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Mat Talbot

Date post: 30-May-2018
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    INDICE

    MATT TALBOTT....................................................................................8

    I. VIVA LA ALEGRA..............................................................................8

    II. LA DURA VICTORIA........................................................................12

    III. CRISTIANISMO INTEGRAL............................................................17

    IV. EL OBRERO...................................................................................21

    V. EL ANACORETA.............................................................................25

    VI. VIDA SUPERIOR............................................................................30

    VII. LA SEAL DEL CRISTIANO.........................................................35

    VIII LOS LTIMOS DIAS.....................................................................39

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    INTRODUCCIN

    Asombra la vida de Matt Talbott, un humilde obreroirlands. Un santo del siglo XX, en una poca en que estabade moda el socialismo y de comunismo; un santo que ha sidoalbail, cargador de lea y guarda de almacn en un astillero.

    Cunta necesidad tenemos de tales ejemplos!"El gran escndalo de este siglo deca Po XI ha sido

    la falta de afecto de las masas por la Iglesia".Son las masas las que hay que atraer. Es a los obreros a

    quienes hay que ensear de nuevo la belleza del cristianis-mo. Para ello se necesitaba un santo obrero. Dios nos loproporcion, poniendo en este sencillo obrero una chispade su amor soberano.

    Matt Talbot lleg en el momento oportuno para que sepudiese traducir el Evangelio en trminos obreros. Su vidaes un tesoro para la Juventud Obrera Catlica y paratodos los militantes del Apostolado Social. Y un tesoro

    tambin para todos los obreros en general, los cualespodrn comprobar cmo la santidad no es algo inalcanza-ble, sino que est al alcance de cualquiera, ya que elReino de Dios pertenece a los humildes.

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    MATT TALBOTTDatos biogrficos

    Nace en Dublin, en 1856, el segundo de doce hijos,nacidos de Charles y Elizabeth. Talbott. Debido a la pobrezacomienza a trabajar de obrero a los doce aos de edad,siendo todava un nio. Pronto cae en el vicio del alcohol.Repentinamente, despus de 16 aos de vicio, se liberacompletamente pero las tentaciones no le dejan. Un sacerdotele ayuda, dndole un programa de rehabilitacin que incorporalos 12 pasos. Los mismos que 50 aos ms tarde se haranfamosos gracias a la organizacin llamada "Alcoholicos Anni-

    mos".Comienza a vivir una vida de de profunda oracin y asce-

    sis. No solamente deja el alcohol, tambin deja el cigarrillo(era un fumador empedernido), y hacia ayuno y oracinincluso hasta en las jornadas de trabajo.

    El 7de junio de 1925, mientras iba a la Santa Misa, a los70 aos de edad, cae desmayado en plena calle y muere all

    mismo, antes de que una mano solcita lo pudiese ayudar.Vivi por 40 aos en completa sobriedad en unin con Cristohasta su muerte.

    Juan Pablo II lo reconoce como "Venerable" en 1973 yesta en la fase final del proceso de beatificacin.

    Nota:Para mayor informacin sobre Matt Talbott:

    http://www.corazones.org/santos/mateo_talbot.htm

    http://www.churchforum.org.mx/santoral/Junio/0706.htm

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    Los 12 pasos para dejar el alcoholismo, segn A.A.(Alcohlicos Annimos)

    Matt Talbott dej de tomar alcohol 50 aos de que Alcohlicos

    Annimos fuera fundada, pero su programa para perseverarsobrio fue similar al de LOS 12 PASOS DE AA:

    Paso 1 para dejar el alcoholismoAdmitimos que ramos impotentes ante el alcohol y quenuestras vidas se haban vuelto ingobernables.

    Paso 2 para dejar el alcoholismoLlegamos al convencimiento de que un Poder Superior podra

    devolvernos el sano juicio.Paso 3 para dejar el alcoholismoDecidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas alcuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.

    Paso 4 para dejar el alcoholismoSin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotrosmismos.

    Paso 5 para dejar el alcoholismoAdmitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro serhumano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.

    Paso 6 para superar el alcoholismoEstuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nosliberase de todos estos defectos de carcter.

    Paso 7 para dejar de ser alcohlico

    Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestrosdefectos.

    Paso 8para superar el alcoholismoHicimos una lista de todas aquellas personas a quieneshabamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daoque les causamos.

    Paso 9 para superar el alcoholismo

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    Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daocausado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio paraellos o para otros.

    Paso 10para superar el alcoholismo

    Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuandonos equivocbamos lo admitamos inmediatamente.

    Paso 11 para abandonar el alcoholismoBuscamos a travs de la oracin y la meditacin mejorarnuestro contacto consciente con Dios, como nosotros loconcebimos, pidindole solamente que nos dejase conocer suvoluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza paracumplirla.

    Paso 12 para abandonar el alcoholismoHabiendo obtenido un despertar espiritual como resultado deestos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alcohlicosy de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

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    MATT TALBOTT

    I. VIVA LA ALEGRA

    Esto suceda hacia el ao 1880. Unos obreros se hallabansentados a la mesa en una taberna de Dubln. Ya se sabe que unirlands no hace mala cara a una copa, y en las numerosas tabernasdel puerto no faltaban los clientes. Debe haber sido hacia el fin de la

    semana, pues los bolsillos estaban medio vacos.Y bien, Matt dijo uno de los bebedores, otra vuelta? A ti tetoca.El llamado Matt deba estar, en efecto, mejor abastecido que los

    otros, pues acababa de pagar algunas vueltas principescas. Era unjoven de veinticuatro aos, de cara alargada con pmulos salientes yrosados, de aspecto bonachn; mas era el bebedor ms empedernidodel grupo.

    Por toda respuesta dio vuelta a su bolsillo vaco.Eh, observ un camarada, tiene puestos otra vez sus zapatos

    viejos!Caramba! Ha empeado otra vez sus zapatos Con razn tena

    dinero...Ja, ja, qu diablo este Matt!Y todos rean, mientras Mtt, medio ebrio, sonrea.

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    Sin embargo, an tenan sed y no era tarde. Entr un hombrecon un violn bajo el brazo. Se le dio la bienvenida, y l se acercmuy contento; lo que puso a la reunin de buen humor, y se leinvit a tomar parte entre los bebedores de whisky. El tabernero

    sirvi una vuelta, y otras ms Pero se trataba de pagar: uncargador gui a Matt y lo llev al rincn donde el hombre habadejado su instrumento.

    Y si la emperamos?Ah, dijo Matt, contestando con una sonrisa, pues no era muy

    locuaz.Escamotearon el violn, que se reuni con los zapatos de Matt,

    y, ste volvi con el bolsillo lleno otra vez. Se pas una alegre

    noche con el violinista, quien ignoraba que l pagaba el gasto yque se beba su medio de subsistencia. Cuando se le acab elltimo centavo, Matt se levant y sali.

    Se imagin el la cara que pondra el pobre violinista alcomprobar el delito, su clera y desesperacin. Pero esto no durms que un instante: estaba mareado y no pensaba ms qu envolver, como mejor lo llevasen sus pesadas piernas, al hogarpaterno.

    Su madre velaba sola, ocupada en remendar ropa. Estabaacostumbrada a esto; era lo mismo todas las noches.

    Buenas noches, mamBuenas noches, Matt.Lo mir con tristeza y suspir. Matt se sent con los codos

    sobre las rodillas, mirando el suelo. Pero la cabeza le pesabacada vez ms. Bes a su madre en silencio y subi a echarse

    sobre su cana. Se durmi en seguida, aturdido por el alcohol.En la habitacin contigua, su madre se haba puesto a orar. Nopudiendo hacer otra cosa por su infeliz hijo, pues todo parecaintil, recurra al ltimo recurso. An ignoraba hasta qu punto eseficaz y que la oracin de una madre piadosa es todopoderosasobre el corazn de Dios. Qu dolor era para los padres del jovenver a su hijo en este estado. No eran ellos los que le habandado tal ejemplo! El padre. Carlos Talbot, capataz en los muelles

    del puerto, era un hombre modelo, serio, honesto; jams probabauna bebida alcohlica, perteneca a la Congregacin de la

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    Inmaculada Concepcin y comulgaba frecuentemente. En cuantoa su esposa, Elisabeth, era la piedad misma. Con el rosariosiempre en la mano, pareca estar continuamente en oracin; se laconsideraba como una santa.

    Haban tenido doce hilos, que educaron en el temor de Dios, yen el cumplimiento del deber. Matas haba nacido en 1856. A losdoce aos, al terminar sus estudios primarios, fue puesto comoaprendiz en casa de un importante vendedor de vino, donde fueempleado como mandadero: All se encontr con la tentacin. Los em-botelladores de la casa Burke, crean que era lcito probar lamercadera. El pequeo Matt sigui su ejemplo; pronto se le vio volvera casa cada tarde bastante alegre.

    Su padre le administr un severo castigo, lo retir de la casa Burkey le consigui un empleo de cargador en el puerto, donde l mismo te-na a su cargo las mercaderas en depsito. Desgraciadamente, si enla casa Burke se beba vino y cerveza, en los depsitos del puerto, loscargadores beban whisky.

    Ellos se lo daban al joven y ste, cada vez, se habitu a gustar de labebida.

    Su padre estaba desolado. Se robaba en los depsitos confiados a

    su propia vigilancia las bebidas que deban servir para embriagar a suhijo! Prob Ia persuasin, se sirvi del ltigo: todo sin resultado. El

    joven creca y termin por librarse de la autoridad paterna.Sin embargo, Matt tena un buen corazn: a Ios diecisiete aos

    comprenda la vergenza que infliga a su padre; dej el puerto y secoloc como albail en la firma de construcciones Pemberton. Desdeentonces se hundi completamente en el vicio. Pasaba sus noches enla taberna y volva bastante ebrio. Todo su salario se iba en tragos;

    casi nunca daba un centavo para la casa. Sus padres, sin embargo,requeran su ayuda. Deban hacer prodigios de economa paramantener su numerosa familia. Matt se daba cuenta de ello; pero lapasin lo haca cruel. Slo de cuando en cuando ofreca un cheln asu madre.

    El sbado reciba la paga de la semana; el martes, generalmente,ya no le quedaba nada: Entonces, venda o empeaba lo que poda,hasta sus zapatos; tena reservado un par viejo para reemplazarlos.Se haba acostumbrado tambin a jurar y a emplear el lenguaje soez

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    II. LA DURA VICTORIA

    Era un sbado del ao 1894. Matt haba estado reducido aldescanso y a la abstinencia del alcohol cuando se le acabaron losltimos centavos. Un deseo furioso de beber lo atenaceaba. Ese dano pudo ms. Hacia medioda se visti y con su Joven hermanoFelipe, se apost en una esquina por donde tendran que pasar losobreros de Pemberton, despus de haber recibido su paga,seguramente lo invitaran a beber con ellos.

    Aparecieron, en efecto. Todos al pasar, le saludaron: "Buenos das,Matt", pero ninguno lo Invit... Saban que Matt no tena un centavo.Matt se puso silencioso, "impresionado en lo ms profundo de su

    corazn como lo dijo ms tarde, por la conducta egosta de suscamaradas". Se senta herido en su sentimiento de generosidad. Elles haba pagado tantas veces muchos tragos cuando ellos no tenan,y ahora ni uno solo tuvo este gesto de retribucin Jams se lehubiera ocurrido tal cosa... Bruscamente Matt conoci lo que es el

    hombre, la vida. Un velo caa delante de sus ojos. Un hechoinsignificante en s mismo le hacia probar la amargura del universalTaniquam felix eris Este instante fue para l ms amargo y til queveinte aos de experiencia. Ahora bien, no hay como la experienciade la vida para hacer desapegar de la vida.

    Vuelvo a -casa le dijo bruscamente a su hermano.Y lo dej. Se senta como un hombre a quien se le ha roto un

    resorte; una especie de fiebre herva en l: se senta capaz de todo

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    con tal de escupir su desdn a tal egosmo y para afirmar losderechos de la generosidad.

    En su casa la madre preparaba el almuerzo.Cmo, Matt, ya ests aqu? dijo ella-. Y no has bebido?

    No,mam respondi simplemente.Se sent. Su madre pareca contenta: esto le hizo bien al espritu.

    Turbado todava por el suceso de esa maana, comenz a pensar ensu madre. Cunto trabajaba! Cunto haba hecho por l, su Matt!Contemplando su rostro cansado y lleno de arrugas, considerabacuanto le amaba. Y de pronto, como si un cuchillo hiriese su corazn,comprendi qu cruel haba sido con sus pobres padres,

    Los haba dejado sufrir solos, los haba colmado de tristeza, yslo por ir a beber estpidamente con esos egostas... Gra-dualmente se iba llenando de indignacin contra s mismo.Estaba por echarse llorar, pero se contuvo.

    Por fin, despus de la comida, se encontr solo con su madrey dos o tres de los nios. Tras unos momentos de silencio, depronto dijo:

    Me voy para hacer el voto de abstinencia para no beber.

    Ella le sonri y le dijo con cierto grado de escepticismo:Por Dios, vete a hacerlo. Pero no lo pronuncies si no lo vas aobservar

    Lo pronunciar en el nombre de Dios.Despus de ponerse su ropa de calle, sali de casa. Al pasar

    el umbral de la puerta, su madre, mirndole con dulzura, tan solole dijo:

    Dios te d la fuerza de observar ese voto!Matt se dirigi al Colegio de la Santa Cruz, no lejos de su

    casa, y pidi un sacerdote. Se confes con el R. P. Keane ypronunci su voto; pero no se atrevi a hacerlo ms que por tresmeses, para comenzar.

    Al da siguiente, domingo, fue a escuchar la misa de las cincoen la iglesia de San Franciseo Javier y comulg. Volvi comorenovado y lleno de fuerza. Pas todo ese da pensando en lo

    que haba hecho y en lo que tena que hacer. Se haba echado alagua, se trataba ahora de llegar a la orilla. Senta los efectos de

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    irlands, era obstinado, y la oracin terminaba por hacer,desaparecerla tentacin.

    Haba bandonado a todos sus camaradas y no contaba susconfidencias ms que a su madre. El sbado le entregaba su

    salario; despus se iba a entablar la lucha contra s mismo, delantedel Santsimo Sacramento.Le sucedi lo que sucede a todos aquellos que perseveran en la-

    oracin: a fuerza de frecuentar al Dueo de todo bien, comprendi"cun dulce es el Seor! Dios se le fue manifestandogradualmente, a medida que ste se iba purificando con sucontacto. All, delante del Tabernculo, se encontraba tan bien, sesenta fuerte, puro y admirablemente segiuro!... Ahora se senta

    impulsado a ir a la iglesia como en otros tiempos lo era hacia lataberna. Su hermana declara: "Durante estos tres meses la piedadlo subyug, cada da amaba ms las iglesias, y se haba habituadoa pasar en ella el resto del da apenas terminaba su trabajo".

    As lleg al trmino de los tres meses. Y feliz de comprobar quehaba resistido, casi asombrado de ver las posibilidades que lalucha le descubra, renov su voto por un ao; al cabo de ste, lohizo por toda la vida.

    La victoria final no fue sin nuevos combates. No habiendopodido vencerlo por la carne, el enemigo lo atac por el espritu. Aveces le asaltaban espantosas tentaciones de desesperacin. Unda, tuvo que abandonar la iglesia, empujado por una fuerzaextraa que le impeda fsicamente acercarse a la Comunin,mientras que una voz burlona le deca: "Es intil seguir luchando,volvers a caer a pesar de todo". Durante tres horas con granangustia err por las calles, luchando contra el demonio, y

    sintindose rechazado cada vez que penetraba en una iglesia.Por fin, encontrndose delante del prtico de San FranciscoJavier, se ech sobre sus escalones sollozando con los brazosen cruz: "Dios mo, no quiero volver a caer". Y habiendo invocadoa la Santsima Virgen, sinti que la crisis desapareca y pudocomulgar al fin: eran las diez de la maana.

    A menudo tuvo que luchar contra esta fuerza misteriosa. Perola fe venci, y qued definitivamente dueo de la posicin tan

    arduamente conquistada. Fue una magnfica demostracin de lo

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    que se puede llegar a conseguir cuando van unidos el valor hu-mano y la gracia divina.

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    III. CRISTIANISMO INTEGRAL

    Entonces comenz una nueva vida, maravillosa y extraordinaria. Lacarne haba sido derrotada y el espritu tomaba las riendas de su vida.Gozaba de la ms pura de las alegras y de una dulce paz. Laspuertas del Reino de los Cielos se abran para este valiente. Toda suvida estara dominada por la fe. Matt no vivi en adelante ms quepara este Reino sobrenatural.

    Trat en vano de convertir a sus hermanos, que tambin se habanentregado al vicio do la bebida, y como no lo consiguiera, alquil unapieza en las cercanas y se fue a vivir all.

    Tena necesidad de cierta libertad para reorganizar su vidasiguiendo ese plan divino que a los ojos del mundo es una locura.Quiz tambin ceda a esa bsqueda del recogimiento y desierto queacomete a aquellos que han encontrado al Amor.

    All, en la soledad, se intern en un reino maravilloso. Su hermana,la seora de Andrews, le preparaba las comidas; el resto de lashoras libres, fuera del trabajo, las consagraba a la oracin y a lapenitencia.

    Una joven, impresionada por la conducta intachable de esteobrero, le habl de casamiento. Al buen muchacho le cost rehu-sar; pidi un plazo de una novena, y l confes ms tarde que lamisma Santsima Virgen le haba dicho que no se casara.

    Adems, el matrimonio hubiera deshecho la vida que habaadoptado,

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    Ya lo creo que la habra deshecho! Su cama no tena nadade un lecho nupcial! Haba clavado dos gruesas- tablas sincepillar y dorma sobre ellas sin cubrirlas con nada. Tres vecespor semana se privaba de carne, y aun en los dems das sus

    comidas no eran nunca completas. Se acostaba tarde y se levan-taba temprano, pasando todos sus momentos libres en oracin.En un principio sigui fumando, hasta que un da un compae-

    ro le pidi tabaco. Matt acababa de comprar una pipa y una bolsade tabaco; le dio lo uno y lo otro, y desde entonces no volvi afumar. Senta, como todos los que viven sobrenaturalmente, eldeseo de una vida de penitencia, adivinando muy bien que estavida superior se acrecentara a medida que sus apetitos inferiores

    se fuesen extinguiendo.Despus de algn tiempo, como sus hermanos ya no viviesen enla casa paterna, Matt se instal de nuevo con sus padres. Se llevsus -tablas y siguiendo viviendo como lo haba hecho estando solo.

    Asista a la misa de las cinco en San Francisco Javier, comulgan-do todos los das. Esta hora era la ms preciosa del da y por ellaestaba dispuesto a sacrificar todo lo dems. El hecho siguiente aslo prueba: Matt era un obrero excelente, amaba su oficio de albail,

    el cual, por otra parte, le era bien remunerado, por haber adquiridomucha habilidad. Ahora bien, en 1892 se suprimi la misa de lascinco en San Francisco Javier: la primera misa sera slo a las- seisy media. El horario de Matt comenzaba a las seis. Antes que perderla misa, sin titubear, renunci a su oficio y se emple como pen enun almacn de madera, donde el trabajo no comenzaba hasta lasocho.

    No es esto admirable, cuando tantos cristianos dicen que sus

    ocupaciones les impiden Ir a misa! Para ir, tendran que organizar suvida de otro modo, dando primaca a lo espiritual, renunciando enalgo a las ocupaciones estrictamente temporales. Pero, una lgicatan valiente les parece excesiva. Sin embargo, eso fue lo que hizoMatt. Mostraba sencillamente que l crea en la palabra del Maestro:Buscad ante todo el Reino de Dios y considerad el resto comoaccesorio". Y de esta manera se hizo santo.

    Desde el ao anterior perteneca a la Tercera Orden Franciscana.

    Haba encontrado en el ideal del Pobrecito de Ass una frmula de vi-

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    da que lo sedujo; y viva indiferente a todo lo terreno, segn el mspuro espritu franciscano.. Para servir a Dios y esperar el cielo, unoficio era tan bueno como cualquier otro. Qu le importaba el dineroUna sola cosa necesitaba: orar.

    En la empresa Martn, donde se haba empleado, el trabajo de Mattconsista en cargar los camiones. Entre la partida y la vuelta de losvehculos, dispona de algunos momentos libres. Se escondaentonces detrs d una pila de postes y se pona a rezar. Algunasveces tena que esperar que las vigas saliesen de la prensa: corra ala iglesia cercana oa una misa y volva antes que las vigasestuviesen listas para el transporte. Se denunciaron estas fugas aldirector; ste habl con l, y al ver que no desatenda su trabaj, no

    prohibi sus salidas.A la tarde, en cuanto terminaba su tarea, dejaba presto elaserradero, y se diriga a iglesia, para estar all a la hora del ngelus.Despus coma y comenzaba su velada de oracin; recin entoncesse senta vivir! Para l, vivir era orar. Era su alegra, su descanso, suverdadera, profunda y continua actividad. Matt. era esencialmente elhombre que reza. Haba comprendido el sentido de su vida.

    Este hombre sencillo, en sus coloquios con Dios, haba

    comprendido esa cosa infinitamente simple que es la clave deldestino humano: el hombre, salido de Dios, ha sido hecho para vol-ver a Dios. l era su fin, su misin, su gloriosa razn de existir. Es lonico a lo que se debe tender: reunirse a Dios, su principio y suamor. Y esta tendencia, este constante movimiento, es la oracin.Tuvo el sencillo valor de vivir esta vida integralmente, sin clculos.En lo ms hondo de su espritu llevaba la preocupacin de suSeor.

    Haba desplazado su propio "yo" del centr de su existencia; eneste centro estaba Dios, y ms especialmente la Iglesia, el temploterrestre del Altsimo, el Tabernculo donde lata el Corazn huma-no de Dios.

    Este estado de oracin no le impeda ocuparse en otrosdeberes; era como su respiracin. Mantena en l esa tendencia alretiro que le haca buscar la soledad en la iglesia, o detrs de laspilas de madera, cada vez que el deber se lopermita.

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    Al poner a Dios como centro de todo, la actividad de Matt sepurific, se renov, impelida hacia el bien por esta vida interior queera su centro.

    "La piedad es til para todo", dijo el Apstol, y muy especialmente

    para el fiel cumplimiento del deber de estado. Y como Matt era el mssobrenatural de los hombres, fue el mejor de los obreros.

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    IV. EL OBRERO

    "Fsicamente, Matt era de talla menor que la mediana, deconstitucin ms bien dbil, pero nerviosa. Tena la caraalargada, con las mejillas salientes y bastante coloradas, la narizrecta, los ojos grandes y brillantes, la frente ancha. La expresinde su rostro era seria y pensativa, pero se animaba muchocuando hablaba de un tema que le interesaba; y en estos casos,mostraba a veces gran vivacidad. Caminaba por la calle rpi-damente, a grandes pasos, balancendose ligeramente, perosiempre natural y sencillo, los ojos bajos con un aire de profundorecogimiento" (Josph A. Glynn).

    Exteriormente pareca tranquilo. Sin embargo, su temperamen-to mostraba cierta violencia; mas era una violencia concentrada.Era un hombre de pocas palabras. Lo que deca pareca razona-

    ble y bien pensado. Siempre fue muy sincero, era de unafranqueza sin clculo, y hasta algunas veces, sin miramientos.Era un hombre de una pieza, de ordinario era dulce y paciente,

    aunque a veces tuviese arrebatos de brusquedad.Sin duda que esta vivacidad natural fue uno de los puntos sobre el

    cual tuvo que luchar ms; tanto ms cuanto que, al comienzo de suconversin, parece haber cado en ese celo intransigente de losnefitos, y al que pocos convertidos escapan.

    La conducta de sus hermanos, que continuaban bebiendo, comoel lo haba hecho, fue una de las causas que determinaron su partida

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    de la -casa paterna. Matt insisti en que ellos tambin hiciesen unvoto de abstinencia, y al no conseguirlo, abandon el hogar.

    Lo mismo era con los juramentos. El tambin haba tenido esamala costumbre. Para corregirse haba prendido en su manga dos

    alfileres en forma de cruz; no poda mirarlos sin pensar en elCrucificado. Este pequeo ardid le asegur la victoria al mismotiempo que mantena en l la vida interior: Pero con sus compaerosno poda hacer lo mismo. Matt no poda soportar sus juramentos y sulenguaje grosero. Pidi al capataz que no le hiciese trabajar ms enel muelle: "Ya conoce usted mi defecillo..." le dijo.

    Cuando los cargadores blasfemaban el nombre de Dios, l sedescubra respetuosamente. Al ver el gesto, los camaradas repetan

    la blasfemia.Al principio Matt los reprenda duramente; ms tarde se limit a

    decirles con dulzura: Jesucristo os oye.En el trato con Aqul que es "manso y humilde de corazn", haba

    aprendido los modos que la cortesa impone.Por eso, las reacciones instintivas de la piedad, con ser ms

    discretas, no fueron menos eficaces: se hicieron tan benficas queMatt lleg a ejercer un verdadero apostolado en el aserradero.

    Obraba individualmente, y, sobre todo, con los jvenes. Viendo aun obrero rer de una broma demasiado subida, lo tomaba aparte y ledeca: "Usted no poda dejar de or eso, pero no tenia necesidad derer al relato de una historia inmoral". Y su consejo era seguido dealgn buen libro que les obsequiaba.

    Ocurri cierta vez un altercado entre un obrero y su mujer que lellevaba la comida. El cargador, furioso, lanzaba su ms repugnante

    vocabulario. Matt se acerc, sac de su bolsillo el crucifijo quecolgaba de su rosario y ponindolo delante de sus ojos, le dijo con lamayor dulzura: Ved a Aqul a quien estis crucificando". Esto fuetodo, pero produjo su efecto: el hombre baj la cabeza y call.

    Terminaron todos por respetarlo. Haba tanta sinceridad,conviccin y franqueza en su fe! Era tan conmovedor su ejemplo,que desde entonces, en vez de burlarse de l, sus compaeros

    evitaban hablar mal delante de l.

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    Por otra parte, era el ms amable compaero, abierto, alegre,siempre dispuesto a rer de un buen chiste, con tal que semantuviera en dos lmites de la decencia. Sobre todo Matt Talbotera, como obrero, un excelente modelo para todos.

    Jams se le vio llegar tarde al trabajo. Es verdad que en una odos ocasiones no se le encontr en su sitio a la llegada de uncamin. Pero al primer llamado, surga de abajo de las maderasdonde estaba en oracin, y confesaba que no haba odo llegar elvehculo.

    Era de una honestidad extremada. Despus de habertrabajado durante varios aos como pen, haba sido nombradoguarda del almacn. Este puesto era de cierta responsabilidad.

    Mientras que l lo ocup, no se pudo nunca comprobar la menorprdida ni la ms mnima irregularidad. Cuando necesitaba leapara su uso personal., la compraba y peda un recibo en regla.

    A la llegada de un barco, los trabajadores deban trabajar duropara descargar todo antes que bajase la marea. Tenan un su-plemento de dos chalinas si lo descargaban en el debido plazo.La primera vez Matt no lo cobr y el capataz le pregunt por qumotivo no lo haba hecho.

    Es porque tengo muchas horas desocupadas en la semana respondi, y me parece esas horas se compensan con stas.

    Yo no voy a malograr mi contabilidad por sus escrpulos lereplic el capataz.

    Jams se present para cobrar estos suplementos; tenan quellevrselos, y Matt no los aceptaba sino a ttulo de gratificacin.

    Sucedi, en cambio, que Matt no haba sido incluido en un

    aumento de salario, y sus compaeros creyeron que deba recla-mar: Se present, pues, al director, y formul su reclamacin:recibi una negativa. Se retir sin decir una palabra, y nuncams habl del asunto.

    Cuando crea tener razn, hablaba a quien quiera que fuesecon cierta brusquedad, cualquiera que fuese su rango. Fue asque un da reproch bastante duramente a su capataz por supoca generosidad: l superior lo llam al orden. Al da siguiente,

    Matt se present delante de l y le declar lo siguiente:

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    Nuestro Seor me dijo que le pidiera perdn, y he venido ahacerlo.

    Con ello demostraba el mvil real de su virtud: Nuestro Seorle hablaba durante sus largas oraciones y en la comunin, tal

    cual como lo hace con las almas contemplativas. Lentamente lo ibatransformando y lo volva a crear a su imagen. Es as como estehombre violento lleg a ser un ngel de dulzura y de paciencia.

    Un da, durante una acalorada discusin, un obrero asest a Mattun fuerte golpe en la cabeza con una vara. Aunque tena una herida,Matt, sin decir palabra, continu sencillamente su trabajo.

    Sus compaeros saban que podan contar con su rectitud ytambin con su bondad. El director le pregunt un da si no haba

    visto a un hombre que buscaba. Matt acababa de ver como seesconda detrs de las-pilas de madera; mas l no quera ni mentir ni.traicionar a su camarada, por lo que respondi:

    Hubiera querido que usted no me hiciera esa. pregunta, Ud. sabequ no puedo contestar.

    El director conoca a Matt y slo dijo:Si lo ve, advirtale que necesito verlo.

    Ayudaba a sus compaeros siempre que lo necesitaban, sobretodo a los casados y a aquellos que tenan enfermos en casa. Lesprestaba o les daba dinero (en cambio, jams dio dinero para beber).Le gustaba prestar libros y ayudar a aquellos que queran llevar unavida espiritual.

    Nunca provocaba discusiones sobre temas religiosos; pero dabasu opinin francamente cuando era oportuno para hacer algn biena los dems.

    Mediante su rectitud y su forma sencilla de comportarse, queno saba otra cosa que trabajar y orar, se haba ganado elprestigio y la estima de los dems. Se le vea con respeto, a lahora del ngelus, interrumpir su trabajo, descubrirse y decir lasoraciones sencilla y piadosamente, sin vergenza ni ostentacin,o pasar las cuentas de su rosario, o en cada descanso, retirarsedetrs de las pilas de lea para rezar. En todo esto se adverta lagran vida interior que lata en su alma. Un ejemplo as era por s

    solo todo un apostolado.

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    V. EL ANACORETA

    En 1899 mora el padre de Matt. Matt tena cuarenta y tres aos.Desde entonces vivi solo con su madre. Aprovech de esto paradar un paso ms en el "camino real" del renunciamiento perfecto. yde la penitencia.

    La santa mujer era capaz de comprenderlo. Era dichosa de ver asu hijo tan piadoso despus de su conversin. l senta por sumadre un amor tierno y profundo. Era un hogar feliz. Un hogaralegre, donde se rea y se bromeaba de buen grado. Pero su gocemayor era hablar de temas espirituales; los temas religiososocupaban casi todas sus conversaciones. Hablaban, sobre todo, delos santos, "sus amigos del cielo". Matt contaba maravillado, lo quehaba ledo de los grandes penitentes: Santa Mara Magdalena,

    Mara Egipciaca, los Padres del Yermo. A veces haca la lecturaen voz alta. Pero en general, hablaban poco, pues los das de Mattestaban bien ocupados.

    Apenas terminado su trabajo se lavaba cuidadosamente y se ponasu ropa de calle para no entrar en la casa de Dios con la ropa de tra-bajo.

    Haba obtenido permiso para no trabajar ms en el guano, a fin deno llevar a la Santa Misa ese olor penetrante; conmovedoradelicadeza de su amor y respeto hacia Dios.

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    Tomaba su comida de prisa, y en seguida comenzaba susoraciones, sea en la iglesia o en su habitacin. Las continuaba hastalas once. Se acostaba entonces sobre su cama de penitente: comocolchn, dos tablas, una piedra por almohada y para cubrirse, media

    manta; en las noches muy fras agregaba una bolsa vieja de gruesatela.Se haba rodeado el cuerpo con cuerdas anudadas, con gruesos

    rosarios y cadenas que le apretaban fuertemente; stas no se lassacaba nunca, ni para trabajar ni para dormir. Se acostaba sobre unlado apretando contra su pecho una talla de la Santsima Virgen conel Nio Jess, la cual se le clavaba en el pecho despertndolefrecuentemente.

    A las dos de la maana sonaba su reloj, se pona de rodillas ycontinuaba su oracin hasta la hora de la misa.Su madre dorma en el otro extremo de la pieza, alumbrada por

    un velador. La primera vez que lo vio as, se impresion por elaspecto extraordinario de su rostro. "Qu sucede, Matt?" lepregunt. Mas l no respondi; estaba inmvil, con las manosextendidas, la mirada fija y con una sonrisa indefinible en susfacciones. Qued convencida de que estaba en xtasis.

    A veces rezaba en voz alta como si hablase con alguien. Sus ojosparecan fijos en una maravillosa visin y su madre lo oa dirigirse a laSantsima Virgen con acentos llenos de amor: era como un dilogocara a cara. "Estoy segura, deca su madre, que Matt ve muy amenudo a la Santsima Virgen".

    Un da, mostrando su imagen confes: "Nadie sabe lo que estabuena Reina es para mi" Pero nunca dijo nada ms sobre susinefables y heroicas veladas.

    Poco importa; pues es fcil adivinarlo. Sencillamente, la vida deMatt llegaba a su floracin; era la rosa mstica que creca entreespinas y que se abra despus de haber muerto todo egosmo.

    A las cuatro, Matt se vesta y volva a ponerse en oracin hasta elmomento de salir para la misa.

    La iglesia de San Francisco Javier se abra a las cinco ymedia. El, siempre estaba all, algunas veces se adelantaba y

    entonces se arrodillaba sobre los escalones o contra la reja

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    esperando que abriesen, y aunque lloviese no se guareca nuncabajo el portal.

    Un da en que se diriga lentamente al templo, el agente depolica de servicio nocturno lo detuvo, suponindole intenciones

    de robar. El buen hombre tuvo que dar explicaciones hasta elmomento en que lleg otro agente conocedor de sus costumbres.Apenas abierta la puerta, Matt se arrodillaba sobre las lozas y

    las besaba. Luego se acercaba al comulgatorio y oraba unmomento con los ojos clavados en el Tabernculo, despushaca ell Va Crucis.

    En seguida escuchaba la misa y comulgaba. Todo el tiempoque pasaba en la iglesia permaneca inmvil con las manos

    juntas, de rodillas, bien derecho en el banco, sin apoyarse ennada. El domingo esto duraba de siete a ocho horas seguidas sinque esto pareciese incomodarle. En esta inmovilidad debaesconderse una formidable actividad del espritu; slo una vidainterior intensa poda reducir a este punto el cuerpo. Matt sesuma en la oracin y se encontraba en su elemento. No tenaningn obstculo, pues todo haba perecido, excepto el amor, yeste poda as obrar libremente.

    He deseado mucho el don de la oracin le dijo a su confesor, yme ha sido plenamente concedido.

    Siempre se hincaba sobre las rodillas desnudas; para esto habapracticado dos aberturas en su pantaln,_ que no se vean a simplevista, y al arrodillarse tiraba de la tela dejando las rodillas aldescubierto. El hermano sacristn termin por descubrir esta piadosaindustria oculta tan cuidadosamente.

    El santo obrero se cuidaba de no llamar la atencin. Slo surecogimiento angelical lo distingua. El Padre que le daba la SantaComunin dijo un da a los fieles: "Hay un santo que frecuenta nuestraIglesia, y que recibe la santa Hostia con un fervor extraordinario". Slocuando se public su vida se conoci de quin se trababa.

    Despus de misa Matt volva lentamente a su casa, sin mirar anadie. Tomaba un trozo de pan con una taza de cacao preparado elda anterior y se iba al aserradero, detenindose unas minutos en laiglesia de San Lorenzo, a fin de ver a Nuestro Seor de paso.

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    A medioda almorzaba all mismo un trozo de pan que llevaba en elbolsillo y un poco de t. La edad lo oblig a agregar un poquito de ca-cao al t. La persona que preparaba esta bebida nos describe elrecipiente: un jarro viejo al cual Matt le haba puesto una tapa de loza

    y que utilizaba como taza. Una costra espesa se haba formado en elinterior. Nunca quiso que la quitaran, lo cual debi ser por penitencia,pues era muy limpio en su persona.

    Se impona ayunos severos y prolongados; adems de la cuaresma,observaba los ayunos franciscanos an despus que fueron abolidospor orden de Len XIII. Durante este tiempo no tomaba ms que doscomidas, sin carne, manteca ni leche. Los mircoles y viernes ydurante nueve meses del ao se privaba de la carne. Pero cuando lo

    invitaban sus amigos, coma como todo el mundo, de tal modo quenadie se dio nunca cuenta de su austeridad.Y con todo, a pesar de las cadenas, los ayunos rigurosos y el

    terrible agotamiento de las noches en oracin, en las cuales slo seconceda tres horas de un sueo a medias sobre las tablas duras, Matttrabajaba mejor que ningn otro, y sin otro alivio ms que el de desli-zarse detrs de los postes... para rezar de nuevo y encontrar a su Dios.

    Cmo pudo soportar esta vida?. Cmo un hombre casi enclen-

    que pudo, durante cuarenta aos, vivir tan inhumanamente? Ah!, esque no sabemos las fuerzas que hay en nosotros; somos demasiadocobardes para explotarlas. y muy pocos son los que se dan cuenta delas posibilidades para el bien que Dios ha depositado en nosotros.Nosotros calculamos, Matt Talbot lleg hasta el fin.

    El secreto de este herosmo se lo confi a uno de sus amigos:Si se cree realmente en la Encarnacin y en la Redencin, nopuede haber lmite para los actos de nuestra piedad.

    Si se creyese!...Pero, quin cree de esa manera? Quincomprende el herosmo del Amor, y a qu precio este inefableamor nos quiso salvar?.. Dios mo, un amor sin medida se debecorresponder sin poner medidas! T has muerto por nosotros, ynosotros... Escatimamos nuestro amor Qu humillacin sent-mos delante de vuestro fiel siervo, Matt, el cargador. Nos vemostan viles, mezquinos y despreciables! S, el mal est ah: Somoscobardes Aydanos, Seor, a ver las cosas como l, a creer en

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    vuestra Encarnacin, en vuestro desconcertante Amor, y a que envez de poner lmites, amemos como l!

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    VI. VIDA SUPERIOR

    Matt tena cincuenta y nueve aos cuando perdi a su madre.Siendo absolutamente libre dio un salto hacia el ideal y seentreg totalmente al Seor.

    Desde entonces vivi solo y no tuvo ms compaa que Dios."Hay que orar siempre...", deca y lo llevaba a la prctica.

    La lista de sus oraciones vocales que rezaba diariamente es

    asombrosa: los quince misterios del rosario, el oficio parvo de laSantsima Virgen, varias letanas, la corona de los Siete Doloreso de la Inmaculada Concepcin, oraciones del Espritu Santo, deSan Miguel, del Sagrado Corazn o de las Almas del Purgatorio.Adems de esto las novenas de cada fiesta de la Iglesia, lasoraciones prescriptas por la Tercera Orden y las de las otrascofradas a las cuales perteneca. A veces rezaba en voz alta ose pona a cantar himnos.

    Pero su mejor oracin, la ms cara y substancial, era sin pala-bras. Amaba a su Dios y se saba amado por l; en lacontemplacin de este tesoro ntimo encontraba en seguida unaplenitud de vida maravillosamente consoladora: la plenitud que da elAmor. El amor no se puede expresar; y por ser inefable, su mansines el silencio.

    Era as como rezaba en la Iglesia delante del . SantsimoSacramento, y de ah esa maravillosa inmovilidad. Se not queestaba siempre de rodillas, y que ni al evangelio se pona de pie.

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    Como se le observase esto, replic que tema distraerse si tena quepensar en levantarse. Haba ledo por otra parte que un santo hacalo mismo y esto lo tranquilizaba.

    Si hubiera sido libre, se habra instalado en la iglesia para no

    moverse ms. Senta especial atraccin por la Santa Misa. Entresemana tena que resignarse, pero se desquitaba los domingos.Qu bien empleaba esos das! Matt llegaba a participar hasta deuna veintena de misas. Se quedaba en el templo desde la primeramisa, hasta la bendicin con el Santsimo Sacramento y volva a sucasa hacia las dos de la tarde, hora en que haca su primeracomida.

    Hacia 1918 lo mandaron al almacn de maderas, all tena una

    estrecha oficina a su disposicin donde permaneca mientras no ibaal aserradero. Fue un oratorio para l; all, como detrs de las pilasde lea, si se lesorprenda en un momento de descanso, se le veade rodillas, rezando. Cuando los que le observaban eran nios nohaca caso y continuaba orando; ms si vea acercarse a unapersona mayor, se levantaba y se iba. Cada vez que su servicio selo permita, haca una visita al Santsimo Sacramento en la iglesiacercana: Nuestro Seor est tan solo durante el da!, deca. Su

    espritu se senta sin cesar atrado por el Tabernculo, y su coraznsenta nostalgias por la Iglesia.Sus ayunos y maceraciones eran extremados. La penitencia

    haba llegado a ser su placer. En poca de inventario, tena quepermanecer todo el da en su oficina con un capataz que compartasu merienda con l; sin decir nada, sacaba la manteca de larebanada para comer el pan seco.

    Al volver de su trabajo, se echaba de rodillas delante de su

    crucifijo, rezaba con fervor y en esta postura coma el alimento quesu hermana le haba trado. En seguida comenzaba su velanocturna. La almohada de piedra de la cual hemos hablado y laposicin incmoda durmiendo encadenado, le causaron unembotamiento de la cabeza y un poco de sordera.

    Al fin de su vida, sin embargo, sus dolencias le obligaron adisminuir un poco sus penitencias. Pidi a su hermana que lellevase el agua donde ella coca el pescado, y en eso mojaba su

    pan. Y cuando estuvo enfermo e incapaz de trabajar, comi

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    dcilmente todo lo que le recetaron; la lucha haba terminado. Igualque San Francisco poda, ya al final de su vida, reconciliarse con suhermano asno a quien tanto haba maltratado. Por otra parte estono era lo esencial; la penitencia no era ms que el medio, el fin era

    amor triunfante que haba conquistado por medio de esa lucha.No es, pues, de asombrar, que con una vida organizada tan porencima de sus contingencias humanas, Matt permaneciese extraoa los sucesos polticos que se desarrollaron a su alrededor. Sinembargo, le toco vivir graves acontecimientos.

    El perodo de 1911 a 1921 fue de hondo malestar en Irlanda.Primeramente fue el conflicto del trabajo, sealado por la granhuelga de 1913, el lock-out y la desocupacin que alcanz a Matt.

    En medio de tanta turbacin conserv una perfecta serenidadaprovechando la falta de trabajo para rezar an ms. Nunca discutisobre esos asuntos, juzgndose incompetente en la materia, slo sepreocup de ilustrar su conciencia.

    En un libro que le prest un padre jesuita, ley que nadie tienederecho de hacer morir de hambre a los que emplea; esto le bast.

    Por cierto que la causa de sus camaradas cont con sussimpatas; condenaba con franqueza y calor la insuficiencia de los

    salarios para los obreros casados, a los cuales l ayudaba de subolsillo. Pero personalmente a l estas cosas no le interesaban.Nunca pidi indemnizacin por ls huelga, ni asisti jams areuniones de la corporacin, dejando que los otros tomasen lasdecisiones. Pero cuando sus compaeros dejaron el trabajo ofueron despedidos, l los sigui por espritu de solidaridad.

    Despus fueron. los disturbios polticos; la lucha por el Home-Rule, la gran guerra, la rebelin de 1916 y de 1919 a 1921, la

    guerra entre Irlanda e Inglaterra. En stas cuestiones Matt seabstuvo completamente. Si se le preguntaba su opinin sobreuno u otro hecho, responda que nada saba, pues no lea nidiarios ni proclamas. Slo expres su pena por ver combatir entres a los irlandeses.

    Quizs encuentren algunos que Matt hizo mal endesinteresarse de este modo por lo que a todos interesaba. Esuna manera de ver; el punto de vista de Matt era otro; su vidaestaba en otra parte. Este hombre viva en las cosas eternas y los

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    acontecimientos temporales deban parecerle infinitamentemezquinos e insignificantes. No lea los diarios, pero lea la Biblia,la "Imitacin de Cristo, la "Ciudad Mstica" de San Francisco deSales, Jaber y Newmann. Las notas que se han encontrado,

    escritas por su mano, sobre hojas viejas de hacer pedidos,revelan al mismo tiempo que un fervor profundo, una elevacinde pensamientos y una cultura espiritual asombrosas en hombreque no haba recibido ms que una instruccin muy rudimentaria.

    He aqu algunas de sus notas:-La verdadera nobleza de sangre es la que mana de la sangre del

    Hijo de Dios.-Los hijos de hombre no conocen ni la grandeza de lo que es

    eterno ni la bajeza de lo temporal. El tiempo de la vida no es msque una carrera hacia la muerte; en la cual a ningn hombre se lepermite detenerse.

    -El amor es un dulce tirano, dulce para la persona amada, tiranopara el que ama, esto es, para Jesucristo, nuestro Dios.

    -La libertad de espritu se adquiere liberndose del amor propio,lo cual dispone al alma a hacer la voluntad de Dios, hasta en lascosas ms mnimas.

    -El uso de la voluntad consiste en obrar el bien, su abusoconsiste en obrar el mal.

    -Oh dulce Jess Mortificad en m todo lo que sea malvado;hacedlo morir! Mortificad en m todo lo que es mo Dadme laverdadera humildad, la verdadera paciencia, la verdadera caridad.

    -Oh Rey de los que hacen penitencia y pasan por locos a losojos del mundo, pero que os son tan queridos, mi seor Jess...

    -Oh madre bendita, obtenedme de Jess un poco de su locura.-En la meditacin buscamos a Dios con el razonamiento y los

    actos meritorios; pero en la contemplacin lo percibimos sinesfuerzo.

    -Cunto anhelo, Seor Jess, que seis nico dueo de micorazn!

    -Virgen Mara, no os pido sino tres cosas: la presencia deDios, la gracia de Dios y la bendicin de Dios

    He aqu la ltima:

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    -Qu necesidad tengo de hablar cuando tengo a Jess paraque me hable?

    Esta frase compendia toda la vida de Matt; fue una conversa-cin, una amistad con Nuestro Seor. "Para m, vivir, es Cristo",

    hubiera podido repetir con el apstol. La belleza de su vida, lo quela hace sublime, es su unidad.Realmente, con una vida tan colmada, tan llena de lo divino, no

    necesitaba hablar a los hombres. Como por instinto, tena lapreocupacin de ocultar el tesoro del Rey. Era de una discrecinabsoluta en lo que concerna a su vida interior Y nadie penetr enel secreto de su profunda alma. A los ojos de sus camaradas, jefesy vecinos, no fue ms que el buen Matt, un hombre piadoso y un

    buen obrero; y los millares de hombres que se le acercaron nosupieron jams, que era un santo. Y esto nos hace pensar quinsabe?... quizs tambin nosotros vivimos al lado de semejantesmaravillas sin verlas! Pues los santos se esconden, y lahumildad, que es hija del amor, los hace astutos.

    Slo algunos ntimos recibieron algunas confidencias.. "Es unapena dijo un da a su hermana, que los hombres amen tan poco aDios... Ah, Susana, si supieras el goce intenso que he tenido al

    conversar anoche con Dios y su Santa Madre!" Ms en cunto sedaba cuenta que hablaba de s mismo, trataba de corregirse ycambiaba de tema.

    En cambio, cuando hablaba de los santos, del Evangelio, de cosasespirituales, era incansable; y siempre que se pona a conversardesviaba el asunto hacia una de estas cosas, como incapaz deinteresarse por otra cosa; su conversacin era encantadora y amena.

    Pero despus de esto volva a su gran silencio. Delante de los

    sacerdotes era muy reservado, y nunca descubra su personalidad.An el mismo director de la tercera orden no lo conoca por sunombre.

    Sin duda fue slo su confesor quin pudo penetrar en el fondo deesta alma y quien supo sacar provecho; pues, dice que cuandonecesitaba una gracia. particular, se diriga a Matt Talbot, y obtenatodo lo que quera.

    Este era el fruto que se poda esperar; Matt no hacia ms que lavoluntad de Dios y Dios haca la suya.

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    VII. LA SEAL DEL CRISTIANO

    "He aqu la seal por -la cual se reconocer que sois misdiscpulos: es la caridad que tendris los unos por los otros".

    La caridad es la ms cristiana de las virtudes; la ms raratambin al menos en un cierto grado, pues requiere la supresindel egosmo y por ende implica el renunciamiento. Sabemos serbuenos mientras esto no nos incomoda y no daa nuestrosintereses. Pero no ser buenos con los otros hasta llegar al sacrificio.Sin embargo tal es la ley: "La caridad no busca su inters, slo tieneen vista el inters ajeno", dijo el Apstol.

    Matt no tena intereses aqu abajo: Haba reducido sus necesida-des a lo estrictamente necesario. Seis chelines por semana lebastaban para vivir; el resto era para los dems.

    Siempre usaba ropas viejas y usadas que reciba como limosna.Un da que le llevaron un traje nuevo, lo devolvi. Sin embargo, unavez se encontr un argumento que lo convenci. Unas seorascaritativas haban tomado como intermediario al Padre Walsh, suconfesor.

    Matt -le dijo-, tenis una ropa bien fea. Se os ofrece un trajenuevo.

    Padre mo, -respondi-, he prometido a Nuestro Seor no usar

    jams ropa buena.

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    Ybien!; es precisamente l quin os lo manda.Ah!... entonces, si es Nuestro Seor quin me lo manda, lo

    tomar.Se comprende que en estas condiciones a Matt no le costase

    deshacerse de un dinero cuyo uso se haba prohibido. No tenadeseos terrenos, su corazn era libre, y cuando un corazn, por eldesprendimiento, ha encontrado su libertad, recupera su movimientonormal que es el amor. Ese renunciamiento haba hecho florecer a unmismo tiempo el amor de Dios y del prjimo: esas dos amores queno tienen ms que una raz.

    Nadie acudi en vano al compasivo Matt; salvo cuando l creaque era para beber, pues entonces era irreductible.

    Le gustaba ms prestar que regalar: en primer lugar porque aspoda ayudar a un mayor nmero; adems porque l acreedor,estando obligado a. economizar, se privaba de beber. Prest sumaconsiderables, sobre todo a los que tenan varios hijos. Estas sumasal ser devueltas, terminaban siempre por ser dadas. La cuenta essencilla: Matt daba todo lo que ganaba, excepto seis chelines porsemana.

    Sus donaciones iban de preferencia a las obras de apostolado: con

    su gran espritu de fe, l estimaba que sta era la mejor, la ms pro-ductiva de las caridades.

    Las que pedan para las casas religiosas lo conocan bien. Unadama que peda para un convento, obtuvo una libra de l. Le gustabadar a los sacerdotes, porque ellos con la limosna material puedenhacer a la vez la limosna de la gracia.

    Se interes mucho en las necesidades de una misin en China a la

    cual contribua con treinta libras por ao. El mismo dijo un da a suhermana "que haba ayudado a ordenarse a tres sacerdotes y yaestaba en el cuarto".

    Un sacerdote obtuvo autorizacin para hacer una colecta para suiglesia. El personal del aserradero acababa de cobrar y Matt dio todasu paga: "Jams he encontrado un obrero ms generoso", dijo elsacerdote.

    La caracterstica predominante de Matt en sus relaciones con el

    prjimo era la bondad, flor de la caridad.

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    Su corazn se daba a todos espontneamente, y con todos era deuna dulzura, de una paciencia y de una abnegacin admirables.

    Senta debilidad por los nios, les enseaba a . rezar, les hablabade Dios, de la Santsima. Virgen, de los ngeles de la guarda.

    Siempre acompaaba sus enseanzas con regalitos que facilitabanque fuesen mejor recibidas.He aqu la pequea escena que en Navidad se desarrollaba todos

    los aos en una familia de muchos nios:La vspera del da de Navidad por la tarde, despus de su trabajo,

    llegaba Matt y haca llamar a los nios, que estaban impacientesesperando sus regalos. Primero buscaba en sus bolsillos, simulandoque no encontraba el dinero. Despus sacaba tres monedas de seis

    peniques, cuidadosamente envueltas en varios trozos de papel, loscuales desenvolva lentamente hasta que apareca la moneda; y porfin cada chico reciba su moneda de seis peniques. Ms tarde losnios aumentaron, eran siete, entonces Matt redujo la moneda a trespeniques, distribuyndolas siempre con la misma ceremonia.

    Su bondad se extenda hasta los animales. Le gustaba acariciar alsalir de la iglesia a un hermoso perro que esperaba a su duea en elportal. A una seora que fue a verlo acompaada de un terrier

    irlands, l le insisti para que lo hiciese entrar: "Me gustan mucho losperros", le dijo.

    Pero su caridad iba sobre todo a las almas. Quera hacer el biensobrenaturalmente. Hubiese deseado tanto dar a los otros el tesoroque haba descubierto, compartir con ellos su tesoro celestial! Y comoviva en un mundo sobrenatural, saba encontrar palabras parasuscitar su nostalgia.

    Una joven que tena un hermano en Amrica se lamentaba de susoledad.

    "Sola! exclam. Cmo puede decir ese disparate! No estNuestro Seor cerca de usted en el Tabernculo?"

    Esta frase la dijo con tanta conviccin, que fue para esa persona degran ayuda para toda su vida.

    Muchos le iban a pedir consejo: a todos reciba con gran bondad yles daba consejos llenos de sentido sobrenatural. Otros le pedan

    oraciones, y la experiencia demostraba cada vez ms su eficacia.

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    Uno de sus amigos le rog que pidiese por su mujer, que estabagravemente enferma; se lo prometi agregando con un tono deseguridad que lo sorprendi: "Sanar, no temas", y en efecto, sanmuy pronto. Algn tiempo despus el mismo hombre le pidi que

    rogase por un cuado, Matt le dijo entonces: "Tienes que resignarte",y el enfermo muri poco despus.Otro de sus amigos deba ser operado de una lcera de estmago,

    fue a ver a Matt para pedirle consejo. "Vete a ver al mdico a quien yosiempre acudo, pues yo nunca veo a otro. Pdele la curazin", le dijo,y le hizo rezar junto con l. Pronto mejor sin necesidad de operacin.

    He aqu como Matt, por su gran amor y vida de intensa oracin,poda dar lo que ningn hombre tiene el poder de dar: los tesoros

    de Dios mismo.Pero, por encima de todo, desencadenaba conversiones. Le basta-

    ba decir una palabra a quemarropa para que muchos pecadores serindiesen bajo el poder de la gracia de Dios. De estas conversionespodran contarse miles, cuenta su bigrafo. Ciertamente el nicomedio eficaz para convertir el mundo: "Ser santo".

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    VIII LOS LTIMOS DIAS

    Hasta la edad de sesenta y siete aos, Matt Talbot se las ingenipara padecer por su Dios; mas en los dos ltimos aos de su vida,Dios mismo se encarg de hacerlo por l.

    Los aos pasaban, haciendo su obra de desgaste. Matt sufra delcorazn. Pero era de tal temple que no abandonaba el campo debatalla sino en el ltimo extremo.

    A pesar de lo que le haca sufrir su enfermedad, a pesar de lasofocacin, de las palpitaciones y dolores, sigui trabajando,ayunando, orando y llevando sus cadenas ceidas al cuerpo comoantes. Aceptaba con alegra esta penitencia involuntaria, un favorinesperado para este hombre habituado al sacrificio.

    Un da Matt se encontr repentinamente muy mal. Un amigo que leaconsej que fuese a ver a un mdico del hospital de la Misericordia;Matt se quit las cadenas y fue a verlo.

    Ingres en el hospital el 18 de junio de 1923, tres das ms tarde,reciba los ltimos sacramentos.

    Sin embargo pronto se repuso y se pudo levantar, y encontr laforma de hacer lo que ms le gustaba: todo el tiempo que poda se lopasaba en la capilla. Fue dado de alta el 17 de julio. Sigui yendo al

    hospital para hacer el tratamiento y el 17 de agosto volvi a trabajar.

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    Pero su corazn estaba ya muy deteriorado y era irreparable. El 3de septiembre de ese mismo ao, 1925, ingres en el hospital denuevo. He aqu lo que dijo la Hermana encargada de cuidarlo:"Permaneci acostado casi todo el tiempo que estuvo en el hospital,

    hasta mediados de noviembre. En ese momento no llevaba ya sucilicio de cadenas. Hablaba a muy poco, era bastante reservado ymostraba una dulce sonrisa y gran amabilidad. Siempre estabatranquilo. Tomaba el alimento que se le ofreca sin decir nada, sinlamentarse jams; nunca probaba manteca... Se fue agravando y sele administr la Uncin de los Enfermos; pareca que estaba enagona y aperas respiraba; hoy creo que en ese momento estabams bien en un profundo recogimiento. Me. llam la atencin su grantranquilidad mientras yo recitaba las oraciones de los moribundos.

    "Sin embargo, super esta crisis y dos das despus poda bajarla escalera para ir al consultorio de cardiografa. En cuanto pudolevantarse, desapareci y no se le pudo encontrar en ningn sitio; alfin, fue hallado en un rincn del jardn rezando. Me quej del sustoque nos haba dado, y me respondi con su sonrisa habitual: "Ya dilas gracias a las enfermeras y a los mdicos por mi mejora, y creque sera justo sobre todo agradecrselo a Aqul que es el primero

    que cura". Estas palabras me hicieron tanta impresin que desdeentonces mandaba a todos los enfermos ya sanos que fuesen a dargracias a Dios.

    "Varias veces nuestras Hermanas notaron su profundo reco-gimiento en la capilla, y que jams usaba libro de oracin.

    "Comulgaba todos los lunes. Si algn enfermo reciba la SantaComunin algn otro da, le preguntaba si la quera recibir ysiempre aceptaba; pero nunca peda este favor por s mismo. No

    hablaba de cuestiones religiosas con las Hermanas. A algunosenfermos les gusta hablar de esto: ms Matt, con su conducta,demostr que era un santo anciano con muy buen carcter. Comoconoca su vida de austeridad, estaba claro para m qu trataba depasar desapercibido ante los que le rodeaban.

    A su salida del hospital no pudo volver al trabajo y durante losmeses siguientes vivi penosamente con unos pocos chelines de suindemnizacin por su enfermedad. Sufra mucho, y sin embargo

    segua ponindose los cilicios y haca sus ejercicios de piedadhasta la extenuacin. Su hermana lo encontr a menudo tendido

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    sobre su cama de tablones, incapaz de hablar, pero continuandosus oraciones.

    Se propuso quedarse con l. Que bien me podras hacer le respondi. "Si tengo que morir, tendr a Jess y a Mara

    conmigo!". Jams se quej ni de sus dolores ni de su inaccinforzada.En abril de 1925, crey que poda trabajar de nuevo Y volvi al

    aserradero. Tena la cara demacrada por la enfermedad, perocumpla su obligacin tan perfectamente como antes.

    El domingo ya no poda prolongar su ayuno hasta el almuerzodel medioda. Asista misa temprano, comulgaba, se iba adesayunar, y volva para or otras misas.

    El domingo 7 de junio de 1925, a eso de las nueve, se dirigahacia la iglesia de San Salvador. A mitad de camino caydesplomado sobre el pavimento. Estaba agonizando. Una vecinale ofreci un vaso de agua. "Amigo mo le d i joUsted se vaal Cielo" Matt abri los ojos, sonri y dej caer la cabeza.

    Este hombre, que haba elegido como estilo de vida pasar granparte del da en la casa de Dios, mora como convena, caminan-do al lugar santo. Se diriga a la iglesia y lleg al cielo.

    Se le encontr todo un arsenal de cadenas incrustadas en suscarnes: la ms gruesa pareca una cadena de arns. Haba cado,como buen soldado, con su equipo de combate.

    La vida de Matt Talbot est contenida en una sola frase: "vivicomo cristiano". Nada ms que eso, y slo eso. Cristiano de una solapieza. Fue grande a fuerza de ser sencillo. Bajo la trama vulgar de unavida de obrero, arda por debajo una llama silenciosa que se

    remontaba hacia Dios. Durante cuarenta aos trabajando de cargadorslo vivi para el Amor. Sencillo, pero a la vez gigantesco y sublime,se asemeja al Pobrecito de Ass en su heroica sencillez. Son delmismo temple, intransigentes ambos ante el Ideal.

    Qu diferente de tantos hombres que se dicen cristianos. Pobresvidas, almas mezquinas! Sus ocupaciones son tales que les impidenir a comulgar, mientras que Matt renuncia a su oficio para asegurar supan espiritual. No tienen tiempo para rezar; pero este cristiano

    autntico sacaba tiempo para ello sacrificando gran parte de la noche.Su salud y trabajo les impide ayunar, y este extenuado trabajador

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    lleva una vida de dura penitencia, siguiendo el ejemplo de losanacoretas del desierto. Aquellos no son lo bastante ricos parahacer limosnas, y este pobre trabajador ayuda a los pobresdando gran parte de su salario.

    "Si se creyese!... Si se creyese en la Encarnacin y en laRedencin!" Ah!, como crey l, y cmo vivi de este pen-samiento profundo y magnnimo, con qu lgica inflexible yheroica.

    Es necesario que los cristianos y sobre todo los obreros, lean ymediten la vida de Matt Talbott. Es una demostracin palpable delo que puede hacer una fe realmente vivida. Los fermentos derebelin que subyacen en nuestro corazn pueden llegar a

    desaparecer mediante la penitencia y el amor. Se puede llevaruna vida santa en cualquier estado de vida y condicin. Nuestravida se renovar si ponemos como l nuestra esperanza en laVida eterna. Podemos hacer mucho ms de lo que creemos sicomo l nos decidimos por vivir el mandato de Jesucristo:Buscad primero el Reino de Dios, y todo lo dems se les darpor aadidura!". Seamos lgicos y consecuentes, pongamos enprctica el Evangelio, vivamos la lgica del amor que nos muestra

    Nuestro Seor Jesucristo.Intercede, oh querido y bienaventurado Matt, por nosotros,pobres pecadores!


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