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Marzo-Abril de 1939. MEMORIAL - cesim.cl memorial/1930-1939/1939/161... · Marzo-Abril de 1939....

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Marzo-Abril de 1939. MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE Publicación bimestral Se publica bajo la Dirección del Estado Mayor del Ejército Oficinas: Moneda 1356-Teléf. Auto 85193 Año XXXII. N.º 161 ler. Semestre. SUMARIO: SECCION EDITORIAL Pág. 1.—El General Don Germán Vergara Luco 1 Gratitud. SECCION GENERAL 2.—La Infantería. Moral—Número—Fuego y Movimiento.—Por el Co- mandante Lancon. Traducción y Comentarios del Coronel Sr. Ramón Cañas 5 3.—Misión y Empleo de la Sección Jinetes Exploradores del Regimiento de Infantería.—Por el Capitán V. Ahlefeld. (Traducción) 13 4.—La Fortificación permanente en Alemania.—Por el Tte. Cornl. Mon- tigny. (Traducción) 17 5.—Ataques aéreos a Tropas en Marcha.—Por el Tte. Cornl. Greiner. (De la Revista Ejército, Marina, Aviación 85 6.—Un Problema de Combate: "El Centro de Gravedad".—Por el Gene- ral von Horauf 39 7.—Combate Ofensivo en los últimos 200 metros.—Por el General Fabre. (Traducido de "Militari Digest") 45 8.—La Caballería en la Guerra de España.—Por el Tte. Cornl. en retiro Sr. Arturo Fuentes R 53 (a la vuelta)
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Marzo-Abril de 1939.

MEMORIALDEL

EJERCITO DE CHILEPublicación bimestral

Se publica bajo la Dirección del Estado Mayor del Ejército

Oficinas: Moneda 1356-Teléf. Auto 85193

Año XXXII. N.º 161 ler. Semestre.

SUMARIO:SECCION EDITORIAL

Pág.

1.—El General Don Germán Vergara Luco 1Gratitud.

SECCION GENERAL

2.—La Infantería. Moral—Número—Fuego y Movimiento.—Por el Co-mandante Lancon. Traducción y Comentarios del Coronel Sr. RamónCañas 5

3.—Misión y Empleo de la Sección Jinetes Exploradores del Regimientode Infantería.—Por el Capitán V. Ahlefeld. (Traducción) 13

4.—La Fortificación permanente en Alemania.—Por el Tte. Cornl. Mon-tigny. (Traducción) 17

5.—Ataques aéreos a Tropas en Marcha.—Por el Tte. Cornl. Greiner. (Dela Revista Ejército, Marina, Aviación 85

6.—Un Problema de Combate: " E l Centro de Gravedad".—Por el Gene-ral von Horauf 39

7.—Combate Ofensivo en los últimos 200 metros.—Por el General Fabre.(Traducido de "Militari Digest") 45

8.—La Caballería en la Guerra de España.—Por el Tte. Cornl. en retiroSr. Arturo Fuentes R 53

(a la vuelta)

SUMARIO:(de la vuelta)

9.—Al margen de la obra "Observaciones y enseñanzas desprendidas delempleo de la Caballería en la Gran Guerra'', del Comandante Gazin.—Por el Mayor Sr. Marcial Vergara G. . ,

CULTURAL GENERAL

Pág.

63

10.—Política, economía y guerra.—Por Oswald Spengler 73

11.—Sobre la Grandeza.—Por Emil Ludwing 91

SECCION INFORMATIVA

12.—La Táctica de las Ametralladoras.—Por el Mayor H. Hoppe. (Dela Revista Ejército, Marina, Aviación 109

13.—Identificación de los aviones modernos.—Por el General X 11314.—El Aviador en la Guerra de alta Montaña.—Por el Coronel Reichel.

(De la Revista Ejército, Marina, Aviación 11715.—La " F a t i g a " de los Aviadores .; 12516.—El Centro Experimental de Aviación de Guidonia 127

MEMORIAL DEL EJERCITOCONDICIONES PARA LA SUSCRIPCION.

INTERIOR DEL PAIS.

Por un año $ 24.00Por un semestre 12- 00Por un año (Para Alféreces y Suboficiales de Ejército) 12.00Número suelto del año 4.00Número suelto atrasado .. 5.00

EXTRANJERO.

Por un año $ 50.00Por un semestre . . . 25.00Número suelto del año 5.00Número suelto atrasado 6.00

Los pagos pueden hacerse en sellos chilenos de correo de$ 0.20 o mayores, por giro postal, letra o giro internacional, etc.a la DIRECCION DEL MEMORIAL DEL EJERCITO en el Es-tado Mayor del Ejército.

ADVERTENCIAS.

Los colaboradores deben remitir sus trabajos a más tardarhasta el día 20 de cada mes. En general estos serán publicadospor orden de llegada, pero la Dirección se reserva el derecho deseleccionarlos según su actualidad y clase de materias.

Los trabajos deberán ser escritos a máquina con dos espa-cios por lo menos, y con un ancho margen al costado izquierdo.Al final, el autor colocará su firma. El Memorial no se haceresponsable por las ideas emitidas. Los originales no serán de-vueltos.

La Dirección del Memorial publicará, además, semestralmenteuna obra para la "Biblioteca del Oficial", a la cual tendrán de-recho gratuito los suscriptores de ese semestre.

A fin de evitar entorpecimientos en la remisión de la revistay volúmenes de la Biblioteca, es de interés para los suscriptores,avisar oportunamente sobre su verdadera residencia, unidad oguarnición en el caso que la dirección puesta por la Dirección delMemorial, no fuera la correcta.

Las nuevas suscripciones semestrales deben ser renovadas enenero y junio de cada año, de acuerdo con la Orden del Comandoen Jefe del Ejército (Sec. I. N.º 8, del 3. I. 934., B|O. N.º 2, pág.62). Junto con la remisión de la cuota, se enviará una lista de lossuscriptores..

General de Brigada D. Germán Vergara Luco.-|- el 25 de Marzo del pte. año.

MEMORIAL DEL EJERCITO

En sus funerales, que dieron ocasión a una imponente manifestación de duelo, el Teniente-Coronel señor José Luis Gálvez,pronunció la sentida oración fúnebre que damos a continuación:

'' Señares:

Al cumplir el doloroso deber de despedir — en nombre delEjército y muy especialmente de la Caballería — los restos denuestro General de Brigada don Germán Vergara Luco, lo hagoconvencido que al interpretar los sentimientos de todos cuantos loconocieron, conviviendo a su lado o sabiendo de su íntimo pensar,quisieran inspirarme desde el fondo de sus almas para que tradu-jeran con todo el calor del afecto, la recíproca comprensión queprodigaron al caballero por cuna, al amigo por convicción y al sol-dado por vocación.

Porque, señores, debe serme permitido en estos instantes deíntimo recogimiento, faltar a un principio que es doctrina entresoldados: "no prodigar alabanzas al superior", pero, en este caso,¿ cómo decir de sus virtudes, de su amplio espíritu de hermanacomprensión, de su carácter privilegiado, de su optimismo conta-gioso y, más que nada, de su afán de ser consecuente con lo que fuéel mayor de sus orgullos: de saberse, en servicio activo, el más an-tiguo de los soldados de Caballería?

Este último pensamiento suyo lo asimiló en el sentido de quela jerarquía crea mayores obligaciones y responsabilidades y, ental aspecto, jamás las rehuyó. Por el contrario, convencido que pa-ra mandar hombres hay que ser hombre entre los hombres, alegre-mente, cual un moderno Bayardo, con su ejemplo incitaba, a quie-nes le rodeaban, a la plena satisfacción del deber cumplido.

Iniciado en la camera de las Armas a los 13 años; fué llenan-do sus compromisos profesionales con fe de iluminado; sin eludirjamás lo que estimara su obligación; buscó, por el contrario, losproblemas, como para dar salida a su gran dinamismo y espíritu deempresa y poder probar que junto con el impulso vivificante de lasideas, debe estar la acción, que es como la resultante de una perso-nalidad bien definida.

Así, al ir ocupando sucesivamente los distintos puestos que leasignara la Superioridad Militar, fué dejando pruebas de su laborincansable, labor que estuvo rodeada del cariño de sus subalternos,

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SECCION EDITORIAL

porque se le sabía bien intencionado y porque sus entusiasmos es-tuvieron siempre como al calor de un gran amor al servicio de unacausa: el Arma de Caballería a la que se honró en pertenecer.

Mi General: como Oficial de Caballería que conoció vuestrosmás íntimos pensamientos de orden profesional, os digo que quedarángrabadas en nuestras mentes los sanos consejos y el optimismo ale-gre y juvenil con que — como un cordial — saturabais nuestros es-píritus en medio del diario bregar y que, seguramente los jóvenesoficiales que os querían como a un padre bueno y cariñoso, al evo-car muchas de vuestras actitudes y gestos de "viejo soldado de Ca-ballería" — como vos mismo os llamabais — pensarán como Carly-le, que no basta admirar las virtudes de quienes nos rodean, sinoque hay que imitarlas y, entonces, mi General, sé que desde el otromundo con esa risa tan vuestra que era un bálsamo, diréis comotantas otras veces: ¡mientras haya un caballo, un jinete y unalanza, habrá laureles para la Patria!".

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Gratitud

Ha sido emocionante la actitud de solidaridad con que la Amé-rica toda ha recogido el dolor de Chile.

La tragedia del 24 de enero ha trazado, con la huella de su in-mensa angustia, un surco americano de sentimientos de la más admi-rable significación continental, en el cual florecen, con la lozanía delos gestos espontáneos, los afectos generosos, a palabra consoladoray el pensamiento solidario.

Realzar cada una de las actitudes con que el alma americanaprodigó sus noblezas y evocar las expresiones con que todos los sec-tores del continente dieron forma al eco sentido y fraternal de ladesgracia que azotó a una de las zonas más risueñas y más prósperasde nuestro suelo, es colocar en su más justa y destacada significa-ción el aporte espiritual y material que le corresponde en la recu-peración del ritmo normal en la vida de las regiones asoladas.

El Ejército, en cuyo seno la desgracia hincó su garra con lamisma fuerza destructora con que agobió al resto de sus hermanos,ha sido tocado en lo más hondo de sus sentimientos de gratitud porel gesto nobilísimo con que camaradas del Ejército del Perú han que-rido materializar el eco dolorido que ha tenido nuestro luto en susgenerosos corazones.

El personal de Jefes, Oficiales y 'Tropa de la Casa Militar deS. E. el Presidente de la República del Perú y el del Regimiento"Guardia Republicana", han hecho un donativo para las familiasde las militares damnificados. Al efectuar la remisión de los fondosreunidos a nuestro Agregado Militar en Lima, han tenido frasesque, por su sobria y soberana elocuencia militar, adquieren el másbello significado en la fraternidad de armas de que es exteriorizacióngenerosa y emocionante el rasgo bizarro de los camaradas peruanos.

El Coronel Sr. Carlos Gómez, Comandante del "Regimiento"Guardia Republicana" y el Teniente Coronel Don Alejandro Vi-llalobos, Jefe de la Casa Militar, han inscripto sus nombres en el re-cuerdo de los soldados de Chile.

Significar nuestra gratitud emocionada por este bello y generosogesto colectivo que ellos representan; decir que más allá de la catás-trofe, en este estremecimiento de fraternidad, reconocemos un ama-necer más radioso en los días felices en que la amistad continentalparece holgarse en la más amplia comprensión, es afirmar que, através de las relaciones de nuestros ejércitos, crecen las vinculacio-nes que han de constituir siempre la mayor cadena de afectos quenos une como hermanos bajo el cielo sereno y luminoso de la América.

La Dirección.

La Infantería.Moral - Número - Fuego y Movimiento.

Por el Cmdte. Lancon.

Publicado en la Revue Militaire Generale

(Traducción y comentarios por el Coronel R. Cañas Montalva.)

(Continuación.)

Conformes en la importancia táctica reservada a la Infante-ría en relación a las demás armas, como lo establece la primera par-te de este estudio, entre cuyas apreciaciones se destaca "condiciónmoral" que debe distinguir a sus componentes, el señor Coman-dante Lancon dedica un capítulo especial a plantear como tesis:"la superioridad numérica" que debe, entre otras consideraciones,concurrir a su preponderancia. En síntesis, aboga por un porcen-taje especial y preferente dentro de la constitución de todo Ejér-cito.

Además de coincidir en líneas generales con el pensamientode este eminente escritor francés, nos permitiremos agregar algu-nas sugerencias, con el ánimo de reforzar estos principios, deseo-sos de asegurar para nuestra arma la proporción que le correspon-de dentro del progreso técnico experimentado por otros órganosde la defensa nacional. Para esto haremos un breve análisis de losprincipios que se refieren a organización militar.

Si por organización entendemos: "la reunión armónica y másconveniente, bajo una autoridad, de elementos o medios de acción

MEMORIAL DEL EJERCITO

para cumplir una finalidad", lógico es que nuestras fuerzas mili-tarles correspondan, en primer término a las exigencias que deter-mine una política exterior ofensiva o defensiva, doctrina en quedeben inspirarle todos los medios, recursos y directivas de instruc-ción para poner en el más eficiente pie al organismo correspon-diente, en este caso, el Ejército.

Determinada la doctrina a seguir de acuerdo con la inspira-ción política del Estado, el Ejército necesita considerar para suorganización:

1) La condición política y social de la Nación.

2) Situación geográfica.

a) Extensión territorial.b) Países limítrofes,c) Población.

3) Situación económica.

a) Potencialidad, recursos.b) Organización industrial.

En una palabra, obtener con la organización militar un enca-denamiento perfecto entre la acción militar y la vida nacional, demanera que la primera perturbe lo menos posible a la segunda, ha-ciéndose menos gravosa, a la vez permita que los anhelos y recur-sos de la última hallen su expresión en la primera.

Por otra parte, es indispensable que toda organización reúna,para ser eficiente, tres1 condiciones fundamentales:

—Adecuada a las necesidades.—Estable.—Sencilla.

Un eminente político francés, al analizar hace años un proble-ma similar, manifestaba: "el principal defecto de nuestra organi-zación militar es que aparenta ser la nación armada y en realidadno lo es o lo es apenas. Impone a la nación una carga abrumdora,sin obtener de ella todos los recursos defensivos que la Nacin ver-daderamente armada y educada podría proporcionar con menorgasto de tiempo y de fuerza".

Evidentemente en nuestro caso ,1a organización actual, comola proporcionalidad entre las armas e importancia que a cada cualse dispensa, no da la impresión de corresponder a una definidadoctrina, sustentada y experimentada con severidad.

Una organización científica (proporcionalidad entre las ar-mas), no podrá apartarse en nuestro caso de analizar considera

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LA INFANTERIA

ciones fundamentales como las que puedan corresponder a un paísde limitados recursos económicos e industriales, de extensa fron-tera, montañosa, difícil al tránsito de unidades pesadas o motori-

zadas, de población aguerrida e inteligente, resistente a. las fati-gas, montañés por excelencia.

Apreciemos, pues, lo que el Comandante Lancon observa antelo que acontece en su país, presionado sin duda, por las exigenciasde un "materialismo" que, si bien corresponde en parte a nuevosprocedimientos tácticos y estratégicos, tiene mucho entre nosotrosdel fatal snobismo, como de la política inteligentemente ejercitadapor las fábricas proveedoras, para sacar en consecuencia, las deduc-ciones que a nuestro interés corresponda.

Porcentaje de armas.

Establecida la superioridad moral como condición básica a es-ta infantería que deseamos a la vez elástica y potente, cabe abogarpor el alto porcentaje indispensable a su acción con respecto a lasdemás armas.

" Nuestra Infantería, de elevada moral y aligerada al máxi-" mum, debe ser, además, particularmente numerosa; ciertamen-" te ella no es todo el Ejército y hoy, menos que nunca, puede de-" sentenderse de la cooperación y el apoyo de las otras armas que'" se hacen cada vez más necesarias ante las formas nuevas y va-" riadas alcanzadas por la evolución del armamento. Como lo he-" mos visto, una Infantería no puede atacar, sino sostenida por" una proporción bien determinada según el caso, de Artillería y" carros de asalto, si no se desea correr el riesgo de un fracaso." Esta proporción, más o menos aproximada, debe servir de base" a la constitución de las grandes unidades. Se ha pretendido, es-" pecialmente con lo que a artillería se refiere, que resultaría iló-" gico bajar en una división de la proporción mínima habitual, sin" lo cual es imposible proponerse, con Esperanzas de buen éxito," la idea siquiera de un ataque contra una resistencia ligeramente" organizada y aún de frente reducido.

" Sin embargo, los que sostienen este razonamiento, olvidan" uno de los aspectos más importantes de la cuestión: la infante-" ría pierde fuerzas rápidamente en el combate, ella está perma-" nentemente expuesta a pérdidas considerables; una vez empe-" nada se gasta (física y numéricamente), necesitando de largo" tiempo para reconstituirse, mientras las armas a base de mate-" rial, artillería y carros, sufren por lo general en mucho menor" proporción, pudiendo rehacerse fácilmente. En algunos meses." con fierro, carbón y dinero, será siempre posible reemplazar el" material, mientras que no se ha encontrado todavía el procedi-" miento para hacer un infante |en menos de 20 años".

MEMORIAL DEL EJERCITO

De aquí las razones fundamentales invocadas para considerarcon preferencia la superioridad numérica de la Infantería. Impor-tancia desprendida, como hemos dicho, de las condiciones operati-vas a que estará abligada desde la iniciación de las actividades,donde La maniobra primará sobre el derroche de municiones pararomper un frente, o para defender las entradas del suelo nacional.

'' De consiguiente, puede sostenerse que es menester: reservar" numerosos efectivos a la Infantería si se desea, que no obstan-" te sus inevitables pérdidas, subsista bajo una proporción sufi-" ciente. Este es un axioma que el señor Comandante Lancon sos-" tiene con entereza. Recuerda, por otra parte, que este desgaste," mayor o más rápido de esta arma, hace que muy a menudo ocu-" rra en una gran unidad que, al lado de una infantería fuera de" combate, aparezca una artillería casi intacta. Agrega que si de-" seamos practicar una buena armonía de fuerzas y una utiliza-" ción racional de nuestros medios, la proporción de infantería or-" gánica de una gran unidad, no es la que corresponde a la pro-" porción comunmente aceptada como racional para el ataque, si-" no que fundamentalmente debe ser muy superior.

Con respecto a los carros de asalto ocurre algo análogo." En el momento de un ataque, los carros necesarios a las uni-

" dades de infantería le son asignados de las reservas del Coman-" do, pudiendo en todo caso, después de una reconstitución rápi-" da, repetir el ataque contira otra unidad de infantería.

" Pero la infantería no tiene por única misión el ataque, si-'' no que deberá muy a menudo defenderse. Si se considera lo que" pasó durante la mayor parte del curso de la gran guerra, puede" considerarse que si el ataque constituyó más bien una excep-" ción, por el contrario, la defensa representa la vida corriente de" la infantería; para convencerse bastaría comparar, dentro de una" unidad de infantería cualquiera, el número de días que se vió" obligada a atacar con aquéllos que le cupo la misión de mante-" ner un sector. La proporción sería convincente. Bajo estas cir-" constancias resulta, en buena lógica, que no son las necesidades" del ataque, sino las de la defensa, las que deten servir de base" ala organización de las grandes unidades. Su constitución debe" ser tal que, empeñada en un combate, reducida a sus propios" medios orgánicos impedida de todo refuerzo, sea capaz de afron-" tar con buen éxito, un esfuerzo defensivo serio. La infantería" posee en muy alto grado esta capacidad defensiva, gracias a su ." armamento automática de tiro rasante que es en verdad el arma-" mentó defensivo por excelencia. Tampoco dentro de esta activi--" dad puede desentenderse de la cooperación de las otras armas." Sin embargo, una vez en posición, sus ametralladoras y F. A. y" organizados sus planes de fuego, necesitará mucho menos del'' apoyo artillero, que en la batalla ofensiva, En consecuencia es-

LA INFANTERIA 9

ta arma auxiliar (artillería) no necesitará ser tan numerosa, loque indica que la proporción del arma base (infantería) en unadivisión de infantería deberá permanecer muy superior.

"Se ha llegado a creer en ciertos momentos que el avance delmaqumismo, bajo múltiples formas en las ejércitos modernos,ocasionaría, como en la industria, una disminución del perso-nal, haciéndose menos necesario el elemento "Hombre". Encierto modo esta ley general encuentra su confirmación por el in-cremento de elementos mecánicos. Por otra parte se supone quela mecanización se traduciría en una economía de vidas huma-nas. No obstante, en lo que a infantería se refiere, el problemaresulta diferente: las máquinas de que ella se sirve, F. A. yametralladoras en particular, centuplican sin duda la potenciade fuego de los hombres que los sirven, pero como esta finalidadbusca al mismo tiempo la manera de aumentar incesantementela capacidad de fuego, el número de estas máquinas, que son depor sí poco costosas y fáciles de construir, se incrementa sin ce-sar y, con ello, el número de hombres necesarios a su servicio.De aquí resulta que la utilización constantemente reforzada delarma automática en la infantería, tiene por consecuencia un au-mento continuo de la potencia de fuego, sin obtener al mismo"tiempo, una disminución sensible en los efectivos de las unida-des .

Aun cuando las consideraciones expuestas resultan incontrover-tibles al apoyo de la tesis planteada: invocando una "proporciona-lidad numéricamente aumentada" para nuestra arma, repetiremos

. que si ellas resaltan lógicas y racionales dentro del campo operativoeuropeo, en que la guerra de movimiento resulta por lo general en-quistada, debido a los grandes efectivos como a la magnitud de fue-go empleado, extensas zonas reforzadas del terreno, etc. ¿ Qué nopodremos exigir con mayor fundamento para nuestro Ejército fren-te a posibilidades de movilidad insospechada como la ofrecen los tea-tros de operaciones sudamericanos y en los cuales' la infantería severá precisada a resolver por sí, misiones fundamentales?

Si pensamos aun en las dificultades de reabastecimiento parasostener un Ejército mecanizado, como asimismo los costosos mate-riales exigidos por las armas técnicas en relaciós a lo incipiente denuestras industrias, creo que estamos en lo justo al insistir en laconveniencia de darnos una numerosa infantería, capaz, por su mo-vilidad, de burlar, salvar con astucia o rodeos insospechados, los másdifíciles obstáculos, defendidos por esas máquinas de grandes y pe-gadas bocas de fuego, que tanto entusiasman a los de la Escuela con-traria.

" En lo que respecta a la fortificación permanente, continúa" diciendo el articulista francés, se ha podido constatar de manera" análoga, que el hierro y el betón, no bastan a constituir una ba" rreda infranqueable al enemigo. Las obras construidas exigen

10 MEMORIAL DEL EJERCITO

'' importantes efectivos, no solamente para el servicio de su arma-" mento, sino también para su mantenimiento y resguardo".

'' Con este motivo, se ha vuelto da vista hacia la infantería, pero" ésta, debilitada imprudentemente por las disminuciones efectúa-" das bajo el espíritu del Tratado de Versailles, no ha estado en" condiciones de atender esa exigencia sin reducir peligrosamente" el número de Unidades de campaña. Ante esta necesidad, ha si-" do menester reconstituir a prisa una larga lista de Regimientos" disueltos.

"En consecuencia, ante cualquier análisis práctico de esta cues-" tión, se impondrá la necesidad de una muy numerosa infantería," aguerrida, temeraria y potentemente armada, para responder" con independencia a los problemas que le incumben".

Conclusiones.

Analizadas las apreciaciones del articulista francés y encon-trándonos acordes con su pensamiento, concluiremos esta parte sin-tetizando, en su refuerzo, lo dicho.

Aun cuando la proporcionalidad de las armas, es un problemainnato en relación directa a las necesidades y posibilidades de cadapaís, permite establecer "cierta proporción" aceptada unánime-mente, mayor para la Infantería.

Los cambios experimentados a raíz de las novedosas modifi-caciones y adelantos en el material, en nada han afectado a su im-portancia, y por consiguiente, a su mayor proporción numérica.

Las alternativas producidas por las constantes innovaciones demodelos aparecidos en el armamento, como por las continuas modi-ficaciones de orden táctico desprendidas de las recientes experien-cias recogidas en el Chaco, Es paña, Manchukuo y la Gran Guerra;obligan a tanteos y experimentas de los cuales no es posible desen-tenderse ; pero es básico abordarlos con la severidad y critierio na-cional que debe primar en toda reforma.

En mérito a esta política, plácenos recordar el juicio emitidopor un distinguido instructor alemán en nuestro país, al analizarexperiencias recogidas en la guerra del 14 :"A pesar de todo, enla guerra moderna seguirá siendo la infantería el arma decisiva".

"La proporción entre artillería e infantería, doce Bateríaspara nueve Batallones, correspode ampliamente a las exigenciasde la guerra".

Si debemos buscar inspiración bajo este aspecto, en países demayor experiencia, creo que ninguno tan indicado como Suiza, pe-queña nación, montañosa y de extensa frontera, avocada a un pro-blema defensivo ante Ejércitos infinitamente más numerosos.

Seis Divisiones de 24 Batallones y 16 Baterías de Artillería,constituyen el núcleo fundamental.

LA INFANTERIA 11

El Suizo es infante por excelencia, las condiciones naturalesdel suleo de su patria han hecho de él el tipo clásico del montañés-soldado. Las Instituciones populares de tiro han completado laobra cuyo espíritu se mantiene gracias a su notable pasado histó-rico en que se definen como los genuinos creadores de la infanteríaeuropea a la vez que maestros de la infantería moderna.

Absorvida por Las huestes de caballería en la Edad Media, laInfantería reaparece en esencia con la infantería suiza, pues, sibien es cierto que la primera infantería que puede llamarse tal, enel siglo XIV, a raíz de las cruzadas, es la "infantería inglesa",compuesta principalmente de arqueros y gracias a la cual se ob-tienen las victorias de Crecy y Poitiers, Luis XI. disuelve en el si-glo XV. los "francos-arqueros" para reemplazarlos por 1a infan-tería suiza que gozaba ya de destacada reputación por su discipli-na, habilidad y espíritu de arma, del que se había impregnado enlas batallas de Granson y Morat (1746), ganadas brillantemente alarma blanca.

Así sigue la evolución de esta arma aparejada con el progre-so de ese notable país. En 1068, alcanza a 4.000 hombres contra1.200 caballeros y 48 cañones. A mediados del siglo XIX. sus di-visiones se componen de 20 Batallones, 1 Escuadrón y 4 Baterías;y hoy, como lo hemos señalado anteriormente; 20.000 infantes (24Batallones) para 64 piezas de artillería.

Tácticamente, su empleo es definido como puede apreciarse através de sus conceptos reglamentarios: "La Infantería, en la bús-"queda de la decisión, es generalmente ayudada por la artillería."Sin ¡embargo evitará de colocarse a remolque de esta arma auxi-liar como de comprometerse imprudentemente cuando la artille-" ría pueda prestarle su concurso útil. Librada a sí misma, la in-fantería organiza su apoyo de fuego con sus ametralladoras y sus"demás armas auxiliares".

En el aspecto moral y obedeciendo a una "doctrina defensi-va", es sostenida por el espíritu señalado en el primer pacto fe-deral que dice: "Si el tiempo permite que Suiza sea atacada, elagresor se estrellará contra una infantería toda a la vez ardiente,tenaz y presta al Sacrificio".

Como puede apreciarse, la aguerrida infantería Suiza fundasu potencialidad en atributos que en nada menguan las tradicio-nes y virtudes encarnadas en nuestra infantería que ha sabido con-quistar señaladas glorias para la Patria, Infantería que sin em-bargo está muy lejos de gozar, hoy parte siquiera, de los privile-gios que a su incontrarrestable importancia corresponden.

Reiterando una vez más los conceptos tan justicieramente emi-tidos en este artículo y llamados a reclamar para nuestra arma laatención que bien merece, les concretaremos como punto final a estaparte, para seguir en un próximo artículo con lo que al aspecto tác-tico se refiere: "FUEGO Y MOVIMIENTO".

12 MEMORIAL DEL EJERCITO

1.—Ninguna de las notables transformaciones debidas al ade-lanto de la técnica ha logrado la sustitución de la Infantería. Hoy)más que nunca, se evidencia la necesidad de completarla, dotándo-la al máximum de las armas y elementos que le permitan cumplirmisiones de gran amplitud.

2.—Dentro del campo táctico, sólo la Infantería o las armasque adopten su modalidad estarán capacitadas para operar ofensi-va o defensivamente con absoluta independencia y con lógicas posi-bilidades de buen éxito.

3.—Las razones que evidencian su constante empleo y su no-table desgaste en el; campo de batalla obligan a dedicarle un máxi-mum de porcentaje numérico con relación a las demás armas y ser-vicios del Ejército.

4.—Aun cuando existe una mayor complicación en su ense-ñanza y manejo debido al tecnicismo actual, es su "fuerza moral",revelada en el espíritu combativo que le anima, la más poderosapalanca de su buen desempeño y empuje.

De ahí que una Infantería basada en la inteligente coopera-ción de sus organismos, resistencia física y espíritu de sacrificiode sus hombres, será invencible.

5.—Por sobre todas las demás armas representan: el espíritude la Nación. Por ello, a toda Nación, debe darse la Infantería quebien se merece.

Misión y empleo de la sección de jinetesy exploradores del Regimiento de Infantería.

(El presente artículo 'traducido dela Revisto, de Infantería alemana, acla-ra tas misiones que corresponden aesta nueva unidad que aumenta elcomplejo de organización del Regi-miento de Infantería).

Por el Capitán V. Ahlefeld.

La Infantería era la única arma que, por tradición, estabaformada solamente de soldados a pie. Sólo después de laguerra se le subordinaron Secciones de Jinetes Exploradores,reconocidas como enteramente necesarias para la seguridad yexploración. En la creación de la Sección de Jinetes Explo-radores ha influido, sin duda, la circunstancia de que la coope-ración de dos armas diferentes —por ej., la Infantería con laCaballería— no puede ser nunca tan estrecha ni tan rápida-mente realizada, como es posible si la Infantería tiene perma-nentemente fracciones montadas a su disposición. Por eso, lasSecciones de Jinetes Exploradores han tomado a su cargo lastareas que en tiempos pasados correspondieron a la Caballería.

Una de sus misiones más importantes es la exploración.antes que la Infantería se trabe en un combate, es aún posi-ble a los jinetes realizar una exploración, generalmente degran valor. Si por ej., la Infantería marcha por un terreno,cubierto (con cerros, bosques y cercas vivas), los aviadoresno pueden determinar con seguridad dónde se encuentra elenemigo y qué fuerza tiene en los diversos puntos. Se debeempeñar, entonces, la exploración terrestre y para eso no haynada más apropiado que el jinete. Si se quisiera emplear Infante-ría para todos los casos, ello exigiría frecuentemente muchotiempo. Además, el jinete tiene la ventaja de poder dominarmejor con la vista el terreno al frente que un hombre a pie.También los ciclistas, en muchas fajas de terreno, no puedenrealizar la exploración en forma tan completa como lo hace eljinete. Piénsese sólo en terrenos pobres en caminos o areno-sos, en grandes campos cubiertos de trigo o, también, en bos-

14 MEMORIAL DEL EJERCITO

ques enmarañados con renuevos. En todos estos casos, el ji-nete sigue siendo el explorador ideal.

Sólo en algunos casos podrán los jinetes llevar la explo-ración hasta el interior de las líneas enemigas, porque el fue-go enemigo lo impedirá. Pero si se trata de determinar lalínea delantera del enemigo, se empeñarán siempre de pre-ferencia jinetes. Con frecuencia, hay que tener en encinta queel enemigo instalará patrullas lo más adelante posible, parael encubrimiento de su propia posición defensiva y para re-conocer oportunamente la aproximación del adversario. En-tonces deben reconocer los jinetes la fuerza que tienen estasfracciones enemigas.

Así como se emplean jinetes contra puestos avanzadosenemigos, también estos jinetes podrán reconocer zonas ga-seadas del terreno por parte del enemigo.

Tan pronto como se verifiquen preparativos del enemi-go para un ataque con gases, o una patrulla de exploraciónllegue a un terreno gaseado o se reconozcan otras medidasenemigas, como ser obstrucción de caminos—por minas u obstá-culos— los jinetes deben comunicarlo inmediatamente. Si losjinetes observan autos de combate enemigos, deben prevenira la tropa, por medio de señales luminosas o mediante la se-ñal «Peligro de autos blindados».

Junto a la exploración, la segunda tarea de la Sección deJinetes Exploradores es la seguridad. Con este objeto, se des-tacan la Descubierta de Caballería delante de la Descubiertade Infantería, con, la misión de orientar al Cdte. de la Van-guardia sobre la conducta del enemigo.

La fuerza de una Descubierta de Caballería consta gene-ralmente de una Escuadra (1 Cdte. y 7 jinetes). La distan-cia entre la Descubierta de Caballería y la Descubierta deInfantería debe regularse, naturalmente, según el terreno. Pe-ro lo esencial no es tampoco la distancia de la Descubierta,sino mantener un enlace seguro con la tropa. Se comprendefácilmente que ésta distancia, en terreno abierto y con campode vista, puede ser mucho mayor que en terreno cubierto ysin visibilidad. Casi no es posible dar una regla fija paradistancia, porque ésta, durante la misma misión, puede variacon frecuencia. Por eso el Comandante de la DescubiertaCaballería tiene una gran iniciativa y en forma correspon-diente, una gran responsabilidad ante la tropa que sigue. Asícomo no es posible fijar la distancia del ante de la Descu-bierta de Infantería, t a m p o c o se pueden prescribir respectodel aire de marcha de la Descubierta de Caballería.

En efecto, ella avanzará generalmente por el caminomarcha, pero no conservará siempre una cadencia uniforme,,

MISION Y EMPLEO DE... 15

sino que avanzará por saltos para aprovechar, en cada caso,las mejores posibilidades de observación. Si el Comandante tieneun buen campo de vista desde un punto elevado, permanecera,en él, naturalmente, el mayor tiempo, hasta que la Descubiertade Infantería haya llegado tan cerca que sea necesario explo-rar la zona de terreno de más adelante. Tampoco la Descubiertade Caballería está amarrada a los caminos. Puede salirse deellos y marchar cerca de él, si de esta manera se obtiene unmejor campo de vista. Tan pronto como la Descubierta tomecontacto con el enemigo, debe comunicarlo en el acto a la tro-pa. Si se confirma la presencia de una fracción enemiga (pues-to, patrulla) sobre el camino de marcha, debe hacer todo loposible por reconocer qué fuerza tiene la fracción y dóndese encuentran sus patrullas. Con tal objeto, el Comandantedebe destacar jinetes en sentido lateral, mientras él, con losrestantes, se instala de manera que pueda tomar bajo fuego elcamino de marcha hasta que llegue la Descubierta de Infantería.De este modo, la tropa que viene marchando tiene conocimien-to de la resistencia enemiga y puede adoptar de inmediatolos preparativos para vencerla.

Puesto que no es tarea de la Descubierta de Caballeríaromper resistencias enemigas, sino explorar para la tropa,esquivará las fuerzas de exploración blindadas del enemigo yenviará parte sobre la fuerza reconocida y la dirección demarcha del enemigo.

Si la tropa no marcha apoyada en ambos flancos, laSección de Jinetes Exploradores se encargará de la seguridadde ellos. Con tal objeto, se destacarán lateralmente patrullas deexploración. Lo mismo que para la Descubierta, es tambiéntarea de las patrullas de exploración ver y comunicar. Prima,sobre todo, reconocer el enemigo y comunicar el resultado enla forma más rápida y segura posible. Ya que el Comandante depatrulla está frecuentemente entregado por entero a sus propiasfuerzas, su misión tiene el gran incentivo de la iniciativa yde la responsabilidad. Sin ser visto debe acercarse al enemigomás diestramente que un cazador sobre su presa. En esto, nodebe perder nunca de vista que para la tropa no tiene —ensí mismo — importancia lo reconocido, sino únicamente locomunicado.

Aun cuando se encuentre con patrullas de exploraciónenemigas, no debe empeñarse en tiroteos con ellas, sino trataráde esquivarlas diestramente, rodearlas o, también, dejarlas pa-sar. Pero si una patrulla enemiga trata de impedirle el cum-plimiento de su misión, debe hacer todo lo posible por aniqui-larla y, si es posible, tomarla prisionera, pues los prisioneros

16 MEMORIAL DEL EJERCITO

constituyen un medio excelente para obtener claridad sobrela situación.

En un choque sorpresivo con patrullas de exploraciónenemigas, vencerá aquélla que ataque más resueltamente, loque depende a su vez de la iniciativa del Comandante y delvalor del personal y decisión de sus jinetes.

Por principio, en situaciones semejantes logrará ventajay cumplirá en mejor forma su misión, aquel que lance Unataque más repentino, inesperado y resuelto, antes que sucontendor tenga tiempo de preparar la acción frustatoria corres-pondiente. La eficacia, tanto de la Descubierta como de laspatrullas de Exploración, depende, en la mayoría de los casos,de la aptitud y seguridad del mensajero montado.

Si para conducir una patrulla de exploración se requierebastante iniciativa y habilidad, con mayor intensidad se hacenindispensables estas condiciones para el mensajero montado.Según el Reglamento se debe exigir al mensajero montado:valor, perseverancia, seguridad y astucia; por este motivo sedeben elegir solamente aquellos soldados que hayan demostradoestas cualidades en forma sobresaliente por su capacidad yentusiasmo profesional. No es en verdad, una tarea fácil llevaratrás un parte importante a lo largo de varios kms. de reco-rrido, especialmente si el terreno es cruzado por patrullas deexploración u otras fracciones del enemigo. Ya que, por logeneral, no es posible enviar reunidos varios jinetes con parteshacia atrás, el mensajero montado estará frecuentemente sóloy deberá buscar, además, el camino que lo conduzca haciael destinatorio.

Debe tener siempre presente que, en todas partes, encon-trará enemigo que tratará de aniquilarlo o hacerlo prisioneropara imponerse de los partes que lleva. Por esta razón, sele exige gran atención y cuidado; pero siempre teniendo pre-sente que los partes deben ser llevados por el camino másfavorable.

Por esta corta orientación sobre algunas de las misio-nes y empleos más importantes de la Sección de Jinetes Explo-radores, resulta que ha llegado a ser una parte integranteindispensable de la Infantería y, sin embargo, constituye unnexo de unión entre ella y la Caballería. Así, la Sección deJinetes Exploradores sobre lleva la tradición de dos armasdistintas cuya gloria en las guerras pesadas no es posiblesuperar. Esto llenará siempre de orgullo a los componentesde la Sección de Jinetes Exploradores y les estimulará a-cumplir sus tareas con tan buen éxito como ha podido realizar-las la Caballería en las guerras del pasado.

La fortificación permanente en Alemania.Por el Tte. Crnel. Montigny.

(Traducción del "Memorial" de la "Revue Militaire Generale", Noviembre de 1938)

Importantes trabajos de fortificación permanente se prosiguenen Alemania. Las únicas referencias que de estos trabajos tenemosson las informaciones que da el Ingeniero Krauss en su artículo"Historia de los blindajes de fortificación", publicado en mayode 1938:

"Los progresos de los blindajes de fortificación fueron inte-rrumpidos en Alemania durante unos 20 años en virtud del Tra-tado de Versailles. Las preciosas máquinas y las instalaciones es-peciales de las fundiciones fueron destruidas los constructores ex-perimentados dispersados a los cuatro vientos. El progreso que losvencedores, con Francia a la cabeza, habían logrado en la técnicade la fortificación, parecía imposible de alcanzar hace aun pocosaños, pues entre nosotros no se podía ejecutar investigaciones degran estilo y las fundiciones tenían que limitarse a la construcciónde corazas de buques. Sin embargo, los que no creían en la eterni-dad de esta situación, habían creado por un trabajo preparatorio,.silencioso y tenaz, en los laboratorios y oficinas técnicas, los fun-damentos de lo que en este momento se realiza en las fábricas dearmas del Imperio después del restablecimiento de nuestra poten-cia militar. El vibrante canto del trabajo resuena entretanto en losestablecimientos en donde se forjan los blindajes para la protecciónde las fronteras".

¿Qué informaciones nos suministra la literatura alemana acer-ca de la naturaleza de los órganos, de los trabajos, de la situacióny misión de las obras o sobre la constitución del sistema forti-ficado en actual ejecución? Ninguna.

Pero como es evidente que los ingenieros militares que presi-den a esta realización han sido guiados en sus decisiones por la for-mación que habían recibido antes de la guerra y por las enseñan-zas de ésta, hemos buscado en estudios anteriores cuál puede seresta formación y qué conclusiones se habían deducido de la gue-rra en Alemania.

M. del E. 2.

18 MEMORIAL DEL EJERCITO

Estudies recientes dan noticias precisas. Ellas pertenecen alCoronel Dittmar, comandante de la Escuela de Zapadores N.º 1;es verosímil que sus ideas son o serán tomadas en consideraciónpara el empleo de la fortificación en la defensa del territorio yaque reflejan tal vez los principios adoptados.

En las líneas siguientes nos proponemos analizarlas.

En su primer estudio, el Coronel Dittmar considera las ven-tajas de la región fortificada y los de la plaza cerrada. Apoya surazonamiento en el caso correcto de Metz, considerado en su esta-do de 1914.

Recuerda que hacia 1897 se planteó la cuestión de la exten-sión del radio de protección de la ciudad de Metz y de sus pasossobre el Modela. Todo el mundo quería crear una nueva cinturacerrada de gran radio. Sólo von der Goltz, Inspector de fortale-zas, presentó una idea nueva. Propuso la creación de lo que se lla-ma hoy día una región fortificada. El frente de ésta se extenderíasobre 70 Kms., de Guentrange (Norte de Thionville) a Vatimont(Sureste de Han-sur-Nied), bordearía la orilla Este del Mosela,de Thionville a Argancy, rodearía Metz por el Oeste y Sur y llega-ría al Nied por Corny.

Esta organización sería hecha por el ejército de campaña; per-mitiría a éste concentrarse con seguridad, cubriría su retirada, leofrecería, una posición de resistencia en caso de repliegue ante fuer-zas superiores. El enemigo que quisiera evitar un ataque frontero,no podría hacerlo sino sobre un frente estrecho entre Nied y Vos-ges, con la cual se vería obligado a escalonar sus fuerzas y sus es-calones podrían ser fácilmente derrotados por los ejércitos reuni-dos. Si atacara el frente fortificado, se le detendría fácilmente enlos intervalos de las obras por medio de fuerzas reducidas, mien-tras la masa principal podría reunirse para atacarlo por su flancoEl frente fortificada sería un "rompeolas",que transformaría elflujo en reflujo.

La región fortificada tendría, además, sobre la plaza cerrada,la ventaja de comunicaciones seguras con los recursos de las fuer-zas interiores; ella podría resistir.

Goltz limitaba el número de construcciones permanentes a lasque permitieran los medios financieros y los efectivos disponiblespara las guarniciones.

Estas construcciones estarían constituidas por grupos fortifi-cados establecidos en puntos esenciales. Cada uno tendría una se-rie de órganos de defensa cercanos y órganos de acción lejanos, co-locados bajo un comando único, capaces de obrar, unos frontal-mente, los otros de flanco.

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN... 19

El Coronel Dittmar vuelve a encontrar las ideas de Goltz enlos estudios publicados en Francia después de 1920 y, en particu-lar, en los aparecidos en diciembre de 1935 en la Revue MilitaireFrancaise; recordamos que esas ideas son la adaptación a las con-diciones actuales de las proposiciones de Maureillan (1818) y deSeré de Rivieres (1873).

El Coronel Dittmar observa que la región fortificada de Goltzno tendría flancos fortificados, por lo cual la defensa de éstos que-daría a cargo del ejército reducido a sus solos medios.

Goltz quería también crear otra región fortificada cuyo fren-te, extendido de Wasselonne a Estrasburgo, se apoyara en las forti-ficaciones de Molsheim, en la garganta de Bruche y en las obrasde Estrasburgo.

Las dos regiones obrarían en enlace; las rutas principales quecorren entre ellas recibirían barreras defensivas.

Eventualmente, el frente de la región fortificada de Melz po-dría prolongarse desde Vatiomont a lo largo del Nied alemán has-ta su confluencia con el Sarre y, en seguida, por el curso inferiorde éste.

El autor recuerda que las ideas de Goltz fueron descartadas;adoptó las de Beseler, el futuro vencedor de Amberes en 1914 y

de las fortalezas del Vístula. A partir de 1905 se emprendió enMetz la construcción de una cintura cerrada; se estimó esta, solu-ción como suficiente para las misiones estratégicas dadas a la for-taleza; ella no encarnaba los riesgos imprevistos de una fórmulanueva. Beseler quería ante todo asegurar, en caso de invasión, laposesión de la posición ocupada por Metz y pensaba que sólo unafortaleza podía llenar esta misión. El Coronel Dittmar ve en Be-seler un pesimismo extraño a Goltz; para éste, la fortificaciónpermanente es un medio de facilitar la victoria; paira aquel, unmedio de resistir en caso de derrota.

La fórmula de Goltz no exigía más que los 85.000 hombres conque contaba la guarnición en 1914. Estos no quedarían a, "fondoperdido", en una verdadera "ratonera", como podría ocurrir enuna plaza cerrada.

El Coronel Dittmar deja ¡entender que, del examen de losacontecimientos de la guerra, se deduce la excelencia de la fórmulade Goltz.

Hace notar, sin. embargo, que esos acontecimientos han mos-trado que, en ciertas circunstancias, las plazas cerradas son aúncapaces de vivir, con la condición que permanezcan en enlace conel interior del país. Su influencia sobre las operaciones no es deci-siva si no actúan en cooperación con los ejércitos, directa o indi-rectamente, y de cualquier manera ; sin esta cooperación, su papelresulta simplemente local y transitorio.

Si se organizan regiones fortificadas ¿cómo constituirlas? ElCoronel Dittmar estima que ello no puede definirse en forma ge-

20 MEMORIAL DEL EJERCITO

neral: La constitución de cada región fortificada depende de nu-merosos factores; en todos los casos depende de las intencionesestratégicas, de las maniobras probables del adversario y de la mi-sión que se asigna a la región fortificada.

Se puede deducir de este primer estudio que, para el CoronelDittinar, el sistema fortificado de un país estará constituido, sobro todo, de regiones fortificadas cuyas características las deter-minará cada caso concreto y que serán construidas en provecho delos ejércitos en campaña. El sistema podrá comprender, en circuns-tancias especiales, organizaciones cerradas cuya acción será combi-nada con las operaciones de los ejércitos y cuyo enlace con el inte-rior estará asegurado constantemente.

El otro estudio del Coronel Dittinar lleva más lejos el examendel sistema fortificado de un país.

El autor busca en Francia los principios a adoptar. No es queconsidere que la solución francesa sea buena para todos los países,pues en todas partes las condiciones son diferentes, muchas cosasentran en juego, en particular la extensión del territorio, la poten-cia militar de los vecinos, las formas del suelo, la geografía econó-mica, la política (ésta es continuamente cambiante). Pero Franciaes, hasta ahora, el único país que ha estudiado a fondo el proble-ma y lo ha resuelto.

Los diversos sistemas sólo pueden tener de común ciertos ca-racteres de sus elementos; estos caracteres están determinados porel estado general de la táctica y de la técnica.

En cada país se comprenderá en modo diferente el "cómo"y también el "por qué" del sistema. No es posible juzgar acerta-damente un sistema si uno no se coloca desde el punto de vista delos constructores. De este modo, según (el punto de vista francés, elsistema francés puede ser considerado como la maravilla del artemoderno de la fortificación o como una muralla China y ser estasdos opiniones a la vez muy justas y muy falsas. "Si nos ponemosen el punto de vista francés, estamos obligados a reconocer que elsistema francés se adapta con una rara perfección al cuadro dela armadura general, que, con justo título, puede ser consideradocomo la pieza matriz y el fundamento esencial de la política france-sa actual".

El sentido y el objetivo del sistema francés han sido expues-tos en múltiples escritos; esas publicaciones, a no dudarlo, desea-ban convencer a los franceses más incrédulos de la necesidad y con-veniencia de las medidas tomadas. Esta convicción ya ha sido con-seguida y actualmente se ocupan, sobre todo, de las condiciones deutilización de la fortificación, de su puesta en acción inmediata ydel personal, para lo cual todas las partes del ejército son instrui-das activamente en su empleo.

El autor piensa encontrar la opinión generalmente admitidaen el estudio ya citado, publicado en diciembre de 1935 en la Re-

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN... 21

vue Militaire Francaise. Ella es ya antigua, pero representa la con-clusión de las discusiones que se han originado en Francia durantelargos años.

Esto estudio está basado en el método histórico que suministraenseñanzas actualmente aplicables en todos los países; pero no poreso deja de estar impresionado por las! condiciones particulares deFrancia.

Las enseñanzas de la guerra de 1914-18 de que habla el autorfrancés, son admitidas en el mundo entero. Para el Coronel Ditt-mar, lo principal consiste " en las dif erencias sorprendentes evi-denciadas en la fuerza de resistencia de las diversas clases de for-tificaciones. Se ha visto la caída rápida de fortalezas aisladas,abandonadas a sí mismas, comprendidas en éstas las plazas cerra-das, estibadas hasta 1914 como satisfactorias. Por otra parte, sepudo apreciar la fuerza de resistencia no sospechada de las orga-nizaciones permanentes incluidas en una posición y defendidaspor tropas de campaña. Estas enseñanzas autorizan a esperar quela fortificación al emplear los medios técnicos modernos (concre-to armado, blindajes) en gran escala y cuidadosamente adaptadasal terreno, podría estar a la altara de medios de ataque tan podero-

sos como se pueda imaginar; pero es necesario mantener comunica-ciones seguras con las fuentes de aprovisionamiento del interior.Estas consideraciones conducen al sistema de regiones fortifica-das".

"La situación y extensión de cada una de las regiones, están de-terminadas únicamente por consideraciones estratégicas estableci-das por el Alto Comando. Repartidas en anchura y profundidadsobre la totalidad de las zonas fronterizas, constituyen una cober-.tura que, aun cuando puedan presentar huecos, extienden su efi-cacia sobre toda la extensión de esas fronteras. Hacen frente alpeligro de una invasión, pues los "rompe-olas" que atraen y frac-cionan las fuerzas enemigas, cubren y protegen a las propiasfuerzas ".

El Coronel Dittmar enumera los seis caracteres que el autorfrancés pide que se realicen para una región fortificada. Estos ca-racteres son relativos a la extensión de su frente, a la constituciónde sus flancos, a sus enlaces con el interior del país, a sus comuni-caciones internas, a las densas barreras de fuego, continuas y pro-fundas, de armas protegidas y cubiertas por obstáculos y, por fin,a las condiciones de vida para el combate y el descanso.

La armazón sola, que consiste en las obras más importantes,será de fortificación permanente, es decir, establecida en tiempode paz, para amoldar los gastos y las guarniciones a las posibili-dades. El refuerzo cuidadosamente preparado, tendrá lugar en lamovilización. El Coronel Dittmar piensa que el objeto de este re-fuerzo no podrá ser sino dar profundidad a la organización, pues"

24 MEMORIAL DEL EJERCITO

Por otra parte, se establecerán "posiciones" cuyos órganospermanentes estarán tanto más desarrollados y resistentes cuantomás importante sea la posición y mayor la amenaza de ataque.

Además, será un "campo de batalla preparado" y destinadoa la batalla defensiva en donde se tratará de buscar la decisión:no será otra caso la "región fortificada" definida anteriormente.

Si la región fortificada tiene una misión estratégica, los otrostipos de fortificaciones tendrán un papel más modesto. Estas ayu-darán a una resistencia retardatriz, a veces a una resistencia aunmás breve, con fuerzas numéricamente débiles; a veces durarándías, semanas o meses, hasta la obtención de la decisión en otrosfrentes.

Naturalmente, todas estas fortificaciones estarán instaladasallí en donde el terreno tenga por sí mismo una potencia defensivanatural.

Las regiones fortificadas serán "rompe-olas"; las posicionestendrán la fuerza de detención que posee un curso de agua, cuyafuerza varía con la importancia del curso de agua.

Durante las operaciones habrá necesidad, a veces, de transfor-mar las posiciones en un campo de batalla fortificado, si, en lugarde tratar de ganar tiempo, se desea obtener allí la decisión. Enton-ces será necesario reforzar las posiciones con ayuda de medios téc-nicos de que se dispone en campaña; habrá que hacerlas ocuparpor grandes unidades de campaña.

En tiempo de paz se dispone de los medios técnicos para dara las organizaciones permanentes una fuerza que garantice su du-ración indefinida con efectivos restringidos, aun contra los ataquesmás potentes y en las circunstancias políticas y geográficas másdesfavorables.

Para señalar las regiones fronterizas que se puedan calificarde decisivas desde el punto de vista estratégico, sería necesario queel valor de las diversas regiones fuera netamente diferente y pu-diera ser estimado en una forma precisa.

Esto no es fácil, pero existen sin embargo "puntos de primeraimportancia", a propósito para el ataque y la defensa, que por sucarácter geográfico imponen las1 direcciones de los movimientos aambos adversarios. Se les encuentra en la planicie, pero las mascaracterísticas están en la montaña. Están determinadas por loslagos, los pantanos, los cursos de agua, los bosques, los macizos ac-cidentados y por las vías de comunicación que resultan de éstos.Se les encuentra en zonas que son teatros clásicos de operaciones.A falta de otro término más adecuado, designaremos esas zonas porel nombre de "cantones".

Es de decisiva importancia conservar aquellos "cantones"atravesados' por comunicaciones que conducen al corazón del país oa centros políticos o económicos.

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN... 25

La técnica actual de las destrucciones permitirá restablecer fá-cilmente el estado natural de ciertos "cantones" en donde se hanmultiplicado las rutas y las vías férreas. Sin embargo, mientrasmás mecanizados sean los ejércitos adversarios y, sobre todo, másrápidas sus unidades, tanto más necesario será dar importancia alvalor defensivo natural del terreno. Es indispensable examinarmuy de cerca, desde este aspecto, las diversas partes del territorio.

Entre los "cantones'" son numerosos los que favorecen igual-mente la ofensiva y la defensiva, al enemigo y al amigo. De estamanera se presenta la depresión entre los Vosgos y los Ardenes,que es la puerta por la planicie lorenense hacia la Champaña y lacuenca parisiense, a la vez que la puerta del lado de Nahe y de laMosela hacia Maguncia. El espacio que ella ocupa es "un puntode primara importancia" esté o no fortificado. Esta considera-ción condujo a construir allí la línea Maginot.

Estos "cantones" se fortificarán con los mayores medios y seconstruirán ahí obras y órganos muy potentes que sean, por mu-chas años, capaces de resistir a los medios de ataque más poderososque se pongan en acción. Sobre una extensión dada de frontera, se-rá necesario estudiar detenidamente la situación y preparación delas obras, como asimismo precisan sus misiones.

La determinación de la misión de las obras está ligada a lacuestión siguiente que es esencial:

¿Hasta qué punto habrá que defender la fortificación?Antes de exponer el punto de vista del Coronel Ditlmar, es

conveniente examinar las ideas recibidas hasta entonces a ese res-pecto en Francia.

Antes se luchaba hasta el último extremo en las ciudades sitia-das. El enemigo que se apoderaba de ellas entraba a sangre y fue-go y era necesario tratar de hacer escapar a la destrucción las fa-milias y los bienes. No era una cuestión de honor o de amor pro-pio, era una cuestión de vida o muerte para todo lo que se estimabamás.

Cuando las guerras conducidas por mercenarios tuvieren porobjetivo la conquista de una provincia, el defensor quería econo-mizar sus hombres y el asaltante deseaba conservar las riquezas dela ciudad. De esta manera se limitaban a menudo a defender lasplazas hasta el coronamiento de la brecha hecha en la escarpa y elgobernador no creía faltar a sus deberes obrando en esta forma.

Cuando se trataba de detener la invasión del territorio nacio-nal por masas de ejércitos, se ha unido el honor de los ejércitos alde las guarniciones en la conservación de las plazas. La resisten-cia no doblegada de una plaza ha llegado a ser así la marca abiertadel valor guerrero de una guarnición.

En 1913, nuestros reglamentos no imaginaban que se pudieraevacuar una plaza militar o una obra sin combatir; por otra parte,ellos prescribían que los gobernadores de las plazas y de los fuer-

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tes aislados debían dirigir la defensa hasta el agotamiento de todossus medios. Esta última medida se justificaba por el hecho de quelos gobernadores, faltos de medios de enlace, permanecían en la ig-norancia de las consecuencias que tendría una rendición prematu-ra en el desenlace de la guerra.

Estas concepciones han sufrido atenuaciones durante la gue-rra mundial. Se vió al General Joffre ordenar la evacuación de laFére y de Reinas y el abandono de todas sus obras, antes de la lle-gada del enemigo. La razón de esta orden puede encontrarse enel ejemplo de las caídas rápidas de las plazas belgas, mucho másmodernas y resistentes, caídas que produjeron la pérdida de todossus recursos sin que esas plazas hayan dado servicios considera-bles y sobre todo los que se esperaba de ellas.

Aun parece que se quiso, bajo el efecto del empuje alemándel 21 al 24 de Febrero de 1916, evacuar toda la ribera derecha delMeusa en la región fortificada de Verdún y abandonar las obrasdespués de ejecutar allí las destrucciones preparadas en 1915. Seestimaba probablemente que esas destrucciones y esa evacuación;eran sin importancia para las operaciones.

La orden de destrucción fué dada. La de evacuar no lo fué;sino al contrario, en la noche del 24 al 25 de Febrero, el GeneralJoffre dió orden de mantener a todo trance el frente Bras-Douau-mont-Hardaumont. El temor del efecto moral que habría produ-cido el abandono de una fortificación cuyo valor había sido muyalabado en el mundo entero en los años anteriores, hizo que estoprimara sobre las consideraciones militares. El factor moral ha re-presentado en la defensa de una región fortificada un papel im-portante.

El 25, en la tarde, se ocuparon nuevamente los' fuertes de Ver-,dun (salvo Douaumont sorprendido por 90 alemanes temerarios) ysus guarniciones permanentes tuvieron por consigna "resirtir has-ta el último extremo". Y, sin embargo, en el fuerte de Vaux, eltínico que haya sido cercado, la guarnición, después de haberse defendido heroicamente durante ocho días, se rindió al agotárseletodas sus reservas de agua, pero sin haber antes, al decir de su je-fe, agotado todos sus medios de lucha. ¿ Por qué el Mariscal Petaraescribe en sus recuerdos sobre la batalla de Verdún: "Era verda-deramente luchar por el honor mantenerse en semejantes condicio-nes. Ningún contraataque podía franquear el círculo de fuego queaislaba la posición. Con su caída, la defensa de Verdún de ningu-na manera quedaba comprometida"? El defensor de Vaux, Coman-dante Raynal, piensa "que él no tenía el derecho de continuar laresistencia más allá, de las fuerzas humanas y de comprometer inú-tilmente la vida de esos bravos que tan heroicamente habían cum-plido con su deber". Hay que notar que el defensor estaba al co-rriente de la situación general después del regreso al fuerte de uno

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN 27

de sus emisarios. Se ha estimado que la resistencia de la posiciónno debía proseguirse mientras no presentara un interés militar.

Hoy día, la "Instrucción sobre el empleo táctico de las gran-des unidades" prescribe (N.º 279) prolongar la resistencia de unasituación hasta el agotamiento de todos sus medios. En lo que res-pecta a las regiones fortificadas a los sectores fortificados y a lossectores defensivos, sólo otorga al Comandante en Jefe (N.º 104)el derecho de alejar o distraer las tropas de su misión especiail dedefensa de las organizaciones que le son confiadas. La retirada deesas tropas (N.º 290) podría ser ordenada por el Gomando enel caso en que las operaciones se desarrollan lejos de las regionesfortificadas, pero bajo reserva de dejar en la posición ciertas es-pecialistas reforzados con personal de clases antiguas.

¿ Cuáles son los puntos de vista del Coronel Dittmar ? Recuer-da que la defensa de las fortalezas ha sido en otro tiempo, no sola-mente una cuestión estratégica o táctica, sino también una Cuestiónde honor la caída de las plazas ha pesado a veces mucho más so-bre el honor de las armas que todas las batallas perdidas a campoTaso.

Estima que es precisa quitar al conjunto de las fortificaciones,el sistema fortificado, (pero no las obras tomadas individualmen-te) su importancia moral, llegada a ser, por decirlo así, congenital.

¿Qué entiende él por esto? Para él, en el combate apoyado enfortificaciones, la resistencia debe ser prolongada sin restricciones,en tanto las circunstancias lo exijan; pero no se tiene el derecho deimponer a las guarniciones deberes que sobrepasen la medida im-puesta por las necesidades estratégicas. Sin embargo, "no es unjefe cualquiera, sino el Comandante en Jefe de un teatro de opera-ciones quien debe tener toda la libertad para ordenar cómo y cuán-to tiempo debe resistir una fortificación. Debe estar en situaciónde disponer de este medio de combate con la misma soberanía y lamisma independencia que de los otros medios, sin otra obligaciónque la de satisfacer la conducción de las operaciones decisivas.

Una fortificación, por el hecho de existir, no impone el dere-cho absoluto, para ella, de ser utilizada".

Un buen ejemplo es el de Joffre. en La Fére y Reims; el deHindenburg y Ludendorff en Lotzen. La fortificación permanentedebe emplearse según las necesidades militares.

No se está obligado a asegurar la posesión de las localidadesimportantes. En las que están vecinas a la frontera se instalarácierta organización defensiva, por ejemplo, contra los golpes demano rápidos. Fuera de este caso, el trazado general de las forti-ficaciones no se unirá a la existencia de esas localidades, aun se ale-jará de ellas sin la misión de las fortificaciones puede sufrir consu vecindad. Las decisiones de Alto Comando no estarán unidasal nombre y al valor moral de una localidad.

28 MEMORIAL DEL EJERCITO

"La guerra nos ha demostrado cómo la posesión de puntos" de-terminados, que han sido objeto de rudos combates, o aun de pun-tos importantes por sí mismos, han llegado a ser fácilmente unacuestión de prestigio y como este prestigio no correspondía de nin-guna manera a su importancia militar efectiva, a pesar de lo cualdeterminaba las decisiones del Comando.

"Este recuerdo contiene una lección importante."La formación intelectual del Jefe debe oponerse a que una

idea semejante se introduzca en su mente desde el origen de susconcepciones sobre la fortificación establecida en tiempo de paz".

Sin embargo, para ciertas partes, las más importantes, del sis-tema fortificado, habrá ocasión de llevar la defensa hasta el últimoextremo; será el caso de las regiones fortificadas fronterizas quecontienen puntos de primera importancia.

"Su extensión y la potencia de sus órganos debe, lo hemos vis-to, corresponder a su misión que es la ser capaces, con las tro-pas de campaña, de una resistencia prolongada aun contra los me-dios de ataque más potentes. La necesidad de conservar un campo-de batalla extenso con una guarnición relativamente débil y la obli-gación para ellas de estar siempre en situación de resistir, hacenindispensable una tropa especial unida a ellas hasta en la desgracia.El honor y la reputación de la tropa que combate allí, deben estarunidos a la posesión victoriosa del campo de batalla fortificado".

A la concepción de la fortificación es necesario, aun hoy día,unir el elemento moral; pero es preciso "determinar con cuidady de antemano para cuáles fortificaciones y para qué momento esnecesario unir el honor de todo un pueblo a su resistencia y a sucapitulación. También es preciso que las tropas del ejército decampaña que combaten en las regiones fortificadas, sean instruidasde sus responsabilidades a este respecto".

"Con razón los reglamentos franceses hacen depender la reti-rada, aun parcial de las guarniciones, del Comando Superior de losejércitos".

El Coronel Dittmar termina su estudio insistiendo sobre elsecreto a observar en todo lo que se refiere a la fortificación.

"Lo desconocido, que en todo tiempo ha rodeado a las forti-ficaciones, debe hoy interesar, no solamente a las organizaciones ya su grado de resistencia, sino también y sobre todo, a la misiónque les atribuyen los planes de operaciones".

No es la fuerza absoluta de una organización fortificada ex-tensa lo decisivo, como lo enseña la historia de las guerras, sino laidea que se hace de ella al adversario y también la influencia quesu existencia ejerce sobre su actitud. Jamás lo desconocido ha si-

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN. 29

do más fuerte que hoy en todo lo que concierne al combate contralas fortificaciones modernas".

El Coronel Dittmar, como muchos otros escritores alemanesmilitares de estos últimos años, conserva con amargura el recuerdode la influencia de las fortificaciones francesas sobre los planes deoperaciones alemanes. Estos planes, que fracasaron en el Mame,estaban basados sobre ideas falsas imputables al secreto de nues-tras fortalezas y de nuestras cortinas defensivas del Este. Schlief-fen y sus sucesores sobreestimaron la capacidad de resistencia demuestras obras de las cuales muchas eran de 1874. Los autores ale-manes, repiten insistentemente, que es un error que no debe ser.

En resumen, para el Coronel Dittmar:—El sistema de las regiones fortificadas es excelente, es pre-

ferible sobre cualquier otro en la organización del territorio;—Si es posible, se le exigirá a la vez asegurar la integridad del

territorio y de suministrar a los ejércitos, campos de batalla pre-parados en las fronteras;

—Si es imposible, no se exigirá menos a la fortificación, puestiene ventajas considerables paira las operaciones y permite opo-nerse a la invasión brusca;

—Cada parte del sistema tendrá una potencia ajustada a sumisión, la organización tendrá, pues, múltiples formas. obras ais-ladas, líneas de barrera, posiciones más o menos organizadas, regio-nes fortificadas.

Estas últimas serán campos de batalla preparados y constitui-rán un medio estratégico para los ejércitos de campaña. Se tienela posibilidad técnica de organizarlos para una resistencia ilimi-

tada.Las otras formas serán solamente un medio de prolongar la

resistencia de efectivos inferiores en número o en calidad.En campaña se podrá reforzar las posiciones al punto de ha-

cer de días regiones fortificadas.Para definir el sistema fortificado, se buscarán con cuidado

los puntos de primera importancia y los "cantones", teatros clá-sicos de operaciones y en ellos se establecerán las obras más poten-tes. Es de capital interés precisar la ubicación, las misiones, la or-ganización de éstas.

Toda fortificación será preparada en función de su misión yde las condiciones de su existencia. .

Los límites de esta resistencia serán definidos por necesidadesmilitares y no por otras razones que conducirían a ir más allá. Elhonor de un ejército o de una tropa no debe unirse a la conserva-ción de las fortificaciones. No habrá excepción a esta regla, sinopara las regiones fortificadas fronterizas cuya posesión es esencial;

est a excepción estará definida de antemano; las guarniciones y lasatropas de campaña recibirán su instrucción respectiva.

30 MEMORIAL DEL EJERCITO

Todo lo que concierne, a las fortificaciones seán secretos, tan-to su organización como su misión en las operaciones. Este secretoobrará sobre la moral del adversario.

Puede hacerse un estudio comparativo entre las ideas del Co-ronel Dittmar y la Instrucción sobre el empleo táctico de las Gran-des Unidades, acerca de ciertos caracteres de realizaciones francesasy sobre ciertas reglas de su defensa.

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN 31

En el croquis adjunto se encontrarán las indicaciones publica-bas hasta 1937 en escritos alemanes y extranjeros, sobre las forti-ficaciones construídas en diversos países de la Europa occidental.Estas indicaciones, en lo que respecta a Alemania, son muy impre-

cisas, las publicaciones mencionan varias líneas fortificadas esta-blecidas sucesivamente en los últimos años, desde luego, al Estedel Rhin, después al Oeste del río y cada vez más cerca de las fron-tera francesa, luxemburguesa y belga. Es probable que la direc-

ción de los trabajos esté confiada al General de zapadores reciente-mente instalado en Kaiserlautern.

Después de escrito lo anterior, acaba de aparecer un segundoestudio del Coronel Dittmar, publicado en los Cahierg. tromestrielsdes Pionniers. Tiene mucho interés.

El objetivo manifiesto de este segundo estudio, es combatir laidea que la fortificación permanente es indeseable, porque se im-pediría toda la maniobra.

¿Por qué es juzgada indeseable la fortificación? Porque laofensiva, dice el Coronel Dittmar, es innata entre los alemanes; ladefensiva y su consecuencia, la fortificación, le repugnan instinti-vamente. El recuerdo de 1806-1807 y el de 1870, han llevado a Ale-

mania a ser poco afecta a la fortificación. Hoy día, como siempre,se opone en ese país, a este medio fijado al suelo, la maniobra rá-pida y decisiva. Y, sin embargo, un sistema fortificado estricta-mente limitado a la utilidad que puede ofrecer a la maniobra, nodisminuirá jamás peligrosamente los créditos necesarios por otraparte.

Esta utilidad de un sistema fortificado es real: La guerra de1914-1918 lo prueba; los grandes Capitanes de todas las épocas handeseado siempre fortificaciones situadas en un. buen sector parafacilitar sus maniobras en momento oportuno.

Se ataca a la forma del sistema, se teme su desarrollo exagera-do, su potencia defensiva brutal, que excluiría la maniobra... Perolas piezas esenciales de un sistema moderno son regiones fortifica-das fronterizas de frente extenso, de flancos inatacables, que cubran las concentraciones y los movimientos de los ejércitos, que au-menten sus capacidades defensivas y ofensivas. Es un obstáculo,por decirlo así, infranqueable para el adversario, es una base exce-lente de partida para invadir profundamente el territorio enemigo.

No es el sistema fortificado quien limita los objetivos políticosde un Estado, al contrario, es el que los completa.

Los efectos del sistema dependerán del buen o mal empleo quese haga de él; lo mismo sucede con cualquier intrumento de guerra.

¿Existirá el temor de que, si no el espíritu ofensivo de un ejér-

** *

32 MEMORIAL DEL EJERCITO

cito, a lo menos su actividad, disminuya con un sistema fortifica-do? Es evidente que su forma no debe ser hipertrófica; no es pre-ciso que tome una importancia igual a la del ejército de tierra, delejército del aire, de la marina. Una frontera demasiado fortificarda daría al Estado un carácter insular que impediría principiarla guerra terestre como se ha hecho hasta hoy, es decir, por la ma-niobra y el movimiento; por lo demás que conduciría a la guerrade posiciones y de material, cosa que todas los países quierenevitar.

Sería peor aun si dos Estados vecinos hicieran lo mismo; si porel acrecentamiento sus ejércitos se apiñaran dentro de sus fortifi-caciones para defender mejor su territorio, esperando que el armaaérea, el estrangulamiento económico o una propaganda desmoralizadora aportasen una solución. La escala de los valores consagra]-'dos quedaría trastornada y el valor relativo de los diversos instru-mentos de guerra no podría ya establecerse, sino según bases im-ponderables, que escapan a la razóm y a la experiencia.

Ciertamente, el temor a tal desenvolvimiento es el que hace;juzgar indeseable la fortificación; tal temor no tiene por qué exis-tir evidentemente. Ello no impedirá que todo Estado haga de lafortificación el empleo necesario que no perjudique el resto de suorganización. Por esto es indispensable rechazar las objeciones alempleo de la fortificación moderna.

El Coronel Dittmar no cree de ninguna manera que esta for-tificación moderna sea una concepción tan extraordinaria que sele diga: los frentes fortificados fronterizos han sido deseados entodo tiempo, en particular por Vauban, en las formas adecuadasa las condiciones de la época; no han sido ¡ejecutados por falta dedinero; lo mismo sucederá en el porvenir. La forma de los frentesactuales y su constitución son el fruto natural del desenvolvimiento del arte de la fortificación. Se trata de cubrir masas armadasy de tener la certeza de permanecer dueño de frentes extensos pormedio de armas automáticas convenientemnte dispuestas en el sue-lo y con efectivos restringidos. Estos objetivos y los medios de quese dispone, determinan la fortificación en su conjunto y en susdetalles.

Se teme que la fortificación suprima la libertad de maniobradel jefe. El pasado, en particular Tannenberg y Gumbinnen, prue-ban que no es así. Se olvida que las más célebres maniobras hanatravesado crisis peligrosas y que su celebridad viene del hechoque esas crisis han sido salvadas: los que las han vivido no habríandesdeñado una fortificación existente, sino muy por el contrario.

El ataque de la fortificación moderna es un problema muy di-fícil; es puramente técnico. No es fácil afirmar que será resuelto,pues los progresos del armamento moderno han beneficiado sobretodo hasta aquí a la defensiva; por otra parte, el.problema del ata-que no se plantea solamente en los casos de frentes fortificados.

LA FORTIFICACION PERMANENTE EN... 33

M. del E. 3.

Es necesario suponer sorpresas; ellas son también posibles, como en1914. No hay que creer imposible el ataque de un frente moderno;

la fortificación más potente no dispensa de permanecer vigilante,ni de entrenar al ejército a combatir fuera de ella.

Es cierto que, instalados sobre dos frentes fortificados, mirán-dose frente a frente, dos ejércitos no permanecerán a la espectati-va. Uno de ellos tendrá siempre un objetivo de maniobra que loobligará a la ofensiva. Esta obligación será tanto más apremiante,cuanto que el adversario tenga más aliados que esperar o combina-

ciones que satisfacer; no es la fortificación la que crea esta obli-gación.

Par el contrario, la existencia de la fortificación será una ra-zón para mantener la paz; la paz no está, ciertamente menos ase-gurada por las armas automáticas blindadas que por las bayonetasque brillan al sol.

La existencia de. dos fortificaciones opuestas contribuirá másaun a examinar con calma la situación política. Pero si un parti-do está decidido a la guerra, la fortificación no es quien lo de-tendrá.

Así, la fortificación tiene una importancia política más gran-de que su influencia militar.

Es necesario estimar esta última, pero no sobreestimarla, puesno se puede asegurar para siempre a un medio de combate una su-perioridad absoluta. Resulta de esto que la fortificación modernano puede alterar las escalas de valores actuales, y que el arma aé-rea actual no hace inútil al arma terrestre, sino al contrario en laofensiva contra un Estado fortificado.

El Coronel Dittmar concluye que la fortificación no es inde-seable. Los dos adversarios no podrán, a menudo, realizar todo loque les sería útil. No habrá que alegrarse por ello so pretexto deque esto obligará a maniobras atrevidas o dará la ocasión para rea-lizarlas : sería desconocer la gravedad de las cosas, cuyo destinopone en juego la guerra.

Ataques aéreos a tropas en marcha.Por el Tte. Crnl. Greinen.

(De la Revista Ejército - Marina - Aviación)

Hay que partir de la base que las tropas en marcha tienensiempre que contar con ataques de los aviones enemigos si elestado atmosférico no obra en contra.

a) Durante las marchas de día la tropa está más expuestaa los bombardeos -aéreos. No obstante todos los esfuerzos paraemprender las marchas durante la noche, no se podrá evitarrealizarlas en pleno día. Estas serán necesarias sobre todocuando es inminente la toma de contacto con el enemigo. Son.conocidas las medidas de fraccionar las columnas de marchaen ancho y profundidad como defensa' ante el peligro aéreo.Sólo la guerra puede indicar hasta qué extensión es posibleefectuar el fraccionamiento de las tropas. Sin duda es muy di-ficultoso acostumbrarlas a su fraccionamiento y a las mar-chas en el llano, que naturalmente traen consigo muchas des-ventajas; pero hay que luchar contra la persistencia en lotradicional.

Durante el día la exploración aérea precede generalmentea los ataques aéreos. Siempre que sea posible la explora-ción aérea —y esto ocurre siempre si no la, impide el esta-do del tiempo (por ej. la espesa niebla)— hay que contartambién con ataques aéreos.

Para las tropas en marcha es entonces importante disi-mular el movimiento. Es extraordinariamente difícil enmas-carar largas columnas. Ello es sin duda posible en algunoscasos tratándose de pequeñas fracciones, por ej., buscando ca-minos transversales que para los aviadores son menos per-ceptibles, o mejor aun, senderos a través de bosques, quepor su tupido arbolado y a menudo también por la formaciónde sombras, procuran una cierta protección contra la vista des-de el aire. Esa prolección se acrecienta si se mantiene la dis-ciplina de dejar libre el medio del camino. Cuando la situación

36 MEMORIAL DEL EJERCITO

táctica lo permite, hay que contentarse con los rodeos y lapérdida de tiempo y mayores exigencias de marcha que sig-nifican para la tropa. También a esto se debe acostumbrar ala tropa, ante la exigencia de posibles ataques aéreos.

Los ataques aéreos son llevados a cabo sólo en casos ex-cepcionales por aviones de caza y de exploración; normal-mente se efectúan con unidades de combate (de bombardeo).Se comprende que los ataques aéreos a las diversas clasesde . columnas serán realizados, posiblemente, en cooperacióncon las operaciones y combates en. tierra y según un planadecuado. Tales ataques pueden tener como objetivo retar-dar la marcha del enemigo. En la batalla ya formalizadapueden también tener por objeto retardar y dificultar la lle-gada de reservas —especialmente fuera del alcance de la propiaartillería— así como en momentos decisivos apoyar un ata-que o contra-ataque.

En todo ataque los aviadores tratan de sorprender en el mo-mento opórtuno. Por eso los aviadores deberán esmerarse enocultar sus aproximación el mayor tiempo posible a la vistay oído de la exploración aérea de las tropas por atacar. Lasexperiencias prácticas modernas confirman la opinión de quela sorpresa buscada será conseguida más pronto mediante unvuelo a muy baja altura y a ser posible con el sol a la espal-da. Los valles, bosques, casas, etc., ayudarán a los aviadoresa ocultar su vuelo de aproximación a la observación enemigay caer repentinamente sobre las tropas en marcha. En el vuelosobre el valle y sobre un terreno con mucha vegetación, seamortigua algo el delator ruido, como lo demuestra la expe-rienciia.

Para las tropas en marcha se deduce la necesidad de nocontentarse con parejas de exploradores antiaéreos que lasacompañan, sino también el empleo de vigías aéreos (darlesanteojos contra el sol) a los lados de los caminos de marchao en lugares favorables para la orientación en el terreno (alturasy en bosques tupidos observadores sobre árboles, etc.), ade-lantando estos observadores por saltos en bicicletas, motocicletaso a caballo. También esto necesita ser experimentado en tiempode paz para que funcione en la guerra. Es muy natural quedebe ser asegurada la rápida comunicación entre los jefes yel servicio de exploración aérea mediante llamadas, empleode señales luminosas y elementos acústicos.

Solamente una buena organización del servicio de explo-ración aérea se puede esperar que la defensa antiaérea ínter-venga a tiempo —se trata de segundos— y que lo haga coneficacia.

ATAQUES AEREOS A TROPAS EN MARCHA 37

Los aviadores se esforzarán en atacar columnas enemigasen marcha en un terreno que no permita escurrirse a los ladosde la carretera, como ser: sobre puentes, valles profundos,pasos en las montañas y entre lagos y también caminos quevan a lo largo de los ríos. Si se efectúa un ataque aéreo auna columna que marcha sobre una de esas clases de cami-nos, que no se puede eludir, por temer de un lado un río y delotro un declive escarpado, son probables pérdidas enormes pá-nico, y en todo daño moral para la tropa. De ello se deducepara la tropa no solamente la necesidad de una suficiente pro-tección, sino más bien la obligación de prever y evitar esospasos o, atravesarlos sólo en pequeñas secciones.

Los aviadores pueden atacar con especial eficacia a lastropas que marchan por caminos rectos, facilitándoles así elarrojar bombas apuntadas. Por eso la tropa tendrá a menudoque utilizar para su seguridad caminos laterales tortuosos.

Los ataques aéreos a columnas en marcha serán efectua-dos generalmente como ataques en vuelo de profundidad, comose ha dicho, dado que por una parte se dificulta así la defen-sa desde tierra y por otra, se acrecienta la posibilidad de quelas bombas y ametralladoras hagan blanco. Ya la Guerra mun-dial ha demostrado la eficacia de esos ataques aéreos en vue-lo de profundidad.

Pero la carga, manejabilidad, rapidez y armamento delavión moderno han aumentado. Los así llamados «ataquesde aviones de combate» de la Guerra Mundial pueden sólo daruna idea muy yaga de la eficacia de los ataques en vuelo deprofundidad en una guerra futura.

El comandante de las tropas debe saber que el servicio deexploración aérea, las medidas de previsión para la defensaantiaérea, la elección cuidadosa de los caminos de mar-cha y otras medidas protectoras no son suficientes. Se protejecontra el pánico haciendo intervenir activamente el mayor núme-posible de armas en el fuego defensivo. El Comandante debepensar que para una tropa nada hay más difícil que sufrir laimpresión de estar desamparada. En esto debe hacerse notarespecialmente la eficacia del fusil. Aquí se debe tratar cierta-mente no de un tiroteo sin regla y desenfrenado por parte desoldados aislados, sino del fuego dirigido por órdenes clarasy lo más concisas posible. Es preferible que el Jefe ordenesuspender momentáneamente el tiro de que se ha perdido elcontrol y reabra el fuego hacia un objetivo determinado, a quese difunda entre la tropa la sensación de carecer de Jefe. Estoúltimo influiría muy desfavorablemente en el estado moral dela tropa.

38 MEMORIAL DEL EJERCITO

Los aviones intentarán repetir los ataques. Es claro queesto lo harán recién después de aparecer de nuevo tropasen marcha. Por eso la tropa debe estar sobre aviso. La des-preocupación después de transcurrido el primer ataque impli-caría una imprudencia.

La duración de los ataques será corta. Hagamos el si-siguiente cálculo: Si cada 1/4 ó 1/2 segundo largan una bomba,3 aviones arrojan en un sólo segundo de 6 a 12 bombas. Segúneso, 3/4 a un minuto bastan para arrojar centenares de bom-bas. Esa será, entonces, la duración de un ataque aéreo.

La tropa tiene que conocer este efecto fulminante de losataques aéreos, y debe saber también que en todo caso lasmedidas de defensa no preparadas llegarán tarde.

El efecto de los ataques aéreos a tropas en marcha sepuede acrecentar especialmente en desfiladeros y caminos es-trechos de los valles porque los cráteres producidos por lasbombas, casas derribadas, etc., cierran los caminos a los ve-hículos. La tropa debe, pues, estar en condiciones de reali-zar rápidamente los trabajos necesarios de remoción de escom-bros mediante el empleo de zapadores y zapadores de infan-tería, así como también por elementos propios.

b) Ataques aéreos a columnas en marcha durante la noche.En la preparación de operaciones decisivas la exploración aéreaobligará, a menudo, a la tropa de tierra a limitar sus marchasdurante la noche, porque la exploración aérea nocturna asícomo la realización de ataques nocturnos está unida a gran-des dificultades. El arma aérea de los ejércitos modernos seesmerará, por lo demás, en dominar estas dificultades.

Los cohetes de paracaídas, que arden mucho tiempo, cons-tituyen un medio para facilitar la exploración durante la no-che. El tiempo de luminosidad de tales cohetes con paracaídases de varios minutos y su efecto luminoso es tan potente quehasta permite actuar a la fotografía aérea. La exploraciónaérea con cohetes con paracaídas no se hará sobre largos ca-minos sino que tendrá que limitarse a puntos determinados,

La tropa tiene por eso que atravesar con precaución loslugares del terreno en que el aviador pueda observar con rela-tiva facilidad (por ej.: puentes sobre grandes ríos, bifur-caciones de caminos).

Una buena organización del servicio de escuchas antiaéreos,evitar las columnas compactas en marcha, cubrirse y evitar to-do movimiento al iluminar los cohetes con paracaídas o —a me-nudo lo mejor— la provisoria interrupción de la marcha al oírel zumbido de los aviones, tienen que encontrar aplicación comomedidas de precaución y ser tomados en cuenta para el cálculode la duración de la marcha.

Un problema de combate: "El Centrode Gravedad".

Por el General von Horauf.

«De este modo cada ataque obtendrá«su centro de gravedad. En las órde-«nes hay que acentuarlo especialmen-«te». Regl. Cond. y Combate, alemán.«art. 10».

Creo que esta prescripción, anotada como corolario, yafia causado quebraderos de cabeza a muchos comandantes,ciertamente, el jefe tiene una idea donde él preferiría el «centrode gravedad» del ataque; pero, la situación táctica es dema-siado confusa para poder saber de antemano, si en efecto podráaplicarlo allí.

Por otra parte, teme no formar oportunamente su cen-tro de gravedad, pues se le podría reprochar que no tiene for-mada ninguna idea del combate. Tampoco el párrafo 98 delReglamento para la Instrucción de la Infantería, tomo I, resuel-ve las dudas por completo. Por esa razón vale la pena consi-derar más extensamente este problema.

Primeramente, ¿qué se entiende por «centro de gravedad»?El objeto del ataque es aniquilar al enemigo. Para alcanzan-lal objetivo es necesario suponer la superioridad del atacante,numérica, sea en material o en naturaleza moral. Si la supe-rioridad es muy considerable, bastará demostrarla para obtenerel éxito. Así, por ejemplo, el ataque de un Regimiento deInfantería, reforzado con artillería contra una compañía aisla-da, no necesita ningún centro de gravedad. Tampoco el ata-que de una tropa equipada con todas las armas modernascontra salvajes, armados con arcos y flechas. Pero, muy excep-cionalmente se presentarán circunstancias tan sencillas. Además,la eficacia de las armas actuales, da una fuerza de resisten-cia tan enorme al defensor, aún en situación de gran inferioridadnumérica, caso en que el atacante tendrá que emplear fuerza y

40 MEMORIAL DEL EJERCITO

material considerable, para poder desarrollar el ataque con igualfuerza en todo el frente, lo cual tampoco podría hacerse oportu-namente en la guerra de movimiento.

Hay que tener en cuenta para citar únicamente un sóloejemplo, las cantidades inmensas de munición que serían ne-cesarias para preparar y apoyar el ataque en todo el frente,—v. g., de un ejército,— contra un enemigo instalado en. unaposición defensiva. Se necesitarían varios días para llevar ypreparar las municiones, los mismos que el enemigo aprove-charía para reforzar de nuevo su posición, haciendo necesario,con tal procedimiento, otro refuerzo de las medidas de ataque.

En consecuencia, en la guerra de movimiento el atacantetendrá que renunciar casi siempre a la ejecución del ataquesimultáneo contra todo el frente, es decir formando «centrosde gravedad» para su empresa. Naturalmente, sería deseableelegir puntos que dominen a grandes distancias la posición deldefensor y cuya posesión excluiría automáticamente una reac-ción de las partes laterales. Pero el defensor habrá reconocidocuáles son tales puntos, gracias a su mejor conocimiento delterreno y habrá reforzado extraordinariamente la defensa deellos. Por lo tanto, el atacante se fundará para elegir su «cen-tro de gravedad,» no en la importancia del punto de ataque,sino en. la mayor probabilidad de poder penetrar con el mismo.Esto tiene tanta más importancia, cuanto más pequeño sea elefectivo de las tropas, como veremos en seguida.

La probabilidad de poder penetrar en un punto determina-do, depende de tres factores :

a) del terreno;b) de la organización de la defensa enemiga, yc) de la posibilidad de sacar partido de los medios de ata-

que.Hay una relación mútua entre estos tres factores.En la mayoría de los casos la influencia del terreno no

será decisiva, pues el defensor, a quién se debe suponer enmejor conocimiento del terreno, compensará un terreno desfa-vorable para él, —es decir, favorable para el atacante, por elempleo de medios artificiales de defensa: nidos de ametra-lladoras, obras de flanqueo, etc.— Ademas, un terreno favo-rabie para la aproximación de la infantería atacante, restrin-girá, en general, la ayuda por las propias armas pesadas.

Casi nunca será conocida completamente la organizaciónde la defensa enemiga en el lugar elegido como «centro degravedad,» en el momento en que el jefe dá su orden deataque; de tal modo que pueda basar en ese conocimiento sudecisión con cierta seguridad. Un defensor que conozca el

UN PROBLEMA DE COMBATE... 41

arte de la guerra se descubrirá solamente cuando se vea obli-gado a hacerlo a consecuencia de un ataque violento.

Por lo tanto, queda como factor preponderante para, teneren cuenta la elección del «centro de gravedad,» la posibilidadde poder sacar partido de los propios medios de ataque. Ciertoes que este factor, aun en el comienzo del ataque, se dejaapreciar solamente en proporción limitada. Es posible juzgaren qué grado la propia artillería, las ametralladoras, etc., pue-

.den apoyar el ataque de la infantería; pero no se puede predeciren qué extensión aquellas armas pueden batir y quebrantar lasmedidas defensivas enemigas que no son conocidas en detalle.

A la misma conclusión conduce la consideración de lasmedidas que estén a disposición del jefe para, establecer unasuperioridad en el centro de gravedad; estas son:

a) El empleo de tropas adecuadas en el lugar decisivo, alas órdenes del respectivo comandante;,

b) la extensión de la faja de combate;c) la concentración de una gran cantidad de armas pesadas

en el «centro de gravedad.»El primer factor no desempeña ningún papel en ejercicios

de paz; pero en la guerra, probablemente, ningún jefe renun-cia a empeñar en el lugar decisivo sus mejores tropas y susubordinado más enérgico y acreditado, siempre que sea posible.Pero, en la mayoría de los casos, no hay libertad de acción,pues no siempre la tropa más adecuada estará presente dondese quiera tenerla a mano. Los desplazamientos exigen tiempo,especialmente en grandes proporciones, y, por eso, muchas ve-ces no se podrá ejecutarlos. Además, la repetición de tal procedi-miento trae consigo un desgaste considerable de la mejor tropa.

Según opinión mía, la extensión mayor o rnenor de la fajade combate no tiene especial importancia. Para esto será pre-ciso, en primer término, el terreno, más no la voluntad deljefe. Por otra parte, la faja de combate prescribe solamente lafaja de que una unidad de tropas dispone para el movimientohacia adelante en el combate. Del modo cómo aquélla apro-vecha dicha faja, - si distribuye el efectivo uniformementeen todo el frente o si concentra sus fuerzas en un espacioestrecho dentro de la faja,— es cosa suya. Por ejemplo, unbatallón empeñado en una amplia faja de combate, podría con-centrar sus fuerzas —dejando libre una parte de ella— en unfrente estrecho para efectuar un ataque violento y escalonadoen profundidad.

De estas consideraciones se deduce que el medio esencialdel jefe para la creación del «centro de gravedad» y, por lotanto, el factor principal para su elección, es la posibilidad dehacer sacar el máximo de partido de las armas pesadas.

42 MEMORIAL DEL EJERCITO

El problema, a mi juicio, es: ¿ debe el jefe fijar el «cen-tro de gravedad» ya en la primera orden de ataque e indicadoexpresamente?

Hay que contestar a esta pregunta de un modo distinto,según mi opinión, teniendo en cuenta el efectivo de la unidad deque se trata. De acuerdo con las explicaciones hechas másarriba, lo determinará la posibilidad de crear en dicho centrouna energía más grande en el ataque, es decir, por medio delapoyo más fuerte de artillería, carros de combate, etc. Engrandes unidades se necesitan preparativos de tal amplitud quecasi no permiten modificaciones posteriores; desde el primer.momento debe decidir el jefe de un ejército o de un cuerpode ejército, en que cuerpo o en que división quiere situar elcentro de gravedad para poder dirigir a tiempo hacia allí suartillería de ejército o de cuerpo de ejército, sus masas de tan-ques, etc. Un cambio ulterior de centro de gravedad traeconsigo desplazamientos con pérdida de tiempo, y que, en lamayoría de los casos, no pueden llevarse a cabo. Para elmando superior influyen puntos de vista operativos, que yase pueden saber con anticipación. Por lo tanto, siempre debeindicarse el «centro de gravedad,» en la orden de ataque, yaque aquél debe fijarse de antemano.

Otra cosa sucede con el mando medio o subalterno, estoes, división, regimiento, batallón, pues, en ellos, sólo influyencircunstancias y consideraciones tácticas en la elección del «cen-tro de gravedad.» casi todo depende de la incógnita que apa-rece antes del comienzo del ataque, es decir, la fuerza de laresistencia enemiga con que se chocará. Pero, por otra parce,existe la posibilidad, sin gran pérdida de tiempo, de desplazaren el transcurso del combate el elemento principal, o sea elapoyo del ataque por la artillería. Incluso en la división bas-tará, en general, con transladar los puestos de observación y,cuando sea preciso, un cambio de posición que se podrá eje-cutarlo sin pérdida de tiempo notable. En. la faja de ataque deun regimiento o batallón, siempre se podrá transportar el fuegode la artillería desde un lugar al otro sin conveniente alguno.

Por eso, el mando medio o subalterno hará bien en noindicar, expresamente, un centro de gravedad en su primeraorden de ataque, pues todavía no tiene las bases necesariaspara su determinación definitiva, y muchas veces el desarrollodel ataque le obligará a cambiar el primer objetivo de ataque.

Si no se ha fijado de antemano el centro de gravedad, elcambio se efectuará muy sencillamente. Bastará dar una ordena la compañía de ametralladoras y pedir a la artillería queapoya a la unidad, que concentre el fuego no delante de lacompañía A, sino delante de la compañía B, por ej.

UN PROBLEMA DE COMBATE. . . 43

Una modificación del «centro de gravedad,» ya fija-do en la orden, provocaría fácilmente en la tropa la sensaciónde que el jefe no sabe lo que quiere y, además, si, por ejemplo,el comandante del batallón ordenará: «1 . a y 2.a Compañíasatacarán en primera línea; el «centro de gravedad» está en lafaja de la 2.a compañía», se creería en la 1.a, involuntaria-mente, el sentimiento de que importa poco si la compañía pro-gresa o se detiene, en cierto modo hasta podría no estar enarmonía con el art. 414 del Regl. de Conducción y Combale.

Hay que rechazar por completo la determinación de un«centro de gravedad» sin ponerlo de manifiesto por medio delesfuerzo de las tropas de ataque. Si se empeñan para el ata-que dos batallones ¡en terreno casi igual, en fajas de combate dela misma extensión, dotando a cada uno de una sección delanza-minas u otra de una de cañones de infantería, asignandoa cada uno la misma ayuda por la artillería, no tendría sentidoel expresar en la orden que el centro de gravedad está en elsector del batallón tal o cual. Ello sería una frase vacíade sentido.

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SANTIAGO

Combate ofensivo en los últimos 200 metros.Por el General Fábre.

(De Militari Digest).

Este combate se ejecuta casi exclusivamente con los recursoslimitados del escalón de asalto. Los fuegos de artillería y de la ba-se de fuego, que hasta ahora han abierto el camino a la Infantería,resultan débiles. La zona de seguridad, 200 metros para cañonesy morteros, y más paira las ametralladoras y el 37, obliga a todasesas armas a alargar sus fuegos cuando la Infantería alcanza esadistancia del enemigo, dejándola sola en presencia de peligros ca-da vez mayores.

La neutralización de la zona de atrás de la defensa enemigacontinúa, pero las líneas del frente, el objetivo de la Infantería,se le escapan en ese momento crítico. Al mismo tiempo, la defensase resiente igualmente, pero en grado menor, por razón de la esta-bilidad de su organización.

Soportar el fuego no es la única cuestión. La Infantería entraa una faja de terreno en donde nada puede escapar a la vista de undefensor oculto y atrincherado, cuyo fuego de infantería llega aser más y más certero. Al empezar los 200 metros, la superioridaddel material está al lado de la defensa. Si la Infantería atacante,habiendo alcanzado este punto, se encuentra impotente para cap-turar la posición, el ataque habrá fallado y, a pesar de los sacri-ficios ya hechos, todo habrá que empezarlo de nuevo.

Mientras más cerca del enemigo resulta la detención, ella esmás seria y costosa. La Infantería cuyo ataque es detenido a me-nos de 200 metros, queda expuesta a un contra ataque. Cada infan-te sabe que un ataque que falla tan cerca del enemigo, cuesta gran-des pérdidas y un efecto serio sobre la moral de las unidades. Ha-biendo alcanzado ese punto, tenemos que ser capaces aun de llevarel ataque hasta la posición del enemigo. Ese combate decisivo, lalucha del último cuarto de hora, esa lucha mano a mano con lamuerte, introduce un nuevo factor en la contienda: el valor indi-vidual de cada combatiente.

46 MEMORIAL DEL EJERCITO

Algunos dicen que la Infantería no estará sola; acompañadade tanques que reemplazarán a la Artillería en los últimos 200 me-tros. Pero la Infantería no dispondrá siempre de tanques. Con losejércitos monstruos modernos y los enormes frentes, nunca habrálos suficientes tanques para todos los ataques. Aun en las zonasdefensivas, los tanques serán necesarios para participar en los con-traataques. El arte del Comando consiste en emplearlos en las zo-nas en donde serán indispensables.

Por razones tácticas, además, los tanques no pueden testar en.todas partes. Ellos necesitan grandes extensiones de terreno sufi-cientemente descubierto para su acción, dejando a la Infantería,sostenida por la Artillería, la tarea de atacar los sectores dondeellos no pueden acercarse: cursos de agua detrás de los cuales elenemigo ha organizado una posición, aldeas, bosques, zonas orgai-nizadas con obstáculos artificiales o transformadas en campos mi-nados.

De los ataques sin tanques, hay dos casos generales: a) el apo-yado por una masa de Artillería que permita un ataque detrás deuna cortina de fuego; b) el de la Infantería y su Artillería orgá-nica sola. Este último será frecuente: avance para proteger la ac-ción, ataques de puestos avanzados o posiciones sucesivas, combatesde encuentro, ataques sorpresivos, etc. Ellos presentarán aspectosmuy variados, pero tendrán siempre el mismo objetivo: apoderar-se de los centros de resistencia, de los cuales el conjunto constituyela posición enemiga.

La experiencia de la guerra ha demostrado que es sólo desdeuna distancia de unos diez metros que uno puede intentar, con pro-babilidades de éxito, arrojarse sobre un adversario para rechazar-lo de su posición. Ejecutar esta embestida desde más lejos, es bus-car el desastre. Analicemos esta cuestión, teniendo en cuenta la na-turaleza exacta de las armas y máquinas de acompañamiento1 queposee la Infantería actualmente.

Dirección y organización del ataque.

Las líneas del frente están solas con sus propias armas, de po-der y eficacia limitados, en el momento en que el avance resultamás difícil y peligroso. Bajo tales condiciones, el ejercicio delmando se hace difícil, si no imposible. Es la fase de la iniciativaindividual; pero que no debe degenerar en desorden. Cada ataquedebe ser organizado y dirigido cualquiera que sea su naturaleza.

En lugar de centralizar los medios con el objeto de facilitarel mando, deberían ser descentralizados y el comando organizadoen consecuencia. Esto es imperfecto, pero impuesto por el poder,de las armas de fuego modernas. La organización consiste en fijar,los respectivos papeles a los jefes de sección y Comandantes de es-cuadras, porque su deber es el lanzarse al ataque alrededor de los

COMBATE OFENSIVO EN LOS ULTIMOS 47

200 metros. Ellos buscarán todas las facilidades que permitanAproximarse tan cerca como sea posible a las líneas enemigas conel menor riesgo. Los caminos de fácil acceso son iguales a las zo-nas de poca resistencia.Generalmente, una o dos rutas favorables se encontrarán enel frente de una sección. Si existe una, el Jefe de la sección orde-nará el ataque con dos escuadras, las que dirigirá personalmente,dando a la tercera una misión de neutralización a la izquierda oderecha. Si hay dos, lanzará un ataque con dos escuadras en una ru-ta y una en la otra. Si, en un caso excepcional, hay tres zonas favo-rables de acceso, cada escuadra tomará una, el Jefe de sección mar-chará con la escuadra del centro. El número de combinaciones esbastante limitado. El punto principal es la idea de maniobrar yel empleo del terreno para la aproximación. Las órdenes dadas acada escuadra son muy sencillas.

A los Comandantes de escuadra les corresponden las tareas dela ejecución. Estas requieren una instrucción en los menores deta-lles, dada en todos los terrenos.

Progreso preparatorio para el asalto.Se trata de avanzar desde 200 metros hasta 30 o 40 meteos con

las menores pérdidas posibles. Es peligroso, porque las armas deapoyo han aumentado sus alcances. De los morteros de Infante-ría, 81 y 60 mm., armas de tiro curvo, exactas a distancias cortas,debemos pedir el rendimiento máximo. Exigiendo un fuego certe-ro, la Infantería puede avanzar otros 50 o aun 100 metros adelan-te, antes de introducirse en la zona de peligro de sus propias ar-mas de acompañamiento. Esto permitirá a los fusiles automáticosy granadas de fusil del asaltante entrar en acción y continuarla.

Generalmente, cuando la Infantería se acerca a la línea de 200metros, habrá dado un fuerte impulso inicial por un fuego de pre-

paración ejecutada por un grupo en apoyo directo, por medio delos morteros del batallón y las ametralladoras de la base do fuego.

Este fuego preparatorio no puede ser abierto, sino a un tiempodeterminado y para una duración definida (5 minutos por ejem-

plo). Se necesitan 30 minutos para las transmisiones de los pedi-os de fuego y la organización de ellos antes de que se inicien.

Durante este tiempo, los Jefes de sección dictan sus órdenes y pre-paran sus disposiciones para el ataque.

En consecuencia, es necesario que el comandante mismo delbatallón se preocupe de los pedidos de apoyo, fijando la hora y du-ración del fuego preparatorio cuando su unidad se aproxima alpunto de los 300 metros.

Con la abertura del fuego de preparación, las secciones en lalínea del frente se mueven hacia adelante con prontitud, cada es-

cuadra en la dirección prescrita para ella y en una formación

48 MEMORIAL DEL EJERCITO

apropiada al terreno. Aprovechando la vigorosa neutralización,varios grupos pueden avanzar 50 o aun 100 metros.

Terminado el fuego preparatorio, empezará el progreso porinfiltración, para ser continuado hasta la distancia de asalto, lacual, habrá sido designada anticipadamente por un matorral o unrepliegue visible del terreno. Esta infiltración será metódica, pe-ro ininterrumpida, porque es de interés para las unidades de asal-to, disminuir el tiempo que permanezcan bajo los fuegos de la de-fensa. Además, es conveniente no prolongar este esfuerzo, a finde mantener una moral elevada para cuando se llegue al combatecuerpo a cuerpo.

A fin de no interrumpir la infiltración, debe ser impulsada asus límites extremos y apoyada constantemente por el fuego. Nun-ca es suficiente la atención en la instrucción de este método deavance, en forma individual, en cortos saltos de cinco o diez metros,sacando ventaja de cada depresión del terreno; no ejecutando mo-vimientos extraordinarios que puedan descubrir las posiciones, uti-lizando cada arbusto o grupo de vegetación. El fuego de apoyoviene primero desde el disparar recíproco de- las armas pertene-cientes al escalón de asalto, y después el de las armas que apoyan.Este alarga progresivamente sus fuegos, apoyando a la Infanteríatan estrechamente como sea posible.

Dentro de la sección, los fusiles automáticos y los fusileros de-ben alternar como elementos de fuego y movimiento, para apoyar-se entre sí recíprocamente. Solamente la granada de fusil, con sutiro curvo, queda exclusivamente como un elemento de fuego.Cuanto más avanza el F. A., tanto más vulnerable se conviertey tanto más disminuye su poder de neutralización. Es completa-mente diferente con los fusileros, quienes, a medida que se acercanal enemigo, es más certero y efectivo su fuego. En cuanto a lagranada de fusil, su fuego es eficaz sólo cuando está concentrado.Los cuatro granaderos seguirían, por lo tanto, la huella de la escua-dra con la cual avanza el Jefe de sección, trabajando alternada-mente para cada escuadra. Un reaprovisionamiento se efectuaríaalrededor de los 100 metros por hombres de la sección de reserva,porque cada granadera lleva solamente 8 proyectiles, de lo que re-sulta un total de 32 granadas paira cada sección.

El fusil automático estará en un flanco de la escuadra, endonde habrá más libertad de movimiento y un gran campo de tiro.Asignándole el terreno con diversidades de relieve y abrigo, el F.A. tendrá que ejecutar menos saltos; puede permanecer más tiem-po en cada posición de fuego, apoyar mejor la infiltración y redu-cir la vulnerabilidad del arma.

El Jefe de sección ejercerá el mando general, pero no impe-dirá el progreso de los grupos' a menos que sea necesario. Personal-mente dirige el progreso y empleo del grupo de granaderas, de locual puede depender el éxito o fracaso del avance.

COMBATE OFENSIVO EN LOS ULTIMOS... 49

El asalto.

Con este lento progreso, los fusileros pueden llegar hasta unadistancia de 30 a 50 metros desde la línea de los centros de resis-tencia más avanzada. Pero los ejercicios han demostrado que en lamayoría de los casos, los F. A. no serán capaces de llegar allí sinser destruidos. Al iniciarse los 200 metros, la vulnerabilidad delarma y sus' servidores llega a ser preponderante, lo cual limita sin-gularmente la facilidad de movimiento de la pieza. La habilidaden el empleo del terreno por los combatientes facilitará para colo-car una parte de los F. A. en la línea de asalto. Estos tomaránparte en él; los que no han sido capaces de llegar a la línea, perma-necerán en sus últimas posiciones de fuego, como un escalón de fue-go. Desde ahí, ellos apoyarán el asalto como mejor lo puedan.

Si los nidos de resistencia de la primera línea son conquista-dos por los fusileros, los F. A. que están atrás pueden ser empu-jados en un rápido salto y tomar sus posiciones junto a los infan-tes. Si éstos no han alcanzado éxito y los sobrevivientes son recha-zados, los F. A. de atrás pueden socorrer a su grupo, por el fue-go, y de este modo, limitar las consecuencias de la detención.

En el asalto, los fusileros constituyen el elemento capital; losúnicos que, por su individualismo, su armamento y su instrucción,son verdaderamente aptos para la lucha cuerpo a cuerpo. El per-sonal de las escuadras de F. A. es heterogéneo, malamente prepa-rado para semejante combate. El remedio consiste en reducir Jadotación de personal de los rifles F. A. al mínimo estrictamentenecesario y aumentar el número de fusileros al máximo en la sec-ción. Esto dará una gran fuerza efectiva suficiente para el asalto.

En nuestros ejercicios corremos a toda velocidad, suponiendoque no hay defensas accesorias. Eso será como en un combate deencuentro, pero en el caso general, habrá defensas poco profundasy discontinuas, alambradas de púa, hoyos grandes de granada queretardarán un poco a los infantes. Este terreno puede todavía seratravesado con buena velocidad si nuestros hombres están adiestra-dos para saltar por fosos y alambradas de púa. Los 40 metros pue-den atravesarse en 10 a 15 segundos, durante los cuales, será nece-sario asegurar una neutralización eficaz, sin perjuicio de una neu-tralización inicial que permitirá una buena partida para el asalto.

Este puede asegurarse por un fuego general de dos minutos;6 a 8 granadas de fusil, varias ráfagas desde los F. A. y unoscuantos disparos por los fusileros. Entonces el ataque es largadoa la señal del Jefe inmediatamente después de la última descargade las granadas de fusil.

Al llegar a las defensas accesorias, das fusileros por escuadraarrojan una o dos granadas de mano, en seguida, se reúnen a sus

M. del E. 4.

50 MEMORIAL DEL EJERCITO

camaradas. Durante este tiempo los F. A. disparan mientrasavanzan. Si la distancia es demasiado grande, cada fusilero pue-de disparar bien una o dos veces mientras avaza. Estas precau-ciones prolongarían la neutralización inicial.

Cuando la línea da asalto alcanza la posición enemiga, empie-za la refriega. Esta es únicamente una serie de combates indivi-duales. Para evitar desorden, cada uno se ¿someterá a un sistemaconocido. El fusilero del F. A. dispara a cada adversario direc-tamente y que esté delante de él; mientras su asistente, permane-ciendo muy cerca, dispara con su pistola. Ambos toman posicionesdetrás de un parapeto al flanco de sus camaradas y rechazan cual-quier contra ataque parcial. Los sub-oficiales y fusileros atacancada uno al adversario más cerca de ellos, entonces se extiendenhacia derecha e izquierda y liquidan el resto de los enemigos.

Cuando se ha asegurado el éxito, cada Comandante de escua-dra pone en orden su unidad en la cercanía de su F. A. Entoncesindica la dirección de la persecución o da sus órdenes para el ata-que de otro nido de resistencia. Si el Jefe de sección ha dirigidoel asalto, da con prontitud sus instrucciones a cada escuadra. Aho-ra todos los elementos de la sección estarán en línea.

Conclusiones.

1) Necesidad de tener una organización apropiada para uncombate cuerpo a cuerpo y a corta distancia.

2) Necesidad de pequeñas unidades de Infantería que conoz-can a fondo la táctica del combate a corta distancia: fuego, movi-miento, utilización del terreno, bajo las formas más variadas.

3) Importancia del valor individual de cada combatiente.En el combate de los últimos 200 metros, el ambiente moral

está en tensión. Pero si no es uniforme, el asaltante se da cuentadel gran peligro que corre ante un adversario protegido. Para ven-cer esta impresión y avanzar, cada hombre debe tener una moralsuperior. Pero no tes suficiente que los infantes sepan dejarse ma-tar con valentía, necesitamos hombres que puedan, a pesar de lasfatigas sufridas' y de las molestias del equipo, ejecutar saltos rá-pidos, disparar con precisión, atravesar alambradas, saltar sobretrincheras, arrojar granadas durante la marcha, después, en elcuerpo, derribar a su adversario de un tiro, culatazo o con la bayo-neta. Sabiendo hacer todo esto, es como el soldado tiene probabi-lidad de pasar a través del peligro y quedar en pie, es decir, ser elconquistador.

El valor individual ocupa un lugar importante en aviación yen las unidades que manejan materiales mecánicos, porque el ais-lamiento de los aparatos los coloca en situación peligrosa. Teme-mos que, en la Infantería, no tengamos la correcta percepción de

COMBATE OFENSIVO EN LOS ULTIMOS 51

su importancia, aunque es predominante en el acto decisivo delcombate de la Infantería.

El combate de los últimos 200 metros es la piedra de tope delinfante. Un estudio de él producirá sorpresa ciertamente entre to-dos los que todavía no lo han examinado a fondo. Ellos aprende-rán el valor de la acción más pequeña, así como la complejidad ydificultad de la labor del infante. Sentirán también, la necesidadde exaltar el valor individual del soldado.

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S A N T I A G O

La Caballería en la guerra de España.Por Arturo Fuentes Rabé.

La "Revue Mílitaire Genérale" de X. 38., publica un estudioque se refiere al título de este trabajo y en el cual, el General.A. Niessel, sin entrar en mayores comentarios, presenta la acciónque correspondió desarrollar a la Caballería en la Guerra de Espa-ña. Toma como base para sus reflexiones los artículos que en formaimparcial y objetiva publica en la "Estrella Roja" el Oficial so-viético M. Sviétaiev.

Por ser de interés para nosotros el estudio en cuestión, estima-mos oportuno reproducirlo ya que él, una vez más, viene a reforzarel principio tan discutido a comienzos y durante el desarrollo de laGran Guerra, de la necesidad que señala la existencia de la Caba-llería dentro de las exigencias de la Guerra moderna.

Si es verdad que el expresado estudio se desenvuelve dentrodel estrecho marco donde tuvo que actuar la Caballería en el sueloespañol; marco que no da campo suficiente para presentar ejem-plos de grandes acciones de carácter estratégico o tareas de com-barte de cierta magnitud; sirve, en camibio, para valorizar en todasu intensidad lo que es capaz de hacer el arma, o mejor dicho, loque un Jefe puede realizar con su Caballería si encuadra la acciónde sus jinetes dentro de los principios de seguridad que deben ga-rantir la vida del arma cuando actúa en el campo de batalla.

El estudio que analizamos, no señala una pauta precisa de ac-ción para la Caballería en general y, mucho menos, para la Caba-llería destinada a moverse y emplearse en los países Sud-americanos.

El campo de operaciones donde actuará esta última ofrece am-plio campo para que el arma de la rapidez y del empuje puedadesarrollar, en toda su intensidad, el conocido y noble rol que le escaracterístico. En cambio; nos presenta al arma montada actuando

dentro de una nueva modalidad, venciendo las dificultades que lepresenta un campo de acción restringido, combatiendo en terrenos

que le son absolutamente hostiles y donde ve reducido, casi a unmínimo. la movilidad que debe engendrar sus victorias.

54 MEMORIAL DEL EJERCITO

A pesar de tales dificultades; la Caballería actúa, y actúa conbuen éxito marcando etapas de verdadera importancia, ya sea den-tro de su rol estratégico o dentro de su acción de combate.

Otro punto de capital importancia, digno de ser debidamenteconsiderado, se refiere al material ganado. Aunque el autor sóloparece apreciarlo para presentar la futura acción de la Caballería,estimamos de necesidad hacerlo presente como un factor de capitalimportancia, ya que él es la base sobre la cual debe edificarse elbuen o mal éxito de la acción por emprender.

En ocasiones anteriores lo hemos manifestado: el material ga-nado no se improvisa ni es materia de fabricación en serie o elemen-to de elaboración en usinas. Y si a la escasez de ganado en un momen-to difícil se suma la falta de interés de parte de los criadores de ga-nado para producir un factor animal que no tiene ni tendrá mer-cado dentro de las necesidades del país, el difícil problema de lafalta de producción caballar podrá apreciarse debidamente y en todasu dolorosa intensidad, el día en que la campaña reclame y exija laacción de la Caballería, acción que no puede ni podrá ser reempla-zada por carros de combate, por tanques o por orugas metálicas quetienen otras problemas que resolver y otras tareas que cumplir.

Posiblemente el descuido de tan importante problema naciójunto al errado principio que se generó al calor de la guerra detrincheras y frente al enorme progreso alcanzado por las armas ymáquinas modernas de combate que, según el sentir de apreciacio-nes retrógradas y pesimistas, condenaban a morir la acción del armamontada. Entre nosotros también se destacó este elemento que sos-tuvo tan errado principio, elemento que sólo se inclinó ante la evi-dencia y después de haber palpado la realidad de los hechos consu-mados por las grandes potencias.

Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, Italia; potencias queacababan de levantarse sobre los escombros de una prolongada gue-rra de trincheras, no dudaron un momento que era de importanciaconsiderar el poderoso y positivo rol que corresponde desempeñara la Caballería en el vasto campo de acción que le presenta la guerramoderna. Tales países efectuaron estudios profundos sobre tan de-licada materia y llegaron a la conclusión que señala la absoluta ne-cesidad de vigorizar el nervio del arma montada. De acuerdo contal principio, motorizaron los elementos y mecanizaron los medios decombate de la Caballería.

Es casi incuestionable que los campos Sud-americanos no veránque sus campañas queden sujetas a una característica que se relacio-ne con una prolongada guerra de trincheras; por lo contrario, suacción llevará impreso el sello de una activa campaña de movimiento,

Consecuente con este principio, el estudio que presentamos a con-tinuación tiende a mostrar que; aunque encuadrada la Caballeríadentro de un campo de acción restringido y deficiente y cuya carac-

LA CABALLERIA EN LA GUERRA DE ESPAÑA 55

terática principal es la guerra de trincheras o de localidades, el ar-ma montada encuentra campo suficiente para presentar acciones desuma importancia, tanto ejercitando su rol estratégico como presen-tando en el combate la potencia de sus fuegos.

La caballería en la Guerra de España.

La literatura. Militar de la Guerra de España, habla muy pocodel rol desempeñado por la Caballería en el transcurso de las dis-tintas operaciones.

La razón de este silencio descansa, seguramente, en que el armano ha sido empleada en grandes unidades ni fué preparada para ha-cer frente a una fuerte operación de conjunto.

Por otra parte debe considerarse que, ni la configuración delsuelo español, ni los campos de operaciones donde esta arma ha ac-tuado, ni los recursos que se relacionan con el ganado, han permiti-do que la Caballería se haga presente como una arma moderna, ca-paz de rendir el máximum de lo que ella es capaz, tanto en su mi-sión estratégica como en sus tareas de combate.

A pesar de todo: el rol de la Caballería no fué descuidado ysu desempeño en pequeñas unidades, generalmente mal empleadas,no ha dejado de tener su influencia directa en la marcha de losacontecimientos.

Un vocero imparcial que nos habla sobre el empleo de la Ca-ballería en España, hasta fines de 1937, es el Oficial soviético M.Sviétaiev, que al respecto hizo publicaciones en el Diario Militar Ofi-cial de la U. R. S. S. la KRASNAIA ZVIEZDA, (La Estrella Roja).Para facilitar la mejor comprensión de las indicaciones contenidasen estas publicaciones, se analiza el rol desempeñado por una Di-visión de Caballería nacionalista, en parte motorizada, durante lasoperaciones que se siguieron a la liberación de Teruel y tal como eldesarrollo de esta operación aparece en los comunicados oficiales delGeneral Franco.

Según los datas estadísticos publicados en 1933, España podíadisponer, en esa fecha, de: 800,000 caballares; 1.500,000 mulares y1.000,000 de asnos.

Casi la mitad de los primeros, (350,000) figuraban como pro-piedad de los poseedores de grandes suelos territoriales. Las mulasy asnos tenían preferencia para ser empleados en las explotacionesagrícolas.

56 MEMORIAL DEL EJERCITO

Como puede fácilmente apreciarse, el número de caballares sepresentaba manifiestamente insuficiente para actuar debidamentedentro de las necesidades que exigía la magnitud de los aconteci-mientos a que iba a dar lugar la contienda española.

Si a lo anterior se agrega que el uso del caballo estaba relativa-mente muy poco extendido, debe aceptarse que el rápido desenvolvi-miento de la Caballería se iba a ver seriamente dificultado.

El Ejército regular español sólo comprendía diez Regimientosde Caballería, un Grupo de Auto-ametralladoras y dos Batallones ci-clistas. En Marruecos existían dos Grupos de Escuadrones indíge-nas destinados a operar en combinación con la infantería.

Seis de los Regimientos de Cab. estaban agrupados en una Di-visión a tres Brigadas, que disponían de un Regimiento de Art. acaballo, (36 piezas) ; de un Batallón motorizado de infantería; de unEscuadrón de auto-ametralladoras, de un Escuadrón de zapadores;de un Destacamento de transmisiones y de un Destacamento deaviación.

Su efectivo total se elevaba a: 3,500 combatientes, 60 ametralla-doras, 36 cañones, 9 auto-ametralladoras y 6 aviones.

Los Regimientos de caballería estaban compuestos de: 5 Escua-drones, de los cuales uno de ametralladoras sobre albardones.

Armamentos de los jinetes: sable y Máuser español de 7,5 mi-límetros; sin bayoneta. La caballería no disponía de granadas demano. Los Grupos de Escuadrones marroquíes a tres Escuadronessin ametralladoras.

Tomada en su conjunto, la preparación táctica de la Caballe-ría se presentaba como muy mediocre y muy poco de acuerdo conlas condiciones y exigencias técnicas modernas del combate.

Los Escuadrones marroquíes sólo tenían la práctica de las ope-raciones efectuadas en terrenos montañosos y difíciles.

Junto con estallar la guerra civil, fué disuelta una parte de losRegimientos existentes. Las filas nacionalistas se vieron reforzadaspor la casi totalidad de los Oficiales y Suboficiales de los cuadrospermanentes de estas unidades y a muchos jinetes se les buscó acti-vidad en otras armas.

El núcleo principal de la caballería del General Franco fué for-mado por los Escuadrones Marroquíes, junto con los tercios de laLegión y las unidades de la infantería marroquí que había atravesa-do el Mediterráneo.

En octubre de 1936, con motivo de la marcha efectuada sobreMadrid, la mayor parte de esta caballería fué agrupada en una Bri-gada y puesta bajo las órdenes del Coronel Monasterio. Esta agru-pación desempeñó un rol de importancia durante las operaciones

LA CABALLERIA EN LA GUERRA DE ESPAÑA 57

llevadas por los nacionalistas contra Madrid; ya sea cubriendo lamarcha de sus tropas, o protegiendo el flanco derecho de las colum-nas que avanzaban.

Esta acción de la caballería nacionalista causó un enorme efectomoral en la infantería gubernamental, tropa muy poco aguerrida yformada a base de cuadros muy deficientes. Tal hecho obligó a queesta infantería variara su organización, estableciendo sus organismosmás de acuerdo con las circunstancias del momento y las nuevasmisiones recibidas.

A comienzos de octubre de 3936, la Agrupación nacionalista fuéorganizada a base de 5 ó 6 Escuadrones reforzados con una o dosbaterías. Más adelante, cuando la resistencia gubernamental se hizomás efectiva y más sólida, recibió el refuerzo de infantería motori-zada. Tal resolución fué especialmente tomada el 29 de octubre de1936, en vista de las enormes pérdidas sufridas por dos Escuadro-nes nacionalistas en el combate que sostuvieron próximo a Sesen,contra un Destacamento de tanques gubernamentales.

Es interesante el relato de tal incidente:La Brigada Monasterio descansaba a retaguardia de una de las

líneas de infantería y, por estimarse absolutamente segura, habíadescuidado toda medida de defensa contra un ataque de los carrosenemigos y, según parece, también había descuidado el servicio deseguridad inmediato.

Un! Grupo de dos (Escuadrones que marchaba confiado y en co-lumna por cuatro a través' de una de las calles del villorio fué ata-cado sorpresivamente por una columna de carros gubernamentales,ataque que se efectuó por el frente y por la retaguardia de los es-cuadrones en marcha. Cortada toda línea de retirada, sólo algunosjinetes aislados lograron escapar de aquella verdadera ratonera.

A comienzos de 1936, la Agrupación Monasterio se transformóen una Brigada mixta, compuesta de un número variable de Es-cuadrones de caballería, un Escuadrón ametralladoras, tres Bate-rías de artillería y tres Batallones de infantería motorizada.

Fueron estos Escuadrones de la Agrupación Monasterio los quellevaron a feliz término verdaderas operaciones de caballería hastael momento en que se estableció el frente continuo.

Algunos hechos:El 5 y 6 de noviembre, cinco Escuadrones se apoderan del par-

que de la Casa del Campo y mantienen el terreno en su poder hastala llegada de la infantería.

Reforzada más adelante esta fuerza montada en forma que pudocontar con siete a ocho Escuadrones, la Agrupación tomó parte ennumerosos combates librados en los alrededores de Boadilla del Mon-te, (XII - 36) ; y también combate a pie en Las Rosas de Majahon-da al noroeste de Madrid (I. 37).

58 MEMORIAL DEL EJERCITO

En febrero de 1937, durante el curso de las operaciones en elvalle del Jarama, sin la previa preparación de la artillería y apoya-dos solamente por carros livianos, los Escuadrones de la BrigadaMonasterio intentaron un ataque a caballo contra un Batallón gu-bernamental que había tomado posiciones en trincheras inconclusasy construidas con toda precipitación.

Los carros precedieron la entrada en acción de la caballeríasin haber establecido una íntima combinación con ella.

No obstante que algunos grupos de jinetes lograron penetrar ala posición; el ataque de la caballería fué rechazado con enormespérdidas de hombres y ganado.

Este ataque frustrado por falta de la debida y lógica prepara-ción parece que fué la última tarea de importancia que, en lo quea acción montada se refiere, cupo desempeñar a la Brigada Monaste-rio sobre el frente de Madrid.

A causa de la extensión y falta de un frente fijo por parte deambos adversarios; los nacionalistas emplearon con bastante fre-cuencia, en la parte sur de España, Grupos de cinco o seis Escua-drones que actuaron apoyados por infantería motorizada. EstasAgrupaciones mixtas desempeñaron un rol de importancia en los úl-timos meses de 1936, gracias a la instrucción bastante deficiente dela infantería gubernamental que se mostró muy poco móvil e inca-paz de presentar una resistencia relativamente seria.

Consecuente con su movilidad, la Caballería nacionalista logróobtener muchos éxitos de detalle.

Los comunicados del 12 y 13 de febrero emitidos por el GeneralFranco, elogian y mencionan en particular la acción llevada a cabopor uno de estos Destacamentos de Caballería durante las operacio-nes efectuadas en Extremadura, en el sector Granja de Torre-hermosa.

En estrecho enlace con su infantería y en los momentos precisosen que ésta logró abrir una brecha en el frente adversario, la oportu-na, carga de numerosos Escuadrones terminó la obra iniciada por lainfantería y el enemigo se vió forzado a retirarse en desorden. Pro-siguiendo su feliz acción, la Caballería tomó la ciudad de "La Po-silla" y la altura de "Los Pojos", continuando la persecución acaballo hasta los pueblos de El Abrevadero y (El Juncal, los quemantuvo en su poder hasta la llegada de su infantería. Más adelan-te, durante el avance local nacionalista efectuado desde el 15 al 20de junio de 1938, en los alrededores de Peñarroya y en el que se lo-gró conquistar una quincena de kilómetros en el sentido de la pro-fundidad ; la Caballería prestó servicios de indiscutible valor, tan-to en lo que se relaciona con la persecución de las tropas en retira-da, como en lo que se refiere a la limpieza de la zona ocupada.

LA CABALLERIA EN LA GUERRA DE ESPAÑA 59

Las grandes operaciones llevadas a cabo durante el verano de1937, no dieron ocasión para que la Caballería fuera empleada ensu rol estratégico. El arma montada fué, casi siempre, empleada porEscuadrones o pequeños grupos de Escuadrones y en estrecha com-binación con la infantería.

Sin embargo queda constancia que en muchas ocasiones se pro-cedió a formar agrupamientos de mayor importancia, tales comoGrupos de Escuadrones y Grupos Mixtos. Parece que tales forma-ciones no desempeñaron un rol característico.

Por el lado gubernamental; especialmente al comienzo de lashostilidades, las tropas se organizaron con toda precipitación y fue-ron mal encuadradas. Se movieron, casi exclusivamente, en automóvi-les, a lo largo de los caminos y operando en la proximidad de ellos,sin ningún servicio de seguridad a larga distancia y, lo que es máscriticable, sin el servicio de seguridad inmediato.

Tal sistema fué eficazmente aprovechado por el enemigo, lo queobligó a que los gubernamentales reaccionaran en el sentido de pro-ceder a la organización de una Caballería que fuera capaz de opo-nerse a los Escuadrones marroquíes.

De acuerdo con esta favorable reacción, se procedió a organi-zar, afectos a las distintas columnas, destacamentos de Caballeríade fuerza variable, destinados a garantir los servicios de seguridady de enlace.

A partir de octubre do 1936 y a medida que las Brigadas deinfantería gubernamentales se formaban a base de cuatro Batallo-nes de 600 hombres, (en realidad sólo Regimientos), reciben: ladotación de un Escuadrón. Más adelante se toman las medidas ne-cesarias para la formación de Brigadas de Caballería que siemprese ven reforzadas con infantería motorizada.

Según lo manifestado por M. Sviétaiev, en diciembre de 1936y en abril de 1937; una columna liviana gubernamental compuestade tres Escuadrones, un Batallón motoriado y una Batería, tomóparte activa en todos los combates librados en la región de Teruel.

Durante la prolongada Batalla de Brunete, (N-O. de Madrid,VII. 36), la Caballería gubernamental del V.º Cuerpo, cooperó enlos ataques librados en los alrededores de Quijorna y tomó parte ac-tiva en la toma de esta localidad.

Cuando intentó explotar el éxito persiguiendo y tratando deaniquilar al enemigo que se retiraba, fracasó en su intento; fué de-tenida y obligada a replegarse bajo el fuego tenaz de los perseguidos.

La Caballería gubernamental participa también, y en formaamplia, en las operaciones verificadas en el frente de Aragón en elmes de agosto de 1937.

60 MEMORIAL DEL EJERCITO

La Caballería nacionalista y las formaciones motorizadas quetrabajaron en enlace con ella, desempeñaron un rol de importanciaen las operaciones de 1938, rol que merece ser mencionado, si seatiende a que la sido materia de especial elogio en los comunicadosoficiales del General Franco.

Las operaciones de los días 6 y 7 - II - llevadas a efecto al N.y NE. de Teruel, dejaron en manos de los nacionalistas las mon-tañas al O. del valle de Alfambra. Para lograr su objetivo, los Es-cuadrones montados avanzaron rápidamente y, tan pronto como estevalle fué alcanzado en diversos de sus puntos defendidos, tomaronen desorden la retaguardia de los gubernamentales en retirada, loque les permitió apoderarse de numerosos villorios que mantuvieronen su poder hasta la llegada de la propia infantería.

El día 29 del mismo mes, mientras una columna compuesta delas tres armas ocupaba el valle de Turia; un Destacamento de Ca-ballería se apoderó de la ciudad de Castralvo y cortó la retirada alos elementos gubernamentales que trataban de evadirse hacia elsur. Esta acción contribuyó a la rendición de las tropas gubernamen-tales que aun se mantenían en Teruel.

El rol de mayor importancia desempeñado por la Caballería, lopresenta la División Monasterio al comienzo de marzo, en los momen-tos en que la gran ofensiva nacionalista, desbordando hacia el norte,presiona sobre todo el frente de Montalvan a Zaragoza.

En esta acción, el arma montada se desempeña con la coopera-ción de unidades motorizadas, Destacamentos de auto-ametrallado-ras y carros de combate.

El comunicado oficial del 11 de marzo deja constancia de lafeliz participación que correspondió a la Caballería en los ataquesefectuados en la región de Belchite y las felicitaciones a que se haceacreedora de parte del General Franco por la rápida y magistralexplotación del éxito, que contribuye a la desordenada retirada delenemigo.

Del efectivo y rápido avance de las tropas montadas quedóconstancia en el comunicado del día 12 de marzo, que señala la lle-gada de la División Monasterio a Escatrón, sobre el Ebro, distantemás de treinta kilómetros del frente que esta arma logró romper enBelchite.

El audaz y efectivo avance de esta División facilitó, en formamanifiesta, la rápida marcha que ejecutaron, un poco más al sur,los elementos del Cuerpo de Ejército del General Yague que el día15 logró alcanzar hasta Caspe, también sobre el Ebro y al sur-estede Escatrón.

El balance de la feliz acción desempeñada por la Caballeríase tradujo en: 100 kilómetros ganados hacia el este en cinco días;8,000 prisioneros y un considerable material bélico.

LA CABALLERIA EN LA GUERRA DE ESPAÑA 61

Por otra parte, la maniobra ejecutada por la División Monaste-rio logró encubrir los preparativos que, hacia el este, efectuaba elgrueso del Cuerpo de Ejército del General Yagua para pasar elEbro en Quinto y Gelsa.

Mientras el extremo izquierdo de las tropas nacionalistas sor-presivamente se hacía presente en Huesca el día 25 de marzo, elgrueso de este Cuerpo de Ejército, hábilmente secundado en su ac-ción por un gran número de Escuadrones, franqueó el Ebro enQuinto y Gelsa para marchar sobre Bujaraloz, llevando como obje-tivo el de cortar el camino de Zaragoza a Lérida.

La feliz realización de esta acción trajo como resultado que elfrente gubernamental fuera completamente rodeado e iniciara sudesmoronamiento al este de Zaragoza.

Sobrepasando las columnas del General Yague hacia el flancoizquierdo, la Caballería se apoderó de Pina sobre el Ebro. En estecaso, la explotación del éxito se traduce en pérdidas de considera-ción sufridas por los gubernamentales durante la limpieza que seefectúa, el día 24 de marzo y siguientes, en la zona de los Monegros,al norte de Bujaraloz.

Paralelamente con la acción anterior, un fuerte Destacamentode Caballería y tropas motorizadas operan al este de Caspe, a lolargo del Ebro, donde logran rechazar al enemigo y apoderarse deNonaspe y Fayon poblaciones que, al ser rodeadas, deja sus alturasvecinas en poder de la Caballería.

Con estas últimas operaciones, serias y de gran envergadura, seobtiene, además de la feliz explotación de los resultados tácticosproporcionados a la ofensiva general; resultados estratégicos de su-ma importancia. También ellos sirven para confirmar, en forma máso menos clara y precisa, las conclusiones a que M. Sviétaiev logróllegar algunas semanas antes de efectuarse estas operaciones y quese manifiestan a continuación.

Reconociendo con anticipación que la Caballería gubernamentalsiempre se presentó pobremente dotada de los medios técnicos decombate, el Oficial soviético demuestra que la parte que a esta Ca-ballería correspondió desempeñar en el curso de las operaciones esla. mejor confirmación que se refiere a señalar la necesidad de suexistencia y empleo en la guerra moderna.

"Es muy posible, dice, que si los gubernamentales hubierandispuesto de una fuerte Caballería durante la Batalla de Bruñete,esta arma no sólo hubiera roto el frente de sus adversarios, sino quetambién hubiera sido capaz de desarrollar una acción estratégica demayor consideración, ensanchando la abertura conseguida para ha-ber asegurado así, la explotación de su primer éxito".

62 MEMORIAL DEL EJERCITO

En efecto; el estudio de la Batalla de Bruñete demuestra quetal operación fué posible y su realización se presentó de suma faci-lidad durante las jornadas del 6 y 7 de julio. Tal conclusión semuestra más clara, si se considera y acepta que no existía reservaalguna disponible en la proximidad de las tropas nacionalistas yque éstas sólo se mantenían dueñas del terreno gracias a débiles ydiseminados puntos de apoyo establecidos sin enlace alguno.

Es necesario hacer presente que en el curso de la Batalla men-cionada, la Caballería, empleada por pequeñas unidades, sólo expe-rimentó pérdidas de muy relativo y escaso valor, a pesar de que seencontró expuesta a la acción de las ametralladoras y bombas de laaviación enemiga.

Sólo anotó a su haber pérdidas de consideración, tanto de partede la aviación como de los carros de combate enemigos, cuando des-cuidó las medidas de precaución y de seguridad que le son indis-pensables.

A esta última consideración se deben las sensibles pérdidas su-fridas por la Brigada de Cab. Monasterio el día 29 de octubre de1936, acción ya mencionada.

Otro caso de igual índole presenta M. Sviétaiev, sin señalar lafecha; se refiere al papel desempeñado por varios Escuadrones ma-rroquíes que sufrieron pérdidas de consideración al ser sorprendi-dos, en formaciones densas, por la aviación gubernamental, la quelogró bombardearlos" sin haberles dado tiempo para dispersarse.

En resumen: sería sumamente peligroso pretender sacar de laGuerra de España una conclusión absoluta que lleve a la posibilidadde pretender prescindir de la Caballería, bajo pretexto que la avia-ción y los carros de combate son armas capaces de reemplazarla ensus distintas funciones.

Dice el Oficial soviético: "Cuando la Caballería fué empleadacon inteligencia y en su misión táctica logró obrar de una maneracorrecta y en forma eficaz, siempre dejó establecido, en toda su am-plitud, que es una arma moderna, eficiente y capaz de ser utiliza-da con pleno buen éxito, tanto en las operaciones estratégicas comoen las tareas de combate".

"Tal conclusión me parece muy razonable, termina diciendo elGeneral Niessel, y será obra de cordura el que se la considere Je-tudamente .

Al margen de la obra "Observaciones y ense-ñanzas desprendidas del empleo de la Caballe-ría en la gran guerra" .

Del Comandante Gazín.

Por el Mayor Marcial Vergara G.

Cada guerra se nos presentabajo una forma cambiante conexigencias y condiciones que leson propias.

Y. Bernhardi.

Las especulaciones de orden histórico persiguen un doble ob-jetivo: perpetuar el recuerdo de los acontecimientos memorables,manteniendo viva la fuente de la tradición; pero sobre todo des-prender las enseñanzas que nos deja el pasado para aplicarlas enel porvenir.

Es especialmente interesante para nuestra oficialidad del ar-ma conocer, aunque sea en síntesis, algunos de los problemas y lasdolorosas experiencias aquí anotadas, los medios con que partió ala guerra la caballería en 1914 y su mentalidad, tienen puntos desimilitud con nuestro medio que hacen que este estudio sea de ac-tualidad palpitante para nosotros.

En nuestro caso, las averiguaciones deben dirigirse a estable-cer, ante todo, si la caballería cumplió todas las misiones previstaspara ella por los reglamentos del tiempo de paz, y si, en cumpli-miento de ellas, justificó la confianza depositada en ella por el al-ta comando.

Desde este punto de vista, el examen retrospectivo de los he-chos y de sus consecuencias, perseguido bajo un espíritu de críti-ca pura, teniendo en vista no las personas que quedan fuera decausa, pero sí sus sistemas, llevan desde luego, a evocar ante losservicios prestados, la serie enorme de algunas en la organización,en los medios a su disposición, y en los errores concernientes al em-pleo del arma. Los unos y los otros tuvieron por efecto, al princi-pio de la guerra, el limitar la acción de las masas de jinetes y delimitar la zona de su intervención.

64 MEMORIAL DEL EJERCITO

Un hecho capital, que tuvo importancia directa sobre el desa-rrollo de las operaciones y del cual ni siquiera se sospechaba entiempo de paz, merece ante todo retener nuestra atención. Es eldesgaste rapidísimo del ganado que debía tener como corolario unadisminución correspondiente de los efectivos. Esto se empezó aproducir en las marchas del período de cobertura, adquiriendoproporciones formidables en el curso de la retirada hacia el Mar-ne y de la carrera al mar para atenuarse progresivamente a partirdel mes de Octubre de 1914. Este mal fué común para todas lasarmas montadas, y ello se tradujo, en cuatro meses de guerra demovimiento, en la pérdida de un cuarto de los efectivos moviliza-dos (180.000 caballos muertos sobre 780.000 entrados en campaña).Esto se hizo mucho más sensible en los Regimientos de los cuerposde caballería y disminuye mucho en la caballería divisionaria, quemarcha junto a la Infantería y que regula sus jornadas de marchapor ésta. No se incluye en este cálculo los formaciones de segundalínea, no encuadrados y montados sobre caballos requisicionados yde calidad inferior, desprovistos de entrenamiento.

Así, vemos ejemplos como el de un Regimiento de Caballeríade Ejército que, habiendo tomado parte en todas las operaciones ac-tivas, después del 2 de Agosto, tiene todavía, en Diciembre, 196 ca-ballos que han resistido la campaña; mientras que un escuadrónde reserva divisionaria, proporcionado por este mismo Regimiento,el 28 de Agosto, no tiene el 10 de Octubre más que 48 caballos so-bre un total de 158 con que había iniciado las operaciones. Porotra parte, vemos el caso del 5.º Escuadrón del 14.º Regimiento deHúsares durante el período del 17 al 26 de Agosto pasar de 136caballos a 60. Hay que hacer notar que, con respecto al Regimien-to activo, las pérdidas por el fuego son de apenas un 10% sobreun 90% de muertos por enfermedades y otras causas. Además,hay que hacer notar que durante las operaciones recibió dicha uni-dad para remontarse, más de 200 caballos de los depósitos, de loscuales no sobrevive más de una veintena en Diciembre.

Así es como resalta de manera notable el hecho que una caba-llería no se improvisa y que se reconstituye difícilmente duranteel curso de las operaciones activas.

Las causas de la ruina prematura del ganado son múltiples,algunas de ellas inevitables, ya porque fueran inherentes a la natu-raleza misma del animal: lomos débiles, mala conformación y ma-los aplomos, falta de rusticidad, ya fuera porque provienen de lascondiciones estratégicas impuestas por los acontecimientos, bata-llas desgraciadas, largas retiradas, amenaza permanente de des-bordamiento, brechas en el dispositivo, etc. Pero son innumerableslos casos en que los Jefes deben cargar con la responsabilidad deun estado de cosas que, con sus faltas, ellos no hacen sino agravar.

En primer lugar, hay que colocar la continuidad de los esfuer-zos exigidos. Así vemos el Cuerpo Sordet marchar desde el 6 de

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Agosto al 6 de Septiembre, un total de 1.000 kilómetros, o sea, untérmino medio de 40 kilómetros diarios, en 38 días de operaciones,solamente interrumpidos por cortos saltos para herrar el ganado.

Durante la carrera hacia el mar, la 3.ª División de Caballeríamarcha desde el 10 de Septiembre al 25 de Octubre sin un día dereposo. Aparte de esta continuidad de esfuerzo exigido al ganado,hay que señalar el exceso de ciertos días, en los cuales, el abuso delas marchas forzadas, ejecutadas sin preparación previa, con en-fardamientos demasiado pesados y en condiciones atmosféricas de-plorables. Se cita el caso del raid del Cuerpo Sordet que lleva el,8 de Agosto las Divisiones del cuerpo de Caballería hasta Lieja, auna velocidad de marcha de 10 kilómetros por hora, con un calortórrido y en terreno muy difícil, haciendo etapas diarias superioresa 80 kilómetros. Aún más, tenemos las marchas que llevan al mis-mo cuerpo al. ala izquierda del Ejército inglés, con etapas diariasde 90 kilómetros, interrumpidas por una hora y media de des-canso .

La fatiga de las unidades se acrecienta aun más por las in-certidumbres del Comando frente a una situación en evoluciónpermanente y por la variedad infinita de tareas que la retirada ha-ce recaer sobre las grandes unidades de caballería, consideradaspor el Alto Comando como reserva general para todo empleo, ha-ciéndola pasar según las cirunstancias, de un ejército a otro, deun ala a la opuesta, de la dependencia del Cuartel General a la delos Jefes de Ejércitos aliados. Desde el 24 de Agosto, a las 7.30 ho-ras, el 25 de Agosto, a las 15 horas, el Cuerpo Sordet recibe nadamenos que cuatro misiones diferentes. Se le encarga en la mañanadel 24, de cubrir el flanco izquierdo del 5.º Ejército; en la noche, deproteger el ala exterior del Ejército inglés; el 25, asegurar la retira-da del mismo ejército, detrás del Somme y orientándose hacia el Es-te, al mismo tiempo obrar ofensivamente hacia el Norte, en combi-nación con el agrupamiento del General D'Amade, operando haciaBapaime.

Este mismo hecho se reproduce en la carrera hacia el mar. Yasí vemos el Cuerpo Conneau, subordinado en Octubre al XXICuerpo de Ejército, recibir en el mismo día misiones contradicto-rias de su Jefe, del Comandante del X Ejército y, para terminarcon la confusión, las directivas del General Poch coordinando lasactividades de la región. Estas órdenes y contraórdenes se tradu-cen en marchas prolongadas, debidas a las concentraciones de uni-dades para orientarlas hacia los nuevos objetivos, tanto o más difí-ciles de ejecutar por el pésimo estado de los caminos congestiona-dos con un tránsito intenso de columnas de tropas y convoyes detoda especie, a los cuales hay que añadir las columnas intermina-bles de refugiados que huyen de la invasión, arrastrando tras de sítodo lo que es posible llevar en menaje, ganado, etc.

M. del E. 5.

66 MEMORIAL DEL EJERCITO

Qué decir de esas interminables marchas nocturnas con para-das bruscas para dar paso a convoyes, con columnas dislocadas yperdidas, sin descansos oportunos y donde al fin el que paga todoson las espaldas de los pobres caballos.

Otra causa es lo precario de los medios de fuego, que no per-miten el estacionamiento más o menos seguro en la proximidad delenemigo, de caballos de mano, teniendo que confiar todas las nochesa la distancia la seguridad, dando lugar a marchas agotadoras.

Los caballos son desensillados por espacio de cuatro a seis ho-ras por noche, y al llegar al punto de etapa, los jinetes agotados,apenas si tienen fuerzas para cuidarlos. Por otra parte, el temorconstante de llegar con atraso a los puntos de destino, hacen exage-rar la velocidad, produciéndose interminables jornadas de trote,disminuyendo los saltos durante la marcha y, lo más grave, la su-presión de abrevar el ganado durante el día bajo las penas más se-veras. Las toxinas del surmenage se desarrollan así sin defensa po-sible en organismos deshidratados, desarrollando, para colmo, la te-rrible gangrena en las regiones vertebro-dorsales.

Hay en esta mentalidad de los Jefes, para quienes abrevar elganado es sinónimo de sorpresa, como para aquéllos que exageranlos aires de marcha, un desconocimiento absoluto de la técnica deljinete. El origen hay que buscarlo en la instrucción de la Escuela.de Sumur. donde en medio de tantas enseñanzas admirables exis-tían lagunas que sólo la experiencia vino a mostrar, exaltando elespíritu de empuje que lleva la caballería siempre adelante, hizoperder de vista la resistencia de los animales, que ni las marchasni las maniobras de tiempo de paz, podrán probar, empapados enla frase de Napoleón: "La Caballería nunca debe estar dominadapor el espíritu de conservación y de avaricia". Pero olvidaronaquella otra frase del viejo y sabio Mariscal de Sajonia: "Durantela paz, fatigad vuestros hombres y vuestros caballos, es durante laguerra cuando hay que cuidarlos''.

Para terminar con esta cuestión, no hay que olvidar que las con-diciones de alimentación fueron, por lo general, de lo más precarias.La amplitud de los desplazamientos, la inexactitud de los puntosde descanso y forrajeo, hacían extraviar los bagajes regimentarioso hacían imposible que llegaran oportunamente.

Algunas operaciones, como la marcha del Cuerpo Conneau ha-cia el Sarre o el raid de la 5.ª División, hacia la selva de Villers-Cotterets, imponiendo el abandono de la impedimenta, redujeronlos caballos a la ración llevada por los jinetes y a la que buenamen-te se pudo requisar sobre el terreno. Así, vemos que la avena sereduce a la mitad de un tercio, para suprimirse totalmente los úl-timos días.

La guerra demostró prácticamente la imposibilidad ,de aprovi-sionar las grandes Unidades de caballería sobre el terreno y con

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los recursos locales, especialmente en grano, ya sea porque el enemi-go ya lo ha requisicionado todo y porque falta el tiempo para ha-cerlo. Nada más edificante al respecto que el llamado angustiosode Von der Marwitz al Comando del Ier. Ejército Alemán, 48 ho-ras después de entrar en Bélgica, y en el cual pide se le destinencolumnas especiales de camiones con avena para poder alimentarsu ganado amenazado de aniquilamiento.

A todas estas causas hay que unir la destrucción enorme deherraduras, a pesar del esfuerzo y la abnegación sin límites delpersonal de mariscales. Nada más Sugestivo a este respecto, quelos pedidos apremiantes del General Sordet, obligado desde el 10de Agosto a reclamar 15.000 pares de herraduras, después de 4días de operaciones en terreno montañoso, durante los cuales lasUnidades han recorrido 266 kilómetros. Esto mismo se produceentre los alemanes y aun en forma mas aguda, a causa de la del-gadez de la herradura alemana, hecha para terrenos arenosos, enel cuerpo Richthoffen. El estado del herraje es ya el 7 de Agostoel objeto de serias preocupaciones y, el 13, las Divisiones tienenque suspender su marcha por 36 horas para herrar el ganado.

A este respecto no se puede hacer a los Comandos de Unidadesreproche alguno, pues ya bien habían hecho presente todas estascondiciones; pero el abuso de parte de la Superioridad de expre-siones corno: "marchar hasta el límite extremo de las fuerzas"conduce a los resultados que hemos visto. Nunca será lo suficienteinsistir sobre este punto: cualquier ayudante por hacer una lindafrase en una orden de operaciones, aniquila hombres y caballos yen el momento en que se necesita la caballería para emplearla co-mo un torrente que todo lo destruye y aniquila, nos encontramoscon una masa informe y deshecha antes de usarla. No olvidemoscuán distintos habrían sido los resultados del Marne, si nuestra ca-ballería hubiera estado en condiciones de emplearse en una perse-cución a fondo; no olvidemos que el 8 de Septiembre una de nues-tras Divisiones se encontraba sobre la línea de comunicaciones dell.er Ejército Alemán y que, el 14, un cuerpo había penetrado 17 ki-lómetros al interior de las líneas. ¿Qué habría sucedido si en lugarde una División y un Cuerpo de Caballería esquelético, los 15.000jinetes de Sordet hubieran taponeado y cerrado La ruta del Marneal enemigo?

Qué esperanzas no podría abrigar el Cuerpo Conneau si, enlugar de Escuadrones de 50 hombres, que ni siquiera podían tro-tar, y de baterías casi inmovilizadas, hubiera dispuesto de sus tresDivisiones más o menos conservadas, y de su artillería móvil y ca-paz de seguir a las escuadrones para recibir bajo Laon los prime-ros elementos del VII Ejército Alemán o de llegar a Neufchatelantes que el agrupamiento heterogéneo conducido por V. Bulow.

Pero este recuerdo de las ocasiones perdidas no nos sirve sinopara tener una experiencia más para el futuro, a pesar que el Re-

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glamento de Caballería para 1923 no da aun toda la importanciaque debe a la conservación del ganado. No es lo suficiente paradespertar la atención del Sub-Oñcial y del Oficial joven la frase:"el caballo es un animal delicado" y de concluir diciendo: que"una caballería no conserva todo su valor si no es medida en Suempleo".

Lo que una buena técnica de jinete puede dar, lo vemos en labatalla defensiva en 1918, en que los cuerpos de caballería france-ces para venir en socorro de los ingleses en Flandes, parte en Beau-vais y recorren 210 kilómetros, en 68 horas, ejecutando marchasforzadas de 128 kilómetros en 25 horas. Las etapas son recorridasen terreno difícil, sobre caminos mediocres; sin embargo, las pér-didas de caballos son insignificantes.

Las condiciones en que se hacen estas marchas forzadas, soncompletamente diferentes a lo que se hacía a principios de la gue-rra, donde todo es incertidumbre y los caballos sucumben bajo unenfardamiento agobiador, sin poder tener el tiempo para siquieraforrajear y abrevar. En 1918 todo ha cambiado, las Divisiones sa-len de un largo reposo. Detrás de un frente estabilizado las con-diciones de marcha y seguridad son absolutas, las etapas y los des-cansos se marcan con precisión y los cuidados son esmerados; lapotencialidad de fuego y el empleo de la caballería también hancambiado y esto permite al ganado reposar mientras se combate.

Las experiencias anteriores deben hacernos meditar profunda-mente a los oficiales de caballería. Nuestro elemento ganado es de-ficiente y escaso ya en tiempo de paz. Para nosotros la frase delMariscal de Sajonia es de importancia capital y debemos educiren este sentido a nuestra oficialidad y suboficialidad; una malatécnica de jinete significa para nuestra caballería el aniquilamien-to antes de combatir.

Nuestros jinetes y caballas deben ser entrenados y educadosen el sentido de conservar la rapidez maniobrera de la caballeríasin sacrificar el ganado. Lo que una buena técnica puede dan en-tre nosotros, lo vemos en el raid del Regimiento Exploradores deAntofagasta a Mapocho con un recorrido de 450 kilómetros de de-sierto sin un caballo ni un jinete estropeado o en malas condiciones.

La riqueza de máquinas de que dispone ahora la caballería,nos lleva a examinar otra de las causas de debilidad del arma alprincipio de la guerra. Las imperfecciones que vemos en el Cuer-po Sordet las encontramos posteriormente en todas las demás for-maciones de la caballería, con la agravante de ser improvisadas ycon elementos heterogéneos. Estas comprenden los tres elementosconstitutivos: Estado Mayor, tropas y servicios.

El Estado Mayor para una formación (Cuerpo de Caballería)que reúne 15.000 jinetes, no comprende más que 4 oficiales y 3furrieles en bicicleta. Por este hecho, ningún contacto directopuede ser establecido con las divisiones, a menos que se les quite

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a éstas un número crecido de oficiales de enlace. En cuanto a losfurrieles estafetas, son de una utilidad bien relativa, ya que unavez empleados casi nunca volvieron a poder encontrar el nuevopuesto de mando en momento oportuno.

Para establecer los enlaces y transmitir su voluntad a los or-ganismos más atrasados y dispersos, dispone el Comando del Cuer-po de Caballería de 6 estafetas montados, de 4 motos y 2 autos deturismo, los cuales, por el uso y las dificultades del primer momen-to, "el de las improvisaciones", no se pudieron usar en la formadebida, de modo que hubo que recurrir a los jinetes y ciclistas, re-sultados : lentitudes, errores y pérdidas de tiempo.

Los servicios no están mejor representados y solamente figu-ran las transmisiones y los transportes, ¿y en qué forma? Para lasprimeras, un Capitán de Ingenieros, Jefe del servicio telegráfico,disponiendo de dos pelotones de zapadores telegrafistas en automó-vil, y de un pelotón de radio. Estas estaciones, aun muy rudimen-tarias y de un alcance reducido, su instalación requiere tiempo pa-ra elevar mástiles, etc. En suma, no pueden funcionar sino dete-nidas, teniendo por tanto que destinar fracciones de tropa para suseguridad.

El teléfono es el úncio medio de comunicación, pero un mediobien relativo, por cuanto el enemigo se sirve de él para producirdesordenes, emitiendo órdenes falsas e interceptando las comuni-caciones (ejemplos: el 10 de Agosto el 17 de Húsares es relevadode los puestos avanzados). Los enlaces con la autoridad superiorse resienten enormemente, y así vemos que una orden transmitidapor el Comando en Jefe al Cuerpo Sordet el día 8, no se recibehasta el día 13, cuando ya no tiene objeto.

Para nosotros ¿cuál no será el problema? dejo esto a la con-sideración de nuestros oficiales, ya que la naturaleza de este ar-tículo impide un comentario más amplio.

En materia de transportes el plan de movilización ha previs-to para el Cuerpo de Caballería dos secciones de automóviles y unapara reponer material y la otra para mover la Brigada de Infan-tería que debe apoyar al Cuerpo de Caballería durante la explora-ción. Esto en teoría; la práctica demostró que la capacidad detransporte de las dos secciones no daba ni la mitad del rendimientoesperado.

La dotación de Artillería no ¡encuadra en las Divisiones y, alas órdenes directas del Comando del Cuerpo, prácticamente noexistía, de donde resultaba que la acción directa del Comando delCuerpo en la batalla no se hacía sentir en la forma requerida. Losmedios de exploración aérea, reducidos a una escuadrilla de unosSeis aparatos, son insuficientes y su tarea se hace aun más difícil,por la falta de práctica en trabajos de conjunto y en combinacióncon esta arma.

Las razones de todos estos defectos que fueron corrigiéndosedurante los primeros meses de guerra, las en con tramos en la teo-ría misma, de constitución de los cuerpos de caballería y de suempleo tomo Unidades semi independientes y con entidades en sucomposición que les fueron agregadas o quitadas, según las nece-sidades del Alto Comando o de los Comandos de Ejército a loscuales fueron afectados.

Por su parte, las Divisiones de caballería que fueron siempreformaciones estables, carecen también en su organización de me-dios apropiados de acción. Las más importantes son: ausencia deaviación, insuficiencia de ametralladoras, dotación sumamennte re-ducida de artillería, refuerzo tardío de un sostén de infantería deefectivos reducidos, débil capacidad de transporte de los convoyesDivisionarios, medios precarios de enlace y transmisión, inadapta-bilidad de los medios para paso de corrientes de agua; en fin, lacasi impasibilidad para reapirovisionarse por sus propios mediasy para evacuar sus heridos y enfermos. La causa la encontramosen la idea que la caballería es un arma esencialmente de choque, y,por lo tanto, se sacrifica la potencia a la movilidad. Es este mis-mo espíritu el que hace que los Regimientos, cuando combaten porel fuego, no cuenten más que con un arma de capacidad balísticamediana, sin bayoneta y sin la dotación de cartuchos necesaria;en cambio están armados de lanzas que no hacen más que estorbar;pero no cuentan con una sola herramienta de zapa.

Durante la carrera hacia el mar, cuando los jinetes tuvieronque aferrarse al terreno para proteger los flancos de los ejércitosamenazados, fué cuando se hizo más notoria esta falta de útiles,y es, gracias a la falta de bayoneta, que el 2.º de Dragones es des-trozado en Zoneebeke por la Infantería alemana en un combatecuerpo a cuerpo. Tenemos casos como el de la 3.ª Brigada de Hú-sares en Courselles y más tarde en Standen que, para remediaresta falta, atacan a los infantes alemanes en el combate a pie, lan-za en puño, sin poder emplear su arma de fuego y con resultadosmuy caramente pagados. Esta ineptitud para el combate a piehay que considerarla como una tercera causa de debilidad de la ca-ballería. Las razones son muy fáciles de concebir; imbuidos y em-papados en el recuerdo de las cargas heroicas de Jena, Waterloo,Resonville - Saint-Rivalt, conducidos por Jefes de corazón ardienteque consideraban casi vergonzoso para un jinete desmontar, cre-yeron que sólo el choque en masa y el sable decidirían, la superio-ridad sobre el enemigo. Las dos caballerías partieron a la guerracon las mismas ideas; sin embargo, fuera del choque de escuadro-nes y patrullas, ningún choque se produjo de Unidades mayores,y cada vez que se previo un empleo en masa, sólo nos encontramoscon ametralladoras y cañones.

La experiencia calmó ardores y cambió métodos; los ciclistasde refuerzo fueron aumentados y muchos escuadrones obligados a

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echar pie a tierra y cavar sus abrigos, como simples infantes; pe-ro estas experiencias se pagaron demasiado caras y la mentalidadde los jinetes no siempre se adaptó a ellas. Ahí tenemos los sober-bios Regimientos de la Guardia Imperial Alemana, cavando susabrigos y protestando de la indignidad de esta tarea para un Co-racero Blanco o un Húsar del Emperador; pero las ametralladorashablan en lenguaje que no deja lugar a dudas y hay que bajar lacabeza y cavar la tierra.

Las pérdidas sufridas durante el curso de las operaciones, ha-cen que las bocas de fuego que las Divisiones puedan llevar a lalínea de fuego se reduzca a algunos centenares, y por tanto los re-sultados obtenidos no corresponden a los esfuerzos ni a los deseosdel Cuartel General que exige resultados que la caballería no pue-de cumplir con los medios de que dispone.

Fuerza es, pues, evolucionar y desde el mes de Octubre 1914,ante la necesidad de no abandonar al enemigo ni una pulgada deterreno, la caballería, sin mirar atrás, se lanza en el camino de lasreformas, relegando atrás sus caballos ya inútiles. Todo el que pue-de ir a la línea de fuego, encuentra su puesto y se prosigue la lu-cha con los procedimientos de la Infantería, pero sin tener toda-vía el armamento de ésta. El período de los tanteos aun no se hacerrado, pero estas primeras experiencias van a producir la refor-ma total de la organización, del utilaje y los procedimientos tácti-cos, aun no terminados el año 1918.

En adelante, los Cuerpos de Caballería establecidos en formapermanente, dotados de un Estado Mayor importante, de los ele-mentos no endivisionados suficientes, de un armamento y un uti-laje completos, están en condiciones de prestar una ayuda eficazen la batalla, de acuerdo con los medios de que dispone.

Suprimo las experiencias de la caballería durante los años1916 al 1918, por considerar que las condiciones de las operacio-nes no tienen ninguna relación con nuestros medios y nuestras po-sibilidades. Es en Oriente, Rusia y Rumania donde debemos bus-car nuestras enseñanzas en teatros de operaciones con más simili-tudes a los nuestros.

No quiero terminar este artículo sin rendir el homenaje quetodo jinete debe a esa legión de centauros de todos los países y detodas las razas, que, firmes sobre sus caballos y empuñando suslanzas, fueron a la guerra dispuestos a repetir las cargas locamen-te heroicas de Balaclava, Waterloo y Sedán; aquellos jefes que pa-saron su vida esperando la hora de imitar a la pléyade de los he-roicos maestros, Seidlitz, Murat, Marbot, Nonsouty, Lord Cardi-gan y tantos otros, para encontrar la desilusión inmensa que ya lasheroicas y frenéticas cargas pertenecían a la historia. Qué de ra-ro tiene que jefes, oficiales y soldados se revelen contra una rea-lidad que nadie quiere ver, pero que todos palpan en carne viva.Qué cosa más patética y más real que esa brillante caballería de

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Guardia Imperial, gruñendo y cavando hoyos de tiradores en lasriberas del Marne con las palas y picotas quitadas a los campesi-nos. Seguramente que esos Guardias de Corps, esos CoracerosBlancos, esos Húsares Rojos no soñaron con ese fin; todos pensa-ron morir y vencer lanza en ristre, envueltos en el glorioso hura-cán del arma. Los tiempos han cambiado y con ellos nuestra arma.Nuestras posibilidades hoy son mucho mayores; debemos ser in-fantes cuando sea necesario, pero no olvidemos que somos jinetes,y cuando llegue el momento oportuno no trepidemos y firmes lospuños sepamos también arrancar la victoria en la moharra de nues-tras lanzas.

Efectivos franceses.

58 Regimientos a 4 Escuadrones, constituyendo 10 Divisiones. Las-Divisiones a 6 Regimientos, menos la 10 que tiene sólo 4.

1 Grupo de Artillería a 3 Baterías, un Grupo de Cazadores ci-clistas a 3 pelotones y un Grupo de Zapadores ciclistas porDivisión de Caballería.

19 Regimientos de Cuerpo de Ejército a 6 Escuadrones.2 Regimientos de Cuerpo a 4 Escuadrones para VI. Cuerpo

de Ej.4 Regimientos de Cazadores de Africa a 4 Escuadrones para el

Cuerpo de Ejército Colonial.

Fuera de las formaciones activas.

176 Escuadrones de reserva formando grupos de 2 Escuadronesson distribuidos entre los Cuerpos Coloniales, territoriales yGuarniciones de plazas fuertes.

El total de las Unidades de Caballería movilizadas el 15 deagosto de 1914 son: 545 Escuadrones, con 1.193 Oficiales, 91.000jinetes y 104.000 caballos, más o menos el 3% de los efectivos to-tales movilizados que suman 3.580.000 hombres.

Política, Economía y Guerra.Por Oswald Spengler.

Siempre he expresado que la política y la economía sonramas diferentes de la vida humana, del pensamiento y de laactuación, pero que como aspecto de la propia vida no puedenser separados una de la otra, que sin discusión la política esla primera y que toda vida económica sin una acertada direc-ción política nacional está expuesta a sucumbir. En lo que nose allana a aceptar el orgullo del dirigente industrial.

Este está demasíado inclinado a rechazar las preocupacio-nes del político con respecto a sus actividades propias comouna molesta pretensión y como perjuicio, pero acude a lapolítica tan pronto y siempre que crea poderla hacer servir asus intereses. Desea darle las formas y dirección que en elmomento considera convenientes. Es la norma establecida entodo el mundo aunque sea mezquina, superficial y errada yque se transforma en fatalidad cuando la propia política esdébil y enfermiza, no tiene fines determinados y carece deverdadero orgullo y que de caso en caso queda subordinadaa la intervención antojadiza y mezquina de la industria. Lavida económica de una nación requiere una política super-dirigente y no subordinada como plazca. Que al presente lascondiciones son inversas, es uno de los motivos para que tan-to la una como la otra no puedan ser conducidas con pro-piedad y con determinación. Es, pues, preciso establecer laestrecha relación entrre los grandes poderes de la industria yde la política que continúa y necesariamente varía con lasépocas históricas, tal cual existe en la actualidad y las formasque va a afectar en los próximos decenios.

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Los tiempos de las grandes combinaciones político-mun-diales con base económica de la segunda mitad del siglo pasadono han terminado. Por el contrario, han abandonado un as-pecto para tender hacia otro nuevo y de diferente estructuray ¡nos encontramos en medio de este desarrollo. Sin relacionescon la política exterior y sin el apoyo de ésta no se concibepoder industrial, quizás tampoco facilidades económicas. Y enigual forma no es posible establecer el objetivo nacional polí-tico sin considerar las necesidades económicas.

Si menciono las relaciones entre economía mundial y po-lítica mundial, es porque estoy convencido que hace algunosdecenios, su dependencia recíproca era en parte menospreciaday en parte insospechada. No está muy lejano el día en que lagran industria de las naciones industriales dirigentes que habíaconsiderado la intromisión de la política a su respecto comouna intervención indeseable de aficionados, la considerará enen todo su necesario y gran valor. La que se creía poderdesarrollar una política de alto vuelo sin consideración a losfactores exclusivamente políticos que en ese tiempo desarrolla-ban su luego. Por eso es, que es preciso entender la íntimarelación de ambos campos de poder, durante muchos años delpasado y para otros tantos del próximo futuro. No sólo lapropia industria ha cambiado en su estructura interna funda-mental, no tan sólo la política mundial en que sus fines, formasy medios del poder, sino que ante todo, la relación entreambas y en verdad una de las primeras razones para la catás-trofe de 1914, ha sido, que ésta relación se ha invertido com-parada con la que existía en los tiempos de los comienzosde Bismark.

Si ahora considero la relación actual entre política e in-dustria no me refiero a la que pueda existir en el presenteaño o a los años venideros. Es un grosero error de la industria,reflexionar bajo este aspecto sólo hasta el «próximo balance».Los grandes problemas que presenta la economía en su desarro-llo son de naturaleza secular. Necesitan decenios para desarro-liarse y decenios no para resolverlos sino para lograr otra formaorgánica que vuelva a presentar nuevos problemas. Todas las.grandes cuestiones de que padece la economía mundial ya hanexistido desde antes de la guerra. No hay nada que desdeentonces pueda ser considerado como nuevo. A consecuenciasde la guerra y de sus efectos se han transformado, se hantraspuesto o se han agudizado, pero nunca serán comprendidosen su razón más profunda, si no se sabe lo antiguos que sonen realidad. Dicho en pocas palabras, se trata de que lospueblos de la Europa occidental en el transcurso del siglo

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XIX, O sea la «Raza Blanca» como también se puede decirhan llegado a una constitución de su existencia político-eco-nómica que ya al fenecer el siglo XIX no podía seguir mante-niéndose en las formas que había asumido. Somos los here-deros de ese siglo, tenemos que cargar con estas consecuenciasy tratar de vencerlas.

La economía mundial ha consistido y consistirá siempreen un número de economías nacionales y la historia de la eco-nomía mundial representará, en parte, las situaciones y acon-tecimientos que se desarrollan entre estos cuerpos como re-sultado de su vida vigorosa propia. Pero estos cuerpos que enlos últimos decenios han dirigido o padecido el destino delmundo, en general fueron creaciones de Napoleón.

Cuando por el Congreso da Viena las «naciones blancas»inclusive Rusia, comparadas con las naciones extra-europeas,habían adquirido cierta consolidación, esta consistencia se di-

ferenciaba de las condiciones del siglo XVIII por el hecho deque la estructura dinástica se había transformado en nacionesde «facto o en spe». Como se sabe, tanto Alemania comoItalia han tenido que luchar por conquistarse esta forma. Fuéiniciada en 1815, y si por otra parte una gran potencia comoAustria-Hungría fué víctima de disolución, la razón obvia esque su estructura no correspondía a la de un estado nacional,ni podía llegar a serlo. Esto es de extraordinaria importancia,pues, durante el transcurso do un siglo, las naciones, luegopueblos de determinados límites geográficos con un idioma pa-trio unitario, han sido al propio tiempo, las entidades en lasque se han desarrollado las industrias modernas. No habríahabido el gran puerto de Odessa o de Trieste si no hubiesehabido el Estado ruso o el Estado austro-húngaro. Hamburgono habría sobrepasado a Bremen y Lubeck, si no la hubieseespaldeado la región del Elba con la capital del imperio deun pueblo de 70 millones de habitantes. La constelación de lasgrandes urbes comerciales de los centros industriales y de losnúcleos de tránsito depende en forma palpable de la direcciónque van siguiendo las fronteras estaduales, dentro de las cualesviene a constituir una entidad económica.

Los gobiernos de estas naciones, muy fuertes dentro desus fronteras por sobre de los partidos y en consecuencia deraciocinio más bien diplomático que económico, no se han per-catado de la realidad de que desde luego se trataba de enti-dades económicas de lo que han tomado escaso conocimientodurante el transcurso del siglo XIX. Lo que denominamos hoy«doctrina de Manchester» el «laisser aller» se ha constituidocomo ejemplo. Por un lado se consideraba como deber de un

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gobierno, el impulsar a la «industria» como suposición general,sin que hubiese comprendido, ciertas y determinadas condicio-nes, fines y sistemas. Pero por otra parte, la industria privadahabía alcanzado tal grado de desarrollo que hoy se ha perdido.En especial Inglaterra, como también en la Alemania de lostiempos iniciales de Bismarck, el desarrollo industrial ha sidoindependiente en absoluto con respecto a las consideraciones po-líticas como no lo alcanzamos a comprender en la actualidad.El resultado fué que desde los tiempos do Napoleón y duranteel transcurso de todo el siglo existían una serie de grandes po-tencias políticas, cuya población era de raza blanca y que fueronlas únicas y exclusivas entidades reguladoras, económicas. Existeuna diferencia esencial con respecto al siglo XVIII, que de lasnaciones de color ni una sola haya sido considerada, ni laTurquía, como tampoco la China o el Japón, ni la Persia apesar de que Turquía durante el siglo XVIII, constituía unagran potencia digna de ser tomada en consideración, aún en lo-que atañe a Europa.

Es la herencia del pasado de la que aún hoy nos alimen-tamos y bajo cuyas condiciones nos encontramos. Si el sigloXX, en el que vivimos y en el que trabajamos va a dejar nuevasformas, que se desarrollen de las antiguas, con o en contra dela voluntad humana porque están indicadas para la nueva época.

Aquí es donde se ha llevado a cabo una evolución enla primera mitad del siglo pasado que no tiene paralelo enla historia universal y a decir verdad, en un aspecto determinadode la producción. Se trata de la generación de la industriarmaquinista de alto vuelo. Si con el ojo del historiador podemosretroceder en la contemplación para establecer lo que entoncessucedió, todavía nos falta la distancia para comprender lo des-comunal de los hechos veríamos el aspecto de una poblaciónque en el transcurso de un milenio había estado en un pro-ceso de lento progreso, hasta que de repente en forma fulmi-nante se produce un ascenso súbito que como ya se ha dicho-no tiene parangón en la historia. Para explicar las consecuen-cias económicas es esencial que el impulso para tan radicalsubversión de las condiciones económicas, no haya partido deuna necesidad práctica como tampoco de la práctica, sino quede una incitación psicológica, que por el momento era ajena ala economía.

La era de los grandes inventos técnicos se había iniciadoya en el siglo XVIII. Pero entonces cuando, por lo general, setrataba de invenciones de sabios, cuyo conocimiento quedabacircunscrito al ambiente intelectual y a las ambiciones teóricas,ningún invento fué colocado al momento y en gran escala al

POLITICA, ECONOMIA Y GUERRA 77

servicio de la práctica como ocurrió en el siglo XIX. Esta di-feremcia no es consecuencia de alguna miseria o por las exigen-cias no cumplidas de un plano de vida más refinado, sino queel resultado de una comprensión mundial teórica que hoy demanera retrospectiva podemos considerar como la fe ciega y fa-nática en el progreso de la humanidad. Bajo «progreso» seentendía en la época de Voltaire un esclarecimiento dirigidocontra la Iglesia, en la época de los románticos una profundiza-ción moral humana, al final del siglo algo absolutamente técnico,la lucha apasionada contra la «naturaleza» su sometimiento ydominación. Por causa de la era napoleónica, este movimientoha asumido el compás napoleónico y la voluntad de poder na-poleónica, una elevada ambición que desprecia provecho ma-terial, condiciones de que carecía la economía de los siglosanteriores. Por primera vez se lleva a cabo una nueva estructurade la economía en el transcurso de unos pocos decenios quecambia fundamentalmente el aspecto de continentes enteros,en un decenio en forma más substancial que antes en un milenio.

Quisiera establecer aquí una diferencia fundamental entreproducción natural y producción artificial. Es corriente en laactualidad hablar de producción y de crisis de producción. Perodebería comprenderse que producción en su esencia ya no sig-nifica algo armónico. Hay una especie, que ha existido desdeque hay hombres cultos y otra especie que apenas alcanza aun siglo. Sin poder trazar un límite definido, para todo lo quehoy nos anima es de importancia decisiva que la producciónnatural agrícola y manual, la confección de lo que se precisapara el sustento: la alimentación, las ropas, la confección dela habitación constituye un acervo que a través de los tiemposse ha mantenido en una comprensión natural entre demanday confección. Pero ahora la producción industrial expresión.de los anhelos de invención, que emplea para sus procedimien-tos la técnica del vapor, de la electricidad, de la química,viene a constituir un proceso que tiene que crearse sus ne-cesidades económicas. Si la gran industria en el sentido másamplio, como lo ha revelado el siglo XIX, ha llegado a cons-tituir la realidad dominante, podemos considerarla como artifi-cial, es porque queremos significar que la relación entre el tra-bajo realizado y las facilidades de alimentación no son tan sen-cillas y directas como en el caso de un artesano o dé uncampesino de antiguo cuño que vivían al día. Aquí el circuitodel trabajo resulta mucho más complicado y aventurado y tam-bién en el sentido geográfico se esparce en una extensiónapreciablemente mayor. Para las decisiones del futuro hay queconsiderar ante todo que la producción natural esté garantida

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de que no resulta supérflua, por la sencilla razón de que tantoel productor como el consumidor considerados como circuitocerrado formen una entidad. No se concibe a un pueblo sinsu existencia, mientras que durante la guerra hemos aprendidoque la población de un país en corto tiempo llega a convencersede que puede independizarse de gran parte de la producciónindustrial, cuando está imposibilitada para adquirir sus produc-tos, y cuando forzosamente debe retroceder al producto «na-tural». Es la situación de peligro de un país da industriaextendida y es de importancia capital. De la provisión de pany de vestuario no es posible retornar a algo más sencillo aún.Pero de automovilista es fácil de retornar a infante o quedarse encasa, en vez de telegrama escribir una carta, y en vez de viajaren ferrocarril volver a usar los propios pies. En todo caso, enlos tiempos de grandes subversiones no queda garantida laproducción artificial, menos aún en lo que se refiere a larentabilidad.

Pero ahora, para que pueda realizarse una industria dealto vuelo, que para las formas que afecta en sus actividadesprecisa del carbón y del petróleo y a tal punto que el carbónes el auxiliar de más difícil transporte de la producción atraea los otros medios. En consecuencia, la estructura política dondepor casualidad están ubicados los mayores yacimientos de car-bón, han venido ¡ai constituir a los países industriales dirigen-tes por esta circunstancia geológica. Hay que representarse eldesarrollo que hubiese tenido Alemania, si por casualidad nohubiesen existido yacimientos de carbón en Silesia, en el Ruhry en Sajonia. Si por otra parte hubiesen existido yacimientosde carbón en la cuenca del Mediterráneo. Así España e Italia.serían ricos países industriales de doble población a la actualy Alemania sería un país de agricultores como lo Bon hoy lospaíses australes. El hecho en apariencia exclusivamente eco-nómico que las fronteras de las naciones y pueblos establecidosen la época napoleónica haya dejado una distribución desigualde los yacimientos de carbón ha conducido al desarrollo delsistema de las grandes potencias, que entre 1870 y el estallidode la guerra mundial ha determinado el destino del mun-do y que con esta guerra que fué el resultado del contraste entre la situación económica y política de las nacionesha quedado roto.

Un país como Bélgica, fué asignado como provincia aHolanda por el Congreso de Viena, porque era demasiado in-.significante para ocupar una atención mayor. En la actuali-dad la relación se ha invertido por completo y a decir verdadporque el carbón se encuentra al lado de Bélgica y no del de

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Holanda. El retraimiento de incontestables grandes potenciasde los siglos XVII y XVIII como España y Suecia, hay queatrihuirlo a la casualidad de que han carecido de yacimien-tos carboneros, lo que les ha impedido en el desarrollo po-

litico. Tampoco hay que pasar por alto el hecho que el rápidoascenso de Alemania a potencia mundial en y "después de lostiempos de Bismark, se produjo porque el desarrollo de la in-dustria alemana vino a constituir el acontecimiento que excedióaún las proyecciones de la fundación del Imperio. En la Eu-

ropa occidental y en Norte-América y sólo en estas regionesse inicia una sorda lucha por el predominio entre la tierra yel carbón. La tierra de labranza constituía aún en los tiemposde Napoleón la única consideración y si se hablaba de un paísrico y fértil era con respecto a la productividad para el agri-cultor y no para el minero. Pero ahora cuando por primeravez en la historia económica universal entra en consideraciónotro factor en la economía primitiva para aquilatar la valori-zación política de un país, se produce una transformación in-

terna en la estructura de las glandes naciones culturales, queapenas ha llegado a ser comprendida.

En el año 1801, tenía Irlanda 6 e Inglaterra 9 millonesde habitantes, hoy tiene Irlanda 8 e Inglaterra 40 millones dehabitantes. En 1800, Alemania dentro de los límites de 1914tenía más o menos 20 millones de habitantes, menos de losque tenía Francia. En las regiones que quedan fuera del desarro-llo industrial la población desde entonces casi no ha aumentado.Todo el resto de la población triplicada va a cuenta de losparajes industriales y de los centros de comunicación. Sobreel carbón alemán vive hoy la sexta parte de la nación alemana.El efecto de la mantención humana por el carbón es el queimpulsa a las industrias y ha puesto a su servicio a la altapolítica. Como el carbón ha sido la base fundamental para eldesarrollo de la gran industria que necesitaba de brazos en nú-meros fantásticos, sustrae a gentes en número creciente a lasdemás regiones y lleva a cabo la despoblación de los camposy en todos los países de población blanca se inicia una emigra-ción interior sobre cuyas consecuencias nadie, fuera de Mussolini,ha reflexionado seriamente.

Si la población de la tierra alcanzaba en 1800 a poco másde 1.000 millones de personas, pues a pesar del progreso dela humanidad no es más que cuestión de las naciones blancasy dejo sin considerar a la Rusia porque ocupa situación espe-cial. Y si el número se ha elevado en 1914 a más de 1500millones, crecimiento que tampoco. tiene igual en la historia, setrata nada más que del incremento exclusivo en los parajes

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del carbón, de las ciudades industriales y de los centros detráfico que establecen las comunicaciones entre aquellos. La«población de color» de la tierra ha quedado más o menosestacionaria durante este siglo. El aumento de la raza blancaes consecuencia de la realidad económica;no prevista de que elcarbón y su empleo ha contribuido de tal manera en el incre-mento de la población como no ha habido ejemplo. Así comola higiene pública se ha convertido en una tarea natural entodas las .naciones, donde cada vida humana si valiosa o deescaso valor, debía ser conservada y prolongada en lo posible,es porque existe el convencimiento, de que cualquier puebloen la actualidad dentro de las, actuales luchas de las grandespotencias europeas existentes, precisa de cada vida humanasin consideración a su calidad, sólo como número, y esta deli-berada extensión de los cuerpos nacionales a cualquier precio,tuvo como resultado una aglomeración humana enorme unamanifestación de un tipo de pueblo-masa, de que la época deNapoleón no tenía idea. Si en 1914 se hablaba de grandes;potencias, es que se suponía un pueblo cuyo volumen alcanzabaa unas cuantas docenas de millones de habitantes, si es quepretendía figurar entre ellas. Era un orden de magnitud quepudo realizarse nada más que por medio de la revolucióneconómica que produjo la industria maquinista. Pero por otrasparte y como consecuencia lo que para la política es de enormesignificación, se ha alterado por completo el modo de ser yla estructura de estos pueblos. „

El punto de partida de este asombroso desarrollo ha sidola aglomeración de gentes en migración, de masas inorgánicasen el paraje del carbón o del petróleo, i el efecto final hasido la separación de las respectivas naciones en dos grandesgrupos que por el contraste del nivel de vida en que se desem-peñan no se entienden como debiera ser.

Hay que agregar además, que sólo en la segunda mitaddel siglo XIX se principia a apreciar a un pueblo como granpotencia, como progresista o retrógrado, como rico o pobre,como cultivado o sin cultura y a hacerlo subordinar a la exis-tencia de semejantes regiones industriales dentro de sus fron-teras. Estas consideraciones apenas las concebimos y sin em-bargo, imprimieron al desarrollo histórico de la época siguiente.Si en 1800 se hablaba de la riqueza de un pueblo indicabja algomuy diferente en 1900. En la actualidad no existiría la fortunanacional de un pueblo de acuerdo con nuestras suposiciones sino mencionáramos a la industria. El «capital» representa unamagnitud muy diferente que cincuenta años antes, porque laestructura de la producción industrial calcula con otros valorea

POLITICA, ECONOMIA Y GUERRA 81

y con otras medidas monetarias. Pero así como se nos presentauna nueva manera para distinguir entra pueblos ricos y pobres,así también los pueblos asumen el papel de pueblos productoresy pueblos consumidores, en relación a sus industrias. Y comoa la producción en un sentido más concreto como aquí lacontemplo, la «artificial» está ligada el poder monetario másfuerte y, en consecuencia también, al poder político másfuerte. En el mundo desde la época de Bismark, la naciónconsumidora substituye al mismo tiempo a la nación politica-mente más débil, es decir, en los asuntos de las complicacionesinternacionales, de los convenios y de las guerras. A la naciónque por carecer de poder financiero y de resistencia está con-denada a condescender. Existe apenas una serie de convenioscomerciales en que no se establezca esta realidad, la superioridadindustrial y en consecuencia política de un lado y su fal-ta por el otro.

Lo peligroso del proceso no ha sido comprendido a lamedida como habría sido necesario y no lo es aún hoy. Unhecho fundamental del proceso de producción, que anterior-mente he denominado artificial, descansa en la inversión deoferta y demanda. Se inicia por la razón teórica de que serealiza un gran invento técnico, que nadie había echado demenos porque nadie lo sospechaba. Este invento constituye labase para un procedimiento práctico remunerativo. Ahora setrata de encontrar un círculo de adquirentes del producto. Laconfección en masa se traduce por un incremento de la pobla-ción en el paraje en que se produce. Ahora la necesidad deasegurar el expendio y alimentar a la población trae comoconsecuencia, un refinamiento en la elaboración; a procedi-mientos superiores para dominar a la competencia por mediode un producto superior y así hemos vuelto al principio. Elnuevo invento técnico que vuelve a seguir el antiguo caminorespecto de la aglomeración de la población, la rebusca de zonasde expendio y el logro de conseguirlo. Como consecuencia,durante el transcurso del siglo XIX se ha producido una especiede ciclo de afiebramiento en todas las naciones altamente or-ganizadas industrialmente, cuyo pulso y extensión ha aumentadode un decenio a otro. Esta situación partiendo de los círculosindustriales fué extendiéndose a toda la población. Les re-cuerdo los recursos de propaganda, las grandes exposiciones,el interés, por decirlo así, deportivo de toda la opinión públicaexpresada por los diarios y las representaciones de cualquiernuevo invento. El entusiasmo y satisfacción nacional que desen-

M. del E. 6.

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cadenaba todo récord de altura o de velocidad. Algo que enel siglo XVIII no se ha conocido en tal grado. Es una realidadhistórica fatal que la comprensión «progreso de la humanidad»se ha transformado en réplica, bajo cuya acepción, no se en-tendía al fin nada más que una serie de progresos técnicos,respecto a cuya aplicación no había duda, porque en todo caso,debía o tenía que ser utilizado. Al lado de esta fiebre de losrecords, y del delirio de la estadística se manifestó la satisfac-ción con que en cualquier país se celebra cualquier guarismode cualquier especie, aún no obtenido en otros países. El nú-mero de las ciudades capitales, de los altos hornos, de losaviones, la longitud de los ferrocarriles, de los alambres tele-gráficos, la cantidad de carbón y de minerales extraídos. Aeste aspecto corresponde una incitación psicológica para elconsumo, un consumo hasta cierto punto imaginario, el estable-cimiento de cierto lujo resultado de la persuaden. Un lujo ex-terior de los puntos culturales en especial de las clases delas ciudades, que al fin adoptó un nivel de vida que era consi-derado como normal durante los últimos veinte años anteriorasa la guerra, jamás volverá a ser exigido tal esfuerzo, que ningúnobrero habría aceptado o habría podido ejecutarlo permanente-mente. Lo mismo podemos decir de Inglaterra y América sinmencionar a Rusia y a los demás países.

Era además consecuencia de la necesidad de encontrar entodas circunstancias el consumo para el producto elaborado yla insistencia ante las masas humanas extra-europeas para quese apropiaran la producción. Se hacía el ofrecimiento, la ofertao la propaganda por coerción política y se trataba de abatirla competencia de los pueblos de color y en ocasiones se re-curría a la guerra. Ha sucedido en la India que para impedirel propio abastecimiento de materias textiles, se les amputabael pulgar a todos los hombres de algunas aldeas. En formalparecida sucede en la penetración en la China y el repartodel Africa por medio de numerosas expediciones guerreras. Elmundo de color pudo observar durante decenios el crecienteofrecimiento de productos. Pero también aquí debía llegar algúndía el momento de saturación. Y ahora se revela el peligro dela producción artificial. Cada país que ha permanecido bajolas condiciones de la producción natural, como Escandinaviao Italia, estará en aptitudes de poder soportar una crisis deconsumos a pesar de su rigor, por el hecho que cada unopodrá alimentarse.

Así como el expendio fué transformándose en expendioa distancia en el transcurso de los decenios, así también, enel abastecimiento de la alimentación fué transformándose en

alimentación a distancia y en esta forma se desarrolló un intensotráfico, de un lado para el consumo, y del otro, para el abas-tecimento de materias primas y productos alimenticios, como«Conditio sine qua non», para poder mantener con vida a esas

masas humanas que alcanzan a millones. Los pueblos naturalesse han transformado en pueblos artificiales.

Tenemos aquí el lado económico de este desarrollo. Nopodía tardar que este circuito de realidades principiara a ejer-

cer una presión creciente sobre los métodos, caminos e intencio-nes de la alta política. Es lo que ha sucedido con el transcursode los años. Pero es asombroso con qué lentitud se ha reali-zado y qué escaso valor han dado a este desarrollo los esta-distas de los pueblos dirigentes. La primera es que la políticadebía haber principiado por considerar a los otros continentes

como algo de importancia extraordinaria. Aún en los tiemposnapoleónicos apenas se ha hecho. Así el Africa era un conti-

nente de muy escaso interés y la China modelo gara trajesde fantasía. Pero ahora se establece una carrera de las nacionesindustriales para obtener el dominio político sobre regiones,de las que no podían privarse como abastecedoras de materiasprimas y como consumidoras de sus productos industriales.

El ideal meramente político de mediados del siglo XIX, hasido apoyado por el hecho de que en cada país la gran indus-tria ha impulsado la riqueza, el número de habitantes tam-bien ha permitido la provisión de recursos" militares y finan-cieros. El carbón sirve a los cañones y los cañones a la tra-dición histórica. El número de millones de los ejércitos queaparece comparado con los cientos de miles de 1815, ha sidoposible sólo por la elevación en el orden de las magnitudesde lo que se conocía como fortuna nacional, potencia defensivay necesidades de armamentos. También bajo este punto devista se ha invertido la relación entre oferta y demanda. Lapolítica pierde su preponderancia con respecto a la industriahacia fines del siglo pasado. En un principio fué el cartón,la industria y su producción que le dieron el ascendente depoder a los ejércitos y éstos a su vez, permitieron desarrollarsu política a las grandes potencias. Ahora, cuando se palpa eldifuso sentimiento de que estos fundamentos pueden ser derriba-dos, es cuando paulatinamente la política principia a, ser dirigidapor los anhelos industriales. Los cañones están ahora al serviciodel carbón. La absoluta dependencia con respecto a las necesi-dades industriales existía ya hacia 1910. Notada fué en todasu extensión sólo en el transcurso de la guerra. El imperia-lismo económico y primero el imperialismo político a su servi-cio es la nueva comprensión por esta especie de política, que

POLITICA, ECONOMIA Y GUERRA 83

84 MEMORIAL DEL EJERCITO

tiene la tarea de garantizar la existencia de un pueblo-masahacia el exterior, que dentro de sus fronteras no alcanza aalimentarse, y cuyo número se ha multiplicado más allá dela capacidad de mantención, por efecto de la industrialización.Para alcanzarlo sirve la política colonial, los protectorados ylas esferas de influencias; la penetración en la China y la dela América tropical, «el célebre lugar al sol» ; la reparticióndel Africa en zonas de explotación, la conducción de una seriede guerras, contra los boers, en Egipto y en Marruecos, enla China, la Birmania y Madagascar, en las fronteras de laIndia y del Turquestán con el fin de reservar el monopolioeconómico a una sola potencia. El resultado de esta épocainicial del imperialismo es la que ha permitido que algunaspotencias se hayan cristalizado como «potencias mundiales»,porque en alguna forma debían desarrollar política imperia-lista, pues al no hacerlo significaba la ruina económica demillones de ciudadanos propios. El imperialismo que consistíaen una creciente potencia de armamentos y en el alistamientopara la guerra entre las potencias mundiales, para no mencionarnada más que a las naciones de primera categoría, les erapeculiar el ejercer presión sobre las militarmente más débiles,aún en las negociaciones de índole absolutamente económicas,es lo que los ha impulsado hacia la catástrofe representadapor la guerra mundial. Hace mucho que se había alcanzadola sobre tensión. Si se contemplan las cosas bajo el puntode vista económico, observamos que es el momento, cuando porsaturación del mercado mundial por la producción, se habíaacercado en forma amenazante y que corresponde a los añosentre 1900 y 1901. Ya en ese tiempo se habían oído vocesde advertencia que aconsejaban iniciar negociaciones oportunasrespecto a represión del incremento de producción. Se compren-de en los hechos históricos que exceden al poder humano, quesemejantes discusiones forzosamente resultarían estériles. Na-die en situación responsable se resignaría a renunciar al poderde que está investida la patria y de las correspondientes ven-tajas, para beneficio de otra nación. En todo caso, la compe-tencia necesaria de los países dirigentes, que han sido paísesindustriales y colonizadores y, por lo tanto, imperialistas, hanestado muy cerca de una explosión en los tiempos de la guerraruso-japonesas. Si entonces se logró evitarla y si la sobresaturación del mercado con los artículos de producción no sepalpó de manera manifiesta, fué, porque desde la cesación deesta guerra hasta el estallido de la guerrra mundial, se estaballevando a cabo una preparación armamentista, para la deci-ción final, que tan sólo las necesidades de la guerra, de los

POLITICA, ECONOMIA Y GUERRA 85

ejércitos de contingentes no sospechados, bastaba para preservara la industria de sus cuitas por su producción y también para

cegarla ante las realidades. Naturalmente que significaba unaampliación del carácter artificial de la producción hasta suextrema capacidad.

Después estalló la guerra o expresado en forma discreta,la primera de las grandes guerras de decisión. Bajo este aspectoha sido muy diferente la amplitud de visión de los diferentesgobiernos. Él único país que da antemano estaba persuadidoque esta guerra hasta cierto punto resolvería también las cues-tiones políticas, fué Inglaterra. La conocida expresión de Eduar-do VII, de que Alemania había llegado atrasada al concierto delos grandes pueblos, y la otra muchas veces oída, de que In-glaterra por el Weekend tendría que embarcarse en esta guerra,demuestran un perfecto conocimiento de las realidades, quese habían venido presentando desde hace cinco decenios, cuandocomo siempre en el mundo, se emplaza la fuerza tras de vallas.También los métodos en permanente evolución y los fines dela guerra responden de la razón de los acontecimientos porel retardado entendimiento. Si un historiador del futuro procedea examinar el por qué del constante cambio de los fines deesta guerra, podrá establecer coa asombro que, de año en año,la restricción obligada de la producción del militarmente másdébil, resulta ¡siempre con una mayor claridad. De un simpleperjuicio causado al enemigo para debilitarlo política y mili-tarmente, se nota un empeño decidido para imposibilitar ala nación vencida en la competencia, aniquilarla en lo posibleindustrialmente y la «Paz de Versalles» no pretendió otra cosaque la cesión de zonas industriales, las reparaciones, la entregade la flota comercial y el desarme. Durante el transcurso dela guerra se ha manifestado en forma crasa el problema magno,no de estos años, sino de dos siglos antes. El hecho que hayun exceso de hombres blancos en el mundo, que esta humanidadestá congestionada en Europa, que la producción que debe ali-mentar a esta masa humana, no puede contar con una corres-pendiente venta y que en consecuencia, en algún día, hey queproceder a tomar alguna resolución, ya sea por una violentadisminución de la población por medio de la emigración o por

medio de una regulación de la producción mundial o comoúltimo ratio disminuir la producción de aquél que en la lidpolítica ha demostrado ser el más débil y que ha aceptado esta

condición. No hay razón para cerrar los ojos a esta realidad.No hay buena voluntad de entendimiento capaz de vencerla.

El gran problema de los decenios venideros lo viene a cons-tituír la orden del día de la regulación o de una cierta reduc-

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ción de la producción, después que una producción limitada ha-bía sido el ideal de todas las naciones.

Si por el momento la cuestión no se presenta como urgente,hay necesidad de convencerse de qué en Europa, donde en elmomento existen seis millones de desocupados, no puede hablar-se más que de un. entreacto de restablecimiento.

Desde luego, ya antes de la guerra había sido quebrantadoel monopolio de los pueblos blancos a este respecto. El primerpueblo no europeo que en extraordinaria, escala y provisto deun poderoso armamento apareció en el mercado mundial, fuéel Japón, en vez de permanecer como pueblo consumidor. Noconsidero a los EE. UU. de Norte-América porque ocupansituación peculiar, aunque su evolución de consumidores deproductos europeos a productores y exportadores de industriaspropias, ha agravado la situación. Además, se "ha podido obser-var que durante la guerra y aún antes de ella, los grandes ya-cimientos de carbón no sospechados, han sido explotados paradesarrollar industrias que se encuentran más cerca del consumi-dor que las europeas. Tenemos en la actualidad regiones indus-triales en la India, en el Egipto, en el Turquestán, en el Africa;del Sur, en el Canadá y en Australia. No es posible presumircuando la América del Sur, la China y la Persia ingresen alconcierto de los grandes países industriales. Como en todas par-tes, los países a medio explorar presentan ventajas frente alos ya agotados. Además, se presenta la duda, si en vistade la densidad de población los yacimientos carboneros basta-rían para asegurar la posibilidad de la alimentación de la po-blación. Estamos en camino de un aprovechamiento enérgicodel carbón por medio da la licuación, etc., lo que por su ma-yor rendimiento significa una disminución de material. Hay queagregar que el petróleo y las fuerzas hidráulicas se han pre-sentado como competidoras independientes, en el empleo délas fuerzas naturales.

Pero, ante todo, se nos presenta el hecho de que Europaya no tiene el previlegio militar para obligar a los demás con-tinentes a permanecer en el papel de consumidores y renuncian,al papel de productores Aquí observo la evolución histórica másimportante, que la guerra ruso japonesa había iniciado y quela guerra mundial ha desarrollado a su más alto grado. En con-traste al siglo anterior, ya las potencias europeas no están solasentre ellas para sus resoluciones. El mundo de color ha llegadoha constituirse en gran potencia, tanto en el Africa, como enel Asia oriental, en el Islan y en Centro-América. Correspondeesta época a la de la historia romana cuándo las provinciasadquirieron más importancia en Roma. La Rusia en un tiempo,

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la más oriental de las potencias occidentales cuyo territorioalcanza hasta el Japón, ha llevado a cabo una unión idealis-ta con el Asia de consecuencias incalculables. Los dominiosingleses constituyen una confederación de la que no se sospe-cha si el centro de gravedad está aún en Europa o nó. ElIslan continúa en la penetración del Africa,. Los EE. UU. hanlogrado una situación tal, que faculta al continente americano

para constituir un mundo de por sí. Son aspectos que mediosiglo atrás nadie habría podido imaginar.

Así, pues, por una parte, el hecho de que la constituciónindustrial y con ello, la mantención de los pueblos blancossobre-poblados está amenazada y por otro, la segunda no menospesada de que en cualquier arreglo político-económico tambiénhabrá que oir a los pueblos extra-europeos. Hay que agregaruna tercera circunstancia: pues con unas pocas palabras hayque presentar, los gobiernos de las naciones amenazadas hancambiado por completo de forma en los últimos decenios. Losgobiernos soberanos como lo fué el de Bismarck, en sus comien-

zos, también el de Napoleón III, y el de los tiempos de Glads-tone, ya no existen, si se hace abstración de algunas dictaduras.En todos los pueblos se presenta la oportunidad de colocar enla balanza todo el peso de la influencia política, del capital ypor último de las armas, para mantener a la nación en formao mejorarla, lo que depende en alto grado del apoyo o tropiezosque tenga el gobierno. Por muy paradojal que parezca al ob-servador futuro: lo primero es todo menos que natural. Nopreciso mencionar particularidades. Parecerá natural que el pue-blo inglés con motivo de su educación, manifieste su opiniónrespecto a las realidades de la política mundial, a pesar deque, como lo he indicado, también afecta el aspecto de ladoble nacionalidad: una masa de población industrial y el res-to, pero que en los asuntos de interés nacional se presentaríanunificados. Lo que consideramos como nacional no pasa de sermás que un egoísmo práctico de una región que por su desarrolloeconómico-político, está condenada a permanecer como entidado sucumbir y donde en consecuencia, debe calcularse con cadaindividuo y con cada clase. Si en vez de nacionalismo dirigieraegoísmo económico sano, no habría diferencia apreciable. Y alinclinarse hacia esta especie de nacionalismo tendría razón dehacerlo aquella parte de la población ligada al carbón, puessería herida de inmediato por las consecuencias de protección,que le pueden brindar los medios potenciales de una gran na-ción. Sea como sea, si los países dirigentes pasasen revistahasta qué punto cada uno puede contar con el apoyo de loscomprometidos, en caso de una controversia respecto a esta

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cuestión vital, esta cuestión resultaría muy triste para más dealguno. Siempre que sea cuestión de naciones revestidas porel poder de formas sacrosantas, por Estados, cómo se generaronen tiempo de Napoleón y como aún subsistían incólumes en laépoca de Bismarck, el poder del individuo aunque de talla in-discutible queda limitado por el considerable poder de las formastradicionales que se le oponen. Lo mismo se aplica a los usosy sistemas industriales como lo demuestra la industria inglesa.En consecuencia, un caudillo, sea dirigente industrial, dirigentedel pueblo, diplomático o financista, podía hacer valer su supe-rioridad nada más que dentro de ciertos límites. El Estadoantiguo, la economía antigua, la razón social antigua eran po-deres de. por sí. Lo que para la época de decisiones que nosreserva el porvenir, ha de ser nuevo y pleno de esperanzavienen a constituirlo las posibilidades creadoras ilimitadas dealgunos hombres que logren exceder su capacidad a los demás.En el futuro es probable que en todas las manifestaciones dela economía, de la técnica, de las finanzas así como tambiénde la política, de la diplomacia y de la guerra un individuo, porel poder de su personalidad y luego por lo sobre-saliente de susituación, compense todos los factores desfavorables que heenumerado. Así como un hombre ha hecho de un país quenunca podría ser potencia mundial, algo que se asemeje a po-tencia mundial, debo mencionar aquí a Mussolini, y que mien-tras viva podrá desempeñar el rol de potencia superior en elMediterráneo. Así también podrá ser posible que en una enti-dad económica que ha salido de la guerra bajo las circunstanciasmás adversas, nada más que por la superioridad de las persona-lidades dirigentes, pueda compensar lo que pretende la delibe-rada táctica destructiva de los métodos políticos modernos.Observó en el curso del siglo XX, el desarrollo de una épocapolítica, y a decir verdad una época económica-política y polí-tica-histórica, en la que no es cuestión de gobiernos y consti-tuciones, menos aún de dictados y de tratados, sino que másbien de personalidades sobre-salientes, cuya actuación elevapaíses y gana batallas espirituales .El pueblo que pueda empla-zar a los individuos más vigorosos, el menos agotado y menosligado a tradiciones establecidas logrará al fin constituirse comotriunfante.

La situación es tal que Europa, como lo he dicho ha per-dido su hegemonía absoluta y que ciertas naciones, que por laindustrialización han alcanzado cierta estructura y población,van a tener que adoptar una nueva forma de existencia enmedio del mundo para poder existir, y luego que deberán es-tablecer relaciones entre un país europeo como centro de gra-

POLITICA, ECONOMIA Y GUERRA 89

vedad con otros continentes como base, lo queda expresado enel Imperio británico y en que la tentativa da Rusia de incor-plorarse en el Asia una serie de Estados, apenas queda esbo-zada. Si un país no logra desarrollar en buena forma un sis-tema adecuado de expansión industrial y a decir verdad, al res-pecto no hay que permanecer a oscuras comparado con otrospaíses que pretenden lo mismo, no le resta más que proceder co-mo ha sido propuesto en Inglaterra, o sea la emigración le de-socupados permanentes hacia otros continentes, en este caso,hacia los Dominios que al momento elevaron su protesta. Seríaun procedimiento cuyo éxito no sería un alivio para el país,una solución del problema, sino que lo agravaría, pues creo ha-ber demostrado, que la manera como se han desarrollado lascosas durante el siglo, un millón de individuos aptos para eltrabajo y para cargar armas, no sólo significa fuerza productivasino que además riqueza nacional, potencia económica, poderpolítico y militar y así en esta forma, algo que pueda arrojarsea la balanza cuando se trata de realizar negociaciones econó-micas sobre bases favorables y obligar al contendor a cumplirlas.Pues hoy como siempre, en los tratados aún los económicos,está sólo garantido el políticamente más fuerte.

Llego ahora al final. Aunque la alta política en pro deldesarrollo del siglo pasado, pase a depender de la dirección in-dustrial y sea ésta la que le imprime sus fines, siempre unéxito económico de gran amplitud, o sea la consolidación econó-mica de la existencia de un pueblo, será sólo posible, cuandose pueda arrojar poder político a la balanza a semejanza delque pueda arrojar la parte contraria. Poder no expresado enmasa, sino que, en superior habilidad. El camino del refina-miento no se circunscribe a los procedimientos y sistemas técni-cos. Toda la cultura lo sigue. Repito, pues, al final: El poderpolítico, sin el que no se logra éxito a la larga, ya no consistetan sólo en dinero, cañones y convennios, sino que en formaprogresiva, depende de la existencia de las personalidades diri-gentes.

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A.G.DEPARTAMENTO DE MATERIAL DE GUERRA

Sobre la grandeza.Por Emil Ludwig.

Los grandes hombres sólo tienen un mayorvolumen: tienen las virtudes y los vicios en co-mún con los más insignificantes, pero en ma-yor cantidad. La proporción puede ser lamisma.—Goethe.

Entre los animales, el más fuerte es el más tímido. Como el ani-mal no es capaz de veneración, pasa siempre el más terrible por elmás grande. Hay solamente unos pocos ejemplos que tienden a pro-bar que el jefe de una manada tiene una voluntad suficientementemarcada para que se le pueda atribuir una especie de autoridad.En los tiempos primitivos, los hombres tampoco tuvieron la ideade una jerarquía a la que se ha elevado el mejor espécimen de suespecie. En su penumbra no tenían la voluntad, ni el tiempo, ni lalibertad necesaria, para apreciar en sus semejantes otra cosa queno fuera la fuerza y, acaso, cierta astucia. Era el más grande, el demás alta talla. Nos ha quedado algo de eso: el señor de antes era,en efecto, más grande que la gente del pueblo. Aun hoy, goza elhombre de gran estatura siempre de una prerrogativa natural, pe-ro la jerarquía de la grandeza no comienza sino con el deseo de dis-tinguirse, o sea con el de alcanzar algo más por su propia cuenta.Queda planteada así una cuestión de orden especulativa y moral.

Nadie puede resolverla sin echar una ojeada a la historia quenos induce, aun a pesar nuestro, a hacer comparaciones. El habitan-te de las grandes ciudades no llegará en su ingenuidad a calificarde grande a un hombre por la sola razón de que sea rico o poderoso,pues siente la importancia del factor espiritual. El problema de lagrandeza es el problema de la distancia que nos separa de la bestiay de Dios; si bien, nadie puede llegar hasta tan cerca de éste comoque necesariamente queda la otra, no es tampoco menos verdadque puede ir elevándose por grados oblicuos. Pero si, una vez quehaya alcanzado alturas peligrosas, trata de saltar unos escalones,será precipitado al vacío.

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Hay en todas las formas de la grandeza algo de virilidad. Lagrandeza es siempre productiva, nunca receptiva, siempre activa,nunca pasiva,, siempre da y no recibe jamás. Podemos admirar auna mujer que soporta toda su vida en silencio a su marido, perono todo lo que admiramos es grandeza. Adivinamos a nuestro al-rededor miles de destinos desconocidos: la mirada de un anciano ode una madre nos revelan abismos de sufrimientos humanos; larespuesta, lacónica de un campesino, la palidez repentina de unajovencita, despiertan la simpatía; descubrimos la grandeza del sa-crificio en el campo de acción más estrecho y nos sentimos incli-nados a hablar de un heroísmo de la vida diaria, y, sin embargo,todo ésto no constituye aún la grandeza.

Aún el hombre de nuestra época, se inclina a estimar con ex-ceso las virtudes pasivas del cristianismo a expensas de las virtudesactivas que fueron más bien las de la antigüedad. Se encuentra de-nuevo colocado ante una alternativa penosa: ¿ debe propender a lamayor resignación o la mayor actividad? Tiene que resolver esteproblema en sus dos aspectos: no debe estar desprovisto ni de com-pasión ni de energía. Pero sólo por medio de la acción llegará a lasregiones de la grandeza. Esta es privilegio de los que obran.

Conocí en Londres a un hombre que había sido inmensamenterico. Se despojó de toda su fortuna para edificar casas en los ba-rrios pobres del este y él mismo vivía en reducto sombrío, como unpobre cuáquero entre los pobres. Se siente indudablemente una fuer-te simpatía por tales hombres, pero algo nos impide, sin embargo,llamarlos grandes. Hay en ellos todavía cierta abnegación femenina.Hacen tanto bien a la humanidad como el médico que descubre unremedio para una enfermedad hasta entonces incurable, ¿pero có-mo se explica que sólo demos tratamiento de grande a ese médico?

¿iPor qué? Pues, porque su espíritu creador revela más nítida-mente el divino destello, porque su originalidad se concreta en unospolvos, en una operación, porque da al mundo algo nuevo y no sola-mente la vida. Desde luego, nadie puede dar más que su propia vi-da, y es por eso que la humanidad siempre ha venerado a los már-tires, aun cuando éstos han estado en el error. Pero jugarse la vidano es todavía grandeza ; lo hacen todos los soldados. Son signos anun-ciadoras de la grandeza solamente aquellos que van más allá deldestino, lo que se produce una sola vez, lo que se manifiesta comouna acción personal; es el resplandor divino atravesando en un ra-yo el aglomerado de nubes. La grandeza se revela por medio de ac-tos, de obras, de personalidades.

Los hombres prefieren la acción a la obra. La historia nuncaha concedido el título de grande a un artista, a un explorador o aun inventor, mientras que lo prodiga a menudo a dictadores o re-yes. ¿ Qué razón hay para que de dos alemanes contemporáneos sellame grande al uno, a Federico, y simplemente Goethe al otro, a

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pesar de que los actos del soberano han quedado relegados, hace mu-cho ya, detrás de la obra poeta? Pero la multitud siente tan fuerte-mente el carácter viril; de la grandeza que concede el primer puestoa lo que le parece más viril, es decir, a la acción, aun cuando ésta,por lo común, desaparece ante la obra. El estadista y el conductor deejércitos han gozado siempre del mayor prestigio, porque su acciónha sido siempre inmediata y aparentemente de la mayor envergadu-ra. Antes, cuando se podía salvar a un pueblo mediante una bata-lla, el agradecimiento personal de millones de individuos se manifes-taba siempre a su salvador y al rey, quien gracias a una política in-teligente a astucias o por herencia o conquista sometía al Estadovecino o se quedaba con una parte del mismo y parecía, igual queel jefe del ejército, ejecutor del poder divino, porque su superioridadindividual creaba la riqueza y la prosperidad.

Aun hoy apasiónanse los pueblos por la elección de su presiden-te y permanecen fríos ante la realización de una gran obra de arte.No obstante ello, se han olvidado en el correr de veinte años los nom-bres de Perrier o de Harding, mientras que Miguel Angel ha sobre-vivido ya medio milenio. La acción interesa a todos los contempo-ráneos o, por lo menos, a todos los hombres de un mismo país. Laobra, en cambio, no emociona sino a una pequeña minoría. Pero parala posterioridad sucede al revés: en efecto, la acción pretende efec-tos inmediatos, mientras que la obra tiene tiempo para esperar.

El estadista sólo es grande cuando comprende su época; el ar-tista no es casi nunca grande si no se adelanta a su época y presien-te el porvenir. La grandeza de la acción reside en su oportunidad,pero el espíritu político no pensará impunemente por los siglos futu-ros. Cuando el marqués de Posa exclama: '' El siglo no está maduropara mi ideal", se revela como pésimo hombre de Estado, mientrasque Schiller demuestra precisamente en estas palabras proféticas dePosa su condición de poeta.

No es extraño, pues, que la concepción propia de una épocadesaparezca con esa misma época. No queda ya nada de todos losEstados fundados por aquellos emperadores que se llaman grandes.Sus pueblos están dispersos, los subditos de Carlomagno o de Othónse han convertido en enemigos el reino del Rey Sol se ha empeque-ñecido, se extinguió su dinastía, los pueblos de María Teresa se hanfragmentado en numerosos Estados; ha desaparecido el poderío deNapoleón, cuyos últimos descendientes se dedican a una profesióncualquiera en América; y del gran Richelieu, que en su tiempo ha-cía temblar a Europa, no queda más que un nombre. Ningún esta-dista puede contar con la duración de su obra, y si debe su grandezaúnicamente al hecho de haber actuado según lo reclamaba el bien desu pueblo en un momento dado —aunque éste tenga la duración deun siglo— no habrá estatua que lo haga inmortal.

MEMORIAL DEL EJERCITO

¿ En qué consiste, pues, la grandeza del genio de un hombre deacción? Si el porvenir inmediato lo desautoriza, si todas sus previ-siones quedan reducidas a nada, ya sea por un hombre de Estadode la generación siguiente, ya sea por una revolución en su propiopaís, ¿ qué queda entonces de grande en él, sino su visión interior?Cuando se pierden de nuevo todas las fronteras hasta las que el reyo el canciller hayan adelantado los hitos del territorio, cuando sehan roto todos los tratados como los pergaminos en que han sido es-critos a fin de guardar su texto más largo tiempo, queda todavía laleyenda de un hombre combatiendo en medio de mil peligros, contralos enemigos interiores y exteriores y que han sabido realizar su con-cepción del porvenir inmediato. Perdura la fisonomía moral delhombre, no la acción misma.

En el caso en que un genio ha abierto nuevos rumbos o funda-do civilizaciones enteras, como en los casos de César, Carlos V. oPedro el Grande, tampoco es el hecho el que persiste, y a la poste-rioridad le resulta difícil proclamar como grande lo que no ha sub-sistido. Pero la imagen de un gran hombre, el espectáculo de unagran vida, no pierde jamás su atractivo y acelera en todos los tiem-pos, el ritmo del latir del corazón de la juventud que tiene siem-pre sed de leyendas. Aun en esta ojeada retrospectiva el hombre deacción produce una mayor impresión que el artista. La posteridadjuzga de acuerdo a lo que le era posible en su tiempo a un hombredecidido y de lo que le sería posible hacer en la actualidad. En esecampo las dificultades son, en efecto, más visibles, porque el hom-bre de Estado reina solamente sobre un lado del tablero de ajedrezy debe desconfiar siempre de los movimientos del adversario.

De todos modos, en el camino hacia la gloria, el hombre de ac-ción se encuentra en situación más favorable, se expone a mayorespeligros y ha de temer continuamente que lo venzan, encarcelen oasesinen; expone sin cesar su vida y se ve obligado a defendersecontra cien adversarios. Todo esto lo convierte en modelo de millo-nes de personas que, en otro plano, tienen una suerte parecida ycreen verse reflejadas en el gran hombre. Le es común la idea delpoder, de ese poder del que cada uno comprende el efecto inmedia-to y cuya mayor cantidad causa la impresión de una mayor gran-deza. Se ofrece a la vista de todos el espectáculo de un ser excepcio-nal que conduce su vida de acuerdo a su propia voluntad, que seríe de sus adversarios, desprecia a la muchedumbre y sigue a su es-trella. Esto impresiona a todo el mundo, y aún a aquellos que le sonhostiles, que le admiran en secreto como al más fuerte de su am-biente, y acaso de todo su pueblo; que somete a millones de seresa su voluntad, como el animal más fuerte somete a los débiles a lasuya; siempre con la diferencia, desde luego, de que en ese casola admiración se asocia al temor y asegura al más fuerte la gloriade ser llamado el "más grande".

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SOBRE LA GRANDEZA 95

Volvamos a la obra. Ella tiene de común con muchos actos elhaber nacido del espíritu. Pero del hecho de no estar ligada a suépoca, de flotar libremente en el espacio, resulta que sus premisasy sus consecuencias difieren de las de los actos. Y cuando la obrasigue a la acción para ilustrarla, ¿no tienen todos la impresión deque es su servidora "opus ancilla facti" ¿Cómo puede la relaciónde un acontecimiento, un poema, una imagen, ser más que ese mis-mo acontecimiento? ¿No significaría esto dar preferencia al espe-jo y subordinar el rostro que refleja?

Y, sin embargo, ningún hecho ha sido demasiado grande paraque el relato que del mismo se hiciera no pudiese sobrepasarlo. Hu-bo en la antigüedad una miserable fortaleza parecida a centenaresde otras, situada no lejos del Helesponto, a la que gobernaban yatacaban una especie de caballeros salteadores que se arrogaban eltítulo de reyes. Estaba destinada a caer en el olvido lo mismo quetodos los combates a raíz de los cuales pasaba de mano en mano.Pero apareció un poeta que reunió todas esas anécdotas; de esosencuentros sangrientos en que combatían unos cuantos miles de hom-bres hizo una serie de luchas heroicas. Eligió de entre un sin finde guerras a ésta y le prestó su carácter peculiar; de la miserablefortaleza hizo la ciudad de Troya y pobló la fantasía de los hombres,de imágenes y de actos heroicos, que sólo gracias a su arte llegarona ser legendarios e inmortales.

Una princesa italiana, una como muchas, fué presa de una pa-sión ardiente. Pero nadie hubiera sabido jamás de ella, de no haberexistido Dante. Su arte llevó de golpe el nombre de aquella prince-sa a las extremidades de la Tierra, y sólo desde entonces hay unaFrancesca de Ramini. Vivía en la Alemania de la Edad Media entrenumerosas doctores y alquimistas un hombre que jamás habría sidoconocido sino por algunos especialistas, si la leyenda no se hubieraocupado de él y no hubiera transmitido finalmente, su historia a unpoeta, por obra del que sigue viviendo todavía en la memoria de loshombres. Se llamaba Fausto. Las acciones de los hombres puedenconsiderarse grandes durante siglos porque un gran artista, por asídecirlo, las ha recreado, mientras que los hechos más grandes pasana menudo al olvido, si de ellos no da cuenta alguna gran obra. Silos historiadores y los poetas tienen necesidad de los hombres deacción para manifestar su talento, éstos tienen aún más necesidadde cronistas, y nadie sabrá jamás cuál de los dos es la luz y cuálla sombra. La ambición de Alejandro reclamaba a grandes voces suHornero.

Y, no obstante, el creador de una gran obra se halla durantetoda su vida en situación de desventaja frente al hombre de acciónque dispone del poder. Su ación es más lenta, menos visible; rarasveces se sentirá sostenido en su marcha ascendente, por sus contem-poráneos, a la inversa de lo que ocurre con el estadista feliz. Carece

96 MEMORIAL DEL EJERCITO

del perpetuo control constituido por el efecto producido. Puesto quetrabaja y piensa independientemente del tiempo, éste no puede pres-tarle ninguna ayuda eficaz. Está en libertad, por supuesto, de creara su gusto, de acuerdo a su imaginación y a su experiencia. Nadieviene a turbar la paz que él cree hacer reinar en su estudio. En cam-bio, se halla cada día ante un deber que él mismo tiene que elegir,y si goza de la libertad de dar forma a lo que le place, está privado,en cambio, de esa afluencia de fuerza y de ese aliento nuevo que losacontecimientos proporcionan cuotidianamete al hombre de acción.

En definitiva, el genio creador es más libre de actuar y reali-zarse que el del hombre de acción. Ni aun los dictadores pueden or-denar que de un día al otro, que se realice uno de sus pensamientosen todo el territorio sobre el que se extiende su influencia. El espí-ritu tiene más poder. Calígula, el prototipo del tirano absoluto, noconsiguió que se ejecutara en Africa una medida por él concebida,con la celeridad, con la exactitud y completamente tal como él lahabía soñado. Pero al mismo tiempo, Séneca pudo escribir sus pen-samientos acerca de la muerte, exactamente tal cual se presentabaa su espíritu. Felipe II, solare cuyos dominios no se ponía el sol, noconsiguió, sin embargo, que los Países Bajos adoptasen su religión.Pero Rembrandt, cuyo reinado se reducía a las cuatro paredes deuna miserable vivienda, pudo con un gesto, crear el día o la noche;a su vejez misma, no hubo miseria ni acreedor alguno que pudieraimpedir que fijase sobre la tela lo que veía su imaginación. El poderen cuyo nombre se ejecutan las grandes acciones domina hasta aaquel que lo detenta. El espíritu a cuyo conjuro nacen las grandesobras, permanece, en cambio, más frecuentemente sumiso a su dueño;

¡Sin embargo, exígese del artista o pensador una especie de re-,nunciamiento en precio de su suprema libertad. Queda excluido dela ebriedad de la vida activa; lo que crea tiene algo de etéreo, mien-tras que el hombre de acción siente latir en si mismo el ritmo de unavida que le eleva.

Los griegos representaban sus dioses, los dioses de la acción,los dioses poderosos, como entes admirablemente bellos; sólo Hefais-tos, el herrador creador, era feo y vivía recluido en las entrañas dela Tierra. Es verdad que captura a los dioses con su red, pero ellosconsiguen finalmente escapársele riendo. Hay siempre un dejo dedesdén en la palabra del hombre de acción cuando habla del artista,y en el artista un poco de amargura de Hefaistos cuando observaal hombre de acción.

El genio que actúa se nos aparece, realmente, más bien como,una persona y sólo parece actuar por ser tal, mientras que el geniocreador se confunde a menudo con la idea. En verdad, la acciónpierde pronto las señas de quien la realiza: pasa al patrimonio ge-neral de la humanidad y ésta olvida hasta el nombre de su autorLa obra, por el contrario, queda ligada al nombre de su autor para

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siempre o, por lo menos, para muy largo tiempo, y llega un momen-to en que la gente ya no lee las versos de un poeta ni el sistema deun filósofo, sin que por ello deje de perdurar, como símbolo, el nom-bre de uno y otro. Si la grandeza varía según se trate de una accióno de una obra, no es extraño que se encuentren sorprendentes ejem-plos de mezclas de obra y acción, lo que nos conduce a mencionar aexploradores, inventores y profetas.

Desde Critótobal Colón hasta Shakleton, desde Marco Polo hastaStanley, desde los fenicios hasta James Cook, los grandes explora-dores siempre han sido simultáneamente hombres de acción y genioscreadores. A unos les movía con preferencia la especulación, a otrosla aventura, pero todos eran posesos de la idea de una posibilidadque no les dió reposo hasta que la llevaron a la realidad. Los gran-des navegantes, los primeros aviadores, cuyos navios o aviones nollegaban a la meta, habían madurado largo tiempo sus proyectos,reflexionando sobre la situación de islas desconocidas, sobre los vien-tos, las intemperies y hubieran podido contentarse con medios detransporte y aparatos de que otros se servían más tarde para lograrnuevos descubrimientos. Leonardo da Vinci, hombre único por lamultiplicidad de sus dotes, atestigua la profundidad y la maestríade su genio. Construyó proyectos de globos, de aviones, de subma-rinos y de muchos otros inventos modernos, pero no ensayó ningunode ellos. Fué siempre pensador y si edificó algunas fortificaciones,nada le impulsó a perfeccionarlas de acuerdo a sus planes. Leonardoda Vinci y Goethe, los dos espíritus más amplios de los últimos qui-nientos años, eran naturalezas platónicas.

Considerando a aquellos de los grandes hombres que fueron a lavez actores y pensadores, y cuyos pensamientos se convirtieron na-turalmente en acciones, pueden distinguirse más claramente los ele-mentos de la grandeza. Al dar su nombre a los países que descubrie-ron, Se los ha eternizado magníficamente. Es esa, además, la formamás duradera de la gloria, a la que sólo aventaja la de los semi-dio-ses y de los héroes con cuyos nombres se resignaron ciertas conste-laciones astrales. He aquí un campo en que se encuentra a los ex-ploradores, inventores y filósofos. Véase si nó el caso de Galileo yCopérnico.

Más de uno de ellos está ligado al grupo de los profetas; pocoimporta, en efecto, que su previsión, su conocimiento previo del fu-turo sea fruto de sus visiones o cálculos, que tenga bases místicas ocientíficas; no es eso lo que los distingue. Pasó el tiempo en quelos profetas y los sabios se combatían. La visión mística de hoy serála ciencia de mañana. El fanático y el poseso, a quienes se quemabano hace mucho todavía, han cedido el lugar al revolucionario, conel que tienen bastante parecido, y al que el mundo también quema

M. del E. 7.

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ponqué perturba el orden que aquellos también habían perturbado.La grandeza del profeta se parece a la del revolucionario; son igual-mente grandes, no porque sufran, sino porque luchan por una ideanueva, y cuando decimos que la palabra de un profeta es inspirada,no hacemos más que confirmar su origen divino. La figura proféti-ca del dulce Jesús no nos parece más divina que la del belicoso Ma-homa, aún cuando aquel fué un pastor y éste un guerrero, y la fi-fura de Goethe no nos parece menos divina, aunque sus enseñanzasno hayan dado origen a órdenes religiosas ni a símbolos.

¿Cuántos puntos de contacto tienen Lutero y Galileo? Ambosson profetas, ambos se oponen a ciertos principios de la místicapreponderante en su tiempo, ambos fueron conducidos ante los tri-bunales de ese poderío reinante, hechos prisioneros por él, y no sedistinguieron sino porque el uno dijo que "S í " , y el otro que "No".El destino liberta al uno de ellos, en el curso de los interrogato-rios numerosos, de la necesidad de desdecirse a perecer como JuanHuss, mientras que obliga al otro a retractarse. Entre los dos se ha-lla Copérnico que no se retracta de nada y que fué asaz astuto co-mo para dedicar un escrito revolucionario al Papa, en su calidad decanónigo. Es fácil distinguir los elementos de la grandeza en esasalmas proféticas: son sus caracteres diferentes los que los inducena elegir soluciones distintas.

A veces se aunan las condiciones del profeta y aun las del már-tir con las del hombre de Estado, Cronwell y Lincoln son dos grandesejemplos de ello. Una especie de excitación profética empuja al unoy al otro hacia la política o, por lo menos, los confirma en su direc-ción política; los dos surgen, por así decir, de la noche a la mañanaa la gloria, y uno de ellos murió por su ideal. Ninguno de ellos hadesplegado su grandeza directamente y gracias al poder políticosino por vías recónditas.

El gran inventor también está colocado entre la obra y la ac-ción. El hecho de que también trabaje manualmente no lo distin-guiría, por ejemplo, del pintor. Pero hace más. El taller que ni elescultor abandona, no puede retenerlo, es menester que se aleje, ha-ce falta que ensaye en la tierra y en el agua lo que ha calculado yconstruido; necesita recorrer los países que cruzarán sus canales otratar los enfermos a quienes destine sus remedios; debe dirigir opor lo menos acompañar los dirigibles cuyos planos ha concebido.El que va por los campos con la varita mágica y enseña donde sedebe perforar para encontrar agua, no será nunca más que un sim-ple investigador. Pero si él mismo empieza a perforar y si a despe-cho de decepciones, de penas, de renunciamiento, y la desesperación,no da tregua antes de haber confirmado su ciencia o su fe con los:propios ojos, entonces, y nada más que entonces, habrá dado prue-bas de grandeza. El mismo Leonardo da Vinci sería un mal ejemplosi su espíritu incomparable no hubiese echado su semilla sobre un

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gran número de dominios, si no hubiese dejado expandirse algunasde ellas hasta convertirse en acto y si; finalmente, no hubiera de-mostrado por media docena de obras maestras que era capaz de rea-lizar sus ideas y que sólo le faltaba haber vivido algunos siglos paraconvertir en realidad todos sus sueños.

La chispa divina sola no es suficiente. Unicamente la partehumana propia de la acción y de la obra del genio decide si en éstehay grandeza. El problema queda resuelto en el momento en queel genio y el carácter se encuentran.

No ha habido jamás grandes hombres dotadas de pequeños ca-racteres, y el placer de distinguir entre los principios teóricos yla conducta práctica de los grandes hombres, no prueba sino a quégrado de irreverencia se rebajan tantos críticos. No basta, por su-puesto, ser un modelo de todas las virtudes cristianas para ser gran-de, ni siquiera para ser bueno. El que se alarma por lo que hay dediabólico en el hombre, o que se niega a admitirlo, no conoce alhombre más que a medias. Pues el gran carácter realizará siem-pre lo que el joven Goethe pretendía para si mismo: "Todo lo quetú me propones como ideal, no me impedirá ser verdadero, es de-cir, ser bueno y malo como la naturaleza". Los Borgia, padre ehijo, que hicieron la experiencia de todos los pecados capitales, hantenido tan grandes ideas, tan grandes pensamientos y fueron po-seídos por tan grandes fantasías, que sus víctimas cayeron en elolvido mientras que perdura el nombre de aquellos. Filippo Lippi,pintor de Id inocencia, vivió en tan gran impiedad, como el filó-sofo Bacon. Condenar a Napoleón a causa de la muerte del duquede .Enghien, aún, admitiendo que ésta haya sido consumada segúnse ha dicho, sería completamente absurdo. Por haberse cometido elerror de aplicar a los grandes hombres el código de la moral co-rriente, y por haberse quedado disgustado de ver que los moldesfijos ya no servían ni convenían, se ha concebido la idea absurdade exigir a los grandes hombres que fueran siempre buenos, huma-nos, indulgentes, heroicos, en una palabra: morales. Goethe decíalo contrario: "Los hombres extraordinarios se apartan de la mora-lidad. Actúan al fin de cuentas como elementos naturales, como elagua y el fuego".

Lo que le distingue moralmente de los demás no es la propor-ción, sino la mayor cantidad de bien o de mal: son superiores algrueso de los hombres, no solamente por la. energía, la pasión, laamplitud del espíritu, sino también por su orgullo, sus odios y susexigencias. Prodigan, porque dan sin cesar, sin darse cuenta exac-ta, lo mismo como los pequeños, a su vez, reciben sin cesar. Así seestablece un equilibrio por compensación, igual como mando enlos desiertos una caravana rica comparte sus víveres con algunasotras caravanas pobres. La avaricia, en el sentido propio y en elfigurado, le es extraña a la grandeza; aun Voltaire, que pretendía

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amar el dinero, porque amaba la libertad, ara generoso y prodiga-ba su fortuna por idealismo.

Es precisamente el deseo de prodigarse el que conduce a la ma-yoría de las grandes cosas. Aun no se ha visto jamás a un hombregrande avaro de sus fuerzas y económico de su capital interiorcuando se consagraba a su obra. En verdad no busca el dinero oel placer, pero quiere hacer jugar sus fuerzas y le seduce la ima-gen de la perfección o le estimula un gran ejemplo. Los grandesestadistas siempre han creído en Plutarco. El santo, el loco que nosea sino inocente, no podrá más que emocionarnos. No será gran-de a menos que no se levante hasta el nivel de los profetas. Si laambición impulsa a los hombres a elevarse por encima de su con-dición, no hay que hacerles un cargo. Sin ella no existiría la mayorparte de las grandes cosas que se han hecho, y si, en todos los do-minios de la actividad, la emulación ha dado alas a la humanidad,¿por qué decir entonces que es inmoral y exigir en su lugar unidealismo que, sólo no ha encontrado jamás el camino de la gran-deza?

La ambición, sin embargo, no es el motivo primordial del es-fuerzo. Será más justo decir que lo es "el instinto del juego".La voluntad del poder, sola, jamás ha engendrado grandes accio-nes. Lo que da el primer impulso, es el deseo de dejar crecer yde ver expandirse las fuerzas que uno siente en sí. El sentimientode que uno es superior a los demás en inteligencia, en sagacidad,en energía, en imaginación, ha impulsado más frecuentemente a laacción que el amor al prójimo. Entonces se siente llevado a some-ter a lo que le rodea, a llegar a jefe de una oficina, de un negocio,de un ministerio, de una nación. Y todo se encadena: cuanto másbrillantemente se afirman los dotes' en la acción, tanto más seagranda el deseo de imponerse a un número ofreciente de personas.Por este conducto, extraño a la moral, llegan los politices a prime-ros ministros, hábiles oficiales a jefes de ejército, y eminentes de-portistas a exploradores.

No hay que imaginarse al gran médico sentado cejijunto cer-ca del enfermo y tratando, por amor a la humanidad, de sacar desí mismo el secreto de un remedio. Bien al contrario, el médico haestudiado la terapéutica de determinada parte del organismo, sien-te que ha llegado a maestro y anticipa sobre sus trabajos futuros;unas experiencias mejor realizadas acrecientan en él el deseo deresolver el enigma, se torna dada vez más impaciente, quisiere so-brepasar a todos sus rivales y finalmente, descubre el suero porrazones en que se mezclan de raro modo la pasión por el descubri-miento, con la ambición y el amor a la humanidad, pues este últi-.mo sentimiento es siempre natural en el médico.

Pero estos móviles simples y si se quiere egoístas, tienen, sinembargo, una virtud de orden moral en el sentido profundo deltérmino. En efecto, sólo el hombre de ciencia superior aspira a al-

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go más elevado que el bienestar de los suyos y el suyo propio. Elrey de la antigüedad no perjudicaba a su país cuando esperaba quelas conquistas territoriales se tradujeran para él en un mayor faus-to y esplendor y en más numerosas residencias regias; y tampocose achica el inventor genial cuando espera hacer fortuna con el in-vento de un telégrafo, de un alumbrado eléctrico o de un remediocontra la fiebre. Pero ese deseo de hacer fortuna, que estimula ala mayoría de los demás hombres, no es nunca el móvil fundamen-tal. Ni siquiera para nuestros señores dictadores.

En las horas en que la grandeza es enteramente espiritual esmás difícil seguir el encadenamiento de esos móviles. Tienen suorigen seguramente en nociones que no se sospechan. Pero haymucho trecho entre la idea y la ejecución, y ni el artista, ni ,el fi-lósofo pasarían de la una a la otra si no les moviese el instintoplástico. Donde el espíritu lanza sus construcciones en el vacío so-bre maromas aéreas, sin saber adonde llegarán, ese instinto se ma-nifiesta en forma más pura todavía, y en esta voluntad plástica esdonde más claramente se afirma. La ambición pasa aquí a un se-gundo plano y el deseo de reconocer a la naturaleza y de reprodu-cirla se convierte entonces en un móvil determinado. La gran obranacerá, pues, de una manera más inconsciente, más atormentada,más secreta y constituye de esta manera también, un símbolo másexacto de la grandeza que la acción.

Tolstoi afirmaba lo contrario; pero su teoría ha sido refuta-da por sus mejores obras. El amor a la belleza ha sido la fuente demucha mayor cantidad de obras maestras o de inventos útiles a loshombres. Es por eso que la recompensa ha sido siempre proble-mática .

El genio ha aportado dicha o desgracia a todas las naturale-zas fuertes. No han encontrado ni el reposo ni la satisfacción; laobra, la acción, suscitan ininterrumpidamente el deseo; más exact-tamente: la necesidad de una obra más o de otra acción nueva, yes raro el caso en que la paz del alma haya sido el premio de eseesfuerzo hacia el poder, el saber o la creación artística. El filóso-fo comprendía tanto más claramente cuanto profundizaba su estu-dio, que los problemas son irresolubles, el sabio se daba cuenta deque los fenómenos se encadenan sin fin, el artista reconocía que esimposible fijar todo lo que contienen sus visiones, y el hombre deguerra descubría en las proximidades de su poderoso imperio, al-guna islita que no le era posible conquistar. Todos han sufrido ensu vida personal el peso de esos deberes constantemente renovadosque se imponían a sí mismos y por eso, en vez de aumentar, ha dis-minuido su alegría de vivir. Vi una vez en un faro a un guardiánleer cerca de la lámpara gigantesca, a la luz de un pequeño vela-dor. La enorme claridad, cuyo resplandor giratorio daba a leja-nos navios, a centenares de kilómetros, una dirección y seguridad,esa luz que él había encendido y que él vigilaba, era aprovechada

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por todos menos por él; y cuando quería distraerse, recurría a unalucecita.

El hombre grande, al contrario, es el único que conoce la di-cha del paroxismo. La sensación del poder o del entusiasmo lle-nan su corazón; la vasta soledad a que él mismo se ha destinado,entra de lleno en sus pulmones como el aire de las cimas penetrasolamente en los pulmones del águila; frecuentemente se siente su-perior a los demás hombres y, por lo tanto, un poco más cerca dela divinidad. Puesto que vive en un mundo de ilusiones, ¿qué leimporta que el parque que dibuja no tenga más árboles jóvenesplantados en una mancha de sol? El lo ve más tarde y entretantono se pregunta quién se aprovechará de su sombra. Seguro de so-brevivir, o por lo menos, teniendo ese presentimiento, el hombregrande trata de triunfar sobre la muerte y dice1 con Horacio "Nonomnis moriar".

Pero cuanto más grande sea, menos tendrá conciencia de serun superhombre. Como conoce mejor que cualquiera las debilida-des de su naturaleza y las crisis peligrosas por las que tendrá quepasar en el transcurso de su vida y como, por otra parte, guardapor prudencia silencio a ese respecto, no podrá considerar sino concreciente escepticismo los prestentes que el destino hace a los hom-bres y el valar mediano de sus ontemporáneos. Sabe perfectamn-te, y todos los profetas lo han confirmado, cuán raros son los con-tactos con lo divino. Por algunos segundos de iluminación hay,años de elaboración y si a algún espíritu humano le es dado sentir-se cerca de un ser que lo supera, es precisamente en ese momento,cuando adquiere plena conciencia de haber nacido del fango. Edi-son dijo: "Dos por ciento de inspiración y noventa y ocho porciento de transpiración ".

¿ Es la grandeza siempre modesta ? Por lo pronto podrá decir-se que nunca habríanse adquirido los éxitos activos sin la sensa-ción del valor personal. He visto a Masaryk, el estadista de nues-tra época que auna la mayor modestia y la mayor prudencia, y alobservarlo bien he podido ver brillar por momentos esa seguridadde sí mismo, exactamente como en un café oriental aparecen lassedas de colores maravillosos, eterno reflejos bajo el manto sombríode un hombre rico.

Además, creo que ese sentimiento de superioridad ha de forti-ficarlo. ¿De dónde vendría nuestra piedad por los estúpidos, loscriminales y los intolerantes sino de este sentimiento? Esta pre-ponderancia no se manifiesta en el hombre de genio, sino con res-pecto a su tiempo y sus contemporáneos. Beethoven, que teníatanta sensación de su valor personal como Napoleón, era profun-damente modesto cuando hablaba de Mozart y Handel y se arrodi-llaba ante la divina naturaleza.

En cambio, los que se vanaglorian a la vista, del mundo, sufrendepresiones, períodos de descorazonamiento, y si no tienen la in-genuidad de Napoleón, Sólo se mantienen por su cinismo.

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Bismarck confió a un amigo: "Cualquiera que se halle en misituación, debe tener el valor de decir: mañana hará buen tiempo.Si acierta, se le considerará como un gran hombre". El que searrastra siempre sobre la superficie de la tierra, no tendrá más queuna débil idea del océano que se extiende sobre él; pero el aviadorque se ha elevado a algunos millares de metros, no tendrá sino ma-yor deseo y mayor pena al mirar hacia el infinito.

El ser físico, ya sea la planta, el animal o el hombre, puedeser sometido, hasta cierto punto, a una acción directriz, pero todoslos ensayos para propender al "cultivo" del genio han quedadoen el estado de diversiones. Es que también podríase tratas deprovocar un terremoto. "El espíritu es siempre autóatono" y elnacimiento de un hombre grande un evento feliz en que han con-tribuido, uniéndose, la nauraleza y el destino.

Si es verdad que los grandes hombres determinan el curso dela historia y que un solo pensamiento es suficiente para fecundarun siglo, no es menos verdad que hay épocas que, en ese sentido,son más favorables que otras. En las épocas en que se formen Es-tados, el hombre de acción se desempeñará más fácilmente que enlas edades tranquilas en que la impaciencia y el instinto de la ac-ción se orientan más bien hacia el arte y la ciencia, para las queaquél acaso no esté dotado. Es por eso que el genio activo se en-cuentra hoy frente a un campo de acción más vasto que antes dela guerra. De ahí que tengamos dictadores. En su conjunto, nues-tro siglo se opone a la formación de grandes hombres solitarios.Cuando se eleva el nivel, desaparecen las cimas; allá: donde cadavez sentimos más no poder encontrar la belleza de lo excepcional,la fortuna dichosa de una "élite", descubre el ojo de una mayorextensión de dicha, pues nuestra época ha llamado a nuevas masasde hombres a una vida más intensa.

En la antigüedad, en el tiempo de la esclavitud y aun cienaños atrás, cuando ésta había desaparecido ya en Europa, siempreen el transcurso de esos siglos cuya historia no concierne sino ala diez milésima parte de los hombres que entonces vivían, la masase hallaba nivelada a un mismo punto y vivía en la sombra y en laignorancia. Si se encontraba bien en semejante condición, es por-que no tenía idea de otra cosa.

Fué entonces cuando se formó en el espíritu de la masa la ideadel héroe y como las reyes eran suficientemente astutos como pa-ra hacerse pasar como representantes de Dios (o, en los tiemposmás antiguos, de los dioses) los héroes resultaron a las ojos de mi-llones de seres anónimos, un objeto de fe. Sólo existían breves re-latos de hechos pasados que, además, sólo estaban destinados a unapequeña cantidad de lectores, de modo que todo hombre poderosopodía presentarse a sí mismo y a los suyos, en la luz más favora-ble. Por eso se parecen todos los jefes de los viejos grabados, pre-sentan los mismos ornamentos, la misma manera de vestirse y la

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misma actitud convencional y solemne. Napoleón fué quizá el primer hombre grande que osaba presentarse en público con naturali-dad y que no adoptaba sino muy raras veces la pose habitual del-héroe. Pudo hacerlo, porque era hijo de la revolución y represen-tante de nuevos tiempos.

Nuestra época se aparta cada vez más del héroe. Desde quela guerra se convirtió en una cuestión de masas y de material, y elgobierno en un problema de mayoría y de partido; desde que lapúrpura ni la actitud superior y destacada convienen al hombrede acción; desde que ha quedado suprimido el derecho del primogé-nito y desde que toda situación es accesible a los hombres califi-cados, nadie puede ostentar la aurerola mística que antaño era el sig-no de un origen o de una misión divinos. Todo el mundo se cono-ce y todos los grandes hombres tienen amigos de la infancia quecuentan de ellos anécdotas reideras. No hay más aureola, y Napo-león dijo con ironía y despecho: '' Ya no queda nada grande porhacer. Alejandro pudo todavía hacerse pasar por hijo de Júpiter.Si yo declarase que soy el hijo del Padre Eterno, me silbarían lasvendedoras de las ferias". Pronunció tales palabras en el día desu coronación y con ellas les quitó todo sentido.

En la actualidad, los gobernantes tratan de librarse de esa au-reola mística. Quieren demostrar al pueblo sus condiciones dehombre y hacérselas palpables. En vez de pasar por entre la masasentado en un coche tirado por ocho caballos, Mussolini se colocaen el volante de su auto y demuestra que tiene todas las cualida-des de un excelente conductor. Muchos americanos de gran fami-lia mantienen en secreto su origen y su fortuna y se hacen pasarpor jóvenes pobres que han tenido que abrirse camino con sus pro-pias fuerzas.. El prestigio de las cabezas coronadas no existe más,y sólo los engreídos de cierto medio social se recrean todavía ha-blando de títulos, blasones y emblemas. Desde que la ciencia hallegado, por otra parte, a comunicar todas las novedades en pocosminutos a toda la superficie de la tierra, desde que se discuten pú-blicamente todos los acontecimientos, grandes y chicos, casi antesde que se produzcan, la vida ya no tiene secretos, y ya no quedanpersonas desconocidas desde que los periódicos publican los retratosde todo el mundo.

La aureola de los príncipes empalidece en la medida en quedisminuye el poder hereditario, su importancia y lo que eran ca-paces de dar. Un miembro que no sirve más, se atrofia poco a po-co. El genio de los príncipes se ha evaporado gradualmente al tiem-po que disminuía el prestigio real. No es porque las ranas no ten-gan branquias que estén obligadas a vivir fuera del agua, sino que,al contrario, por estar destinadas a vivir sobre la tierra, han per-dido las branquias que tenían en su estado primitivo.

En nuestros días cambia la forma de la grandeza, pero siguensiendo los mismos sus elementos. Debido a que todo es accesible a

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todos, cada acción resulta debida a la colaboración de numerosaspersonas. Ninguna guerra victoriosa, ningún pacto célebre queda yaasociado al nombre de un hombre solo. Por primera vez desde quese escribe la historia se ha levantado un monumento al soldadodesconocido. Lo han hecho todos los pueblos y con ello han rendidohomenaje a la masa anónima que ha combatido en todas partes, unhomenaje mayor que los que jamás se hayan ofrecido a un conduc-tor de ejército cualquiera. Hasta el poder de Wilson, que en unmomento dado parecía mayor que el de cualquier otro ser humano,se ha estrellado "contra el de las asambleas deliberantes en las quehoy se toman todas las decisiones.

A este movimiento se oponen los esfuerzos de algunos indivi-duos que quieren demostrar al mundo por medio de la dictaduraque el genio sigue gobernando como en el pasado y que la multituddebe obedecer. "¡Qué espectáculo, pero oh, un espectáculo nadamás!" Desde que la fuerza se tiene que disimular en el ruido deplebiscitos so pena de no imponerse, desde que los diarios, siempreaccesibles, aun a los más pobres, son redactados por gente que sufrela mayor opresión, esa opresión no puede ser más pasajera.

Pasa con este nivelamiento como con un incendio. Se puededeplorar, pero no se puede hacer que no haya existido. La idea delhéroe se aleja de nosotros, pero el hombre de acción puede ser unhombre grande hoy como lo ha sido antes. El genio creador se ha-lla, hoy más apartado del héroe que antaño; actualmente, en efec-to, todos los grandes descubrimientos y todos los grandes inventosson, en su origen, la obra de una colectividad que un individuodomina más raramente que antes de una manera decisiva, porquetodas las clases y todos los pueblos los buscan al mismo tiempo.Aun, la obra de arte, la más solitaria de las acciones humanas, na-ce hoy en día más bien de una corriente, se forman más que antesen el seno de las colectividades, lo ensayan cien veces artistas detodas las clases y ya no es una de aquellas obras únicas y distingui-das por el sello de un individuo, como las que antaño bastaron pa-ra llenar toda una vida. La personalidad resulta atacada de todaspartes por nuestro siglo.

Y no obstante, hoy lo mismo que en todos los tiempos, no seexpresa la grandeza en ninguna parte más netamente que en unapersonalidad. Existe la grandeza en las acciones de las obras y delos destinos. Pero nunca es tan plenamente visible, tan tangibletan ejemplar, como en una gran vida, en una de esas vidas anima-das por el soplo de una poderosa originalidad sobre la que proyec-tan sus sombras y sus luces todas las pasiones, todos los atrevimien-tos y todas las debilidades humanas.

Cuando es imposible dar una definición porque el objeto seviste siempre de nuevos colores, decidirá un sentimiento generalde admiración. A veces, aun de sorpresa, si debe o no hablarse degrandeza. Se adivina lo que fué y lo que no fué un hombre. ¿Por

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qué es Elizabeth con todos sus vicios más grande que María Estuar-do, que por su mero destino nos resulta más simp ;tica que su afor-tunada rival? ¿Por qué es más grande Aquiles que Ulises, que nosolamente demostró nobleza al ser probado, sino que también, fuéel más inteligente de los dos ? ¿ Por qué brilla la aureola de la gran-deza más vivamente sobre Buda que sobre Mahoma, sobre Brutoque sobre Hamlet, que, sin embargo, está más cerca de nosotros?Obligados a elegir, ¿por qué damos preferencia a Temístocles y noa Arístides que fué un modelo de justicia? ¿Por qué nos apareceFederico II. de Hohenstaufen más grande que Federico Barbarrojatransfigurado por la leyenda ? ¿ Por qué no se le ocurre a nadieconceder el título de grande al Rey Sol a pesar de todo el brillo quele rodea, mientras que todo el mundo concede ese título al Empe-rador Enrique IV? ¿Qué es lo que, después de siglos, atrae másfuertemente las miradas sobre César que sobre Augusto ? ¿ Por quéadmiran los mismos ingleses más a Napoleón que a Wellington, suvencedor? ¿Por qué sobrepasa la figura de Lord Byron la de susrivales ? ¿ Por qué evocan los solos nombres de Goethe y de Beetho-ven una idea de grandeza en millones de hombres que apenas hanleído, apenas han oído sus obras?

En todos estos casos se ha desarrollado una vida valerosamentey de acuerdo a sus propias leyes, se ha aceptado ardientemente yen vista de fines elevados una lucha contra el mundo; hubo en to-dos estos casos esfuerzos para orientar el destino y vencerlo. Unavoluntad de gran envergadura — llámesela heroica, si se qu ie re ,se ha unido en todas estas vidas a una fantasía de igual, poder ycapaz de imaginarse como ya logrados los propósitos perseguidos,por lo cual fué posible realizar lo extraordinario. La imaginacióny la voluntad son siempre necesarias para dar alas al genio. Aunel filósofo que se ha aisiado del mundo, aún el poeta más plató-nico, no conseguirán dar una expresión visible a sus pensamien-tos y a sus sueños sino gracias a esta voluntad de orden práctico.Lo mismo no podría el realista más' objetivo, sea estadista o sabio,ver de antemano.los fines que cree haber establecido por mediodel cálculo sin que Te ayude la imaginación. Se ha resumido el Uni-verso en las palabras voluntad y representación :* la volntad y larepresentación son, bajo otras formas, también los dos pilares so-bre los que descansa la grandeza.

El hombre sabe marchar en el momento decisivo con el pechoabierto al encuentro de su destino. El sólo es capaz de abordarlo.La audacia, la energía, aún cuando se evaporen en valores espi-rituales, y la voluntad que empuja al genio hacia sus objetivos,tienen algo de irresistible y no los traba el interés personal ni el

* El autor se refiere a la notable obra "El mundo como volun-tad y representación", del filósofo Arturo Schoipenhauer.

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deseo particular de felicidad o de placer. En todas las horas deci-sivas de su vida han obedecido todos los grandes hombres a su vozinterior, jamás a su interés. Por entre la espesura de un bosqueinexplorado todavía, han abierto su camino sin brújula, guiadosúnicamente por el llamado de su alma que jamás les ha engañadoy al que han obedecido, sin reflexionar, en todo momento de cri-sis. Todos los proyectos, todos los razonamientos, todo saber handesaparecido desde que esa voz retumba en ellos, y puede decirseque en ellos ha residido por unos instantes la divinidad, y que éstaha hablado por su boca. ¿ Qué importa si ha sido un tratado, undrama, un sistema o una batalla ? Su autor ha seguido a su ley in-terior y ha actuado de acuerdo a ella.

De aquí esta profunda relación de todo hombre grande con lamuerte. La sensación de su propio valor le induce a temer la muer-te como si fuera un ser único y porque con él termina una cosapreciosa.

Una profunda superstición, es decir, el sentimiento del sím-bolo gobierna a todos' los grandes hombres.

Esta superstición no es más que un juego continuo del gato yel ratón: ¿Qué presagios? ¿Tengo tiempo todavía? ¿Me alcanza-rán antes que haya terminado mi gobierno, mi sinfonía? ¿Cómo seresumirá mi destino extraordinario en la muerte ? ¿ Qué fuerzas sonnecesarias para abatir a un hombre de mi talla ? ¿ Cuál es mi fuer-za en la lucha contra el elemento ?

Todo eso toma forma de superstición y reúne al hombre ge-nial con sus padres o patronos, los semi-dioses.

Pero esas ya son cuestiones de carácter.Como siempre ha regido esa ley interna de su carácter, está

en el genio determinado de una forma duradera por el carácter yno puede ser separado del mismo. Es por eso también, que la gran-deza de un hombre no se muestra nunca en una obra o en una ac-ción particular como en el espectáculo que nos ofrece una granexistencia. En ella sentimos la proximidad de los Dioses, en ellaTemos hasta donde puede llegar a elevarse el ser humano.

La táctica de las Ametralladoras.Por el Mayor H. Hoppe.

Cdte. de Bat. de Ametralladoras.

(De la Revista Ejército - Marina - Aviación).

La Guerra Mundial demostró el gran efecto del fuego de lasametralladoras. Empleadas estas armas convenientemente, formanel sostén de la infantería, haciendo fracasar los ataques enemigosy facilitando a los grupos de choque de las Compañías de fusilerosla elección del momento adecuado para el inmediato contra-asalto.has experiencias obtenidas con el empleo de las ametralladoras seperdieron en Alemania, parcialmente después de la Guerra, a cau-sa de la dotación del arma con los medios para el tiro indirecto.Hubo de consiguiente, una tendencia a emplearlas en forma simi-lar a la artillería, debido a que el Ejército alemán no poseía estematerial en cantidad suficiente. Las ametralladoras fueron adelan-tadas más y más desde la zona de resistencia hacia adelante, conel fin de poder abrir el fuego ya desde el límite del alcance máxi-mo de tiro (3.500 m.) y detener el avance del enemigo a la mayordistancia posible, como asimismo para poder pasar rápidamente auna posición descubierta, cuando ya no fuese posible, debido a ladistancia, continuar con fuego indirecto. Con esto se perdió la po-sibilidad de batir las reservas enemigas que continúan avanzando,objetivo que, muchas veces, no es representado en los ejercicios deJas pequeñas unidades.

Si se desea ver con toda claridad el empleo de las ametralla-doras, debemos reconstruir el desarrollo del arma y su interven-ción en la Guerra. En 1914 los Regimientos alemanes tedian sólouna Compañía de ametralladoras y el combate de fuego era mante-nido por las Compañías de fusileros. Cuando se pasaba a la defen-

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sa, la Compañía de ametralladoras se la intercalaba en la línea detiradores, empleándola principalmente en dirección flanqueantepara dominar las hondonadas y los ángulos muertos delante de lasposiciones y para aprovechar totalmente las trayectorias rasantesdel arma. Cuando en el Otoño de 1915 cerca de Loos, los ingleseshicieron su primer ataque, fracasaron después de la irrupción, de-bido a unas pocas ametralladoras colocadas en la profundidad dela posición. Esta fué la verdadera hora natal de las ametrallado-ras, porque se reconoció su efecto decisivo y la mejor forma de em-pleo. Desde entonces y por lo genral, fueron empleadas las ametra-lladoras de tal manera que , sólo unas pocas se emplazaron en latrinchera delantera, en silencio, y bien mimetizadas para evitar sureconocimiento prematuro, mientras la masa quedó escalonada enforma de ajedrez en la zona de profundidad. La cantidad de ame-tralladoras alimentó rápidamente. Cada Regimiento, que en 1914tenía una Compañía de ametralladoras, recibió tres hasta 1916;además se formaron Batallones especiales de ametralladoras (consirvientes escogidos) a disposición de los Ejércitos y Cuerpos deEjércitos. En 1917 se introdujo la ametralladora liviana, princi-palmente con el fin de poder retirar las ametralladoras pesadas dela línea delantera a la zona de profundidad y hacer posible a lasCompañías de fusileros ejecutar independientemente el combate defuego a las distancias cortas.

La desventaja de ubicar las ametralladoras en la zona de pro-fundidad consistió en que no se las empleaba sino cuando el ene-migo había ejecutado la irrupción. La exigencia de que todas lasarmas entraran en acción antes de que el enemigo llegara a la pri-mera trinchera, no pudo realizarse porque las ametralladoras que-daron por de pronto inactivas. En la noche cambiaron de posicióna la primera línea para abrir un fuego de entorpecimiento. Cuan-do el enemigo, de madrugada, empezaba su ataque, ocurría muchasveces que las ametralladoras no estaban a tiempo en sus posicionesprincipales de atrás. Para evitar esto, los oficiales de ametrallado-ras expertos, empezaron entonces a efectuar un fuego indirectodesde sus posiciones colocadas en la zona de profundidad, con me-dios auxiliares de puntería establecidos en el día y con piezas fir-memente ajustadas, etc. Con eso cumplieron con todas las exigen-cias porque no sólo actuaban en la zona de profundidad como unafalanje de hierro, sino que también podían accionar desde lejos so-bre el terreno delante de la primera línea todavía fuera del alcan-ce de fuego de las ametralladoras livianas y fusiles.

Esta fase final de la Guerra deberá reanudarse con tanto másrazón, si se considera que las ametralladoras tienen hoy en día, ele-mentos para el fuego indirecto. El equipo abundante de artilleríaya no exige el empleo de las ametralladoras en posiciones adelan-tadas para obtener alcances máximos de tiro, con lo que no se con-sigue éxito material alguno, sino un éxito simplemente moral. A

LA TACTICA DE LAS AMETRALLADORAS 111

luna distancia de más de 2.700 m. la altura de la trayectoria delproyectil SS se acerca al límite de 300 m. y el ángulo de caída estan grande que está distante de ser una trayectoria rasante.

El ataque y la defensa aérea y terrestre se efectuarían de lamanera siguiente:

En el Aire: A la mayor altura, los aviones de caza; más bajolos cañones anti-aéreos pesados; después los cañones anti-aéreosmedianos; enseguida los cañones automáticos; finalmente, desde los2.000 m. las ametralladoras superpesadas; a los 1.000 m. las ame-tralladoras pesadas y livianas, y por último, a los 500 m. los fusi-les y carabinas.

En tierra: Para distancias máximas los aviones de bombar-deo ; luego la artillería pesada; después, hasta 2.700 m. la artille-ría mediana y liviana; menos de 2.700 m. la artillería liviana, lasametralladoras pesadas y las piezas de infantería; menos de 1.200las ametralladoras pesadas y livianas; menos de 800 m. las ame-tralladoras livianas, fusiles y algunas secciones de ametralladoraspesadas, en silencio.

La Compañía de ametralladoras, tomada como ejemplo y uni-dad, se emplearía como sigue: en la defensa, una sección o dos,según la situación, contra blancos ubicados a menos de 1.200 m.;medias secciones o piezas aisladas, en silencio, mimetizadas y ocul-tas en posiciones flanqueantes de la primera línea (equipadas conobstáculos de alambre de colocación rápida), contra blancos a me-nos de 800 m. de distancia, y en el. ataque, listas para avanzar in-mediatamente con sus fusileros.

Dos secciones o una, se ubicarían en la zona de profundidad,en posiciones cubiertas, para el fuego de 1.200 a 2.700 m. Para elataque estas secciones pueden quedar en sus posiciones hasta el mo-mento en que no les sea posible sobrepasar con su fuego las frac-ciones delanteras de las Compañías de fusileros. De consiguienteno deben procurar un apresurado desplazamiento hacia adelante,porque allí ya se encuentran partes de la Compañía. En la defen-sa, la posición ha de ser elegida de tal manera que logre efecto en-tre 2.700 y 1.200 m. Cuando la cercanía del enemigo ya impida elfuego a distancias cortas se quedarán en su posición, reamunicio-nándose por cuanto todo cambio de posición hacia adelante, con elobjeto de intervenir en el combate de fuego sería contraproducen-te: las ametralladoras serían reconocidas por la aviación y la ar-tillería enemigas y, en cambio, harían falta en la zona de profun-didad cuando el enemigo logre irrumpir. Es preferible en esta si-tuación detener el avance de las reservas enemigas. También se lepresentarán muchas veces blancos de gran tamaño como ametralla-doras, baterías, etc. que avanzan. Cuando finalmente el enemigologre la irrupción se concentra el fuego sobre ese sector.

Para cumplir con estas misiones, hay que emplear principal-mente el tiro con observación, tanto por parte de las secciones de-

112 MEMORIAL DEL EJERCITO

lanteras que hacen tiro directo desde posiciones ocultas, como porlas secciones empleadas en la zona de profundidad que se valen delfuego indirecto desde posiciones cubiertas. Generalmente cada sec-ción que constituye una unidad de tiro, recibe su misión especial;sector de observación y de fuego. Cuando la situación se ha cal-mado y el ataque propio ha logrado su objetivo o se ha rechazadoel ataque enemigo, se debe continuar el fuego, aún sin observación.Se ha demostrado en las maniobras que los Batallones de ametra-lladoras han podido recibir mensajes importantes con datos exac-tos sobre las posiciones del enemigo, enviados por la aviación me-diante el sistema de coordenadas. Si hay tiempo, se mide la dis-tancia antes de batir el blanco; en ,1a noche se hace fuego de en-torpecimiento. Durante la Guerra fué muy desagradable el fuegonocturno de ametralladoras sobre los hombres que transportabanlos comestibles y sobre los caminos de aproximación. Munición siem-pre hay y la munición SS se reemplaza con más facilidad que lamunición de artillería.

Pero no se debe olvidar una condición importante: las ame-tralladoras necesitan tiempo para reconocer y elegir sus posicionesy lo que se da a la artillería no se puede negar a las ametrallado-ras. Es más difícil encontrar posiciones cubiertas para ametralla-doras a causa de su trayectoria rasante; pero si no se las encuen-tra, bien puede empleárselas desde la zona de profundidad, apro-vechando los medios de puntería de que disponen para el fuego in-directo. La distribución oportuna de cartas a las Compañías deametralladoras por parte del Grupo de observación, es indispen-sable.

Queda en vigor la regla fundamental para el ataque y la de-fensia: la defensa terrestre prevalece sobre la defensa aérea cuandolas Compañías han recibida su misión de combate.

Identificación de los aviones modernos.Por el General X.

(Traducción del "Memorial" de "L'Air" de Febrero de 1939).

De algunos años a esta parte, la técnica aeronáutica ha reali-zado grandes progresos. Las líneas aerodinámicas muy acentuadas,han conducido al mejoramiento de la velocidad. Cuando se estu-dian los últimos tipos construidos por las fábricas de los diversospaíses, causa sorpresa la semejanza tan grande que se observa enlas formas de los aviones de las diferentes categorías: caza, bom-bardeo, reconocimiento. Lo único que ha variado han sido los dis-positivos de detalle que corresponden a los procedimientos de cons-trucción propios. Este estado de cosas es lógicamente normal, siconsideramos la semejanza de las técnicas adoptadas.

Consideremos un Morane 406, un Hawker Hurricane, un Cur-tissí P 36 o un Bloch 151, aun un Dewoitine 520; pongámoslos enparalelo con un Messerschmitt 109, un Piaggio o un Breda, no en-contraremos en ellos sino pequeñas diferencias en lo que al aspec-to exterior se prefiere.

Las mismas consideraciones son aplicables a los aviones debombardeo livianos y aun a ciertas aviones de bombardeo pesados.

Esta semejanza en el aspecto exterior no deja de presentar gra-ves inconvenientes relativos a su empleo en la guerra, pues, duran-te la Giran Guerra de 1914 a 1918, la identificación de los avionesera a veces muy difícil. Se citan varios casos desgraciados en loscuales muchos aparatos fueron atacados y aun echados a tierra poraviones amigos.

¿Qué sucedería hoy? La diferencia es, en efecto mucho másdifícil a causa de la igualdad misma de las formas de los aparatosy también por las grandes velocidades desarrolladas.

Además, cuando un avión vuela a gran altura — que será lonormal en un conflicto moderno — los epecialistas mismos titu-

M. del E. 8.

114 MEMORIAL DEL EJERCITO

bearán para identificar el tipo. En tales condiciones, el efecto dela sorpresa toma una importancia inmensa, porque resulta muyaumentada.

En lo referente al combate aéreo mismo, los pilotos podrángeneralmente reconocer al avión enemigo a una distancia suficien-te. No resulta lo mismo para la defensa contra aviones que ten-drá las mayores dificultades para realizar una identificación rá-pida, aun empleando los instrumentos ópticos más perfeccionados.

Actualmente será posible reconocer los aviones enemigos; pe-ro de noche la dificultad llegará a ser muy grande si las escuadri-.llas siguen itinerarios en líneas quebradas para alcanzar sus obje-tivos o los puestos de escucha son deficientes. Es fácil imaginarselas confusiones que pueden resultar de este estado de cosas". Esteproblema no ha quedado inadvertido. Las señales ópticas pueden,en ciertos casos, responder a la cuestión, tanto de día como de no-che, cuando la transparencia atmosférica sea normal. Pero cuan-do la visibilidad es mala, o si las escuadrillas se transladan porencima o dentro de una capa nebulosa, el enlace con tierra sólo pue-de realizarse por radiotelegrafía o radiotelefonía. Estos dos pro-cedimientos de transmisión pueden ser interferidos por la aciónenemiga o producirse una interrupción momentánea. No se puede,por consiguiente, contar en forma absoluta con esos medios.

Es indispensable, sin embargo, poder distinguir desde tierra a.los aviones amigos de los enemigos. Recuerdo que hace tiempo, en1921 o 1922, si mi memoria no me engaña, durante los primerosejercicios de caza de noche que se realizaron en Metz bajo la direc-ción del General Vaulgrenant, que comandaba el primer cuerpo aé-reo, se presentó un monoplano provisto de un dispositivo sonoro,una especie de sirena inventada por un ingeniero del servicio téc-nico. La prensa citó esas experiencias en su época. Este aparatodesnaturalizaba el sonido del motor del avión, le daba una entona-ción característica que permitía al personal de los puestos de escu-cha, reconocer al avión provisto de ese dispositivo de los que no lotenían. Las experiencias fueron concluyentes. Parece que el pro-cedimiento es interesante. Ignoro, sin embargo, si el sistema ha si-do nuevamente adoptado. No obstante, esta resolución presenta algunos inconvenientes que es posible solucionar. Para evitar que elenemigo, al mismo tiempo que las baterías amigas, se den cuentadel empleo del procedimiento, será necesario hacerlo funcionar enel interior de las propias líneas o, mejor aun, reproducir el sonidoen zonas apropiadas.

Sea como sea, la cuestión merece un estudio detenido, pues de-bemos disponer de aviones, de muchos aviones y hay que pensaren su empleo práctico bajo todos sus aspectos para obtener el ren-dimiento máximo de nuestras' fuerzas aéreas.

Como acabo de hablar de muchos aviones, tengo que hacer re-saltar las mejoras adoptadas en la producción.

IDENTIFICACION DE LOS AVIONES MODERNOS 115

Para el primer mes de 1939, las previsiones eran de 80 apara-tos. Se fabricaron casi 100, entregados a los depósitos del Ejérci-

to aéreo, es decir, se registró un excedente de 20 aparatos sobre loprevisto que se había considerado y calculado con cierto optimis-mo. Este primer resultado es prometedor. Consagra los esfuerzaspermitidos.

Si la curva de producción no sufre un descenso por causas ex-trañas, es posible alcanzar una cifra más elevada en el mes de Fe-brero, lo que permitirá llegar al potencial previsto para nuestraindustria aeronáutica, o sea, 200 aviones por mes, a partir del mesde Abril, como lo anunció Guy La Chambre en la reunión de losrepresentantes de la prensea especializada, a principios de Enero.

Estas entregas, junto con las que vienen de la industria ame-ricana, permitirán, de aquí a poco tiempo, intercalar estos materia-les modernos en nuestras escuadrillas.

En lo que respecta a los pedidos hechos a los Estados Unidos,éstos se refieren a un primer pedido de 100 aviones de caza Cur-tiss P 36 hecho en 1938; después, un segundo pedido de 100 avio-nes del mismo tipo que se hizo en Enero de 1939; a continuaciónuno de 115 aviones livianos de bombardeo Glenn Martin; otro de100 aviones de bombardeo Douglas B 19; otro de 20 aviones de ca-za Vought para el porta-avión Béarn y, por fin, uno de 200 avio-nes de instrucción norteamericano B. T. 9.

Contando con el mercado de 1938, han llegado ya a Francia35 aviones por vía marítima y conducidos a la usina de construc-ción nacional del centro, en Bourges. Actualmente se ensayan 4Curtiss P 36 en el centro de Villacoublay, particularmente los en-sayos de tiro. Los primeros vuelos no han indicado ninguna falla.Hay que reconocer que las misiones francesas que se han translada-do a los Estados Unidos han tomado todas las medidas útiles pararealizar al máximum el equipo y armamento de esos aviones. LosCurtiss P 36 permiten la realización de performances sensiblemen-te iguales a los obtenidos por los materiales semejantes franceses.Esos aviones se caracterizan por la perfección y acabado de suconstrucción que refleja la potencia del utilaje de que dispone laindustria aeronáutica de Estados Unidos. Nada se opone a que lasfábricas francesas alcancen la misma perfección de fabricación; essólo una cuestión de medios, de utilería y de organización. Elgrande y real esfuerzo que se ha realizado durante el año de 1938dará sus frutos, no solamente sobre la intensificación de la produc-ción, sino también sobre la calidad del trabajo.

Hay que hacer resaltar que en los Curtiss 36, la facilidad deacceso al motor, la sencillez del montaje y desmontaje, ayudangrandemente la labor de los mecánicos. Por fin, la cabina del pi-loto es muy confortable. Nada ha quedado al azar, todo está pre-visto para obtener la mayor comodidad, la mayor simplificación pa-ra hacer el manejo del avión más agradable y fácil.

116 MEMORIAL DEL EJERCITO

Los americanos no han dejado de pensar en su utilizaciónpráctica. Quiero creer que los excelentes modelos franceses que es-tán en ensayo y que pronto se construirán en grandes series, seaporvecharán de esta experiencia. Esto resulta muy fácil, pues-to que nuestras fábricas disponen de los medios y de la utileríaapropiados.

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El Aviador en la Guerra de alta Montaña.Por el Coronel Relchel.

(De la Revista Ejército - Marina - Aviación).

El avión es, en cierto sentido, independiente del terreno. Sibien el campo de actividad del aviador es el espacio, su trabajoestá también en continua relación con la guerra terrestre. La gue-rra en la montaña está llena de entorpecimientos y, en ciertosentido, limitada. En el aire libre el aviador está exento de lasdificultades ocasionadas por el terreno. Si se tiene en cuentacon cuanta lentitud se producen todos los movimientos en lamontaña, hay que destacar especialmente la gran ventaja de lavelocidad e independencia del aviador. La montaña influencia,sin embargo, la cooperación del aviador en la guerra. Los aeró-dromos, que son muy escasos, tienen un espacio limitado, necesi-tan trabajos de reparaciones y, a menudo, están situados lejos dellugar del empleo. Si es posible se instalarán aeródromos en de-presiones de terreno o altiplanicies o, si no, fuera de la regiónmontañosa. El suministro de combustible, munición y demás ma-terial está dificultado por las grandes distancias a los ferroca-rriles y buenos caminos, lo cual perjudica antes y después delvuelo la comunicación indispensable entre el aviador y el queordena. Lo expuesto de los aeródromos ante los ataques aéreosenemigos exige dispersión de espacio. Aunque hubiese disponiblesextensos terrenos para el aterrizaje, ellos no podrían se aprove-chados completamente. Más, como en las montañas los grandesespacios son muy raros, hay que emplear entonces tipos de avio-nes con gran radio de acción. Mayores dificultades se presentantratándose de campos de ataque o de aterrizaje forzoso. Su ca-rencia hace dudosa la intervención a tiempo de los aviadores. Enregiones montañosas con muchos lagos es posible el empleo dehidroaviones o, mejor aun, aviones anfibios que permitan el ate-rrizaje y despegue en las cumbres nevadas. Los que mejor se adap-tan son los helicópteros, que facilitan el despegue y aterrizaje enforma perpendicular. En la montaña se necesitan aviones con bue-nas condiciones de aterrizaje. Es indispensable el buen poder as-

118 MEMORIAL DEL EJERCITO

censional. Los aviones pequeños y livianos tienen una menor im-portancia.

El salto con paracaídas por parte de la tripulación se difi-culta en la montaña debido al terreno intransitable.

El terreno montañoso con grandes alturas obliga a los avia-dores a elevarse mucho. A ello se agrega el efecto de las armasterrestres y la defensa antiaérea. Por esa causa el aviador estáobligado a remontarse aun más. Los aviones de máquinas pode-rosas, tienen que estar armados con motores de altura para ob-tener suficiente elevación.

Una distancia de observación considerable con respecto a lu-gares situados muy bajos disminuye la calidad de la observacióny su efecto. Por otra parte, del empleo de la Artillería antiaéreaa grandes alturas resultan a menudo extensos espacios de tiro,muertos, lo que exige el empleo suplementario de armas anti-aéreas en lugares más bajos para evitar que sean reconocidas porlos aviones. Esto requiere la acción de mayor cantidad de uni-dades antiaéreas y una esmerada organización del servicio devigilancia.

El aviador tiene que descender para cumplir tareas militares,especiales y en la montaña ello es peligroso debido a choquesimprevistos; eso requiere una gran manejabilidad que sólo se ob-tiene mediante una perfecta instrucción del piloto.

Una influencia especial la ejerce el clima que, como es noto-rio, tiene en la montaña mayores variaciones que en otros lugares.Las montañas tienen a menudo diferentes condiciones meteorológicasy con frecuencia se producen cambios climatéricos no siempreregistrados de antemano. En verdad, el avión puede eludir talessorpresas, hasta un cierto grado, debido a su gran velocidad. Sinembargo, lo más difícil es la orientación, hallar la ruta en la no-che, en la neblina y en la formación de nubes muy extensas ybajas. A ello se agregan a menudo: la tempestad, tormenta, llu-via o nevada, que pueden hacer imposible la visibilidad. El volara ciegas es, por consiguiente, de importancia especial. El aviadortiene que llevar consigo a bordo instalaciones a propósito que denuna orientación muy exacta y segura. Además, el aviador tieneque ser orientado desde tierra por las estaciones radiogoniomé-tricas.

Las condiciones atmosféricas obran algunas veces desventa-josamente sobre el despegue y el aterrizaje. Aeródromos aislados;tiene que ser a veces eliminados para el arranque y el decolaje.Cerca de la superficie de la tierra se producen frecuentemente co-rrientes de aire que por su intensidad e irregularidad producenremolinos y bolsas que dificultan el mantenimiento del equilibrio.Es de suma importancia un servicio meteorológico bien instalado.

Las influencias meteorológicas en la montaña requieren co-

EL AVIADOR EN LA GUERRA DE ALTA 119

bertizos a pruebas de la intemperie. También el abastecimiento tie-ne que estar asegurado a toda costa.

La exploración terrestre es ejecutada por tropas que tienenque dominar las dificultades del terreno. Para ello se necesitatiempo. El empleo de mucho tiempo se hace notar en forma sen-sible. Además puede destinarse sólo lugares muy limitados a lassecciones de exploración. En cambio ¿qué ventajas aporta la ex-ploración aérea? Ella es apta para la exploración a distanciaslargas, cortas y de combate; sirve para el reconocimiento del te-rreno y para el servicio de medición de la tierra y dibujo de lacarta.

La exploración a distancia sobre la montaña será, en gene-ral, más fácil de realizar si se toma en consideración el aspectode conjunto; por el contrario la exploración a corta distancia yde combate son más difíciles de efectuar a consecuencia de lascondiciones favorables de protección y enmascaramiento de unterreno de constitución irregular. Es cierto que a veces la explo-ración y observación será facilitada especialmente cuando hay nie-ve o hielo en proyección contra otras más altas. También la escasared caminera y la limitada transibilidad en la montaña facilitanla exploración y observación. Para la exploración de cerca, decombate y de Artillería son necesarios lugares de aterrizaje decombate y de urgencia para asegurar el necesario cambio de opi-niones entre el que da la orden y el aviador, como también paraaterrizajes forzosos de aviones cerca del propio frente. Tales lu-gares tienen por eso que ser reconocidos y preparados por técnicosen instalaciones. Debido a las condiciones atmosféricas en la mon-taña, el trabajo del aviador puede ser dificultado de tal maneraque se vea en la imposibilidad de lograr la indispensable fotogra-fía. No es fácil tomar fotografías sobre la montaña. Las fotogra-fías perpendiculares en general se pueden aclarar perfectamentesólo con ayuda del estereoscopio. El complemento mediante elaprovechamiento de fotografías diagonales y vistas panorámicasasegura generalmente un reconocimiento completamente satisfac-torio. El aprovechamiento de las fotos tiene siempre que ser he-cho por el mismo observador instruido en l lo.

A menudo se realizan vuelos de exploración a larga distanciasobre regiones montañosas cubiertas de nubes y neblina sin queel aviador sea reconocido, anunciado y combatido a tiempo porel enemigo.

En la exploración obra desfavorablemente la formación desombras cuando el sol está bajo.

Los fenómenos atmosféricos, como neblina, nubarrones, re-gistran en las montañas una cierta regularidad de tiempo y delugar. Según ella se regirá la intervención de los aviones de ex-ploración. En la noche la exploración de rutas de marcha es im-

120 MEMORIAL DEL EJERCITO

pedida porque el vuelo de los aviones a baja altura se hace muydifícil.

La montaña con sus numerosas posibilidades de protecciónofrece también grandes dificultades a la observación del tiro.Aquí, el aviador de Artillería trabaja en la más estrecha colabo-ración con las baterías, con éxito y en el menor tiempo.

La exploración de combate por aviadores de infantería, quie-nes para reconocer detalles deben descender a mucha profundidad,es influenciada en forma especialmente desfavorable por el te-rreno montañoso. Condiciones de observación insuficientes de-bido a una mala orientación, conducción del combate en formadiseminada y protegida, inseguridad de las señales ópticas em-pleadas, luego la defensa efectiva desde las alturas y las condi-ciones desfavorables dentro de las capas terrestres inferiores asícomo las limitaciones del espacio de vuelo, todo esto, dificultala exploración.

Muy valiosa es la exploración que realizan los aviadores enla montaña, pero ella nunca está en condiciones de reemplazar ala exploración desde tierra. La exploración desde tierra y la ex-ploración aérea se complementan mutuamente.

Para eludir lo más posible el reconocimiento aéreo enemigo, .aún en la montaña, las tropas que marchan, descansan o luchandeben repartirse en ancho y profundidad, aprovechar la obscuri-dad, estado atmosférico, efecto de las sombras, empleo de neblinaartificial y enmascaramiento, y organizar el servicio de vigilan-cia antiaérea, la intervención de armas antiaéreas y el empleo dereflectores antiaéreos. Especialmente difícil es un buen enmas-caramiento allí donde el terreno no ofrece resguardo natural, ocuando está cubierto de hielo o nieve. Tienen que ser reconocidosy batidos los aeródromos enemigos o campos de aterrizaje auxi-liares al alcance del propio fuego de Artillería.

La participación de aviones adquiere una importancia esen-cial para las órdenes así como para el servicio de enlace y de men-sajes a grandes distancias, de por sí difíciles en la montaña de-bido a la imposibilidad de un rápido envío por tierra de los des-pachos escritos. El aviador de infantería tiene aquí una tarea es-pecial ; estar lo más rápidamente posible en condiciones de infor-mar sobre la situación del combate. Pero a su empleo se oponenla carrencia de aeródromos y campos de aterrizaje, además elinseguro lanzamiento de partes en terrenos desfavorables y ladifícil comunicación visual entre la tropa y los aviadores. Tam-bién puede molestar el estado del tiempo. Los lugares de lanza-miento de partes deben ser bien visibles y los tubos que contie-nen la comunicación bien cerrados y marcados en forma llama-tiva. Finalmente deben ser lanzados varios partes iguales, enprevisión de pérdidas. Deben preferirse naturalmente medios decomunicaciones inalámbricas. También pueden ser utilizables sim-

EL AVIADOR EN LA GUERRA DE ALTA 121

ples señales visuales y sonoras. La comunicación de la tropa com-batiente con los propios aviones de infantería deben realizarlalos primeros por medio de signos bien visibles (señales). La elec-ción del medio de comunicaciones es el problema más difícil por-que las más unidades no pueden ser equipadas con todos los mediosde comunicaciones necesarios para el caso, como radio, teléfono,paño de señales u otros. Pero, por otra parte, el color de las señasvisuales depende mucho del medio ambiente. Mientras el colorrojo es bueno en la nieve y el blanco en el césped, ambos son ma-los en el terreno rocoso y casi invisibles en terreno boscoso. Enla Guerra Mundial tuvieron buen éxito las señales luminosas envez de paños de señales. Especialmente importante es la comuni-cación de los aviadores con camaradas o unidades avanzadas yseparadas, lo mismo que con flancoguardias, etc. La influenciamoral es especialmente grande en la guerra de montaña, dondetambién la lucha se efectúa echando mano de todas las embosca-das y las sorpresas que ofrece la naturaleza. Terriblemente difíciles la lucha de pequeñas unidades aisladas, especialmente porlas dificultades de las regiones rocosas, las heladas y nevadas,los ventisqueros, los aludes, el frío y el cansancio, y más, si esasunidades se sienten abandonadas de sus camaradas o se han cor-tado los hilos de comunicación. Ellos no se deben sentir abando-nados en la abrumadora grandiosidad e inmensidad de las altasmontañas, deben sentir sobre sí el ala protectora de la patria. Porese medio reciben ellos el estímulo y la certeza y, sobre todo, lacreencia de que el observador aéreo constituye la más rápida ysegura comunicación con sus camaradas combatientes y su Co-mandante. Teniendo la certeza de la ayuda de los aviadores, todohombre en cualquier situación que se encuentre se arma de heroicapaciencia y voluntad férrea y tiene fuerza para perseverar tam-bién en las situaciones más difíciles.

Para la lucha aérea los aviones de caza se reunen e intervie-nen siempre sorpresivamente, sobre todo en la montaña cuandola exploración y ataque del enemigo desde el aire deben ser espe-cialmente impedidos o cuando parecidas situaciones del enemigodeben ser aprovechadas para la propia aviación. La intervenciónde los aviones de combate en la batalla terrestre contra reservasenemigas, mediante el fuego de ametralladoras, de Artillería olanzamiento de bombas, tropieza con las mismas dificultades quelos aviones de infantería. Tratándose de terrenos elevados y envalles anchos hay la libertad de movimiento necesaria para queintervenga la masa. Contra objetivos difíciles o imposibles dealcanzar hay que exigir la intervención de la aviación en reem-plazo de la Artillería.

El efecto de tales ataques en la montaña debe ser valoradoen mucho, sobre todo moralmente, porque las favorables condi-ciones de protección contra la visibilidad y el efecto de las armas

122 MEMORIAL DEL EJERCITO

pierden de esa manera enormemente en valor. Las montañas li-mitan el repliegue o fraccionamiento de la tropa debido a su es-casa red de caminos. Por eso es dable esperar de la aviación unefecto aniquilador. Si el transporte de gas en suficiente canti-dad es posible, tendrá éxito su empleo contra objetivos animadosy para infestación de localidades y pasos. Grande es la tarea delaviador en la montaña y el desgaste de energía mucho mayor queen las actividades sobre terrenos llanos o serranías. Por consi-guiente no se podrá evitar un mayor esfuerzo para resolver estaclase de tareas.

El empleo de la aviación puede tener lugar también sobresitios detrás del frente de combate y en el interior de su propio,país ya para ataques con bombas (también gas) o para coopera-ción en la guerra de propaganda. La realización ae tareas aisla-das para la artillería de largo alcance, está sujeto a un suficienteabastecimiento de munición y eso en la montaña es difícil.

Si sólo se trata de volar sobre regiones montañosas para bus-car los objetivos fuera de dichas regiones, entonces la dificultadconsiste sólo en la exigencia de alturas de vuelo suficientes quepermitan a los aviones con plena carga dominar los accidentesgeográficos del terreno. Para tales tareas no son apropiados to-dos los portabombas.

Especialmente importante en la montaña es la participación,de aviadores para el transporte de personas, tropas, material ycargas en general y para la evacuación de heridos y enfermos. Eltransporte de personas y de cargas pesadas (armas, munición,aparatos y demás necesidades de aprovisionamiento) es sólo rea-lizable cuando hay lugares de aterrizaje apropiados. Para eltransporte de cargas livianas, también de personas aisladas, esnecesario el empleo del paracaídas.

También el sistema de la defensa antiaérea será distinto enla cordillera que en países montañosos o llanos. Una defensabien instalada hará necesario el empleo de armas y aparatos au-xiliares (reflectores, fonogoniómetros) en forma que los lugaresen altura y en el bajo puedan encontrar simultáneamente proteo-ción, lo cual no siempre será alcanzable con los medios mencio-nados. La esfera de acción de las posiciones en el bajo es gene-.ralmente reducida; el servicio de escucha en las posiciones ele-vadas es limitada a su alcance y, en las hondonadas a menudo se-guras con motivo de las desviaciones del sonido. En las posicioneselevadas no se encuentran suficientes emplazamientos para lasartillería y en la guerra de movimientos no siempre se las puedealcanzar a tiempo.

En la montaña, lugares especialmente sensibles contra ata-ques aéreos, como líneas y puntos, necesitan suficiente protecciónanti-aérea activa. Para la protección de la tropa contra ataquede aviones de bombardeo y de combate debe observarse el

EL AVIADOR EN LA GUERRA DE ALTA .... 123

guiente procedimiento: evitar toda aglomeración en la marcha, enlos refugios y en el combate y aún en los lugares que no permi-ten la retirada o protección; necesidad de un importante fraccio-namiento en profundidad; instalación de una protección antiaéreaconveniente a diferentes alturas aprovechamiento de las condicio-nes atmosféricas y de la obscuridad; empleo de la neblina artifi-cial y mantenimiento de una buena disciplina por parte de losaviadores.

Las fuerzas aéreas constituyen en la montaña un valioso ele-mento de guerra. Las condiciones climatológicas dominantes y lacarencia de aeropuertos dificultan su eficiencia. La limitación enlugares de movimientos, de descanso y de combate así como encomunicaciones para movimiento y aprovisionamiento lasfacilitan.

Los numerosos ángulos muertos para la visibilidad y el tiroperjudican la defensa antiaérea, lo cual exige un servicio de vi-gilancia más numeroso y la intervención de unidades de defensa,reforzadas.

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La "fatiga" de los aviadores.

De más de la mitad de los accidentes aeronáuticos se habíadicho que eran debidos a errores cometidos por los pilotos de losaviones, pero la última sesión que celebró el Instituto deCiencia Aeronáutica en la Universidad de Columbia (E. U.) seleyó un interesantísimo informe en que aparece que no loserrores, sino la «fatiga» de los aviadores ha sido la verdaderacausa de tales accidentes.

Hallándose presentes en esa ocasión más de 400 personasíntimamente relacionadas con la aviación y entre las cualesfiguraban ingenieros aeronáuticos, constructores de aviones, demotores e instrumentos para los mismos, etc., se dió lecturasi informe, que aprobó en todos sentidos el Jefe de aviaciónmilitar de los Estados Unidos, Capitán médico Harry G. Arms-trong, Director del laboratorio de investigaciones fisiológicasen materia de aviación, del Aeródromo Wright, de Dayton,Estado de Ohio.

Dijo el Dr. Armstrong, que no se trataba de meras opi-niones, sino de datos fehacientes obtenidos en las observa-ciones hechas en aviadores militares y mercantes en el cursode tres años, a partir de 1934, y se expresó así, en parte:

«De todos los eslabones que entran a formar la cadenade la aviación, el humano es relativamente el más débil, ylo es, porque se espera demasiado de él. Comienza un pilotosu carrera en perfecto estado físico y en excepcionales con-diciones mentales; pero al cabo de cierto tiempo, obsérvaseen considerable número del total de aviadores y en no menosdel 50 por ciento de los que han llegado a la edad de 30 años,cierta forma de neurosis o depresión nerviosa.

«En los grandes aviones tiene el piloto que atender a máscosas de las que debe razonablemente esperarse que atiendaun ser humano sin cometer error alguno, especialmente cuandolas circunstancias de la navegación sean adversas. Todo uncumulo de ruedecitas, botones, perillas, accesorios, instrumen-tos científicos, el engranaje de aterrizaje, el aparato de radio-comunicación, los problemas mismos de la navegación, el con-

126 MEMORIAL DEL EJERCITO

sumo de combustible, las velocidades en tierra y un sin fiade cálculos.

«No hay en realidad pauta alguna que indique los erro-res que puedan cometerse en el aire, y sólo se oye hablarde ellos en público en relación con las regiones montañosasen que las nubes se hallan formadas alrededor de sólidos nú-cleos»

Refirióse en detalle a los efectos del viento, el frío, elcansancio de la vista, el ruido, la trepidación, el monóxidode carbono que despiden los motores y ocho causas más defatiga, crónica, a ninguna de las cuales parecían darle impor-tancia alguna los pilotos. Y dijo que una de las causas prin-cipales era la embriaguez producida por la falta de oxígeno,que se iba desarrollando en el cuerpo humano aún a lasalturas a que generalmente se efectúan ahora los vuelos, sibien, no se observan los efectos de esa causa en las personas)que rara vez viajan por el aire; pero que sí son manifiestosen los pilotos, circunstancias que no hay que olvidar por ser,precisamente, de éstos de quienes depende el éxito de losvuelos.

«Difícil es, agregó, convencer de ello a los pilotos. Porquela embriaguez de la falta de oxígeno es semejante a la alco-hólica. El ebrio consuetudinario cree sentirse mejor cuandomás alcohol toma; el piloto, cuando menos oxígeno recibe.Es de lamentar que la embriaguez de falta de oxígeno noproduzca intensos dolores. Y es de lamentar también quepara los constructores de aviones, tenga más importancia decapacidad de carga de éstos que el verdadero bienestar delos pilotos en lo que al oxígeno atañe».

«A todo ello se debe, prosiguió, la falta mental de lospilotos, fatiga que en la generalidad de las personas degene-ra en depresión nerviosa, y a la que sólo mediante extraordi-naria energía pueden sobreponerse algunos aviadores y, enespecial, los inteligentes. Porque mientras más inteligentes sean,mejor cuenta se dan del peligro y entonces tratan de contrarrestarlo. Son, en consecuencia, los inconscientes los que sehallan más expuestos» .

«De ser menos complicado el equipo de la casilla del pilo-to y de ser mayor el número de tripulantes a sus órdenes,mayor seguridad habría, menos posibilidad de los llamadoserrores, menos accidentes, menor pérdidas de vidas, menor des-tracción de aviones. La vida de los pilotos sería más largay más feliz, y mientras más tiempo permanecieran en servi-cio, mayor sería la experiencia que adquiriesen».

ITALIA.

El Centro Experimental de Aviaciónde Guidonia.

El centro experimental aeronáutico de Guidonia, surgidoen las cercanías de Monte Celio por voluntad del jefe delGobierno, se compone de un imponente grupo de edificios queocupan una superficie sumamente vasta: ana verdadera ciu-dad del aire, donde han sido concentrados todos los estudiosprácticos de la aviación.

En el centro se levanta el gran local de la Dirección, quecomprende las secciones: Material de Vuelo, sub-dividida enaeroplanos y motores; la de Instalaciones, que comprende foto-grafía, radio-telegrafía e instrumentos y Química Tecnológica.

A cada una de estas secciones corresponde un determinadogrupo de edificios construidos racionalmente. Para reducir aun mínimo el gasto de energías y tiempo, cada oficina tieneuna autonomía suficiente con referencia a los servicios de sufuncionamiento.

En la sección Instrumentos se estudian y perfeccionan todoslos aparatos necesarios para el vuelo: variómetros, inclinó-metros, altímetros, termóforos, etc., instrumentos de toda claseque son creados, probados y perfeccionados. En la SecciónFotográfica se estudian y experimentan las máquinas paratodos los usos e instalaciones, proyectos químicos y todaslas aplicaciones accesorias de la fotografía aérea. La ofici-na de Química Tecnológica es, en realidad, imponente y enella se prueban y examinan en todas sus posibles característi-cas metales, maderas, telas, sedas, barnices, carburantes, etc.En la sección dedicada a la radio, poderoso factor de seguri-dad y progreso, se está estudiando actualmente el problemadel aterrizaje en medio de la niebla.

128 MEMORIAL DEL EJERCITO

Anexo al Centro Experimental hay también una oficinamodelos en la que se construyen en escala reducida los apa-ratos completos o sus partes que deben ser estudiados expe-rimentalmente. Para la prueba de los modelos han sido efec-tuadas instalaciones especiales, hidro y aerodinámicas. La pile-ta hidrodinámica, una de las más grandes que existen en elmundo, es indudablemente la más perfeccionada. Tiene 500metros de largo, que más adelante podrán ser mil y contiene15 millones de litros de agua.

La instalación aerodinámica consiste en 6 grandes gale-rias, una de 24 metros de diámetro y con una potencia decorriente de aire equivalente a 1.300 HP., y una velocidadde 360 km. por hora; cuatro con una potencia de 440 HP. yuna de tres metros de diámetro, vertical, con una potencia de80 HP. y una altura de 30 metros. Esta galería vertical, delas que existen sólo dos o tres en el mundo permite observarel comportamiento del aeroplano en las pérdidas de velocidad,tirabuzón y vuelos de acrobacia.

Otra importante instalación está constituida por la galeríaestratosférica eltrasonora, que puede considerarse de sumaimportancia dadas las nuevas orientaciones del vuelo a granaltura. La galería es un gran tubo metálico, hermético, encircuito cerrado y la circulación interna del aire se obtiene pormedio de un compresor con una capacidad de 75 mts. cúbicospor segundo. El avión llega así a una velocidad que puede al-canzar los 2.300 kilómetros por hora. Dispositivos refrigeradosespeciales y varias fiscalizaciones constituyen el complejo de es-te nuevo aparato, base teórica y experimental de los estudiosdirigidos hacia la aviación velocísima del futuro.

A este imponente conjunto de obras debe agregarse otro gru-po formado por oficinas, salas de pruebas, asientos de reparti-ciones especiales, hangares, villas para los oficiales, oficinaspara los comandos, tanques, etc., una verdadera y propia ciu-dad, dotada de vida autónoma y dedicada a la búsqueda detodo lo que puede perfeccionar el material aeronáutico.


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