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La explicación de la mente: A propósito de un libro de Daniel Dennett

Date post: 10-Feb-2017
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Claudio Gutiérrez Un misterio es un fenómeno en relación con el cual la gente no ha aprendido a pensar todavía. Daniel Dennett La explicación de la mente: A propósito de un libro de Daniel Dennett Summary: Daniel Dennett, in his new bookConsciousness Explained, attempts to cla- rifyimportant philosophy of mind issues byappl- yingtothem scientific and technological criteria. On the first auempt, he notes that explai- ningaphenomenon means to get rid of the origi- nalpuzzle: consciousness is explained on the basisof things which are not conscious. On the secondattempt, he presents impressive evidence abouthow much one can c1arify a philosophical problemby applying to it the engineering crite- rionoi what is possible to build. The final upshot of Dennett's analysis is Iheproposal of a new model for the mind, the MullipleDraft model, to replace the dualist tra- ditional one: the Cartesian Theater model. Resumen: Daniel Dennett, en su nueva obra La explicación de la conciencia. intenta aclarar importantes asuntos de filosofía de la mentemediante la aplicación de criterios cienti- Jicosy tecnológicos. En cuanto al primer intento. hace notar que explicar un fenómeno significa librarse del asombro original: la conciencia tiene que explicarse en términos de cosas que no son conscientes. En cuanto al segundo intento. presenta pruebas impresionantes de cómo es posible clarificar un problema filosófico por la aplicación del criterio ingenieril de lo qué es posible construir. El resultado final del análisis de Dennett es la propuesta de un nuevo modelo de la mente. el Modelo de las versiones múltiples. que reem- plaza al dualista tradicional: el Modelo del tea- tro cartesiano. La nueva filosofía de la mente. en contraste con la tradicional, se caracteriza por la aplicación al problema de comprender los hechos mentales del punto de vista del método científico y el punto de vista del quehacer tecnológico. En otras pala- bras, se trata de producir explicaciones que despe- jen el "misterio" tradicional en los problemas de la mente y de acercarse a los fenómenos mentales con la misma actitud con que enfrentaríamos el funcionamiento de un artefacto cuyo diseño inte- rior no conocemos. La mente puede ser enfocada con sentido científico Sólo una teoría que dé cuenta de los eventos conscientes en términos de eventos no conscientes puede dar cuenta en absoluto de la conciencia, así como los sólidos y los líquidos y los gases no pueden ser explicados sino en términos de cosas que no son ellas mismas ni sólidos ni líquidos ni gases. Explicar el dolor sin despejar su carácter desagradable sería circular- tanto como explicar la acción del opio por su virtud dormitiva es circu- lar, como ya lo comprendió Moliere. Similarmente, una explicación adecuada de la risa debe dejar fuera la comicidad: su presencia mera- mente pospondría el intento de contestar la pre- gunta por su naturaleza. Si este enfoque nos pare- ce extraño, como observa Daniel Dennett, ello sólo significa que no hemos aprendido aun a pen- sar sobre la mente, como sí sabemos ya pensar sobre los sólidos, los líquidos y los gases. En el fondo, nunca llegamos a entender una explicación Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXI (74),17-27,1993
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Page 1: La explicación de la mente: A propósito de un libro de Daniel Dennett

Claudio Gutiérrez

Un misterio es un fenómeno en relación con el cual la gente noha aprendido a pensar todavía. Daniel Dennett

La explicación de la mente:A propósito de un libro de Daniel Dennett

Summary: Daniel Dennett, in his newbookConsciousness Explained, attempts to cla-rifyimportant philosophy of mind issues byappl-yingto them scientific and technological criteria.

On the first auempt, he notes that explai-ninga phenomenon means to get rid of the origi-nalpuzzle: consciousness is explained on thebasisof things which are not conscious. On thesecondattempt, he presents impressive evidenceabouthow much one can c1arify a philosophicalproblemby applying to it the engineering crite-rionoi what is possible to build.

The final upshot of Dennett's analysis isIheproposal of a new model for the mind, theMullipleDraft model, to replace the dualist tra-ditionalone: the Cartesian Theater model.

Resumen: Daniel Dennett, en su nuevaobra La explicación de la conciencia. intentaaclarar importantes asuntos de filosofía de lamentemediante la aplicación de criterios cienti-Jicosy tecnológicos.

En cuanto al primer intento. hace notarque explicar un fenómeno significa librarsedel asombro original: la conciencia tiene queexplicarse en términos de cosas que no sonconscientes. En cuanto al segundo intento.presenta pruebas impresionantes de cómo esposible clarificar un problema filosófico porla aplicación del criterio ingenieril de lo quées posible construir.

El resultado final del análisis de Dennettes la propuesta de un nuevo modelo de la mente.el Modelo de las versiones múltiples. que reem-plaza al dualista tradicional: el Modelo del tea-tro cartesiano.

La nueva filosofía de la mente. en contrastecon la tradicional, se caracteriza por la aplicaciónal problema de comprender los hechos mentalesdel punto de vista del método científico y el puntode vista del quehacer tecnológico. En otras pala-bras, se trata de producir explicaciones que despe-jen el "misterio" tradicional en los problemas dela mente y de acercarse a los fenómenos mentalescon la misma actitud con que enfrentaríamos elfuncionamiento de un artefacto cuyo diseño inte-rior no conocemos.

La mente puede ser enfocadacon sentido científico

Sólo una teoría que dé cuenta de los eventosconscientes en términos de eventos no conscientespuede dar cuenta en absoluto de la conciencia, asícomo los sólidos y los líquidos y los gases nopueden ser explicados sino en términos de cosasque no son ellas mismas ni sólidos ni líquidos nigases. Explicar el dolor sin despejar su carácterdesagradable sería circular- tanto como explicar laacción del opio por su virtud dormitiva es circu-lar, como ya lo comprendió Moliere.Similarmente, una explicación adecuada de la risadebe dejar fuera la comicidad: su presencia mera-mente pospondría el intento de contestar la pre-gunta por su naturaleza. Si este enfoque nos pare-ce extraño, como observa Daniel Dennett, ellosólo significa que no hemos aprendido aun a pen-sar sobre la mente, como sí sabemos ya pensarsobre los sólidos, los líquidos y los gases. En elfondo, nunca llegamos a entender una explicación

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científica de un fenómeno natural: simplementenos acostumbramos a ella, dadas las ventajasinmensas de carácter pragmático que representa elaceptaria. Si además de seres prácticos somospoetas, o místicos, siempre podemos ponertemporalmente entre paréntesis la explicacióncientífica y volver a maravillamos de que el sol"salga" por el este todas las mañanas.

La mente puede ser enfocadacon sentido tecnológico

En cuanto al enfoque tecnológico, poneratención al fenómeno mental de la misma maneraen que atenderíamos a un artefacto, permite elsurgimiento de preguntas nuevas más fácilmentecontestables que las de la filosofía tradicional,tales como: ¿cuáles modelos de la alucinaciónpueden evitar la explosión combinatoria implica-da en suponer que el mecanismo alucinatoriodebe prever las reacciones del alucinado? ¿cómopuede el contenido de la experiencia ser elabora-do por procesos (relativamente) desprovistos deinteligencia y comprensión, del mismo modo quela música puede salir de un choque de partículasen el disco de un gramófono? En cuanto a la pri-mera, podremos fácilmente mostrar que lasalucinaciones fuertes son simplemente computa-cionalmente imposibles. Una alucinación fuertesería, por ejemplo, las producidas por el "geniomaligno" que Descartes supone metodológica-mente en sus Meditaciones metafísicas para expli-car las impresiones que recibimos del mundoexterior; o un fantasma con el que pudiéramosconversar, que nos permitiera tocarlo y resistieranuestro embate con solidez, que proyectara unasombra como los cuerpos ordinarios, que fueravisible desde cualquier ángulo, que lo encontrára-mos cómodamente sentado en el mismo sillóndespués de ausentamos brevemente de la sala enque nos hubiere aparecido, etc. La respuesta tec-nológica al primer interrogante es que sólo unfantasma verdadero podría producir una alucina-ción de ese tipo, y sólo un mundo real podríacrear en la mente las impresiones inducidas por elgenio maligno de Descartes. En cuanto a lasegunda pregunta, sobre cómo producir cognicióncon elementos no cognitívos, puede considerárse-la como el programa de investigación mismo de lamoderna ciencia del conocimiento. Parte de eseprograma, por ejemplo, implica explicar el senti-

do común de la gente por la interacción en elcerebro de sistemas "menos inteligentes" quecolaboran para producir la inteligencia ordinaria.Esos sistemas menos inteligentes, quedaríanexplicados por la coalición de subsistemas todavíamenos inteligentes, hasta llegar a átomos de inte-ligencia ninguna de cuyas partes tuviera ya inteli-gencia l.

La debilidad de la intuición

Uno de los obstáculos para la explicacióncientífica de la inteligencia estriba en la tenden-cia inveterada que tenemos de creer que, por sernosotros conciencia, tenemos una vía privada yprivilegiada al conocimiento de sus secretos. Enotra parte he llamado a esa tendencia "la tenta-ción del científico social", y he tratado de exor-cizarla mediante un cuidadoso distingo entre dosconceptos de subjetividad: subjetividad 1 y sub-jetividad 2, según nos estemos refiriendo a lasubjetividad del científico o a la subjetividaddel objeto de ciencia. En particular, cuando enrelatos sobre experiencias subjetivas pretende-mos estar usando no más que nuestros poderesde intuición u observación interna, en realidadnos encontramos embarcados en procesos de teo-rización improvisada y las más de las veces caren-tes de un mínimo control experimental. La verdades que la gente se equivoca continuamente, aundentro de contextos de experimentación controla-da, en sus opiniones intuitivas sobre lo que hace osobre la forma en que lo hace. No se trata de quemienta propiamente, sino de que confabula: llenalagunas, adivina, especula, y confunde la teoríacon la observación. Hay amplia evidencia experi-mental, recogida en multitud de experimentos psi-cológicos, de que uno no tiene realmente autoridadpara dar cuenta de lo que le esté pasando a unomismo; solamente la tiene para dar cuenta de loque le parece que le esté pasando.

El método heterofenomenológico

Esta comprobación da base a Dennett parapresentar su método heterofenomenológico comoun método neutral para investigar y describir lafenomenología. Implica la extracción y purifica-ción de textos de sujetos (aparentemente) parlan-tes, y el uso de esos textos para generar una fic-

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ciónteórica, el mundo heterofenomenolágico delsujeto. Tal mundo ficticio queda poblado contodaslas imágenes, eventos, sonidos, olores, pre-sentimientosy sentimientos que el sujeto cree consinceridadque existen. En su máxima extensión,esunretrato neutral de exactamente lo que es serese sujeto -en sus propios términos. Una vezextraída tal heterofenomenología, el teóricopuedeentonces pasar a la cuestión de lo quepodría explicar la existencia de estaheterofenomenologíaen todos sus detalles. Loshechossobre lo que la gente cree, e informa cuan-doexpresasus creencias, son fenómenos que unateoríade la mente debe explicar. La cuestión de silosítemesasí representados existen como objetos,eventos y estados reales en el cerebro es unacuestiónempírica que debe ser investigada. Si sedescubrencandidatos reales adecuados, podemosidentificarloscomo los referentes de los términosdelsujeto;de lo contrario, de todos modos tendre-mosque explicar por qué los sujetos creen quetalestérminos se refieren a algo existente.

Observación e interioridad

Algunas de las paradojas de la concienciaqueproducen más perplejidad surgen cuando nosaferramosdemasiado tiempo a buenos hábitos depensamiento,hábitos que usualmente nos evitanmetemosen problemas. AsC,por ejemplo, siem-preque lidiamos con una mente consciente, inme-diatamentepostulamos la existencia de un puntode vista, desde el cual tal mente se supone quepercibeel mundo que la rodea. Una mente COnJ-cientees un observador, que acepta una porciónlimitadade toda la información disponible, desdeunángulo particular que determina cómo se haceesa selección de información. ¿Qué sucede, sinembargo,cuando nos concentramos en el obser-vadormismo, y seguimos pensando que dentrode él hay también un punto de vista, es decir sitratamosde localizar el punto de vista del obser-vadormás precisamente como un punto interno aese individuo? La presuposición simple que fun-cionatan bien en la escala mayor comienza ahoraa decepcionamos: tendería a indicamos que existeun observador interno, pero la investigación

. empírica nos demuestra que no hay un puntoúnicoen el cerebro hacia donde toda la informa-ción se canalice. Esta comprobación tieneconsecuencias muy vastas, que no son ni

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lejanamente obvias y que pueden incluso resultarcontraintuitivas. No obstante, son perfectamentecompatibles con la marcha general del métodocientífico que busca explicar los fenómenos queno comprendemos en términos de ideas yaconocidas: el fenómeno de la observación tendrápor fuerza que ser explicado por fenómenos queen sí mismos no son observaciones.

El teatro cartesiano

Dennett llama a la idea de que existe unlugar central en el cerebro materialismo cart e-siano: es la opinión a que uno llega cuando des-carta el dualismo de Descartes pero omite descar-tar la imaginería de un teatro central (aunquematerial) donde "todo se arme". El materialismocartesiano es la opinión de que existe una fronteraen algún lugar del cerebro, la cual marca el ordende llegada en la "presentación" de la experiencia.El teatro cartesiano es un cuadro metafórico decómo la experiencia consciente puede producirseen el cerebro. Parece al principio una extrapola-ción inocente del hecho familiar e innegable deque para intervalos de tiempo cotidianos ymacroscópicos se puede en verdad ordenar loseventos en las dos categorías "lo no observadotodavía" y "lo ya observado". Pero la idea de uncentro especial en el cerebro es más bien unamala idea que confunde tenazmente nuestrosintentos de pensar sobre la conciencia.

Una vez que descartamos la fantasmag6ricares cogitans de Descartes, no hay ya ningún papelpara un estación central o centro funcional en elcerebro. La glándula pineal no sólo no es ya elfax del alma, sinoque tampoco es la oficina presi-dencial del cerebro; y por supuesto, tampoco lo esninguna otra porción del cerebro. El cerebro es laPresidencia, pero no hay ninguna razón para creerque el cerebro mismo tenga ninguna otra presi-dencia más profunda, ningún santuario íntimo elarribar al cual constituya la experiencia conscien-te. En breve, no hay ningún homúnculo dentrodel hombre, ningún "cerebrünculo" dentro delcerebro.

El modelo de las versiones múltiples

De acuerdo con el modelo de la concienciaque Dennett propone para sustituir al del teatro

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cartesiano -y que llama-modelo de las versionesmúltiples- toda variedad de percepción, de pensa-miento o actividad mental se realiza en el cerebropor medio de procesos de interpretación y elabo-ración paralelos y de múltiples vías. Para usar unametáfora útil, la información que entra en el siste-ma nervioso es sometida en el cerebro a una"revisión editorial" continuada, como la que seharía en las oficinas de un periódico.

La gente frecuentemente se sorprende alsaber que en condiciones normales sus ojos avan-zan en rápidas sacudidas de aproximadamentecinco fijaciones por segundo, y que este movi-miento, como el movimiento de la cabeza, se eli-mina muy pronto por corrección editorial en eltrámite informático desde el ojo hasta la concien-cia. Los psicólogos han también descubierto algu-nos efectos especiales, como la interpretación deprofundidad en estereogramas de puntos aleato-rios, que confirman la existencia de correccioneseditoriales muy tempranas. Estos procesos edito-riales toman fracciones largas de segundo, durantelas cuales pueden ocurrir varios agregados,incorporaciones, enmiendas y hasta sustitucionesde contenido, en distintos órdenes temporales.

Contrariamente a lo que pretendieron losfilósofos empiristas o positivistas, no experimen-tamos directamente nada. Lo que experimentamoses un producto de muchos procesos de interpreta-ción- procesos editoriales, en efecto. Estos proce-sos, que tienen lugar por flujos de actividad envarias partes del cerebro, reciben representacionesrelativamente crudas y sesgadas, y producenrepresentaciones agregadas, revisadas y aumenta-das. Como en el caso del trabajo editorial de unperiódico, dónde termina la corrección "anterior ala publicación" y dónde comienza la "fe de erra-tas" es una distinción que solo puede trazarsearbitrariamente.

No existeun soloy defmitivo"flujode concien-cia", no hay oficinas centrales, ni teatro cartesianodonde "todo se integre" para ser ojeado por un"significador"central.En vez de un flujo de concien-cia únicohay múltiplescanalesen loscualesloscircui-tos especialistas,en verdaderopandemonio,tratan dehaceral mismo tiemposus variascosas,creandosobrela marcha versiones múltiplesde la informaciónquepodemos llamarnarraciones. La mayorparte de estasnarraciones fragmentarias desempeñan papeles decorta duración,pero algunasson promovidasa ulterio-res papeles funcionales por la actividad de lo queDenneadenominalamáquina virtual del cerebro.

La fijación del contenido de la conciencia

Como hace notar muy sagazmente Dennett,la detección o discriminación de aspectos o deta-lles no deben ser hechas por el cerebro más queuna sola vez. Esto es, una vez que una "observa-ción" particular de algún detalle o aspecto ha sidorealizada, por una porción especializada y locali-zada del cerebro, el contenido de información asífijado no tiene que ser enviado a ninguna partepara ser rediscriminado por un discriminador"jefe". En otras palabras, la discriminación nolleva a una representación del elemento discrimi-nado, para beneficio de la audiencia del teatrocartesiano pues simplemente no hay teatro carte-siano. Estas fijaciones de contenido, espacial ytemporalmente distribuidas en el cerebro, sonlocalizables con precisión tanto en el espaciocomo en el tiempo. Pero es siempre una cuestiónabierta si un contenido particular así discriminadoaparecerá eventualmente como un elemento de laexperiencia consciente, y solo por confusiónpodemos preguntar cuándo llega a ser consciente.

En todo momento hay "versiones" múltiplesde fragmentos narrativos en varios estadios deedición en distintos lugares del cerebro. Elmodelo de las versiones múltiples evita la tenta-ción de suponer que debe haber una narraciónúnica (la versión "final" o "publicada") que seacanónica. Sondeos del flujo de conciencia a dis-tintos intervalos, pueden producir diferentes efec-tos, al precipitar diferentes narraciones: si unodemora el sondeo demasiado, el resultado puedeno ser ya narración del todo por haber sido elimi-nado por el proceso editorial el elemento narrado;pero si uno sondea "demasiado temprano", puederecoger datos sobre cuán tempranamente se lograuna discriminación particular en el flujo de con-ciencia, aunque al costo de perturbar el progresonormal de ese flujo.

Narración y sondeo

Aquello de lo que somos conscientes dentrode una cierta duración de tiempo no se defineindependientemente de los sondeos usados paraprecipitar narraciones sobre ese período. Todoshemos experimentado el fenómeno de conducirun vehículo por varios kilómetros mientras esta-mos sumergidos en conversación (o silenciososoliloquio), y de repente descubrir que no-tene-

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mosdel todo recuerdo de la carretera, del tráfico,delas propias actividades de manejo. ¿Estábamosrealmenteinconscientes de todos los carros quepasaron,de los semáforos, de las curvas de lacarretera?Con toda seguridad que no: si hubié-ramos sido sondeados, en varios momento delcamino,sobre lo que habríamos visto justo antes,habríamostenido por supuesto algo que contar.

Refutación del teatro cartesiano

Una de las más poderosas pruebas de la ine-xistenciadel teatro cartesiano puede ser discerni-da en la base psicológica del cine: el llamadofenómenophi. En su caso más simple, el fenóme-noconsisteen que si dos o más manchas separa-daspor, a lo más, 4 grados de ángulo visual seenciendenbrevemente en sucesión rápida, se veunasola mancha que parece moverse reiterada-menteen viaje de ida y vuelta.

En un experimento de Paul Kolers yMichael von Grünau, estimulado por NelsonGoodman,se encendieron dos manchas de distin-tocolordurante 150 milisegundos cada una (den-trode un intervalo de 50 milisegundos); la prime-ramanchapareció comenzar a moverse y enton-ces cambiar de color abruptamente a la mitad desu ilusorio camino hacia la segunda localización.Goodmanse preguntó: "¿como es que el cerebropuedellenar la mancha en los momentos-lugaresintermediariosa lo largo del sendero del primeroal segundo centelleo antes de que el segundocentelleo ocurra?".

El modelo de las versiones múltiples está deacuerdo con Goodman en que el cerebro crearetrospectivamenteel contenido (el juicio) de quehaymovimiento intermedio, y en que este conte-nidodeja su marca en la memoria. Pero el modeloafirmaademás que el cerebro no necesita "cons-truir" ninguna representación para "rellenar" losblancos.Esto sería una pérdida de tiempo. El jui-cio está ya formado, así que el cerebro puedededicarsea otras tareas. Una vez que una discri-minación ha sido hecha, no tiene que volver ahacerse: el cerebro simplemente se ajusta a laconclusión lograda y usa la nueva interpretaciónde la información para modular la conducta sub-secuente.

Cuando se descarta el dualismo cartesiano,debendescartarse también el espectáculo que ten-dría lugar en el teatro cartesiano y su público,

pues en el cerebro no se encuentran ni espectácu-lo ni público algunos, y sólo allí deberíamos bus-carlos.

Un experimento revelador

Cuando muchas cosas suceden en muypoco tiempo, el cerebro debe hacer suposicionessimplificadoras para dar cuenta de los hechos.Veamos un ejemplo. Se aplican en ritmo unosgolpecitos con martilletes mecánicos puestos endos o tres localizaciones a lo largo del brazo,hasta con un pie de separación; por ejemplo,cinco en la muñeca seguidos por dos cerca delcodo y después tres más en el brazo superior. Losgolpecitos son aplicados con intervalos entre estí-mulos de entre 50 y 200 mílisegundos. Así, untren de golpecitos podría durar menos de unsegundo, o tanto como dos o tres. El sorprendenteefecto es que los golpecitos parecen a los sujetosviajar en secuencia regular sobre puntos equidis-tantes hacia arriba .como si un animalito fuerasaltando a lo largo del brazo.

Ante resultados experimentales como estos,uno tiende a preguntarse: ¿cómo sabe el cerebroque después de cinco golpecitos en la mui'leca vaa haber unos golpecitos cerca del codo? Los suje-tos experimentan la "salida" de los golpecitos dela muñeca comenzando con el segundo, y sinembargo en pruebas de control en las que los gol-pecitos del codo nunca llegan a producirse, lossujetos sienten todos los cinco golpecitos de lamuñeca en la misma muñeca.

El cambio en el espacio (a lo largo delbrazo) lo discrimina el cerebro sobre el tiempo. Elnúmero de golpecitos se discrimina también.Aunque en la realidad física los golpecitos estánagrupados en localizaciones particulares, la supo-sición simplificadora es que se distribuyenregularmente sobre la extensión espacio-temporalde la experiencia. El cerebro descansa en estainterpretación parsimoniosa pero equivocadadespués que los golpecitos se registran, porsupuesto, y esto tiene el efecto de editar (borrar)interpretaciones (parciales) anteriores.

Esto no debiera parecemos tan extrai'lo: norepresentamos los objetos vistos como existentesen la retina, sino más bien a distintas distanciasen el mundo externo; lo mismo hacemos con losobjetos percibidos por los oídos. ¿Por qué nopodría el cerebro representar también los eventos

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La superimposición de la conciencia

CLAUDIO GUTIERREZ

en el punto temporal donde tenga mayor sentidoambiental que sucedan?

El momento de la conciencia

Siendo así que la distancia del dedo delpie al cerebro es mucho más grande que la de lafrente al cerebro, los estímulos aplicadossimultáneamente a estos sitios diferentes arriba-rán a la Presidencia en sucesión descompasada,si suponemos constante la velocidad de viaje alo largo de todas las sendas. ¿Cómo hace elcerebro, podría alguien preguntarse, para "ase-gurar simultaneidad central"? Pero es un errorsuponer que el cerebro necesite resolver esteproblema, por una razón obvia de ingeniería:sería malgastar tiempo precioso conceder alrango completo de las operaciones un itinerariode "peor caso". ¿Por qué deberían sei'lales vital-mente importantes procedentes de la frentedemorarse siempre en una sala de espera soloporque algún día podría haber ocasión de quesei'lales concurrentes de los dedos de los piesconvergieran con ellas? En cambio, lo que sítiene que asegurar el cerebro es que, en las cir-cunstancias requeridas, la narración obtenga"sentido ambiental", de modo que, por ejemplo,un efecto no preceda a su causa. En otras pala-bras, no es tan importante la cronología de lassei'lales atinentes como su organización, originalo "editada", y lo único necesario es que esaorganización dé base adecuada para el controldel comportamiento.

Puesto que la cognición y el control -ypor lo tanto la conciencia- están distribuidos alo largo y ancho del cerebro, se sigue que nin-gún tiempo puede ser sei'lalado como el precisomomento cuándo un evento se hace consciente.Como los sondeos precipitan narraciones, elmomento mismo en que se realizan puedentener efectos revisionistas de gran envergaduraen los sistemas representativos usados por elcerebro.

En conclusión, y con base en el análisis deDenneu, podemos formular el principio psicoló-gico de incertidumbre:

No podemos atribuir a un evento dado un momento específicoen el flujo de conciencia independientemente de los sondeosparticulares que hacemos para determinarlo.

Las funciones múltiples para un mismoórgano, relativamente raras entre los artefactos,abundan en cambio en la Madre Naturaleza. Unade las razones por las cuales los teóricos de lamente tienen tanta dificultad para discernir en elcerebro un disei'lo plausible para la conciencia esel hecho de que han tendido a pensar que los ele-mentos cerebrales sirven cada uno una y sólouna función. El resultado es que está siendo tre-mendamente difícil escudrii'lar cómo funciona elcerebro, precisamente porque fue disei'ladopor unproceso capaz de utilizar funcionalidad múltiple ysuperimpuesta, algo sistemáticamente difícil dediscernir por la ingeniería inversa.'

La lentitud de la actividad mental conscien-te hace evidente que el cerebro no fue realmentediseñado -alarnbrado- para tal actividad. Losespecialistas básicos de la conciencia son parte denuestra herencia animal: no fueron disei'ladospararealizar acciones particularmente humanas, comoleer o escribir, sino para agacharse en caso depeligro, evitar depredadores, reconocer caras, aga-rrar, lanzar, recoger bayas y otras tareas esencia-les. Los enlistó la evolución, de modo oportunista,para nuevos papeles, que solo podían correspon-der por casualidad y aproximadamente a sustalentos naturales.

Así por ejemplo, nuestros sistemas visuales,como los de muchos otros animales superiores,incluso los peces, son exquisitamente sensibles apatrones con un eje vertical de simetría. Esto sedebe probablemente a que en el mundo natural denuestros remotos antepasados las únicas cosas enla naturaleza que mostraban ejes de simetría verti-cal eran otros animales, y solamente estando defrente. Así, nuestros antepasados llegaron a equi-parse con un sistema de alarma muy valioso, elcual se disparaba (sobre todo) cuando eran mira-dos por otro animal, posible pareja o depredador.

El psicólogo Julián Jaynes, en sus especula-ciones atrevidamente originales de Los orígenesde la conciencia en la ruptura de la mente bica-meral, enfatiza que la conciencia humana es unaimposición cultural, extremadamente reciente, enuna arquitectura funcional mucho más temprana.

El efecto Balwin

Como sabemos, nada de lo que el individuoaprende es trasmitido biológicamente a su proge-

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nie. Sin embargo. los individuos suficientementeafortunados para estar cerca en diseno de un buentrucoaprendible tenderán a tener másprogenie. quetambiéntenderá a estar cerca de ese buen bUCO. Sino fuera por la plasticidad -la capacidad de apren-der-.este efecto. llamado efecto Balwin, no se pre-sentaría.Gracias a él. la especie con plasticidad ten-derá a evolucionar más rápido. y con más "direc-ción".que aquellas que no la tienen.

El genotipo humano incluye muchas adap-taciones que están ahí específicamente para favo-recer la adquisición del lenguaje. Fueron adquiri-das muy rápidamente. en términos de evolución.pero eso es precisamente lo que habría que espe-rar. dado el efecto Balwin: poder hablar es tanbuen truco que cualquier individuo lento enadquirirlo habría estado en pavorosa desventaja.

La autoexhortación

Llegó un tiempo en la evolución del lengua-je cuando las vocalizaciones empezaron a servirla función de compartir información útil. Un buendía un hornínido, dotado de la capacidad de voca-lizar. habría pedido ayuda -equivocadamente-cuando no había una audiencia servicial al alcan-ce de su voz ...• con excepción de sí mismo.Cuando habría oído su propia invocación. esteestímulo habría provocado justamente la clase deayuda que la invocación habría causado si hubie-se venido de otro homínido: para su sorpresa.encontraría que el incidente le habría estimuladoa contestar a su propia pregunta.

La práctica de hacerse preguntas a unomismo puede ser claramente reconocida como unmétodo de promover una acción mejor informada,Supongamos que. aunque la infonnación correctapara algún propósito específico exista ya en elcerebro. estuviera en manos de un especialistaincorrecto; el subsistema que necesitara lainformación no podría obtener la directamente-simplemente porque la evolución todavía nohabría proveído la conexión interna adecuada. Enestas circunstancias. podemos especular que lasgrandes ventajas de hablar sotto voce consigomismo habrían sido fácilmente reconocidas. lle-vando pronto a lo homínidas a conversacionesinternas completamente silenciosas.

Julian Jaynes ha argumentado persuasiva-mente que las capacidades del cerebro paraautoexhortación y autorecordatorio son un prerre-

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quisito de autocontrol sin los cuales la agricultu-ra. los proyectos de construcción y otras activida-des civilizadas y civilizadoras nunca hubieranpodido organizarse. También ha postulado que unmecanismo arcaico para esta auroexhortación,basado en la división en dos "cámaras" cerebrales-correspondientes al invocador y al que respondea la invocación- podría haberse conservado hastamuy avanzados los tiempos históricos; tal bica-rnerismo, históricamente anterior a la autocon-ciencia. proveería una explicación. por ejemplo. alos relatos de apariciones de dioses en los tiemposmosaicos y homéricos.'

Teoría de los memes

De acuerdo con R. Dawkins, las ideas seintegran por ellas mismas en unidades memora-bles discretas. tales como las ideas de la rueda. deportar vestiduras. las ideas de venganza. del trián-gulo recto. del alfabeto. el calendario o la evolu-ción por selección natural. En El gene egoísta.Dawkins nos urge a considerar seriamente laposibilidad de la evolución de estos racimos inte-lectuales o memes (por contraposición a genes).El autor argumenta muy persuasivamente que lateoría de la evolución por selección natural esneutral en relación con las diferencias entrememes y genes; ambos son solamente distintasclases de replicadores que evolucionan en dife-rentes medios a velocidades diferentes. Un carrocon ruedas radiales no solo lleva grano o carga deun lugar a otro; lleva también la idea memorablede un carro con ruedas radiales de una mente aotra. La evolución de los memes no es simple-mente análoga a la evolución biológica. sino unfenómeno que obedece exactamente las leyes dela selección natural como quedan especificadaspor los requisitos de variación. herencia y super-vivencia diferencial.

Dawkins sugiere que tendemos a pasardesapercibido el hecho fundamental de que "unaspecto cultural puede haber evolucionado en laforma en que lo ha hecho simplemente por serventajoso para sí mismo". No obstante. algunosmemes son buenos también desde nuestra pers-pectiva. y no sólo desde la suya propia en calidadde autoreplicadores egoístas: los memes de lacooperación. la música. la escritura. la educación.la conciencia ambiental. la reducción de arma-mentos. Otros memes son más controversiales;

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podemos entender por qué se extienden, y por quédebemos tolerarlos, a pesar de los problemas quecausan: la burocracia, los ernbotellamientos detráfico, la comida rápida, la propaganda política,el fútbol. Todavía otros más son incuestionable-mente perniciosos y muy difíciles de erradicar: elantisemitismo, el secuestro de aviones, los virusinformáticos, la corrupción administrativa. Losmemes se expanden ahora alrededor del mundo ala velocidad de la luz, y se replican tan rápida-mente que hacen aparecer la reproducción de lamosca de la fruta y la de las células de levaduracomo producidas en cámara lenta.

Puede llegar el día cuando evaluadores dememes no humanos basten para seleccionar y pro-veer a la preservación de memes particulares,pero por el momento, todos los memes tienen quepasar todavía una etapa "de capullo" en ese nota-ble nido de memes que es la mente humana.Como las mentes están en corta provisión, y cadamente tiene una capacidad limitada para albergarmemes, se produce considerable competenciaentre ellos por entrar en cuantas más mentes seaposible. Esta competencia es la fuerza selectiva dela memosfera.

Por otro lado, las mentes humanas mismasson en grado considerable creación de los me mes.Miles de memes, la mayoría sostenida por el len-guaje, pero algunas también por "imágenes"mudas y otras estructuras de datos, fijan cada díasu residencia en algún cerebro individual y mol-dean sus tendencias, conformándolas en unamente.

Comparada con la plasticidad fenotípica,que ha estado con nosotros por millones de MOS,una evolución memética significativa es sólo unfenómeno extremadamente reciente: llega a serfuerza poderosa en los últimos cien mil ai'los yhace explosión vertiginosa a partir del desarrollode la civilización hace menos de diez mil. Segúnsabemos, está restringida a una sola especieterrestre: Horno sapiens.

La mente: máquina virtual del cerebro

La mejor manera de dar cuenta de la rela-ción entre la biología básica del cerebro y susuperestructura memética es usar una metáforatomada de la informática. Podemos decir que lasmentes conscientes humanas son máquinas vir-tuales más o menos seriales implantadas en un

hardware eminentemente paralelo suministradopor la evolución.

Dennett llega a la conclusión de que todoparece indicar que la conciencia humana

(1) es demasiado reciente para estar alam-brada en nuestra maquinaria innata;

(2) es mayormente un producto de la evolu-ción cultural que se imparte a los cerebros en eladiestramiento temprano; y

(3) su instalación exitosa está determinadapor miríadas de micromodulaciones en la plastici-dad del cerebro, lo cual significa que sus caracte-rísticas funcionales son probablemente invisiblespara el escrutinio neuroanatómico.

En nuestros cerebros existe una colecciónentreverada de circuitos especializados que, gra-cias a una familia de hábitos inculcados en partepor la cultura y en parte por autoexploración,conspira para producir una máquina virtual, más omenos ordenada, más o menos efectiva, más omenos bien diseñada, que podemos denominarmáquina joyceana: Esta máquina en yunta en unacausa común a distintos órganos especializadoscon historias evolutivas independientes. Podemosconsiderarla como el sistema operativo O el soft-ware del cerebro, y es lo que realiza esa suerte demilagro político interior que consiste en crear encada ocasión un capataz virtual. sin dar a ningunaparte del sistema poderes dictatoriales de largoplazo. ¿Quién está a cargo? Deberíamos decir quenadie, o que primero lo está una coalición deespecialistas y después alguna otra, dependiendode las circunstancias del trabajo interior.

Una consecuencias desagradablede la virtualidad del" yo"

El hecho de que la conciencia, o "yo", nosea substancial (alambrado) sino virtual (progra-mado y cambiante) parece tener valor explicativosobre muchos aspectos de la realidad interior quehan intrigado por igual a través de los tiempos afilósofos, moralistas, psicólogos y juristas.Algunos de esos aspectos, por ejemplo, tienen quever con la patente crueldad que puede manifestarla agresividad humana, en todo disímil a la "cruel-dad necesaria" de la lucha por la supervivenciadel mundo animal. Es bien posible que tales mati-ces de encarnizamiento de la agresividad en losseres humanos! se base en la profunda inseguridadinducida en el "yo" por la conciencia de su propia

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propia insubstancialidad: la mente es una máqui-na virtual que además se sabe virtual. No es nisiquierael conocimiento de la propia mortalidad -asequible a algunos, si no a todos, los animales-lo que está en juego, sino el conocimiento de lapropia virtualidad, del carácter eminentementeefímero de la conciencia como amalgama transi-toriade volátiles coaliciones de sistemas especia-lizadosen el cerebro.

Deficiencias y límites de la conciencia

El humilde origen de nuestra conciencia,como producto del bricolage de materialespreexistentes, queda claramente de manifiestoen sus abundantes límites y deficiencias. Lachocante deficiencia en nuestra visión perifé-rica (toda la visión excepto dos o tres gradosalrededor del puro centro) se nos oculta nor-malmente por las trayectorias suaves o lasrepentinas sacudidas que hacen variarmomentáneamente el contenido del área fove-al central de la retina (el resto de la retina es,según se sabe, como diez veces menos discri-minante que la fóvea).

Otra característica sobresaliente de laconciencia es su discontinuidad, según se reve-la en el punto ciego de la retina y en las lagu-nas que dejan los movimientos de sacudida delos ojos, para tomar sólo los ejemplos más sim-ples. La discontinuidad de la conciencia es lla-mativa en especial por lo frecuentemente quesu continuidad ha sido alabada por profanos,literatos y filósofos 6. Pero de hecho la concien-cia es escasa y está llena de lagunas, no contie-ne ni la mitad de lo que la gente generalmentepiensa que contiene.

Solemos maravillamos, en momentos deautoconciencia intensificada, de la gloriosariqueza de nuestra experiencia consciente.Pero esa riqueza de que nos vanagloriamosno es en efecto sino solamente la riquezaobjetiva del mundo exterior, en su lujuriosamanifestación. Como lo hemos aprendido deinnumerables experimentos en psicologíacognoscitiva, tal riqueza nunca "entra" ennuestras mentes conscientes: simplementepermanece disponible para una concienciaactiva pero intermitente, fragmentaria y limi-tada en muchos sentidos diferentes.

La coevolución de la visión del color

Nuestra visión de color no nos da accesoa propiedades simples de los objetos, como lopretendieran los filósofos empiristas, aun eneste siglo. La visión en colores "naturales" coe-volucionó desde el principio con colores cuyaraison d'étre era simplemente un color coding -como el que encontramos en las líneas de lostrenes metropolitanos en algunos países- de ras-gos naturales necesarios para la supervivencia.En esto parece que debemos volver las cosas"de cabeza": los arquitectos que disei'laron elmetro de París, de México o de WashingtonD.C. no inventaron el color coding, sino quesimplemente volvieron a utilizar los colorespara su propósito primigenio. Algunas cosas enla naturaleza necesitaban ser vistas y otrasnecesitaban verlas, así pues evolucionó un sis-tema que tendió a minimizar la tarea de las últi-mas acentuando la perspicuidad de las prime-ras. El principio de la codificación por coloreses la base de la visión de color en los insectos,no simplemente una reciente invención de unasagaz especie de mamífero. Los pájaros, lospeces, los reptiles y los insectos tienen resuel-tamente visión en colores (en cambio, losperros y los gatos todavía no la han inventado:dentro de los mamíferos, solo los primates lahan desarrollado).

Las "clases naturales"

En el principio fueron los colores, para servistos por aquellos seres hechos para verlos. Unavez que hubo criaturas que distinguían las bayasrojas de las bayas verdes, pudieron ellas tambiéndistinguir los rubíes rojos de las esmeraldas ver-des, pero sólo como una ai'ladidura casual. El"cielo azul que todos vemos" es azul porque lasmanzanas maduras son rojas, las uvas moradas yla hierba verde y la vida necesitó como fondo decontraste el azul celeste.

Siguiendo el mismo argumento, no pode-mos preguntamos con sentido si la diferenciaentre las esmeraldas y los rubíes es una diferenciavisible si no especificamos al mismo tiempo unsistema de visión determinado. Los colores noson "clases naturales" precisamente porque son elproducto de la evolución natural, la cual tieneuna tolerancia por fronteras desdibujadas entre

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categorías que indignaría a los filósofos, aficiona-dos a ideas claras y distintas. DenneU llega a decirque si la vida de una criatura dependiera de empa-quetar juntos a la luna, el queso azul y las bicicle-tas, con toda seguridad la Madre Naturalezaencontraría una manera para hacerle ver estascosas como "intuitivamente la misma y cabalclase de cosa".

Podemos concluir que no es objetivo denuestros sistemas sensoriales el detectar propie-dades "básicas" o "naturales" del entorno, sinosólo servir nuestro propósito narcisista depermanecer vivos; como dice Denneu, "no estáentre las funciones de la naturaleza el crearmáquinas epistémicas".

La conciencia y la sociedad

Una de las deficiencias más reveladoras dela conciencia es su fragilidad. Según lo afirmaDennett, hay voluminosos diagnósticos perfecta-mente confiables de que no existen sólo un puña-do o unos cientos sino miles de casos de DPM(desorden de personalidad múltiple) hasta el diade hoy. Casi invariablemente esos casos deben suexistencia a ultraje prolongando en la primerainfancia, usualmente de carácter sexual, o a seve-ridad patológica en el seno de la familia. Así, setrata de un fenómeno muy complejo que seextiende mucho más allá de los cerebros indivi-duales de quienes lo sufren. Aquí, como enmuchas otras ocasiones, una deficiencia de la con-ciencia nos pone sobre la pista de una de sus notasfundamentales; en este caso su carácter eminente-mente social. Se puede considerar como estableci-do por la ciencia que las personalidades no sonmadreperlas que existan independientemente, sinoproductos de los procesos sociales que nos crean;como tales artefactos, están sujetas a cambiosrepentinos de estatus. La única estabilidad quepodemos atribuir a la trayectoria de una personali-dad, como a la de un club, es el momentum que leimparte la red de creencias que la constituye; ycuando estas creencias se reblandecen, aquellafalla, sea temporal o permanentemente.

Como lo ha mostrado Marvin Minksy enLa sociedad de la mente, existe una continuidadnatural entre la dinámica que origina y explica elfuncionamiento de las mentes y la que origina yexplica el funcionamiento de las sociedades:ambas resultan de la interacción de innumerables

procesos paralelos que se interpenetran en todasdirecciones. Así pues, una personalidad no es unpunto matemático ni un ente metafísico, sino unaabstracción definida sobre las miríadas de atribu-ciones e interpretaciones (incluidas las autoatribu-ciones y las autointerpretaciones) que componenla biografía de un cuerpo viviente cuyo centro degravedad narrativa (como diría Dennett) es ellamisma. Como tal, juega un papel singularmenteimportante en la economía cognoscitiva del cuer-po viviente, porque de todos los modelos de cosasdel entorno que un cerebro activo debe construirmentalmente ninguna es más crucial para susupervivencia y bienestar que el modelo que elagente se hace de sí mismo.

Referencias

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Dennett D.C., Consciousness Explained. (Boston:Little, Brown and Co., 1991).

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Quine W.V.O. "Natural Kinds ••..Oniological Relativityand Other Essays. (New York: ColumbiaUniversity Press, 1969).

Notas

1. Un arco reflejo sería, por ejemplo. W1 tal átomo deinteligencia.

2. Se llama ingeniería inversa al proceso de descubrirel diseño a partir de la máquina. Bien podríamos considerar a

la ciencia toda como W1 proyecto de ingeniería inversa paradiscernir el diseño del universo.

3. La autoconciencia misma. según Jaynes, no habríacomenzado a existir sino a partir de los tiempos de S6crates yPericles.

4. Denneu le da este nombre en honor del célebrenovelista irlandés James Joyce, que introdujo en la literatura el"flujo de conciencia".

S. Debo la percepción de este aspecto de la vida men-tal a una sagaz intervención de Andrés Sáenz con ocasión dela presentación oral de estas ideas en la Universidad Nacional.

6. Por ejemplo por Kant o Bergson.

Claudio GutiérrezUniversity of Delaware

Newark, Del. 19716USA.


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