seguramente que para ello necesitaremos repensar nuestra ac-ción y también formarnos en cómo invitar a la familia a participar en un proceso, o que desdeun acompañamiento individual tengamos una incidencia en el conjunto de la familia.

Ciertamente el contexto actual nos exige armonizar la asistencia con la ineludible pro-moción, el reconocimiento del ser como sujeto de deberes y derechos y con el acceso y dis-frute a éstos. Ojala que estas páginas nos sirvan para retomar una reflexión que hace mu-chos años emprendimos en esta institución en torno a la nneecceessiiddaadd ddee ssuuppeerraarr eellaassiisstteenncciiaalliissmmoo y dirigir todo nuestro esfuerzo en pprroommoovveerr llaa ppaarrttiicciippaacciióónn ddee llaass ppeerr--ssoonnaass en sus procesos de empoderamiento personal y colectivo.

Por ello no queremos olvidar tareas fundamentales que Cáritas ha venido haciendo y queno debemos dejar de hacer, como ddeennuunncciiaarr llaass ssiittuuaacciioonneess ddee iinnjjuussttiicciiaa. Detrás de los nú-meros hay historias de vida. Y con la intención de vivirnos en un tiempo de esperanza, vvii--ssiibbiilliizzaarr llaass aalltteerrnnaattiivvaass qquuee ddiiggnniiffiiccaann llaa ““aayyuuddaa””, y a las personas que están en esta re-lación, proyectos que no sin esfuerzo, en las parroquias y en colaboración con otros grupos,se han puesto en marcha, desde abajo, dando valor a lo pequeño, a lo comunitario, huertosecológicos, “tiendas” de segunda mano, restaurantes solidarios, tarjetas monedero o tarje-tas solidarias para que la persona haga su compra en un establecimiento concertado, espa-cios de trueque, de escucha, de relación…

Relación que nos lleva a la vviivveenncciiaa ddee uunnaa ccoommuunniiddaadd aaccooggeeddoorraa ee iinncclluussiivvaa entre per-sonas que llevan mucho tiempo con nosotras y otras que por diferentes motivos se están acer-cando a Cáritas con el ofrecimiento de “echar un cable” y vivir la solidaridad que les nace (pre-jubilaciones, mientras se forman o encuentran un empleo…) que nos ofrecen otrasposibilidades de colaboración (clases de yoga, de teatro, masajes…). Escenario que nos plan-tea nuevos retos: de organización y apuesta por el encuentro y el diálogo hacia la participa-ción conjunta en la construcción de una sociedad más justa y respetuosa.

Para llegar aquí, queremos partir de una reflexión compartida, ppoonneerr eenn ccoommúúnn rreeffllee--xxiioonneess,, ccrriitteerriiooss,, eexxppeerriieenncciiaa,, mmééttooddoo que nos facilite el encuentro entre nuestro pensa-miento y nuestro hacer, entre nuestro ser y estar, y superar así, el subjetivismo, los estere-otipos o los prejuicios que a veces nos acompañan. Y desde el análisis, el contraste yconsenso, definir un marco teórico de referencia que enmarque el trabajo tan comprometidoque estamos realizando, con una mirada introspectiva que nos haga seguir creciendo comopersonas, como sociedad, como Cáritas. Ideas que han sido anunciadas en los documentospublicados: el Modelo de Acción Social, en el desarrollo de los Marcos (de intervención conpersonas en situación de grave exclusión social y de los territorios) y en el Arte de acompa-ñarnos, que aquí pretendemos concretar en los procesos de las acogidas.

Y desde aquí ir perfilando, recreando eell aarrttee ddee eessttaarr cerca de la otra persona y de sentirque solo cuando nos reconocemos en nuestra vulnerabilidad tenemos la oportunidad de en-contrarnos con el corazón, de salir al encuentro de ser a ser, único, sagrado. Esta es la ideaque queremos recoger con “acogernos”, porque se produce un movimiento de doble direc-ción, damos y recibimos, acogemos y nos acogen. Y para ello hemos de transitar por la ex-

periencia de cada relación, con la conciencia de aproximarnos “al desnudo”, sin juicios pre-vios, sin estereotipos que idealizan y desvirtúan la realidad.

Este material lo hemos pensado para llaa rreefflleexxiióónn ddee llooss eeqquuiippooss ddiioocceessaannooss qquuee eessttáánneenn llooss pprrooggrraammaass ddee aaccooggiiddaa yy aaccoommppaaññaammiieennttoo, con la intención que nos sirva para re-novar ilusiones y compromisos, analizar dónde estamos, repensar procedimientos, fortale-cer nuestra presencia y mejorar todo aquello que sea necesario. Estos equipos serán los en-cargados de presentar este trabajo a las personas voluntarias de cáritas parroquiales y deaquellos movimientos sociales y vecinales que trabajan en los territorios de nuestra geografía,tanto en el ámbito urbano como en el rural, que se mueven con nuestros mismos ideales ybuscan los mismos objetivos. Homenaje y reconocimiento a tanto hacer con “co-razón”.

Por último queremos expresar nuestro deseo que este ddooccuummeennttoo sseeaa uunnaa eexxppeerriieenncciiaavviivvaa, como los libros viajeros, que invitan a incorporar nuevos dibujos, símbolos y letras quevan surgiendo en el movimiento y en el calor de los grupos, también los interrogantes y du-das, y por qué no, los sueños que se van gestando en silencio y en la oscuridad. Recordamosaquella frase que “soñar es anticipar el futuro”.

¡¡Así pues manos a la obra¡¡ Deseamos que sea un texto sugerente,y que mejor manera que abrir cada capítulo con el símbolo:

que nos presenta las palabras de algunas personas que están viviendo la acogida y el acom-pañamiento en primera persona, con sus testimonios nos adelantan algunas de las ideas fun-damentales que estarán en la reflexión de cada texto. Capítulos que reflejan temas de inte-rés como la situación de empobrecimiento en el contexto actual y la misión de nuestrasCáritas parroquiales, qué necesitamos en lo esencial para acoger y acompañar a las perso-nas y familias que nos solicitan algún tipo de apoyo, y desde aquí el sentido de las ayudasmateriales en estos procesos. Y para finalizar con algunas orientaciones que nos facilite elanálisis sobre el tipo de organización que sería la más adecuada para el impulso o refuerzode la acogida en el arte del encuentro interpersonal.

� Y en cada capítulo os encontrareis a este personaje que os invita a uunnaa ppaarraaddaa, auna reflexión individual y/o colectiva, en torno a unas preguntas que hacenreferencia a los contenidos que se están trabajando.

� Este otro símbolo nos indicará “ccuueessttiioonneess pprrááccttiiccaass”, donde encontrareis algu-nas orientaciones que nos pueden venir bien tener en cuenta en nuestro procesode acogida y acompañamiento.

� Y éste para presentarnos algunos elementos o “ssiittuuaacciioonneess aa mmeejjoorraarr””.

Una propuesta metodológica

Solo nos queda ofreceros algunas pistas de cómo podéis trabajar este material. Ya hemosmencionado que se trata de un material pensado para los equipos de Cáritas Diocesana, sin queello sea un criterio excluyente para que pueda llegar directamente a las personas que están enlas cáritas parroquiales. El documento proponemos que se aborde por partes. Empezaremos



con una breve exposición general, recogiendo el sentido de esta formación, los objetivos quenos proponemos y una breve explicación de lo que nos vamos a encontrar, se trataría de pre-sentar el menú para que a continuación podamos degustar de a poquito cada capítulo.

Planteamos organizar la formación por sesiones monográficas por cada capítulo, dondeempezaremos con un tiempo personal de reflexión sobre el conocimiento y la experienciade la que parte la persona, sin haber leído ni escuchado previamente los contenidos que setrabajarán a continuación, 4 ó 5 preguntas, sabiendo que no se trata de un examen, que na-die va a valorar o hacer un juicio, por el contrario queremos saber cuál es nuestro punto departida. Y después de la presentación y el trabajo de los contenidos de cada capítulo, reto-maremos esta reflexión inicial para poner en contraste con los nuevos conocimientos ad-quiridos y la consiguiente toma de conciencia de aquello que debemos incorporar, mejorar,señalando compromisos concretos que nos faciliten los cambios.

Os presentamos algunos ejemplos de cómo plantear la reflexión inicial en los capítulos si-guientes:

� Algunas preguntas para el capítulo 3 “Hacia donde…”

1. ¿Qué es para ti la acogida?, ¿qué te propones en este espacio cuando acoges a unapersona?

2. Piensas que tienen algo en común estas palabras “acogida” y “proceso”. En caso afir-mativo, ¿cuál es la relación que encuentras? Y “acogida”, “proceso” y “aprendizaje”.

3. ¿A quienes acogéis en tu cáritas parroquial o servicio de atención? Según las situacio-nes que estamos viviendo, ¿deberíamos hacer algún cambio de mirada, de enfoque?

4. En una acogida, quienes consideras que son las personas que están implicadas.

� Para el capítulo 5 “Nuestro ser y estar...”

1. Qué elementos son para ti fundamentales en la acogida, enuméralos por orden deprioridad que le das, y piensa por unos minutos el por qué son importantes.

2. ¿Qué cualidades deberíamos tener las personas que estamos en los equipos de aco-gida? En nuestro equipo tenemos presente los gestos, actitudes y comportamien-tos que nos permiten llegar a la persona con profundo respeto.

3. ¿Cómo son los espacios donde realizas la acogida?, ¿cambiarias algo para facilitarla relación, el encuentro con la otra persona?

4. ¿En vuestro equipo cómo os organizáis los tiempos de la acogida?

� Para el capítulo 6, “Nuestro hacer…”

1. ¿Te parece importante que haya una sala de espera donde pueda estar la personaantes de entrar a la acogida? Disponéis de este espacio en tu centro, ¿cómo es?,¿cambiarías algo? En caso afirmativo, describe cómo te imaginas que puede ser.

2. Describe cómo realizas la acogida, recogiendo brevemente las claves más significativas.Consideras que deberías hacer algún cambio o mejora. En caso afirmativo, ¿cuáles?


3. Te parece importante tener un método. Si utilizas alguno, nárralo brevemente.

4. ¿Qué es para ti acompañar? Si realizáis algún acompañamiento ¿cómo lo hacéis?,¿cambiarías algo?

FFaallttaa tteexxttoo.. IIrráá eenn sseegguunnddaass pprruueebbaass

CAPÍTULO 2

SITUÁNDONOS: En un mundo cambiante

“Hola, soy Juan llevo 5 años en la parroquia de Santo Domingo, llaa acogidarepresenta uno de los pilares de Cáritas.. PPaarraa mmíí hhaa ssuuppuueessttoo nnoo ssoolloo llllee--ggaarr aa llaa ggeennttee,, ssiinnoo aapprreennddeerr,, cada vez que he hecho la acogida, cuantas másacogida hago, mas aprendo. No hay que coger el problema de la persona, hayque acoger a la persona, su situación económica, social, anímica.

El primer día lo dedico a escuchar a la persona que llega muy rota y cuando digo rota esde corazón, de mente. Hay que colocar a la persona en su situación, que se sienta agradable,que se abra y pueda compartir con nosotros. La gente viene harta de estar en despachos, conasistentes sociales… de servicios municipales, de sanidad, inclusive propios de Cáritas. En-tonces cuando llega no nos podemos sentar delante de ellos y empezar a rellenar la ficha, por-que la gente viene harta de eso. Tenemos que sentarnos con la persona, particularmente nome gusta sentarme frente de ella, a mi me gusta sentarme al lado de ella. EEssttooyy hhaacciieennddoouunnaa aaccooggiiddaa,, tteennggoo qquuee ddaarrllee ccaarriiññoo,, ccoommpprreennssiióónn,, ttooddoo lloo qquuee eennttrree ccoommiillllaass llooss ddeess--ppaacchhooss nnoo ddaann, es lo primero que tenemos que dar, y eso para mí es hacer una acogida decalidad, con cariño, que tu notes que la persona se siente bien.

También mmee gguussttaa hhaacceerr uunnaa aauuttoo eevvaalluuaacciióónn, cuando tengo confianza pregunto ¿cómote sientes cuando cuantas tu problema? He hecho acogida donde la persona viene exclusi-vamente a hablar conmigo, no necesita alimentos, no pide trabajo, ni necesita cosas mate-riales. Y le he preguntado por qué viene, y su respuesta ha sido porque es un rato que ha-blo, me siento a gusto y me siento escuchada.

NNoo eessttaammooss ppaarraa aaccoonnsseejjaarr,, yy ssíí ppaarraa aannaalliizzaarr eell pprroobblleemmaa,, ccoonnoocceerr yy lluueeggoo ddaarr uunnaassppaauuttaass.. Y siempre, respetar su punto de vista, por ejemplo, si una persona llega y le digo “tulo que necesitas es trabajo” y me dice: “yo no quiero trabajar”, yo tengo que respetar eso. Esimportante saber qué quieren las personas, qué esperan de Cáritas. AAnntteess ddee ddaarr lloo qquuee nnooss--oottrrooss qquueerreemmooss hhaayy qquuee ssaabbeerr lloo qquuee llaa ppeerrssoonnaa qquuiieerree.. Cáritas es la caridad de Dios he-cha realidad a través de nosotros, y entonces tenemos que asemejarnos a esto.

Y ya para terminar lo que ha supuesto para mí la acogida, a la vez que yo acojo a una per-sona, a la vez que le doy montón, recibo montón de esa persona. Las personas me han en-señado por ejemplo a ver la vida desde otro prisma, que no tenía anteriormente, Cáritas nodebe ser la corporación que da, creo que en la Acogida tenemos que cambiar ese chip, ““CCáá--rriittaass eess ccoommppaarrttiirr”” ccuuaannddoo uunnaa ppeerrssoonnaa ccoommppaarrttee ssuu pprroobblleemmaa ccoonnmmiiggoo,, yyoo eessttooyy ccoomm--ppaarrttiieennddoo ccoossaass ccoonn eellllaa,, ella puede ganar y yo también, eennttoonncceess eessttaammooss ccrreecciieennddoo lloossddooss. A esa persona le puedes solucionar un problema pero yo veo el mundo diferente y veosu realidad, y desde este punto de vista de ponerme en su lugar puedo llegar y entender a lapersona tal y como es. La acogida ha sido una experiencia, yo creo que desde que lo estoyhaciendo soy otra persona, me va transformando y en positivo siempre”.

Juan Julián Martel, Grupo de Cáritas Parroquial de Santo Domingo. Cáritas Diocesana de Canarias. Mayo 201

“La crisis económica y social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en las políticas inspiradas en formas de neoliberalismo

que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetro absolutas en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos”

Papa Francisco

Seguimos hablando de vulnerabilidad, pobreza y exclusión

Cuando me vence la desesperación,recuerdo que a través de la Historia siempre han ganado la Verdad y el Amor.

Ha habido tiranos, es cierto. Y por un momento parecen invencibles. Pero siempre caen, siempre.

Gandhi

LLooss rreecciieenntteess estudios e investigaciones sociales del Observatorio de la Realidad Socialde Cáritas (2008 a 2013) y de la Fundación FOESSA (“Análisis y Perspectivas” de 2012 a2014) nos hablan de una serie de fenómenos estructurales que nos están mostrando la de-riva tomada hacia un nuevo modelo de sociedad, en síntesis:

� El eemmppoobbrreecciimmiieennttoo de la sociedad y la fractura social que, más allá de la coyunturade la crisis, están suponiendo la consolidación de uunnaa nnuueevvaa eessttrruuccttuurraa ssoocciiaall dondecrece la espiral de la escasez y el espacio de la vulnerabilidad.

� El iinnccrreemmeennttoo aacceelleerraaddoo ddee llaa ddeessiigguuaallddaadd social y su consolidación como estruc-tura social a partir de las siguientes constataciones:

— Dualización y precarización del mercado laboral. — La debilidad fiscal desorientada en la redistribución de la riqueza.— El recorte de derechos que nos igualaban como ciudadanos (Sanidad, educación

acceso a servicios sociales y prestaciones públicas).

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı SITUÁNDONOS 17

� Un escenario con cuatro mecanismos que están moviendo el papel que desempeña-ban los principales actores sociales: un Estado que abandona el principio de responsa-bilidad pública en favor del mercado y la privatización; unas organizaciones socialesmermadas, que a menudo suplen a la función pública; un sistema familiar de conten-ción que está desbordado; y una economía sumergida de amplio espectro que consti-tuye una fuente de supervivencia de primer orden para muchas familias.

Esta tendencia está exenta de progreso social, y parece encaminada a la regresión en el largoplazo, especialmente en términos de “pobreza creciente y derechos menguantes”.

En su libro “Reinvención de la exclusión social en tiempos de crisis” García Roca argumentacomo nos han transmitido el mensaje de la naturalización de la crisis y la condición de per-sonas afectadas como algo generalizado como estrategia para ocultar y enmascarar respon-sabilidades. “Pero además la naturalización de la crisis produce impotencia colectiva que sedespliega no solo en la claudicación de la responsabilidad personal sino en la pérdida de ladimensión política. La consecuencia más grave de esta pérdida es pensar que el techo dese-able y posible en la salida es la refundación del capitalismo con algunos paliativos, con unmayor control de los gobiernos, o con más reglas de juego para perseguir a los tramposos.Se trata de remediar todo aquello que ha originado la crisis, ajenos al sistema económico, po-lítico y cultural que la ha producido. Y en lugar de entenderse como un hecho total, se en-tiende como un hecho parcial”.

Efectivamente se trata de un sistema socioeconómico desequilibrado e injusto del repartode los bienes y riquezas, como causa estructural que ha provocado no solo más pobreza sinolas grandes desigualdades que estamos viviendo, ejemplos varios: datos arrojados por la bancaque siguen aumentando sus ganancias, paraísos fiscales que no se tocan, administracionespúblicas que están recortando cada vez más el gasto social, educativo y sanitario mientrasse mantiene el gasto militar.

Una visión interesante sobre la organización de los servicios sociales nos la ofrece la pla-taforma de profesionales de servicios sociales del Ayuntamiento de Zaragoza, en su denuncia:“los Servicios Sociales creados para dar cobertura a las necesidades en un estado de Bienes-tar Social, hoy, son incapaces de dar respuesta a esta situación… Estamos desbordados y ve-mos con preocupación la incapacidad de un sistema prestacionista, burocrático, con una or-ganización obsoleta, que no planifica ni previene, que da respuestas puntuales y en precarioante situaciones que necesitan una intervención en profundidad. Se requiere un cambio ra-dical y urgente de modelo. Es necesario un plan de choque para favorecer una respuesta rá-pida y eficaz a las situaciones de necesidad…”

Y otra panorámica la podemos encontrar en Cáritas en la convivencia de realidades tanduras como complejas, microrelatos que ponen en revisión nuestros análisis, que nos plan-tean nuevos interrogantes, y nos hacen vislumbrar otras miradas, otros horizontes. Situa-ciones de riesgo y exclusión social, bien por rasgos sociobiográficos y económicos, o por laderiva de algo que nos anunciaban como una crisis pasajera, pero que observamos con pre-ocupación cómo se está instalando en los hogares españoles:

� FFaammiilliiaass afectadas por la reforma laboral, la destrucción de empleo, los contratos enprecario, los recortes en los salarios, la subida de los precios en los productos de primera


necesidad, la subida de impuestos directos e indirectos, los recortes en los sistemas deprotección social o el cuestionamiento del actual sistema de pensiones (que para mu-chas familias está siendo un sostén, parejas separadas que vuelven a vivir con los pa-dres, abuelos que se están haciendo cargo de los gastos de los nietos y/o de sucuidado…), el uso de la vivienda como un bien mercantilizado y no como un derecho.Hogares, en definitiva, con una tendencia a la baja en sus rentas, cuando no han vistocomo desaparecían sus ingresos. Familias de diferentes culturas y nacionalidades conmayores dificultades para incorporarse en procesos de inclusión social y peor aún aque-llas que se encuentran en situación administrativa irregular.

Quizá esta situación la estén viviendo con mayor intensidad las familias monoma-rentales, mujeres que se ven sobrecargadas en sus responsabilidades con tareas dentroy fuera del hogar, siendo sustentadoras afectivas y económicas, con subempleos, tra-bajos por horas, en economía sumergida…

Y en numerosas ocasiones, personas que se encuentran con escasa capacidad paraafrontar sus funciones educativas, apareciendo estrés, soledad, frustración, por no sa-ber cómo gestionar. Si a esto le añadimos la falta de apoyos y de recursos socioeduca-tivos el panorama es muy preocupante.

Sin duda a quien coloca en una situación de mayor indefensión es al colectivo de ni-ñas y niños, en especial cuando no han contado con las mismas oportunidades dadala situación de empobrecimiento, para desarrollar su personalidad de manera sana yfeliz.

� AAddoolleesscceenntteess yy jjóóvveenneess que se desenganchan del ssiisstteemmaa eedduuccaattiivvoo, con situacio-nes de fracaso escolar, cuando no de absentismo, y que no encuentran una salida de for-mación profesional adecuada y menos laboral.

Otras personas jóvenes que con iniciativa de formarse en una ccaarrrreerraa uunniivveerrssiittaarriiaa perocon la situación de dificultad que viven sus familias y la falta de apoyos institucionales (su-presión de becas, aumento de tasas…) ven con dificultad acceder a esta formación.

Personas jóvenes con dudas y desánimo por encontrar un puesto de ttrraabbaajjoo ddiiggnnoo,acorde a sus competencias profesionales y con ello, la dificultad de vivir con autonomíafuera del nido familiar (hecho que está provocando una disminución de la tendenciaemancipadora que en años anteriores nos había llevado a tener una tasa parecida a otrospaíses europeos). No obstante, en muchos casos buscan mejores horizontes en otrospaíses, con todo tipo de suerte.

� También queremos mencionar la realidad de personas con escasos recursos, con unttrraassttoorrnnoo eenn ssuu ssaalluudd mmeennttaall, con o sin diagnóstico, que se ve agudizado por estecontexto socioeconómico, y con pocas posibilidades de un apoyo y atención integralmás allá de la farmacológica.

� Personas con 50 y 60 años que se encuentran con el “cártel” de ““pprreejjuubbiillaaddaa oo jjuubbii--llaaddaa””, en ocasiones sin saber manejar esta nueva categoría que además de connota-ciones psicológicas, conlleva un aumento considerable de su tiempo libre.

19El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı SITUÁNDONOS

(*) Estudios como el informe de la juventud de 2012 del INJUVE, barómetro de Ikuspegi, el Observatoriode la Inmigración de la Universidad del País Vasco y el Gobierno de la comunidad, el Informe Anual 2013de SOS Racismo, …).


Personas mayores solas, en zonas urbanas y rurales, posiblemente con la diferenciaque en estas últimas, los recursos de proximidad están alejados de sus poblaciones,cuando no ausentes.

� ZZoonnaa rruurraalleess que están viviendo dos realidades en principio distanciadas, por unaparte pueblos que se quedan sin gente, que ven como van cerrando y quedándose sinrecursos sanitarios y socioeducativos por falta de “rentabilidad”. Por otro, pueblos queestán siendo recuperados con familias jóvenes que vuelven a los orígenes, a labrar la tie-rra, a tener animales, a rescatar viejos oficios artesanos, desde el cuidado y la sosteni-bilidad del medio ambiente.

� Otro elemento que debemos tener en cuenta, este tipo de realidad socioeconómica noslleva hacia una tendencia ccrreecciieennttee ddee ddiissccrriimmiinnaacciióónn yy aauummeennttoo ddee llaa iinnttoolleerraanncciiaasegún coinciden distintos estudios. *

Realidades de gran vulnerabilidad que nos han de situar en una posición de alerta, de in-cidir lo antes posible, de no esperar riesgos mayores, de si llegamos a tiempo podemos evi-tar cronicidad y situaciones de mayor exclusión.

No podemos perder la perspectiva mundial y dejar de mencionar la realidad de países ypueblos con hambrunas, con conflictos armados, con efectos devastadores ante desastresnaturales y con poca capacidad de reconstrucción no solo material. Cómo señala XIV Dalai-lama “Somos todos iguales y miembros de una misma familia, lo cual hace que los asuntosdel mundo entero se hayan convertido en asuntos interiores”.

Pero no queremos quedarnos aquí, deseamos vivir en un tiempo de esperanza, y si algoestamos aprendiendo con esta realidad es la invitación a recrear alternativas que produzcannuevas formas de acción comprometida, de identidad y de concienciación. Muestra de ellohan sido los grupos sociales y vecinales de ciudadanía organizada, grupos de cáritas parro-quiales que ya están ofreciendo alternativas, enmarcadas en un modelo de corresponsabi-lidad y compromiso.

Algunos proyectos -que recogeremos y compartiremos en otro documento-, nos muestrancómo están acompañando en clave de respetar la dignidad de las personas y potenciar suscapacidades, de subrayar la normalización y el anonimato de las ayudas, donde se eliminentodo tipo de etiquetas que nos hagan pensar en “centros o servicios para pobres”. Buscandoacciones integrales, emancipadoras como: como restaurante solidario, espacios de escucha,bancos del tiempo, espacios de trueque y de mutua-ayuda, huertos comunitarios, dispensasolidaria, tarjeta monedero, etc.

¿Podría ser esta la foto que estamos observando en nuestras Cáritas?¿Alguna realidad diferente que no esté recogida? ¿Ante este panorama,

qué estamos ofreciendo en nuestros grupos, en nuestra Cáritas parroquial?

En este contexto, qué está pasando en las Cáritas parroquiales

“Jesús envía a los discípulos: «Vayan», salgan de ustedes mismos, y lleven la luz y elamor a las periferias de la existencia (…) las cruces están en el camino y en la “periferia”,

no en las parroquias (…) salgan para servir a Cristo desde el pobre”

Papa Francisco. Jornada Mundial de la Juventud. Río de Janeiro. Agosto 2013

Muchas de nuestras Cáritas parroquiales están situadas en pleno corazón de las barria-das, de los pueblos con más necesidades, donde las personas, las familias sufren las conse-cuencias de la injusticia, de la ignorancia de este sistema socioeconómico y financiero. Losequipos de acogida y acompañamiento, desde su proximidad vecinal y/o personal, sonquienes están cerca y junto con las familias, están siendo el gran sostén y apoyo.

Las realidades de pobreza, en numerosas ocasiones, llegan a afectar a las necesidades másbásicas para el desarrollo saludable de la vida, motivo que explica el actual aumento de la so-licitud de ayudas que nos están llegando, no solo en necesidades básicas -alimentación, hi-giene, ropa...-, también aquellas relacionadas con la salud, la educación, la vivienda tanto al-quiler como por impago de hipotecas, o con los suministros.

Con los servicios sociales públicos desbordados y afectados por los recortes, la dismi-nución de ayudas que además de ser del todo insuficientes, llegan con retrasos de sema-nas cuando no de meses, están sirviendo de motivo para la derivación masiva e informala los distintos recursos de Cáritas. Para muchas personas Cáritas es la última, la únicapuerta donde acudir después de haber llamado a otras, y de vivir en primera persona esode “vuelva usted mañana”, o “pase a la ventanilla siguiente”, o directamente “no le pode-mos atender”.

Y con la complejidad añadida de la coexistencia de situaciones de vulnerabilidad, perso-nas que nunca hubiéramos pensado que acudieran a un servicio de acogida, y por otra, laatención a personas en grave exclusión, que tradicionalmente hemos abordado en nuestrainstitución.

El estar cerca de todas estas realidades, convivir con el dolor, las lágrimas, la angustia, lafalta de esperanza, también nos coloca en un escenario de fragilidad, de reconocer nuestroslímites, y junto con ello, de valorar nuestras fortalezas, que acaso sean ahora más necesariasque nunca. No podemos resolver todas las necesidades materiales ni los problemas que senos presentan, pero disponemos de otro tipo de bienes intangibles, aquellos relacionados conla ternura, la sensibilidad, el cariño y que se multiplican cuando se viven en comunidad. Comoseñala el Papa Francisco “Cáritas es la caricia de la iglesia a su pueblo”.

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı SITUÁNDONOS 21

Pero ¿cómo están viviendo estas situaciones los equipos de acogida y acompañamientode cáritas parroquiales?

� Sentimiento de desborde ante el volumen y la complejidad de las situaciones.

� Tener emociones encontradas entre lo que tenemos que hacer, lo que debemos y lo quehacemos; el dolor nos lleva a querer resolver rápido, llegar a todo y a todas las personas.

� En muchos equipos, cansancio y estrés ante una atención centrada en necesidades bá-sicas, en especial, en la gestión de alimentos, que exige negociación con empresas, bús-queda in situ de alimentos, hacer llegar a las familias en sus más diversos formatos,papeleo…

� Angustia e impotencia, pérdida de sentido del qué hacemos y para qué.

Abrir las puertas de nuestras Cáritas parroquiales para dar una respuesta exclusiva a es-tas primeras necesidades, centrar nuestra atención en el reparto de alimentos o en la do-nación de recursos materiales, nos aleja del sentido de Cáritas, de sseerr pprreesseenncciiaa en esta rea-lidad de empobrecimiento e inclusive, sin tener conciencia de ello, podemos estarcontribuyendo a perpetuar esta situación.

¿Cuál es la misión de los equipos de personas voluntarias de Cáritas parroquiales? ¿Estamos poniendo en el centro a la persona

como un ser integral o nuestro esfuerzo está dirigido a un reparto material? ¿Es importante pararnos a reflexionar en estas cuestiones? ¿Por qué?

¿Cuál debería ser nuestra actitud para acercarnos a estos temas?


CAPÍTULO 3

HACIA DÓNDE: Acogida y acompañamiento,

momentos de un proceso

“Hasta hace dos años en la Parroquia Ntra. Sra. de Fátima (El Calero –Telde), como en tantas otras de la Diócesis, se hacía reparto de alimentos alas personas que llegaban a nuestra Acogida. Gracias a una ayuda económicaque nos llegó, ppuuddiimmooss ssuussttiittuuiirr llaa eennttrreeggaa ddee bboollssaass ddee aalliimmeennttooss ppoorrvvaalleess con los que las familias hacían compra en un supermercado. Junto conesta iniciativa eemmppeezzaammooss aa hhaacceerr hhiinnccaappiiéé eenn llaass ooffeerrttaass ddee ttrraabbaajjoo ddeell

PPrrooggrraammaa ddee EEmmpplleeoo ddee CCáárriittaass DDiioocceessaannaa yy ddee llaass eemmpprreessaass yy ppaarrttiiccuullaarreess que direc-tamente se ponían en contacto con nosotros.

En paralelo a todo esto ssee iinniicciióó uunn ppeeqquueeññoo pprrooyyeeccttoo ddee CCiinnee--FFoorruumm que, en un prin-cipio, fue de asistencia forzosa pero que poco a poco derivó en un acercamiento mutuo conlas familias. Lo que comenzó como algo obligatorio se convirtió en una demanda continuaque incluso terminaron arrastrando a las familias convirtiéndose en un espacio abierto a ellas.Nuestro objetivo, viendo el éxito, es poder ofertarlo a toda la comunidad. Para ello estamosbuscando las instalaciones adecuadas.

EEnn eessttee ttiieemmppoo,, ssee hhaa iinnccrreemmeennttaaddoo eell nnúúmmeerroo ddee ppeerrssoonnaass vvoolluunnttaarriiaass. Unas de laspprriioorriiddaaddeess ddeell ggrruuppoo eess llaa ffoorrmmaacciióónn que siempre tenemos presente, ya que sin ella nopodríamos ser eficientes.

NNuueessttrroo ttrraabbaajjoo nnoo ssee rreeaalliizzaa aaiissllaaddaammeennttee,, ssiinnoo qquuee eessttaammooss ccoooorrddiinnaaddooss con to-das las parroquias del arciprestazgo en distintos espacios, así como con los Servicios Socia-les municipales.

EEnn eessttee mmoommeennttoo nnooss eennccoonnttrraammooss ssiinn rreeccuurrssooss eeccoonnóómmiiccooss por lo que no se puedeentregar a las familias ni alimentos, ni vales. EEssttoo nnoo hhaa ssuuppuueessttoo uunn ddiissttaanncciiaammiieennttoo ddeellaass mmiissmmaass,, sino todo los contrario: siguen acudiendo a la actividad y el espacio de Acogidade todos los miércoles que siempre está activo, ya que eessttaammooss ddaannddoo rreessppuueessttaa aa mmuucchhoossddee eessooss pprroobblleemmaass qquuee nnoo ssoonn eeccoonnóómmiiccooss:: llaa ssoolleeddaadd,, llaa nneecceessiiddaadd ddee eessccuucchhaa,, aassee--ssoorraammiieennttoo eenn ddiissttiinnttooss áámmbbiittooss ppeerrssoonnaalleess yy ssoocciiaalleess,…

LLeess aanniimmaammooss aa sseerr ccrreeaattiivvooss. El que siembra semillas, recoge cosechas”.

Atilio García Díaz, voluntario Grupo de Cáritas ParroquialCáritas Diocesana de Canarias

“Y la multitud de los creyentes tenía un corazón y un alma.Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.

Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús ygozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierraso casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribu-

yera a cada uno según sus necesidades”

(Hch 4,32-34)

Por qué hablamos de proceso

Presentamos la acogida y el acompañamiento como un pprroocceessoo donde coexisten tres mo-mentos fundamentales: recibir y acoger a la persona, ofrecer una atención personalizada ysi se dan las circunstancias adecuadas y la persona o familia lo desea, iniciar un camino con-junto acompañado. Ninguno de ellos puede ser impuesto, todo lo contrario, es “una invita-ción a”, es un “tener la puerta abierta para”.

Este proceso ha de estar eennmmaarrccaaddoo eenn uunn mmooddeelloo ddee ccoommpprroommiissoo yy ccoorrrreessppoonnssaabbii--lliiddaadd donde las personas puedan volver a sentir su dignidad y estima, donde se sientan in-vitadas a colaborar en aquello que puedan, que a veces tendrá que ver con una responsabi-lidad con su propio proyecto de vida (realizando algún curso formativo, estando máspresente en la vida de sus hijos, buscando opciones laborales, etc.) y otras, según sus posi-bilidadades, con el apoyo en acciones a favor de otras personas (cooperando en alguna acti-vidad como en una tienda de 2ª mano, en la gestión de cursos de formación, o en la crea-ción de una nueva iniciativa …).

Por esto hablamos de un proceso educativo eenn ccllaavvee ddee aapprreennddiizzaajjeess, que mira hacia aden-tro en el fortalecimiento de capacidades, en el descubrimiento de potencialidades; quebusca trazar nuevas rutas y caminar juntas con la intención de experimentar, de crecer antelas distintas vivencias que irán aconteciendo.

Proponemos iinnccoorrppoorraarr llaa iiddeeaa ddeell aaccoommppaaññaammiieennttoo ddeessddee eell iinniicciioo, en la misma aco-gida, también si necesitamos hacer una derivación acompañada. Las personas se han de sen-tir no solo recibidas, sino también escuchadas y apoyadas, con la invitación a pensar juntasqué podemos hacer con la realidad que están viviendo.

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı HACIA DONDE 25


¿Qué pretendemos?

FFoorrttaalleecceerr llaa aaccooggiiddaa ddee llaass ppeerrssoonnaass qquuee vvaann bbuussccaannddoo aallggúúnn ttiippoo ddee aayyuuddaa eenn llaassccáárriittaass ppaarrrrooqquuiiaalleess, de tal manera que un apoyo económico o de otro tipo sea una opor-tunidad para encontrarnos, conocer qué está viviendo la persona o la familia, qué le preo-cupa, cómo está gestionando este tiempo, qué fortalezas presentan. Con una mirada quepueda “ver más allá” de lo explícito, de lo demandado. En el campo de la salud sabemos queun tratamiento médico tiene mayor impacto cuando la persona sanitaria sabe acoger, escu-char, equilibrar las palabras precisas y el silencio que facilita la auto-escucha y la toma de con-ciencia de qué me está pasando. En el ámbito socioeducativo no es muy distinto.

PPrroommoovveerr eell ddeessaarrrroolllloo iinntteeggrraall ddee ccaaddaa uunnoo ddee llooss mmiieemmbbrrooss ddee llaa ffaammiilliiaa aassíí ccoommooaall ccoonnjjuunnttoo, entendida ésta como espacio de vida, crecimiento y sostén de las personas quela configuran. Nos valdría un lema que conjugue estos elementos “en la familia crecemos to-das y todos”, cada quien pasa por distintas fases y etapas y en cada una de ellas nos vemoscon la exigencia de aprender los distintos papeles que la vida nos va colocando, madres o pa-dres, hijas e hijos, abuelos…, con la intención de hacerlo de la mejor manera posible.

MMeejjoorraarr llaa ssiittuuaacciióónn ddee vvuullnneerraabbiilliiddaadd ddee llaass ppeerrssoonnaass que les lleve a descubrir sus pro-pios recursos internos y puedan manejarse en el entorno de dificultad que están viviendo.En este contexto, la prestación económica o en especie tendría que ser un apoyo dentro deuna acción más amplia, organizada y coordinada. No es el fin en sí mismo y sí un medio quenos permite estar cerca.

DDiiggnniiffiiccaarr llaa rreellaacciióónn para ello hacemos una invitación a reflexionar cómo nos situamos,si facilitamos el encuentro, cuál es nuestro imaginario de quién “da” y quien “recibe”, o si da-mos y recibimos ambas partes. Nuestra intención es colocarnos en relaciones horizontales,de buen trato y en la búsqueda de fórmulas donde la persona se sienta corresponsable, so-licita y también suministra, provee.

GGeenneerraarr aacccciioonneess ssiiggnniiffiiccaattiivvaass eenn ccoohheerreenncciiaa con nuestra filosofía, que nazcan de lacomunidad, que inviertan la primacía del valor basado en lo económico, en el tener y subrayenla importancia de aquello que promueve el ser, y el ser social en la búsqueda del bien común,recreando otros escenarios que fortalezcan vínculos y generen relaciones de solidaridad y demutuo apoyo. Se trata de hacernos sentir que “formamos parte de”, que no estamos solas,que participamos de una comunidad que acoge y acompaña en esta relación de proximidad,una frase muy hermosa que recoge este latido “solo hay salud si en el espejo del alma se re-fleja toda la comunidad, y en la comunidad vive la fuerza de cada persona individual”.

Y con todo, potenciar que llaass ppeerrssoonnaass lliiddeerreenn ssuuss vviiddaass, que las familias gestionen concompetencia, conciencia y autonomía la responsabilidad que han asumido.

Por último y para facilitar estos objetivos anteriores, nos planteamos la exigencia de aannii--mmaarr yy aappooyyaarr aa llaass CCáárriittaass ppaarrrrooqquuiiaalleess para que realicen su labor en las mejores condi-ciones posibles. A colaborar para que dispongan de espacios dignos y acogedores donde aten-der a las personas de una manera respetuosa, y desde una presencia afectiva que generevínculo y complicidad. A incorporar en nuestra forma de trabajar el acompañamiento, quereconoce la individualidad de quienes se acercan. Y a proponer una invitación: salir de

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı HACIA DONDE 27

nuestro “estado de confort”, de aquello que conocemos y sabemos cómo manejarnos, para“salir al encuentro” de otras realidades de empobrecimiento y dolor, de que por distintas cir-cunstancias no están acudiendo a solicitar ayuda.

Qué personas están invitadas en este proceso

Personas y/o familias en situación de vulnerabilidad, empobrecimiento o en exclusión so-cial, que acuden a las Cáritas parroquiales y aquellos espacios donde disponemos de una redde acogida y acompañamiento.

En principio priorizamos a las personas del entorno de la parroquia o arciprestazgo segúnsea la delimitación territorial consensuada en cada Cáritas, pero una primera acogida, aun-que no sea de la zona, no se la podemos negar a nadie. En el caso de no pertenecer a ésta,se le indicará con detalle la dirección del centro o parroquia que le corresponde, así como loshorarios de atención. Para ello sería conveniente disponer de esta información en Cáritas dio-cesana. No queremos olvidarnos de las personas que están de paso o aquellas en situaciónadministrativa irregular para ofrecer la atención que se merecen.

La realidad que estamos viviendo nos está sirviendo para analizar el nuevo contexto so-cial y replantearnos criterios y prácticas. Por ejemplo, en zonas rurales donde el conocimientoentre las personas es mayor que en grandes barrios urbanos, algunos equipos han variadoeste criterio de atención territorial “atender a las personas de la parroquia” por una delimi-tación geográfica más amplia, el de la interparroquial o vicarial, con el objetivo de mante-ner el anonimato y la discreción en la atención de familias que por vergüenza no acuden asu parroquia. En todo momento pretendemos que la persona recupere su dignidad en un en-cuentro auténtico y esperanzado.

Tenemos varios retos por delante:

� Por una parte ofrecer una atención integral con la mayor calidad y calidez que nos seaposible.

� Por otra, nos planteamos “salir al encuentro” para llegar a aquellas personas que pordesconocimiento, bloqueo emocional, o por vergüenza no acuden a solicitar apoyo, apesar de las situaciones por las que están pasando.

� Y por último, mantener una mirada centrada en los procesos preventivos para evitardeterioros mayores o cronificados, siempre será mejor “preparar que reparar”.

Y ttooddoo eelllloo qquueerreemmooss hhaacceerrlloo eenn yy ccoonn llaa ccoommuunniiddaadd, todas las personas tenemos algoque aportar -insistimos en la idea de todas, quienes acuden a una acogida como quien nossolicita participar en alguna actividad voluntaria-, se trata de descubrir el qué y cuál es el mo-mento más adecuado para comprometernos. Un guiño especial queremos hacer a las personasvoluntarias, que en el marco de la cultura de la gratuidad, con su compromiso y esfuerzo co-tidiano, con sus gestos de ternura y su estar ahí, están devolviendo la esperanza a personasque se han quedado entre tinieblas, ante el derrumbe de pilares fundamentales sostenidosen un hogar, un trabajo.

CAPÍTULO 4

LA URDIMBRE: Tejiendo la red…

los hilos necesarios

“Soy una voluntaria que me ocupo de personas que van de paso por nues-tro pueblo, les doy ropa limpia, me ocupo de que se duchen y se afeiten,cuando quieren les corto el pelo y siempre se les da algo de comida. Así to-dos los lunes, semana tras semana. VVaann ccooggiieennddoo ccoonnffiiaannzzaa yy ssii lleess eessccuu--cchhaass,, mmuucchhaass vveecceess ttee hhaabbllaann ddee ssuu vviiddaa,, como han llegado a estar solosy en todos los casos han tenido una vida muy difícil y dura.

Uno de los más habituales era un muchacho, Antonio, que venía cada semana, le gustabahablar porque aallllíí llee eessccuucchháábbaammooss y cada vez tenía más confianza conmigo. Me contó quehabía estado muchos años en La Legión, que allí enfermó de los pulmones, por lo que no lepermitieron reengancharse al finalizar su contrato y se encontró en la calle.

Antonio era andaluz y se quedó en nuestra ciudad cuando se le acabaron los ahorros, por-que no quería volver a su tierra sin nada en los bolsillos. Alguien le dejó una pequeña casitade aperos de labranza para vivir.

En una pared de Cáritas había un calendario y cada final de mes quería ser él el que arran-caba la hoja, siempre decía las mismas palabras: “un mes más cerca de cobrar la paga y de serotra vez persona”. Así pasaron los meses y AAnnttoonniioo yyaa eerraa uunn aammiiggoo ppaarraa ttooddooss.

Un día Antonio me dijo que se tenía que ir a Madrid a las oficinas de La Legión para arre-glar los papeles de la paga. Antes de marchar quise que tuviera un recuerdo nuestro y noshicimos una foto juntos. Detrás le puse “María Antonia de Cáritas” y un número de teléfonopor si alguna vez necesitaba algo.

Pasaron unos días y pensando yo que ya estaría en Madrid, cual no fue la sorpresa al re-cibir una llamada del Hospital de la vecina ciudad de Vinarós. Un médico me dijo que a unapersona que se encontró mal y la ingresaron en estado de coma, entre su documentación,incluido el DNI con el nombre de Antonio, tenía nuestra foto con el número de teléfono.

Iba a visitarle dos o tres veces a la semana y el informe de los médicos cada vez era másnegativo y que no iba a recuperarse. Por medio de la Asistenta Social se intentó contactar conla familia de Antonio para darles la noticia, pero en su pueblo de nacimiento no se encon-tró ningún familiar.

Llegaba el final y como yo era la única persona que lo había visitado me llamaron para queestuviera allí. No sabía si debía estar o no, pero era su amiga “María Antonia de Cáritas” yeso es más que un apellido. No había marcha atrás. En el último momento estaba a su lado,le cogí la mano y le hablaba. NNoo mmuurriióó ssoolloo,, ppeerroo ssíí eessttuuvvoo mmuuyy ssoolloo eenn eessttee mmuunnddoo, yle dije que mientras pueda le rezaré, y así lo hago”.

Maria Antonia García.Cáritas Diocesana de Tortosa

“Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír.Lo primero, en la comunicación con el otro,

es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad”

Papa Francisco. “Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium”. Nº 171

Un encuentro entre personas, donde se reconoce el SER, se dignifica el servicio

¿Quién es la persona que llega a nuestra Cáritas? ¿Pensamos en qué puede estarsintiendo cuando entra por la puerta? ¿Cómo la percibo?

¿En qué me fijo de ella, cuál es la primera impresión que suelo tener?

Texto extraído del “Arte de acompañarNOS. Procesos y metodología”

El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı LA URDIMBRE 31


Partimos del modelo que nos ha ofrecido el Padre que se manifiesta en su diálogo con lahumanidad siempre a través de las personas más vulnerables de la sociedad. Desde la libe-ración del pueblo de Israel esclavizado por el emperador egipcio hasta el envío de su Hijo to-mando como punto de partida el espacio humilde de un pesebre. El Padre siempre acompañala liberación desde las capacidades de las personas, desde el contexto sencillo de lo posible,para mostrarnos la potencialidad de nuestro alcance, mucho mayor de lo que nos pensamos.

Así queremos descubrir a la persona, sentir su presencia, reconocerla como un ser sagrado,un ser único, un igual a mí, a pesar de las circunstancias con las que se presente, recordemosque somos hermanas y hermanos del mismo Padre. Para llegar a este reconocimiento nospuede ayudar ponernos en su lugar, qué puede estar pensando, cómo se vive, cómo se siente,qué imagen proyecta, ¿esa imagen es el ser auténtico? Estamos ante una persona, que po-siblemente esté sufriendo, aunque puede pasar que aparentemente no de muestras de ello.

Cuando vivimos la experiencia de acoger desde el corazón, éste se “dilata”, se hace másgrande, es algo parecido a la vivencia que tienen las personas que hacen deporte, con la ac-tividad física se activan unas hormonas, las endorfinas, que nos llenan de vitalidad. En nues-tro caso, se trata de una experiencia espiritual, que también genera bienestar y felicidad alsentir que somos copartícipes del bienestar y felicidad de otra persona.

Tengamos en cuenta que las formas se dotan de contenido, en el cómo hacemos nos es-tamos definiendo sin palabras, estamos señalando nuestra percepción de la otra persona, decómo entendemos la relación, “la ayuda”, de quien “da” y cómo lo hace. Por eso, siendo im-portante lo que hacemos, lo es aún más cómo lo hacemos. En palabras de Benedicto XVI ensu encíclica Deus cáritas est: “distinguirse por no limitarse a realizar con destreza lo más con-veniente en cada momento, sino por su dedicación al otro con una atención que sale del co-razón, para que el otro experimente su riqueza de humanidad…, la actuación práctica resultainsuficiente si en ella no se puede percibir el amor por el hombre, un amor que se alimentaen el encuentro con Cristo...”

Principios y valores a tener en cuenta

El valor de la escucha y de sentirse escuchado

¿Entre el oír y el escuchar, qué diferencias encuentras? Recuerdas alguna situación donde hayas tenido una y otra experiencia, ¿cómo te sentiste

en ambas situaciones?

En las relaciones humanas somos conscientes de la importancia de la escucha y el poderde la palabra, esto en sí mismo puede ser sanador. Hay quien se refiere al acto de la escuchacomo un sacramento “yo me retiro para que entres tú”.

Aprendemos a escuchar a otra persona a partir de la propia escucha, de poner oído a nues-tros procesos vitales, a los estados emocionales por los que pasamos. Y desde aquí, apren-demos a escuchar el dolor físico y emocional de las personas con las que convivimos, man-teniendo una presencia cálida y empática, que desde la relación, permita un intercambio deinformación, mayor conocimiento, y con ello un mejor acompañamiento del ser.

Proponemos practicar una escucha desde el corazón, sin juicios, sin cuestionamiento, quenos permita observar con atención y respeto su leguaje verbal y su expresión corporal, quenos lleve a discernir conjuntamente cuál es la demanda real, que puede coincidir o no conlo expresado. Se trata de una escucha profunda y respetuosa que permite que la otra persona,en el silencio y sin interrupciones, se escuche. Así, se nos abrirá una vía para facilitar estaapertura de conciencia, de saber qué le está pasando, cómo se siente y sobre sus posibilida-des para superar la situación que le causa dolor, que le debilita. Para ello necesitamos tiempopara recrear un espacio afectivo de intercambio, de relación.

No olvidemos que en ocasiones las dificultades de la escucha tienen que ver con nuestrasheridas emocionales, que por otra parte, no solemos ser conscientes. De aquí la importan-cia de una preparación y revisión interior y del trabajo en equipo, como medios para supe-rar esta realidad.

Lenguaje respetuoso centrado en el ser y en sus “dones”

Quedémonos unos minutos en silencio y observemos cómo nombramos a laspersonas que se acercan a nuestras acogidas, ¿cómo nos referimos a ellas cuando

estamos en nuestros equipos de acogida?, ¿utilizamos algún calificativo?

Recordemos que los procesos de empobrecimiento y de exclusión pueden ser espacios porlos que las personas transitamos, un tropiezo no necesariamente se ha de convertir en unacaída de la que no nos podamos levantar, por tanto se trata de una situación, no de una con-dición, de algo que puede ser pasajero -de hecho 2/3 de las personas que pasan por Cáritasno vuelven a demandar regularmente ayuda, según nuestros estudios-. Nuestra intenciónes potenciar el derecho al SER, reconociendo la dignidad de cada individualidad.

También hemos de tomar conciencia del lenguaje discriminatorio, no solo por el uso delos conceptos sino por la simbología que tenemos detrás. Las personas que se encuentranen una situación de vulnerabilidad no están así “porque quieren”, ni “se lo han buscado”, fra-ses como éstas poco ayudan a establecer una relación que favorezca el encuentro, que nospermita acercarnos al otro ser, e invitarles a plantearse si el camino por el que transitan esel más adecuado, a acompañar la valentía de enfrentarse a nuevos senderos, donde se generencambios, por pequeñitos que nos puedan parecer.

Por ello, queremos estar en clave de búsqueda, explorando términos que supriman cali-ficativos que pueden cosificar a la persona, o que la coloquen en una situación de mayor vul-nerabilidad, de inferioridad, poniendo el acento en la carencia, la enfermedad, el problema(caso, usuario, beneficiaria, prostituta, sin techo, sin hogar, exdrogadicta, enfermo mental,discapacitado…). Nuestra propuesta pasa por deshacernos de la etiqueta, ir más allá del “ro-paje” para permitirnos descubrir el misterio del ser. Puede que nos facilite este tránsito con-ceptos como: personas en situación de desempleo, de exclusión social, personas vulneradasen sus derechos…


Ser conscientes del pensamiento estereotipado

Cuando vemos a una persona, ¿cuál es el primer pensamiento que nos llega? ¿Solemos dejarnos llevar por la primera impresión o por otras opiniones

que hemos escuchado, o dejamos que sea la experiencia y el conocimiento compartido la guía de nuestra relación?

Además del lenguaje, queremos ser conscientes de la imagen que tenemos de las perso-nas, de determinados colectivos o situaciones que nos son ajenas, a veces condicionada porlos medios de comunicación, la cultura. Todos tenemos estereotipos, lo importante es des-cubrir cual son los nuestros, reconocerlos y desde esta visibilidad, aprender a trabajarlos.

Partimos de las capacidades y potencialidades de las personas

¿Dónde ponemos el foco de nuestra percepción, en las necesidades y problemas o en las capacidades y recursos internos y externos? ¿Y en nuestros análisis

y valoraciones? ¿Puede tener efectos focalizar en una u otra dimensión?

Conocer las situaciones de vulnerabilidad, pobreza y/o exclusión que viven las personas,analizar las causas para poder trabajar desde lo que somos y tenemos, incluye que partamosde las capacidades y potencialidades, no solo del análisis de las necesidades y problemas. Estamirada requiere ser reeducada, necesitamos poner el foco en las posibilidades, presentes yaquellas que están por desarrollar, y valorar la capacidad de resiliencia, de superación, quesurgen de los conflictos, de las vivencias en los tiempos difíciles.

A veces nos podemos encontrar con personas con graves problemas que facilitan esta mi-rada centrada en los déficits y por tanto realizar clasificaciones del tipo “crónicos”, “disca-pacidad”, pero desde aquí es complicado tomar una opción por la capacidad y por las posi-bilidades, pues estamos nublados por las carencias.

Cierto es que existen patologías que han sido motivadas por daños cerebrales cuyas hue-llas son difíciles de reparar cuando no el daño es irreversible, esto lo hemos de tener encuenta. Sin llegar a extremos, quedémonos con la idea que determinadas situaciones que po-demos considerar complicadas solo necesitan más tiempo de acompañamiento para llegarhasta donde puedan llegar.

Démonos la oportunidad de aprender, de practicar la autonomía

¿En nuestras acogidas facilitamos que sea la persona, la familia quien va dirigiendo su proceso? ¿Favorecemos su protagonismo en los servicios

que ofrecemos? ¿Promovemos su autonomía? ¿Y su participación?

En procesos de acogida y acompañamiento necesitamos reflexionar sobre aquello qué ha-cemos y en cómo lo hacemos. Nos situamos en el camino de la corresponsabilidad, de la par-ticipación, cada persona es la protagonista de su vida, esto es fácil de mencionar pero difí-cil de colocarnos en el lugar que nos corresponde. Han de tener la oportunidad de ir


decidiendo los pasos a dar y la manera de hacerlo, pues aquello que hacemos es un medio,una mediación para descubrir “nuestros dones”, esos regalos que traemos y que vamos co-nociendo en la medida que vamos transitando por las distintas etapas y experiencias de nues-tras vidas.

Necesitamos ofrecer el tiempo y las herramientas necesarias para que se produzcan losaprendizajes dirigidos hacia el crecimiento, la madurez, la autonomía. Aprendizajes que cadaquien tiene que hacer suyos, donde nos encontraremos con dificultades, avances, retroce-sos, recaídas, posibilidades. Todo ello forma parte de la vida, como un acontecer de pasos ha-cia delante y alguno hacia atrás, a veces, para comprobar o reforzar lo aprendido. No hay re-cetas, ni atajos, tenemos que vivir cada experiencia, aquella que la vida nos va trayendo.

Con un estilo de relación horizontal y de aprendizajes compartidos

¿Qué significa una relación horizontal? ¿Qué aporta este estilo de relación a las distintas partes? En comparación con un estilo vertical, autoritario

¿qué diferencias encuentras?

Nos podemos aproximar desde el otro lado, cuando nos situamos en una relación de igual-dad, por ejemplo cuando infravaloramos, cuando no escuchamos e imponemos criterios, de-cisiones, valoraciones, cuando ponemos calificativos que suelen ser despreciativos, o tam-bién cuando ponemos el foco en la enfermedad, la carencia o los problemas. Una relaciónhorizontal nos lleva a percibir a la otra persona portadora de capacidad, a comunicarme desdeel respeto, la cercanía y en una actitud de autentica escucha, que me lleva a la comprensióndel otro ser.

En palabras de Benedicto XVI en su encíclica Deus cáritas est “…la íntima participaciónpersonal en las necesidades y sufrimientos del otro se convierte así en un darme a mímismo: para que el don no humille al otro, no solamente debo darle algo mío, sino a mímismo; he de ser parte del don como persona. Éste es un modo de servir que hace humildeal que sirve. No adopta una posición de superioridad ante el otro, por miserable que sea mo-mentáneamente su situación… ”.

Todo encuentro, toda relación es bidireccional, se produce un intercambio, aprendemosy enseñamos, ofrecemos y recibimos. ¿Qué podemos aprender del otro ser, por muy jovenque sea o por muy deteriorado que se encuentre? Una persona que ha pasado por relacio-nes complicadas, que se ha visto expuesta a la desprotección emocional y que sigue luchandoe intentando salir, es una experta en resiliencia y, por ejemplo, me puede ayudar a observarcómo me sitúo ante las condiciones adversas que me tocan vivir. Seguro que tenemos variosejemplos cercanos.

No olvidemos que todas las personas estamos en búsqueda de sentido, de pertenen-cia, de libertad, de bienestar y felicidad. Una relación horizontal nos va a invitar a un ca-minar compartido, de mutuos aprendizajes, desde donde nos vamos a ir descubriendo,reconociendo.


Desde una comunidad acogedora

¿Cuándo acompañamos a las personas, tenemos integrada la visión del trabajo comunitario? ¿Pensamos en la comunidad como una posibilidad?

¿Nos relacionamos con el resto de entidades? ¿Intentamos construir desde lo común o nos quedamos en las diferencias?

Como nos recuerda el “Marco de acción en los territorios” publicado por Cáritas Española,cuando acogemos a las personas, no podemos olvidarnos que cuando los mecanismos de in-tegración social se han debilitado (políticas activas de empleo, garantía de derechos, pro-tección social, acceso a la salud, la educación…) puede producirse también la ruptura de losprocesos de arraigo, que tienen que ver con las relaciones de proximidad, con la solidaridadprimaria, y a la vez con la pérdida del sentimiento de pertenencia, de participación, de sen-tido vital.

Este es uno de nuestros retos crear, vivir comunidad, recuperar el sentido de la sociedaddesde su dimensión “comunitaria” y el consecuente sentimiento que permite “saberse partede”, que somos necesarios en la construcción del Reino.

Comunidad que le gusta acompañarse de conceptos como acogedora, inclusiva y solida-ria, en nuestra acción esto significa poner todos nuestros sentidos en descubrir y valorar lascapacidades y oportunidades que se nos presentan, que a veces nos quedan nubladas por unavisión centrada en lo que nos distancia, en las discrepancias. Para ello hemos de invitar yacompañar a la comunidad a que se abra a su entorno, a integrar lo diferente en un diálogocompartido en la construcción de lo común.

“Cierto día Pedro y Juan subían al templo a la hora de la oración.Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían

diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo.

Éste, viendo a Pedro y a Juan que iban a entrar al templo, les pedía limosna.Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista en él, le dijo: ¡Míranos!

Y él los miró atentamente, esperando recibir algo de ellos.Pedro dijo: NNoo tteennggoo ppllaattaa nnii oorroo,, mmaass lloo qquuee tteennggoo,, ttee ddooyy.”

(Hch 3,1-6)


CAPÍTULO 5

NUESTRO SER Y ESTARen el proceso

“SSoonn mmuucchhaass llaass ssiittuuaacciioonneess qquuee aa vveecceess mmee hhaacceenn rreeccaappaacciittaarr; ssii lloohhaaggoo bbiieenn,, ssii ppooddrrííaa hhaacceerrlloo mmeejjoorr, qquuee mmee lllleevvoo,, qquuee ssooyy ccaappaazz ddee ddaarr,en fin, la vida misma nos hace ser, sentir....

Hoy andando por las calles de Tortosa, me sucede que conozco a muchagente por el tipo de trabajo que realizo. Gente del mundo que me saluda, me

dedica su sonrisa a veces, otras se me acercan y me explican algún infortunio vivido. Diver-sidad de la que a mí me gusta, africanos, magrebís, gitanas. ¡Adiós Lola¡ ¡hola Lola, que tevaya bien¡ buenos deseos que de algún modo me llegan.

Hoy me ha parecido oír un tímido hola, pero inmersa en mis pensamientos -que hoy noeran pocos- he continuado mi camino sin tan siquiera ladear la mirada.

– Vaya chica, te saludo porque te conozco de ahí detrás, pero como tengo mala pinta lagente ya me etiqueta.

– Este comentario le ha seguido al saludo-.

– Vaya lo siento, le he contestado, iba pensando en mis cosas y no he estado atenta.

– Es que mírame -me dice-, he sufrido mucho pero tengo un buen corazón.

– Disculpa -he vuelto a decirle, desde luego no cuesta nada un saludo.

– Es que me pareces una persona sensible, siempre te veo ahí detrás ayudando a lagente”.

Estas son las cosas que me animan a continuar con todo esto. Este chico sin expresión ensus ojos, pero de un azul que estoy segura que un día tuvieron que ser preciosos, mmee hhaa ttoo--ccaaddoo eell aallmmaa,, hhee ccoonnttiinnuuaaddoo ppoorr mmii ccaammiinnoo,, eessttaa vveezz ccoonn ssuuss ppaallaabbrraass eenn mmiiss ppeennssaa--mmiieennttooss,, yy ccoonn llaa ttrriisstteezzaa ddee ssuuss oojjooss eenn mmii ccoorraazzóónn. Me ha tocado la fibra y por mi ros-tro han caído unas delicadas lágrimas, que me hacen recordar que ccaaddaa sseerr hhuummaannoo sseeeennccuueennttrraa eenn uunnaa ssiittuuaacciióónn úúnniiccaa, más o menos afortunada, más o menos acertada, nonos olvidemos de los que más necesitan, aunque solo sea un amable saludo.”

Lola Salmerón.Cáritas Diocesana de Tortosa

En la Biblia, el joven pastor David es llamado ante el doliente rey Saúl: “David fue lla-mado ante el rey Saúl para calmar sus crisis, ya que el espíritu del Señor se había retirado

de Saúl y un espíritu malo le provocaba terrores... David cogía la cítara y la tocaba paracalmarlo. Entonces Saúl se sentía aliviado y el espíritu malo se alejaba de él“.

I Samuel 16-26

Qué necesitamos para estar cerca del otro ser humano

En una respuesta rápida, necesitamos personas y equipos, espacios, tiempos y criteriosconsensuados. Profundicemos en estos pilares fundamentales donde se sustenta el sentidode nuestra acción, y por este orden.

QUIEN: Personas con un talante y en equipo

Cuando nos abrimos a una relación de acompañamiento es necesario adentrarnos en unproceso de auto-conocimiento, de autoescucha y observación, de saber aquello que tengo ytambién en lo que me atasco, en lo que no llego, en dónde veo que surgen dificultades, y, portanto, que necesito trabajarme, profundizar. Es una invitación a estar en un proceso de re-visión personal y de formación permanente.

Éste es un buen camino para encontrarnos con la otra persona, el conocerme nos facilitael conocimiento del otro ser. En cualquier encuentro siempre se produce un intercambio deenergías, de sentimientos, de pensamientos, el tomar conciencia de ello nos va a facilitar larelación: el qué vivo, cómo siento a la persona, cómo me percibo en la relación, qué imáge-nes me vienen… Acaso observo actitudes que me recuerdan a alguna persona cercana, o serelaciona de una manera que, sin saber por qué, me genera proximidad o distancia.

Personas compasivas que saben ponerse en el lugar del otro ser humano y de aquello quetrae, que entiende que el acompañamiento es un arte más que una técnica, que cree en la per-sona y en sus posibilidades, que ofrece una presencia discreta y respetuosa, que con ella de-vuelve la esperanza en la vida, porque en la relación “se da”, no da. Conscientes de la im-portancia de nuestra presencia, si una persona falta se resiente el servicio, y lo másimportante, hay personas que nos están esperando.

39El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı NUESTRO SER Y ESTAR

Es importante reconocernos con humildad y saber que, aún con formación y experiencia,podemos encontrarnos con situaciones “que nos superan”, o puede que estemos atravesandopor un momento personal difícil, donde no estemos con la capacidad para estar disponiblesa la relación. Nos pone en la clave de discernir en dónde podemos estar, hasta dónde pode-mos llegar y, cuándo nos tenemos que retirar, aunque sea por un tiempo.

Como nos recuerda Benedicto XVI, en la Encíclica Deus cáritas est “…a veces, el exceso denecesidades y lo limitado de sus propias actuaciones le harán sentir la tentación del desaliento.Pero, precisamente entonces, le aliviará saber que, en definitiva, él no es más que un instru-mento en manos del Señor; se liberará así de la presunción de tener que mejorar el mundo -algo siempre necesario- en primera persona y por sí solo. Hará con humildad lo que le es po-sible y, con humildad, confiará el resto al Señor. Quien gobierna el mundo es Dios, no nosotros.Nosotros le ofrecemos nuestro servicio sólo en lo que podemos y hasta que Él nos dé fuerzas”.

Tiempos difíciles que nos invitan a mantener la LUZ encendida, a alimentar nuestra mi-rada trascendente, donde recuperar el sentido, la fuerza interna. Cuidarnos para poder cui-dar, querernos para querer. En palabras del Papa Francisco, “si bien esta misión nos reclamauna entrega generosa, sería un error entenderla como una heroica tarea personal, ya que laobra es ante todo de Él, (…) el primado es siempre de Dios, que quiso llamarnos a colaborarcon Él. (…) Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio de una tarea tan exi-gente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero al mismo tiemponos ofrece todo.”

Y esta opción pasa por trabajar en el contexto del equipo al que pertenecemos, personasque se sienten parte de la comunidad y ésta con la capacidad de integrar y dejar hueco enla pluralidad de miradas, es un medio para conocer, analizar e integrar las diferentes visio-nes y formas de trabajo que se plantean. Para la constitución de los equipos tendremos encuenta la complementariedad de caracteres, sensibilidades, experiencias o perfiles profe-sionales que nos facilite una visión de conjunto para la mayor incidencia de nuestros pro-cesos de acogida y acompañamiento. Estos requieren energía, atención y contraste. Y es elequipo el espacio donde además de sentirnos acompañadas en la tarea, nos ayuda a resituarlas responsabilidades, compartidas y a limitar las pretensiones.

Otro elemento a incorporar o potenciar es el cuidado entre los miembros del equipo, y demanera especial cuando estamos “tocando tanto dolor”, buscarnos espacios verdes donde oxi-genarnos, hablar de otras cosas, celebrar, reírnos.

Cuestiones prácticas— Auto-observarnos cómo estamos mirando, escuchando, acogiendo.— Tener una disposición a la formación permanente.— Intentar silenciar juicios, pensamientos que nos alejan del otro ser, o al menos

ser conscientes de qué pasa por nuestra cabeza.— Generar las condiciones de confianza y honestidad para poner el acento en el con-

traste y la revisión en el equipo, para consensuar criterios, etc.— Buscar tiempos para el cuidado del equipo tomando una infusión, dando un

paseo, viendo un atardecer....


DONDE: Los espacios, la selección del lugar

El lugar idóneo para realizar la acogida es aquel que reúna las condiciones necesarias, nues-tra opción son espacios acondicionados para tal fin en las cáritas parroquiales, pero cuandono se disponga de éstos, proponemos buscar otras opciones como compartir lugares con otrasentidades, centros socioeducativos de los barrios o pueblos, cofradías…

Tendremos en cuenta la facilidad de acceso, en un doble sentido. El estar cerca de las per-sonas que más lo necesitan nos hace priorizar una ubicación en las zonas más empobreci-das y con unos locales donde se minimicen o supriman las barreras arquitectónicas.

Lugares que aunque no sepamos que hay dentro, invitan a acercarse, a entrar, porque po-demos intuir que encontraremos algo bueno. No necesitamos lujos pero sí dignidad, facha-das cuidadas, algunas plantas en el exterior, papeleras para reciclar distintos tipos de resi-duos, y aquellos detalles que se nos ocurran que nos hablan de vida, de personas quequieren habitar el espacio de una manera delicada, responsable.

Cuestiones prácticas:— Buscaremos nombres para nuestros lugares de encuentro que, de manera crea-

tiva, promuevan el respeto y la dignidad de la persona y faciliten la convivenciay la participación comunitaria, acordes con el estilo y las acciones que queremosimpulsar o consolidar.

— Busquemos maneras de cuidarnos y cuidar a las personas voluntarias organizandoy consensuando en el equipo los días y el horario de atención.

— En la entrada del centro nos podemos encontrar con carteles con los días y el ho-rario de atención.

La importancia de los espacios como lugares que facilitan el encuentro

Queremos señalar la importancia de cuidar los espacios donde acogemos, éstos son por-tadores de una energía que nos afecta, energía que transmite información: cómo nos trata-mos, qué relación queremos generar, qué lugar le dejamos a la otra persona.

Buscaremos los mejores espacios que posibiliten una acogida de calidad y con calidez: unaestancia luminosa, ventilada, con la temperatura adecuada, limpia y ordenada, una decora-ción sencilla y alegre, con algún detalle como un jarrón con flores frescas, una planta, unoscuadros, un dibujo, contribuirán a crear un clima confortable, en el que apetece estar.

Hablamos de respeto e intimidad, por ello la acogida se ha de dar en un lugar tranquilodonde se asegure la confidencialidad, sin interrupciones de teléfono o de otras visitas.

El mobiliario también tiene relevancia, sin sobrecargar la sala, que cada objeto tenga sulugar. Con la pretensión de facilitar el encuentro y la relación pondremos atención en cómocolocamos las sillas, si necesitamos o no una mesa, o un ordenador, veremos la necesidadde tomar notas o dejarlo para otro momento.


Cuando aparecen familias que acuden con sus hijas e hijos, hemos de priorizar la protec-ción del menor, protegerles de conversaciones o situaciones que ellos todavía no com-prende y que pueden afectar a su desarrollo personal. Siendo el espacio de la acogida un mo-mento en el que necesitamos la máxima atención, se debe procurar que la persona estétranquila y centrada para exponer su situación, por lo tanto no es aconsejable que durantela entrevista estén presentes las niñas y niños muy pequeños, por el especial cuidado quenecesitan por parte de sus padres.

Proponemos disponer de alguna sala adjunta con algún juguete o libros, o de un proyectomás elaborado como una ludoteca, donde puedan estar haciendo alguna actividad educativamientras la mamá y/o papá están siendo atendidos o participan de alguna actividad. Pode-mos proponer una convocatoria en las parroquias presentando estas iniciativas e invitar aparticipar en alguna de ellas.

Cuestiones prácticas:— Si se necesita mesa, será con una forma que facilite el encuentro, por ejemplo tipo

mesa redonda.— Que haya varias salas diferenciadas para cada actividad. Si solo contamos con una

estancia, organizaremos distintos horarios para separar los servicios.— Dispondremos de un cuarto de baño.— Buscar un espacio y personas adecuadas que se encarguen del cuidado de las niñas

y niños.

CUANDO: Los tiempos necesarios

Un tiempo personal antes de la acogida, para prepararme y ponerme a disposición de,recordemos que somos instrumento al servicio de Él. Dediquémonos unos minutos de si-lencio, acallando nuestra mente de tanto pensamiento, tareas que dejamos por hacer, otrasque nos esperan, otras que han quedado en el pasado pero nos siguen atrapando…, situé-monos para acoger con el corazón a la persona y su situación, sin juicios, sin exigencias, sincuestionamientos.

Un tiempo para encontrarme con la compañera o compañero de mi equipo, para sabercómo está, si hay alguna novedad, para preparar la entrevista, recordar que habíamos habladoen nuestro anterior encuentro y los acuerdos a los que llegamos.

Y el tiempo que la persona necesita, no es lo mismo una primera acogida que cuando es-tamos en una entrevista de profundidad, o cuando surge alguna cuestión delicada. Es im-portante sabernos adaptar a los “tempos” que las personas viven.

Flexibilizar los tiempos también nos lleva a flexibilizar nuestras posturas, acompañamosel momento en el que la persona se encuentra, no todas las personas están en disposiciónde “abrir su corazón”, o de asumir que tienen un problema, o de poder cambiar de la nochea la mañana una pauta que lleva con ella años.


Cuestiones prácticas:— Tiempo para “cómo estoy”, minutos para entrar en contacto conmigo y con la

tarea sagrada de encontrarme con el otro ser, minutos necesarios que me regalopara la meditación, para la oración, para el silencio.

— Tiempo para “cómo está”, para el encuentro con el equipo, dentro y fuera de losespacios de trabajo, tomando algo caliente, dando un paseo…

— Tiempo para “cómo están”, con flexibilidad para establecer un tiempo estimadode atención a cada persona o familia que acuda a nuestros espacios.

— Proponemos el sistema de citas para facilitar la organización del tiempo. Aún asínos vendrá bien tener previsto que pueden presentarse situaciones que necesitenmayor atención y que requieran una presencia afectiva, pensemos en momentosde crisis, de duelos emergentes…

COMO: El consenso de criterios y los tipos de relación

aa)) LLaa iimmppoorrttaanncciiaa ddeell ccoonnsseennssoo ddee ccrriitteerriiooss

El equipo de acogida y acompañamiento es el referente, quien invita a la persona o fami-lia a replantearse su camino, a descubrir juntas nuevos objetivos, presenta opciones for-mativas o aquello que cada realidad requiera. Organiza su plan de trabajo estableciendo di-ferentes días y horarios en turno de mañana y/o tarde, en función de sus posibilidades y conel objetivo de facilitar la atención de las personas. Además contempla un tiempo para la ges-tión de la información y coordinación entre los distintos equipos de Cáritas y de otras en-tidades con quienes estamos colaborando.

En ocasiones estamos ante temas muy delicados que afectan a las personas de manera pro-funda, esto nos exige la máxima discreción, por ello haremos un acuerdo de confidenciali-dad para respetar su privacidad. Cuando sea necesario utilizar la información fuera del equipopara derivaciones, tramitación de gestiones, etc., será aquella estrictamente necesaria y conel permiso explícito de la familia.

Y en el equipo optaremos por la opción de un trabajo que prime la calidad: será mejor acom-pañar a personas en procesos de desarrollo integral, que repartir ayudas puntuales de ma-nera generalizada e indiscriminada.

Cuando haya que consensuar ayudas para cubrir necesidades básicas, nos puede facilitarla tarea preguntarnos qué tipo de acción dignifica más a la persona, aquella que facilite re-cuperar su dignidad y autoestima, esto nos lleva a decidirnos siempre por lo mejor. Ycuando sea posible priorizaremos el economato antes que la bolsa de alimentos, el vale an-tes que el economato, la ayuda en metálico antes que el vale.

Para aquellas cáritas parroquiales donde se está concentrando la pobreza en sus barriosy están compaginando cantidad con calidad, o donde los equipos en este momento no tie-nen la posibilidad de desarrollar estos procesos de acompañamiento, aunque nos limitemosa “repartir ayuda”, el tipo de relación que se establece es diferente cuando lo hacemos concriterios claros: el cómo y desde dónde lo hacemos. Esto nos lleva a un cambio de mirada, auna conversión personal.


bb)) TTiippooss ddee rreellaacciióónn qquuee nnooss ppooddeemmooss eennccoonnttrraarr eenn llooss pprroocceessooss ddee aaccooggiiddaa yy aaccoommppaaññaammiieennttoo

Cuando con la persona o la familia hemos mantenido los primeros contactos con la in-tención de resolver algún problema (información laboral, asesoramiento jurídico…) o soli-citar una ayuda (económica o en especie) hemos iniciado los primeros acercamientos dondepodemos invitar a otro tipo de relación que supere el binomio demanda-oferta, generandoun clima que nos lleve a un encuentro más cercano.

Desde el conocimiento de cada realidad va a ser el indicador que oriente nuestra atención,con varias posibilidades, sabiendo que no son lineales ni rígidas. A saber:

Respuestas a las demandas concretas de carácter material

Como apoyo a necesidades básicas en alimentación e higiene, vivienda, educación, salud,podemos ofrecer una ayuda puntual acordada con la persona, con fecha de finalización enfunción de la valoración que se haya realizado, y con la perspectiva de abrirnos a otras po-sibilidades relacionadas con los afectos, con “enganchar” en otros vínculos que nos permitasuperar la ayuda material y profundizar en el encuentro.

Nos podemos encontrar con varias tentaciones: “Tener y dar” de manera indiscriminada.O aun teniendo, por minimizar dificultades, quedarnos inmóviles o ir a “mínimos” ante lasnecesidades que nos pueden superar. O creernos que no disponemos de alternativas y mi-rar hacia otro lado, y no reflexionar en los equipos, buscando juntas otras alternativas.

En este contexto ddeebbeemmooss ccoonnssiiddeerraarr qquuéé ppaappeell jjuueeggaann llaass aayyuuddaass mmaatteerriiaalleess, nos hande servir como elemento de motivación y soporte para que la familia pueda plantearse unproceso de desarrollo. Algunas reflexiones para facilitar el discernimiento:

� Cáritas como expresión del amor a Dios que se manifiesta en amor al prójimo y en darla buena noticia con la palabra y con la vida, construyendo el Reino.

� Comunidad que se deja afectar por, que se reconoce con todas sus posibilidades y tam-bién con sus limitaciones.

� Y desde el estar cerca, el sentirnos parte de, participar de una búsqueda común de al-ternativas que impulse la auto-organización, el mutuo apoyo, donde recuperar la es-peranza, la alegría, el sentido vital.

Es necesario “quitarnos el peso” de la obligación, de ofrecer ayudas materiales a toda per-sona que acude a Cáritas sin una valoración previa, o de recoger todo lo que nos llega de gran-des superficies comerciales o empresas que quiebran u otras que nos dan sus excedentes. Es-tas realidades pueden ser un obstáculo que nos desvía de nuestros objetivos y criterios, porejemplo alimentos que no son de primera necesidad o que se alejan de una nutrición equi-librada y saludable, o productos con una fecha de caducidad muy cercana y en grandes can-tidades, que nos obliga a un reparto de urgencia e indiscriminado, entorpeciendo el acom-pañamiento que estamos haciendo a las familias.


Cáritas no es un centro de distribución de alimentos, de ayudas puntuales, además sabe-mos la complejidad que supone organizar y distribuir éstos, por estas razones deberíamosderivar a otras entidades que sí se dedican a esto de manera específica.

Por otra parte, no podemos olvidar el dolor que nos estamos encontrando con el tipo derealidades -a veces al límite- que están viviendo las familias que llegan a Cáritas a solicitaralgún tipo de apoyo, las necesidades que a veces nos superan, no solo nuestra capacidad derespuesta (parroquias saturadas) sino también de cómo abordar y coordinar todas ellas, sa-biendo que nos movemos en un escenario donde es fácil perderse, con pluralidad de crite-rios y razonamientos. Por ello, necesitamos discernir y hacerlo en clave del evangelio. Algu-nas preguntas clave que nos pueden facilitar este repensarnos qué hacemos y sobre todocómo lo hacemos:

� ¿Nos estamos convirtiendo en simples distribuidores de ayudas materiales o hacemosalgo más? O deberíamos hacer algo más…

� ¿Estamos “acompañando” a las personas o son simples “usuarias”? ¿hay algo que de-beríamos cambiar en ese sentido?

� ¿Tenemos en cuenta que las personas además de portadoras de obligaciones son re-ceptoras de derechos?

� ¿Acompañamos a las personas en la información y el acceso a sus derechos?

� ¿Cuál es la acción y el efecto de Cáritas respecto al conjunto de la comunidad parro-quial? ¿Es multiplicador y transformador? ¿O somos un grupo más sin incidencia?

� ¿Nuestra acción en Cáritas parte de un compromiso que tiene alguna repercusión ennuestra vida? ¿Hay algo que debiéramos revisar?

� ¿Estamos compartiendo vida y esperanza con quienes sufren?

Desde este enfoque las ayudas materiales -alimentos, ropa, vales o cualquier otro tipo- co-bran un nuevo sentido cuando podemos ofrecer un acompañamiento cercano que nos permitacompartir tiempo, conocer su situación, y además la persona se sienta segura y fortalecida ensus capacidades y en la esperanza de seguir caminando. Por tanto ayudas materiales:

� EEnntteennddiiddaass eenn llaa gglloobbaalliiddaadd ddee ssiittuuaacciioonneess ccoommpplleejjaass donde se están vulnerandoderechos fundamentales como el acceso a una vivienda, a un empleo digno, a una edu-cación y sanidad pública y de calidad, a unas prestaciones sociales, etc. En este sen-tido, los alimentos son una ayuda puntual que Cáritas puede ofrecer en una situaciónlímite, pero no debe convertirse en una práctica habitual de nuestra acción.

� EEnnmmaarrccaaddaass eenn uunn pprroocceessoo una ayuda potencia su objetivo en la relación, en untiempo compartido, al servicio del desarrollo individual y familiar. Siendo un medio yno un fin, una mediación para llegar a lo auténtico, al Ser. Se añade un plus de huma-nidad, de proximidad, de solidaridad.


� QQuuee ddiiggnniiffiiqquueenn llaa rreellaacciióónn y por tanto a las personas que la integran. Las formas nosdotan de contenido, hemos de ser especialmente cuidadosas, no podemos “dar” decualquier forma, cualidades como el tacto, la sensibilidad, la discreción, facilitará quela persona se sienta respetada, valorada, recupere el estatus de ciudadana. Discrecióny normalidad son dos buenos aliados.

� QQuuee pprroommuueevvaann llaa rreessppoonnssaabbiilliiddaadd yy llaa ppaarrttiicciippaacciióónn de la persona como autorade su vida, buscaremos formas de hacer y proyectos donde sea ella quien decida, en as-pectos cotidianos y básicos como la elección de su compra o de la manera de vestir ytambién, en otras cuestiones que tienen que ver con procesos vitales.

� QQuuee nnooss lllleevveenn aa uunn pprroocceessoo eedduuccaattiivvoo ya que nos podemos encontrar con personas quenecesiten fomentar su autocuidado, su responsabilidad, su discernimiento en decisionescotidianas, en descubrir y valorar qué es lo necesario y qué lo superfluo, y para ello nece-site un acompañamiento que le invite a nuevos aprendizajes, a otros horizontes.

� Y con todo, nnooss ffaacciilliitteenn llaa ttoommaa ddee ccoonncciieenncciiaa,, llaa ddeennuunncciiaa yy eell ddiiáállooggoo como caucepara la búsqueda de alternativas. Sistematizar la realidad que estamos acogiendo -re-cepción de demandas, tipo de ayudas…- nos ha de servir también para darnos cuentay visibilizar un modelo socioeconómico y político que genera pobreza y fuertes des-igualdades, que la responsabilidad ante las situaciones de pobreza son públicas y espolítica, y que sistemáticamente las administraciones no están cumpliendo con susobligaciones, Cáritas deberíamos denunciar e invitar a una mayor comunicación quenos lleve a pactos donde cada quien asume su parte de responsabilidad.

Derivación acompañada y coordinada

Ante realidades que requieran una intervención específica (trastorno mental, consumosabusivos, malos tratos,…) procederemos a una derivación, bien a recursos propios o de otrasinstituciones públicas o privadas. Se puede hacer mediante un sistema informal (llamadastelefónicas, fax, correo electrónico, etc.), aunque nuestra opción es realizarlo mediante unprotocolo sencillo. Para ello necesitamos conocer las entidades que trabajan en la zona, puedeser útil disponer de un dosier o guía de recursos.

Cuando la persona se encuentre en una situación de fragilidad que le dificulte o le impidaacceder a otros recursos por sí misma, buscaremos los apoyos necesarios para que se sientasegura y acompañada.

Respetar el consentimiento firmado (LOPDP) e informar siempre a la persona y la fami-lia de la derivación de sus datos a la nueva entidad.

Invitar hacia un proceso de acompañamiento

Somos conscientes de la dificultad que nos podemos encontrar en los equipos de CáritasParroquiales ya que algunas personas y familias no vienen solicitando un proceso de acom-


pañamiento, sino que vienen con una demanda concreta, y se trata de convertir dicha de-manda en proceso y, en ocasiones, cuesta trabajo y nos exige formación.

Nuestra intención es motivar procesos de mayor recorrido, para ello necesitamos dispo-ner de las condiciones adecuadas por parte del equipo y contar con el consentimiento y vo-luntad de las personas implicadas, para marcarnos objetivos en la dirección de nuevosaprendizajes, recuperar hábitos, plantearnos compromisos individuales y colectivos que afec-tan a otras personas de la familia.

En el siguiente capítulo presentamos los distintos momentos de los procesos de acom-pañamiento, la calidad en cómo hagamos la acogida dependerá del que podamos hablar delinicio de un proceso, de aquí la necesidad de poner conciencia y rigor, y que pasa necesaria-mente por la mirada y el hacer en equipo. Equipos que en cada Cáritas decidirá su compo-sición y cualidades necesarias para el óptimo desarrollo de cada tarea.

Cuestiones prácticas:— Dedicar tiempo en los equipos a debatir y consensuar objetivos, criterios y accio-

nes, cuando trabajamos con personas no podemos estar lanzando distintos men-sajes que confundas o desorienten.

— Desde el acuerdo de confidencialidad seremos muy cuidadosas en cómo mane-jamos la información, trasladando aquella estrictamente necesaria.

— Pondremos especial empeño en acompañar hasta físicamente a personas que pormiedo o por dificultades no pueden acceder a los recursos pertinentes.

Situaciones a mejorar:— Centrar la entrevista en lo económico, en lo material.— Dar una ayuda sin conocer a la persona o bajo el criterio de “cómo lo tenemos…”.— No escuchar las necesidades profundas de las personas.— Dar indiscriminadamente: solicitan el pago de un recibo y se van con un kilo de

arroz.— Pedir una información innecesaria o desproporcionada al tipo de ayuda que se

puede conceder.


CAPÍTULO 6

NUESTRO HACER:En la Acogida y

el Acompañamiento













FALTA TESTIMONIO

La importancia de una “espera activa”

¿Cómo te has sentido cuando has hecho una larga cola para recibir un sobre en correos, o para que te atiendan en la seguridad social, o

en urgencias? ¿Fue diferente cuando te encontraste con una persona amable?

Podemos colocarnos en éstas y otras situaciones similares, hacernos estas preguntas y de-járnoslas sentir. Pensando cómo pueden estar las personas que acuden a Cáritas y esperany esperan en busca de esperanza. Queremos evitar colas en la calle o en nuestros centros deacogida para solicitar algún tipo de ayuda, bajo las inclemencias del tiempo, ante la miradade curiosos que pasean por allí, en un tiempo vacío de sentido.

Cuando nos enfrentamos con una situación difícil, desconocida, que nos coloca en unaposición de vulnerabilidad, necesitamos recibir un plus de humanidad. Pensemos cómoson nuestras salas de espera, cómo recibimos a la persona, o cómo la atendemos cuandollama por teléfono para solicitar una cita, nuestro tono, comentarios, formas de invitar auna entrevista.

La acogida empieza por un espacio de espera, que intentaremos sea lo más agradable, escomo el recibidor de nuestra casa, buscamos belleza, armonía y confort que no está reñidocon sencillez. Podríamos habilitar una salita de espera acogedora para quienes la quieranutilizar, donde ofrecer algo caliente en tiempos fríos, sentarte y consultar la prensa, o re-visar folletos de asociaciones que organizan actividades culturales. Y siempre, que nos po-damos encontrar con algunas personas voluntarias para conversar, escuchar un chiste, un“¿cómo te va?”, un “a mí también me ha pasado y se me ocurrió…”, un “cuenta con noso-tras para…”

51El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı NUESTRO HACER

“Trabajar con vidas humanas es un privilegio que debe abordarsecon los conocimientos, el respeto y la humildad debidos”

Joseph Zinker

Pondremos especial atención en cómo llegan las personas, cómo se encuentran. Si vienen enfamilia observaremos cómo se tratan, qué relación establecen. Informaciones valiosas en estecontexto informal que nos ayudará a comprender aquello que las personas traen consigo.

Recordemos la importancia de buscar un espacio adecuado y diferenciado para las niñasy niños cuando las familias acuden con ellos, con algunos juguetes o libros infantiles.

En aquellas parroquias o centros donde la afluencia de personas está siendo abundantey los equipos no pueden atender con la calidad que se precisa, podemos pensar en un sis-tema de citas previas. Nos parece una manera de respetar a la persona, ya que evitamos es-peras innecesarias, además de facilitar nuestra organización interna, podemos dedicar eltiempo que cada quien necesita, así estamos minimizando situaciones que nos puedan pro-ducir estrés y tensión por ambas partes.

Cuestiones prácticasNos referimos al concepto de espera activa porque nos podemos encontrar:— Sala de espera acogedora, con sillas cómodas para sentarse.— Para que las personas sientan suyo el local se puede montar un collage en una de

las paredes, zona de expresión y comunicación que irán construyendo con frases,poesía, dibujos y otro tipo de información. Mural auto-gestionado que puede ir va-riando con el tiempo.

— En otra pared podemos colocar un corcho con una iniciativa tipo banco del tiempodonde poder utilizar e intercambiar servicios que las personas quieran compartir,abierto a toda la comunidad. Espacio auto-gestionado que facilita el conocimientomutuo y la mutua ayuda.

— Con una mesa informativa donde poder encontrar algunos periódicos, libros orevistas con temas de interés, folletos informativos de asociaciones en varios idio-mas, pensando en la población que acude a estos espacios.

Situaciones a mejorar:— Evitar filas de personas esperando en la calle o en las puertas de nuestros centros.— Impedir que la persona se sienta vulnerada, expuesta y que pueda mantener el

anonimato, si este es su deseo.— Minimizar tensiones y situaciones conflictivas que se pueden generar cuando es-

tamos en un contexto problematizado por el propio espacio de espera, por acu-mulación de problemáticas, etc.

La Acogida acompañada, un proceso de puertas abiertas

Cuando una persona entra en el lugar de acogida, ¿Cuál es nuestra mirada? -de aprobación, de rechazo-. ¿Cuál es nuestra primera actitud? -cercana,

respetuosa o distante, juzgadora-. ¿Qué lenguaje solemos utilizar? -de reproche,censurador o de aceptación, comprensión-. ¿Cómo es nuestro pensamiento?


Es posible que nos encontremos con personas que llaman varias veces a nuestras puer-tas y nos descubramos con un pensamiento del tipo: “¡si ya le hemos dado unas cuantas opor-tunidades¡ ¡otra vez por aquí¡”. O que sea la primera vez que acuden y nos dejemos llevar porla primera impresión: “¡que pintas trae…!”. Estas y otras cuestiones nos exigen una miradainterior, una revisión permanente. La palabra acogida habla de espacio familiar, de “invitara alguien a casa”, de ofrecer la sensación “te estábamos esperando”. Acoger es distinto de re-cibir la demanda que presenta la persona, valorarla y darle curso. Implica una vinculacióncon la persona, no únicamente con sus problemas.

En Cáritas nos referimos a ese momento privilegiado de encuentro entre personas, dondeunas vienen con la tensión de una dificultad en el camino, con la angustia que genera un pro-blema sin resolver, y otras están en actitud de escucha y respeto, ofreciendo el tiempo ne-cesario y el apoyo, no tanto desde lo que tenemos sino desde lo que somos, para que pue-dan encarar la situación que les trae, de una manera nueva, acompañada y comunitaria.

Suele ser la primera toma de contacto con la persona o la familia a través de una primerasolicitud de ayuda, información o asesoramiento. En estos momentos iniciales lo importantees la relación entre dos personas, y esto depende en gran parte de nosotras: crear un climaagradable donde se sienta en confianza, respetada, escuchada, comprendida, aceptada, va-lorada, y desde aquí pueda expresar qué le pasa, por qué acude a este espacio. Es nuestra granmisión y también nuestro reto cómo estar cerca sin agobiar.

¿Qué podemos ofrecer en este encuentro con el otro ser? La respuesta a esta cuestión secorresponde con el concepto que tengamos de acogida y con el estilo de relación que des-eemos mantener. Desde nuestra perspectiva, estilo y actitud que tiene que ver con:

— Lo primero que ofrecemos es la posibilidad de encontrarnos, de escucha y comunica-ción. NNoo eess ttaannttoo ddaarr,, ccoommoo ddaarr--nnooss..

— Desde esta relación, pretendemos sseerr uunn aappooyyoo, tranquilizar, reducir tensión y an-gustia, aligerar la sensación de mochila pesada a la espalda.

— Buscar los “enganches”, qué les interesa, cuáles son sus motivaciones e inquietudes ydesde aquí mmoossttrraarr nnuueevvooss hhoorriizzoonntteess.

— Que a través de una escucha activa, la persona se escuche, ttoommee ccoonncciieenncciiaa ddee qquuééllee eessttáá ppaassaannddoo y pueda hacerse con una nnuueevvaa nnaarrrraacciióónn, de re-describir, de volvera relatar su historia desde otras claves, con un nuevo enfoque resiliente, donde forta-lecer los aspectos positivos, que con toda seguridad ha vivido.

— Y con esta nueva mirada centrada en los recursos internos pueda afrontar las situa-ciones con otra actitud. De esta manera, estamos reforzando la autoestima y la segu-ridad personal.

— Crear un clima de confianza que permita que emerjan las necesidades profundas quea veces aparecen solo de manera velada tras las demandas expresadas inicialmente.Entendemos el término confianza en el sentido etimológico “fiarse con”, fiarse jun-tos, en definitiva, compartir un proyecto común.

Cuidaremos la acogida, tanto en el inicio, saliendo al encuentro, saludando, presentán-donos; como en la despedida, con una breve síntesis de lo acordado; debería ser lo sufi-cientemente afectuosa que invite a volver, o a concertar otra cita si fuera necesario.


Las entrevistas proponemos que sean ágiles, que la persona se sienta cómoda y con ga-nas de seguir viniendo. De estos primeros contactos, de la relación que hayamos generado,del apoyo que haya encontrado, puede depender que decida o no hacer un proceso de desa-rrollo personal.

Necesitamos clarificar las expectativas, si vamos a iniciar un proceso la relación ha de es-tar clara desde el principio. Nos interesa saber qué espera la persona de Cáritas, pregunta-remos por su motivación para acudir a este servicio. Debemos incidir en la idea que Cáritasno sólo se limita apoyar con medios materiales, también pretendemos otras opciones quevan dirigidas a promover el bienestar personal y familiar y mejorar las condiciones de vida.

Pondremos especial atención al lenguaje que utilizamos, tanto el verbal como el no ver-bal. Dejaremos claro que si se siente molesta o en algún momento no desea hablar sobre al-gún tema o responder a alguna cuestión, tiene todo el derecho a hacerlo.

Si es necesario, buscaremos alternativas de traducción para las personas que no hablenel castellano al objeto de evitar errores de comunicación y también que los hijos pequeñosde las familias no actúen como traductores, ya hemos comentado que éste no es un espa-cio para ellos.

A lo largo de las entrevistas se irán recogiendo los datos necesarios para cumplimentar lasfichas de forma rigurosa e iremos archivando toda la documentación que aportan. Infor-maremos a las personas de la obligatoriedad de su consentimiento por escrito para ambastareas -recogida y archivo- según la Ley Orgánica de Protección de Datos –LOPD- del15/1999, desde los más básicos -nombre y apellidos, DNI, teléfonos.-, como la documenta-ción que adjunta -informes laborales, familiares, empadronamiento, nóminas, justificantesde ingresos y gastos, etc.-. Es un derecho que tienen a la protección de su privacidad.

Una vez que la persona ha sido acogida y dispone de la información necesaria, la in-vitaremos, si no lo ha hecho previamente, a que acuda a los servicios sociales, con variosobjetivos:

— Conocer y que les reconozcan sus derechos.

— Que las administraciones se hagan cargo de sus obligaciones.

— Analizar posibilidades de colaboración y mutuo apoyo.

— Y si fuera necesario, disponer de la información objetivada para realizar la reclama-ción oportuna.

Siempre que sea posible, evitaremos dejar a la persona o a la familia sin atención, sin ofre-cer alternativas. En el caso de “no encontrarnos”, de no ser su momento para el inicio de otrospasos, agradeceremos su asistencia y quedaremos a su disposición dejando la puerta abiertapara que puedan acudir cuando lo deseen.


Cuestiones prácticas— Tener una primera información en el momento de la acogida puede facilitar la re-

lación, nombre de la persona, situación actual…— Salir al encuentro, levantarnos si estamos sentadas, saludar, llamarla por su

nombre.— Presentarnos quienes somos y hacer una breve reseña de nuestro servicio: objeti-

vos, acciones, criterios -gratuidad, frecuencia de las sesiones, confidencialidad…-.También podemos desmontar estereotipos sobre éste.

— Si se presentan varias personas de una misma familia escucharemos con aten-ción todas las opiniones y valoraciones, la forma de dirigirse entre ellas, los ges-tos, las miradas.

— Cuidaremos nuestro lenguaje, tanto en el trato con las personas acogidas como enlos equipos. Utilizaremos un lenguaje apreciativo, que resalte la cualidad frente ala desvalorización, lo positivo frente a lo carencial.

— Podemos utilizar un tiempo para desdramatizar, es conveniente no poner el focoinicialmente en el problema o necesidad. Mostraremos una actitud de respeto ycomprensión.

— En el caso de esperas prolongadas que no estaban previstas, disculparnos.— Mostrar también en la despedida una actitud de acogida y de invitación a nuevos

encuentros.

Situaciones a mejorar:— Tener personas esperando para entrar en la acogida. O hacer esperar sin motivo

y sin dar explicaciones.— No presentarnos inicialmente ni saludar a la persona que llega.— Hacer una acogida fuera de la sala preparada para ello o con otras personas pre-

sentes, con interrupciones variadas.— Derivar a los servicios sociales sin haber escuchado a la persona.— Iniciar la acogida pidiendo papeles para justificar su situación.— Culpabilizar, interpretar, juzgar. — Ofrecer demasiadas posibilidades, mostrar un optimismo excesivo que pueda ge-

nerar falsas expectativas.— Resolver rápido para terminar una acogida sin haber dedicado el tiempo necesa-

rio y sin ofrecer alternativas (por ejemplo, quedar en otro momento…).— Evitar todo aquello que nos aleje de una acogida cálida y nos distraiga de una es-

cucha profunda (utilizar el móvil para cuestiones particulares, fumar, beber, mas-ticar chicle, priorizar recoger datos…).

— Vincular el servicio que ofrecemos a cuestiones de fe con preguntas inoportunase indiscretas (si están casados o bautizados los niños,…).

— Pensar que no nos dicen la verdad y por este motivo indagar de manera que tras-pasamos las fronteras de la dignidad de las personas (ir a preguntar a los vecinos,por ejemplo)


Los procesos de Acompañamiento

Piensa por unos minutos alguna experiencia que te hayas sentido acompañada ¿Cómo fue? ¿Quién te acompañó? ¿Qué destacarías de ese tiempo?

¿A qué conclusiones llegas?

Qué son: nos aproximamos al concepto

Las personas tienen derecho a recibir determinadas prestaciones o servicios básicos y tam-bién, el derecho al apoyo personalizado, a un acompañamiento, sabiendo que éste no es unacontraprestación, se trata de un complemento al que acceder si quieren. La relación de acom-pañamiento no puede ser impuesta.

Acompañar es caminar al lado de, respetando cada ritmo, el propio y el ajeno, unas veces ire-mos con un pasito por delante y otras por detrás, según las necesidades de cada realidad. Portanto nos exige una relación personal continuada, de estar, escuchar y comprender a la personapara facilitar que sea ella misma quien se escuche y comprenda su realidad, y desde aquí des-cubra y movilice sus recursos internos. Proceso que nos invita a valorar el camino recorrido notanto la meta, a reconocer cada logro por pequeño que sea, sabiendo que puede haber retro-cesos que nos invitan a estar con mayor presencia y acompañamiento en la forma que la per-sona lo necesite. Y esto requiere tiempo marcado básicamente por los ritmos individuales decada persona. Por tanto recordemos que el proceso de acompañamiento es diferente a:

— La gestión de casos. Pretendemos un desarrollo de la persona a través de pactos demutuo acuerdo, facilitando el descubrimiento de los beneficios de esta acción, lejos, portanto, de ser meros tramitadores de prestaciones que a cambio pedimos el cumpli-miento de unas obligaciones.

— Una relación de ayuda. Optamos por una relación horizontal basada en la confianza yen el mutuo acuerdo y crecimiento conjunto.

— El seguimiento. La persona no es un “objeto paciente”, sometido a una observación pe-riódica, por el contrario, es quien, con nuestro apoyo, intenta organizar sus propias es-trategias y utilizar los recursos a su alcance de manera eficaz en búsqueda de sus objetivos.

— Y también diferente a lo que hemos llamado un contrato de inserción socio-laboral,ya que se impone una firma para poder acceder a una contraprestación, siendo motivode retirada el no cumplimiento.

Aunque el proceso de acompañamiento se inicie con una persona tendremos la visión desu familia y de su entorno, con la posibilidad de abrir cauces de comunicación, en el caso queno los hubiera y que sean beneficiosos para ambas partes. El acompañamiento busca apo-yar el desarrollo integral de las personas y esto nos lleva a un cambio en nuestro papel res-pecto a lo que veníamos haciendo:

— Dejamos de ofrecer soluciones rápidas, para estar al lado de y colaborar en la activaciónde sus capacidades y potencialidades.

— Buscamos la complementariedad entre los tipos de funciones y apoyos que podemosofrecer a la persona en pro de su desarrollo.


— Trabajamos tanto en espacios “formales” como “informales”, esto supone salir al en-cuentro, salir de los centros y despachos, no esperar a que lleguen y transitar por losespacios donde están y se relacionan las personas.

— Aprendemos a “saltarnos el guión”, ya que convivimos con la incertidumbre, con lo in-esperado que la vida nos va ofreciendo.

La responsabilidad del proceso de acompañamiento descansa en el equipo no en la personaque directamente está acompañando, se trata pues, de un compromiso colectivo y compartidomás que de una responsabilidad individual. Por este motivo, las decisiones relevantes sobre elproceso se toman con la persona y con el resto del equipo. La acompañante es el puente entreambas partes. La relación de confianza se genera entre las personas directamente implicadas.Con el objetivo de respetar y proteger la intimidad, sabiendo que disponemos de mucha in-formación y muy delicada, compartiremos en el equipo solo aquella que sea estrictamente ne-cesaria para alcanzar nuevos objetivos y acciones, valorar situaciones complejas, etc.

Cada equipo de Cáritas parroquial ha de ser consciente de sus capacidades, fuerzas y tiem-pos para saber hasta dónde puede incidir en los acompañamientos, y que en la mayoría de lassituaciones éste no sustituye otros procesos que deben realizar profesionales desde los ser-vicios sociales, los servicios públicos de empleo, etc. Debemos acompañar a la persona en suproceso, y desde aquí se nos abren otras posibilidades, otras dimensiones que están relacio-nadas con el ejercicio de sus derechos: desde la acogida podemos acompañar la búsqueda deempleo animando y apoyando a la persona, viendo cómo le ha ido en sus citas con el INEM,o en visitas médicas complicadas, o ante una situación de impago de su vivienda…

Desde esta óptica de los derechos, acciones en nuestras cáritas parroquiales que comple-mentan no que sustituye la responsabilidad y las competencias propias de las administra-ciones públicas. Para mayor conocimiento sobre este tema os sugerimos la lectura del “Artede acompañarNOS. Procesos y metodología” publicado por Cáritas Española.

Con quién: criterios para una selección

Consideremos algunos criterios que nos pueden ffaacciilliittaarr ““eennttrraarr”” eenn eessttooss pprroocceessooss. Es-tamos pensando en personas y familias en situación de vulnerabilidad o de exclusión que hansido atendidas en nuestros servicios de acogida y que:

— Hemos mantenido una relación previa.

— Apreciamos un buen enganche con los equipos de acogida.

— Tienen a Cáritas como referencia para consultar dudas, solicitar información o aseso-ramiento y también acuden por iniciativa propia a compartir novedades, inquietudes.

— Observamos interés, disponibilidad para iniciar un proceso de trabajo individual y/ocolectivo.

— Han acudido con regularidad a las citas y entrevistas sugeridas.

— Muestran una actitud de confianza con la presencia de una persona acompañante y coninterés para profundizar en su situación.

— Están asentadas de manera estable en el entorno de nuestros recursos.


Algunos ccrriitteerriiooss eexxcclluuyyeenntteess qquuee nnooss ppuueeddeenn aayyuuddaarr eenn llaa aaddeeccuuaaddaa sseelleecccciióónn de per-sonas y familias:

— Existencia de algún trastorno en la salud mental que no sabemos cómo manejar, bienporque no tienen diagnóstico y por tanto tampoco tratamiento, o aún con tratamiento,están pasando por una fase complicada.

— Problemas de consumos abusivos y adicciones no tratadas, o con diagnóstico pero vi-viendo una fase aguda.

— Situaciones de violencia intrafamiliar graves.

— Y aquellas otras que se puedan presentar y que el equipo no sabe cómo acompañar.

En estos casos es conveniente explorar otras posibilidades de derivación a centros o per-sonas especializadas.

Cómo lo hacemos. Una propuesta metodológica

Os proponemos estos tiempos para dedicar a la persona, a la familia, con un criterio fun-damental “el co” porque queremos contar en todo momento con ella, en:

Acercamiento y entrada al procesoCo/valoración socioeducativaCo/elaboración y consenso del plan de acompañamiento personalizadoDespedida y fin del proceso de acompañamiento

AAcceerrccaammiieennttoo yy eennttrraaddaa aall pprroocceessoo

Buscaremos los enganches que nos faciliten entrar en relación (qué le gusta hacer en sutiempo libre, comida preferida…), temas que, poco a poco, y si la persona está dispuesta, noslleven a un conocimiento cada vez mayor (cómo se siente, qué dificultades vive actualmente,cuáles son sus logros, qué retos se ha planteado…). Dedicaremos el tiempo necesario a la tomade conciencia de lo que está pasando, a profundizar en aquello que no nos deja avanzar, aampliar horizontes y motivar hacia el cambio.

Presentaremos de una manera sencilla en qué consiste el proceso de acompañamiento:

— Qué objetivos iniciales nos planteamos.

— Posibles acciones a desarrollar a corto y medio plazo y de recursos que se pueden uti-lizar, con el propósito de ofrecer una respuesta ágil, en la medida que podamos, a lasnecesidades planteadas por la persona o familia.

— Condiciones y a qué nos comprometemos cada parte.

— Con qué tiempos estimados contamos.

— Quién es la persona acompañante.

Sería conveniente que las necesidades básicas estén cubiertas o al menos sea un objetivode nuestro plan de acompañamiento.


En todo momento es importante estar disponible para un encuentro fácil, pero acaso ahorasea aún más significativo: tiempo para compartir algún acontecimiento que está viviendo,miedos que puedan surgir, clarificar dudas. La persona, la familia no se ha de sentir sola, ade-más de nuestra presencia, facilitaremos la vinculación a la vida del centro, de la parroquia,de la comunidad, motivando a participar en alguna actividad programada.

Los procesos de acompañamiento tienen un componente importante de mediación social,en el sentido de posibilitar, acercar y mediar con los recursos que algunas personas tienendificultad para acceder (acompañar al médico, a la gestión de un alquiler…), alejándonos delsignificado de control que ha tenido esta práctica durante años.

CCoo-- vvaalloorraacciióónn ssoocciiooeedduuccaattiivvaa

Cuando la persona o la familia decide intentar hacer cambios es cuando nos planteamostener un conocimiento de su situación con mayor profundidad: qué circunstancias les rodean,que sueños se plantean, cuáles son sus fortalezas… La comprensión de su realidad nacerácuando se consolide una relación de confianza y en ésta, pueda compartir con sinceridad suinformación vital.

Escuchamos, observamos, recogemos información para conocer y que nos permita superaruna visión superficial, y así poder acceder y comprender las causas profundas que han ge-nerado la situación que está viviendo la persona o familia. Conocemos para comprender yporque comprendemos podemos aceptar y amar al otro ser. Por eso no necesitamos colocara la persona en categorías de problemáticas sociales.

Una vez tenido los primeros encuentros se realizará una valoración basada en la demandaque se solicita, en la documentación recogida y en la observación realizada por el equipo.

Buscamos una mirada integradora de la persona que nos facilite un acompañamiento nosólo a aspectos o áreas independientes -psicológica, social, salud, educativa…-, sino al ser ensu globalidad, donde contemplemos la observación de las dificultades, necesidades, pero tam-bién y de manera especial, las capacidades y potencialidades con las que cuenta, los puntosde apoyo que posee tanto individuales como familiares. Y con ello disponer de la mayor ob-jetividad para ofrecer el acompañamiento que más se adecue a cada realidad.

La co-valoración es un procedimiento que a partir de la recogida y ordenación sistemáticade determinados datos e informaciones en las áreas que hayamos establecido previamente,nos permite identificar una situación en profundidad. Buscaremos una manera sencilla pararealizar una valoración conjunta con la persona o familia, utilizando expresiones claras y adap-tadas a su comprensión. Para la persona puede ser como un espejo, donde observar cómoestá, tomar conciencia de qué le está pasando, hacerse cargo de su situación, y desde aquídecidir hacia dónde se quiere dirigir.

En el proceso de co-valoración sseeññaallaammooss eenn ssíínntteessiiss llooss ssiigguuiieenntteess ppaassooss::

— Recogida de información de aquellas áreas que necesitamos conocer y potenciar en sudesarrollo personal y bienestar (psicológica, educativa, laboral, económica, social, ju-rídica, salud…) mediante entrevista, observación directa, acopio de documentación.


— Análisis e interpretación de la información recibida.

— Presentación de la valoración realizada a la persona o la familia.

— Escucha y recogida de su propia valoración, sus impresiones, sugerencias.

— Elaboración de un informe que recoja esta co-valoración.

— Consentimiento para seguir avanzando y entrar en la elaboración conjunta del plande acompañamiento personalizado.

CCoo -- eellaabboorraacciióónn yy ccoonnsseennssoo ddeell ppllaann ddee aaccoommppaaññaammiieennttoo

El plan de acompañamiento es un instrumento que ha de estar apoyado en una relaciónpersonalizada, donde se ha generado la suficiente confianza para establecer un vínculo quefacilite proponer, motivar, seguir creciendo e ir asumiendo cada vez nuevos compromisos.Ha de estar adaptado a las capacidades y al momento personal y abierto a las novedades eimprevistos que vayan surgiendo.

Y al que podemos acceder siempre que lo necesitemos, para recordar objetivos y acuerdos,será una guía que sirva de referencia a la persona “dónde está” y a “dónde quiere o puedellegar”. Por cuidar el medio ambiente, proponemos que siempre que sea posible esté en for-mato digital.

Procedimiento donde, de manera conjunta y corresponsable con la persona o familia y elequipo decidimos:

— Áreas a trabajar.

— Objetivos que queremos conseguir, en relación con las áreas de trabajo que hayamosseñalado.

— Acciones que nos parecen mutuamente las más adecuadas para llegar a los objetivos.

— Grado de intensidad y exigencia.

— Tiempos aproximados.

— Personas implicadas, con quién contamos. Contemplar que los recursos en los queapoyarnos pueden ser nuestros o de otras entidades y desde aquí trabajamos coordi-nadamente.

Cualquier decisión es el resultado de un pacto de mutuo acuerdo, en esto se basa nuestroproyecto común. Nunca puede ser una imposición. Los acuerdos son la clave que sostienenla relación de acompañamiento que se concretan en forma de pacto libre entre las partes,donde cada quien aporta, sugiere, hace algo en beneficio del proceso. Acuerdos que han deser claros, explícitos, detrás de ello no hay deberes, castigos o reprimendas.

Los pactos escritos no son un convenio, no nos exige ser guardianes del cumplimiento delmismo, ni hay una exigencia de contrapartidas, esto haría inviable la relación que nos esta-mos planteando. Debemos poner especial cuidado en el cumplimiento de los acuerdos porparte de la persona acompañante, para evitar que la persona se sienta defraudada, frustrada,experiencias que han podido ser habituales en su historia personal.


DDeessppeeddiiddaa yy ffiinn ddeell pprroocceessoo ddee aaccoommppaaññaammiieennttoo

Proponemos ir haciendo “paradas” durante el camino, estimando un calendario aproxi-mado, para tomar el pulso de la evolución del proceso, compartir cómo nos estamos sin-tiendo, si el plan cumple con los objetivos que nos habíamos propuesto, si las actividades sonlas más adecuadas, analizar los avances y también los retrocesos, compartir los aprendiza-jes, valorar los esfuerzos y los logros conseguidos. Para ello nos ayudará contemplar el pro-ceso con desapego, tomando cierta distancia.

A partir de la valoración y sugerencias de todas las personas implicadas, nos podemos en-contrar con dos opciones: por una parte tendremos los elementos para introducir las mejo-ras que consideremos necesarias, o para ir cerrando el proceso.

Saber que los procesos de acompañamiento tienen un principio y un fin nos ayuda a reco-locarnos en la autonomía y la libertad de las personas, evitando generar dependencias que nosdificultan el crecimiento. Es importante trasmitir, al igual que en los momentos iniciales, queseguimos estando ahí, que pueden contar con este servicio, las puertas siguen abiertas.

El proceso de acompañamiento puede finalizar por deseo de la persona, porque no estédispuesta a llevar a cabo los compromisos adquiridos, o porque su situación haya mejoradoy no necesite nuestro apoyo.

Es posible que no todas las circunstancias estén resueltas, pero el finalizar un acompa-ñamiento está ligado a la consecución de los objetivos propuestos conjuntamente, no a laresolución de cada una de las situaciones que vive la persona. De esta manera se dará valora la posibilidad de que sea ella quien pueda avanzar por sí misma en el manejo de su vida.

Recordemos que el tiempo que se ha de acompañar a una persona debe ser flexible, segúnlas necesidades que vayan surgiendo.

Con qué. Herramientas que debemos manejar

En los procesos de acompañamiento podemos disponer de diferentes herramientas, eltipo que utilicemos dependerá de la persona acogida, del equipo y del momento de dichoproceso.

Las herramientas son medios o instrumentos que nos facilitan nuestra tarea. En cada en-cuentro interpersonal lo importante es centrarnos en el ser humano que tenemos delante,por ejemplo en la primera entrevista dedicaremos más tiempo a la escucha que a rellenar laficha, pedir la documentación, etc.

A modo de ejemplo posibles herramientas: la ficha social básica para la recogida de datos,diferentes hojas de registros de intervención, de ayudas, de procesos de acompañamiento,para las acogida, las visitas, las entrevistas…


CAPÍTULO 7

NUESTRO SERVICIO:Estrategias institucionales













FALTA TESTIMONIO

“Quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos”

Papa Francisco Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium”. Nº198

Llegamos a este apartado que no por ser el último le queremos restar importancia, todolo contrario, lo trabajado hasta ahora no se podría plantear ni sostener sin repensarnos nues-tra Institución, en los dos pilares fundamentales: por una parte la cáritas diocesana comored que acoge, mima, apoya y acompaña a las cáritas parroquiales, y éstas como red que acoge,mima, sostiene y acompaña a las personas en situación de mayor fragilidad.

Tenemos la intención de un “cierre abierto”, con la dificultad que entraña dada nuestra di-versidad, de esbozar una reflexión donde el centro son las cáritas, aún así nos animamos aello con la invitación de poner en común y analizar qué estamos haciendo en cada estruc-tura y sobre todo qué debemos hacer.

Para la reflexión de las cáritas parroquiales hemos querido contar con la experiencia evan-gélica y comunitaria de Carlos Paris, sacerdote y delegado de la diócesis de Tortosa, que nosinvita al análisis personal y colectivo desde su compromiso.

Cáritas diocesana en el acompañamiento de las cáritas parroquiales

En una entidad como la nuestra, la acogida de personas en situación de vulnerabilidad quesolicitan algún tipo de ayuda se desarrolla fundamentalmente a través de la extensa red delas Cáritas parroquiales, alrededor de 6000, y de sus equipos de personas voluntarias. Ennuestra Confederación coexisten varios modelos organizativos de atención a las personas,todos ellos basados en el conocimiento de cada realidad y de sus peculiaridades -zonas ru-rales, urbanas, costeras-, y de las necesidades de las personas que allí habitan.

En todos ellos, nuestra opción es animar a superar las ayudas puntuales, el quedarnos enuna asistencia básica que cubre necesidades, que no cuestiona y no facilita salir de este la-berinto de la pobreza y la exclusión, para convertirlas en un proceso de acompañamiento,donde las claves significativas sean la promoción, la autonomía, la corresponsabilidad y laparticipación de las personas, así como la denuncia de aquellas realidades que están permi-tiendo estas fuertes desigualdades, esta fragmentación social. Este enfoque nos exige unaapuesta institucional que acerque miradas y análisis en una comunicación horizontal con losequipos de cáritas parroquiales, donde ofrecer y recibir, aprender y compartir.

65El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı NUESTRO SERVICIO

Entendemos que los procesos de acogida y acompañamiento se han de contemplar desdeel impulso de estrategias que tienen que ver con la ciudadanía, la vecindad y la fraternidad,como nos recuerda Joaquín García Roca en su libro “Reinvención de la exclusión social entiempos de crisis”:

— Estrategias de cciiuuddaaddaannííaa: gravitan en la vía política en pro del bien común, comoproceso de emancipación y liberador de la humanidad, somos sujetos portadores de de-rechos y también de deberes.

— A través de recuperar la presión social y la movilización, de la vigilancia a los pactos ins-titucionales y la creación de nuevos marcos institucionales en la comunidad como guíasy señales impregnados de valores, de oportunidades.

— Estrategias de vveecciinnddaadd: gravitan en el ejercicio de la sociabilidad, en las relaciones deproximidad, no se trata solo de la conquista del derecho.

— A través de la comunidad como espacio plural de convivencia de individuos autónomosy libres con distintos intereses, que actúan juntos por un interés común. Y de la crea-ción de capacidades, individuales y colectivas, como oportunidades (no solo los recur-sos) somos constructores de contextos favorables, de políticas desde abajo, en lo local.Y por último creación de tejido social, la red no es un instrumento, son intercambiosque nos “desinstalan” de lo único.

— Estrategias de ffrraatteerrnniiddaadd: gravitan en los lazos de amor. Supone situarnos en un es-tado de incumbencia, la persona nos afecta porque es carne y sangre de nuestra carney sangre.

— A través de la cercanía de la vida, del apoyo que alivia. La fraternidad se despierta anteel sufrimiento. Y de la seducción a una aspiración de una vida plena y del gozo de vivir.

Proponemos que sea un equipo diocesano el facilitador del impulso de la acción socioed-ucativa de base desde estas estrategias. Le vamos a denominar “red de acogida y acompa-ñamiento diocesana”, pretende promover la coordinación de la acción socio-educativa de basey de ésta con el resto de recursos específicos de Cáritas, con el conjunto de la pastoral socialy con otras entidades colaboradoras. Y además esta red ha de garantizar que:

— Se facilite, recoge y devuelve una mirada global, a partir del análisis de las situacionesde pobreza y emergencia social del conjunto del territorio, e invite a la reflexión co-munitaria desde donde plantear retos y compromisos. y desde aquí promueva la or-ganización, planificación y el seguimiento del conjunto de las cáritas parroquiales.

— Con esta mirada global diocesana, detectan juntos necesidades y posibilidades tantoindividuales como comunitarias: por ejemplo, necesidades y recursos formativos y pro-mueve los planes de formación que cada zona necesita.

— Está cerca y acompaña a cada grupo de cáritas parroquial, facilitando espacios para lareflexión y el discernimiento conjunto de qué puede hacer una cáritas parroquial yaquello para lo que todavía no está preparada.

— Motiva a los equipos para favorecer su implicación y autonomía en el desarrollo de sustareas, con la mayor calidad y calidez.

— Apoya la creatividad de los grupos en la búsqueda de acciones que recuperan la dig-nidad de las personas, que reconviertan una ayuda puntual en un proceso de acom-pañamiento con la implicación comunitaria.


— Facilita el asesoramiento de los procesos de acogida y acompañamiento, en especial deaquellos más complicados, trabajando con los equipos parroquiales en la búsqueda delas alternativas más adecuadas.

— Facilita el consenso para el uso de herramientas comunes (modelos de vales, fichas, ba-remos de ayudas económicas, etc.) como medio para analizar la realidad, unificar cri-terios y como soporte objetivo para las denuncias y las propuestas que planteamos.

Una parte fundamental de esta red de acogida y acompañamiento está en el compromisocon las personas voluntarias. En cómo facilitamos “revisarnos” en equipo, desde nuestrosgestos y actitudes hasta el seguimiento de las experiencias. Que las personas se sientanacompañadas en la difícil tarea que están llevando a cabo, que tengan la confianza para ana-lizar y contrastar, que nos sientan cerca no solo en la tarea, también en la parte emocionalque se remueve en las relaciones. Y desde esta cercanía situarnos en un proceso de cambio,desde la acción, reflexión, acción, de aquello que hemos de superar para dejar sitio a lo queestá por nacer.

Y esta red de acogida y acompañamiento diocesana en comunión con las cáritas parro-quiales ha de recoger los retos que estamos detectando, de los cuales subrayamos algunosde ellos:

— Ante las distintas realidades que se nos presentan no podemos dar las mismas res-puestas de antaño: aumento del número de demandas, familias que están sufriendoun desahucio, personas que no encuentran un empleo, familias cada vez más empo-brecidas, etc.

— Generar iniciativas creativas que enganchen a personas jóvenes y a todas aquellas queno se acercan a nuestras cáritas, como propuesta para reforzar el intercambio y la cre-ación de nuevas iniciativas.

— Reflexión en torno a la paradoja que estamos viviendo en Cáritas, por una parte noshacemos responsables del pago de suministros a familias sin recursos (gas, luz,agua…), y por otra, somos receptores de donaciones de estas mismas empresas su-ministradoras. Lo mismo está ocurriendo con la ejecución de desahucios a familiasque estamos acompañando por parte de entidades bancarias que a su vez nos ofrecensus “donativos”.

— Repensar nuestra acción en relación a nuestra identidad: ¿estamos haciendo lo sufi-ciente?, ¿hacemos lo que tenemos que hacer?, ¿estamos haciendo lo que hacen otros?Realidades como la recogida indiscriminada de juguetes, de alimentos, o la “operaciónkilo”, deberíamos enmarcarlas en un contexto mayor, y allí donde haya entidades quese dedican a ello deberíamos derivar este tipo de tareas.


Cuestiones prácticas

— Una experiencia interesante es la Red de Acogida y Acompañamiento de Cáritas As-turias que organiza su acción a través de sus Cáritas parroquiales (en 144 serviciosde acogida y acompañamiento) y en 14 arciprestales que trabajan en red, partici-pando equipos de más de 800 personas voluntarias encargadas de acoger y acom-pañar a las personas y familias que acuden para solicitar ayuda, diseñando procesosde acompañamiento personalizados y facilitando su incorporación social. Estos equi-pos están siendo acompañados por un equipo de 5 trabajadoras sociales.

El modelo del trabajo se configura en una red, en la que cada nudo se relacionacon el resto a través de la coordinación y asunción de criterios y propuestas co-munes. Red que se va convirtiendo en un tejido cada más tupido en el momentoen el que integra su acción con el resto de programas de Cáritas: empleo, meno-res, mayores, inmigrantes, sin hogar y que se convierte en tejido social cuando con-juga todos estos recursos con los de otras organizaciones y entidades.

La coordinación con otras entidades se realiza en el ámbito institucional par-ticipando en las plataformas autonómicas y en el local o sectorial, a través de losprogramas y los equipos parroquiales.

— Otra experiencia interesante es la constitución de una mesa de coordinación zonal(parroquial, vicarial o arciprestal cada Cáritas decidirá su ubicación) donde se re-únan los distintos equipos de acción social.

Cáritas parroquiales, retomando el sentido

Como hemos comentado, compartimos la reflexión de Carlos Paris, sacerdote y delegadode la diócesis de Tortosa, que desde su experiencia comunitaria nos invita al análisis personaly colectivo.

Creo que es imprescindible retomar la conciencia de que el testimonio y el compromisode la caridad forman parte ineludible de la misión y de la misma esencia de la Iglesia. De lamisma manera que es obvio y natural el compromiso de las parroquias en la celebración dela fe y en la formación a través de la catequesis, el compromiso de la caridad debe formar partetambién de la “estructura” de la parroquia y de su misión. Ya insistió en ello Benedicto XVI,pero además ahora, el testimonio y la palabra del Papa Francisco pueden ayudar mucho eneste sentido. Y además eso debe visibilizarse: el párroco es el consiliario natural del equipode Cáritas; un miembro de Cáritas debe formar parte activa del Consejo de Pastoral de la pa-rroquia (y no sólo por cumplir) y lo lógico sería que la mayor parte del voluntariado del equipode Cáritas sea gente de la comunidad parroquial (sin cerrar puertas a nadie).

Muy unida al punto anterior estaría la insistencia en que Cáritas forma parte también delcompromiso evangelizador de la Iglesia y de cada comunidad parroquial. La acción de Cári-tas es una acción evangelizadora y como tal, ineludible para la vida de la comunidad parro-quial. Es acción evangelizadora porque lleva –nos trae- la Buena Noticia a las personas em-pobrecidas, y gracias a ella, se van superando las “cegueras”, las “cojeras”, “las esclavitudes yprivaciones de libertad”… y gracias a ella se anuncia la liberación.


Importante también me parece el hecho de que las parroquias sientan y vivan como pro-pia la acción de Cáritas y al revés, que Cáritas se sienta parte importante de la acción de lasparroquias. Ya sé que es algo obvio, pero sabemos que no siempre es así. Decía mi Obispoque la interparroquialidad nunca debe eliminar la presencia en las parroquias y pienso quetal vez algo de esto pueda estar ocurriendo con el testimonio de la caridad. Ya sea por ne-cesidad de espacio, ya sea por evitar aglomeraciones, ya sea por evitar una excesiva identi-ficación, tendemos a “sacar” a Cáritas de los centros parroquiales, de los espacios adyacen-tes a las parroquias... Mi intuición es que, de alguna manera, Cáritas debe volver “físicamente”a las parroquias. Evidentemente no como almacén de comida (que es para lo que ahora senecesitan espacios mayores), pero sí en todo lo que supone de acogida, de acompaña-miento, de escucha, de diálogo. ¿No es esto lo que debe ser la parroquia? Un espacio de en-cuentro, de sentirnos compañeros de camino, de compartir las alegrías y las tristezas, las es-peranzas y las angustias. ¿No es esto también lo que hace Cáritas?

Hay que impulsar el trabajo en común y en equipo, crecer en la capacidad de formarnosjuntos, discernir juntos, afrontar juntos, orar juntos… Para ello hay que aprovechar los equi-pos locales o interparroquiales pero también aquellos ámbitos que ya se están utilizando enotras dimensiones pastorales: los arciprestazgos, las zonas… Creo que sucede mucho que laurgencia en la atención y el aumento de la necesidad, limitan el tiempo de los equipos de talmodo que no se encuentran o no se buscan espacios para discernir, repensar, replantear nues-tra acción, fortalecer nuestro compromiso…

Aprender a decir “no”. Aunque duela, aunque cueste. No tenemos la solución para todo.Hay que tener muy claro hasta donde podemos llegar y de qué modo lo queremos hacer.Nuestras prioridades deben estar claras: iniciamos un proceso con personas y las acogemos,las atendemos y las acompañamos. Ese debería ser nuestro criterio de actuación. Y todo essumamente importante: las personas y el proceso. Quizás sea esto lo que más cuesta cam-biar pero hay que trabajar en clave de proceso y de acompañamiento. De poco sirve repar-tir muchos lotes de alimentos si ello no nos sirve para encontrarnos con las personas, aco-gerlas, acompañarlas, quererlas…

Aprovechar la insistencia del Papa en el tema de una Iglesia pobre y para las personas po-bres, una Iglesia que acoge y acompaña desde la compasión, la misericordia, la ternura, elamor. Es fundamental. Es el “cómo” queremos hacer las cosas. Pero no sé yo si los premiosnos los dan por “cómo” hacemos las cosas o por la cantidad de cosas que hacemos cubriendolas espaldas a la administración.

Hacer el ejercicio en los equipos de Cáritas de preguntarnos qué razón de ser tendría Cá-ritas si no repartiéramos alimentos y ropa. ¿Tendría algo que hacer el equipo de personas vo-luntarias y la comunidad parroquial? Hay que despertar la atención y la creatividad para sa-lir al encuentro del que sufre y no esperar siempre a que venga a nosotros o lo deriven desdelos servicios sociales del ayuntamiento. Y además acercarnos con nuestros propios criteriosy desde el Evangelio.

Es otro tema importante que hay que afrontar en las Cáritas parroquiales: Cáritas no es un“brazo” de las administraciones públicas ni de iniciativas privadas. Coordinación sí, subordi-nación, no.


CAPÍTULO 8

BIBLIOGRAFÍA

Bibliografía— “Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” Papa Francisco. 2013

— “El arte de acompañar/NOS. Procesos y metodología. Cuadernos de formación la Ac-ción Social, nº 63. Cáritas Española. 2013.

— “Hacia un modelo integral destinado a personas en situación de exclusión. Procedi-mientos para la incorporación social en contextos de vulnerabilidad o de adicción. Cua-dernos de formación la Acción Social, nº 61. Cáritas Española. 2013.

— Informes del Observatorio de la realidad social de Cáritas (2008 a 2013) y las publi-caciones de la Fundación FOESSA de “Análisis y Perspectivas” de 2012 a 2014.

— “Reinvención de la exclusión social en tiempos de crisis”. Joaquín García Roca. Colec-ción Estudios. Fundación Foessa. Cáritas Española. 2012.

— “Análisis de la situación de los Servicios Sociales”. Documento técnico. Plataforma deprofesionales de los servicios sociales del Ayuntamiento del Zaragoza. Junio 2011.

— “Un mismo pensar, un mismo sentir. Para seguir caminando en tiempos difíciles. Aten-ción a las familias desde las Cáritas Parroquiales: pautas y orientaciones. Itinerario for-mativo para las Cáritas Parroquiales, monográfico 4. Cáritas Diocesana de Valencia. 2009.

— “Un mismo pensar, un mismo sentir. Cómo plantear la intervención sociofamiliar.Programa de Familia e Infancia. Itinerario formativo para las Cáritas Parroquiales. Mo-nográfico 5. Cáritas Diocesana de Valencia.

— “Para seguir caminando en tiempos difíciles. Atención a las familias desde las Cáritasparroquiales: pautas y orientaciones”. Cáritas Diocesana Zaragoza. 2013.

— “Para seguir caminando en tiempos difíciles. Anexo 1. Mejoras en las Acogidas Parro-quiales. Cáritas Diocesana Zaragoza. 2013.

Materiales no publicados elaborados por:

— CCáárriittaass rreeggiioonnaall ddee CCaassttiillllaa yy LLeeóónn: “La acogida en tiempos de crisis”, 2013.

Y por Cáritas Diocesana de:

— VVaalleenncciiaa: “El discernimiento en Cáritas”, 2014

— GGiirroonnaa: Projecte Marc. Acollida i Acompanyamente a les Persones”, 2013.

— GGeettaaffee: “Criterios para la acogida”, 2013.

— MMáállaaggaa: “Cáritas ante el reparto de alimentos. Orientaciones para el trabajo de las Cá-ritas parroquiales”, 2012.

— BBiillbbaaoo: Ayudas económicas para las acogidas de Bizkaia, 2012.

— CCaannaarriiaass: “El acompañamiento”, 2012.

— BBuurrggooss: “Trabajo en los territorios”, 2012.

73El arte de acoger/ NOS en el encuentro interpersonal ı BIBLIOGRAFÍA

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