Date post: | 24-Jan-2016 |
Category: |
Documents |
Upload: | diegoyampara |
View: | 233 times |
Download: | 0 times |
Universidad de Tarapaca is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Chungara: Revista de Antropología Chilena.
http://www.jstor.org
Universidad de Tarapaca
PRODUCCIÓN DE PLATA EN EL MINERAL DE SAN AGUSTÍN DE HUANTAJAYA (CHILE), 1750-1804 / SILVER PRODUCTION IN SAN AGUSTÍN DE HUANTAJAYA MINE (CHILE), 1750-1804 Author(s): María Concepción Gavira Márquez Source: Chungara: Revista de Antropología Chilena, Vol. 37, No. 1 (Enero - Junio 2005), pp. 37-57
Published by: Universidad de TarapacaStable URL: http://www.jstor.org/stable/27802406Accessed: 21-07-2015 23:52 UTC
Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp
JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected].
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Volumen 37, N? 1, 2005. P?ginas 37-57
Chungara, Revista de Antropolog?a Chilena
PRODUCCI?N DE PLATA EN EL MINERAL DE SAN AGUST?N DE HUANTAJAYA (CHILE), 1750-1804
SILVER PRODUCTION IN SAN AGUST?N DE HUANTAJAYA MINE (CHILE), 1750-1804
Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez*
La pol?tica administrativa y fiscal de fines de la colonia no consigui?, a pesar de sus intentos, tener un control sobre la producci?n de plata, objetivo imprescindible para obtener los recursos a trav?s de la fiscalidad y evitar, a su vez, el contrabando. Nuestro
principal objetivo consistir? en analizar los datos que nos aportan las fuentes fiscales coloniales y la pol?tica colonial para poner en
evidencia la relaci?n directa entre fiscalidad y producci?n, y enfatizar la necesidad de introducirnos en los desarrollos regionales
para una mejor comprensi?n de la historia econ?mica. Precisamente esta regi?n de Tarapac?, que perteneci? a diferentes jurisdic ciones administrativas y econ?micas durante la colonia, representa mayor complejidad por no atenerse a unarjurisdicci?n ?nica.
El caso de San Agust?n de Huantajaya, perteneciente al corregimiento de Arica y despu?s al de Tarapac?, creado en la segunda mitad del siglo XVIII, es representativo de la gran dificultad que supone estimar la producci?n partiendo de los impuestos. Los
mineros y azogueros estuvieron obligados a registrar su plata en la Caja Real de Carangas hasta 1767, cuando se concede libertad
para registrar en Potos? o Lima. En 1780 por fin se abre una callana en Tacna, la Caja Real de Arica, donde fundir y sellar la plata, como lugar m?s cercano para los productores de Tarapac?. Estos cambios en las normas fiscales y las actuaciones de los producto res, al margen de la legislaci?n y en funci?n de intereses personales, hacen dif?cil la estimaci?n de la producci?n. A pesar de las
dificultades, presentamos una evaluaci?n realizada en funci?n de los datos que aportan los libros contables de la Caja Real de
Carangas y la Caja Real de Arica.
Palabras claves: miner?a colonial, pol?tica fiscal, producci?n de plata, Tarapac?.
Despite its efforts, administrative and fiscal policy at the end of the colonial period was unable to keep control of silver production -an essential goal if it was to maximize fiscal resources- and at the same time prevent smuggling. Our aim here is to analyze colonial policies and the data provided by colonial fiscal sources to examine the direct relation between taxation and production,
emphasizing the need to explore regional developments for a better understanding of economic history. Specifically Tarapac?, which belonged to different administrative and economic jurisdictions during the colonial period, is for this reason an especially
complex case. The situation o/San Agust?n de Huantajaya, which belonged first to the corregimiento o/Arica, and then to that of
Tarapac? created in the second half of the 18th century, demonstrates the difficulties of estimating production on the basis of taxation. Miners and refiners were obliged to register their production in the Royal Treasury of Carangas until 1767, when they were granted permission to register in Potos? or Lima. But in 1780, a smelting furnace was at last opened in Tacna, the Royal
Treasury of Arica, where silver could be smelted and sealed much closer to the Tarapac? refineries. These changes in fiscal
regulations and the actions of producers, which took place on the margins of the law and in relation to their personal interests, make it difficult to estimate production. Despite these difficulties, we present some approximations based on the data provided by the account books of the Royal Treasuries of Carangas and Arica.
Key words: Colonial mining, fiscal policy, silver production, Tarapac?.
En este trabajo pretendemos abordar la pro blem?tica que surge a la hora de estimar y evaluar la producci?n de plata de un centro minero colo nial partiendo de la fiscalidad. El caso de San Agus t?n de Huantajaya, perteneciente al corregimiento de Arica y despu?s al de Tarapac?, creado en la
segunda mitad del siglo XVIII, es representativo de la gran dificultad que supone estimar la produc ci?n partiendo de los impuestos. El partido de Ta
rapac? en principio formaba parte de la jurisdic
ci?n econ?mica de la Caja Real de Carangas hasta
1776, y despu?s de la creaci?n del nuevo virreina to del R?o de la Plata volvi? a pasar a la jurisdic ci?n de Arica (Figura 1). Los cambios en la admi nistraci?n y jurisdicci?n de este partido que ten?an como objetivo concreto controlar los recursos, en
especial la producci?n de plata, no tuvieron como trataremos a continuaci?n ning?n ?xito.
La pol?tica administrativa y fiscal de fines de la colonia no consigui?, a pesar de sus intentos, tener
* Facultad de Historia. Universidad Michoacana San Nicol?s de Hidalgo, Morella, Michoac?n. M?xico, [email protected]
Recibido: julio 2004. Aceptado: marzo 2005.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
38 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
Figura 1. Corregimientos de Arica, Tarapac? y Carangas, Siglo XVIII.
Corregimientos of Arica, Tarapac? and Carangas, XVIII Century.
un control sobre la producci?n de plata, objetivo imprescindible para obtener los recursos a trav?s de la fiscalidad y evitar, a la vez, el contrabando. Los
mineros y azogueros de San Agust?n de Huantajaya representan la evidencia indiscutible de que la ne
gociaci?n con las autoridades coloniales, o simple mente el incumplimiento de la legislaci?n fiscal, eran casos muy habituales. Por ejemplo, el minero azo
guero y propietario agr?cola Basilio de la Fuente te n?a un gran poder en la regi?n (descrito m?s adelante), tanto que se dec?a pod?a poner o quitar goberna dores. Este personaje es la evidencia indiscutible de
que las negociaciones entre las elites y autoridades coloniales eran frecuentes y decisivas en los desa rrollos regionales.
Nuestro principal objetivo consistir? en anali zar los datos que nos aportan las fuentes fiscales coloniales y la pol?tica colonial para poner en evi dencia la relaci?n directa entre fiscalidad y pro ducci?n, y enfatizar la necesidad de introducirnos en los desarrollos regionales para una mejor com
prensi?n de la historia econ?mica. Precisamente
esta regi?n, que perteneci? a diferentes jurisdiccio nes administrativas y econ?micas durante la colo
nia, representa mayor complejidad por no atenerse a una jurisdicci?n ?nica. Por tanto, tendr?amos que recurrir a diferentes instituciones para poder seguir el rastro de la producci?n de Huantajaya, principal mente la Caja Real de Carangas, la Caja Real de
Arica, el Banco de Rescate de Potos? y la Caja Real de Oruro. En este trabajo hemos revisado las dos
primeras, las cuales concentraron el mayor monto
de la producci?n registrada y, sin embargo, no po demos dar cifras definitivas de la producci?n de la
plata declarada.
1. Caracter?sticas de las Minas de San Agust?n de Huantajaya
Las minas de Huantajaya fueron descubiertas
y trabajadas con anterioridad a la llegada de los
espa?oles, pues contamos con testimonios que di cen que ya se explotaban en tiempos del Inca (Pi
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 39
zarro 1986:189-193). Sobre su posterior redescu brimiento tenemos dos versiones. Seg?n los testi monios que dej? Echeverr?a en 1804 (en Hidalgo 1985), fueron unos portugueses que viajaban con
Almagro los que descubrieron las minas. Echeve rr?a dice que no qued? memoria local de estas mi nas por haber sido trabajada por forasteros (portu gueses), y que no fue hasta 1680 cuando se volvi? a tener noticias. Ese mismo a?o, un indio le mani fest? a Juan de Loayza la localizaci?n de las minas
y le llev? hasta el Chifl?n (mina arriba del cerro), pero Loayza muri? antes de poder conseguir dine ro para empezar a trabajarlas o como refieren otras
fuentes no tuvo ?xito a pesar de su inversi?n. Fue su hijo Bartolom? de Loayza quien empez? las la bores en 1718 y beneficiaba la plata por fundici?n. Casi diez a?os m?s tarde, seg?n Echeverr?a, se des cubri? en la parte baja del mismo cerro otra mina
antigua llamada del Hundimiento (Hidalgo 1985). Otra versi?n m?s documentada nos remonta
hasta 1540 cuando Francisco Pizarro concedi? a Lucas Mart?nez de Vegazo una encomienda que
comprend?a las quebradas de Cami?a, Aroma y Ta
rapac?, que ten?a su centro en el pueblo de Tarapa c? Viejo1, n?cleo administrativo de toda la parte inferior de la quebrada. La primera etapa de la en
comienda de Mart?nez de Vegazo fue de 1540-48.
Seg?n Efra?n Trelles (1991), esta etapa fue de gran
prosperidad para el encomendero que se dedic? a
la explotaci?n de las minas de Huantajaya, lo cual le proporcion? grandes recursos que dispers? en construir barcos y comerciar con productos europeos. En 1548 Lucas Mart?nez perdi? la enco mienda que fue transferida a Jer?nimo Villegas, el cual explot? las minas hasta 1556, fecha de su
muerte, y al a?o siguiente recuper? la encomienda Lucas Mart?nez.
Todas las fuentes confirman que la dificultad de la explotaci?n de estas minas era la falta de con tinuidad de las vetas, pero se encontraban bolso
nes de mineral muy ricos donde se extra?an las lla madas "papas de plata". Pedro Pizarro, el cual
tambi?n ten?a una encomienda en esa regi?n, nos describe en su cr?nica la riqueza y dificultades de la explotaci?n de las minas de Tarapac?:
no se ha hallado veta fija. Hay tantos ve neros a manera de vetas en diez leguas al
rededor de lo que se ha visto como venas tiene una hoja de parra y en todas las par tes que cavan sacan metal de plata, uno
m?s rico que otro; y por la falta de agua que tienen tan grande no se labran ni se ha descubierto la riqueza que en ellas hay, porque se tiene noticia de una veta que los indios tienen tapada, que dicen ellos que era del sol, de ancho de dos pies, toda ella de plata fina (Pizarro 1986:189-193).
Pedro Pizarro tambi?n explotaba minas cerca del cerro de Huantajaya "a dos tiros de arcabuz de la que labraba Lucas Mart?nez
" y dice que por un
indio supo de unas minas trabajadas en tiempos del Inca, y pens? que por su riqueza deb?a de tra tarse de la mina del Sol. La noticia lleg? hasta Lu cas Mart?nez de Vegazo que amenaz? y reclam? a los caciques de Tarapac? por no haberle mostrado la famosa mina Inca. ?stos respondieron que no se trataba de la que Pizarro trabajaba y que ellos se la
mostrar?an. Al final, despu?s del esfuerzo por con vencer a los caciques, y cuando estaban dispuestos a mostrarla a Mart?nez de Vegazo, cuenta Pizarro
que un temblor de tierra hizo desistir a los caci
ques de dar noticias por haber tomado el temblor y el eclipse de sol como se?al de desaprobaci?n de los dioses. As? que comunicaron al encomendero
que, aunque les matasen, ellos no dar?an noticias del paradero de la mina del Sol. No sabemos si esta famosa mina era una leyenda o si se trataba de la veta encontrada durante el siglo XVIII en el ce rro de Huantajaya.
No se encuentran testimonios de la explota ci?n de estas minas durante casi un siglo (final del XVI hasta final del XVII). Entre las posibles cau sas del abandono, Brown y Craig (1994:306) su
gieren que las gentes se trasladaron hasta Potos? ante el atractivo y el auge de esas minas a fines del
siglo XVI, cuando se introdujo el m?todo de bene ficio con azogue a partir de los a?os setenta. A ello hab?a que sumarle las dificultades propias de la ubicaci?n de las minas en pleno desierto y el he cho de no encontrar las vetas que permitieran una
explotaci?n regular e intensiva. Despu?s de este
par?ntesis, a principios del siglo XVIII Bartolom? de Loayza empieza el trabajo a tajo abierto en la
parte alta del cerro, llamado el Alto de San Sim?n o Chifl?n, donde dec?an que el minero:
sac? de s?lo un tajo veinte y dos varas de
largo, cincuenta y cuatro mil marcos de pla
ta, y se tiene por cierto que sus trabajado res y otros le hurtaron m?s de treinta mil2.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
40 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
La mayor?a de los informes y descripciones sobre el mineral de Huantajaya se realiz? en el si
glo XVIII; el m?s completo es el de O'Brien
(1765)3, pero tambi?n contamos con la relaci?n del de?n Echeverr?a (1804)4, el informe del subdele
gado Mendiz?bal (1808)5 y los diferentes informes de los comisionados de la Real Hacienda. Todos coinciden en se?alar la riqueza de las minas y tam bi?n en las dificultades que presentaba esta regi?n para el fomento y trabajo de las mismas por ser
muy ?rida y carecer de agua. Seg?n Echeverr?a, en 1746 se encontr? la veta
principal, y el mineral que se extrajo era de tal ri
queza, que todos los informes aluden a cantidades
que parecen exageradas. El de?n dice que los mi nerales de menor calidad produc?an 4.500 marcos
por caj?n (50 quintales). Sin embargo, Manuel de la Serna en un informe de 1756 dec?a que se hab?a encontrado veta fija en 1751, y despu?s de una ins
pecci?n personal a las minas describ?a los siguien tes tipos de mineral:
se reduce a tres especies, que son: gu?a,
brosa gu?a y rebrosa. La gu?a se beneficia com?nmente de cuatro a cinco mil mar
cos por caj?n (que se compone de cincuen ta quintales), la brosa gu?a de cuarenta
marcos por quintal que corresponde a dos
mil, y la rebrosa de dies y seis marcos quin tal que corresponde as? mesmo a ochocien
tos marcos caj?n6.
Adem?s del mineral de Huantajaya, se trabaja ban otras minas en esta provincia de Tarapac?. So
bre el descubrimiento de las minas de plata de los cerros de Santa Rosa y del Carmen se presentan varias fechas. El informe de Echeverr?a las data en
1779, Villalobos (1979:149) ubica el descubrimien to de Santa Rosa en 1776 y Lautaro N??ez (1989:35) sostiene que fue en 1764. Cerca de la provincia de Atacama y Lipez se trabajaban las minas de cobre de Ujina, desde donde se abastec?a de cobre a Poto s? y en especial a la Casa de la Moneda7.
La plata se beneficiaba en su mayor parte por
amalgamaci?n con azogue, aunque tambi?n hay
evidencias de realizarlo por fundici?n, especialmente para las menas m?s ricas. En el siglo XVIII, todav?a se encontraban restos de los antiguos hornos de re
verberaci?n que utilizaron los antiguos en Pampa Yluga para fundir los metales8. Los ingenios esta ban situados en San Lorenzo de Tarapac?, Guarasi
?a y Pica, porque los parajes cercanos a las minas eran des?rticos. A fines del siglo XVIII se fueron instalando los ingenios en la Pampa del Tamarugal donde encontraban los recursos suficientes para el
procesamiento del mineral, como eran agua y le?a
principalmente. As? fue como surgieron los asenta
mientos rurales concentrados en los Pozos, donde
se trasladaron los mineros m?s importantes, Gonz?
lez Cossio, Loayza, de la Fuente, Orozco, Hidalgo, Salazar y otros (N??ez 1989:26-37).
Hay evidencias de que en esta regi?n de Tara
pac? se utiliz? para el procesamiento de la plata el m?todo de beneficio por cocimiento inventado por Alonso Barba. El de?n Echeverr?a dice que el mine ral de Challacollo, distante 18 leguas de Pica, se
comenz? a trabajar en 1773 por Gabriel de Soto y
Domingo Almonte, vecinos del oasis de Pica (Ber m?dez 1987). El beneficio del mineral es por coci miento en peroles grandes, conforme al m?todo que ense?? Barba (Bustamante 1945:644). Tambi?n se
encuentran fondos de cobre en el inventario de las instalaciones mineras de Mat?as Paniagua e Ignacio Bustos, en la Pampa del Tamarugal (Villalobos 1979:194-197). Este m?todo de Barba, del que se
ten?an pocas evidencias de su aplicaci?n en la mine r?a colonial andina, se expandi? durante las prime ras d?cadas de la Rep?blica en Bolivia (Platt 1999).
La principal dificultad en el beneficio de la
plata eran los costos de transporte y la carest?a de insumos y alimentos para la mano de obra. Estos rubros ten?an que llegar desde los oasis de los alre dedores o del altiplano. Sabemos que los carangas o los lipez (Platt 1987) cargaban sus llamas de sal
y otros productos, y bajaban a surtir a los asenta mientos de la costa, sobre todo a los ingenios que necesitaban gran cantidad de sal para el beneficio de la plata, y a cambio se llevaban otros productos propios de las tierras bajas, como el vino. Este in tercambio se realizaba con anterioridad a la explo taci?n minera (Berm?dez 1987). Tambi?n nos cuen tan los testimonios del siglo XVIII que, durante el
auge de la miner?a, la poblaci?n ausente de Caran
gas estaba en Tarapac? emple?ndose como mano
de obra o dedic?ndose con sus caravanas de llamas
al transporte de los minerales hasta los ingenios. La Corona intent? fomentar la miner?a en la re
gi?n y potenciar la producci?n de plata, pero para ello deb?a solucionar el problema del agua y conse
guir que las tierras de alrededor pudieran facilitar los
productos y la mano de obra necesarios, como se pue
de comprobar en los distintos proyectos coloniales
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 41
recogidos en la obra de Jorge Hidalgo (1985). Este autor pone ?nfasis en su estudio sobre los distintos
proyectos de riego durante la colonia, en el objetivo prioritario de conseguir que estas tierras des?rticas tuvieran riego mediante complicados proyectos de trasvase de aguas. Hay testimonios de que durante los tiempos del Inca se hab?a empezado una de estas obras de ingenier?a hidr?ulica. Pero, como sugiere Hidalgo (1985:202-220), los proyectos coloniales
implicaban mucho m?s que resolver problemas t?c
nicos, se trataba de hacer una transferencia de los re
cursos de las poblaciones altoandinas a los hacenda dos y mineros de la regi?n baja. Las poblaciones andinas, adem?s de perder su agua, tendr?an que re
nunciar a su medio, convirti?ndose en mano de obra.
El proyecto de O'Brien en 1765 pretend?a un
desarrollo de la provincia de Tarapac?, con el es
pecial objetivo de fomentar la miner?a y aumentar los impuestos de la Corona. Su proyecto hidr?uli co consist?a en extraer agua de las lagunas altipl? nicas y hacerlas correr por la quebrada, canalizan
do el agua hasta la Pampa del Tamarugal para dedicarla al cultivo. Esto supon?a el traslado de la
poblaci?n de la quebrada de Tarapac? y las veci nas hasta la Pampa del Tamarugal para ser reduci das a "vida cristiana y civil". Los zambos, mula
tos, negros y mestizos ser?an convertidos en
tributarios, asegur?ndoles el sustento con tierras y agua. Los objetivos eran aumentar la producci?n agr?cola en la Pampa, reducir los precios de los
productos b?sicos para conseguir un mejor y m?s barato abastecimiento de las minas, y aumentar la oferta de mano de obra. Al final, la Corona se be neficiar?a a trav?s de los impuestos.
No consigui? Antonio O'Brien llevar a cabo su
proyecto de riego. Las dificultades naturales, los gran des costos y el desacuerdo con Basilio de la Fuente, el principal minero y hombre de la regi?n, termina ron por costarle incluso el cargo de gobernador del reci?n creado corregimiento de Tarapac?. Es muy posible que este proyecto agrediera los intereses de
Basilio, el cual controlaba en gran medida el abaste cimiento de ciertos productos agr?colas y el comer
cio de vinos (Berm?dez 1987; Figueroa 2001).
2. Jurisdicci?n Econ?mica
y Control Fiscal
Las riquezas de las minas de Huantajaya, una vez encontrada la veta fija, se propagaron a partir
de mediados del siglo XVIII, creando grandes ex
pectativas. Los mineros deb?an llevar a registrar las
pastas y pi?as de plata hasta la Caja Real de Ca
rangas, porque en la Caja de Arica no hab?a calla na de fundici?n. Los testimonios m?s tempranos que tenemos sobre la obligaci?n de pagar impues tos y sacar azogues de esta Caja Carangas, datan
de principios del siglo XVIII, cuando todav?a no hab?a una explotaci?n intensiva9. Sin embargo, aunque se empez? el laboreo intensivo a mitad de
siglo, los resultados no tuvieron mucho eco en la
Caja de Carangas. Los impuestos crec?an muy poco en relaci?n con el supuesto auge minero. Las sos
pechas de contrabando alarmaron a las autorida
des, las cuales promovieron numerosos informes.
Los azogueros de Huantajaya se quejaban de la
obligaci?n de tener que registrar su plata en Ca
rangas, pero las autoridades no ve?an apropiado que lo hicieran en una Caja Real m?s alejada. Santeli
ces, superintendente de Potos?, recibi? una carta de Jos? Basilio de la Fuente, donde le expon?a los atrasos que supon?a para los mineros tener que di
rigirse hasta Carangas. Este importante minero de
Tarapac?, que hab?a contribuido con fondos a la creaci?n del Banco de Rescates de Potos? y era bastante cercano a Santelices, logr? convencerle.
El superintendente comunic? al virrey que lo m?s acertado era conceder permiso a los mineros de
Huantajaya para que dirigiesen su plata hasta Po
tos?, pero la Real Audiencia dict? un auto para que se respetase el bando donde se obligaba a llevar la
plata a registrar y fundir en Carangas10. Despu?s de esta oposici?n, Santelices pens? que lo m?s
oportuno ser?a trasladar la Caja de Carangas hasta
Huantajaya, y poner un corregidor para velar por el fomento y control de la producci?n de plata. La discusi?n radicaba en si los mineros de este asien to pod?an registrar sus pi?as o pastas de plata en
Lima, en Potos?, o deber?an hacerlo conforme dic taban las leyes s?lo en Carangas. A pesar de los bandos sobre la obligaci?n de llevar la plata hasta
Carangas para pagar los impuestos y sacar el azo
gue, los mineros actuaban dependiendo de sus in tereses. Para investigar la situaci?n se traslad? en 1760 un oficial de Carangas, Pablo Gregorio de
Castilla, que informaba sobre:
los abusos e irregular proceder que se ob servaban en la continua extracci?n de
marcos en pi?a, siendo el n?mero de los
que anualmente produc?a el mineral de
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
42 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
Guantajaya de cuarenta y cincuenta mil, y que de ?stos apenas se llevaban a fundir a
la Real Callana de Carangas unos 1.600 a
1.900 marcos; cuando los dem?s se extra
v?an vendi?ndose a comerciantes de na
ciones extranjeras de que abundaban aque llos lugares con el incentivo de la riqueza de aquel mineral y compraban con efec tos y monedas, la plata en pi?a para ex
traerla de estos dominios11.
Un problema acuciante para los mineros era la necesidad de conseguir monedas y mercanc?as, de manera que el comercio con los mercaderes ex
tranjeros les proporcionaba efectos y dinero a cam
bio de su plata, a un precio superior al que conse
gu?an de los habilitadores y comerciantes locales12. De no ser as?, los mineros o habilitadores deb?an de llevar su plata hasta Carangas para pagar los
impuestos, y despu?s hasta la casa de la Moneda de Lima o Potos?, o el Banco de Rescate de Potos?,
para convertirlas en monedas. Todo este trayecto era costoso en dinero y tiempo. Los mineros para reducirlo sol?an transportar sus pi?as de plata di rectamente hasta Potos? o Lima, transgrediendo las
leyes y decretos. En las diligencias que realiz? O'Brien (visita
dor en Tarapac? en 1765), los principales mineros
expusieron diversas razones. El principal argumen
to de los productores era que no se pod?an conse
guir dinero ni efectos en Carangas; que el trans
porte les sal?a m?s caro, porque los arrieros de vuelta se ven?an vac?os y ten?an problemas para dar alimento a sus mu?as en esos parajes tan fr?os y des?rticos. Este argumento era una simple excusa,
pues siempre hubo tr?fico entre las dos regiones; por ejemplo, Basilio de la Fuente y otros mineros
y productores agr?colas enviaban vinos y tejidos (Berm?dez 1987; Figueroa 2001). Finalmente se
quejaban de la poca pericia del ensayador de Ca
rangas que les provocaba grandes mermas13. Ade
m?s, Jos? Basilio de la Fuente dec?a pertenecer al
gremio de azogueros de Potos? y llevaba la mayo r?a de su producci?n al Banco de Rescate, otros
argumentaron tener permiso del virrey, conde de
Superunda, para mandar la plata hasta Lima en los navios de registro.
La respuesta del aludido ensayador se bas? en
que los mineros llevaban la plata hasta el Banco de Potos? que les pagaba a siete pesos y dos reales el
marco, con la intenci?n de poder venderlas de con
trabando por el camino. Dec?a que los portugueses se las pagaban a "nueve y diez pesos". Cuando la llevaban hasta Lima, gran parte se vend?a a los ar tesanos "tiradores y franjeros
" que las utiliza
ban para sus manufacturas y tejidos, pag?ndoles la
pi?a a ocho pesos y cuatro reales14. El ensayador se disculpaba diciendo que las pi?as de los mine ros de Huantajaya ven?an con muchas impurezas por lo cual perd?an peso al fundirlas en barras.
Los oficiales de Carangas estaban preocupa dos por el destino de la Caja Real y sus cortos in
gresos. El oficial Pablo Gregorio Castilla, que ha b?a visitado Huantajaya, sab?a muy bien de las
riquezas de ese mineral y que los mineros y azo
gueros elud?an la jurisdicci?n de la Caja de Caran
gas, a pesar de las leyes y bandos que se hab?an hecho publicar en Tarapac?. En octubre de 1766 se
enteraron de un env?o de marcos de plata destina do a Potos? por los mineros y rescatadores de Tara
pac? y decidieron decomisarlo en una operaci?n sorpresa. Por la noche atajaron al arriero en el ca
mino y embargaron toda la plata que llevaban en sus mu?as con destino al Banco de Rescates de Po tos?. La plata pertenec?a a Domingo Ysola, P?rez
Arag?n, Mat?as Soto, Basilio de la Fuente y a dos rescatadores: Roque Dorado y Diego Garc?a Igle sias. Estos dos ?ltimos, m?s vulnerables al acoso, fueron interrogados y sus propiedades embargadas por los oficiales reales. El tesorero ten?a mucho inter?s por saber de d?nde sacaban el azogue y d?nde registraban sus pi?as de plata. Ambos con testaron que las llevaban a Potos? y a Lima, como era costumbre, y que el azogue se lo prestaba Jos? Basilio de la Fuente. Los mineros y azogueros de
Tarapac? decidieron recurrir la intervenci?n de los oficiales de la Caja Real de Carangas15.
En 1767 despu?s de muchas diligencias e in
formes, se concedi? permiso a los mineros para enviar sus pi?as de plata hasta Potos? o Lima, aun
que deber?an llevar gu?as16. Los mineros ten?an que avisar al visitador de minas sobre la intenci?n de enviar las pi?as a Potos? o Lima, esperar que los oficiales de Carangas les enviasen las correspon
dientes gu?as, y en el caso de trasladarlas hasta
Lima, una vez que desembarcasen en el puerto del
Callao, deb?an conducirse directamente hasta la Real Caja de Lima, "sin llegar a casa alguna de
particulares"11. El virrey, despu?s de recibir el informe de An
tonio O'Brien, en 1767 decidi? que para solucionar estos problemas era necesario crear el partido de
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 43
Tarapac?, separ?ndolo del corregimiento de Arica, y asentando un gobernador independiente18. La ju risdicci?n econ?mica de este partido qued? bajo la
Caja de Carangas donde el gobernador enteraba sus
tributos, aunque s?lo se realiz? de esta manera des de 1769 hasta 1776; despu?s volver?a a la jurisdic ci?n de la Caja de Arica, situada en Tacna19. Este nuevo partido comprend?a Sibaya, Camina, Marni
?a, Pica, Matilla, Guantacondo y los dem?s anexos con los puertos de Iquique y Pisagua. El virrey cre?a m?s oportuno, ante el auge de las minas de Huanta
jaya y el empobrecimiento de las de Carangas, tras
pasar la Caja de Carangas hasta el asiento principal de Tarapac?, donde se facilitar?a a los mineros el
registro de la plata y el suministro de azogues20. Pero esto ?ltimo no llegar?a a efectuarse tal como fue con
cebido, pues la Caja de Carangas permaneci? abier ta en este asiento hasta 1804.
Aunque se estableci? un gobernador en Tara
pac?, el control de la producci?n segu?a siendo pro blem?tico. Al conceder permiso a los mineros para registrar la plata en Potos?, Lima o Carangas, se dificultaba la estimaci?n de la producci?n seg?n el
azogue consumido, y se hac?a dif?cil el cobro de las deudas de azogue. En condiciones normales el
minero cuando sacaba azogue de la Caja Real m?s
cercana, si era bajo fianzas, saldaba la deuda al re
gistrar su plata. Pero si el minero ten?a la posibili dad de sacar azogue y registrar en diferentes luga res era m?s dif?cil cobrar las deudas; por tanto, era tambi?n muy complicado establecer el correspon dido. Este consist?a en la relaci?n entre el azogue consumido y la plata beneficiada, de manera que se esperaba que cada minero registrara una canti
dad de plata determinada, seg?n el azogue que ha b?a sacado de la Caja. En realidad esta operaci?n era poco eficaz en los centros mineros andinos,
porque entre otras razones gran parte de la plata era registrada por los mercaderes y habilitadores.
La soluci?n para evitar este descontrol y el contrabando radicaba, seg?n el contador Juan Fran
cisco Navarro, en que la Real Hacienda deb?a en
cargarse de realizar los rescates de plata en cada
Caja Real. De esta manera, el minero obtendr?a f?cilmente y de forma inmediata el dinero a mejor precio que el ofrecido por los habilitadores21. Pero a pesar de las distintas ?rdenes22 que se emitieron
para el rescate de plata en las distintas Cajas Rea les del virreinato del R?o de la Plata, la de Caran
gas nunca realiz? esta operaci?n23.
Seg?n Escobedo, en el virreinato peruano no
resultaba entregar "azogue confianza del corres
pondido "24. El problema principal -dec?a el visi tador- era la pobreza de los mineros que entrega ban su plata a los habilitadores. Adem?s, hab?a que considerar la plata producida por fundici?n que no necesitaba azogue, la existencia de azogue que te
n?an los mineros de un a?o para otro y la poca for malidad de los mineros que, pese a los decretos al
respecto, sacaban azogues y fund?an sus platas en diferentes Cajas, seg?n les acomodase. Como con
secuencia, en 1787, una real orden conced?a la li bertad a los mineros para fundir su plata donde m?s le conviniese. Pero con anterioridad a esta fecha los mineros de Huantajaya estaban sacando azo
gue de la Caja de Carangas y registrando la plata en Potos?25. Por tanto, no podemos tener una esti
maci?n de la plata beneficiada con relaci?n al azo
gue consumido de manera individual y tampoco regional, atendiendo a las minas adscritas a una
Caja Real. Un nuevo conflicto volver?a a plantearse en
1777 cuando, a ra?z de la creaci?n del nuevo vi rreinato del R?o de la Plata, se prohibi? la interna ci?n "de oro y plata en pasta
" desde este virreina
to hasta el de Per?26. El virrey Manuel Guirior se
quejaba de esta medida por los perjuicios que oca sionaba sobre todo a los acreedores de Lima. Se
g?n cuenta en sus memorias, se vio incitado a evi
tar que las pastas de plata de Huantajaya pasasen a fundirse en Carangas por pertenecer esta provin cia al nuevo virreinato o hasta Potos?, donde tam bi?n acostumbraban a enviarlas. La soluci?n que se determin? fue que en Tacna (Arica) se instalase una callana con un ensayador para fundir, ensayar
y cobrar los impuestos correspondientes a la Co rona27. De todas formas se continu? fundiendo y registrando plata en Carangas, igual que en Potos?, donde, adem?s, los mineros consegu?an acceder al dinero de forma m?s r?pida.
Las tensiones por los l?mites territoriales de los virreinatos tuvieron en esta regi?n de Tarapac? un punto de fricci?n. El virreinato del R?o de la Plata continu? sus pretensiones sobre el mineral de Huantajaya, su argumento se basaba en la vin
culaci?n de los mineros con la Caja de Carangas y Potos? como centro m?s accesible. Ca?ete cre?a conveniente que el cauce del r?o Camarones fuese la frontera entre las dos administraciones por ser "una demarcaci?n inmutable y permanente", de
manera que las minas de Huantajaya recibir?an
mayor fomento, porque adem?s estaban m?s cerca
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
44 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
de la Casa de la Moneda y del Banco de Potos?
(Ca?ete 1787). Sin embargo, algunos de los prin cipales mineros de Huantajaya, como observare
mos m?s adelante, estaban asentados en Arequipa.
Areche consider? m?s oportuno establecer la ca
llana de fundici?n en Tacna, partido de Arica, aun
que se afirmara en algunos informes sobre la ido neidad de que ?sta se ubicase en el mismo asiento de Tarapac?28, evitando a los mineros pasar hasta
Tacna29. Pero como abordaremos a continuaci?n,
los mineros de ese asiento siguieron registrando plata en Carangas a pesar de la apertura de esta callana en Tacna, de la creaci?n de la diputaci?n minera de Huantajaya y del establecimiento de un
banco de rescates (Fisher 1977; Molina 1986).
3. Producci?n de Plata Registrada Procedente de Tarapac?
Es dif?cil, en atenci?n a lo anteriormente ex
puesto, estimar entonces la producci?n de plata de
Tarapac?, porque como hemos explicado, adem?s del contrabando, la plata se llev? a registrar a dife rentes lugares: Lima, Potos?, Carangas y Arica. En
este trabajo nos hemos dedicado a analizar la pro ducci?n registrada en la Caja Real de Carangas y tambi?n vamos a presentar algunos de los datos obtenidos de la Caja Real de Arica (Tacna). Sin
embargo, y aunque esto no podr? llevarnos a esta blecer unas cifras definitivas sobre la producci?n de Tarapac?, nos ayudar? a abordar la problem?ti ca que surge al intentar estimar la producci?n en
funci?n de la fiscalidad del siglo XVIII.
3.1. Plata registrada en la Caja Real de
Carangas hasta 1804
Como puede comprobarse en la Figura 2 so
bre los impuestos registrados en la Caja de Caran
gas, desde 1745 hasta 1803, la evoluci?n de la pro ducci?n de plata se observa muy irregular. Los
ingresos por estos impuestos subieron a fines de la d?cada de los cincuenta, y continuaron con los con
siguientes altibajos que provocaron las distintas
coyunturas; entre ellas la sublevaci?n de 1781, de la cual no poseemos datos, debido a que las cuen tas y libros de algunos a?os parece que se perdie ron durante los altercados que se sucedieron en esta
provincia30. El aumento a partir de 1756 est? moti
40.000
35.000
30.000
25.000
S 20.000 S,
15.000
10.000
5.000
vo oo O m io f- c* r- t-?
ti Ti S vo oo o vo \o
o
Figura 2. Impuestos sobre la plata. Caja Real de Carangas, 1746-1803.
Taxes on silver production. Royal Treasury of Carangas, 1746-1803.
Fuente: AGI Charcos, 637-638.
ooooooOn<?nOnOsonOO r^r^t^r^t^t^r^t-^oooo
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 45
vado por el descubrimiento de la veta en el cerro de San Agust?n de Huantajaya, aunque seg?n las fuentes se produjo a?os antes; Echeverr?a lo data en 1746 y el oficial de Oruro, en 1751.
Si nos atenemos tan s?lo al recuento de los im
puestos recogidos sobre la plata registrada, no po demos estimar la producci?n de las minas pertene cientes a Carangas ni las de Tarapac?. La soluci?n
para poder obtener una aproximaci?n es remitirnos a los registros individualizados de las fundiciones. Para ello, y ante la dificultad de localizar los libros de fundici?n31, donde aparecen detallados los nom bres y cantidades de marcos de plata con los consi
guientes impuestos a pagar, nos remitiremos a la ordenaci?n de las cuentas de la Caja Real de Caran
gas, en la cual tenemos esta misma informaci?n des
de 1764 hasta 1800, aunque de forma irregular. Fal tan las cuentas de algunos a?os, en concreto desde 1780 hasta 1783 y 1792, y de otros no se individua lizan los registros. Partiendo de estos datos, hemos realizado algunas series (v?ase Anexo) para mos trar qui?nes fueron los principales registradores de
plata y su procedencia. Para destacar los principales registradores e
intentar localizar su actividad y la procedencia de la plata, as? como relacionar las inflexiones en los
registros con la coyuntura pol?tica en la regi?n, hemos considerado conveniente realizar series de tres d?cadas distintas. Una primera de 1764-65 hasta 1769, la segunda de 1785 hasta 1790 y la tercera de 1795 hasta 1800. Entre otras fuentes, contamos con algunas referencias en los mismos
libros contables sobre la procedencia del registra dor y tambi?n con una matr?cula32 de mineros de la diputaci?n de Huantajaya efectuada en 1790 (ver
Anexo; Tabla 1). Sin embargo, estos resultados son
muy relativos, pues los mineros m?s importantes tambi?n rescataban y habilitaban, en algunos ca
sos, a los peque?os mineros y pod?an tener sus in tereses en ambos centros mineros.
La primera serie 1764-69 (v?ase Anexo) nos muestra seis a?os contables, durante los cuales se
produjo el conflicto con los mineros de Huantaja ya que requer?an el permiso para poder llevar su
plata hasta Potos? o Lima. Este permiso se conce di? en 1767 y como se puede observar se reduje ron los registros de los dos a?os siguientes en 5.000 marcos aproximadamente, aunque despu?s volvi? a estabilizarse para aumentar durante la d?cada de los setenta. Los principales registros de plata fue ron efectuados por Jos? Basilio de la Fuente, Ma
nuel P?rez Arag?n, Jos? de la Fuente y ocasional mente Antonio Lejarza, Juan Sigler y Manuel An tonio Sigler. El minero Jos? Basilio de la Fuente, hijo de Bartolom? de la Fuente, fue un importante personaje en Tarapac?; su influencia en la regi?n era tal, que su enemistad con Antonio O'Brien le cost? la deposici?n como gobernador de Tarapac? y el descr?dito ante el virrey. O'Brien, que hab?a sido nombrado primer gobernador interino despu?s de su visita a esta provincia, lleg? en 1767 con un
programa de reformas bastante ambicioso. El pro grama consist?a, ante todo, en el fomento y control de los recursos de la regi?n para aumentar los in
gresos de la Real Hacienda. Para ejecutarlo, el go bernador necesitaba del apoyo econ?mico de los vecinos m?s acomodados de Tarapac?, comercian
tes, hacendados y mineros (Hidalgo 1985). Jos? Basilio de la Fuente, m?ximo representante del
poder local en la provincia, le ofreci? su apoyo en un principio, hasta que se origin? un conflicto don de se vieron envueltos los mineros de la zona. El resultado del enfrentamiento fue la deposici?n de O'Brien en 1772, que suponemos pudo represen tar una amenaza para los intereses de los mineros
y, en concreto, los de Jos? Basilio de la Fuente. En una hoja de servicios de Antonio O'Brien, encon tramos esta referencia:
hall?ndose en Tarapac? experiment? una
especie de sublevaci?n nacida de la codi cia de don Jos? Basilio de la Fuente, mi nero rico de aquella provincia, porque ce laba la extracci?n de marcos y reales alcabalas33.
Posiblemente las tensiones en Tarapac? fue ron en parte responsables de que bajase el registro de plata durante estos a?os de 1770 y 1771, de manera que este ?ltimo a?o se registraron 7.564 marcos y el a?o de su deposici?n subi? hasta 23.469 marcos. Aunque tambi?n hay que se?alar que du rante estos a?os (1770-71) la provincia presentaba cierta inestabilidad por conflictos entre los ind?ge nas y el corregidor de Carangas34.
No sabemos en qu? consisti? el altercado en tre el gobernador y el minero, pero existe una carta de los oficiales de Carangas donde se alude a que O'Brien ten?a hecha "una confederaci?n con los mineros para la extracci?n de marcos y ocultaci?n
de estacas"35. Existen evidencias por las cuentas
oficiales de la Caja de Carangas que el gobernador
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
46 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
Tabla 1. Matr?cula de mineros de la diputaci?n territorial de Huantajaya.
Registry of miners in the district 0/Huantajaya.
HUANTAJAYA MINEROS Minas plata Minas Haciendas
labor paradas beneficio
Feo. de la Fuente
Joaqu?n Goendia
Antonio Cuadros
Bartolom? Figueroa Fco. Camacho
Tom?s Ba?o
Jos? del Villar
Blas Barrera
Antonio Olaz?bal
Manuel Lancho
Feo. Montealegre
MINERAL DE SANTA ROSA Mineros Minas plata Minas Haciendas
labor paradas beneficio
Feo. Dorado 13 1
Manuel Tinajas 12 1
Nicol?s Mendieta 13 1
Jacinto Romero 12 0
Justos Ceballos 111
Antonio Olazabal 110
Antonio Vindel 110
Feo. de Soto 111
MINERAL DEL CARMEN Mineros Minas plata Minas Haciendas
labor paradas beneficio
Jos?Loayza 0 0 0
Manuel Rivero 10 1
Francisco de la Fuente 0 10
Juan B. Marquesado 0 0 0
Antonio Quadros 0 10
Miguel de Loayza 0 10
Pedro Vergara 0 10
Antonio Quiroga 0 10
Juan V. de la Fuente 0 11
MINERAL DE ORO: CACISA y PAYQUINA Mineros Minas plata Minas plata Minas de oro Minas de oro Ingenios de
labor Paradas labor paradas plata
Juan B. Marquesado 0 10 0 0
Pedro Morales 10 1 0 0
Francisco altierra 0 10 11
Antonio Morales 0 10 11
Manuel Tinajas 0 10 10
Fuentes: AGI. Lima, 1355. N? 267. "Testimonio de los documentos que instr?yese y en la contestaci?n dada por los ministros
suspensos..." f. 28-29.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 47
registro 524 marcos en 1771, algo habitual en cen tros como Oruro y Carangas, a pesar de las prohi biciones legales36. En todo caso, la enemistad en tre el visitador y el minero era evidente, y la
posici?n y el poder de Jos? Basilio eran muy fuer tes en Tarapac?. De este minero, descendiente de los descubridores de Huantajaya, se dec?a en las cr?nicas e informes que, adem?s de poseer gran des riquezas (minas y haciendas), era muy genero so y piadoso, llegando a fundar el templo de San Lorenzo en Tarapac?. Lautaro N??ez (1989) lo confirma como el propagador de la devoci?n a la
Virgen del Carmen, donde tuvo su origen la actual fiesta religiosa de La Tirana.
La mayor?a de los registros de estacas de mi nas en el cerro estaba en posesi?n de Loayza y de la Fuente, que al final eran una misma familia. Mu chas de las posesiones de Bartolom? Loayza pasa ron a Basilio; como herencia de su esposa y como
pago de un pr?stamo que le hab?a concedido a su
suegro. Tambi?n se consolid? como gran propieta rio de haciendas en la regi?n, produciendo y co mercializando con vinos, alfalfas y legumbres37. Otros mineros importantes fueron Manuel P?rez
Arag?n, casado con la hermana de la mujer de
Basilio; Mat?as de Soto38 y Domingo Ysola. Estos dos ?ltimos eran socios y descubridores de la veta Nuestra Se?ora de la Asumpta. Estos tres mineros fueron los protagonistas del conflicto que se desa t? por el decomiso de 5.000 marcos de plata que enviaban hasta Potos?, a pesar de llevar las gu?as correspondientes39. Al final consiguieron que se les concediera la libertad para llevar la plata hasta Po tos? o Lima, por Real Acuerdo de la Audiencia de Lima en 176740.
Para tener una estimaci?n sobre la cantidad de
plata que proced?a de un asiento minero y otro, hemos decidido intentar evaluar separadamente la
proporci?n de plata dependiendo de la informaci?n obtenida por variados conductos, a pesar de las di ficultades que ya hemos aludido (como ejemplo para el a?o 1769, ver Tabla 2).
El resultado de esta estimaci?n ser?a que casi el 90% de la plata registrada proviene de los mine ros y azogueros de Huantajaya. Pero hay que tener en cuenta, como hemos se?alado anteriormente,
que despu?s del conflicto por el decomiso ya le hab?an concedido en 1767 el permiso a los mine ros de Huantajaya para llevar la plata hasta Potos? o Lima, por tanto, se supone que es s?lo parte de la
producci?n de ese cerro. Ese mismo a?o el oficial
Tabla 2. Procedencia de los registros, a?o 1769.
Origin of the registers, 1769.
CARANGAS
Segarra, Jos? 4,5%
Segarra, Mat?as 1,8%
Lino de la Via, J. 2,7%
Echenique, M. 0,5%
Sigler, Manuel 0,7%
Total 10,3%
1.506 Marcos
Fuente: Anexo, serie Ia.
TARAPACA
De la Fuente, Bas. 38,8%
Perez Arag?n, M 42,3%
Tudanca, Jos? 3,2%
Ocharan, S. 5,4%
Total 89,7%
13.510 Marcos
Castilla dec?a que la Caja de Carangas depend?a de los ingresos de la plata que proven?a de Huanta
jaya, porque provenientes del mineral de Carangas s?lo se fund?an como m?ximo diez barras41. Tam bi?n creemos interesante destacar que casi todos los registradores que hemos distinguido bajo Ca
rangas ejerc?an cargos en la administraci?n colo nial. Manuel Sigler era corregidor de Carangas, Manuel Echenique era el ensayador de la Caja Real, puesto al que accedi? por muerte del anterior en 1766 y aun no ten?a confirmaci?n del cargo, y Jos?
Lino de la V?a era oficial mayor de la Caja y apo derado del rector del colegio de San Felipe de Lima, el cual gozaba de una encomienda proveniente de los tributos de Huayllamarca. De Silvestre Ocharan no tenemos informaci?n muy precisa que nos per mita ubicarle en un asiento determinado. Puede tra tarse del hijo o pariente del que hab?a sido oficial en la Caja de Carangas, Diego Ocharan42; sin em
bargo, lo encontramos en 1766 como administra dor de la explotaci?n en Huantajaya de Manuel P?rez Arag?n (Villalobos 1979). Los hermanos
Segarra, Jos? y Mat?as, pensamos que eran del asiento de Carangas y sospechamos que pudiera tratarse de mestizos.
La siguiente serie comprende desde el a?o 1785 hasta 1790. La situaci?n pol?tica hab?a sufri do muchos cambios desde el per?odo anterior. En 1776 se creaba el nuevo virreinato del R?o de la Plata en la cual estaba incluida Carangas, mientras
Tarapac? continuaba dentro del virreinato perua no. A pesar de los conflictos a los cuales hemos hecho referencia, la producci?n registrada estaba al m?ximo durante la segunda mitad de la d?cada de los setenta, hasta que en 1779 sufri? una impor tante ca?da, de 24.000 marcos registrados en 1778
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
48 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
se pas? a 1.800 marcos aproximadamente, entera
dos en su mayor parte por el corregidor de Caran
gas, Mateo Ib??ez43. Esta radical disminuci?n nos
parece muy interesante, y aunque pudiera relacio narse con la sublevaci?n que asolar?a la regi?n poco tiempo despu?s, debemos tener en cuenta que para 1780 empezaban los registros de plata en la Caja de Arica en Tacna, en la cual se instal? por fin una callana (Figura 3).
Los acontecimientos ocurridos en Carangas durante la sublevaci?n debieron afectar a la activi dad minera en todos los sentidos, aunque no po seamos datos sobre la producci?n para confirmar lo44. Dificultades con la mano de obra, suministros
y comunicaci?n, hac?an dif?cil que esta actividad se desarrollara normalmente durante 1781 y los a?os inmediatos. Pero en ning?n caso puede justi ficarse la crisis minera de las ?ltimas d?cadas de
Carangas como consecuencia de la sublevaci?n. La d?cada de los ochenta se presenta con mu
chas alteraciones, porque adem?s de la sublevaci?n, en el virreinato peruano comenzaron a ponerse en
marcha las reformas contempladas en la adaptaci?n que se realizaron de las Ordenanzas de Miner?a de Nueva Espa?a. Para empezar se form? la diputa ci?n minera de Huantajaya en 1786 y ello debi? concentrar las expectativas de los mineros de Tara
pac?, pues ese mismo a?o no registraron en Caran
gas (Tabla 1). La excepci?n la representa Gregorio Morales. Hasta 1789 y 1790 no reaparece la mayo r?a de los mineros de Huantajaya. En este ?ltimo a?o los registros m?s importantes son realizados nue vamente por los mineros de Tarapac?. Separaremos los registros de plata atendiendo a la procedencia de los registradores para intentar evaluar qu? plata pro ced?a este a?o de cada centro minero (ver Tabla 3).
El resultado ser?a que s?lo aproximadamente un 20% de la plata registrada ese a?o proced?a de
Carangas. Debemos advertir que Cerezo Alderete nos consta como mestizo comerciante de Caran
Tabla 3. Procedencia de los registros, a?o 1790.
Origin of the registers, 1769.
CARANGAS
C?ceres,J.J. 1,80%
C?ceres,N. 1,80%
Canaviri, M. 2,35 %
Cerezo Alderete, A. 12,40 %
Zorrilla, M. 1,52%
Total
TARAPAC?
Elorriaga, J.B. 9,47 %
Fuente, de la Fancisco 13,42 %
Gonz?lez Cosi?, M. 22,50 %
Morales, Gregorio 20,51 %
Salazar, R. 8,60 %
Puri, Carlos 5,50 %
19,87% Total
Fuente: Anexo, serie 2a.
100.000
90.000
80.000
70.000
Figura 3. Producci?n de plata registrada en la Caja Real de Arica, 1780-1800. Silver production registered at the Royal Treasury of Arica, 1780-1800. Fuente: AGI. Charcas y Lima, 1357.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 49
gas y no como minero, pudiendo ser un habilita dor o comerciante con intereses en ambos centros.
Por tanto, al menos el 80% de la producci?n pro ven?a de Tarapac?, pero no en su totalidad de Huan
tajaya, pues un poco m?s al sur se trabajaban otros minerales como Santa Rosa y El Carmen. Tambi?n debemos se?alar que m?s del 50% del total de la
producci?n fue registrada por tres importantes mi neros de Tarapac?.
Mat?as Gonz?lez Cos?o, importante minero y azoguero de gran prestigio, fue un registrador fre cuente hasta 1790. En su hoja de servicios encontra mos que durante 1796 estaba trabajando dos minas con 36 operarios. Registraba plata en Tacna (Ari ca) y Carangas como expresa una certificaci?n de los oficiales reales de las dos Cajas45.
Francisco de la Fuente, hijo de Jos? Basilio de la Fuente y de Mar?a Jacinta Loayza (descen dientes de los descubridores del mineral de Huan
tajaya)46, era el minero m?s importante de Tara
pac?, pero fueron muy escasos sus registros en
Carangas, porque como aludimos anteriormente
sol?a registrar su plata en el Banco de Potos?. Su
hijo Francisco, tambi?n considerado un importan te minero, estaba asentado en Arequipa, donde se traslad? con sus hermanos a la muerte de su pa
dre en 1774, y sus intereses pol?ticos estaban cen trados en Lima. Sabemos por su hoja de servicios
que fue un personaje de gran influencia, incluso
lleg? a ejercer el cargo de administrador en el Tribunal de Miner?a peruano, y en 1801 solicita ba una intendencia47.
En realidad, la familia de la Fuente ten?a sus intereses mineros en Huantajaya y hab?a residido en Pica (Berm?dez 1987; Figueroa 2001) donde eran
propietarios de grandes extensiones de tierras y con
trolaban el comercio del vino, pero una parte de la familia pas? a instalarse en Arequipa, donde en 1791 se cre? la Sociedad Mineral?gica de Arequipa. En la junta directiva se encontraba Francisco y su cu ?ado Juan Ferm?n Erea, junto con importantes veci nos dedicados al comercio: Mateo Cos?o (director), Antonio de Albizuri, Juan Goyeneche, Raimundo Guti?rrez de Otero48 y Mart?n Arispe. Esta sociedad
pretend?a conseguir un fondo de 50.000 pesos divi didos en acciones de 100 pesos, para trabajar minas en el cerro de Huantajaya. En 1794 todav?a no ha b?an empezado la explotaci?n, pues no consiguie ron suficiente capital y hab?a discusiones sobre la ubicaci?n de las minas a trabajar49.
Gregorio Morales era uno de los grandes pro
pietarios agr?colas de Pica (Figueroa 2001) y be neficiador de Tarapac?, el cual se retir? a Arequi pa despu?s de establecer una escuela de primeras letras (Bustamante 1945). Sabemos que ten?a un
ingenio en 1800, donde puede que beneficiase los minerales procedentes de las minas de sus her manos o hijos, ya que encontramos en la matr?cu
la de la diputaci?n de Huantajaya a Pedro y Anto nio Morales (Tabla l)50. Se trataba de otra de las familias descendientes de los descubridores del mineral (Juan de Loayza)51. En 1804 su hacienda
productora de vino se encontraba en plena expan si?n (Berm?dez 1987).
Respecto a los registradores vecinos del asiento de Carangas, nos llama la atenci?n que encontra
mos a varios de ellos sin "don", aunque tambi?n ocurre con Carlos Puri que se dice minero de Tara
pac?, pero es muy posible que tan s?lo fuera resca tista de mineral. Ambrosio Cerezo Alderete era
mestizo y rescataba plata en Carangas, donde esta
ba asentado. En el caso de Canaviri, el apellido nos sugiere que pudiera ser indio o mestizo, y los hermanos C?ceres eran indios "ladinos" naturales
y residentes en el asiento de Carangas. Seg?n un informe del subdelegado Juan Dionisio Mar?n, fe chado en 1784, el mineral de Carangas se encon traba en decadencia y tan s?lo manten?an el giro dos mineros, don Juan Sigler Campero y don Ma nuel Zorrilla de San Mart?n52. Tambi?n se hace alu si?n en este mismo informe a:
algunos mestizos, que en todo el partido no pasar?n de cincuenta, ?stos se ocupan
de buscar desmontes y minas viejas aban donadas cuyos metales benefician con azo
gue o funden seg?n su calidad53.
En la ?ltima serie que comprende de 1795 hasta
1800, se hace m?s evidente la inestabilidad de los
registros. Los tres primeros a?os representan los
registros m?s bajos de este per?odo y los dos ?lti mos de los m?s elevados. En 1799 se produjo uno de los m?ximos en los registros de producci?n, que igualmente se manifiesta en la Caja de Arica54. Este
mismo a?o nos llama la atenci?n un importante grupo de individuos con apellidos vascos que po siblemente reactivaran la producci?n con inversi?n de capital. En ning?n momento se observa un cam
bio en la procedencia de los registros, mayoritaria mente de Tarapac?, sino una mayor presencia de individuos que llegaban a la miner?a a trav?s de la
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
50 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
habilitaci?n y las compa??as. El ejemplo m?s cla ro ser?a Ugarriza que lleg? a Tarapac? a fines de
siglo y en 1806 constaba en su hoja de servicio como minero. En este mismo documento se hace referencia a su cargo de juez de comercio de Tara
pac? en 1797 y su relaci?n con la miner?a como "habilitador de minas en el Real de Guantajaya", posteriormente aparece en 1799 como juez diputa do del mineral. En 1806 se dec?a propietario de dos minas en labor55.
Muchas fuentes aluden a la decadencia de las minas de Huantajaya a fines del siglo XVIII, y pre cisamente ?sta podr?a ser la causa para que los ha bilitadores y comerciantes tomasen m?s importan cia en el mineral. En tiempos de crisis los mineros sol?an recurrir al habilitador, y en muchos casos ?ste llegaba a convertirse en propietario como pago de deudas, implic?ndose en la miner?a m?s como
productor que financiador. En 1804 se cerr? por fin la Caja Real de Ca
rangas. La quiebra de esta caja era producto de los
manejos fraudulentos del oficial real que estaba financiando sus negocios mineros con el capital de la Real Hacienda. La jurisdicci?n econ?mica del
partido de Carangas qued? sujeta a la Caja Real de
Oruro, la cual tambi?n era la m?s cercana para que los mineros y azogueros pagaran sus impuestos y sacaran el azogue.
3. 2. Producci?n registrada en la Caja Real de Arica
Para elaborar una estimaci?n de la producci?n de plata de la Caja Real de Arica, hemos utilizado la informaci?n de los libros contables de esta caja, localizados en el Archivo General de Indias (v?ase Figura 3). Desafortunadamente no disponemos de la individualizaci?n de los registros, los cuales
empezaron a realizarse en 1780 cuando por fin se instal? una callana. Este a?o, como se puede apre
ciar en los asientos, el registro fue muy elevado, porque suponemos que los mineros de Tarapac? registraron toda la plata y no la llevaron hasta lu
gares m?s apartados, seguramente por miedo a los rumores de sublevaci?n que ya andaban circulan do. La poblaci?n ind?gena de algunos de los repar timientos de Carangas, que estaba muy vinculada con la de Chayanta, tomaba parte ese mismo a?o en el asedio a la ciudad de La Plata56. Los escasos
registros de 1779 en Carangas, un total de 1.832
marcos, nos hace suponer que s?lo se registr? la
producci?n de este corregimiento y la de Tarapac? se registr? en la Caja de Arica en 1780, llegando la
producci?n a una cifra de 88.352 marcos. Es decir, viendo las cifras registradas el siguiente a?o en Arica nos hace pensar que definitivamente el a?o anterior se hab?an juntado los marcos de plata de los a?os 1779 y 1780, porque despu?s las cifras se
redujeron a un tercio aproximadamente durante toda la d?cada de los ochenta.
Seg?n las estimaciones de Brown y Craig (1994:317), la media anual durante el per?odo de 1780-99 de la producci?n de Huantajaya era 280.000 pesos (30 a 35 mil marcos), la d?cada de 1800-1809 baj? un 50%, alrededor de 155.000 pe sos, y la siguiente cerca de 55.000 pesos. Los au tores advierten de los problemas para realizar esta
estimaci?n, debido al contrabando y la falta de con trol fiscal, pero no han tenido en cuenta que, a pe sar de la instalaci?n de esta callana en Tacna, parte de la producci?n de Huantajaya continuaba regis tr?ndose en Carangas y en Potos?.
Conclusi?n
Una vez establecida la decisiva importancia de los registros de plata procedente de los mineros de
Tarapac? en Carangas, queda por responder la causa de estos registros cuando ya se hab?an instalado la callana en Tacna y el banco de rescates de Huanta
jaya. Para encontrar la explicaci?n nos remitire mos a los resultados del banco de rescates que se estableci? el 11 de julio de 1792. Se le hab?a adju dicado un fondo de 50.000 pesos, destinados a com
prar las pi?as de plata de los mineros a mejor pre cio que el ofrecido por los habilitadores y rescatistas del mineral, obteniendo el dinero de forma m?s
r?pida. Al a?o siguiente el banco tan s?lo hab?a
podido rescatar 11.399 marcos de plata de los 60.000 marcos que se esperaban. El problema prin cipal hab?a sido la falta de fondos, de manera que en 1793 se encontraba imposibilitado para el res cate de plata57.
El Tribunal, en su representaci?n a la Corona en 1794, explicaba que el fracaso del banco Huan
tajaya estaba motivado por dos circunstancias: la cercan?a de Potos? y la falta de fondos. Al llevar se la plata hasta Potos?, los mineros evad?an el
pago de un real por cada marco de plata que de b?an de pagar los mineros del virreinato peruano para el fondo del Tribunal58. Seguramente el pago
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 51
de esta contribuci?n hubiera sido rentable en el caso de haber permanecido el banco con suficiente
capital, porque as? se evitaba, a los mineros la es
pera y el traslado igualmente costoso, hasta Potos?. Sin embargo creemos que fue decisivo para que los mineros en vez de registrar la plata en la Caja de Arica en Tacna, donde ten?an que pagar este
impuesto, fuesen a Carangas, Oruro o Potos? don
de no se cobraba.
A principios del siglo XIX, los oficiales rea
les de Oruro nos ofrecen otra explicaci?n m?s de tallada. Estos argumentaban que si el minero de
Tarapac? fund?a su plata en la callana de Tacna, "se ve?a en la precisi?n de conducirlas a Arequi
pa a expensas de muchos costos, careciendo por
m?s tiempo de su valor"59, mientras que Caran
gas les era m?s c?modo, porque estaba camino hacia Potos? y Oruro. Los oficiales dicen que una vez que fund?an sus barras en Carangas los mine
ros llegaban hasta Oruro para proveerse de todo lo necesario y a veces incluso realizaban los re
gistros de plata en la misma Caja de Oruro. En esta villa se abastec?an de insumos necesarios en
la miner?a como, por ejemplo, el esta?o. En mu
chas ocasiones todas estas negociaciones se ha
c?an por medio de comisionados. La localizaci?n de las minas de Huantajaya en
terreno bastante des?rtico y ?rido no hac?a posible el abastecimiento de sus pobladores que aumenta
ban con la intensificaci?n de los trabajos mineros. O'Brien afirmaba que:
lo que fructifica la provincia no alcanza
para el sustento de sus habitantes y abas to del mineral de San Agust?n de Guan
tajaya, y as? es menester que se valgan de las provincias inmediatas para conse
guir carne, manteca, cebo, papas y dem?s
comestibles61.
El problema de la carencia de agua obstaculi zaba tanto el desarrollo agr?cola como la actividad
minera. Estas circunstancias elevaban los costos
de los rubros necesarios en la miner?a y el abaste cimiento de la poblaci?n, y obligaban a los mine ros a acudir hasta los grandes centros comerciales
m?s cercanos como Oruro, Potos? o Arequipa. De
manera que nos encontramos que la plata del mi
neral de Huantajaya sol?a recorrer tres circuitos
diferentes: Potos?, donde los mineros pagaban los
impuestos y recib?an el dinero en el Banco; Caran
gas, donde pagaban el impuesto, camino hasta Oru ro para proveerse, y Tacna, donde despu?s de pa gar el impuesto continuaban hasta Arequipa.
Los mineros de Huantajaya al registrar en las dos Cajas (Arica y Carangas) (Tablas 4 y 5) tuvieron
Tabla 4. Marcos de plata registrados, Caja Real de Carangas 1764-1803.
Silver marks registered in the Royal Treasury
o/Carangas, 1764-1803.
A?OS MARCOS A?OS MARCOS
14.556 15.749 16.869 11.602 11.567 16.011 11.346 7.765
23.469 19.820 23.124 37.528 32.466 29.618 24.256
1.832
1784 1785 1786 1787 1788 1789 1790 1791 1792 1793 1794 1795 1796 1797 1798 1799 1800 1801 1802 1803
17.958 13.135 6.380 10.404 5.471 18.322 22.657 19.889
11.547 9.911 3.891 4.428 4.534 10.411 33.208 23.265 19.468 14.738
23.696
Fuentes: AGI. Charcas, legs. 636-638.
Tabla 5. Marcos de plata registrados, Caja Real de Tacna
(Arica) 1780-1800.
Silver marks registered in the Royal Treasury
of Tacna (Arica) 1780-1800.
A?OS MARCOS A?OS MARCOS
1780 88.352 1791 24.552 1781 23.793 1792 27.960 1782 25.371 1793 35.434
1783 13.241 1794 32.113 1784 19.555 1795 27.761 1785 23.261 1796 35.434 1786 35.591 1797 38.453 1787 29.077 1798 58.202 1788 45.347 1799 31.355 1789 38.539 1800 37.459
1790 17.337
Fuente: AGI. Charcas, 632-634. Lima, 1357.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
52 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
la ventaja de obtener el azogue m?s f?cilmente. Ari ca se surt?a del azogue de Huancavelica y Caran
gas de Almad?n, esto les proporcionaba m?s posi bilidades de conseguir el azogue cuando fallaba
alguna de las v?as de distribuci?n. Por ejemplo, los
oficiales justificaban el elevado registro en la Caja de Carangas a finales de siglo, porque en Tarapa c?62 no falt? azogue, ya que al pertenecer al virrei nato peruano era suministrado por Huancavelica.
La Caja de Arica contaba durante los a?os de 1795 hasta 1801 con m?s de 200 quintales de mercurio
para el abastecimiento de los mineros y azogueros de Tarapac?. De esta manera era imposible para
las autoridades coloniales llevar el control de la
producci?n de plata a trav?s del correspondido.
Agradecimientos: Me gustar?a agradecer la
aportaci?n y comentarios de un primer avance de este trabajo a mis muy queridos y admirados cole
gas: Miguel Molina, Jorge Hidalgo y Trist?n Platt.
Mi agradecimiento a la historiadora Carolina Fi
gueroa por la amabilidad y generosidad de enviar me la transcripci?n del testamento de Basilio de la
Fuente, y finalmente a los evaluadores de la revis ta Chungara por las sugerencias que enriquecieron el trabajo.
Fuentes
AGI Archivo General de Indias. Lima.
ANB Archivo Nacional de Bolivia.
Referencias Citadas
Alonso Barba, A.
1993 [1640] El Arte de los Metales en que se Ense?a el Ver
dadero Beneficio de los de Oro y Plata por Azogue. Valen
cia: Editorial Par?s, Valencia.
Berm?dez, O.
1987 El Oasis de Pica y sus Nexos Regionales. Ediciones
Universidad de Tarapac?, Arica.
Brown, .
1989 La distribuci?n del mercurio a finales del per?odo co
lonial, y los trastornos provocados por la independencia
hispanoamericana. En Miner?a Colonial Latinoamericana,
compilado por D. ?vila, I. Herrera y R. Ortiz, M?xico.
2000 "Los cambios tecnol?gicos en las minas de Huancaveli
ca, siglo XVCH". En Hombres, T?cnica, Plata. Miner?a y So
ciedad en Europa y Am?rica, Siglos XVI-XIX. Aconcagua,
compilado por Julio S?nchez y Guillermo Mira, Sevilla.
Brown, . y A. Graig 1994 Silver mining at Huantajaya, Viceroyalty of Peru. En
Quest of Mineral Wealth. Aboriginal and Colonial Mining and Metallurgy in Spanish America, pp. 303-327, editado
por Craig, A. y West, R. Baton Rouge. Bustamante de la Fuente, M.
1955 Mis Ascendientes. Edici?n Privada, Lima.
Capoche, L.
1959 [1585] Relaci?n General de la Villa Imperial de Potos?.
Edici?n e introducci?n Lewis Hanke. Biblioteca de Auto
res Espa?oles, T. CXXII, Madrid.
Figueroa, C.
2001 Riego y Sociedad: Pica en el Siglo XVII, Tesis de li
cenciatura en Historia. Universidad de Valpara?so. Chile.
Fisher, J.
1977 Minas y Mineros en el Per? Colonial, 1776-1824. Ins
tituto de Estudios Peruanos, Lima.
Gavira, M.C.
1996 Caja Real, Reforma y Miner?a en Oruro, 1776-1810.
Anuario. Archivo y Bibliotecas de Bolivia. Sucre,
pp. 199-227.
1999a La Caja Real de Carangas y el mineral de Huantaja
ya, 1750-1804. Anuario. Archivo y Bibliotecas de Bolivia.
Sucre, pp. 105-138.
1999b La emigraci?n en el valle cant?brico de Soba a fines
del siglo XVIII. La 'Casa Guti?rrez' y el comercio con In
dias. Andes Antropolog?a e Historia 10:139-169.
2001 La intervenci?n de la administraci?n colonial en la
miner?a: abastecimiento de azogue y rescate de plata en el
mineral de Oruro, 1776-1810. Actas del IX Congreso In
ternacional de Historia de Am?rica. Badajoz, pp. 387-395.
Hidalgo, J.
1985 Proyectos coloniales de riego del desierto: Azapa (ca bildo de Arica, 1619); Pampa Iluga (O'Brien, 1765) y Ta
rapac? (Mendiz?bal, 1807). Chungara 14:202-220.
1987 Tierras, exacciones fiscales y mercado en las socieda
des andinas de Arica, Tarapac? y Atacama, 1750-1790. En
La Participaci?n Ind?gena en los Mercados Surandinos.
Estrategias y reproducci?n social. Siglo XVI a XX, compila do por O. Harris, . Larson y E. Tandeter, pp. 193-231. Cen
tro de Estudios de la Realidad Econ?mica y Social, La Paz.
1996 Rebeliones andinas en Arica, Tarapac? y Atacama, 1780-1781. En Entre la ret?rica y la insurgencia: Las Ideas
y los Movimientos Sociales en los Andes, Siglo XVIII, com
pilado por Charles Walker. Cusco.
Hidalgo, J. y Durston, A.
1978 Reconstrucci?n ?tnica colonial en la sierra de Arica:
el cacicazgo de Codpa, 1650-1780. En Actas del IV Con
greso Internacional de Etnohistoria. Tomo 11:33-75, Lima:
Pontificia Universidad Cat?lica del Per?. Fondo Editorial.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 53
Lewin, .
1957 La Rebeli?n de Tupac Amaru y los Or?genes de la Eman
cipaci?n Americana. Librer?a Hachette, Buenos Aires.
Molina, M.
1986 El Real Tribunal de Miner?a de Lima (1785-1821). Sevilla.
N??ez, L.
1989 La Tirana. Nort print, Antofagasta. N??ez, R
1984 La antigua aldea de San Lorenzo de Tarapac?. Norte
de Chile. Chungara 13:53-65.
Pizarro, P.
1986 Relaci?n del Descubrimiento y Conquista de los Rei
nos del Per?. Pontificia Universidad Cat?lica del Per?, Lima.
Platt, T.
1982 Estado Tributario y Ayllu Andino. Instituto de Estu
dios Peruanos, Lima.
1987 Calendarios tributarios e intervenci?n mercantil. La
articulaci?n estacional de los ayllus de Lipez con el mer
cado minero potosino (siglo XIX). En La Participaci?n
Ind?gena en los Mercados Surandinos. Estrategias y Re
producci?n, social. Siglo XVI a XX, compilado por O,
Harris, . Larson y E. Tandeter, pp. 471-557. Centro de
Estudios de la Realidad Econ?mica y Social, La Paz.
1996 Producci?n, Tecnolog?a y Trabajo en la Rivera de Po
tos? durante la Rep?blica temprana. AHILA, Cuadernos de
Historia Latinoamericana 3, [AHILA] LIT Verlag, M?ns
ter-Hamburg. 1999 La alquimia de la modernidad. Los fondos de cobre de
Alonso Barba y la independencia de la metalurgia bolivia na (1780-1880). Anuario. Archivo y Bibliotecas de Boli
via, Sucre.
Tandeter, E.
1992 Coacci?n y Mercado. Buenos Aires.
Trelles, E.
1991 Lucas Mart?nez de Vegazo: Funcionamiento de una
Encomienda Peruana Inicial. Pontificia Universidad Ca
t?lica del Per?, Lima.
Villalobos, S.
1979 La Econom?a de un Desierto. Pontif?cia Universidad
Cat?lica de Chile, Santiago. 1986 Comercio y Contrabando en el R?o de la Plata y Chile. Buenos Aires.
Notas
1 No se sabe a ciencia cierta cu?ndo se funda el pueblo de
Tarapac? como pueblo hisp?nico, es decir, con su planta
regular, octogonal. Patricio N??ez Henr?quez (1984) su
pone que fue durante la segunda administraci?n de Lucas
Mart?nez en la segunda mitad del siglo XVI. Este pueblo se abandon? en 1717, y se construy? otro en la ribera nor
te, el actual San Lorenzo de Tarapac?. El motivo fue, se
g?n Sergio Villalobos (1979:223), la epidemia de 1717. 2 AGI. Lima, 1351. Informe de O'Brien, cap?tulo 3o, N? 17. 3 AGI. Lima, 1351. "Descripci?n del partido de Tarapac?,
tenientazgo del corregimiento de la ciudad de San Marcos
de Arica en general" Tarapac?, 29 de agosto de 1765. 4 Bustamante de la Fuente (1955:629-642) "Fragmentos de
la memoria del de?n Echeverr?a, publicada por el R.P. V?c
tor Barriga sobre la di?cesis de Arequipa". 5 "Informe de D. Francisco Mendiz?bal...", publicado en
Jorge Hidalgo (1985:202-220). 6 AGI. Charcas, 490. Informe de Manuel de la Serna. Poto
s?, 24-III-1756. 7 AGI. Lima, 1351. O'Brien, cap. 9o. "Descripci?n del nue
vo mineral de Nuestra Se?ora de la Purificaci?n". 8 AGI. Lima, 1351. cap. 8o. "Descripci?n de la costa de esta
provincia de Arica y partido de Tarapac?", N? 87. 9 AGI. Charcas, 490. "Testimonios de autos obrados por los
oficiales reales..." 10 AGI. Charcas, 490. Auto de la Real Audiencia de Lima.
Los Reyes, 23-IV-1756. 11 AGI. Lima, 1351. Informe de Pablo Gregorio Castilla,
30-V-1760. 12 Hasta los puertos de la costa llegaban barcos extranjeros
que, cargados de mercanc?as, sobre todo ropa, extra?an gran des cantidades de plata. Esto fue muy frecuente en el pri mer tercio del siglo XVIII, y ante la imposibilidad de las
autoridades coloniales para defenderse de la intromisi?n,
encargaron la captura de estos barcos a los armadores par
ticulares. V?ase AGI. Lima, 412, N? 35. Enrique Tandeter
(1992:18-21) considera que este aumento del contrabando
incentiv? la producci?n de plata en Potos? durante el pri mer tercio del siglo XVIII.
13 AGI. Charcas, 490. "Testimonio de autos obrados por los
oficiales reales de la Caja de Carangas". A?os 1766-67, f. 108-122. Respuestas de los principales mineros al visi
tador Antonio O'Brien. 1766. 14 AGI. Charcas, 490. "Testimonio de autos obrados por los
oficiales reales de la Caja de Carangas". A?os 1766-67.
Respuestas de los principales mineros al visitador Antonio
O'Brien. 1766, f. 121 v. 15 AGI. Charcas, 490. "Testimonio de autos obrados por los
oficiales reales de la Caja de Carangas". A?os 1766-67.
Respuestas de los principales mineros al visitador Antonio
O'Brien. 1766, f. 110-130. 16 Gu?as: documentos con que la administraci?n autoriza
la conducci?n y tr?nsito de los efectos de estanco, o de
aquellos cuyo movimiento se halla restringido por razones
fiscales. 17 AGI. Lima, 1351. Informe 22-VI-1769. 18 AGI. Lima, 1351. Al virrey del Per?, 3-XII-1769. El pri
mer gobernador de Tarapac? fue Antonio O'Brien. 19 AGI. Charcas, 637. CajaReal de Carangas, a?os 1769-1776.
Ramo de tributos. 20 AGI. Lima, 651 N? 39. Cartas del virrey Manuel Amat,
Lima 9 de abril y 29 de marzo de 1768. 21 AGI. Lima, 1130. Informe N? 1. Lima, 23-VII-1777. 22 Art?culo 134 de la Real Ordenanzas de Intendentes del a?o
1782. Se dispon?a que en todas las Cajas de las provincias con mineral se rescatase con dinero de la Real Hacienda,
para que los mineros no tuviesen que depender de los res
catadores o comerciantes. 23 Los libros contables de la Caja Real no dan evidencia nin
guna de que se realizara esta operaci?n. Precisamente esta
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
54 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
era una de las quejas de los mineros y azogueros de Tara
pac? y motivo principal por lo que llevaban su plata hasta
Potos? o Lima. La Caja Real de Oruro no rescat? plata has
ta 1793 y en pocas proporciones. Los oficiales reales argu mentaban que no era posible rescatar mayor cantidad por falta de dinero. V?ase C. Gavira (2001:387-395).
24 AGI. Lima, 1340. Escobedo a G?lvez. Lima, 1785. 25 Las denuncias de los oficiales de Carangas fueron frecuen
tes. Por ejemplo, en 1742 se informaba al Tribunal de Cuen tas de Lima que tan s?lo hab?a sacado azogue de la Caja de
Carangas Miguel de Loayza y se fundieron 9 barras prove nientes de Huantajaya de dos personas distintas. AGI. Char cas 490. Carangas, 1742, (f. 67r.)
26 La prohibici?n se refer?a a la plata sin amonedar, es decir, la plata en pi?a y en barras, aunque hubiera sido ensayada y quintada. S?lo se pod?a comerciar con dinero.
27 AGI. Lima, 904. "Relaci?n de Gobierno de los cuatro a?os
que sirvi? don Manuel de Guirior el virreinato del Per?,
para entregar a su sucesor don Agust?n J?uregui". 103-110. 28 San Lorenzo de Tarapaca estaba situado en la quebrada de
Tarapac?, por donde descend?a un r?o con su mismo nom
bre que desemboca en la extensa pampa del Tamarugal, a
100 km de la costa. En esta quebrada estaban instalados
los ingenios que se encontraban a 18 leguas de distancia
del cerro de Huantajaya. 29 AGI. Lima, 1117. Carta del intendente de Arequipa. Are
quipa, 4-VI-1785. El virrey Guirior dej? dicho en sus me
morias de gobierno que no se pudo instalar en Tarapac?
"por su falta de agua y otras incomodidades". 30 Para investigar la gesti?n del corregidor de Carangas, ase
sinado durante la sublevaci?n, se pidieron las cuentas res
pectivas a los a?os 1781, 82 y 83, y se dijo que se hab?an
perdido muchos papeles de la Caja Real durante estos a?os.
V?ase AGI Charcas, 706, N? 353. 31
Algunos libros de fundici?n de la Caja Real de Carangas se encuentran en la Biblioteca Municipal de Oruro.
32 Seg?n Miguel Molina (1986:116), estas matr?culas no son
muy fiables, porque se comet?an en su elaboraci?n muchas
irregularidades que respond?an a intereses partidistas. El
motivo de por qu? no contamos con una matr?cula de mine ros para Carangas es que en los centros pertenecientes al
virreinato del R?o de la Plata no se realizaron, al no ponerse en marcha las reformas mineras, las cuales contemplaban entre otras cosas las diputaciones mineras (Gavira 1999a).
33 AGI. Lima, 1493. Lima, 20 de marzo de 1779. 34 Durante la d?cada de los setenta hubo algunos conflictos
entre la poblaci?n ind?gena y los corregidores de algunas
provincias, entre ellas Arica, Pacajes y Carangas. AGI.
Charcas, 592. La Plata, 22-VH-1973. 35 AGI. Lima, 1351. Carangas, enero de 1768. 36 AGI. Charcas, 637. Ramo de diezmos y cobos del a?o 1771. 37 En el testamento e inventario de Joseph Bacillo de la Fuen
te, cuya trascripci?n nos facilit? la historiadora Carolina
Figueroa, este personaje se declara: "minero y azoguero en el Real de San Agust?n de Guantaxaia"; sin embargo, de ser propietario de numerosas propiedades en el oasis de
Pica y en la quebrada de Suca. 38 Vecino y natural de Pica, donde, seg?n Echeverr?a, recons
truy? el templo de San Andr?s Ap?stol en 1768 junto con
Jos? Basilio de la Fuente. Bustamante (1945: 634). 39 Las pi?as decomisadas pertenec?an a varias personas, pero
las cantidades m?s importantes eran 1.622 marcos perte necientes a P?rez Arag?n, Soto e Ysola que ten?an formada
compa??a y 1.812 marcos del rescatador y azoguero Ro
que Dorado. AGI. Charcas, 490. "Testimonio..." f. 174. 40 AGI. Lima, 1351. Sobre el fomento del mineral de Huan
tajaya. A?o 1769. 41 AGI. Charcas, 490. "Testimonio..." A?os 1766-767. 42 Este oficial ten?a una deuda de azogue pendiente en 1749.
AGI, Contadur?a, 1866. Relaci?n de deudas despu?s de la
deposici?n de los oficiales de la Caja Real de Carangas.
Carangas, 19-VII-1749. 43 AGI. Charcas, 637. Ramo de diezmos y cobos de 1779. 44 En Tarapac? tambi?n se produjeron acontecimientos im
portantes durante la sublevaci?n de 1781, que fue liderada
por los cabecillas de Carangas. V?ase Hidalgo (1996). 45 AGI. Lima, 1620. Hoja de servicio. A?o 1798. 46 Francisco era nieto de Juan de la Fuente y Haro, descubridor
del mineral de Huantajaya en 1680, seg?n Echeverr?a, e hijo de Jos? Basilio de la Fuente y su sobrina Mari Jacinta Loayza. Se cas? en Arequipa con Mar?a Clara de Bustamante Diez
Canseco. V?ase Manuel de Bustamante de la Fuente (1945:49). 47 AGI. Lima, 1461. Madrid, 7-VII-1802. 48 Raimundo Guti?rrez de Otero era monta??s, originario del
valle de Soba, manten?a v?nculos con la "Casa Guti?rrez", fundada por sus hermanos Sim?n y Manuel Pascual en
C?diz. Otro de sus hermanos, Luis, estaba establecido en
Tarapac? y casado con Manuela de la Fuente y Loayza,
hija de Jos? Basilio. Raimundo estaba casado con una hija de Mateo Cos?o, tambi?n de origen monta??s. Sobre la fa
milia Guti?rrez de Otero, v?ase Gavira (1999b). 49 AGI. Lima, 1354. Expediente sobre la Sociedad Mineral?
gica de Arequipa. A?o 1794. Curiosamente terminaron
comprando por tres mil pesos unas minas abandonadas lla
madas San Juan, que pertenec?an a los hermanos de la Fuen te: Francisco, Manuel y Ana Mar?a.
50 AGI. Lima, 1355. Matr?cula de mineros fechada en 1790. 51 AGI. Lima, 1620. Hoja de servicios de Pedro Morales, a?o
1798. 52 ANB. Minas, T. 96, N? 20. 53 ANB. EC. N? 13, 1788. 54 La producci?n registrada en Arica durante los a?os 1797
hasta 1800 fue la m?s alta de esta d?cada: 1797: 38.453
marcos, 1798:58.202 marcos, 1799: 31.355 marcos y 1800:
37.459 marcos. AGI. Charcas, 634. Caja Real de Arica. 55 AGI. Lima, 1074. Hojas de servicios, a?o 1806. 56 Entre los seguidores de Nicol?s y D?maso Catari se conta
ban numerosos indios de Paria y Carangas que se encon
traban en los cerros de Punilla dispuestos a tomar la ciu
dad de La Plata en 1780. Por tanto, es muy posible que los
ind?genas del anexo de Orinoca y Corque hubiesen partici
pado en el asedio de La Plata, lo cual manifiesta la influen
cia de Tom?s Catari y sus hermanos en la regi?n m?s orien
tal del corregimiento. V?ase Lewin (1957:553). 57 AGI. Lima, 1354, N? 20. 58 AGI. Lima, 1354. Representaci?n del Tribunal de Miner?a
a la Corona. Lima, l-V-1794. Cuadernillo N? 14. 59 AGI. Charcas, 583. N? 19. Oruro, 6-XI-1804. 60 Archivo y Biblioteca Municipal de Oruro. "Ordenes y co
rrespondencia...". Informe de los oficiales reales de Oruro a Jos?Areche. Oruro, 15-X-1777.
61 AGI. Lima, 1351. Informe sobre Tarapac? realizado por Antonio O'Brien. Tarapac?, 29-VIII-1765.
62 V?ase el cuadro 3 sobre el mercurio y la plata registrada en
la Caja Real de Arica en Tacna, publicado por K. Brown y A. Craig (1994:320).
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 55
Anexo
Serie Ia: Registradores de plata en la Caja Real de Carangas, 1764-65- 1769.
Silver registrars in the Royal Treasury of Carangas, 1764-1769.
Nombres 1764-65 % 1765-66 % 1766-67 % 1767-68 % 1768-69 % 1769 %
Marcos Total Marcos Total Marcos Total Marcos Total Marcos Total Marcos Total
14.556 15.749 16.869 11.602 11.567 16.011
Arco, Melchor
Areizaga, Joaqu?n
Buend?a, Btlme.
Daza, Eusebio
Dorado, Roque
Echenique, M.
Encalada, Andr?s
Flores, Guillermo
Fuente de la, Jos?
Fuente de la, Basilio
Fuente de, Manuel
Gonz?lez, Felipe
Guemes, Feo.
Lejarza, Jos? A.
Loayza, Teodoro
Ochar?n, Silvestre
P?rez Arag?n, M.
Puri, Carlos
Quevedo, A.
Quiquincha, C.
Reyes de los, J.
Rodr?guez, Jos?
Segarra, Jos?
Segarra, Mat?as
Sigler, Manuel A.
Sigler, Juan
Soto, Mat?as
Tudanca, Jos?
V?a de la Jos? M.
181
295
191
609
5639
3836
1063
154
2168
214
1,2
2,02
1,3
4,2
38,74
26,35
315 2,72
7,3
1,05
14,89
1,4
193
194
3029
308
6394
222
1177
1907
2050
271
1,22
1,23
19,23
1,95
40,59
1,4
7,47
12,1
13,01
1,72
412
334
325
2901
751
170
372
137
6451
407
1165
1542
1697
2,44
1,97
1,92
17,19
4,45
1
2,2
0,81
38,2
2,41
0,47
6,9
9,14
10,04
28
224
72
180
1819
52
5776
0,24
1,93
1899 16,36
1293 11,14
247
0,62
1,55
15,6
0,44
49,78
2,12
841
516
6528
410
3314
447
893
397
337
7,27
4,46
56,43
3,54
28,65
3,86
567 4,9
7,72
3,43
2,91
82 0,51
6217 38,82
807
6775
734
292
126
518
456
5,04
42,31
4,58
1,82
0,78
3,23
2,84
Fuentes de la serie: AGI. Charcas, legs. 636-638. Caja Real de Carangas, "Ramo de diezmos y cobos".
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
56 Mar?a Concepci?n Gavira M?rquez
Serie 2a: Registradores de plata en la Caja Real de Carangas, 1785-1790. Silver registrars in the Royal Treasury of Carangas, 1785-1790.
Nombres 1785 % 1786 % 1787 % 1788 % 1789 % 1790 %
Marc Total Marc Total Marc Total Marc Total Marc Total Marc Total
13.135 6.380 10.404 5.471 18.322 22.657
Bustos, Antonio 562 10,27 1001 5,46
C?ceres, Jos? J. 1110 8,45 964 17,62 599 3,26 414 1,82
C?ceres, Narciso 1513 11,51 1196 18,74 417 4 567 10,36 1597 8,71 417 1,84
C?ceres, Vicente 234 1,78 205 3,21 295 2,83 608 3,31
Canaviri, Mart?n 533 2,35
C?rdenas, Pedro 808 6,15
Castilla, Pedro 707 5,38
Cerezo Alderete, A 59 0,44 269 2,58 2116 38,67 542 2,95 2891 12,75 Del Cerro, Nicol?s 140 1,42 413 7,54
Delores, Juan 418 3,18
Elorriaga,JuanB. 2300 12,55 2146 9,47
Estrada, Toribio 168 2,63
Fuente Loayza, Feo. 3041 13,42
Gonz?lez Cos?o, M. 1381 10,51 1320 12,68 192 3,5 7959 43,43 5099 22,5
Guti?rrez,Gervasio 291 5,22
Iglesias, Luis 934 5,09
Lescano, Felipe S. 149 1,43 1877 10,24
L?pez Ram?rez, M. 202 3,16 148 1,43
Llanos, Nicol?s 558 4,24
Maldonado, Juan R. 169 1,28
Mar?n, Juan D. 1119 8,51
Morales, Gregorio 2133 33,43 391 2,13 4647 20,51
N??ez, Agust?n 220 4,02
Paredes, Asensio 104 0,79
Ponce, Ignacio 325 3,12
Puri, Carlos 1227 19,23 2058 19,78 1294 5,57
Ram?rez Fuente, V. 1623 12,35
Salazar, Rafael 302 4,73 1828 8,06
Sanz, Manuel 1048 7,97
Sol?s del Arco, L. 217 1,18
Soto de, Juan 397 3,81
Soto de, Mat?as 312 2,35
Villa, Francisco. 443 3,37
Zaconeta, Ignacio 3992 38,36
Zorrilla, Manuel 72 0,54 926 14,51 802 7,7 369 6,74 184 1 346 1,52
Fuentes de la serie: AGI. Charcas, legs. 636-638. Caja Real de Carangas, "Ramo de diezmos y cobos".
Serie 3a: Registradores de plata en la Caja Real de Carangas, 1795-1800.
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Producci?n de plata en el mineral de San Agust?n de Huantajaya (Chile), 1750-1804 57
Serie 3a: Registradores de plata en la Caja Real de Carangas, 1795-1800.
Silver registrars in the Royal Treasury of Carangas, 1795-1800.
Nombres 1795 % 1796 % 1797 % 1798 % 1799 % 1800 % Marco Total Marco Total Marco Total Marco Total Marco Total Marco Total
3.888 4.424 4.534 10.411 33.208 23.265
Agestas, Antonio
Arismendi, Diego
Aristmu?o, Agust?n
Arostegui, Mart?n
Barreda, Domingo
Cabrera, Dionisio
C?ceres, Carlos
C?ceres, Jos? J.
C?ceres, Vicente
Ceballos, Vicente
Ceballos, Antonio
Cegarra, Tom?s
Cegarra, Pedro
Cerezo Alderete, A
Crespo, Antonio
Custodio, Navarrete
Echenique, Manuel
Echeverr?a, M.
Echepare, G.
Elorriaga, Domingo
Elorriaga, Juan B.
Flores, Juan A.
Fuente de, Mat?as
Garc?a, Antonio
Granadino, Manuel
Lejarza, Antonio
Lejarza, Tom?s
Lemoyne, Juan M.
Nestares, Eugenia
Orozco, Antonio
P?rez, Sinforosa
P?rez Obligado, C
Quevedo, Mat?as
Rebollar, Juan M.
Reyes de, Rafael
Ribera, Antonio
Ricardo, Manuel
Rozo, Santiago
Rodr?guez, Diego
Rodr?guez, Feo.
Sanes, Antonia
Soto, Ram?n
Soto, Francisco
Ugarriza, S.
Valdiviezo, M.
Vizentelo, Carlos
Yrigoyen, Ram?n
1039
1385
22,63
26,72
35,62
208 204
278 1391
436
4,7
4,66
6,28
31,44
9,85
110 126 124 150
121 49
1848 1065
2,42
2,77
2,73
3,3
2,66
1,08
40,75
23,48
120
2680 386
1,15
25,74
3,7
1899 18,24
178 3,92
1424
479
32,18
10,82
210
374
5,4
9,61
1226 591 795
2656
99
301
550 647 1326 1448 1777 2779
2105
598
695
404
497
1912 1613 15,49 2195
594
323
1046
410 63
3,93
0,6
3,69
1,77
2,39
7,99
0,29
0,9
1,65
1,94
3,99
4,36
5,37
8,36
6,33
2,09
314 189
810 630 635 143
1,34
0,81
82 0,35
64 0,27
421
2,95
3,48
2,7
2,72
0,61
1,21 1100 4,72
135 0,58
1,49
165 0,7
5,75 3791 16,29
6,6
1,78
0,97
3,14
0,26
781 3,35 127 0,54
364 1,56 430 1,29 1651 7,09
3302 31,71 2025 6,09 3093 16,77 1623 6,97
3944 16,95
3829 11,53
Fuentes de la serie: AGI. Charcas, legs. 636-638. Caja Real de Carangas, "Ramo de diezmos y cobos".
This content downloaded from 146.83.108.177 on Tue, 21 Jul 2015 23:52:28 UTCAll use subject to JSTOR Terms and Conditions