Meyibó - UABCiih.tij.uabc.mx/iihDigital/MeyiboCap/Num9/Esclavos Indios.pdf · tion of barbarian...

Antildeo 5 Nuacutem 9 eNero-juNio de 2015

Universidad aUtoacutenoma de Baja California Instituto de Investigaciones HistoacutericasTijuana Baja California Meacutexico

Meyiboacuterevista de investigaCiones HistoacuteriCas

Meyiboacute vocablo de la lengua cochimiacute hablada antiguamente en la peniacutensula de California El jesuita Miguel del Barco (1706-1790) refiere que los cochimiacutees la usaban para designar la temporada de pitahayas (ldquoprincipal cosecha de los indios excelente fruta digna de los mayores monarcasrdquo) y por extensioacuten al tiempo bueno de cosecha o periodo en que el sol es favorable a gratos quehaceres

Meyiboacute9indd 1 02062015 121956 pm

Universidad aUtoacutenoma de Baja California

Dr Juan Manuel Ocegueda HernaacutendezRector

Dr Alfonso Vega LoacutepezSecretario general

Dra Blanca Rosa Garciacutea RiveraVicerrectora Campus Ensenada

Dr Aacutengel Norzagaray NorzagarayVicerrector Campus Mexicali

Dra Mariacutea Eugenia Peacuterez MoralesVicerrectora Campus Tijuana

Dr Hugo Edgardo Meacutendez FierrosSecretario de Rectoriacutea e Imagen Institucional

Dr Joseacute Alfredo Goacutemez EstradaDirector del Instituto de Investigaciones Histoacutericas


Consejo editorial ignaCio almada El Colegio de Sonora salvador BernaBeacuteU Escuela de Estudios Hispano-Americanos Sevilla Espantildea manUel CeBallos El Colegio de la Frontera Norte Tamaulipas mario CerUtti Universidad Autoacutenoma de Nuevo Leoacuten Facultad de Economiacutea PaUl ganster San Diego State University Institute for Regional Studies of the Californias evelyn HU-de Hart Brown University History Department migUel leoacuten-Portilla Unam Instituto de Investigaciones Histoacutericas Carlos mariCHal El Colegio de Meacutexico sergio ortega noriega Unam Instituto de Investigaciones Histoacutericas david Pintildeera Universidad Autoacutenoma de Baja California Instituto de Investigaciones Histoacutericas CyntHya radding University of North Carolina Department of History BaacuterBara o reyes The University of New Mexico Department of History migUel aacutengel sorroCHe Universidad de Granada Espantildea marCela terrazas y Basante Unam Instituto de Investigaciones Histoacutericas

direCtor Jesuacutes Meacutendez Reyes

Comiteacute editorial araCeli almaraz El Colegio de la Frontera Norte Tijuana feacutelix Brito rodriacutegUez Universidad Autoacutenoma de Sinaloa juumlrgen BUCHanaU University North Carolina Charlotte Department of History sergio antonio Corona Universidad Iberoamericana Torreoacuten roBert CHao romero University of California Los Angeles Ceacutesar E Chaacutevez Department of Chicanao Studies moiseacutes gaacutemez El Colegio de San Luis riCHard griswold del Castillo San Diego State University Department of Chicana and Chicano Studies Hilarie j HeatH Universidad Autoacutenoma de Baja California Facultad de Ciencias Administrativas jesuacutes Hernaacutendez jaimes Universidad Nacional Autoacutenoma de Meacutexico mariacutea de jesuacutes loacutePez dagger Universidad Autoacutenoma de Sinaloa mario alBerto magantildea Universidad Autoacutenoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales martHa ortega soto Universidad Autoacutenoma Metropolitana Unidad Iztapalapa


Comiteacute editorial rosa elBa rodriacutegUez tomP Universidad Autoacutenoma de Baja California Sur jUan manUel romero gil Universidad de Sonora eriC sCHantz University of California Los Angeles andrea sPears Universidad Autoacutenoma de Baja California Facultad de Ciencias Administrativas lawrenCe d taylor El Colegio de la Frontera Norte Tijuana deniacute trejo Barajas Universidad Michoacana de San Nicolaacutes de Hidalgo Instituto de Investigaciones Histoacutericas Carlos manUel valdez daacutevila Universidad Autoacutenoma de Coahuila

Comiteacute editorial internoNorma del Carmen Cruz Gonzaacutelez Joseacute Alfredo Goacutemez Estrada Lucila del Carmen Leoacuten Velazco Ramiro Jaimes Martiacutenez Jorge Martiacutenez Zepeda Antonio de Jesuacutes

Padilla Corona Rogelio Everth Ruiz Riacuteos Marco Antonio Samaniego Loacutepez Catalina Velaacutezquez Morales

editor Joseacute Alfredo Goacutemez EstradaformaCioacuten y disentildeo de interiores Paulina Wong Hernaacutendez

Meyiboacute Revista de Investigaciones Histoacutericas Antildeo 5 Nuacutem 9 enero-junio de 2015 es una publicacioacuten semestral editada por la Universidad Autoacutenoma de Baja California a traveacutes del Instituto de Investigaciones Histoacutericas Calzada Universidad 14418 Parque Industrial Internacional Tijuana Baja California Meacutexico CP 22390 Teleacutefono y fax (664) 682-1696 meyibo2010gmailcom wwwiihtijuabcmxhistoricashomephp Editor responsable Jesuacutes Meacutendez Reyes Reserva de Derechos al Uso Exclusivo nuacutem 04-2014-031218020000-102 otorgado por el Instituto Na-cional del Derecho de Autor ISSN 0187-702X Certificado de licitud de tiacutetulo y contenido en traacutemite Impresa por RR Servicios Editoriales Joseacute Mariacutea Larroque 1475 col Nueva CP 21100 Mexicali Baja California tel (686) 582-2825 Este nuacutemero se terminoacute de imprimir en marzo de 2015 con un tiraje de 300 ejemplares

Los artiacuteculos firmados son responsabilidad de su autor

Se autoriza la reproduccioacuten total o parcial de los materiales publicados siempre y cuando se cite la fuente


artiacuteCUlos

Esclavos indios del Norte novohispano hacia La Habana Cuba (fines del siglo xviii a inicios del siglo xix) Antecedentes y resultadosHernaacuten MaxiMiliano Venegas DelgaDo

Defensa y evolucioacuten de los presidios en el siglo xviiiMaria Del Valle y Marcos MeDina Bustos

Familias formacioacuten empresarial y poder puacuteblico en Baja California 1890-1920Joseacute alfreDo goacuteMez estraDa y Heacutector MeJoraDo De la torre

ensayos

Las ideas de Emilio Langberg sobre colonias militares en el siglo xixaleJanDro gonzaacutelez Milea

Los sinaloenses sus gustos y consumos musicales en Los Aacutengeles Tijuana y Culiacaacuten (1970-2000)Juan antonio fernaacutenDez Velaacutezquez

fUentes Para la Historia

Informe de Roberto V Pesqueira de cada uno de los Consulados y Coacutensules Mexicanos que existen a lo largo de la frontera con los Estados Unidos de Ameacutericaceacutesar alexis Marcial caMpos

resentildeas

Oresta Loacutepez (coordinadora) Historia y Antropologiacutea de la Educacioacuten en San Luis Potosiacute coleccioacuten San Luis de la Patria vols 8 y 9 San Luis Potosiacute Comisioacuten del Bicentenario de la Independencia Nacional y Centenario de la Revolucioacuten Mexicana 2011 moacuteniCa CHaacutevez gonzaacutelez (Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia Unam) y norma ramos esCoBar (Universidad Pedagoacutegica Nacional unidad 241)

Ana Marcela Mungaray Lagarda y Luis Carlos Loacutepez Ulloa (coordinadores) Comunidades humanas y desarrollo comunitario Guadalajara Arlequiacuten 2015 ana marCela mUngaray lagarda Universidad Autoacutenoma de Baja California Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

revista Meyiboacute [temporada de cosecha]

antildeo 5 nuacutem 9 enero-jUnio de 2015

Contenido

7

5391

127

143

183

205

215



7

E

artiacuteculo

Esclavos indios dEl nortE novohispano hacia la habana cuba

(finEs dEl siglo xviii a inicios dEl siglo xix) antEcEdEntEs y rEsultados

Hernaacuten Maximiliano Venegas DelgadoUniversidad Autoacutenoma de Coahuila

resUmen

l artiacuteculo presenta un anaacutelisis del destino de los pueblos noacutemadas indiacutegenas del norte novohispa-no Eacutestos experimentaron una poliacutetica gradual primero de asimilacioacuten y despueacutes de esclavizacioacuten forzosa pese a los eufemismos usuales que se le

endilgaron tradicionalmente a la esclavitud real de los indiosNuestro objetivo es analizar grosso modo la poliacutetica de des-

poblamiento y de exterminio de las poblaciones indias en la frontera norte novohispana por diversos medios y en especiacutefi-co estudiar el enviacuteo de numerosos miembros de esas poblacio-nes particularmente chichimecas y apaches a otras posesiones espantildeolas del Golfo de Meacutexico-Mar Caribe en particular a La Habana Cuba incluyendo tambieacuten el centro y sur (Veracruz) de la Nueva Espantildea

La hipoacutetesis que sustentamos es que con el enviacuteo de estos in-dios esclavizados a trabajar en las fortificaciones y otras obras militares de la capital colonial cubana el gobierno espantildeol del virreinato pudo atenuar de forma sustancial aunque no total la constante situacioacuten de guerra y rebeliones indias que se pro-duciacutean sobre todo entre las uacuteltimas deacutecadas del siglo xviii y


8

Hernaacuten MaxiMiliano Venegas DelgaDo

las primeras del siglo xix A la vez el problema se transferiacutea a Cuba desatando un proceso de rebeldiacuteas en toda la isla Los indios mancomunaron sus luchas por la libertad con la de los esclavos negros e incluso con los presidiarios novohispanos que purgaban su condena en esta posesioacuten espantildeola del Mar Cari-be reputada como la Perla de las Antillas por su importancia econoacutemica y estrateacutegica para la Corona espantildeola

PALABRAS CLAVES indios norte novohispano esclaviza-cioacuten Cuba

El fenoacutemeno de la esclavizacioacuten en Cuba de indiacutegenas en general y novohispanos en particular ha sido centrado mayor-mente por la historiografiacutea cubana en los indios mayas o yuca-tecos de mediados del siglo xix Sin embargo investigaciones de las uacuteltimas deacutecadas han ido arrojando otros resultados que indican con claridad que desde inicios del siglo xvi y por lo me-nos hasta las dos primeras deacutecadas del siglo xix se estuvieron enviando indiacutegenas del norte de la Nueva Espantildea hacia Cuba y particularmente a La Habana como tambieacuten de forma mi-noritaria hacia otros sitios del Golfo-Caribe entonces espantildeol

Los trabajos pioneros fueron los artiacuteculos ldquoThe deporta-tion of barbarian indians from the Internal Provinces of New Spain 1789-1810rdquo de Christon I Archer en 19731 y ldquoSpanish deportation of hostile Apaches The policy and the practicerdquo de Max L Moorhead en 19752 Por su parte William Merrill especialista en comunidades tarahumaras del norte mexica-no en el estado de Chihuahua continuacutea en 1988 los trabajos de Archer y Moorhead Merrill contoacute a continuacioacuten con la colaboracioacuten (a partir de 1989) de la arqueoacuteloga Lourdes S

1 Christon I Archer ldquoThe Deportation of Barbarian Indias from the Inter-nal Provinces of New Spain 1789-1810rdquo The Americas A quarterly review of inter-american cultural History vol xxix nuacutem 3 1973 pp 376-385

2 Max L Moorhead ldquoSpanish deportation of hostile apaches The policy and the practicerdquo Arizona and the West A quarterly journal of History vol 17 no 3 autumn 1975 pp 205-220


9


Domiacutenguez de la Academia de Ciencias de Cuba aunque el proyecto posteriormente se detuvo3

Precisamente en ese periodo publicaba William B Griffen su libro Apaches at war and peace The Janos Presidio 1750-1858 (1988)4 cuya virtud maacutes pronunciada en nuestro criterio fue la de abrir para el estudio un espacio local como el de ese presidio para comprender en especiacutefico las relaciones guerra-paz y de paz-cautiverio encubierto o no este uacuteltimo concepto entre los espantildeoles y sus servidores criollos de un lado y los indios del otro

Otros trabajos publicados sentaron plazas en los albores del presente milenio sin que pretendamos realizar un inventario al respecto sino maacutes bien la ejemplificacioacuten de aquellos tiacutetu-los con los cuales nos relacionamos maacutes directamente acorde con nuestros objetivos Entre estos debe mencionarse el de Da-vid J Weber Baacuterbaros Los espantildeoles y sus salvajes en la era de la Ilustracioacuten (2007)5 que tiene como una de sus virtudes fundamentales como dice su propio autor la de ir ldquoen contra de la moda (pues) me concentro maacutes en los observadores que nos han legado sus observaciones que en los observadosrdquo6 No menos singular es el libro de Pekka Haumlmaumllaumlinen The Coman-che Empire (2009)7 que si bien se escapa del aacutembito estricto

3 El Dr William Merrill muy generosamente nos pasoacute en el antildeo 2010 la informacioacuten con la que contaba al no poder continuar el proyecto por otros compromisos por eacutel adquiridos Deseamos dejar aquiacute constancia de este hecho que habla muy en alto de un gran hombre de ciencia como lo es el Dr Merrill sin lugar a dudas

4 William B Griffen Apaches at war and peace The Janos Presidio 1750-1858 Albuquerque University of New Meacutexico Press 1988

5 David J Weber Baacuterbaros Los espantildeoles y sus salvajes en la era de la Ilustracioacuten Barcelona Criacutetica 2007 (la edicioacuten en ingleacutes es de 2005)

6 Ibiacutedem p 387 Pekka Haumlmaumllaumlinen The Comanche Empire New Haven Yale Univer-

sity Press 2009El eacutexito de este libro puede medirse tambieacuten por sus siguientes ediciones

en franceacutes (2012) y en espantildeol (2013)


10


de nuestra investigacioacuten siacute nos aporta una visioacuten macro del fenoacutemeno de la expansioacuten comanche a la vez que nos adentra en el sistema de alianzas y guerras con otras etnias anaacutelisis ambos que nos permiten comprender mejor su presioacuten sobre las migraciones apaches hacia el noreste novohispano aspecto que siacute trabajamos

Tambieacuten el libro de Mark Santiago The Jar of Severed Hands Spanish Deportation of Apache Prisoners of War 1770-1810 (2011)8 estudia de nuevo el asunto que nos ocupa refor-zando la tesis de que la poliacutetica de deportaciones se convirtioacute en eje central tambieacuten de la poliacutetica metropolitana hacia los belicosos indios del norte novohispano Ello refuerza nuestro criterio en cuanto a su enviacuteo a Cuba y a otros destinos del vi-rreinato y del Golfo-Caribe hispano aunque el nuacutemero de apa-ches desterrados y esclavizados nos parece insuficiente aun cuando reconocemos lo peliagudo y dificultoso de acercarnos a una evaluacioacuten cuantitativa de las deportaciones tanto de los apaches como de los chichimecas y otras etnias menores

Por supuesto entre fines de uno y otro siglo de nuestra con-temporaneidad han ido apareciendo tambieacuten varios artiacuteculos sobre el tema que nos brindaron varias pistas para nuestra in-vestigacioacuten e incluso su proyeccioacuten futura Tal fue el caso en 1986 del investigador mexicano Joseacute Luis Mirafuentes Galvaacuten9 con los indios seris y el del investigador cubano Armando Abreu cuya obra poacutestuma acaba de aparecer10 referida al apasionante

8 Mark Santiago The jar of severed hands Spanish deportation of Apache Prisoners of War 1770-1810 Oklahoma University of Oklahoma Press 2011

9 Joseacute Luis Mirafuentes Galvaacuten ldquoLos seris en 1780 sobre la necesidad de su deportacioacuten a La Habanardquo Histoacutericas nuacutem 20 1986 pp 23-36

Nota Se conserva aquiacute y en documentos posteriores la ortografiacutea original10 Armando Abreu Morales ldquoEl asalto a la iglesia de la Puriacutesima Concep-

cioacuten de la Chorrera por los indios feroces de la Vuelta Abajordquo Vitral antildeo iii nuacutem 16 noviembre-diciembre 1996

Sobre este temaacutetica ha sido publicado post mortem en Cuba un libro de dicho autor titulado Indios feroces de la Vueltabajo Pinar del Riacuteo Cuba Edi-torial Loynaz 2012 62


11


aspecto de las rebeliones de estos indios en las montantildeas del occidente de Cuba mancomunados con los negros esclavos11

los Primeros siglos Coloniales (xvi y xvii)

El arrasamiento de parte de la poblacioacuten indiacutegena de las gran-des islas espantildeolas del Mar Caribe que son Cuba La Espantildeola Jamaica y Puerto Rico asiacute como el peligro de que dicho geno-cidio12 ocurriese en la Nueva Espantildea queda expresado en un informe de ese primer siglo de la conquista y colonizacioacuten en el que se afirma que

La riqueza desta tierra (Nueva Espantildea) hasta agora a sido la ynfi-nita multitud de Yndios maacutes que la plata que se saca y asiacute como ellos se van acabando abraacuten de quedar estas provincias pobres y

11 La labor pionera de este historiador cubano nos permitioacute acercarnos a sus consideraciones y tambieacuten a sus colaboradores maacutes cercanos incluyendo a su hijo lo que nos facilitoacute sobremanera realizar una expedicioacuten arqueoloacutegica en esas montantildeas occidentales cubanas a mediados del 2012 previo trabajo archiviacutestico cuyo resultado maacutes notorio fue la factura de un documental bajo autoriacutea de nuestra y de Carlos J Recio Daacutevila con el tiacutetulo Del desierto al troacutepico rebeldiacuteas en Cuba de indios mexicanos Saltillo Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autoacutenoma de Coahuila 2012

Este documental se exhibioacute en el transcurso de los antildeos 2012-2013 a traveacutes del canal nacional Multivisioacuten de la Televisioacuten Cubana por el canal TELESUR de Venezuela asiacute como por el canal televisivo de la Universidad Autoacutenoma de Coahuila Meacutexico con cifras de tele espectadores que superaron nuestras ex-pectativas Anotamos esto uacuteltimo no por vanagloria sino para subrayar la alta receptividad de los pueblos cubano y coahuilentildeo asiacute como del latinoamericano en general a traveacutes de TELESUR a este tipo de temaacuteticas que tan intriacutenseca-mente estaacuten relacionadas con todos nosotros los latinoamericanos

12 Del griego γένος estirpe y ndashcidi ldquoexterminio o eliminacioacuten sistemaacutetica de un grupo social por motivo de raza etnia religioacuten poliacutetica o nacionalidadrdquo en este caso es-peciacutefico aplicado a la poliacutetica colonial espantildeola resultante sobre estas naciones indias en la frontera norte virreinal de la Nueva Espantildea

En Real Academia Espantildeola de la Lengua httpbusconraeesdraesrvsearchval=genocidio


12


desiertas como lo estaacuten las ampliacutessimas yslas de Jamaica Cuba y la Espantildeola (sic)13

No obstante la reina de Espantildea autorizaba mediante paten-te en fecha tan temprana como la de 1504 la esclavizacioacuten de los indiacutegenas rebeldes en La Espantildeola de los llamados ldquofleche-rosrdquo o ldquocaniacutebalesrdquo Por supuesto como acota el linguumlista cubano Sergio Valdeacutes Bernal y su colaboradora Yohanis Balga Rodriacute-guez esta patente propiciariacutea la introduccioacuten de indiacutegenas foraacute-neos en la isla de La Espantildeola pues no quedaba establecido en eacutesta cuaacuteles indiacutegenas eran caniacutebales o ldquoflecherosrdquo y cuaacuteles no14 Una disposicioacuten similar en este caso una Real Ceacutedula de 15 de junio de 1510 convalidaba la anterior patente ampliaacutendola in-cluso al considerar como factibles de esclavizar a todos aquellos naturales de las islas ldquoque estuviesen en guerrardquo y auacuten maacutes a los de las ldquoislas del norterdquo leacutease Lucayas o Bahamas Eso siacute el mandato real prohibiacutea especialmente la introduccioacuten en La Espantildeola de indiacutegenas de las otras tres grandes Antillas (Cuba Jamaica y Puerto Rico) y de Trinidad15 aunque ya sabemos que ocurririacutea el enviacuteo de indios esclavos desde la Nueva Espantildea

Al respecto el investigador dominicano Frank Moya Pons anota muy acertadamente en cuanto a Cuba que tras el inicio de su conquista en 1511 la mayor de las Antillas habiacutea sufrido mucho por la merma de su poblacioacuten aborigen debido a las ex-pediciones esclavistas lanzadas desde La Espantildeola y a la pro-pagacioacuten de las enfermedades europeas entre dicha poblacioacuten16

13 Archivo General de Indias (en adelante agi) Audiencia de Meacutexico nuacute-mero 288 citado por Georges Baudot en ldquoLa percepcioacuten histoacuterica del drama demograacutefico de Meacutexico en el siglo xvirdquo Meacutexico Porruacutea 1981

14 Sergio Valdeacutes Bernal y Yohanis Balga Rodriacuteguez ldquoEl legado indoame-ricano en el espantildeol del Caribe insular hispaacutenicordquo Convergencia nuacutem 32 2003 p 69

15 Ibiacutedem16 Frank Moya Pons Historia del Caribe Santo Domingo Repuacuteblica Do-

minicana Ediciones Ferilibro 2008 p 28


13


Justo es sentildealar tambieacuten que estaacute documentado el ataque de esos ldquoindios flecherosrdquo y caribes a los espantildeoles estableci-dos en la isla de San Juan de Puerto Rico (Borinquen) pero no es menos cierto que la reaccioacuten colonialista fue desme-dida y francamente propiciadora de desmanes mayores Asiacute por Real Ceacutedula de 3 de junio de 1512 se autorizoacute a los co-lonizadores de Puerto Rico no solamente a esclavizar a los indiacutegenas belicosos apresados en combate sino ademaacutes a la introduccioacuten en Borinquen de indiacutegenas de las islas de La Espantildeola Trinidad Margarita Aruba Bonaire y hasta de la costa nororiental venezolana de Cumanaacute17 Y como si esto fuera poco el linguumlista puertorriquentildeo Manuel Aacutelvarez Na-zario antildeade que tambieacuten se introdujeron indiacutegenas desde el lejano Brasil18

Con la conquista y colonizacioacuten de Cuba (15101511 en ade-lante) acota el historiador cubano Ramiro Guerra Saacutenchez ya en 1513 el conquistador y primer gobernador de Cuba Diego Velaacutezquez de Cueacutellar auacuten sin concluir la fundacioacuten de las primeras villas en la isla (c 1511-1519)19 ordenaba realizar expediciones en la peniacutensula de Yucataacuten para tomar prisioneros entre sus indiacutegenas mayas y reducirlos a la es-clavitud en Cuba20 A propoacutesito seguacuten el investigador y sabio cubano Fernando Ortiz junto a eacutestos se introduciriacutea tambieacuten poco despueacutes (en 1535) la especie nicotiana tabacum mucho

17 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 p 6918 Manuel Aacutelvarez Nazario Oriacutegenes y desarrollo del espantildeol en Puerto Rico

(siglos xvi y xvii) San Juan Puerto Rico Universidad de Puerto Rico 198219 La historiografiacutea tradicional en Cuba menciona la fundacioacuten de las

famosas siete primeras villas pero habriacutea ademaacutes que incluir la de San Juan de los Remedios del Cayo antes La Sabana de Vasco Porcayo ocurrida de forma tardiacutea probablemente hacia mediados de la deacutecada de 1520 en Hernaacuten Venegas Delgado ldquoConsideraciones en torno a la economiacutea remedi-ana colonialrdquo Islas Universidad Central Santa Clara Cuba nuacutem 67 l980 epiacutegrafes iniciales

20 Ramiro Guerra Saacutenchez Manual de Historia de Cuba La Habana Edi-torial Pueblo y Educacioacuten 1985


14


maacutes resistente al parecer que el tabaco indiacutegena cubano o nicotiana rustica21

Hecho menos conocido es la esclavizacioacuten de los llamados indiacutegenas guanajos22 naturales de las Islas Guanajas situadas frente a las costas hondurentildeas Descubiertas durante el cuarto viaje de Cristoacutebal Coloacuten en 1502 llamaron la atencioacuten espa-ntildeola de nuevo en 1516 A partir de este antildeo y seguacuten Antonio de Herrera23 los indiacutegenas guanajos solamente fueron esclavi-zados en Cuba y de forma masiva El pretexto para su escla-vizacioacuten fue que dichos indiacutegenas eran los mismos ndashlo que no era ciertondash que aquellos de la zona continental hondurentildea de Las Higueras que estaban efectivamente en guerra contra los espantildeoles La realidad era que los colonos espantildeoles de Cuba intercambiaban a esos indiacutegenas guanajos por viacuteveres y objetos de primera necesidad producidos en Cuba Por supuesto que tales desmanes trajeron como resultado que los indiacutegenas hon-durentildeos en general comenzaran a sublevarse de forma masiva lo que obstaculizaba la colonizacioacuten de toda Centroameacuterica y por lo tanto perjudicaba los intereses de la Corona24

Seguacuten el cronista Bernal Diacuteaz del Castillo el no menos ceacutele-bre capitaacuten de la conquista Francisco Hernaacutendez de Coacuterdoba obtuvo la licencia y el apoyo material del gobernador de Cuba

21 Citado por Ramoacuten Artiles ldquoYucatecos en Cubardquo El habanero digital fecha de consulta 10 de septiembre de 2011 httpwwwelhabanerocubawebcu

22 Denominacioacuten eacutetnica que probablemente proceda del naacutehuatl guanaca o guanaca es decir gallo gallina de la tierra gallina de papada o pavo como documentan Gonzalo Fernaacutendez de Oviedo Historia general y natural de las Indias islas y tierra firme del Mar Oceacuteano Madrid Espantildea Imprenta de la Real Academia de la Historia 1851-1855 vol i-iv Libro xvii Capiacutetulo xxv Juan Corominas Vignaux Diccionario criacutetico y etimoloacutegico de la lengua castel-lana Madrid Espantildea Editorial Gredos vol i-iv 1976 ii p 811 ambos en Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo p 70

23 Antonio de Herrera Tordesillas Historia general de los hechos de los cas-tellanos en las islas y tierras firmes del Mar Oceacuteano Madrid Espantildea Imprenta de la Administracioacuten del Real Arbitrio de Beneficiencia 1730 vol i-vi i p 31

24 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 pp 70-71


15


Diego Velaacutezquez de Cueacutellar para organizar otra expedicioacuten es-clavista a las islas Guanajas la que en definitiva fue abortada por los propios expedicionarios quienes se interesaron maacutes por descubrir nuevas tierras en este caso las costas de Yucataacuten el 8 de febrero de 151725

Cuaacutel no seriacutea el escaacutendalo con ese trasiego de indiacutegenas guanajos hacia Cuba que Hernaacuten Corteacutes (maacuteximo responsable de la conquista y colonizacioacuten inicial de Meacutexico y por exten-sioacuten de parte de Centroameacuterica) dirigioacute en 1525 una misiva al gobernador de Cuba Gonzalo de Guzmaacuten solicitaacutendole que pusiese fin a las expediciones esclavistas para capturar a los guanajos pues eacutestos ante el temor de ser apresados por los esclavistas espantildeoles de Cuba huiacutean hacia el continente a la vez que instaban a los demaacutes indiacutegenas de la parte continen-tal hondurentildea para que combatiesen a los conquistadores y colonizadores espantildeoles Tambieacuten el gobernador espantildeol de Honduras Diego Loacutepez de Salcedo enviaba en 1526 otra carta a las autoridades coloniales de Cuba protestando contra el traacutefico de mercanciacuteas y de esclavos ndashseguramente con objeti-vos muy interesados de su partendash e instaba especiacuteficamente a que diese fin a la introduccioacuten de indiacutegenas guanajos a Cuba Tal parece que ambas misivas la de Corteacutes y la de Loacutepez de Saucedo cumplieron su objetivo comuacuten pues se sabe que fina-lizoacute dicho traacutefico infame26

No obstante todaviacutea en 1537 el tema de los esclavos guana-jos era recurrente como se desprende de una carta del antes citado gobernador Gonzalo de Guzmaacuten dirigida a la empe-ratriz el 8 de abril de ese antildeo Por esta misiva se sabe que los guanajos introducidos en la Mayor de las Antillas eran obligados a trabajar en las minas y lavaderos de oro Ademaacutes por este documento se conoce tambieacuten que en esa eacutepoca habiacutea una diferenciacioacuten en el aprovechamiento del trabajo de los

25 Ibid p 7226 Ibid p 71


16


esclavos fuesen indios o negros pues los indiacutegenas que no costaban nada porque eran obtenidos mediante ldquosalteamien-tosrdquo o quizaacutes por trueque comercial de bajo costo se utilizaban en los trabajos de mineriacutea mientras que los negros esclavos que teniacutean buen precio se ocupaban de las labores agriacutecolas Ademaacutes este documento justificaba la introduccioacuten de escla-vos africanos a las colonias espantildeolas pues supuestamente los negros eran maacutes productivos y resistentes que los aboriacute-genes ya que ldquotrabajaban como cuatro indiosrdquo Lo cierto era que en la praacutectica el indiacutegena se obteniacutea casi gratuitamente mientras que el esclavo africano era una inversioacuten y se le cui-daba mejor para que pudiese ser explotado durante el mayor tiempo posible27

Incluso se sabe que estos indiacutegenas que llegaban a Cuba y a las otras Antillas espantildeolas continuaban su viaje hasta la propia metroacutepoli El 26 de octubre de 1526 se cursoacute la orden real que prohibiacutea llevar indiacutegenas a la Peniacutensula ya fuesen es-clavos o libres seguacuten acota el autor hispano-dominicano Carlos Esteban Deive28 Para eacutel muchos de esos nativos procediacutean de la Nueva Espantildea viacutea las Antillas Mayores y es por eso que la Corona disponiacutea que se quedasen en dichas islas o bien que se les devolviese a sus tierras si es que se les podiacutea comprobar su condicioacuten de hombres libres29 lo que como sabemos difiacutecil-mente ocurriacutea Por supuesto antes durante y despueacutes de estos hechos el Consejo de Indias teniacutea informacioacuten de que tanto en La Espantildeola como en la Nueva Espantildea ndashasiacute como en el resto de

27 Real Academia de la Historia Coleccioacuten de documentos relativos al descubrimiento conquista y organizacioacuten de las antiguas posesiones espantildeo-las de Ultramar Madrid Espantildea Sucesores de Rivadeneyra segunda edicioacuten Isla de Cuba 1885 tomos i-iii ii p 443

28 Carlos Esteban Deive La Espantildeola y la esclavitud del indio Santo Do-mingo Repuacuteblica Dominicana Fundacioacuten Garciacutea Areacutevalo 1995 p 287

29 En Ceacutedula a los gobernadores de La Espantildeola Cuba San Juan (de Puerto Rico) y Jamaica fechada en Valladolid Espantildea el 14 de junio de 1525 en agi Indiferente 421 libro ii en Deive p 287 y cita 23


17


los dominios espantildeolesndash sus vecinos peninsulares esclavizaban a los llamados ldquoindios de pazrdquo o sea libres Por ello el rey-em-perador Carlos IV ordenoacute por Real Ceacutedula de 20 de noviembre de 1528 a las Audiencias de esas dos colonias averiguar las causas de esos desafueros30 que en realidad restaban poder a la autoridad central metropolitana y fortaleciacutean a las elites lo-cales las cuales constituiacutean una preocupacioacuten constante para el monarca

De igual manera los indios caribes de las Pequentildeas Anti-llas sufriacutean las razzias de los colonos espantildeoles situados en las islas grandes del Caribe como es el caso de un inciden-te de esa naturaleza reportado sobre Dominica y Guadalupe de donde se extrajeron sesenta indiacutegenas para ser llevados a Puerto Rico mediante la matanza y exterminio de una can-tidad mucho mayor maacutexime si conocemos la belicosidad de este pueblo31 En similar sentido se sabe que esas expediciones esclavistas a las Pequentildeas Antillas tambieacuten eran praacutectica co-muacuten en la llamada Tierra Firme (lo que despueacutes seriacutea el norte de la actual Venezuela)como lo demuestra una denuncia de 1544 efectuada por un religioso dominico de la comitiva de do-minicos llegada a Ameacuterica y dirigida por fray Bartolomeacute de las Casas32

Seguacuten Sergio Valdeacutes y Yohanis Balga informaciones poste-riores en este caso de Cuba demuestran que en 1521 (a solo cuatro antildeos del descubrimiento de Yucataacuten) el gobernador de Cuba se dirigioacute al rey solicitaacutendole autorizacioacuten para introducir

30 Deive La Espantildeola 1995 p 287 y cita 2431 En carta del gobernador Francisco Manuel de Lando y oficiales reales

fechada en San Juan de Puerto Rico el 26 de febrero de 1534 tomada de otro autor por Deive ibid p 352

32 Fray Tomaacutes de la Torre sd croacutenica aparecida en su ldquoHistoria de la ve-nida de los religiosos de la provincia de Chiapasrdquo publicada por el historiador dominicano Emilio Rodriacuteguez Demorizi bajo el tiacutetulo de ldquoRelacioacuten de los P P Dominicosrdquo Relaciones histoacutericas de Santo Domingo Ciudad Trujillo Repuacutebli-ca Dominicana Editorial Montalvo 1942 vol I pp 93-122


18


en Cuba indios mayas de esa peniacutensula Aunque denegada la solicitud por el monarca por Real Ceacutedula de 2 de diciembre de 1521 un antildeo despueacutes otra Real Ceacutedula ordenaba que no se tomase en cuenta esa prohibicioacuten anterior33 lo que indica cla-ramente una especie de ldquolobbysmordquo pro esclavista en la corte espantildeola o al menos en torno al todopoderoso Consejo de Indias

El intercambio de indiacutegenas esclavizados por productos cu-banos parece haber sido muy floreciente pues el 1deg de noviem-bre de 1534 el nuevo gobernador de Cuba Manuel de Rojas quien habiacutea sustituido a Velaacutezquez enviaba una carta al rey con la solicitud de que se le diese (o ampliase) la licencia a los colonos de la isla para hacer este tipo de comercio34

Desde 1529 acota el gran historiador mexicano Silvio Zava-la se habiacutea montado un floreciente negocio en la Nueva Espantildea cuando Nuntildeo Beltraacuten de Guzmaacuten35 autorizoacute a los vecinos del Paacutenuco ndashfondeadero natural situado entre el riacuteo Soto la Marina al norte y la ciudad de Tlaxcala [iquestSan Esteban del Puerto] al sur del actual estado de Tamaulipasndash a que enviasen en gran escala nativos esclavizados a las Antillas Mayores a cambio de ganado equino en particular y ganado diverso Asiacute dice Antonio de Herrera en uno de sus textos ldquodeseando Nuntildeo de Guzmaacuten continuar en descubrimientos i sintiendo mucho la falta de

33 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 p 7234 Ibid35 Nuntildeo de Guzmaacuten fue nombrado gobernador de la provincia de Paacutenuco y

Victoria Garayana en 1525 cargo que hizo efectivo en 1526 Sin abandonar esa gobernatura fue nombrado por Real Ceacutedula de 13 de diciembre de 1827 presi-dente de la primera Audiencia de Meacutexico cargo que comenzoacute a desempentildear en 1528 y en el que permanecioacute hasta enero de 1531 Desde 1529 sus conquistas y exploraciones dejaron una estela sangrienta por el occidente y el noroeste de la Nueva Espantildea en los actuales estados de Guanajuato Michoacaacuten Jalisco Nayarit y Sinaloa dejaron una estela sangrienta

La cita y la referencia a esta personalidad negativa de la conquistas se toma en lo fundamental de Luis Gonzaacutelez Rodriacuteguez ldquoContactos franciscos y contactos indiacutegenas en Nueva Espantildea (siglo xvii)rdquo en Ysla Campbell (coord) El contacto de los espantildeoles e indiacutegenas en el norte de la Nueva Espantildea Ciudad Juaacuterez Meacutexico Universidad Autoacutenoma de Ciudad Juaacuterez 1992 pp 119-120


19


caballos dio licencia moderada para que de su Governacioacuten se llevasen esclavos [indios] a las Islas con que el retorno del pre-cio fuese convertido en caballos y ganadordquo36

Ademaacutes la praacutectica ya pareciacutea estar establecida previamen-te pues se sabe que en 1524 Nuntildeo de Guzmaacuten vendioacute en Se-villa un indio de Paacutenuco37 El puerto o fondeadero del Paacutenuco permitiacutea ocultar el trasiego de seres humanos esclavizados y de geacuteneros diversos sin quedar expuestos sus perpetradores a confiscacioacuten lo que a veces sucediacutea38 Se sabe que estos indiacutege-nas esclavizados llegaron a Puerto Rico y La Espantildeola y que el asunto creoacute un verdadero escaacutendalo en 1530 con intromisioacuten de la segunda Audiencia novohispana39 Incluso el acucioso

36 Antonio de Herrera ldquoDescripcioacuten de las Indias Occidentalesrdquo en Manuel Toussaint La conquista de Paacutenuco Meacutexico El Colegio Nacional p 48

37 Esteban Mira Caballos Indios y mestizos en la Espantildea del siglo xvi Madrid Espantildea Iberoamericana 2000 p 155

Esta informacioacuten aparece en el apeacutendice a su obra ldquoReal Ceacutedula a los oficiales de la Casa de Contratacioacuten sobre ciertos indios que trajo Nuntildeo de Guzmaacutenrdquo Madrid 25 de febrero de 1540

38 Un caso que pareceriacutea anecdoacutetico si no fuese traacutegico tuvo lugar en ese enorme septentrioacuten El virrey advirtioacute que habiacutean hecho esclavos ldquolos goberna-dores Fernando Bacan de la Nueva Vizcaya y Lu de Carvajal del Nuevo Reyno de Leon y con esta relacion se mando de les diese libertad pues por delito ni otra manera no podiacutean ser sclavos el marques saco estos yndios de poder de quien los teniacutea con mucha violencia y escandalo del Reyno porque los q los teniacutean es su servicio eran biudas y otras personas pobres y officiales queles havian ensentildeado sus oficios y la libertad que les dio fue ocupar en su servicio muchos dellos y darlos en deposito a sus criados y allegados como le esta hecho cargo y averiguadordquo en agi Guadalajara 55

El Virrey resultoacute tan criminal como los gobernadores esclavistas a los que castigaba porque rescatoacute los esclavos para repartirlos entre sus dependientes

39 Citado por Deive La Espantildeola 1995 p 352Nota Nuntildeo de Guzmaacuten ratificariacutea antildeos despueacutes esas tropeliacuteas Estas ac-

ciones se conocen por las cartas dirigidas a sus lugartenientes a partir del antildeo 1529 Este gobernante que tambieacuten fue Presidente de la Audiencia de Guadalajara terminariacutea encarcelado en Espantildea y en su testamento se quejaba amargamente del despojo que se le habiacutea hecho de ldquosusrdquo indios esclavizados Nuntildeo Beltraacuten de Guzmaacuten Testamento (reproduccioacuten facsimilar) Meacutexico Con-dumex 1973 p 62


20


cronista mayor Antonio de Herrera lo corrobora en una de sus obras fundamentales de inicios del siglo xvii40

Tambieacuten el obispo de Nueva Espantildea fray Juan de Zumaacuterra-ga levanta su dedo acusador al afirmar que ldquoaquella provincia estaacute disipada destruida y asolada a causa de haber sacado della nueve o diez mill aacutenimas herradas por esclavos y enviaacuten-dolos a las islasrdquo41 Cifra exagerada o no en comparacioacuten con otras evaluaciones cualitativas y cuantitativas indica una ten-dencia notable a la esclavizacioacuten del indio Por supuesto que en estas y otras consideraciones similares pueden incluirse moti-vos praacutecticos referentes a la colonizacioacuten temprana pero no es menos cierto tambieacuten que no se pueden soslayar los elementos de orden ideoloacutegico y especiacuteficamente religiosos Asiacute en el sur del continente en los confines de las imprecisas fronteras luso-hispanas a fines del siglo xvii se repetiacutean similares reclamos de orden eacutetico y religioso en este caso a traveacutes de la voz pode-rosa del no menos ceacutelebre sacerdote jesuita Antonio Vieira en los siguientes teacuterminos

Son pues los dichos indios (guaraniacutees fundamentalmente hvd) aquellos que viviendo libres y siendo sentildeores naturales de sus tie-rras fueron arrancados de eacutestas con suma violencia y tiraniacutea y traiacutedos aherrojados (hacia la regioacuten paulista y otros destinos del li-toral nordeste brasilentildeo hvd) con las crueldades que todo el mun-do sabe muriendo natural y violentamente muchos de ellos en los caminos distantes compuestos por muchas leguas hasta llegar a las tierras de S Paulo donde sus habitantes se serviacutean y sirven de ellos como esclavos Eacutesta es la injusticia eacutesta es la miseria eacuteste es el estado presente y esto es lo que son los indios de Sao Paulo42

40 Antonio de Herrera Descripcioacuten de las Indias Occidentales citado por Manuel Toussaint La conquista de Paacutenuco Meacutexico El Colegio Nacional 1948 p 48

41 Ibid p 11842 En ldquoVoto del reverendo padre Antonio Vieira sobre las dudas de los ha-

bitantes de la ciudad de Sao Paulo acerca de la administracioacuten de los indiosrdquo


21


Pese a ello el negocio de venta de seres humanos no se detuvo en toda la Ameacuterica ibeacuterica Por ejemplo se sabe positivamente que desde 1534 los oficiales reales de Cuba habiacutean estado infor-mando al rey sobre la venta en esa isla de esclavos indiacutegenas traiacutedos desde la Nueva Espantildea Y no podiacutea ser de otra manera pues entonces se incrementaba la mineriacutea del oro de aluvioacuten que aunque duroacute hasta mediados del siglo xvi tuvo entonces su eacutepoca de auge y esplendor En cualquier caso el exterminio ma-yoritario de la poblacioacuten indiacutegena presuponiacutea la necesidad de re-poner la mano de obra necesaria para esa labor auriacutefera y otras que se le relacionaban o sencillamente formaban parte de la economiacutea cubana inicial

Al respecto apuntaban los oficiales reales de la isla que ldquocada diacutea llegan de la conquista de Montejo (Yucataacuten) in-dios e indiasrdquo43 lo que indica una selectividad con propoacutesitos reproductivos seguramente Se trataba de indios tamames tabasquentildeos esclavizados y despojados por otro siniestro per-sonaje Alonso Loacutepez alcalde de la villa de Santa Mariacutea de la Victoria en Tabasco Este personaje que utilizaba para sus desmanes el puerto de Veracruz y el embarcadero situa-do en su vecina Coatzatcoalcos44 llegoacute a tal extremo en sus

12 de julio de 1692 en ieB Coleccioacuten Lamego 423 (copia manuscrita del si-glo xix) citado por John Manuel Monteiro en su obra Negros da terra Iacutendios e bandeirantes nas origens de Sao Paulo Sao Paulo Companhia das Letras 1994 5ta reimpresioacuten p 150

Nota La traduccioacuten del portugueacutes la realiza es versioacuten libre del autor43 En ldquoCarta de los oficiales reales a su majestad sobre necesidades de la

isla Antildeo de 1534rdquo citada en Mario Humberto Ruz Sosa (coord) El magniacutefico sentildeor Alonso Loacutepez alcalde de Santa Mariacutea de la Victoria y aperreador de in-dios (Tabasco 1541) Meacutexico Unam-Plaza y Valdeacutes 2000 p 428

44 Los contactos seculares en tal sentido y tambieacuten seguramente comer-ciales en su acepcioacuten maacutes ortodoxa entre esa regioacuten del Golfo de Meacutexico -cuya cabecera fue Veracruz- y Cuba todaviacutea permanecen en los topoacutenimos cubanos Por ejemplo en el valle de San Luis o Valle de los Ingenios (en Trinidad de Cuba en el centro sur de la Isla) existe una zona que se conoce con el nombre de Goatzacoalcos que con toda evidencia toma su apelativo de su similar mexi-cana Otros muchos ejemplos pueden situarse en esa ciudad y las ruinas de


22


tropeliacuteas que fue juzgado por la Corona entre 1541 y 1545 al igual que Nuntildeo Beltraacuten de Guzmaacuten y algunos otros de sus congeacuteneres involucrados en la conquista y colonizacioacuten espa-ntildeola en Ameacuterica

Estas tropeliacuteas y desmanes se pueden demostrar con va-rios documentos de la eacutepoca seguacuten los cuales la actividad es-clavista de los conquistadores y esos primeros colonizadores no se concentraba en una sola etnia indiacutegena sino en varias Asiacute si analizamos el aacutembito geograacutefico esas razzias incluiacutea a todas las Antillas Mayores y Menores el archipieacutelago de las islas Bahamas ndashque se encargariacutean bien pronto de despoblar de forma praacutecticamente absolutandash gran parte de Venezuela y zonas de Colombia actuales asiacute como por supuesto la Nueva Espantildea donde habiacutea una densa poblacioacuten indiacutegena

Seguacuten caacutelculos del antes citado autor Carlos Esteban Deive para La Espantildeola la edad de esos esclavos indiacutegenas fluctua-ba como norma entre los 10 y los 25 antildeos de edad es decir se preferiacutea una poblacioacuten joven sana y robusta como estaba ocurriendo y sobre todo ocurririacutea en mayor escala despueacutes con la no menos ignominiosa esclavitud africana Por otra parte las condiciones de vida eran muy precarias asiacute como el cuida-do que se ejerciacutea sobre ellos La loacutegica del capitalismo en este caso del capitalismo temprano o primer capitalismo tomaba cuerpo inmediatamente en el gran Caribe extraer el maacuteximo de estos seres esclavizados que rindiese no soacutelo la inversioacuten econoacutemica inicial efectuada sobre eacutestos sino que ademaacutes deja-se una plusvaliacutea absoluta muy provechosa que justificara las empresas de esclavizacioacuten incluyendo sus riesgos Ademaacutes como bien afirma y prueba Deive lo que nadie podiacutea detener era el intenso proceso de transculturacioacuten45 del cual los lati-noamericanos y caribentildeos somos un resultado cultural

sus ingenios azucareros hoy en diacutea patrimonio cultural de la humanidad asiacute como tambieacuten en otras partes de Cuba

45 Deive La Espantildeola 1995 pp 407-412


23


En 1546 en La Espantildeola el cabildo de la ciudad de Santo Do-mingo capital de esa colonia se quejaba acremente al rey de la falta de esclavos negros para atender la mineriacutea del oro Seguacuten los cabildantes los africanos que existiacutean en esa isla habiacutean sido llevados a Honduras a la Nueva Espantildea e incluso hasta el Peruacute para apoyar la continuidad de la conquista espantildeola en Ameacuterica continental a la vez que otros esclavos negros ldquose alzan y huyen a los montesrdquo para practicar el cimarronaje Pero estos personajes del cabildo local dejan muy claro que tambieacuten habiacutean estado recibiendo ldquolos indios esclavos que se traiacutean de todas estas comarcas (hellipdehellip) Honduras la Nueva Espantildea y el Peruacute (hellip) a vender a esta islasrdquo trasiego interrumpido ldquoahora con la suspensioacuten de hacerse esclavosrdquo es decir seguramente por las llamadas Leyes Nuevas de 154246

En otra misiva dirigida tambieacuten al rey-emperador el 15 de octubre de 1546 reclamaron los mismos remitentes producto de la despoblacioacuten de la isla ldquoque los indios esclavos que a los vecinos se les han quitado se les vuelvan para que los tengan en su posesioacuten como de antes los teniacuteanrdquo47 El resultado se-guacuten otra misiva similar del 15 de enero de 1547 era tanto la despoblacioacuten acelerada de la isla como el alza del precio de los esclavos ldquopor la falta grande de los indios esclavos y de la gen-te de labradores en cuyo lugar suceden acaacute esta gente prietardquo (leacutease esclavos africanos)48 Y a todos estos elementos se une siempre no lo olvidemos las continuas rebeldiacuteas de los indiacutege-nas muchas veces combinados con los esclavos africanos que

46 Carta de ldquoEl concejo justicia y regimiento de esta ciudad de Santo Do-mingo de La Espantildeola (hellipa suhellip) Sacra Cesaacuterea Catoacutelica Majestadrdquo fechada en Santo Domingo c 1546 y con la anotacioacuten al dorso de la misiva ldquoA su Majestad De la isla Espantildeola de Santo Domingo 2 de julio de 1546 Espantildeola A la sacra cesaacuterea Catoacutelica real Majestad del emperador y rey nuestro sentildeorrdquo citada por Gregorio Rodriacuteguez Morel Cartas del Cabildo de la ciudad de Santo Domingo en el Siglo xvi Santo Domingo Repuacuteblica Dominicana 1999 pp 166-168

47 Ibid p 17648 Ibid


24


cada vez maacutes incrementaban su nuacutemero Por ejemplo las au-toridades de La Espantildeola comunicaban al rey en carta fecha-da en Santo Domingo el 18 de septiembre de 1579 la natural reaccioacuten de los indiacutegenas de las islas del Mar Caribe y de la Tierra Firme Al respecto se quejaban con amargura y encono los cabildantes dominicanos

De un antildeo a esta parte se han desvergonzado los indios Caribes de la Tierra Firme que corren y se comunican con los de la Dominica y las otras islas sus vecinas y han venido a la isla de Puerto Rico y junto a la propia ciudad han dado en las estancias de los propios vecinos y llevaacutendoles los negros y lo demaacutes que hallaron49

Desde entonces los espantildeoles eliminaron este ldquoproblemardquo Sencillamente arrasaron con la poblacioacuten caribe de esas islas Los que no fueron esclavizados perecieron asesinados a tal extremo que no quedoacute vivo uno solo de esos indiacutegenas en Las Antillas Los poquiacutesimos encontrados por los franceses ingle-ses y holandeses que se apoderaron luego de esas islas seriacutean diezmados finalmente Maacutes tarde al conquistar la Tierra Firme (Venezuela en este caso) los espantildeoles continuaron sus trope-liacuteas aunque aquiacute los indiacutegenas teniacutean la opcioacuten de refugiarse tierra adentro en el interior del vasto continente del que forma parte Sudameacuterica

Para fines del siglo xvi el cabildo dominicano es lapidario al brindar en una breve oracioacuten el fin del holocausto antillano en La Espantildeola ldquoEn esta isla no hay naturalesrdquo y sigue el desarro-llo de otra gran tragedia la de la esclavitud negra pues siguen diciendo los cabildantes ldquoen lugar de estos (indiacutegenas) serviacutean los negrosrdquo tambieacuten en decrecimiento por su ldquoexcesivo preciordquo50 asiacute como por lo que es muy conocido o sea por su muerte por extenuacioacuten fiacutesica malos tratos y demaacutes barbaridades cometi-

49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25


das sobre este nuevo grupo humano esclavizado en Ameacuterica La conclusioacuten no podiacutea ser maacutes ldquocristianardquo y provechosa para los esclavistas siempre pensando en su futuro

Suplicar a VM sea servido de dar licencia para que se pueda traer de los indios caribes y Arauacos a esta isla muchos de ellos machos y hembras para que se les ensentildee y adoctrine en nuestra santa fe catoacutelica y pueblen y hagan dos o tres pueblos donde esta real au-diencia les sentildeale51

Con todos estos elementos y tantos otros maacutes es perfecta-mente comprensible la magnitud de la depredacioacuten tan colosal que suscitoacute la airada y conocida acusacioacuten de fray Bartolomeacute de las Casas Los delitos de lesa humanidad cometidos por los espantildeoles le vendraacuten como anillo al dedo cuando da inicio la famosa ldquoQuerella de Valladolidrdquo que sostiene con el padre Se-puacutelveda en 154752 A consecuencia de la querella De las Casas escribiraacute un antildeo despueacutes su famoso ldquoTratado sobre los indios esclavosrdquo donde afirmaba que la Audiencia de Santo Domingo permitiacutea que salieran barcos a hacer presas en las costas y que marcaban a fuego a los indios transportaacutendolos a La Espantildeola Cuba San Juan de Puerto Rico Honduras y Yucataacuten53

Pero la depredacioacuten continuaba si bien en algunas regio-nes costeras del Golfo de Meacutexico como las comentadas la po-blacioacuten indiacutegena ya era rala En Yucataacuten todaviacutea floreciacutea el

51 Ibid p 45452 Veacutease el contexto de la discusioacuten en Lewis Hanke El prejuicio racial en

el Nuevo Mundo Meacutexico SepSetentas 197453 Marcel Bataillon y Andreacute Saint-Lu Las Casas et la deacutefeacutense des Indiens

Pariacutes Juilliard 1971 p 233Nota Es conveniente recordar que la Audiencia de Santo Domingo la

primera de su tipo en la Ameacuterica espantildeola incluiacutea ya no solo el llamado Gran Caribe y las tierras del Golfo de Meacutexico sino tambieacuten (y en la praacutectica) todas las demaacutes posesiones hispanas que se les iban sumando en el continente al menos hasta el surgimiento del reacutegimen de las Audiencias en esas nuevas tie-rras conquistadas


26


negocio de venta y caceriacutea de seres humanos enviados hacia Las Antillas El padre De las Casas en esa eacutepoca obispo de Chiapas conjuntamente con Antonio de Valdivia (obispo de Nicaragua) se dirigiacutean de nuevo a las maacutes altas autoridades metropolitanas en este caso al priacutencipe Felipe heredero del trono para denunciar que continuaba la venta de indiacutegenas mayas Ademaacutes sobre el mismo asunto tratado por los obispos tercia Lorenzo de Bienvenida en carta al priacutencipe heredero el 10 de febrero de 154854 Obseacutervese que ahora entra un nuevo personaje el obispo centroamericano lo que indica claramente que la depredacioacuten continuaba bajando hacia el sur ya no solo a Honduras sino tambieacuten a Nicaragua

Tan importante fue este flujo migratorio forzado que a partir de entonces se fundoacute en la villa (despueacutes ciudad) de La Habana un barrio con el nombre de Campeche que todaviacutea subsistiacutea en el siglo xix En la regioacuten de Trinidad en el centro sur de la isla toda una zona dentro de su antiguo valle azucarero se conoce auacuten hoy en diacutea con el nombre de Goatzacoalcos en alu-sioacuten directa a su homoacutenima mexicana Coatzacoalcos zona de la regioacuten veracruzana55 Es maacutes existe una ciudad y municipio cubano en el oriente de la isla en la actual provincia Granma que tiene el nombre de Campechuela a la vez que en el espantildeol cubano es de uso corriente la expresioacuten ldquocampechanordquo para de-notar persona alegre franca y buena gente como se dice tanto en la isla como en Meacutexico

Como se puede observar todos estos fenoacutemenos estaacuten re-lacionados directamente con la conquista y colonizacioacuten tem-prana de la Nueva Espantildea Incluso al avanzar maacutes al norte por la viacutea costera del Golfo de Meacutexico exterminio o esclavi-zacioacuten de indiacutegenas de por medio los espantildeoles tuvieron que fundar en 1554 un nuevo puerto al que denominaron Tampico en el actual estado de Tamaulipas vecino de la actual Texas

54 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 p 7355 Veacutease al respecto la nota nuacutemero 38


27


norteamericana El virrey novohispano recomendaba al alcalde de Paacutenuco que

[hellip] a los Espantildeoles que se quisieren ir a poblar al dicho sitio de Tampico que en razoacuten les deacute solares en que puedan hacer y hagan sus casas en que puedan vivir y moren y asiacute mismo tierras para huerta y heredades donde puedan tener sus granjeriacuteas en partes sin perjuicio de los indios56

Ya instalado Tampico en una regioacuten muy alejada de la bu-rocracia de la Corona y en momentos en que se produciacutea el crecimiento econoacutemico de la Nueva Espantildea los esclavistas en-tendieron lo arriesgado y contradictorio de continuar embarcan-do indiacutegenas al Caribe y empezar a promover su venta en las minas novohispanas El rey Felipe ii se habiacutea casado con Isabel de Portugal y por un hecho fortuito ese reino pasoacute a depender de Espantildea Entonces llegaron a Ameacuterica muchos portugueses y judiacuteos De eacutestos Luis de Carbajal fue uno de los maacutes connota-dos esclavistas de la comarca Aparentemente llegoacute a la Nueva Espantildea en 1539 como maestre del galeoacuten de San Tiago aunque algunos autores lo hacen aparecer veinte antildeos maacutes tarde57 Ha-cia 1570 Carvajal ingresoacute a Paacutenuco y fue Alcalde Ordinario de Tampico El rey le hizo una concesioacuten de tierras tan extraordina-ria que nadie sabe coacutemo la otorgoacute porque invadiacutea jurisdicciones que eacutel mismo ya habiacutea concedido Carvajal instauroacute la esclavitud sobre los indiacutegenas y no solo los sustrajo de la costa sino que tambieacuten entroacute a tierra firme tras ellos hasta 450 kiloacutemetros

56 Joaquiacuten Meade Documentos ineacuteditos para la historia de Tampico Si-glos xvi y xvii Meacutexico Joseacute Porruacutea 1939 p 19

57 Enriqueta Vila Vilar y Mariacutea Justina Sarabia Viejo Cartas de cabildos hispanoamericanos Audiencia de Meacutexico (siglos xvi y xvii) Sevilla Espantildea Escuela de Estudios Hispano Americanos 1985 en Iacutendice alfabeacutetico del tomo i

Nota Su apellido aparece como Carbajal Se le encuentra tambieacuten escrito asiacute en los archivos de Monterrey y Saltillo Meacutexico pero luego lo encontramos en su forma Carvajal como en otros dominios espantildeoles de Ameacuterica y auacuten hasta nuestros diacuteas


28


Luis de Carvajal fundoacute el Nuevo Reino de Leoacuten gobernacioacuten que se destacoacute por existir de manera anoacutemala con respecto al resto de la Nueva Espantildea Recibioacute la comisioacuten del virrey para establecer un camino entre Mazapil y Tampico para conducir la plata a Meacutexico por cierto un nuevo elemento que aprovechariacutea Cuba al obtener perioacutedicamente los llamados ldquosituadosrdquo mexi-canos es decir monedas para sus transacciones exteriores y mercado interno al no poseer la isla este metal Pero no hemos encontrado evidencia firme de que se utilizara dicho camino para conducir efectivamente metales preciosos En cambio siacute facilitoacute el saqueo de aboriacutegenes Carvajal informoacute que habiacutea muchos indiacutegenas belicosos que debiacutean ser sometidos porque atacaban a los viajeros en los caminos robaacutendoles las mercan-ciacuteas Despueacutes de que el rey y el virrey leyeron sus cartas ad-virtieron que el quinto real proveniente de las minas peligraba en esa regioacuten y que seriacutea mejor cerrar los ojos sobre los abusos de sus capitanes con tal de recibir las talegas de oro y plata58

Si nos atenemos a los escritos de Carvajal sabremos que los indiacutegenas de los alrededores de Mazapil eran ldquogente feroz y sal-teadoresrdquo Sin embargo el obispo De la Mota y Escobar pasoacute por toda esa regioacuten en 1603 (en un viaje lento) y escribioacute un diario de campo minucioso encontrando que ldquoestaacuten todos los indios chichimecas bravos de pazrdquo contradiciendo el discurso alarmis-ta e interesado de los tratantes59 Tales discrepancias diriacuteamos en los extremos se mantendraacuten hasta el siglo xix pero no es menos cierto que la relacioacuten guerra-paz seriacutea una constante en la que no se puede ver solo la dicotomiacutea indios-espantildeoles sino tambieacuten un sinnuacutemero de situaciones intermedias aleatorias

58 Nada maacutes en 1566 ldquoenviamos a Vra Majestad diez y siete mill y doscien-tos marcos de plata quintadardquo es decir del llamado ldquoquintordquo o quinta parte co-rrespondiente al Rey En agi Guadalajara 55 Luego de inmediato remitiraacuten otros 17 400 marcos

59 Alonso de la Mota y Escobar Descripcioacuten geograacutefica de los reynos de Nueva Galicia Nueva Vizcaya y Nuevo Leoacuten Guadalajara Meacutexico Instituto Jalisciense de Antropologiacutea e Historia 1966 Nota La croacutenica es de 1605


29


y complejas aunque ahora no nos proponemos adentrarnos en este asunto60

En realidad eran indiacutegenas que se manteniacutean mayoritaria-mente en paz con los espantildeoles escapando eso siacute todos aquellos que eran maltratados Esos hombres y mujeres paciacuteficos incluso fueron referenciados por un fraile franciscano en 1564 quien vi-sitoacute a los indiacutegenas de lo que es hoy el estado nordestino mexi-cano de Coahuila y no parece haber sido maltratado Ademaacutes el religioso Pedro de Espinareda entroacute tres antildeos despueacutes (quizaacutes desde el mismo antildeo 1564 pero no consta) y realizoacute una labor de conversioacuten al cristianismo entre ellos Casi dos antildeos despueacutes llegoacute un capitaacuten que tomoacute posesioacuten del lugar y de sus habitantes en nombre del rey Los indiacutegenas lo recibieron paciacuteficamente y dieron de comer a sus soldados Solo un grupo lo rechazoacute y huyoacute al monte o al desierto razoacuten que el capitaacuten consideroacute suficiente para perseguirlos y atacarlos61 Por supuesto que estamos aquiacute ante uno de los tantos casos que conformaron el proceso general que venimos analizando en el noreste novohispano y que como bien indica Cecilia Sheridan fue muy complejo hasta los albores de la independencia mexicana ndashy auacuten despueacutesndash al igual que en el noroeste acotamos nosotros salvando las diferencias del caso62

60 Al respecto recomendamos consultar la obra de la investigadora argen-tina Sara Ortelli con un buen conocimiento sobre estos asuntos en el noroeste mexicano-novohispano Ella analiza dicha bipolaridad de forma convincente Trama de una guerra conveniente Nueva Vizcaya y la sombra de los apaches (1748-1790) Meacutexico El Colegio de Meacutexico 2007

61 Escribe dicho capitaacuten al rey ldquotomeacute la tenencia e posesioacuten de la dicha la-guna agua e tierra y poblazones de indios de su comarca que en ella estan para que todo ello sea de su Majestadrdquo en agi Patronato 22 3 La pregunta es en-tonces iquestcoacutemo iba a dejar que un pequentildeo grupo permaneciera fuera del dominio

62 En cierto sentido correspondiente con el anaacutelisis antes citado de Sara Ortelli para el noroeste novohispano Cecilia Sheridan nos ofrece sus puntos de vista para el noreste del virreinato aunque probablemente con algunas con-clusiones un tanto arriesgadas en particular aquellas referentes a los montos cuantitativos de la desaparicioacuten de los indios de esta regioacuten Veacutease su obra Anoacutenimos y desterrados La contienda por el sitio que llaman de Quauyla si-glos xvi-xviii Meacutexico Ciesas Miguel Aacutengel Porruacutea 2000


30


Lo que queremos indicar es que a partir de entonces se abriraacute una nueva fuente de aprovisionamiento de indiacutegenas en una gran regioacuten muy poblada de estos seres humanos que casi a continuacioacuten seriacutean esclavizados y enviados a las minas surentildeas novohispanas o a otros menesteres in situ o bien enviados hacia las Antillas de preferencia a Cuba donde ini-ciaba el trabajo en las fortificaciones de la isla sobre todo en La Habana capital colonial y puerto esencial de recalada del sistema de flotas instaurado por la metroacutepoli para comunicar-se y comerciar con todo el rico imperio colonial en Ameacuterica

La informacioacuten de que disponemos para el siglo xvii es mucho maacutes escasa quizaacutes por un cierto estancamiento de la economiacutea cubana y de las demaacutes Antillas hispanas de La Espantildeola y Puerto Rico puesto que Jamaica pasaba a me-diados de siglo a manos inglesas De La Espantildeola sabemos que el bando metropolitano de despoblacioacuten para su parte norte arruinoacute a la colonia ameacuten que los conquistadores se interesaban mucho maacutes por la Ameacuterica continental Ademaacutes en el oeste de esta isla se iriacutea asentando gente de toda laya mayoritariamente franceses Al final resultoacute un tipo de colo-nizacioacuten exitosa que redundariacutea en la ereccioacuten de una mod-erna colonia esclavista de plantaciones ya en el siglo xviii la de Saint-Domingue Puerto Rico corrioacute similar suerte quizaacutes no tan dramaacutetica como la de La Espantildeola pero en esos teacute-rminos En cuanto a Cuba centro del traacutefico de las flotas la situacioacuten fue un poco mejor sobre todo en su regioacuten ha-banera punto de recalada y partida Esto es lo que provocoacute que se construyesen ampliasen o reparasen varias obras de fortificacioacuten y a la vez explica la utilizacioacuten de esclavos indiacute-genas y negros pero no disponemos de una informacioacuten maacutes precisa hasta ahora

Al respecto contamos con los criterios del historiador espa-ntildeol decimonoacutenico Jacobo de la Pezuela quien afirma que en 1680 se utilizaron indiacutegenas guachinangos para los trabajos


31


de fortificacioacuten en La Habana63 Si tenemos en cuenta que con tal teacutermino se denominaba en Cuba a los indiacutegenas novohispa-nos64 y a sus mestizos entonces seraacute faacutecil colegir que de nuevo habiacutean surgido los antiguos briacuteos esclavistas de traer indiacutege-nas del virreinato

La informacioacuten de archivo vuelve a ser abundante para re-construir el periodo entre fines de ese siglo xvii y las prime-ras deacutecadas del xviii aunque en verdad no tanto como hubiese sido deseable localizar Sin embargo un solo dato nos brinda la envergadura del asunto Entre 1704 y 1711 llegaron a Cuba nuevos grupos de esclavos indiacutegenas en este caso desde el sur de la peniacutensula de La Florida Concretamente en la primavera de 1711 fueron transportados a La Habana unos 270 indiacutege-nas calusas asediados por guerreros creeks y yamasees que los utilizaban como especie de mercanciacutea en el comercio de escla-vos que realizaban con los colonizadores britaacutenicos (y eventual-mente tambieacuten con los espantildeoles) 65

El investigador y profesor estadunidense William B Griffen antildeade nuevos elementos al afirmar que

La uacuteltima zona mayor de guerra anterior a la llegada de los apaches y comanches fue la regioacuten central del desierto al este de la Sierra Madre Occidental [en el norte del virreinato de la Nueva Espantildea] en los antildeos avanzados del siglo xvii y los primeros del xviii Con la matanza de maacutes de 80 cabecillas sumas occidentales se eliminoacute esta amenaza y los janos-jocomes colindantes del norte se extinguieron o

63 Jacobo de la Pezuela Historia de la Isla de Cuba Madrid Espantildea C Bailly-Bailliegravere 1868 vol ii p 16

64 Esteban Pichardo Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas La Habana Cuba Imprenta El Trabajo 1875

65 Reneacute Tamayo ldquoEl uacuteltimo de los calusasrdquo en Juventud Rebelde La Ha-bana Cuba 2004 p 9 citado por Divaldo Gutieacuterrez Calvache Racso Fernaacuten-dez Ortega y Joseacute B Gonzaacutelez Tendero ldquoNotas sobre la presencia de figuras antropomorfas de arqueros en el Arte rupestre cubanordquo en Rupestreweb pp 19 y 25 cita 17 fecha de consulta 10 de octubre de 2009 httpwwwrupestrewebinfoarqueroshtml


32


se repatriaron a las misiones de paso del Norte en las primeras deacuteca-das de 1700 Maacutes al oriente inclusive el Bolsoacuten de Mapimiacute ranche-riacuteas de cocoyomes chisos y coahuilentildeos guerreaban hasta mediados de los antildeos 1720 cuando la mayoriacutea fueron capturados y deportados de la provincia al centro de la Nueva Espantildea o a las islas del Caribe (hellip) Pero esto fue soacutelo un intermedio y los pocos apaches que ya se infiltraban por el Riacuteo Bravo y merodeaban desde el Riacuteo Gila hacia el sur en Sonora pronto aumentaron Para 1748 los espantildeoles se habiacutean convencido de que las guerras nortentildeas volviacutean a empezarrdquo66

Y con estas guerras continuaron los nuevos enviacuteos de indiacute-genas del norte novohispano hacia Cuba y hacia otros lugares del gran Caribe ademaacutes de los destinados a esa especie de gran zona de ldquoconsumo internordquo que constituiacutea el resto de Meacutexico Noacutetese que esa mezcla de etnias indiacutegenas a que hacemos refe-rencia se encontraba entonces situada mayormente en territo-rio del virreinato tanto al norte como al sur del riacuteo Bravo

El nuevo gran ldquoboomrdquo del enviacuteo de indiacutegenas novohispanos ndashy otrosndash hacia el Caribe se relaciona con Cuba tras la retirada britaacutenica de La Habana (1763) y su regioacuten inmediata que no de toda la isla Tras una breve estancia de dominacioacuten sobre esta capital colonial y su regioacuten inmediata entre 1762 y 1763 el poder metropolitano espantildeol se dio a la tarea de reconstruir y reparar sobre todo las fortificaciones dantildeadas y a reedificar entre eacutestas el castillo de El Morro habanero reparar los castil-los de La Punta y de San Severino de Matanzas ndasheste uacuteltimo hacia el oeste de la capital colonial en la regioacuten de Matanzas contigua a eacutestandash concluir el castillo de San Diego de Atareacutes y la fortaleza de San Carlos de La Cabantildea y dejar proyectado el cas-tillo del Priacutencipe todos en La Habana salvo la excepcioacuten antes mencionada67 Con este propoacutesito y seguacuten el abate Raynal soacutelo

66 William B Griffen ldquoAspectos de las relaciones entre indios y europeos en el norte de Meacutexicordquo en Campbell El contacto 1992 pp 52-53

67 Por la importancia que estas fortificaciones tienen para nuestro trabajo es conveniente aclarar que existen variaciones en cuanto a las fechas de inicio


33


entre 1763 y 1777 la Nueva Espantildea y Espantildea proporcionaron $ 22 413 989 para esas labores de fortificacioacuten68

El requerimiento de mano de obra particularmente esclavi-zada fue tal que ya en 1763 cuando apenas acaban de retirarse los britaacutenicos de La Habana se reportoacute la llegada de nuevos grupos indiacutegenas cristianizados de las misiones franciscanas de La Florida timucuanos yamasees y guales69 seguramente destinados a obras de fortificacioacuten y otros trabajos entre los cuales no se descartan los relativos a la esclavitud domeacutestica Pero en tal caso esa no seriacutea la fuente principal de abasteci-miento de mano de obra esclava su procedencia fundamental era de la Nueva Espantildea

Seguacuten concluyen Sergio Valdeacutes Bernal y Yohanis Balga Ro-driacuteguez otros documentos demuestran fehacientemente que la introduccioacuten de los indiacutegenas novohispanos nunca cesoacute70 Por ejemplo en 1783 se publicoacute en el habanero Diario de la Ma-rina una real Provisioacuten en la que se ordenaba establecer es-cuelas puacuteblicas en los llamados ldquopueblos de indiosrdquo (cuestioacuten que recoge en su obra el erudito cubano Antonio Bachiller y

y terminacioacuten de los trabajos en eacutestas a partir de 1763 Por ejemplo por la lectura de Joseacute Mariacutea de la Torre en su obra Lo que fuimos y lo que somos o La Habana Antigua y Moderna La Habana Imprenta de Spencer amp Compantildeiacutea 1857 capiacutetulo ix asiacute como por otros autores se situacutea como fechas aproximadas las de 1763 a 1774 para San Carlos de La Cabantildea las de 1774 a 1794 para El Priacutencipe y de 1763 a 1767 para San Diego de Atareacutes y sin precisioacuten mayor pero todas referidas a la segunda mitad de ese siglo xviii el polvoriacuten de San Antonio y el hornabeque de San Diego (concluido en 1870) Sin embargo la imprecisioacuten se acentuacutea con las bateriacuteas de La Reina Santa Clara (concluida en 1797) Los Doce Apoacutestoles y la llamada Cortina de Valdeacutes Tambieacuten existen estudios contemporaacuteneos incluso en proceso con precisiones mayores sobre estos asuntos sobre todo efectuados por estudiosos cubanos dentro y fuera de la isla Nota Hornabeque del alemaacuten hornwerk o fortificacioacuten exterior com-puesta de dos medios baluartes trabados con una cortina

68 Guillaume T F Raynal Histoire philosophique et politique des eacutetablis-sements et du commerce des europeacuteens dans les deux Indes Ginebra Suiza Chez Jean-Leacuteonard Pellet 1783 vol xiii p 220

69 Tamayo ldquoEl uacuteltimordquo 200470 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 pp 73-74


34


Morales)71 que probablemente incluyeron a los nintildeos esclavos que nos preocupan ahora En todo caso la real Orden del 28 de enero de 1800 es mucho maacutes precisa pues orientaba que ldquoseriacutea conveniente dar alguna educacioacuten y oficio a los indios mecos de menor edad que remiten de Veracruz a La Habanardquo72

Si analizamos estos documentos queda claro que el flujo de indiacutegenas novohispanos fue muy importante sobre todo si te-nemos en cuenta que el rey espantildeol dictoacute oacuterdenes hasta de establecer escuelas para los nintildeos y nintildeas indios esclavizados Lamentablemente no se cuenta con cifras precisas del nuacuteme-ro de indios capturados y enviados a Cuba y otros destinos ultramarinos pues la poliacutetica hispana fue la de silenciar tan bochornoso y a nuestros ojos condenable hecho el despobla-miento forzoso de la frontera imperial y la inmediata escla-vizacioacuten de los indiacutegenas Pero ciertamente de acuerdo con la bibliografiacutea antes citada y con nuestros propios resultados de investigacioacuten fue muy grande el flujo de indiacutegenas del nordeste mexicano y del sur de los Estados Unidos actuales como los chichimecos y los apaches maacutes otros grupos secun-darios73 La preocupacioacuten por la educacioacuten de los nintildeos indiacute-genas esclavos respondiacutea a los intereses metropolitanos de ldquoestabilizarrdquo ese continuo flujo forzoso de poblacioacuten viacutea norte

71 Antonio Bachiller y Morales Apuntes para la historia de las letras y la instruccioacuten puacuteblica en la Isla de Cuba La Habana Instituto de Literatura y Linguumliacutestica 1965 vol I p 45

72 Real Orden de 28 de enero de 1800 Revista Cubana Perioacutedico mensual de Ciencias Filosofiacutea Literatura y Bellas Artes La Habana Establecimiento Tipograacutefico de Soler Aacutelvarez y Compantildeiacutea 1887 pp 174-175

Por otro lado Archer ldquoThe deportationrdquo 1973 p 381 nos dice que al menos desde noviembre de 1799 se libraban orientaciones al respecto Archivo General de Simancas (en adelante AGS) Real Orden de 17 de noviembre de 1799 El Rey San Lorenzo Guerra Moderna leg 029

73 En varios lugares del Noreste como Saltillo y Monterrey se denominaba mecos a todos los indiacutegenas chichimecos u otros que no se asimilaban a la cul-tura colonial tal y como se hizo en la Cuba esclavista En realidad el calificati-vo engloba a un numeroso grupos de etnias que poblaban desde el centro norte novohispano hasta su frontera norte


35


virreinal-Veracruz-La Habana mediante la ensentildeanza de la lectura la escritura y la religioacuten catoacutelica seguro vehiacuteculo de dominacioacuten mental y de sometimiento

No obstante algunas cifras actuales manejadas por los lin-guumlistas nos pueden brindar una idea del trasiego de esclavos indiacutegenas hacia lo que actualmente son Cuba y Repuacuteblica Do-minicana En cuanto a las palabras de origen indiacutegena Ser-gio Valdeacutes recoge para Cuba 78 de aruaquismos 13 de nahuatlismos 10 de caribismos 7 de quechuismos 2 de tupiguaranismos y 1 de mayismos mientras que E Jorge recoge para Repuacuteblica Dominicana 76 de leacutexico indoantilla-no 17 de nahuatlismos 10 de quechuismos y 2 de tupi-guaranismos74 Por supuesto si a ello unimos el hecho de una inmigracioacuten masiva de esclavos africanos a Cuba sobre todo entre fines del siglo xviii y la primera mitad del siglo xix se subrayaraacute mediante el anaacutelisis linguumliacutestico auacuten maacutes la persis-tencia de ese legado cultural indiacutegena continental

En cualquier caso varias fuentes nos brindan informacioacuten adicional que corrobora estas tendencias a reserva de nuevos descubrimientos en tal sentido Por ejemplo a fines del siglo xviii el gobernador de la provincia nordestina novohispana de Coahuila ndashque cubriacutea partes del sur de la actual Texas estadunidensendash Jacobo de Ugarte y Loyola propuso de 1769 a 1777 una especie de ldquosolucioacuten finalrdquo a las incursiones de los apaches en las provincias nordestinas del virreinato Ugarte insistiacutea en que el uacutenico remedio aceptable era deportar a to-dos estos indiacutegenas rebeldes a las provincias de ultramar de preferencia a Las Antillas y a La Habana en especiacutefico a la vez que utilizaba la vieja y conocida taacutectica de ldquodivide y ven-ceraacutesrdquo negociaba la colaboracioacuten de los indiacutegenas comanches a traveacutes del gobernador de Texas Domingo Cabello y Robles quien despueacutes fue gobernador de Cuba En este nuevo destino

74 Valdeacutes y Balga ldquoEl legadordquo 2003 p 80


36


este uacuteltimo se mostroacute muy interesado en recibir a esos indios prisioneros de guerra para esclavizarlos en Cuba75

Por tal razoacuten afirma al virrey novohispano conde de Revilla-gigedo en carta fechada en La Habana el 14 de enero de 1790

Conozco la perversidad de estas gentes en estando en sus terrenos pero no los tengo por feroces quando salen de ellos por cuyo prin-cipio creo no exercitaraacuten aqui su pasion sanguinolenta y en este concepto he fundado siempre mi dictamen de que conviene sacarlos de sus domicilios para quietud de aquellos Pueblos76

Informaciones y valoraciones maacutes elaboradas sobre las pos-trimeriacuteas de ese siglo xviii y los primeros antildeos del xix las brin-da el antes citado Christon I Archer quien precisa basaacutendose en un libro de Max L Moorhead que esas deportaciones reco-mendadas por el gobernador Ugarte teniacutean a La Habana como

75 ldquoUgarte y Loyola Jacobo derdquo Handbook of Texas Online fecha de consulta 10 de enero de 2011 http64233169132searchq=cachemYD_TDadGZUJwwwtshaonlineorghandbook

Domingo Cabello y Robles militar espantildeol nacido en Leoacuten Espantildea al-rededor de 1725 En 1741 era teniente de infanteriacutea cuando combatioacute en la defensa de Santiago de Cuba frente al asedio britaacutenico Volvioacute a Espantildea en 1749 pero poco despueacutes regresoacute a Cuba como comandante de cuatro batallo-nes Tuvo una meritoria actuacioacuten durante el sitio y toma de La Habana por los britaacutenicos en 1762 y el 12 de diciembre de 1764 fue nombrado por el rey Carlos iii como Gobernador de Nicaragua cargo que desempentildeoacute hasta el 20 de julio de 1776 Durante su administracioacuten tuvo un grave enfrentamiento con el Adelantado de Costa Rica Don Diego Joseacute de Montiel y Valderrama vecino de Granada quien lo acusoacute ante la Real Audiencia de Guatemala por no respetar los privilegios correspondientes a su tiacutetulo La Audiencia falloacute en favor del Ade-lantado Posteriormente fue nombrado Gobernador de Tejas cargo que desem-pentildeoacute de 1778 hasta 1787 En su desempentildeo firmoacute (1785) un tratado de paz con los indiacutegenas Comanches y Tejas pasoacute a la jurisdiccioacuten de la Audiencia de Guadalajara Posteriormente fue gobernador de Cuba (1789-1790) e inspector militar en esa isla En 1797 ascendioacute al grado de mariscal de campo

Consultado 3 de marzo de 2011 httpeswikipediaorgwikiDomingo_Cabello_y_Robles

76 En Archivo General de la Nacioacuten de Meacutexico (en adelante agn) Provin-cias Internas 43 expediente 37 folios 132 a 133


37


uno de sus destinos preferentes77 En esa misma direccioacuten ha trabajado recientemente el historiador Mark Santiago (2011) enriqueciendo y precisando valoraciones sobre los pueblos apa-ches por eacutel analizados78 aunque sus anaacutelisis cuantitativos so-bre el monto de la emigracioacuten forzada de eacutestos es cuestionable

Manuel Antonio Flores Maldonado virrey de la Nueva Es-pantildea entre 1787 y 1789 (antes de la Nueva Granada entre 1776 y 1781) reforzoacute esta tendencia ya que estaba completamente convencido que la deportacioacuten de estos indios rebeldes a lu-gares lejanos les impediriacutea regresar a sus regiones de origen lo que evitariacutea que encendiesen de nuevo la llama de la rebe-lioacuten contra los conquistadores y colonizadores El virrey Flores Maldonado habiacutea tenido una ldquoexperiencia previardquo al respecto en el virreinato del Riacuteo de La Plata79 donde como sabemos se presentaba y se presentariacutea un problema similar incluso hasta avanzado el siglo xix

En la misma direccioacuten se pronuncioacute en 1783 el nuevo coman-dante general de las Provincias Internas de la Nueva Espa-ntildea Teodoro de Croix Un poco maacutes tarde al finalizar el siglo otro comandante general de las Provincias Internas Pedro de Nava recomendoacute incluso la deportacioacuten automaacutetica de todos los indiacutegenas prisioneros de guerra sin importar sexo o edad80 lo que es indicativo del recrudecimiento de la lucha de los indiacute-genas por preservar sus pueblos y sus culturas respectivas Por

77 Archer ldquoThe deportationrdquo 1973 p 376Nota La obra de Max L Moorhead que cita es The Apache Frontier Ja-

cobo Ugarte and Spanish Indian Relations in Northern New Spain 1769-1791 Norman 1968 p 50

78 Santiago The jar 201179 Ibid Seguacuten afirma Archer aunque es conveniente destacar que el

nombre del virrey que aporta este autor de acuerdo presumiblemente con Moorhead es el de Joseacute Manuel Florez cuando en realidad se trata con mayor certeza de Manuel Antonio Flores Maldonado

80 agi carta de Joseacute Miguel de Azanza a Joseacute Aacutelvarez 27 de octubre de 1798 Sevilla Seccioacuten 5 Audiencia de Meacutexico leg 1446 no 128 en Archer ldquoThe deportationrdquo 1973 p 377


38


todo esto hacia 1789 la deportacioacuten hacia La Habana de chi-chimecos apaches y otros indios rebeldes prisioneros de gue-rra era una poliacutetica generalmente aceptada Asiacute el segundo conde de Revillagigedo Juan Vicente de Guumlemes Pacheco y Pa-dilla sucesor del virrey Flores Maldonado asumioacute tambieacuten la idea de que la deportacioacuten de estos indios rebeldes era la uacutenica solucioacuten al problema Al respecto ordenoacute que los prisioneros de guerra indios capturadosdos hacia la capital virreinal bajo las llamadas cuerdas de presidiarios (colleras) junto a criminales y vagabundos fueran enviados a Veracruz y a La Habana para trabajos forzados81

Es maacutes el virrey Revillagigedo recomendoacute en 1789 a las autoridades cubanas tomar todas las precauciones necesarias para evitar que estos indios escapasen de La Habana incluso que se les aherrojase las piernas mientras trabajaban en las fortificaciones habaneras82 A esto habriacutea que antildeadir que este segundo conde de Revillagigedo habiacutea nacido precisamente en La Habana capital que eacutel conociacutea muy bien pues era hijo de Juan Francisco Guumlemes y Horcasitas primer conde de Revilla-gigedo quien habiacutea sido capitaacuten general de Cuba entre 1734 y 1756 y tambieacuten Virrey de la Nueva Espantildea entre 1746 y 175583 todo un ldquoexpertordquo en estas lides y probablemente auacuten con gran-des intereses en la mayor de las Antillas

Sabemos que el capitaacuten general Cabello desestimoacute esas recomendaciones por lo que el virrey Revillagigedo ni tar-do ni perezoso volviacutea a cartearse con eacutel sugirieacutendole en esta

81 Ibid p 37782 agi carta del conde de Revillagigedo al capitaacuten general Cabello 27 de

octubre de 1789 Sevilla Seccioacuten 11 A leg 1429 en Archer ldquoThe deportationrdquo 1973 p377

83 ldquoJuan Francisco Guumlemes y Horcasitas primer conde de Revillagigedordquo fecha de consulta 3 de septiembre de 2011 httpeswikipediaorgwikiJuan_Fran-cisco_de_GC3BCemes_y_Horcasitas ldquoJuan Vicente de Guumlemes Pacheco y Pa-dillardquo fecha de consulta 6 de septiembre de 2011 httpeswikipediaorgwikiJuan_Vicente_de_GC3BCemes_Pacheco_y_Padilla


39


oportunidad no solo regular la deportacioacuten de los indios de la Nueva Espantildea sino adoptar una poliacutetica de reasentamiento en Cuba Para ello proponiacutea entregarlos a personas de ldquoconducta conocidardquo en la isla que cuidasen la conversioacuten y educacioacuten de esos indios esclavos en las doctrinas de la Iglesia Catoacutelica y que a la vez disfrutasen de los beneficios de su trabajo Por supuesto el astuto y conocedor virrey tambieacuten antildeadiacutea que en el caso de que no se pudiese encontrar personas que se res-ponsabilizasen de esa tarea ndashleacutease esclavistasndash entonces los indiacutegenas debiacutean ser transferidos al poder de la Corona para laborar en las obras de fortificacioacuten de La Habana opcioacuten que finalmente prevalecioacute84

Las mujeres y los nintildeos indiacutegenas fueron entregados como esclavos domeacutesticos a las familias ldquopudientesrdquo de La Habana Un voluminoso expediente ndashel uacutenico que hemos localizado has-ta ahorandash nos explica coacutemo estos ldquopudientesrdquo funcionarios mi-litares y civiles iban directamente al puerto asiacute como tambieacuten a instituciones manejadas por la Iglesia Catoacutelica por dichas mujeres y nintildeos para llevarlos a sus casas e instituciones de la capital colonial85 Y ya conocemos las no menos horrendas si-tuaciones personales que viviacutean estos seres humanos incluidos los abusos sexuales golpes y maltratos continuos y constantes fuesen indios africanos o sus descendientes

Por supuesto que las deportaciones de indios esclavizados hacia Cuba continuaron en el transcurso de la deacutecada de 1790 y los primeros lustros del siglo ix

En el proceso de la esclavizacioacuten y en el traslado a Meacutexico y Veracruz mediante las llamadas colleras los indiacutegenas pade-ciacutean las enfermedades resultantes que diezmaban a ese sector

84 agi carta del virrey conde de Revillagigedo al Capitaacuten General Cabello 12 de agosto de 1790 Sevilla Seccioacuten 11 A leg 1473 en Archer ldquoThe depor-tationrdquo 1973 p 378

85 agi Solicitudes para recibir como esclavas a indias mecas llegadas de Veracruz 1802 Sevilla Fondo Cuba 1716 folios 759 a 811


40


de la poblacioacuten asiacute como por entrar en contacto con las enfer-medades europeas

En todos los casos evidentemente se trataba de desplazar de la frontera norte a esas naciones mediante la esclavizacioacuten forzosa en las otras posesiones espantildeolas del Mar Caribe A ellas se uniacutean como trabajadores forzados los reos de delito co-muacuten y desertores del ejeacutercito espantildeol en los mismos lugares en particular para laborar en las fortificaciones habaneras Sobre esto se extiende el extinto historiador cubano Francisco Peacuterez Guzmaacuten86 aunque lamentablemente no relacionoacute el tema con la esclavizacioacuten del indio en esas obras Sin embargo si bien por un lado las autoridades hispanas en Cuba recibiacutean con bene-plaacutecito a esos trabajadores forzados dada la siempre creciente necesidad de mano de obra de la isla por el otro lado tambieacuten protestaban por la extraccioacuten social de estos trabajadores o mi-litares forzados Ademaacutes se cuestionaban mucho los procedi-mientos de esclavizacioacuten de los indiacutegenas novohispanos pero ya sabemos que esto siempre fue peccata minuta para los escla-vistas espantildeoles y criollos

El capitaacuten general de Cuba Salvador de Muro y Salazar marqueacutes de Someruelos (1799-1812) eacutemulo de su antecesor Luis de las Casas (1790-1796) en su gran labor de gobierno colo-nial inauguroacute a principios del siglo xix una eacutepoca de crecimien-to econoacutemico de la isla como la primera colonia de plantaciones del mundo occidental aunque en el terreno poliacutetico atravesa-ba un conflictivo periodo de conspiraciones independentistas y de sublevaciones de esclavos negros entre otros elementos que perturbaban la dominacioacuten espantildeola Para Someruelos los belicosos indiacutegenas novohispanos que llegaban continuamen-te a la isla eran un perjudicial ejemplo para los africanos que experimentaban una similar condicioacuten Pero la monarquiacutea se manteniacutea firme en su posicioacuten favorable a la continuidad de

86 Francisco Peacuterez Guzmaacuten La Habana clave de un imperio La Habana Editorial de Ciencias Sociales 1997


41


este infame traacutefico con el virreinato vecino y de garantizar la estabilidad de la frontera imperial en Norteameacuterica

Ya desde 1794 el gobierno de Luis de las Casas Arragorri en Cuba se dirigiacutea al Ministro de Guerra para dar cuenta de los problemas en La Habana relativos a la inquietud entre los esclavos y en general en la poblacioacuten de esa ciudad capital co-lonial A estas noticias se uniacutean otras maacutes inquietantes quizaacutes que proveniacutean de la Nueva Granada y de la Nueva Espantildea sobre la entrada de las ideas de la Revolucioacuten Francesa87 Si a esto antildeadimos las aprehensiones que contemporaacuteneamente habiacutea manifestado el gobernador Luis de las Casas sobre la continua llegada de indios prisioneros de la Nueva Espantildea se comprenderaacute mucho mejor la preocupacioacuten del alto gobernante espantildeol de la isla

El capitaacuten general Someruelos seguiacutea insistiendo sobre el tema de la seguridad de la isla sobre todo tras los recientes acontecimientos en el Saint-Domingue franceacutes cuna del Haitiacute independiente proclamado en 1804 Al respecto el historiador estadunidense Philip S Foner en su obra sobre Cuba brinda varios ejemplos de las revueltas de esclavos y del estado sico-loacutegico de la poblacioacuten en particular de la habanera ante es-tos problemas88 En febrero de 1803 Someruelos se dirigioacute al nuevo y particularmente corrupto virrey novohispano Joseacute de Iturrigaray (1803-1808) para que acatase la real Orden del 28 de enero de 1800 que limitaba las deportaciones de indios no-vohispanos a los considerados menores de edad El gobernante novohispano remitioacute el caso al rey y a sus funcionarios El fallo era de esperar el monarca espantildeol argumentoacute que debiacutea cum-plirse tanto esa real Orden como la de 1799 que preceptuaba la remisioacuten de los indios rebeldes hacia La Habana y Cuba en

87 agi Cuba leg 1488 sin mayor precisioacuten en la fecha u otros datos maacutes precisos

88 Philip S Foner Historia de Cuba y sus relaciones con los Estados Uni-dos La Habana Editorial de Ciencias Sociales 1973 vol i


42


general89 Claro estaacute que la caoacutetica legislacioacuten y oacuterdenes del gobierno metropolitano una vez maacutes demostraban ser uacutetiles a los altos jerarcas espantildeoles en Ameacuterica y a sus corresponsales en las maacutes altas esferas del poder espantildeol incluyendo la Corte Por descontado los enviacuteos de indios esclavizados hacia Cuba continuaron y continuariacutean

En rigor Someruelos teniacutea razoacuten en cuanto a sus temores los indiacutegenas novohispanos esclavizados en Cuba se subleva-ban quizaacutes con maacutes fuerza que los esclavos negros Dos hechos descubiertos asiacute lo atestiguan uno de eacutestos indica que eran pre-cisamente esos indios chichimecos los que encabezaban los gru-pos de sublevados Uno de estos protagonizoacute en 1803 el asalto a una iglesia y a otras propiedades de la regioacuten maacutes occidental de Cuba la de Pinar del Riacuteo (antigua Vuelta Abajo) contigua a la regioacuten habanera Esta es una regioacuten con montantildeas para la fuga y refugio de los indios asiacute como para los esclavos negros Seguacuten informaciones del investigador cubano Armando Abreu Mora-les ya desde 1799 haciacutean sus correriacuteas en Pinar del Riacuteo dos indios sublevados los llamados ldquoIndio Granderdquo e ldquoIndio Chi-cordquo o ldquoIndios Feroces de la Vuelta Abajordquo que en realidad eran indios chichimecos conocidos en Cuba como mecos Ademaacutes unos antildeos despueacutes en 1802 tambieacuten se reportoacute la fuga de seis indiacutegenas chichimecos desde Casablanca embarcadero al este de la bahiacutea de La Habana capturados casi inmediatamente en San Joseacute de Las Lajas al sur de esa bahiacutea y puerto90

89 agi carta del virrey novohispano Josef de Iturrigaray al marqueacutes de Someruelos Gobernador de Cuba Ciudad de Meacutexico 2 de diciembre de 1803 donde le dice que el rey ha rechazado su propuesta de solo enviar a Cuba a los indios de menor edad seguacuten su interpretacioacuten de la Real Orden de 28 de enero de 1800 sobre el enviacuteo de estos nintildeos hacia La Habana y su cristianizacioacuten en eacutesta Para el rey de lo cual se hace eco el virrey esa orden real no contradeciacutea en nada el cumplimiento de su predecesora la Real Orden de 11 de abril de 1799 que preceptuaba enviar a todos los indios prisioneros de guerra hacia La Habana Sevilla Cuba leg 1711 folios 1163 a 1164 vuelto

90 Abreu ldquoEl asaltordquo 1996


43


Perseguidos por las autoridades locales coloniales en di-ciembre de ese antildeo1802 o quizaacutes en los albores de 1803 fueron muertos el llamado ldquoIndio Granderdquo su cabecilla principal asiacute como el guachinango Joseacute Otero Pero en cualquier caso lo que siacute estaacute claro es que con estos indios actuaban algunos negros y posiblemente alguno de los llamados guachinangos mexicanos91 Todaviacutea en 1806 al menos se manteniacutea la activi-dad del llamado Indio Chico pero ahora apalencado (reunido en el monte) con algunos negros huidos como eacutel en las mon-tantildeas de la zona norte de Pinar del Riacuteo92

A traveacutes de los historiadores regionales de Remedios93 Vi-lla Clara94 y Sancti Spiacuteritus95 conocemos la presencia de estos indios en dichas jurisdicciones de la Cuba central aunque en alguna oportunidad se les confunde con los llamados indios cayucos es decir con los indios cubanos que viviacutean refugia-dos en los cayos o pequentildeas isletas de su litoral cuando en realidad sabemos que estos se encontraban en proceso de des-aparicioacuten desde un siglo antes96 Se puede sospechar que las actividades de los indios novohispanos se extendiesen hasta el otro extremo de la isla en su parte oriental pero esto habriacutea

91 Archivo Nacional de Cuba (en adelante ANC) ldquoEspediente No 408 so-bre la participacion de los Yndios mecos que tienen aterrorizada la poblacion campestre con sus delitos y escesosrdquo La Habana Fondo Real Consulado y Jun-ta de Fomento legajo 77 no 3026

92 Abreu ldquoEl asaltordquo 199693 Facundo Ramos y Ramos Cosas de Remedios Coleccioacuten revisada y an-

otada por Joseacute A Martiacutenez-Fortuacuten y Foyo y Carlos A Martiacutenez-Fortuacuten y Foyo Remedios Cuba Imprenta Luz 1932 pp 38 y 39

94 Antonio Berenguer Sed ldquoEl indio Cayuco sus fechoriacuteas y su muerterdquo Tradiciones villaclarentildeas La Habana Imprenta y Papeleriacutea de Rambla Bouza y Ciacutea 1929 pp 147-151

95 Gonzaacutelez Manuel Dionisio ldquoEl indio bandido Algunos de sus hechos Su persecucioacuten Es muerto en Puerto Priacutenciperdquo Memoria histoacuterica de la villa de Santa Clara y su jurisdiccioacuten Villaclara Cuba Imprenta La Ristra cuarta edicioacuten 1942 pp 149-157

96 Hernaacuten Venegas Delgado ldquoConsideraciones en torno a la economiacutea re-mediana colonialrdquo Islas Universidad Central nuacutem 67 1980


44


que analizarlo maacutes cuidadosamente Sabemos que todaviacutea en el transcurso del siglo xix viviacutean indios en sus montantildeas y que auacuten hoy en diacutea se pueden localizar a sus descendientes en esta regioacuten

Por otro lado las Actas Capitulares del ayuntamiento de Puerto Priacutencipe en el centro-este de Cuba acusan en el antildeo de 1800 la aparicioacuten de un ldquoIndio Bravordquo presumiblemente un chichimeco que aterrorizaba al vecindario seguramente acom-pantildeado de una partida de sublevados97 Sin embargo cabe preguntar coacutemo era posible que estos indios esclavizados se hubiesen desplazado desde el Occidente hasta el centro-este cubano y a su contigua gran regioacuten oriental iquestEs que acaso el fenoacutemeno de las sublevaciones y rebeldiacuteas de estos indiacutegenas se habiacutea generalizado a una buena parte de la larga y estrecha isla maacutes allaacute del entorno habanero Y de ser asiacute iquestentonces cuaacuteles fueron los verdaderos alcances de esta migracioacuten forza-da de indiacutegenas novohispanos Las respuestas a estas y otras interrogantes pueden encontrarse por supuesto en los archi-vos mexicanos cubanos y espantildeoles

Con la informacioacuten que disponemos hasta ahora es posible cuestionar la afirmacioacuten de Archer en el sentido que los in-dios novohispanos no se mezclaban con los negros apalencados pues aunque los primeros causaron algunas muertes entre los segundos (quizaacutes por la defensa de algunos negros esclavos a favor de sus amos) en los palenques residiacutean como esclavos in-dios negros o sus mestizos como lo demuestran los pocos pero sustanciales documentos de la eacutepoca que hemos localizado98

97 Juan Torres Lasqueti Coleccioacuten de Datos Histoacutericos-Geograacuteficos y Es-tadiacutesticos de Puerto del Priacutencipe y su jurisdiccioacuten La Habana Imprenta El Retiro 1888 pp 111-118

98 Veacutease por ejemplo en agi Someruelos a la Secretariacutea de Guerra 25 de mayo de 1803 Cuba 1741 no 1159 e igualmente su carta de 11 de enero de 1805 en ibid 1743 no 1725 y en otra carta de eacuteste a Robaud La Habana 8 de febrero de 1805 en ibid 1601 Tambieacuten en el anC Fondo Real Consulado y Junta de Fomento legajo 77 no 3026


45


Los horrores del proceso de esclavizacioacuten de los indiacutegenas se repetiacutean tanto en la Nueva Espantildea como en Cuba Al respecto todo parece indicar que vale la pena detenerse a investigar la caacutercel y tribunal de La Acordada99 en la ciudad de Meacutexico toda vez que esta caacutercel constituiacutea una especie de destino in-termedio en el largo viaje desde el Noreste novohispano hasta Veracruz para su posterior traslado a La Habana y posible-mente a otros destinos del gran Caribe Este es el caso de dos prisioneros apaches que enceguecieron en La Acordada en su largo trayecto desde las Provincias Internas El hecho provocoacute un escaacutendalo de tal repercusioacuten que hasta el propio Arzobispo de Meacutexico intervino en el asunto y a continuacioacuten el mismo virrey Iturrigaray aceacuterrimo defensor de la deportacioacuten de los indios rebeldes y de su esclavizacioacuten en Cuba100

En conclusioacuten y a reserva de que nuestras futuras investi-gaciones aportaraacuten nuevos materiales e ideas a desarrollar estimamos que la evaluacioacuten general del problema adquie-re un valor extraordinario en las palabras de Alejandro de Humboldt este hombre de ciencia que hizo investigaciones en la Nueva Espantildea entre 1803 y 1804 y ademaacutes conociacutea muy bien Cuba101 Con estas palabras del ceacutelebre baroacuten con-cluimos este trabajo

En Meacutexico los prisioneros hechos en la guerrilla que casi de continuo

99 El Tribunal ndashy caacutercel- de La Acordada funcionoacute entre 1719 y 1812 y qui-zaacutes un tanto maacutes allaacute de esta uacuteltima fecha Al respecto consuacuteltese el artiacuteculo de Alicia Bazaacuten Alarcoacuten ldquoEl Tribunal Real de la Acordada y la delincuencia en la Nueva Espantildeardquo Historia Mexicana vol xviii nuacutem 32 enero-marzo 1964 asiacute como Colin Mac Lachlan Criminal justice in Eighteenth Century Mexico a study of the Tribunal of the Acordada Berkely University of Cali-fornia Press 1974

100 agn Iturrigaray a Caballero 12 de julio de 1805 Correspondencia de los Virreyes vol 225 no 862 citado por Archer ldquoThe deportationrdquo 1973 p 385

101 Experiencias que recogioacute en su Ensayo Poliacutetico sobre la Isla de Cuba (1826) pero realizado precisamente en estos mismos antildeos en que el baroacuten ale-maacuten visitoacute otras posesiones espantildeoles en Ameacuterica incluida la Nueva Espantildea


46


se estaacute haciendo en las fronteras de las provincias internas tienen auacuten maacutes desgraciada suerte que los poitos102 porque aquellos que por lo comuacuten son de la nacioacuten india de los mecos o apaches son llevados a Meacutexico y encerrados en los calabozos de La Acordada La soledad y la desesperacioacuten aumentan su ferocidad deportados luego a Veracruz e isla de Cuba perecen bien pronto como todo indio salvaje trasplantado desde el alto llano central a las regiones maacutes bajas y calientesHa habido ejemplos recientes de que estos prisioneros mecos es-capados de los calabozos han cometido las maacutes atroces crueldades en las campintildeas inmediatas A la verdad seriacutea ya tiempo de que el gobierno llevase su atencioacuten hacia estos desgraciados cuyo nuacutemero es corto y cuya suerte seriacutea por lo mismo muy faacutecil de mejorar103

Soacutelo seriacutea deseable antildeadir al serio criterio de Humboldt que estos indios pelearon duramente por su libertad desde su cap-tura en el norte novohispano durante su traslado por cente-nares de kiloacutemetros hacia la ciudad de Meacutexico al puerto de Veracruz y a Cuba encabezando gestas de rebeldiacuteas que auacuten

102 Sobre los indios poitos dice el baroacuten de Humboldt ldquoLos frailes misio-neros de la Ameacuterica Meridional hacen de cuando en cuando incursiones en los paiacuteses ocupados por tribus paciacuteficas de indios llamados indios bravos porque no han aprendido todaviacutea a hacer la sentildeal de la Cruz como los indios no menos desnudos de las misiones a los que llaman indios reducidos En estas incursio-nes nocturnas dictadas por el fanatismo maacutes criminal se apoderan de todo lo que pueden coger y principalmente de nintildeos mujeres y viejos y separan sin compasioacuten los hijos de sus madres para evitar que busquen de acuerdo unos con otros los medios de escaparse El fraile que hace de jefe de esta expedicioacuten distribuye la gente joven entre los indios de su misioacuten que maacutes han contribui-do al buen eacutexito de las entradas En el Orinoco y en las orillas del riacuteo Negro portugueacutes se da a estos prisioneros el nombre de poitos y son tratados como esclavos hasta la edad en que pueden casarse El deseo de tener poitos y hacer-los trabajar durante ocho o diez antildeos da motivo a que los indios de las misiones inciten a los frailes para hacer entradas bien que comuacutenmente los obispos han tenido la prudencia de reprobarlas consideraacutendolas como medios de hacer odiosa la religioacuten y sus ministrosrdquo Alejandro de Humboldt Ensayo Poliacutetico sobre el Reino de la Nueva Espantildea Meacutexico Editorial Porruacutea 1973 p 87

103 Ibid p 88


47


estaacuten por conocerse a profundidad con todos sus alcances y pro-yecciones tanto de los bravos indios como de los esclavizados africanos que se les unieron

fUentes doCUmentales

agi Archivo General de Indias AGI Audiencia de MeacutexicoanC Archivo Nacional de Cuba Fondo Real Consulado y Junta

de Fomentoagn Archivo General de la Nacioacuten Secretariacutea de Gobernacioacuten

Meacutexico DF ags Archivo General de Simancas

BiBliografiacutea

ABREU Morales Armando ldquoEl asalto a la iglesia de la Puriacutesima Concepcioacuten de la Chorrera por los indios feroces de la Vuelta Abajordquo Vitral antildeo iii nuacutem 16 noviembre-diciembre 1996

AacuteLVAREZ Nazario Manuel Oriacutegenes y desarrollo del espantildeol en Puerto Rico (siglos xvi y xviii) San Juan Puerto Rico Universidad de Puerto Rico 1982

ARCHER Christon I ldquoThe Deportation of Barbarian Indias from the Internal Provinces of New Spain 1789-1810rdquo The Americas A quarterly review of inter-american cultural History vol xxix no 3 1973

BACHILLER Antonio y Morales Apuntes para la historia de las letras y la instruccioacuten puacuteblica en la Isla de Cuba La Habana Instituto de Literatura y Linguumliacutestica 1965

BATAILLON Marcel y Andreacute Saint-Lu Las Casas et la deacutefeacuten-se des Indiens Pariacutes Juilliard 1971

BAUDOT Georges ldquoLa percepcioacuten histoacuterica del drama demo-graacutefico de Meacutexico en el siglo xvirdquo Meacutexico Porruacutea 1981


48


BAZAacuteN Alarcoacuten Alicia ldquoEl Tribunal Real de la Acordada y la delincuencia en la Nueva Espantildeardquo Historia Mexicana vol xviii nuacutem 32 enero-marzo 1964

BELTRAacuteN de Guzmaacuten Nuntildeo Testamento (reproduccioacuten facsi-milar) Meacutexico Condumex 1973

BERENGUER Sed Antonio El indio Cayuco sus fechoriacuteas y su muerte Tradiciones villaclarentildeas La Habana Impren-ta y Papeleriacutea de Rambla Bouza y Ciacutea 1929

CAMPBELL Ysla (coord) El contacto de los espantildeoles e in-diacutegenas en el norte de la Nueva Espantildea Ciudad Juaacuterez Meacutexico Universidad Autoacutenoma de Ciudad Juaacuterez 1992

COROMINAS Vignaux Juan Diccionario criacutetico y etimoloacute-gico de la lengua castellana Madrid Espantildea Editorial Gredos 1957

DE HERRERA Tordesillas Antonio Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y tierras firmes del Mar Oceacuteano Madrid Espantildea Imprenta de la Adminis-tracioacuten del Real Arbitrio de Beneficiencia 1730

DEIVE Carlos Esteban La Espantildeola y la esclavitud del indio Santo Domingo Repuacuteblica Dominicana Fundacioacuten Garciacutea Areacutevalo 1995

DE LA MOTA Alonso y Escobar Descripcioacuten geograacutefica de los reynos de Nueva Galicia Nueva Vizcaya y Nuevo Leoacuten Guadalajara Meacutexico Instituto Jalisciense de Antropologiacutea e Historia 1966

DE LA PEZUELA Jacobo Historia de la Isla de Cuba Madrid Espantildea C Bailly-Bailliegravere 1868

FERNAacuteNDEZ de Oviedo Gonzalo Historia general y natural de las Indias islas y tierra firme del Mar Oceacuteano Madrid Espantildea Imprenta de la Real Academia de la Historia 1851-1855

GONZAacuteLEZ Manuel Dionisio El indio bandido Algunos de sus hechos Su persecucioacuten Es muerto en Puerto Priacuten-cipe Memoria histoacuterica de la villa de Santa Clara y su


49


jurisdiccioacuten Villaclara Cuba Imprenta La Ristra cuarta edicioacuten 1942

GRIFFEN William B Apaches at war and peace The Ja-nos Presidio 1750-1858 Albuquerque University of New Mexico Press 1988

mdashmdash ldquoAspectos de las relaciones entre indios y europeos en el norte de Meacutexicordquo en Ysla Campbell (coord) El contacto de los espantildeoles e indiacutegenas en el norte de la Nueva Espantildea Ciudad Juaacuterez Meacutexico Universidad Autoacutenoma de Ciudad Juaacuterez 1992

GUERRA Saacutenchez Ramiro Manual de Historia de Cuba La Habana Editorial Pueblo y Educacioacuten 1985

GUILLAUME T F Raynal Histoire philosophique et politi-que des eacutetablissements et du commerce des europeacuteens dans les deux Indes Ginebra Suiza Chez Jean-Leacuteonard Pellet 1783

HAumlMAumlLAumlINEN Pekka The Comanche Empire New Haven Yale University Press 2009

MACLachlan Colin Criminal justice in Eighteenth Century Mexico a study of the Tribunal of the Acordada Berkely USA University of California Press 1974

MEADE Joaquiacuten Documentos ineacuteditos para la historia de Tampico Siglos xvi y xvii Meacutexico Joseacute Porruacutea 1939

MIRA Caballos Esteban Indios y mestizos en la Espantildea del siglo xvi Madrid Espantildea Iberoamericana 2000

MIRAFUENTES Galvaacuten Joseacute Luis ldquoLos seris en 1780 sobre la necesidad de su deportacioacuten a La Habanardquo Histoacutericas nuacutem 20 octubre 1986

MONTEIRO John Manuel Negros da terra Iacutendios e bandei-rantes nas origens de Sao Paulo Sao Paulo Companhia das Letras 1994

MOORHEAD Max L ldquoSpanish deportation of hostile apaches The policy and the practicerdquo Arizona and the West A quar-terly journal of History vol 17 nuacutem 3 autumn 1975


50


MOYA Pons Frank Historia del Caribe Santo Domingo Repuacuteblica Dominicana Ediciones Ferilibro 2008

ORTELLI Pelizzari Sara Trama de una guerra conveniente Nueva Vizcaya y la sombra de los apaches (1748-1790) Meacutexico El Colegio de Meacutexico Centro de Estudios Histoacuteri-cos 2007

PICHARDO Esteban Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas La Habana Cuba Imprenta El Tra-bajo 1875

RAMOS y Ramos Facundo Joseacute A Martiacutenez-Fortuacuten y Foyo y Carlos A Martiacutenez-Fortuacuten y Foyo Cosas de Remedios Cuba Imprenta ldquoLuzrdquo 1932

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA Coleccioacuten de documen-tos relativos al descubrimiento conquista y organizacioacuten de las antiguas posesiones espantildeolas de Ultramar Madrid Espantildea segunda edicioacuten Isla de Cuba 1885

RODRIacuteGUEZ Demorizi Emilio ldquoRelacioacuten de los P P Domi-nicosrdquo Ciudad Trujillo Repuacuteblica Dominicana Editorial Montalvo 1942

RUZ Sosa Mario Humberto (coord) El magniacutefico sentildeor Alonso Loacutepez alcalde de Santa Mariacutea de la Victoria y aperreador de indios (Tabasco 1541) Meacutexico Unam-Plaza y Valdeacutes 2000

SANTIAGO Mark The jar of severed hands Spanish depor-tation of Apache Prisoners of War 1770-1810 Oklahoma University of Oklahoma Press 2011

SHERIDAN Cecilia Anoacutenimos y desterrados La contienda por el sitio que llaman de Quauyla siglos xvi-xviii Meacutexico CIESAS Miguel Aacutengel Porruacutea 2000

TAMAYO Reneacute ldquoEl uacuteltimo de los calusasrdquo en Juventud Rebel-de La Habana Cuba 2004

TORRES Lasqueti Juan Coleccioacuten de Datos Histoacutericos-Geograacuteficos y Estadiacutesticos de Puerto del Priacutencipe y su juris-diccioacuten La Habana Imprenta ldquoEl Retirordquo 1888


51


TOUSSAINT Manuel La conquista de Paacutenuco Meacutexico Edito-rial Stylo 1948

VALDEacuteS Bernal Sergio y Yohanis Balga Rodriacuteguez ldquoEl le-gado indoamericano en el espantildeol del Caribe insular his-paacutenicordquo Convergencia vol 10 nuacutem 32 mayo-agosto 2003

VENEGAS Delgado Hernaacuten laquoConsideraciones en torno a la economiacutea remediana colonialraquo Islas Universidad Central nuacutem 67 l980

WEBER David J Baacuterbaros Los espantildeoles y sus salvajes en la era de la Ilustracioacuten Barcelona Criacutetica 2007


Universidad aUtoacutenoma de Baja California

Dr Juan Manuel Ocegueda HernaacutendezRector

Dr Alfonso Vega LoacutepezSecretario general

Dra Blanca Rosa Garciacutea RiveraVicerrectora Campus Ensenada

Dr Aacutengel Norzagaray NorzagarayVicerrector Campus Mexicali

Dra Mariacutea Eugenia Peacuterez MoralesVicerrectora Campus Tijuana

Dr Hugo Edgardo Meacutendez FierrosSecretario de Rectoriacutea e Imagen Institucional

Dr Joseacute Alfredo Goacutemez EstradaDirector del Instituto de Investigaciones Histoacutericas














artiacuteCUlos




ensayos





resentildeas





Contenido

7

5391

127

143

183

205

215



7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51



















artiacuteCUlos




ensayos





resentildeas





Contenido

7

5391

127

143

183

205

215



7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51















artiacuteCUlos




ensayos





resentildeas





Contenido

7

5391

127

143

183

205

215



7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







artiacuteCUlos




ensayos





resentildeas





Contenido

7

5391

127

143

183

205

215



7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51








7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







7

E

artiacuteculo




resUmen






8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







8









9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







9












10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







10











11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







11











12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







12










13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







13









14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







14










15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







15







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







16








17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







17









18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







18









19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







19












20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







20









21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







21









22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







22








23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







23







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







24






49 Ibid p 38050 Ibid p 457


25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







25











26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







26







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







27









28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







28







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







29








30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







30






31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







31










32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







32








33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







33









34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







34









35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







35







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







36











37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







37











38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







38









39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







39









40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







40







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







41








42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







42







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







43











44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







44








45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







45









46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







46





103 Ibid p 88


47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







47







BiBliografiacutea








48














49















50














51







48














49















50














51







49















50














51







50














51







51







Date post:	22-Mar-2020
Category:	Documents
Upload:	others
View:	0 times
Download:	0 times

Meyibó - UABCiih.tij.uabc.mx/iihDigital/MeyiboCap/Num9/Esclavos Indios.pdf · tion of barbarian...

Documents